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    PERSONALIDAD Y NIVELES

    SUPERIORES DE CONCIENCIA

    Antonio Blay

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    NDICE

    Prlogo

    PRIMERA PARTE

    1. DINMICA Y NIVELES DE LA PERSONALIDAD

    La vida humana como contrasteLo que nos sobraLa base est en lo internoLos niveles de la personalidadLos niveles superioresEstabilidad de los niveles superioresEl sentido de la vidaConciencia de s

    2. LA BASE DE NUESTROS PROBLEMASA modo de resumen del captulo anteriorLos factores que condicionan nuestras experienciasAnlisis de nuestras experienciasVarias clases de experiencias

    3. ENERGAS, AUTOIMAGEN Y ESTADOS EMOCIONALESLa personalidad como sistema de energasEnerga en la nocin del mundoEnerga en la nocin del yoLas actitudesLa valoracin de las experienciasLa imagen-idea del yoLas emociones

    4. ESTRUCTURAS PSICOLGICAS BSICASEl yo-experiencia y el yo-ideaAnlisis de estos sectores

    Inseguridad, tensin, miedo, angustia y depresinVivir en el yo-experiencia

    5. NUESTRO NGULO DE VISIN. ENFOQUE DEL TRABAJONuestra reaccin a las cosasNo podemos cambiar el modo de ser de los demsLa base de mi seguridad est en m

    Las tres vertientes del trabajoVivir la realidad inmediata del yo

    6. TOMA DE CONCIENCIA Y DINAMIZACIN DE LAS ENERGASExpresin de las energasLa expresin en los tres niveles

    Cmo hacer esta expresinMedios de ejercitacin. TcnicaSuperacin de la inseguridad, la tensin y los estados depresivos

    7. ELIMINACIN DE LOS ESTADOS NEGATIVOS A TRAVS DE LA MENTELas ideasEl trabajo que hacerEl ncleo central y las tres vertientes de manifestacinNo dependamos del exteriorPrctica

    8. LA CONCIENCIA DEL EJE, MEDIO DE DESIDENTIFICACINLa identificacinEl eje verticalTcnicasResumen de este ejercitamiento

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    9. LA AFECTIVIDAD Y LA AUTOEXPRESIN CON ESTMULO MUSICALLos problemas en el nivel afectivoLa afectividad debe ser activaAutoexpresin con msica

    10. RECOMENDACIONES PARA EL EJERCITAMIENTO DE LA AUTOEXPRESIN INDUCIDA CON MSICAPrincipales requisitosEjemplo de combinacin de piezas para una sesin

    Despus del ejercicioEjemplo de sesin ms profundaObservaciones finales

    11. LA INVESTIGACIN DEL YOResumiendo el tema de la identificacinLo que no soyYo soy sujeto, no objetoLa pregunta quin soy yo?.Efectos del trabajo de autoinvestigacin

    12. LA RELACIN HUMANAConflictos en la relacin humana

    Las actitudes errneasSolucin a las actitudes errneasCada uno debe ser l mismoPara que los dems nos entiendanEl contenido de la comunicacin

    SEGUNDA PARTE

    13. REALIDAD, DIOS, EXISTENCIAA modo de introduccin y de resumenLos tres aspectos de la realidadLo espiritual, algo experimentableEl Yo Absoluto, fuente de toda la existencia

    Dios como Poder AbsolutoEs necesario un trabajo

    14. NUESTRA NATURALEZA PROFUNDANo conocemos nuestra naturaleza profundaLa idea de carenciaLos defectos y las cualidadesDios se expresa en nosotros

    15. LA PRESENCIA DE DIOS (I). MEDITACIN Y ORACINMeditacin en nuestra naturaleza profundaLa prctica de la Presencia de Dios y la oracinResumen de la prctica

    16. LA PRESENCIA DE DIOS (II). EL SILENCIOFase receptiva: el SilencioLa respuestaLa Presencia est presente siempreReceptividad, entrega, sinceridadPrctica diariaAyuda a otros

    17. LA PRESENCIA DE DIOS (III). LA FELICIDADNuestra identidad profunda es FelicidadToda felicidad viene de DiosEl criterio acumulativo no conduce a la felicidadPrctica liberadora

    Examen de las actitudes en la vida cotidianaEl sentido de cada instanteSomos instrumentos de Dios

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    18. LA PRESENCIA DE DIOS (IV). LA VIDA COTIDIANALa Presencia de Dios en lo exteriorLa ficha que hacemos de los demsNos proyectamos en los demsLa vida es positividadMultiplicidadEl AmorNaturalidad

    19. ADAPTACIN Y COMBATIVIDADLo espiritual no es pasivoEl problema en sus elementos psicolgicosQu actitud adoptar?La actitud correctaVivir la adaptacinVivir la combatividadLa respuesta autnticaEn relacin con Dios

    20. INTEGRACIN DE LOS SECTORES INTERNO Y EXTERNO DE LA MENTEA modo de resumen de lo tratado

    La realidad totalEl valor que yo veo en el mundo es moLa identificacin con el cuerpo nos limitaYo soy mi concienciaVivimos fragmentada la realidadTcnicas de reintegracin entre yo y el mundo

    21. EL PROBLEMA DEL MAL (O LO NEGATIVO)Planteamiento del problemaNo se puede pedir a un nivel lo que es propio de otroSoluciones mediante el trabajoDios es el Centro de todoEl giro radical en nuestra menteLo interno atrae las condiciones externas

    Manejo eficiente de los problemas

    22. PROFUNDIZANDO EN EL TEMA DE LA ORACINDificultades en la oracinDios es Personal e ImpersonalLeyes de la oracinBase tcnica de la oracinLo verdaderamente importanteExpresarse totalmenteUnin con DiosUtilizacin de una imagenLa oracin conduce a la recepcin del Verdadero SerLa oracin nos transforma

    23. PROFUNDIZANDO EN EL TEMA DEL SILENCIOEl Silencio, base de la accinSilencio y lucidezDesprendimientoConciencia de s y polarizacin hacia lo SuperiorExperiencias derivadas de esta prcticaTodo est en el SilencioEjercitamiento progresivo

    24. LTIMAS CONSIDERACIONESLa idea fundamentalLas dificultades del trabajo interiorAnte las dificultades de la vida

    La Voluntad de Dios

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    PRLOGO

    Esta obra indita hasta hoy, est compuesta por el material de un curso de Psicologa profunda que A.

    Blay imparti en varias ocasiones. Es el resultado de la transcripcin de las grabaciones realizadas endirecto durante las conferencias correspondientes a dicho curso y que luego se han conservado en

    cassettes. Esta transcripcin ha sido realizada por uno de sus estudiantes con la autorizacin explcita de los

    herederos de Blay.

    En la adaptacin se ha procurado mantener el estilo directo y la espontaneidad propia de Blay en sus

    charlas. Tambin se han respetado, en la mayora de los casos, las repeticiones de las ideas bsicas por su

    funcin didctica. Blay cultivaba voluntariamente la repeticin de conceptos presentndolos de distintas

    formas; as lo que no resultaba suficientemente claro expresado de un modo, poda ser entendido al

    cambiar la formulacin del ejemplo. Esto tambin resultaba prctico por la diversidad de personas que

    formaban parte de su auditorio.

    Constitua algo habitual en sus cursos -y un mrito en la forma en que desplegaba sus argumentaciones-

    , el que partiendo desde lo puramente psicolgico y ms inmediatamente evidente a la comprensin de su

    auditorio, basndose precisamente en esto comprensible, poco a poco los temas iban escalando altura

    hasta abordar los ms abstractos, pero, incluso stos, eran expresados siempre con su proverbial claridad,

    lcidamente, y con una naturalidad tal que exclua cualquier impresin de una supuesta presuncin por su

    parte.

    Era un maestro de los juegos de palabras y su charla, en el fondo sencilla, llana, aunque discurriera

    frecuentemente por profundos cauces metafsicos, iba calando hondo en el auditorio. Naturalmente, este

    efecto no slo era una consecuencia de las palabras sino tambin del modo y la intencin con que eranpronunciadas, de la profundidad de su procedencia y, sin duda alguna, de su presencia centrada y

    expandida. Y esto, evidentemente, es imposible de trasladar a la imprenta; es sta la diferencia capital

    entre el espritu y la letra. A pesar de esto, en la obra escrita (y transcrita) de Blay hay mucho, mucho

    espritu.

    ste es el nico libro de Blay en el que se trata profundamente -adems de otros temas ms habituales

    en su enseanza-, del uso de tcnicas de autoexpresin, de descarga y de profundizacin, basadas en el

    estmulo musical, que desarroll en sus grupos con grandes resultados psicolgicos.

    En la segunda parte de la obra se tratan los temas ms profundos y metafsicos de su enseanza,

    aunque siempre desde un punto de vista prctico, como de algo alcanzable, experimentable, como siempre

    l mismo aseguraba y confirmaba con su irradiante presencia, clidamente humana.

    Para el estudiante que siente en s una verdadera aspiracin hacia lo Superior, este libro puede

    constituir un verdadero instrumento de trabajo experimental hacia el conocimiento de s mismo en todos

    los niveles, psicolgicos y espirituales, y llegar as a una autntica expansin de conciencia, a la liberacin

    interior.

    Finalmente, sirvan tambin estas lneas para destacar la encomiable labor emprendida por Ediciones

    Indigo en la recuperacin de parte de la obra de A. Blay.

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    PRIMERA PARTE

    1. DINMICA Y NIVELES DE LA PERSONALIDAD

    La vida humana como contraste

    La mayor parte de las personas vive su existencia como un contraste entre ilusiones y desilusiones, entreunas situaciones que son placenteras y otras de conflicto, de dolor. Si encuestramos a un grupo numeroso

    de personas en relacin a la idea que tienen de su vida, evaluada como positiva o negativa, agradable o

    desagradable, etc., probablemente encontraramos a un mayor nmero de ellas que afirmaran que la

    balanza se inclina del lado negativo.

    Esto es realmente decepcionante si, por otra parte, consideramos que la vida debiera ser algo

    completamente positivo, que la vida debiera constituir un crecimiento constante en relacin a las propias

    facultades, a la conciencia clara de s mismo, a la comprensin de las cosas, a la capacidad creativa, y este

    crecimiento conducira progresivamente a una mayor vivencia de lo positivo.

