Peirce Charles S - La Filosofia Y La Conducta de La Vida
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LA FILOSOFÍA Y LA CONDUCTA DE LA VIDA
Charles S. Peirce (1898)
Tra!cci"# cas$ella#a % #&$as e '&s Verica$ (1988)
44. El filósofo griego primitivo, tal como nos lo describe Diógenes Laercio1, constituye
ciertamente una de las curiosidades más graciosas de todo el zoológico humano. arece !ue se
le ped"a !ue su conducta estuviese en marcado contraste con los dictados del sentido com#nordinario. $i se hubiese comportado como se supone !ue lo hac"an los demás hombres, sus
conciudadanos hubiesen pensado !ue su filosof"a no le hab"a ense%ado demasiado. $& !ue los
historiadores !ue se consideran en posesión de un 'criticismo más elevado' niegan todas las
rid"culas an&cdotas sobre los sabios helenos. Estos estudiosos parecen pensar !ue la lógica es
una cuestión de gusto literario, y sus refinadas percepciones reh#san aceptar tales narraciones.
ero, en verdad, aun cuando se llevase el gusto a un punto de delicadeza por encima del de un
profesor alemán (el cual pensar"a !ue le estaban llevando absolutamente al reino de las
cantidades imaginarias, al otro lado del infinito( no se considerar"a a#n como lógica, !ue es
una temática de estricta demostración matemática en la !ue la opinión no tiene en absoluto
peso alguno.
4). *hora bien, la lógica cient"fica no puede aprobar este m&todo histórico !ue lleva a la
negación absoluta y osada de todo testimonio positivo e+istente, en el momento en !ue dicho
testimonio se desv"e de las ideas preconcebidas del historiador . El relato sobre la ca"da de
-ales en una zana mientras mostraba las diferentes estrellas a una viea muer, nos lo narra
latón/ unos dos siglos más tarde. ero el doctor Eduard 0eller 4 dice !ue &l lo conoce meor, y
dictamina !ue la an&cdota es totalmente imposible. De indicarle !ue la an&cdota atribuye sólo
a -ales una caracter"stica com#n a casi todos los matemáticos, lo !ue har"a ello ser"a
proporcionarle una nueva oportunidad de aplicar su argumento favorito de obeción, el de !ue
el relato es 'demasiado probable'. or lo !ue, dice 0eller, la afirmación hecha por una media
docena de autores clásicos de !ue Demócrito estaba siempre riendo y eráclito llorando, 'se
revela por s" misma como una invención in#til' ), con independencia del apoyo !ue pueda
tener en los fragmentos. ero incluso 0eller admite !ue Diógenes de $"nope fue un fr"volo
e+c&ntrico. *l ser un contemporáneo de *ristóteles, y uno de los hombres más conocidos de
2recia, ni si!uiera 0eller puede negar su historia, teniendo !ue contentarse con declarar !ue
los relatos están 'burdamente e+agerados'3. o hubo ning#n otro filósofo, cuya conducta,
seg#n todos los testimonios, fuese tan absolutamente e+travagante como la de irrón. Los
relatos sobre &l parecen proceder directamente de un escrito de su devoto alumno, -imón de
5liunte6, y algunas de nuestras autoridades sobre &l, de las !ue hay unas doce, confiesan
valerse de este libro. 7on todo, 0eller y los cr"ticos no creen en a!u&llos8 y 9randis : plantea la
obeción de !ue los ciudadanos de Elis no hubiesen escogido como sumo sacerdote a un
hombre medio loco, como si este tipo de s"ntomas no le hubiesen podido acreditar particularmente para el oficio divino. Espero !ue, por fin, ahora, se haya superado este modo
de escribir la historia.
