PEDRO MIR: LA NOCIÓN DE PERÍODO EN LA HISTORIA DOMINICANA, VOL. 1

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Un esfuerzo de intelección de nuestra historia a cargo de uno de nuestros mayores poetas e intelectuales del siglo XX.

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PEDRO MIR

LA NOCIONDEPERIODO

EN LA HISTORIADOMINICANA

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PEDROMIR

LA NOCION DE PERIODOEN LA HISTORIA

DOMINICANA

Volumen 1

Universidad Autónoma deSanto Domingo

SANTO DOMINGO1981

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PUBLICACIONES DE LA UNIVERSIDADAUTONOMA DE SA1'iTO DOMINGO

VOLUMEN CCXCV

Colección Historia y Sociedad 1\0. 44

LA NOCIOT\ DE PERIODO El' LAHISTORIA DOMINICAJ."\A

PEDRO ~IIR

Portada: Amaury \'illalba

® 1981Editora de la DAS!)Apartado Posta] 1355Santo Domingo, República DominicanaEdición a cargo de Ertdanía Mír

1mpreso enEditora "Alfa y Omega".losé Contrems No. 69, Tels, 532-5577/78Santo Domingo, República Dominicana

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Presentación del Problema

Hace ya muchos años. una empresa editora extranjera,enfrascada en la preparación de una serie de volúmenes acerca de laAmérica Latina. se mostró interesada. como era lo natural, en unahistoria de la República Dominicana.

El proyecto exigía una extensión máxima de 75 páginas. Deprimera intención, la tarea parecía casi banal. Los empresariosaspiraban a una narración lineal que redujera al mínimo lasreferencias documentales o bibliográficas, las notas y datos técnicosy. en fin, cualquiera de esos elementos usuales que interrumpen elflujo natural de la lectura. El modelo era el artículo referido acualquier país en una buena enciclopedia. Se suponía que cualquierdominicano podría redactarlo de memoria.

Extrañamente, ninguno de los dominicanos que entoncesmerodeábamos por aquellos alrededores, se sintió animado aemprender la faena, a pesar de los atractivos materiales y lascompensaciones patrióticas. Los editores se vieron obligados apostergar indefinidamente el proyecto, no sin insistir en que soloaspiraban a un simple resumen de cualquier manual de historiareconocido en el país.

Pero nuestra inhibición no era tan extraña. En elfondo lo quesucedía es que el tal manual, cuyo contenido pudiera ser reducidosatisfactoriamente a proporciones tan moderadas, era en realidadinexistente. Al intentar una reducción de cualquiera de los manualesreconocidos a esos términos, los diversos períodos sacaban aflote suinterpretación convencional y el resultado era un conjunto de

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pulsaciones incoherentes visiblemente desprovisto del hiloconductor, capaz de explicarlo a todos. De ahí que fuera necesariomucho espacio para establecer ese hilo conductor o para explicar acada período dentro de su propia lógica. El hecho es 'que noposeíamos una historia de la República Dominicana sino muchascosidas entre sí, como esas bellas alfombras hechas de retazoszurcidos cuyo encanto resideen su incoherencia y su heterogeneidad.

De modo que no se trataba de un resumen sino de una síntesis.Su verdadero sentido debería ser, no el simple ahorro verbal sino elregistro de los puntos culminantes de un proceso de conjunto, quepermitiera comprender esa historia prescindiendo de los detalles.

Así planteado el problema, lo más importante resultaba ser eseproceso. Pero, ¿cuál podría ser ese proceso? Se supone que unproceso único supone un motor único. Sólo el planteamiento delproblema en esos términos producía una suerte de escalofrío. . .

Toda la historia de Inglaterra, pongamos por caso, puede serexplicada en función de la conquista de los mares. La historiacompleta de los Estados Unidos puede ser entendida como eldesarrollo del núcleo colonizador, los "Pilgrims Fathers", quellegaron en el "Mayflower" en J620 Y siguen desembarcandotodavía, aunque no necesariamente en Plymouth, sino cada vez másallá. El sentido histórico de España lo explicó Cervantes, y en esoconsiste su genio, por medio de dos personajes, no universales nifilosáficos ni simbólicos, sino españoles, cuya vigenciacontemporánea es impresionante. Y Francia sólo es y sólo será sugran Revolución.

A Panamá la explicamos por el Canal desde su mismo origen. ACuba por el azúcar, a Bolivia por el estaño, a Chile por el salitre, aVenezuela por el petróleo y así 'Sucesivamente. Pero sin ir tan lejos.Toda la historia de nuestra vecina la República de Haití puede serarticulada, desde su origen hasta nuestros días, desde lasproclamasde Toussaint hasta los modernísimos poemas de Depestre, en {unciónde la Esclavitud capitalista conocida como el sistema de "granplantación". La historia de todas las naciones tiene un núcleofundamental, aunque no sea necesariamente ninguno de losmencionados, que le sirve de pentagrama.

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y cabe preguntar, ¿cuál es ese núcleo histórico queverdaderamente podría servir de pentagrama a toda la historia denuestro país y que llegado el caso, permitiría condensarla en dospalabras o en un solitario símbolo?

Respuestas no han faltado. Un ilustre profesor canadiensedespués de devanarse los sesos en la búsqueda de este cordónumbilical de nuestra historia ha llegado, aunque de maneravacilante, a una conclusión definida:

"La historia dominicana es, en cierto sentido, la de su hacienda..."

y esta es una verdad satisfactoria. Y conmovedora. Pero,desgraciadamente, sólo "en cierto sentido". Y en cierta época.Porque la hacienda no es más que la fachada monetaria tras de lacual se esconden esos "elementos considerados dramáticos" como elazúcar, el tabaco, el cacao, la corambre, el oro, la Bahía de Samand,cualquiera de los cuales puede aspirar en buena lid a convertirse ensímbolo de nuestro proceso histórico durante un período. Pero estosupone varias historias. Y de lo que se trata es de ese núcleofundamental que las engarza a todas . . .

En consecuencia, los editores aquí evocados solicitabaninconscientemente toda una tarea de investigación, discusión ydesarrollo de una teoría general de la historia de nuestro país. Enotras palabras, pedían sin darse cuenta del delirio, que se lesexplicara en 75pdgrnas, o menos porque había que dejar espacio alprólogo, al índice, a ciertas notas, a cierta bibliografía, a ciertailustración y a los pases de un capítulo a otro, en qué consiste lahistoria dominicana...

***No fue entonces cuando el autor de estas líneas entró en agudo

conflicto con ese problema.

El primer contacto se produjo dramáticamente en 1949 cuandopreparaba una obra, TRES LEYENDAS DE COLORES, cuyorecóndito compromiso era el de mostrar -y demostrar- que lastradiciones revolucionarias de los dominicanos, con todo lo

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candorosa que pudiera haber resultado esta afirmación, eran másantiguas que las de cualquier otro país del hemisferio. Esto eraentonces muy importante para nosotros los dominicanos queandábamos por numerosos caminos de la América Latina.

El subtítulo rezaba: "Ensayo de interpretación de las tresprimeras revoluciones del Nuevo Mundo". La conclusión era queesas revoluciones habían tenido lugar en nuestro país en una épocatan remota como el Siglo XVI y en consecuencia nosotros, losherederos de esa tradición, veníamos investidos por la realidadhistórica de una calidad revolucionaria multisecular.

Era una época en la:que la fama de Trujillo desacreditaba lasvirtudes revolucionarias de nuestro pueblo. Se nos acusaba de faltade virilidad o de una incapacidad medular para la historia,escarnecida a veces en carteaturas infamantes. A todos nos dolía eso.y, así apremiada. la obra se proponía evidenciar que losdominicanos habían ejercido su virilidad histórica desde los díasremotos del Descubrimiento español y que. por tanto. las causas desu pasividad y de su inmovilismo actual debian buscarse en otrosreinos.

Pero los hechos históricos, que no suelen responder a estasnobles intenciones. trababan, entorpecían. nublaban continuamentela mirada del investigador.

En efecto. en el Siglo X VI se inauguraba una helio tradición re­volucionaria en esta Isla y. desde luego, en todo el Nuevo Mundo.Pero. por más que la investigacián se afanaba por encontrar lamanera en que ella se engarzaba con los siglos siguientes hastaconstituirse en la hase de las tradiciones modernas de nuestro pueblo.este vínculo no aparecía por ninguna parte. A cada paso se rompía lacontinuidad del Siglo XVI. Se alzaba una muralla impenetrableentre ese siglo y el siguiente. que impedía explicar al Santo Domingomodesto de tres siglos después, con el esplendoroso antecedente deLA ESPAÑOLA. Las loables tentativas de reivindicar el honor virilde los dominicanos. quedahan en entredicho al ser sustentadas en labuena voluntad.

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El trabajo siguió su curso y fue concluido dando por válido elsupuesto de que la historia de nuestro país se iniciaba en el Siglo XVIy de que, en consecuencia, las tradiciones revolucionarias que allí seinauguraban seguían un curso ininterrumpido a través de los siglos.Pero en la conciencia del investigador quedó una sombra: la rupturacósmica que se hacía evidente o insoslayable en Jos albores del SigloXVII. ..

***

En 1969 vio la luz otra obra del autor, EL GRAN INCENDIO,como resultado de un compromiso con la Dirección deInvestigaciones de la Universidad Autónoma de Santo Domingo(UASDJ, que entonces dirigía esas actividades. En esa ocasión volvióeste problema a la conciencia del investigador y de nuevo fueobligado a moderar sus reproches interiores, aunque esta vez, paraacallar los rugidos de su conciencia, emitió en página aparte unsosegado "mea culpa", casi infantil, de este tenor:

"Así, en idioma de fuego, ha debido comenzar esta historia. No hagáiscaso de la leyenda escolar que refiere que al principio fueron las hojasflotantes y luego el grito escalofriante de

¡TIERRA!

prorrumpido desde un mástil enhiesto por un marinerito lindamentellamado Rodrigo de Triana. No hagáis caso tampoco de la leyendapopular o popularizada que atribuye al Descubridor y a sus módicoshuesos, el hechizo que parece gravitar sobre el destino de esta tierraatormentada.

"La historia verdadera, la que perdura en sus consecuencias y susarrebatos, la que establece la fisonomía del país y traza su rumbosangriento a través de los siglos, comienza con la catástrofe. Todo loque ha ocurrido antes de ella, pertenece al dominio de losantecedentes. Todo lo que ha ocurrido después, es su obra... "

Sin embargo, estas palabras elusivas eran en el fondo unrompimiento tajante con la historia tradicional, una pequeñaproclama emancipadora.

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Pero allí el problema se contemplaba tangencialmente,sólo ensus implicaciones internacionales, como lo indicaba el subtítulo: "losbalbuceos americanos del eapitalísmo mundial", y dejaba en remojolas derivaciones dominicanas de aquellos acontecimientos, en esperade que la vida impusiera sus criterios.

Convencido finalmente de que hay que ayudar a la vida, el autorha decidido dar un merecido baño a su conciencia en estas páginas.Sus impulsos no obedecen ya a la necesidad de reivindicar lacapacidad de lucha del pueblo dominicano. Está en todos losperiódicos. Inclusive más allá de nuestras fronteras. Tampocoresponden al reclamo de aquellos editores extranjeros quereclamaban confundidos una breve historia de la RepúblicaDominicana en solo 75páginas. En ambos casos, se encontrará unarespuesta, pero en esta ocasión la tarea le viene impuesta de lluevopor otro compromiso con la UASD, ahora a través del Centro deEstudios de la Realidad Social Dominicana (CERESD).

* * *Este compromiso. condensado en el tema LA NOCION DE

PERIODO EN LA HISTORIA DOMINICANA, consiste enprincipio en proponer un esquema racional de periodización denuestra historia. Un gráfico en el cual se lleva a cabo unaesquernatizacián general de nuestra historia debidamenteperiodizada, se encuentra alfin de éste volumen. Allí debió, o pudohaber debido concluir este compromiso. Pero tal esquematizaciánexigía una fundamentación que le sirviera de esqueleto. Vale decir,una concepción de nuestra historia que sirviera de base a su divisiónen períodos. Para dar satisfacción a esta exigencia ineludible, elesquema gráfico va acompañado de un relato general compendiadode nuestra historia que podría haber servido a los editoresextranjeros antes mencionados. Se encontrará bajo el títuloMODELO DE SINTESIS DE UNA HISTORIA GENERAL DELPUEBLO DOMINICANO, Y bien puede caber en unformato debolsillo de unas 75 páginas.

Obviamente, el "modelo de síntesis"exige el modelo de análisisA esta tarea se consagra este trabajo, cuya extensión indica cuandomenos, hasta donde la inhibición antigua respondía a unasmotivaciones mucho más compleias de lo que entonces se pudo

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imaginar. No se trata de una historia dominicana más. Muchosepisodios. que se dan por conocidos. son prácticamente eliminados.El énfasis se sitúa en aquellos puntos controversiales. respecto de loscuales el autor supone que puede ser sensibilizada la concepcióntradicional del lector y que es el producto de un martilleo constante.no sólo en la literatura historiográfica. sino en laescuela de párvulos,en las esquinas callejeras, en las páginas de los periódicos, en eltrabajo a veces admirable, documentado. cientifico, deinvestigadores sumamente capaces y bien dotados. e inclusive, nopocas veces colocados en el mismo sendero que impulsan estaspáginas. aunque no apremiados por la urgencia de una periodizacióngeneral. o no comprometidos. de entrada, sino con una "historiadominicana" y no. como en este caso. con una "historia general delpueblo dominicano". Me sería muy grato mencionar algunostrabajos contemporáneos que han significado un punto de partidainapreciablemente valioso en este esfuerzo. si no involucrara unaapreciación que podría herir algunas sensibilidades a las que nose tiene el derecho de herir.

Creo que este trabajo. demasiado ambicioso para lacapacidadyla resistencia física de su autor. y sobre todo para la labor solitaria.podría servir para estimular la discusión y el examen de los aspectostradicionales de nuestra historiografía y. tal vez. al trabajo definitivoque espera. anhela. exige nuestro pueblo. La esperanza, y tambiénla confianza, está en los jóvenes.

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A LA JUVENTUD DOMINICANA

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el movimient o silencioso y realmente impnl­sor. que procede como Ir(l,~/(I/I¡//I dl ' ¡ ' \ {/,I \/1­

n oras escenas.

FEDERICO EN Gf.:I .S.

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Esbozo de un Modelo de Síntesis de laHistoria Dominicana

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Las raíces más remotas del pueblo dominicano, sedetectan a principios del Siglo XVII.

En ese momento es preciso situar, pues, el comienzopropiamente dicho de la HISTORIA DE LAREPUBLICA DOMINICANA, en cuanto historia delpueblo dominicano.

Más atrás es la HISTORIA DE SANTO DOMINGO,entendiendo por talla historia de la Isla en su conjunto,en cuanto escenario de las aventuras imperiales y de lasperipecias de los gobiernos, abstracción hecha de lahistoria propia de cada uno de los pueblos que lacomparten.

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El origen de esa historia de conj unto estradicionalmente situada, como es lógico, en el momentoen que pone su pie en la Isla la primera expedicióneuropea -el 5 de diciembre de 1492- en una zonaactualmente perteneciente a la República de Haití.

El primer emplazamiento europeo estable (LAISABELA), aunque de todos modos no durará mucho, sefunda no obstante en 1493, en una zona actualmenteperteneciente a la República Dominicana, y da origen auna colonia que cubre todo el Siglo XVI, muyadecuadamente denominada LA ESPA~OLA, porcuanto reivindica la pureza de su índole hispánica con lavaga constancia de la eliminación física, completa yabsoluta -incluyendo la conducta genética- del com­ponente aborigen.

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Una fecha común para el comienzo de la historia decada una de las dos naciones que comparten el territorio,solo es admisible si se adopta el criterio de una historiacomún, cuya lógica es únicamente válida para aquellosimperios que han disfrutado de la soberanía sobre la Islacomo una totalidad (España, Francia), Elcuya política ha

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sido orientada (Inglaterra, Estados Unidos) por unosintereses estratégicos, económicos o religiosos deconjunto.

Obviamente, dos naciones distintas nacen enmomentos distintos aunque tengan, además delterritorio, una esencia común y un similar destino.

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La continuidad histórica de este emplazamientooriginal del Siglo XVI, al que se incorporaoportunamente y sin alterar su carácter hispánico uncomponente africano, es interrumpida por una catástrofeconocida como las DEVAST ACIONES DE LASCIUDADES DEL NORTE, aunque se extendió a otrasciudades y en definitiva a toda la colonia durante los añosde 1605 y 1606.

Este acontecimiento va a tender una cortinaimpenetrable entre el Siglo XVI -dejándolo fosilizadocomo esa Atenas clásica en cuyo espejo gusta decontemplarse- y la historia viva y penetrante de los siglosvenideros.

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La emigración en masa de los vecinos pudientes de LAESPAÑOLA a causa de las Devastaciones, con laconsiguiente volatilización de la propiedad privada, dejaen la Isla una población precaria de blancos pobres yantiguos esclavos negros que, tras una fase típicamenterecolectora en la que el único cultivo que ha sobrevividoes el tabaco -acaso por una insoslayable exigencia y unconsumo estrictamente personal- da origen a unasociedad nueva -la "sociedad hatera"- caracterizada porel aprovechamiento común e imperturbado de las tierrasabandonadas.

De este modelo primitivo -y tal vez de ese cultivosolitario- va a brotar el pueblo dominicano.

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Unos treinta años después y en la zona más afectadapor las Devastaciones, comienza una infiltración deaventureros franceses que, mediando el siglo, hanestablecido ya una colonia francesa firmementesustentada en la importación masiva de esclavosafricanos, en los marcos de una explotación económica yhumana gigantesca, típicamente capitalista, que laconvertirá en el florón del imperio colonial francés y en elmodelo mundial del sistema moderno de la esclavitudllamada de "plantaciones "

De ese modelo excepcional va a brotar el pueblohaitiano.

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Por tanto, la HiSTORIA DE SANTO DOMINGOmisma se bifurca, desde el albur de arranque, en unadoble estilística:

de un costado, la sociedad recolectora, primitiva,elemental, dejada del dirigismo imperial;

del otro, la explosión del gigantismo capitalista, delrendimiento galopante, de la concentración del esfuerzode toda la sociedad ydel genio productivo metropolitanoy mundial.

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Las Devastaciones paralizan durante todo el SigloXVII la actividad legislativa de la metrópoli españolarespecto de su colonia de Santo Domingo, como reflejode la ausencia de incentivo económico y el abandono dela perspectiva histórica, con lo cual la poblaciónsuperviviente queda aparentemente sumergida en unmarasmo que la historiografía tradicional explica con lametáfora del "sueño secular" pero que en el fondo no essino el trabajo sordo de las creaciones espontáneas de laHistoria.

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De ellas la más importante es la institución de losTERRENOS COMUNEROS, un fenómeno tantojurídico como histórico peculiar y privativo de la historiadominicana, totalmente libre de antecedentes en lacolonización española, resultante de la absorción deelementos de la propiedad privada por la comunidadterritorial surgida de las Devastaciones, a raíz de losintercambios clandestinos que una suerte de extrañadependencia mutua impone entre ambas colonias y quealcanzan su plenitud a fines del Siglo XVIII.

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En ese punto estalla la Revolución Francesa y prontose extiende a su colonia antillana con el consiguienteestupor de la metrópoli española, uno de cuyos favoritoslogra imponerle a los revolucionarios franceses, a quienesrepugna esa gestión contraria a sus ideales y a su misiónuniversal, la cesión gratuita y perpetua de la parteespañola de la Isla.

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El Gobernador español efectúa la entrega sólo seisaños después, no sin antes someter a su antigua colonia aun desmantelamiento sistemático que constituye lasegunda gran devastación del territorio, colocado unavez más en "estado de emigración".

Las Devastaciones de García de 1795 a 180I equivalena las de Osorio en 1605 y 1606.

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Toda la Isla es así colonia francesa cuando, en la parteoccidental, la onda emancipadora se convierte en una delas más impresionantes y auténticas epopeyas de lahumanidad, para desembocar brillantemente en laprimera nación independiente de la América Latina conel nombre de REPUBLlCA DE HAITI, curioso

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homenaje del primer Estado de la raza negra en todo elmundo, a la raza aborigen exterminada por la razablanca en toda la Isla.

Esa intensa conciencia racial no dejará de perdurar ensu recorrido histórico.

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Al no ser comprendida en la declaración deindependencia de los revolucionarios haitianos, laantigua parte española se convierte automáticamente enla única parte francesa de la Isla.

Se convierte igualmente en el foco de la revancha yenla base eventual para futuras tentativas de recuperacióndel paraíso perdido por parte de los antiguos plantadoresfranceses, con las consiguientes zozobras de la antiguapoblación colonial de lengua española.

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Un fundamento atendible de la exclusión de esta parteen la declaración de la independencia vecina, puede ser lanotoria marginación y la aparente indiferencia que sepone de manifiesto en el seno de la población de estaparte, restándole a la revolución que tiene lugar en supropio territorio y contra el mismo enemigo un concursoque habría sido inapreciable, inevitablemente dirigido alos mismos objeti vos históricos.

15Este aspecto particular del problema encuentra su

explicación o cuando menos su fundamento, en lanaturaleza contradictoria de los regímenes económicos ysociales que sirven de base a las dos colonias y cuyapolarización se hace rápidamente sensible en presenciadel dato estadístico frío; en vísperas de la revoluciónhaitiana:

400 mil esclavos sumamente activos,inmisericordemente explotados, en la parte francesa,

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contra 15 mil esclavos ociosos y sólo nominalmenteesclavos, en la parte española.

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En consecuencia, la revolución será llevada allí bajo ladirección de los antiguos esclavos.

Esto ha de significar que la independencia que es suresultado, deberá producir un salto gigantesco desde elrégimen esclavista hasta los objetivos burgueses queimplica la independencia americana, a la hora de crear lanueva sociedad.

A la postre la revolución no podrá superar las lindesdel régimen feudal, confortando a sus protagonistas conla parcelación de las tierras de los antiguos amos entre losantiguos esclavos.

Esa parcelación de las tierras, que así se constituye enla bandera histórica de la revolución haitiana, constituyeel corazón de la conducta histórica de la parteantiguamente española y ahora francesa, no solamenterespecto de la nación vecina sino en el proceso mismo desu constitución futura como nación independiente.

17Aquí, en cambio, en la antigua parte española, el

proceso no puede ser conducido por los esclavos por lasencilla razón de que los esclavos no existen. 0, cuandomenos, no en número ni calidad suficientes para imprimirsu tónica a toda la sociedad. Y menos aún dentro de lanoción histórica que había hecho de la esclavitud elmotor de los acontecimientos en la parte vecina.

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El hecho fundamental es que, a despecho de losesfuerzos tardíos de los españoles, deslumbrados por eléxito francés en el sentido de implantar el sistema deplantaciones, el sistema comunero conservaba todo suvigor, permitiendo a todos los habitantes de esta parte sinexcepción alguna, incluyendo a los antiguos esclavos, el

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disfrute de las tierras en un plano de libertad ilimitada,inclusive racial, que explica por sí sola la resistenciapopular a la parcelación de las tierras como expresión dela propiedad privada.

El grito emancipador de aquella parte no podíaencontrar un eco muy profundo en esta parte. Ni los unosni los otros podían comprender a su vecino. El haitianoera incapaz de comprender por qué el esclavodominicano no iba a Haití en busca de su libertad. Eldominicano tampoco era capaz de comprender por quédebía buscar en la otra parte una libertad de la que no sesentía privado en ésta. O al menos en grado tal quepusiera en opción su vida.

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Se da así, en el limitado territorio de la Isla de SantoDomingo, el fenómeno singular de que la lucha por laindependencia burguesa sea dirigida en una tercera partede ella por esclavos y en las dos terceras restantes porcampesinos ligados a un régimen de propiedad común delas tierras -los TERRENOS COMUNEROS- y hostiles ala propiedad privada.

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Pero no de manera universal.

la naturaleza peculiar del sistema comuneroimpulsaba el desarrollo de tendencias contradictorias, enla medida en que las formas propias de los cultivos,aproximaban o distanciaban la influencia de lapropiedad privada.

En esa virtud se advertían ciertos matices entre losterratenientes del país. aunque la misma noción de"terrateniente", que será utilizada copiosamente parafines prácticos en este trabajo, tiene una connotaciónpeculiar dentro del sistema comunero, toda vez que lano~ión ~e propiedad, equivalente a posesión, despoja allatifundio de todo sentido, de modo que debe entenderse

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en su sentido etimológico de ienencia de la tierra,cualquiera que sea la modalidad de esa tenencia.

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Tres grupos de terratenientes prevalecen en la prácticaproductiva del país:

Los "hateros" del este. consagrados a la cría de ganado yel corte de maderas, intensamente partidarios de lacomunidad territorial debido a la naturalezaparticularmente favorable de este sistema para la crianzasir. cortapisas y el corte indiscriminado de los árboles.

Los "tabacaleros" del Cibao (o del norte), el ala másprogresista de los terratenientes, partidarios fervientes dela parcelación de las tierras, tanto por la forma de sumercadeo como por la delicadeza de la planta, hostil a ladepredación tanto animal como humana que permitía elsistema comunero.

Los "azucareros" del Sur, comprendida la Capital, elsector más conciliador de los agricultores, partidarios enno pequeña medida de la indeterminación de lapropiedad de las tierras y al mismo tiempo de lapropiedad privada, por la naturaleza híbrida de laproducción azucarera, a la vez industrial y agraria,históricamente vinculada a la explotación esclavista.

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Desde luego, ni ésta era la única producción agraria delpaís, pues eran importantes también otros productoscomo el café y el cacao, ni esta producción se encontrabaestrictamente localizada en esas regiones, puesto que entodas partes se elaboraba azúcar, se criaba ganado y secortaba madera, sin excluir sectores ligados a ladestilería, pero la tónica social era impuestanacionalmente por los grupos asentados en esas regiones.

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El primer turno de gran vuelo histórico le correspondea los tabacaleros del Cibao.

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A ellos corresponde la glor ia inmarcesible de objetivarel primer paso en el proceso de constitución del pueblodominicano y de escalar el primer peldaño en la largalucha hacia su independencia nacional.

Este acontecimiento se produce a fines de 1804. a raízde la independencia haitiana , que coloca a este pueblofrente a su propio destino entre dos ad versariospoderosos: de un lado Haití con su flamanteindependencia y las armas de la victoria todavía calientes;del otro, la porción del Ejército francés destinad o a estaparte. toda vía altanero y desafian te, sobre lodo ca paz desostener el poder colonial.

Frente a estos dos poderes contradictorios. peroigualmente portado res de la bandera de la prop iedadprivada en la forma de la parcelación de las tierras . lostabacaleros del Cibao adoptan una posición neutral.

u

Obviamente. la neutralidad es una variante subjetivade la independencia. Ni con unos ni con otros equivale asólo consigo mismo. Los acontecimientos se encargaránde darle un giro objetivo a esta situación tan pronto comolos franceses deciden convertir esta neutralidad enobediencia.

El resultado es una confrontac ión en la cual losclbaeños empuñan las armas y, después de una luchaencarnizada en la cual la población antes pasiva setransforma súbitamente en pueblo militante y heroico. lavictoria corona su primer connubio con la epopeya y lepermite apurar el primer sorbo del poder popular.

Objetivamente, la neutralidad se ha co nvertido enindependencia .

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Sin embargo. esta independencia regional carece designificación jurídica mientras no sea capa z de

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materializar la independencia nacional. En la Capital yen todo el sur continúa flotando, aunque precariamente,el pabellón francés.

Mientras tanto, en todo el oeste flamea victoriosa laindependencia haitiana. La conjugación de esta sólidaindependencia con el balbuceo independentista delpueblo cibaeño, configura claramente la independenciade toda la Isla en los términos de dos nacionesindependientes, siempre que se contemple el esfuerzo delpueblo cibaeño en sentido nacional, tal como quedóevidenciado cuantlo la parte haitiana proclamó suindependencia de manera separada.

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Ese es el sentido que implican los acontecimientosinmediatos, pues cuando a principios de 1805, las tropashaitianas se disponen a atacar a la porción del Ejércitofrancés que aún permanece en esta parte, demandanrespetuosamente primero y exigen enérgicamentedespués, la autorización para atravesar la ciudad deSantiago, para atacar al enemigo común apostado en laCapital, reconocen implícitamente esa soberanía,certificada por el uso de las armas y la conquista de lavictoria.

Pero en los mensajes enviado:"por las tropas haitianassucesivamente, en espera de tal autorización requerida,no queda claro el reconocimiento de esta soberanía sinola evidente ruptura de la neutralidad. Y los cibaeñosoptan por la resistencia, poniendo en peligro unaindependencia demasiado tierna todavía para someterlaa una prueba tan severa, cuando su supervivencia noestaba enjuego de una manera tajante, como lo estaba enel momento de .la confrontación con los franceses.

28Esta vez el potencial bélico de los haitianos, y el mismo

impulso que su causa emancipadora les infunde,convierte en una aplastante derrota el primer balbuceo dela independencia dominicana.

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Sin embargo, los franceses sobreviven a este impulsocuando los haitianos se retiran después de un sitioaparentemente estrangulador cuyo éxito habría sidoinevitable si hubieran podido contar con el respaldo delpueblo organizado y activo en el Cibao.

La Historia determinará algún día cual fue el paso quecondujo al error y a quien puede serie imputable.

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Pero lo importante no es el error, cometido por unindividuo o un grupo de individuos, ni la devastaciónsistemática, en la cual se vuelca y revuelca lahistoriografía tradicional, perpetrada por las tropashaitianas en retirada, de acuerdo con la consigna "dondeno hay campos no hay ciudades': sustentada por sugeneral en jefe.

Esta se convierte en la tercera gran devastación,equivalente a la de 1605-1606 y a la de 1795-1801, quesufre el país.

Lo importante para la historia del pueblo dominicanoes su constitución como pueblo al luchar en su propionombre y conquistar la victoria frente a las armasfrancesas.

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Este hecho, increíblemente marginado por la tradiciónhistoriográfica, es un acontecimiento de inmensaimportancia histórica. Porque en la vida de los pueblos,lo importante no son sus derrotas ni sus frustraciones, nilos errores de sus dirigentes o la crueldad de susenemigos, sino sus victorias, sus pasos, por minúsculosque puedan parecer-sus avances, por delgados que semanifiesten en dirección de su soberanía; su afirmaciónante otros pueblos y ante el semblante de la Historia.

La hazaña del pueblo en aquellos días postrimeros de1804,constituyen la primera prueba de su capacidad paraconstituirse históricamente en una época todavíatemprana para Iberoamérica.

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Y, ciertamente, debería estar inscrita y narrada en oroy mármol en las páginas de nuestra historia.

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El segundo turno de gran vuelo histórico en la vidapública de este país, corresponde a los "hateros" del Este.

En esta ocasión hace su primera aparición el"caudillismo" en la persona de un hatero típico, JuanSánchez Ramírez, a quien corresponde, sin que faltarauna jugosa contribución de los haitianos ni una visióncertera de su papel, la gloria de expulsar definitivamentea los franceses de esta parte, consumando para siempre laindependencia respecto de Francia en la totalidad de laIsla.

Ahí debió detenerse para que su nombre pasara a laHistoria, no caracterizando al caudillito pintoresco denuestro pasado, sino ocupando un hermoso lugar entrelos grandes libertadores de América.

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Pero Sánchez Ramírez dio un triste paso en direccióndel oprobio cuando, después de las grandes accionespopulares de MALPASO y PALO HINCADO,mediatizó la voluntad y las hazañas del puebloprolongando innecesariamente el sitio de la plaza de laCapital, para obtener la victoria sin su concurso y enfavor de la participación militar de los ingleses.

La prolongación del sitio significó, aparte de susimplicaciones políticas, la aniquilación de la antiguariqueza ganadera en su totalidad, para la manutención delas tropas extranjeras, y la depauperación de los bosquesde caoba y guayacán en el sostenimiento del sitio.

Esta se convierte en la cuarta y última gran devastacióndel país. con lo cual se va a abrir un nuevo períodohistórico.

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Todavía esto habria sido lo de menos si el Caudillohubiera sido capaz de acometer la reconstrucción del paísy echar las bases de una economía floreciente. El destinohabía puesto en sus manos una oportunidad que jamásfue ofrecida a gobernante alguno en el país y que pudohaber hecho de él un gigante de la Historia:

tan pronto como se produce larendición de los franceses y su partida, los inglesesvuelven a sus navíos después de entregarle el poder sincondiciones y sin oposición interna, en el marco de lasoberanía plena y absoluta de la nación, debidamentegarantizada por la presencia y la responsabilidad inglesaen el proceso, pendiente apenas de una simpledeclaración formal que habría permitido que esta fuera,ya en 1809, la segunda nación independiente de laAmérica Latina.

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Pero el Caudillo le da la espalda a su hermoso destinode Libertador y comete el incalificable oprobio de poneresta soberanía a los pies de España sin consultarlasiquiera, sin cuestionar su consentimiento o subeneplácito, desconociendo el Tratado de cesión de 1795acordado voluntariamente por ella, aplastando lasesencias nacionales de su propio país y poniendo ante eljuicio de la Historia un ejemplo que sería tan nefasto parael país como para sus propios autores.

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España, que no puede dejar de ver en esta accióninconsulta un ultraje a su Tratado de 1795 y de paso uncompromiso económico frente a un país devastado,responJe con un soberano desprecio principalmentedirigido al autor, negándole los títulos y prebendas queambicionaba a pesar de sus súplicas desde su lecho demuerte precoz en 1811, Ydesconociendo una retrocesiónque sólo podía ser efectuado mediante Tratado con la

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misma Francia.

Sin tomar en cuenta para nada la pretendida hazaña de.achez Ramírez gestiona de inmediato la cesión del país

a Inglaterra ya que resulta imposible devolvérselo aFrancia y, no habiendo tenido éxito como era de esperar,opta por aceptar a regañadientes la soberanía de estaparte de la Isla en 1814.

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La supuesta RECONQUISTA, absurdadenominación con la que sus autores denominan estaacción en la que no ha mediado conquista sino cesiónvoluntaria, constituyó un rotundo fracaso para ellos y unjusto motivo de indignación para las mayorías popularesy sus propios dirigentes.

La reapertura del régimen colonial abre una etapa quela historiografía tradicional sin asomo de críticadenomina LA ESPAÑA BOBA, como si una naciónimperial pudiera serlo...

37Este período se caracteriza por la miseria rampante, el

retroceso histórico y la vergüenza nacional en medio deun constante ascenso de la politización del pueblo, de susniveles de conciencia histórica y de la actividadconspirativa y revolucionaria, estimulada por eldespliegue de las luchas por la independencia a nivelcontinental, todo lo cual sume en el desconcierto a lossectores dominantes y los dispersa en cuatro direccionespolíticas divergentes, caracterizadas por la tendenciacomún a la enajenación del territorio nacional.

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Dos de ellas partidarias de la parcelación de las tierras:

a) una tendencia pro-haitiana. activa en la regiónnorteña, obviamente favorecida por los ta baca leros y quesupone un entendimiento con los dirigentes del paísvecino;

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b) una tendencia pro-francesa. activa en la región sureña ,simpática a los azucareros del Sur y que favo rece losproyectos del Gobernador de la Mar tinica cont ra Haití acamb io del poder.

Las ot ras dos, partidar ias de la su pervivencia de losterre nos com uneros:

e) una tendencia pro-española. activa entre los haterosdel Este y q ue se a poya enel Gobernado r de Puerto Rico;y por fin

d) una tendencia pro -colombiana, tota lmente fuera decontexto, qui zá destinada a servir de corti na de humo a latendencia francesa debido a l respeto a la capacidadmilita r de los haitianos, y que cuenta no muycando rosamente con el supuesto apoyo de Bolívar y laGra n Colombia.

La crisis se resuelve rápidamen te a fines de 1821.

El día l ro. de diciembre de 1821, la tendencia "pro­colombia na", dirigida por el Dr. José Núñez de Caceres,antiguo lugarteniente del caudillo Sánchez Ramlrez,decla ra abo lida la soberanía española y proclama laprimera República Dominicana.

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Ese no mbre, con el cual se d io la noticia en la prensahaitia na de entonces, y que habla circ ulado en proclamaspor todo el Cibao, no fue el elegido oficialmente, sin dudapa ra desvincu la rse de los sectores cla ramenteidenti ficad os con la política haitiana , sino el ext rañ odificil y eq uivoco nombre de

ESTADO INDEPENDI ENTE DE HAITI ESPAfl oL

que sustituye las connotaciones polít icas de la palabraHaiti po r las geográficas.

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La primera República se integra con los antiguosseguidores de Sánchez Ramírez dentro de la más puracepa hatera del Este. Y, automáticamente, sin consultar aBolívar como antes lo había hecho Sánchez Ramírezrespecto de España, es colocada bajo el pabellón de laGran Colombia, enarbolado la mañana de aquel día enlas dependencias oficiales, ante la sorpresa de lostranseúntes madrugadores.

Absolutamente ninguna manifestación de apoyo o dejúbilo popular respondió a aquella acción inconsulta.

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El primer sorprendido es Bolívar.

"Ayer he recibido las primeras comunicaciones sobreSanto Domingo y Veraguas, del 29 y 30 del pasado. Miopinión es que no debemos abandonar a los que nosproclaman, porque es burlar la buena fe de los que noscreen fuertes y generosos; y yo creo que lo mejor enpolíticaessergrandey magnánimo. Esa mismaislapuedetraernos, en alguna negociación política,alguna ventaja.Perjuiciono debetraernos si lehablamoscon franquezayno nos comprometemos imprudentemente por ellos".

Así se lo comunica el libertador al General Santanderen su carta del 9 de febrero de 1822, cuando la acciónaventurera de Núñez de Cáceres lo llevaba al exiliodefinitivo y lo convertía en un enemigo tan irracional,puesto que no tenía ningún derecho a envolver a Bolívaren una aventura sin su conocimiento ni su aprobación,tan irracional, pues, como implacable y duradera,

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No obstante, esta República de 1821, llamadatradicionalmente INDEPENDENCIA EFIMERA, Y apesar de que oficialmente en verdad lo fue, a pesarigualmente de sus raíces conservadoras, de su médulaanti-popular y no sólo impopular, puesto que el pueblo

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muy consciente ya en ese período, no le brindó el másmínimo apoyo, constituye la primera y probablemente laúnica y verdadera independencia del pueblo dominicanosiempre que la independencia nacional se contemplecomo un proceso histórico, respecto del cual laconsagración jurídica representa una documentaciónobjetiva de este proceso en un momento dado.

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La Independencia Efímera ya no lo es tanto si seconsidera que lo que ella estableció, inclusojurídicamente, fue la consumación total y definitiva de laruptura con el sistema colonial europeo, que tal es elsentido único, fundamental y verdadero que tiene laIndependencia de América.

Por tanto, la República Dominicana, aunque no conese nombre en el cual se compendia la historia general delpueblo dominicano, alcanzó su independencia el díaIro. de diciembre de 1821.

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Para algunos dirigentes haitianos, la alternativa queaconsejaba la experiencia histórica frente al hecho de laproclamación de la independencia en la antigua parteespañola, era clara:

prestar toda asistencia militar y política a los tabacalerosdel Cibao, como lo habían hecho con los hateros del Esteen 1808 contra Francia, llevándolos al poder contra laanexión de Núñez de Cáceres a la Gran Colombia.

y así como no invalidaron la soberanía nacional, nisiquiera cuando el propio Sánchez Ramírez lo hizo enfavor de una potencia europea, tampoco deberíansuspender su uso pleno en esta ocasión, más bienapuntalándolo y convirtiénaola en una cuña, sustentadaen el pueblo, contra toda reimplantación del podercolonial.

3S

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El presidente Boyer de Haití desoye la conseja dealgunos de sus generales más lúcidos, y sólo acepta lamitad de ese programa.

En lugar de consolidar a lajoven república poniéndolaen manos nativas, aunque solidarias con su política, ydirigir sus tropas contra la expedición francesa que,efectivamente se lanzaba, al amparo de la situaciónpolítica, contra Haití, ignoró a los tabacaleros del Cibao,derrocó a Núñez de Cáceres y optó por anexarla entérminos de provincia haitiana entregando el poder a susoficiales en campaña.

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Pero esa accion no invalidaba la república reciénproclamada.

La antigua parte española seguía siendo repúblicapuesto que no pasaba a ser colonia de Haití, y menos deuna potencia europea, sino parte -O departamento, queera la condición legalmente establecida- de una repúblicavigente para todo el territorio insular en el ámbitoamericano, bajo el nombre de Haití.

La situación republicana perduraba a través de un actode fusión, o de unión, o de anexión, que no invalidabajurídicamente el acto de 1821, sino que lo incorporaba auna totalidad de la que era parte.

Y, puesto que la independencia de esta parte no era elproducto de esa anexión, puesto que la llevaba ya en suseno al ser anexada, la anulación eventual de este actoanexionista no podría tener otro resultado jurídico que elretorno a la independencia de 1821, que era la que habíaconsumado, y no la anexión de Boyer, la ruptura con elsistema colonial europeo.

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Una situación similar, aunque mucho más graveporque involucraba a una potencia europea, yprecisamente a la "Madre Patria", se produjo en 1861 sinque invalidara la independencia dominicana, aunque losintensos prejuicios de la historiografía tradicional,prefiriera invalidar la independencia verdadera respectode España en particular y de Europa en generalconsumada en 1821, en favor de la independenciaconvencional respecto de Haití.

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A consecuencia del paso en falso de Boyer, la causa delos terrenos comuneros, cuya parcelación, en la direcciónhistórica correcta, era al mismo tiempo sustentada porlos agricultores cibaeños y por la política de Haití, seconvierte automáticamente en la causa del rescate de laindependencia CONTRA Haití en lugar de suconsolidación y afianzamiento contra Europa.

50Esta dislocación histórica se traduce en una victoria

virtual para los "hateros" del Este, contra los cuales fuerealizado el acto de la anexión y les va a otorgar unfundamento patriótico que arrastrará a toda la nación,incluyendo a los tabacaleros del Cibao, y a convertirlosen dirigentes de esa etapa formidable.

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Los 22 años exactos que dura esta situación, de febrerode 1822a febrero de 1844, inauguran una nueva fase en lalucha del sistema comunero por su supervivencia.

Las zonas en las que fueron parceladas las tierraspusieron en evidencia sus excelencias productivas y sucorrección histórica haciendo posible el restablecimientode la economía. Se reavivó el comercio. Una porciónconsiderable de políticos y de intelectuales, a pesar de laclausura de la Universidad y la presión de la lenguaextraña, se plegó a la situación.

52La resistencia sorda, pero tenaz y creciente, se situaba

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empero en los sectores populares más bajos, ligados a lasentrañas de las tierras comuneras. Ninguna de lasmedidas encaminadas a su eliminación dictadas por elrégimen de Boyer pudo quebramar su firmeza. Elproblema de la tierra fue la espina más profundamenteclavada en los propósitos del régimen de Boyer. Y seconfundió estrechamente con la causa del rescate de laindependencia.

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Dos fuertes personalidades van a canalizar estaresistencia y llevarla a desalojar el poder haitiano y, enconsecuencia, a invalidar el hecho de la anexión.

Una de ellas encarnará la línea de la independencia"pura y simple" que se había inaugurado en losesplendorosos días postrimeros de 1804, se habíarobustecido en 1808, había alcanzado nivelesorganizativos en 1820 y, aún a despecho de los términosen que fue ejecutada, había alcanzado una expresiónjurídica, si no plenaria, al menos fundamental y definitivaen 1821. Esta personalidad es la de Juan Pablo Duarte.

La otra es Pedro Santana, quien recogerá la línea de ladefensa de los terrenos comuneros, caracterizada por suresistencia a la significación burguesa de laindependencia, dentro de la tradición inaugurada porJuan Sánchez Ramírez en 1809,y que se funde y confun­de con la lucha por la independencia debido a la intromi­sión del poder haitiano en el proceso.

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Duarte no procede de las filas agrarias. Estudiante,hijo de comerciantes de concepciones liberales de laCapital, regresa de un viaje de estudios por la Europa de1830, imbuido de los ideales románticos de la revoluciónburguesa que entonces arde en aquel convulso escenario.

Por la naturaleza de su extracción social, Duarte nopuede ser enemigo de los haitianos, cuya política en favor

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de la parcelación de las tierras coincidía, en el fondo, conla raíz burguesa de las concepciones hogareñas.

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Santana procede de las más profundas fibras delsistema comunero. Su padre fue soldado destacado enPalo Hincado a las órdenes de Juan Sánchez Ramírezpor quien manifestará una devoción que el hijoconservara y glorificará en el futuro. El mismo posee unabuena hacienda en el Este, explotada en común con suhermano gemelo y sus peones.

Por la naturaleza de su extracción social y sus propiosintereses económicos, es un acerbo enemigo de loshaitianos, cuya política de parcelación de las tierras vafundamentalmente dirigida contra su señorío.

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A su regreso de Europa en 1838, Duarte se enfrasca enun trabajo de agitación y organización del movimientorevolucionario, a través de un aparato clandestinodenominado LA TRINITARIA. que fructifica en estaparte de la República en combinación con unmovimiento similar en Haití. A consecuencia de estehecho, Duarte es forzado a abandonar el país.

Es probable que ya en esos momentos fuera objeto deoposición en sus propias filas, pues entre otras cosas, sesabe que se gestionaba una intervención francesa congrandes perspectivas que podía encontrar respaldo entrelos elementos que se incorporaban a la lucha.

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Durante su ausencia, los duartistas con uno de los másinfluyentes y entusiastas correligionarios de Duarte,Francisco del Rosario Sánchez a la cabeza, pero tambiéncon uno de los más recalcitrantes enemigos de latradición popular de la independencia dominicana,Tomás Bobadilla, llevan a cabo la proclamación más o

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menos sosegada de la Independencia y hacen público undocumento conocido como la DECLARACION DEL 16DE ENERO, que es su instrumento jurídico.

En este documento los patriotas definen con todaexactitud la naturaleza de la situación que da origen alnuevo Estado dominicano, mediante el uso de la palabraSEPARACION en lugar de la palabra "independencia",que la historiografía tradicional ha consagrado.

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El término elegido, sin duda en el seno de una situaciónque ellos han debido discutir ardientemente, consagra lavalidez de una independencia que ya había sidoproclamada en 1821 en términos jurídicos, mediante unadeclaración que ellos han debido tener en sus manos,debida a la pluma de Núñez de Cáceres, y que se habíaconsumado en el plano histórico, toda vez que la rupturacon el sistema colonial europeo resultó irreversible.

Al redactar el documento, ha debido ser evidente a susredactores (haya sido el duartista Sánchez comosostienen algunos, o el santanista Bobadilla comosostienen otros, o la colaboración de ambos) que eltérmino independencia suponía que Santo Domingo eracolonia de Haití, lo cual era jurídicamente insosteniblesin modificar la noción de independencia, en cuya virtudel país no había dejado de ser independiente por laanexión a un Estado americano, DESPUES de haberdeclarado su independencia de Europa por un actoanterior y separado.

En esa situación, la elección de la palabraSEPARACION, que no puede haber sido introducidaclandestinamente entre abogados y duartistas comoSánchez, era la adecuada y la justa porque mantenía lavalidez de la independencia llevada a cabo en 1821respecto del colonialismo europeo y consumaba en susjustos términos la ruptura de la situación anexionista de1822 anulando sus efectos jurídicos, respecto de Haití.

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La secuencia histórica evidencia la justeza de losredactores de la DECLARACION DEL 16 DE ENEROYles restituye la consideración y el respeto que el pueblodominicano se debe a sí mismo.

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Hasta ese momento, Santana es un personaje oscuro.Sin embargo, cuando se conoce que los ejércitoshaitianos se dirigen a recuperar la "provincia rebelde",salta al primer plano de la lucha con un ejércitoimprovisado que no tiene dificultad de organizar con suspeones, y General improvisado él mismo, marcha a hacerfrente a los enemigos de la independencia -aunque élmismo es uno de ellos- y obtiene un éxito que loconvertirá en la figura predominante de la vida pública,cuando logra detener el avance del enemigo en lasinmediaciones de la población de Azua. Peroinmediatamente abandona la plaza y permite que elenemigo la ocupe sin ser hostilizado.

Este hecho, empero, no gravitará sobre su prestigiopersonal ni afectará su carrera política.

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Entre tanto, Duarte ha regresado del exilio tan prontocomo han sido expulsadas las autoridades haitianas y seha incorporado como un prestigioso miembro en la JuntaProvisional que gobierna el país.

Al saberse en la Junta, de la incursión haitiana yde susresultados, ~sí como de la pasividad en el frente adespecho de la victoria inicial de Santana sin que seponga de manifiesto ninguna acción posterior paradesalojarlos de nuevo, Duarte demanda y obtieneautorización de la Junta para hacer frente al enemigo r setraslada con ese fin al escenario militar.

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En esta circunstancia se manifiesta la debilidad de las

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Santana, aunque no el único como se verá después, es laincredulidad respecto de la capacidad del pueblodominicano para conquistar y menos para sostener suindependencia.

Duarte había consagrado en su proyecto deConstitución que el pueblo dominicano no sólo era capazsino que además era la única fuerza capaz de alcanzaresos objetivos supremos.

La incredulidad hatera se expresaba en el marco de uncomplejo de fuerzas tan inmenso, que bien amerita elcalificativo de universal.

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Estas fuerzas eran:

A

La propia Haití que, convencida de que en su totalidadlos dominicanos eran incapaces de sostener su soberanía,temía que su territorio se convirtiera en antesala para elretorno de las potencias esclavistas contra ella.

B

Las grandes potencias coloniales, Inglaterra, Francia,España y una joven potencia americana, los EstadosUnidos, en los umbrales de un gran porvenir, todasesclavistas con excepción de Inglaterra, que seneutralizan mutuamente en una loca carrera por impedirque uno de sus rivales le aventaje en la posesión de unapresa tan fácil y, por consiguiente, apetitosa.

C

Los sectores más negativos de la clase terratenientenativa:

a) los "hateros" del Este. capitaneados por Santanaquien, siguiendo una tradición que se remonta a Sánchez

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Ramírez, sueña con el pasado -y el futuro- español, y

b) los "azucareros" del Sur, capitaneados porBuenaventura Báez, coautor o eje de un famoso plan dereincorporación de Santo Domingo a Francia. Y

D

Los mismos adeptos de las posiciones duartianas quesobreviven a las purgas implacables de Santana, y aquienes se verá apoyar de manera vacilante a uno y otrogrupo, a una y otra potencia extranjera, a fin de viabilizarla supervivencia republicana, impulsados por un amorgenuino que, de una manera o de la otra, la propiaHistoria se encargará de certificar en su momento.

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Al amparo de este complejo de fuerzas antipopulares,los "hateros" del Este y los "azucareros" del Sur con susrespectivos caudillos a la cabeza, se sucederánalternativamente en el poder (Santana cuatro veces, Báezcinco) no sin antes consumir los recursos de una naciónperpetuamente devastada, e incansablementeofreciéndola al mejor postor: el uno en favor de España,el otro en favor de Francia, los dos ocasionalmente a losEstados Unidos, incluyendo una insólita tentativa enfavor del Reino de Cerdeña sin saber en qué rincón delmundo se encontraba situada, y acentuando esta gestiónen la misma medida de la acentuación de la conciencia yde la resistencia del pueblo.

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El desenlace de esta contradicción cond uce a Santana arestablecer en 1861 la soberanía de España ya sucumbirtrágicamente con ella en 1865.

El punto culminante de este desenlace es laestremecedora GUERRA DE LA RESTAURACION,de 1863 a 1865, que costó a España unos 300 millones de

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pesetas y 30 mil bajas, aparte de una crisis gubernamentaly un disgusto incalificable por el fracaso de la aventura.

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Esta Guerra, que despejará la traición de los "hateros"del Este, evidenciada en el heroismo del propio pueblooriental, constituye la gran epopeya del pueblodominicano en su totalidad.

Su impresionante grandeza consiste en haberquebrantado el poderío de una gran potencia europeacapaz de sostenerse todavía entonces en Cuba, al mismotiempo que liquidaba la hegemonía de los "hateros" delEste, sus más antiguos, tenaces y poderosos enemigos.

El verdadero caudillo de esta incomparable hazaña,como lo había preconizado Duarte, fue el propio pueblodominicano. "No hay página más brillante en toda suHistoria" ha dicho el historiador norteamericano Hauchen un bello trabajo. Y es una opinión muy justa yenaltecedora si no se olvida que sólo un conjunto debrillantes páginas permiten componer y comprender lahistoria de un pueblo...

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La Guerra "restauradora" trae de nuevo a los"tabacaleros" del Cibao para el tercero y último turno degran vuelo de los sectores agraristas en esta etapa delproceso histórico de su país.

Quedó confirmada entonces la doble naturaleza de suconducta pública esencial: la constante progresista de susmotivaciones, número uno, y su inevitable contradiccióncon el pueblo, a la que hay que acordarle también elnúmero uno.

En su mejor papel se le vio dirigiendo la lucha popularcontra el dominio español, a la cabeza del GobiernoProvisional creado con este propósito durante la Guerra,empleando todos sus recursos, desplegando toda su

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actividad y haciendo el mejor provecho del talento y lacultura de sus miembros más ilustrados y capaces.

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Pero también, en el seno mismo de este GobiernoProvisional se le ve gestionando sin éxito pero sindescanso, el patrocinio de Estados Unidos o deInglaterra, a través de sucesivas misiones, mientras asestael más tremendo rechazo al esfuerzo de Duarte porincorporarse a la lucha, temerosos del prestigio delanciano en el seno del pueblo.

El viejo proscrito apenas recién llegado, deberáreintegrarse a las sombras parro no retornar sino envueltoen su mortaja, aunque no sin antes denunciar en unacarta imperecedera la naturaleza anti-patriótica delultraje, desposeído ya del más mínimo resplandor de eseéxito que debe acompañar a los hombres públicos paraser respetados por las mentalidades simples...

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Pero el mismo Gobierno Provisional no estará exentode inconsecuencias y traiciones, y allí en su propio senoprospera el trabajo de zapa de los "azucareros "del Surenfavor de su caudillo Báez quien, apenas concluida laGuerra, cambia su banda de Mariscal del Ejércitoespañol por la de Presidente de la RepúblicaDominicana, por cuarta vez.

No tardará en ser derrocado yen volver por quinta veza ocupar ese elevado cargo para sucumbir por fin, en undorado exilio, después de un proyecto de anexión aEstados Unidos que se frustró en el último momento ycon el cual, y con la denominada GUERRA DE LOSSEIS AÑOS, a que dio origen, concluye, en los últimosdías del año de 1873, la agitada dominación de los"azucareros" del Sur acaudillados por Báez, así como elprolongado período del predominio del caudillismo,impuesto por un sistema de fuerzas sociales e históricasaglutinadas en torno al sistema ancestral de los terrenoscomuneros.

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La Guerra "restauradora '; que sella el destino de los"hateros "del Este, y la Guerra "de los seis años ", que a suvez sella el destino de los "azucareros "del Sur, representaen su conjunto el esfuerzo gigantesco del pueblodominicano, para alcanzar los objetivos burgueses de laIndependencia de América.

Desde 1804 hasta 1874, esta lucha cubre casi trescuartos de siglo, exactamente 70 años, unas [resgeneraciones. En rigor, la independencia dominicana,proclamada inicialmente en 1821, sólo se cumple en todasu plenitud, en 1874.

Esta gigantesca lucha se enmarca en una Eraimpresionante que se define en función de la propiedadcomunitaria de las tierras desde el año inaugural de 1606hasta más de 260 años después, y se caracteriza por laacción de las potencias imperiales en el sentido de laapropiación del territorio físico de los dominicanos, conla complicidad de los terratenientes nativos, por lo cual setipifica como la

ERA IMPERIAL

que zanja en dos grandes secciones la historia general delpueblo dominicano.

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La liquidación de la Era Imperial, caracterizada por lahegemonía de los sectores sociales vinculados a las tierrascomuneras, significa el ascenso de los sectores vinculadosal capital, el comercio y las finanzas; el abandono porparte de las potencias imperiales de sus apetenciasterritoriales y su sustitución por las apetenciasfinancieras; la aparición de la Banca, la industriaelectrificada y la clase obrera.

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Los tabacaleros del Norte son los vencedores en estagran contienda y se disolverán como tal clase social para

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diluirse en el regazo fresco de la naciente burguesía, en elvórtice de unos acontecimientos que, por poseer esosrasgos, se tipifica como la

ERA IMPERIALISTA

que descorre las cortinas de la vida moderna en la historiadel pueblo dominicano.

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"No conduce a nada elconsiderar el imperialismo

como si fuera un melodrama:es un proceso".

Melvyn Knight

La Era Imperialista significa la inversión total yabsoluta del esquema que había servido de base alproceso histórico hasta el fin de la Guerra "de los seisaños"para iniciar el año de 1874.

76La Capital de la República, situada en la banda del Sur

de la Isla, constituía un centro común en el que confluíanlos "hateros"del Este y los "azucareros" del Sur, como elbastión de una sociedad basada en la propiedadcomunitaria de las tierras.

Pero la Historia tiene sus veleidades geográficas.La apertura hacía el desarrollo capitalista, que trae

como una llave maestra a la industria azucarera,encuentra precisamente en esa banda del sur la puertagrande por donde ha de hacer su entrada.

77No es extraño aunque paradójico. Azua, y la misma

Capital, Santo Domingo, habían sido tradicionalmenteun centro de producción de azúcar en el marco de losmétodos primitivos, suavemente inclinados a laEsclavitud y grandemente favorecidos por la comunidad

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de las tierras. Por su parte, las amables llanuras del Este,donde la crianza de ganado montaraz y la maderasilvestre habían hecho su paraíso, ofrecían perspectivasincalculables para el cultivo de la caña de azúcar en granescala, exigido por la industria moderna.

78En consecuencia, el centro de la proyección capitalista

y burguesa se desplaza del Norte hacia el Sur.

La Historia se encarga ahora de invertir el proceso,organizando sus centros geográficos como si se tratara deuna comedia humana, al elegir al mismo nido de laconcepción "hatera" (el este de la República con suvariante sureña) como el núcleo de la produccióncapitalista más importante y moderna del país,arrebatándole a los tabacaleros del norte, la supremacíaen la orientación capitalista de la nación dominicana.

Los cronistas y los viajeros que vivieron la historiadominicana del siglo pasado como una rivalidad entreSantiago y la Capital, con algún fundamento aunque conuna mirada superficial, no dejarán de ver este procesocomo un desenlace.

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Los dos años de euforia nacional que siguen a 1874,cantados por el estro vibrante y genuino de Salomé, lacantora profética en cuya voz encontró su camino el viejoideal de la independencia "pura y simp/e"con todos susatributos burgueses, fueron suficientes para articular lasnuevas fuerzas políticas encargadas de sustituir a lasestructuras económicas arcaicas. Ya conocemos elnombre de estas estructuras: se llaman los "terrenoscomuneros".

El primer paso es el poder

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El poder es "Lilís",

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Su verdadero nombre es Ulises Heureaux y sus padreslo llaman íntimamente, y la tradición públicamente,"Litis".

Litis es un soldado distinguido que ha peleado a lasórdenes, y ha crecido al amparo, del más brillante de loscapitanes restauradores: Luperón. Si bien el propioLuperón ha podido ser ese poder reclamado por elmomento histórico, le estorba su profunda identificacióncon los intereses económicos y con las modalidadeshistóricas que adoptaban estos intereses en el Norte de laRepública.

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Esta contradicción común a íos prohombres del Norte,a quienes no responde la mentalidad de Lilís sino alproceso histórico, es interpretado por aquellos a quienesantes dio muestras de lealtad, como traición.

