Papeles de Ermua nº 01

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Publicación del FORO ERMUA. Nº 1 ABRIL 2001 900 ptas • Por un pluralismo fuerte • Presentación: ¿Quiénes somos? • • Documentos • In Memoriam: José Luis López de Lacalle • • Elecciones 13 Mayo • Premio Carmen Tagle • Homenajes • • Opinión • Entrevista: Begoña Elorza • Tribuna abierta • • Educación • Historia • Humor • Por la libertad • Libros •

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revista oficial del Foro Ermua

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Publicación del FORO ERMUA.Nº 1 • ABRIL 2001 • 900 ptas

• Por un pluralismo fuerte • Presentación: ¿Quiénes somos? •

• Documentos • In Memoriam: José Luis López de Lacalle •

• Elecciones 13 Mayo • Premio Carmen Tagle • Homenajes •

• Opinión • Entrevista: Begoña Elorza • Tribuna abierta •

• Educación • Historia • Humor • Por la libertad • Libros •

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titularesDESDE LA REDACCIÓN Pág 3 ● POR UN PLURALISMO FUERTE Pág 4 ● PRESENTACIÓN:

¿QUIÉNES SOMOS? VIDAL DE NICOLÁS Pág 6 ● DOCUMENTOS: MANIFIESTO INICIAL Pág 7 MANI-

FIESTO FUNDACIONAL Pág 8 DECLARACIÓN DE ESTRASBURGO SOBRE EL NAZISMO Y LA VIOLENCIA POLÍTICA

EN EL PAÍS VASCO Pág 9 ● IN MEMORIAM: JOSÉ LUIS LÓPEZ DE LACALLE Pág 20 ● OPINIÓN:

PERVERSIÓN DE LOS TÉRMINOS PAZ Y DIÁLOGO EDURNE URIARTE Pág 26 RESISTENCIA FRENTE AL EUSKO-

FASCISMO MIKEL BUESA Pág 28 EL DRAMA DEL PAÍS VASCO GERMÁN YANKE Pág 30 ● PREMIO

CARMEN TAGLE: HOMENAJE Y REPORTAJE Pág 31 POLÉMICA PREVIA Pág 34 JUSTICIA Y COMPRO-

MISO Pág 34 ● POR LA LIBERTAD: ADHESIÓN AL PACTO POR LAS LIBERTADES Y CONTRA EL TERRORIS-

MO Pág 36 INFORME DEL COMISARIO DE DERECHOS HUMANOS DEL CONSEJO DE EUROPA Pág 37

COMUNICADO “POR EL ÁMBITO VASCO DE LA LIBERTAD” Pág 38 DECLARACIÓN DE LOS RECTORES DE LAS

UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS Pág 40 ● CRÓNICAS DESDE MI CASERÍO LA VIOLACIÓN Pág 41 ●

ELECCIONES: 13 DE MAYO Pág 42 ● TRIBUNA ABIERTA: FERNANDO SAVATER Pág 45

ENRIQUE ECHEBURUA Pág 47 MARIO ONAINDÍA Pág 49 ● ENTREVISTA: BEGOÑA ELORZA Pág 51

● EDUCACIÓN: LA SUBVERSIÓN DE LOS CONTRAVALORES ERNESTO LADRÓN DE GUEVARA Pág 55 ● HIS-

TORIA: LOS NACIONALISTAS VASCOS AL FILO DEL MILENIO ION JUARISTI Pág 57 ● LIBROS Pág 65 ●

EL FARO DE IBARROLA Pág 67 titulares

Visítenos en www.foroermua.cjb.net

Edita Fundación Papeles de ErmuaApdo. Correos 71101008 Vitoria-Gasteiz

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Desde la redacción

Desde la redacción. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

3Desde la redacción

Aspiramos conseguir una revista seria,pero no lúgubre, porque pensamos queen la dimensión humana también cabeel humor para expresar las ideas y lossentimientos de mayor calado intelec-tual, sobre todo porque el humor essiempre la medida de la inteligencia.Vamos a defender la libertad sobre to-das las cosas, porque sólo sobre la li-bertad puede edificarse la democracia,y vamos a apostar siempre por el ciu-dadano, hombre o mujer, diferenciadode la tribu, de la etnia, del clan o delrebaño conducido por el rabadán deturno.Desde estas primeras páginas de“Papeles de Ermua” te saludo cordial-mente.

n esta nuestra primera salida a la ca-lle, pedimos tu colaboración paraensanchar entre todos un horizontede libertad y tolerancia.Somos, como ya sabéis, un colectivocívico que nació y vive sin las atadu-ras y las consignas de los partidos po-líticos, pero que está dispuesto a co-laborar con aquéllos que respondanéticamente más a la construcción deuna democracia abierta y plural,que a sus intereses partidistas.Queremos que nuestra publicaciónsea un pacífico baluarte de la ciu-dadanía contra el totalitarismo yel nacionalismo etnicista y xenó-fobo. En ese deseo caben todas lasopiniones que pongan en el ciuda-dano y en sus libertades el objetivoprincipal de su debate.Nos gustaría que en nuestra revistaestuviera presente siempre ese pen-samiento vertiginoso que nos llenaa todos de luz y de sabiduría, peronos contentamos con que nuestrosfuturos colaboradores sepan acercar-nos a las realidades más abstrusascon el discurso más nítido y claro.

Amigo lector:

E

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Por un pluralismo fuerte

Por un pluralismo fuerte. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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ste artículo en defensa del

“pluralismo fuerte“ lo suscri-

ben Francisco Doñate, Iñaki

Ezkerra, Fernando García de

Cortázar, Antonio Giménez

Pericás, Raúl Guerra Garrido y

Ernesto Ladrón de Guevara,

miembros —como el autor—

del FORO ERMUA. Fue el últi-

mo trabajo en el que colaboró

José Luis López de Lacalle, an-

tes de ser asesinado por ETA*.

Desde hace algún tiempo y frente al empe-ño del nacionalismo vasco de presentaruna imagen de Euskadi unitaria, compactay comprometida con su proyecto de cons-trucción nacional, los partidos constitucio-nalistas han conseguido difundir con éxito laidea del carácter plural de la ciudadaníavasca. Sin dejar de congratularme por estehecho que supone un evidente avance de-mocrático, quisiera exponer mi impresión deque, cuando se habla de pluralismo enEuskadi, no se le está dando a ese términotodas las posibilidades revolucionarias que

alberga, toda la radical apuesta que conlleva por el ejerciciopleno, atrevido, intenso, pujante y vigoroso de la libertad.Parece que, cuando se habla de pluralismo y cuando se rei-vindica, se está proponiendo tímidamente a los que hastaahora han detentado el “pensamiento único nacionalista“que nos dejen vivir un poco; que nos permitan discrepar mí-nimamente de su doctrina.Este uso “light“ de la palabra pluralismo no responde en reali-dad a un prejuicio exclusivo del País Vasco aunque ciertamen-te tenga en éste su particular versión. En “La mirada des-pierta de la historia“, volumen dedicado al pensamiento po-lítico de ese gran teórico del pluralismo que fue Isaiah Berlin,su editor y albacea Henry Hardy apunta que dicho término«aparece incesantemente en la prensa en un sentido débil quesocava su capacidad de describir una visión ética específica.Los periodistas —añade Hardy— que escriben sobre una socie-dad pluralista raramente parecen dar a entender algo más queuna sociedad tolerante, liberal en relación a diferentes intere-ses y aceptar una cierta heterogeneidad cultural».En esta dirección podrían interpretarse la mayoría de los ar-tículos de Joseba Arregi, incluido especialmente el que pu-blicaba en El Correo el 26 de abril de 2000 y que despertótanta conmoción y sorpresa. Personalmente, me hago cargodel esfuerzo que requiere desmarcarse de la línea oficialdel PNV en estos momentos en los que ese partido se ha en-rocado de forma numantina ante toda crítica. Sé, por esamisma razón, que “no es políticamente correcto“ disentir deArregi o hacer algunas matizaciones sobre su democrático yvalioso “paso adelante“ desde las inamovibles filas naciona-listas y no quisiera desanimarle en esa empresa. Pero había ensu texto titulado “Yo también soy inmigrante“ unos elogiosa la tibieza y a la pusilanimidad como valores morales ypolíticos, como signos de «virtud, prudencia cívica e inteli-gencia», que resultan preocupantes en una sociedad dondetales actitudes no son resultado de una opción libre sinodel terror impuesto, y que se inscriben en esa visión cortay cicatera del pluralismo.No me parece oportuno ni inteligente ni prudente ni cívico nivirtuoso presentar el valor, el atrevimiento, la valentía y el he-roísmo como defectos que contradicen el amor a la libertady al compromiso con ésta, como hacía Arregi, viviendo, co-mo vive él, en una sociedad donde, para ser concejal de de-

Francisco FloresCatedrático de Economía Aplicada

de la UPV/EHU

E

* Publicado en El Correo. 25 Mayo 2000.

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Por un pluralismo fuerte

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con que todos los partidos e ideologías pue-dan campear libremente por la arena públi-ca. Será también preciso que el naciona-lismo renuncie a erigirse como una “al-ternativa única“; como la única forma deser vasco. Será imprescindible que se revi-se a sí mismo y presente un inédito talan-te de reconocimiento del otro y una ver-sión civil de la que hasta ahora ha carecido.Esa tarea es la que les aguarda a las mentesmás abiertas del nacionalismo: demostrarque su credo y la aceptación de la otredadplural son posibles. Pero todavía estamos le-jos de esto. No es de recibo predicar la debili-dad para el adversario y reafirmarse en la fuer-za propia, como hace el mismo Arregi en surecién publicado libro “Ser nacionalista“cuando exalta el pluralismo débil a la vez queafirma que «el propio Berlín constata y analizala fuerza de los nacionalismos y critica el pen-samiento que es incapaz de entenderlos».

No sé de qué lecturas extrae élesa interpretación de IsaiahBerlin, maestro de Henry Har-dy y defensor, como éste, delpluralismo fuerte. Porque elBerlin conocido es, curiosa-mente, el que, cuando se lepreguntó si era peligroso el na-cionalismo para la democracia,respondió: «Por supuesto. Espeligroso para todo».

terminados partidos políticos, se necesita precisamente deesos pretendidos defectos. De lo que se trata no es de desa-lentar a los que afortunadamente han abandonado la tibiezay la pusilanimidad para representar a esos partidos, sino deque no haya que ser héroe para ejercer esa tarea normal encualquier democracia. Se trata de que la voz de los tibios y lospusilánimes tenga por lo menos tanto peso como la de losaudaces y los fanáticos. Dicho de otro modo, los tolerantes teóricos como Berlin nousan el pluralismo para hacer una defensa conservadora del“status quo“, sino todo lo contrario: reconocen que en oca-siones lo plural exige contundencia, tensión e inclusoconflicto, y no para lejanos ideales y abstracciones, sino pa-ra lograr cosas concretas y tangibles como ser concejal, mo-dificar una ley y, en definitiva, ampliar la democracia.Se trata por lo tanto de distinguir el fanatismo o la apuestadecidida por la violencia, del radicalismo político. Porque lo“radical“ es sólo aquello «perteneciente o relativo a la raíz».Nada tiene de malo ir a la raíz de la injusticia, de la desigual-dad social, de la discriminación racial o del totalitarismo pa-ra combatirlos. La prevención hacia la palabra “radical“ vienede quienes la emplean como eufemismo de “totalitario“,pero es un hermoso vocablo que puede ser aplicado a causasbien nobles. Se puede ser radicalmente demócrata, radical-mente solidario, radicalmente antirradical incluso.El sueño de Arregi, su sociedad de tibios y pusilánimes, nome incitaría al comentario si no vislumbrara en él un alar-mante rechazo a esa variedad de opciones radicales o mode-radas, a esa efervescencia democrática, a ese “pluralismo fuer-te“ del que hablaba Henry Hardy. Un pluralismo que —vuel-vo a citarlo de nuevo— «es la visión atrevida que consisteen que puede haber más de una decisión correcta, másde una solución, más de una manera de vivir», es decir,más proyectos que el nacionalista, pero que la mera existen-cia de éstos reduce el espacio que el nacionalismo ahora ocu-pa en el escaparate político. «Si el pluralismo es verdadero,todo monismo es falso, y no es honesto pretender lo con-trario», añade Hardy. De esta manera, el reconocimiento del pluralismo político enla sociedad vasca requerirá no sólo de la mera aceptacióndel carácter heterogéneo que tiene ésta sino también delrechazo al tradicional “monismo nacionalista“. No bastará

Por un pluralismo fuerte

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Presentación

Presentación. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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El 13 de febrero de 1998 se

presentó ante la opinión pú-

blica un grupo cívico, autode-

nominado “FORO ERMUA”.

