Peñas Del Prado

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Al enas .ra o Elparaíso escondido Entre el puerto de Pajares y el valle de la Luna se esconde, ausente, el valle de Aras. El viajero que aquí se asome deberá dejar en la carretera sus prisas para poder zambullirse en la calma de estos parajes. Desde 1975, los locales, 1eoneses y asturianos, vienen abriendo interesantes itinerarios por estas Peñas, que presentan una adherente caliza gris como mejor aliada. Placas tumbadas que se van enderezando para acabar en pequeños desplomes, una pared para todos los gustos. D ESDE tiempo inmemorial el valle leonés del río Ber- nesga fue la entrada y sa- lida del reino de León por el Principado de Asturias, cruzando la cordillera prácticamente por su punto central. Por el mismo valle se trazó la vía férrea y la carretera na- cional, camino del tortuoso puerto de Pajares. Las ventajas que esto supuso para la industria y la minería del carbón hicieron surgir, de pequeñas aldeas ga- naderas, florecientes poblaciones a boca de mina a la sombra de altas chi- meneas de fábricas, o centrales térmi- cas. La necesidad de vías de comunica- ción rápidas y cómodas hizo necesario perforar el corazón de la cordillera, y trazar una moderna autopista por el va- lle de Luna. El gran paso hacia el futuro para ambas regiones que esta obra supuso en términos de comunicación, fue un gran paso atrás en la conserva- ción de la rica fauna de la Cordillera Cantábrica. Significó una tercera barre- ra prácticamente insalvable, quedando definitivamente partida en dos, espe- cialmente grave para la conservación del oso pardo cantábrico. En medio de estos dos corredores de comunicación se encuentra el valle de Aras. Por suerte, este pequeño pero her- moso valle no tenía nada que aportar a la

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Escalda en Peñas del Prado

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Page 1: Peñas Del Prado

Al

enas.ra o

Elparaíso escondidoEntre el puerto de Pajares y el valle de la Luna se esconde,

ausente, el valle de Aras. El viajero que aquí se asome deberá

dejar en la carretera sus prisas para poder zambullirse en la

calma de estos parajes. Desde 1975, los locales, 1eoneses y

asturianos, vienen abriendo interesantes itinerarios por estas

Peñas, que presentan una adherente caliza gris como mejor

aliada. Placas tumbadas que se van enderezando para acabar en

pequeños desplomes, una pared para todos los gustos.

DESDEtiempo inmemorialel valle leonés del río Ber-nesga fue la entrada y sa-lida del reino de León por

el Principado de Asturias,cruzando la cordillera prácticamentepor su punto central. Por el mismo vallese trazó la vía férrea y la carretera na-cional, camino del tortuoso puerto dePajares. Las ventajas que esto supusopara la industria y la minería del carbónhicieron surgir, de pequeñas aldeas ga-naderas, florecientes poblaciones aboca de mina a la sombra de altas chi-meneas de fábricas, o centrales térmi-cas. La necesidad de vías de comunica-ción rápidas y cómodas hizo necesarioperforar el corazón de la cordillera, ytrazar una moderna autopista por el va-lle de Luna. El gran paso hacia el futuropara ambas regiones que esta obrasupuso en términos de comunicación,fue un gran paso atrás en la conserva-ción de la rica fauna de la CordilleraCantábrica. Significó una tercera barre-ra prácticamente insalvable, quedandodefinitivamente partida en dos, espe-cialmente grave para la conservacióndel oso pardo cantábrico.

En medio de estos dos corredores decomunicación se encuentra el valle deAras. Por suerte, este pequeño pero her-moso valle no tenía nada que aportar a la

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modernidad, y siguió anclado enel pasado a la sombra de agrestes roque-dos, pese a estar a escasos kilómetros dela vorágine y la velocidad de las grandesvías de comunicación.

Muchos de sus habitantes tuvieronque optar por la emigración, bien a po-blaciones cercanas o a regiones limítro-

Página anterior, fes. Los que quedaron siguieron víviendoal ritmo de paso cansino de sus reses y

panorámica de rebaños de ovejas, camino de los siempreverdes campos de tan magnífico lugar.

la zona. Al lado,

en el tercer

largo de "Sin

aspiraciones a

nada", que

recorre la parte imás compacta j

w

del espolón. ~

D(S((HSt} -• El déseenso más.íreJ;Hente desde lacima es ~OI l;j vía "SendaverHcal", Quenos deja en unas..Q!ada,sfácilmeríte des-trepable~ tras das ráp_eles-de'56 m (el.¡¡rimero algo volado).• También sepuede.bajar-por I_avertien-te-norte Y.lIirar batia:el oeste en busca:de una_canal (unos 40 minulosf

DAT{)SD( IMURÍS• En ef¡¡ueblo de G.iJbillas se.encuentraun modesto bar donde., aparté-de buen,aacogida, obtendréis información de lasvías pidielldo los"Cf-üQuisa suoueño Ile~nigno (curioso personaje.Y gran conoce-dor de la historia de estas flJonlafias que-podrá informaras de todo aquello quenecesitéis). Aderriás:fm este pluiblo.exis-te un bonito albergue que está:previstoque.emre e[l funcianamiento esta prima-

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, F~fOan¡jez. Se trata de laúltima-v[a abierta en Peñ~ del Prado-;y unañe las más largas. LO¡¡ gran1erraza 'cenkat rompe la contlnuidad-.dúsreitinerarJo,"Jue presentasus mayofes-dili- , _sultades en las tiradas superiores. Tan 1100 m. 0.., V· 061.)sólo dos espits y untlavonos recorllafá¡¡--Que estamos repifiendo una vía~Lteva[dJ'izas,empotrador~ y-menas~

~8,-'P[~ACORADA{mm.-AD+J IV.}3' asc:.3 de diciembre de 1995-po¡;Emi-lio Valoés y Eernando Lópel. Itinerario deescasa dílicultad Quesopera el 'l6calo dela pare<fy nos deposila en la gran tenazacentral. ltegados a este punto, '! al igual ':que la "MartesJrece". pOBremos rematar

-', la escalada continuando par la-viíf 'SefFaa,vertical" o por la "~o hay calizana'Ga-liza". o bien bajar por las viras def ue~ccenso normal. Con un jueglt¡je ¡¡sure~bastará para repetir la vía.