    Pues la vida est hecha, bsicamente, de cosas positivas. El impulso extraordinario que nos hace vivir,

    que es nuestro impulso vital, es algo totalmente positivo, totalmente afirmativo. Y todas las facultades que

    van emergiendo de nuestro interior, tambin todas ellas son bsicamente positivas. Si todos los

    componentes bsicos de la vida son, en s, positivos por qu la vida, en lo personal, resulta

    frecuentemente tan negativa, tan amarga? Examinemos qu es lo que ocurre; pues al ser todos pacientes o

    vctimas en un grado u otro, es de la mayor importancia que entendamos qu es lo que nos pasa, qu es lo

    que trastorna este plan, podramos decir, previo, inicial, de la vida, convirtiendo algo sumamente positivo

    en algo tan negativo.

    Todos buscamos la felicidad, el bienestar; por qu los buscamos? La respuesta inmediata sera:

    porque no los tenemos. Pero examinndolo ms a fondo veremos que la cosa no es tan simple, ya que laverdadera respuesta aade otro matiz. Efectivamente, buscamos la felicidad porque no la tenemos,

    pero adems, porque de algn modo s la tenemos. Cuando yo tengo en m el deseo de felicidad, de

    plenitud, de paz, de bienestar, de inteligencia, de poder, etc., cuando yo siento esa ansia de lo positivo, de

    dnde me viene sino de algo positivo que est en m? De dnde me viene la demanda, la intuicin, el

    deseo, sino de algo que de algn modo est ya en mi interior? Si yo no tuviera en algn grado esa felicidad,

    esa plenitud, yo no tendra ni nocin de esta posibilidad de plenitud.

    Cuando registro en m un malestar, es porque de algn modo existe en mi interior una nocin profunda

    de bienestar. Y este contaste entre lo que hay profundamente en m y lo que yo vivo en mi zona consciente

    perifrica, es lo que moviliza mi aspiracin. Es este contraste el que nos hace desear un modo ms pleno,ms completo, de vida -en la forma que se plantee cada uno. As, el hecho de que exista en nosotros un

    malestar, es testigo de que hay en nosotros en algn sitio, un bienestar. Cuando hay en m un dolor, hay

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    tambin en m, de algn modo, una felicidad. Si todo yo fuera dolor, yo no podra aspirar a la felicidad.

    Aspiro a la felicidad, tiendo hacia ella, porque de algn modo la siento vivamente en m, porque para m

    tiene un sabor de algo conocido y deseable.

    Es lo mismo en cuanto a la inteligencia. Si yo deseo desarrollar mi inteligencia, es porque de algn modo

    esa mayor inteligencia est en m. Pues si yo llegase al trmino, al completo de mipropia inteligencia, en

    m no habra la demanda de mayor inteligencia. Estara saturado, para m sera suficiente.

    Cuando en nosotros aparece la aspiracin, la demanda espontnea, natural, hacia algo, es porque ese

    algo est pidiendo desarrollarse, actualizarse. Por lo tanto, cuando nos lamentamos de las cosas

    desagradables o del modelo negativo que vivimos, hemos de aprender a intuir, detrs de la experiencia

    inmediata negativa, la presencia de algo positivo, que es lo que nos impulsa a buscar la solucin.

    Lo que nos sobra

    Gran parte del trabajo de realizacin consiste, no en adquirir cosas que no tenemos, en adquirir una

    felicidad, una plenitud, una paz, una comprensin, una energa que no tenemos, sino en eliminar las cosas

    que entorpecen la toma de conciencia actual de lo que ya tenemos. Nuestro desarrollo siempre va de

    dentro hacia fuera; todas nuestras capacidades surgen siempre de un ncleo, y a partir de l se desarrollan

    centrfugamente, perifricamente. El ncleo primordial, bsico, siempre es interno; lo exterior sirve como

    material para actualizar lo interior. Si una cualidad, una facultad, no est en lo interno, por ms facilidades,

    informacin o ayudas que se presten desde lo externo, la persona no llegar a realizar o actualizar nada de

    dicha cualidad. La persona slo puede desarrollar lo que de algn modo ya tiene dentro.

    A travs de un trabajo de limpieza y simplificacin interior es posible llegar a la realizacin de s mismo,

    a vivir en unestado de serenidad, de paz, plenitud, fuerza y eficiencia. Y el trabajo no consiste nunca en

    poner cosas dentro, sino ms bien en soltar cosas de dentro, en eliminar cosas que estorban la

    actualizacin de estas cualidades.

    La base est en lo interno

    En el terreno de los problemas personales, para lograr entender qu es lo que ocurre, no basta que

    miremos (como solemos hacer) las circunstancias que nos rodean y protestar por aquello que nos parece

    negativo, desagradable, o contrario a nuestro deseo, y decir: yo sera feliz slo si mis circunstancias

    externas cambiasen, si las personas que me rodean fuesen de otro modo, si yo tuviera una situacin

    econmica distinta de la que tengo, etc.. Efectivamente, lo exterior est compuesto de cosas muy

    necesarias; pero lo exterior solamente lo podemos conseguir a travs de lo interior. Mediante el

    ejercitamiento y la dinamizacin de nuestras capacidades podremos movilizar lo exterior; en suaspecto

    social, econmico o incluso circunstancial (por lo menos hasta cierto punto). Lo externo est supeditado a

    lo interno en un 80 o un 90 %. Por otra parte, la experiencia demuestra que cuando a una persona, por un

    factor extrao a ella misma, le cambian las circunstancias, una vez pasado el perodo de novedad, alegra e

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    ilusin, al cabo de un tiempo la persona vuelve a encontrarse con problemas similares a los existentes

    antes del cambio. Porque los problemas no vienen dados por una determinada situacin exterior sino por

    el modo de vivir las situaciones. Y si no cambia el modo de vivir no puede cambiar la situacin de un modo

    estable. Estudiemos, pues, estos mecanismos, porque ello nos sealar el camino a recorrer.

    Nuestra vida es una confrontacin constante con el mundo, con el ambiente que nos rodea, y nuestra

    mente es el campo donde confluyen todos los factores de esta confrontacin. Estos factores puedendividirse en dos grandes grupos: a) factores internos y b) factores externos. Por a), nosotros nos

    proyectamos hacia el ambiente, tratamos de utilizar el ambiente para satisfacer nuestras necesidades, nos

    apoyamos en lo externo viviendo en una simbiosis con ello. Por b), el ambiente est penetrando en

    nosotros, nos obliga a ser de un modo y no de otro, nos impone unas normas que nosotros hemos de

    aprender a obedecer y a adaptarnos a ellas. Pero esta frmula de apariencia tan sencilla, cuando se analiza

    con detalle, ya no lo es tanto. Para eso, hemos de examinar cules son los factores internos que confluyen

    en nuestra mente, pues constituyen la parte ms importante de nuestro bien-vivir o de nuestro mal-estar.

    Los niveles de la personalidad

    Nuestra mente registra impulsos y necesidades, registra estmulos y respuestas de varios rdenes, pues

    nuestra personalidad presenta una gama muy compleja de vivencias. Para facilitar su comprensin

    podemos estudiarla en forma de estratos o niveles.

    1. El primer estrato, el ms evidente, es el del nivel fsico. Mi mente, al registrar lo fsico, tiene la nocin

    de yo como cuerpo.

    2. El segundo nivel es el de la fuerza que est animando el cuerpo. A esta fuera la podemos llamar

    energa vital y corresponde al nivel vital-instintivo.

    3. Este nivel es el de nuestro campo afectivo; comprende todo lo que corresponde a la afectividad en

    todos sus grados y matices.

    4. ste es el que corresponde a nuestro campo mental con todas sus facultades.

    Por encima de estos niveles hay todava tres ms, que son los que constituyen la personalidad en su

    dimensin superior o espiritual, as comolos que hemos enumerado constituyen la personalidad elemental.

    Estos tres niveles ms sutiles son la contraparte superior de los elementales; as, hay un nivel mental-

    superior, un nivel afectivo-superior y un nivel de energa-superior. Examinaremos esto brevemente para

    tener unas nociones claras de cada uno de esos niveles, tratando de que nosotros reconozcamos a cada

    uno de ellos en nuestra propia experiencia.

    El nivel fsico es evidente; es el primero del que tomamos conciencia porque es elque percibimos

    mediante nuestros sentidos: yo como cuerpo. Pero curiosamente, este cuerpo que consideramos tan

    importante, al que queremos tanto -la prueba de que nos interesa mucho es de que nos preocupamos

    cuando sufre una alteracin; si est ms flaco o ms gordo, si hace ms buena cara o ms mala cara, si est

    ms algo distinto de lo normal-, este cuerpo, que nos parece la base, el substrato de nuestra vida, de

    nuestra experiencia, este cuerpo, no tiene vida propia; este cuerpo es una cristalizacin, y su animacin

    proviene del otro nivel, del nivel de la energa vital. O sea, que la vida de nuestro cuerpo est en el nivel

    vital, y el cuerpo, como forma, como materia, es slo un producto de esta energa vital y de su modo de

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    funcionar. Por esto, si nosotros queremos arreglar cosas del cuerpo, podemos, s, echar mano de

    procedimientos fsicos, materiales, pero la verdadera base para modificar el funcionamiento del cuerpo

    est en trabajar desde el nivel de las energas vitales y no desde el nivel de la materia fsica en s. La energa

    es la que est manteniendo a la materia. La materia es la cristalizacin de la energa que circula y funciona

    de un modo particular. La energa es la causa, el cuerpo es el efecto. Si necesitamos actuar sobre nuestra

    salud, no nos preocupemos del efecto y trabajemos al nivel de las causas, al nivel de las energas vitales.

    Slo eso ya traslada la direccin de nuestro inters a otro nivel.

    El nivel de la energa vital (onivel instintivo-vital) es muy importante, no slo porque es el fundamento

    de la vida y de la salud sino porque, desde el punto de vista del funcionamiento psicolgico, es el que

    proporciona la energa base anuestra personalidad elemental. Cuanto ms y mejor funcione la energa a

    nuestro nivel vital, ms la persona, en su vida cotidiana, se sentir optimista, fuerte, con solidez, con

    empuje, en forma. Todos tenemos la experiencia de que en cuanto se presenta un malestar orgnico

    (aunque sea un simple estado febril), automticamente disminuyen nuestras facultades. Es como si nuestro

    organismo se hundiera cuando existe una alteracin intensa en el funcionamiento de la energa vital. Por

    eso, la energa vital es importantsima por ser el soporte de nuestra psicologa cotidiana elemental. En la

    mayora de las personas es el nivel que aporta ms energa al psiquismo. En este aporte de energas le sigueen importancia el nivel afectivo (el siguiente).

