Perdon Imposible - Jose Antonio Millan

70
1

Transcript of Perdon Imposible - Jose Antonio Millan

  • 1

  • Milln, Jos Antonio Perdn imposible: gua para una puntuacin ms rica y consciente / Jos Antonio Milln ; coordinado por Lambre Toms - 1a ed. - Buenos

    Aires: Del Nuevo Extremo, 2005. 176 p. ; 21x13 cm. ISBN 987-1068-68-9 1. Gramtica Espaola-Signos de Puntuacin I. Toms, Lambre, coord. II. Ttulo Reproduccin de las primeras pginas de la primera edicin de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha cedidas por Biblioteca

    Nacional. 2005, Jos Antonio Milln RBA Libros S.A Prez Galdz, 36 - 08012 Barcelona [email protected] www.rbalibros.com de esta edicin: 2005 Editorial del Nuevo Extremo S.A. Juncal 4651 (1425) Buenos Aires Argentina Tel/Fax: (54-11) 4773-3228 e-mail: [email protected] www.delnuevoextremo.com Director Editorial: Miguel Lambr Coordinador de Edicin: Toms Lambr Imagen Editorial: Marta Cnovas ISBN: 987-1068-68-9 Primera edicin: Junio de 2005 Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacin puede ser reproducida, almacenada o transmitida por ningn medio sin

    permiso del editor. Hecho el depsito que marca la ley 11723 Impreso en Argentina. Printed in Argentina

    2

  • Jos Antonio MillnPERDN IMPOSIBLE

    Gua para una puntuacin ms rica y consciente

    Y ste, para...: Susana!; tambin por qu no?

    para Bruno (y Luli).

    NDICEPrlogo l. La carta asesina 2. Maravillosa coma! 3. Alegres, diversas, mltiples 4. Punto y coma 5. Una ventana abierta6. Entre parntesis 7. El punto 8. ... Y aparte9. En suspensin 10. (Qu bien/mal puntuaba Cervantes!) 11. La duda 12. El pasmo13. Entre comillas14. Las palabras del otro 15. (Saltando de lengua) 16. El guin 17. La coma volante 18. Los puntos de los nmeros 19. Estrellas, toboganes, crculos y rombos 20. Los textos sin puntos 21. Los puntos sin texto 22. (La selva de los signos) Conclusin Bibliografa esencial Agradecimientos ndice de conceptos y de los principales nombres propios

    3

  • PRLOGO

    De mis aos escolares recuerdo una ancdota atribuida a Carlos V (luego la he encontrado referida a otros reyes, pero nos dar lo mismo...). Al emperador se le pas a la firma una sentencia que deca as:

    Perdn imposible, que cumpla su condena.

    Al monarca le gan su magnanimidad y antes de firmarla movi la coma de sitio: Perdn, imposible que cumpla su condena.

    Y de ese modo, una coma cambi la suerte de algn desgraciado...

    Las letras son el cuerpo de un texto, pero rodendolas hay una nube de pequeos signos, a los que apenas prestamos atencin, que constituyen el autntico espritu de las palabras. Los signos de puntuacin son objetos misteriosos, que coexisten con las letras, pero no lo son: son las letras de la cabeza, como deca una nia de cinco aos, que se piensan pero no se dicen.

    Por qu es importante reflexionar sobre la puntuacin, sobre sus signos y cmo se usan? Por una razn muy sencilla: porque (al igual que las normas ortogrficas que nos ensean a manejar bes y uves, ges y haches) es clave para la comunicacin efectiva por escrito. Adems sus fallos redundan en la mala imagen del que los ha cometido; y a veces en que el resultado sea poco comprensible o equvoco. En palabras de un especialista: Difcilmente se altera el mensaje por uno o varios lapsos de ortografa literal (hay, naturalmente, excepciones antolgicas); en cambio, qu penosa labor la de llegar a comprender cabalmente un texto mal puntuado!; qu esfuerzo para hacerse con la posible articulacin de la frase!.

    Una persona culta no puede permitirse puntuar mal un escrito, y ese es uno de los sentidos que podemos asignar al ttulo de este libro, PERDN IMPOSIBLE. Sin embargo, cunto esfuerzo se dedica a ensear la puntuacin en el sistema escolar, comparado con el que se aplica a la ortografa de las letras? El resultado es que nuestros estudiantes apenas puntan, o lo hacen errticamente...

    La segunda razn por la que vale la pena reflexionar sobre la puntuacin es que sta (a diferencia de la ortografa de las palabras) no puede reducirse por completo a un conjunto de reglas. Puntuar un texto siempre tendr mucho de arte, de toma de decisiones con frecuencia sutiles, y en caso de duda no habr diccionario ni programa de ordenador que pueda darnos la solucin correcta. Pensemos que hoy en da los procesadores de textos ms usados ya informan al escritor descuidado de que ha escrito uelga o esdrujula. Pero ningn programa avisar de un prrafo mal puntuado... Y adems, como dice un experto, aunque pueda resultar inquietante, hay que acostumbrarse a la idea, ms bien realidad, de que hay contextos de puntuacin (prcticamente todos) que admiten no un solo signo, sino un variado conjunto de soluciones ortogrficas.

    Si no hay reglas tajantes: habr por lo menos una prctica literaria establecida de la puntuacin? Tampoco: el caos es ah absoluto: pocos creadores o intelectuales contemporneos muestran atisbos de una puntuacin coherente, y quienes los muestran estn lejos de coincidir entre s, en palabras de un agudo observador del tema. Hay una razn complementaria: hasta hace relativamente poco los autores de libros o de artculos para la prensa podan esperar que entre su texto y la versin pblica hubiera alguien que se encargara de la correccin, tanto de la ortografa como del estilo. Sin embargo, en muchos peridicos o editoriales de la actualidad el archivo de procesador de textos de un colaborador pasa sin ms controles a convertirse en un artculo o en un libro impreso. Por otra parte, en esta poca asistimos a la explosin de la autodifusin del texto: con frecuencia obras generadas por un particular o un profesional se divulgan inmediatamente en pginas web o en forma de boletn por correo electrnico. Estos textos tampoco pasarn por el filtro de un especialista en tipografa ni de un corrector, de modo que ms vale que estn bien hechos... Por todas estas razones, en estos tiempos conviene como nunca que se sepan utilizar los recursos que la lengua escrita pone a nuestro alcance.

    4

  • Adems, en un mundo dominado por la tecnologa electrnica de la escritura hay muchos usos de la puntuacin que nos impone o que nos da por defecto el medio que empleamos: el teclado, el programa de ordenador (o mejor dicho, su hoja de estilo o sus herramientas de autocorreccin y autoformato), o la arquitectura de las pginas web. Tenemos que conocer bien los procedimientos que han estado en uso en nuestra tradicin ortogrfica y tipogrfica porque es absurdo cambiarlos sin razn... Los hablantes de una lengua suelen crisparse profundamente cuando se les amenaza con cambiar la forma en que la escriben (la pasada reforma ortogrfica francesa y la actual alemana dan fe de ello); y sin embargo asumen con tranquilidad el cambio de usos que les imponen subrepticiamente los nuevos procedimientos tecnolgicos.

    Quines saben sobre puntuacin? Los estudiosos del lenguaje han venido prestando una atencin vacilante a este tema, de modo que durante siglos las personas que componan los libros, los tipgrafos y correctores, han sido quienes ms y ms profundamente han sabido sobre el tema. La Real Academia tuvo una gran influencia en la normalizacin de nuestros usos de puntuacin en el siglo XVIII, y ha incorporado a sus sucesivas Ortografas diversas reglas y consejos. Modernamente los Libros de estilo, orientados a los medios de comunicacin o de uso general, siempre han tenido apartados dedicados a la puntuacin. Y sin embargo he aqu un nuevo libro sobre el tema...

    Esta no es una obra que resuelva todas las posibles dudas de puntuacin: como he dicho, creo que algo as no puede sencillamente existir. Tampoco ha querido mostrar un resumen exhaustivo de contextos donde se usa cada signo: ya hay muy buena bibliografa que lo hace. Su intencin es ms bien acompaar al lector en una reflexin ilustrada sobre las funciones de la puntuacin, lo que incluye en algunos casos mostrar las zonas de indefinicin o las divergencias que existen entre los entendidos. Se ha concebido como un libro para lectores no especializados, es decir personas de las que no se espera ms formacin gramatical que (tiemblo al decirlo) la que se consigue en un bachillerato: se espera que el lector sepa qu es un sujeto, un verbo y un complemento, y poco ms...

    Pero la lengua escrita no es slo literatura. En este libro he querido reflejar, por supuesto, los muchos hallazgos expresivos que debemos a narradores, dramaturgos y poetas; pero tambin cmo funciona la prosa no literaria (cientfica o legal), los textos prcticos (recetas o manuales), los periodsticos e incluso las producciones de personas de poca cultura (en la calle o en la Web); los cmics y los textos publicitarios permitirn ver usos expresivos de la puntuacin; y por ltimo no he querido dejar de lado usos de textos manuscritos. Algunos de los ejemplos recogidos contienen usos extraos o aberrantes, pero tambin es interesante reflexionar sobre ellos. Por otra parte, aunque parto del espaol de Espaa, he utilizado numerosas muestras del espaol de Amrica. Tambin he intercalado algunas reflexiones sobre la traduccin de la puntuacin: una gran parte de nuestras publicaciones provienen de traducciones, y tenemos que pensar en lo que hacemos con los usos de otras lenguas... Por ltimo, he introducido ciertas notas de historia de la puntuacin porque pienso que (aunque sea de forma necesariamente esquemtica) conocer los complejos avatares de la formacin del sistema actual puede tener un efecto saludable para el lector.

    Este libro se desarrolla a lo largo de veintids captulos, tres de los cuales (de ttulo adecuadamente entre parntesis) se ofrecen como opcionales. El primer captulo es introductorio; a continuacin figuran ocho que se reparten los signos propiamente de puntuacin segn un orden ya tradicional (coma, punto y coma, dos puntos, punto, y puntos suspensivos), intercalando uno que agrupa los parntesis y las rayas; sigue un captulo, el 10 (sobre la puntuacin del Quijote), que el lector no interesado se puede saltar; los dos siguientes captulos analizan los signos de entonacin: la interrogacin y la admiracin, y los otros dos estn dedicados a las comillas; el captulo 15 (sobre la puntuacin en la traduccin) puede tambin dejar de lado el lector no interesado; los dos captulos siguientes analizan los signos internos de palabra: el guin y el apstrofo; los otros dos los signos menores o los usos menores de otros signos; el 20 y el 21 se dedican a la ausencia de la

    5

  • puntuacin y a la puntuacin aislada, y a continuacin otro, el 22 marcado asimismo como prescindible y dedicado a los signos en combinacin deja paso a la conclusin.

