Paseo 4 UNA RÍA,

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Paseo 4 UNA RÍA, DOS MUNDOS RECORRIDO TOTAL 12 km VALORACIÓN IMPRESCINDIBLE 01_Barakaldo. La cabecera industrial 02_Sestao. La ciudad fábrica 03_Portugalete. Fusión de ambas márgenes 04_Getxo. Las mansiones de los industriales “Yo no creo que haya en la península nada que dé más impresión de fuerza, de trabajo y de energía como estos catorce o quince kilómetros de vía fluvial” (Pío Baroja)

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Paseo 4

UNA RÍA,DOS MUNDOS

RECORRIDO TOTAL12 km

VALORACIÓN

IMPRESCINDIBLE

01_Barakaldo. La cabecera industrial

02_Sestao. La ciudad fábrica

03_Portugalete. Fusión de ambas márgenes

04_Getxo. Las mansiones de los industriales

“Yo no creo que haya en la península nada que dé más

impresión de fuerza, de trabajo y de energía como estos catorce o quince kilómetros de vía fluvial”

(Pío Baroja)

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PARA ACERCARSE

Metro: Bagatza. Salida por G. Aresti.

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LAS CASAS BARATAS: UNA ARQUITECTURA HUMANISTAEl nombre no hace referencia al coste de las mismas. Es un apelativo que refleja el título de las leyes promulgadas en el primer tercio del s. XX; en ellas se reflejaban las ayudas que recibían del Estado las promociones impulsadas por cooperativas de trabajadores o por las propias empresas para sus trabajadores.

Las tipologías abarcan todo tipo de construcciones: viviendas de pisos, chalets adosados, chalets exentos...

Su disposición, estructura y nivel de acabado eran diferentes en función de la cualificación de trabajadores, técnicos o empleados.

Estos grupos de viviendas, de los que se mantienen más de 50 en toda Bizkaia,

respondían a propuestas similares llevadas a cabo en Francia y Gran Bretaña, y que reflejaban la trilogía del movimiento higienista con el que responder al hacinamiento de las clases obreras: aire, sol y agua.

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BARAKALDO. LA CABECERA INDUSTRIAL

RECORRIDO DE 1,3 KM

ACCESO: METRO HASTA LA ESTACIÓN DE BAGATZA.SALIDA POR GABRIEL ARESTI.

TRAYECTO INICIAL: GABRIEL ARESTI HACIA LA RÍA - SAN JOSÉ - FERRERÍAS - MUNIBE - CERVANTES.

Barakaldo y Sestao concentraron la mayor parte de la industria pesada de Bizkaia y, durante gran parte del siglo XX, la mayor concentración siderometalúrgica del Estado. Fábricas que se extendían tanto en la vega de la ría (por donde transcurre esta ruta), como en el valle interior situado al otro lado de las colinas en las que se emplazan ambos cascos urbanos.

Un reflejo de esta ocupación industrial intensiva fue la proliferación de grupos residenciales abordados bajo la denominación de “casas baratas”. Ambos municipios albergan casi el 50% de estas promociones en Bizkaia, aunque muchas de estas promociones fueron sustituidas por edificaciones con mayor densidad para albergar los grandes flujos de inmigración durante los años 50 y 60. De hecho, junto a Bilbao por su capitalidad y Getxo con sus palacios, presenta las mejores muestras de la arquitectura residencial y pública surgida en torno a la industrialización.

UNA SUCESIÓN DE “CASAS BARATAS”En este recorrido con el que comienza esta ruta, se pueden observar diferentes tipologías en este tipo de construcción social; todas ellas proyectadas por Ismael Gorostiza. Así, en el cruce de Gabriel Aresti, y en el sentido de la marcha indicada, a la derecha se ubica el grupo “El Ahorro” (1) en la calle del mismo nombre; a la izquierda, las casas de “La Felicidad”, también con planta baja y 3 alturas.

La bocacalle siguiente, “La Providencia”, aún alberga ejemplos de viviendas de baja altura adosadas entre sí. En una cota inferior, en la calle Ferrerías, se mantiene uno de los conjuntos más notables: “La Tribu Moderna” (2), un conjunto residencial organizado en torno a patios de 4 viviendas con pequeño jardín y patio trasero.

Grupo de casas baratas construidas en la década de 1920. De izda. a dcha.: Grupo “El Ahorro”, “La Felicidad”, “La Providencia” y ”La Tribu Moderna”. En la fotografía de esta última, fechada en los años 60, aún pueden observarse las vías del ferrocarril minero de la Franco Belga, y su aspecto actual una vez sustituido el tendido ferroviario por un paseo ciclista.

Ismael Gorostiza (1879-1965)

Otras obras:

• Fundación Miranda (actual Conservatorio). San Vicente-Barakaldo (1911).

• Colegio de Los Hermanos (1915).• La Unión Begoñesa. Bilbao (1925).• Grupo de Consumo Bide-Onera. Barakaldo (1926).• Mercado de Barakaldo (1928).• Grupo Santa Ana. Bilbao (1928) (p. 50).• Gran número de viviendas y grupos de

cooperativas (La Tribu Moderna, El Porvenir, La Familiar, El Hogar Futuro, El Buen Pastor…).

La mayoría de las denominaciones de estas promociones eran reflejo de las aspiraciones o valores éticos imperantes.

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IndustryIndustry La calle Munibe se alarga con la nueva denominación de Cervantes, que da acceso al parque donde antes se ubicaban parte de las instalaciones de Altos Hornos de Vizcaya (AHV), el símbolo central de la riqueza productiva de la región.

Antes de pasar bajo las vías del ferrocarril, se puede observar en la calle Murrieta (3) un grupo de casas que ilustran la riqueza arquitectónica de la época en Barakaldo. Edificios modernistas, en su variante vienesa, datadas en diferentes fases entre 1914 y 1924 y diseñadas por el otro gran arquitecto de la zona: Santos Zunzunegui.