Surgía del vórtice de la tem-

pestad cívica que estremeció a

toda España los días inmedia-

tos al asesinato, el 12 de julio

de 1997, vilmente escenifica-

do al joven concejal del PP de

Ermua, Miguel Ángel Blanco.

No fue inventado por partido político algunoni concertó epígonos de Ghandi y Tolstoi o laclerecía equidistante, ni siquiera lanzó una lí-nea divisoria, muy borrosa especialmente en elPaís Vasco, entre izquierda y derecha. Desde la presentación del manifiesto funda-cional del FORO ERMUA, que transcribimos acontinuación, surgieron para desacreditarlomúltiples y dispares declaraciones desde ámbi-tos nacionalistas vascos. Los argumentos esgri-midos por éstos fueron tan variados como con-tradictorios. La verdad era mucho más sencilla.El FORO ERMUA se había gestando del modomás natural, casi a remolque de los aconteci-mientos. Su origen está en una reunión de cin-co profesores de la Universidad del País Vasco,en julio de 1997, tras el asesinato de MiguelÁngel Blanco. Aquí cuajó la idea de un mani-fiesto que se opusiera a la negociación con ETAy llamara a la ciudadanía a la resistencia contrael fascismo vasco. En posteriores reuniones sefueron adhiriendo escritores, artistas y perio-

distas, núcleo que dio a la luz el primer textodel Foro, bajo el título Manifiesto por la de-mocracia en Euskadi. El día de su presenta-ción en febrero de 1998 eran centenares losintelectuales, periodistas y profesoresuniversitarios que se organizaban para ha-cer público su rechazo a la política de si-lencio y eternas concesiones, cuando node tolerancia y complicidad, que los re-presentantes de la sociedad democráticavenían aplicando al mundo totalitario delnacionalismo etarra. Pocos días después losfirmantes sobrepasaban el millar.

FORO ERMUA:QUIÉNES SOMOS

Vidal de Nicolás,presidente del FORO ERMUA.

Presentación

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Documentos

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MANIFIESTO INICIAL

Ermua y las jornadas dejulio de 1997significaban no sólo larecuperación de la calle para lasociedaddemocrática sinoalgo aún másimportante: larecuperación de lavoz.

El texto tenía de sorprendente laclaridad y contundencia con quedenunciaba la confusa situaciónque entonces se vivía en el PaísVasco. Contenía una inusual re-primenda a los políticos, no sólopor sepultar lo que ellos mismoshabían llamado “el espíritu deErmua” sino también por su res-ponsabilidad en el mantenido de-terioro de la convivencia demo-crática al no actuar durante añoscon la unidad y firmeza necesa-rias. Como es obvio, aquel papelque circulaba por cócteles y pre-sentaciones, aulas y despachosuniversitarios, con un conmove-dor aire subversivo, que recordabaa los días de la transición, no iba aencontrar mucho calor ni entu-siasmo en el mundo de la políticaoficial por lo ajeno que resultabaa sus consignas y a su estilo.

Y es que el FORO se desmarca-ba incluso del pacifismo ges-tual y del silencio testimonialque habían caracterizado hastaentonces las movilizaciones con-tra la violencia. Ermua y las jor-nadas de julio de 1997 significa-ban no sólo la recuperación de lacalle para la sociedad democráti-ca sino algo aún más importante:la recuperación de la voz. Hasta elinfame asesinato de Miguel Án-gel Blanco las manifestacionescontra el terrorismo habían sidotradicionalmente organizadaspor grupos pacifistas y se habíandesarrollado siempre en un silen-cio entre resignado y místico. Losque gritaban eran los contrama-nifestantes de HB mientras losprimeros ponían mudos, la otramejilla, no sólo para encajar losinsultos sino también las piedrasy los tornillos.

Era aquel silencio taciturno queapelaba a Gandhi y a Cristo, a lapaz y al perdón, pero no a la jus-ticia y al derecho democráticos, ala sensibilidad laica y a la heren-cia ilustrada, a la DeclaraciónUniversal de los Derechos Hu-manos y a la Constitución. Sila sociedad vasca había pasadoespontáneamente del gesto porla paz a la palabra por la demo-cracia en aquella desgarradoratarde de julio, el FORO ERMUAdebía pedir la paz y la palabratambién como lo había hechoel poeta, que sabía que una yotra son indisociables.

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• Desde el final de la dictadura se ha organi-zado y extendido en Euskadi un movimien-to fascista, dirigido por ETA, que pretendesecuestrar la democracia.

• La mayor parte de nuestros representantespolíticos e institucionales han transigidocon las exigencias de este movimiento an-tidemocrático y no han actuado con la uni-dad y firmeza necesarias.

• Sin perjuicio de las oportunas medidas dereinserción social, nos oponemos firme-mente a cualquier clase de negociación po-lítica con ETA. Cualquier proyecto políticodebe validarse mediante el sufragio de losciudadanos y debatirse en el Parlamento.

• Nuestra sociedad demanda nuevas formasde oposición al fascismo vasco, que apelenmás al derecho democrático a la palabraque al pacifismo gestual y el silencio testi-monial.

• Rechazamos toda estrategia procedente decualquier instancia mediadora dirigida aborrar las huellas de la movilización demo-crática iniciada en Ermua.

• Hacemos un llamamiento a la sociedadvasca para que se comprometa en la defen-sa de la democracia.

CONSTITUCIÓN YCONVIVENCIA Una decisión importante y acer-tada que se tomó durante la ges-tación del FORO fue la de romperno sólo el cerco académico de losfirmantes sino también el artísti-co y el político. Y ese acierto,consecuente con la bandera deErmua que se pretendía recogerdel suelo político, posibilitó que,entre las trescientas firmas quesuscribieron el primer manifies-to, estuviera representada todala sociedad civil: militantes so-cialistas y populares, de Iz-quierda Unida y de Nueva Iz-quierda, gentes que venían delpacifismo y lo consideraban yaagotado, pintores, escultores,profesores universitarios, escrito-res, críticos, periodistas, ingenie-ros, médicos, abogados, secreta-rias, auxiliares sanitarios, profe-sores y estudiantes. El FORO ERMUA es un intentosolidario de aunar voluntades eindividuos contra el fascismo yde convertirse, en efecto, en unforo de discusión y de conviven-cia en el País Vasco. Hemos men-cionado la palabra transición,que estuvo en la mente de mu-chos durante la explosión civil deErmua, y que nos suele venir a lacabeza en las reuniones delFORO, sobre todo si se celebranen aquella Facultad. El FORO haresucitado en sus miembros cier-ta ilusión y cierto aire conspira-dor perdido en aquellos días, pe-ro que, a diferencia de entonces,la doble experiencia de la madu-rez y de la tragedia vasca ha ser-vido para vencer antiguos prejui-cios, recelos o sectarismos deprocedencias, ropas y siglas. Ha-

brá quien no haya aprendido na-da en todos estos años pero,afortunadamente, han surgidoamistades inquebrantables sur-gidas en las mesas del FORO en-tre personas de las más diversasopciones políticas. La violenciaha envilecido a muchas personasen el País Vasco pero ha humani-zado a otras y las ha hecho real-mente demócratas.

ELECCIONES EN EUSKADIDespués vendrían las eleccionesautonómicas del 25 de octubreen las que el FORO ERMUA tuvouna presencia premeditadamen-te contenida para no emular elestilo frentista de los partidosdel Pacto de Estella. El FORO sereunió con Joseph Borrell (delpartido socialista) y con el candi-dato popular Carlos Iturgaiz; y,por último, con el también can-didato de Unión Alavesa, PabloMosquera, más pensando en lanecesaria unidad de los partidosconstitucionalistas después de laconsulta electoral que en la pro-pia campaña. Para ésta se limitóa presentar un comunicado bajoel significativo título “A las urnasciudadanos” que luego divulgóen la prensa mediante anunciosencabezados por lo que ya se co-nocía como “el faro de Ibarrola”.Tras los resultados electorales,con una notable participaciónciudadana en las urnas, y en me-dio de la llamada tregua de ETA,el FORO emitió un comunicadobajo el título Dignidad democrá-tica que reprodujo la prensa del26 de noviembre y en el que serecordaba que “es moralmenteindecente desviar la responsabi-lidad de los crímenes sobre quie-

nes no acceden a las demandasde los criminales”. Y es que si to-da la solidaridad que el naciona-lismo llamado democrático mues-tra con los asesinos, la mostraracon sus víctimas, no haría falta el“FORO o el FARO DE ERMUA”,sino que se haría la luz ennuestra tierra.

MANIFIESTOFUNDACIONAL

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CUESTIÓNINTRODUCTORIAUNO. Voz de alarma sobre el fenó-meno antidemocrático que buscahoy refugio en las minorías étnicas ylingüísticas de Europa. El cáncer na-zi-fascista extirpado con el final de la IIGuerra Mundial amenaza hoy con ha-cer metástasis en las reclamaciones se-cesionistas de las minorías étnicas y lin-güísticas en la Unión Europea cuandoéstas anteponen sus aspiraciones a laslibertades del ciudadano y sus irrenun-ciables derechos democráticos. Ese na-zismo ya no es el de las grandes nacio-nes hechas sino el de las que se preten-den hacer y para ello sacrifican al indi-viduo por el grupo y la ideología.Igualmente ese nacional-socialismo ex-plota un victimismo tanto o más peligro-so que aquel que sirvió de coartada alnazismo histórico porque al tratarse deminorías resulta más creíble. Y es más pe-ligroso que el de la ultraderecha austría-ca porque éste último responde al mode-lo clásico y reconocible y es, además, unnazismo todavía virtual en el sentido deque aún no ha producido víctimas comolo ha hecho el de ETA. Es preciso, hoy másque nunca, dar la voz de alarma en elParlamento Europeo porque ese neofas-cismo, que utiliza la llamada Europa delos pueblos para negar y sabotear laEuropa de los ciudadanos, constituye lagran amenaza a la construcción europeaen los próximos años. Lanzamos esta vozde alarma desde la experiencia de la ciu-dadanía del País Vasco.

