Perdida Dinerooo

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Alberto noches hospital Llegando al colegio, pudo oír la campana de éste sonar, y que marcaba la hora de entrada y salida de clases, por lo que intentó hacer un último esfuerzo intentando aumentar su ritmo un poco más, para poder llegar. Cuando así lo hizo, agitadamente llamó a la puerta de su clase, y entrecortadamente intentó pedir por favor el poder entrar. __ ¿Por qué llegas con retraso? - pregunta el profesor pidiendo explicaciones... __ Lo siento, me distraí, y perdí la noción del tiempo - intentaba explicar Chihiro entrecortada y agitadamente por estar cansada por el camino... __ Lo siento Chihiro, pero tengo que dejarte fuera y pedirte que bajes a dirección y que les expliques a ellos tu retraso, para que te lo pongan en el parte... __ Sí profesor - contestó Chihiro ya

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Transcript of Perdida Dinerooo

Alberto noches hospitalLlegando al colegio, pudo oír la campana de éste sonar, y que marcaba la hora de entrada y salida de clases, por lo que intentó hacer un último esfuerzo intentando aumentar su ritmo un poco más, para poder llegar. Cuando así lo hizo, agitadamente llamó a la puerta de su clase, y entrecortadamente intentó pedir por favor el poder entrar.

__ ¿Por qué llegas con retraso? - pregunta el profesor pidiendo explicaciones...

__ Lo siento, me distraí, y perdí la noción del tiempo - intentaba explicar Chihiro entrecortada y agitadamente por estar cansada por el camino...

__ Lo siento Chihiro, pero tengo que dejarte fuera y pedirte que bajes a dirección y que les expliques a ellos tu retraso, para que te lo pongan en el parte...

__ Sí profesor - contestó Chihiro ya algo mas calmada por la breve pausa y descanso que había echo estando parada, haciendo una reverencia a modo de "despedida" ante el profesor.

Se volteó y salió de clase, cerrando la puerta tras de sí, recostándose un momento en la pared.

__ Ay! - dio un largo suspiro, respirando mas tranquilamente - Algo en mi, ya sabía que no me dejaría pasar... ese profesor me ha cogido manía ¬¬

Chihiro, tras haber descansado y haberse repuesto, bajó a la primera planta en busca de la sala de dirección, donde se encontraría el director y demás componentes importantes, encargados de decidir el futuro de sus alumnos...

Cautelosamente llamó levemente a la puerta, esperando respuesta. Esperó unos segundos y después decidió abrirla despacio, pero a su intento, descubrió que la perilla no giraba por lo que dedució que estaba cerrada y no recibió respuesta ya que no habría nadie...Así que ahora lo único que se le ocurría hacer era intentar que el profesor la dejase entrar poniéndole ese motivo. Por lo que volvió a subir a su clase.

__ Disculpe de nuevo, profesor - decía Chihiro - he bajado a dirección como me ha indicado, pero estaba cerrado y no había nadie... ¿podría pasar de todos modos?

El profesor clavó su mirada en Chihiro así como estudiando cada palabra que decía, y escuchándola atentamente y finalmente dio un leve suspiro entre cerrando los ojos.

__ Adelante...

__ Gracias - respondió Chihiro inclinándose para agradecérselo y consecutivamente tras esto, cerró la puerta y se acercó a su pupitre acomodándose y sacando todo el material que necesitaba.

__ Bien, continuemos con la clase... - dijo el profesor.

Chihiro, en la primera clase y hora estuvo pendiente de lo que el profesor decía enterándose de todo, el ajetreo y todo lo demás hizo que se olvidase momentáneamente del motivo por el que se había formado eso... Pero durante el intermedio de clase y clase durante la segunda hora, se lo estuvo planteando y lo recordó...

__ "De todos modos, ese lugar que visité, era el mismo con el que soñé... no debo culparme diciendo que fui una tonta al pensar en que se podía hacer realidad... tiene sentido..." - meditaba Chihiro en su asiento - "además yo nunca antes había visto aquel lugar, hay algo raro en todo esto... es demasiada casualidad... pero, ¿qué significa? ¿que fue lo que sentí?"

Chihiro se pasó el resto de sus clases meditando y haciéndose esas mismas preguntas una y otra vez...

Ahora se encontraban en la última de las clases que tenían ese día...

__ Je, je, mirad a Chihiro, sigue inmersa en su pensamientos como de costumbre... - susurraba, en tono burlón, uno de sus compañeros que el día anterior la estaban molestando a sus demás "compinches"

__ Sí, se va a enterar al salir de clase >=)

__ Pero chicos, ¿que fue aquello que ocurrió ayer?

__ Debió ser un truco para despistarnos y huír, pero esta vez nos las pagará...--------------------------------------------------------------------------------------------

__ Riiinngggg!!!!

El timbre del colegio volvió a sonar, indicando esta vez, que las clases habían finalizado hasta el siguiente día... Todos los alumnos recogieron apresuradamente sus cosas, y se marcharon de allí, lo más rápido que pudieron. El grupo formado por esos tres molestos chicos, esperaron a la salida a Chihiro.

Ella se acercaba a la puerta de salida lentamente aún pensando en sus cosas, cuando algo hizo que saliera de ese trance.

Levantó su cabeza bruscamente mirando hacia delante y viendo la multitud de gente que había ya fuera del recinto. Pero volvía a sentir aquel sentimiento que sintió esa misma mañana, deseaba saber que era, y por ello, se concentró lo que mas que pudo dejando que todos sus sentimientos y emociones juntas se mezclaran y fluyeran con libertad por todo su ser, cerrando los ojos...

Al abrir los ojos fijó su mirada en un punto en concreto... y avanzó hacia la salida

Los tres muchachos seguían esperando tras la puerta su salida, y justamente cuando Chihiro apareció ante su vista, ésta se detuvo en mitad de la puerta aún con su vista fija en algún punto en concreto...

Chihiro estaba concentrada en ese punto donde miraba sin prestar ninguna atención a lo que ocurría a su alrededor. De pronto sus ojos empezaron a agrandarse y poco a poco formar lágrimas...

__ Haku!!! - exclamó corriendo hacia un chico un poco más mayor que ella, que vestía de color blanco, tenía el pelo por la altura del cuello y unos ojos de un verde intenso, llorando a mas no poder de no creer que estaba viendo bien...

Los chicos que estaban esperando a que

saliese, no se esperaban que lo hiciera de esa forma, y al ir ella corriendo, una de sus lágrimas se quedó posada en ellos. Estaban asombrados y lo único que hicieron era ver hacia donde iba Chihiro

Ella corría como si su vida dependiera de ello, y fue a parar a los brazos de aquel joven al que no había olvidado jamás y el que era responsable de tantas llamadas de atención que Chihro sufría muy a menudo. Él por su parte tenía una cara de felicidad al volver a verla y la esperaba con los brazos abiertos.

Ahora abrazados, Chihiro lloraba desconsoladamente y Haku, con su sonrisa, intentaba calmarla... (N/A: Aunque lo que conseguía con ésta, era que se sonrojara ^//^)

Los chicos que miraban la escena se escandalizaron un poco por dentro...

__ Bueno, supongo que ya sabemos el motivo por el cual siempre está tan seria y pensativa... - dijo nerviosamente uno de ellos

__ Venga, vámonos - dijo otro que comenzaba a irse, y los demás le siguieron...

Los chicos a partir de aquel momento decidieron dejar de meterse con Chihiro...

__ Chihiro... - dijo suave y dulcemente Haku

Chihiro se serenó un poco y miró a los ojos a Haku, respondiendo a su llamada, sin separarse mucho de él...

__ ¿Ya estás mejor?

Chihiro intentaba no llorar, aguantando sus lágrimas, se sentía muy feliz ante la presencia de aquel chico que tenía ahora en sus brazos.

