Participación Indígena en Los Procesos de Independencia y Revolución Mexicana

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A propósito del centenario de la Revolución mexicana y el bicentenario de la Independencia de México

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http://www.cdi.gob.mxhttp://www.cdi.gob.mxParticipacin indgena en los procesos de Independencia y Revolucin Mexicanahttp://www.cdi.gob.mxFotografadecubierta:Batallndeindiosyaquisenelejrcitoconstitucionalista.1915.Annimo.No.deinv.287481. Reproduccin autorizada por el Instituto Nacional de Antropologa e Historia.Primera edicin, 2011D. R. Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas Av. Mxico-Coyoacn 343, Col. Xoco, Delegacin Benito Jurez C.P. 03330, Mxico D.F.ISBN 978-607-718-002-9Se permite la reproduccin parcial o total del contenido de la presente obra, siempre y cuando se cite la fuente. El contenido de cada ponencia es responsabilidad del autor.Impreso y hecho en MxicoLa Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas (CDI), es respetuosa de la libertad de expresin, en este caso de todos los acadmicos participantes en el Coloquio Participacin indgena en los procesos de Independencia y Revolu-cin Mexicana, sin embargo el contenido y opiniones expresadas en esta obra, son responsabilidad de los autores y no nece-sariamente reejan los puntos de vista de la CDI.CDI972.004C65pComisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos IndgenasPartcipacin indgena en los procesos de Independencia y Revolucin Mexicana [texto] / Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas ; recop. Vctor Manuel Rojo Leyva, Jos Luis Reyes Utrera, Adrin Fernando Rangel Aguilar. -- Mxico : CDI, 2011.463 p. : mapas, fots.Incluye bibliografa.Recopilacin de 42 ponencias que ofrecen datos, argumentos, opiniones, convicciones y sentres de los especialistas, en diversos campos de las ciencias sociales, que partciparon en alguna de las sedes donde se llevo a cabo el Coloquio.ISBN 978-607-718-002-91. PUEBLOS INDGENAS EN LA GUERRA DE INDEPENDENCIA 2. PUEBLOS INDGENAS EN LA REVOLUCIN 3. PUEBLOS INDGENAS DE MXICO - RELACIONES CON EL GOBIERNO 4. PUEBLOS INDGENAS DE MXICO - CONDICIONES SOCIALES -HISTORIA5.DERECHOINDGENA-MXICOI.RojoLeyva,VctorManuel,recop.II.ReyesUtrera,JosLuis,recop. III.RangelAguilar,AdrinFernando,recop.IV.ColoquioPartcipacinindgenaenlosprocesosdeIndependenciay Revolucin Mexicana (2010 : Mxico) V. t.Catalogacin en la fuente: GYVAhttp://www.cdi.gob.mxPRESENTACIN7INTRODUCCIN9Doctor Guillermo de la Pea TopeteMXICO, DISTRITO FEDERAL, 5 DE AGOSTO DE 2010 AUDITORIO JAIME TORRES BODET MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGALAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS INDIOS EN LA CONFORMACIN DEL ESTADO NACIONAL MEXICANO. SIGLO XIX17Doctora Leticia Reina AoyamaECOS DEL PRESENTE: PROTESTA, TRANSFORMACIN Y PERSISTENCIA. APUNTES SOBRE LOS PATAS DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCIN21Maestra Georgina Rodrguez PalaciosINSURGENCIA Y MARGINALIDAD INDGENA EN ZACATECAS, 1810-182133Doctora Rosalina Ros ZigaINDIOS, MULATOS Y NEGROS DEL SUR EN LA COYUNTURA CONSTITUCIONAL DE 182045Doctor Eduardo Miranda ArrietaCONTEXTO DE LOS PUEBLOS INDIOS DE MXICO DURANTE LA INDEPENDENCIA Y LA REVOLUCIN57Doctor Andrs Fbregas PuigLAS RACES LOCALES DE LA PARTICIPACIN INDGENA EN LA VIDA NACIONAL61Maestro Fernando Prez MontesinosPOR NUESTRA RAZA HA HABLADO EL ESPRITU DE MXICO77Doctora Olivia GallIDENTIDADES Y MOVIMIENTOS SOCIALES DE LOS GRUPOS INDGENAS DEL NORTE DE MXICO91Doctor Juan Luis Sariego RodrguezVIVIR EN FUNCIN DEL MOVIMIENTO101Doctora Ana Bella Prez CastroLAS LENGUAS INDGENAS EN EL MXICO DEL SIGLO XXI: ENTRE EL DESPLAZAMIENTO Y LA RESISTENCIA111Doctora Regina Martnez CasasPROYECTOS NACIONALES Y CONDICIONES PARA EL DESARROLLO SOCIAL DE LOS PUEBLOS INDGENAS119Doctor Len OlivGUADALAJARA, JALISCO, 13 DE AGOSTO DE 2010 INSTITUTO CULTURAL CABAASCONFERENCIA MAGISTRAL NATIVISMO, MILENARISMO Y REVOLUCIN: LOS INDGENAS EN LOS CENTENARIOS Y LA FORJA DE LA NACIN125Doctor Guillermo de la Pea TopeteCORAS Y TECUALMES: DE LA CONQUISTA DE EL NAYARIT A LA GUERRA DE INDEPENDENCIA133Maestra Laura Magri OcampoDEL REINO DE LOZADA Y LA SEGUNDA CONQUISTA DE EL NAYARIT A LA REVOLUCIN MEXICANA. LA RESISTENCIA CORA EN EL MOVIMIENTO LOZADEO (1853-1912).149Doctor Jess Juregui, INAHALGO QU CELEBRAR? LAS COMUNIDADES INDGENAS DEL OCCIDENTE ENTRE LA INDEPENDENCIA Y LA REVOLUCIN195Doctor Mario Alfonso Aldana RendnLA ESCRITURA CON ALFABETO LATINO EN COMUNIDADES INDGENAS DEL OCCIDENTE NOVOHISPANO. EL TEXTO COMO LUGAR DE LUCHA205Doctora Rosa H. Yez RosalesDE ESFERAS RITUALES A ESFERA PBLICA: LA TRANSICIN PURHPECHA213Doctor Andrew J. Roth-SeneffLOZADISTAS, REVOLUCIONARIOS Y CRISTEROS: MOVIMIENTOS ARMADOS Y REORGANIZACIN TERRITORIAL ENTRE LOS HUICHOLES225Doctor Vctor Manuel Tllez LozanoORGANIZACIN SOCIAL, REIVINDICACIONES AGRARIAS Y RECURSOS COLECTIVOS EN LA SOCIEDAD RURAL ACTUAL249Doctor Yanga Villagmez VelzquezDERECHOS INDGENAS EN LA LEGISLACIN MEXICANA. UNA REFORMA ACOTADA257Doctora Mara del Carmen Ventura PatioTRIBUTO A LOS ANCESTROS, REIVINDICACIONES AGRARIAS, RECLAMOS AUTONMICOS: TERRITORIALIZACIONES DE LOS WIXARITARI DESDE EL SIGLO XX, O MS BIEN: LUGARES SAGRADOS, ECONOMA POLTICA Y PATRIMONIO CULTURAL269Doctor Paul M. LiffmanCONTENIDOhttp://www.cdi.gob.mxCONSOLIDACIN Y VARIACIONES EN LA DINMICA SOCIAL DEL PUEBLO CORA. EL CASO MARITECO A TRAVS DE SUS RITUALES275Doctora Margarita ValdovinosDEMANDAS INDGENAS EN LA CONSTRUCCIN DEL MXICO MODERNO285Doctor Jos Eduardo Zrate HernndezLAS GENERACIONES JVENES DE INDGENAS URBANOS: NUEVAS CIUDADANAS TNICAS?295Doctora Regina Martnez CasasMONTERREY, NUEVO LEN, 8 DE SEPTIEMBRE DE 2010 AUDITORIO DEL MUSEO DE HISTORIA MEXICANACONFERENCIA MAGISTRAL INDGENAS Y LA CONFORMACIN DE LA NACIN EN EL SIGLO XIX EN MXICO303Doctor Antonio Escobar OhmstedeLOS OTROS ACTORES: CELEBRACIONES Y CONTRADICCIONES DE UNA REVOLUCIN INCONCLUSA317Doctor Jess Mndez ReyesALGO QU CELEBRAR? CIEN AOS DE SUPEDITACIN Y RESISTENCIA INDGENA EN BAJA CALIFORNIA321Doctor Everardo GarduoLOS INDGENAS DE BAJA CALIFORNIA ANTE LA COYUNTURA DE LA INDEPENDENCIA331Doctora Lucila del Carmen Len VelazcoLOS PUEBLOS INDGENAS DE LA SIERRA TARAHUMARA: UN SIGLO DE POLTICAS PBLICAS (1900-2000)339Doctor Juan Luis Sariego RodrguezEL RECONOCIMIENTO DE LOS PUEBLOS INDGENAS A 200 AOS DE LA INDEPENDENCIA Y 100 DE LA REVOLUCIN. PERSPECTIVAS345Doctor Miguel ngel Smano RenteraLOS RETOS DEL DERECHO INDGENA353Doctora Elia Avendao VillafuerteLA TRIBU KIKAP EN SU LUCHA POR LA SUPERVIVENCIA ECONMICA Y CULTURAL355Doctora Elisabeth A. Mager HoisSAN CRISTBAL DE LAS CASAS, 22 DE OCTUBRE DE 2010 TEATRO DANIEL ZEBADAUNA MIRADA LIGERA SOBRE LA INDEPENDENCIA Y LA REVOLUCIN MEXICANA369Doctor Elas Prez PrezLOS FESTEJOS DEL ESTADO Y LA EXCLUSIN DE LOS PUEBLOS INDGENAS EN EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA373Doctora Natividad Gutirrez ChongDE PUEBLOS DE INDIOS A MUNICIPIOS CON POBLACIN INDGENA EN CHIAPAS377Doctora Mara Dolores Palomo InfanteLA REVOLUCIN ZAPATISTA EN LOS DEPARTAMENTOS DE MEZCALAPA Y PICHUCALCO, CHIAPAS (1910-1924)383Doctora Roco Ortz HerreraLA RELACIN ENTRE EL ESTADO MEXICANO Y LOS PUEBLOS INDGENAS EN LA GESTIN DEL AGUA EN CHIAPAS: TRES DESENCUENTROS FUNDAMENTALES405Doctora Edith Franoise Kauffer MichelLOS JUZGADOS DE PAZ Y CONCILIACIN INDGENA TZELTALES MEDIANTE UN ANLISIS GEOPOLTICO411Doctor Jos Rubn OrantesUNA REVOLUCIN DENTRO DE LA REVOLUCIN: EL INDIGENISMO EN EL CENTRO COORDINADOR PILOTO DE SAN CRISTBAL DE LAS CASAS, CHIAPAS, 1951-1974419Doctor Stephen E. LewisLA REPRESENTACIN POLTICA INDGENA EN CHIAPAS: BRECHAS EN LA IMPLEMENTACIN DE LA DECLARACIN DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DE PUEBLOS INDGENAS433Maestra Araceli Burguete Cal y MayorCOMUNIDADES CULTURALES Y EXISTENCIA INTERCULTURAL. REFLEXIONES DESDE LA ESPERANZA SOBRE LOS PUEBLOS INDGENAS Y EL FUTURO447Doctor Fernando Limn AguirreCONDICIN DE GNERO Y PARTICIPACIN REVOLUCIONARIA DE LAS MUJERES INDGENAS DE CHIAPAS455Doctora Mercedes Olivera Bustamantehttp://www.cdi.gob.mx7PRESENTACINLa Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Ind-genas (CDI) consider la conmemoracin del Bicentenario del inicio de la Independencia Nacional y del Centenario del iniciodelaRevolucinMexicanacomounmomentoid-neo para promover la reexin sobre el pasado, el presente y el futuro de los indgenas de Mxico.Esta propuesta se tradujo en la organizacin de un Co-loquio cuyo tema central fue la participacin de los pueblos indgenasenlosprocesosdeIndependencia,Revoluciny en la poca contempornea que se desdobl en 3 ejes: 1) LaparticipacinindgenaenlosmovimientosdeIndepen-dencia y Revolucin Mexicana: Contexto y situacin social, econmica,polticaycultural,2)Adoscientosaos:Los pueblosycomunidadesindgenasenelcontextocontem-porneo; y 3) El futuro de los pueblos indgenas: Desarrollo con identidad?Con la nalidad de contar con la participacin de un n-meroimportantedeespecialistasydeasistentesinteresa-dos en estos temas, el Coloquio se realiz en cuatro sedes, las ciudades de Mxico, Guadalajara, Monterrey y San Cris-tbal de las Casas.EnelColoquioparticiparondestacadosacadmicose investigadoresde19institucionesacadmicas:Centrode InvestigacionesyEstudiosSuperioresenAntropologaSo-cial(CIESAS),ElColegiodelaFronteraNorte(COLEF), ElColegiodelaFronteraSur(ECOSUR),ElColegiode Mxico,A.C.(COLMEX),ElColegiodeMichoacnA.C. (COLMICH),EscuelaNacionaldeAntropologaeHisto-ria(ENAH),InstitutoNacionaldeAntropologaeHistoria (INAH), Instituto Nacional de Lenguas Indgenas (INALI), Universidad Autnoma de Chiapas (UNACH), Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM), Universidad Au-tnoma de Baja California (UABC), Universidad Autnoma deCoahuila(UADEC),UniversidadAutnomadeNuevo Len (UANL), Universidad Estatal de California (CSU), en Chico;UniversidaddeCienciasyArtesdeChiapas(UNI-CACH), Universidad de Georgetown (Georgetown Univer-sity),UniversidaddeGuadalajara(UDG),Universidadde Texas (UT) en Austin, Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH)ylaUniversidadMichoacanadeSanNicolsde Hidalgo (UMICH). A todos ellos, les agradecemos amplia-mentesuentusiastacolaboracinconestainiciativadela CDI.Como resultado del Coloquio se recopilaron 42 ponen-ciasqueofrecendatos,argumentos,opiniones,conviccio-nesysentiresdelosespecialistas,endiversoscamposde las ciencias sociales, que participaron en alguna de las sedes. Susaportacionessonsindudarelevantespuespermiten ubicar, conocer o reconocer la participacin indgena en mo-mentos cruciales de la historia nacional. Con ello no slo se recobralamemoriahistricadelospueblosindgenasyse contribuye a su fortalecimiento sino que tambin se mues-tra su fuerza y determinacin ante la sociedad.Enestapublicacinseincluyentambinimgenesde algunos mapas del siglo XVIII y pinturas que ilustran la ma-nera en que la sociedad novohispana de nes de la Colonia vea a los indgenas; de igual manera, se presentan algunas fotografas de nales del siglo XIX y otras del siglo XX, que forman parte del acervo de la CDI.Confo en que los materiales que aqu se presentan sir-vanparapromoverelconocimientoylareexinsobrela participacindelosindgenasenlahistorianacionalpero tambinaspiroaquemuestrenlaurgenciadecontinuarla consolidacindelapropuestadeDesarrolloconIdentidad paralospueblosylascomunidadesindgenasdeMxico, que