    He querido como es lgico en un libro de este alcance descargarlo en lo posible de estorbos, con lo que no tiene notas, y nicamente est dotado de una bibliografa somera. Sin embargo, y como es evidente, me he servido de muchas fuentes, tanto en el corpus de ejemplos que voy citando como en las obras que me han informado.

    Todas estas referencias estn recogidas en la pgina web que sirve de complemento a este libro http://perdonimposible.com (tambin se puede acceder desde http://jamillan.com/perdonimposible). Adems, en ella he incluido otras informaciones, notas y documentacin grfica.

    Durante los primeros meses de vida de este libro, un concurso en la misma web permitir que el lector mida sus conocimientos sobre la puntuacin con textos de escritores notables.

    6

  • 1LA CARTA ASESINA

    Cuando era pequeo (hace algo menos de medio siglo), una gran parte de las enseanzas que se nos transmitan estaba apoyada por cuentos, ancdotas o chascarrillos, que tenan la ventaja de fijarse fuertemente en nuestra memoria. Entre ellas destaca todava en mi recuerdo la siguiente:

    En el pueblo de V* * * se recibi una carta, acontecimiento extrao y poco frecuente. En seguida fue entregada a su destinatario, quien empez a leerla para s, rodeado por el crculo atento de sus paisanos, situados a una distancia respetuosa para no or sus palabras. De pronto, el lector cay al suelo, como fulminado por un rayo.

    Est muerto! dijo uno.

    Qu horrible mensaje contendra la carta? Inmediatamente un pariente se acerc, recogi la carta del suelo y comenz a mover los labios en la lectura. Al cabo de pocos minutos caa tambin muerto al suelo! Igual suerte corri un tercero que intent el arriesgado experimento...

    Un momento, un momento! exclam el aguacil Tenemos que aclarar este misterio: yo empezar a leer la carta, y en cuanto lleve un minuto t dijo sealando a su ayudante me la quitas de las manos.

    En efecto: comenz el aguacil la lectura, y su semblante se fue demudando a medida que avanzaba, hasta que le arrebataron el papel de las manos.

    Qu pasaba?, qu pasaba? preguntaron todos.

    Horrible, espantoso jade el aguacil, y sigui con voz entrecortada: la carta no tena puntos ni comas!

    Con toda su carga de exageracin, este chascarrillo nos recuerda una de las funciones de la puntuacin: crear pausas en la lectura. Aunque llevamos siglos sumergidos en una cultura de la palabra escrita, la lengua comenz siendo algo oral, materia hablada, y la cadena de sonidos que la constituye necesita interrupciones que por una parte permiten respirar al hablante y por otra van dotando de sentido, de ritmo y hasta de msica al texto.

    Pero no es eso todo: hace casi exactamente quinientos aos Antonio de Nebrija (que escribi la primera gramtica del castellano) se expresaba as:

    Lo mismo que en la lengua hablada es necesario realizar ciertas pausas distintivas, para que el oyente perciba las distintas partes de la frase y para que el locutor, una vez recuperado el aliento, hable con mayor energa, as, en la escritura, hemos de hacer lo mismo para resolver ambigedades, por medio de los signos de puntuacin.

    Nos surge aqu una segunda razn para la puntuacin: hacer que pasajes que admitiran distintas lecturas (pensemos en las posibilidades del ejemplo de Perdn imposible) se decanten hacia una de ellas. Como muchas decisiones en el uso de sus signos, esta funcin exige que quien escribe se ponga al mismo tiempo en el papel del que lee.

    Es muy probable que, fuera del mbito de lo literario, mucha gente (tanto quienes escriben como los lectores) no preste atencin a los aspectos rtmicos de un texto. Se podra pensar que el texto de una ley o el del prospecto de un medicamento pueden prescindir de una elaboracin rtmica (aunque estoy convencido de que siempre quedaran mejor si se atendiera tambin a ese aspecto). Pero hay un terreno en el que el ritmo es absolutamente vital, y se es el de la poesa. As se quejaba Luis Cernuda a un amigo, hablando de la publicacin de su obra:

    Me disgust mucho que me corrigiera [...] la puntuacin de todos los poemas, alterndolos tanto de sentido como de ritmo.

    La puntuacin, como bien vea el autor de Ocnos, es el armazn que sustenta los dos edificios: el de la lgica y el de la msica. Porque las pausas de una oracin tambin tienen influencia sobre su curva meldica. Veamos este ejemplo de un clsico manual de fontica:

    7

  • Busqu el sombrero, | met por l la mano cerrada para desarrugarlo, | me lo puse | y sal.

    Las lneas verticales (llamadas plecas) marcan las clusulas o unidades menores de la oracin. El tono asciende y desciende en cada clusula, pero se eleva antes de la ltima, para luego descender ms:

    Adems debemos a la puntuacin el conocimiento de lo que podramos llamar la macroestructura del texto: su divisin en prrafos, y dentro de los prrafos en oraciones. Sabemos a travs de ella qu ideas el autor consider que poda unir (porque eran similares, o por la relacin que mantenan entre s) y cules quiso dejar aisladas. La puntuacin transmite as la estructura lgica del texto.

    La puntuacin tambin nos ayuda a saber cul es la postura del autor ante lo que dice: si expresa algo con irona o con escndalo, con temor, ansiedad o duda, con vacilacin, como splica o con sorpresa, con pudor, con reticencia o con nimo de ofender, si habla por s mismo o si reproduce las palabras de otro... El problema es que la lengua escrita no tiene recursos suficientes para recoger con un signo distinto cada uno de estos matices, ni tampoco abarca todo el amplsimo abanico de emociones y sentimientos humanos. Como dice un buen experto en el tema, Jos Martnez de Sousa: Por ejemplo, en esos casos en que decimos: "Lo ha dicho con recochineo". [...] Cmo se manifiesta el recochineo en lo escrito?. Este es un terreno en el que ni siquiera los ms furiosos experimentalistas del lenguaje han osado entrar. Hablando de cmo los poetas de vanguardia abolieron la puntuacin (lo veremos en el captulo 20), Borges coment: Hubiera sido ms encantador el ensayo de nuevos signos: signos de indecisin, de conmiseracin, de ternura, signos de valor psicolgico o musical.

    Recapitulemos: desambiguacin de expresiones equvocas, significacin, ritmo y meloda de la frase, estructura lgica del discurso, emociones e intenciones del autor... e incluso la respiracin! Son muchas las cosas que dependen de la puntuacin, y por otra parte el sistema actual es el fruto de una evolucin histrica compleja. El resultado final se parece mucho al bricolage: el escritor (igual que el ciudadano que escribe una carta), est forzado a hacer lo que pueda con las limitadas y a veces anticuadas herramientas que tiene a mano...

    La puntuacin se ha construido a lo largo de la historia de la escritura. Compare el lector los dos textos que se ofrecen enfrentados en las Figs. 1 y 2. Intente leer primero el recuadro de la izquierda sin pronunciar sus palabras. Cuando fracase, pruebe de nuevo, esta vez en voz alta.

    Para muchos efectos, el lector de la Fig. 1 se encontrar en la misma situacin que exista en Grecia o en ciertos momentos de Roma. Supongamos que usted es una noble romana, y que, por supuesto, no sabe leer. Pero tiene un esclavo, un joven hispano o tracio, que le ha costado un ojo de la cara por su conocimiento de las letras, y le pide que lea unos poemas para alivio de su insomnio. El joven empieza a leer, pero ay!: mecnicamente, sin saber realmente lo que dice el texto, y por tanto sin distinguir siempre dnde empieza o acaba una palabra. En el Satiricn de Petronio, el rico Trimalcin besa a un muchacho no porque sea guapo, sino porque es excelente: sabe dividir por diez, lee a simple vista. Un momento: Petronio dice que el chico lee a simple vista, pero de qu otra manera se podra leer? La verdad es que descifrar un texto en escritura continua (sin blancos entre palabras, ni puntuacin) exiga en Roma una preparacin que se aprenda del profesor de gramtica, y el portentoso muchacho de Trimalcin poda leer sin esta tarea previa!

    8

  • ENELPRINCIPIODELAESCRITURATODASLASPALABRASSEPONIANJUNTASSINESPACIOSENBLANCOENTREELLASYCONFRECUENCIAENMAYUSCULASPORSUPUESTOTAMPOCOHABIAACENTOSLASFRASESADEMASEMPEZABANYTERMINABANSINNINGUNAINDICACIONYLOMISMOLOSPARRAFOSLAESCRITURAERAUNCHORRODELETRASQUELLENABATODOSLOSEESPACIOSDISPONIBLESYELTEXTOUNOCEANOESPESODEPALABRASHABIAQUELEERLOSSIGNOSENVOZALTAPARAEXTRAERELSENTIDOPEROHACERLOEXIGIAUNNOTABLECONJUNTODECONOCIMIENTOSENUNMOMENTODADOSEEMPEZARONASEPARARLASPALABRASYLASFRASESAPARECIERONUNANUBEDEPEQUEOSSIGNOSQUESEALABANAQUIYALLADONDEHABAQUEHACERLASPAUSASMENORESDONDETERMINABANLOSFRAGMENTOSCONSENTIDOCOMPLETOYDONDEDESECERRABAUNARGUMENTOLOSLECTORESINCLUSOLOSMENOSAVEZADOSPUDIERONDEESTAMANERAACCEDERALOSTEXTOS

    Fig. 1: Un texto en escritura continua. Fig. 2: El mismo texto de la fig. 1 con separacin de palabras, puntuacin y maysculas.

    Hoy en da an podemos asistir a una prctica similar: el msico que accede a una partitura nueva raramente podr tocarla de inmediato; deber revisarla y suplir con sus anotaciones

    9

    En el principio de la escritura todas las palabras se ponan juntas, sin espacios en blanco entre ellas y con frecuencia en maysculas; por supuesto, tampoco haba acentos. Las frases adems empezaban y terminaban sin ninguna indicacin y lo mismo los prrafos. La escritura era un chorro de letras que llenaba todos los espacios disponibles y el texto un ocano espeso de palabras.

    Haba que leer los signos en voz alta para extraer el sentido, pero hacerlo exiga un notable conjunto de conocimientos.

    En un momento dado se empezaron a separar las palabras y las frases. Aparecieron una nube de pequeos signos que sealaban aqu y all dnde haba que hacer las pausas menores, dnde terminaban los fragmentos con sentido completo, y dnde se cerraba un argumento. Los lectores incluso los menos avezados pudieron de esta manera acceder a los textos.

  • particulares los numerosos aspectos de ejecucin a donde no llega la notacin musical. En las marcas del grammaticus latino (que unan o separaban palabras, o indicaban las pausas), quizs adaptadas de los griegos, encontramos el origen de nuestros signos de puntuacin, hacia los siglos II o IV de nuestra era.