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43. 7on todo, no creas los relatos si no !uieres8 pero no puedes dear de admitir !ue lo
!ue muestran es el tipo de hombre !ue los narradores esperaban !ue hab"a de ser un filósofo,
tanto más, si eran leyendas imaginarias. *hora bien, estos narradores eran un c#mulo de las
mentes más sanas y sobrias de la *ntig;edad< latón, *ristóteles, 7icerón, $&neca, linio,
lutarco, Luciano, Eliano y otros más. Los griegos esperaban!ue la filosof"a afectase a lavida, no por un lento proceso de flitración de formas (como nosotros podemos esperar !ue las
investigaciones sobre ecuaciones diferenciales, fotometr"a estelar, ta+onom"a de los
e!uinodermos, y otras parecidas, afecten al fin a la conducta de la vida(, sino directamente a
la persona y al alma del filósofo mismo, diferenciándole de los hombres normales en sus ideas
sobre la recta conducta. $eparaban tan poco la filosof"a de la est&tica, y de la cultura moral,
!ue los docti furor arduus Lucreti= pod"an revestir en noble verso una elaborada cosmogonía
con el propósito e+preso de influir en la vida de los hombres8 y latón nos dice en muchos
lugares lo ine+tricable !ue considera !ue está ligado el estudio de la dial&ctica a la vida
virtuosa. *ristóteles, por otra parte, plantea correctamente esta cuestión. *ristóteles no ten"a
mucho de griego. o es probable !ue tuviese enteramente sangre griega. Está claro !ue no era
en absoluto un hombre de mentalidad griega. *un!ue pertenec"a a la escuela de latón,cuando fue all" era ya un estudioso, !uizá disc"pulo personal de Demócrito, &l mismo otro
traciano8 y durante sus primero a%os en *tenas no pudo haber tenido mucha relación con
latón, !ue pasaba una gran parte del tiempo en $iracusa. *nte todo *ristóteles era un
*sclep"ades, es decir, pertenec"a a un linae, del !ue todo hombre, desde la edad heroica,
pasaba ya en la infancia por un aprendizae muy acabado en la sala de disección. *ristóteles
era un paciente cient"fico, tal como lo vemos en la actualidad, salvo !ue &l abarcaba todo el
conocimiento. 7omo hombre de instinto cient"fico situaba la metaf"sica, en la !ue no dudo
inclu"a la lógica, como algo normal, entre las ciencias (ciencias en nuestro sentido, !uiero
decir, lo !ue él llamaba ciencias teor&ticas( unto con la matemática y la ciencia natural >&sta
abarcaba lo !ue llamamos, en general, las ciencias f"sicas y las ps"!uicas?. ara &l, esta ciencia
teor&tica era algo animado por un esp"ritu, !ue ten"a como su #ltimo fin y obetivo el
conocimiento de la teor"a. Los estudios de est&tica eran de tipo radicalmente diferente8
mientras !ue la moral, y todo lo !ue se refiere a la conducta de la vida, formaba un tercer
departamento de la actividad intelectual, radicalmente e+tra%o, en su naturaleza e idea, a los
otros dos. *hora bien, caballeros, al empezar este curso, debo confesrales !ue, a este respecto,
me presento ante ustedes, como aristot&lico y cient"fico, condenando con toda la fuerza de mi
convicción la tendencia hel&nica a mezclar filosof"a y práctica.
46. ay ciencias, desde luego, en !ue muchos de sus resultados son aplicables casi de
inmediato a la vida humana, tales como la fisiolog"a y la !u"mica. ero el verdadero
investigador cient"fico pierde por completo de vista la utilidad de loo !ue está tratando. uncaocupa su mente. @iensan ustedes !ue el fisiólogo !ue disecciona un perro, al hacerlo,
refle+iona sobre !ue puede estar salvando una vida humanaA -onter"as. $i lo hiciese, se
echar"a a perder como cient"fico8 y, entonces, la vivisección se transformar"a en un crimen.
$in embargo, en fisiolog"a y en !u"mica, el hombre cuyo cerebro se ocupa de cosas #tiles,
aun!ue no haga mucho por la ciencia, puede estar haciendo mucho por la vida humana. ero,
en filosof"a, al afectar, como afecta, a materias !ue son, y !ue deben ser, sagradas para
nosotros, el investigador!ue no se mantenga apartado de todo intento de hacer aplicaciones
prácticas, no sólo obstruirá el avance de la ciencia pura, sino !ue, lo !ue es infinitamente
peor, pondrá en peligro su propia integridad moral y la de sus lectores.
4:. En mi opinión, la actual condición infantil de la filosof"a (pues en la medida en !ueestudiosos de ella, serios y eficientes, no sean capaces de llegar a un acuerdo sobre apensa ni
un solo principio, no veo otro modo de considerarla !ue no sea en su infancia( se debe al
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hecho de !ue, durante este siglo, se han dedicado a ella básicamente hombres !ue no se han
criado en salas de disección u otros laboratorios, y !ue, en consecuencia, no han estado
animados del verdadero Eros cient"fico8 sino !ue, por el contrario, procedentes de seminarios
teológicos, e inflamados, consecuentemente, por el deseo de enmendar las propias vidas y las
de otros, un esp"ritu, sin duda, &ste, para hombres en situación normal, más importante !ue elde amor a la ciencia, les incapacitaba radicalmente, sin embargo, para las tareas de la
investigación cient"fica. B precisamente es a causa de esa condición, en el momento actual,
completamente inestable e incierto de la filosof"a !ue considero como e+cesivamente
peligrosa cual!uier aplicación práctica de la misma a la religión y al comportamiento. o
tengo nada en absoluto !ue decir contra la filosof"a de la religión o de la &tica, en general, o
en particular. $ólo digo !ue, por el momento, todo es en demas"a incierto como para ustificar
el arriesgar una vida humana por ello. o digo !ue la ciencia filosófica no debiera en #ltimo
lugar influir en la religión y en la moralidad, sólo digo !ue se le debiera permitir el hacerlo
sólo con una parsimonia secular, y con la más conservadora cautela.
4=. *hora bien, puedo estar totalmente e!uivocado en todo esto, y no me propongodefenderlo. o les pido !ue me sigan. ero, para evitar cual!uier posible malentendido, me
veo obligado honestamente a declarar !ue yo no he prometido en lo más m"nimo disponer de
una oferta de mercanc"as filosóficas !ue les haga a ustedes o meores o más triunfadores.