se basa en una amplia participacin indgena.En la CDI estamos empeados en que la poblacin in-dgena sea sujeto de su propio desarrollo y participe en pro-cesosdediagnsticoyplaneacinquelespermitandenir susprioridadesylosrumbosyvelocidadesdeloscambios que desean. Slo as podremos orientar bien la accin de las instituciones pblicas, sociales y privadas. Slo as se lograr un verdadero desarrollo con identidad para los pueblos y las comunidades indgenas de Mxico. Xavier Abreu Sierra Director General de la Comisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenashttp://www.cdi.gob.mxhttp://www.cdi.gob.mx9DOCTOR GUILLERMO DE LA PEA TOPETE1Los indgenas y nuestras revoluciones: cuestiones medularesVariosautoresclsicoshanreexionadosobrelasrazones quemuevenalosindgenasyaloscampesinosaorgani-zar levantamientos armados, o a participar en los que otros actores sociales organizan. Y no slo sobre las razones sino tambinacercadelascondicionesnecesariasysucientes parallevarlasalaprctica.Adiferenciadelaviolenciaso-cialaleatoria,taleslevantamientosnotienenlugarsinque existaentrelosparticipantesunaconcienciacompartiday aguda de agravios sufridos, y sin que stos se atribuyan a la opresin y acciones de un enemigo identicable (que pue-de ser un individuo poderoso, una clase, una institucin, el gobierno). Pero tambin es importante que los que se al-zanenpiedeguerracreanquelasvaspaccasparaim-pedirosuprimirlosagraviossehanagotado,oquenunca hanexistido.Otracondicinesquesesientancapacesde derrotaralenemigooalmenoshacerlocambiarpor sus propias fuerzas, o porque pueden aliarse con otros que comparten la hostilidad hacia quien(es) los agravia(n). Fi-nalmente, los levantamientos suelen conllevar el anuncio de un futuro mejor. Ahora bien, este puede implicar un regre-so a un statu quo ante (y entonces debemos hablar de re-vueltas), o una modicacin del orden establecido, pero sin destruirlo (lo que suele llamarse rebelin), o bien una susti-tucin del orden vigente por uno nuevo (lo que implica una revolucin).2 Por otra parte, la actuacin de los pueblos in-1 CentrodeInvestigacionesyEstudiosSuperioresenAntropologa Social-Occidente.2Entrelosestudiosclsicosdelevantamientoscampesinoso popularesdebemosincluir,porlomenos,lossiguientesautoresy ttulos:EricWolf,Peasantwarsinthetwentiethcentury,Harper& Row,NuevaYork,1959;BarringtonMoore,Lordandpeasantinthe making of the modern world, Penguin Books, Harmondsworth, 1973 [1966]; Theda Skocpol, States and social revolutions. A comparative analysisofFrance,RussiaandChina,CambridgeUniversityPress, 1979(Delostreshayedicionesencastellano).Paraelcasode Mxico(ademsdelcaptuloenellibrodeWolf):JeanMeyer, Problemascampesinosyrevueltasagrarias,1821-1910,Secretara deEducacinPblica,Mxico,1973;MaraTeresaHuertayPatricia Palacios (coords.) Rebeliones indgenas de la poca colonial, Secretara deEducacinPblica(ColeccinSEP-INAH),Mxico,1976;Leticia Reina,LasrebelionescampesinasenMxico,1819-1910,SigloXXI INTRODUCCINdgenas y minoras tnicas suele estar teida por motivacio-nes y demandas vinculadas a las condiciones especcas en que se vinculan con el contexto social, econmico y poltico ms amplio de que forman parte.Lasgrandesconmocionessocialesquecondujeronala Independencia(1810-1821)yalaremocindeladic-taduraporristaparainstaurarunnuevorgimenconsti-tucional(1910-1921)sonjustamentecalicadascomo revoluciones. La primera pretenda acabar con un orden co-lonial fundado en la sujecin a otro pas y en la desigualdad estamental (o de casta); la segunda, destruir un sistema au-toritario,fundadoenlaexclusinpolticaylainjusticiaso-cial.Enloscaptulosqueformanestelibroseexamina,en primer lugar, la actuacin de los indgenas (y en menor me-dida de los afrodescendientes) en ambas revoluciones, pero se buscan tambin los contextos histricos y espaciales en que se vuelven comprensibles sus agravios, demandas y es-peranzas. En segundo lugar esta obra explora las repercusio-nes que las dos grandes gestas histricas han tenido enla situacin presente de los pueblos indgenas. Y en tercer lu-garseinterrogaacercadeloquedebemosvislumbrar,ala luzdelastransformacionesdelcampodelpodernacional, acerca del futuro del Mxico indgena.Lostrabajosaqureunidossepresentaronenforos convocadosporlaComisinNacionalparaelDesarrollo delosPueblosIndgenas(CDI)encuatrociudades:M-xico,Guadalajara,MonterreyySanCristbaldelasCasas. Sepresentanestudiosseriossobrelostresgrandestemas mencionados.Enloscuatroforosestuvieronpresentesin-vestigadores(sobretodohistoriadoresyantroplogos)y estudiantes,lderesdeorganizacionesindgenasyONG, miembros de pueblos indgenas, maestros y pblico en ge-neral. Lejos de la rigidez de los actos acadmicos formales, Editores, Mxico, 1980; John Tutino, From Insurrection to Revolution inMexico.Socialbasesofagrarianviolence,1750-1940,Princeton UniversityPress,1986(versincastellanaenEditorialEra);Peter Guardino,Peasants,politicsandtheformationofMexicosnational state,StanfordUniversityPress,1996;EricVanYoung,Theother rebellion. Popular ideology and the Mexican struggle for independence, 1810-1821,StanfordUniversityPress,2001(versioncastellanaen FCE), entre otros. Octavio Paz ofrece reexiones interesantes sobre las revueltas mexicanas en El laberinto de la soledad, FCE, Mxico, 1959.http://www.cdi.gob.mx10delosdiscursosburocrticos,odelasversionesocialistas de la historia, los foros suscitaron animadas discusiones en-trediversospuntosdevista,librementeexpresados.Noes frecuente encontrar escenarios tan amplios de dilogo y re-exininformada.Quienesfuimosinvitadosaparticipar, expresamos a la CDI nuestro reconocimiento por la oportu-nidad brindada.Genealogas: de los movimientos indgenas a las revolucionesTantoduranteelrgimenvirreinalcomoalolargodelpri-mer siglo del Mxico independiente abundaron las revueltas y las rebeliones de la poblacin indgena. En este sentido, es posible y adecuado plantear lneas genealgicas en la movi-lizacin social y poltica de los pueblos originarios que arran-ca en el siglo XVI y desemboca primero en la Insurgencia de 1810 y luego en la Revolucin de 1910. (La metfora de la genealoga no implica una simple continuidad o repeticin: cadageneracinaadesuspropiasespecicidadesalahe-rencia recibida).Aunqueseoriginabanenagraviosqueafectabanla vidacotidianadelaslocalidades,losmovimientostnicos queanunciaronynutrieronlasdosrevolucionesnopue-denanalizarsecomopuramentelocalistas.Comoloplan-tea Fernando Prez Montesinos en su captulo,3 los pueblos indgenas, desde la consolidacin del dominio colonial e incluso desde antes, se conectaban con una enorme red transversal de vnculos laborales, comerciales, migratorios y polticos, donde se hacan presentes diversos sectores de la sociedad.As,losagraviosdecadageneracintenanra-ces profundas en las relaciones histricas entre las comuni-dades y las actividades e instituciones del mundo colonial, primero, y luego del mundo republicano; y sus estrategias y demandastomabanencuenta,paracadapocahistrica, lascaractersticas,valoresynormasdelosgruposdepo-der y de diversos grupos subalternos. Concomitantemente, las estrategias de los lderes de los grandes movimientos no podanignorarlasdemandassubalternaspretritasycon-temporneas, que incluan las de los grupos tnicos, y al re-conocerlas en mayor o menor medida consiguieron el apoyo popular.Desde los albores de la Colonia, Bartolom de las Casas habadenunciadoladestruccindelasIndias.Variosca-ptulosrescatanlasrevueltasindgenascontralosdestruc-tores, as como las motivaciones nativistas que rechazaban 3Loscaptuloscorrespondenalasponenciasdelforomencionado: Participacin indgena en los procesos de Independencia y Revolucin Mexicana.la sujecin extranjera, los despojos territoriales, los trabajos forzados, la agresin al orden comunal y a la economa tra-dicionalagriculturaintensiva,cazayrecoleccin,los tributos y la represin religiosa y cultural (por mencionar al-gunos agravios), y demandaban el retorno a la autodetermi-nacin.4 Rosa Yez explora la resistencia que se plasmaba en cdices y documentos escritos y la capacidad de la letra escrita para sealar culpables y provocar acciones contra los invasores. En las fronteras de la colonizacin, la resistencia a la destruccin fsica y moral y las luchas por la libertad, la tierraylaculturacontinuaronhastaelnaldelsigloXVIII. UnejemplosobresalientelopresentaLauraMagriensu texto sobre los avatares de las relaciones de tecualmes, co-ras y huicholes, refugiados tras la Guerra del Mixtn (1540-1541)enlaremotaSierradelNayar,conlosmisioneros, militares, funcionarios y mineros que los presionaron duran-temstressiglos.EnZacatecas,nosnarraRosalinaRos, la situacin de marginalidad y desventaja jurdica de los in-dgenasenunasociedadquesetornabamercantilizaday compleja, acumul motivos de rebelin manifestados en le-vantamientos dispersos durante los aos de la Insurgencia. Ms al norte, la conquista inacabable y las respuestas de los indomablesnativosprovocaron,comolosealanloscap-tulos de Juan Luis Sariego y Georgina Rodrguez, una secu-lar enemistad hacia los pobladores blancos y mestizos que repercutienunaparticipacinindgenamuyselectivaen laInsurgenciade1810,percibidacomounpleitoajeno.Y ambos autores sealan la persistencia de los levantamientos y escaramuzas norteas en resistencia a un nuevo ciclo de conquista, esta vez protagonizado por colonos mexica-nos despus de la Independencia.5En el ltimo siglo colonial los discursos de resistencia ya no expresaban un simple y total rechazo a los smbolos e ins-tituciones dominantes: los pueblos indgenas se haban apo-derado de los cdigos coloniales y los usaban a su favor.6 Tal ocurra con los milenarismos de que habla el captulo de Gui-llermo de la Pea, o con los seguidores del misterioso indio Mariano (mencionado en los textos de Magri, de la Pea y 4Tambinhabraqueconsiderarquelosaztecasagraviabana otros pueblos, y por ello muchos de estos apoyaron inicialmente a los espaoles.5Cfr.EdwardSpicer,CyclesofConquest.TheImpactofSpain, Mexico, and the United States on the Indians of the Southwest, 1533-1960, Tucson, The University of Arizona Press, 1962. 