Por: Roberto Jorge Saller

PELÍCULAS DE FANTASÍA HISTÓRICA (1): AMADEUS

Hablamos de fantasía histórica cuando nos referimos a argumentos sobre hechos o personas reales pero

fuertemente alejados de la verdad histórica, basados bien en el capricho del autor o bien en leyendas y rumores. Éste

es uno de esos casos.

AMADEUS

Por que esto debe quedar bien claro: la historia de Amadeus es, en lo fundamental, falsa. Es verdad que

existieron Mozart y Salieri. Es verdad que la mujer de Mozart se llamaba Constanza y que tuvieron un hijo. Es verdad que Mozart murió joven, que bebía y jugaba. Es

verdad que dejó un Requiem inconcluso. Es verdad que se lo encargó un desconocido enmascarado. Es verdad que

Salieri asistió a La flauta mágica y que se deshizo en elogios.

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Pero la historia global, basada en rumores de la época, es falsa de principio a fin. El temperamento infantil de Mozart está bien documentado pero no hay ningún indicio de que se manifestara tan frecuente e inoportunamente. Tampoco

Salieri parece haber poseído ni el mérito de la clarividencia ni el demérito de la envidia, por lo menos en el grado

colosal que aparece en esta película de 1984 dirigida por Milos Forman y escrita por Peter Shaffer.

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Pues de eso se trata, de clarividencia y de envidia. Pues en la obra Salieri (Murray Abraham) es un compositor exitoso pero mediocre y consciente de su medianía, consciente por que posee un gusto exquisito a la vez que un escaso talento

creativo (podemos inferir que podría haber sido un gran intérprete).

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Mientras que Mozart (Tom Hulce) tiene una carrera con más altibajos y, sin embargo, es genial. La admiración que

Salieri siente por Mozart no va a ser sustituida sino a compartir espacio con el odio por “una serie de eventos

desafortunados”.

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Extrañamente, Salieri es el único que, de verdad, comprende y admira el enorme talento de Mozart, a la vez

que lo odia y que odia a Dios por haber elegido como su instrumento a un ser tan grotesco y ridículo. Podría ser su

mejor amigo y es su mayor enemigo.

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El título de la película, que es el segundo nombre de Mozart, adquiere un nuevo y dramático significado. “Amado de Dios”. Cuando Salieri, finalmente, quema el crucifijo se

completa la identificación. ¡Si Mozart es Dios (o su instrumento), Salieri es el Diablo!

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El proceso de progresivo envilecimiento y amargura de Salieri, que, en principio es no sólo un hombre de gusto

exquisito sino también un hombre bueno, es el proceso de transformación de un ángel en un demonio.

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Históricamente falsa pero hermosa, terrible, conmovedora y trágica, Amadeus fue calificada por algunos críticos como

“lo más cercano a la perfección”.

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