PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se...

186
A A PEÑALARA

Transcript of PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se...

Page 1: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

A A

PEÑ

ALA

RA

Page 2: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

(

••

Los mejores skis y trineos. Material de alpinismo. Pídanse catálogos ilustrados

l -

ARRJET A: 9.-MADRID PEÑ

ALA

RA

Page 3: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

POCUMENTOS

\

r.cn /.. '·. :, . . , 1,

··f! ) ,.

¡. ¿' ¡; \ p-'· .i:

EXCURSIONES A LA MALICIOSA ~- ._;,}. . ,j Y A LA PEDRIZA DEL MANZANAR~~·:'__< ·:·.<.JI

. . 7. "~/ Conferencia leida en sl Circulo de la Unión Mercantil, de Madrid, el dia

17 de diciembre de 1913 1 en el curso de Alpinismo organizado por PE~ALARA.

I

Semejanza entre la Maliciosa y la P¿driza.-La Maliciosa y la Pedri­za son hermanas: ambas tienen una configuración semejante; las dos están constituidas por la misma piedra: el granito; una y otra parecen haber sido levantadas por una de esas inconcebibles convulsiones geológicas de los tiempos en que nuestro planeta se estaba creando á sí mismo, y lanzadas contra la ingente cordillera de gneis que hoy llamamos Guadarramas, Cabe­zas de Hierro, Lomas de Pandasco, etc., etc.

Sobre una linea casi horizontal que forma esta cordillera aparecen lanza­das: la Máliciosa al Oeste y la Pedriza al Este.

La primera parece apoyarse sobre cuatro patas descomunllles: segura­mente, la más larga tiene cerca de diez kilómetros. Estas estribaciones ó cuer­das, cemo dicen por aquellas tierras, tienen los siguientes nombres, de iz­quierda á derecha: Cuerda de las .Bnitt·eras, Cuerda de la Majada de la Luna, Cuerda del Collado de las Vacas y Cuerda del Hilo ó de los Porrones. Esta última, la más extensa, va desde la cumbre de la Maliciosa hasta las puertas de Manzanares el Real. ·

En este punto pónese en contacto con la Pedriza, que sube hasta ana al­tura aproximada á la 'de la Maliciosa (unos 2.200 metros).

La Pedriza está constituida por dos largas cuerdas, que se llaman: de las :~maneras y de los Pinganillos; esta segunda cuerda aparece cortada hacia su mitad por un collado que se llama de la Dehesilla, y desde este punto si­gue hacia el Sur, culminando en la insuparable Peiia del Diezmo, de que ha­blaremos después, y degradándose hasta Manzanares mismo.

En la cuenca formada entre la Cuerda del Hilo, las Cabezas de Hierro

4.-Enero,.1914

PEÑ

ALA

RA

Page 4: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

211 PEÑALARA

y la cuerda de las' Milaneras, tiene su cuna (si puede llamarse así) el río Manzanares.

A la izquierda de la Maliciosa está la carretera que pasa por el Puerto de N~vacerrada, ya descrita en conferencias anteriores. A la derecha de la Pe· driza está la carretera que va de Colmenar á Miraflores, pasando por Cho· zas, á seis kilómetros de Manzanares.

Excu1·sión á la Maliciosa.-Y dada esta breve explicación, vamos á ha­cer una excursión á la Maliciosa. 0& conduciré por el lado más fácil, aun­que sea el más largo, y como han de venir con nosotros señoras que se fati­gan y caballeros faltos de entrenamiento, advierto que por el lado escogido puede subirse en pollino hasta la mismísima cumbre de la Maliciosa.

Saldremos un día, después de comer, en un tren que parte cerca de las tres. En Cercedilla descenderemos y por el atajo conocido, iremos á los Cha· lets de Club Alpino, si somos socios, ó la casa del peón caminero, en caso contrario, para pasar la noche. . A las siete de la maiiana subimos al Puerto de Navacerrada. A las ocho

estamos en el Puerto: seguiremos entonces el camimo de los Ventisqueros que sube por la derecha, dando la vuelta á la Guarramilla. Llegamos á una depresión ó collado, por donde atraviesa el camino de los Ventisqueros, el camino que desde hace siglos recorren unas toscas carretas serranas en busca de la nieve que se conserva durante todo el año en el Ventisquero de Estraóa y en otros vecinos.

Desde este collado se nos ofrece, á la izquierda, una imponente vista de la Guarramilla, y enfrente aparece, en conjunto, la Maliciosa, que nos pre­senta el paredón occidental de la Cuerda de las Buitreras.

Al cruzar este colladito, dejames atrás el valle del río Guadarrama y pa­samos al del Manzanares.

Siguiendo siempre el camino, podemos encontrarnos á las nueve de la mañana en lo alto de la Guarramilla. A<Iuí, el punto de vista es espléndido: al Oeste: el Siete Picos, el Montón de Trigo, la Sierra del Oso; al Norte, la Peñalara y la Somosierra; al Nordeste, la Guarrama, las Cabezas de Hierro y el Valdemartín; al Sudeste, la Pedriza entera, y al Sur la cumbre de la .Maliciosa, á la cual llegaremos entre diez y media y once de la mañana.

¿Cómo describir la emoción que se siente al pisar esta cumbre fantásti­ca? Labor es ésta superior á nuestras facultades; limitémonos,á decir que incurre en grave pecado el que deje de llegar á esa cumbre disponiendo de un par de duro¡¡ y de dia .y medio. Quien posea ese dinero y cuente con ese tiempo, no tiene derecho á llamarse amante de laNaturaleza si no va al pico de la Maliciosa. ..;,; ... : ...

. ·~ . ~:

PEÑ

ALA

RA

Page 5: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 27

A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica.

Si tenemos la fortuna de contemplar el mar de nubes, la dicha será ma­yor, porque desde lo ulto de la Maliciosa da la. sensación de algo sobrena­tural.

Entre los riscos de la cumbre, y precisamente en el hueco que forman las cuerdas del Collado de las Vacas y del Hilo, hay unas oquedades y unos cortes á pico, realmente espantosos, llamados los Canalizas.

Para volver al tren puede desandarse el camino traído; pero los que ten­gan buenas piernas harán bien en seguirnos y descender por entre las estri­baciones de la Maliciosa. La pendiente es muy pronunciada: de unos 50 ó 60 grados y aún más en algunos puntos.

Pasando bajo la Maliciosa Chica podremos verla desde el Sur, formando por si sola una montaña, y al mismo tiempo contemplar otra enorme masa de piedra! llamada el Peñotillo, grande como una catedral.

Desde este lugar, el camino se ve claramente: aparecen senderos de pas­tores, que conducen á Becerril y á Navacerrada. Prefiriendo siempre los de la derecha (lado Oeste) saldremos á la Barranca, en buen· camino para Na­vacerrada.

Podecos estar á las cuatro en la posada del excelente serrano Raimundo Montalvo, descansar buen rato y terminar la jornada recorriendo la legua que hay hasta Collado Mediano, donde se toma el tren que nos pone en Ma­drid á las ocho de la noche.

EL GLIMA DE LA SIERRA

El clima de la Sierra de Guadarrama, como el clima de casi todas nue~­tras sierras, es descónocido por falla.. ó por escasez de observaciones me­teorológicas. Ha habido en este asunto apatía, descuido y desorden. La apa­tia. se ha revelado en el número corto de estaciones para tales estudios; el descuido en las circunstancias defectuosas de ~u instalación, y el desorden en

PEÑ

ALA

RA

Page 6: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

28 PEÑALARA

la ausencia de plan uniforme para recopilar y publicar tales observaciones. El ministerio de Instrucción Pública sostiene estaciones, hace muchos

afios, en los Institutos de segunda enseñanza, con algunas excepciones; paralelamente á ellas han funcionado y funcionan algunas en centros parti­culares de segunda enseñanza, pero con soluciones de continuidad lamenta­bles; los cuerpos de Ingenieros de Montss y de Ingenieros agrónomos han establecido igualmente instrumentos meteorológicos; los torreros de faros han hecho y haceu observaciones, etc., etc., pero ha faltado una centraliza­ción de datos, una discu~;<ión de los mismos y una publicación ordenada do todo ello. Por eso, cnando se quiere estudiar el clima de una región deter­minada es dificil hallar todas las observaciones hechas, y aun hallándolas, son muy pocas. Apresurémonos á decir que recientemente y valiéndose del concurso de los Profesores oficiales de primera enseñanza, el Observatorio meteorológico ha ampliado considerablemente el número de estaciones me­teorológicas de segundo y tercer orden; ello, al cabo de algunos años, ven­drá á proporcionarnos datos de interés para conocer el complejo clima espafíol.

••• Cuando se quiere estudiar el clima de las Sierras el problema se compli­

ca, porque la escasez de datos es mayor aún. No tenemos estaciones de al­tura. Por lo que toca á la del Guadarrama se poseen algunos de la de El Escorial y observaciones más completas de Madrid, Avila y Segovia. Estos cuatro puntos rodean, en cierto modo, una parte del macizo, y por los datos do esas estaciones se ha procurado inducir el clima de la. sierra. Así se cons­tntye un clima aproximado, pet·o no se conocerá nunca el clima verdadero.

Procuramos reunir los datos principales referentes á las temperaturas de invierno, en tres de los puntos mencionados:

Temperatura Máxima Mínima Mínima media. mínima media absoluta

Madrid (656 m.) diciembre 4,2 !),3 0,3 -11,4 enero 4,8 D,5 0,0 -11,9

febrero 7,2 13,0 1,4 -10,0

Avila (1.131 m.) diciembre 2,5 7,2 2,3 -14,0 enero 1,8 6,5 2,9 -17,5

febrero 4,0 9,2 1,2 -14,0

Segovia (1.000 m.) diciembre 3,6 8,1 1,0 -11,3 fE~brero 2,o 7,5 2,3 -15,2

enero ó,G 10,8 u,4 -16,0

PEÑ

ALA

RA

Page 7: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:&ALARA 29

No hay que decir que la múxima media es el promedio de las temperatu­ras máximas de todos los días del mes, y la mínima media, el de todas las mínimas.

Estos datos pertenecen á. una larga serie de observaciones hechas siste­máticamente y sin interrupción durante más de treinta alios, recopilados por el Observatorio de Madrid: son, por tanto, datos sólidamente establecidos-

De ellos se pretende por algunos deducir el clima de la Sierra-en este aspecto termométrico-aplicando la conocida ley que hace descender esa teinperatura á razón de un grado por cada 170 á 200 metros que se ascienda en la atmósfera. Sin nogar esa ley, se nos han de ¡Jermiti1· algunos antece­dentes sobre la misma y algunos reparos á su aplicación irreflexiva.

Nació esa ley en una famosísima ascensión aerostática de Gay-Lnssac en 1804: ya se ve que es antigua. Subió Gay-Lussac á la altura de 6.977 metrcs; observó la temperatura en veinte posiciones distintas y dedujo que esa temperatura descendía á razón aproximada de 1 o por cadal 73 ms. de ele­vación. Esta ley ha sido sometida á comprobaciones sucesivas y nurr.erosas. Sanssnre, comparando temperaturas del Mont-Blanc con las de Ginebra y Chamonix, ha encontrado un descenso de 1• pór cada 144 metros; Humboldt, en su ascensión al Chimborazo (5.876 m.) halló un descenso de 1 o por cada 218 metros. A este tenor podriamos citar infmidad de otros datos, pero es in­útil; los apuntados demuestran ya con evidencia el hecho general del decre­cimiento, pero una cuantía variable desde 144: á 218 para el mi::~mo decre­cimiento térmico.

Apliquemos esta pretendida ley á nuestros datos propios, á los datos de Madrid, Avila y Segovia, ant~.>s copiados, y resulta el decrecimiento de un grado por la altura de metros que se expresa á continuación:

Diciembre Enero Febrero Promedio

Avila-Madrid ........ 206m. 158m. 149m. 171m. Segovia-M-adrid ...... 587 144 245 215 A vila-Segovia . . . . • , . 120 1G4 82 122

Estos números son bastantes elocuEintes pai·a rechazar la aplicación irre. ftexiva de esa ley á deducir el clima. de la Sierra; así nos fabricaremos un cli­ma arbitral io, pero no conoceremos el efectivo. N o nos engaliemos en cosa q ne. pudiera disculpar nuestra desidia. La climatología. es una ciencia de obser­vación y sólo se construye con datos tomados conscientemente de la natura­leza. Pretender reemplazar esos datos· con inducciones es llevarnos á error .

• 11 •

J;?or eso, si de algo valiese nuestro ruego, rogaríamos á todos los"' que in­tewienen en ¡¡stos estudios-Observatorio Meteorológico, Maestros de pri-

PEÑ

ALA

RA

Page 8: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

30 PEÑALARA

mera ensefi.anza, Sacerdotes, Ingenieros de Montes, de Caminos, etc.-que multiplicasen las estaciones meteorológicas de montaña, cosa muy :fácil, pues bastan dos termómetros que den las temperaturas y un sencillo pluviómetro. PEÑALARA apoyará seguramente el ruego del que suscribe y hará lo posible para propagar y divulgar las observaciones que se realicen.

Y hoy comenzamos á hacerlo. Contiguo al Chalet del Club Alpino Esra· fi.ol, á 1.600 metros de altitud, se halla instalada una sencilla estación me­teorológica á cargo del conserje del C!J.alet, quien cuida de anotar diaria­

. mente)as temperaturas, correr los índices, medir la lluvia, etc. Y he aquí la temperatura máxima y mínima, correspondientes al mes de diciembre pasa­do (primero del invierno 1913-1914).

Día Máxima Mínima Día Máxima Mínima

1 8 o 16 9 o 2 7 ' o 17 9 1 3 7 ~2 18 8 1 4 8 -1 19 4 -4 ú 7 o 20 2 -2 (j G -1 21 (j -4 7 7 --2 22 7 - 1 8 9 -0 23 G 1 9 9 -1 24 4 -3

10 10 --2 25 4 -4 11 9 -~ 26 8 ~ .. -- 4 12 10 -1 27 11 -3 13 10 -1 28 10 - 1 14 8 -1 29 10 -8 15 !) -1 30 3 -lO

--- 31 +2 -12 Media + H,O -1,0

+6,4 -3,6

La comparación de estas temperaturas diarias del Chalet con las regis­tradas en los mismos días en Madrid, A vila y Segovia que tenemos ó. la vis­ta, seria muy curiosa, pero haría esta nota demasiado larga¡ nos limitaremos á citar estas circunstancias:

. El día 13 de diciembre descendió la temperatura minima en Madrid á 4,8 grados bajo cero, en A vila á 5 y en Segovia á 4,. todo bajo csro; en el Chalet, con mayor altitud, se quedó en 1 bAjo cero.

Fenómeno parecido ocurrió los días 18 y 19, que tuvimos un verdadero mínimo térmico: en Madrid, el19, descendió á 6,7¡ en Avila, á 6¡ en Sego­via á 5, todo bajo cero, y en el Chalet á 4 sola;nente.

PEÑ

ALA

RA

Page 9: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:ÑALARA 81

En cambio el día 31 hubo en Madrid 5,3, en Avila S y en Segovia 71

todo bajo cero; en el Chalet descendió á 12, también bajo cero. Otras muchas particularidades podría anotar para demostrar la comple­

jidad del problema y la necesidad de estudiarlo con datos minuciosos á la vist:l, pero ya habrá tiempo de hacerlo en otros meses; por hoy basta con la dicho para aburrir al lector; perdón y hasta otra nota.

LOS CANTOS DE LA MONTAÑA

Loa cantos populares más bellos por su melancolía y dulzura, son los qantos montafíeses, empapados en la vaguedad de sus paisajes abruptos y sombríos. La belleza y la soledad del pair~aje, la rusticidad del poblado, el ritmo libre del baile y el del carro que pesadamente arrastra la yunta, el monótono tintineo de las esquilas del ganado, las hojas de los árboles movi~ das par el viento, el rumor de los arroyos, la voz ineducada de los campesi~ nos, el color de los objetos, aurora, ocasos ... son el marco en que la tonada

Allcgro DoU.. )loo,..lo

ftG P G P V:tgiTf 1 G1 o eWll .l'vioocrlócnCI."marco-.pu-=• ,..pcr-IUmesoo 1 ..

reo mi pechooncol'll-¡oón pa·ra qoo tú me lo

1 ~- =:==- 1 2. lora =lsr ~v~lpr ~ppl ro·beo. En to yen- &a:.n•-lo vi a.yer

1 :P l i G D 1 i! r •o v ~ 1 O r tlf ni tar-dll · to·lltliDIII-Ia-da '110 pu-do,ba-blar·lo. --

montafíesa produce todos sus efectos de ensnefío y de poesía. Fuera de él pierde, como la flor arrancada de la planta. Por eso cuando las tonadas de la sierra hayan de presentarse como obra artística en forma de paisajes; de

PEÑ

ALA

RA

Page 10: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

52 PEÑ"ALARA

imágenes poético-musicales, hay que sustituir esa natural decoración con todas las galas y esplendores de la técnica musical moderna. Porque la me­lodía escueta, suele perder su interés artístico lo que gano. como documento; pero si se la da un desarrollo desproporcionado á su carácter, se evapora todo su aroma. Saber realzar la· belleza natural del motivo popular es enes· tión de instinto y de sentimiento y sobre todo de conocimiento del género, de su valor expresivo, de buen gusto, de arte. Así lo han entendido Sven­dren, Sinding y Grieg, en Noruega¡ Smetana y Doorak, en Bohemia; Sibe­Jins, en Finlandia; Glinko, Balakyvew, Borodine, Glazonod, Rismi Korsa­kot y Monscorgky, en Rusia; Liszt, Brahms, Schubert y Schumanu, en

AII~Uo fLoo Pollaol

J Qoll-lol-todaoaua-qu!IIO 11>-JoquoU...·"'- ll<

tPPJPI J j4#fof}i"J!J 1 J -l• oo-rrorel a-gua pordon-.11: --u __

Hungría y Alemania, los cuales se han servido del canto popular (primer balanceo del arte musical) como fuente de inspiración, dando con ello origen á las escuelas nacionalistas, cuyas obras han constituido, en Jos últimos treinta ailos, lo más fuerte y original que se ha producido en el arte musical, infiltrándole nueva savia, de que estaba bien necesitado, merced á la crisis melódica que venía padeciendo y que continúa aún.

Los dos ejemplos que intercalo en el texto perteneeen á la rica colección de cantos populares leoneses. El primero es U:n baile montañés muy caracte­rístico de La Riera (Babia), pintoresca región del distrito de Murias; el se­gundo es otro baile muy corriente en La Ceana1 del mismo distrito. Los Po­llos suele bailarse como final de las fiestas y consiste en una danza circular de dos parejas, especie de gi1 aldilla asturiana á dos tiempos, aunque algu­llaB veces el ritmo de pandero le marcan á tres. Lo más característico de este baile es que empiezan invitando dos mozos á dos mozas; bailan mientras se canta una copla, y 1uego se retiran aquéllos; entonces las mozas sacan á otros dos mozos, bailan otra copla y se retiran las mozas; ellos sacan á otras dos, y asi sucesivamente; los últimos mozos que quedan sin pareja sCJn los que quedan pollos.

Al final de cada copla se maquila, que consiste en abrazar el mozo á la pareja por In cintura y levantarla en alto. PE

ÑALA

RA

Page 11: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 12: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

AgujR. del Ventanillo

PEDRIZA DE MANZ'ANARE.S. DETALLES DEL PEÑ

ALA

RA

Page 13: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

ER D'A DE LO.S PIN(jANILI_OJ

Risco de las Damas

FOT. t\ELI'A PEÑ

ALA

RA

Page 14: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 15: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 LOS POETAS DE lA SIERRA

PRISIONERO

I

Luz ingrávida, hija blanca do la nada Qne te ciernes en los ámbitos del cielo; Ancho circulo de brumas taciturnas, Horizonte de los días cenicientos; Negra sierra de grandeza inmensurable, Que te elevas como monstruo gigantesco, Con peana de boscosas montañuelas Y corona de pináculos de hielo; Valle ameno, rico nido de quietudes, Melancólica vivienda del sosiego, Donde apenas de la muerte y de la vida Se perciben vagamente los linderos, Que se borran en los diáfanos ambiente,; Del reposo, de la paz y del silencio; Sol que enciendes y dibujas con tulumbre Los ardientes mediodlas so~riolientofl, Las auroras con crepúsculos de nácar Y las tardes con crepúsculos de fuego,

Noches puras, claros días, Anchos campos, altos cielos, ¡ Refrescadme ]a memoria Con recuerdos de otro tiempo, Cuando lejos de los hombres Era libre el hijo vuestro!

n Yo he pasado negras noches en la selva,

Recostado sobre el tronco de un abeto, Escuchando los rumores del torrente, Y los trémulos bramidos de los ciervos, Y el-ahullido plañidero de la loba, Y las músicas errátiles del viento,

11 PE

ÑALA

RA

Page 16: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

84

Y el insólito graznido de los cárabos Que parece carcajada del infierno.

Yo he bebido en la salvaje serranía La frescura deleitosa de los céfiros. Y he dormido junto al tajo del abismo La embriaguez que le producen al cerebro Los olores resinosos de las jaras, Los selváticos aromas de los brezos Y la hipnótica visión de las alturas, Que me hundía en los sopores de los vértigos.

Yo he bebido en los recónditos aguajes De las corzas amarillas y los ciervos, Y he matado á puñaladas en el coto El arisco jabalí sañudo y fiero, Y he bogado en un madero por el río, Y he corrido sob.-e un potro por los cerros, Y he encajado sobre el risco la buitrern, Y he arrojado los arpones en el piélago.

Contemplando la harmonía de la vida Bajo el ancho cortinaje de los cielos, He pasado las de agosto noches puras Y las negras noches lóbregas de invierno, En la cumbre de colinas virgilianas, O en la choza de lentiscos del cabrero, O en las húmedas riberas de los rios, Bajo el palio de follaje de los fresnos.

Y han henchido mis pulmones con sus rldaga3 El de mayo perfumado fresco céfiro, El solano bochornoso del estío Y el de enero flagelante cierzo gélido.

A las puertas de los antros de las fieras, Los impulsos violentisimos del miedo Me han llevado á guarecerme, acobardado Por los hórridos estrépitos del trueno, Que botaba en las gargantas de las sierras Y mugia en los abismos de los cielos, Y encajado como mísera alimaña En la grieta del peñasco gigantesco, He sentido las grandezas de lo grande Y he vivido las bellezas de lo bello ...

PEÑALARA

PEÑ

ALA

RA

Page 17: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PELAN ARA

Y ahora vivo las miserias De los hombres y los pueblos, Sus dorados artificios, ' Sus mezquinos devaneos, Lo grotesco, lo imposible, Lo déforme, lo pequeño ... Y respiro ~.ire de cárcel, Y en la jaula me revuelvo,

Y me muero de nostalgia sin vosotros, ¡Hondos valles, anchas cimas, altos cielos!

So

GABRIEL Y GALÁN.-1870-1905.-Poeta español, salmantino, á quien seco:. noció por su poesia E/ ama en los Juegos florales de Salamanca en 190 l. Maes­tro de instrucción primaria, residió en algunos pueblos de la Sierr:1 de Gredos­Piedrahita, Barco de Avila, etc.-retirándose al Guijo de Granadilla (Gáceres),.

donde murió.

PEÑ

ALA

RA

Page 18: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 NOTICIAS

11

PICOS DE EUROPA

Nueva Sociedad.-Para fomentar el turismo y alpinismo en la comarca de Liébana, se ha fundado en Potes (Santander) una Sociedad titnlnda «Pi­cos de Europa».

En su formación han intervenido los señores D. Manuel Bnstamante, D. Eugenio de Eizaguirre, D. Luis González, D. Jerónimo Prieto, D. Flo-rencio Castelao y D. José María Bulnes. ·

A juzgar por el articulado de su reglamento, los propósitos de la nacien­te Sociedad son dignos del aplauso de los aficionados á la montaña.

MONTAÑAS DE LEON.-LIMNOLOGIA

Con ell;itulo de Lagos de la 1·egión leonesa, D. Federico Aragón, Cate· drático de Historir.. Natural en el Instituto de León, publica un breve opús­culo, n.o 5 de la serie geológica de los Trabajos del Museo nacional de Oien. cias Naturales.

El estudio se refiere al lago de San Martin de Castañeda, de Tera de Sa. nabria ó del Conde y la Condesa de Benavente (911 metros de altitud), ya conocido pór la monografía, también reciente, de D. J. Taboada Tundidor, publicada en el Boletín de la Real Sociedad española de Historia natural; a¡ de la Bafia, en la vertiente N. de la Sierra de Cabrera, á 1.360 de altitud, y al de Truchillns, en la ladera oriental del pico de Pefia Negra, á 2.200 me. tros. El autor, acomodándose á la opinión más admitida hoy, atribuye un origen glaciar á estos altos lagoR de montafia. Ilustran el opúsculo cinco fo· tograbados obtenidos sobre clichés del autor. Aunque el propósito del mismo sea enteramente de índole científica, no faltan palabras para expresar la be­lleza y poesfa de estos altos lagos de montaña.

UN PINTOR DE LA MONTAÑA

En el Salón Iturrioz han estado expuestos durante varios días los cua­dros de un joven pintor, Martinez Vázquez, constituyendo una sencilla ex­posición que ha sido visitadisima.

PEÑ

ALA

RA

Page 19: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 37

El asunto de la mayoría de sus tablas y lien::os es la montaña, la serra­nía de Gredos, vertiente del Tiétar, y los pueblecillos nlftgros-Arenns de San Pedro, Piedralaves, El Sotillo, -ó austeros-Gavilanes, Mombel­trán, Pedro Bernardo-que apenas alzan su casarlo en aquel rincón de la viPja Castilla.

ERRORES EN LA GEOGRA~A DEL GUADARRAMA

r.a hoja 45 del Mapa militar de España á la. escala 1.200.000 que aca­b:!. de publicar el Depósito de la Guerra, contiene algunos errores qne no de­ben pasar inadvertidos. Algunos de ellos son simplemente de nomenclatura, como, verbi-gracia: llama «Peña del Oro» al grupo de la Peña del Oso y la Mujer Muerta, ó «Sierra de Pedraza» á la Pedriza de Manzanares. Otros, transcienden ya á la naturaleza é importancia de los macizos orográficos (que por lo demás, carecen de toda responsabilidad que no sea la puramente lite­ral de los nombres respectivos), como cuando al Cerro de Moralzarzal se le llama e Sierra del Telégrafo» y á la Sierra del Hoyo de Manzanares , «Cerro del Cuchillar» 1 en una inversión completa. Pero el error de más monta es el de la transposición de las dos Cabezas de Hierro, llamando Mayor á la Me­nor, y viceversa, y colocando en la Menor el vértice de la triangulación geodésica que, como es sabido, pertenece á la Mayor, á 2.383 metros de al­titud. Sería de desear una escrupulosidad mayor en la formacion de estos Mapas, á quienes el público atribuye, por su misma procedencia, un valor que están muy lejos de tener, 'co~o enseña esta breve nota po:t lo que se re­fiere á una parte del territorio tan fácil y tan próxima como . nuestra Sierra de Guadarrama.

CLUB ALPINO ESPANOL

Eu la sesión celebrada el día 2 de enero actual pot· la Junta directiva ·del Club, fueron admitidos los siguientes socios:

D. Julio Ortega, :.0· Carlos Coppel, D.a Carmen Coppel, D, Alfonso Coppel, D. Felipe T!'igo, D.a Julia Trigo, D.n Luisa Trigo, D. Alberto Oechale. D. Arturo Sirvent, D. Enrique Devis, D. Manuel F. Rothenflue, D. Manuel Gil Mateos, D." Sofía Villarrubia, D.a Juana VillatTubia, don José Tinoco, D. Joaquín Moro, Marqués de Los Arcos, D.a Aurora Ganca­do, D. Carlos Ganaedo, D. Francisco Ruiz, D. Luis Despnjols, D. Isidoro Velasco, D. Mig:uel Fernáudez, D.~ Cristino de Castellvi, D. Sócrates Quin­tana, D. Paulino Borrallo, D. Pedro Ruez1 D. José Varón, D.a Elsa Pawo­lleck, D. Carlos de Mirai!.da, D. Juan Adolfo de !barreta; D. Anselmo Are-

PEÑ

ALA

RA

Page 20: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

38 PEÑALARA

nillas, D. Julio Arenillas, D. Mariano Arenillas y D. Jesús Martinez: total treinta y cinco.

-En el refugio construido por el Club en el Puerto de los Cotos se hau realizado importantes reformas, que lo hacen cómodo para pernoctar en él y tomarlo como centro de excursiones.

Se ha construido una cocina para leila, donde se puede guisar 1 secar la ropa, calentarse, etc., etc.; se ha cambiado de lugar el tablado-dormitorio; se ha reinstalado la estufa, cambiando los tubos por otros de más diámetro que pro:lnzcan tiro excelente y calefacción adecuada; se han sustituido las minús­culas ventanas antiguas por otras ámplias, fuertes y con enrejado de hie­rro; se hl\n llevado más bancos y vajilla; en suma, ha quedado un refugio con las comodidades y condiciones que pueden apetecerse en este género de albergues.

La Junta directiva del Club, y en particular su Presidente, merecerán un aplauso de los verdaderos alpinistas que utilicen este atractivo refugio, y lo merecerán más aún si prosiguen en su tarea de construir otro en lugares adecuados.

-Se ha encargado la construcción de un nuevo armario con cuarenta y ocho dep!l.l"tamentos-cajones, cerrados, que quedarán pronto á la disposición de los socios. Estos cajones son algo mayores que los antiguos y su alquiler anual será de 9 pesetas en vez de 8 que cuestan los actuales.

-Los servicios de la cantina comedor y sus precios, aprobados por la J un~ ta directiva, son los siguientes: el par de huevos fritos, 0,50 pesetas; ídem pasado por agua, 0,40; ración de patatas fritas, 0,35; ídem de patatas guisa­das, 0,30; ración de sopas de ajo, 0,25; por frei~ tm filete, 0,10; idem asar­lo á la parrilla, 0,05; por calentar filetes, tortilla, etc., 0,05; taza de café, 0,30; ídem de té, 0,20; paquete de azúcar, 0,15; vino de Rioja, ~erveza, Mahón, latas de conservas, etc., etc., á precios corrientes.

PEÑ

ALA

RA

Page 21: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 ASOCIACION

11

CENTRO DE INFORMAGION ALPINA

Paara uso de nuestros suscritores, queda organizado el Centro de Infor­mación alpina que anunciábamos en nuestro número anterior. Este servicio, limitado hasta nuevo aviso á la Cordillera central (Somosierra, Gnadarrama, Malagón, Gredos), funcionará todos los miércoles, de 7 á 8 de la noche, en el domicilio de la Sociedad: Pontejos, 2, Instituto de Reformas ,Sociales. Bastará la exhibición del recibo de abonado á nuestra Revista, para obtener toda suerte de indicaciones.

GONFERENGIA SOBRE EL GUADARRAMA

La dió, el 23 del pasado diciembre, nuestro compañero Bernalde de Qui­rós, en la Asociación para la Enseñanza de la mujer, ante un públice forma­Jo en su mayoría por alumnas de todas las clases de esta institució~, exhi­biendo hasta muy cerca de un centenar de proyecciones de la colección del amigo Juan A. Meliá. Al terminar la conferencia, un grupo de alumnas de las clases de segunda enseñanza se acercó á Bernaldo de Quirós, antiguo profesor de la casa solicitando de él que organizase, en su obsequio, una ex­cursión á la Sierra. Obvio es de cir que la solicitud en el acto fué atendida.

NUEVA FASE DE LA REVISTA PE~i\LAR.ñ

Terminado el primer trimestre «e nuestra publicación y correspondiendo al favor conque ha sido recibida, hemos decidido y llevado á efecto la trans­formación inmediata de la misma, en el sentido de duplicar el número de sus páginas y fotograbados y de ampliar su contenido al alpinismo en todoS los macizos montañosos de nuestro pais, aunque con especial aplicación á la Cordillera central y, dentro de ésta, á la Sierra de Guadarrama. Para esta su nueva fase, la revista PEÑALARA admite suscripciones al precio de 3 pe­setas semanales, pagadas de una sola vez, en metálico ó, para los abonados de provincias, en valores fácilmente realizables, enviadas á D. Victoriano F. Ascarza, calle de Quevedo, 7.

PEÑ

ALA

RA

Page 22: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 23: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

IMPRENTA ]OSE F. ZABALA

Ediciones de arte.--Li­bros.- Catálogos-Ilus­traciones. --Folletos.­Impresos comerciales,

VALVE~DE, 4o PEÑ

ALA

RA

Page 24: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

CARLOS • PRA51HE~MANOS • • • •• •• •• •• •• •• • •• •• •• •• •• •• • • ••••

Go:nfitería y Comestibles ADENAL 8 Artículos para alpinistas . 1' ' PE

ÑALA

RA

Page 25: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

11

f ~ ••••••w••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••·~~a:

Castillo de Manzanares el Real. F ot. A. Prast. :

Año JI Febrero de 1 914

·······················································~·

• • ..

PEÑ

ALA

RA

Page 26: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

-r 1

Los mejores skis y trineos. Material de alpinismo. Pídanse catálogos ilustrados

Balones ingleses le­gítimos.- Botas y medias, jerseys, etc.

' 1

-

AI\RIETA, 9.-MADRID

PEÑ

ALA

RA

Page 27: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

'{.:·¡rl r~-1 -· i

~j)·\ .. ·._,Ji '.'·~ .' ... , . .' ,'

'., ,· • ..1'.

EXCURSIONES A LA MALIGIOS~_¿ .. r~\- · : .. _: ~/ Y A LA PEDRIZA DEL MANZAN~ES· .. ;.· .·

Conferencia leida en el Circulo de la Unión Mercantil, de Mad·rid, el día 17 de diciembre de 1913, en el curso de Alpinismo organizado por PE~ALARA.

II

Vamos ahora á recorrer lo principal de la Pedriza de Manzanares. Hablemos previamente de cómo puede llegarse al pueblo de Manzanares. Puede irse en tren hasta Colmenar Viejo y desde alli hasta Chozas en

diligencia, terminando el trayecto á pie; esta última etapa es de una legua. Pero dadas las facilidades que ofrece el actual posadero de Manzanares, .

es preforible ir á Villalba con billete dominguero de ida y vuelta, que cuesta. 1150 pesetas, y en Villalba tomar el coche de dicho posadero, que por 3,50 hace el viaje de ida y vuelta entre la estación y Manzanat·es, lo cual repre­l!!enta un total de 5 pesetas entre ferrocarril y coche y un ahorro de 38 k-iló­metros, que hasta ahora hemos venido recorriendo los que sentimos entu­siasmo por la Pedriza.

Ahora bien; es preciso reunirse media docena de excursionistas para lle­nar el coche, ó bien pagar á prorrateo el. importe de los seis asientos, para que el dueño del carruaje se avenga á hacer el servicio por tan poco dinero. Además, hay que escribirle ó telegrafiarle para advertirle que deba mandar el coche á la estación.

Para todos estos detalles de organización, resultará más cómodo, á cual­quiera, dirigirse á nuestra Sociedad aPeñalara» en demanda de datos.

Vamos á Manzanares. A la entrada del pueblo veremos nada menos que dos puentes paralelos:

el viejo y el nuevo.

El excursionista puede elegir, según sus inclin~ciones artísticas.

5.-Febrero, 1914

PEÑ

ALA

RA

Page 28: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

42 PEÑALARA

Derechamei.lte·nos encaminamos á la posada de Antonio Palomino, don­de podremos proveernos de cuanto nos sea preciso y saldremos á recorrer el pueblo, cosa que puede dejarse despaohada en media hora: no hay más edi­ficio público qne el Ayuntamiento.

Sin embargo, los alrededores son muy agradables y la vista de la Pena del Diezmo, espléndida.

A un par de kilómetros, lánzase el río llfanzanares en la presa de Santi­llana, ensanchándose en proporciones increíbles pal'a quien sólo ha visto el Manzanares en Madrid .

. Podemos contemplar un bello castillo del siglo XV, propiedad del Mar­qués de Santillana.

Excursión al Oanto del Tolmo.-Sin embargo de ser tan terriblemente áspera esta parte de la Sierra, al extremo de llamarse Pedriza, el amante de las magnificencias naturales que carezca de aptitudes flsicas para hacer as­censiones ditíciles, tiene en la Pedriza lugar sobrado para pasar varios días haciendo excursiones cómodas, ya sea á pie, ya en caballería, prefiriéndose el bueno y paciente jumento.

Recorrer la garganta del Manzanares es un placer gt·andisimo y ello no exige más condiciones que las corrientes; puede irse vestido como para an­dar por el paseo de Rosales, pues los senderos están bien cuidados y no hay pendientes molestas.

Vamos á recorrer esa garganta y llegaremos hasta el canto del Tolmo. En tres horas se llega á él desde Manzanares.

Junto al rio y á poca distancia del pueblo, veremos la ermita de laSa­cra, que tiene unos cimientos envidiables.

Sobre la rooa en que está construida la ermita, hallaremos una extraña particularidad: unas pilas redondas del mismo carácter que las del canto de los Cedazos, pero éstas de la Sa01-a miran hacia arriba y en ellas se deposita el agua de lluTia, sirviendo de lavadero al ermitaño.

A poca distancia de la ermita está el Canto Redondo, digno de 11Ila visi­ta. Después de todo, es uno de tantos millares de pedruscos raros como hay en la Pedriza.

Avanzando un poco más, nos encontraremos en plena Garganta del Man­zanarea. Aquella solemne soledad, encerrada entre altísimas crestas de gra­nito, es inútil empeño pretender describirla. Hay que internarse en ellt~.

para comprenderla. La voz del rio1 que 001-re por el fondo, tiene rugidos imponentes en algu-

PEÑ

ALA

RA

Page 29: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 43

nas revueltas, fórmanse cascadas tumultuosas y remansos verdes que fas­cinan.

Una hora se tarda en recorrer la Garganta y llegar á la salida. Aquí el paisaje se abre, ofreciéndonos todo el valle alto del rio,

La Maliciosa y las Cabezas de Hierro imperan por su altura y su belleza. En esta salida de la Garganta puede hallar, quien conozca su emplaza­

miento, el Canto Cochino, asi llamado porqne la piedra inferior, de las dos que forman el grupo, tiene la fo.rma aproximada de un puerco que llevase so· bre sus lomos una especie de cañón pétreo.

Un poco más allá, entre unos riscos del final de la Cuerda de las Milane­ras, varios amigos alpinistas han haLilitado una covacha, convirtiéndola en cómodo refugio.

Siguiendo nuestra ruta, llegaremos á unas grandes praderas, conocidas allí por la Majadilla. Al Este, ábrese el Collado de la Dehosilla, y al Norte nos aparece el elevado é indescriptible circo que forma la unión de las Mila­neras con los Pinganillos.

Desde este lugar en que nos hallamos se ve perfectamente aislado, en mtJdio de la subida al Collado de la Dehesilla, el Canto del Tolmo. Vale la pena ir á él. Es un canto rodado enorme, qne, según D. Casiano de Prado, tiene 18 metros de altura por 72 de circunferencia.

En su base, por el lado Oeste, hay un manantial que nunca hemos visto agotado, y en su cara meridional se encuentra un gran voladizo que preser­va de la lluvia, bajo el cual los pastores han levantado una especie de cerca que protege contra la ventisca y permite encender lumbre.·

Somos varios los que tenemos un gran CQ.riño al Canto del Tolmo, por los beneficios que nos ha reportado como refugio en las terribles horas de las ventiscas, cuando la nieve cae en torbellinos que ciegan, que azotan, que desorientan y amenazan enterrarle á uno vivo.

La Peña del Diezmo.

La ascensión á la Peña del Diezmo exige ya ciertas aptitudes alpinistas. Quien no las posea, hará bien haciéndose acompañar por un guiá que le lle­ve á lo alto por senderos medianamente, muy medianamente cuidados.