__ Sí, desde que estoy junto a ti, estoy mucho mejor - dijo dándole una sonrisa

__ De nuevo volvemos a vernos, después de tanto tiempo...

__ Sí, cumpliste tu promesa, soy tan feliz en este momento...

__ ¿En este momento? - preguntó aun con una sonrisa en su rostro - ¿Anoche no lo fuiste?

__ ¿Qué? - preguntó algo sorprendida

Haku, solamente la miró a los ojos dulcemente dedicándole una sonrisa

__ "Fue verdad... entonces ocurrió de verdad...">> - pensó para si misma siendo mas feliz a cada momento

__ ¿Recuerdas el lugar de anoche? - preguntó Haku

__ S, sí.. - contestó dudosamente

__ Cada vez que quieras verme, porque te sientas mal o algo así... solo ve allí y llámame

__ Entonces, estaré allí todos los días para verte...

Haku le sonrió nuevamente

__ Entonces, ¿eso significa que ya no eres el aprendiz de Yuubaba?

__ Así es... Como ya te comenté ella se aprovecha de sus empleados robándoles su nombre, y por tanto como el nombre de una persona equivale a su alma y personalidad, puede controlarlos...Eso me pasaba a mi como bien sabes, pero gracias a una dulce chica, pude recordar mi verdadero nombre, y liberarme del contrato de Yuubaba...

__ "Dulce niña" =$ - tras oír esas palabras Chihiro, se dio por aludida y se sonrojó

__ ¿Nos vamos Chihiro?

__ ¿A dónde?

__ Al río...

__ Vamos!!! ^__^

Ambos se fueron de la mano, paseando hasta aquel lugar y se quedaron los dos juntos allí, tumbados en la hierba y mirando al cielo azul. Estuvieron allí juntos hasta que el cielo empezó a oscurecerse..

__ Se está haciendo tarde, ¿no crees que deberías volver a tu casa? - preguntó Haku a su acompañante

__ Sí, pero no quiero... Quiero quedarme aquí contigo, ahora que nos hemos vuelto a encontrar no quiero separarme de ti...

__ Chihiro, si quieres volverás a verme mañana, tendrás a tus padres preocupados...

__ Pero no quiero separarme de ti

__ Yo tampoco quiero - dijo Haku abrazándola dulcemente

__ Ahora que me acuerdo... dijiste que cuando hubieras recuperado tu nombre te irías de allí, no?

__ Sí así es, ¿por qué?

__ Entonces, ¿ahora donde vives?

__ En mi verdadero mundo, lo bueno de éste es que puedo comunicarme con este cuando lo desee...

__ Oh?

__ Sí ^^ este río es un portal, como el túnel que cruzaste que te llevó allí, pues esto es algo parecido que si lo cruzas te lleva a mi mundo...

__ ¿En serio? - preguntó Chihiro asombrada

__ Así es, ¿por que te asombras tanto?

__ ¿Eso significa que podré visitar tu mundo?

__ ^^ si así lo quieres...

__ Por supuesto que si!! - exclama muy emocionada lanzándose nuevamente a sus brazos--------------------------------------------------------------------------------------------

A partir de aquel día, Chihiro iba todos los días después de clase a aquel lugar, que la vinculaba tanto con su queridísimo Haku... Por fin se le había cumplido su mas esperado deseo; que la promesa que un día la hicieron se cumpliera de una vez por todas...

Un día, cuando Chihiro había acabado las clases y tendría vacaciones durante un tiempo considerado, decidió irse a visitar el mundo de Haku y conocer el lugar donde éste vivía y estaba siempre que no estaba con ella...

Tras disfrutar de aquel maravilloso lugar junto a su querido Haku que hacía en todo momento de anfitrión, Chihiro sintió y descubrió que no podía vivir sin ese chico al que tanto quería, por eso, un día quiso presentárselo a sus padres...

Ellos al recibirle se sorprendieron bastante, pero vieron que a parte de hacer buena pareja realmente estaban echos para estar juntos, por lo que Haku obtuvo su confianza...

Tras pasar algunos años, y estos ya conocer y confiar en Haku, él y Chihiro, decidieron terminar de contarles a sus padres el resto de la historia; el otro lado de Haku...

Ambos se quedaron shockeados al enterarse de lo que sus oídos estaban oyendo en ese momento, sobretodo su padre...

__ E.. Eso quiere decir q.que.. ¿que quiere decir? - decía totalmente desconcertado el padre de Chihiro

__ Bueno... - Haku y Chihiro cruzaban miradas algo confusos por el tipo de explicación que

debían darles...

__ Espera un momento, entonces si eres un.. un dragón de agua, fuiste tu quien salvó a Chihiro cuando era pequeña y se cayó a aquel lago?? - preguntó su madre

__ Sí así es - dijo firmemente Haku - aquella fue la primera vez que la vi

__ Pero papá, mamá, no tenéis porque asustaros, ni tener miedo, Haku es Haku, y siempre lo será... - decía Chihiro agarrándose al brazo de Haku

Un poco ya mas calmados, los padres de Chihiro fueron asumiendo todo lo que le acababan de escuchar...

__ Si eres un.. un dragón.. ¿de dónde eres? - preguntaron intentando comprender del todo lo que pasaba...

__ Bueno, pertenezco a un mundo diferente a este, pero con el que puedo comunicarme...

__ Y, y ¿dónde está ese mundo?

__ Bueno, se puede visitar a través de un río que hay por aquí...

__ ¿Y no te expones a que cualquiera pueda llegar hasta tu mundo? - preguntó la madre

__ Es cierto, no lo había pensado - dijo Chihiro

__ No. No es posible... de los conocimientos de magia que tengo y que aprendí durante años... elaboré una barrera que solo permite a Chihiro y por supuesto a ustedes a atravesarla...

__ Ohhhh

Tras haber dado completamente todas las explicaciones sobre Haku, sus padres acabaron aceptando ese detalle que tenía, y una vez, fueron junto a esa pareja, a visitar el mundo de Haku, para que los padres de Chihiro conocieran algo mas sobre su novio... (N/A: ¿Sonó raro???)

Boda emmmaEl tiempo pasaba y Chihiro y Haku, seguían igual de enamorados, ambos habían crecido, y decidieron que su amor debía durar siempre... por lo que un día decidieron compartir sus vidas para siempre y casarse...

Eligieron hacerlo en el mundo de Haku, y los padres de Chihiro no se opusieron en absoluto, cuando fueron a visitarlo les gustó mucho y aceptaron con mucho gusto el compromiso de los dos jóvenes.

Cuando se hubieran casado Chihiro viviría allí

con Haku, eso a sus padres no les gustó mucho, pero Chihiro les dijo que les visitarían todos los domingos y con ello tuvieron que conformarse...

La ceremonia fue sencilla, y se celebró cerca de un lugar muy bonito y bien adornado de flores, que tenía un pequeño riachuelo... pero lo mas bonito de toda la boda, fue el final, en el beso que los uniría para siempre, cuando se lo dieron, en el fondo empezó a caer una cascada de colores, y un arco - iris la cruzaba, saltando fuegos artificiales por encima...

MAYYYYY VIAJE NOCHE

se quedó en aquella habitación en penumbra y poco oreada que exhalaba el tenaz y acerbo perfume de su descanso nocturno

ahora que me rogaba por respuestas le tocaba a él pensar en cómo conseguirlas, ya me había cansado de ser siempre yo quien le dijera dónde estaba la razón, la respuesta, la clave y que él fuera quien siempre me aceptara las posibilidades que yo le daba sin haberse sacrificado un poco por buscarlas ¿Tanto le costaba buscar lo que quería? Pues bien, si quiere comprobar que su hija efectivamente es sangre de su sangre, la única manera de hacerlo es que se tomara la prueba de ADN; no había otra salida, sé que Tom accederá pues al fin y al cabo no es tan idiota, las cosas ya habían cambiado de rumbo, yo ya había tomado la decisión de hacer que Tom comprobara por su cuenta que mi pequeña era parte de él; tomar esa decisión no fue nada fácil pues tuve que pensar muy bien si realmente me convenía tomar esa resolución en cuenta, aunque yo no fui la única que creyó que eso era lo mejor, eso era lo más sorpresivo de todo

trabajo desde que las dos familias habían decidido aliarse, si bien este no era el mejor momento para hablar sobre este tema, ya tenían el tiempo sobre sus hombros. El lunes de la semana siguiente se firmaría un importante contrato de exportación y este sería el primero desde la fusión. También Anthony debía comunicarle algo que se le había ocurrido durante la semana, algo que le había pedido su prometida y no sabía como darle solución, algo que sin él saberlo sería el inicio de todo lo después ocurrido.