    El nivel afectivo es en el cual yo siento atraccin o rechazo hacia algo. Es la sede del amor y del odio. Yo

    tiendo a amar aquello que es afn conmigo; aquello que tiende a completarme, a darme lo que me falta. Y

    tiendo a rechazar, porque en m despierta odio (aunque sta es una palabra muy fuerte), antipata, etc.,

    todo aquello que aparece como contrario a mi afirmacin, mi satisfaccin, mi plenitud. As, vemos que

    nuestro amor o nuestro rechazo no estn basados en un criterio esencialmente tico o moral sino que

    tienen una base psicolgica de satisfaccin personal. Lo que va a favor de mi afirmacin despierta

    automticamente mi simpata, mi aprobacin, es algo bueno, agradable; y yo tiendo a amar aquello. En

    cambio, las cosas (o situaciones, o personas) que van en contra o que a m me parece que se oponen a misatisfaccin, a mi plenitud, despiertan automticamente en m un sentimiento de rechazo. Lo curioso es

    que este deseo de satisfaccin personal, de afirmacin, de bienestar, de plenitud, o la negacin de ello, yo

    lo confundo frecuentemente con unos valores morales determinados. As, digo de una persona que

    es buena y de otra que es mala; y si no lo digo, lo pienso. Y si no digo que es mala, digo otra palabra que en

    un grado u otro representa lo mismo. O sea, que yo vivo el mundo dividido en dos sectores: el sector que

    va a favor de lo que deseo, de lo que pido, de lo que anhelo, y ste es el mundo bueno; y el otro sector que

    es el que se opone, o me obstruye (o as lo creo), y a ese sector le llamo malo. Pero eso no quiere decir que

    estos sectores seanen s buenos o malos. Son buenos o malos slo en relacin con mi objetivo personal. El

    nivel afectivo es de gran importancia porque es ah donde estn la mayora de los problemas de las

    personas. Es ah donde sufrimos y donde, gozamos. Es el campo de batalla en el que luchamos para

    sentirnos felices o desgraciados.

    La mente -aunque en el nivel de la personalidad elemental presenta muchos sub-niveles- es, en general,

    un instrumento maravilloso mediante el cual, por un lado percibimos el mundo que nos rodea y lo

    convertimos en datos y en smbolos, y por otro lado percibimos el mundo interno, el cual tambin nos lo

    formulamos en datos, en informacin. Luego, de los datos que hemos formulado del mundo exterior y del

    mundo interior, elaboramos relaciones y sistemas de relaciones entre ellos, estructuras. Como

    consecuencia de esta elaboracin, disponemos de unos esquemas de valores que sern el patrn de

    nuestra conducta.

    Es porque yo puedo retener en m la idea de objeto, de tal objeto o tal otro, y que esta idea yo la puedo

    relacionar con mis deseos y necesidades, que se elabora el proceso de pensamiento por el cual yo puedo

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    manejar las cosas en mi mente sin necesidad de las cosas fsicas. Esta capacidad representativa

    de mi mente es una maravilla, y es lo que permite que podamos tener una accin eficaz, productiva, que

    podamos ordenar nuestra vida y transformar hasta cierto punto las cosas exteriores. Es una facultad

    extraordinaria; mas esta facultad tambin est al servicio de mi afirmacin personal, de mis necesidades

    personales; y es lgico que as sea, pues es gracias a mi mente que yo veo lo que me conviene, lo que es

    bueno y til para m. Pero fijmonos en que toda esa valoracin de lo bueno, lotil, est centrada

    alrededor de mi satisfaccin, mis deseos, mis objetivos. O sea, es una menteegocentrada. Igual que el

    sentimiento, que tambin era egocentrado. Son facultades que estn al servicio de la construccin,

    consistencia y desarrollo de nuestra personalidad individual.

    Los niveles superiores

    La mente superior es el nivel gracias al cual nosotros podemos percibir las verdades en s, verdades

    universales, verdades de un orden abstracto; no la verdad inmediata de cada cosa referida a otro sistema

    de valores, sino los valores en s, universales: la nocin de verdad, de justicia, de orden, etc. stas son

    nociones que van ms all de las modalidades meramente individuales, que van ms all de nuestra

    convergencia hacia lo personal. Diramos que son facultades que se extienden ms all de la persona, que

    la trascienden, pero facultades que estn en nosotros.

    El nivel afectivo superior es aqul en el cual sentimos el amor, el bien y la belleza, pero como realidad en

    s; no como algo que va a favor de mi satisfaccin o bienestar personal, sino como la capacidad que tengo

    para comprender, para intuir y sentir admiracin ante lo que es la Belleza en s, elBien en s, o el Amor en

    s. El amor superior no me aade ni me quita nada personalmente, es supra-personal.

    El nivel de energa superior es el de la voluntad espiritual, y viene a ser comoel polo opuesto al de la

    energa vital. As como la energa vital es la principal fuente de energa enel plano de la personalidad de la

    vida cotidiana, la energa del nivel superior de la voluntad espiritual -que es una energafabulosa- es, de

    algn modo, la fuente de donde procede todo loque llamamos personalidad superior oniveles superiores

    de la personalidad.

    Estabilidad de los niveles superiores

    La caracterstica de los niveles superiores es que, una vez se establece contacto con ellos, una vez les

    abrimos paso, tienen una vigencia constante, permanente.

    Como hemos visto antes, cuando mi energa vital est alterada, mi mente personal tambin sufre

    alteraciones, disminuye; tambin mi afectividad influye en mi modo de pensar, o en mi salud. Vemos que

    hay unas fluctuaciones habituales y que todos las tenemos. Podramos decir que el ritmo de la personalidad

    elemental est acelerado y sujeto a los cambios, a las oscilaciones, de tono alto, de tono bajo, a estar bien,

    a estar mal, etc. En cambio, losniveles superiores tienen una estabilidad, una vigencia constante.

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    La persona que llega a establecer contacto, a abrirse al campo mental superior, mantiene siempre la

    claridad mental que corresponde a este nivel superior; aunque su salud est resentida o sus facultades

    elementales mermadas.

    El nivel afectivo superior, una vez se abre camino hacia l y se contacta, se mantiene

    siempre brillando, tanto si yo me encuentro bien como si me encuentro mal, tanto si las cosas me

    satisfacen como si no; es algo que brilla con una luz propia que no se altera nunca.

    En el nivel de la voluntad espiritual ocurre exactamente lo mismo; es una energa que no sufre ninguna

    oscilacin, es un potencial extraordinario que siempre est all, y que cuando conseguimos contactarlo es

    para nosotros una fuente que nunca se agota ni disminuye, pase lo que pase.

    De hecho, los niveles superiores son la fuente de lo que estamos buscando. La mente superior es la

    fuente de la verdad, de la evidencia; el nivel afectivo superior es la fuente de la felicidad, del bienestar y la

    paz; y el nivel de la energa superior es la fuente del poder, de la voluntad.

    A travs del contacto, de la sintona con esa dimensin superior, nosotros podremos vivir eso que

    anhelamos. El problema est en que nosotros sentimos la demanda de esos niveles superiores -demanda

    de bienestar, de felicidad, de verdad, de inmortalidad- pero pretendemos vivir esta demanda mediante los

    niveles elementales. Ah es donde se producen cortocircuitos, contradicciones, tensiones, conflictos. Esto lo

    veremos con detalle ms adelante.

    Puntualicemos que estos niveles no son estticos, todos ellos son dinmicos; son energas que

    estn fluyendoconstantemente. Y este fluir, esta dinmica natural, espontnea, de estos niveles, es lo que

    hace funcionar a nuestra existencia. De hecho, nuestra vida es exactamente el resultado del modo de

    funcionar de esos niveles. De ah podemos colegir cul es el sentido real de nuestra existencia. Para qu

    vivimos? Qu buscamos tras las sucesivas acciones de nuestra vida?Cul es la razn, el objetivo que se

    busca, consciente o inconscientemente?

    El sentido de la vida

    El sentido de nuestra vida consiste en desarrollar las capacidades que estn en nuestro

    interior; desarrollarlas, consolidarlas y expandirlas. Estas facultades se desarrollan hasta cierto lmite.

    Luego, algunas de ellas cristalizan, otras se expanden, y otras disminuyen. Veamos, por ejemplo la curva de

    crecimiento del cuerpo; sta tiene una trayectoria definida, llega aun punto en que se detiene, y despusde un tiempo de un trazado, podramos decir, en planicie, declina, regresa. En algunas personas, la mente

    declina paralelamente con la disminucin de su energa vital, y llega un momento en que la persona ya no

    puede adaptarse a situaciones nuevas, tendiendo a repetir loque ha aprendido, pues su mente est

    conectada a su energa vital porque no ha adquirido una independencia propia. En cambio, en otras

    personas observamos como a pesar de su declinacin vital se produce una mayor expansin de su nivel

    mental.

    En cuanto a los niveles superiores, si se llega a establecer un contacto estable con ellos, permanecen

    inalterables a travs de todas las curvas o regresiones de la evolucin e involucin de lo elemental. As, la

    persona que ha sido capaz de vivir el amor en su dimensin superior, ese amor no declina, no se oscurece,sino que cada vez brilla ms. La persona que ha alcanzado el nivel intuitivo de la mente superior, el cual le

    permite comprender las cosas de un modo directo, esto no declina con su cuerpo, ni siquiera

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    con su cerebro fsico, sino que la intuicin se mantiene vigente y cada vez ms lcida. Y lo mismo cabe decir

    del nivel de energa espiritual.

    Por lo tanto, vemos que en un sentido externo, objetivo, la demanda que hay en nuestra vida es la de

    desarrollar todas nuestras capacidades. En la medida en que las desarrollamos, vivimos nuestra vida

    afirmativamente; pero en la medida en que las facultades quedan por desarrollar, nos sentimos

    incompletos, frustrados, insatisfechos.

    Conciencia de s

    Paralelamente al desarrollo de las facultades existe un desarrollo subjetivo: es el de la conciencia de uno

    mismo. Yo tomo conciencia de m en la medida en que ejercito mis facultades, y cuanto msejercito

    activamente mis facultades, ms tomo conciencia de m. Por lo tanto, la conciencia que tengo ahora de mes exactamente la resultante de las facultades que yo he ejercitado. Cuanta ms energa yo he ejercitado

    activamente, ms slida ser la conciencia que tenga de m; cuanta ms inteligencia he ejercitado, ms

    clara y luminosa ser la intuicin que tenga de m como sujeto.

    En la medida en que el desarrollo de las facultades adquiere un grado ptimo, tambin la conciencia de

    s adquiere una condicin de felicidad, de plenitud, de totalidad. Esto es lo que est detrs de nuestra

    existencia; y nosotros somos infelices cuando no desarrollamos nuestras facultades positivas, pero vivimos

    de un modo pleno, afirmativo, cuando hay un desarrollo real, completo, de nuestras capacidades positivas.