    La situacin en la Baja Edad Media no era mejor. Suponga que usted es un clrigo medieval, y tiene que leer en el plpito un texto escrito sin divisiones. Quizs lo ms recomendable sera, despus de dos o tres lecturas que le hicieran suponer que lo entenda completamente, anotar sobre el pergamino los lugares en que se cerraba una idea, en que haba una pausa, etc. Esta puntuacin privada le servira para leer el texto en pblico sin vacilacin, o para entenderlo ms fcilmente cuando volviera sobre l...

    Mientras tanto se haba ido fraguando toda una revolucin: frente a la lectura en voz alta, que era la nica existente, apareca la lectura silenciosa o interior. Es bien conocido el pasaje de las Confesiones de San Agustn (siglo IV de N.E.) que relata la sorpresa que le produjo ver a san Ambrosio leyendo en soledad... en completo silencio! A partir de cierto momento (difcil de determinar) empezaron a aparecer obras que nacan como texto escrito para ser consumidas en el texto escrito, sin pasar jams por la voz... Pero hoy en da y salvando las obras de teatro, los guiones cinematogrficos y algunas poesas, stas son la inmensa mayora.

    El gran cambio en la puntuacin es inseparable de la revolucin de la escritura, y se puede fechar con bastante exactitud en los siglos VIII-IX cuando Carlomagno (el emperador francs cuyos territorios se extendan desde el norte de la actual Catalua hasta Centroeuropa) pidi a sus sabios que creasen una escritura ms comprensible que la que estaba en uso. El resultado, la cursiva carolingia, se inspir en escrituras preexistentes, pero lo importante es que se impuso a lo largo de todo su Imperio (que es tanto como decir que en toda la Europa occidental), y en Espaa acab desplazando a la letra local, o visigtica. La nueva cursiva se pareca sorprendentemente a la letra manuscrita actual: separaba palabras, permita distinguir bien unas letras de otras, y adems incorporaba los primeros signos de puntuacin y recursos que hoy ni percibimos de puro naturales, como poner en mayscula la primera letra de las oraciones tras el punto.

    El segundo impulso para el enriquecimiento de la puntuacin vino en el Renacimiento italiano, cuando los humanistas instauraron un sistema de escritura manuscrita fcilmente legible. Sus aportaciones fueron asimiladas y multiplicadas por una invencin coetnea que fue el autntico factor de extensin y uniformizacin de los escritos: la imprenta. El italiano Aldo Manuzio (1450-1515), el mejor de los impresores de la poca equivalentes casi a los editores actuales, fue el instaurador de un modelo de libro que de hecho es el que se ha mantenido hasta nuestros das. Debemos al taller veneciano de Manuzio la aparicin de la letra cursiva, ms fcilmente legible que la gtica que se vena usando en imprenta (y que se bas en la letra humanista manuscrita). Pero tambin aport una puesta en pgina equilibrada, con un sabio uso de los espacios en blanco en los mrgenes, e incluso un formato nuevo: el libro de bolsillo. Su emblema fue el ancla y el delfn luego utilizado repetidamente y el lema festina lente: 'apresrate despacio', autntica clave del trabajo editorial (y de muchos otros).

    La imprenta ayud a extender y uniformizar el uso de los signos de puntuacin, aunque durante siglos hubo usos muy diferentes, con variantes en distintos pases. Para el espaol el impulso unificador vino de la Real Academia, que en 1742 inclua el embrin de los usos modernos en su Ortographa (por cierto, la puntuacin se ha considerado tradicionalmente parte de la ortografa, aunque en el sentir popular, ortografa es lo que tiene que ver con las letras: bes, uves, acentos, maysculas..., mientras que la puntuacin se ocupara de los signos: ,;(:...) Pero hasta mediados del siglo XIX no podemos encontrar un sistema de puntuacin estable.

    10

  • 2MARAVILLOSA COMA!

    La palabra coma proviene del griego comma, que significa 'trozo, corte', y en efecto: la coma representa el menor corte, la pausa ms pequea que se marca dentro de un enunciado. Tiene la forma de un rasguillo curvo, segn lo defina hace un siglo una ortografa para nios. Con su forma y su funcin moderna ya estaba en uso a mediados del siglo XVI.

    Una de sus utilidades es unir oraciones o partes de una oracin que tienen la misma funcin, como en estos ejemplos de Baraja y Alberti:

    Dolorcitas y yo jugbamos como chicos, recorramos la casa, subamos a la azotea, bamos al miramar.

    Fue un gran ao aquel 1927! Variado, fecundo, feliz, divertido, contradictorio.

    Puede suceder que el ltimo trmino de una enumeracin vaya unido por la conjuncin y, y en ese caso no lleva coma, como en esta frase de una web guatemalteca, que contiene dos enumeraciones, una dentro de otra:

    Realizamos un acto cvico en la Municipalidad, compartimos un suculento almuerzo y despus nos entregamos a cortar peras, manzanas y ciruelas.

    Fijmonos en que a pocas palabras de distancia la coma est funcionando a dos niveles muy distintos: uniendo oraciones (realizamos... y compartimos...), y uniendo complementos directos dentro de la ltima oracin (peras y manzanas). Puede parecer extrao decir que la coma une, pero es as: si suprimiramos los miembros que llevan la conjuncin lo ms normal sera que las comas se transformaran en y:

    Realizamos un acto cvico en la Municipalidad y compartimos un suculento almuerzo. Despus nos entregamos a cortar peras y manzanas.

    Pero en realidad lo que decide el significado de la coma es la preposicin que est al final de la enumeracin: el siguiente artculo del Cdigo Penal castiga la fabricacin o tenencia de materiales o de instrumentos o de sustancias..., porque la conjuncin o cierra la enumeracin.

    La fabricacin o tenencia de tiles, materiales, instrumentos, sustancias, mquinas, programas de ordenador o aparatos, especficamente destinados a la comisin de los delitos descritos en los captulos anteriores, se castigarn con la pena sealada en cada caso para los autores.

    Por otra parte, por qu se ha puesto una coma tras aparatos? Tal vez para que no haya ninguna duda de que la frase especficamente [...] anteriores se refiere a todos los miembros de la lista, desde los tiles hasta los aparatos (y no slo a estos ltimos). La prosa legal no debe dejar margen para la ambigedad, aunque a veces lo consiga mediante la sobrepuntuacin.

    Sin motivo, no hay por qu poner una coma antes de la conjuncin y u o de una enumeracin. Ponerla antes de y era frecuente en la poca de Cervantes lo veremos en el captulo 10, aunque hoy no se usa (en ingls, en cambio, es muy frecuente verla, de modo que los traductores deben estar alerta). Sin embargo hay casos en los que indica la adicin de nuevas circunstancias cada una de las cuales refuerza la impresin inicial, como este ejemplo de Miguel Mihura (en el que sin embargo me sobra la segunda coma, tras nios):

    Pero el nio seguir llorando desconsoladamente, con ese terrible llanto de los nios, que no parece circunstancial, sino definitivo: un llanto que les seguir ya siempre, aun cuando tengan setenta aos, y sean ya viejos, y tengan barbas y bigotes, y ocupen un cargo de gran director en una oficina.

    La coma que puede asegurarse con alta probabilidad que es innecesaria es la que separa el sujeto y el verbo de una oracin. Veamos esta declaracin cubana:

    Todos los hombres, merecen un trato social sin discriminacin alguna;

    11

  • Esta coma tras el sujeto no hace ninguna falta (salvo cuando se inserta algn tipo de aclaracin o complemento, como sera Todos los hombres, jvenes o viejos, merecen...). Sin embargo, se la encuentra con cierta frecuencia en escritos de personas poco cultas. Hay quien ha justificado la necesidad de usarla cuando el sujeto es extenso, porque la frase es larga, y es menester poder respirar, como en este ejemplo de un tratado de hace medio siglo:

    Las telas catalanas tejidas con esmero en Sabadell, son muy buenas

    La verdad es que esta frase es larga, y que puestos a hacer una pausa para respirar uno lo hace con ms tranquilidad entre dos elementos funcionalmente independientes (sujeto y verbo) que entre un nombre y su adjetivo (como entre telas y catalanas), pero tambin es cierto que la puntuacin no refleja necesariamente todas las pausas habladas: lo veremos en el siguiente captulo.

    Las comas tambin pueden aislar un complemento en el seno de la frase, como en este caso de las memorias de Alberti en las que se cuenta cmo Larca le present a Dal:

    Federico, en una de mis espaciadas visitas otoales, me lo present.

    Si la frase siguiera el orden normal no haran falta comas: Federico me lo present en una de mis espaciadas visitas otoales.

    La coma se ha convertido en el representante de la menor porcin de un escrito, en frases hechas como no tocar ni una coma:

    El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, ha dicho [...] que el actual Gobierno no cambiar ni una coma de la Ley del Deporte en lo que se refiere a la exclusividad de las selecciones espaolas para representar al Estado internacionalmente.

    Este signo suele tambin usarse para ejemplificar las consecuencias que puede acarrear aun el menor de los cambios (ya hemos visto en el Prlogo el caso atribuido a Carlos V). En las letras espaolas hay un ejemplo famoso al final de Los intereses creados de Jacinto Benavente:

    CRISPN. Y ahora, doctor, ese proceso, habr tierra bastante en la tierra para echarle encima?

    DOCTOR. Mi previsin se anticipa a todo. Bastar con puntuar debidamente algn concepto... Ved aqu: donde dice... Y resultando que si no declar... Basta una coma y dice: Y resultando que s, no declar... Y aqu: Y resultando que no, debe condenrsele..., fuera la coma y dice: Y resultando que no debe condenrsele...

    CRISPN. Oh, admirable coma! Maravillosa coma! Genio de la Justicia! Orculo de la Ley! Monstruo de la Jurisprudencia!

    El descuido o la oficiosidad de los correctores pueden provocar ms de un problema. Recojo el siguiente caso del periodista Nstor Lujn, que en 1984 escriba en La Vanguardia a propsito de las devastaciones de la Revolucin Francesa:

    En una zona de la Vende tan slo, el 40 por 100 de la poblacin fue asesinada y el 52 por 100 de la riqueza se destruy.

    y aqu est el texto tal y como fue publicado: En una zona de la Vende, tan slo el 40 por 100 de la poblacin fue asesinada y el 52 por 100 de la riqueza se destruy.

    El corrimiento de la coma convirti al bueno de Lujn en un adalid de la violencia revolucionaria!

    Y hay un ejemplo famoso que puede indicar las consecuencias incluso teolgicas que puede tener la puntuacin: se trata de la interpretacin del pasaje evanglico de Lucas, 23, 43. Las palabras de Jess al buen ladrn se traduciran literalmente as:

    Verdaderamente te digo hoy conmigo estars en el paraso.

    12

  • En la escritura de la poca no haba, claro est, signos de puntuacin, con lo que cabe una ambigedad de interpretacin. La puntuacin del texto se encarga de resolver el sentido, para los catlicos: Verdaderamente te digo, hoy estars conmigo en el paraso, y para algunos protestantes: Verdaderamente te digo hoy, estars conmigo en el paraso.

