Perez Serrano

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ENERO - ABRIL 2005 REVISTA DE eDUCACIÓN EDUCACIÓN SOCIAL RE 336 MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA

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REVISTA DE eDUCACIN

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EDUCACIN SOCIAL

ENERO - ABRIL 2005

MINISTERIO DE EDUCACIN Y CIENCIA

CONSEJO DE DIRECCIN PRESIDENTE Alejandro Tiana Ferrer Secretario General de Educacin VICEPRESIDENTE Javier Daz Malledo Secretario General Tcnico VOCALES Jos Luis Prez Iriarte Director General de Educacin, Formacin Profesional e Innovacin Educativa Mara Antonia Ozcariz Rubio Director General de Cooperacin Territorial y Alta Inspeccin Carmen Prez Cristbal Subdirectora General de Informacin y Publicaciones Carmen Maestro Martn Directora del Instituto Nacional de Evaluacin y Calidad del Sistema Educativo Jos Prez Iruela Director del Centro de Investigacin y Documentacin Educativa Antonio Moreno Gonzlez Director del Instituto Superior de Formacin del Profesorado

CONSEJO DE REDACCIN DIRECTORA Carmen Maestro Martn SECRETARIA Carmen Labrador Herraiz EQUIPO DE REDACCIN Margarita Cabaas Corihuela CONSEJO EDITORIAL Santiago Arellano Hernndez Gerardo Muoz Snchez-Brunete Jos Luis Garca Garrido Gloria Prez Serrano Jos Luis Rodrguez Diguez CONSEJO ASESOR Gonzalo Anaya Santos Jess Beltrn Llera Antonio Bolvar Bota Csar Coll Salvador Agustn Dosil Maceira Flix Etxeberra Balerdi M ngeles Galino Carrillo Julin Martn Martnez Mario de Miguel Daz Juan Manuel Moreno Olmedilla Jos Luis Negro Fernndez Ramn Prez Juste M. Dolores de Prada Vicente Manuel de Puelles Bentez Juan Carlos Tedesco Mercedes Vico Monteoliva

Revista cuatrimestral Publicaciones de la Secretara General de Educacin Instituto Nacional de Evaluacin y Calidad del Sistema Educativo (INECSE) San Fernando del Jarama, 14 - 28002 Madrid Tel. (+34) 91 745 92 00 Fax (+34) 91 745 92 49 e-mail: [email protected] MINISTERIO DE EDUCACIN Y CIENCIA Edita: SECRETARA GENERAL TCNICA. Subdireccin General de Informacin y Publicaciones NIPO: 651-05-011-6 ISSN: 0034-8082 Depsito Legal: M. 57 / 1958 Imprime: OMAGRAF, S.L. Pol. Rucimar, Madroo, 5 - Humanes de Madrid - Madrid La revista no comparte necesariamente las opiniones y juicios expuestos en los trabajos firmados Nmero 336 enero-abril 2005 Suscripciones en la Subdireccin General de Informacin y Publicaciones del Ministerio de Educacin y Ciencia Juan del Rosal, 14 - Ciudad Universitaria - 28040 MADRID (Espaa) - Telfono: +34 91.453.9800 ext. 73026 Fax: +34 91.453.9884 - e-mail: [email protected]

EDUCACIN SOCIAL

sumarioMONOGRFICO GLORIA PREZ SERRANO: Presentacin .................................................. GLORIA PREZ SERRANO: Derechos Humanos y Educacin Social ....... M LUISA SARRATE CAPDEVILA Y M VICTORIA PREZ DE GUZMN PUYA: Educacin de las personas adultas. Situacin actual y propuestas de futuro ................................................................................................... FERNANDO LPEZ NOGUERO: La Educacin Social Especializada con personas en situacin de conflicto social ................................................. JOS ANTONIO CARIDE GMEZ: La Animacin Sociocultural y el Desarrollo Comunitario como educacin social .......................................... JOS LUIS GARCA LLAMAS: Educacin Intercultural. Anlisis y propuestas .............................................................................................................. JOS ORTEGA ESTEBAN: Pedagoga Social y Pedagoga Escolar: la educacin social en la escuela ........................................................................ JUAN SEZ CARRERAS: La profesionalizacin de los educadores sociales: construccin de un modelo terico para su estudio ............................... ESTUDIOS PAULA CARLINO: Representaciones sobre la escritura y formas de ensearla en universidades de Amrica del Norte .......................................... LEONCIO VEGA GIL: Los sistemas educativos europeos y la formacin de profesores. Los casos de Francia, Reino Unido, Espaa y Finlandia .. JORDI PLANELLA: Pedagoga y hermenutica del cuerpo simblico........ ENRIQUE ARCE CORDERO: Subjetividad, objetividad y organizacin escolar ....................................................................................................... ANA AYUSTE GONZLEZ Y JAUME TRILLA BERNET: Pedagogas de la modernidad y discursos postmodernos sobre la educacin ................... INVESTIGACIONES Y EXPERIENCIAS JAVIER GIL FLORES: Aplicacin del mtodo Bootstrap al contraste de hiptesis en la investigacin educativa ..................................................... 251 143 169 189 203 219 7 19 41 57 73 89 111 129

M ISABEL JOCILES RUBIO: Familia profesional de Servicios Socioculturales y a la Comunidad: es la FP reglada una alternativa a la Universidad o un camino alternativo hacia ella? ...................................... IGNASI BRUNET ICART, NGEL BELZUNEGUI ERASO E INMA PASTOR GOSLBEZ: Problemtica en torno a la integracin de los immigrantes en Educacin Primaria: desigualdades sociales o culturales? ................. ISABEL CANTN MAYO: Evaluacin de los planes de mejora en centros pblicos de Castilla y Len ....................................................................... ROSARIO ARROYO GONZLEZ Y FRANCISCO SALVADOR MATA: El proceso de planificacin en la composicin escrita de alumnos de Educacin Primaria .......................................................................................... M NGELES DE LA CABA COLLADO Y RAFAEL LPEZ ATXURRA: Actividades de participacin y desarrollo de competencias de ciudadana en los libros de texto de Educacin Primaria de la Comunidad Autnoma Vasca (Conocimiento del medio) ............................................ TERESA LARA MORENO Y ANTONIO FERNNDEZ CANO: Estudio de valores insertos en los idearios docentes de centros privados mediante un anlisis multivariado ............................................................................ TOMS J. CAMPOY ARANDA Y ANTONIO PANTOJA VALLEJO: Hacia una expresin de diferentes culturas en el aula: percepciones sobre la educacin multicultural .................................................................................. INFORMES Y DOCUMENTOS MARCELO BAIRRAL: Debate virtual y desarrollo profesional. Una metodologa para el anlisis del discurso docente ........................................... LLUS PRAT VIAS E IGNACIO BLZQUEZ GARCA: Los estudios de ingeniera de telecomunicacin en la ETSI de Telecomunicacin de Barcelona (UPC). Anlisis del rendimiento acadmico ............................ RAFAEL MERINO: De la LOGSE a la LOCE. Discursos y estrategias de alumnos y profesores ante la reforma educativa ...................................... EDILBERTO CEPEDA CUERVO: Factores asociados al logro cognitivo en Matemticas ............................................................................................... BIBLIOGRAFA MARGARITA CABAAS CORIHUELA: ndice bibliogrfico de la Revista de Educacin de los nmeros 333-335 y nmero extraordinario de 2004 RECENSIONES .........................................................................................

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monogrficoGLORIA PREZ SERRANO Presentacin GLORIA PREZ SERRANO Derechos Humanos y Educacin Social M LUISA SARRATE CAPDEVILA Y M VICTORIA PREZ DE GUZMN PUYA Educacin de las personas adultas. Situacin actual y propuestas de futuro FERNANDO LPEZ NOGUERO La Educacin Social Especializada con personas en situacin de conflicto social JOS ANTONIO CARIDE GMEZ La Animacin Sociocultural y Desarrollo Comunitario como educacin social JOS LUIS GARCA LLAMAS Educacin Intercultural. Anlisis y propuestas JOS ORTEGA ESTEBAN Pedagoga Social y Pedagoga Escolar: la educacin social en la escuela JUAN SEZ CARRERAS La profesionalizacin de los educadores sociales: construccin de un modelo terico para su estudio

PRESENTACIN GLORIA PREZ SERRANO (*)

En la actualidad, la Educacin Social est alcanzando una vigencia extraordinaria, impensable hace pocos aos. Las razones que explican esta eclosin sin precedentes son muy variadas. Una de ellas, fundamental desde nuestro punto de vista, es el conjunto de transformaciones radicales y trascendentales que ha sufrido, en los ltimos aos, el contexto social en que vivimos. Dichas transformaciones ataen a lo econmico, a la relacin y la organizacin social y a lo axiolgico. Econmico: En la actualidad, en el mbito de la economa y la produccin, se est produciendo un extraordinario desarrollo, amparado por la revolucin tecnolgica de las ltimas dcadas, que ha trado consigo reconversiones en el trabajo y un desempleo creciente, y por la existencia de un marco socioeconmico que refuerza la marginacin y la exclusin: el neoliberalismo. En estos aos, ha surgido una serie de fenmenos significativos, como la aparicin de un cuarto mundo las bolsas de excluidos y marginados existentes en el llamado primer mundo, el agotamiento de los recursos materiales existentes, el impacto que la sociedad contempornea ocasiona en el medio ambiente, los fenmenos migratorios provocados por los desequilibrios entre el centro/norte (rico y poderoso) y la periferia/sur (empobrecida) y el desarraigo y la prdida de identidad que estos conllevan, etc. Relacin y organizacin social: En lo que respecta a este bloque, hay que sealar sobre todo la quiebra de las redes tradicionales de comunicacin y relacin el efecto cocoon (crislida) que est viviendo la sociedad actual: nunca las concentraciones de poblacin han sido mayores que ahora y, sin embargo, nunca se ha experimentado tanta soledad, la intoxicacin meditica que nos invade, el modelo poltico vigente en la actualidad, que es representativo y potencia la falta de participacin a todos los niveles, etc. Axiolgico: Son propios de la sociedad actual valores como el consumismo, la soledad, la violencia como valor (y como forma de expresin), el individualismo, la paulatina desaparicin de referentes tradicionales (familia, etc.), la prdida del(*) Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED).Revista de Educacin, nm. 336 (2005), pp. 7-18. Fecha de entrada: 15-10-2004