LA VEGA DE DESIERTOTras el tendido de vías, desembocamos en lo que eran las instalaciones de AHV, una explanada por la que se extiende el “nuevo” Barakaldo para usos residenciales, empresariales y de ocio. Lo primero que se puede ver es el nuevo campo de fútbol de Lasesarre (4), diseñado por Eduardo Arroyo e inaugurado en 2003. Sustituye al antiguo campo localizado al otro lado de las vías, donde hoy se asientan instalaciones deportivas y durante décadas los aficionados al Barakaldo F.C. se acomodaban bajo los olores y humos de las empresas de la zona.

Santos Zunzunegui (1875-1945)

Arquitecto municipal de Sestao durante 32 años. Otras obras:

• Escuela Municipal Carlos VII (actual Conservatorio). Sestao (1912) (p 93).

• Casa de Ramón Vicuña en el Paseo de Portugalete (1915) (p. 100).

• Gran número de viviendas y grupos de cooperativas (La Esperanza, La Humanitaria, La Unión, La Protectora, La Aurora...) en la zona.

• Cine La Iberia (1930). Desaparecido.• Reconstrucción del Hotel de

Portugalete (1938) (p. 96).

Avanzando hacía el río Galindo vemos a nuestra derecha el “templo clásico” denominado Edificio Ilgner (5); desde 1927 albergó los 2 generadores que aportaban la energía para los trenes de laminación de los Altos Hornos.

Destaca por al racionalidad en el empleo del hormigón armado sin ningún tipo de ornamentación con muros perforados por grandes ventanales que contribuyen a crear la sensación de liviandad. Su calidad textural se ve refrendada por el empleo del ladrillo en los paños exteriores.

Tras su rehabilitación en 1998, alberga la sede de nuevas iniciativas empresariales, manteniendo en su interior uno de los generadores originales. Es uno de los mejores ejemplos en la reconversión de un sobresaliente edificio industrial destinado a nuevos usos.

Frente al lateral del Ilgner hay 2 puentes que cruzan el río Galindo; la otra orilla pertenece ya al municipio de Sestao.

Esta confluencia entre el Galindo y la ría fue durante gran parte del s. XX la mayor concentración industrial del Estado. A sus espaldas, en la orilla perteneciente a Barakaldo, se ubicó la siderúrgica de Nuestra Señora de El Carmen en 1855 (que pasó a ser Altos Hornos de Bilbao en 1882). Junto con las siderurgias de La Vizcaya y La Iberia (ambas en Sestao), acabaron fundiéndose en la gran empresa de Altos Hornos de Vizcaya en 1902. Por delante, toda la orilla de la ría perteneciente a Sestao, era una gran concentración de tres grandes empresas (la fundición Aurrera, el astillero La Naval y la propia AHV) con multitud de talleres y servicios auxiliares a su alrededor.

Arquitectura contemporánea en el campo de fútbol de Lasesarre.

Casas de Murrieta, construidas en diferentes fases.

Vista externa e interna de la rehabilitación del Edificio Ilgner.

Años 40 a pleno rendimiento con sus dos generadores.

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Durante el siglo XX, los cauces del Galindo y de la propia ría tenían uno de los mayores índices de contaminación de Europa. La enorme importancia productiva de esta radicación hizo que durante la Guerra Civil, se planteara la demolición de estos emporios siderometalúrgicos para que no cayeran en manos de las tropas franquistas (1937). Finalmente, el Gobierno Vasco de la época optó por dejarlos operativos con el argumento de que su desaparición acarrearía mayores penurias a una población ya necesitada.

Los efectos de la desaparición o reducción de estas industrias hacen que este tramo del recorrido sea tan interesante y didáctico como duro estéticamente.

Estamos en una comarca con los mayores índices de paro del País Vasco, y Sestao cuenta con la tasa más alta (18%) con una pérdida poblacional del 30% desde el cierre de las grandes empresas que la rodeaban durante los años 80 y 90.

El núcleo urbano se localiza en una elevación rodeada por el valle fluvial del Nervión (donde nos encontramos) y por el curso del río Galindo por la otra vertiente.

Ambas vegas concentraban grandes empresas: Altos Hornos de Bizkaia, Babcock&Wilcox, General Eléctrica, La Naval, Aurrera… que llegaron a dar empleo a cerca de 40.000 personas en la década de los 70. Hoy en día por cierres o por la drástica disminución de la mano de obra (como en el caso de la Naval o la nueva Acería Compacta), y aún con las recientes aperturas de nuevas compañías, sólo se han mantenido unos 2.000.

Esta parte del recorrido transcurre por la zona más directamente vinculada a la extinta Altos Hornos y, tras el esfuerzo realizado en Barakaldo, el proceso de regeneración previsto para Sestao se encuentra en plena ejecución. Un plan con el que volver a urbanizar zonas y solares abandonados, recuperar casas degradadas con el paso del tiempo, implantar nuevos comercios y servicios, etc.

La confluencia del río Galindo con la ría se conoce popularmente con el nombre de “La Punta”. En ambas fotos (de los años 20 y 60) puede verse la silueta de la iglesia de El Carmen, demolida en 1974 para ampliar el depósito de carbón de Altos Hornos de Vizcaya, cuyo tamaño se observa en la fotografía más moderna.

El Dique nº 1.

Botadura del petrolero Zaragoza en 1968.

Salida a la prueba de mar de un buque minero en 2013.

Perspectiva del astillero en 1919 con el transatlántico Alfonso XIII en la grada.

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SESTAO. LA CIUDAD FÁBRICA

RECORRIDO DE 4 KM

Al otro lado del puente peatonal se encontrará con una de las muchas máquinas de vapor que trabajaron en AHV.

El principio de “La Punta” estaba ocupado por 2 grandes empresas que interrumpían la continuidad de Altos Hornos de Vizcaya entre su factoría de Barakaldo y las 2 de Sestao: el solar abandonado en 1999 por la fundición Aurrera creada en 1885, y la zona marcada por las grandes grúas que se ven en los terrenos del astillero La Naval.