6Esteprocesodeapropiacincoincidienbuenamedidaconel cambio de dinasta reinante en el imperio espaol (de los Austrias a los Borbones), que implic tanto el surgimiento de una burocracia colonial muchomscentralizadayefectivacomolaintensicacindela economa mercantil. Vase Enrique Florescano e Isabel Gil, La poca delasreformasborbnicasyelcrecimientoeconmico,enHistoria General de Mxico, Tomo II, El Colegio de Mxico, 1976.http://www.cdi.gob.mx11Yez), que pretendan sustituir las jerarquas existentes por otras similares pero bajo el control de los indgenas. Los mo-vimientosdeestetipoconabanensuvictoriaporquelos asistaunpodersobrenatural,invocadoporprofetasilumi-nadosocabecillascarismticos.Unacreenciasimilarpudo inspirarelcuraHidalgo.Porotrolado,ciertosgrupossubal-ternos lograban efectivamente prosperar en el sistema impe-rante. Un ejemplo interesante, proporcionado en el texto de EduardoMiranda,eseldelosafrodescendientesdelacos-ta guerrerense: por sus ventajas como miembros de la mili-cia novohispana o agricultores prsperos, se deslindaban de la belicosidad de las comunidades indgenas y de los pardos marginados en las ciudades en contra del mal gobierno.ConsumadalaIndependencia,quedaronformalmente abolidos la esclavitud, el tributo per cpita y el trabajo for-zado.Lasociedaddecastascedipasoalaigualdadlegal. Pero,apesardelasesperanzassuscitadas,duranteelsiglo XIX se reeditaron las agresiones contra los indgenas, como lo indica el repaso que hace Leticia Reina: despojos de tie-rra, impuestos abusivos, levas, malos tratos por actores p-blicos y privados Elas Prez, autor tzotzil, plantea que en elcasodeChiapashubounasuertedecontinuidadconla polticacolonial,enloquesereerealasjerarquastni-cas.TambinparaChiapas,DoloresPalomomuestraque lospueblosdeindiospasaronaformarpartedemuni-cipios con poblacin indgena, lo cual implic la prdida de jurisdiccinadministrativa,autonomajudicialycapacidad econmica.MarioAldananoshabladelahostilidadliberal hacia el rgimen de propiedad comunal, tildada de enemi-ga del progreso, y de cmo desde las primeras dcadas de la nueva nacin hubo en varios estados legislaciones priva-tizadoras que redundaron en prdidas de la tierra ancestral. En Baja California, segn nos narra Lucila del Carmen Len, la invasin de tierras por parte de los mestizos y el debilita-miento de las misiones llevaron al desplazamiento y desarti-culacin de las etnias locales. Andrs Fbregas y Olivia Gall analizanelsurgimientodelaideologadelmestizajecomo factorprivilegiadodeunidadnacionaleidentidadcomn, misma que se convirti de hecho en un mecanismo de ex-clusin.EnelcaptulodeAntonioEscobarseestudianlos complejosyenbuenamedidafracasadosprocesos deconstruccindelanacinliberal:sebuscabacrearuna nacindeciudadanosperolasdiferenciassocialesylare-presin cultural obstruyeron el orecimiento de una ciuda-dana efectiva.MiguelngelSmanosealaigualmenteel divorcioentrelanacinnicadelosliberalesylahete-rogeneidaddelospueblosoriginarios,quemuchasveces conseguan,porausenciadelaparatoestatal,unaautono-ma de facto. Las llamadas guerras de castas cuestionaban radicalmenteelconceptodenacinhomognea:tejanla-zostransversalesentrelasetniasylascomunidades,que seoponanalaunidadterritorialypolticadelpasyvol-van a introducir elementos milenaristas, como lo muestran los casos de Yucatn y Chihuahua narrados por De la Pea. Una de estas guerras, la encabezada por Manuel Lozada en NayarityelnortedeJalisco,tratadaeneltextodeJess Juregui, atraves a lo largo del siglo XIX varias etapas y mo-dalidades rebeldes en que participaban diversos grupos sub-alternos: desde el bandidaje social hasta la proclamacin de soberana, pasando por pactos con gobiernos conservadores y liberales en la medida en que respetaran la propiedad y la organizacin comunal. Esto no quiere decir que entre las et-niasypueblosresistentesnoexistieranfaccionalismosin-ternos que condicionaban su movilizacin blica: as nos lo recuerda en su contribucin Vctor Tllez.Aligualqueenlagestaindependiente,losfaccionalis-mos, la informacin confusa y las experiencias diversicadas de los indgenas llevaron a su participacin diferencial en la Revolucinde1910.EnBajaCalifornia,documentaEve-rardoGarduo,lastribusyumanassedividieronentrepar-tidariosdelosfederalesyseguidoresdelosmagonistas.A suvez,ElizabethMagernoscuentacmoloskikapesen la frontera norte apoyaron al gobierno de Huerta por lealtad al Estado mexicano, que les haba ofrecido proteccin y ciu-dadana en el siglo XIX, cuando diversos actores estadouni-denses los agredan brutalmente. Ms tarde, en los aos de Crdenas, los kikapes se acogieron al rgimen agrarista re-volucionario.EnelnoroestedeChiapas,elfuegorevolu-cionario no logr propagarse, segn establece el estudio de Roco Ortiz, debido tanto al avance de la agricultura comer-cialentrelospropiospueblerinosconvertidosenpequeos propietarios,comoalaecaciadelasrelacionespaterna-listasenlasncascafetalerasycacaoteras,yalosabusos violentos y desacuerdos internos de quienes se ostentaban comorevolucionarios.Losindgenasquesmilitaronenla Revolucin, sobre todo en los estados del centro-sur y sur, lo hicieron con la bandera agrarista y comunalista enarbola-da por Emiliano Zapata (y luego secundada en el norte por Francisco Villa). Gracias a su militancia, la Reforma Agraria se convirti en un elemento constitutivo de un nuevo pacto fundacionaldelanacinmexicana,primeroenlaLeypro-mulgadaporCarranzaen1915yluegoenelArtculo27 delaConstitucinde1927.Mediantelarecuperacinde las tierras y la poltica de fomento agrcola, se abra un im-portanteespacioparalapresenciaindgenaenlasociedad mexicana del siglo XX. Otros artculos constitucionales con-rmabanlasgarantasdequedebangozarporigualtodos los mexicanos y establecan el municipio libre y democrti-http://www.cdi.gob.mx12co. Sin embargo, ninguno de estos textos legislativos men-cionabalapalabraindgena,nireconocaalasautoridades tnicas, ni tomaba en cuenta la especicidad y diversidad de la condicin indgena en el pas.Herencias de las revolucionesLaIndependenciamarcelcomienzodeunlargoycon-ictivocaminohacialaciudadanizacindelosindgenas,y quetodavanollegaasun.Larutalamarcaban,apartir de la consolidacin del gobierno revolucionario en la dcada de 1920, el agrarismo y el indigenismo. Sin embargo, el pri-merosuponaqueexistaunmodelonicodeorganizacin tnica:eldelacomunidadnucleadayestable,caractersti-co del centro de Mxico; pero en los espacios norteos y en laSierraMadreOccidentalpersistanmayoritariamentepo-blaciones seminmadas o residentes en rancheras dispersas; as,GarduoySariegomuestranelimpactodesarticulador delasestructurassocialesdeyumanosytarahumarastra-do por la Reforma Agraria. Para el caso de los coras, este im-pacto es mostrado por Margarita Valdovinos a travs de los rituales, que han sufrido alternadamente efectos de atomiza-cin y centralizacin. Por su parte, el indigenismo institucio-nal representado primero por la Direccin de Antropologa (1917-1937), luego por el Departamento de Asuntos Ind-genas(1938-1946)yenseguidaporelInstitutoNacional Indigenista (1948-2003) procuraba para los indgenas la justicia social, la modernizacin y la mexicanizacin (enten-dida como aculturacin), mediante acciones desarrollistas y la exaltacin y promocin del mestizaje biolgico y cultural.En la Sierra Tarahumara, por ejemplo, las acciones desa-rrollistas del Instituto Nacional Indigenista entre las dcadas de 1950 y 1970 privilegiaron la creacin de una gran em-presa forestal como eje de la participacin indgena y de una accin integral transformadora. Sariego resume los resulta-dos de la siguiente manera:Aunqueindudablemente[elproyectoindigenista]trajo aparejadoelrepartodeutilidades,lacreacindeescuelas, clnicas, caminos y otras infraestructuras, as como una rela-tiva mejora en las condiciones de vida de los rarmuri, nun-calogr,sinembargo,volversecompatibleconlaslgicas de la economa indgena, tradicionalmente sustentada en la combinacin diversicada de estrategias productivas (caza, pesca, recoleccin, agricultura y ganadera a pequea esca-la), en la conguracin de los territorios con independencia de los ejidos y, en general, en visiones no occidentales sobre elbienestar,muyajenasaloslemasdelaacumulacin,la ganancia y el progreso.En Baja California y el noroeste del pas, el brutal cambio econmicoylaproletarizacinhanllevadoalvirtualeclip-se de la cultura de ciertos grupos indgenas; en otros casos, comoeldeloshuastecosestudiadosporAnaBellaPrez Castro, la memoria histrica alimentada por la tradicin oral permiti la resistencia cultural, pese a la migracin y la glo-balizacin. En otras regiones indgenas como en las zonas purpechasdeMichoacnqueanalizaAndrewRothlas instituciones comunales debieron luchar por adaptarse a un nuevo espacio pblico que las ignoraba y slo reconoca las institucionesrepublicanas(municipio,estado,federacin), en un contexto de creciente centralizacin, mercantilizacin yfuertepaternalismoindigenista.ComoarmaPrezCas-tro, el paternalismo en realidad disfrazaba el menosprecio por el mundo indgena, al que muchas polticas pblicas queran ocultar bajo la gura de un campesinado nacional. La contri-bucin de Stephen Lewis pone de maniesto las luces y las sombras de las instituciones indigenistas a travs de su cr-nica y anlisis del Centro Coordinador Indigenista de los Al-tos de Chiapas el primero en el pas: a la labor, pionera en Amrica Latina, de alfabetizar en lengua indgena, promo-vercampaasdesaludyfundarclnicas,impulsarlaexten-sinagrcolaylascomunicaciones,formarpromotoresse conjuntabaparadjicamenteelcontrolcorporativistadelas comunidadesyelapoyoanuevoscaciquismostnicos;al discursoocialderedencinseoponanlaescasezcrnica de presupuesto y las rivalidades con otros organismos guber-namentales; al proclamado aperturismo lo contradeca el au-toritarismo etctera. De hecho, independientemente de las intencionesdequienesactuabanensunombre,elaparato indigenistaseadheraciertamenteenelperiodo1950-1970 a la lgica del rgimen emanado de la Revolucin, constituido por un partido hegemnico de corte corporativo, organizadoverticalmentemedianterelacionesclientelares. Tal rgimen nunca logr cooptar por completo al mundo ru-ral; a lo largo del siglo XX, fue objeto de numerosas protestas campesinas (por cumplimiento incompleto de las promesas agrarias de la Revolucin), que incluan participantes tnicos.Lewis nos habla tambin de la crisis del indigenismo es-tatalenladcadade1970,ydelaautocrtica,lascontra-diccionesinternasylostrabajososintentosdecambioal interiordelINI.Lacrtica,porpartetantodeintelectuales comodeorganizacionesindgenas,sehabavueltoexplci-ta desde el movimiento estudiantil de 1968. La Declaracin de Barbados de 1971 puso de maniesto la dimensin con-tinental de las inquietudes de los voceros de los pueblos ori-ginarios, y de ellas se hicieron eco en 1974 los participantes en el Congreso Indgena de San Cristbal de las Casas. A -nales de la dcada de 1970, el INI haba cambiado su dis-http://www.cdi.gob.mx13curso:yanodenasuactividadcomoaculturacinsino como etnodesarrollo; sin embargo, Sariego seala que la ac-cinindigenistasehabasubordinadoapolticasestatales sectoriales que consideraban al indgena sobre todo en tr-minos de su marginacin y vulnerabilidad socioeconmica.7Los desafos presentes y futurosLacrisisdelindigenismonopuedeexplicarsesinteneren cuenta que el propio rgimen corporativo sufra una quiebra moral y nanciera. La salida de esta quiebra implic la libe-ralizacindelaeconomayeladelgazamientodelaparato estatal:laliquidacindelproteccionismoydelaspolticas einstitucionesdedesarrollosocioeconmico(porejemplo laReformaAgrariaylamayoradelasempresaspblicas productivasydeservicios),ylainsercinsinmuchascor-tapisas en una economa globalizada. Implic asimismo una descentralizacinadministrativayunaaperturademocrti-ca.Estaltima,muytmidaalcomienzo,fueprontoapro-vechada por la sociedad civil y por los partidos polticos de oposicin para ir creando sus propios espacios, hasta lograr la democratizacin del sistema de elecciones.Ytambinfueaprovechadaporlosmovimientosyor-ganizaciones indgenas. Como nos lo hace ver Eduardo Z-rate,enlosltimos30aoshasalidoalaluzundiscurso que coloca a la comunidad en el centro de las demandas y, alseravaladoporasociacionesvoluntariasdecomuneros, refutalatesisquequiereoponerlaalalibertadindividual. Reivindica adems un nuevo espacio pblico en que se de-enda el bien comn en contra de la devastacin trada por la globalizacin neoliberal y donde surja una ciudadana que recoja tanto el ideal liberal de igualdad como el ideal revolu-cionario de justicia social, pero vaya ms all y reconozca los derechos a la diversidad cultural y la autonoma tnica.8 La creacin de smbolos como la bandera y los ritos de Ao Nuevo de los purpechas, que describe Roth, en lugar de servir para aorar el pasado, ahora refuerzan una visin fu-tura de empoderamiento en el contexto nacional.En1992,envezdecelebrareldescubrimientode Amrica,Mxicoocialmenteconmemorelencuentro dedosmundos;porsuparte,lasorganizacionesindge-nas se unieron en el Movimiento 500 Aos de Resistencia. 