PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

7
RESEÑAS 167 Paul RICOEUR: Caminos del reconocimiento: tres ensayos, traducción de Agustín Neira, Madrid: Trotta 2005, 276 pp. Esta es la última obra mayor publicada en vida de Ricoeur, falle- cido en 2005. Apenas ahora llegan a México dos ediciones de la ver- sión en castellano (también el Fon- do de Cultura Económica publica Caminos del reconocimiento: tres estudios, en 2006, con 330 pp.). Aunque la traducción ha sido rela- tivamente discutida, el lector puede dar un voto de confianza a Agustín Neira, quien está respaldado por sus trabajos anteriores con La me- táfora viva y Tiempo y narración, por citar algunos. Quien conoce las conferencias recogidas en Sí mismo como otro o el arduo trabajo de La memo- ria, la Historia, el olvido, puede prever el enfoque de Ricoeur en ésta, su postrema exploración fi- losófica. A partir de la polisemia del verbo “reconocer”, desarrolla- rá tres ideas troncales: el reconoci- miento como identificación, como admisión-confesión, y finalmente, como gratitud o deuda (el caste- llano comparte con el francés la acepción de “reconocimiento” co- mo expresión de gratitud y admi- ración). El autor de Valence se di- ce sorprendido por la ausencia, en la tradición filosófica, de una teoría del reconocimiento que dé razón de dicha polisemia, la estructure y justifique. Él sugerirá “caminos”: una regulación posible, que además le dará ocasión de abordar sus te- máticas preferidas, como la episte- mología, la interpretación, la teo- ría de la acción referida al agente fenomenología del hombre ca- paz —, la narración frente a la me- moria y la promesa, y finalmente la posibilidad de la justicia y el amor en el plano histórico y social. A la luz de la Rekognition kan- tiana, el reconocimiento memorís- tico en Bergson y la noción de Anerkennung de Hegel en Jena, Ricoeur propone un paso gradual de la activa a la pasiva, del reco- nocer al ser reconocido. De entra- da, reconocer es conocer ; a través de Descartes y de Kant el concep- to adquiere mayor independencia gnoseológica hasta alcanzar, en la esfera ética, el sentido práctico y existencial del reconocimiento mu- tuo: “En el estadio último, el reco- nocimiento no sólo se aparta del conocimiento, sino que le abre el camino” (p. 32). Tópicos 31 (2006)

Transcript of PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

Page 1: PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

ii

“deharo” — 2007/5/15 — 16:59 — page 167 — #167 ii

ii

ii

RESEÑAS 167

Paul RICOEUR: Caminos delreconocimiento: tres ensayos,traducción de Agustín Neira,Madrid: Trotta 2005, 276 pp.

Esta es la última obra mayorpublicada en vida de Ricoeur, falle-cido en 2005. Apenas ahora llegana México dos ediciones de la ver-sión en castellano (también el Fon-do de Cultura Económica publicaCaminos del reconocimiento: tresestudios, en 2006, con 330 pp.).Aunque la traducción ha sido rela-tivamente discutida, el lector puededar un voto de confianza a AgustínNeira, quien está respaldado porsus trabajos anteriores con La me-táfora viva y Tiempo y narración,por citar algunos.

Quien conoce las conferenciasrecogidas en Sí mismo como otroo el arduo trabajo de La memo-ria, la Historia, el olvido, puedeprever el enfoque de Ricoeur enésta, su postrema exploración fi-losófica. A partir de la polisemiadel verbo “reconocer”, desarrolla-rá tres ideas troncales: el reconoci-miento como identificación, comoadmisión-confesión, y finalmente,como gratitud o deuda (el caste-llano comparte con el francés laacepción de “reconocimiento” co-mo expresión de gratitud y admi-

ración). El autor de Valence se di-ce sorprendido por la ausencia, enla tradición filosófica, de una teoríadel reconocimiento que dé razónde dicha polisemia, la estructure yjustifique. Él sugerirá “caminos”:una regulación posible, que ademásle dará ocasión de abordar sus te-máticas preferidas, como la episte-mología, la interpretación, la teo-ría de la acción referida al agente—fenomenología del hombre ca-paz—, la narración frente a la me-moria y la promesa, y finalmente laposibilidad de la justicia y el amoren el plano histórico y social.