)C. Es particularmente necesario decir esto debido al singular carácter h"brido !ue
ustedes detectarán en estas lecciones. $e me pidió en diciembre !ue preparase un curso sobre
mis ideas filosóficas. 7onsiguientemente, me puse a trabaar para e+poner en ocho lecciones
un es!uema de una rama de la filosof"a, concretamente de la lógica obetiva1C. ero, usto
cuando estaba acabando una lección, me llegó la noticia de !ue lo !ue ustedes esperaban es
!ue yo les hablara sobre temas de importancia vital, lo !ue har"a tambi&n las lecciones más
distendidas. or esta razón, de& de lado lo !ue hab"a escrito, y empec& de nuevo a preparar el
mismo n#mero de homil"as sobre econom"a y &tica intelectual. Eran cosas pobr"simas, y,
cuando ten"a ya realizadas las tres cuartas partes de mi trabao, me resultó bastante grato saber
!ue en la medida de lo posible ser"a deseable !ue les hablara de ciertas cuestiones filosóficas,
relegando otros temas. En a!uel momento, sin embargo, era demasiado tarde para escribir un
curso !ue les e+pusiese a ustedes lo !ue yo hubiera deseado enormemente someter a su uicio.
$ólo pude hilvanar algunos fragmentos, en parte filosóficos y en parte prácticos. *s", verán
ustedes !ue, durante una parte del tiempo, les propongo algunas ideas distendidas de
importancia vital, mientras !ue, durante otra, les e+pondr& consideraciones filosóficas, en las
!ue ustedes podrán detectar una oculta tendencia hacia a!uella lógica de las cosas, sobre la
!ue apenas si tendr& la oportunidad de proferir alguna palabra clara.
)1. -endr& mucho !ue decir sobre el recto razonar8 y, a falta de algo meor, hab"a
identificado esto como un tema de importancia vital. ero no s& si la teor"a del razonar es tan
vitalmente importante. De !ue es absolutamente sencial en metaf"sica, estoy tan seguro como
lo estoy de cual!uier verdad filosófica. ero en el comportamiento vital hemos de distinguir
los asuntos cotidianos y las grandes crisis. o creo !ue en las grandes decisiones sea algo
seguro confiar en la razón individual. En los asuntos cotidianos el razonar es aceptablemente
efectivo8 pero me inclino a pensar !ue resultar"a tan igualmente bien sin la ayuda de la teor"a,
como con ella. na logica utens, como la mecánica anal"tica inserta en los nervios del ugador
de billar, es la !ue meor se adecua a los usos familiares.
). $in embargo, en metaf"sica no es en absoluto as"8 y la razón es obvia. Las verdades
!ue infiere el metaf"sico, de poder someterse absolutamente a la prueba de la e+periencia, sólo
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pueden probarse en un departamento de la e+periencia completamente aeno al !ue suministra
sus premisas. *s", un metaf"sico !ue e+trae alguna inferencia sobre la vida más allá de la
tumba, no puede averiguar nunca con certeza si su inferencia es falsa, hasta haber
abandonado, al menos, en su estado presente, la ocupación metaf"sica. La consecuencia es
!ue, a menos !ue el metaf"sico sea un maestro muy completo en lógica formal (y,especialmente, en el aspecto inductivo de la lógica de relaciones, inmensamente más
importante y dif"cil !ue todo el resto unto de la lógica formal(, caerá inevitablemente en la
práctica de decidir sobre la validez de los razonamientos, de la misma manera !ue el pol"tico
práctico, por eemplo, decide sobre el peso a dar a consideraciones diferentes, es decir, por la
impresión !ue estos razonamientos hacen en la mente, sólo con la estupenda diferencia de !ue
las impresiones de uno son la resultante de un largo aprendizae de la e+periencia, mientras
!ue el otro no se encuentra m"nimamente familiarizado con dicho aprendizae. El metaf"sico,
!ue adopta un razonamiento metaf"sico por!ue tiene la impresión de !ue es serio, puede,
igualmente bien, o meor, adoptar directamente sus conclusiones por!ue tiene la impresión de
!ue son verdaderas, en el buen vieo estilo de Descartes y de latón. ara !ue se convenzan
ustedes mismos del grado en !ue este modo de trabaar vicia actualmente la filosof"a,consideren solamente las elaboraciones !ue los metaf"sicos hacen de las obeciones de 0enón
al movimiento. $e encuentran simplemente a merced del diestro italiano11. or esta razón,
pues, si no por otra, el metaf"sico, !ue no está preparado para tratar de resolver todas las
dificultades de la lógica e+acta moderna, har"a meor en cerrar la tienda y dear el negocio. *
menos !ue haga una u otra cosa, le digo, dirigi&ndome a su consciencia, !ue no es el genuino,
honesto, serio, resuelto, en&rgico, activo y consumado cuestionador, !ue su deber es ser.
)/. ero todo esto no es ni la mitad del total. ues, despu&s de todo, los razonamientos
metaf"sicos, tal como se han hecho hasta ahora, han sido en su gran parte bastante simples.
$on los conceptos metaf"sicos lo !ue resulta dif"cil de captar. *hora bien, las concepciones
metaf"sicas, para mostrar las cuales no necesito malgastar palabras, son meramente
adaptaciones de las de la lógica formal, y, por tanto, sólo pueden captarse a la luz de un
sistema de lógica formal, minuciosamente previo y sistemático.