INFORMEDOS. Consideraciones en torno a unproceso de deterioro en las liberta-des. El caso del País Vasco. El secuestroy posterior asesinato a manos de ETA de

Miguel Ángel Blanco, un joven conce-jal del municipio vasco de Ermua, con-movió profundamente a la sociedadvasca y española. Durante varios díasmillones de personas de toda España sa-lieron a la calle a manifestar su indigna-ción y repulsa por un crimen que a mu-chos les recordaba los fusilamientos dela dictadura de Franco. Aquel movi-miento no sólo era el repudio de uncruel asesinato, sino también la defensade la democracia y el rechazo de la ideo-logía fascista de ETA. Era además unaadvertencia a aquéllos que desde el na-cionalismo vasco buscaban justificacio-nes políticas a los crímenes terroristas. Apesar de la repulsa social, ETA continuóasesinando: concejales del Partido

Popular, ciudadanos civiles y policíasmorían víctimas de los atentados máscobardes. Y sin embargo, los partidos ylas autoridades nacionalistas del PaísVasco con responsabilidades ejecutivasen los órganos de autogobierno de laComunidad Autónoma olvidaron muypronto aquella advertencia. No tardaronmucho tiempo en defender la mismareivindicación con la que los terroristasjustificaron su crimen: el traslado de lospresos condenados por terrorismo desdeotras cárceles españolas a las prisionesdel País Vasco. El presidente del

DECLARACIÓN ANTE EL PARLAMENTO EUROPEOSOBRE EL NEONAZISMO Y LA VIOLENCIA POLÍTICAEN EL PAÍS VASCO (ESPAÑA)

Hombro con Hombro de Agustín Ibarrola.Concebida en 1967 en defensa de la libertad, cuando su autor estaba encarcelado en Basauri porsu militancia comunista y su lucha antifranquista. Ibarrola la bocetó en papel para esculpir suresistencia en la pared de las celdas. Su autor la define como un símbolo a la solidaridad humana.Actualmente, fundida en hierro (11 metros de largo x 2 metros de altura x 8 cm de espesor) seencuentra en la Pz General Loma de Vitoria-Gasteiz.

Aquel movimiento[…] era ademásuna advertencia aaquéllos quedesde elnacionalismovasco buscabanjustificacionespolíticas a loscrímenesterroristas.

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10yo mando supremo corresponde alGobierno Vasco, no actuaba con laprontitud y eficacia que debe exigirse enla represión de esos actos contra la li-bertad. El miedo y la inseguridadcundían entre los ciudadanos no na-cionalistas; sentimientos inducidos y yaarraigados en todos los demócratas vas-cos durante años de terror nazi y de ins-trumentalización del poder por los par-tidos nacionalistas piadosamente llama-dos moderados. En estas circunstanciasde una sociedad amordazada y temero-sa, un grupo de ciudadanos vascos seagruparon en lo que dieron en llamarFORO ERMUA, con el objetivo de pre-sentar públicamente una declaraciónque con el título de Manifiesto por lademocracia en Euskadi fue firmada por

todos ellos. Aquel texto fundacional de-cía lo que el miedo había impedido re-conocer: calificaba como fascista almovimiento dirigido por ETA y subrazo político Herri Batasuna, y se-ñalaba la responsabilidad de los re-presentantes políticos e institucio-nales vascos en el deterioro de la de-mocracia. La denuncia no se limitaba aseñalar la inhibición de quienes debenvelar por la libertad y la seguridad de losciudadanos y sus bienes, sino que tam-bién advertía de “la colaboración de lasinstituciones que nos representan conquienes sustentan y alientan el fascis-mo”. Manifestaba además su oposición acualquier clase de negociación política

Gobierno Vasco llegó incluso más lejos,al proponer una negociación con labanda criminal sin exigir ninguna con-dición previa, ni siquiera la deposiciónde las armas. Mientras tanto, gruposnazis de apoyo a ETA y a HerriBatasuna (HB), partido al que se con-sidera su brazo político, tomaban las ca-lles del País Vasco. De nuevo eran fre-cuentes los incendios de las propiedadesy bienes de militantes de los partidospolíticos no nacionalistas, y se repetíanlos asaltos y atentados contra las sedesde esos partidos y contra ciudadanosque habían intentado expresarse libre-mente denunciando tanta barbarie. Sinembargo, la Policía Autónoma Vasca, cu-

El presidente delGobierno Vasco

llegó incluso máslejos, al proponeruna negociación

con la bandacriminal sin exigir

ninguna condiciónprevia, ni siquiera

la deposición delas armas.

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miedo a ser víctimas de la represión quelos terroristas ejercen sobre quienes di-sienten de los objetivos nacionalistas, ytemor a ser discriminados por un poderpolítico que, estando en manos de lospartidos nacionalistas, margina a quie-nes no colaboran con su proyecto deconstrucción nacional vasca.TRES. España es una Nación Demo-crática y el País Vasco goza de unaamplísima autonomía. Hay gentesque, desde Europa, han percibido al na-cionalismo y al terrorismo vascos comoexpresiones de un movimiento de libe-ración nacional propio de los viejoscontextos colonialistas. Este criterio ig-nora la historia de España desde hace

cinco siglos, y encubre la realidad de unpaís, el vasco, que goza de institucionesdemocráticas similares a las del resto delos países que conforman la comunidadeuropea. España es una NaciónDemocrática y un Estado de Derecho.No podría ser de otro modo, pues la de-mocracia de los Estados miembros esuna condición fundamental de perte-nencia a la Unión Europea desde que elartículo 6.1 del Tratado de la Unión(TUE), de acuerdo con la reforma deTratado de Amsterdam, así lo estableció.La democracia de las Naciones que for-man la Unión se erige, por tanto, en suprincipio fundacional y constitutivo. Elartículo 7 del TUE vela por el cumpli-

con los terroristas. En aquel documentose decía que “los proyectos políticos de-ben validarse mediante el sufragio delos ciudadanos y debatirse en elParlamento”, que “una cesión al chanta-je de las armas significaría la quiebra dela legitimidad democrática, y que sólolos argumentos y los votos son fuerzaspersuasivas y decisorias” legítimas. Porúltimo finalizaba con un llamamiento ala sociedad vasca a comprometerse “enla defensa de la democracia y del libreejercicio de la palabra”.*Hoy, casi dos años después de aquelmanifiesto, en el País Vasco la democra-cia continúa deteriorándose. En am-plios sectores de la población existe

Hay gentes quehan percibido alnacionalismo y alterrorismo vascoscomo expresionesde un movimientode liberaciónnacional propio de los viejoscontextoscolonialistas. Este criterio ignora la historiade España.

Fotografía: Larrión y Pimoulier

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un Estado integrado por 17 regiones ynacionalidades autónomas que gozande un amplísimo autogobierno. Cadauna de esas Comunidades Autónomasse organizan institucionalmente me-diante una Asamblea Legislativa elegidapor sufragio universal, un Consejo deGobierno con funciones ejecutivas yadministrativas, y un Presidente elegidopor la Asamblea Legislativa. La normainstitucional básica del País Vasco essu Estatuto de Autonomía. En él seregulan las amplias competencias deque goza la Comunidad Autónoma. ElPaís Vasco tiene una policía totalmenteindependiente de los otros cuerpos yfuerzas de seguridad del Estado: elmando supremo del cuerpo y el recluta-miento de efectivos dependen delGobierno Vasco. La región dispone desu propia Hacienda Autónoma, pue-de regular dentro de su territorio el ré-gimen tributario y aporta a la Naciónun cupo global en concepto de com-pensación por aquellas cargas del Es-

tado que no asume la Comunidad Au-tónoma. La educación, la sanidad,entre otras muchas competencias,están en manos de las autoridadesregionales que tienen incluso capa-cidad para legislar sobre estas mate-rias y disponen de un cuerpo propiode funcionarios con unas retribucio-nes muy superiores a las de otras re-giones españolas.Existe, además, una radio y televisiónpúblicas vascas dependientes exclusiva-mente del Gobierno Autónomo. A pesarde que el español es la lengua mayori-taria de la región, el Estatuto declara ala lengua vasca (eusquera o vascuence)como la lengua propia del PuebloVasco, otorgando al español únicamen-te el rango de lengua cooficial. CUATRO. Los nacionalistas vascos noaceptan la autonomía y usan la co-acción para crear una nación inde-pendiente con territorios de Españay Francia: La Declaración de Estella.Los nacionalistas vascos contribuyerona la elaboración del Estatuto, lo sancio-naron dándole su apoyo en referén-dum, y desde su entrada en vigor hanejercido el poder y la representacióninstitucional en el País Vasco. Sin em-bargo, ahora han hecho suyo el progra-ma de ETA e intentan obtener nuevasventajas políticas ofreciendo a cambioel cese definitivo del terror. Para ellohan suscrito un acuerdo al que denomi-nan Declaración de Estella. Consiste enla propuesta de un trueque: soberaníanacional vasca a cambio de paz. Peroquien asume esta oferta no es ETA sinolos partidos nacionalistas en su conjun-to, incluidos los que gobiernan las ins-tituciones. Es un proyecto estratégiconacionalista cuya verdadera naturalezareside en el hecho de que ETA es laamenaza implícita que subyace en lapropuesta, pues la no aceptación de lostérminos del ofrecimiento implica la re-anudación de su terror. De hecho, des-de el primer día del alto el fuego, ETAno ha cesado en reforzar su logística,reorganizar sus efectivos y recabar in-formación acerca de eventuales vícti-mas. El Partido Nacionalista Vasco, quegobierna en el País Vasco desde hace 20años, siempre ha ocultado a sus electo-

miento de esta condición, al prever san-ciones para los Estados miembros queviolen los principios de libertad, demo-cracia, respeto a los derechos humanosy de las libertades fundamentales y elEstado de Derecho contenidos en el ar-tículo 6.1. Hace ya más de 20 años quelos españoles fuimos capaces de supe-rar un largo período de dictadura do-tándonos de una Constitución que ga-rantiza la libertad del individuo, laigualdad y el pluralismo político, permi-te la convivencia democrática en nues-tra sociedad, asegura el imperio de laley y protege a todos los españoles ypueblos de España en el ejercicio de susculturas y tradiciones, así como en eluso de sus lenguas e instituciones espe-cíficas. El artículo 2º de nuestra Cons-titución reconoce y garantiza el dere-cho a la autonomía de las nacionalida-des y regiones que integran y compo-nen la nación española. En un régimende libertad garantizado por su Cons-titución, España se ha organizado como

Agustín Ibarrola

La Declaración deEstella consiste enla propuesta de untrueque: soberaníanacional vasca acambio de paz.Pero quien asumeesta oferta no esETA sino lospartidosnacionalistas en suconjunto, incluidoslos que gobiernanlas instituciones.