Fecha de aceptacin: 05-01-2005

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sentido colectivo y de la accin grupal, la indiferencia y/o ansiedad ante los cambios sociales que se van produciendo, etc. Aunque, igualmente, se puede sealar la aparicin de nuevos valores, desconocidos hasta la fecha en la sociedad occidental, como la solidaridad, el voluntariado o el ecologismo. En resumen, podra decirse que el ciudadano de hoy tiene, en general, grandes posibilidades de acceder a la informacin, pero su formacin humana es escasa y su propensin al pragmatismo manifiesta. Le interesa casi todo, pero de forma superficial; es incapaz de elaborar una sntesis de lo que percibe, lo que le convierte en un sujeto trivial, ligero, frvolo, que lo acepta todo, pero carece de criterios slidos de conducta. Es evidente que la gran cantidad de cambios acaecidos en un plazo tan corto de tiempo ha logrado que, en la actualidad, el ser humano no sepa a qu atenerse. La sociedad que nos ha tocado vivir no cree en casi nada, y sus opiniones cambian rpidamente. Vivimos en la cultura de la inmediatez, todo se experimenta en el momento y los planes a largo plazo resultan de poco inters. De igual forma, se va desertando de valores que antes eran trascendentales y constituan el eje del desarrollo del individuo, que, en consecuencia, se ha vuelto cada vez ms influenciable y, por lo tanto, presenta un grado de vulnerabilidad muy acusado. En pocas no muy remotas, se dispona de un abundante y bien provisto bagaje de respuestas que permitan hacer frente a casi todas las cuestiones sobre el sentido de la vida, los principios de conducta, los valores, etc. que podan plantearse. En suma, se dispona de cdigos y escalas slidamente anclados. Por el contrario, en la actualidad, no existe un modelo nico de comportamiento. Todos estos sentimientos y los distintos papeles que pueden desempearse dentro de la sociedad, etc. deben ocupar su nuevo lugar en un nuevo contexto. La Educacin Social puede ayudarnos a realizar de manera armnica a este ajuste social. Como se indicaba anteriormente, en estos ltimos aos, el cambio del contexto social ha contribuido significativamente a la aparicin de la Pedagoga Social/ Educacin Social, pero no es la nica razn de sta. En efecto, existen tambin otras causas no menos importantes a la hora de explicar este fenmeno, como: La creacin del estado de bienestar y el impulso de las democracias. El incremento de los sectores de poblacin marginal. La conciencia de la responsabilidad social frente a estos nuevos problemas, etc. Sin embargo, an queda la que, a nuestro juicio, es la principal razn que aclara la eclosin de la Educacin Social en estos aos: la crisis de los sistemas escolares. Hace casi treinta aos, Coombs advirti que la multitud de cambios introducidos por la sociedad industrial moderna no haba sido integrada en la escuela, y esto haba dado lugar a una crisis mundial en educacin. Ms tarde, en 1985, el mismo pensador sealaba una caracterstica de nuestra sociedad absolutamente indita hasta la fecha: la prdida de confianza en la educacin y en las instituciones escolares. La educacin ha experimentado rupturas, y la principal es que la escuela ha perdido su prestigio y el monopolio de la educacin, tanto en su dimensin temporal, 8

como espacial. La aparicin del concepto de educacin a lo largo de la vida ha hecho que la educacin se extienda ms all del tiempo propio de la vida escolar (la infancia y la adolescencia), adems, en lo espacial, su mbito excede claramente los lmites fsicos del aula. Desde esta ptica, la educacin adquiere nuevas caractersticas, dimensiones, funciones, etc. Segn Sanvisens (1995), la educacin: Deviene en una actividad o funcin permanente. Se define como un sistema abierto. Se abre a sectores marginales y problemticos hasta ahora muy lejanos a la accin educativa. Se reformula como una actividad social. Como hemos sealado anteriormente, una de las caractersticas fundamentales de la realidad pedaggica de estos ltimos aos es la extraordinaria eclosin de la Pedagoga Social/Educacin Social, y de mltiples actividades surgidas a su amparo. La Pedagoga Social es segn Quintana (2001) La Ciencia de la educacin social a individuos y grupos, y de la atencin a los problemas que pueden ser tratados desde instancias educativas. La Educacin Social presenta una gran cantidad de visiones, enfoques y perspectivas. Algunos de las ms importantes son (Petrus, 1997): La Educacin Social como adaptacin. La Educacin Social como socializacin. La Educacin Social como adquisicin de competencias sociales. La Educacin Social como didctica de lo social La Educacin Social como accin profesional cualificada. La Educacin Social como respuesta a la inadaptacin social. La Educacin Social como formacin poltica del ciudadano. La Educacin Social como prevencin y control social. Educacin Social como Trabajo Social de carcter educativo. Educacin Social como paidocenosis. Educacin Social como educacin extraescolar.

A pesar de esta gran cantidad de formas de entender la Educacin Social, las teoras ms generalizadas consideran que la Educacin Social: Debe buscar siempre el cambio social. Socializa y permite la adaptacin social. Trabaja fundamentalmente acerca de problemas humano-sociales. Tiene lugar, habitualmente, en contextos no formales. Tiene un campo de accin importante en la marginacin, pero su radio de accin no se limita a ese mbito. Exige estar en permanente contacto con la realidad. Requiere una intervencin cualificada. 9

Puede y debe ser aplicada en contextos escolares. Trata de hacer protagonista de su cambio a los propios destinatarios. Acciones de intervencin social de toda ndole, pero con estas caractersticas, tienen lugar da tras da en nuestro entorno ms cercano, y constituyen una realidad cada vez ms palpable. Paradjicamente, en una sociedad cada vez ms tecnificada, donde han sido posibles innovaciones muy importantes para la mejora de la calidad de vida de la comunidad, esto ha dado lugar, simultneamente, a consecuencias sociales no deseables que estn suponiendo una autntica rmora para el desarrollo social. La creciente deshumanizacin de las sociedades y sus lacras la marginacin, la pobreza, la violencia y la exclusin hacen prioritaria la toma de medidas socioeducativo preventivas que puedan contribuir a mejorar la situacin mediante la formacin de las personas. Por ello, la Educacin Social, en sus diferentes corrientes y concepciones, se puede considerar actualmente como algo necesario. El desarrollo del tan trado y llevado estado del bienestar, unido a las circunstancias propias de la compleja sociedad en la que nos encontramos, hace pensar que la necesidad y la influencia de la Educacin Social en el desarrollo de un sistema educativo no formal y en los procesos de cambio social que actualmente se proponen sern cada vez mayores. La educacin no formal constituye hoy da un elemento de integracin y desarrollo social que, en muchas ocasiones, resulta ms operativo que las actuaciones que se realizan segn los cnones establecidos en una institucin como la escuela. A nuestro juicio, este sistema educativo tiene actualmente ms futuro que el institucional, reglado o academicista. Muchos hechos avalan la presente afirmacin, como el descenso generalizado de la natalidad con el consiguiente envejecimiento de la poblacin y la aparicin de conceptos como la educacin permanente y de adultos o las nuevas necesidades educativas que surgen en campos que, anteriormente, no se contemplaban, como la educacin especializada en la marginacin, el medioambiente, la tercera edad, los medios de comunicacin social o la propia animacin sociocultural. QU SON LA PEDAGOGA SOCIAL Y LA EDUCACIN SOCIAL? Aunque, en ocasiones, se utilizan indistintamente los trminos Pedagoga Social y Educacin Social, conviene indicar que la Pedagoga Social es una ciencia, y que la Educacin Social constituye su mbito de intervencin. La Pedagoga Social implica tanto el conocimiento, como la accin, y tambin la tcnica o tecnologa necesaria para la Educacin Social de los seres humanos en situaciones normalizadas y conflictivas. As, se han ido configurando a lo largo de su an corta historia, por una parte, la pedagoga de la socializacin que aborda la integracin de lo epistemolgico, lo tecnolgico y lo normalizado y, por otra, la pedagoga de la inadaptacin y de lo especial o especializada. Esta doble vertiente constituye una constante en la evolucin y desarrollo de la Pedagoga Social, una ciencia pedaggica que se ha ido desarrollando a la vez que creaba un corpus de conocimiento propio, y que se ocupa, en fin, del estudio de la dimensin social de la educacin. 10

Desde nuestra perspectiva, la Pedagoga Social se entiende como la ciencia de la Educacin Social, que estudia las cuestiones inherentes tanto a la socializacin de los individuos, como a la inadaptacin de los mismos, y est orientada a la mejora de la calidad de vida desde una perspectiva especial y fundamentalmente prctica. Por otro lado, la Educacin Social hace referencia a un concepto amplio y abarcador que engloba la educacin cvica y poltica. Constituye un aspecto importante de la formacin integral tanto individual, como social de la persona. As, mientras que, para Ortega y Gasset, lo social era, sustancialmente, la convivencia conformada por el repertorio de usos intelectuales, morales, polticos, tcnicos, de juego y de placer en orden a un fin comn; Kriekemans, por su parte, defina como Educacin Social aquella que se propone:Formar el sentido social. La tarea de la Educacin Social consiste en despertar el sentido de las relaciones entre los hombres, en asignarles un lugar en el orden de los valores y en promover la realizacin de unas relaciones sociales lo ms perfectas posible (Kriekemans, 1968, p. 129).

En suma, la tarea fundamental de la Educacin Social es la insercin del individuo en su medio. Procura desarrollar el sentido cvico que nos proporciona una conciencia adecuada de los vnculos que nos unen a la comunidad y de la conducta que tales vnculos nos imponen. Por lo que respecta a los objetivos de la Educacin Social, sta se propone alcanzar una serie de metas muy ambiciosas, que podran sintetizarse en una: llevar al individuo a obrar correctamente en el campo de lo social, con el fin de que ste se integre en la sociedad del mejor modo posible, y sea capaz de mejorarla y transformarla. La finalidad de la misma es, en resumen, contribuir a lograr la armona, la integracin, el equilibrio y la formacin de la persona en todos los mbitos para as colaborar a su desarrollo. Desde una perspectiva global, se puede indicar que la Educacin Social tiene como finalidad: Lograr la madurez social. Promover las relaciones humanas. Preparar al individuo para vivir en sociedad.

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GRFICO I Finalidad de la Educacin Social

LOGRAR LA MADUREZ SOCIAL

FINALIDAD DE LA EDUCACIN SOCIAL

PROMOVER LAS RELACIONES HUMANAS

PREPARAR AL INDIVIDUO PARA VIVIR EN SOCIEDADESTATUS UNIVERSITARIO DE LA EDUCACIN SOCIAL La formacin en el mbito de la Educacin Social ha estado presente en la universidad desde hace dcadas, no obstante, hasta hace poco no ha sido reconocida como una titulacin universitaria especfica. La Diplomatura en Educacin Social es una nueva titulacin universitaria de primer ciclo creada por el influjo de la reforma universitaria de 19831. Segn el Real Decreto 1420/1991, que regula esta titulacin aprobando sus directrices generales propias de los planes de estudio:Las enseanzas conducentes a la obtencin del ttulo oficial de Diplomado en Educacin Social debern orientarse a la formacin de un educador en los campos de: la educacin no formal, la educacin de adultos (incluidos los de la tercera edad), la insercin social de personas desadaptadas y minusvlidos, as como en la accin socioeducativa (R.D. 1420/1991, BOE de 10 de octubre, prembulo).

