PLA Economia Sociedad y Revolucion

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b) ESTUDIO DE SITUACIONES PARTICULARES i. BOLIVIA Una revolución nacionalista que- se agota a •— DE LA GUERRA DEL CHACO A LA DEVOLUCIÓN DE 1952 Para analizar el proceso que se da en Bolivia con la revolución nacionalista del mnh y extraer de ella lo esencial ele su contenido y su experiencia, es necesario remontarse a los problemas que sur- gen en este país a continuación de la guerra del Chaco (1931-1935). Este planteo no tiene nada de novedoso ya que arranca del pensamiento de uno de los fundadores e ideólogos del "movimientis- mo", el escritor Carlos Montenegro, de destacada actuación en este período y hasta 1953, focha de su muerto. En su obra Nacio- nalismo y coloniaje, se formula el planteo básico que alimentará futuras posiciones programáticas y que se ha convertido no sólo en un análisis realizado desde el prisma nacionalista sino: también en am testimonio de primera importancia. La guerra del Chaco tiene lugar en momentos en que el mun- do todo enfrenta las consecuencias del crack financiero de 3a Bolsa de Nueva York. Sus consecuencias inmediatas afectan a los países proveedores de materias primas, por la caída.de los precios. Pero en el caso de Bolivia y Paraguay esto se combina con un hecho sobresaliente: la rivalidad de los intereses petroleros en el Chaco boreal. Nos ocuparemos tan sólo de la cuestión boliviana dejando de lado las oirás implicaciones, obviamente presentes y que invo- lucran, cuando menos, conflicto internacional entre los consorcios petroleros yanquis e ingleses, problemas en Paraguay y ñor cierto también en Argentina, donde, en 1930, se ha producido la revuelta que tanto olor a petróleo exhalo. Y señalemos algunos hechos importantes. Para la economía boliviana la actividad minera es esencial, tanto la explotación del estaño como la de otros productos de menor importancia. La zona boliviana del estaño, que ha producido entre 19.000 y 47.000 to- neladas de estaño fino anualmente desde 1920, se extiende a lo largo de las montañas más altas de la principal cadena oriental de los Andes, en dirección norte-sur. Pocas de las minas de estaño están por debajo de los 3.500 metros de altitud y algunas están situadas debajo de glaciares, a u,no altura de 5.000 metros. Las explotacio- nes bolivianas ele estaño están distribuidas principalmente entre tres grandes compañías que producen alrededor de 75 % y 80 % 171

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  • b) ESTUDIO DE SITUACIONES PARTICULARES

    i. BOLIVIA Una revolucin nacionalista que- se agota

    a D E LA GUERRA DEL CHACO A LA DEVOLUCIN DE 1 9 5 2

    Para analizar el proceso que se da en Bolivia con la revolucin nacionalista del mnh y extraer de ella lo esencial ele su contenido y su experiencia, es necesario remontarse a los problemas que sur-gen en este pas a continuacin de la guerra del Chaco (1931-1935).

    Este planteo no tiene nada de novedoso ya que arranca del pensamiento de uno de los fundadores e idelogos del "movimientis-mo", el escritor Carlos Montenegro, de destacada actuacin en este perodo y hasta 1953, focha de su muerto. En su obra Nacio-nalismo y coloniaje, se formula el planteo bsico que alimentar futuras posiciones programticas y que se ha convertido no slo en un anlisis realizado desde el prisma nacionalista sino: tambin en am testimonio de primera importancia.

    La guerra del Chaco tiene lugar en momentos en que el mun-do todo enfrenta las consecuencias del crack financiero de 3a Bolsa de Nueva York. Sus consecuencias inmediatas afectan a los pases proveedores de materias primas, por la cada.de los precios. Pero en el caso de Bolivia y Paraguay esto se combina con un hecho sobresaliente: la rivalidad de los intereses petroleros en el Chaco boreal. Nos ocuparemos tan slo de la cuestin boliviana dejando de lado las oirs implicaciones, obviamente presentes y que invo-lucran, cuando menos, conflicto internacional entre los consorcios petroleros yanquis e ingleses, problemas en Paraguay y or cierto tambin en Argentina, donde, en 1930, se ha producido la revuelta que tanto olor a petrleo exhalo.

    Y sealemos algunos hechos importantes. Para la economa boliviana la actividad minera es esencial, tanto la explotacin del estao como la de otros productos de menor importancia. La zona boliviana del estao, que ha producido entre 19.000 y 47.000 to-neladas de estao fino anualmente desde 1920, se extiende a lo largo de las montaas ms altas de la principal cadena oriental de los Andes, en direccin norte-sur. Pocas de las minas de estao estn por debajo de los 3.500 metros de altitud y algunas estn situadas debajo de glaciares, a u,no altura de 5.000 metros. Las explotacio-nes bolivianas ele estao estn distribuidas principalmente entre tres grandes compaas que producen alrededor de 75 % y 80 %

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  • del total y el resto est' repartido entre ms de 500 empresas mine-ras medianas y pequeas.

    Las exportaciones de concentrados de estao (le Patino con-tribuyeron con casi el 60 % del valor de la expoliacin de estao boliviano en 1929 y con cerca del 50 % en 1941. Las minas de la zona de Llallagua, organizadas con el nombre de Patino Mines and Enterprises Consolidated Inc., sociedad registrada en Delawaro, pro-dujeron ms del 40 % del total boliviano en 1929, si bien esc por-centaje disminuy considerablemente en aos sucesivos. Mauricio Hochschilct el ltimo de los tres barones del csi.nfio que comenz a trabajar en Solivia a principios del decenio 1920-1930, produjo casi el 10 % de la produccin nacional do estao en .1929 y ms del ID % en 1S41. La tercera gran compaa controlada por n la-milla boliviana Aramayo, contribuy con alrededor del 5 % del' estao boliviano.

    Las dems exportaciones mineras bolivianas ofrecen una gran variedad de productos. El tungsteno y el antimonio estaban a ln cabeza del grupo de minerales secundarios, debido a las condiciones de guerra, siguiendo en importancia la produccin ds plata, cobro, 7.EC y plomo, en tanto que el oro, el azufro y ei bisnnUo son de importancia an menor.

    La produccin de los minerales menores est tambin en manos de las principales compaas mineras de estao. El cobre, que pro-cede ele las minas de la American Smelling and Reiining Conjpnny en Coracero, y el antimonio, producido por numerosas minas pe-queas, constituyen las principales excepciones.

    En cuanto al estao^ su produccin se extendi mucho al ter-minar el siglo. Las razones fueron varias, -pero influy un ello, sobre tocio, el abandono de las minas de plata, con la consiguiente disponibilidad de mano de obra, y las actividades de Simn Patino. La economa gir en torno del producto de las minas con intensi-dad no menor que en la poca colonial. Potos fue el smbolo de esa economa concentrada en tomo de los yacimientos ele vieUdes preciosos.

    Patio represent un poder econmico muy poderoso: posee-dor de fundiciones de minerales y yacimientos de estao on vm ios continentes operaba en combinacin con Jos banqueros nortenmen-CGUOS. Dice Conrado Ros Gallardo describindolo:

    "El tala Paio es \n Hombre fabuloso, que demuestra cuu ahr.i;i"

  • y se calcula en 350 millones de'dlares. Din a da corre nudos-al lazo cqn que aprisiona el cuello de Bolivia... De ms est decir que ejerce en la vida poltica una influencia decisiva,, que puede elegir congreso y hacer presidente..."

    Sin embargo, como producto de la gran crisis mundial, el pre-cio del estao haba cado ele 0,45 dq, dlar la libra en 1929 a 0.24 en 1931, y aqu comienzan a maiiiies1ai',se problemas nuevos. En cuanto a la posicin de la Standard Oil, su actitud de saboteo y abierta oposicin a la actividad que Bolivia encara durante la: guerra, ha sido reconocida hasta por sus personeros: El gobierno de Salamanca, bajo el cual trascurri el conflicto del'. Oh neo, se mostr cmplice de los intereses monopolistas y fue el centro de la acusa-cin formulada por la corrupcin existente y el' deslinde de res-ponsabilidades en cuanto al conflicto mismo.

    "En 196-3, hallndome en el desempeo de mi cargo dit o una denuncia presentada en 1936 por el coronel Fausto Gonzlez, vino a Termo el representante de la Standard Oil y solicit, por mi intermedio, la auto-rizacin del gobierno boliviano para exportar a i?. Argnntinn determi-nados, materiales de sus campamentos, especificndolos en nnn ola nd-untn a la solicitud.-Al elevar sta al Ministeriorespectivo, suger en. forma concreta Paz, 1958, p. 111,

    trascribe el docuniento que citamos,

  • Las consecuencias le la guerra para Solivia significaron una grave derrota: tuvo ms de SO mil muertos, ms de 21 mil prisio-neros y perdi casi todo el Chaco boreal a manos de Paraguay. Es ele destacar que al estallar la guerra la poblacin total del pas era de alrededor ce 3 millones de habitantes. A este respecto sea-lemos que no ha existido un real censo demogrfico en Solivia desde 1900, fecha en que se confeccion uno muy defectuoso; en 1939 se realiz otro censo de poblacin, tambin deficiente, y recin en 1950 aparecern cifras estadsticas censales relativamente aceptables.

    La poblacin de Solivia est compuesta en su inmensa mayora por indios y luego mestizos. Estos indios vivian en las zonas altas o en los valles del Altiplano. Fueron enganchados en el ejrcito y llevados a combatir a las zonas bajas del Chaco selvticas y He-lias de enfermedades de un clima tropical al cual el indio no estaba acostumbrado. Tanto como la guerra, este desarraigo en con-diciones climticas y geogrficas adversas para la conformacin ind-gena fue culpable de la gran mortandad.

    Entre los soldados bolivianos hubo casi 200 mil indios, cine no slo lucharon sino que se habituaron a utilizar las armas. El indio se acostumbr a vivir en peligro, jugando su existencia al lado de algunos oficiales y suboficiales, y en medio del conflicto la relacin humana se afianz. Al arrancar de la relacin de pongueaje al indio, la guerra se convirti, paradjicamente, en poderoso instrumento para su prximo despertar a una nueva conciencia que pronto se liara revolucionaria.

    Finalizada la guerra los indios se resisten a regresar a sus tierras, o a las de sus patrones, pero especialmente el cholo o mes-tizo resuelve dirigirse a las ciudades para iniciar una nueva vida. Se crea as un problema social nuevo, desconocido hasta ese mo-mento. Si bien el indio sigue sometido en su. gran mayora, como dice Montenegro, lo cierto es que hasta por contacto con nr.a nueva realidad, se abre camino el disconformismo que alentar las aven-turas militares que se producen desde el da siguiente al de la finalizacin de la guerra.

    La gran propiedad que define el latifundismo en Solivia y su magnitud se expresar en cifras elocuentes en el censo de 1950. Pero sin querer plantear an la cuestin a nivel estadstico, nos interesa sealar cmo funcionaba esta gran propiedad. Dicen los autores Neiswanger y Nelson que sobre 2,5 millones de habitantes en el campo slo hay 90 mil propietarios. Esto es slo formal, en los valles frtiles de Yungas hay apn.as 516 propietarios. En cuan-

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  • to a la forma de someter al indio al trabajo agrcola arcaico y estancado el sistema funciona asi:

    "Se asigna a cada indio un lote de terreno de la finca, lote que l y los miembros de su familia laboran y cuyo producto reciben. En com-pensacin el colon trabaja para el patrn 4 o 6 das a la semana, sus hijos cuidan de los rebaos del propietario del terreno y, de vez en cuando, miembros de la familia del colon van a la casa del patrn en la ciudad para servir de criados durante un plazo determinado."

    Detrs de este esquema se advierte la tpica relacin de ser-vidumbre; el indio no puede irse de la gran propiedad y cae en el rutinarismo, su nivel de produccin es bajsimo, slo alcanza a subsistir.

