Pausch, Randy - La Ultima Leccion

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LA LTIMA

LECCION

RANDY PAUSCH con JEFFREY ZASLOW

BIBLIOTECA DE SANTIAGODIRECCION DE BIBLIOTECAS ARCHIVOS, Y MUSEO

Grijalbo

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La ltima leccin Por Randy Pausch. con Jeffrey Zaslow.

2008. Randy Pausch

Todas las imgenes son cortesa del autor, con excepcin de las fotografas de las pginas 17 y 215, de Kristi A. Ries para Hobbs Studio, Chesapeake. Virginia. Publicado originalmente en Estados Unidos y Canad por Hyperion con el ttulo The last lecture. Esta traduccin ha sido publicada por acuerdo con Hyperion.

Fotografa de contraportada por Laura O'Malley Duzyk. DVD 2007 Carnegie Mellon University Derechos exclusivos de edicin en espaol reservados para todo el mundo: D R. 2008, Random House Mondadori S. A. Merced 280, piso 6, Santiago de Chile Telfono: 782 8200 / Fax: 782 8210 E-mail: [email protected]

www.rhm.clPrimera edicin: mayo de 2008 Primera edicin en Chile: noviembre de 2008

Traduccin: Martha Baranda Diagramacin: Juan Carlos Gonzlez, Lucrecia Alcal Impreso en Chile / Printed in Chile Queda rigurosamente prohibida, sin autorizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa, el tratamiento informtico, as como la distribucin de ejemplares de la misma mediante alquiler o prstamo pblicos. ISBN: 978-956-258-297-1 Impreso en Grfhika Copy Center Ltda.

Con agradecimiento a mis padres, quienes me permitieron soar Y con esperanza en los sueos que mis hijos tendrn.

Contenido

Introduccin I II III IV V VI La ltima leccin Cumple de verdad tus sueos de la infancia Aventuras... y lecciones que aprend Permite la realizacin de los sueos de otras personas La cuestin es cmo vivir tu vida Comentarios finales

Reconocimientos

IntroduccinTengo un problema de ingeniera. A pesar de que, en su mayor parte, estoy en excelente condicin fsica, tengo diez tumores en el hgado y me restan unos cuantos meses de vida. Soy padre de tres chicos y estoy casado con la mujer de mis sueos. Sera muy sencillo lamentarme, pero eso no resultara benfico para ellos ni para m. De manera que, cmo invertir mi tiempo tan limitado? La parte obvia es pasar tiempo con mi familia y cuidarla. Mientras todava tengo la posibilidad, aprovecho cada momento con ellos y realizo todas las acciones logsticas necesarias para facilitar su camino hacia una vida sin m. La parte menos obvia es cmo ensearles a mis hijos lo que hubiera podido ensearles a lo largo de los siguientes veinte aos. Ahora son demasiado jvenes para que tengamos esas conversaciones. Todos los padres deseamos ensear a nuestros hijos la diferencia entre el bien y el mal, lo que creemos que es importante y cmo enfrentar los desafos que nos presentar la vida. Tambin queremos que ellos conozcan algunas historias acerca de nuestras vidas con la intencin de ensearles cmo enfrentar la propia. Mi deseo de hacerlo me llev a dar una ltima leccin en la Universidad Carnegie Mellon. Por rutina, las lecciones son videograbadas. Yo saba bien lo que haca ese da. Con el pretexto de dar una leccin acadmica, intent meterme en una botella que algn da sera arrojada a la playa para mis hijos. Si yo fuera pintor, hubiera pintado para ellos. Si yo fuera msico, hubiera compuesto msica. Pero soy profesor, as que di una leccin. Di una leccin acerca del placer de vivir y sobre cunto aprecio la vida, incluso ahora que me resta tan poca. Habl acerca de la honestidad, la integridad, la gratitud y otros temas que son esenciales para m. Y me esforc mucho por no ser aburrido. Este libro es una manera de continuar lo que inici en el escenario. Puesto que el tiempo es precioso, y yo deseo pasar todo el que pueda con mis hijos, le ped ayuda a Jeffrey Zaslow. Cada da conduzco mi bicicleta alrededor de mi vecindario y realizo el ejercicio que es crucial para mi salud. Durante 53 paseos en bicicleta habl con Jeff con ayuda del dispositivo de manos libres de mi telfono celular. Despus, l invirti incontables horas en convertir mis historias, supongo que puedo llamarlas 53 lecciones, en el libro que sigue a continuacin. Ambos sabamos desde el principio que nada de esto sustituye a un padre vivo, pero la ingeniera no es un asunto de soluciones perfectas: es hacer lo mejor que puedas con recursos limitados. Tanto la leccin como este libro son mis intentos de hacer justo eso.

I LA ULTIMA LECCION

1 Un len herido an quiere rugirMuchos profesores imparten plticas tituladas la ltima leccin. Tal vez hayas asistido a alguna. Se ha convertido en un ejercicio comn en campus universitarios. A los profesores se les solicita considerar su fallecimiento y reflexionar en lo que es ms importante para ellos. Mientras hablan, su audiencia no puede evitar reflexionar acerca de la misma pregunta: Qu sabidura legaramos al mundo si supiramos que sta es nuestra ltima oportunidad? Si furamos a desaparecer maana, cul querramos que fuera nuestro legado? Durante aos, la Universidad Carnegie Mellon tuvo una serie de ltimas lecciones. Sin embargo, para cuando los organizadores decidieron pedrmelo a m, renombraron la serie como Viajes y solicitaron a un grupo de profesores seleccionados que ofrecieran reflexiones acerca de sus viajes personales y profesionales. No era la descripcin ms emocionante, pero acept y se me asign la fecha de septiembre. Para entonces ya me haban diagnosticado cncer de pncreas, pero me senta optimista. Tal vez yo poda ser uno de los afortunados que sobreviviran. Mientras me someta al tratamiento, los organizadores de la serie de lecciones me enviaban correos electrnicos. Cul ser el tema de su pltica?, me preguntaban. Por favor proporcinenos un resumen. Existe cierto formalismo en el mundo acadmico que no puede ser ignorado, incluso si una persona est ocupada en otros asuntos, como intentar no morirse. Para mediados de agosto me dijeron que estaba por imprimirse un cartel sobre la leccin, de manera que yo tena que tomar una decisin acerca del tema. Sin embargo, esa semana recib nuevas noticias: mi tratamiento ms reciente no haba funcionado. Me restaban slo algunos meses de vida. Saba que poda cancelar la leccin. Cualquiera lo hubiera comprendido. De pronto, haba muchas otras cosas ms por hacer. Tena que enfrentarme a mi propia pena y a la tristeza de aquellas personas que me amaban. Deba dedicarme en cuerpo y alma a dejar en orden los asuntos de mi familia. Sin embargo, no poda sacudirme la idea de dar la leccin. Me motivaba la idea de impartir una ltima leccin que en verdad sera la ltima. Qu podra decir? Cmo sera recibido? Al menos podra hacerlo? Ellos me permitirn declinar el ofrecimiento le dije a mi esposa, Jai, pero en verdad quiero hacerlo. Jai (se pronuncia "Jey") siempre ha sido mi porrista. Cuando me senta entusiasta, tambin ella lo estaba. Pero haba cierta renuencia en ella acerca de toda esta idea de la ltima leccin. Apenas nos habamos mudado de Pittsburgh al sureste de Virginia para que, despus de mi muerte. Jai y los nios vivieran cerca de su familia. Jai opinaba que yo deba invertir mi precioso tiempo con nuestros hijos, en lugar de dedicar mis horas a escribir la leccin y despus regresar a Pittsburgh para presentarla. Llmame egosta me dijo Jai, pero lo quiero todo de ti. Cada momento que inviertas en

trabajar en esa leccin es tiempo perdido, porque ser tiempo lejos de los nios y de m. Yo comprenda de dnde vena aquello. Desde el momento en que ca enfermo, hice el compromiso de consentir con Jai y honrar sus deseos. Consideraba que era mi misin hacer todo lo que pudiera por aminorar las consecuencias que mi enfermedad produjera en su vida. Esa es la razn por la cual dediqu muchas de mis horas de vigilia a hacer arreglos para el futuro de mi familia sin m. Sin embargo, no poda liberarme de mi urgencia por presentar esa ltima leccin.

Logan, Chloe, Jai, yo y Dylan. A lo largo de mi carrera acadmica present algunas lecciones bastante buenas. Pero ser considerado el mejor conferencista en un departamento de ciencias computacionales es como ser conocido como el ms alto de los siete enanos. En aquellos momentos, yo senta que tena mucho ms dentro de m y que, si me decida a dedicarme a ello por completo, sera capaz de ofrecer algo especial a la gente. Sabidura es una palabra contundente, pero tal vez de eso se tratara. Jai an no estaba contenta con todo esto. Incluso en un momento dado lo comentamos con Michele Reiss, la psicoterapeuta a quien habamos acudido algunos meses antes. Ella se especializa en ayudar a las familias cuando alguno de sus miembros se enfrenta a una enfermedad terminal. Conozco a Randy le dijo Jai a la doctora Reiss. Es adicto al trabajo. Ya s cmo estar cuando comience a organizar su leccin. Lo absorber por completo.

La leccin, dijo ella, ser una distraccin innecesaria de los abrumadores asuntos a los cuales nos aferrbamos en nuestras vidas. Otra situacin preocupaba a Jai: para presentar la leccin, segn lo programado, yo tendra que viajar a Pittsburgh el da anterior, que era el cumpleaos nmero 41 de Jai. Este es mi ltimo cumpleaos que celebraremos juntos me dijo. De verdad vas a dejarme en mi cumpleaos? En realidad, la perspectiva de dejar a Jai justo ese da me resultaba dolorosa. No obstante, no poda deshacerme de la idea de la leccin. Incluso haba llegado a considerarla como el ltimo momento de mi carrera, como una manera de despedirme de mi familia laboral. Hasta llegu a sorprenderme en la fantasa de presentar una ltima leccin que fuera el equivalente verbal de un jugador de bisbol a punto de retirarse que batea la ltima bola hasta la grada ms alta. Siempre me haba gustado la escena final de The Natural, cuando el anciano y sangrante beisbolista Roy Hobbs batea de milagro ese asombroso borne run. La doctora Reiss nos escuch a Jai y a m. En Jai, dijo, vea a una mujer fuerte y amorosa que intentaba invertir varias dcadas en construir una vida plena con un esposo y criar a sus hijos hasta que fueran adultos. Ahora, nuestra vida juntos deba reducirse a unos cuantos meses. En m, la doctora Reiss vio a un hombre que no estaba listo para retirarse por completo a una vida hogarea y que, sin lugar a dudas, tampoco estaba listo para tenderse en su lecho de muerte. Esta leccin ser la ltima ocasin en que me vern en carne y hueso muchas personas a quienes aprecio le expliqu, de manera un tanto llana. Ahora tengo la oportunidad de reflexionar de verdad acerca de lo que es ms importante para m, de cimentar cmo me recordar la gente y de hacer todo el bien posible en mi camino de salida. En ms de una ocasin, la doctora Reiss nos haba visto a Jai y a m sentados juntos en el sof de su consultorio, abrazados con fuerza y ambos baados en llanto. Nos dijo que poda percibir el gran respeto que exista entre nosotros y que con frecuencia le conmova a nivel visceral nuestro compromiso de llegar bien hasta nuestro ltimo momento juntos. Pero nos dijo que no era su papel evaluar si yo deba o no presentar la leccin. Debern decidirlo ustedes mismos nos dijo, y nos invit a escucharnos el uno al otro de verdad, con el fin de tomar la mejor decisin para ambos. Dada la reticencia de Jai, supe que deba enfrentarme con honestidad a mis motivaciones. Por qu esa leccin era tan importante para m? Sera acaso una manera de recordarme a m mismo y a los dems que yo todava segua vivo? Para probar que todava tena la fortaleza necesaria para actuar? Se trataba de la urgencia de un amante de la atencin pblica de pavonearse una vez ms? La respuesta era afirmativa para todas las preguntas anteriores. Un len herido necesita saber si todava puede rugir le dije a Jai. Se trata de dignidad y autoestima, las cuales no son equivalentes a la vanidad. Haba otro elemento presente en el tema. Yo haba comenzado a considerar la leccin como un vehculo que me transportara al futuro que nunca podra ver. Le record a Jai las edades de nuestros hijos: cinco, dos y uno.