EL ÚLTIMO GRAN ASTILLERO DE LA RÍALa Naval (7) es el último gran astillero de la ría tras la desaparición del de Euskalduna en Bilbao. Comenzó su actividad en 1916 a partir de las instalaciones previas de Astilleros del Nervión fundados en 1888 y pioneros en la construcción de buques de acero.

De sus instalaciones merece la pena resaltar sus naves, las oficinas diseñadas por Manuel Mª de Smith y, sobre todo, el dique nº 1 que, aunque sustancialmente modificado, proviene del astillero original. Sus grandes medidas de 26 a 35 m de ancho, 150 de longitud y 10 de profundidad con el caisón de cierre más antiguo en España, son fruto del diseño de las instalaciones orientadas a concursar en los pedidos para una nueva flota naval a finales del XIX. Como en el caso del astillero ubicado en Bilbao (Euskalduna), sus instalaciones también sirvieron para producir otras manufacturas: material ferroviario móvil, automóviles, grúas…

Modelo de locomotora en AHV (1970) similar a la que se encuentra al otro lado del puente. (6)

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LA INSIGNIA INDUSTRIAL: ALTOS HORNOS DE VIZCAYAAltos Hornos de Vizcaya se fundó en 1902 como resultado de la fusión de 3 empresas siderúrgicas previas (Altos Hornos de Bilbao, La Vizcaya y La Iberia) y, tras la compra de la fábrica de San Francisco (1879), llegó a ser la empresa del Estado más importante en la primera mitad del siglo XX. Cerró sus puertas definitivamente en 1996 y sus terrenos en Sestao están ahora ocupados por las instalaciones de ArcelorMitall con la Acería Compacta de Bizkaia.

Altos Hornos fue uno de los grandes propietarios de tierras del Estado al ser titular de grandes cotos mineros y se convirtió en el gran accionista de otras siderúrgicas en España.

En 1960, momento álgido de su funcionamiento, trabajaban 17.000 operarios. En esta zona llegó a contar con 4 grandes centros de producción; los 3 descritos a razón de su creación y un cuarto dedicado a la producción de bandas en caliente abierto en 1966 en la vega de Ansio, situada en el valle interior de Barakaldo.

Era una siderurgia integral que convertía el mineral de hierro en productos semielaborados de acero.

SISTEMA DE PRODUCCIÓN DE UNA SIDERURGIA INTEGRAL*

Desde el inicio de su actividad contó con las baterías de horno suficientes para autoabastecerse de coque.

Numerosos tipos de carbón se apilaban en silos y de ahí, a través de toberas, se dosificaban en las cintas que transportaban el carbón para ser molido; allí, tras separar las cenizas, se clasificaban según su calidad y origen. Posteriormente pasaba a las torres de refrigeración, situadas sobre las baterías de coque.

El carbón se cargaba en “máquinas de carga” que abastecían a las baterías de carbón.

Las baterías, por su parte, eran hornos colocados en fila para no perder calor a consecuencia de la irradiación. Cada horno se calentaba con gases de una pequeña estancia contigua y se realizaba un quemado tras otro, hacia la mitad de la carga. Los elementos volátiles surgidos en el proceso eran utilizados como subproductos químicos. Tras finalizar el proceso de coqueado era retirado por el horno de retorta y el coque se enfriaba rápidamente y por la superficie; para ello contaban con una torre de refrigeración. Posteriormente se cortaba y cribaba el coque y en función de la granulometría se destinaba a los altos hornos o a las diferentes secciones de la fábrica.

Para la producción de sulfato de amonio había dos equipos de toneles para destilar agua de amonio. Allí, se agitaba el ácido y a través de unos calentadores eléctricos se solidificaban cristales de sulfato.

Una vez logrado el arrabio, el siguiente paso era convertirlo en acero y para ello se utilizaban hornos transformadores. Partiendo de los lingotes surgidos, se lograba todo tipo de productos laminados a través de los trenes de laminación.

El proceso desarrollado en dichas instalaciones era el siguiente: se vertía el acero a un cazo y a través de una grúa era transportado sobre una serie de moldes de lingote. En el fondo se abría una válvula y salía un chorro de acero que llenaba los moldes. Cuando el acero líquido se solidificaba se convertía en lingote, lo que constituía la primera apariencia sólida del acero. Posteriormente se separaba de los moldes mediante grúas dotadas de pinzas. Los lingotes se apilaban en toneles refractarios verticales en los que permanecían a altas temperaturas hasta ser utilizados.

Altos Hornos de Bilbao en Barakaldo (1882), anteriormente Nuestra Señora del Carmen (1855).

Finales del s. XIX, las 3 empresas que se fusionaron para crear Altos Hornos de Vizcaya en 1902.

Batería de coque de 1.000 Tn. Años 50.

1904. Máquina de 10.000 hp para el tren de chapa.

La Iberia en Sestao (1890).

La Vizcaya (1882) al final del muelle de Sestao.*Textos: hiru.com

Anuncio de 1918.

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A lo largo del siglo XX, la vida de los pueblos en las márgenes del Nervión estaba marcada por la actividad de AHV. Como entonaba una canción popular, sus “hornos alumbran todo Bilbao”; lo que era un efecto real cada vez que los convertidores Bessemer volcaban el arrabio y el cielo se volvía de un rojo visible a más de 12 km.

Panorámica de los años 70 de las instalaciones de AHV en esta zona de la ría. Se ven una de las dos fábricas de Barakaldo y las dos de Sestao. AHV disponía de otras fábricas en Etxebarri (Bizkaia) y Lesaka (Navarra).

Panorámica de las instalaciones de Sestao sobre 1930.

Las instalaciones de Sestao a pleno rendimiento sobre 1965.

Colada de arrabio. Años 90.Convertidores Bessemer en los años 40.

Membrete de cartas en 1911.