7Cfr.GuillermodelaPea,Lapolticasocialhacialosindgenas: continuidades y cambios, en Rolando Cordera y Alicia Ziccardi (comps.), La poltica social mexicana al nal del milenio. Descentralizacin, diseo y gestin, Mxico, Miguel Angel Porra / UNAM-IIS, 2000.8Cfr.GuillermodelaPea,Notaspreliminaressobrelaciudadana tnica,enAlbertoOlvera(coord.),Lasociedadcivil:delateoraala realidad, Mxico, El Colegio de Mxico, 1999.En el mismo ao, el Estado mexicano se adhiri al Conve-nio 169 de la Organizacin Internacional del Trabajo y con-secuentementemodicelArtculo4delaConstitucin, parareconocerdeunamaneramuygenerallanaturaleza multiculturalypluritnicadelaNacinascomociertos derechosindgenas.Estoscambiosenladoctrinasobrela Nacinfueronimpulsadosporelindigenismorevisionista (etno-desarrollista). Pero adems sirvieron para ganar le-gitimidad tanto frente a los pueblos indgenas como frente a los Estados del mundo globalizado. En 1994 estall el con-trovertido movimiento zapatista de Chiapas, cuyas deman-das se incorporaron parcialmente en 1996 en los Acuerdos de San Andrs, y estos ltimos, muy recortados, se plasma-ronenunanuevareformaconstitucional,trasladadaahora al Artculo 2. Varios captulos de la presente obra analizan y evalan crticamente tales reformas constitucionales, vis-tas como pasos importantes e innovadores que sin embar-godejanenormeshuecosnosereconocealospueblos comosujetosdederechopblico,nisemencionanlosde-rechos colectivos, ni los territorios y adolecen de contra-dicciones. Elia Avendao, por ejemplo, puntualiza carencias importantes del actual texto constitucional y adems sea-laque,mientrasnoexistaundesarrollolegislativoadecua-do que seale responsabilidades, competencias y sanciones, las reformas sern percibidas como demaggicas. Entre las urgencias,MaradelCarmenVenturaresaltalanecesi-daddelasreformasconstitucionalesentodoslosestados delarepblica.YAraceliBurguetesereerealasexigen-cias que conlleva la reciente Declaracin de los Derechos de losPueblosIndgenasdelaONUde2007avaladapor Mxicoquedenuevacuentadescubrelascarenciasde nuestralegislacin,tantoanivelfederalcomoestatal;por ejemplo, en relacin con los modelos de gobierno local (en el Artculo 115 vigente slo se admite un modelo: el mu-nicipio libre, en agrante contradiccin con la diversidad de las formas de gobierno indgena) y con los casi nulos meca-nismos de representacin, decorativos en el mejor de los ca-sos y clientelistas en el peor.Enotroscaptulossenosinstruyesobrediversospro-blemasdelospueblosindgenasquesubsistenenelsiglo XXIapesardelasreformasconstitucionales.Elcontex-todemuchosdeestosproblemasesladesarticulacindel territorioruralqueYangaVillagmezdescribe:nohasido remediada por las errticas polticas pblicas de las ltimas dcadas, que adems no han incluido la participacin de to-doslosactoresagrarios(comuneros,ejidatarios,pequeos propietariosyjornaleros).PaulLiffmandocumentacmo sumutiladoterritoriosevuelvevigenteenlaimaginacin deloswixaritari(huicholes)graciasalamemoriahistri-http://www.cdi.gob.mx14ca depositada en los lugares sagrados, visitados y cuidados en las peregrinaciones comunitarias; pero tambin nos narra las mltiples agresiones a esos lugares por intereses mineros (espoleados por la reciente apreciacin mundial de la plata) y tursticos. La ambigedad de los cambios polticos locales se ejemplica en la contribucin de Jos Rubn Orantes con el caso de los nuevos jueces de paz y conciliacin tzeltales: para estos cargos son nombrados profesionistas retornados a las comunidades, que reeditan las caractersticas del viejo intermediarismo.EdithKaufferconstata,apartirdelanli-sisdelas(pocoecaces)polticashdricasenChiapas,los persistentesdesencuentrosentreindgenasyEstado.Gar-duo encuentra que los yumanos se han refugiado en la mi-gracin y la fabricacin de artesanas ante la invasin de sus tierras por ejidos mestizos, pero no obstante experimentan una revitalizacin cultural, estimulada por los contactos con los grupos yumanos que despus de 1847 se quedaron del otro lado de la frontera.Laresistenciaylarevitalizacinsontemasquesurgen enmuchosdeloscaptulos.Ensusdoscaptulos,Regina Martneznoshabladeldesplazamientolingsticoquesu-fren los indgenas que viven en las ciudades cada vez ms numerosos,sobretodoporlaaccindelasescuelasur-banas:enellaslosmaestroscultivanunaactitudnegativa ante la cultura y las lenguas indoamericanas. Siguen trans-mitiendo as la idea de que los jvenes deben abandonar sus identidades y aculturarse para llegar a ser ciudadanos y sin embargo, muchas familias continan apreciando e inculcan-do en sus hijos sus idiomas y costumbres. Mercedes Olivera da testimonio de la relevancia de los movimientos de muje-res y las ideas feministas en las luchas de liberacin y las rei-vindicaciones indgenas. Y hay otros muchos ejemplos, en la historia y en el tiempo presente, de un hecho fundamental: contra las previsiones y esfuerzos de las potencias colonia-lesypostcoloniales,demisioneroseindigenistas,lascul-turaseidentidadesdelospueblosoriginariospersisten,no como fsiles o piezas de museo, sino como fuerzas vivas y actuantes en el Mxico del segundo milenio.Varios de los autores de este libro dudan de que los in-dios tengan algo que celebrar en los centenarios; ms an, dice Natividad Gutirrez, a ellos no se les invit, ni en 1910 ni en 2010, a las celebraciones. Jess Mndez nos recuerda que los agravios persisten: la mayora de la poblacin indge-na vive en la pobreza y sufre exclusiones de facto. Pero Fer-nando Limn constata que los propios indgenas se niegan a renunciar a las utopas de rescate y a partir de ellas prota-gonizan el diseo de futuros (y cita a Bloch: en la tradicin est la esperanza). Como lo expone Len Oliv, la sociedad del conocimiento que surge en el mundo podr superar los caducos nacionalismos modernos y los voraces transnacio-nalismos neoliberales al reconocer la sabidura de la diversi-dad cultural. Nuestro gran desafo es construir un proyecto nacional (no nacionalista, en el sentido excluyente); un fu-turo intercultural que nos permita a todos los mexicanos dar sentido a los centenarios al celebrar los ideales de igualdad, libertad y justicia.http://www.cdi.gob.mxMxico, Distrito Federal, 5 de agosto de 2010 Auditorio Jaime Torres Bodet Museo Nacional de Antropologa Mesa I Participacin indgena en los movimientos de Independencia y Revolucin Mexicana: Contexto y situacin social, econmica, poltica y culturalMesa II A doscientos aos. Los pueblos y comunidades indgenas en el contexto contemporneoMesa III El futuro de los indgenas: Desarrollo con identidad?http://www.cdi.gob.mxhttp://www.cdi.gob.mx17DOCTORA LETICIA REINA AOYAMA1En esta ponencia queremos historiar la manera como la re-belda de los pueblos indgenas sirvi, a lo largo del siglo XIX, eneljuegopoltico,paralaconformacindeespaciosre-gionales de poder y por tanto de territorios, dando paso en algunas ocasiones a la conformacin de entidades federati-vas;enotrassituacionessuintervencinfuedecisivapara construir el Estado de Derecho, y en otras ms para defen-der a la nacin mexicana frente a las invasiones extranjeras. Para ello, expondremos las diferentes formas de protesta in-dgena y sus diferentes formas de acuerdos, alianzas y pac-tosparaconformarlosterritoriosregionales,ascomosu participacin en la construccin del Estado nacional.Con el movimiento de Independencia se rompieron los viejosamarresquehabansostenidoalEstadonovohispa-no,ymuchosinteresesfueronconfrontadosenelproceso deconformacindelnuevoEstadosoberano.Lainstaura-cin y ensayo de las diferentes formas de gobierno, desde la ConsumacindelaIndependenciahastalaRepblicaRes-taurada,estuvoacompaadadeconstantescambiosenla legislacin, el sistema poltico administrativo, el sistema s-cal y de imparticin de justicia, en el reacomodo de los gru-pos de poder burocrticos, nancieros y comerciales, y hasta en los mismos pueblos indgenas, que se fueron adecuando al nuevo sistema poltico, no sin antes expresar todos y cada uno de ellos sus propios intereses, en la mayora de los ca-sos, por el camino violento.LaprimeramitaddelsigloXIXsecaracterizporlacri-sis econmica, la bancarrota de las nanzas pblicas, el con-trastesocioculturalylainjustareparticindelariqueza, caractersticasquehicieroningobernablealarecincons-tituidaRepblicayconllevaron,porende,elfracasodeto-daslasformasdegobiernoqueseensayaron:federalismo, centralismoyhastaladictaduramisma.Todoslosgrupos sociales expresaron su descontento y se confrontaron unos contra otros: ejrcito, Iglesia, terratenientes, comerciantes y pueblos indgenas.Enestasrivalidadesyconfrontacionesentrefacciones polticas, Mxico vivi una gran poca de convulsin social. El constante enfrentamiento entre las lites regionales y el 1 Direccin de Estudios Histricos-Instituto Nacional de Antropolo-ga e Historia (DEH - INAH).LAS LUCHAS DE LOS PUEBLOS INDIOS EN LA CONFORMACIN DEL ESTADO NACIONAL MEXICANO. SIGLO XIXgobierno central, con la presin de las luchas populares para tener cabida en esa nueva nacin en gestacin, termin por delimitar su territorio, demarcar sus entidades federativas y crear nuevas instituciones.Parecieracomosilarevolucinquegenerelmovi-mientodeIndependencianohubieraterminadoen1821, sino que se hubiera iniciado ah. La verdadera confrontacin social, ideolgica y cultural fue el resultado de una moviliza-cin social con una amplia participacin popular, que termi-n por transformar a la sociedad mexicana en su conjunto. Cada crisis regional y nacional cre las condiciones polticas para que los pueblos indgenas presionaran por sus propios intereses y, a veces, si no alcanzaron sus propios objetivos, porlomenoscrearonespaciospolticosdeautonomaque a la larga les permitieron sobrevivir como pueblos tnicos.DesdelapromulgacindelaIndependencia,lanue-vaclasegobernantesepropusoladescorporativizacinde lasociedadcomounadelastareasmsimportantespara convertiraMxicoenunanacinmoderna.Enlabasede laideadelamodernizacinrural,existalacertezadeuna necesaria redistribucin de las tierras que pusiera en mejo-res manos lo que se pensaba como una riqueza formidable para que Mxico se convirtiera en un pas prspero, seme-jante a las naciones civilizadas. La poltica de descorpora-tivizacindelascomunidadesindgenasylaresistenciade stasaromperconsusformasdeorganizacintradicional (econmica, social y poltica) provocaron una ola creciente de levantamientos armados en todo el pas.Elmovimientocampesino,duranteelsigloXIX,seca-racterizporloslevantamientosarmados,organizadosy prolongados.Durabanmesesoaosantesdeserreprimi-dos por completo y, por basarse en la participacin de varios pueblos de una amplia regin. En muchos casos, las rebelio-nesseextendieronporquetuvierondirigentesextracomu-nitarios,comocurasomilitaresdebajoomedianorango. Ytambingeneraronunafuerzapolticainusitadacuando establecieronalianzasconcaudillosocaciquesdeunam-plioterritorio.Conestasalianzas,loscampesinosenlucha apoyaron la consolidacin de la autonoma federal de varias entidades,sostuvierondiferentesmovimientospolticosde