Objetivamente no es así. El desplazamiento de la líneahistórica capitalista, del norte hacia el sur, es un productode la Historia misma, no de su voluntad. Lilís es a lo sumoun instrumento, un formidable instrumento y, además,elegido, o si se quiere, sobrevenido, desencadenado, consorprendente precisión y oportunidad sobre el país. Sidebía costar lágrimas y causar estupor, no era "asuntosuyo ", como parece haber dicho en una ocasión risueña .. ,

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Tan pronto como se instala en el poder, las fuerzas aque debe servir se arremolinan en su derredor. Son

a) las potencias clásicas: Francia, Inglaterra, EstadosUnidos y desde luego España, aunque muy disminuidaporque su signo histórico se encuentra invertido y noalcanza la estatura imperialista, marcada demasiadoprofundamente por la estampa imperial;

b) las que se incorporan en esta nueva fase histórica:Italia, Suecia, Holanda, Dinamarca, Alemania que tiene

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una buena raíz capitalista en el norte de la República,todas las cuales, llegado el caso, concentrarán susunidades navales y al mismo tiempo, frente a la Capital;

e) el gran comercio, nativo o extranjero establecido enel país, pero en cualquiera de los dos casos, vinculados alas fuentes extranjeras de capital.

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El papel de Lilís consiste en someter las fuerzaspolíticas internas, altamente politizadas y fuertementeentrenadas en la actividad militar pero arrastradas aúnpor la inercia histórica hacia el antiguo esquema, ycolocarlas en la línea moderna al servicio de esosintereses.

Su genio consiste en haberlo conseguido, unas vecespor medio de la persuasión, otras por la astucia cuandono por el soborno, el engaño, la leyenda, la imagenmitológica yen definitiva por el terror, periódicamentesustentado en la eliminación física e inexorable de susadversarios.

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Con Lilís se introduce la Banca francesa, pronto ydramáticamente sustituida por otra Banca en la que sedesdibuja la cooperación norteamericana.

Nace y se desarrolla la industria azucareraelectrificada, introducida por cubanos.

Las aventuras usurarias introducidas por Báeza travésde sus agentes europeos, se redondean en un dogalfinanciero monopolizado por la San Domingolmprovement, que va a dejar su huella profundamenteimpresa en los destinos de la nación.

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La crisis financiera de 1899, que en Estados Unidos

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crea zozobra, le amarra las manos a Lilís y esto haceposible que unos mozalbetes audaces lo abatan a tiros enpleno Cibao cuando se dispone a incinerar en la plazapública sus famosas "papeletas" depreciadas, después de20 años de poder autocrático ininterrumpido.

Con él sucumbe también la festinación orgiástica delpoder europeo frente al litoral capitaleño y se inicia unnuevo período histórico, caracterizado por el poderabsoluto e incontestado de los Estados Unidos, quetoman en sus manos los destinos de esa áreaparadójicamente denominada "the sea ofour destiny", olago americano.

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El proceso a que se refiere Melvyn Knight, el profundohistoriador de ese período en nuestro país por encargo deuna sociedad norteamericana, no tiene efectivamentenada que ver, como él muy juiciosamente advierte, con elmelodrama sentimental.

La crisis de 1899 produjo en Estados Unidos elestornudo cuya gripe, como dice el cuento, mató a Lilísen Moca. Allá no pudo pasar del estornudo porque unbrillante financista le había proporcionado al Tesoro lasuma verdaderamente escalofriante en los términos dehoy de 62 millones de dólares en barras de oro físico pararespaldar las reservas de su papel moneda.

Como que Lilís ignoraba que tenía bajo sus pies todo eloro que cualquier Rey Midas hubiera necesitado pararespaldar sus "papeletas", la gripe financiera le arrebatóla vida.

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El financista norteamericano se ganó, por el contrario,una influencia considerable en el Departamento deE.s~do de su país. Se llamaba J. P. Morgan, y susbiógrafos se quejan de que una vida tan brillante y unpersonaje tan extraordinario resulte envuelto en una

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densa niebla que oculta una vida probablementefascinadora pero impenetrable.

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Morgan es parte del proceso. Según los estudiosos dela materia, en 1905 se llevó a cabo la monopolización dela industria norteamericana en manos de dos grandespoderes financieros. Uno es la Casa Morgan: el acero. Elotro es la Casa Rockefeller: el petróleo. El primero sellama National City Bank, el segundo Chase ManhattanBank.

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Para Santo Domingo, Morgan no es parte del proceso.El es el proceso. El año de 1905es también un año clave.Una vez concluido el laborioso programa de lacolonización interna, "from coast to coast", desde elAtlántico al Pacífico, enriquecido por el sur conLouisiana y Texas y por el norte con Alaska, y asimismoconcluido el proceso de monopolización de su granindustria, comienza la prospección hacia "the sea of ourdestiny", el Mediterráneo americano, el Mar Caribe.

Santo Domingo está situado en el corazón de ese marincomparable, dos de cuyas entradas pueden sercontroladas desde esta Isla, situada frente al Canal dePanamá.

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A eso se debe la Convención de 1905, completada porla de 1907, que otorga a la gran potencia el control de lasfinanzas dominicanas, en vista de la aparente incapacidadde los dominicanos para atender sus compromisos con laSan Domingo Improvement.

La Casa Morgan es la encargada de manejar esasfinanzas después que un Banco Nacional acreditadosupuestamente a la Casa Rockefeller, es desplazado deesa función a causa de la indiscreción de su director

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quien, en un lugar mal escogido, anunció para SantoDomingo una "Intervención Jarvis", que tal era supropio nombre.

La Intervención fue por fin llevada a cabo en 1916perola Casa Morgan no se la acreditó sino, simplemente, lapatrocinó. Knight dice que los dominicanos trataban condureza al National City por allá por 1926 porque "elGobierno Militar (de la Intervención) lo introdujo ". Noera lo más exacto. Bien pudo decirse que el National Cityintrodujo al Gobierno Militar...

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Este formidable giro histórico sitúa el panoramanacional en el mismo punto en que se encontraba en 1874a raíz de la "guerra de los seisaños". El país ha pasado delpredominio de la propiedad comunera al de la propiedadcapitalista y, por fin, arrastrado por el proceso de lahumanidad, al de la expansión imperialista, o del poderfinanciero. Es preciso una personalidad enérgica y capazque ponga el país en el carril de la Historia.

Esta personalidad es Rafael L. Trujillo.

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El origen de la Intervención Militar de 1916 y delrégimen establecido por el Generalísimo Trujillo en 1930,tienen un profundo vínculo común: el sistema depropiedad tradicional de las tierras, conocido desde elprimer silabeo de este relato como los "terrenoscomuneros ':

En 1916 no se trata ya de la hegemonía de los terrenoscomuneros en el poder, puesto que sus grandes caudilloshan pasado a la historia. Se trata ahora de una viejacontradicción que palpita en sus entrañas y, en cuyavirtud. se confunde la resistencia de los terrenoscomuneros a desaparecer. con la resistencia nacional.

La. resistencia más porfiada y tenaz, la másmortificante y comprometedora, la que más daño hizo a

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la Intervención en el exterior y la que exacerbó más losánimos en el interior, fue la que los "terrenos comuneros"le presentaron al "marine" y a los planificadores delrégimen.

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De esa difícil empresa brotaron dos fuerzas: Trujillo yel "Sistema Torrens", A Trujillo lo encontró laIntervención aquí pero al Sistema Torrens hubo que ir abuscarlo a unos originalísimos antecedentes australianosen los que había figurado un irlandés talentoso deapellido Torrens, que ideó un procedimiento sumamenteeficiente para el registro de la propiedad territorial yeliminar la indefinición de los terrenos.

A Trujillo le correspondió la solución nativa delaspecto militar y político de la cuestión. Al SistemaTorrens le correspondió el aspecto legal.

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De todos los pasos emprendidos por la Intervenciónnorteamericana -creación de la Guardia Nacional,desarticulación de los grupos políticos tradicionales,eliminación de los antiguos caudilIos vinculados a laspotencias extranjeras que le eran adversas, así como laemancipación del tesoro público respecto de los interesesde facciones, etc.- el más importante y de significaciónhistórica más profunda y fundamental, fue la eliminacióncompulsiva y no pocas veces sangrienta, del sistema deproducción agraria basada en los terrenos comuneros,medida por la cual clamaba la industria azucarera,creada a fines del siglo anterior.

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La ilustración más dramática de la resistencia laofrecen los peyorativamente denominados "gavilleros ':que luchan en la zona de concentración de los ingenios deazúcar en el Este, no lejos de las llanuras donde el pueblodominicano inauguró sus esencias nacionales con la

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batalla de PALO HINCADO, Ydonde ahora el "hato"antiguo se ve forzado a encarar su Waterloo contra elflamante latifundio azucarero.

Una y otra vez la causa del honor nacional se vecomprometida contradictoriamente en la defensa de losterrenos comuneros.

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Las hazañas de los "gavilleros" no pudieron impedir laimplantación en 1920 del SISTEMA TüRRENS, o deregistro de la propiedad inmobiliaria, debidamenteacompañado de un severo Tribunal de Tierras. comosolución radical y definitiva de la indefinición territorialque perpetuaban los terrenos comuneros en nuestro país.

A la distancia de unos tres siglos y medio de existenciahistórica, entra así en los espasmos de la agonía estaformación económica peculiar y turbulenta que encarna,como ningún otro símbolo, las peripecias y las zozobras,y a veces las esperanzas más refulgentes, de la nacióndominicana.

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Sin embargo, para impedir que el fantasma de losterrenos comuneros pudiera abandonar su tumba, fuenecesario imponer una férrea dictadura, que tocó enmisión a Trujillo, entonces eljoven teniente que se habíacalificado en las acciones decisivas contra los "gavilleros"orientales.

La formidable dictadura encarnada en él y que tieneeste fundamento histórico, liga su destino a la hegemoníade la casa Morgan en la economía norteamericana.

Las tres décadas que agota se explican de ese modo y almismo tiempo explican ese período histórico.

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Cuando el acero deja de ser el producto fundamental

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de la economía de los Estados Unidos -los acorazados yelferrocarril- para ser desplazado por el petróleo elportaviones y el camión automóvil- por esos designiosimplacables del progreso y de la vida, la casa Morgan seve forzada a ceder sus privilegios políticos y susiniciativas históricas a la casa Rockefeller.

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Un conflicto aparentemente episódico entre Trujillo yun gobernante venezolano, sólidamente envuelto en losintereses petroleros, anuncia el fin de esta etapa históricade nuestro país.

Un par de meses después de la desaparición de Trujillo,inaugura su trabajo en la República Dominicana, porprimera vez desde aquellos lejanos días en que una de susfiliales, el Banco Nacional de Jarvis era desplazado por J.P. Morgan en Santo Domingo, el Chase ManhattanBank, cuyo presidente era David Rockefeller.

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Pero el fantasma de los terrenos comunerosdeambulaba aún por estas tierras.

En 1963 searticula un proyecto de Constitución en unode cuyos artículos se establece la prohibición de adquirirla propiedad de tierras a los extranjeros.

La elección del escritor Juan Bosch al poder pocodespués, significa la implantación y la ejecución de esteprecepto, que no le admite más de siete meses en la másalta magistratura del Estado.

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PRIMERA PARTE

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A. LA HISTORIA QUE NO SEESCRIBE

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a) Consideraciones en torno a la Noción deMétodo y la Noción de Período

¿Como vaya ocuparme de estasfruslerías. yo que sólo me

ocupo de mis sueños. yeso acondición de que no duren más

de una noche. . .?

CHA TEA UBRIAND

Si la historia quiere ser una ciencia y beneficiarse de losimponderables recursos que pone a' su disposición la técnicamoderna, la Cibernética entre ellos, deberá ser tan rigurosa eimpoluta como las ciencias naturales.

Pero este es un problema angustioso para la Historia.

Se le suele reprochar que trabaja con una sustancia volátil,esencialmente caprichosa y voluble, que es la naturaleza humana. yque esa realidad, que se hace encarnar en el "individuum ineffabile ",hace imposible la composición del cuadro de leyes inmutables yrígidas que le otorgarían crédito de infalibilidad suficiente paraconsiderarla una Ciencia.

Este reproche no es justo.

Si bien es verdad que a la naturaleza humana debemosreconocerle esa fragilidad, es preciso tener constantemente en cuentaque una cosa es el hombre aislado, recluido en su intimidad (aquel enquien pensaba Byron cuando afirmaba que "el único deseo que nohan dominado los siglos en el hombre es el de no tener más amo quesu temperamento "): y que otra cosa completamente distinta es elhombre sumergido en los infinitos entrelazamientos de la sociedad.

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La verdadera sustancia de la Historia no es ni puede ser elindividuo inefable, ininteligible aunque inteligente, sino el hombresocial, la sociedad misma. La naturaleza humana, y tal vez toda lanatura.cza, y no sólo la del hombre y la de las abejas, sino también lade los bacilos y las aglutinaciones minerales, es "social". Los pueblos,las épocas, las naciones tienen una conducta histórica independientede la voluntad más o menos imperiosa de los individuos que laintegran, aunque sólo sea porque la conducta de la sociedad es una yla de los individ uos es infinita.

Y, sobre todo, contradictoria.

Un forma seductora y ágil, que sirve para ilustrar estasconsideraciones, es la que utilizaba Engels en su famosa carta aBloch', sirviéndose de la metáfora de los paralelogramos de fuerzaque estudiamos en la escuela secundaria.

Las diversas voluntades individuales, explicaba él en esa carta,se comportan como líneas defuerza, cada una de las cuales pugna porseguir su propia dirección y, en consecuencia, la dirección queprevalece no es ninguna de ellas sino su resultante, que es unadirección nueva, independiente ydistinta, a la cual quedan sometidasinvoluntariamente esas individualidades y que establece la conductade toda la sociedad. "Pues, como dice él, lo que uno quiere tropiezacon la resistencia que le opone otro, y lo que resulta de todo ello esalgo que nadie ha querido. De este modo, hasta aquí toda la historiaha discurrido a modo de un proceso NATURAL ." sometidatambién, sustancialmente, a las mismas leyes dinámicas ':

Así resulta que el "individuum ineffabile '; con toda su imperialsoberanía, no pasa de ser un componente anónimo de la niveladoraresultante de sus propias contradicciones.

1 Carta a J. Bloch, Londres, 21-22 de septiembre de 1890. Se encuentra encualquiera de los epistolarios de Marx y Engels. Las mismas ideas expuestas enesa carta se encuentran también en la obra de este último, LUDWIGFEUERBACH y EL FIN DE LA FILOSOFIA CLASICA ALEMANA,reeditada infinidad de veces.

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Figura No. 1

La contradicción de las voluntades de Juan y José, representadas en elgráfico por las líneas a y b, arrojan la resultante 1, distinta a cada unade ellas, mientras que las de José y Manuel, las líneas b y e, arrojan laresultante 2 igualmente distinta. Ambas resultantes, divergentes entresí (l y 2) producen la nueva resultante 3, la cual se convierte a su vezen componente de nuevos paralelogramos que se componen con las re­sultantes de las contradicciones infinitas que se producen en el seno dela sociedad hasta culminar en una gran resultante final que es el acon­tecimiento histórico.

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Hoy sabemos que en ciertas condiciones, por ejemplo al seralcanzado un determinado desarrollo del intercambio comercial conextranjeros, se desprende la propiedad privada y con ella lacontradicción entre clases sociales. O que la distribución homogéneade los productos entre los miembros de sociedades de pequeñaagricultura, no permite la desigualdad entre los productores y que,por el contrario, la aparición de una agricultura de eran desarrolloconlleva la desigualdad entre señores o propietarios, y servidores dela gleba o cultivadores asalariados. Y así sucesivamente.

Se ha dado el caso de que la presencia de unos barcos de guerraen el Caribe haya constituido una condición en la vida pública, ydesde luego privada, de tal y cual Antilla y, aunque esta no es unacondición económica, es sin duda una condición material, yen todocaso es siempre la expresión de una economía de impetuosodesarrollo que impone su predominio sobre otra de desarrollojadeante y sofocado.

Los individuos inefables pertenecientes a cualquiera de esosmomentos sociales, actuarán de acuerdo con su temperamento enuna dirección o la otra, pero el curso general de la sociedad seorientará, en medio de las múltiples contradicciones que esosindividuos generan entre sí, en una dirección que en última instanciaserá determinada por las condiciones materiales -intercambio conextranjeros, régimen de pequeña o grande agricultura o simplementela presencia de un portaviones en el área- a las cuales ella se encuentrasometida.

De estas consideraciones se desprende que la historia de un país,no es la historia de individuo alguno, aunque éste sea tan inefablecomo Napoleón Bonaparte, sino que esta historia tiene un soloprotagonista que es el pueblo.

Y, además, que todos los pueblos, siempre que se den las mismascondiciones, se conducen de la misma manera.

Entonces, el asunto queda reducido a la determinación de lascondiciones a las cuales deben los pueblos su conducta y quepermiten augurar cuál será la conducta futura. Yasí arribamos a una

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concepción científica de la Historia en cuyos reinos pueden y debenser interrogados los acontecimientos con la misma rigidez con que seexamina la conducta de la abeja, la regularidad de los anillos delCarbono o la actitud de las mareas en las circunstancias del eclipse ...

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El núcleo de la historia científica contemporánea, en torno alcual gira, tanto la aparición como el futuro desenvolvimiento de lospueblos, es la PROPIEDAD PRIVADA de los medios deproducción de aquellos bienes sobre los cuales se funda susupervivencia material.

Como que los pueblos se constituyen en su confrontación conotros sectores de la sociedad, su aparición histórica estarácondicionada por la división de la sociedad en tales sectores o clases.Por consiguiente, en aquellos agrupamientos sociales en que lapropiedad de los medios de producción, naturalmente la tierra, seejerce colectivamente y donde los miembros participan por igual enella, las divisiones en clases sociales no aparecen y por tanto noaparece el pueblo. Será preciso que un determinado desarrollo de laproducción impulse la desintegración del régimen comunitario, paraque entonces se establezcan aquellas contradicciones de intereses, enuno de cuyos polos el pueblo se instala y comparece.

Así contemplada la situación, es claro que el proceso dedesarrollo de la "propiedad privada" explica el desarrollo de lasociedad y, por tanto, la conducta de los pueblos, su historia.

La literatura marxista contemporánea está impregnada, noobstante, por un encendido debate en torno a este problema, quesirve para ilustrar los conceptos precedentes-,

Sucede que los fundadores del marxismo periodizaron toda lahistoria de la Humanidad partiendo del desarrollo de la propiedad

2 Véase Gianni Sofri: EL MODO DE PRODUCCION ASIATICO: "historia deuna controversia marxista", Barcelona, 1971, tercera parte.

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privada y establecieron cuatro grandes estadios o regímenes por loscuales se supone que atraviesa toda la sociedad humana: lacomunidad primitiva, la Esclavitud. el Feudalismo y el Capitalismo.

A esta última etapa esos sabios consagraron todo el peso de suerudición, y su trabajo físico, e hicieron una caracterizaciónexhaustiva del Capital que constituye uno de los grandesmonumentos teóricos de la cultura moderna. Las otras etapas"precapitalistas" comprenden dos grupos, la Esclavitud yel Feudalismo, por un lado, en los cuales la propiedad privada ha idodesarrollándose hasta colocarse en el dintel del capitalismo; y elrégimen de la "comunidad primitiva'; por el otro, en la cual lapropiedad privada no ha hecho aún su aparición.

Ni Marx ni su compañero de trabajo Engels dijeron nunca quese trataba de cuatro peldaños diferenciados los unos de los otros, conlo que habrían parcelado y desnaturalizado la unidad del proceso,corno ocurre en el famoso sofisma de Aquiles y la Tortuga. Elcorazón de su filosofía era la dialéctica y, de entrada, debíaconsiderarse que cada uno de estos momentos llevaba ya en susentrañas el desarrollo posterior que debía hacerle desaparecer. Y,efectivamente, un estudio preliminar que hicieron acerca de lasformaciones precapitalistas, encontraron que no pocas de lassociedades "comunitarias" presentaban signos, a vecesdesarrollados, que se configuraban ya corno formas de la propiedadprivada.

Más tarde, a medida que iba avanzando el conocimiento de lassociedades primitivas, desaparecidos ya los fundadores delmarxismo, sus innumerables impugnadores comenzaron a alegarque el esquema marxista era falso, toda vez que en tales y más cualessociedades primitivas determinadas se encontraba presente lapropiedad privada, desvirtuando su fisonomía comunitaria.

Estalló la polémica y sigue aún, siempre olvidando estos doselementos fundamentales de las doctrinas de Marx: que todo eldesarrollo de la sociedad humana parte del punto en que se encuentrala propiedad privada; y que la filosofía del marxismo era la dialécticaen cuya virtud era tan inaceptable la parcelación del proceso

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histórico como la de cualquier otro proceso "natural". Enconsecuencia, no podían contemplarse estas etapas de desarrollo dela sociedad como escalones separados, como oficinas establecidasque otorgaban un certificado del nivel alcanzado por cada formaciónsocial, sino que se trataba de determinar, en cada caso, hasta quépunto el desarrollo de la propiedad privada, permitía insertar unadeterminada formación social en un determinado momento de cadauno de esos grandes estadios o regímenes.

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Teniendo presentes estos conceptos al estudiar la historiadominicana, el método a seguir debe permitirnos establecer el cursode desarrollo de nuestro pueblo, desde su aparición histórica hasta laculminación de sus grandes objetivos. Hasta ahora, la única clave anuestra disposición para la articulación racional de todo el procesoes esa, la de la aparición y subsecuente desarrollo de la "propiedadprivada", con lo cual se nos abren perspectivas de incalculableriqueza. Al menos proporciona un buen par de anteojos paraobservar la totalidad del paisaje.

Esta concepción del. "método" involucra automáticamente una"noción de período ':

Tanto una palabra como la otra expresan la bella metáfora delcamino -odás: camino- con la que los antiguos griegos objetivaban supreocupación por el alcance de la verdad.

Método viene a significar "más allá del camino "(meta: más allá)con lo que queda dicho que cuando ese camino que nos conduce a unpunto anhelado concluye, allí, precisamente más allá de él, seencuentra el punto verdadero, y no otro que sería falso. Entonces, loúnico que en opinión de los antiguos nos permite asegurarnos de quehemos llegado al punto verdadero y de que estamos en posesión de laverdad, es la de que hemos elegido el camino correcto y lacertidumbre de que hemos alcanzado ese punto, depende de lapropiedad del camino, que en este caso es, por coincidencia, la"propiedad privada".

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Permítase una ilustración muy alejada del tema. Cuando elaviador Lindbergh se lanzó a la aventura de volar de Nueva York aParís sin escala, nunca había viajado a esta última ciudad. La únicacertidumbre que podía poseer de que llegaría exactamente a ella,descansaba en la corrección del rumbo elegido. Su primera preguntaal efectuar el aterrizaje fue: "¿Esto es París?". La respuesta afirmativale indicó que no se había desviado del rumbo, ya que esa era lagarantía de que llegaría al punto correcto como en efecto sucedió.Así, al mismo tiempo que establecía un record mundial de vuelo sinescalas para aquella época, rendía un vistoso aunque oblicuohomenaje a la genialidad de los antiguos griegos, que habíandescubierto que "más allá del camino" y en su mismo extremo seencontraba París, esto es, la verdad ...

La palabra PERIODO es complementaria del método.Significa "alrededor del camino "(peri: alrededor) y con ella se aludea las peripecias que acompañan al camino, a los recursos que debenponerse en juego durante la marcha, para facilitar el alcance de lameta elegida.

Este camino, que en las específicas circunstancias de nuestrahistoria, identificamos como el de la propiedad no sepresenta, y así sucederá con cualquier otro camino, como la líneamás corta entre dos puntos. En su accidentado recorrido, en el cualpuede inclusive desaparecer totalmente, oculta entre densosnubarrones, sufre tales cambios que pueden desorientar alcaminante. Estos cambios que son los que denominamos "períodos ':nos van a asegurar la eficacia del método y el éxito del recorrido.

Por cierto, es la periodificación de la historia tradicional ennuestro país, la que nos revela que el método elegido por nuestrahistoriografía no nos garantiza que las conclusiones a que se haarribado, acerca del desarrollo hstórico de nuestro pueblo, seancorrectas. La única garantía que se puede invocar acerca de lacorrección de esas conclusiones tendría que ser basada en laidoneidad y la corrección del método adoptad-o.

Hasta hoy todo contribuye a convencernos de que el tal métodoes un modelo obsoleto que, por otra parte, lo era ya en el momento en

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que se impuso como norma invariable de la historiografía nacional.

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Sin duda, el historiador a quien se debe la imposición delmétodo tradicional en nuestro país, es José Gabriel García, cuyaobra ha constituido la fuente más socorrida, y no sin muy elevadofundamento, por la imponente mayoría de los historiadores que lesiguieron.

Lo curioso es,que García nunca hizo referencias al método que lepermitía vertebrar su trabajo, con lo cual estableció también unprecedente celosamente seguido en el país. Lo más pro bable es que elpropio García fuera un poco inconsciente respecto a su propiométodo y que hubiera descansado en otro historiador que debehaberle servido de modelo, Antonio Delmonte y Tejada.

Delmonte fue un historiador de muy sólida formaciónintelectual. Fue el primer decano del Colegio de Abogados de LaHabana, Cuba, a donde había emigrado después de hacer resistenciacon las armas en la mano a Toussaint en 1801, cuando el caudillohaitiano reunificaba la Isla en ejecución del Tratado de Basilea de1795 por cuenta propia.

A pesar de este antecedente, Delmonte, que sólo tenía 18 añosentonces, conservó una gran admiración por Toussaint en particulary por la Revolución haitiana en general, que le acompañó toda suvida.

A esta admiración consagró una obra acerca de la isla entera -yno de la parte en que había nacido-e- y en la cual habían tenido lugarlas hazañas, dignas de "cautivar la imaginación '!,llevadas a cabo poraquellos antiguos esclavos que, "congregando los elementoseuropeos, los constituyen en República independiente ", segúndeclaró en un prólogo que antepuso en 1852 a su HISTORIA DESANTO DOMINGO, Este título respondía con la mayor exactitudal propósito que animaba su contenido.

En realidad Delmonte no era dominicano. Había nacido en este

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territorio durante la soberanía española y lo abandonó con esanacionalidad para nunca más volver. Jamás renunció a esanacionalidad ni a esa mentalidad que en los últimos párrafos delmencionado prólogo reflejan su fijación española. Debido a esacondición intelectual, contempló la Isla como una unidad históricaaunque reconociera una dualidad nacional.

Ese mismo prólogo evidencia, además de un volumen deinformación personal impresionante, una formación romántica muydefinida. Después de pasar revista a la metodología romántica, sedecide por aquella "que impone el siglo que vivimos a toda historiaescrita en estos tiempos ': y que en su opinión debe estar dedicada "ala noble exaltación del sentimiento de la nacionalidad': unsentimiento desde luego de la más recóndita fibra romántica...

En este prólogo, Delmonte hace un triple legado a lahistoriografía dominicana, que es recogido y transmitido a lasgeneraciones siguientes por José Gabriel García.

Uno de ellos es la vinculación en un plano de subordinación ydependencia de la historia dominicana respecto de la historiahaitiana. Esta historia como provincia de aquella da el título de"Historia de Santo Domingo" a toda obra escrita acerca de lahistoria de la República Dominicana, sin que jamás se hayanexplicado las razones de esta preferencia. Y es claro que no se tratasolamente de un título sino de una concepción. Cuando se relata lahistoria de los Gobiernos, es imposible desligar la historiadominicana de las confrontaciones bélicas entre los dos países o de lapolítica demagógicamente vinculada a ellas. En tal caso la historiadominicana no es exclusiva de esta parte sino que se desplaza en elterritorio de toda la Isla, y se entrelaza indisolublemente con lahistoria haitiana. Otra cosa sucederá cuando se escriba la historia delpueblo dominicano, en cuyo proceso de formación y desarrollo lahistoria haitiana es una condición como muchas otras, de las cualesno están excluidas Cuba y Puerto Rico así como las potenciascoloniales, y no sólo España, que de manera tan próxima y activaacunaron ese proceso. La "Historia de Santo Domingo" es unaspecto insoslayable del desarrollo histórico del pueblo dominicano

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pero en ningún modo puede volatilizar la "Historia de la RepúblicaDominicana" ni reducirla a aquel período posterior a suIndependencia que García denomina "historia moderna de laRepública Dominicana".

El segundo legado que Delmonte hizo a la historiografía de estepaís es aquella concepción de la metodología romántica de acuerdocon la cual la narración histórica sigue la línea de los gobiernos, laautoridad en general incluyendo la eclesiástica, además de la raza, elclima, el territorio, el-idioma, la religión y las costumbres, el pasadoaborigen y el folklore, que constituyen, de acuerdo con susplanteamientos teóricos, la esencia de la "Nacionalidad'"confundiendo este aspecto jurídico con el desarrollo histórico de la"nación", y al mismo tiempo convirtiendo el "nacionalismo", que essu tercer legado, en el motor histórico de la sociedad.

Es imperativo reconocer que ambos historiadores vivieron "elsiglo de las nacionalidades" (Siglo XIX) y que García participóactivamente en la lucha nacional de este país, uno de cuyos aspectosera la confrontación con la vecindad haitiana>, Este nacionalismo

Para una visión esquemática pero comprensiva de la historiografía romántica,véase LES GRANDES DOCTRINES LITERAIRES EN FRANCE, dePhilippe Van Tieghem, Presses Universitaires de France, París, 1963.

2 V. Walter Goetz: LA ESTRUCTURA ESPIRITUAL DE LA EPOCA enHISTORIA UNIVERSAL, Espasa Calpe, 1963:

"Esta época del nacionalismo cambia el mapa de Europa y cambia también laactitud espiritual de los pueblos. No sólo el Estado y la economía se construyensobre base estrictamente nacional, sino que también esta tendencia afundarse enel Estado nacional actúa en la misma vida espiritual y aspira a ordenar el destinode los pueblos desde su punto de vista. La Ciencia histórica y el derecho políticose convierten en campeones espirituales de la idea nacionalista; con máximafuerza allí donde el Estado nacional está todavía por conquistar, pero rambiénenérgicamente allí donde se siente amenazado por minorías de nacionalidadextraña y donde se aspira a eliminar las influencias espirituales ajenas . . .

"El advenimiento de la cultura nacional en el idioma, la literatura, el arte, lareligión y las costumbres es perseguido con el ardoroso celo que había iniciado elromanticismo, pero el romanticismo es cada vez mds desplazado por la ideapolítica nacional y en lugar del ingenuo deleite en la contemplación del pasado,viene la investigación consciente en provecho de la nación y en último término laidea de la raza, que se exalta Q veces hasta la más ciega odiosidady que reduce elvalor de la nación a la bondad de la sangre, esto es, a un concepto de valor queenardece la conciencia de unas naciones contra otras':

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jugaba un papel histórico en aquellos instantes en que laindependencia del pueblo se encontraba comprometida por lasacciones de Haití, usualmente combinadas con las acciones agresivasde otras naciones más poderosas. Pero, una vez superado el ciclo deesas confrontaciones, considerar el nacionalismo como el motor denuestra historia, constituía un elemento de disipación y desubestimación del papel de nuestro pueblo en la creación de supropio destino y en la ejecución de su propia historia.

Es evidente que dentro del manto de la "nacionalidad"quedaban igualmente arropados los enemigos del pueblodominicano, sus déspotas y sus traidores e inclusive los intereses y lasmotivaciones de las potencias extranjeras, ejercidas a través de susvinculaciones dominicanas. Se puede ser dominicano dentro de losmás rigurosos cánones constitucionales y no serlo dentro de losmenos rigurosos cánones históricos, tan pronto como se enajene enlos brazos de los enemigos de su pueblo'.

Por esa triple vía trazada por los fundadores de la historiografíanacional, se perdieron generaciones enteras de estudiosos de nuestrahistoria y manuales innumerables en los cuales el patriotismo másvehemente y exaltado se diluía en los convencionalismos y losprejuicios que obstaculizaban y obstaculizan aún el desarrollo de unaauténtica historia del pueblo dominicano.

"Por eso carece de sentido hablar de una comunidad de interesesnacionales. pueslo que las clases dominantes de cada país han defendido hasta aquí corno"exigencias nacionales"no ha sido nunca otra cosa que los interesesparticularesde las minorías sociales privilegiadas, intereses que debían ser aseguradosmediante la explotación económica y la opresión política de las grandes masas.De igual modo que la tierra de la llamada "patria"y sus riquezas naturales hanestado siempre en posesión de aquellas clases. y se pudo hablar con razón de una"patria de los ricos': Si la nación fuese en realidad una comunidad de interesesasociados, según se la ha definido, en la historia moderna no habría habidonunca revoluciones y guerras civiles. pues los pueblos no han recurrido por meroplacer a las armas de la insurrecián. . . " Rudolf Rocker: NACIONALISMO YCULTURA, Buenos Aires 1954, página 244.

Debemos llamar la atención al hecho de que Rocker, que no es"marxista ''y másbien un antimarxista violento, mantiene aquí posiciones más avanzadas que la deun ,cierto nacionalismo "marxista" que a veces se cuela en la historiogtafIanacional,

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El primer paso que las reflexiones que anteceden imprimen atoda tentativa de relatar esa historia, consiste en la caracterizacióndel protagonista principal y verdadero de nuestra historia: el propiopueblo dominicano.

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b) Caracterización de la Noción de Pueblo

A la hora de caracterizar al PUEBLO encontramos odescubrimos tres rasgos que le son esenciales y que se complementan.

El primero afecta a la división de clase. El pueblo se constituyefrente a un Gobierno que asume la misión de regular su conducta. Enel complejo infinito de contradicciones que se articulan en el seno dela sociedad, unas arrojan una resultante popular y otras unaresultante gubernamental; y expresan una clase social dominada yuna clase social dominante.

El pueblo es la clase social dominada, a condición de queconstituya las grandes mayorías de la población. Una vez que lasgrandes mayorías populares se organizan en torno a su Gobierno,desaparece la polaridad "gobierno-pueblo", dado que las minoríasdominadas no constituyen un "pueblo". La noción de "pueblo"incluye invariablemente al de "masas populares" y de ahí derivatanto su fundamento en el plano moral y jurídico como su fuerzapolítica y su gran papel en el plano histórico.

Estas dos resultantes divergentes -y por eso la historia de unpaís no es la historia de sus gobiernos- se conjugan en una granresultante final que es la historia de un país determinado.

El segundo afecta a su conciencia de clase. El pueblo seconstituye en torno a un nivel determinado de "conciencia" que haceposible su unidad y su cohesión en términos de resistencia y de luchafrente a la acción gubernamental y política de la clase dominante.Como ha dicho el propio Engels: "Los diferentes individuos sólo

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forman una clase en cuanto se ven obligados a sostener una luchacomún con otra clase "1.

Por consiguiente, es solamente la lucha del pueblo lo quepermite reconocer al Pueblo. Y es una gran cosa que sea así, ya quepor lo general su presencia se difunde y volatiliza en la malla de losacontecimientos históricos registrados por sus enemigos.

Yel tercero afecta a la lucha de clases. El pueblo se constituye ensu polarización frente al poder organizado de la clase dominante y enel marco de unidad y de cohesión que determina su "conciencia" declase pero es preciso que esos rasgos subjetivos se materialicen en unalucha concreta, al alcance del sistema sensorial de sus testigos, demanera palpable y concreta, para que pueda serle reconocida alpueblo como un rasgo sustancial y lo constituya históricamentecomo "pueblo".

Mientras esta lucha no se manifiesta de manera concreta puedenestar presentes los rasgos que constituyen el pueblo, pero esimposible registrarlos como fenómeno de conciencia. El historiadorsólo podrá partir de los testimonios que registran las accionesmateriales, objetivas, en las cuales el pueblo deja constancia de suexistencia real.

2

Es claro que no siempre se ha entendido así la caracterización dela noción de "pueblo': Hubo una época en que esta palabra denotabacomúnmente la masa política y socialmente pasiva de la población.Durante el Siglo XVIII es la palabra "nación "la que aparece cargadade contenido activo y políticamente consciente, en oposición a lacaracterización que se hacía de ella misma durante la Edad Media.

Marx-Engels: LA IDEOLOGlA ALEMANA, Ediciones Pueblos Unidos,Montevideo. 1968, páginas 60-61.

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Pero entonces el concepto de "nación" se opone al de "pueblo" queconservaba esa connotación pasiva l.

Como es sabido fueron los franceses los descubridores de lalucha de clases. Desde las primeras jornadas de la Revolución, latoma de conciencia por parte del "Estado llano" comienza adeslindar las esencias populares, sustrayéndolas del concepto másgeneral de "nación '; al cual el Romanticismo va a dotar de unaparatoso prestigio.

Pero el curso histórico irá desplazando el prestigio del"nacionalismo ", como carril histórico, y en su lugar la palabra"pueblo" recogerá todas las connotaciones políticas y activas queentonces incorporaba la palabra "nación" hasta invertircompletamente su significado"

Hoy la palabra "nación" se ha despojado de sus connotacionespolíticas en beneficio de la palabra "pueblo ': Durante los

"El nacionalismo dio por resultado la integración del pueblo en una nación, eldespertar de las masas hacia una actitud política y activa. Las revoluciones delSiglo XVIJI llevaron a cabo en el occidente esa integración y en general lapalabra "nación" adquirió el significado de la organización política total oEstado. . . " Hans Cohn: HISTORIA DEL NACIONALISMO, Fondo deCultura Económica, 1949.

2 En algunos círculos de historiadores "marxistas" de nuestro pais continúa enboga un trabajo de Stalin que, en su tiempo, gozó de mucho prestigio y que siguesiendo la fuente de no pocos estudiosos que tratan de esclarecer el significado deeste concepto. El trabajo de Stalin, que aparece en CUESTIONES DELLENINISMO Yque se considera superado y obsoleto en la actualidad, adolecede un pecado "metafísico" que consiste en marginar la naturaleza histórica, valedecir dialéctica, del concepto de "nación", presentándolo con una pretensión devalidez universal que es inaceptable. La idea de nación no solamente ha variadohistóricamente sino que varía inclusive geográficamente, en función de la etapahistórica y de los intereses de clase. Encasillar una 'realidad tan intensamentecambiante como esa en una definición impuesta desde arriba, y suprimiendo deentrada toda posibilidad de discusión controversial, no se caracterizaprecisamente como una "cuestión leninista "y ha sido justamente postergada. Elproblema que debe colocarse a la altura del último cuarto de siglo que vivimos,no es ya el de precisar el contenido de nación cuando se encuentra tan distante el"siglo de las nacionalidades", sino el de precisar y acentuar el contenido de lanoción de "pueblo ': Cada vez se hace más evidente que, más que en la "eranuclear': nos encontramos en el siglo y tal vez en la Era de los pueblos.

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acontecimientos de 1965 en nuestro país, se veía a los tanquescapturados por los "constitucionalistas'' exhibir en grandes letrasblancas la palabra PUEBLO con un sentido claramente establecidoporlosacontecimientos. En esas circunstancias la palabra NACION,inscrita en las paredes de los tanques, habría carecido designificación alguna. Este episodio ilustra cómo las masas populares,aparentemente desligadas de las dilucidaciones teóricas, tenían unaclara noción de la polarización de tendencias políticas e históricasque conlleva la noción de pueblo en el seno de una misma nación.

Otro concepto que se entremezcla con los anteriores es el de"patria". Aquí también se esconde una noción de polaridad pero estavez no en el seno de una misma nación sino respecto a una naciónextranjera en circunstancias de conflicto. En realidad la noción depatria responde a una actitud subjetiva que expresa la vinculaciónespiritual de una persona a un determinado país cuando éste seencuentra agredido por otro. Etimológicamente se vincula a la tierrade los "padres ': como la palabra "nación "se vincula al "nacimiento"en una tierra determinada, pero en el contexto histórico, el término"patria" aparece en Holanda I con ese sentido en los momentos enque ésta, pugna por desligarse de España de la cual era entoncesprovincia. Es así como adopta contenidos nacionales y llega a serconfundida con la nacionalidad. No obstante, la diferencia entreambos conceptos es obvia: la nacionalídad es una formulaciónjurídica, usualmente contenida en la Constitución y que estádesprovista de connotaciones beligerantes, mientras que la idea de"patria" involucra la polarización respecto de un país agresor. Eneste punto se asocia con la noción de pueblo de la cual se diferenciapor el hecho de que esta última conlleva una polarización interna, enel seno de una misma nación, mientras que la otra conlleva unapolarización externa, respecto de una nación agresora.

En el episodio mencionado, la palabra PUEBLO originalmente

l Para la contribución de Holanda a la exaltación de la corriente nacional, véaseEL GRAN INCENDIO.

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inscrita en los tanques, perdió automáticamente su significado actualtan pronto como se produjo la intervención militar extranjera. En talcaso, adquiría su validez plenaria la palabra PATRIA. Yefectivamente así ocurrió.

3

Esta caracterización general del pueblo y de los conceptoscolindantes, nos permiten emprender la búsqueda de los orígenes y eldesarrollo histórico del pueblo dominicano. Y así pasamos deinmediato a la consideración de los acontecimientos que nos sirven defundamento.

El primer problema es el punto en que comienza esta historia, elcual se nos presenta de manera irregular, toda vez que el mismocomienzo de la historia dominicana viene arropado por losconvencionalismos y dispara de manera inevitable la discusión y lacontroversia.

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B. LA HISTORIA QUE SI SEESCRIBE

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ANTEMURAL

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Los primeros "descubridores" de la Isla actualmentedenominada HISPANIOLA, forma latinizada de su risueño nombrecolombino, fueron un grupo de exploradores aborígenes de origen yprocedencia no plenamente establecidas.

A estos siguieron otros de origen y procedencia sudamericanas,pertenecientes a las familias de los "arawacos ': que pueblan ciertasáreas de la cuenca del Orinoco y que, por alguna razón tampocoplenamente esclarecida, abandonaron sus tierras aborígenes yocuparon, sucesivamente, las islas que componen el arco semilunartrazado por el ar..hipiélago antillano, desde las costas de Venezuelahasta la entrada del Golfo de México.

Los segundos "descubridores" fueron los españoles que, alinterrumpir el proceso histórico indiano, incorporan la Isla a lasgrandes corrientes históricas europeas y la convierten en el centro dedifusión de la cultura española en este Continente y en el campo deexperimentación de las nuevas estructuras sociales y económicas queplantea la creación de un mundo nuevo en este Hemisferio.

A su vez, los propios españoles interrumpen este proceso,llevando a cabo una de las acciones devastadoras másimpresionantes que se conoce y con la cual, yendo más allá de ladestrucción meramente física de los establecimientos, colocan denuevo esta Isla en estado de "descubrimiento" y de subsecuentecolonización.

Los terceros "descubridores" fueron los aventureros francesesque entonces infestaban las aguas antillanas y que, después dedescubrir y reconocer las zonas despobladas por los españoles,

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pródigas en naranjas y ganado silvestre, se establecieron en ella y leaseguraron a Francia la posesión de la tercera parte del territorio,que no tardó en convertirse en una colonia espléndida y, finalmente,en la República de Haití .

Cada uno de esos tres "descubrimientos "presenta un sello racialinconfundible que se impone a su siglo: el Siglo XV es indio, el SigloXVI es blanco, el Siglo XVII es negro.

La historia convencional se muestra vacilante en nuestro país almomento de establecer si el pueblo dominicano es el resultado delprimero o del segundo descubrimiento, toda vez que el terceroexplica y consuma a la República de Haití. Esa vacilación oscila en elsiguiente prisma: que el pueblo dominicano es a) el continuador delos aborígenes, b) el continuador de los españoles, y e) el continuadorde la mezcla original de los dos.

De una manera o de la otra, estas tres variantes se perpetúan enlos manuales usuales de historia dominicana. Pero las tres son falsas.La evidencia somática (racial) registrada por las estadísticas,muestra que el pueblo dominicano no es ni indio ni español, nimestizo de ambos como es el caso de otros puebloshispanoamericanos o indoamericanos.

Pero sería simplificar las cosas si nos atenemos a que esasestadísticas establecen la inmensa mayoría del mestizaje europeo yafricano que domina la población dominicana actual. Esto podríallevamos a conectar el origen del pueblo dominicano con el tercer"descubrimiento "francés, que impone la absoluta mayoría africanaen la Isla.

El mestizaje dominicano se realiza a través de un procesopeculiar, no con el blanco francés sino con el blanco español quepermaneció en la Isla tras las destrucciones, engrosado con familiasnuevas que arribaron en el Siglo XVII y con el antiguo esclavo delSiglo XVI, inaugurando un nuevo tipo de relaciones interraciales enel Nuevo Mundo, al cual el ingenio de azúcar incorporóposteriormente un nuevo torrente de origen africano desde el últimocuarto del Siglo XIX. Este último alteró el equilibrio ancestral,

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acentuando cada vez más la tónica negra del pueblo, sin modificar elcarácter armónico de las antiguas normas en que se basaban lasrelaciones sociales.

Estas normas se apartan completamente del patrón seguido demanera invariable en los países de composición bi-racial delContinente, donde la colonización comienza por la explotaciónbrutal del indio 'J del negro y su segregación de la sociedad. SantoDomingo es el único país donde este mestizaje ha sido realizadohistóricamente sin las usuales tensiones entre las dos razas y donde laarmonía de la convivencia social se ha caracterizado por la ausenciade modelos discriminatorios y estilos de violencia social que hayanimpedido en el pasado e impidan en el presente la unión de las razas,cualesquiera que ellas sean, arrojando un producto de mestizaje totalabsolutamente libre. Y lo curioso es que esa nivelación que suprimela violencia fue ella misma producto de la violencia ...

Por consiguiente, debe ser abandonada toda tendencia a hacercomenzar la historia del pueblo dominicano partiendo de un"descubrimiento" vinculado a una concepción racial de la historia.

Naturalmente, el abandono del esquema común del continente yparticularmente del área del Caribe, plantea como interrogante elcomienzo de nuestra historia, toda vez que la Isla de Santo Domingofue la primera que colonizaron los españoles como resultado deldescubrimiento de 1492. Ese hecho nos obliga a discutir las tresopciones posibles.

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La opción antillana

La primera es aquella que, debido a la influencia de lametodología romántica, va a beber en las fuentes del pasadoaborigen.

Siendo la más insostenible y la que debería ser más rapidamentedescartada, toda vez que la raza aborigen fue totalmenteexterminada durante el Siglo XVI sin que llegara a constituir unfactor histórico, ni siquiera genético, en la población dominicana, esla más difícil de desarraigar y la que se perpetúa en la más ampliagama de problemas teóricos y prejuicios sociales'. Por eso nos exigeun detenimiento especia!.

La presencia biológica del "indio" en el pueblo dominicanoactual es de orden metafísico. Como nos cuenta Arrom: "De aqueltrágico hundimiento se salvó poco: el cultivo y aprovechamiento deciertas plantas. la manera de fabricar sus rústicas moradas. algunosartefactos de uso doméstico. las palabras con que nombraron latierra, la flora y la fauna. el vago recuerdo de sus cantos y algunasnoticias de los dioses en quienes creyeron y confiaron. . ."l

En nuestro país existió la leyenda, hoy un poco olvidada, de "lamancha del indio" que la imaginación callejera hacía reaparecerconstantemente en la piel de los dominicanos. La incidencia cada vezmayor del negro en la población, ha ido disipando la verosimilitud deesta leyenda, pero perdura una imagen idealizada del "indio" queinunda los documentos de identificación: la Cédula Personal deIdentidad, el Pasaporte, la Licencia de Conductor, la CédulaElectoral y otros. Es sin duda hermosa esta actitud del pueblo, queaparentemente tiende a identificarse con una raza desaparecida aquíy oprimida en otros lugares. Pero la idealización del indio vaacompañada de la idealización de los fundamentos, contribuyendo

La concepción inveterada del componente indiano en la sangre dominicana, noha sido establecido científicamente por nadie.

2 Arrom, Juan José: MITOLOGIA y ARTES PREHISPANICAS DE LASANTILLAS, Siglo XXI, México, 1975, página 13.

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así a la perpetuación de un convencionalismo tan pernicioso comocualquier otro.

Lo más probable es que los fundamentos sean otros y que en elfondo de lo que se trata es de establecer una fórmula que permitacierto grado de nivelación racial en el plano biológico, que secorresponda con el social, basado en el hecho de que el indiorepresenta una transacción somática, entre los dos troncos racialesque intervienen en nuestro mestizaje: el pelo lacio del indio lo vinculaal blanco y su tez oscura lo vincula al negro. De ese modo se aspira aalcanzar un tipo racial común a todos los dominicanos en cuantodominicanos. Tanto el blanco como el negro vendrían a representarentonces, sólo momentos de tránsito hacia el tipo nacional.

El poeta Héctor Incháustegui Cabral sostiene' que, tal como hasido recogido por nuestros poetas, el término tradicional paradesignar el producto de la fusión de esas razas en nuestro país ha sidoel vocablo "trigueño': probablemente introducido por los españolesen razón de que en este país no se cultiva el trigo. El trigueño evoca elcolor dorado, que no blanco, de los trigales, y está sobrecargado dealusiones poéticas, que no afectan y más bien halagan la dignidad delas personas. Los franceses llamaban a sus mestizos "rouges", rojos,en Haití. Pero los mismos españoles impusieron en Cuba un términopeyorativo e insultante: "mulatos" derivado de "mulo" que es unabestia híbrida. De allí pasó a Haití, "mulatre", con la misma cargapeyorativa. En Santo Domingo este vocablo ha sido rechazado enbeneficio de "indio"que, a su vez, ha desplazado a "trigueño", por elpatrocinio oficial, como identificación en los documentos públicos.

Pero estas convenciones sociales tienden a sustentarse enconvenciones históricas. De ahí la pertinaz labor de exaltar al indioarqueológico y semántico a pesar de que las supervivencias indianasque se descubren en la actualidad (en el vocabulario y en los"asentamientos" arqueológicos) son un acervo común del pasadoantillano y no necesariamente de esta particular antilla y, cuando se

V~se EME-EME, Estudios Dominicanos Vol. Número 24, Mayo-Junio,1976,página 3: Los Negros y las Trigueftas en la Poesfa dominicana, de este granpoeta recientemente fallecido.

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cargan de peculiaridades dominicanas, producen una deformaciónnacionalista perniciosa y falsa.

2

La exaltación de la figura del cacique Enriquillo responde en elcampo de la historiografía a esas motivaciones de orden social. Lavehemencia con la cual se glorifica esta figura, infiltra en los espíritussimples del pueblo la idea de que Enriquillo es la primera figura queencama las virtudes heroicas del pueblo dominicano, comoCuauthemoc encarna las del pueblo mexicano que verdaderamentepuede reivindicar esa herencia biológica'.

Para que esta posibilidad pueda ser adoptada en nuestro paíssería necesario mostrar el carácter de clase de la comunidad indígena,de modo que Enriquillo encarnara la lucha del pueblo oprimido ypudiera establecer el vínculo histórico con las luchas del pueblodominicano.

Sin embargo, todo parece indicar que no solamente faltó estaconciencia de clase en el momento hispánico de la vida indiana sinoque nunca existió un orden clasista en su vida prehispánica. Laresistencia que los indígenas presentaron al español, y que llegó a sertan violenta que los condujo al suicidio en masa, fue una resistencianacional, como nación y no como clase social.

El propio Rey de España le ofrece con Barrionuevo un Tratadode Paz a Enriquillo, a quien el cronista Oviedo considera como unode los más nobles príncipes por haberla aceptado. "Quanto alcacique Don Enrique me paresce qu él hü;,p la más honrosa paz queha hecho caballero o capitán o príncipe de Adam acá. . .''2

El iniciador de esa corriente, aunque no del indigenismo, en nuestro país, fueManuel de 1s. Galván, quien inauguró y perpetuó, para resolver sus propiascontradiciones políticas, el culto a Enriquillo, en su "leyenda histórica" delmiSI!:'O nombre. Véase este nroblema con más detalles en TRES LEYENDAS

2 DE COLORES, de las cuales esa es una.

Idem.

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Al estudiar ese Tratado, Peña-Batlle lo presenta como elprimero que se instrumenta en el Nuevo Mundo. Y llega más lejosaún, a considerarlo como "el gérmen de la teoría moderna delDerecho de Gentes': que puede hacernos sonreír.

Peña-Batlle afirma, invocando a Las Casas al poner en eltapete la cuestión de la soberanía sobre el territorio, que "para lafecha en que se concertó el tratado de paz, la soberania se habíaconcentrado en la escasa población que gobernaba- por legítimoabolengo- el jefe insurrecto "l. Y concluye en el sentido de que lasestipulaciones del Tratado fueron

"concertadas por dos poderes que se miran iguales entre sí y que sesienten colocados en un mismo plano ... ''2

Estas consideraciones certifican que las relaciones del indio y delespañol en esas circunstancias eran de nación a nación y no de clase aclase.

3

El esfuerzo de la historia usual por incorporar al indio alproceso histórico dominicano, se concentra ahora en los últimostiempos, en el estudio de la etapa social y económica en que seencontraba la sociedad aborigen.

El momento es oportuno. Las controversias en torno a lacaracterización de las formaciones precapitalistas -desatadas porWittfogel a propósito del "modo de producción asiático"en el marcode la "guerra frla''3- ha inducido a algunos investigadores aabandonar esas concepciones marxistas sin abandonar el marxismo.

OBRAS ESCOGIDAS, Santo Domingo, 1958, página 72.

2 Idem, página 75.

3 Ver Gianni Sofri, op. cit.

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El más conocido es Gordon Childe' que se lee mucho en estepaís. Childe se desliga de la caracterización del estado histórico de lassociedades primitivas, basado en el grado de desarrollo económico, yengarza con otra basada en el grado de desarrollo estético.

Para realizar este cambio de rumbo, Childe se apoya en elaristócrata inglés Sir John Lubock ' quien, observando que a lasgrandes creaciones murales del arte paleolítico, siguió una era deproducción doméstica de factura femenina con característicaspropias, dividió ese período en dos y creó el período neolítico,caracterizado por el predominio de las ollas, vasijas y otrosproductos ornamentales.

Childe le llamó a esta nueva etapa "la revolución del neolítico"trasladando esta superestructura cultural y estética al campo de loscambios estructurales de lá sociedad. El desarrollo de la fabricaciónde las ollas y de su ornamentación sustituyó así al proceso deaparición y desarrollo de la propiedad privada.

Desde luego, por el camino de las fantasías estéticas se puedellegar muy lejos en las conclusiones históricas. Por grandes que seanlas conquistas especulativas en este terreno siempre resultarán muydébiles las evidencias de un desarrollo de la economía "taína" quehicieran viable, como se ha sostenido en algunas ocasiones, laacumulación de excedentes de su producción que les obligara arealizar intercambios con el extranjero, o sea con los otrosaborígenes de las otras Islas.

Tal desarrollo supondría una división del trabajo muy superior,y mucho más aún si se toma en cuenta que esta división del trabajo nopodría establecerla aquí la naturaleza, que daba los mismosproductos allá y acullá. Tendría que tener por base el trabajo y nohay la menor constancia de que la industria taína fuese más allá de la

Childe, Gordon, ASI SUCEDlO EN LA HISTORIA, Buenos Aires, 1969.

2 Tanto la palabra "paleolítico" como "neolítico" fueron acuñadas por Lubock endos grandes obras: TIEMPOS PRE-HISTORICOS (1865) y LOSORIGENES DE LA CIVILlZACION (1870) en diez volúmenes. VéaseAvebury, John Lubock en la Enciclopedia Británica de 1972.

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"coa"entre sus instrumentos de producción nide sus joyas cerámicasentre los productos; muy bellas estas joyas, pero muy limitadas si setoman como modelo las realizaciones de otras sociedades aborígenesde este Continente que, sin superar la etapa aún baja del desarrollo dela sociedad, lograron maravillas que son admiración y espanto denuestra época.

Lo que han hecho los aztecas y los mayas y, sobre todo, losmismos "arawacos" de donde procedían nuestros desdichadosnómadas, en Colombia y Perú, por ejemplo los "quimbayas" en laelaboración de objetos de oro, son verdaderos prodigios de laindustria humana.

Marx, que según nos explica Hobsbawm, colocaba el "modo deproducción asiático"en el peldaño más bajo del desarrollo histórico,parecía inclinado a "considerar que las sociedades mexicana yperuana pertenecen al mismo género"

Por elevado que sea el valor sentimental del legado taíno, esinsuficiente para hacerlo escalar los peldaños más altos del régimende la comunidad primitiva. Las diferencias de desarrollo que seadvierten entre el taíno y los demás grupos aborígenes de las Antillas,no alcanzan a colocar a aquellos en una etapa superior de desarrollohistórico.

4

Otro punto que no debe ser olvidado es la condición itinerantde los aborígenes de las Antillas. El desarrollo de una culturoriginal, capaz de hacer saltar a una sociedad de una etapa histórica l

una superior, supone un asentamiento permanente y un progresoconstituido por pequeñas victorias seculares. Hay que ver quetodavía a fines del Siglo XIX no se había introducido en esta Isla elarado, a pesar de estar bajo el patrocinio de una nación europea, yla"coa" aborigen seguía siendo el instrumento característico de laagricultura de subsistencia.

Hobsbawm, E. J. Prólogo a FORMEN de Carlos Marx, Taller, Santo Domingo,1972, página 30.

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Hoy se tiene como un hecho incontrovertible que la poblaciónindígena de las Antillas representaba una sucesión continua degrupos que eran desplazados por otros, procedentes de susasent- 'T\ientos continentaíes! . La distribución de los gruposaborígenes en Cuba, según revelan los hallazgos arqueológicos,revela esta sucesión dramática. Los más antiguos y atrasados, los"guanahatabeyes", ocupaban el extremo más remoto, los"ciboneyes" el centro, y los "taínos" la parte oriental próxima aSanto Domingo. Es indudable que los "taínos" empujaban a los"ciboneyes'í y estos a su vez a los "guanahatabeyes", como resultadode la presión que los propios taínos sufrían por parte de grupos másagresivos, principalmente los "caribes", poseídos de la virulenciaoriginal con la que todos ellos se desprendían del Continente, y quedominaban ya la parte oriental de Santo Domingo.

Esta situación histórica hace inconcebible el desarrollo culturaly económico de una sociedad, y absurda la opinión, aún presentadacomo "hipótesis de trabajo", en el sentido de que estos grupos podíanintercambiar apaciblemente sus "productos" entre una antilla y laotra.

5

Por todas estas razones, la opción aborigen no puede serconsiderada como adecuada para el comienzo de la historiadominicana, toda vez que no aparecen vínculos de continuidad quepermitan restablecer el contacto del pueblo dominicano con estosdesdichados "descubridores" de la Isla.

El periplo aborigen constituye una opción antillana que podríainaugurar la historia, sin duda apasionante, pero común ytormentosa del Mar Caribe.

Pichardo Moya, Felipe: LOS ABORIGENES DE LAS ANTILLAS.

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La opción continental

Si planteamos la historia de los aborígenes como una "opciónantillana", y la rechazamos como punto de arranque, dejamosabierta como perspectiva de comienzo para la historia dominicana elDescubrimiento de América.

Pero entonces nos abocaríamos a una "opción continental".

y no es una simple metáfora amable el título de "Cuna deAmérica" que le ha sido reconocido a la antigua LA ESPAÑOLAfundada en estas tierras. Este título se acredita 17 veces en las 17ciudades que antecedieron en esta Isla a cualquiera otra del NuevoMundo, incluyendo a LA ISABELA anterior a la propia SantoDomingo, sin contar las dos Universidades, el Hospital, la Catedral,la industria azucarera, que pueden vanagloriarse, como aquellasciudades, de su calidad de "primadas de América " Y hasta el primermesticito de india o negra que nació en estas tierras...

Pero en la historia del pueblo dominicano se da una extrañaparadoja.