A partir de esa fecha, las distintas universidades han ido elaborando sus planes de estudio y, en estos momentos, la Diplomatura en Educacin Social se imparte en todas las comunidades autnomas. Sus objetivos son: Desarrollar los recursos personales del ciudadano, sea cual fuere su situacin social.(1) El artculo 28 de la Ley Orgnica 11/1983, de 25 de agosto, de Reforma Universitaria (LRU), dispone que, el Gobierno, a propuesta del Consejo de Universidades, en este nivel, establecer los ttulos de carcter oficial y validez en todo el territorio nacional, as como las directrices generales de los planes de estudio que deban cursarse para su obtencin y homologacin.

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Potenciar y estimular el desarrollo y el uso de los recursos comunitarios. Facilitar el acceso de los ciudadanos a estos recursos. Fomentar la relacin personal entre los miembros de un grupo social. Impulsar el crecimiento personal y comunitario del grupo social. Insertar al ciudadano en su sociedad inmediata. Favorecer la adquisicin de pautas de convivencia social. Ser un agente o factor de cambio social. Adoptar estrategias de intervencin a fin de afrontar los problemas de desequilibrio social. Desarrollar un sentido crtico frente a las diferentes situaciones sociales. Las actividades para la que habilita esta formacin son muy variadas: animacin sociocultural, trabajo en la administracin pblica en reas de juventud, cultura, educacin y bienestar social, direccin de centros de menores, animacin de actividades extraescolares, programas de prevencin de la marginacin, turismo juvenil, turismo social y cultural, programas de formacin ocupacional, educacin de adultos, etc. Ahora bien, sea cual fuere el enfoque desde el cual contemplemos la actividad del educador social, parece evidente que sta viene determinada, principalmente, por el mbito social de su trabajo y el carcter educativo de su intervencin. Aunque el campo de trabajo del educador social est condicionado por la propia historia de la disciplina y nadie cuestione que su mbito de intervencin es sin que ello suponga renunciar al tratamiento individual la realidad sociocomunitaria, lo especfico de su perfil profesional es el carcter pedaggico de la intervencin, determinado por la perspectiva crtica y transformadora que se adopta. A continuacin, se mencionan diferentes focos de actuacin en los que puede desarrollar su labor el educador social: un individuo concreto, un grupo determinado, una realidad familiar, el espacio de lo escolar, un barrio o una comunidad, una estructura jurdica o de servicios sociales, un espacio laboral o profesional, en funcin de lo cultural, un sector de intervencin especializada, etc. Las expectativas parecen favorables al desarrollo de la profesin de educador social, puesto que sta ha surgido en respuesta a demandas sociales concretas, a necesidades que no estaban suficientemente cubiertas por otros agentes. La Diplomatura en Educacin Social se vertebra en torno a tres ejes fundamentales: la educacin de personas adultas y mayores, la educacin especializada y, por ltimo, la animacin sociocultural y el desarrollo comunitario. Por ello, estos tres mbitos fundamentales sern objeto de una especial atencin en este nmero monogrfico dedicado a la Educacin Social, en el que se insertan tambin un artculo destinado al estudio de la educacin intercultural y las minoras tnicas, y otro referente a las aplicaciones de la Educacin Social en el mbito escolar, sin descuidar la profesionalizacin de los educadores sociales. Estos artculos van precedidos por una reflexin acerca de los Derechos Humanos realizada desde la perspectiva de la Educacin Social como marco normativo y propiciador del desarrollo de los valores sociales. Las diferentes aportaciones han sido elaboradas por expertos en los distintos mbitos de la Educacin Social de los que se ocupa este nmero. 13

GRFICO II Ejes en torno a los que se vertebra la Diplomatura de Educacin Social

ANIMACIN SOCIOCULTURAL Y DESARROLLO COMUNITARIO

EDUCACIN DE PERSONAS ADULTAS Y MAYORES DIPLOMATURA EN EDUCACIN SOCIAL

EDUCACIN PERSONALIZADA

El primer artculo escrito por la Dra. Prez Serrano hace referencia a los Derechos Humanos y a los valores a ellos asociados. Tambin defiende la dignidad de la persona y el concepto de alteridad como fundamento de los mismos. Esta idea es fundamental, ya que se ha llegado decir que los derechos humanos son derechos del otro. Sin embargo, va desdibujando paulatinamente, si bien debera constituir uno de los cimientos del desarrollo de los Derechos Humanos, puesto que ha permitido situar a la persona en el centro mismo de tales derechos y esto es algo que no deberamos olvidar. En este artculo, se relata la conquista de los Derechos Humanos a travs de varias generaciones, que trabajaron, sucesivamente, en pro de la consecucin de la libertad, la igualdad y la solidaridad. La primera reivindicaba el derecho al propio disfrute de los Derechos Humanos, y la segunda reconoca dichos derechos a los grupos sociales y econmicos, pero ha sido la tercera la que ha contribuido de forma decisiva a crear conciencia de la necesidad de ampliar, a escala planetaria, el reconocimiento de la su titularidad para hacer posible su realizacin total y solidaria. De igual forma, se apuntan los peligros que acechan a los Derechos Humanos en las sociedades democrticas, ya que estos son muy sutiles y difciles de identificar. En

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estas sociedades, las violaciones de los Derechos Humanos se producen de forma silenciosa, forman parte del acontecer diario y tienden a pasar desapercibidas. Finalmente, el artculo pone de relieve el modo en que los Derechos Humanos se han constituido, en los ltimos aos, en uno de los referentes ms significativos de las sociedades occidentales, sin que por ello se haya prestado la atencin requerida a la perspectiva educativa de los mismos. En este sentido, se aporta una serie de directrices generales que hay que tener en cuenta a la hora de proporcionar una mejor educacin en lo referente a los Derechos Humanos, para as propiciar una educacin democrtica y solidaria para una nueva sociedad. Por otra parte, la educacin de personas adultas, su situacin actual y las propuestas relacionadas con su futuro son las cuestiones que la Dra. Sarrate y la Dra. Prez de Guzmn abordan en su artculo, en el que presentan un nuevo modelo de educacin de adultos, formulado a partir del concepto de educacin permanente, y que difiere del modelo tradicional. El hecho de concebir al ser humano como un ser en continuo hacerse, determina que la educacin se entienda como algo que se extiende a lo largo de toda la vida. La educacin de adultos de presenta como un campo dinmico y activo que juega un papel relevante en la sociedad actual como instrumento que favorece la concienciacin, el cambio y la socializacin. Hay que destacar la labor de un organismo internacional como la UNESCO que ha llevado a cabo diversas acciones que han contribuido a impulsarla y desarrollarla. Desde la Unin Europea, se defiende una propuesta cuyo fin es que las personas adultas continen formndose, que pretende, por una parte, facilitar el acceso de todos a la educacin y, por otra, mejorar la calidad y la eficacia de los sistemas y abrirlos al mundo exterior. En Espaa, se va superando el modelo compensatorio existente gracias al reconocimiento del principio de adaptacin de los currculos y a la utilizacin de una metodologa diferencial. Las autoras enumeran algunos de los retos a los que la sociedad actual debe hacer frente entre los que cabe destacar la necesidad de potenciar la educacin en valores como eje del desarrollo humano en todas sus dimensiones y finalizan el artculo con una serie de propuestas que pretenden favorecer actuaciones orientadas a este fin. En el siguiente artculo, el Dr. Lpez Noguero se centra en uno de los tres mbitos fundamentales de la Educacin Social, la Educacin Social Especializada. Esta podra definirse brevemente como la actuacin educativa con personas que se encuentran en una situacin definida por la dificultad y el conflicto social. Desde que surgi, en la primera mitad del siglo XX, la educacin de colectivos, grupos e individuos con problemas de integracin social es, sin duda alguna, el mbito de la Educacin Social que cuenta con ms tradicin. La Educacin Social Especializada que posee un marcado perfil aggico y reeducador plantea alternativas educativas en situaciones de problemticas sociales especficas: delincuencia, drogadiccin, abandono, riesgo social, maltrato, internamiento, discapacidad, etc. Su principal objetivo es conseguir que las personas con las que se acta sujetos que se encuentran en una situacin personal socialmente problemtica deseen y puedan convivir con los dems y, de esta forma, desarrollen y desplieguen su propia identidad. As, la Educacin Social Especializada radica en la dinamizacin de las condiciones de la vida social y, especialmente, en la faceta educativa del trabajo 15

social, puesto que se centra en personas con problemas de carencia y exclusin, y, especialmente, en aquellas que se encuentran en situaciones que se caracterizan por la dificultad y el conflicto social. La actuacin con estas personas presta especial atencin a los menores y los jvenes, ya que, adems, la mayora de las iniciativas socioeducativas trabajan con este sector de la poblacin (centros de menores, educacin de calle, actuaciones concretas con nios desamparados, maltratados, drogadictos, etc.). La animacin sociocultural y el desarrollo comunitario son los temas que trata el Dr. Caride Gmez en su artculo, que hace referencia al modo en que la cultura puede servir para transformar las condiciones que impiden y/o limitan la vida de las personas en su medio social, al objeto de mejorar de este modo significativamente sus condiciones de bienestar. Estas cuestiones han cobrado tal relevancia dentro de la Educacin Social que se ha llegado a identificar la animacin sociocultural con la Educacin Social y viceversa. En ambos casos, el individuo debe ser protagonista de su proceso de formacin y desarrollo, tanto desde un punto de vista personal, como en lo que atae a la comunidad a la que pertenece. La ideas fundamentales por las que se rigen las actuaciones en el mbito del desarrollo comunitario y la animacin sociocultural coinciden con los principios, compromisos y recomendaciones aprobadas en el Foro Universal de las Culturas-Barcelona 2004, y que han sido recogidos en la Agenda 21 de la Cultura, en tanto que documento orientador de las polticas culturales en el que se pretenden sentar las bases de su contribucin al desarrollo humano, y se invocan la libertad y la diversidad cultural de los individuos y de las comunidades como condiciones esenciales de la democracia y del bienestar social de los ciudadanos. Consideramos que las polticas culturales que es preciso repensar en sus concepciones y finalidades debern habilitar propuestas y actuaciones en las que la Animacin Sociocultural adquiera una mayor relevancia estratgica, y tendrn que tomar en consideracin cuestiones como la necesidad de: adecuar o contextuar las iniciativas socioculturales teniendo en cuenta las necesidades y demandas de la poblacin; fundamentar la toma de decisiones y la asuncin de responsabilidades pblicas; optimizar los recursos existentes; integrar las contribuciones del conocimiento cientfico y de la investigacin social en sus formulaciones; compensar el poder expansivo del mercado y de las industrias culturales con prcticas de naturaleza asociativa y comunitaria, etc. Por su parte, en su artculo, el Dr. Garca Llamas se centra en el anlisis de la educacin intercultural y sus propuestas. En las sociedades actuales, este tema emerge y, sin duda debido a la complejidad que le caracteriza, puede abordarse desde diferentes pticas. Para que la convivencia entre culturas sea factible, debe existir una serie de reglas comunes aceptadas y compartidas por todos, y que garanticen el estricto cumplimiento de los derechos fundamentales reconocidos en los organismos nacionales e internacionales. El artculo estudia la educacin intercultural y sus implicaciones en la educacin formal es decir, en el currculum, la formacin del profesorado, la metodologa, la tc16