conservadoresydeliberales,yparticiparonenlasinvasio-nes extranjeras.http://www.cdi.gob.mx18Entre1847y1850segeneralizaronloslevantamien-toscampesinosentodoelpas.Duranteestosaossere-gistr el mayor nmero de luchas agrarias del primer perodo devidaindependiente,debidotantoalascondicioneses-tructuralesdelasituacinagrariacomoalacoyunturapo-ltica nacional.Laluchacontralaenajenacindesustierras,producto de las leyes liberales, fue la causa fundamental de la protes-ta de los campesinos en los primeros cuarenta aos del M-xico independiente. Ellos lucharon contra la privatizacin de losrecursosnaturalesque,desdetiemposancestrales,ha-ban explotado en comn. De 77 rebeliones registradas en esta poca, 46 de ellas declararon a travs de planes progra-mas o denuncias su oposicin a la invasin de tierras comu-nalesyalaventaoexpropiacindestas.En11deellas, los campesinos pidieron la reduccin de los impuestos como condicinparadeponerlasarmas,yaquesueconomade autoconsumo y las crisis agrcolas les impedan, a veces, pa-gar los impuestos, que ao con ao se incrementaban, sobre todoenpocadeguerrasintestinasoinvasionesextranje-ras.Ensieteocasiones,duranteesteperiodo,loscampe-sinossesublevaronsealandocomoraznprimordiallos malos tratos y las injusticias.Lacegueradelosliberalessobrelaproblemticaind-gena los llev a concebir la insurreccin campesina como la causadelosproblemasagrariosynocomolaconsecuen-cia de su propia poltica hacia el campo. Muy pocos de ellos aceptaron que la conictiva situacin rural era producto de lapretendidamodernizacinpolticayeconmica,queha-ba pauperizado a las comunidades antes autosucientes. La lucha campesina de estos aos, en dichos lugares, fue par-ticularmente importante, porque se desarroll en torno a la defensa del pas y a la vez puso en jaque al naciente siste-ma nacional.En cambio, entre 1856 y 1885, la causa de la protes-tacampesinayanofuetantolaprdidadesustierrasco-munales, sino la recuperacin de stas, mismas que haban perdidoenelperiodoanterioraconsecuenciadeladesa-mortizacintempranaquehabansufridolosindgenasy campesinos. Con esto tambin se desmitica la leyenda ne-graentornoalasLeyesdeReformade1856,sobretodo porquevinieronalegitimarosancionarunprocesodepri-vatizacin de tierras comunales iniciado al nal del periodo colonial y seguido por las leyes liberales de Gmez Faras.En el ltimo cuarto del siglo XIX, Porrio Daz, antes de serpresidentedelaRepblica,gurentrelosprincipales opositoresdeJurez.Fueunjovenmilitarprestigiadoque encabezelmovimientocontralaradicalizacindeLerdo de Tejada, al querer llevar la Reforma hasta sus ltimas con-secuencias,yloscampesinosfueronlafuerzasocialconla que Daz triunf en la revolucin de Tuxtepec, movimiento que lo llev, en 1876, al poder, bajo la promesa de reparto de tierras.Los primeros aos del porriato fueron de intensa lucha enelcampo.Loslevantamientosagrariossemultiplicaron portodoelpasyconguraronunapocadeextensaslu-chascampesinasregionales.Variosexcombatientestuxte-pecanos se sublevaron y encabezaron las luchas campesinas de los estados de Mxico, Puebla y Tlaxcala. Entre 1876 y 1886, los levantamientos se extendieron desde estos luga-res hacia Hidalgo, Quertaro, Guanajuato y San Luis Poto-s. Tambin hubo alzamientos en el norte de Veracruz. En el sur, los hubo en Morelos y Guerrero, que a su vez se conec-taron, por un lado, con los acaecidos en Michoacn y, por el otro, con los de Oaxaca, para seguir hacia el sur de Veracruz. Adems,enelextremonortesesuscitaronproblemaspor tierras en Zacatecas, Durango, Coahuila y Chihuahua. Pero, contradictoriamente, estos aos se distinguieron por el di-logo directo que hubo entre los representantes campesinos y el Ejecutivo, y por un cierto clima de liberalidad que per-mitilaproliferacindeperidicosobreros,dondeintelec-tuales y profesionistas expresaban abiertamente su crtica al rgimen, su reprobacin al despojo campesino y su apoyo a la cuestin indgena.Enelperiodode1886a1906,nohuboningnmo-vimiento sociopoltico armado con amplia base campesina quepudieradesestabilizarelrgimenporrista.Elcon-trol que el Estado tena sobre la poblacin, la rpida movili-zacin del ejrcito por medio del ferrocarril y, sobre todo, la prdida de la alianza campesina con otros grupos sociales, propiciqueelmalestaragrarioseexpresaradeotrama-nera.Laprdidaderecursosnaturales,lafaltadeempleo ylacrisiseconmicaengeneralsetradujeronenunaola crecientederobosybandolerismo.Elnmerodeluchas campesinasdecreciconsiderablementedurantelosvein-teaosdemayorsolidezdelporriato.ElEstadofuerte ycentralizadodeestapocaimpidi,pormediosrepresi-vos,cualquierintentodeoposicin.Porello,loslevanta-mientos tuvieron un carcter espordico, aislado y de corta duracin.As, en estos aos aument la explotacin, se recrude-cieronlasrelacionesservilesyseincrementlaesclavitud disfrazada.Entonces,dndequedlacombatividadque losindgenasyloscampesinoshabanmostradodurante todo el siglo XIX? Cuando la crisis de n de siglo se hizo ms aguda y se cerraron los canales de expresin tradicional, los pueblos indgenas y los campesinos en general encontraron formas novedosas de combate; el descontento y el malestar http://www.cdi.gob.mx19se subsumieron en otros tipos de lucha: a) la etnizacin o la reindianizacindeloscampesinos,yb)laciudadanizacin olamovilizacinciudadanacontraelfraudeelectoralen loscomiciosparapresidentesmunicipales.Porello,elmo-vimiento campesino se desdibuj como tal en la documen-tacin de la poca, pero ahora, los investigadores lo hemos recuperado a travs del anlisis de los conictos electorales.La reindianizacin de la poblacin a nes del siglo XIX muestra,quiz,unadelasmsgrandesparadojasdelos intentoshomogeneizantesenlosprocesosdeformacin del Estado liberal. La comunidad indgena mostr una gran creatividadparasobrevivir:avecesresistiendo,acultu-rndoseorearmandosuetnicidad.Enlosltimosaos delporriato,surgieronpequeosconictoscongran-desodioshaciaelotro,comounaespeciederegresoa laguerradecastas,queseexpresabaenlabanderade muertealrico.Eldiscursopolticoquehabanmaneja-do en las rebeliones campesinas de pocos aos atrs sobre el reparto agrario, ahora se expresaba en sus consignas de otramanera,apelabanalrepartodetodosporigualy de todo para todos.La lucha ya no era solamente por la tierra, el agua, el alza de los impuestos o las injusticias. Era todo al mismo tiem-po: la indignacin ante un sistema que trataba de aniquilar-los. Levantamientos de esta naturaleza los encontramos en Oaxaca, por el ao de 1886, donde hubo movimientos con estas caractersticas en diversas regiones de la entidad y, de maneraparalela,duranteesteperiodo,rebelionessimilares sesucedieronenSinaloayenQuertaro,bajolasmismas consignas.Durantelosltimosaosdelgobiernoporrista,cuan-do la crisis se hizo patente para todos los sectores sociales, estos mundos culturalmente diferentes se desarticularon, se confrontaron y remarcaron sus diferencias. Algunos pueblos se reindianizaron, es decir, fortalecieron su sistemas de go-bierno, sus lazos de parentesco y de solidaridad, su lengua y todaslascostumbresquevigorizabanlaidentidaddelgru-po. La etnizacin apareci como una estrategia de lucha y les sirvi para crear espacios de autonoma y para sobrevivir como grupos.Laotraexpresindelainconformidadenelcampoy enbuenapartedelasociedadmexicanadenesdelsiglo XIX, fue la ciudadanizacin. Es decir, el creciente inters y la mayorconcurrenciadelospueblosenlacontiendaelecto-ral. Este es el fenmeno mediante el cual los indgenas y los campesinos ejercieron su derecho ciudadano a votar por sus representantes pero, sobre todo, fue importante la moviliza-cin y la presin que ejercieron para que se respetara su vo-luntad ciudadana. Esta participacin la vislumbramos como una continuidad del movimiento campesino, ya que son los mismos lderes locales que ahora enarbolaban la lucha con-tra la gerontocracia. Este fue uno de los sntomas de que el sistema poltico haya envejecido junto con sus gobernantes, y esta crisis poltica y de representacin se manifest de di-ferentes maneras en los municipios y localidades.La relativa calma del porriato se termin hacia 1907, cuandolarecesinestadounidenseempezatenerreper-cusionesenlaRepblicaMexicana.Entonces,lacrisisdel sistemapolticotambinseexpresconmsfuerzaysur-gierondiferentesgruposdeoposicin,tantodentrocomo fuera del gobierno y, con ello, se abri una nueva etapa de movimientos sociales: las diferentes expresiones de protes-ta de diversos grupos se fueron unicando en torno a la lu-cha por la democracia.En los diez ltimos aos del porriato, hubo una movili-zacin vigorosa de la sociedad civil a favor de la democracia. Laampliaparticipacindelosindgenasyloscampesinos en los comicios demostr, por un lado, una nueva forma en-cubierta de lucha por su autonoma poltica y, por el otro, su gran capacidad de cambio y adaptacin.Las entidades federativas con mayor nmero de conic-tosposelectoralesfueronlasentidadesconmayornme-ro de poblacin indgena, como Oaxaca, Puebla y Veracruz. Luchar por el municipio libre, institucin republicana que se les haba impuesto menos de cien aos atrs, expresaba la aculturacin de pueblos y comunidades y, por ende, su ca-pacidad de cambio y adaptacin. En cambio, la esclerotiza-cinoenvejecimientodelsistemapolticoydelEstadoen general,yelpermanentecontrolsobreloscolegioselecto-rales,conelconsabidofraudesistemtico,llevaron,entre otras cosas, al estallido de la Revolucin de 1910.Algunos puntos a reexionarLos movimientos indgenas y campesinos del siglo XIX fue-ronproductodelaspolticasliberalesquetratarondeins-trumentarlosdiferentesgobiernosenturno,esdecir,la descorporativizacindelasociedadylaenajenacindelas tierras comunales.No obstante, la fuerza social que representaron los pue-blos en movimiento fue aprovechada, por la va de alianzas y acuerdos, por los sectores medios en ascenso para la con-formacinderegionesoentidadesfederativas,ascomo para la defensa del pas, tanto en la Intervencin Norteame-ricana, como de nueva cuenta en la Intervencin Francesa. Y,porsupuesto,fueronlaprincipalfuerzasocialdeapoyo, durantelaRevolucindeAyutla,paraqueJurezylosli-beralespudieranconstruirelprimerEstadodeDerechoen http://www.cdi.gob.mx20Mxico. Ms tarde y gracias a ellos, Porrio Daz pudo con-solidar el Estado y conformar una nacin.Porsuparte,losindgenasyelprocesodereindianiza-cin, que se presentaron al nal del siglo XIX, representan la ms grande paradoja del liberalismo decimonnico.Lacapacidaddecambioyadaptacinquetuvieronlos pueblos indgenas a lo largo del siglo XIX, no la tuvo el grupo gobernante. Al contrario, el envejecimiento del sistema po-ltico y la falta de representacin poltica fueron algunos de los elementos ms importantes que hicieron detonar la Re-volucin de 1910.BibliografaReina, Leticia. 1985. Conictos Agrarios, en As fue la Re-volucinMexicana,SEP-SenadodelaRepblica,t.I, Mxico, pp. 71-79.Reina, Leticia. 1998. Las rebeliones campesinas en Mxico (1819-1906), Siglo XXI, Mxico, pp. 471.Reina, Leticia. 