Habiendo brotado en un territorio en que cuajaron las esenciashispánicas de América y que vino a ser el laboratorio en que semezclaron sus aromas y sus raíces, no recibe de esa experienciainaugural ningún legado directo, como si hubiera llegado al NuevoMundo cuando ya éste era una realidad sólidamente instituida.

En efecto, de las instituciones creadas en LA ESPAÑOLAdurante el Siglo XVI, que servirían de base a la sociedad en lasnaciones hermanas de América, ninguna se continuó históricamenteen Santo Domingo ni sirvió de base a la fundación de la sociedaddominicana.

Ni la Real Audiencia de Indias, ni la Encomienda Indiana, ni elIngenio de Azúcar que inició aquí su periplo mundial, ni laEsclavitud exclusivamente negra ni el Municipio como instrumentopopular, que son las raíces y los aromas con que se compusieron lasesencias hispanoamericanas y que exhalaron sus primeros vaporesen esta Isla, se continuaron después en esta parte de ella para

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constituir las bases de la sociedad dominicana actual. Para unaopinión contraria sostenida (en 1949) por el mismo autor de estaslíneas. véase su obra TRES LEYENDAS DE COLORESI.

Tampoco se continuaron otros aspectos esenciales en la vidahistórica de ese Siglo XVI: el régimen económico, la naturaleza de lasrelaciones sociales, el ejercicio mismo de la jurisdicción territorialhispánica en toda su integridad.

El indio, a pesar de reiteradas y sucesivas reintroducciones,desapareció. Y con él el encomendero.

El esclavo negro desapareció, aún cuando en la Isla reaparecíacontinuamente el mercado de esclavos y quedaba su piel, aunque nosu estigma, por los bosques y praderas de la que luego sería "laparteespañola ".

El español mismo, el personaje legendario que "llevaba sobresus hombros una ciudad como el caracol su casa ': según un bellodecir, y que tipificaba al descubridor audaz yal inventor genial delSiglo XVI, desapareció con ellos dejando tal vez su orgullo"tronando desde la altura de su miseria ': como contaba Moreau deSaint-Mery.

Pedro Henríquez Ureña ha apuntalado con su inmensoprestigio intelectual la tesis de que en el lenguaje hablado de SantoDomingo sobreviven, o sobrevivían en el momento en que escribió,tales y cuales formas arcaicas del Siglo XVI 2

• Pero aquello era unaforma patriótica del "wishful thinking" de los americanos. Otrosautores muestran ahora (Elercia Jorge Morel, Jiménez), aplicandométodos, técnicas y recursos más modernos, que esos arcaísmosconstituyen un acervo común de todos estos pueblos y conservan enellos la misma vitalidad, vigencia y antigüedad que en Santo

I • Segunda edición, Santo Domingo, Taller, 1978.

2 EL ESPARoL EN SANTO DOMINGO Yotros ensayos.

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Domingo. Eso podría significar que ni siquiera el idioma español quese habló en el Siglo XVI se conservó en Santo Domingo como unlegado directo de LA ESPARoLA. De haber sido así eldominicanoactual se sentiría a sus anchas al conversar con uno de esos"sefarditas" expulsados entonces de España y que conservan hastahoy su lengua clásica, como las llaves que usarán para abrir susantiguas viviendas el día del regreso Pero no es así. Esos arcaísmosno son una supervivencia del español del Siglo XVI en SantoDomingo sino en la propia lengua española común a todos estospueblos.

Todo parece indicar que, si bien se puede presumir unacontinuidad ininterrumpida de ese siglo a través de los siguienteshasta nuestros días, no exis-te la constancia objetiva de que fuera así.En cambio, no son pocos los indicios e inclusive las pruebaspalmarias de que fue al contrario.

El nombre de "Atenas del Nuevo Mundo" que se le aplicógentilmente al Santo Domingo del Siglo XVI, expresa una realidadhistórica que va más allá de la intención cursi de sus patrocinadores.En verdad podemos expresar con él la desvinculación actual y totalentre un pasado progenitor y esplendoroso y un presente modesto ycomún, tal como ocurre -debida y respetuosamente guardadas lasdistancias y proporciones- entre la Atenas de la Grecia Clásica y lasde la Grecia moderna. Y por eso le viene muy bien a Santo Domingoel apelativo de "Atenas del Nuevo Mundo" que expresa, sinpequeñez y sin tragedia, la Grecia contemporánea con respecto a laclásica.

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La opción insular

Si prescindimos de la opción antillana y al mismo tiempo de laopción continental, quedaría por delante una opción insular, queimplicaría la concepción de la historia de la Isla como una totalidad,haciendo abstracción de la naturaleza individual de la historia de lasdos naciones que comparten su territorio.

Increíblemente, esta es la noción prevaleciente de lahistoriografia de nuestro país, aunque sin prescindir de las opcionesanteriores, a juzgar por la tendencia constante a denominar losregistros generales de nuestra historia con el título de HISTORIADE SANTO DOMINGO, que en todo caso no es sino un período deella o la historia general de la ciudad capital así denominada.

Es indudable que esta tendencia, que constituye ya una tradición,fue impuesta por el historiador Antonio Delmonte y Tejada, quienllevó a cabo el primer esfuerzo de sistematización de nuestra historiaen un famoso trabajo cuyo prólogo data de 1852 y que llevaprecisamente el título de HISTORIA DE SANTO DOMINGO.

Pero en esto ha mediado un equívoco.

Se entendía por Santo Domingo tanto la porción antiguamenteespañola como toda la Isla, comprendiendo en ella la antigua partefrancesa. El título no era incorrecto porque la historia de Delmonte yTejada era en efecto la historia de la Isla y no solamente la de la parteespañola de ella. El tema sobresaliente de su estudio venía a ser "lalucha de razas" y "laasombrosa catástrofe de una revoluciónpoliticay social" que entonces tenía lugar en la parte antes francesa yconllevaba implicaciones mundiales. Delmonte y Tejada no ocultabasus vehemencias ante "el asombroso espectáculo de una sociedadafricana que por primera vez toma su rango, adoptando la mismaorganización social de los europeos y luego, como remate y dignoacabamiento a tan singulares antecedentes, la peripecia de otranueva revolución que, congregando los restos del elemento europeo,los constituye en República independiente ': Por esa razón,Delmonte y Tejada, que había nacido en esta parte de la isla y habíasido, por cierto, víctima de esa Revolución, no escribe la Historia dela República Dominicana. V mucho menos la del pueblo dominicano

lOa

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sino, como lo establece textualmente, la de tod a la Isla : "Enprosecución de entrambos fi nes. d ice en la página 20, yo me propuseescribir la HIS TORIA DE LA ISLA DE SA N TO DOMJNGO ' ~

Al hacerse eco de esta tra dición. la historiografia nacionalimpone un error. La historia dominicana no es la historia común detoda la Isla . Si bien las confro ntaciones del Siglo XIX entre ambasnaciones y la prop ia for mación del pueblo hait iano, constituyen unfactor de esta historia y mantienen su presencia constante a través detodo su curso, hasta el punto de considerarse válidamente comonaciones herman as, el pueblo dominican o posee una histor ia propia,con rasgos que le son int rínsecos y q ue no tienen nada que ver con elproceso q ue tenía lugar en la porción vecina.

Ignorar este plan teamiento fundamenta l equiva le a ignorarnuestra historia . No basta con separa r estos dos procesos conadjetivos heredad os del Siglo XIX, como los q ue introd ujo elhistoriad or J osé Ga briel Garela al calo r de aqu ellas luchas, ni coninsult os y sofismas raciales. Es preciso adentrarse en la naturaleza delos procesos y descubrir sus individualidades propias. Mas, ta npronto como se denom ina " Historia de Santo Domingo"a la historiadominicana, se convierte a esta historia en provincia de la otrahistor ia , porque se coloca en la base de ambos procesos el giga ntescoespasmo de la Revolución ema ncipado ra en aquel pals.

Lo que le da su carácter a nuestra historia es la natu raleza propiadel proceso pop ular en su recorrido histórico, las formas propias desus luchas de clases, dete rminadas por unas circunstancias materialesint rínsecamente dominicanas y cuya peculiaridad , en el marco de lahistoria continent al. es verdadera mente impresionante y digno de lasmás profundas consideraciones. Y es por ahl por donde hay quecomenzar.

2

Lo que ocurre es que nuestra historiografía ha soslayadosistemáticamente la significación y la importancia inmensa de lasDEVASTACIO NES del S iglo XVII. a pesar de los reveladoresinfo rmes descubiertos por América Lugo en los Archivos de Indias yde los esclarecidos traba jos de Peña-c-Batl le, cualesquiera que hayan

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sido sus interpretaciones, que nosotros mismos hemos tratado dt:recoger y actualizar en la obra EL GRAN INCENDI O, de 1969.

No es posible desconocer ese formidable aco ntecimiento sinrenunciar a toda posibilidad de comprender al pueblo dominicano ensu conducta histórica y hasta en su psicología act ual. A menos queexista la valiente determinación de mantener a perpetuidad lospreju icios más inveterados y los convencio nalismos más a bsurdos . Ya veces hasta rid ículos.

Las devastaciones dirigidas por el Presidente Osario encumplimiento de las órdenes más o menos definidas de la Coro na,presentan una do ble significación. Significan :

A. la destrucción total ycompleta del emplazamiento originalde los españoles en el Nuevo Mundo, que se materializa en elbello y nostálgico nombre de LA ESPARo LA con el cual seinaugura la presencia de la civilización hispánica -y tambiénlas raíces de su tragedia - en este hemisferio, y en cuya virtud laRepública Do minicana es el único pals hispanoamericano queno recibe la herencia hispánica directamente del Siglo XVI, apesar de que esa herencia fue fundada en el territorio - o partedel territorio- actualmente ocupado por este país; y

8. l a creación espontá nea de una sociedad nueva, que es suco nsecuencia mayor, al ma rgen de la iniciativa y a ún ladirección metropolitan a española , en las dos te rceras pa rtes delterri torio que sirvió de escenario a su experiencia original, yque constituyen el número de circunsta ncias que han otorgadoa" este pueblo sus peculiaridades y su capacidad desupervivencia.

Ese do ble rostro de las DEVASTACION ES, uno que mirahacia el pasado y el otro que mira hacia el futu ro, nos obliga arechazar como opción de comienzo de la historia dominicana, tantola opción antillana, que nos convertiría a todos en descendientes delos desgraciados aborígenes desde el Siglo XV y de toda eternidad,como la opción continenta l, que convertirla a todos los paises de laAmérica hispana en descendientes de nosotros desde el Siglo XVI,

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como la opción insular, que nos convertiría en descendienteshistóricos de la fundación. francesa del Siglo XVII en la parteoccidental. Tanto la una como las otras resultan insosteniblescuando se las contempla con el rigor y la frialdad de los hechos.

Al mismo tiempo, nos obliga a contemplar esta opción decomienzo como corresponde a la realidad de nuestro país, como unarealidad parainsular, porque nuestro país NO es una isla sino partede una isla, aunque cuantitativamente la más importante en razón deque constituye las dos terceras partes de ella, y por consiguiente lahistoria de nuestro país comienza con la historia de ESA porción.Una historia insular supondría un solo pueblo insular. La realidad esque en esta isla se asientan dos pueblos con sus respectivasfisonomías, históricas claramente definidas.

Esto significa que existen dos historias cada una de las cualesexplica a su pueblo y el momento en que cada uno de estos puebloshace su aparición histórica.

En tal virtud debe considerarse la opción antillana del Siglo XVy la opción continental del Siglo XVI como antecedentes y no comoinstancias del comienzo real de nuestra historia, al tiempo quedescartamos la opción insular como expresión de un episodiohistórico, insuficiente para explicar la totalidad del proceso históricode nuestro país. Así, pues, la etapa aborigen hasta el Descubrimientoconstituye la PRE-HISTORIA. Aquella que queda comprendidaentre el Descubrimiento y las Devastaciones de 1605-1606constituyen una PROTOHISTORIA, una historia que viene antesde la verdadera. Y en ese punto comienza la HISTORIAdominicana, que no puede ser otra que la historia del pueblodominicano. A esa HISTORIA se consagra el estudio que sigue.

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Esquema 1

r HiSTORIA DE LA HISPANIOLA 1

PREHISTORIAPeríodo caribeano o prehispánico

PROTOHISTORIAPeríodo continental o hispánico

HISTORIAde las luchas por la creación

de la sociedad moderna

Período insular o autóctono

I I

HISTORIA DE HAITI HISTORIA OE LA REPUBLlCADOMINICANA

como expresión del desarrollo delrégimen de la Esclavitud de como expresión del desarrollo del

plantaciones régimen de la propiedad comunal dela tierra

IHISTORIA DE SANTO DOMINGO

o historia de la ciudad

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SEGUNDA PARTE

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c. LA HISTORIA QUE TAL VEZDEBERlA ESCRIBIRSE

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La Opción Dominicana

El conflicto que a principios del Siglo XVII da origen a lasDEVASTACIONES y concluye con una victoria española, debíasignificar y en efecto significó la consagración secular del sistemaeconómico basado en la fijación del campesino a la tierra, poroposición al libre desarrollo de la propiedad privada.

Durante un largo periodo, de hecho el periodo más largo de lahistoria dominicana, va a gravitar sobre el país el predominio de lasfuerzas sociales en cuyo desarrollo se expresará la victoria de losespañoles sobre sus adversarios herejes, de Osorio sobre Montoro,de la tierra sobre la mercancía, de la propiedad común sobre lapropiedad privada, del régimen terrateniente sobre el régimencomercial y bancario, del subdesarrollo sobre el desarrollo, deldespotismo sobre la democracia...

En consecuencia, van a permitir un gran prestigio de las fuerzassociales derivadas de la posesión de la tierra, los "hateros" yterratenientes de todo tipo, por oposición a aquellas que se derivande la posesión del capital y del intercambio de mercancías: loscomerciantes, industriales, banqueros, que deberán desarrollarse através de un lento y laborioso proceso.

Toda la historia dominicana va a reproducir aquella danzadiabólica entre esos dos siniestros personajes que Marx, de manerafestiva, denomina MADAME LA TERRE Y MONSIEUR LECAPITAL. Sólo que la mayor parte del tiempo, el compás serámarcado enfáticamente por la dama. El hatero que brotó de lacatástrofe y que no debe confundirse con su predecesor de LAESPAÑOLA, será su funesto consorte y el personaje más influyentedurante ese largo periodo.

Madame La Terre

Esa danza fundamental es la que determina la aglutinación delas fuerzas, tanto externas como internas, que van a actuar en elproceso histórico y a establecer su contenido.

Las externas comprenden:

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a) un bloque de potencias marítimas interesadas en elaprovechamiento de las riquezas naturales del país y el trabajo de sushabitantes, mediante la apropiación física del territorio, que duranteeste período será su rasgo característico e invariable.

Ellas son, en primer lugar ESPA1VA, que es la Madre Patria yque logra conservar durante un largo período su influencia si no susoberanía directa; FRANCIA, que tendrá éxito en arrebatar aEspaña la ter.cera parte del territorio; INGLATERRA, que va a sersiempre, en un plano de neutralidad, el .ctor de equilibrio en toda elárea; y los ESTADOS UNIDOS, .e seguirá un proceso dedesarrollo como potencia naval y ant: ma, desde la total ausenciaaislacionista hasta cierto grado de pleni: d Ypreponderancia aunqueno absolutas;

y b) HAITI, que se desarrollará desde-una situación de opresióncolonial inenarrable hasta emerger como una potencia militar en laIsla.

La aglutinación de este complejo de fuerzas externas determinaa su vez la aparición y posterior desarrollo de las fuerzas internas:

de un lado, la clase terrateniente, que brotará como resultado delos intercambios de productos agrícolas con la colonia vecina, y queactuará de manera invariable como agente colonialista, orientada enel sentido de la entrega del territorio en su totalidad o en parte, deacuerdo con los vaivenes de la situación histórica, a cualquiera de laspotencias extranjeras insertadas en el contexto;

del otro lado, las clases populares o el PUEBLO, integrado poramplios sectores de las clases ligadas a actividades capitalistas, lostrabajadores y el campesinado, la intelectualidad liberal orevolucionaria y los patriotas, unidos por el objetivo común de ladefensa del territorio frente a la traición terrateniente ya las accionesagresivas de las potencias extranjeras, tanto como a las accionesdefensivas de Haití respecto de éstas y orientadas al control militar detodo el territorio.

El período así caracterizado por la acción directa sobre el

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territorio, basado en el carácter imperial de la acción extranjera y elcarácter entreguista de sus agentes o aliados interiores, frente a laresistencia de la población nativa constituida popularmente, es 10que denominamos

ERA IMPERIAL

en la cual estos rasgos se manifiestan constantes, desde los añosinmediatamente subsiguientes a las DEVASTACIONES, hasta el finde las acciones encaminadas a la apropiación o enajenación delterritorio. Este período cubre más de dos siglos y medio depreponderancia terrateniente y culmina en 1873.

Monsieur Le Capital

Más allá de 1873,y bruscamente, cesan las acciones de carácterpropiamente imperial, orientadas a la apropiación física delterritorio. Ese corte brusco es debido al desplazamiento por laviolencia -la "guerra de los seis años"- de los últimos vestigios depoder de la clase terrateniente y a la desaparición y desprestigio desus más elocuentes portavoces.

Entre tanto, el desarrollo de poder financiero a nivel mundial haido desplazando el apetito de territorio físico en las grandespotencias y haciendo sentir su influencia en las actividadeseconómicas del país, en favor del sector comercial, que asciende deese modo a los primeros planos de la vida pública en perjuicio de losterratenientes como clase.

Es entonces, a la altura del último cuarto del Siglo XIX,cuando se consuma la revancha de los "herejes" protocapitalistas,derrotados en la banda del norte de LA ESPAÑOLA a principiosdel Siglo XVII. Esto significa un retraso de 267 años exactos en eldesarrollo histórico de un país que, de haber reanudado el desarrollode la propiedad territorial, se habría incorporado en una época muytemprana a la vanguardia del desarrollo histórico en todo elHemisferio.

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Ese habría sido justa y precisamente el sentido de la decantada yanhelada "continuidad histórica del Siglo XVI" que suelepresentarse y regodearse como nuestra "hispanidad", en ciertosmedios.

El haber ocurrido de otra manera, es lo que permite a la Historiacertificar la ruptura de esa continuidad y explicar el radical atraso,así como la inmensidad de los sacrificios y los martirios que haatravesado este país, para alcanzar sus objetivos esenciales, a todo lolargo de su proceso histórico.

Como resultado de este viraje económico en la médula delproceso, el complejo de fuerzas extranjeras que actúan sobre estepaís, experimenta a partir de 1873 un cambio notorio en las zonas deinfluencia local. Los ESTADOS UNIDOS emergen como unapotencia cada vez más determinante en aquel grupo de potencias quegravitaba sobre el proceso insular, engrosado ahora con otrasnaciones europeas.

En la nueva cornposrcion de potencias figuran ahoraINGLATERRA, FRANCIA, HOLANDA, ALEMANIA, ITALIAY otras, con diversas alternativas y contradicciones mutuas, más ladébil, insignificante presencia de ESPAÑA. Todas ellasexperimentan un reflujo cada vez más intenso frente al crecientepoderío y la juvenil agresividad de la potencia americana, queacabará por desplazar la competencia europea y asumir ella sola lahegemonía en "the sea of' our destiny".

En el curso de este proceso, HAITI pasa de gran señora militaren la Isla a pequeña Cenicienta, atropellada por ese dios capitalista alque sacrificó, acaso sin saberlo, a sus mejores hijos, porque si sueleser cierto que la Revolución devora a sus hijos, no lo es menos que laReacción devora a sus padres.

Consecuentemente, las fuerzas internas se acoplarán a su nuevodestino:

de un lado se inscriben los sectores de la burguesía nativa quehan de actuar como agentes financieros, principalmente de lasfuentes europeas de capital y que sufrirán las contradicciones de esas

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fuentes entre sí, cada vez más agudizadas por el predominio crecientede ESTADOS UNIDOS Y sus propias contradicciones con lossectores de tendencia más o menos nacionalista de esa misma clasesocial dentro del país;

del otro lado, la lucha del pueblo por su emancipacióneconómica, encabezada por aquellc:1S dirigentes que, dentro delcírculo de esas contradicciones, enarbolan no pocas veces de manerademagógica la bandera nacional.

El período así caracterizado por el predominio de la acciónextranjera sobre los registros financieros de la produccióneconómica del país, y sus VÍnculoscon el elemento capitalista nativo,frente a la resistencia cada vez más consciente y activa del pueblo, eslo que denominamos

ERA IMPERIALISTA

y se extiende, desde el fin de la "guerra de losseisaños" en 1873,hastanuestros días.

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1. LA ERA IMPERIAL

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"En las leyendas de Gautama los primeroshombres probaron la tierra y la encontra­ron deliciosamente sobrosa. . . ..

EMERSON

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La Era Imperial

Esta Era, en la que predomina la acción de las poten­cias ultramarinas orientada a la apropiación del territo­rio, libre o combinada con la conducta de los terratenien­tes nativos, determinados a enajenarlo en favor de ellas,presenta una doble estilística:

UNA en la cual la presencia física de esas potencias setraduce en sucesivas devastaciones de territorio colonialy constituyen la EPOCA DE LAS DEVASTACIONES,la cual se extiende de 1605 a 1808, y define el "períodocolonial':'

OTRA en la cual el poder terrateniente sustituye lapresencia física de las potencias ultramarinas yse traduceen la tentativa de enajenación, o en la enajenación real delterritorio, que constituyen la EPOCA DE LAS ANE­XIONES, la cual se extiende de 1809 a 1873y define el"período republicano".

En el seno de esta doble estilística, e imprimiéndolesu sello histórico nace, y se desarrolla hasta alcanzar suplenitud y su gallardía, el pueblo dominicano.

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Esquema 11

ERA IMPERIAL

Caracterizada en el orden económico por el sistema depropiedad comunitaria de las tierras, yen el orden político porla acción de las potencias extranjeras sobre el territorio, enalianza con los sectores terratenientes del país.

1605 - 1873

II I

Período Colonial Período Republicano

I IEPOCA DE LAS EPOCA DE LA

DEV ASTACIONES ANEXIONES1605-1809 1809-1873

I IGestación del Pueblo Nacimiento del Pueblo

circa 1795 circa 1804

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1) La Epoca de las Devastaciones

Esta época se define por cuatro grandes destruccionesque sufre el territorio y que caracteriza el PeríodoColonial. Las dos primeras son imputables a España, lasdos últimas a Francia:

La primera, en 1605y 1606,da origen a dos nacionesdistintas sobre el mismo territorio insular.

La segunda, en 1795, plantea el nacimiento de unaconciencia nacional isleña.

La tercera, en 1805, plantea el nacimiento de unaconciencia nacional dominicana.

La cuarta. en 1809, plantea la lucha por laindependencia nacional dominicana, y la irrupciónhistórica del pueblo dominicano como el artífice ydirigente supremo de su destino.

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I Periodo Colonial II

EPOCA DE LAS DEVASTACIONES160:1- 1809

I

ESPA~A FRANCIA

J I r 1\ I I 111 I I IV

Frente Frentea las ala Frente Frente

naciones colonia a la ala"herejes" francesa Revolución Revolución

1605 1795 del delSanto Domingo Santo Domingo

francés espaflol1805 1809

I

CESTACION NACIMIENTODEL PUEBLO DEL PUEBLO

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a) Devastaciones Imputables a España

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DEVASTACION 1

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"Toda división bien desarrollada del trabajo.producida por el intercambio de mercancías.tiene como basefundamental la separación dela ciudad y el campo.

Se puede decir que la historia económica delasociedad. se resume en el movimiento de estaantítesis. . . "

MARX"El Capital"

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Hacia la definición territorial de la nación dominicana

Al despuntar el Siglo XVII existían cuatro ciudades en la costanorte de LA ESPAÑOLA, Bayajá, Yaguana, Monte Cristy y PuertoPlata, cuyos puertos se veían frecuentados por las naves de cuatronaciones europeas, Holanda, Inglaterra, Francia y Portugal, yexhibían una floreciente prosperidad que se propagaba por toda laColonia. El lujo llegaba hasta a las Iglesias de la Capital y se hizo tanostentoso que obligó a la Corona a prohibir el uso de cojines deterciopelo en la misa, salvo para los más altos funcionarios delGobierno colonial'.

Una de las naciones, Holanda, enfrascadas en el comercioclandestino de las costas denominado "comercio intérlope'; librabaen esos momentos una guerra emancipadora contra España, de laque era provincia, enarbolando la bandera de la Reformaprotestante religiosa. Debido a ello, todas las demás fueroncalificadas de "herejes" y su comercio con los vecinos de esta Islacondenado a desaparecer. La protesta se hizo general y losMunicipios, en representación de los vecinos de todas las ciudadescomprometidas, elevaron sus "memoriales" al Gobernador y a laCorte, demandando la suspensión de las órdenes de despoblación.Holanda se hizo representar en la costa por un "patache" que,después de unos disparos de bombarda, prometió su "favor,clemencia y ayuda" a los vecinos de LA ESPA~OLA, debido a que

1 Estos hechos han sido relatados detalladamente por el autor en EL GRAN IN­CENDIO, Taller, Santo Domingo, 1974, 2a. edición.

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España "usando de sus tiranías acostumbradas ha mandadodespoblar, destruir, quemary arrasar todos los pueblos marítimos dela Isla Española, por ocasión de los comercios y rescates que losmorar/ores y vecinos de ellas. con aumento de sus haciendas ybenejicto de sus personas, han ejercido con las naos de las ProvinciasBélgicas y, no contento con esto, les quiere privar de las tierras,llevándoles sus ganados, mujeres e hijos y esclavos y bienes pormontes inhabitables e inaccesibles para acabarles de destruir deltodo. . . "1

La advertencia de los holandeses se cumplió a la letra. En 1605se puso en ejecución la orden de despoblación contenida en unaCédula Real de 6 de agosto de 1603 a la que siguieron otroscomisionando al gobernador para despoblar las 4 ciudadesmencionadas.

El Gobernador Antonio de Osorio emprendió con sus propiasmanos la tarea destructiva y el desalojo de los moradores y vecínos-.La resistencia popular que siguió a las primeras acciones en el Vallede Guaba bajo la dirección de Hernando de Montoro y en otraspartes, sin que quedaran excluidas sacerdotes y mujeres, fue donaday reprimida con extrema severidad. Numerosos vecinos y no pocasmujeres fueron ejecutadas en la horca. La faena comprendió todaslas edificaciones sin exceptuar las fábricas de azúcar y los temploscatólicos. Fue destruido el Ingenio "San Pedro ': que tenía unadotación de 900 esclavos y se valoraba en 50 mil ducados de orot. Latierra fue arada con sal para que no retoñaran los cultivos. Fuedevastada completamente la costa norte y desaparecidas sus cuatrociudades; las más prósperas de la Colonia.

Se inserta completo en EL GRAN INCENDIO.

2 Lugo, Américo: HISTORIA DE SANTO DOMINGO(Desde 1556hasta 16(8),Santo Domingo, 1952.En total Lugo registra diez Cédulas Reales de Felipe Hl,referidas a las despoblaciones de 1605 y 1606. todas fechadas en 1603 en losdiversos lugares en que entonces se encontraba la Corte: en Valladolid a 6 deagosto, cinco Cédulas; en Valladolid a 23 de agosto, una; en Ventosilla a 15deoctubre, una; en El Pardo a 29 de noviembre, dos; y en Ocaña a 12de diciembre.una. Véase el párrafo 241 de su HISTORIA citada, página 113 y siguientes.

3 Idem, parágrafo 303.

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El año siguiente la devastación se extendió a otras ciudades noco~prendidas e~ las Cédulas Reales. Azua, San Juan, Santiago,Neiba, Las Salinas, Ocoa y otras fueron incendiadas bajo laacusación de que traficaban con "herejes"a pesar de estar situadas aconsiderable distancia del litoral. La Isla quedó reducida a su terceraparte, según certificación notarial del Notario Azpichueta, encerradaen una "guardarraya" que impedía salir al campo "so pena de lavida". Aquellos vecinos que poseían embarcaciones o recursos paraagenciarse el viaje emigraron en masa. Las costas quedarondesoladas, listas para cualquier aventura descubridora... "Se acabóBayajd" decía la gente, simbolizando en esa ciudad costanera ladestrucción de todo el país. Y, en efecto, aquello fue el fin del SigloXVI tanto en el calendario como en la Historia.

2

Este acontecimiento es el resultado de la confrontación en elplano económico y la violencia en el plano político, de las dosgrandes fuerzas históricas -el feudalismo agonizante y elcapitalismo naciente- que en ese momento se disputaban losdestinos de la Humanidad. Su primer encuentro en el escenarioamericano.

El choque de estos dos trenes históricos en un escenario tanmodesto y asimismo tan distante, fue preparado por una políticainsensata llevada a cabo durante todo el Siglo XVI.

El fracaso de la experiencia inicial, basada en las concepcionesmercantilistas de la Corona, que la llevó a sustraerle el mercadomundial y los capitales a la incipiente industria azucarera inventadapor ellos mismos, se evidenció en el primer cuarto del Siglo XVI.

Pero ya a mediados de ese mismo siglo había aparecido unasalida histórica para la Colonia, por medio de este "comerciointérlope", que ponía el mercado mundial y los capitales en lasmismas costas de la Isla y a las mismas puertas de las casas que ~n

ellas edificaron los vecinos despiertos. Por esa nueva vía la Coloniase encaminaba a un desarrollo que sólo una imaginación exaltadapuede medir en sus verdaderos alcances, debido a que engarzaba con

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la explosión capitalista que estaba cuajándose en esos mismosmomentos en las rutas marítimas mundiales.

La clave para comprender la naturaleza del fenómeno que sepresentaba en ese momento en las costas de LA ESPAÑOLA, seencuentra en un proceso que constituye la raíz más profunda yremota del capitalismo y que se conoce como la contradicción entrela ciudad y el campo. Y en él debemos concentrar nuestra atención.

Las ciudades que originalmente recibieron la orden dedespoblación, y las otras que se encontraban en el interior pero queparticipaban en el "comercio intérlope" debido a la amplitud de losintercambios comerciales, habían alcanzado un grado deprosperidad que las convertía en un foco de atracción para elcampesinado. El flujo creciente de productos del campo hacia lasciudades, donde ya se organizaban ferias regulares y se establecíanalmacenes permanentes', significaba a ojos vistas unatransformación profunda de la concepción social y económica delimperio español e involucraba inclusive un germen de independenciapolítica, efectivamente dilucidado solemnemente por los holandesesen la proclama de Guillermo de Orange, con todo el rigor formal dela época, acompañado de los consabidos disparos de bombarda, enlas mismas costas de la Isla",

Este fenómeno del desarrollo de las ciudades a expensas delcampo es una expresión cabal del origen del régimen capitalista.Lapropiedad privada, que es la categoría fundamental del capitalismo,se manifiesta históricamente como aparición y desarrollo deconcentraciones urbanas, las cuales van aparejadas con laliquidación del sistema de propiedad comunitaria en el campo. Demodo que la propiedad privada despunta siempre- como unacontradicción entre la ciudad y el campo.

Engels nos dice que la propiedad privada, que se encuentra ya"en las arcaicas comunidades de todos los pueblos de cultura. se

Idern, parágrafo 245, página 115.

2 Se inserta completo en EL GRAN INCENDIO.

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desarrolla ya en el seno de ellas, primero, en intercambio con losextranjeros, en forma de mercancía... "1 El mismo explica que esteintercambio se manifiesta de inmediato como división del trabajo,que va a producir la contraposición entre ciudad y campa, sobre labase del desarrollo de la propiedad privada y el aniquilamiento de lapropiedad común de la tierra.

"La más importante división del trabajo físico y espiritual es laseparación de la ciudad yelcampo. Esacontradicción comienz i con eltránsito de la barbarie a la civilización,del régimentribal al Estado, dela localidad a la nación, y se mantiene a lo largo de toda la historia dela civilización hasta nuestros días..."La ciudad es ya obra de la concentración de la población, de losinstrumentos de producción, del capital, del disfrute y de lasnecesidades, al paso que el campo sirve de exponente cabalmente alhecho contrario, al aislamiento y la soledad."La contraposición entre la ciudad y elcampo sólo puede darse dentrode la propiedad privada."La separación de la ciudad y el campo puede concebirse tambiéncomo la separación del capital y la propiedad privada sobre la tierra,como el comienzo de una existencia y un desarrollo del capital,independientes de la propiedad territorial, de una propiedad basadasolamente en el trabajo y el intercambio... "2

La existencia pura y simple de aquellas ciudades estremecidaspor el bullicio de las ferias, que brotaban a la llegada de las naveseuropeas, representaban, a juzgar por el extracto que acabamos dever, la inserción de esta Colonia en el marco de uno de los fenómenosmás espectaculares y gigantescos de toda la Humanidad. Nadamenos que el fenómeno capitalista. Y nada menos que con unaindustria inicial. Y nada menos que a principios del siglo XVII.

Esto significaba al mismo tiempo, y como aspecto esencial delproceso, la liquidación del régimen de propiedad comunal de lastierras, en la medida en que el campesinado se incorporara a esecomercio, cosa que se puso ampliamente de manifiesto en los días delcomercio intérlope. Poseemos constancia documental de la

Engels, Federico: ANTI-DUHRING. Grijalbo, México. 196X. página 154.

2 Marx-Engels: LA IDEOLOGIA ALEMANA. Montcv idco. I96X. página 55.

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situación. Jerónimo de Torres la describía en 1577 en los siguientestérminos:

"Esta gente de estos pueblos, ora sean españoles, o los que dellosnacen, o los mestizos, que ay algunos muy ricos, todos son gente muybien tratada y regalada .., y, caso que la tierra sea harta de comidas estode España falta allá ... y por tenerlo y porque es barato, y uno porgastarlo y otro por revenderlo, ya que venden su cuero y azúcar ycañafístola por más de lo que lo venden en la tierra, quebrantará y seatreven a la ley de V. A. y pasarán mil muertes... y además estoprocuran con el secreto asegurarlo ..."

y agregaba algo más adelante:

..... en efecto, la tierra está de suyo perdida y la contratación, ya quepor la frecuencia de estos franceses no acuden navíos españoles a lostratos y el que acuda halla los cueros muy caros y, por sus mercaderías,como ellos las tienen aquí tan baratas como en Sevilla, no les dannada... y si acaso no les toma el francés y no paran porque ni hallancarga ni nada por su mercadería (y los vecinos los quieren francésporque es más granjería) con los muchos esclavos que tienen hacenlabranzas y-envianlas a Tierra Firme a venderlo, y traen los dineros,esto es, a los ricos que pueden tener navíos que llevan sus frutos; que elpobre, por faltar contratación de quien le compre sus frutos, ya que notienen cueros, están faltos de dinero, y ay poco en la tierra o ninguno, yesto siéntese en los pobres y en los mercaderes, y torno a decir que porningún género hay contrataciones de españoles, digo navíos, a causade los muchos franceses ... "1

Este es un testimonio directo de valor incomparable. Aquí senos certifican dos detalles de excepcional importancia. Uno es quelos intercambios que se operaban con los extranjeros involucrabanuna mercancía particular, el dinero. Y es importante porque destacala naturaleza comercial de esas operaciones. El intercambiocomercial con extranjeros "EN FORMA DE MERCANCIA", quedecía Engels, y no en términos de cambalache puro, es lo que leinsufla su naturaleza capitalista a todo el proceso: "traen los dineros,esto es, a los ricos "que llevan a cabo esas operaciones.dice Jerónimode Torres. La mercancía aparece aquí en toda su connotaciónmonetaria moderna.

Rodríguez Demorizi, Emilio: RELACIONES HISTORICAS DE SANTODOMINGO. Tomo l. páginas 135-6.

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El otro detalle de importancia igualmente excepcional y quesirve para darle a toda esta situación unas dimensiones incalculableses que la actividad comercial con extranjeros no se circunscribía a losnavíos que frecuentaban la costa. Ese carácter, que es el que le aplicóla denominación de "comercio intérlope ", esto es, comercio deintermediarios (la palabra es de origen holandés) debió ser el quetuvo de manera exclusiva en los primeros años. Pero debió llegar unmomento en que los vecinos enriquecidos adquirieron oconstruyeron sus propias naves y emprendieron por sí mismos esaactividad llevando sus propios productos a Tierra Firme. Aunqueeste comercio seguía siendo clandestino dejaba de ser "comerciointérlope" ya que el intermediario europeo quedaba suprimido, enbeneficio directo del propio productor nativo'.

De aquí se desprende, UNO, que la profundidad de losintercambios iba más allá de la dependencia de los europeos dandoorigen a una clase social autóctona ("esto es, a los ricos, que puedentener navíos que llevan sus frutos", como dice Torres, "con losmuchos esclavos que tienen '). Esta clase social llevaba a cabo unaacumulación de capital totalmente independiente, a la vez de laCorona y de sus huéspedes "herejes", que cambiaba completamentela naturaleza de la sociedad colonial.

Y, DOS, que el llamamiento de Guillermo de Orange, en elsentido de que los nativos se independizaran de la Corona española yse unieran a las Provincias Unidas por él representadas, no era másque la expresión de un proceso que se originaba en la propia coloniay no en la cabeza de los holandeses que comerciaban con ella. Esa esademás la significación profunda e inmensa que tiene la advertenciaque el Licenciado Valcárcel hacía por aquellos tiempos respecto delpeligro "de que por aquí comience la pérdida por donde comenzó el

Parece que Peñav-Batlle ni ningún otro historiador ha prestado atención al hechosingular, inmensamente significativo para caracterizar la naturaleza del procesoeconómico que ocurre durante el Siglo XVI. La exportación de mercancía ennaves propias anuncia un desarrollo económico de perspectiva incalculable quesupera infinitamente las que involucraba el comercio intérlope. No se trata ya delcomercio con extranjeros en el mercado insular sino qu~ proyectaba laproducción insular en forma independiente hacia otros terntonos.

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descubrímíento"l, • en una alusión directa y reiterada acerca de laindependencia del Nuevo Mundo.

El mismo López de Castro, el más funesto de los"memorialistas", padre de la idea infame de lasDEVASTAClüNES, deja conocer que esa situación, impulsada porla actividad mercantil, se traducía en una descomposición del campoen favor del desarrollo de la ciudad, ya que, decía,

"como están cerca de los dichos puertos sus ganados de losrescatadores, yen el rescate ganan a lo menos más de mil por ciento,no atienden al beneficio de las minas ni a la labranza de los frutos ni ala crianza de los ganados, como deben, antes le parece que el que haceun buen rescate, de aquella vez queda rico... "2

Estos documentos caracterizan muy netamente la naturaleza delcambio que tenía lugar en el seno de la sociedad colonial, cuyo rasgomás acentuado era el ingreso, cada vez más notorio a medida que seintensificaba el intercambio comercial con extranjeros, deLrégimende la propiedad privada en perjuicio del régimen de propiedad comu­nitaria de las tierras, con la consecuente descomposición del campe­sinado y la profundización de las diferencias de clase. Como nos ex­plica Engels:

"A medida que los productos de la comunidad van tomandoprogresivamente forma de mercancía, esto es, a medida que vadisminuyendo la parte de ellos que sedestina al consumo propiode losproductores, y aumentando la parte que se produce con fines deintercambio va desplazando, también, en el interior de la comunidad,a la originaria y espontánea división del trabajo, en esa medida vahaciéndose desigual la situación patrimonial de los diversos miembrosde la comunidad... ''3

Las declaraciones más espectaculares del Licenciado Valcárcel en EL GRANINCENDIO. pág. 115. El texto completo en el Vol. 11 de las RELACIONESHISTORICAS DE SANTO DOMINGO mencionadas.

2 RELACIONES HISTORICAS. Vol. l. página 70.

3 ANTI-DUHRING. ob. cit. pagina 154. Este párrafo es continuación delanterior pero le anteceden las palabras siguientes:

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Por consiguiente, la colonia primogénita se encontrabaindudablemente dando a luz un régimen social completamentemoderno y formidablemente proyectado hacia el futuro. Y,naturalmente, se desplomaba todo el esquema colonial establecidopor España, dando origen a un creciente deterioro de susconcepciones feudales.

"La propiedad privada no aparece en absoluto como resultado cxclusivo delro ha y la violencia. Anles al contrario. existeva. aunque limitada a deu» minadosobjetos, en las arcaicas comunidades de lodos los pueblos de culturo. Sedesarrolla ya en el seno de esas comunidades. primero E!', EL /N T/:'RCA M HIOCON LOS EXTRANJEROS, EN FORMA DE MERCA NCIA ':

Ni Américo Lugo, creo yo. con haber sido quien descubrió el alcance de lasDEVASTACIONES. ni Peña-Batlle, con haber sido quien con mayorprofundidad caló en sus implicaciones históricas. pudieron medir en suverdadera magnirsd su importancia, debido a S'lIS limitaciones metodológicas ..El hecho extraordinario por encima del cual su atención voló con los ojos fijos enel horizonte, tiene una doble inteligencia:

UNA, que el intercambio con extranjeros se llevaba a cabo en ~A ESPA!iJOLA

a fines del Siglo XVI, en naves propias, y no con las naves extranjeras, quecalifica y denomina este comercio como "intérlope". El hecho de que el comerciocon extranjeros se realizara con extranjeros yendo hacia los mercados delexterior, cambia completamente el sentido de ese comercio. puesto que"intérlope" significa a través de intermediarios, y en este caso el intermediario essuprimido y el comercio se realiza de manera directa,

DOS, que el intercambio con extranjeros, a diferencia de la manera que lorealizaban aquellas naciones que venían a comerciar con LA ESPAÑOLA, erarealizado por los vecinos pudientes de esta colonia, a espaldas del poder colonial.mientras que aquellas naciones lo realizaban de acuerdo con sus propiosgobiernos. Este divorcio entre los intereses de los vecinos y los intereses de sumetrópoli planteaba netamente un rompimiento que el Licenciado Valcárceladvirtió con sorprendente claridad para la época.

Se ha pensado que este Licenciado Valcárcel es un pseudónimo. Fray Ciprianode Utrera da noticias de un oidor que obtuvo ese cargo en 1614en San Lorenzo yembarcó en Sanlúcar en 1615 para comenzar a cobrar su salario el6 de abril deese año en Santo Domingo de La Española. Para el caso, lo mismo da. Loimportante es que un Lic. Valcárcel, fuera éste u otro, se percató de las inmensassignificaciones que implicaba este acontecimiento.

La noticia de Utrera se encuentra en NOTICIAS HISTORICAS DE SANTODOMINGO, Taller, Santo Domingo, 1978.

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2

Lo más impresionante de esta situación es que el proceso queacabamos de esbozar, concuerda exactamente con el que sedesarrollaba en las altas esferas de la política metropolitana. Eran losmomentos en que estos balbuceos capitalistas que se producían en lascostas de LA ESPAÑOLA, habían alcanzado ya cierta madurez enalgunas naciones, Holanda principalmente ya seguidas Inglaterra yFrancia, que eran, con Portugal, las naciones extranjeras querealizaban el comercio intérlope.

En Europa, el proceso capitalista que debía desplazar al régimenfeudal comienza por darle la batalla en el campo religioso, (laREFORMA) y obliga a España, que se arroga la defensa delfeudalismo, a abrazar la bandera de la reacción (laCONTRARREFORMA). Es con esta alineación que aquellasnaciones llevan a cabo su comercio con la banda del norte de estaIsla.

Por tanto, España está en una línea correcta cuando consideraque esta actividad comercial afecta en muy pequeño grado susituación económica, tratándose de una Isla prácticamenteabandonada y débilmente productiva al nivel de las grandesnaciones, pero en cambio representa una provocación de magnitudesplanetarias en el terreno de las confrontaciones políticas.

y esto nos explica el rigor extremo, la violencia cósmica, quealcanzaron las devastaciones. Al fin de los dos años implacables queduró la catástrofe, quedó por primera vez en el vasto imperio españolde Indias, una colonia humeante e inservible.

Y, si la República Dominicana es, por una extraña paradoja, unade las naciones hispanoamericanas que en menor grado conserva ellegado de LA ESPAÑOLA del Siglo XVI, es porque la Madre Patriaquemó con sus propias manos aquellas raíces y aró la tierra con salpara que jamás volvieran a brotar bajo su planta. Un acontecimientode tales magnitudes no podía ocurrir sin que sus consecuencias semanifestaran ardientemente en los siglos venideros.

Por eso debemos detenernos a examinarlas cuidadosamente,antes de proseguir con estos desarrollos.

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Las Consecuencias

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CONSECUENCIA I

Donde se Discute el Problema delAniquilamiento Completo de la Propiedad

Desde mediados del Siglo XVI, el régimen de propiedad en estaColonia seguía dos líneas divergentes:

UNA era la propiedad comunitaria de las tierras establecida porDecreto Real en que se disponía que

..... los pastos, montes yaguas fueran comunes a todos los vecinos, afin de que los pudieran gozar libremente, haciendo de cualquier buhíosus cabañas, para poner sus ganados.juntos o apartados, sin embargode cualesquier ordenanzas, pues todas las que a ellas se opusierenquedarán de hecho derogadas ... "1

LA OTRA era la propiedad privada. que vino ya en las navescolombinas y que posteriormente había seguido un curso espontáneocomo resultado del intercambio comercial con extranjeros en ellitoral de la Isla, creando una línea de ciudades prósperas,principalmente en la banda del norte, ya con los rasgoscaracterísticos del proceso de aparición y desarrollo del capitalismo.

No quiere decir que estas dos formas de la propiedad co­existieran apaciblemente una alIado de la otra. Al despuntar el SigloXVII, las concentraciones urbanas del litoral norte habían puesto demanifiesto la contradicción de estas dos formas de la propiedad y la

Pacheco. Cárdenas y Torres de Mendoza, Editores: CO':ECc;IO.N DEDOCUMENTOS INEDITOS DE INDIAS. Madrid. 1864 Yanos siguientes.

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tendencia histórica de la propiedad comunal a convertirseen propiedad privada así como la tendencia de esta última aimpregnarse de rasgos capitalistas e imponerse como régimendominante en la sociedad colonial.

Aunque en esencia la acción de la Corona iba dirigida a impedirel desarrollo de esta última tendencia, ninguna de las Cédulas Realesque disponían las DEVAST ACIONES hizo mención alguna de ella.Tampoco en la práctica devastadora se estableció diferencias. Y nopodía ser de otro modo, puesto que esas tendencias históricas sedirigían al mismo fin y afectaba en forma absoluta a toda lapropiedad, fuese disfrutada por un solo propietario o por unacomunidad de vecinos, independientemente de que la Corona fuese ono consciente de ello.

En consecuencia, el hecho de que la propiedad fuera devastadaentonces, no puede entenderse en el sentido de que lo fuera aquellaque era ejercida por un propietario individual, mientras quedabaexcluida otra, o que en una zona permaneciera intacta ydesapareciera en otra, o que pudieran trazarse franjas y guardarrayasque impidieran el avance de la tendencia histórica.

Es sabido que, después de llevar a cabo su empeño destructor,Osorio ordenó al Notario que certificara que la Isla quedabareducida a su tercera parte y así se cumplió. "Demás de lo qual, yoeldicho Gaspar de Azpichueta, escrivano, doy fée e verdaderotestimonio que el más apartado lugar desta dicha cibdades la ciudadde Santiago que, como está dicho, dista treinta leguas"! etcétera.

Fuera de esta zona, como se dijo antes, la tierra fue "arado consal"y prohibida toda actividad so pena de la vida. Allí efectivamentefue aniquilada físicamente toda propiedad. Pero las guardarrayasque trazan los hombres no siempre colindan con las que trazan lasleyes históricas. Y por eso la onda devastadora no sedetuvo ante esasfronteras sino que siguió su marcha secreta aunque inexorable en lasentrañas de aquellas otras propiedades que, sólo por la voluntad deOsario, debían quedar excluidas de la devastación; como si la

RELACIONES HISTORICAS, ob. cit. Vol. 11

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realidad se compo rtara de manera metafísica o fa rmacéutica, dondetodas las susta ncias se mant ienen aisladas unas de las ot ras eincapa ces, por ta nto . de recibir la infinidad de interacciones queconstituyen el proceso social e histór ico.

Debía suceder q ue, mucho más devastad ora que cualesq uiera delas medida s emprendidas por Osor¡o . viniera a serlo la supresión delintercambio comercial con extra njeros.

Esa medida. sin que ningun a otra la aco mpaña ra. era suficientepara minar por su base el régimen económico imperante en la Isla .

Si toda la sociedad, de arri ba a abajo y de derecha a izquierda.esta ba impreg nada por ese sistema y depend ía de él. las propiedadescom prendidas en el triá ngulo de las guardarra yas debíandesplomarse con el mismo estruend o con que se desplomaron lostemplos católicos de la banda del norte. Este desplome no lo podíaevita r el recuerdo de las antiguas relaciones ni los vinculos afectivosni los duendes salta rines que danzaban de noche en la cabeza de loshombres. Ninguna formación social o económica podía sobrevivir aese impacto material. Las haciendas de la banda del sur. que eran tanrescatad oras como las del nort e y cuya prosperidad . como la de losfuncionarios y los sacerdotes tenían el mismo fundamento, nopodían evad ir el mismo destin e . Era. pues, un dest ino común.

2

El principal esto rbo con qu e trop ieza la comprensión de esteproceso es el famoso Censo qu e Osario d ispuso en 1606, ta n prontocomo concl uyó su faena devastad ora. Este censo es una de esastela rañas en la cua l los enemigos de los pueblos enredan a susvíctimas y las dejan enredadas por toda una ete rnidad .

Peña-Pat lle quien . a pesar de su hispanofilia impermeable,comprendió la magnitud de la empresa devasta dora en toda suprofu ndidad. a unque distorsiona ra su conte nido. ha hecho elsiguiente comenta rio esclarecedor:

"S¡ el recuento de 1606 se hubiera realizado sob re la totalidad de laColon ia y no dentro de las arbit rarias guarda rraya s fijada s po r el

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Presidente, los resultados de la operacion hubieran sidosorprendentes. El ánimo se levanta sólo de pensar que en la lista deAzpichueta pudieran leerse los nombres de los hatos, estancias,lugares, pastos y habitantes que arrasó, demolió, incendió y asesinóOsorio en más de la mitad de la Isla y que toda esa numerosa fuente deriqueza hubiera podido cumplir su misión social y política en eldesenvolvimiento normal de la Colonia. No es aventurado afirmarque La Española no se repuso nunca del golpe de 1606... "1

Si no se repuso nunca, la gran tarea consiste en perseguir esegolpe en todo el trayecto histórico. Por eso hay que evitar por todoslos medios caer en la telaraña que tendió Osorio para encubrirlo. Porlo pronto hay que advertir que utilizó un procedimiento mucho másadecuado y plausible que el que propone Peña-Batlle en ese extracto.

No era un censo en la totalidad de la Colonia lo indicado. ElCenso de 1606 fue llevado efectivamente a cabo de esa manera, y nosolamente en la zona triangular de las guardarrayas como lo aprecióPeña-Batlle. Mucho más indicado que ese procedimiento era el deefectuar un censo inmediatamente ANTES y otro inmediatamenteDESPUES de la devastación para poder establecer su resultado demanera objetiva y aritmética.

Yeso es precisamente lo que hizo Osorio.

La constancia documental del procedimiento elegido por él seencuentra en el testimonio oficial de Cepero y Xuara, que vivieronesas escenas y así lo declararon en 1608, a sólo dos años de latragedia, cuando aún había humo y sal en aquellas tierras:

"ITEM: envió a contar el ganado de toda la Isla a Bartolomé Farfán,allegado y favorecido suyo, el cual dijo y publicó que el dichoPresidente le había prometido una joya si le trajese contadas más deocho mil cabezas de ganado vacuno mansas; y esta demasía y engañose echará de ver por las diligencias V.S. ha enviado a hacer para que sevuelva a contar el ganado, con lo cual y la cuenta que hicieron loscuatro jueces que envió a contarlo el dicho Presidente antes de las

Peña-Batlle, Manuel Arturo: OBRAS ESCOGIDAS, Col. PensamientoDominicano, T. 1, Santo Domingo, 1968, página 216.

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dichas r~duccion~s, se echa.rá de ver lo que se ha muerto, rescatado yconsumido, y las Justas quejas de los dichos vecinos. y si son ciertas lasrelaciones que se han dado de la abundancia del ganado... "1.

Por este texto se establece sin la menor duda que el PresidenteOsario procedió en este asunto con absoluta corrección y habilidad,toda vez que llevó a cabo un censo ANTES de proceder a lasdevastaciones.

Es claro que el Presidente no necesitaba un segundo censo paraconocer la magnitud «le ellas, después de haber devastado con suspropias manos. Si lo hizo fue para lo contrario, para impedir quefueran conocidas por la Corona, y de paso por los historiadorescontemporáneos, de modo de acomodar los datos a susconveniencias.

Los mismos testigos y en el mismo documento denunciaron esaestratagema y los móviles que condujeron a ella:

"ITEM: que para persuadir a S. M. (de que debía tomar) porgrandes servicios los daños referidos, y de que los nuevos vecinos,tristes, pobres y afligidos, quedaban muy contentos y ricos, y toda laIsla abundante de ganado y las casas o iglesias acabadas, hizo lista detodos los dichos vecinos despoblados, y les iba preguntando lashaciendas que tenían y, algunos de ellos, temerosos de los rigores deldicho Presidente, y por darle gusto, decían que eran dueños de pastosy estancias, sin tenerlos, ni qué comer, ni vestir, y pasaron en esto otrascosas de mayor inconveniente, como lo dirá Diego Velázquez y otrostestigos, y la fuerza y la violencia con que hizo obligar a Benito Garcíaa hacer y fabricar la iglesia a menos precio, y que los vecinos hiciesende nuevo otras casas no pudiendo sustentarlas, ni vivir en ellas ni aúncuando fueran ricos, porque en todas hay muchas pozas de agua, yasílas han dejado yermas y desiertas, como dirán los testigos ... ''2.

Esto declaran las fuentes. Osario realizó un conteo antes dellevar a cabo las destrucciones y otro después de ellas. El primero es,sin duda, el correcto, probablemente hecho elaborar para su propia

RELACIONES HISTORICAS. Vol. 1

2 ldem.

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orientación. El segundo, aunque no lo hubieran certificado lostestigos de la época, era evidentemente falso. Su objetivo era engañara la Corona a fin de asegurarse la recompensa que efectivamente lefue otorgada, aunque quiso el destino que no fuera cobrada ni porélni por sus herederos.

y no es difícil percatarse de que el famoso Censo de 1606 nosirve para mostrar ni lo que quedó ni nada, puesto que sus propiasincongruencias lo delatan.

Por ejemplo. El Censo registra 12 ingenios de azúcar con unadotación total de 800 esclavos.

Si se recuerda -y si no se recuerda lo dice Lugo en suHistoria-que sólo el ingenio SAN PEDRO tenía una dotación de900 esclavos de una población esclava que se calculaba entoncesentre 15 y 20 mil individuos, se echa de ver la magnitud del destrozo.

Esto sin salirse del Censo. Una vez que seconfirma que las cifrasfueron abultadas cabe reducir con la reserva que se quiera esta cifra aexpresiones más discretas. Y, si por la vía del sentido común, seadmite que la desarticulación de la vida económica, social e inclusiveespiritual, impedía que la marcha de la sociedad pasara de unasituación de prosperidad y bienestar a otra de terror y de fuga sinresentir la producción y paralizar toda forma de intercambio deproductos, y principalmente los ingenios, entonces también hay quereducir a proporciones más discretas esa cifra de esclavos, de genterebelde, uncida tanto al ingenio como a la expectativa de la másmínima oportunidad de sacudir el yugo opresor...

El Censo asimismo registra una lista casi interminable de hatosde vacas, cabras, ovejas y cerdos. Pero se limita a recoger el nombredel propietario de los hatos sin consignar las unidadescorrespondientes, cuando lo que se necesitaba era el número deunidades y no el de propietarios. En ninguna parte se indica elnúmero de cabezas de ganado existente en la Isla. Una larga lista depropietarios, de los que por cierto no quedó ni el rastro según noscuenta Sánchez Valverde, podía conducir a la creencia en un númeroconsiderable de cabezas de ganado que efectivamente existía, pero al

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margen de toda propiedad, igual que el esclavo, disperso por montesy sabanas, o como el mismo propietario, disperso igualmente porplayas extranjeras...

Es casi completamente seguro que el primer censo recogía larealidad. Yeso podría explicar, si el futuro o el azar no muestran locontrario, que no haya aparecido nunca. El Censo que se conoceprocede de los Archivos metropolitanos. Si las cosas ocurrieroncomo las refieren Cepero y Xuara, el primer Censo, el verdadero,nunca pudo llegar a la Metrópoli. Quedaría cuidadosamenteguardado entre los documentos personales de Osorio, si queríareservarle a la posteridad este fragmento de la realidad verdadera yno sólo el de la realidad convencional o de conveniencia. A lo mejorse encuentra plácidamente entregado a la acción de las polillas en elArchivo de La Habana. Y es posible también, porque lasrecompensas futuras explican las violencias presentes. que fuerasimplemente destruido o devastado como-ocurrió con la realidad realreflejada en él. En este caso no quedará sino la mentira eterna

3Sin embargo, podemos pasar por alto todas esas

consideraciones y los testimonios que las refrendan y atenernos alcurso histórico, que es el documento que mejor certifica la naturalezade los episodios aislados.

La profundidad de las destrucciones y de los cambios que ellasoriginaron, se manifiesta en ese mismo año de 1608. Dice elhistoriador García que al llegar el Gobernador Diego Gómez deSandoval en ese año "encontró la Colonia en el estado máslastimoso. porque las transmigraciones habían vuelto a teneraliciente. los campos se iban despoblando y las haciendasdesaparecían; las casas se arruinaban cerradas porfalta de quien lashabitara; los derechosfiscales se reducían escandalosamente. porqueno había muchos ramos de comercio de qué cobrarlos ni gente queestuviera en actitud de pagar serias contribuciones; que todo. enfin,estaba en decadencia'",

García, José Gabriel; COMPENDIO DE HISTORIA DE SANTODOMINGO, Santo Domingo. 1893, Vol. l. página 148

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La quiebra de la economía colonial en 1608 había alcanzado yael grado de hacérsele imposible resistir el peso de la burocraciaoficial. "La Hacienda no tenía más ingreso que las pocas resmas depapel sellado que podían consumir quatro vecinospobres. . . "cuentaSánchez Valverde '. Nunca antes había ocurrido así en toda la historiade la Colonia. Ni siquiera en la época de retroceso económico quesiguió al primer cuarto de siglo. Las haciendas que sobrevivieron a ladevastación no resistieron sus consecuencias. La Corona se vióobligada por la materialidad de los hechos e aceptar estasconsecuencias y crear un "situado" de Méx ico para mantenerartificialmente la apariencia de una Colonia. Ni los Ingenios, ni losHatos. ni las Estancias que registraba el Censo. con ser tannumerosas. alcanzaban a soportar esas cargas. lo que revela quepertenecían al orden de la fantasía.

Porque inclusive se puede admitir su existencia en los mismostérminos en que, para engañar al Rey y a los historiadorescandorosos del futuro. los hacía consignar Osario. despidiendovapores de azufre, al atemorizado y obediente escribano Azpichueta.El hecho es que podían ser todo lo numerosos que se quisiera y loproductivos que se deseara, pero sí no existía mercado>, si no existíanumerario, si la economía no podía sustentarse en la imaginación, sino venía un solo barco de registro de España en cinco años. si elproceso histórico había sido detenido en seco. si los productoresemigraban en masa, si los que quedaban no podían poner en marchauna iniciativa fructífera dentro de las guardarrayas ni la autoridadsustituía la realidad devastada con una realidad nueva, esassupuestas haciendas o "hatos" del Siglo XVI que se quierenprorrogar en nuestra historiografía, se desmoronaban solos. Sedesplomaban espontáneamente. No podían traspasar el umbral de lacatástrofe.