Parque de expediciones de acero corrugado, barras y varillas (Años 40)

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Ya en el proceso de laminado, los lingotes calientes pasaban a través de poderosos cilindros giratorios que mediante presión estrechaban y alargaban la sección del lingote. Por otra parte, en los trenes estructurales se laminaba el bloom (una plancha cuadrada) tanto para perfiles pesados (raíles, puente, estructuras para edificios y navíos...) como para perfiles comerciales. Para lograrlo contaban con trenes de desbaste cuyos dos cilindros giraban en sentido contrario sobre el lingote: como la superficie tenía estrías el lingote pasaba varias veces por el cilindro, una vez por cada estría; así, la sección se reducía poco a poco. Tras el laminado, se cortaba los blooms en medidas concretas en función del perfil que se pretendía lograr para pasar al tren y darle el perfil deseado.

Avanzando por la calle Rivas y Txabarri podemos imaginar las enormes y complejas instalaciones de esta empresa en lo que hoy es ArcelorMittal. Su profunda interacción con los municipios circundantes (especialmente intensa en esta ladera) se percibe perfectamente en esta calle. Txabarri era la artería noble de Sestao, la que albergaba sus casas más representativas que, contradictoriamente, sufrían la mayor contaminación al estar en las inmediaciones de la factoría.

Por ella pasaba el primer tranvía de motor de sangre entre Bilbao y Santurce inaugurado en 1882, y el de tracción eléctrica 14 años después. Entre medias, en 1888, se produjo la apertura del tren entre Bilbao y Portugalete, que aún discurre por la parte inferior de esta vega.

La gran empresa no sólo ocupó la mayor parte de la superficie de toda esta superficie, sino que se convirtió en promotor de grupos de viviendas hasta 1965; creó colegios, cooperativas de consumo; hospitales, centros de ocio... en definitiva, toda una infraestructura que, en gran medida, saturó las tramas urbanas de Barakaldo y Sestao.

Parte de este legado lo podemos observar en el paseo por Sestao. Así, por la calle Txabarri pasamos al lado del antiguo cuarto de socorro (8) y, 200 m más adelante, la antigua escuela de aprendices (9) con el anagrama de la empresa en sus rejas.

Como en otras grandes empresas, esta escuela combinaba los estudios con las prácticas intensivas en la propia empresa hasta formar a generaciones de operarios cualificados exactamente para ajustarse a las necesidades de cada compañía. Pueden considerarse el precedente de la actual formación profesional.

Tras este edificio se levanta, majestuoso, el Horno Alto nº 1 (10) de 1959, el único que ha quedado de los 3 que aquí había, y cuya rehabilitación está encaminada a convertirlo en un centro de interpretación de la siderurgia.

Los hornos eran instalaciones de eje vertical. Estaban conformados por una cuba recubierta de una coraza de chapa soldada, un armazón revestido interiormente con material refractario.

La altura total de la instalación es de 80 m y su diámetro de ocupación medía 18 m. Las principales características técnicas que definen esta instalación son su apoyo sobre viga circular o madrastra, el crisol de 6,5 m de diámetro, 25 m de altura interior con un volumen interior útil de 757 m2, y los tragantes de doble campana tipo Wurth para la mejor distribución de las cargas en su interior y evitar escapes de gas.

El horno cuenta con una serie de elementos auxiliares necesarios para su funcionamiento, de los cuales se han mantenido las tres estufas con su chimenea, los conductos de salida de gases con su separador de polvo, el plano inclinado de carga del horno y la nave de colada.

Las estufas tipo Didier de 31 m de altura son de tiro forzado de 21.247 m2 de superficie de caldeo cada una. Los gases producidos por el horno son recogidos por los tubos de salida, dispuestos de dos en dos, que desembocan en el colector que les llevaba a su depuración seca, reutilizándose parte de ello para calentar las estufas. Para transportar las cargas de mineral, aditivos y coque, se utilizaba una vagoneta (skip) que era desplazada por un cabrestante, a través de un plano inclinado, desde un foso en el suelo hasta la parte superior del horno (tragante).

En la nave de colada donde se recogía la escoria y el arrabio se emplazaban unos canales (regueras) para verterlos a unas cucharas para su evacuación; asimismo, se localizan una perforadora neumática y un cañón eléctrico, que se utilizaban para la apertura y cierre de la piquera.

A lo largo de su historia, Altos Hornos de Vizcaya exportó sus aceros a más de 50 países.

La Escuela de Aprendices formaba en multitud de disciplinas. Prácticas de forja y dibujo (años 40). La combinación de estudios y trabajo en la empresa, hizo que contara con operarios altamente cualificados.

Edificio de la Escuela en la década de 1970. Detalle actual de la herrería con la marca de la empresa en sus ventanales.

Edificio de 1890 con un portalón diseñado para el paso de caballerizas.

Esquina Txabarri con La Iberia en los años 50.

Vista de las instalaciones desde la ría y tres altos hornos en 1980. Los hornos gemelos nº 1 de 1959 (abajo en su proceso de rehabilitación actual) y el nº 2 de 1968, sustituyeron a cuatro hornos previos de menor capacidad.

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Creada por los trabajadores de la siderurgia La Vizcaya S.A. en 1887, este edificio, también obra de Santos Zunzunegui, es fruto del desplazamiento de la cooperativa a la zona alta del municipio en los años 20. Destaca la reproducción de roblones de hormigón que imitan la estética metalúrgica.

De vuelta a la Gran Vía abordamos la segunda calle a la izquierda (calle Los Baños) para conocer de nuevo diversos tipos de residencias, siempre unidas al desarrollo industrial de la zona y la explosión demográfica que supuso.

El segundo cruce es el de la calle La Unión (13) que hace referencia al grupo de casas adosadas que se encuentran a partir de esta esquina. Otra obra de Santos Zunzunegui levantada, como muestra la cerámica de su frontis, entre 1923 y 1925.

Lindando con su parte inferior se encuentra la corrala conocida como “La Galana” (14). Un edificio rehabilitado definido por el hecho de que la salida de todas sus viviendas se hace a un pasillo comunal en el que, que en su tiempo, se situaban los retretes en una de las esquinas. Un modelo a medio camino entre los barracones previos y las viviendas posteriores. La Galana es el último testimonio de este tipo de edificación del último tercio del XIX que queda en Bizkaia.

