PerezT - Historia Etnicidad Norte

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8/17/2019 PerezT - Historia Etnicidad Norte http://slidepdf.com/reader/full/perezt-historia-etnicidad-norte 1/5 1 ,, DR GUY ROZAT DUl l·:YI{ iN Referencias 1\cos l A,JOSEPH DE 1940 H i st or ia natural y m o ra l d e l as I nd ia s, FCE, M éx ic o, D .F Pi rnJ·:z DE Rmxs ANDRJ'\s 1992 Historia delosTriumphos deNuestra Santa Peeentregenteslasmás bárbaraJyjieras del  Orbe, Madrid 1645, e di ci ón f ac si mi la r, S ig lo X XI -D if oc ur , Mé xi co . Ro7./\T DuPEYRON, Guv 1996 A m é ti ca i m pe r io d e l d e m o n io , c u en t os y recuentos, UIA, México. S 1\IN T EXU PERY , A NT OI NE D J· : 1943 Le petit prince, Gallimard, París. HISTORI Y ETNICID D EN EL NORTE DE MÉXICO UN LECTUR NTROPOLÓGIC Rafael Pérez-Taylor Aldrete Instituto <leInvestigaciones Antropológicas Un iv er si da d Na ci on al A ut ón oma e le M éx ic o l;~n la construccic'in de la etniciclad e identidad de los grupos ongmanos del norte de México, existen d istin tos puntos de vista gue permiten l a e nunc iac ión de cada grupo. En primera in st anc ia están los ele los conguistadorcs que a finales elesiglo xvi empezaron a explorar estas regiones, inmediatamente se encontraron con la visión de las órdenes religiosas que se dieron a la tarea de cristianizar, para pasar a una paulatina mig raci ón que llegó primero del centro de México y después del este, de lo que hoy son los Estados U ni do s. C on l os m ig ra nt t: s q ue l le ga ro n a c ol on iz ar e st as t ie rr as v in ie ro n t am bi én n ue va s f ue rz as m il it ar es , q ue se rv ía n p ar a a se gu ra r l os t er ri to ri os c ol on iz ad os , p ar a c on ve rt ir se en el c onti nge nte que preservara la paz. En s us d is ti nt as f as es, l os e nu nc ia do re s d el d is cu rs o n omb ra ro n y c l as if ic ar on e l o rd en de cosas que encuentraron en la naturaleza y los diferentes grupos que ahí habitaban, y e stabl ec iero n ca tego riza cio nes en cuanto a la facilidad o dificultad para poder realizar el c on t ac to e n f un ci ón d e l a d om in ac ió n c ol on iz ad or a. Es d ec ir , e n b ue na m ed id a e l d is cu rs e' que se produjo fue en razón de la capacidad europea y específicamente española, por e jerc er un d omi nio territorial e ideológico que lepermitiera su reproducción e n e st a .« i na delpaís. Desde esta perspectiva, e l t errit orio ylo que ahí se encuentra se convierte en basl e' d om in io d el i mp er io , p ar a p asa r p au la ti na me nt e a u n e sp ac io d e c ol on iz aj e y c o nv er ge n c u del acto de someter a quienes eran los originarios de estos lugares. Ta l v ez u no < le lo s d is cu rs os q ue m ás se c on oc en e n l a a c tu al id ad e s e l c 1u ese p ro du ce c · 11 elámbito delas órdenes religiosas que llegaron acatequizar ya dar una nueva organi7.acie'rnseic1al y e co nó mi ca a l n or te d e M éx ic o; G uy R oz at d ic e: Es te t ip o de b al an ce de laobra c va 11 ,l ', c li <' :1 p ue de so rp re nd er no s p or s u c ru de za p or qu e e n n ue st ro h or iz on te cultu ral y a n o csL Ú1 11 1h r az ón , n i l as l ey es d e e st a a ri tm ét ic a s ag ra da . Qu e s e a le gr e e l r ey , d ic e Pérez de Rihas, I •n I apesar de las dificultades del momento, debido a su cristiano celo, yahay en elcicle' 11111111 ·11·'' ejército de ángeles morenitos, pero blanqueados por elsanto bautismo, que rucga11e·1111c·1 ¡ ·11 po r l a s al ud y la p rosperi dad de los reinos . Desde esta ideología, las ónknc·s 1c11.1'.1' ::.1 (1  ahc hac er mención que el p 1rrafo c itado v iene de una c ita sobn: Pércz de l\i\1;1s l]lll <IH, · 11 11111 11l1 tl 1c1ri11a de l:is n.u.ionc« <.JUC ticnc ya C 1 1 1v cr 1i d: 1s < .¡ uc S<lll rTLÍs de vci1111.., y c11 sus p1l( lil(1~, t 1l1l11 .1.l.1·. 1 11 .. 11