Mira le dije, a sus cinco aos de edad, supongo que Dylan crecer y tendr muy pocos recuerdos de m. Pero, cunto recordar en realidad? Qu tanto recordamos t y yo de cuando tenamos cinco aos? Recordar Dylan cmo jugu con l y de lo que nos remos juntos? Cuando mucho, ser brumoso. Y qu hay acerca de Logan y Chloe? Tal vez no guarden recuerdo alguno. Nada. En especial, Chloe. Y puedo decirte esto: cuando los nios sean mayores, llegarn a esa etapa en la cual necesitarn saber de manera imperativa y apremiante: quin fue mi pap? Cmo era? Esta leccin podr servir para dar respuesta a esas preguntas. Le dije a Jai que me asegurara de que la Universidad Carnegie Mellon grabara la leccin. Te traer un DVD. Cuando los nios crezcan, puedes mostrrselos. Les ayudar a comprender quin fui y las cosas que eran importantes para m. Jai me escuch y despus formul la pregunta obvia: Si hay cosas que deseas decirles a los nios o consejos que quieres darles, por qu no colocas la cmara de video en un trpode y lo grabas aqu, en la sala? Tal vez me atrap con eso. O tal vez no. Como ese len en la selva, mi habitat natural todava era un campus universitario, frente a los estudiantes. Una cosa que he aprendido le dije a Jai es que, cuando los padres dicen algo a sus hijos, no es daino obtener alguna validacin externa. Si puedo lograr que la audiencia ra y aplauda en el momento preciso, tal vez eso sirva para agregar fundamento a lo que les digo a los nios. Jai sonri hacia m, su agonizante hombre del espectculo, y por fin cedi. Ella saba que yo estaba ansioso por encontrar maneras de dejar un legado para mis hijos. De acuerdo. Tal vez esa leccin sera una de esas maneras. Por tanto, con la luz verde de Jai, tena un desafo frente a m. Cmo convertira esa charla acadmica en algo que resonara en nuestros hijos diez aos o ms en el futuro? Yo tena la certeza de que no quera que la leccin se concentrara en mi cncer. Mi saga mdica era lo que era, y yo ya la haba superado una y otra vez. Tena muy poco inters en dar un discurso acerca de, por ejemplo, mis reflexiones sobre cmo me enfrent a mi enfermedad o la manera en que sta me haba proporcionado nuevas perspectivas. Mucha gente podra esperar que la pltica versara sobre la muerte. Pero tena que ser acerca de vivir. *** Qu es aquello que me hace nico? Esa era la pregunta que me senta impulsado a responder. Quizs el hecho de encontrar la respuesta me ayudara a determinar lo que deba decir. Estaba sentado con Jai en la sala de espera de un mdico en el hospital John Hopkins, a la espera de un nuevo reporte de patologa, y rebotaba mis pensamientos con ella.

El cncer no me hace nico dije. No haba discusin al respecto. A ms de 37,000 estadounidenses se les diagnostica cncer de pncreas al ao. Pens mucho acerca de cmo me defina a m mismo: como profesor, como un cientfico de la computacin, como esposo, como padre, como hijo, como amigo, como hermano, como mentor de mis alumnos. Todos ellos eran papeles que yo valoraba. Pero alguno de esos papeles en verdad me distingua? A pesar de que siempre tuve un concepto saludable de m mismo, saba que esta leccin requera de mucho ms que palabrera. Me pregunt: Qu es lo que yo, por m mismo, tengo para ofrecer de verdad?. Entonces, en aquella sala de espera, de pronto supe justo lo que era. Lleg a m como un destello: cualesquiera que hubieran sido mis logros y todas las cosas que amaba tenan sus races en los sueos y metas que tuve cuando era nio... y en las maneras en que haba alcanzado la mayora de ellos. Mi cualidad nica, segn me di cuenta, resida en los aspectos especficos de todos los sueos, desde aqullos de increble significado hasta los decididamente caprichosos, los cuales definan mis 46 aos de vida. Sentado all tuve la certeza de que, a pesar del cncer, en verdad crea ser un hombre afortunado porque haba dado vida a esos sueos y, en gran medida, lo haba logrado gracias a diferentes cosas que aprend de personas extraordinarias a lo largo del camino. Si era capaz de contar mi historia con la pasin que senta, mi leccin podra ayudar a otras personas a encontrar la manera de alcanzar sus propios sueos. Tena mi laptop conmigo en la sala de espera y, encendido por esta epifana, envi de inmediato un mensaje de correo electrnico a los organizadores de la leccin. Les dije que por fin ya tena un ttulo para ellos. Me disculpo por la demora, escrib. Llammosla: 'Cumple de verdad tus sueos de la infancia'.

2 Mi vida en una laptopCmo catalogas con exactitud tus sueos de infancia? Cmo logras que otras personas se conecten de nuevo con los suyos? Como cientfico, ste no era el tipo de preguntas con las cuales me enfrentaba con regularidad. Durante cuatro das me sent frente a mi computadora en nuestro nuevo hogar en Virginia, y escane diapositivas y fotografas para armar una presentacin en Power Point. Siempre he sido un pensador visual, de manera que supe que la pltica no llevara textos, nada escrito. Logr capturar alrededor de 300 imgenes de mi familia, mis alumnos y colegas, adems de docenas de imgenes originales que pudieran ilustrar los sueos infantiles. Escrib algunas palabras en ciertas lminas, como consejos y frases. Una vez que estuviera en el escenario, esas palabras me ayudaran a recordar lo que tena que decir. Mientras trabajaba en la presentacin, me levantaba de mi silla cada noventa minutos para interactuar con los nios. Jai vea que yo intentaba permanecer involucrado en la vida familiar, pero an consideraba que yo inverta demasiado tiempo en la leccin, en especial porque apenas habamos llegado a vivir a la nueva casa. Como es natural, ella esperaba que yo me encargara de las pilas de cajas que llenaban nuestro nuevo hogar. En un principio. Jai no plane acudir a la leccin. Ella senta que tena que quedarse en Virginia con los nios para hacerse cargo de las docenas de asuntos por resolver derivados de nuestra mudanza. Yo le deca: Quiero que ests all. La realidad era que yo necesitaba con desesperacin que ella estuviera all. As fue que por fin accedi a viajar a Pittsburgh la maana de la leccin. Sin embargo, yo tena que llegar a Pittsburgh un da antes, as que a la 1:30 de la tarde del 17 de septiembre, el da en que Jai cumpla 41 aos, me desped de ella y de los nios con un beso y conduje hasta el aeropuerto. Habamos celebrado su cumpleaos el da previo con una pequea fiesta en casa de su hermano. No obstante, para Jai mi partida significaba un molesto recordatorio de que ahora estara sin m en su cumpleaos y en todos los cumpleaos futuros. Aterric en Pittsburgh y me encontr en el aeropuerto con mi amigo Steve Seabolt, quien llegaba de San Francisco. Nos habamos hecho amigos aos atrs, cuando hice un ao sabtico en Electronic Arts, la empresa fabricante de videojuegos en donde Steve era ejecutivo. Nos hicimos tan cercanos como hermanos. Steve y yo nos abrazamos, rentamos un automvil y nos marchamos juntos entre bromas y buen humor. Steve me coment que haba acudido al dentista y yo me jact de que ya no tendra que volver nunca ms al dentista. Nos detuvimos en un restaurante local para comer y yo coloqu mi laptop sobre la mesa. Ech un vistazo rpido a mis lminas, que ahora sumaban 280.

Es demasiado largo me dijo Steve. Todos estarn muertos para cuando termines la presentacin. La mesera, una mujer embarazada de treinta y tantos aos y con el cabello rubio decolorado, lleg a nuestra mesa justo cuando una fotografa de mis hijos se mostraba en la pantalla. Lindos nios dijo, y pregunt sus nombres. Le respond: Este es Dvlan, Logan, Chloe... La mesera dijo que el nombre de su hija era Chloe y ambos sonremos ante la coincidencia. Steve y yo retomamos la revisin de la presentacin en Power Point y l me ayudaba a mantenerme concentrado. Cuando la mesera nos trajo nuestros alimentos, la felicit por su embarazo. Debe sentirse muy feliz le dije. No exactamente respondi. Fue un accidente. Mientras se alejaba, no pude impedir que me sorprendiera su franqueza. Su respuesta casual fue un recordatorio acerca de los elementos accidentales que se presentan tanto en nuestra llegada a la vida... como en nuestra partida hacia la muerte. Aqu estaba una mujer que tendra un hijo por accidente y a quien de seguro llegara a amar. En cuanto a m, mediante el accidente del cncer dejara a tres nios, quienes creceran sin mi amor. Una hora ms tarde, a solas en mi habitacin de hotel, mis hijos permanecan en mi mente mientras yo reacomodaba las imgenes para mi leccin. El acceso inalmbrico a Internet de la habitacin era intermitente, lo cual me result exasperante porque vo continuaba mi navegacin a travs de la red para encontrar ms imgenes. Para empeorar las cosas, ya comenzaba a sentir los efectos del tratamiento de quimioterapia que haba recibido das antes. Tena clicos, nuseas y diarrea. Trabaj hasta la medianoche, me dorm y despert con un ataque de pnico a las 5 de la maana. Una parte de m dudaba de que mi leccin funcionara. Pensaba: Esto es justo lo que obtienes cuando intentas contar la historia de tu vida en una hora!. Cavil, medit, pens y reorganic. Para cuando dieron las once de la maana, sent que ya tena definido un curso narrativo; tal vez funcionara. Me di un bao y me vest. A medioda lleg Jai del aeropuerto y nos acompa a Steve y a m a almorzar. Fue una conversacin solemne en la cual Steve prometi estar l pendiente de Jai y de los nios. A la 1:30 de la tarde, el laboratorio de computacin en el campus en donde pas gran parte de mi vida recibi mi nombre en mi honor; yo contempl la revelacin de mi placa sobre la puerta. A las 2:15 estaba en mi oficina v me senta fatal, exhausto por completo, enfermo por la quimioterapia y con la duda de si deba usar el paal para adulto que haba trado como precaucin. Steve me recomend recostarme en el sof de mi oficina durante un rato, lo cual hice, pero mantuve mi laptop sobre mi abdomen para poder continuar con mis desvaros. Agregu otras

sesenta lminas. A las 3:30 de la tarde, algunas personas haban comenzado a formarse para entrar a mi leccin. A las 4 me levant del sof, comenc a recolectar mis pertenencias y me dispuse a mi caminata a travs del campus hacia la sala de conferencias. En menos de una hora deba estar sobre el escenario.

