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62 El Hombre y la Máquina No. 23 • Julio - Diciembre de 2004

Phanor León

—¿Cómo surge esa preocupa-ción por la pintura en su historiapersonal?

—Mi afición por la pintura esdesde la época de la infancia, des-de niño me gustaba el dibujo. Creoque en esa etapa surgió la vocacióno la necesidad interna de expresar-me artísticamente. Luego sentí laurgencia de vincularme a un espa-

cio en donde pudiera desarrollar miinquietud.

—¿Cómo fue su proceso deformación académica?

—En Cali, en esa época, añossesenta, existían dos espacios: ElInstituto Popular de Cultura y laEscuela de Bellas Artes. Ingresé a

La búsqueda plásticade la rebeldía

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63El Hombre y la Máquina No. 23 • Julio - Diciembre de 2004

La búsqueda plástica de la rebeldíaPhanor León

la última a estudiarPintura y Escultura enun aprendizaje de ha-bilidades dibujísticas,pictóricas y escultóri-cas e historia del arte.

—En ese períodose mueven ideas re-novadoras desde elarte y de la sociedaden su conjunto. Vie-ne el auge de la revo-lución cubana y mo-vimientos políticos.¿Cómo influye en suproceso de forma-ción ese contexto his-tórico?

—En esa épocallegan vientos contra-dictores, de rebeldía,la revolución cubana,las vanguardias cultu-rales y políticas que seoponen a lo tradicio-nal. En ese proceso segenera un ascenso enlas luchas sociales porla influencia de Cubay del Socialismo. Esono deja de permear miformación social. Em-piezo a tomar contac-to con la gente de lossindicatos y movi-mientos políticos através de mi actividadartística, haciendopancartas, afiches,ilustraciones. Y fuidescubriendo los as-pectos teóricos, eco-nómicos y sociales dela sociedad colombiana a través delpensamiento marxista.

AnónimoPintura acrílica 70 x 100 cm

2003

—¿Podría resumir las eta-pas de ese proceso constructivoen relación con su trabajo plás-tico?

—Bueno, yo hice mi primeraexposición individual en 1967, enla Universidad Santiago de Cali.Eran una serie de dibujos influidospor el vanguardismo de esa época,representado en Colombia por lospintores Pedro Alcántara y NormanMejía y por el mexicano José Luis


Cuevas y el inglés Francis Bacon,cuya figuración tenía un carácterorgánico y fuerte, sin complacen-cias. Alcancé a elaborar una seriede obras con esa temática y esa ten-dencia neo-expresionista.

—¿Qué formas trabajaba en-tonces?

—Formas de cuerpos destroza-dos, deshechos, tanto en el colorcomo en el tema. Hacía unos carto-nes en los que pintaba con tinta chi-na mezclando pegantes, pinturasvarias. Era un informalismo orgá-nico que partía de cuerpos lacera-dos. Después empiezo a trabajar deforma diferente, tomando el tema delos deportistas, dibujados a lápizsobre papel, corriendo, dándoles unaspecto fantasmal, de movimiento.Lo hice tomando diferentes depor-tes, principalmente el atletismo, elciclismo y el boxeo.

—¿De qué años estamos ha-blando, Phanor?

—Estamos hablando de losaños 69 a 74. Con esos dibujos par-ticipo en Bienales de Artes Gráfi-cas, en carpetas de serigrafía, enexposiciones de artistas de la regióny en Salones Nacionales.

—¿Qué otro momento consi-dera esencial o importante?

—Me interesaron mucho lostemas urbanos, de la cotidianidad,de la vida diaria. Empiezo una se-rie de dibujos de gente en los bu-ses, transitando en la calle pero conun sentido agresivo, contestatariono por el mensaje implícito sinopor los gestos de esos personajesque parecen seres comprimidos,alienados, distantes los unos de losotros.


TranseúntesDibujo a carboncillo y aerógrafo, 50 x 70 cm

1990



—¿Quizás ese dibujo está másligado a la existencia enajenadadel ser humano?

—Sí, y en esto aparece comoinfluencia el pintor realista norte-americano Edward Hopper cuya te-mática y forma de tratar el entornourbano evidencia una crítica a laalienación. Yo traté de vincular misconvicciones políticas y darles for-ma artística expresando esa ideaque va enfocada a una sensibilidadpor la marginación, la explotación,la miseria. La militancia en la iz-quierda me daba una mayor com-prensión del mundo en el que esta-ba viviendo.

—¿Qué técnica usa desde elpunto de vista plástico en este pe-ríodo de la utopía por cambiar elmundo?