)4. ero en asuntos prácticos, en cuestiones de importancia vital, es muy fácil e+agerar la
importancia del raciocinio. Está tan pagado el hombre de su poder de razonarF arece !ue a
este respecto le sea imposible verse a s" mismo, tal como se ver"a de poderse desdoblar, y
observarse con un oo cr"tico. *!uellos a los !ue aludimos de forma tan indulgente como
'animales inferiores' razonan muy poco. *hora bien, me permito hacerles observar !ue muy
raramente estos seres cometen una equivocación, mientras !ue nosotros...F os valemos de
doce hombres buenos y leales para decidir una cuestión, les mostramos con el mayor cuidadolos hechos, preside toda la presentación la 'perfección de la razón humana', ellos escuchan,
salen y deliberan, y llegan a una opinión unánime, y, por lo general, se admite !ue para tomar
una decisión las partes litigantes han podido casi igualmente lanzar una moneda al aireF -al
es la gloria humanaF
)). Las cualidades mentales !ue admiramos más en todos los seres humanos, aparte de
nuestros varios nosotros mismos G selvesH, son la delicadeza de la doncella, la devoción de la
madre, el valor viril y otras herencias llegadas a nosotros procedentes del b"pedo carente a#n
de habla8 mientras !ue las caracter"sticas !ue más despreciamos tienen su origen en el
razonar. El hecho mismo de !ue todo el mundo sobrevalore de modo tan rid"culo su propio
razonar basta para mostrar lo superficial de esta facultad. ues, ustedes no oyen !ue el hombrevaliente alardee de su valor, ni !ue la muer modesta presuma de su modestia, ni !ue el
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realmente leal se vanaglorie de su honestidad. De lo !ue se envanecen, en todo caso, es
siempre de alg#n insignificante don de belleza o de habilidad.
)3. $on los instintos, los sentimientos, lo !ue constituye la sustancia del alma. La
cognición es sólo su superficie, su lugar de contacto con lo !ue le es e+terno.
)6. @iden ustedes !ue lo pruebeA En este caso tienen !ue ser ustedes, ciertamente, unos
racionalistas. uedo probarlo8 pero sólo suponiendo un principio lógico de la demostración, al
!ue har& alusión en la pró+ima lección. 7uando la gente me pide !ue pruebe una proposición
en filosof"a, me veo obligado con frecuencia a replicar !ue es un corolario de la lógica de
relaciones. 7iertas personas dicen entonces< 'Ie gustar"a e+traordinariamente estudiar
detenidamente esta lógica de relaciones8 tiene usted !ue redactar una e+posición de la
misma'. *l d"a siguiente les traigo un manuscrito. ero, cuando ven !ue está lleno de *, 9 y
7, no vuelven a mirarlo. -ales personas... oh, bueno.
):. ay tres tipos de razonamiento. El primero es necesario, pero profesa sólo darnosinformación relativa al contenido de nuestras propias hipótesis, declarando distintivamente
!ue si !ueremos saber algo más tenemos !ue dirigirnos a otra parte. El segundo se basa en
probabilidades. Los #nicos casos en los !ue pretende ser de valor donde tenemos, al igual !ue
una compa%"a de seguros, una multitud indefinida de insignificantes riesgos. $iempre !ue está
en uego un inter&s vital dice claramente< 'o me pregunt&is'. El tercer tipo de razonamiento
intenta lo !ue puede hacer il lume naturale, !ue dirigió los pasos de 2alileo. Jealmente es
una llamada al instinto. *s", la razón, por muchos adornos con !ue se vista habitualmente, en
crisis vitales, acaba poni&ndose de rodillas solicitando el au+ilio del instinto.
)=. La razón es por su misma esencia egotista. *ct#a en muchas cuestiones dándose una
importancia !ue no tiene. o duden de la abea cree tener una buena razón para terminar su
celda como la termina. ero me sorprender"a mucho saber !ue su razón ha resuelto el
problema de la isoperimetr"a !ue su instinto ha resuelto. Los hombres se imaginan muchas
veces !ue act#an en base a la razón, cuando, de hecho, las razones !ue se atribuyen a s"
mismos no son más !ue e+cusas !ue el inconsciente instinto inventa para satisfacer a los
molestos 'por!u&s' del ego. El alcance de este autoenga%o es tal !ue llega a hacer del
racionalismo filosófico una farsa.
3C. La razón, entonces, como #ltimo recurso, apela al sentimiento. El sentimiento, por su
parte, se siente a as" mismo como siendo el hombre. Esta es mi simple apolog"a del
sentimentalismo filosófico.
31. El sentimentalismo implica conservadurismo8 y pertenece a la esencia del
conservadurismo el rehusar llevar cual!uier principio práctico a sus l"mites e+tremos, incluido
el principio mismo del conservadurismo. o decimos !ue el sentimiento no vaya a estar
nunca influido por la razón, ni !ue bao ninguna circunstancia abogar"amos por reformas
radicales. Decimos sólo !ue el hombre !ue permita !ue su vida religiosa se da%e por la
aceptación repentina de una filosof"a de la religión, o !ue, precipitadamente, cambie su
código moral al dictado de una filosof"a de la &tica (!ue, digamos, se puesiese a practicar sin
más el incesto( este es un hombre !ue considerar"amos imprudente. El sistema imperante de
reglas se+uales es una inducción sentimental o instintiva, !ue resuma la e+periencia de toda
nuestra raza. o pretendemos !ue &sta sea abstracta y absolutamente infalible8 peromantenemos esto, !ue es prácticamente infalible para el individuo (!ue es el #nico sentido
)
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claro !ue puede tener la palabra 'infalibilidad'(, por cuanto debe obedecer a ella, y no a su
razón individual.