    Por ello como dicen los autores citados " . . .liay gran cantidad de terrenos incultos." "Los pagos de jornal en efectivo son muy poco frecuentes." Debe tenerse en cuenta que esto se escribe en poca del gobierno de Yillarroel.

    Asimismo, en la Revista de la Federacin Campesina de Co-chabamba del 12 de setiembre de 1952, puede leerse en su pgina 3:

    "El colono oprimido tiene que trasportar hasta el lugar de venta pro-ductos agrcolas de su dueo y seor, en im lapso que abarca 3 o 4 das, pudindolo hacer el patrn en menos tiempo con vehculos motori-zados, pero prefiere imponer esa 'obligacin* al indio para no pagar fletes."

    En fecha ms reciente dice otro autor:

    "La estructura agraria latifundista funcionaba sobre estos moldes sociales: economa del trabajo basada en los servicios personales gratuitos, en las tierras o en la casa ile hacicrula (colonos, arrenderos, pongos, mitanis, etc.); radicacin tradicional de los colonos en sayanas o pegujales de una o cuatro hectreas (fraccionados en parcelas y localizados en los cintu-rones marginales de la hacienda; estas parcelas deba explotarlas el arrendero en mediera, por medio de peones sueltos o hutahuahuas); tra-bajo gratuito del colono o arrendero (durante cuatro o cinco dios a la semana, en la totalidad del ao agrcola y aporte gratuito de jornaleros, animales de trabajo y aperos de labranza durante las siembras y cose-chas) ; rgimen estricto de contraprestaciones, en especie y trabajo (por el pastoreo en las'tierras eriazas, la recoleccin de paja o leos, etc.); autosuficiencia laboral (por medio de los estratos sociales nutridos en la delgada economa del arrendero, pegujalero o colono); relacin exclusiva de la hacienda con la economa de mercado, por medio de la comercia-lizacin de su produccin agrcola, y pecuaria; hermetismo cultural y

    8 Neiswanger, W. A. y Nelson, James R., Boliuia en Harris, Seyxnour, Problemas econmicos de Amrica latina, Fondo de Cultura Econmica, M-xico, 1945, p. 281.

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  • poltico, ya que en la repblica desaparecieron ios mtodos de fiscali-zacin estatal de la poca del coloniaje; autoridad patriarcal y centrali-zada en el hacendado o en sus mayordomos o hilacatas." 8

    Con la guerra del Chaco se ue desarrollando un grupo de ofi-ciales que-se haban opuesto a los altos mandos, cuva ineptitud Y corrupcin los haca fcil presa del descontento general. Los ofi-ciales jvenes, de menor jerarqua, comenzaron a organizarse en logias de variada denominacin. Fueron pocas y de ellas se (es la can especialmente la logia Mariscal Santa Cruz y ms adelante la HA BEFA (Ilszn de Patria), que tanto habr de pesar C.N aconteci-mientos posteriores. Ya en 1934 los oficiales deponen al presidente Salamanca y asume el mando el vicepresidente Jos Luis Solrzano Tejada. La guerra del'Cliaco termina en junio de 3Q35 en cuanto a campaa militar, y a partir de esa fecha slo hubo qi.se esperar que volviera del campo de batalla este mismo grupo para que el 17 de mayo de 1936 derrocase a Tejada y asumiera c-1 poder el coronel Jos David Toro, corno presidente provisional.

    1. La experiencia Toro - Biisch

    Con Toro se inicia en escala hasta entonces no enrayada e.u otro pas latinoamericano una experiencia de gobierno que se autodeuo-mina socialista, que posee una mentalidad paternalista y que trata de suplantar los partidos polticos con la organizacin sindical. Bajo su gobierno autoritario se proclam la socializacin en Bolivjn, se trato de aplicar la sindicalizacin obligatoria y lambi de crear un cdigo de trabajo obligatorio, so pena ele concentracin de los desocupados. Simultneamente comenzaron les a laques cunta las grandes empresas, en primer trmino la Standard Gil a la cual los militares no perdonaban su franca actitud de saboteo durante la guerra.

    El ejrcito, acaudillado por Germn Busch, era el factor de-trs riel poder y el propio Busch se iba conviniendo cada vez ms en el centro de las aspiraciones de la oficialidad joven. Si en 1936 fue el principal organizador del golpe que puso en el gobierno a Toro, poco despus ser quien asuma el poder airee amen le. Al res-pecto dice Daz Machicao que Toro, viendo que peligraba su poder se ubica er mi cierto trmino medio y declara: "Todo empeo ico-noclasta es suicida.. ." Pero, como no convenia mostrar el ceo

    5 Garca, Antonio, La reforma agraria y el desarrollo social en Delgado, Oscar, editor: Reformas agrarias en la Amrica latina, Fondo de Cultura Eco-nmica, Mxico, 1965, p. 404-.

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  • fruncido a la huesle renovadora, tambin expres: "Soy por inena-rrable ventura un socialista convencido. Profes tal credo a la hora de los sacrificios..." No negaba pues que su caudillismo poltico haba surgido en las trincheras, precisamente en la "hora de los sa-crificios". Mas, como tambin era necesario explicar a los ciudada-nos el motivo de tanta medida de rigor, la causa de la censura de la prensa y hasta la implantacin de modernos mtodos.policacos, dijo:

    "S lo que es una revolucin. Si DO se lo conduce con mano firme, puede degenerar en el caos." Esa frase equivala a un vaticinio de todo su esfuerzo echado a pique por las olas, n a vaticinio de lo qu iba a ocurrir eii los das venideros, acoso muy prximos. Los qe asistan ai proceso de su gobierno, vean ya que muchas manos golpeaban con fuerza en las puertas del Palacio Quemado. Pero, el Presidente, jovial, siempre animoso y de muy buen humor, sorteaba las tudas sonriendo de muy buena gana No, no podria, no debera-ocurrir nada extra-ordinario.

    Ea efecto, los diarios sufran censura formal y tenan obliga-cin d publicar los artculos que el gobierno les-enviaba. No obs-tante, el gobierno del coronel Toro, "socialismo sin socialistas" como se lo ha motejado, antes de desaparecer de la escena por orfandad de apoyo social y Ja enemistad creciente del ejrcito, tom una medida de gran importancia que los gobiernos siguientes aun los de la Rosca que reaparecern ms tarde no pudieron rever: la nacionalizacin de la Standard Oil.

    El 13 de marzo ue i 937 se dict la resolucin suprema por la que se declaraba la caducidad de las concesiones petrolferas efectuadas en beneficio de la Standard Oil of Solivia. Despus de una serie de considerandos &n los que se ciaban por -demostradas argucias y trampas de la empresa para evadir exigencias de trabajo, de patentes, de produccin, de pago de regalas correspondientes al estado, en su parte dispositiva dice:

    "Declrase la caducidad de todas las propiedades de The Standard Oil Go. o Bolivia, dentro del territorio de la Repblica, por defraudacin com-probada de los intereses fiscales. Todos los bienes de la compaa men-cionada que: se hallaran en territorio boliviano al tiempo de dictarse la presente resolucin, pasan a propiedad da'i estado. Hasta que el gobierno lo crea conveniente, quedar, encargado de la administracin y manejo de todos los bienes de. la compaa, que en virtud, de esta caducidad pasan a poder detestado, la entidad oficial'Yacimientos Petrolferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Regstrese, etc. (Finando) Dovin-Toro R.; A. Ichazo; E. Finot; F. Campero A.; F. Tarera; Gval. Guillen; Tc-nL Viera." 1 1

    1 0 Daz Machicao, Porfirio. Historia ele Solivia: Toro, Busch, Quintanilla; Juventud, La Paz, 1957, p. 5-1.

    1 1 Daz Machicao, Profirio, cp. cii.. p. 4G.

  • Toro fue sensible a la gran presin nacional que empujaba a lomar esta medida revolucionaria como consecuencia del descon-tento obrero, estudiantil y poltico que de diversas maneras se manifestaba en Solivia, pero lo cierto es que la medida fue adopta-da en forma paternalista, por encima de toda consulta y en la me-dida en que el gruji militar que lo respaldaba tambin se haca eco de tal inquietud.

    En estas condiciones el golpe de estado del coronel Gennn Busch, el 13 de julio de 1937, afirmaba la lnea de tina reivindica-cin nacional con cierto contenido social ms explcito. Pero dentro del ejrcito coexistan varias tendencias, como lo demuestra el hecho ele que el general Pearanda sigui siendo comandante en jefe del ejrcito. Este personaje ser uno de ios principales personeros de la Rosca en la preparacin del retorno oligrquico. Y ms an, Bscli nombr en marzo de 1938 a Antenor Patio hijo de Simn, uno de los tres barones del estaoministro en Gran Bretaa.

    Cuando la Convencin elige a Busch presidente constitucional se acentan medidas progresistas de su gobierno que, paradjica-mente, a medida que pareca crecer, s mostraba ms dbil.

    El Cdigo de Trabajo de Busch de 1939, llevado a categora de ley en diciembre de 1942, trata de obligar a prestaciones socia-les a las empresas que tienen ms de 500 obreros (mineros y al-gunos pocos ms); entre ellas: hospitalizacin, servicios mdicos gratuitos, obligacin de construir habitacin para los obreros, jor-cadas de 8 horas y semana de 48 horas. Asimismo se declaran ilegales a los enganchadores, sujetos dedicados a la caza de mano de obra para las empresas. Tambin en cuanto a salarios, establece que el Ministerio de Trabajo fijar salarios mnimos y paga doble por horas extras. No obstante, en 1943 " . . .la comisin boliviano-norteamericana de peritos en cuestiones de trabajo, seala que Bolivia es el nico pas del mundo que hace contribuir a los obreros para su propia indemnizacin de seguro. . ." J~

    Ya hemos mencionado que la minera constitua' el centro de la actividad econmica del pas. La agricultura podra haber sido el otro rengln, pero a la Rosca, a la oligarqua dominada por los intereses mineroexportadores, no le interesaba el desarrollo de Bo-livia sino mantener bajo el nivel de los salarios y al mximo las condiciones de explotacin. Es una ley del funcionamiento del im-perialismo y el mercado mundial, que en estos pases dependientes se debe dar una baja composicin orgnica del capital; la baja de los salarios es, al respecto, esencial. Junto a ello, debe tenerse, en

    1 2 Neiswauger, W. A. y Nelson, James B.., op. cit. p. 276.

  • cuenta que la clase alta, la oligarqua, no encuentra dificultades para importar los artculos que puede necesitar cuando est vivien-do en el pas.

    Hacia la poca dala guerra, la industria emplea unos 12 mil asalariados y Ja minera unos 60 mil obreros.13 El 95 % de las exportaciones est constituido por productos mineros, alcanzando un monto de 34.613.000 dlares en 1938 (total de exportaciones) y de 77.381.000 dlares en 1941. Estas cifras demuestran que ya Estados Unidos y Gran Bretaa aprovechaban la coyuntura de la guerra mundial. El primero de estos pases construy en Texas, antes del ataque a Pearl Harbour, la refinera que recibe el mineral boliviano.

    "La mayor parte del estao Boliviano era refinado en Gran Bretaa... hasta que comenz a operar la Texas City Smelting, en 1942. La Texas

    ; City era financiada por el gobierno de los Estados Unidos y adminis-trada por. la Tin Processing Corporation. Su capacidad es de 50.000 tone-ladas por ao."1'4

    * El total de personas ligadas a la minera constituye el 3 % de la poblacin boliviana: llegan a 100 mil; y . las tres grandes compaas ya mencionadas producen casi el 80 % de la produccin minera.