—Uso un trazo muy agresivo.El trazo que hacía con los atletas eramás poético, como una disoluciónde esos seres viajando en el espa-cio. Ahora estoy agrediendo desdeel punto de vista técnico el papel, el

lápiz se convierte en una especie dearma que va construyendo unos per-sonajes que yo interpreto comoagredidos y marginados, entoncesse produce un cambio en la textura,retomo otra forma de expresionis-mo, esa fuente en donde la subjeti-vidad del artista quiere hacer ver elsufrimiento.

—Vivimos en un país desga-rrado, ¿qué diálogo podría esta-blecerse entre esa obra y el mo-mento de desgarramiento en quevivimos?, ¿qué le dice esa obra aeste mundo?

—Yo creo que esa obra siguevigente en cuanto a que era un tes-timonio, una forma de expresar lainconformidad que no se me ha ter-minado. Ese desgarramiento meabrió un mundo muy grande, unaperspectiva de reflexión y rebeldíapolítica y artística que sigue siendonecesaria.

—¿Su obra se concibe enton-ces, esencialmente rebelde?

SeñaladosSerigrafía, 50 x 70 cm1990



—Creo que sí, no solo por loque pueda decir ahí como mensa-je sino por la forma de hacerlo, poruna constante búsqueda de signosque expresen mi inconformidad.Creo que un artista no puede de-jar la inconformidad. Desde elpunto de vista artístico el proble-ma para esa conciencia rebelde esencontrarle la adecuada soluciónartística, y esa ha sido mi gran pre-ocupación, por eso experimentocon materiales diversos, diferen-tes técnicas y propuestas temáti-cas, manteniendo siempre mi pos-tura.

—¿Por qué no nos habla unpoco más de esa idea que me pa-rece importante, esa búsqueda dela rebeldía a través de las formasplásticas y pictóricas?

—Esa búsqueda ha sido desdemuchos frentes. Desde el teórico le-yendo a los pensadores que escribensobre el arte y su relación con lo so-cial, estudiando a los artistas de dis-tintas épocas, buscando coinciden-

cias de lo que yo hago y otros hicie-ron o hacen desde una perspectivatambién rebelde. En un momentovolví a hacer unos dibujos tambiénde lo urbano, pero más fotográficos,con los cuales participé en exposi-ciones y obtuve algunas distinciones.Pero dije; esto no corresponde a mitemperamento y empecé a tacharlo,bueno el gesto de tacharlo es un ges-to renovador, uno tacha para hacerotra cosa, pero el tachón mismo, eltachón como tachón, las equis, laseñal, eso es un gesto de rebeldía yuna forma plástica.

—¿Cómo es ese proceso decorregir, de volver sobre lo ya he-cho, sobre la obra en proceso?

—A mí me gusta que la obratenga espontaneidad, que dé la po-sibilidad de salir de esquemas, deencontrar formas y materiales nue-vos. No me preocupa la eternidadde lo que yo haga, me gusta que esamaterialidad pictórica y el gestomismo de pintar vaya descubrien-

SeñaladosDibujo a lápiz y acrílico, 70 x 100 cm

1990



do la obra, no que salga como algo“perfecto” o preconcebido. Algoque se va construyendo y creandosu lenguaje. Entonces la tachaduraes como un símbolo de una cosa queuno dice “no, esto no es así, volva-mos a hacerlo” y la misma tacha-dura se vuelve signo. Algunos tra-bajos están planteados en esa técni-ca y en esa forma de pintar y explo-rar el color. Se puede ver como silas figuras fueran saliendo, emer-giendo de ahí, no son figuras foto-gráficas, se destruyen o se constru-yen al mismo tiempo como en unambiente que las genera y ellas ge-neran ese ambiente.

—¿Es decir que la rebeldía estámuy estrechamente ligada a eseacto creativo de tachar y volver?

—Sí, exactamente, es como unagestualidad que yo trato de plantearahí como un acto rebelde. Por su-puesto, tengo que tener un tema yel tema sigue siendo el mismo, esdecir el caos social, la marginalidad.

—¿De qué época es la serie delos transeúntes?

—Los Transeúntes aparecen afinales de los ochenta, muy ligadoa los temas anteriores, es decir conla ciudad, con la violencia. LosTranseúntes están tachados ahícomo en esas listas negras en las queaparece gente señalada que puedeser cualquiera, porque cualquiera hasido víctima de un señalamiento. Yesa imagen del Señalado con la fle-cha, con la tachadura, con distintoscolores, es el lenguaje con el quequiero expresar esa inquietud.