3 El elefante en la habitacinJai ya estaba en la sala, una inesperada casa llena de 400 personas y, mientras yo suba al escenario para revisar el podio y organizarme, ella pudo percatarse de cuan nervioso estaba yo. En tanto me ocupaba en arreglar mis cosas. Jai not que no estableca contacto visual con casi nadie. Pens que yo no poda permitirme mirar hacia la multitud pues saba que podra ver a algn amigo o ex alumno y que la emocin de ese contacto visual me abrumara mucho. Haba murmullos entre la audiencia mientras yo me preparaba. Era seguro que aquellas personas que slo haban venido para ver cmo luca un hombre a punto de morir de cncer pancretico tenan preguntas: Era se mi cabello verdadero? (S, conserv todo mi cabello durante la quimioterapia) Seran capaces esas personas de sentir lo cerca que estaba yo de la muerte mientras hablaba? (Mi respuesta: Slo mrenme!). Incluso unos minutos antes de que iniciara la pltica continu deambulando por el podio, elimin algunas lminas y reacomod otras. Todava trabajaba en ello cuando recib la seal: Estamos listos para comenzarme dijo alguien. Yo no estaba vestido de traje. No llevaba corbata. No iba a subirme all vestido con un traje ejecutivo de tweed con parches de cuero en los codos. En cambio, eleg dar mi leccin ataviado con la vestimenta que consider ms apropiada para hablar de sueos infantiles que pude encontrar en mi ropero. Es seguro que, a primera vista, yo luca como el chico que te toma la orden en un establecimiento de comida rpida con servicio en el automvil. Pero, de hecho, el logotipo en mi playera de manga corta era un emblema de honor porque es el que utilizan los creativos de Walt Disney, los artistas, los escritores y los ingenieros que crean fantasas aptas para parques temticos. En 1995 pas seis meses sabticos como creativo de Disney. Fue un punto crucial en mi vida, la realizacin de un sueo de mi infancia. Esa es la razn por la cual tambin llevaba la insignia oval con mi nombre, Randy, que me entregaron cuando trabaj en Disney. De esta manera pagu tributo a esa experiencia de vida y al mismo Walt Disney, cuya famosa frase dice: Si puedes soarlo, puedes hacerlo. Agradec a la audiencia por acudir, solt algunas bromas y despus dije: En caso de que alguien se lo pregunte y no conozca los antecedentes, mi padre siempre me ense que, cuando haya un elefante en la habitacin, es necesario presentarlo. Si ustedes observan mis estudios mdicos, hay alrededor de diez tumores en mi hgado y los doctores me dijeron que me restan de tres a seis meses de buena salud. Eso sucedi hace un mes, de manera que ustedes saquen las cuentas. Proyect en la pantalla una imagen gigante de los estudios mdicos realizados a mi hgado. El ttulo de la lmina era El elefante en la habitacin y yo le haba insertado unas flechas rojas para sealar cada uno de los tumores. Permit que la lmina permaneciera expuesta durante un rato para que la audiencia pudiera seguir las flechas y contar mis tumores.

Muy bien dije, as estn las cosas. No podemos cambiarlas; slo debemos decidir cmo responder ante ellas. No podemos cambiar las cartas que nos han repartido, slo podemos tomar decisiones acerca de cmo jugaremos esa mano. En ese momento era definitivo que yo me senta saludable y pleno, el Randy de los viejos tiempos, sin duda cargado de energa por la adrenalina y la excitacin de tener la casa llena. Saba tambin que luca saludable y que para mucha gente resultaba complicado conciliar mi apariencia con el hecho de que estaba prximo a morir, de manera que lo puse sobre la mesa. Si no parezco tan deprimido y malhumorado como debera, lamento decepcionarlos dije y, despus de que la gente ri, agregu: Les aseguro que no estoy en negacin. No es que no est al tanto de lo que ocurre. Mi familia; es decir, mis tres hijos, mi esposa y yo, nos dimos a la fuga. Compramos una hermosa casa en Virginia y lo hicimos porque se es un buen lugar para que la familia contine. Mostr una lmina con la nueva casa suburbana que recin habamos comprado. Sobre la foto se encontraba el ttulo: No estoy en negacin. Mi punto era el siguiente: Jai y yo habamos decidido desenraizar a nuestra familia. Yo le haba pedido dejar un hogar que ella amaba y amigos que la queran. Habamos separado a nuestros hijos de sus compaeros de juegos de Pittsburgh. Habamos empacado nuestra vida y nos habamos arrojado a un tornado que nosotros mismos creamos, cuando hubiramos podido refugiarnos en Pittsburgh a esperar a que yo muriera. Pero habamos decidido realizar esa mudanza porque sabamos que, una vez que yo hubiera partido. Jai y los nios necesitaran vivir en un lugar en donde la familia extendida pudiera ayudarlos y amarlos. Tambin quise que la audiencia supiera que me vea bien y que me senta estupendo, en parte porque mi cuerpo apenas comenzaba a recuperarse del debilitante tratamiento de quimioterapia y radiacin que mis doctores me haban aplicado. Ahora llevaba el tratamiento de quimioterapia que es paliativo y fcil de soportar. En este momento, mi estado de salud es fenomenal les dije. Me refiero a que lo mejor de la disonancia cognoscitiva que ustedes jams vern consiste en que estoy en excelente forma. De hecho, tengo una condicin fsica mucho mejor que la de la mayora de ustedes. Me trasladaba desde los lados hacia el centro del escenario. Horas antes no me senta seguro de contar con la fortaleza necesaria para hacer lo que iba a hacer, pero ahora me senta envalentonado y potente, as que me arroj al suelo y comenc a hacer lagartijas. Al or los aplausos y las risas de la audiencia, fue casi como si pudiera escuchar que cada uno de los asistentes exhalaba su ansiedad de manera colectiva. No slo se trataba de un hombre a punto de morir. Slo era yo. Ya poda comenzar.

II CUMPLE DE VERDAD TUS SUEOS DE LA INFANCIA

Mis sueos de la infancia: Estar en la gravedad cero Jugar en la NFL Ser autor de un artculo en la Enciclopedia Mundial Ser el capitn Kirk Ganar animales de peluche Ser un creativo de Disney

Una lmina de mi leccin...

4 La lotera de padresMe gan la lotera de padres. Nac con el boleto ganador, razn principal por la cual pude realizar mis sueos infantiles. Mi madre era una severa maestra de ingls de la vieja escuela, y posea nervios de titanio. Obligaba a sus alumnos a trabajar muy duro y se enfrentaba con decisin a las quejas de los padres respecto de que tena expectativas demasiado altas para sus alumnos. Como hijo suyo, supe un par de cosas acerca de sus altas expectativas y eso se convirti en mi fortuna. Mi padre fue un mdico de la Segunda Guerra Mundial quien particip en la batalla de las Ardenas. Fund una organizacin no lucrativa para ayudar a los nios inmigrantes a aprender ingls. Para su sustento administraba un pequeo negocio de venta de seguros para automvil en la ciudad de Baltimore. En su mayora, sus clientes eran pobres, con malas historias crediticias y bajos recursos, pero l encontraba la manera de asegurarlos y soltarlos a las calles. Por un milln de razones, mi padre fue mi hroe. Crec en la comodidad de la clase media de Columbia, Maryland. El dinero nunca fue un problema en nuestro hogar, en especial porque mis padres nunca consideraron necesario gastar demasiado. Eran frugales hasta el extremo. En raras ocasiones comamos en restaurantes. bamos al cine una o dos veces por ao. Vean la televisin decan mis padres. Es gratis. Mejor an, vayan a la biblioteca por un libro. Cuando yo tena dos aos de edad y mi hermana cuatro, mi madre nos llev al circo. Quise ir una vez ms cuando cumpl nueve aos. No necesitas ir me dijo mi madre. Ya fuiste al circo. Tal vez suene un tanto opresiva para los estndares de la actualidad, pero en verdad tuve una infancia mgica. Puedo decir con honestidad que me veo como un chico que tuvo ese increble impulso en la vida porque tuvo una madre y un padre que hicieron bien muchas cosas. No comprbamos mucho, pero reflexionbamos acerca de todo. Eso se deba a la cualidad inquisitiva infecciosa de mi padre acerca de los sucesos actuales, la historia y nuestras vidas. De hecho, al crecer pens que existan dos tipos de familias: 1. Las que necesitan un diccionario para la cena. 2. Las que no. Nosotros ramos una de las familias nmero 1. Casi cada noche consultbamos el diccionario, el cual guardbamos en un estante a slo seis pasos de distancia de la mesa. Si tienen alguna pregunta decan mis padres, encuentren la respuesta.

El instinto en nuestro hogar era nunca sentarnos como vagos y lucubrar. Conocamos un mejor mtodo: abrir la enciclopedia. Abrir el diccionario. Abrir la mente. Mi padre tambin era magnfico para contar historias, y siempre deca que las historias deban ser contadas con algn propsito. Le gustaban las ancdotas humorsticas que se convertan en cuentos con enseanzas morales. Era un maestro en ese tipo de relatos y yo absorb su tcnica. Por eso es que, cuando mi hermana Tammy asisti a mi ltima leccin en lnea, ella vio que mi boca se mova y escuch mi voz, pero no eran mis palabras. Eran las de mi padre. Ella se dio cuenta de que yo recicl algunos de los bocados de sabidura ms selectos de mi padre. Jams me atrevera a negarlo. De hecho, en algunos momentos sent que canalic a mi padre en el escenario. Casi todos los das cito a mi padre ante la gente. En parte, ello se debe a que, si uno imparte su propia sabidura, con frecuencia la gente la ignora; en cambio, si uno imparte la sabidura de otra persona, parece menos arrogante y ms aceptable. Desde luego, cuando uno cuenta con alguien como mi padre en su bolsillo trasero, no puede evitarlo: uno lo cita cada vez que tiene oportunidad. Mi padre me dio valiosos consejos para abrirme camino en la vida. Sola decir cosas como: Nunca tomes una decisin hasta que tengas que hacerlo. Tambin me advirti que, cuando me encontrara en una posicin de poder, tanto en el trabajo como en mis relaciones personales, siempre jugara limpio. El hecho de que ocupes el asiento del conductor me deca no significa que tengas que atropellar a los dems. En estas ltimas fechas me he dado cuenta de que cito a mi padre incluso cuando se trata de una frase que l no pronunci. Cualquiera que sea el punto, pudo haber provenido de l. Mi padre pareca saberlo todo. Mi madre, mientras tanto, tambin saba bastante. Durante toda mi vida ella decidi que parte de su misin era mantener mi soberbia a raya. Ahora estoy agradecido por ello. Incluso ahora, si alguien le pregunta cmo era yo de nio, ella me describe as: Avispado, pero no demasiado precoz. En la actualidad vivimos en una era en la cual los padres consideran que cada uno de sus hijos es un genio. Y entonces aparece mi madre, quien se imagina que el calificativo avispado debe ser suficiente como cumplido. Cuando estudiaba para mi doctorado tom una materia llamada el calificador de teoras. Ahora puedo decir que, en definitiva, es la segunda cosa peor que me ha ocurrido en la vida despus de la quimioterapia. Cuando me quej con mi madre de lo difcil y horrendo que fue el examen, ella se reclin en su asiento, me palme el brazo y me dijo: Sabemos cmo te sientes, cario. Pero recuerda: cuando tu padre tena tu edad, estaba en guerra contra los alemanes. Despus de obtener mi doctorado, mi madre senta gran incomodidad al presentarme, pues deca: Este es mi hijo. Es doctor, pero no de los que ayudan a la gente. Mis padres saban lo que en realidad significaba ayudar a la gente. Siempre encontraban grandes proyectos en reas no convencionales y se entregaban a ellos por completo. Juntos financiaron un dormitorio para cincuenta estudiantes en las reas rurales de Tailandia, diseado para ayudar a las

