PASCUA INFANTIL · 20195 Escúchalo y djate acompañar por L. Uno asume el perfil de la invocación...

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PASCUA INFANTIL · 2019

Escúchalo y déjate acompañar por Él.

¡ CR ISTO Vive !

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¡ CRISTO v i v e !

Muy queridos catequistas, agentes de pastoral de niños:

Tengo el gusto y el honor de presentar a ustedes el material que las Hijas de María Auxiliadora de la Provincia Nuestra Señora de Guadalupe han preparado este año para la Pascua de Niños, inspiradas en el lema:

¡ Cristo Vive ! Escúchalo y déjate acompañar por Él.La cita bíblica que acompaña la experiencia es el pasaje de los discípulos de Emaús. Ahí en Emaús, el desconocido encontrado por el camino se detiene con ellos y, en los gestos familiares de compartir la mesa y la fracción del pan, se les abren los ojos, y lo reconocen.

La experiencia de encuentro y la escucha causa una alegría profunda en los discípulos; desean que el desconocido les acompañe, le hacen la petición explicita: “Quédate con nosotros que la tarde está cayendo”, y Jesús aceptando la invitación entra para quedarse con ellos.

Deseamos que el material pueda ser un instrumento valioso que sirva para que el niño se pueda encontrar con Cristo, haga experiencia de El y con el corazón bien dispuesto le pueda decir como los discípulos de Emaús “Quédate con nosotros, los niños, que la tarde está cayendo” te necesitamos, necesitamos tu presencia que ilumine nuestra vida, la vida de nuestras familias, la vida de nuestra sociedad. Quédate y parte para nosotros el pan de la alegría, de la fraternidad, de la esperanza. ¡Acompáñanos, que tu presencia sea luz para nuestro camino!

La experiencia de Emaús es conmovedora, representa la evasión de dos discípulos desconsolados, alejándose llenos de tristeza de un sueño que ha terminado. El desconocido se acerca, crea comunidad.

Los discípulos sienten que el peregrino tiene una perspectiva diferente para interpretar las experiencias, porque parte de las Sagradas Escrituras les ilumina la realidad y cambian el corazón. Por eso la invitación “Quédate con nosotros, entra en nuestra casa, penetra en nuestra vida y sigue hablándonos”. “Ven a iluminar nuestros encuentros interpersonales que llevan el sello de la funcionalidad y de la superficialidad, quédate con nosotros y enséñanos a compartir en profundidad las experiencias vitales, para reconocer al Señor Resucitado que camina con nosotros y nos da signos de esperanza, que luego nos convierten en signos y portadores de la buena Noticia”.

Les deseamos una experiencia de encuentro y de acompañamiento con Cristo vivo gozosa, transformadora.

S. Ma. Guadalupe Torres MontielProvincial

Presentación

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Escúchalo y déjate acompañar por ÉL.

Señor, nos gustaría continuar la pregunta de los dos discípulos de Emaús, hemos reconocido que somos ellos con otras preguntas: ¿Por qué tantos dicen que nunca te encuentran? ¿No será que no te permitimos hablar, que nuestra superficialidad o desesperación no nos permite ser capaces de escuchar? ¿Qué reproche nos harías si pudieras decirnos una palabra? ¿Y qué pasajes de la Biblia nos explicarías para iluminarnos? ¿Por qué seguimos siendo bastante fríos, a pesar de hacer la fracción del pan y escuchar las Escrituras? ¿Y a qué comunidad deberíamos ir y decir que has resucitado, si no nos sentimos parte de ninguna? Y sin embargo, confesamos que algunos Emaús también los hemos experimentado y tenemos nostalgia en el corazón. Hazlo arder tú, enciéndelo. ¡Inténtalo de nuevo, Jesús!

Lucas 24,13-35Estamos en el último capítulo del Evangelio de Lucas. El último capítulo en la historia de Jesús es siempre el primero en la historia de los discípulos. De hecho, se narra el evento decisivo de la Resurrección, que es una nueva vida para el Maestro y, por lo tanto, también para el discípulo.

Es evidente que este pasaje bíblico es válido para los lectores de hoy como lo fue para los primeros discípulos y lo es también para nuestros niños que necesitan encontrarse con Jesús: una escuela de fe, una catequesis sobre cómo llegar a ser discípulos del Señor Resucitado, de cómo aprender a escucharlo y de cómo dejarse acompañar, de cómo sentir arder el corazón partiendo el Pan con el Maestro y escuchando su Palabra a través de la explicación de las Escrituras lo llevan a una experiencia asombrosa de Cristo en la Eucaristía, y a encontrarlo compañero de camino en su propia historia que con Él se convierte en historia de salvación.

Emaús es por tanto una experiencia de fe, es un camino por recorrer, en la cual el camino es central y el caminar por él fundamental, con un punto de partida y un punto de llegada, y, por supuesto, con actos y actitudes significativas que tienen lugar a lo largo del camino, en el que un evento decisivo siempre domina: El Resucitado.

Indicaciones Generales

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¡ CRISTO v i v e !

Para motivar a los niños a recorrer este camino con entusiasmo y esperanza el lema que el Grupo Pascua Nacional ha lanzado para este año 2019:

¡CRISTO VIVE! “Escúchalo y acompaña a tu hermano” viendo la realidad de nuestros niños nosotros proponemos:

“¡Cristo vive! Escúchalo y déjate acompañar por Él”

Podemos hablar concretamente de tres dinámicas que rigen el acontecimiento: la dinámica del ponerse en camino, la dinámica del diálogo, la dinámica del corazón.

La dinámica del ponerse en camino: Desde Jerusalén, lugar de la historia de la salvación, donde se lleva a cabo la Resurrección, los dos discípulos van a Emaús, que está “a unos once kilómetros de distancia”, Jesús caminará con ellos, compartiendo su conversación, entrando en su mundo alterado. El camino se detiene, la intimidad de la amistad se manifiesta en el signo del comer juntos.

Después de lo cual se produce una verdadera “conversión a Él”. Regresan a Jerusalén de donde se habían alejado. Tienen una extraordinaria comunicación que hacer a los Once: haber reconocido al Señor.

La dinámica del diálogo: Una conversación entre Jesús y los dos discípulos, un diálogo que está compuesto de preguntas y respuestas. Toma la iniciativa Jesús, quien con su pregunta estimula y educa las preguntas de los otros, abriéndolos a nuevas verdades. «¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?» El camino se interrumpe, como para mirar a Jesús. Y uno de los dos, Cleofás, responde: «¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabes lo que ha pasado allí estos días?».

Jesús entra en el juego. ¿Qué ha pasado?”.

Y viene fuera la historia (= “todo sobre”) “Lo de Jesús de Nazaret, que fue un profeta poderoso en obras y palabras,” el resultado dramático de su muerte, e incluso un fugaz pero ignorado signo de su resurrección. Pero en su explicación está implícita su frustración: “Esperábamos que él fuera libertador de Israel...». Aquí está el problema de estos discípulos: tenían en mente una concepción del Mesías y, por lo tanto, de las expectativas sobre Jesús ya establecidas: un Jesús según ellos.

De aquí parte Jesús. “Qué torpes son para comprender y que duros de corazón para creer lo que dijeron los profetas”, “¿No era necesario que el Mesías sufriera todo esto para entrar en su gloria?”. Y, Jesús hace hablar a las Escrituras, da espacio a la Palabra de Dios, que muestra la verdad convincente del Misterio Pascual del Mesías: “Sufriera todo esto para entrar en su gloria”.

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Uno asume el perfil de la invocación suplicante, como de quien tiene necesidad de ese Desconocido: “Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo”. Y finalmente la última pregunta, tan diferente de la primera. “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?”.

La dinámica de las actitudes: Si el camino indica las etapas de la fe y el entrelazarse de las preguntas, el objetivo de entender la experiencia, las actitudes de las personas, especialmente las de los dos discípulos de Emaús, expresan los sentimientos de fondo, el proceso de maduración: conocimiento, confesión, toma de conciencia, ardor, reconciliación.

− Desde un abandono, que sabe a fuga, de un lugar de revelación y de vida de la comunidad... a un rápido regreso a Jerusalén, en la comunidad de los Once, portadores no solo de noticias, sino de un anuncio de resurrección.

− De un clima de profunda tristeza, porque no tienen esperanza... a un clima de ardor (“ardía nuestro corazón”), por la esperanza renacida de la fe reencontrada.

− De la incapacidad de leer los pequeños signos, pero ciertos de un cambio en acto («algunas mujeres ... algunos de nosotros hemos quedado desconcertados») ... al reconocimiento gracias al doble gesto de la palabra y el pan, hechos por el Resucitado (“les explicó las Escrituras, partió el pan y se los dio”).

− De una presencia de Jesús Resucitado, visible, pero no reconocido («fueron incapaces de reconocerlo») ... a una presencia invisible, pero acogida y aceptada gracias a los signos recibidos del Resucitado («lo reconocieron»).

Agradecemos su retroalimentación en el correo: [email protected] y en el blog: corazonoratoriano.wordpress.com.

Equipo de redacción:

Sor Elvia Castillo Juárez

Sor Luz Aurora García Juárez

Sor Patricia Rodríguez Ruíz

Sor María del Carmen Juárez Roldán·

Ilustraciones Emaús, Via crucis: Fano

Diseño: María de la Luz Prieto

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¡ CRISTO v i v e !

Pág.

1. Presentación .............................................................................. 2

2. Indicaciones Generales .......................................................... 3

3. Metodología a seguir ............................................................. 7

4. Iniciamos el camino ................................................................. 13

5. Lunes. Jesús sale a mi encuentro ........................................ 17

6. Martes. Jesús me escucha en el camino .......................... 21

7. Miércoles. Su Palabra es clave, Él da sentido a ...............

lo que vivo .................................................................................. 25

8. Jueves. Y se quedó con nosotros ....................................... 30

9. Celebración - Adoración al Santísimo ............................... 33

10. Viernes. Y reconocí quién era .............................................. 36

11. Via crucis - El camino de la cruz .......................................... 42

12. Sábado. Cristo me acompaña y proclamo su ................

resurrección ............................................................................... 47

13. Circuito ........................................................................................ 52

14. Anexos. ......................................................................................... 59

Índice

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Al catequista, antes de pensar en los medios y en los modos, le es necesario tener un motivo para evangelizar, es decir, estar “enamorados” de Dios, haber realizado la experiencia de su amistad y de su intimidad.

Entre el momento de la llamada y el momento del envío se coloca el tiempo en el que los discípulos «están» con el Señor para aprender su estilo de vida, para aprender a leer la historia personal y universal como historia de salvación, para experimentar en la propia vida la verdad, la bondad y la belleza del mensaje que se les ha confiado y que están llamados a proclamar.

La tarea de los discípulos es escuchar el “deseo de

ver a Jesús”La evangelización y por tanto la “catequesis” es auténtica cuando lleva al encuentro con la persona de Jesús y es eficaz cuando comunica la salvación que Dios ha querido darnos en el Hijo. La evangelización comporta una dinámica interna, que parte del sentimiento religioso expresado en el deseo humano de ver a Dios, y que traduce así el salmista: «De ti ha dicho mi corazón: buscad su rostro; Señor, busco tu rostro» (Sal 26,8). Y uno de los discípulos se atreverá a pedir a Jesús: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8). Esto nos indica que evangelizar es un encuentro de personas; y la persona es evangelizada cuando encuentra y acoge a la persona de Jesús.

S. Juan en su evangelio recuerda que unos griegos, se acercaron a Felipe con la petición de «ver a Jesús» (Jn 12, 21). No sabiendo qué hacer ante una petición tan inesperada, Felipe habló sobre ello con Andrés y, juntos, «fueron a decírselo a Jesús». Entonces Jesús se dio cuenta de que había llegado la hora. En el momento en que aquellos que estaban lejos sintieron el deseo de verlo, Jesús reconoció que había llegado el tiempo de anunciar la entrega, su muerte, la hora de la glorificación, el momento decisivo de la salvación de todos.

Jesús tiene necesidad también hoy de discípulos que lleguen a descubrir en el corazón de la gente, en sus alegrías y en sus miedos, un deseo no siempre explícito de acercase a Él y de encontrarlo.

Sólo el discípulo que ya le está cercano puede descubrir, entre los que le buscan, quién desea en realidad encontrarlo. El discípulo sigue a Jesús para facilitar el encuentro con Él de aquellos que lo quieren ver.

Discernir entre las muchas aspiraciones de los adolescentes y jóvenes de hoy el verdadero deseo de «ver a Jesús», es para nosotros, motivo fundamental para llegar a ser verdaderos discípulos de Cristo. Si no lo hacemos, ¿quién presentará a Jesús los sueños y las necesidades de nuestros interlocutores? ¿Quién posibilitará a nuestros niños, adolescentes y jóvenes ver a Jesús?

Esto significa que la catequesis de los niños, adolescentes y jóvenes debe partir de las situaciones concretas en que se encuentran, con atención particular a su cultura, fuertemente marcada por la subjetividad, la auto-referencia, que los lleva a reagruparse entre coetáneos y a alejarse del mundo de los adultos. Para escuchar el grito, explícito o implícito, de nuestros interlocutores que quieren ver a Jesús, es necesario compartir con ellos, estar con ellos, salir hacia aquellos espacios y temas de vida donde se encuentran como en su propia casa, para hacer que descubran con claridad que, entre los deseos más auténticos de vida y felicidad, está escondida la pregunta por el sentido y la búsqueda de Dios.

Primero discípulos, después apóstoles

Para hacer ver a Jesús a los interlocutores, es necesario conocerle, vivir con Él, ser de los suyos. Dicho con otras palabras, no se puede ser testigos y apóstoles de Jesús, si antes no se es su discípulo. Efectivamente, no se convierte en apóstol quien quiere serlo, sino quien es llamado por

La Metodología a seguir

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¡ CRISTO v i v e !

Jesús. Quien ha sido invitado a estar con Jesús y a predicar en su nombre no pertenece al grupo de quien le busca; forma parte de aquellos que ya le han encontrado y han decidido permanecer con Él.

El primer mandato, la invitación inicial es «estar» con su Señor. La fidelidad personal es premisa para la misión. Serán enviados por Jesús los que han vivido con Él, compartiendo el camino y el descanso, el pan y los sueños, los éxitos y los fracasos, la vida y los proyectos. Antes de que el Evangelio ocupe su mente y sea la causa de sus fatigas, deberá haber sido acogido en su corazón y ser causa de su propia alegría. Jesús no confía su Evangelio a quien no ha dado su propia vida (Hch 1, 21-22). Los primeros invitados por Jesús fueron sus primeros compañeros.

Solamente el discípulo que vive con Jesús puede facilitar el acceso a Él de parte de quien lo desea. De aquí la necesidad urgente que sienten los interlocutores de encontrar discípulos de Cristo que les lleven hasta Él, precisamente porque están siempre con Él. Sólo discípulos auténticos pueden ser apóstoles creíbles.

Para hacer «ver a Jesús» a los interlocutores

En el encuentro con Jesús la iniciativa es de Él. Para muchos el primer encuentro se transformará en deseo de escucharle más todavía, de entablar amistad con Él, de seguirlo. Se sentarán a su alrededor para interrogarlo, lo ayudarán en su misión, le pedirán que les enseñe a rezar, serán testigos de sus horas felices y dolorosas. En otros casos el encuentro acaba con una invitación a un cambio de vida» Éste es el testimonio unánime de los cuatro evangelistas.

La expresión no es diversa cuando se piensa en el encuentro de Jesús con los niños, adolescentes, y los jóvenes. Para cada uno de ellos el acontecimiento más decisivo tiene lugar en el momento en que Cristo aparece como aquel del que es posible alcanzar un sentido para la vida, al cual dirigirse en busca de verdad, a través del cual comprender la relación con Dios y con el cual interpretar la condición humana. El elemento más importante es pasar de la admiración al conocimiento y del conocimiento a la intimidad, al enamoramiento, al seguimiento, a la imitación.

No basta el deseo de encontrarlo para llegar a la alegría del reconocimiento ni basta encontrar a sus discípulos para encontrar a Jesús y reconocerlo como Señor, es necesario hacer un camino por eso para explicar la metodología tomaremos el pasaje de los discípulos de Emaús.

El relato de Emaús, es un modelo ejemplar de encuentro del creyente con la misma Palabra encarnada: Jesucristo - meta de la catequesis, y al mismo tiempo traza el camino para llegar a ella; el episodio ilustra el camino de la fe y describe sus etapas siempre actuales.

Caminar juntosLa razón por la que el episodio de Emaús resulta tan actual, radica en su contemporaneidad con nuestra situación espiritual. Es fácil sentirse identificados con estos discípulos que vuelven a casa, antes de la puesta del sol, cargados de conocimientos y de tristeza. En la aventura de los dos discípulos de Emaús encontramos las etapas decisivas que hay que recorrer, para rehacer, en la educación en la fe de niños, adolescentes y jóvenes, la experiencia pascual que acompaña al nacimiento de la vida en comunidad y del testimonio apostólico.

Objetivo: Meta de la evangelización y por tanto de la catequesis es encontrarse con Cristo en su Iglesia. Y en cada catequesis debo tender a esta meta, por lo cual cada objetivo específico debe tenerla en cuenta.

Sólo al final del viaje, cuando los dos discípulos vean a Jesús repetir el gesto de partir el pan, lo reconocerán para perderlo inmediatamente de vista pero permaneciendo con Él en el corazón y retornar inmediatamente a la comunidad.

La conclusión inesperada del viaje a Emaús, fue volver a Jerusalén. Retornaron a la comunidad, donde volvieron a encontrar a Cristo en el testimonio de los Apóstoles: «De veras el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón» (Lc 24,34).

Descubrir la comunidad y reencontrarse en la Iglesia, lugar para vivir la fe común, es la consecuencia lógica del encuentro personal con el Resucitado. Fuera de la comunidad el anuncio del Evangelio parece un rumor imposible de creer (Lc 24,22-23).

Pero hoy, como ayer y más que ayer, debemos contar con los obstáculos que encuentra la evangelización.

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El primero es la desinformación, porque no solamente se habla poco de Jesús, sino que se intenta hacerlo desparecer de la cultura actual, de la organización social, de la conciencia personal. Su presencia es considerada irrelevante en la sociedad y su ausencia es vista como una ventaja.

El segundo obstáculo es ver a Jesús, privado de su real historicidad, parece siempre un Cristo a nuestra medida, imaginado según los propios deseos o necesidades, y por otra parte reducido al Jesús de Nazaret pero sin considerar el Cristo total “Él la cabeza, nosotros su cuerpo”.

Y el obstáculo más refinado, caer en querer reducir a Cristo a uno más entre otros maestros de espíritu o fundador de religiones, de modo que no se le reconocería como único Salvador de todos.

Existe el peligro, de considerar a Cristo ya conocido, que no tiene nada nuevo que decirnos; convertido en insignificante, no merece la pena tenerlo ya como Guía y Señor.

Es necesario no perder de vista que para el creyente la Iglesia es el punto fundamental: La Iglesia es continuación, morada, presencia actual de Cristo, lugar donde Él otorga la gracia, la verdad y la vida en el Espíritu.

Si ésta es la verdadera realidad de la Iglesia, nos incumbe la tarea de actuar de tal manera que los niños, adolescentes y jóvenes la amen como madre de su fe, que les hace crecer como hijos de Dios, que les permite encontrar su vocación y misión, que los acompaña a lo largo del recorrido de la vida y que los espera para introducirlos en la casa del Padre.

Una vez que tenemos muy claro nuestro objetivo pasamos al desarrollo de la catequesis, explicando brevemente el

“Método Catequístico”:

Experiencia o Motivación y profundización de dicha experiencia: Este es el punto de partida — ir a Jesús con las propias desilusiones, partir de la experiencia humana.

El punto de partida del viaje hacia Emaús no fue lo que había sucedido en Jerusalén «en aquellos días», sino la íntima frustración personal. Habían vivido junto a Jesús y la convivencia había despertado en ellos las mejores esperanzas: parecía que «sería Él quien liberaría a Israel»

(Hch 24,19-21). En cambio, su muerte en cruz había sepultado todas sus expectativas y su fe.

Era más que lógico que experimentaran el fracaso, que desilusionados, sintieran que habían sido engañados. Hoy nuestros interlocutores comparten pocas cosas con estos discípulos; pero tal vez no tienen ninguna tan en común como la frustración de sus sueños, el cansancio en la vida y el desencanto en el discipulado, las evidencias de infidelidades de los que se dicen más cercanos. Seguir a Jesús, piensan con frecuencia, no vale la pena: un ausente no tiene valor para su vida.