    Todos estamos buscando siempre estas dimensiones profundas de Ser, de Plenitud, de Inteligencia

    clara, de Libertad. Esto es algo que necesitamos vivirlo, pues esta demanda se origina en nuestra naturalezaprofunda, la cual est empujando para que desarrollemos ms y ms nuestras capacidades. En definitiva, la

    Plenitud est al trmino del desarrollo.

    Para vivir la plenitud hay que vivir de un modo cumplido, pleno, las cosas de la vida; y a nosotros

    mismos, activamente, movilizando todo lo que est dentro y que no se ha vivido. Y en la medida que

    movilicemos, que ejercitemos, que tomemos conciencia de estos contenidos, se produce automticamente

    una tranquilizacin, una satisfaccin, un bienestar, una plenitud interior.

    2. LA BASE DE NUESTROS PROBLEMAS

    A modo de resumen del captulo anterior

    Decamos que el sentido de la vida tena una doble vertiente: la objetiva, que consiste en la necesidad

    de desarrollar nuestras capacidades latentes movilizando todos los niveles, tanto loselementales como los

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    superiores; y lasubjetiva, la cual presenta la necesidad de una expansin y profundizacin de la conciencia,

    que se produce paralelamente al desarrollo objetivo de las facultades; as, yo voytomando conciencia de

    m, conciencia profunda deser, de paz, de armona, de plenitud. Si los niveles externos, objetivos, no se

    movilizan, no se puede llegar a esta realizacin interior como sujeto. Por lo tanto, podemos decir que todos

    los estados deficientes que la persona vive, todos los estados negativos de duda, de inseguridad, de

    tensin, de depresin, son debidos a que algo interior no se ha desarrollado plenamente y no se ha podido

    convertir en experiencia positiva y afirmativa de la realidad en s mismo y de s mismo.

    Los factores que condicionan nuestras experiencias

    Estando en nuestra naturaleza todo predispuesto hacia la Realizacin, hacia la Plenitud, por qu, pues,

    vivimos alejados de esta plenitud? por qu esa plenitud se considera incluso como algo utpico e

    imposible de alcanzar en esta vida?

    Porque existen unos problemas fundamentales ligados a factores internos y externos, pues nuestra

    experiencia siempre es el resultado de estos dos factores: el interno, por el cual los niveles de la

    personalidad tienden a movilizarse a travs de los propios impulsos, y el externo, elemento inseparable de

    toda experiencia ya que el mundo exterior es el lugar de contacto para la satisfaccin de nuestras

    necesidades. Vemoslos.

    1. Factor interno

    Por elfactor interno existen tres motivos bsicos.

    a) Vivimos de una manera muy elemental. Vivimos solamente a travs de nuestro cuerpo, de nuestra

    energa vital, de nuestra afectividad y de nuestra mente. Y esto es lo que constituye, en la mayora de los

    casos, la gama exclusiva de experiencias cotidianas. Existen en nosotros unas demandas de orden superior,

    pero no estn suficientemente vivas y por ello no se les da una respuesta, una salida, y no se desarrollan. Y

    no obstante, nosotrosaspiramos auna paz superior, a una armona superior; mas, si aspiramos a lo superior

    pero slo vivimos lo inferior, lo elemental, no hay duda de que estaremos en un callejn sin salida. Lo

    inferior es lo inferior y lo superior es lo superior; y slo podemos recoger el fruto de la plenitud superior,viviendo, actualizando y movilizando las energas y las experiencias a un nivel superior.

    b) Vivimos de una manera muy superficial. Por qu? Porque la educacin que recibimos no nos educa

    de un modo profundo, no nos ayuda a tomar conciencia profunda de nosotros; de tal manera que cuando a

    una persona se le pregunta qu piensa o qu siente respecto a tal cosa o a tal otra, muchas veces se

    pierde y no es capaz de descubrir cules son sus motivaciones, sus necesidades interiores. Todo eso le

    pasa completamente inadvertido, y tiene que ser quiz un extrao, un experto o un psiclogo (o alguien

    que desempee un rol similar) quien pueda intuir qu es lo que est ocurriendo dentro de la persona, pues

    ella vive con la sensibilidad encerrada en su propio interior.

    Otra causa de la falta de profundidad la constituye el ritmo habitual de vida que llevamos, puesconstantemente estamos solicitados por lo exterior. Tenemos que atender al trabajo, resolver asuntos, ver

    personas, desplazarnos, manejar factores externos, etc., y eso, con prisas, y en una gama compleja y

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    variada de situaciones. Esto hace que nuestra mente se desarrolle slo de puertas hacia fuera y no hacia

    dentro. Vivimos centrifugados

    c) Nos hemos desarrollado de un modo desintegrado, de un modo inconexo. Un sector se ha

    desarrollado al margen del otro, y as cada sector viene a tener su vida propia, su objetivo propio. Esto crea

    luchas, tensiones, contradicciones interiores. La persona desea, por su sentimiento y aspiracin, una cosa,

    por su mente, otra cosa, y quiz por su fuerza instintiva, otra diferente; y estas cosas estn en conflictoentre s. Y este conflicto interior le obliga a vivir en conflicto con lo exterior. Porque cuando exteriormente

    trata de adaptarse a una situacin que satisface a uno de los niveles de su personalidad, estn los otros

    niveles en desacuerdo; realmente, es difcil encontrar una persona que est toda ella integrada en lo

    interno y en lo externo.

    Todas estas circunstancias impiden la realizacin de nuestras potencialidades, impiden que se llegue a

    esta vivencia afirmativa, positiva, plena. Por ello conviene estudiar qu podemos hacer por nuestra parte

    para compensar lo que la educacin o las circunstancias no nos han proporcionado. Y conseguir as, gracias

    a una direccin, a una autoformacin, suplir esta deficiencia en la formacin y desarrollo de nuestra

    personalidad.

    2. Factor externo

    El mundo exterior no es algo pasivo, en el cual nosotros podamos expresar, exteriorizar, nuestros

    impulsos, nuestras necesidades, nuestros deseos, sin ms, sino que es un mundo vivo, con una

    configuracin, con una forma, con una fuerza y un dinamismo propios. Entonces, nuestro dinamismo y

    fuerza personales se ponen en contacto con el dinamismo y fuerza del ambiente que nos rodea, y esto trae

    como consecuencia el que nosotros lleguemos a una adaptacin oa una inadaptacin con el exterior.El exterior me proporciona el material que necesito para crecer, para desarrollar mi cuerpo, mi

    afectividad y mi inteligencia. El ambiente me ofrece el medio para poder manifestar mi aportacin, mis

    elaboraciones. Pero el ambiente tambin me est diciendo cmo he de ser yo, cmo me he de conducir y

    cmo no he de hacerlo. As pues, es una doble corriente la que se establece, de exigencias y de

    necesidades, entre yo y el ambiente. Yo quisiera prescindir del ambiente porque me pone trabas o porque

    me obliga a cosas que no me gustan, pero, porotra parte, no puedo prescindir del ambiente porque l me

    da la materia prima con la cual nutrirme y crecer personalmente, y tambin el medio donde poder expresar

    y aplicar de unmodo concreto mis elaboraciones.

    De esto resulta que vivimos una especie de ambivalencia en relacin con el mundo. Por un lado me esindispensable, me es til; quiero a este ambiente, este entorno,: porque gracias a l yo me desarrollo y

    subsisto, y a la vez me siento relativamente seguro, relativamente protegido, afirmado. Por otro lado, ese

    mismo ambiente provoca en m unrechazo porque me obliga, me impone cosas y me frustra en muchos de

    mis deseos y demandas. As, hay una constante dialctica entre lo que yo pretendo ser y lo que el mundo

    pretende de m.

    Esto es una constante, no ya hablando de la sociedad en general, sino en el ejemplo ms concreto como

    el que viene representado en toda relacin entre dos personas. Yo necesito de la otra persona, sea para

    comunicar, sea para amar, para proteger o para ayudar; sea para ser amado, ser protegido o ser ayudado.

    Pero esa persona, a quien necesito y amo, tiene un modo propio de ser, quiz unas deficiencias, me falla endeterminados momentos, o me pide unas cosas que noson las que yo quera darle, (o que no crea tener

    que darle). ste es elhabitual y constante juego, a veces dramtico, de la interrelacin.

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    Anlisis de nuestras experiencias

    Cada instante consciente de interaccin entre yo y el mundo es lo que se llama una experiencia. La

    experiencia es el elemento base gracias al cual se desarrolla mi personalidad. Se desarrolla mi cuerpo cada

    vez que yo loejercito, que lo hago andar o correr, que practico un deporte, o cuando como, etc. Se ejercita

    y desarrolla mi afectividad cada vez que yo puedo expresar algo que siento o cuando recibo algo que los

    dems expresan afectivamente. Me permite desarrollar mi mente cada vez que yo estudio, conozco, recibo

    datos, informaciones, ocuando yo elaboro mis propias ideas y las comunico o las pongo enprctica.

    Siempre es a travs de un hacer, de una ejercitacin, como se desarrollan mis capacidades y,

    consecuentemente, mi conciencia como sujeto que est haciendo, queest experimentando, que est

    viviendo. Podemos decir que somos la suma de nuestras experiencias. Nosotros hemos desarrollado,

    externa e internamente exactamente lo que hemos ejercitado a lo largo de nuestra vida. Cada experiencia

    viene aser como un ladrillo en la construccin del edificio de nuestra personalidad.

    Estudiemos estas experiencias porque son esenciales para entendernos a nosotros mismos y entender a

    los dems; y tambin para actuar constructivamente en la relacin humana.

    Varias clases de experiencias

    Las experiencias pueden verse desde varios ngulos y cada uno de ellos tiene su propia importancia, y se

    pueden clasificar como:

    1) positivas y negativas; 2) superficiales y profundas; 3) activas y pasivas.

    1. Experiencias positivas y negativas

    Una experiencia espositiva cuando gracias a ella se sigue el curso normal de mi proceso de desarrollo;

    es positiva cuando yo puedo desarrollar mis facultades o cuando recibo la afirmacin de lo que yo soy. Es la

    que apoya el crecimiento de mi ser y de mi hacer. Eso ocurre cada vez que yo puedo ejercitar alguna de mis

    facultades positivas; y tambin cada vez que el ambiente me confirma que yo tengo esas capacidades o

    unos valores o cualidades positivas.

    Una experiencia negativa es la que niega u obstruye el desarrollo de mis capacidades positivas. La

    experiencia negativa se produce cada vez que yo intento hacer algo o pretendo ser algo, y la experiencia se

    traduce en un fracaso, en una negacin de ese algo. La experiencia negativa es la que representa la

    negacin de mi ser y de mi hacer.