Eran las 9:15 AM y Candy corría como loca de aquí para haya, buscando su abrigo.- ¿Como pude haberme quedado dormida?. Dios! ¿donde esta mi abrigo?...oohh no puede ser aún no he terminado de hacer mi maleta, si pierdo el tren el doctor Lenar va a matarme...con lo difícil que es encontrar boletos en pleno diciembre, solo al Dr. Lenar se le ocurre mandarme de viaje de un día para otro. (vamos Candy deja de hablar sola y Ponte a buscar lo que te falta.)Después de quince minutos más ya tenia todo listo, se puso el abrigo agarró la maleta con una mano y en la otra llevaba unos papeles importantes del hospital, abrió la puerta y

salio corriendo del lugar llevándose por delante a la pobre Señora McDowell, dueña del edificio.- Por todos los cielos Candy! Vas a romperte una pierna criatura.- Lo lamento tanto Señora McDowell, es que tengo que viajar urgentemente por cosas del trabajo y el tren parte a las 10, tengo menos de una hora para llegar a la estación de trenes y aún tengo que buscar un carruaje para que me lleve hasta allá.- Pero muchacha estamos a pocos días de noche buena y tu tienes que viajar por trabajó, ¿Qué acaso no piensas pasar esa noche especial con tu familia?- Lo se pero no pude negarme, son responsabilidades que tengo qué cumplir, y solo es una semana la qué estaré fuera de Chicago, no quiero ser grosera pero tengo mucha prisa Señora McDowell.- No te preocupes muchacha, anda termina de irte, afuera esta mi chófer dile qué te llevé a la estación de tren.- Muchas gracias la veré en unos días.- Candy...! Casi lo olvidó llego esta carta para ti.- Podría ponerla en el bolsillo de mi abrigo por favor.- Ya esta, que tengas buen viaje Candy.- Muchas gracias.Candy bajo del carruaje y corrió hasta la plataforma, cuando llego el tren estaba apunto de partir, cinco minutos mas tarde y el

tren habría partido, busco su asiento se acomodo y descanso un poco. Después de unas horas Candy llego a su destino, bajo del tren y busco dentro de la maleta una agenda donde tenia la dirección del hotel donde se hospedaría, llego y pidió las llaves de su habitación estando dentro de esta se dio un baño y bajo al comedor para cenar, después de un rato subió a su habitación nuevamente se recostó en el sillón y recordó la carta que la señora McDowell le había dado, busco en el bolsillo de su abrigo pero la carta no estaba.- Debí haber tirado la carta cuando corrí hasta la plataforma de la estación del tren en Chicago...¿Quien me habrá escrito? ¿seguramente fue Albert? mmmm pueda ser, cuando este de regreso en Chicago iré a buscarlo. Y ahora a descansar. -Candy se acostó en la cama y quedo profundamente dormida.- Que frió hace...daría lo que fuera por quedarme durmiendo todo el día, pero no es posible vamos Candice White en cuanto mas rápido te encargues de este asunto mas rápido estarás de regreso en Chicago. (se dijo a si misma)Candy busco un coche y le dio la dirección del hospital al chófer, llego al hospital, entrego los papeles al colega del doctor Lenar, quien le dijo que llegara dentro de tres días por la contestación. Candy salio del lugar y decidió ir a dar una vuelta.- Todo sigue igual, nada a cambiado, las

luces , la gente caminando a toda prisa. Quien diría que yo regresaría al mismo lugar donde me prometí nunca mas volver, al mismo lugar donde un día renuncie a mi verdadero amor. Terry estamos tan cerca y a la misma vez tan lejos, quisiera ir corriendo hasta tu departamento y decirte que estoy aquí en New York, Terry...Candy llego a su habitación, corrió las cortinas y se dio cuenta que empezaba a nevar, un sentimiento muy triste se apodero del corazón de la chica y las lagrimas no se hicieron esperar, se acomodo en la cama y sin querer tiro su maleta al piso, cuando estaba recogiendo las cosas se encontró con un sobre que estaba tirado debajo de la mesita de noche.- Esta es la carta que la señora McDowell me entrego al salir de mi departamento, quizás se salio de mi bolsillo cuando me quite el abrigo.Candice White Andrew, mmm no tiene remitente, vamos a ver de quien es...Continuara...

Llegada a trabajo mayyyy caso inicio niño rico

Era su nuevo jefe... pero también su ex marido. Isabella llegó a la oficina como cualquier otro día... pero se encontró con una increíble sorpresa. El nuevo director ejecutivo no era otro que su ex marido.El millonario Edward Cullen se había quedado destrozado después de su separación de Isabella. Al verla de nuevo se dio cuenta de que la atracción seguía existiendo... y la pasión podía volver a volver a encenderse con sólo un beso...Poco después, Isabella no sólo se estaba acostando con el jefe... también se había convertido en la amante de su marido......Capítulo 1— ¿Te has enterado ya?

Isabella, que acababa de llegar del dentista, miró confundida a Bree, su compañera de trabajo, que estaba hecha un manojo de nervios.— ¿De qué?—Amun va a traspasar el negocio. Y el nuevo jefe viene mañana, mañana, para entrevistamos a todos.Un cambio en la dirección de la empresa no tenía por qué ser necesariamente malo, pero al instante Isabella compartió la preocupación de Bree. Seguramente se producirían cambios, y aquello podía implicar una reorganización de la plantilla, e incluso que el nuevo dueño decidiese prescindir de algunos trabajadores. Esperaba que no fuese así. Sólo llevaba seis meses en la empresa, pero le había costado mucho conseguir ese empleo. De hecho, había pasado todo un año trabajando y estudiando a la vez un master para poder aumentar sus expectativas laborales.— ¿Y sabes quién es el tipo al que le ha vendido la compañía? —le preguntó a Bree, apartando de su rostro un mechón castaño.Su compañera negó con la cabeza y se encogió de hombros.—En fin —replicó Bree—, supongo que deberíamos haberlo visto venir. Después de todo, Amun llevaba mucho tiempo considerando la idea de una jubilación anticipada. Y la verdad es que, como su mujer y él no tienen hijos, si yo fuera él

también habría decidido vender la empresa para pasar los años que me quedaran viviendo tan ricamente en ese piso enorme que he oído que tienen en Miami.Mientras escuchaba a su compañera reflexionar en voz alta, Isabella se sentó en su escritorio y encendió el ordenador. El pequeño negocio que su jefe, Amun Kozlov, había establecido hacía casi cuarenta años, se dedicaba a la venta de maquinaria especializada y materiales para la construcción, y era un negocio rentable, pero desde que entrara a trabajar en la empresa como ejecutiva, Isabella se había dado cuenta de que Amun parecía cada vez menos inclinado a buscar nuevos clientes y mercados. Y era una pena, porque el negocio tenía potencial, razón por la que no le extrañaba que alguien hubiera querido comprárselo.—Desde que me enteré esta mañana no he logrado concentrarme en el trabajo ni diez minutos seguidos—le confesó Bree—. No quiero perder mi empleo.—Bueno, el cambio no tiene por qué ser necesariamente malo —trató de calmarla Isabella a la vez que intentaba convencerse a sí misma—. Este es un negocio con futuro. Tiene muchas posibilidades de expansión, y si quien haya comprado la empresa es capaz de verlo, no sólo no despedirá a nadie, sino que creará nuevos puestos de