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res su proyecto político independentis-ta. Incluso como partícipe del Pacto deEstella continúa escondiéndolo, puestoque el acuerdo suscrito, en el que no semenciona a ETA, aparece desdibujadopor un lenguaje disfrazado de neutrali-dad. Sin embargo, bajo esta aparienciade imparcialidad puede descubrirse unintento de embarcar a toda la sociedadvasca en un disimulado proceso consti-tuyente. El texto implica a España yFrancia en la resolución de tres cuestio-nes a las que denomina “territorialidad,sujeto de decisión y soberanía política”;es decir: referéndum de autodetermi-nación y construcción de una naciónsoberana con territorios de ambas na-ciones. Pero lo más grave es que laDeclaración de Estella no es sólo unpacto para la acción política sustentadoen la violencia subyacente de un grupoterrorista, sino que es también el pro-grama de gobierno del actual ejecutivovasco. El poder en el País Vasco lo ejer-ce una coalición de dos partidos nacio-nalistas firmantes del documento, loscuales han suscrito un acuerdo de go-bierno con Herri Batasuna (HB), el ter-cer partido del frente nacionalista deEstella. Herri Batasuna es un partidoque no condena la violencia terrorista

mantes de Estella han entendido el ce-se del terrorismo como un “proceso depaz” desarrollado por el establecimien-to de acuerdos entre dos facciones. Esuna idea falaz que surge de la identifi-cación de la violencia vasca con el con-flicto nacionalista de Irlanda del Norte:un enfrentamiento entre dos naciona-lismos en el que ambos contendientesdeben renunciar a la violencia. Pero enel País Vasco la violencia es unilateral:

es practicada únicamente por los terro-ristas de ETA y por las fuerzas de cho-que fascistas que le apoyan en la calle.En los años 80, el contraterrorismo po-

ni la violencia fascista que emana desus propias bases. Es muy grave queen el seno de la Unión Europea exis-ta un Gobierno que se apoye en unpartido que propugna la violenciapolítica cómo método. Se comprendeasí el hecho aberrante para cualquierobservador democrático, de que desdelas más altas instancias institucionalesdel País Vasco se postule un “diálogosin límites” con los terroristas, a quie-nes ni siquiera se les pide que depongandefinitivamente las armas.Cuando gobernantes democráticamen-te elegidos se comportan de ese modo,están incumpliendo su más importantemandato: defender la democracia.CINCO. El contencioso vasco es unafalacia. Los representantes institu-cionales vascos, con el presidente desu Gobierno a la cabeza, identificana toda la sociedad vasca con suideología nacionalista. Su punto departida es el de la existencia de lo quedenominan el contencioso vasco: “unconflicto histórico de origen y naturale-za política en el que se ven implicadosel Estado español y el Estado Francés”,según define la Declaración de Estella.Una idea que implica que todo ciuda-dano vasco, por el hecho de serlo, debesentirse comprometido por ese supues-to enfrentamiento heredado. Pero, porel contrario, el contencioso no puedepresentarse como un conflicto entre elPaís Vasco, España y Francia, pues la so-ciedad vasca es políticamente plural yno se siente, ni siquiera mayoritaria-mente, partícipe de ese conflicto. Elcontencioso vasco, por tanto, no puederepresentar una lucha por la democra-cia ni por el autogobierno, pues ambascondiciones políticas ya existen en elPaís Vasco, sino que es un eufemismoque encubre la verdadera naturalezadel proyecto independentista decrear una nación soberana por me-dio del terror colectivo y la coerciónsocial.SEIS. En el País Vasco no existe unenfrentamiento entre dos naciona-lismos: la paz sólo consiste en la de-saparición de ETA. Desde el alto elfuego de ETA, hasta el momento actualen que se ha reanudado la estrategiadel terror, el Gobierno Vasco y los fir-

El PartidoNacionalistaVasco, quegobierna en el PaísVasco desde hace20 años, siempreha ocultado a suselectores suproyecto políticoindependentista.

El contencioso no puedepresentarse como un conflictoentre el País Vasco, España y

Francia, pues la sociedadvasca es políticamente plural y

no se siente, ni siquieramayoritariamente, partícipe de

ese conflicto.

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licial de los GAL no encontró el menoramparo entre la población no naciona-lista; razón por la cual fracasó, al no lo-grar el entramado social necesario parasu subsistencia. Por el contrario, la per-sistencia de ETA no podría explicarse sinlos poderosos apoyos que encuentra enel seno de la comunidad nacionalista.Puesto que no estamos ni ante dos te-rrorismos ni ante dos nacionalismos en-frentados, la paz democrática no puedeconsistir en otra cosa que en la desapa-

El contenciosovasco es unafalacia. Losrepresentantesinstitucionalesvascos, con elpresidente de suGobierno a lacabeza, identificana toda la sociedadvasca con suideologíanacionalista

Los no nacionalistas no constituyen un grupo ouna comunidad estructurada […] Su voto se

distribuye en el espectro natural que abarca desdela derecha liberal hasta la izquierda

socialdemócrata. Todos aceptan la Constituciónespañola […] independientemente de su

adscripción a la derecha o a la izquierda, o ser máso menos partidarios del liberalismo económico o

del estado social, coinciden en considerar lalibertad individual como un bien supremo.

‘‘rición de ETA y de su unilateral violen-cia política. En el País Vasco no exis-te un enfrentamiento entre dos na-cionalismos, un nacionalismo vasco yun supuesto nacionalismo español, si-no una división de la sociedad vascaen dos segmentos, asimétricos en sucaracterización política. Los no nacio-nalistas no constituyen un grupo o unacomunidad estructurada, sino una so-ciedad plural adscrita genéricamente amodelos demoliberales y que acepta lademocracia representativa como la me-jor forma de gobierno. Su voto se distri-buye en el espectro natural que abarcadesde la derecha liberal hasta la izquier-da socialdemócrata. Todos aceptan laConstitución española y, aún sin ser ne-cesariamente autonomistas, el Estatutode Autonomía del País Vasco como ga-rantía de la democracia y marco legalde convivencia. Es, en definitiva, unasociedad democrática en la que los ciu-dadanos, independientemente de suadscripción a la derecha o a la izquier-da, o ser más o menos partidarios del li-beralismo económico o del estado so-

cial, coinciden en considerar la libertadindividual como un bien supremo. Lasociedad nacionalista, por el contrario,se adscribe a modelos comunitarios enlos que priman los valores culturalespatrios frente a la libertad individual. Ensu interior conviven tendencias másconservadoras con otras que propug-nan radicales cambios sociales, pero porencima de esas diferencias los naciona-listas aspiran a la unificación de toda lasociedad bajo el signo de la identidadcomún. El propio presidente del Go-bierno Vasco demanda de todos lospartidos de la Comunidad Autónoma loque él denomina “un sentimiento depertenencia común”. Para los nacio-nalistas la nación representa un patri-monio lingüístico, cultural, incluso ra-cial, que todos los ciudadanos tienen laobligación de perpetuar. De este mododefinen a los vascos como un puebloétnicamente distinto a los españoles y alos franceses, que tiene, por tanto, underecho inmanente a la soberanía na-cional. En las declaraciones nacionalis-tas no faltan tampoco referencias ra-

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ciales; en 1996, en un importante do-cumento del PNV, el partido mayorita-rio del nacionalismo y supuestamenteel más moderado, al que pertenece elpresidente del Gobierno Vasco, se diceliteralmente: “Somos el pueblo más an-tiguo, el más autóctono con carac-terísticas craneales, hematológicas ybiológicas singulares… Somos la Naciónmás nación de Europa…”.Los nacionalistas subordinan la demo-cracia a la consecución de la unidadpolítica y cultural de la patria vasca. Suproyecto etnicista incluye la recupera-ción de fórmulas tradicionales y prede-mocráticas de organización política alas que consideran como genuinamen-te vascas. En el mismo texto que hemosreferido más arriba puede leerse:“Somos un pueblo pequeño, penetradoy rodeado por gentes ajenas a nuestraspreocupaciones, empeñadas en tener-nos en sus esquemas conceptuales yculturales, en sus estructuras económi-cas y políticas.” Esta búsqueda de fór-mulas políticas genuinas la han mate-rializado recientemente en lo que de-nominan Asamblea de Municipios:una agrupación de concejales naciona-listas de los ayuntamientos del PaísVasco español, de Navarra y del PaísVasco francés, que pretende substituirinsidiosamente a las instituciones re-presentativas vigentes e iniciar un pro-ceso soberanista. SIETE. La enseñanza pública en PaísVasco es utilizada para el adoctrina-miento político. La política cultural delGobierno Vasco puede entenderse a laluz del principio que en 1995 un altodirigente del Partido Nacionalista Vascorecordaba a sus seguidores: “primerohacer pueblo, luego la independencia”.Los responsables de educación delGobierno Vasco defienden abiertamen-te la idea de que la enseñanza debecumplir la función de transmitir los “va-lores vascos”. El vehículo más eficaz queemplean con ese objetivo es la ense-ñanza de la lengua vasca, pues el prin-cipio que rige en la concepción nacio-

nalista de la transmisión del vascuence,no es el de ofrecer a los niños un patri-monio cultural que les sirva para su de-sarrollo personal como individuos libres,sino el de incorporarlos activamente ala recuperación de la identidad vasca.Desde las instituciones vascas se practi-ca una política cultural y educativa queprima exclusivamente a la cultura vas-ca frente a otros modelos que puedanser libremente elegidos por los ciudada-nos. Bajo la denominación de normali-zación lingüística se ha instaurado unrégimen educativo tendente a transfor-mar una realidad sociolingüística en laque el idioma español es la lengua ma-yoritaria. El estudio del vascuence esobligatorio para todos los niños, inde-pendientemente de cual sea su lenguamaterna, y de las lenguas modernas yclásicas que elijan para su curriculum.La educación pública en los grados bá-sico y medio, que hace unos años seimpartía en español, ha sido mayorita-riamente sustituida por el vascuence.Para ello han debido improvisarse pro-fesores capaces de expresarse en vas-cuence, y cientos de profesores con lar-gos años de servicios han sido despla-zados o se han visto obligados a emi-

grar a otras comunidades autónomasde España. El conocimiento de la len-gua vasca, independientemente de suempleo real, se considera un méritopreferente para el acceso a puestos detrabajo públicos: funcionarios, policías,médicos, jueces, etc. Para evitar estasdiscriminaciones los padres buscanpara sus hijos una enseñanza en lenguavasca, a pesar de que el idioma habladopor la familia sea el español. Las nefas-tas consecuencias pedagógicas de estesistema, que recaen precisamente sobrelas clases sociales con menos recursos,son sistemáticamente despreciadas porlos responsables de educación. El Go-bierno Vasco es quien establece las di-rectrices de esta política lingüística quecuenta con el apoyo activo de los gru-pos violentos que contribuyen a su im-plantación mediante formas diversas deacción directa: alteraciones del ordenen la universidad, carteles en las callescalificando de analfabetos a los niños yjóvenes que estudian el bachillerato enespañol o amenazas a los jueces que nohablan vascuence. OCHO. Violencia política y déficitdemocrático en el País Vasco. Noexiste una causa objetiva que pueda ex-

Los nacionalistassubordinan lademocracia a laconsecución de launidad política ycultural de la“patria vasca”.Su proyectoetnicista incluye larecuperación defórmulastradicionales ypredemocráticasde organizaciónpolítica a las queconsideran comogenuinamentevascas.