    El nio que empieza a andar, siente el impulso de andar, lo intenta y se cae; ah tenemos una

    experiencia sencilla de tipo negativo: el nio se cae. Es una experiencia negativa mientras est ejercitando

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    algo. Tambin lo es cuando el nio trata de expresar algo a su madre, por ejemplo, y la madre, en aquel

    momento muy nerviosa, irritada y poco consciente de lo que dice, rie al nio dicindole que se calle, que

    se est quieto, que es tonto, que no sirve para nada, etc. Es tambin un ejemplo de negacin que, en este

    caso, se recibe del exterior. Todos, de pequeos, habremos sido objeto de crtica en alguna ocasin, que no

    servimos para tal cosa, que no valemos, que no llegaremos nunca a nada, que somos una desgracia, etc.

    Ahora, de mayores, seguramente nos remos de esas cosas, pero en el momento en que se dijeron, en una

    mentalidad infantil y procedentes de una persona a quien se ama, esto representa un traumatismo, es una

    sentencia de negacin.

    La experiencia negativa es de dos tipos: completa e incompleta.

    a) La experiencia negativa completa representa la expresin de algo que fracasa. Es cuando, como

    decamos, el nio se pone en pie e intenta andar, pierde el equilibrio y cae. Cuando intentamos pasar un

    examen y nos suspenden. Cuando pretendemos hacer un negocio y fracasa. Cuando quiero hacer una

    amistad y soy rechazado.

    Las experiencias negativas son inevitables en nuestra vida. Pero la experiencia negativa puede tener un

    resultado positivo, dependiendo de cmo nosotros reaccionemos ante ella. Si ante la experiencia negativayo reacciono con mi capacidad de ver y de hacer, me habr servido de aprendizaje previo; entonces, mi

    prxima gestin, mi prximo intento ser ms perfecto, ms elaborado. De hecho, todo aprendizaje se

    hace de esta manera; todo aprendizaje se hace equivocndose, fallando, fracasando en los pequeos

    intentos. En la medida en que ante el fracaso nosotros reaccionamos con nuestra capacidad de hacer y con

    nuestra inteligencia activa, entonces el fracaso se convierte en un elemento constructivo porque moviliza

    ms energa y ms inteligencia (o con ms datos). La experiencia negativa, sea cual sea el nivel en que se

    produzca -fsico, afectivo, intelectual, profesional, etc.- se convierte en un elemento positivo cuando

    nosotros reaccionamos positivamente. Todas las grandes personas, en el terreno que sea, se han hecho

    grandes gracias a su reaccin frente a lo negativo; nadie se ha hecho grande slo con experiencias

    positivas. Crecemos apoyndonos sobre las lecciones amargas aprendidas.

    b) La experiencia negativa incompleta se produce cuando, existiendo el impulso a hacer algo, se reprime

    este impulso para evitar una experiencia negativa. Yo estoy en una reunin y se me ocurre una idea, la voy

    a decir pero me callo por temor a quedar mal, a que no me interpreten correctamente, por miedo a

    equivocarme, a que me critiquen, etc. Era una experiencia que iba a producirse; y como toda experiencia

    era una energa que a travs de mi mente, de mi cuerpo y de mi afectividad iba a formularse en una

    experiencia concreta, pero la idea de fracaso, el temor, me impiden dar salida a esta energa y completar la

    expresin que se estaba elaborando; entonces la experiencia queda reprimida, incompleta, y aquella

    energa queda inhibida, replegada, por falta de expresin. Con esta actitud pretendo evitar un mal, hacer el

    ridculo o fracasar; pretendo evitar una experiencia negativa,pero eso mismo es ya una experiencianegativa, pues la vivo negativamente. Pero adems, con la gravedad de que la inhibicin, al no liberarse la

    energa que estaba en curso, deja retenida aquella energa en lo interno. Una energa que estaba en

    marcha y destinada a convertirse en accin queda replegada, retenida. Una energa que tena que

    transformarse en un modo de vivirme a m mismo, en un crecimiento de la propia conciencia, al no

    producirse, no se traduce en una experienciade m, no fortalece mi yo; en su lugar hay una nocin de

    fracaso de m mismo ante la situacin; no de fracaso en relacin al exterior, sino de m ante m.

    De esto, pues, se originan dos focos de tensin. Por un lado, la energa retenida produce una

    insatisfaccin interior y una inquietud, porque busca una salida, expresarse de un modo u otro. Y por otro

    lado, el juicio que se forma en m, de fracaso, de no estar a la altura de las circunstancias, me perseguirempujndome a que yo trate de recuperar este prestigio, de mejorar mi marca para demostrar que valgo

    igual o ms que los dems. ste es el origen de nuestro mundo de ensoacin, del mundo onrico que

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    estamos constantemente elaborando; soando en situaciones que me gustara o que espero llegar a vivir,

    en las que yo podr demostrar mi capacidad, mi inteligencia, mi valor, y los dems tendrn que aceptar mi

    capacidad, mi prestigio, mi fuerza, etctera. En mi sueo estoy jugando a ser la persona ideal que quiero

    llegar a ser, porque estoy tratando de compensar la imagen frustrada y el sentimiento carencial que tengo

    de m.

    Una experiencia negativa completa, o un fracaso rotundo, no me deja as en un trmino medio; meproduce un hundimiento total o bien es causa de una reaccin positiva; pero no es algo que perdura, que

    se interpone constantemente entre mi capacidad real y mi presente inmediato como en el caso de la

    experiencia incompleta. Las energas inhibidas se llevan constantemente dentro, empujando, buscando

    liberarse, realizarse.

    Esto ser objeto de estudio particular, pues precisamente en este tipo de experiencias est la base de

    casi todos los estados negativos de inseguridad, de tensin y de depresin.

    2. Experiencia superficial y experiencia profunda

    La mayor parte de experiencias o de situaciones de la vida diaria despiertan en nosotros un eco

    relativamente superficial; son las ms corrientes en nuestra vida cotidiana, familiar, social, profesional.

    Pero todos hemos tenido momentos en que la situacin se vive de un modo que despierta algo muy

    profundo en nosotros, algo muy ntimo; aquella circunstancia se vive como algo muy especial, algo nico.

    Puede tratarse de una situacin exterior muy dramtica o muy solemne, pero puede no serlo. Puede

    tratarse de una experiencia que en s no tiene nada de particular, pero algo hace que yo viva aquello

    profundamente; y quiz se trata de algo que yo he estado haciendo diariamente, rutinariamente, y de

    repente, un da, aquello despierta una resonancia muy profunda dentro de mi ser.

    No deben confundirse la experienciaprofunda con la experiencia intensa. Una experiencia puede ser

    intensa y a la vez puede ser superficial. Si estoy leyendo tranquilamente en mi habitacin y de repente oigo

    una explosin, aquello puede producir en m un sobresalto, una experiencia intensa, incluso muy intensa,

    pero no necesariamente profunda. La intensidad depende de la cantidad de energa que se moviliza en m,

    pero la profundidad viene dada por el nivel en que se vive esta energa.

    La importancia de las experiencias que nosotros vivimos en momentos de una profunda resonancia,

    reside en que se convierten en los pilares de nuestra personalidad. Si las experiencias en s eran como los

    ladrillos, las experiencias profundas constituyen los pilares bsicos del edificio. Todo lo que estoy viviendo

    en el momento de una resonancia profunda, queda marcado como con fuego en mi interior porque la

    profundidad yola vivo con un sentido de realidad e importancia muchsimo mayor que todo lo dems. En

    estos momentos es cuando yo me siento ms yo; es cuando yo estoy ms cerca de mi propia realidad. Y

    esto se vive con unafuerza y un sentido de importancia tan grandes, que hace que la situacin externa (o

    incluso interna) que se vive en aquel momento quede asociada al sentido de profundidad. Entonces, el

    psiquismo queda condicionado por la situacin concreta de aquel momento. O sea, que son dos cosas

    diferentes pero que se asocian: la situacin que se produce y mi respuesta ms o menos profunda a ella.

    Hemos dicho que la situacin puede derivar del exterior (a) o de mi propio interior (b).

    a) Experiencia derivada del exterior

    Yo puedo estar simplemente, mirando un jardn que he mirado ya muchas veces. Pero un da, al mirar el

    mismo jardn, siento una impresin ms profunda y de repente aquel jardn se convierte para m en algo

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    muy importante. De hecho, la importancia no est en el jardn sino en la resonancia profunda propia; pero

    como sta se produce en el momento en que estoy viendo el jardn, yo, sin darme cuenta, traslado la

    importancia al jardn. A partir de aquel momento, aquel jardn, (y los jardines en general) tendrn una

    importancia preponderante en mis valores.

    b) Experiencia interior

    Yo puedo encontrarme pensando en un problema o imaginando una situacin; o quiz est temiendo

    una situacin determinada, un castigo o una desgracia. En otros muchos momentos similares he estado

    pensando e imaginando sin que ocurriera nada de particular; pero un da, quiz en aquel momento en que

    estoy pendiente de un temor, se abre algo ms profundo en m, llego a un estrato ms hondo de mi

    ser experimentando la profundidad;entonces, aquel temor que otras veces se haba deslizado por mi

    psiquismo sin mayores consecuencias, de repente queda registrado en profundidad porque lo asocio a la

    hondura de la vivencia que tengo de m. A partir de aquel momento, el tener miedo o el estar en una

    situacin expectante se convertir para m en algo muy importante.

    Yo tiendo frecuentemente, y casi siempre sin darme cuenta, a buscar la repeticin de las experiencias

    profundas. Mediante la repeticin de la situacin (exterior o interior) yo intento renovar la experiencia.Esto hace que se forme en m una gama de valores alrededor de unas situaciones determinadas.

    Si queremos averiguar cules son las experiencias profundas que hemos tenido -por lo menos algunas

    de ellas- slo tenemos que observar que es lo que ms nos gusta; pero por aficin, no por obligacin, lo

    que nos gusta de veras. Generalmente es algo que en una ocasin despert en nosotros una vivencia

    interior. Y aquello que me gust, no me gust por s mismo sino por lo que despert en m. La vivencia fij

    aquella cosa, aquel juego, aquel deporte, aquella situacin, y la fij de un modo tan intenso, que yo luego

    me he dedicado a girar alrededor de aquello, una y otra vez, intentando revivir la experiencia.

    As se forman las aficiones a los deportes, por ejemplo; pero tambin se forman as ciertas obsesiones

    de tipo sexual, ciertas preocupaciones de tipo econmico, o profesional, etc.