3. En cuestiones teóricas no dar"a al sentimiento, o al instinto, ning#n peso en absoluto,
ni si!uiera el más m"nimo. El recto sentimiento no lo pide8 y la recta razón, si se plantease,repudiar"a enfáticamente una tal e+igencia. Es verdad !ue en la ciencia nos sentimos con
frecuencia obligados a tantear las sugerencias del instinto8 pero sólo las tanteamos, las
comparamos con la e+periencia, manteni&ndonos dispuestos a echarlas por la borda a la
menor indicación de la e+periencia. $i admito la supremac"a del sentimiento en los asuntos
humanos, lo hago al dictado de la razón misma8 e, igualmente, al dictado del sentimiento,
reh#so dar al sentimiento ning#n peso en absoluto en cuaestiones teóricas.
3/. De ah" !ue yo mantenga !ue, lo !ue se llama propiamente y usualmente creencia, es
decir, la adopción de una proposición como χτηµα εσ αει, por usar la en&rgica frase del
doctor 7arus1, no tenga lugar alguno en la ciencia. Creemos en la proposición en base a la
cual estamos dispuestos a actuar. Plena creencia es la disponibilidad a actuar, en base a ella,
en asuntos relativamente insignificantes. ero la ciencia pura no tiene nada en absoluto !ue
ver con acción. Las proposiciones !ue acepta, las inscribe meramente en la lista de premisas
!ue se propone utilizar. ada es vital para la ciencia8 nada puede serlo. Las proposiciones !ue
acepta, por lo tanto, son todo lo más opiniones8 y la lista entera es provisional. El cient"fico no
se encuentra atado en lo más m"nimo a sus conclusiones. o arriesga nada con ellas. Está
siempre dispuesto a abandonar una o todas, tan pronto como la e+periencia se oponga a las
mismas. 7oncedo !ue tiene el hábito de llamar a algunas de ellas verdades establecidas8 pero
esto significa solamente proposiciones !ue hoy por hoy ning#n hombre competente pone en
duda. arece probable !ue cual!uier proposición dada de este tipo permanecerá durante largo
tiempo en la lista de proposiciones a admitir. 7on todo, pueden refutarse ma%ana8 y, si es as",el cient"fico se alegrará de haberse desembarazado de un error. o hay por tanto en la ciencia
proposición alguna en absoluto !ue responda a la concepción de creencia.
34. ero en cuestiones vitales es por completo diferente. En tales cuestiones tenemos !ue
actuar8 y el principio en base al cual estamos dispuestos a actuar es una creencia.
3). *s", el conocimiento teórico puro, o ciencia, no tiene directamente nada !ue decir en
relación a cuestiones prácticas, y nada en absoluto si!uiera aplicable a las crisis vitales. La
teor"a es aplicable a cuestiones prácticas menores8 pero las cuestiones de importancia vital
tienen !ue dearse al sentimiento, es decir, al instinto.
33. *hora bien, hay dos modos concebibles por los !ue el recto sentimiento puede tratar
tales crisis terribles8 por un lado, puede ser !ue si bien los instintos humanos no son tan
detallados, ni tan definidos, como los de los animales carentes de habla, con todo pueden
bastar para guiarnos en los asuntos más grandes sin ayuda alguna de la razón8 mientras !ue,
por otro, el sentimiento puede actuar sometiendo las crisis vitales al dominio de la razón,
elevándose en tales circunstancias a un tan alto nivel de autoabnegación !ue transforme la
situación en insignificante. De hecho observamos !ue una naturaleza humana natural sana
act#a de ambas maneras.
36. Los instintos de a!uellos animales son notables y presentan la caracter"stica de estar
dirigidos, si no por completo, básicamente a la preservación de la especie, aprovechando muy poco, o nada, al individuo, e+cepto en la medida en !ue, como posible procreador, pueda
llegar a ser un funcionario p#blico potencial. -al es, por tanto, la descripción de instinto !ue
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debemos esperar encontrar en el hombre, en realción a asuntos vitales8 y as" es. o es
necesario enumerar los hechos de la vida humana !ue lo muestran, por!ue es algo demasiado
claro. Lo !ue hay !ue se%alar, sin embargo, es !ue los individuos !ue han superado la fase
reproductiva son más #tiles a la propagación de la raza !ue a otra cosa. ues amasan ri!uezas,
y ense%an prudencia, mantienen la paz, son amigos de los d&biles, e inculcan todos losdeberes y virtudes se+uales. -al instinto, como algo natural, nos invita, en todas las crisis, a
considerar nuestras vidas individuales como una cuestión menor. o hay ning#n amago de
virtud en hacerlo as"8 es la caracter"stica de todo hombre o muer lo !ue no es despreciable.