    "El trabajo en las minas presenta una serie de problemas propios. Las condiciones de trabajo no son, en general, satisfactorias. El porcentaje de accidentes es elevado, y la incidencia de enfermedades pulmona-res es tambin muy alta, de tal modo que son muy pocos los indios que piensan hacer su carrera en las minas." 1 3

    Detrs de esta forma tcnica de plantear la cuestin est la superexplotacin y la escasa expectativa de vida. Pero existe mano de obra potencial, pues los otros sectores econmicos son raqu-ticos. No hay agricultura comercial, slo de subsistencia, de all que toda Bolivia es un ejrcito industrial de reserva para las minas.

    El gobierno de Busch adopta una medida revolucionaria, slo comparable hasta ese momento con la nacionalizacin de la Stan-dard Oil efectuada por Toro. El 7 de junio de 1939 dicta el si-guiente decreto:

    "Concntrase en el Banco Central de Bolivia el 100 % de las divisas provenientes del total bruto de las exportaciones, cuya entrega en letras de primera clase -ser; previa ni trmite de la pliza de exportacin."

    1 3 Neisvranger, W. A. y Nelson, James R., op. cit, p. 25. 1 4 Gordon, Wendcll G.. The Economr of Latn America, Columbra Univer-

    sity Press, New York, 1950, p. 286. 1 5 Neiswanger, W. A. y Nelson, James R., op. cit, p. 273.

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  • Ello significaba que si bien 210 se nacionalizaban las minas, el estado pasaba a controlarlas. A la vez, estatiz el Banco Cen-tral y el Banco Minero, en el cual nombr director a Vctor Paz Estenssoro. : . : ' .

    El 15 de ese mismo mes se rene una gran demostracin po-pular en La Par. en apoyo a las medidas del gobierno, y debe destacarse aqu que ya la Rosca trabajaba febrilmente para deponer a Busch. El acto de masas en La Paz era un apoyo al gobierno que adoptaba medidas como las descritas, aun cuanto esle gobierno no entendiera el significado de tal apoyo pues no dependa de esta base social sino que segua dependiendo del grupo de militares jvenes.

    'ioava no se producen movilizaciones de masas. Esie "proceso se abrir con la segunda guerra mundial y culminar ms a ciclan ic-en el perodo inmediatamente posterior a la guerra.

    Que la conspiracin era abierta se desprende de una audaz pro-posicin formulada por Busch en reunin de gabinete: os necesario fusilar a Mauricio Hochschild, uno de los tres barones del eslao, por iiaberse comprobado plenamente su actividad subversiva. Sin embargo, es una discusin en la cumbre. Y Bv.sr.h, que lesiona y vulnera con su decreto a las compaas utieras, se inhibe de pasar a la accin. La "/dativa queda de) lado de la Rosca, y el 23 de agosto de 1939 muere Busch. Segn la mayora ele los autores Daz Machicao y Arguedas, entre otros se suicid. Y basta Cspedes acepta tal teora en un primer momento en su libro El presieenle suicida. Sin embargo, en 1964 escribir:

    "El sukkfio de Busch result tan oportuno para ios grandes mineros, que an hoy hace presumir un estratgico asesinato qv.e suprimi, en el momento preciso, al audaz capitn que haba proyectad la ingerencia del estado en las exportaciones mineras.'1

    Ea cuanto al suicidio de Busch, si bien es ilgico, puede haberse producido, ya que, al no apoyarse en las masas para atacar a la oligarqua rosquera, y al 110 estar respaldado por una ideologa re-volucionaria socialista, su patemalismo se desmoron pues se shi' i incapaz de enfrentar con tan poca fuerza al imperialismo v a su aliada, la oligarqua. No olvidemos que corra agosto de 1939 y ya Busch haba sido acusado de simpatizar con los nazis, a.pesar de ser el tnico gobernante de Amrica latina que en esos aos recibi inmigrantes judos alemanes que huan de la persecucin nazista, como lo seala ahora el autor norteamericano Alexander. Pero otra era la campana que taa desde la 'metrpoli nortearnericaiio. en 1939.. 1

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  • - Desaparecido Buscli y con la displicencia que la caracteriza, la oligarqua, sin derogar el decreto de control minero, simplemente lo desconoce. As dir ms adelante Carlos Aramayo en relacin con el decreto del 7 de junio de 1939:

    "Personalmente, eri representacin de ini grupo, conferenci repetidas veces con el ministro de hacienda Espada, y le dije que mi compaa pagara oniorme a la . ley de 1923. Le expliqu que el decreto del 7 de junio nos pareca inconstitucional y que preferamos ignorar su exis-tencia."

    2. El regreso de la oligarqua

    Despus de Buscii copan el poder los personeros do la Rosca. Dos generales se suceden en la presidencia, primero Carlos .Quintnnilla -y"-luego Enrique Pearanda; Este ltimo sube como consecuencia ele las elecciones convocadas por Quintauia y como resultado de lo que se l am Concordancia, un frente de partidos polticos de dere-cha o sus agentes.

    Es en el perodo qu aqu se abre cuando se forman los parti-dos que tendrn importante papel en los sucesos por venir. El Movimiento Nacionalista Revolucionario. que en sus comienzos funciona como un grupo de intelectuales nacionalistas y se expresa en. diversos peridicos, recin en 1941, ante la represin de Pea-randa, va A aparecer dando el nombre de MHE al movimiento que efectan. No. tiene una fon. r> -estrela de funcionamiento como par-tido poltico, atraque es i-ncL : cutibe que su posicin popular y na-cionalisSa los llev a enfrentarse con la oligarqua minera y as con-siguieran, gran autoridad ante.movimientos de obreros- y de la pe-quea- burguesa. No obstante, y como ejemplo de distorsin para presentar 3a posicin de este partido, citemos a Osborne, quien dice que el programa del KNE se basaba en tres principios: vengar la muerte de Busch, apoyar al Eje en la guerra y nacionalizar las mi-nas.1 Si bien Osborne dice que ms tarde cambi su programa hacindose menos idealista (?) y ms realista (? ) lo nico que demuestra es su incomprensin de los procesos polticosociales de cambio. Su actitud es tpica de quien pretende una posicin acad-mica, 'imparcial. En la contradiccin y la complejidad del proceso social no se puede medir a un no vi miento poltico simplemente pol-lo que opinan algunos de sus dirigentes.

    El Partido de Izquierda Revolucionaria se fonila en 1940 auto-titulndose "Partido Socialista Marxista con plena autonoma na-

    3-6'Osborne, larold, Bolivia, Oxford University Press, Londres, 1965, p. 6"5.

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  • cional", y orientado ideolgicamente por el jlalijiisrno sirvi de ins-trumento no comprometido de ia poltica internacional riel comu-nismo salinista en Bolivia. Tanto es asi que basta fines co .1949 no habr. Partido Comunista- en Bolivia, Sus oscilaciones acompaan las oscilaciones de la poltica internacional soviciica e.n este pe-rodo. Pronacionalista y neutralista durante la guerra, pronto se-ra el mejor sostn de los aliados contra el nazifascismo, encarnado entonces por quienes estaban contra la guerra y por la neutralidad.

    El Partido Obrero Revolucionario, trotskista, se constituye en '1938 y se adhiere a la Cuarta Internacional.

    "Al principio hizo escaso impacto en los obreros bolivianos y slo n partir de la organizacin de la Federacin Sindical de Trabajadores Mi-neros al comienzo de la dcada del 40. el pon comenz a tener influencia en el movimiento obrero."17

    Cuando sube al -poder Quintanlla. dir Daz Machicao,* mos-trando su claro apoyo a las corrientes "democrticas" y repitiendo slogans que tan remanidos suenan en Amrica.latina:

    "l.as masas laborales vivan bajo el hechizo de la dictadura (la de Buscb), vale decir, seducidas pov esas promesas que cuajan cuando se los grita desde tina alta' colina." 18

    Estas promesas demaggicas eran nada: ms ni nada menos que las estipuladas en el Cdigo de Trabajo y el decreto sobre minera de Busch. Tremenda osada de este coronelito .de 34 aos, que desde una alta colna reciba en realidad el lejano empuje de la presin popular que ms adelante desbordar. Ya no se tratar de que la oligarqua pague al fin sus impuestos, sino que deje de existir con la nacionalizacin de sus propiedades. Para .que no quede duda sobre la intencin de los nuevos gobiernos digamos que el del gene-ral Pearanda es el ms representativo re la ola de revanchismo de la oligarqua que se traduce en medidas como las de la anulacin de las conquistas econmicas del estado, las represiones obreras, el incumplimiento de leyes y decretos que no se animan n derogar, el funcionamiento de fac.io de un estado rue. a voces, mantiene la apariencia de poderes diferenciados pero donde todo queda al arbi-trio de los Ixn-omx; del estao. Por algo el desvergonzado Hochschilrl, interviniendo desde el exterior en los problemas de Bolivia, pide franquicias y dicta de hecho medidas administrativas, y lo dice con toda : claridad... "me creo en el derecho de escribir esta carta

    1 7 Alexander, Kobert, Communism in Latn America, op. cit., p. 215. 1 S Daz Machicao, Porfirio, op. cit., p. 122. _

  • porque estoy contribuyendo mensualmente con ms de 3(00 mil dlares en el presupuesto nacional. Deberes implican:-derechas, as como derechos implican deberes".19 Lo grotesco del caso ss que los ministros aceptan tales consejos... justificando as que la mi-nera es un estado dentro del estado.

    . Ya con fecha 27 de enero de 1942, Pearanda, aprovechando la Conferencia ele Ro de Janeiro, accede a las demandas de la Stan-dard Oil, y a travs de los delegados bolivianos a dicha confe-rencia a la cual concurren representantes del monopolio se firma el acuerdo por el que Bolivia abona la suma de 1,5 B o l l o n e s de d-lares en concepto de indemnizacin por la expropiacin pro-ducida bajo el gobierno de Toro. Cuando Pearanda termine su gran hazaa de masacrar a los obreros de las minas de Cat vi-Si-glo xx;, el 13 de diciembre de 1942, el camino estar desbrozado para que se firme en Washington, el 29 del mismo mes, el amplio convenio de apo^ yo y ayuda entre Bolivia y Estados Unidos.

    Estos aos de comienzo de la segunda guerra mundial plantean un problema importante en la poltica boliviana: la famosa cues-tin del nazifascismo del MNH y las conspiraciones nazis en esta parte del continente. Ya dijimos que las democracias calificaban de esa manera a todo el que se opusiese al imperialismo democr-tico en este perodo. Y si bien es cierto que dentro de las tenden-

    . cias nacionalistas tendencias de la burguesa que pretende re-alizar ciertas trasfoimaciones estructurales para eliminar el peso de la oligarqua y debilitar su dependencia con el imperialismo-aparecen mezclados en este perodo grupos de* orientacin pronazi, tanto en Bolivia como en otros pases, ellos no son determinantes. En cambio, al plantear su programa de reivindicaciones especial-mente econmicas las tendencias nacionalistas se ligan reivindi-caciones de masas obreras, campesinas y ele la pequea. burguesa.

    Por ejemplo, en Bolivia el peridico movimientista La Calle dice el 21 de abril de 1940:

    "Es necesario repetir l.COO veces para que nadie lo olvide, que la guerra actual que arrastra a millones de hombres es la obra exclusiva de capi-talistas judis, que tienen su cuartel general en Inglaterra, ominan Francia y se estfn imponiendo en los Estados Unidos. El capitalismo judio que domina los 4/5 del oro del mundo es el gestor directo de esta guerra."

    Y el 7 de abril de 1941 dice refirindose a-Alemania:

    1 2 Carta del 26 de octubre de 1942. de Mauricio Hochschild citada por Daz Mochicao, Porfirio, Pearanda, La Paz, 1958, p. 72.

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  • . . " . . . nad ie es explotado, nadie trabaja sin justa i remuneracin, nadie es coJiipelido por la ley, el estado gobierna sobre todos."

