Pensamiento Musical en El Romanticismo

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  • Unidad didctica 5

    Pensamiento musical en el Romanticismo

    ResumenEl Romanticismo naci como movimiento literario entre los jvenes alema-

    nes de nales del XVIII, la generacin de Beethoven. En principio se trataba deuna losofa de vida que defenda los ideales revolucionarios de la poca yrechazaba el racionalismo de la Ilustracin; sus notas caractersticas era el indi-vidualismo, el sentimentalismo y la inclinacin por lo anmalo, junto con unaexaltacin de lo popular y nacional. En el campo musical se desarroll una ad-miracin casi religiosa por la msica instrumental que poda expresar lo sublimey lo inefable, conceptos centrales de la ideologa romntica; esta religin musicalnecesitaba sus sacerdotes: los genios, los grandes compositores que serviran deintermediarios entre lo sobrenatural y los simples mortales. La msica se con-vierte as en la ms sagrada de las artes y los compositores en guras centralesde la actividad musical.

    1 E.T.A. Homan (1776-1822), La msica instrumental de Beethoven (1813)El alemn E T A H fue uno de los iniciadores del

    movimiento romntico. Ha pasado a la historia principalmente como escritor,uno de los creadores del relato fantstico; algunos de sus relatos han inspiradoobras musicales, como El hombre de arena (Coppelia) o El cascanueces, incluso lmismo es el personaje central de una pera, Los cuentos de Homann de JacquesOenbach.

    Pero Homann fue tambin msico, compositor y crtico musical. A su laboren este ltimo campo se debe en gran parte la difusin de la fama de Beethoveny otros compositores de su poca, y la aplicacin del pensamiento romntico a lamsica.

    El gusto romntico es raro; ms raro an es el genio romntico. Muy pocos saben tocarla lira, cuya voz abre de par en par el fabuloso reino del romanticismo.

    Haydn siente romnticamente los efectos humanos de la vida humana. Es ms con-mensurable, ms comprensible para el gran pblico.

    Mozart exige ya en mayor medida el elemento sobrehumano, maravilloso, latente ennosotros.

    La msica de Beethoven mueve en cambio las palancas del terror, del escalofro, deldolor, y precisamente por esto provoca ese palpitar de innita nostalgia que es la esenciamisma del romanticismo. l es, pues, un compositor netamente romntico. Y no podradepender de esto su no tan feliz xito en la msica vocal? La vocalidad, en efecto, nopermite el abandonarse a sensaciones indenidas, sino que expresa pormedio de palabrasafectos concretos, aunque trasladados y vividos de nuevo en el reino de lo innito.

    El genio poderoso de Beethoven oprime a las plebes musicales, y stas tratan, en vano,de revolverse contra l.

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    Creedlo a pies juntillasdicen los crticos eruditosmirando a su alrededor con airesde importancia. Creed en nosotros que somos personas inteligentes y de profundospuntos de vista: el buen Beethoven no carece en absoluto de rica y viva fantasa; pero nosabe ponerle freno!... Y en lo que respecta a la eleccin, a la estructura de las ideas, no haynada que decir... Pero l las echa abajo, tal como se le van presentando en el fervor de lainspiracin, segn el mtodo llamado genial...

    Atencin! decimos nosotros. Y si la ntima y profunda coherencia de las com-posiciones beethovenianas se os escapase slo a vosotros, seores crticos de vista corta?...Y si dependiese slo de vosotros el no entender el lenguaje del maestro, comprensibleslo para los iniciados?... Y si la puerta del Sancta Sanctorum permaneciese cerrada so-lamente para vosotros?... En verdad el maestro, que no es inferior desde luego a Haydny a Mozart en lo que respecta a una ponderada reexividad, separa su yo del mundointerior de los sonidos, y sobre ste reina, como seor absoluto.

    [...] La msica instrumental, si es realmente pura (es decir, si no se destina a algunanalidad dramtica concreta), debe evitar las agradabilidades insignicantes, las gracias,los lazzi de todo tipo. Existe un regocijo ms elevado, ms magnco del que habitual-mente est presente en nuestro pequeo mundo una alegra que proviene de regionesdesconocidas, que nos enciende en el nimo una vida totalmente interior. Pero el artistacapaz de percibir tales sensaciones, aunque sea de manera instintiva, trata de convertirlasen expresiones ms elevadas que las que podran ofrecerle las pobres palabras humanas,aptas slo para expresar gozos y placeres materiales.

