Partir, Un Viaje Retornado

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Partir, un viaje retornado Carlos G. Picco Leemos el texto de la obra, un mensaje sutil: en el irse hay siempre un volver, en la apariencia de un moverse hay en realidad un permanecer. Inscripciones en la vida del personaje principal -Suzanne-, que se expresan sin traducción, a veces de forma abrupta. Película que propone inicios varios, encadenamiento no caprichoso de ocasiones fecundas para el movimiento. Ubicamos entre ellos un acting, accidente automovilístico particular que deviene luego en la solicitud amorosa -posterior a un ofrecimiento- hecha ya por un sujeto que comienza a soltar nudos. Pero no se trata en la obra de una construcción hacia adelante, sino de la develación de lo que ya estaba. Por eso es que nos retrotraemos cronológicamente a una frase, línea primera del primer dialogo que presenta el film, en donde el esposo dice a Suzanne: “si has estado dieciocho años sin trabajar, perfectamente puedes esperar un día más”. Esta frase atraviesa a nuestro parecer toda la película, haciéndose presente de manera tácita en cada una de las escenas. Se escucha en aquella el eco de un broche: al goce se lo limita, es de acuerdo a una norma, a la medida del falo. Traducimos nosotros: “¿si no has deseado durante tanto tiempo, o si tu deseo ha obedecido mis reglas, que apuro tienes ahora por

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una mirada aventurada sobre la película del mismo nombre

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Partir, un viaje retornadoCarlos G. Picco

Leemos el texto de la obra, un mensaje sutil: en el irse hay siempre un volver, en la apariencia de un moverse hay en realidad un permanecer. Inscripciones en la vida del personaje principal -Suzanne-, que se expresan sin traduccin, a veces de forma abrupta. Pelcula que propone inicios varios, encadenamiento no caprichoso de ocasiones fecundas para el movimiento. Ubicamos entre ellos un acting, accidente automovilstico particular que deviene luego en la solicitud amorosa -posterior a un ofrecimiento- hecha ya por un sujeto que comienza a soltar nudos. Pero no se trata en la obra de una construccin hacia adelante, sino de la develacin de lo que ya estaba. Por eso es que nos retrotraemos cronolgicamente a una frase, lnea primera del primer dialogo que presenta el film, en donde el esposo dice a Suzanne: si has estado dieciocho aos sin trabajar, perfectamente puedes esperar un da ms. Esta frase atraviesa a nuestro parecer toda la pelcula, hacindose presente de manera tcita en cada una de las escenas. Se escucha en aquella el eco de un broche: al goce se lo limita, es de acuerdo a una norma, a la medida del falo. Traducimos nosotros: si no has deseado durante tanto tiempo, o si tu deseo ha obedecido mis reglas, que apuro tienes ahora por emprender tu propio camino?. O mejor: no ves que solo puedes desear a travs de mi?. No pocas veces el marido insistir a Suzanne en que sin l ella es nada.

En contra de espejismos, no se trata en esta traduccin de la revelacin para Suzanne de una verdad que duele, sino de la interpelacin inesperada sobre su manera de gozar; esto produce su perplejidad. Lo mismo ocurre en aquella otra escena en la que, incluso habiendo sido ella misma la que lo solicita -o quizs justamente por esto-, el amante la hecha del departamento. Vemos que no se trata de un hacerse echar sino de despojarse del nico punto de responsabilidad. Es un intento por anudarse nuevamente en un juego de amor, hacerse de un Supery que la limite, sostener su existencia velando el vaco que ominoso.

Por ello es que el encuentro y la huida con el artesano promulgaran lo que parece su locura, pero debemos decir que esta solo existe en esos momentos de apertura en los qu ella es verdaderamente interpelada, y no antes ni despus. Lo que sucede luego es una restructuracin del sntoma, ubicado en otras vas de sentido, pero siguiendo el mismo guion. Matar al hombre/falo hubiera sido entonces el ltimo obstculo para romper con el exceso del imperativo masculino. Sin embargo, -y esto lo he podido entender as a travs de una lectura xtima que agradezco- cierto es que incluso en este desenlace hay una repeticin, el enlazarse nuevamente al sntoma de otro hombre, otro rasgo quizs, pero al fin y al cabo lo mismo. No hay posibilidad todava de una invencin para esta mujer que mata en uno lo que luego resucita en otro, la demanda de un amor que haga lmite a un vaco que la deja perpleja.