Petróleo y Clase Social, Uribe

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JNTRODUCCION L a región Minatitlán-Coatzacoalcos es una re- gión poco estudiada por los investigadores de la C ie ncia SociAl en México, pese a que su importancia en el desarrollo económico del pafs resulta evidente y reiteradamente señalada por propios y extra- ños. Mis aún , si se toma en cue nta que hoy por hoy es una de las regiones claves del auge petrolero y petroqu{- mico de México, ya que en ella se concentran industrias como la ··cangrejera", la empresa mis importante de América Latina en petroqu(mica bisica, con la conse- cuente concentración de un amplio sector de trabaja- dores. Los estudios históricos que nos permitieran c uando menos explicar las condiciones de vida de los trabaja- dores en las compañías británicas y estadounidenses que operaron en la costa del Golfo de principios del siglo a 1938, son realmente escasos. Y más todavía aquéllos que nos permi tan saber cómo viven y conviven hoy en día , esos trabajadores en una región industrial tan conflictiva. Conocer las tend encias históricas que los determinan actualmente, sus orlgenes y con formación como clase, Petróleo y clase obrera orígenes y conformación (1908-1921} Manuel Uribe Cruz es de vital importancia para la vida poUtlca y social de la región y del pais. Las prese ntes Hneas tratan de sci\a· lar dichos factores en un periodo comprendido entre 1908 y 1921. Ai\os cruciales para los tr abajadores. Se dice que el desarrollo Indust rial de la reglón comen- 7.6 cuando Weet man Pearson encontró petr óleo en San Cristóbal, Ca ntón de Mlnatltl, n, a principios de siglo. Pero lo cierto es que desde tiempo at rú se hab(an em- pezado a gestar las condlclones necesarias pa- ra una i ndustri a que tendría una expansi ón tan ospec· tacular. En efecto, desde el último tercio del siglo pasa- do (1867 -1900), la región había empezado a experimen- tar un período de auge comercial debido a la agricultu- ra de exportación y a la ganadería. Las (acUidades para la inversión otorgadas por el presidente Díaz a capita- listas extranjeros, fueron consecuenc ia dir ecta de ello. El capital norteamericano efectuó Importantes Inver- siones en el cultivo del café, hule y frutas tropicales. En Minatitllin, rfo arriba , población adentro, los ameri ca- nos establecier on con un capital de trescientos mU la- res, de plantación San Corl01 Cojjee ond Sugor Com- 33

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Historia social del petróleo en México.

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JNTRODUCCION

L a región Minatitlán-Coatzacoalcos es una re­gión poco estudiada por los investigadores de la Ciencia SociAl en México, pese a que su

importancia en el desarrollo económico del pafs resulta evidente y reiteradamente señalada por propios y extra­ños. Mis aún, si se toma en cuenta que hoy por hoy es una de las regiones claves del auge petrolero y petroqu{­mico de México, ya que en ella se concentran industrias como la ··cangrejera", la empresa mis importante de América Latina en petroqu(mica bisica, con la conse­cuente concentración de un amplio sector de trabaja­dores.

Los estudios históricos que nos permitieran cuando menos explicar las condiciones de vida de los trabaja­dores en las compañías británicas y estadounidenses que operaron en la costa del Golfo de principios del siglo a 1938, son realmente escasos. Y más todavía aquéllos que nos permitan saber cómo viven y conviven hoy en día, esos trabajadores en una región industrial tan conflictiva.

Conocer las tendencias históricas que los determinan actualmente, sus orlgenes y conformación como clase,

Petróleo y clase obrera orígenes y conformación

(1908-1921}

Manuel Uribe Cruz

es de vita l importancia para la vida poUtlca y social de la región y del pais. Las presentes Hneas tratan de sci\a· lar dichos factores en un periodo comprendido entre 1908 y 1921. Ai\os cruciales para los trabajadores.

Anl~ttll

Se dice que el desarrollo Industrial de la reglón comen-7.6 cuando Weetman Pearson encontró petróleo en San Cristóbal , Cantón de Mlnatltl, n , a principios de siglo. Pero lo cierto es que desde tiempo atrú se hab(an em­pezado a gestar las condlclones material~ necesarias pa­ra una industria que tendría una expansión tan ospec· tacular. En efecto, desde el último tercio del siglo pasa­do (1867-1900), la región había empezado a experimen­tar un período de auge comercial debido a la agricultu­ra de exportación y a la ganadería. Las (acUidades para la inversión otorgadas por el presidente Díaz a capita­listas extranjeros, fueron consecuencia directa de ello.