Antes de continuar esta ruta por la ría, le recomendamos volver a salir a la Gran Vía y avanzar 200 m a la izquierda (hacía arriba en la pequeña cuesta) para encontrarse con otros 2 conjuntos de casas baratas separadas por la calle. La Protectora y La Humanitaria (15) serán los últimos conjuntos de “casas baratas” que veremos en nuestra ruta; ambos grupos presentan el estilo inglés característico de la zona en los años 20 y, como ya se ha comentado, suponen un hito en la calidad de vida de sus moradores bajo las directrices de una arquitectura de corte humanista.

EL CASCO URBANOSestao concentra su población en las dos vertientes de la colina que separan la ría del valle interior del Galindo donde se localizaban otras 2 grandes empresas: la Babcock&Wilcox dedicada a los bienes de equipo, y la General Eléctrica ligada a los equipos energéticos y cuyas naves originales hoy están parcialmente ocupadas por la multinacional ABB.

Para afrontar las pronunciadas cuestas, puede hacerlo aprovechando las rampas mecánicas de la calle La Iberia que conecta la de Txabarri con la cima de la colina.

Una vez arriba, lo primero que se observa es el actual conservatorio (11) pintado de tonos verdes y Burdeos. Su función original, hasta el año 1987, fue la de albergar la antigua escuela pública.

Es una obra de 1912 firmada por Santos Zunzunegui (p. 82), el otro gran arquitecto referente en la margen izquierda junto con Ismael Gorostiza (p. 81). Como curiosidad, puede observar en su esquina con La Iberia un tablón donde se anuncian las defunciones acontecidas en la localidad, una llamativa costumbre propia de esta zona.

Justo atravesando la calle (la Gran Vía del municipio), nos encontramos con una plaza que alberga el edificio en el que se reinstaló la primera cooperativa de consumo en el País Vasco (12).

Naves de Babcock&Wilcox en la vega del Galindo. Se asienta en Sestao en 1920 hasta su cierre en la década de los 90. Interior de una de las naves en 1970 dedicada a la elaboración de locomotoras, una línea más entre los numerosos bienes de equipo que producía.

Antigua escuela de Carlos VII (actual conservatorio) en 1985 y actual estado de la antigua cooperativa Berria.

Estado de la corrala “La Galana” en los años 70.  

Visita del ministro del ramo a las casas sociales de La Humanitaria en 1926.

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Villa fundada en 1322, sólo 22 años después que Bilbao, se encuentra dominada por la Basílica de Santa María (s. XV) de estilo gótico con influencias renacentistas, y la torre de la familia Salazar (s. XIV), y que comparten plaza en la zona alta del casco histórico.

Fueron dos siglos en los que la Villa conoció un desarrollo notable, que empezó a declinar cuando Bilbao monopolizó la actividad de la ría. Entrado el siglo XX, Portugalete fusiona el concepto de ciudad balneario (propio de la orilla de enfrente) en su cota baja, con el de una elevada densidad residencial en su cota alta (similar al de los municipio fabriles visitados previamente).

De camino hacía el puente transbordador, veremos los escasos restos de los cargaderos en sillería del ferrocarril minero de Galdames y, un poco más adelante, en lo que fue el edificio destinado a los prácticos del puerto, el Museo de la Industria-Rialia (www.rialia.net), dedicado a albergar fondos y testimonios de la actividad de AHV y Babcock&Wilcox.

De la época de la industrialización, Portugalete alberga dos monumentos catalogados. Uno, el famoso puente: otro, el Muelle de Hierro que solventó los problemas de navegabilidad que la ría había tenido durante siglos y que la convirtió en la gran autopista de salida de los productos extraídos o manufacturados cauce adentro.

Una vez que se entra en el casco urbano, se topará con un edificio llamativamente pintado en amarillo y azul. Era la antigua estación término de tren de La Canilla (17) diseñada por Pablo Alzola (p. 28) en 1888 como estación término de la línea ferroviaria Bilbao-Portugalete, antes de que, en 1926, el tren continuara su recorrido hasta Santurtzi. Actualmente alberga la oficina de turismo de la localidad.

A unos escasos 50 metros más adelante, aún subsiste en la ribera un sistema de transporte alternativo al puente transbordador: los botes a motor que también unen ambas márgenes.

En los años 70 hubo hasta 7 puntos de travesía de la ría con este sistema entre Bilbao y Santurtzi. Hoy sólo queda éste y el que se encuentra en la dársena de Desierto, en Barakaldo.

El recorrido nos obliga a bajar al nivel de la ría. Podemos hacerlo por la calle de La Iberia hasta su nivel inferior o, simplemente bajar entre calles para percibir, en toda su intensidad, el urbanismo abigarrado que llevo a Sestao a ser considerado en los años 60 y 70 como uno de los municipios europeos de mayor densidad.

Se baje por la calle La Iberia o por el viaducto situado al lado del Horno Alto hay que descender a la dársena de La Benedicta (16), circundando el último tramo de la Acería Compacta de Bizkaia (ACB).

En este espacio se localizaba el final de las instalaciones de AHV hacia el mar: cargaderos de mineral, ferrocarriles de carga y viajeros, cargueros, remolcadores, gabarras (barcazas de hasta 400 Tn para transportar escoria o carbón), cielos eternamente gris plomizo, bocas de los hornos refulgiendo en el cielo, extrema contaminación acústica, hídrica y atmosférica...

Era la visión de un cercano infierno que se mantuvo casi un siglo y daba trabajo a miles de personas en una ocupación intensiva que nunca más volverá. Un conglomerado industrial que ocupaba las márgenes de la ría y que, como en el caso de Bilbao y Barakaldo, dificultaba el acceso de los vecinos a los cauces. Hoy en día, parte de dichas instalaciones se han reconvertido en un cómodo y espectacular paseo que une Sestao con Portugalete, y se extiende hasta el posterior pueblo de Santurtzi. Desde aquí ya se vislumbra el gran icono de la zona: el Puente Bizkaia, primera obra de carácter industrial en funcionamiento reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2006.