trabajo. A menos claro que el nuevo dueño ya tenga un negocio similar a éste y únicamente quiera fusionarlo al suyo -añadió en un tono más pesimista.—No digas eso, Isabella, por favor. Diego y yo acabamos de pedir un crédito al banco para ampliar la casa —le dijo Bree estremeciéndose—, Estoy intentando quedarme embarazada —explicó, enrojeciendo ligeramente—. No puedo permitirme quedarme sin empleo. Lo cual me recuerda, que Amun nos ha dicho que mañana tenemos que estar aquí más temprano. Según parece, el nuevo dueño le ha pedido explícitamente que vengamos a las ocho.— ¿A las ocho? —repitió Isabella, palideciendo ligeramente.—Sí —asintió Bree con un pesado suspiro—, con lo que detesto madrugar...El problema de Isabella, sin embargo, no era de pereza. Le era totalmente imposible llegar a las ocho a la oficina. Las clases en el parvulario no empezaban hasta esa hora, y aunque dejase a Anthony allí a las siete y media no podría llegar a las ocho a la oficina. El sólo pensamiento hizo que la tensión le atenazara el estómago.Trabajar y ser madre eran dos cosas difíciles de conjugar, sobre todo teniendo que criar sola a su hijo, pero además los empresarios eran reticentes a contratar a mujeres con niños pequeños, así que había decidido no

decir nada al respecto en la entrevista, y nadie en la compañía conocía sus circunstancias personales. Difícilmente iba a poder excusarse para llegar un poco más tarde al día siguiente sin que se descubriera su secreto.— ¿Qué ocurre? —le preguntó Bree curiosa al advertir lo tensa que se había puesto.— Eh... nada, nada.No le gustaba tener que mentir, pero necesitaba ese empleo para poder darle a Anthony al menos un mínimo de las comodidades materiales que habría disfrutado si su padre no la hubiese abandonado antes de nacer él.Pensar en Edward hizo que le hirviera la sangre. Lo que ganaba apenas cubría la hipoteca de la casita que había comprado en un pueblo a varios kilómetros de la ciudad, las facturas, y los gastos más básicos, como comida y ropa, pero estaban mejor sin él. Además, tenía la esperanza de poder ascender dentro de la empresa y ganar más dinero. El jefe de su departamento se jubilaría dentro de dos años, y ella estaba esforzándose todo lo posible para que Amun le concediera a ella la vacante.Le faltaba poco para cumplir los veinticinco, y a Anthony poco para los cinco. El quinto cumpleaños de su pequeño, y el quinto año para ella de estar sola, de estar sin... Isabella se apresuró a apartar de su mente esos pensamientos. No iba a auto compadecerse;

no iba a dejar que lo que pudo haber sido y no fue consiguiera minar la paz y la estabilidad que tanto le había costa do alcanzar.Tenía que concentrarse en el futuro, ¡no en el pasado!, se recordó. Pero, ¿y si el nuevo dueño de la compañía empezaba a recortar la plantilla? Tampoco tenía por qué ser pesimista. Como le había dicho a Bree, quizá el cambio fuese para mejor, quizá se ampliase el negocio y tuviesen más oportunidades de ascender. Sí, tenía que pensar en positivo.Cuando Isabella, de pie en el umbral del parvulario del pueblo, observó cómo el rostro de su hijo se iluminaba al verla y corría hacia ella, se le encogió el corazón de amor maternal. Y luego, al inclinarse para levantarlo en brazos y apretarlo contra su pecho, se dijo que no le importaba cuántos sacrificios tuviera que hacer con tal de que su pequeño tuviera lo mejor.Paseó la mirada por el aula, en la que ya no quedaba ningún otro niño, y frunció ligeramente el ceño. Había decidido irse a vivir allí con Anthony porque quería que creciera sintiéndose parte de una comunidad, darle la clase de niñez que ella habría querido tener, pero cada día tenía que recorrer los kilómetros que separaban el pueblo de la ciudad para ir a trabajar, y Anthony tenía que esperarla largo rato hasta que llegaba para recogerlo.Si hubiera podido escoger, no habría querido que su pequeño fuera hijo único, sin más

familia que ella. No, habría querido que hubiera tenido un padre que lo quisiese, hermanos... Sintió una punzada de dolor en el pecho. «Hace ya cinco años, Isabella», se reprendió; « ¿Cuándo vas a dejar de pensar en ello?».Sólo una mujer sin autoestima ni amor propio podría seguir pensando en el hombre que la había traicionado y abandonado. Era irónico que aquel mismo hombre le hubiese jurado amor eterno, que le hubiera dicho que compartía sus sueños, que la última vez que habían hecho el amor le hubiese susurrado que quería que tuviesen un hijo, que quería que ese bebé creciese arropado de cariño... No habían resultado ser más que mentiras. Semanas después, la había abandonado, la había dejado sola, con el corazón roto, y todas sus ilusiones hechas añicos.¡Y pensar que por estar con él se había enfrentado a sus tíos, que la habían criado, y que por casarse con él no habían querido volver a tener trato alguno con ella! No es que le hubiera importado lo más mínimo, por supuesto; jamás habría querido que formaran parte de la vida de su hijo. Aunque se hubiesen hecho cargo de ella cuando se había quedado huérfana, lo habían hecho porque lo consideraban una obligación moral, no porque sintiesen cariño alguno por ella. ¡Y ella había estado tan necesitada de afecto...!— Anthony estaba empezando a preocuparse.

Isabella contrajo el rostro ante el suave reproche de Leah, la profesora de su hijo.—Lo siento, sé que llego un poco tarde —se disculpó—, pero es que ha habido un accidente en la circunvalación.La mujer, rechoncha y de cierta edad, sonrió. Tenía un carácter afable y jovial, y los pequeños la adoraban.—Tranquila, no pasa nada. Es un niño buenísimo. No nos da nada de guerra.Diez minutos después, estaban en casa. La pequeña vivienda se encontraba situada en el centro del pueblo. La fachada daba a una plaza con árboles y un estanque en el que nadaban patos y elegantes cisnes, y la parte trasera se asomaba a un jardincillo.Anthony era un niño de constitución delgada y tenía el cabello cobrizo, ambas cosas herencia del padre al que nunca había visto. Isabella habría querido olvidarse de que Edward había existido jamás, pero el hecho de que la mayoría de sus compañeros del parvulario sí tuvieran un padre, había llevado al niño a empezar a hacerse preguntas, preguntas con las que la asaltaba en los momentos más inesperados.Isabella suspiró para sus adentros. Por el momento Anthony se había mostrado satisfecho con sus respuestas, pero se le encogía el corazón cada vez que veía el anhelo con que miraba a Jacob Black el padre de su mejor amigo, jugando con su hijo..

Edward salió del Mercedes, y se quedó de pie frente al edificio delante del que había aparcado. El traje a medida que llevaba le daba un aire elegante, y bajo la chaqueta se le marcaban los músculos, resultado de los años que había pasado ganándose el sustento trabajando como obrero para distintas constructoras, los años en los que se había prometido a sí mismo que un día las cosas serían distintas, que sería él quien diese las órdenes en lugar de recibirlas.Desde muy niño había aprendido a valerse por sí mismo, ya a que a los seis años había sido abandonado por su madre, una hippie adicta a las drogas, y lo habían llevado a un centro de protección de menores.Al cumplir los dieciocho estaba fuera, y había empezado a trabajar, haciendo casi cualquier trabajo que le ofrecieran, y a los veintiuno comenzó a asistir a una escuela nocturna para conseguir un título en Administración de Empresas. Su cumpleaños veinticinco lo había celebrado vendiendo la compañía que había creado partiendo de cero por un valor de veinte millones de dólares. Podría haber dejado de trabajar si hubiera querido y haberse dedicado a vivir de las rentas, pero le gustaban los retos, y era capaz de ver el potencial de pequeñas empresas como la de Amun Kozlov, que acababa de comprar. No, no iba a retirarse a una isla paradisíaca ni mucho menos; su vida no había hecho más que empezar: tenía sólo treinta años.