nias a no abandonar la escuela y evitar la prostitucin. Mi madre siempre fue caritativa hasta el extremo. Y mi padre hubiera sido feliz si hubiera podido donarlo todo para despus vivir en una bolsa de dormir en lugar de en los suburbios, donde el resto de nosotros quera vivir. En ese sentido, considero que mi padre era el hombre ms cristiano que jams conoc. Tambin era un gran campen de la igualdad social. A diferencia de mi madre, nunca le result fcil aceptar la religin organizada (ramos presbiterianos). El se concentraba en los ideales ms altos y consideraba que la equidad era la meta suprema. Tena grandes esperanzas para la sociedad y, a pesar de que dichas esperanzas eran defraudadas con frecuencia, mantena su fiero optimismo a toda costa. A los 83 aos de edad se le diagnostic leucemia a mi padre. Como saba que no le restaba mucho tiempo de vida, dispuso que su cuerpo fuera donado a la ciencia mdica y dio dinero para que su programa en Tailandia continuara durante, al menos, seis aos ms. Mucha gente que acudi a mi ltima leccin se impresion con una imagen en particular que proyect en la pantalla que estaba sobre m: se trata de una fotografa en la cual estoy en pijama, apoyado sobre mi codo, y resulta evidente que yo fui un chico a quien le encantaba idear grandes sueos.

La viga de madera que est delante de mi cuerpo es la pieza frontal de mi litera. Mi padre, hbil carpintero, construy esa litera para m. La sonrisa en el rostro de ese pequeo, la viga de madera y la mirada en sus ojos: esa foto me recuerda que me gan la lotera de padres. A pesar de saber que mis hijos tendrn una madre amorosa quien los guiar de manera brillante por la vida, no tendrn a su padre. Ya lo he aceptado, pero duele. Me gustara creer que mi padre hubiera aprobado la manera en que me las he arreglado estos ltimos meses de mi vida. Me hubiera recomendado poner las cosas en orden para Jai y pasar el mayor tiempo posible con los nios; es decir, justo lo que he hecho. S que me dara la razn en la decisin de mudar a la familia a Virginia. Tambin creo que mi padre me recordara que los hijos, ms que cualquier otra cosa, necesitan saber que sus padres los aman. Los padres no necesitan estar vivos para que eso suceda.

5 El elevador en la casa del ranchoMi imaginacin era siempre un poco difcil de contener, y cuando estaba a medio camino para ingresar a la preparatoria, sent la urgencia de salpicar algunos de los pensamientos que daban vueltas en mi mente en las paredes de mi habitacin infantil. Ped su autorizacin a mis padres. Quiero pintar cosas en mis paredes les dije. Como qu? preguntaron ellos. Cosas que son importantes para m respond. Cosas que creo que sern geniales. Ya vern. Esa explicacin fue suficiente para mi padre. Eso es justo lo que era tan grandioso en l. Mi padre motivaba la creatividad con slo sonrerte. Amaba contemplar cuando la chispa del entusiasmo se converta en juegos pirotcnicos. El me comprendi y comprendi tambin mi necesidad de expresarme en formas no convencionales, de manera que consider que mi aventura de la pintura en las paredes era una buena idea. Mi madre no estaba tan entusiasmada con mi proyecto, pero se dio por vencida con rapidez al darse cuenta de mi excitacin. Tambin saba que mi padre sola ganar en este tipo de asuntos, de modo que cedi de manera pacfica. Durante dos das, y con la ayuda de mi hermana Tammy y de mi amigo Jack Sheriff, pint las paredes de mi habitacin. Mi padre se sentaba en la sala y lea el peridico mientras esperaba con paciencia la revelacin. Mi madre caminaba de un lado a otro por el pasillo, nerviosa por completo. Intentaba entrar a hurtadillas para echar un vistazo a mi obra, pero nosotros permanecimos encerrados en la habitacin a piedra y lodo. Como dicen en las pelculas, era un estudio cerrado. Qu fue lo que pintamos? Bueno, yo quera tener una frmula cuadrtica en la pared. En una ecuacin cuadrtica, el mximo poder de una cantidad desconocida es un cuadrado. Como siempre he sido un nerd, pens que vala la pena celebrarlo. Justo al lado de la puerta, pint: b b24ac 2a Jack y yo pintamos una gran puerta plateada de elevador. A la izquierda de la puerta dibujamos botones de arriba2 y abajo, y sobre el elevador pintamos un panel con los nmeros de piso, del uno al seis. El nmero tres estaba iluminado. Vivamos en una casa de rancho que slo tena un nivel, de manera que yo hice un ejercicio de fantasa al imaginar seis pisos. Pero, en retrospectiva, por qu no pint 18 o 90 pisos? Si yo era un soador de largo alcance, por qu mi elevador se detena en el tres? No lo s. Tal vez se trataba de un smbolo del equilibrio entre mis aspiraciones y mi pragmatismo.

Dadas mis limitadas habilidades artsticas, pens que era mejor si haca bocetos de imgenes con figuras geomtricas bsicas. Pint el espejo de Blancanieves con la frase: Recuerdas cuando te dije que t eras la ms hermosa? Ment!. En el techo, Jack y yo escribimos las palabras: Estoy atrapado en el tico!. Escribimos esa frase de atrs hacia adelante, para que pareciera que tenamos prisionero a alguien all arriba y que esa persona haba escrito un mensaje de auxilio. Como yo amaba el ajedrez, Tammy pint piezas de este juego (ella era la nica de nosotros con cierto talento para el dibujo). Mientras ella se encargaba de eso, yo pint un submarino que navegaba en un cuerpo de agua, detrs de la litera. Dibuj un periscopio que se elevaba sobre el cubrecama en busca de barcos enemigos. Siempre me gust la historia de la caja de Pandora, as que Tammy y yo pintamos nuestra versin de la misma. Pandora, de la mitologa griega, recibi una caja que contena en su interior todos los males del mundo. Ella desobedeci la orden de no abrirla. Cuando retir la tapa, el mal se extendi sobre el planeta, pero siempre me atrajo el final optimista de la historia: en el fondo de la caja estaba la esperanza, de manera que, dentro de mi caja de Pandora, escrib la palabra "hope" (esperanza, en ingls). Jack vio aquello y no pudo resistirse a escribir la palabra "Bob" sobre "hope". Cuando mis amigos visitaban mi habitacin, siempre les tomaba unos cuantos minutos descubrir por qu la palabra "Bob" estaba all. Despus vena el inevitable giro de ojos hacia el techo. Dado que estbamos a final de la dcada de los setenta, escrib la frase La msica disco apesta! sobre mi puerta. Mi madre pens que eso era vulgar. Cierto da, cuando yo no miraba, ella pint en silencio sobre la palabra apesta. sa fue la nica correccin que ella hizo. Los amigos que llegaban de visita siempre se asombraban. No puedo creer que tus padres te permitieran hacer esto me decan. A pesar de que mi madre no estaba entusiasmada con la idea en su momento, nunca pint de nuevo la habitacin; incluso dcadas despus de que me mud. De hecho, con el paso del tiempo, mi habitacin se convirti en el punto focal de la casa cuando mi madre la mostraba a alguien que llegara de visita. Mi madre comenz a darse cuenta de que la gente consideraba que aquello era genial y que ella era genial por haberme permitido hacerlo.

Para todos aquellos que sean padres, si sus hijos quieren pintar sus habitaciones, hganme un favor: permtanles que lo hagan. Todo estar bien. Que no les preocupe el valor de reventa de la casa. No s cuntas veces podr visitar de nuevo mi casa de la infancia, pero para m es un regalo cada vez que voy. Todava duermo en esa litera que mi padre construy, miro esas paredes locas, pienso acerca del hecho de que mis padres me dieran permiso de pintarlas y me siento afortunado y complacido al entregarme al sueo.

6 Estar en la gravedad cero

Es importante tener sueos especficos. Cuando cursaba la escuela primaria, muchos chicos queran convertirse en astronautas. Desde muy pequeo saba que la NASA no iba a aceptarme. Haba escuchado que los astronautas no podan llevar anteojos. Eso no me importaba. En realidad yo no quera todo el asunto de ser astronauta: lo que yo quera era flotar. Sucede que la NASA tiene una aeronave que utiliza para ayudar a los astronautas a aclimatarse a la gravedad cero. Todo el mundo la llama el cometa del vmito, a pesar de que la NASA se refiere a sta como la maravilla ingrvida, un detalle de relaciones pblicas ideado para distraer la atencin de lo que es obvio. Sin importar el nombre de la aeronave, es una pieza de maquinaria sensacional. Realiza arcos parablicos y, en la cumbre de cada arco, uno cuenta con 25 segundos para experimentar un burdo equivalente a la ingravidez. Cuando la aeronave cae en picada, sientes que ests a bordo de una montaa rusa a toda velocidad, pero ests suspendido y puedes volar. Mi sueo se convirti en posibilidad cuando supe que la NASA tena un programa en el cual los estudiantes podan enviar propuestas de experimentos en la aeronave. En el ao 2001, nuestro equipo de estudiantes de la Universidad Carnegie Mellon propuso un proyecto que empleaba la realidad virtual. Estar sin gravedad es una sensacin difcil de imaginar cuando has sido un ser terrestre durante toda tu vida. En gravedad cero, el odo interno, el cual controla el equilibrio, no puede sincronizarse con lo que tus ojos te dicen. Con frecuencia, el resultado es la nusea. Podran ayudar las sesiones de prctica en tierra? Esa era la cuestin en nuestra propuesta y result ganadora: nos invitaron al centro espacial Johnson, en Houston, para abordar la aeronave. Es muy probable que yo estuviera ms emocionado que cualquiera de mis estudiantes. Flotar! Sin embargo, a medida que el proceso avanzaba, recib malas noticias: la NASA dej muy claro que ninguno de los consultores de la facultad estaba autorizado a viajar con los estudiantes, bajo ninguna circunstancia. Yo me sent decepcionado, pero an no estaba vencido y encontrara la manera de superar ese obstculo. Decid entonces leer con suma atencin toda la literatura acerca del programa en busca de alguna grieta. Y la encontr: la NASA, siempre deseosa de obtener publicidad positiva, permitira que un periodista de la ciudad natal de los estudiantes participara en el paseo. Llam a un oficial de la NASA para pedirle su nmero de fax. Qu es lo que nos enviar por fax? me pregunt. Yo le expliqu: mi renuncia como consultor de la facultad y mi solicitud como periodista.