nicas, las propuestas, etc. Es preciso reconocer la importancia del papel que la educacin ha de desempear en la aceptacin de una nueva sociedad pluricultural, sobre todo a la hora de ofrecer respuestas adecuadas a las necesidades sociales. Por ello, educar en la diversidad implica aceptar que la pluralidad resultante de las diferencias que tienen su origen en las caractersticas personales o de grupo no puede ser una fuente de enfrentamientos, sino que, por el contrario, ha de enriquecer la cultura. As pues, debe buscarse la manera de conjugar de manera adecuada la educacin en el respeto a la dignidad humana, evitar toda forma de discriminacin (en razn de sexo, cultura, etnia, religin, etc.) y fomentar, adems, que se sea tolerante en las relaciones con los dems miembros del grupo social y se acte en consecuencia. Nos encontramos ante el momento ms apropiado para fomentar de manera especfica el cambio en la formacin intercultural que se imparte en los centros de formacin de los profesores, ya que estos se han de ocupar de afrontar en las aulas las nuevas situaciones. Para conseguir este objetivo, el autor sugiere prestar especial atencin a la formacin del profesorado, con el fin de sensibilizarle ante las nuevas realidades sociales, puesto que la aparicin simultnea de diversas minoras tnicas requiere de la persona destreza y flexibilidad a la hora de enfrentarse a estas situaciones y superarlas. El hecho de que, en los centros escolares, haya alumnos que proceden de culturas diferentes no debe plantearse como un problema, sino como una buena oportunidad para educar a los sujetos en valores democrticos como la tolerancia, el dilogo, la solidaridad, la resolucin de conflictos, el sentimiento de pertenencia al grupo, etc. En el monogrfico, tambin se recoge la aportacin del Dr. Ortega Esteban, que versa sobre la vinculacin entre la Pedagoga Social y la Pedagoga Escolar. En este trabajo, se refiere sucintamente el concepto de Educacin/Pedagoga Social y se repasan las diversas corrientes de la Educacin Social en Europa y en Espaa, tanto desde el punto de vista terico, como profesional la germnica o centroeuropea, la anglosajona y la francfona, as como la espaola, que evoluciona hacia posiciones de sntesis. La autora entiende que la Educacin Social debe actuar como promotora y dinamizadora de una sociedad que eduque y de una educacin que integre, a la vez que, mediante la educacin, ayuda a evitar y reparar las dificultades o los conflictos sociales. Aunque tradicionalmente ha existido una separacin entre la Educacin Social y la Escolar, la interrelacin entre las mismas es cada da ms evidente. La primera est llamada a colaborar con la Pedagoga Escolar y establecer de ese modo una sinergia positiva y enriquecedora para ambas realidades educativas, no tan separadas en lo sustancial. Desde este planteamiento, la Educacin Social debe: canalizar la confluencia de energas de la escuela, la familia y otros microsistemas comunitarios; mediar entre la familia y la sociedad; actuar en situaciones disfuncionales y de conflicto, etc. Finalmente, el artculo elaborado por el Dr. Sez Carreras gira en torno a la profesionalizacin de los educadores sociales. Dicha profesionalizacin es deseada por los investigadores de diversas disciplinas que se ocupan, desde sus respectivos campos de conocimiento, de proporcionar una razn de ser a cada una de ellas. Tal es el caso de la Pedagoga Social y la Educacin Social, que se encuentran en pleno proceso de profesionalizacin. Desde esta perspectiva, el autor presenta un modelo que puede ser til para la comprensin de los procesos de profesionalizacin en los que se hallan inmersos los educadores sociales. 17

La profesionalizacin de la Educacin Social no tendra lugar si los educadores sociales no fueran convocados por quienes demandan su intervencin, aunque este reconocimiento pblico no tenga todava la fuerza suficiente o no se pueda comparar con el alcanzado por otras profesiones. El modelo terico ofrece numerosas posibilidades, entre ellas: reconducir la formacin de los futuros profesionales, explorar sus prcticas profesionales y educativas con el fin de identificar sus perfiles e identidades, lo que hacen y cmo lo hacen, para ir construyendo un campo de conocimiento, etc. Conviene sealar que, en definitiva, aunque la Educacin Social se encuentra en un punto lgido, an queda mucho camino por recorrer. Se ha producido un avance espectacular en la diversificacin de las actuaciones y una importante mejora en la formacin de los educadores sociales, aunque la insercin profesional de los mismos no se ha incrementado al ritmo que se esperaba. En este sentido, se plantean algunas cuestiones relacionadas con el futuro y es necesario abordarlas. Tal es el caso de la formacin permanente de los profesionales en activo y, por ello, es necesario: impulsar la formacin en los mismos centros de trabajo; promover encuentros entre equipos pues la reflexin colectiva es util para la formacin; engarzar teora y prctica; atender a la formacin personal y a las necesidades personales de los educadores, mediante el diseo de itinerarios formativos; incluir temas especficos y de actualidad que respondan a necesidades actuales, y no nicamente cuestiones generales; dedicar peridicamente cierto tiempo a la formacin permanente, etc.

BIBLIOGRAFA KRIEKEMANS, A.: Pedagoga general. Barcelona, Herder, 1969. PETRUS, A. (coord.): Pedagoga Social. Barcelona, Ariel, 1997. QUINTANA CABANAS, J. M.: Pedagoga Social. Madrid, Dykinson, 2001. SANVISENS, A.: Leducaci i el pedagog a partir dara, en BORDS y otros: Les sortides professionals del llicenciat en pedagogia. Barcelona, Publicacions de la Universitat de Barcelona, 15, 1995.

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DERECHOS HUMANOS Y EDUCACIN SOCIALGLORIA PREZ SERRANO(*)RESUMEN. Los Derechos Humanos se han constituido, en los ltimos aos, en uno de los referentes ms significativos de las sociedades occidentales. Sin embargo, a la perspectiva educativa de los mismos, no se le ha prestado la atencin requerida. En este trabajo, se aborda la cuestin de los Derechos Humanos y la dignidad de la persona como fundamento de los mismos, as como las diferentes generaciones que se han ido produciendo en la conquista de nuevos derechos y los valores asociados a stos. De igual forma se apuntan los peligros que acechan a los Derechos Humanos en las sociedades democrticas; peligros muy sutiles y difciles de identificar. Finaliza aportando directrices generales a tener en cuenta para una mejor educacin de los Derechos Humanos, con el fin de propiciar una educacin democrtica y solidaria para una nueva sociedad. ABSTRACT. In recent years the issue of Human Rights has become one of the most significant concerns of Western society. However, from an educational perspective this issue has not received adequate attention. This paper looks at the issue of Human Rights and individual dignity as a basis for the former, as well as the different generations produced through the continual achievement of new rights and the values associated with those rights. By the same token, the threats to Human Rights in democratic societies are also noted; very subtle threats which are difficult to identify. The paper concludes by providing general guidelines for a better education in Human Rights, aiming to make a collective and democratic education possible and paving the way for a new society.

Al final de la II Guerra Mundial, con el restaar de las armas todava en los odos, un grupo de personas clarividentes comprendi la necesidad aportar nuevos ideales a la humanidad. Frente al grito que recoga el anhelo de que no hubiera

ms guerras, la ambicin de crear una cultura diferente: la cultura de la paz. Deseaban un mundo nuevo, un mundo mejor y, para lograrlo, adoptaron un papel preventivo, generador de nuevos ideales, ilusiones y valores que se

(*) Universidad Nacional de Educacin a Distancia (UNED).Revista de Educacin, nm. 336 (2005), pp. 19-39. Fecha de entrada: 15-10-2004

Fecha de aceptacin: 05-01-2005

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plasmaron en la Declaracin Universal de los Derechos Humanos. Consideraron que la clave para lograr este mundo diferente era lograr un cambio de la mente y de los corazones que diera lugar al nacimiento una nueva conciencia tica, y esto slo sera posible mediante la educacin. El paso de una cultura blica a una cultura de la paz exige un cambio radical en los hbitos de comportamiento, y la educacin es la clave de esta transformacin pacfica, el pilar capaz de garantizar el desarrollo cultural y material de la sociedad y asegurar la gobernabilidad democrtica. De este modo, la educacin debe ser un derecho al que todos deben tener acceso, especialmente a los ms jvenes, a los que han de facilitrseles los medios necesarios para formarse y reflexionar. Hoy en da, existe una desigualdad evidente entre los que no disponen de lo imprescindible y los que se muestran indiferentes porque lo tienen casi todo sin haber soado casi nada, y lo que no se ha soado no se aprecia. Es propio de los jvenes abrir nuevos horizontes y arriesgarse, y, en este sentido, es necesario hacerles notar las dificultades que entraa la construccin de una sociedad ms justa y solidaria, que se mueva como deca Havel entre la habilidad para realizar lo posible y la ilusin para llevar acabo lo imposible. El futuro, debemos iluminarlo con grandes ideales, inspiradores de vida: libertad, justicia y solidaridad tica y moral. Los valores y los principios no deben situarse a ras del suelo, sino en lo alto. La luna se refleja tanto en el mar, como en el ro y en el lago porque se sita en lo alto. Aunque, actualmente, la sociedad se mueve por directrices econmicas y de mercado, stas no pueden ser nuestro referente normativo; antes bien, se debe luchar para que los ideales y los valores ocupen este lugar. 20