2002. Elecciones locales y crisis en los cam-bios de siglo XIX y XX. Cultura poltica de los pueblos in-dios,enReina,LeticiayElisaServn(coords.),Crisis, Reforma y Revolucin. Mxico: historias de n de siglo, Taurus,InstitutoNacionaldeAntropologaeHistoria, Mxico, pp. 253-292.Reina,Leticia.2008.Antecedentesdecimonnicosdela lucha por la democracia. Los movimientos de oposicin yresistenciaciudadana,enBlancaGutirrezGrageda, Maragloria Morales Garza y Evaristo Martnez Clemente (coords.),LaconstruccindelademocraciaenQuer-taro: 1824-1991, Universidad Autnoma de Quertaro / Instituto Electoral de Quertaro, Quertaro, pp. 1-29.http://www.cdi.gob.mx21MAESTRA GEORGINA RODRGUEZ PALACIOS1PlanteamientoLospueblospatashabitabanelnorestedeloquehoyes el estado de Sonora, en las serranas y valles ubicados entre losrosSanMiguelyBavispe.Secalculaquealallegada delosprimerosexpedicionarioseuropeosalareginenel siglo XVI, los patas quienes por entonces no se identi-caban a s mismos con ese nombre sumaban sesenta mil habitantes,distribuidosenasentamientospequeos,aun-que comunicados entre s.2 De hecho, fueron los europeos establecidos en la zona un siglo despus quienes los llama-roncolectivamentepatas,retomandounvocablodela lengua pima que los circundaba.3Aligualquelosdemsgruposdelareginalnoroes-te de la Nueva Espaa (yaquis, mayos, pimas, entre ellos), lospatasfueronintegradosalimperioespaolatravs deunproyectomisional,encargadoalossacerdotesde laCompaadeJess.Apartirde1621suevangelizacin serealizpaccamente,entrminosgenerales,median-telafundacindepueblosdemisin.Desdeentoncesse diopasoalaformacindeunanuevaorganizacinpolti-ca, econmica y cultural (basada tanto en los modos de re-lacinpreviosalacolonizacin,comoenaquellosforjados al calor de los intercambios con los inmigrantes europeos), que los jesuitas identicaron como nacin pata.41MaestraenEstudiosPolticosySociales,FacultaddeCiencias Polticas y Sociales-UNAM.2 Fue el gegrafo Carl O. Sauer quien hizo el clculo, en Aboriginal PopulationofNorthwesternMexico,UniversityofCaliforniaPress, Berkeley, 1935, pp.4-5. Si bien otros investigadores discuten esa cifra, lociertoesquelapoblacinpataeraunadelasmsnumerosasen la regin al noroeste de la Nueva Espaa, en tiempos de la conquista. 3 A decir de Cynthia Radding, el trmino pata proviene del vocablo pimaobaggata,quesignicatenerenemigo.Lospimaseranlos pueblosmsprximosalospatas,pueshabitabanlasserranasdel centro de la actual Sonora, y el signicado de la palabra tiene que ver conlosposiblesconictosquehabaentreellosylospatasporel dominio de alguna parte del territorio. Vase Radding, Cynthia, Entre el desierto y la sierra. Las naciones oodham y tegima de Sonora, 1530-1840, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social-Instituto Nacional Indigenista, Mxico, 1995, p. 40. 4 Enrquez Licn explica: Los jesuitas distinguieron como nacin alosindgenashablantesdeunalengua,concentradosencongrega-ciones,rancherasypueblos.Ellenguajeseconvirtienelfactorfun-damentalparadistinguirunosgrupostnicosdeotros;laadscripcin ECOS DEL PRESENTE: PROTESTA, TRANSFORMACIN Y PERSISTENCIA. APUNTES SOBRE LOS PATAS DE LA INDEPENDENCIA A LA REVOLUCINLasprincipalesactividadesdelospatasenlospue-bloseranlaagricultura(quehabanpracticadoantesdela colonizacin)ylaganadera(introducidaporlosjesuitas), llevadas a cabo tanto en tierras comunales al mando de go-bernadores indios y misioneros, como en parcelas familiares. Para disgusto de los curas, siguiendo sus antiguas costum-bres practicaban tambin la caza y la recoleccin con el n de complementar su dieta y obtener pieles y races medici-nales. Las mujeres tejan mantas y objetos de palma, mien-tras que los hombres fabricaban zapatos o hacan servicios especiales en la iglesia.Laorganizacinenmisioneshabasidooriginalmente pensada como proyecto provisional para subordinar a los ha-bitantesdelareginyasfacilitarlallegadadecolonoses-paoles en busca de riquezas; el objetivo era civilizar a los indios en cada misin durante diez aos y despus dar paso a la formacin de gobiernos civiles y pueblos sujetos directa-mente al Estado colonial. Empero, los jesuitas se las arregla-ronparapermanecerenlaregin,asqueconlallegadade empresarios europeos la colonizacin se desarroll en parale-lo a las misiones, Los patas se vieron forzados mediante el repartimiento primero, y luego con remuneracin a tra-bajar tambin en las minas y estancias espaolas.Por otro lado, los patas se aliaron a los espaoles para combatir a quienes vieron como un enemigo comn: las tri-busnmadasdelnorte,posteriormentellamadasapaches. Convertidosenindiosauxiliaresyunavezinstauradoslos presidios y cuadrillas militares, formaron tropas al mando de suspropioscapitanes,sibiensubordinadosenltimains-tanciaauncapitngeneralespaol.Comosoldados,los patas resultaron esenciales en la defensa de lo que a par-tir de entonces se volvi la frontera noroeste del imperio en Amrica.La historia de estos pueblos, compleja e intrincada en el ampliomarcocolonial,yluegoenelMxicodelaprimera territorial fue igualmente signicativa. Una vez que se implant el sis-tema misional, los indgenas asumieron nuevas formas de organizacin poltica,religiosaymilitar,mediantelascualesconstruyeronnuevos imaginarios e identidades tnicas. Se asumieron a s mismos como na-cin . Vase Enrquez Licn, Dora Elvia, Reexiones en torno al pro-ceso de extincin de los patas, ponencia presentada en el VI Foro Las Misiones en el Noroeste, Hermosillo, noviembre de 2008.http://www.cdi.gob.mx22mitad del siglo XIX, ha sido considerablemente abordada por lainvestigacinacadmica,sustentadaenlosinformesde los propios misioneros y en otros documentos posteriores.5 Elconocimientosobrelospatasapartirdeladcadade 1860sevuelve,sinembargo,fragmentado,ylasestads-ticas ociales explican la falta de estudios sobre los patas enlaactualidad.Elcensode1990registrdocehablan-tes de la lengua,6 y para el ao 2000 ya slo cuatro perso-nas fueron reportadas.7 Esos pocos hablantes se encuentran dispersosendistintaslocalidades,loquesignicaqueno constituyen ni provienen de una misma comunidad.8Precisamenteporesacifratanreducida,laComisin Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indgenas no dis-tingue a la lengua pata en su catlogo nacional sino que la incluye en el rubro de otras lenguas.9 P por su parte, el Ins-tituto Nacional de las Lenguas Indgenas simplemente no la tomaencuentacomolenguaviva.Asimismo,elantrop-logoAlejandroAguilarZelenyadvierteque,comoetnia,el grupo pata se encuentra a punto de la extincin cultural, 5 Vase el ya clsico texto de Spicer, Edward H., Cycles of Conquest. TheImpactofSpain,Mexico,andtheUnitedStatesontheIndians oftheSouthwest,1533-1960[1962],UniversityofArizona Press,Tucson,1989;lanutridayvaliosaobradeCynthiaRadding, porejemplo,WanderingPeoples.Colonialism,EthnicSpaces,and EcologicalFrontiersinNorthwesternMexico,1700-1850,Duke Universtiy Press, 1997; los compendios de historia de Sonora y el texto deDanielReffparacomprenderlasconsecuenciasquetuvieronlos primerosencuentrosdelossonorasconloseuropeosenelsigloXVI, Disease,Depopulation,andCultureChangeinNorthwesternNew Spain, 1518-1764, University of Utah Press, Salt Lake City, 1991.6 Bartolom, Miguel Alberto, Gente de costumbre y gente de razn. Las identidades tnicas en Mxico, Siglo XXI, Mxico, 2006, p. 31.7 Gutirrez Ruelas, Ulises (corresp.), Los patas de Sonora, a punto de extinguirse, en La Jornada, 12 de junio de 2008, URL:http://www.jornada.unam.mx/2008/06/12/index.php?section=estados&article=039n1est 8ManrquezDurn,MiguelyTonatiuhCastroSilva,Globalizacin ydiversidadculturalenelSonoracontemporneo.Variacionessobre regin, etnia y lenguaje, en Regin y Sociedad, ao/vol. XIX, nm. 99, ElColegiodeSonora,Mxico,2007,p.228.SegnCsarJaraLuna son cinco las personas que hablan la lengua pata en la actualidad, pero coincideenquenoseconocenentres.JaraLuna,Csar,Propuesta depolticadelenguasyculturasparaunaeducacininterculturale interlingeenpaseslatinoamericanos,enRobertoZariquiey(ed.), ActadelVCongresolatinoamericanodeeducacinintercultural bilinge:Realidadmultilingeydesafointercultural.Ciudadana, poltica y educacin, Ponticia Universidad Catlica del Per-Ministerio de Educacin Repblica del Per-Cooperacin Tcnica Alemana, 2003, p. 324. 9Enesemismorubro,laCDIcontemplaelsoltecoyelpapabuco, quesonvariantesdelzapotecocuyoshablantesregistradossonslo seisycincopersonas,respectivamente.V.Warnholtz,Margarita, PoblacionesylenguasindgenasdeMxico:unariquezadifcilde cuanticar, en Mundo Indgena. Suplemento de Mileno Diario, nm. 2, 8 agosto de 2008, URL:http://www.redindigena.net/mundoindigena/n2/pag1.htmlsi bien Manrquez Durn y Castro Silva arman que tal fen-meno sucedi a la entrada del siglo XX.10Algunosautoresconcuerdanenquelaprdidadela lenguareejalosproblemasquetuvieronlospataspara mantenerse como grupo tnico, de modo que sus rasgos y su forma de vida se fueron desvaneciendo.11 Aun as, hoy endaexistensealesdelaimportanciadeestospueblos y de su huella en la historia. Es ms, a pesar de la contun-dencia de los catlogos y estadsticas ociales hay quienes nieganorechazanlaideadeladesaparicindelospatas, altiempoquetratanderecuperarelementosdesucultu-ra, asumindose como sus herederos y reivindicando su per-sistenciaenelterritoriotradicionalmenteconocidocomo Opatera.12En las siguientes pginas mostrar, en sntesis, que sub-yacente a ambas visiones opuestas entre s, se encuentra la experienciaparticularquetuvieronestospueblosdespus delaIndependencia(aunsisusracesseremontanalpe-riodocolonialmismo),esdecir,lasformascomosedieron las relaciones entre los distintos grupos de la regin a lo lar-go del siglo XIX y principios del XX. A continuacin presen-tarunrpidoresumendedichaexperiencia,subrayando losmomentosdeprotestayrevueltadeestospueblosen contra de los cambios trados con la instauracin de los go-biernos estatales independientes. La pregunta que quedar abierta, acerca de los patas en ese cambio de siglo, introdu-cir tambin una reexin en torno a las transformaciones y persistencias de los indgenas en el mundo contemporneo.Independencia: agravio y resistencia de los pueblosLa independencia lleg por decreto a Sonora, sostiene Ig-nacio Almada: aqu no se dispar un tiro en su favor.13 Lo ciertoesquelosnicosinsurgentesenelnoroestelucha-ronenSinaloalideradosporJosMaraGonzlezdeHer-mosillo, comisionado por Miguel Hidalgo en enero de 1811 para propagar la insurreccin en la entonces Intendencia de Arizpe. Hasta donde se sabe, no hubo entre sus tropas pre-sencia signicativa de indios auxiliares. Ms bien al contra-rio, soldados patas presidiales fueron enviados a combatir 10 Vanse notas 5 y 6.11Vase,porejemplo,MoctezumaZamarrn,JosLuis,patas, enSealesdeHumo,CentroINAHSonora,ao6,nm.21,mayo-septiembre de 2009, p. 3.12Vase,porejemplo,elsitiowebhttp://mx.groups.yahoo.com/group/opatasunidos/;ascomoloslibrosdeGarcaMadrid,Manuel, Bacacusiaolaautanmada.ProsariodelaOpatera,Garabatos, Hermosillo, 2003.13Almada,Ignacio,BrevehistoriadeSonora,FondodeCultura Econmica-El Colegio de Mxico, Mxico, 2000, p. 117.http://www.cdi.gob.mx23a los insurgentes, o sea que pelearon del lado de los realistas quienes en la prctica eran los mismos aliados espaoles a los que haban apoyado en contra de los apaches y rebeldes a lo largo del siglo XVII y, sobre todo, del XVIII.14Noobstante,en1820indiosauxiliaresdelpresidiode Bavispe se quejaron de los malos tratos que las autoridades coloniales, un ao antes de la consumacin de la Indepen-dencia,lesestabandandoaellosyasusfamilias.Viendo sus prerrogativas vulneradas, soldados patas se volvieron contra la Comandancia General a la que haban servido tan bienporgeneraciones,enojadosporasuntosdeelecciones y designacin de su capitn general, y la remuneracin por sus servicios.15 De acuerdo con Cynthia Radding estos mi-litares,precisamentetiempodespusdelucharafavorde los