El capital norteamericano efectuó Importantes Inver­siones en el cultivo del café, hule y frutas tropicales. En Minatitllin, rfo arriba, población adentro, los america­nos establecieron con un capital de t rescientos mU dóla­res, de plantación San Corl01 Cojjee ond Sugor Com-

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pany y con ciento cincuenta mil, la plantación "Colom­bia'.,, También, aunque con menos costo de inversión, fundaron las plantacio nes Dos Rlos, La Oaxaqueila . Amate y Coapiloloya . La.~ Importantes obras portuarios de Coatzacoalcos y Salina Cruz, que se construyeron co­mo terminales de Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec para la carga de exportación en 1882, asf como el ase­rradero en tal zona erigido, fue ron los elementos que configuraron en dicho periodo la economía regionaL En ese entonces, la población estaba compuesta principal­mente por Indígena.~ na hua.~. zoque-popolucas y mesti­zos. mismos que realizaban con la región Mixteco­Zapotooa, un Intenso Intercambio comercial . social y cul­tural. Estos eran algunas de los condiciones reinantes en

1 Coslo Vllleg.u. Oauld, tll.storla moderna de M~rico: El Porfl­rlato VIda Económica l' rllt. llcm1ñ'l, México. 197.&. pdllr'l. 1108-1110.

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la región donde se asentarían las compañías petroleras extranjeras.

La lndtLStrla

Las compañías petroleras que empezaron a operar en México lo hicieron con un alto grado de desarrollo tec­nológico que significó, por un lado, la inversión de gran­des capitales en maqwnaria, terre nos, edificios, trans­portes, oleoductos y plantas de refinación: y por otro, el empleo intensivo de mano de obra a muy bajo costo con lo cual se compensaba eJ fuerte capital invertido.

Desde que Weetman Pearson , propietario de la Casa Pearson and Son Limited , descubrió petró leo en San Cristóbal, no dudó en invertir su capital para saber i se podria encontrar en mayores cantidades. Contrató pa-

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r& que explorara la región al célebre Capitán Anthony F. Lucas, el mismo que años atrás descubriera los ricos yacimientos petrolíferos de Beaumont, Texas. A fines de 1901 , el Capitán perforó con buen éxito el primer pozo petrolero que en su honor se llamó Pozo Lucas. Hacia 1904, la productividad de los pozos estaba asegurada, y se mencionaba con gran júbilo que en poco tiempo las locomotoras serían movidas por el petróleo de San Cris­tóbal y de los campos del Ebano, en el norte.

La pi esencia de la Casa Pearson se explica porque, en 1899, el gobierno del general D iaz la había contra­tado para la reconstrucción y perfeccionamiento de las líneas del fe rrocarril del Istmo de Tehuantepec, debido a que cuando éstas fueron puestas en servicio se obser­varon defectos de construcción e n sus líneas y dificulta­des en los movimientos de carga y descarga en las ter­minales de Coatzacoalcos y Salina Cruz. Cuando encon­traron petróleo, Pearson solicitó al gobierno de Díaz las concesiones legales necesarias para su explotación, mis­mas que le fueron otorgadas debido a su amistad con el general. Asegurada la productividad de los pozos, la Casa Pearson instaló una planta experimental en 1906, para refinar el petróleo provenien te de San Cristóbal .

El Periódico EllmpareüJI publicó el 7 de diciembre de ~ mismo año, la siguie nte noticia:

Hemos sabido que la compa.iaia constructora del f~rrll de Tehuantepec (Casa Peal'$0n) va a establecer en Mlnatitlán una rerlnerla de petróleo que será la mejor del pais. El gran edm­do de fierro y toda la maquinaria pana esta refineria se esún embarcando en estos momentos en varios puertos nortea~rl­canos. Esta nueva fuente de actividad y rlqueu hará, sin du­da, más Importante aun la situación del lstmo de Tehuante­pec que tiene un gran poi'Vt"nir no remoto por c ierto. 1

Un año después, la casa Pearson procedía a instalar la refinería general en las lomas que están sobre uno de los márgenes del río Coatzacoalcos.

