Peregrinación a Santuarios de Umbría y Alto Lacio 2. ASÍS · En vida de san Francisco, se...

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2. ASÍS Peregrinación a Santuarios de Umbría y Alto Lacio Segundo día – Domingo 1 de mayo (y III) 2. ASÍS Basílica de Santa Clara Por la tarde recorrimos la ciudad de Asís, visitando sobre todo la Basílica de Santa Clara y la de San Fran- cisco ésta, más brevemente porque se nos acabó el tiempo, porque tuvimos que esperar que terminara la misa del domingo. Clara, que pertenecía a una noble y rica familia de Asís, a los dieciocho años de edad, en 1211, abando- nó un futuro de felicidad terrena para compartir la pobreza, el amor al Evangelio y el ansia de vida apostó- lica de su conciudadano Francisco. Recibió de él el sayal de la penitencia en la iglesita de la Porciúncula en Santa María de los Ángeles, y se encerró después en el monasterio de San Damián, donde hizo de toda su vida un continuo acto de ora- ción, de penitencia y de amor silencioso por Dios y por todos los hombres. De ella nació y continúa florecien- do en todo el mundo una Orden de vida contemplati- va, la de las Clarisas. Basílica de Santa Clara.

Transcript of Peregrinación a Santuarios de Umbría y Alto Lacio 2. ASÍS · En vida de san Francisco, se...

  • 2. ASÍSPeregrinación a Santuarios de Umbría y Alto Lacio

    Segundo día – Domingo 1 de mayo (y III)

    2. ASÍS

    Basílica de Santa Clara

    Por la tarde recorrimos la ciudad de Asís, visitandosobre todo la Basílica de Santa Clara y la de San Fran-cisco ésta, más brevemente porque se nos acabó eltiempo, porque tuvimos que esperar que terminara lamisa del domingo.

    Clara, que pertenecía a una noble y rica familia deAsís, a los dieciocho años de edad, en 1211, abando-nó un futuro de felicidad terrena para compartir la

    pobreza, el amor al Evangelio y el ansia de vida apostó-lica de su conciudadano Francisco.

    Recibió de él el sayal de la penitencia en la iglesitade la Porciúncula en Santa María de los Ángeles, y seencerró después en el monasterio de San Damián,donde hizo de toda su vida un continuo acto de ora-ción, de penitencia y de amor silencioso por Dios y portodos los hombres. De ella nació y continúa florecien-do en todo el mundo una Orden de vida contemplati-va, la de las Clarisas.

    Basílica de Santa Clara.

  • En vida de san Francisco, se levantaba, en la zonadonde está la actual Basílica de Santa Clara, la iglesia deSan Jorge, que ha quedado incorporada a la propiaBasílica.

    Aquí en San Jorge el Santo se hizo mendicante enlos comienzos de su conversión. San Jorge fue tambiénel lugar de la primera sepultura de san Francisco, hasta1230, y de santa Clara después, hasta 1260. AquíFrancisco fue proclamado Santo (1228).

    Después de la canonización de santa Clara, que tuvolugar en 1255, se construyeron el monasterio para lasclarisas y la Basílica dedicada a la Santa (1257–1265).En la Basílica están ahora sepultadas: santa Clara, sushermanas santa Inés y la beata Beatriz, y su madre labeata Ortolana. Todas ellas fueron monjas del monas-terio de San Damián.

    En este templo gótico se guarda el Crucifijo quehabló a Francisco en San Damián. Se conservan tam-bién obras de arte valiosísimas sobre tabla, frescos denotable importancia y esplendor, como también insig-nes reliquias de los santos Francisco y Clara, custodia-das con gran amor.

    La Basílica comenzó su construcción el año 1257,cuatro años después de la muerte de la Santa y a losdos años de su canonización, que tuvo lugar en Anag-ni por parte de Alejandro IV el 26 de septiembre de1255. La Basílica se terminó en 1265. El venerablecuerpo de la Santa fue colocado bajo el altar mayor deltemplo el 3 de octubre de 1260.