Es la hora de caminar hacia Emaús. En el camino, con sus angustias, hay también la oportunidad de un encuentro con Jesús. Pero no se debe caminar solos. Nuestros interlocutores tienen necesidad de una Iglesia, que, haciendo presente a Jesús, se acerque a sus problemas y a su desánimo, que no sólo comparta con ellos el camino y la fatiga, sino que converse con ellos, colocándose a su nivel, interesándose por aquello que les preocupa, asumiendo sus incertidumbres. ¿Cómo podrá la, el catequista representar al Señor Resucitado, si no se ocupa de ellos, si no se interroga sobre sus «alegrías y esperanzas», sobre sus «tristezas y angustias», si no se muestra preocupada-o por sus cosas y por su vida?

Palabra de Dios y profundización de la experiencia a la luz de la Palabra: Durante el camino — desde el saber muchas cosas sobre Jesús a dejarle hablar.

En el camino, solamente el desconocido parecía no tener idea alguna de lo acaecido en Jerusalén (Lc 24,17-24). Conocer muchas cosas sobre Jesús no llevó a los discípulos a reconocerlo; conocían el kerigma, pero no habían llegado a la fe; sabían mucho sobre Él, pero no eran capaces de verlo; tenían tantas noticias sobre un muerto que no lograban verlo vivo. El desconocido tuvo que ocuparse a fondo para hacerles comprender todo lo que pasó a la luz de Dios. Jesús se puso a releer con ellos su vida, presentándola como cumplimiento de las promesas. Para poderlo reconocer tuvieron que dejarlo hablar, escucharlo.

Como Cristo, la Iglesia debe renunciar a alimentar en los interlocutores esperanzas inconsistentes, expectativas falsas; en cambio, debe enseñar a aceptar lo que sucede

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¡ CRISTO v i v e !

en ellos y en torno a ellos, ayudándoles a releer los acontecimientos a la luz de Dios, según su Palabra. Si no los llevamos a la convicción de que todo lo que acontece es parte de un proyecto divino, fruto y prueba de un inmenso amor, ¿cómo lograrán nuestros interlocutores sentirse amados por Dios? Para lograrlo, debemos convertirnos en compañeros suyos en la búsqueda del sentido de la vida y en la búsqueda de Dios. He aquí un recorrido, todavía poco utilizado por la Iglesia, pero muy urgente para nuestros interlocutores: sin conocer las Escrituras no se conoce a Cristo.

Oración y Compromiso: Etapa decisiva — acoger a Jesús en la propia casa, y comprometerse con Él.

Llegados a Emaús, los discípulos no habían conseguido todavía el conocimiento personal de Jesús, no habían identificado al Resucitado en el desconocido acompañante. En realidad, Emaús no fue la meta del viaje, sino una etapa decisiva. Invitado a quedarse, todavía desconocido, Jesús repite su gesto sin decir palabra. Los dos de Emaús no reconocieron al Señor cuando junto con él recorrían el camino y aprendían de Él a comprender el sentido de los acontecimientos. Lo que Jesús no consiguió hacer con el acompañamiento, con la conversación, con la interpretación de la Palabra de Dios, se cumple con el gesto Eucarístico.

Los ojos para contemplar al Resucitado se abren cuando Él repite el gesto que mejor lo identifica (Lc 24,30-31). Una educación en la fe que olvide u omita el encuentro sacramental de los interlocutores con Cristo, no es el camino para encontrarlo. La Eucaristía es y debe permanecer como «fuente y culmen de la catequesis, de la evangelización»; es «la fuente y la culminación de la vida cristiana».

«Los niños, adolescentes y jóvenes, como todos nosotros, encuentran a Jesús en la comunidad eclesial. Pero en la vida de ésta hay momentos en los que Él se revela y se comunica de manera singular: son los sacramentos, en particular la Reconciliación y la Eucaristía. Sin la experiencia que se contiene en ellos, el conocimiento de Jesús resulta inadecuado y escaso, hasta el punto de no consentir distinguirlo entre los hombres como el Salvador

Quien ha encontrado al Señor, no puede permanecer en silencio: debe proclamarle. Quedar callados sería darle de nuevo por muerto; ¡y Él vive!

Pasos para cada una de las catequesis de esta propuesta

1. Experiencia o motivación:

El Directorio General para la catequesis nos dice que la experiencia «hace que nazcan en la persona intereses, interrogantes, esperanzas e inquietudes, reflexiones y juicios, que confluyen en un cierto deseo de transformar la existencia».

Por tanto la experiencia es un hecho de vida que permite al interlocutor identificarse con una determinada situación.

Si en la catequesis logramos que el interlocutor se sienta interesado por lo que está descubriendo, si logramos que se identifique con la situación que estamos presentando y logra darse cuenta de que están necesitados de ese algo y de que pueden encontrar la respuesta a su necesidad en la propuesta de Jesús, ellos dirán: “Quiero estar con Él”.

2. Profundización de la experiencia:

Una vez que el interlocutor ha vivido la experiencia intensamente, se le guía a través de una serie de preguntas sobre la técnica usada para que la profundice y pueda sentirse identificado con la situación que se propondrá en el tema.

Este momento puede parecer poco importante, sin embargo si lo eliminamos equivale a no haber hecho la experiencia.

Recordemos que Jesús no dejó solos a los discípulos sino que les preguntó para ayudarlos a reflexionar, a profundizar, a tomar conciencia de lo que habían vivido.

Los temas contienen una guía de preguntas que el catequista puede hacer, pero en realidad esas preguntas variarán de acuerdo a la dinámica que se suscitó en el grupo con la técnica usada.

Para poder profundizar la experiencia correctamente

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es necesario que el catequista o animador observe con atención cómo se desarrolla la técnica, qué hace cada uno de los participantes, qué dicen, cómo reaccionan, qué sucede; para usar todos estos elementos en la reflexión y conducir a los interlocutores a la acogida del contenido de la catequesis.

La experiencia no se debe abandonar después de haber logrado la reacción del interlocutor frente a ella, sino que debe mantenerse abierta durante todo el desarrollo de la catequesis.

La experiencia tiene que ser como un hilo conductor que se va retomando en cada momento, incluso hasta el momento final de la oración.

Cuando el interlocutor logra identificarse con la situación, entonces está preparado para escuchar la propuesta que Dios le hace.

3. Palabra de Dios:Donde viene proclamada la Palabra de Dios de manera preferencial directamente de la Biblia y creando un ambiente especial para la escucha.

4. Profundización y actualización de la Palabra de Dios:

Estos dos puntos pueden ser unidos o separados según se vea la conveniencia para la asimilación de parte de los interlocutores.

El catequista debe tener, en primer lugar, la convicción de ser un discípulo llamado por Jesús para estar con Él y después llevar el mensaje a los interlocutores. Por tanto el mensaje que comunica no es propio “sino del que lo ha enviado” (cf Jn 7,16).

Esta certeza debe estar presente en el corazón y en la boca del catequista, de modo que su anuncio vaya siempre acompañado de la expresión: “Hoy tengo un mensaje para

ti de parte de Dios”, u “Hoy Dios te quiere dar un mensaje”.

Una segunda convicción que no debe olvidar el catequista es que su mensaje es una propuesta, por lo tanto, nunca debe ser proclamada como una imposición o un deber sino como una posibilidad “si tú quieres“, “si tú aceptas”, “si tú decides“.

En tercer lugar el catequista debe tener bien claro el mensaje que va a ofrecer a los interlocutores de parte de Dios, no es una propuesta más entre todas las que ofrece el mundo, sino que es una propuesta de salvación.

¿Y qué es la salvación? La salvación es el proyecto de amor que Dios tiene pensado para ti y ese proyecto es la felicidad. Por lo tanto en la propuesta de Dios no hay otra cosa que el camino para que cada uno de nosotros encontremos la verdadera felicidad.

Al respecto el Papa Francisco nos dice en la Evangelii Gaudium: Hoy necesitamos anunciar el mensaje de Cristo «no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino “por atracción”» (EG 14).

5. Compromiso: Toda propuesta exige una respuesta. Dios espera una respuesta a la propuesta de felicidad que nos hace. El momento culmen de cada encuentro es ese momento en que el interlocutor decide qué respuesta dará a la propuesta de salvación.

Concluir nuestra catequesis sin haber intentado siquiera suscitar una respuesta es haber realizado una misión incompleta.

6. Oración:Esta respuesta será motivada por el catequista al final de la catequesis y se invitará al interlocutor a expresarla concretamente en los momentos de oración.

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¡ CRISTO v i v e !

Por lo tanto estos momentos deben ser muy bien preparados y motivados de modo que se realice en ellos un verdadero diálogo entre Dios y el interlocutor.

Quién conduce los momentos de oración no debe olvidar que debe llevar al interlocutor a ponerse en comunicación con Dios para darle una respuesta.

El directorio general para la catequesis nos dice que «La Iglesia transmite la fe de forma activa» en el sentido que la siembra en el corazón de los catequizados y los lleva a reflexionarla, experimentarla, para dar una respuesta personal (Cf DGC 78).

El catequista transmite al catequizando la fe que recibió de la comunidad cristiana y lo debe conducir a hacer una confesión de fe consciente.

En el momento de la oración, ayudamos a los interlocutores a identificar la idea principal de la catequesis de cada día y los invitamos a decir públicamente que la aceptan como verdadera, realizando así una profesión de fe.

7. El rincón del catequista

El objetivo de “El rincón del catequista” es ayudarte a ti como catequista o animador a dar respuesta a la voz de la Iglesia y hacerte verdaderamente compañero de camino de tus interlocutores, al estilo de Jesús. Te invitamos a detenerte en la dinámica que nos presenta el texto de los discípulos de Emaús, como una propuesta de acompañamiento en la que el proceso de crecimiento en la fe se manifiesta entre el acompañante y el acompañado como: aprender y construir, y que podemos designar con la palabra saber, que desde el texto de los discípulos de Emaús sería el camino del saber acompañar.

Para ti catequista, ofrecemos breves indicaciones al final de cada tema de la pascua que entran en relación con el proceso que Jesús hizo con los discípulos y que nosotros estamos llamados a vivir con los niños durante esta Pascua.

Esperamos sea una herramienta que te permita profundizar el sentido de aprender de Jesús para acompañar a los niños en su proceso de crecimiento en la fe.

¡¡¡ IMPORTANTE !!!Como podemos ver, cada uno de los momentos de la catequesis tiene una función específica y por lo tanto no pueden ser eliminados bajo ninguna circunstancia. Pueden ser modificados, simplificados, pero nunca eliminados.

En cada catequesis de esta propuesta se deben dar por tanto tres actos comunicativos:

− El catequista con Dios.

− El catequista con el interlocutor.

− El interlocutor con Dios.

La comunicación del catequista con el interlocutor se da durante el desarrollo de la catequesis; la comunicación del interlocutor con Dios, se realizará en los momentos de oración de cada catequesis y el primer tipo de comunicación se debe realizar antes del encuentro ya que Jesucristo no es un contenido que se estudia, sino una experiencia que se vive, es necesario estar con Él, vivir en intimidad con Él, de modo que después se pueda transmitirlo a Él. Por lo tanto cada catequesis debe estar acompañada y preparada por fuertes experiencias de encuentro con Dios.

Se recomienda que el catequista se prepare con tiempo a través de la oración personal y comunitaria, de la frecuencia del sacramento de la Reconciliación y de la Eucaristía y de la lectura de la Palabra de Dios, además del estudio de los temas de catequesis.

Si tú, catequista no te pones en comunicación con Dios, ¿qué propuesta le vas a hacer a los interlocutores? ¿Puede tener alguna fuerza tu anuncio si estás dando un mensaje que no has escuchado o recibido?

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Estas catequesis tienen como finalidad situar al niño en la experiencia de los dos “discípulos de Emaús”, cuando de camino de Jerusalén a Emaús constataron la compañía del Resucitado. Se quiere que logre identificarse con los discípulos y ayudándolo a hacer una lectura de su propia historia personal, descubra la presencia de Jesús que lo ama, lo acompaña siempre y le da sentido a su vida.

Palpar en su vida la presencia de un Dios cercano, que se manifiesta en lo cotidiano, incluso en situaciones dolorosas, le permitirá descubrir la belleza de su realidad y tener una actitud positiva ante ella. De aquí la importancia de saberse acompañado, de vivir atento a esta presencia que transforma modos de pensar, de sentir y de actuar y de comunicar la alegría de que Cristo vive y lo acompaña siempre.

Ambientación: Colocar en el centro una maqueta que represente el camino de los discípulos de Emaús. Anexo 1.

Importante: Cada niño desde el primer día tendrá su itinerario de viaje. En el lado A: se encontrará la imagen de un camino; por el lado B: estará dividido por etapas según los temas de la Pascua; será importante cuidarlo ya que con él se trabajarán todos los temas. Ver suplemento en hoja “Itinerario de viaje”.

Donde se considere oportuno, caracterizar a los dos discípulos de Emaús, uno de nombre Cleofás y otro llamado “tú”. Ellos podrían ir narrando su historia a lo largo de la semana y animar incluso los momentos de canto, recreación, animación u oración.

Indicaciones para el itinerario: Cada día encontrarás un signo que te hablará de una meta a llegar, solo si se realiza esa actividad podrás completar tu itinerario.

Entran en escena los animadores (música de fondo), Track 2: música instrumental.

Animador 1: Hace muchos, muchos años, cuando aún no había coches, ni aviones, dos personas realizaron un viaje, en el que les tocó vivir un acontecimiento que impactó fuertemente su vida, es más, le dio un giro sorprendente

Iniciamos el caminono sólo a la de ellos, sino también a la historia. De una situación tan triste y desalentadora provocada por la muerte de un ser muy querido, pasaron a experimentar una alegría profunda, una certeza que les transformó la vida.

Animador 2: Esta alegría tiene una característica única: no es solo risa, no se limita a carcajadas, no elimina de la vida los momentos de dolor, pero sí… sostiene aún en los momentos más duros de la vida.

Hoy que estás aquí tienes la oportunidad de vivir algo tan fuerte como estos discípulos de los que te hablo. ¿Te gustaría vivir un viaje así? ¿Estarías dispuesto a caminar como estos discípulos? ¿Te gustaría identificar de dónde proviene esa profunda alegría? Pues prepárate para la aventura y también para el desafío.

Animador 1: Buscaremos claves en todo lo que veremos, nos fijaremos en lo que ocurre en las personas, actitudes, momentos, ¿qué pasó?, ¿qué hizo que ellos vivieran este cambio tan radical?

Pero, ¿les gustaría saber de qué se trata?

Sólo se requiere una cosa: Vivir con atención cada momento.

Experiencia: Ingresemos a un túnel del tiempo y conozcamos la historia.

(Se pone música adecuada para túnel del tiempo). Track 3 Música túnel del tiempo.

Se invita a los niños a moverse al ritmo de la música, si el espacio lo permite, girar al cambio de música detenerse, respirar profundo, sentarse, cerrar los ojos, contactar con la música… hacerles entrar en el tiempo… dirigirse a los niños y decirles… Hemos llegado al año 33, después de Cristo. ¿Qué aconteció? año en el que sucedió la muerte de Jesús.

Animador 2: Entremos en ese momento en el que las personas que habían conocido a Jesús y creían en Él, no

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¡ CRISTO v i v e !

podían aceptar lo acontecido. Lentamente abre los ojos… observa con atención.

(Si es posible proyectar alguna imagen o poner como escenario el Calvario. Enseguida… se representa el texto de Emaús o se proyecta el video 1).

ESCENIFICACIÓN DE LOS DISCIPULOS DE EMAÚS.

NARRADOR: El primer día de la semana iban dos discípulos a un pueblo llamado Emaús, que se encontraba a unos once kilómetros de Jerusalén, y hablaban entre sí sobre la muerte de Jesús.

CLEOFÁS: No puedo creer que lo hayan matado.

DISCÍPULO 2: Todos creíamos que era el Mesías.

CLEOFÁS: Sí, yo estaba seguro que liberaría a nuestro pueblo de la opresión de los romanos y que restauraría el Reino de David.

DISCÍPULOS 2: Y mira, lo han clavado en una cruz como un asesino.

CLEOFÁS: ¡Qué desilusión! No fue más que un falso líder, como otros tantos.

(Aparece Jesús y se acerca a ellos).

JESÚS: “¿De qué hablan?”

CLEOFÁS: (Se para con aire entristecido) ¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabe las cosas que estos días han pasado en ella?”

JESÚS: “¿Qué cosas?”

DISCÍPULO 2: “Lo de Jesús el Nazareno”.

JESÚS: ¿De Jesús?

DISCÍPULO 2: Sí, fue un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo.

CLEOFÁS: ¿Nunca supiste de sus milagros? Curaba tantos enfermos, expulsaba demonios.

DISCÍPULO 2: Hasta resucitó muertos y una vez multiplicó cinco panes y dos pescados para dar de comer a cinco mil personas.

JESÚS: ¿Y qué ha pasado con Él?

DISCÍPULO 2: Nuestros sumos sacerdotes y autoridades lo condenaron a muerte y lo crucificaron.

CLEOFÁS: Nosotros esperábamos que sería Él, quién iba a liberar a Israel.

JESÚS: ¿Y eso cuándo fue?

DISCÍPULO 2: Hace ya tres días que sucedió.

CLEOFÁS: Algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado, porque fueron de madrugada al sepulcro, y no hallaron su cuerpo.

DISCÍPULO 2: Dicen que se les aparecieron unos ángeles, y les dijeron que Él vivía. Fueron también algunos de sus discípulos al sepulcro y hallaron todo tal como las mujeres habían dicho, pero a Él no le vieron.

JESÚS: ¡Qué necios y duros de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!

(Los dos discípulos se asustan de la reacción de Jesús).

CLEOFÁS: ¿Por qué nos dices eso?

JESÚS: ¿No conocen acaso las Escrituras?

CLEOFÁS Y DISCÍPULO 2: Sí, las conocemos.

JESÚS: ¿No recuerdan lo que dice el Profeta Isaías sobre el Siervo de Yahvé?

DISCÍPULO 2: ¿Qué dice?

JESÚS: El Profeta Isaías dijo que el Siervo enviado por Dios a la humanidad no sería comprendido por los hombres, iba a ser despreciado por ellos. Y que tendría que ser llevado a la muerte siendo inocente. Pero como Él se mantendría fiel a la voluntad de Dios, Dios cambiaría su oscuridad en luz.

DISCÍPULO 2: Entonces, ¿Era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?”.

CLEOFÁS: Hemos llegado, nosotros nos quedamos aquí.

JESÚS: Yo tengo que seguir todavía más adelante. Gracias por la compañía.

DISCÍPULO 2: Gracias a ti por explicarnos las Escrituras, pero ¿por qué no te quedas con nosotros?, el sol se esconde ya y se hace tarde.

CLEOFÁS Y DISCÍPULO 2: “Quédate con nosotros Señor”.

JESÚS: Está bien, me quedo con ustedes.

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(Se pone una sábana para tapar el escenario y se pone una mesa con un pan, vasos y una botella de vino. La mesa debe tener un mantel largo para que Jesús pueda después esconderse ahí.

Los discípulos y Jesús entran, se sientan a la mesa y mientras sirven el vino dicen).

CLEOFÁS: Señor, qué bueno que te quedaste con nosotros. Pártenos el pan.

JESÚS: (Levantando el vino) Bendito seas Señor, Dios nuestro. Te alabamos y te damos gracias. (Baja el vino) Tomen y beban. (Levantando el Pan) Gracias Padre nuestro por este pan. (Baja el pan y lo parte) Tomen y coman de Él. Hagan esto en memoria mía. (Jesús desaparece).

CLEOFÁS Y DISCÍPULO 2: ¡Es el maestro!

CLEOFÁS: ¡Es verdad que ha resucitado!

DISCÍPULO 2: Pero, ¿cómo es que no lo reconocimos?

CLEOFÁS: Con razón nuestro corazón latía de emoción mientras Él nos explicaba las Escrituras.

DISCÍPULO 2: Vamos a contarlo a los otros.

CLEOFÁS: Sí, vamos.

(Corren hacia el otro lado del escenario, donde hay un grupo de discípulos).

DISCÍPULO Y CLEOFÁS: ¡Ha resucitado! ¡Ha resucitado!

DISCÍPULO 3: ¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón!”.

CLEOFÁS: Sí, nosotros también lo vimos, caminó con nosotros hasta Emaús, pero no lo reconocimos.

DISCÍPULO 2: Nos explicó las Escrituras y nuestro corazón se alegró, pero cuando partió el pan nuestros ojos se abrieron y lo reconocimos. “Era Él”.

CLEOFÁS: Sí, ha resucitado.

TODOS: (Se abrazan mientras dicen frases como:) ¡Qué alegría! ¡Está vivo el Señor! ¡Ha resucitado!