Con esta nueva actividad Minatitlán se transformó. Un historiador loca] ha dejado testimonio de ello:

Mlnatltlán se convirtió Inmediatamente en tierra de promisión y de trabajo. Desmontes, exeavadooes, construc:clón de edifi-

1 El Imparcial, 7 de dlciembre de 1906.

dos. tanques. alamb1ques: todo se hac1a en un mismo tiempo ante el asombro de los pobladores. Resonaban en el aire, dla ' noche. el sonido metálico de las herramientas y el grito jubi­loso de los obrero En pocos m~ de trabaJO Incesante' te­naz,-surgen las primeras obras totalmente instaladas: Casn de bombas de agua. Planta Eléctri<:a, Lalvlrah>no Químico. alam­biques, lanqu~s' «liOcios de toda c•a., .t m -Aterlales. Sobre t>l cielo uul muestran sus lluetas las glg.ntescas chimenea.( de hierro)' ladrillo rojo de lnglaterra.3

El 18 de marzo, se da principio a la primera elabora­ción en la nueva refinería: al crudo de San Cristóbal .

Andando el tiempo, el capital inglés se convertiría en el dueño de las reservas petroleras más importantes de México. a través de la CompaMa Mexicana de Pctróleos El AguiJa, constituida en 1909, cuando la casa Pearson le vendió todas sus posesiones por un capital de veinti­cinco millones quinientos mil peso mexicanos. Post~ riormente El Afl,uila traspasarA us derechos, en 1919. a la Royal Dutch Shcll .

El trabajo

Las compañías petroleras empezaron a operar en Méxi­co con un alto grado de desarrollo tecnológico. El tra­bajo estuvo organlzado con base en principios netamente Taylomtas; es decir, apegado a la teoría de la "admi­nistración cientlflca".

El proceso de trabajo en la refincrra estaba ya divldJ­do en departamentos de producción en los cual el obre­ro solamente tenía que ejecutar las "órdenes d produc­ción". Y para que esto se cumpliera en el m ás estricto orden, ya había una cadena de mandos de dominación y vigilancia que Inspeccionaba el comportamiento del obrero en la refinería.

En los " Departamentos de refinación y distribución", el proceso estaba totalmente meca nizado. En departa­mentos como la "Planta de envases", ya se utilizaba la producción en serie. El trabajo en este departamento (poner tapas, clavar, marcar, etc.) se desplazaba a lo largo de bandas transportadoras, sobre las cuales el obr~

1 VaJdlvleso Castillo, Julio, lflltorlo dt!l movimiento Sindical Pe­trolero de Mlnotlt/6n . Ver .• México, D .F., 1963, p6¡p. 6.

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ro agregaba su pieza o ejecutaba una sola ope~ación so­bre las latas que pasaban frente a él.

El proceso de trabajo así orga nizado cob ra objetivi­dad propia; la tecnología y sistemas productivos utili­zados, la distribución departamental y de los puestos de trabajo, son independientes a la habilidad y destreza deJ obrero. La fuerza de trabajo sólo se adecua a un proce­so de trabajo "pre-establecido".

Sólo de esta manera es posible entender que si bien la industria se basó fundamentalmente en una alta tec­nificaclón, su productividad la obtuvo - para compen­sar el fuerte capital invertido- a costa deJ empleo in­tensivo de la mano de obra. Se generó entonces la utili­zación de una mano de obra con cierta calificación: elec­tricistas, mecánicos, soldadores, fogoneros etc. , que fue necesario preparar sobre la marcha por un reducido nú­mero de técnicos extranjeros. Esto conllevó, desde un principio, a una amplia división del trabajo y jerarquía basados en criterios de nacionalidad, étnicos y ocupa­cionales bien delimitados, según los cuales se asignaba el trabajo y el salario. Así, en p rimer lugar, se encon­traban los técnicos extranjeros traídos por la Compañía; después los obreros nacionales calificados y, por último, los nativos del lugar e indígenas zapotecas que eran uti­lizados como peones, ayudantes, cargadores, tuberos, etc., tanto en la refinería como en los diferentes campa­mentos.