    La diferencia tiene profundas consecuencias doctrinales sobre el cielo y el purgatorio (a las que no podemos ni asomarnos), pero para nuestros fines baste notar que se trata de una ambigedad resuelta mediante la puntuacin: en las traducciones que hemos manejado se trata de una coma, aunque en otras se resuelve con los dos puntos, o incluso sin puntuacin, con una oracin subordinada:

    De cierto te digo que hoy estars conmigo en el paraso.

    De cierto te digo hoy que estars conmigo en el paraso.

    S: no olvidemos que la puntuacin es slo una de las formas en que se puede dar cuenta de la estructura de una oracin...

    13

  • 3ALEGRES, DIVERSAS, MLTIPLES

    La coma es el signo de puntuacin de uso ms arbitrario. Representa una pausa del lenguaje hablado en que no se suspende totalmente la voz, entre partes del discurso relacionadas no slo ideolgica, sino tambin gramaticalmente. Ahora bien: ni todas las pausas con que se modula el lenguaje hablado se transcriben en el escrito, ni todas las pausas que se representan con comas, obedeciendo a las reglas del uso de este signo, se hacen siempre en el lenguaje hablado. [...] En general, es de recomendar que, antes de sembrar de comas un periodo, se pruebe a leerlo sin alguna de las que primero se le ha ocurrido poner al escritor.

    Estas palabras son de Mara Moliner, la autora del famoso Diccionario de uso del espaol, y ponen el dedo en la llaga. Ya un clsico Manual de pronunciacin espaola recordaba que hay comas, como las que se escriben, por ejemplo, en frases como S, seor y No, seor, que de ordinario no producen en la pronunciacin pausa ni divisin alguna. Pero por otra parte retengamos el consejo final: que quien escribe lea (en voz alta) el pasaje, desprovisto de ciertas comas, para ver si son realmente necesarias.

    El escritor cubano Guillermo Cabrera Infante dedic su libro Exorcismos de esti(l)o: a las comas, alegres, diversas, mltiples, minuciosas, salvadoras pero modestas, a todas las comas como comas bajas y altas [...]

    En este captulo seguiremos explorando su diversidad. Por ejemplo, una coma muy curiosa es la que sustituye a un verbo; se da en estructuras en paralelo en las que no quiere repetirse en la segunda parte. El puesto del verbo suprimido lo ocupa una coma en este fragmento de Jorge Martnez Reverte:

    El canal en la zona republicana est seco, para permitir el paso de vehculos. En la nacional, lleno, para servir de parapeto en caso de asalto.

    Fijmonos en que en la segunda oracin se ha suprimido el sujeto (el canal) y el sustantivo del complemento (en la zona nacional); ambas supresiones son fcilmente suplibles, con lo que no hay que marcarlas. Pero cuando se quita el verbo (est) es forzoso colocar en su lugar una coma. Aparte de ser un indicador de que algo se ha suprimido, la coma marca el lugar en el que cuando la frase se pronuncia en voz alta se eleva ligeramente el tono y se hace una pequea pausa.

    Observemos que las dos oraciones estn separadas por un punto y seguido, pero igualmente podran haberlo estado por un punto y coma: es una pura opcin estilstica. Porque, por cierto, el cuidado del estilo puede estar presente incluso en un volumen de historia militar...

    Ya hemos visto que una oracin con el orden normal de sujeto, verbo y complemento habitualmente no requiere puntuacin:

    El maestro peg al estudiante con una vara.

    Cuando sta aparece puede ser por el deseo de sealar un matiz especial. As en este ejemplo: El maestro peg al estudiante, con una vara.

    La primera oracin es simplemente descriptiva. La segunda indica que a la agresin se aade el ultraje. Pronunciada en voz alta, la segunda frase mostrara una pausa que, por inhabitual (antes de un complemento) indicara que lo que sigue tiene una importancia especial.

    Hay otro tipo de comas, especficas de la lengua escrita, que se colocan para clarificar la estructura sintctica. Hace poco me descubr puntuando as un email para invitar a un encuentro:

    Hagamos algo hoy, o el mircoles o el jueves a medioda.

    14

  • La coma se coloca para agrupar mircoles y jueves, de modo que la precisin a medioda se aplique tambin al primero. Comprese con la ambigedad de:

    Hagamos algo hoy o el mircoles o el jueves a medioda. En otros casos la puntuacin se adelanta a una posible mala interpretacin. Veamos este caso

    del prlogo a una antologa potica: Por poner un solo ejemplo, Diego Hurtado de Mendoza sobrevivi casi cuarenta aos a Boscn y a Garcilaso, y la evolucin de su obra se comprende mejor con la proximidad de otros acompaantes.

    La primera coma, tras ejemplo, es del tipo obligado cuando una frase empieza por un complemento. La segunda podra ser una coma prescindible son dos oraciones unidas por la conjuncin y, pero aqu se corre el riesgo de que el lector interprete la conjuncin como aadiendo un miembro ms a la relacin: sobrevivi a Boscn ya Garcilaso y.... La puntuacin impide que el lector haga una hiptesis que luego resulta fallida. Recordemos: puntuar es adelantarse al que va a leer.

    La coma es imprescindible cuando se repite alguna palabra, como en esta carta de Lezama Lima:

    Se cumplieron, caro amigo, las ms cmodas profecas: no, no ir por ahora a Espaa.

    O esta noticia de una web: Se inventa de todo... pero todo, todo.

    A la coma normalmente le sigue un espacio (como al punto, al punto y coma, a los dos puntos y a los puntos suspensivos) Y a continuacin figuran otras palabras; pero hay un par de casos en que no ocurre as. La coma y aparte se puede utilizar en listas, como en esta receta:

    Guarnicin:

    menta fresca,

    naranja a gajos,

    azcar (para marcar la naranja),

    meln a dados,

    fruta de la pasin,

    grosellas,

    lichis.

    Como vemos, la lista mantiene la puntuacin que tendra el texto seguido; tradicionalmente la norma era utilizar para estas enumeraciones siempre el punto y coma, pero hoy esa prctica se sigue poco. Hoy tambin es muy frecuente encontrar listas sin ninguna puntuacin (ms que el boliche que marca cada lnea: vase el captulo 17). Otro uso de la coma y aparte se da en instancias y otros textos legales, como este ejemplo del BOE (donde, por cierto, para m sobra la primera coma):

    Por cuanto el da 3 de diciembre de 1996, el Plenipotenciario de Espaa, nombrado en buena y debida forma al efecto, firm en Nueva York el Acuerdo sobre la aplicacin de las Disposiciones de la Convencin de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 10 de diciembre de 1982 relativas a la conservacin y ordenacin de las poblaciones de peces transzonales y las poblaciones de peces altamente migratorios, hecho en Nueva York el 4 de agosto de 1995,

    Vistos y examinados el Prembulo, los cincuenta artculos y los cuatro Anexos (I,II,B,C) de dicho Acuerdo,

    Concedida por las Cortes Generales la autorizacin prevista en el artculo 94.1 de la Constitucin,

    15

  • Reparemos en que estos nuevos prrafos empiezan por mayscula, a pesar de ir tras coma; tambin es un uso frecuente en la prosa legal.

    En general, y en caso de duda, es mejor un texto con pocas comas que otro con abundancia de ellas. Sin embargo, uno puede encontrarse obras de especial densidad en las que se agradece que el autor vaya balizando su pensamiento con signos de puntuacin. ste es el caso de un texto de Juan Jos Saer:

    De esa manera, y tal como aparece en muchos textos de Freud, la construccin narrativa del psicoanlisis presenta, en relacin con la narracin en general, una particularidad reductora: la de pretender que existe un conflicto preciso, una intriga significante que se deber resolver, lo que equivale a decir que, en ciertas circunstancias, hay anlisis terminable.

    Las comas que enmarcan en relacin con la narracin en general y en ciertas circunstancias podran haberse suprimido sin problemas en un texto narrativo, pero aqu recalcan la estructura lgica del prrafo.

    Cuando alguna persona poco culta quiere hacer alarde de puntuacin, las comas suelen ser las primeras en sufrir... por exceso. Es lo que Mara Moliner llamaba lo hemos visto sembrar de comas un texto. Hace aos tuve la ocasin de escuchar cmo un viejo tipgrafo deca de un autor: Parece que ha cogido un puado de comas y las ha tirado encima (naturalmente, estaba pensando en la poca en que el texto se compona a mano, cogiendo uno a uno los tipos de la caja). se es el caso de este anuncio, en el que una sintaxis realmente extraa se complementa con un uso intensivo y errneo de la puntuacin:

    Hablo a los hombres todos en esta carta de Paz, detenindome en los que tienen poder temporal, dentro del cual, deben saber construir la Paz: a los que digo que, en m, est darles todo el entendimiento que se requiere, lo ofrezco, sin pedir nada a cambio.

    Cerraremos este captulo con otra reflexin de Mara Moliner: en cuanto al uso de la coma, hay muchas diferencias entre los escritores escrupulosos en ese punto y los ms despreocupados. Esta advertencia se podra hacer con toda la puntuacin, pero llegados aqu nos encontramos con un problema curioso: dado un determinado escritor que nos seduce (o al contrario: que nos repugna) por su uso de los signos, cmo sabremos si ello se debe al autor o a la intermediacin editorial (composicin, correccin...)? La respuesta es que con frecuencia no podremos saberlo.

    Quejndose de no recordar haber ledo ningn libro, latino ni castellano, que estuviera perfectamente puntuado, el autor de un tratado del siglo XVII deca as:

    Y aunque se ve bien claro que la mayor culpa de ellos [los errores] est en los Impresores, no s cunta disculpa pueden tener los autores de los libros, que no se los dan tan bien puntuados en el original que no les den ocasin y lugar a que no echen muchos yerros en esto; que no me parece a m que habr impresor tan ignorante que si le dan un papel con buena puntuacin, no sepa seguirla razonablemente siquiera: y as la culpa viene a repartirse entre los escritores y los impresores, y la pena viene a ser entera de cada uno de los que no hallan la perfeccin que desean.

    As que podemos comprender la solucin que tomaron los autores ms cuidadosos: controlar los detalles de la publicacin de su obra (a veces a travs de ediciones y reediciones como fue el caso de Borges). El precursor de todos ellos, que lleg al extremo de vigilar sus obras al pie de la prensa de imprimir, fue Erasmo de Rotterdam en la imprenta de su amigo Manuzio. Pero sa es otra historia...

    16

  • 4PUNTO Y COMA

    Se atribuye al taller de Aldo Manuzio (a quien hemos conocido en el captulo 1) la aparicin de este signo en la imprenta. En realidad el punto y coma ya haba aparecido en manuscritos visigticos, dentro de la orga de variantes del punto que desarrollaron. Como los impresores espaoles compraban sus letreras o conjuntos de signos a los fabricantes europeos, innovaciones como el punto y coma se fueron difundiendo por la pennsula, donde lo vemos activo ya en el siglo XVI, aunque con uso escaso.