Treinta años... y grandes planes para ese negocio que había adquirido hacía una semana. Sin embargo, para poder llevarlos a cabo, necesitaba la clase de personal adecuado: gente dedicada, entusiasta; trabajadora, ambiciosa. Esa mañana iba a tener el primer encuentro con sus nuevos empleados, e iba a evaluarlos como lo había hecho con cada negocio del que había ido. Haciéndose cargo: con un cara a cara. Después y sólo después se leería las fichas de cada uno.Aunque era un hombre increíblemente guapo, a esas horas tempranas de la mañana la luz del sol resaltaba las líneas rectas de su nariz y sus labios, mostrando al ejecutivo de férrea determinación que raramente sonreía. Consciente de su atractivo, sus ojos brillaron con un cierto cinismo cuando una joven que caminaba por la acera en ese momento aminoró el paso, mirándolo de arriba abajo con una mirada apreciativa.Desde que empezara a ganar dinero, dinero de verdad, lo habían perseguido las mujeres más bellas, pero Edward sabía que se habrían alejado de él con absoluto desprecio si hubieran sabido quién había sido antes de convertirse en el hombre de éxito que era.Los recuerdos, en parte amargos, y en parte dolorosos, disolvieron la calidez de su mirada, y el verde de sus ojos se tornó opaco, apagado. Había recorrido un largo camino para llegar hasta donde había llegado, pero

nunca le parecía que fuera suficiente. Cerró el coche, y se dirigió hacia la entrada del edificio con paso firme..Mientras le ordenaba mentalmente al semáforo «ábrete, ábrete, ábrete», Isabella sintió cómo el sudor empezaba a perlarle la frente y los nervios le atenazaban el estómago. Había tenido que tragarse su orgullo y llamar la noche anterior a Alice, la madre del mejor amigo de Anthony, para preguntarle si podía dejar a su hijo en su casa a las siete y media el día siguiente para que lo llevara al parvulario con el suyo. Alice había sido muy amable y le había repetido una y otra vez que no era molestia en absoluto, pero Isabella se sentía como una mala madre.Le rogó en silencio a todos los santos por que el nuevo dueño de la empresa no fuera muy quisquilloso con la puntualidad, porque, si no, acabaría de patitas en la calle.Cuando por fin llegó a la oficina, Isabella miró su reloj de pulsera mientras se bajaba del coche. « ¡Ocho y media!», pensó horrorizada, apretando los dientes. Atravesó a toda prisa las puertas del edificio, corriendo hacia los ascensores. Segundos después, entraba en la oficina y se dirigía al pequeño salón de actos, con la esperanza de poder colarse sigilosamente y sentarse al fondo sin que el nuevo dueño reparara en ella, pero justo en ese momento se abrió la puerta y empezaron a salir sus compañeros.

— ¡Isabella!, ¿dónde estabas? —le siseó Bree, deteniéndose a su lado.—Te lo explicaré luego; cuando...Isabella no terminó la frase. Se había quedado de piedra al ver al hombre que estaba saliendo por la puerta detrás de Amun. ¿Qué... qué estaba haciendo allí su ex marido?—Quizá querría explicármelo a mí, ahora.Qué bien recordaba aquella voz aterciopelada, ese tono gélido... Isabella se dio cuenta de que sus compañeros estaban mirándola, y se irguió, intentando recobrarse de la impresión.—Escuche, señor Cullen... —le dijo Amun incómodo a Edward —, estoy seguro de que...Ignorándolo, Edward se volvió y agarró el picaporte de la puerta del salón de actos, ordenándole a Isabella:—Entre.Isabella se quedó mirándolo fijamente un momento, atónita, y temblando de rabia por dentro. ¡Su nuevo jefe era su ex marido! ¿Cómo podía el destino darle un golpe tan bajo?El día que Edward salió de su vida, abandonándola por otra mujer, había rezado por no tener que volver a verlo nunca más. Había dado todo en su relación, pero a él aquello no le había importado. El éxito, que no habría conseguido sin su ayuda y apoyo, lo había vuelto arrogante, las cosas habían cambiado, y de pronto un día ya no era lo

bastante buena para él.—Señor Cullen, no sea duro con Isabella —volvió a intentar interceder de nuevo Amun por ella—. Es una empleada responsable y...—Gracias, señor Kozlov, pero, si no le importa, yo me haré cargo de esto —le cortó Edward con aspereza.Isabella entró en el salón de actos, y Edward la siguió, cenando la puerta tras de sí.— ¿Isabella?—dijo en un tono despectivo—, ¿Qué ha sido de «Bella»?Bella... aquel era el diminutivo que había empezado a usar Edward al poco de conocerla, porque sus tíos la llamaban Isabella y a él le parecía demasiado frío. Volver a oírlo de sus labios hizo que toda una serie de dolorosos recuerdos afloraran en ella.Alzó la barbilla desafiante, y le contestó con una risa amarga.— ¿Quieres saber qué ha sido de Bella? Murió hace cinco años, Edward, cuando destruiste nuestro matrimonio.— ¿También tienes ahora otro apellido? —inquirió él, preguntándose si Isabella podría comprender o siquiera notar la ira que había hecho que su voz se hubiese tornado ronca de repente.— Swan.— ¿Swan? —repitió él, casi escupiendo la palabra.— ¿No creerías que iba a seguir usando el

tuyo? —le espetó Isabella.—Así que has vuelto a casarte sólo para poder cambiarte de apellido.Los ojos de Isabella relampaguearon al escuchar el desprecio en su voz.— ¿Por qué has llegado tarde? —exigió saber Edward abruptamente—. ¿No quería dejarte salir de la cama?Isabella sintió que le ardían las mejillas.—Sólo porque tú...Pero no dijo más, y tragó saliva cuando los recuerdos acudieron como un torbellino a su mente: Edward imprimiendo en su nuca leves besos al amanecer, que seguían con insistencia hasta que estaba despierta del todo y se tornaban en algo más para luego...Isabella se enfureció consigo misma al sentir la excitación que estaba invadiéndola con sólo pensar en ello. ¿Acaso no había aprendido la lección? Edward había hecho trizas el amor que había sentido por él, de un modo cruel y deliberado. Se alegraba de que creyera que había encontrado a otra persona, que se había vuelto a casar. ¿Se habría casado él con la mujer por la que la había dejado?En ese momento, sonó el teléfono móvil de Edward. Lo sacó del bolsillo de su chaqueta para contestarlo mientras le decía que podía marcharse. Mientras se daba media vuelta para dirigirse hacia la puerta, Isabella oyó la voz femenina al otro lado de la línea:—Edward, querido...Isabella estaba acabando de recoger las cosas

de su escritorio cuando Bree entró en su despacho.—Isabella... ¿Qué estás haciendo?— ¿Tu qué crees? Recogiendo mis cosas —respondió ella secamente.— ¿Te marchas?Isabella alzó la cabeza para asentir y vio una expresión de espanto en el rostro de su compañera.— ¿Te ha echado simplemente por llegar tarde?Isabella esbozó una leve sonrisa.—No, no me ha echado. Digamos simplemente que me marcho antes de que lo haga—Pero, Isabella... —replicó Bree—. Quizá tu relación con el nuevo jefe no haya empezado con buen pie, pero parece un buen tipo; seguro que en el fondo es un encanto.¡Edward! ¡Encanto! Isabella reprimió una risa amarga. Podían decirse muchas cosas de Edward, pero no que era un encanto. Edward Cullen era un hombre arrogante y sin sentimientos. Resoplando, dejó a un lado la caja que había estado llenando de cosas y se puso a teclear en el ordenador.—Gracias a Dios... has cambiado de opinión—dijo Bree, suspirando de alivio.—No lo he hecho —replicó Isabella sin dejar de teclear—. Estoy escribiendo una carta de dimisión.— ¡Dimisión!—exclamó Bree espantada—.