Profundización:− ¿Qué acontece en esta representación o Video?

− ¿Qué personajes encontramos? Dos discípulos, Cleofás y otro.

− ¿En qué situación los encuentra Jesús y por qué? Van en camino, de Jerusalén a Emaús, iban de regreso a casa porque habían perdido la esperanza, la alegría y la confianza.

− Mientras van de camino ¿Qué hacen? Platican de lo que ha pasado.

− ¿Cuáles son sus sentimientos? Desilusión, tristeza.

− ¿Qué pasa en el camino mientras platican? Alguien se acerca y camina con ellos, esa persona era Jesús, sólo que ellos no lo reconocían porque estaban tan distraídos por lo que sentían, pero estaba entre ellos.

− ¿Para qué se acercaría Jesús? Jesús si sabía quiénes eran ellos y se acerca para estar con ellos, para acompañarles, se acerca porque se interesa por lo que viven y cómo lo viven. Aunque ellos no reconocen que es el mismo Jesús.

− ¿Descubrieron a Jesús? Sí.

− ¿Cuando? Cuando Jesús parte el pan.

− ¿Qué sienten ellos y qué hacen después de haberlo descubierto? Viven una alegría profunda, comprenden lo que pasó y corren a Jerusalén para decir a los discípulos que el maestro vive.

En esta pascua estamos invitados a recorrer este camino con los discípulos de Emaús y como ellos dejarnos encontrar por Jesús, escucharle, permitirle que nos acompañe y reconocerle vivo, no solo en el camino, sino en nuestra propia vida. “Feliz experiencia”.

Decimos el lema de la Pascua: ¡Cristo Vive, escúchalo y déjate acompañar por Él!

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¡ CRISTO v i v e !

Himno Pascua¡Cristo Vive! – “Déjate acompañar por Él”.Música y letra: S. Marina Ríos Salazar.Arreglo musical: Mtro. Miguel Ángel Martínez Rojas.

Si- Sol Re La

Si te sientes triste y solo, y nadie te escucha al hablar

Si- Sol Re La

Hoy quiero presentarte a un amigo muy genial

Si- Sol La Si-

Silencio, pon atención, este amigo se llama Jesús

Si- Sol La Si-

// Cristo vive, escúchalo, y déjate acompañar por Él //

Cuando quieres ser mejor y lo intentas de verdad

Jesús está para ayudarte y su secreto te dará

Su palabra será tu motor, y su pan la fuerza te dará


Él te ofrece su amistad, contigo quiere caminar

Quiere siempre tu sonrisa, no estás solo y es verdad

Confía en ti, cree en ti, ponte atento no lo dejes ir


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Movimientos que se sugieren al director: flauta, piano, batería, guitarra, violín, pandero, etc.

Profundización de la experiencia:

Preguntar a los niños…

− ¿Cómo se llamaba el juego? El director de la orquesta.− ¿Cuál era el reto de los voluntarios? Descubrir al

director.− Preguntar a los voluntarios: ¿Fue fácil descubrir al

director? Sí, no, ¿por qué?− ¿Qué se necesitaba para descubrir al director de

la orquesta? Poner mucha atención, observar los movimientos, estar entre la orquesta…

− ¿Dónde estaba el director de la orquesta? Entre la misma orquesta. Aun cuando no se haya descubierto el director ahí estaba.

− ¿Para qué estaba el director?, ¿qué hacía?…

Podemos darnos cuenta de lo bonito que es ser parte de un grupo que se coordina y tener la presencia de alguien que nos ayuda, la presencia de ese director da seguridad, coordina, orienta…

Es verdad que identificar al director de la orquesta requiere atención constante, observar cuidadosamente, mirar a todos y hasta el más pequeño movimiento.

Somos testigos de que, es difícil reconocer al director cuando hay tantos movimientos que nos pueden confundir, engañar, hasta llegar a dudar o desconfiar. Justo como pasó en el juego, algo parecido vivieron dos discípulos, cuando caminaban de Jerusalén a Emaús. Escuchemos que pasa.

Palabra de Dios: Lc 24, 13-15

“Aquel mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, que dista de Jerusalén unos once kilómetros. Iban hablando de todos estos

Jesús sale a mi encuentro

Objetivo: El niño reconoce en los acontecimientos cotidianos a Jesús que se hace presente, se interesa y le acompaña en todo lo que le pasa, así lleno de confianza se acerca a Él.

Experiencia: Juego “El director de la orquesta”

(Favorable para jugar a partir de 4 años y puede jugarse al aire libre o en el salón).

Desarrollo: Se integran equipos de 8-30 niños.

Se colocan los niños en círculo, mirando todos hacia el interior del mismo.

El catequista pide 3 voluntarios que ayuden saliendo del grupo por un instante, su reto será: descubrir al que dirige la orquesta.

En cuanto los voluntarios salgan, se nombra al director de la orquesta sin que los voluntarios se den cuenta. La tarea del director de orquesta será marcar el tiempo y el movimiento que los demás tendrán que imitar.

Se llama de uno en uno a los voluntarios, se les dice que su reto es descubrir al director de la orquesta. La orquesta ya debe estar tocando cuando se llama al voluntario. El director tendrá que cambiar constantemente el sonido o movimiento evitando ser descubierto.

Cada niño voluntario cuenta con 1 minuto para encontrar al director y tiene sólo 3 oportunidades. Una vez que termine regresa con sus compañeros voluntarios.

LUNES

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¡ CRISTO v i v e ! sucesos. Mientras hablaban y se hacían preguntas, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos estaban tan cegados, que no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: -¿Qué es lo que vienen conversando por el camino?” Palabra de Dios.

Profundización de la palabra de Dios:

Reconstruyamos el texto. (Abrir la participación espontánea mediante el diálogo con los niños).

El texto dice: “Ese mismo día…”

− ¿A qué día se refiere? Al día de la Resurrección de Jesús.

− ¿Dónde lo habían crucificado? En Jerusalén.

− ¿A dónde iban los discípulos? A Emaús.

− ¿Cuál era la distancia de Jerusalén a Emaús? 11 kilómetros… era largo el camino.

− ¿Qué hacían mientras caminaban los discípulos? Hablaban de lo que había pasado…

− ¿Cuáles son los sentimientos que experimentaban los discípulos? Tristeza, decepción, fracaso, no comprenden lo que pasó, miedo, dudosos de su fe…

Jesús se acerca y camina con ellos

− ¿Con qué actitudes se acerca Jesús? ¿Cuál es la pregunta que les hace? Se acerca con sencillez, confianza, y les pregunta acerca de lo que viven, de lo que platican en ese momento.

Allá por el año 33 sucedió que un grupo de amigos tenían un director a quien querían mucho, lo llamaban maestro, y así como ustedes seguían los movimientos del director en la orquesta… así, este grupo de amigos lo seguían y procuraban vivir su mensaje, eran tan fieles que se les llamaba discípulos… pero un día su maestro o director por amor a sus amigos, entregó su vida, murió por ello pero lo sorprendente es que no se quedó en la tumba, se las ingenia para seguir con ellos.

Mientras los amigos caminan platicando llenos de tristeza por lo que vivían, su maestro se acerca, se interesa por ellos y les hace sentir su presencia. Pero ellos no lo reconocen. Es difícil para ellos, como para nosotros en el juego reconocer al maestro o director de la orquesta. También a los discípulos les implica mucho ejercicio de atención.

En el tiempo de Jesús era común que las personas se acompañaran en el camino; lo que sí no era común, es más era imposible, es que uno que había muerto… al tercer día se pusiera a caminar junto a alguien más. Jesús no es un fantasma, pero los dos amigos lo pensaban muerto… y estaba sumidos en su tristeza por eso no lo reconocen.

Por eso, Jesús encuentra a sus dos amigos en una situación de tristeza, de inseguridad y miedo. Para ellos, con Jesús habían muerto su fe y su esperanza.

Actualización:Pero así como Jesús salió al encuentro de sus amigos y se mostró dispuesto a caminar con ellos, también hoy se acerca y camina a nuestro lado; se acerca a cada niño y le pregunta en su interior: ¿De qué platicas con tus amigos?, ¿Qué piensas?, ¿Qué tienes?, ¿Porque estás así?, ¿Qué te preocupa?, ¿Cuáles son tus sueños, tus alegrías?, ¿Cómo va la escuela…? y tiene tiempo para escucharte esos 11 kilómetros de Jerusalén a Emaús cada día.

− ¿Sabes por qué Jesús pudo salir al encuentro de los discípulos de Emaús? Porque se pusieron en camino. Iban de regreso al lugar de donde salieron… Emaús, es decir el origen. En esta pascua, Emaús será el origen de cada uno de nosotros, es la familia a la que perteneces y el camino representa nuestra propia historia y nuestra fe, es ahí donde Jesús sale a nuestro encuentro, para acompañarnos. No nos deja solos.

Otros textos en los que Dios sale al encuentro de su pueblo.

− Cuando Dios liberó al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y lo hizo pasar el mar Rojo hizo sentir su presencia al pueblo. Dice la Palabra de Dios: “Yahvé iba al frente de ellos, de día en columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en columna

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de fuego para alumbrarlos, de modo que pudiesen marchar de día y de noche. No se apartó del pueblo ni la columna de nube por el día, ni la columna de fuego por la noche” (Ex 13, 21-22).

− Cuando Moisés murió, Dios eligió a un joven llamado Josué para que condujera al pueblo de Israel hasta la tierra prometida. Como Josué era muy joven tenía miedo, pero Dios le dijo: “Lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. No tengas miedo ni te acobardes, porque Yahvé tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Jos 1, 5b y 9b).

Pero cuántas veces, como los discípulos de Emaús, no reconocemos la presencia de Dios en nuestras vidas. Y entonces nos sentimos tristes y solos. Por ejemplo, el pueblo de Israel se sentía seguro porque descubrió la presencia de Dios en la nube que los acompañaba.

En cambio, los discípulos de Emaús estaban tristes porque creyeron que Jesús los había dejado solos, como murió crucificado, se sintieron derrotados y solos. Los discípulos estaban tristes porque no reconocieron a Jesús en esa persona que caminaba a su lado.

Vamos a intentarlo. Como los discípulos de Emaús, hagamos un viaje a nuestra propia vida-historia. El punto de partida es tu realidad y tu meta es encontrar al Maestro. Para ello necesitamos vivir esta Pascua como discípulo.

Compromiso:Jesús está siempre contigo, el reto es reconocerlo en tu camino, en tu vida.

Para pequeños: Colorea las situaciones que te han sucedido y en las que puedes reconocer que Jesús está contigo. Anexo 1.1.

Para los que ya sepan leer: irán a su itinerario de viaje, ahí encontrarás una línea del tiempo, unas huellas en el camino. En cada huella dibuja o escribe momentos en los que reconoces que Jesús está contigo: 2 momentos tristes, 2 alegres, 2 de dolor y 2 que más recuerdes.

Oración:Una vez que ya terminó el grupo, se puede colocar en un medio círculo, al centro sólo se ubica la maqueta de Emaús y un cirio pascual apagado (Apagado porque aunque Jesús vive, en ese momento los discípulos aún no lo reconocen).

Guía: Jesús resucitado nos acompaña y sale a nuestro encuentro así como lo hizo con sus amigos que viajaban de Jerusalén a Emaús, pero como a ellos les pasó, no siempre es fácil reconocerlo presente en nuestra vida…

Hoy Jesús se acerca a ti niño, niña porque quiere acompañarte en esta aventura de reconocerle vivo, pero no sólo en la historia, sino en tu propia vida.

Te invito a sentarte y poner tu actividad en tus manos. Contempla los momentos de dibujaste o coloreaste… (Música de fondo) Track 4. Música para orar.

Jesucristo que está en el interior de tu ser, te pregunta, ¿Qué piensas de esos momentos?, ¿Qué deseas para cada uno de ellos?

Yo te digo ¿Qué crees que Jesús te dice en este momento?... Háblale de ti, de lo que piensas… (Momento de silencio).

Guía 2: El Señor Jesús está aquí aunque nuestros ojos no lo puedan ver físicamente, aunque el cirio está apagado, aquí se encuentran niños que desean caminar para dejarse encontrar por Jesús, por eso si crees que Jesús sale a tu encuentro, después de cada intervención te invito a decir con fe y energía: Gracias Señor.

1. Señor Jesús, tú vives y me acompañas en cada momento de mi vida. Porque sales a mi encuentro… Gracias Señor.

2. Señor Jesús, tú gozas y ríes conmigo, estás cuando juego y comparto durante mi jornada. Porque sales a mi encuentro… Gracias Señor.

3. Señor Jesús, tú estás cerca cuando me caigo y me levanto. Porque sales a mi encuentro… Gracias Señor.

4. Señor Jesús, tú permaneces cerca cuando estoy en peligro, ahí me cuidas y consuelas. Porque sales a mi encuentro… Gracias Señor.

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¡ CRISTO v i v e !

5. Señor Jesús, tú estás en mis ilusiones, sueños y me inspiras a hacer el bien. Porque sales a mi encuentro… Gracias Señor.

6. Señor tú estás en los momentos de alegría y armonía en mi familia. Porque sales a mi encuentro… Gracias Señor.

7. Por todo lo que hay en mi corazón y no te sé expresar, porque aunque no te reconozca en este momento sé que sales a mi encuentro, por eso te digo con mucha fe… Gracias Señor.

Oración: Todos.

Señor Jesucristo, gracias porque siempre estás a mi lado, porque siempre que me muevo estás ahí, caminas conmigo y te haces presente cuando lloro, cuando río, cuando no comprendo, cuando sueño e incluso cuando duermo. Ayúdame a reconocer que me acompañas siempre. Amén

Hoy nos hemos puesto en camino hacia nuestra historia, le hemos hablado a Jesús de lo que hemos vivido, nos gozamos de saber que Jesús sale a nuestro encuentro para acompañarnos siempre. Por eso terminamos cantando.

Canto: Siempre que me muevo. Track 5.

(Si el niño realizó el ejercicio se marca en su itinerario de viaje la meta correspondiente al tema).

El Rincón del Catequista:

Primer momento: Saber preparar.“Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran.” Cf Lc 24, 13-14.

En este momento para vivir este camino, estamos invitamos a disponer el corazón, a preparar el espacio y el tiempo

para encontrarnos con el acompañado y escucharlo. El Resucitado ha buscado su lugar en la conversación y en el camino. Se acerca viéndolos como alguien cercano, entabla relaciones de empatía, los ve como compañero de camino “desconocido” e imperceptible. Acercarse y seguir con ellos implica caminar al ritmo del acompañado, no estorbar en el proceso. Saber preparar implica establecer los modos y tiempos oportunos para “llegar” al proceso del acompañado. Si no existen, propiciarlos. La prudencia siempre será una actitud a tener en cuenta por el acompañante.

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Jesús me escucha en el

caminoObjetivo: El niño identifica que, en su propio camino y en modo especial en los momentos de dolor o preocupación, Jesús lo escucha y así sintiéndose comprendido por Él, le comparte con espontaneidad lo que vive.

Experiencia: Juego: “Caras y gestos”

Se divide al grupo en 2 equipos, si el grupo es muy numeroso se puede dividir en 4, se trata de adivinar el mensaje que uno de los integrantes trata de comunicar a sus compañeros de equipo, gana el equipo que logre descubrir el mensaje. (Se sacan los mensajes a suerte).

− Estoy triste necesito un abrazo.− Siento hambre y no está mi mamá.− Estoy enojado con mi amigo.− Me regañaron en mi casa.− Mis compañeros no me invitan jugar.− Consolar al que está triste.− Mi amigo se fue lejos.− No me compran lo que yo quiero.− No me sale la tarea.− Me saqué un 5 en el examen.− Se escapó mi mascota.

Reglas:− Para escenificarlo pueden hacerse ayudar de otro

compañero.

− No se puede decir ninguna palabra, únicamente se puede hacer mímica.

− Pierde su turno quien hable o el equipo que hable antes de que le corresponda.

− Tendrán un minuto para adivinar el mensaje.

− Pierde puntos el equipo que no llegue a descubrir el mensaje y gana punto extra si adivina el equipo que no está en turno.


− ¿Cómo te sentiste en este juego?

− ¿Lograron como equipo adivinar todos los mensajes que se les propusieron?

− A quien le tocó representar la frase, ¿Cómo se sintió? ¿Le fue difícil representar esa acción?

− ¿Cómo te sentiste cuando no pudieron adivinar el mensaje que querías transmitir?

− ¿Has vivido alguna situación parecida a las que hemos jugado y no pudiste expresarla bien?

− ¿Cómo te sentiste? ¿Has visto como hay situaciones en las que quisieras decir algo más y no hay alguien que te escuche o comprenda aquello que te está pasando?

El día de ayer vimos a los discípulos de Emaús que iban muy tristes por el camino, y se acercó un personaje que ellos no reconocieron. ¿Recuerdan? ¿Quién era ese personaje?

El día de hoy vamos a escuchar qué fue lo que pasó con ellos en esa parte del camino, ¿Quieren saberlo?


Ellos se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: - ¿Eres tú el único en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?

MARTES

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¡ CRISTO v i v e ! Él les preguntó: - ¿Qué ha pasado?

Ellos contestaron: lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras ante Dios y ante el pueblo. ¿No sabes que los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaran? Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto. Es cierto que algunas de nuestras mujeres nos han sorprendido, porque fueron temprano al sepulcro y no encontraron su cuerpo. Hablaban incluso de que se les habían aparecido unos ángeles que decían que está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres lo decían, pero a él no lo vieron. Palabra de Dios.


Para reconstruir la Palabra de Dios se realizará lo siguiente:

− Tener 2 juegos de huellas donde está escrita una parte o frase de la Palabra de Dios, cada equipo va a identificar las huellas que son de su equipo y que forman todo el texto de la Palabra de Dios. Anexo 2.1.

Para los más pequeños las huellas tienen los dibujos que van reconstruyendo la Palabra y por detrás un número para que puedan ir ubicándolas. Anexo 2.2.

Arman el camino con las huellas cada equipo (tomar en cuenta cuantos equipos se formaron al inicio para tener un juego para cada equipo).

Recuerdan que a los discípulos mientras iban de camino se les acercó una persona que aunque no sabían quién era, mostró interés por ellos y les pregunto de ¿Qué platicaban?

Recordemos:

− ¿Cómo iban los discípulos?

− ¿Cuál era la actitud que mostraban?

− ¿Por qué iban tristes? ¿Cuál era el motivo de su tristeza?

− ¿Qué le contaron a Jesús cuando les preguntó?

Se dan cuenta, ellos se sintieron solos, tristes, decepcionados, abandonados… porque creían que todo estaba perdido… lo que esperaban de Jesús no se había cumplido, y ahora Él ya no estaba con ellos, en esos momentos de tristeza Jesús ya no los acompañaba, Él ya estaba muerto, lo habían crucificado. Se sentían vencidos, fracasados, pensaban que ya no tenía sentido continuar con lo que Jesús les había enseñado y por eso regresaban a lo de antes, regresaban a su vida anterior no valía la pena seguir la huellas de Jesús.

Ellos mismos le habían contado a Jesús que otros de sus amigos habían ido al sepulcro y habían visto cosas que podrían significar algo, que posiblemente algo había pasado, pero la verdad no creían nada porque a Jesús nadie lo había visto, así que esos signos no tenía valor para ellos, puesto que Jesús estaba muerto y con Él toda su esperanza.

¿Sabemos quién era la persona que se les acercó? Era Jesús… pero ellos no lo reconocían. Como iban tan tristes, no eran capaces de reconocerlo, sin embargo, Jesús les inspiró confianza y le contaron sus penas, sus sufrimientos, la desilusión que llevaban cargando.

Se sentían muy tristes porque todo lo que habían planeado, no les había salido como ellos pensaban, además Jesús el amigo en quien confiaban ya no estaba con ellos y por eso estaban confundidos, no encontraban la manera de superar esa tristeza, por eso ya no querían permanecer allí, todo les recordaba a Jesús… era mejor abandonar el lugar.

En el juego que hicimos en el inicio, ¿Se dieron cuenta que los mensajes que se querían comunicar transmitían situaciones en las que nos podemos sentir mal? ¿Tú has experimentado ese tipo de situaciones?, ¿Recuerdas algún momento en que te has sentido solo o triste donde has sentido ganas de llorar?, ¿Alguna vez has sentido tristeza cuando ves a alguien que está sufriendo?

Ellos se detuvieron entristecidos

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− Piensa, ¿A quién acudes cuando experimentas esto? ¿Es fácil recuperar la alegría?

− ¿Cómo le has hecho para que la tristeza desaparezca?

− ¿A quién le cuentas generalmente cuando te sientes triste?

