Formas de contratación

Inicialmente los términos de los contratos de concesión eran impuestos por las omnipotentes compañías a los países productores y el límite en las ventajas logradas dependía tan solo del grado de complacencia de los gobernantes de turno de cada país. Estos contactos se caracterizaban por las bajas regalías y los dilatados tiempos de duración de las concesiones. Así se contrataron, en general, en general, las más importantes, desde finales del siglo pasado, hasta la cuarta década del presente. En 1945, en Venezuela, la raíz del efímero gobierno de Acción Democrática, surgió el primer intentó reivindicativo de los intereses de las naciones productoras: la fórmula 50% -50% consiste en lo fundamental en que las utilidades netas 8 la industria se reparten en partes iguales entre la compañía beneficiaria y el país propietario del petróleo. En 1950 se traslada esta fórmula a Oriente Medio.

Hasta los primeros años de la pos guerra (1950 aproximadamente) fue hegemónico e indiscutido el dominio del imperio. A partir de entonces el cartel – integrado por las siete grandes – ha sufrido una serie de reveses, indicativos de que la dorada época de supremacía y dominación tiende a desaparecer.

Han surgido nuevas situaciones de pugnacidad y de forcejeo entre productores, consumidores del cartel. Los factores que se mueven detrás del nuevo orden de las cosas, son los siguientes:

1. El monopolio en la fijación de los precios de ha resquebrajado por la concurrencia en el mercado de los productores independientes norteamericanos, el petróleo soviético y la gran producción de Oriente Medio. La conclusión es obvia: se han recortado las utilidades del cartel.

2. La aparición de competidores muy activos – independientes norteamericanos, italianos, japoneses y compañías estatales- que para penetrar en los costos de taza privados de los grandes, han ofrecido a los países productores condiciones más atrayentes. Anteriormente las siete grandes dictaban las leyes del juego.

_______________________8. es de notar desde ahora que: 1) se trata de utilidades netas de amortización, cuyo volumen esta fuera de control de los gobiernos; 2) que el 50% del gobierno está constituido por regalías impuesto y toda clase de tasas que constituyen más bien participación en las utilidades, como se verá más adelante .

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Un monopolio sitiado

La fórmula venezolano 50% -50%, traslada al Oriente Medio queda hoy superada: las nuevas modalidades consisten en participaciones crecientes, que llegan hasta el 75%-25% (tres cuartas partes de la utilidad para el país productor y una cuarta parte para la compañía) y la creación de compañías mixtas formadas con capitales suscritos por los gobiernos y las empresas petroleras, las perspectivas para el futuro inmediato en el Oriente Medio parecen apuntar hacia la nacionalización rápida gradual. Las perspectivas para el futuro inmediato del oriente Medio parecen apuntar Asia la nacionalización rápida gradual. Así se explica la adopción de medidas tan importantes como:

a) Formación de compañías estatales en crecimiento (Compañía Nacional Irania de Petróleo; Compañía Árabe de Petróleo; Compañía Árabe de Petróleo; Compañía Nacional de petróleo de Kuwait; Compañía petrolera Nacional de Irak).

b.) Formación de compañías mixtas.

ENI (Ente Nacional di idrocarburi) 50% y compañía Irania, 50%; Stan dar de India, 50%; Compañía Nacional Irania 50%; Japón, 80% y Compañía Árabe de petróleo, 20%; Japón 90% y Kuwait, 90 % forman la Arabian Oil Petrolera Pan-Árabe de integración total que desarrollaran los recursos petroleros, promesera la producción, refinación, transporte y mercadeo, y coordinara las inversiones árabes en diversos aspectos del desarrollo económico.

3. Por primera vez en la historia el cartel de compañías exploradoras se han visto enfrentado a una organización de países productores.

La creación de la O.P.E.P. (organización de países exportadores de petróleo), cuyos miembros (Estados Árabes, Indonesia, Irán y Venezuela) poseen el 90 % de las reservas del mundo occidental y el 85% de la exportación mundial, señala un hito en la pugna entre las grandes potencias imperialistas y las naciones productoras. Por primera vez se lanza un reto contra el cartel de explotadores y el desafío parte de los países productores organizados en un frente común. En adelante el juego de los imperialistas no podrá utilizar las fichas de unos países para lanzarlos contra otros. ¡Han despertado los productores!

En diciembre de 1970 Venezuela dicto una ley según la cual es la nación la que fija los precios de exportación del petróleo por lapsos de tres años y n las compañías como venía haciéndose; será igualmente la nación quien fije cuales

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han sido las utilidades a partir y no las compañías; por último se aumenta el porcentaje de utilidades de la nación del 52% al 60%9. estos principios fueron seguidos por los países miembros de la O.P.E.P. del Oriente Medio (Irán, Irak, Kuwit, Qatar, Arabia Saudita y Abu Dhaby) y tras un mes de negociaciones obligaron a firmar un acuerdo por cinco años a todas la compañías, cuyos principales aspectos son : aumento de la participación a los países del 50% al 55% ; aumento de los precios de exportación; pago de un impuesto anual de 2 1/2 % para equilibrar la inflación; aumento anual de los precios en 5 centavos de dólar por galón; los países árabes recibirán $ 1.25 dólares netos por cada barril de petróleo10 .

Este es un triunfo sin precedentes de la O.P.E.P. y muestra su fuerza y su potencia futura. El acuerdo fue traslado diez días después a Libia que amenazo con la nacionalización en caso de no serle otorgado igual tratamiento.

4. El creciente intervencionismo estatal en el rubro de los hidrocarburos y la extraordinaria importancia d su utilización, sitúan el petróleo en un nivel tal que casi todas las naciones no son productoras – ante la sangría de divisas- se han visto forzadas a tomar medidas extremas que llegan a declararlo casi como servicio de utilidad pública. Esto explica que las empresas estatales hayan adquirido en los últimos años una decisiva importancia, fundamentalmente en América Latina.

5. En consecuencia, se producen movimientos para lograr acuerdos directos entre países productores y países consumidores que buscan el beneficio mutuo y, de paso, la liberación de las férreas disciplinas del cartel.

6. Las recientes nacionalizaciones en el Perú, Bolivia y Argelia marcan la línea que seguirán en un futuro próximo otros países.

Aprovechada sutilmente, las pugnas entre las compañías han beneficiado en grande escala a los países productores que, colocados en posición de alerta, conquistan ventajas antes impensadas.

¿Y Colombia?

Frente a este panorama de avances en las reivindicaciones e de los países productores, Colombia sigue un camino inverso: con el correr de os tiempos disminuye la participación estatal en las utilidades de industria de los hidrocarburos, dadas las crecientes amortizaciones “legales” por concepto de exploración y explotación, a la inversa de lo que sucede de los países a afiliado ________________9. periódico el tiempo, dic.15, 1970.10. periódico el tiempo.feb.15, 1971

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a la O.P.E.P. , como Venezuela las extensiones en impuestos y contribuciones para el estado a la industria son de tal magnitud que supera a los recaudos por concepto de regalías. En consecuencia, el país a través de su historia no solamente ha otorgado gratuitamente petróleos por valor de dos mil doscientos millones de dólares; esta increíble situación solamente es compresible atravesó de un recorrido por cada una de las etapas de nuestra historia política, legislativa, etc., en las que afloran todos los negociados, presiones, abusos de poder, etc., que han hecho posible este asalto a los intereses de la nación.

