7/30/2019 Pataki de Obba y su amor por Shang

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Pataki de Obba y su amor por Shang

Su padre le dijo a Obba que era el momento de escoger

marido, y que tena que encaminar su vida, pues sus

enseanzas haban sido productivas y que l la quera ver

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feliz. Shang y ella se conocieron, y al momento surgi una

atraccin, un amor majestuoso, profundo. Aunque l viva

con Oy, una mujer de recia personalidad muy parecida a la

de l, Shang saba que los atributos, beneficios ycualidades que aportara Obba a su matrimonio haran del

suyo un reino an ms poderoso.

Al principio, su unin fue feliz. Shang dej sus andanzas

con Oy y se dedic por entero a Obba. En su palacio se

respiraba bondad y tranquilidad. Obba bajaba todas las

maanas al ro para encontrarse con Oshn, y las dos se

contaban sus pequeos secretos, mientras se baaban en

las dulces y cristalinas aguas, con sus peces de colores y sus

chinas pelonas. Por momentos, eran como apariciones

veladas en el arcoris de las cascadas.

Oy, desde lejos, las vea y no poda contener la envidia,porque esa mujer tan bella y, por aadidura, hermana

suya haba logrado lo que ella nunca haba alcanzado con

sus encantos y hechiceras: casarse con Shang.

Cavil mucho cmo reconquistar el amor de Shang, quien

con sus recuerdos no la dejaba tranquila. Y acostada bajo un

jagey milenario, tuvo el sueo fatdico de la venganza. Enespritu, se traslad a la morada de los Ik y los eggun en el

desierto cementerio, donde el viento haca silbar las copas

de los rboles y se oan los chirridos estridentes de las aves

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de rapia, encontr Oy la solucin para reconquistar el

amor perdido y descans por primera vez en muchos das.

A la maana siguiente, fue al encuentro de Obba y Oshn

en el ro; convers y se divirti con ellas, y gan la confianza

de Obba, tan ingenua y dulce. Sin embargo, no enga a

Oshn, quien recelosa, alert Obba sobre la extraa

conducta de Oy, pero Obba no le prest odos.

Con frecuencia, Oy le daba a Obba recetas de las comidas

favoritas de Shang que la joven, diligentemente, cocinabapara su marido. Hasta un da, en que lo nico que tena

Obba era harina de maz. Oy le dijo: "No te apures, que vas

a resolver como hice yo una vez. Te cortas la oreja, se la

preparas con el maz y la sazonas con todo tipo de hierbas".

Ese da, Oy llevaba puesto un pauelo de nueve colores

que le tapaba las orejas. A Obba, le pareci muy raro, peroen su afn por complacer a su hombre, se apresur a

cortarse la oreja, y prepar con ella un delicioso caldo de

maz.

Cuando Oy vio acercarse a Shang se convirti en una

centella. En su felicidad sin lmites, arras con su fuego

parte de los bosques.

Al llegar Shang a su palacio, encontr la mesa lindamente

servida, con profusin de flores rojas como la sangre.

Abraz a su mujer y le pregunt qu haba de comida, pues

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traa un hambre atroz. Obba le sirvi su plato favorito, el

cual l comi con gusto, aunque sin dejar de observar a su

mujer, a quien encontraba distinta. Al percatarse de que

Obba llevaba un pauelo, cosa que nunca usaba, pues aShang le encantaban sus trenzas largas y su cabello

sedoso, le pidi que se lo quitara. Al verla sin una oreja,

tembl de rabia, pues l, perfecto en su belleza, no

consenta a su lado a una mujer imperfecta. Obba

comprenda entonces el engao de Oy. Shang, echando

fuego por los ojos, la abraz por ltima vez, y le dijo que ellasera su nica y verdadera mujer, pero no tendran ms

relaciones, si bien la respetaba por su sacrificio y siempre

sera la primera entre todas.

Obba, avergonzada, pero reina entre las reinas, visit a su

padre Obatal y, mientras caminaba hacia su palacio, sus

lgrimas brotaban inconteniblemente, dejando a su rastro

un ro caudaloso, que arrasaba con todo a su paso, al

despearse entre rocas y rboles. Los jageyes, las ceibas,

las palmas y las canas se arqueaban para saludar las

lgrimas vertidas por el corazn desgarrado de Obba.

Obatal, al contemplar a Obba que le agradeca cuanto lehaba otorgado con sus dones divinos, comprenda la

traicin de Oy y la gran decepcin de Obba, quien no

comprenda las falsedades humanas. Por ello, le concedi lo

que le peda su hija: "Quiero irme le dijo Obba a donde

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nadie pueda verme. Quiero la tranquilidad de lo no

existente, quiero vivir con los muertos, con los espritus, con

quienes no me puedan hacer ningn dao. El cementerio

ser, de ahora en lo adelante, mi il.

Agradeci otra vez a su padre y fue a despedirse de su

incondicional compaera Oshn, quien reciba en su ro

revuelto el afluente del de las lgrimas de Obba. Las dos

hermanas se unieron y compartieron ms que siempre, se

form un gran remolino en el cual Obba se traslad del

mundo de los vivos al mundo de los muertos, y dej a

Oshn, quien en lo adelante sera la nica que podra

comunicarse con ella, encargada de sus asuntos en la tierra

de los Orisas.

Obatal, para que Obba pudiera vivir en paz en su nueva

morada, le entreg un pual de fino acero con empuadurade madera ricamente adornada en oro, plata y piedras

preciosas; un barquito pequeo para que se trasladase

donde quisiera; una brjula con los cuatro puntos

cardinales, de los cuales seria duea absoluta; una coraza o

escudo como proteccin contra todos los males; una careta

para esconderse tras ella y evitar ser molestada; un libro enrepresentacin de sus conocimientos y enseanzas, y una

catalina, smbolo del poder divino. Todos ellos estaban

hechos de madera de cana, muy dura, til contra todos los

maleficios y maldiciones. Desde ese momento, los amarres,

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las brujeras y los conjuros mgicos hechos a travs de

Oshn no se desataran jams.

Obba vivi feliz, pues saba que ella era la nica y verdadera

esposa de Chang y nadie podra ocupar su lugar en el reino

de los Orisas.

Tomado de: NATALIA BOLIVAR ARSTEGUI y VALENTINA

PORRAS POTTS, rs Ay.

Unidad mtica del Caribe al Brasil, Guadalajara, Ediciones

Pontn, 1996