− Piensa en un momento donde tú te sentiste triste y quién te escuchó, ¿Hubo quien te ayudó a superar la tristeza?

Compromiso:El día de hoy Jesús también sale a tu encuentro y se pone a caminar contigo para escucharte, para que le cuentes aquello que más te preocupa o te duele. Él te pregunta como preguntó a los discípulos ¿De qué vienes platicando? ¿Por qué esa cara de tristeza? ¿Qué te preocupa? ¿Por qué no sonreír? ¿Por qué vas enojado con los demás?

Jesús todos los días está cerca de ti para escucharte, aunque a veces no lo reconozcas, como les pasó a los discípulos. Él siempre está a tu lado y te acompaña, te escucha, le interesa lo que te sucede.

Él se interesa por lo que te pasa, por eso no te deja solo, sola, ha puesto personas que salgan a tu encuentro y te den la ayuda que necesitas, es Jesús mismo quien se hace presente en esa persona. Hace un momento, compartimos que encontramos personas que nos han consolado, ellas nos hacen presente a Jesús.

− ¿Qué te gustaría decirle a Jesús?

− Él es un amigo que nunca falla, que siempre te escucha. ¿Crees que Jesús es este amigo?

− ¿Tú crees que Jesús te escucha siempre?

Te invito a pensar en tres personas que te han ayudado a superar momentos tristes, que te han acompañado en estos momentos: pueden ser tus papás, algún familiar, algún amigo.

En las huellas que recibirás escribe sus nombres y por la parte de atrás si has podido reconocer que en esa persona Jesús mismo ha estado presente escribe la frase “Jesús

camina conmigo” y las pegarás en tu itinerario de viaje pascual en la parte que corresponde a esta parada.

Oración: (Tener un lugar preparado; donde se colocará una imagen de Jesús, los símbolos del día [las imágenes de los oídos para cada niño/a], una vela, un caracol como signo de escucha).

Guía: Tú, como los discípulos de Emaús has hecho el camino junto con ellos, y Jesús ha salido a tu encuentro y quiere que le cuentes todo lo que te pasa. Vamos a recibir con un aplauso a quien siempre nos acompaña y el día de hoy quiere escucharnos, a ¡Jesús!

(Entra un niño con la imagen de Jesús mientras se escucha el canto “Tú palabra es mi guía”).

Niño o Niña: Jesús, amigo bueno, gracias por estar con nosotros. Es tan bonito sentirte cerquita. En los momentos tristes que vivimos, hemos descubierto que estás con nosotros. Sabemos que siempre nos escuchas, por eso hoy queremos compartir lo que cada uno siente, queremos hablarte y decirte qué es lo que tenemos en el corazón.

(Música de fondo).

Guía: Este momento es muy especial, te invito a recordar aquello que has vivido durante este día aquí en la Pascua, trae a tu mente aquellos momentos que sólo contarás a Jesús y te invito a mirar a Jesús y platicar con Él en silencio, cuéntale aquello que te preocupa o te duele. Él te escucha.

(Breve momento de silencio con música de fondo).

Guía: Jesús está siempre presente y ahora te quiere regalar su Palabra y quiere que la recuerdes siempre.

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¡ CRISTO v i v e !

(Pasa un niño a leerla y dejará enfrente de la imagen de Jesús el letrero con la frase. Hacer la frase con letras grandes en modo que todos puedan verla).

“No tengas miedo, yo estoy contigo siempre”.

Guía: Vamos a agradecer a Jesús su presencia entre nosotros. Vamos a repetir juntos la siguiente oración y terminaremos cantando que Jesús está conmigo.

Oración: (Todos).

Jesús, mi amigo, mi compañero de camino, que siempre pueda descubrirte presente en mi camino, en las alegrías, en los momentos de tristeza, cuando siento que no puedo más. Que comparta contigo lo que me gusta, lo que pienso y lo que quiero lograr… Señor, quédate cerca de mí. Quiero aprender mucho de ti. Quiero ser cada día más sincero, más generoso. Ayúdame a confiar siempre en Ti y que estás conmigo. Que así sea, Jesús.

Guía: Cantamos a Jesús que está con nosotros y nos escucha.

Canto: “Jesús está conmigo”:

Jesús está conmigo cada día,y va conmigo a donde vaya yo,cuando estoy triste hace que sonría,porque Jesús es mi amigo mejor.

Jesús amigo mío, me gusta estar contigoporque eres un amigo de verdad.Cuando te hablo escuchas, y me das una mano, Jesús, ya nunca te voy a fallar.

Si por las noches tengo pesadillas,o por algunas cosas duermo mal,Él siempre está conmigo y me vigila,Él junto a mi Ángel de la Guarda está.

En esos días en que tengo dudas,y me da miedo sin saber por qué,Él siempre acude rápido en mi ayuda,y me hace ser valiente otra vez.


Saber dialogarSaber dialogar implica encarnar la palabra en la realidad de los compañeros de camino. No presumir de saber más. El acompañante ha de posibilitar que el acompañado exprese su palabra desde su realidad para que el corazón arda y pueda restaurar el rostro de Dios en él y sus hermanos desde procesos de auto-comprensión y comunicación. El Resucitado permite que sus compañeros de camino cuenten su historia, la historia personal como cada uno la vive y la siente. No interviene, no interpreta, no opina, no juzga, no aconseja, simplemente escucha. Entiende la historia de sus compañeros de camino en su globalidad, en su totalidad.

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Su Palabra es clave, Él da sentido a lo

que vivoEn este día el signo será la Palabra de Dios (Biblia) y la imagen de Jesús.

(En el momento de la proclamación se puede colocar en el centro del salón, o poner estos signos en la maqueta).

Objetivo: Que el niño descubra en la Palabra de Dios la acción transformante de Jesús que da sentido a lo que vive y con confianza se decida a escucharle.

Experiencia: Juego: Rally para descifrar.

(La catequista seleccionará 3 espacios para ubicar bases ya sea dentro del salón o en el patio y preparará un premio para el equipo ganador. En cada base se ubicarán algunos retos, que consistirán en descifrar códigos y otros en analizar imágenes).

Materiales: Fotocopia del anexo 3.1 para bases y 3.2 para cada equipo.

Indicaciones: De acuerdo a la edad se organizan equipos de 3 o más niños. Los más grandes pueden realizar los retos de manera individual. Una vez organizados los equipos se les entrega una papeleta con los retos a resolver.

En este momento se favorecerá la participación espontánea. Se le pregunta al grupo.

− ¿Qué dice en el reto número 1?

− ¿Qué necesitamos para descifrar lo que dice?

El juego consistirá en visitar todas las bases y encontrar las claves correspondientes para descifrar el mensaje. Se cuenta con 5 minutos en total. El equipo que haya terminado en una base se va a otra, hasta descifrar todas las frases. Quien termine primero y las respuestas sean correctas es el ganador.

Nota. Para los que no saben leer se pueden ocupar las imágenes.


Revisar en plenario sus resultados y preguntar a uno de los participantes.

− ¿Quién logró resolver los 3 retos?

− ¿Quién no logró ni uno?

− ¿Cómo te sientes ahora?

− ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando viste los retos? “No entiendo nada, con las claves que fácil”.

− ¿Qué se necesitó? Mucha atención, ocupar las claves en todo momento.

− ¿Qué sentías mientras iban resolviendo los retos? Alegría, entusiasmo, felicidad, angustia…

Ahora que están claros los resultados ¿Crees que hubieses logrado descifrarlo sin las claves? No es posible sin claves.

Intentar leer esos retos sin las claves es muy difícil o mejor dicho imposible, podría causar molestia, incomprensión,

MIÉRCOLES

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¡ CRISTO v i v e !

desilusión, etc. Algo muy semejante nos pasa cuando interpretamos las cosas y lo hacemos según la clave que conocemos, es decir aquella que hemos aprendido en la familia, de hecho nos hemos acostumbrado a interpretar de esa manera y nos es difícil ver las cosas de manera diferente, se necesitaría que alguien nos explique diferentes claves para encontrar el sentido a las cosas, a las imágenes, aprender a leer los códigos correctos. Es como si un compañero que habla otra lengua nos preguntara algo, sólo entenderíamos un poco por sus gestos, pero no comprenderíamos del todo lo que nos quiere decir.

Eso mismo nos pasa cuando vivimos algo y no logramos entender, porque nos detenemos únicamente en lo que sentimos en ese momento, y necesitamos que alguien nos ayude a comprender qué está pasando, que nos ayude a entender la clave para poder interpretar el sentido de lo que estamos viviendo, los invito a escuchar muy atentamente cómo los discípulos de Emaús mientras iban de camino necesitaron también de alguien que los ayudara para poder interpretar lo que les estaba pasando… Escuchemos.


Entonces Jesús les dijo: -¡Qué torpes son para entender, y qué duros para creer lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías sufriera todo esto para entrar en su gloria?

Y empezando por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les explicó lo que decían de él las escrituras. Palabra de Dios.


(Retomamos el texto con la participación de los niños).

En los versículos que hemos reflexionado Jesús está acompañando a los discípulos y los discípulos aún siguen con los ojos cerrados. Hay un elemento que hace cambiar la actitud de los discípulos.

− Jesús les dices torpes para entender, y duros para creer, ¿Por qué les diría así?

− ¿Cuál sería la clave para que ellos pudieran comprender y ver la realidad de una manera distinta?

− ¿Qué les empezó a explicar Jesús?

− ¿Ustedes creen que era necesario que Jesús sufriera todo eso para entrar en su gloria, para poder salvarnos?

Los discípulos no entendían nada de lo que pasó con Jesús, ellos estaban desilusionados por todo lo acontecido, creían que había muerto para siempre, pero Jesús después de escucharlos les reclama el ser duros para creer, el no reconocer en lo acontecido el cumplimiento de lo que anunciaban los Profetas, el cumplimiento de las promesas de Dios a su Pueblo, la salvación de todos, la manifestación más grande del amor del Padre.

− Los dos discípulos esperaban la llegada de un salvador. Pero la clave para reconocerlo era la clave que toda la gente de su tiempo tenía, esperaban un Mesías poderoso, deslumbrante y con una capacidad económica esplendorosa.

− Jesús es el Mesías, el liberador de Israel, pero no se comporta como sus paisanos esperaban y por eso estaban desilusionados.

− Jesús les explica que, en el Antiguo Testamento, el profeta Isaías ya había anunciado que todo eso sucedería con Jesús, los anima a creer en Él y les ayuda a ya no sentirse tan tristes.

− Jesús les explica que el profeta Isaías había anunciado que el Siervo enviado por Dios a la humanidad tenía que sufrir mucho y morir. Jesús quiere que los discípulos entiendan, que Él es el Siervo de Dios y que ya se realizó todo lo que los profetas dijeron.

− En ese momento, Jesús no cambió los acontecimientos, pero ayudó a los discípulos a entenderlos.

− Jesús había muerto en la cruz. Comprender que esto era necesario para que se cumplieran las Escrituras y por tanto la Salvación para todos era la clave para darle sentido a lo que los discípulos estaban viviendo.

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− Se les quita la tristeza y ahora experimentan paz y alegría, y es más, sienten tan cercana la compañía de Jesús que sienten arder el corazón, no lo reconocen pero su actitud ha cambiado y el tiempo de camino les ha parecido corto.

− Así como en el juego tuvimos que explicar cómo se leían las claves para encontrar el mensaje en el texto, los discípulos experimentan el gozo de ir comprendiendo poco a poco, llegan a constatar que Jesús caminó junto a ellos, camina y es compañero en su propia historia.

Actualización: Los discípulos caminaban tristes, también en ocasiones los niños caminan tristes por la vida porque se sientes solos, porque piensan que no son acompañados…

En estos momentos me viene a la mente una niña se llama Glyzelle Palomar, es filipina y tiene 12 años, fue una niña de la calle y sus lágrimas y preguntas al papa Francisco inspiraron el discurso que el papa improvisó durante el encuentro con los jóvenes en la universidad de Santo Tomas de Manila.

Glyzelle se presentó ante el papa acompañada de Jun Chura, otro ex - niño de la calle de 14 años, quien leyó un conmovedor testimonio sobre la vida de los pequeños filipinos abandonados y que afrontan abusos, drogas y prostitución. Ambos fueron salvados de la calle.

Cuando le tocó el turno a Glyzelle de hacer las preguntas al Papa y mientras leía se echó a llorar.

“Hay muchos niños abandonados por sus propios padres, muchos víctimas de muchas cosas terribles como las drogas o las prostitución. ¿Por qué Dios permite estas cosas, aunque no es culpa de los niños? y ¿Por qué tan poca gente nos viene a ayudar?”, preguntó la niña entre lágrimas.

Los dos niños se acercaron después a dar al papa un libro con fotografías y una pulsera de su asociación y entonces el Papa Francisco la acarició para consolarla y la niña se fundió con él en un fuerte abrazo.

El testimonio de los dos niños y las lágrimas de Glyzelle fueron de inspiración al papa, que dejó de lado el discurso

que tenía preparado y pidió permiso para improvisar en español.

“Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con lágrimas”, dijo.

“Cuando nos hagan la pregunta de por qué sufren los niños (...) que nuestra respuesta sea o el silencio o las palabras que nacen de las lágrimas”, les dijo.

“Al mundo de hoy le falta llorar, lloran los marginados, lloran los que son dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida más o menos sin necesidades, no sabemos llorar”.

“Solo ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpiados por las lágrimas”. Los discípulos se sentían tristes… seguramente habían llorado la muerte de Jesús y ahora regresaban porque ya no encontraban sentido de permanecer en Jerusalén lugar en donde habían crucificado al amigo tan querido.

Y así nosotros como ellos y como el testimonio de estos niños a veces nos encontramos con realidades que nos hacen sufrir, que nos hacen llorar, que sin Jesús no la podemos comprender.

Piensa un momento.

− ¿Qué cosas te hacen sufrir, te hacen llorar?

− ¿Qué haces cuando te pasa eso, cuando sientes esa tristeza en el corazón?

− ¿Le cuentas a Jesús cómo te sientes? ¿Le cuentas el motivo de tu tristeza?

− ¿Sabes escuchar lo que Él te dice para descubrir la clave y poder descifrar su amor en medio de ese sufrimiento?

Jesús es la Palabra, Jesús es la clave para interpretar todos los acontecimientos, sólo Él, es capaz de dar sentido a todo lo que vivimos. Es por eso que los discípulos al escucharle fueron transformados desde dentro poco a poco.

(En este momento se puede quitar la figura de Jesús que está en la maqueta y colocar en su lugar el signo de la Palabra de Dios).

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¡ CRISTO v i v e !

Compromiso:En nuestros días, Jesús no está físicamente caminando a nuestro lado, sino que está presente en su Palabra y en ella nos habla del inmenso amor que el Padre nos tiene. Siempre que leemos la Palabra escuchamos a Dios, nos encontramos con Jesús que nos acompaña.

También Jesús está en los otros, en quienes nos necesitan, en las personas que nos ayudan a ser mejores.

Jesús es nuestro compañero de camino que busca nuestro bien y siempre está dispuesto a escucharnos, es un amigo que camina a nuestro lado y nos da la clave correcta para lograr descifrar e interpretar todos sus mensajes de amor en medio del dolor y el sufrimiento que también nos ayuda a creer y a encontrar el amor de Dios que siempre nos sale al encuentro.

− Actividad para pequeños: Iluminar un texto o una imagen Anexo 3.3.

− Actividad para los más grandes: En su itinerario de las actividades realizadas, elegir un acontecimiento y escribir en el cuadro correspondiente lo que se suscita en él, a la luz de la Palabra de Dios. De qué manera me ama y acompaña, qué me pide en esa situación.

Oración: (Se prepara una Biblia grande para que entre en procesión, con dos velas. Al frente va el cirio pascual).

Guía: Se acerca una luz hacia nosotros. Esa luz es Cristo que está vivo en su Palabra y viene para iluminarnos. Recibámoslo con un aplauso porque Jesús es la Palabra.

Canto: Jesús es la Palabra. (Se coloca la Biblia en el centro).

Guía: Ayer hablábamos que Dios se hace presente en personas concretas, y mediante ellas camina a nuestro lado. Hoy te presento a un personaje que se quedó como guía del pueblo de Israel cuando Moisés murió y veíamos

que Dios le había dicho que siempre estaría a su lado. Vamos a escuchar lo que Dios le dijo acerca de su Palabra.

Palabra de Dios: Josué 1, 7-8“No te apartes de la Palabra de Dios de ninguna manera y tendrás éxito dondequiera que vayas. Leerás continuamente el libro de esta Ley y lo meditarás para actuar en todo según lo que dice. Así se cumplirán tus planes y tendrás éxito en todo. Yo soy quien te manda; esfuérzate, pues, y sé valiente”. Palabra de Dios.

Guía: ¿Qué nos dice la Palabra de Dios?

El Señor nos pide que meditemos su Palabra, es decir que la recordemos constantemente. En estos momentos pasarán algunos niños que tienen unos letreros con alguna frase bíblica, ellos la mostrarán y nosotros la repetiremos en voz alta y cerrando los ojos para que se grabe en nuestro corazón.

(El guía lee la frase en el micrófono y todos los niños la repiten. Después de repetir cada frase el guía invita a los niños a hacer un momento de silencio y de repetirla en su interior para que entre en el corazón).

Las frases que deberán ir en los letreros pueden ser:

− “El Señor es mi pastor, nada me falta” (Salmo 23).

− “No temas, yo estoy contigo” (Jeremías 1,8).

− “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas” (Juan 8, 12).

− “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto vivirá” (Juan 11, 25).

− “Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos” (Juan 15, 14).

− “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20).

Guía: Con la alegría de que en Jesús, están todas las respuestas a nuestras tristezas y dudas… y de que en su Palabra encontramos la clave para descifrar el sentido de nuestra vida, de nuestra historia, de nuestra salvación cantemos.

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Canto: Tu Palabra me da vida.


Saber confrontar y discernirDios nos susurra constantemente al corazón, nos grita en algunos acontecimientos y nos invita a ver más allá, nos ayuda a ver desde su óptica.

¿Y tú? ¿Confrontas tus dudas, identificas los movimientos interiores de tu corazón? ¿Tu pensamiento, acciones, luchas… son confrontados con la Palabra de Dios que da

sentido a lo que vivimos cada día? Sólo Él es la clave para interpretar.

Saber confrontar supone tener lucidez crítica ante el anuncio del Reino frente al anti-reino. Se trata de recontar la misma historia desde aquella clave que no ha sido considerada.

El Resucitado abre el abanico de posibilidades y da herramientas para entender la misma historia desde otra perspectiva.

Educa los ojos para que los discípulos sus compañeros puedan ver la misma situación de otra manera. Lo que es visto por el acompañado como realidad de desesperanza, con la ayuda del acompañante, puede ser visto como «realidad de esperanza».

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¡ CRISTO v i v e !

Y se quedó con nosotros

Objetivo: El niño toma conciencia de la presencia real de Jesús en la Eucaristía y agradecido por su presencia, le expresa el deseo de que Él se quede y permanezca siempre en su vida.

Experiencia:Juego: “Tren ciego”.

(Material: venda para cada niño y un lugar indicado como meta, una imagen de Jesús).

Formaremos equipos de 10 niños como máximo, se les repartirá una pañoleta o una tira de tela a cada niño para que se vende los ojos, uno de cada equipo permanecerá sin los ojos vendados.

− Cada equipo se pone en fila, el niño o la niña que está sin venda, guiará a su equipo hacia la meta.

− Se dirá al equipo que escuchen atentamente a las indicaciones que su guía les dará.

− Para guiarlos puede utilizar la estrategia que desee, (se puede sugerir alguna como: Puedes decirles izquierda, derecha, avanza, stop, escalón, bajada, subida, salta, etc. o tomar de la mano al primero de la fila para avanzar, que él o ella decida por cual optar).

− Guiará así por un momento a su equipo, pero en un cierto momento los dejará solos, no les dará ninguna indicación, seguirá al lado de la fila, atento o atenta a que no se vayan a tropezar o alguien se lastime, pero sin hablarles, podrá tomar la mano de alguno, pero no hablarles, debe esperar a que los demás le hagan la petición para que los ayude y oriente por donde

tienen que ir. Será entonces cuando los lleve hasta la meta, en este momento podrá darles indicaciones más específicas para facilitarles llegar más rápido.

− Una vez que lleguen a la “imagen de Jesús”, podrán quitarse la venda para ver cuál fue la meta.


− ¿Qué te pareció la experiencia que acabas de vivir?

− ¿Fue fácil llegar a la meta que se te propuso?

− ¿Cómo te sentiste al hacer el camino?

− ¿Hubo algún momento en que te sentiste solo, sola?