Sánchez Valverde. Antonio: IDEA DEL VALOR DE LA ISLA ESPAÑOLA YUTILIDADES QUE DE ELLA PUEDE SACAR SU MONARQUIA. SantoDomingo. 1947. página 11.

2 "Andan desnudos por no haber comercio en la Isla ". Fray Fernandode Carbajaly Rivera. Arzobispo de Santo Domingo, en carta al Gobernador a 26 denoviembre de 1695. en Demorizi: RELACIONES HISTORICAS DE SANTODOMINGO. Vol. 111 página 214.

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y esto que indica el sentido común lo comprueban y certificanlos documentos, sin que falte en ellos ese humor que. según enseña laexperiencia, suele acompañar a las más grandes desgracias. CuentaFray Fernando Carbajal y Rivera, Arzobispo M Santo Domingo,que su penuria era tal que tuvo que pedirle a Dios la gracia de unhuevo de gallina:

"... dí gracias a Dios de poder hallar un huevo que comer y alguna vezme aconteció solicitarle que una gallina entrase en el bahareque de mihabitación para tenerlo, esperando que lo pusiese. para el sustento deaquel día ... "1

Pero sus cartas componen una antología, no del humor sino dela desesperación. Culpaba agriamente al comercio de Sevilla porhaber inspirado las Devastaciones a fin de eliminar el comercio deFlandes yen consecuencia haber sumido a la Isla en la más amarga delas tragedias:

"Es la mayor lástima, es compasión, fue impiedad, esto me mata, meconsume y me atormenta. ¿Hay maldad semejante? ¿Hay sinrazónmás contra razón? No hallo términos con qué explicar el sumo dañoque han hecho estos malvados. Y que el Rey los favorezca y losampare y se ejecute lo que ellos quieren, me desencanta y me desatina.Cuando llego a esto, Señor, no puedo más, no puedo más ... "2

Estas consideraciones tan severas iban dirigidas al Marqués delos Vélez, del Consejo de Estado de Su Majestad y su Presidente en elConsejo Supremo de Indias en Madrid, en una extensa carta en laque multiplica esos argumentos:

"Señor, Señor Excmo. ¿pesaría tanto lo que alegó el Comercio deSevilla para que se repudiase éste de Flandes? ¿Es posible que no

"De cinco a cinco años viene de España el registro, para más aniquilarlos ".En lamisma fuente, página 153.

"Los Derechos Reales se redujeron a nada porque ni había ramos de comercio dequé cobrarlos ni persona que se hallase en estado de pagar conlrihución ",Sánchez Valverde: IDEA DEL VALbR..., ob. cit., página 113.

Carbajal y Rivera, op. et loe. cit. página 218

2 RELACIONES HISTORICAS, Vol. 1lI, página 123

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hayan escarmentado en cabeza ajena y propia los SeñoresGobernadores? Porque se decía que comerciaban aquellas cuatroCiudades, Puert o de Plata, Bayajá, Mon te Chns ti y la Yaguana, lasmandaron (y sin raz6n) despoblar, perdieron lo principal sus vecinos,porque las casas y monterías no se co nducen: desde ento ncescomenz6 a empobrecer la Isla. . ,'"

No había pa n, cuenta el A rzobi spo. la gente Jo ha bía sustit uidopor el plá tano. Y parece ser que fue ento nces, a consecuencia de es­ta tragedia, que este manja r de escla vos, considerado comodesp reciable, subió de ca tego ría y se convirtió en la d iet afundamenta l del pueblo, un acontecim iento histórico que no debepasa r inadvert ido . Al menos a ello induce la insistencia con qu e elArzobispo se lo hizo sa ber a la humanidad entera en un sinnúme ro deca rtas conmoved oras:

A don Lu is Cerdeño. del Consejo de su Majestad en el SupremoC onsejo de Indias, mayo 29 de 1693:

"Ahora no hay casi harina para hostias y en convento que había 14sehan dicho] misas cada día por no haberlas para las dem ás ¡,qu é!razade haber pan para comer? Yaún el de palo que es el sustento de losque no comen pan. ha fa ltado aquestos días igualando a lasque tienenun real para comprarlos y a los que nunca lo comen por no tenerlo.supliendo su falta los plátanos. ¡Hay desdicha como aq uesta!'?

Al Ob ispo de Málaga, del Consejo de su Majestad . j unio 9 de1963:

"Acu érdome que cuando hubo falta de pan dos o tres dtas cn Madrid,se vio el motín y tumulto a vista de un Rey: acá todo el año falta a lgopreciso para el sustento y al presente el pan de paln no se batta. caltan .sufren y toleran y su falta la suplen con plátanos. i.Qué4 uiere VuestraSeñoría Ilustrísima que diga de su lealtad y tolerancia'! S upficn aVuestra Señoría Ilustrísima que se sirva sacarme de aquí. . .''".1

Al Conde de Ca na leja s. Adela ntad o de la Flor ida . del Consejo

Idem., página 117

2 ldem., página 1St

J Idem., paBina 169

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de S. M. en el Consejo y Cámara de Indias, junio II de 1693:

"Aquí falta de todo, y al presente el pan de palo cuotidiano de losmenos (porque los más por no tener un real no pueden comprarlo) nose halla y en su lugar comen plátano... "\

A don Antonio Ortiz de Otalora, Secretario de S. M. en elSupremo Consejo de Indias de la Gobernación del Perú, mayo 9 de1693:

"El cotidiano pan de esta Isla es el pan de palo. Los menos le gastanporque los más no tienen un real para comprarlo y cuando éstaescribo, anda tan escaso (ya días que sucede esto) que aunque los quelo usan no le hallan; plátanos comen... "2

A don Francisco Camargo del Consejo de S. M., mayo 31 de1693:

"... ni comen pan, que aún el de palo muchísimos no le alcanzan porcarecer de un real para comprarlo, frutos silvestres son su sustento.."3

Al Conde de Adanero, Presidente del Real Consejo de Indias deMadrid, el 14 de febrero de 1697:

"... su sustento (el del Arzobispo, o seael suyo propio) vaca mala otoro viejo, su pan ninguno, porque no ha podido entrar en el de palo, ysi lo envían de fuera es tan largo el tiempo por no haverembarcaciones, que se gasta muy presto porque los enfermos lo pideno en ser de arina o pan y es preciso dárseles... "4

Por estas cartas se mide la miseria colonial, que había alcanzadoa un cargo tan suntuoso como el de Arzobispo. La población había

ldem página 170

2 Idem . página 133

3 Idem. página 157

4 Idem , página 240

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descendido del pan bíblico de harina de trigo a este extraño "pan depalo" al que no podía entrarle Fray Fernando y que, así como noaparece hoy en las enciclopedias ni en los recuerdos del "mercadoviejo" donde Vico encontraba la eterna sabiduría de los italianos,tampoco se encontraba entonces, y menos el real necesario paraadquirirlo, en el palúdico mercado colonial'.

En consecuencia, la población se vio obligada a descender unnuevo peldaño y decidirse por el plátano, lo que significaba igualarsecon el esclavo y con el que no tenía el real para conseguir el esotérico''pan de palo ", Llegó así, no por la vía constitucional orevolucionaria sino por los apremios de la vida diaria, la igualdadsuprema.

y ahora se explica uno por qué el plátano es un asiduo huéspedde la dieta dominicana, hasta el punto de impregnarse deconnotaciones nacionalistas, y por qué el desgraciado viajerodominicano descubre su absoluta ausencia en las mesaultramarinas, salvo en Nueva York que es, como se sabe, una ciudadimportante del interior de este país...

Pero donde una sola página basta para ilustrar de la manera másprofunda y dramática la universalidad de las DEVASTACIüN ES,es en una que recogió Fr. Cipriano de Utrera y que nosotros

Lo más probable es que este "pan de palo "sea el normal casabe. porque tantoéste como el plátano se sirven como sustitutivo del pan de trigo en la comidacriolla. Lo extraño es que el casabe, que fue comida de indios como el plátano denegros, y por tanto abundante y barata, haya escaseado en la Isla. En su carta aD. Thomas Ximenez de Pantoxa, del Consejo de su Majestad, Fr. Fernando lerefiere que:

"Todo está cerrado. Yafalta e/ pan y la harina para hostias, ya el vino para losfomentos precisos para /0.1' achaques. Los más de la Isla no alcanzan el "pan depa '; por no tener un reo/ para comprar/o, y al presente los que /0 U,\l11l no /1'hallan (si fuera en Madrid, ya hubiera tumulto, como hemos 1·;"'tO)'

Lo que es de presumir es que, como el casabe requiere una técnica paraprepararlo y hornearlo, no todos pudieran obtenerlo como el plátano, quesimplemente se desprende de una mata que se da en cualquier sitio. Yello revelaque en verdad se trataba de una miseria catastrófica que ha tenido que dejar unaherida secular. Pero ¿venía del extranjero?

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tomamos de Larrazábal:

"Hay constancia de un caso sucedido al convento de monjas deRegina.

"Este convento llegó a tal estado de miseria en 1606 que no se podíasubvenir a las necesidades más urgentes sino a base de sacar a la caile asus esclavas para que le ganaran dinero. Estas salían de mañana yentraban por la noche con el producto de sus pequeños negocios odiligencias, pero en este entrar y salir algunas esclavas solían quedarencinta, y e í escándalo-se producía, no por el hecho de que una esclavaconcibiera, cosa demasiado común, sino que las monjas conservabana esas esclavas en su convento, le permitian que dieran a luz y lecriaban sus hijos. Por esto se intentó quitarles a las monjas de Reginasus esclavas, al menos las ganadoras, pero intervinieron los Oidores yse suspendió la medida porque para ello hubiera sido menester dotaral convento de una apreciable limosna... "1

Es indudable que la prohibición del comercio intérlope despojóa los cueros del privilegio de resolver la vida en la Coloniadespavorida y que las esclavas de Regina se convirtieron en un alegresucedáneo. Pero no es posible deducir de ahí ei origen de la palabra"cueros" con el cual se designa popularmente en nuestro país a "lashijas de la noche" o de "la alegria" como dicen los franceses, aunquees difícil desviar los ojos de la coincidencia.

Todo esto revela que el desplome de la economía no azotó a unade las paredes de la vida colonial dejando intactas a otras. Latragedia fue universal. No es necesario aguzar el entendimiento paracaer en la cuenta de que la democratización de la mesa y laliberalización de los conventos son apenas detalles pintorescos y a losumo símbolos que, particularmente en la glorificación histórica delplátano, sobre todo el verde, expresan esa universalidad. Y loveremos inmediatamente.

Larrazábal, Carlos: LOS NEGROS Y LA ESCLAVITUD EN SANTODOMINGO, Santo Domingo, 1967, página 132.

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CONSECUENCIA 11

Donde se Asiste a la TotalDisipación del Pueblo

La historia convencional no ha sido ajena, desde los tiempos deJosé Gabrial Garcia, al impacto que ejercieron lasDEVAST ACIONES sobre la mecánica interna de la sociedadcolonial. Ha reconocido que su funcionamiento quedó paralizado yque cesaron sus pulsaciones históricas. Y, siendo así, debió haberpronunciado la muerte con la severidad de un médico legista.

Pero no pudo llegar a tanto. Adoptó una actitud aproximativa yse limitó a registrar los signos de un estado similar: el sueño, unaespecie de invernación colectiva semejante a esa condición quepermite a los osos ignorar el invierno y esperar aletargados eladvenimiento de una nueva primavera. Así, don José Gabriel García.

Este historiador consigna la llegada de un nuevo Gobernador en1634,veintiocho años después de aquellos acontecimientos y subrayaque' el funcionario llega "precisamente cuando la decadenciacontinuaba destruyendo todos los elementos de viaa con quecontaba la Colonia que, sumida en profundo sueño, sólo despertabaa la esperanza cada vez que había un cambio de personal en laadministración civil o religiosa. . . "1

"Sumida en profundo sueño ': he ahí una metáfora sutil que

García: COMPENDIO, Vol. 1, página 154

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contiene no obstante una tesis histórica de gran destino. Si se trata deun sueño podrá explicarse más tarde que continuara viviendo másallá del Siglo XVI hasta nuestros días ...

Este mismo anhelo de supervivencia fluye subterráneamente enotros historiadores. Pedro Henríquez Ureña, que no lo era pero queaparecía tan lúcido cada vez que, ilevado por sus estudios literarios,se veía sumergido en los acontecimientos históricos, la llama"languidez" y extrañamente la explica por la despoblación, con unaligereza impropia de sus méritos:

"Los años iniciales del Siglo XVII! son todavía interesantes. Despuéstodo languidece. La languidez no es sólo nuestra: fluye de lametrópoli. ya en franca decadencia. I.a despoblación de SantoDomingo en el Siglo XVI! nace de causas locales o peculiares a)Nuevo Mundo: primero: la ruina de la población indígena, queempobreció a los conquistadores; después, el descubrimiento detierras nuevas, que atraía a los audaces. Pero en el Siglo XVII ladespoblación procede de causas generales de España y América:España decae, y se despuebla ...

Peña-Batlle rechaza esa apreciación de Henríquez Ureña con las

siguientes razones:

"La apreciación es falsa. La languidez de la Colonia y la despoblacióncreciente de la misma, tan bruscamente iniciada en los comienzos de!Siglo XVII, no tienen sino una causa inmediata e indiscutible: ladevastación llevada a cabo por don Antonio Osorio.. "

y explica:

"Al desaparecer la gran fuente de producción que destruyó elPresidente, la Colonia perdió de cuajo el más importante puntal de sueconomía y de su vida: el comercio libre, única posibilidad de balanceentre lo que se vendía y lo que se producía. El problema era muchomás profundo que el del desbalance comercial. Lo que perdió laColonia fue el sendero de la propiedad privada con lo que desaparecióno solamente la balanza comercial sino el comercio mismo. Ladestrucción sistemática y organizada de la riqueza colonial -elganado y la agricultura-o debía producir. fatalmente. ellanguidecimiento profundo de la población. la miseria y. enconsecuencia, ~I destronque de la futura nacionalidad .... "1

Peña-Batlle. OBRAS ESCOGIDAS. ab. cit.

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Como la metáfora del sueño. ésta del destronque di' tatuturanad orw lidad, se presta a interpretaciones versát iles. Pa rece ser lJueaqu¡equivale a la muerte.toda ve, que la pérdida del tronca se oponeaqui a la la nguidez. pero la supervivencia de las raíces supone laregenerac ión del tro nco y no ha habido más que un intercambio demetáfora s. El Siglo XVI quedaría as í en condicio nes de co ntinua rseen los siglos siguientes. ' ,

También Pedr o Tro ncoso S áncbez ha tra tado de escapa r delcerco de la histo ria convencional en algu nos ensayos. En algunaspaginas dice a pro pósito del Tratad o de Basilea. que ese instrumento"hiere al alma dominicana ry "destruye de un dia para otro la piedrasobre la cuat dormía. , , "J

Viendo las cosas en tér minos ar itméticos resulta ría que, de 1605a 1795. fecha de l Tratado. esa piedra habría soportado un sueño de190años. mucho más largo que el de la Bella Durmiente del Bosque.y bien merecería que se le oto rgara ya la categoría de la muerte.

y parece que el pro pio Tron coso Sánchez no es ext ra ño a esereconocim iento puesto que en esas mismas páginas califica al pueblocon un neo logismo sumamente adecuado y exacto par a esa insólitasituació n: "in ñistárico", En efecto . la pérdida de las esenciashistóricas no evoca el sueño. La "inhís toria " equivale a la muertehist órica",

Pero todos estos au to res. incluyend o a Peña-Batll e que ca lómuy profundamente en las causas y consecuencias de lasD EVASTACIO NES. y aún Troncoso S énch ez qu e es mucho másava nzado. y que ha intentado una visión genera l del procesohistór ico de l "a lma dominicana'a , pone todo el énfasis de su

j roncoso Sánchf:l. Pedro: ESTUDIOS D E HISTO RIA POLl TICADOMIN ICANA , Santo Domingo, 1%8, pagina 135

2 "Com1<1l'fOl /" en ...i mísmo. nuestra p ur lt1" era un puebto in hij/óriro ...Hahim r/u hf'lho <1..1in/uTluni" un hóhito. ''f'J(t'fuho _,In inlnnos Inquit'f udf's ..Op. et lec. cit .

3 v éase: LAS GUE RRA S EUROPEAS DE SANTO DO MINGO. ene l ~'o l umen

citado, página 109

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pensamiento heredado de la escuela romántica que debe mucho aNapoleón Bonaparte en la figura abominable de Osorio. Y esto lesimpide contemplar la liquidación del pueblo, disminuyendo así lainmensidad del crimen del genocida.

Ninguno de ellos, salvo Delmonte y Tejada con las limitacionespropias de su método y de su época, contempló la naturaleza delsistema productivo como la clave del desarrollo histórico. Por esoven un aletargamiento, languidez o sueño donde han debido ver lamuerte total. Ven una continuidad histórica, que es la continuidad deOsorio, donde han debido ver un corte neto y vertical en lacontinuidad del pueblo, que es la única continuidad que convalida ala Historia.

La actividad popular en el Santo Domingo del Siglo XVII esdisipada por el sistema de explotación de las tierras -y del ganadoadscrito a ellas- en base al régimen de comunidad social que hizoretroceder la sociedad a formas mucho más primitivas que aquellasque hacen posible la aparición y luego el desarrollo y elfortalecimiento del pueblo.

Mientras la propiedad privada constituía el régimen dominantede la sociedad y se desarrollaba sobre la base de los contactoseconómicos con el extranjero, fue posible no solamente la vida delpueblo sino inclusive sus manifestaciones ardientes, vertebradas entorno a Hernando de Montoro y a las acciones armadas del Valle deGuaba en 1605'. Pero tan pronto como se volatilizó la propiedadprivada por la acción del "gran incendio '; para ser sustituida por lasociedad comunitaria, se llevó con ella la existencia de las clasessociales y naturalmente al pueblo, sin que sobreviviera ni siquiera enel estado de hipnosis colectiva en que lo concibió el historiadorGarcía.

En su famoso ANTI-DUHRING, Engels asocia la pequeñaagricultura con la propiedad común de la tierra, el caso que se dio en

En Lugo, HISTORIA DE SANTO DOMINGO.

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Santo Domingo tras las DEVASTAClüNES, y dice que en esteestadio "en el cual o con cuyos restos muy perceptibles han entradoen la historia todos los pueblos de cultura, resulta obviamentenatural una distribución bastante homogénea de los productosri, yes claro que esa homogeneidad impide la diferenciación de clases enel seno de la sociedad.

"La agricultura en grande o en pequeño -dice Engels- permite muydiversas formas de distribución, según las condiciones históricasprevias a partir de las cuales se ha desarrollado. Pero es claro que laagricultura en grande condiciona siempre una distribución muydistinta de la condicionada por la otra; que la agricultura enexplotación grande presupone o produce una contraposición de clases-señores esclavistas y esclavos, señores de la tierra y campesinosobligados a prestaciones serviles, capitalistas y trabajadoresasalariados- mientras que en la pequeña agricultura no condicionaen modo alguno una diferencia de clases entre los individuos activosen la producción agrícola... ''2

Así se comprende que el paso a este sistema de producción,circunscrito al ámbito del consumo familiar, sumiera a la poblaciónde Santo Domingo tras la tragedia de sus ciudades y la disipación dela propiedad privada que les daba vida, en una apariencia letárgicaque no era sino la expresión de la muerte del pueblo que llevaba ensus entrañas. Delmonte y Tejada nos cuenta que aquellos individuosque fueron arrojados de sus antiguos lares y no pudieron emigrar,arrastraron una vida fantasmal muchos años después de lacatástrofe:

oo••• conformes con su pacíficodestino no ambicionaban otra suerte niaspiraban a las empresas tumultuosas de la política, el comercio y lamilicia que los había ocupado hasta entonces... ''3

Esto era, en lenguaje histórico, la muerte del pueblo, el actabreve y dramática de su defunción histórica.

Engels, Federico: ANTI-DUHRING, Grijalbo, México, 1968 página 140

2 Idem., loc. cit.

3 Delmonte y Tejada, Antonio: HISTORiA DE SANTO DOMINGO, terceraedición. Santo Domingo

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Pero no es suficiente. Junto a esos seres fantasmales circula unpersonaje oscuro aunque potencialmente activo que, por ocupar lospeldaños más bajos de la escala social, venía a ser la clave de lasituación histórica. Sería imposible emitir un veredicto popular sinestablecer, a ciencia cierta, la situación específica de este personaje. Aese objeto le abrimos las páginas que siguen.

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CONSECUENCIA III

Donde se Certifica la DesapariciónDefinitiva de la Esclavitud

l.emmorinier-c-Dellaffosse fue un soldado francés que vinopoco después de la derrota de las tropas napoleónicas en la granepopeya vecina. Su sorpresa no fue pequeña cuando, andando por lacampiña, encontraba a unos negros lánguidos que se dejabanarrastrar por las ondulaciones del tiempo sin mover el velamen de susexistencias apacibles. El soldado procedía del infiernorevolucionario y apenas si podía dar crédito a sus ojos ... Una sogafijaen la pared ~contaba años después en sus memorias-e- les sirve paradar impulso a su lecho aéreo. Si son casados la mujer lo hace todo. Yellos cantan, fuman y duermen. "1 Y refiere lleno de un asombroque no empalidecían los años:

"Yo interrogué un día a uno de ellos sobre esa cond ucta, censurandosu manera de ser y reprochándole que dilapidara unas energíasprovechosas para la agricultura y he aquí su contestación: [Ah, señor,la crianza aleja la labranza!

"Estos esclavos españoles ~comenta después-e- eran pastores bajolas órdenes de amos perezosos. Existía entre ellos ese acuerdo perfectoque trae el dolce far niente ... porque en esta parte española el amodormía en paz aliado de su esclavo, mientras que en la parte francesael esclavo degollaba al amo... "

Lemmonnier--Dellaffosse. J. 8.: LA SEGUNDA CAMPAÑA DE SANTODOMINGO. Santo Domingo.

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Es de todo punto de vista comprensible que el soldado francésquedara estupefacto ante una situación cuya explicación seremontaba a 200 años exactos en ese momento, 1805. Y noencor '''ba otra respuesta que el "dolce far niente"(el dulce no hacernada, en italiano) y la pereza de los blancos. No tardarían esosmismos blancos en evidenciar que poseían las mismascualidades quelos franceses y que sabían manejar el látigo con la misma pericia,cuando la industria azucarera emigrara de Haití a Cuba comoconsecuencia de la Revolución. De manera que la vida bucólica queLemmonnier-Delaffosse encontró en Santo Domingo, no era unproducto del clima geográfico ni del clima moral sino del climahistórico. Y la clave estaba en esa lucha de clases que los mismosfranceses, sus compatriotas, habían descubierto y que les permitíacomprender los procesos sociales. Lo que sucedía es que las tensionessociales, raciales, políticas se diluían en la naturaleza comunitaria delsistema de explotación territorial que dominaba íntegramente la vidasocial.

Pero no estaba descaminado el soldado cuando dirigía lamirada hacia el supuesto esclavo negro. Siendo el esclavo el últimopeldaño de la escala social, su situación definía a la sociedad entera.

2

La historia común y corriente refiere la abolición de laEsclavitud como una acción haitiana -realizada por Toussaint en180l Y ratificada por Boyer en 1822- desconociendo así que esainstitución había desaparecido dos siglos antes, casi con todaexactitud.

Lo certifican rotundamente Cepero y Xuara en susdeclaraciones contra el Presidente Osorio a propósito de lasDEVASTACIONES: "Con esto -manifestaron estos testigosexcepcionales en 1608- el dicho Presidente dio ocasión a que losdichos negros quedasen en su libertad. . . "1

Lugo, HISTORIA. ob. cit. parágrafo 356

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y era cierto. La liberta d habia de ser definitiva . Jam ás volvería aresucitar la esclavitud en los términ os que los d irigentes haitianos,que hab ían conocido sus atrocidades indescriptibles, tenia n en menteal procla ma r sus respectivas aboliciones. Esto es par ticularmentecierto en lo que se refiere a la situaci ón que contemplaba To ussaint ,quien hizo construir en Santo Dom ingo un ta blado erpecia l, segúnnos cuen ta José Gabriel Oarcíat , para acomoda r a los niños,pro bab lemente para que asist iera n al acto solemnede la a bolici ón dela esclavitud como excepcionales y delicad os testigos del futuro, . .

No le falt6 imaginaci6n tampo co a Boyer, aunq ue era másinclinado al símbo lo y, llegado su turno, hizo planta r en las plazaspúbl icas "la palma de la libertad ".

Cepero y Xuara se refería n naturalmente a ladesaparici6n to taldel trabajo forzado en los ingenios azucareros y al tráficointernacional de seres humanos que era su secuela. Es evidente que ladesaparición de esa indust ria debía llevar a pa rejada de ma nerainevita ble, la desaparición de una institución que estabaind isolu blemente ligada a ella.

No desaparecía nun ca empero, de la menta lidad españolaaunque sí de la legislación ap licab le a su co lonia de Sa nto Domin go.De ahí que se siguiera aplicando el término a cierto tipo de relacionesgeneradas por las nueva s formas de prod ucción a q ue d ieron origenlas Devastacio nes y que, al modificarse en los co ntactos entre las dospa rtes de la Isla , deb ían absorber cierta dosis de prop iedad pr ivadaque las teñía n de tonos serviles. De esa man era, la pala bra Esclavitudcom prendía dos modales distintos de la inst itución.

Ma rx destacó siempre esa conducta del régimen esclavista "el/"Uol -decía él- recorre una escalo que va desde el sistema esclavislopatriarcal. orientado hacia el propio consum o. hasta el verdaderosistema de tas ptan raciones, que Irabaja para el mercado mundial..,"l

( ¡;lId,, : ("O M I'E1\;U IO. (lb. cit .. página 303

2 M~n , CII I" , : n CA PITA L. Tumo lll , página 744

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Esto nos permite identificar los dos regímenes cuyas nociones seintercambiaban en la mente de los protagonistas de esas situaciones yocasionalmente se intercambian todavía en la de la historiografíaconvencional:

a) el modelo moderno de la Esclavitud, o esclavitud de"plantaciones': que se originó en esta misma Isla en el primercuarto del Siglo XVI, pasó a Brasil en el Siglo XVII, a HaitíenelSiglo XVIII y finalmente a Cuba en el XIX;

b) el modelo clásico, o esclavitud "doméstica", cuyo origen sepierde en las sombras de la antigüedad y engarza históricamenteen la parte española de Santo Domingo de manera espontánea yexcepcional.

El modelo moderno

La Esclavitud que Marx califica de "verdadero sistema deplantaciones" está vinculada al capitalismo a través del mercadomundial y ha sido precisamente ésta a la que el Capitalismo debe elimpulso que, a raíz del Descubrimiento; lo convirtió según el mismoMarx, en una fuerza decisiva del mundo moderno.

Es esa sustancia capitalista la que caracteriza' a la Esclavitudmoderna como un régimen de explotación bestial que la distingue dela Esclavitud clásica: en muchos casos han bastado 7 años paraaniquilar la vida del esclavo, sin contar los que aniquilaban loscastigos y tormentos, aunque ya para entonces habían rendidosuficientes beneficios como para que pudieran ser sustituidos pornuevas piezas, más sanas y más fuertes.

Tras la Revolución haitiana el sistema esclavista moderno setraslada a Cuba, que hasta esa época era una colonia de segundorango sostenida con el famoso "situado de México", y alcanzó allí susdimensiones características modernas en manos españolas.

Lo natural es que se hubiese trasladado a Santo Domingo si nofuera porque la Revolución emancipadora estaba muy cerca. Sinembargo, ella no impidió que, en efecto, algunas plantaciones de

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antiguos franceses de aquella parte, se instalaran en ésta aunque concarácter aislado y sin llegar a imprimir su sello a toda la sociedad.

En Cuba, la decantada "dulcedumbre" del sistema colonialespañol quedó trágicamente desmentida. Según refiere un escritoringlés por los años de 1862:

"Hoyes en Cuba, cuyas rentas se cuentan por millones y cuyosplantadores son verdaderos príncipes, donde vemos a la claseesclavasometida a la alimentación más rudimentaria y a los trabajos másagotadores e incesantes, y donde vemos también cómo se destruyenlisa y llanamente todos los años una buena parte de sus esclavos,víctimas de esa lenta tortura del exceso de trabajo y de la falta dedescanso y de sueño... "1

Esta situación era debida a la exigencia insaciable del mercadomundial que era una fuente de inagotables riquezas para quienprestara atención a sus clamores. En su obra clásica, Marx explicaesta abominable asociación entre el mercado mundial y lostormentos de la Esclavitud:

"Tan pronto como los pueblos cuyo régimen de producción se veníadesenvolviendoen las formas primitivas de laesclavitud, prestacionesde vasallaje, etcétera, se ven atraídas hacia el mercado mundial en elque impera el régimencapitalista de producción, y donde se imponeatodo el interés de dar salida a los productos para el extranjero, lostormentos bárbaros de la esclavitud, de la servidumbre de la gleba,etcétera, se ven acrecentados por los tormentos civilizadosdel trabajoexcedente... ''2

Cuando esta institución fue creada en el Siglo XVI, lostormentos de los esclavos eran tan insoportables que los impulsó a unalzamiento, el primero de una larga serie anegada en sangre, en 1524.Pero el mercado mundial no estaba suficientemente desarrolladoentonces para alcanzar los niveles de horror que llegó a alcanzar enHaití y que se restablecieron en Cuba. Todavía en 1605, con las naveseuropeas frecuentando las ciudades portuarias de la banda del norte,la Esclavitud no había alcanzado esos niveles, aunque presentaha ya

Cairness, J. E. THE SLAVE POWER. Londres. 1862

2 Loc. cit.

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los rasgos característicos del modelo moderno. Es por eso por lo queLA ESPAÑOLA es en toda justicia la cuna de esta instituciónamericana.

En esos mismos instantes, la industria azucarera es devoradapor las llamas de la Devastaciones y la Esclavitud no tardará mediominuto en extinguirse espontáneamente dando entrada a las formaspatriarcales de la Esclavitud en Santo Domingo.

El modelo clásico

La forma clásica de la Esclavitud, que se distingue en laactualidad con el calificativo de "doméstica", se caracteriza por laausencia de rigor y de atropello en la explotación del trabajo delesclavo, debido a la desvinculación de la producción asociada a ella,respecto del mercado mundial.

En Santo Domingo, donde los excedentes de la producción nodestinada al propio consumo era mayormente absorbida por lavecina colonia de Haití, sin conocer las rutas del mercado mundial, elrasgo predominante de la esclavitud era precisamente la naturalezaafectiva, casi familiar, de las relaciones que reinaban entre amos yesclavos.

Son numerosos los testimonios de viajeros y otrosobservadores, desde Saint-Mery en el Siglo XVIII, que han señaladoesa peculiaridad de las relaciones esclavistas en la parte española dela Isla. Aquí cobra particular valor el testimonio de un articulistahaitiano. que escribió para LE PROPAGATEUR HAITIEN enocasión de la anexión de Boyer en 1822, en dos números de esapublicación correspondientes al mes de junio del mismo año. Elarticulista, firmado K. . . resulta autorizado doblemente por laexperiencia de su país y por la de su época.

Dice así:

"El temor de que la atmósfera moral que envolvía al territoriohaitiano se extendiera algún día a la parte española. no habíapermitido seguir en ella el ejemplo de Cuba; nada había alterado,pues, la suavidad de la esclavitud y nosotros habíamos podido

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apreciarlo por las relaciones que el comercio había establecido entrenuestros vecinos y nosotros, A vecesel esclavo venía sólo a nuestrasciudades a vender la carne y el algodón que suamo leshabía confiado;otras vecesel amo y el esclavo venían juntos, y entonces los veíamossentados a la misma mesa o acostados sobre la mismaestera; apenas siuna ligera diferencia permitía distinguir al esclavo del amo.

"Así, en razón de que los navíos cargados de negros no se habíandirigido hacia las playas orientalesdesde variosaños atrás, las familiasde los NO-LIBRES se habían identificado de tal manera con lospropietarios, que la compra y venta de víctimas humanas, tancomunes en el pasado, eran casi ignoradas entre nuestros vecinos... ''1

Pero también los propietarios se habían identificado con lasfamilias de los NO-LIBRES, cosa que extrañamente no observa elautor. Y ha debido ser así porque de otro modo los habrían vendido aprecio de oro a los esclavistas de la colonia vecina, sin tener que pagarflete, y no habría quedado en esta parte ni uno solo colgando de unárbol. Sólo razones afectivas lo han impedido.

Es digno de hacerse notar que este articulista parece haber sidotan profundamente impresionado por el carácter de estas relaciones,que ha llegado a vacilar a la hora de calificarlas de esclavitud y hautilizado una forma inusitada, NO LIBRES como queriendoespecificar que, sin llegar a ser libres, no son ya tampoco esclavos.

Desde los días álgidos de la Revolución haitiana, no pocos desus dirigentes se habían percatado de la naturaleza de estas apaciblesrelaciones. Les parecía inverosímil a ellos que el esclavo de la parteespañola no mostrara la menor inclinación a la violenciarevolucionaria ni siquiera a la fuga cuando se le presentaba unamparo tan próximo en la colonia vecina.

Esa inquietud la expresaba por ejemplo el General Chanlatte enun informe oficial al Gobierno francés el año de 1800:

"Lo que es asombroso, pero muy cierto, decía allí, esque losesclavos

"Delareunión delaci-devant Partie Espagnole a laRepubliqued'Haiti"firmadoK... enLEPROPAGATEUR HAITlEN "journal politique et littéraire, redigépara plusiers haitiens". Nums. 1 y 2. Port-au-Prince, Juniode 1822, página 21.

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de la parte española han preferido su estado a la facilidad que teníanpara pasarse a la parte francesa. donde la libertad les esperaba ... '"

Máximo Coiscou Henríquez refiere que "en 1822. Alexandre,oficial de Boyer, declaró a don Francisco Brenes su sorpresa aladvertir lafrecuencia con que el antiguo esclavo dominicano seguía asu amo de la víspera. insensible a la libertad que le acordaba laConstitución de Haití" (al ser proclamada por Boyer la abolición dela Esclavitud)'.

Este problema. que se le presentó al Profesor Bosch en su obraCOMPOSICION SOCIAL DOMINICANA, le conduce a unasconsideraciones muy interesantes:

"¿Es que la miseria general del siglo xviii -se pregunta- condujo auna liberación de hecho. si no jurídica. de los esclavos. al grado que yaen 1659 éstos se comportaban como hombres libres. aunque no lofueran legalmente? ¿Es que la reducción del nivel económico de losamos los colocó en la posición de tratar a sus esclavos como si fueranlibres?

"Como no hay papel alguno de la época. que nos permita llegar aconclusiones acerca de la situación de los esclavos hacia el 1659 ohacia 1666-excepto el hecho de que se sabe que la esclavitud existíadesde el punto de vista legal- no podemos hallar una explicaciónpara la noticia de queen 1659 no había esclavos para recoger el cacao yde que las epidemias de 1666 mataron precisamente a los negros y a losindios que podían trabajar y no a los mestizos y a los blancos. La únicaexplicación posible es que la degradación general de todo el contextosocial había igualado en el trato diario a amos y esclavos, aunque semantuviera la diferencia legal. .. ''3

Pues bien, esa explicación que le parece la única posible alProfesor Bosch es la única verdadera. La epidemia queverdaderamente acabó con la Esclavitud fue "ladegradación general

Chanlatte, Antonio: AL GOBIERNO FRANCES, 1800. en LA ERA DEFRANCIA de Rodríguez Dernorizi, página 231

2 (Escritos Breves, Sto. Dgo., 1958, pág. 100)

3 Bosch, Juan: COMPOSICION SOCIAL DOMINICANA, Santo Domingo,1970. página 96

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de todo el contexto social" que, desde luego, no puede haber sidoocasionada por una causa de magnitud menor que las Devastacionespara producir unos efectos de tanta consideración, aunque nonecesariamente de manera inmediata,

La causa inmediata es la desaparición del Ingenio de Azúcar,devorado por las llamas que prendió con sus propias manos elPresidente Osorio, y no tardaría medio minuto para que seextinguiera espontáneamente la Esclavitud antes de que seextinguieran las llamas, que duraron por cierto dos largos años,disipando completamente la industria azucarera.

Engels ha explicado que la desaparición de la Esclavitud teníaque ser en este caso la consecuencia inevitable e inmediata de ladesaparición del Ingenio de Azúcar:

"Un esclavo no es útil para cualquiera. Para poder usarlo hay quedisponer de dos cosas: primero, de los instrumentos y los objetosnecesarios para el trabajo del esclavo; segundo, de los medios para sumiserable sustento. Así pues, antes de que sea posible la esclavitudtiene que haberse alcanzado ya un cierto nivel de producción y tieneque darse cierto grado de desigualdad en la distribución. Y para que eltrabajo esclavo se convierta en un modo dominante de una enterasociedad, hace falta aún una mayor intensificación de la producción,el comercio y la acumulación de riquezas. En las viejas comunidadesespontáneas, con su propiedad común de la tierra la esclavitud no sepresenta en absoluto o desempeña un papel muy subordinado... "1

Estas premisas se dieron categóricamente en LA ESPAÑOLA.Al mismo tiempo que desaparecieron "los instrumentos y los objetosnecesarios para el trabajo del esclavo ". representados en este casopor el Ingenio de Azúcar, brotaron las "comunidades espontáneas.con su propiedad común de la tierra ". A partir de entonces, el trabajoesclavo perdió su sustentación material y jamás volvió a restablecersecomo "un modo dominante de producción de la sociedad entera':

Tanto Marx como Engels contemplan separadamente unasituación en que tales premisas se originan en el marco de una

ANTI~ OUHRING. ob. cit. página 155

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situación preexistente. Marx se refiere al cambio de naturaleza deuna esclavitud de tipo paternalista a otra de explotación brutal tanpronto como se hace presente la demanda insaciable del mercadomundial:

"En los Estados norteamericanos del Sur el trabajo de los negrosconservó cierto suave carácter patriarcal mientras la producción secircunscribía a las propias necesidades. Pero tan pronto como laexportación del algodón pasó a ser un resorte vital para aquellosEstados, la explotación intensiva del negro se convirtió en factor de unsistema calculado y calculador, llegando a darse casos de agotarse ensiete años de trabajo la vida del trabajador. .. "1

y por su parte Engels, observa la situación en su lado inverso ensu ANTI-DUHRING, invocando el mismo escenario y el mismoproducto:

"La esclavitud de los Estados Unidos americanos se ha basado menosen la violencia que en la industria inglesa del algodón; en las regionesen que no crecía el algodón, o en las que no había estados limítrofesque practicaran la cría de esclavos para los estados algodoneros, laesclavitud se extinguió por sí misma, sin aplicación de la violencia,simplemente porque no era rentable..."2

De estos extractos, que parecen haber sido escritoscontemplando la situación de la colonia española de SantoDomingo, en lajusta línea divisoria trazada por las Devastaciones, sedesprende que la vinculación al mercado mundial determina lanaturaleza de la Esclavitud, estableciendo dos formas claramentediferenciadas: una caracterizada por el sello de la violencia y lacrueldad, dirigida a la explotación intensiva del esclavo negro; la otracaracterizada como una "suave esclavitud patriarcal".

En Santo Domingo se conocieron las dos: antes de 1605, elmodelo moderno con su signo de horror y tormento, que se extingueespontáneamente tan pronto como deja de ser rentable; y, después de1606, el modelo clásico, con su dulzura paternalista que Marx

Loe. cit.

2 Idem, páginas 153-154

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asimila una y otra vez en EL CAPITAL a nuestros "domésticos"actuales y que sólo convencionalmente pudo ser llamada esclavitud.

Lo que ha faltado ha sido esclarecer que ese era un paternalismoforzoso. Tan pronto como la Esclavitud se les hizo rentable a losespañoles en Cuba, pusieron en evidencia que eran tan perfectosplantadores como cualesquiera otros y que su Esclavitud era taninmisericorde como la de los franceses. En su colonia de SantoDomingo hicieron serias tentativas por organizar la Esclavitud de lapeor manera, esto es, implantando el rigor más impiadoso en elmarco del modelo moderno, sólo por vía legislativa, sin crear elsistema económico que debía hacerla rentable. Era el rigor por elrigor. Y debía estar necesariamente condenada al fracaso.

El caso más patético es el del famoso CODIGOCAROLINOde1784 que estuvo a punto de ser aplicado, probablemente sin otroresultado que el atropello, de no haber estallado la Revoluciónfrancesa y haber obligado a España a desasirse rápidamente de estacolonia, tan pronto como el ejemplo esclavista de los vecinos se leconvirtió en ejemplo revolucionario.

El Código Carolino

Téngase por sentado, pues, de una vez por todas que, tras laDevastaciones, el patrón de la Esclavitud moderna no fuerestablecido jamás, como forma dominante de la sociedadentera, enesta parte de la Isla.

Pero una afirmación tan concluyente no debe dar a ehtender quehan sido olvidados los tenaces esfuerzos y aún los establecimientospermanentes de "modelo moderno" que pugnaron eor restaurar enella el pasado irreversible.

Los franceses lograron desarrollar en múltiples ocasionesalgunas plantaciones "piloto ': en este país como la famosa hacienda"Ferrand" después de 1804y algunas otras que pudieron vivir más omenos acreditadas hasta 1822en que fueron barridas por la acción deBoyer. La abolición de entonces afectaba directamente a esasplantaciones.

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Los españoles, a su vez, comenzaron a ser sensibilizados por elejemplo vecino desde mediados del Siglo XVIII. e iniciaron una seriede diligencias que culminaron en 1784 con la elaboración, a lamanera del "Code Noir" de los franceses, de un resonante proyectode CODIGO NEGRO CAROLINO. llamado así en homenaje alespíritu modernizador del monarca Carlos 1lI.

Este monumento jurldico fue descubierto por el profesor JavierMalag6n Barceló en un legajo titulado "Diligencias para laformación del Código Negro de fa Isla Española': que yacía en losArchivos de La Habana desde 1795como "documento secreto". Sólohace pocos años, en 1974,fue publicado en volumen, precedido de unbreve aunque enjundioso estudio del Profesor Malagón en el cualexplica las motivaciones del Código en los siguientes términos:

"Podríamos decir que la parte española no ha pasado del período deuna esclavitud DOMESTICA mientras que la francesa está en el de laesclavitud INDUSTRIALIZADA y a ella. y por su ejemplo. quierellegar aquella ... "1

O, lo que es lo mismo, que el proyecto de Código Negro no estádestinado a ordenar jurídicamente una situación preexistente, sinosólo una a la que se "quiere llegar" y a la que nunca se llegó.

Así, pues, no aporta nada nuevo a la situación contempladaaquí en páginas anteriores y que, por cierto. se encontrabanelaboradas ya cuando apareció el mencionado volumen, sin quehaya habido necesidad de alterar un punto. Por el contrario se en­contraron robustecidas en un sinnúmero de elementos informativos,y a veces argumentativos, que contienen los numerosos documentosallí recopilados. De ahí el interés que presenta para este trabajo.

Por lo pronto, tenemos reunidas allí todas las disposicionesdictadas por la Corona a fin de organizar e inclusive crear, un modelode explotación del esclavo negro que, a la postre, vendría a instituir laforma de la Esclavitud propia de la época moderna, ligada a la

Malagón Barceló, Javier: EL CODlGO NEGRO CAROliNO. Taller, SantoDomingo, 1974, Palabras Preliminares. página XLIII

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industria azucarera con el nombre de Esclavitud de "plantaciones':Esto nos permite afirmar que la primera disposición dirigida a estosfines data de 1528, una época en la cual efectivamente se encontrabaya en plena actividad la explotación esclavista del negro africano,como base de sustentación humana de la industria azucarera.

y asimismo que la última es del año de 1547y no ya para crear lainstitución completando sus lineamientos sino sólo para confirmarlas disposiciones de los años de 1532, 1544 y 1545 que laantecedieron. Esa displicencia coincide con el abandono por parte dela Corona de todo patrocinio de la industria azucarera en provechode sus flamantes intereses en Tierra Firme. Y, jurídicamente,significa la muerte de la institución.

Pero ya estaba creada. Como dice el Cabildo secular de 1768:

"Ciertamente sería una grande injusticia al buen nombre, fama yveneración de esta antiquísima, fidelísima y muy ilustre repúblicacondenar al olvido ... estos preciosos monumentos de sus mayores,que hacen el mayor honor a la América y verían con mucho gusto losmás consumados sabios del mundo, admirando ya en los primerostiempos y cuna del descubrimíento de este suelo, tan adelantadaprudencia y elevado arte de gobierno y política a un grado el másperfecto, conemulación y confusión de los decantados Código Negrode los franceses ... muy inferiores de todos modos... a los sabiosreglamentos de los insignes, prudentes, sólidos y celosos pobladoresde Santo Domingo... "1

Teniendo ante los ojos el conjunto completo de las disposicionesde la Corona, reunidas allí para ilustrar a los encargados de laelaboración del Código, comprobamos que nunca jamás fue dictadauna sola disposición dirigida a regular la Esclavitud en la parteespañola, salvo la Real Orden de 1783que ordenó la elaboración delproyecto. Han debido discurrir desde la última disposición de 1547casi 240 años antes de que la Corona volviera los ojos a lareglamentación institucional de la Esclavitud.

En 1768, un "fiscal de su majestad" gestionaba, al tiempo que

ldern., página 149

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ensalzaba el "estilo primitivo español. noble. majestuoso y elegante"de las "ordenanzas viejas" del Siglo XVI, una orden para que elCabildo secular "informe de los motivos de su inobservancia o siocurren algunos inconvenientes para resucitar su uso en todo o enparte':

Estas gestiones y cualesquiera otras en la misma direccióncayeron en el vacío, hasta que la obra de Sánchez Valverde, haciendoexactamente lo mismo que hizo López de Castro para provocar lasDevastaciones de 1605, aunque no con la misma suerte: la famosaIDEA DEL VALOR DE LA ISLA ESPAÑOLA, impulsó lacreación del proyecto del Código Carolino en 1784 y fue por esoincluida en el expediente de la corona.

Es indudable que, como afirma el Profesor Malagón, lamotivación central del proyecto de codificación de 1784, fue el"ejemplo" de la colonia vecina y no el imperio de la realidad material.

En Haití ya para esos años había una población de más de 400mil esclavos que había ido introduciendo la demanda insaciable delmercado mundial. El "Code Noir" aparece allí como una necesidadde reglamentar el caos jurídico lue produce una realidad tanimpresionante.

En Santo Domingo la realidad es otra. El mercado que influyede manera más directa es el de la colonia vecina y no para aquellosproductos basados en el trabajo esclavo de los cuales ella seencontraba saturada. Esto es, que el trabajo esclavo carecía demercado para sus productos.

"Es increíble, dicen los redactores del Código en uno de sus pre­ceptos, que de quince mil negros y pardos primerizos que pocomás o menos poseerá la Isla Española entre esclavos y libres, sóloestén empleados setecientos y sesenta en los diecinueve ingenios deeste fruto que hay actualmente en la Isla y trescientos y catorce enotros tantos de hacer melados... "1

Capítulo Cuarto, págína 174

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Esta realidad impedía a ojos vistas seguir el ejemplo vecinocuando de este lado sólo existían en total 974 esclavos, 1 menos de unmillar, contra más de 400 mil, y donde los 14 mil restantes del total dela población potencialmente esclava, según sus propios datos, seencontraban insertados en otros campos productivos. El Código nopodía, sólo por vía jurídica, integrar esta población en un régimenfantasmal, constituido por 19 ingenios y otros tantos trapiches cuyaproducción apenas llegaba a 21 mil toneladas de azúcar por año,completamente despreciables para el pozo sin fondo del mercadomundial, copado por el rendimiento de la colonia vecina.

Más importante que la producción azucarera para el desarrollode esta parte de la Isla, en el cuadro de condiciones imperantes, era eltabaco, del cual había una demanda firme en la parte francesa. Pero alos españoles los desquiciaba el ejemplo del azúcar. Por eso lasmedidas contempladas en el Código respecto al tabaco erandecisivamente mortales para la industria tabacalera. Véase la formaen que era contemplada la situación:

"De los negros jornaleros"

"Hay mucho número de habitantes en la Isla y singularmente en estacapital que no contentos con defraudar a la sociedad de la ocupaciónútil de sus robustos miembros, tienen privada la agricultura delbeneficio que recibiera del trabajo de sus esclavos a quienes empleanpor un jornal diario ya en la fábrica y peonaje de las obras y en elacarreo y exportación de efectos y cargas ya en beneficiar el tabacoreduciéndolo a cigarros llamados comúnmente túbanos y otrossemejantes ministerios en que pudieran emplearse muchas personasblancas y de color medio. que no tienen otro para subsistir que el de sutrabajo personal, siendo más perjudicial aún el destino de las esclavasjornaleras empleadas las unas en la venta de comestibles, dulces,frutas y cosas semejantes, y las restantes sin más ocupación, medio ni

fincas que las prohibidas". 2

comparvsc con los ROO esclavos del Censo de Osorio de 1606 en 12 fábricas.Supra, página 144.

2 ldern . página 180

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Después de describir la situación en esos términos, el Códigopasa a reglamentar el trabajo asalariado con disposiciones como laque sigue en su Ley 1:

"declaramos que sólo a las personas miserables como menores, viudasy mujeres solteras, huérfanas o con padre anciano, e imposibilitado,puedan tener siervos jornaleros dentro de las poblaciones .."

El Código se enfrentaba a otra SItuación igualmente compleja ysin duda mucho más difícil de resolver. Era el de la mayoríaimpresionante de antiguos descendientes de esclavos que vivían enlos campos más o menos sumergidos en el sistema ancestral de losterrenos comuneros. Es indudable que, siendo ésta la formapredominante de la agricultura, la inmensa mayoría de ellos seencontraran allí.

No hay referencias concretas acerca del sistema en el Código apesar de que era el obstáculo fundamental al cual tenía queenfrentarse. Pero las disposiciones que lo afectaban estabanpresentes en diversos preceptos, y particularmente en aquellos que sereferían a "los hacendados celadores "en su CAPITULO QUINTO.Ya la Ley 8, última del capítulo anterior y que anuncia a éste, disponeque:

"... todo vividor, esclavo o libre que no tuviere para lá sazón y tiemporespectivos de cada especie de frutos competentes labranzas de él,cercadas y sembradas en la forma regular de la agricultura, serádestinado por providencia a servir en alguna de las haciendas delmismo partido, por un jornal diario, obligado a salir a la plaza paraeste efecto. . ."1

Y, como que las puertas para este jornal diario se encontrabancerradas en todas partes, se suponía que la única posibilidad abiertaera la de la Esclavitud.

La naturaleza absurda de este conjunto de disposiciones residíaen que, se echaban las bases para poner a disposición de la industria

Idem , página 177

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azucarera los 15 mil esclavos potenciales que constituían lapoblación de esta parte, pero solamente existían 19 ingenios y 19trapiches rudimentarios para absorberla.

La cesión gentil de España a Francia en 1795 condenó el CódigoNegro Carolino a dormir el sueño eterno en los Archivos de LaHabana. Unos años antes, justamente el año de la explosiónrevolucionaria en Francia, 1189, la Corona preparó un expedientepara el reglamento de esclavos en todas las Indias, en el cualfiguraban estos documentos y se incluía LA IDEA DEL VALORDE LA ISLA ESPA~üLA de Sánchez Valverde, pero el CódigoCarolino estaba ya condenado a ser disfrutado por las polillashabaneras'

y es así como se conoce que jamás volvieron a abrírseles a losespañoles en esta Isla, las vías para la explotación económica delnegro en forma rentable. Fue su propia culpa. En el primer cuarto delSiglo XVI espantaron esa posibilidad negándole a la industriaazucarera los capitales y el mercado mundial que les eran esenciales.Volvieron a espantarla al despuntar el Siglo XVII, destruyendo laindustria a sangre y fuego, disipando las posibilidades inauditas queel comercio intérlope puso en sus mismas puertas.

Jamás volvería a reaparecer en las tierras calcinadas por elfanatismo. Cualquiera diría que para ellos fue concebida aquellafábula que se lee en OUR CUBAN COLONY, donde Leland Jenkssostiene que el dinero, como el ratoncito de bodega, es la cosa mástímida del mundo:

"Asoma la cabeza por un agujero y. si doy un palmetazo. desaparece.Más tarde vuelve a asomar su ca becita v si vuelvo a dar un palmetazo.esta vez desaparece para siempre jamás... "~

La desaparición de ese ratoncito en Santo Domingo porsegunda vez, significó la desaparición del dinero. Pero, sobre todo, ladesaparición del pueblo. Al amparo de esa catástrofe, el esclavo

ldcm . Palabras Prclimina rcs. página LVIII

2 Jenks, C. H. Our Cuban Colony: a Study in Sugar. N. Y. 1928.

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negro se vio sumido providencialmente en una sociedad que habíaperdido sus criterios selectivos al volatilizarse los fundamentosmateriales de la selección. Y quedaron igualados en cuerpo y almatodos los sectores expulsados, no solamente del litoral del norte, sinotambién del peldaño que ocupaban en la escala social.

Y, como que el pueblo sólo existe en el seno de la sociedad declases, el desplome de la estructura clasista, a raíz de lasDEV ASTAClüNES, constituyó, aunque no para siempre, laverdadera consumación de la defunción del pueblo.

Sin embargo, tampoco resulta suficiente. Es necesario quetambién se produzca la disolución de la polaridad contradictoriaque. con el pueblo y para que sea el pueblo, plantean las esferas delpoder.

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CONSECUENCIA IV

Donde se Contempla la Reducción de laSoberanía Imperial y del Poder Colonial

El deterioro de las facultades coactivas del gobierno colonial enSanto Domingo, se hizo sentir mucho antes de lasDEV AST ACIONES y concretamente desde que la atenciónmetropolitana se desvió hacia las nuevas perspectivas de riqueza quele ofrecían las tierras continentales, sobre todo las grandes minas queocultaban en su regazo.

y en verdad que a la Corona le hubiera preocupado poco estedeterioro, mientras no se tradujera en rendimiento político para susadversarios imperiales. Esa fue la situación en que desembocó el augedel comercio intérlope y la prosperidad ostentosa de las poblacionesde la banda del norte de LA ESPAÑOLA.

La organización administrativa de España en América, yobviamente en Santo Domingo, arrastraba una contradiccióninterna que, según nos explica Sevillano Colom, dividía al Gobiernoen dos blóques o grupos potencialmente adversos: "por un lado, losFUNCIONARIOS PROFESIONALES, como eran los Oidores,Fiscales. Secretarios y otros de las Audiencias, o los Factores,Contadores y los demás de la Real Hacienda; y por el otro. losFUNCIONARIOS POLITICOS como los Virreyes, losGobernadores, Capitales Generales, Presidentes de las Audiencias yotros que actuaban asesorados por Letrados profesionales. Loscargos políticos reflejaban con sus variaciones los vaivenes de lapolítica y de las influencias personales en la Corte. Los cargos

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profesionales daban estabilidad a la administración e imprimían unsello de continuidad a la acción jurídica y a la aplicación de lasnormas legales. . . ''1

Con el desarrollo del comercio intérlope se fue agudizando lacontradicción entre estos dos grupos, que tenían su asiento en la RealAudiencia, la Real Hacienda y el Cabildo de la Ciudad de SantoDomingo, y extendiéndose a otras esferas del poder como el Clero,con su correspondiente Cabildo Eclesiástico y las Fuerzas para laDefensa de Santo Domingo, a cuya cabeza se encontraba un CapitánGeneral y los Alcaides y Capitanes bajo su mando. Deberíaincorporarse a este núcleo de poder a la "gente noble" ya que, deacuerdo con la definición que hace de ella Haro y Monterroso-, era lagente capacitada para ocupar cargos en la Administración yconstituía en cierto modo su reserva y su retaguardia.

Las perspectivas de enriquecimiento personal y de prosperidadinmediata que se observaban principalmente entre los vecinos de laspoblaciones del norte, fueron penetrando en las esferasgubernamentales hasta apoderarse del grupo profesional, de maneraque en un momento dado era visible para todo el mundo. Y,aún entreel grupo político, solo llegaron a quedar excluidos aquellaspersonalidades que por la naturaleza de su rango estaban demasiadocomprometidos con la Corte, a la cual debían rendir cuentas directa ypersonalmente. Puede afirmarse de manera genérica que en LAESPAÑOLA sólo se encontraban marginados, y esto sólo en lostérminos de la actividad directa del rescate aunque no de ciertosprivilegios que resultaban de esa actividad, el Gobernador, elCapitán General y el Presidente de la Audiencia, cargos queusualmente recaían sobre la misma persona, y el Arzobispo; aunquealgunos otros funcionarios, no muchos, podrían no estarcomprometidos tampoco en esas actividades comerciales. Fuera de

Sevillano Colom, Dr. Francisco: NOTICIAS DE LA CIUDAD DE SANTODOMINGO A FINES DEL SIGLO XVI (1590-1599) en cuo, órgano de la

- Academia Dominicana de la Historia. Año xxviii Núm. 116.Enero-Junio, 1960.

2 "MEDIOS PROPUESTOS POR HA RO y MONTERROSO PARAPOBLAR" en Demorizi, RELACIONES HISTORICAS, Vol. 1: "por noblestengo ahora a los que son capaces de cargos. . .

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ellos. y de algunos lacayos a quienes podía mover el oportunismo o elfanatismo burocrático como l.ópcz de Castro. rescataba todo elmundo como denunciaba éste mismo en dos famosos memoriales a laCorte y "hasta losjueces y los hijos de losjueces de la Audiencia. . . "1

No pocos personajes del Gobierno y del Clero aparecen en la lista delos enjuiciados de 1594que nos reporta Lugo en su Historia y que sevieron obligados de comparecer ante la ley algunos años antes de lasDEV ASTAC10N ES, entre ellos algunos Capitanes encargados dereprimir la actividad rescatadora en la banda del norte. Se dio el casode esclavos del tipo doméstico que, a pesar de tratarse de unasociedad esclavista, rescataban libremente en nombre de sus amos dela clase "noble". Y a veces era cierto.

Esa situación nos explica varias cosas. Entre las másimportantes figura el carácter escandaloso de las denuncias que eranenviadas a la Corona y el efecto que debían producir entre loscortesanos de la metrópoli. Y también el hecho de la aparenteincapacidad de las autoridades para poner freno a esas actividades.Es indudable que el aparato represivo en toda su extensión estabapenetrado por el comercio intérlope y su acción debía manifestarseen sentido contrario. Y finalmente explica también la necesidad deactuar con una incomparable severidad y determinación paradestruir hasta sus más profundas raíces una actividad que permeabade arriba a abajo a toda la población. Eso explicaría, aparte de susatributos personales, el hecho de que el Presidente Osorio dirigierapersonalmente las operaciones devastadoras y llegara a ahorcar,como denunciaron Cepero y Xuara, a no pocas de sus víctimas consus propias manos-.

Quiere decir que las mismas llamas que devoraron las haciendasy los edificios "suntuosos y elegantes"que edificaron en la costa norte

"... los hijos de padres rescatadores, los jueces inferiores y superiores y hasta losministros de las Iglesias Catedrales ':Por su parte, Osorio interpelaba al Cabildo en estos términos:"En esta materia todos son cabezas l' rescatan y si la Ciudad tiene noticia dealguno que no lo haga, déme noticia de élpara que S. M. lo tenga entendido. . . ..(Lugo, parr. 291)

2 Lugo, HISTORIA, ob. cit., parágrafo 331

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los vecinos despiertos, devoraron también el prestigio, la fuerza y launidad del Gobierno colonial y servirían de punto de arranque de unproceso de liquidación que debía culminar, llegado el momentooportuno, con su desaparición absoluta, después de cubrir las etapasinevitables.