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8/17/2019 PerezT - Historia Etnicidad Norte

http://slidepdf.com/reader/full/perezt-historia-etnicidad-norte 1/5

1 ,,

DR GUY ROZAT DUl l·:YI{ iN

Referencias

1\cos l A,JOSEPH DE

1940

H i st or ia n a tu r aly m o ra l d e l as I nd ia s, FCE,

México, D.F

Pi rnJ·:z

DE

R m x s

ANDRJ'\s

1992

H i st or ia d e l o s T r ium phos d eN u es tr a S a n ta Pe e e n t re ge n te s l a sm á s b á rb a ra J yj ie r as d e l

 

Orbe, Madrid 1645, edición facsimilar, Siglo XXI-Difocur , México.

Ro7./\T

DuPEYRON,

Guv

1996 Amé ti ca i m pe r io d e l d em on io , c u en t osy recuentos ,

UIA,

México.

S1\INT EXUPERY, ANTOINE DJ·:

194

3

Le p e ti t p r in c e,

Gallimard, París.

HISTORI Y ETNICID D EN EL NORTE DE MÉXICO

UN LECTUR NTROPOLÓGIC

Rafael Pérez-Taylor Aldrete

Instituto <leInvestigaciones Antropológicas

Universidad Nacional Autónoma ele México

l;~n la construccic'in de la etniciclad e identidad de los grupos ongmanos del norte de

México, exi sten d istin tos puntos de vista gue permiten laenunc iac ión de cada grupo. En

primera instanc ia están los ele los conguistadorcs que a finales eles iglo xvi empezaron a

explorar estas regiones, inmediatamente se encontraron con la visión de las órdenes

rel igiosas que se dieron a la tarea de crist ianiza r, para pasar a una paulat ina migración que

llegó primero del centro de México y después del este, de lo que hoy son los Estados

Unidos. Con los migrantt:s que llegaron a colonizar estas t ierras vinieron también nuevas

fuerzas militares , que servían para asegurar los terri torios colonizados , para convert irse en

el contingente que preservara la paz .

En sus dis tintas fases, los enunciadores del discurso nombraron yclas if icaron elorden

de cosas que encuen traron en la naturaleza y los dife rentes grupos que ahí habitaban,

y

establec ieron ca tegorizaciones en cuan to a la facil idad o difi cult ad para poder real iza r e l

con tacto en función de ladominación colonizadora. Es decir , en buena medida eldiscurse'

que se produjo fue en razón de la capacidad europea y específicamente española, por

e jercer un dominio terri torial e ideo lógico que lepermiti era su reproducción en esta .« ina

de lpaí s. Desde esta perspec tiva , e l t erritorio y lo que ah í se encuent ra se convie rte en basl e'

dominio del imperio, para pasar paulatinamente a un espacio de colonizaje yconvergen cu

del acto de someter a quienes eran los originarios de estos lugares.

Tal vez uno <lelos discursos que más se conocen en laactualidad esel c1uese produce c·11

elámbito delas órdenes religiosas que llegaron acatequizar ya dar una nueva organi7.acie'rnseic1al

y

económica alnorte de México; Guy Rozat dice: Es te t ipo de balance de laobra cva11,l ',c li<' :1

puede sorprendernos por su crudeza porque en nuestro horizonte cultural ya no csLÚ1111h

razón, ni las leyes de esta ari tmética sagrada. Que se alegre elrey, dice

Pérez

de Rihas,

I

•n

I

apesar de las dificultades del momento, debido a su cristiano celo, yahay en elcicle' 11111111·11·''

ejército de ángeles morenitos, pero blanqueados por elsanto bautismo, que rucga11e·1111c·1¡ ·11

por las alud y la p rosperidad de los

reinos .