En los primeros ai'los existió el trabajo a destajo, después:

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St• ln111luntó In jurnttdu de sola wl, de dOCC' horas y el salarlo básico t'ru d(• S I .SO por d!aloborable o Jornada nocturna. Fato nu agotadorll~ ( ) eapatoctos Inhumanos, condlc::lone~~ an-111111(1 nlca~ rn lu' f1tctoria~. elltl(\111 oontamlnada pua el uso potublo, el clltnu lmnno, la pluga de mo~qullos y el paludismo lruplt•lll , todo 'l' Juntubu pura o rrulnnr en ptK'O tiempo lo vida dd trubajndur ¡x·trolero. Loentl>rl~ll nn tt•nau utr11 oblll(aC'Ión c¡ur rl pn~ ~rmun11l dt- lo' cll115 trabajado< ~In ninguna otra prc.~tuclón t'C'On ómlru ni pago por tll'S<'afl"~<l domlnlc11l o dial r~tlvo.~. Suh'() (IIJr llt'Cid<·nlt~ de trnhujo '<' rt'(' U rríu ni mezquino hmpltul. y '(llu por mul'rt<' dvl t r11bajuclnr ut urdda en el mo nwnto tld oll t'ldt•ntt•, \t' ft• IIIClr~llh1t 11 1111 h"t u <'lljll rlr modC'ra '

Estas condiciones de trabajo, aunadas al tipo de contra­tación de la mano de obra y la falta de entrenamiento, se hicieron evidentes en el trabajo industrial. Son nu­merosos los accidentes que se suceden. Un ejemplo!

A principios de agosto (1915), estando en el desempetto de sus labores iels obreros de la refinería ~El Aguua-. junto al tubo de descarga dd alambique No. 10 que es por donde pasan los últimos residuos de la destilación. a una temperatura no rnt­

nos de 600 gradas F., debido probablemente a un cambio brwco de temperatura se rompió el llamado tapón del tubo de f1erro de 4 pulgada.s de diámetro, sujeto a la parte del mismo que hace T por medio de remaches, ocasionando a los obreros que se encontraban en las Inmediaciones, horribles quemadura.s, habiendo perecido • la fecha 2 de ellos y estando los demas sumamente graves. en medio de los ma)-ores sufrimientos. Una vez que tu\'e conocimiento del hecho me transporté al lugar de los acontecimientos y alJI pude: ver el susodicho tapón, co­mo todos los otros alambiques, son de fierro fundido lo cual constituye un peligro Inmediato pues esto. 5ufrlendo algún cam­bio brusco de temperatura. sometiéndolos a las grand tem­peratura.s que sufren , no es remoto que ese caso desgraciado se replta.5

En dicho informe se menciona que no hubo indemniza­ción. Otros muchos accidentes se originaban por desco­nocimiento y falta de entrenamiento. Tal fue el caso de algunos que, al no conocer la electricidad, murieron por haber asido alambres de corriente eléctrica. En los cam­pos petroleros la situación también era crítica, pues de­bido a la intensidad de los trabajos . la falta de medidas de segu ridad y la inexperiencia, los accidentes y muer­tes se sucedian constantemente .

Los traba¡odores

En los años que van de 1908 a 1921 hubo que contratar mucha mano de obra para la exploración, explotación y construcción de plantas. Para reclutarla apelaron a dos estrategias: una fue ocupar gente que había sido despla-

' lnform<' del jefe de Inspector~. r. Ca~illa.( ) Cru1 en Mlnall· tlan. al director dr Mina.s y pt'lróii'O, el 20 de septicmbrl' de 1915: l 'll \ f'C'hho CC'ncral d •la Nacinn. ramo dC' RO!xomación C'IIJa 21. ~­dumte 12. En t'l ramo de trabajo. antigua cliL~Ificacron. tambwn abun· don documentos sobre los condiciones de los trobujodores t•n tu~ eom· par)r." (1<'1 rolerns

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zada de otras industrias cercanas a la región, como fue el caso de ferrocarril Nacional de Tehuantepec y las obras portuarias de Salina Cruz y Coatzacoalcos; de allí vinieron fogoneros, mecánicos, engrasadores y demás personal que tenía c ierta calificación. La otra, la más común, fue la llamada de los "enganchadores··. Escu­chemos a un viejo trabajador:

¿Que si yo conocl gente que enganchaba? Si, cómo no. Te '-'0)'

a decir quién ¿conoces a M. L.? ... pues ese era uno de ellos, era un teco (upoteca) bruto, animal, mb animal que animal el hijo de la chingada . . . pero era él. que de acuerdo con la compañia trata gente del Istmo. El sistema que tentan los ''en­ganchadores'' cuando llegaban al Istmo era este : haclan una fiesta, se ponian de acuerdo con el Presidente Municipal. po­nlan una mesa con dinero y tocaba la música. Le pregunta­ban a la gente que quim quería trabajar. SI tú querías. él te decla: si. como no. nada m lis que tienes que ir a trabajar a Ml­natltl4n. Y te preguntaba cuánto tiempo. T ú le decías 7 me­ses. Entonces te daba un adelanto: tl.50 por dta y si te huias te agarraban y te cobraban m lis de lo que te habl.an dado. La gente que ·enganchaban· era bastante: 200. 300, 400 gentes ... Algunos iban con sus mujeres. sus hijos ... los traian en ''peri· queras .. (\•agones del ferrocarril que perteneclan a la compa· ftia) donde mellan d ganado. Habla una para mujere$ y otn para hombres. Ahi dorrnia.n como cochinos unos sobre otros.•

Las expectativas de mejores salarios y condiciones de vi­da, fueron los móviles de la mayoría de los migrantes que llegaron a Minatitlán. Vinieron principalmente de los Estados de Oaxaca , Tabasco, Chiapas y México.

La existencia de un país fragmentado debido a las es­casas vías de comunicación y el alto costo del transpor­te, no permitieron el desplazamiento de migrantes leja­nos. La mayoría de le.... ... lgrantes que llegaron a la re­gión fueron del Estado de Oaxaca, y más concretamen­te dellstmo de Tehuantepec, de los poblados de Juchl­tán , lxtaltepec, lxtepec, Matías Romero, Espinal, Chi­lapa de Oíaz y el Barrio de la Soledad. Todos ellos con­glomerados cercanos a las estaciones del Ferrocarril Na­cional de Tehuantepec cuya línea facilitaba considera­blemente su desplazamiento a Minatitlán y Coatzacoalcos.

8 Entrevista al te11or Santiago Contreras en Minatitl6n, Ver. , el14 de febrero de 1979.

Escuchemos a otro trabajador que formó parte de esa oleada migratoria".

... que yo recuerde ..• gente dt• rnl pueblo (lxtept!C) c¡ue vf . no a tnbaj1r ac' )' que viven todavf11 o el \•lejo Teódulo V't· <¡uez. Salieron Jóveno muchO$. corno Canuto Bola. CM' vltljO murió aqul. Venlan a trabajar muchos, algunos se quedaban pero otros se regresaban cuando les entraba nostalgia. Cuan· do regresaban ya eran unos senores ... MI pueblo es muy po· bre. no hay otro trabajo que la a¡crlcultura ... llegaban ya con zapatos, llegaban otros con sombreros finos. ropa fina ~· cr11n la sensación. Yo era chico y los vela llegar. Pensaba ... cu11n· do sea grande me voy para allll, all' hay dinero. trabajo ... Ya en d ano de 1914 me vine para ad a trabajar.~

1 Entrevista al sdlor Olmas Condlez en Mlnatltl ,n. Ver .. el 16 de febrero de 1979.

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En un principio, sobre todo para los trabajos de ex­ploración y explotación de los pozos petroleros, se con­trataron gran cantidad de trabajadores eventuales. Es­to generó una gran movilJdad de mano de obra pues el empleo abundaba, ya sea que se contrataran para la ins­talación y construcción de plan tas o en las actividades tendientes a satisfacer las necesidades de la población. Asf vinieron comerciantes, artesanos, carpinteros, mú­sicos, prostitutas, tratantes de blancas, extorsionadores, abogados y toda clase de gente que querfa hacer dinero a costa del petróleo.

La abundancia de mano de obra en la industria pe­trolera descenderá considerablemente más adelante; es­pecíficamente cuando la refinerfa empezó a funcionar,· pues en ella sólo permanecieron obreros calificados.

Un pueblo se transforma

Con la nueva Industria el perfiJ de la regjón se transfor­mó, así:

En uno~ ouontoJ ailos transcurridos, Mínotltl4n fue cambian­do vertiginosamente ~u PS¡>ecto pueblerino. Nuevos edificios <le mud!'ru y hírnlnu St· lc·,•anlltnt•n o •llu~tar del ca.(crlo primi­tivo. Las ~a.w callet trazada.' de norte a sur, se van ampliando por el wo, mostrando sus fondos de arcilla roja y amarilla: y otriiS nuevas transversales. se trozan ondulantes sobre 111.\ lo­mas resbaladlta~ . Establcclmltmtos comerciales, fond PS y ta­bornas se tnstolnn por tod~U p1ortes de la población. En la ribe­ro del rln. huJu In sumhru d(• lo.~ lirbolcs o en to ldo.~ lmpro,·lso­dos funcionan. dio y noche. lnJ modestas peluquerlu. Un ln­mellc~O ~tcn tln Heno In~ mcrrados dispersos en la vera dcJ rlo )' se escucho vorlcdnd de Idioma.~ d" todo el mundo: dialectos autóctonu.~. y c a_~tcllonos ¡on toda lu g11 rna nHLdcal ( ... ) De noche. la pobluclón se cubre de fiC$tu: prlnclpolmcntc los sá­bado..<. un c¡ul' l'l dinero Sl' ~tn~tu con derroche Inaudito. En hu tabernas. l o.~ libreros ooben copiosamente )' hnbhln la jerga de su& C$pcclalídados. po fiero.~. carpintero.\, mecllnícos marineros, ¡){lr(orRdorcs y coru.t ructorc.~ do torrO$ petroleras. A

Y el med io ambiente tnm bién se trunsrorm6: otro histo­riador locul lo ha testimoniudo tt~í:

Los natiVO.( constuntcrncntc ¡o~cuchaban 'l"c 'l' ihon u perfo­rar po7.o~ petro lero.~ por Slt( ru rni>O$ e IJCftl>non tes cito l'Stll.' uctl-

' Vuldl\'lt•so C11.~tlllo. Julio, Op. Cit. pd)!. 24.

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vida des peMaro n que a la termInación de estos trabajos, el acei· te seria sacado con cubetas, como eUos lo hac!an con sus pozos de agua, pero cuando reventó el primero despertaron a la rea­lidad }' grande fue el susto que llevaron al ver llover "agua ne­gra". Sus plantíos de cafeto y cacao que bajo la sombra de tu­pida vegetación crecían: los Arboles frutales, las matas de plli­tanos en su diversa variedad. las siembras de maíz, frijol, yu­ca, camote, chile. en rln , todo lo que era la vida y sustento de los suyos, recibió el negro bautizo del progreso.

En los años que siguieron al establecimiento de los een­tros petrolíferos, las compañlas determinaron el modo de vida de los trabajadores volviéndola inestable. De tal manera que elCistra una gran población flotante en la ~ gión que se encontraba dispersa en los diferentes cam­pamentos: San Cristóbal , Santa María , Filisola , Las Choapas, Agua Dulce, Francita, Nanchital , La Concep­ción, El Mona! y Tecuanapa.

Los trabajadores que llegaban con sus fa miJias y no encontraban alojo en las viviendas indígenas del lugar, " ... clavan estacas en el lugar que mejor les parece, for-

1 Pu]ma Alor. Auf(IISto. Los ChoaJXU: Ayer. Hoy y Siemprt; f e­deración Editorial Mexicana. México. D. f . 1963, plig. 30.

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mando de inmediato, un laberinto en casas techadas de palma y forrados de huapetate, tasiste o jonote, ama­rrados con la corteza d e esta especie de árbol" .•• Y pa­ra aquellos que llegaban solos, "los busca chamba" co­mo se les conocía en la región, la Compañía construía galeras de madera de 10 x 15 que no tenían ni agua ni baño, o también se les proporcionaban carpas donde podían entrar seis personas. Los que no alcanzaban ga­leras ni carpas, se guarecían den tro de los tubos utiliza­dos para la construcción de oleoductos. Esta clase de '"vi· viendas" abundó en los campos petroleros y cuando en alguno de ellos se terminaba el trabajo, sus moradores iniciaban el éxodo dejando aquello abandonado.

En la nueva ciudad del petróleo, se ampliaron y for­maron nuevos barrios y colonias: El Guayabal, La Loma del Vacilón, compuesto en su mayoría por migrantes de Chilapa de Oíaz, Oa.xaca. El camino del Yegüero, Ta­coteno, que después se Uamó Colonia Obrera y fue la primera en contar-con luz eléctrica. El Barrio Chino, habitado por comerciantes y obreros chinos que la Com­pañía trajo para laborar en el departamento de Caja de Latas en la refinería, y que en la primavera asombra­ban a la población con dragones que elevaban al cielo. Estas colonias y barrios le dieron una nueva fisonomía a la ciudad e hizo que hombres de diferentes costum­bres, ideologias, oficios, tradición sindical y demás, ini­ciaran entre sí un intercambio cotidiano de sus experien­cias vivenciales y laborales.