¿No crees que te estés tomando esto demasiado a pecho? Tal vez Amun pueda hablar con él y arreglar las cosas.Sin embargo, Isabella no quiso escucharla, y siguió tecleando para, segundos después, imprimir la carta, doblarla y meterla en un sobre que puso en la bandeja del correo interno. Una vez hecho eso, tomó la chaqueta de su asiento y se la puso ante la mirada angustiada de Bree.—Me marcho —le dijo—. Por lo que a mí respecta, ya no trabajo aquí.—Pero, Isabella, no puedes irte así... sin decírselo a nadie —le insistió su compañera siguiéndola por el pasillo.— ¿Qué no? Fíjate.Y con esas palabras, salió por la puerta y abandonó la oficina..

May oficina pasada una semana

Ya lo veo… ¿por eso no has vuelto a llamarme? ¿Por eso te has olvidado de mi? – planteo Saga sentándose en el escritorio, encontrando la mirada de Camus.

- Perdona Saga. Ha sido una semana intensa… – dijo Aquarius, acomodando algunos documentos, tratando de salir de su oficina si fuera posible abriendo una puerta al lado suyo por arte de magia.

- No cabe duda. ¿Y… cómo está tu amigo? ¿siempre tan

antipático? – Al decir esto Saga estudio a Camus por el rabillo del ojo.

- Eso nunca lo dije…Perdona, voy a ver al jefe.

- De acuerdo. Nos Vemos más tarde.

Oficina del jefe, unos minutos después.

- Buenos días Señor Radamanthys.

- Muy buenos Camus… Entra, entra. – Radamanthys hace unos días esperaba esa reunión. – ¿Has terminado ese bendito articulo?

- Aún debo terminarlo, tengo muchos apuntes por ordenar, y algunas historias por recoger.

- De acuerdo. Pero dime, ¿hay bastante material picante?

- No… entiendo.

- No eres un muchacho tonto Camus, estoy seguro de que harás carrera. Los lectores quieren cosas prohibidas, historias macabras, secretos laborales, misterios sin resolver, búscale el quinto pie al gato, un drama o un escan dalo venden bien… Ponlos en tu artículo y será… una obra maestra.

- Tengo que atenerme a la verdad…

- Naturalmente. La verdad pura y concreta, la verdadera verdad. Me entiendes. Y… acaso una pizca de sexo ¿no?. Ahora vete, que tengo que hacer.

Fuera de la oficina, Camus trataba de digerir la conversación con su jefe, se sentía el ser más despreciable de la tierra, luego de Radamanthys claro está.

- No es posible ¿que quería el Jefe? Hay que ver, en qué tipo de revista estoy trabajando… Sí cree que le escribiré un artículo sensacionalista, se equivoca. Le demostrare quien es Camus Aquarius. – Salio

inmediatamente de su oficina dejando a Mu lo mas confundido posible,

Carta de Isaac a EmmaYa habia pasado 1 semana despues de que me enferme esta semana e estado muy ocupada los grupos de la SM ya estan sacando nuevos albums, filamndo videos, dando conciertos, sesiones de fotos y muchas cosas y para cada cosa diferente tipo de vestuario ya solo tengo que esperar a que me llegue la ropa para repartirla y ver si no hay ningun inconveniente estoy super exausta necesito llegar ami casa darme un baño e irme a dormir

Misterio asesino casa abuela damian mata abuela casi matan a may

Neblina oscura y espesa invadía los troncos de los árboles y arbustos, el viento frío y cortante castigaba los árboles, el aire levantaba en el camino remolinos de polvo, que a la poca luz de esta noche, era el clima perfecto para cualquier curioso o demente disfrutar de este lugar y esperar a la llegada de su cita, la cual nunca llego.— ¡Maldita sea! he aquí como idiota creyendo en sus palabras ¿todo para qué? Para dejarme plantado en este estúpido lugar, el cual solo puede enfrascar testigos incautos creyentes de fantasmas y desmallarlos del mied...— Sus reclamos hacia la nada fueron callados a causa del arrastrar de unas cadenas. — ¿cadenas? Buen intento, ¿ahora qué sigue? Va a salir el náhuatl y me invitara a robar elotes de las haciendas cercanas. ¡OH, NO! ¡Espera! mejor aún, saldrá la llorona vestida de novia color blanco 'fuak' y pedirá mi mano para casarme con ella. Así, ella podrá ganar la patria potestad sobre sus hijos ahogados en el rio del chaneque azul, ¿Cómo se llamaba? ¡a si!, 'pitufino'. Je, ese pitufino es todo un loquillo, debería dejar de nadar mientras esta ebrio, ese color azul no le favorece para nada.— ¡AYYY! mis hijos- Se escuchó un fuerte

lamento que heló la sangre del joven. — Ayyy misss hijooosss— El lamento se escuchó más fuerte.— Muy bien, recuerda lo que te decía la abuela Marucha— Entro en pánico al ver por el horizonte y no localizar al dueño (a) de tan espeluznante grito. — Si los gritos se escuchan cerca de ti, no hay problema— Hablo para sí mismo. — Significa que está lejos de tu presencia. Y si se escuchan lejos... — ¡Ayyy, misss hijosss!— Se escuchó a lo lejos. — Sig-significa q-que esta... detrás de ti, mejor dicho ¿de mí?— Dio media vuelta para enfrentarse cara a cara con la llorona, cuál fue su sorpresa al encontrarse con la carretera desértica. A excepción de la lluvia. — ¡fiu! qué alivio, por un momento pensé que me encont...— ¡Ayyyy mis pieeesss!— ¡Ahhh!- Grito y salto hacia atrás al encontrase con la figura de una mujer con la cara cubierta por un manto grueso color blanco, una cadena grande y oxidada en la mano izquierda, en la otra un ramos de flores marchitas, y con los pies cubiertos de lodo.— Ayyyy mis pieessss... me duelen de tanto caminar— Descubrió de su rostro el manto blanco que ocultaba unos ojos color verde esmeralda. — No mames wey, hubieras dicho que el carro no tenía mucha gasolina, tuve que caminar dos kilómetros para llegar hasta aquí.— AAAHHH- Grito tan fuerte como pudo—

¡No por favor! no me pidas matrimonio. Soy muy joven y sexi para casarme con un monstruo cara de caballo, patas de gallo vestida de blanco. El cual su esposo abandono al ver lo horrible que eras y seguirás siendo. Si estas así de fea no quiero saber cómo estarán tus hijos ¡MATAME! ¡Hazlo ahora! mátame ahora mismo, pero no me casare contigo. ¡Ayyy mis hijos como estarán en un futuro!— ¡Hey! reacciona, soy yo— Dio una bofetada al chico arrodillado frente a ella.— K-Kaoru... ¿Eres tú? — La mencionada asintió con la cabeza. — ¿¡Que chingada madre te pasa!? Por poco me da un infarto. Si me da uno te quedas sin el futuro padre de tus hijos, discúlpate ahora mismo— Al terminar de hablar en vez de obtener una disculpa por parte de la chica, obtuvo una fuerte carcajada.— Tómalo como venganza— Respondió.— ¿Venganza?— Si, venganza al hacerme caminar dos kilómetros bajo la lluvia ¿No que el cielo estaría despejado toda la noche? — Una ráfaga de viento pasó por el pelo de la azabache. Butch al notar eso dejo al olvido la ira que sentía en esos momentos y trato de resistir para no abalanzarse sobre ella y besarla apasionadamente.Una mirada de extrañeza cruzo por los ojos de Butch adivinado las intenciones de él, o... incluso más— No estés fantaseando conmigo

