Personas en situaciÒn de calle: una tragedia casi invisible

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EL UNIVERSAL Viernes 7 de febrero de 2 02 0 CULTURA A31 Aurora es una muchacha de 16 años que quedó embaraza- da y que, ante los prejuicios morales, la ira y la incompren- sión de sus padres y herma- nos, se vio obligada a abandonar su hogar. Ahora pernocta debajo de un puente vehicu- lar, junto a otros jóvenes. ¿Quiénes más integran la población que vi- ve en situación de calle, es decir, que realiza todas sus actividades de supervivencia en el espacio público de las urbes? Entre otros, ni- ños y niñas que sufrían un trato violento y/o abuso sexual en su casa y huyeron de ella; per- sonas con preferencias sexuales distintas que fueron repudiadas por sus seres queridos; adultos mayores jubilados, sin familia, que perdieron su vivienda como consecuencia de un embargo, un incendio, una inundación o un sismo; migrantes (nacionales e internacio- nales) que lograron llegar a la capital pero no han encontrado trabajo… De acuerdo con Alí Ruiz Coronel, investiga- dora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y especialista en el tema, la vida en situación de calle tiene tres características que lo hacen un fenómeno social complejo. “Es multicausal: lo origina no una sola, sino un conjunto de causas, por ejemplo, ser pobre, migrante y étnicamente diferente; implica un proceso, con una fase de riesgo, una fase inicial y una fase de arraigo en la que la persona asu- me, como parte de su identidad, el hecho de ser de la calle; y es relacional: se da a partir de la interacción del individuo con su entorno so- cial y natural. Por eso resulta tan difícil abor- darlo científicamente”, apunta. Fenómeno social urbano La vida en situación de calle es un fenómeno social netamente urbano. ¿Por qué? Porque, a diferencia de lo que ocurre con la gente de lo- calidades pequeñas, que se conoce, interactúa con frecuencia y establece lazos afectivos muy sólidos, los habitantes de las urbes interactúan de manera superficial, breve y anónima, lo cual da como resultado que sus frágiles vín- culos se rompan fácilmente. “De acuerdo con el sociólogo alemán Georg Simmel, frente a la extraordinaria cantidad de estímulos que hay en las ciudades, sus habi- tantes adoptan lo que denominó una actitud bl a s é : se vuelven insensibles a ellos. Es como una estrategia de supervivencia, pues si, por ejemplo, valoráramos en toda su magnitud la tragedia que representa cada niño o joven limpiaparabrisas que vemos, seguramente llegaríamos a un punto en que ya no podría- mos salir a la calle. Son tantas las cosas que nos tocan y no podemos cambiar, que adop- tamos esa actitud insensible”, apunta Ruiz Coronel. Censos Censar a las personas que viven en situación de calle es una empresa casi imposible. La me- todología es inadecuada, sobre todo porque casi todas se empeñan en ocultarlo o, de plano, no hablan de ello, pues no se enorgullecen de vivir así. Los censos que se han hecho alcanzan a ver únicamente la superficie del problema. Ahora bien, registrar la superficie del problema como si fuera todo el problema da la impresión de PROYECTO UNAM Texto: Roberto Gutiérrez Alcalá [email protected] Empoderamiento económico de las mujeres El Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM invita a la con- ferencia “Igualdad de género y empoderamiento económico de las mu- jeres para el desarrollo sustentable”, que dictará Nadima Simón Domín- guez, el 18 de febrero a las 11:00 horas en la Sala de Videoconferencias del citado instituto, en Ciudad Universitaria. Comentaristas: María Luisa González Marín y Felipe Torres Torres. ESPECIAL Países ricos también son vulnerables a la crisis climática De acuerdo con Carlos Gay García, coordinador del Programa de Inves- tigación en Cambio Climático de la UNAM, la vulnerabilidad ante la ac- tual crisis climática no es exclusiva, ni mucho menos, de países con eco- nomías en transición o poblaciones empobrecidas. “Es importante to- mar en cuenta el caso de los recientes incendios en Australia para replan- tear el alcance de la política climática en México, revisar la visión preven- tiva de la política forestal y el trata- miento que se le da a los incendios forestales, y analizar el primer perio- do del Acuerdo de París”, agregó el univer sitario. ESPECIAL Diseña impresora 3D para regenerar los huesos Aarón Misael Ortiz de la O, alum- no del Posgrado en Diseño In- dustrial de la UNAM, diseñó una impresora 3D que, con materia- les biodegradables, reproduce estructuras porosas muy peque- ñas con alta resolución que ayu- dan a regenerar los huesos. Con este prototipo, denominado Bio- maker, el universitario obtuvo un pase para representar a la UNAM en el Global Grad Show 2019, en la Dubai Design Week, encuentro donde estudiantes, académicos, empresarios e inversionistas del mundo exhiben, dan a conocer, analizan y evalúan sus proyectos de diseño. Personas en situación de calle: una tragedia casi invisible En la Ciudad de México esta población sigue siendo, en su mayoría, masculina y joven, pero se registra un aumento de mujeres que el problema es menor de lo que en rea- lidad es. “En efecto, esas personas tratan de ocultar su situación. Por eso viven en zonas de difícil ac- ceso. Y cuando el encuestador se hace presente, siempre hay algunas que no se cuentan porque están