A la luz de la Rekognition kan-tiana, el reconocimiento memorís-tico en Bergson y la noción deAnerkennung de Hegel en Jena,Ricoeur propone un paso gradualde la activa a la pasiva, del reco-nocer al ser reconocido. De entra-da, reconocer es conocer ; a travésde Descartes y de Kant el concep-to adquiere mayor independenciagnoseológica hasta alcanzar, en laesfera ética, el sentido práctico yexistencial del reconocimiento mu-tuo: “En el estadio último, el reco-nocimiento no sólo se aparta delconocimiento, sino que le abre elcamino” (p. 32).

Tópicos 31 (2006)

Page 2: PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

ii

“deharo” — 2007/5/15 — 16:59 — page 168 — #168 ii

ii

ii

168 TÓPICOS

El primer estudio expone elpaso inicial del reconocimiento co-mo identificación. Para Descartes,identificar es distinguir (el criteriode verdad es claridad y distinción,esto es, de algún modo, recono-cimiento). La distinción entre lasideas permite admitir como verda-dero (“admitir” es otro sentido delverbo “reconocer”) y así posibili-ta la certeza. Reconocer es cono-cer, pero ya con cierta vehemenciaasertiva frente a la posibilidad delerror, si bien este reconocimientose da solamente a parte subiecti, deuna manera puramente teórica. Enla Crítica de la razón pura, en cam-bio, identificar es ya relacionar ensentido trascendental: reconocer esconocer en la síntesis entre sensi-bilidad y entendimiento, y entre eldato empírico y la forma a priori.

De este modo, es en la “De-ducción trascendental” donde laRekognition es por primera vez unfilosofema específico. De hecho,en las tres síntesis de este apartadode la Crítica, se cuentan: la sínte-sis de la aprehensión en la intui-ción; la síntesis de la reproducciónen la imaginación, y, finalmente, lasíntesis de la recognición en el con-cepto. Es en este último punto endonde la unidad del “yo” se ob-

jetiva en el concepto para alcan-zar su propio reconocimiento. Co-mo suele hacer Ricoeur a lo largode su obra (que él mismo califi-có alguna vez como expresión deun “kantismo posthegeliano”), in-siste ahora en la importancia del es-quematismo trascendental, que enlo que concierne a la temática delreconocimiento es justamente elpunto de homogeneidad que unesensibilidad y entendimiento, y po-sibilita así la recognición.

Si la lectura ricoeuriana deKant es siempre interesante, meresulta menos convincente la sa-lida que propone este volumenal idealismo (p. 65) para poderacceder a las siguientes formasde reconocimiento: Ricoeur insis-te en que, así como se ingresa alidealismo trascendental de un gol-pe, debe salirse de él abruptamen-te: rechazando la noción de repre-sentación (Vorstellung), del modoen que lo hacen el Husserl dela Crisis y Heidegger —habríaque decir—, de un modo cuasi-voluntarista. Esta “ruina de la re-presentación”, como la llama Ri-coeur, tiene consecuencias en lanoción de reconocimiento, que yano dependerá tanto de la idea sinoque se buscará a parte obiecti, fren-

Tópicos 31 (2006)

Page 3: PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

ii

“deharo” — 2007/5/15 — 16:59 — page 169 — #169 ii

ii

ii

RESEÑAS 169

te al reto del cambio. Con Merleau-Ponty, Ricoeur describe este re-conocimiento gradual en la rela-ción activo-pasiva con el mundoy en los perfiles inciertos —y quepor ello, exigen reconocimiento—de nuestras capacidades percepti-vas. El discurso fenomenológicoabre paso al literario: Proust sirve anuestro autor para ejemplar los lí-mites del reconocimiento objetivo:si En busca del tiempo perdido sepropone un auto-reconocimientodel lector, en su pasaje final —eltiempo recobrado— dicha auto-conciencia se enfrenta a los bor-des del envejecimiento y la muer-te: se describe vivamente el paso delos años en los rostros, la tragediade lo irreconocible. Esta negativi-dad nos remite a un reconocimien-to humano, más que objetivo, queserá el tema del siguiente apartado.