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16plicar la existencia de violencia políticaen el País Vasco, pues no puede decirseque surja como consecuencia ni de unasupuesta opresión nacional, ni del en-frentamiento de facciones rivales. Por elcontrario, sí puede afirmarse que tienecausas ideológicas, que es el resultadode un débil asentamiento de la culturademocrática, minada por veinte añosde hegemonía cultural e institucionaldel nacionalismo. El rechazo del terro-rismo en el seno de la sociedad nacio-nalista, cuando se produce, no vaacompañado de una condena moral dela violencia. A partir de la tregua de ETAla condena de los actos violentos desdemedios nacionalistas no se hace desdeprincipios éticos y democráticos, sinoporque, según expresión acuñada, “per-judica el proceso de paz y sólo beneficiaal Gobierno de Madrid”. La iglesia vasca,y en especial alguno de sus obispos,manifiestan a menudo su dolor por elsufrimiento de los presos condenadospor terrorismo y olvidan sistemática-mente el sufrimiento de las víctimas yla asistencia a sus familias. Ayunta-mientos de mayoría nacionalista hanhomenajeado a terroristas abatidos enenfrentamientos con la policía.En este ambiente de grave deterioromoral se puede entender que en un jui-cio celebrado en 1997, un jurado popu-lar declarara inocente al acusado, unsimpatizante de HB, convicto de un do-ble asesinato perpetrado a sangre fríaen las personas de dos policías. Tambiéndesde los partidos nacionalistas que go-biernan en el País Vasco la condena dela violencia ha estado imbuida de ambi-güedad y comprensión hacia sus ejecu-tores. Desde las propias institucionesvascas se presenta a los terroristas con-denados por los tribunales como vícti-mas de un sistema penal que los man-tiene alejados de sus familias. LaComisión de Derechos Humanos delParlamento Vasco, de mayoría nacio-nalista, ha asumido como propia lareivindicación del acercamiento detodos los terroristas a las prisionesvascas. Esa misma Comisión ha desa-tendido permanentemente las de-mandas de los familiares de las víc-timas del terrorismo a las que se lesniega el reconocimiento público de

su sufrimiento. Un diputado elegidopor figurar en las listas del partidonacionalista radical Herri Batasuna,de quien se sabe que fue el jefe deETA durante uno de sus períodos mássanguinarios, es miembro de esa Comi-sión de Derechos Humanos. Reciente-mente el Colectivo de Víctimas delTerrorismo en el País Vasco ha denun-

ciado ante la Dirección General 1 de laUnión Europea, la solicitud en conceptode ayuda económica cursada por elDepartamento de Justicia del GobiernoVasco para elaborar un estudio sobreasistencia a los presos de ETA y a susvíctimas: un ejemplo de como nuestrosrepresentantes institucionales, asimi-lando los verdugos a las víctimas, inten-

A partir de latregua de ETA la

condena de losactos violentos

desde mediosnacionalistas no

se hace desdeprincipios éticos y

democráticos, sinoporque, según

expresiónacuñada,

“perjudica elproceso de paz ysólo beneficia al

Gobierno deMadrid”.

No existe una causa objetiva quepueda explicar la existencia deviolencia política en el País Vasco […]Por el contrario, puede afirmarse quetiene causas ideológicas, que es elresultado de un débil asentamiento dela cultura democrática, minada porveinte años de hegemonía cultural einstitucional del nacionalismo.

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tan desviar la responsabilidad de la vio-lencia hacia el Estado que coarta, segúnellos, las justas aspiraciones del PaísVasco a su soberanía. Más recientemen-te, este mismo colectivo que reúne a fa-miliares de víctimas del terrorismo, sis-temáticamente despreciado por las au-toridades vascas, se ha visto obligado ademandar del Parlamento Europeo unacondena explícita de los partidos queconstituyen el Gobierno de la Comuni-dad Autónoma. Es evidente que en estascondiciones, aunque las institucionesdel País Vasco son democráticas, el ejer-cicio de la democracia se encuentra gra-vemente impedido. La sociedad vascaestá atenazada por el chantaje de ETAque amenaza con volver a matar si susdemandas políticas no son satisfechas, ypor la violencia cotidiana ejercida en lacalle contra cargos públicos no naciona-listas, militantes de partidos constitu-cionalistas, policías, jueces, profesores yotros ciudadanos. Sólo en el períodocomprendido entre el 17 de septiem-bre de 1998, día en el que ETA de-claró su tregua indefinida, hasta el31 de octubre de 1999, en el PaísVasco y Navarra —Comunidad Autó-noma vecina que los nacionalistasincluyen en su proyecto de un PaísVasco independiente y soberano— sehan producido 727 incidentes vio-lentos; es decir, casi dos acciones vio-lentas cada día.Una ofensiva de los nacionalistas radi-cales cuyas acciones, en el más genuinoestilo de fuerzas de choque fascistas,tienen como principal objetivo a los dospartidos políticos no nacionalistas: elPartido Popular del País Vasco y el Par-tido Socialista de Euskadi (PSOE). En299 ocasiones las acciones han sidoejercidas directamente contra las per-sonas. Los más afectados han sido los

cargos públicos; sobre ellos han recaído134 incidentes violentos; los políticos ymiembros de partidos se han visto afec-tados en 76 ocasiones. Entre 511 accio-nes contabilizadas ejercidas contras losbienes de las personas, se incluyen asal-tos contra las sedes de los partidos polí-ticos no nacionalistas, viviendas y vehí-culos particulares, pequeños comercios,oficinas bancarias, instalaciones eléctri-cas, medios de transporte público, fe-rrocarriles, dependencias policiales ymilitares y mobiliario urbano. Carteles ypintadas amenazantes contra las perso-nas cubren las paredes de nuestros pue-blos y ciudades. Como consecuencia detodo esto la libertad de expresión se en-cuentra gravemente coartada. Reina eltemor entre las personas no nacionalis-tas: ser elegido concejal o diputado porun partido constitucionalista, o simple-mente ser militante o figurar en suscandidaturas a las elecciones, comportaun riesgo que puede pagarse con la vi-da. Expresar públicamente las discre-pancias con el terrorismo, con la ideo-logía nacionalista, o, incluso, ser críticocon la política lingüística del GobiernoVasco que prima al vascuence y discri-mina al español, entraña graves riesgos.Es una violencia que recuerda a la delos viejos pogroms del este de Europahasta en la pasividad de las autorida-des. Durante el mes de enero las agre-siones han aumentado hasta alcanzarel número de 2,6 acciones diarias, sinque la policía vasca (Ertzaintza) a lasórdenes de autoridades nacionalistashaya efectuado una sola detención. Unejemplo muy reciente puede ilustrar laactitud, en ocasiones cínica, de las au-toridades nacionalistas. Los comer-ciantes de Guecho —una conurbacióncon más de 80.000 habitantes—, des-pués de que fueran obligados a cerrar

sus comercios por las amenazas y agre-siones sufridas durante una huelgaconvocada por el brazo político de ETAen favor de los terroristas presos, se di-rigió al alcalde nacionalista deman-dando protección. El alcalde les ha ne-gado la ayuda solicitada argumentandoque el problema de la violencia hay queresolverlo “con prudencia y tacto, sincrear conflictos mayores” (sic), aunque,no obstante, ha pedido a los comer-ciantes que “se hagan fuertes” (sic) an-te los piquetes y “tomen medidas va-lientes y atrevidas” (sic). Es decir: no só-lo se niega protección a los ciudadanossino que incluso se les anima al enfren-tamiento. Los nacionalistas y el Gobier-no Vasco cuya representación ostentan,subestiman la realidad social del te-rror y la violencia.Dirigentes del PNV han calificado lasacciones fascistas en la calle como “chi-quilladas”, y para los actos que atemo-rizan e incendian las propiedades de laspersonas sin llegar a matarlas han en-contrado el eufemístico calificativo de“violencia de baja intensidad”.Recientemente el Consejero de Interiordel Gobierno Vasco, responsable máximode la policía, ha sido sometido a una mo-ción de censura a propuesta del PartidoPopular por haber cuestionado la perti-nencia de la detención en territorio fran-cés de una peligrosa terrorista. Desde lasfilas nacionalistas también se llegó acuestionar la conveniencia de la deten-ción de los terroristas que robaron variastoneladas de dinamita en la Bretañafrancesa. En cada ocasión en que la rup-tura de la tregua se hacía más probable,representantes institucionales vascos ysus partidos acusaban al Gobierno deEspaña de “inmovilismo” y de “no dar lospasos suficientes en el proceso de paz”.Los nacionalistas ya han dado su granpaso: han formulado las condiciones deldiálogo, la gestión de las negociacionesse la confían a los terroristas, pues venen ellos los mejores defensores de supropio proyecto político. La recienteconsumación de las amenazas de ETA,

Dirigentes del PNVhan calificado lasacciones fascistasen la calle como“chiquilladas”, ypara los actos queatemorizan eincendian laspropiedades de laspersonas sin llegara matarlas hanencontrado eleufemísticocalificativo de“violencia de bajaintensidad”.

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con el asesinato en Madrid del tenientecoronel Blanco García, ha sido la terri-ble confirmación del carácter ilusorio yantidemocrático de tal proyecto. HerriBatasuna, el brazo político de los terro-ristas, no ha condenado el asesinato,sin embargo el ejecutivo vasco, a pesarde las reiteradas llamadas que desde lospartidos no nacionalistas se han hechoinstándole a romper su pacto con esepartido, aún mantiene con él su cola-boración de gobierno. NUEVE. Reacción europea frente a lafalta de democracia que se vive enEuskadi. La vulneración de los derechoshumanos es permanente en el País Vas-co y los ciudadanos no encuentran elamparo institucional propio de un Es-tado de Derecho. Euskadi se ha dotado através de la Constitución y del Estatutode Autonomía de instituciones demo-cráticas. El problema no reside por lotanto en el sistema sino en los respon-

sables políticos que lo controlan y en ladejación que hacen de sus funciones enfavor del objetivo independentista quie-nes gobiernan tales instituciones. ElDepartamento de Interior y la Policíaautonómica (Ertzaintza) no garantizanel orden público y desde institucionescomo el Gobierno Vasco y las Juntas Ge-nerales se deslegitiman explícita y abier-tamente las detenciones a presuntos te-rroristas llevadas a cabo por el Ministe-rio del Interior del Ejecutivo central y lasFuerzas de Seguridad del Estado que de-penden de este último. De este modo seproduce un peligroso vacío de poder alceder el Gobierno central competenciasen materias como la seguridad policial yal no ser ejercidas tales competenciaspor el Gobierno autonómico, que uti-liza frente al primero el eficaz argumen-to de la no injerencia como cualquierEstado soberano aunque sin serlo enningún momento. De este modo tam-bién, se da la grotesca paradoja de queel nacionalismo antidemocrático vascopuede actuar aún más impunementeque el neonazismo austríaco al verseprotegido, frente a cualquier correctivode la Unión Europea, por el Estado de-mocrático español del que, por otra par-

te reniega permanentemente. Denun-ciamos este absurdo propiciado por elauge agresivo de los nacionalismos et-nicistas y minoritarios en Europa y porel temor de los Estados soberanos a fo-mentarlos socialmente y legitimarlospolíticamente con el mero cumplimien-to de la legalidad. Por lo dicho y ante lamás alta institución de la UniónEuropea, el FORO ERMUA, solemne y fir-memente, declara:

Al ceder el Go-bierno centralcompetencias enmaterias como laseguridad policialy al no serejercidas talescompetencias porel Gobiernoautonómico, […]se produce unpeligroso vacío depoder.

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CONCLUSIONESDadas las circunstancias que acabamosde describir, y a modo de conclusión elFORO ERMUA quiere llamar la atenciónacerca de los tres hechos siguientes:

1. LA LIBERTAD ESTÁ REPRIMIDA PORLA AMENAZA Y EL CHANTAJE POLÍTI-CO DE ETALos asesinatos de ETA y su permanenteamenaza recaen sobre los ciudadanos,especialmente sobre las personas nonacionalistas. Es el castigo que los te-rroristas imponen a una sociedad de-mocrática que no les ha concedido ni lavictoria política ni los cambios institu-cionales que ellos exigían. Desde elanuncio de la falsa tregua la violenciacallejera —versión vasca de los viejospogroms— lejos de disminuir ha au-mentado, sin que la policía autónoma,cuyo mando supremo corresponde alGobierno Vasco, intente siquiera darleuna respuesta adecuada. La violenciacallejera de los ultra-patriotas vascostolerada por sus aliados nacionalistascumple así una función esencial para elmantenimiento de la hegemonía políti-ca e ideológica nacionalista: atemorizary coartar la libertad de expresión de losno nacionalistas.