    Se levantó en el lugar donde estaba la antigua iglesiade San Jorge. Al lado había una escuela donde Francis-co aprendió a leer y escribir. En este lugar fue sepultadatambién Santa Clara, en el sepulcro que ya había sido de

    Francisco, siguiéndolo en la muerte como en la vida, yaquí permaneció la Santa durante siete años, hasta quefue sepultada en la iglesia erigida en su honor.

    La Basílica de Santa Clara fue edificada, en opiniónde algunos, según el proyecto del franciscano Fr. Felipede Campello, pero en realidad se ignora quién fue elarquitecto. Es de estilo gótico-umbriano. La típica facha-da, como todo el conjunto basilical, han sido embelleci-dos en el exterior con listas de piedra blanca y roja delSubasio. El portal es un alféizar con un marco sostenidopor dos leones. En la fachada policroma, resplandece,dándole vida, un magnifico y doble rosetón adornadocon un encaje de piedra de unas 96 columnitas.

    Toda la Basílica estaba pintada al fresco; pero en1719, por falta de los fondos necesarios para la restau-ración pictórica y al decaer el aprecio por tales pintu-ras, todo el interior fue blanqueado.

    En el transepto izquierdo, resplandece en la paredun delicadísimo Nacimiento, de autor anónimo umbria-

    Interior de la Basílica de Santa Clara.

    Tabla de la Santa del siglo XIII.

  • no, llamado hoy «Maestro de la Natividad de Sta.Clara», que vivió en torno a la mitad del siglo XIV. Setrata de una pintura verdaderamente admirable por lagracia y el candor de la composición. Sobre el altar hayun estupendo icono de 1265, llamado «Virgen de laCortina», realizado por Benvenuto Benveni de Foliño.En el mismo transepto, arriba, una serie de frescos dedifícil datación; son escenas del Antiguo Testamentoque, en la franja más alta, representan la creación delos animales, y, en la inferior, la construcción del Arca,la creación de los primeros padres, su desobediencia yel castigo del diluvio. Son obra de un excelente pintorasisiense de finales del siglo XIII.

    Al lado de la capilla del Sacramento está el oratoriodel Crucifijo. Aquí se guarda celosamente el preciosoCristo bizantino, de un pintor asisiense de mediadosdel siglo XII, que en 1206, en la iglesita de San Damián,habló al joven Francisco determinando con esto suconversión y la misión de toda su vida.

    Al fondo del oratorio están expuestas preciosas reli-quias de los santos Francisco, Clara e Inés, junto conotros preciosísimos documentos franciscanos y untríptico del espoletino Rinaldo di Rannuccio (hacia1270) con escenas de Cristo y de la Virgen.

    Acontecimientos franciscanos y actualización

    l Desde el momento en que el sacerdote de la Porci-úncula le explicó el Evangelio a Francisco, éste«comenzó a predicar a todos la penitencia con granfervor de espíritu y gozo de su alma... Y cosa admi-rable en verdad: comenzó a predicar en San Jorgeallí donde, siendo niño, aprendió a leer y donde pri-meramente fue enterrado con todo honor. De estemodo, los venturosos comienzos quedaron avala-dos por un final, sin comparación, más venturoso.

    Basílicay Protomonasterio de Santa Clara.

    El cuerpo de Santa Clara.

  • Donde aprendió, allí enseñó, y donde comenzó, allífelizmente terminó» (1 Cel 23). La iglesia de SanJorge —en el lugar de su emplazamiento se encuen-tra hoy la capilla del Santísimo Sacramento de labasílica de Santa Clara— se hallaba a pocos pasos dela casa de Bernardone; en ella había una escuelapresbiterial que frecuentó Francisco; santa Clara leescuchó predicar en ella; y fue también allí dondeen 1228 se desarrollaron las ceremonias de la cano-nización de Francisco.

    l Los componentes del cortejo fúnebre que traslada-ba el cadáver de san Francisco de la Porciúncula a laciudad de Asís, «llegados por fin, radiantes de júbi-lo, a la ciudad, depositaron con toda reverencia elprecioso tesoro que llevaban en la iglesia de SanJorge. Éste era precisamente el lugar en que siendoniño aprendió las primeras letras y donde más tardecomenzó su predicación; aquí mismo, finalmente,encontró su primer lugar de descanso» (LM 15,5).Francisco fue enterrado provisionalmente en la igle-sia de San Jorge, en donde tiempo atrás habíaaprendido a leer. Esta iglesia se convirtió en anejoCripta. Tumba de Santa Clara.