− ¿Pensaste que tu guía los había dejado solos?

− ¿Qué hicieron para poder continuar?

− ¿Crees que hubieran podido llegar a la meta sin la ayuda de alguien? ¿Por qué?

Para aquellos que experimentaron que estaban solos, les puedo decir que su guía nunca se apartó de ustedes, que los siguió conduciendo, pero ustedes no se dieron cuenta. Quizá experimentaron miedo, quizá el de enfrente de pronto se quedó sin saber qué hacer. Y para continuar tuvieron que decir a su guía ¿Dónde estás? ayúdanos, ya no te escuchamos, síguenos hablando, y le pidieron que estuviera con ustedes, que los guiara. Solos podrían haberse caído y no llegar a la meta, la petición que hicieron fue porque necesitaban la ayuda de su guía.

− ¿En tu vida te ha pasado algo semejante?

− ¿Alguna vez te has sientes solo, sola, has deseado que alguien esté a tu lado, que te acompañe?

− ¿Te ha pasado que de repente sientes miedo porque no vez a nadie que te ayude?

Los días anteriores hemos escuchado la historia de dos discípulos que iban tristes de regreso a su lugar de origen, es decir Emaús, y luego se encontraron con Jesús a lo largo del camino y se puso a su lado, acompañándolos en el camino, explicándoles las Escrituras, ¿Lo recuerdan?

JUEVES

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Hoy veremos qué pasó después, porqué ellos no sabían que era Jesús el que se les había acercado. Escuchemos qué pasó después de haber caminado tanto.


Al llegar al pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron diciendo: - Quédate con nosotros, porque es tarde y está anocheciendo.

Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaba sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a ellos. Palabra de Dios.

Profundización de la Palabra de Dios:

Recuerdan que Jesús ya había caminado mucho con los discípulos, fue Él quien se acercó, les preguntó cómo estaban, escuchó sus tristezas, les explicó las Escrituras, pero llegaron al lugar donde iban y los discípulos no habían reconocido a Jesús, por eso Jesús hizo ademán de seguir más adelante, pero los discípulos se habían sentido felices de escuchar a Jesús, algo les hacía desear su compañía por eso le dicen quédate con nosotros… y Jesús acepta la invitación y entra en su casa para quedarse con ellos, y lo más maravilloso es que cena con ellos, parte el pan y se los da, y también les entrega el vino… esto hizo que se les abrieran los ojos, que se les callera la venda de los ojos y lo reconocieran.

Jesús, mientras estaba con todos sus discípulos ya había hecho este mismo gesto. En la Última Cena, antes de entregar su vida en la cruz, regala su cuerpo y su sangre como alimento de vida eterna. Recordemos sus palabras: “Coman y beban, este es mi cuerpo, esta es mi sangre”.

Actualización: Y esto mismo pasa con nosotros cada vez que se celebra una Eucaristía (Misa). Jesús se hace alimento para todos.

Nosotros, como los discípulos de Emaús, podemos reconocer a Jesús presente en la Eucaristía, que es el sacramento por excelencia.

En la Hostia consagrada, Jesús, está realmente vivo y presente, por ésto nuestra actitud cuando estamos frente a Jesús Eucaristía debe ser de respeto y de agradecimiento. Jesús está, no sólo en momentos determinados como Navidad, Pascua, sino que está siempre junto a nosotros, caminando con nosotros, ayudándonos a ser buenos, a vivir lo que Él nos enseñó.

En cada templo se reserva la hostia consagrada en el Sagrario; cuando los cristianos quieren contemplar a Jesús se expone a todos en la custodia, por eso la exposición de Jesús Eucaristía es la mejor oportunidad para contemplarlo, pero no con los ojos físicos porque entonces sólo veríamos una oblea, sino con los ojos del corazón que nos dejan ver todo el amor de un Dios que quiso quedarse entre nosotros

Vídeo: El gran milagro (lo que sucede en la consagración.)

¿Has puesto atención cuando participas en Misa, en este momento? Jesús renueva para nosotros el momento más grande de amor, entrega su vida y se hace alimento para todos.

Hoy en este día volvemos a vivir este gesto de amor que tuvo con todos sus amigos, el momento más especial. Y es por este gesto que los discípulos de Emaús reconocen a Jesús.

Los discípulos le hicieron una invitación, una petición, no lo dejaron ir, sino que le dijeron: “Quédate con nosotros… y Jesús entró y se quedó con ellos”. Y, tú ¿Le haces la petición a Jesús, que se quede contigo?

Los discípulos hicieron la petición a Jesús de que se quedara porque ya su corazón se había llenado de alegría mientras les explicaba las Escrituras, cuando fue quitando toda la oscuridad de su vista.

Compromiso: Para los más pequeños se ofrece el anexo 4.1 del camino para completar la frase “Quédate con nosotros”.

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¡ CRISTO v i v e !

Esto es precisamente lo que sucedió con los discípulos de Emaús. Mientras caminaban y hablaban con Jesús lo veían sólo con los ojos físicos, en cambio cuando partió el pan, lo contemplaron, es decir lo vieron con los ojos del corazón y entonces lo reconocieron.

El proceso de los amigos de Jesús para reconocerlo en ese compañero de camino fue muy largo y difícil:

− Primero se dió el encuentro donde Jesús tomó la iniciativa de caminar con ellos, por esto se sintieron cercanos a Él, pero no lo reconocieron;

− Después, Jesús se interesó en sus problemas, les preguntó y los escuchó;

− Después, Jesús les explicó el verdadero sentido de la Sagrada Escritura, fueron capaces de admirarlo y su corazón ardía, pero aún no lo contemplaron con su corazón;

− finalmente se identificaron con aquel viajero, lo invitaron a su mesa y entonces cuando Jesús partió el pan, ellos abrieron los ojos del corazón, lo contemplaron y fueron capaces de reconocerlo.

Oración: Tal vez tú como los amigos de Jesús, has escuchado hablar de Él, has escuchado su palabra, pero no has escuchado bien lo que te dice. Hoy Jesús quiere invitarte a un encuentro con él para expresarte cuánto te quiere y se interesa por ti.

Él, nos ve siempre son amor, nos escucha, nos ama y conoce hasta el fondo de nuestro corazón y quiere decirnos a cada momento cuanto quiere quedarse con nosotros siempre.

¿Cómo le respondes a este deseo? ¿También tú estás con el deseo de que Jesús permanezca en tu vida y te escuche?

Una respuesta concreta a su amor es participar con mayor entusiasmo en la celebración eucarística, rezar con más alegría, caer en la cuenta de cómo participamos en la Eucaristía, rezar algunas jaculatorias donde le expresemos a Jesús que queremos reconocerlo en nuestra vida, hablar con él y contarle todo lo que nos sucede con la confianza de que Él nos escucha.

En el itinerario de pascua escribirás la frase que has resumido este día: quédate con nosotros. Lo harás con el deseo de decirle a Jesús que se quede con nosotros porque en Él reconocemos que está la vida.


Saber celebrarCuando se llega a la celebración se recupera la dimensión festiva en la que nos situamos en otro orden de cosas y se aprecian las situaciones difíciles más claras. El Resucitado sabe que la celebración es el espacio en el cual se entablan las relaciones más profundas (las relaciones más-más), donde el acompañado y el acompañante son testigos de la resurrección, de la acción de Dios. Es un momento para compartir, para la acción de gracias, para la oración y la alabanza.

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Adoración al Santísimo

(Mientras entran todos los niños será conveniente tener música de fondo muy suave, para que se genere el clima de silencio y de oración. Tener preparado como símbolo el pan y el vino. Al final del momento de adoración se entregará a los niños un pequeño trozo de pan. Tener listos los panes suficientes según el número de niños que participarán. Se pondrán en recipientes que casi al final del momento de adoración, se pondrán a los pies de la custodia o a un lado, sin cubrir a Jesús Eucaristía).

Guía: En el nombre del Padre…

Los invito ahora a encontrarnos con Jesús Eucaristía, Él espera ansioso nuestra visita, un encuentro de amigos, como lo hizo con sus discípulos, quiere compartir la alegría de la donación por amor a sus amigos.

Canto: “Vine a adorarte”.

Guía: Estamos delante de Jesús Eucaristía y por esto hacemos un gesto de adoración, inclinamos nuestra cabeza o nos ponemos de rodillas en silencio, tratando de ver a Jesús que está realmente presente en la Hostia Consagrada.

Vamos a platicar sólo con Jesús, es un momento para platicar con Él, Él desea encontrarse con nosotros, pedimos al Espíritu Santo que nos ayude a calmar nuestro corazón y nuestra mente, para poder platicar solamente con Jesús sin distraernos con otras cosas o pensamientos. (Música de fondo muy suave)

Guía: Queremos estar contigo Jesús, en tu presencia, agradecerte el haberte quedado con nosotros en este pequeño trozo de pan, esperando siempre nuestra respuesta de amigos. Queremos personalmente pedirte lo que más necesitamos, pero sobre todo queremos agradecerte que hayas sido valiente y te hayas entregado para salvarnos.

− Jesús está aquí para dialogar contigo. ¿Estás dispuesto a abrirle tu corazón?

CELEBRACIÓN − Dile en tu interior: Jesús estoy aquí, dispuesto a dialogar contigo.

− Cuéntale cómo te sientes en tu casa. Dale gracias si puedes conversar con mamá o con papá o dile que te sientes solo. Dile si sufres porque tus papás no platican contigo y nunca están contigo. (Breve silencio).

− Pídele que los ayude, para que puedan tener tiempo para estar juntos en algún momento del día o de la semana. (Breve silencio).

− Dile que te ayude a comprender como hacer para mejorar la confianza con tus papás, con tus hermanos o con tus amigos.

A partir de este momento se irá formando la frase delante de Jesús Eucaristía: “Tú estás con nosotros”.

Primer momento: (Al finalizar este momento se pondrá delante

del Santísimo la palabra Tú).

Guía: Jesús, ¡qué bueno eres con todos! te amamos presente en la Eucaristía, gracias por haberte quedado con nosotros.

Niño o niña: Creo, Jesús, que estoy en tu presencia, que me amas y escuchas mi oración.

Tú eres grande y santo, yo te adoro.

Tú me lo has dado todo, yo te doy gracias.

Te he ofendido con mis malas acciones, yo te pido perdón de todo corazón.

Tú eres muy bueno, yo te pido que me ayudes para ser cada día mejor. Amén.

Canto: “Tú estás conmigo, Señor”.

Segundo momento: (Al finalizar este momento se colocará la

palabra: estás).

Guía: Alabemos a Jesucristo que nos ama y desea tanto hablar con nosotros, que ha querido quedarse en la

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¡ CRISTO v i v e !

Eucaristía. Respondemos a cada frase: ¡Viva!

− ¡Viva Cristo el Pan de Vida!

− ¡Viva Jesús nuestro Amigo!

− ¡Viva Jesús que nos vino a enseñar a vivir en el Amor!

− ¡Viva Jesús que vino a servir a los demás!

− ¡Viva Jesús que pasó en este mundo haciendo el bien!

− ¡Viva Jesús que se hace compañero de camino!

Guía: Ahora respondemos: ¡Te adoramos Jesús!

− Te adoramos Jesús porque eres el Rey de la niñez.

− Te adoramos Jesús porque con tu obediencia al Padre nos salvaste a todos.

− Te adoramos Jesús porque entregaste tu vida por amor a nosotros.

Guía: Ahora decimos: Te reconocemos Jesús.

− Reconocemos Jesús tu entrega generosa en los que nos hacen el bien.

− Te reconocemos Jesús presente en el sacramento de la Eucaristía.

Guía: Cantemos a Jesús que se ha quedado en un pequeño trozo de pan por amor a cada uno de nosotros.

Canto: Ya no eres pan y vino

Tercer momento:

(al finalizar este momento se pondrá en el altar la palabra: con).

Guía: Recordemos que los discípulos de Emaús hicieron una petición a Jesús, ahora nosotros hagámosla para que Jesús se quede con nosotros, después de cada intervención le diremos: “Quédate con nosotros Jesús”.

1. Muchos niños no te reconocen, pero nosotros queremos sentirte cerca…

2. Tú has dado la vida por cada persona, porque nos amas…

3. Tú dijiste: “Tomen y coman, esto es mi Cuerpo”, prepárame a recibirte…

4. Señor Jesús, ven a nuestro corazón, te necesitamos…

5. Jesús, tú deseas entrar en nuestro corazón, y nosotros queremos que vengas a nosotros…

6. Tú dijiste: “Dejen que los niños vengan a mí” y aquí estamos…

7. Nadie nos quiere más que tú…

Guía: Unamos nuestras voces para cantarle a Jesús que se quede con nosotros que nunca nos deje sin su presencia.

Canto: “Sigue con nosotros” o “Y cenaré contigo”

Cuarto momento: (Al finalizar este momento se coloca la última

palabra: nosotros).

Guía: Jesús se alegra de que sus amigos estén cerca de Él, pero a veces se nos olvida, pidámosle que nos ayude ser valientes amigos suyos.

Ahora decimos: Ayúdanos Jesús

− Jesús ayúdanos a amarte presente en el sacramento de la Eucaristía…

− Jesús ayúdanos a ser verdaderos amigos tuyos…

− Jesús ayúdanos a respetar a todos nuestros hermanos…

− Jesús ayúdanos a vivir todo lo que aprendimos en estos días de la pascua…

Guía: Ahora respondemos: ¡Gracias Jesús!

− Porque eres alimento para nuestra vida.

− Porque te hiciste hombre como nosotros.

− Porque nos has amado hasta el extremo de dar tu vida por nosotros.

− Porque soportaste todo dolor y sufrimiento por amor a nosotros.

− Porque eres fuente de vida.

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− Porque has caminado con nosotros en todos los momentos.

Guía: Digamos todos, la frase que hemos ido formando en este tiempo de oración con Jesús:

“Tú estás con nosotros”

Guía: Escuchemos las palabras que Jesús dijo a sus discípulos y que ahora nos las dice a cada uno de nosotros.

Palabra de Dios: Jn 6, 51

“Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne para la vida del mundo”.

Guía: Jesús te quiere recordar que está presente en tu vida y que vino para traerte la salvación y demostrarte cuanto te ama. Te invito a pasar al frente y tomar un trozo de pan, porque está noche también ha querido compartir contigo este pan de vida. Con mucho respeto recíbelo y aprovecha para ver a Jesús, dile que lo necesitas, agradécele que te comparte su propia vida, que te da lo mejor para que seas feliz.

Una vez que hayas tomado tu trozo de pan, regresa a tu lugar y agradece a Jesús su entrega.

Todos: Gracias, Jesús, porque me has conocido y me amas.

Niño 1: Jesús, a veces me da miedo estar sólo, estar en silencio, me da miedo entrar en mi interior. Ayúdame a saber que tú vives en mí.

Niño 2: Te doy gracias porque me conoces y me amas, porque soy uno de tus amigos. Yo también deseo conocerte bien, sentirte a mi lado, oír cómo me llamas por mi nombre.

Niño 1: Con frecuencia me olvido de ti, pero sé que siempre me esperas. Ayúdame a recordarte presente en mi camino, escuchándome, consolándome, explicándome aquello que no entiendo.

Niño 2: Enséñame cómo eres, Jesús, quiero reconocerte en lo concreto de mi vida. Gracias, Jesús por esperarme siempre.

Guía: Tomados de la mano vamos a agradecer este momento de oración ante Jesús Eucaristía rezando el Padre Nuestro.

Canto final: “Jesús amigo”.

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¡ CRISTO v i v e !

Martín al principio leía la Biblia únicamente los domingos, pero una vez que comenzó la lectura sintió tal felicidad en su corazón, que empezó a hacerlo todos los días.

Y así sucedió que una noche, ya tarde, al leer el Evangelio según San Lucas, llegó al pasaje donde el fariseo rico invita al Señor a su casa. Una pecadora se presentó ante Jesús, le limpió y ungió los pies, y luego los enjugó con sus lágrimas. El Señor le dijo al fariseo:

“¿Ves a esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua con qué lavar mis pies; sin embargo, ésta ha lavado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. Tú no has ungido con aceite mi cabeza; y ésta ha derramado sus perfumes sobre mis pies”.

Martín reflexionó: Ese fariseo debió ser un ignorante, como yo. Si el Señor viniera a mí casa ¿me comportaría de esa manera? Luego, apoyó la cabeza en sus brazos y se quedó dormido.

De pronto, escuchó una voz y despertó. No había nadie ahí, pero oyó que le decían claramente: “¡Martín, asómate a la calle mañana, porque vendré a verte!”

El zapatero se levantó antes del alba, encendió el fuego y preparó una sopa de col y avena con leche. A continuación, se puso el delantal y se sentó a trabajar frente a la ventana. Mientras recordaba lo que había sucedido la noche anterior, miraba hacia la calle mientras hacía su trabajo. Cuando pasaba alguien con unas botas que él desconocía, miraba hacia arriba para verle la cara.

Pasó un portero. Luego, un aguador.

Un anciano llamado Stepánich, que trabajaba para un comerciante vecino, empezó a quitar con una pala la nieve acumulada frente a la ventana; Martín lo miró y prosiguió su tarea.

Después de hacer una decena de puntadas, miró de nuevo por la ventana. Stepánich había apoyado la pala en la pared; estaba descansando o tratando de entrar en calor. El zapatero se asomó a la puerta y lo

Y reconocí quién era

Objetivo: El niño reconoce como los discípulos de Emaús, la presencia amorosa de Jesús en momentos claves de su historia personal, para que profese como ellos: “Es Jesús, presente en mi vida”.

Experiencia: Video: “Martín el Zapatero” https://www.youtube.com/watch?v=vDldSjLSbNA

(Para quien no pueda utilizar el vídeo se ofrece la narración del cuento).

Martín el zapatero - Por León TolstoiEn cierta ciudad vivía un zapatero remendón que se llamaba Martín. Su morada era un cuarto minúsculo en un sótano, cuya única ventana daba a la calle. A través de ella, sólo veía los pies de las personas que pasaban por ahí. Martín reconocía a muchos transeúntes al ver sus botas, que él había reparado. Tenía mucho trabajo, pues se esmeraba en hacerlo bien; utilizaba buenos materiales y no cobraba de más, sino solamente lo justo.

Su esposa e hijos habían muerto varios años atrás, y eran tan grandes su dolor y desesperación que llegó a reprochar a Dios por su tragedia. Pero cierto día, un anciano que había nacido en la misma aldea de Martín y que se había vuelto peregrino y un hombre religioso, visitó al zapatero, y éste le abrió su corazón.

—Ya no deseo seguir viviendo —le confió—. He perdido toda esperanza. El anciano respondió:

—Estás desesperado porque sólo piensas en ti, y en tu propia felicidad. Lee el Evangelio: allí verás cómo quiere Dios que vivas.

VIERNES

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llamó.

—Entra; pasa y caliéntate. Debes de estar helado.

— ¡Que Dios te bendiga! —le agradeció Stepánich.

El hombre entró, se sacudió la nieve y empezó a limpiarse los zapatos. Al hacerlo, se tambaleó y estuvo a punto de caer. — ¡Cuidado! —Le dijo Martín—. Siéntate; tomemos un poco de té. Y llenando dos vasos, dio uno al visitante, que lo bebió en seguida. Se veía que deseaba más. El anfitrión volvió a llenar el vaso. Mientras bebían, Martín seguía mirando a la calle.

— ¿Espera a alguien? —preguntó el anciano.

—Anoche —respondió Martín—, estaba leyendo cómo Jesús visitó la casa de un fariseo que no lo recibió dignamente. Me dije: ¿Y si eso me pasara a mí? ¡Qué no haría para recibirlo como se merece! Entonces me venció el sueño y escuché a alguien decir: “Busca en la calle mañana, porque vendré”.

Al escuchar esto, a Stepánich se le llenaron los ojos de lágrimas y dijo:

—Gracias, Martín. Me has reconfortado el cuerpo y el alma.

A continuación, se despidió y salió. El zapatero se sentó a la mesa de trabajo a coser una bota. Al observar por la ventana, vio que una mujer que calzaba zuecos pasó y se detuvo cerca de la pared. Martín advirtió que iba pobremente vestida y con un niño en brazos. De espalda a la pared, trataba de proteger a su pequeño con sus delgados andrajos. Martín salió y la invitó a pasar.

Sirvió sopa caliente y algo de pan.

—Come, buena mujer, y entra en calor —le indicó cordialmente.

Mientras comía, la campesina le contó quién era:

—Soy esposa de un soldado. Hace ocho meses lo enviaron lejos de aquí y no he sabido nada de él. No he podido encontrar trabajo; tuve que vender todo

lo que poseía para comprar comida. Ayer empeñé mi último chal.