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CAPITULO 1.

EL “DESCUBRIMIENTO”

El dictador generoso.

A comienzos de 1900, Colombia se interesa por la utilización del petróleo. Antes de el “descubrimiento” ya eran conocido de los indígenas los manantiales naturales en la zona d Barrancabermeja, el Catatumbo (Norte de Santander) y Orito (Putumayo).

En 1905 el dictador Rafael Reyes entrega los principales yacimientos. Por decreto legislativo 34 de 1905 decidió” otorgar privilegios en la explotación de depósitos de asfalto y aceites minerales”…”los contratos no necesitaran de la formalidad de licitación pública ni de posterior aprobación del cuerpo legislativo…”.

Casi sobraría decir que los “privilegios” acordados fueron necesariamente para los privilegiados cortesanos del dictador tropical. A su ahijado de matrimonio, Roberto de Mares, le obsequio la concesión de los yacimientos del rio Magdalena (Barrancabermeja), que se conoce su nombre:” concesión de mares “. A un militar de su ejército General Virgilio Barco, le premio sus servicios con una concesión no menos jugosa, en el territorio de Catatumbo, limítrofe con Venezuela que igualmente se le conoce con su nombre: “concesión Barco”.

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Este principio cortesano de otorgar como “regalos” del dictador del turno las riquezas nacionales, marca la iniciación de la industria y será su constante en toda la historia del país.

Las condiciones pactadas fueron:

Concesión Barco (Catatumbo). Plazo de iniciación de trabajos: 1 año. Participación estatal: 15% del producto neto. Duración del contrato: 30 años.

En el contrato decía claramente que en caso de no iniciar trabajos antes de un año (Catatumbo) y antes de un año y medio (Barrancabermeja) las concesiones se considerarían caducadas y la propiedad regresaría a la Nación.

Los compadres del general Reyes carecían de los recursos económicos para llevar a cabo la explotación y, por tanto, su interés consistía en lograr, no importa los medios utilizados, dilatar el plazo de iniciación de los trabajos, evitando que las concesiones se declararan caducadas. Es así como a través de una serie de negociados, dolos, abusos de poder, compra y venta de influencias y conciencias, lograron su objetivo.

Naturalmente, no lo hicieron solos, fueron en su conjunto los políticos y los grupos dueños del poder quienes se prestaron, para satisfacción de sus intereses personales, al saqueo de los recursos del país, para entregarlos a los norteamericanos.

Los trucos de Roberto de Mares

Con la concesión entre el bolsillo, De Mares procedió a evitar el plazo de caducidad. Comenzó por solicitar una primera prorroga de 3 meses. Finalizado este plazo, falsifico documentos y apareció beneficiado con una segunda prórroga de dos años, que vencería en septiembre 7 de 1909. El país se hallaba frente a procedimientos abiertamente criminales, que no cesaron en el futuro, dado que, en vista de los éxitos obtenidos, se reforzó la audacia de los interesados.

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Finalmente en octubre 22 de 1910 el ministro de Obras Publicas Carlos M. Delgado, dictaminó: “el contrato esta caducado”1.

De Mares no se desalentó y continuo intrigando, hasta lograr que el ministro Aurelio Rueda Acosta, del gabinete del presidente José Vicente Concha, decidirá que la concesión era válida, con el fin de lograr su traslado a los norteamericanos que se movían tras de ella.

Conseguida esta “milagrosa” restitución, De Mares viaja a los EE.UU. y negocia la concesión con tres petroleros de Pittsburgh: Michael Benedum, Joe C. Trees y George W. Crawford. Estos integran una compañía llamada “The Tropical Oil Company”, que posteriormente es trasladada a la Standard Oil Company de Nueva Jersey (Rockefeller). Todo parece indicar que desde un comienzo Rockefeller manejaba los hilos de la negociación y que los tres norteamericanos solo fueron una pantalla para negociar a menor precio y borrar la sensibilidad de los colombianos que se sentían ante el solo nombre de Rockefeller ¿Cuánto recibió De Mares por la concesión, en defensa de la cual se cometieron tantos atropellos trampas y presiones indebidas?

En efectivo los norteamericanos tan solo pagaron 100.000 dólares, dinero que fue adelantado y parece, utilizado para “agilizar” el traspaso por parte de los funcionarios estatales. Posteriormente, 150.000 dólares, sacados de la producción y pagaderos a razón de 5 centavos de dólar por barril de petróleo producido.

Por último, 125.000 dólares en acciones de un valor nominal de 5 dólares cada una. En total, 375.000 dólares. Suma ínfima y casi igual a la pagada a los comisionistas colombianos que gestionaron la venta en EE. UU. (Francisco Escobar, Luciano Restrepo y general Alfredo Peralta), quienes recibieron 210.000 dólares en acciones de 5 dólares cada una. Este fue el precio de la infamia. La cadena de ilícitos durante casi 13 años, en que participó la flor y nata de la oligarquía criolla, produjo al final tan menguado resultado. Pero la concesión valía, antes de comenzar cualquier trabajo de explotación, centenares de millones de dólares.

1. Diario oficial N° 13826. Nov, 2, 1909

2. Revista América Futura, Nueva York, Dic 1936

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Se requiere darle visos de credibilidad a la explotación y el 15 de junio de 1916 se levantó el acta de San Vicente de Chucuri y “en nombre del Todopoderoso… se declararon inaugurados los trabajos de explotación”.

La “epopeya” del general

De acuerdo con el contrato, el general Barco debía presentar al año de la firma “los planos y estudios de la región “, No lo hizo. Los trabajadores de explotación debían comenzar a los tres años. Tampoco lo hizo. Sin embargo, doce años después, en 1917, solicito del gobierno permiso para el traslado de la concesión a “una compañía anónima colombiana con capital suficiente”.

El gobierno respondió que no aceptaría hasta tanto no conociera los estatutos de la compañía. Respuesta insólita, por cuanto la concesión estaba caducada y el gobierno lo sabía de sobra.

Barco procedió a organizar la Compañía de Petróleo de Colombia S.A., y el Consejo de Ministros acepto la nueva entidad, siempre y cuando se realizaran modificaciones en los estatutos, Barco decidió prescindir de estas gestiones, y posteriormente solicitó permiso de traspaso a una nueva compañía ya establecida en enero 11 de 1918 en Bogotá. Finalmente, en abril 5 de 1918 el presidente José Vicente Concha aprobó el traspaso de la concesión del Catatumbo a la “Compañía Colombiana de petróleos“. El presidente no podía realizar estos actos por tratarse de concesiones caducadas. ¿Por qué el presidente Concha aprobó los contratos de traspaso a los norteamericanos de las concesiones Barco y de Mares?

El ministro de Obras Públicas, Jorge Vélez, dijo que “(hubo) un factor de política internacional que algún día y cuando las circunstancias lo permitan, revelare al país“. Pero las circunstancias nunca lo permitieron, y no volvió a referirse al asunto.