    Normalmente se dice que la pausa del punto y coma es menor que la del punto, aunque mayor que la de la coma, pero (como muchas de las afirmaciones generales sobre puntuacin) debe ser matizada. En el siguiente ejemplo de Po Baroja el lector puede optar por hacer una pausa mnima.

    Tengo que hablar de m mismo; en unas memorias es inevitable.

    Aqu el punto y coma se ha utilizado para unir dos oraciones que, aun siendo independientes, conservan una cierta relacin. Una coma habra resultado claramente insuficiente, mientras que usar un punto y seguido habra sido excesivo (salvo que se quisiera crear un estilo entrecortado, sincopado, como veremos en el captulo 6).

    Otra funcin del punto y coma es introducir una aclaracin o una explicacin, y en ese caso bien podra sustituirse por los dos puntos; lo vemos en un artculo tcnico:

    Pues bien, este dispositivo tuvo una vigencia muy corta; lleg al mercado a finales de los 70 y nos sirvi a algunos durante un tiempo.

    El punto y coma se emplea cuando en el interior de una estructura para la que normalmente se usaran comas se introducen otros elementos que tambin las usan: en ese caso las primeras se deben transformar en punto y coma. Para ver cmo funciona haremos un experimento: partiremos de tres oraciones separadas por comas (I) y les iremos aadiendo detalles. En el estadio II introduciremos elementos con comas en cada una de las oraciones y eso obligar a separarlas con punto y coma. En el estadio III continuaremos aadiendo elementos y eso aconsejar separar las oraciones con punto y seguido (el punto y coma aflorar para alguna cuestin suplementaria de claridad interna, como ante la adversativa con pero). Destacamos la puntuacin ms pertinente:

    I Vino Juan, subi la fruta, le pagu.

    II Vino Juan por la maana, apenas haba amanecido; subi la fruta: peras, manzanas, uvas y una gran sanda; le pagu, como siempre, al contado.

    III Vino Juan por la maana, apenas haba amanecido, a pesar de que sabe de sobra que me acuesto tardsimo y no me gusta madrugar. Subi la fruta lentamente, golpeando cada escaln con su pierna mala: peras, manzanas, uvas y una gran sanda; pero no tena o no quiso traerme pimientos de su huerta. Le pagu, como siempre, al contado, a pesar de sus protestas de que se lo dejara a deber.

    En realidad (y con el punto y coma esto se ve especialmente bien), cuando uno crea un texto no va puntuando automticamente, sino que est inmerso en todo un proceso, que puede implicar vueltas atrs y rectificacin de las puntuaciones anteriores en funcin de la evolucin que van tomando las oraciones.

    El siguiente ejemplo de Azorn representa una oracin de nivel II: Yo estoy en mi cuarto; el cuarto es diminuto; tiene tres o cuatro pasos en cuadro; hay en l una mesa pequea, un lavabo, una cmoda, una cama.

    Sin embargo (casi cada vez que enunciemos una regla de puntuacin habremos de hacer una salvedad) un escritor puede optar, por motivos rtmicos e incluso visuales, por resolver una sucesin semejante nicamente con comas. Ese es el caso de una bien conocida enumeracin del cuento El

    17

  • Aleph de Borges, que se alarga a travs de treinta y ocho frases encabezadas por vi. He aqu un extracto:

    Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de Amrica, vi una plateada telaraa en el centro de una negra pirmide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutndose en m como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflej, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que hace treinta aos vi en el zagun de una casa en Fray Bentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidar, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cncer en el pecho, vi un crculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un rbol, vi una quinta de Adrogu, un ejemplar de la primera versin inglesa de Plinio, la de Philemon Holland [...] , vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, y en la tierra otra vez el Aleph y en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vsceras, vi tu cara, y sent vrtigo y llor, porque mis ojos haban visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningn hombre ha mirado: el inconcebible universo.

    La ortodoxia de puntuacin habra exigido separar los miembros principales por punto y coma, relegando las divisiones internas a la coma. As sera el texto de Borges corregido segn ese criterio (he destacado la puntuacin para mayor claridad):

    Vi el populoso mar; vi el alba y la tarde; vi las muchedumbres de Amrica; vi una plateada telaraa en el centro de una negra pirmide; vi un laberinto roto (era Londres); [...] vi en Inverness a una mujer que no olvidar; vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo; vi un cncer en el pecho; vi un crculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un rbol; vi una quinta de Adrogu; un ejemplar de la primera versin inglesa de Plinio, la de Philemon Holland; [...]

    Est claro cul fue la intencin que gui a Borges (y aqu podemos saber, gracias al manuscrito del cuento, que fue l y no su corrector o su editor: ya veremos en el captulo 10!). El aluvin de imgenes que su protagonista percibe en ese punto llamado Aleph queda muy bien reflejado a travs de un flujo de breves descripciones separadas por la mnima intervencin posible, que es la coma: Lo que vieron mis ojos fue simultneo: lo que transcribir, sucesivo, porque el lenguaje lo es.

    Pueden encontrarse aunque no son frecuentes ejemplos de enumeraciones sin divisiones internas construidas exclusivamente con punto y coma, como este caso de Bioy Casares:

    Rem exasperadamente, llegu a la isla (con una brjula que no entiendo; sin orientacin; sin sombrero; enfermo; con alucinaciones).

    La verdad es que el punto y coma es el gran olvidado de los signos de puntuacin. Uno puede recorrer gran parte de la produccin escrita contempornea (y no slo la ms informal) sin encontrarlo. Por ejemplo: esta receta ha resuelto en una serie de puntos y seguido oraciones que poda haber unido con punto y coma:

    Para hacer la sopa de meln, poner los trozos de meln en un bol y triturarlos. A continuacin, aadir el zumo de limn y un poquito de jarabe neutro y volver a batirlo. Despus escaldar la menta en agua hirviendo, parar la coccin en agua con hielo y aadido a la sopa de meln.

    Parece que tena razn el tratadista que en poca de la introduccin de este signo en Espaa opinaba que: sta es mucha particularidad y menudencia para escritura castellana...

    Pero una de las habilidades de un escritor es modular un pasaje a travs de todos los recursos con que puede contar: la ausencia de puntuacin, la coma y el punto y coma. Pocos autores han creado pasajes tan simples, pero bellos y eficaces, como Snchez Fedosio:

    La timidez es un tesoro tanto en los nios como en los adultos; es la sensibilidad para la distancia, el sentimiento de que uno no puede adelantarse a pretender saber cmo es el prjimo, lo que equivale a la conciencia de que se est ante una persona; sin ello, el conocerse es un brutal allanamiento de morada, que cosifica a la persona, por cuanto queda en realidad ignorada en su condicin de tal.

    18

  • Y cerraremos el captulo con el resumen en verso de las circunstancias en que se supona que haba que usar el punto y coma, tal y como las memorizaban los escolares de hace un siglo (las adversativas son las oraciones que comienzan por pero, sin embargo; las ilativas o consecutivas expresan una consecuencia, encabezadas por por tanto, luego, con que...).

    Oraciones con incisos.

    Miembros largos. Claridad.

    Adversativa no corta.

    De dos puntos en lugar.

    Comparativa algo larga.

    Ilativa regular.

    Por cierto: cul ser el plural de punto y coma? La Academia recomienda dejarlo invariable (los punto y coma), pero la mejor solucin quizs sea huir de expresiones as o en todo caso transformarlas de este modo: los signos de punto y coma.

    19

  • 5UNA VENTANA ABIERTA

    Los dos puntos sirven de entrada a las enumeraciones, a las explicaciones, a las ampliaciones de sentido. Son como una ventana abierta por la que puede penetrar cualquier cosa, ya sea en un prospecto de medicamento o en un cuento de Julio Cortzar:

    Los sntomas de hipermagnesemia son: sofocos, ralentizacin del latido cardiaco, depresin del sistema nervioso central, [...] arritmias y parada cardiaca.

    Nuestro reino era as: una gran curva de las vas acababa su comba justo frente a los fondos de nuestra casa.

    Cuando en una obra se introduce una cita literal, sta se antecede con dos puntos, como acabamos de hacer tras Cortzar (este uso se remonta a muy atrs: se puede ver ya en el siglo XVI). El mismo signo sirve tambin para introducir explicaciones inmediatas; como en esta obra de teatro de los hermanos Manuel y Antonio Machado, cuando uno de los personajes aclara el significado de una serie de trminos:

    ARACELI. Hidroterapia: con agua

    se sana de todo; helio

    terapia: donde entra el sol hace milagros; los nervios

    se entonan con nerviosina,

    el nombre es casi un remedio;

    homeopata: un granito

    de ans y te pones nuevo;

    alopata: dos onzas

    de ruibarbo y tres de arsnico;

    naturismo: nueces, dtiles,

    naranjas y siempre en cueros.

    Hoy en da vemos a los dos puntos en la funcin, un poco servil, de porteros del discurso, pero desde la Edad Media gozaron de gran difusin para indicar pausas menores, hasta el extremo de que hay libros impresos a finales del XV y principios del XVI que slo utilizan el punto y los dos puntos. Pero aqu tenemos que sealar un dato terrible, de los que pueden hacer que el lector palpe el vrtigo de la historia de la lengua: en el Renacimiento fue muy frecuente que los dos puntos se llamaran... coma! (de hecho, cumplan la funcin que hoy tiene la coma).

    Hay escritores cuyo estilo se caracteriza por hacer un uso intensivo y concatenado de los dos puntos. Sus oraciones son con frecuencia como cascadas que desembocan unas en otras. Ese es el caso de Eduardo Haro Tecglen:

    Se puede decir a los bonitos santones del Frum que se equivocan: las religiones estn en la base del choque verdadero de civilizaciones: Sharon, Bush y Aznar formaron un bloque de intereses para dominar el Oriente mediterrneo, y en ello estn.

    Precisamente este carcter fluido de los dos puntos, que parece que no interrumpen, sino que dejan paso, es el que ha servido para su entronizacin en una escritura que no quiere marcar jerarquas entre elementos, sino discurrir. Juan Goytisolo tiene numerosos ejemplos de este uso, y ste es uno de sus Memorias:

    20

  • Rostros surgidos nadie saba de dnde en el espacio de una maana : fantasmas venidos de extramuros, tal vez del paredn junto al que cayeron acribillados : anonimato justiciero, simbiosis en fosa comn, olvidado criadero de malvas : presentes de nuevo, pese a la gran barrida, como fruto de una pesadilla densa e insoportable : ademn intil de frotarse los ojos [...].

    Fijmonos en que el autor ha optado por dejar un espacio no slo despus (lo que es obligado) sino tambin antes del signo. Con ello parece querer sealar la excepcionalidad de su uso (en francs, sin embargo, es comn el espacio antes y despus).