Los informes internacionales coinciden en sealar la importancia del papel que la educacin est llamada a desempear como factor de promocin, desarrollo e igualdad entre los pueblos, pues hoy nadie duda de que la educacin es el pilar fundamental para construir la paz y la libertad de las personas, y de que sin ella no habr desarrollo posible. Este desarrollo tiene que ser endgeno, no se da, se gana cada da, es algo que, como la libertad, ha de ser conquistado. La educacin es uno de los conceptos ms amplios y, tambin, uno de los que tiene ms posibilidades de propiciar una convivencia armnica. En este sentido, la evaluacin del Libro Blanco de las Comunidades Europeas sita la educacin y la formacin en el centro de un proyecto de sociedad. Para dar cuerpo a esta perspectiva, la Comisin ha querido sensibilizar a la poblacin sobre la necesidad de construir la sociedad del conocimiento para que Europa sea ms competitiva y ms consciente de s misma y de sus valores intrnsecos. La mejor manera de preparar el futuro es disear una educacin de calidad, capaz de ofrecer a las nuevas generaciones un mensaje espiritual atrayente. Pues cmo no pensar que la educacin es la base de la democracia y del porvenir de los pueblos? Este artculo se centra en los Derechos Humanos, y en la dignidad de la persona como fundamento de los mismos, y presta tambin atencin a las diferentes generaciones de la conquista de los nuevos derechos y de los valores asociados a ellos. Se tiende a pensar que en las sociedades democrticas no debera existir ningn tipo de peligro para los derechos humanos y, sin embargo, en ellas, los peligros son ms sutiles, por lo que, muchas veces, pasan desapercibidos, dado que

este tipo de sociedades no vigilan su cumplimiento. Es importante no adormecerse y, sobre todo, desarrollar una cultura de la prevencin, ya que sta, pese a ser intangible e invisible, resulta, con diferencia, la ms efectiva y duradera, puesto que permite evitar el sufrimiento, el dolor y el enfrentamiento. Sin embargo, la sociedad an no est preparada para valorar la cultura de la paz y la prevencin, falta la costumbre. Si un general gana una guerra, es condecorado, si la evita, nadie se acordar de l. Como seala el aforismo ojos que no ven, corazn que no siente. En este artculo, se analizan tambin las grandes tendencias que se pueden apreciar en la sociedad actual, as como su carcter global y su incidencia en la educacin. FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS El precisar qu se entiende por derechos humanos no es una tarea fcil. No obstante, aunque los diccionarios no suelen proporcionarnos una definicin a la que podamos adherirnos, se puede afirmar que son algo especfico del ser humano. Son inherentes a la naturaleza humana y sin ellos no es posible vivir como seres humanos (Naciones Unidas, 2002). Es decir, son los derechos que tiene una persona por el hecho de serlo.Los derechos humanos son derechos, en cuanto tienen que ver con la justicia (dar lo justo, lo propio, ni ms ni menos) (Lpez Calera, 2000, p. 171). Un derecho humano es, pues, algo que el hombre determina a partir de aspectos y dimensiones de la realidad humana que valora especialmente y que considera propio del hombre y slo de l, y por lo que se siente comprometido; sea a respetarlo, sea a ayu-

dar a su realizacin los derechos humanos son un veredicto del hombre sobre el hombre, un veredicto transido de valoracin positiva sobre s mismo (Cobo, 1993, p. 144).

Se consideran derechos aquellos bienes que constituyen una verdadera propiedad del ser humano y le corresponden en cuanto tal. De este modo, se vincula el derecho-necesidad con la obligacin de respetar la carencia y de reconocer, en definitiva, que algo se le debe a alguien como propio, es decir, le pertenece. Se trata, en definitiva, del reconocimiento tanto de los derechos que se tienen, como de la obligacin de respetarlos y velar por su cumplimiento. Los derechos humanos y las libertades fundamentales nos permiten desarrollar nuestras cualidades, nuestra inteligencia, nuestro talento y nuestra conciencia, y satisfacer nuestras variadas necesidades, entre ellas, las espirituales. Se basan en la creciente exigencia de la humanidad de que la dignidad y el valor inherentes a cada ser humano sean respetados y protegidos. LA DIGNIDAD DE LA PERSONA COMO FUNDAMENTO DE LOS DERECHOS HUMANOS El concepto de dignidad de la persona es el fundamento de todos los derechos, y as se pone de relieve en el Prembulo de la Declaracin Universal de los Derechos Humanos: Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrnseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. Sin embargo, este concepto es muy amplio y resulta poco operativo. Por ello, histricamente, se ha ido dotando de contenido mediante el reconocimiento de derechos humanos con21

cretos que, como las piezas de un puzzle, van conformando el verdadero perfil de esa dignidad. La conquista de los Derechos Humanos ha supuesto un largo proceso que tiene ya una historia bicentenaria, a lo largo del cual se ha ido trazando un camino que nos ha llevado, progresivamente, desde el reconocimiento de los llamados derechos naturales, hasta la universalizacin de estos en los derechos fundamentales, proclamados por nuestras sociedades como derechos civiles, sociales, econmicos y polticos. El fundamento de los derechos humanos es la dignidad de la persona humana. Por ello, toda persona es sujeto tanto de los derechos, como de los deberes que stos comportan. El nexo entre derechos y deberes tiende a regular las relaciones entre los hombres y los pueblos. Hoy en da, el respeto a los Derechos Humanos se ha convertido en el principio de moralidad universal, dado que se toma como criterio que juzga la conducta tanto individual, como social. Los Derechos Humanos constituyen, por tanto, un referente tico, y no slo se aspira a lograr su mximo desarrollo, sino que se consideran principios internacionales de comportamiento. La inclusin del concepto de dignidad de la persona en la Carta de las Naciones Unidas de 1948 trajo consigo la internacionalizacin de los Derechos Humanos, lo que supuso todo un logro en el mbito del derecho internacional. La obligacin de respetarlos constituye un deber ineludible de los Estados, que deben responder de su observancia ante la comunidad internacional. No obstante, la proteccin de la dignidad humana es un ideal anterior a la aparicin del concepto jurdico de derechos humanos. Sus orgenes se pierden en la historia, si bien, cindonos a la edad 22

moderna, podemos mencionar algunos momentos significativos. Los primeros intentos de dotar el orden social y poltico de un contenido tico se pueden remontar al siglo XVIII, con la aparicin de teoras como el contrato social de John Locke, la separacin de poderes de Montesquieu y la soberana popular de Rousseau que son, todas ellas, fuentes del constitucionalismo. Rousseau sostena que la soberana resida en la nacin y no en el rey, que los individuos que habitaban en un territorio no eran sbditos, sino ciudadanos, sujetos de derechos y deberes. La idea del contrato social y de la existencia de una esfera de vida social de la cual el gobernante estaba excluido inspir la Declaracin de Independencia Americana de 1776 y la Declaracin Francesa de los Derechos de Hombre y del Ciudadano de 1789. Con ambas, queda consagrado, en el mbito del derecho nacional, el concepto de que los derechos individuales son una parte de la vida de los individuos en la que el gobierno tiene que abstenerse de intervenir. Las primeras declaraciones que pretendieron la universalidad del reconocimiento de los derechos humanos datan del siglo XVII. An no se ha logrado este hito histrico que puede considerarse decisivo, dado que implica una conquista progresiva y permanente. En cualquier caso, los derechos humanos no adquieren dimensin internacional hasta despus de la II Guerra Mundial. La Declaracin de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Asamblea Constituyente de la Revolucin Francesa es un hecho decisivo en la historia, ya que supuso el inicio del proceso por el que los derechos humanos adquirieron rango constitucional y pasaron del mbito de las exigencias filosficas a la mxima jerarqua jurdica.

La historia se escribe, se va escribiendo, con pequeos logros y conquistas. Actualmente, se constata una brecha entre el marco que disean los derechos humanos y la plasmacin jurdica de los mismos, y la cruda realidad en la que viven muchas personas a las que no se les reconocen sus derechos. As, se producen por doquier abusos de poder que engendran sumisin, hambre y guerras, a la vez que, en muchos lugares, masas ingentes se ven condenadas por la intolerancia, la injusticia y la muerte. Vivimos en un mundo desigual donde el poder y la riqueza se acumulan en los pases desarrollados y, ms concretamente, en algunos sectores de los mismos. El hecho de que estas desigualdades se vayan incrementando interroga a toda la humanidad pues, en tanto no haya una mejor distribucin de la riqueza, no se podr hablar de paz. Esta situacin debe movernos a tratar de lograr nuevas conquistas, pues la historia de los derechos humanos es la historia de una evolucin que se ha ido produciendo con cada uno de los logros alcanzados. Este hiato entre la situacin ideal y una realidad alicorta nos invita seguir buscando. La conquista de todos los derechos ha supuesto un gran esfuerzo y lucha constante, y esta tarea, siempre inacabada, est orientada a lograr el mayor bienestar para el mayor nmero de seres humanos. La Declaracin Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU) en 1948, consta de un Prembulo y 30 artculos con 50 clusulas. Esta declaracin representa un primer catlogo de garantas de la persona a escala prcticamente universal, si bien tambin ha sido criticada por considerar que ha sido elaborada por y para la cultura occidental. No obstante, a pesar de las reticencias

que se manifestaron en su momento, consigui un apoyo casi unnime. El punto de vista comn de la humanidad se logra a partir de lo que pudiramos llamar el nivel natural, que permite dialogar, coincidir y subrayar lo comn a gentes de las condiciones ms variadas. Jacques Maritain que intervino en la redaccin de la Declaracin de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas deca que, curiosamente, en la redaccin de esos derechos se pusieron de acuerdo representantes de distintas religiones e, incluso, agnsticos, pues eran connaturales a la condicin humana. No es que los gobiernos los crearan o los decretaran, sencillamente los reconocieron, y, en consecuencia, se les instaba a tenerlos en cuenta en sus propias legislaciones. Lo importante era reconocer que, con independencia de la ideologa, se estaba de acuerdo en esos derechos. Esa moral natural arranca de nuestra comn condicin, de las necesidades humanas y de los bienes en los que hallan su cumplimiento. Esas prescripciones tienen carcter moral porque salvaguardan la dignidad humana. La internacionalizacin de los derechos humanos, lejos de ser una evolucin natural, supone una autntica ruptura. Deberamos estar bastante sorprendidos por el hecho de que los estados hayan aceptado comprometerse a ello y asombrados de lo que se ha logrado hasta ahora, pues los estados soberanos son los que han negociado y adoptado los textos, los que han ido tejiendo un entramado de obligaciones cada vez ms denso. Al comprometerse en la defensa de los derechos humanos, los estados han admitido que las relaciones entre los poderes pblicos y la proteccin estn reguladas por normas internacionales. Ello significa que, a pesar de que existan algunas voces discordantes, la invocacin 23