_________________________3. Revista América Futura. Nueva York. Manuel José Casanova, 1935.

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La Compañía Colombiana de Petróleos era un fantasma. Aparentemente en su composición primaban los colombianos (Pedro Ignacio Uribe, Francisco Plata Rivas, Edmundo Paniagua, José Pablo Plata, Manuel Plata Rivas) en asocio de tres norteamericanos (Griffith, Macfadden y Du Bois).Sin embargo, en carta confidencial, registrada ante la legación americana. Enviada al propio tiempo que se firmaba la escritura pública, los norteamericanos decían a Pedro Ignacio Uribe que encabezaba el grupo de nativos” (usted) convendrá traspasar a Jorge R , Du Bois sus acciones y conseguir que los demás accionistas también traspasen todas las suyas que actualmente tienen como fundadores en la Compañía Colombiana de Petróleos. Apreciamos profundamente las gestiones loables y verdaderas patrióticas, y nos parece justo que sean debidamente recompensadas en lo que se pueda materialmente, pues, en lo moral no se puede y, hemos arreglado para que expidan a su favor 400 acciones por un valor de 40.000 dólares”.

Decididamente, los gringos tenían un inconsciente sentido del humor, al decir que lo recompensaban materialmente, ya que moralmente era imposible. Estos colombianos habían servido tan sólo para darle sabor indígena momentáneo a la compañía y así lograr acelerar las gestiones ante el gobierno, Al filtrarse la noticia de la verdadera composición de la compañía, fue preciso comprar el silencio de dos periodistas enterados del asunto. El general Barco era mejor negociante que su rival Roberto De Mares, y fue así como vendió su concesión en condiciones menos desfavorables que la de Barrancabermeja. Recibió en efectivo 100.000 dólares que sirvieron para “acelerar” los trámites a nivel estatal, y se reservó el 15% del petróleo bruto de la concesión. El general recibía mayor participación que le Estado colombiano.

Barco: 15% del producto bruto;

_________________ 4. Revista América Futura. Nueva York. Manuel José Casanova, 1935. 5. Periódico El Tiempo, Nov. 26, 1928.

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Nación: 15% del producto neto.

El general dividió este porcentaje en cien unidades que repartió entre sus herederos y, para tener detrás todo el peso del poder temporal y el poder divino, donó sendas unidades a la ciudad de Cúcuta y la Iglesia Católica. Con el correr del tiempo, varias unidades fueron negociadas por la Colombian petroleum company (Colpet), dueña de la concesión y, finamente, en 1932 se pactó entre la compañía y los tenedores de las unidades de Barco, que desde esta fecha en adelante recibirían el 3.5% del valor del petróleo bruto producido, si lo desean en dinero, o el 5.5/6% si lo exigen en petróleo en el campo de producción.

Acá se localiza la fuente de la enorme riqueza acumulada por los descendientes del general Virgilio Barco, una de las familias económicamente más poderosas y de mayor peso político en el país. En 1960, por ejemplo, los herederos del general recibieron 850.000 dólares.

Habla suave pero carga garrote

En 1903 los norteamericanos fabricaron una república más en la América Latina, a expensas de Colombia: Panamá. El presidente Teodoro Roosevelt reconoció su directa participación, al declarar “yo tomo a Panamá” I took Panama. El método: el garrote, “habla suavemente; pero lleva contigo un garrote” decía.

Colombia, incapaz de repeler la agresión, rompió relaciones diplomáticas y comerciales con los EE. UU, deseosos de poner en orden sus asuntos en la América Latina , ofrecen a Colombia un tratado de reparación, tendencia a indemnizar a la Nación por las pérdidas materiales en sus instalaciones, así como un reconocimiento de su participación en el asalto, del cual de excusaban , con sincero pesar , with sincere regret. También tenían en cuenta que los ingleses

________________ 6. Revista América Futura. Nueva York. 1935. 7. Petróleo colombiano .Gilberto García.

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rondaban por Colombia, en busca de concesiones de oro y petróleo y que, existiendo un profundo sentimiento antiyanqui se veían privados de competir por sus riquezas naturales.

El 6 de abril de 1914 se firma el tratado Urrutia-Thompson (llamado así por los nombres del diplomático colombiano y norteamericano que lo firmaron). Este tratado ofrecía a Colombia 25 millones de dólares como compensación, y para cuya validez era necesaria la aprobación de los congresos de las naciones firmantes. Durante la primera guerra mundial los norteamericanos (conocedores del desarrollo previsible de la lucha y molestos por tener que reconocer públicamente su intromisión en Panamá), desarrollaron faenas dilatorias que impidieron al ratificación, cuidándose, no obstante, de conservarle a Colombia la esperanza de que el tratado seria sancionado. En 1918, ante la certeza de la victoria, y desaparecido el motivo estratégico que lo hizo necesario, el tratado parecía destinado al archivo, máxime que el congreso norteamericano argumentaba que su aprobación implicaría el reconocimiento de su intervención en el asalto de panamá.

Terminada la guerra, los EE.UU. quedaron en situación privilegiada: era la única potencia beligerante que salía sin heridas mayores del conflicto, había probado su poderío en Europa, y cosechado grandes ganancias como principal abastecedora de equipos militares y productos agrícolas.

Esta coyuntura provoco una corriente expansionista que tenía que volcar principalmente sobre América Latina su zona de influencia. Existía, además, la conciencia de la importancia estratégica del petróleo, demostrada en la guerra cuando, al despertar los EE.UU., comprendieron el error cometido con la política de auto-suficiencia petrolera, ya que por ser los primeros productores y exportadores en esa época,. Poco se preocuparon por los yacimientos fuera de su territorio, lo que permitió al imperio Británico apoderarse de las zonas más ricas del planeta.

En la post-guerra, las inversiones norteamericanas aumentaron vertiginosamente en toda América Latina y multiplican los esfuerzos para controlar las materias primas claves para el desarrollo industrial.

Para los planes de la conquista del imperio norteño era un obstáculo molesto el que desde 1903 hasta fines de la primera guerra mundial no hubiera podido mejorar sus relaciones diplomáticas con Colombia, para continuar desde su obra de dominio.

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El presidente concha

El interés que despiertan los EE.UU. los terrenos petrolíferos de Colombia, y la necesidad de consolidar las conquistas logradas en ese campo por las compañías, constituyen los principales factores que obligan a un cambio de la política norteamericana. Se reaviva en el congreso estadunidense la aprobación del tratado Urrutia-Thompson.

Durante el gobierno de José María Concha (1914-1918). El departamento de estado estuvo sondeando la posibilidad de hacer modificaciones al tratado, para lograr la aprobación del senado de EE.UU. en vista de que los republicanos, encabezados por el senador Fall (ya había muerto Teodoro Roosevelt) se oponían a la aprobación del tratado original.

Era embajador de Colombia en Washington el abogado Carlos Adolfo Urueta- uno de los máximos dirigentes liberales y personaje influyente en los medios sociales y económicos, quien periódicamente informaba a el gobierno le aconsejaba tener una actitud intransigente en contra de las modificaciones. Según su concepto de persona enterada, la aceptación de cualquier modificación precipitaría nuevas exigencias que desvirtuarían por completo el espíritu del tratado.