    Por cierto: despus de ciertas expresiones que recapitulan o cambian de tema (como por cierto, ahora bien, etc.) se suelen poner dos puntos, como hace aqu el filsofo Jaime Balmes:

    Ahora bien: entre los rganos corpreos est distribuida una cierta cantidad de fuerzas vitales [...].

    Este uso no es ni mucho menos obligado, porque tambin se puede ver en esa funcin una simple coma... Hemos comentado en el captulo anterior que hay casos en que casi pueden alternar dos puntos y punto y coma. Precisamente ah radica una correccin que Borges introdujo en el texto de El Aleph casi treinta aos despus de su primera publicacin. El personaje de Carlos Argentino Daneri reivindica sus derechos de propiedad sobre el portento:

    [...] Es mo, es mo; yo lo descubr en la niez, antes de la edad escolar.

    Y a partir de 1974: [...] Es mo, es mo: yo lo descubr en la niez, antes de la edad escolar.

    El matiz es importante: en la primera versin la propiedad y la historia del descubrimiento son hechos independientes, aunque relacionados. En la segunda hay un enlace causal entre ambos: el Aleph pertenece al personaje porque se lo encontr hace mucho.

    Para terminar mencionar un caso tal vez menor, pero que se encuentra cada vez ms: aunque por influencia del ingls hoy se use a veces la coma tras el encabezamiento de las cartas, nuestra tradicin utiliza para ello los dos puntos, como en esta divertida muestra de Eduardo Mendaza:

    Apreciable amigo:

    Al recibo de la presente espero que est usted bien de salud. Yo tambin. Adis. Gracias.

    21

  • 6ENTRE PARNTESIS

    Hay veces en que en una oracin por lo dems completa se inserta un elemento. Se reconoce porque aunque se quite no queda imperfecta la oracin, como sealaba Jimnez Patn en 1614. La puntuacin lo seala sobre todo mediante parntesis, pero tambin con otros medios...

    Encontramos el grado ms leve en ciertos tipos de aposicin (que es un nombre que se aade a otro sin preposicin): cuando se cita el apodo o el nombre de una persona. Veamos este ejemplo de la prensa:

    El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jess Caldera, anunci ayer que su departamento ha resuelto [...]

    Lo insertado entre comas podra suprimirse El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales anunci ayer y la sintaxis de la oracin no sufrira (aunque s, lgicamente, la informacin que aporta).

    Otro caso tpico de insercin en el seno de una frase son los vocativos, esas llamadas a un interlocutor presente o ausente, como en el primer verso de esta cita de Machado:

    Antes que te derribe, olmo del Duero,

    con su hacha el leador, y el carpintero

    te convierta en melena de campana,

    lanza de carro o yugo de carreta.

    Las oraciones de relativo llamadas explicativas son tambin incisos de este tipo. La puntuacin es decir: las pausas y la entonacin es lo que las distingue de las variantes especificativas, como este ejemplo del gran lingista americano Andrs Bello:

    Las seoras, que deseaban descansar, se retiraron.

    Las seoras que deseaban descansar se retiraron.

    La primera forma explicativa indica que todas las seoras se retiraron: en ella se puede suprimir la clusula entre comas; la segunda dice que se retiraron slo las seoras que deseaban descansar.

    Con las oraciones explicativas nos encontramos al borde de la posibilidad de utilizar el ms famoso de los recursos de puntuacin que sirve para marcar inserciones: los parntesis. Estos se usan cuando la circunstancia que se quiere aadir es ms lateral o alejada que la que requiere una coma. Por supuesto, ello es siempre opinable. La siguiente versin del penltimo ejemplo sera perfectamente vlida:

    Las seoras (que deseaban descansar) se retiraron.

    Los parntesis son los primeros signos dobles que nos encontramos: deben aparecer siempre por parejas. Su misma forma recuerda dos manos curvadas que agarraran una porcin de la frase, o tal vez una especie de recipiente: el mencionado maestro del XVII Jimnez Patn vea los dos signos, el de apertura y el de cierre, como formando parte de un mismo ente: Parntesis es un crculo grande, partido por medio, que abraza la razn inserta. Era un procedimiento ya en uso en los manuscritos, pero cuando se introdujeron en los primeros libros impresos (a finales del siglo XV) en ocasiones tuvieron que ser dibujados a mano en la pgina, porque la imprenta no contaba con los signos. Su nombre viene del griego parenthesis, 'poner al lado'.

    El parntesis de apertura como todos los signos dobles: rayas, comillas, interrogacin y exclamacin presenta un espacio antes pero no despus, y el de cierre a la inversa. Una expresin entre parntesis admite en su interior otros signos de puntuacin (salvo el punto y aparte) y a su vez

    22

  • coexiste con la puntuacin de la oracin en la que se inserta. La siguiente entrada de un diccionario presenta un parntesis y tras l vemos la coma que exige la insercin de otra oracin: basados...:

    Los juegos de estrategia (tambin llamados, afortunadamente con poco xito, wargames), basados casi siempre en conflictos blicos reales, son una variedad de juego de mesa de sociedad que simula una confrontacin militar.

    Cuando hay otro signo tras el cierre del parntesis, este no mantiene el espacio en blanco que suele tener detrs, sino que se pega a la coma, punto y coma, etc., que le sigue (lo acabamos de ver en el ejemplo anterior). Y qu pasara si a una coma en funcin parenttica le debiera seguir otra? Pues que las dos se fusionaran en una. Veamos un ejemplo de la prensa:

    Se trata de Jamal Ahmidan, El Chino, cuya entrega ha sido autorizada por la juez Teresa Palacios [...]

    La segunda coma es la suma de dos. La prueba es que si se suprimiera el alias (o si se sustituyeran las comas por un parntesis) debera permanecer la coma exigida por cuyo: Se trata de Jamal Ahmidan, cuya [...] y Se trata de Jamal Ahmidan (El Chino), cuya [...].

    Las expresiones parentticas tienen una curva meldica particular: la clusula entre parntesis tiene una elevacin de tono al principio y una cada al final, pero toda ella se encuentra en un tono inferior al de la frase principal. As representa un clsico manual de fontica una frase que contiene un parntesis:

    Las tierras del dominio pblico (dice el decreto) son de igual naturaleza que las del dominio privado.

    En las ltimas dcadas (y quiz por influencia del ingls) est cundiendo la utilizacin de las

    rayas () en la funcin del parntesis. Las rayas funcionan exactamente igual: enmarcando una insercin dentro de una oracin, con la diferencia de que el signo de apertura es igual al de cierre. He aqu un ejemplo del cronista taurino Joaqun Vidal:

    Curro por stas que es verdad haba matado a la primera. Curro por stas tambin haba hecho una faena larga, maciza, hermoseada mediante fugaces centelleos de inspiracin.

    La raya es ms larga que el menos (llamado as porque se usa para indicar la operacin aritmtica), y a su vez ste es ms largo que el guin de separacin de palabra al final de lnea (que veremos en el captulo 16). En los teclados normales de ordenador, como antao en los de mquina de escribir, no existe tecla para la raya, con lo que muchos usan dos guiones seguidos para representarla: Curro --por stas que es verdad-- haba matado a la primera.

    Por desgracia algunos de estos dobles guiones llegan intactos a un libro o revista, aunque normalmente el programa de procesamiento de textos que en Word se controla desde el men Herramientas/Autocorreccin los sustituye automticamente por la raya. (Si uno quiere meter directamente una raya desde el teclado, puede hacerla con Ctrl+Alt+guin del teclado numrico). En vez de las rayas tampoco queda mal en un texto utilizar el menos, que se consigue directamente con Ctrl+guin del teclado numrico.

    Los dilogos son un caso especial del uso de la raya. Cada vez que habla un nuevo personaje hay que empezar prrafo y encabezarlo con una raya. sta no funciona como un signo doble, puesto que no se cierra. Sin embargo los comentarios del narrador que interrumpen el parlamento s que se sitan entre una apertura y un cierre de rayas, aunque si van al final slo figura la apertura. Veamos todos estos casos en una novela de Juan Jos Mills:

    No s a qu se refiere dije al fin.

    23

  • Veamos dijo cambiando de tema al tiempo que volva a sentarse, ha preparado el informe que le ped por telfono?

    S ment.

    Es minucioso?

    Bastante.

    Igual que ocurra con los parntesis, las rayas respetan la puntuacin necesaria para la frase en la que se insertan, que se pone siempre tras ellas (como la coma tras sentarse). La aclaracin final (dije al fin.) es uno de los casos en que la raya se abre, pero no se cierra. Pero esto tambin podemos encontrarlo fuera de un dilogo: as le escriba Luis Cernuda a Jorge Guilln, proponindose para un pequeo puesto en una universidad:

    Y no sabe usted con cunto entusiasmo me lanzara en tal trabajo; ello me alejara de m mismo y de mis tristezas perdone la palabra.

    Como la llegada del punto expresa bien a las claras que se ha cerrado el parntesis, se aprovecha para descargar la oracin de signos superfluos. Sin embargo, debe huirse de utilizar la raya en la funcin de punto y coma o dos puntos, calcada del ingls (lo veremos en el captulo 15).

    En formas literarias especiales como en un relato de tipo vanguardista, el dilogo se puede mezclar casi completamente con el resto del texto, sin ningn tipo de marca, como hace aqu Vargas Llosa:

    Qu trome, Cuellar, le deca Lalo y el Hermano muy buena memoria, jovencito, y a nosotros aprendan, bellacos!

    De qu sirve tener dos procedimientos distintos los parntesis y las rayas para hacer la misma cosa? Por ejemplo, puede introducir variedad. Supongamos que queremos intercalar dos parntesis dentro de un mismo prrafo. Salvo que queramos recalcar el paralelismo entre ellos (lo que ocurra en el ejemplo de Joaqun Vidal), podemos optar por tratar uno mediante rayas y otro con parntesis, como en este caso de un libro de teora literaria:

    Toda eleccin de un lector la de seguir o no un enlace es binaria y exclusiva (a diferencia del laberinto y el libro de Borges), ya que una opcin cierra la otra como si no existiera [...].

    Si se quiere meter un parntesis dentro de otro tambin resulta til abrir primero rayas y dentro de ellas parntesis (o viceversa: no hay una doctrina clara sobre ello). La verdad es que el uso preferente de rayas o de parntesis, o las especializaciones de su empleo, son rasgos del estilo de un escritor (o quiz de su editor!). Por ejemplo, en una recopilacin de artculos de Jos ngel Valente he comprobado que para los incisos se utilizan sistemticamente las rayas, y los parntesis se reservan para aclaraciones breves y prcticas (un ao de nacimiento, captulo y versculo de una cita bblica...).