idiota— Grito para sacar a Butch de sus fantasías lo cual no resultó.— Me decías algo, mi hermosa, sexi y escultural llorona— Seguía ensoñado ante el rostro de su novia, segundos después el hombro derecho y su rostro pulsaban de dolor.— De haber sabido como estaría el clima, tu comportamiento, y que el carro de tu hermano no contaba con mucha gasolina. Hubiera preferido estar en casa viendo las luchas, a haber asistido a esta estúpida cita.(Mejor olviden la parte: esperando su cita. La cual nunca llegó).— No te pongas así, mejor vámonos, por culpa de la neblina, no logro distinguir nada en el camino.— Vámonos— Concordó con él.— Oye. ¿Una pregunta?— Ya la hiciste.— No, no la he hecho ¿Para que la cadena y las flores? — Desde hace un rato tenía la curiosidad de saber si eran parte del susto que le dio o eran por otro motivo. Así que optó por preguntar.— Te escuche hablar solo y pensé que estabas poseído, así que pensé sujetarte con la cadena y hacerte una limpia para que se te saliera el chamuco, como toda una chamal experta en las artes oscuras defensora de los derechos humanos— Era obvio que solo estaba jugando con la mente de su novio para responder dicha pregunta.

— ¿En serio? — Creyó en las palabras de su novia sin notar la sonrisa socarrona que le daba su novia ante tal respuesta.— Claro que no idiota, la cadena fue por si me ataca un animal y las flores... ni yo sé; solo las encontré en una cruz clavada en la orilla de la carretera junto a una fosa. Me parecieron interesantes y muy raras— Ella misma se preguntaba porque seguía sosteniendo esas cosas si ya no era necesario utilizarlas, pero una corazonada la obligo a no soltarlas.— Y dices que yo soy el que recoge basura— Saco de los pensamientos a la chica. — Además no creo que haya algún hombre ebrio que quiera atacarte.— Con lo de animal me refería a ti— Rodó los ojos fastidiada. — Olvidándonos de esto. ¿Dónde está tu coche?— Esta atrás de estos árboles ¿Por qué preguntas?— Puto, como que "¿Porque preguntas?"— Imito a su novio. — Me estoy muriendo del frío, no sé cómo soportas este clima. Tenía planeado regresar a casa y dejarte plantado. Pero el camino de regreso constaba de cuatro kilómetros y no quería caminar más. Y solo pregunte porque, medio kilómetro atrás vi una hacienda, tal vez nos pueda hospedar mientras pasa esta tormenta, no pienso quedarme en tu carcacha, apesta peor que tu— Butch se mostró indignado tras el insulto. — Lo único que estamos haciendo es dar vueltas, literalmente— Fijaron su vista al

suelo y ahí estaba el mismo bache en forma de conejo.— Este bache me da risa parece un conejo, uno feo y desfigurado, pero en fin, parece conejo— dijo Kaoru.— Sube— Llamo la atención de su novia desde la puerta del auto.— Tú grandísimo...— Intento gritarle por haberla ignorado pero en ese momento le importaba más cubrirse de la lluviaLa lluvia no había cesado, al contrario con el paso de los minutos se desato con más furia dando como resultado una tormenta y de repente la brecha por la cual habían entrado un metro antes no fue más que un revoltijo de lodo.Con dificultades lograron llegar a dicha entrada de la hacienda. El chico oji-verde de manera caballerosa permitió a Kaoru bajar del carro para averiguar si la entrada se encontraba cerrada, mientras él estaba a salvo de la lluvia. Por suerte no lo estaba, antes de llegar a la entrada atravesaron un pequeño riachuelo que conectaba a otros más cerca de la hacienda. El camino para llegar a dicha entrada estaba a tan solo veinte metros.Con algo de dificultad lograron atravesar el lodazal que les obstruía el paso.— ¡Vez! te lo dije, nadie como yo como para conducir un buen auto.— Seee, tan buen auto que no lo tuve que empujar para que saliera del bache. Mientras tú, cómodo de la vida dentro de tu carcacha

cubriéndote de la lluvia, ¡Mírame! si me enfermo no tendrás de otra que cuidar a mi hermano menor por mí— Dijo en tono amenazante.Butch al escuchar la amenaza, se estremeció del miedo. Él tenía la fama de tener una suerte con los pubertos.Aún recuerda lo que le sucedió la última vez. Por culpa de ese demonio, se las vio en apuros: tan solo se había distraído unos segundos; y cuando menos se lo espero, se vio así mismo detenido tras las rejas durante tres semanas por cargos en su contra que, él ni siquiera se acordaba, de no haber salido bajo fianza seguiría encerrado. Y pasar de nuevo por esa experiencia... — ¡NI SE TE OCURRA! Sabes que tu hermano... digo, tus hermanos me odian y no perderían la oportunidad de hacerme sufrir.— ¿Acaso el "fuerte" y arrogante Butch se acobarda?- Espetó con burla, a lo cual, Butch rodó los ojos.— Vamos a ver si no hay nadie despierto- Cambio de tema para no contestar dicha pregunta.Antes de que opinara quien iría esta vez, Kaoru se adelantó a terminar la frase:— TE TOCA— Y sin tiempo para que el chico se opusiera ya había sido sacado a empujones por no decir a patadas del "auto en buen estado".Butch no tuvo de otra, se dirigió al portón de madera y como no había timbre toco tres

veces con el puño, al no salir nadie, pateo el portón como si fuera un balón de fútbol. La puerta se abrió de par en par y en frente había una señora que le hacía señales para pasar y cubrirse de la lluvia.— Buenas noches, tú debes ser Kaoru ¿no? y tú el joven Butch— Saludo una señora con aspecto amable, portaba unos anteojos de lectura y en su mano llevaba una espada.— ¿Para que el machete? — Poco les importo que la persona desconocida supiera sus nombres sin antes presentarse.— No es una machete... es mi cuchillo para rebanar carne.— Más bien una espada. Si con eso corta la carne, no quiero imaginar con que calentara la sopa— Susurro a su novia a espaldas de la señora.— No hay necesidad de ser grosero— Poco después recibió un cucharazo por parte de su novia y para rematar, la amable señora lo dejo inconsciente tras haberle proporcionado en la cabeza un sartenazo, pero no con un sartén de teflón, sino uno de un antiguo metal, probablemente más pesado que una plancha antigua de hierro, la cual funcionaba con carbón.— ¿Qué? ¿Acaso hice algo malo? — Pregunto inocente la señora con una risa tímida.— ¡Cuando tenga su edad quiero tener la fuerza suficiente como para noquear a idiotas sin la necesidad de usar objetos contundentes!— Kaoru hablo maravillada tras

ver su novio noqueado.— No hay porque desesperarse, para que llegues a mi edad faltan muchos años, mientras puedes seguir practicando, tienes una fuerza increíble; No la desperdicies— Sonrió de una manera tranquila, como si fuera una maestra en las artes marciales. — Iré a hacer algo de cenar para ustedes, mientras intenta despertar al joven Him.— De acuerdo... ¿Un momento? ¿Cómo sabe su apellido?— Quiso ver la cara que pondría la ama de llaves, cuando levanto la vista hacia ella, pero la mencionada no se encontraba por ningún lugar.Después de hora y media, un olor agradable despertó el sentido del olfato del joven. — Alguien me preparo el desayuno. Boomer, ¿desde cuándo mejoraste en la cocina?— No es el desayuno imbécil— Él, al oír las palabras de su novia se levantó de un salto y recupero la compostura, fingiendo que nada había ocurrido mientras observaba de forma amenazante el suelo. — La señora se tomó la molestia de preparar la cena para nosotros, creo que falta esperar a que lleguen los demás trabajadores para cenar con todos.Ellos decidieron sentarse en sillón más grande de la sala mientras esperaban a que los llamaran. Pasaron cinco minutos y unos pasos sospechosos se escucharon a lo lejos, ignoraron el sonido por completo, ya comenzaban a aburrirse y Kaoru formando una risa malévola en su rostro, agarro una