El sindicato

Las primeras agrupaciones obreras que surgieron con el fin de mejo rar su situación tuvieron un carácter neta­mente mutualista, y fueron dirigidas y formadas prin­cipalmente por obreros calificad os que poseían una tra­dición sindical. Así, en 1913 surgió, la Unión de Artesa­nos Latinos Profesio nales que tenía como principio el mutualismo social y económico entre sus agremiados. La vida de esta primera organización fue corta. La perse­cución y el crimen trataron de destruir estos primeros intentos de organización.

10 Palma Alor, Augusto. Op. Cit. p6g. 3 1.

Cuentan que Juan B. Platas, mecánico y uno de sus principales organizadores, fue asesinado con otros dos militantes el 12 de agosto de 1914, y que sus cadáveres fueron arrastrados por el Panteón Municipal ante una multitud para que s irviera de escarmiento.

Esta fallida organización volverá a reaparecer en 1915, con el nombre de Unión de Petroleros Mexicanos. Y as.í, muchas de las organizaciones que se formaron en este periodo, ante la ofensiva de la Compañía, desapa­recerán momentáneamente para después resurgir con otros nombres. Organizaciones obreras en conflictos per­manentes pero nunca aniquiladas totalmente.

La debilidad y efimcridad d estas organiznciones til'· nen una e:tplicación social y material, ya que esos nños fueron de un extraordinario auge económico con mu­cha oportunidad de empleo, y por consiguiente de unn gran demanda de mono d obra . Mano de obro que es­tuvo constituida en grnn medido por jóvenes solteros, los cuales no pensaban quedarse mucho tiempo en Mi· natitlán y la región , ino reunir un pequeño copitnl pu­ra después partir hacia su pueblo e invertirlo en gunu· do, tierras, negocios, etc. En te sentido, In ciudad dl'l petróleo era una ciudad de paso. Nunca paru quedur c.

... cuando vine ad nunca pe~ <¡uedarme, pen aba )'O re gresu a btaltepec: ... Iba y venia • . . En eu época no habla fubUaclones, no habla nada. ni se J)C'ruaba en eM>. Yo pens11ba que micntru tuviera trabaJo todo estaba bien ... ptl\\llbi hl<'\'r un dlnt'flto, haet'r una culta, comprar ganado, tener p;~ ra M'lll

brar. Ahorraba ¡lira que cuando rel(f ar11 tuviera yo con c¡tu< vivir, c:on qu6 moverme y ya ve usttd, mu qut'!d~. 1 '

Debido a ello, resultaba dificil que se orearan y con­solidaran organit.aclon duradera que aseguraran el bienestar de generaciones futuras . E tas condlclon )' limitaciones hicieron que los movimientos y huelgas tu­vieran un carácter preponderantemente económico e in­mediato. Otro facto r que influyó fue que los mecanis­mos de intervención y conciliación estatal es para me­diar en los conflictos obrero-patronales, no habían sido Institucionalizados. La junta de conciliación y arbitraje

11 Entrevista al seflor Santiago Contreras en Mlnatitl4n . Ver ., el 14 de febrero de 1979.

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será formada hasta los aftos treinta . Un antecedente di­recto e Importante será la Ley Federal de Trabajo dic­tada por eJ CeneraJ Cándido AguUar, en 1914, que coad­yuvó, en cie rta medida , a abrir márgenes de libertad a las organizaciones obreras para plantear sus demandas. En un principio, fueron las auto ridades municipales las mediado res en el conflicto, pero sucedió que en Innu­merables ocasiones las Compaflras hicieran ca.w omiso de las dlsposloloncs legales que se dictaban contrJ\ ellas. La lejanía de las autoridades municipales respec.co de la CapltaJ del Estado, y la poca fuerza y recursos de que

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disponían , los imposibilitaban para obligarlas a acatar taJes disposiciones. Aunque también en algunas ocasio­nes las auto ridades municipales eran sobornadas para emitir fallos a favor de las Compai\fas.

La ponderación de todas estas circunstancias, las con­diciones de vida de los trabajado res, su inmersión en un mundo laboral totalmente nuevo. y los obstáculos para conformar sus organizaciones que salvaguardaran sus de­rechos patentiza la voluntad manifestada por los obre­ros en su lucha por sob revivir y en frentar a una nueva sociedad que empezaba a despuntar.