Desde esta ideología, las ónknc·s 1c11.1' .1'::.1

(1  ahc hacer mención que el p 1rrafo c itado v iene de una c ita sobn: Pércz de l\ i\1;1s l]lll <IH , · 1 1 1 1 1 1 1 1 1 l 1

tl 1c1ri11a

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RAFAEL PÉREZ-TAYLOR

All

> I UI l lt

convirttieron enlos conquistadores espirituales de los grupos originarios, loque signili. .1h11

en ese momento que la unión del Cristo con la espada aún dejaba sentir el furor dr 111

conversión para someter bajo las dos posiciones la existencia de los pobladores originario•,

Lo que dejaba ver en la realidad son los principios básicos de cualquier conquista bajo 111111

imposición militar y religiosa, cuya consecuencia inmediata fue la apropiación de

h •

grandes territorios del norte.

En este contexto, parte de las exploraciones sedesarrollan llevando una partida mili111r

acompañada de algún misionero que hacía las veces de interlocutor mediante un indlgc-1111

bilingüe, esta política selleva a cabo durante varios siglos, desde finales del XVIhasta

hirn

entrado el

XIX,

época durante la cual el cristianismo se logró arraigar en las distinua

comunidades; el embate sistemático de estas acciones permitió asegurar los territorios y

que pequeñas migraciones de rancheros y aventureros empezaran a poblar las regioueq

en un principio, los habitantes indígenas de estos parajes no fueron un problema dehidn

a que desde su perspectiva de cazadores recolectores la movilidad en laque seencontraban

ayudaba a no escenificar enfrentamientos armados entre las partes. Estos sujetos 1111

consideraban el territorio como una apropiación política, enconsecuencia lamovilidad de lo•

colonizadores al empezar la apropiación de los territorios no tuvo consecuencias violentas en

su primera instancia, éstas empezaron a sucederse a partir del contacto con los naturales.

Las vastas planicies inmersas en los desiertos, delimitadas por las cordilleras y hu

sierras por una parte y el mar por la otra, demarcaron un espacio tan amplio que la

ticnu

era de nadie y únicamente setransitaba bajo las rutas migratorias que proveían algún tipo

de abundancia alimentaria, ritual o material entre seguramente muchas más. Sin prohin

dizar demasiado, podemos considerar que el tránsito humano por estos lugares no esta

blecía rutas seguras de convivencia, aunque pudiera ser la base de una organización social

que legitimara un incipiente intercambio de posibles valores. La amplitud del terreno

y

lu

agresividad del medio ambiente alorden de la organización social y productiva delimitan

una frontera natural que se fue desmoronando conforme los colonizadores adquirieron

recursos materiales e ideológicos para sobrevivir en estos lugares extremos.

Lo que sí debemos tomar en cuenta es el momento en el cual los grupos nativos son

obligados a vivir permanentemente en los poblados de los colonizadores y llevados 11

conformar rutinas laborales a las que eran ajenos. Igualmente, esta sujeción determinó el

establecimiento de políticas coloniales que establecían lacristianización bajo lainstrucción

de algún misionero y con ello, toda las serie de imposiciones y restricciones de la vida qur

ochenta Igles ias y templos c ri st ianos. Y de los que en sus pil as y fuentes del Salvador han s ido bañado., y

blanqueados, reina yacon Cristo un ejército de 40,000 párvulos que con lagracia bautismal han subido

y o

seguros alcielo, en: Rozar, Guy;

América Imperio del demonio Cuentos

y

recuentos

Universidad Iberoarncric.m.r.

México, 1995: 43.

11STORIA YETNICIDAD EN ELNORTE DE MÉXICO: UNA LECTURA ANTROPOLÓGICA

 ll l

1r.idicionalmenre habían llevado incluido ellibre tránsito por todo elterritorio; más tarde

 

como consecuencia de estas imposiciones, se les llevaría a realizar trabajos con los ran-

, heros yen beneficio de las misiones, con base en formas laborales sin ninguna retribución,

bajo la condición civilizatoria occidental. En este proyecto el autoritarismo y los abusos

por parte de los colonizadores (militares, misioneros y rancheros) estuvieron a la orden

'le día, no sin algunas excepciones importantes que intentaron salvaguardar lavida de los

mdígenas,

El estado de servidumbre que intentaba legitimar la pérdida de la libertad de estos

hrupos, sólo produjo reacciones de rebeldía e insubordinación que en distintos casos se

'onvirtieron en sublevaciones y motines con saldos de pérdida de vidas en ambos lados,

produciendo en la región estados de incertidumbre en cuanto a la seguridad de quienes

. ihf habitaban. El resultado de esta situación fue la huida de los indígenas hacia otros

lugares, seinternaron en eldesierto o en las sierras para proteger sus vidas. En cierta forma,

deambular y trasladarse de un sitio a otro cambió su sentido original, pues de ahora en

.idelante ya no era parte del cotidiano de estos grupos, ahí empezaba una nueva ruta

cubierta de violencia que iniciaba la prerrogativa de una estrategia militar para mantener

 

sobrevivencia de los grupos sublevados.