De todas maneras, la subida es bastante empinada y no se hace más que· á costa de un buen esfuerzo.

Los aficionados á trepar por los riscos, á escalar muros y bloques, tomen

PEÑ

ALA

RA

Page 30: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

44 PEÑALARA

la ascensión por cualquier parte; no les faltarán ocasiones en que ejercitarse y quemar grasas.

En la última ascensión á la Peña del Diezmo, conocimos á un personr.je itlteresante: se trata de un pastorcito de do0e años, al que. encontramos en­tre ac1uellos tremendos peñascos. Se llama Marcos Parra y pasa su vida allí, sin bajar al pueblo más que de tarde en tarde. Duerme en una choza y está siempre solo; una vez al día va su padre á ordeñar las cabras y á llevarle víveres.

Este guapo y valeroso pastorcillo sabe leer y escribir; en la e3cuela dis­tinguióse entre los más aplicados. Pero la necesidad le ha separado del mun­do, confinándole entre aquellas montañas de granito.

Cuando le encontt·an:.os mi amigo Bernaldo de Quirós y yo, fué para nosotros un verdadero salvador, pues nos habíamos extraviado en aquel mar de pedruscos. El joven Marcos nos guió, saltando y trepando, ágil como un corzo, y con nosotros vino hasta lo alto de la Peña del Diezmo.

En el camino (si puede llamarse camino aquello) encontrará, quien sepa hallarla, la Cueva del Ave Maria.

Si á la entrada se gt·ita: «j Ave l'liaria!», una voz misteriosa y profunda responde: «¡Gracia plena!». Esta es la leyenda. Yo confieso que no he sen­tido sentido voz y he recorrido la cueva hasta su fondo.

Llegamos ante la Peña del Diezmo.

Es un peñón como no hay otro en la Sierra, ni en muchas Sierras. Por el lado Sur está tan redondeada, tan pulimentada, que nada ni nadie puede sostenerse allí ni, por lo tanto, trepar hasta lo alto.

Las dimensiones son extraordinarias: por este lado, seguramente, tiene más de 100 metros de altura.

La Peña del Diezmo se yergue sobre la cúspide de la montaña sola, ais­lada.

Dándole la vuelta por el lado Este, veremos su aspe\lto Norte comple­tamente distinto; por aquí no está, ciertamente, redondeada, sino angulosa, quebrada.

Sin embargo, por este lado, hay una especie de corñisa por la que se puede gatear hasta una grieta, donde trabajando con los codos, las manos, las rodillas, los hombros, las espaldas y los pies, es decir, trabajando atroz· mente, puede uno levantarse y llegar á coronar la Peña. El esfuerzo es rudo, pero se encuentra uno recompensado espléndidamente, sintiendo verdadero asombro ante lo que abarca la mirada.

PEÑ

ALA

RA

Page 31: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 45

La parte montañosa, que es la que más nos interesa, compren~ e desde La Maliciosa hasta La Najarrn; desde nuestros pies empieza á subir la cuerda de Las Milaneras, que se confunde con la de Los Pinganillos en lo alto, trazando un circo en Las Pafias Linderas, culminantes; en el fondo de este circo está Prado Pollo. Allí iremos después. Detrás de todo ésto, aún se levanta la llamada Cuerda Larga, divisoria entre el Lozoy~ y el Man· zanares.

La Cuerda de los Pinganillos, vista de perfil, nos resulta aplastada por la posición en que nos hallamos, ¡pero ya la veremos más tarde!

Ahora descendamos á Manzanares, para reponer las fuerzas consumidas y emprender el recorrido de la Pedriza posterior.

Habiendo salido del pueblo á las ocho de la mafl.ana, estamos de vuelta á as cuatro de 1~ tarde.

Las ltfilaneras y Los Pinganillos.

Recorrer la Pedi-iza posterior y subir á sus riscos, puede tenerse por el doctorado en alpinismo. Lo más duro, lo más despedazado de la Sierra está allí. Perdido el sendero entre las 11reñas, el alpinista ha de resolver un pro­blema de energías y de valor á cada minuto. ¡Cuántas veces, sobre todo en el descenso, depende la integridad de los huesos del afianzamiento de una mano, de la seguridad con que se agarre ti la roca un solo clavo de la bota¡

La Pedriza posterior atraerá siempre á los verdaderos alpinistas. Yo sé de un señor que reside en Francia y todos los años viene una vez á la Pe­driza, que le encanta más aún que las montañas suizas, superiores únic.\­mente en altura.

Para penetrar en esta Pedriza puede llevarse el camino de Cabezas de Hierro, para recorrerla descendiendo; pero la mejor prueba de resistencia consiste en subir á ella de frente. Desde Manzanares á Peñas Linderas, lo más alto, se tardan de cinco á seis horas, lo menos. Es preciso pernoctar en­tra los peñascos, en un'l. covacha cualquiera de las muchas que por allá se encuentran. Esto es lo que hemos hecho recientemente unos cuantos aficio­nados.

Desde la Majadilla se sigue el curso del arroyo, dejando pronto atrás · el Pinganillo.

Es un risco que se levanta frente á la Peña del Diezmo, al otro lado de la Dehesilla.

PEÑ

ALA

RA

Page 32: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

46 PELAÑARA

Hay un sendero bastante marcado, que no dabe abandonarse, so pena de perder un tiempo precioso y una gran cantidad de esfuerzos.

Pasamos por debajo de dos Pinganillos altísimos.

Rodeando un espoló~ que viene de la Cuerda de las 1\Iilaneras, donde l1ay una caída de aguas hermosísima, pues produce cinco ó seis saltos con­secutivos, saldremos á una enorme afloración granítica, que, á pesar de su enormidad, es una arruga insignificante en aquel monstruoso conjunto.

Ante esta afloración hay una hermosa pradera, sitio indicadísimo para la construcción de un refugio.

Y en la ladera Sur de aquella m!\sa de granito, hay una concavidad que nos sirvió de albergue admirablemente.

Los paetures han protegido la entrada con piedras, dejando una puerteci­ta. Alli pasamos la noche del 7 de diciembre muy cómodamente, acostados sobre un montón de helechos secos, cubiertos con la manta y sin necesidad de lumbre; la entrada quedó tapada con una manta pendiente á modo de cortina.

El amanecer es alli una de las más gmndiosas maravillas de la Sierra: viene la luz por detrás del imponente paredón de los Pinganillos, y sobre el resplandor del alba déstacánse las crestas con un vigor emor.ionante.

La subida á los riscos fin-ales es rudísima, verdadera prueba del aficiona­do á las montañas.

A cada momento se descubren agujas admirables, muros completamente verticr.les, inaccesibles, constituyendo el todo un conjunto del que es impo­sible dar una idea exacta por la fotografía.

La fantasía ve en cada risco, en cada aguja, la silueta de un sér, de un objeto conocido.

Alli está el Risco de la Bota, perfectamente se~ejnnte á una bota de vino; allí hay una agnja que ofrece la silueta de dos damas gigantescas, cu­biertas con mantos, platicando por los siglos de los siglos. Otras veces ve­mos el perfil de un hombre tocado con una gorra y embozado en una manta; la cabeza de un camello; una foca saliendo del agua; el lomo de una ballena ...

La Peña del Diezmo, que antes vimos con proporciones descomunales sobre lo alto de una montaña, aparece aquí como una cumbre sin importan­cia, allá abajo, empequeñecida por la distancia y por las dimensiones de es­tos picachos que nos rodean.

La Maliciosa, la cuerda de Cabezas de Hierro, con su amplísima y ex-

PEÑ

ALA

RA

Page 33: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 47

tensa loma, aparecen grandiosas. Un esfuerzo de una hora más y saldremos de la Pedriza para colocarnos sobre la Cuerda Larga.

La vuelta á Manzanares es rápida desde el lugar en que se encuntra el sendero, á la altura de la covacha que nos sirvió de refugio; pero hasta lle­gar á ese sendero, pónense sucesivamente á prueba el ánimo y las energías físicas: hay que saltar, arrastrarse sobre bloques alisados de veinte metros, con peligro de resbalar y dar una caída fatal; hay que agarrarse á insignifi­cantes resquicios de la roca, á flexibles ramas que crujen bajo nuestro peso; hay que meterse, como reptiles, por los agujeros. ¡Cuántas veces hay que retroceder sobre los pasos andados, por no hallar una salida!

Realmente, la Pedriza posterior exige el empleo de la cuerda, si se quie­re ganar tiempo.

* * * Con esto termino, señoras y señores. Perdonad la monotonía de la des·

cripción. ¡Yo no tengo la culpa de haber sido escogido para esta labor! U nicamente he de añadir que espero ver por Manzanares y la garganta

del río 6 en lo alto de la Maliciosa á algunos señores de los que me han es­anchado. De otro modo, me consideraré víctima de un lamentable fracaso.

He concluido.

'V' ·. 1

EL CASTILLO DEL REAL

DE MANZANARES

A unos cuantos kilómetros de Colmenar Viejo, al pie de la Pedriza· y sobre una eminencia que domina los contornos, se alzan las ruinas del Cas· tillo de Manzanares. Las ruinas tienen siempre encanto singular para los que ven en ellas algo más que montones de piedras, y éstas nos traen á la ll\e· moría el recuerdo de dos hombres que desempeñaron papel importante en

PEÑ

ALA

RA

Page 34: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

48 PEÑ.ALARA

nuestra historia: el marqués de Sántillana, gran enamorado de la Sierra, y el cardenal Mendoza. Ambos vivieron allí. En aquellas soledades compuso el uno sus versos y ocultó el otro sus amores.

Del castillo en que ambos amaron y sintieron, sólo queda la muralla que forma su primer recinto y las torres y muros que constituyen la armazón de¡ edificio propiamente dicho. Debió construirse allá hacia el siglo xrv, cuando los Mendo=as obtuvieron- el condado de Manzanares el Real; pero hoy día sus murallas han perdido las almenas, lo mismo que sus torres; deshechos están los caminos de ronda, caídos los arcós de sus puertas y hundidos los altos techos señoriales y las bóvedas de la capilla. En su anchuroso patio crecen á porfia las plantas silvestres; una higuera ha nacido en una grieta del muro; allá en lo alto y en el lugar donde antes refulgían las lanzas de los centinelas, se yerguen los cardos; por_las troneras penetran audaces las plantas trepadoras, y en el espacio comprendido entre el castillo y las mu­rallas que lo defienden, se hacinan las piedras desprendidas del viejo edifi­cio. Todo es desolación: su capilla, abierta á todos los vientos, es asilo de lagartos, y de las estancias de otro tiempo no quedan ni señales ...

Amigo lector: si tienes ocasión visita estas ruinas, que amén de contem­plarlas, verás desde ellas el bello panorama de La Pedriza con sus moles abruptas y salvajes, que en otro tiempo se retrató en las pupilas de la bella Guiomar1 la dama del Cardenal.

LA MAS ANTIGUA EXCURSION CONOCIDA

A.LA LAGUNA DE GREDOS

Nuestro amigo Ramón Jaén, gran rebuscador de curiosidades biblio­gráficas, nos ha comunicado amablemente un folleto de 16 páginas, incom­pleto por desgracia, pues le faltan hasta .cuatro (de la 3 á 6), en que se des-PE

ÑALA

RA

Page 35: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11

•••••••••a••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••aa•••••••••••••••••••••••••••••••

Peña del Diezmo, faceta Oeste. desde el hueco de las Hoces Gimeras.-Fot. Hernández Pacheco.

11

.. " "

•••••••••••••••••••••••••••••••••u~•••••••••••••••••s••a•a•••~B,eaw•••••••••••••••••

PEÑ

ALA

RA

Page 36: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

:••a•••••••~••••••••a•••••••••••a•••••••••••••••••••••••••••••••••••••w••••••••••••• • Q

• • • • • • • 11 • • •

.. • •

MADRID. (;55 1>'1 ·

l NIVEL DEl... MAR

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Pedriza de Manzanares.-Groquis de alturas.

lléase la noticia <Reconocimiento de la Pedriza de Manzanares")

••••••••••••••••••••mr,••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••s•••••••••••••••••••

PEÑ

ALA

RA

Page 37: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

•••••••••••••••••••••••••a•••••eaaalaaaaaaeaa••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

•••••••••••••••••••••••••••aaQm=aaaaa•••••••••••••Qaaaaaaaaaaau••••••••••••••••••• 1

Peña del Diezmo, vertiente meridional. - Fot. Meliá.

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••a•••••••••••••••••••••••••~•••••••••••••••••

PEÑ

ALA

RA

Page 38: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

••••••~g~a•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••a••••••••a•••••••••••aaaaa•a • • •

"

1:1

• ••••••••••••a•aaaeasa3aaaaaaamaa~•••••••aamaaaaaaaaaaaas••••••s••••••••••••a•••••••:

Laguna de Gredas, desde el Sur.

Fot. R. González.

PEÑ

ALA

RA

Page 39: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA . 49

cribe la más antigua excursión hasta el presente conocida á la lagqna de Gredas, hoy tan visitada.

Lleva el folleto este raro encabezamiento: «Geologla. Viaje á la Sierm y laguna de Gredos p6r su polo austral», y le firma en Madrid á 9 de enero de 1839, cierto Gregario Aznar, de quien sólo sabemos, por el con­texto .de su narracién, que era labrador, propietario,· amigo de toda clase de estndios y lector del «Panorama Universal», sobre todo en las narraciones . de viaje, alguna de las cuales, como la expedición al Ararat de Struy y Tonrnefort, dejaron hondo recuerdo en su ánimo.

La expedición, sin embargo, se realizó cerca de cinco años antes; los días 5 a 9 de a¡osto de 1834.

Fuéron seis los atrevidos precnrsores; pues con nuestro D. Gregorfo iban D. Antonio Arconada, Capellán Mayor de la Villa de Ü1·opesa; D . .Án­gel Ranedo, abogado y propietario en la misma; D. Francisco Solano y Berdugo, también propietario en la misma localidad; D. José M;a Aznar, propietario y abogado en Torralbn; y D. Cirineo .:le Ocaña, abogadv de Ma­drid. Qneremos suponer que estos sefl.Gres conocían la composición á la la­gnna de Gredos, que por entónces debió publicar un olvidarlo escritor con­temporáneo de elloFI, D. José Somoza, (1781- 1852), que hoy preocupl\ tanto á nuestro Azorin, y que á la sazón vivía en Sll ciudad natal, la villa de Piedrnhita, situada al pie de la Serrota y frente á los Picos de Grados, no más lejos que el Guadnrrama de nosotros. La tal composición es verda­deramente desatinada, ni más ni menos que la descripción de la laguna de Peñnlnra hecha por Moratín, padre, en el poema La Diana; escrita, indu­dablemente, de oídas, recomponiendo con Ia imaginación sugestionada por el bárbaro relato de algún pastor srrpersticioso, un paisaje pavoroso de agita· ción y estrépito, ·eoternw.ente opuestÓ á lo que son los altos lagos de monta­fías: puros y quietos como espejos 6 como superficies metálicas bruñidas; silenciosos hasta la anulación, mientras un rompimiento del estado de equi-· librio de la atmósfera serena, no despierta los ecos dormidos en los altos acantilados de los circos en cuyas cuencas se re"cojen las aguas azule&.

Los expedicionarios, tal vez influidos por Somoza, quisieron, no obstan­te, ailadir cierto aparato científico á su inaudita excursión. Así, no oh ida­ron el termómetro y hasta parece que reforzaron sus lecturas geológicas que hoy nos parecen del más ingénuo infantilismo.

El día 5 de agosto salen de Oropesa en dirección al «polo austral» (!) del lago fantástico; el 6 cruzan un alto puerto, desde donde •muestra vista sólo necesitaba atmósfera limpia para seilorearse de cuasi toda Castilla la Nueva y p~rte de la provincia de Murcia(!)» y á la calda. de la tarde miran «en una prQfundidad espantosa» la laguna, y «también varios ventisqueros

PEÑ

ALA

RA

Page 40: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

50 PEÑALARA

ó masas enormes de nieve acumuladas desde el principio de los tiempos en sinuosidades casi inaccesibles». Aquella noche, su Reaumur marca 2 gm­dos, y 1,5 bajo cero al amanecer el siguiente día, 7; este 2,5 y 1,8 centi­gt·ado respectivamente (rara temperatura, por lo baja, pues según Martín Donayre, en el termómett·o colocado en los alrededores de la laguna nunca bajó de 10, y la mínima registrada por la Comisión del Mapa Geológico fué sólo de G, siempre en el mes de agosto).

El paisaje se aparece al autor con un aspecto temeroso, casi diabólico. Aznar procura interpretarle geológicamente, despierta luego los ecos del gran circo de Gredos, qne repite las voces hasta siete veces. De improviso, prodúcese en él una extrafia alucinación:« ...... súbitamente vimos cruzar á dos pasos de nuestra frente y con la velocidad de la chispa eléctrica, una columna de fo1·ma cilíndrica como de dos varas de longitud y aspecto claro gaseoso, que introduciéndose en las concavidades de otros pefiascos á nues­tra derecha Oeste, reproducía sonidos semejantes». De nuevo el fenómeno se repite: «volvió la columna por nuestra espalda á su centro primitivo, se soterró y á los tres ó cuatro segundos la vimos de vuelta con igual velocidad y cás impregnada, cogiéndonos al paso en :su centl'o y aumentando nues­tro conflicto». Pasado el susb, el autor queda pensativo y escribe un largo párrafo sobre brnjao:J y encantos, casi dispuesto á creerlo todo.

Aquella noche, ~ las 10, llegan á Hoyo de Espinoso. El pueblecito en que Justo Muñoz acaba de instalar una Hospedería alpina confortable, era entonces un «pueblo miserable, que no nos ofreció más que un pequefio pa­jar para pasar la noche».

El día D, regresan los expedicionarios á Torralba, asombrados de su proeza, verdadero hecho señalado, «hazaña» verdadera, que tardaría mucho en repetirse seguramente.

Antes de cumplirse cien años, las cosas han cambiado enteramente. La laguna de Gredos á nadie asusta ya. Los serranos de Hoyos del Espino han visto cruzarla á nado á los 4ermanos De Vicente; han visto, este mismo estío pasado, navegar nna primera embarcación sobre sus serenísimas aguas. Pero los expedicionarios del año 1834 merecen también nuestra simpatía, singularmente el narrador, que en paz descansa hace ya tantos afios bajo la tierra, y que con su prosa ingénua nos ha !Jecho sentir un instante, al rela­tar su rara alucinación, el estremecimiento de la presentación inaudita de los Xipehuz, en la novela fantástica de los hermanos Rosny, que desenvuel­ve la lucha de los hombres con otros seres temibles entre orgánicos ó inor­gánicos, claros como la luz y vagos como la niebla. PE

ÑALA

RA

Page 41: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA

EL PUERTO DE NAVAGERRADA EN 1858

ól

«A los pocos días parti con Antonio. Atravesamos la cordillera por el puerto llamado Pei'ía Cerrada (sic), que ElStá unas tres leguas á Saliente del de Guadarrama. Este paso es muy poco frecuentado, porque la carretera en­tl'e las dos Castillas pasa por el último de estos puertos; sin contar con que tiene muy mala fama, por hallarse infestado de bandidos. El sol se ponia precisamente cuando llegábamos al alto del puerto, y entramos en un espeso pinar que cnbre por esta parte todas las montañas de Castilla la Vieja. Como el deHcenso es muy rápido, desmontamos y echamos nuestros_ caballos por delante.

Por momentos nos hundíamos en el silencio, Las aves nocturnas comen­zaron á dejarse oir y millares de notas estridentes chirriaron sobre, bajo y alrededor de nosotros. De improviso, entre los pinos y á cierta distancia, vimos altas llamas, como de un gran incendio. o:Son carboneros, nuestramo, exclamó Antonio. Dios nos coja confesados, pues son mala gente y medio bandidos. ¡Cuántos pobres viajeros han sido asesinados y despojados en estos miedosos despoblados!:t,

E1·a noche cerrada y aún estábamos entre las montañas, siempre entre el silencio y entre pinares siempre, que desde allí se extienden por muchas le­guas en todas direcciones. «Lo mejor ser:.\ volver á. Segovia:o nuestramo, de­cía Antonio. Y en efecto, deRanda.ndo el camino, y después de seguir dos bifurcaciones en sentido diferente, tomando el de la izquierda, llegamos á. Segovia, desde donde proseguimos derechos hasta La Granja, en la que en­trábamos á media noche.»

'l'he Bible i11 Spain.

PEÑ

ALA

RA

Page 42: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 LOS POETAS DE lt\ SIERRA

EN LAS CUMBRES

Lpi zagales bailan.

Un domingo en la Sierra; tamboriles, panderos; en el aire, el aroma de tomillo y jarales; casas chatas, muy pardas, sobre adustos canchales y rebaños que bajan de los riscos austeros.

A la alegre llamada de Jos rudos gaitero~, en la plaza se aprestan á bailar los zagales con las mozas, que cantan en tonadas triunfales Jegendal"ios Rmores y romances guerreros.

Unas viejas que llevan amarillas cobijas rememoran los bailes de los tiempos pasados: vida, risa, ilusior.es, novios, bodas, cortejos; lo que fné, lo que alienta redivivo en sus hijas ...

Y pensando en las glorias de cuando eran soldados, lacrimosos, temblones, forman corro unos viejos.

Los viejos duerme-n.

Junto al fuego, la vieja hila el copo de plata que en sus dedos se enreda al temblar de la mano; sobre el arca panera cae vencido el anciano tras el rudo trabajo que á la tierra les ata.

Se oye el silbo rotundo de la yerta sonata que en las noches de nieve canta el viento serrano, y los lobos contestan con su aullido lejano: un aullido de muerte que el espacio dilata.

El reflejo rojizo de la llama delleilo, ·temblequea en los surcos de las frentes seniles, ignorantes de todo lo que al mundo interesa ... · Y los cuellos se doblan, obedientes al sueilo;

y la lumbre dibuja los grotescos perfiles de los viejos ·dormidos en la paz montailesa.

11 PE

ÑALA

RA

Page 43: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 NOTICIAS

REGONOGIMIENTO DE LA PEDRIZA

DE MANZANARES.-GABEZO ILLESGAS

Los Sres. Hernández Pachaco y Fernández Navarro, Catedráticos, res­pectivamente, de Geología. y de ~IinQralogía., de la Universidad Central, acompañados de los alumnos Sres. Carandell, Maynar y Gómez y de nues­tro compañero Bernaldo de Quirós, á la vez como alumno de la clase de Geología y conocedor del país, reconocieron la Pedriza de Manzanares, los días 30de enero á 2 de febrero últimos, pernoctando en el OhozoKindelán que sns dueños les cedieron galantemente. Contra lo que se esperaba, el circo eruptivo de la Pedriza, que constituyé, al parecer, la parte más moderna de la Sierra de Guadarrama, no reveló huellas ciertas de glaciarismo, debión­dose atribuir á la accfón del agua las grandes superficies pulimentadas y astriadas levemente que imprimen carácter á la roca granítica sumamente deleznable que la constituye. La altura máxima de la Peña del Diezmo, ha quedado fijada en esta expedición eil !)5 metros por el lado del Norte y 175 por el Sur. Ofrecemos en el presente número un croquis que pueda servir para representar la estructura y dimensiones del macizo de la Pedriza.

De regreso á Colmenar Viejo, algunos de los expedicionarios, entre los que se encontraban también los dos hijos, Francisco y Diego, del Sr. Her­nández Pacheco, y el Sr. Fernández Aguilar, hijo á su vez del Sr. Fernán­dez Navarro1 subieron á la cumbre del Cabezo Illescas (1.130 metros de ele­vación), desde donde se contempla una ámplia perspectiva, sobre todo por el Este y por el Mediodía, que llega hasta la meseta de la Alcarria y los :l\fontes de Toledo, respectivamente. El collado que atraviesa el camino de_ Colmenar á Manzanares, se halla ya á D65 de altitud; de suerte, que bastan veinte minutos para llegar á la cumbre.

PINTORES DE MONTAÑA

Pai1ajes de la Sierra.-En el Salón Alier, hemos visto una notable Exposición de cuadros, originales de la joven artista inglesa Miss Elizabeth Norton, entre los cuales presentó variog muy interesantes de paisajes de Guadarrama, el Manzanares, Segovia, Fuencarral, etc.

Miss N orton es una artista de gran inspiración y muy plausible laborio­sidad, como lo prueban los bellos cuadros que de ella conocemos.

PEÑ

ALA

RA

Page 44: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

54 PEÑALARA

UN CHOZO REFUGIO EN LA PEDRIZA

En la ladera Este de las .:M:ilaneras, ya donde mueren estas en el hueco de la Garganta, frente á la abertura de la Garganta de la Dehesilla, se ha construido un refugio, aprovechando una de las amplias cuevas tan frecuen­tes en las Pedrizas.

Los hermanos Ultano, José Manuel y Juan Kindelán, en unión de Pa­blo Martinez del Río, allegado suyo, han hecho construir un robusto tabi­que divisorio dentro de la cueva y han provisto á ésta de una puerta de madera empotrada en obra de mampostería.

Aun siendo el tal refugio de propiedad particular, merece el elogio de los aficionados á la montaña.

PARA EL BrEDEKER DE MORALZARZAL

Dos curiosidades del pueblecito serrano avanzado ante la Cordillera: Una fuente en la plaza con dos desagües, cada uno de los cuales vierte á un distinto río: el Manzanares y el Guadarrama. Un reloj en una construc­ción qne remata en una veleta tanromáquica (un espada entrando á matar un toro), regalo del famoso Frascuelo, que vistió, por primera vez, en Mo­ra'zarzal el traje de luces.

PEÑ

ALA

RA

Page 45: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 ASOCIACIQN

11

PUBLICACIONES RECIBIDÁS.

Revue Alpine1 publicación mensual de la Sección lionesa del Clab Alpi­no Francés. Hemos recibido el número 1.0 de enero del corriente año de esta bella revista francesa, magníficamente ilustrada, con la qne, muy á gusto nuestro, queda establecido el cambio que nos propone. En sus docl\­mentos originales publica una travesía desde el Taeschhorn al Domm (en el Valias), y una ascensión al Diente blanco, ambos de A. Brofforio.

España atttomóvil, órgano del Real Automóvil Club, del Real Aéreo Club y del Club Alpino Espafíol.

i~a Fotografia.-Revista mensual, dirigida en esta su segunda época por el aficionado fotógrafo D. Antonio Pmst.

De una admirable factura tipográfica, es, seguramente, la publicación más elegante y artística de t0das las de su género.

Sn texto es nutl'ido é interesantísimo y las firmas de las fotografías qne aparecen reproducidas, son las prestigiosas de S. Castedo, Ramón González, Angel Castellanos y Antonio Prast, entre más que no recordamos.

Entre otras fotogt·afías, aparecen una del Castillo de Manzanares el Real y un a1mirable panorama de la Sierra de Guadarrama, en su porción com­prendida entre el Puerto del León y el contrafuerte de la Maliciosa llámado cuerda del Hilo, tras el que aparece en escorzo parte de la Pedriza anterior y su rotunda corona de la Pella del Diezmo.

Ambas fotografías son originales de D. Antonio Prats, á quien felicita­mos por la aparición de tan elegante rt~vista.

ADDENDA & CORRIGENDA

La fotografía que figura en :1a cubierta de nuestro número anterior, re­pre:;enta la perspectiva de la Cuerda del Hilo y de la Pedriza de Manzana­res, tomada desde los Canalizas de la Maliciosa, por nuestro compañero Juan A. Meliá.

• •• El precio de suscripción á nuestra Revista es de tres pesetas semestra­

les. El lector habrá rectificado, sin duda alguna, por si sólo, el error de elevarla á treR pesetas semanales, como se dice en el número anterior.

PEÑ

ALA

RA

Page 46: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

56 PEÑALARA

RENOVAGION

Nuestro compaiíero Angel Castellanos, obligado por móviles particulares sumamente atendibles, se retira de entre nosotros, no sin dejarnos, como última prueba de su amistad, el usufructo de una buena linterna de proyec­ciones que PEÑALARA se propone utilizar para sus conferencias de propagan­da en los pueblos de la Sierra. Nuestro amigo Caetellanos sabe cuán sensi­ble nos es prescindir de su concurso, tan precioso especialmente en materia da fotogmfia de montaiía. •

Para cubrir la vacante que deja ha sido propuesto y elegido, por unapi­midad, D. José Manuel Kindelán, Ingeniero industrial, de méritos alpinos tan numerosos y seiíalados.

Entre sus excursiones cuenta toda la Sierra de Guadarrama, especial­mente La Pedriza -de la que ha hecho un avance de croquis muy estima­ble-; el Pirineo, los Picos de Europa y lá Sierra Madre en los Andes me­jicanos.

TIJdas las publicaciones y comunicaciones dirigidas á esta Revista, deberán enviarse á su director Constancia Bernaldo de Quiros, en el Instituto de Reformas Sociales (Ppntejos, 2, Madrid). Exceptúanse tan sólo los envíos de valores que deberán hacerse á nombre del Sr. Tes01ero, don Victoriano F. Ascarza, calle de Quevedo, 'l, Madrid.

-Imp. de José F. Zabala, Valverde, 40, Madrid.

PEÑ

ALA

RA

Page 47: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

J7LRALf.l Año li Marzo de 1 914 Núm .' 6

PEÑ

ALA

RA

Page 48: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

-

Sj(IS SPORT Primera casa en artículos de alpinismo y deportes

de nieve. Reparaciones y reformas de skis y trineos.

Engrasado del calzado y colocación de tachuelas. Abonos para la conservación y depósito de skis,

trineos y bastones. Gasolina, Aceites, Grasas, Garburo.

Skis y trineos de alquiler en su depósita, junto al Ghalet del Glub Alpino.

En su local en Madrid, San Lucas, 12, se recibe dos veces por semana el telegrama del Glub,

anunciando el estado de la nieve en la Sierra. Esta Gasa ha construido los skis y trineos de

S. M. el Rey y S. A. el Infante D. Garlas.

PIDANSE GATALOGOS

ANTONIO ANDREU .SAN LUCA.S, _ 12."'M1\DRID PEÑ

ALA

RA

Page 49: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

DOCUMENTO~

PIRINEOS ARAGONESES

EL MONTE PERDIDO

.. --'~r··,_ lro '-~ "' } ¡· /• : , ·\ > -~ \ .• \ - ~ • ~ l

[-·-----~¡

,l

./- ·-.. · ;: 1!

,,J:;;-::c . : 1 J \\~ .. , )· ~\·· f''·--.·

Dedicado á mi buen camarada de la montaña D. José Fernández Zabala, que por causas involuntarias no pudo a.com~ pa.fíarnos en nuestra excursión.

Después de recorrer una. gran pa1·te de Navarra y haber visitado Jaca, en donde, desde la torre de la cárcel, y gracias á la amabilidad del Director de la misma, he disfrutado de una hermosa vista sobre la ciudad y sus alre­dedores, la Peña Oruel, la Pafia Collarada, el Pico Telera, etc., llegué á la estación de Sabiñánigo el 3 de agoRto de 1913, á las seis menos cuarto de la mañana, en el primer tren que habla salido de Jaca á las cinco y veinte minutoa.

Me había citado en dicha estación con un compafiero alpinista, D. C. R., súbdito del Kaiser, que debía llegar de Madrid á las doce y cuarenta, y como no salió otro tren do Jaca hasta por la tarde, tuve que darme ese ma­drugón. En la fonda en que tomé el desayuno conocí á D. P. L., agente de f:;eguros de Zaragoza, y entablando conver¡¡ación con él, resultó que tam­bién estaba esperando á un amigo suyo que tenía que venir de Panticosa. Como es también un gran admirador de la Naturaleza, convinimos, para hacer tiempo, subir al cerro que está frente á la estación, separando ésta del pueblo de Sabiñánigo, y que la gente del país ha bautizado con el nom­bre de El Gurugú. Apretaba el sol de agosto de veras, pero el pequefio trabajo que nos costó la subida á dicho cerro fué ampliamente compensado por una vista muy bonita., más. extensa aún que la que disfruté el día.

6.-Marzo, 1914

PEÑ

ALA

RA

Page 50: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

58 PEÑALARA

, anterior, y por un vientecillo muy agradable. Asi es que pasamos largo rato en aquel lugar, parte en compafiia de un viejo pastor qne nos explicaba me­dianamente los nombres de la:~ poblaciones y montañas que se veían.

E'ltretanto, se acercaba la hora de llegada de los automóviles de Pantico­sa y del tren de Madrid y bajamos con sentimiento de las alturas á la hon­donada calurosa; llegó mi compañero, y después de almorzar muy bien en la fonda de la Viuda y sobrinos de José Vidales, salimos á las dos y cuarto en el automóvil de Panticosa, subidos en la-imperial para poder mejor contem­plar el paisaje y no tener que respirar polvo ni el olor de la gasolina. En media hora llegamos por una carretera casi llana á Biescas, ·pueblo bastante importante y dividido en dos partes por el rio Gállego. Seguidamente car­gamos con nuestros morrales, que pesaban de 12 á 14 kilos cada uno, peso algo crecido para subir cuestas con comodidad, y r.os pusimos en m:ú·cha, atrav.esando el puente que une los dos barrios antes dichos. Subimos por la carretera de Gabín y Yésero, que por cierto en algunos sitios está en muy mal efltado, y cerca de la Ermita de San Bartolomé, entre los dos pueblos mencionados, interrumpida por un puente derrumb::~<lo. Está proyectada esta carretera hasta Torla, lo que resultaría verdaderamente beneficioso para toda aquella comarca y ayudaría mucho para fomentar el turismo. La gente del país espera que se reanudarán los trabajos el año que viene. Pa­sado Yésero, que se deja á la derecha, al otro lado de un arroyo, encontra­mos á un muchacho que iba con una mula á un campo de la montaña por trigo y aprovechamos esta ocasión para cargarla nuestros morrales, cuyo peso parecía haber aumentado aún. Ya antes de tener este encuentro se ha­bla reducido la carretera á una senda estrecha que ganaba altura descri­cribiendo zis zas. A la media hora el muchacho había llegado á su punto de destino y tuvimos que caminar otra vez con nuestra carga.

Entretanto, se había encapotado completamente el cielo y amenazaba agua. En efecto; no tardó mucho en desencadenarse una tormenta y á caer un chaparrón que duró unos veinte minutos, pero no llegó, afortunadamen­te, á caJar nuestros capotes. Encontráudonos luego descanijando un poco á unos 1.600 metros de altura, nos alcanzó D. E lías Loaso de Linas con dos mulas, en una de las cuales iba montado un joven estudiante de Zaragoza y la otra llevaba unas alforjas con el equipaje de éste. Con suma amabili· dad, Loaso colocó nuestros morrales en las alforjas y seguimos en c.ompañía de estos dos señores. A las siete y cuarto llegábamos á lo aloo del Puerto de Cotefablo (1.600 metros), viendo al otro lado, en el fondo de un ancho va-PE

ÑALA

RA

Page 51: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ"ALARA 59

lle: Linas, Viu y al final Frajen, todos pueblos por donde teníamos quepa­sar. Sin descansar en lo alto, llegamos á los pocos minutos á un sitio en donde Loaso nos enseñó escondida dentro de los arbustos una fuente de agua muy buena y fresca. En la subida desde Yésero no habíamos encontrado ni una gota, más que la que caía del cielo; huelga decir que la cogimos (la de la fuente se entiende) con ganas, porque la de nuestras cantimploras ya es­caseaba y se había calentado. A las ocho y cinco llegamos á Linas y ense­guida nos despedimos de nuestros compañeros de viaje, después de tomar un vaso de agua fresca de pie, mientras se desataban nuestros morrales. Desde aqni el camino baja y sube varias veces hasta Frajen y es muy pe­dregoso. Bastante antes de llegar á este pueblo, ó sea poco tiempo después de pasar por Viu,. era ya completamente de noche; así es que al entrar en él, teníamos que preguntar por el camino. Al pasar de la última casa del pueblo, vimos en el fondo del valle de Broto una llamarada muy grande, sin duda producida por alguna borda que estaba quemándose (borda se lla­ma en aquel país una especie de pajar donde se guarda el heno).

Después de Frajen, faldea el camino la montaña y es fácil seguirle aun de noche, pero al llegar á la ermita de San Miguel se va perdiendo e·n una pradera. Hacia ya. bastante tiempo que estaba amenazando una tormenta fuerte y los relámpagos menudeaban. Uno de ellos me hizo ver un trozo del camino á lo lejos y no me quedaba más que buscar su arranque desde la pra­dera; encendí mi linterna plegable, y á los pocos minutos de exploración le encontré. Este era otra vez pedregoso y malo, por lo que dejé la linterna encendida, y asi entramos en Torla (que está. próximamente á 1.020 metros sobre el nivel del mar) á las nueve y cuarenta y cinco, conten.tos de poder quitar nuestros morrales. Nos alojamos en casa de D. Angel Viu, única fonda que hay en Torla, y para el cual iba recomendado por un amigo mu­tuo nuestro.

Es dicha casa una de esas señoriales de los siglos xv ó xvr, con habita­ciones que parecen salones de baile, y el trato en ella es muy bueno. La alco­ba, por ejemplo, que ocupé, mide 7 X 7 metros próximamente y contiene dos camas.

Apenas sentados en la mesa ·para cenar, descargó una tormenta formi­ble con una. lluvia torrencial, por lo que el electricista paró la máquina y nos privó de la luz eléctrica. Lo principal para nosotros era el encontrarnos bajo techo y en sitio seguro. Como ya era un poco tarde, cenamos ligera­mente y nos r~tiramos á descansar, no sin antes quedar citados para lama-

PEÑ

ALA

RA

Page 52: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

60 PEÑALARA

fiana siguiente con el guía D. Felipe López, que babia de llevarnos al Mont Perdu. Al paso sea dicho, que ya se nota en Torla la proximidad de Fran­cia, porque los guías son mucho más· caros que en Gredolil, Sierra Nevada ó Picos de Europa, por ejemplo, pero también tienen más práctica.

El dia siguiente, lunes, amaneció espléndido y ya pudimos darnos cuen­ta del encanto de aquel país: un valle estrecho entre altas montafias, con praderas vera es en la parte baja, gracias al riego, y amarillentas y secas en lo alto.

·Hasta en los Pirineos se hacen sentir las consecuencias de este verano tan excepcionalmente seco.

Dió la coincidencia de que un hermano de D. Angel, D. Ramón Viu, dueilo de la casa Olibán, del valle de Ordesa, se encontraba en el pueblo con una mula y se nos ofreció para cargar nuestra impedimenta, incluso la del guia, lo que aceptamos sin vacilar un momento. Salimos á las ocho y quin­ce, bajando al rio Ara, que cruzamos á las seis ó 1:1iete minutos de marcha, por un puente alto y muy antiguo de p1edra, llamado de la Gloria, desde el cual vimos varias truchas en el fondo del agua. Seguimos un corto trecho por la orilla izquierda del rio, dejándole luego para subir poco á. poco por la ladera' de la montafia. Después de media hora, poco más ó menos, vimos en el fondo del valle, aguas arriba, el puente de los Navarros y el camino que va á Bujaruelo y el puerto de Gavarnie: enfrente teníamos la pefí.a de Mon­darruego, con sus paredes de roca multicolores. Echando la vista atrás vi­mos Torla, que de lejos parecía uno de estos pueblos retirados en las mon­tati.as del cantón de Grisonas, en Suiza. Continuando por el camino de Tu­rieto, entramos pronto en el bosque de pinos y hayas y ya nos encontrába­mo,a en pleno valle de Ordesa. En algunos sitios había á nuestra izquierda unos precipicios muy hondos que descienden al rio Ordesa, que ppr alli forma varias cascadas. A las nueve y cuarenta y cinco estuvimos al nivel del rio, que atravesamos por un puente hecho con troncos de árboles: y á los dos minutos llegamos á la casa de Olibán (1.317 mett·os), sencilla fonda de montaña que unos cuantos afios atrás era todavía una simple borda, y á donde hoy pueden encontrar alojamiento con buenas camas y suculenta co­mida, docena y medía de turistas y veraneantes. El sitio es encantador. A los dos lados del valle, las paredes de roca, talladas á plomo, del Tozal del Mayo,del Gallinero, de la Foratáta y de las Diazas, etc., parecen fortalezas gigantescas que tocan en el cielo; las laderas bajas están cubiertas de espe­sos bosques de hayas, boj y pinos. Aguas arriba hay una pradera ll~na y

PEÑ

ALA

RA

Page 53: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:ÑALARA 61

ancha, sembrada en parte también de hayas seculares, y más allá parece el valle cerrado por una cordillera.