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Peña~de[Prado(ara ~'uroe~te

modema.va bonita)' diJícil sobre rocamagnífica. Los tres primeros largos, enlos que se combina la escataoaen cana-lizas y placas.están totalmente equípa-:dos. P.arael resto llevar un-juegode fisu-rerosy friends. Re..comendable,

15.- fi INQDfJill Pl(ll5 m. O!IV.)F asc: agosto de 1985 por Antonio.

Ruiz y PIimL Los primeros largosdiscurren panas co.mpgctaspla-cas de_lapa~einlerlor d_ela pa-red, para después iotmducirseen la evidente canal que de la

parte superior:eÑo se conocerepetición alguna de esta vía-porlo que.resulta.difícil facilitar másdatos. Llevar irieñds y f[sureros.

16.- otSGASITtMOOOHAl (220 m.~m'16bool.¡'· . _

l' ase: 27"de octubre de 1996 porJosé M. Fernánde-z-y Miguel Pita.

Itinerario de dificultad bastante.mante-nida que nos dará.l}Qcos resll.iros, por

-11.-V[HUS-(200m.-MO, 6a+,obl.)1ª ase: 1 de junio da 1996,.por José M.Fernández. Escalaoa. variada conoe laspfincipales,dificuUades'lás encontrare-mos en un primer aégo muy mantení- .'do. A pesar-de qué'los segúros-alejanes una vía muy' recomendable, con unbonito trazado sobre roca excelenté'.Llevar dljiás para IQs puentesJje' roca,fisureros y friends .. ~, .

19.- ARISTAO[ tÍi(u'[R~\.:,," "(140 m. MO~,-y.¡Alobl.L "-1¡ase: en npviembr.e dé 197.8 por José'IJjnacio Díe?, 'Javieüópez y Gándido'-Alvarez. Vía pionera y'clásica, 'que surca -el caiacterlstléo esp,olóA-\ju,e remata' la .pared por el este: Buena 'roca enla,p'ri-

'mera parte de lá Víay Bastante mediocreen el resto (zona naranja)..Vía:poco equi-pada y expuesta. Material:' chapas recu-perables.un juego de empotradores,friends, drizas y corainos. '

CARA SURO{5Jt~: ,-. - : ;"l.-LA HISTORIAIÑTtEMIMA,~(' .(260 m. MO·I 6aJAI ohl.) ,1ª ase: maYDde_198-5;-pór CandidoÁlvarez, Miguel Blancoy Andrés Mon-tes. Estavía es una de las más bellas dela zona, muy jÓ.Qiéa'y de cj}ite clásico.En el primer largo:.SonArecuenles'losembarques, peFOa partir del hombro yano hay pérdida. Elequlpamiento de la,-vía empieza a dar muestras de vejez,aunque sus ~ulor-es tienen intención de,nacer URar.estauración.important~. Patióy ambiente garaptizado. Material: juegocompleto de ñsureíos y frie¡¡ds, ademásde algún cordino para p~ent~.s ~e roca.Muy recomendable. '--

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Página iquier-

da, las Peñas

del Prado, a la

izquierda del

macizo, y la

Barragana, a la

derecha. En

esta página, la

cara suroeste

de las Peñas y

Candi, uno de

105 impulsores

del lugar, en el

espolón de la

Barragana.

Sus pueblos no son un ejemplo de bellezani de limpieza, y desentonan en un marcotan singular, pero para sus acogedores ha-bitantes son prácticos. El establo alIado dela casa servía para atender mejor las necesi-dades diarias del sustento familiar, en loslargos y duros inviernos de la zona. A esca-sos kilómetros, el viajero poco curioso ycon demasiada prisa pasa de largo, ignoran-te, sin preguntarse siquiera qué puede ha-ber en ese valle a la vera del camino. Mien-tras tanto, sus habitantes siguen su ritmode siempre ... ¡que así sea!.

Historia

EL olvido de este valle leonés queda pa-tente en la fecha del comienzo de la

actividad alpina. En 1975, cuando los as-turianos José Luis García y Cándido Álva-rez se fijan en el esbelto espolón de la Ba-rragana, abriendo los días 15,16 y 17 deagosto el "Espolón Cubillas". A partir deentonces y en los años siguientes CándidoÁlvarez, con distintos compañeros, abren

otras interesantes vías en Peñas del Prado.Es curiosa la casualidad de que en esta par-

te de la Montaña Leonesa hayan sido asturia-nos los precursores de la escalada, y a la vezsigan manteniendo el dialecto leonés. Ésteno es otra cosa que una variante más del ba-ble asturiano que conserva nombres de riscosy peñas del original, y los que lo empleansienten una especial simpatía por los monta-neros del otro lado de la cordillera.

Se abre la primera vía en las Peñas del Pra-do en 1978 pues la Barragana, aunque próxi-ma, no pertenece a las mismas. Por lógica, se