También debemos considerar -y será el propósito de este trabajo- el sistema

enunciativo con elcual seidentifica aeseotro, a partir de una delimitación militar. Esdecir,

el tipo de enunciados con los cuales los jefes y subordinados militares nombran a ese otro,

que difiere en codo de lo que serequiere para ser civilizado. Como política colonial elotro

lue visto a partir de eliminarle en suconnotación elcarácter de lo diverso, lo que equivale

.1

decir que el otro siempre fue visto como uno; en el discurso se eliminó la diversidad

étnica y cultural para mostrar a estos grupos como parte de lo salvaje, lo primitivo, lo

bestial, que los l levaba a tener pactos con el mal y con el demonio; basta ver la obra de

Pérez de Ribas para corroborar como construye codo un imaginario social a partir del

encuentro e intento de ccnversión con ellos.

Identidad y construcción del otro

Ll principio que permite un primer nivel de identificación da por sentado que el lugar

de laidentidad seencuentra en elespacio del sentido en común, donde elconocimiento de lo

visto y vivido seconvierte en el elemento aglutinador de la memoria colectiva. Es el t¡t

se:produce bajo los niveles de la similitud, el que permite establecer puntos de encucut ro

r-

«ntre diferentes ejes paradigmáticos.\Es decir, sólo a partir de tener algo en

común xc

1 k°

manifiesta la vida en común, de donde se puede decir qu~J;:¡ c:uJ~uraes el elemento

 11

,lcrermina, desde la construcción de los signos, la posibilidad de constituir co~111ov1st<>tH ·

que delimiten la relación entre hombre-sociedad-naturaleza, como el ckr11n11<>¡111·

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J2(1

RAFAEL PÉREZ-TAYLOR ALDHJl.'l'h

ordena el mundo de lo real; factor importante en esta perspectiva, ya que al asociar di.~·

tintos niveles sígnicos se púede establecer un diálogo permanente entre iguales, lo c 1 1 1 1 I

significa que existe un símil en cuanto a la procedencia de lo enunciado como signo.

Consecuentemente, la acción de los discursos posibili ta , desde la perspectiva

identitaria, que lasdiferencias afloren en cuanto a ladisposición que setienede lo conocido,

lo cual nos lleva a laselección de elementos en común, que conduce a los distintos

grupos

en conflicto aentablar ellugar de ladisputa de laconstrucción de ladiversidad interculturnl

en la apropiación del territorio.

Es en este nivel donde seencuentran similitudes que sefracturan por una anomalíu

en la cual la identificación no comparece con lo conocido por la propia cultura, es ·

tableciendo en el contacto un nivel de irrupción que deviene en una acti tud polít ica

y

material del ejercicio del poder, lo que nos lleva a crear un discurso primero que explique

desde lasimilitud lo que no sepuede concebir y esa través del lenguaje que se

argumenru

una sintaxis de la apropiación-explicación de lo que está afuera. El diálogo se ve

interrumpido por laaparición de ladiferencia que no posibilita llegara un acuerdo sobre

lo vivido en común, puesto que las contradicciones han establecido el nivel de ruptura

entre ambos mundos, el indígena y el colonizador, de ahora en adelante el discurso

y

el

ejercicio del poder impondrán un estado de violencia permanente sobre toda la región,

donde el otro se convierte en el artífice del enemigo salvaje y despiadado, cuyo único

elemento de conversión se da a partir de su eliminación.

Saliópueselpadreparasuspicachosestaprimeravez,arogarlesquedejasenlasarmas

y

no

sedejasenllevardeaquelengañadorhechiceroqueloshabíaalborotadoconsusembustes,

y

lostraíainquietosaellos

y

a susmujeres,dándolestambiénaentenderque losespañoles

noleshabían hechomal ni agravioenentrar asusserranías

y

labrarlasminasde que ellos

no seaprovechabanni sabíanbeneficiar.Enpalabrasdelpadre Hernando de

Santarén

en

ellevantamientodelosacaxeesde 1603.