Dársena de La Benedicta en la década de 1970.

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PORTUGALETE. FUSIÓN DE AMBAS MÁRGENESRECORRIDO DE 3 KM

La estación de La Canilla, en su inauguración (1888) y, actualmente, reconvertida en la oficina de turismo de la Villa.

La Benedicta en 1909 con la visión de las siderúrgicas La Vizcaya y La Iberia (ya pertenecientes a AHV) y los cargaderos del ferrocarril de Galdames (Bilbao River & Cantabrian Railway Co Ltd), en los que se trasvasó mineral hasta 1946.

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Fachada de la Casa Consistorial y Casa Bustamante en la entrada del Casco Histórico.

Planos de Alberto de Palacio. Su carácter visionario le llevó, en aquel momento, a proponer cafés y restaurantes, ascensores y una pasarela superior.

Fotografía en el año de su inauguración (1893).

Encima se encuentra la Plaza del Ayuntamiento. Al fondo se puede observar la Casa Bustamante (18) diseñada en 1910 por el arquitecto cántabro Leonardo Rucabado con claras influencias del modernismo catalán.

Desde la misma plaza, a partir de la esquina donde se localiza el Gran Hotel, continua el paseo ribereño en el que puede observarse una variada muestra de grandes chalets y mansiones.

EL GRAN ICONO DE LA SOCIEDAD INDUSTRIAL: ¿SUEÑO O NEGOCIO?*

El Puente Bizkaia (19) encarna las dos cosas. Es un puente transbordador de peaje, concebido, diseñado y construido por la iniciativa privada entre 1887 y 1893, une las dos márgenes de la ría del Nervión y es el primero de su tipología en el mundo. Su construcción se debió a la necesidad de unir los balnearios existentes en ambas márgenes de la ría, destinados a la burguesía industrial y a los turistas de finales del siglo XIX.

En 1887 Alberto de Palacio conoce al contratista Ferdinand Arnodin. El francés queda seducido por el proyecto de Palacio y le aporta las técnicas de puentes suspendidos con cables que había desarrollado en sus obras anteriores. Así pues, el “Puente Vizcaya” en lo que tiene de Transbordador es invención de Palacio y, en lo que tiene de Colgante, contribución de Arnodin. Por fortuna es las dos cosas al mismo tiempo y es eso lo que le hace original y novedoso.

Tan nuevo como el dinero que financió su construcción. En un tiempo en que al borde de la ría se fraguaban fortunas multimillonarias, ninguno de los magnates mineros, ni de los riquísimos navieros, ningún banquero ni ninguno de los acaudalados patrones del mayor centro siderúrgico peninsular se arriesgaron a intervenir en el proyecto de unir las dos riberas con un puente de hierro.

La novedad absoluta del proyecto hace que los grandes apellidos del olimpo financiero bilbaíno lo miren con escepticismo. Tampoco ven en el transporte de pasajeros en distancias reducidas un negocio jugoso. Serán doce modestos empresarios ligados al comercio y la industria ligera quienes se embarcarán en la aventura.

Entre todos ellos uno destaca como el auténtico empresario de la obra: Santos López de Letona.

El papel de López de Letona merece ser subrayado, porque encarna un arquetipo de la tradición económica vasca: la figura del indiano, el emigrante enriquecido en América.

Vuelto a Europa con una saneada fortuna, decide invertir en el proyecto del Puente Colgante, lo que viene a demostrar su capacidad de anticipación y su confianza en el progreso industrial.

Además de ser él quien aportó más capital a la sociedad, impuso su talante sereno y riguroso para lograr disipar las disputas que se suscitaron entre Palacio, Arnodin y los socios de la Compañía. Y que no fueron pocas.

Porque la construcción del “Puente Vizcaya” se reveló lenta, compleja y no exenta de polémicas entre las fuerzas implicadas. No se ajustó al proyecto inicial en las condiciones técnicas, ni en las económicas, ni en los plazos.

Valga decir que aunque el 4 de Agosto de 1890 se iniciaron las obras en medio de un gran optimismo, en 1891 progresaban con desesperante lentitud, debido a problemas legales, reticencias del constructor y desconfianza de los socios.

Tanto es así que hubo momentos en los que la propia realización del monumento estuvo pendiente de un hilo.

*Textos: euskadi.eus

Alberto de Palacio y Elissague (1856-1939)

Otras obras:

• Palacio de Cristal del Parque del Retiro. Madrid (1887).

• Estación de Atocha junto al ingeniero Saint-James. Madrid (1888-1892).

• Banco de España. Madrid (1884-1891).

1895. Paso del acorazado María Teresa, botado en Astilleros del Nervión en 1890.

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Las diferencias entre el director técnico (Palacio) y el contratista (Arnodin) comenzaron casi de inmediato. Arnodin actuaba con mentalidad empresarial, mientras que Palacio vivía el puente como la persecución de un sueño personal siempre susceptible de mejorar y con unos planos que nunca daba por definitivos.

Era inevitable que el inflexible pragmatismo del francés chocara con la desbordante imaginación juvenil del vasco. Los inversores no entendían ese tenso diálogo entre el creador y el negociante, y contemplaban la pugna con desconfianza. A la que se añadía la angustia de pensar en la suerte que correrían sus ahorros si la Administración no les renovaba el permiso de obras a causa de los retrasos acumulados.

La obra era tan novedosa y la mente del arquitecto tan activa que el transbordador fue mutando y fraguándose sobre la marcha. Entendía que podía aprovechar las potencialidades de la estructura como recurso de ocio e integrarla en el panorama de diversiones estivales de las playas del Abra.

Los socios se mostraron encantados con la idea, pero Arnodin respondió con mucha reticencia; para él el proyecto primitivo era “una construcción económica liviana”. Palacio y Arnodin siguieron adelante mano a

mano, casi siempre con muchas dudas y reprochándose mutuamente los retrasos; el uno acusándole de ser lento en la fabricación y el otro diagnosticándole que padecía una incurable maladie des changements, una suerte de enfermedad de los cambios.