Acompaar a mis estudiantes en mi nuevo puesto como miembro de los medios de comunicacin le dije. El respondi: Eso es un tanto desfachatado, no le parece? Seguro repliqu, pero tambin le promet que publicara informacin acerca de nuestro experimento en pginas web de noticias y que enviara grabaciones de nuestros progresos sobre realidad virtual a ms periodistas especializados en el tema. Saba que poda lograrlo y que sera un acuerdo que permitira que todas las partes resultramos beneficiadas. El me dio su nmero de fax.

Yo slo quera flotar... Como nota al margen, aqu encontramos una leccin: siempre cuenta con una oferta para poner sobre la mesa, porque as sers ms bienvenido. Mi experiencia con la gravedad cero fue espectacular (y no, no vomit, gracias). Sin embargo, s me golpe un poco porque, al finalizar los mgicos 25 segundos, cuando la gravedad regresa a la nave, es como si de pronto recuperaras tu peso al doble y puedes golpearte muy fuerte. Esa es la razn por la cual todo el tiempo te dicen: Los pies hacia abajo!. No querrs aterrizar sobre tu cuello. Pero me las arregl para subirme a esa aeronave, casi cuatro dcadas despus de que flotar se haba convertido en una de las metas de mi vida. Lo anterior slo comprueba que, si puedes encontrar una grieta, es probable que encuentres tambin la manera de flotar a travs de ella.

7 Nunca logr jugar en la NFLMe encanta el ftbol. El ftbol americano. Comenc a jugar cuando tena nueve aos de edad y me fascin. Me ayud a ser quien soy ahora. A pesar de que nunca pude jugar en la Liga Nacional de Ftbol (NFL, por sus siglas en ingls), a veces pienso que obtuve ms al perseguir ese sueo y no lograrlo que lo que obtuve con muchos sueos que s pude cumplir. Mi romance con el ftbol comenz cuando mi padre me llev a rastras, mientras yo pateaba y berreaba, a inscribirme a una liga. Yo no quera estar all en lo absoluto. Por naturaleza era un tanto cobarde y, por mucho, el de menor estatura. Mi temor se convirti en espanto cuando conoc al entrenador, Jim Graham, un hombre muy corpulento que pareca una muralla de casi dos metros de alto. El haba sido linebacker en Penn State y sus mtodos de entrenamiento eran de la vieja escuela. De la vieja escuela en verdad, como el hecho de que pensara que los pases al frente eran jugadas tramposas. El primer da de prctica, todos estbamos muertos de susto. Adems, l no llevaba ningn baln de ftbol. Por fin, uno de los chicos habl por todos nosotros: Disculpe, entrenador. No hay ningn baln de ftbol. Y el entrenador Graham respondi: No necesitamos balones de ftbol. Se hizo el silencio mientras reflexionbamos al respecto... Cuntos hombres se encuentran en el campo de juego al mismo tiempo? nos pregunt. Once de cada equipo fue nuestra respuesta. Por tanto, son 22 jugadores. Y cuntas personas tocan el baln en todas las jugadas? Slo una de ellas. Correcto! dijo. De manera que trabajaremos en lo que hacen los otros 21 jugadores. Fundamentos. Ese fue un gran regalo que el entrenador Graham nos dio. Fundamentos, fundamentos, fundamentos. Como profesor universitario he visto sta como una leccin que muchos chicos ignoran y siempre es en su detrimento: es necesario que comprendas los fundamentos porque, de otra manera, todo lo que luce no servir de nada. *** El entrenador Graham sola ser muy exigente conmigo. Recuerdo una prctica en particular. Lo haces todo mal, Pausch. Regresa! Hazlo de nuevo!

Yo intentaba hacer lo que l deseaba, pero no era suficiente. Ests en deuda conmigo, Pausch! Hars lagartijas despus de la prctica! Cuando por fin me permiti marcharme, uno de los entrenadores asistentes se aproxim para reconfortarme. El entrenador Graham te oblig a esforzarte mucho, verdad? me dijo. Yo slo pude musitar un s. Eso es bueno asegur el asistente. Cuando cometes errores y nadie te lo indica, significa que ya se han dado por vencidos contigo. Esa leccin ha permanecido conmigo a lo largo de toda mi vida. Cuando te percatas de que haces mal las cosas y nadie se molesta en decirte algo al respecto, no ests en una buena situacin. Tal vez no desees escucharlo, pero tus crticos con frecuencia son quienes te dicen que te aman, se preocupan por ti y quieren que seas mejor. En estos das se habla mucho de proporcionar autoestima a los nios. No es algo que pueda darse; es algo que ellos deben construir. El entrenador Graham trabajaba en una zona de no-mimos. Autoestima? El saba que slo exista una manera de ensear a los chicos a desarrollarla: darles algo que no puedan hacer; de esta manera, ellos trabajarn con empeo hasta descubrir que s pueden hacerlo. El entrenador Graham slo repeta este proceso una y otra vez. Cuando el entrenador Graham me acept, yo era un chico cobarde, sin habilidad alguna, sin fuerza fsica y sin entrenamiento. Pero l me hizo darme cuenta de que, si trabajaba con suficiente empeo, habra cosas que podra hacer maana y que en ese momento no poda hacer. Incluso ahora, con mis 47 aos de edad recin cumplidos, puedo asumir una postura de tres puntos que enorgullecera a cualquier liniero de la NFL. Me doy cuenta de que, en la actualidad, un tipo como el entrenador Graham hubiera sido despedido de una liga deportiva juvenil. Hubiera sido demasiado rudo. Los padres se hubieran quejado. Recuerdo un juego en el cual nuestro equipo jugaba de manera terrible. En el medio tiempo, en nuestro apuro por beber agua, casi volteamos el gran recipiente. El entrenador Graham estaba lvido. Vaya! Esto es lo mejor que he visto de ustedes, muchachos, desde que comenz el juego! Nosotros, chicos de once aos de edad, slo nos quedamos parados all, temerosos de que nos sujetara uno a uno y nos rompiera con sus manos. Agua? ladr. Ustedes quieren agua? Levant el enorme recipiente y vaci todo su contenido en el suelo. Lo observamos alejarse y lo escuchamos ordenarle a un entrenador asistente:

Puedes dar agua a la primera lnea de defensa. Ellos jugaron bien. Ahora permteme aclarar un punto: el entrenador Graham nunca hubiera lastimado a ninguno de los chicos. Una de las razones por las cuales trabajaba tanto en el acondicionamiento es porque saba que ste reduce el riesgo de sufrir lesiones. Sin embargo, era un da helado, habamos tenido acceso al agua durante la primera mitad del juego y el suceso del recipiente estaba ms relacionado con el hecho de que nosotros ramos un grupo de mocosos malcriados que con nuestra necesidad de hidratarnos. Incluso despus de considerar lo anterior, si ese tipo de incidentes ocurriera ahora, los padres en las mrgenes del campo hubieran sacado sus telfonos celulares para llamar al comisionado de la liga, o tal vez a sus abogados. Me entristece que muchos chicos de hoy sean tan mimados. Ahora recuerdo cmo me sent durante aquel regao de medio tiempo. S, estaba sediento pero, ms que eso, me sent humillado. Todos habamos decepcionado al entrenador Graham y l nos lo hizo saber de una manera que nunca olvidaramos. El tena razn. Habamos mostrado mucha ms energa con el recipiente de agua que con el maldito juego, y su severa reprimenda signific mucho para nosotros. Al comenzar la segunda mitad del juego, regresamos al campo y dimos todo lo que tenamos. No he vuelto a ver al entrenador Graham desde mi adolescencia, pero an aparece en mi mente para forzarme a trabajar ms duro en cada ocasin en que he sentido la tentacin de darme por vencido, y me obliga a ser mejor. El me dio retroalimentacin de por vida. Cuando llevamos a nuestros hijos a jugar deportes organizados, como ftbol americano, ftbol soccer, natacin o cualquier otro, la mayora de nosotros no lo hace porque estemos desesperados porque nuestros hijos aprendan los intrincados detalles del deporte. Lo que en realidad queremos que aprendan es mucho ms importante: trabajo en equipo, perseverancia, espritu deportivo, el valor del trabajo arduo, la habilidad de enfrentarse a la adversidad. Este tipo de aprendizaje indirecto es lo que algunos de nosotros llamamos una finta. Existen dos clases de fintas. La primera es literal: en un campo de juego, un jugador mueve la cabeza hacia una direccin de manera que pienses que correr hacia all. Entonces, avanza en la direccin opuesta. Es como cuando un mago utiliza la confusin visual de direcciones. El entrenador Graham sola decirnos que observramos la cintura de un jugador. A donde vaya su barriga, ir su cuerpo deca. La segunda clase de fintas es la que en verdad es importante; es aquella que ensea cosas que la gente no se da cuenta que aprende hasta que est involucrada por completo en el proceso. Si eres un especialista en fintas, tu objetivo oculto es que la gente aprenda algo que t quieres que aprenda. Este tipo de aprendizaje de fintas es de vital importancia. Y, en ello, el entrenador Graham era un maestro.

8 Me encontrars debajo de la "R"Vivo en la era de las computadoras y me encanta! A lo largo de mucho tiempo me he adaptado a los pixeles, a las estaciones de trabajo de mltiples pantallas y a la supercarretera de la informacin. En verdad puedo imaginarme un mundo sin papel. Sin embargo, crec en un lugar muy distinto. Cuando nac, en 1960, el papel era el material en donde se registraba el gran conocimiento. En mi casa, a lo largo de los aos sesenta y setenta, nuestra familia veneraba la Enciclopedia Mundial, las fotos, los mapas, las banderas de los distintos pases, los tiles recuadros laterales que revelaban la poblacin de cada estado, la divisa y la elevacin promedio sobre el nivel del mar. No le cada palabra de cada uno de los volmenes de la Enciclopedia Mundial, pero s le bastante. Me fascinaba la idea de que toda la informacin estuviera reunida en el mismo sitio. Quin escribi esa seccin del oso hormiguero? Me pregunto cmo habr sido eso de que los editores llamaran a alguien y le dijeran: T conoces el tema del oso hormiguero mejor que nadie, podras escribir un artculo para nosotros? Y luego estaba el volumen de la Z. Quin sera esa persona considerada por los editores como experta en los zules para pedirle que redactara esa informacin? Sera zul esa persona? Mis padres eran frugales. A diferencia de muchos estadounidenses, ellos no compraban nada con la intencin de impresionar a otras personas, ni artculos lujosos para ellos de ninguna especie. Pero compraron con gusto la Enciclopedia Mundial y se gastaron una cantidad principesca para aquella poca porque, al hacerlo, nos dieron el regalo de la sabidura a mi hermana y a m. Tambin ordenaron los volmenes anuales que acompaaban a la Enciclopedia. Cada ao llegaba un nuevo volumen con los avances y acontecimientos actuales, titulados 1970, 1971, 1972, 1973, y yo no poda esperar para leerlos. Esos volmenes anuales contenan etiquetas con informacin relacionada con la Enciclopedia Mundial en orden alfabtico. Yo estaba a cargo de colocar esas etiquetas en las pginas apropiadas, y me tomaba muy en serio esa responsabilidad porque, de esa manera, ayudaba a llenar un registro cronolgico de la historia y la ciencia para cualquier persona que abriera la Enciclopedia en el futuro. Dado que yo adoraba la Enciclopedia Mundial, uno de mis sueos infantiles era convertirme en uno de sus colaboradores. Pero no se trata de que puedas llamar a las oficinas generales de la Enciclopedia Mundial en Chicago para ofrecer tus servicios. La Enciclopedia Mundial tiene que encontrarte. Hace algunos aos, lo crean o no, por fin lleg esa llamada.