    [...] El verdadero artista vive solamente para la obra como la concibi el autor y delmismo modo la ejecuta. Se cuida muy mucho de anteponerle su propia personalidad, ytiende con todas sus fuerzas a hacer revivir en su brillante policroma los cuadros mag-ncos, las fascinantes imgenes encerradas en la obra por la mgica fuerza del maestro,para que envuelvan al oyente en haces de luz, para que le inamen el corazn y la fantasay lo arrastren en un rpido vuelo hacia el lejano y mgico mundo de los sonidos.

    2 Arthur Schopenhauer (1788-1860), El mundo como voluntad y representacin(1818)

    El lsofo A S es uno de los nombres importantes delidealismo alemn derivado de Kant. Partiendo de las ideas de este desarrolla unalosofa propia, teida de un fuerte pesimismo, que inuy de manera impor-tante en lsofos posteriores comoNietzsche y en el pensamiento de buena partedel siglo XX. Como era habitual entre la burguesa alemana de su poca tuvo unaeducacin musical, y la msica forma parte importante de su reexin sobre elmundo. En este aspecto se le puede considerar el creador del pensamiento musi-cal romntico; inuy poderosamente en compositores como Richard Wagner ysus ideas sobre la msica perduran a travs del posromanticismo en el siglo XX.

    En el estudio precedente hemos considerado todas las bellas artes desde un punto devista general que habamos adoptado [...] Al llegar a este punto, observamos que una delas bellas artes ha quedado, y tena que ser as, fuera de nuestra consideracin pues, en lasistematizacin que hemos hecho, no hay lugar alguno para ella. Me reero a la ,que constituye, por s sola, un gnero aparte.

    En lamsica ya no encontramos una copia, una reproduccin de una idea de la esenciantima del mundo. Pero es un arte tan excelso y admirable, obra tan poderosamente sobrelo ms ntimo del hombre y es tan completa y profundamente comprendida como unalengua universal, cuya claridad supera incluso a la misma intuicin, que, por todas estas

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    razones, tenemos que ver en ella, sin duda, algo ms que un ejercicio inconsciente dearitmtica en el que la mente no sabe que est contando, que seal Leibniz.

    [...] Desde nuestro punto de vista, que se centra bsicamente en el aspecto esttico, hayque reconocer en la msica un signicado ms serio y ms profundo en relacion con laesencia del mundo y nuestra propia esencia.

    [...] Lamsica es, en efecto, una objetivacin yuna imagende la toda,como lo es el mismomundo, como lo son las Ideas cuyamanifestacinmltiple constituyeel mundo de los objetos singulares. Por eso, la msica no es, en modo alguno, como lasotras artes una representacin de las ideas, sino ,de la cual las Ideas son tambin objetivaciones. Por esta razn, el efecto de la msica esmucho ms penetrante y ms poderoso que el de las otras artes; estas no expresan msque sombras, aquella habla de la realidad.

    [...] Quienes me hayan seguido hasta aqu y hayan penetrado en mi pensamiento noencontrarn muy paradjico si armo que as es posible lograr una correcta explicacinde la msica en el conjunto y en los detalles. Si nosotros, pues, enunciamos y desarrolla-mos en conceptos lo que la msica expresa a su manera, haramos, por el mismo hecho,una explicacin razonable y una exposicin el del mundo expresadas en conceptos oalgo equivalente. Y ello sera la verdadera losofa y, por consiguiente, desde nuestra vi-sin mucho ms elevada de la msica, podramos parodiar as la antes citada sentenciade Leibniz que, desde un punto de vista ms a pie de tierra pretendido por l, es deltodo correcta: la msica es un ejercicio inconsciente de metafsica en que la mente no sabe queest losofando, pues saber signica siempre percibir las cosas bajo la forma de nocionesabstractas.

    3 Eduard Hanslick (1825-1904), De lo bello en msica (1854)En el enfrentamiento entre wagnerianos y antiwagnerianos que caracteriza

    la msica alemana y europea de la segunda mitad del XIX, el crtico musi-cal E H es el principal representante de la segunda tendencia. Se leconsidera el iniciador del formalismo musical, corriente que considera que el valorde la msica est en los elementos propiamente musicales y no en su relacincon ideas literarias o en su capacidad de evocacin; inicia as una lnea de pen-samiento musical que tendr su mxima expresin en el Neoclasicismo del sigloXX. Fue un gran amigo y defensor de Brahms ante las crticas de los wagneria-nos y un furibundo detractor de Wagner, que lo caricaturiz en el personaje deBeckmesser en Los maestros cantores de Nuremberg.

