DE LA INFANTERÍA ALEMANA 1941-1944 - a sufrió a manos de las divisiones acorazadas...

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  • Jeff Rutherford

    LA GUERRA DE LA

    INFANTERA ALEMANA 1941-1944

    Combate y genocidio en el Frente del Este

    Traduccin del ingls:

    Jos C. Vales

  • NDICE

    Agradecimientos ..................................................................... 9Introduccin ........................................................................... 13

    1. La Wehrmacht y la sociedad alemana ............................ 47

    2. Preparativos para la guerra ........................................... 71

    3. Atacar con un feroz espritu ofensivo y [...] provocar una tormenta de fuego y destruccin. La fase inicial de la Operacin Barbarroja ............................................... 101

    4. Valdr la pena seguir con esto?. La marcha hacia Leningrado .................................................................. 133

    5. Se trata nicamente de saber dnde van a morir de hambre los civiles, y no de si morirn o no. La 121 divisin de infantera y la ocupacin de Pavlovsk ......... 171

    6. El fracaso de la Operacin Barbarroja: la fusin de ideo-loga y cultura militar ................................................... 219

    7. La ofensiva sovitica del invierno de 1942: Demiansk y el ro Vljov ................................................................. 241

    8. La gente [...] le gritaba al intrprete que preferan que les pegaran un tiro a que los dejaran morir de hambre. La evolucin del concepto de imperativo militar ....... 265

    9. De desastre en desastre. La guerra de desgaste en el noroeste de Rusia ........................................................ 307

  • 8 LA GUERRA DE LA INFANTERA ALEMANA. 1941-1944

    10. Tenemos que luchar hasta el final, so oder so. Combate y reconstruccin del Grupo de Ejrcitos Norte ............ 335

    11. Una ocupacin ms racional? Las contradicciones del imperativo militar ........................................................ 361

    12. Como desdichados representantes del desdichado si-glo xx, hemos arrasado todos los pueblos. La retirada hasta la Lnea Panther y la tctica de la tierra quemada ..... 389

    Conclusin ............................................................................ 407Bibliografa ............................................................................ 429Fuentes de las fotografas ................................................... 459Notas ................................................................................... 461

  • INTRODUCCIN

    I. La guerra de la infantera

    Esta campaa es una guerra para el soldado de infantera. l ser el que conquiste y conserve los territorios. l ser el que peine los bos-ques, el que asegure las lneas de suministro, el que gane la guerra. Esto era lo que escriba el teniente Schmidt, un miembro de la 121 divisin de infantera (DI) prusiana oriental a principios de agosto de 1941.1 Su valoracin de la Operacin Barbarroja como una campaa de infante-ra era desde luego acertada: aunque el xito global de la operacin dependa principalmente de la actuacin de la lite motorizada y me-canizada de la Wehrmacht,2 107 de las 139 divisiones que invadieron la Unin Sovitica avanzaron hacia sus objetivos dependiendo, casi exclu-sivamente, de un transporte con mulas y caballos para el suministro de materiales y provisiones.3 La cita revela la importancia del Landser indi-vidual en las labores blicas alemanas: a pesar del inters contempor-neo caso exclusivo en las unidades acorazadas que avanzaban por las estepas del estado sovitico una fijacin que de hecho ha persistido hasta el da de hoy, fue el soldado de infantera alemn el que sopor-t lo peor del combate, sobre todo por el enorme desgaste que la in-fantera sufri a manos de las divisiones acorazadas enemigas, que las debilit terriblemente a finales de ao.4 Sin embargo, el teniente Schmidt no se refera nicamente a los objetivos militares tradicionales, tales como destruir las fuerzas enemigas y conquistar un territorio.

  • 14 LA GUERRA DE LA INFANTERA ALEMANA. 1941-1944

    Debido a la apuesta al todo o nada del Alto Mando alemn, segn la cual el estado sovitico deba caer aplastado en el transcurso de unas pocas semanas de combates, l y otros soldados de a pie se vieron obli-gados a emprender tareas que normalmente estn destinadas a las uni-dades de retaguardia, como la obligacin de asegurar las comunicacio-nes y las lneas de suministros entre el frente y sus caravanas logsticas as como apresar a los miles de soldados del Ejrcito Rojo que andaban desperdigados y perdidos tras el avance de los blindados alemanes.5

    Esta modalidad blica tan extraa, la guerra de partisanos, ator-ment a los invasores desde el mismo principio de la campaa, como dej claro el teniente Schmidt en su diario. El segundo da de la opera-cin, despotric contra la guerrilla y dijo que parecan dispararnos desde cada casa del pueblo de Vilkoviszki. Algunos miembros de su regimiento, el 405 de infantera, respondieron de la manera violenta, pero habitual, exigida por el Alto Mando alemn: Dado que haba que incendiar todas las casas desde las que la guerrilla nos atacaba vilmente, casi toda la ciudad qued arrasada por las llamas al atardecer.6