    Basílica de Santa Clara.

  • de la basílica de Santa Clara el día en que (a. 1260),por motivos de seguridad, las clarisas tuvieron queabandonar San Damián y establecerse dentro de lasmurallas de Asís.

    l También el cadáver de santa Clara fue trasladadopara su entierro, de San Damián, a la iglesia de SanJorge. Así lo refiere la Leyenda de la Santa: «A con-tinuación, los cardenales presbíteros, con devotadeferencia, rodean el santo cadáver de Clara y, entorno al cuerpo de la virgen, terminan los oficios deritual. Al final, considerando que ni es seguro niconveniente que tan inestimable tesoro quede atrasmano de los ciudadanos, en medio de himnos ycánticos, entre sones de trompeta y júbilo extraordi-nario, la levantan y la conducen con todo honor aSan Jorge. Éste es el mismo lugar donde el cuerpodel santo padre Francisco había sido enterrado pri-meramente, como si quien le había trazado mientrasvivía el camino de la vida, le hubiese preparadocomo por presagio el lugar de descanso para cuan-do muriera» (LCl 48).

    l La presencia en este lugar del cuerpo venerable desanta Clara da pie para muchas reflexiones sobre elvalor de esta mujer admirable y sobre su sólida espi-ritualidad. Pero sobre todo vale la pena profundizarsobre el significado que tiene la mujer en la vida fran-ciscana, el papel que jugó Clara en la vida de Francis-co, el alcance y dimensiones de la profunda amistadque los unió. Es una buena oportunidad para revisarcon sinceridad y valentía el sentido que nosotrostenemos de la mujer, nuestro comportamiento haciaella, la solidaridad y comunión con la misma para lle-var a la práctica de una manera más profunda, equi-librada y completa el Evangelio siguiendo las huellasde Jesús y de nuestros Fundadores.

    Basílica de San Francisco

    «No hubo honores demasiado grandes para estepobre; los pueblos se acordaron de su amor, y quisie-ron darle más de lo que él había abandonado por ellos.Y pues que no tuvo ni techo ni servidor, fue necesarioconstruir para él una morada magnífica como el pala-cio con el que había soñado en su juventud» (A. F.Oznama).

    «El ábside dice: yo soy el confín de la tiniebla.Y la fachada dice: yo soy la muralla del cielo.

    Y la nave central dice: yo soy la vía láctea que con-duce al Señor.Y los haces de columnas dicen: nosotros somos laselva inmóvil.Y la bóveda sobre el altar dice: yo soy el arco iriseterno.Y la tumba dice: yo soy la estiba de San Franciscoque vive con el Señor.Y el altar mayor dice: yo soy la mesa de la vida.Y el tabernáculo dice: yo soy el arca del silencio.Y un capitel dice: yo soy un nido de ángeles.Y otro capitel dice: yo soy un nido de sol.Y el techo dice: yo soy el límite del espacio.Y el claustro dice: yo soy el vestíbulo de las bodas.Y un arco dice: yo soy la rotundidad de la tierra.Y un arco gótico dice: yo soy la verticalidad delVerbo.Y una vidriera dice: yo soy la perfección de la luz.Arcos, capiteles, columnas, vosotros no sois másque formas del espíritu, la síntesis. Él se ha hecho ennosotros de carne y nosotros nos hemos hecho porvosotros de piedra, para ser todos juntos la unidad.Y como cada ladrillo ha bebido una gota de su san-gre, así cada uno cante con el pobre Francisco, laalegría de su libertad, porque vosotros sois todosjuntos la armonía.Y cuando los hombres ya no hablen más de él, con-tinuad hablando vosotras, oh piedras, en este vestí-bulo del paraíso, junto con nuestra piedra miliar:Francisco de Asís».