    La Calle apareci en 1936 y fue el germen del MNR. SUS direc-tores fueron Carlos Montenegro, Augusto Cspedes y Armando Arce. Sufri varias clausuras y ya para este perodo exhiba a los rosqueros como "monos de Wail Street". Y si bien muestran aqu un claro planteo pronazi, ello no tiene aplicacin en Bolivia, y en cambio s la tiene su posicin contra la oligarqua minera. En cuanto al pa, el tpico viraje de su posicin queda demostrado por la lnea que fija su dirigente indiscutido, Jos Antonio Atzc. En noviembre de 1941 denunciaba airadamente "el uso del pretexto del nazismo para sus propios fines" por parte de la oligarqua y el imperia-lismo: " . . . es to del nazismo es un camoufkrgs" y aluda tambin a la destreza "para inventar sintticas conspiraciones en las cuales las ms valiosas fuerzas verdaderamente democrticas aparecen envueltas como conspiradores nazis". Hacia 1945, y como resumen de todo el giro dado por el pin, Arzc publica una diatriba contra el gobierno de Villarroel que se debate ante la tragedia de querer realizar una poltica de liberacin nacional y las limitaciones del nacionalismo burgusr y, desde Estados Unidos, en Solivia under ihe naz-fascist terrorism establece un paralelo entre Bolivia y Argentina defendiendo hasta al embajador yanqui Braden. En ese trabajo dice:.

    "Los antifascistas Volrviaiios esperamos que los antifascistas de los Estados Unidos nos presten la cooperacin democrtica que es indispensable, jijira. la consolidacin de la victoria de las Naciones Unidas en esle hemis-ferio."

    Slo que esto lo dice cuando la guerra lia terminado y, como menciona Cspedes, cuando pareciera que abatido el Eje Hitler-Mnssolini liay que a justar cuentas con Bolivia. .Tambin, fue ste el caso de Argentina, y por cierto idntica es la posicin del stali-nismo.

    No creemos que esta situacin sea producto de una mente aca-lorada por la pasin poltica del altiplano. Hemos mencionado casos como el de Gaitn, como el . del peronismo y hasta el carclemsuio mexicano que en ese perodo pueden caer bajo rtulos similares por los ataques ce la oligarqua y el imperialismo. Luego, apare-cern socilogos serios, como Lipset, que, por ejemplo, calificarn

    2 0 Lanieiitblemente debo tomar esta cita en forma indirecta ya que est mencionada en Weston, Challes, An Ideology o/ Modernizalian- ihe Case of 3olivian MNR, Journal of Inter American Afjairs, January 1968, p. 93.

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  • de "fascismo de izquierda" al peronismo, o como Kahnau Silvert, que hablarn de la apata poltica en las masas en Argentina que permitieron que subiera Pern aL poder; : o del absurdo de cali-ficar a los obreros argentinos como "-una clase baja infectada con ideas polticas fascistas".

    Para resumir, es obvio que en Bolivia existi en algunos grupos de intelectuales y militares cierta simpata hacia Alemania. La misma derivaba de ver con buenos ojos "al enemigo de mi enemigo". Es que era posible pedirle ms a la burguesa boliviana o a la pe-quea burguesa boliviana en su deseo: de luchar contra los harones del estao, la Rosca en su conjunto y sus aliados los imperialistas democrticos? En realidad, es lo mismo que pas en todo el mundo en esa poca, y en zonas ms directamente ligadas al teatro de gue-rra. El Partido del Congreso en la India, no era acaso acusado de simpatizar con los japoneses? Se aplicaba all el mismo prin-cipio. No es que el autor defienda tal tesis,- sino que es necesario ubicarla en la controversia de dos polticas de la burguesa, la nacio-nalista y la democrtica. La posicin socialista, obrera, revolucio-naria, implica negar ambas, a pesar de que se puedan apoyar me-didas concretas de: la burgesa nacionalista, no cuando simpatiza con el fascismo, que no compromete a nada, sino cuando ataco los privilegios y las bases de sustentacin de la Rosca.

    3. El movimiento sindical en Bolivia

    La primera sociedad obrera fue la de Control Social de Obreros, fundada en La Paz en 1906, y que agrupando a sectores de arte-sanos se dedicaba a ciertas actividades culturales, entre- ellas'a la formacin de un conjunto teatral con contenido social.

    Recin en 1908 se funda la Federacin Obrera de La Paz y como oponente a ella, en 1912, la Federacin Obrera Internacional, de contenido socialista y anarquista e influida por la Primera Inter-nacional. Este ltimo sector public el primer peridico obrero De-fensa Obivm. Junto a ellos aparecieron otros grupos jra de ms definida tendencia muta alista. Son casi siempre organizaciones re-gionales de Oruro, Cochabamba, Potos y por cierto tambin. La Paz, pero sin conexin entre ellas.

    A partir de la primera guerra mundial se realizan varios con-gresos obreros y en 1930 se.retali el Cuarto Congreso convocado por la Federacin Obrera del Trabajo que sesion" en Orui'0. Si bien es el intento ms rico, no se ha pasado an a tora sindica-hzacin de masas.

  • Entre 1932-1935,: como consecuencia de la guerra del Chaco, disminuye la actividad sindical hasta que, al finalizar sta, co-mienzan a producirse huelgas y manifestaciones sindicales, algu-nas bastante importantes. Al subir al poder el coronel Jos D. Toro en 1936, el sindicalismo avanza en su organizacin, establecindose con bases firmes. En 1936 los comunistas controlaban la Federacin Obreros de La Paz y los anarquistas la Federacin Obrera local de La Paz. Forman un pacto de unin para, integrar la Confederacin Sindical de Trabajadores de Bolivia. El control est en manos del grupo de Tristn Marcff, colaborador de Toro.21 A fines de ese ao y a pesar del apoyo gubernamental, el Quinto Congreso de la Federacin Obrera del Trabajo mostr la incapacidad de los viejos dirigentes para ubicarse frente a las nuevas situaciones emergentes de la guerra del Chaco. Esos, dirigentes jugarn un papel cada vez ms conservador.

    "En el ao 1937 aparecieron j a definitivamente estructuradas dos cen-trales que representaban a los trabajadores organizados: la Federacin Obrera del Trabajo y la Confederacin Sindical de Trabajadores que afi-liaban a ms de 70 mil trabajadores agrupados en 213 sindicatos y orga-nismos profesionales." - 3

    4. Catcn

    En el trascurso de los acontecimientos hay determinados momentos que aparecen cargados de consecuencias. Un solo hecho puede estar pleno de posibilidades potenciales. La masacre que el gobierno de Pearanda realiza en diciembre ce 1942 en las minas es el ejem-plo del punto culminante de la desfachatez oligarca en Bolivin, pero al mismo tiempo, el punto culminante en que se resume una expe-riencia y al mismo tiempo se abre otro perodo. Hoy es indudable que la masacre de Catavi se produjo como un acto de provocacin deliberada de la Rosca. El gobierno necesitaba aplastar el germen de la posible rebelin minera. Pero era tambin el signo de que j\ se debilitaba-sil situacin. Lo que decide en la relacin de fuer-zas entre las clases sociales no es l fuerza material. sta estaba en manos del ejrcito y la Rosca, que aplastaron a los mineros pero

    2 1 Segn Alexander, iobert, Communism in Latin America, op. cif., p. SISMJ, Navarro? (enyo seudnimo era Tristn Maroff) haba fundado en 1925 el Partido Socialista. Heprfisent un cierto planteo marxista. oscilante y contradictorio, finalmente estuvo contra el. MITO y qued aislado.

    2 2 Arcos, Juan, 7 sindicalismo en Amrica latina, FEIIES (Federacin Inter-nacional de ls Institutos. Catlicos de Investigaciones Sociales y SociaireHgio-sas), Bogot, 1964-, p. 58.

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  • no los derrotaron. Prueba de ello es que en menos de un ao cae el gobierno de Pearanda.

    Esto se explica porque llegado el momento en el que las ma-sas entran en la escena activa de 3as reivindicaciones sociales las derrotas son transitorias; la transitoriedad depende ele una com-pleja serie de factores. Y con la segunda guerra mundial se abri un proceso de elevacin revolucionaria que dar como resultado una realimentacin constante y un cambio en las relaciones so-ciales a nivel internacional. Lo mismo que en Bolivia, este curso inexorable se muestra en otras partes del mundo.

    La masacre de Catavi en 1942 es asi un nuevo acto que muestra el verdadero rostro de la burguesa minera dominante y su aliado, el imperialismo. Y cabe destacar que se produce cuando recrudecer tambin la campaa contra el "nazifascismo" local de Bolivia y se inventan conspiraciones buscando motivos para re-primir. . '

    En cuanto a los hechos, descansamos en dos testimonios insos-pechados. El primero de Daz, Machicao, quien, aparte de sostener que:

    "Las fuerzas de los trabajadores se lanzaron a cumplir designios que ni siquiera haban discriminado, como 'ocurre en todos los soliviantamientos de que nos habla la historia. Despus la metralla rugi en contra de la dinamita, arma del ejrcito la primera, recurso trgico de los obreros la segunda. De todas maneras el saldo fue doloroso",

    "Las demandas obreras constituyeron un enmadejamiento: Potos, Catavi, Oruro, Llallagua. Iniciada la marcha de las reivindicaciones de los mi-neros nadie pudo calcular lo que ocurrira en los das de diciembre de 1942. 151 da 3, el Ministro de Gobierno, Pedro Zilveti Arce, declar a El Diario de La Paz: 'Los obreros tienen razn cuando sus recla-maciones son justas y no llevan el estmulo de instigaciones. Sabemos que, sobre todo en Potos, ciertos elementos extranjeros, obedeciendo posiblemente a consignas, impulsan a las masas trabajadoras. Si ello es asi se adoptar medidas correspondientes a la gravedad de los hechos. Entre tanto, los conflictos suscitados merecen la atencin preferente del go-bierno.' Un da antes hajja retomado de Catavi una comisin del estado, segn un informe del Ministro del Trabajo, Juan Manuel Balczar. Como i m jnilagro, se solucionaron satisfactoriamente los pedidos de los obreros de Oruro, quedando por resolverse los conflictos de Potos y Ca-tavi. El S se solucionaron tambin satisfactoriamente las huelgas de obreros de Potos. La falta de subsistencias en las pulperas sera compen-sada econmicamente con un peculio. Juan Manuel Balczar, en medio de la angustia que supona aquello, declar que la vigencia del Cdigo Bnsch del Trabajo demostraba la voluntad del gobierno para cooperar con los trabajadores. As iban los acontecimientos, cuando en medio de ellos, se produjeron los siguientes hechos: el 9 de noviembre el general

    dice:

    187

  • Pearanda viaj a Cochabamlia para hacer entrega de edificaciones a los institutos militares, visit la Escuela Superior de Guerra y se tras-lad al pintoresco pueblo de Cliza. Acaso el gobernante quera encontrar un poco de reposo en medio de la convulsin que lo asediaba por todos los flancos." 2 3

    Ese mismo da, antes de.su partida, ley un mensaje por radio-telefona, a fin de defender la posicin oficial frente a las acerbas crticas que mereci el arreglo con la Standard Oil.

    El 13 de diciembre se detiene a dirigentes sindicales en Cata-vi. .Hubo movilizacin obrera.y se los debi dejar en libertad. Los tele-gramas y las rdenes oficiales insisten en que. es necesario reprimir "enrgicamente". Cuando el general a cargo dla tropa trata de negociar con los obreros, ya que no entiende la necesidad de la re-presin, es llamado al orden. Y el mximo de la provocacin llega con la clausura de las pulperas. All desemboc la manifestacin buscando vveres el S. Se cierran las pulperas y se niega el pago de salarios. Esto y la condena por hambre es la misma cosa. El 21 los obreros se niegan a levantar la huelga y se concentran. Pero al. reunirse desde distintas mmas lq hacen empricamente, si direc-cin, y al hacerlo a campo abierto, se ponen a tiro de fusil y mortero de. las-tropas que los rodean. Los cartuchos de dinamita no alcanzan a ser lanzados a distancia suficiente como para ame-nazar a la tropa. Por otra parte, los obreros no iban preparados ni esperando la celada del ejrcito.