—Veo ahí parte de la serie deLos transeúntes, ahí no hay unapreocupación por el dibujo pro-piamente hecho sino más por elcolor y por la línea, no tanto en elcontorno. ¿Cómo logra expresaren Los transeúntes ese problemade la violencia, desde el punto devista de lo técnico? ¿Cómo con-juga usted la violencia y las for-mas plásticas?

—Tengo una referencia visual yparto de esa referencia, empiezo ahacer un poco de manchas, rayones,esbozos como de figuras que no es-tán muy definidas en un proceso deconstante cambio formal y textural

El silencioAcrílico y espátula80 x 90 cm2001

del trabajo, de manera que las figu-ras salgan como sin querer, surgien-do desde ese mismo caos que gene-ra el color, como línea que no definecontornos exactos, una especie decaos, un poco la barahúnda calleje-ra, gente anónima que cruza, pasa,colores, formas que uno sabe su des-tino, pero que conforman un mundoimpredecible y peligroso.

—En Los transeúntes uno veque los rostros no están definidos,usted anotaba que eso tiene suintencionalidad en cuanto quepuede ser fulano o zutano, pero amí me llama la atención el colori-do. ¿Qué puede decirnos al res-pecto?

—Mis estudios y experienciassobre el color me han permitido in-vestigar sobre armonías, contrastes,texturas. Sin embargo esto no ga-rantiza nada sino se convierte enmaterialidad pictórica en el momen-to en que se confronta con un temaconcreto y en un cuadro específicoque tiene unas superficies que sevan a volver signos y si no es asíninguna teoría sirve.


—¿Cómo nos puede definir lapaleta que está usando actual-mente?

—Bueno, es como el coloridode la realidad, uno no se puede des-prender de la realidad como crea-dor, no es que la transfiera fielmen-te, pero toda la génesis del coloridoestá allí y uno escoge. He observa-do las ciudades por las mañanas, almedio día, con los colores de la ciu-dad, del sol amarillo que a vecespega, del color de los buses, del ves-tuario de la gente. Yo trato que esasea mi paleta, mi paleta en el senti-do de transformar esa sensación quetengo de esta ciudad, de la gente,de los atletas, del colorido de lasfiestas. Hay algo de festivo allí quematiza lo patético.

—A pesar de la violencia, lacotidianidad y los problemas deColombia yo veo cierta alegría en

su obra. ¿Qué puede decir al res-pecto?

—Mi compañera dice: “a pesarque tratas esos temas que son du-ros, difíciles y violentos son a la vezalegres, como bellos”. Creo que ellatiene razón, traducen cierta belleza,debe ser por el color y cierto “des-orden” compositivo. Creo que tam-bién hay algo de fiesta y atmósferacálida que camufla el tema.

—Es muy llamativo lo quedice de la ciudad. El que se levan-ta en la ciudad de Cali ve que haysol, claridad, todo es iluminado.¿Cómo se refleja la ciudad en supintura?

—Mi vida ha transcurrido alre-dedor de esta ciudad. Ha crecido elbullicio, ese caos, ese orden y esedesorden y su colorido por las fies-tas, las ferias, el desarrollo, el cre-


CivilesPintura acrílica, 70 x 100 cm

2003


cimiento. Yo creo que esta ciudadda mucho para un pintor y lo queyo expreso es solo una parte de loque puede significar la ciudad paralos artistas.

—¿Cómo ve la ciudad no solodesde el punto de vista cultural,sino la ciudad en el sentido glo-bal, cómo ve el país?

—Bueno, la situación en estepaís es cada vez más difícil y sa-bemos que las políticas del Estadoy del Gobierno son nefastas paraesta ciudad y su población, para lostrabajadores y en general para elpaís. Son beneficiosas para quie-nes manejan el poder político y


económico. Veo una población ur-bana en crecimiento por los despla-zamientos, desempleo alto, caren-cia de vivienda, de servicios públi-cos, de acceso a la salud, la educa-ción y la cultura. Es decir, una altapoblación marginada. Y a esto sele suman los recortes de conquis-tas laborales ganadas en otras épo-cas y estrechamiento de la acciónpolítica de los grupos que deseanuna apertura democrática. Veo quees un panorama difícil pero al mis-mo tiempo existen fuerzas que seoponen y proponen soluciones po-líticas al conflicto socio económi-co que vive el país. Considero queel arte y la cultura no son ajenos aeste proceso.

TranseúntesPintura acrílica, 50 x 70 cm

2003

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