realistas, regresaron a sus pueblos para encontrar a sus familias empobrecidas y a sus campos abandonados.16Los problemas haban comenzado en 1818 cuando una cuadrilladepatasquehabasidoenviadaenunamisin militarserehusamovilizarsealapennsuladeCalifornia, por lo que fueron arrestados: molestos por ello, algunos de suscompaerosocuparonelpresidiodeBavispeporuna semanaparaprotestarporelcastigo.17Susquejasfueron ignoradasylastropassufrieronrepresalias.Eldescontento continu, sin embargo, y dos aos despus bandas armadas depatasiniciaronlarevuelta.Alrespecto,JosFrancisco Velasco relataba en 1850:En dicha revolucin bien notorio es que [los patas] desple-garon un valor digno de la historia, pues despus de estar si-tiados por ms de dos mil hombres de tropas de Chihuahua, deSonoraymuchosauxiliares,serindieronalostresdas, porhabrselesacabadoelparqueabsolutamente,siendo deentenderqueloscombatientesnollegabanatrescien-tos indgenas.1814VidargasdelMoral,JuanDomingo,LaIntendenciadeArizpe enlaIndependenciadelaNuevaEspaa:1810-1821,enHistoria General del Estado de Sonora, tomo II: De la conquista al Estado Libre ySoberanodeSonora,GobiernodelEstadodeSonora,Hermosillo, 1996, p. 306.15Radding,Cynthia,LandscapesofPowerandIdentity. ComparativeHistoriesintheSonoranDesertandtheForestsof AmazoniafromColonytoRepublic,DukeUniversityPress,Durham, 2005, p. 272 (traduccin ma).16 dem.17 Vidargas del Moral, Juan Domingo, op. cit., 314.18Velasco,JosFrancisco,Noticiasestadsticasdelestadode Sonora(1850),GobiernodelEstadodeSonora,Hermosillo,1985, p.137.Porsuparte,JosAgustndeEscuderorelataba:Elaode 20 se sublev Juan Drame, soldado pata de la compaa de Bavispe, conveintidssoldadosdelamisma,ydespusdevariossucesos llegaronaforticarseenelpueblodeArivechiconotros15o20 patasdelospueblosinmediatos.Allfueronatacadosporelcapitn Enunrelatomsreciente,VidargasdelMoralenfatiza quelospatassublevadosforticadosenTnichi,lograron constituir desde ah una verdadera amenaza para toda la re-gin, tomaron varios poblados y atacaron las ocinas de la Real Hacienda. En el sitio murieron 100 indgenas y 240 prisioneros, entre ellos los lderes Drame, Mrquez y Espri-tu, subraya el autor.19El levantamiento en la Alta Sonora puede ser visto, opina Radding, como expresin de las tensiones internas que llega-ronatocarelpactoquesimblicaehistricamente habanestablecidolosmilitarespatasconlosespaoles. Dichas tensiones se haban desatado ya desde el ltimo ter-cio del siglo XVIII, cuando algunos desacuerdos llevaron a ca-pitanes patas a provocar tumultos y extender sus reclamos ante el Comandante General de las Provincias Internas.20Ms an, en el fondo del referido conicto de 1820 se encontraba el lento desgajamiento del orden colonial, basa-doenlacomplicadacoexistenciadelsistemademisiones en la Opatera, por un lado, y la organizacin civil encar-nadaenlospobladosmineros,estanciasypresidios,porel otro. En efecto, la presin de los colonos sobre los pueblos demisin,maniestaenlacrecientedemandadeproduc-tos,recursostierrayaguaymanodeobraindgena, haba ido creciendo durante ms de cien aos, pero a nes del siglo XVIII se agudiz con la expulsin de los jesuitas y la aplicacin de las reformas borbnicas encaminadas a la se-cularizacin y la divisin de las tierras misionales.Estando tan alejados del centro de la Nueva Espaa, as como del Bajo y las zonas en que se desarroll con fuerza lainsurgencia,loshabitantesdelaIntendenciadeArizpe sevieronpocoinmiscuidosenloshechosquedesembo-caron en la ruptura denitiva con el Imperio espaol.21 No obstante,laIndependenciaylasinuosaconformacindel D. Antonio Narbona; y despus de un fuego vivo y varios asaltos que resistieron durante tres das, se rindi Drame, cuando no le quedaban ms que cinco compaeros vivos, los que con su jefe fueron fusilados enelacto,enNoticiasestadsticasdeSonoraySinaloa,compiladas yamplicadasparalaComisindeestadsticamilitar,Tipografade R.Rafael,Mxico,1849,p.140.V.tambinZiga,Ignacio,Rpida Ojeada al Estado de Sonora (1835), Gobierno del Estado de Sonora, Hermosillo, 1985, p. 5 y ss.19 Vidargas del Moral, Juan Domingo, op. cit., p. 314.20Raddingsubraya,porejemplo,losepisodiosde1789y1790 enBaceracyBavispe,enqueelcomandanteindioIgnacioNoperise enfrentalintendentePedroGarridoyDurn,exigindoletumulto mediante-elrespetoasuautoridadfrenteasustropas.V.Radding, Cynthia, Wandering Peoples op. cit., p. 257. 21TieneraznVidargasdelMoralcuandoarma,sinembargo, quelosgruposdominanteslocalesnoslonorechazaronsinoque, ensumomento,aceptarondebuenmodolaIndependencia,lo que signica que tambin en estas latitudes haba intereses polticos y econmicos que se veran favorecidos por la autonoma que habra de suponer la ruptura con el imperio. Op. cit., pp. 304 y ss.http://www.cdi.gob.mx24EstadoenMxicoresultencambiosconcretosenlare-gin del noroeste. Como se sabe, 1808 marc el inicio de una larga cadena de conictos en torno al poder local y las formasdegobiernoenlaregin.Apartirdeentonces,las lites locales (compuestas por mineros adinerados, hacen-dados y comerciantes) tuvieron acceso al poder y ensaya-ron formas de representacin poltica en sintona con sus intereses. As, comenzaron a disputar el predominio de una zona (minera-agrcola, en las serranas) sobre otra (comer-cial-industrial,cercadelacostadelPaccoyorganizada entornoaPitic,despusllamadaHermosillo)yaformar lo que en el largo plazo congur una verdadera oligarqua regional.YaconelnacimientodelestadodeSonoraenlaspri-meras dcadas del siglo XIX, los grupos dominantes promul-garon constituciones que no slo continuaron las reformas iniciadasporelrgimenBorbn,sinoqueaceleraronsus efectos y promovieron un nuevo orden poltico y econmi-coregional.22Estosignicparalospatas,unaamenaza a la existencia misma de sus pueblos y, en ltima instancia, asuformadevida,yesqueapartirde1825elgobierno estatalcomenzapublicarunaseriedeleyesorientadasa la destruccin de la organizacin comunal y al desmantela-miento de las fuerzas militares indgenas.En primer lugar, el nuevo marco legal sancion la igual-dad jurdica otorgando el estatus de ciudadano a todos los residentesdelestadoyconvirtiendoalayuntamientoenla nica forma de gobierno.23 Con ello se elimin el reconoci-mientoformalalaautonomadelospueblosalabolirsesu gobiernointerno.Asuvez,elaccesoalcontroldelayunta-miento qued abierto para los indios y los no indios, lo cual deriv en la prctica en un acceso mayor de estos ltimos al ejercicio del poder. Al mismo tiempo, se consolidaba el pro-22EnelperiodoentreelreconocimientodelPlandeIgualaen SonoraylapromulgacindelaConstitucinde1824,seadoptel sistemadediputacionesprovinciales,quedandoenestareginlas ProvinciasInternasdeOccidente.Luegodeuncortolapsoenquese decret, aunque nunca se llev verdaderamente a efecto, la separacin de Sonora, la regin se uni a la federacin bajo el nombre de Estado de Occidente, lo cual desat el descontento de los sectores federalistas ms adinerados de Sonora, quienes esperaban con la consumacin de la Independencia del Imperio Mexicano la disolucin de la Intendencia deArizpeylaformacindeunestadodeSonora.Apesardeello,el Estado Unido de Occidente existi como tal hasta 1831. En ese ao se logr por n la divisin y se form el estado de Sonora, que persisti hasta1835-1836,cuandoaefectodelaConstitucincentralista seconvirtiendepartamento.VaseStevens,RobertC.,Mexicos forgottenfrontier:ahistoryofSonora,1821-1846(tesisde doctorado), University Microlms International, Michigan, USA, 1989.23JernimoRomero,Sal,Delasmisionesalosranchosy haciendas. La privatizacin de la tenencia de la tierra en Sonora 1740-1860,GobiernodelEstadodeSonora,Hermosillo,1995(?),p.113 y ss.yecto de secularizacin con la transformacin de los pueblos de misin en parroquias, la llegada de sacerdotes diocesanos, la desaparicin de los cargos religiosos (madores y temastia-nesindios)yelcobroporservicioseclesisticosdelqueen tiempos pasados los patas haban estado exentos.Asimismo,seordenelrepartimientodelastierrasde lospueblosindgenas,reducindolasapropiedadparticu-lar; se estableci que los indios auxiliares deban integrarse a las fuerzas regulares de la Milicia Cvica, por lo que deban desaparecer los capitanes y sus tropas indias; y se aplicaron medidasparaatraeranuevoscolonoseuropeosycrio-llos,facilitandoeldenuncioylaadquisicindeterrenos declarados como baldos. Por si fuera poco, se decretaron leyes contra la vagancia y otras malas costumbres, dirigi-das a forzar a los miembros errantes de las comunidades a emplearse como jornaleros y aparceros en un lugar jo. El acostumbradotrnsitodelospatasentresuspueblos,las minas y las milicias, aparte de sus actividades de caza y re-coleccin, se vieron as perseguidos.En conjunto, las nuevas leyes trastocaban de lleno la si-tuacin de los pueblos de misin, cuya categora sera ahora ladevilla,equivalentealdelrestodelospobladoscivi-les.24 No slo eso: las leyes tambin dieron pie al abuso ra-pazenformadeinvasiones,robosyviolenciaporpartede unos grupos dominantes que, en principio, vieron con indi-ferencia la necesidad de negociar con los pueblos sobre los que pretendan mandar. De este modo se produjo un cam-bio radical en la relacin de mando-obediencia, que durante gran parte del periodo colonial se haba dado entre los indios ylaCoronaespaolaconlamediacindelaorganizacin misional (sacerdotes y gobernadores indios).Es cierto que las normas recin promulgadas pretendan abarcar a todos los grupos de la sociedad sonorense emer-gente, pero en la realidad sus alcances y efectos fueron di-ferentes para cada pueblo. La aplicacin de las nuevas leyes enlaOpatera,laviolentarelacinentrelosgruposdomi-nantes y las contradicciones que se desarrollaron en el inte-rior de la propia nacin pata, desembocaron en la prdida del dominio de estos pueblos sobre su territorio y sus prc-ticas polticas y religiosas. Diversos autores han descrito los momentos y caractersticas de todo este proceso de desar-ticulacin de las comunidades, consolidado en las primeras dcadas posteriores a la Independencia.25Lospueblos,ciertamente,tratarondeoponerresis-tencia frente a todos estos cambios, sobre todo buscando 24 Ibid., p. 154.25 Vanse, por ejemplo, los textos ya citados de Jernimo Romero, Cynthia Radding, y Dora Elvia Enrquez Lincn. http://www.cdi.gob.mx25frenar los nuevos modos de relacin impuestos. Relata Vi-dargas del Moral:En1824denuevovolvieronalevantarselospatasenla regindeSahuaripa,hastadondefueacombatirloseljefe superior poltico y militar, coronel Mariano Urrea, quien los derrot e hizo huir con rumbo a Chihuahua. Como los pa-tas se mantuvieron en pie de guerra e intentaron buscar la alianzaconpimasytarahumaras,Urrealospersiguihas-ta capturar a los lderes y restablecer momentneamente la paz.26Apenasunaodespus,tropaspatasseunieronala primeradelaseriederebelionesorganizadasdesdeelin-terior del valle del Yaqui, prolongadas por todo el siglo XIX. El entonces gobernador del estado, Simn Elas Gonzlez, seviopresionadoaterminarelconictoyofrecerlaam-nista a los alzados, pero no todos aceptaron: Juan Ignacio Jusacamea,conocidocomoJuanBanderas,diounnuevo alientoalarebelinyliderenfrentamientos,aunquedis-continuos,duranteunpardeaosms.Losacuerdosde 1828, promovidos nuevamente por el gobierno para esta-bilizar la zona, se dieron en paralelo al decreto de las leyes queatentabancontralaautonomayorganizacincomu-naldelospueblosarribamencionadas,porloqueyaquis, mayos, patas y pimas aliados volvieron