Result que, de alguna manera, mi carrera en aquel momento me haba convertido justo en el tipo de experto a quien a la Enciclopedia Mundial le complaca distinguir. Ellos no crean que yo fuera el experto ms destacado en realidad virtual. Esa persona estaba demasiado ocupada para atenderlos. Pero yo me encontraba en los rangos medios; es decir, era respetable a un nivel suficiente... pero no tan famoso como para decepcionarlos. Le gustara escribir nuestro nuevo artculo acerca de la realidad virtual? me preguntaron. No pude decirles que haba esperado esa llamada durante mi vida entera. Todo lo que pude responder fue: S, por supuesto! Escrib el artculo e inclu una fotografa de mi alumna Caitlin Kelleher con un dispositivo de realidad virtual en la cabeza. Ningn editor cuestion el contenido de lo que escrib, pero asumo que se es el estilo de la Enciclopedia Mundial. Elegan un experto y confiaban en que dicho experto no abusara del privilegio que se le confera. No he comprado el ltimo paquete de la Enciclopedia Mundial. De hecho, despus de haber sido seleccionado como autor de la Enciclopedia Mundial, ahora creo que Wikipedia es una fuente bastante confiable de informacin porque conozco cmo es el proceso de control de calidad para las enciclopedias reales. No obstante, algunas veces, cuando me encuentro con los nios en una biblioteca, no puedo resistir la tentacin de mirar bajo la R (Realidad virtual, por su seguro servidor), y permitirles que le echen un vistazo. Su pap lo escribi.

9 Un paquete de talentos llamado liderazgoComo incontables nerds nacidos en Estados Unidos en la dcada de los aos sesenta, invert gran parte de mi infancia en soar que era el capitn James T. Kirk, comandante de la nave espacial Enterprise. No me vea como el capitn Pausch. Me imaginaba un mundo en el que yo en verdad lograba ser el capitn Kirk. Para los jvenes ambiciosos con inclinaciones cientficas no exista mejor modelo a seguir que James T. Kirk, de la serie Star Trek. De hecho, considero en serio que yo me convert en mejor maestro y colega, e incluso en mejor esposo, al mirar cmo Kirk comandaba la nave espacial Enterprise. Medita un poco acerca de lo anterior. Si has visto la serie de televisin, sabes que Kirk no era el tipo ms inteligente de la nave. El seor Spock, su primer oficial, era el intelecto siempre lgico a bordo. El doctor McCoy posea todo el conocimiento mdico disponible para la humanidad en la dcada de los aos 2260. Scotty era el ingeniero en jefe, quien contaba con todo el conocimiento tcnico necesario para mantener en funcionamiento la nave, incluso cuando se encontraba bajo el ataque de los aliengenas. Entonces, cul era el paquete de talentos de Kirk? Cmo haba logrado abordar el Enterprise y, adems, comandarlo? La respuesta es: existe un paquete de talentos llamado liderazgo. Aprend mucho al observar a este hombre en accin. Era la esencia destilada de un comandante dinmico, un sujeto que saba delegar, tena pasin suficiente para inspirar a sus compaeros y su vestimenta para trabajar lo haca lucir bien. Nunca aparent tener talentos superiores a los de sus subordinados y reconoca que ellos saban lo que hacan en sus respectivos dominios. Pero l estableca la visin, el tono. El estaba a cargo de la moral. Adems de todo, Kirk contaba con las habilidades romnticas para conquistar a las mujeres de todas las galaxias que visitaba. Imagname en casa mientras miraba la televisin: un chico de diez aos de edad con anteojos. Cada vez que Kirk apareca en la pantalla, era como un dios griego para m. Por si fuera poco, tena los juguetes ms geniales! Cuando yo era nio pensaba que era fascinante que l pudiera estar en algn planeta y que tuviera esa cosa, ese artefacto de comunicacin de Star Trek, el cual le permita hablar con las personas que estuvieran en la nave. Ahora, yo llevo uno de ellos en mi bolsillo a todas partes. Quin recuerda que fue Kirk quien nos present el telfono celular? Hace algunos aos recib una llamada (en mi artefacto de comunicacin) de un autor de Pittsburgh llamado Chip Walter. En aquel momento escriba un libro en coautora con William Shatner (alias Kirk) acerca de los avances cientficos que primero aparecieron en Star Trek y que fueron el preludio de los avances tecnolgicos de la actualidad. El capitn Kirk quera visitar mi laboratorio de realidad virtual en la Universidad Carnegie Mellon. Te aseguro que mi sueo infantil era ser Kirk, pero todava considero que fue un sueo cumplido cuando Shatner se present. Es maravilloso conocer a tu dolo de la infancia, pero es mucho ms maravilloso cuando l acude a ti para ver las cosas geniales que haces en tu laboratorio.

Mis estudiantes y yo trabajamos a contrarreloj para construir un mundo de realidad virtual que representara la cubierta del Enterprise. Cuando Shatner lleg, le colocamos el dispositivo de despliegue en la cabeza. Contena una pantalla en su interior y, al girar la cabeza, poda internarse en 360 grados de imgenes de su vieja nave. Guau! Incluso tienen las puertas de elevacin turbo! dijo. Tambin le tenamos reservada otra sorpresa: sirenas de alerta roja. Sin perder un segundo, exclam: Nos atacan! Shatner permaneci en el laboratorio durante tres horas y formul toneladas de preguntas. Ms tarde, un colega me dijo: Slo preguntaba y preguntaba. No pareca comprenderlo. Pero yo estaba impresionado al extremo. Kirk, quiero decir, Shatner, era el mximo ejemplo de un hombre que estaba consciente de lo que no saba, no tena problema alguno en admitirlo y no quiso marcharse hasta comprenderlo todo. Eso, para m, es heroico. Deseara que todo estudiante universitario tuviera esa actitud. A lo largo de mi tratamiento contra el cncer, cuando me dijeron que slo cuatro por ciento de los pacientes de cncer pancretico logra vivir cinco aos, una frase de la pelcula Star Trek, The Wrath of Khan, lleg a mi mente. En la pelcula, los cadetes de la Starfleet se enfrentan a un escenario de entrenamiento en donde, sin importar lo que hicieran, toda su tripulacin es asesinada. La pelcula explica que, cuando Kirk era cadete, l reprogram el simulador porque l no crea en el escenario de no ganar.

Con el paso de los aos, algunos de mis sofisticados colegas acadmicos han mostrado cierto desprecio hacia mi fascinacin por Star Trek pero, desde el principio, nunca me ha fallado y siempre me ha resultado provechosa. Despus de que Shatner se enter de mi diagnstico, me envi una fotografa suya caracterizado como Kirk. En ella escribi: Yo no creo en el escenario de no ganar.

10 Ganar muchoUno de mis sueos infantiles ms antiguos era ser el tipo ms genial en cualquier parque de diversiones o feria que visitara. Siempre supe cmo adquirir ese tipo de genialidad. Es muy sencillo reconocer al tipo ms genial: es el que camina por todas partes con el animal de peluche ms grande. De nio haba visto algunos de esos tipos a distancia, con la cabeza y el cuerpo casi cubiertos por un enorme animal de peluche. No importaba si se trataba de un apuesto Adonis, o si era un nerd que no poda rodear el animal de peluche con los brazos. Si tena el animal de peluche ms grande, entonces era el tipo ms genial de la feria. Mi padre sostena la misma creencia. Se senta desnudo en una rueda de la fortuna si no tena un oso o un chango enorme, recin ganado, abrazado a la cadera. Dada la competitividad en nuestra familia, los pasillos de los juegos de destreza de la feria se convertan en una batalla. Quin de nosotros podra apoderarse de la bestia ms grande en el reino de los animales de peluche? Alguna vez has caminado en una feria con un animal de peluche gigante? Alguna vez has visto cmo te mira la gente y cunto te envidia? Alguna vez has utilizado un animal de peluche para cortejar a una mujer? Yo s... y me cas con ella! Los animales enormes de peluche han jugado un papel importante en mi vida desde el principio. Hubo un tiempo en el cual yo tena tres aos de edad y mi hermana cinco. Nos encontrbamos en el departamento de juguetes de una tienda y mi padre nos dijo que nos comprara cualquier artculo si nos ponamos de acuerdo entre nosotros para elegirlo y lo compartamos. Mi hermana y yo dimos varias vueltas para mirarlo todo y, despus de un rato, levantamos la vista y contemplamos, en el estante ms alto, un conejo gigante de peluche. Nos llevaremos se! dijo mi hermana. Es probable que justo se fuera el artculo ms costoso del departamento de juguetes, pero mi padre era hombre de palabra y lo compr para nosotros. Tal vez pens que sera una buena inversin. Siempre puede haber un animal gigante de peluche ms en una casa. A medida que me aproximaba a la edad adulta y an me presentaba en casa con ms animales de peluche cada vez ms grandes, mi padre sospech que yo le pagaba a la gente por ellos. El asuma que yo esperaba junto a los ganadores en los juegos de tiro al blanco y despus deslizaba un billete de cincuenta dlares en la mano de algn individuo que no se diera cuenta de cunto poda cambiar la percepcin que sobre l tendra el mundo con un animal gigante de peluche. No obstante, la verdad es que nunca pagu por un animal de peluche. Y nunca hice trampas. Est bien, admito que alguna vez me inclin sobre el borde. Esa es la nica manera de lograrlo en el lanzamiento de aros. Soy un inclinador, pero no soy tramposo. Sin embargo, logr muchos de mis triunfos fuera de la vista de mi familia y estoy consciente de que

eso genera sospechas. Sin embargo, aprend que la mejor manera de ganar animales de peluche es jugar sin la presin de la presencia familiar. Tampoco quera que ellos supieran cunto tiempo y esfuerzo me costaba alcanzar el xito. La tenacidad es una virtud, pero no siempre es fundamental que toda la gente observe con cunto empeo trabajas en algo.

Alguna vez has caminado en una feria con un animal gigante de peluche? Ahora estoy preparado para revelar que existen dos secretos para ganar animales gigantes de peluche: brazos largos y una pequea cantidad de ingresos a discrecin. He sido bendecido en la vida por ambos. Habl acerca de mis animales de peluche en mi ltima leccin y mostr algunas fotografas de ellos. Poda predecir lo que pensaban los cnicos de la tecnologa: en esta era de imgenes factibles de manipulacin digital, tal vez esos osos de peluche en realidad no estaban conmigo en las fotografas, o tal vez yo haba convencido a los ganadores verdaderos para que me permitieran tomarme las fotografas con sus premios. Cmo, en esta era del cinismo, poda yo convencer a mi audiencia de que en realidad haba ganado esos premios? Bueno, poda mostrarles a los animales de peluche verdaderos, de manera que hice que algunos de mis estudiantes se aproximaran desde los costados del escenario, cada uno de ellos con un animal gigante de peluche que yo gan a lo largo de los aos. Ya no necesito ms esos trofeos. Y, a pesar de que s que mi esposa adora el oso de peluche que yo

colgu en su oficina cuando estbamos en la etapa de cortejo, ella no desea que, tres hijos despus, un ejrcito de animales de peluche invada nuestra nueva casa. (Los muecos ya tenan fugas de bolitas de unicel y hule-espuma, los cuales ya estaban por encontrar su camino hasta la boca de Chloe.) Yo saba que, si conservaba mis animales de peluche, algn da Jai invocara a Dios y me dira Scalos de aqu! o algo peor, que sintiera que ella no poda hacerlo! Esa es la razn por la cual decid: por qu no regalarlos a nuestros amigos? De manera que, una vez que mis alumnos formaron una lnea en el escenario, anunci: Cualquier persona que desee un pedazo de m al finalizar esta charla, sintase en libertad de subir al escenario y tomar un oso; al primero que llegue se le atender primero. Muy pronto, los animales gigantes de peluche encontraron un nuevo hogar. Pocos das despus me enter de que a uno de los animales se lo haba llevado una estudiante de la Universidad Carnegie Mellon, quien, como yo, tiene cncer. Despus de la leccin, ella subi al escenario y eligi al enorme elefante. Me encanta el simbolismo implcito en ese acto: ella eligi al elefante en la sala.