66

La persuasión en el discurso permite establecer niveles contradictorios entre distintas

prácticas como la de deslegit imizar a un sujeto al enunciar que se trata de una persona

impuésta bajo las malas artes y que en cambio los españoles les estaban llevando l a

civilización en sus propias tierras que ellos no aprovechaban. El discurso denota en su

construcción laacción de un lenguaje que delimita lacapacidad de defensa de un territorio

por una parte, en un segundo nivel el jefe acaxee es desvalorado como líder de su

 5 Ver Baudrillard,

Jean

y Marc Guillaume,

F i gura s de a l te r idad ,

col . Lahuella del otro, Taurus, México.

  ' Porras Muñoz, Guillermo,

L a f r o n te ra c o n l o s i n di os d e N u e v a V i zc a ya e n e l s ig l o

XV Fornen ro Cultural

lhnamcx, México, 1980: 117.

11STORIAY ETNICIDAD EN ELNORTE DE MÉXICO: UNA LECTURA ANTROPOLÓGICA

327

comunidad aldefender su espacio a lavez de hacer sentir a la comunidad de estar siendo

manipulada por un sólo sujeto.

Laconstrucción de una diferencia desemboca en otra que atenta contra los intereses

de los conquistadores, afirma en el discurso que el dirigente de la resistencia y sus segui

dores son los causantes del engaño y por lo tanto el resto no debe seguirles, lo que se

rraduce en la cesión del terr itorio para fines productivos ajenos a sus poseedores. El

sistema enunciativo cumple sufunción e imprime en elsigno lacapacidad de producir otro

subversivo que legitime la apropiación.

El discurso construye laidea que setiene de ese otro que no puede sercontrolado o

sujetado bajo el orden del estado, y como consecuencia se implementa un saber sobre lo

no controlado que manifiesta en sus prácticas la capacidad de enunciar bajo propósitos

militares el orden del saber, dejando con ello desprotegida la capacidad humana de ese

otro para poder ser. De esta forma la apropiación del discurso hace prevalecer y justifica

laviolencia física sobre los territorios que paulatinamente sevan conquistando.

Ahora bien, en la práctica cotidiana de estos momentos en la historia del norte de

México podemos establecer políticas de persuasión e inmovilización de la mentalidad

sobre ladiferencia, donde loque queda fuera de lasimilitud seconvierte en entidades fuera

de la ética y en su caso de la moral de la época. Consecuentemente, la opinión que se

pudiera tener sobre estos grupos esnula en lagran mayoría de lasociedad, lo que permite

a las autoridades sobre todo militares actuar con toda impunidad en beneficio del

progreso.

67

Por consiguiente, el ejercicio del que-hacer de la otredad queda reducido a

serviren elbuen sentido del ser-vil como sujeto social. Ante este estado de comparecencia,

y frente a su propia historia que pierde su sentido organizador de construcción de

argumentos étnicos, se produce la resistencia como una estrategia de sobrevivencia que

esvista y vivida por elestado nacional como una intromisión en las políticas del progreso.

El otro

 

la

eliminación

de la diferencia

Una vez categorizado ellugar que ocupa elotro en la construcción de laidentidad pode

mos establecer en el discurso la práctica que conllevó el ejercicio en laeliminación de las

diferencias. Es decir, al ser visto el otro como sólo uno, accionó en la política un estado

de negación de los distintos grupos, sobre todo cuando éstos fueron vistos como parte

delenemigo, asintiendo enla creaciónde un contenido metafórico quelosubicaraenelterreno

del reconocimiento de los enemigos como si éstos fueran partes de un sólo grupo.

67

VerPérezTaylor, Rafael, Fronteras étnicas, políticas y mentales, en Espina Barrio, Angel B.,Anrropologí:t

en Casti lla y León e Iberoamérica,

Fronteras Ill

Insrituto de Investigaciones Antropológicas de Casiill.1

l . có n , Salamanca, 2001: 25-35.