Así informado el presidente Concha comulgaba con el parecer de Urueta, por lo cual no hubo clima favorable a las modificaciones. Sin embargo, el presidente, deseoso de atraerse la buena voluntad de los intereses norteamericanos, en la creencia que estos influirían sobre Washington para la aprobación del tratado, favoreció el traspaso de las concesiones Barco y de Mares, traspaso ilegal, dado que en estas concesiones habían caducado desde 1909 y 1907, respectivamente.

Era este el factor internacional a que se refería el ministro de obras públicas Jorge Vélez.

Que el gobierno carecía de facultades para ordenar la restitución. Lo comprueba este hecho: en 1928 una comisión parlamentaria estudio estos negocios y llego a concluir que: “no solamente el contrato (de Mares) esta caducado, si no que la resolución que así declaro fue ejecutoriada desde mediados de febrero de 1910. El gobierno carece desde este momento de facultades para dictar nuevas resoluciones relacionadas con esta materia”.

Los petroleros agradecieron el gesto, torpe para Colombia, si bien magnifico para ellos. Y el tratado continúo sin ser aprobado por cuanto Concha no aceptaba las modificaciones de los gringos.

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La Estrella polar de Marco Fidel Suarez

Correspondió el turno en la presidencia de la república a Marco Fidel Suárez, quien nunca ocultó su simpatía por los Estados Unidos. Fiel a las tradiciones de su época el señor Suárez dominaba el latín. Era un latinista. Los curas y los políticos colombianos han hablado siempre en latín buscando las mismas finalidades: que el pueblo no entienda.

Así pues, el señor Suárez, amigo de los gringos creó una doctrina política a favor de los gringos… en latín. Decía: Res Pice Polum (Mirar con piedad hacia la estrella polar); queriendo decir con ello que el “norte” de todos nuestros deseos y actos serían los Estados Unidos.

Pronto le fueron presentadas las modificaciones sugeridas por Washington. Suárez y su gabinete procedieron a estudiarlas y, hora y media después de recibirlas de manos del embajador Philip Hoffman, se aprobaron, sin entender el concepto adverso de la comisión de Relacione Exteriores8.

A pesar de la premura de Suárez, tampoco se logró la aprobación del tratado. Se cumplieron las predicciones del embajador Ureta: la primera modificación desataría nuevas exigencias. Continuaba firme la posición de Ureta a las reformas decía: “a pesar de haber golpeado las puertas para obtener para obtener que el tratado no sea nuevamente propuesto, el Congreso se clausuró hoy sin saberlo siquiera”9.

La política de ablandamiento seguía rindiendo beneficio a los autores. Los petroleros acumulaban ventajas con el señuelo de la indemnización. El gobierno accedía a sus exigencias.

Hasta este momento (1919) los norteños habían logrado en concesiones petroleras utilidades superiores a los 25 millones de dólares prometidos como indemnización por la desmembración de Panamá.

Los petroleros se dedicaron a explorar el país contrataron numerosos abogados, que amparados por su posición elevada en la sociedad y la política, allanaban todos los obstáculos a sus nuevos patronos. Ante la inexistencia de leyes específicas sobre el petróleo, interpretaban acomodaticiamente las leyes generales en beneficio de los norteamericanos, favoreciendo el traspaso de grandes propiedades nacionales a las compañías.

________________ 8. Anales de la Cámara de Representantes. Feb. 16, 1922. 9. Periódico El Espectador,Julio 31, 1928.

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A pesar de la buena voluntad de Suárez, hubo un momento en que fue indispensable ponerle freno. Y así se dictó el Decreto 1255 bis de 1919, por cuya repercusión marca uno de los periodos más candentes de la historia de los hidrocarburos colombianos.

El decreto buscaba impedir la persistencia de la situación y obligaba a las compañías a someterse a la fiscalía del gobierno en sus actividades.

Pero lo más importante del decreto es la reafirmación de la propiedad estatal sobre el subsuelo, al decir “que por decreto del libertador firmado en Quito en 1829, se declaró que toda clase de minas existentes en el territorio de la república pertenece a ésta propiedad”

La ratificación fue indispensable, dado que las legislaciones anteriores eran vagas y no “trataban concretamente sobre esta propiedad, asimilando casi siempre el petróleo a otros minerales (carbón o aluviones acuíferos)”. Esta incertidumbre facilitó la interpretación acomodaticia de las leyes. Los abogados al servicio de las compañías sostuvieron que en Colombia había dos clases de propiedad sobre el subsuelo: en terrenos con títulos de propiedad anteriores a 1873 el subsuelo era propiedad del dueño del suelo; en terrenos sin títulos de propiedad anteriores 1873, el petróleo pertenecía al estado. Procedieron en consecuencia a adquirir todos los posibles terrenos petrolíferos que previamente habían calificado como particulares.

Esta situación no era privativa de Colombia: en México había sucedido otro tanto y la revolución mexicana decretó en 1917 que la totalidad del subsuelo pertenecía a la nación. Tal era la importancia del decreto 1225 bis. Pero la falta de firmeza para defenderlo traería consecuencias graves para los intereses económicos de Colombia.

Conocido el decreto, la reacción de los intermediarios colombianos y petroleros extranjeros no se hizo esperar. La comisión de relaciones exteriores del senado de los Estados Unidos resolvió el aplazamiento indefinido de la aprobación del tratado Urrutia-Thompson prevista para un mes más tarde por “haberse recibido noticias de que Colombia ha dictado un decreto, el cual entraña… si se hace efectivo… la confiscación de las propiedades privadas del petróleo… la comisión cree que una modificación en el tratado será la mejor manera de poner a salvo los intereses americanos en Colombia”10.

________________ 10. Colombia y los Estados Unidos de América. Antonio José Uribe.

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La nueva modificación del tratado fue inmediata. El embajador de Washington en Bogotá, Hoffman Philip surgió una serie de cláusulas adicionales. Estas cláusulas conocidas con el nombre de protocolo obligaban a la nación a garantizar de por vida los derechos de los norteamericanos.

El memorando de la legación americana en Bogotá al gobierno decía: “puede decirse para mayor claridad que el petróleo se encuentra en propiedades particulares y nacionales. Una mutua inteligencia internacional (el protocolo) que fijase la manera como se entiende la propiedad de los derechos del subsuelo podría resolver el punto. En dicho documento podría expresarse entre otras cosas, que la propiedad de las tierras particulares adquiridas hasta la época de la ratificación del arreglo en cuestión y cuyos títulos no reserven expresamente derechos del subsuelo, deberían considerarse como si comprendieran los subsuelos minerales, con excepción de los minerales metalíferos, reservados al Estado desde tiempo inmemorial. Así un propietario particular de tierras con títulos legítimos podría extraer su petróleo a voluntad y negociarlo de acuerdo con las disposiciones usuales del gobierno”11.

Esta fórmula les pareció a los políticos criollos demasiado indecorosa y procedieron a lograr el mismo resultado a través de una maniobra “a la colombiana”, de igual eficacia. El problema continuaba candente. El gobierno se mostraba ávido por recibir los 25.000.000 de dólares, tras los cuales la oligarquía avizoraba jugosos contratos y el fortalecimiento de su carcomido gobierno, que le permitiera continuar cabalgando sobre el lomo de su pueblo. Sin embargo, los norteamericanos no parecían dispuestos a ceder. Y como la burda idea del embajador Phillip humillaba al país, era menester hallar un esguince leguleyo digno de los gobernantes de Bogotá, que permitiera mostrar ilesa la soberanía, lo mismo que entregar el petróleo a los norteamericanos y recibir los anhelados dólares. Esta fórmula brotará como por encanto de la “honorable” Corte Suprema de Justicia, en un episodio que bien parece de Alí Baba y los cuarenta ladrones.