Almorzamos, entre otras cosas, ricas truchas del río Ordesa y cordero lechal, y á las dos de la tarde continuamos nuestra excursión. Como D.Ra­món no necesitaba su mula, dió orden á su hijo José Maria, muchacho de unos doce á catorce afíos, con cara angelical y siempre risuefl.a, para que nos acompafl.ara hasta la cueva de Frachinal. Nos acompailaba también una perrita que ha?ía dos meses había seguido á unos turistas franceses desde Gavarnie hasta la casa de Olibán, á donde al parecer la trataban muy bien porque alli se quedó. A la media hora de salir vi con gran sorpresa, que el guia cogió algnnCis «edelweiss» (patas de león) en el bosque, al lado del camino, cuya semilla babia llevado sin duda. á. aquel sitio el viento ó arras• trado alguna avalancha desde las alturas. Es el «edelw_eiss» 1 esa flor tan simbólica de los Alpes, blanca, en forma de estrella, que por castigarla tan· to en estos, es cada vez más rara y casi ya no se encuentra más que en si­tios peligrosos, por lo que todos los años se desgracian algunos turietas por cogerla. Es que en los Alpes, cuando el turista no vuelve de su excursión con el sombrero adornado de edehveiss, no se le considera, por lo general, como alpinista atrevido¡ así es que se da el caso de que compren dicha flor á los guías, que siempre tienen una buena provisión de ella. Para proteger el edelweiss en Suiza, está desde hace muchos afl.os prohibido arrancarlo con la raíz.

El camino nos llevó cuesta arriba hasta la cueva de Frachinal (1,650 metros) que se encuentra en el punto donde el valle se estrecha y forma un recodo, para dirigirse luego en linea recta hacia el Mont Perdu.

Al separarnos de José Maria, le recomendamos tuviera cuidado de la perrita, porque observamos que el animalito babia tomado mucho cariño por nosotros. En efecto, á los pocos minutos estaba otra vez con nosotros y no babia medio de hacerla volver. Poco á poco nos acercamos m~s al río, que antes se había quedado en el fondo del valle (y que forma allí unas cascadas preciosas, los Grados de Loaso, (su nombre indica que forma es­calones) y delante de estos unos pilones muy profundos, en cuyas aguas se refleja el cielo azul. · . Más arriba se ensancha bastante la baguada y forma un gran prado lla­

no, el de Loaso, en que encontramos también edelweiss y á un pastor qu~ estaba haciendo cucharas y tenedores de boj. N os acercamos á su majada, que se encuentra hacia el final del prado, á la izquierda, debajo de un ··pe-PE

ÑALA

RA

Page 54: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

62 PELAÑARA

fiasco (1.720 metros), y nos sirvió leche de cabras. Después del prado sigue un circo formado por una ladera, sobre la cual so elevan dos paredones su­perpuestos y otr!ls tantas tarrazas. El fondo del cuadro lo forma el Mont Perdu, con el Soum de Ramond á su derecha y delante de éste la torre de Golis. Una vez descansados y fortificados, dejamos la perrita al cuidado del pastor con el ruego de bajarla á casa de Olibán en la primera ocasión y nos dirigimos hacia la subida. Atravesamos primeramente el río á unos 300 ó 400 metros de la majada, formando éste un poco más arriba, á la izquierda, otra cascada preciosísima, la de Loaso, en forma de un gran' abanico.

(Continuará.)

EL PAULAR

MEMORIAS... RECUERDOS

El Paular es la gloria. Llegar á él es g~tnar el cielo. Por eso, aun los que no llegan, mueren sonriendo. Sonriente estaba el truchero-helado en el camino del Reventón-cuando mel:les después de muerto fué encontrado por la Guardia civil en la B:1rranca del Lucero. Sonriendo han sucumbido guardias civiles en los puertos fríos. Con intenso placer, que no pudo resis­tir á la débil sonrisa, me arrodillé en la nieve para no moverme más, su­biendo á la Morcuera; pero la gané porque me subieron á un mulo Antonio Garcia Herreros y Valentin, posadero de Miraflorea.

¡Oh, Paular! Al entrar en tu Monasterio parece que lo tiene uno todo para acabar la vida: el fuego llameante que caldea el cuerpo, la comida sa­brosa, la atenta mozuela, el lecho limpio, la callada alcoba y el cementerio frondoso como un jardín.

Yo tengo adoración por la abandonada Cartuja; tanta, que todo el que la ha cantado ó ha tlnsa]zado sus sierras y prados vecinos, tiene mi cariño fervoroso. Mucho me gustaba JoveHanos antes de leer su oda al Paular, pero después me gustó mucho más. D. Nicolás Ferr.ández de Moratin ha-

PEÑ

ALA

RA

Page 55: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 63

bló de la laguna de Peñalara en su poema «La caoz;a», y por el poema (á pe­sar del poema) le quiero. ¿Que le quiero? ¡Le adoro! j Ecgendró á InarC() Gelenio!. ..

¿Y qué decir de ... ? Pero mejor es no decir nada de los que viven y han escrito sobre el Paular; porque todos son amigos mios y varios de ellos son mis compañeros dentro de esta Sociedad de o:Peñalara».

Si yo supiera hacer un bonito articulo de intimidades del Paular ¡qué cosas contaría! empezando por el famoso gnerriller~ cubano Calixto García, que veraneaba allí el año 1885, cuando vió llegar á D. Francisco Giner, á Rubio, á Florez y á Cossío, y acabando por la reciente disposición guber­nativa que, caprichosamente, cierra el camino público de Madrid al Paular.

En las paredes de los claustros ó en el libro abierto para los visitantes, se leen las firmas de los Reyes, de Grandes de España, de hombres ilustres en las ciencias y en las artes, y muchas desconocidas. Hay elogios, quejas, dibujos, versos ...

Una noche de luna, bajo el templete del cementerio, un grupo de alema­nes canta. Una mañana, al sol, que penetra en los claustros, nos retratamos, vestidos de cartujos con las sábana!! de nuestras camas.

En el vet·ano, un bando de niños alegra aquellas mudas galerías. En el invierno, tres ó cuatro, cuando más, las recorremos envueltos en nuestras mantas de viaje.

¡Cuántos se han perdido de noche, cerca del Monasterio, sin dar con él, y han tenido que esperar el nuevo día entre el roble ó en el pinar, ateridos!

En septiembJe de 1902, á pocos metros de la Cartuja, de noche y com­batidos por la tempestad, caminábamos Constancio Bernaldo de Quirós, En­rique García Herreros, Enrique de Mesa, el llorado camarada Luis de Go­rostízaga y yo, uno tras otro y cogidos, sin esperanza de hallar !llbergue ninguno, cuando un relámpago nos hizo ver muy próxima la entrada del Monasterio. ¡Ay, Dios! La lucecita de una ventana nos guió á la puerta. Entramos. En un rincón del gran patio del Ave María se alumbraba débil­mente la Virgen de la Soledad con un farolillo. Bajo ella paraba un gt·npo de mozos tocando guitarras y bandurrias. No sé lo que se festejaba.

¡Oh, sellora Justa, simpática hospedera! En su cocinita de arriba invi­tamos los cinco amigos al Sr. Cossío á tomar café con nosotros. ¿Se acuerda usted? Veníamos de casa del malogrado Ibáñez Marin, al que dejamos obse­quiando á una numerosa t1·oupe de alumnos de la Institución libre de ense­ñanza. Apenas quedaba café para nna taza-era mny.tarde-y se la ofrecí-

PEÑ

ALA

RA

Page 56: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

64 PEÑALARA

mos á Cossio, que se la bebió-reposadamente, mientras nosotl·os, con lasta­zas limpias en los labios, hacíamos ~ue bebíamos ...

Varias veces ha ido allí en automóvil D. Antonio Maura á pintar deta­lles del cementerio. También ha eetado Benlliure. No perdonó D. Ruperto Chapi la ocasión de visitar el monumento, y Baroja y Marquina han llevado al libro y á la escena bellezas de aquellos parajes. Lhardy, Borrell y Soto­mayor lo hicieron antes en el lienzo. De Mirafl.ores de la Sierra y de las Pedrizas de Manzanares nos ha hablado elocuentemente el pincel de Jaime Morera. En fin, tantos ...

En la escalinata de la cruz de piedra que ante el Monasterio se levanta (recordando la decoración de «D. Alvaro»), se reúne la colonia al oscurecer. Alli hay un olor penetrante á flores y á reunión eursi de Madrid. Allí, des­pués de cenar, sin tertulia, la excelente actriz Amparo Villegas, el gran Morano y este humilde admirador de ambos recitamos escenas y versos clá­sicos. O en al poético cementerio. Pero yo me olvido pronto de la poesía y lo profano todo con mis payasadas. Aquello, cuando estoy yo, no es un ce­menterio.

En el verano de 1912, organicé-¡oh sacrilegiol-una verbena en aque­lla mansión de los muertos (donde tantos frailes duermen) para celebrar la Virgen de Agosto. Junto al sepulcro del Obispo Moscoso se instalaron el aceite y la masa para los bufiuelos. Todo el templete central estaba adorna­do con cadenetas de colores y alumbrado por farolillos á la veneciana, que hicieron lat1 señoritas veraneantes. Yo me encargué del vinazo y del aguar­diente, de los puros y de la música de guitarras y bandurrias. ¡Qué noche inolvidable! Bailamos el aga.rrao, corrió el alcohol, nos atracamos de chu­rros; yo me vestí de chula y una niña se puso mi traje. Hubo escena de celos y patadas ... en fin, el disloque. U na fiesta de vida, de alegria so­bre la tierra que cubría tantos cuerpos santos ...

Otro verano, por aquellos días de la Virgen, fueron unos titiriteros re­corriendo el valle del Lozoya y llegaron al Paular, por lograr algún dinero de la colonia. ¿Para qué quería yo más? Trabajé con el caballo y el burro amaestrados; toreé por farola! y navarras al perro de presa, imitando al e Gallo», y ... proporcioné unas cuantas pesetas á aquellas pobres gentes que me despidieron agradecidas.

El verar.o pasado fué también al Paular una reducidisima farándula: matrimonio, dos hijos y un instrumentista. Se levantó el escenario en una

. antigua capilla. Y ¿qué iba yo á hacer? Ponerme el traje de lentejuelas ·de PEÑ

ALA

RA

Page 57: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 58: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

' .

1~~~--------~ PEÑ

ALA

RA

Page 59: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

o ce: UJ z: _j _j

~ L7

~UJ _jLJ

o •Z:......, <UJ r:,.Z: V) O UJUJ

ce: ti')C:C: o o UJI­z: -ti) ~o [:,._j PE

ÑALA

RA

Page 60: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 61: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 65

la hija mayor (que era muy mona) y bailar el garrotín entre una lluvia de monedas, flores ... y de un cardo y una regadera que me tiró Emilio Rancés. Bajé á la platea con el sombrero en la mano y saqué unos cuantos duros que no esperaban aque1los infelices cómicos.

Este es mi Paular, en cuyo portón de entrada me desayuno, como y ceno, viendo entrar y salir rebaños de cabras y OTejas, manadas de yeguas y de vacas y bueyes, siempre entre gallinas y cerdos y bajo el vuelo de las ama­das cigüeñas que anidan en la torre y en la huerta. Solo unas veces, entre amigos otras, saludando á una excursión qu~ viene de La Granja ó de Cer­cedilla ó de Miraflores, para volverse enseguida, (pingüinos como les llaman alli, 6 pingüitos según otros). ¡Ay, Cartuja adorada!

Señores alpinistas: Lo que fuá mansión de los Reyes Católicos es hoy la humilde vivienda del P1·esidente de los droque1·os del Guadarrama. Ya saben ustedes, pues, donde tienen una casa-refugio y un amigo-servidor.

Y basta. ¡Basta ya, si!

LAS NIEVES PERPETUAS

Motivo de admiración. para los viajeros qae recorren paises montañosos 1

son siempre las nieves que coronan las altas cumbres, mientras á su alrede-dor el sol de julio ó de agosto, lanza sus más cálidos rayos sobre las llanu­

ras y los valles. A primera vista, parece que, á medida que se gana altitud en la atmós­

fera, por lo ménos durante el día, debería hallarse una temperatura cada vez más elevada, puesto que se avanzaría hacia el sol.

Para destruir esta concepción errónea, basta una simple observación. La distancia media del centro de la tierra al centro del sol es de 148 millo­nes de kilómetros. Ahora bien, la más alta montaña conocida, el Gaurinsan­kar del Himalaya, sólo mide 8.889 metros sobre el nivel del mar, de suer­te que la distancia del Sol á la Tierra es igual á 16 milllones 600 mil vécos la altura de la mayor ascensión posible en las montañas.

Hagamos más elocuentes estas cifras todavía. Supongamos que la altura de la torre Eiffel (300 metros) rept'esenta la distancia del Sol á la Tierra..

PEÑ

ALA

RA

Page 62: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

66 PEÑALARA

En estas condiciones el Gaorisankar no tendría más altura que ¡dos milési­mas de milímetro! ¿Será necesario insistir para demostrar que la altitud á que podemos elevarnos carece de toda influencia sobre la intensidad de les rayos solares?

·En realidad, lo que sucede es lo siguiente: La tierra está rodeada completamente de una capa de aire que pasa so­

bre toda eu superficie. La. presión que se ejerce de este modo puede equili­brarse en un tubo barométrico con una cierta columna de mercurio, cuya. altura media, por lo ménos al nivel del mar, es de 760 milímetros.

Si reemplazamos el mercario por agua, que pesa 13.596 veces ménos, la altura barométrica medía. sería de 10.333 milímetros.

Por consiguiente, la presión ejercida sobre el suelo por el aire atmósfé­rico es la misma que produciría una superficie de agua, de 10 metros 333 de altura.

Un metro cuadrado de superficie terrestre soporta, pues, un peso de aire igual al peso de una columna de agua que tuviera esa misma. superficie co­mo base y una altura de 10 metros y 333 milímetros, ó sea un volúmen de

.10 metros y 333 decimetros cúbicos, qt1e pesan 10.333 kilos. Podría creerse que para evaluar la altura de la capa atmosféricn, basta­

rá dividir este peso de 10.333 kilos, sopot·tado por un metro cuadrado de superficie terrestre, por el peso de un metro cúbico. Si este razonamiento fuera exacto, como ua metro cúbico de aire pesado al nivel del mar bajo la presión atmosférica media y á la temperatura de cero gmdos, tiene un kilo 293 gmmos de peso, la capa atmosrérica debería tener un espesor de 7.991 metrqs; más allá estaría el vacío. Sin embargo, no l1ay nada de esto, ni puede haberlo.

Efectivamente, consideremos dos capas de aire, una al nivel del mar y otra á mil metros de altura: la primera resiste la presión, es decir, el peso de la capa atmosfét-ica total; la segunda resiste el mismo peso, Jlienos el de la capa de mil metros sobre la cual descansa. Inmediatamente se compren­de que dos baró.netros colocados en los niveles considerados, darán indica­ciones diferentes y que es posible medir la altura de una montaña ó de un aerostato utilizando este instrrmento.

Si se compara un metro cúbico de aire al nivel del maz:_y otro metro cú­bico de aire á 1.000 metros de altura, el primero, comparado con el segun­do, será aire comprimido, mientl·as que el segundo, comparado con el pri­mero, será aire rarificado. En otros términos: un metro cúbico de aire al

PEÑ

ALA

RA

Page 63: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA . 67

nivel del mar pesa más que un metro cúbico de aire á 1.000 metros de altu­ra, es decir, contiene una cantidad de materia más considerable. Luego, á. medida que se eleva uno en la atmósfera, encuentra metros cúbicos de aire que encierran menos materia. Y esto es lo que explica que ia capa atmosfé­rica, An vez de ser de 7.H91 metros, tiene seguramente un espesor de 30.000 metros. Inversamente, los rayos solares, al atravesar la atmósfera, cruzan metros cúbicos de aire que encierran cada vez más materia. Ahora bien, la materia es un almacep. de calor; de ello resulta qne un metro cúbico de aire podra almacenar tanto más calor cuánto más materia encierre.

En definitiva, á 1.000 metros de altura un metro cúbico de aire no pue­de almacenar tanto calor solar cómo si se encontrara al nivel del mar¡ su temperatura es pues menor.

Por lo tanto, en el curso de una ascensión en globo se verá disminuir gradual y simultáneamente la presión barométrica, el peso del metro cúbico de aire y la temperatura.

Se concibe fácilmente que debe haber. una altura para la que aún duran­te el verano, el barómetro no sube nunca sobre cero y tan es así, que sobre la(montañas que tengan una altura conveniente no llueve nunca, las caídas de agua atmosférica no son conocidas más que en forma de nieves y estas nieves, al no estar nunca sometidas á una temperatura que permita el des­hielo, son perpétuas.

Es verdad, que á medida que las nieves se acumulan sufren una presión de arriba á abajo, que les comunica una marcha descendente y que cuando han alcanzado un nivel bastante bajo entran en fusión; pero este fenómeno se enlaza con la teoría de los glaciares y no se opone al principio de que á. u:r¡a altura suficiente las montañas estén cubiertas de nieves perpét•1as.

Su altura varía según que las montañas estén más ó menos próximas á los polos ó al Ecuador. En los polos se encuentran las nieves perpétuas á ras del suelo. En Suiza, se las observa aproximadamente á los 2.500 tpetros, en el Cá.ucaso, á 3.500¡ en el Ecuador no se encuentran. más que á. ó.OOO metros.

Nada es más natural, esta altura depende evidentemente de la tempera­tura al nivel del mar.

.:J.$ .

• • • PEÑ

ALA

RA

Page 64: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 NOTICIAS

LA BORRASCA DEL CARNAVAL

Durante los días de Carnaval se ha desarrollado en casi toda España un emporal crudísimo. En nuestras montafias adquirió proporciones .imponen­

tes y desusadas. Todos los alpinistas que prefieren la sierra á los festejos carnavale¡;cos,

viéronse defraudados por la naturaleza. Defraudados relativamente, pues si no pudieron ejercitar sus deportes, en cambio tuvieron ocasión de admirar el torvo aspecto de la montafia en época de borrascas.

De algunos amigos nuestros, tenemos noticias interesantes. Enrique de la Vega, uno de los doce amigos de PEÑALARA, fuá, según

hábito invariable, al Paular, con varios amigos; pero siéndoles imposible atravesar el puerto de·la Morcuera, hubieron de dar un .gran roélso desde Miraflores, por Canencia y Lozoya. Algunos excursionistas volviéronse á Madrid sin intentar el paso de la Sierra, llegando al Paular únicamente Vega y José M. Bosch, después de siete horas de marcha sobre la nieve.

Ramón Jaén quedó al pie de la Peña de Francia (Salamanca), sin poder ·acometer su ascensiónpor no haber vado posible para el principal afluente al rio Huebra, y por estar aquella Sierra completamente oculta por las ven­tiscns.

Ascarza, nuestro tesorero, y .Aguilera, nuestro secretario, viéronse re­ducidos~ permanece~ en el Chalet del Club Alpino en la carretera de Na­·vacetrada. Tantas veces como intentaron entregarse al placer del ski, vié­ronse arrastrados por el vendaba], que les ponía en verdadero peligro.

A Ramón González, miembro de PEÑALARA, le sorprendió la borrasca. en las estribaciones de Grados, lo cual le impidió llevar á término los pro­pósitos que le condnjeron á aquella pintoresca región.

Finalmente, otros dos amigos de los ·doce de PEÑALARA1 Tinoco y Meliá, lograron llegar el lunes por la mañana á los altos de la Pedriza posterior; pero desencadenándose el temporal, á las tres de la tarde, hubieron de en-PE

ÑALA

RA

Page 65: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 69.

cerrarse en una cueva de la Cañada de los Pollos, donde permanecieron hasta las ocho y media de la mañana siguiente . .A. esa hora, viendo que l~L.

nieve iba á cubrir la entrada de su refugio, acordaron descender á Manzana­res, lo que hicieron á costa de indecibles penalidades, constantemente derri­bados por la ventisca. A la una de la tarde llegaron á la posada de Palomi­no extenuados, Henos de arañazos y golpes y empapados en ngua por la fre­cuencia con que el huracán les hacía caer en los arroyos al vadearlos.

Desde las páginas de esta Revista, Tinoco y Meliá hacen público su agradecimiento al vecindario de Manzanares por la inquietud que demostró acerca de su suerte, pues cuando ambos compañeros llegaron al pueblo, en­teráronse del propósito allí existente de organizar sin pérdida de tiempo una expedición de vecinos que fuera en su auxilio.

Por fortnna, el conocimiento de la Pedriza y las fuerzas físicas de nues­tros amigos vencieron las dificultades,

RAFAEL LEYDA

Acaba de morir, vencido por la tuberculosis, á la que tanto tiempo re­sistió, nuestro amigo Rafael Leyda, uno de los mejores cuentistas de la li­teratura espatiola contemporánea. En memoria del desgraciado compañero, prematuramente muerto, que:.;emos recordar se cuento La cigüeña, premia­do en uno de los concursos El Liberal, cuya acción se desarrollaba en el Valle de Lozoya. Amigo del Paular, que en este número elogia Enrique de la Vega, se incluye aquí para él esta mención afectuosa.

PEÑ

ALA

RA

Page 66: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

~·~~~--------A_s_o_ci_A_c_Iº_N ________ .ll

RENOVACION

Deja de pertenecer á PEÑALARA el señor D. Alejandro Canetti. Su va­cante la ocupa D. Alberto Oettli, un extranjero, del país de los Alpes gran­diosos, conocedor, no sólo de los montes de su patt·ia, sino también, como pocos españoles, de los grandes macizos todos de nuestra Espafia: Sierra Nevada, Pirineos, Picos de Europa, Grados, Guadarrama. Piloto de globo esférico, además, miembro O.e los más activos del «Real Aéreo Club», ha podido, más de una vez, gozar el paisaje ve1·tical de las cordille1·as laberín­ticas alzando :al cielo sus cumbres gloriosas, deslumbrantes de nieve.

En el presente número, nuestro nuevo querido compañero empieza á re­latar una de sus expediciones más recientes al Monte Perdido, del Pirineo Aragonés. Nuestro grupo se honra con este nuevo miembro, á quien ya de­bia una cooperación valiosa.

PUBLICACIONES RECIBIDAS LA lloNTAGNE, revue mensuelle du Club Alpin Fra.nyais. Números

de enero y febrero del año corriente. Sumamente importante y de interés en el número de enero de esta revista modelo, el largo estudio (42 páginas), de H. Beraldi, sobre «Ramond, sujuventud y el viaje á Suiza», que equivale á decir: «sobre los orígenes de la literatura de alta montaña», que el autor considera completamente franceses.

Bulletin Pyrénéen. (Organe de la Federation des Socletes Pyrenéelsles): Marzo-Abril, 1914.. Continúa un interesante comentario·del Conde de Saint Sa.ud á una antigua Memoria de los Pasos pirenáicos entre Francia y Es­paña.

ERRATA En el croquis ae la Pedriza de Manzanares publicado en nuestro número

anterior, se s&jialaen 1.74:0 metros la altitud de la Pedriza anterior, au· PEÑ

ALA

RA

Page 67: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 71

mentándola, por errata, n~da menos que doscientos metros: pues es sólo de 1.540. Interesa rectificar este error, que destruye por si sólo el valor que pueda tener el croquis.

UN TRIUNFO NUESTRO

Tenemos la satisfacción de cQntar entre los doce amigos de P.h:ÑALARA, á un vencedor. El Secretario de nuestra sociedad, D. Joaquín Aguilera, ha ganado la copa del Rey en el último concurso de Skís, organizado por el Club .Alpino.

Enhorabuena, amigo Joaquín. Al dársela á Ud. sus once compañeros se felicitan reciprocamente. Esa victoria es de los doce. Por lo menos, la ale­gria de Ud. es la de todos.

'V' . 1

Todas las publieaciones y comunicaciones dirigidas á esta Revista, deberán enviarse á su director Constancia . .

Bernaldo de Quiros, en el Instituto de Reformas Sociales (Pontejos, 2, Madrid). Exceptúanse tan sólo los envíos de valores que deberán hacerse á nombre del Sr, Tes01 ero, don Victoriano F. Ascarza, calle de Quevedo, 'l, Madrid.

Imp. de José F. Za.bala, Va.lverde, 40, Madrid. PEÑ

ALA

RA

Page 68: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 ADMINISTRACION

11

SUSCRIPCIÓN Á PE~ALARA Nuestra revista es la única publicación española consa-·

grada exclusivamente á la montaña. Su texto, rigurosamen­te inédito, y sus ilustraciones, constituirán al término del año de publicación un interesantísimo volumen, comparable en interés, amenidad y presentación á cualesquiera revista análoga del extranjero.

La cuota de suscripción es de 5 pesetas al semestre, re­mitidas al hacer la inscripción á nombre del Tesorero.

Nuestros suscriptores gozan, entre otras ventajas, del derecho de asistencia á las próximas conferencias sobre montaña que se han de organizar exclusivamente para ellos.

Asimismo, una oficina de información alpina (itinera­rios, datos sobre pueblos, cumbres y caminos; hospedajes, presupuestos, etc.) hállase ahora, aunque modestamente to­davía, á disposición de los suscriptores.

Se ruega á los amigos de la montaña la mayor propa­ganda de esta revista.

ANUNCIOS

Admitimos órdenes de anuncios, antes del día 15 de cada mes, para las planas de la cubierta y las suplementarias que se irán agregando, pero en ningún caso para dentro del tex­to de la revista.

El precio por una inserción es el que sigue: Plana posterior de la cubierta: 20 pesetas. Planas interiores: Entera, 15 pesetas. Media, 8 pesetas.

ANUNCIOS DE HOSPEDAJES

La linea, del cuerpo 9, 0,50 pesetas al mes (doce inser­ciones como mínimo). PE

ÑALA

RA

Page 69: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 DOCUMENTOS

11 r~~f\l{\Rt\

\'{C:'.t t~.~J ~\ 11

PIRINEOS ARAGONESES

EL MONTE PERDIDO

(Continuación).

Mirando el murallón que estaba delant~ de nosotros, parecía imposible escalarle; sin embargo, el guía nos lle,·ó un poco hacia la derecha, y pegado á una chimenea, que en su parte alta acaba en una especie de bóveda, en­contramos paso, si no muy fácil, tampoco presentaba grandes dificultades. Delante de la bóveda torcimos un poco á la izquierda y llegamos á la prime­ra terraza, formada por una hermosa pradera, que pertenece ya á Golis y que se atraviesa tirando también hacia la izquierda para subir á la segunda., porque delante está la segunda pared de r:oca y ésta sí que no se puede es­calar sin rodearla. Otro empujoncíto y nos encontramos, &. las seis y diez minutos, en la majada de Bernat, que era el final de la jornada y que se en­cuentra á unos 2.070 metros de altura. Era esta majada la morada de dos pastores y consiste en una roca socavada, en parte naturalmente y en parte ¡)orla mano del hombre, con un muro de piedra sin cal delante y estrecha entrada por el lado derecho. Este hotel alpino natural hubo de servirnos de albergue para aquella noche. Sería de desear que el Club Alpino Espanol tuviera algún día los medios para construir en este mismo sitio un refugio y extender su radio de acción á los Pirineos, porque sus bellezas lo mere­cen. Al caer la tarde llegaron los pastores Vicente Pradé y José Nadín con su ganado, que se componía de ovejas y cabras. Hizo mi compañero una sopa de guisantes con cubos Maggi, que saboreaban también los pastores, porque durante la temporada que están en la montaña no comen más qua sopas de leche y pan. Conste que tuvimos que ir bastante lejos por el agua, porque también aquí escaseaba por la sequía. Después de cenar salimos de

r.-Abril, 19H PEÑ

ALA

RA

Page 70: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

74 PENAI.;AR.A

nuestro comedor para contemplar aquella soledad misteriosa y oilcura. La única lnz que se veia, además de la tea de nuestra majada, era otra en la majada de Manesma, en las faldas del Tobacor y que distará, en línea recta, unos cuatro á cinco kilómetros. Solté unos yuhuhus formidables, que fue­ron repetidos muy claramente varias veces seguidas por el eco hacia el To­bacor, pero ninguna voz hur::~ana contestaba. Del silbido ele un pito no se oía ningún eco. Ya dispuestos para descansar, los pastores nos preparaban la cama; extendieron una piel de oveja en el suelo rocoso y nos prestaron una de las dos mantas que poseían, reservándose la otra para ellos y el guia. Por cierto que eran unas mantas muy tupidas de lana pura, de fabricación casera,· y con las cuales hubiera sido posible aguantar mayor frío del qne hizo durante aquella noche. Esta era, como la anterior, tempestuosa, y no tardamos mucho en ser despertados por los truenos y el aguacero. Abrí los ojos y con la claridad de los relámpagos veía que todo el muro estaba ocu­pado por cabras, que habían buscado refugio de la lluvia; algunas de las más atrevidas habían entrado en la cueva, á pesar de haber cerrado la en­trada con el «piolet» y los aalpentocks:o, y entre mi compañero y yo un chi­vito se había echado á nuestros pi_es, en la manta, para buscar calor. Como todo pasa en este mundo, pasó la tormenta y el día amaneció otra vez sereno. Unas cuantas nubes dudosas desaparecieron también. A las seis y cuarto nos despedimos de los pastores; la despedida fué corta, porque no hubo ni camareras, ni camarero de comedor, ni limpiabotas, ni liftboy, ni portero, etcétera, que pedían propinas, y con un par de pesetas los dos muchachos quedaron con la cara risueña, no sintiendo más que el no tener todos los días la visita de algunos turistas.

Desde la majada _de Bernat no hay camino ni senda hacia el Mont Per­du y se sube por donde mejor se pueda, procurando siempre no perder la dirección de su cumbre. El terreno al principio no es muy accidentado y se sube paulatinamente.

Después de una hora ó algo más de subida en un sitio en que el baró­metro marcó unos 2.600 metros de altura, y donde ya empieza la parte ro­cosa y accidentada, dejamos los morrales, no llevando más que el del guia, con un poco de víveres y una cantimplora con agua. Llegados luego al pie de una pared de roca blanca, tomamos la izquierda, escalamos unos peñas­cos y seguimos, torciendo más allá hacia la derecha, por la cresta de un contrafuerte para bajar al otro lado de ésta, unos cuarenta metros, á un co­llado. Aquí encontramos la primera nieve y á la derecha un glaciar con PE

ÑALA

RA

Page 71: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

-.PENALARA

muchas grietas pequeñas, que se extiende entre el Mont Perdu y el Soum de Ramond. Subimos un corto trecho por el nevero y luego por una chime· nen. Nos dijo el guía que había otra subida más fácil, pero que rodeaba bas­tante. Yencido el pequeño obstáculo seguimos fácilmente hasta la cumbre del Mont Pet·du (3.352 metros), á donde llegamos un poco antes de las once.

¡Qué vista tan grandiosa, querido lector! Por centenares se pueden con­tar los picos y cumbres que se elevan hacia el cielo! ¡Cuánto nevero y gla­ciar y cuántos valles y ríos!

La cumbre del :r.Iont Perdu está formada por una cúpula, cuya vertiente Sur estaba completamente limpia de nieve, mientras que la parte que mira hacia Francia la cubría este elemento y el límite entre estas dos zonas pa­saba precisamente por la misma cresta de la cumbre.

A nuestros pi~s, hacia el Norte, teníamos un pequeño lago, el llamado del Mont Perdu, en cnyas aguas, de color azul oscuro, flotaban algunos blo­ques de hielo; más allá, lejos, el Pie du Midi de Bigorre, y á la izquierda, en primer término, el Cilind1·o. Delante de éste, en el fondo y sobre un ne­vero, apercibimos á dos turistas (tal vez era sólo uno con un guía), que á esa distancia parecían dos pájaros. Un <<yuhuhu» fuerte nuestro, después de unos cuantos segundos, les hizo parar, en prueba de que lo habían oído, pero no pudimos oír ninguna contestación. Seguimos admirando el panora­ma encant.'\dor, y cuando quisimos acordarnos otra vez de los dos viandan­tes, habían desaparecido. Al parecer habían ido hacia la Brecha de Rolando ..

A la izquie~da del Cilindro, á lo lejos, reconocí el Vignemale, en ?uya cumbre estuve cinco años antes, cuando precisamente me incitó la vista del majestuoso Mont Perdn (que desde allí parecía entonces completamente cu­bierto de nieve y hielo) á pisarle algún día.

Hacia el Suroeste me llamó la atención sobre todo la Peña Oroel por su configuración especial, y que tres días antes hab.ía visto de cerca desde Jaca. Seria obra de muchas horas el describir todo lo qne se ve desde más allá del Vignemale hasta la Maladeta y desde las llanuras de Tarbes hasta el bajo Aragón, y no es mi plu'ma tampoco capaz de hacerlo para cautivar al lector; todo lo que puedo hacer es animarle para que haga también esta excursión, estando seguro que no sentirá el relativamente pequeño esfuerzo que cuesta para poder disfrutar de tanta belle¡¡;a indescriptible.

Ya durante la subida observamos que en dirección de Jaca había nu­bes muy altas y negras, qué caminaban con bastante rapidez hacia el Vig­nemale, descargando agua en el trayecto, y lo propio ocnrria en la dirección PE

ÑALA

RA

Page 72: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

76 PENALARA

·de Barbastro, hacia la Maladeta. Este fenómeno se había repetido varias veces en los dos sitios, mientras que en I!Uestra zona no cayó ni una· gota y no dejó de hacer ni por un momento sol. Entre cada dos chaparrones que· daba despejada la vista y nos dejaba ver lo que antes nos ocultaban las nubes.

En una lata de sardinas, carcomida por el orín y escondida en un mon­tón de piedras, encontramos las tarjetas de los pocos alpinistas que habían visitado aquellas alturas durante los últimos días pasados, y cuyos nombres he aquí con las fechas: 18 de julio, Paulino Martíóez, ingeniero militar, Madrid; 31 de julio, Dr . .l'l.fed. Benito Meisser, San Gervasio, Barcelona; Gustavo Schlosser y Emesto Glock, Barcelona·; Dr. Phil. Víctor Fuchs, Innsbru~k; León Desforges, Pharmacien de premiere classe; 4 de agosto; Kuno Kocherthaler, Madrid; Georges de Levin, éleve de l'Ecole des Arta. et Manufactures, y Eugenio Tejeiro, Madrid

Después de gozar durante tres cuartos de hora de este espectáculo, con una temperatura, aunque fresca, muy agradable, emprendimos la bajada. Nuestro propósito era, al bajar del Mont Perdu, haber seguido hacia Fran­cia pór la Broohe. de Rolando á Gavarnie, desde alli, por el Valle de Ossoue y el Valle de Lutoi.lr á Cauterets y desde este punto por el Valle de Marca­don volver á España, entrando por Panticosa; pero como el tiempo .no era todo lo s,egnro que hubiéramos deseado y el de que disponía -mi compañero muy limitado, acordamos reducir nuestra excursión. Volvimos por el mis­mo camino otra vez á casa de 0\ibán, donde llegamos á las seis y veinte de la tarde, recogiendo al paso la perrita que habíamos confiado á los pastores de Loaso. No tardamos en alegrarnos de haber tomado esta decisión, porque apenas habíamos descansado un poco, se dejaron oir truenos seguidos de lluvia. Nos quedamos el día siguiente y el segundo hasta después de almor­zar en Ordesa, haciendo pequeñas excursiones en los alrededores en busca de «edelweiss» que encontramos en profusión. El rododendro ya babia florecido y además escaseaba.

(Continuará.)

PEÑ

ALA

RA

Page 73: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 77

UN HISTORIADOR DUERME

D. Julián Juderías ha probado cumplidamente sus dotes envidiables de historiador. En sazonada juventud, palmas y láureas orlan y coronan su la­bor, ya copiosa, de erudito. Reciente está la publicación de su «Estudio del reinado de Carlos II», obra premiada por el Ateneo de Madrid en público certamen. Pocos meses ha que la Ilustración Española y Americana ga­lardonó con el primer premio de reñido concurso, un trabajo de su pluma infatigable. La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas le discernió, en diferentes ocasiones, recompensas harto más sustantifiéas que las del ho­nor á palo seco. El Ministerio de Estado se aconseja de su ciencia poliglota¡ el Instituto de Reformas se auxilia con su autoridad sociológica.

Incansable en la pesquisa del dato¡ experto en su cotejo y compulsa¡ adiestrado en toda suerte de concatenaciones históricas, las flores de hoy son nuncio cierto de los frutos consagrados de mañana.

Pero, claro es, que obra tan vasta, actividad tan múltiple y compleja, requiere descanso. Y, entendiéndolo así, D. Ju1ián Juderías, cuando aprie­ta el calor del estío, abandona, por plazo breve, el polvo de las Bibliotecas, la envaracia cortesía del Ministe!'io de Estado, la austeridad científica del

1

Instituto de Reformas Sociales, y busca reparo á sus cansadas fuerzas inte-lectivas en la aquietadora soledad de la sierra guadarrameña. El historiador veranea en las antiguas Porquerizas, pueblecillo serrano qÜe cambió su nom­bre de antaño, evocador de emanaciones <:iertamente.poco gustosas, por el poético, romántico y fragante .ie Mirafl.ores, que en la actualidad lleva.

Desde la áspera ladería en que se asienta el caserío, atalayando el llano amarillento, seco y luminoso de Madrid, seguramente Juderías rumió, en reposo fecundo,· los grandes hechos de la Historia española. Y acaso pen­sando en el revuelto, hirviente y pujante siglo xv, hubo de acordarse-él mismo nos lo dice-de que «á unos cuantos kilómetros de Colmenar Viejo, al pie de la Pedriza y sobre una eminencia que domina los contornos, se al­zan las ruinas del Castillo de Manzanares».

El trabajador de archivo quiere evocar la historia en el teatro de sus lu-

.. PE

ÑALA

RA

Page 74: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA

chaa, gustar la esencia lírica de lo pasado al amparo do las piedras viejas, doradas por el sol de los siglos.

Y dicho y hecho. Alejo, el mayoral fondista, ese hombre zahonado, silencioso y enjuto, de

mirada inquisitiva y lejana, avezada á escrutar l~ sierpe blanca del camino, le proporciona una caballería. Coplas, el vaquero de la eterna sonrisa., el mozo que alegra las trocha~ difíciles con las reminiscencias marciales de un himno: el del balallón de cazadores de sus penalidades de Africa, le servirá de espolique. Y concertados amo y mozo, abandonan la monotonía de la ca­rretera, se aventuran por la tierra quebrada, aquí salvan un regato, más allá bordean una cerca, respirando siempre con delicia, bajo la gloria del sol de

julio, el vientecillo sutil, aromado en las nebredas, en los tou:.illares, entre las mt.>joranas y los cantuesos.

El amo piensa y el mozo canta. Se oye en el silencio el grito lejano de un pastor. Entre los robles tintinea una esquila. Fnlgen las cumbreñas oquedades rocosas, heridas de la luz, con blancas estrías de nieve. Un aban­to se alza en vuelo pesado de la cima de un tormo.