    As se explica la situacin paradjica de la persona que ha vivido en profundidad una experiencia de

    temor, o miedo. El resultado de esta experiencia ser que la persona se sentir obligada una y otra vez a

    buscar situaciones de miedo para revivir la resonancia profunda. Lo curioso del caso es que el miedo es algo

    desagradable, negativo; por lo tanto, la persona conscientemente rechaza el miedo, pero el

    condicionamiento profundo le obliga a buscar situaciones de miedo. Inconscientemente busca lo que

    conscientemente rechaza.

    Se puede dar toda clase de combinaciones. Pero lo importante para nosotros es darnos cuenta de la

    causa de nuestras motivaciones profundas.

    3. Experiencias activas y pasivas

    Experiencia activa es cuando yo me siento yo, haciendo; yo me siento ser segn hago. Experiencia

    pasiva es cuando yo me siento yo al percibir, al recibir; yo me siento ser segn me hacen.

    Ah est la clave del problema tan general de la dependencia del exterior. Por qu dependemos tanto

    de la opinin de los dems? De lo que los dems piensan o dicen de m, o de lo que me hacen? Por qu

    para m es tan importante esto? Porque yo no me vivo de un modo directo sino que he aprendido a vivirmeen funcin de los otros.

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    Cuando el otro me alaba, despierta en m un sentimiento positivo de valor yentonces me siento

    afirmado; pero me siento afirmado slo como reaccin a lo exterior, no porque yo sea realmente ms, no

    porque yo haya desarrollado algo o crecido en algo, sino simplemente porque el exterior se muestra

    favorable y me dice que yo valgo, que soy ms, etc. Y, naturalmente, cuando el ambiente me critica,

    cuando no me es favorable, entonces, como yo no he aprendido a apoyarme en una conciencia directa de

    mi ser, me siento negado, desgraciado.

    Estoy pendiente siempre de la opinin de los dems. Estoy necesitando constantemente que los dems

    piensen bien de m y no puedo soportar la crtica ni siquiera la indiferencia. Y eso es as porque yo no he

    aprendido a vivir una conciencia independiente de m; porque yo he crecido en una conciencia de m

    que de hecho es una relacin con el ambiente. Noes una conciencia de yo slo, sino que es un conciencia

    de yo-t o de t-yo.

    Por eso, las personas que han desarrollado solamente este nivel de experiencia horizontal, de contacto

    con, de relacin con -lo mismo si es activa que si es pasiva-, cuando se encuentran solas, despus de

    pasado un tiempo pensando, teorizando y poniendo en orden sus problemas, se aburren, se sienten solas;

    porque estn aorando una vez ms esa constante relacin, ese hacer hacia el otro o recibir del otro. Y una

    vez ms se juega con el mismo juego de sentirse afirmado o de sentirse negado, el mismo juego de tratar

    de afirmarse haciendo unas cosas determinadas para provocar en el otro una respuesta afirmativa.

    Hemos de aprender a ver cmo est constituida nuestra vida y qu es lo que predomina en ella

    mediante un anlisis de los puntos estudiados:

    1) Cules son mis experiencias negativas ms intensas, las que condicionan negativamente mi vida?

    Cules son mis miedos?

    2) Cules son mis experiencias profundas ms importantes? Esto lo descubrir observando cules son

    mis principales valores.

    3) De qu modo he construido yo mi conciencia de relacin con el mundo? Cuanto ms la haya

    constituido de un modo activo y radiante, ms relativamente independiente ser. Cuanto ms se haya

    formado de un modo pasivo, recibiendo, resultar mucho ms dependiente de las situaciones y tender a

    sentirme vctima de los dems o del mundo.

    Es importante ver esto, pues as tendremos los elementos para poder empezar a dirigir a voluntad las

    experiencias y encauzarlas en la direccin que sea ms conveniente, ms positiva.

    3. ENERGA, AUTOIMAGEN Y ESTADOS EMOCIONALES

    La personalidad como sistema de energas

    Decamos que mediante las experiencias hemos ido desarrollando nuestra personalidad, nuestras

    capacidades y tambin nuestra conciencia. Porlo tanto, nuestro funcionamiento actual esel resultado de la

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    suma de nuestras experiencias. Pero toda experiencia tiene varias facetas; en este captulo lastrataremos

    desde el punto de vista de la energa.

    La personalidad total es un sistema de energas. Todos los niveles de la personalidad son energa

    cualificada que se manifiesta en forma de energa vital, afectiva, mental, intuitiva, tica, esttica, etc., pero

    siempre se trata de energas. Es interesante aprender a estudiar nuestro modo personal de ser en razn de

    las energas porque toda experiencia es (y ha sido) una dinamizacin de energas. Este estudio nos har verun sentido ms dinmico, ms operativo, de las experiencias y el porqu se producen en nosotros

    determinados estados.

    Energa en la nocin del mundo

    En relacin a las experiencias activas y pasivas, se ve claramente que si yo he desarrollado en mi vidauna actitud de espectador ms bien que de actor, en mi mente se han ido registrando ms imgenes del

    mundo, dedos dems, de lo que ocurre en mi vida, de lo que me hacen, que no de m mismo en accin. En

    consecuencia, la imagen que tengo del mundo se ha ido cargando de energa y yo vivo la energa de los

    otros, en lo que me rodea; no la vivo en primera persona.

    Son los dems que hacen, que dicen, que me imponen, que me obligan, que me quieren, que no me

    quieren. Esta accin que yo veo constantemente en los dems, en todo lo dems, va cargando el sector

    de mi mente en el que yo registro el mundo exterior con ms energa. En cambio, el sector que yo vivo

    como propio, el quevivo con el nombre de yo, no recibe energa porque no acta. El resultado de esto es

    que para m, la imagen del mundo tiene ms fuerza que mi propia imagen; el valor que veo en los dems

    tiene ms fuerza que mi propio valor. As, yo siempre me sentir disminuido en relacin con los dems,

    siempre creer que los dems son ms importantes, ms fuertes, ms reales, porque habr desarrollado

    ms la energa en el sector de la mente que registra el mundo objetivo.

    Energa en la nocin del yo

    En cambio, si yo desarrollo ms experiencias de tipo activo, estoy dinamizando mi capacidad de accin,

    sea fsica, mental o afectiva. Esta energa que se expresa activamente se registra en mi interior como algo

    que yo hago, o que yo soy, o que yo expreso. Entonces, la nocin que yo tengo de m mismo se va cargando

    con ms energa, con toda la energa que voy exteriorizando, y esta energa es la que hace que yo me viva

    con fuerza, con realidad, con seguridad.

    Intentemos ver en qu proporcin estn cargados los sectores de nuestra mente, si con ms fuerza en la

    nocin de nosotros mismos o en la nocin de los dems.

    Yo me siento igual que los dems? A la hora de actuar, de convivir, de tratar con las personas, demanejar los asuntos me siento, en general, igual que los dems, o me siento menos que los dems? La

    respuesta a estas preguntas depende de cmo se hayan vivido las experiencias, si de un modo activo o de

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    un modo pasivo. La energa es lo que nos da conciencia de realidad, de seguridad; no existe seguridad si no

    hay una gran cantidad de energa inmediatamente disponible para el yo personal. Cuando dispongo de

    energa yo me siento fuerte, seguro; y cuanta ms energa sienta disponible en m, ms slido, fuerte y

    seguro me sentir. Si dispongo de poca energa en m, me sentir dbil; y cuanta ms energa yo sienta en

    los dems, no slo me sentir ms dbil sino inferior a los dems. Vemos, pues, que el tema de las energas

    es fundamental porque nos explica la nocin tan importante de la seguridad y la decisin, de la fuerza y de

    la realidad con que uno vive frente a losdems.

    Las personas que tienen problemas de inferioridad -aparte de otros mecanismos que estudiaremos- son

    personas que han vivido ms en plan de espectadores que de actores. Posiblemente ellas ampliaran este

    comentario diciendo: no en plan de espectadores sino de vctimas. Porque seguramente han vivido las

    situaciones como vctimas, estando debajo de, y sufriendo la fuerza de los dems.

    Poder dinamizar energas, actualizarlas y conectarlas con el yo consciente es recuperar la fuerza de s

    mismo, la seguridad; no una seguridad ficticia basada en ideas o en sueos sino una seguridad real basada

    en la materia prima de nuestro ser: la energa.

    Las actitudes

    El problema de las energas conlleva el de las actitudes. Cuando yo me siento fuerte, estoy tranquilo

    ante las situaciones; cuando yo me siento dbil, tiendo a eludir las situaciones, tiendo a protegerme. Esta

    proteccin adopta dos actitudes: huyendo o encerrndome dentro de m mismo (que es otro modo de

    huir). Depende de la energa que la persona ha actualizado en nombre propio el que se viva a la defensiva o

    que se viva en un estado de apertura serena, tranquila. Nadie puede abrirse si tiene miedo, si se siente

    amenazado. Existe un instinto bsico de autodefensa cuando uno es dbil; y ste conduce a protegerse. En

    el reino animal, ante un enfrentamiento, el ms dbil o inferior, huye, y si no puede huir, se encierra dentro

    de s y queda inerte (como muerto).

    Hemos aprendido a adoptar distintas actitudes segn sean lassituaciones. Ante los amigos,por ejemplo,

    solemos sentirnos tranquilos porque los amigos son personas que nos aceptan -por eso son amigos-; con

    ellos notenemos que defendernos ni ocultarnos, nos sentimos libres, sueltos. Pero ante los padres -por

    ejemplo, en el caso de personas jvenes que conviven con los padres- muchas veces lo que existe, o

    persiste, es un mecanismo defensivo, de cierre; aunque existan una buena voluntad y unafecto,

    frecuentemente existe tambin como un aislamiento, un sentimiento de autoproteccin o cerrazn, quiz

    porque uno ha vivido ms de una vez situaciones de amenaza, de incomprensin, de rechazo o de

    impotencia.

    La actitud ante los superiores, por ejemplo, en el trabajo, o ante las autoridades, etc. cul es? Puede

    ser la misma: de proteccin, de huida; o tambin, de protesta, (lo cual es otro modo de huir, de

    protegerse). Siempre que por parte de la persona existe un ataque sistemtico, significa que la persona

    necesita defenderse atacando, lo que es otro modo de defenderse. As, vemos varias actitudes: la huida, el

    replegarse y el ataque. Pero el ataque slo se produce si la persona de algn modo se siente fuerte, aunque

    sea slo en parte, pues si se sintiera fuerte del todo no necesitara atacar. Lo que ocurre es que la persona a

    veces se siente dbil en un sentido y se siente fuerte en otro; entonces ante la situacin la persona sientemiedo, pero a la vezsurge su protesta, y la energa que la persona moviliza se manifiesta en forma de

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    agresividad en contra de. Por eso es tan general en todo el mundo la actitud de protesta ante los que

    gobiernan, sean de la ideologa que sean; se trata de un mecanismo natural.