PETICIONES AL PARLAMENTOEUROPEO

1. Pedimos que el ParlamentoEuropeo condene la política delGobierno Vasco, tanto por el Pactode Estella como por el Pacto deLegislatura con EH.

2. Solicitamos el amparo moral yexplícito de la Unión Europea an-te la falta de libertades públicasen el País Vasco.

3. Solicitamos al Parlamento y a laComisión Europea que insten alGobierno Vasco a que haga valer losderechos y libertades de la ciudada-nía vasca protegidos en la Constitu-ción Española y recogidos en el Tra-tado de la Unión Europea. Ademásinstamos que respalden explícita-mente al Gobierno de España parahacer cumplir la legalidad en todosu territorio.

Febrero de 2000 / FORO ERMUA

2. EL NACIONALISMO ES RESPON-SABLE DEL DETERIORO DE LA DE-MOCRACIACon el pacto de Estella el nacionalismoha abandonado su tradicional ambigüe-dad hacia la violencia y se ha decantadopor una alianza política con quienes lapractican. El llamado nacionalismo de-mocrático no sólo adopta los fines deETA y de su brazo político, sino queacepta sus medios violentos y antide-mocráticos. El PNV y EA no propugnanla violencia dentro de sus filas, pero laconsienten en sus aliados. El nacio-nalismo en su conjunto ha contraído laterrible responsabilidad de apoyar y le-gitimar a un importante segmento de lasociedad vasca que aspira a la homoge-neidad étnica, y cuyo recurso políticomás aspirado y coreado multitudinaria-mente es la violencia y el miedo.

3. EL EJERCICIO NACIONALISTA DELPODER HA DESPRESTIGIADO A LASINSTITUCIONES AUTONÓMICASLas promesas del Presidente del Gobier-no Vasco de romper su alianza de go-bierno con el brazo político de ETA si nocesaba la violencia política, no han sidomás que palabras vacías, cuyo incumpli-miento compromete gravemente laconfianza que los ciudadanos vascospodamos tener en nuestras institucio-nes y su presidente. Los partidos quegobiernan en el País Vasco se mantienenen el poder gracias al apoyo parlamen-tario del brazo político de ETA. El precioimpuesto en la oferta de ese apoyo con-siste en asumir un “proyecto de cons-trucción nacional” que refleja las aspira-ciones de ETA y no las del conjunto de lasociedad vasca. La permisividad con elfascismo callejero ilustra perfectamenteel carácter antidemocrático de estaalianza nacionalista. El actual GobiernoVasco no puede, por tanto, recabar la le-altad de los ciudadanos hacia unas ins-tituciones que él mismo ha subvertido,pues al ponerlas al servicio de un pro-yecto político totalitario las ha vaciadode su sentido democrático.

Embalse de Sobrón

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In Memoriam

In Memoriam. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

20DISCURSO DE VIDAL DE NICOLÁS, PRESIDENTE DEL FORO ERMUA ANTE EL GRUP DE PERIODIS-TES PROGRESSISTES “JOSEPH MARIA LLADÓ” CON MOTIVO DEL PREMIO CONCEDIDO A JOSELUIS LÓPEZ DE LACALLE A TÍTULO PÓSTUMO

La palabra, ese elemento fundamental que el ser hu-

mano utiliza para comunicar la compasión y la fra-

ternidad en los tiempos bonancibles de la paz, es

también, en la procela de la adversidad, el que nos

permite elevarnos contra la injusticia y contra la

mentira. Lo saben bien los poetas, quienes, como di-

ce Theodor Momsen en su “Historia de Roma”, ocu-

paban en tiempos del Imperio Romano la más baja

categoría entre los habitantes de la ciudad que era

entonces el centro del universo, y esto porque o bien

despreciaban con arrogante cinismo la vanidad de

los poderosos, o bien porque resistían la injusticia ha-

ciendo de sus versos un bálsamo que la suavizara.

Más cerca de nosotros en el tiempo, otros artífices

de la palabra han dado testimonio de lo peligroso

que es esgrimir ese arma incruenta contra la opre-

sión totalitaria, y es larga la lista de los poetas que

dejaron su libertad o su vida, precisamente en ese

desigual combate por la vida y por la libertad,

contra los verdugos y contra los tiranos.

Hoy son los periodistas, sois vosotros, los quelleváis la palabra a todos los rincones de la tie-rra, en las galeradas de los diarios, en las ubi-cuas ondas de la radio y en la urgencia temblo-rosa de la televisión. Lleváis la noticia con la pa-labra, el detalle preciso del acontecimiento, pe-ro también la apostilla moral, el comentario crí-tico a esa materia mostrenca que nos ofrece larealidad cotidiana. Esa presencia testimonial,tan poderosamente difundida, que ejercéis en lavida de la sociedad, os convierte muchas vecesen objetivo de la ira de los corruptos, de losopresores. Bien a pesar vuestro, os convertísmuchas veces en héroes o en mártires, cuan-do sabemos que en los países donde las liberta-des democráticas están bien asentadas, esas fi-guras tópicas han sido substituidas por el apa-cible ejercicio de la ciudadanía.Hoy, en este homenaje que habéis querido de-dicar a vuestro amigo José Luis López deLacalle, me vais a permitir que traiga a vuestraatención esta pesadilla que los nacionalistasdenominan “el conflicto vasco”, y que ha con-vertido a nuestro país en una desdichada cari-catura de lo que debiera ser la convivencia de-mocrática. Me refiero a la presencia impuneen nuestra sociedad de un desaforado terro-rismo que reproduce y compendia toda la vio-lencia que se ha desarrollado en Europa a lo lar-go de todo el siglo XX, incluido el nazismo ra-

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cista de Hitler. Y a su lado, un nacionalismoetnicista del cual lo menos que puede decir-se es que representa un torpe anacronismoen los albores del nuevo siglo, en el que seanuncian ya proyectos para una convivenciaplanetaria; en nuestro ámbito, desde las ins-tancia oficiales de este nacionalismo que seautoproclama democrático, se pretende bo-rrar de la memoria popular todos aquelloselementos históricos y culturales que hanunido a los vascos con el resto de los espa-ñoles; y a esto se añade el no considerar queen una sociedad como la vasca, dichosa-mente enriquecida por el mestizaje, existetal pluralidad de opciones individuales, quela sola pretensión de homogeneizaras y en-marcarlas en un proyecto tribal, constituyeuna aberración insoportable para la ciuda-danía responsable.José Luis conocía profundamente la etiolo-gía de este fenómeno de nuestra sociedad,de este conjunto de datos políticos, socialesy culturales que conforman hoy, en el país

vasco, una virulenta patología de la convi-vencia. Y, desde las columnas de un periódi-co hacía observaciones críticas, análisis deurgencia, llamamientos a la conciencia cívi-ca, exhortaciones a los políticos para quehallasen una terapia contra ese cáncer delfundamentalismo violento.Con una prosa que restallaba en cortas fra-ses aforísticas, donde se podía percibir el ja-deo de la indignación, nos hacía llegardesde la letra impresa el grito de un hombrelibre para que no nos encanalláramos en elsilencio. Había sufrido la persecución de ladictadura franquista y había estado encarce-lado. Y por eso conocía las situaciones deemergencia donde peligra la libertad de loshombres y de las mujeres, y con ella la dig-nidad. Y por eso hablaba, ahora, desde latrinchera laica del periodismo, contra labarbarie que quieren imponernos los “hu-

nos” y los otros, como decía nuestroUnamuno. Le oí gritar una vez, en una reu-nión de nuestro FORO ERMUA, que él ayuda-ra a fundar: “Me niego a volver de nuevo a laclandestinidad”.Yo conocía desde hace muchos años a esemagnífico ejemplar humano que era JoséLuis y puedo hablar por tanto con conoci-miento de su arrolladora simpatía, de su en-tusiasmo juvenil, de su gallardía de su ho-nestidad y de su espíritu tolerante.En nombre de Mari Paz, su viuda, de sus hi-jos Aitziber y Alain, y del FORO ERMUA,que se enorgullece de haberlo tenido comocompañero os agradezco la distinción pós-tuma que le habéis dedicado. Gracias, muchas gracias.

Vidal de Nicolás

Le oí gritar unavez, en unareunión de nuestroFORO ERMUA, que él ayudara a fundar: “Me niego a volverde nuevo a laclandestinidad”.

Madrid, 8 de febrero de 1999. El presidente del Gobierno con varios miembros del FORO ERMUA, entre ellos (arriba izquierda) José Luis López de Lacalle.

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—Han matado a José Luis.A las once de la mañana de un domingo los reflejos lostengo aún embotados. Puedo oír, pero no entender todolo que oigo y mucho menos por teléfono. Es Ángel, mellama desde Zaragoza, lo acaba de oír por la radio.—Hace media hora, a la puerta de su casa en Andoain, un ti-po le ha metido cuatro tiros, dos en la cabeza y dos en el pe-cho […].—¿Dónde está?—Tirado en la calle, en la puerta de su casa, aún no hanlevantado el cadáver.Por la ventana contemplo un cielo difícilmente azul, unsol radiante y una mar calma, algo tendida, con sus man-sas olas lamiendo la orilla de la playa. Cuerpos sublimesdescansan en la arena. Turistas e indígenas comienzan aabarrotar el paseo marítimo. Vuela una cometa. El mundono se detiene y ninguna mala noticia empañará el brillode esta ciudad amedrentada pero alegre y disimuladora.—Voy para allá.Sin desayunar, sin limpiarme los dientes, sin casi despertar-me conduzco por entre el breve y ensimismado tráfico ma-tinal de los domingos. Pronto alcanzo la autopista y acele-ro con una furia que es más desahogo que urgencia, pordesgracia el trance es irreversible. El viaje se aproxima a laperfección cuando ignora su destino y quizá estos quincekilómetros que separan San Sebastián de Andoain sean elmás breve, sucio y perfecto de mis viajes pues no sé en bus-ca de qué voy. De quién si, pero ya no existe. Recuerdos deayer mismo, ya viejos recuerdos. José Luis no conducía, eneste asiento vacío de mi derecha pasó horas y horas de via-jes clandestinos en plena democracia, en defensa de la li-bertad como cuando la democracia era un espejismo de ca-rretera, un viaje a la ucronía. José Luis era un charlatán in-corregible, horas y horas de un alfaguara verbal siempre lú-cida y amena. Anécdotas de su lucha antifranquista. Untrabajo de Aragoa, una revista que editábamos en París so-bre cuestiones de inmigración y racismo, sustentando te-sis que hoy de buena o mala gana todo el mundo daría porcorrectas, originó la gran polémica. No éramos más de seispero convencíamos, nunca tan pocos influimos tanto. Y deesas anécdotas a nuestra situación actual. Claro que pue-den ir contra la gente del FORO, pero ¿tú crees que llega-rán a matar a alguno de nosotros? En cualquier caso nadaque hacer, por más precauciones que tomes siempre tienesque entrar y salir de tu casa. Por opinar no, por escribir tuopinión. ¿Sabes qué pienso?, para ellos la libertad de ex-presión es la libre emisión de un pensamiento esclavo.Manchado. Vaya, creía que era mío. Cuesta creer que ha-bláramos así, con tanta asepsia, casi con frivolidad, denuestra posible pero improbable muerte.