Un resbalón en las lajas del sendero. (;oplas acaricia, con una cim_ breante verdasca, las ancas de la ye~;na cansina. El historiador palidece un

punto y detiene, indeciso, su cabalgadura. Un retinto hondo, apretado de carnes y alto de agnjas, de testuz rizoso, fin,\mente encornado, se encampa­na retador en la clara de un pastizal. Coplas, siempre riendo, requiere su honda; y la piedra, volteada con C€\rtero tino, rebota en el cuerno del animal, que huye lanzando un mugido de dolor. Más allá, en la tranquilizadora le­janía de un prado verde, herbajea la torada de D. Vicente Martínez.

La marcha toca á su fin. Peñaldiezmo destaca sn túrgido cabezo, te­nazmente labrado en pétrea curva por los cinceles del agna y de la nieve. El Castillo de Manzanares avanza, como barbacana de la fortaleza natural del monte, su recinto, al parecer intacto.

Y al pie de la Pedriza -cuyas bellezas tan amenamente notó en el núme­ro 5. • de este Boletín el querido compañero Meliá-, en las orillas del rio cortesano, vencido del sol y de la fatiga, el historiador, qne sobre los perga­minos tan descansadamente siguiera al Rey de Castilla D. Juan el sPgundo, de Madrigal á Roa, de Dueñas á Berlanga, de Ayllón á Urlés, se duerme y sueña. PE

ÑALA

RA

Page 75: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA

* * *

El sueño de D. Jnlián Juderías produjo la. bellisima nota titulada cE¡ Castillo de Manzanares», que habrá saboreado el lector curioso en el referi­

do número 5.0

La exaltación lírica del bello apunte con que hubo de honrarnos, puso en precipitada fuga á la verdad histórica. Sin duda el espíritu maligno, enemi­go de los historiadores, el que trueca, tergiversa y cambia fechas y nom-. bres, acechaba presto á cometer sus burlonas mudanzas. Y es el caso que, contra lo que afirma D. Julián Juderías, ni el castillo de referencia se cons­truyó en el siglo xrv, ni los Mendoza obtuvieron en este siglo el condado de ce! Real de Manzanares», ni la dama del Cardenal D. Pedro se llamó doña Guiomar.

Respecto al primer.punto,· ba¡¡ta leer la Crónica del Gran Cardenal de España, compuesta por D. Pedro Salazar de Mendoza: (Toledo, 1625). En el folio 172, del capítulo L, del libro I, consta que D. Diego Hurtado de llen­doza, primer Duque del Infantado y heredero del marquesa,do de Santillana y del condado del Real, muerto á principios del mes de enero de 1479, «la­bró la fortaleza de Manzanares». Confirma esta aserción el escudo de Luna -que aún puede verse en aquellas piedras viejas-toda vez que fué este duque el que unió al cuartel de los 1\:tendoza el de los Luna, por su matri­monio con D.e. Brianda de Mendoza y de Luna, hija de Juan Hurtado de Menrloza, el mayordomo de D. Juan II, y de D. a Maria de Lun~, hija de los Sres. de Illuera y Gator, y prima del magnífico Maestre D. Alvaro.

En lo que se refiere al segundo extremo, el propio Salazar, aludiendo al Real de Manzanares, dice al folio 56 de la citada obra: ces señorío de mu­cho districto y jurisdición en el Reyno de Toledo,· en las sierras que le apartan de Castilla la Vieja. Es su cabeza la villa de Manzanares, cerca de la Hermita Peña Sagra donde son las fnentes de el río que passa por Ma­drid. Tomó el nombre de haber sido de personas reales ... La mitad de este se?1orio vuo el Almirante don Diego Fnrtado de Mendoza, en dote con su primera mujer doña Maria Enriquez, hija de el Rey don Enrique el segun­do. La otra mitad de doña Mayor Díaz de Mendoza, hija de Gómez Garcia de Talamanca, Contador mayor de el Rey don Pedro, y mujer de Diaz Gon-

PEÑ

ALA

RA

Page 76: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PELANARA

zález Orejón, señor de Ventanilla, de la Lama y de las Torres de Flo­ranes».

Señorio continuó siendo, ya entrado el siglo xv, en poder de D.n Al­danza de liendoza, y más tarde en el del hermano de D.a Aldonza, el poeta

D. Iñigo. El condado de el Real de Manzanares le fué otorgado al caballero de las

serranillas en Burgos, á 8 de agosto de 1445, es decir, á mediados del siglo XV, por los servicios prestados á la cansa del Rey en la célebre batalla de Olmedo. En cuanto á la dama del Cat·denal, basbt hojear la manuscrita na­rración de la vida del primado, que compuso Franci:;co de Medina (Bibliote­ca Nacional, G. 17 Ms. 2.082), para notar el et-ror. En ella y en el capítulo titulado: «Quién fné doña 1úencía d·e Castl'O, qué hijos tuvo.é porque se lla­mó de Lemos», nos dice el autor que «qnando el Rey don Henrriqne quarto de Castilla se casó con la Reyna doña Juana, fija del Rey don Dnarte, nieta del Rey don Juan Maestre de Avis, obligóse á cassar y dotar en Castilla diez damas portuguesas que ella quisiesse traer consigo y assí las trajo muy principales señoras é una dellas fué doña Isabel Henriquez, mujer segunda de don Diego, duque del Infantado primero, é otra fué doña Gniomar de Castro, é otra fné doña JJiencía de Castro que dixeron de Lemos, que en­trambas eran primas hermanas». En esta doña Mencía que «et·a fermosísima é de gentil persona é graciosa é avisada é de gran brío hubo el Carclenal á don Rodrigo de Bivar y de. Mendoza, Marqués de Cenete (que nació en el castillo de Manzanares) é á don Diego de Mendoza, Conde de Melito é de Almenara».

¿No creéis que el espíritu lo trastornó todo? Perdone el querido y admirado Juderías si yo me atrevo á sacarle de su

sueño.

PEÑ

ALA

RA

Page 77: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

•••••••••••••••••••u==~••a•••m•••••••••••••••••••••a•aaaa••••••••••••••••••••••••••• • • • . 0 . 0 . : . : . : • • • • • • ••••••••••••••••••••••••••••amaaooeaaaaaaGa•aeaaoaaao:u:e~•eoaaaaaaaaoaa••••••••••

:~ • ~ 2 ...... o u... 1 vi ~ E <IS .... ,_ <IS :::1

c.J V

-o V ....

...0 E :::1 (.)

~ V

-o "' V ~o

<IS-.... <IS

-;;¡ u:: V

o..

( ,, ,

PEÑ

ALA

RA

Page 78: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

D a • • a • • • • •

u

• •••••••••••••••••••••••=~~·••••••••••••••••••••••••••••••••••ocaaaaaaaaaaaaaaamaaaa••••••

1 1 1 1

Pirineo Aragonés. - La C:tscada de Cotatu ~ro. 1 1 1 1 1 1 1 1

•••••••••••••••••••••••1•c••••••••••••••~•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• PEÑ

ALA

RA

Page 79: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

u A D ..

0 05 • • • • •••••aaaaaac•••••••••••a•a•••••••••aaa•••••••••c••m•aaaaaaaaaaaocQa;maa•a••aaag••••••

Castillo de Santillana en Manzanares el Real.

Al fondo, el pueblo. - F ot. F. Tinc co.

•••••••••••••••• asacaas•• •m•••••••••••••••a•• •••• ••~~3••••••••••••••••~••••••••••••••

PEÑ

ALA

RA

Page 80: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

.. • • • • •

0 i0 • • • • aea•••••••m•aa;cac~zacaaccc3oaao~•••aaa•o•••••c~oosm~uaaaaaaaaaaa•••••••••••••

CAMPEONATO DE SKIS DE 1914· COPA DE S. M. D. ALFONSO XIII·

Nuestro joven compañero de PEÑALARA,

Joaquín Aguilera (núm. 12) que ha re­sultado vencedor en esta prueba. - F o­.. .. tografía de Ramón González. :: .. PE

ÑALA

RA

Page 81: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ"ALARA 81

CUMBRES DE SIERRA NEVADA

EL PIGO DEL DORNAJO

Algo tardías han de llegar al público estas cuartillas, crónica-relato de una excursión efec.'tuada a Sierra N evada, al fico del Dornajo, por socios de la Agrupación Alpinista.

No es extraordinario el que estos hayan llevado á cabo esta expedición, que hace, si no me equivoco, el número 17 de las ya celebradas en el afio ac­tual, pero si lo es en el sentido de habarse iniciado en ella un nuevo derro­tero eu lo que concierne al sport en la Sierra, que el arraigar, como segura· mente ocurrirá, en el ánimo de la juventud granadina, beneficiará en mu­cho el fomento del turismo y alpinismo y, por ende, la industria y la sa-, lud de la población de esta incomparable ciudad.

Pero no quiero empezar á divagar, y voy derecho al fin que me propuse. Como á su tiempo se anunció, el domingo 25 de enero en su madrugada,·

marcharon á la Sierra, hasta encontrar la nieve, un numeroso grupo de so­cios de esta Agrupación.

Veintisiete fueron los intrépidos que, dirigidos por el vocal de excursio­nes, Sr. Fajardo (A.), dejaron la molicie de la capital para emprender la marcha hacia la montaila.

Grandes fueron en número y calidad las penalidades sufridas hasta que se consiguió escalar la· altura de los Llanos de la Vibort~J, que, cubierta por una espésa capa de nieve, presentaba adllíirable golpe de vista.

No quiero, porqne en este caso me haría interminable, hacer relato deta­llado de cuanto ocurrió; pero algo de lo que se hizo quiero que llegue á co­nocimiento de todos, para ql-ie muchos que aún no lo están se convenzan de que ya quedó demostrado que las excursiones á las nieves en invierno no son tan difíciles, ni ofrecen f:ales contratiempos que ¡;ueda:n ser temibles, sino que, muy al contrario, proporcionan al excursionista tan agradables emociones que le invitan á repetir y aconsejar á sus amigos qne asistan á ~~. .

Salimos, como digo, á las seis y media de la mafí.ana, y con gran entu-

PEÑ

ALA

RA

Page 82: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

82 PEÑALARA

siasmo y soñando (despiertos) con la escenas que ocurrirían después con la presencia de la nieve, se aligeraban algo los pasos.

(La temperatura era entónces muy pasable, cuatro sobre cero.) A las nueve llegóse á la Fuente de los Castaños: breves momentos de descanso, reanüdación de marcha, y á las diez próximamente arribabámos á la Oa11,ti­na del Purche (12 kilómetros, 1.895 metros altura), saliendo algo después con dirección á la Fnente del Muerto, lugar que se había designado para descanso y almuerzo.

A las once nos encontrábamos. todos reponiendo nuestras fuerzas. Terminado el almuerzo, una hora más tarde, y en el momento de dispo­

nerse la reanudación de la marcha, dividiéronse las opiniones. Una espesa niebla envolvíanos; la temperatura inició la baja y menudos

copos de nieve caían y empezaban á formar capa en las inmensas llanuras en que nos encontrábamos; ésta era la causa de que algunos aconsejaran la vuelta á la Cantina para esperar que pasara el contratiempo.

Triunfó la idea qne se llevaba, de llegar lo más arriba posible, y con exclamaciones de entusiasmo, vítores á la Agrupación y á «Trini,, como jo­co!!amente se llamaba al Trineo, se empezó la ascensión por la Loma de las Viboras.

La nevada arreciaba, y poco después, mediada la Loma, se precisaba hacer algunos esftrerzos y tener precauciones para no resbalar y caer.

Dispúsose, en vista de ello y en evitación de accidentes desagradables, extender la cuerda, y ¡era de ver á los alpinistas, envueltos en la nieve que caia y la niebla que todo lo abarcaba, subir penosamente por aquellas em­pinadas veredas engarzados como cuentas de rosario, arrastrando el tri­neo y animándose unos á otros para que no decayese la alegría!

Una hora mas tarde, se llegaba al pie del Darnajo en los Llanos de las Viboras, á 18 kilómetros de Granada, á 2.400 y pico matros de altura, con una esposisima niebla y cayendo c~da vez más nieve sobre nosotros.

En aquella vasta llanura, con pequeño declive desde luego, dispusímo­nos á ejercitarnos en el manejo del trineo.

Este dió excelente resultado; subidos dos ó tres personas dejábanse des­lizar por la nieve. A los primeros costó el probar algunos porrazos y rodar monte abajo en largos trayectos, pero después ya nos hicimos cuenta de cómo se podía dirigir el aparato y, sin importarnos un bledo la nieve que continuaba cayendo, nos dedicamos á toda suerte de diabluras.

En primer lugar, y haciendo uso de los piolets y capotes,, aligeramos de

PEÑ

ALA

RA

Page 83: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA SS

peso nuestros cuerpos, construyendo una pequefl.a tienda de campaña, don­de depositamos todo cuanto podia impedir el libre movimiento ... ¡ luego el desborde de la alegria.

Unos dedicáronse al trineo, otros á encender sobre la nieve enorme ho­guera, otros amontonaron nieve bastante á construir una estatua con el busto del presidente (eso decían); más arriba, en otro monte de nieve, on­deaba en su mástil la bandera del alpinista¡ luego inicióse violenta pelea, sirviendo de proyectiles las pelotas de nieve ...

Muchas, muchísimas fotografías se impresionaron y hasta tuvimos la suerte, grande por el estado de la atmósfera, según los autores seiíores Morc.les y J. Martín, que todas han salido bien; serán ellas la indiscutible prueba de qne la Agrupación Alpinista ha sido la primera que en la más importante de las sierras de Espaiia ha inaugurado el interesante sport de invierno, llamado el tl'ineo.

En vista de qne la niebla se hacia cada vez más densa y que la nieve también era cada vez más copiosa en su caída, fué precisa la orden de re­greso, por algunos mal recibida, pero resignados, y co¡nprendiendo lo teme­rario que hubiera sido desobedecerla, todos volvieron á reanudar sus vito­res y pesarosos de alejarse de aquel sitio en el cual tan contentos pasaron el tiempo.

En vista del éxito alcanzado, la Sociedad ha encargQ.do la construcción de nuevos trineos y á Madrid ha hecho pedido de algunos skis y proyecta organi7.ar más asiduamente excursiones á la nieve.

A Granada llegamos al regt·eso á las ocho de la noche. Eramos espera­dos por gran número de socios, los que nos acompañaron hasta el local so­cial, en el que los comentarios duraron largas horas.

PEÑ

ALA

RA

Page 84: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 NOTICIAS

11

POESIAS DE MONTANA

En el tomo de versos acabado de publicar por un joven principiante, José Antonio Balbontin, hallamos una composición titulada «Los Montes de España», inspirada en un simpático sentimiento de amor á la patria, en el doble sentido (físico y político) de la idea.

El principio es verdaderamente hermoso:

¿Qué dice el silencio de las cresterías de España, las altas cumbres ancestrales que al sol reverberan como perlerías? ¿Qué dice el silencio de estos pei'iascales, de las recias cumbres que yo reverencio, porque son solemnes como catedrales?

Mucho más que catedrales, en nuestra opinión. Pero la interpretación expresiva de este silencio, escapa todavía á la fuerza lírica del autor.

Hacia el fin, otro bello pasaje en que el autor se representa á la madre Espafia visitando las cumbres las noches de luna y dejando alli su huella sagrada.

• •• PEÑ

ALA

RA

Page 85: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PENALARA,

PABLO MATÁBUENA

Al, comenzar la primavera ha muerto anciano, pero no inútil, en Rasca­fría, el guarda de la Comunidad y Tierra de Segovia, Pablo Matabuena, de quien tan buen recuerdo guardan no pocos amigos de las montafias á quie­nes condujo hasta ]as cumbres azules.

Tres de los doce de ahora, que compusit-ron el antiguo grupo de los cin­co del Paular, que renace aumentado en PEÑALARA, recordarán siempre que fué él quien, el 28 de diciembre de 1902, les llevó á la misteriosa lagu­na, helada en el estado invernal que permanece tantos meses; y nos· parece ver aún á este montañés cabal, hermano de los pinos y las rocas, vistiendo la vieja indumentaria de la raza, de que su fuerte sentimiento de la tierra no le consintió nunca despojarse.

Las nieves próximas caerán ya sobre la tierra que le cubre, sudario ~ue tantas veces la muerte blanca le tendió los días peligrosos en la Pefíalara y que ya su cuerpo no puede temer en el ciclo de regreso al espacio libre.

PEÑ

ALA

RA

Page 86: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 ASOCIACIQN

PUBLIGAGIONES RECIBIDAS

Revue Alpine. Marzo 1914. Comienza con un importante estudio muy bien razonado, de H. Ferrand, «Investigaciones para determinar el Puerto de los Alpes atravesado por Aníbab, en que el autor llega á la con~lusión de que no pudo ser otro que el Col Clapier, en el grupo del Monto Cenia. o:El ejército púnico ha debido acampar dos días en la meseta del lago Savi­ne, y un día entero con fracciones de otros dos, en la de los lagos Clapier», El autor, por lo demás, somete su hipótesis al resultado definitivo de las excavaciones que pudieran organizarse para resolver este problP.ma históri­co.-F. Regaud, Presidan te de la Sección lionesa del C. A. F., escribe una interesante crónica sobre la catástrofe del Col du J oly. El 23 de febrero úl­timo una avalancha s¿pultó á tres probados alpinistas lioneses (Cambon, Lamouroux, Lyonnet). En el saco de montaña del último, una cámara foto­gráfica guardaba las negativas del postrer viaje, dos de las cuales, muy bellas por cierto, reproduce la Revista .

• • • Abril1914. Exploraciones de C. F. Mead e en el Himalaya (Garhwall,

1912). Nota mny documentada de W. A. B. Coolidge, sobre la cabra mon­tés en Suiza.

• •• La JJfontagne. Marzo 1914. Notable, especialmente, el estudio geográfi­

co-histórico de R. Pedret, sobre el Circo de la Herradura, entre los Preal­pes de Chablais y los glaciares del Mont Blanc. PE

ÑALA

RA

Page 87: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PENALARA 87

••• Mem01·ias de 1911 y 1913 del Canal de Isabel II y Plano general

correspondiente á la primem. Respondiendo am~blemente á pe~ición nues­tro, la Dirección facultativa del Canal de Isab~l ll nos ha favorecido con estas publicaciones, de las que, sobre todo, es interesante para nosotros un hermoso mapa de la cuenca de Lozoya, á la escala de 50.000 y con curvas de nivel, que desearíamos poder completar con otros análogos de los del Manzanares, el GuaC!arrama y demás cursos de agua que envía al Sur y al Norte nuestra Cordillera.

1

Todas las publicaciones y comunicaciones dirigidas á esta Revista, deberán enviarse á su director Gonstancio Bernaldo de Quiros, en el Instituto de Reformas Sociales (Pontejos, 2, Madrid). Exceptúanse tan sólo los envíos de valores que deoerán hacerse á nombre del Sr. Tes01 ero, don Victoriano F. Ascarza, calle de Quevedo, 'l, Madrid.