    Basílica de San Francisco.

  • La doble Basílica de San Francisco, en la que es cus-todiado y venerado con gran amor el cuerpo del Santo,fue ideada y en gran parte realizada por Fray Elías, quedirigió su construcción atrevida e imponente.

    Un templo espléndido querido por el Papa GregorioIX, que puso la primera piedra al día siguiente al de lacanonización del Santo realizada en Asís el 16 de juliode 1228. El admirable conjunto, construido sobre lacolina del Paraíso, es indudablemente uno de los másbellos y singulares no sólo de Italia sino del mundoentero.

    Se trata de una maravillosa síntesis del arte románi-co y gótico. En las paredes de ambas Basílicas los gran-des artistas italianos han escrito con sus pinceles aque-lla «admirable vida (de Francisco) que sólo en el cielose cantaría mejor» (Dante Alighieri).

    En los grandes ciclos pictóricos de los siglos XIII yXIV, Giotto, Cimabue, Torriti, Simone Martini, PietroLorenzetti han narrado la vida de Francisco y sintetiza-do los misterios de la vida de Cristo. Sus frescos sonuna verdadera y propia «Biblia de los pobres» y hacende esta ciudadela del espíritu un templo único y mara-villoso.

    Las amplias superficies de las paredes de ambasiglesias, con sus dos mil metros cuadrados de pintura

    mural, han sido pensadas para acoger el poema pictó-rico bíblico junto con el del Poverello, y constituyen elmás armonioso concierto de colores de todos los tiem-pos. Una iglesia estupenda que grita durante los siglos,con versos arquitectónicos y con vivísimos colores, elMagníficat de Francisco que, «pobre y humilde», haentrado rico en el Reino de los Cielos.

    La custodia de la Basílica está a cargo de los FrailesMenores Conventuales.

    El Sacro Convento de San Francisco

    El Sacro Convento de San Francisco, construido,juntamente con las Basílicas, con piedras rosas y blan-cas del monte Subasio, constituye un conjunto deconstrucciones de incomparable belleza que da untoque inconfundible a todo el paisaje. Los grandes ysólidos muros han reequilibrado el declive de la colinacon una serie de 53 poderosas arcadas de estilo romá-nico por fuera, mientras que en el interior el movimien-to gótico confiere al largo ambulacro o pasillo unaesbeltez y una verticalidad verdaderamente estupen-das. Para quien sube desde la llanura, el Sacro Conven-to se presenta como una gran mole rica en armonía,caracterizada por una doble fila de arcos altísimos.

    Basílica de San Francisco.

  • Basílica inferior de San Francisco

    El 29 de marzo de 1228, Fray Elías Bombaronerecibió, como donación de Simone di Pucciarello parael Papa Gregorio IX, el primer lote de terreno para laconstrucción de la iglesia que debería convertirse enel lugar del sepulcro de Francisco de Asís, al occiden-te de la ciudad, sobre la «Colina del infierno», así lla-mada porque en ella eran ajusticiados los malhecho-res. Hoy esta colina es llamada del paraíso por labelleza única del monumento que ha transformado suaspecto y ha caracterizado de manera nueva y estu-penda todo el panorama de la ciudad.

    El 17 de julio del año 1228, al día siguiente de lasolemne canonización de San Francisco, celebrada enAsís, en la iglesia de San Jorge, actual Basílica deSanta Clara, el mismo Papa Gregorio IX, íntimo amigode San Francisco, que acababa de proclamarlo santo,puso la primera piedra de la iglesia a erigir.

    Los trabajos, bajo la inteligente y voluntariosa direc-ción de Fr. Elías, al cabo de dos años escasos, con pro-digiosa rapidez, fueron concluidos por lo que se refie-re a la Basílica inferior, de modo que en 1230, presen-tes los frailes reunidos en Capítulo por la fiesta de Pen-tecostés, el 25 de mayo, el venerable cuerpo de Fran-cisco, todavía incorrupto, fue llevado procesionalmen-te al templo levantado en su honor.