    Hasta ahora hemos visto casos de parntesis muy breves, pero cun largos pueden llegar a ser? La respuesta es, como siempre, que depende de con qu fin se incluyan en el texto. Si forman parte de una obra literaria, pueden ser todo lo largos que permita la habilidad del autor (y la paciencia del lector). Determinados tipos de prosa de periodo extenso y sintcticamente ramificado pueden hacer autnticos alardes, como el parntesis de una obra de Juan Benet que ocupa cincuenta lneas de texto ms de dos pginas y que a su vez contiene otros dos parntesis en su interior. El alarde es ms patente si se repara en que adems est situado entre el sujeto (la seora) y el verbo (convirti) de la oracin. He aqu un extracto:

    Tal fue el primer anuncio de la fiesta, el pregn que anunci la momentnea retirada de la escena de una primera actriz aquejada de un ataque de citica, la primera premonicin que un ademn de la seora (y bien, casi toda la tarde anterior la haba ocupado [siguen aqu cincuenta lneas de texto] y aun aplauda como una inveterada e inocente supersticin) convirti en certeza.

    24

  • Un uso de los parntesis que proviene de los lenguajes formales (de lgica y programacin) es el de marcar un elemento opcional. As, leemos en un texto sobre abreviaturas:

    En el caso de algunas monedas, adems del smbolo triltero establecido de acuerdo con las normas de la ISO [...], se incluye(n) otro(s) de uso corriente.

    La verdad es que este empleo del parntesis slo sobre una parte de la palabra es un tanto violento, y debera haberse usado ms bien esta forma: se incluye otro (u otros) de uso corriente.

    Este parntesis es especial tambin porque no respeta los habituales espacios delante (como acabamos de ver) o detrs:

    Las sedes web son ms accesibles a travs de motores de bsqueda y de agencias de evaluacin si estn bien (auto)descritas.

    La frase final se leera: si estn bien descritas o autodescritas.

    Con los parntesis ocurre una cosa muy curiosa, y es que es un signo de puntuacin que funciona simplemente mencionndolo. Si uno dice (o escribe): entre parntesis, la frase se coloca automticamente entre parntesis, aunque no lleve parntesis! Est claro? La prueba es que la expresin puede aparecer entre comas:

    Tal es, dicho sea entre parntesis, un segundo aspecto de la dialctica de Hegel.

    O entre rayas... As ser hasta que los obreros de otros pases liquiden el capitalismo. Y no lo harn dicho sea entre parntesis mientras no lleven a cabo una purga implacable entre sus lderes.

    O incluso entre parntesis! (Esa invectiva, dicho sea entre parntesis, es el reverso exacto de su verdadera opinin sobre Valry. Este as lo entendi y la amistad antigua de los dos no corri peligro).

    25

  • 7EL PUNTO

    Puntuacin viene de punto, con lo que no hay que preguntarse mucho cul es el signo de puntuacin por excelencia. En latn punctum est relacionado con 'pinchar, punzar' (se ve por palabras afines en castellano, como puncin). En efecto: el conocido signo con el que terminamos una oracin presenta una diminuta forma circular, similar al resultado de pinchar con una aguja.

    Probablemente los griegos ya utilizaban algn tipo de punto, pero es entre los textos latinos donde podemos empezar a encontrarlo. Primero se utiliz, en vez del espacio en blanco, para separar las palabras (por ejemplo en inscripciones), pero los gramticos de los siglos IV a VIII empezaron a utilizarlo para marcar las pausas, escribindolo con altura variable: ms alto cuanto ms larga era la pausa que indicaba. As, exista el punto en la lnea base de la escritura (como hacemos hoy: . ), en el centro de la lnea ( ), o en posicin superior ( ). Estos tres tipos de punto equivalan, grosso modo, a los actuales coma, punto y coma o dos puntos, y punto. Por ms extrao que este sistema pueda parecer hoy, lleg hasta los primeros libros impresos...

    Como la altura del signo estaba sujeta a error (sobre todo cuando se abandon la escritura en maysculas), pronto se aadieron otros rasgos para diferenciar los distintos tipos. Por esa razn, el punto est en el origen de otros signos, hasta el extremo de que su nombre en latn y en otras lenguas lo recuerda: no slo el punto y coma y los dos puntos, sino el punctus admirativus la admiracin en latn o el point d'interrogation la interrogacin en francs.

    En realidad, al hablar del punto en la actualidad deberamos distinguir como mnimo dos tipos (y probablemente tres, vase el captulo 18). Est el punto y seguido que divide oraciones en el interior de un prrafo y el punto y aparte (llamado en algunos lugares de Amrica tambin punto acpite) que crea un prrafo nuevo.

    El punto y seguido permite articular fundindolas en un mismo bloque visual (y en una sola unidad de emisin oral) distintas oraciones que comparten o desarrollan un mismo tema. Este prrafo de un cuento infantil transmite informacin sobre las andanzas de su protagonista a travs de tres puntos y seguido:

    Al principio llor un poco y se asust, pero luego pens que tena que haber una explicacin. Los dtiles crecen en las palmeras, que son esos rboles que parecen un manojo de fuegos artificiales. As que ech a andar por el desierto, que es el sitio en donde crecen las palmeras.

    Si las oraciones contenidas entre los puntos son muy breves, se crea un estilo entrecortado, sincopado, como en estos consejos a un hijo, de Max Aub:

    Vive. Ten vida. No ofendas a Dios, que de nada sirve. Vive a la llana. Olvdate de que existe el dinero, a lo sumo vuelve atrs. Hazte pobre. En todo. No des. Djalo todo por la paz.

    Cuanto ms larga sea una oracin, ms puntuacin secundaria (coma, punto y coma...) tendr que contener. Las nueve brevsimas oraciones del ejemplo anterior slo requieren dos comas. Hay una tendencia a escribir con oraciones cada vez ms cortas? En el ingls americano ha sido indudablemente as, pero quiz no ocurra en otras lenguas.

    El punto y seguido es uno de los grandes articuladores visuales de los textos. Est separado de la oracin siguiente por un espacio, pero exige siempre inmediatamente la presencia de una mayscula. No siempre fue as, claro: textos medievales pueden mostrar punto seguido de espacio y de minscula, o espacio sin punto seguido de mayscula... En la tradicin inglesa igual que en la humanista del principio de la imprenta, y en alguna prctica espaola del siglo XVI, se pone tras el punto un espacio mayor que el que separa las palabras, pero en espaol no hay por qu hacerlo.

    Las primeras formas de escritura no mostraban puntos y aparte, sino nicamente punto y seguido, y esa situacin se mantuvo en la mayor parte de las obras impresas en el Siglo de Oro. As se imprimi en 1584 (y es un ejemplo entre muchos) De los nombres de Cristo, de Fray Luis de

    26

  • Len. En 1770 un editor de la obra publicaba por primera vez su texto dividido en prrafos no por enmendar al autor, sino, por si llegan estos libros a manos vulgares [...] descansen en los apartes si les fatiga la leyenda [es decir, la lectura] continua. (A quien le interesen los avatares de las ediciones del Siglo de Oro ver ms sobre este tema en el captulo 10).

    Algunos autores contemporneos han escogido volver, con propsitos estticos, a formas antiguas. Por ejemplo, la obra de Juan Benet Una meditacin (1970) consta de un solo y gigantesco prrafo, y de hecho fue escrita en un rollo de papel continuo de ochenta metros.

    Pero el punto tiene tambin otra funcin bien distinta: sealar que determinada combinacin de letras (con frecuencia impronunciable) es una abreviatura; por ejemplo, la famosa de etctera, etc.

    Una buena abreviatura tiene que servir para eso, para abreviar; con este fin debe mantener las letras ms significativas de la palabra mientras reduce apreciablemente su longitud. Por ambos motivos es reprobable esta abreviatura en el rtulo de un local barcelons:

    Cafte. Pennsylvania

    Cafte. significa Cafetera (como habr descubierto el hbil lector). En general, uno no abrevia una palabra de nueve letras dejndola en cinco. En este caso su autor se encontraba con que no exista una abreviatura establecida para la palabra, y francamente a veces no es muy fcil crear una. Aunque (como recordaba la primera Ortographia acadmica): siempre es mejor escribir dos letras ms, que dejar menos clara la inteligencia de lo que se escribe. Cualquier libro de estilo, diccionario ortogrfico o similar tiene una lista de abreviaturas usuales que podrn guiar al lector que se vea precisado de usar alguna, aunque en general hay que decir que cuantas menos se empleen, mejor...

    Hay unas pocas abreviaturas que no usan punto, sino barra inclinada, como c/ para calle. Y las abreviaturas de las unidades de medida no usan ningn signo: m es metro y cm, centmetro. Estas estn controladas por instancias internacionales, como el ISO (International Organization for Standardization, 'Organizacin Internacional de la Normalizacin'). A propsito: hoy lo ms frecuente es que las siglas no lleven punto: ONU, IVA, y no O.N.U., I.V.A.

    Las abreviaturas mantienen las caractersticas ortogrficas de la palabra que reducen, como el acento (admn. por administracin). El punto que las cierra no es un punto y seguido, y por lo tanto ni concluye la oracin ni exige mayscula despus; tras l puede haber si lo exige la frase una coma, puntos supensivos... Pero si se pone una abreviatura al final de una oracin, su punto se fusiona con el de sta: etc.

    27

  • 8... Y APARTE

    Y aqu realmente debemos hacer un punto y aparte, porque entramos en una nueva dimensin de la puntuacin. Los signos que hemos visto hasta el momento (la coma, el punto y coma, los dos puntos, los parntesis o rayas y los puntos suspensivos) administran relaciones en el interior de un texto, pero el punto y aparte crea la propia arquitectura de la pgina.

    El punto y aparte no se distingue en s mismo del punto y seguido: en realidad podramos definirlo como un punto seguido de espacio. Lo que voy a decir inmediatamente puede parecer extrao, pero es cierto: el espacio en blanco es un signo ms de puntuacin. De hecho, una de las primeras formas de puntuacin no fue otra que el separar en lneas los fragmentos de texto con significacin autnoma. Aunque probablemente fuera ya un uso latino, lo puso en prctica san Jernimo (siglo IV) al traducir algunos libros de la Biblia.

    La prueba moderna de que el espacio es un tipo de puntuacin es que funciona por s mismo. As hemos introducido subdivisiones dentro de los captulos de este libro.

    Cundo se debe crear un punto y aparte? Sepmoslo en la acreditada forma de catecismo con que la Real Academia hace ms de un siglo pona la doctrina ortogrfica al alcance de los nios:

    P. Cundo conviene tal divisin?

    R. Cuando se va a pasar a diverso asunto, o bien a considerar el mismo bajo otro aspecto.

    P. Cundo ms?

    R. Comnmente, en los dilogos, como se ve en los de este librito.

    Pero en los gneros literarios (por ejemplo en la novela) el autor es muy libre de crear tantos puntos y aparte como quiera, al servicio del ritmo o de los designios de su escritura, como en este ejemplo de Baroja en que habla sobre el sonido de la lluvia:

    Aun desde la cama lo oigo en la gotera del desvn, que, al caer en un barreo, hace un ruido metlico.

    Y la lluvia, y el viento, y el agua, todo me encanta y todo me entristece.