*lguien dio durante el reinado del -error< Tout le monde croit qu'il est difficile de mourir. e
le crois comme les autres. Cependant !e vois que quant on est la c"acun s'en tire . Es menos
caracter"stico de la muer, por!ue su vida es más importante al conunto, y menos #til su
inmolación.
3:. e mostrado, as", lo mucho menos importante vitalmente !ue es la razón respecto del
instinto, y !uiero hacer observar, a continuación, lo enormemente deseable, por no decir
indispensable, !ue es !ue las utilidades prácticas, sean altas o baas, queden fuera de la perspectiva del investigador a efectos de la marcha triunfante de la invención en filosof"a y en
la ciencia en general.
3=. El punto de vista de la utilidad es siempre un punto de vista estrecho. 7uánto más
sabr"amos hoy de !u"mica, de no haber recibido e+cesiva atención las partes más importantes
desde un punto de vista práctico8 y cuánto menos sabr"amos, si los elementos raros y los
compuestos, !ue sólo e+isten a baa temperatura, hubiesen sólo recibido la cuota de atención a
la !ue les daba derecho su utilidad .
6C. Es notoriamente cierto !ue, en a!uello en lo !ue uno no pone toda su alma y su
corazón, no tendrá e+cesivo &+ito. *hora bien, uno no puede servir a los dos se%ores, a la
teoría y a la práctica. *!uel perfecto e!uilibrio de atención !ue se re!uiere para observar el
sistema de las cosas se pierde, por completo, si se interfieren los deseos humanos, y, tanto
más, cuanto más altos y santos puedan ser tales deseos.
61. *demás de esto, tenemos en filosof"a preuicios tan potentes, !ue resulta imposible
mantener la sang froid de uno, si nos deamos llevar por completo de ellos.
6. Es mucho meor dear !ue la filosof"a contin#e sin la menor traba un m&todo
cient"fico, predeterminado de antemano antes de saber a dónde lleva. $i este proceder se lleva
a cabo honesta y escrupulosamente, los resultados alcanzados, aun cuando no sean del todoverdaderos, y aun cuando sean burdamente erróneos, no pueden ser más !ue enormemente
favorables al descubrimiento #ltimo de la verdad. Entre tanto el sentimiento puede decir< 'Kh,
bueno, la ciencia filosófica no ha dicho a#n, en modo alguno, la #ltima palabra8 y, entre tanto,
continuar& creyendo así # asá.
$in duda una gran proporción de los !ue ahora se ocupan activamente de la filosof"a
perderán todo inter&s en ella tan pronto como se les proh"ba considerarla como susceptible de
aplicaciones prácticas. osotros, los !ue continuemos desarrollando la teor"a, tenemos !ue
decirles adieu. ero tenemos !ue hacerlo as" tambi&n en cual!uier apartado de la ciencia pura.
B, aun!ie lamentemos la p&rdida de su compa%"a, es infinitamente meor !ue los hombres !ue
carecen de genuina curiosidad cient"fica no interrumpan con libros vac"os y supuestosembarazosos el camino de la ciencia G...H
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64. Las huestes de hombres !ue realizan cada a%o el grueso de nuevos descubrimientos
se encuentran en gran parte confinadas a las filas del pelotón. or esta razón, esperar"an
ustedes !ue las hipótesis arbitrarias de los diferentes matemáticos sliesen disparadas, en todas
direcciones, hacia un ilimitado vac"o de arbitrariedad. ero no se encuentran ustedes con esto.
*l contrario, lo !ue ustedes encuentran es !ue los hombres !ue trabaan en campos tanremotos los unos de los otros, como lo están las minas de diamantes de *frica respecto de las
de londiMe, reproducenlas mismas formas de nuevas hipótesis. *l parecer Jiemann nunca
hab"a o"do hablar de su contemporáneo Listing1/. Este #ltimo era un geómetra naturalista,
ocupado de las configuarciones de las hoas y de los nidos de los páaros, mientras !ue el
anterior trabaaba en funciones anal"ticas. B, con todo, lo !ue parece lo más arbitrario en las
ideas creadas por ambos es una sola y #nica forma. Este fenómeno no es aislado, caracteriza,
como se sabe bien, las matemáticas de nuetro tiempo. -oda esta multitud de creadores de
formas, para la !ue el mundo real no suministra paralelo alguno, siguiendo arbitrariamente
cada individuo su propia y caprichosa voluntad, va desvelando gradualmente, como ahora
empezamos a discernir, un enorme cosmos de formas, un mundo de potencial ser. El mismo
matemático puro siente !ue es as". o tiene, ciertamente, el hábito de dar publicidad a sussentimientos, ni si!uiera a sus generalizaciones. La costumbre, en matemáticas, es la de no
dar a imprimir más !ue demostraciones, deando al lector el adivinar el funcionamiento de la
mente del hombre a partir de las secuencias de a!uellas demostraciones. ero si ustedes tienen
la gran suerte de hablar con un cierto n#mero de matemáticos de primer orden, verán !ue el
matemático puro t"pico es untipo platónico. $ólo !ue es un platónico !ue corrige el error
heracletiano de !ue lo eterno no es continuo. ara &l lo eterno es un mundo, un cosmos, en el
!ue el universo de la e+istencia actual no es más !ue un locus arbitrario. El fin !ue persigue la
matemática pura es el de descubrir este mundo potencial real.