    Fr. Elías, concibió este singular templo, como unaenorme cripta baja y casi aplastada por el peso de laBasílica superior ligera y esbelta. La atmósfera que enella se respira está impregnada de espiritualidad e invi-

    Basílica y convento de San Francisco.

    Pórtico de la Basíica inferior.

  • ta a la oración. El antiguo Ministro provincial de Siria,Fray Elías, conocía bien las fortalezas construidas porlos cruzados y los gigantescos sepulcros tallados en laroca para depositar en ellos los despojos mortales deilustres personajes, y su amor por la grandiosidadexplotó aquí. Él fue el «padre de la Basílica, el cerebroque la pensó y el puño que la realizó» (L. Gillet).

    La nave central de la Basílica está enriquecida conuna decoración pictórica de infinita belleza. Ésta guar-da las decoraciones más antiguas de la Basílica. A lolargo de las paredes se pueden admirar frescos de graninterés artístico y refinado sentido del color. Son deautor desconocido, llamado precisamente el Maestrode San Francisco, y representan episodios de la vida deCristo y episodios de la vida de San Francisco.

    Aquí el artista, abandonando el esquema de confron-tación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, instauraun paralelismo entre la pasión de Cristo y la vida delestigmatizado del Alverna, la compasión de Francisco.

    En la parte derecha de la nave está la pasión de Cris-to: Cristo despojado de sus vestiduras, bajado de lacruz, sepultado... En la pared izquierda, la compasiónde Francisco: el santo desheredado mientras sujeta la

    Basílica de Letrán, Francisco y los pájaros, Franciscoestigmatizado y muerto.

    En el brazo opuesto del transepto, está el admirableciclo de la Pasión de Cristo, de Pietro Lorenzetti y ayu-dantes (primeros decenios del siglo XIV): Entrada deJesús en Jerusalén, Lavatorio de los pies, Ultima Cena,Traición de Judas, Camino del Calvario, Crucifixión,Sepultura, Descenso a los infiernos, Ahorcamiento deJudas, Resurrección. Frente a la Crucifixión, San Fran-cisco recibe los estigmas. De intensa dramaticidad es elDescendimiento de la cruz.

    De refinada belleza y particular gracia es la delicadí-sima Virgen con el Niño en coloquio espiritual con losSantos Juan Evangelista y Francisco. Jesús le pregunta ala Madre: ¿A quién debe bendecir? La Virgen le indicaa Francisco, todo él lleno de gran humildad. Esta pintu-ra, del propio Pietro Lorenzetti, es conocida tambiéncon el nombre de la Virgen de las Puestas de sol o delos Ocasos.

    Son notables los sitiales del coro tallados en made-ra de nogal por Apollonio de Ripatransone y taraceadospor el florentino Tommaso di Antonio en 1471. En laparte cóncava del ábside, donde estaba el grandioso y

    Presbiterio de la Basíica inferior.

  • discutido fresco del florentino Stefano, está ahora elJuicio final, de Sermei.

    Reliquias de San Francisco

    En la Basílica inferior están celosamente conserva-das algunas reliquias preciosísimas de San Francisco.Entre ellas está en primer lugar el texto auténtico de laRegla Bulada de la Primera Orden franciscana, aproba-da por el Papa Honorio III el 29 de noviembre de 1223.Es considerada como la carta magna de la vida de losMenores. Francisco exhortaba con frecuencia a lossuyos a observar la Regla y solía repetir que «La Reglaes el libro de la vida, la esperanza de la salvación, elyelmo de la gloria, la médula del evangelio, el caminode la cruz, el estado de perfección, la llave del paraíso,el pacto de la eterna alianza».

    Quería que todos tuvieran un ejemplar y que se laaprendieran de memoria. Prescribió que la Regla estu-viera siempre ante sus ojos para recordarles el ideal devida y como estímulo a su observancia. Y más aún,quiso y enseñó a los frailes a morir con ella (Espejo dePerfección n. 76).