    El segundo, documento a que hicimos referencia corresponde a las - conclusiones' de- la- Misin Magruder, uno de cuyos miem-bros, M. Kyne, delegado obrero norteamericano de la co, dice:

    "Masacre de cinco horas: varios emplazamientos de ametralladoras haban sido levantados en la pampa. A las dic7-a.ru. los soldados abrieron fuego sobre la multitud con ametralladoras, mi mortero de campaa y fusiles. Los trabajadores se refugiaron donde pudieron. El fuego continu hasta las tres de la tarde. Los muertos fueron precipitadamente enterrados en un cementerio cercano adoptndose precauciones para que no se pudiera hacer la cuenta de las bajas.

    "Nunca podr saberse cuntos mineros bolivianos y sus esposas y nios murieron en Catavi, el SI de diciembre de 19+2. Oficialmente se admiti que Hubo -muertos y alrededor de 40 heridos. Sin embargo, un testigo ocular afirm que a. lo menos 40 cadveres fueron acarrea-dos en camiones. Un oficial, que estuvo en el sitio declar que a lo menos 400 muertos fueron, enterrados aquel da.

    "Donde quiera que la verdad pueda encontrarse, es menester tener a la vista las siguientes consideraciones:

    "Haba alrededor de 8.000 personas en la multitud. sobre la que dispararon los soldados. Las tropas usaron un mortero de campaa, ame-

    2 8 Daz Mathicao, Porfirio, Pearanda, op. cit., ps. 74-75.

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  • tralladoras y usiles. - No haba refugio disponible para las .8.000 personas de I r multitud;' No '.sfe-iofrm-^qne; no solo de los soldados hubiera sido beiido o amerto durante, esa accin. Los militares tomaron medidas drs-ticas para prevenir cualquier investigacin sobre los hechos. Nunca se

    , ha permitido a los trabajadores contar la historia cumplida y abierta-mente de su parte.

    "Puede aadirse, como, continuacin de la masacre de Catavi, que muchos de los diligentes del sindicato estuvieron continuamente en la crcel y fueron enviados ms tarde a diversos campos de detencin a lo largo de todo el pas, incluyendo los campos de concentracin en las selvas del Beni, intestadas de enfermedades y distantes de la civilizacin. (Reproducido en La Calle, 1$ de abril de 1944)."'2tt

    Aqu es interesante notar cmo un poltico tan puntilloso, como Cspedes que trata de documentar sus afirmaciones, se re-fiere al POR, en cada oportunidad que lo hace, sin aportar una sola justificacin para sus conclusiones contra este partido.

    Este au tor nacionalista habla de la accin del POP. en es le pe-rododiciendo que "no entendi lo que pasaba en Bolvia", y tam-bin

    " . . .otros grupos de izquierda no ctaliisa y algunos trotskislas dege-nerados que se afeitaron, aprovecharon de ja confusin para vender su caduco izquienlismo al gobierno, so pretexto de combatir al azifascismo."

    Ya hemos dicho que esto es tpico en el perodo, del PIK sla-linista.; Pero Cspedes .incurre en el error que l critica a sus enemigos. Es que "algunos"trotskislas degenerados"" son el POR? O eran degenerados para Cspedes porque no eran trotskislas? A quin se refiere? Cspedes no puede mencionar un acto, una deca-racin, un hecho por simple que fuere que demuestre que los troLskstas prestaron la ms mnima colaboracin al gobierno. Ocul-tar.ios hechos es una manera no menos grave de falsificar.

    Y los hechos dicen que el POR estuvo en Catavi, razn'por la cual a partir de ese momento pudo jugar un papel dirigente en la poca del gobierno de Villarroel. Qite el pon no apoyaba al MNB. es cierto. Pero acaso la del MKK era la posicin correcta? Los dos eran oposicin, el MNR oposicin burguesa nacionalista y que bus-caba aliarse a los "enemigos de sus enemigos", el POR oposicin marxista revolucionaria, con un planteo obrero y socialista. Po-dan coincidir, como de hecho lo hicieron en varias oportunidades, pero ideolgicamente haba diferencias enormes. Por otra parle lo cierto es que en algunas circunstancias el POR. por falta de precisin lctica, sigui y apoy al MKK, alentando ilusiones en su supuesta "ala izquierda".

    Cspedes, Augusto, El presidente colgado, Jorge lvarez, Buenos Aires, 1966, p. 91.

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  • 5. El periodo de Gualberic- Villarroe

    El SO de diciembre de 1943 cay el gobierno de Pearanda y asumi el poder tina Junta encabezada por el mayor Gnalberto Villarroe como presidente. La cada de Pearanda fue silenciosa y realizada de acuerdo con un plan que se cumpli en la noche entre el 19 y el 20 de diciembre de 1943. La seguridad del gobierno dependa de la Polica de Trnsito. Al ganarla para el complot, todo se redujo a las detenciones nocturnas y a proclamar el cambio a la maana siguiente. La base del nuevo gobierno eran la RADEPA y el MNB, Militares y nacionalistas civiles, con neto predominio de los militares. Ostria Gutirrez, embajador de Pearanda en Chile y dirigente de la Falange Socialista Boliviana, en aquel momento dice: "No hay ni muertos ni heridos tan siquiera." Ya se haban registrado un ao antes, y con esa sangre se aliment la confianza en las direcciones nacionalistas que :gracias al desprestigio y la corrupcin creciente del rgimenpudieron derrocarlo tan fcil-mente. Las complicaciones recin, empezaban y terminaran en 1946 cuando Villarroe habra de colgar de un farol en la Plaza MuriUo. El nacionalismo: tendr su martirologio que le abrir los caminos del poder al llegar a 1952.

    Sin embargo, el gobierno de Villarroe fue contradictorio, con-temporizador con el imperialismo norteamericano, con los barones del estao y con la Rosca. En su haber hay que computar que favoreci la sindicalizacin minera especialmente, se aprobaron leyes sociales, y hasta que, bajo los auspicios del gobierno, se realiz el Primer Congreso Nacional Campesino en 1945.

    Cuando cae Pearanda, Jos A. Arze, del PIR, se encuentra en Estados Unidos dictando un curso en una escuela del Partido Comunista; desde all propone un gobierno de coalicin entre Villa-rroe, el ejrcito, el MNR, el PIR y la CSTB (en manos piristas). Al no aceptar Villarroe esta proposicin, el PIR se alinea con la oposicin y se convierte en el ms virulento de sus opositores. Su influencia, especialmente en el mbito intelectual universitario, hizo que el movimiento estudiantil bajo las banderas de la democracia y la lucha antifascista convirtiera a la pequea burguesa en la base de maniobra de la oligarqua mineroimperialista.

    Durante el gobierno de Villarroe hubo escisiones en el pirismo. Roberto Hio josa .trat .de formar un Partido Comunista en Bolivia, pero no tuvo xito. Fue slo una maniobra de Villarroe y -su.equipo. Hiojosa ser tino de los colgados en los faroles de Plaza Murillo en 1946. Con Hiojosa se haba intentado romper la colaboracin purista con la burguesa democrtica, en favor del apoyo a la-bur-

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  • sruesa nacionalista. El stalmismo. subyacente en la tentativa, lo ncapacitaba para obtener ese apoyo.

    Por L contrario, el POR, que no cay en semejantes desviado- ' nes, estara en mejores condiciones, despus de 1946, para trabajar en los medios obreros y resultado directo de ello sern las Tesis de Pulacayo. Bajo el gobierno de Villarroel se retom la lnea que haba quedado trunca con el "suicidio" de Busch. Entre las leyes sociales., que se aprobaron anotemos: obligatoriedad del pago de salarios extras por trabajos .nocturnos y extraordinarios; aplicacin efectiva de leyes del trabajo; aumentos salariales a los mineros, a los ferroviarios y a otros sectores laborales; en algunos casos dicho aumento lleg al 20 %. Adems, se llev a cabo una poltica de saneamiento monetario y el gobierno trat de cobrar sus impuestos fiscales, especialmente a la Rosca, tradicional evasora de impues-tos. Esto redund en un cierto aumento de Ja -produccin' de mi-neral. Claro que. aqu se conjuga la necesidad provocada por la segunda guerra mundial. Pero lo cierto es que, desde 1929, no se pro-duca mineral en tal cantidad. '

    De todas maneras .este gobierno fue timorato para aprovechar realmente a fondo la coyuntura de la guerra y el valor estratgico del mineral boliviano y realizar la diversificacin econmica del pas. Era ese el momento para la nacionalizacin, por lo menos del estao, pero el gobierno no se atrevi a tanto, aunque en otros pases se tomaban medidas de ese carcter.

    En tales condiciones se reuni en La Paz, en mayo de 1945, el Primer Congreso Campesino de Bolivia. Y narra Cspedes al respecto: "Al inaugurarse el congreso el coronel Edmundo Nogales dijo en aymar: 'El tiempo de los abusos que los indgenas han sufrido, ha terminado.'" En homenaje al congreso, Villarroel firm los decretos que supriman el pongueaje y el mitanaje, instituciones feudales de. servicio gratuito de ambos sexos que subsistan en Bo-livia con vergenza para la civilizacin democrtica, occidental y cristiana que la usufructuaba. La obligacin del trabajo gratuito no abarcaba nicamente ese servicio sino una .riqusima variedad que enumeran los-decretos-abolicionistas, y qu consistan en la cacha o apiri, ixlero, alghi, hilado, tejido, mukeo y 'lavado, as como los de mulero, vaquero y pastoreo.

    "La prestacin de acmilas, arreos y envases para el trasporte de pro-ductos, la entrega de cor-deros, aves de corral y otras especies (diezmos, veintenas, huasi-veintenas, muyus, etc.) no podr ser exigida por parte de los propietarios en forma gratuita y menos a precios viles." "Se-'pro-hibe.-exigir a los colonos sea en dinero o especies contribucin alguna para impuestos catastrales y a la renta." "Se declara al colono dueo

    191

  • absoluto de su cosecha que podr -vender i libre comercio." "Se pro-hibe a las autoridades, ya sean administrativas, judiciales, eclesisticas, provinciales, cantonales, obligar los indgenas colonos, comunariqs o residente^ en ciudades o pueblos.a-prestar servicios gratuitos."25

    Aclaremos en qu consistan los servicios que menciona el de-creto. Para ello citamos a Meja Fernndez, que al definir ls tipos de servicios personales en Boivia, dice:

    "El indio semanero es el que peridicamente trabaja durante una se-mana en la hacienda o en la casa urbana del patrn; la cuida y hoce la limpieza con responsabilidad: de los objetos que se destruyan o que se pierdan. Si es mujer se denomina mitana, la que a cambio de sus ali-mentos debe trabajar cmo lavandera, cocinera, tejedora, costurera, etc. El muiero muele el maz para hacer aguardiente de chicha. El isleto, algiri o yaiiapon realiza faenas que como las anteriores, no son otra cosa que el servicio personal de encomienda del siglo xvx. El chasquin o postilln sirve de correo entre las fincas y las villas. El cacha, pro-pio o apiri tiene por misin el trasporte de mercancas, siendo proverbial. su resistencia para recorrer grandes distancias de a regin andina: aunque ello lo consigue artificialmente por el uso dr- la coca, que lo embrutece y agota en breve tiempo su organismo."