    Dado que los sentimientos no puede ser de ningn modo la base para los principiosestticos, es vitalmente importante estar en guardia ante este punto de vista tan rmemen-te arraigado respecto a la msica y los sentimientos. No nos referimos aqu al prejuicioconvencional posibilitado por el hecho de que nuestros sentimientos y nuestras imgenesmentales son engaados con frecuencia por textos verbales, ttulos y otras asociacionesde ideas meramente incidentales (especialmente en la msica religiosa, militar y teatral),que tan errneamente inclinados estamos a adscribir a la propiamsica.Ms bien, la cone-xin entre una pieza musical y nuestros cambios de sentimiento no es en absoluto de unacausalidad estricta; la pieza cambia nuestro estado de nimo segn nuestras cambiantesexperiencias e impresiones musicales. Actualmente apenas podemos comprender cmonuestros abuelos podan entender una cierta secuencia musical como su correspondienteimpresin de un particular estado emocional. Prueba de esto son la extraordinaria dife-rencia entre las reacciones de los contemporneos deMozart, Beethoven yWeber ante suscomposiciones y nuestra reaccin actual. Cuntas obras de Mozart fueron designadas en

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    su poca como las ms apasionadas, ardientes y audaces en la bsqueda de la pinturamusical de las emociones! En esa poca, se confrontaba la tranquilidad y salud de las sin-fonas de Haydn con los arrebatos de pasin vehemente, lucha amarga y punzante agonade las de Mozart. Veinte o treinta aos despus, se hizo exactamente la misma compara-cin entre Mozart y Beethoven. La posicin de Mozart como representante de una pasininspirada y violenta fue trasladada a Beethoven, y Mozart fue elevado al Olimpo clsi-co de Haydn. Cualquier msico atento que viva lo suciente encontrar metamorfosissimilares. Sin embargo, tras esta variacin en la impresin de los sentimientos, el valormusical de muchas obras permanece inalterado, y su originalidad y belleza permanecentan frescas como siempre, a pesar de la excitacin que pudieron causar en su momen-to. Luego la conexin entre las obras musicales y los sentimientos concretos no siemprefunciona, en todo caso y necesariamente, como un imperativo absoluto. Esta conexin esincomparablemente ms variable en relacin a la msica que a cualquier otra arte.

    Por tanto, el efecto de la msica sobre los sentimientos no posee ni la necesariedad nila exclusividad ni la constancia que debe presentar un fenmeno para convertirse en labase de un principio esttico.

    4 Richard Wagner (1813-1883),Msica del porvenir (1860)Adems de compositor importante y de gran inuencia en su poca, R

    W fue autor de numerosos escritos sobre msica que crearon toda una co-rriente de pensamiento musical en Europa. Los msicos, crticos e incluso p-blicos de nales del XIX se dividieron entre wagnerianos y antiwagnerianos, ylas disputas entre ambos grupos se reejan en toda la actividad musical europeaincluso hasta bien entrado el siglo XX. Aunque las ideas de Wagner se aplicanfundamentalmente a la pera, la importancia que atribuye a la orquesta en ellalo convierte tambin en modelo a seguir en la msica sinfnica.

    Yo llam a la sinfona el ideal efectivo de la forma de danza. [...] Ahora bien, la danzaque se ejecuta en pleno acuerdo con su msica, forma ideal de aquella, es la accin dra-mtica. Ella es a la danza primitiva exactamente lo que la sinfona es a la simple melodade danza. Tambin la danza popular original expresa ya una accin [...]

    La grandeza del poeta se mide especialmente por el hecho de que l calle para dejarque nosotros nos digamos, en silencio, lo que es inefable; ahora bien, es el msico quienhace que lo que el poeta ha callado resuene claramente, y la forma infalible de su silencioque retumba tan fuerte es la meloda innita.

    El sinfonista no podr necesariamente dar forma a esta meloda sin su rgano propio,y este rgano es la orquesta. Pero no tengo necesidad de hacer notar que la emplear poreso en otro sentido muy diferente del compositor de pera italiano, en cuyas manos laorquesta no era ms que una enorme guitarra de la cual se serva para acompaar lasarias.