    Las nubes, en Asís.

    Begoña, Lourdes y Mari Luz.

  • Otra reliquia insigne es el precioso autógrafo delSanto con la Bendición a Fray León, su confidente,confesor y enfermero. El texto dice: «El Señor te ben-diga y te guarde. Te muestre su rostro y tenga miseri-cordia de ti. Vuelva a ti su mirada y te dé la paz». Laescritura más tosca está en negro y es de Francisco,mientras que la más bonita y precisa está en rojo y esde Fray León. Según la tradición, el manuscrito, quelleva al dorso en escritura autógrafa de Francisco lasAlabanzas del Dios altísimo, es de la misma época, des-pués de las llagas, otoño de 1224, y escrito en el Alver-na. Otra conmovedora reliquia es la de la pobre túnicadel Santo.

    La tumba de San Francisco

    Por una escalera de dos rampas que se abre en elinterior de la Basílica inferior, en uno de sus lados, sebaja a la cripta donde está la tumba del Santo. Francis-co fue sepultado en ella el 25 de mayo de 1230. Latumba del siglo XIII es invisible y completamente inac-

    cesible. En 1818, tras 52 noches de trabajo, fueronencontrados la tumba y el cuerpo venerable de SanFrancisco. Fue entonces cuando Pasquale Belli creóuna vasta cripta por debajo de las dos iglesias, en esti-lo neoclásico. Fue la sabiduría de Ugo Tarchi, en losaños 1927-1930, la que realizó la actual cripta, revis-tiéndola de piedra, después de haberla despojado delos mármoles preciosos que la adornaban.

    Recientemente, entre el 24 de enero y el 4 de marzode 1978, un grupo de profesores, con el beneplácitodel papa Pablo VI, realizaron un reconocimiento de losrestos del cuerpo del Santo, colocándolos después enuna urna de cristal que, a su vez, fue puesta nuevamen-te en el antiguo sepulcro.

    En torno a la tumba de Francisco fueron sepulta-dos, en 1932, los hijos y seguidores del padre, losfidelísimos de la primera hora: Fray León, «ovejuelade Dios», como solía llamarlo Francisco por la docili-dad y mansedumbre, y que competía en humildadcon el Santo; Fray Rufino, primo de santa Clara, «unhombre conspicuo de la nobleza de Asís»; Fray

    La tumba de San Francisco.

  • Maseo, el orador elegante, grande y elocuente queiba por el bosque arrullando de alegría; Fray Ángel, ¡elcaballero cortés de la nueva tabla redonda! Estahumilde tumba de Francisco, corazón del incompara-ble Santuario, es la razón del milagro de arte y espiri-tualidad obrado por el genio de los hombres, en lasbasílicas que la coronan.

    Aquí se reaviva en el corazón la antigua oración:«Padre san Francisco, acuérdate de todos tus hijos,que, angustiados por indecibles peligros, sabes muybien tú, santísimo, cuán de lejos siguen tus huellas.Dales fuerza, para que resistan; hazlos puros, para queresplandezcan; llénalos de alegría, para que disfruten.Impetra que se derrame sobre ellos el espíritu de gra-cia y de oración, para que tengan, como tú, la verdade-ra humildad; guarden, como tú, la pobreza; merezcan,como tú, la caridad con que amaste siempre a Cristocrucificado» (2 Cel 224).

    Donde se cruzan las escaleras de la cripta, en unaurna se conservan los restos mortales de Fray Jacopadei Settesoli, la noble señora romana, amiga fidelísimadel Santo que estuvo junto a él en sus últimas horas devida en la Porciúncula.

    Basílica superior de San Francisco

    Esta venerable Basílica, esbelta y alegre, rica deluminosidad pascual, es bastante distinta de la austeraiglesia inferior, en gran parte románica y más pondera-da y contenida. La Basílica superior tiene en su interiorla forma de cruz latina, de una sola nave con cuatroentrepaños y ábside pentagonal. Es de estilo góticofranciscano o italiano. Además de por su arquitectura,es célebre en el mundo entero por sus ciclos pictóri-cos, entre los más bonitos que existen.