Imprenta de Antonio Guijosa y José F. Zabala.-San Mateo, 28, Madrid. PEÑ

ALA

RA

Page 88: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

~~~-------A_D_M_IN_I_sT_R_A_c_Io __ N ______ ~~~ SUSCRIPCIÓN A PEÑALARA

Nuestra revista es la única publicación española consa­grada exclusivamente á la montaña. Su texto, rigurosamen­te inédito, y sus ilustraciones, constituirán al término del año de publicación un interesantísimo volumen, comparable en interés, amenidad y presentación á cualesquiera revista análoga del extranjero.

La cuota de suscripción es de 5 pesetas al semestre, re­mitidas al hacer la inscripción á nombre del Tesorero.

Nuestros suscriptores gozan, entre otras ventajas, del derecho de asistencia á las próximas conferencias sobre montaña que se han de organizar exclusivamente para ellos.

Asimismo, una oficina de información alpina (itinera­rios, datos sobre pueblos, cumbres y caminos; hospedajes, presupuestos, etc.) hállase ahora, aunque modestamente to-davía, á disposición de los suscriptores. ·

Se ruega á los amigos de la montaña la mayor propa­ganda de esta revista.

ANUNCIOS

Admitimos órdenes de anuncios, antes del día 15 de cada mes, para las planas de la cubierta y las suplementarias que se irán agregando, pero en ningún caso para dentro del tex­to de la revista.

El precio por una inserción es el que sigue: Plana posterior de la cubierta: 20 pesetas. Planas interiores: Entera, 15 pesetas. Media, 8 pesetas.

ANUNCIOS DE HOSPEDAJES

La línea, del cuerpo 9, 0,50 pesetas al mes (doce inser- · ciones como mínimo). PE

ÑALA

RA

Page 89: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11

r e ~ f.\ L r\ ~ A ~~~

"' ~ { ~ 1 (/

DOCUMENTOS

PIRINEOS. ARAGONESES

EL MONTE PERDIDO

.... ,1

En la casa de Olibán paraba como único turista estable desde baci!l. un

un mes, un alpinista francés, Don E. Cadier, cuyo nombre es muy conoci­

do en la literatura francesa sobre los Pirineos. Algo delicado de salud, no podía, como hubiera sido su deseo, acompafiarnos. Tenia montada á unos diez minutos de la fonda, én la pradera del río, una tienda de campafia, en donde pasaba gran parte del día con su fiel compafiero y protecf.or cPa­t.aud», un hermoso perro de pastor. También disfrutamos una hora de hos­pitalidad en su agradable compañia al sorprendernos el día 6 de agosto un chubasco. El mismo día llegó también un joven matrimonio inglés, al que quedó justo el tiempo de armar su tienda de campafia a~tes de (\Ue cayera dicho chubasco, y que se propuso pasar una temporacHta de miel en aquella morada portátil.

El dia 7 de agosto nos despedimos con sentimiento de D. Ramón y de su familia; á la una y cuarenta y bajamos por la senda de la Faja, pasando por la borda de Andescastieto (1.180 metros), en la ladera derecha del río _ Ordesa, hasta el puente de los Navarros (llegada á las dos cuarenta,· altura 1.060 metros) llamado así por haberle construido unos navarros. Éste sal­va el rio Aza entre dos paredes de roca bastante altas cortadas á pico, y en el fondo corren, en parte escondidas, 1!!-S aguas cristalinas y turbulentas. Tomamos el camino que al principio es muy pedregoso aguas arriba, por la orilla izquierda del río, atravesamos luego un puente, y á las tres y veinte pasamos cerca de la Ermita de Santa Elena, llegando á Bujaruelo á las tros cuarenta y cinco de la tarde. La garganta. desde el puente de los Navarros hasta cerca de· la Ermita de Santa Elena, es muy astrec.ha y pintoresca.

B.-Mayo, 1914

PEÑ

ALA

RA

Page 90: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

90 PEÑALARA

Ensanchándose después se ven algunos pequeños campos de trigo, mientras que á los dos lados cierran el valle altas montañas.

En Bujaruelo (1,325 metros) hay una posada muy antigua y grande, en la cual encontramos buena hospitalidad y todo lo que necesita el «Verdade­ro» alpinista, pero que acaso no encontrará el de «salón». Para emplear el resto de la tarde y después de merendar algo, subimos un gran trecho por el camino del Puerto de Gavarnie. Llamaron en éste nuestra atención ade­más del paisaje, unos hermosos tejos que hay por allí, con troncos algunos de hasta 50 centímetros de grueso, y" que antes de aquella fecha no cono· damos más que en forma de arbustos. Por si acaso, querido lector,no cono­cieras este arbol ó arbusto un tanto raro, te advierto que en la corte, delan­te de la estlitua de Murillo entre el Jardín Botánico y el Museo de Pinturas puedes ver un ejemplar. En el otoño produce un pequef10 fruto meloso y dulce que se puede comer y que es muy encarnado.

Al volver de nuestro paseo charlamos un ratito con los carabineros que tienen su puestp á poca distancia de la posada y les pedimos el permiso pa· ra ver su casa-si así so puede llamar-porque la verdad es, que es un re­cinto poco decoroso, todo ennegrecido por el humo y mugriento, sin venta­nas; el único hueco por donde puede entrar un poco de luz es una ventan u­ca, y por la puerta cuando el tiempo permite dejarla abierta. Estos pobres hombres, ya que todo el año están privados de muchísimas comod~dades y placeres, serían dignos de ocupar por lo menos una casa decente con varias habitaciones, que les permitiera conservar su uniforme limpio, pam que la primera impresión que reciben los turistas, qne por esa frontera entran en el país, no fuera tan mala.

Para el día sigr.iente estaba proyectada la travesía de l_a Sierra por el puerto de Brazato para descender al Balneario de Panticosa. Acordamos alquilar una mula para transportar nuestros morrales hasta donde se pudie­ra y que nos acompañara el hijo de los posaderos, José Berges. Nos pusi­mos en marcha por Ir. orilla derecha del río Aza á las seis y media de la mañana, con un ·tiempo inmejorable. Muy pronto tomamos una senda por la cual ganamos rápidamente altura, y chocándome que nos alejábarr.os tanto del río y tan pronto, pregnnté á nuestro guía y resultó que en vez de al puerto de Brazato, quería ::;in más aviso, llevarnos al de la Tendeñera, por­que le convenía para dejar en una pradera que se encuentra á la subida de este último y á donde estaba pastando el ganado mular de Torla, una mula convaleciente de una caida y que le habían confiado pocos momentos des-PE

ÑALA

RA

Page 91: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ'ALARA 91

pués de encontrarnos ya andando. Como no era muy grande la extorsión que nos hizo por el cambio del itinerario, acabamos por dar nuestra confor­midad. El paisaje era cada vez más bonito¡ ti medida que subimos salian los picos de la tierra y llegamos al puerto ó callada de la Tendef1era1 que está próximamente á 2.250 metros de altura, á las nueve y media.

Descansamos una hora para almorzar y disfrutar de aquella átmósfera purísima y soledad divina. Mirando atrás, vimos en la hondonada una larga. y ancha pradera por la cual habíamos pasado, y en la misma dirección, pero muy lejos, el Puerto de Gavarnie, en cuyo camino y por medio de los pris­máticos, pudimos seguir con la vista á una caravana de turistas con mulas. El Mont Perdu no era visible por taparle otras montaflas. A la derecha y bastante cerca teníamos al Pico de Otal, y en la dirección que habíamos de seguir se veían también una infinidad de picos y crestas. Nos despedimos de José y á la media hora escal!a de descender de la collada encontramos á

. un pastor, que nos dijo que teníamos que seguir la corriente de agua á la derecha y abajo, atravesarla y seguir luego por la izquierda. Como se veía en el fondo del valle y muy lejos el rio y una senda, creíamos que era alli á donde había que atravesarlo. Seguimos por lo tanto primerae~.ente la di­rección indicada, pero llegamos á un sitio á donde dos estribaciones de las montaflas·formaban un estrecho y el agua se deslizaba casi verticalmente por una pared de roca lisa muy alta, y no había siquiera que pensar en po­der bajar por ella. No quiero dejar de mencionar. que en tiempo de niebla y sin guia como iba:nos, nos hubiéramos visto en un serio compromiso. Atra­vesamos entonces el arroyo y empezamos á explorar el terreno para buscar la bajada. Antes tuvimos que subir por la. ladera y una vez en la cresta de la estribación encontré una bajada bastante difícil, bajé por ella como unos 20 ó 30 metros, dejé el morral para poder explorar mejor, y aunque con al­gún peligro, y mediante la cuerda, hubiera sido posible llegar al pie de la pared, me decidí á volver atrás y buscar la senda que necesariamente tenia que existir para el paso del ganado lanar, que había en gran número por aquellas montaflas.

Subiendo un poco más. alto y encontrando al paso algunos edelweiss, dimos también con :ta senda. Antes, cuando me encontraba en el sitio de peligro, grité á. unos pastores que se encontraban en el fondo del valle para preguntarles por el camino, pero sin duda por la distancia grande que nos separaba no me entendieron; por lo menos no me contestaron. Vi, sin em­bargo, que nn muchacho se puso en marcho., ~rriendo n:i.ontafla arriba, pero

PEÑ

ALA

RA

Page 92: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

92 PE:ÑALARA

cuando nos apercibió ya bajando por la senda, que entretanto habíamos en­contrado, retrocedió. Dejamos pronto á esta para bajar recto el valle y des­pué& de atravesar otro arroyo, encontramos la senda que habíamos visto cuando hablamos con el primer pastor y que sigue por la orilla izquierda de los dos arroyos unidos. A la altura de 1.500 metros, á donde el valle tiene algunas partes más ó menos llanas, encontramos las primeras tierras labra­das al otro lado del río y que pertenecen al pueblo de Panticosa, aún dis­tante éste cerca de tres horas. Seguimos siempre por la orilla izquierda del rio, atravesando un bosque de bojes, en donde encontramos unas fresas sil­vestres riquísimas, hasta llegar á lm puente formado de dos troncos de arbol y unas tablas transversales cubiertas de piedra y tierra y que. cruza­mos alejándonos ya del río. Desde éste sube algo el camino y sigue por una ladera hasta encontrar una pequeña cabeza rocosa que se deja á la izquierda para bajar luego de nuevo. Por fin se presentó á nuestra vista el pueblo de Panticosa, que parecía un nacimiento. Las casas son de muy buen aspecto, cubiertas todas de pizarra, y más parece ser una población del mediodía de Francia que no española. Alrededor del pueblo se veían muchas praderas y campos de riego cultivados, de un color verde muy vivo, y en todas las di­recciones picos y montañas. Es Panticosa un centro para excursiones por excelencia y parece que hay muy pocos alpinistas que lo aprovechen. ¡Qué lástima no se encuentre más c~rca de la Corte!

Nos sentamos á la sombra de un at·bol hermoso para disfrutar algo más de aquel panorama tan bonito, y para contentar al mismo tiempo nuestros estómagos que pedían también lo suyo. Después seguimos bajando, cruza­mos el río Gállego, y enlazamos en la carretera que conduce del pueblo al balneario, próximamente á kilómetro y medio más arriba del pueblo, llegan­do á éste á las tres y treinta de lo tarde. Antes de entrar en él pregu·nta­mos á un labrador por alguna fonda, y como no la hay, ó mejor dicho, la única que había no pndo existir y se cerró, nvs recomendó la casa de hués pedes de D. Emilio Fai:llo, á donde nos acompañó el nii1o de dicho labrador. No nos acordamos de hacer un poco de toaleta y nos presentamos en casa de Fanlo tal y como acostumbramos á anuar por las Sienas: la americana ett el morral, el chaleco desabrochado y la camisa remangada. Nos recibió la señora, y de una mirada un poco recelosa, nos preguntó primeramente si éramos franceses y cuál era el objeto de nuestras andanzas. Después de darle una contestación que parecía satisfacerla, nos admitió como huéspe­des para aquella tarde y para que descansáramos en su ca.sa hasta el dia si-

PEÑ

ALA

RA

Page 93: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:Ñ"ALARA

guiente. Nos dió una. habitación muy espaciosa y muy limpia, desde la cual se veia la Sierra por don:le habíamos venido. Nos lavamos y arreglamos un poco, cambiando la pesada bota herrada de alpinista por las alpargatas que llevábamos en el morral. Por cierto que mis botas estaban en un estado las­timoso¡ en una la suela se había soltado á un la~o en toda su longitud, in­cluso el tacón, y la otra abría en su puntera una boca como para pedir pan. Lo que urgía por lo tanto era llevarlas á un zapatero para su arreglo, pero tropecé con que el zapatero del pueblo no se atrevia arreglarlas y me las desechó por inservibles.

Después de invertir tres cuartos de hora en estas faenas nos fuimos carretera arriba hacia el balneario, porque no queriamos dejar de conocer este sitio tan renombrado en toda Espai'ía y hasta. en el extranjero. Es una.· carretera hermosa, muy bien conservada, que sigue la orilla derecha del rio Gállego por un valle estrecho y pintor.esc~ ~votivo de las montanas que le guarnecen á los dos lado!!. La orilla;~ sea la. de la mano derecha conside­rando el sentido de nuestra marcha, es más abrupta, por lo que se ha esta­blecido la carretera en la otra. En varios sitios ésta serpentea para ganar altura y se pueden cortar los lazos por atajos.

En un sitio vimos en el fondo del barranco un puente de nieve sobre el río, restos de una avalancha. Era casi imperceptible para el inexperto y so­bre todo para los que van en automóvil ó en coche, porque estaba cubierto de tierra, piedras y broza, que mezcladas con la nieve habían bajado de Ia· · montai'ía y que, á medida que la nieve se fundían, quedaba en la superficie; en la parte inferior formaba un hermoso túnel por donde- pasaba el agua.

' ' espumosa del rio.

Nos llamó además la atención en nuestro paseo una. casa muy bien cons­truida, de dos pisos, que se encuentra en una revuelta. de la carretera y en sitio dominante. Creíamos que seria alguna fonda ó posada, pero resultó ser una casa de .peones camineros. La verdad es que hasta aquella fecha. no había visto casa tan buena de peón caminero en toda Espai'ía. ¡Cómo se la envidiarán los pobres carabineros de Bujaruelo, si la conocen!

Unos cinco minutos antes de llegar al Balneario la carretera es llana, se atraviesa el río por un puente de piedra, llamado el puente verde, porque parece ser que en su tiempo éste era de madera. y pintado de verde.

Después de una peqnei'ía curva aparece una gran hoya, encerrada por altas montafl.as, con el lago, y en el fondo todos los edificios del balneario y fondas, etc. Dimos una. vuelta, compramos algunos recuerdos y después de

PEÑ

ALA

RA

Page 94: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

94 PE~ALARA

tomar unos vasos de riquísima leche-por cierto no muy barata-volvimos otra vez, «pérlibus» 1 al pueblo de Panticosa, llegando á las siete y media de la noche. Este paseo sin el morral á cuestas que era nuestro estorbo, nos sirvió más bien de descanso que de fatiga. Apesar de haber estado aquel día antlando desde las seis y media de la mañana, descansando entre todo dos horas y cuarto á dos horas y media, nos encontrábamos perfectamente bien.

Cenamos opiparamente en compañia del simpático anfitrión y buen ami­go D. Emilio, que nos presentó á su bella hija y á una amiga suya, que nos dieron conversación durante la cena, asi es que nos sentíamos estar, más que An casa extraña, en familia.

Descansamos muy bien y al día siguiente á las diez tomamos el automó­vil para Sabiñánigo. Mi pesadilla eran mis botas, porque tenia en mi pro­grama el viaje á Tárrega, desde allí en automóvil á Tremp, para visitar las tan renombradas obras de la Canadiense, y en Capdella, las de la Energía eléctrica de Cataluña y después hacer la ascensión de la Maladeta y del pico de Aneto.

D. Emilio me babia dado esperanzas de que en alguna tienda ó zapata­. ria de Biescas, á donde el automóvil paraba tres cuartos de hora, encontra­rla probablemente un par de botas á propósito, pero no fué asi y me dijeron en Biescas que tampoco las encontraría en Huesca. Como habíamos proyec­tado primeramente ir á Francia, pensaba yo comprar botas allf, porque yo ya sospechaba que tal vez no resistirían todas las ascensiones que querfa efectuar. Por unos momentos pensé en alargar el viaje hasta Barcelona, para ver si pudiera comprarlas v.llá, pero en la duda,"y con la huelga de los obreros textiles en su apogeo y con los rumores de una nueva huelga ferro­viaria, me decidi volver directamente á Madrid y dejar la segunda parte de mi excursión para otra ocasión.

Una vez en casa, un zapatero hábil y más valiente que el de Panticosa, me arregló mis botas para poder siquiera pasar el resto de mis vacacionfls en la Sierra de Guadarrama.

¡Más que mis botas tronadas, querido lector, te hubiera sin duda. intere­sado saber lo que se ve entre Panticosa y Biescas! Pues te lo diré, pero en pocas palabras, porque ya me he extendido demasiado en mi descripción. Más abajo de Panticosa el valle muy hermoso y fértil se ensancha bastante; á la izquierda, algo lejos de la carretera, queda otro pueblo muy bonito, El Pueyo .. Después de pasar por un puente alto, de cuyo nombre no me acuer-PE

ÑALA

RA

Page 95: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:&'ALARA 96

do en este momento, quedan dos pueblos pequefi.o.~ á la derecha, en la ladera de la montai'l.a y un poco más allá se llega á Sagués. Después se estrecha de nuevo el valle, pasamos por un bosque y cerca del fuerte de Santa Elena que se encuentra al otro lado del río Gállego. Consiste este fuerte en un torreón muy antiguo, al pie de \ma muralla de roca se ve un blocao bastan­te largo con sus baluartes y en alto un cuartel 6 fuerte más moderno, al cual conduce una carretera en zig-zag.

Entramos en Biescas á las diez cuarenta y cinco y salimos a las once y media para llegar á Sabiñánigo á las doce. Almorzamos y recogimos alguna rópa interior de reserva que, para llevar menos estorbo en la excursión por las altas montañas, habíamos depositado en la fonda,y á las dos y mediato­mamos el tren que babia de dejarnos en Madrid al día siguiente, 10 de agosto, á las siete y cuarenta y· cinco de la mafiana.

No quiero dejar de mencionar, que entre Sabiñánigo y Huasca llama la atención desde el tren el gran pantano de la Peña, y luego los Mallos de Riglos, que son unos peñascos altos con paredes cortadas a plomo y que se ven otra, y por última vez, pero ya muy lejos, poco después de salir de la estaci6n de Tardienta.

Sierra de Guadarrama, el16 de agosto de 1913.

NOTA. Después de escribir este articulo tuve, gracias al Sr. Beltrán Rózpide, conocimiento de 1111 libro precioso: LAS BELLEZAS DE4 ALTO .ARAGON, escrito por D. Luciano Briet y traducido del francés al castellano por D. Manuel Conrotte1 conteniendo una infinidad de magní­ficos fotograbados y detalladisimas descripciones. Recomiendo lo lea todo el que .tuviera la intención de .hacer una excursión al alto Aragón y especial­mente al valle de Ordesa, ese paraíso. de Espafla, que sería digno de con­Hervarse como Parque Nacional.

A. O. PEÑ

ALA

RA

Page 96: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

96 PEÑALARA

EXCURSIONES POR LA SOMOSIERRA

La región montañosa en que se reunen las provincias de Madrid, Segovia y Guadalajara ofrece á los alpinistas un campo de excursiones tan interesan­te como inexplorado.

Los que se lancen á recorrerle habrán de contar desde luego co!l. que las posadas de los pueblecillos carecen de toda clase de comodidades, sin que alcancen á suplirlas la buena voluntad de aquellos excelentes serranos. Las caravanas numerosas son imposibles. Dos ó tres expedicionarios, cuatro á lo sumo, serán un número conveniente. Aun asi co:qvendrá avisar con antici­

pación á los posaderos. Un pueblo adecuado pare. servir de punto de partida es Montejo de la

Sierra, donde se puede contar con nlgnnos recmsos en víveres y personal. Para llegar á este pueblo desde Madrid hay que ir primeramente á Bnitrago, lo que representa diez ó doce horas de mala diligencia. Haciendo el viaje en el coche de dia se puede dormir en Buitrago (1) y al día siguiente trasladar­se á Montejo en dos ó tres horas. Al pasar por Gandullas, primer pueblecito del trayecto, se verá á la izquierda nn cerro cónico de gneis de algo menos de 200 metros de altura, cuya ascensión recomiendo para formarse una pri­mera idea de conjunto acerca de la comarca que se recorre. Es el cerro de Piiiuécar.

Desde su cumbre se verá un amplio valle que se estrecha y eleva lenta­mente hacia el norte para terminar en el puerto de Somosierra. En este valle se distingue una porción de pueblecillos, entre ellos Buitrago (sólo en parte), Pinilleja, Navarredonda, San Mamés, Villavieja, Gascones, Braojos, La Serna, Robregordo, Horcajo, Madarcos, Bellidos, Aoslo, Piñuécar, Gan­dullas ... Por el sur cierran el horizonte las Peñas de la Cabrera, al oeste las alturas que rodean al valle del Lozoya con Peñalara y Cabezas de Hierro dominantes, al norte el puerto de Somosierra, al este la sierra del Cardoso y las cumbres pizarrosas detrás de las cuales se ocultan La Puebla de la Mu·

(1) No utilizar de ningún modo la posada de la Viuda (á la entrada del pueblo, en la carretera) donde la consideración al viajero es completamente desconocida PE

ÑALA

RA

Page 97: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:&ALARA

jer Muerta y El Atazar, acaso los dos· pueblecillos más escondidos y mise­rables de toda la serrania. La carretera que aparece al sur al pie del Pico de la Miel, desciende rápida hacia el Lozoya, que cruza el!- Buitrago, para elevarse de nuevo sin interrupción, pasar al pie de nuestro observatorio é irse á perder por la angostura del puerto; no menos de 25 kilómetros de cinta blanca. Allá al SE., por un boquete que deja la cortina montailosa, alcanzareis á ver el embalse de la presa del Víllar.

Montejo de la Sierra está en un amplio valle con mucho arbolado. Una vez en él no dejareis de visitar el Chaparral, hermosa mancha de bosque formada por hayas,robles, acebos y brezos, saliendo de tupidas praderas de altos helechos, en la margen derecha del .Tarama, muy cerca de su naci­miento.

Cardoso de la Sierra, á dos horas largas de Montejo,es muy interesante. La posada es de lo más modesto, pero su dueilo, Fernando Martin, como toda la famila, es muy servicial. Está emplazado el pueblecito en la margE-n izquierda del.Tarama, que á pesar de no tener todavía más de seis ú ocho ki­lómetros de recorrido, se prljcipita bastante caudaloso con rápida corriente. Podréis gustar sus truchas sabrosas y la caza abundante de sus laderas. El caserio está en el centro de un arco montañoso detrás del cual tiene su na­cimiento el J arama y cuyo pico culminante, CaJa borra ó Calahorra, se al­canza desde el pueblo en menos de dos horas.

Es muy interesante la ascensión á este pico, cuya altitud estará muy próxima á los ~tOOO metros, si no los alcanza. Desde su cumbre se ve per­fectamente el circo muy cerrado en que nace el.Tarama, formado de W. á E. por la Cebollera, Salega de las Palomas, Puerto del Cardoso, Atalaya de la Excomuniones, la Tambora y Morra del Cervuna!. De este útimo, que ri­valiza con la Cebollera en a.ltitud, se desprende hacia el S. y SW. nn cordel que culmina en Calahorra y cierra el circo, dejando tan solo hacia el SW. una estrecha garganta por donde sale el iio, cuyos más altos regatos se forman en el mismo puerto del Cardoso.

Los limites dei horizonte son al norte las mencionadas cumbres y la extraña Buitrera; que aún enseña su agudo lomo nevado por detrás del Cer­vuna!. Hacia levante se desarrolla la maraña de sierras silúricas NW. de la provincia de Guadalaj8.l'a, entre las que sobresale el renombrado Ocejón. Al mediodía culmina el Pico del Hierro sobre las cumbres pizarrosas de La Puebla de la Mujer Muerta,· alzándose en el fondo la meseta alcarreila, en cuyo borde se perciben muy bien el cónico cerro de Hita y el cdiente» y PE

ÑALA

RA

Page 98: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

98 PEÑALkRA

cmuelao de Alarilla. Pero donde la visita se hace más interesante es hacia poniente, donde se desarrolla ante nuestros ojos la sierra toda de Guadarra­ma: Peñas de La Cabrera, Puerto del Medio Celemín, La Canaleja, Puerto de la :r.forcuera, Najarra, Cabezas de Hierro, depresión del Puerto de los Cotos, Peñalara, Reven~ón y Mal Agosto, altos de Lozoya, Puerto de la Acebeda, etc .. Por el portachuelo que abre entre Lozoya y Navarredonda se alcanza á ver el v~lle del Lozoya y en su fondo Rascafría al pie de la man­cha oscura de los pinares del Paular.

Desde Cardoso tienen también acceso, permitiendo volver en el día, la Cebollera, los Altos de las Excomuniones, la Buitrera, el Cervuna] y otras cumbres notables de la Sierra de.Riaza. También está muy próxima la mag­nifica dehesa de Santuy, en cuya casa acogen al viajflro con el mayor afecto. Puede asimismo hacerse una excursión á Bocígano, pueblecillo notable por su altitud próxima á 1500 metros, lo que hace que no se pueda llegar á él desde ninguna parte sin subir una buena cuesta. Citaremos aún como excur­sión facil é interesante, que se puede combinar con la anterior, la de Colme­nar de la Sierra. Cerca de este pueblo, el J arama pasa del terreno arcáico al paleozóico por un pintoresco congosto á que llaman «el Asomante», al pie de las hermoRas cumbres del Otero y Peña Cebedillo.

Queda todavía por curiosear en Cardoso una industria local interesante: La paja de los centenos de este término parece que no tiene rival por su lon­gitud y consistencia para forrar los asientos de anea de las sillas llamadas de Vitoria. Las mujeres alternan el hilado del lino con la operació~ de cortar las pajas de nudo á nudo para con ellas formar paquetes que exportan á Madrid y Vitoria principalmente. Una porción de estas pajas están destinadas á los cafés y horchaterías, donde las utilizamos en el verano para absorber los helados.

Si el excursionista vuelve á la corte por Buitrngo, le aconsejamos que lo haga pasando por la ~ruela, pintoresco pueblecillo muy próximo al Cardoso, situado en un verdadero bosque de árboles frutales; el camino á Montejo se habrá alargado aún en poco más de media hora.

Si se encuentra preferible conocer nuevos caminos, puede escogerse entre dos itinernarios. Uno consiste en pasar el Puerto del Cardoso para ir á Riaza (seis horas de camino) y de aquí á Segovia en el automovil de ser­vicio público. El otro es ir á Tamajón (siete horas) para de aquí tomar el coche á Humanes de Jadraque (dos horas), en cuyo punto hay estación de la linea férrea de Zaragoza. PE

ÑALA

RA

Page 99: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:&ALARA 99

Dos palabras para concluir. La zona de que nos ocupamos merece, por su riqueza mineralógica, llamarse T~rol español. El viajero, aun sin ser ~inera­logista, hallará. curioso poder recoger muestras de la fibroZita con que el hom­bre prehistórico fabricaba sus hachas;granates notables, si no por su orienta, si por su tamaño, que puede alcanzar al de una nuez, y á. los que en el pais llaman e bolas yerrizas»; estaurolitas de un negro mate en curiosas cruces de San Andrés; turmalinas negras y brillantes, bien conocidas de los que frecuentan la Sierra de Guadarrama; distena ó cianita, curioso mineral asi llamado por su color azul brillante; micas en grandes láminas á.· que llaman «espejuelo:. los serranos; cristal de roca; diasporas, óxido de alumi­nio idéntico al que procedente de los Urales :fignr~ en casi todas las coleccio­nes mineralógicas; piroxenas, anftboles, feldespato, y por último, pur no citar más, la andalucita, mineral aquí descubierto, pero que, descrito por Delamétherie, recibió ese nombre por creer que Cardoso de la Sierra estaba en Andalucía (!).

UNA SEPULTURA RUPESTRE

FRENTE A TOLEDO

No es ciertamente Toledo centro para grandes excursiones de montafia. El amigo de los montes que vaya allá, podrá, no obstante, darse el fácil placer de tre­par á los cerros pequefios-gneises y granitos: un Guadarrama en miniatura --que se levanta al otro lado del Tajo, á poco más de un centenar de metros sobre las aguas del rio.

Si por ventura llega á. aquél sobre el que se asienta la Ermita de la Virgen del Valle, sobre la llamada ~Pefia del Moro•, á. 560 metros de elevación sobre el mar y á. 160 sobre el Tajo, puesto que corre el rio bajo ella á 450 metros, nuestro al­pinista hallará, sorprendido, sobre el ápice mismo de la mencionada monta.fia, una PE

ÑALA

RA

Page 100: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

100 PEÑALARA

hermosa. sepultura. rupestre, abierta. en el granito, con cerca. de dos metros de pro­fundidad y mostrando, perfectamente manifiesto, el borde que sirvió para. sostener la. lápida de cerramiento. Esta sepultura debe ser conocida de antiguo y á ella alu­de sin duda el nombre de cPeña. del Moro», puesto al risco en que se encuentra. Nuestro amigo D, Angel V egue, conciencia viva. actual de la. inmemorial Toledo, ¿qué nos diría sobre ella?

A nuestro parecer, casi seguramente, su historia se relaciona. con la del Cerro del Bú, frontero, recortado por el río y por el Arroyo de la. Degollada, que muestra aún visibles algunas hiladas murales de los a.trinchara.mientos concéntricos que le defendían por su única parte vulnerable.

Fuá algún poderoso jefe de las edades del bronce quie¡:¡ se hizo labrar la. excelsa sepultura. sobre la. alta. roca elevada. al cielo. Los hombres de entonces vivían una vida. intensa.. La. Naturaleza. les interesaba aún en los aspectos que pasarían más inadvertidos para. los del día. El Jefe del Cerro del Bú conoció ya. y permaneció lar­gos instantes pensativo ante ellas, las manchas rojas, semejantes á gotas de sangre que muestran en los alrededores los gneíses grana.tíferos de la roca, ímagínand~ una. sencilla. explicación dramá~ica: rastro de un dios herido en los días que se ha­cían las montañas. Gustaban para. el eterno reposo de las altas cimas aisladas, hundidas en la. clara luz del espacio sereno. Sabían la belleza. profunda. de su acti­tud, volviendo al ciclo eterno.

Saludemos al anónimo amigo disuelto en la. nada., á. quien salva. todavía del ol­vido la hermosa. sepultura. rupestre, ante la. que ceden todos los enterramientos to­ledanos conocidos: incluso el del Condestable D. Aharo de Luna, en la Catedral; incluso el del Cardenal Tavera, labrado por Berruguete, en el Hospital de Afuera.

PEÑ

ALA

RA

Page 101: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 NOTICIAS

11

LA MEJOR VISTA DE PEÑALARA E;; la que se ofrece, sirviéndose de unos prismáticos, desde la cumbre de la Ma~

chota. chica (1.405 metros de altitud), que limita, al Oeste, el circo del Escorial. La soberbia montaña, nuestra madrina, aparece en todo su cuerpo final á 40 kilóme­tros en línea recta, por la depresión del puerto de Navacerrada, levantando hasta los altos cielos su cumbre, desde el zócalo sobre que se apoyan los montes en que reina: el valle del Guadarrama, á 900 metros de altitud media, lo que da á Pefia­lara la perspectiva de una altura real de hasta 1,500 metros, Volviéndose al Su­doeste, todavía la Machota pequeña deja ver en casi todo su desarrollo rectilíneo la cadena de Grados, desde el Cerro de Guisando en que nace, hasta el gigante Al­manzor donde se pierde, con la honda brecha del Puerto del Pico, al Oeste del cual reina la espléndida pirámide del Amealito. Esta segunda perspectiva va alejándose hasta más de 100 kilómetros en el Almanzor.

Los amigos Melíá y Bernaldo de Quirós que subieron á la Machota chica el 26 del pasado abril, sufriendo en ella una larga. granizada, señalan la existencia de un buen covacho, capaz para cuatro ó cinco personas, sobre el collado de Entrecabezas (1,180 metros), en dirección de lacumbre.de la Machota chica, abierto al Medio­día.

Desde la Silla de Felipe II, hay también una buena vista de la Peñalara, aun­que de menos efecto que la descnta.

LA EXP.OSIGION DE LONDRES En casa de D. Antonio Prast se ha expuesto los primeros días del corriente ma­

yo una instalación provisional del material que envían á la próxima Exposición in­ternacional de Turismo de Londres, las diferentes Sociedades y agrupaciones Al­pinas de España. La instalación, preparada y dirigida por D. Antonio Prast, del Club Alpino, con sumo arte é inteligencia, es muy intereSante y seguramen­te atraerá á España nuevos viajeros, enamorados de la belle:¡a de sus montes.

En ella destacan sobre todo, algunos cuadros del mismo Prast, de Martlnez Vázquez, etc.; y grandes lienzos decorativos á todo color, representando las más hermosas montañas de los diversos grupos orográficos; el Naranco de Bulnes, ele­vando al cielo su alta torre que dora el sol rojizo de los Jobos; el elegantísimo Vele­ta, vestido con la blancura impecable y perpétua de sus nieves; Nuestra Sefiora La PE

ÑALA

RA

Page 102: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

102 PEÑALARA

Maliciosa, Embajadora del Guadarrama, también cargada de eilas, que disimulan su aspereza violenta.

Muy interesantes dos perspectivas de nuestra Sierra, desde cada una de sus dos vertientes; y una «tour d'horízon» de Sierra Nevada, desde Granada.

La «Agrupación Alpinista• de esta ciudad, sabemos que prepara también para enviarle á la Exposición, un plano en relieve de Sierra Nevada, á la escala de 1: 10.000, con representación de los caminos, veredas, cortijos, refugios, fuentes, etc. Parece que también va otro semejante del Guadarrama, que su autor no ha querido exhibir por ignoradas razones. Nos hubiera gustado ver resuelto el enigma de La. Pedriza y el laberinto, aún más obscuro, del enlace con Gredos.

ASOCIACION

cPEÑALARA, EN LA EXPOSIGION DE LONDRES Nuestro g¡-npo concurre á la Exposición de Tnrismo de Londres, envian-

do un lienzo de 2 x 1 metros qHe representa, agrandada, la cubierta de los números de su Revista, con la silueta del Paular ante el f(lndo de la queri­da montafia, dibujada por Enrique de la Vega, y coloreada por nuestro buen amigo Raimundo de Migne1. Bajo esta representación electiva, los siete números que basta el día llevamos publicados y algunas buenas foto­grafías de Ramón Gonzalez y Juan A. Meliá, todo dispuesto con la sabia destreza del primero de estos compañeros. Todavía, fijo en ano de los lados del bastidor, un tomo encuadernado en piel, que permite hojear y leer nuestra publicación.

Particularmente, Constancio Bernaldo de Qnirós, Enrique de }4esa, José Ferná.ndez Zabala, Alberto de Segovia, mandan los libros de la Sierra, que constituyen, hasta ahora, toda la bibliografía, casi, del Guadarrama.

PUBLICACIONES RECIBIDAS Gredas. Editado por la Comisaría regia de Turismo, acaba de aparecer

un elegante opúsculo, con texto é ilustraciones de nuestro compafíero Ra­món Gonzalez, describiendo la gran. sierra castellana en sus tres porciones (oriental, central y oceidental) y sefialando los diversos itinerarios para ellas. Fruto de no pocos año! de correrías por los montes de Grados, los da­tos reunidos por Gonzalez son seguros y fidedignos. Nuestro amigo nos permitirá, en gracia al buen deseo, dos leves rectificaciones. Los Toros de Guisando no son romanos, sino iberos, no obstante las inscripciones latinas de sus flancos, grabadas mucho tiempo después de su erección, cuando ya PE

ÑALA

RA

Page 103: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:ÑALARA lOS

siglos enteros fingían estar pastando. La incongruencia de una de las que ya están enteramente borradas y que copiaron los antiguos .eruditos (la re­lativa á la victoria sobre los bastetanos y los hijos de Pompeyo), lo revela. á las claras. Viceversa: el Puente del Bnrguillo no puede ser obra de una civilizMión anterior, aunque así pueda entenderlo la_ vieja copla local que se dice en el pais:

-Puente de Burguillo ¿quién te hizo? -Hércules y su hijo. -Te caerás, te levantarán, Pero no conforme estás.

Sólo los romanos fueron pontífices. Los iberos, como aun hoy sus her­manos berberiscos, desconocieron su fábrica. ·

Las fotografías que adornan el precioso folleto, son tan bellas y suges­tivas como de su autor; instructivos y claros los tres planos. Muy clara y cuidada la edición (á señalar en la página 8 una errata indudable, atribu­yendo al Risco del Fraile la altitud de 5.545 metros).

Aunque nuestro compañero Ramón Gonzalez no haya querido ai'íadir el de miembro de «Peñalara», á los t.ítulos con que se honra, «Peñalara» se felicita de su l.abor y espera sus nuevos éxitos.

Real Sociedad española de Historia Natural. Yebala y el bajo Lucus. Este libro resume la expedición llevada á cabo, en la primavera pasada, á estas dos partes de nuestro Protectorado en Marruecos, por una Comisión de Naturalistas, en que figuraba coma antropólogo nuestro compañero Ber­naldo de Qnirós. Después de una documentada introducción del Sr. Her­nández Pachaco, refii'iendo la labor en Africa de la Real Sociedad española de Historia natural, sigue el Diario del viaje, escrito por Quirós sobre no­tas tomadas bajo la tienda de campaña, y algunos apéndices de itinerarios que no pudo realizar Quirós mientras estuvo retenido en Tánger. Ensegui­da, dispuestos en serie natural, se suceden cuatro partes dis,tintas: la Geo­logía y Geografía fÍl;icas, tratada por el Sr. Fernández Navarro, benévolo colaborador de «Peñalara»; la Vegetación y la Agricultura, por el Sr. Dan­tín; la Zoología, por el Sr. Cabrera, y la Etnografía, por Bernaldo . de Quirós.

Hay en este libro algunas páginas de montai'ia. Los expedicionarios subieron á Yebel Musa (856 metros), cuya historia

se enlar.a con los mitos de Atlas y de Hércules, aprendiendo, por cierto, en

PEÑ

ALA

RA

Page 104: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

104 PEÑALAllA

el aduar de Xixa, la etimología mora de nuestro Guadarrama (Uad Rmel, río de la arena), que los ancianos más eruditos de nuestra Sierra derivan, infantilmente, de «agua de rama». Fernández Navarro y Bernaldo de Qui­rós, hicieron, además, el Yebel Sénseu (380 metros) y Cudia Taifor (310 metros), orillas del Mediterráneo. Más tarde, todos cinco, pasaron la divisó­ría Atlántico-Mediterráneo por el collado del Fondak de Ain Yedida (450 metros), entre cumbres que se aproximan á los setecientos. Finalmen~e,

Fernández Navarro y Dantin llegaron hasta la cumbre de Yebel Sársar (600 metros), ya en la zona francesa. Noticias geológicas, históricas, etc., sobre ésta y otras montañas marroquíes, se encuentran en todo el libro, particn-. larmente en la parte geológica, donde hay un .bello capitulo de orogenia.

El libro va ilustrado con más de un centenar de fotografías y cróquis debidos al Sr. Cabrera; y lleva, al fin, u:a mapa geológico de la zona..

REVISTAS

La Montagne. Abril, 1914. Nota de P. Suerquin sobre el XVII Salón de los Pintores de montañas. En la crónica alpina, noticia de la travesía del Mont ~lanc en areoplano, llevada á cabo por Parmelin elll de febrero paflado. En la bibliografía, anuncio de la traducción francesa de la obP_a de F. Ruskin que trata de la belleza de· las montañas; pero parece que faltan en ella los mejores capítulos sobre los materiales y la escultura de las montañas, y, sobre todo, el último, que trata de la gloria de la montana. Algunas lineas extractando un articulo de la Revue Olympique, sobre la decadencia muy justa y merecida de los deportes de invierno. El autor se pronuncia contra esta clase de placeres (gymkana, tailing, luges, etc.) al­rededor de las pretenciosas construcciones, donde se cambia de traje tres veces al día, para la cena, los tés-tango, las veladas, etc. Nosotros, montañe­ros, á quienes todavía el nombre de .:alpinistas» nos parece demasiado frívolo y decadente, aplaudimos esta protesta y nos adhei-imos á ella. Tan sólo de­berá quedar el ski, pero sólo como medio para la intimidad con la montaña.

Revue alpine. Mayo 1914. Zerruatt, A. Hess. La aldea alpina en la· Exposición de Lyón, nota anticipada de lo que será este interesante proyec­to, por L. Bethoux. Necrología de Emilio Aillaud, gran amador de las montañas y de la Naturaleza toda, autor de libros de viajes y deportes, por H. Ferrann.

STAMPA-Talleres Tipográf:cos, San Mateo, 28, Teléf. 5.078. PEÑ

ALA

RA

Page 105: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

DOCUMENTOS a 4

LAS BELLEZAS NATURALES

DE LA MONTAÑA DE L;EON

___ ''~ l:':L~c:~:-,~ •~'

/-. :, ,0~··· ... :!

...:.~ ·, : ~

',,, :~.·~:/ ~-·

No hay provincia en España que ofrezca los contrastes e la provincia de León por la diversidad de su fauna y flora, por sus costumbres, usos, poblaciones y pin­torescos y poéticos paisajes, por sus cantares y sus trajes (montañés, laccaniego y babiano, campesino, paramés, riberiego, berciano y maragato), por la riqueza que atesoran sus bosques, r!os, montes, cascadas, valles, puertos, alturas, grutas, lagos restos de castillos medioevales, monumentos artísticos, antiguedades romanas.

La Montafia (Murias, La Vecilla y Riaño), Maragatería y el Bierzo poseen ~ai­sajes tan pintorescos como Suiza y tan grandiosos como los Alpes, de una belleza im­ponderable y de grandes emociones para el turista que las siente. Asf las famcsas hoces de Valdelagueros y Vegacervera, en las conjas de Prioro, en la pefia de San Froilá.n, Pafia Corada, Pico Espiguete, Valdeón; Caín, en la base de los Picos de Europa; el Pontón, verdaderamente grandioso; los Veyos, garganta de siete kilóme­tros, de macizos enormes, tenebroso.s abismos y nieves perpetuas en ale:unas regio­nes. Hay puertos como Panderuelas y San Glorio en la raya de Santander; los de Pontón, San Isidro, Arcenorio, Ventana, Pajares, Piedrafita, Somiedo, Leitariegos, en la raya de Asturias; Ancares y Piedrafita, en la de Lugo, y los de Foncebadón, Manzana! y la Magdalena. Abundan en la montafia leonesa grutas tan interesantes y artísticas como. la cueva de Míchin de San Miguel, en Babia; las de Camínayo y Pico de Espiguete; las cuevas de las Lendreras y Peñacorada, en Talivia de Abajo; la de Cancela (Sobrado), la de los Murciélagos, en las Bodas; la Enciñería (Carne­do), la Palomera, á. la que se entra en barca, en término de Peón (Sobrado); la de Valporguero, en Vegacervera, con galer!as de 800 metros, digna de ser visitada.

Hay lagos importantes como el de Coracedo, de bellfsima leyenda, en el Bierzo; el de la. Baña, en el valle de la Calvera; los de Truchillas, !soba, Ausente, en el tér­mino de Lillo (Riaño), y otros en los puertos de Balbarán y Leitariegos, á unos ·1.900 metros sobre el nivel del mar estos últimos.

En la montañ.a leonesa se ccmtemplan hermosas cascadas á consecuencia. de 9.-Junio, 1914

PEÑ

ALA

RA

Page 106: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

106 PEÑALARA

enormes desniveles que producen saltos de agua, como la bellísima Groncia, en Orallo; el Gorgolón de Tejerina; la de Valdornia, Herrena y otras menos im. portantes.

Abundan las minas de oro, plata, cobre, cobalto, hierro. hulla, zinc, antimonio mercurio, plomo.