    La orquesta estar con el drama como yo lo entiendo en una relacin aproximadamen-te similar a la que asumi el coro trgico de los griegos con la accin dramtica. El coroestaba continuamente presente; ante sus ojos se desarrollaban losmotivos de la accin quese efectuaba; trataba de profundizar en estos motivos y de formarse por medio de ellos unjuicio acerca de la accin misma. Solo que esta parte que el coro tomaba en la accin era,en general, de naturaleza ms reexiva; permaneca ajeno a la accin y a sus motivos. Laorquesta del sinfonista moderno, al contrario, penetrar en los motivos de la accin conuna participacin tan ntima que, por una parte, como cuerpo de la armona, es la nicaque har posible la expresin de la meloda y, por otra, acoge la corriente continua de lamelodamisma, y as comunica losmotivos al sentimiento con la energams irresistible y

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    convincente. Si hemos de considerar como forma ideal esa forma artstica, que puede sertotalmente comprendida sin la reexin, y por medio de la cual la concepcin del artistase maniesta en toda su pureza directamente al sentimiento; si en el drama musical, queadmitimos que corresponde a las condiciones precitadas, debemos reconocer la forma dearte ideal, ser entonces la orquesta del sinfonista el nico instrumento maravilloso quepueda realizar esta forma.

    5 Friedrich Nietzsche (1844-1900), Escritos de Turn (1888)FN es tal vez el lsofo europeoms importante de los dece-

    nios nales del XIX, y sus ideas inuyeron poderosamente en escritores, artistasy msicos de comienzos del XX. Mantuvo una relacin de amistad y admiracinhacia Wagner que lo convirti en uno de los lderes del bando wagneriano; perotras la ruptura de la amistad cambi su opinin y se hizo apasionadamente an-tiwagneriano. En sus escritos de Turn, redactados poco antes de la crisis que lorecluy en una clnica psiquitrica, rechaza violentamente el wagnerismo.

    Ayer he odopodrais creerlo? por vigsima vez la obra maestra de Bizet. Nueva-mente persist en un delicado recogimiento, nuevamente no escap. Esta victoria sobre miimpaciencia me sorprende. Qu perfectos nos hace esta pera! Al orla nos volvemos unaobra maestra. Verdaderamente, cada vez que escuchaba Carmen me pareca ser mejorlsofo, un lsofo mejor de lo que se sola creer; me haba vuelto tan indulgente, tan fe-liz, tan sedentario... Estar sentado cinco horas: primera etapa de la santidad! Podra decirque la orquesta de Bizet es casi la nica que sigo soportando? La otra orquesta tan apre-ciada hoy en da, la wagneriana, brutal, articiosa e inocente a un tiempo, que hablaal mismo tiempo a los tres sentidos del alma moderna, qu dao me hace esa orquestawagneriana! La llamo siroco. Empiezo a sudar de un modo fastidioso. Mi buen tiempo hadesaparecido.

    Sin embargo, esta msica me parece perfecta. Se acerca ligera, suave, de forma ama-ble. Es agradable, no hace sudar. El bien es ligero, todo lo que es divino corre con piesdelicados: primer principio de mi esttica. Esta msica es malvada, renada, fatalista; apesar de ello, sigue siendo popular (posee el renamiento de una raza, no el de un indivi-duo). Es rica. Es precisa. Construye, organiza, lleva a buen n; es la anttesis de la msicatentacular, de la meloda innita. Se han odo antes en un escenario acentos trgicostan dolorosos? Y de qu forma se alcanzan! Sinmuecas! Sin acuarmoneda falsa! Sin lamentira del gran estilo! Esta msica considera inteligente, incluso comomsico, al oyente,por lo que incluso en esto es lo opuesto a la msica de Wagner, quien, aunque puede serjuzgado bajo otros aspectos, fue el genio ms maleducado del mundo. [...]

    Veis cmo estamsicame hacemejor? Il faut mditerraniser la musique: tengomis razo-nes para esta frmula. El retorno a la naturaleza, a la salud, a la serenidad, a la juventud,a la virtud. Y yo que era uno de los ms corrompidos wagnerianos! Yo, capaz de tomar aWagner en serio...!

    Pensamiento musical en el RomanticismoE.T.A. Hoffman (1776-1822), La msica instrumental de Beethoven (1813)Arthur Schopenhauer (1788-1860), El mundo como voluntad y representacin (1818)Eduard Hanslick (1825-1904), De lo bello en msica (1854)Richard Wagner (1813-1883), Msica del porvenir (1860)Friedrich Nietzsche (1844-1900), Escritos de Turn (1888)