La Corte Suprema de Justicia

Como el congreso norteamericano negó la aprobación del tratado Urrutia-Thompson, el embajador de Bogotá en Washington Carlos Adolfo Urueta inició el viraje sintomático de un cambio total en relación a sus posiciones anteriores opuestas a cualquier modificación del convenio. Sus mensajes cablegráficos al gobierno presagiaron desgracias tales que el asustado presidente Marco Fidel_____________________11. Periódico El Tiempo Oct., 1919

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Suárez no lograba explicarse la agresividad norteamericana contra su complaciente gobierno. La situación privilegiada de Urueta en el corazón del imperio daba a sus telegramas credibilidad. Nada permitía suponer el montaje de una farsa, por esta razón se les daba aceptación y explica la inquietud que despertaban en el país. Decía, por ejemplo, “la presente ley debe ser cuidadosamente considerada por el congreso a fin de prevenir serios conflictos y humillaciones y el peligro de la disolución nacional promovida desde su exterior”, “preveo para nosotros peor dificultad que en 1903 (robo de Panamá). En estas circunstancias no representaría yo el papel de testigo impotente ante la desgracia segura”.

El presidente Suárez aterrorizado envión como respuesta a las presiones de nuestro embajador un cablegrama que anuncia en posterior desarrollo de la farsa, al anotar que el decreto será derogado en su “momento oportuno”.

“Sírvase explicar a los interesados influyentes que este gobierno desea el desarrollo y el estímulo del capital extranjero que el decreto sobre petróleos no afecta derechos adquiridos, que este decreto está suspendido y que será revocado en el momento oportuno”. “Que se expedirá una legislación más favorable a los intereses comerciales, que la constitución colombiana garantiza los derechos de los extranjeros; y que el gobierno ha hecho representación ante la legación americana prometiendo garantizar tales derechos. He trabajado, sufrido muchísimo en los esfuerzos hechos para alcanzar la solución de esta materia; por esto sorpréndeme saber atribúyanseme designios contrarios a los que inspírenme”.

(Fdo.) Presidente Suárez.

¿Qué misterio había detrás de los cables amenazantes que hicieron correr a Marco Fidel Suarez a demandar la clemencia de los norteamericanos?

Tiempo después se descorrió la cortina y se conoció el comportamiento del embajador Urueta que bajo el gobierno de Concha y durante los primeros días de la administración Suarez recordaba la necesidad de no ceder ante Washington, pero que, en el momento mismo de expedirse el decreto 1255 bis cambió el tono e insinuó la posible invasión de marinos yanquis e hizo correr escalofríos en el ánimo del presidente Suárez.

Se comprobó que Urueta se había convertido en empleado secreto de la Standard Oil Co. De Nueva Jersey y de su filial en Bogotá la tropical Oil Co., dueña de la concesión de mares. Se explica entonces como desde su privilegiado cargo de embajador forzó al gobierno a retroceder en su decisión de reafirmar la propiedad

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nacional del subsuelo petrolífero, inventando para ello la invasión de marinos de ahí que Suarez acudió a solicitar clemencia de los “interesados influyentes”. El encargado de demandar ante la corte suprema de justicia del decreto 1255 bis fue Eduardo Gutiérrez Piñeres abogado petrolero que ejerció su profesión al servicio de las compañías durante más de medio siglo, al frente de los intereses extranjeros y de espaldas a la nación.

Elevada la demanda, el gobierno dudaba que la corte suprema de justicia diera el fallo aconsejable para él, es decir, declara inválido el decreto; por tanto, ejerció presión por medio de la comisión de relaciones exteriores.

Como si esta no fuera suficiente, y ante el equilibrio que se produjo en la votación (4 magistrados a favor y 4 en contra de la tesis), se decidió comprar el quinto voto representado en la persona del magistrado Gonzalo Pérez a quien, en premio, se le nombró visitador generar de consulados en Europa12. Fue así como se produjo el 21 de noviembre de 1919 el fallo de la Corte Suprema que, por medio de su acuerdo No. 52, declaró inválido el decreto 1255 bis, consagrando la doble propiedad de los subsuelos petrolíferos. En la práctica constituía la entrega gratuita de gran parte del petróleo de Colombia a las compañías imperialistas.

Caso impresionante es el de la zona Guaguaqui-Terán, que abarca una extensión superior a las 200.000 hectáreas, y en la cual la compañía Texas Petroleum Co. explota el petróleo que es considerado de su propiedad pagando a la nación el 1,5%, es decir, que cada 100 barriles de petróleo crudo la nación percibe tan solo uno y medio. Mientras que México rescataba su riqueza, Colombia declaraba públicamente intocables “los derechos adquiridos por ciudadanos yanquis”.

Así conjuraba la posible amenaza de invasión y conseguía el estudio y aprobación del tratado.

El propósito que buscaba la guerra telegráfica urdida por Urueta, culminó con éxito.

¿Cuánto recibió Urueta? Nunca se supo pero la suma no debió ser pequeña. Posteriormente, Urueta utilizo al capitán Flanagan-alto empleado de la Standard Oil Co. De Nueva Yersey – como intermediario para entrevistar con el senador Fall, líder la fracción republicana que con mayor fuerza atacaba al tratado.

Flanagan y Urueta convencieron a Fall de que debía cesar en sus ataques al tratado, porque de lo contrario, Colombia lesionaría los intereses petroleros de los EE.UU. Urueta dio garantías a Fall de que todas las exigencias norteamericanas_______________________12. Anales de la Cámara de Representantes Dic. 23, 1927

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en el ramo de hidrocarburos serían satisfechas13.

Se había logrado una perfecta coordinación entre los políticos representantes de intereses petroleros de los dos países.

En el norte legislan y en el sur firmamos

A pesar de las entregas, no llegaban los dólares de Tratado. Conocedores los norteamericanos de la oligarquía gobernante no pondría límites en la entrega, exigieron la expedición de una ley de petróleos, no pareciéndoles suficientes las concesiones Barco y De Mares y la derogatoria del Decreto 1255 bis por la corte suprema.

En estas condiciones, el gobierno de Suárez propuso a marchas forzadas al Parlamento un proyecto de ley que seguía fielmente los mandatos del Memorando del embajador Phillip Hoffman. El proyecto fue aprobado el 30 de noviembre en la Ley 120 de 1919. Fue el primer estatuto petrolero expedido en el país. Se aprobó en tiempo récord de un mes y coincide mágicamente con estatutos expedidos en otros países dominados.

¿Por qué procedieron con tanta premura los gobernantes y el Congreso colombiano? Porque los verdaderos redactores de la ley fueron las campañas y el Departamento de Estado de los Estados Unidos14.

El Congreso se limitó a desempeñar el papel firmón. Lo manejaron poderosos intereses: la oligarquía criolla y los norteamericanos.