    Sn ese mismo ao de 1945, se realiza el primer congreso de fundacin de. ia Federacin Sindical de Trabajadores Mineros de Solivia, donde aparecer como dirigente mximo Juan Lechn.' Este perodo asiste a una gran esperanza de las masas bolivianas; hay una expectativa obrera que la oligarqua ver como el prin-cipal peligro; atenuado slo por las vacilaciones del gobierno. Lechn aparece como jnovimientista sin ser todava su dirigente declarado. All, en las minas, estaba el trabajo del POR y de hecho hay una influencia en. es ta primera poca del poa sobre Lechn. No obs-tante, puede afirmarse que Lechn nunca fue trotslsiista y esto debe ser reconocido por diversos autores en la actualidad:

    "A pesar de habrselo calificado a menudo como ne extrema izquierda, por su colaboracin con el POR trolskista, los actos de Lechn pueden ha-ber sido motivados ms por oportunismo que por una ideologa." 27

    Volveremos a ocuparnos ms adelante del problema minero, ya que a partir- de la constitucin de la FSTMB aparecer en primera

    25 Cspedes, Angosto, op. cil., p. 193. Meja Fernndez, Miguel, S problema del trabajo orzado en Amrica

    latina, "Omversiuad Nacional, Mxico, sin fecha, p. 10. 2 7 Westqn, Charles, op. cit, p. 90. Sealemos que en ese error cucn algu-

    nos scholars yanquis como Richard Patch, que dice de Lechn: "El espritu dirigente del POR trotsksta que nominalmente se afili al M I T O . . . "

    192

  • fila su importancia. El congreso ele 1945 retoma la ..tradicin de lucha de 1942el gobierno de Villarroel lo hace posible, que culmina a fines de 1946 (ya cado Villarroel) cuando programticamente se define por un programa revolucionario, con las Tesis ele Pida-cayo. En germen, ya est planteado en Bolivia, a nivel de masas, el programa de la revolucin socialista. A partir de all el eje de la discusin se desplazar paulatinamente desde el planteo sobre cmo enfrentar a la Rosca hasta establecer cul es la debida rela-cin entre la revolucin democi'ticoburguesa y la revolucin socia-lista en un pas. *

    En este perodo la Federacin Obrera Sindical influida pol-los stalinstas, form parte del Erente Democrtico Antifascista que' terminar por voltear a Villarroel. Esta Federacin perteneca tr la Confederacin Sindical de Trabajadores de Bolivia y su aciividad subversiva, en frente imico con: la: Federacin Universitaria, fue abierta. La Federacin realiz una; huelga general el 17 de julio de 19^4 contra Villarroel, y al caer su gobierno en 1946 y formarse una Junta de Gobierno integr el nuevo conglomerado un dirigente de la Federacin Obrera Sixjdical23

    La actividad subversiva; contra Villarroel recorre los casi tres aos ce su gobierno.; Al no apoyarse en las masas que buscaban un centro de direccin nacional, Villarroel facilit, sin quererlo, la tarea de la Rosca.

    Para sofocar una de estas- conspiraciones.el 'rgimen spi'esa - a distinguidas figuras en noviembre de 4S44. Y se llega ni fusila-miento. Por primera vez se fusila a personaros de a oligarqua. Son slo unos pocos, pero se lo hace a escondidas, ciandestinamene. La oposicin se ensaa describiendo cesiones de torturas y personas descuartizadas. Lo cierto es que Villarroel y su gobierno intentaron hacer lo que haba querido Busch cuando pidi el. fusilamiento de Hochschild. Pero por la forma en que se lo llev a cabo, hasta Cspedes tiene que decir que adquira la "morfologa del crimen" y que "la forma oscura en que se ejecut la purga, cultiv la leyenda ttrica"."8

    La forma revolucionaria de impedir la conspiracin oligrquica rosquera era, precisamente, llamar a las masas. Entonces se habran podido instalar tribunales revolucionarios y justicia porpular a la luz del da y pblicamente, como se hizo en Cuba despus de 1959. Pero para ello Villarroel debera haber definido una poltica. Y

    2 8 Arcos, Juan, El. sindicalismo en Amrica latina. o>. cii.. p. 59. 29-Cspedes, Augusto, El presidente colgado, oh. cit, p. 173.

    193

  • si no se atreva a nacionalizar las minas, menos an iba a proceder revolucionariamente desde un punto de vista social.

    La HADEPA, a quien todo el mundo culpa del ensajro terrorista contra la oligarqua, tuvo que retroceder. El MNR se distancia de es-tos crmenes, pero de hecho los apoya. Y el 30 ele diciembre de 1944, ingresan al gobierno tres ministros del MM: Paz Estenssoro, Julio Suazo Cuenca y Germn Monroy Block.

    Al mismo tiempo que retrocede en su intento de golpear a la oligarqua subrepticiamente, el gobierno intenta recuperar un cierto terreno en el campo social, y de all su apoj'o a la sindicalizacin campesina y minera en 1945.

    ' No obstante, el proceso era lo suficientemente endeble para el nacionalismo como para garantizar una perspectiva. Los ministros del MNR deben renunciar y Villarroel se queda solo, con algunos militares y la conspiracin en la vereda de enfrente.

    El 21 de julio de 1946 se produce el golpe que se llamar "libertador y popular". El resultado ya lo hemos esbozado: la cada de un gobierno que quiso ser popular y o lleg a serlo en forma amplia, en las masas un sentimiento de desasosiego, intentos re los mineros de avanzar sobre La Paz cuando ya nada haba que hacer. Las bases se i apliegan en sus organismos, verdaderas con-quistas, y de all pasarn a la ofensiva. Es sintomtico que las bichas surjan de la Federacin Sindical Minera, esencialmente, y no de las estructuras polticas c.omo el MNR, que en los aos siguien-tes capitalizar el apoyo sindical.

    El 21 de julio de 1946 la conspiracin de la Rosca y el impe-rialismo democrtico norteamericano obtenan su fruto, liquidando el peligro de un foco nacionalista y obrero en el continente. Para ello, y a pesar de las buenas intenciones de sectores estudiantiles influidos por el staiinismo, los estudiantes hicieron ele furgn de cola de la reaccin, lo mismo que en la Argentina en 1945-1946.

    6. El movimiento obrera despus de Villarroel. Pulacctyo

    A la cada del gobierno de Villarroel le sucede un gobierno provi-sorio que poco despus llama a elecciones. En este perodo los piristas estarn en el gobierno, sori oficialistas. Mendizbal y Alccibs, ministros del nuevo rgimen, se dedican a perseguir al POR. El rgano de este partido, Lucha Obrera, es clausurado. A pesar de ello, y alentado por la accin porista, en noviembre de 1946 se realiza el Congreso de Pulacayo, de los obreros mineros, que adopta las famosas Tesis, verdadero programa revolucionario para Bolivin: nacionalizacin de las minas, control obrero sobre l produccin y

    .i 94"

  • 'V-el comercio exterior, escala mvil de salarios, armamento del pro-letariado, milicias obreras y campesinas, figuran en ellas, como pun-tos destacados.

    Dice' Weston:

    "Despus de Ja cada de Villarroel, el MNR estableci una alianza con los partidos de izquierda, el trotskista POR en particular, ms bien que con el ejrcito; una accin que signific un giro hacia la izquierda del MITO. En esta poca el MNR se asegur un significativo apoyo de los traineros parcialmente como resultado de su alianza con el P O R . . . " 3 0

    La Federacin de Mineros constituye con el POR el Bloque . Minero Parlamentario cuyo programa son las Tesis de Pulacayo. En

    las elecciones que se convocan gana seis diputados y dos senadores. De los primeros, cuatro son potistas y de los ltimos uno es Juan Lechn, secretario de la Federacin , de Mineros.

    Entre 1947-1949 gobierna Enrique Hertzog, que en las eleccio-nes derrotara a Luis Fernando Guachalla, apoyado por el PER. Pero para demostrar que el PIR era slo la oposicin legal al rgimen, inmediatamente Hertzog invit a Guachalla a ser su ministro de Relaciones Exteriores.

    Antes de pasar a ser oposicin leal, el PIR tiene varios mi-nistros. En realidad la oposicin formal del PIR se plantea cuando al renunciar Hertzog asume el vicepresidente Mamerto Ur'riolagoi-a. Ya el PIR est corrodo por disensiones y, en 1949, rompe con su direccin mi grupo de la juventud que quiere poner distancias con el rgimen. Poco despus fundarn el Partido Comunista de Solivia. Aqu hay que hacer notar que, como elemento caracters-tico del oportunismo y la contradiccin tpica del stalinismo, el PIR en 1951 apoyar la candidatura presidencial de Paz Estenssoro. Una vez ms el stalinismo en sus volteretas busca al burgus pro-gresista de turno. En 1946 era la Rosca, en 1951 era Paz, pero sin que en estos virajes sistemticos haya la ms mnima valora-cin de la.poltica anterior. No habra ms que recordar la pol-mica Pr es tes-Codo vill a en los aos inmediatos a. la posguerra, para comprender que un pobre Arze en Bolivia oscilara como una lm-para en medio del vendaval do las luchas sociales de ese pas. El MNR, ms cauto, cuando la corriente le era adversa, se llamaba a silencio. Como producto de estas oscilaciones piristas, luego de la revolucin de 1952, el PIR fue disuelto oficialmente, pero en 1955 sus dirigentes que no se haban afiliado al Partido Comunista lo revivieron. Es obvio que. la intencin fue la de tomar la nueva

    so festn, Charles, op. cil., p. 95.

    195

  • etiqueta que significaba el re, uonde se refugiaron os piristas des-pus de 1952. En las elecciones de 1956, el pc y el Pin hicieron lista comn.31

    Las elecciones se realizaron en enero de 1947 y habindose asentado, el gobierno de Hertzog pasa a la ofensiva. El 28 de febrero de 1947 hay una matanza de obreros en Potos como consecuen-cia de una huelga por reivindicaciones salariales. Los piritas estn al frente de la fuerza represiva; todava sigue la mstica "Jiberladora" de julio 1946. En diciembre de 1947 los obreros de la Patino Mines de Llallagua-Catavi son despedidos. El apoyo oficial a la medida lo trasmita el ministro jurista Mendizbal.3-

    La lucha obrera sigue y se llega as al 28: de mayo de 1949 en que son masacrados dos mil mineros en Catavi. Se desencadena la gran represin: se interviene la Federacin de Mineros, se pone fuera de la ley al POR, se persigue, se encarcela. Hay arrestos de dirigentes y diputados del Bloque Parlamentario Minero, de los diri-gentes erroviarics, textiles, etctera; se instalan nuevamente cam-pos de concentracin, como en 1942; hay reacciones un tanto desesperadas de los obreros que, empricamente, buscan vas de lucha y se realiza una nueva masacre en Sigloxx.

    Entre tanto, el M N I I est paralizado, no busca apoyo en el mo-vimiento de masas, su tctica sigue siendo la de buscar- acuerdos con Ja oficialidad del ejrcito pues an le quedan contactos con l a BABEPA.

    Los exiliados y confinados suman decenas. Entre 1949 y 1951 sigue en la presidencia Mamerto Urrio-

    lagoita, personero directo de la Hosca, ms torpe y ms compro-metido. La enfermedad de Hertzog fue oportuna para la oligarqua que trata de destruir la oposicin obrera, revolucionaria y tambin nacionalista.

    Los atentados son comunes, los secuestros frecuentes. Prisio-neros que son llevados en vuelo a travs del Titicaca, desaparecen al ser arrojados desde las alturas. No hajr medio que se escatime para tratar de aterrorizar. Pero la represin cohesiona a las bases mineras, campesinas, sindicales y, tambin en parte, paradjica-mente, ayuda para separar de la oligarqua rosquera a su fuerza de maniobra social, la pequea burguesa, urbana y estudiantil que se paraliza y comienza a mirar hacia el movimiento obrero.

    El centro de conmocin social sern los mineros 3' campesinos. Los estudiantes jugaron su papel de centro poltico por ltima

    3 1 Alexander, Robert, Communismn Latn America, op. cit., p. 218>. * 3 2 Mendizbal ser senador en 134S por el ra.