En la montaña leonesa tiene el naturalista campo de observación para estudiar las formaciones geológicas; plantas medicinales, variedad de fósiles; en sus bos­ques hay osos, jabalíes, lobos, águilas y faisanes; ciervos, corzos·, rebecos.

En la montaña de León hay, también, una cantidad grande de antiguedades romanas, trozos de vías militares, inscripciones, utensilios de minería (Cremenes y Bo:\ar) y rastros de explotaciones auríferas; castillos, palacios y antiguos Monas­terios llenos de recuerdos históricos, como los de Luna de Gordón, Certeros. ·Alba, . . Montuerto, Lillo, Boca de Huérmano, el don Tello en Siero de Luna, el palacio de Burón, los Monasterios de Abeliar, San Adrián.

LA MONTAÑA

Pablicamos dos capitulos de la Confe­rencia que dió con este titulo el 4 del actual nuestro compañero Alberto de Segovia, en la Asociación alemana de empleados de Co­mercio.

El paisaje alpestre.-Un homb1·e de clarísimo y profnndo talento, el

Sr. D. Francisco Giner de los Ríos, mi qne1·ido maestro, ha definido el pai­sAje diciendo qne es «la perspectiva de uun. ~comarca natnral». No conozco definición del paisaje qne sea snperior á ésta. Aunqne todo el mundo hable

del paisaje, pocos conoce~:. en qué consiHte. Y el Sr. Giner ha hecho en dos artículos publicados hace años en una Revista catalana, un completo, sinté­tico estndio del concepto del pait;aje. Vamos á exponer en algunas líneas las ideas sol:re el paisAje qne entonces snstentaha el sabio catedrático de ,Filo· sofia del Derecho y á· agregar nosotros algunos breves comentarios.

Pai&aje no es sinónimo de campo. En efecto: el desierto, dice el Sr. Gi­

ner1 no es campo y sí es paisaje. Al decir paisaje queremos expresar algo

PEÑ

ALA

RA

Page 107: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:Ñ'ALARA 107

que está en el marco de la Naturaleza. Es decir, que en el paisaje la Natu­raleza es el fondo, el medio dentro del cual se desenvuelve la vegetación como se desenvuelven la vida de los animales, las costumbres de los hom­bres, los tonos de color del cielo, de las casas de los pueblos y de las ci~da.­des, de la hidrografía, que integran el mar-elemento imprescindible de ciertos paisajes,-los ríos, los arroyos, las gargantas, las cascadas, los to­rrentes, los lagos, los manantiales, etc.

En el paisaje se unen, se enlazan todos estos elementos, que aunque ca­da uno de ellos es accidental, todos reunidos componen un total substan<lial. Si no se unieran no exis:.iria el paisaje. En el mismo dt~sierto,. que es la for­ma más sencilla, menos complicada del paisaje, se unen el cielo, contrastan­do con la arena, la palmera, el camello que constituye la. -caravana, medio de locomoción del desierto, la vista, aunque sea á Jo lejos, de los oasis y otros factores más de no menor importancia, bajo el aspecto del color y el claroscuro.

Para el Sr. Giner intervienen en la. constitución del paisaje los siguien· tes factores: la tierra y el agua en sus diferentes formas, el mundo. vegetal, la atmósfera, el hombre mismo con sus obras y hasta. físicamente con su person'l.-ejemplo: la figura del cazador en un paisaje de caza, la figura del pastor en un paisaje bucólico ..... , etc.,-los animales y los astros con sus tintas, luces y sombras en las _distintas horas del dia y de la :coche, como los crepúsculos, etc. '

Y entre estos elementos atribuye el Sr. Giner ·superior importancia &.1 primero, á la tierra, al suelo. El escritor Vischer, en su Estética descuida mucho esto. Y el Sr. Giner cree que es tanto el interés estético del estudio del elemento suelo para determinar el concepto del paisaje, que, á su juicio, porlría constitni1·se una. disciplina nueva llamada Estética geológica. Yo considero qne seria interesantísimo un librito de eso, y se lo brindo al mis­mo St·. Giuer para que lo escriba, coleccionando todo el tesoro de notas que tiene de sus muchas excursiones de estudio. Y si él no quiere, ¿por qué no lo intenta alguno de sus discípulos? ¿No Jo haría muy bien nuestro amigo el Sr. Bernaldo de Qnirós?

Sobre la base geológica del pais~je lo divide el Sr. Giner en paisaje cexpresión de nna actividad desplegada sin lucha en un ritmo tranqnilo•, 6. paiHaje femenino y paisaje en qne se nota «esfuerzo indomable, que intenta abt·irse paso á travél4 de obstáculos sin cuento•, 6 paisaje m11scnlino. Con

gran claridad pone ejemplos espailoles de ambas formas de paisaje el seilor PEÑ

ALA

RA

Page 108: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

108 PENALARA

Giner, y demuestra con estos PjHmpJo;¡ qne Espnña, en pnnto á pl\isajes exr.rao¡·dinariofl, es uno de los pais11s más pl'ivilegiado:; del mundo. Ej,Hnplo de pait!Hje fellleuino: las riberas del s~ja, dtll Nalón, del Miño, de las rías bajas de Poutevedra. Ejemplo de pai:;aje masculino: la. Sierra del Gua­dal-rama.

Ya conocéis lo que es la Sierra de Guadarrama según el sabio profesor: un pais11je mad10.

Yo voy á poner más contenido en el calificativo, á ampliarlo. No sólo puede referirse á nuestra montaña, sino á la montaña en general: la monta­ila es no paisaje macho.

Etlta afirmación la podéis deducir de vuestra personal experiencia. El paisaje «expresión de una actividad desplegada sin lucha en nn ritmo tran­quilo~ ósea el femeuino-aigniendo la división que hace el Sr: Giner-es un paisaje que se os entrega sin qne para gozar de él preciséis hacer ningún esfuerzo; mientras que el paisnje masculino para llegar á asimilaros sus be­llezas tenéis necesidad de conquistarlo, de vencerlo. Y en cada caso parti­cular, un niño, un enfermo, una. mujer, sin esfuerzo pueden disfrutar dei paisaje femenino. El paisaje masculino, la montaña, reclama para llegar á. adquirir una. impresión de él, cierta energía física y espiritual que supone un entrenamiento y un vigor qne no poseen todos en igual medida y de que alg1tnos no disponen. Es un placer viril el placer de trepar á la montafía. Placer de hombres sanos, recios, robustos. La mujer que practica el depor­te alpinista es una excepción qne ojalá se multiplique cada día más. Los pueblos que profesan amor á la montaña. los pueblos en cuya juventud ins­pira pasión el alpinismo serán los más prósperos, porque demuestran ser los más fuertes. Bendita sea esta afición regeneradora que constituye un síntoma indiscutible de vitalidad y de redención.

La montaña es la masculinidad en el paisaje, es la valentía. Se eleva al cielo mordiéndolo con sus cumbres, con sus picos, y lo recorta :1. su antojo, resaltando ella siempre soberana como reiua del azul. El águila simboliza la majestad, el imperio, y anida en la montaña, desde la cual es liliputiense la vegetación del valle y pigmeo, ca3i microscópico, el habitante de la ciudad; el hombre, tan orgulloso y tan soberbio, queda anulado. ante la magnitud co­losal de la montaña; trepa á ella, y desde lejos, á simple vista no se descu­bre su existencia y al objetivo del anteojo es pequeño como un gusanico, como un insecto que se confunde con las matas y con los peñascos. La mon­taila ve formarse casi á sus pies la tempestad, y desde arriba, desde la cum-PE

ÑALA

RA

Page 109: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

.PE~ALARA 109

bre, debaJo del qne gana la altura, se ciernen y se agolpan inof ... nRivas para. el montañero la3 nnbe:i creadoraR de rayos devastadores y homit:idas.

«Elite sosie~.o, ó mPjor' esta seguridad en el sosiego, esta cPrtidnrubre de qne nuestra paz y la paz del pais~je no Her·á pertnrbada, escribe Azorln on sn articnlo En la montaña. (Véase sn libro: «España, !Iombres y Paisa­je .... Madrid 1909), ¿no vale más que todos los placeres que pueden ofrecer­nos las ciudade~>?».

cFeliz la ciudad que tiene una montaña al lado, dice el poeta Maragall, pues podrá contemplarse á si misma. La cindad se espantará de si mi11ma y sentirá nn fnerte impulso de de!>parramar·se sobre la inmensidad de las tie­l'!'as vecinas y más lejanas y hasta las cúspides de los montes».

La ciudad debe buscar en la montafía el aire y la luz llenos de pnreza qne sólo enriquecen las altitudes, el aire de cumbre tiene más oxigeno y la luz más radiaciones.

Al volver de la montaña está más fuet·te el ánimo. Se regresa de ella con el alma vigorizada, nuevas las energías y prestas á la labor diaria. Aquella luz y el aire aquél hacen en el es¡.dritu y en el cuerpo efectos de ta­lismanes prodigiosos y se torna á la ciudad más optimista, más seguro qe uno mismo, dueño de mayores esperanzas en el porvenir y hasta de más ilusiones y ensueños. Es el paisaje alpestt·e que nos eleva aliado suyo y nos coloca moralmente á la altitud geológica en que está. Como escuela de educación ética es esto la montaña y además-estéticamente-la sensación de ella constituye el má~:~ noble, puro y profundo placer. El que se divierte pasando sn domingo, sus horas de descanso en el trabajo, trapando á las cumbres azules, no concluye su diversión hastiado como el que la busca en la jarana, el alcoholó la hembra, convirtiendo en vicio asqueroso lo que no debe ser más que excelso amor. De vueltl\ de la montaña en la ciudad todo eE~ más claro, menos negro, más digno de vivirse y de quererse, las dificul­tades de las cosas se aminoran como por encanto y casi gusta tropezar con obstáculos para vencerlos. Hasta-perdonad si es pueril lo que voy á deci­ros ó si no acierto á expresar lo que siento-parece que andamos con más dominio y ligereza por las calles de la ciudad desde que descendemos del tren que nos devuelve de la montaña, aunque hayamos hecho en ella una fatigosa jornada de muchos kilómetros. No venimos cansados, no. Nos que­da vigor todavía, Mientras que de la crápula, organismo y espíritu salen hechos un pingajo y permitid la metáfora. Cuando se descansa de un ejerci­cio alpino el suefi.o es reparador y delicioso. La orgia son insomnios y noo-

PEÑ

ALA

RA

Page 110: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

110 .PE~ ALA UA

turnos de fiebre lo que produce. ¿A que comparar lo que nadie dPja

de ver?

* * * Excur.'llón alpina al Museo dd Prado.-Permitidme el epigrafu de

esto~ várrafos. Voy á enumerar los pintores de nuel!tl'O Mnseo del Prado que han llevado á sns obras como factor esencial ó como fondo de otras composieiones de historia ó de costnmbreR la montaña.

Recoroáis al pintor Mazo qne ha hecho algnnos cuadros muy alpinos, Ponssin, Clándio de Lorena, C!i,tiglione, Dnm;¡nichiuo, Tiépolo, Ezquerra, Veronés, Collantes.

En la Esc•1ela Flamenca hay belloR paisAjes de montaña de J. Van Ar­tois, J. Snyders, A; Wolfort, D. Teuiers, de este particnlarment~>, de BruPghel y de otros. En las Escnelas Ge1·nuiuicas pueden citarse Felipe Roo en sus cmad1·os Rebaño de crtbras y Rebaño de carnero.<~, Momper en los suyos Efecto del sol ponie11te, Pai.'l con rocas y Pal.~ nevado, Van Uden, en su Pai.~nje con el arco lri.'l, Mifll, Glauber, C. Poelenbnrg en su Baño de lJiana, J. Both en sn::1 ob1·as Pai.mje con San Benito en las zar­zas y Paí.'l ron San Bruno en el yermo, ambos verdade1·amente alpinos y ·Valckeuborch en sn País con ?'tdua.'l y ferrerías y otros cnadro::1.

Palma el ViPjo tiene su Adoración de los pn.'ltores. Andrea del Sarto su A.<~unto m'l~tico. Giordano sn Batalla de San Quintln. Patiuit· sus T.mtaciones de San Antonio Abatl. Ribera una de sus Magdalenas y el San Juan Bautistn. Mnrillo deja ver algo de montaña ep Rebeca y Elie­zer. Tintoretto en El Brt.uti.'lmo det'Señor. Tiziano en Venu.'l y la música, Venu.'l y el amor y el Retrato del Emperador Carlos V. P. P. Rnbeus en Aquiles descubierto por Vlises,· Ninfas de Diana sorprendidas por Sáti­ros, El pecado originnl y nua copia de Tiziano sin título.

DE>jamos para hablar últimameute de ellos á los dos más grandes pinto­res que de un modo más e¡;pecial han puesto en sns cuadros montañas y montañas·de Gnadarrama en algún caso bien manifiestas é indudables. Me refiero á Velazqnez y á Goya.

Hablemos primero de VelazquPz. Conocidos de todos es el Retrato ecuestre del Principe D. Baltasar

Carlos en cuyo fondl) se destaca magnífica la Maliciosa y se vé tambien el Picorzo. Es un hermoso cuadro que podría figurar en el sello ó en el escu­do de una Sociedad de devotos de la mont:aña. El otro retrato del Príncipe D. Baltasar Carlos vestido de cazador también muestra un fondo gua-PE

ÑALA

RA

Page 111: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:Ñ'ALARA 111

darrameilo, nsi como el Retrato del Infante D. Fernando de _ ustrla, her­mano de Felipe IV, el Retrato de D. Felipe IV vestido de <>azador, el ecue~:~tre del millmo Monarca, el Retrato ecue.<tre del Conde Duque de Oli­vares, el Niño de V.cllecas, en el mit~rno de El Primo se dibnjl\ algo como

una montaña y e,¡ Alpino el de San Antonio Ab11d vi.~itrrndo á San Pablo. En PI cnadro de Banolomé Gouza!P.z y Vtllazc¡nez, Retrato de la Reina dorta Magarita. de Austria, mujer de Fe/ ipe III, tam Lién hHy algo de foudo

alpino.

En tnll<lho~;~ de los cnaoroH oe Gnya Rfl VPll tt.m\·iéu b~llRil IIIOJ:tJ~ftRS

aznle~. No olvid··mo~:~ La11 flure•·afl., {,rt Vendimirt, El jne,qo de pelota, La cometrr, Mttchrtchos trep,mdn al árbol, Lrr. neva la. La gtdlinll ciega, Ln.~

ll'ñrl(/ore.<, !-~as mozrt,<¡ de Crílllrtrr., El rP..<.!fiVlrd•J de tabaco.~, Lrr ·rii1a e'n Venta Nnev,, el Retrato de Ortrlox III, El .GenPr~tl Urrúiirt, dun,, Ma­

ria Lui.~a de Parma 1 P.sposa del Rey D. Gario . ., IV, Un ¡dcadur y al~ún otro.

He aqní una hora incomparahlll, verdl\oeramente ri .. Jido:<a para 1111 al pi·

nista d .. voto del Arte: vi:-~it.ar el Mn:-~eo <iel Pt·ado oeu~uiéu·io:o~e en loll cna­

dros de Jo¡¡ cuale:-~ hemo,; hecho tau breví,;ima re,;toi\l\. Y un iuteres~tntP 1 cn­

rÍo¡¡i:;imo e~:~tnoio ele iuve,;tigacinu so~•·ía averÍJJ;•tar qné montltña,.. han llevarlo

Ve'lazqnez y G<~ya á. Hlll'! <:ota·il·o,.¡ citado¡¡, ioltHJt.ifi ·ar·:a:o~ si -como e~:~ C-tsi

segnro -no ,;o u crea<:iones de la fauta:<ia de los ar·ti..;ta:-~, 1-iuo rPprodnccioru 8

mt.s 6 IUP.IIOH fi..,le:o~ de la 1ealidad. Pr·neha. de ello e:-~ que ~:~abemo~ por· ~jem­

plo que son Lrt lfJ,tfi<·iosa y El J>icorzo la:o~ qne se contemplan en el Retra­to ecuestre del Principe D. Baltasnr Carlos.

' éJ..i~t't.t~ oÚ ::J ,,01Jta.

EXCURSIÓN Á LA cMUJER MUERTA-. Salimos de Madrid el sábado 14 de febrero en el tren de las 2,50 de la tard~, los

Sres. Wangerin, Bolivar, Feijóo y yo. En Cercedilla subimos por el conocido sen­dero para ir á. pernoctar en las casillas (Km 1 'l de la carretera Villalba-La Granja).

A ia mafíana siguiente amaneció despejado y sin haber helado casi nada. Sali­mos á las 'l,lO, después de haber tomado el consabido chocolate con leche canden-PE

ÑALA

RA

Page 112: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

112 PE:&ALAltA

sada. El viento rro soplaba nada más que muy fiojito, de vez en cuando. Tardamos, como de costumbre, con skis, hora y media hasta el puerto de Navacerrada. Desde aquí fuimos por toda la cuerda entre pinos hasta el e Cerro del Telegrafo», La nié­ve empezaba á pegarse. Seguimos despacio hasta el 7. 0 pico de ~siete Picos,, á donde llegamos á las 10 de la mañana. Descansamos un rato y seguimos entre los riscos hasta el tercer pico, desde donde bajamos entre pinos con nieve que se pega­ba en algunos sitios y que estaba helada en otros hasta ele Collado Ventoso (10,45). Seguimos bordeando hasta la Fuenfría (el puerto), á donde llegámos á las 11.5,

Aquí comimos y luego dejamos los morrales en un arbol para seguir á las 12,10 por la ladera norte, pues la nieve estaba blanda y soplaba viento fuerte de¡ Sur-Oeste, entre «Montón de Trigo~ y e Peña Bercial• (12,30). Luego seguimos conservando la altura por la ladera Sur de «Montón de Trigo• hasta el puerto, .en­tre este monte y la «Mujer Muerta,, (1.15 de la tarde), Este puerto es más bajo que el anterior. Desde aquí subimos por la ladera Nordeste para guarecernos de¡ viento que cada vez soplaba má!; fuerte hasta el pico (La Cabeza de la Mujer Muerta, á mi modo de ver, pues es el pico más al Este). Era la un'!- y 40 minutos cuando llegábamos á. este pico, desde donde se divisa un panorama único en nues­tra Sierra de Guadarrama. Al Norte, á nuestros pies, teníamos después de un bos­que de pinos el Castillo de «Riofrio•; más lejos Segovia. Al Nordeste, Balsain, La Granja y Peñalara. Al Este, el puerto de los Cotos, Cabezas de Hierro, Las Gua­rramas, Guarramillas, La Maliciosa, el Puerto de Navacerrada, Montón de Trigo. Siete Picos y toda la derivación de la sierra al Sur, dominándose la Pefiota, ei San

· Lorenzo, la Paramera de Avila y Gredos al Oeste, con la Peña del Oso. Volvimos por donde subimos al puerto de la Fuenfria á las 2,45 de la tarde. Se­

guimos por la Calzada Romana hasta las Dehesas, donde por fin nos quitamos los skis que ya llevabámos puestos unas ocho horas. Se baja en hora y tres cuartos con comodidad desde la cFuenfría» hasta Cercedilla.

Esta excursión no es ni fatigosa ni dura teniendo nieve buena. El único punto negro son los Siete Picos si tienen hielo, pero lo demás es muy fácil.

Téngase en cuenta que la excursión se hizo con todo género de comodida­des, y que se puede hacer sin forzar la marcha en un par de horas menos, pues fuimos de turistas para sacar fotografías. Es una de las mejores excursiones para hacer ski.

EXGURSION A. GREDOS El. domingo 5 de abril salimos Wangerin y yo e? el tren de las 9,50 de la noche,

para llegar á A vila á la 1,45 del lunes. Tomamos el automóvil de Arenas que sale á las 5, para llegar á la fonda de Sta. Teresa (5,50 ptas.) á. las 7,15. Desayuna­mos y salimos á pie, llevando la impedimenta en una caballería, á las 9,45, llegan­do á Hoyos del Espino á las 15,50.

PEÑ

ALA

RA

Page 113: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 114: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

t· • \

~~

\\

\

Ñ <!)

';"@ N e o

l? ~ ....; o

u..

""'"':' Vl

E o \0 ~ N -... o N e ro S

<t: Q

1 rñ o

-o <!) ...

l? <!)

-o ro ... ... <!)

i;} PEÑ

ALA

RA

Page 115: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

1 ~ Sierra de Gredos.-Hermanitos (2.540 ms.), Casquerazo y Cuchillar de las Navajas.

F otR. González.

PEÑ

ALA

RA

Page 116: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

Sierra Nevada.--En el Barranco de Benalcázar. F o t. M. Victoria. PEÑ

ALA

RA

Page 117: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PENALAltA 118

Aql.:i comimos y Justo Muñoz nos proporcionó todo lo que nos faltaba, poniéndo­lo todo sobre una caballería, y salimos á. las 16 con dirección al refugio del C. A. E. El tiempo era hermoso. despejado, sin viento y con luna Por esto nó nos dimos de­masiada prisa y llegamos al refugio á las 19,46. Arreglamos todo Y. dormimos bas­tante bien sobre un colchón de Justo.

Ascensión del tercer •Hermanitot; Salimos á. las 8,16 del martes y subimos con los skis puestos hasta el Morezón (10,50), pasando por Majada Somera (9,50). Aquí nos los quitamos para ponernos los crampones y atarnos; pues yo encuentro más cómodo el ir bien preparado para sujetarse por monte, aunque se lleve un po­co más de carga, que ir sin sujeción y ligero de carga. Además se anda con más soltura y más seguridad, pensando que si uno se cae le puede sujetar el otro. Los crampones de seis ú ocho puntas son muy agradables, porque se manejan sin can­sarse uno nada (excepción hecha de algunos articulistas furibundos) y se sujeta uno muy bien aún por hielo, y en nuestras sierras graníticas por piedra casi mejor que con alpargatas secas.

Tardamos hora y media desde el Morezón hasta el pie del tercer Hermanito, á donde llegamos á las 12. Discutimos el camino vulnerable, y después de algunos ti­tubeos lo atacamos por el Norte, Solo tiene este camino un paso algo dificil, pero corto. Es una placa lisa de granito. cuyo acceso se verifica por la arista que está bastante vertical. El camino que seguimos es el tle un canalón (chimenea casi)· que sube derecho al pico ( 1,56). Comimos arriba, pues subimos los morrales, y empren­dimos la bajada á las 14,50, tardando una hora en bajar al pie. Siguiendo las hue­llas llegamos á las 17.50 al Morezón, donde merendamos, nos desatamos, etc. Sa­llamos á. las 17,46 en skis, para llegar á. las 18,20 al refugio.

Subida al Almea]: Salida á. las 9,50 con skis y siempre con buen tiempo. Pa­sando los Barrerones llegamos á. las 11,46 á la «Laguna». Desde el fondo de esta (parte Sur-oeste) subimos derechos á la portilla del Almea!. Dejamos los skís en la pared que forman las rocas á. mitad de altura. Nos atamos y salimos á las 15, si­guiendo como anteriormente el cáuce del arroyo que nace en la portilla del Almea!. Llegamos á. esta á las 15,1 O. Después de una breve discusión emprendemos la su­bida desde allí al pico (lado Norte). Antes del pico se pasa una portilla para ir ·por el lado Sur á atacar el pico.

No subimos al pico más alto (Oeste), por ser peligroso para dos personas y subi­mos al del Este, que será. unos 2 metros más bajo y de muy fácil acceso.

Tardamos hora y media en subir. No es demasiado difícil la ascensión, á. pesar de haber tenido muc.ho hielo. Bajamos en media hora (17,50).

Llegamos al sitio de los skís á los 18,40. Comimos y nos arreglamos para salir con ellos puestos á las 19,50. Nos los tuvimos que quitar para atravesar los Ba­rrerones por haberse helado ya la nieve. Lle¡-amos con buena luna al Refu¡io á las 22,20. PE

ÑALA

RA

Page 118: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

114 P~ALARA.

Jueves: Dia de descanso con batíos de sol y agua en las pozas del prado. ?or la tarde subimos hacia el risco del Francés para estudiar el camino de Candeleda.

Viernes: Ascensión del Almanzor: Como esta excursión es ya por todos conoci­da, indicaré sólo el horario. Sa.lida del Refugio, 7.15; Laguna, 9; Hoya del Cram­pon, 1 0,25; subimos por la canal á la Portilla del Crampon, 11,25. Por roca al pico del Este y bajamos á la portilla entre ambos para subir á la plaza del Almanzor (pico del Oeste) 11,25. Salimos 15,25, bajando por nieve á la Portílla del Cram­pon, 14,15, llegando á la Hoya del Crampon, 15. Nos 'pusimos los skís después de un trayecto largo, pero no penoso. pues no hay ningún paso d1fícil. Salimos á las 15,50 para volver como fuimos por encima de los Barrerones y llegar al Refugio descansadamente á las 18,5. Tuvimos buen tiempo y poco hielo.

Sábado: Salimos del Refugio con lluvia y los skis puestos para subir al puerto de Candeleda á las 7,50 y llegamos á. las 8.50, siguiendo el arroyo. Estuvimos des­de las 10,50 á las 11,30 en la ~Majá del Tío Jacinto• de descanso. El tiempo se había serenado ya al¡¡-o. Llegamos á Candeleda á las 14, habiendo cargado con todo

.á hombros. Como el coche que debiera salir á las 16 no salia hasta las 9 del si¡¡-uiente dia á

. cauu. de un derrumbamiento, alquilamos un carro por 50 reales y fuimos en seis

horas á Oropesa. Salimos en el tren de las 8,50 para estar en Madrid á las 9 de la mafiana

(10,75 ptas.). Coste total de la excursión: 70 ptas. entre comidas y todo.

'VI

PEÑ

ALA

RA

Page 119: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

·~· : NOTICIAS 11

NOTAS DE NUESTRA SIERRA VECINA

El 21 de este mes de Jnnio subió valic.>ntemente á la pradera del prime­ro de los Siete Picos (Majalasna) la sin dnda más joven alpinista que tene­mos en España, la angelical niña Maria Laisa Gnij"osa, de cuatro años d~ edad. La mayor parte del camino lo hizo montada en un borriquito y el úl­timo repecho, á donde era menos seguro el camino para el cuadrúpedo, la niña subió á pie, ayudada por su padre y amigos que les acompañaban, pet·o ronchas veces rechazaba la criaturita cualquier aytida y no siempre en lo!! sitios más fáciles. Admiremol! el:lte heroísmo infantil y loemos los pro· pósitos de su padre de acostumbrar á su hija á una vida higiénica desde la tierna edad.

El mil!mo día han escalado la pared Oeste del segundo pico, directamen­te por una chimenea, dos alpinistas snizos, nuestro querido compañero Oettli y el Sr. Wieland. La bajada la hicieron en compañía de otros seis excursionistas, los Sres. M. Gil Mateos, Villarrubia, Monllor, Romero, Ro­drignez de la Tot-re y otro~:~, casi todos elles socios cooperadores de PF.ÑALA·

RA, por la pareJ. Sur, pasando unos por dentro de la cueva-chimenea que existe en esta ladera y los otros por fuera, debidamente atados á la cuerda, lo que dió lugar á una serie de intermedios muy amenos, porque muchos de ellos no se habían visto nunca en tales compromisos. El bajar por la cueva presentó algúr;1 peligro, por h11.ber estado completamente mojada y rel!bala­diza una de sns paredE>s. Llegados los excursionistas á la fuente de la ya referida pradera de Majalasna, se apercibió \IDO de ellos que había dejado s11s gemelos en la misma cumbre del segundo pico y se ofreció D. Manuel Villarrubia, que ya en otras ocasiones había dado pruebas de su gt·an agili- · dnd y resistencia, á ir por ellos, tardando en ir y volver exactamente 30 minutos, á donde los pocoB expertos en ascensiones alpinas, vulgo cmedio

PEÑ

ALA

RA

Page 120: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:&ALARA

drogueros:., porque los propiamente dichos «droguet'OS» Se quedan general­mente en Navarrnlaqne ó Majalasna, tardan fácilmente tres cuartos de hora tan solo en la subida.

UNA EXGURSION

Para los días 4 al 5 del próximo mes de julio la Sociedad Peñalara, or­ganiza una excursión á la Sierra del Cuchillar. Salida de la estación del Norte el sábado á las 8 y 10 de la noche, con billete de ida y vuelta á Vi­llalba. y apearse en Torrelodones, desde donde se irá á pie (2 horas) á Hoyo de Manzanares.

Descanso de 2 horas á 2 horas y media en la taberna de la plaza. Subi­da al Picorzo Chico (1 hora y media) para ver el espectáculo de la salida del sol y vuelta por el Canto Astial á Villa! ha (más 3 horas y media), queda por lo tanto tiempo para dormir la siesta en las alturas.

Salida de Villalba, el domingo á las 7 y cuarto próximamente de la tarde.

Se advierte qne es noche de luna y que la vista desde el Picorzo Chico es una de las más bonitas de nuestra Sierra. Como el agua escasea en la Sierra del Cuchillar, se recomienda lleven cantimploras para surtirse de agqa antes de la subida.

PEÑ

ALA

RA

Page 121: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 ASOCIACIQN

11

BERNAL_DO DE QUJROS

Nuestro querido amigo y Presidente, Constancia Bernaldo de Qui~ós,

que ha pasai!o unos días en Granada, no ha desaprovechado el tiempo du­rante su estancia allí.

Ha pasado cnatm días en Sierra Nevada, distribuidos del siguiente modo:

5 jnnio.-De Granada al albergne de la Sociedad Sierra Nevada con don José .Almagro, Presidente de la Agrupación Alpinista, y con D. Dionisio Carnicero. El albergue está á 2.250 metros de altitud, en los llanos de San Francisco.

Dia 6.-Subida al Veleta, segnnda de las cumbres de Sierra Nevada y de toda España (3.470 metro~>) y descanso al albergue.

Día 7. -Subida á los Peñones de San Francisco (2.650 metros) y des­censo al Barranco de San Juan, para remontar el curso del Genil hasta la casa de h antigua mina de La Estrella.

Día 8.-Hasta las fuentes del Genil. Descenso, ·aguas abajo, hasta Güe­jar Sierra y regreso, en coche, á Granada.

El día 9, por la noche, dió nuestro Presidente una conferencia en el do­micilio de la Agrupación Alpinista de aquella población.

Presentó al disertante el Vicepresidente de dicha Sociedad, Sr. Alvarez Salamanca, el cual hizo un elogio de Bernaldo de Quirós, proponiéndole para socio de honor de la Agrupación Alpinista. Terminó saludando á los alpinistas madrileños en nombre de los granadinos. Fuá muy aplaudido.

No vamos á reproducir aquí las unánimes alabanzas al trabajo de nues­tro querido amigo, que leemos en toda la prensa granadina.

Trató Quirós del Guadarrama y presentó una notable colección de pro­yecciones de nuestra Sierra. PE

ÑALA

RA

Page 122: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

118 PE!ÑALARA

El distinguido público, entre el que se contaban varias damas, aplaudió con entusiasmo la conferencia de nuestro Presidente.

REVISTAS La Montagne.-El número 5 del mes de mayo de La Montagne .contie­

ne un articulo bastante interesante sobre la «Arqnitectnra montañesa», la­mentándose que hoy en día están construyéndose en las montañas hoteles modernos y lujosos sin que los arquitectos se atengan á la arquitectura ti­pica á cada país ó comarca. ·Ilustra su artículo coil croquis, hechos á mano, de muros de fachadas, balcones, tejado!:!, torres, ventanas, chimeneas, etc.

Otro artículo muy inter&sante es del conocido alpinista francés Jacques Delebecque, en qne describe una excursión á la Alpnjarra y Sierra Ne­vada. Sin embargo, al quejarse de la ignorancia de los guías y arrie­ros de Sierra Nevada y de su mala voluntad, olvida que, saliendo de Ugijar, un día hicieron una jornad,a desde las dos y media de la madrugada hasta las veintidós, para acampar luego detrás de un peñasco, al aire libre, á media hora escasa de la cumbre de Mulhacen.

Con una jornada Gomo ésta cualquiera puede perder las energías, sin que con eso qneramos salir en defem:a de aquéllas gentes, porque también opinamos que es invertir muchas horas en el trayecto referido y con buen tiempo.

• •• Bulletin Pyrénéen. Ilfayo-Junio 1914. Continúa la publicación de los

cuadros panorámicos de Schrader, por Beraldi. Itinerarios al Sur de Gava:;­nie, por M. H. Las aristas de Astazou y de Estanbé (interesante relatG), de Motas d' Hestreux. Continúa la glosa del Conde de Saint Saud á la an­tigua Memoria sobre los pasos pirenáicos entre Fraucia y Espafl.a.

·UN ERROR DE REDAGGION Ent.re otros de menor importancia se ha deslizado uno en el articulo ti­

tulado «.Pirineos Aragoneses. El Monte Perdido:. 1 original de nuestro ami­go D. Alberto Oettli, publicado en el número anterior de PEÑALARA. PE

ÑALA

RA

Page 123: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE:&ALARA

En la página 93, linea 15, falta la palabra izquierda después de las pa­labra!) á la orilla.

Como el error merece subsanarse, lo hacemos con mucho gusto, á peti­ción del autor de dicho trabajo .

• • • Mad1offos (segunda serie).-Versos, por Enrique de la Vega.-Nuestro

compañero tan estimado acaba de lanzar al público el segundo tomito de sus versos, titulado Madroños, como también se llamaba el primero.

Dedicado ellibt·o á otro querido camarada nuestro, Constancio Bernaldo de Qnirós, tiene entre sus composiciones algunas que nos son singnlarmente preferidas: Los· murmullos de la Sierra y A la Sierra. En aquélla; tlSte poeta juguetón y saltarin-como el arroyo cantado por Mesa-, hace la más graciosa loa del cdroguerismo alpino»; en ésta confirma su cariño por la vieja cartuja que se pulveriza en aquel remanso de placidez y de ternura del valle del Lozoya.

• •• · Sierra Nevada.-Editado por lá Comisaria Regia de Turismo ha apare­

cido un pequeño folleto, redactado en inglé::~ y castella!t01 ilustrado con mag· nificas fotografías de M. Victoria, de Granada, y cubierta en colores. Coa el presente número reciben nuestros asociados un ejemplar del folleto, los cuales nos han sido donados por el Sr. Marqués de la_ Vega Inclán, á quien tanto debe la propaganda del turismo y del arte español.

PEÑ

ALA

RA

Page 124: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

Teniendo presente que durante las vacaciones estivales la mayoría de nuestros asociados no tiene residencia fija, se suspende la publicación de la revista en los :neses de julio y agosto. Resarciremos con creces esta suspensión en números sucesivos.

Todas las publicaéiones y comunicaciones dirigidas á esta Revista, deberán enviarse á su director, Gonstancio Bernaldo de Quiros, en el Instituto de Reformas Sociales (Pontejos, 2, Madrid). Exceptúanse tan sólo los envíos de valores, que deoerán hacerse á nombre del Sr. Tes01 ero, don Victoriano F. Ascarza, calle de Quevedo, 'G, Madrid.

1

STAMPA.-Talleres Tipo¡ráficos, San Mateo, 28, Teléf. 5.078 PEÑ

ALA

RA

Page 125: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

\JftJf\L-~~A (\P' ~ () o (, t- : 1 e¡ f l¡

Una excursión á Sierra Nevada

fERAL:R,r¡) __,_~"' ' :¡J

DOCUMENTOS

~' . '. .} Tan sólo una de las var· <veces '#.

estuve en Granada tuve e#_mP~:Y ~ oca­sión para conocer una pequeña parte de la Sierra Nevada, yendo á caballo por Güe­jar-Sierra al Martinete de cobre. Por cierto, me acuerdo que fué el 23 de enero de 1902, y que almorzamos al aire libre con un sol espléndido y una temperatura muy agradable, á pesar de que á poca distancia

había nieve, y desde entonces me quedé siempre con el deseo de conocer las altas cumbres de aquella Sierra.

En el mes de agosto del año antepasado pregunté á mis amigos alpinistas, por si alguno de ellos quería acompañarme; pero no pudo ser, y como ya tenía mi plan forjado me decidí ejecutarlo solo. Salí de Madrid el día 27 de dicho mes, en el tren de la noche, que me dejó en Granada á la una y media, aproximadamente, del día si­guiente.

Hasta Granada nada me llamó especialmente la atención, tal vez porque gran parte del trayecto me era conocido ya, y por otra parte, muchas de las estaciones de la línea de Almería están, por lo gene­ral, muy lejos de las poblaciones y el país no es del todo tan pinto­resco como á mí me gusta verlo. Será, sin duda, más bonito en la pri­mavera. Me acuerdo, sin embargo, de que por la estación de Huel­ma, se veía á lo lejos toda la Sierra Nevada, aún con unos mancho­nes de nieve bastante grandes, sobre todo el que hay entre el Mul­hacén y el Picacho del Veleta.

En Granada, y después de almorzar, tomé en seguida informes sobre la manera más práctica para hacer una ascensión al Picacho y seguí el consejo que me dió el Sr. Serrano, relojero, para el cual llevé una recomendación de un amigo mutuo nuestro, de Madrid, y salí aquella misma tarde para La Zubiá, pueblo que dista de Grana-

10.-0ctubre, 1914

PEÑ

ALA

RA

Page 126: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

122 PEf;IALARA

da unos 7 kms. El sol casi africano apretaba sin consuelo, y el morral con su impedimenta pesaba en mis hombros como plomo. Al salir de la capital, me aparté de la carretera, donde había un polvo impo­sible, para coger un camino que atraviesa los campos. En éste en­contré á D. Antonio Molina, comerciante de La Zubia, que venía también de Granada y que se apeó de su burro para acompañarme á pie, teniendo además la amabilidad de dejarme cargar el morral en el animalito. Puse en antecedentes á este señor de mi propósito, que era salir aquella misma noche con los neveros de La Zubia, que tenían que dejarme al amanecer en el camino de la Laguna de las Y eguas. Poco después de llegar á La Zubia, ó sea á las siete ó siete y niedía, llegaron los nevero,; de la montaña, pero tuvieron que lle· var la nieve á Granada, de donde no volvieron hasta las once de la noche, para luego descansar. Resultó que alternaban con otra tanda de neveros que aquella noche salieron de Monachil. Me entendí, sin embargo, con uno de ellos, el Galfn (Francisco Luque Valero), que al día siguiente había de acompañarme con su mula. Después de completar nuestras provisiones para dos ó tres días y proporcionar­nos las mantas necesarias para pasar la noche al aire libre, nos pusi­mos en marcha á las siete y media de la mañana; un poco tarde, es verdad, pero babia que dejar descansar antes al hombre y á la bes­tia, que la noche antepasada la habían pasado en vela y también ca­minando.

Subimos por el llamado llano de la Zubia, campo árido y liso, de poca pendiente, que sirve de campo de tiro á la tropa de Granada. El tiempo era precioso y los rayos del sol esparcían alegría y calor por todas partes. A la hora y veinte minutos, aproximadamente, lle­gamos á la fuente del Hervidero, un nacimiento que da un agua abun­dante, muy fresca y buena, y forma una charca al lado izquierdo del camino. Desde este sitio, el camino se hace más pendiente en un corto trecho. Dejamos á nuestra izquierda, en una hondonada, el cortijo de Güenes, y al otro lado del barranco la sierra del mismo nombre; luego atravesamos unos campos labrados, casi llanos. A nuestras espaldas vimos Granada en casi toda su extensión, y á las nueve y quince llegamos cerca del Cortijo de Sevilla, que dejamos á la derecha, un poco apartado del camino hacia la cuenca del Dílar. Otra bifurcación del camino va á la izquierda y conduce á 1~ Carri-PE

ÑALA

RA

Page 127: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 123

güela, mientras que seguíamos en zig zag por la Cuesta del Fresno, nombre imaginario, porque por allí no hay ningún fresno ni otro arbol que se le parezca: todo está muy árido. A media ladera de esta cuesta encontramos una fuentecilla que tenía muy poca agua, pero buena. En lo alto de la cuesta, el camino sigue por una ladera, su­biendo y bajando ligeramente, hasta que llegamos después de la úl­tima bajada, á las diez y media, á un punto llamado «Aguas Blanqui­llas~, donde nace un arroyuelo, cuyas aguas bajan allí subterránea­mente del Trevenque, que teníamos en frente, para formar dicho na­cimiento. Este cono truncado, esbelto, se ve, se puede decir, casi de todas partes, y sirve de guia sabiendo que en la subida hay que pa­sar por su pie y dejarle á la izquierda. Es un pico hermoso que pa­rece sostener la bóveda del cielo. Aquí paramos cincuenta minutos para almorzar tranquilamente. Nos encontramos en un hoyo; en todo alrededor no vemos más que montañas peladas; eso sí, reinaba un silencio divino y el aire era purísimo. Descansados y fortificados, se­guimos por la rampa de Trevenque, que en gran parte está cubierta de grava, arrastrada allí en tiempo de las grandes lluvias por las aguas torrenciales de las laderas del T revenque. En algunos sitios tiene esta rampa el ancho de una carretera.

Dejando ya el Trevenque á la izquierda, atrás, nos encontramos á las once y cuarenta minutos en el Collado Martín, á cuyo lado norte se veía, en el fondo, un cortijo, si mal no recuerdo, preci­samente el de la Carrigüela, y algunos pinos escasos. Ladeando la montaña hacia la izquierda y siempre subiendo llegamos al Collado de la dehesa del Dilar, para entrar luego en la Cañada de las Víbo­ras. Paramos un momento para disfrutar de la vista de la cordillera, desde el Picacho del Veleta hasta el Cerro Caballo. Me llamaron la atención unos manchones verdes que se veían á media altura de la cordillera (hasta unos 2.000 ms.), y me dijo el guía que eran campos de patata. Desde este punto ya se había achicado mucho el Treven­que y perdido su esbeltez. Al cuarto de hora, poco más ó menos, de seguir caminando, encontramos á la derecha del camino, antes de unos zig zag y un poco apartada, una fuentecilla, pero tan pobre, que no era posible beber en ella, porque el viento fuerte que soplaba la había llenado de polvo y tierra. Después de subir unos diez minutos más, llegamos á la loma de la Cuerda de San Jerónimo, que seguí-

PEÑ

ALA

RA

Page 128: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

124 PEfíiALARA

mas mucho rato por la vertiente Norte. En estos parajes se ven cer­ca los ventisqueros á donde van los neveros por nieve. Luego baja­mos á la cuenca del Monachil. Quisimos beber el agua de éste, pero no tenía nada de fresca, como estaba la poca que quedaba en nues­tra cantimplora. Continuamos subiendo por la orilla del río, sin cru­zarle, y dejándole al poco rato para dirigirnos á la continuación de la loma que habíamos dejado antes y pasar á la cuenca del Dílar. Eran las tres de la tarde cuando cruzamos dicha loma por un calla­dito, y diez minutos después, llegamos al sitio llamado del Campa­mento, á orilla de la Laguna de las Y eguas, á 2.970 ms. sobre el ni­vel del mar.

Aquí descansamos y tomamos alimento y luego salí sólo, á las cuatro en punto, para el Picacho, después de indicarme el guía la dirección que tenía que seguir. Subí en pequeños zig zag, y lle­gué á la cumbre (3.470 ms.) á las cinco y veinte minutos.

El panorama era grandioso, inmenso, aunque á gran distancia había algo de bruma; así, por ejemplo, no vi del mar más que una pe­queña parte en la dirección de Motril y Salobreña; el resto estaba cubierto de nubes. Lo que más me encantaba era el ventisquero que había visto desde Huelma y que ahora se encontraba á mis pies, á gran profundidad, extendiéndose hacia el Mulhacén. Las aguas de este ventisquero alimentan un valle hermoso, donde se veía siquiera algo verde; por cierto, que escogeré este valle para la subida el día que vuelva á aquellas alturas. Al otro lado de la cresta, que une el Picacho del Veleta al Mulhacén, ósea aliado opuesto al gran ven­tisquero, había algunas manchas de nieve pequeñas y dos ó tres la-· gunas, pequeñas también, como lo es igualmente la de las Y eguas, pero ésta no se ve desde la cumbre. Más allá, en las faldas de una loma que desciende del Mulhacén, se divisaban tres pueblos de la Alpujarra, Capileira, Pampaneira y Bubión, alrededor de los cuales se veían praderas ó huertas de un color verde intenso, lo que me ha­cía suponer que allí había tierras de regadío, porque todas las mon- . tañas de Sierra Nevada y las demás que desde ésta se dominan, son muy aridas, así es que deja 'algo de desear el lado pintoresco de las mismas. Quizás eran campos de patata, porque los que hay en la Sierra son también de riego.

La vega de Granada, que es una de las más hermosas de España,

PEÑ

ALA

RA

Page 129: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE~ALARA 12S

ya está demasiado lejos para que se pudiera apreciar su belleza des­-de aquel punto tan elevado.

Después de veinticinco minutos de regocijo, emprendí poco á poco otro camino más largo, en cuanto á distancia, pero menos pen­diente, ó sea el verdadero camino, que está señalado hasta la Lagu­na de las Y eguas y es practicable para caballerías, tardé cuarenta mi­nutos en llegar á aquélla. Entre tanto, el guía había encendido una hoguera y preparado café caliente, que nos sentó muy bien, porque ya era fresco el aire á esa hora y á aquella altura. Al lado de la La­guna había aún un ventisquero sobre el cual iba á deslizarme varias veces antes de que se hiciera de noche, para luego cenar y echarme.

Ya en la subida al campamento, el guía me dijo que unos días antes el Gobernador de la provincia de Granada había pasado varias noches en una: tienda de campaña en aquel sitio encantador, y que debía quedar bastante leña para nuestra necesidad. Efectivamente, tuvímos la gran suerte de encontrar una buena cantidad de ella, si no, hubiéramos tenido que retroceder una hora ú hora y media á por leña á donde se cria_ban las últimas retamas. En el campamento no hay más que, delante de una pared de roca, una majada al descu­bierto. El guía me había preparado una cama con la albarda, pero después de haber estado echado más de una hora sin poder encon­trar el sueño, por el frío, me levanté y encontré al guía dormido al lado de la hoguera ya casi apagada. Puse otra vez leña, y por el rui­do que hacía ésta al quemarse, se despertó aquél y aprovechó mi re­nuncia á la cama para echarse él. Seguí sosteniendo, el fuego toda la . noche, admirando las estrellas y la luna y las sombras fantásticas que proyectaban los peñascos, tomando, además, de vez en cuando un sorbo de café. Cuán necesario sería construir en aquel sitio un refu-. gio sencillo, para no tener que llevar tanta impedimenta. Sin este re­quisito no es extraño que no se desarrolle más el alpinismo en la Sie­rra Nevada, porque para hacer la ascensión en un día es un gran tra­bajo, demasiado pesado para la mayor parte de los aficionados, y para hecho en dos, es casi imposible llevar una tienda de campaña y muchas mantas para poder pasar la noche durmiendo. Puede ser, yo no lo dudo, que en lo más fuerte del verano haya noches muy agra­dables, pero en la consabida no era tanto la baja temperatura que molestaba, sino el viento que penetraba la ropa. Parece ser que en