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  8

RAFAEL PÉREZ-TAYLOR ALDIU

1

.n

 E l p od er e s e l vec to r q ue a gr an da lo p eq ueñ o dice Michael Ignatieff,

68

al referirse

 

estado de laguerra étnica y que nos ubica en este terreno difícil de asimilar en elcualco1110

venimos diciendo, a través del poder es que el otro es minimizado a su expresión

d o

unicidad, como algo que pierde en el camino del discurso su propia verosimilitud para

convertirse en una entidad dominada por los sentidos que produce el mismo discurso,

Recurriendo en este sentido de apropiación y eliminación de ese otro, que bajo elorden

civil izatorio le ha sido impuesta la connotación étnica, en un intento por disminuir su

capacidad argumentativa que le permitiera sobrevivir.

En un parte dirigido alintendenteyGobernadordeSonoraen elaño de 1793, elseñor

Antonio Lopez dice:

MuiseñormionoticioaVsiacomoeldiasietedelcorrientedehallebadoelEnemigoApa

checincobestiasdelosLopez.Por lo cual salio el teniente Melisianoel dia nueve.En

seguimientodelmismoenemigolocualtube quegadelteniente Melisianonotificándome

queel indiogobernadordeAconchiselehabíaprestido (Restido)elno querledarleni un

hijodelpueblolo cualdespuesdehaberserecobradoledijoque ledariaochopor estarsele

perdiendosumays.LocualmedijoelecmoenteMelisianoquedelosochoqueledioselos

abastimentoagicaritadepinolicadaunadeellos,ynoticioavsiaquellaloscomeelenemigo

apache.Porqueno haidiaque nodiganquevieronrastroo quemataron bacasobestias.

69

En este documento observamos que la denuncia se debe al robo de caballos a un

rancho por parte de los apaches y suceden distintos eventos que justifican elapoyo de este

grupo para poder obtener el al imento natural de esta zona, el pinole; en la breve reseña

encontramos elintento de convertir en culpable a una comunidad que apoya a los suyos.

Estableciendo en el discurso castizo la prerrogativa de hacer incidir en él mismo la

capacidad de poder justificar incursiones militares en contra de los apaches.  Lo s v ec in o s

a p a ch e s e i nd i os d e l v a l ley r i oSonora bansidos i empre exac to sypron to s a fape rs ecuc ión y cas ti gode l o s

enem i gos apache s . En este sentido, seimpulsa alos rancheros y loshabitantes delos poblados

a iniciar actividades hostiles en contra ya no sólo de los apaches, sino de más grupos

indígenas.

70

Lainsistencia en este tipo de acciones tiene una justificación institucional emitida por

jueces y gobernadores, el carácter benéfico

y

católico de estas acciones militares, pues se

estágarantizando la paz en estos territorios, perturbada por los indios y hay que dar buen

ejemplo en su contra para que se comporten correctamente. Es decir, los correctivos

que sellevan a cabo lícitamente en los poblados son los azotes y otros castigos físicos que

r.¡¡

Ignatieff, Michael,

El honor de l guerrero

Taurus, Madrid, 1999: 53.

69

Documentos de la Dirección General de Documentación y Archivo del Estado de Sonora, desde 1700

hasta 2 de agosto de 1832 , tomo 1 , e xped ientes 1, 2, 3 , 4 , 6 y 7: 000013.

70

Ibídem: 000020.

  STORIAY ETNICIDAD EN ELNORTE DE MÉXICO: UNA LECTURA ANTROPOLÓGICA

32

.iyuden a domesticar su espíritu salvaje y con ello seprivilegia la catequización como una

forma de traer a estos lugares la civilización.

Señor intendentegobernador.

DoiaV.Spartecomoel15decorrientessiendolasdozedeldiasemepresentoelmayordomo

delRanchodedonVictoresdeAguilardiciéndomequelosindioslosbidoharreandoalgunas

bestias,ennumerodetresypareciéndoleserfacilqueconotrosdoscompañerossuyossalirles

alencuentrohaversipodíanquitarleselrobosefueronaponer cercadelapuertadelCajon

dePolicarpio,en dondehabiéndoles(azotado);fuerontantoslosindiosque selevantaron

que tornaron por salirhuyendo.

71

Los sucesos narrados sucedieron en la Villa de Orcasitas el 20 de mayo de 1795 en

las

tierras del ranchero Juan del Castillo, situadas muy cerca del pueblo de Pitic y la misiva

vadirigida al gobernador de Sonora Don Alonso Tresierra y Cano. En el documento se

•ibservafo.conciencia de hacerse justicia sin tomar en cuenta lalegislación, sino únicamente

por hecho de mantener elorden que el ranchero hace prevalecer. Ahora bien, elejercicio de

preservarciertasseguridadesen lospueblos y en lasvillashace que la impartición dejusticiase

convierta en formasde represión y limpiezaétnica, pueslo que sequiere lograren elfondo no

essólo la dominación del indígenas, sino la apropiación de sus vastos territorios.