2

Un escritor francés, Lepelletier de Saint-Remy describió esteproceso con una metáfora feliz: "la gota de aceite lenta peroinexorable" que "avanzaba. avanzaba siempre, con estafuerza queha dado Dios a las razas conquistadoras, como a las olas del mar . . . "1

Pero la expresiva metáfora de Saint-Remy se refería sólo a unaetapa del proceso, a la gota francesa que venía de afuera y seapoderaba lentamente de aquellas zonas de la Isla que dejabaindefensas la debilidad del poder colonial. Pero más importante erala gota del aceite español, que se extendía de manera inexorabledentro de las mismas entrañas del poder colonial y que acabaría porunirse a la gota francesa en un mismo destino.

Este destino se realizó en cuatro etapas:

La primera etapa se materializa con el establecimiento de lasguardarrayas dispuestas por Osorio en cuyo interior, que cubría unaextensión equivalente a la tercera partede la Isla, quedó concentradatoda su población, incluyendo los vecinos de las ciudadesdevastadas.

Al quedar deshabitada toda la porción restante del territorioinsular, el poder colonial no podía ejercerse de hecho sobre lascenizas y quedó por tanto reducido al derecho, en los términos desoberanía inviolable de la Corona española. Desde luego, para queuna soberanía sea realmente inviolable tiene que estar basada en la

Lepelletier de Saint-Rerny: Saint-Dorningue. Etude et Solution de la questionhaitienne (Paris, 1846)

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fuerza material, no en la fuerza jurídica, y poco valor podían tener lasocasionales incursiones de naturaleza militar que se efectuaban sobreaquellas zonas, que pronto volvían a su situación de desamparo.

La soberanía, como cuestión de derecho no excluía, pues, laposesión de hecho de otros pobladores y, en esa virtud, las dosterceras partes de la antigua jurisdicción colonial española quedaronen estado de disponibilidad.

Este hecho, que sirvió de base a los argumentos franceses parainvocar antigüedad en la colonización de esa parte de la Isla, y quehace trinar de indignación a Sánchez Valverde en su famosa IDEADEL VALOR, muestra que esta gota de aceite deriva su pureza delos más genuinos olivares españoles. Y no será la única vez que estosuceda.

La segunda etapa, que se objetiva en ocasión del Tratado de Paz deNimega en 1678, es aquella en que España comienza a reconocer elderecho en favor de los nuevos ocupantes franceses, compuestos poraventureros de toda laya que infestaban las aguas del Caribe y quehabían ido ocupando lenta pero irreversiblemente las zonasabandonadas.

Esta paz puso fin a un conflicto entre España y Francia y,aunque Luis XIV, el "Rey Sol", obtuvo mediante ella variosducados, ciudades y fortalezas, no consiguió que Madrid lereconocrera sus pretensiones sobre la banda noroeste de LAESPAÑOLA.

Sin embargo, el Gobernador español Segura de Sandoval,ofreció al Gobernador de la parte francesa un acuerdo sobre límites,invocando el Tratado de Nimega, que éste aceptó regocijado, aunqueno ignoraba que ese instrumento era inaplicable en esa situación.Fijaron como límite de las dos colonias el curso de un río y, duranteunas horas a lo sumo, quedó detenido el avance de la "gota de aceite ':

Se trata sólo de un artificio español que va a ser utilizadoreiteradamente y que se pone de manifiesto de manera más notoriaen ocasión del Tratado de Ryswick.

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España, Inglaterra, Holanda, Alemania y otros que habíanformado la Liga de Augsburgo, firmaron con Francia este tratado depaz en la ciudad holandesa del mismo nombre en 1697. Como enocasión del tratado de Nimega, no fue posible arrancarle a Españacompromiso alguno con respecto a la parte que ocupaba Francia enla isla de Santo Domingo.

No importa. Sin que se sepa cómo, los Gobernadores de la Islainterpretaron el artículo noveno del Tratado de Ryswick, en elsentido de que España cedía a Francia la porción occidental de laIsla, como si se tratase de un nuevo acuerdo, a pesar de que el talartículo noveno no hacía más que reproducir textualmente elartículo séptimo del de Nimega, sin mencionar a Santo Domingo.

Lepelletier de Saint-Remy dice que él y sus colegas leyeron elTratado de Ryswick y todos sus anexos, letra por letra, y noencontraron en él ni una sola palabra que se refiriera a la cesión de laparte francesa de la Isla de Santo Domingo. Añaden que consultaronlas obras de los intérpretes y juristas y tampoco encontraron allíreferencia alguna. El artículo noveno del Tratado de Ryswick diceasí:

"El dicho señor Rey Muy Cristiano hará restituir también a suMajestad Católica, todas las ciudades, plazas, fuertes, castillos ypostas que sus ejércitos hayan o podrían haber ocupado hasta el día dela paz, y aún después de ella, en cualquier lugar del mundo en que seencuentren situados, como del mismo modo su dicha MajestadCatólica hará restituir a su Majestad Muy Cristiana todas las plazas,fuertes, castillos y postas que sus armas pudieran haber ocupadodurante esta guerra y hasta el día de la publicación de la paz, y encualquier lugar en que se encuentren situados?'

Basándose en que este artículo no mencionaba de maneraexpresa a Santo Domingo, el Gobernador español lo enarboló comoinstrumento jurídico para reconocer oficialmente en la Colonia lasposesiones francesas.

Lepelletier de Saint-Rerny. Ob. cit.

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Es curioso. Son los propios españoles los que se obstinan enlegalizar una posesión que los franceses tenían por usurpada eilegítima. Presumían, muy quijotescamente, que paladeando el dulcenombre del derecho, los franceses se entretendrían y la olacolonizadora se reduciría a términos más razonables. En unasinstrucciones dadas al Gobernador Manzaneda tres años después-20 de noviembre de 1700- se comprueba que aquella estratagemano era de iniciativa del Gobernador colonial. La Corona mismarecomienda al Gobernador que continúe con esos procedimientos.

"... de modo que, con el arte a que obliga la necesidad, procuréis queen ningún modo trasciendan ni propasen los límites de suspoblaciones y que se ciñan a lo que ya poseen, estando advertido deque todo lo que obréis en esta materia ha de ser ocultando que tenéispara ello (autorización) ni para otra cosa que pueda mirar aconsentir que gocen como propio lo que sólo tienen como usurpado,pues jamás se les ha confesado jurisdicción legítima en ningunascapitulaciones de paces... '~

Saint-Rerny dice que "si la corte de Madrid decía a veces SI,jamás lo escribía. . . "

De modo que, hasta aquí, España acepta la pérdida de susterritorios pero conserva, a base de astucia y leguleyismo, susoberanía sobre esos territorios colocando al menos a Francia comousurpadora.

La tercera etapa es, por fin, la renuncia a la soberanía sobre elterritorio abandonado y la consumación Jurídica del significado delas guardarrayas del señor Osorio. Este desenlace patético esconsagrado por el Tratado de Aranjuez el 3 de Junio de 1777. Españase siente regocijada de haber salvado las dos terceras partes delterritorio aunque ello realmente significa que, como consecuencia delas Devastaciones, su poder había sido reducido en una tercera parte.

La cuarta etapa es el desenlace final, real y completo, la coronación

Sánchez Valverde: IDEA DEL VALOR, ob. cit. Nota de Fr. Cipriano de Utrera.número (164) pág. 129.

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definitiva de la obra de 1605. España cede, y ademásvoluntariamente y casi contra la voluntad de Francia, la posesiónlegítima y completa, no sólo de las partes usurpadas, sino la Islaentera.

¿Es posible? Kerverseau, un funcionario francés en SantoDomingo, decía en un informe a su Gobierno que Santo Domingo:

"Era la primera conquista de España en el Nuevo Mundo; las cenizasde Colón reposaban en ella. Fernando se había comprometidoformalmente por él y sus sucesores a no separarla de la Corona deCastilla. El amor propio nacional le atribuía un elevado precio a suconservación y la hacía mirarla como la piedra fundamental delinmenso edificio del poder español en América... "1

Se sabe por qué fue posible. En las partes antiguamenteabandonadas, los franceses habian introducido una inmensacantidad de esclavos a quienes sometieron a una explotación bestial.y un día estalló una revolución en la metrópoli que arrastró a supropia colonia, convirtiendo la Isla en un clavo ardiendo queninguna mano cortesana se sentía dispuesta a sostener. El MinistroGodoy confesaba en sus memorias que era "un cáncer agarrado a lasentrañas de cualquiera que fuese su dueño'>. Y se la regaló a Franciamás como una venganza que como una joya.

y de esa manera el poder español en Santo Domingo fuerecorriendo paso a paso el destino bruscamente trazado por ladestrucción de la propiedad privada y la liquidación del pueblo enesa Colonia:

primero: reducción de su jurisdicción territorial por medio delas guardarrayas;

AL MINISTERIO DE MARINA Y DE LAS COLONIAS DE FRANCIA. seencuentra completo en francés en la HISTORIA DE SANTO DOMINGO deGustavo Adolfo Mejía.

2 MEMORIAS DEL PRINCIPE DE LA PAZ, París, 1836, pág. 225en adelante.Demorizi extracta los párrafos más importantes en LA ERA DE FRANCIA,oh. cit. página 12 (nota)

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segundo: pérdida de hecho de su soberanía sobre parte delterritorio;

tercero: pérdida de derecho de su soberanía sobre esa parte; y

cuarto: pérdida total de la soberanía sobre toda la Isla.

3

En el fondo, la verdadera "gota de aceite" de la metáfora deSaint-Remy es española. No francesa. Y se evidencia en dos hechoshistóricos inconfundibles.

Uno es la apatía manifiesta del poder real, que afecta a lasesferas gubernamentales en Santo Domingo. Uno se asombra decontemplar cuando recorre las fuentes documentales de este período,el banco de nubes que se cierne sobre el siglo XVII como si noexistiera Santo Domingo para la Historia. Puede consultarse elApéndice de la obra del profesor Malagón Barceló acerca del CódigoCarolino, antes citada, para comprobar que no hay allí una soladisposición de la Corona específicamente referida a la esclavitud enSanto Domingo. Y más adelante en el curso del presente trabajo, seencontrarán situaciones más dramáticas que ilustran ese desdén.

y es claro, la vida colonial seguía un curso completamenteespontáneo. La población se encontraba disgregada en las soledadesdel campo, desvinculados unos de otros y sumidos en una vidaestrictamente familiar. La vida pública no existia. Ni había incentivoalguno por parte del Gobierno, en ausencia de todo objetiveeconómico por parte de la Corona.

Al fin. toda la vida colonial y no solamente en susmanifestaciones populares sino también gubernamentales, adoptóuna fisonomía fantasmal que se extendió a todo lo largo de suhistoria.

El otro hecho es más importante. Al liquidar al pueblo, el poderpúblico perdió su más sólido fundamento. y precisamente ilustraeste hecho, la incapacidad en que se vio sumergida la autoridad

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colonial para impedir que los aventureros que merodeaban el Caribese apoderaran de las zonas que habían sido escenario de lasDEVASTACIONES. Si en ellas hubiera permanecido la población,enfrascada como lo estaba en el proceso de consolidación de lapropiedad privada, que actuaba como un factor de fijación popular yhumana, ni Francia ni ninguna otra potencia mundial hubierapodido cercenar la base territorial de la jurisdicción española.

Al cesar la pulsación popular, cesó automáticamente lapulsación gubernamental en esos territorios.

El sucesor del Gobernador Sandoval, Diego de Acuña,informaba a la Corona en cierta ocasión, que faltaban cien hombrespara reforzar la guarnición pero que "la gente de la tierra es tan pocoaficionada a la guerra que no hemos de hacer mucho caudal del/acomo poco diestra y no inclinada a la milicia. . . "!

y allí se ve que la liquidación popular y la liquidación de lasfacultades del poder, que se nutría de las masas populares, siguieronuna línea histórica extremadamente ceñida. O dicho de otro modo, elinmenso alarde de poderío que desplegó el Gobierno colonial enmanos de Osorio, quedó firmemente establecido tanto para los"rescatadores" de la Isla como para sus huéspedes "herejes" deultramar. Pero fue un suicidio...

1 Moya Pons, Frank: HISTORIA COLONIAL DE SANTO DOMINGO.Santiago. 1974, página 140

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CONSECUENCIA DE LASCONSECUENCIAS

Donde se descubrenlas creaciones originales de las destrucciones originales

1

La "Sociedad "ateta"

La consecuencia mayor de esta constelación de consecuenciasfue el advenimiento de una sociedad nueva, la "sociedad hatera",desconocida hasta entonces dentro de los lineamientos del programacolonizador del Nuevo Mundo.

Siendo así, deberíamos arribar rápidamente a la conclusión deque las DEVASTACIONES constituyeron una acción revoluciona­ria, puesto que habrían tenido como su consecuencia mayor el ad­venimiento de una nueva sociedad, en tanto sea éste el rasgoesencial' de toda revolución. Pero las destrucciones de 1605 y 1606-y esa es su gran significación histórica- fueron de tal magnitudque, a un tiempo mismo, destruyeron lo viejo que moría y lo nuevoque despertaba. Destruyeron simultáneamente la sociedadcapitalista que pugnaba por establecerse y la sociedad feudalestablecida. Ahogaron bajo la misma sábana, en el momento mismodel parto, a la madre ya la criatura...

y el resultado de aquella acción fue una sociedad que no eraninguna de las dos, sino una diferente, efectivamente nueva porqueno se encontraba comprendida en ninguno de los modelosimplantados por la civilización europea en esta parte del mundo.

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Sin embargo, esta sociedad "nueva" se constituía dentro de loslineamientos del modelo social más antiguo de todos los que habíanaparecido en el recorrido histórico de la Humanidad: aquel que secaracteriza por la propiedad común de los bienes y la distribuciónhomogénea de los productos entre los miembros de la sociedad, quees la que se conoce como el "régimen de la comunidadprimitiva". Osea, la nueva sociedad era más vieja que la vieja.

Resultaba así, no una REVOLUCION, sino unaINVOLUCION, un retroceso a formas más arcaicas que las que seencontraban en vigencia, o como las describe Hoetinck, "unaregresión aformas más difusas y confusas de propiedad de terrenos,a técnicas agrarias relativamente más primitivas y, por tanto, a unamenor importancia de la posesión de tierra como criterio deestratificación social. . ."l.

Estas formas "más difusas y confusas de propiedad de terrenos ':como las califica significativamente Hoetinck, representan una"regresión" al sistema puro de la propiedad comunitaria de lastierras, tras la desaparición del sistema de la propiedad privada, alque debía sus rasgos la producción agraria, como dice el propioHoetinck, "en la más floreciente época del período colonial,aludiendo con toda certidumbre al Siglo XVI, en que una estructurapseudo feudal estable fue, si no alcanzada, por lo menos perseguidacon bastante éxito. . . "

De acuerdo con esos rasgos, la regresión vendría a cubrir, pues,un descenso de dos grados o peldaños en la escala del desarrollohistórico social, desde una estructura feudal, semifeudal o pseudo­feudal, descendiendo aún más allá del régimen esclavista, hastareposa~ en el último peldaño del desarrollo histórico de la sociedad,la comunidad primitiva.

Incuestionablemente, un cambio tan significativo, no sólo en laposesión sino en la naturaleza misma de la propiedad de las tierras,

Hoetinck, H.: EL PUEBLO DOMINICANO: 1850-1900 Apuntes para suSociología histórica. Santiago de los Caballeros, 1972, página 21.

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tenía que producir igualmente un cambio, no sólo eh "el criterio deestratificación social", sino en la sociedad misma. Y el hecho es quelas DESVASTACIONES sobrepasaron los límites del cambio, aldestruir completamente los fundamentos de la propiedad privada,con lo cual la sociedad establecida no debía tan sólo sufrirmodificaciones en sus criterios, sino que debería quedar condenada adesaparecer, barriendo todas las estratificaciones y dando paso a unasociedad distinta, y basada en formas "más difusas y confusas"de lapropiedad.

A la vista de estas consideraciones, no nos queda la menor dudade que las DEVASTACIONES son la contrarrevolución perfecta,por cuanto no se limita a conservar lo viejo sino que va más allá,alcanzando un resultado totalmente opuesto al que persigue larevolución, obviamente restringida a un paso de avance, mientrasque las DEV AST ACIONES han conseguido dos pasos de retroceso:uno conservador orientado al mantenimiento de la sociedadestablecida, que logra de manera concluyente, y uno más, que es elpaso genuinamente contrarrevolucionario, que alcanza una sociedadmás atrasada aún que la vigente...

2

Estas apreciaciones especulativas se concuerdan con los hechos.Jerónimo de Alcocer, Cepero y Xuara y otras fuentes posteriorescomo Carbajal y Rivero dentro del mismo Siglo XVII más loshistoriadores clásicos, Sánchez Valverde y Delmonte y Tejada quevivieron las últimas décadas del Siglo XVIII y otros, describen aveces de manera minuciosa ambas situaciones. Referencias concretasa sus textos se encuentran reiteradamente en el curso del presentetrabajo. Y particularmente esclarecedora es una estancia de lafamosa RELACION DE ALCOCER, donde aparece como unhecho absoluto la desaparición de la sociedad establecida y, al mismotiempo, el signo sustancial, anunciador, de la sociedad que habrá desucederla. Hela aquí:

oo••• Pero lo que acabó de todo punto esta ysla fue la despoblación quehizo Osorio. . . Con esto han muerto todos los más pobres ydesventurados y los que quedan lo están tanto que causa lástima a losque los conocieron y antes de mucho no habrá memoria de ellos ni de

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las ciudades que pobló. Con esto también se ha acabado la riqueza,trato y lustre, no sólo de esta ciudad de Santo Domingo sino de toda laysla...

"Ya todo esto se acabó. Y solo quedaron en aquellas partes unasposesiones de tierra que llaman "monterías" a donde van a hacercueros de vacas con licencia del Gobernador. .. '"

Dejemos de lado cuanto este simple testimonio ilustra respecto alos ingenios, hatos y estancias comprendidos en la guardarrayatirada por Osorio y consignados en su Censo. Es evidente quepertenecían al reino de la fantasía. Y que los mismos pobladores,como los habitantes de la Insula Barataria, compartían esta dispo­sición fantástica: "antes de mucho no habrá memoria 'de ellos. . . "decía Alcocer. Más aconsejable resulta dirigir, con Alcocer, una mi­rada realista a

3

Unas posesiones que llaman "monterías"

Porque en esa misma estancia de la RELACION DEALCOCER se presenta el futuro, hacia donde se dirigían lospobladores a "hacer qüeros de vacas" y a dar origen a una sociedadhasta entonces desconocida en el vademécum colonizador: la"sociedad hatera':

Pero nosotros no vamos a descansar en su relato sino en unhistoriador para quien esta realidad es más próxima, "hatero" élmismo y descendiente directo de los "hateros" originales, AntonioDelmonte y Tejada, en cuya descripción, ya clásica, se mencionaentre los "hatos" fundadores el de Gurabo de los Delmonte y el deMao de los Tejada.

La descripción de este historiador se sitúa Justamente en elmomento de despegue en que los supervivientes de las ciudades

Alcocer, Jerónimo de, RELACION SUMARIA DEL ESTADO PRESENTEDE LA ISLA ESPARoLA, en Demorizi, RELACIONES HISTORICAS, Vol.1, página 211.

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destruidas, las cuales sólo unas horas antes ofrecían "un movimientoextraordinario" debido a que "sus puertos se veían concurridos Jenaves holandesas y portuguesas y las ciudades del litoral seengrandecían ostentando riquezas y abundancias "ya que en ellas, losantiguos hidalgos "habían levantado edificios suntuosos yelegantes"l, ahora se ven obligados a internarse en las zonascomprendidas por las guardarrayas en el más inclemente de losdesamparos.

En esa situación, cuenta Delmonte, 'fue consecuente que susmiras y ocupaciones se dirigieran a otros objetos que pudieranconciliarse con la condición a que se les había reducido. . . "

Pero váyase a ver cuáles son esos "objetos "que, no se sabe si porcandor o por ironía, Delmonte describe como:

"La extensión ilimitada de las sabanas comprendidas en las vegasyvallese intermedios de las montañas, la abundancia y fertilidad de lospastos, la muchedumbrede los ríosy abrevaderos y lacopia de frutos yramajes indígenas..."

Esa "copia '; o acopio desesperado de 'frutos y ramajes" indicaque en la primera etapa de estupor, la población quedó reducida algrado más elemental de supervivencia humana: la "recolección"primitiva. Y Delmonte es claro y preciso: "Los españoles quepoblaban la otra banda y los demás del territorio, se concretaron alpropio sistema" con lo cual no puede haber duda de que estamos enpresencia de una situación social e histórica,

A esa riqueza natural, Delmonte añade otra que, sin alterar laesencia de esta actividad económica, va a constituir el eje permanentede la nueva sociedad y a la que el autor dedica sus entusiasmos deantiguo ganadero: las reses abandonadas por los propietarios queemigraron en masa. Estas reses "se hicieron motaracespropagándoseen los llanos y montañas de la Isla en toda la lozanía de la razaprimitiva. . .

Delmonte y Tejada. Antonio. HISTORIA DE SANTO DOMINGO. terceraedición. Santo Domingo.

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Con esa riqueza providencial, los pobladores no pudieron optarpor otro camino que el cultivo de la tierra y la crianza de ganados, locual no es nada grave aún entre gente que ha conocido la opulenciacome-vial y naviera, si no es porque, como subraya Delrnonte, esa"industria estaba limitada a sus propias necesidades". Eso significaque desapareció el mercado interno y que, por consiguiente, toda laindustria del hombre se consagró a la satisfacción de las necesidadespropias y las de su familia sin que el producto saliera del núcleofamiliar.

Delmonte describe minuciosamente las actividadescomunitarias aplicadas al consumo estrictamente familiar y afirmaque "en estas faenas campestres se ocuparon en adelante losespañoles que no estaban obligados por sus empleos a residir en lasciudades", o lo que es lo mismo, todo el mundo, porque aquellos quedisfrutaban de empleos constituían una exigua minoría.

La naturaleza comunitaria de la actividad de la población, sedesprende de la comunidad de las fuentes productivas de dondederivaban su sustento: "El ganado manso vagaba libremente por lassabanas, montes y abrevaderos que le acomodaban, porque LOSPASTOS ERAN COMUNES, Y regularmente se dividían enpuntosque se establecían en distintos parajes con un toro padre, que nopermitía la mezcla de su vacada y sostenía su puesto hasta la muer­te. , ,"

En cuanto al ganado montaraz, se impuso una costumbresuprema: "el ganado es de quien lo monted", de donde la "montería"se constituyó en el rasgo característico de aquella sociedadprimordial. ". . .El que llaman de montear, al qual deben darse conmás o menos freqüencia, según pide la subsistencia de lafami/ia quemantienen. ''2

Nuestro narrador agrega que "el ganado cabrío completaba elhaber del hato: su tasajo y la leche eran los elementos principales de

Sánchez Valverde, IDEA DEL VALOR, ob. cit., página 9

2 ldern , página 195

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subsistencia para el mayoral, su familia y dependientes, a quienesayudaba también un pequeño conuco, donde cultivaba plátanos,yucas y boniatos". E insiste una y otra vez en que "a estasocupaciones se dedicaban los españoles personalmente o por mediode sus mayorales en toda la extensión de la Isla. . . "

y de esa manera, queda configurada esta práctica comunitariacomo un rasgo definidor de toda la sociedad, basado en los siguienteselementos:

uno, la naturaleza común del usufructo de las tierras, "los pastoseran comunes': dice Delmonte. Pero la tierra también, y supropiedad, puesto que "llegó a perderse la memoria de lospropietarios. . . " y andando el tiempo, el usufructo llegará a serabsorbido por la propiedad privada y la economía monetaria, yquedará la naturaleza común de la propiedad de la tierra como uncarácter dominante del sistema social de la propiedad;

dos, el ganado era común, que es lo que se entiende por"montería ", y esto lo mismo vale para el vacuno que para el cabrío, elcaballar y el de cerda;

tres, la actividad productiva era común. "Luego que seanunciaba la primavera y comenzaban las aguas de mayo, secongregaban los vecinos y en días determinados exploraban losmontes y sabanas con perros y garrochas, reuniendo las puntas deganado. . ."1;

cuatro, la economía se contraía al núcleo familiar poragotamiento del mercado interno, determinando una producción deauto-consumo, típica del régimen social de la comunidad primitiva;

cinco, y no por último menos, sino más importante, la formauniversal en que toda la po blación, "en toda la extensión de la Isla ':segun certifica Delrnonte, practicaba el mismo sistema.

Delmonte y Tejada. Ob. elt.

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Esto significa, pura y simplemente, que las fundaciones agrariasdel Siglo XVI denominadas "hatos" y las del Siglo XVII que recibenel mismo nombre, son diferentes. Y que las primeras handesaparecido cuando, tras las DEV ASTAClONES, hacen suaparición las segundas. Y se explica.

La diferencia entre el uno y el otro es precisamente la misma queexiste entre la propiedad privada y su contraparte la propiedadcomunitaria. El "hato"del Siglo XVI es un producto muy avanzadode la descomposición del régimen comunal, por la absorción, cadavez más profunda, de los rasgos que tipifican el régimen de lapropiedad privada, importados desde su mismo origen de lametrópoli y acentuados por el comercio intérlope. Esta es la tónica,no solamente de esta forma de producción agraria, sino de todo efproceso histórico que cubre la segunda mitad de ese siglo y que haalcanzado ya en 1605 un grado de desarrollo tan característico, quedebía ser sumamente alarmante para una Corona tan hostil, y almismo tiempo tan sensible a sus manifestaciones, como lo era laCorona española.

La aparición en las poblaciones de la banda del norte de LAESPARoLA de un proceso económico nuevo no puede entendersecomo un proceso local. Sino focal. Es como esa manchita escarlataque aparece en una mejilla y que manifiesta localmente la invasión entodo el sistema del virus de la escarlatina. Absolutamente toda laformación económica de la Isla quedó impregnada de la corrientehistórica representada por las naves extranjeras, que constituyó elfoco invasor, desarrollado por las naves criollas, y que acabó porsumirla en una situación de cambio que solamente podría sercontrarrestada con una violencia cósmica.

4

Y, así como el proceso permeaba a toda la sociedad. la violenciadebió penetrar en los más profundos intersticios de ella, haciendodesaparecer a los propios seres que la sustentaban.

Tal como lo anunció Alcocer: "antes de mucho no habrámemoria de ellos . . . "

Y antes de mucho lo certificó Sánchez Valverdc:

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"Las posesiones dc las tierras quedaron tan desiertas que llegó aperderse la memoria de sus propietarios ... '~

Y explica:

"Los mismos trasmigrantes convidaban y provocaban a otros, desuerte que apenas se quedaban en La Española los que por su muchamiseria se hallaban imposibilitados de huirla. . . De las másdistinguidas familias que se habían establecido y arraigado, apenasquedaron rastros ... "2

Porque por distinguidas familias no podernos entender otracosa que familias propietarias, la "ciase propietaria" como lasllamaría más tarde el Gobernador Joaquín García. Y el único rastroque dejan las familias distinguidas es el perfume de la propiedadprivada debido a la propiedad privada del perfume.

Es a Delmonte a quien debemos también la relación detallada delas familias que, de manera insoslayable, echaron sobre sus hombrosla organización de una sociedad que empezó a llamarse SANTODOMINGO en la medida en que se disipa el recuerdo de aquellarealidad distinta que recibió en su tiempo el nombre mucho máspoético de LA ESPAÑOLA.

Delmonte se consagra a proporcionarnos los nombres de esospobladores fantasmales, dejando entrever sin proponérselo que nodebían ser muchos cuando podían ser registrados por la memoria. Ylos divide en dos grupos, los que forzosamente permanecieron a raízde la catástrofe y "las familias nuevasformadas posteriormente porpersonas que venían a La Española. . . .. Dice:

"Estas familias que tengo presentes y otras que puedo haber olvidado,comprendidas en la nomenclatura que precede, se dedicaron desdeaquellos días a la crianza de ganados, que absorbían enteramente suatención..." considerando seguidamente que los bienes de lanaturaleza "eran circunstancias favorables para determinar laindustria principal de los dominicanos y éstos parecieron preveroportunamente que vendría un tiempo en que ella sería el único

Sánchez Valverde, IDEA DEL VALOR, oh. cit., pág. ll2

2 Idern, pág. l l l

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manantial de su prosperidad y bienestar.diciéndonos que:

" y concluye

"Formaron haciendas o 'hatos' que aún existen hoy..."

j y esa es la gran consecuencia de las consecuencias y el comien­zo y el eje principal de la historia de nuestro país!

5

Debieron pasar muchas décadas sin que se alteraran las baseseconómicas de la sociedad para que este sistema echara tanprofundas raíces históricas. Es claro que. pasados los primerostreinta años. las autoridades gubernamentales dirigieran toda suatención a las frecuentes incursiones que se producían sobre lascostas abandonadas a raíz de la despoblación. En el ínterinfructificaron las naranjas de china. que tenían una deliciosaatracción para los marinos y. el ganado de los antiguos ingenios yhacendados. creció a toda leche por los pastizales libérrimos.

Más de un siglo después. en 1739. la Colonia españolapresentaba el mismo cuadro letárgico que había inspirado alhistoriador García la metáfora del sueño:

"El estado de la parte española de la isla en 1738. a la entrada delbrigadier Zorrilla en el gobierno. no podía ser ni más triste ni másdesconsolador. Todo presentaba en ella un aspecto ruinoso. y sólocontaba con una población escasa. reducida por algunos historiadoresa sólo 6 mil almas. diseminadas en los vestigios (de unos diez pueblos)todos en decadencia y condenados a desaparecer, pues más de la mitadde sus edificios estaban completamente arruinados, y de los quequedaban en pie, la mayor parte estaban cerrados por falta dehabitantes; situación que se hacía extensiva a los campos, en los quehabía por doquiera casas y terrenos sin dueños conocidos, de que seaprovechaban los primeros que tomaban posesión, porque o bienhabían transmigrado los propietarios primitivos a otro lugar o sehabían quedado esos bienes sin sucesores...

"La agricultura estaba reducida a la siembra de los frutos menorespara el consumo; no había industria propiamente dicha; y el comerciohabía decaído en proporción. no haciéndose en grande escala sino elde contrabando, yeso en provecho de los empleados peninsulares... ",

García, COMPENDIO, págiria

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De nuevo el contrabando venía como salida providencial aresolver los problemas económicos esenciales de esta infortunadacolonia española.

Para esos momentos, la colonia vecina se convertía en la joya delimperio colonial francés, los mismos "herejes" de los tiempos deOsorio. Y por una burla de la Historia, los vecinos de esta parteresolvían los errores de la política metropolitana, realizando unintercambio con extranjeros que decididamente transformaba lanaturaleza del régimen económico. Sólo que ahora el intercambiocon extranjeros se llevaba a cabo con el extranjero de la coloniavecina sin vínculo alguno con el mercado mundial.

De ese modo, esta parte de la Isla vino a convertirse en una sub­colonia de los franceses, cuyo papel era suministrar aquellosproductos que un territorio saturado de haciendas, dirigidas a saciarlas demandas del mercado mundial, no podían producir.

y con ese elemento, el "hato" del Siglo XVII se cargará deelementos amonedabies y modificará sus contornos aunque no sucontenido original.

Durante el Siglo XVIII siguiente, adoptará su semblantedefinitivo con el cual hará entrada en la Historia dominicana o haráque la Historia dominicana entre en él, cosa que no es siempre fácil dedilucidar. Y así vamos a verlo.

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CONSECUENCIA DE LAS CONSECUENCIAS

Donde se descubrenlas creaciones originales de las destrucciones originales

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La "Sociedad Comunera"

Pequeña Introducción

Ningún país de la América Latina, y probablemente ningunanación joven del mundo moderno, las africanas por ejemplo, haconocido la experiencia de la República Dominicana en su origenhistórico.

Ni siquiera Haití, que comparte su territorio y brotó del mismoespasmo de la Historia.

La organización social de todos estos países, sin excepcionarrancó de la experiencia colonizadora, llevada a cabo por unanación europea.

Haití misma conserva hasta estos días, inclusive el patrón racialdel cual se servía el colonizador para descoyuntar la unidad popularque podía poner en peligro su dominación. Y lo mismo que sucedióallí y en otros lugares respecto del negro, ha sucedido en otrasnaciones indoamericanas respecto del indio.

Ninguna de estas naciones, para suerte suya, originó

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espontáneamente una forma propia de desarrollo histórico desde lamisma arrancada.

Y, aunque posteriormente definieron, muchas de ellas en épocatemprana, la misma Haití por ejemplo, sus rasgos nacionalesintrínsecos, siguieron siendo verdaderamente hijas de la MadrePatria, porque a ella deben su nacimiento y el aroma de la cuna.

Santo Domingo, no.

Esta colonia fue la única en todo el Continente que tuvo queemprender por sí sola el-camino de su propia colonización.

y, en consecuencia, dar origen espontáneamente a las formas deorganización social y fundamentación económica sobre las cualesedificar su vida histórica.

No debe, pues, sorprender que, al escarbar en sus másrecónditos orígenes, se descubra una institución históricacompletamente original en sus formas, inaudita en sus antecedentes ytotalmente desligada del programa colonizador de los europeos enesta parte del mundo.

Esta institución, que se conoce como los "terrenos comuneros"debido a que constituye una forma de propiedadprivada incrustadaen la propiedad comunitaria de las tierras, o a la inversa, representaun caso único en el sistema de propiedad territorial en todo elContinente, si se tiene en cuenta que se manifiesta como elfundamento de toda la sociedad y no de una parte de ella.

Otros casos ha habido de fundación original del sistema depropiedad de las tierras de un grupo, de una zona, de unacolectividad racial o religiosa, que convive con el ordenamientonacional establecido por el Estado.

Tal sería el caso de los "cimarrones" de Haití y Cuba, de los"ayllus ..que menciona Mariátegui en Perú, de los "mormones" V delos mismos "pieles rojas" en Estados Unidos y muchos casosconocidos.

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Pero la originalidad de los "terrenos comuneros" de SantoDomingo consiste en que toda la sociedad se organiza en estostérminos y se convierte así en la base histórica absoluta, la que ha deconstituir la vertebración histórica fundamental de toda la historiadel país.

Este caso es único en el Nuevo Mundo.

y la razón es que las DEVASTACIONES de 1605 y 1606, dedonde esta institución insólita se desprende, es también un casoúnico en el Nuevo Mundo.

El Profesor Ots Capdequí, una autoridad reconocida en estamateria, declaraba en un cursillo que dictó en 1944, recogido envolumen con el título de EL REGIMEN DE LA TIERRA EN LAAMERICA ESPAÑOLA DU RANTE EL PERIODOCOLONIAL, que algunas conversaciones universitarias le habían"hecho ver la importancia peculiar que para el estudio de los orígeneshistóricos de los bienes comuneros puede tener en Santo Domingoeste texto legal: que los pastos, montes, aguas y términos seancomunes. . ."1

y a continuación afirmaba que:

"Todo el conjunto de estos preceptos sitúa el problema para SantoDomingo en condiciones diferentes de aquellas en las cuales se sitúaeste mismo problema para otros territorios de América".

Esta opinión es importante porque Ots Capdequí era unprofundo conocedor de la situación de las tierras en la época colonialespañola en todo el continente y, encontrándose en Santo Domingoen esos momentos, estaba en las mejores condiciones para detectarlas tipicidades de este fenómeno histórico y la profundidad de susimplicaciones, por su conocimiento de la situación actual e históricaen toda la América, así como el acceso a fuentes organizadas en tornoa este problema.

Ots Capdequí, José M. ELREGIMEN DE LA TIERRA EN LA AMERICAESPAÑOLA. Santo Domingo, 1946. página 95

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Pero no se percató de un hecho fundamental. Es verdad que sedisculpaba de una manera muy honrosa: "Me habréis de perdonarsipor el momento yo no insisto sohre el particular, porque miconciencia profesional me impide abandonarme demasiado por unterreno que no puedo pisar todavía con la suficiente firmeza",

Ese hecho fundamental es que el sistema de los "terrenoscomuneros ", o "bienes comuneros "como él prefiere llamarles, no fueuna institución que apareció en Santo Domingo por obra de lalegislación española ni de ninguna otra legislación sino que fue elresultado de un proceso que brotó de las DEVASTACIONES delSiglo XVII, como un producto espontáneo de la población, en elmarco de la total indiferencia de la legislación metropolitana, que esotro hecho a tomar en cuenta, respecto de su colonia inaugural.

Por eso, al abordar su cursillo, el Profesor Ots Capdequí tratóde orientarse en los antecedentes legislativos de la Madre Patria,apelando a la RECOPILACION DE LAS LEYES DE INDIAS de1680, donde aparecen las disposiciones dictadas para SantoDomingo durante el Siglo XVI. Por tanto, esas disposiciones noreflejaban la situación real del Siglo XVII que, por otra parte, seproducía al margen de la ley y exclusivamente insertada en lacostumbre.

Sin embargo, Ots Capdequí admitió la necesidad de estudiar elproblema desde otras perspectivas:

"Yo creo que para poder penetrar en el verdadero alcance jurídico y enlas consecuencias de esta disposición es necesario realizarinvestigaciones de historia económica y de geografía económica,porque seguramente circunstancias de este tipo que aquí sedieron y enotras partes faltaron, o por lo menos no se dieron tan acusadamente,pueden darnos la clave de esa modalidad típica de Santo Domingo enorden a los bienes llamados 'comuneros' '.'1

La "clave de esa modalidad típica de Santo Domingo" estambién una clave "típica" de Santo Domingo. De otro modo,

Idem , loc. cit.

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siguiendo por ejemplo los cauces de la legislación española enAmérica, los "terrenos comuneros"dejarían de ser eso que el propioprofesor español intuye: una institución única en el Nuevo Mundo ypeculiar del proceso histórico de Santo Domingo.

Nosotros vamos a continuar la búsqueda de las modalidades deese proceso en su desarrollo histórico, inmediatamente.

DE LA "SOCIEDAD HATERA" A LA

"SOCIEDAD COMUNERA"

Esta criatura de la catástrofe que es el hato del Siglo XVII,conservó sus más puras esencias comunitarias durante todo el sigloque le vio nacer, pero en el curso del siglo siguiente recibiría la accióncontinua de la propiedad privada, a través de múltiples intercambioscomerciales con una colonia vecina, y sufriría un trastorno en suconfiguración ancestral, dando origen a una institución nueva: los"terrenos comuneros".

Las primeras incursiones extranjeras sobre el territorio, en laszonas devastadas y despobladas del litoral, comienzan por los añosde 1632, pero es entre 1655 y 1690cuando se implantan en la parteoccidental de esta Isla los establecimientos franceses firmes que van aconvertirla en un emporio de fabulosas riquezas de aquel lado.

Estas fechas las establece Delmonte en base a un libro de unviajero inglés, el capitán Roberto Boile, quien afirma que en la épocade su visita a Santo Domingo "van formando los franceses algunasplantaciones en la Isla en terrenos que se han ido apropiando poco apoco. . . "1

Delmonte y Tejada, Antonio, HISTORIA DE SANTO DOMINGO, terceraedición, Santo Domingo, 1952

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Ya en el Siglo XVIII esas plantaciones se convierten en unmodelo soberbio de explotación del esclavo africano en función de lavoracidad del mercado mundial.

Y de nuevo va a operar en la parte española, el trasiego deesencias privadas que insufla a la propiedad el intercambio conextranjeros, hecha la salvedad de que ahora el extranjero es relativo,porque sólo será el que mora en la porción occidental de la mismaIsla, completamente a espaldas del que viene del océano como en1605. Pero éste será suficiente para hacer sentir su influencia en laprecaria economía heredada de las DEV AST AClüNES en esta otraparte de la Isla.

Basta recordar que el volumen monetario que llegaba a estaColonia española por medio del "situado de México ': de manerairregular, ascendía a 274 mil pesos supuestamente anuales. Mientrasque el producto de los intercambios con la colonia francesaredondeaba los tres millones de pesos. Esta suma, realmenteconsiderable para la época y para el determinado país, debía hacerque la comunidad de las tierras, que frenaba cuando noimposibilitaba el desarrollo económico, se viera amenazada en susmás sólidos puntales.

Como consecuencia de ese fenómeno, los más activos agentesdel intercambio, comenzaron a imponer algunas normas, aunquepor vía consuetudinaria, naturalmente, que les permitiera reservarsealguna forma de propiedad privada en el marco de la comunidadterritorial ya secularmente establecida.

Es así como aparecen las célebres "acciones" o derechos detierra, llamadas también "pesos de acciones': "acciones de pesos "osimplemente "pesos" o "acciones" de tierra, que reservaban underecho de uso o usufructo de ciertas cantidades de terrenos para elejercicio privado de la "montería"del corte de árboles maderables ode la agricultura, sin afectar la naturaleza común de la propiedad deesas tierras.

En ese momento, pues, aparece un elemento monetario comobase de los intercambios comerciales, que impregna al "hato"

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originar del Siglo XVII de elementos característicos de la propiedadprivada. Y naturalmente cambia su naturaleza y da origen al "hato"del Siglo XVIII que, más tarde o más temprano, se conocerá ennuestro país con el nombre de "TERRENOS COMUNEROS"yquealcanzará hasta nuestros días'.

Es el propio Delmonte quien nos presenta el "hato" en funciónde este elemento monetario, aunque la descripción que le debemossólo destaca los aspectos comunales del sistema.

Antes de presentarlo, Delmonte pide disculpas por hacer "unapequeña digresión para dar alguna idea del sistema agrario que seobservaba en LA ESPAÑOLA" Y "por ser estas ocupaciones tancaracterísticas de los dominicanos". Y lo presenta así:

"El Hato era una posesión que comprendía el terreno correspondientea las acciones que se obtenían, llamadas DERECHOS DE TIERRA,en los cuales estaba el dueño facultado a criar cuantos animalesquisiera y a apoderarse de los bravíos o alzados..."

Pero no nos dice más. El resto de su descripción descansa en losaspectos comunitarios de este sistema de producción que, sin lugar adudas, correspondían al período de mayor pureza de la comunidadprimitiva, pero que sufrían ya un proceso de descomposición por elcontacto con la intensa naturaleza capitalista del sistema imperanteen la colonia vecina.

Sánchez Valverde nos da más noticras en su IDEA DELVALOR. Celebra que para 1780 hayan aparecido "Poblaciones yFábricas" que "dan un testimonio irrefragable de lo mucho que harespirado LA ESPAÑOLA" Y a seguidas se pregunta:

"¿y todo esto cómo se ha hecho? ¿Qué esfuerzos superiores haninfluido en ello? Ninguno, verdaderamente, responde. No ha habido

Alburquerque, Alcibíad'es: TITULOS DE LOS TERRENOS COMUNEROSEN LA REPUBLlCA DOMINICANA, Santo Domingo, 1941. Y también RuizTejada, Lic. M. R. ESTUDIO SOBRE LA PROPIEDAD INMOBILIARIAEN LA REPUBLlCA DOMINICANA, Santo Domingo, 1952y Hoetinck. H.,EL PUEBLO DOMINICANO, Santiago de los Caballeros. Rep. Dorn., 1972.

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otra cosa que la concurrencia, como decíamos antes, de algunosaccidentes que expondremos con brevedad. El primero, en miopinión, ha sidoel mismo establecimiento de lasColonias Estrangeras.Ello es constante, sin que pueda ponerse en duda, que aproporciónque ellas han tomado incremento, también ie han tenido nuestrasPosesiones: y la razón no es obscura. Como fueron creciendo ennúmero los Franceses, fueron necesitando de nosotros para su abastoy subsistencia, a medida que labraban la tierra lesfaltaban los pastos ylos Criaderos y quantos más ingenios de Azúcar iban plantando, tantamayor necesidad tenían de bestias para moverlos y para la conducciónde sus frutos. Lo que nos sobraba en la Isla eran ganados y caballeríasque de nada nos servían sin labores, ni comercio en que exercitar losunos y sin pobladores que consumiesen los otros. Por consiguiente, senos-abrió una puerta utilísima, por donde sacar loque sobraba y traertanto como faltaba a los Vecinos... ''(

Es así como el hato original del Siglo XVII, cuyo productoestaba consagrado al consumo familiar, encontró un mercado quepermitió capitalizar los excedentes, dando entrada al factor""metario en el sistema.

Pero esta influencia no fue suficientemente vigorosa como paraproducir una revolución a fondo y, a lo sumo, introdujo algunoselementos de forma que no alcanzaron a producir un salto en laestructura comunitaria de su contenido. En el fondo.Ia descripciónde Sánchez Valverde no difiere mucho de la de Delmonte, quienparece haber bebido en aquella:

"Cada dueño de Hato o Rancho (de vacas o de cerdos) tiene en suslímites algunos bosques que llaman Monterías, confinantes con ptra uotras posesiones, por las quales corre la misma Montería. Juzgan losPropietarios que estos sitios son una de las mayores utilidades quepueden tener los Hatos o ranchos, porque en ellos se encuentrananimales salvajes, de cuya caza se mantiene sin tocar a los otros quecuentan, digámoslo así, por suyos...

y en esa frase final se advierte, digámosle así, un tono depropiedad privada bastante débil y desafinado.

Sánchez Valverde, obra citada, página 141

2 Idem , página 187

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Sánchez Valverde señala que al hablar de los propietarios de LAESPARoLA no habla de la gente común y sencilla sino "de losRegidores, de los Capitanes. de los Canónigos y Eclesiásticos quetienen Ingenios y Cacaguales ". y nosotros no podemos resistir a latentación de transcribir a toda tinta la tirada con la que el autor nosdescribe la vida de estos propietarios de gran estirpe, a fines del SigloXVIII.

Explica que estos personajes no pueden vivir en sus haciendas ysólo acuden a ella cuando sus empleos lo permiten o el tiempo precisode las cosechas y zafras. "¿ Y con qué comodidad?", se preguntaatormentado. Y ésta es la respuesta a su propia pregunta que nosofrece:

El Hospedaje

"En Calesa o Birlocho es imposible porque ni el caudal lo sufre ni loscaminos lo permiten. Va a caballo, expuesto a los ardores de aquel soly a las lluvias. El hospedaje que le espera es una choza pajiza y malentablada, con una sala de quatro o seis varas, en que hay una pequeñamesa, dos o tres taburetes y una hamaca, un aposento del mismotamaño, o menor, con quatro horquillas clavadas en tierra. en quedescansan los palos y se echan seis u ocho tablas de palmas. un cuervoy algunas veces un colchón. Si llueve, escurren dentro las goteras quecaen sobre un suelo sin ladrillos y que por lo regular no tiene otradiferencia del campo que haberse muerto la yerba con el piso...

La Mesa

"Desayúnase el más acomodado con una xícara de chocolate y unpoco de pan, que cuenta tantos días de cocido como el amo de viaje.Los otros hacen esta diligencia con Café o agua de Gengibre y unPlátano asado. La comida consiste en arroz y cecina con batatas.plátanos, llame y otras raíces, a cuya masticación acompaña el cazabeen vez de pan. Los más delicados llevan pólvora y munición paramatar alguna ave, o tienen una corta crianza de ellas cuyos huevos yalgún pollo es el sumo regalo.. ".

El Trabajo

"Su exercicio es levantarse al alba para visitar sus cortas labra mas.pisando la yerba llena del copioso rocío de la noche o los lodos que

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hacen las lluvias, recibiendo un sol ardiente desde que nace. Retirasesudado y acalorado por una parte y penetrado de humedades por otra.En tiempo de zafra o molienda de Azúcar, tiene que velar, si quiereque vaya bien. En los plantíos de Cacao y otros frutos, va con losNegros a coger las mazorcas o vaynas, ha de asistir quando las granan,entrojan, porque, aunque tenga Mayordomo, como hay que ocurrir adiferentes cosas en el campo y en la casa, es preciso que el amo sesacrifique, partiendo con éste las tareas y que lleve una vida máslaboriosa y desastrada que la de los mismos Mayorales o SobrestantesFranceses, cuya decantada actividad y genio consiste en el luxo, lagula y otros vicios que ceban con el regalo y la libertad de sushabitaciones'".

En este bello extracto de Sánchez Valverde se advierten ya eneste "hato" del Siglo XVIII las diferencias de clase. Existe un amo y,por debajo de él, acaso un Mayorala Sobrestante al uso francés. Elnegro se ha vuelto más negro que aquel que se proclamaba ante elestupor de Lernmonnier-Dellaffosse "blanco de la tierra ", de unatierra que era de todos. El propietario, aunque fuera más productodel poder que de su hacienda, se materializa en "acciones de pesos " Yen fin "ha respirado La Española "...

Pero la esencia comunitaria de la propiedad de las tierras estenaz. El hato cambia de nombre pero conserva su apellidocomunero, como expresión y defensa de su comunidad ancestral.Este rasgo esencial del hato del Siglo XVII se perfilará en los"terrenos comuneros" del Siglo XVII 1,se conservará durante todo elSiglo XI X Yalcanzará un punto bastante lejano durante el Siglo XX.

2

Para dar una visión que, a la vez que nos dibuje el perfildefinitivo de esa institución nos muestre la firmeza de sus rasgos,vamos a hacer provecho de una serie de interrogatorios que llevó acabo una Comisión del Senado norteamericano que vino al país en1870, con el propósito de indagar las condiciones sociales,económicas y políticas imperantes, con vistas a una eventual anexiónde la República Dominicana a los Estados Unidos de América. Las

ldern . página 164

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respuestas parcialmente utilizadas aquí se deben a unos testigosespecialmente calificados por la doble circunstancia de serextranjeros, conocedores de la situación agraria en otros países desdeun plano superior de conciencia, y de estar ellos mismos sumergidosen el sistema desde largos años atrás en el país.

Juan Cherí Victoria, es un francés de Burdeos, General en laépoca de Santana (después de 1844), tiene ahora 70 años y es Alcaldede El Maniel y profundo conocedor de las costumbres. La Comisiónle preguntó: "Cuál es el método que tienen ustedes para medir yposeer la tierra?

"Responde: La tierra aquí no se mide por medio de marcas yguardarrayas para cada propietario, sino que se posee como terrenoscomuneros como decimos aquí, es decir en común. Cada uno tienederecho a su parte, a tantos' dólares' (pesos), y puede usar cualquierparte o cuadro que esté en los terrenos comuneros, la cual puede ser uncuadro de considerable extensión. Si un hombre tiene quinientosdólares descritos en su escritura y traspaso (hay un salto) tiene derechoa cortar la caoba y nadie más tiene ese derecho, pero no tiene derecho ala tierra después que ha sido cortada la caoba. Esto provino de lacostumbre de sacar madera y ya se ha convertido en una ley...

"En este país, después que una persona sale de su casa y abandona sutierra más de un año y la casa sequema y desaparecen las mejoras, otrapersona puede ocuparla y considerarla suya...

"Este método de dividir la tierra que yo he descrito, provino de lacostumbre de no medir la tierra por medio de límites o guardarrayas.Una persona compra un derecho o título en un terreno comunero, elcual comprende varias leguas cuadradas, y puede ocupar cualquierparte del terreno o todo el terreno que haya desocupado, no importa lacantidad que sea, con tal que no le toque a la tierra ya mejorada ni a laque está detrás o más allá, de donde sacan las maderas necesarias. Hayque dejarlos sacar la madera y la leña que necesitan para hacer hervirel guarapo y hacer el azúcar. Esa persona puede tomar la tierra quequiera, pero tiene que ocuparla y utilizarla ''8.

Otro francés, nativo de Cherburgo , Augusto Gautier, de 58

INFORME DE LA COMISIO!'\ DE INVESTIGACION DE LOS ESTADOSUNIDOS DE AMERICA EN SA!'\TO DOMINGo EN 1871. Santo Domingo.1960, página 583

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DEVASTACION 11

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Consecuencia: Planteamiento de unaConciencia Nacional Isleña

Cinco años después de iniciarse el Siglo XVII, al momento de lasDevastaciones de Osorio, y cinco antes de iniciarse el Siglo XIX,comprenden 190 años que necesitó la porción de la Isla que conservómilagrosamente la lengua española, para recuperarse de la catástrofedesencadenada por la insensatez de la Corona y de su representantecolonial. Y, como que la Historia está llena de paradojas, estarecuperación fue debida ni más ni menos que a los intercambioscomerciales con la Colonia vecina, precisamente con los herederosauténticos de aquellos "herejes" a quienes se debió el esplendor de lasciudades del norte, durante los últimos años del Siglo XVI, y aquienes se quiso desalojar prendiéndole fuego a toda la Isla. Demodo que, si se repetía el planteamiento histórico, lo menos que sepodía esperar es que se repitieran sus consecuencias. La palabra"devastación ': para ser verdaderamente española, parecía requeriruna realización constante en el destino de aquellos que hablaban enla Isla la lengua española.

Porque, andando el tiempo, el producto de los intercambios conla parte francesa, se convirtieron en el soporte económicofundamental de la población de la parte española. Oficialmente estaparte se sostenía con los 274 mil pesos que venían de manera erráticadesde México, destinados al pago de los funcionarios y de la tropa. Sila Corona podía creer que con esa suma se sostenía el resto de lapoblación era porque ignoraba que los intercambios clandestinoscon los colonos vecinos, arrojaban un total de ¡tres millones depesos! Y, aunque tampoco estos millones eran suficientes, permitíanal menos, como decía Sánchez Valverde, "respirar a La Española".

Una parte de esos tres millones de pesos se invertía en la propiacolonia francesa en mercancías destinadas al consumo:

"... café y cacao, un poco de azúcar, telas blancas, grises y crudas de

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todas calidades, sobre todo bretañas, muselinas, pañuelos e indianasde todas clases; hilos varios, tejidos de lana y tela de seda(principalmente la prunelle, el tafetán negro y el gro de Tours) vino deBurdeos y vino de Málaga... "1

Que el vino de Málaga, español, tuviera que ser obtenido en laColonia española por medio de la compra que hacía con sus propiosauxilios en la Colonia francesa, debía ser suficiente para explicar lainmensidad de esta tragedia histórica. Los fondos que se obteníanhasta esa suma de tres millones era a cambio de la venta de "tabaco.madera de caoba y el aguardiente que allí (en la parte española) seproduce. con el precio que los habitantes reciben por los animalesque venden, con el monto de los derechos de importación y con los200 mil pesos que el Gobierno (español) introduce. un año con otro,para pagar las tropas . . . ''2

Ya para fines del Siglo XVIII la influencia que este comercioejercía sobre esta parte era tan profunda,que determinaba el perfilde las regiones principales del país. Según un informe oficial del añode 1800, existían unas "factorías" que producían azúcar, café ycacao, "sin formar ramo de comercio porque su producción es igual asu consumo': en razón de que todos esos productos los poseía lacolonia vecina en gran escala. Esta región correspondía con la que seconoce en la actualidad como el Sur, hasta la Capital.

Otra zona era Santiago, que sin duda se benefició más queninguna otra región con ese comercio. "Santiago produciráanualmente unos 20 mil pesos en tabaco en hoja". Pero tambiéncomerciaba con el tabaco elaborado (túbanos), azúcar, café y cacao,y desde luego los productos de la ganadería. Y,

oo••• en todo el resto del país hay hatos para cría de ganado,principalmente vacuno y caballar. Esta industria es tan lucrativa quelas carnicerías de la parte francesa no tendrán otro surtimiento, ni sus

MEMORIA DESCRIPTIVA DE LA PARTE ESPA~OLA DE SANTODOMINGO QUE CONTIENE ALGUNAS IDEAS Y PENSAMIENTOSSOBRE DIFERENTES MATERIAS, por M. Padrón, ex-Ordenador deSanto Domingo (1800)en LA ERA DE FRANCIA de Rodríguez Dernorizi, ob.cit., página 172.

2 Idem.

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habitantes otro paraje para la adquisición de mulas y caballosnecesarios para la conducción de sus cosechas... "1

En torno a ese tipo de producción y de intereses, se constituíauna tercera zona en la región más oriental de esta parte de la Isla, lamás alejada del centro de operaciones comerciales y, por esa razón, lamás desvalida y concentrada en su pasado secular.

Esta estructura tripartita del desenvolvimiento económico,nacida al calor de los intercambios con el oeste, debía penetrar muyprofundamente en el curso histórico y ejercer una influenciaperdurable. Inclusive llegaría a infundir, con el paso de los tiempos yde las circunstancias, tres estilos distintos de interpretación deldestino común. De hecho, nunca desaparecería totalmente de lafisonomía histórica dominicana, lo que explica la naturaleza de lainfluencia que los "terrenos comuneros" imprimían en la vidanacional, porque toda la producción arrancaba del hechofundamental del sistema comunitario de propiedad de las tierras.

2Esta situación de intercambio y de mutua dependencia entre

colonias, se enfrentó a una dura prueba a fines del Siglo XVIII, comoconsecuencia de un acontecimiento cósmico: el estallido de laRevolución francesa y su repercusión en la Colonia vecina. Es claroque todo el esquema establecido se venía a abajo e inauguraba unnuevo proceso, enormemente complicado por el súbito ascenso delas masas populares a la dirección de su propio destino en ambaspartes de la Isla.

En la parte francesa, los acontecimientos se precipitaron ydieron lugar al despertar violento de un pueblo que, en el fragor deuna epopeya gigantesca, anuncia el alborear del Siglo XIX como unaépoca nueva para toda la América Latina.

En la parte española este proceso deberá ser más lento por lapropia naturaleza del desarrollo histórico que le sirve de fundamentoy por la circunstancia de su conformación económica y social.

Chanlatte, Antonio, AL GOBIERNO FRANCES y A TODOS LOS AMIGOSDE LA SOBERANIA NACIONAL y EL ORDEN (1800), en II! ERA DEFRANCIA anteriormente citada, página 219.

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Particularmente digna de tomarse en cuenta es la debilidadesencial del poder metropolitano en esta parte de la Isla, en cuyavirtud la contradicción esencial de las masas populares con respectoal poder, se difunde y disipa, impidiendo el desarrollo de una fuerteconciencia de clase.

En la parte francesa, el motor histórico es el régimen esclavista,de un rigor extremo e inhumano, y el actor claramente visible es elesclavo.

En la parte española, el esclavo no existe. 0, cuando menos, noexiste en los términos del sistema de "plantaciones" sino en los delrégimen pastoril y, por consiguiente, se mueve en una órbita afectivaque al mismo tiempo que le permite convivir y amancebarse con lahija del amo, le incapacita para desarrollar una conciencia de claseactiva y vigorosa.

Como consecuencia de esa disparidad esencial, losacontecimientos revolucionarios de la parte francesa, no encuentranen la parte española al esclavo que debería ser un portador, capaz decrear una línea revolucionaria y emancipadora en todo el ejelongitudinal de la Isla. Lo que encuentran es al negro. Pero aquí elnegro no es esclavo sino pastor. °comerciante. ° lo que le da lagana... La Revolución no le ofrece ninguna perspectiva de libertadclaramente discernible. Y lo que es peor. Lo que le muestra de súbitoes la desarticulación de un régimen apacible de existencia y lacolocación en primer plano, de una agudización de las diferenciasraciales que s610 puede ocasionarle trastornos después de siglos desuperación lenta pero efectiva y palpable en todos los sentidos.

Desde luego, esto no va a significar que el negro de la parteespañola adopte una actitud contrarrevoiucionaria. Todo locontrario. Su actitud va a ser la de identificarse con todo el pueblo dela parte española, como parte de ese pueblo, sin identificarse comonegro con el negro de la parte vecina, y fundirse en la profunda ondade solidaridad de este pueblo con el otro, en los mismos términos detoda la población cualquiera que fuese el color de la piel.