de los derechos humanos no puede considerarse una injerencia en los asuntos internos de un estado. Ante nuestros ojos, se est produciendo, lenta pero progresivamente, una transformacin de las estructuras y el propio concepto de las relaciones internacionales. Este progreso no impide que se atente de forma inadmisible contra la dignidad de muchos hombres y mujeres. Si miramos a nuestro alrededor, somos testigos de cmo a menudo, los derechos humanos son violados. Pero estos, lejos de caer en el olvido, tienen una presencia extraordinaria. Constituyen una aspiracin irreprimible, y eso les ha conducido a ocupar un lugar privilegiado entre las preocupaciones de los estados. No es posible ignorar los derechos humanos, ya que estos se imponen como exigencia tica universal. Otro momento fundamental en la historia de la humanidad fue la creacin de la UNESCO. Despus de las dos guerras mundiales, un grupo de polticos tom conciencia de la necesidad de promover la paz con el fin de evitar las desastrosas consecuencias de las guerras. Esto condujo a la creacin de la UNESCO, organizacin cuyo principal objetivo es promover la cultura de la paz. En una reunin que

tuvo lugar en Londres en Noviembre de 1945, los representantes de los estados firmaron el Acta Constitutiva, en la que se declara que: si las guerras nacen en las mentes de los hombres, es en las mentes de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz. Se estim que una paz fundada slo en acuerdos polticos y econmicos no poda ser duradera, y que la paz deba tener su origen en la solidaridad y el fin de la incomprensin mutua, la desconfianza y el recelo, que son las causas de las guerras. El propsito general de la UNESCO es fundamentalmente tico, ya que se orienta a la defensa de los Derechos Humanos, la paz y la cooperacin internacional. La Declaracin de los Derechos Humanos proclama, por primera vez en la historia, que los derechos individuales y la relacin entre los gobiernos y los grupos de individuos son una legitimacin referida a la humanidad. Esta proclamacin est basada en el concepto de la existencia de derechos universales que debieran ser reconocidos y defendidos por la comunidad mundial. Los derechos y libertades garantizados por los Derechos Humanos se subdividen en cuatro grupos, segn estn orientados a:

GRFICO I Clasificacin de los Derechos Humanos DERECHOS HUMANOS Proteger la vida y la integridad fsica de las personas Eliminar todo tipo de discriminaciones

Garantizar el ejercicio de los derechos y libertades individuales

Asegurar unas condiciones mnimas de vida

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Proteger la vida y la integridad fsica de las personas. Garantizar el ejercicio de los derechos y libertades individuales. Eliminar todo tipo de discriminaciones. Asegurar unas condiciones mnimas de vida. Desde la proclamacin de los Derechos Humanos, hemos visto aparecer nuevas necesidades, y nuevas amenazas y restricciones de las libertades que deben ser tenidas en cuenta. Los derechos humanos, en su pretensin de alcanzar un horizonte de nuevas conquistas, han de hacer frente a nuevos desafos. Conviene subrayar que los derechos de la ciudadana han sido siempre, a lo largo de la historia, una conquista, el resultado de una lucha constante contra la jerarqua en su tradicional forma feudal, y contra la injusticia social y la desigualdad, que, muchas veces, tena su origen en las propias instituciones estatales. Los derechos se han ido consiguiendo poco a poco, se ha luchado por ellos y, una vez logrados, han de ser protegidos. En la raz de estos procesos, se halla el delicado equilibrio entre las fuerzas polticas y sociales. GENERACIONES EN LA CONQUISTA DE LOS DERECHOS HUMANOS La mutacin histrica de los Derechos Humanos ha dado lugar en funcin de un enfoque peridico basado en la progresiva cobertura de los mismos al establecimiento de lo que se ha denominado generaciones. PRIMERA GENERACIN La primera generacin de Derechos Humanos tiene su fundamento en la

libertad y est constituida por aquellos que nacen con una impronta individualista, como libertades individuales y la defensa de stas ante los poderes pblicos. Los derechos polticos y civiles hacen referencia a la civis. En este sentido, podran hacer mencin a los derechos del ciudadano. No obstante, desde el punto de vista etimolgico, es muy difcil precisar el sentido de los derechos civiles, dada la polisemia del trmino. Las sucesivas declaraciones han reflejado fluctuaciones en la forma de concebir tanto el ser humano, como la sociedad, y se pasado de un enfoque fundamentalmente individualista a otro de carcter ms social. El primer enfoque refleja mejor la mentalidad liberal de exaltacin del individuo y se traduce en las llamadas libertades individuales o derechos civiles. Desde esta perspectiva, el enfoque individualista implica el reconocimiento de un mbito de actuacin personal que debe ser respetado por todos y, en especial, por los poderes pblicos, a los cuales se les encomienda garantizar la inviolabilidad de ese espacio propio de cada persona. Los derechos bsicos del ciudadano son: el derecho a la vida, a la intimidad, y a la integridad fsica y psquica. Son importantes tambin derechos como la libertad de creencia, de expresin, de reunin y de asociacin; y los referentes a la dimensin moral de la persona, sus creencias morales y la manifestacin de las mismas. Estos derechos se caracterizan porque: Imponen un deber de abstencin a los estados. Por ejemplo, respetar la libertad de expresin, es decir, no impedirla. El titular de estos derechos es todo ser humano en general y, en el caso 25

de los derechos polticos, todo ciudadano. Pueden ser reclamados en todo momento y lugar. SEGUNDA GENERACIN La segunda generacin de Derechos Humanos tiene su fundamento en la igualdad y en ella se incluyen los Derechos Econmicos, Sociales y Culturales. La observacin de los derechos civiles no fue suficiente para garantizar una convivencia pacfica y en la que imperase la justicia, si bien su consecucin supuso un paso importante en la conquista de otros derechos. Las reivindicaciones a lo largo del siglo XIX y la primera parte del XX tanto del movimiento obrero, como de otros colectivos discriminados consiguieron que el estado tomara una postura ms proclive al restablecimiento de la igualdad. ste fue el origen de los derechos de la segunda generacin: los derechos econmicos, sociales y culturales. Tras un largo proceso a lo largo del cual se sucedieron las reivindicaciones, el estado liberal de derecho se fue transformando en estado social de derecho. Ahora corresponde a los poderes pblicos el facilitar el acceso efectivo de todos los ciudadanos a los bienes econmicos, sociales y culturales. De este modo, los individuos esperan de la sociedad la atencin y las ayudas que precisen para ejercer esos derechos, y, al mismo tiempo, la sociedad est obligada moralmente a buscar los cauces y recursos necesarios para que los ciudadanos puedan hacerlo. Esto implica que los ciudadanos tienen tambin determinados deberes con la sociedad a la que pertenecen, y que deben cumplirlos con el fin de que los recursos dedicados a la atencin de sus miembros se extiendan al mayor nmero posible de estos. Al aceptar los derechos 26

de la segunda generacin, el estado se obliga a proveer los medios materiales para la realizacin de los servicios pblicos. Los derechos de segunda generacin: Imponen a los estados un deber positivo, puesto que tienen la obligacin de proporcionar los recursos para la satisfaccin de tales necesidades. Son derechos de carcter colectivo ms que individual, es decir, su titular es el individuo en comunidad. No pueden ser reclamados inmediata y directamente, sino que se encuentran condicionados a las posibilidades de cada pas. Dentro de este grupo, se pueden enumerar: El derecho al trabajo. El derecho a percibir un salario decoroso como medio para subvenir a las necesidades individuales y familiares. El derecho a la realizacin humana en el trabajo. El derecho a que las condiciones de salud y de calidad de vida en el trabajo sean adecuadas. El derecho a la seguridad social y econmica. El derecho a la educacin y a la capacitacin profesional. El derecho a las vacaciones, al medio ambiente y al ocio. Insistimos en que el papel del estado no es proporcionar a cada uno la realizacin plena de estos derechos, sino crear un marco de condiciones que permita a todos el acceso efectivo a ellos. Esta diferencia no carece de trascendencia: supo-

ne el paso de una sociedad de menores de edad, en la que un estado paternalista lo hace todo, a una sociedad personalizada y que humaniza a sus miembros. Los derechos sociales no sustituyen a los civiles, sino que los complementan. Unos y otros se corresponden con sendos aspectos de la dignidad de la persona, con lo que se armonizan la dimensin individual (libertad y autonoma) y la dimensin social (integracin en la sociedad y mutua interaccin en ella). Por su parte, los derechos culturales se orientan a la consecucin de nuevos logros, dado que constituyen la categora menos desarrollada de los Derechos Humanos. La Conferencia Mundial Educacin para Todos, celebrada bajo el auspicio de la UNESCO en Jomtiem (1990) y dedicada a las necesidades bsicas del aprendizaje para todos seal como objetivo esencial del desarrollo de la educacin la transmisin y el enriquecimiento de los valores culturales y morales comunes, en los que el individuo y la sociedad han de asentar su identidad y su dignidad. La Comisin Mundial de la Cultura y del Desarrollo (UNESCO, 1997) ha publicado la obra Nuestra diversidad creativa, en la que se pone de relieve la incidencia de la cultura en el desarrollo de los pueblos, a la vez que se destaca que no podr haber esperanza de paz para la humanidad en tanto se niegue su especificidad cultural, dado que esto equivale a negar su dignidad. El reconocimiento de que todos los ciudadanos son sujetos de derechos sociales implica para Cobo (1993, p. 100) dos avances en la comprensin de los mismos. Uno, que lo que fundamenta en primer trmino estos derechos no es el trabajo, sino la ciudadana, el formar parte de una sociedad. Y el segundo, que el fundamento ltimo de estos derechos es la misma realidad humana que postula esas ayudas para poder realizarse adecua-

damente; o lo que es lo mismo, el avance de reconocer que esos derechos son y merecen el tratamiento de derechos humanos. Segn Magendzo (2001, p. 149), los derechos econmicos, sociales y culturales que forman esta segunda generacin son: Toda persona tiene derecho a la seguridad social y a obtener la satisfaccin de los derechos econmicos, sociales y culturales. Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones equitativas y satisfactorias. Toda persona tiene derecho a formar sindicatos para la defensa de sus intereses. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, as como a su familia, la salud, la alimentacin, el vestido, la vivienda, la asistencia mdica y los servicios sociales necesarios. Toda persona tiene derecho a la salud fsica y mental. La maternidad y la infancia tienen derechos a cuidados y asistencia especiales. Toda persona tiene derecho a la educacin en sus diversas modalidades. La educacin primaria ser gratuita. Los padres tienen derecho a escoger el tipo de educacin que habr de darse a sus hijos. TERCERA GENERACIN La tercera generacin de Derechos Humanos tiene su fundamento en la solidaridad. A estos derechos se les denomina Derechos de los Pueblos o Derechos de Solidaridad, si bien se hallan todava poco definidos. 27