    «El edificio gótico representa la cruz sobre la quemurió Cristo. Los rosetones, con sus pétalos de dia-mantes, representan la rosa eterna de la que cada almarescatada es una hoja» (Taine).

    El primero en decorar esta Basílica fue un pintoringlés, pero alrededor de 1280 entró en liza el granmaestro Cimabue que pintó la zona del ábside y granparte de los transeptos. Alteraciones químicas, sobre-venidas con el paso del tiempo, han reducido estosfrescos al estado de negativos fotográficos, pero elgran talento de este extraordinario maestro aletea conevidencia en estas paredes, a pesar de todo.

    Nave central de la Basílica superior.

  • La parte alta de la nave está decorada por maestrosromanos y toscanos, y entre éstos descuella el jovencí-simo Giotto, cuya fuerte personalidad y capacidad inno-vadora expresada con gran talento le granjearon elinigualable honor de poder narrar sobre estas paredesla vida admirable del Pobrecillo de Asís, tomando comoguía a san Buenaventura, autor de la vida del Santo.

    Giotto reproduce en estos murales, con plasticidadviva y vigorosa, los mayores acontecimientos de la vidadel Santo con una naturalidad y una carga de humani-dad que se transparenta límpida y serena en cada unade las escenas como si él mismo hubiese sido actor ocomo si hubiera estado presente.

    Algunos ejemplos:

    a) Un hombre sencillo, al paso de Francisco por delan-te del Templo de la Minerva de Asís, extiende sumanto en el suelo para que Francisco pase por enci-ma, queriendo así honrarlo.

    b) Francisco da su manto a un pobre... con una visióndel Asís medieval.

    c) Francisco restituye sus vestidos a su padre airado...una estupenda y emocionante escena... entre losdos grupos de personajes hay un vacío, como que-riendo indicar un abismo de incomprensión y dedistancia imposible de llenar.

    Vista del Castillo de Asís.

    Vista desde la Basílica de San Francisco.

  • d) El Papa Inocencio III ve en sueños a Francisco que,convertido en cariátide viviente, sostiene con susrobustas espaldas la basílica de Letrán que amenazauna inminente ruina y la equilibra con sus fuerzas.Plástica y vigorosa expresión de Francisco y deaquel amor grande y tenaz que el Santo tuvo por laIglesia de Dios.

    e) La predicación a los pájaros... es una de las escenasmás célebres entre las que Giotto pintó en Asís. Seencuentra en el interior, a los pies de la Basílica,bajo el espléndido rosetón. ¡Francisco y los pájarosen una serenidad cósmica! El Santo se inclina deli-cadísimamente hacia las pequeñas criaturas, unamultitud de pájaros de toda clase se apiña en tornoa sus pies, detrás de Francisco un fraile contempla laescena estupefacto.

    f) El episodio del caballero de Celano... El grande y dra-mático tema del dolor humano está expresado aquíen un fuerte crescendo de emociones, con sentidode gran realismo.

    g) El milagro de la fuente... ¡Casi un manifiesto ecoló-gico junto al mural de la predicación a los pájaros! Elpaisaje rocoso golpeado por la intensa luz del sol,parece justificar el milagro por el sediento que selanza con avidez hacia el agua manada improvisada-mente de la roca seca.

    Frescos de Giotto en la Basílica superior de San Francisco

    En la nave, debajo de las escenas del Antiguo y delNuevo Testamento, de varios pintores (Giacomo Torri-ti, Pietro Cavallini, etc.) descuella el gran ciclo de fres-

    cos de Giotto sobre la vida de san Francisco: 28 episo-dios tomados de antiguas biografías del Santo, espe-cialmente de San Buenaventura.