Martín revolvió sus estantes y regresó con una vieja capa.

—Tome —le dijo—. Está desgastada, pero le servirá para arropar al pequeño.

Al coger la prenda, la campesina rompió en llanto y exclamó:

— ¡Que Dios lo bendiga!

Martín sonrió y le contó sobre su sueño y la visita prometida.

—Quién sabe; todo es posible —comentó la mujer. Luego, se puso de pie y envolvió a su hijo con la capa.

—Tome esto —añadió Martín, mientras daba un poco de dinero a la mujer para que recuperara su chal. Por último, la acompañó hasta la puerta.

El zapatero volvió a sentarse y reanudó su tarea. Cada vez que notaba una sombra en la ventana, alzaba los ojos para ver quién era. Al poco rato percibió a una mujer que vendía manzanas en un cesto. Llevaba sobre la espalda un pesado costal, que intentaba acomodar. Al apoyar el cesto en un poste, un muchacho tomó una manzana e intentó huir corriendo. Pero la anciana lo atrapó del pelo. El muchacho gritaba y ella lo insultaba.

Martín corrió a la calle. La vendedora amenazaba con entregar al chico a la policía. “Déjalo ir,”, le suplicó Martín. “Perdónalo, en nombre de Dios”. La mujer lo soltó. “Ahora, tú pídele perdón a la abuela”, ordenó el zapatero al muchacho, quien empezó a llorar y a ofrecer disculpas.

Martín tomó una manzana del cesto y se la dio al ladrón.

—Te la pagaré yo, —se apresuró a decir.

— ¡Este muchacho merece una buena paliza! —refunfuñó la vendedora.

— ¡Ay, abuela! —exclamó Martín. Si él merece que

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¡ CRISTO v i v e ! lo azoten por haber robado una manzana, ¿qué no merecemos todos por nuestros pecados? Dios nos invita a perdonar o no seremos perdonados. Debemos perdonar, sobre todo a un muchacho irreflexivo.

—Muy cierto. Pero los muchachos de hoy se están echando a perder.

Cuando la mujer iba a cargar el costal en la espalda, el muchachito dijo: “Permítame cargarlo yo. Voy por el mismo camino”.

La vendedora acomodó el costal en la espalda del muchacho, y ambos se alejaron por la calle.

Martín regresó al trabajo. Al cabo de un tiempo, la escasa luz ya no le permitía ensartar la aguja en el cuero. Recogió su herramienta, sacudió los recortes de cuero y colocó la lámpara en la mesa. Por último, cogió la Biblia del estante.

Quería abrir el libro en la página señalada, pero lo abrió en otro sitio. En eso, oyó unas pisadas y volvió la cabeza. Una voz le susurró al oído:

—Martín, ¿no me reconoces?

— ¿Quién eres? — susurró el zapatero.

—Soy yo —dijo la voz. Y del oscuro rincón surgió Stepánich; sonrió y, como una nube, se desvaneció.

—Soy yo —volvió a decir la voz. Y de las sombras salió la mujer con el niño en brazos. La madre sonrió, y el niño rio; poco a poco ellos también se esfumaron.

—Soy yo —dijo la voz, una vez más. La anciana y el muchacho de la manzana emergieron de las sombras, sonrieron y se diluyeron en la penumbra.

Martín sintió una gran alegría. Empezó a leer donde la Biblia se había abierto sola. Al principio de la página, decía:

“Porque yo tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber; era peregrino y me hospedaste”.

En la parte inferior de la página, leyó: “Siempre que lo hiciste con uno de mis más pequeños hermanos, lo hiciste conmigo”.

El zapatero comprendió que Dios en verdad lo había visitado aquel día, y que él lo había recibido dignamente.


− ¿Qué te gustó más de esta historia?

− ¿Quién era Martín?

− Generalmente ¿Cómo se comportaba Martín con los demás?

− ¿Qué le pasó a Martín que empezó a ser diferente?

− ¿A quién esperaba?

− ¿Quién lo visitó?

− ¿Dios cumplió lo que le había prometido a Martín?

− ¿Te ha pasado algo semejante a la experiencia de Martín?

La historia de Martín nos enseña que también nos puede pasar lo mismo o algo parecido, porque a veces vivimos la vida como viene, como una costumbre, sin darnos cuenta de todo lo que realmente pasa a nuestro alrededor y sobre todo sin descubrir que Jesús está a nuestro lado y camina con nosotros.

¿Se recuerdan que el día de ayer vimos a los discípulos de Emaús que llegando al final del camino hicieron la petición a Jesús: Quédate con nosotros... y Jesús se quedó con ellos? Nosotros le hicimos esta misma petición quédate con nosotros y Jesús así lo ha hecho, se ha quedado con nosotros, pero a veces se nos olvida que Él está y que se hace presente en los demás.

¿Te ha pasado que has preferido comerte unas papas sin compartirlas con nadie? ¿Ponerte a jugar Xbox o estar jugando en el celular en vez de ayudar en casa a tu mamá o papá? ¿Pasar de lado aún viendo que alguno de tus compañeros necesita ayuda?

Muchas veces no actuamos como Martín que estuvo dispuesto a ayudar a quien lo necesitaba, el esperaba

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a Jesús, pero estuvo dispuesto a ayudar a todos… ¿Se imaginan que hubiera pasado si Martín hubiera dicho: “no te puedo ayudar porque estoy esperando a Jesús y si te lo doy a ti cuando Él llegue ya no tendré nada que darle”?

De hecho Martín descubrió que Jesús estaba en cada una de esas personas solamente hasta el final del día y se sintió plenamente feliz de haber ayudado a cada uno de ellos.

Escuchemos ahora que hicieron los discípulos de Emaús después de haber compartido el pan con Jesús sin saber que era Jesús quien había caminado con ellos y quien les había explicado las escrituras.

Palabra de Dios: Lc 24, 31-32.

Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero Jesús había desaparecido de su lado. Y se dijeron uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?». Palabra de Dios.


La Palabra de Dios nos dice que a los discípulos les pasó algo semejante a lo que le pasó a Martín el Zapatero ¿Logran descubrir qué es?

Vamos a descubrir la palabra clave en el texto que acabamos de leer. (Se tendrán preparadas letras grandes que formen la frase: “lo reconocieron”).

Invito a 10 voluntarios que pasen al frente e intenten descifrar la palabra clave del texto armándola con estas grandes letras.

La palabra de Dios nos dice que cuando a los dos discípulos se les abrieron los ojos, entonces: “Lo reconocieron”. ¿A quién? A Jesús. Pero, fíjense bien cuando se dieron cuenta de que era Jesús, Él ya había desaparecido de su lado, ya no lo podían ver con sus ojos físicos, de ahora en adelante lo debían ver con los ojos de su corazón, con la fe.

Por esto se dijeron uno al otro que algo sentían cuando iban de camino y Él los acompañaba, los escuchaba, les explicaba las Escrituras.

Actualización:Vemos que es necesario abrir los ojos del corazón para descubrir que Jesús está a nuestro lado, que nos acompaña, y que nos lo muestra de diferentes formas. Hemos visto que los discípulos de Emaús lograron descubrir la presencia de Jesús en su Palabra, por eso sentían que su corazón ardía, que había un gozo en su corazón, lo descubrieron cuando Jesús partió el Pan que es su Cuerpo y su Sangre y se los entrega como alimento para tener fuerza y comportarse como él les enseñó así como lo hizo también Martín el zapatero, y recuperó la esperanza, la alegría de vivir buscando la felicidad de los demás.

Ahora que hemos escuchado y reflexionado la Palabra de Dios, nos damos cuenta del grande regalo y compromiso que hemos recibido. Porqué Jesús está presente en todas las personas, camina a nuestro lado, se quedó con nosotros en la Eucaristía, nos podemos alimentar de Él, pero también y como vimos en la historia de Martín, Jesús vive en ti, vive en mí, en cada uno de nuestros hermanos, de nuestro papás, en todos los niños pobres o abandonados, en los ancianitos, en los pobres que encontramos en la calle, también en los ricos, en las personas discapacitados, en todas aquellas personas que nos encontramos.

Y también hemos descubierto que cuando nos sentimos tristes, Él sale a nuestro encuentro a través de personas algunas que conocemos, que nos quieren (papá, mamá, tíos, abuelos, amigos, vecinos, compañeros, primos, etc.).

El día de hoy, que es viernes recordamos un momento muy especial en la vida de Jesús y que ha sido la muestra más grande del amor que nos tiene. ¿Se recuerdan que pasó el viernes santo? Jesús murió en la cruz. Fue este el motivo por el cual los discípulos perdieron la alegría de vivir y decidieron dejar todo y regresar a lo de antes. Pero Jesús en este acto nos dio la más grande prueba de su amor, quiso sufrir con todo el que sufre, quiso ser humillado para estar al lado de todos los que son despreciados, discriminados y golpeados por una injusticia, quiso estar al lado de todos los que son abandonados por sus seres queridos, quiso unirse a todos los que son golpeados y explotados sin

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¡ CRISTO v i v e !

piedad. No quiso dejar sola a ninguna persona, por esto murió en la cruz, por amor a cada persona que sufre, que está sola, que está triste o que en algún momento se ha sentido abandonado.

Por esto podemos descubrir y reconocer a Jesús en los demás, porque en todos estos hermanos está Él. Jesús también nos dice que será bendito aquel que, haciendo hasta lo más pequeño por uno de sus hermanos necesitados, lo hará por Él. Así Jesús lo ha hecho con nosotros, a través de personas, ha estado presente a nuestro lado, ha caminado con nosotros.

Si te atreves a reconocer a Jesús en todos tus hermanos, aun en aquellos que no te caen tan bien, ese será el momento en el que se te abrirán los ojos y verás que es Jesús, porque has hecho o has dado con amor lo que podías ofrecer a tus hermanos y lo harás con el mismo Jesús, quien ha venido a tu encuentro.

Te invito a pensar en un momento difícil que hayas pasado y en el cual reconociste a Jesús como los hicieron los discípulos de Emaús, piensa cuál fue la actitud que tomaste. Pudo haber sido de alegría, de consuelo, de confianza, etc. Recuerda como lo hizo Martín, tú también pudiste haber reaccionado así o algo parecido. En el itinerario de pascua dibuja una huella y escribe en ella la actitud que apenas identificaste y reconociste que Jesús estuvo contigo en ese momento difícil.

Compromiso y Oración:

Realizarán una cruz con periódico. Se necesitan dos rollitos para formar la cruz, estambre para amarrar o diurex para unir los dos rollitos y lapicero o lápiz para anotar. (De preferencia llevar los rollitos ya hechos para que los niños sólo escriban en ellos y los unan).

¿Te gustaría unirte al gesto de amor que Jesús hizo por ti, por cada persona de la humanidad para podernos librar de la tristeza, del dolor, del pecado? Te preguntarás ¿Cómo puedo hacerlo?

Te invito a elaborar una cruz de periódico en la que vas a escribir alguno de los momentos difíciles que tú has vivido y los sufrimientos de otras personas que has visto que sufren o que tienen alguna necesidad, puede ser que ya les hayas ayudado o que no lo hayas hecho, pero hoy las vamos a poner en los brazos de Jesús y tú le estás ayudando a Él, al recordarlo y descubrir que ahí está presente Jesús.

− En el rollo más largo vamos a ayudar a Jesús a cargar las situaciones de dolor y de pecado que suceden en nuestro mundo, en el lugar en que vivimos, en nuestra familia y en nosotros mismos, por esto escribiremos lo que a nosotros nos causa dolor por alguna situación familiar o de grupo, también anotaremos los dolores y sufrimientos de los demás, de los enfermos, de los que están solos, o ancianos, (enumerar situaciones de dolor como guerras, muerte, etc.).

− Para llevar con amor la propia cruz y así acompañar a Jesús. Escribiremos en la parte horizontal, lo que estoy dispuesto a hacer de hoy en adelante para acompañar a Jesús en este camino y para reconocerlo en mis hermanos.

Una vez que ya está armada la cruz de cada niño se tendrá el momento de oración.

AMBIENTACIÓN (Se pone una cruz grande en el centro formada con tela, puede ser de color café o morada; dos velas a los lados. Se pide a los niños que tomen su cruz de periódico y coloquen alrededor de la cruz).

GUÍA: Niños en este momento, junto con la cruz que cada uno ha construido, nos uniremos a la Cruz de Jesús, pues fue el instrumento con el que Jesús nos demostró su amor, dando su vida por cada uno.

Jesús el amigo que siempre está entre nosotros, y una vez más nos demuestra cuanto nos ama, cargando todo el sufrimiento y el pecado en su cruz.

GUÍA: Señor Jesús, al morir en la cruz recogiste los sufrimientos del mundo, y se los ofreciste a Dios tu Padre.

TODOS: Tu muerte nos trae la salvación.

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GUÍA: Señor Jesús, con tu muerte das vida, perdonas y salvas a todos.


GUÍA: Señor Jesús, tú no me abandonas, tú entiendes mi vida y sus problemas.


GUÍA: En este momento contemplamos tu cruz, la adoramos, porque nos diste nueva vida, en ella y nos has reconciliado para ir a la gloria del Padre y gozar de su presencia. (Momento de silencio y pueden ponerse de rodillas contemplando la cruz).

GUÍA: Señor nos has dado la muestra más grande de amor, entregando tu vida por nosotros, muriendo en la Cruz, hoy queremos reconocer este gran amor que nos tienes, eres Tú quien nos invita a escucharte en lo más profundo de nuestro corazón y dejarnos amar por ti.

Mientras contemplamos tu cruz y nuestra cruz, te escuchamos.

Canto: Nadie te ama como yo.

GUÍA: Recordemos que Jesús dijo que estaba presente en todos los hermanos. Vamos a pasar a dejar nuestra cruz en la cruz grande de Jesús para poner en Él a todas las personas que sufren y en los que nosotros hemos también lo hemos reconocido.

(Mientras pasan a dejar su cruz, se pone el canto).

Canto: “Siempre te amaré”.

(Si después de la oración se puede hacer el viacrucis para que utilicen durante el recorrido la cruz que cada niño realizó, se hará la siguiente monición, pero si no es así, se concluye con el canto y la señal de la cruz).

GUÍA: Jesús agradecemos tu amor, hoy queremos acompañarte en este camino que recorriste con la Cruz, tomando la nuestra, te acompañaremos en el Viacrucis, queremos unirnos a tu sufrimiento, también con amor.


Desaparecer para que el otro pueda surgir y asumir nuevamente su vida. No crear dependencia y establecer relaciones igualitarias, dejar el corazón encendido y resucitado. El acompañamiento que hace el Resucitado no es eterno, tiene un principio y tiene un fin. Si esto no sucede se puede caer en la dependencia y no se estarían permitiendo las relaciones más profundas (las conocidas como relaciones más-más). Por ello la necesidad que el acompañante “desaparezca” para que el acompañado crezca.

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¡ CRISTO v i v e !

El camino de la cruzAmbientación: (Preparar las imágenes o los números en los lugares donde se meditará cada estación).

Material:

− Imágenes o números de las 14 estaciones el viacrucis.− Una cruz grande, para el momento de la adoración.− Mesa y una tela blanca grande que cubre toda la mesa

hasta el suelo.− Pedir que lleven la cruz que cada uno elaboró en la

catequesis.− Mientras se camina de una estación a otra se puede

cantar un canto apropiado.

Guía: Jesús agradecemos tu amor, y hoy queremos acompañarte en este camino que realizaste con la Cruz, queremos tomar la nuestra y unirnos a tu sufrimiento, con amor. Queremos seguir el mismo camino que recorriste tú, llevando la Cruz por amor a cada uno de nosotros.

Niño: Jesús, tú has muerto en la cruz porque nos amas. Has sufrido por todos, queremos acompañarte en este Camino, así como tú nos acompañas siempre a nosotros. Con la cruz que hemos elaborado esta mañana, nos unimos a ti, la llevaremos como lo hiciste tú. ¡No te dejaremos solo, aquí estamos contigo!

1a Estación: Jesús condenado a muerte

Guía: El pueblo, grita exigiendo la muerte de Cristo, entonces Pilato entrega a Jesús para que lo crucifiquen.

Jesús sigue siendo condenado a morir injustamente, en el hambriento, en un mundo donde hay comida para todos, y en el enfermo que no puede conseguir las medicinas, y en el anciano abandonado, y en el niño que nunca llega a nacer… y nosotros nos lavamos las manos.

Gesto: Pongo mi cruz delante de mi pecho.

Niño: Jesús ayúdame a ser valiente a compartir con quien no tiene comida, con el que está enfermo, con el anciano. Perdóname cuando no hago caso del que sufre y me lavo las manos como lo hizo Pilato.

2a Estación: Jesús carga con la cruz.

Guía: Los soldados le cargan la cruz a Jesús sobre los hombros y, entre burlas y golpes, lo hacen dirigirse al monte Calvario.

Jesús aguanta el peso de los que sufren, soporta el dolor de los otros condenados por puro amor. Nunca nos deja solos en el dolor, en la tristeza, en la desesperación.

Gesto: Pongo mi cruz en mi espalda.

Niño: Jesús llevaba la cruz con amor, porque cargaba con nuestras tristezas, con nuestros pecados. Yo también quiero cargar mi cruz con amor, porque quiero vivir lo que Jesús me enseñó.

VIA CRUCIS

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3a Estación: Jesús cae por primera vez.

Guía: El peso de la cruz es insoportable para el cuerpo herido de Jesús, que cae por primera vez… Y no lo vemos caer. Estamos distraídos, solo pensando en nosotros mismos, llenos de mil cosas o dormidos, cae empobrecido a nuestro lado y no lo vemos… Despiértanos, Señor. ¡Abre nuestros ojos! Para que te podamos reconocer.

Gesto: Me arrodillo con una rodilla y pongo mi cruz en la otra.

Niño: Perdónanos, Jesús, porque dejándonos llevar por nuestro egoísmo, por nuestro interés, no te hemos sabido reconocer, no te hemos descubierto presente a nuestro lado y no te hemos ayudado.

4a Estación: Jesús se encuentra a su madre.

Guía: María, se acerca a Jesús y lo acompaña. Sólo Ella le consuela, una espada le atraviesa el corazón. Dolor de madre que ve morir la vida de sus entrañas. No hay dolor más fuerte que el de perder un hijo.

Gesto: Pongo mi cruz cerca de mi corazón.

Niño: Perdónanos María, porque pensamos mucho en nuestros dolores y caprichos y nos olvidamos de amar y respetar a nuestras mamás como se lo merecen.

5a Estación: Jesús es ayudado por el cirineo.

Guía: Jesús no puede ya con la cruz y los soldados viendo a uno que regresaba a su hogar le agarraron y, sin permitirle decir la palabra, le forzaron a ayudar a Jesús llevando la cruz.

Una Iglesia cirinea, movida por el Espíritu, soportando la carga de los crucificados, alegrando el rostro de Cristo. Seamos esa Iglesia.

Gesto: Cargo mi cruz y pongo una mano en el hombro del compañero que está a mi lado.

Niño: Jesús, quiero ser parte de la Iglesia que sabe ayudar a los que están a mi lado. Ayúdame a estar atento a los demás y a servir con alegría y amor.

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¡ CRISTO v i v e !

6a Estación: Jesús se encuentra con Verónica.

Guía: Una valiente mujer se acerca a Jesús para limpiarle el rostro. No tuvo miedo ni vergüenza de que otros se burlasen de ella. El rostro de Jesús es el rostro de los pobres, secar su sudor y su sangre será nuestra vocación y misión. No nos ocultes tu rostro Señor.

Gesto: Pongo mi cruz cerca de mi rostro.

Niño: Jesús, quiero imitarte en la compasión y valentía. Ayúdame para que el dolor ajeno no me deje indiferente, que sepa consolar a los demás sabiendo que tú estás en cada uno de ellos.

7a Estación: Jesús cae por segunda vez.

Guía: La Cruz pesa de verdad. El rostro de Jesús vuelve a golpearse contra el suelo. Pero en su amor por nosotros,

quiere llegar hasta el fin. Y no cae solo. Cae con el pobre, con el hambriento, con el enfermo, con el desnudo, con el preso… y yo no caigo en la cuenta de tantos que están cayendo y necesitan de mí..

Gesto: Inclino mi cabeza y pongo mi cruz en el suelo.

Niño: Una y otra vez puedo caer, por egoísmo, soberbia o debilidad, no soy fuerte. Jesús dame la fuerza y amor para levantarme cada vez que caiga y seguir sirviendo a mis hermanos y en ellos a Ti.

8a Estación: Jesús consuela a las mujeres.