    Es la herida, esa herida que va fluyendo anegando mi alma, manantial cegado que ahora torn a brotar.

    Nada habra impedido que estas tres oraciones estuvieran unidas por punto y seguido, pero tampoco cabe duda de que el efecto demorado y fragmentario que crea la divisin en prrafos va muy bien con la melancola de la escena.

    En las novelas populares del Oeste y gneros similares uno puede encontrar sucesiones de oraciones breves que constituyen cada una un prrafo, como en esta novelita de Marcial Lafuente Estefana que narra la persecucin de un caballo salvaje:

    Este animal sigui descendiendo hacia el sur.

    El problema para Rodney radicaba en los vveres. Tena otro caballo en el que llevaba mantas, lazos y vveres.

    No tena Rodney idea del tiempo transcurrido, ni del lugar en que se hallaba.

    A pesar de su obsesin por ese caballo, hubo momentos en que pens abandonar la caza, para rectificar en el acto.

    Por qu la narracin adopta esta forma? Creo que hay dos razones. Por una parte, el comprador del libro probablemente no tendr gran habilidad lectora, y agradecer por tanto una pgina esponjada. De hecho, esta disposicin del texto, que asigna un corto prrafo a cada idea, ha vuelto a descubrir la solucin que adopt san Jernimo con la Biblia. Por otra parte, al abrir el texto, el autor (que normalmente cobraba por pgina) consigue mayores ingresos con el mismo esfuerzo de su musa.

    28

  • El punto y aparte afecta a dos frases: la que cierra (a la que aade un blanco en el resto de la lnea), y la siguiente (a la que dota de un sangrado, o pequea indentacin en el margen izquierdo). Semejante procedimiento crea prrafos, los bloques de texto que constituyen la unidad fundamental hasta que llegan las grandes divisiones de una obra (captulos o partes).

    El sangrado tiene una clara razn de ser: es posible que el punto y aparte coincida con el final de una lnea, y en ese caso: cmo distinguirlo de un punto y seguido? (por esa razn en este libro y en muchos otros el primer prrafo del captulo o el que sigue a un espacio en blanco no se sangran: no hay peligro de que se interpreten como parte del prrafo anterior). En las tradiciones tipogrficas que no sangran la primera lnea se usan otros recursos, como por ejemplo aumentar el espacio entre un prrafo y otro.

    La mayora de las pginas web en espaol (a diferencia de la mayora de los libros en nuestra lengua) presentan prrafos sin sangrado en la primera lnea, separados por un espacio. Esto se debe a que en HTML inicial (el lenguaje que describe un texto para que el programa navegador lo interprete en la pantalla) los prrafos se definieron de esa forma. No es difcil, hoy en da, crear pginas que sigan nuestras pautas tradicionales, pero stas se ven raramente; incluso cunden hbridos como pginas web que presentan prrafos sangrados en la primera lnea y adems separados del anterior.

    La ruptura del bloque del texto mediante los blancos y la presencia de la mayscula al comienzo del nuevo prrafo son un importante medio de abrir el texto. No todos los lectores afrontan animosamente una doble pgina de letras sin un solo blanco...! Pero la divisin de prrafos que comporta el punto y aparte no tiene slo un sentido espacial, sino tambin de sentido. La prueba es que en la Edad Media, cuando se escriba en bloques continuos, exista un signo que indicaba cambio de tema ( ), y tras l continuaba el texto, sin saltar a la lnea siguiente. As quedaran, en ciertas tradiciones manuscritas hispanas, los prrafos de Baraja que he incluido antes:

    Aun desde la cama lo oigo en la gotera del desvn, que, al caer en un barreo, hace un ruido metlico. Y la lluvia, y el viento, y el agua, todo me encanta y todo me entristece. Es la herida, esa herida que va fluyendo anegando mi alma, manantial cegado que ahora torn a brotar.

    El signo o caldern es una forma especial de la letra P, inicial de paragraphus, palabra latina para 'prrafo' (que por cierto viene del griego para, 'junto a' y la raz de 'escritura' que encontramos en calgrafo... o en bolgrafo). Si el lector utiliza un programa procesador de textos habr visto el signo para indicar precisamente el final de prrafo.

    Por ltimo, hay un tipo especial de punto y aparte, que es aquel en el que termina una obra. El punto final (que algunos llaman punto y final) no presenta ningn rasgo intrnseco que le distinga del punto y aparte. Sabemos que hemos llegado al punto final de un libro porque aparece la palabra FIN, o, porque est seguido por pginas en blanco, ndices... Los lectores de novelas no siempre se han conformado con la sentencia inapelable del punto final, y la prueba son las continuaciones de obras que los autores se han visto obligados a hacer andando el tiempo... Uno de los ms famosos puntos finales que no resultaron serlo es, por supuesto, el de la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605):

    Estos fueron los versos que se pudieron leer; los dems, por estar carcomida la letra, se entregaron a un acadmico para que por conjeturas los declarase. Tinese noticia que lo ha hecho, a costa de muchas vigilias y mucho trabajo, y que tiene intencin de sacallos a luz, con esperanza de la tercera salida de don Quijote.

    Forse altro canter con miglior plectro.

    FINIS

    A pesar de esta esperanza, Cervantes no las deba de tener todas consigo, puesto que cerr el libro con el epitafio del caballero y el escudero. Sin embargo, diez aos despus (en 1615), aparecera la segunda parte del Quijote, esta vez con un punto final verdadero...

    29

  • Hace cosa de un siglo tenan punto final hasta los letreros. Como deca el Prontuario de la Academia, ste ha de usarse Al fin de un escrito, aunque sea de pocas palabras, o de una sola, como los letreros: Banco de Espaa. Hospital General. Senado..

    En los usos escolares punto final seala el trmino de un dictado. El profesor proclama: "... y comieron perdices". Punto final, y tras el ltimo, laborioso faenar de bolgrafos y rotuladores hay un rumor de hojas y suenan los cierres de plumieres y carteras.

    El punto por su rotundidad es el signo de puntuacin que ms xito ha tenido en el campo de las frases hechas. Tenemos la expresin ...y punto! con la que alguien (normalmente dotado de autoridad y poca tendencia al dilogo) zanja una situacin o una discusin. Y est tambin la expresin poner punto final que se utiliza para cualquier cosa, y no slo para un texto, como en este ejemplo de un peridico argentino:

    Una agresin le puso punto final al partido. Un hincha de Instituto, que luego fue identificado, le arroj un rollo de papel a Jos Rabinovich y le abri una herida en la cabeza.

    Con puntos y comas significa 'textualmente' o 'hasta en los ms mnimos detalles'. Por otra parte, la frase irnica Lo dijo Bias, punto redondo... se utiliza para expresar que algo que otro ha dicho no se considera, ni mucho menos, cierto, como en este artculo de debate:

    Para compensar, El Pas public un artculo titulado Un cristianismo del siglo XXI en el que Raimon Ribera pontifica que el cristianismo deber renunciar a considerarse la nica verdad. Lo dijo Blas, punto redondo.

    Esta expresin es muy curiosa: los puntos son redondos... o no? La precisin de que el punto debe ser redondo, que se encuentra en algunas obras del siglo XVII, se debe a que la notacin musical vena utilizando un punto cuadrado, e incluso hubo intentos de incorporarlo a la puntuacin de los textos. La verdad es que hoy en da, y segn las tipografas, el punto vara mucho; como dice un experto: es redondo en Futura, cuadrado en Helvtica, romboidal en Goudy y ovalado en Ultra Bodoni.

    30

  • 9EN SUSPENSION

    El punto tiene algo de fijo, de permanente, de cierre inapelable. Es como el clavo que remacha el final de una oracin. Sin embargo, en cuanto se multiplica expresa la idea opuesta: tres puntos no cierran triplemente una frase, sino que la prolongan de modo misterioso...

    En la versin espaola de un tratado de Petrarca de mediados del siglo XV el traductor ya alerta: Seal de suspensin es .... Los puntos utilizados de forma conjunta sirven para dejar en suspenso un enunciado; con qu fin? Veamos la ltima oracin de una novela de Po Baroja:

    S, yo me alegro de que mis hijos no quieran ser marinos..., y, sin embargo...

    Los sentimientos contrapuestos del narrador (que quiere y al tiempo no quiere que sus hijos trabajen en el mar) han tenido que recurrir para su expresin a los puntos suspensivos. La primera vez que aparecen cierran una oracin completa, indicando que tras la idea enunciada hay, o puede haber, algo ms. La segunda vez interrumpen el comienzo de una oracin: hemos llegado a algo que no se quiere (o tal vez no se puede) decir.

    Si se utilizan al principio de un escrito, los puntos suspensivos ofrecen un curioso efecto de estilo: el texto parece surgir de la nada ya medio hecho, se presenta como la continuacin de algo que no se nos da. Con ese vaco comienza un poema de Claudio Rodrguez:

    Ballet de papel

    ... Y va el papel volando

    con vuelo bajo a veces, otras con aleteo

    sagaz, a media ala,

    con la celeridad tan musical,

    de rapia,

    del halcn, ahora aqu, por esta calle,

    [... ]

    En una funcin ms prosaica (pero quizs igualmente til) los puntos suspensivos sencillamente indican que una enumeracin no est cerrada, pero que quien la emite ha decidido no continuarla. En este sentido, podran sustituirse por la palabra etctera (o su abreviatura etc.). ste es el caso de una web de consejos contra la diabetes:

    Todas las verduras (acelgas, espinacas,...) preferentemente hervidas. Hortalizas (tomate, lechuga,...) preferentemente crudas.

    Como estamos viendo, los puntos suspensivos deben escribirse pegados a la palabra o signo que les precede, pero no eximen de utilizar otros signos de puntuacin.

    Se usan tambin para reflejar las pausas voluntarias que se producen en el habla con el fin de retrasar una declaracin, para crear una tensin narrativa. Ah son el equivalente de la fermata en msica (ese comps que se suspende cuando el oyente est esperando la continuacin, y el silencio se mantiene hasta que es casi insostenible... y entonces contina la meloda). Un uso tpico es la pausa antes del nombre del afortunado en un concurso o un premio, como hemos visto en los scar:

    Y el ganador es... Fulanito!!

    Pero esa pausa tambin puede tener el efecto teatral de remarcar una continuacin ridcula. He aqu dos casos, que provienen precisamente de sitios de debate de la Web:

    31

  • Del parto de los montes que tanto comecuras haba anhelado... sali un minsculo ratn.

    As que el asesino era... una ONG. Muy fino tu anlisis.

    Y hay dos tipos de pausa suspensiva que, de hecho, interrumpen definitivamente la oracin. Una ocurre tras el inicio de un refrn o frase hecha, cuando se omite el resto (por pensar que el oyente o lector ya lo conoce):

    Y casi sin solucin de continuidad, y como a perro flaco... el Osiptel, regulador de la telefona peruana, multaba ese mismo da a TdP con un milln de dlares por prcticas contra la competencia.

    La co