Papias de Heriapolis

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PAPIAS DE HERIAPOLIS Papías, uno de los Padres Apostólicos, era obispo de Hierápolis, ciudad del Asia Menor. De él dice Ireneo que había oído predicar a San Juan y que era amigo de Policarpo, obispo de Esmirna. Era, sin duda, uno de los que integraban el grupo de los "presbíteros asiáticos" de los que habla el santo obispo de Lyon. La vida de Papías corre paralela a la de S. Policarpo, aunque es poco probable que alcanzase la edad del obispo de Esmirna. Murió, a lo que parece hacia mediados del siglo II. La Crónica llamada pascual cuenta que Papías padeció el martirio en Pérgamo, al mismo tiempo que Policarpo moría en Esmirna. El cronista, sin embargo, confunde el nombre de Papías con el de Pápylos, cuyos martirios menciona Eusebio. También Focio le llama mártir; sin embargo, los antiguos nada dicen de su martirio. El prestigio de Papías fue grande en la Antigüedad siendo tenido en gran estima por S. Ireneo. En cambio, Eusebio no parece compartir esta estima, llegando a decir que "fue un varón de mediocre inteligencia, como lo demuestran sus libros". Las obras a que alude Eusebio son el tratado escrito por Papías en cinco libros hacia el año 130, y que se titula "Explicación de las sentencias del Señor". Son varias las razones que justifican el severo juicio de Eusebio. En primer lugar, parece que Papías defendió el milenarismo; en segundo lugar, se considera que demostró tener muy poco sentido crítico en la selección e interpretación de sus fuentes. Con todo, a pesar de sus defectos, lo que se conserva de su obra tiene importancia, pues contiene algo de inestimable valor para nosotros, como es la enseñanza oral de los discípulos de los Apóstoles. En el prefacio de su obra resume Papías el fin que pretende: "No dudaré en ofrecerte, ordenadas juntamente con mis interpretaciones, cuantas noticias un día aprendí y grabé bien en mi memoria, seguro como estoy de su verdad. Porque no me complacía yo, como hacen la mayor parte, en los que mucho

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PAPIAS DE HERIAPOLIS

Papías, uno de los Padres Apostólicos, era obispo de Hierápolis, ciudad del Asia Menor. De él dice Ireneo que había oído predicar a San Juan y que era amigo de Policarpo, obispo de Esmirna. Era, sin duda, uno de los que integraban el grupo de los "presbíteros asiáticos" de los que habla el santo obispo de Lyon. La vida de Papías corre paralela a la de S. Policarpo, aunque es poco probable que alcanzase la edad del obispo de Esmirna. Murió, a lo que parece hacia mediados del siglo II. La Crónica llamada pascual cuenta que Papías padeció el martirio en Pérgamo, al mismo tiempo que Policarpo moría en Esmirna. El cronista, sin embargo, confunde el nombre de Papías con el de Pápylos, cuyos martirios menciona Eusebio. También Focio le llama mártir; sin embargo, los antiguos nada dicen de su martirio.

El prestigio de Papías fue grande en la Antigüedad siendo tenido en gran estima por S. Ireneo. En cambio, Eusebio no parece compartir esta estima, llegando a decir que "fue un varón de mediocre inteligencia, como lo demuestran sus libros". Las obras a que alude Eusebio son el tratado escrito por Papías en cinco libros hacia el año 130, y que se titula "Explicación de las sentencias del Señor". Son varias las razones que justifican el severo juicio de Eusebio. En primer lugar, parece que Papías defendió el milenarismo; en segundo lugar, se considera que demostró tener muy poco sentido crítico en la selección e interpretación de sus fuentes. Con todo, a pesar de sus defectos, lo que se conserva de su obra tiene importancia, pues contiene algo de inestimable valor para nosotros, como es la enseñanza oral de los discípulos de los Apóstoles.

En el prefacio de su obra resume Papías el fin que pretende:

"No dudaré en ofrecerte, ordenadas juntamente con mis interpretaciones, cuantas noticias un día aprendí y grabé bien en mi memoria, seguro como estoy de su verdad. Porque no me complacía yo, como hacen la mayor parte, en los que mucho hablan, sino en los que dicen la verdad; ni en los que recuerdan mandamientos ajenos, sino en los que recuerdan los que fueron dados por el Señor a nuestra fe y proceden de la verdad misma. Y si se daba el caso de venir alguno de los que habían seguido a los ancianos, yo trataba de discernir los discursos de los ancianos: qué había dicho Andrés, qué Pedro, qué Felipe, qué Tomás o Santiago, o qué Juan o Mateo o cualquier otro de los discípulos del Señor; igualmente, lo que dice Aristión y el anciano Juan, discípulos del Señor. Porque no pensaba yo que los libros pudieran serme de tanto provecho como lo que viene de la palabra viva y permanente".

De esta cita se deduce claramente que las sentencias del Señor que Papías se proponía explicar no las había sacado solamente de los evangelios que habían sido escritos antes de él, sino también de la tradición oral. Por consiguiente, su obra no fue un mero comentario de los

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evangelios, aun cuando la mayor parte de los textos que explica los haya tomado de las narraciones evangélicas.

Entre los pocos fragmentos que Eusebio nos ha transmitido de la obra de Papías, dos observaciones sobre los dos primeros evangelios se han hecho famosas:

Papías decía lo siguiente:

"Marcos, que fue el intérprete de Pedro, puso puntualmente por escrito, aunque no con orden, cuantas cosas recordó referentes a los dichos y a los hechos del Señor. Porque ni había oído al Señor ni le había seguido, sino que más tarde, como dije, siguió a Pedro, quien daba sus instrucciones según las necesidades, pero no como quien compone una ordenación de las sentencias del Señor. De suerte que en nada faltó Marcos poniendo por escrito algunas de aquellas cosas tal como las recordaba. Porque en una sola cosa puso su cuidado: en no omitir nada de lo que había oído o mentir absolutamente en ellas".