PEÑ

ALA

RA

Page 130: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

126 PEÑALARA

el verano menudean también las tormentas en la Sierra Nevada y esto es un motivo más para que hubiera un pequeño refugio. ¡Pues adelante, sociedades de alpinismo y turismo de Granada, y á atraer los alpinistas!

Por algo hay que empezar. Sabiendo que la subida á esta Sierra era muy larga, me había ·

propuesto ir á pie hasta la última morada de los labradores ó pasto­res y pasar allí la noche, para seguir el día siguiente al amanecer hasta la cumbre y admirar el espectáculo de la salida del sol, pero todavía doy gracias á Dios por no haberlo hecho, porque al bajar pasamos por una de esas chozas cubiertas de ramas y paja, habitada por todo un familión con muchos chiquillos, y había que ver qué su­cia era aquella gente á pesar de tener una corriente de agua al lado. Estoy seguro que hubiera preferido andar toda la noche ó pasarla de cualquier manera al aire libre, aunque hubiera llegado allí cansado, antes de meterme en la choza.

Me adelanté en la bajada; volvamos, pues, á la Laguna de las Y e­guas. El amanecer allí era una divinidad, desde el momento en que empezaban á palidecer las estrellas, hasta la salida del astro del día. Hicimos nuestro desayuno caliente para reanimar el cuerpo y des­pués de preparar todo para la marcha, nos despedimos de aquella soledad encantadora á las 7,25. Seguimos el mismo camino hasta donde habíamos encontrado el día anterior el río Monachil que cru­zamos ahora, para dirigirnos hacia la cuerda de San Francisco, por cuya ladera seguimos bajando hasta el cortijo de San Jerónimo, ha­biendo encontrado en el camino la choza á que me refería antes. Este cortijo consiste en una casa de labranza y, aliado derecho,un poco más arriba, se estaba construyendo otra casa nueva. Parece ser que todo esto es propiedad de unas monjas de Granada que pasan allí el verano. Efectivamente, vimos una de ellas; estaba paseándose, en compañía de un señor sacerdote, á la sombra de unos nogales her­mosísimos. Eran las 11,25, y pasamos sin parar. A los pocos minutos, y antes de cruzar un arroyo, encontramos una fuente con agua riquí­sima, y, después, los primeros árboles, ó sea unas cuantas encinas. En el Purche (12,50) dejamos la cuenca del Monachil para torcer más· hacia la derecha,y en la Fuente del Hervidero que encontramos lue­go en nuestro camino, almorzamos. (Altura próxima 1.400 m.) A las

PEÑ

ALA

RA

Page 131: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE~ALARA 121

tres llegábamos á la Cantina del Purche, después de haber pasado por un sitio que se llama el Castañar, donde hay un cortijo á la derecha del camino, hacia el Genil, pero aquí pasa lo que en la Cuesta del Fresno, no se ve un castaño ni otro árbol, por ninguna parte. La can­tina es una casuca pegada á una roca, y en ella se vende aguardiente y vino. Desde este punto aún tardamos cerca de dos horas para lle­gar á Granada, á donde entramos á las cinco y cincuenta de la tarde.

En resumidas cuentas, dirás, querido lector: ¿Y para esto andar tanto? ¡Pues sil No sólo conviene porque el ejercicio en la Sierra da salud y vigor, sino que todo alpinista español debiera conocer Sierra Nevada con sus encantos y para que pudiera luego hacer compara­ciones con las demás sierras. Esto sí, le recomendaría hiciera la ex­cursión por lo menos dos ó tres meses antes, cuando el sol ardiente de verano no hubiera secado todavía la vegetación, como ocurre ·á fines de agosto. Y hasta en el invierno debe ser interesantísima esta excursión, cuando la nieve permite usar los skis, tanto más como en los dos caminos que acabo de reseñar no hay precipicios peli­grosos:

Madrid, abril1914.

N. de la R. Desde que nuestro compañero ha hecho su ascensión, la Sociedad Sierra Neva­da se ha impuesto de la necesidad que aquél se­ñala en su articulo, y si no ha construido un refu­gio en el sitio indicado, lo ha hecho en otro no menos estratégico para Jos alpinistas.

Los nombres de los montes

por C. Berna/do de Quirós

• •• En la nomenclatura de los montes, lo

mismo que en la de los ríos y aun en la de los pueblos, se estratifican todas las len­guas de los pueblos que, simultánea ó su­cesivamente, han ocupado un país.

En nuestra España se conservan aún algunos que vienen de los tiempos ibéri­cos más antiguos. Tal sucede con el Aneto de los Pirineos, que los franceses llaman

Nethou; tal, con el pequeño Cerro de Andévalo, en la provincia de

PEÑ

ALA

RA

Page 132: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

128 PEÑALARA

Huelva, cuyo nombre alude, desfigurado por el tiempo, al gran dios Endovélico.

Suceden á éstos los nombres latinos, de que el Moncayo (Mons Caius) es el mejor ejemplo.

Con la invasión musulmana, traen su lenguaje distinto árabes y berberiscos. Los primeros han dejado nombre á muchas montañas, aunque no tantas como ríos. Yebel es la palabra árabe representativa de la idea de montaña, como uad la de río; pero mientras esta últi­ma se ha conservado pura, aquélla se ha modificado con un sonido gutural, lo mismo que en el árabe granadino la yema (mezquita, igle­sia) acabó pronunciándose jima. El javalcón, de Baza; el Javalcuz, que domina la población de Jaén; Gibraltar, etc., son vestigios de esta nomenclatura árabe, casi toda localizada en Andalucía. Fuera de ella, tan sólo recordamos la que hoy llamamos Peña de Javalam­bre, en la provincia de Teruel, que probablemente quiere decir Mon­te colorado {Yebel amri). Berberisca acaso sea la etimología más probable de nuestra querida Peñalara, á quien, por su máxima ele­vación, se llamara entonces Adrar por antonomasia {la montaña); de donde, en la nomenclatura castellana subsiguiente, Peña Adrara, y luego, por la frecuente sustitución de la r en l, Peñadlara, hasta el Peñalara actual. Los nombres vascos tienen cierta hermandad con los berberiscos, toda vez que el vasco es probablemente, según las últimas investigaciones, un idioma emparentado con el tamazirt, vie­ja lengua de la estirpe libio-ibera que hablaron desde las tribus ga­llas de Abisinia hasta las guanches de las Canarias. Estos nombres vascos, de antiquísimo origen pre-ibero, se conservan en el país espe­cialmente. Fuera de él, citemos, tan sólo, nuestra Najarra, que pro­bablemente quiere decir «el pico macho>. El mismo nombre de Pe­ñalara admite una interpretadón vasca, como Peñalarra, significando «larra> pastos al~s, que no faltan en esta montaña.

Con la nomenclatura castellana vienen los nombres actuales. Los más antiguos son· siempre los más expresivos, alusivos á formas ó ca­racteres de los montes: Siete Picos, Montón de Trigo, La Maliciosa, el Almea! de Pablo, el Amealito, Veleta, etc. A veces, no ob~tante su relativa modernidad, el nombre romance ha sufrido alguna leve corrupción fonética que le altera totalmente: Peñagolosa, en la pro­vincia de Castellón, por Peña~olosa. Siguen á estos nombres figura:-PE

ÑALA

RA

Page 133: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 134: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11111

1

1 Corral del Veleta

El Veleta, desde los Peñones de San Francisco li\uullli\IJIIIJIIUIJIIIIIIIIIIIIIIIUIIUIUIIIIIIIIIIII111111111111111111111UIIIIIUIJIII1 1!1111111111111111111111111 1111111111111111111111Uidiiiiii!JIIIII\hllll1~11~

Sierra ~ Neva

... AquelLas largas nieves~ = reando á tamaña elevac

Sierra, ya perdida en {¡ = bien estratos de nubes su.

libre en el instante de 7

~llltiiiiUIUIIIIU 111111 lll,JJ IJIUIIIII

Utltll/

=

Balcón del Veleta l\lllllllllllllftillllllllliiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiUIIUIUlllfl!l IIIIU\llllll 11 11 lll

PEÑ

ALA

RA

Page 135: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

osadas. pálida gloria cla.­·ón sobre la masa de la sombra, semejaban más

pendidas en la atmósfera llegada de la noche ...

C. Bemaldo de Quirós

La Alcazaba y el Mulhacén, desde el Veleta

Ventisquero del Veleta, vertiente Sur lliilllll' llii!IIIIUUIIIUIIIIUUIIIII!l 11

i l

PEÑ

ALA

RA

Page 136: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ

ALA

RA

Page 137: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PL~ALARA 129.

tivos ó representativos los nombres históricos, menos frecuentes, aunque ofreciendo dos ejemplos tan señalados y bellos como estos dos: Almanzor, Mulhacén. Una variedad de ellos es la de los nom­bres de santos, completamente arbitraria y sin sentido casi siempre. En nuestra Sierra tenemos San Pedro, San Juan, San Benito, s·an Marcos y Santa Catalina; pero es claro que podrían cambiarse los nombres sin que el trastorno se advirtiera.

Hay nombres, por lo demás, completamente sin traducción hasta ahora. ¿Qué significa, por ejemplo, el nombre «Gredos~?

A los amigos á quienes estas curiosidades interesen, les rogamos que nos comuniquen sus observaciones.

PEÑ

ALA

RA

Page 138: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

ll PARA,LEER EN EL REFUGIO

EL Nli\10 PREQUNTON

Papa, ¿qué es un alpinista? -Un señor que sube á un monte y que se pierde de vista por gozar del horizonte. -Y dime, ¿qué es un droguero? -Un señor muy comodón, que en diciembre y en enero no se aparta del fogón. -¿A qué se llaman skis? -I?ues á esas tablas que ves que se ata tu primo Luis á las plantas de los pies. Tablas que ponerse debe en donde hay nieve.

-¡Me asombro! ¿Y qué hace donde no hay nieve? -Pues va con ellas al hombro. -Di, papá: la Maliciosa ¿es una mujer muy mala? -Es una cumbre preciosa, á la cual ninguna iguala. -¿Y qué son los Pinganillos? ¿Serán unas cosas feas? -Unos picachos sent:illos ... No tengas malas ideas. -Cuéntame algo del Paular. -Es un convento ruinoso, donde se puede pasar un verano delicioso. -¿Quién es Amezúa?

-Un chico que trabaja, y nunca en balde. -¿Y Prast?

-Otro joven rico y hermano de nuestro Alcalde. -Y dime ...

· -¡Hijo mío, nol ¡Basta de preguntas ya!

* * * Esto, amigos, oi yo á un niño y á su papá.

ENRIQUE PE LA VEGA

11 PE

ÑALA

RA

Page 139: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

1 ...... 1 ------N-0-TIC-IA_S __ ____],

ANTOLOGIA DEL GUADARRAMA

De Antonio Machado, en su poema Las encinas':

cy tú, encinar madrileño, tan hermoso y tan sombrío, bajo el Guadarrama frío, con tu adustez castellana corrigiendo la vanidad y el atuendo y la hetiquez cortesana:..

(El paisaje del Pardo, desde el alto de la Cuesta de las Perdices, expresado intensamente en cinco cortos renglones).

El poeta vuelve á repetir el mismo concepto «Guadarrama frío:. en la composición cal joven meditador José Ortega y Gasset...

NUEVO LIBRO SOBRE GREDOS

Después del amable opúsculo de nuestro compañero Ramón González, sobre Gredas, un libro, sobre el mismo asunto, de José F ernández Zabala, también de los Doce de Peñalara. Cada uno de ellos imprime en su obra el carácter propio de su individualidad. Ramón González, busca y señala lo bello y lo pintoresco, lo que seduce y hace bien ante la cámara fotográfica que manejan unas sa­bias manos. José Fernández Zabala, nos dice las escaladas heróicas que hay que hacer y que ha hecho él en la maravillosa sierra cris­talina, que sólo ahora, tras él y bien contados algunos otros, comen­zamos á comprender en su enorme belleza.

Las páginas de este libro, escrito, exclusivamente como alpi­nista, tienen, casi todas, la austeridad de las crestas graníticas eleva­das en las heladas zonas de la atmósfera; lo que no quiere decir que las falte el soplo de geopoesía sugestivo en el lector, cerrado en su PE

ÑALA

RA

Page 140: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

132 PEAALARA

1

gabinete, de imágenes de los montes, vivientes en muda, impenetra-ble actitud, que inculca al espectador la gran enseñanza: cSólo el si­lencio es grande; lo demás, es flaqueza".

El libro de nuestro querido compañero, va ilustrado profusamen­te con multitud de fotograbados sacados de clichés de González, Ascarza, Amezúa, Prast, Manceñido, Madinaveitia, Victory. Consti­tuye verdaderamente una estimable contribución al conocimiento de Gredas, que sólo será completo para la futura generación, merced á esta nuestra en que nos corresponde el trabajo más rudo y oscuro.

UN FÓSIL EXTRAORDINARIO DEL GUADARRAMA

En la sesión celebrada por la Real Sociedad Española de Histo­ria Natural el 7 del corriente octubre, se ha dado cuenta de un intere- · santísimo hallazgo que hace, al parecer, de nuestro Guadarrama el . país donde se reconoce, fósil, la más antigua forma animal de la vida.

Con ocasión de preparar el joven é inteligente naturalista don Juan Carandell y Pericay, su tésis doctoral sobre las calizas cristali­nas de nuestra Sierra, ha tenido la fortuna de este descubrimiento en la preparación microscópica de una de las calizas recogidas en una cantera de Santa María de la Alameda, bajo el Cerro de San Benito, entre los antiquísimos gneíses, sedimentos de un mar pre­cámbrico, levantados por un movimiento orogénico de edad aún no bien determinada, y en los cuales estas manchas calizas representan' bancos madrepóricos mineralizados. Nuestro amigo Carandell, al dar cuenta, con las debidas y prudentes reservas de este hallazgo, pre­sentando la microfotografía y la reconstrucción ideal de este humil­dísimo sér, testigo de los tiempos en que la vida hacía sus primeros ensayos, .ha propuesto para él el nombre de Archreozon Macphersoni, en memoria del gran geólogo esp1lñol D. José Macpherson, que tan genial y concienzudamente estudió la Cordillera y, sobre todo, el macizo de la Peñalara. '

Al descubridor del extraordinario fósil carpetano, PE¡q-ALARA au­gura una feliz carrera que con tantas esperanzas emprende. PE

ÑALA

RA

Page 141: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEflALARA 133

LAs FLORES ALPINAS PREFERIDAS

El Anuario ilustrado de los Altos y Bajos Alpes, publica el resul­tado de un plebiscito que tenía por objeto precisar el órden de pre­ferencia, en todo el país alpino, de las flores de aquellas montañas. El resultado ha sido ordenar hasta treinta y dos de ellas de esta ma­nera: Edelweis (758 sufragios para el primer puesto entre 844 votan­tes; esto es, el 87'81 por 100); Espliego, Musguillo de Mayo, Reina de los Alpes, Rododendro, Genciana, Myosotis, Genepí, Arnica, Violeta, Zapato de Venus, Lirio Martagó, Azulina, Clavel de monta­ña, Rosa de los Alpes, Té de los Alpes, Narciso, Geranio plateado, Anémona de los Alpes, Geranio, Lirio de San Bruno, Orquis mano de Dios, Digital hepática, Nivéola, Ranúnculo de los glaciares, Asfodelo del Delfinado, Aster de los Alpes,_Astrancia, Bosque gentil, Fritilaria del Delfinado.

ALPINISTAS y ANTIALPINIST AS EN LITERATURA

El alpinismo es el más intelectual de los deportes. Más ó menos alpinistas, de hecho, han sido, entre los más grandes literatos, Petrar­ca, Dante, Rousseau (aunque éste, más bien en el sentido-¡per­dónl-de un verdadero e droguero :o), Goethe, Lamartine,Victor Hugo (e droguero:. también y del genero más frío), Michelet, Ruskin y Nietzsche. Dos de ellos, Michelet y Ruskin, en el dualismo del mar y la montaña, que todos, más ó menos, padecemos, le resolvieron en direcciones opuestas: Michelet en favor del mar; Ruskin en pro de la montaña. Viceversa, la crítica negativa más completa del paisaje de montaña, procede de Chateaubriand (Viaje al Monte Blanco); de . Daudet y de Mirbeau, aquél en Tartarín, éste en Los veintiún días de un neurasténico, la más fina ironía de los deportes alpinos. PE

ÑALA

RA

Page 142: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 ASOCIACION lt

REAPARIGION DE NUESTRA REVISTA

Acordada, como se anunció, la suspensión de nuestra Revista durante los meses de julio y agosto, sólo ahora, en octubre, hemos podido reanudarla, prolongándose un mes más su estado suspen.;ivo. ·Hasta fines de septiembre, en efecto, no han vuelto á verse reunidos en Madrid los Doce de Peñalara, con la llegada feliz de los amigos Ascarza y Tinoco, á quienes la actual conflagración europea sorpren­dió navegando por el Mediterráneo, camino de la costa rusa del Már Negro, donde se proponían estudiar, en Comisión oficial que el pri-

. mero presidia, el eclipse de sol del21 de agosto. {Nuestros amigos, añadiremos de pasada, supieron vencer cuantos obstáculos se les presentaron, y, para honor de la ciencia española, cumplieron su mi-sión de paz en medio de la guerra). ·

Igualmente, nuestro compañero D. Alberto Oettli se vió sorpren­dido en Zürich, de paso para Saint Gall, su ciudad natal, por la mo­vilización de tropas promovida en Suiza por el actual conflicto.

Para su rápido regreso á España, hubo de pasar por un sin fin de molestias y penalidades, hasta alcanzar la costa italiana, en Géno­va, desde donde:: se trasladó a Barcelona á bordo de un vapor mer­cante.

PEflALARA, pues, vuelve á salir, desde octubre, en la misma for­ma y con el mismo sentido que antes tenía. Tenemos que hacer no­tar un sólo cambio en la persona del Tesorero. En adelante lo es don Alberto de Segovia, que firma los recibos por el cuarto y último tri­mestre de 1914 que con el número presente. se reparte a los socios cooperadores. Los señores que lo son en provincias, deberán enviar los valores de pago á nombre del mismo, calle de Pontejos, n.0 2,

PEÑ

ALA

RA

Page 143: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PER'ALARA 13S·

Instituto de Reformas Sociales. La correspondencia no relacionada con la administración, se dirigirá, como antes, á D. Constando Ber­naldo de Quirós, Director de la revista PEiilALARA, con iguales señas.

pRIMERA EXGURSION GOLEGTIV A DE cPEÑALARA•

Tal como se anució en nuestro número de junio, se llevó á cabo la excursión al Cancho del Estepar {1.404 metros), ó Alto de la Mira por otro nombre. A la excursión, que dirigió D. Alberto Oettli, asis­tieron otros tres de los Doce: Meliá, Segovia y Bernaldo de Quirós, y hasta otros once señores {Pérez, Rodríguez de la Torre, Villarrubia, Keydel, Mühlhausenn, Bushell, Buser, Wieland, Schumann, Mengo­tti y Spitzer), casi todos c0operadores de PEÑALARA. Los excursio­nistas pasaron las últimas horas de la noche, hasta la madrugada, en la taberna de la plaza de Hoyo de Manzanares. El tabernero Fran­cisco es hombre agradable y servicial. En el sobrado ó desván de su casa pueden albergarse los grupos de excursionistas, aun siendo nu­merosos.

REVISTAS

La Montagne. En el número de junio señalaremos un artículo de A. l. avirotte sobre la ciudad alpina en la Exposición de Lyón. En el de julio una nota de P. Girardin á propósito de la creación de las montañas, según la concepción del gran geólogo muerto -este año, Eduardo Suess, autor de las monumentales obras El origen de los Alpes y La faz de la Tierra, que señalan una fecunda era, nueva en la Ciencia.

Revue Alpine. En el número de junio, Un cfiasco,. en el Weiss­horn, por A. Heis; en el de julio, Travesía del Rothorn de Zinal.

Bulletin · Pgréneen, julio-agosto. Continuan los cuadros panorámi­cos de Schurader (Cabo Cerbére), por Berardi, Itinerarios al Sur de

PEÑ

ALA

RA

Page 144: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

136 PE~ALARA

Gavarnie, por M. Ji. Alrededor del Aneto, por G. Ledormeur. Del Cabo Figuier al Cabo de Creus, por J. Depmale. Siguen los comen­tarios del Conde de Saint Saud á la antigua memoria de los pasos pirenáicos entre España y Francia.

La Lectura. En el número de julio de la hermosa revista madrile­ña señalamos un largo artkulo de nuestro compañero Bernaldo de Quirós sobre Sierra Nevada, relatando su reciente excursión al Ve­leta y. hablando del alpinismo en Granada y en la Alpujarra.

PAz A Tonos

Buen número de suscriptores de PEÑALARA, súbditos alemanes, franceses, austriacos, etc., han tenido que abandonar España arrastra­dos por las circunstancias guerreras que hoy conmueven al mundo y cubren á Europa de desolación.

Amantes todos de las bellezas naturales, religión que no tiene patrias, deseámosles un prontq y feliz regreso á unos y á otros, para que podamos volver á encontrarnos sobre las cumbres de nuestras montañas españolas en el saludable ejercicio del alpinismo.

A todos, salud y paz.

ExcuRSION AL CERRO DE sAN BENITO

Para el domingo 18 del corriente octubre, la sociedad PEÑALARÁ anuncia una excursión colectiva al Cerro de San Benito (1.616 ms.), á la que podrán asistir los cooperadores de la misma y los amigos de ésta que gusten concurrir. La hora de salida, desde la estación del

· Norte, será á las 8'58 de la mañana. Hacia las 10'50 llegará á la es· tación de Zarzalejo, donde se emprenderá la subida á la cumbre, que invierte cerca de tres horas. Se regresará por El Escorial, C!n el tren

· que pasa por dicha estación á las 7 de la tarde y llega á Madrid á las 8'23. Presupuesto: 2,05 del billete de ida y vuelta.

STAMPA-Talleres tipográficos, San Mateo, 23, Teléfono 5.078-MADRID

PEÑ

ALA

RA

Page 145: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

_ POCUMENTOS

~€- ~ ~ Lr-~~ t:\ N'~!. AA N"'-; ~ ~ q l ~

Los Hoyos de Pinilla

por L. Fernández Navarro

En el número 3 d atención sobre la Sabuca de Alameda, una de las bellezas naturales del bellísimo Va­lle de Lozoya. Voy á descubrir hoy otro rincón de aquella serranía, Los Hoyos de Pinilla, de no menor encanto que el prime­ro, aunque le ceda en dimensiones y, por lo tanto, en grandiosidad.

Lo que genéricamente llaman choyos~

aquellos aldeanos (Hoyo Grande, Hoyo Cerrado, Hoyo Borrocoso, Hoyo de Regajo Niesto, etc.), son los circos que se forman en la cor­tina septentrional del valle, á partir de la misma divisoria, que no baja de los 2.000 metros entre los puertos del Reventón y de Nava­fría. Todos estos hoyos, de contorno semicircular y paredes abruptas, están abiertos hacia el valle, vertiendo sus aguas al Lozoya por medio de barrancos pintorescos, que en un recorrido de tres ó cuatro kiló­metros salvan diferencias de altura de 600' ú 800 metros.

Forma el fondo de estos circos una· depresión mayor ó menor, ocupada por una laguna temporal ó permanente, de aguas quietas y cdstalinas, que al reflejar el intenso azul de aquel cielo limpio, tem­pla con una sonrisa la adusta severidad del paisaje. Las paredes del circo se desgajan verticales en abismos de vertiginosa altura, festo­neadas en su base por un rápido talud de cantos que la helada hizo· saltar y con los cuales el circo va rellenándose. Por delarte de las lagunas, una pequeña eminencia, formada de tierra y de cantos me­nos angulosos que los del cantil, sirve de dique á las aguas. Cuando

. éstas logran salvar el pequeño reborde, lánzanse en busca del río por los ásperos barrancos, ora ocultas bajo el caos rocoso de los

)l.-Noviembre, 1914

PEÑ

ALA

RA

Page 146: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

138 PEflALARA

canchales, ora quel:)rándose ruidosas en los rápidos y cascadas que en serie ininterrumpida forman el cauce.

El origen de estos elevados circos es probablemente glaciar. Son las nieves las que excavaron las depresiones, cuya forma es incom­patible con la acción erosiva del agua líquida. Estas mismas nieves, fundiéndose en el borde de las cavidades, acumularon los detritus que las cierran, la morrena frontal del glaciar, como dicen los geólo­gos.

· Ninguno de estos circos tan bien caracterizado como el Hoyo de Pinilla, así llamado por estar en el término de Pinilla del Valle.

Desde Lozoya, aún mejor que desde Pinilla, puede visitársele en el día. He aquí la excursión tal como yo la he realizado varias veces: Salir temprano deLozoya (1.115 metros) y por el magnífico camino del Vivero (repoblación forestal), subir hasta el puerto de Navafría (1.780 m.); en este camino, todo entre pinos, podrán empfearse, an­dando bien, un par de horas, incluido un pequeño descanso en la fuente que se encuentra en el camino, junto á la casa de Peñalta, á los 1.545 m.

En el mismo puerto hallaremos el camino llamado horizontal, que atraviesa perpendicularmente al que llevábamos y que habrá de tomarse hacia la izquierda. Seguir este camino hasta su salida del perímetro forestal, donde concluye, y luego una senda de pastores que va subiendo poco á poco. Antes habremos pasado oastante por debajo de una gran peña que llaman cdel Cuervo> y por encima de otra casa fo(estal, la de Corral de Piedra. Siguiendo la senda y pro­curando siempre ganar altura, llegaremos al borde del gran barranco de los Hoyos de Pinilla, que bien merece una ojeada. Una hora nos habrá bastado para llegar hasta aquí desde el puerto.

Nos hemos dejado detrás la depresión que buscábamos, bien vi­sible y á la que nos encaminamos desde aquí á campo travieso. A la media hora de fuerte subida, P.staremos en el fondo del circo, á 2.085 metros de all:itud, si no miente mi barómetro. La laguna es semilunar, formada por tres estanques, unidos entre sí mediante estrechos cana-· les, de unos 100 metros de total desarrollo. El desagüe está en el extremo occidental. La profundidad máxima no llega á un metro. Los que no hayan visto una turbera de alta montaña sátisfarán su curiosidad en esta laguna, que es de ello un acabado ejemplo; el

PEÑ

ALA

RA

Page 147: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEfJALARÁ 139

fondo de la misma es turba en su totalidad, lo cual no quita, sin em­bargo, limpidez á sus aguas.

Después del descanso que se impone para admirar el circo, cua­renta minutos nos bastan para subir por la derecha al borde superior del acantilado, ya en la divisoria, á 2.200 ms. de altitud. Es el punto culminante de toda la cortina norte del valle, y no hay que decir si el panorama será espléndido en todos los rumbos. Al N., la inaca­bable llanura de Castilla la Vieja; en primer término, los pueblos de l~s provincias de Segovia, Burgos y Soria; al NE., puede reconocer­se el perfil del Moncayo, destacándose sobre la línea con que la Ibé­rica cierra el horizonte. Al S., el valle con sus risueños pueblecillos, y por encima de la cortina meridional del mismo, los montes de To­ledo, Castilla la Nueva y la meseta de- la Alcarria. A poniente, el macizo de Peñalara,con todo su cortejo de alturas guaparrameñas. A levante, en primer término, los puertos de Navafría y Somosierra, y mas allá, las sierras silúricas del Atázar y de la Puebla de la Mujer Muerta, destacándose sobre el fondo ya borroso de las de Ocejón y Alto Rey, en la provincia de Guadalajara.

La vuelta puede hacerse por el nevero grande de Lozoya, situado en la depresión inmediata (á levante) del circo que acabamos de vi­sitar. Desde el nevero mismo (que sólo á fines de agosto se ve exhausto y eso no todos los años), parte un camino que pasando por. encima de la Peña del Cuervo desciende en numerosos zis zas has­t'a el camino horizontal, por enfrente de la casa de Corral de Piedra que antes mencionamos. De la casa parte un camino, que va directa­mente á L ozoya sin necesidad de salir al que nos sirvió para la su­bida.

Si el tiempo no apremia, aconsejamos almorzar en la fuente lla­mada de Regajo Hondo, abundante y fresco venero que da origen al río Ceguilla, de la cuenca del Duero. Está situada la fuente en la depresión que se inicia exactamente al N. del nevero, á unos quince ó veinte minutos del mismo, en la vertiente septentrional de la divisoria.

También puede hacerse la vuelta siguiendo la divisoria hacia le­vante, pasando por encima del Hoyo Grande, que es otro hermoso circo, y bajando por entre los pinos al puerto de Navafría. PE

ÑALA

RA

Page 148: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 LOS POETAS DE LA SIERRA

LA LOBA f7 ARDA

Las cabrillas van muy altas, la luna va arrebatada, las ovejas de un cornudo no paran en la majada. Estando el pastor en vela vió venir la loba parda. -Llega, llega, loba parda; no tendrás mala llegada con mis siete cachorrillos y mi perra truquillana y mi perro el de los hierros, que sólo para ti bastan.-

-Ni tus siete cachorrillos, ni tu perra truquillana, ni tli perro el de los hierros, no valen para mí nada.

Entró, y sacó una borrega, hija de una oveja blanca, . que la tenían mis amos pa la mañana de Pascua.

-Aquí, siete cachorrillos; aquí, perra truquillana; aquí, perro el de los hierros, á correr la loba parda.-

Siete leguas la han corrido por unas grandes montañas,

11 PE

ÑALA

RA

Page 149: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE~ALARA

y siete la han arrastrado por unas veredas llanas.

Al subir un cotarrito y al bajar una cotarra, salió el pastor al encuentro con un cuchillo sin vaina.

-Pastorcillo, no me mates, por Dios y la Virgen santa, que diré á mis compañeros que no vuelvan á tu piara.

-Siete pellejitas tengo para hacer una zamarra; con 1~ tuya serán ocho pa acabarla de aforrarla. Las patas para manguitos, las orejas pa polainas, y el rabo para agujetas para coserme las bragas; y en caso que sobre algo pa hacer un mandil pa el ama.

141

Reproducida en el libro Andanzas Serranas, de Enrique de Mesa, y escu­chada por nuestro compañero al vaquero Penacho, del valle de Lozoya, en la primavera de 1903. PE

ÑALA

RA

Page 150: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

1

La cuerda

por José F. Zabala

TECNICA PEL ALPINISMO 1

Cuando el hombre se aventura á cami­nar sobre extensos campos de nieve, reco­noce el peligro que le acecha de desapare­cer en una de las innumerables grietas que surcan esos campos, ó de, en una fatal es­currida, precipitarse por la pendiente.

El uso de la cuerda en la montaña es citado ya por Josías Simler, en 1875 ljo-sías Simler et les origines de l' alpinisme,

por Coolidge, pág. 218), viéndose en los antiguos grabados que re­presentan la ascensión de Saussqre al Mont Blanc cómo los excur­sionistas iban, en grupos de tres, sosteniendo con una mano un largo bastón. Tal fué la idea emhrion~r1a de la cuerda.

Elección de la cuerda.-En lugar de la cuerda de cáñamo ordi­nario, en alpinismo se emplea la de cáñamo de Manila; este cáñamo se elabora con las fibras de la Musa textilis, que se cultiva en Filipi­nas en enormes extensiones.

El cáñamo de Manila ofrece sobre las restantes variedades del cáñamo la enorme ventaja de su poco peso y de ser casi imputres­cible.

Las primeras cuerdas empleadas en alpinismo, eran exagerada­mente fuertes; la recomendada por el Alpine Club de Inglaterra, te· nía un diámetro de 13 milímetros, un peso de 100 gramos por metro, y ~na resistencia de ruptura de 930 kilogramos; su precio era .de 45. céntimos el metro. El Deutsche und CEsterreichische AlpenClub, aconsejaba 13 milímetros de diámetro y 100 gramos por metro. ·Es--. . . '· .....

PEÑ

ALA

RA

Page 151: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEfíiALARA 143

tas clases de cuerdas, gruesas y pesadas, han sido rechazadas poste· riormente, prevaleciendo la cuerda usada por el Club Alpino Italia· no desde su fundación: 10 milímetros y 62 gramos de peso por me­tro, con un precio de 13 céntimos el metro.

Respecto á cómo debe ser la cuerda, trenzada ó en espiral, am­bas se deshacen igualmente cuando rozan en la roca excesivamente.

La cuerda de seda, usada por algunos, tiene la ventaja de que en igualdad de resistencia que la de cáñamo es, sin embargo, muchísi­mo más ligera; pero ... su precio exagerado la pone lejos del alcance de la masa general de alpinistas.

Siendo necesario un metro de cuerda para rodear el cuerpo y hacer el nudo, y debiendo distanciarse para la marcha los excursio­nistas cincu metros uno de otro, hacen falta, si son tres individuos, 20 metros de cuerda, y si son cuatro, 25.

Examen de la cuerda g cuidados á que debe someferse.-Apenas el alpinista haya adquirido una cuerda, nueva, naturalmente, debe empaparla en agua con vinagre (1 por 100), dejándola secar al sol, sUspendida en palos de madera ó en los árboles, nunca sobre una barandilla de hierro ni pendiente de clavos ú otra materia oxidable, que la corroerían inmediatamente. ,

Después de cada excursión, debe secarse al sol, guardando siem­pre las precauciones que acabamos de indicar, y observando minu­ciosamente si durante la expedición ha padecido alguna rozadura ó deterioro.

Flg. 1."-•Nudo simple• 6 lazada de •estrobo•.

Fig. 2.a-Para unir dos cuerdas.

Apenas s ~ adviertan en ella algunas fibrillas rotas, debe someter­se á pruebas de resistencia por aquel lado, no exagerando éstas, co­mo es lógico, pues pudiera suceder que llevadas á tal extremo pro­dujeran un quebrantamiento general de la cuerda.

PEÑ

ALA

RA

Page 152: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

144 PE~ALARA

Doblado de la cuerda.-La cuerda, para ser transportada por el alpinista, debe ir cuidadosamente enrrollada, bien en círculo de unos 70 ú 80 centímetros de diámetro, sujeto fuertemente por los tres úl­timos metros de la misma cuerda ó por unas correas suplementarias,

ó en la forma en que se suelen presentar en el comercio las cuerdas de uso corriente.

Los últimos modelos de sa­cos de montaña, vienen provis­tos de unas correas en todo el borde , especialmente destina­das á sujetar la cuerda. Si el excursionista no lleva el morral y utiliza los servicios de un mozo, entonces el mejor medio de transportar la cuerda es á la bandolera.

¿ Cuántos deben ir en la Fig. 3.a-Mocto de encordarse con el nudo doble. cuerda?-Esta cuestión ha sido

tratada por todos los autores, sin que aún hayan llegado á un acuerdo unánime, que nos permita á los profanos adoptar una decisión.

La respuesta decisiva depende de un número considerable de circunstancias: aspecto del terreno, estado de la montaña, tiempo de que se dispone, fortaleza y entrenamíento de los· excursionistas y ca­tegoría de los guías,

. Maestros del alpinismo como Mummery, {Mes escalades dans les Alpes et le Caucase, págs. 306 y siguientes) aseguran que el número ideal de excursionistas para la cuerda es el de dos. Valen más dos buenos montañeros {montagnards} que no dos montañeros y un pili­lín (sic}•, dice Mummery, en su estilo tan humorístico, al enumerar las ventajas de la cuerda de dos excursionistas. El Dr. Güssfeldt, al­pinista alemán tan renombrado, que realizó proezas como la de re­montar por primera vez el Mont Blanc en el mes de enero, dice en cambio, {In den Hochalpen. Ezlebnisse aus den Jahren; traducción al francés por D. Delettra, pág. 302): ·

c¡Dos hombres solamente. para una expedición tan peligrosa! (Se PEÑ

ALA

RA

Page 153: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEflALARA . 145

refiere á la Aiguille Blanche de Peuteret). Esa fué, sin duda alguna, la causa de la catástrofe».

Si la ascensión es corta y si en ella se encuentra una chimenea difícil, en donde la caída de piedras sea posible, entonces será razo­nable encordarse dos excursionistas.

Jorge Casella {L' Alpinisme, pág. 217), periodista y escritor fe­cundísimo, al declararse enemigo de la cuerda de dos personas, dice que su única ventaja es la de ganar tiempo.

Maurice Paillon, autor de multitud de opúsculos y folletos de técnica alpina y traductor de las mejores obras aleman.as é inglesas, en el Manual del Club Alpino Francés, de 1914, se declara, igual­mente, contrario á la cuerda de dos excursionistas; considera como cuerda ideal la de c'uatro, sobre todo si en el curso de la ascensión han de atravesarse glaciares y hay pocas escaladas de rocas. En el caso de ocurrir un accidente, dos de la caravana pueden destacarse en busca de socorro, mientras uno atiende al herido ó enfermo; tam­bién tiene la cuerda de cuatro la ventaja de poder disgregarse cuan­do uno de los que la componen se niega á seguir, conservando dos de ellos la libertad de poder continuar.

Fig. 4.• Nudo de tejedor1 en uno de los extremos

ae la cuerda.

Fig. 5." Nudo •Haz de Gula• ó •de pescador•.

Cinco es el número máximo de personas que deben formar la cuerda, y esto únicamente en el caso de atravesar glaciares ó campo s de nieve muy inclinados, nunca para escalar rocas. . ·

Al final del capítulo en que Maurice Paillon trata de la técnica de la cuerda, incluye una curiosa estadística acerca de las ascensio­nes á la Meije, según la cual, realizáronse á esta difícil cumbre, des­de 1877 á 1900, 150 ascensiones por otras tantas caravanas; fQrma­das por 218 excursionistas y 302 guías, lo que da un promedio de 3'5 personas por caravana.

{Se continuará}

PEÑ

ALA

RA

Page 154: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 NOTICIAS

ANTIGUA NOMENCLATURA DEL GIRGO DEL ESCORIAL

11

En la Historia del Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial (2.• edición. Madrid, 1854), que escribió D. José de Quevedo, bi­bliotecario que fué de él, hallamos una antigua nomenclatura de los cerros del Circo ·del Escorial, tomada de una tabla que había, según el autor, en la Biblioteca. He aquí esta nomenclatura con la altura (reducida á metros), sobre La Lonja, que se les atribuye:

Pri~ero de los Ermitaños, 414,65. Segundo de los Ermitaños, 407,97. El qu·e está s-obre el Castañar, 306,65. El de Machota, 469,13." El de San Benito, 685,58. El del Cabo de la Torrecilla, 489. El de la Ventisca del Alojero, 538,71. El del Helechar, 471,14. El Puerto de Malagón, 533,69. El de la Cruz de. Enmedio, 527,12. Dada la altura de La Lonja (1.028 metros) y obtenida conforme

á ella la elevación de los montes sobre el mar, se puede intentar la identificación de estos montes en su nomenclatura actual, salvando los errores en que, al parecer, incurrió el que trazó la antigua tabla.

'Los dos cerros de los Ermitaños corresponden á las dos cumbres de la Machota Chica, ligeramente exageradas. El cerro que está so• bi:e el Castañar, con una altitud de 306 metros sobre La Lonja (1.334 s.obre el mar), debe corresponder también al macizo de la Machota. PE

ÑALA

RA

Page 155: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE~ALARA 147

La que en la tabla lleva el nombre de Machota, y que es hoy la Ma­chota Grande, resulta también exagerada en 37 metros, puesto que los datos modernos la dejan en 1.460 metros. Todavíaestá más exa­gerada la altitud que se atribuye al cerro de San Benito, que es sólo de 1.616 sobre el mar y 598 sobre La Lonja. El resto de la nomencla­tura ha desaparecido enteramente, salvo el PueM:Q de Malagón, al que se le reduce, en cambio, en 24 metros; haciéndose imposible la iden­tificación de cada uno de los restantes cerros en el conjunto de las eminencias que forman el Circo del Escorial. Obsérvese, no obstan­te, que falta en la enumeración uno de los más importantes cerros y, desde luego, el más elevado: el Risco de los Abantos, que llega has­ta los 1.754 metros (726 sobre La Lonja).

El P. Quevedo añade la siguiente noticia curiosa: eSe ve en el tercero de estos montes {el que está sobre el Castañar) una raya lon­gitudinal de color más claro que el resto del terreno; esta mancha, que parece un sendero desde El Escorial, se produjo por un hundi­miento que ocasionó en 1854 la afluencia de varios manantiales ocul­tos que, con el curso de los siglos, habían minado la parte interior, causando dicho hundimiento un enorme estrépito, que hizo rodar hasta el Castañar las piedras de aquella parte, entre las cuales había algunas que pesaban 1.250 quintales ... ~

Como se ve es algo análogo-y contemporáneo, además-de lo que los serranos de Navacerrada dicen de las vejigas de La Malicio­sa, una de las cuales, en el macizo de Las Buitreras, surca, de alto á bajo, la pared de la montaña con la estrecha y profunda estría que, en nuestra geografía peculiar de excursionistas, algunos llamamos, pintorescamente, el cgran tobogán de La Maliciosa~.

CuE:v A vALIENTE

Está resuelta, en sentido negativo, la duda sol;>re la posibilidad de que hubiera más de una caverna, en comunicación ó no con la prin• cipal, en la montaña á que ésta ha dado nombre (1.856 metros) y que es la.segunda de las vértebras .de la .Sierra de Malagón, dominando

PEÑ

ALA

RA

Page 156: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

148 PE~ALARA

la hermosa estación ,veraniega de San Rafael. Nos permiten afirmarlo así excursiones recientes de buenos amigos nuestros. La boca de Cueva Valiente, tan dificil de explicar por causas naturales, se abre en l1:1 vertiente N. W. y mira hacia El Espinar, que se ve perfecta­mente desde er interior, como un pueblecito de muñecas, envuelto en la tibia atmósfera de sus hogares. Una cornisa de roca desnuda la

· oculta por completo á la vista, siendo dificil hallarla á no saber esta su orientación que decimos y la altitud á que se halla, que viene á s'et de 1.700 metros. Su profundidad se aproxima á los veinte metros; la al­tura de la bóveda excede apenas, cuando más, de la talla de un hom­bre. Se cuenta de ella alguna relación de aprovechamiento por ban­didos, proscritos y, en general, gentes huídas y perseguidas por cual­quier causa. Un antiguo guarda de Pinares Llanos nos aseguraba ha-. ber hallado, más de una vez, excrementos de caballo en el interior de la cueva. Otro, la relacionaba con el llamado «Rancho de los Contrabandistas~, ruinas perdidas que se ven en el Pinar de Pegue­rinos, por encima de la Fuente del Rodeo de Arriba.

L AS PRIMERAS NIEVES

La primera nevada de la estación, considerablemente retrasada (cuarenta y dos días) con relación á la· anterior, se ha producido en las altas cumbres d~ la sierra la noche del 27 del pasado octubre. La mañana siguiente, entre las desgarraduras de los nimbos impul­sados por el cierzo, pudieron verse, de vez en cuando, desde Madrid, Hierro y La Maliciosa iubiertos de nieve.

El 31, sábado, nevó copiosamente durante la mañana y en las primeras horas de la tarde. Por ellp, viéronse sorprendidos los · asi­duos visitantes de Cercedilla y del Puerto de Navacerrada, conque la nieve llegaba hasta las bajas praderas de Los Molinos y Collado Mediano.

El' domingo 1 de noviembre, los que, á pesar de la lluvia que cayó en la madrugada y aun á la hora de salida del tren, tuvieron

PEÑ

ALA

RA

Page 157: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑ'ALARA 149

arrestos para lanzarse á la Sierra, disfrutaron de un día de nieve agradabilísimo.

Tal espesor y dureza tiene la capa de nieve que cubre nuestra Sierra amiga, que es de presumir constituya su definitiva vestidura de invierno.

L IÉBANA y LOS PIGOS DE EüROPA