Guía: Jesús escucha el lamento de unas mujeres, que lloran por Él. Jesús se acerca a las mujeres, mujeres sin rostro que sufren y siguen sufriendo discriminación, maltrato… mujeres a quienes no les creen aquello que anuncian.

Gesto: Pongo mi cruz en mi espalda.

Niño: Como Jesús, también siento tristeza por todas las mujeres que sufren; yo mismo procuraré no hacer sufrir a los demás.

9a Estación: Jesús cae por tercera vez.

Guía: El camino hacia el Calvario parece que nunca se acaba. Jesús se cansa cada vez más y cae por tercera vez. Cristo ha caído, ¿Hay alguien que le quiera ayudar? Jesús cae y es pisoteado. No seamos cómplices de empobrecer

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cada vez más a los más pobres acompañemos a nuestros hermanos, ayudémosles a salir adelante.

Gesto: Me arrodillo en silencio y pongo mi cruz en el suelo.

Niño: Hoy Jesús sigues tirado por tantas injusticias, y yo puedo hacer algo, Jesús ayúdame a ser solidario y acompañar a mis hermanos así como tú me acompañas.

10a Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.

Guía: Cuando llega al Calvario, los soldados le quitan la túnica y sus ropas, y se las rifan. Jesús despojado, desnudo, despreciado se acerca a dar calor a los desabrigados, a dar consuelo a los tristes, a dar esperanza a los que la han perdido. Modelo de vida y no maniquí disfrazado.

Gesto: Tomo mi cruz con mucho respeto entre mis manos y la miro con ternura.

Niño: Muchas veces yo mismo he maltratado a Jesús con

mi comportamiento, muchas veces no lo he acogido en mi casa, no me he dejado acompañar por Él, y no lo he reconocido. Ayúdame Jesús a ser mejor.

11a Estación: Jesús es crucificado.

Guía: Antes del mediodía, los soldados comienzan a clavar en la cruz a Jesús. El poder y el pecado taladran sus manos y sus pies, el poder y el pecado crucifican a los crucificados… Señor ten piedad.

Gesto: Levanto mi cruz con mis dos manos.

Niño: Jesús, perdona mis pecados, porque no siempre te se escuchar, o no siempre me dejo acompañar por ti, y porque a veces soy egoísta. Por eso Jesús, te pido perdón.

12a Estación: Jesús muere en la cruz.

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¡ CRISTO v i v e !

Guía: Estamos frente a la cruz del Señor. ¿Qué le quisieras decir a Jesús? Jesús sigue muriendo en nuestros hermanos, muere a nuestro lado, muere injustamente, porque Él sigue estando siempre al lado de todos sus hijos, acompañándolos en todos sus dolores, en todos sus sufrimientos, en todas sus penas.

Gesto: Con mi propia cruz me acerco a la cruz de Jesús y le manifiesto mi grande amor.

Niño: Jesús en este momento queremos acercarnos a tu cruz, la queremos mirar y como gesto de gratitud la besaremos, después regresaremos a nuestro lugar y en silencio platicaremos un momento contigo agradeciéndote tu gran amor. Porque nuevamente queremos decirte: no nos queremos quedar solos por eso “Quédate con nosotros”.

(Mientras pasan los niños se puede poner un canto).

13a Estación: Jesús muerto en manos de su madre.

Guía: El cielo se viste de luto. La madre y el Dios Padre lloran a su Hijo, y cada día lloran a sus hijos. Dios está siempre al lado de todos, está al lado de los que sufren.

Gesto: Tomo mi cruz de la parte horizontal a la altura de mi pecho

Niño: María estuvo siempre al lado de Jesús, y ahora ella también está a nuestro lado ayudándonos a no decaer en el cumplimiento de la voluntad del Padre así como Jesús nos enseñó.

14a Estación: Jesús es sepultado.

Guía: Su cuerpo sin vida será puesto en el sepulcro y la luz de Dios lo convertirá en sagrario. Luz de vida para todos. Vencerá la vida, se hará justicia y el amor de Dios se manifestara para todos y todos lo reconocerán.

Gesto: Dejo mi cruz en el sepulcro de Jesús.

Niño: Jesús yo también quiero creer desde mi corazón que me das nueva vida con tu resurrección. Aumenta mi fe.

(Tener preparado una mesa con una tela blanca que simule una especie de tumba, en ella se depositarán las cruces de los niños).

Guía: Aquí en su sepulcro dejaremos nuestras cruces, Él murió por amor a nosotros y para librarnos del pecado, de la muerte. Tú y yo creemos en un Dios vencedor, y Jesús no fue vencido. Después de vencer la muerte nos trajo la vida eterna. Él nos invita a dejar todo aquello que produce muerte y lo pongamos en Él, para que resucitemos con Él a la nueva vida.

Pedimos por las intenciones del Papa: Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oración final: Señor de la Vida, nos enseñas que el Amor es lo más grande, y por eso eres capaz de dar la vida, para mostrarnos el camino que conduce al Padre. Señor, gracias por tu amor.

En el nombre del Padre…

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Cristo me acompaña y proclamo su resurrección

Se propone que la animación de ese día considere cantos de resurrección. Cristo Vivo.

Objetivo: El niño define cómo vivir su discipulado después de experimentar el gozo de ser acompañado por Jesús y se convierte así en testigo de su resurrección.

Experiencia: Carrera de relevos… Porta-noticias.

Materiales: Dos hojas de periódico por equipo, marcadores.

Desarrollo: Se organizan 2 equipos desde 4 hasta 10 niños según el número de participantes; ambos equipos con el mismo número de integrantes.

Se entrega a cada niño, una hoja reciclada o de papel periódico, en ella escribirán lo mejor que le haya pasado, la mejor noticia que pueda compartir con sus amigos, aquella noticia que le haya dado mucha alegría recibirla.

− Han escrito una noticia que llevarán a los demás por eso jugaremos al “Porta-noticias”, se trata de una carrera de relevos, una carrera de velocidad, las condiciones para que gane el equipo son: llevar la noticia con ánimo, entusiasmo y a toda velocidad.

− Por eso ya que tenemos nuestra noticia:· Nos colocamos en fila, donde está la línea de

salida. · A la señal de inicio el primero de cada equipo

comienza a correr a toda velocidad porque la

hoja deben llevarla en el pecho pero sin cogerla con las manos, sino sostenida solamente con el viento.

· Al llegar a la línea que marca la meta dará la vuelta y regresara al punto de salida para que pueda salir el siguiente compañero y así sucesivamente hasta que pase todo el equipo.

· En caso de que se le caiga la hoja permanecerá ahí hasta que otro niño de su equipo le ayuda a levantarla, y juntos continúan el recorrido.


− ¿Cuáles eran las condiciones para que un equipo ganara?

− ¿Quién logró llegar a la meta sin que se le cayera la hoja con su noticia?

− ¿Qué hiciste para lograrlo?

− ¿Cómo se sintieron en el recorrido?

− ¿A alguien se le cayó por el camino?

− ¿Alguien te ayudó? ¿Quién?

− ¿Cómo te sentiste al recibir ayuda? ¿Y al darla?

En el juego pudimos hacer la experiencia del entusiasmo y de la rapidez con la que se mueven las personas al entregar noticias. Las personas somos un medio que comunica y podemos comunicar una buena o mala noticia, pero algo muy importante es como damos esa noticia.

− ¿Alguno de ustedes recuerda haber recibido alguna noticia urgente o muy bonita?

− ¿Cuál era la noticia? ¿Cómo les dijeron la noticia? ¿Cómo se sintieron al recibir la noticia?

SÁBADO

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¡ CRISTO v i v e !

Cuando recibimos una buena noticia, nos da tanta alegría que quisiéramos correr y gritarla a todo mundo. Nuestro cuerpo se vuelve ligero, nos pueden dar ganas de bailar, de saltar, de reír, de abrazar y hasta de llorar de la emoción.

Bueno, pues hoy les quiero decir que a los dos discípulos a los cuales estamos conociendo en esta semana les paso algo maravilloso que deseaban contar, que deseaban que todo el mundo lo supiera, que deseaban correr a toda velocidad para encontrarse con sus amigos y contarles lo que habían descubierto.

Escuchemos atentamente lo que hoy la Palabra de Dios nos dirá:


En aquel mismo instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once reunidos y a todos los demás, que decían: - Es verdad, el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.

Ellos, por su parte, contaban lo que les había pasado cuando iban de camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.


− ¿Cuál era la gran noticia en este texto de la Palabra de Dios?

− El texto dice “En aquel mismo instante”, ¿A qué se refiere? ¿A qué momento se refiere?

Los discípulos ya habían escuchado a unas mujeres que decían que el Maestro había resucitado pero no creyeron, por eso regresaron a Emaús. Durante estos días nos hemos dado cuenta que el camino que hicieron los discípulos para reconocer a Jesús fue muy largo: primero caminaron con él, se sintieron acompañados, escucharon la explicación de la Palabra, invitaron a Jesús a quedarse con ellos,

y finalmente Jesús partió el pan y se los entrego y fue entonces que “se les abrieron los ojos y lo reconocieron”.

El gozo fue tan grande que no podían contenerlo, debían compartirlo, era algo increíble, difícil de entender. Habían escuchado de Jesús que estaba vivo, pero no lo habían visto; ahora habían hecho la experiencia de ser acompañados por Él, lo habían acogido en su casa y ahora Jesús estaba vivo en ellos, en su corazón, experimentan la alegría y la necesidad de compartir lo que les había pasado. Por eso se ponen en camino rápidamente. Como dice el texto del profeta Isaías 52, 7: “Que hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia la Salvación”. Y los discípulos viven llevando un mensaje de Salvación.

En tiempos de Jesús las ciudades tenían puertas que cerraban a determinada hora para proteger la ciudad. Cuando los dos discípulos reconocen a Jesús ya estaba cayendo la tarde, pero era tanta la alegría que sienten en el corazón por haber descubierto que Jesús estaba vivo que no pueden esperar hasta el siguiente día para comunicar la buena noticia a los demás discípulos, y sin importarles la hora salen corriendo para darla a conocer.

Cuando jugamos nos dimos cuenta de la importancia del equipo, gracias a que no estábamos solos y que recibíamos su ayuda podíamos continuar entregando el gozo de la noticia, nos animaba, y juntos nos sentíamos fuertes, comprendíamos que lo primero era anunciar que Jesús nos había acompañado en el camino.

Todos los discípulos de ahora en adelante son acompañados por un Jesús vivo, que se encuentra presente en la Eucaristía y que vive en nosotros cuando comulgamos, cuando lo comemos y nos alimentamos de Él, si somos sus discípulos llevaremos la gran noticia viviendo lo que Él nos enseñó, y Él nos dará la fuerza para hacerlo aun cuando no cueste.

Actualización: Hoy inicia un tiempo grandioso, el tiempo de la Pascua, 50 días para caminar con Jesús, dejándonos acompañar por Él; ahora ya no será Jesús que acompañe a Cleofás y al otro discípulo, sino Jesús que te acompaña a ti, porque Él confía en ti, cree en ti y te invita a ir al encuentro del otro.

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Para eso será necesario escucharlo atentamente como los discípulos y como ellos también vivir la gratitud que se expresa en compartir esa verdad que llena de alegría.

Quiero presentarte a 9 niños o jovencitos que como Cleofás y tú, descubrieron a Jesús presente en su vida, experimentaron arder su corazón al escuchar a Jesús que los invitó a vivir como sus discípulos, fueron testimonios de la ternura de Dios y comunicaron su amor a los demás, esa fue su gran noticia. Ellos para ser fieles amigos de Jesús se alimentaron de la Eucaristía, de la Palabra de Dios y la experiencia de grupo y apostolado les hizo testimoniar que Cristo vive. Ellos son:

1. Santos Francisco y Jacinta Marto: Fueron dos pequeños pastores testigos de las apariciones de la Virgen de Fátima. Parten a encontrarse con Dios y la Madre a los 9 y 10 años de edad respectivamente.

2. Santo Domingo Savio: Domingo era monaguillo en la Misa dominical a la que asistía, formó parte del Oratorio de Don Bosco y aprendió desde pequeño a realizar sacrificios a la Virgen y a vivir la austeridad. Partió a la casa del Padre a los 14 años.

3. Beata Laura Vicuña: Asistía a un colegio con las Hijas de María Auxiliadora o escuela salesiana y entregó su vida ofreciéndosela a Dios por la conversión de su madre que vivía una situación de pecado. Parte a la Casa del Padre a los 12 años tras escuchar el arrepentimiento de su madre.

4. San José Sánchez del Río: Nació el 28 de marzo de 1913) en Sahuayo, Michoacán. Al decretarse la suspensión del culto público, José tenía 13 años y 5 meses. Su hermano Miguel decidió tomar las armas para defender la causa de Cristo y de su Iglesia. José, pidió permiso a sus padres para alistarse como soldado; su madre trató de disuadirlo pero él le dijo: “Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora.

5. Santos Cristóbal, Antonio y Juan (Niños Mártires de Tlaxcala) asesinados por odio a la fe entre 1527 y 1529. Se formaron con los franciscanos. Cristóbal se bautizó y al poco tiempo se convirtió en un apóstol del Evangelio entre sus familiares y conocidos. El papá para que renunciara de su fe lo golpeó violentamente, como el muchacho seguía rezando lo echó al fuego. Cristóbal tenía 13 años.

6. María Goretti: Fue una jovencita entusiasta que padeció el martirio por defender su pureza y perdonando a su asesino antes de morir a los 11 años.

No importa la edad para ser discípulos de Jesús y alcanzar la santidad. Estos niños fueron como tú y como yo, pero escucharon atentamente a Jesús y se dejaron acompañar por Él.

Ellos vivieron como discípulos, como testigos de la vida de Jesús en lo cotidiano y supieron comunicar fielmente la noticia del amor de Dios.

− ¿Cuál es la noticia que tú comunicarías a tus papas, a tus amigos, a los que conoces?

− ¿Cómo deseas vivir en este tiempo de pascua y durante todo el año?

− ¿Cómo y en dónde quieres vivir tu discipulado después de experimentar el gozo de ser acompañado por Jesús?

− ¿Con quién compartirás esta buena noticia?

− Jesús te invita a ser testigo de su resurrección ¿Qué actitudes, gestos, palabras o acciones debes cambiar como fruto de la resurrección de Jesús en ti?

Actividad: Elaboración de un rehilete. Anexo 6.1.

En cada hoja escribirás:

− La buena noticia que darás a los demás.

− Una actitud para vivir en casa, en la escuela.

− El nombre de una persona a la que puedas ayudar en algo.

Para los más grandes puede ser un collage pictográfico: se escribe en pellón o papel Kraft el lema de la Pascua. La palabra “Cristo” se rellena con imágenes de revistas

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¡ CRISTO v i v e !

que expresen la presencia de Jesús a lo largo de su vida, y en la palabra “vive”, poner imágenes que expresen su compromiso de como vivirán su ser discípulos de Jesús.

Oración: (Se le entrega a cada niño un dije de una huella como signo de que la presencia de Jesús es la única que permanece. O puede ser una cruz sin Cristo. La cruz como signo de esperanza y Jesús no está en la cruz porque está en su Iglesia y en la Eucaristía).

Proclama: Durante estos días hemos realizado un camino como los discípulos de Emaús y hoy como ellos después de encontrarnos y reconocer a Jesús, ponemos en sus manos nuestro deseo de compartir en nuestra familia, en la escuela, con nuestro amigos el gozo de ser acompañados por un Dios que nos ama y acompaña.

Por eso, reconociendo que Jesús está vivo cantamos llenos de gozo: “Jesús está Vivo” Track 9.

(Si es posible se puede proyectar el video Jesús está Vivo

Guía 1: Jesús que alegría es descubrirte vivo, presente en nuestra vida aun en los momentos de dolor, por eso queremos gritar.

Todos: Jesús resucitado, vives entre nosotros.

Guía 2: El saber que sales al encuentro de cada uno y te interesas por lo que vivimos nos llena de alegría, por eso decimos:


Guía 1: Caminas a nuestro lado para explicar lo que no comprendemos y dar sentido a nuestra existencia, por eso compartimos.


Guía 2: Jesús, te hemos reconocido al partir el pan y sabemos que en cada Eucaristía estás presente.


Guía 1: Tú nos das la fuerza para caminar y no huir de los problemas de la vida diaria.


Guía 2: Jesús por amor te sigues entregando, en una compañía silenciosa pero que llena de fortaleza.


Guía 1: Jesús, somos niños, ayúdanos a saber escucharte, a dejarnos acompañar por ti e ir al encuentro de otros niños que necesiten de tu amor.


Guía 2: Como muchos niños y preadolescentes santos que te contemplan, ayúdanos a vivir en la alegría de la vida, de ser niños y tener la fortaleza para ser testigos de tu Resurrección.


Guía 1: Los niños después de vivir la pascua deseamos compartir esta “buena noticia” a la comunidad.

Todos: La vida puede más que la muerte, “Jesús está vivo, ha resucitado” y su Palabra le da sentido a nuestra vida.

Guía 2: Y porque ¡Cristo Vive¡ Todos: “Escúchalo y déjate acompañar por Él.”

Canto: Himno de la Pascua. (Mientras se canta pasan por su dije).

Nota: Se cita a los niños para participar en la vigilia pascual. Se dialoga con el sacerdote o ministro para tomar en cuenta la participación de los niños en la celebración.

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Saber decidir - testimoniarRecuperar la historia, hacerla “consciente”. Descripción de los acontecimientos, redacción de los relatos, y recuperación de las narrativas. Entender cómo la propia historia se hace un relato de Dios, un relato de salvación en el cual Él mismo actúa. Contemplar a Dios en la vida,

constatar que hace de nuestra vida una historia de salvación, nos llena el corazón de gratuidad.

El otro se hace testigo. El testimonio se manifiesta en que la palabra deja de ser un simple contenido de informaciones, para convertirse en una posibilidad de Vida, en una acción vital donde él mismo es un compañero de camino que establece unas relaciones más horizontales.

El acompañamiento que hace el Resucitado empuja a que cada uno de los compañeros de camino muestre con su vida que verdaderamente el Señor está vivo.

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¡ CRISTO v i v e !

Proponemos este sistema lúdico al cierre de los temas de pascua o para las próximas semanas de pascua como un medio para acompañar a los niños en el tiempo pascual.

En cada base de este circuito encontraremos un juego, preguntas para contactar con lo que pasó en el juego y además del contenido, un modo para pasar a la siguiente base.

Importante: El juego es una actividad motivante, favorece la construcción de nuevos aprendizajes o de aprendizajes significativos de manera personal y colectiva. La dinámica que se genere en el juego, nos permite acercarnos a su realidad y una oportunidad para presentar el mensaje de Jesús.

El contenido es corto, en caso de que se ocupe como tema para los días de pascua, lo puedes enriquecer con la Palabra de Dios y testimonio de santos adolescentes. El contenido ha de ser entregado de manera clara, haciendo conexión con la dinámica que generaron los niños en el juego y de manera propositiva. El juego es un medio. Las actitudes de los niños que se observan en el juego serán como la tierra donde la Palabra de Dios será sembrada.

Para este circuito es necesario preparar:

− 5 Equipos equilibrados en edades y número.− 5 Estaciones con sus respectivos número y nombre de

estación.

CIRCUITO − Material necesario para cada estación.− El mensaje escrito y visible, dibujo o palabras claves

para la explicación.− La logística: todos conocerán donde están ubicadas las

bases. En el primer cambio de tiempo, el equipo 1 que está en la base 1 va a la 2… y el 5 que estaba en la base 5 va a la 1.

− Cronometrista: cuida la comunicación con los dirigentes de bases para que todos los equipos inicien y desarrollen su contenido en el tiempo que se indicó (Indica el cambio de base con un silbato, campana, himno de la pascua…).

− Al final se hará un momento conclusivo, esa será la base 6. El espacio ha de ser grande, será el momento de compromisos y celebrativo.

Nota: Se elegirá el lugar de las bases con las condiciones necesarias para el juego. En caso de que el lugar no ayude, se puede cambiar la ubicación, pero conservar la secuencia.

Catequista: puntos a tener presente en cada estación (No estarán escritas en el contenido).

1. Pedir que griten el lema de la Pascua.2. Dar la bienvenida a la base y mencionar el nombre de

la estación.3. Dar las indicaciones para el juego o la técnica con

claridad y completa.4. Preguntar sobre la experiencia hecha y dar espacio

para que participen.5. Decir el contenido.6. Hacer la invitación poniendo ejemplos de la vida de

santos.7. Concluir: Hemos vivido esta pascua, como discípulos

de Jesús, estamos llamados a ser testigos de su resurrección.

8. Cristo Vive, me escucha, me habla, y me acompaña. ¿Qué actitud o acción de esta espiritualidad, me ayudaría a permanecer en Jesús?