Bordeo la cantera, atravieso por entrelos edificios fabriles y penetro hacia elcentro urbano en un recorrido que tan-tas veces hice para dejarle en su casa.Allí está, ante la puerta sin abrir, en eseahora obsceno espacio soportalado, ba-jo una manta encubridora del crimen,con el paraguas rojo aún abierto y losperiódicos del día, su pan de cada día,desparramados por el suelo, compo-niendo la más hermosa estatua yacente,símbolo de las libertades individuales,pero la más triste realidad de las posi-bles sobre la tierra, el pecado de Caín. Elrojo fulgor de la sangre me estremece.—¡José Luis!Floto entre dos luces, a cámara lenta,tratando de ceñirme a tan abominablerealidad. Quizá le llamara a gritos […].[…] Una vez más resucita José Luis desus cenizas. Conciliador y dialogante,se interpone entre mi vértigo y elabismo que lo provoca. Piso a fondoel acelerador, jamás he recorrido unadistancia tan interminable, quizá por-que me aterre el no saber qué hacercuando estos breves kilómetros conclu-yan. Otra vez su torrente verbal. Claroque pueden atentar contra nosotros,pero no creo que nos maten, matar aun escritor es siempre un punto sin re-torno, es la eutanasia política del credodel sicario. […]. Bueno, tampoco unova a arrodillarse porque le amenacencon pegarle un tiro, ¿no? Más vale re-currir al humor y le echo en cara la úni-ca mácula en su currículo de eterno mi-litante antifranquista: cinco años decárcel y de jefe del comité de fugas sinconseguir una evasión. Sus carcajadasson tan espléndidas como liberadoras,en cualquier contencioso siempre tie-nen la virtud de relajar a las partes, deaproximarlas al común factor humano.

Recién jubilado va a hacer realidad unade sus grandes ilusiones, a pie elCamino de Santiago. […] El rojo fulgor de la sangre. Un dolorque se hunde en una profunda e insos-pechada negritud. Duele porque nodebiera haberse ido y duele porque es in-justo e intolerable. Un dolor que siembray entierra encontradas emociones […].No me atrevo ni a analizar mis senti-mientos, sé que el mal me ha mordido yen consecuencia, como en los relatos delos vampiros, estoy de su virus contami-nado: la certidumbre de que en la luchagana quien no tiene escrúpulos. No só-lo mutilan su cuerpo sino además em-ponzoñan el fluir de tu conciencia. Meabismo en el vértigo de cuál habrásido su último pensamiento […].—Han matado a José Luis.[…] Aprieto el acelerador, ojalá este viajesólo fuera el recuerdo de una pesadillaque nunca existió salvo en mi mundoimaginario. Por desgracia en mi ficcióntodo parecido con la realidad es inevita-ble. A ciento cuarenta mi deseo es el deese sueño en donde corres pero no avan-zas, intentas volar pero no despegas,quieres nadar y el peso de la culpa tefondea. Por desgracia no tengo el fácilremedio de despertarme. […] No quierollegar a mi destino, nada puedo remediary no sé si sabré enfrentarme a la indefi-nición de la muerte. […]. Después deAuschwitz, la definición de la muerte es-tá reñida con la poesía. La muerte es unamierda, todo tú hecho mierda. Matarán aalguno de nosotros y el domingo seguiráimperturbable su marcha hacia el cre-púsculo. Es tan absurda la muerte, provo-ca tan abyectas contradiciones. […] Noquiero llegar a Andoain. […] No quierodarles más ventajas a los infames here-deros de Auschwitz. Avisto la cantera yen ella paro, dentro de sus estremecidasfauces calizas. Necesito llorar y he de ha-cerlo en silencio, en privado. De nada va-len los gestos de dolor, la grandilocuen-cia hueca. El terrorista profesional desde-ña el patetismo. O aún peor, de él se nu-tre. Jamás volveré a Andoain porque yaadivino la pintada blasfema sobre sutumba: José Luis, jódete. Aquí estoy,quieto mientras la pesadilla de la historiase derrumba sobre mis hombros.Procurando domeñar el miedo y con elcorazón roto.

Corto viaje hacia la muerteRaúl Guerra GarridoEscritor

* En homenaje a José Luis López de Lacalle, asesinado por ETA el 7 de Mayo de 2000, en “El otoño siempre hiere”, Modernos y Clásicos de Muchnik Editores.

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El periódico Crónica de León-EL MUNDO ha titulado asíuna entrevista con RaúlGuerra Garrido: «Si el mie-

do oliera, las calles del País Vascoapestarían». Así es.Hay miedo por lo que pasa y por loque puede pasar. Y la Ertzaintza entregua. Un hecho inaudito del que esresponsable el lehendakari. No hayrespuesta ciudadana al terror. El te-rrorismo se ha convertido en unapráctica libre de cargas políticas. Nohay posibilidad de recomponeraquello que se denominó «bloquedemocrático». Para el nacionalismoque estuvo en esa posición, y ahorase ha juramentado en la radicali-dad, en un proyecto etnicista, esosería volver al pasado. Reza el llama-miento a la manifestación del día15: «descartamos cualquier políticade aislamiento político o social». Noquiere situaciones como las de juliodel 97. Habrá que confiar que elconstitucionalismo vasco que ha re-nunciado a la movilización autóno-ma, al menos no secunde maniobrasde ditracción. Hay que leer con aten-ción el aludido llamamiento. Se de-duce: el PNV no quiere caer en unasucesión de huelgas generales. Nolo soportarían sus apoyos sociales.En esta situación concreta, le con-viene marcar algunas distancias conETA. De manera calculada. Todo tie-ne que seguir igual aunque corra lasangre. Habrá atentados y otra tre-gua. Para ese momento, para el nue-vo alto el fuego, desde ya, Arzalluz ysus chicos preparan la munición dela batalla mediática. Escalofriante.Egibar ha dicho: «ETA tiene ya asu-mido dejar las armas aunque atentede nuevo». ¡Qué pestilencia! Menosmal: urnas a la vista.

En la manifestación del día 15 se vi-sualiza lo que une al frente nacio-nalista y algunas cosas que le desga-rran. Le une la intentona de utilizarpara sus fines la bandera de la paz. Elpeneuvista Urbiola dijo en su día: «elderecho del pueblo vasco a decidirpor sí mismo, o la obligación de lasdemás fuerzas, fundamentalmentecentralistas, de respetar esa decisión,sea cual sea. En estos principios lacoincidencia —con EH— es absolu-ta. Es lo que está en el acuerdo deLizarra». Reparen ustedes en «sea cualsea». La manifestación simboliza, yesto les une, la exigencia a los go-biernos de España y de Francia deque otorguen lo que, como ejecuti-vos, ni siquiera les compete, de ha-cerlo incurrirían en ilegalidad, en pe-nalizable suplantación de sus respec-tivos cuerpos electorales. Es burda ymentirosa toda comparación conIrlanda. Amén de la cuestión de lospresos, hasta aquí las coincidencias.EH ha acusadso a los firmantes de laconvocatoria de desvirtuar, en el es-crito, el Pacto de Estella de «formatotalmente interesada». Les tacha de«irresponsables», de bloqueadores del«proceso». ¿En tal documento en quése vulnera el texto de Estella? Cabepensar que en el acuerdo pudo haberun parte secreta, de blindaje. Y unadiferencia de calado: PNV, EA y IUse limitan a decir: «Urgimos a ETAa no actuar». Pero, para EH, en laque Egibar ve más «evolución queinvolución», ETA sigue siendo«agente político determinante». Ylo seguirá siendo. La defenderá de lasactuaciones policiales.

J. L. López de LacalleEl Mundo, 11 Enero 2000

Pocas semanas después del

Manifiesto en Estrasburgo

ante el Parlamento Europeo, que

reproducimos en la seccion de

DOCUMENTOS de esta revista,

fue asesinado José Luis López de

Lacalle, periodista, ilustre

y entrañable miembro del FORO

ERMUA. Con nuestro recuerdo

y homenaje, reproducimos

a continuación cuatro de sus

colaboraciones en EL MUNDO.

La niebla y el trasluz

PESTILENCIA

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Ibarretxe ha dejado en «suspenso» elacuerdo con EH. Tiene aprobados lospresupuestos. Está a cubierto de votosde censura. En estas condiciones, en un

Parlamento que no legisla, los acuerdos par-lamentarios pueden ser suspendidos indefi-nidamente. El PNV no va a romper el frentenacionalista. Para justificarlo, Arzalluz harecurrido al recuerdo de la guerra civil. Sólomentes perversas, ruines, pueden hacerlo. Elterrorismo no es cosa del pasado, un con-junto de delitos amnistiados. Si así fuera, losemplazamientos a EH a que lo condenaracarecerían de fuerza. Se trata de delitos quese están cometiendo ahora. De aquí la inex-cusable condena, tanto por razones de justi-cia, de moral democrática, como de formade combatir su ejecución.Por contraste, la impresionante manifes-tación de Madrid ha revelado las limita-das movilizaciones habidas en el País Vasco.No hay posibilidad de hacer manifestacio-nes con el nacionalismo. Pensar lo contra-rio es una ingenuidad. En las concentracio-nes convocadas por el lehendakari, con el

sesgado lema «Necesitamos la paz», quepropicia la participación conjunta de quie-nes combaten al terrorismo y de quienes loamparan, se vio la resolución y combativi-dad de un tipo de gente que parecía apa-gada. Defendieron a gritos su libertad. Des-ahogaron su irritación. De su comporta-miento, en personas no dadas a la bronca,es deducible que otras muchas se encuen-tren en el mismo estado de ánimo. Todo uncontingente humano que se movilizarácuando sea convocado con oportunidad ybajo un lema convincente, inequívoco. AEgibar le pareció «un espectáculo lamenta-ble». Al parecer, para él, no lo es que se vi-toree impunemente a ETA. Por lo visto, esoforma parte del folklore vasco. Si los parti-dos constitucionalistas del ámbito de laCAV, liberándose de las maniobras de Iba-rretxe, no movilizan autónomamente a lasgentes de su órbita, otras instancias lo ha-rán por ellos. Es una necesidad.En el frente nacionalista todo estaba prepa-rado, y negociado, para afrontar la tempes-tad. En él se tiene la certeza que, tras un pe-

ríodo de atentados, habrá otro alto el fuego.Pero nada será igual. Se ha agotado la lla-mada estrategia de treguas. La farsa ha que-dado desvelada. Nadie se llevará ya a enga-ño. Ni el más iluso de los nacionalistas cree-rá que el efecto de la «tregua» vaya acabarelectoralmente con los españolistas. Haquedado al descubierto que Estella ha sidopista de despegue, por la construcción na-cional, no de aterrizaje. En Madrid todo se-guirá igual. No se producirán falsos movi-mientos. Otegi ya no engatusará. Para todoquisqui ha quedado claro que el alto el fue-go es una forma de encubrir la continuidaddel chantaje terrorista. Quien hable de pro-ceso de paz, de su carácter irreversible, haráel ridículo. El nacionalismo se la juega. Seacabó la farsa. Para volver a causar el im-pacto de septiembre del 98 sólo le quedauna baza. Que ETA anuncie su renuncia alterrorismo. La forma más convincente dehacerlo es proclamando su disolución.

