Patrick Pron, Sobre La Vida Sin Armadura, De Allan Sillitoe

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1 Prodavinci Sed fieles a ello / “La vida sin armadura” de Alan Sillitoe; por Patricio Pron Patricio Pron · Saturday, March 7th, 2015 Alan Sillitoe y su mujer vivían en Alicante (“sólo estábamos allí para que nos robaran”, afirma) cuando el primero encontró entre sus papeles la frase “la soledad del corredor de fondo” y de inmediato “las experiencias de mis treinta años de existencia y todo cuanto había vivido y aprendido” se precipitaron sobre él. En tanto escritor, Sillitoe sólo había fracasado hasta el momento: colocar su “novela” Sábado por la noche y domingo por la mañana empezaba a parecerle “una empresa desesperada” y sus otros libros ( Una estancia temporal , La empalizada , El quiosco de música ) habían sido rechazados ya seis, siete y dos veces respectivamente. Vivía en España (más específicamente en Sóller, en Mallorca) de los ingresos obtenidos dando clases de inglés y de una pensión temporaria que le había otorgado la Royal Air Force por padecer una tuberculosis; de adolescente había querido participar en la Segunda Prodavinci - 1 / 3 - 07.03.2015

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Entrevista a Allan Sillitoe, autor de "La soledad del corredor de fondo" sobre su nuevo libro, "La Vida sin Armadura"

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    Sed fieles a ello / La vida sin armadura de Alan Sillitoe;por Patricio PronPatricio Pron Saturday, March 7th, 2015

    Alan Sillitoe y su mujer vivan en Alicante (slo estbamos all para que nos robaran,afirma) cuando el primero encontr entre sus papeles la frase la soledad del corredorde fondo y de inmediato las experiencias de mis treinta aos de existencia y todocuanto haba vivido y aprendido se precipitaron sobre l. En tanto escritor, Sillitoeslo haba fracasado hasta el momento: colocar su novela Sbado por la noche ydomingo por la maana empezaba a parecerle una empresa desesperada y sus otroslibros (Una estancia temporal, La empalizada, El quiosco de msica) haban sidorechazados ya seis, siete y dos veces respectivamente. Viva en Espaa (msespecficamente en Sller, en Mallorca) de los ingresos obtenidos dando clases deingls y de una pensin temporaria que le haba otorgado la Royal Air Force porpadecer una tuberculosis; de adolescente haba querido participar en la Segunda

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    Guerra Mundial, pero, para cuando hubo completado su formacin, la guerra habaterminado y Sillitoe haba tenido que conformarse con un penoso puesto detelegrafista en Malasia.

    La publicacin de Sbado por la noche y domingo por la maana, y ms tarde de Lasoledad del corredor de fondo, lo convertiran en un autor respetado y lo alejaran, almenos en trminos prcticos, de sus terribles orgenes, que incluyen un padredesempleado (en los primeros diez aos [de la vida de Sillitoe] mi padre estuvotrabajando un total de seis meses) y brutal (la inteligencia de un nio de diez aosen el cuerpo de un animal), una madre que se prostitua de la que el primer recuerdodel autor es verla inclinarse sobre el cubo para que la sangre de su cabeza abierta nocorriera por la alfombra despus de las golpizas del padre y una escuela para nioscon discapacidad mental a la que fue enviado porque en ella daban de comer. Tambinlos sonidos de la radio y las lneas de los mapas como promesas de un mundo mejor enalgn sitio, una edicin abreviada de Los miserables de Victor Hugo a la que lefaltaban las primeras cincuenta pginas que le prest un vecino, una educacin formalque tuvo que interrumpir a los catorce aos de edad (seguir en la escuela hasta laavanzada edad de diecisiete aos era imposible en una familia que necesitaba todo eldinero que pudiera ganar tan pronto como alcanzara la edad legal para trabajar ajornada completa), la caresta, el miedo y la dignidad de la poblacin inglesa duranteel Blitz alemn, el ansia de conocimiento que Sillitoe slo pudo calmar con enormessacrificios econmicos y de manera autodidacta. Los trabajos mecnicos y asfixiantesen las fbricas de su ciudad natal, las primeras novias (una vez follamos cinco vecesen veinticuatro horas), la monotona del trabajo en Malasia, los sucesivos fracasosliterarios, la bsqueda de orientacin, el viaje a Espaa, la detencin en Madrid a razde una observacin suya poco amable en el tren sobre Francisco Franco, la vida enMallorca (Como encontraban ofensiva la autoridad que se ejerca desde Madrid,haba menos muestras de afecto hacia Franco y los mallorquines eran personaspragmticas que intentaban seguir con sus vidas de la forma ms tranquila eindustriosa posible), la amistad con Robert Graves, la Inglaterra de la dcada de1950 (el pas estaba muerto del cuello para arriba y tena el cuerpo sepultado bajo laarena) fueron estadios de esa huda de los orgenes, pero ninguno iba a llevarlo tanlejos como la literatura.

    En Espaa, y con los rechazos editoriales precipitndose sobre l, Sillitoe no perdilas esperanzas, sin embargo: Como no confiaba ms que en m mismo, seguescribiendo, pues la falta de formacin para cualquier otro trabajo contribua a esapersistencia, as como la fe absoluta en que no tena otra vocacin que la de escritor,afirma. Si hay algo en lo que creis firmemente, sed fieles a ello le haba dicho unamaestra aos antes, y Sillitoe no lo haba olvidado. Este libro (escrito originalmente en1993 pero que se detiene aproximadamente treinta aos antes porque serademasiado aburrido escribir sobre una mera enumeracin de libros) trata de esafidelidad y de la capacidad de la literatura de corregir una vida, incluso una que hacomenzado tan mal: no es el mejor libro de Sillitoe y su traduccin lo perjudicanotablemente, pero est narrado con honestidad y rectitud, que son cualidades queescasean en la literatura en nuestros das. No slo por esas razones, Sillitoe se lodedica a Donald Morrison, el lector de la editorial W.H. Allen que recomend supublicacin a principios de 1958, cambiando su (hasta entonces muy desafortunada)vida y, de paso, las nuestras como lectores.

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    Alan SillitoeLa vida sin armaduraTrad. Antonio LastraMadrid: Impedimenta, 2014

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