6). na vez henchidos ustedes de esta idea, la importancia vital parece ser
verdaderamente un tipo muy bao de importancia.
ero estas ideas son sólo adecuadas para regular una vida distinta a &sta. os
encontramos a!u", nosotros, en este mundo rutinario, pe!ue%as criaturas, meras c&lulas de un
organismo social, &l mismo algo bastante pobre y pe!ue%o, y tenemos !ue tratar de ver !u&
humildes y definidas tareas presentan nuestras circunstancias a nuestras d&biles fuerzas. La
eecución de estas tareas re!uerirá poner en uego todas nuestras fuerzas, incluida la razón. B,
al hacerlo, dependeremos, principalmente, no de a!uel departamento del alma más superficial
y falible (!uiero decir, de nuestra razón(, sino de a!uel otro más profundo y seguro (!ue es el
instinto.
63. El instinto es susceptible de desarrollo y crecimiento, si bien a un ritmo !ue es lento
en la proporción en !ue es vital8 y este desarrollo tiene lugar a lo largo de l"neas !ue son
totalmente paralelas a las del razonar. B al igual !ue el razonar brota de la e+periencia, as",
tambi&n, el desarrollo del sentimiento surge de las e+periencias interiores y e+teriores del
alma. o sólo es ello de la misma naturaleza !ue el desarrollo del conocimiento, sino !ue
básicamente tiene lugar a trav&s de la instrumentalidad de la cognición. Las partes más
profundas del alma sólo pueden alcanzarse a trav&s de su superficie. De esta manera, las
formas eternas, con las !ue nos familiarizan la matemática y la filosof"a, y otras ciencias,
alcanzarán gradualmente, mediante una lenta filtración, el n#cleo mismo del ser de uno8 y
acabarán por influir en nuestras vidas8 y harán esto, no por!ue impli!uen verdades de
importancia meramente vital, sino por!ue son verdades ideales y eternas.
:
7/22/2019 Peirce Charles S - La Filosofia Y La Conducta de La Vida
http://slidepdf.com/reader/full/peirce-charles-s-la-filosofia-y-la-conducta-de-la-vida 9/11
-raducción de Nos& Oericat
N&$as
$%. del E.& Jeproducido con el permiso de Nos& Oericat. Esta traducción está publicada
en C"arles . Peirce. El "ombre( un signo, 7r"tica, 9arcelona 1=::, pp. /C6(/1=. 'La filosof"a
y la conducta de la vida' fue la primera conferencia de una serie dada en 7ambridge en 1:=:
en torno a 'Pdeas sueltas sobre tópicos vitalmente importantes', y unto con otros escritos
relativos a lógica, &tica y est&tica, se agrupa en los 7 bao el t"tulo de 'Las ciencias
normativas' >Libro PO del vol. 1 de los 7?.
1. La obra de Diógenes Laercio, bibliotecario en *leandr"a, utilizada por eirce es T"e
Lives and )pinions of Eminent P"ilosop"ers, en la trad. de 7. D. Bonge, . 2. 9ohn, Londres
1:)/. '$e trata de un omnium gat"erum de relatos sobre filósofos, con escaso inter&s por
discriminar la verdad de la falsedad. De hecho, hay !ue reconocer !ue la mayor"a de los
escritores antiguos no ten"an un sentido vivo de la importancia de hacer la historia
precisamente verdadera. En efecto, creo !ue un inter&s serio por la veracidad en cuestiones de
consecuencias no directamente prácticas aparece sólo aisladamente antes de los tiempos
modernos' > Lecture OP< itágoras, 'El criticismo histórico alemán' G16:H, Lo*ell +nstitute
Lectures..., ibid ., 13(3, p. 13?.
*. eirce critica la práctica más o menos espontánea en la ciencia histórica de lo !ue se
llama el método de las verosimilitudes compensadas, cuya e+posición clásica retrotrae al
tratado '$obre los milagros' de ume >164:?. 'ay !ue dear bien entendido, pues, !ue lo!ue yo ataco es el m&todo de decidir cuestiones de hecho sopesando, es decir, sumando
algebraicamente Gmétodo de las verosimilitudes compensadasH los sentimientos de aprobación
producidos en la mente por los diferentes testimonios y otros argumentos pertinentes al caso'
>7 6. 16C?. 'El m&todo de las verosimilitudes compensadas no sólo supone !ue los
testimonios son independientes, sino tambi&n !ue cada uno de ellos es independiente de la
probabilidad antecedente del relato... ero !u& enormemente remoto respecto del estado real
de cosas, es suponer !ue la narración de un acontecimiento antiguo es independiente de la
verosimilitud del relato e+puestoF Es!uemáticamente hablando, puede decirse !ue todos los
relatos sueltos de 2recia y Joma fueron e+puestos por!ue el escritor ten"a algo maravilloso
!ue referir8 de manera !ue casi podemos decir !ue la historia antigua es simplemente la
narrativa de todos los acontecimientos inveros"miles !ue sucedieron durante los siglos !ueabarca' >6. 163?. Las obras teóricas sobre probabilidades con las !ue eirce relaciona las
posiciones de ume son< De Ioivre, ,octrine of C"ances >16138 16/)?8 De Iontmort, Essai
d'-nal#se sur les eu de /a0ard >16C:8 161/?8 N. 9ernoulli, -rs Con!ectandi >161/?. El
mismo, por su parte, se apoya en las obras de Laplace, T"éorie -nalitique des Probabilités
>1:1?8 Qu&telet, T"éorie des Probabilités8 9oole, -n investigation of t"e La*s of T"oug"t 8 N.