A pesar de que el imperialismo y las compañías apadrinaron esta legislación, ella es menos perjudicial para los intereses nacionales de las posteriores. Una ojeada ______________________13. Periódico El Espectador Jul. 31, 192814. Ley 120 de 1919. Área máxima de las concesiones: 5.000 hectáreas; regalías para la nación: 10% del producto bruto para explotaciones entre la orilla del mar y 199 kilómetros, 6% para las situadas entre 200 y 399 kilómetros, 4% para las situadas a Más de 400 kilómetros; valor anual de los arrendamientos (canon superficiario) 10 centavos por hectárea para el primer año, 20 centavos para el segundo año, 50 centavos para el tercer año, 20 centavos para el cuarto año y los siguientes; se facultaba al gobierno para que si pasados 20 años sin explotar un terreno de subsuelo de propiedad particular; el gobierno podía obligarlo a ser explotado mediante la fijación de un impuesto anual de 5 pesos por hectárea; establecía un principio de competencia entre las compañías interesadas en explotar un área al fijarse el principio de que la nación otorgaría el permiso a quien diera más ventajas. El plazo de las concesiones se fijaba en 20 años, prorrogables por 10 más a voluntad del Estado: el personal colombiano empleado no sería inferior al 50% del total; se creaba una zona de reserva de la nación en el golfo de Urabá y la totalidad de la costa Pacífica.

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a las páginas de la historia cómo el camino recorrido por la legislación colombiana ha sido exactamente el inverso al de los demás países dependientes o colonias productoras de petróleo. Mientras estos han conquistado día a día beneficios en su favor recortando posesiones y utilidades de los extranjeros, Colombia, paradójicamente, fue cediendo cada vez más su soberanía, reforzando su dependencia del extranjero y otorgando ventajas de tal magnitud como no soñaron jamás los propios interesados. La ley fue recibida con aplausos en el Senado americano, como lo confirma el informe que rindió el Subcomité de la Comisión de Relaciones Exteriores, “la ley es muy liberal por cuanto invita al capital de los EE.UU. a ir a desarrollar la industria del petróleo. En consecuencia, recomendamos que se devuelva el tratado Urrutia-Thompson tal como vino, a fin de que pase al Senado para su aprobación definitiva.

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tido en empleado secreto de la Standard cuando aún era embajador de Colombia en Washington; haber planeado la negociación del oleoducto a espalda del Congreso, etc.18

La Cámara de Representantes designó una comisión investigadora integrada por Rafael Campo y el escritor José Eustasio Rivera.

Se sellaron e investigaron los archivos de la Andian National Corporation en Bogotá, y…

En la correspondencia aparecieron revelaciones sensacionales. La compañía había pensado minuciosamente en todo y sus fechorías habían obedecido a un plan metódico, del cual no debía quedar rastro. Sin embargo, confiadamente, todo lo consigno en su correspondencia. Jamás se imaginó que algún día cualquier extraño pudiera escarbar los archivos.

En primer término, se vio las claves utilizadas en la correspondencia de la Andian eran las mismas del código secreto de la Standard, y se confirmó la sospecha de que tanto la Andian como la Tropical eran ramas del mismo árbol: La Standard Oil Co. De Nueva Jersey (Rockefeller).

Se comprobó que Urueta entró al servicio de la compañía antes de renunciar a su cargo de embajador. No se pudo precisar el monto de los dineros recibidos y, Urueta se negó a permitir que se escudriñara su cuenta en un banco en Nueva York, agregando que, ‘’no hay un solo deposito que no sea licito como es natural tratándose de un hombre de mi moral y costumbres’’.

El señor presidente

Elegido presidente de la república Pedro Nel Ospina antes de su posesión emprendió viaje a los Estados Unidos.

En sus correrías por Colombia en 1919, Flanagan se había preocupado por tratar amistad con los políticos notables y pedro Nel Ospina no era la excepción. Enterado del viaje del Mandatario a Nueva York, desplegó sus atenciones, incluyendo la de alojarlo.

Flanagan tenía urgencia de que Urueta viajara a Nueva York durante la permanencia de Ospina como su huésped a fin de ultimar detalles del contrato del oleoducto.

_______________________18. Todos los documentos referentes a este negociado aparecieron en ediciones sucesivas en el periódico EL ESPECTADOR. Septiembre y octubre de 1925.

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Urueta no pudo despachar los asuntos urgentes de la compañía en Bogotá, pero decidió salir al encuentro de Ospina en Cartagena, siguiendo instrucciones de Flanagan. Tomo una lancha y subió al barco en que regresaba Ospina, antes de atracar en el muelle, para tener la oportunidad de conversar a solas con el presidente. Posteriormente ‘’ por razones que Ud. Comprenderá fácilmente, ni él ni yo estaríamos aconsejable hacer el viaje de regreso a Bogotá en el mismo vapor’’ explicaba Urueta en telegrama a Flanagan.

La pesca de las sardinas

En la correspondencia entre Urueta y Flanagan desfilan todos los personajes de la política cuyo concurso era necesario para lograr los planes y, en ocasiones, aparece también el precio por el que se vendieron.

Se precisaba contratar a Esteban Jaramillo. Después del habitual regateo, dilatado por las ambiciones de Jaramillo, Urueta informa: ‘’aun cuando las aspiraciones de Jaramillo eran un tanto exageradas, al fin hube de reducirlas a dos mil dólares’’.

Faltaba granjearse la buena voluntad del magistrado Sixto A. Zerda, Consejero de Estado, uno de quienes más objeciones habían interpuesto al contrato rechazado por el gobierno.

Los funcionarios de la Andian en Bogotá se enteraron de que el párroco de Ventaquemada (Boyacá) era amigo y consejero espiritual del Dr. Zerda. Decidieron cortejar al cura, y le regalaron un automóvil Ford.

Fue un sensible impacto al corazón de Sixto A. Zerda. La Andian encaramo en el mismo Ford, de precio económico, al magistrado y al cura. Para esta época- y para fortuna de la Andian- uno de los hijos del Dr. Zerda decidió estudiar en los EE.UU. Los servicios de inteligencia de la compañía se percataron y pusieron en el norte todo su aparato al servicio del afortunado mozalbete, que fue cogido como un príncipe oriental. Lo colocaron en la universidad, en compañía del hijo Flanagan y le pagaron por adelantado un año de estudios. Este rasgo, sumado a los consejos del cura de ventaquemada que, merced al Ford de la Andian podía viajar con más frecuencia a Bogotá a impartir sus consejos al consejero de estado, fue suficiente para que zerda abandonara sus escrúpulos.

Convencido de su triunfo. Urueta se ausentó de Bogotá antes de que el consejo de estado se pronunciara su fallo sobre el contrato del oleoducto. No sin informar antes a Flanagan: “tengo motivos para creer que será favorable”.