Y, precisamente, será esa solidaridad la primera manifestación

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objetiva de la existencia de ese pueblo. Por eso debemos dirigirnuestra atención a ese instante histórico en el cual la solidaridad de lapoblación de esta parte con los luchadores de la parte vecina, es ya unsigno objetivo de su existencia real.

3

El 21 de diciembre de 1790, ante el Altar Mayor de la Catedralde Santo Domingo, con la asistencia de la población de la Capitalcongregada a tal efecto, el enviado francés Lignerie, quien traía lamisión de repatriar a Ogé, Chavanne y 21 compañeros refugiados enla parte española, juró solemnemente que sería respetada la vida delos reos que se le entregaban.

Con este acto solemne y juramento público del enviado francés,se ponía fin a una agitación política en la parte española que daconstancia magnífica, certificada documentalmente, de la presenciadel pueblo.

En ninguna fecha anterior, que sepamos, los documentos danoportunidad de constatar esta presencia. Es su primeramanifestación palpable, con las connotaciones políticas y sumaterialización en términos de lucha, que le son esenciales. Y,aunque podríamos suponer que se halIaba constituido ya, después desu liquidación en 1605, no podemos dar fe de su existencia históricahasta este momento.

Resulta que el Gobernador García, cuya truculencia lo situabasegún el Agente Roume "a ciento sesenta años detrás de los españolesen Europa"), estuvo dispuesto a la entrega, desde el primer momentodel refugio de estos desgraciados según él mismo se lo comunicadetalladamente al Marqués de Casa-Calvo en una larga carta-.

• DEL AGENTE ROUME A LA COMISION DEL GOBIERNO FRANCESEN LAS ISLAS DE SOTAVENTO, Santo Domingo, Octubre Ira. de 1797,enDemorizi: CESION DE SANTO DOMINGO A FRANCIA, Santo Domingo,1953.

2 La reproduce Delmonte y Tejada.

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García era Gobernador, Capitán General y Presidente de laAudiencia, amén de otros cargos que reunía en él todo el podercolonial en esta parte de la Isla.

Pero también desde el primer momento el Común, como se lellamaba entonces al pueblo, manifestó su resistencia a la entrega. Deesa manera quedó constituida una línea de confrontación entre lasmasas populares y el poder colonial.

La energía y la eficiencia de la protesta popular, de la quedesgraciadamente no tenemos constancia porque los pueblos noescriben su propia historia, se pone en evidencia por el hecho de quelas personalidades más destacadas de la Colonia abrazarondecididamente su causa. Entre ellas debemos mencionar en primerrango al Asesor General por Real Nombramiento, don VicenteFaura, quien se negó a aprobar la determinación del Gobernador,haciéndole notar que "era preferible asegurar la paz interior antesque la de los vecinos"l, con lo cual revelaba la gravedad de la situa­ción.

Por su parte, el Arzobispo Fr. Fernando Portillo y Torresescribió a la Corona en carta que seconserva, censurando acrementeal Gobernador y anunciando los peores males por su conducta:

"Yen efecto, es tanto el dolor, y sentimiento queconserva el Partidode los Mulatos (haitiano) por esta entrega, que, si no me hanengañado en la Frontera, aún conservan vigoroso luto... y se hanatrevido a decir a varios de una Guarnición, que no entrarán ennuestro terreno sino todosjuntos y que esa serála ocasión en quesequiten el luto... ''1

El Regente de la Audiencia, don José Antonio Urízar, yprobablemente el Fiscal titular de ella, Alvarez Calderón, toda vezque fue sustituido inopinadamente por García, asumieron también laposición popular. García habia decidido llevar el caso a la Audiencia

Idem.

2 Incháustegui, J. Marino, DOCUMENTOS PARA ESTUDIO, ob. cit. página549, Tomo 11.

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tras la negativa del Asesor General a aprobar la entrega pero tuvoque sostener con Urízar un debate que se prolongó durante ochohoras. Y todavía cuatro horas más al día siguiente. Doce horas entotal.antes de que la Audiencia se pronunciara en favor de la entrega.Una victoria dificil pero victoria al fin, de la que pudomomentáneamente congratularse el Gobernador, sobre la voluntadpopular.

Sin embargo, el procedimiento legalista no foe suficiente. Comoque ya no quedaba otro recurso disponible, hubo que apelar alengaño. El Gobernador inventó la estratagema de hacer jurar alenviado Lignerie ante el Altar Mayor de la Catedral que seríanrespetadas, aunque él sabía que no se iban a respetar, las vidas de losrefugiados. Confiaba en que el pueblo aceptaría la validez de esejuramento. Y así fue.

Los refugiados fueron entregados y remitidos a Haití, dondefueron sometidos al "tormento de la rueda "hasta que, triturados sushuesos, exhalaron el último suspiro.

Importa poco que el pueblo fuera engañado explotando su fereligiosa y su confianza política, así como la circunstancia de que ladificultad de las comunicaciones de la época impedirían conocer eldesenlace, por cierto atroz, de la conducta cavernaria delGobernador, que en gran medida precipitó los acontecimientos de lacolonia vecina. Aquí sólo nos obliga la presencia del pueblo. Y elhecho es que sólo cuando el pueblo de esta parte pudo creer que suvoluntad sería respetada, fue posible "asegurar la paz interior"quetanto preocupaba al Asesor Faura y al Arzobispo Portillo.

La situación repercutió inclusive en Europa. Robespierrepronunció un airado discurso en la Asamblea Nacional: "Perezca laúltima de nuestras colonias antes que sacrificar uno solo de nuestrosprincipios'"; vociferó.

Vinieron condecoraciones y premios de Francia y de España.De Francia, para el Gobernador García, la Cruz de San Luis. Un

Delmonte y Tejada.

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premio que le delataba. De España, increíblemente, para el AsesorFaura, el cargo de Asesor de la Audiencia de Caracas con unaremuneración de mil quinientos pesos, adicionalmente al que yatenía en Santo Domingo y [sin necesidad de abandonar el país!Vistas desde el prisma popular, las posiciones estaban invertidas.

4

Del seno de este pueblo español, que desde luego no es el mismdel siglo XVI, yde la descendencia de los antiguos esclavos africanos,que absorbieron la cultura hispánica olvidando la suya propia, ha denacer el pueblo dominicano.

Pues debe quedar bien en claro que en el hermoso episodio de1790no se percibe en ningún momento una conciencia "dominicana"ni apunta en ella ningún objetivo nacional ni un atisbo palpable, ymucho menos documental, de la lucha de ese pueblo paraemanciparse del poder metropolitano y encaminarse hacia larealización de sus propios objetivos. Antes bien, el fondo de lacuestión, si nos atenemos al texto de la carta del Arzobispo, consisteen que la entrega dispuesta por el Gobernador García, carecía de laaprobación del Rey:

", ..Y aunque solo entren con ánimo de vengar su resentimiento endeterminadas personas; no ignorando ellosqueel Común (o sea, elPueblo) de la Capitale Ysla les fue muisensible dicha entrega PORSER DECRETADA SIN ORDEN SOBERANO,. ,"1

Esto nos induce a considerar que todavía en 1790no es posibledetectar la presencia de un "pueblo dominicano ': aunque sí, lapresencia debidamente constituida y militante ya, de un pueblo quese enfrenta al poder colonial, pero sin que esta confrontación alcanceal poder metropolitano. En 1605 fue al revés: la confrontación eracon el poder metropolitano que sólo débilmente -en la persona delGobernador- involucraba al poder colonial. El Gobernadoraparecía como el ejecutor despiadado de las cédulas reales deDevastación. Y por eso implicaba la Independencia, según lo

Carta del Arzobispo Portillo, DOCUMENTO PARA ESTUDIO, deInc:háustegui, ob, cito página 551.

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certificaba el Lic. Valcárcel, aunque sería un dislate invocar al pueblo"dominicano" en esa confrontación.

La ausencia de documento alguno que revele de manera objetivaalguna lucha popular dirigida en 1790contra el poder metropolitanoen beneficio de sus propios intereses, nos inclina a estimar que esepueblo, cuya existencia hemos podido saborear en todo su aroma,era un pueblo nítidamente español, adherido todavía a lanacionalidad española y totalmente desprovisto de la voluntadpalpable de desprenderse de ella en beneficio de su propianacionalidad.

Esta presunción parece confirmarse en ocasión de la cesión de laparte española de la Isla a Francia, cinco años después. Durante losseis años que duró el proceso de entrega, y durante los cuales elGobernador llevó a cabo la destrucción masiva de la Colonia yprocuró por todos los medios trasladar el grueso de la población aotras colonias españolas, no se produce ninguna acción denaturaleza popular que pusiera de manifiesto la resistencia delpueblo a abandonar el territorio ni a ninguna de las medidas delGobernador García, orientadas a desarraigar la población ydesmantelar completamente la Colonia. El Agente Roumeargumentaba a su Gobierno en 1797:

"...seríamos ingratos si cesásemos de acordamos que a él (elGobernador García) es a quien devemos esta perfectatranquilidadque reina' en todos los lugaressometidosa su Govierno.Tranquilidadque no han podido alterar ni las imprudencias de la Comisiónresidente en el Guarico, ni una insurrección horrible de cultivadores,ni los complotes de gentes mal intencionada. Vosotros podéiscreerme, Ciudadanos Agentes: es a la prudencia de D. García y deRoume a quiensoisdeudoresde no hallar la nueva parte francesa tandesorganizada como la antigua. . ."1

Utrera menciona una carta muy esclarecedora del propioArzobispo Portillo en la cual éste refiere que, al publicarse el bandode cesión, la reacción fue tan profunda en la población, que le hizoesperar un levantamiento popular,

l. INFORMA A LA COMISION DE SOTAVENTO, op. et loe. cit., página 293.

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"...pero pareció me conveniente para contenerlo, permitirle algunashoras de desahogo a su pasión patriótica que, por ciega yentusiasmada, podría arrollar con exorbitancia los medios queopusiera la más exquisita política, especialmente cuando a vista dehe chos, el día de la publicación, cayó muerta en medio de la calle unamujer, exclamando: ¡ISLA MIA, PATRIA MIA! Aquella mujer eradel pueblo; era el pueblo mismo en el trance más azaroso hastaentonces de su vida política. El nombre de aquella mujer era Tomasade la Cruz, que por sí solo es símbolo de quien no cree sino cuandosiente en sí todo el peso de la adversidad... ")

El mismo Utrera se refiere a una carta del Ayuntamiento de laCiudad de Santo Domingo dirigida al Monarca en la cual le dicenque la noticia de la Paz de Basilea les hubiera proporcionado la máscumplida satisfacción si no hubieran tenido que comprarla "conlágrimas de sangre". . .

El bando que anunció la cesión de toda la Isla a Francia, envirtud del Tratado de Basilea de 1795,conmovió las más profundasfibras de la población cedida.

5

Era un desenlace en profundidad y en duración. De dislate endislate, y exigiéndole al pueblo inmensos sacrificios, la Coronaespañola había ido desprendiéndose poco a poco de una posesióncuyo valor económico, político, estratégico e inclusive moral (por eljuramento imperial de Carlos 1), debieron haberla convertido en sujoya predilecta. La entrega total y final del territorio era lacoronación suprema de ese desprecio. Durante tres siglos lapoblación pudo acostumbrarse, como las aguas de un pozoprofundo, a esa piedra suspendida en el aire, que nunca llegaba acaer. Y, cuando al fin cayó, la brecha que produjo en el fondo fue tanancha, que esas aguas nunca más volvieron a ser las mismas aguas ...

La cesión a Francia fue dictada por los apremios de laRevolución, que llenó de pavor a los cortesanos de Madrid. No fuesolamente la obra del favorito Godoy sino de la decadencia general

Sánchez Ramirez, J. DIARIO DE LA RECONQUISTA, Proemio de Fr.Cipriano de Utrera, Santo Domingo, 1957, página VIII.

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de la Corte. Por eso fue recompensado con el título de Príncipe de laPaz. Una paz que aventaba el miedo a dos revoluciones, la francesa yla haitiana.

La única referencia territorial que contenía el Tratado era lacesión de la parte española de Santo Domingo como refiere Soboulen una obra ya mencionada. Y los revolucionarios franceses,renuentes a mancillar la flamante Declaración de los Derechos delHombre, fueron prácticamente forzados a aceptar este sobornocolonial del favorito, no sin ostensibles escrúpulos.

A pesar de ese apremio de la Corte en desprenderse de estaColonia que era como "un cáncer agarrado a las entrañas decualquiera que fuese su dueño ': como decía Godoy, yde la constanteintimación a su Gobernador para que "hagan laentrega y después noimporta que se maten. . ."1, por ejemplo en la Resolución del 3 dediciembre de 1796,el Gobernador y Capitán General y Presidente dela Audiencia de Santo Domingo, don Joaquín García y Moreno,demora concienzudamente la entrega de esta parte y el traslado a LaHabana, mientras lleva a cabo (el Alcázar de Don Diego se desplomóespontáneamente en ese instante) la devastación lenta y sistemáticade la producción colonial, durante nada menos que seis años-, sintener en cuenta a los nativos ycon toda preocupación concentrada enimpedir que sirviera a los antiguos esclavos de la parte francesa,"nutridos con leche republicana" e intoxicados por "la perniciosalibertad", de acuerdo con su expresivo vocabulario.

El resultado vuelve a ser, como en 1605,la emigración en masade los elementos más activos de la economía en esta parte y ladestrucción igualmente masiva de los medios de producción,acciones que, por parte de los revolucionarios haitianos, fueronconstantemente denunciadas, tanto como desoídas, por elGobernador español.

Rodríguez Demorizi, Emilio, CESION DE SANTO DOMINGO A FRANCIA,Archivo General de la Nación, Vol. XIV, 1958, página 101, y también Soboul,Albert: La Revolución Francesa, Editorial Tecnos, S. A., Madrid, 1966.

2 V. Passim, CESION, ob. cit.

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Por ejemplo, en una carta dirigida por el propio GobernadorGarcia al Gobernador Laveaux de la parte francesa, en contestacióna una de estas quejas, le dice:

"Me han sido sumamente sensibles las noticias que me participa V. E.de los robos que se cometen todos los días, devastando los ingenios,levantando los molinos de azucarodestruyendo los establecimientos yllevando los muebles que han hallado en las casas los Oficiales despuésde la publicación de la paz y también el consumo de pólvora entiempos inútiles, pero como no me señala V. E. caso ni personas, sinoabstractamente, y mis órdenes están vigentes, no he podidodeterminar providencias que recaigan en determinadas personas..."

Este es a todas luces el lenguaje del cinismo. Cuenta Kerverseau,un personaje omnipresente en estos episodios, en cierto informe a suGobierno del que se hablará más adelante, que:

"Con la noticia de la cesión de esta parte de la Isla, los propietariosricos huyeron con sus capitales y sus negros. Los hateros más cercanosde las zonas ocupadas por los ingleses les vendían las bestias a vilprecio y se apresuraban a salir de esta tierra de desolación. Lassabanas antes cubiertas de animales no eran más que vastos desiertos.Los hateros de las zonas más alejadas habían echado su vacada a losbosques y las montañas y los llevaban por rutas extraviadas hasta lacosta norte, donde los esperaban los emisarios británicos, que loshadan transportar en sus embarcaciones a las carnicerías destinadasal mantenimiento de sus escuadras y de sus guarniciones. SantoDomingo estaba amenazada de ver extinguirse la raza de los animalesnecesarios al cultivo de la tierra y a la subsistencia de sus habitan.tes... ")

En 1797, el entonces Comisario Roume informaba a sussuperiores que el ganado había sido destruido en los últi mosepisodios bélicos y que

"desde que se supo en la Isla la cesión a la Francia, los hateros se hanentregado ciegamente a los tratantes ingleses a que han hecho unaenorme extracción de animales ... "2

Mejia, Gustavo Adolfo, HISTORIA DE SANTO DOMINGO.

2 Demorizi, CESION, ob. cit. página 290.

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García mismo describía la Colonia bajo su mando como "unpaís pohre de numerario y en estado de emigración ': diciendo quehabía dejado de ser "el asiento del reposo "y que "todo se acabará enla secuela ".

Toussaint, que ejecutó el Tratado por la fuerza en 1801poniendo fin a este insensato saqueo, le decía en un Comunicado alGobernador García:

"Estas deserciones y estas sacas se han continuado hasta hoy de talsuerte que puede decirse que son la causa primera de la toma deposesión que acabo de hacer en nombre de la República francesa...Yo tengo una muy alta idea de la justicia que caracteriza a S.M.e.para creer que su intención sea de querer deplorar este país,abandonándolo a su aliada (en ese estado) ysobre todo de destruir lafuerza de su prosperidad quitando al cultivo los brazos que leestabanconsagrados. ",

y como Toussaint alegaba que le habían sustraído más de tresmil cultivadores: "Sepa V. E. -le replicaba al Gobernador- queaquí en esta jurisdicción jamás hubo tres mil esclavos en laagricultura ni el número que hubo, demostrado bastantemente por elfruto, pudo ser robado. . ...

Es indudable que el Gobernador García tenía una de lasmentalidades más cavernarias que puedan imaginarse y ponía enaquella devastación un espíritu que no estaba contenido en lasinstrucciones que había recibido. El suyo era un fanatismo propio,inflamado por una filosofía personal cuyos lineamientos se perfilanen el siguiente párrafo de una de sus cartas:

"... es necesario reflexionar que con ésta (la de Toussaint) vancuatro funciones de la gente de color, habidas a proporcionadostiempos, capaces de amedrentar a los blancos y hacer a esta clasepropietaria, horrible la preponderancia horrible (sic) que tienen losnegros que sin duda está influyendo sobre el resto de la Isladesgraciadamente en los blancos y propietarios para alejarse de estecontorno; y sobre la gente de color, para emprender cada vez máshacerse más atrevida e incapaz de la ovediencia, y de la sociedad con

Idem, página 624.

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otros hombres que no sean los de su especie y éste es un fatal ejemploque no se quedará circunscrito en el recinto de esta Colonia... "1

y vaticinaba que esta Isla,

"quedará dentro de poco en estado de ser abominable a la España porel contagio e ideas de la perniciosa Libertad".

6

Durante los seis años que tardó la ejecución del Tratado decesión, los acontecimientos cobraron Un impulso vertiginoso y loscambios se sucedieron en medio de una vorágine histórica. En 1801,en ocasión de la toma de posesión de Toussaint, se originan dossituaciones igualmente severas: la de los que se iban y la de los que sequedaban.

A la de los primeros se refería d'Hebecourt, un enviado deToussaint, cuando se le expresaba dramáticamente al GobernadorGarcía en estos términos: "Familias llorosas, señor Presidente, hanhuido del terror que han querido sembrar algunos intrigantes. Estasfamilias han caído desde una desgracia imaginaria en otra cier­ta. . .''2

y es que, al huir del país, muchas veces eran saqueadas por loscorsarios ingleses, cuando no por los propios marinos COn quienesembarcaban, y sin poder evitar que Una que otra mano atrevidacayera sobre el pudor de las mujeres, más en busca de joyas ocultasque de ocultas promesas de placer, como ocurría COn las monjas en elCANDIDO de Voltaire... Pero no eran pocos los que afrontaban'estas desgracias ciertas, sustrayéndole al país no sólo sus riquezas ysus aptitudes, sino también su contribución histórica.

Por eso, los que decidían permanecer en el seno de la desgraciaimaginaria, según el esquema de d'Hebecourt, trataban por todos losmedios de impedir el éxodo. El mismo García, ya fuera del país, le

Idem, página 405.

2 Idern, página 591.

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explicaba al Gobernador de Maracaibo el 22 de enero de 1801 que"los mismos del país se empeñaban en tener compañeros en /a suertey de esto nacieron intrigas contrarias a /a seguridad de cuantosdebíamos salir. . . " y esa situación revela que gran parte de lapoblación consideraba este territorio como suyo y exigía lapermanencia en él sobre la base de dar las espaldas, de la manera másrotunda, al destino español que se había derrumbado con el acto decesión a Francia. Y esto explica, y téngase siempre presente, ladebilidad de la resistencia que tuvo que vencer Toussaint cuandoemprendió la tarea de ejecutar por su propia iniciativa, el artículonoveno del Tratado de Basilea que contemplaba la entrega de laparte española de la Isla a Francia, al término de un año.

La tesis de la "cobardía" popular

La historia usual de nuestro país suele presentar a estapoblación, situada en una encrucijada histórica tan compleja comoesa, totalmente desprovista de sentido histórico y paralizada por elterror ante un castigador implacable yapocalíptico además de negro.Esa concepción de cobardía popular, aparte de que es retrógradahasta el escalofrío, conlleva una calumnia intolerable contra unconglomerado social del cual todos nosotros, inclusive los quesostienen esos criterios, y el mismo autor de estas líneas con ser deorigen extranjero, nos sentimos descender.

Los más infames creadores de esta calumnia fueron elGobernador español Joaquín García y el General francésKerverseau, Ambos actuaron en el país sustentando la más altarepresentación de sus respectivas metrópolis, y uno a través denumerosas cartas y el otro a través de más de un informe oficial,propagaron esta concepción difamatoria.

Particularmente venenosos son los informes que elaboraba elGeneral Kerverseau para justificar su lamentable papel en latentativa de resistencia a las columnas de Toussaint, debido a que nopudo arrastrar al pueblo a sus aventuras convencionales. Uno de esosinformes fue remitido al Ministerio de Marina y de las Colonias enFrancia! . En él echaba la culpa de la derrota que sufrieron las

Aparece completo en francés en HISTORIA DE SANTO DOMINGO deGustavo A. Mejía, Vol. I1I, págína 26.

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columnas comandadas por él y por el General Chanlatte, (y quefueron arrolladas sin gloria y sin méritos) a los habitantes de estaparte, a quienes presentaba como unos cobardes que huíandespavoridos y dando gritos, al solo anuncio de la proximidad deuna caballería. Y para ridiculizar aún más a estos supuestos"cobardes': añadía que no siempre esta caballería era del ejércitoenemigo sino la de otros fugitivos que habían arrancado conantelación.

También en un "manifiesto"que hizo circular por aquellos días,refirió los acontecimientos con la misma óptica difamatoria, enformulaciones como las que siguen:

"Esta sorpresa unida al terror que dominaba en todos los espíritus,puso a esta tropa en una absoluta derrota... todos los lanceros y casitodo el resto de la tropa huyeron sin que fuera posible reunirlos...Sorprenderá sin duda que de cerca de 2,500 hombres que fueronenviados a este punto no se encontraron más que 600, comprendidoslos lanceros. Todos los otros juzgaron más conveniente ocultarse en elBosque y confiar a sus camaradas el cuidado de la defensa común...Desde este momento no se oía en la Ciudad sino un rumor generalpara capitular con Jousen (Toussaint) y no convenía al Comisario delGobierno francés asistir a este acto que sería infaliblemente el Decretode muerte a la autoridad nacional. .. "1

¿No está claro que lo que quería Kerverseau es que la gente quele dio las espaldas a España se sacrificara aquí para asegurar laautoridad de Francia?

La falsedad y la grosería de la calumnia salta a la vista en cuantose miran las cosas del lado del pueblo. Porque terror hubo sin duda,pero sólo en el seno de los partidarios del sistema esclavista y laopresión colonial española, que terminaron por abandonar el país,siguiendo el destino de la metrópoli para toda la vida. Entre los quetomaron parte activa en esa resistencia figura "en clase devoluntario" como él mismo atestigua, nada menos que uno de los

MANIFIESTO HISTORICO DE LOS HECHOS QUE HAN PRECEDIDO ALA INVASION DEL TERRITORIO DE LA PARTE ESPAÑOLA DESANTO DOMINGO POR JOUSEN LOUVERTURE, en DOCUMENTOSPARA ESTUDIO, ob. cit. página 430. Vol. 11.

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padres de la historiografía nacional, Antonio Delmonte y Tejada.emigrado a Cuba donde escribió su obra, editada en 1856.

También participó en estos acontecimientos el LicenciadoGaspar de Arredondo y Pichardo, que dejó unas MEMORIASacerca de ellos, dignas de una atención que le reservamos para másadelante. El hecho de que Arredondo no emigrara entonces y queaceptara el cargo de defensor público y de juez de primera instanciadurante el gobierno de Toussaint, refleja cuál debía ser el curso de lasopiniones prevalecientes entonces. Y además revela, cosa queconviene destacar, que Arredondo no compartía en esos momentosel criterio de los que abandonaban el país, como le ocurrió despuésobligándole a expresar criterios contrarios a la verdad...

Cualquiera que lleve sus ojos puestos en la lámpara del pueblopodrá encontrar en el mismo Informe de Kerverseau al Gobiernofrancés, los elementos de juicio necesarios para convencerse de que elproblema no era de cobardía popular sino de concepción delmomento histórico que vivía el país. Kerverseau mismo admite quela tropa no aceptaba la tesisM la resistencia a Toussaint antes de queella fuera tozudamente emprendida:

"Nosotros sabíamos --dice- que la tropa marchaba contra suvoluntad, que deseaba el triunfo de Toussaint y que en la víspera sehabían mantenido entre los soldados las conversaciones másindecorosas en ese sentido..."

y cuenta que al emprender la supuesta huida, esta gente gritabaque "era la voluntadde Dios que los negrosfueran los vencedores y lavoluntad del Rey de España que se entregara el país. . . " Al menosrespecto de la voluntad del Rey de España no había la menor dudapuesto que fue publicada por bando.

El mismo Kerverseau certifica que esa disposición era general yque se había puesto claramente de manifiesto todavía mucho antesde que los soldados sostuvieran sus conversaciones "indecorosas".Refiere él que, cuando se trataba de organizar la resistencia aToussaint, Chanlatte pidió a la población solamente 50caballos y lasarmas necesarias para 50 franceses que él se encargaría de reclutar. Yvéase el resultado según se explica en el mencionado Informe:

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"Esta demanda extendió la alegría en la ciudad, los miembros delCabildo se lanzan al campo para conseguir los caballos, otros recorrenlas casas para obtener sillas y bridas. Pero los habitantes de la ciudadlas ocultaban cuidadosamente. los campesinos se retiraban a losbosques con sus animales. No querían exponer para su defensa nosolamente la vida, ni siquiera uno de sus caballos y ni aún el valor deuna brida de montar... Todo lo que se pudo conseguir fue unatreintena de animales entre caballos y mulas y 27 equipos..."

El gobernador García, verdadero inspirador y patrocinador deesta infortunada empresa militar, testigo por tanto de la más altacalificación, confirma estas manifestaciones en la carta alGobernador de Maracaibo antes mencionada. Dice allí refiriéndoseal avance de Toussaint que "aunque se opuso alguna resistencia de laque resultó alguna sangre, no pudo ser sino con respecto a unacortisima guarnición y ningún apoyo del país".

[Ningún apoyo del país! Este testimonio revelador muestra queel país le negaba apoyo en esos momentos, y con la misma firmeza,tanto a España, como testifica García, como a Francia, como lotestifica Kerverseau.

García agrega en esa carta que "falto de auxilios no eraprudenteexponerse a una extremidad sangrienta que habría sido inevitableentre los partidos que había que temer y entre una multitud deseosade la rapiña y de hallar motivos a la entrada de la confusión. . . "

Esta "confusión" de los Partidos llegó a tales niveles que elsubteniente don Manuel Pardo, Sargento Primero de la Compañíade Granaderos del Batallón Fijo de Santo Domingo "se pasó a laRepública y se presentó con pluma y cucarda, en todo al uso deaquellas tropas". Así lo comunicó oficialmente el GobernadorGarcía a la Corona en un oficio del 8 de marzo de 1801, que fuedemorado para que alcanzara el expediente completo de lasdeserciones, en ese mismo Batallón yen el Regimiento de Cantabria,como lo informa allí mismo el Gobernador.

La responsabilidad que cupo al General Joaquín García como

Cesión de Santo Domingo a Francia, ob. cit., página 627.

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Generalfrancés Kerverseau, despechados ambos por el fracaso de suempresa, es una calumnia y una infamia.

La cobardía popular no existe. No hay pueblo cobarde. Hayfuerzas históricas, procesos históricos, coyunturas históricas queexplican la conducta de los pueblos, en forma distinta de como seexplica la conducta de los individuos. Solamente los demagogos y losdéspotas mezclan la una con la otra.

La parte española fue cedida a Francia por España sin consultaral pueblo. No era, pues, cuestión popular el tomar las armas para quela toma de posesión se llevara a cabo con el puntillismo legalista yreaccionario del Gobernador español o con las ambiciones delComisario francés, ambos a la caza de pensiones y medallas. Es comoel que se desprende de un hijo y luego leexige al hijo que sesacrifiquepara que la operación resulte ventajosa para aquel que lo. haabandonado...

El Gobernador español Joaquín García no vivió tanto comopara leer la historia de La Gándara y comprobar en ella que, si hubocobardía dominicana en GUANUMA, no era imputable a un puebloque mostró sus calidades excelsas haciendo morder el polvo a losformidables ejércitos españoles. Pero Kerverseau tuvo tiempo decomprobarlo, quizás hasta con satisfacción, cuando supo el destinode las mismas tropas que él comandaba en Santo Domingo, y queconocieron el temple popular en la batalla de PALO HINCADO,donde el pueblo se cobró a través del suicidio pudoroso de Ferrandde la sarta de calumnias impúdicas de Kerverseau.

y resulta deprimente observar la frecuencia con la que ennuestra historiografía, arrastrada por el nacionalismo inconsecuentedel historiador José Gabriel García, se plantea esta situación en lostérminos de una confrontación entre haitianos y dominicanos, paraterminar solidarizándose con la concepción del Gobernador españolJoaquín García y del Comisario francés Kerverseau, quedemostraron ostensiblemente para cualquier historiador, suhostilidad sangrienta contra los habitantes de la antigua parteespañola.

Eso significa muchas cosas pero, ateniéndose solamente al

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orden técnico, es inaceptable la mala costumbre de proyectar alpasado las concepciones del presente. Los americanos llaman a estotratar la historia "backwards", situándose de espaldas al pasado ydirigiendo la mirada a las capillitas contemporáneas.

En 1801, cuando Toussaint le imponía a Francia la toma deposesión de esta parte con tropas negras, en lugar de hacerlo como loquerían la propia Francia y el Gobernador español con tropasblancas, no existía en ninguno de los dos países una fijación nacionalque pudiera ser definida en términos de haitianos y dominicanos.

Era aquella una situación de tránsito histórico que todavía noiluminaba sino con muy difusos lampos los senderos firmes queestablecería el futuro. Ese instante de vacilación y aturdimientonacional quedó objetivado para ilustración de los investigadores delfuturo en la famosa quintilla del Padre Vásquez:

"Ayer español nací.A la tarde fui francés.A la noche etíope fui.Hoy dicen que soy inglés.i No sé qué será de mí!

Una buena quintilla y un magnífico testimonio.

El problema del pueblo de esta parte consistía en el carácterobjetivo de una situación que se manifestaba como el tránsito delpoder renunciante de la metrópoli española sobre una parte de laIsla, al poder militante de la Revolución en toda ella.

Si no podía existir ni existía un sentido claramente definido de lanacionalidad, ni en una parte ni en la otra, la situación pendía en ellado antiguamente español de la definición del poder. Arredondo yPichardo contempló directamente esos acontecimientos y no pudoexplicárselos de otra manera que como un "destino. que estabadecretado, para que se sucedieran los hechos de un modo imposiblede que la humana inteligencia pudiera evitarlo; pues es mucho másque cierto, y demasiado acreditado, que lo que ha de suceder, no hayfuerzas que lo embaracen. . . "

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Ese destino era entonces el de un solo poder -no de Haití, queaún no había hecho su aparición en la Historia por más que seolvide- sino el poder de la Revolución, que tiene por cierto unsingular atractivo para los pueblos, y que presionaba en aquellosinstantes en dirección de una conciencia nacional cualquiera quefuese su contenido y sus formas, incluyendo una ruptura del ordeninsular a su debido tiempo, más tarde o más temprano.

Esa ruptura se produciría efectivamente más temprano quetarde. Pero no subjetivamente, sino objetivamente cuando lo dispusola realidad histórica, polarizando el desarrollo de la conciencianacional en dos direcciones distintas y en dos ritmos históricosdivergentes, que exigen la vigilancia más severa para que puedan sercomprendidos.

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DEVASTACION 111

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Consecuencia: Planteamiento de laIndependencia Nacional Dominicana

La presión continúa tan enérgica en esos días, que la sociedadcolonial se ve obligada a recorrer en semanas un proceso que habíapermanecido estacionario en los dos siglos exactos que van de 1605a1805.

Un conjunto de circunstancias inundan de novedad a los díasque llegan. Pero los días no llegan solos. De momento llega con ellosel Ejército francés. Un ejército que se ha llamado a sí mismo laGrande Armée. Acompaña y sostiene a una expedición, rodeada detoda la pompa imperial, incluyendo una corte deslumbradora, queviene a ejecutar el célebre Tratado de cesión concertado en Basilea,ejecutado ya por Toussaint a iniciativa propia, aunque en nombre deuna Francia no susceptible ya de ser representada por tropas negras.

Las tropas blancas traen, sobre su alcurnia caucásica, unaaureola napoleónica que no ha conocido la Humanidad desde lostiempos de Alejandro. Son, o lo van a ser pronto, 58mil veteranos delas guerras europeas más civilizadas y más orgullosas de su técnica.La Historia las reconocería por sus victorias en Austerlitz yMarengo, por sus campañas incomparables frente a las naciones máspoderosas del mundo. Y a ellas se sumarán unos magníficos perrosentrenados en La Habana para la cacería de negros. Unincomparable despliegue que va a acarrearle a este país una terceragran devastación y sólo diez años después de la segunda. Pero quenos va a permitir también observar cómo nacen los pueblos.Particularmente el nuestro.

Solo mil de estos soldados (sin perros) son destinados a la parteespañola. El grueso de ellas, al mando del cuñado de Napoleón, aquien acompaña su esposa, la bellísima hermana del Emperadorinvencible, es descargado sobre la otra parte. Dicen que a la misióndel cuerpo de infantería se sumó el de la princesa, ún cuerpo que

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había sido pintado por los más egregios pintores y que suposacrificarse patrióticamente para mantener a la antigua oficialidadde Toussaint adicta a la voluntad de su ilustre marido...

Cuando ese formidable ejército es vencido y humillado por losantiguos esclavos negros, el testigo más directamente implicado enlos acontecimientos no podía ser otro que la población de la parteantes española y ahora francesa, igualmente ocupada por el mismoejército francés y por tanto a expensas del mismo desenlace. Y antelos ojos de este testigo estupefacto emerge la figura del caudillo de esaincreíble hazaña, Juan Jacobo Dessalines, dictando la capitulación alas tropas de Napoleón Bonaparte, con imponente soberbia.

La aureola de invencibilidad parece rodearlo ahora a él.

No hay fuerza militar capaz de impedir su avance hacia la parteespañola y convertir a toda la Isla en un bastión revolucionario. Laúnica fuerza que se supone, sino capaz, al menos destinada a hacerfrente a la avalancha, es la de la guarnición francesa, compuesta sólode mil hombres, 400 con Kerverseau en ia Capital y 600 con Ferranden Monte Cristy y que por una razón no claramente explicada,permanecen excluidos del acto de evacuación y enarbolandoorgullosamente el pabellón francés. Y, como no podía ser de otromodo, ejerciendo rotundamente el poder.

Algunos desórdenes que, según refiere Guillermin, parecen serinspirados por la evacuación de los franceses en la parte vecina, sonrápidamente sofocados en la Capital de ésta. Y aunque "losconjurados se separan pero no se desavienen ': en una supuestaespera de mejor ocasión -que deberá ser la evacuación inminente deesta parte- los acontecimientos que se suceden muestran que esaocasión no llegó nunca. Guillermin refiere que "los facciosos"excitados por "los gérmenes del descontento y de la revuelta. . .meditan, en conferencias sediciosas, el degüello general de losfranceses, para declarar en seguida su independencia "l. O sea, que setrata a lo sumo de proyectos minoritarios, subjetivamente

Citado por Sánchez, José Aníbal, en INDEPENDENCIA NACIONAL YPREJUICIO RACIAL, edición mimeográfica, Santo Domingo, 1975).

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apreciados por el narrador, sin que la proyectada independenciaaparezca materializada de alguna manera o formulada siquiera en undocumento de cualquier tipo.

Lo que sí se evidencia en ese relato es que el francés ejercía elpoder, aunque con una debilidad que el autor explica por ladebilidad personal de Kerverseau y que sin duda estaba claramenteestablecida por las circunstancias de la derrota y volatilizacióncompleta de la "Grande Armée". No era difícil que el cronistafrancés, inevitablemente impresionado por el desenlace de unaexpedición que se suponía invencible, y comprometida en unaaventura que prometía ser encantadora, diera una interpretación tanespectacular a unos desórdenes de cualquier otra naturaleza.

En realidad, ignoramos cómo pudo haber sido contemplada enla población de esta parte de la Isla, el hecho de que las tropasfrancesas permanecieran aquí sin ser comprendidas en el acto de laevacuación general de las fuerzas expedicionarias. Se dice, inclusive,que una consulta dirigida por Dessalines al jefe de las tropasRochambeau, era favorable a la evacuación del remanente de SantoDomingo. Para el simple habitante de entonces como para el simpleinvestigador de ahora, no es posible otra alternativa que interrogar alos hechos.

Los hechos, desde luego, se llamaban Dessalines.

y he aquí que, tan pronto como se produce la capitulación, el30de noviembre de 1803,el General Ferrand parte súbitamente para laCapital desde Monte Cristy y permite que toda la zona norte,-Santiago, La Vega, CotUÍ y el Departamento de Samaná- queestaba bajo su comando, sea ocupada tranquilamente por unaguarnición haitiana que se estaciona en Santiago.

Una vez en la Capital, se apodera del mando de la plazadestituyendo a su titular, aquel teórico de la cobardía, el GeneralKerverseau, a quien ya conocemos, y lo pone en un buque mercantedestinado a Mayagüez para que reporte en Francia. De ese modo,laantigua parte española quedó en manos de dos poderes antagónicosigualmente dotados de los atributos del poder: los haitianos enSantiago y los franceses en la Capital.

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Por su parte, Dessalines sofrena sus tropas y se ocupa en laproclamación de la flamante República de Haití, que lleva a cabo ellro, de enero de 1804.

Nada de esto es obra de la casualidad. Ni el gesto de Dessalinescon el cual sofrena sus tropas ni el de Ferrand con el cual se amparadel poder en la parte opuesta. Responden, sin duda, a unaconcepción del momento histórico que vive la Isla y a su destinofuturo, respecto del cual lo aconsejable es la espera.

En Ferrand esta concepción es clara: recuperar para Francia laparte ahora haitiana de su antigua colonia de Saint-Domingue,provisionalmente en manos como decía él de los "sublevados".

Pero no es tan así de clara en Dessalines. Al proclamar laindependencia respecto de Francia, que poseía toda la Isla por lacesión de Basilea desde 1795y, no obstante referir esa independenciasolamente a la parte occidental, con un nombre nuevo, HAITI,mientras deja a la otra con su nombre viejo SAINT-DO MINGVE, almismo tiempo que sofrena sus tropas, da pábulo a todas lasespeculaciones y autoriza todas las hipótesis.

El primero en dejar oir su campanilla es el General Kerverseau,quien escribe una carta al Gobernador de Caracas, en su estilocaracterístico, fechada en Puerto Rico el 25 de febrero de 1804,en laque le dice:

"Los negros franceses son realmente cobardes y reinan entre ellosdivisiones que comienzan ya a manifestarse y se aumentan cada díamás. Por débil que sea la resistencia que se les haga no se atreverán aavanzar y la paz, que no puede tardar mucho tiempo, llegaráoportunamente para salvar a este país... "1

Es imposible imaginar al Gobernador de Caracas leyendo estacarta sin una amable sonrisa. Y no sería para menos cuando sedescubre que hay todavía quien pueda calificar de cobardes a unos

En el proemio de Fr. Cipria no al DIARIO DE LA RECONQUISTA citada,página XIX.

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combatientes, que han derrotado a 57 mil soldados de la más altacategoría, porque no atacan a una guarnición de 600 por un lado y400 por el otro. Es claro que ahí puede haber cualquier cosa pero nocobardía. Cuarenta años después de haber combatido contra esosnegros, Lemmonnier-Delaffosse no podía olvidar su valorindescriptible: "Durante largo tiempo, esta masa cerrada, negra, quemarcha hacia la muerte cantando, iluminada por un sol magnifico,estuvo presente en mipensamiento, y todavía hoy, después de más decuarenta años, ese cuadro imponente y grandioso se presenta tanvivo en mi imaginación como en los primeros días.. ,~

Pero si Kerverseau es el gran teorizante de la cobardía y nopuede apartarse de esa concepción malsana, para los habitantes deesta parte Dessalines ha de seguir mirándose como el vencedorincontestable de la expedición napoleónica y el único poderrealmente temible y decisivo en toda la Isla.

Sin embargo, la conducta de Dessalines es realmenteinquietante. Al proceder de esa manera pasiva, poníaautomáticamente en manos de la población de esta parte -la mayory la menos poblada- la misión de completar la Independencia detoda la Isla. Pero está claro que dos nombres distintos representandos destinos separados y dos Independencias distintas.

3

Este paso debía tener profundas consecuencias. En ese mismoinstante quedaba fracturada la tendencia histórica -reconocidajurídicamente por la cesión de España a Francia y establecidarevolucionariamente por la toma de posesión de Toussaint- quedebía servir de punto de arranque al proceso de formación de unaconciencia nacional.

Hoy puede resultamos inconcebible, al contemplarse con lospatrones mentales de la actualidad, la posibilidad de semejanteproceso. Pero entonces la realidad no respondía a esos patrones. Através de un largo recorrido los intercambios comerciales entre las

Ob. cit.

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dos colonias, habian creado un estado de dependencia mutua queimponía, por la presión material inexorable, una visión isleña de larealidad que originaba sus propios patrones politicos. Esadependencia tenia profundas raices en esta parte.. debido a quehabian hecho posible su supervivencia histórica, puesta en cuestiónpor las DEVASTACIONES y por una política de desprecio moral,de indiferencia política y abandono económico en que la habiasumido secularmente la política metropolitana.

La política unificadora que habia emprendido Toussaint a raízde la toma de posesión de toda la Isla en 1801 podía responder, y nopodia ser de otro modo, a sus propios criterios gubernamentales y alos intereses de su propia política, pero encontró una acogidafavorable en todos los sectores de esta parte, que no puede serentendida sino como la expresión de una convergencia histórica delos intereses materiales de ambas poblaciones.

Sólo así se explica la acogida. que se le dispensó a Toussainten todas partes, en las que "sólo faltó recibirlo bajo Palio"1, comodice José Gabriel Garcia en su Historia. Y, "aunque la parteespañola perdió moralmente con la administración uniforme':cosa que afirma ese historiador sin que explique por qué, lo ciertoes que, como él mismo afirma, "tanto ella como la parte francesaganaron mucho materialmente. porque a la sombra de laproteccióndispensada al comercio por los generales Paul Louverture yClerveaux, en sus departamentos respectivos, se abrieron paraambas unos medios de comunicación de que hasta entonces habíanestado privadas casi siempre, con cuyo motivo se fomentó uncomercio fronterizo tan activo como era posible que pudiere serlo,atendido el estado de decadenciaen que las emigracionesy laguerrahabían dejado a la isla entera. . . ''2

García, COMPENDIO, página 308, recogiendo expresiones similares de unaRELACION DIRIGIDA POR FRANCISCA VALERIO AL PRESBITERODR. D. FRANCISCO GONZALES y CARRASCO, RESIDENTE ENSANTIAGO DE CUBA, en INVASIONES HAITIANAS, de Demorizi, ob. cit.Página 71. Este documento de dudoso valor exhibe un violento odio a loshaitianos sin que revele sus raíces y su sentido.

2 Idem, página 306.

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Delmonte y Tejada, quien fue un adversario esencial deToussaint, por cuya razón abandonó el país en que habia nacidodespués de oponerse con las manos en las armas a esa toma deposesión, en aquella aventura que pinta Kerverseau en términos taninfames, le prodiga unos elogios, aún desde la misma Habana, que nodejan de causar asombro en el lector contemporáneo. Y otros de sumisma condición y actividad, por igual, con un entusiasmo que seproyectaba más allá de la personalidad de Toussaint para impregnarel contenido total de la Revolución haitiana.

Dessalines, por el contrario, la hizo trizas.

Pero hay que tener cuidado al hacer un paralelo entre estos dosgrandes hombres, porque de un país a otro, la óptica se invierte ycambia la perspectiva histórica.

Toussaint no fue en Haití un revolucionario tan avanzado y tanconsecuente como Dessalines. La concepción revolucionaria deToussaint, que no pasaba del régimen feudal ni superaba laesclavitud, se traducía por una dislocación reaccionaria de lacorriente hacia la independencia, cuyo objetivo histórico era laemancipación de la tierra en dirección del capitalismo y hacia elestablecimiento de la sociedad burguesa.

Durante su gobierno muchas "habitaciones "fueron restituidasa los antiguos amos, incluyendo al señor de Breda que fue el suyopropio, y se explica que se granjeara tantas simpatías en esta parteentre la "clasepropietaria': como la llamaba el antiguo GobernadorGarcía y la siguió llamando el historiador del mismo apellido.

Por el contrario, Dessalines continuó en Haití la tradiciónemancipadora del negro hasta sus últimas consecuencias, y fueprecisamente su lucha por destruir los privilegios feudalesimplantados por Toussaint lo que le costó la vida. Es, muymerecidamente, la figura más positiva de las luchas haitianas por laemancipación y la independencia y por tanto uno de los grandespróceres de la libertad y el progreso social e histórico en esteContinente.

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Pero es posible que el prisma racial, que pudo no obstanteorientarle revolucionariamente en Haití, le impidiera comprender elmomento histórico en función de la Isla entera. Dessalines se referíaa la población de esta parte -en una alocución dirigida a su propiopueblo- como "indígenas españoles, esos descendientes de losdesgraciados Indios inmolados a la concupiscencia y a la avaricia delos primeros usurpadores de esta Isla. . ."1

Evidentemente falsa, esa concepción racial parece haberinfluido en su determinación de sofrenar sus tropas, desconfiando deuna tal población, ya que en una proclama dirigida a la parte antesespañola, en mayo de 1804, decía: "para daros todo el tiemponecesario para reconoceros y para estar más seguro de vuestrafidelidad, he reprimido hasta ahora el ardor fogoso de mis solda­dos . . ."2

Sin embargo, en el mismo discurso, al cambiar de sujeto cambiade predicado y dice, aludiendo a los franceses: "Ellos no sospechanque al aplazar hasta ahora el ir a atacarlos, mi principal objeto eraaumentar el caudal de nuestros recursos y el número de nuestrasvíctimas. . . "

Al margen de estas incoherencias, lo concreto es que la tirantezentre estas dos fuerzas, deberá resolverse en un frente de batallacuyos polos son Santo Domingo y Santiago, sin que la poblaciónpueda influir en una decisión que pone en juego sus intereses ymantiene en vilo su vida misma. A todas luces, esa decisión reposatranquilamente en las manos de Dessalines.

Para la población capitaleña la situación no es tan aguda porquela presencia de Ferrand en ella ha aglutinado en su derredor a sus

DESSALINES. ALOCUCION DEL EMPERADOR AL PUEBLO A SUREGRESO DEL SITIO DE SANTO DOMINGO. CUARTEL IMPERIALDE LAVILLE. 12 DE ABRIL DE 1805, A~O n. En INVASIONESHAITIANAS de Demorizi, ob. cit., página 105.

2 DESSALINES. PROCLAMA A LOS HABITANTES DE LA PARTEESPA~OLA. CUARTEL GENERAL DEL CABO, 8 DE MAYO, 1804, enIdem, página 97.

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elementos más conspicuos, creando una pequeña corte colonial quees halagada por todos los medios, incluyendo el derecho de esclavizara los vecinos, y a quien las promesas de la grandeza imperial deFrancia, puede mantener a la élite capitaleña firmementeidentificada con Ferrand.

Por el contrario, para la poblaci6n santiaguera donde estáasentada la guarnici6n haitiana que, por su parte, no ha escatimadomedios para ganarse a la poblaci6n, que está situada en el mismocentro del país y para la que no puede haber dudas acerca de lanaturaleza decisiva de las tropas de Dessalines, la situaci6n presentasignos mucho más inquietantes. A esos se agrega que algunoselementos de la élite de esa regi6n, como Arredondo y Pichardo,estiman que Santiago no es tan segura como la Capital "o beneficiode los nuevos y buenos medios de defensa de que carecieron losdemás pueblos internos':

Lo natural, lo justo, lo que dicta el sentido común, lo que secorresponde con la naturaleza humana y con la experiencia hist6rica,es que los habitantes de esta parte de la Isla, o cuando menos los de laregi6n del norte, con Santiago a la cabeza, cuyos intereses o cuyonivel de fortuna se ven más directamente afectados por la situaci6nen general y por la confrontaci6n que pende sobre sus cabezas, tratende indagar el curso inmediato de los acontecimientos previsibles.

Así se explica que de allí parte la idea de integrar una Comisi6nque se entreviste con Dessalines en el Cabo, a fin de despejar lasinc6gnitas con el amo indiscutible de la situaci6n.

4

Antes de tr .mscurrir un mes de haber sobrevenido lacapitulaci6n francesa, ya está en camino una diputaci6n compuestade cinco miembros en la que figura el mismo Arredondo y Pichardo.

Recibida con gala de atenciones y lisonja en aquella ciudad, laDiputaci6n obtiene la respuesta de Dessalines en sobre sellado. Alser abierto se conoci6 que Dessalines ofrecía su apoyo a cambio de lasuma de 100 mil pesos fuertes. Una tal respuesta desarticulabacompletamente la lógica del momento hist6rico.

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De acuerdo con lo que dice el Dr. Alejandro Llenas en unartículo de 1874, era así:

"La causa haitiana contaba algunos adeptos en el Cibao, perohabiendo éstos enviado en Diciembre de 1803tres diputados al Cabo,y habiéndoles exigido Dessalines por su apoyo una contribución de100 mil pesos fuertes, el Cibao volvió a los franceses... "1

También Kerverseau, sin salirse de su tesis de la cobardíapopular lo refiere en la carta al Gobernador de Caracas antesmencionada, en los siguientes términos:

"Los naturales de Santiago amedrentados enviaron una diputación alos rebeldes, y éstos les impusieron leyes tan duras que ladesesperación reanimó su valor y leshizo volver a tomar las armas queofrecían dejar. Por desgracia hay diversidad de opiniones entre ellos ydemás gente de color que forma parte de esta población. Pero yo nomiro esta parte como perdida... "2

Pero poseemos dos testimonios que nos exigen una atenciónmás esmerada. Uno es el de Arredondo y Pichardo porque fuemiembro no de una sino de dos diputaciones que se dirigieron aDessalines. Y otro el del mismo Dessalines.

El testimonio de Arredondo y Pichardo debe ser sometido a unadepuración muy estricta porque su autor escribió en unascondiciones que le obligaban a alterar los hechos para acomodarse aellas.

Este individuo era abogado, procedía de las más ricas familiasde la región por el lado de su madre, hablaba fluida mente el francés yno había sido renuente a colaborar con los haitianos, a quienesaceptó cargos de representación en tiempos de Toussaint. Mantuvocon ellos relaciones estrechas, inclusive de tipo social. En 1805abandonó el país y se trasladó a Cuba donde se creó una posiciónprofesional y social importante y educó a su familia.

Llenas, Dr. Alejandro, INVASION DE DESSALINES, en ldem, página 189.

2 Enel proemio al DIARIO DE LA RECONQUISTA de Fr. Cipriano, vers supra.

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Allí escribió, acaso unos treinta años después, unasMEMORIAS DE MI SALIDA DE LA ISLA DE SANTODOMINGO, en las que notoriamente trata de ocultar, aunque demanera candorosa, sus antiguas relaciones con los negros debido aque escribía en el seno de una sociedad fuertemente impregnada porel odio racial y que no perdonaba jamás esas relaciones. Véase elcandor con el cual Arredondo pretendía deformar la realidad.

"Cuántas vecesestábamos bailando, jugando y divirtiéndonos con losoficiales haitianos en los términos más amistosos y bajo la más finaarmonía, hasta las dos y las tres de la mañana, y a las siete del mismodía veíamos a los compañeros con quienes bailábamos, a la cabeza desus compañías para asustarnos... "1

Arredondo no entiende que para aquella sociedad y paraaquella familia que le rodeaba al escribir su libro de memorias, elcrimen no era el susto sino el baile. En otra ocasión refiere que

"En un baile que dieron para celebrar la entrada de Moyse, antes de lavenida de la armada francesa, se me hizo la gran distinción por elbastonero de sacarme a bailar con una negrita esclava de mi casa, queera una de las señoritas principales del baile porque era bonita... "2

y ahí se evidencia que se le rendía "gran distinción" lo quepermite dudar del pequeño "susto': Tal vez a esta blandura delsentido autocrítico de Arredondo se debió que su obra no fuerapublicada nunca en Cuba y que sus hijos y descendientes laconservaran amorosa pero discretamente en algún oculto anaquel dela familia.

Por esa razón, los hechos narrados por Arredondo aparecencontinuamente alterados para acomodarlos a los prejuicios que lerodeaban y no pueden ser tomados a la letra, salvo en aquellos queconsignan hechos objetivos que escapan a la vigilancia del autor.

Por ejemplo, en las MEMORIAS fueron dispuestas por elConsejo departamental de Santiago "presidido por el mismo

Arredondo y Pichardo, Gaspar de, MEMORIA DE MI SALIDA DE LA ISLADE SANTO DOMINGO EL 28 DE ABRIL DE 1805, en Idem, página 134.

2 Idem.

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Ferrand'"; tratando de eliminar sus propias iniciativas con un datoabsurdo e incongruente.

Arredondo asevera que Dessalines le impuso a esta parte unacontribución de ¡cinco millones de libras!, "moneda que no seconocía en el pais>, y que la Diputación fue enviada con elpropósito de pedirle que rebajara la cuota y "para acreditar nuestraobediencia y buena disposición a cumplir sus órdenes, enviaríamosganados de todas clases, prendas de oro y plata y aún las alhajas delos templos hasta llenar la suma pedida. . . "3

Es absurdo que, sin pulverizar su orgullo y lo que es másimportante, su autoridad, el General Ferrand, oficial de los Ejércitosnapoleónicos del más alto rango, se dejara caer en una posición tandeslucida y mendicante. Y, menos, después de asumir la misión derescatar el honor de las armas de Francia, conservándole estaColonia y eventualmente restituyéndole la parte usurpada por los"sublevados". Para Ferrand, Dessalines no será nunca más que unesclavo a quien no se suplica sino a quien se golpea. O se humilla.

Las representaciones de Arredondo no son aprobadas porFerrand sino contra Ferrand. De manera que estas afirmaciones, asícomo otras del mismo jaez, no pueden ser tomadas sino como unartificio, destinado a clarificar sus actitudes y sus convicciones antelos ojos de sus lectores españoles de Cuba, donde había conquistadouna posición social lisonjera y levantado una familia orgullosa.

Idem, página 139.

2 La diputación, según el autor de las MEMORIAS, fue integrada por elpresbitero Juan Pichardo, don Domingo Pérez Pichardo, primos hermanossuyos, don Antonio Geraldino, don José Méndez y el propio Arredondo yPichardo, quien hablaba francés, y el "mulato" José Tavarez, comandante de laplaza de Santiago nombrado por Dessalines, quien hablaba "patois",

3 Es de notar que los primos de Arredondo son de apellido Pichardo y, según élmismo refiere (página 123 de su obra) "el.cielo me dio unos padres ricos. deesclarecido nacimiento'; una estirpe que le venia de los Pichardo, ya que "miabuelo materno era reputado por uno de los vecinos más ricos del Departamentodel Norte español. . . "

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Su relato deforma los hechos en forma liberal y festinada, perono puede prescindir de los hechos. Yesos hechos son que hubo unacomisión y que, después del fracaso de ella, se decidió "enviar unasegunda comisión cerca del General Dessalines, que con nuevassúplicas, y más eficaces promesas, le hicieran admitir nuestrosprimeros ofrecimientos. . . " La palabra "nuestros" no incluye sinoexcluye al General Ferrand, puesto que de haber sido al contrariohabría dicho "los ofrecimientos del General Ferrand", con lo que leresultaba más fácil disipar los elementos de iniciativa propia quepudieran deducirse de su reiterada participación en las comisiones.

5

El testimonio de Dessalines se encuentra en su proclama del8 demayo de 1804 y dice así:

"Tan pronto como el ejército francés fue expulsado vosotros osapresurásteis a reconocer mi autoridad: por un movimiento libre yespontáneo de vuestro corazón, os colocásteis bajo mi dominio. Másinclinado a hacer la prosperidad que a causar la ruina de la patria quehabitáis acogí favorablemente este homenaje... Ya me aplaudía delfeliz éxito de mis cuidados, que no tendían sino a evitar la efusión desangre; pero un Sacerdote fanático todavía no había imbuido envuestra alma la rabia que la domina; pero el insensato Ferrand nohabía aún vertido entre vosotros los venenos de la mentira y de lacalumnia. Circularon escritos producidos por la desesperación y ladebilidad; luego, varios de vosotros, seducidos por insinuacionespérfidas, solicitan la amistad y la protección de los franceses; seatrevieron a ultrajar mis bondades y se coaligaron con mis cruelesenemigos... "1

En este texto se descubren verdades enteras y verdades a medias.Son verdades el "Sacerdote fanático ': (el padre Vives) el "insensatoFerrand'' y los "varios de vosotros"que se coaligaron con el enemigo.Pero son verdades capitaleñas no santiagueras. Y, por el contrario, el"movimiento libre y espontáneo" que se menciona al principio deldiscurso, es una verdad santiaguera, no capitaleña. Porque en elmarco de la situación a que se encontraba sometida esta población,tenía que haber una verdad partida en dos mitades, la mitad que

Citada. v. supla.

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correspondia a la parte ocupada por los haitianos y la quecorrespondia a la ocupada por los franceses. Y por eso la únicaverdad entera que resulta del discurso es que la población de estaparte se encontraba sumida en una situación histórica impresionanteque, tal como ella puede ser clarificada, a la luz de los testimoniosmencionados, podria ser la que sigue:

1) los cibaeños acuden a Dessalines por medio de una doblediputación para dilucidar el destino de esta parte;

2) la gestión fracasa por mediar una considerable suma dedineral;

3) el fracaso pone en claro ante los ojos de esta población que nopuede contar con el concurso revolucionario de Dessalines; yfinalmente,

4) ese concurso no puede encontrarse en ninguna otra fuente queno sea la propia determinación popular.

La respuesta que la población cibaeña dio a esta situación es tancoherente y tan cargada de significaciones y de implicacioneshistóricas, que autoriza a ser saludada como el momentoincomparable del nacimiento del pueblo dominicano. Y no es puracasualidad que este nacimiento se produzca en el mismo corazón dela isla, en el cruce delirante de sus cordilleras, de sus vallesprodigiosos y de sus turbulentos ríos...

E.I aspecto monetario de la gestión solo nos ha sido presentado en fuentes dorni­nicanas. No hemos tenido a manos el menor indicio del testimonio de la parteafectada, por lo que siempre deberá aceptarse solo con la debida reserva.