pluma que estaba en el jarrón y la mojo un poco con la misma agua que contenía el jarrón. Se escabullo con cautela lejos del sofá y se puso a espaldas del chico; como si fuera gato sigiloso.Kaoru formo voz de ultratumba y susurro al oído del joven: Ya casi esta la cena, hueles bien. Y con la pluma humedecida toco el cuello de Butch hasta llegar a su oído.— ¡Tía maruchaaaaa!— Grito sobresaltado. — El monstruo me quiere comer— Después cayó del sillón golpeando su rostro contra la mesa de centro.Una sonora carcajada dio entender al oji-verde que acababa ser víctima de una de las tantas bromas de Kaoru.— Debiste ver tu cara, parecías chimpancé electrocutado, y… ¿no era la abuela Marucha? — Butch se abalanzo contra ella y en una fracción de segundo... Ya habían roto la mesa cuando ellos cayeron encima.— ¿¡Ves lo que provocas!?— Regaño Kaoru.— ¡Yo no hice nada!— Alzo sus manos, provocando que el jarrón de aspecto invaluable cayera al suelo.Los dos parecían haber palidecido, con el pie empujaron los restos del jarrón y lo escondieron debajo del sillón; levantaron los trozos de la mesa y los tiraron por la ventana.Quedaron quietos como si fuesen niños regañados y acordaron guardar compostura. La amable señora hizo acto de presencia.— La cena esta lista— La ama de llaves entro

limpiando sus manos con un trapo, detuvo su acción y se acercó a la pequeña mesa donde anteriormente estaba el jarrón. — Falta algo pero no recuerdo que…— ¡Oh! se refiere a las flores— Interrumpió Kaoru antes de que la señora recordara que el objeto faltante era el jarrón.Con pasos presurosos le dio las flores a la ama de llaves. Ella miro las flores con curiosidad y las analizo como si fuera a comprar verduras en la tiendita de la esquina, fijándose que esta no se encontrara podrida o verde. Dio un pequeño encogimiento de hombros y coloco el ramo de flores marchitas en la mesa. — Bueno jóvenes, ¿qué esperan para cenar? Si es la invitación ya se las hice, vamos que la comida se enfría.Butch y Kaoru siguieron a la señora. Antes de que Kaoru cruzara la puerta de la cocina volteo con arrepentimiento hacia la sala. Cuál fue su sorpresa al observar las flores marchitas como si las acabaran de cortar, ahí con sus vivos colores alegrando la sala de estar e impregnándola con un perfume primaveral. La chica tallo sus ojos con incredulidad; ahora si le iba a dar un infarto pues ahora el ramo de flores estaba dentro de un jarrón.

EMBARAZO DE EMMMA

Cinco minutos, cuatro minutos, tres minutos, dos minutos, un minuto…treinta segundos…

quince segundos, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres dos, uno…- Merlín, es hora… es hora… no quiero ver, no quiero ver- susurraba la muchacha sosteniendo con una sus manos una especie de palito mientras que con la otra se cubría los ojos en un acto infantil, a través de sus dedos pudo ver el objeto rosa pero su mirada evadía mirar más allá, allá donde un par de rayitas decidirían su destino.- Vamos Hermione eres una Gryffindor, una leona, una heroína… - se decía a sí misma para darse valor- tienes que mirar, tienes que mirar… respira, tranquila… tranquila, todo va a estar bien…- reuniendo todo el valor con el que contaba fijo su mirada en el objeto. – Maldición-grito indignada y lanzo la prueba de embarazo a la basura- inconcluso- suspiro derrotada y tomo una vaso de agua, luego otro y otro…después de todo tan previsora como era había comprado más de una prueba así que se dio a la tarea de comenzar una vez más con la tortuosa espera. Hacía unas semanas que había terminado su relación con Ron después de encontrarlo en una situación sumamente comprometedora con Lav Lav, el muy idiota se había atrevido a dar la misma excusa que todos- No es lo que tú piensas Hermione… sin embargo era claro que no había error, no cuando encuentras a tu novio besando a su ex, sin camisa y con las manos en lugares demasiado íntimos.Esa mañana despertó con unas ganas de desayunar melón y jugo de sandía, por alguna

razón se sentía feliz, acarició su ya crecido vientre y en respuesta recibió una patadita – Buenos días mi amor, ¿dormiste bien? Mami tendrá una junta importante hoy así que espero que te portes bien – siguió acariciando su vientre unos minutos más hasta que su gato maulló pidiendo atención y ella le hizo una caricia en el lomo.Era lunes, tal vez por eso tenía tan buen humor; los lunes era realmente uno de los días que más le gustaban a diferencia de mucho de sus compañeros del Ministerio de Magia Americano, ella disfrutaba su trabajo, la hacía sentir útil. Aunque no podía quejarse sus compañeros de trabajo la trataban muy bien y no hacían preguntas del tipo ¿Por qué terminaste con Ron Weasley?, ¿Quién es el padre de tu hijo?, ¿Por qué decidiste mudarte a América del Sur?... en realidad no tenía una respuesta para esa pregunta simplemente lo había decidió luego de conocer el resultado de la prueba y estar completamente segura de su embarazo se apresuro a pedir su traslado y se mudo al primer lugar que le vino a la mente y en el que la guerra no hubiera tenido el impacto que la convirtió en una heroína en Londres, donde a nadie le interesaría conocer cada detalle de su vida y la de su hijo.Estaba a cargo del Departamento de Regulación de las Leyes mágicas y debía llegar temprano al trabajo pero no ese día, tenía un permiso especial porque finalmente

se había decidido a conocer el sexo de su bebé… era tan difícil encontrar ropa y decoración de los colores adecuados cuando no sabía si tendría un niño o una niña. Caminaba a paso lento con su vientre moviéndose al compas de sus pasos, llevaba en las manos dos bolsas repletas de mamaderas, chupones, pañales, sonajeros, juguetes… que faltaran tres meses para el nacimiento del bebé no era excusa para dejar las cosas a último momento, ella debía estar preparada

Inicio emabrazo emma Entré apurada, pues llevaba quince minutos de retraso, el señor Jasper había pedido que asistiera con él a la sala de juntas. Al parecer una reunión importante, Ángela no se encontraba por lo que me había pedido el favor de apoyarlo. Acepté, según la información dada llegaban nuevas noticias para la compañía.Llevaba en uno de los bolsillos de mi saco una bolsa de papel, las nauseas iban y venían. Con Mía bastaban unas galletas saladas para parar tal cosa. Pero todo amenazaba a que este embarazo iba ser muy diferente.—Llegas tarde —anunció Tanya entrecerrando sus ojos —y te ves fatal, ¿te

encuentras bien?, tienes varios días pareciendo un zombi—. Rodé los ojos ante el tacto de mi querida amiga, ella tan dulce.—Estoy bien —mentí rápidamente esperando que me creyera, no tenía intención aún de revelarle lo que me pasaba. Si cerraba los ojos podía imaginarla acorralarme contra la pared del baño para que le contara todo. Solo una mirada y ¡bum!, hablaba como grabadora. Aún no descifraba como lograba hacerlo.Recogí las carpetas que me tenía que llevar a la sala de juntas. Salí apurada a tomar el ascensor. Me acomodé bien la ropa, preguntándome cuando tendría el valor de ir a una clínica para hacerme una prueba de sangre.La prueba casera, corrección, las cuatro pruebas caseras habían arrojado el resultado positivo: una me sonrió, la otra mostro dos rayitas, otra me brindo un signo de + y la más moderna había dado un "embarazada" en la pantallita. Yo aún conservaba la esperanza de que hubiera un error.Sigue soñando, me dijo una vocecita.