La estrategia reivindicativa de los derechos de la tercera generacin se polariza actualmente en torno a temas como el derecho a la paz, a la calidad de vida (que incluye el derecho al medio ambiente) y a la libertad informtica, que constituye una respuesta a lo que se ha dado en llamar la contaminacin de las libertades. Estos derechos hacen referencia a tres tipos de bienes que podemos englobar en: Derecho a la paz: Derechos civiles y polticos. Derecho al desarrollo: Derechos econmicos, sociales y culturales. Derecho al medio ambiente: Derechos de los pueblos. Como caractersticas de estos derechos podemos destacar: Los Derechos de los Pueblos pueden ser reclamados ante el propio Estado por grupos pertenecientes al mismo, pero su titular puede ser tambin otro estado. Requieren para su cumplimiento de prestaciones positivas por parte tanto del Estado, como de la Comunidad Internacional. Estos derechos se involucran en el concepto de paz en su sentido ms amplio. Por ello, con frecuencia, se asocian los derechos de la tercera generacin y el derecho a la paz. En los ltimos aos, la paz ha adquirido un protagonismo fundamental entre las necesidades insatisfechas de los pueblos, pues la paz como ya indic la UNESCO (1996, p. 1) debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad. Hoy, los derechos deben plantearse desde la perspectiva de la paz, el desarme y el desarrollo de una solidari28

dad humana que permita vivir dignamente a todos los pueblos. Derechos humanos y paz se presentan estrechamente vinculados. El derecho a la paz es un derecho sntesis de otros, es una condicin previa al ejercicio de todos los derechos. Sin paz, los dems derechos resultan vanos y se vacan de contenido. Todo ello, a pesar de que el referido derecho a la paz es, en la poltica internacional, una idea relativamente reciente. Como seala Mayor Zaragoza, el derecho a la paz es un derecho fundamental que la comunidad internacional debera reconocer tal y como ya ha hecho con el derecho al desarrollo. Sin paz, todos los derechos son letra muerta. Por otro lado, las condiciones del medio ambiente estn cobrando una importancia creciente en la existencia humana y su influencia en la vida de las generaciones actuales y futuras justifica su inclusin en el estatuto de los derechos fundamentales de la calidad de vida. El derecho a la paz, el derecho a la calidad de vida y el derecho al desarrollo estn ntimamente ligados y son, adems, complementarios. Los derechos de la tercera generacin tienen una nueva fundamentacin. Los de la primera generacin buscaban la libertad, los de la segunda la igualdad y los de la tercera tienen como principal valor de referencia la solidaridad. Los derechos de la tercera generacin o derechos de los pueblos son, segn Magendzo (1993, p. 150): Derecho a la autodeterminacin. Derecho a la independencia econmica y poltica. Derecho a la identidad nacional y cultural. Derecho a la paz. Derecho a la coexistencia pacfica, el entendimiento y la confianza.

Derecho a la cooperacin internacional y regional. Derecho al desarrollo. Derecho a la justicia social internacional. Derecho al uso de los avances de las ciencias y las tecnologas. Derecho a la solucin de los problemas alimenticios, demogrficos, educativos y ecolgicos. Derecho al medio ambiente. Derecho al patrimonio comn de la humanidad. Derecho a un medio de calidad, que permita una vida digna. A estos derechos podramos aadir otros que estn surgiendo con fuerza en la sociedad actual, entre los que se pueden mencionar los vinculados con los nuevos modos de comunicacin a travs de la red, la proteccin de la intimidad de personajes pblicos, los derechos de los excluidos, etc. En cualquier caso, los nuevos derechos humanos se caracterizan por su incidencia universal en la vida de las personas y exigen una comunidad de esfuerzos y responsabilidades a escala planetaria.Slo mediante un espritu solidario de sinergia, es decir, de cooperacin y sacrificio voluntario y altruista, ser posible satisfacer plenamente las necesidades y aspiraciones globales

comunes, relativas a la paz y a la calidad de vida (Prez Luo, 2004, p. 3).

La primera generacin de derechos reivindicaba el derecho al propio disfrute de los derechos humanos y la segunda reconoca derechos a los grupos sociales y econmicos, pero ha sido la tercera generacin la que ha contribuido, de forma decisiva, a crear conciencia de la necesidad de ampliar, a escala planetaria, el reconocimiento de su titularidad para as lograr su realizacin total y solidaria. El mismo Prez Luo manifiesta que hoy:El individuo y las colectividades resultan insuficientes para responder a unas agresiones que, por afectar a toda la humanidad, slo pueden ser contrarrestadas a travs de derechos, cuya titularidad corresponde solidaria y universalmente a todos los hombres (2004, p. 10).

El carcter solidario est indefectiblemente ligado a los derechos de la tercera generacin, y ha de ser tambin el impulso que nos mueva a actuar para que los derechos individuales y colectivos se realicen en todo el planeta. Estamos, pues, ante una globalizacin de los derechos de los individuos y de los pueblos que constituye una garanta para la supervivencia de toda cultura y civilizacin humana.

GRFICO II Generaciones de los Derechos Humanos

LAS TRES GENERACIONES DE LOS DERECHOS HUMANOS

LIBERTAD

IGUALDAD

SOLIDARIDAD

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PELIGROS PARA LOS DERECHOS HUMANOS EN LAS SOCIEDADES DEMOCRTICAS Algunos pensarn que hablar de democracia y derechos humanos es una tautologa. A menudo, se tiende a pensar que si en una democracia los derechos humanos estuvieran en peligro, la razn no sera otra que la desnaturalizacin, la perversin de esa democracia. En una verdadera democracia, los derechos humanos no pueden estar expuestos a ningn riesgo. Sin embargo, el peligro no slo viene de las dictaduras, sino que, en las apacibles sociedades democrticas, pueden existir peligros ms sutiles. Es difcil darse cuenta de todas las violaciones que se comenten contra los derechos humanos en nuestras democracias. La mayora de las veces se producen de forma silenciosa y pasan desapercibidas. Estas violaciones suelen afectar a los que viven al margen de nuestras ciudades o, simplemente, a los que son diferentes. Esta situacin se manifiestan en fenmenos como el racismo, la xenofobia, etc. Por ello, como ciudadanos, debemos estar especialmente atentos a la vulneracin de estos derechos. En una democracia, la cuestin de los derechos humanos no se plantea necesariamente en trminos de lucha o resistencia al poder pblico, tal y como ocurre en una dictadura, sino en trminos de vigilancia y de prevencin. Corremos el riesgo de que el ambiente democrtico adormezca nuestras facultades y los derechos humanos se conviertan en algo inspido. Tenemos que ser conscientes de que los derechos humanos son frgiles y, precisamente por ello, necesitan contar con el apoyo de todos. Es la nica forma de lograr que se respete la dignidad de los seres humanos en todos los lugares del planeta. 30

Llegado a este punto, hay que sealar que si, hace dcadas, los derechos humanos eran importantes, ahora son el colchn de seguridad que nos sostiene. Los derechos humanos vienen a cubrir el vaco que ha quedado tras el hundimiento de las ideologas que nos permitan justificar y comprender nuestras sociedades, sus contradicciones y su futuro. Tras el desencanto de estos aos, no nos queda casi nada. Los sistemas religiosos y morales que en otras pocas servan para ordenar y estructurar la sociedad han quedado circunscritos, en la actualidad, a la esfera privada, ya que se ha producido una privatizacin de la religin. El espacio pblico se ha convertido en algo completamente neutral. En este sentido, se ha producido como seala Medina (2000, p. 33) un relevo generacional de las ideologas a nivel poltico y sociolgico en lo que atae a la configuracin de las sociedades. Ya que las religiones y las cosmovisiones no son compartidas por todos, para derivar de ellas los criterios o las normas morales, se recurre a un elemento comn (la razn moral) que asume la tarea de fundamentar unas normas morales comunes a todos, capaces de servir de marco orientador para el establecimiento de la norma positiva y educativa de los diferentes estados. Como seala Camps:El culto de nuestro tiempo es el de los Derechos Humanos. Producto de la secularizacin de la cultura, ocupan el lugar que en tiempos tuvo la religin; el lugar de los mandamientos y deberes morales inspirados en la revelacin divina, etc. La educacin ha ido sustituyendo la formacin religiosa por una formacin tica cuyo horizonte lo constituyen los derechos fundamentales (Camps, 2003, p. 134).

No hay tica sin memoria, sin visin global. No se debe olvidar que nuestra libertad ha costado muchas vidas. El futuro que anhelamos no ser posible si nos limitamos a aferrarnos a aquello de lo que estamos seguro, hemos de buscarlo en la creacin de ideales que permitan construir una sociedad mejor y en la defensa a ultranza de los mismos. QU PODEMOS HACER? En el fondo de la Declaracin de los Derechos Humanos subyace la idea de la dignidad de la persona humana, que deriva de la nocin fundamental de alteridad, germen del pensamiento occidental de los derechos humanos. Esta idea es fundamental hasta tal punto que se ha llegado decir que los derechos humanos son derechos del otro. Sin embargo, este concepto que debera ser el foco de un desarrollo ms amplio de los derechos humanos se va desdibujando paulatinamente. La aportacin ms importante de los Derechos Humanos es haber situado a la persona en el centro mismo de tales derechos, y esto es algo no debemos perder de vista. Podemos preguntarnos: Son los Derechos Humanos derechos del otro? Quin cree esto hoy en da? No se trata ms bien de nuestros derechos? Pensemos en los extranjeros, los pobres, los disminuidos, etc. Un hecho significativo, que nos invita a realizar esta reflexin es que, en la sociedad actual, hablamos ms de derechos que de libertades. La humanidad se encuentra an en un perodo de aprendizaje. Por ello, la educacin juega un papel esencial en la tarea siempre inacabada que es la formacin de la persona. Los derechos humanos son tan slo el lenguaje que humaniza a las personas, y lo que queda por hacer compete, sobre todo, a la educacin. Las violaciones de los derechos

humanos no son slo violaciones de la ley, pues la ley no es el nico medio de asegurar el respeto de estos derechos, y ordena, ante todo, lo que no hay que hacer y no lo que habra que hacer. Adems, los derechos humanos no son algo innato, sino adquirido. Se aprenden, pero no pueden ser impuestos por decreto. El respeto a la dignidad de la persona no puede garantizarse slo mediante prescripciones normativas. No podemos conformarnos con respetar los derechos humanos, es decir, no-violarlos, no basta con adoptar una actitud negativa, pasiva. Los derechos exigen que se lleven a cabo acciones y promeven iniciativas en su defensa y que fomenten su desarrollo, y esto va ms all de los mandatos legales. Se puede pasar del plano de la tica al derecho, pero el derecho no basta por s slo, necesita de la tica. La educacin y la formacin en derechos humanos son esenciales. El objetivo es llegar a crear una verdadera cultura de los Derechos Humanos, porque, aunque la ley puede obligarme a respetar al otro, no puede obligarme a aceptarlo en el sentido ms amplio del trmino. Se puede aludir a los avances que se han producido en lo que se refiere a determinadas cuestiones, como los derechos de la mujer, de los nios, de los excluidos, los inmigrantes, etc., o el derecho al desarrollo y el fortalecimiento del derecho a la educacin. En las ltimas dcadas, estos derechos se han ido perfilando y han visto la luz con la elaboracin de varios protocolos al Convenio Europeo de los derechos humanos: El convenio para la prevencin de la tortura. La carta social europea. Los proyectos sobre minoras, sobre el racismo y la intolerancia, y sobre la igualdad entre hombres y mujeres.