    Tenemos una actitud de autoproteccin, de encerrarnos, de vivir como detrs de una trinchera? O

    tenemos una actitud abierta, de sintona, de aceptacin? Si lo observamos, esto nos dar una indicacin

    clara de la seguridad o inseguridad en que vivimos. Las actitudes que hemos desarrollado funcionan de un

    modo automtico, y suelen ser diferentes segn sea el mbito de nuestras relaciones. Para los amigostenemos un tipo de actitud; para los familiares, otro; para el jefe (o jefes), otro; para lossubordinados,

    otro. Examinando cules son nuestras actitudes habituales ante los distintos sectores de la vida,

    descubriremos en qu nos sentimos fuertes y en qu tenemos miedo.

    La valoracin de las experiencias

    Otro aspecto de toda experiencia es que siempre existe una idea de la situacin y en consecuencia,

    una valoracin de lo que ocurre.

    Cada vez que yo entro en contacto con el mundo, ste, o bien se muestra favorable o propicio hacia

    m, obien se muestra hostil, difcil. Entonces, yo, no solamente tengo la imagen de la

    persona o de la situacin que me hace fcil o difcil una cosa, sino que inmediatamente aado una

    valoracin del mundo, de aquel pequeo sector del mundo, de aquella persona, de aquel ambiente, y digo:

    ese ambiente, esa persona, ese mundo, es malo para m. Adems, existe una reciprocidad entre la

    imagen que yo me formo del mundo y la imagen que yo me formo de m en relacin con este mismo

    mundo (o ambiente, o situacin). Porque no son dos valoraciones distintas; se trata deuna misma

    valoracin a la que por un extremo llamo mundo y por el otro llamo yo.

    Cada vez que yo estoy con una persona compartiendo con ella una situacin determinada, yo vivo

    aquella situacin bien o mal. Si la vivo mal, este sentido del mal abarca al otro y a m. Sila vivo

    bien abarca a m y alotro.

    Esto es muy importante porque nos demuestra que cuando nosotros nos sentimos mal, vemos

    todo mal,y cuando nos sentimos bien, vemos todo bien. Por qu? Porque no hay separacin real entre

    nuestro modo de valorarnos a nosotros y nuestro modo de valorar el mundo. En cada instante, en cada

    experiencia, se hace una valoracin conjunta. Toda experiencia de contacto con el entorno es una relacin

    que se establece; una relacin quetiene dos polos, pero que es una sola experiencia. La valoracin que mehago de m y del mundo es importantsima pues es lo que da sentido o no a mis experiencias.

    La imagen-idea del yo

    Hemos visto que el sentido real de nuestra vida consiste en que desarrollemos todo nuestro potencial

    interno y a la vez lleguemos a una conciencia de plenitud, de felicidad de realidad, ya que eso es lo que estdetrs de todas nuestras motivaciones.

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    sta es la necesidad primordial que existe en nosotros. Pero ocurre que hay experiencias que resultan

    ser negativas. Hay experiencias en que yo trato de conseguir esta afirmacin, esta plenitud, pero el mundo

    no me la ofrece, me rechaza, me niega algo, o por lo menos yo lovivo as. En lugar de la afirmacin que

    busco, me encuentro con un rechazo, un vaco, un malestar. Pero la demanda de plenitud, de felicidad,

    subsiste, es una constante; qu ocurre, entonces? Pues ocurre que yo trato de elaborar a travs de mi

    mente una imagen de m. Esta yo-imagen es muy importante porque la estoy viviendo en cada momento.

    Esta imagen de m se va formando poco a poco mediante mis experiencias. Si yo tengo experiencias felices

    con las personas o las situaciones, yo me hago una imagen-idea de m, positiva, armonizada con el mundo.

    Yo sintonizo armnicamente con el mundo, el mundo est en armona conmigo. Pero ante experiencias

    negativas -desengaos, rechazos, fracasos-, yo me siento negado por el mundo, mesiento disminuido. Y

    esa necesidad que tengo de felicidad y de plenitud, al chocar con la negacin o el fracaso, me obliga

    entonces a desear, a querer, a pensar, a imaginar una felicidad. Y esto lo hago a travs de mi mente. Y as

    se va formando una idea, una imagen idealizada de m mismo, que yo mismo me fabrico.

    Yo ya poseo una idea de m, pero esta idea de m, como vive facetas negativas, entonces yo la utilizo

    paraperfeccionarla idealmente. Entonces me digo: a m me gustara llegar a ser una persona muy

    inteligente, muy hbil,muyfuerte, etctera (una serie de cualidades). Hasta que esta imagen idealizadallega a constituir el objetivo mximo. Se trata de lamisma plenitud-felicidad que busco, pero revestida con

    un lenguaje de imgenes e ideas atravs de mi mente. Entonces, este yo-idealizado es el que estoy

    tomando como referencia para medir y valorar las cosas, y como objetivo a lograr para mi felicidad;

    esto esuna constante. Tanto si me doy cuenta de ello como sino me doy cuenta, cada situacin que vivo la

    comparo con este objetivo: me ayuda o me acerca esto, aesta afirmacin ideal de m? Eso va a favor de

    este valor, de esta fortaleza, de esta perfeccin? En la medida que la experiencia me afirma en esa

    direccin, yo la vivir como afirmativa, positiva. Pero si la entiendo como opuesta a esta valoracin, la vivir

    como negativa. As, esta idea que yo me he hecho de m (y la consecuente idealizacin) se convierte

    en elpunto central que me sirve para medir todas las cosas y situaciones; es esta medida la que utilizo para

    decidir si me he de sentir feliz o desgraciado. Cuanto ms exigente sea este yo-idealizado ms difcil ser

    que en mi vida real yo encuentre condiciones que satisfagan esta exigencia; cuanto menos exigente

    sea yo en esta idealizacin, menos problemas tendr con las personas porque no estar comparando mi

    situacin con algo tan ideal.

    Si yo pudiera vivir sin ninguna idealizacin, simplemente en mi realidad presente, sin ningn

    proyecto ideal para mi futuro, yo no tendra ningn conflicto ni con las personas ni con las situaciones.

    Yo me siento negado por una situacinporque espero ser afirmado. Y cuanto ms espero ser afirmado ms

    corro el peligro de sentirme negado. Cuanto msestoy pendiente de lo que deseo, cuanto ms identificado

    o ms colgado estoy con lo que yo sueo, deseo y espero, con lo que yo creo que debo llegar a ser,

    ms lejos estar de la realidad inmediata; ms la realidad presente estar chocando, contrastando con este

    ideal, y yo estar teniendo ms dificultades con las personas y las situaciones.

    Si yo formo una imagen de m mismo como siendo un personaje con muchos derechos, mucho prestigio

    e inteligencia, mucha habilidad -nos referimos a la imagen-idea, no a la habilidad o inteligencia reales-,

    entonces cada vez que alguien no reconozca esta habilidad, o el prestigio, o los derechos, etctera, yo me

    sentir frustrado, y estar en conflicto con aquella persona que no acepta o no reconoce estos valores.

    En cambio, si yo vivo en la simplicidad de mi ser, sin preocuparme de teorizar, de idealizar, sino viviendo

    mi habilidad, miinteligencia, mi capacidad tal como es; sin estar pendiente de la idea ni del ideal sino

    viviendo la realidadinmediata del presente, yo estoy pendiente de la idea de m, mas tambin estoy

    pendiente de los dems respecto a m. Cuanto ms yo est viviendo la realidad de m, ms podr prescindir

    de mis propias ideas de m y de las de los dems.

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    Las emociones

    La valoracin que yo hago de m y que hago del mundo es lo que me induce eso que

    llamamos emociones o estados. Cada vez que yo pueda vivir situaciones que van a favor de lo que deseo,

    me sentir feliz, afirmado, satisfecho, ilusionado; siempre que mi experiencia va en direccin a esta

    afirmacin -real o ideal- yo vivo un estado positivo. Cuando la experiencia parece que va en contra de lo

    que yo pretendo real o idealmente, entonces siento una reaccin interior negativa. En definitiva, las

    emociones no son nada ms que el contraste entre lo que yo deseo y lo que el mundo me da.

    Cuanto ms cosas deseo ms difcil es que el mundo me d lo que deseo; en consecuencia, soy ms

    vulnerable emocionalmente, ms cosas pueden ir en contra del deseo. Cuanto menos deseo, menos

    vulnerable soy porqueno hay nada que se oponga. Por esto, un estado emocional intenso, muy sostenido,

    indica que la persona est excesivamente pendiente de lo que desea, y que est constantemente

    comparando, contrastando este deseo con lo exterior; est esperando de loexterior la confirmacin, la

    ayuda, la realizacin de lo que ella desea. Indica que la persona no se vive ella misma en presente sino que

    se vive en sus deseos, en suproyecto de llegar a ser; no vive su capacidad real, actual, no dinamiza su

    energa aqu y ahora sino que est pendiente de sus logros o demostraciones futuras. Es un mundo

    psicolgico de fantasa -que todos conocemos por haberlo vivido en un grado u otro- que denota que la

    persona no vive su realidad, su fuerza, su inteligencia, su capacidad de amar, en presente; est pendiente

    de una idea-deseo que se expresa a travs de la imaginacin de un futuro, y eso hace vulnerable a la

    persona. No encontraremos a ninguna persona con tensin, con angustia o inseguridad, que no est

    pendiente de un deseo de futuro y que nolo sienta amenazado. Toda inseguridad, o tensin, o depresin -lo veremos en detalle ms adelante- no es ms que la negacin, real o supuesta, de este deseo de

    afirmacin futura.

    Esto deriva del hecho de que nuestras ideas y valoraciones son injustas o errneas (por lo menos,

    parcialmente), pues estamos juzgando no objetivamente sino en relacin a nuestros deseos, aspiraciones o

    exigencias. Esto, que resulta cmico vindolo en una competicin-espectculo como el ftbol, por ejemplo

    donde al sealarse una falta, sta es inevitablemente protestada por los jugadores del equipo culpable y

    sus partidarios, puede llegar a ser trgico cuando estamos juzgando a personas, a familiares, a

    colaboradores y les estamos aplicando inconscientemente este criterio de comparacin o contrastacin con

    nuestros deseos personales de afirmacin.