El segundo estudio se titu-la “Reconocerse a sí mismo”. Enun primer momento, se ocupa delos elementos griegos para comen-zar la articulación entre la accióny su agente; siguiendo a BernardWilliams, Ricoeur insiste en quelos personajes homéricos son yaun primer paso para el plantea-miento de una teoría de la delibe-ración, y son por derecho “cen-

tros de decisión”, esto es, caracte-res consistentes que se saben cau-sa (aition) de los acontecimien-tos incluso ante la interferenciade los dioses. El regreso de Uli-ses a Itaca y la confusión gene-rada por su disfraz son ocasiónde un reconocimiento —posibletraducción de idesthai o de gig-noskein— de la persona median-te sus formas verbales, sus mar-cas y sus acciones: la cicatriz delhéroe es el contrapunto de su dis-fraz, y es así, símbolo del reconoci-miento, noción que se aprovecharámás adelante. También desempe-ñan funciones simbólicas el lechonupcial y el reconocimiento deLaertes, no concedido de mane-ra directa, sino a través de seña-les. Incluso —subraya Ricoeur—en el paso de Edipo Rey a Edi-po en Colono puede encontrarseotra forma incoada de reconoci-miento, pues Edipo sufre la dialéc-tica entre padecer y obrar, y así en-tre la inocencia y la culpabilidad: sien la tragedia posterior recupera al-guna dignidad achacando la culpaa los dioses, sigue siendo su manola que consumó el parricidio: “es elmismo hombre sufriente el que sereconoce agente” (p. 91).

Tópicos 31 (2006)

Page 4: PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

ii

“deharo” — 2007/5/15 — 16:59 — page 170 — #170 ii

ii

ii

170 TÓPICOS

Todas estas referencias épicas ytrágicas, para Ricoeur, son compa-tibles con las nociones de en hauto(en sí) y eph’ hauto (en el propiocontrol) de la ética aristotélica, queprefiguran el “sí mismo” del reco-nocimiento. Se configura así el tohauto eidenai que Gadamer tradu-cirá como Sichwissen : Ricoeur su-giere que los griegos no ignoraronla voluntad ni el libre albedrío, yque avistaron de alguna manera alabismo de la conciencia de sí.

Esto resume la conocida pro-puesta ricoeuriana de una fenome-nología del hombre capaz: igualque en Sí mismo como otro,se propone una antropología delpoder decir, hacer y narrar, has-ta llegar al concepto de imputabi-lidad, que se ubica en una relacióndialéctica con la noción de respon-sabilidad. La novedad en Caminosdel reconocimiento radica en queel hermeneuta francés agregará dospoderes más: el de la memoria y elde la promesa, paradigmáticos enel reconocimiento, pasado o futu-ro, de sí. Si la primera acentúa lamismidad hacia el pasado y contrael olvido, la segunda afirma la ip-seidad frente al futuro y a contra-pié de la traición. Como ya habíahecho en su obra anterior (La me-

moria, la Historia, el olvido), Ri-coeur distingue mneme de anám-nesis y conecta ésta última con el“qué” y el “cómo” del trabajo de lamemoria, con la intención de llegaren última instancia al “quien” querecuerda. Instalado en este punto,acude a San Agustín y a Bergson(quienes comparten, dice Ricoeur,la “tradición de la mirada interior”)para mostrar en qué sentido el re-conocimiento del pasado coincidecon el de uno mismo. En cuan-to a la promesa, el filósofo francéssubraya cómo este poder implicaa los demás y presupone la impu-tación de las propias acciones y laelección libre aun contra los obs-táculos, cambios y causalidades ex-ternas, humanizando el futuro talcomo el perdón hace respecto delpasado. Una última reflexión, apo-yada en A. Zen y B. Lepétit, daentrada a la esfera de lo social:Ricoeur conecta a estos autores enla noción de “derecho a las capaci-dades”, esto es, afirmará el poder-hacer del hombre también comoun derecho a respetarse y propi-ciarse en el ámbito de lo público.