11 El lugar ms feliz sobre la TierraEn 1969, cuando yo tena ocho aos de edad, part con mi familia en un viaje por carretera a travs del pas hasta Disneylandia. Fue toda una aventura. En cuanto llegamos qued fascinado por el lugar. Era el ambiente ms genial en donde yo haba estado. Mientras me formaba en la fila junto con otros chicos, todo lo que poda pensar era: No puedo esperar para hacer cosas como sta!. Dos dcadas despus, cuando obtuve mi doctorado en ciencias computacionales en la Universidad Carnegie Mellon, me sent seguro de estar calificado para hacer lo que fuera, as que envi mis cartas de solicitud a los creativos de Walt Disney, y ellos me respondieron con las misivas ms amables para mandarme al infierno que he recibido. Me decan que haban recibido mis solicitudes y que no contaban con ninguna posicin en la cual se requirieran sus calificaciones en particular. Nada? Esa es una empresa famosa por contratar ejrcitos de personas para barrer las calles! Disney no tena nada para m? Ni siquiera una escoba? Desde luego que era una contrariedad, pero yo mantuve mi mantra en mente: las murallas de ladrillos estn all por alguna razn. No estn all para mantenernos afuera: las murallas de ladrillos estn all para darnos la oportunidad de demostrar cunto deseamos algo. Adelantmonos ahora hasta 1995. Me haba convertido en profesor en la Universidad de Virginia y particip en la construccin de un sistema llamado Realidad virtual por cinco centavos al da. Aqulla fue una poca en la cual los expertos en realidad virtual insistan en que necesitaban medio milln de dlares para hacer cualquier cosa. Mis colegas y yo hicimos nuestra propia versin de la cochera de Hewlett-Packard e ideamos juntos un sistema operativo de realidad virtual a bajo costo. La gente del mundo de las ciencias computacionales pens que nuestro provecto era sensacional. No mucho tiempo despus me enter que los creativos de Disney trabajaban en un proyecto de realidad virtual. Se trataba de un gran secreto: era una atraccin con el tema de Aladino en la cual la gente podra subirse a una alfombra mgica, as que llam a Disney y expliqu que yo era un investigador en realidad virtual en busca de informacin al respecto. Fui persistente hasta la ridiculez, y me pasaban de una persona a otra hasta que me comunicaron con un tipo llamado Jon Snoddv. Result que l era el brillante creativo que comandaba al equipo. Me sent como si hubiera llamado a la Casa Blanca y me hubieran comunicado con el presidente. Despus que charlamos durante un rato, le dije a Jon que viajara a California. Podramos reunirnos? (La verdad era que, si me deca que s, la nica razn de mi viaje sera mi reunin con l. Hubiera viajado a Neptuno para verlo!) Dijo que s. S, de cualquier manera, yo ira, podramos almorzar juntos. Antes de ir a verlo trabaj durante ochenta horas en casa. Les ped a los ms aptos que conoca en el tema de realidad virtual que me compartieran sus ideas y opiniones acerca de ese proyecto de Disney. Como resultado, cuando me encontr con Jon, le sorprendi lo bien preparado que yo estaba al respecto. (Resulta fcil parecer inteligente cuando emulas a personas inteligentes.) Entonces, al final

del almuerzo, hice la pregunta. Est por llegar mi periodo sabtico le dije. Qu es eso? pregunt Jon, lo cual fue mi primera clave del choque cultural entre el mundo del entretenimiento y el acadmico con el cual me enfrentara. Despus que le expliqu el concepto de los periodos sabticos, l pens que sera buena idea que yo invirtiera el mo con su equipo, El trato era: yo vendra por seis meses, trabajara en un proyecto y publicara un artculo al respecto. Yo estaba extasiado. Era un hecho casi sin precedentes para ese departamento creativo invitar a un acadmico como yo a formar parte de su operacin secreta. El nico problema era que yo necesitaba la autorizacin de mis jefes para aceptar esa clase de sabtico tan peculiar. Bueno, cada historia de Disney necesita un villano y el mo result ser cierto den de la Universidad de Virginia. Al den Wormer (como lo nombr Jai en homenaje a la pelcula Animal House, que en espaol significa sacatrapos) le preocupaba que Disney absorbiera toda esta propiedad intelectual de mi cabeza que, en estricto derecho, perteneca a la universidad. El dio argumentos en contra de que lo hiciera. Le pregunt: Le parece una buena idea en algn sentido? y l respondi: No s si es una buena idea. El es una prueba de que, algunas veces, las ms impenetrables murallas de ladrillos estn hechas de carne y hueso. Como me di cuenta de que no llegara a ninguna parte con l, llev mi caso al den de investigacin patrocinada. Le pregunt: Le parece una buena idea que yo lo haga? y l respondi: No cuento con informacin suficiente para decidirlo. Pero s que uno de los ms sobresalientes miembros de mi facultad est aqu en mi oficina y que est muy emocionado, as que dime ms. Ahora, aqu encontramos una leccin para los directores y administradores. Ambos deanes me dijeron lo mismo: que no saban si ese sabtico era buena idea. Pero mira cuan distinta fue su respuesta! Al final result que obtuve la autorizacin para tomarme ese periodo sabtico y fue una fantasa hecha realidad. De hecho, tengo que hacer una confesin. As de extrao soy: poco despus de llegar a California, me sub a mi automvil convertible y conduje hasta las oficinas generales de los creativos. Era una calurosa noche de verano y en mi reproductor de sonido tena la pista musical de la pelcula de Disney El rey len. Comenzaron a rodar lgrimas por mis mejillas mientras llegaba al edificio. All estaba yo, la versin adulta de aquel nio de ocho aos y de ojos perplejos en Disneylandia. Ya haba llegado, por fin. Ahora era un creativo.

Mi hermana y yo en el paseo de Alicia en el Pas de las Maravillas. Yo slo poda pensar: No puedo esperar para hacer cosas como sta!.

III AVENTURAS... Y LECCIONES QUE APREND

12 El parque est abierto hasta las 8 p.m.Mi odisea mdica comenz en el verano del ao 2006, cuando sent un ligero e inexplicable dolor en la parte superior del abdomen. Ms tarde, ya con sntomas de ictericia, los doctores sospecharon que tena hepatitis. Eso hubiera sido un sueo maravilloso. Las tomografas computarizadas revelaron que padeca de cncer pancretico, y descubrir la gravedad del diagnstico me tom slo diez segundos de navegacin en Google. El cncer pancretico tiene la tasa de mortalidad ms alta entre los dems tipos de cncer; la mitad de los pacientes diagnosticados muere en el transcurso de seis meses, y 96 por ciento fallece en un lapso de cinco aos. Me enfrent a mi tratamiento de la misma manera que suelo enfrentarme a muchas cosas: como cientfico. As fue que formul muchas preguntas que requeran bsquedas de datos e incluso elabor hiptesis junto con mis mdicos. Grab nuestras conversaciones en cintas de audio de manera que, ya en casa, pudiera escuchar ms en detalle sus explicaciones. Encontr complicados artculos de publicaciones mdicas y los llev conmigo a las citas. Mi actitud no pareca sacar de quicio a mis doctores; de hecho, la mayora de ellos pensaba que yo era un paciente divertido porque me involucraba mucho en todo el proceso. (Ni siquiera pareca molestarles el hecho de que yo llevara intercesores: mi amiga y colega Jessica Hodgins vino a algunas citas para ofrecer tanto su apoyo como sus brillantes habilidades de investigacin para temas relacionados con informacin mdica). Le dije a los doctores que estaba dispuesto a enfrentarme a cualquier artefacto de su arsenal quirrgico y que me tragara cualquier cosa de su gabinete de medicinas porque tena un objetivo: vivir tanto como fuera posible, por Jai y por mis hijos. En mi primera cita con el cirujano de Pittsburgh, Herb Zeh, le dije: Seamos claros. Mi meta es estar vivo y ser parte de sus folletos promocionales dentro de diez aos. Result que me convert en parte de la minora de pacientes que pudieron obtener beneficios de lo que se llama operacin Whipple, llamada as en honor al mdico que aplic este complicado procedimiento en los aos treinta. A lo largo de los aos setenta, la ciruga misma termin con la vida de 25 por ciento de los pacientes que se sometieron a ella. Para el ao 2000, el riesgo de muerte a causa de la intervencin quirrgica estaba por debajo de 5 por ciento, si la realizaba un especialista experto. No obstante, yo saba que me enfrentaba a una temporada brutal, en especial porque a la ciruga segua un rgimen txico al extremo de quimioterapia y radiacin. Como parte de la ciruga, el doctor Zeh extirp no slo el tumor, sino mi vescula biliar, la tercera parte de mi pncreas, un tercio de mi estmago y varios centmetros de mi intestino delgado. Una vez que me recuper de aquello, pas dos meses en el Centro de Cncer MD Anderson, en Houston, para recibir esas poderosas dosis de quimioterapia, adems de altas dosis de radiaciones diarias en el abdomen. Mi peso baj de 84 a 63 kilos, y al final casi no poda caminar. En enero me fui a casa y las tomografas mostraban que ya no haba cncer. Poco a poco recuper mis fuerzas.

En agosto lleg el momento de mi revisin trimestral en el hospital MD Anderson. Jai y yo volamos a Houston para acudir a la cita y dejamos a los nios al cuidado de una niera en casa. Consideramos ese viaje como una especie de escapada romntica. Incluso fuimos a un enorme parque acutico el da anterior ya lo s, mi idea de una escapada romntica y me sub al tobogn; una sonrisa iluminaba mi rostro mientras me deslizaba hacia abajo a gran velocidad. Despus, el mircoles 15 de agosto del ao 2007, Jai y yo llegamos al hospital MD Anderson para conocer los resultados de mi ltima tomograta computarizada con mi onclogo, Robert Wolff. Nos condujeron a una sala de exploracin en donde una enfermera me hizo una serie de preguntas de rutina: Algn cambio en su peso, Randv? Todava toma los mismos medicamentos? Jai se percat de la voz feliz y cantarina de la enfermera al marcharse y su jbilo al pronunciar: Muy bien; el doctor vendr a verlos en un momento mientras cerraba la puerta tras ella. En la sala de exploracin haba una computadora encendida y yo me di cuenta de que la enfermera no haba cerrado la informacin que ah se mostraba; mis registros mdicos estaban todava desplegados en la pantalla. Yo s entendrmelas con las computadoras, desde luego, pero este asunto no requera ningn tipo de espionaje: todo mi historial mdico estaba all. Echamos una miradita? le pregunt a Jai. No me senta mal por lo que iba a hacer, despus de todo se trataba de mis propios registros mdicos. Por medio de algunos "clicks" encontr los resultados de mis anlisis de sangre. Haba treinta valores que no comprend, pero yo saba cul era el que buscaba: CA 19-9, el indicador de tumores. Cuando lo encontr, el nmero era un horrendo 208. Un valor normal est por debajo del 37. Lo estudi durante un segundo. Este es el fin le dije a Jai. Estoy arruinado. Qu quieres decir? me pregunt. Le coment acerca del valor CA 19-9. Ella haba aprendido lo suficiente acerca del tratamiento contra el cncer para comprender que el 208 indicaba metstasis: una sentencia de muerte. No es gracioso me dijo. Deja de hacer bromas. Entonces abr las tomografas computarizadas en la pantalla y comenc a contar. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...