en otro lado: en una esquina, limpiando parabrisas, lanzando fuego por la boca o ha- ciendo juegos malabares; en un hotel, con una pareja temporal; detenidas en una delegación policiaca; heridas en un hospital...” Además, en la fase de riesgo, por lo general no tienen ninguna adicción, conservan algu- nos vínculos y siguen manteniéndose asea- das, por lo que nadie las podría identificar co- mo personas en situación de calle. “Es más, en esa fase, ellas mismas no se asu- men como tales. Y si el encuestador sólo puede identificarlas por su apariencia, pero su apa- riencia no es de calle, entonces no se contarán. De este modo, las únicas personas en situación de calle que se cuentan son las que en inglés reciben el nombre de chronically homeless y nosotros llamamos personas arraigadas a la calle, cuya apariencia física descuidada es evi- d e n te”, añade la investigadora. Se debe tomar en cuenta que una crisis eco- nómica, un incendio, una inundación o un sis- mo también pueden orillar a muchas perso- nas a vivir, temporal o definitivamente, en si- tuación de calle. “En el caso de los sismos del 19 de septiem- bre de 1985 y de 2017 en la Ciudad de México, si se hubiera levantado un censo de las per- sonas que vivían en situación de calle después de ellos, los números habrían sido altos, pero falsos, es decir, habrían dado una idea del pro- blema muy distinta de la que se hubiese ob- tenido de haberse levantado otro censo en otro m o m e n to”, indica. A pesar de todo, bajo el nombre “Tú también c u e n t a s”, el Instituto de Asistencia e Integra- ción Social (ya desaparecido) logró levantar en la Ciudad de México varios censos de las per- sonas en situación de calle, con una metodo- logía denominada “punto en el tiempo”. “En 2010 contabilizó 2 mil 759; en 2011, 3 mil 49; en 2012, 3 mil 282; en 2013, 4 mil 014; y en 2019, 4 mil 354... Como se ve, el problema ha ido creciendo cuantitativamente. En su mayo- ría, la población de personas en situación de calle sigue siendo masculina y joven, pero sí se registra un aumento de mujeres. Antes eran ni- ños, ahora, por muchas razones, son jóvenes; una de ellas es que esos niños crecieron y no pudieron dejar la calle. Por otro lado, no po- demos hablar de una cifra nacional porque muchas ciudades no disponen de los instru- mentos necesarios para levantar un censo de esta naturaleza”, dice Ruiz Coronel. Organizaciones de la sociedad civil En el artículo 16, fracción K, de la nueva Cons- titución Política de la Ciudad de México, se puede leer: “1. Esta Constitución protege a las personas que habitan y sobreviven en las ca- lles. Las autoridades adoptarán medidas para garantizar todos sus derechos, impidiéndose acciones de reclusión, desplazamiento forza- do, tratamiento de rehabilitación, interna- miento en instituciones o cualquier otra, sin su autorización. Se implementarán medidas destinadas a superar su situación de calle. 2. Las autoridades adoptarán las medidas nece- sarias para salvaguardar la dignidad y el de- sarrollo de las niñas, niños y adolescentes en situación de calle, evitándose su participación en actividades que atenten contra su seguri- dad e integridad.” Al respecto, la investigadora universitaria comenta: “Esta fracción es muy buena y avan- zada. El problema es su implementación en la vida real. También está el Protocolo Interins- titucional de Atención Integral a Personas en Riesgo de Vivir en Calle e Integrantes de las Poblaciones Callejeras en la Ciudad de México, cuya puesta en práctica recae en una sola ins- tancia: el Programa de Atención Integral a Per- sonas Integrantes de la Poblaciones Callejeras, del gobierno de la Ciudad de México, que les brinda asistencia básica como servicio médico y psiquiátrico, alimentación, baño, ropa, co- bijas y un lugar para pernoctar. Posteriormen- te, este programa los canaliza al proceso de in- tegración social por medio de brigadas del Ins- tituto para la Atención a Poblaciones Priori- tarias. Sin embargo, los recursos son escasos para un población cada vez más grande y con unas demandas muy particulares: tratamien- to médico y psiquiátrico, desintoxicación, vi- vienda... Así, aunque haya una ley con una idea correcta, carece de los canales apropiados para que sea implementada con eficacia.” Esta deficiencia se compensa con el trabajo de organizaciones de la sociedad civil como Ednica, El Caracol, Pro Niños y Casa Alianza, que a lo largo de más de tres décadas han atendido a las personas que viven en situa- ción de calle. “Lo malo es que, de un tiempo acá, estas or- ganizaciones han recibido menos recursos y han sido objeto de ataques cuya intención es desprestigiarlas y desacreditarlas. Pero ellas son las que han afrontado este fenómeno so- cial, las que lo conocen a fondo. En vez de ata- carlas, habría que apoyarlas más”, concluye la investigadora. b FOTOS: MAYRA GONZÁLEZ DE LA CRUZ “En relación con este tema, otro cambio que se ha visto en los últimos 10 años en la Ciudad de México es que ahora hay una tercera generación de personas que viven en situación de calle, lo cual quiere decir que son hijos de otras que siempre han estado en situación de calle y que, a su vez, son descendientes de otras que se vieron orilladas a buscar en la calle un lugar para vivir. Es un fenómeno horrible y novedoso” ALÍ RUIZ CORONEL Investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM

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EL UNIVERSAL Viernes 7 de febrero de 2 02 0 CULTURA A31

Aurora es una muchacha de16 años que quedó embaraza-da y que, ante los prejuiciosmorales, la ira y la incompren-sión de sus padres y herma-

nos, se vio obligada a abandonar su hogar.Ahora pernocta debajo de un puente vehicu-lar, junto a otros jóvenes.

¿Quiénes más integran la población que vi-ve en situación de calle, es decir, que realizatodas sus actividades de supervivencia en elespacio público de las urbes? Entre otros, ni-ños y niñas que sufrían un trato violento y/oabuso sexual en su casa y huyeron de ella; per-sonas con preferencias sexuales distintas quefueron repudiadas por sus seres queridos;adultos mayores jubilados, sin familia, queperdieron su vivienda como consecuencia deun embargo, un incendio, una inundación oun sismo; migrantes (nacionales e internacio-nales) que lograron llegar a la capital pero nohan encontrado trabajo…

De acuerdo con Alí Ruiz Coronel, investiga-dora del Instituto de Investigaciones Socialesde la UNAM y especialista en el tema, la vidaen situación de calle tiene tres característicasque lo hacen un fenómeno social complejo.

“Es multicausal: lo origina no una sola, sinoun conjunto de causas, por ejemplo, ser pobre,migrante y étnicamente diferente; implica unproceso, con una fase de riesgo, una fase inicialy una fase de arraigo en la que la persona asu-me, como parte de su identidad, el hecho deser de la calle; y es relacional: se da a partir dela interacción del individuo con su entorno so-cial y natural. Por eso resulta tan difícil abor-darlo científicamente”, apunta.

Fenómeno social urbanoLa vida en situación de calle es un fenómenosocial netamente urbano. ¿Por qué? Porque, adiferencia de lo que ocurre con la gente de lo-calidades pequeñas, que se conoce, interactúacon frecuencia y establece lazos afectivos muysólidos, los habitantes de las urbes interactúande manera superficial, breve y anónima, locual da como resultado que sus frágiles vín-culos se rompan fácilmente.