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De igual forma, la Constitucin Europea ha impulsado significativamente estos derechos en el seno de la Unin Europea. En esta lnea, tambin cabe destacar lo acontecido en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Venezuela (Noviembre, 1997), y en la que se formul una declaracin expresa de condena a todas las formas de discriminacin y/o multidiscriminacin por gnero y orientacin sexual, raza, etnia, religin, grupo social o cultural, nacionalidad y opinin poltica. En esta declaracin, se invita a los estados a llevar a la prctica lo acordado en los tratados internacionales ya ratificados. La impunidad entendida como una ausencia de verdad y justicia frente a las graves violaciones de los derechos humanos penetra en nuestra sociedad y la corroe. Es necesario crear una cultura en lo referente a los Derechos Humanos, es decir, formar las mentes y los corazones. Todos sabemos que el 50% de la poblacin mundial se ve privado de los derechos fundamentales que proclamamos. Se est produciendo un gran desfase entre el plano normativo y la realidad diaria. No podemos ignorar la importancia del hiato existente entre los progresos logrados en los planos normativos e internacionales y las realidades nacionales, que demuestra que, ms all de los regmenes jurdicos, es necesario preocuparse sobre todo por las sociedades, que deben ser verdaderamente democrticas. UNA NUEVA EDUCACIN PARA UNOS TIEMPO NUEVOS Los informes internacionales de los ltimos aos coinciden a la hora de hacer referencia a una cuestin que consideran clave de cara a un futuro que se nos presenta incierto, y ponen en ella sus esperanzas. Dichos informes destacan el papel que la educacin est llamada a desempe32

ar como factor de promocin, desarrollo e igualdad entre los pueblos. Hoy da, nadie duda de que la educacin es el pilar fundamental sobre el que hay que construir la paz y la libertad de las personas. Sin ella, no habr desarrollo posible. Coincidimos con Mayor Zaragoza cuando afirma que educar no consiste solamente en inculcar saber, ya que para educar hay que despertar el enorme potencial de creacin que cada uno de nosotros encierra y proporcionar las condiciones ptimas para que se desarrolle y haga su mejor contribucin a la vida en sociedad. En lo que se refiere a los derechos humanos, consideramos que un derecho clave es el derecho a la educacin, ya que hace posibles otros derechos. Gracias a la educacin, el sujeto tiende a desarrollar todas sus posibilidades. Sin embargo, no debemos quedarnos ah, la sociedad tambin tiene la obligacin de transformar esas posibilidades en relaciones efectivas y tiles. La educacin es uno de los conceptos ms amplios y con ms posibilidades de propiciar y generar una convivencia armnica en unas sociedades que se encuentran debatindose entre el equilibrio y el terror. Como manifiesta Wells, la historia humana se est convirtiendo cada vez ms en una carrera entre la educacin y la catstrofe. As, en el contexto de una mundializacin creciente de la sociedad humana, la educacin puede considerarse como un factor armonizador. La mejor garanta del respeto a los Derechos Humanos es, sin duda, la implantacin de una cultura y una educacin para esos derechos. Como seala Medina (2000, p. 40), los derechos, por muy consagrados que estn en las constituciones, tan slo se respetan cuando son conocidos y ejercitados, y, para ello, se requiere que, previamente, se haya pro-

porcionado la correspondiente formacin. Los valores que implican slo adquieren sentido cuando se asumen activamente y pasan a ser parte integrante de las propias vivencias personales. Hace siglos, Aristteles ya sealaba que las leyes ms tiles, las que son aprobadas por la mayora de ciudadanos, resultan ilusorias si la educacin y las costumbres no estn en sintona con los principios polticos. As, estamos de acuerdo con Medina en su apreciacin de que la educacin es base ineludible y condicin necesaria, aunque no suficiente, para la promocin y la vigencia de una cultura de los derechos humanos. Slo una educacin en estos valores puede garantizar el desarrollo de los mismos. Sin embargo, hacer nuestros estos derechos no es tarea fcil porque, a diferencia de los derechos ordinarios, cuyo ejercicio agota en s mismo el contenido concreto de esos derechos, el ejercicio de los Derechos Humanos, dada su potencialidad moral, no se limita a la satisfaccin momentnea de unos derechos o deberes. Por su potencialidad moral, la educacin en los Derechos Humanos constituye un desafo permanente y sin fin para las diferentes instancias educativas. Nada hay ms fecundo que el arte de ser libre; pero nada asimismo tan duro como el aprendizaje de la libertad (Tocqueville, 1984, p. 242). En consecuencia, la mejor manera de preservar el futuro es disear una educacin cvica eficaz, razonable y capaz de ofrecer a los jvenes un mensaje espiritual de calidad. Pues cmo no creer que la educacin genera la democracia y proporciona un porvenir a los pueblos? Si tenemos en cuenta todo lo que hemos sealado con anterioridad, la revisin de las investigaciones realizadas sobre este tema desde diferentes perspectivas ideolgicas viene a corroborar la

idea de que el objetivo primordial que la educacin en Derechos Humanos debe perseguir es crear y afianzar las virtudes morales, para lograr de este modo que la persona se comporte de acuerdo con ellas. As, no se imponen pautas de comportamiento, sino que se pretende su libre aceptacin por parte del sujeto. Adems, hay que tener en cuenta que los hbitos de comportamiento que generamos deben integrar tanto la dimensin cognoscitiva, como la afectiva. La educacin en los Derechos Humanos adquiere una dimensin tica, ya que pretende el desarrollo de una fuerza moral que permita obrar de acuerdo con el juicio del propio sujeto. En consecuencia, ste debe ser consciente en todo momento de la importancia que para cualquier sociedad tiene la prctica de los valores que propugnan los Derechos Humanos. Para ello, es fundamental elaborar un nuevo modelo de educacin que armonice los intereses individuales y la participacin en la comunidad, lo que conlleva realizar una profunda reflexin sobre las condiciones mnimas necesarias para que sea posible un comportamiento democrtico. Cualquier intento de abordar la educacin desde la vertiente social requiere cambios significativos que afectan a los planteamientos, los procesos metodolgicos... Esto nos invita a realizar mayores esfuerzos para integrar los Derechos Humanos y los valores cvico-sociales en el proceso de enseanza-aprendizaje. Para ello, es necesario: Ampliar las oportunidades que tienen las personas para involucrarse y participar en mayor media en sus comunidades, de modo que puedan valorar esta dimensin prctica de la inmersin en la realidad como una parte integral de la vida.

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Definir bien las finalidades de la educacin: concebirla como un principio para el desarrollo integral de un individuo con la capacidad de abrirse a una sociedad pluralista. Propiciar una mayor conexin entre las organizaciones cvicas y las instituciones educativas locales. Formar no solamente individuos, sino seres sociales abiertos a la comunicacin y al dilogo, ciudadanos capaces de asumir responsabilidades. Considerar la sociedad civil como una fuente posible de trabajo. Luchar contra la desigualdad de oportunidades. Fomentar la participacin de las personas, los educadores y las organizaciones cvicas en la planificacin de la experiencia educativa. El 20 de diciembre de 1996, el Diario de las Comunidades Europeas subraya, en sus conclusiones sobre una poltica de educacin permanente, que la educacin a lo largo de la vida debe adoptar un enfoque claramente integral en lo que respeta al desarrollo del individuo y la comunidad local. La formacin pueden contribuir al desarrollo de las comunidades locales y al fomento de la educacin permanente y su difusin entre sus miembros. As, estas deberan convertirse en verdaderas comunidades educativas, con lo que ello conlleva para el desarrollo social, cultural y econmico continuado del individuo y de la propia comunidad local. El comportamiento democrtico implica reconocer al otro como igual, suscitar el inters y la inquietud de las personas y comprometerse activa y responsablemente con los procesos y sucesos de la sociedad del momento. Todos sabemos que para poder hablar de los derechos de ciudadana es necesa-

rio disfrutar de un espacio de posibilidades y oportunidades econmicas, sociales y culturales, y, por tanto, de derechos polticos y de la posibilidad misma de la democracia. En el nuevo milenio, nos enfrentamos al reto de reflexionar acerca del curso que ha de seguir la educacin y, para ello, debemos tener en cuenta que la fuerza del mercado y la eficacia de nuestra forma democrtica de gobierno dependen siempre de la vitalidad de la sociedad civil, considerada como fuente de nuestra realizacin como personas. En la actualidad, las tendencias emergentes en el mbito de la educacin nos ofrecen la posibilidad de disear una serie de aplicaciones educativas orientadas a crear un mundo nuevo. A continuacin, se har alusin tan solo a algunas de ellas: Una educacin basada en el multiculturalismo y el interculturalismo, aunque sin ignorar las peculiaridades de las culturas locales. La educacin global debe, desde esta perspectiva, poner el nfasis en el dilogo de las culturas, que ha de establecerse bajo el paraguas de la unidad y la diversidad. Es necesario adoptar una pedagoga intercultural que permita a todas las personas abrirse a la nocin de alteridad y asumir su propia identidad y superarla, para, de este modo, poder comprender la universalidad y los valores humanos. Ahora bien, tanto los individuos, como las comunidades tienen derecho a preservar y enriquecer su identidad cultural, pues sta no puede considerarse, en modo alguno, un obstculo para la integracin. El ser humano desarrollar un pensamiento no-dogmtico y la educacin

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aparecer conectada con la vida. La educacin se desarrollar, por lo tanto, a lo largo de la toda la vida. Son muchos los mbitos que comparten el objetivo de una educacin y una formacin permanentes, circunstancia que, claramente, guarda relacin con el hecho de que nos encontremos inmersos en la sociedad del conocimiento. Para alcanzar dicho objetivo, se servirn de las herramientas que la sociedad de la informacin les proporciona, lo que pone de manifiesto la pertinencia de las acciones que integran