    196

  • vez cuando, como fuerza de choque de la oligarqua, colgaron a Viilarroel de un farol de la plaza Murillo.

    A pesar de esta situacin el desparpajo de la oligarqua llega a lmites inauditos, en la creencia de que todava es posible la impunidad, como si se tratase no de un pas sino de un gran feudo. Y como demostracin de esta actitud citemos lo.que dice El Diario, empresa periodstica de Patio y asociados,-que el 4 de noviembre de 1949, refirindose "a! mito de los salarios de hambre" firma que "el obrero minero de Solivia es el mejor pagado del mundo".

    Cuando Urriolagoita convoca a elecciones para la renovacin presidencial, el MNR, que est reagrupando sus filas, se presenta. La versin acadmica de este hecho dice:

    "Las elecciones del 6 de mayo de 1961 fueron libres. Vctor Paz: Estens-soro obtuvo 54.129 votos sobre vm total em.ilido de 12.25 votos, no alcanzando a tener la-mayora exigida por la Constitucin. 1 general Ballivin tom el poder por la fuerza antes que el Congreso se reuniera

    . para cumplir-con su deber de elegir Presidente sobre la base de los tres candidatos ms votados." s.3

    La suma de los votos de los tres partidos oficialistas el Partido de Accin Cvica, el Partido Republicano Socialista y. el Par-tido liberal no iguala a los votos del Mira, ya que hay una pe-quea cantidad de votos para la , Falange Socialista Boliviana (FSB), partido falangista de derecha, formado por dirigentes jvenes y que tenan experiencia en cargos oficiales como Ostria Guti-rrez; y tambin algunos votos para el PIR.

    El proceso maduraba y ahora hasta se contaba con el justifi-cativo legal.: La Rosca haba cado en su propia trampa. Convoc a elecciones confiando en su impunidad, pero despus del aulo-golpe oficialista al instalar la Junta de Ballivin aparecan como "ilegales". Y eso a pesar de que en Bolivia el voto calificado impeda votar a los analfabetos y a las grandes masas del pas, y de que la edad exigida para votar era de 21 aos como mnimo c.uanuo la expectativa de vida llegaba, como promedio, a alrededor de los 30 aos.

    El camino para la nueva prueba de fuerzas quedaba abierto,

    b L A REVOLUCIN DE 1 9 5 2 : EL M N R E N - E L PODER

    La crisis y la descomposicin de la oligarqua haba avanzado lo suficiente como para que el movimiento nacionalista se: sintiera alentado a intentar recuperar el poder. Su concepcin y sus mtodos

    3 3 Stolces, William, op. l., p. 352.

    197

  • estaban emparentados ccrr los utilizados anteriormente, ya sea con miemos fallidos o con ios de 1943, cuando colabor con la BABEPA para instalar e'i gobierno'de Villarroel.

    El MKR intentaba realizar un cambio, tan. incruenta como el anterior. Para ello deba organizar el golpe y comprometer a un sector del ejrcito y la polica.

    Este intento se realiza el S de abril de 1952. Sin embargo, la Junta Militar encabezada por Ballivin se defiende. La polica y el ejrcito se enfrentan, la primera comprometida con el MNR, el segundo en apoyo de lar Junta. Los obreros comienzan a ganar las calles. La direccin del MNR concilla y trata de llegar a un acuerdo con un sector del ejrcito, para estabilizar la situacin. No puede triunfar en el enfrenta miento por la cspide y no cuenta para nada con la movilizacin de masas, slo las considera como apoyo poltico.

    Los generales Sleme y Torres que de liecho fuerzan el aleja-miento de Ballivin, conversan con el MKB, pero se asustan ante las manifestaciones de masas, aunque stas estn an desarmadas. El M i r a trata de controlar la accin apoyado por los carabineros, pero el ejrcito rodea la ciudad de La Paz.

    Los obreros, ya al filo del tercer da de escaramuzas y nego-ciaciones, salen a las calles, los mineros llevan sus cariuchos de dinamita y se asaltan los cuarteles." Aqu corre sangre en abundan-cia, por fin se arrebatan las armas a los soldados, los oficiales huyen y la insurreccin, se hace popular con las masas en la calle. Ya no se cuenta slo con los cartuchos de dinamita de los mineros, ahora son tambin las armas de la guarnicin de La Paz que han sido tomadas tras sangrientos combates. "

    Es de destacar que en los primeros dos das los complotados movimientistas son controlados y derrotados por las fuerzas militares.

    "Las fuerzas obreras (mineros y fabriles) dirigidas por el dirigente mi-nero-Juan Lechn y por Hernn Siles decidieron continuar la lucha y al final triunfaron. Triunfaron sobre las fuerzas armadas colocando a

    ' Vctor Paz Estenssoro y al MNR en el poder."

    El mismo reconocimiento lo debe hacer Stolces;

    "Los mineros aunados lian derrotado al ejrcito regular." 3 3

    Por su parle Patch, al narrar estos hechos, dice que hubo alre-dedor de tres mil muertos en la lucha. Es obvio que tal cantidad

    3^ Alerander, Roben, Organizad Labor en Davis, II. editor, op. cit., p. 18. 3 5 Stokes, William S., Latn America Polilics, Crowell Co. New York,

    959, p. 326. . ;

    198

  • de muertos slo es posible da concebir en.La; Paz si se ubica el proceso en las consecuencias del. asalto de obreros desarmados al cuartel militar. Sobre esa sangre triunfa la insurreccin, -y sobre esos muertos el movimiento obrero y campesino exigir ss derechos. Ellos hicieron la revolucin de 1952, a pesar de que la direccin fuera el movimientismo nacionalista burgus.

    A partir de all la discusin de las milicias obreras, del arma-mento popular, deja de ser tema de controversia poltica. Los obre-ros estn armados de hecho. Es una realidad incontrovertible.

    El ejrcito que resisti y masacr, es desmantelado. Pero esto durar poco tiempo: para los gobiernos movimientistas, apoyados por Estados Unidos, su reorganizacin ser la base de toda su poltica, que de conciliadora y moderada al principio, se trasformr en abiertamente contrarrevolucionaria, en pocos aos, hasta desembo-. car en el hecho de posibilitar que de sus propias filas surgiera la contrarrevolucin declni-ada, como fue el nuevo golpe' militar ele fines de 1964, cuando se instala la Junta presidida por el general Barrientes. .....

    Los obreros lucharon siempre contra la reorganizacin del ejrcito, base de la futura contrarrevolucin. Ya en I952, la FSTMB

    .declara oficialmente que "se opone al proyecto de reorganizacin del ejrcito nacional". Destaca que la nica garanta de seguridad para el pueblo boliviano y para su revolucin son " las milicias obreras y populares armadas, que son el verdadero ejrcito del pueblo". No obstante, el 24 de julio de 1953 se dicta el decreto ofi-cial por el qre se reorganizan las fuerzas armadas.35

    Como se puede apreciar en la revolucin del 52 surge clara-mente a la palestra la contradiccin entre la revolucin burguesa que pretende el MNE y la revolucin social que est en la base de las reivindicaciones obreras. En el trascurso de los aos siguien-tes, esta dualidad que se polarizar en el enfrentnmiento entre el MNR y la COB, cuya columna vertebral son los mineros, tendr distintos matices, pero en la medida en que no surge una direccin obrera de masas que conscientemente. busque resolver la contra-diccin a su favor sitio que slo trate de presionar al ala progresista dentro del MNB, no se abrir la posibilidad de avanzar en la revolu-cin social que quieren las masas y se posibilitar, poco a poco, el nuevo triunfo de la reaccin favorecido por el MNR. "

    Es interesante notar cmo en el anlisis acadmico ele estas cuestiones autores con una cierta sagacidad y de mentada actitud

    36 Servicio Informativo de la Embajada de Solivia en Buenos Aires, N* 3, agosto de 1953.

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  • progresista caen en absurdos esenciales. Alexamler dice, por ejem-plo, que el 9 de abril de 1952 el movimiento sindical estaba ms debilitado que nunca desde la guerra del Chaco." Una cosa es que tuviera cierta desorganizacin, especialmente porque en su mayora viva en la clandestinidad, y otra que estuviera debilitado. Cmo un movimiento obrerc debilitado y desarmado va a asaltar cuarteles y dejar tres mil muertos en una lucha de dos das en la cual cambia el rumbo de todo el proceso!

    En estas circunstancias, el Departamento ele Estado de los Estados Unidos lanz un programa de asistencia econmica con el objeto de "prevenir un desplazamiento producido por elementos ms radicales".33

    Eisenhower, como presidente d los Estados Unidos, escribe a Paz el 1 d octubre de 1953 anuncindole que acudir al.pedido de "ayuda financiera y tcnica de los Estados Unidos".

    "Comprendemos cabalmente que la emergencia que atraviesa actualmente Solivia es tal, que el gobierno y el pueblo no pueden solucionarla sin la ayuda de amigos." 3

    Ya veremos ms adelante cmo so dio esta "ayuda" de amigos. Y Paz dice que las conversaciones con Mil ton Eisenhower se

    realizaron "en el plano de la ms amplia cordialidad y mutuo en-tendimiento".40 Paralelamente, el 22 de :octubre de 1953, la Con-ferencia de la COB decidi por unanimidad un voto de protesta "con-tra el imperialismo, por haber impuesto a Boh vi a un contrato lesivo a sus intereses econmica sociales' V11 como que el precio a pagar por el estao se fij en un 40 % menos del que rega en ese mo-mento. La con pidi tambin all que "el gobierno de la revolucin instaurara el monopolio oficial del comercio exterior y de las im-portaciones".

    Al cabo de diez aos ele revolucin se puede comprobar que:

    "Calurosamente aprovisionado por el Pentgono, el ejrcito profesional creci de nuevo, al lado de las milicias obreras, y paulatinamente eclip-sndolas." 4 2

    3T Alesonder, Robert, op. cit., p. 44. 3 8 Patcb, Richard, op. cit., JJ. 165. 38 Sericio Informativo de la Embajada de Estados Unidos en la Argen-

    tina, Buenos Aires, 15 de octubre de 1953. Servicio Informativo de la Embajada de Estados Unidos en la Argentina,

    Buenos Aires, 15 de octubre de 1953. 41 Crnica en el diavio Democracia, Buenos Aires, 23 de octubre de 1953,

    P- 1. 4 S Belrage, Cedric, The Man al. the Door with iba Gun, Monihly Review

    Press, Ni'.v; Vorlv, 1963, p. 166.

    200

  • Mientras desde el gobierno se armaba de nuevo al ejrcito y se reconstituan sus cuadros, las milicias seguan usando sus fu-siles de 1952. El armamento militar era por el contrario la ltima palabra de Washington.

    Al formarse el gobierno, Paz regresa de su exilio en Argentina y asume el poder, teniendo como vicepresidente a Hernn Siles. Paz sostiene que ha triunfado en las elecciones de 1951 y lo que baca era asumir el gobierno. En el nuevo gobierno participan re-presentando a la llamada izquierda movimientista dirigentes sindica-les como Juan Lechn, ufla Chvez y Germn Butrn los tres de las llamadas Vanguardias Obreras Movmientistas-r, pero existen tambin elementos de derecha como Luis Pealoza y Ros Gamarra. En el conjunto Walter Guevara Arze, definiendo ma posicin con-ciliadora, trata de armonizar intereses contradictorios. Pero ser el propio Paz Estenssoro quien ms xito tendr en esta poltica, gol-peando primero a la derecha y ms adelante permitiendo sofocar al movimiento obrero.