a levantarse entre 1830 y 1832.27En las obras historiogrcas resaltan los nombres de l-derespatasqueenfrentaronconsussoldadosalejrcito regular: Miguel y Bautista Sol, Antonio Baiza, Juan Guirizo y Dolores Gutirrez. Este ltimo dirigi las campaas en el co-rredor que une el territorio yaqui con la Opatera, declarando su oposicin al reparto de tierras y al pago de impuestos a que los condenaba el gobierno estatal.2826VidargasdelMoral,JuanDomingo,SonoraySinaloacomo provinciasindependientesycomoEstadoInternodeOccidente, enHistoriaGeneraldelEstadodeSonora,t.II:Delaconquistaal EstadoLibreySoberanodeSonora,GobiernodelEstadodeSonora, Hermosillo, 1996, pp. 341-342.27Paraunrecuentoresumidodelaresistenciayaqui,vase,entre otros,elyaclsicotextodeHu-de-Hart,Rebelincampesinaenel noroeste: los indios yaquis de Sonora, 1740-1976, en Friedrich Katz (comp.), Revuelta, rebelin y revolucin. La lucha rural en Mxico del siglo XVI al siglo XX, Era, Mxico, pp.135-163.28FranciscoT.Dvilareporta,sesentaaosdespus,los acontecimientos culminantes de la revuelta en 1832 como sigue: Este ltimo alzamiento era ya ms serio y amenazaba a las poblaciones de importancia.Sehaca,pues,necesariotomaralgunasmedidaspara evitarlosmalesqueamenazabanalEstado,paraesensereunien HermosillounapartidadevoluntariosqueunidaaotrasdeMtape, Mazatn, Tecoripa y otros puntos formaron un grueso de fuerza de ms de cuatrocientos hombres. Estas tropas fueron puestas a las rdenes de D. Leonardo Escalante, en ese tiempo ocial retirado. Este jefe march Pocoantesdeserderrotados,GutirrezyGuirizose presentaronanteelpresidentedeMxico,AnastasioBus-tamante,parademandarladevolucindelastierrasasus pueblos.El20deabrilde1831obtuvieronenrespuesta una Suprema determinacin a su favor, pero el gobernador estatal hizo caso omiso de la orden y continuaron los cerca-mientos y despojos.29 Para 1836, los pueblos de Cumpas y su cabecera Oposura enviaron de nuevo una representacin para denunciar el mal gobierno sonorense ante el presidente de la Repblica. Reclamaban, adems de sus tierras, el res-petodelosvecinosnoindiosalaautoridaddelosgober-nadores patas y la reduccin de las obvenciones religiosas que se les quera imponer pagar.En uno de los documentos, el gobernador de Oposura, Juan Isidro Bojrquez, denunciaba:de suerte que los mandatarios de Sonora son peores que los Espaoles, y nosotros los Indios vivimos en la poca de la li-bertad ms oprimidos que cuando estbamos subyugados. HahabidoIndependenciaparalosMorenos,Escalantes, MoralesyEscobosos[lasfamiliasricasdelaregin]yno para nosotros, digo esto porque en aquellos tiempos nunca nos quitaron nuestras propiedades, y hoy se priva de ellas a una comunidad y no se les hace justicia.30El presidente en turno pareci darles la razn a los pa-tas una vez ms, emitiendo una instruccin al gobierno de Sonoraparaqueselestrateconlaconsideracindebida, y se les administre justicia [], a n de que puedan disfru-tarcomomexicanosdelosbienesdelaIndependencia.31 Empero, el gobierno de Sonora sostuvo su postura, respald los intereses de las lites locales e incrimin a los strapas comoelquesetitulacomisionadodesuNacin,aquien acusaba de defender los privilegios en que estos pueblos haban vivido bajo las instituciones espaolas, actuando en sobreSanAntoniodelaHuertayenlasmrgenesdelroBuenavista presentaccinalosindios.Elcombatedurtreshoras.Elcampo quedllenodecadveresylosindiosquesobrevivieronhuyeronpor loscerros.Banderasysusegundo,DoloresGutirrez,fueronhechos prisioneros y conducidos a la ciudad de Arizpe donde se les form causa ysentenciadosamuertofueronpasadosporlasarmas,enSonora. Histricoydescriptivo,TipografadeR.Bernal,Nogales,Arizona, 1894.29VaseStevens,RobertC.,op.cit.,p.69yss.ylaCartadel gobernadordeSonoraalSecretariodeEstadoydelDespachodelo Interiordel7demarzode1837,AGN,Gobernacin,s/c,1837,vol. 241/1, exp. 35, fs. 1-5.30 La tribu pata se dirige al presidente a presentarle sus agravios (27dejuliode1836).FirmadoporJuanYsidroBojorques.Archivo General de la Nacin, Gobernacin, 1837, s/c, Vol. 241/1, exp. 33, fs. 1-3 (subrayado mo).31 AGN, Gobernacin, s/c, 1837, vol. 241/1, exp. 35, f. 1.http://www.cdi.gob.mx26contra del convenientsimo orden de cosas adoptado por la Nacin mexicana.32Lasrevueltasyprotestasdelasdcadasde1820y 1830 retardaron o al menos modicaron la aplicacin de las leyes y sus consecuencias. La derrota, sin embargo, puso n alosplanesdehacerunaconfederacinindiacomolo haba propuesto Juan Banderas, desarticul en gran me-dida la incipiente alianza de yaquis y patas, y fren la resis-tencia armada por parte de estos ltimos. Para 1840, arma Jernimo Romero, la divisin de las tierras en propiedad par-ticularenlaOpateraprcticamenteculminaba.33Muchas familiasoptaronporregistrarlosttulosdesustierraspara defenderloscomopropiedadparticular.Lospueblos,des-integrados,dejarondebrindarseguridadmaterialyprotec-cin poltica a sus miembros, quienes se vieron presionados a cultivar en sus parcelas, o bien a rentar terrenos, ser traba-jadores asalariados o migrar a las ciudades.Deestemodo,lospatassevieronsumergidos,como ciudadanos,enunasociedadmezclada,cambiantey,en nopocoscasos,hostil.Contodo,suparticipacinenlos momentosdelucharevelanoslosucapacidaddeirrum-pir en la vida pblica para defender sus espacios polticos, econmicos,socialessinotambinsuformadeexperi-mentar el quiebre en los modos de relacin frente al poder estatal, tanto como sus intentos por persistir.Segunda mitad del siglo XIX: la transformacinAgitada por los enfrentamientos entre las lites, las revuel-tasyaquis,lasincursionesapaches,lainvasinestadouni-dense y la consecuente delimitacin de una nueva frontera internacional, la ebre del oro y el boom de las empresas mineras,ascomolaguerradelosliberalescontraelIm-periodeMaximiliano,Sonoravividemanerapeculiarel torbellinodecimonnicoquealcanzabaalpasentero.En paralelo, tambin se intent desarrollar una vida pacca en el marco de las instituciones nacionales, si bien cambiantes ellas mismas.Correspondiente al lapso que va de 1846 a 1867, toda-vaesposibleencontrarinformacinsobrelaparticipacin depatasenlavidapolticaymilitardelaregin.Buena parte de los que actuaban en esos terrenos tomaron partido yapoyaronalcaudilloManuelMaraGndaraencontra de quienes estaban con Urrea, quien pareca mostrar ms sensibilidad a las demandas de los indgenas. Con l pudie-ronnegociar,comolosyaquis,elrespetoalaautoridadde 32 dem. 33 Op. cit., p. 172 y ss.sus capitanes, as como alguna proteccin a las exiguas pro-piedades que an conservaban.ZulemaTrejorescata,deentreladocumentacinto-davapocoexploradaporlosinvestigadores,registrosde grupos identicados como patas que rmaron actas de ad-hesin o rechazo hacia algn plan o dirigente, as como bo-letasqueindicansuintervencinenprocesoselectorales en distintas zonas de su territorio tradicional.34 Ms an, la autoraopinaquealrededorde1848lapoblacindesitios comoNcori,OnavasyTepupaestabacompuestatodava predominantemente por indios, pero se encontraba ya muy debilitada por conictos internos.En ese tiempo, destaca la gura del capitn pata Luis TnoriydesussucesoresJuanyRefugioTnori,quienes fungieron como mediadores ante los gobiernos estatales re-clamandocadaunosupapelcomoalcaldemayordelos pueblos.Suautoridadestaba,sinembargo,limitadaporla falta de un reconocimiento generalizado: slo algunos gru-pos los seguan en su respaldo a los gandaristas. De hecho, fue precisamente en esta etapa que el nombramiento de ca-pitn general de los patas termin denitivamente por ser incorporadoalejrcitonacional,dandonasalaautono-ma militar de los patas.35GeorgeGibbs,unodelosmiembrosdelacomisinen-viada por el gobierno de Estados Unidos para determinar los terrenos comprados por ese pas en el Tratado de la Mesilla atraves la zona fronteriza, y con ayuda del gobernador esta-tal de ese entonces, Fernando Cubillas, conoci a los Tnori y sus partidarios. Es notorio que ya l opinaba, hacia 1853, quelospataserandifcilmentedistinguiblesdeloscam-pesinos mexicanos puesto que su indumentaria, su tipo de vivienda,ysuscomportamientoseranmuysimilares.36En concordancia,despusdelrelatosobrelahudayejecucin de Refugio Tnori (1866) junto con la cada del Imperio de Maximiliano,lasnarracioneshistoriogrcasdejandemen-cionar al pueblo pata como actor en las cuestiones polticas delEstado.Eltriunfodelosliberalessimbolizatambin,en este sentido, el cierre del desmantelamiento de la organiza-34Trejo,Zulema,Participacindeyaquisypatasenlaspugnas faccionalessonorenses(1846-1867),textopresentadoenel CongresoInternacionalDossiglosderevolucionesenMxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 2008.35RefugioTnori,ltimodelosqueocupelcargodecapitn generalpata,sirviluegoalosgandaristasenapoyoalSegundo Imperio,habiendoobtenidoelgradomilitardirectamentede Maximiliano.Enreconocimientoasusserviciosenbatalla,Tnori recibilacondecoracindelaCruzdelaOrdendeGuadalupe.V. Enrquez Licn, Dora Elvia, op. cit. y Spicer, Edward H., op. cit., p. 103.36 Gibbs, George, Historical and Linguistic notes, Manuscript 1868, National Anthropological Archives, Smithsonian Institution.http://www.cdi.gob.mx27cin social de los patas y, como dira Forbes, el n del papel activo de stos como indios en la historia de Sonora.37A pesar de que las fuentes no proveen sucientes cifras al respecto, algunos autores estiman que hacia 1840 haba menos de seis mil patas, aproximadamente el equivalente a la mitad de la poblacin yaqui (de unos 12 mil habitantes), y mucho menos que la llamada gente de razn, que superaba los 70 mil en todo Sonora.38 Peor an, Peter Gerhard arma que en 1800 los patas eran apenas 4,450, y que esta cifra continuaradisminuyendoenlosucesivo.39Siuncensoje-suita de 1730 hablaba de la existencia de siete mil patas en la regin, en trminos absolutos la variacin demogrca de los identicados como patas a lo largo de esa centuria sea-la una drstica disminucin. Es posible armar entonces que, a diferencia de los pueblos yaquis y mayos, por ejemplo, para quienes el n de la Colonia supuso mayor autonoma y opor-tunidades de preservar su territorio, los patas sobrepasaron la mediana del siglo XIX como grupos dispersos.Aspues,muchoantesdelasvocesquealarmanhoy, enlosiniciosdelsigloXXI,sobrelainminenteextincin culturaldelospatas,elriesgodesudesaparicinseve-na anunciando ya desde hace ms de cien aos. En 1905, por ejemplo, en un informe militar sobre las guerras contra los yaquis elaborado para el gobierno de Daz, Francisco del Paso y Troncoso insertaba de pasada una breve descripcin de los patas, en la que deca:Difcilmente se podra indicar, ni en trminos aproximados, el nmero de habitantes patas que hay en el estado, pues ademsdequenosehahechounempadronamientoes-pecialdeellos,lacircunstanciadeestartanmezcladosy confundidos con la raza blanca hace difcil poderlos sealar separadamente.40Asimismo, investigadores estadounidenses que explora-ron la Opatera en el porriato, concluyeron que los patas se haban asimilado a un grado tal que ya no eran distin-guibles de la gente de razn (blancos y mestizos). En 1904, el antroplogo fsico Ale Hrdlika observaba, yendo an ms lejos, que: [en el valle de San Miguel] a los patas nolesgustaservistoscomoindios;preerenserllamados 37Forbes,JackD.,HistoricalSurveyoftheIndiansofSonora, 1821-1910, en Ethnohistory, vol. 4, nm. 4, otoo de 1957, p. 351.38 Ibdem, p. 360, nota 1.39 Gerhard, Peter, La frontera norte de la Nueva