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Cómo fabricar una opinión publica

Neutralizados el ex ministro esteban Jaramillo y el consejo de estado Sixto A. Zerda, era indispensable movilizar la opinión pública mediante plebiscitos: cartas de personas influentes, declaraciones públicas. Editoriales de la prensa, etc. El personaje indicado para coordinar la campaña fue Pedro Olarte, quien llevo sus habilidades hasta crear plebiscitos “espontáneos” en todos los departamentos por los cuales cruzaría el oleoducto. En ellos exigía evitar demoras en la aprobación del contrato, las que perjudicarían los intereses departamentales. poco demoro este personaje en reclamar sus servicios bajo la forma de “préstamo”: “Pedro Olarte ha continuado prestando valiosos servicios. Me pide un préstamo de mil dólares. ¿Me autoriza usted?”.

Y la rápida respuesta de Flanagan desde nueva york: “Queda ud. Autorizado para hacer el préstamo, firmado Flanagan”. En resumidas cuentas; Esteban Jaramillo dos mil dólares y comisión si resulta el negocio; Pedro Olarte, un préstamo de mil dólares.

La pesca de la ballena

Se ha visto los manejos de la Andian para lograr el concurso de los peces pequeños: las sardinas. El papel principal corresponde al pez gordo: el señor presidente.

Dejemos a Ospina y Urueta remontando el rio magdalena en embarcaciones diferentes para evitar sospechas. Cada uno abstraído en sus propios pensamientos. Tan absortos que hacen caso omiso del calor y los mosquitos del trópico: reflexionando como lograr de la Andian el mayor dinero posible por la firma del contrato.

Un obstáculo podía interponerse: la intervención del congreso en el estudio del contrato. Debía evitarse el riesgo; y para ello los dos personajes aunaron la acción y esperaron que el congreso terminara sus sesiones ordinarias para perfeccionar el contrato en su ausencia. Todas las sugerencias de Urueta a Flanagan eran conocidas directamente por Ospina (que en los cables de la Andian aparece identificado con la clave secreta Unira) quien daba su visto bueno.

Unira (Pedro Nel Ospina) estaba al tanto de todas las gestiones y era quien dictaba la táctica pertinente.

Flanagan continuaba urgiendo a Urueta para que representara el contrato. Estaba impaciente pero ante la taimada posición de unira. Decidió esperar.

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Por fin, en la segunda semana de febrero, se dieron todas las condiciones favorables a la Andian para l presentación del contrato al recién nombrado ministro de obras públicas, Aquilino Villegas.

Fue preciso hacer ligeras modificaciones al contrato para hacerlo dirigible por el consejo de ministros. Flanagan se oponían a los cambios, pero cedió ante el argumento de Urueta de que un contrato similar “no volverá a ser otorgado en este país”.

Como continuaba la demora, Urueta pensó que el general Ospina estaba enfrascado en el estudio del contrato.

Flanagan intuía la razón de la demora: Pedro Nel Ospina esquivaba la respuesta, a fin de entrevistarse con él. Urueta había ejecutado la tarea inicial de allanar el camino. Pero Urueta y Ospina eran rivales políticos, liberales y conservadores respectivamente. Ospina temía recibir directamente su soldada de manos de Urueta, ya que cualquier discrepancia en el futuro haría vulnerable su posición. Ospina se limitaba a esperar tranquilamente la llegada de flanagan. Y la respuesta del gringo no se hizo esperar: viajó a Bogotá el 30 de mayo.

De lo restantes no existen documentos. Se desconoce cuánto hubo de desembolsar Flanagan por la aprobación. En todo caso no debió ser pequeña la suma. Días después de su arribo a Bogotá, el 30 de agosto de 1923, logro que Ospina impartiera su aprobación y que al dia siguiente su consejo de ministros. La comisión investigadora expreso: “venido Flanagan al país, obtuvo en pocos días no solo la firma del contrato sino la inmediata consideración de consejos de ministros y la consiguiente aprobación del poder ejecutivo, resultados no pudo lograr el apoderado del Andian (Urueta) en más de un año de asiduos esfuerzos”.

Firmado: José Eustasio Rivera Rafael campo

No debió ser poco el dinero de Pedro Nel Ospina cobro a Flanagan, pues un tanto después, (1930) ya falleció el general Ospina, Flanagan declaro el nueva york, al ser acusado con sus tratos con el mandatario colombiano cuando era su huésped en aquella ciudad, que “no había tratado el negocio del oleoducto con el general Ospina porque, en su sentir, este era sino un traficante, y que si hubiera tratado con él, se había comprometido con las Texas Oil Co. O con cualquiera otra compañía que él hubiera ofrecido unos cuantos denarios más”19.

_______________________19. Revista América Futura. Nueva York, 1936

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Culpables… pero no pasa nada

La investigación parlamentaria comprobó todas y cada una de la acusaciones formuladas por Pedro Nel Ospina y sus cómplices. Pero no produjo ningún resultado. La comisión investigadora no era un tribunal con poderes para dictar justicia. Debería limitarse a presentar sus pruebas al parlamento, dominado en su mayoría por el partido conservador. Este resultaba el principal afectado, ya que la acusación comprometía no solo autores directos dl crimen contra la nación. Sino a él como la colectividad política gobernante. Y Como dueño hegemónico del poder, se negó a pronunciarse sobre los resultados de la investigación. En tanto que grupo dirigente, poseía intereses en lo negociado, por el gran número de comprometidos, por sus ligazones de amistad, familia o negocios y por plebiscitos firmados y optó por ignorar los cargos. Entendía que de aceptarlos, la culpabilidad caería sobre el grupo mismo.

En consecuencia, Ospina se mantuvo en el poder hasta 1926, se retiró y vivió el resto de sus años rodeado de honores y alabanzas. Al morir, su recuerdo paso a la galería de los Padres de la Patria, como uno de los más ilustres del siglo XX. Carlos Adolfo Ureta, jefe del liberalismo, fue absuelto años más tarde por su partido que lo reivindicó cuando, en 1930 Esteban Jaramillo continuo reinando durante muchos años, trampeando y colocando todo el peso de su prestigio y sus vinculaciones al lado del imperio norteamericano, hasta cuando murió el viejo, colmado de honores, y aun se le recuerda como a uno de los grandes valores de la nación.

El encime: dos leyes petroleras

Dos leyes de petróleo se dictaron durante el periodo de Pedro Nel Ospina: la 14 de 192320 y la 72 de 192521, que daban nuevas ventajas a los extranjeros._______ 20. ley 14 de 1923. Disminuyó los arrendamientos anuales por hectárea (cañón superficiario) a 10 centavos por año y por hectárea: aumentó el plazo de las concesiones creando un periodo previo de exploración de 5 años; alargó prórroga de 10 a 20 años: estableció una nueva prórroga de 5 años en el periodo de exploración “teniendo en cuenta los inconvenientes que para esa exploración hubieren comprobado plenamente los concesionarios”/.

21. ley 72 de 1925. Aparece el principio de “reversión de la reversión” consistente en establecer paulatinamente condiciones y salvedades en la reversión total (llámase reversión de la obligación de la compañías de volver gratuitamente del estado los terrenos y la totalidad de las instalaciones al finalizar el contrato). En las Leyes anteriores se decía que el termino del contrato “la nación adquiere gratuitamente la propiedad de la maquinaria e instalaciones que hubiere dentro del perímetro de la concesión”, ahora se dice que la nación adquiere “las mejoras que no puedan trasladarse a otro lugar”. Se han hecho regalos fundamentales a los norteamericanos y éste es uno de ellos ya que la reversión se hará tan solo de pozos agotados y de maquinaria deteriorada “que

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no pueda trasladarse a otro lugar”. Se suprime el valor del arrendamiento anual por hectárea pagadero a la nación (cañón superficiario).