Oenn, Logic of C"ance >1:33?. ay !ue observar !ue eirce distingue entre probable,
probabilidad > probabilit#?, por un lado, y veros"mil, verosimilitud >li1eli"ood ?, por otro >7 .
33 ss.?.
+. -eeteto 164* >ota de los editores de los 7?.
,. ,ie P"ilosop"ie der 2riec"en, )R ed., primera parte >1:=?, p. 1:/ n. >ota de los
editores de los 7?. '7onsiderando !ue todo lo !ue sabemos sobre la personalidad de -ales es
=
7/22/2019 Peirce Charles S - La Filosofia Y La Conducta de La Vida
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!ue los griegos lo consideraban como el primero de los sabios, y !ue la e+centricidad, de
acuerdo a la concepción griega, era esencial al carácter de un filósofo, la razón de 0eller Glo
incre"ble de !ue -ales hubiese sido un teórico poco prácticoH muestra una maravillosa
profundidad de perspicacia psicológica... $i no es histórica, tiene seguramente !ue haber sido
su e+trema verosimilitud antecedente Gno la independencia estad"stica de los testimonios, ni laindependencia respecto de la probabilidad antecedenteH, lo !ue ha hecho !ue tantas
autoridades afirmasen !ue fue verdad' >7 6. 163?.
-. ,ie P"ilosop"ie..., pp. 33 n. y :4) n. >ota de los editores de los 7?.
. +bid ., 4R ed., segunda parte >1::=?, p. :/ n.
/. -imón de 5liunte >c /C(/C a. 7.?, se trata de la obra titulada Poemas satíricos.
8. 7h. 9randis >16=C(1:36?, filólogo. La obra a la !ue alude eirce seguramente es
3anual de "istoria de la filosofía griega # romana.
9. '>E?l entusiasmo sublime del doctor Lucrecio' >Estacio, ilvae, libros , 6, 63?.
10. Lógica, en el sentido amplio, 'es la ciencia de las leyes necesarias del pensamiento,
o, a#n meor >dado !ue el pensamiento tiene lugar siempre por medio de signos?, es semiótica
general, !ue trata no meramente de la verdad, sino tambi&n de las condiciones generales de
los signos para ser signos >!ue Duns $coto llamó grammatica speculativa?, tambi&n de las
leyes de la evolución del pensamiento, !ue dado !ue coincide con el estudio de las
condiciones necesarias de la transmisión del significado por signos de mente a mente, y de un
estado mental a otro, debe... llamarse ret"orica speculativa, pero !ue me contento con
llamarla ine+actamente lógica ob!etiva, por!ue ello transmite la idea correcta de !ue es como
la lógica de egel Gcomo e+plicación de la lógica de los acontecimientosH' >7 1. 44)?.
11. $e refiere con este nombre a 0enón, por estar Elea en la pen"nsula italiana.
1*. aul 7arus, 4undamental Problems, Kpen 7ourt, 7hicago >1:=1?, p. >ota de los
editores de los 7?. $5&t"ma e aei, e+presión !ue eirce atribuye a 7arus, como e!uivalente
a semper eadem >7 3. 33?. Dr, 7arus es un filósofo con el !ue eirce mantiene
circunstancialmente en T"e 3onist una pol&mica en torno al determinismo >necesarismo? y al
desarrollo probabil"sitico de los acontecimientos, a la !ue eirce de hecho dará bastante
importancia >7 3. )::(34?.
1+. eirce sit#a las teor"as de Jiesmann >1:3(1:33?, como es sabido vinculado a la
creación de la geometr"a no(euclideana GST!uot8eber die ypothesen, Uelche der geometrie
zu grunde liegen', -b"andlungen der 56niglic"en 2esellsc"aft der 7issensc"aften 0u
26ttingen, vol. VPPP >1:33(1:36? >ota de los editores de los 7?H >7 ). )41? en relación
con la geometr"a tópica desarrollada por Listing G -b"andlungen..., vol. V, W 44 >1:31(1::?
>ota de los editores de los 7?H, si bien surgida independientemente >7 ). 4=C?.
5in de 'La filosof"a y la conducta de la vida', 7. $. eirce >1:=:?. -raducción castellana ynotas de Nos& Oericat. En< C"arles . Peirce. El "ombre( un signo, Nos& Oericat >tr., intr. y
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7/22/2019 Peirce Charles S - La Filosofia Y La Conducta de La Vida
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notas?, 7r"tica, 9arcelona 1=::, pp. /C6(/1=. 'hilosophy and the 7onduct of Life'
corresponde a CP 1. 313(34:.
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