Pero en medio de todos los problemas, el grupo de hombres empeñado en la construcción del “Puente Vizcaya” se mantuvo unido por la fe contagiosa de Alberto de Palacio en su proyecto y por la conciencia unánime de estar realizando una obra trascendente. No se equivocaron.

El 15 de julio de 1893 llegó la última pieza que faltaba para completar el gigantesco mecano: una bomba de alimentación de agua “Henri David” fabricada en Orleáns. Todo se montó con rapidez en una plataforma sobre los arcos del primer piso de un inmueble cercano y el día 24 el puente se encontraba listo para ser probado. La máquina arrancó con un temblor, la barquilla comenzó a moverse, los cables se tensaron y a pesar de ello el gran esqueleto metálico permaneció rígido, sin flechas ni vibraciones. El puente funcionaba. Y aún hoy lo sigue haciendo. Incluso, le ofrece la posibilidad de atravesar la ría por su pasillo superior accediendo a inmejorables vistas sobre la ría y su desembocadura.

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Es un modelo para futuros puentes similares en el mundo. Cuenta con numerosos paneles a su alrededor que explican sus datos, el proceso de construcción o la reparación tras la Guerra Civil española. Funciona de forma ininterrumpida todos los días del año las 24 horas. Su color actual está inspirado en el de la vena roja hematites de Somorrostro.

EL MUELLE DE HIERRO: LA OBRA QUE IMPULSÓ EL DESARROLLO DE BIZKAIAAhora, simplemente pasaremos junto a él para dirigirnos a la otra gran joya de este paseo: el Muelle de Hierro (21). Además de imponentes casas burguesas de últimos del XIX y principios del XX, se topará en el recorrido con un reloj que, en realidad, es un medidor de mareas (20) instalado sólo 2 años antes de la inauguración del Muelle de Hierro.

La sustancialidad de esta obra hay que encontrarla en un hecho que hay que imaginar a día de hoy. A la altura en que arranca el muelle del paseo, estaba la playa de Portugalete;

de hecho, puede observar sobre la colina imponentes casas hoy reconvertidas en hoteles y servicios del municipio.Esta playa se unía a la orilla de enfrente mediante una barra de arena que, a lo largo de la historia, hacía muy complicada la navegabilidad de la ría; la temida barra de Portugalete -también conocida como escuela de náufragos- compuesta por bancos de arena móviles que dificultaban la navegación periódicamente, llegando a imposibilitarla en ocasiones de mareas bajas (con calados de sólo 1 m).

Siglos de dragados y limpiezas no fueron capaces de dejar expedita esta trascendental vía de entrada a la ría de Bilbao para barcos de calado suficiente para el comercio del hierro, y explica la profusión de cargaderos desprotegidos sobre el mar desde la parte externa del actual puerto hasta adentrarse en la provincia limítrofe de Cantabria.

Hasta que Evaristo de Churruca fue nombrado director de la Junta de Obras del

Puerto en 1877. Para la construcción de la infraestructura, que entonces se enfrentaba a la mar abierta, no dispone ni de dinero ni de tiempo en exceso, por lo que decide levantar un muelle de hierro cimentado sobre pilotes de rosca, que poco más tarde opta por modificar en los doscientos metros finales, construyendo un dique tradicional de obra de fábrica, con mayor anchura y altura que los seiscientos metros iniciales. El diseño del muelle modifica las corrientes preexistentes y las aprovecha para que ellas mismas actúen como la mejor draga.

La obra se finaliza en 1887 y con su construcción queda definitivamente resuelto el problema de la navegabilidad portuaria en Bilbao, al crearse un paso de unos ochenta metros de ancho con una profundidad mínima de 4,58 m en bajamar, con lo que Churruca verá reconocida su valía en el ámbito de la ingeniería civil europea. Es una obra que explica perfectamente cómo el término ingenio es la base etimológica de ingeniero.

Volvemos sobre nuestros pasos para tomar el Puente Bizkaia y pasar a la orilla de enfrente.

Con la inauguración del Muelle de Hierro, el llamado “reloj de mareas” se convirtió rápidamente en un simple objeto llamativo que ha llegado hasta nuestros días.

La casa del empresario y político nacionalista Ramón Vicuña es, quizá, el mejor ejemplo de la profusión de mansiones en el paseo. Realizada en 1915 por Santos Zunzunegui (p. 82) en estilo regionalista, destaca el artesonado bajo los aleros y las 2 torretas laterales con solana.

Escena de playa fechada en 1901.

Postal datada en los primeros años del XX. Se observa el carácter playero de la localidad hasta que la contaminación y el traslado de la burguesía a la orilla de enfrente llevaron a la desaparición de la playa en 1950.

El problema de la navegabilidad de la ría puede verse en esta foto tomada 4 años después de la construcción del Muelle de Hierro (1887). En ella se observa cómo la barra de arena proveniente de la margen derecha (por eso, el barrio se denomina Las Arenas), hacía imposible el acceso de buques con calado suficiente para exportar por esta vía los productos de las minas.

Una de las particularidades constructivas del Muelle lo constituye el elegante y ligero arriostramiento en cruz de San Andrés que soporta el paseo en sus primeros 600 m.

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GETXO. LAS MANSIONES DE LOS INDUSTRIALES

RECORRIDO DE 3,5 KM

Nos encontramos en Las Arenas; uno de los cinco barrios que conforman el extenso municipio de Getxo. Aunque su fisonomía social es muy diferente entre ellos, integra dos de los barrios de mayor nivel económico de España; éste de Las Arenas y, muy especialmente, el colindante de Neguri (ciudad de invierno en euskera), donde se concentra una alta densidad de palacetes y mansiones. Aquí vivía lo más granado de la clase empresarial de Bizkaia aunque, a día de hoy, sólo queda una mansión que haya estado ocupada ininterrumpidamente por la misma familia.