    En 1953 (6 de enero) hay un complot de la derecha para eliminar a los representantes sindicales y cambiar el giro del MNK que ya ha debido nacionalizar las minas. Pero ser realmente despus de 1956, bajo la presidencia de Hernn Siles, que se reali-zar el gran cambio. Siles contar con todo el apoyo- de la derecha, Luis Pealoza volver a funciones ejecutivas como presidente del Banco Central y Jorge Ros Gamarra ocupar el cargo de Intendente de La Paz. Mientras tanto Paz Estenssoro, designado embajador en Londres deja hacer, a pesar de los llamados de ayuda que le formula Lechn. Todava las luchas son simplemente a nivel de aparatos dirigentes, por encima de lo que sucede en el movimiento obrero y campesino. All la lucha adquiere connotaciones ms rea-les, y la relacin de fuerzas sigue siendo favorable al avance de medidas sociales que configuran un clima de guerra civil; a'veces, es abiertamente insurreccional.

    Este "faccionalismo dentro del MNK no demostr ser un incon-veniente serio sino hacia 1958" dice Alcxander.43

    c D I N M I C A DE LA REVOLUCIN NACIONALISTA

    1. El problema (le la tierra y la reforma agraria

    Ya hemos mencionado, en trminos generales, las caractersticas de la propiedad agraria en Bolivia y su rgimen de explotacin. Es

    * s Alexandfir, Robert, Solivian National Revoluiion, op. cii., p. 36.

    20 i

  • e notar que para 1950 se hizo un censo agrcola que permite tener datos actualizados en 1952, momento de la revolucin nacionalista.

    Por este censo podemos establecer estadsticamente la gravedad del problema del latifundio en Solivia. El 4,5 % de los propietarios posean el 70 % de la tierra. Tambin podemos comprobar que el 8,1 % del total de propietarios llegaba a agrupar al 95,1 % del total de la tierra en posesin. Otra cosa surge del mismo censo de 1950, y es que 616 propietarios son dueos casi de la mitad de la tierra, y para patentizar casos ms. extremos de posesin mencio-nemos que tres propiedades tenan respectivamente: 6.621.138 hec-treas, 1 . 4 6 2 . 5 0 0 hectreas y 930.880 hectreas, cada una. Unos pocos aos antes se haba efectuado una valoracin de la tenencia de tierras y surga que la dcima, parte del territorio nacional estaba en manos de ocho grandes latifundistas.'1'1

    Al mismo tiempo es necesario mencionar que slo entre el 2 y el 3 % del terreno era realmente cultivado, lo que demuestra el despilfarro de la gran propiedad. Asimismo es importante esta-blecer que el 60 % de la tierra realmente cultivada era parte de la gran propiedad latifundista, donde imperaba ampliamente el siste-ma del pongueaje y colaterales que ya hemos mencionado.

    Por otro lado, si nos fijamos en el minifundio, notamos que 24.756 propietarios nominales, cuyas posesiones son de una exten-sin de menos de una hectrea, ocupan slo el 0,03 % de la tierra trabajada. Si elevamos la extensin que comprende al minifundio hasta las posesiones que llegan a las 5 hectreas como lo hace tanto la estadstica oficial como la de los organismos internaciona-les, vemos que el 59,3 % de los propietarios poseen en total el 0,2 % de la tierra.

    tiernos preferido dejar de lado en este examen mi anlisis tc-nico de la cuestin agraria, incluida la etapa de reforma ag-aria del MN, para encuadrar el problema dentro' del conjunto del panorama sociopoltico que estamos analizando. Asimismo tambin dejamos ele lado deliberadamente la evaluacin tcnica, la evolucin de los cultivos, la de la mano de obra, etctera.

    En el trasfondo de todo el problema de la tierra en Solivia hay ma rebelin indgena y campesina que tiene sus races histricas mucho ms all de la etapa de pas independiente, pero que en el siglo xix se manifiesta con claridad en algunos procesos notables. La ms importante manifestacin de un nuevo despertar indgena en Solivia estara dada por la revolucin federal de "1899 que estaba nutrida por contingentes indgenas que buscaban en ese movimiento

    4 4 Stofces, William, op. ci., p, .174.

    202

  • la reivindicacin de la tierra. "Detrs de la demagogia .de /Belz hay un estruendo campesino con ideales concretos." Ese estruendo, que no cuaja hasta fines del siglo xix, se manifestar a travs de explosiones locales en el curso del siglo xx, para culminar en 1952 cuando, la movilizacin campesina impone una rpida sancin de la ley de reforma agraria. ' .

    La sublevacin de Tiquina en 1924 por los abusos de las auto-ridades contra los indios; la sublevacin de Machaca en 1931, cuan-do los indios incendiaron el pueblo porque el corregidor dej morir de hambre a un indio detenido por no acceder a dejar la sayaa de la JTIC TI TI Il fondista quera echarlo; la sublevacin de Yan-Ichouma en 1935, cuando a duras penas pudo salvarse un mayor-domo a cargo de la hacienda que provoc la reaccin de los indios al intentar matar a uno de ellos para intimidarlos y expulsarlos de las sayaas. Estos y muchos otros son hechos que peridicamente aparecen en la historia de la explotacin del indio en Solivia, El resentimiento, del indgena es de larga data, pero a medida que nos acercamos al perodo que estamos considerando encontramos que avanzan las formas de reaccin del indio. La cuestin campe-sina aparece delimitada como reivindicacin social y econmica y, entre 1936-1939 se producen intentos serios, aunque fracasados, de estructurar las primeras organizaciones sindicales campesinas. Una vez ms, la ofensiva de los terratenientes, unida a la situacin im-perante despus de la muerte de Busc.h, desbaratan las posibilidades de xito.

    Digamos, para destacar la importancia de la poblacin ind-gena en el pas, que en 1954 la estimacin oficial de la Direccin General de Estadstica indica que sobre '3.161.503 habitantes en total, eran indios 1.703.371. O sea, el 54 % de la poblacin. A esto agreguemos que del total de indios el 38 % slo habla ajanar, el 6 % conoce algo de castellano y el resto est distribuido entre poblaciones de diversas lenguas, dentro de las cuales los dialectos quechuas son los ms importantes.

    Despus de la revolucin de 1952, los campesinos se lanzan a ocupar tierras; en especial las de las zonas de los valles Cliza y Ucurea cerca de Cochabamba donde desalojan a los terrate-nientes. El gobierno mientras tanto segua discutiendo la poltica a seguir y slo meses ms tarde va a acceder a nacionalizar las minas. En lo que se refiere a la tierra, recin un ao despus de !a revolucin, es decir el 9 ele abril de 1953, se crea la comisin que deber proyectar la ley de - reforma agraria^ que se aprobar definitivamente el 2 de agosto de ese mismo ao. A un ao y medio

    203

  • de la revolucin, con un proceso de movilizaciones campesinas masivas que jaquean la autoridad del terrateniente, el gobierno nacionalista aprueba instrumento legal. Nuflo Chvez, ministro de Asuntos Campesinos de Paz Estenssoro, tena apoyo de los cam-pesinos y ser quien intentar aplicar; la ley de reforma agraria.

    La ley est articulada liaciendo; hincapi en diversos elementos de la cuestin agraria. Entre sus disposiciones destaquemos que aprueba las siguientes medidas: otorga tierras expropiadas; restituye, tierras a comunidades; declara la liquidacin de los servicios y las prestaciones personales serviles; promueve las corrientes internas de migracin; el estado declara que no reconoce al latifundio, al que afecta en su totalidad; prev el establecimiento de una inversin en gran escala, el rgimen de trabajo asalariado y la tecnificacin; establece lmites a la propiedadterritorial; y estipula que los cam-pesinos debern, pagar la tierra que se les otorgue en 25 aos.

    En todo este planteo de reforma agraria hay que distinguir; entre la entrega de lotes en pequeas unidades a los campesinos (la tierra para el que la trabaja) y la organizacin econmica racional de la actividad agrcologanadera. Es evidente que el pe-queo campesino arrendatario que trabaja un pedazo de tierra formula una reivindicacin de propiedad en pequea escala. La ley lo contempla ampliamente, aunque Juego vei-emos que no se cum-pli del todo. Por otea parte, tanto la existencia de haciendas en las que la actividad se realiza slo en una fraccin de la propiedad donde estn concentrados tambiu los indios como mano de obra, como la existencia de comunidades indgenas bastante numerosas, lleva a la discusin de la. colectivizacin agraria. Es antieconmico fraccionar la gran propiedad productiva, pero es antisocial mante-ner la propiedad individual de esta gran hacienda. I-a colectivi-zacin est en la base ; de la comunidad tanto como en la ele la estructra productiva de la gran hacienda.

    La ley de, reforma agraria puede tender a llevar el capita-lismo al campo 3r entonces se impone la parcelacin, es lo clsico de todas las reformas agrarias. O tiende a combinar durante toda una etapa la existencia d la pequea propiedad (capitalismo) con la formacin y estmulo de la produccin colectiva (socialismo). La combinacin de ambas actividades es esencial en toda reforma agraria progresista desde un punto de vista econmico y social. Esta cuestin, se puede discutir mejor en su aplicacin en Cuba. Por ahora digamos slo que en Bolivia se aplic y solamente en forma parcial el intento de crear relaciones capitalistas en el campo.

    Esto lo comprobamos ai evaluar los resultados de la reforma agraria en este pas. Hacia 1962, o sea. despus de flie/j aos de

    2G4

  • revolucin, se distribuyeron de acuerdo a la ley "ms ele diez millones de acres, la tierra de 5,515 propiedades,, entre 126.000 familias1'.45 Alexander, por su parte, cree que para 1962 se repar-ti ya el 30 por ciento de la .tierra afectada por la ley. Ms opti-mista es Casto Farragut, el tecnico de la PAO destacado en Bolivia, que dice liacia setiembre de 1961 :

    " . . .ja-clicamciile la ..-totalidad de los campesinos con derechos a tierra en Bolivia se encuentran disfrutando ya de la misma, aunque muchos no han recibido an los t tulos de propiedad correspondientes,"

    Ms adelante dice que no obstante

    "las comunidades indgenas, de las que intonila el censo agrcola oc 1950 la existencia de 3.779, no reciben beneficio especial alguno de la ley de reforma agraria..." "La labor de 3a reforma agraria en cuanto a afectacin y dotacin de lien-as est Inny prxima, a terminar, . . " **

    Pex-o debe reconocer que falta consolidar los derechos de las pequeas fincas y lodo lo relacionado con las comunidades indgenas.

    Por su parte HarolcI Osborne dice:

    "La distribucin de tierra bajo los decretos de reforma agraria se ha . aecho en forma irregular y ami en forma no imparcial, sirviendo a menudo como un instrumento en manos del gobierno para su poltica discriminatoria contra sus oponentes."

    Y agrega que la principal falla o partir ele 1953 se debe achacar

    " - . .al fracaso para equipar al pequeo campesino co:, el capital que necesita".'*8

    Es obvio que no existe una verdadera correspondencia entre la formulacin terica de la ley que es antilatifundista pero que no se aplica, que respeta las comunidades pero las abandona para que desaparezcan 3r, por otro lado, la poltica real, formal y con-servadora de las normas de aplicacin. El propio Farragut llega luego -contradictoriamente a decir que hay un estancamiento en la agricultura, inflacin y una desigualdad en el ingreso, que "han representado los principales obstculos para integrar la poblacin

    4 5 Weston, Charles W., op. cii., p. 85, citando un dato del V. S. Army Bandbook for Bolivia, Government Printing Office, Washington, 1963, p. 468.

    'I0 Farragut. Casio. La reforma agraria boEviana. en OEA, Revista Inter-americana de Ciencias Sodale*. 'Washington,' 1963% p. 113.

    dem, p. 114. 4 8 Osborne, Harold, op. cit., p. 70.

  • agrcola al desarrollo econmico y social de la nacin",*19 Y aqu acotamos: si no se integr a la poblacin agrcola a Ja vida de la nacin, cmo puede decirse que los objetivos de la reforma agraria estn cumplidos?

    Mucho ms realista y objetivo resulta el balance qu