Lacarrera por lacolonización de estas tierras llevóa losrancheros, militares y a algunos

misioneros a repetir el plan de conquista del siglo

XVI,

reconociendo en los nuevos terri

torios la relación que el hombre tiene con la naturaleza lo que determinó la búsqueda de

un espacio material de sobrevivencia para sus asentamientos cerca de los ríos, pozos de

:igua, lugares para elpastoreo y para el trabajo en lasminas. De ahí que sevieron en la

necesidad de reordenar el terreno, porque en el contexto del desierro los pocos lugares

de fertilidad ya estaban ocupados desde tiempo atrás.

Referencias

BAUDRILLARD,JEAN; GU LLAUME, MARC

2000

F i gu r a s d e f a a l t er id a d ,

Taurus, México.

BRANIFF, BEATRIZ (COORD.)

2001 L a g ra n c hic him ec a. E l lu ga r d e la s r o ca s s ec as ,Jaca Boock-CONACUL TA, Milán.

DIRECCIÓN GENERAL DE DOCUMENTACIÓN YARCHIVO DEL ESTADO DE SONORA

Archivo de la Documentos de la Dirección General de Documentación y

Archivo del Estado de Sonora; desde 1700 hasta 2 de agosto de 1832; tomo 1 ;

expedientes 1,2, 3, 4, 6, 7.

71

 bidem: 000021 .

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RAFAELPÉREZ-TAYLOR

l·111U·NJ\FIU 1,

BARBARA

1

J 'J 7 B lo od r ite s: o r ig in s a nd h is to ry o fth e p as sio n o fw ar ,

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1

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FRONTERA SOCIOCULTURAL DE LOS PÁPAGOSDEL NORTE DE SONORA

Hernán Salas Quintana)

Instituto de Investigaciones

.Antropológicas

Universidad Nacional Autónoma de México

El desierto ofrece un horizonte vasto, grandioso, despejado, sereno, desprotegido, soli

tario

y

expuesto a lain temperie. Las especies que lo habitan, sin mediar resguardo algun< 

se encuentran a merced del viento, del sol y delos cerros. Como un gran océano, arena,

montes y cielo se unen inseparables. Los extremosos cambios térmicos, la desnudez del

suelo, flora y fauna, la sequedad permanente, lastolvaneras y los demás límites físicos que

impone el medio, generan condiciones de subsistencia de las que emerge una profunda

inquietud etnográfica: la vida de las poblaciones humanas

y

las estrategias desarrolladas

para adecuarse al entorno, en busca de un cuestionamiento antropológico central ,

comprender al hombre

y

su forma de vida.

El ambiente árido ofrece sus propias constricciones, delinea límites precisos. Sin

embargo, cuando los seres humanos se apropian del espacio, definen sus propias

fronteras

y

alteran las naturales. Esta apropiación, de hecho, consiste en modificar las

determinantes naturales de existencia para transformarlas en recursos culturales. Cuand:  

un grupo enfrenta un medio hostil lo hace con todo surepertorio cultural, con sus valores y

formas de comportamiento, con su organización

y

sus normas, con su productividad

y su tecnología.

Las fronteras se convierten también en una fuente importante de cuestionamientos

antropológicos, dado que comienzan a diseñarse, imaginarse y vivirse a través de los

recursos culturales disponibles por elgrupo.

En este trabajo se exponen los recursos culturales

y

sociales que intervienen en b

definición de las fronteras de los pápagos que habitan en el norte del estado de Sonor.i,

y cómo en este devenir han creado sus propias estrategias de sobrevivencia y formas

Lk

habitar el desierto.

La dinámica fronteriza

En la experiencia cotidiana de casi todos los seres humanos están prese11teslas frontn;is   :.11

el transcurso de la vida de una persona, estos lindes aparecen, desaparecen, reap;1 r••• 11.

se recrean, se transforman. En la vida cotidiana nadie es extraño a ellas, ;111111¡111

generalmente lasrelacionamos con los

límites

entre estados, países o grupos.

r1>1111·11