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EL NACIMIENTO DEL PUEBLO DOMINICANO

El Suelo Natal

A mediados de mayo de 1804la Isla se encuentra, por el azar delos acontecimientos, dividida en tres importantes regiones:

una al oeste, Haití, enfrascada en el ordenamiento de suflamante República, de la cual Puerto Príncipe se constituirá en lacapital;

dos al este, en la antigua parte española, separadas por lacordillera central, y de las cuales

una, la que da a la banda del norte desde Monte Cristy hastaSamaná, abandonada por los franceses a raíz de la evacuación deHaití, ha sido colocada a nombre de Dessalines bajo el mando de unantiguo esclavo nacido en Haití pero criado en Santo Domingo,Campo Tavares, quien recluta una tropa de antiguos esclavos de estaparte y forma el "batallón de Santiago" con su cuartel general en estaciudad que viene a ser así su capital;

y la otra, la que da a la banda del sur, constituida en un bastiónfrancés bajo el mando de Ferrand, al reconcentrar sus fuerzas dentrode los recintos amurallados de Santo Domingo, que viene a ser sucapital.

Hay, pues, tres capitales en la Isla. Dos de ellas bajo lajurisdicción haitiana y una de la francesa.

El status político de estas tres regiones, con sus respectivos

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centros en la capital correspondiente, deberá ser decidido por unaconfrontación militar entre franceses y haitianos.

El pueblo dominicano, no cuenta. En rigor, carece de existenciahistórica. Inclusive se duda entonces -y tal vez se siga dudandotodavía hoy- de su capacidad para dar constancia objetiva de suexistencia en aquel momento.

Se explica. Para que un pueblo proporcione a sus historiadoresla debida constancia de su existencia en un momento dado, seránecesario, como lo hemos discutido ya' , UNO, que en los hechospalpables se constituya frente al poder establecido; DOS, permitaver, en los hechos mismos, su decisión inquebrantable de imponer suvoluntad, de manera independiente de ese y de otro podercualquiera; y, TRES, que esta voluntad se materialice en accionesconcretas, particularmente en los términos de la confrontacióndirecta con el poder en cuestión, cuya expresión, por lo generalinevitable, es la vía de las armas. Desde luego, esta última condiciónsupone la posesión de las armas...

En la situación antes descrita, no se advierte la presencia deninguna de estas condiciones. En otras palabras, el pueblo no existe.Las decisiones serán dirigidas por otras fuerzas.

El hecho de que el grueso de la expedición francesa de Leclerchaya sido destrozada en el oeste por los haitianos, y de que las fuerzasde Ferrand no sean sino unos despojos desamparados del poderimperial, mientras el pueblo de esta parte permanece sin dar signosobjetivos de su existencia, augura un desenlace haitiano a corto plazopara toda la Isla.

Sin embargo, la presión histórica será de tal naturaleza queimpondrá un desenlace cuyo resultado más importante será eldesarrollo vertiginoso de aquellas condiciones que harán posible elnacimiento de este pueblo y, por consiguiente, del núcleofundamental y soberbio de la Historia de la República Dominicana.

V. Primera Parte, párrafo 5, "Caracterización del Pueblo", página 77, supra.

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La gestación

Durante ciertos días de principios de 1804,un español devenidofrancés, Agustín Franco de Medina, "uno de los más ricospropietarios de Santo Domingo "según consta en su hoja de serviciosa Francia, ha estado ocupado en reclutar, a su propia costa y con supropio esfuerzo, una tropa de mercenarios entre los naturales de labanda del norte, hasta reunir unos 800 o 900 hombres'. Esta fuerzale permite convencer a Ferrand, si no es que el propio Ferrand le haencomendado esta misión como opinan algunos, de la oportunidadde una acción militar destinada a recuperar el mando de esa región,debido a que la guarnición haitiana no es verdaderamente haitiana.Es en realidad una tropa reclutada por Campo Tavares entreantiguos esclavos.

El día 15 de mayo de ese año se lleva a cabo la operación. Unacolumna francesa al mando de Deveau, ayudante de Ferrand, sepresenta sorpresivamente en Santiago en zafarrancho de combate.Esta acción, no solamente toma desprevenida a la guarniciónhaitiana, sino a la misma población de Santiago que, como esnatural, se ve obligada a abandonar esta ciudad convertidasúbitamente en campo de batalla. Semejante conducta es tan obviaque no ameritaría ser mencionada si, en las fuentes en que se relatanestos hechos, no se pusiera un sospechoso énfasis en ella-.

De ese modo participan cuatro protagonistas en la acción. Lacolumna francesa al mando de Deveau. La guarnición haitiana. Latropa de mercenarios aportada por Franco de Medina. Y, de maneravisiblemente artificiosa, la población de Santiago que se marginaobviamente de la lucha y desaparece por los alrededores delescenario bélico. Este último protagonista es el nuestro y a él ledebemos toda nuestra atención.

1 RESUMEN DE LOS HECHOS AUTENTICOS QUE SE RECOMIENDANAL JEFE DE BATALLON DON AGUSTIN FRANCO DE MEDINA, A LAJUSTICIA DEL GOBIERNO, en "INVASIONES HAITIANAS"de Demorizi,ob. cit., página 148.

2 Delmonte y Tejada, ob. cit., página 242, Tomo I1I,y García, ob. cit., página 325,Tomo 1; igualmente Arredondo y Pichardo, ob. cit.. página 147.

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De inmediato debemos considerar el hecho del abandono de laciudad. Es claro que si esta ciudad se convierte en campo de batalla,la población no combatiente -mujeres, niños, ancianos, enfermos,orate!" - deberán desalojarla sin preámbulos. Pero, en la situaciónque nos ocupa, esta lista de no combatientes debe hacerse másextensa porque es preciso considerar un sector de la población aptapara tomar las armas, que no se compromete ni tiene por quécomprometerse en la confrontación militar de dos fuerzas que le sonigualmente extrafiasl. Se supone que en el encuentro solamentedeben participar los haitianos y los franceses, estos últimosauxiliados por la tropa de naturales -pero no de naturales deSantiago- que aporta Franco de Medina y, en consecuencia, lapoblación completa de los santiagueros debe desalojar la ciudad yrefugiarse en los campos.

Es así como, a las tres de la tarde de ese día, se encuentran frente afrente los adversarios y traban un combate que dura aún toda lamañana del día siguiente, al cabo del cual quedan los francesesdueños de la plaza mientras la guarnición haitiana se ve obligada aretirarse a Haití.

Increíblemente, los franceses abandonan la plaza 48 horasdespués de haber sido conquistada y se repliegan a sus cuarteles enSanto Domingo. Un hecho premonitorio que va a repetirse,cambiando al protagonista, cuarenta años después ...

Lo que ha sucedido es que los franceses se han batido con unatropa de soldados bisoños reclutados por Campo Tavares en estaparte.

Pero lo que resulta verdaderamente insólito en esta situación noes esta fuga evidente, a todas luces indigna de su comandante, en lacual ni hay ni puede haber otro fundamento que el temor exacerbado

. 1 La afirmación de Llenas (v. supra p. 248) en el sentido de que "el Cibao volvióa losfranceses" después de las fallidas misiones al Cabo, se ven desmentidas in­mediatamente en la versión de Kerverseau (v ídem, nota 2) al afirmar éste, tes­tigo directo de aquellos acontecimientos, "desgraciadamente hay diversidad deopiniones entre ellos" a pesar de lo cual no daba "esta parte como perdida'; osea, que no faltaban motivos para darla por perdida ya. Los hechos se inclina­ron en este último sentido.

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a una revancha haitiana, sino el hecho fastuoso, incomparable, deque como resultado de la doble retirada de los titanes, toda la bandadel norte y principalmente Santiago, queda a un tiempo mismo librede haitianos y franceses'. Se ha producido un vacío de poder queemancipa gratuitamente a la población y obliga a los naturales aejercer una auto-determinación que inevitablemente conduce a unatoma de conciencia popular, inclusive nacional, y que le hadescendido providencialmente de las nubes.

Esta súbita libertad es tan plenaria que aún el mismocontingente de Franco de Medina, presumiblemente con los mismosfundamentos se evapora del escenario y quedará en algunos vagosrincones, como alegará después, "limpiando el departamento", loque resulta poco verosímil>.

Al encontrarse en poder de su propio destino, la primera medidade los naturales de Santiago es recuperar la ciudad. Un pequeñogrupo de dirigentes improvisados ardientemente, entre los quefiguran los hermanos Andrés y Melchor Rodríguez, los hijos de JuanReyes, Diego Polanco y otros, parecen percatarse de lasimplicaciones históricas de ese inesperado acontecimiento y toman lainiciativa de reagrupar a los vecinos dispersos y organizar el retornoa la ciudad, sin duda con un programa que trasciendeextraordinariamente el simple traslado.

La repoblación se opera con bastante presteza. Pronto se haceevidente que las familias más encopetadas, más o menos visiblementeidentificadas con los franceses, seguirán el rastro de la columna deDeveau hacia Santo Domingo y no se sentirán dispuestas a afrontarlos riesgos de esa situación de aparente ingravidez en que se sitúa lareorganización de la vida urbana en Santiago, ausentándose parasiempre. Es presumible que el menaje de sus residencias fuera

En el Capítulo XIV de su relato, Arredondo dice, a propósito de la retirada de loshaitianos después de la acción de Deveau que "quedaron los nuestros (losfranceses) dueños del campo y Santiago libre de negros". Olvida decir, tres líneasdespués, al consignar el abandono de la plaza a su vez por Deveau, cuandoapenas habían transcurrido 48 horas, que en ese instante Santiago quedabaigualmente libre de franceses.

2 Loe. cit.

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aprovechado para reconstruir los hogares destruidos por la metrallaporque se oyen versiones en bocas mal intencionadas que hablan de"saqueos a la propiedad': "horrorosa crisis" y "depredaciones ennombre de Dessalines" perpetradas por "malvados y ladrones ''l ...

Estas versiones aparecieron mucho tiempo después y, seguramentepara explicarlas, apareció la tesis del abandono de la ciudad porparte de la población de Santiago, tergiversando completamente sucontenido racional y su fundamento humano. Son sumamenteinverosímiles esas versiones cuando se contraponen con los hechosque se producen simultáneamente en las mismas bocas. Ya para el15de julio, día más día menos, la ciudad de Santiago ha recuperado poriniciativa propia su aspecto normal y cuotidiano. Se reabren lostemplos, funciona a cabalidad el mercado, entran y salen losmercaderes de todo el Cibao, se han reintegrado las familias másconservadoras, excepción hecha de aquellas que se sumieron en lapequeña corte francesa, con lujosas fiestas y noches de teatro,mantenida por Ferrand en Santo Domingo, o emprendieron elcamino inexorable de allende el mar. Toda esta recuperación deSantiago ha obedecido a una dirección inteligente que no haconfiado en la espontaneidad y que, como confirmación de que harespondido a un programa y de que ha sido animada por unainspiración secreta por primera vez manifiesta en términosconcretos, ha dado un paso de increíbles y fastuosas implicacioneshistóricas: haciendo acopio de armas en un campo de batalla todavíahumeante, se ha dado cuerpo a un aparato defensivo, un ejércitopropio, al frente del cual se coloca una flamante oficialidad,íntegramente compuesta por naturales. Melchor Rodríguez, por loque podemos saber en una mención de pasada, sale de Capitán.Serapio Reinoso, irá de Coronel, porque con ese título aparece enuna línea perdida. Es, como quiera que se quiera ver, el primerejército de la patria...

Y uno se pregunta entre paréntesis, ¿no resulta reconfortantedescubrir ya en estas primera páginas los gérmenes de una voluntadpopular, cuando desde la más remota infancia ha sido nutrido unocon una constante prédica, consciente o inconscientemente dirigida aconvencemos de que brotamos de una nacionalidad incolora,

I Véase nota 2, pág. 255.

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desprovista de esos atributos que engalanan a todos los pueblos;cuando se nos ha contrapuesto incesantemente al vecino, como unpaís de cobardes sometidos a su iniciativa, sobrecogidos de terrorante un antillano como nosotros, capaz de gobernarse y de gobernarcontra la voluntad de las grandes potencias imperiales y a quien hadebido pintarse como un monstruo extraterrestre para justificarnuestra actitud implorante frente a otras naciones, supuestamentecapaces, a cambio de girones de nuestro hermoso territorio, delibramos de la perdición? ..

Es claro que todavía no hay patria. La noción de patria implicala confrontación con fuerzas extranjeras. Pero este núcleo primitivose crea precisamente para esa eventualidad y, por consiguiente,indica y avanza ya una estructura patriótica.

Tampoco puede afirmarse rotundamente que estamos en lapresencia claramente discernible y rigurosamente delineada delpueblo. Hasta ahora se trata de una población que se encuentrasumida en un estado de auto-determinación forzosa, en medio deunos acontecimientos que le sobrevienen como una catástrofe. Perohay allí un germen de soberanía, si se quiere diminuta, pero efectiva,decidida y militante.

Importa poco que ella esté basada, más que en el poder material,en ese instinto de "juego" que, según Schiller, anima a los pueblos ensu infancia. Lo que importa es que en esos momentos el pueblo estátomando conciencia de sí mismo.

"La conciencia de sí mismo se obtiene, ha dicho Hegel, de dosmaneras: una teórica, la otra práctica..."

Hasta aquí se trata solamente de la teórica. Falta pues que estaconciencia popular se reconozca a sí misma en la práctica, severifique en forma de voluntad activamente dirigida a transformar elmundo circundante por medio de la acción.

y no tardará en ocurrir de esa manera...

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El nacimiento

Durante estos mesesel pueblo santiaguero, pero también MonteCristy, La Vega, Cotuí, toda esa banda hasta Samaná, la mitad delterritorio de la antigua parte española, ha conocido la libertadabsoluta y ha disfrutado de su incomparable euforia.

Es entonces cuando Ferrand se percata de que no ha habidorevancha haitiana. Se convence, por esa línea de razonamiento quelos americanos I1aman "wishful thinking" -el calcular a la medidade los deseos- de que no la habrá nunca. Y, ni corto ni perezoso,envía de nuevo a su ayudante Deveau con un destacamentoaguerrido, debidamente instruido en el sentido de arrebatar a lossantiagueros esa libertad que inevitablemente tiende a hacersedominicana -y que a la larga le costará la vida- y restituir eldepartamento del Cibao a su autoridad imperial.

Deveau llega efectivamente a Santiago y comienza por instalaren la presidencia del Concejo departamental al célebre AgustínFranco de Medina, a quien también a la larga le costarán la vida estasaventuras. Esto significa que el "juego" de los cibaeños a laautodeterminación ha concluido.

Un par de meses de esta nueva situación resultan suficientespara establecer diferencias entre un régimen de autodeterminaciónpopular y un régimen de dominio imperial colonialista. A ojos vistas,la experiencia resulta intolerable para el "estado llano ", como lodenomina Delmonte y Tejada.

Efectivamente, el día 15 de octubre de 1804 se produce unlevantamiento popular que pone en evidencia la naturaleza delmomento histórico y le impone su carácter.

La oficialidad del aparato militar nativo se pronuncia contra losfranceses y, sacándole provecho al elemento sorpresa, ocupasucesivamente la casa de Gobierno (la de un vecino rico llamadoAntonio Pichardoj!'¡ Vivac y el Cuartel. Melchor Rodríguez,

Este Antonio Pichardo puede haber sido el abuelo materno, uno de los más ricos

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asistido de su hermano Andrés, se apodera del depósito demuniciones que se encuentra a la salida de la ciudad y reparte armasdurante el combate.

y así tenemos constituido un pueblo en armas. No muy lejos deese punto de fervor se encuentra la noción auténtica de la patria...

En el primer momento los franceses creen que se trata de larevancha haitiana temida y esperada. Y se someten fácilmentes.Pero Franco de Medina viene en su ayuda, brotando de las sombrascon su tropa de peones armados. Con este refuerzo y, sobre todo, conla certidumbre de que no se trata de los haitianos, los francesestruecan la inhibición en coraje y la humillación en denuedo. Y rompela batalla.

El choque resulta increíblemente violento. Aquel pueblo enciernes, compuesto por los naturales de Santiago, a quienes en estemomento incomparable llamaremos orgullosamente "los nuestros':pone de manifiesto la decisión suprema de restablecer su "pequeñarepública"con el temple de la causa popular. Durante toda la noche,una noche oscura como boca de lobos, se empeña en un combateferoz. Los franceses, con toda su carga de experiencia, tienen quehacer frente a un combatiente severo que no rehusa el combate y que,por el contrario, responde con infinito denuedo. Yaen la madrugadase hace notorio que la victoria lo acompaña y los franceses,confundidos en medio del humo con los naturales de Franco deMedina, de los que no se sabe en qué dirección disparan sus armas',

propietarios del Cibao, a quien se refiere Arredondo y Pichardo, o acaso un tío, oen todo caso un pariente cuya vinculación con el francés, extensiva al propioautor de las MEMORIAS. se hace evidente por la cesión de su casa para asientodel Gobierno francés.

2 "Franco supo que ha estallado un motín en Santiago, que el General Deveau estáasediado en su casa y que había el propósito de asesinar a losfranceses. El/lega aSantiago y liberta a Deveau y a 10sfra'lceses"(RESUMEN DE LOS HECHOS,ob. cit.). Arredondo pretende que la funa combativa de los franceses se debió aque creyeron "que los naturales estaban combinados con los negros". No esverosímil. Por menos que eso, simplemente una noticia falsa, determinó suabandono de la plaza el 15 de mayo.

3 "Al amanecer, cuenta Delmonte y Tejada, vieron con indecible sentimiento unos

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se ven forzados al repliegue, aturdidos y humillados cuando nogravemente heridos.

Un testigo presencial refiere que "los naturales y franceses, enuna noche oscura, metieron mano a lasarmas despedazándose comoleones . . . " y este juicio es importante porque proviene del enemigo,nada menos que de Arredondo y Pichardo, un "natural'í cue llama alos franceses "los nuestros", lo cual puede ser justo si el dueño de la"casa de gobierno" ocupada por los franceses, Antonio Pichardo,resultara tío suyo o pariente en algún grado, lo que es sumamenteprobable. El caso es que si los criollos se batieron como leones,careciendo de esa melena legendaria que los dioses habían otorgadotradicionalmente a su enemigo, entonces no queda la menor duda deque tenemos en las manos las más puras resinas de la epopeya...

Al despuntar la aurora había 27 cadáveres tendidos por tierra.El testigo sólo recuerda uno: "un hijo de Puerto Plata': No recuerdaa ningún hijo de Santiago. El de Puerto Plata pudo haber venido conFranco de Medina. Tal vez era de los nuestros, un mártir de la causahistórica de nuestro pueblo. Pero, de todos modos, su testimonioinduce a pensar que los 26 restantes eran franceses...

Como resultado de esta acción, el poder, que al mismo tiempoque procede del pueblo constituye históricamente al pueblo, se ejerceen toda su plenitud. El oficial francés Deveau queda detenido conotros oficiales de su tropa y reducido a la impotencia en los cuarteles.Su destino inmediato es difuso en las fuentes pero consta que fuesumariado por Ferrand con 22 cargos, y que la culpa se hizo recaermás o menos artificiosamente en una carta que el obispo francésMauvielle, adversario de Ferrand, había dirigido con los másabsurdos y candorosos objetivos. "Todo lo produjo la malditacarta ': cuenta lloroso el testigo con mucho sabor criollo y pocosentido de la Historia.

y otros el estrago que entre sí se habían hecho los que militaban bajo una mismabandera "(ob, cit., página 242) Se sobreentiende que "los que militaban bajo unamisma bandera eran los franceses y los naturales mercenarios de Franco deMedina. Para los santiagueros no pudo haber confusión, puesto que estabanjuramentados para llevar a cabo la acción. Arredondo los llama (página 150 desu obra) "los juramentados ".

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Pero mucho más importante que eso es la constituci6n degobierno propio por parte del pueblo en armas. Para llegar a estepunto el procedimiento que sesiguees el de la elecci6n popular yésta,que es la primera de que se tiene noticias en el país, recae en JoséSerapio Reinoso y del Orbe, natural de La Vega,quien vienea ser asíel primer gobernante nativo elegido libremente y popularmente en elpaís.

"Juró en medio de la plaza, frente a la tropa yen el centro de toda lapoblación alborozada..."

El mismo testigo a quien debemos esta informaci6n tanfabulosa, nos refiere que la victoria arrojó sus frutos más hermosos,afirmándose sobre esos hechos que se fijan indeleblemente en laconciencia de los pueblos:

"Cambió la situación de tal modo con sus medidas de orden. abasto,conciliación y defensa que Santiago se convirtió en un centro animadoy próspero..."

y agrega:

"Así estuvimos los meses de octubre, noviembre, diciembre de 1804ycasi febrero de 1805... "

Cuarenta años después, cuando se instituye definitivamente laRepública Dominicana, no seria tan neta y tan indiscutible lavictoria de los seibanos contra Haití, y mucho menos la del 19 demarzo tan sazonada como equívoca, como lo es en esta ocasi6n la delos cibaeños contra Francia.

y debe tenerse en cuenta un elemento fundamental: esta victoriaes la primera que alcanzan los naturales de esta tierra con las armasen la mano, sin más ayuda que su decisión de vencer, no contra unvecino insular, sino contra el sistema colonial europeo en suconjunto, encamado en este país por las tropas napoleónicas en lacumbre de su poderío y de su prestigio de vanguardia.

Los extractos proceden de la obra de Arredondo mencionada, páginas ISOy151,passim.

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Decididamente, el15 de octubre de 1804es una' fecha quejamásdeberá ser olvidada por los hijos de esta tierra turbulenta...

Sin embargo, este episodio tan fastuoso, tan entrañable, tancargado de enseñanzas patrióticas y tan estimulante yenorgullecedor, no ha sido celebrado nunca por la historiografíaconvencional, a pesarde que en él se hunden las raíces más profundasde la nacionalidad dominicana.

Dos razones principales la han sumido en la conspiración delsilencio:

Una, los errores que condujeron a la tragedia de su desenlace, entorno a los cuales la crítica histórica ha preferido tender una cortinade humo.

Otra, la peor, la circunstancia de que la historia no la escribenlos pueblos sino, por lo general, sus enemigos, en cuya virtud laversión de los hechos ha sido deformada de la manera más burda, sindetenerse siquiera ante la calumnia.

Debemos referirnos de inmediato a la una y seguidamente a laotra.

7

Estamos ahora en los albores de 1805. Ha llegado el momentoescogido por Dessalines para dilucidar el problema del poder en laIsla entera. Significa todo un año discurrido desde la capitulación delos franceses y él no deberá sorprenderse si descubre que el milagro,como la esperanza, acompaña siempre a los débiles.

Ahora el Emperador es Dessalines y los débiles son losfranceses. Emperador quiere decir Napoleón, porque la coronaciónde Dessalines es la traducción haitiana del personaje que acaba decoronarse en Francia. Ycon esta semántica, hace descender sobre losfranceses no evacuados de aquí, un formidable ejército que trae todala aureola de invencibilidad que un año atrás traía la expedición

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napoleónica. Los signos cabalísticos tienen ahora su programa desorpresas completamente invertido, pero conservan su lógica...

Este Ejército, dotado de una movilidad impresionante porqueno desplaza armamento pesado sino armas livianas, parte divididoen dos columnas que se dirigen a Santo Domingo. Una toma elcamino de Santiago al mando de Cristóbal. La otra el de la Capital almando del Emperador. Para seguir a este Ejército, la atención deberádividirse también en dos columnas...

La de Santiago llega a las afueras de la ciudad en un momento degran significación popular porque, como sabemos, la poblacióndisfruta de su pequeña libertad. Se vive patrióticamente al margen detodo poder extraño y, sin duda, se desea seguir viviendo de esamanera. Pero ese deseo arrastra un conflicto.

Desde su prisma revolucionario, los haitianos estiman que lossantiagueros deberán facilitarles el paso a través de Santiago enforma amistosa, toda vez que no vienen a combatirlos a ellos sino aun enemigo común, -el francés- en la Capital'. Y, con ese espíritu,se recibe una embajada de Cristóbal, cuyas tropas se encuentranacampadas al otro lado del río que antecede a la ciudad, listas paraefectuar el tránsito tan pronto como se reciba la autorización pediday esperada.

Pero en Santiago se ven las cosas con otro prisma. Si hemos deatenernos a la información que nos proporciona el omnipresenteArredondo y Pichardo, la embajada de Cristóbal fue recibida en casade Serapio Reinoso, que era el comandante a quien los "naturales"habían otorgado su confianza, y allí fue aparentemente aceptada lasolicitud haitiana.

La solicitud de autorización por parte de los haitianos, certificada por la larga yconmovida carta dirigida por ellos bajo la firma de Campo Tavarez (Véaseinfra pág. 267), involucra un principio de reconocimiento de la soberanía delGobierno encabezado por Serapio Reinoso en la banda del norte oDepartamento del Cibao. Este reconocimiento, que no le fue acordado a laIndependencia Efímera de 1821, da la justa medida del alcance que tenía lanaturaleza popular de ese Gobierno. Y constituye un testimonio que no hadebido pasar inadvertido jamás por la historiogra.fía convencional en nuestropaís.

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Sin embargo, posteriormente, se optó por la resistencia,desestimando las consideraciones del comisionado enviado porCristóbal.

Siempre ateniéndonos a ese testimonio y sin abandonar lavigilancia extrema que impone su pluma mediatizada, parece que elculpable de esta decisión extremista fue el mismo Serapio Reinoso yes tal vez de ahí de donde parte la opinión de que era un afrancesado.Dice Arredondo que "aunque en la reunión habida en casa deReinoso todo pasó, desoyendo los consejos del comisionado sedecidió hacer resistencia como consecuencia del hecho del 15 deoctubre de 1804. Reinosopreferia la muerte a que se leconsiderara enconnivencia con los negros. . . "

No hemos olvidado lo que pasó el 15 de octubre. Simplementelos "naturales" expulsaron a los franceses después de una cruentalucha que otorgó finalmente el comando de las tropas vencedoras aReinoso. Lo que parece indicar Arredondo y sostiene Delmonte esque Reinoso quería evitar que la autorización al tránsito amistoso delos haitianos pudiera ser interpretada como adhesión o connivenciacon ellos. Y, para evitar ese entuerto, lo aconsejable era cerrarle elpaso a Cristóbal.

Pero a nosotros no nos atrae perdernos en los laberintos de laconducta individual. En todo caso nos ofrece un interés secundario.Lo primario aquí es el pueblo. Y, precisamente, el pueblo se adhirió ala decisión personal de Reinoso. Según afirma nuestro testigo,"todos S~ adhirieron a su resolución sin acordarse de lospeligros . . . "

Y esto sí que es importante. La determinación colectiva fuematerializada objetivamente en la lucha y la única explicación que lalógica de los acontecimientos y la secuencia histórica permite, es la deque el pueblo fue empujado al sacrificio por su tenaz empeño, que yase había materializado también frente a los franceses, de conservar suautonomía y permanecer igualmente desligado de los respectivosintereses de los franceses y de los haitianos. El balance que taldeterminación arroja aún cuando una visión más serena habría

I Ob. cit., página 151.

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salvado tal vez la auto-determinación es siempre POSItIVO,cualquiera que sea su desenlace, porque expresa la voluntad delpueblo de constituirse históricamente en términos de lucha, "sinacordarse de los peligros ". Así contemplado el conflicto, nos permitereconocer el nacimiento del pueblo y retrotrae ese acontecimientonatal, sin duda el más importante de la historia de ese pueblo, a lafecha ardiente e inmemorial del 15 de octubre de 1804.

8

Las palabras de Campo Tavares desde las orillas del Vaque sonsuficientes para darnos un cuadro patético de la situación:

"Yo soy del país en que vosotros nacísteis. Yo he sido compañerovuestro, yo no podré prescindir del afecto que les he merecico siempreyen todas las épocas. Tengo todavía parientes en ese suelo que va adestrozarse. Venero a aquellas personas que siendo su esclavo, metenían siempre sobre el rango de la clase libre, dispensándome suscuidados y atenciones, como si procediese de ellos mismos. Viveaún elseñor Vicario don Pedro Tavares y sus hermanos, cuyo apellido llevo.Tengo mil motivos de compadecer la suerte de ustedes y deinteresarme por su tranquilidad y futura conservación. Sé lo que va asuceder. Conozco la situación en que se hallan. Veo las fuerzas delejército a que vengo unido. He penetrado sus intenciones. Sontemibles las órdenes que tenemos y muy rigurosas para el caso deencontrar oposición a nuestro tránsito, así como son también fuertescontra la tropa cuando se desmande, o sea cuando cualquiera deustedes sea ofendido en lo más leve por uno de nosotros, las cualesserían evitadas dejando libre el paso que queremos para la capital, abatirnos con los franceses que la ocupan. Esto nada más quiere elgobierno indígena. Abran los ojos, reflexionen. No se dejen alucinar,ni se preocupen. Yo les hablo como amigo, como español y comopaisano. El jefe nuestro está de buena fe; pero se indigna hasta elextremo cuando piensa que se han de poner obstáculos a su tránsito.La suerte de ustedes es lastimosa, sino piensan como deben en estenegocio para ustedes vital. Sentiré en lo infinito de mi corazón llegar ami patria a inundarla de sangre y dejar a mis amigos yertos en mediode sus calles y plazas. Esto va a suceder irremisiblemente. Sólo con laprudencia lo podrán ustedes evitar. Pongo a Dios por testigo que endarles este aviso no tengo otra intención, ni me lleva otro interés que elde salvarlos y salvar tantos inocentes como van a exponerse dentro dedos horas a ser sacrificados por un capricho el más temerario ydesatentado. No traten de resistir, vuelvan pacíficamente al seno de sufamilia sin el estruendo de las armas, y se convencerán de que esteconsejo no es más que afecto del ánimo y de la gratitud. Si así no lo

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hacen cuenten con su exterminio. No es posible imaginarse otra cosa.Allá va una nueva embajada, compuesta de dos sujetos que les son austedes conocidos. Denles una contestación conforme, y cuenten conla seguridad de sus casas, personas y propiedades. Ya me despido devosotros, queridos amigos,y voy a incorporarme al ejército que tenéisa la vista, con la dulce esperanza destinada por estos antecedentes, quecontrarían las órdenes pronunciadas. Adiós'.

9

La tropa pasó sobre la sangre derramada y así concluyó aquellabella experiencia de nuestro pueblo, encaminada a darse un régimende poder, emanado de su propia voluntad.

Fue un sacrificio ingenuo pero hermoso.

Si bien pudieron ser evitados los dolores del parto, hoy no debenimportarnos aquellos dolores sino el parto.

Los dolores pasaron, vinieron otros, nunca cesaron de maneradefinitiva y tal vez no han cesado todavía.

La sangre se secó, volvió a ser derramada y tal vez tenga queseguir siendo derramada todavía.

Pero la criatura sobrevivió y ese nacimiento debe ser conocido yconmemorado. Porque el nacimiento de un pueblo es unacontecimiento de toda la Humanidad.

10

La segunda columna siguió su marcha volandera hacia laCapital y una vez allí, cerró el bloqueo a los franceses. La falta dearmamento pesado impedía romper las murallas y lanzarse al asalto.Mientras llegaba la artillería adecuada desde Haití, los defensores delos fuertes debían ser ablandados por el hambre. Pero el milagrotiene su propia lógica.

Arredondo, oh. cit., pág. 155.

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Cuando todo indicaba que no había otra alternativa que lacapitulación, una escuadra francesa que hacía un recorrido de rutinay que ignoraba que en esta Isla existiese aún una colonia francesa,decidió inesperadamente la situación.

Dessalines pensó que se trataba de una nueva expediciónenviada por Francia y con muy ponderado juicio consideró que ladefensa estaba en Haití,junto a su pueblo. Sin detenerse un segundolevantó el sitio y emprendió la retirada.

y así ocurre la tercera devastación.

Nadie mejor que el propio Dessalines, con la ventaja de que seelimina todo ingrediente subjetivo, podrá explicamos en quéconsistieron las acciones devastadoras:

"Veréis que, si una operación comenzada bajo los más felicesauspicios, no ha sido coronada con un completo y cabal buen éxito, osqueda, al menos, el consuelo de pensar que la ciudad de SantoDomingo, único lugar que sobrevive a los desastres de la devastaciónque propagué a considerable distancia en la parte antes española, nopuede servir por más tiempo de refugio a nuestros enemigos ni deinstrumentos de sus proyectos.

"Hay una verdad que no admite duda: donde no hay campos no hayciudades.

"Se desprende de este principio, que habiendo sido tomada a fuego ysangre toda la parte exterior de Santo Domingo, el resto de loshabitantes y de los animales, arrancados de su suelo y conducidos anuestra patria, la ventaja que el enemigo se proponía alcanzar desdeeste punto de mira, resultó si no completamente nulo por lo menosinsignificante: consideración que aumenta los otros frutos que hemosrecogido de esta expedición... "

Estas palabras proceden de una "Alocución del Empera­dor al Pueblo, a su regreso de Santo Domingo ", pronunciadaen el Cuartel Imperial de Laville, el 12 de abril de 18051•

Dessalines. Alocución del Emperador al pueblo, a su regreso del sitio de SantoDomingo. Cuartel Imperial de Laville, 12 de abril de 1805. En "INVASIONESHAITIANAS". ob. cit., página 105.

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En el Diario de Campaña de Dessalines, fechado en el mismolugar yel mismo día se dice que

"En virtud de las últimas instrucciones de S. M. dejadas a variosgenerales, éstos empujaron delante de ellos al resto de los habitantes,de los animales y las bestias ... redujeron a cenizas las pueblos, aldeas,hatos y ciudades, llevaron por todas partes la devastación, el hierro yel fuego, y no perdonaron sino los individuos destinados por S. M. aser conducidos como prisioneros... "1

Esta tercera destrucción a fondo de los recursos económicos dela infortunada colonia, se produjo exactamente 200 años después dela primera. En sustancia no era sino su continuación inevitable. Poruna concatenación impresionante de los acontecimientos, la devas­tación de las ciudades del norte y la siguiente devastación de lacolonia en su totalidad, debía imprimir una especie de destino que serepetiría incansablemente.

De nuevo tendría que emprender el pueblo el camino de surecuperación. Pero esta vez hay un elemento nuevo que tuercecompletamente el sentido de la narración. Ha nacido un pueblo quetiende a convertirse de manera definida y universal en el pueblodominicano.

y esto es lo importante.

Lo demás, incluyendo las más grandes derrotas y lasfrustraciones más paralizadoras, es lo episódico. A veces, y porsupuesto debido a que se trata de nuestro pueblo, es también lainfamia.

Veamos a continuación cómo se teje la infamia.

1 Idern, página 109.

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En toda la historiografía nacional la figura indudablemente demayor influencia ha sido don Jose Gabriel García, a quien se debe losconvencionalismos en que ella se ampara. García miraba por los ojosde aquella clase social que calificaba como la más distinguida ya laque consideraba como la protagonista de la historia patria. Ensalzósus triunfos y justificó sus errores. La exoneró de su falta depatriotismo. Y al mismo tiempo ignoró al pueblo, cuando no learrebató sus grandes glorias para otorgárselas graciosamente a suclase social favorita. Así se explica que tributara los más grandeselogios al General Ferrand, aún a sabiendas de que era unrepresentante feroz de la rapiña colonialista y un enemigo sustancialde su país. Se entregaba a él con la actitud de aquellas criollasdescritas por Lemmonier-s-Delaffosse, un francés ensimismado de laépoca: "Nada, absolutamente nada podría dar una idea de la dulzuramelancólica y ondulosa de su posición, cuando, acostadas en un sofáy rodeadas de ate/mas esclavas, parecen querer evitar el cansancio deuna palabra. . . Deliciosas criaturas. de las que podría decirse quehabían nacido para ser reinas . . . ". En esos mismos momentos elpueblo cibaeño estaba forjando la nacionalidad. Pero García dirigíasus ojos fascinados hacia la pequeña corte dominicana del GeneralFerrand y encontraba que allí todo era perfecto:

"En lo único que anduvo desacertado -dice después de con­sagrarle un panegírico que consume cuatro apretadas páginasde su compendio (324 y siguientes)- fue en el nombramien­to de comisario principal de policía de la ciudad de Santo Do­mingo, que por desgracia hizo en Gallardo, abogado español demucho talento, que con sus excesivas crueldades e injusticias se hizode tal modo memorable en el país, que su nombre pasa de generaciónen generación como el de un modelo de iniquidad. Tan cruel comoinjusto, sólo atropellaba a la gente pobre y a los hombres de color, aquienes declaró una hostilidad irresistible. La clase acomodada noestaba al alcance de sus tropelías porque todos los dominicanosvisibles por su nacimiento, por su riqueza o por su saber, que nosiguieron las armas españolas, se habían adaptado de tal manera a la

1 "Las Criollas Blancas", imagen de las damas que animaban los ocios de losocupantes franceses de Santo Domingo en 1804, en la página 128 de "LaSegunda Campaña de San 10 Domingo" por J. B. Lemmonnier Delafosse.Santiago, 1946.

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situación en vista de las garantías que le prestaba, que eran el másfirme apoyo de ella, estrechando cada vez más sus relaciones con lasautoridades francesas, especialmente con Ferrand, a quien dabansingulares pruebas de adhesión y de afecto personal. .. "1

García afecta ignorar que las órdenes de Gallardo las recibía deFerrand. Y ese afán justificador, un si es no es glorificador, le impidióconsignar en su historia las hazañas del pueblo cibaeño. Es claro queestaba perfectamente informado de aquellos acontecimientos demanera más documentada que Arredondo y Pichardo y queDelmonte y Tejada, que también se ocuparon en ellos. Exactamenteen la página 331 y pasando a la siguiente, consigna en unas breveslíneas que "el coronel Serapio Reinoso del Orbe, mandaba porelección popular el departamento del Cibao'? Pero volatiliza enabsoluto la elección popular, con la inmensa importancia que unhecho como ese presenta a un historiador. Borra de un plumazo lapresencia del pueblo cibaeño y, dedicándole media página a losacontecimientos, acumula sobre este pueblo las más intolerablesaseveraciones:

"En donde más dificultades encontró que vencer -nos dicerefiriéndose a Ferrand- fue en el Cibao, víctima a la sazón de lasdepredaciones ejercidas en nombre de Dessalinescontra la propiedady el reposo de los ciudadanos; pues aunque mandó a su ayudanteDervaux con el capitán don Domingo Pérez Guerra, y estos lograronbatir la guarnición haitiana y posesionarse del departamento con latropa que llevaron, el pánico producido a poco por la falsa noticia deque numerosas huestes marchaban a vengarse ocasionó una fuga tandesordenada entre las familias, que fue causa de que seexperimentaran en Santiago, La Vega y Cotuí, donde seaprovecharon los malvados y los ladrones, que en igualescasos nuncafaltan para hacer una buena cosecha, siendo necesaria la valiosacooperación de don Andrés y don Melchor Rodríguez, de don DiegoPolanco y de otras personas importantes, para que los vecinosvolvieran a congregarse... "3

Esta es su narración de los acontecimientos. De acuerdo con

García, COMPENDIO, ob. cit., página 324.

2 Idem, página 331.

3 Idem, página 325.

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ella, Derveau fue a Santiago, no a someterla a la coyunda francesa,sino a reprimir "las depredaciones ejercidas en nombre de Dessalinescontra la PROPIEDA D Y el reposo de los ciudadanos ': Ahora bien,estas "depredaciones" son ejercidas por "los malvados y losladrones" cuando las familias de Santiago emprendieron una fugadesordenada a consecuencia del"PANICOproducido a poco porlafalsa noticia"de que venían los haitianos. Estos malvados y ladronesactúan "en nombre" de Dessalines y sólo la cooperación de losRodríguez, Polanco y de otras personas IMPORTANTES hizoposible que los vecinos regresaran.

Aquí la falsificación de los hechos es nutrida. Las familias nohuyen por el PANICO producido por esa noticia falsa. En realidadabandonan la ciudad ante el enfrentamiento de dos ejércitospoderosos, la columna de Derveaux y la guarnición haitiana. Elsentido común indica que las mujeres, los niños, los ancianos, loscuras yel resto de la población no combatiente tiene que desalojar elcampo de batalla. Inclusive ningún natural de Santiago estabacomprometido en esa lucha. La tesis del pánico, inventada comosabemos por Kerverseau, ha sido adoptada febrilmente por García yla aplica reiteradamente para calumniar consciente oinconscientemente a nuestro pueblo. Yno solo por él. Nace y renaceen las más inesperadas rendijas como la yerba mala...

García calla el nombre de la verdadera víctima del pánico: quienhuyó por una falsa noticia atribuida en ese sentido al obispo francésMauvielle, fue precisamente la columna francesa y Derveaux, sucomandante, tuvo que hacer frente a 22 cargos por la indignidad desu conducta. No fueron las familias santiagueras sino las tropas deFerrand al mando de Derveaux, las que huyeron ante una noticiafalsa de revancha haitiana. Así lo afirma Delmonte y Tejada, cuyaobra fue profundamente estudiada por García:

"...corría la voz de que los negros que tenían tropas disponibles en lacolonia, venían seguidamente a vengarse, y creyó prudente Mr.Dervaux evacuar la ciudad como lo hizo a los dos días..."1

Delmonte y Tejada, ob. cit., página 241.

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y también Arredondo y Pichardo: .

"Quedaronlosnuestros (los franceses) dueñosdelcampo ySantiagolibre de negros. Esto ocurrió un 15 de mayo y como las fuerzasnuestras (las francesas) eran tan cortas y los recursos muyremotospara reponerlos de lacapitalqueestabamásde60leguasde malísimoscaminos, fue necesario a los dos días, jueves a media noche,abandonar la plazaporavisosecreto que tuvoeljefede queertviabanun refuerzo de cinco mil combatientes para reasumirla y tomarsatisfacción de lo ocurrido..."1

De modo que se trata de un pánico francés, no cibaeño. Lapoblación de Santiago no abandona la ciudad cuando el jefe francésrecibe la falsa noticia del avance haitiano puesto que ésta le llegó "poraviso secreto "y abandonó la plaza "jueves a media noche ': de modoque nadie pudo enterarse. Lo que indica el sentido común es que lapoblación abandonó la ciudad ante la inminencia de unaconfrontación militar cuando llegó la columna francesa enzafarrancho de combate. Y no cabe la menor duda de quecontinuaría haciéndolo en la medida en que siguiera convertida en uncampo de batalla. Invocar el pánico popular y silenciar el pánicomilitar, sólo puede deberse a la mala intención. Lo que debíadespertar el interés del historiador en esa situación no ha debido serla retirada de la población, sino el hecho histórico fudamental, laretirada prácticamente simultánea de haitianos y franceses. Valedecir, la libertad.

García no solamente conocio sino que también COpiOliteralmente a Delmonte y Tejada cuando le pareció conveniente.También este autor posee la visión deformada que posee García de larealidad. Por esa razón es útil evocar su versión de este momento.Según él los vecinos abandonan la ciudad cuando el jefe de lacolumna francesa, Derveaux, opta por evacuar la plaza. En tal casosería una conducta sehsatá pues no debe permanecer la poblacióncivil allí donde huye despavorida la guarnición militar, pero estamisma versión resulta inaceptable si se considera que esta poblaciónque supuestamente huye entonces, había resistido antes los combatesy, sin especulaciones, en los hechos documentados, ha permanecido

Arredondo y Pichardo, ob. cit., página 147.

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varios meses en la ciudad ocupada por los haitianos sin trastornos ysin miedos. Delmonte dice:

"Entonces fue (a raíz de la evacuacion francesa) quedesampararon los vecinos sus hogares y se dirigieron a SantoDomingo y otras poblaciones que creyeron más seguras. Fueroninmensas las desgracias que experimentaron Santiago, La Vega yCotui. Saquearon las casas y propiedadesabandonadas los malvadosy ladrones. (Obsérvese que García copia literalmente) Pocodespués regresarona Santiago aquellosvecinos que no habían podidoalejarse, pero no volvieron las familias más distinguidas del país.Convencidos de que no había salvación posiblepara la patria (?), laabandonaron y de Santo Domingoemigraron para las islas de Cuba,Puerto Rico yTierra Firme,quedandodesdeaquellafechareducidalapoblación a los vecinos del estado llano... "1

iLos vecinos del "estado llano"! Muy claro. El estado llano quehizo irrupción en la historia durante la Revolución francesa y seconstituyó como "pueblo" para toda la Eternidad. Precisamente, esese el que allí, en Santiago de los Caballeros, materializó la hazaña desu propia constitución histórica y al que tanto García comoDelmonte dan la espalda y sumergen en el abismo de su desprecio. Niellos, ni Arredondo y Pichardo, ni el anónimo redactor del"Resumen de los Hechos auténticos que recomiendan al Jefe delBatallón don Agustín Franco de Medina a la Justicia del Gobierno"donde también se cuentan estos hechos, estaban de su lado.

No obstante, la verdad suele resplandecer aun a través de lasrendijas que no alcanzan a tapiar estas falacias. Delmonte desmientelas aseveraciones de García respecto al carácter del abandono deSantiago por parte de la población. Refiriéndose a las personassupuestamente "importantes" que éste menciona, Delmonteconsigna lo siguiente:

"Entre los que mássedistinguieronentoncesfuerondon AndrésydonMelchor Rodríguez, los hijos de Juan Reyes y otros que, animadospor el amor de la patria volvierona congregarse, formaron compañíasy acopiaron municiones con el objeto de defenderse...2

1 ':lb. cit., página 241.

21 Idem.

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Quiere decir .que ellos no congregaron a los vecinos dispersossino que se congregaron ellos mismos "animados por el amor de lapatria': lo que significaquerroeranfugitivos sino patriotas y ,porqueconviene acentuarlo, se congregaron allí mismo para formarunidades de combate y acopiaron municiones, no para defendersesino para atacar, como efectivamente lo hicieron, derrotando aDerveaux, rechazando arma en mano, los objetivos del imperiocolonial francés, y estableciendo el poder popular netamentecaracterizado con todos sus. atributos históricos. Esta hazañaincomparable merece justamente la veneración de las generacionespresentes y venideras.

Pero, al mismo tiempo, crea una responsabilidad. Losvenerables fundadores de la historiografía nacional, no han escrito lahistoria del pueblo dominicano sino la de las familias másdistinguidas del país. Esto, claro está, no es censurable. Las familiasdistinguidas tienen también su historia y no pocas veces coincide conla del pueblo. Cuando eso ocurre, constítuyen el pueblo. Perocuando se asocian a los enemigos del pueblo. y huyen en su compañía,esta fuga no debe atribuírsele al pueblo porque de este modo no seescribe sino que se falsea la historia. Entonces no se le debe llamarhistoria sino infamia. La historia que deberá escribirse no es otra quela historia del pueblo dominicano. Porque la historia de la RepúblicaDominicana no es la de sus sectores más conspicuos, ni siquiera la desus miembros más destacados ni la de sus héroes másdeslumbradores ni la de sus gobernantes más poderosos ni la de susregímenes más opulentos ni la de sus guerras más espectaculares ymenos aún la de sus derrotas y sus frustraciones. Sino la historia desu pueblo. La de sus victorias y sus esperanzas...

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CUADRO DE HONOR

Los siguientes son los nombres de los héroes que protagonizaron es­te formidable momento de la historia patria:

José Serapio Reinoso y del Orbe(Jefe de Gobierno)

Andrés RodríguezMelchor Rodríguez(capitán del pueblo)

Hijos de Juan ReyesDiego Polanco

Los Miembros del Cabildo:

Francisco EscotoJosé de RojasJuan Curiel

José Núñez del MonteNorberto Alvarez

Antonio RodríguezBIas Almonte

AD PERPETlJAM REI MEMORIAM

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DEVA8TACION IV

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Consecuencia: Planteamiento de laIndependencia Nacional Dominicana

La cuarta, y por fin la última gran devastación del territorio,tiene lugar a raíz de la guerra emancipadora de 1808 a 1809,contra ladominación francesa.

Esta guerra -impropiamente denominada de laRECONQUISTA para quienes la miran en función de España,siendo una guerra liberadora y revolucionaria vista en función delpueblo- viene a ser la contrapartida capitaleña de las accionespopulares del ferviente Santiago de los últimos meses de 1804 yprimeros de 1805. A Serapio Reinoso corresponde ahora JuanSánchez Ramírez, un consumado "hatero" del Este, aunque oriundodel Cibao, como protagonista principal.

La guerra configura dos grandes ejes que se entrecruzanimaginariamente sobre el territorio de la Isla: un eje transversal, dearriba a abajo, que se expresa como frontera entre las dos nacionesque la comparten, Haití y Santo Domingo; y un eje longitudinal quela recorre de izquierda a derecha, desde el Mole de San Nicoláshasta la Bahía de Samaná, y que en ambos países separa el Norte yelSur.

Objetivamente se verá en esos momentos en Haití, un reino en elNorte con Cristóbal a la cabeza, y una república, con Petión en elSur.

En Santo Domingo ese eje longitudinal imaginario separa elDepartamento del Cibao en el Norte, que se ha definido contraFrancia en 1804, y el Departamento del Ozama, en el Sur, queemprende ahora esa tarea.

La intensidad de esa línea subjetiva dependerá del grado deintensidad de la conciencia nacional, que precisamente empieza a

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materializarse en esos días, y tenderá a disiparse en la medida en quelos pobladores respectivos de esa regiones se identifiquen y sereconozcan, cada vez más claramente, como dominicanos.

Todavía en 1808,y es una impresión que se sustenta en el planoimaginario desarrollado por esos dos ejes, los cibaeños puedencontemplar la faena emancipadora que se libra en el Sur contra losfranceses, un poco en la actitud del espectador interesado peroindependiente; como parece traslucirse en el siguiente párrafo de unacarta de Sánchez Ramírez a Toribio Montes, Gobernador de PuertoRico, en la que le comunica que "los vecinos de Santiago de losCaballeros, deseosos de contribuir en lo posible a ayudar en lapresente empresa, han mandado a Jamaica a comprar un mil defusiles con otros varios pertrechos de guerra para armar bien anuestras tropas, la que espero no dilatará, porque días ha que handespachado a esta solicitud. . . "1. Es como si esa empresa, que tangenerosamente los mueve a prestar toda ayuda, no fuera su propiaempresa, y como si ese eje imaginario trazara una línea desolidaridad paralela a aquella que vincula al Rey Cristóbal conSánchez Ramírez, cuando le remite "pronta y generosamente ': segúncomunica Montes, "trescientos fusiles completos, trescientos paresde pistolas, trescientos sables, trescientas fornituras, trescientospares de botas, ochenta mil cartuchos y otros efectos, en una goletaque vino aeste puerto a cargo del brigadier de su ejército, Tavares ': elmismo del patético llamado a orillas del Vaque en 18052•

Precisamente, es en el curso de esta guerra cuando se va adescubrir la presencia de un pueblo, documentalmente reconocidocomo "pueblo dominicano" al dejar constancia de su conducta, quedeberá disipar esa línea imaginaria que separa subjetivamente a unosdominicános de una región, de los dominicanos de otra.

I Carta de Sánchez Ramírez al Gobernador de Puerto Rico Toribio Montes, defecha 15de diciembre de 1808.Fragmento insertado en el Apéndice del DIARIODE LA RECONQUISTA de Juan Sánchez Ramirez (Proemio y Notas de Fr.Cipriano de Utrera, Academia Militar Batalla de las Carreras, Aviación MilitarDominicana, Vol. 1, Santo Domingo 1957)como DOCUMENTO 23.

2 Carta de Toribio Montes al Secretario de Estado y del Despacho de Guerra, de 6de abril de 1809. DOCUMENTO 63, lugar citado.

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2

Pero en el curso de esta guerra hay que distinguir dos fasesporque esta departamentalizaci6n conceptual, que se advierte muyclaramente cuando ella se inicia, se va haciendo más difusa a medidaque avanza, y se impregna completamente de implicacionesnacionales cuando concluye.

La primera fase es llevada en peso sobre los hombros de laspoblaciones del Sur, siguiendo toda la banda de esta costa endirecci6n de la Capital, que es donde se asienta el poder francés, enuna onda revolucionaria que viene desde Neiba en el Oeste, primero,y desde el Seibo en el Este, después. Es s610en esta fase de la lucha enla que puede verse la guerra como una contrapartida de las accionespopulares de 1804 en Santiago.

En una segunda fase, la guerra irá perdiendo sus esenciaspopulares más puras pero, en compensaci6n, irá ganando cada vezmás en el sentido de sus esencias nacionales.

Una de las razones que impulsará este proceso serán las levasque se harán en todo él país para engrosar las tropas así como lasrequisas de productos necesarios para su sostenimiento.

Fray Cipriano da "para muestra de las requisiciones queentonces se hacían para el sostenimiento del sitio ': el siguiente datoque aparece en una liquidaci6n de herencia y.que él supone haberserepetido en todo el país:

"En cinco pesas, llevadasal cantón para la guerra, sesenta reses, 60.Suplidas por Petrona para el mismo fin, tres, 3.El potro RUBICANO fue de requisiciónal cantón de Jainamosa yvino tan matado de las agujas que por mucho que se cuidó, siemprevino a morir.Los dos caballosviejosJAITI y PETIGRE, porescaparuno superior,me compuse y di los dos que se llevaron a D. Agustín Franco aSantiago". (en calidad de prisionero)

Gustosamente o no, va penetrando la conciencia de laresponsabilidad nacional, aunque la campaña se haga en nombre delRey Fernando VII de España en el seno de las masas populares de

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todo el país, que poco tienen que ver afectivamente con este lejano ydesconocido monarca.

El mismo historiador García, que suele ofrecer una teoríadistinta para cada período, inicia ahora uno de los "libros" de suHistoria con una nueva en la que manifiesta que "interpretada porlos DOMINICANOS la invasión de Dessalines, como consecuencianatural de la ocupación FRANCESA. que si aceptaron gustosos alencontrarse abandonados por los ESPAÑOLES. fue únicamentepor librarsede toda comunidadcon los HAITIANOS"~ reflejaen este"calembour" multinacional el proceso de desprendimiento profundode esta población respecto a cualquier fuerza extraña y elahondamiento de sus esencias nacionales.

A esto se añade la creciente participación de fuerzas extrañas yen ocasiones adversas al instinto popular, durante la segunda fas~ deesta guerra, que tienden cada vez más a desnaturalizar su contenidorevolucionario y emancipador.

Estas dos fases se materializan, la primera. en las dos batallascampales de MALPASO y de PALO HINCADO y, lasegunda. en elasedio estacionario de la PLAZA DE SANTO DOMINGO.

COMPENDIO DE LA HISTORIA DE SANTO DOMINGO por José GabrielGarcfa. Santo Domingo 1893. Tercera Edición. Tomo 1, página 345.

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LAS BATALLAS

Las batallas de MALPASO y de PALO HINCADO secaracterizan por la naturaleza popular de las fuerzas que deciden suresultado. Ambas se libran en el sur con tropas de naturales de laregión, arrastrados por un impulso patriótico común. La primeratiene lugar por los lados del oeste, en los alrededores de Barahona; lasegunda por el este, cerca del Seibo.

Ambas obtienen la victoria a pesar de carecer totalmente de losconocimientos técnicos del arte militar y sin otra preparación yexperiencia que las "rociadas" preliminares que sirven parafamiliarizar al soldado bisoño con el silbido de las balas y el alientode la pólvora.

Comandadas por jefes más o menos improvisados y que semueven por imperativos políticos, hacen frente a un adversarioexperimentado a quien dirigen militares de alta escuela y de grantradición de victoria bajo el águila imperial napoleónica.

No es, claro está, una repetición de la epopeya haitiana. Allí selevantan 400 mil esclavos a quienes no se ofrece otra perspectiva quela esclavitud o la muerte, y deben hacer frente a un Ejércitoformidable de 57 mil veteranos. La grandeza de su victoria es, pues,incomparable.

Pero aquí no es en la grandeza de sus victorias en lo que consistela grandeza de estas batallas. La población es veinte veces menor ydebe enfrentarse a un ejército menor en la misma escala sin que seamotorizada por un apremio histórico tan gigantesco.

Su grandeza consiste en que ponen ante los ojos del pueblo, demanera tangible y convincente, la evidencia de su capacidad paraalcanzar sus objetivos históricos con sus propias fuerzas. Lagrandeza de esa enseñanza será válida igual que la otra para todos lostiempos y para todas las circunstancias y condiciones materiales, eigualmente válida para todos los pueblos en todas las épocas,independientemente de la magnitud de las fuerzas que entren enjuego en un momento dado.

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Por eso ellas ocupan, o deberían ocupar, un lugar luminoso en lahistoria del pueblo dominicano.

MALPASO

3

La primera de ellas, completamente preterida por lahistoriografía convencional, tuvo lugar ellO de octubre de 1808en elparaje conocido por MALPASO, en los alrededores de Neiba, hoyBarahona, en el extremo occidental de la banda del Sur de esta partede la Isla.

Allí se enfrentó un grupo de hombres reunidosapresuradamente por un joven de 25 años, Cristóbal Huber Franco,madrileño, recién venido de Puerto Rico por instrucciones delGobernador de aquella Isla, Toribio Montes, para fomentar la causaespañola en Santo Domingo.

El mismo declara en un proceso que se le siguió más tarde que"habiéndole nombrado los naturales de aqueldistrito por su caudillocon motivo de haber jurado a nuestro Católico monarca DonFernando V// el 25 de septiembre. . . tuvo la gloria de derrotar alenemigo con bastante pérdida de muertos y heridos, sin que de lanuestra hubiese habido sino un muerto y uno o dos simplementeheridos . . ."1

Es sumamente dudoso que aquellos naturales, al oir por primeravez el nombre del Católico monarca, se sintieran inflamados deespañolismo después de una profunda experiencia de desdénimperial y de cesión flagrante, aún cuando queramos despojarlos detoda facultad de discernimiento. Y con tanto mayor razón cuanto

Del Proceso de Cristóbal Húber, DIARIO DE LA RECONQUISTA, Apéndice.DOCUMENTO 167.

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que "a esta acción precedieron varias intrigas de Pablo Báez, (elpadre del hijo) y otros españoles traidores a su nacián'" comodeclara Huber, que no pudiendo debilitar el fervor patriótico encontra de los franceses, han debido tener argumentos de mucho pesoy de mucho momento para debilitarlo en favor de España. Loobjetivo en esta situación es el carácter emancipador de la luchacontra Francia, y lo subjetivo e hipotético es el carácter agitador ypatriótico del nombre de Femand-o VII.

En el encuentro fue derrotada una tropa francesa comandadapor el coronel Aussenac, el oficial más competente que poseíaFerrand, a quien se le oyó en cierta ocasión exclamar:. "[Ah, por quéno tendré yo dos Aussenac. . .l"

Huber declara que "a los tres días de esta acción recibió dePéthion cuarenta cajones de cartuchos, cuatro mil chispas y cienalabardas.. "2 Con este aporte y un refuerzo de más de cien hombresque incorporó Ciriaco Ramírez y que se encontraban apostados auna legua de distancia de Neiba, la tropa de naturales se convirtió enuna fuerza determinante en toda esa banda.

Este Ciriaco Ramírez, a quien Fray Cipriano de Utreraconsidera como "el verdadero campeón de la causareconquistadora"aunque sin dilucidar claramente sus fundamentos, era un hacendadode Azua, gaditano, 38 años, que "desde el día cinco de octubredeclaró la guerra sin más armas que once fusiles y un trabuco y cienbombres'i y algunos días después tenía más de 200 y en menos de unpar de semanas había reunido mil incluyendo 200 montados.

Con este ejército ambos caudillos sitiaron la ciudad de Azua quefue abandonada al amparo de la noche por los franceses, no sin antesdejar un incendio que destruyó 24 casas.

La marcha debió continuar a Baní, de manera incontenible.

I Idem.

2 Idern,

3 Del Proceso a Ciriaco Ramírez. DOCUMENTO 168, loe. cit.

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Pero pudo ser contenida por los banilejos, que enviaron un correo alos combatientes a fin de evitar que las tropas francesas destruyeranla ciudad como intentaron hacerlo con Azua. Yhasta allí, y sin que sepueda aceptar completamente este alegato, siguieron estos doscaudillos su marcha vencedora. Lo más probable es que en esteperiplo tuviera algún influjo paralizador el curso de losacontecimientos que desembocaron en la batalla de PALOHINCADO.