Editado por el semanario La Voz de Liébana, de Potes (Santan­der), ha aparecido recientemente un interesante libro acerca de los Picos de Europa, en el que se describen las cumbres de este impor­tante macizo montañoso y los innumerables pueblecillos cobijados· en sus profundos valles.

Inclúyense en este libro amenísimas descripciones de paisajes,· itinerarios de excursión, monumentos y costumbres populares, de las comarcas de Liébana, Cabuérniga, Santillana, Cabrales, etc.

Sus autores-dedúcese al leer el proemio que.son varios los que en el libro han colaborado-, excesivamente modestos, escóndense en el anónimo más absoluto.

Para ellos nuestro parabién y para quienes firman las fotografías,· profusamente diseminadas en las páginas de e'ite amable libro.

'VI 1 . PEÑ

ALA

RA

Page 158: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11-ASOCIACION

SEGUNDA EXGURSION COLECTIVA DE cPEÑ'ALARA,

11

Nuestro grupo celebró su segunda excursión, el 18 del pasado octubre, ascendiendo hasta la cumbre del Cerro de San Benito (1.616 metros), en nutrida compañía que formaban hasta treinta y un indi­viduos. Asistieron de los Doce, además de D. Alberto Oettli, deca­no de los guadarramistas, que, como siempre, dirigía la expedición, los amigosJosé Fernández Zabala, Ramón González, Alberto de Se­govia y Constando Bernaldo de Quirós. Además los siguientes se­ñores, cooperadores la mayor parte: los tres hermanos Arenillas, Cas­tells, Castro, Fernández Zabala (Félix), García Bellido, Gil Mateos, Guillén, Hidalgo, López Valencia, Madinaveitia, Magdalena, Men­gotti, Piniés, Pozo, Rodríguez de la'Torre, Ruiz Dana, Sánchez, Vig­note y Villarrubia. Especial mención merecen los cuatro niños, Juan Magdalena, Luis Ardila, justo Pozo, Alberto Morales y Manuel Cas­tells (este último de diez años), que con su presencia añadieron una nueva nota simpática á la expedición. Desde la estación de Zarzalejo emprendieron los excursionistas la subida al Cerro de San Benito; pero habiendo hallado poco menos que agotada la fuente junto á la cual se proponían comer, sobre los cerraderos que se encuentran en el camino transversal que desde Zarzalejo lleva hasta el Collado de lá Cereda, continuaron este camino hasta el Collado mismo, bajo el

. que, en la vertiente oriental, se encuentra otra fuente, casi en la con­fluencia del camino transversal nombrado con el que viene desde El Escorial- para La Cereda. Esta fuente se encuentra á 1.350 metros de

PEÑ

ALA

RA

Page 159: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEfilALARA 151

altitud. (Para conocimiento de todos, conviene advertir que en el ma­cizo superior del San Benito, sobre el Collado de La Cereda y ver­tiendo ya al vallecito donde se asienta esta minúscula aldea, pero poco desviadas de la divisoria, se encuentran otras fuentes de exce­lente agua, entre praderas que las señalan con su verdor). A las tres de la tarde, los treinta y un excursionistas se reunían sobre la cum­bre del cerro, que domina el más complicado paisaje de montañas de toda la cordillera, desde Peñalara á la Serrota. El horizonte estaba brumoso, desgraciadamente, sin poderse apreciar los últimos térmi- ' nos, delicadísimos. Pero el sol reinaba sobre la cumbre, dorando las verdinegras crestas del San Benito, entre las cuales, con dirección. al Escorial, poco después comenzó á descender la larga hilera de los excursionistas.

En el artículo de Bernaldo de Quirós, Los nombres de los Mon­tes, publicado en el número anterior, hay una (pág. 128, línea 30) que conviene rectificar, para que el texto readquiera su sentido. Refi­riéndose al origen del nombre cPeñalara:o, se dice que también pue­de recibir una interpretación vasca «como Peñalarra, significando • larra :o partes altas, que no faltan en esta montaña». Naturalmente, ni en ésta ni en ninguna otra; lo que debe leerse donde dice «par­tes• es «pastos•, que es lo que significa el vasco «larra».

REVISTAS

Revue Alpine.-Número de agosto. Primera ascensión del Domo de la Nieve, de los Ecrins, emocionante relato de Güido Mayer. La . revista anuncia que suspende su publicación. durante la guerra.

PEÑ

ALA

RA

Page 160: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

152

NUESTRA PROXIMA EXGURSION COLECTIVA

PE~ALARA

La tercera excursión colectiva organizada por PEÑALARA·, tendrá lÚgar el domingo 22 de noviembre.

El punto objeto de la misma es la cumbre de La Peñota ó Tres Picos, á cuyo pie, en la estacion de Cercedilla, nos dejará el ferroca-rril del Norte. ·,

Salida de Madrid: 7'50 de la mañana. Salida de Cercedilla: 6'32 de la tarde. Billete de ida y vuelta, en tercera, 2'05 ptas.·

Horario aproximado.-Llegada á Cercedilla, 9'45; Fuente de los dos amigos, 11 '30; almuerzo. Cumbre de La Peñota, á la 1 '30 de la tarde. Regreso á la Fuente, á las 3'30; merienda. Llegada á Cercedi­lla, á las 6 de la tarde.

191 . 1

· STAMP~-Talleres'tlpográfléos, San Mateo, 23, Teléfono 5.o78-MADRID ·

PEÑ

ALA

RA

Page 161: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

Núm. 12. Diciembre, 1914.- Boletín mensual ilustrado

PEÑ

ALA

RA

Page 162: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

-'IIJ!Ui 011ttl•i:•tn!l\lti'!"I111::UJIIIIIIIIUI11ri11:1tli·ll•lii!IIH!Hlii!IIIIIIIIIIJHI!I!il''llillii!IJII!Ilii!J!1111/IIIiii•II'I:I:UIIIilllliilitti:Uil!l:li!ii!ll1!11\lriii11II'1HI!IHJ111!ifl1!f!J!I:if•llii:I1)1Hit!JJI)IIf\Jliiiiii!UI!IUJ!Io'j!JJ:!lª

¡ALPINISTAS!

Pedid el catálogo especial de artículos para deportes, de

, MESTRE Y BLATGE cs.AJ BARQUILLO, 3 DUPLICADO ... MADRID

que acaba de aparecer y con­tiene muchas novedades inte­resantes para los aficionados a'l alpinismo, sports de nieve

y todos los deportes.

~ ~~ ~ ~~:~

-

.---

PEÑ

ALA

RA

Page 163: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11

Alpinismo en Crimea

por

V. F. Ascarza y J. Tinoco

\[--.]\ /, . 1¡ r~~·r._ ·. ·.: )J

,::···· . )r . \\ .. . 'í!

¡.~ ·~ •, .. . >¡'

Un acontecim~~o cl~nHfico-la obser­vación del eclipse total de Sol de 21 de agosto último-nos llevó á la península de Crimea, situada al Sur de Rusia.

Antes de partir, por necesidad de la excursión que realizábamos y por el gusto de conocer el país, hicimos un estudio geo­gráfico del mismo. En este estudio previo, encontramos datos curiosos que nos sirvie­

ron para elegir lugar de instalación á nuestros aparatos, y entre esos datos hallamos algunos que se referían al alpinismo.

Crimea es un país deliciosamente montañoso. Desde la punta del Chersoneso, situado al Suroeste de la península, hasta el extremo oriental, cerca de Kertch, hay montañas de ·unos 180 kilómetros de largas, que avanzan paralelas á la costa y que presentan picos y luga­res interesantísimos. Y a antes de salir de España, al tener conoci­miento de esta topografía interesante de Crimea, hicimos el propósito de satisfacer nuestros gustos por el alpinismo, una vez que terminá­ramos nuestra misión científica. Y con esta ilusión de trepar monta­ñas que han presenciado las más variadas y contradictorias civiliza­ciones de la humanidad, partimos de España.

Desgraciadamente la sangrienta guerra que siembra de cadáveres algunos territorios de Europa y de Asia, hizo fracasar estos propó­sitos. Cuando terminó la observación del eclipse, que era nuestro primero y único deber, nos encontramos con una serie extraordina­ria de dificultades para volver á España, y tuvimos que aprovechar con toda urgencia la llegada de un barco italiano que partía inme­diatamente.

Esto nos privó de recorrer las montañas de Y aila y de gozar del 12.-Diciembrc, 1914

PEÑ

ALA

RA

Page 164: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

154 PEAALARA

espectáculo maravilloso que ofrecen aquellos picos abruptos, ergui­dos á la misma orilla del mar. Pero no pudo privarnos de descender en algunos puntos como Y alta, ni de recorrer sus alrededores, ni de admirar sus montañas próximas y de contemplar atónitos, desde la misma costa, alturas y picachos tan maravillosos y bellos como el de Ai-Petri, que hemos procurado reproducir de una fotografía.

· Y alta es una lindísima población, donde el turista de todo géne­ro halla el medio de satisfacer sus gustos, lo mismo el que ama es­calar los picos· montañosos, que si busca curiosidades históricas, ó si quiere contemplar costumbres pintorescas orientales. En Y alta he­mos encontrado una admirable instalación del Club Alpino de Cri­mea y del Cáucaso. El trabajo de esta Sociedad merece ser divulga­do, por si esta divulgación pudiera servirnos de ejemplo y de estí­mulo. La oficina central de este Club Alpino está en Odessa. En esta población tienen una instalación lujosa con una bien surtida biblio­teca. En Y alta reside una de las sucursales más importantes, la cual organiza diariamente varias excursiones, y además pone á disposi­ción del socio y de los alpinistas en general cuanto puedan apetecer para sus correrías.

Ha de hacerse notar que este Club Alpino da una preferencia ex­traordinaria y grandes facilidades para las excursiones de estudiantes. En los últimos años ha organizado varias de esta clase con duración hasta de catorce días. Socios del Club han acompañado á los estu­diantes, guiándoles á través de estas montañas curiosas y proporcio­nándoles, mediante remuneración muy módica, cuanto podían nece­sitar. Bastan estos datos: durante el año 1912, ha subido á 16.000 el número de personas que han utilizado el servicio de la sucursal de Y alta para cruzar las montañas de esta región de la Crimea. Para fa­cilitar esta excursión, el Club ha hecho construir en las alturas del Tchatir-Dag un excelente refugio, confiado á un guardián que vive muy cerca y el que debe proporcionar á los turistas, según tarifa aprobada, té, azúcar, galletas, samovar y bujías. El Club suministra guías á pie, á caballo y carruajes, según la clase de excursión y los deseos del excursionista. Generalmente el precio por dia en carrua­je, es de dos rublos y medio por persona; se puede bajar á un rublo y cuarto, cuando la excursión es de varios días. Naturalmente, todas las vituallas corren á cargo de los excursionistas. Cada caballo de

PEÑ

ALA

RA

Page 165: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 155

silla, ó de tiro para los carruajes, cuesta dos rublos y medio por día', y dos y cuarto cuando la excursión es de varios días. En estas ex­cursiones el guía debe ir también á caballo mediante el pago de dos rublos diarios.

Las personas que conocen ya los caminos y no necesitan guías y que tienen caballos ó quieren buscarlos ellos m smos, pueden utili­zar, no obstante, el servicio del Club para proporcionarse, si así lo desean, compañeros de viaje. A este efecto, en la sucursal del Club de Y alta existe un libro donde toda persona que desee hacer una excursión escribe sus deseos y encuentra casi siempre quien le acom­pañe.

Desde Y alta pueden organizarse una infinidad de excursiones. En las guías' que reparte gratis el mismo Club, existen descritas nada menos que veintiséis excursiones, todas distintas, variando desde un día de duración hasta siete días. Entre ellas, una de las más sencillas, la que entraba en nuestro programa, es la ascensión al monte Ai­Petri. Este monte está situado casi á la misma orilla del mar y su altu­ra es de 1.256 metros. De lo abrupto de sus picos da una idea la fo­tografía que acompaña, y puede también calcularse, teniendo en cuen­ta que es menester subir la altura mencionada en una longitud muy corta, que no excede seguramente de 3 kms. en proyección horizon­tal. En la subida á este monte se encuentra una cascada de belleza extraordinaria, llamada de Ouchan-Sou. El agua desciende en ella de golpe en una altura media de 100 ms., y del aspecto agreste del paisaje da también idea la fotografía que acompaña. En el camino se encuentran varias fuentes poéticas y toda la _excursión puede hacerse en un solo día.

No mencionaremos, porque haría esta nota demasiado larga, otras muchas excursiones, rigurosamente alpinas, como la subida al monte Tchatir-Dag, la más alta cumbre de estas montañas de Yaila: ,es una especie de meseta de más de 20 kms. de larg-a de Norte á Sur y como la mitad de ancha, que puede considerarse como el eje central de todo este sistema de cordilleras.

La excursión puede hacerse en dos días, combinados con la visi­ta á una de las poblaciones de más interés de oriente, la de Baktchi­Savai, donde se encuentra el famoso Palacio de los Kans, los dervi­ches aulladores, y una porción de cosas que para nosotros, los hom-

PEÑ

ALA

RA

Page 166: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

156 PEÑALARA

bres de occidente, son extraordinariamente llamativas y sorpren­dentes.

Esta parte de Crimea es de una belleza natural extraordinaria por sus montañas agrestes, por su vegetación exuberante y variadísima, que comienza en la misma orilla del mar, por ser de las zonas templa· das, casi-tropicales, y acaba en las cimas de la montaña por la ver­tiente Norte, siendo propia de las regiones frías; ·que ofrece además puntos de vista maravillosos, en los cuales funden sus bellezas el mar y la montaña; que presenta cavernas, algunas de ellas no explo­radas todavía, con restos de las civilizaciones primitivas. ¡Como que todo este bello país ha sido paso de las más antiguas civilizaciones orientales del Asia, de la civilización griega, como lo revelan mu­chos de los nombres del país, y posteriormente de las civilizaciones romanas, genovesa, turca, etc., etc.

Muchas contrariedades nos produjo la guerra en nuestra excur­sión ~ Crimea, pero seguramente una )de las mayores ha sido la de privarnos de un par de semanas para recorrer y admirar todos estos paisajes.

Hemos tenido que contentarnos con su contemplación durante varias horas, desde tierra, en las cercanías de Y alta, y desde el barco, en los dos viajes de ida y vuelta que hubimos de hacer, cruzando el mar Negro desde su extremo oriental hasta Odessa. Queden estos apuntes y esas fotografías como un recuerdo de aquellas perspecti­vas sorprendentes y como una invitación al lector para que, si alguna vez tiene proporción de hacerlo, no deje de recorrer uno de los paí­ses más atractivos para los amantes de la montaña.

'V' PEÑ

ALA

RA

Page 167: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

Alpinismo en Crimea.-Cascada de Ouchan Sou.-Fot. Ascarza PEÑ

ALA

RA

Page 168: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

Alpinismo en Crimea.- Cumbre del Ai-Petri. F o t. Ascarza PEÑ

ALA

RA

Page 169: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

I..__T_E_c_N_Ic_A_D_EL_A_L_PI_N_Is_M_o_. _<•> __ l,

La cuerda alpina

Conclusión

Orden de marcha.-lncluimos en esta compilación estas lineas dedicadas al or­den de marcha en la cuerda, más como cu­riosidad que como indicación para ser lle-vada á la práctica. En España no dispone­mos aún de guías que posean el menor co­nocimiento acerca de la técnica del alpi­nismo; por tanto es obvio tratar este asunto prolijamente.

Una regla principal gobierna esta técnica de la marcha con la cuerda: durante el ascenso, el más fuerte irá el primero, y al descen­so, el último; el más débil, tanto á la subida como en el descenso, debe ir en medio.

En la escalada de rocas, especialmente en las chimeneas, el más fuerte y mejor conocedor de la roca, deberá ir el primero de la cuer­da en todo momento.

Modo de atarse á la cuerda.-El primero y el último de la cara­vana, son los que se atan primeramente; después, el excursionista ó excursionistas que han de marchar en medio.

En lugar del nudo simple (fig. l.a), que sólo debe utilizarse para escaladas breves ó para marchas de corta duración, el excursionista debe ir sujeto con la cuerda por un doble nudo, formando dos bu­cles, cerrado uno de ellos á un costado y el otro al contrario (figura 3.8

); el primero de estos bucles pasa por debajo de ambos brazos, muy cerca de las axilas ó sobacos, y el otro, sube desde la axila de­recha al hombro izquierdo, para volver de nuevo al punto de parti-

( 1) Véase el número anterior.

PEÑ

ALA

RA

Page 170: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

158 PEÑALARA

da, y desde él marcha á formar el nudo de atadura del excursionista que sigue.

La cuerda no debe ir nunca sujeta á la cintura del alpinista; en el caso de un accidente, ocurre que, yendo encordado por la cintura, los pies pierden enseguida contacto con el suelo. Cuando la cuerda se sujeta por bajo de los brazos, al caerse el excursionista siempre irán los pies hacia adelante.

Nudos para hacer la atad~ra.-Comenzaremos por el nudo sim· pie {fig. l.a), cuya sencillez nos ahorra una descripción de cómo se hace. Para sujetarse la cuerda al cuerpo merced al nudo simple, con­viene medir antes la cantidad de cuerda necesaria, y una vez que se ha subido hasta la cintura, apretar el nudo fuertcmenre, sin que se experimente presión de ningún género, y, por el contrario, sin que sea de tal holgura que permita caerse á la cuerda.

Flg. 6.• Nudo de bollna

Fig. 7.• Nudo de tejedor

Ya hemos dicho que el nudo simple sólo es recomendable cuan· do se trata de una escalada breve ó de atravesar un campo de nieve pequeño. Si se ha de permanecer encordado bastante tiempo, es ne· cesario entonces atarse con el nudo doble ó nudo de tejedor; los que van en los extremos de la cuerda, se atarán con el nudo indica· do en la figura 4.8

; los del centro, una vez encordados los otros, se atan como indica la figura 7.8

; {véase, además, la fig. 3.a).

PEÑ

ALA

RA

Page 171: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE~ALARA 159

Si la cuerda es corta para una caravana de cuatro y es necesario empalmada con otra, esta operación se hará en la forma indicada en la figura 2. a

El nudo «haz de guía• (fig. s.a), es recomendable para atarse los que van en los extremos de la cuerda, aunque, repetimos, es preferible recurrir al nudo de tejedor.

En marcha.-La cuerda, durante la marcha, se man­tendrá tendida entre los que componen la caravana; cada uno de ellos, excepto el pri­mero, debe llevar plegada una porción de la cuerda {plegada, no arrollada á la mano, pues en el caso de una caída del compañero que nos precede, si la cuerda va arrollada, en lugar de plega­da, ocurre que se enrosca sobre la mano, y, al compri­mirla, por efecto de la brus­ca tensión á que se ve some­

Fig. s.•

tida, puede ser causa de heridas en la mano y, por tanto, de una com­plicación más en el accidente de la caída).

El llevar casi en tensión la cuerda entre cada uno de los que componen la caravana, hace que, si uno cae, se le pueda detener en­seguida; en el caso contrario, al caerse adquiriría cierta velocidad, que sería difícil de contrarrestar pasados algunos segundos.

Cuando el que guía la caravana se ve precisado á saltar de una ro­ca á otra, ó una grieta en la travesía de un glaciar, debe advertírselo al segundo, pues si éste lleva la cuerda en tensión se verá aquél vio­lentamente detenido en su impulso, tal vez encima del sitio peligroso que quiso salvar.

Cuando se camina entre rocas, todos deben evitar que la cuerda roce sobre ellas, y, con más cuidado, el que se enrede entre ellas. PE

ÑALA

RA

Page 172: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

160 PEÑALARA

Escalada de rocas.-Cuando la caravana llega al pie de la pared de rocas que necesita escalar, todos los que la componen deben con­sagrar su atención á la tarea, tal vez difícil y p-eligrosa, que van á comenzar. El iUÍa leader (así le llama Casella, en su citado libro,

del cual entresacamos estos párrafos) logra asegurarse en un saliente de la roca, para. desde él, izar al segundo, y éste al que le sigue, etc. Mien­tras el leader asciende, el se­gundo debe asegurarse á la roca, bien aferrado con am­bas manos, y, exagerando las precauciones, aprovechará una excrecencia de la misma roca para sujetar la cuerda en derredor de ella.

Antes de comenzar el as­censo, debemos asegurarnos que los demás están preve­nidos, y, sobre todo, que no ha de faltar cuerda durante el momento difícil.

Durante la escalada, no deben avanzar dos al mismo tiempo: uno solo, aunque pa­rezca fácil la tarea. Es un me­dio, aunque lento, de una gran seguridad.

Descenso.-Llega el mo­mento en que la cuerda es absolutamente indispensable.

fig. g·• El guía leader (ó el alpinis-ta más conocedor de la roca,

en ausencia de aquél) queda el último, salvo cuando la dificul­tad de la roca sea exageradísima; este caso sólo puede darse en cir­cunstancias especialísimas, cuando en la caravana no vayan alpinis-PE

ÑALA

RA

Page 173: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEÑALARA 161

las expertos, que permitan al leader quedarse en su puesto, y ser al­guno de ellos el primero en descender.

Mientras el ahora primero encuentra el camino, el leader es e 1 supremo sostén de la caravana, pues de él depende únicamente el éxito en el peligroso descenso.

No debe olvidarse nunca que es más peligroso y difícil el des· censo que la escalada. El noventa por ciento de los accidentes ocurrí· dos en la montaña han sido producidos en el descenso.

Como decimos al tratar de la escalada, en el descenso no debe caminar más que uno solo de los alpinistas; los restantes, colocados antes ó después que él, bien sujetos en el lugar respectivo, estarán dispuestos á su ayuda en todo momen~o.

Cuerda doble.-Cuando todos los que componen la caravana se encuentran en situación difícil, sin que puedan prestarse mutua ayu· da, ha llegado el momento de efectuar lo que se llama rappel de cor· de y que nosotros traducimos llamándole cuerda doble.

El uso de la cuerda doble exige una exagerada prudencia. Para utilizar este procedimiento de descenso es necesario estar provisto de una cuerda suplementaria, llamada cuerda de seguro, de la cual es preciso sacrificar un par de metros en cada una de las ocasiones en que se utiliza.

Con un trozo de esta cuerda de seguro, se rodea una de las pun­tas de la roca que vamos á descender, y se anuda fuertemente, como si fuera un anillo, en dos ó tres vueltas (véase la fig. 00, en el extre­mo superior del grabado). Por ese anillo se pasa la cuerda alpina, y aprovechando el doble cabo de que ahora está formada, se descien· de casi á pulso, á fuerza de brazos, y ayudándose con los pies, que se apoyan en la pared vertical (fig. 9.a). En todo momento, el alpinista debe ser auxiliado por sus compañeros, y para ello se precisa utili­zar otra cuerda más, con la que, desde arriba (fig. s.a), mientras que­de uno de los excursionistas, ó desde abajo (fig. 9.a), pasando la cuerda alpina por la cuerda de seguro, se ha de sostener al que des­ciende.

El uso de la cuerda de seguro para descender por paredes verti­cales de roca tiene el complemento de u~ilizar un anillo en 8 (fig. 9.a), merced al cual se tienen menos probabilidades de rozar la cuerda, y de que, cuando se ha verificado el descenso, al tirar de uno de los PE

ÑALA

RA

Page 174: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

162 PE~ALARA

extremos de la cuerda, ésta resbala mejor y no ofrece dificultad al­guna su rescate.

La figura 9." explica claramente cómo se utiliza el anillo en 8 pa­ra el descenso: cuando sólo queda por descender el último de la ca­ravana, se pasa la cuerda por uno de les dos agujeros del anillo, su­jeto ya por la cuerda de seguro á uno de los pitones de la roca; uno de los extremos de la cuerda es sujeto por los que están abajo, y el otro extremo sirve para encordarse el que desciende. Además, por el agujero del anillo sujeto á la cuerda de seguro, se pasa la segunda cuerda alpina, que sirve, como cuerda doble, para que el quedesciende pueda auxiliarse de ella del modo que hemos explicado más arriba.

Gracias al anillo, ambas cuerdas, la doble y la que, sujeta al alpi­nista, está sostenida por los de abajo, no rozan una con otra y se realiza el descenso sin interrupción alguna por cualquier agarrota­miento que se produjera entre las cuerdas.

El anillo de Whgmper.-Puede ocurrir durante un descenso, que los quince metros de cuerda doble no bastaran para conseguir salvar la pared vertical de roca. Este caso no puede solucionarse empal­mando dos cuerdas, porque puede el nudo de empalme agarrotarse junto á la cuerda de seguro y se corre el riesgo de tener que aban­donar las dos cuerdas.

Whymper, el gran maestro de la técnica alpina, dió solución á este caso utilizando un anillo, que lleva su nombre, merced al cual se puede utilizar toda la longituc;l de la cuerda. El anillo en cuestión es uno corriente, metálico como el anillo en 8. Uno -de los extremos de la cuerda alpina, puesta ya sobre la cuerda de seguro, se sujeta fuertemente al anillo en cuestión, que sirve como de lazo corredizo, pasando dentro del anillo el otro extremo de la cuerda; al tirar del extremo opuesto al anillo, éste permite resbalar la cuerda y sube hasta topar con la cuerda de seguro, de donde ya no pasa. Así dis­puesta, puede ser utilizada la cuerda en toda su longitud, y para ser rescatada sólo se precisa tirar del anillo merced á una delgada cuer­da suplementaria, que habremos anudado á él previamente; resbala de nuevo el anillo, descendiendo por la cuerda alpina, de cuyo cabo suelto se desprende al llegar hacia la mitad de su longitud y se sigue tirando de la cuerda delgada hasta conseguir que la cuerda alpina pase en su totalidad por la de seguro.

PEÑ

ALA

RA

Page 175: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PE~ALARA

Huelga decir, que en todos los casos en que se utiliza la cuerda de seguro, el trozo de ésta que está anudado á la roca queda abandonado.

Hemos sido aún más latos en la descrip­ción del anillo de Whymper, por faltarnos el grabado correspondiente, que hubiera ahorrado tantas y tan incoherentes pala­bras.

Descenso e al freno~ por una pared ver­tical.-Cuando la verticalidad de una pared de roca hace imposible al excursionista po­der descender con la cuerda doble ayudán­dose de los pies, es menester entonces ape­lar al descenso al freno para lograr nuestro propósito.

La figura 10 enseña cómo se ha de dis­poner en tal caso la cuerda doble {además, naturalmente, las cuerdas sencillas, usando el anillo en 8, deben auxiliar al excursionis­ta, sostenido por los compañeros): la cuer­da pasa detrás de In rodilla y rodea la pier-na izquierda por la pantorrilla, para pasar Hg. 10

bajo el pie, entre la planta y el tnlón, {véase

163

el detalle de la fig. 11) y quedar sujeta por el pie derecho, que se

11 apoya fuertemente sobre el izquierdo. Un suave

aflojamiento del pie derecho, que hace la presión sobre el otro, permite á la cuerda, bien sujeta por ambas manos, que resbale quince ó veinte centíme-tros, y frenando y aflojando sucesivamente, lograre­mos salvar el obstáculo.

Este descenso al freno sólo es recomendable cuando se va calzado con botas de suela de cañamo; si se llev~n botas herradas, se corre el peligro de que los clavos estropeen la cuerda, efecto del fuerte rozamiento que con ellos tiene ésta.

Fig. 11 En este caso, conviene utilizar otro procedimien-PEÑ

ALA

RA

Page 176: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

164 PEÑALARA

to de descenso; véamos de explicarlo claramente, ya que no dispo­nemos de un grabado:

La cuerda baja vertical, y pasando por entrambos muslos, rodea por completo uno de ellos, el derecho, por ejemplo, quedando la cuerda, al salir del muslo, sujeta por la mano derecha,· teniendo la izquierda á la altura de la cabeza, sujetando la cuerda que baja, para no perder el equilibrio.

Y terminamos esta breve descripción del manejo de la cuerda al­pina, citando los libros en que nos hemos documentado para formar esta compilación.

Raffacle Pcrrone, Une scuola d'alpinisme; artículo publicado en la revista milanesa La stampa sportiva, 24 novbre. 1912.

Angelo Mosso, L'uomo su/le l'Alpi,· estudios de fisiología, he­chos en el Monte Rosa, con numerosos comentarios acerca de la técnica alpina.-Tercera edición; Milán, 1909.

Manuel d'Alpinisme, edición del Club Alpino Francés; Pa­rís, 1904.

Mummery, Mes escalades dans les Alpes et le Caucase, traduc­ción del inglés por Maurice Paillon; París, 1903.

Dr. Pablo Güssfeldt, Le Mont Blanc. Ascensions d'Hiver ef d'Eté. Etudes dans la haute montagne, traducción del alemán por D. De­lettra; Ginebra, 1900.

Eduardo Whymper, Escalades dans les Alpes de 1860 á 1869; tl'aducción del inglés por A. Joanne; París, 1875.

W. A. B. Coolidge, }osías Simler et les origines de l'Alpinisme; Grenoble, 1904. .

PEÑ

ALA

RA

Page 177: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

Alpinismo en Crimea.-Edificio de la sucursal en Yalta del Club Alpino de Crimea y del Cáucaso. junto á la puerta, á la derecha, la lista de las excursiones organizadas para el día siguiente; en el cuar­to rótulo puede leerse el a_nuncio de una excursión al Ai-Petri.

Fot. Tinaco PEÑ

ALA

RA

Page 178: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

Técnica del Alpinismo.- Uso de la cuerda. Dos caravanas de tres personas, encordándose para cruzar un campo de nieve. - Fotogra­fía de A. Prast.

Del libro Gredas, por José F. Zaba la. PEÑ

ALA

RA

Page 179: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

[1 ASOCIACION 11

RENOVACIÓN

Nuestro amigo tan estimado José Manuel Kindelán ha dejado vacante su puesto en este Grupo de PEÑALARA.

Le alejan de nosotros sus trabajos nunca interrumpidos, que le privan de ser un asiduo concurrente á nuestras sesiones.

En su lugar, otro amigo nuestro, Antonio Victory, viene á com­partir estas tareas.

Montañero entusiasta y decidido y gran aficionado á la fotogra­fía, su ayuda será muy estimable para nosotros, ya que en pasadas ocasiones nos ha hecho merced de datos muy valiosos y de intere­santes documentos fotográficos.

Amigos todos de la Sierra, hemos estrechado su mano al culmi­nar las crestas guadarrameñas ó al recogernos en los pueblos silen­ciosos Y. tristes que duermen á la sombra de estos montes tan queri­(los para nosotros.

En su haber de alpinista, se leen todas las cumbres de nuestro Guadarrama, habiendo agregado á aquél recientemente una prove­chosa excursión á Gredas, realizada, por cierto, con otros dos com­pañeros de PEÑALARA.

FIESTA INTIMA

Para conmemorar el primer aniversario de la fundación de nues­tro Grupo, que celebró la primera de sus sesiones el 16 de octubre del pasado año, se reunieron el 11 del pasado noviembre, á las ocho

PEÑ

ALA

RA

Page 180: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

166 PEF'lALARA

y media de la noche, en el Restaurant Casersa, en una cordial cena, los miembros de PEÑALARA, con las dos únicas excepciones de los amigos José Tinaco y Enrique de la Vega; aquél, impedido por una ligera indisposición, y éste ultimo, enfermo hace algún tiempo.

Al cambiarse las firmas los diez presentes, á la sobremesa, sobre los lindos recordatorios de esta primera fiesta íntim:t que el amigo Zabala había impreso, se hicieron votos de que en el año venidero todos se hallen presentes, y Enrique de la Vega otra vez capaz de emprender la marcha por los puertos con dirección á la vieja Caitu­ja del Paular, que hace tantos años es para él el lugar preferido de su alma, tan buena y estimada .

• • •

u N REFUGIO EN LA PEDRIZA

DE MANZANARES

A propuesta de uno de nuestros compañeros, la sociedad PEÑA­LARA ha decidido construir un refugio de montaña en la Pedriza de Manzanares.

Nuestra escasez de medios pecuniarios nos obliga á recurrir á la ayuda de cuantos generosamente quieran asociarse á esta idea, que nos parece de gran transcendencia para el fomento de las excursio­nes en esta parte tan pintoresca y poco conocida de nuestra Sierra.

Es deseo unánime de PEÑALARA el que este refugio se halle ter­minado al finalizar la primavera de 1915; por lo tanto, admitimos do­nativos desde el momento en que estas líneas sean conocidas por los suscriptores, de quienes esperamos una cordial acogida á nuestra propuesta y una intensa propaganda entre sus amigos y camaradas de excursión.

PEÑ

ALA

RA

Page 181: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEfiALARA 167

La sociedad PEfiALARA inicia la suscripc,ón con 600 pesetas, reunidas con cuotas de 50 pesetas por cada uno de sus doce aso­ciados.

Esperamos d.)nativos de alguna importancia ofrecidos por ami­gos de la montaña, así como suscripciones por pequeñas cantidades de cuantos desean vivamente la consecución de los fines que PEÑA­LARA se propone.

Dónde se emplazará el Refugio.-Las frecuentes expediciones que algunos de nuestros asociados realizan á la Pedriza de Manzana­res, han permitido elegir el lugar en que el refugio alpino ha de ser emplazado; ha ~ido designada la Garganta de la Majadilla, en consi­deración á que constituye un sin igual centt o de excursiones para la Pedriza posterior, especialmente, y para remontar la Pedriza anterior por su vertiente Norte.

El refugio se hallará situado exactamente en una de las mesetas que preceden, yendo desde Manzanares, á Prado Pollo, en la ladera Este de la Cuerda de las Milaneras, á unos 1.400 metros de altura, orientado frente á la Garganta de la Dehesilla.

Desde el refugio se disfrutará del más imponente panorama de montaña que en el Guadarrama puede ofrecerse: al frente, al Este, el murallón de los Pinganillos, erizado de riscos, desconocidos la mayor parte, inaccesibles muchos de ellos. Al Sureste, la abertura de la Garganta de la Dehesilla, limitada hacia aquel lado por la alta barrera de la Pedriza anterior. Vueltos á la espalda, el crestón roco­so de Las Milaneras, culminado por riscos tan colosales como el Cancho de los Tres Cestos. Y allá al Norte, toda la cuerda abrupta de los Altos de Matasanos, Peña del Rayo, Riscos del Colmenar, Peñas Linderas ...

Construcción del Refugio.-Empiazado sobre una planicie roco­sa, de unos treinta metros de larga y veinte de ancha, próximamente, el refugio tendrá unas dimensiones de doce metros por siete. La construcción de las paredes exteriores será de mampostería, é inte­riormente, el único tabique divisorio será de los llamados de pande­rete, es decir, formado por ladrillos verticales.

La fachada Este se apoyará en una terraza, aprovechando la planicie de la roca sobre que está construida, á cuya terraza dará acceso una puerta, independiente por completo de la de entrada al

PEÑ

ALA

RA

Page 182: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

168 PEÑALARA

refugio, á la que se llega por una breve escalerilla tallada en la pie­dra. De este modo, en 1ys bonancibles, se podrá emplazar el comedor al aire libre. ·

El refugio constará interiormente de dos departamentos: uno de ellos, el que pudiéramos llamar vestíbulo, será habilitado para leñe­ra; una puerta lateral de este vestíbulo dará acceso al departamento segundo, de diez metros de longitud por seis de anchura, en el que se dispondrá en el centro de su pared Oeste la chimenea ú hogar, y á ambos lados de ésta, en las paredes Norte y Sur :de la habitación, las 'tarimas que han de servir de dormitorios, para los que se dispon­drá de colchones de paja. Dichas tarimas serán capaces para doce personas.

Una amplia ventana, de dos metros de ancha por 1,60 de altura• además de la puerta de la terraza, de iguales dimensiones eñ anchu­ra y de medio metro más de alta, abiertas al Este, asegurarán la ven­tilación y luminosidad de la habitación.

El suelo estará entarimado, montado sobre vigas de madera, apo­yadas en el muro á medio metro del suelo, asegurándose así la au­sencia absoluta de humedad, pues quedará entre el entarimado y el suelo propiamente dicho una cámara de aire, á modo de sótano, que puede habilitarse también como leñera.

El abastecimiento de agua se hará en un arroyo que corre per­manentemente junto á la roca en' que estará emplazado el refugio, y la provisión de leña se hará de los piornos y jaras que pródigamen­te crecen en los alrededores.

El coste de la construcción se calcula en 2.000 pesetas, incluyen­do en ellas el pequeño mobiliario de que hay que disponer.

La duración de las obras será de unos tres meses, contando con que el mal tiempo no obligue á suspender los trabajos .

••• Nuestro compañero José F. Zabala ha quedado encargado de

todo cuanto se refiere al Refugio de la Pedriza, que facilitará los de­talles que i;e deseen. El envío de donativos debe hacerse á nombre de nuestro tesorero, Alberto de Segovia, Instituto de Reformas So­ciales, Pontejos, 2. PE

ÑALA

RA

Page 183: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

1 SUMARIO DEL TOMO 1

DocUJ:nentos

Cabrera (Sierra de la); R. González.-Páginas 9, 10, 11. Canto de los Cedazos; C. Bernaldo de Quirós.-4, 5. Cantos de la montaña; Rogelio del Villar.-31, 32. Castillo del Real de Manzanares; Julián juderías.-47, 48. Clima de la Sierra; V. F. Ascarza.-27, 28, 29, 30, 31.

1

Crimea (Alpinismo en); V. F. Ascarza y J. Tinoco.-153, 154, 155, 156.

Error geográfico; J. A. Meliá.-11, 12. Gredos (Excursión á); J. M. Madinaveitia.-112, 11,3, 114. Hoya de la Sabuca de Alameda; L. Fernández Navarro.-17, 18. Hoyos de Pinilla (Los); L. Fernández Navarro.-137, 138, 139. La Montaña; J\lberto de Segovia.-106, 107, 108, 109, 110, 111. Laguna de Gredos (La más antigua excursión conocida); C. Bernaldo

de Quirós.-48, 49, 50. Maliciosa y Peddza de Manzanares (Excursiones á la); J. A. Me­

liá.-25, 26, 27, 41, 42, 43, 44, 45, 46, 47. Monasterio delPaular (Memorias y recuerdos);Enrique de la ~ega.-

62, 63, 64, 65. Montañas de León (Bellezas naturales de las); Rogelio del Villar.:......

105, h .. 6. Mujer muerta (Excursión á la); J. M. Madinaveitia.-111, 112. Nieves perpetuas; J. B.-65, 66, 67. Nombres de los montes (Los); C. Bernaldo de Quirós.-127, 128,129. Pirineos aragoneses,. El Monte Perdido; Alberto Oettli.-57, 58,

59, 60, 61, 62, 73, 74, 75, 76, 89, 90, 91, 92, 93, 94, 95. Puerto de Navacerrada en 1838 (El); Jorge Borrow.-51. Sepultura rupestre frente á Toledo (Una); C. Bernaldo de Quirós.-

99, 100. 'Sierra Nevada,Pico del Dornajo; F. Fajardo.-81, 82, 83. Sierra Nevada (Uná excursión á); Piolet.-121, 122, 123, 124, 125,

126, 127. . ·- Somosierra (Excursiones por la); L. F ernández Navarro.-96, 97,

98, 99. PEÑ

ALA

RA

Page 184: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

11 PEt:iALARA.-SUMARIO DEL TOMO 1

Técnica del alpinismo.-La cuerda; J. F. Zabala.-142, 143, 144, 145, (con grabados entJe el texto).

Un historiador duerme; Enrique de Mesa.-77, 78, 79, 89.

Los poetas de la Sierra A Guadarrama; Carlos Snoilsky.-13. Cumbres del Guadarrama ... ; Gabriel G.a Tassara.-3. En las cumbres; Alfonso G.a del Busto.-32. La loba parda; Enrique de Mesa.-140, 141. Los ojos azules de la montaña; Teófilo Gautier.---:19. Prisionero; Gabriel y Galán.-33, 34, 35.

* * * Para leer en el refug-io; Enrique de la Vega.-130.

Noticias Alpinistas y antialpinistas en literatura.-,.---133. Bibliografía.-14. Borrasca dd Carnaval (La).---:68. Cabezo lllescas.-53. Club Alpino· Español.-20, 37. Cueva Valiente.-147. Deportes de nieve (Para los aficionados á).-7. Escorial (Antigua nomenclatura del Circo del).-146. Exposición de Turismo en Londres.-101. F errocarriles.-14. Flores alpim~s preferidas (Las) . ....:..:...133. Fósil extraordinario en el Cuadarrama.-132. Gredos (Exposición de fotografías).-22. Gredos (Nuevo libro sobre).-131. Guadarrama (Antología del).-131. Guadarrama (Errores en la geografía del).-37. Jorge Manrique (Un prior del Paular, glosista de).-7. León (Montañas de); Límnología.-36. Liébana y los Picos de Europa.-14--. Moralzarzal (Para el Bredecker de).-54. Nieve (La).-7. Nieves (Las primeras).-148. Notas de nuestra Sierra vecina.-115. Pablo Matabuena.-85 .. Pedriza de Manzanares (Excursiones á la).-8. PE

ÑALA

RA

Page 185: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

PEf;í'ALARA.-SUMARIO DEL TOMO 1

Pedriza de Manzanares (Reconocimiento de la).-53. Pedriza de Manzanares (Un chozo-refugio en la).-54. Peñalara (La mejor vista de).-101. Picos de Europa.-36. Pintor de la montaña (Un).-36. Pintores de montaña.-53. Poesías de montaña.-84. Rafael Leyda.-69. Sentencia interesante.-7 Sentencia (Otra).-22. . Torres Villarroel en el Guadarrama.-15.

Asociación· '·

Alpinismo (Un curso de).-23. Bernaldo de Quirós.-117. Centro de información· alpina.-23, 39. Conferencias.-16. Cerro de San Benito (Excursión al).-136. Estatutos de la Sociedad Peñalara.-1. Excursión colectiva (Nuestra primera).-135. Excursión colectiva (Nuestra segunda).-150. Excursión colectiva (Nuestra próxima).-152. Fiesta íntima.-165, 166. Guadarrama (Conferencias sobre el).-39. junta directiva.~2. Lista de socios.-2. Paz á todos.-136. · PEÑALARA en la Exposición de Londres.-102. PEÑALARA (Nueva fase de la revista).-2:S, 39. Publicaciones recibidas.-55, 70, 86, 102, 119. Reaparición de nuestra revista.-134. Renovación.-56, 70, 165. . Revistas,-104, 118, 135, 151. Triunfo nuestro.-71. Un refugio en la Pedriza.-166, 167, 168.

Grabados

III

Ai-Petri (Crimea); Ascarza.-160 . .P"J ~Ventanillo, Muf'9-d.e.l_os [~~pillos,

- (planaCíO'ble};'tteliá.-~2, 3r.'~¡:. .. Almanzor (El); González.-112.

Risco de las Damas

Alcazaba y Mulhacén; M. Victoria.- 29. PEÑ

ALA

RA

Page 186: PEÑALARApenalaraonline.org/documentos/historico/penalara1914.pdfPEÑALARA 27 A nuestros pies se empina un risco formidable, conocido por la Maliciosa Chica. Si tenemos la fortuna

IV PEÑALARA.-SUMARIO DEL TOMO 1

Balcón del Veleta; M. Victoria.-128. Barranco de Benalcázar; M. Victoria.-113. Cabecera del Rio Jarama; Fernández Navarro.-96 Campeonato de skis de 1911; González.-81. Canal de San Carlos; A. Prast.-147. Canalizas (Los); Meliá.-Portada del núm. 4. ·- /, Cancho de la Cruz; González.-13. Canto de los Cedazos; Meliá.-5. Cascada de Cotatuero.-80. · Cascada de Ouchau Sou (Crimea); Ascarza.-160. ~ Castillo de Manzanares; A. Prast.-Portada del núm. 5/

. Castillo de Manzanares; J. Tinoco.-81. ·'Club Alpino de Crimea; Tinoco.-160. -L1

Corral del Veleta; M. Victoria.-128. ' · Cueva Valiente; Meliá.-146.

Hermanitos de Gredos; R. González.-113. Hoées Cimeras; A. Castellanos.-4. Hoyos de Pinilla, a El Hoyo, desde la subida; b vista parcial del_

Circo; Fernández Navarro.-146, 147. Industrias del Cardoso; Fernández Navarro.-97. Laguna de Gredas; R. González.--:.49. Monasterio del Paular, cementerio; J. A. Meliá.-Portada del núm. 6. Mon~e Perdido, croquis de la .excursión.-97. ·~,·. ,~· · · Pednza de Manzanares, croquts de alturas.-48.l~· , Peña Bercial;J. A. Meliá.-21. \:.}

. Peña de la Asperilla; R. González.-12. Peña del Cuervo; Fernández Navarro.-146.

, Peña del Diezmo, vertiente Oeste; Hernández P-acheco.-49. Peña del Diezmo, vertiente Sur; J. A. Meliá.-49.

, Peña del Oso; J. A. Meliá.-20. Peña del Tamboril; R. González.-12. Peñalara, desde el Paular; R. González. --112. Peñalara, desde la Morcuera; J: F. Zabala.-96.

· Peñalara, desde las Guarramillas; J. A. Meliá.-80. Pico de la Miel; R. González.-13. Torreones de Gallinero, plana doble.-64, 65 .

. Veleta (El); !\1. Victoria.-128. Ventisquero del Veleta; M. Victoria.-129.

PEÑ

ALA

RA