“De acuerdo con el sociólogo alemán GeorgSimmel, frente a la extraordinaria cantidad deestímulos que hay en las ciudades, sus habi-tantes adoptan lo que denominó una actitudbl a s é : se vuelven insensibles a ellos. Es comouna estrategia de supervivencia, pues si, porejemplo, valoráramos en toda su magnitud latragedia que representa cada niño o jovenlimpiaparabrisas que vemos, seguramentellegaríamos a un punto en que ya no podría-mos salir a la calle. Son tantas las cosas quenos tocan y no podemos cambiar, que adop-tamos esa actitud insensible”, apunta RuizC oronel.

C e n sosCensar a las personas que viven en situaciónde calle es una empresa casi imposible. La me-todología es inadecuada, sobre todo porquecasi todas se empeñan en ocultarlo o, de plano,no hablan de ello, pues no se enorgullecen devivir así.

Los censos que se han hecho alcanzan a verúnicamente la superficie del problema. Ahorabien, registrar la superficie del problema comosi fuera todo el problema da la impresión de

PROYECTO UNAMTexto: Roberto Gutiérrez Alcalá

ro [email protected]

Empoderamiento económico de las mujeresEl Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM invita a la con-ferencia “Igualdad de género y empoderamiento económico de las mu-jeres para el desarrollo sustentable”, que dictará Nadima Simón Domín-guez, el 18 de febrero a las 11:00 horas en la Sala de Videoconferenciasdel citado instituto, en Ciudad Universitaria. Comentaristas: María LuisaGonzález Marín y Felipe Torres Torres.

E S P E

C I A L Países ricos también

son vulnerablesa la crisis climática

De acuerdo con Carlos Gay García,coordinador del Programa de Inves-tigación en Cambio Climático de laUNAM, la vulnerabilidad ante la ac-tual crisis climática no es exclusiva,ni mucho menos, de países con eco-nomías en transición o poblacionesempobrecidas. “Es importante to-mar en cuenta el caso de los recientesincendios en Australia para replan-tear el alcance de la política climáticaen México, revisar la visión preven-tiva de la política forestal y el trata-miento que se le da a los incendiosforestales, y analizar el primer perio-do del Acuerdo de París”, agregó eluniver sitario.

E S P E

C I A L Diseña impresora

3D para regenerarlos huesosAarón Misael Ortiz de la O, alum-no del Posgrado en Diseño In-dustrial de la UNAM, diseñó unaimpresora 3D que, con materia-les biodegradables, reproduceestructuras porosas muy peque-ñas con alta resolución que ayu-dan a regenerar los huesos. Coneste prototipo, denominado Bio-maker, el universitario obtuvo unpase para representar a la UNAMen el Global Grad Show 2019, enla Dubai Design Week, encuentrodonde estudiantes, académicos,empresarios e inversionistas delmundo exhiben, dan a conocer,analizan y evalúan sus proyectosde diseño.

Personas en situaciónde calle: una tragediacasi invisibleEn la Ciudad de Méxicoesta población siguesiendo, en su mayoría,masculina y joven,pero se registra unaumento de mujeres

que el problema es menor de lo que en rea-lidad es.

“En efecto, esas personas tratan de ocultar susituación. Por eso viven en zonas de difícil ac-ceso. Y cuando el encuestador se hace presente,siempre hay algunas que no se cuentan porqueestán en otro lado: en una esquina, limpiandoparabrisas, lanzando fuego por la boca o ha-ciendo juegos malabares; en un hotel, con unapareja temporal; detenidas en una delegaciónpoliciaca; heridas en un hospital...”

Además, en la fase de riesgo, por lo generalno tienen ninguna adicción, conservan algu-nos vínculos y siguen manteniéndose asea-das, por lo que nadie las podría identificar co-mo personas en situación de calle.

“Es más, en esa fase, ellas mismas no se asu-men como tales. Y si el encuestador sólo puedeidentificarlas por su apariencia, pero su apa-

riencia no es de calle, entonces no se contarán.De este modo, las únicas personas en situaciónde calle que se cuentan son las que en inglésreciben el nombre de chronically homeless ynosotros llamamos personas arraigadas a lacalle, cuya apariencia física descuidada es evi-d e n te”, añade la investigadora.