Nos topamos finalmente conel tema del reconocimiento mu-tuo, que preside el tercer estu-dio del volumen, y que será desa-

Tópicos 31 (2006)

Page 5: PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

ii

“deharo” — 2007/5/15 — 16:59 — page 171 — #171 ii

ii

ii

RESEÑAS 171

rrollado como una dialéctica en-tre la reflexividad y la alteridad: laAnerkennung del Hegel de la épo-ca de Jena. Ricoeur apuesta por unainterpretación de estas figuras dia-lécticas en Hegel como réplica a lafilosofía política de Hobbes y co-mo susceptible de una actualiza-ción contemporánea.

La dialéctica es necesaria parasuperar la asimetría entre el yo yel otro, dice Ricoeur. Ni Husserl(atrapado en su egología, en la queel otro sólo se “a-presenta” perono se presenta) ni Levinás (quien,subrayando la alteridad, quiere quela ética sea anterior a la ontología,y con ello la condena a carecer delenguaje propio), lograron superardicha asimetría. El reto está me-jor planteado desde Hobbes, puesel “estado de naturaleza” se plan-tea a la manera de una guerra porla competencia, la desconfianza y lavanidad; tres negaciones del reco-nocimiento que, sin embargo, sonrelaciones y comparaciones ya in-tersubjetivas: “Interpreto: el desco-nocimiento se sabe negación de es-te reconocimiento que se llama lapaz” (p. 174). El paso al contratosocial limita esta desconfianza ori-ginaria, aunque Ricoeur se adhierea la conocida crítica de voluntaris-

mo y arbitrariedad en esta cesióncontractualista de derechos.

¿Cómo responder, entonces, aHobbes? La Anerkennung hege-liana vincula la auto-reflexión conla orientación hacia el otro y des-cubre, más allá del estado natu-ral o social, e incluso más allá delreconocer, la radical anterioridaddel deseo de ser reconocido, quese concreta primero en las figu-ras del amor familiar —más pró-ximas a la naturaleza—, y despuésdeviene espiritual en las figuras delEstado y la religión. Relacionan-do el Sistema de la eticidad con laRealphilosophie, el hermeneuta deValence reiterará que el amor y elDerecho son formas universales dereconocimiento. Siguiendo a Hon-neth, completa la tríada con la fi-gura de la estima social, y enfrentacada uno de sus miembros a la for-ma respectiva del desconocimien-to: el amor —incluso antes que enFreud, en Hegel mismo— puedeser interpretado, no como deseodel otro, sino como deseo del de-seo de otro ; implica una dialécticade cercanía y distancia —Ricoeurcita a Simone Weil— sustentadaen el vínculo de la confianza. Con-tra él se alza el desprecio. El De-recho ocupará el lugar de la con-

Tópicos 31 (2006)

Page 6: PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

ii

“deharo” — 2007/5/15 — 16:59 — page 172 — #172 ii

ii

ii

172 TÓPICOS

fianza para alcanzar la universali-dad más allá de la afección.