Pero, cualquiera que fuera la naturaleza de ese influjo, debióoperar en la mentalidad de los dirigentes de la campaña. Loimportante, en cambio, es que estas decisiones no son imputables alconjunto de los "naturales" que integraban su ejército ni disminuyeen ningún sentido o medida, la naturaleza patriótica, laespontaneidad y la determinación de la contribución popular.MALPASO puede inclusive reivindicar mayor pureza histórica quePALO HINCADO, ya que esta última pudo incorporar a sus filas uncontingente puertorriqueño de soldados profesionales.

La batalla de MALPASO, que inicia una campaña victoriosa enla banda del sur para desatar la guerra contra eldominio francés en laIsla, ha sido objeto de una preterición completa en los anales denuestra historiografía, debido en parte al egocentrismo de SánchezRamírez yen parte a la tergiversación que de ella hizo José GabrielGarcía, quien convierte en victorias las derrotas francesas.

El Gobernador de Puerto Rico, patrocinador de estas acciones yque debía, por tanto, estar bien informado acerca de ellas, escribeque "en 23 de agosto y 15 de septiembre había enviado instruccionesa la parte del Sur de Santo Domingo con proclamas publicadas enesta Plaza, gacetas y otros papeles, y que fletó el Gobierno unpequeño barco, aun antes de haber visto ni conocido la.firma de donJuan Sdnchez Ramirez, el cual, de estos sucesos y LA S VENTAJASCONSEGUIDAS POR LOS ESPAÑOLES QUE SEALARMARON EN AZUA Y NEIBA, muy anticipadamente a logloriosa acción de Palo Hincado, no lo ha mencionado y dejddolo ensilencio. . .".

R~lica de Montes. DOCUMENTO 144. loe. cit.

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En carta que él mismo dirige a Sánchez Ramírez le recomiendaque "debe dar parte circunstanciada y menudamente a la SupremaJunta de cuanto ha ocurrido, empezando par lo de NEIBA y PaloHincado de su principio. . ."1

y más tarde: "No Ignora Vmd. los servicios que ha hecho en esaIsla don Cristóbal Huber y Franco, a más de haber perdido cuantotenía por haberlo Vmd. atropellado. . . sobre las buenasdisposiciones que tomó en el sitio llamado ~ALPASO antes queVmd. emprendiese lo de Palo Hincado . . ."2

Además de estas manifestaciones de Montes, existen lasdeclaraciones de Huber Franco y Ciriaco Ramírez antesmencionadas. Sánchez Ramírez, que mostró una intensa enemistadhacia estos caudillos que empalidecían su hazaña, los acusa derevoltosos e ineptos pero nunca dice, cosa que habría aprovechadohasta lo último, que fueron derrotados en MALPASO y en Azua,como afirma García-, Pero lo lamentable es que se haya adoptadoese criterio sin la menor preocupación por las fuentes auténticas...Según García "... el coronel Aussenac, que había desbaratado en ElMalpaso, del otro lado del río Yaque, un gran número de patriotasreunidos en aquel sitio inexpugnable, recorriendo después losdepartamentos de Las Matas, San Juan, Neiba y Azua. . . "etc. Acontinuación sigue una prolongada narración de las supuestashazañas de Aussenac.

Carta de Toribio Montes a Sánchez Ramírez. DOCU MENTO 135(in fine) loe.eit.

2 Montes a Sánchez Ramírez. DOCUMENTO 136 (in fine), loe. cit.

3 DIARIO DE LA RECONQUISTA, ob. cit., página 67.

En su DIARIO, Sánchez Ramírez dice "lo cierto es que en todas sus corridasno lograron Ramírez y Huber más ventaja que la de haber muerto desde unaemboscada en parage casi inaccesible a un morenofrancés cojo. que era Oficialde las tropas dedicadas al servicio de Napoleón ", si hubiese habido derrota enMALPASO, Sánchez Ramírez no la habría omitido en las numerosas páginasdedicadas en el DIARIO a desacreditar a sus dos adversarios

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PALO HINCADO

La batalla de PALO HINCADO tuvo lugar el 7 de noviembreen un paraje de ese nombre situado cerca de la ciudad del Seibo. Fueun choque encarnizado y sangriento que consumió la vida de 400personas en solo diez minutos. Esa fue la duración total delencuentro, según la versión oficial del Gobernador Montes de PuertoRico a la Junta Central de Sevilla I .

El General Ferrand, que había sido debidamente informado dela posición elegida y la disposición adoptada por los patriotas, sepresentó con 600 hombres, confiando en el efecto supuestamenteparalizador de su presencia imperial, y atacó a una considerabledistancia de su base, a un adversario que le superaba en número, enconocimiento del terreno y en la pureza de su causas.

Las fuerzas patrióticas se componían de unos mil 800 hombres-1,200 de a pie y 600 de a cabaIlo- de acuerdo con la informaciónque un ayudante de Ferrand, que pudo observarlas de cerca, lesuministró a sujefe. Lemmonnier-Delafosse, hace subir esta cuentaa tres mil 200 hombres y por su lado Sánchez Ramírez la hace bajar,sin duda para salvar la brillantez de su hazaña, a sólo ochocientos. Lamás verosímil es la del ayudante de Ferrand, porque-de la veracidadde su informe dependía el éxito de la disposición a tomar. El no habersido apreciada por su jefe, costó la vida a ambos.

En cuanto al número de bajas, se dijo que en la acciónperecieron 315 franceses sin que se precisara nunca el número quecayó de la otra partes.

A Santo Domingo nunca retornó un número mayor de 40franceses aunque la versión más dramática sólo reporta catorce.

I Carta de Montes a la Junta Central a 26de noviembre de 1808. DIARIO DE LARECONQUISTA, ob. cit., DOCUMENTO' 15.

2 IDEM. Página 48, Nota 92.

3 IDEM. DOCUMENTO 15.

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En realidad, PALO HINCADO fue lo que el General MáximoGórnez calificaba en Cuba de una "ratonera". Las tropas atacantesfrancesas fueron recibidas con una descarga inicial de fusilería queimpidió que la carga de caballería rompiera las líneas. A este choqueinicial siguió el empleo por parte de los patriotas de un armaproverbialmente temible para los franceses yen la que los "naturales"eran sumamente diestros: el machete. Ya era conocida desde lostiempos de la batalla de Sabana Larga, en la época en que losespañoles trataban infructuosamente de destruir el establecimientode franceses en la parte occidental, durante el Siglo XVII' . EnPALO HINCADO se cubrió de una gloria que más tarde pasaría a laepopeya cubana, en manos de Máximo Gómez y los "mambises"que, por cierto, recibieron su nombre de un moreno, Juan Mambí,personaje de esos mismos días, acontecimientos y escenario.

Los franceses fueron destrozados desde los primeros minutos,que no fueron muchos, del combate. Su caudillo, el propio Ferrand,se vio obligado a emprender una fuga que concluyó en la Cañada deGuaiquía, donde lo encontró exánime Pedro Santana (el padre delhijo) con un disparo en l~ sien y le cercenó la cabeza para llevarla entriunfo al Seibo.

Tres días después fue anunciada su muerte por los franceses quehabían permanecido en los fuertes de la Capital:

"Ordre dujour au 10 Nbre. 1808.- Le Général en Chef n'est plus: il afini victime de son aveugle confiance..."

("Orden del día a 10de noviembre de 1808.- El General en Jefe ya nolo es: ha caído víctima de su ciega confianza ..."'2

Ferrand pagó con el deshonor su excesiva confianza en elprestigio imperial y su menosprecio a las facultades populares...

Aquellos diez minutos conmovieron al país como aquellosfamosos diez días conmovieron al mundo.

IDEM. Proemio.

IDEM. Página 69,Nota 137.

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y no era para menos, esta victoria significaba a todas lucesel finde la dominación francesa y el comienzo de una nueva etapa delproceso histórico del pueblo.

La presencia masiva del elemento popular en las filas patrióticas-la aportación puertorriqueña no sobrepasó nunca los 200hombres- revela cuán profundos eran los anhelos de cambio delpueblo. Y la conciencia de su capacidad histórica saldría robustecidaen forma inconmensurable de las llanuras de PALO HINCADO.

También saldría engrandecido de allí el flamante General JuanSánchez Ramírez, en perjuicio de Huber Franco y Ciriaco Ramírezque habían sido los indiscutibles iniciadores de esta campaña ypronto se convirtieron en víctimas de su celoso orgullo. Yno tardaríamucho en celebrarse una famosa "Asamblea de Bondillo ",donde lossupuestos representantes de todo el pueblo, elegidos por el propioSánchez Ramírez, le designarían Comandante en Jefe de las tropasespañolas y Jefe de la Parte Española de Santo Domingo.

Con esos títulos podrán firmar, llegado el momento, el acta decapitulación de las tropas francesas.

La victoria de PALO HINCADO marca el fin de la fase másgenuinamente popular de esta guerra. Y si ese momento marcatambién el punto más elevado que la conciencia de sí mismo ha sidoalcanzada por el pueblo, toda acción política de sus enemigos deberáser dirigida a apagar esa conciencia. Y ese será el espinazo de latáctica militar utilizada por Sánchez Ramírez durante el asedio a laplaza de Santo Domingo que se inició una semana, más o menos,después.

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EL ASEDIO

Tras la accion de PALO HINCADO, Sánchez Ramírezemprende el sitio de la plaza de Santo Domingo. Mejor hubiera sidoatraer el enemigo a la batalla campal pero, una vez elegida aquellatáctica, lo aconsejable era aprovechar el calor de la tropa y lanzar elataque a la Plaza que, "en los primeros momentos de sorpresa y deterror por la derrota de Palo Hincado. acaso hubiera capitulado. .."1

Esa opinión es la de un testigo autorizado, el Teniente de NavíoD. Ramón Power, comandante de las unidades navales españolasque participaron entonces en el bloqueo.

Montes advertía a su patrocinado desde Puerto Rico que "unsitio formal requiere muy extraordinarios gastos y aprestos quedesde el principio he juzgado inútiles. . . ''2

y la experiencia de Dessalines debió haber hecho presente alCaudillo de PALO HINCADO que un sitio prolongado estabasujeto a riesgos imponderables y a recursos inauditos.

Ninguno de estos elementos de juicio fue suficiente a decidir elasalto a la Plaza y Sánchez Ramírez optó por sofrenar sus tropas yapartarlas de la epopeya. La vía elegida era la más opaca, aunquedesde luego más segura, pero también más lenta y menos gallarda: elaniquilamiento por hambre.

y el hambre los aniquiló. Pero al mismo tiempo aniquiló al país.

Durante los ocho largos meses que duró el sitio se agotaronintramuros las cotorras y las lagartijas a que tuvieron que apelar losfranceses antes de capitular. Pero no era menos dramática lasituación de las tropas sitiadoras: "El abasto falta todos los días.habiéndose sostenido hasta ahora Dios sabe cómo y lo que me ha

Contrarréplica de Power. IDEM. DOCUMENTO 144, página 328 (in fine).

2 Carta de Montes a Sánchez Ramírez. IDEM. DOCUMENTO 79 in fine.

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costado. Hoy se han matado los últimos bueyes de que podía echarmano sin quitar los que sirven en lascarretas,pero mañana noséconqué se raciona las tropas . . ."1 Así se expresaba el Caudillo desde suCuartel General de Bocanigua, en mayo de 1809,y faltaban todavíados meses para la capitulación.

Cuando llegó ese momento, un país que había necesitado dossiglos para recuperarse medianamente de la primera devastación, alcabo de los cuales tuvo que soportar todavía dos devastaciones más,experimentaba ahora una cuarta devastación tan irracional como lasanteriores. Para los franceses no pasaba de ser una aventura heroica.En el primer banquete que los amables ingleses ofrecieron a suscautivos, estos franceses tambaleantes pudieron recuperar lasfuerzas que seencontraban dormidas en el fondo de la última copa devino. Mas, para que este país pudiera recuperarse de la últimadevastación, sería cuestión de siglos y tal vez nunca más podríalibrarse del estigma de la miseria y del subdesarrollo que fueron susconsecuencias.

La inmensidad de esa tragedia es mayormente, y ademásimperdonablemente, imputable a Juan Sánchez Ramírez, por sufalta de sensibilidad ante las penurias de su propio pueblo.

La plaza fuerte de Santo Domingo no lo era tanto. SegúnLemmonnier-Dellaffose, quien estuvo entre los sitiados "essencillamente una ciudad rodeada de una muralla sin fosos, escarpani contraescarpa". Y añade: "Esta camisa de piedras no tiene quincepies de altura en algunas partes. Estáj7anqueada con siete bastionesestablecidos sobre antiguas torres y ya podrá juzgarse que estesistema, en losfrentes de tierra, no ofrece una gran defensa. Si era útilen los tiempos de la conquista, ya no es suficiente en nuestra épo­ca.. . "

Dentro de esta "camisa de piedras" se encontrabanincomunicados no más de mil quinientos franceses. SánchezRamírez tenía a su alrededor todo el país y más allá de sus límites almundo entero.

J Cana de Sánchez Ramírez a Fernández de Castro. IDEM. DOCUMENTO 77.

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Poseía además una tropa cuyas facultades combativas habíansido puestas de manifiesto en MALPASO y en PALO HINCADO yque comprendía los mil ochocientos hombres reunidos por el mismoSánchez Ramírez en el Este, más los mil y tantos reunidos porariaco en el Sur, sin contar con el número incalculable decombatientes que podía proporcionar el país entero. Era unacuestión de compromiso con la Historia el permitir que estoscombatientes se cubrieran de gloria expulsando de sus tierras aldominador extranjero.

Dando las espaldas a ese compromiso, Sánchez Ramírez se hizoauxiliar por dos batallones de infantería enviados por el Gobernadorde Puerto Rico que desembarcaron en La Caleta al mando delCoronel Arata, y que se sumaron al contingente puertorriqueño queestuvo presente en PALO HINCADO, en total 500 hombres delRegimiento de Infantería de las Milicias Disciplinadas de PuertoRico.

A ellos habría que sumar los 150 italianos de la antiguaexpedición de Leclerc que se pasaron a las filas españolas de SánchezRamírez.

y además 700 infantes de marina que el Mayor General HughLyle Carmichael desembarcó en Palenque, magníficamente armadosy entrenados.

El gran total que arrojan estas fuerzas asciende a cuatro milciento cincuenta hombres sobre las armas, pero con los brazoscruzados ante una guarnición de mil quinientos soldados francesesdesmoralizados y hambrientos.

A esta impresionante fuerza terrestre hay que añadir seisunidades navales españolas al mando del Teniente de Navío RamónPower, igualmente venidas de Puerto Rico, las cuales se situaronmodestamente al lado de una respetable escuadra naval venida deJamaica, al mando del Comodoro William Price Cumby, a la cualhabría que incorporar los buques que trajeron a los hombres deCarmichael ya los españoles del Coronel Arata. Esta fuerza naval seocupó de establecer el bloqueo a los franceses mientras la infantería

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permanecía ociosa y contemplativa, salvo en aquellas ocasiones quelos franceses salían de los fuertes para hostilizarlas en su propiocampo.

Para el sostenimiento de este enorme gentío, Sánchez Ramíreztuvo que sacrificar la riqueza ganadera, ya reducida por lasdevastaciones de 1795 y de 1805 y que había sido la únicacompensación que, para la supervivencia del país, se recibió de lasdevastaciones de Osorio en 1605.

Ya en junio de 1809 hubo que racionar la carne, debido a que,como decía una Circular del Caudillo, la ganadería se encontraba"reducida en el día casi a su total exterminio. . . "1

A fines de ese mismo mes, otra Circular prohibía totalmente elcomercio de carnes en razón de que "lasnumerosasfuerzas de tropasde mar y de tierra, que tenemos en nuestro auxilio, de la naciónbritánica, van a necesitar unos abastos tan numerosos. . . ''2

El 17 de julio solicitaba un préstamo de 50 mil pesos alGobernador de Puerto Rico, debido a que se habían agotado losrecursos maderables, caoba, campeche y otros palos", y le suplicaba"tomar en consideración las miserias que en el día se ve reducida estaparte española con motivo de haber suministrado durante el sitio ybloqueo. las carnes y víveres que se han necesitado para el abasto demás de cuatro mil hombres de armas y demás empleados y para lasdivisiones de mar española e inglesa. . ."~

Tres años después, D. Francisco de Heredia y Mieses, padre delfamoso poeta Heredia, el "cantor del Nidgara ': ambos nacidos aquí yemigrados a Cuba, describía la magnitud de esta devastación ante

Circular del 12 de junio de 1809. IDEM. DOCUMENTO 96.

2 Circular del 30 de junio de 1809. IDEM. DOCUMENTO 106.

3 "Hasta el mes de septiembre de 1809los palos de caoba enviados a Montes y ven­didoshablan producido: ellO de dic. de 1808las 34 toesas, a40 pesos ylas4a20pesos 1,280 pesos yen sept. 1809las 325 toesas, 4,333 pesos, 2 reales y 23 mrs.Trátase del envio de caoba para con el beneficio de la venta subvenir a losgastosde la campaña". DIARIO DE LA RECONQUISTA, pág. 38 (nota).

4 Carta de Sánchez Ramírez a Montes, a 17 de julio de 1809. IDEM,DOCUMENTO 116.

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una audiencia que no lo iba a desmentir, por ser ella misma testigoardiente de esa situación, en un INFORME PRESENTADO ALMUY ILUSTRE AYUNTAMIENTO DE SANTO DOMINGO,CAPITAL DE LA ISLA ESPA~OLAEN 18121, del cual procedeel siguiente extracto:

"Cuando empezaba a salir nuestra patria de un estado tan triste yabatido, sobrevinieron las ocurrencias que dieron lugar a sureconquista, y los esfuerzos extraordinarios hechos por sus naturalespara lograrla, al paso que los cubrieron de gloria, han completado laruina del país.

"Es bien sabido que en sostener esta generosa lucha se consumieronmás de 30,000reses vacunas, entre las gastadas con cuenta y las que sinella absorbió el desorden inevitable en semejantes ocasiones,sufriendo este ramo, único de nuestra riqueza territorial, más que en elnúmero en la calidad de las cabezas, porque sin elección se tomabanlas que había más a mano, que son por lo común los rebañosdomésticos y mejor conservados.

"A proporción sufrió el mismo destrozo el ganado caballar que sehabía salvado o repuesto de la invasión anterior (la de Dessalines)como que no hubo otro medio para todas las conducciones yacarreosde una guerra volante de nueve meses, y nos lo está probando lagrande escasezque todavía se padece de este artículo tan necesario enun país cuya comunicación interior se hace a lomo.

"También se arruinaron todos los establecimientos rústicos que sehabían reparado 'ocho o más leguas en contorno a la Capital, ypor lasconsecuencias inevitables de la guerra faltó poco para que llegásemosa ver el estraño caso de traer de fuera la semillade la caña dulce que enmuchos ingenios se perdió enteramente".

6

Este enorme sacrificio no fue impuesto al país en razón de queSánchez Ramírez ignorara o subestimara la capacidad combativa delas fuerzas nativas que tenía bajo su mando. "No tengo duda, leescribía a Montes para replicar a las reiteradas intimaciones deataque de éste, que las fuerzas de los naturales es suficiente para

INVASIONES HAITIAN AS, recopilación de E. Rodríguez Demorizi, SantoDomingo, 1955, página 163.

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mantener el sitio y tomar la Plaza. .. 1 Pero insistía en la necesidadde buques extranjeros a la vista del puerto, para que con su presencia"los terrorice más. . . ..

Los buques llegaron, se estableció rígidamente el bloqueo y elCaudillo se vio obligado a anunciarle a su patrocinadorpuertorriqueño un ataque general a la Plaza, que debería efectuarseen marzo, después en abril, después en mayo y finalmente el 10 dejunio, un mes antes de la capitulación y que naturalmente no llegó aefectuarse jamás.

Hay una carta muy significativa dirigida a él por un oficial de lamarina inglesa, Esteban Dugby, dede su navío ARGOS fondeado enel puerto de Santo Domingo que a juzgar por su contenido, escontestación a otra de Sánchez Ramírez conminándole a efectuarsobre los franceses el ataque que debió efectuar él mismo. El inglés selo deja comprender, aunque con la compostura a que le obliga sucondición, pero con toda claridad. Y,considerando la jerarquía de sucorresponsal, hasta con energía. La carta dice así:

"A bordo del ARGOS, navío inglés, delante de Santo Domingos.

"Señor: Aunque no tenga yo orden de parte de mi gobierno paraatacar la ciudad de Santo Domingo, siempre, para demostrar a V. E.mi voluntad y afecto, mi deber es cooperar en todo lo que depende demi parte; pero antes V. E. me permitirá hacerle las siguientesreflexiones:

"Me han informado que el Castillo de San Jerónimo no tiene artilleríade modo que las tropas de V. E. no serán expuestas en atacarlo portierra y quitarlo al enemigo...

"En cuanto a batir el puesto que tienen los franceses presentemente enesa parte del río que llaman Los Cocos, tengo el honor de hacerpresente a V. E. que es imposible para mi por ser un puesto muyelevado y que los cañones de mis buques no pueden ser elevados tantopara llegar al mismo puesto; pero sin embargo, vuestras lanchas

Carta de Sánchez Ramírez a Montes en Enero de 1809 (fecha no comprobada)DOCUMENTO 26.

2 Carta del Capitán Esteban Dugby a Sánchez Ramírez a 24 de febrero de 1809.IDEM, DOCUMENTO 43.

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pueden sin riesgo batirlo, tanto porque pueden fondear cerca, cuantoporque la artillería de la Plaza no puede dañarlas, como lo puedenhacer a mis buques.

"Además yo he dicho a vuestro intérprete el plan que deseo V. E.ejecutare para destruir de un golpe a nuestro común enemigo, cuyoplan, si agrada a V. E. podrá avisármelo para yoaprontarme y hacerleconocer que deseo y quiero asistir a las operaciones de V. E... pues laintención que yo tengo es de no contrariar ni un punto los deseos de V.E. pero también no puedo propasarme a las instrucciones de missuperiores. Tengo el honor de ser su afecto y obediente servidor.ESTEBAN DUGBY, capitán.

"A S.E. el Señor General D. Juan Sánchez Ramirez, ComandanteGeneral de las Fuerzas españolas de Santo Domingo".

Al día siguiente de esta carta, el Caudillo escribe de nuevo alcapitán Dugby diciéndole que ha designado a un oficial para que"trate con V. E. las operaciones que he determinado para el diaprimero del entrante marzo. . . "y veladamente le acusa de estar enconnivencia con el enemigo, y que un parlamentario llamadoGranfiere, enviado por los franceses, le había dicho que la Plazahabía recibido una proposici6n de suspensi6n de armas de parte deDugby, y que se lo informa "porsi cae prisionero, pague lo mal queha hablado de los ingleses. . . "1

Esta forma candorosa de obligar a los inglesesa llevar a cabo lasoperaciones que corresponden a él, ilustra la pertinazdeterminaci6ndel Caudillo de poner en manos extranjeras la tarea de liberar al país,sustrayéndola de las manos del pueblo.

Pero el momento en que Sánchez Ramírez debía dar cuenta desu responsabilidad en la prolongaci6n del sitio, lleg6 por fin. Fue alredactar el parte oficial de la capitulaci6n francesa, dirigido el 28 dejulio de 1809a Su Majestad el Rey de Espafia. He aquí sus palabrasen relaci6n con ese asunto:

"Diversos accidentes que pondré en la Soberana noticia de V. M.cuando las circunstancias lo proporcionen, han retardado la rendición

Carta de Sánchez Ramírez a Dugby a 25 de febrero de 1809. IDEM,DOCUMENTO 44.

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de dicha Plaza hasta la época en que se verificó con arreglo a lasCapitulaciones. . . ",

Demás está decir que las circunstancias, y probablemente ladiscreción del Caudillo, determinaron que esos accidentes nuncafueran puestos en la Soberana noticia, con lo cual habría ahorradono pequeña faena a las presentes generaciones.

Por esa inconsecuencia, nosotros nos vemos obligados aexplicamos con nuestros propios recursos, la naturaleza de esa firmeobstinación de Sánchez Ramírez en aplazar indefinidamente el"ataque general a la Plaza': que había anunciado repetidas vecesa supatrocinador y a sus huéspedes ingleses en aguas de Santo Domingo.

Es indudable que esa obstinación no podía ser el fruto de unadeterminada configuración de su carácter o de cualquiera otrametáfora psicológica. Debía responder a motivaciones másprofundas y no necesariamente de orden militar. Sino político.

El verdadero sentido de esta política debe buscarse inclusivemás allá de Sánchez Ramírez, hurgando en el seno de lasconcepciones de aquella clase social de donde este notableprotagonista recibió las suyas. Sánchez Ramírez era propietario deun corte de maderas en Macao, sección de El Jobero, que mencionaen su DIARIO DE LA RECONQUISTA pero es probable que lofuera de otras propiedades> pues en 1806se le encuentra en un actoque pasó ante el Presidente del Consejo de Natables, en el que seregistra que Manuel Villavicencio, por sí y por su hermana María dela Soledad, vendió "a D. Juan Sdnchez Ramirez, natural de Cotuy ya D. Manuel Carabajal, natural de Hincha. domiciliados en ésta.para ellos y sus herederos y subcesores, a saber: dos derechos detierra en los citios y monterías de El Junco. el uno de diez pesos porveinticinco y el otro de cinco en catorce, cuyas cantidades hacen la de

Parte Oficial de la Capitulación francesa a S. M. Fernando VII. IDEM,DOCUMENTO 124.

2 "El francés General Hedouvi/le, en su relación del Viaje que hizo por tierra deSanto Domingo a Cabo Francés en 1798, menciona algunas de las posesionesrurales de Sánchez Ramirez, por caer cercanas a aquel camino': DIARIO DELA RECONQUISTA, Proemio, página XXXV.

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treinta Y nueve pesos. que confieso haver rectvido a mi satisfacción yvoluntad. . . y nos. D. Juan Sdnchez Ramirez y D. ManuelCarabajal. que presente somos al otorgamiento de esta escritura.decimos que la aceptamos como se contiene. que esfecha en esta villade Higüey, Departamento del Hozama, en primero de octubre de milochocientos seis. . . "1

De manera que tenemos en D. Juan Sánchez Ramírez unterrateniente típico. Al consignar que había sido Comandante deArmas y Alcalde ordinario de su villa natal de Cotuí, Fr. Cipriano deUtrera comenta: "Yestá demás la mera enunciación de terratenienteporque aquel oficio de República. no se daba nunca a losprivados debienes de fortuna . . . "2 Pero también sabemos que el Caudillo, queposee tierras de"montería" en el Junco ycortes de madera en Macao,se ubica inequívocamente en la clase de los "hateros" del Este, a laque pertenecía por la naturaleza y la ubicación de sus intereses, yrespecto de la cual él actuaba como portavoz y como intérprete.

El núcleo de esta política aparentemente conservadora, pero.que en el fondo es activa yviolenta, gira en torno a la propiedad de lastierras. Concretamente gira en torno al destino de la propiedadcomunitaria de los "hatos", que constituye la tradición másprofundamente arraigada entre los terratenientes orientales y que seencontraba amenazada en esos momentos por la tendencia histórica.

La presión de esa tendencia, impulsada y encarnada en laRevolución francesa, se revelaba ya claramente opuesta y hostil a laforma de producción basada en la propiedad comunitaria, quefrenaba el desarrollo de la burguesía capitalista, y mostraba su filorevolucionario en dirección de la emancipación de las tierras por lavíade la parcelación de los terrenos comuneros en Santo Domingo, yla eventual desaparición de los "hatos".

Partiendo de esa óptica, toda la política de los "hateros" vadirigida a combatir y si es posible a destruir en sus más hondas raíces

DIARIO DE LA RECONQUISTA. ob. cit., página 4, Nota

2 IDEM , Proemio. página XXXV.

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a los portadores de esa tendencia histórica, con un encono y con unafirmeza que sólo se explica por las implicaciones que conlleva paratoda esa clase social. Es indudable que las numerosas voces que seacercaban al oído de Sánchez Ramírez para impulsar sus actitudes ysolidarizarse con sus consecuencias, creaban en él las respuestasemocionales que objetivamente reconocemos como obstinación yotras peculiaridades de su carácter. Pero en el fondo se trata de unaviolencia colectiva que se va a revelar en diversos aspectos, en elmarco de la situación creada en el país por los acontecimientos del 2de mayo en España.

Una de las manifestaciones de esa violencia es la profundahostilidad de Sánchez Ramírez hacia Ciriaco Ramírez, que a primeravista parece circunscribirse a una cuestión de celo patriótico o derivalidad personal, y que conduce al primero a convertir los esfuerzospatrióticos del segundo en crimen de lesa patria. Pero la naturalezade esta confrontación no tiene otras raíces. Reside en la actitud queunos y otros, los "criadores" como Sánchez Ramírez, y los"cultivadores" como Ciriaco, adoptan respecto al sistema depropiedad de las tierras.

Los "hateros"del Este se consagraban a la "cría" de ganado y alcorte de maderas -que es la forma vegetal de la cría de animales­aunque en los hechos no eran verdaderos criadores sino "monteros"y no sembraban la caoba sino que la elegían cuando habíanalcanzado selváticamente cierto grosor del tronco, amparándose enla libertad de elección y de corte que le otorgaba la comunidad de lastierras. Una práctica ancestral que se remontaba a las primerasdécadas que siguieron a las DEVASTACIONES de 1605... y queS.V. describía unos años atrás censurándolos así: "Los amospondrían el remedio correspondiente a tanto mal si se viesenreducidos a menos pastos y dehesas, y en pocos años tendríamosmudado el sistema actual de crianza (que no es otro que el de dejar losanimales a lo que da el tiempo)..."1

Los terratenientes del Sur, por su parte, se dedicaban al cultivodel café -el propio Ciriaco era un hacendado cafetalero- y al de lacaña de azúcar, que exigían un trabajo directo, una cierta ciencia y

Sánchez Valverde, ob. cit., pág. 193

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una técnica por primitivas que fueran.

Esa diferencia en la naturaleza de la actividad económica deambos sectores determina una actitud distinta respecto a lanaturaleza de la propiedad de los terrenos comuneros que, a su vez,imprime su carácter a las concepciones políticas de ambos. Para los"criadores" es cuestión de vida o muerte la supervivencia de lacomunidad territorial que les permite la "montería "libre, el ganado yla búsqueda de los árboles adecuados para el corte. Pero a los"cultivadores " les conviene la cerca, que protege sus siembras de laincursión devoradora de! ganado. Y el mismo "azucarero"se inclinanaturalmente a la propiedad privada de las tierras, aunqueeventualmente se beneficie de la comunidad territorial.

Estos dos sectores entran automáticamente en contradiccióncuando los azares de la vida pública traen al primer plano elproblema de la supervivencia de la indefinición de la propiedad en elsistema de los terrenos comuneros. Sánchez Ramírez objetiva demanera inmisericorde la actitud del "hatero" del Este contra elcultivador Ciriaco, del Sur. Y se muestra implacable...

Así, con los mismos fundamentos, se explica la misión"patriótica" que lleva a Sánchez Ramírez a convertirse en unCaudillo en la lucha por la expulsión de la dominación francesa yenun abanderado incondicional del retorno de la dominación española.En la misma medida en que los franceses, sea cual sea su papelopresor en Santo Domingo, son los portadores de la tendenciaburguesa hacia la parcelación de los terrenos comuneros y enconsecuencia de la destrucción y el hundimiento de la economía"hatera ':'encontrarán en Sánchez Ramírez y sus correligionarios unenemigo a muerte, mientras que España será vista por ellos como unsímbolo, no del pasado como realmente debe ser vista, sino delfuturo precario de los terrenos comuneros, y como garantía de susupervivencia eterna. "Yo voy imitando a España. Tuyo, Sdnchez",así terminaba el Caudillo, sin que viniera a cuento, una carta quedirigía a José Joaquín del Monte en mayo de 1809, sobre asuntosdiarios de la guerra,"!

Carta de Sáncnez Ramírez a José Joaquín del Monte a 27 de mayo de 1809.Diario de la Reconquista, DOCUMENTO 82.

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Los cultivadores, por el contrario, no tienen que versenecesariamente afectados por la tendencia francesa ni favorecidospor la tendencia española. Y no es por casualidad que Pablo Báez, elpadre del hijo, connotado azucarero del Sur, intrigara en favor de losfranceses, siendo español, "traidor a su nación", como lo calificabaHuber ante sus jueces españoles. Pero no pudo calificarlo de traidora sus intereses...

y en esos mismos términos seexplica la intensa hostilidad de los"hateros" hacia su pueblo, debido a que la tendencia popular,inevitablemente orientada en dirección del progreso histórico, era laportadora natural, y además vigorosa y temible, y sobre todoinmediata, de esa tendencia histórica a la que su lucha debía imprimiruna dimensión revolucionaria mucho más profunda que cualquierade los casos anteriormente señalados. Yeste es el punto que más nosinteresa.

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Hacia el mes de abril de 1809 comenzó a manifestarse ya eldescontento de algunos sectores, respecto de la pr.olongación delasedio y de la política de pasividad impuesta por Sánchez Ramírez asus tropas.

Efectivamente se produjo una conspiración en Santiago contrala autoridad del Caudillo, que tal vez se produce allí porque laexperiencia histórica puede haber elevado la conciencia política ynacional de las masas. En la conspiración fue implicado un númeroindeterminado de "natura/es descontentos ': como él llegó acalificarlos. La gravedad de la conspiración se mide por el hecho deque tras el arresto de ciertos implicados, cuyos nombres no serecogen, fueron pasados sumariamente por las armas, por ordendirecta de Sánchez Ramírez.

La única constancia de este episodio que poseemos, aparece enuna carta del propio Sánchez Ramírez en la cual restándoleimportancia al hecho y culpando a los franceses como era sucostumbre, informaba al Gobernador de Puerto Rico en la formasiguiente:

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"Habiendo sido exactamente informado de que los franceses Harzandy Modre trataron de levantar partido contra mí de acuerdo con elGeneral Dubarquier, para venirme a atacar, quienes tuvieron laligereza de proponérselo a dos Comandantes de Partido de quienes fuiigualmente informado, seduciendo a algunos otros naturalesdescontentos (que Usía puede considerar que no faltarán), como loobservo en algunos a pesar de la grande política con que los llevo,tomé la sigilosa providencia de prevenir al Comandante de Santiagodonde residían, los sorprendiese, asegurase su arresto y pasase por lasarmas, como se ha verificado, según su aviso de haberlo así cumpli-do .. o"

Es claro que al Caudillo no le convenía en absoluto admitir quetenía opositores -como lo sugiere la frase "que Usía puedeconsiderar que no faltarán" para disculparse de que no falten demanera que el haberlo informado revela que tenía algunaimportancia como para elevarla a nivel superior de Gobierno.

A pesar de ello, omite los nombres de los implicados ynotoriamente los de los Comandantes de Partido, que son personajesimportantes de la supuesta conjura, por haberla revelado y por serlos mejores testigos de cargo, después que los franceses ledivulgarona ellos con una ligereza impropia y por tanto completamenteinverosímil, los nombres de conjurados. En cambio, proporcionaprolijamente los nombres de los franceses indiscretos, que por ciertono figuran en las listas de Lemmonnier-Dellaffosse, sin que estaidentificación aporte alguna significación a la trama y menos alinforme.

Todo esto hace sumamente sospechosa la información referiday no deja en claro nada más que los hechos irrefutables: que seprodujo una conspiración en Santiago entre "naturalesdescontentos ": que ésta iba dirigida contra la autoridad del Caudillo;y que, como consecuencia de ello, un número indeterminado deopositores a esa autoridad fue pasado por las armas, según aviso delComandante de Santiago "de haberlo así cumplido. . . "

y es lástima. Sánchez Ramírez no puede haber dejado ningúndocumento, ni sentencia ni instrucción judicial que eche alguna luzsobre un episodio que quién sabe qué profundas implicacioneshistóricas encierra.

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En consecuencia: la estrategia de los "hateros" durante losacontecimientos suscitados por el 2 de mayo español, debíaencaminarse desde los primeros instantes hacia tres objetivosfundamentales:

UNO, al desplazamiento de los terratenientes del Sur, con vistasa eliminar el peligro de una eventual preponderancia en la direccióndel movimiento. Este objetivo fue alcanzado por Sánchez Ramírez ysus acólitos en la Asamblea de Bondil/o.

DOS, a una derrota decisiva sobre los franceses, con vistas aobtener la preponderancia política en todo el país. Este objetivo fuealcanzado por Sánchez Ramírez en los terrenos del Este, su propio"patio", por medio de la gran batalla de PALO HINCADO; Y

TRES, a la destrucción y el aplastamiento de cualquieriniciativa popular que brotara de las masas, como resultado de latoma de conciencia de sus propias fuerzas, lo cual se habríaproducido inevitablemente en caso de obtenerse una victoria contralos franceses en su reducto de Santo Domingo como seobtuvo en loscampos del Este.

y ese es el objetivo que subyace, de manera profunda y oculta,en la política de prolongación indefinida del asedio a la Plaza deSanto Domingo.

Por eso deben ser descartadas las facetas sicológicas deldirigente de esta política. Se trata de sus intereses materiales, ligadospor él y por toda la clase social a la que él pertenecía, considerada porellos como representativa de toda la sociedad. Ylo expresa con todaclaridad en una circular deliro. de abril de 1809:

"... el único modo que hay para vencer al enemigo es marchandosobre él hasta encontrarlo, para castigar su tenacidad y temerariaresistencia, y poder incorporar cuanto antes bajo las banderas denuestra Monarquía española este hermoso territorio, comounánimemente lo hemos jurado, con lo que lograremos descansar en

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el seno de nuestras familias en la tranquila posesión de nuestraspropiedades y beneficios que nos dispense, para su conservación yaumento, el Soberano..."

Eran a todas luces evidentes las implicaciones y complicacioneshistóricas que podría introducir en el pueblo esa victoria que se veíatan cerca. Lo menos que podía suceder era que se viera perturbadaesa tranquilidad añorada que disfrutaron los terratenientes en laépoca somnolienta que antecedió al despertar de los pueblos, antesdel Tratado de Basilea en 1795. El ejemplo de Haití, que era lamanifestación en esta Isla de las influencias revolucionarias queflota ban en la época, estaban demasiad o próximas, en el tiempo yenel espacio, para que algún sector social permaneciera indiferente asus enseñanzas. Nadie podía ignorar -y esa era la enseñanzasuprema de la hazaña del Santiago insurrecto y precursor de los días,más cálidos que invernales, de 1804- 1&05- que detrás de lashazañas del pueblo se encontraba la palpitación incontrolable de laindependencia.

y es a la luz de esas profundas experiencias que debemosconsiderar, aunque no debemos esperar a que aparezca consignadoen ningún documento debidamente sellado y rubricado, que latáctica de lucha seguida contra el francés durante el sitio a la plaza deSanto Domingo, estuvo firmemente determinada por el objetivosupremo de impedir que la victoria de las armas nativas,desembocara en un proceso revolucionario en todo el país comopudo haber ocurrido en Santiago en 1804.Y, correlativamente, queese objetivo iba acompañado de la determinación de delegar esavictoria en manos de las potencias extranjeras.

De ahí la prolongación del sitio y el papel preponderanteasignado al bloqueo extranjero, que se justificaba con lainevitabilidad de la capitulación por la vía del aniquilamiento porhambre, aunque el hambre afectaba por igual a las tropas enemigas ya las tropas nativas, y en definitiva a todo el país. A pesar de que elCaudillo admitía oficial y públicamente que "el único modo que haypara vencer al enemigo es marchando sobre él hasta encontrarlo".Por eso no marchaba.

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La consagración más dramática de la política vertebrada porJuan Sánchez Ramírez durante el sitio de Santo Domingo, sepresentó a raíz de la capitulación francesa, cuando llegó el momentosupremo de ocupar la plaza; el mando inglés dispuso que las tropasintegradas por naturales del país, que se habían cubierto de gloriaderrotando a los franceses en MALPASO yen PALO HINCADO,no participarían en el acto de ocupación de la plaza y debíanpermanecer acampadas en GAZCUE, extramuros de la ciudad l.

Sólo vagamente puede serie imputada a los ingleses laresponsabilidad de esta humillación inmensa, infligida sobreaquellas tropas que habían materializado esta victoria con sussacrificios. La razón de esta medida dictada por el Mayor GeneralCarmichael se encuentra en los términos de la capitulaciónarticulada directamente por él con los franceses, una de cuyascondiciones era precisamente aquella, en la cual los francesesproponían que fuesen excluidas de la toma de posesión del reductomilitar, las tropas de naturales que habían derrotado, humillado yconducido al suicidio a su jefe el General Ferrand y que habíanpuesto en fuga a su oficial más brillante, el teniente Aussenac. SiCarmichael aprobó esa humillación, que a sus ojos debía carecer desentido, en favor de la viabilización de la rendición de los franceses yla entrega de la plaza, es cosa que sólo débilmente puede serIerecriminada.

El grueso de esta responsabilidad recae sobre Juan SánchezRamírez quien posibilitó, gestionó y refrendó con su actitud, con supresencia y con su firma, la entrega de la plaza en manos de losingleses, "sin haber disparado aquél/os un tiro de fusil" como se loinformó al Gobernador Montes? y éste a la Junta Central deSevilla-l.

Comunicación de William Walton, Secretario del Mayor General Carmichael aSánchez Ramlrez. IDEM., DOCUMENTO 112.

2 Carta de Sánchez Ramlrez a Montes el 17 de julio de 1809. IDEM,DOCUMENTO 117.

3 Carta de Montes a Manin Garay a S de septiembre de 1809. IDEM,DOCUMENTO 141.

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Su culpabilidad ante la Historia consiste en haberle usurpado lagloria a su propio pueblo. Sánchez Ramírez no debió haberpermitido nunca que las tropas vencidas capitularan en manosextranjeras cuando las armas nativas estaban movilizadas y ansiosasde combate. El 14de mayo hizo pública una circular que iniciaba conlas siguientes palabras: "Ha llegado ya y se encuentra bloqueando elpuerto de Santo Domingo la escuadra inglesa que, A PETICIONMIA, ha enviado el Vice-Almirante de Jamaica', Esta petición,que es abiertamente proclamada en un acto público y de la que tuvoinforme del Gobernador de Puerto Rico por vía directa delVice-Almirante de Jamaica, muestra palmariamente que SánchezRamírez hizo delegación de su deber en manos de los ingleses y que,por tanto, despojaba de su misión histórica a los naturales de estepaís, autorizando implícitamente la marginación de que estos fueranobjeto.

Pero si alguna duda cabe, no hay más leer la carta que le dirigeCarmichael desde el Palacio de Santo Domingo en fecha 22 de juliode 1809en la cual el comandante inglés se manifiesta "consternado"por el reproche de Sánchez Ramírez en el sentido de que las tropasinglesas ocupaban los principales puestos de la Ciudad y le replicaque "si ahora la guardia del Conde y de otros puestos principales essolamente de ingleses yo no sé a qué atribuirlo, pues fue después dehaber recibido un oficio de V. E. a ese objeto"?

Fray Cipriano de Utrera afirma que Carmichael "ordenó en susdisposiciones para hacer la entrada en la Ciudadde Santo Domingo,que la, tropa irregular española se acampase en Gazcue, haciendoprimeramente entrega de las armas . . ."3 No parece probable. Lacarta que acabamos de mencionar, en la cual el inglés revela queSánchez Ramírez contradice un oficio anterior, permite suponer queel Caudillo protestó por la ocupación exclusivamente inglesa de los

1 Circular desde el Cuartel de Bocanigua a 14 de mayo de 1809. IDEM,DOCUMENTO 75.

2 Carta del Mayor General Carmichael a Sánchez Ramírez a 22 de julio de 1809.IDEM., DOCUMENTO 120.

3 DIARIO DE LA RECONQUISTA, ob. cit., Proemio. página XLVIII.

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puestos principales de la Ciudad, para ocultar su responsabilidad enuna medida que debe haber suscitado enérgicas protestas entreaquellos que habían conquistado ese derecho con las armas en lasmanos. De haber sido así, la respuesta a cualquier tentativa dedesarmar esas tropas no habría sucedido sin un escándalo histórico.

Tampoco Sánchez Ramírez podía permitir el desarme de unastropas que constituían la base material del poder político y sin lascuales ese poder se hubiera volatilizado con los primeros rayos de laaurora.

y Fray Cipriano, que aporta una documentación que muestra laorden de acuartelamiento de las tropas en Gazcue, no aportaninguna referida al desarme de ellas.

Lo más probable es que el cura adoptara mecánicamente unosjuicios de José Gabriel García en los qe palpita una confusión. Garcíatrae en su Historia una referencia concreta a la orden de desarmedictada por Carmichael, pero esta es claramente dirigida a aquellosindividuos que, sin ser franceses y por consiguiente nativos del país,habían hecho causa común con los vencidos y se encontrabanintramuros de la Ciudad ocupada. Esta orden no se refería a lastropas de nativos del país acampañadas por orden de Carmichael enGazcue, extramuros de la ciudad.

He aquí el texto que trae García:

"... los dos jefes aliados dictaron la proclama que el día 14 de juliofirmó de orden de ellos el secretario Walton y se imprimió a trescolumnas, en inglés, español y francés, mandando expresamente ATODOS LOS HABITANTES DE LA CIUDAD, que en el términode la fecha depositaran en el patio del palacio de gobierno todas lasarmas y municiones que tuvieran en su poder, marcadas con elnombre de sus dueños las que fueran de propiedad particular paradevolverlas a su debido tiempo, y previniendo igualmente que todoindividuo que desatendiera a este mandato vencido el tiempoprefijado, sería considerado como enemigo del país, y juzgado enconsecuencia, con todo el rigor de la ley, como culpable de quereralterar la paz y perturbar la tranquilidad pública... "1

COMPENDIO, Vol. I1I, página 4.

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Aqui no hay lugara confusiones. Queda claro que esa medida vadirigida Ha todos los habitantes de la ciudad" y no a las tropassitiadoras que se encuentran acampadas en Gazcue, fuera de ella.

Pero el historiador García es astuto. En esta situación le resultaimposible pronunciarse en favor de estos colaboracionistasafrancesados, a quienes páginas atrás ha tributado los calificativosmás respetuosos y los elogios más distinguidos. Ahora se ve forzadoa apelar a una estratagema en la que ha atrapado fácilmente a FrayCipriano: en lugar de defender a la élite afrancesada que luchó contrael pueblo, arma en mano, y que ahora es obligada, en buena ley y contoda justicia, a soltar esas armas; García defiende a toda la"población hambrienta y miserable': como si esa élite, que fuedistinguida por Ferrand atropellando "a los pobres y a la gente decolor"en su provecho, fuera esa población o formara parte de ella opudiera defenderse en los mismos términos que a toda la población,incluyendo a los que hicieron armas patrióticas contra la dominaciónfrancesa.

Esto, claro está, le permite engolar la voz y decir palabras muyhermosas y muy atinadas para quien las interprete en el sentido de losanhelos populares.

Estos afrancesados, traidores auténticos que García identificacon el pueblo, no reciben, por supuesto, a Sánchez Ramírezvencedor, como quiera que sea, de los franceses, con vivas muestrasde entusiasmo y alegria. Más bien con odio. Y así se lo describe elCaudillo a un amigo de Puerto Rico, el Lic. Juan NepomucenoArredondo:

"cuando en toda partes se han llenado de regocijo, esta capital semanifiesta la más triste del mundo, porque al paso que todos losdominicanos que se hallan fuera de la Isla y los vecinosde los pueblos,se han mostrado tan corteses conmigo, muchos de los vecinosde estaciudad, que estaban engreidos con los franceses, no pueden aunquequieren esconder su veneno, y en fin, no parece que se ha redimido aSanto Domingo del yugo de los franceses, sino que se acaba desacrificarle a la esclavitud"...

No puede haber una situación más clara que ésta que describe elCaudillo. Cualquiera que fuera su actitud frente al pueblo él

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encarnaba ineqwvocamente el odio a los franceses yeso no podía seraplaudido por los afrancesados. Pero el historiador García, porquesu pluma es una varita mágica importada de París, convierte a estosafrancesados indefendibles que constituyen una minoría perfumada,en la totalidad de "la masa común del pueblo".

Ese artificio permite a García comentar la carta del Caudillo a suamigo Nepomuceno de Puerto Rico en los siguientes términos:

..... juicio revelador por lo exagerado y severo, de la triste impresiónque habia causado al héroe de Palo Hincado, el no encontrar elrecibimiento entusiasta que esperaba como recompensa de susheroicos esfuerzos por restaurar la dominación española, sin pararmientes, ofuscado sin duda por efecto del desencanto, tan propenso aimbuir en errores a los mandatarios, que una población hambrienta ymiserable no podía tener aliento para entregarse a grandesdemostraciones de regocijo, ni era motivo de fundadas esperanzas elpoderoso ascendiente que entró ejerciendo en los asuntos públicos laintervención extranjera, mal vista siempre por la masa común delpueblo, ni podía dejar satisfechas tampoco todas las aspiraciones, lavuelta a un régimen añejo en circunstancias que habría sido másprovechoso dirigirse de una vez a la conquista de la independenciaabsoluta, ni más ni menos que como lo habían hecho ya, no sólo losEstados Unidos de la América del Norte, si que también los vecinosmucho más cercanos de Occidente..."

Súbitamente, García ha comprendido una serie de problemasque no había comprendido antes y que olvidaría tranquilamentedespués. Ahora comprende que es inaceptable "en los asuntospúblicos, la intervención extranjera" cosa que había aceptado aljuzgar a Ferrand. Comprende igualmente ahora el papel histórico de"la masa común del pueblo': que ignor6 en los días ardientes delSantiago de 1804. Y ve ahora con toda lucidez, y va a dejarlo de veren numerosas ocasiones, que las aspiraciones populares, inspiradaspor el ejemplo de los Estados Unidos y por "los vecinos mucho máscercanos de Occidente': se inclinaban a "la independencia absoluta ".y es lástima, porque de haber sido consecuente con esas impresionesque momentáneamente le inspir6 la carta del Caudillo, y el anhelorec6ndito de defender a los "traidores a su nación "como los llamabaHuber, le habría permitido dejarnos en herencia una genuina historiapopular. Y, sobre todo, verdadera...

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Esta devastación . que completa el cuadro general de lades trucción de este pals, marca el punto de partida de la historia delpueblo dominicano objetiva mente consagrada.

Es una historia marcada por un signo de extrema pobreza queobligará a cada uno de los miembros de la población a actuar con lafilosofia del naufragio.

En los 200 años anteriores. el núcleo histórico lo eonstitula lafami lia y, fuera de sus estrechos marcos. el mundo parecia d iluirse enla más densa de las sombras.

Pero la última devastación, que no logr6 hacer desaparecer elpele, acabó por destruir el sistema.

A fuerza de golpear sobre la cabeza de los ho mbres. los hizoinvulnerables a la destrucció n.

Les creó una resistencia natural a la adversidad que haríaposib le, no s610 su supervivencia, sino su aglutinación popular enunos términos tan recónditos, tan entrañables, que haría posible quelas leyes históricas se cumplieran como si este pueb lo no tuvieracabezas.

Sólo podían sobresalir aq uellas que se plegaban a lascondiciones del enemigo.

y el pueblo aprendió a seguir su curso histó rico sin másdirección que la de los aco ntecimientos.

Es posible que esta situación hiciera más laboriosa su faena .

Es igua lmente posible que la bri llantez de las hazañas populareshaya sido oscurecida por la ausencia de esos seres prod igiosos queson capaces de encamar, por la excepcionalidad de sus cua lidades,laepopeya de tod o un pueblo, como Mertí, y hasta de un continente,como Botíver, y aún de una era, como Lenin.

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En la historia del pueblo dominicano las figuras mássobresalientes son sus tiranos.

Pero el hecho objetivo es que, si bien ninguno de los héroes, omuy pocos entre ellos, han exhibido la misma estatura de los tiranos,si ninguno de ellos ha podido tener eldestino del pueblo en sus manospor un período razonable, la historia ha seguido su curso yel puebloha seguido exactamente la misma trayectoria hist6rica que hanseguido las naciones hermanas de este Continente, de una maneraoscura pero certera, de una maneta modesta pero cualitativamenteexacta.

En tiempos de Toussaint y Dessalines no hubo en esta parte de laIsla un personaje de esa talla que pudiera dirigir los acontecimientosen el sentido en que el propio pueblo los condujo.

y lo mismo ocurri6 en tiempos de Boyer.

La etapa de la independencia conocería figuras como la deSantana cuyo adversario directo y visible no fue el hombre que eldestino llam6 para encarnar los anhelos populares -DUARTE­sino otro tirano de la misma estatura, Báez, que puede llenar consuma elegancia las páginas de cualquier biografía.

Lilís, que gobern6 el país durante 20 años y Trujillo que logobern6 durante JO, lograron representar la historia de este país y serconocidos universalmente de manera más conspicua que hombrescomo Luper6n en su tiempo y los mártires de 1959y otros mártires enel suyo, que encarnando las aspiraciones populares, combatieronheroicamente y a veces grandiosamente.

Sin embargo, la historia de este pueblo no es la historia quizás desus grandes constructores pero tampoco es la historia de sus grandesdestructores.

Las energías histéricas de estos últimos, que mantuvieron en susmanos durante largos periodos los recursos del poder, se agotaronantes de lograr que el pueblo torciera la línea de su propio destino.

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De donde resulta que su verdadero adversario, el adversarioinvencible Yvencedor, fue el pueblo.

Un vencedor vagamente glorioso.

Pero inmortal.

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H.TOIIIA DI LA ISLA H....uIIOL4

_ .... licio.......................... _.......-.a ...

mSTOalA DI LAalPUBLlCA DOMINICANA(-del ,

o .........~· ~--

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INDICE

LA NOCION DE PERIODO EN LA HISTORIADOMINICANA

I ) Presentación del Problema. .......•....... " . Sü) Esbozo de un Modelo de Síntesis de la

Historia Dominicana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

PRIMERA PARTE

A. LA HISTORIA QUE NO SE ESCRIBE

a) Consideraciones en tomo a la noción deMétodo y la noción de Período . . . . . . . . . .. . . . . 63

b) Caracterizaci6n de la noción de Pueblo. . . . . . . . . . 77

B. LA HISTORIA QUE SI SE ESCRIBE. . . . . . . . . . . . . . 83

ANTEMURAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85a) La opci6n antillana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90b) La opción continental . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97c) La opción insular. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100

Esquema 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104

SEGUNDA PARTE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . lOS

C. LA HISTORIA QUE TAL VEZ DEBERlAESCRIBIRSE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107

La Opción Dominicana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109Introducción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

1. LA ERA IMPERIAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11SEsquemaII 118

l) La Epoca de lu Devastaciones. . . . . . • . . . . . . 119Esquema III . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . 120a) Devastaciones imputables a España. . . . . . . 121

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DEVASTACION 1. . . . . . . . . . . . . . . . . . 123Las Consecuencias: . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

l.vNSECUENCIA 1: Donde se discuteel problema del aniquilamiento com-pleto de la propiedad. . . . . . . . . . . . . . . . 139

CONSECUENCIAII: Donde se asistea la total disipación del pueblo. . . . . . . . . . 153

CONSECUENCIAIII: Donde se cer­tifica la desaparición definitiva de laEsclavitud. . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . 159

CONSECUENCIAIV: Donde se con­templa la reducción de la soberaníaimperial y del poder colonial . . . . . . . . . . . 177

CONSECUENCIA DE LASCONSECUENCIAS 187

DEVASTACION 11 . . . . . . . . . . . . . . . . . 213

Consecuencia: Planteamiento de unaconciencia nacional isleña . . . . . . . . . . . . . 2 I5

DEVASTACIONlll..............•.. 237

Consecuencia: Planteamiento de unaconciencia nacional dominicana. . . . . . . .. 239

DEVASTACION IV. . . . . . • . . . . . . . . . . 279

Consecuencia: Planteamiento dela independencia nacional domini-cana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 281

Page 289: PEDRO MIR: LA NOCIÓN DE PERÍODO EN LA HISTORIA DOMINICANA, VOL. 1

editora

lB!alFiuomeoaEste libro se terminó de imprimir en los talleres de

editora ALFA Y OMEGA, C. Por A.durante el mes de mayo de 1981.

Santo Domingo, República Dominicana.

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P~dro ;\t lr nadó ~n 1913 ~n s.m P~dro de ~I..,.,rl... RepUhh. aDom inicana. ú;ludló ~n la Gnl\'crsldad de $aulO Domingo ( hoyAutónoma) cn la que ohlum, en 1941 , el Ululo de Doctor ~nDerech o , AbOUIdrmó el pal" en 1947)' ""lIÓ larllOI' .1'1011 romou lllaoo. En 1968, ll'll" unac"tanctade 1963. 1005, .., radltódenuc ' .., cn "U pall1a, donde ,1vc ~n la acIUII.lldad.

Pedro ~Il r c" un <k.IUlCado poeta; Su 0011l ~ lIay un País en el~Iundo", 1949,"" ha editado <k~na"de vcen, Incluyendo unaglllbooclón para "La Vh ...Voz de Amt rlca laUna" de Mt"lro,en I Upropia ''Ol, Ha publicado a&:-mAa "ContnlCanloa Wah \\'hllman ","Arntn de ~larl¡>Otlall" y otros puo:m.... n:cogld05 cn una ediciónpopular de Siglo XX I dc ~It"lco, de lo" cual""uls~n dh..,,,,,,,tnK!ucc lones al In¡¡lts ( Roben MArque.. D!dl~ r Tlldel Jaen,Donald D. Walah ).

Ha publicado ....Iml..mo una um'ela. CU"""OO ""'IAfIA." LASTIERRAS CmlUXERAS, (SI~1oXXI. ~U" i{"() , 1979) cn la qucd.......,..,lla por \'fa do: I\crlón la" le .. ia de la J""""'n~ ohm. Lo\.XOC10 X DE PEI.:JOOOEX L-\ HISTORIA 1J()~I IXlCAXA, a la _cua1 ha <:on ....grado ''lU''IOII aiI"" de ln"c..llgaclón, y de la cual..,publica en u ta oc..,;lón lIÓlo ullll parte como ,"'¡umen l. al quelICgul" el ""'lo de la oora,yaal plan de edlción,en fecha próx ima.El aUOOr decl."" en ella que ..u propóIIlto "" el .portar..u e..fueJZO"""" Iogmr qu~ la h lalOrla gal""" del pueblo dominicano. puedalIC r lllIJ'nIda en dje~ Une....." cuando Il>CnOll en una" 75 ¡>6¡¡lnall,de acuerdo con la demanda de una edllOJa CJltJ1l.nje"" en unaocasión pa....da.

Ped ro ~I j r "" pmfellOr de EsltUea por opOlIlclón ~n laUnh",...ldad Aulónoma de SanOO Domingo y, como profellOrIn"~"llgador, ha publtcado "El Gl'lIJI lucend lo", 1969, "AI""r1u", ala E..ltU<:a~, 1974 , delacua1prepa<a una ""guncla edición roJl elti tulo de "Xu"""Ál""rtll",a la E..lt llca","fundamenlO8 de Teori..YCrftka de Arte". 1978, enln: olIU 00"''',

La Unl""... ldad AUlónoma de Sanoo Domingo .... ronplula aleditar.un.. ,.~~ mis,los n:"ulla<los del eafueJZO de un In\'Cl'tl¡¡ador,"""clOllO y de Ano empleo del lenguaje -simbl""l" pococomun- como lo U Pedro Mlr, <:on ~l deseo de rontrl hulr ald......rrollo de la Invea tll/RClón acadtmlca en nu~"tro par...

HISTORIA Y SOCIEDAD No . 44