Como se comentaba al hablar del Muelle de Hierro, el nombre de Las Arenas hace directa referencia al conjunto de arenales, marismas y vegas, cruzados por innumerables arroyos que hacían imposible la vida humana. De hecho, en 1860, sólo contaba con 36 habitantes arrimados a las bases de las colinas que lo circundan.

A partir de ese año se comenzó a plantar pinos marítimos, argomas y otras plantas, con las que fijar y sujetar las tierras. Ya en 1868 se construyó el primer Balneario, que fue la puerta de entrada a la construcción de casas, primero de verano y después mansiones estables para la alta burguesía y oligarquía industrial.

De hecho, si se desplaza por la orilla de la ría hasta la playa y recorre en toda la extensión el paseo marítimo (1,8 km) podrá observar las casas de inconfundible aire inglés.

La entrada principal de estas viviendas se encuentran en la calle paralela llamada Zugazarte, por lo que le recomendamos intercambie el recorrido marítimo con la calle interior para observar sus fachadas principales y otras mansiones que no se asoman al mar.

La sucesión de construcciones, estilos, distribuciones, procedencia de los dueños y perfiles de los arquitectos se encuentra explicada en 29 paneles trilingües que le ofrecen una detallada explicación, tanto en este paseo como en el perpendicular bajo la colina de Arriluce, que llega hasta la playa de Ereaga. Si alguno de ellos está dañado en el momento de su visita, puede consultar el folleto adjunto. Es un Conjunto Monumental reconocido como Bien Cultural en 2011.

Antes de empezar esta parte del paseo merece la pena tener en cuenta el hecho de que gran parte de estas mansiones fueron abandonadas por las familias residentes entre los años 70 y 80. Sus causas pueden encontrarse en una concatenación de circunstancias: el cierre de las empresas de las que eran propietarios, el excesivo coste en el mantenimiento de estos grandes edificios y la presión terrorista que durante décadas sometió a una presión insufrible a la élite que aquí habitaba.

Como muestra del acoso al que ETA sometió a la clase empresarial vasca, valga el ejemplo con su Club social por antonomasia: el Club Marítimo del Abra (22), que sufrió tres atentados entre el año 1973 y 2008. El edificio se encuentra ubicado entre edificios residenciales y puede observar su trasera nada más superar la pequeña playa de Las Arenas.

La recuperación de la zona obedece, también, a una suma de factores que han incidido en su florecimiento: ocupación como sedes sociales de empresas, reorientación a actividades hosteleras, división interna en varias viviendas…

Escenas de Las Arenas: 1880, 1900 y en la actualidad desde la pasarela del Puente Bizkaia.

Club Marítimo del Abra fundado en 1902. Edificio obra de Severino Achúcarro (p. 25) destruido por el incendio producido por un atentado de ETA en 1973.

Avenida Zugazarte.1920.

Edificio actual de 1975, de Eugenio Aguinaga e Iñigo Eulate.

Folleto de la ruta de las grandes villas y mansiones de los barrios getxotarras de Las Arenas y Neguri.

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Tanto en este paseo como en la colina de Arrigunaga se concentraban las familias de industriales y financieros más reputadas del Estado: Ybarra, Lezama-Leguizamón, Zabálburu, Aresti, Delclaux, De la Sota, Lipperheide, Zubiria, Arana… quienes, como muestra de su posición económica y proyección social, contrataron a los arquitectos más afamados de la época: Achúcarro, Bastida, Iturria, Garamendi, Amann… Entre todos ellos, destaca el anglófilo Manuel María de Smith (p. 13) por la cantidad, diversidad y originalidad de su obra.

Esta parte del paseo, frontal al mar, continua por la perpendicular Paseo Marqués de Arriluce (24) bajo la colina del mismo nombre.

Este tramo finaliza en el extremo de la colina de Arrigunaga donde se abren las Galerías de Punta Begoña frente al faro de 1920 (antigua estación de salvamento de náufragos) ocupado actualmente por la Cruz Roja del Mar.

De izda. a dcha. el conjunto residencial de Cisco III, Cisco II y Cisco I (23). La construcción original fue levantada en 1909 por Manuel María de Smith; el arquitecto Eugenio de Aguinaga se inspiró en esta obra para levantar la llamadas Cisco II y III en 1948.

Cisco I (1915).

Y el recorrido se abre a la playa. En su parte central se alza el antiguo Balneario de Igeretxe (25). El edificio actual fue construido en 1913 y es uno de los primeros levantados en hormigón armado. La estructura al exterior aparece revocada y pintada y la decoración, que antiguamente recurría a modelos vasquistas (entramados ficticios de madera, portalón de arco de medio punto en sillarejo grueso, cortafuegos...), ha sido simplificada al mínimo.

Para volver a Bilbao, cuenta con 2 estaciones de metro:

1) Neguri: se llega a ella por la cuesta situada frente al Igeretxe. Una opción adecuada para seguir cruzándose con villas y mansiones hasta finalizar en la plaza del metro que le puede recordar a cualquier plaza inglesa.

2) Algorta: Seguir por el paseo hasta al ascensor de plano inclinado situado 300 m más adelante del Igeretxe; una vez arriba, la estación se encuentra a unos 800 m. Otra posibilidad es continuar el paseo hasta llegar al pintoresco barrio del Puerto Viejo de Algorta (26); si sube por sus pronunciadas escaleras y cuestas, también desembocará muy cerca de la estación de metro.

Imagen del balneario de Igeretxe y del barrio de Neguri sobre 1930. Hoy en día, la colina sigue conservando multitud de villas y mansiones.

Extremo del Paseo del Marqués de Arriluce sobre 1920. Se pueden observar villas ya desaparecidas; entre ellas, la casa del industrial republicano Horacio Echevarrieta a la que pertenecían las galerías que han llegado hasta nuestros días. El edificio se levantó en 1911 bajo proyecto de Gregorio de Ibarreche, mientras que las galerías fueron una ampliación de 1918 firmada por Ricardo Bastida (p. 16).