    El juicio objetivo slo es posible cuando uno no depende para nada de la otra persona ni de la situacin,

    cuando uno se da cuenta de que no le ser quitado ni aadido nada sea cual sea el resultado de la

    situacin. Pero mientras yoest involucrado (o crea estarlo) en una situacin, es muy difcil que exista una

    objetividad real. Esto lo vemos tambin frecuentemente en las discusiones entre amigos, o familiares,

    donde cada persona tiene razn. Siuno logra situarse bien dentro de la perspectiva de cada uno por

    separado, se ve que cada uno tiene razn, mejor dicho, su razn; ydesde esta razn particular, es natural y

    justificable que la persona est molesta. Pero la misma situacin vivida por la otra persona desde su

    razn, origina su enfado o molestia tambin perfectamente justificable. Por qu?, porque cada uno est

    viviendo la situacin no por lo que es en s, sino en virtud de unas valoraciones personales y esto produce

    una inevitable tendenciosidad. Por eso hemos de ser precavidos al emitir juicios sobre personas. A no ser

    que estemos estrictamente obligados -a causa de nuestra funcin de padres o de superiores en el trabajo- a

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    tomar decisiones, hemos de ser sumamente cautos en emitir juicios, pues no basta con ver unos hechos

    como ciertos; para poder juzgar correctamente una situacin hay que ver todos los aspectos, incluido el

    modo de ser y de sentir de la persona involucrada. Juzgar a una persona por unos pocos datos, por ciertos

    que sean, es incorrecto; a veces es inevitable hacerlo, pero existe el riesgo de ser injusto.

    Lo curioso es que este mismo problema existe con nosotros mismos, pues nos estamos juzgando

    siempre. Tenemos la misma actitud frente a nosotros que frente a los dems. Yo tengo la exigencia dellegar a ser de un modo X; yo me exijo ser una persona lista, que no se equivoca, que tiene habilidad y una

    serie de cualidades. Entonces, cuando descubro que tengo fallos, que me equivoco, esto representa una

    negacin de mi valor ante m mismo, representa una depreciacin (una disminucin de precio) de m

    mismo, y me enfada, me deprime. Constantemente nos juzgamos: He hecho bien esto? He quedado

    bien? He demostrado mi inteligencia? Y eso esfunesto,porque cuanto ms yo formule juicios sobre m

    mismo, ms me alejar de mi capacidad de funcionar tal como soy; cada vez que interpongo la pantalla del

    juicio en lo que hago, estoy poniendo un muro a la espontaneidad, a la capacidad real de hacer, de

    entregarse, de movilizar los recursos interiores, las capacidades profundas, ante una situacin. Esto se ve

    claramente en los exmenes; cuando uno ha de examinarse de algo, pasa grandes apuros. Por qu?; pues

    no slo porque el suspenso de una asignatura pueda representar una prdida de tiempo y dinero, o sequede mal ante los padres o tutores, o ante los dems, sino porque se trata de un examen del yo; no es

    simplemente un examen de matemticas o de economa, sino que se vive la situacin como si examinaran

    al yo. Porque el yo se atribuye esa inteligencia, esa capacidad que desea llegar a poseer, entonces se vive la

    situacin como una prueba en relacin a si soy tan listo o no lo soy. Y la tristeza por un suspenso se

    origina en el hecho de que yo he quedado mal ante m mismo y ante los dems. He quedado mal ante mi

    propio pedestal, ante mi yo-idealizado. Si no existiera esta amenaza del prestigio ante m mismo, de que

    yo valgo o no valgo ante m, entonces las angustias de los exmenes quedaran reducidas al mnimo.

    Vemos pues que el deseo expectante de desear una afirmacin, una revalorizacin de m, y la sensacin

    de sentirme constantemente amenazado eso ya no es simplemente una emocin de miedo, temor oprotesta, sino que se convierte en un estado emocional.

    La emocin es una reaccin de descarga ante una situacin, es algo que se produce en un momento

    determinado, pero si lo que produce la reaccin es algo que permanece (o se vive como si permaneciera),

    entonces lo que se crea es un estado de malestar, de angustia, un estado negativo que, como todos ellos,

    est basado en la constante comparacin o contrastacin entre lo que yo quiero o pretendo

    imaginativamente llegar a ser y lo que el mundo me est concediendo, o del modo en que me valora.

    Siempre se trata de una valoracin de presente-futuro.

    Hay que resolver el problema de los estados negativos. Y no es distrayndose, no es huyendo de la

    situacin, aunque pueda ser correcto distraerse en un momento de gran ansiedad o gran preocupacin(para dar descanso a la tensin interior), pero eso nunca ha solucionado nada, eso es simplemente un alivio

    momentneo.

    Tampoco la medicina puede solucionar a fondo el problema, pues aunque proceda a anestesiar las vas a

    travs de las cuales registramos la ansiedad, esto no resuelve nada; simplemente soluciona el malestar,

    pero no el problema. La solucin est en eliminar las causas. Por qu vivo la situacin de un modo

    negativo? Porque nome siento fuerte, slido, no me siento con un valor real, y espero llegar a ser fuerte, a

    tener este valor. Y porque estoy colgado de este futuro, vivo el presente como una especie de denuncia

    constante a mi inseguridad, a midebilidad. Slo desarrollando y reforzando mi capacidad de ser,

    desarrollando mis energas a partir de mi valoracin real, en presente, de m, slo as eliminar las causasde toda comparacin, -dualidad que es el elemento bsico de toda debilidad-, slo as eliminar todo lo que

    sean estados negativos y esa vulnerabilidad que tanto hace sufrir.

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    4. ESTRUCTURAS PSICOLGICAS BSICAS

    El Yo-experiencia y el Yo-idea

    Examinemos los elementos estructurales bsicos de nuestra personalidad ya que ellos son la clave

    de lacomprensin de nuestros estados internos en lo que tienen de negativo y de positivo. Hemos visto

    que estos elementos son:

    1. El Yo-experiencia (lo real)

    Es el resultado de todo lo que vivimos de un modo activo. Gracias a las experiencias, dijimos,movilizamos las energas, desarrollamos nuestros niveles, actualizamos nuestra inteligencia y adquirimos

    unos modos de reaccin ante las situaciones. Esta respuesta que damos una y otra vez va desarrollando en

    nosotros un eje que es la base de nosotros mismos en el mundo de los fenmenos, en lo existencial. Yo

    realmente soy lo que he desarrollado: en inteligencia, en energa, en afectividad, en capacidad de

    adaptacin, etc.; sta es mi verdad objetiva, yo soy exactamente esto.

    2. El Yo-idea (mecnica mental fantasiosa)

    A travs de las experiencias incompletas, insatisfactorias, la idea que tenemos de nosotros mismos va

    adquiriendo una fuerza especial porque se utiliza esta idea imagen para verse a s mismo en una situacin

    distinta, realizando imaginativamente lo que, de hecho, no se ha podido desarrollar. Es unmodo de vivir la

    satisfaccin que no se ha podido tener en la vida real a causa de unas experiencias frustrantes. As, yo voy

    utilizando mi imagen y mi idea de m en un sentido imaginativo orientado a los deseos internos y que se va

    alejando poco apoco de lo que es el yo-experiencia real. Entonces yo tiendo a ser en mi mente distinto de

    lo que soy enmi realidad. Por esto existe tanta diferencia entre mis propsitos y mis realizaciones; por

    ejemplo, cuando me hago un programa de trabajo, lo hago con mi mente y por lo tanto est en juego el yo-

    idea, pero la realizacin del programa debe hacerla el yo-experiencia, y ste siempre presenta un

    desfase conel yo-idea. Este desfase puede ser en ms o en menos, pero lo frecuente es que uno crea que

    puede hacer mucho ms; y compone un programa magnfico en el que hay tiempo para todo, se cumplenlosobjetivos, todo es excelente, pero luego, un da por una circunstancia, otro da por otra circunstancia,

    otro da porque uno lo pospone para el da siguiente, etctera, el hecho es que hay una reduccin notable

    en la realizacin de los objetivos, y cuando la persona al cabo de un tiempo vuelve a hacer un nuevo

    programa suele suceder lo mismo. Esto indica que estn en juego mecanismos distintos, los de planificacin

    y los de ejecucin: el yo-idea y el yo-experiencia.

    Este yo-idea es muy importante porque es el que usamos para pensar en nosotros, es el que tomamos

    como referencia para valorarnos y para medir las cosas que los dems dicen o hacen. As, por ejemplo

    alguien puede manifestar una idea que me lesiona; por qu me lesiona? Porque implica una valoracin de

    mi prestigio. Yo me siento ofendido porque alguien me ha dejado de lado o porque no se me tiene laconsideracin que creo merecer. Entonces este yo-idea pasa a ser el centro de mi vida

    intelectual, mivida vivida como mente, como idea.

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    O sea que vivimos dos planos distintos. El plano de la idea en el cual soy vulnerable a toda idea negativa

    y en el que me siento atrado por toda idea afirmativa. Y el plano de mi experiencia real, de mi yo-

    experiencia, en el quesoycapaz de hacer unas cosas determinadas o no soy capaz de hacerlas. Cuanto ms

    se separe el yo-idea del yo-experiencia -cuanto ms yo vaya hinchando o deformando la idea que tengo de

    m- ms estar en conflicto con la vida real porque estar viviendo en mimente con la presuncin de hacer

    y de valorar unascosas, y de que me valoren a m de una manera determinada, y la realidad cotidiana no

    estar de acuerdo con esta planificacin mental. Cuanto ms yo choque con la realidad, ms frustrado me

    sentir y mayor necesidad tendr de desear futuras realizaciones, futuras grandezas; ir hinchando ms y

    ms este yo-idea.

    Anlisis de estos sectores

    Es importante ver claro el mecanismo del yo-idea y el valor real de nuestro yo-experiencia. Para calibrar

    el valor real de ste, hemos de mirar lo que nosotros hacemos realmente. Si hago un examen retrospectivo

    de las experiencias de mi vida, lo que he hecho en una ocasin y en otra ocasin, y en otra, aparte delas

    motivaciones, simplemente los hechos, aquello me dar una visin clara, innegable, del yo-experiencia.

    Para apreciar la importancia que para m tiene el yo-idea he de observar cules son las cosas que me

    molestan, que me enfadan oque me deprimen. Las cosas me disgustan en la medida que van en contra de

    los contenidos del yo-idea cuando este yo-idea es fuerte en m y yo dependo de l. Cuando yo

    no vivoslidamente el yo-experiencia es cuando yo estoy ms colgado a mi representacin; entonces, ms

    me duelen las ideas negativas de m. Este dolor, al vivirse como una ofensa o una negacin, puede llegar a

    producir resultados fisiolgicos funestos. Hay personas que han padecido un colapso cardaco a causa deun disgusto. Y qu es un disgusto? Simplemente la negacin de una idea; la negacin de un valor que hay

    en la mente alrededor del yo-idea.

    Es importante que uno aprenda a distinguir en su vida prctica esos dos niveles de su realidad. El yo-

    idea lo vivimos cuando estamos pensando; el yo-exp