Al parecer tenemos aquí la mejor ratificación de la canonicidad del evangelio de Marcos.

Por lo que se refiere al evangelio de Mateo, Eusebio cita estas palabras de Papías: "Mateo ordenó en lengua hebrea las sentencias (de Jesús), y cada uno las interpretó conforme a su capacidad". Esta afirmación prueba que en tiempos de Papías la obra original de Mateo había sido ya reemplazada por la traducción griega. Las traducciones a que se refiere Papías no eran versiones escritas de los evangelios, sino traducciones orales de las sentencias del Señor contenidas en el evangelio. Según toda probabilidad, eran una traducción de las perícopas usadas en las asambleas litúrgicas de las comunidades griegas o bilingües.

Otro de los fragmentos del obispo de Hierápolis, el del prefacio de su obra ya citado, suscita una cuestión no resuelta hasta ahora unánimemente por los investigadores: la identificación de los dos Juanes, nombrados por él entre los garantes de la ortodoxia de su doctrina. ¿Son, en realidad, dos o uno? ¿Se trata del apóstol Juan, del presbítero Juan, o de los dos a la vez? Si es esto último, ¿cómo puede compararlos hasta el punto de que, prácticamente, los equipara en la fuerza y autoridad de su testimonio doctrinal?

El fragmento de Papías con respecto a los dos Juanes es el siguiente:

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"Pero yo no tendré escrúpulos también en citaros un lugar (de origen), junto con mis interpretaciones, de todo lo que he aprendido cuidadosamente y recordado cuidadosamente en el pasado de los ancianos, garantizándoos su verdad. Porque, al revés de muchos, no tuve placer en los que tienen mucho que decir, sino en los que enseñan la verdad; no en los que refieren mandamientos extraños, sino en aquellos (que dan testimonio de) los que dio el Señor para la fe, y se derivan de la misma verdad. Y también, siempre que venía una persona (cerca de mí) que había sido seguidor de los ancianos, investigaba de él sobre los discursos de los ancianos: lo que había dicho Andrés, o Pedro, o Felipe, o Tomás, o Santiago, o Juan, o Mateo, o algún otro de los discípulos del Señor, o lo que dicen Aristión y el anciano (presbítero) Juan, discípulos del Señor. Porque no creía poder sacar tanto provecho del contenido de libros como de las expresiones de una voz viva y permanente".

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Asia Menor, discípulo de San Juan Evangelista. Escribió una Explicación de los discursos del Señor, que hoy sólo se conoce a través de los escritos de San Ireneo y el historiador Eusebio y donde se admiten muchas historias fabulosas y se habla por vez primera del reino milenario de Cristo. Discípulo de San Juan Evangelista, fue elegido obispo de Hierápolis, en el Asia Menor.

Escribió una "Explicación de los discursos del Señor", que hoy sólo se conoce a través de los escritos de San Ireneo y del historiador Eusebio. No se sabe mucho sobre su vida; era originario de Frigia y nació hacia el año 69. Se ignora cómo murió. Algunos creen que sufrió el martirio en Pérgamo. Aunque en sus escritos emite opiniones equivocadas, especialmente sobre el milenarismo, ello no ha sido motivo para dejar de reconocerlo como santo. Así lo califica San Jerónimo y otros autores.

Fue uno de los Padres Apostólicos de la Iglesia católica, canonizado como santo. (h. 69 - h. 150). Fue contemporáneo de Policarpo, Justino Mártir y Marción.

Eusebio de Cesarea dice que fue obispo de Hierápolis, Frigia (Asia Menor) y san Ireneo de Lyon que fue «oyente de Juan, compañero de Policarpo de Esmirna, varón antiguo»; uno, sin duda, de los que integraban el grupo de los denominados «presbíteros asiáticos» de los que habla el obispo de Lyon. La vida de Papías fue paralela con la de Policarpo, aunque es poco probable que alcanzase la edad del obispo de Esmirna. Murió, a lo que parece, hacia el 150. En algunas obras le trata de mártir, si bien en unos casos se corresponde con errores de identificación, y en otros la información no es suficiente.

Escritos

El prestigio de Papías fue grande en la Antigüedad, siendo tenido en gran estima por san Ireneo. En cambio, Eusebio no parece compartir esta estima, llegando a decir que Papías fue «un varón de mediocre inteligencia, como demuestran sus libros» (Hist. Ecl. III,39,13); pone además en tela de juicio el hecho de que fuese auditor directo del apóstol Juan: después de haber seguido en su Crónica el parecer de san Ireneo y de san Jerónimo, se aparta de éstos en su Historia, fundando su opinión en las primeras palabras de la obra de Paupías (III,39,2); según el obispo cesariense, Papías no fue discípulo de Juan el Evangelista, sino de Juan el Presbítero.

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No parece avalar el parecer de Eusebio el hecho de la doctrina quiliasta de Papías se explicaría fácilmente en un discípulo directo de Juan Evangelista. El deseo de desacreditar al milenarismo por parte de algunos ya desde la Antigüedad explicaría la forma en que Eusebio de Cesarea lo trata en su "Historia Eclesiástica". Pero, como registra la historia, milenaristas fueron la mayoría, si no todos, los Padres de la Iglesia primitiva.