En este punto Ricoeur vuelvea echar mano de Kant y el con-cepto de Achtung : respeto, que lle-va a la exigencia de equidad en ladistribución de derechos, bienes ycapacidades. Con esto llegamos ala estima social, que aunque suje-ta a interpretaciones y tipologíashistóricas, puede clasificarse en losmundos de la religión, la opinión,la esfera doméstica, la social, lamercantil y la industrial. Ricoeuragregará —completando la socio-logía de Boltanski y Thévenot—que no basta el reconocimiento adintra de cada uno de estos “mun-dos”: se requiere además recono-cer los valores entre ellos y en lasesferas distintas a la propia. Hay unreconocer conmensurable y verti-cal en la noción de autoridad, queRicoeur rehabilita con el antece-dente gadameriano y el De Magis-tro de San Agustín. También apli-ca sus conclusiones sobre este re-conocimiento mutuo en la estimasocial al problema del multicultu-ralismo, en el que su referencia bá-sica es —como era de esperarse,por la afinidad intelectual de estospensadores—, Charles Taylor.

¿Supera este reconocimientode la diferencia el destino dela conciencia desgarrada? El últi-mo capítulo de Caminos del reco-nocimiento apuesta a favor del re-conocimiento posible a partir delas experiencias del reconocimien-to efectivo: la philía aristotélica,el eros platónico y el agape bí-blico y post-bíblico. El agape sedistingue de eros por su ausenciadel sentimiento de privación, y dela philía por su incondicionalidad,su completa renuncia al cálculo, lacomparación y la venganza. Estono significa que la mutualidad sesacrifique: como en trabajos ante-riores (Lo justo, Amor y justicia),Ricoeur propone una dialéctica en-tre la formalidad y practicidad dela justicia y la gratuidad, la lógi-ca del don. La sociología del donse enfrenta a la mentalidad mer-cantil (“El mercado —podríamosdecir— es la reciprocidad sin mu-tualidad”, p. 238, precisamente porimpersonal), abriendo la posibili-dad de un reconocimiento simbó-lico fundado en el don, que antesque dado, es recibido: lo crucial pa-ra este reconocimiento supremo esuna ética de la gratitud, que es laúltima y superior de las acepcio-nes del verbo reconocer. No hay

Tópicos 31 (2006)

Page 7: PaulRICOEUR Caminosdel reconocimiento: tres ensayos ...

ii

“deharo” — 2007/5/15 — 16:59 — page 173 — #173 ii

ii

ii

RESEÑAS 173

clausura de los conflictos ni ga-rantía de la paz, pero: “al menos,las experiencias de reconocimien-to efectivo en el intercambio de losdones, principalmente en su fasefestiva, confieren a la lucha del re-conocimiento la seguridad de queno era ilusoria ni inútil la motiva-ción que la distingue del apetito delpoder, y la pone al abrigo de la fas-cinación por la violencia” (p. 251).

El volumen, en su conjunto,no es quizá muy concluyente; noes analítico ni pretende una lecturadetenida de alguna de las mu-chas referencias que cruzan sus pá-ginas. No es tan inquisitivo comoLa metáfora viva o monumental,como Tiempo y narración. Peroen él, Paul Ricoeur borda con lastemáticas filosóficas que mejor ma-neja, y lo hace con un encomiableinterés por “tender puentes”, porsugerir lecturas, apostando por elsentido. Sus “caminos hacia el re-conocimiento” van de la identifica-ción de algo a la de alguien, y lue-go a la del sí mismo ; del sí mismo(que no incurre en solipsismo, sinoconstruye su auto-aserción) haciala alteridad, y, finalmente, del des-conocimiento al desconocimientode la disimetría entre el yo y el otro,esto es, al reconocimiento mutuo.

No puede decirse con propiedadque este libro exponga una teo-ría del reconocimiento —los te-mas quedan incoados, dependende obras anteriores, argumentandialécticamente, alguna interpreta-ción parece arriesgada. Pero “ca-minos” sí que indica, y son intere-santes para aquel que busque unaaproximación contemporánea, dia-lógica, y a la vez sensata e infor-mada, a los temas epistemológicos,hermenéuticos, éticos y políticosinvolucrados en los diversos hori-zontes del reconocer.

Vicente De HaroUniversidad Panamericana

Tópicos 31 (2006)