    Cuando se examina en conjunto el contexto de la invasin, esas dos entradas del diario ilustran la naturaleza dual de la invasin de la Unin Sovitica a manos de la infantera alemana: por una parte, las circunstancias particulares de esta campaa la obligaron a asumir nume-rosos papeles distintos, adems de la tarea principal, y extraordinaria-mente compleja, de luchar contra el Ejrcito Rojo; mientras que por otro lado, su propio mando poltico y militar la consideraba el soste-nedor de inexorables valores raciales, en una guerra ideolgica que exiga, bajo cualquier circunstancia, la destruccin total del sistema judeo-bolchevique.7 En muchos sentidos, esas dos entradas del diario transcritas por el teniente enmarcan y explican la guerra de la infantera alemana en la Unin Sovitica.

    Los historiadores han proporcionado excelentes panoramas y an-lisis de las acciones de la Wehrmacht durante el perodo que va desde que se desataron las hostilidades hasta el final de la crisis invernal de 1941-1942, y han examinado las distintas facetas operativas, ideolgicas y econmicas de la guerra.8 Por desgracia, el resto de la guerra en la Unin Sovitica no ha recibido la misma atencin ni se ha investigado

  • JEFF RUTHERFORD 15

    con la misma dedicacin, y los giros y recovecos de la poltica militar y su comportamiento desde 1942 hasta 1944 resultan mucho ms difciles de analizar y visualizar.9 Las tareas a las que tuvo que hacer frente la in-fantera alemana se multiplicaban a medida que avanzaba la contienda. Desde luego, su responsabilidad primera y ms importante sigui siendo el combate, pero a medida que el conflicto se transformaba y, de ser un proceso de avance, se tornaba en una sucesin de aterradoras batallas defensivas, las unidades de combate en el frente se vieron obligadas a cargar con la tarea de ocupar ciudades, pueblos y aldeas durante largos perodos de tiempo: y eran tareas que nadie en el seno del ejrcito haba siquiera planeado antes de la invasin, debido a la creencia general de que la campaa se resolvera en el plazo de unos cuantos meses. Enton-ces, cuestiones tales como mejorar [...] la desesperada situacin alimen-taria de los civiles rusos evacuados se convirtieron en problemas con los que tenan que lidiar las divisiones de combate, mientras contemplaban la miseria que ellos mismos haban causado.10 Estas complejsimas rela-ciones con los civiles, que surgieron tras la conclusin de la crisis inver-nal de principios de 1942 y que evolucionaron hasta resolverse en la tierra quemada y la retirada de finales de 1943 y principios de 1944, subrayaban la contradiccin fundamental a la que tuvo que hacer frente el Ostheer (Ejrcito Oriental) durante la segunda mitad de la guerra. Aunque la propaganda nazi retrataba a la poblacin sovitica como una masa informe de seres infrahumanos que necesitaban ser borrados de las pginas de la Historia, la nica posibilidad de victoria del ejrcito ale-mn resida en la posibilidad de movilizar a esa misma poblacin y con-vencerla de que luchara junto a las tropas alemanas.

    Tanto los prisioneros obligados a trabajos forzosos como las opera-ciones contra la guerrilla dejaban bien a las claras la contradiccin en la poltica de ocupacin de la Wehrmacht y la interrelacin entre esos dos aspectos puso en marcha una espiral de violencia cada vez mayor en la que los alemanes respondieron con una brutalidad y una agresividad extremas contra los civiles soviticos, devastando indiscriminadamente grandes zonas del territorio sovitico, una accin que a su vez oblig a ms gente a huir de sus hogares y a unirse a la resistencia. Al operar de acuerdo con eslganes tales como Donde hay un partisano [guerrille-

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    ro] hay un judo, y donde hay un judo hay un partisano, las polticas antiguerrilleras de los alemanes con frecuencia no se distinguan de otras polticas genocidas y paulatinamente fueron derivando hacia la poltica de tierra quemada que ejecutaron durante la retirada.11 As pues, en 1944, la abrumadora mayora del ejrcito alemn haba parti-cipado ya de un modo u otro en la guerra de aniquilacin que se em-prendi en la Unin Sovitica.12

    La primera cuestin que se le plantea a todos los historiadores, y no solo a los que se ocupan de la Wehrmacht, sino a todos los que estudian el Tercer Reich, es por qu los soldados alemanes se comportaron de ese modo. Fue verdaderamente importante el papel que desempe la identificacin con la ideologa racial nazi en la motivacin de las tro-pas?13 Existieron otras razones, digamos razones econmicas o confor-mismo, para que los alemanes no solo apoyaran el rgimen nazi sino que actu