9. Darles espacio para que escriban la actitud que les ha de distinguir como discípulos de Jesús.

¡Secreto! Todo comienza cuando el catequista se prepara, ora, comparte su fe y disfruta lo que está comunicando. Comunicamos con nuestro cuerpo, con la postura, con tu sonrisa, con la dicción, claridad y con la cercanía.

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“Ánimo, valor y adelante, con un corazón grande y generoso” Sta. Ma. Dominga Mazzarello.

Objetivo: El niño identifica los 6 núcleos de la espiritualidad que se le presenta, un modo de ser discípulo del Resucitado, para que viva con acciones concretas el dejarse acompañar por Jesús.

Indicaciones para los niños:Hoy iniciamos el camino de la Pascua, hasta el tema anterior los discípulos de Emaús regresan a la comunidad, pero lo más fascinante apenas empieza. Ahora ya no será Jesús que acompañe a Cleofás y al otro discípulo, sino Jesús que te acompaña y te invita a ir al encuentro del

otro. Es necesario escucharle como los discípulos y como ellos también vivir la gratitud, la agilidad al compartir esa la buena noticia de Jesús en tu vida. ¿Pero cómo lo vamos a hacer?

Viviremos un circuito, en el encontrarás unas claves que te recordarán un modo de ser discípulo de Jesús y testigo de su resurrección. Vamos a conocerlas.

Tenemos 6 equipos, 6 bases y un formato en el cada uno irá trabajando. Se trata de conocer las claves y su significado. Para al final tener como será ese discípulo. Cada equipo contará solo con 15 minutos para cada base y a la señal de cambio nos movemos a la base que corresponda.

Iniciamos:

Estación 1 Clave: SIEMPRE

Dejarse amar por Dios y amarle en la vida cotidiana.

Materiales: PañoletasSe necesitan dos catequistas

Indicaciones:

− Se forman dos equipos y se colocan en filas una de frente a la otra. Dejando unos tres metros de distancia entre las dos.

− Se señala un punto de partida y uno de llegada. El tramo ha de ser largo.

− Se pedirá a 3 niños voluntarios a hacer ese recorrido, uno por uno, con los ojos vendados. Pero antes de iniciar salen del grupo, y un ayudante lo lleva ya con los ojos vendados. Las dos filas hacen mucho ruido. Solo cuando sale el tercero guardan silencio absoluto.

− Cuando se han retirado, se eligen a 3 niños que realicen esta actividad con gran responsabilidad. Su tarea será caminar cerca de quien hace el recorrido, sin hacer ruido.

Cuando el grupo esté listo se llama al niño que hará el recorrido, avanzará solo y muy despacio.

El catequista indica el momento en que empieza a caminar, cuidará de que el niño que lleva los ojos vendados no se desvíe o choque con los compañeros que están haciendo valla pero a distancia. Solo si es muy necesario interviene. Se indica al niño cuando terminó su recorrido y el niño se retira nuevamente. Al terminar de pasar los tres niños, se les interroga de a uno por uno.

En el recorrido que hiciste ¿Cómo te sentiste? ¿El recorrido lo hiciste sólo o acompañado?

Si dice que iba acompañado, se le pregunta, ¿Cómo te diste cuenta? ¿Por qué dices que acompañado?

Se pregunta al grupo si iba solo o acompañado.

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¡ CRISTO v i v e !

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En nuestra vida cotidiana hay muchos ruidos que nos impiden escuchar y percibir la presencia de Dios. Y nos puede pasar como a los discípulos de Emaús que Jesús caminaba y platicaba con ellos y ellos no lo reconocieron. Imagínense que es como una vela apagada en la oscuridad. Una vela está hecha para iluminar pero le falta la luz…

Dios está siempre cercano, con su amor y compañía. Aunque como en el juego no siempre lo reconozcamos.

El salmo 139 nos hace constatar que Dios camina con nosotros.

Señor “Tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares”.

Dios que nos creó y nos ama tanto, nos conoce y nadie se puede ocultar a su presencia.

A San Juan Bosco, cuando era niño su mamá Margarita le decía: “Juanito, recuerda que Dios te ve y te ama” y creció seguro de ello, por eso después decía a sus chicos, corre, salta, grita, pero no ofendas a Dios, porque “Dios te ve y te ama”.

Imagina un niño discípulo de Jesús, sabiendo que Cristo vive y le acompaña, que es capaz vivir su fe cumpliendo con los deberes cotidianos, por ejemplo: si es hora de ayudar en casa, ayuda, si está en clase pone atención, hace la tarea, si es hora de jugar juega, si es hora de dormir duerme… etc.

Dios ama la vida y te busca tiernamente en lo que vives cada día, en la escuela, en la familia, con los amigos, en las situaciones que te cuesta…

A Jesús le puedes hablar desde el corazón, en el silencio escucharle y en lo que haces cada día.Observaciones: Dar el espacio para que escriban en su formato.

Pasan a la otra base: En trenecito.

Estación 2 Clave: ALEGRES

Esperanza alegre, realismo optimista, familiaridad festiva.

Materiales: Vela por niño, cerillos, cirio, imagen de Jesús, cartón para las velas.

Desarrollo:

− Se ubica a todo el grupo al extremo del área de juego. Ahí, se tiene un pedazo de cirio encendido para que en su momento enciendan sus velas.

− Explicar que el cirio representa a Jesús resucitado, ese mismo que caminó con los discípulos de Emaús y lo recono-cieron al partir el pan.

− ¿Cómo se sintieron los discípulos cuando reconocieron a Jesús?

− Esa alegría inmensa está representada en la luz del cirio pascual.

− Un discípulo está feliz de la resurrección de Jesús, pero esta alegría se pone en riesgo constantemente y necesitamos saber qué hacer para mantenerla encendida.

Encienden su vela con cuidado para no quemarse y no quemar.

Habrá en el recorrido personas que tratarán de apagar la vela y las condiciones serán las siguientes: Si la persona camina sola, tratarán de apagársela sin descanso.

Si la persona se arrodilla no pueden atacarla.

Meta posterSalida

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A quien le apague la vela, puede reiniciar el camino encendiendo la vela del cirio.

Al llegar a la meta…

1. ¿A quién encontramos en la meta? ¿Lograron conservar la vela encendida?

2. ¿Qué necesitaron para llegar a la meta con la luz?

3. ¿Cómo podemos cuidar y contagiar la alegría de la resurrección de Jesús en nuestros encuentros con los demás?

4. Hay problemas que no valen la pena sufrir por ellos, es mejor hablarlos y solucionarlos porque Cristo es el motivo de una alegría que no pasa.

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Vivir con la certeza de que el Señor está siempre con nosotros “hasta el fin de los tiempos”, porque Cristo resucitó y venció a la muerte y al pecado.

La luz de la resurrección de Jesús es la esperanza que nos mantiene siempre vivos, con la certeza de que el mal no triunfa sobre el bien, aunque éste haga más ruido. Esta sencilla razón de mantener la esperanza aún a costa de sacrificios es lo que produce el verdadero sentido de alegría en nuestra vida.

San Pablo dice en su carta a los Filipenses 4,4. “Estén siempre alegres en el Señor se los repito, estén alegres”. No dice solo en las buenas, sino siempre. Un discípulo que permite que Jesús camine con él, vive alegre, participa, es amigo, saluda y ayuda, convive, juega, participa de la música, el canto, las fiestas y confía en Dios. Es un testigo de la resurrección.Observaciones: Dar el espacio para que escriban en su formato.

Pasan a la otra base en carrera de carretas.

Se necesitan dos catequistas.

Estación 3 Clave:CON CRISTO

Amistad fuerte y personal con Cristo.

Materiales: 3 letreros: oración, confesión, eucaristía. 1 pelota de plástico.

Juego: Dragón esquiva gol.

Indicaciones: Se divide al grupo en 2 equipos.

Se escoge a un equipo para que sea primer dragón. Al otro equipo se le dan las pelotas.

Los niños se forman y se toman de la cintura del compañero de enfrente. Al frente estarán 3 compañeros y se les pone un letrero que indica que son. Su tarea es esquivar los goles. La fila de niños con el dragón representa nuestra amistad con Jesús.

El otro equipo forma un gran círculo alrededor del dragón. Ellos lanzarán una pelota para tratar de golpear a la última persona del dragón por debajo de la cintura. Ellos representan las tentaciones o el mal.

Si alguno es golpeado saldrán del dragón, se unirá al círculo e intentarán darle a la siguiente persona del dragón. Continuarán así, pero el dragón hará de todo para impedir que sean eliminados.

Se les da 2 minutos y cambio de turno.

Preguntar a los que fueron dragón. ¿Fue fácil cuidar a todos? ¿Por qué? ¿Quiénes fueron eliminados? ¿Que se tiene que hacer para no ser eliminados? Y en la vida real, ¿Cuándo se pone en riesgo mi amistad con Jesús? ¿Qué actitudes hacen que me suelte de Él?

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¡ CRISTO v i v e !

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− Este juego representa la amistad fuerte con Jesucristo. Conocemos y frecuentamos a Cristo en la oración, en la Eucaristía y penitencia; en el evangelio y el amor al prójimo. Jesús nos recomienda.

− Si tú como discípulo de Jesús, no haces oración, no te confiesas, no comulgas, tu amistad con Cristo está expues-ta a ser eliminada en cualquier momento.

− Como vimos en el juego, los enemigos son muchos más, por todas partes recibes ataques y no puedes decir que a ti no te atacan porque la sociedad de hoy te bombardea no con dos pelotas al mismo tiempo, sino con cientos de mensajes.

− Jesús nos dice permanezcan en mi amor, es porque ahí encontraremos lo necesario para vivir como sus amigos.

− Jesús te espera en la Eucaristía, en la Palabra de Dios, en el sacramento de la reconciliación y en la oración co-tidiana.

Observaciones: Dar el espacio para que escriban en su formato.

Pasan a la otra base: De caballito.

Se necesitan dos catequistas.

Estación 4 Clave:EN LA IGLESIA

Pertenencia a la Iglesia. Materiales: Biblia, marcadores, papel reciclado, listones.

Indicaciones:

− Se amarran 6 hilos largos a un marcador.− Se forman equipos de 6 niños.− Cada niño toma un hilo y forman un círculo, de modo que el marcador quede en el centro, sostenida en el aire, por

todos.− En el centro, en el piso o sobre una mesa se coloca la cuarta parte de un papel bond.− El reto es que el equipo escriba la palabra Iglesia. Ésta ya está delineada, solo es necesario remarcar.

¿Fue fácil la actividad? ¿Qué fue necesario para lograrlo?

La palabra ya estaba escrita, como la Iglesia Jesús ya la instituyó, pero ahora nos toca ponerle los colores. Hacer que ella se note, crezca y viva lo que Jesús le confió.

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Hechos 2, 42-ss. Cor 12, 12.

Así como en la comunidad de los discípulos de Jesús, aunque eran diferentes en modos de pensar, de edades, de experiencias… todos aprendían algo y cada uno trabajaba, daba lo tenía; así en la Iglesia, todos los bautizados estamos llamados a trabajar por ella, predicar, atender a los enfermos, enseñar, cada uno cuida esa comunidad, pero cuando no hacemos nada, entonces la comunidad que es la Iglesia no crece y se tienen muchas dificultades. Tú y yo, aunque seamos de diferentes edades tenemos mucho que darle a nuestra Iglesia: nuestra alegría, participación en grupos, en la celebración y en todo lo que se hace, estudiar, cantar… cada quien hace su parte, el sacerdote, la religiosa, los ministros, los catequistas… y tú como discípulo de Jesús como vas a hacer que ella se note y logre hacer lo que el Señor Jesús te confió.

Todos los bautizados somos esa Iglesia, pero no somos ladrillos, somos personas que la construimos ¿qué estás dispuesto a hacer por ella?

De acuerdo a la vitalidad de la comunidad, se puede invitar a los niños a ser parte del grupo de acólitos, del coro, del grupo de perseverancia… o abrir un grupo.

(Antes platicarlo para evitar que sólo se invite y no haya nada).

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Pasan a la otra base: de elefante.

Se necesita un catequista.

Estación 5 Clave: PARA EL MUNDO

Nuestro amor a dios a través del amor al prójimo.

Materiales: 1 cubeta con agua y 1 sin agua. 1 botella transparente. 1 cuerda larga 4 pañoletas

Desarrollo: se organizan 2 equipos. Son dos pueblos, uno de ellos tiene un manantial, y el otro muere de sed. En ambos pueblos hay uno cojo, un sordo, un mudo y un manco.

El reto: Es que juntos logren llevar agua a la meta, para ello se distribuyen a lo largo del camino, el agua la harán llegar haciendo cadena y solo contarán con 2 botellas vacías. Se les da un tiempo de 2 minutos. Si es necesario se puede repetir la actividad.

Como se sienten de hacer logrado juntar____ de agua para los que no tienen.

¿Fue fácil llevar el agua? ¿Cómo se sienten de haberlo logrado?

¿Creen que haya personas que tengan necesidad de agua? ¿Qué otras necesidades puede haber?

Algo muy bonito fue que todos participaron aun con las limitantes que se les dio, pero vemos que todos por muy poco que tengamos tenemos y podemos aportar mucho.

Puesto esto lo hicimos porque era un reto, pero imagínense cuando esto se hace por amor a Dios que nos ha dado tanto y Él es como un manantial y nosotros necesitamos de Él.

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Mc 10, 45 “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate de muchos”.

1 Juan 3,18 “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad”.

Hch 20, 35: “Hay mayor alegría en dar que en recibir”.

Es decir que el amor a Dios se hace realidad en la medida que servimos a los demás como lo hizo Jesús. Vivir como sus discípulos es hacer como el hizo, es seguir sus enseñanzas.

Todo el bien que podamos hacer a los otros lo hacemos a Jesús mismo. Así lo dice el evangelio de Mt 25, 40 “…Cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí”.

Servir hacer nuestro espíritu grande, generoso, nos asemeja a Jesús.

Los santos jóvenes y adultos vivieron su opción por Jesús en la atención a los enfermos, a los pobres, a los presos, a los jóvenes, a los niños huérfanos… porque descubrieron a Jesús en los demás, especialmente en quienes tenían sed de Dios, de salud, de educación, de amor…

− ¿Dónde yo vivo quienes tienen alguna necesidad?

− ¿Cómo puedo llevarles la alegría de la resurrección? ¿Qué actitudes necesito trabajar para ser servicial?

Servir significa cuidar la fragilidad, cuidar a los frágiles de las familias, de nuestro salón de clases, ese que no siempre nos agrada, ese que nos necesita, en la calle. ¿Qué sed puedo saciar en los otros? ¿Qué puedo hacer por ellos, yo quiero vivir como discípulo de Jesús?


Pasan a la otra base: en carretillas.

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¡ CRISTO v i v e !

Estación 6 Clave:COMO MARÍA

Imitar a la Virgen María del Evangelio.

Materiales: Papelografos preparados, marcadores, cerillo, una vela por niño, Cirio pascual

Se recibe a todos los equipos y entrega a cada uno un papelógrafo con tres círculos concéntricos, con las siguientes indicaciones:

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Después de que la comunidad de discípulos contempla a Jesús Vivo, “Todos ellos perseveraban en la oración con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos” (Hch. 1,14).

María fue la mujer de fuego, la mujer que mantuvo la esperanza, el ardor del corazón. Todo lo guardaba ahí. María sostenía la alegría y la esperanza en la comunidad. Jesús ya no está físicamente, pero está en la Eucaristía, en la Palabra de Dios, en el hermano, en los más necesitados y ahí está María.

Ella nos ayuda a perseverar en la oración para que podamos vivir en la presencia de Jesús, aun que nuestros ojos no lo puedan ver.

Con María la comunidad se pone activa, ora y se prepara para vivir la misión, para vivir como auténticos discípulos, como María siendo verdaderos testigos de la Resurrección.

Dios nos acompaña, por eso tenemos una clave que podemos memorizar y nos recordará las características del discípulo resucitado.

Siempre, alegres, con Cristo, en la Iglesia, para el mundo, como María.

Presentan sus compromisos

Cada catequista determina cuándo, con quien, como realizarán esa actividad para darles acompañamiento.

Ora

ción

− Entregaremos una vela por niño, permanecerá apagada hasta que se indique.

− En el centro sólo está el cirio pascual encendido.

− Se forma un círculo con los niños.

− Invitar a cada niño a expresar la actitud que le identificará como discípulo. Al concluir ir a encender su vela al cirio.

− (Para los grandes, invitarlos a que compartan una situación oscura o triste que se ilumina con la resurrección de Jesús).

− Se reza un Padre Nuestro ya con la vela encendida.

− Se apaga la vela y se dan un abrazo de felicitación por la fiesta pascual.

− Canto: Himno de la Pascua.Observaciones: Si son muchos niños realizar este momento en 3 bases 6 de manera simultánea. De acuerdo a las edades.

Al final: Se toma la foto y gritan el lema.

Invitarles a participar en la vigilia pascual o vigilia de Pentecostés.

Participan todos los catequistas. Uno en cada equipo para coordinar el trabajo y los otros colaborando en la música y demás. Pero uno coordina.

Lema de la Pascua.Características de un discípulo que se sabe acompañado y que escucha a Jesús. Escribir 2 o 3 acciones que deseen realizar como grupo para llevar el anuncio de la resurrección a otros niños.

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Anexos

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¡ CRISTO v i v e !

Anexo 1 (Iniciamos el camino).Maqueta

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Anexo 2 (Iniciamos el camino).Ejemplo de discipulos para maqueta

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¡ CRISTO v i v e !

Anexo 1.1Colorea las situaciones que tu has vivido y en las que reconoces que Jesús está contigo

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Anexo 2.1

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¡ CRISTO v i v e !

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Anexo 2.2

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¡ CRISTO v i v e !

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Imágenes para el rally del tema 3Imprime cada imagen en una hoja tamaño carta o más grande si lo necesitas.

Anexo 3.1

Para la base 1: Es la flor y el código morse. En cada base tratarán de descifrar lo que llevan en su hoja con el código que hay en cada base.

Base 2: Paisaje y Clave numérica.

Base 3: Paisaje y mencionar las palabras, no los colores.

Catequista: Cuando un equipo llegue a tu base preséntales el código para que los niños descifren el mensaje que llevan en su anexo.

A los pequeños muestra la imagen para que te digan ¿de qué se trata?

Que se observa en la imagen y que otra realidad nos muestra la misma imagen.

¡Bonita experiencia!

Solo para catequistas - Frases en los códigos:

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¡ CRISTO v i v e !

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Anexo 3.2

10 05 20 22 20 05 20 13 09 01 13 09 07 16

Escribe la frase aquí

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

Escribe las 10 primeras palabras del texto de colores

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Descifremos el mensaje: Llega a la base, busca el código y descifra el mensaje

1 ¿Qué observas en la imagen?

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Anexo 3.3Colorea a los discípulos de Emaús que caminan con Jesús

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¡ CRISTO v i v e !

Anexo 3.4Laberinto

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Anexo 6.1MATERIALES: • 1 hoja de papel cuadrada (no importan las medidas,

sólo que sea cuadrada)• Tijeras• Pegamento en barra• Lápiz• Alfiler o tachuela• Palito de madera

Otros materiales que puedes usar son, cartulina, cartón delgado...

PASO A PASO:a. Dibuja tu propia plantilla a partir de un cuadrado de

papel. Si ya lo tienes es mejor.b. Dibuja las dos diagonales del cuadrado y divide en 4

partesc. Recorta hasta la marcad. Pega con un poco de pegamento en el centro las as-

pas del molinoe. Para que de vuelta tu rehilete, corta 2 pequeños cír-

culos para el frente y la parte de atrás los pegamos al centro.

f. Luego introducimos una tachuela en el centro de tu rehilete y lo fijamos en la parte superior del palito de madera y listo.

Instructivo para la elaboración del rehilete.

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¡ CRISTO v i v e !

Anexo 4.1Colorea el camino a Emaús para encontrar la petición que los discípulos hicieron a Jesús y anota en las líneas las sílabas que vas encontrando para adivinar la frase.

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Ficha para el CircuitoCLAVE NOMBRE COMPLETO

DE LA BASECÓMO PUEDO DEJARME ACOMPAÑAR POR JESÚS Y

SER TESTIGO DE SU RESURRECCIÓN1 SIEMPRE

2 ALEGRES

3 CON CRISTO

4 EN LA IGLESIA5 PARA EL MUNDO6 COMO MARÍA

LO MÁS IMPORTANTE DEL CONTENIDO DE CADA BASE ES:

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2 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

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PASCUA INFANTIL · 20195 Escúchalo y djate acompañar por L. Uno asume el perfil de la invocación...

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