Se debe tomar en cuenta que una crisis eco-nómica, un incendio, una inundación o un sis-mo también pueden orillar a muchas perso-nas a vivir, temporal o definitivamente, en si-tuación de calle.

“En el caso de los sismos del 19 de septiem-bre de 1985 y de 2017 en la Ciudad de México,si se hubiera levantado un censo de las per-sonas que vivían en situación de calle despuésde ellos, los números habrían sido altos, perofalsos, es decir, habrían dado una idea del pro-blema muy distinta de la que se hubiese ob-tenido de haberse levantado otro censo en otrom o m e n to”, indica.

A pesar de todo, bajo el nombre “Tú tambiénc u e n t a s”, el Instituto de Asistencia e Integra-ción Social (ya desaparecido) logró levantar enla Ciudad de México varios censos de las per-sonas en situación de calle, con una metodo-logía denominada “punto en el tiempo”.

“En 2010 contabilizó 2 mil 759; en 2011, 3 mil49; en 2012, 3 mil 282; en 2013, 4 mil 014; y en2019, 4 mil 354... Como se ve, el problema haido creciendo cuantitativamente. En su mayo-ría, la población de personas en situación decalle sigue siendo masculina y joven, pero sí seregistra un aumento de mujeres. Antes eran ni-ños, ahora, por muchas razones, son jóvenes;una de ellas es que esos niños crecieron y nopudieron dejar la calle. Por otro lado, no po-demos hablar de una cifra nacional porquemuchas ciudades no disponen de los instru-mentos necesarios para levantar un censo deesta naturaleza”, dice Ruiz Coronel.

Organizaciones de la sociedad civilEn el artículo 16, fracción K, de la nueva Cons-titución Política de la Ciudad de México, sepuede leer: “1. Esta Constitución protege a laspersonas que habitan y sobreviven en las ca-lles. Las autoridades adoptarán medidas paragarantizar todos sus derechos, impidiéndose

acciones de reclusión, desplazamiento forza-do, tratamiento de rehabilitación, interna-miento en instituciones o cualquier otra, sinsu autorización. Se implementarán medidasdestinadas a superar su situación de calle. 2.Las autoridades adoptarán las medidas nece-sarias para salvaguardar la dignidad y el de-sarrollo de las niñas, niños y adolescentes ensituación de calle, evitándose su participaciónen actividades que atenten contra su seguri-dad e integridad.”

Al respecto, la investigadora universitariacomenta: “Esta fracción es muy buena y avan-zada. El problema es su implementación en lavida real. También está el Protocolo Interins-titucional de Atención Integral a Personas enRiesgo de Vivir en Calle e Integrantes de lasPoblaciones Callejeras en la Ciudad de México,cuya puesta en práctica recae en una sola ins-tancia: el Programa de Atención Integral a Per-sonas Integrantes de la Poblaciones Callejeras,del gobierno de la Ciudad de México, que lesbrinda asistencia básica como servicio médicoy psiquiátrico, alimentación, baño, ropa, co-bijas y un lugar para pernoctar. Posteriormen-te, este programa los canaliza al proceso de in-tegración social por medio de brigadas del Ins-tituto para la Atención a Poblaciones Priori-tarias. Sin embargo, los recursos son escasospara un población cada vez más grande y conunas demandas muy particulares: tratamien-to médico y psiquiátrico, desintoxicación, vi-vienda... Así, aunque haya una ley con unaidea correcta, carece de los canales apropiadospara que sea implementada con eficacia.”

Esta deficiencia se compensa con el trabajode organizaciones de la sociedad civil comoEdnica, El Caracol, Pro Niños y Casa Alianza,que a lo largo de más de tres décadas hanatendido a las personas que viven en situa-ción de calle.

“Lo malo es que, de un tiempo acá, estas or-ganizaciones han recibido menos recursos yhan sido objeto de ataques cuya intención esdesprestigiarlas y desacreditarlas. Pero ellasson las que han afrontado este fenómeno so-cial, las que lo conocen a fondo. En vez de ata-carlas, habría que apoyarlas más”, concluye lainvestigadora. b

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