    He aquí la lista, partiendo del lado derecho del altarmayor: 1. Un hombre de Asís venera proféticamente aljoven Francisco tendiendo a sus pies el propio mantoen la plaza (cf. San Buenaventura, Leyenda Mayor [=LM] 1,1). 2. Francisco da su manto a un caballeropobre (LM 1,2). 3. Francisco tiene un sueño con unpalacio lleno de armas marcadas con la cruz (LM 1,3).4. Francisco ora ante el Crucifijo de San Damián (LM2,1). 5. Francisco renuncia a la herencia paterna, des-nudándose ante el obispo de Asís (LM 2,4). 6. Inocen-cio III ve en sueños a Francisco que sostiene la basílicade Letrán que se derrumba (LM 3,10). 7. Inocencio IIIaprueba la Regla franciscana (LM 3,10). 8. Francisco seaparece glorioso sobre un carro de fuego a los frailesde Rivotorto (LM 4,4). 9. Fray Pacífico ve un trono pre-cioso en el cielo destinado al humilde Francisco (LM6,6). 10. Francisco, por medio de Fray Silvestre, expul-sa de Arezzo a los demonios instigadores de guerracivil (LM 6,9). 11. Francisco, ante el Sultán de Egipto,desafía a los sacerdotes musulmanes a la prueba delfuego para demostrar la verdadera fe (LM 9,8). 12. Loscompañeros de Francisco asisten admirados al éxtasisdel Santo (LM 10,1-4). 13. Francisco celebra en Grec-cio la Navidad de 1223 instalando el Belén (LM 10,7).14. Francisco hace brotar de la roca una fuente de aguapara un sediento que lo acompaña (LM 7,12). 15. Fran-cisco, en Bevaña, predica a los pájaros (LM 12,3). 16.Francisco anuncia la muerte inminente a un caballerode Celano que lo había invitado a comer (LM 11,4). 17.Francisco improvisa una predicación ante el papa

    Ábside de la Basílica superior. Giotto. Un hombre venera al joven Francisco.

  • Honorio III (LM 12,7). 18. Mientras San Antonio predi-ca en Arlés al capítulo de los frailes, Francisco se apa-rece a un hermano (LM 4,10). 19. Francisco recibe losestigmas en el monte Alverna (LM 13,1-5). 20. Muer-te y apoteosis de San Francisco (LM 14,6). 21. Apenasmuerto, Francisco se aparece simultáneamente a Fray

    Agustín, Ministro provincial de “Terra di Lavoro” y alobispo de Asís, Guido, de peregrinación en el Garga-no (LM 14,6). 22. Jerónimo, noble asisiense, constatala realidad de los estigmas de Francisco (LM 15,4). 23.Los restos sagrados de Francisco son venerados porsanta Clara y sus hermanas en San Damián (LM 15,5).24. Gregorio IX declara santo a Francisco en unasolemne canonización celebrada en Asís (LM 15,7-8).25. San Francisco se aparece a Gregorio IX para ase-gurarle la realidad de los estigmas (LM, milagros, 1,2).26. San Francisco cura a un hombre llamado Juan, deLérida, devoto suyo, herido de muerte (LM, milagros,1,5). 27. San Francisco resucita a una mujer de MonteMerano para que pueda confesarse (LM, milagros2,1). 28. Pedro de Alife, encarcelado por falsa acusa-ción de herejía, es liberado por San Francisco (LM,milagros 5,4).

    Nos encontramos verdaderamente, con estosespléndidos frescos, ante un nuevo mundo figurativoque florece en estas paredes y que de aquí se transmi-tirá a una miríada de iglesias por toda Italia, renovadapor el soplo incontenible de novedad y de espirituali-dad florecidas con Francisco y transcritas con loscaracteres de la más pura y limpia belleza.

    Son dignas de grandísima atención, en este tiempo,único en el mundo, las estupendas vidrieras que cons-tituyen la serie más noble e importante del arte de lavidriería de finales del siglo XIII italiano; éstas son engran parte obra de maestros transalpinos que trabajanen Asís en el tercer cuarto del siglo XIII. l

    Giotto. Francisco predica los pájaros.

    Una calle de Asís.