Pude percibir el pnico en la voz de Jai. No me digas que ests contando tumores me dijo. No pude evitarlo y continu la cuenta en voz alta. Siete, ocho, nueve, diez... Los vi todos. El cncer haba hecho metstasis en mi hgado. Jai se aproxim a la computadora, vio todo con claridad con sus propios ojos y se arroj a mis brazos. Lloramos juntos. Fue entonces cuando me di cuenta de que no haba una caja de pauelos faciales en la sala de exploracin. En ese momento me percat de que morira pronto y de mi falta de habilidad para dejar de concentrarme a nivel racional, pues de pronto me sorprend con este pensamiento: No debera una sala como sta contar con una caja de Kleenex? Guau! Esa es una seria falla operativa!. Escuchamos que tocaban a la puerta. El doctor Wolff entr con un flder en la mano. Mir a Jai, luego a m y despus a las tomografas en la computadora. De inmediato comprendi lo que suceda. Decid entonces dar el primer paso. Ya lo sabemos le dije. Para entonces. Jai estaba casi en shock y lloraba de manera histrica. Yo tambin estaba triste, por supuesto, aunque tambin estaba fascinado por la manera como el doctor Wolff se hizo cargo de la siniestra tarea a la cual deba enfrentarse. El doctor Wolff se sent junto a Jai para reconfortarla y con calma le explic que l ya no se esforzara ms para salvar mi vida. Lo que intentaremos hacer le dijo es extender el tiempo que le resta a Randy para que tenga la ms alta calidad de vida que sea posible. Eso es porque, como estn las cosas, la ciencia mdica no tiene nada ms por ofrecerle para mantenerlo con vida dentro de una expectativa normal. Espere, espere, espere exclam Jai. Usted me dice que eso es todo? As de sencillo cambiamos del vamos a combatir esto a la batalla ha terminado? Qu hay de un trasplante de hgado? No dijo el doctor, no una vez que ha ocurrido la metstasis. Nos habl acerca de emplear quimioterapia paliativa, el cual es un tratamiento que no pretende ser curativo sino slo aliviar los sntomas y tal vez nos permitira ganar algunos meses, y tambin nos habl sobre encontrar maneras para que yo estuviera cmodo e involucrado con la vida a medida que se acercaba el final. El horrible intercambio fue surrealista para m. S, yo me senta apabullado y devastado por m y, en especial, por Jai, quien no poda dejar de llorar. Pero una poderosa parte de m an continuaba en el Modo Randy Cientfico y recolectaba

hechos y haca preguntas al mdico para encontrar opciones. Al mismo tiempo, haba otra parte de m que estaba atrapada por completo en la escena del momento. Me impresion mucho en realidad, sent temor reverente la manera en que el doctor daba las noticias a Jai. Pens: Mira cmo lo hace. Es evidente que lo ha hecho miles de veces antes y es bueno para ello. Lo ha ensayado con cuidado y, sin embargo, todo parece tan conmovedor y espontneo. Not que el doctor se reclinaba hacia atrs en su asiento y cerraba los ojos antes de responder alguna de las preguntas, casi como si esos movimientos le ayudaran a pensar mejor. Observ la postura corporal del mdico y su manera de permanecer sentado junto a Jai. Me sent casi ajeno a todo ello mientras pensaba: El no ha colocado su brazo alrededor de los hombros de ella. Comprendo la razn. Sera demasiado presuntuoso. Pero se inclina al frente con la mano en la rodilla de ella. Guau! Es muy bueno para esto. Dese que cada estudiante de medicina que considerara la oncologa como opcin de especialidad pudiera ver lo que yo vea. Observ que el doctor utilizaba la semntica tanto como poda para estructurar frases positivas. Cuando le preguntamos: Cunto tiempo pasar antes de que muera? l respondi: Es probable que usted cuente con un lapso de entre tres y seis meses de buena salud. Me record mi temporada en Disney. Pregunta a cualquiera de los trabajadores de Disney: A qu hora se cierra el parque?". Ellos deben responder: El parque est abierto hasta las 8 p.m.. De alguna manera tuve una extraa sensacin de liberacin. Durante demasiados meses tensos, Jai y yo habamos esperado a ver si los tumores haban regresado y cundo lo haran. Ahora estaba all un ejrcito completo de ellos. La espera haba finalizado y ahora podamos enfocarnos en enfrentar lo que viniera a continuacin. Al final de la reunin, el doctor abraz a Jai y estrech mi mano. Despus, Jai y yo caminamos juntos en direccin a la salida, hacia nuestra nueva realidad. Al salir del consultorio del mdico pens en lo que haba dicho a Jai en el parque acutico, en la fascinacin posterior a mi descenso por el tobogn. Incluso si los resultados de las tomografas de maana son malos le dije, slo quiero que sepas que es maravilloso estar vivo y en este lugar ahora mismo; vivo y contigo. Cualesquiera que sean las noticias que recibamos de los exmenes mdicos, no voy a morir al escucharlas. No morir al da siguiente ni al siguiente de se. As que hoy, en este preciso momento, es un da maravilloso. Y quiero que sepas cunto lo disfruto. Pens en ello y en la sonrisa de Jai. Entonces lo supe: as sera como necesitara vivir el resto de mi vida.

13 El hombre en el automvil convertibleUna maana, poco despus de recibir el diagnstico de cncer, recib un mensaje de correo electrnico de Robbee Kosak, vice-presidenta de avance de la Universidad Carnegie Mellon. Ella me cont una historia. Me dijo que conduca del trabajo hacia su casa la noche anterior y que de pronto se encontr detrs de un hombre en un automvil convertible. Era una calurosa y bella noche de principios de primavera y el hombre haba bajado la capota y la ventanilla. Su brazo colgaba sobre la portezuela del lado del conductor y sus dedos golpeaban la superficie de la misma al ritmo de la msica que escuchaba en la radio. Mova la cabeza al comps mientras el viento soplaba entre sus cabellos. Robbee cambi de carril y se acerc un poco ms al desconocido. Desde el costado pudo ver que el hombre tena una ligera sonrisa en los labios, el tipo de sonrisa absorta que tiene una persona cuando se encuentra a solas y feliz con sus pensamientos. Robbee pens: Guau! Este es el eptome de una persona que aprecia este da v este momento. En un momento dado, el automvil convertible gir en una esquina y fue entonces cuando Robbee pudo mirar el rostro completo del hombre: Oh, por Dios!, se dijo. Es Randy Pausch! A ella le impresion haberme visto. Saba que mi diagnstico de cncer haba sido adverso. Sin embargo, segn escribi en el mensaje que me escribi, le conmovi ver lo contento que luca. En aquel momento privado era evidente que estaba de muy buen humor. Robbee escribi en su mensaje: Nunca te imaginars de qu manera hizo mi da el hecho de haberte visto; me record lo que significa la vida. Le el mensaje de correo electrnico de Robbee varias veces. Comenc a considerarlo una suerte de mensaje de retroalimentacin constante. No siempre me ha resultado fcil mantenerme optimista a lo largo de mi tratamiento contra el cncer. Cuando padeces una delicada condicin mdica, en realidad es difcil saber cmo enfrentarla a nivel emocional. Incluso me pregunt si una parte de m actuaba cuando estaba con otras personas. Es posible que algunas veces me obligara a aparentar que era fuerte y positivo. Muchos pacientes de cncer se sienten obligados a construirse una apariencia de fortaleza. Yo tambin haca lo mismo? Pero Robbee se haba encontrado conmigo en un momento en el cual yo tena baja la guardia. Quiero pensar que ella me vio como soy en realidad. Lo cierto es que ella me vio justo como yo era en ese momento. Su mensaje de correo electrnico constaba de un solo prrafo, pero signific mucho para m. Ella me regal una ventana hacia mi interior. Yo todava estaba muy comprometido. Todava saba que la vida era buena. Estaba bien.

14 El to holandsCualquier persona que me conozca te dir que siempre he tenido un concepto muy saludable de m mismo y de mis talentos. Suelo decir lo que pienso y en lo que creo. No tengo mucha paciencia hacia la incompetencia. Estas son cualidades que me han servido mucho. Pero ha habido ocasiones, cranlo o no, en las cuales me he comportado de manera arrogante y carente de tacto. Es entonces cuando se vuelven invaluables aquellas personas que pueden ayudar a recalibrarte. Mi hermana Tammy tuvo que lidiar con el tpico chico sabelotodo como hermano. Yo siempre le deca lo que deba hacer, como si el orden de nuestros nacimientos hubiera sido un error que yo intentara corregir de manera incesante. En cierta ocasin, cuando yo tena siete aos de edad y Tammv nueve, esperbamos el autobs escolar y yo, como era usual, no dejaba de fanfarronear. Ella decidi que ya era suficiente, as que tom mi lonchera metlica y la arroj a un charco de lodo... justo cuando el autobs se estacionaba. Mi hermana termin en la oficina del director mientras yo fui enviado con el conserje para que limpiara mi lonchera, tirara a la basura mi sandwich enlodado y me diera algo de dinero para el almuerzo. El director le dijo a Tammv que haba llamado a nuestra madre. Voy a dejar que ella se haga cargo de esto le dijo. Cuando llegamos a casa despus de la escuela, mi madre dijo: Voy a dejar que tu padre se haga cargo de esto. Mi hermana pas el resto del da a la ansiosa espera de su destino. Cuando mi padre lleg a casa despus del trabajo, escuch la historia y sonri. No iba a castigar a Tammy. Por el contrario, la felicit por todo lo alto! Yo era un nio que necesitaba que arrojaran su lonchera a un charco de lodo. Tammy fue exonerada y yo haba sido puesto en mi lugar... pero la leccin no fue comprendida por completo. Para la poca en que asista la Universidad Brown, yo contaba con ciertas habilidades y la gente saba que yo lo saba. Mi buen amigo Scott Sherman, a quien conoc durante el primer ao, ahora me recuerda como el que tena una total falta de tacto y quien era aclamado a nivel universal como la persona que poda ofender con mayor rapidez a alguien que apenas acabara de conocer. Por lo regular no me daba cuenta de cmo me comportaba, en parte porque las cosas parecan marchar bien y adems tena xito a nivel acadmico. Andy van Dam, el legendario profesor de ciencias computacionales de la escuela, me nombr su asistente de enseanza. Andy van Demanda, como era conocido, me apreciaba. Yo senta pasin por muchas cosas, as que fue un buen trato. Pero, como les ocurre a