Vamos viendo las leyes se tornan óptimas para los petroleros y perjudiciales para el estado. Esta será la constante de la legislación colombiana en punto a petróleo. Los principios positivos para el estado que afloran en cualquier legislación, los borra y anula la siguiente ley, en tanto que las gabelas obtenidas por las compañías se acumulan y acrecientan a medida que surgen nuevas leyes.

Caducidad de la concesión Barco

En 1926 Carlos Bravo, ministro de industrias de la administración Ospina, declaró caducada la concesión Barco por resolución ejecutiva de febrero 3. Esta concesión había sido otorgada en 1905, y veinte años después tan solo se utilizaba para toda suerte de especulaciones bursátiles.

¿Qué buscaba el gobierno de Pedro Nel Ospina con la caducidad?

Conocidos todos los atropellos cometidos por este gobierno contra el país, es imposible suponer que lo movían los intereses de la nación. No eran esos sus propósitos. La medida perseguía varios objetivos. Se trataba de parte de un plan que buscaba la reagrupación de las fuerzas políticas en torno al régimen, después del desprestigio causado por la publicación de la correspondencia Ureta-Flanagan.

Además, los intereses del grupo Rockefeller querían arrebatar la concesión a sus rivales, y sugirieron la caducidad.

Grandes intereses petroleros, tanto nacionales como norteamericanos, se movieron entre bastidores durante el proceso. Los propietarios, la Colombian Petroleum Company (Colpet), enterados con anticipación se preparaba la caducidad, traspasaron su acciones al entonces secretario del tesoro de los Estados Unidos, Andrew Mellon, renombrado millonario petrolero. El traspaso de la Barco se realizó menos de un mes antes de declararse la caducidad, cuyo estudio demoró 90 días.

Andrew Mellon compró las acciones en la certeza de que como miembro del gobierno de los EE. UU. Podría realizar una conjunción feliz entres sus intereses personales y los del imperio que representaba, y presionar con eficacia sobre el débil país colombiano por la restitución de la concesión.

Durante el quinquenio que se avecina (1926-1931), Mellon conquistará con ventajas la restitución. En el camino hubo de utilizar todas las argucias a su alcance: desde la ceremoniosa solicitud diplomática hasta el soborno y el boicoteo económico.

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José Antonio Montalvo

Con la consagración de la doble propiedad de los subsuelos petrolíferos y dueños de los yacimientos más valiosos (concesiones Barco y De Mares), las compañías en la década de 1918-1927 quedaron libres para perseguir su sueño: acaparar la mayor cantidad de terrenos con posibilidades de petróleo que poseyeran títulos con anterioridad a 1873. Fácil les quedaba falsificar los títulos. Los abogados colombianos al servicio de los petroleros encontraban medios de hacer proliferar las titulaciones dudisoas22, de descubrir y desempolvar olvidadas cedulas reales. Con esos hallazgos originaban especulaciones en terrenos posiblemente petrolíferos. Aparece un nuevo personaje: el abogado petrolero. Se le encuentra siempre trabajando desde las más acostumbradas posiciones, escondiendo

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22. “investigación criminal en títulos petroleros”. “serán materia de investigación las copias de las escrituras… que habían sido amparadas por la compañía que dice ser propietaria en la legación inglesa… el comisario pudo demostrar que en ella existían muy graves errores”. El país, marzo 22 de 1932.

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Celosamente su propósitos; emplea su cerebro y su pasión para engrandecer las compañías extranjeras en trueque de unos cuantos dólares. Ha sido el arquitecto de una legislación que, elaborada lenta y tenazmente, logro conformar en veinte años (1905-1926) toda una estructura sólida para los inversionistas yanquis que, resguardados de competencias por la doctrina Monroe (América para los americanos… del norte) y la doctrina de la Estrella Polar (mirar piadosamente al norte), de Suárez lograron que el petróleo de la concesión De Mares, producido por obreros colombianos y de bajas regalías para el Estado, fuera pagado por Colombia a los precios más altos del mundo23.

La producción de la concesión De Mares se inició en 1922 (17años después de ser otorgada). La concesión Barco caducó en 1926 por no realizar durante 20 años labores de explotación. Así las cosas del presidente Miguel Abadía Méndez (1926-1930), sucesor del general Ospina, nombró ministro de industrias a José Antonio Montalvo, joven abogado conservador que había estudiado y seguido de cerca tanto el desarrollo da la política petrolera del general Mosconi en la Argentina como la política nacionalista de México.

Se ratifica caducidad de la concesión Barco

Con el ascenso de Abadía Méndez. Mellon creyó llegado el momento de reiniciar sus gestiones y, en 1928 solicito la revocatoria de la caducidad.

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Pero las cosas no le marcharon muy bien. El ministro de industrias amplió los conceptos formulados en la caducidad original, y la ratifico el 4 de agosto de 1928.

El secretario de estado norteamericano Kellog presionó mediante el envió de notas en las que simulaba que el único interés de su país radicaba en que se aclarara la posición de

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23. el precio de la gasolina en Bogotá es de 86 centavos el galón… la tropical está obligada a dar en Barrancabermeja el precio que tenga el artículo en Nueva York, y en aquella ciudad vale el galón 8,25 centavos.

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Bogotá frente a la concesión Barco, y no que se revocara la caducidad24.

Es esta una de las pocas ocasiones el que el gobierno colombiano se ha mostrado intransigente al negarse a aceptar el dialogo a nivel diplomático sobre la caducidad, puesto que se trataba de un problema de su incumbencia.

Cuando los Estados Unidos entendieron que el gobierno, con el apoyo popular, incluyendo la oposición, defendía sus legítimos derechos, pasó de las amenazas a las vías del hecho: cerró los créditos estatales y alerto a los banqueros y posibles fuentes de capital, previniéndoles que Colombia no se hallaba en condiciones de contraer nuevas responsabilidades25.

Era necesario esperar los resultados del embargo a los créditos, de efectos no inmediatos, que unido al deterioro de la situación interna del partido conservador, podrían producir los frutos deseados. Estados Unidos, su Departamento de Estado y Mellon, decidieron no agitar más el asunto en espera de los efectos. Con mayor razón porque sus medidas habían resultado contraproducentes: el país se había consolidado en una sola voluntad frente al chantaje, y el sentimiento anti yanqui, aparentemente adormecido, volvía a adquirir peligrosa virulencia.

La prudencia aconsejaba esperar el impacto de la restricción de los créditos sobre la economía colombiana, y que “un gobierno débil, complaciente o desprevenido, se prestara a revalidar la Concesión Barco con buenas o malas razones”. Como la vaticinó el periódico El Tiempo. No tardara en presentarse la ocasión.

Proyectos… proyectos

Montalvo no era el hombre que se diera por derrotado en el primer enfrentamiento, y menos aún, si tenía apoyo para poner orden en la caótica situación que encontró al asumir el

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24. extractos del relator de la Cámara de Representante. Informe del Ministerio de Relaciones Exteriores.

25. periódico El Espectador. oct. 27,1928.

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