J. L. López de LacalleEl Mundo Euskadi, 25 Enero 2000

ETA hacía peligrar la transición demo-crática. Por sus atentados y por losproblemas de orden público que sus-citaba. El PNV mostró fuerza en las

urnas. Se le vio como al partido valladar, ca-paz de neutralizar al ultranacionalismo. UnArzalluz moderado, brillante, muy distinto alactual, inspiraba confianza. El Madrid políticorespiró. En el País Vasco, para asentar el cam-bio, se contaba con un partido nacionalista ycon el hombre capaz de conducirlo. El partidoimprescindible. Empezó la historia. El PNV fueel único partido que en la transición no hizo

ninguna concesión. Pacta el Estatuto con laUCD. Entre los años 1980 y 1986 obtiene susmejores resultados electorales. Es el artíficedel Estatuto. Gana la batalla de la LOAPA. Lasagresiones de ETA han arrinconado al centro-derecha vasco. Impone su santa voluntad, sussímbolos y su lenguaje. Por el terror, había pe-riódicos vascos que no editorializaban.Criticar la ideología nacionalista era cosa deosados. Se produce su disparatada ruptura.Aun perdiendo, la formación jeltzale siguesiendo el partido imprescindible. Entre 1986 y1992, los gobiernos de coalición atemperan

las cosas. Nace el Pacto de Ajuria Enea. 1992es un año clave. La autovía de Leizarán.Claudicación. Conversaciones de calado delPNV con HB. Sufrí inconvenientes por cri-ticar lo sucedido y por sostener que esasconversaciones, con el tiempo, llevarían a laplasmación de una plataforma nacionalistainasumible. Mentes cegadas por lo inmediatono lo comprendían. Se impuso el criterio inte-resado de la gobernabilidad. Del 92 aquí nohace falta recordar nada. La influencia polí-tica del PNV no ha guardado relación consu peso electoral.

La niebla y el trasluz

SE ACABÓ LA FARSA

La niebla y el trasluz

EL PNV… ¿IMPRESCINDIBLE?

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Alo que más tiempo dedica el Parla-mento Vasco es a los juegos se-mánticos. El término condenar tie-ne decenas de sinónimos. Cual-

quiera de ellos sirve para definirse contra elterrorismo, de forma concreta, sin eufemis-mos. El rechazarlo públicamente significacompromiso por su erradicación. Se sostieneque lo importante es que esos hechos no seproduzcan. El lehendakari dijo en su día queno gobernaría apoyado por EH mientras nocondenara al vandalismo callejero. Faltó a supalabra y ultimó un acuerdo parlamentario.Si esta práctica hubiera cesado, aún sin me-diar la condena de esa formación, Ibarretxe,en efecto, podría justificar su decisión. Perolas agresiones han continuado. Ahoracon muertos. Combate al terrorismo quienlo repudia públicamente. Al habido y al quese practica en el presente. Es, pues, la condi-ción para que un partido participe en losámbitos del poder ejecutivo.La huelga general convocada por HB ha sidoun gran fracaso. Compárese esta fracasadaconvocatoria con aquellas huelgas generales

por la amnistía del final de los 70. Creo que eltema sugiere algunas reflexiones. Al frentenacionalista le anima el objetivo de la cons-trucción nacional, que incluye la reivindica-ción de territorios extranjeros. Toda una re-volución precisamente en un país que, ni si-quiera en las zonas de más influencia nacio-nalista se dan, dicho en términos marxistas,condiciones revolucionarias. El día 27 volvió aevidenciarse. Las contradicciones en el senodel sujeto revolucionario son palpables e ine-vitables. Unos parecen creer en una revolu-ción de terciopelo, un viaje en coche cama,cuyo arranque sería que los partidos consti-tucionalistas y los gobiernos de Madrid y deParís se sometieran a las exigencias de Estella.Los otros, no saben de terciopelo. No conci-ben que pueda irse a otro escenario partien-do del actual. No aceptan ralentizar los rit-mos. Será empantanar el proceso. No se fíande sus socios. ¿Qué hacer? Lo que han hechosiempre: terrorismo; la forma desesperada deluchar contra la realidad.Dícese: es legítima la expresión de to-das las ideas. Pues no. Carecen de legi-

timidad los pronunciamientos favora-bles al terrorismo y al golpismo. Así co-mo la divulgación de ideas racistas, xenófo-bas, de proyectos de imposición identita-ria, etnicistas. Son figuras delictivas en loscódigos de muchos países. En Austria, unpartido cuyo líder tiene antecedentes dejustificar el hitlerismo, cosa que ahora nohace, pero que exalta la xenofobia, el odioa los inmigrantes, puede participar en elgobierno de Viena. El asunto ha generado«profunda preocupación» en las cancilleríaseuropeas. El presidente Klestil ha sido ad-vertido que la Unión Europea se basa en elrespeto a los derechos humanos, en la noexclusión, en la democracia. Valores queobligan a todos los Estados miembros. Re-sultan evidentes las coincidencias entre loque sostiene Heider, que ahora no mencio-na al nazismo, sobre la «supervivencia delpueblo austriaco», y algunas cosas que seescuchan en tierra vasca.

J. L. López de LacalleEl Mundo Euskadi, 1 febrero 2000

¿Es el PNV un partido imprescindible parala normalización de la vida democrática vas-ca? Sí. Como lo son el PP y el PSE, o cual-quier otro, para que el sistema de libertades,en el autogobierno, discurra sobre la base deun consenso básico. Se le ha otorgado el plusde imprescindibilidad para el objetivo de po-ner fin al terrorismo, para contrarrestar pro-yectos concebidos al margen del Estatuto yde la Constitución. Para ello se le han hechomuchas concesiones. También de orden ide-ológico. La proclamas etnicistas han gozadode dispensa. ¿Para qué han servido? No hayduda, el PNV, hoy, ha ligado su suerte a la delconjunto del nacionalismo, que se concretaen el empeño de arrumbar el marco estatu-

tario y construir la gran Euskal Herria. Ni si-quiera el fin de la tregua le ha hecho recular.Ha roto con el bloque democrático.Cambiará de rumbo si choca con su elec-torado, si se le rebelan los intereses a los quequiere cobijar.Se ha convocado una manifestación para elpróximo sábado en San Sebastián. En el lla-mamiento se denuncia la pretensión de ETAde erradicar la disidencia.

Una manifestación, entre otras cosas, por elderecho de los vascos que no son nacio-nalistas a defender ideas distintas a lasabertzales, por condiciones iguales de liber-tad para todos. Es el requisito previo de lapaz. Una democracia sin alternancia se ago-ta, se muere. No necesita de imprescindiblesper se.

J. L. López de LacalleEl Mundo Euskadi, 15 febrero 2000

La niebla y el trasluz

JUEGOS SEMÁNTICOS

In Memoriam

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Opinión

Opinión. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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La perversión de los conceptos de

diálogo y paz

Si queremos acabar con el terroris-mo, hay dos conceptos que debe-mos desmitificar urgentemente y

desterrar del vocabulario que los demó-cratas empleamos cuando hablamosdel terrorismo: el diálogo y la paz. ¿Porqué? Por tres razones fundamentalesque es hora de tener claras de una vezpor todas. Primero, porque son dos con-ceptos que están actuando de gasolinaque activa o que, al menos, mantiene elfuego de los terroristas. Segundo, por-que están contribuyendo al manteni-miento de una perversa equidistanciaentre los asesinos y sus víctimas.Tercero, porque mantienen una preocu-pante confusión social sobre cuál es laactitud y el tipo de acciones que losciudadanos de las democracias debe-mos mantener contra el terrorismo.El diálogo y la paz no son inocentes ybellas palabras que otorgan certificadode demócrata a quien las utiliza. De-pende de dónde y cómo se utilicen. Ennuestro país y frente al terrorismo, am-bos conceptos tienen connotaciones,sencillamente, antidemocráticas. Por-que el diálogo del que se está hablandono es el que se realiza entre partidos yorganizaciones democráticas para com-

batir el terrorismo. Ese diálogo se refie-re, bien al contrario, a la negociacióncon los terroristas o con quienes com-parten objetivos con los terroristas paraofrecerles contrapartidas políticas. Ycuando se dice que debemos conseguirla paz, se está sugiriendo que hay unaguerra o un conflicto entre dos bandoscomparables, uno, el de ETA, y otro, elde todos los demócratas amenazados.Ambos conceptos son muy queridospor ETA. Porque mientras haya genteque propugne el diálogo como soluciónal terrorismo, ETA sabe que podrá seguirmatando hasta donde quiera, porque, alfinal, habrá diálogo, un diálogo en elque la sociedad ofrecerá alguna contra-partida a los asesinos a cambio del finde los crímenes. ETA calcula, además,que, si el diálogo siempre va a estar ahí,que si sus víctimas potenciales estándispuestas a escucharles hagan lo quehagan, quizá deba intensificar sus asesi-natos y sus amenazas, porque las con-

trapartidas que pueda obtener seránproporcionales a la intensidad de la pre-sión que ejerza. El concepto de paz per-mitirá a los etarras, además, seguir en-contrando justificación a sus crímenes,porque si la sociedad dice que quiere lapaz, es que está de acuerdo con ETA enque hay una guerra, una guerra en laque los asesinatos etarras son accionesmilitares, y no meros crímenes mafiosos.Pero, además, esta contaminación denuestro lenguaje por el discurso de losterroristas equipara escandalosa-mente a las víctimas con los asesi-nos. Porque se nos está sugiriendoque el terrorismo existe y ha pervividoporque hay una falta de diálogo, esdecir, porque las víctimas y los ame-nazados no han sido capaces de com-prender a ETA o de ofrecerles algún ti-po de solución política, de ofrecerles,en definitiva, la firma de la paz.Los efectos de todo esto entre los ciu-dadanos son de confusión y, además, de

Edurne Uriarte

Profesora de Ciencia Política dela Universidad del País Vasco

El diálogo y la pazno son inocentes ybellas palabrasque otorgancertificado dedemócrata a quien las utiliza […] En nuestro país y frente al terrorismo,ambos conceptostienenconnotaciones,sencillamente,antidemocráticas.

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Opinión

Opinión. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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desmovilización. Porque si es democrá-tico dialogar sobre ideas antidemocrá-ticas, o dialogar con los asesinos, y sisomos el bando de una guerra, quizá alfinal nos tengamos que movilizar enrealidad contra nosotros mismos, a versi tenemos un poco más de visión polí-tica y un poco menos de intolerancia ycerrazón mental…Diálogo y paz son conceptos especial-mente queridos y utilizados por los na-cionalistas, y, junto a ellos, por todo esesector social de equidistantes, de esosque dicen estar contra ETA, pero tambiéncontra el extremismo de los otros, es de-cir, de los amenazados por ETA. Dada laprimacía social del discurso nacionalistatodavía hoy en el País Vasco, y la capaci-dad de penetración de los equidistantesen el resto de España, la repercusión so-cial de esta lectura del terrorismo es to-davía enormemente preocupante. Y mássi tenemos en cuenta la endeblez inte-lectual de ese discurso. Sus propios pro-

motores son probablemente conscientesde su debilidad, porque, curiosamente,repiten profusamente las dos palabrasmágicas, pero nunca les dan un conteni-do concreto. Un grupo de intelectuales catalanes halanzado hace unos días un manifiestoen contra del acuerdo antiterrorista fir-mado por el PP y el PSOE, y ha pro-puesto como alternativa, una vez más,el diálogo. Por supuesto, estos intelec-tuales catalanes hablan de un diálogogenérico al que no dan ningún conteni-do concreto. Del mismo diálogo fantas-ma hablaba en una entrevista recienteGerry Adams, el líder del Sinn Fein,quien, cuando se le pedía su opiniónsobre los crímenes de ETA, eludía esaopinión, pero a continuación decía quelo que había que hacer era dialogar.Ibarretxe tampoco se atrevía a escribircon claridad el nombre del interlocutordel famoso diálogo en un artículo titu-lado “El respeto, el diálogo y la paz”, yacababa con la siguiente solución: “[…]sólo hay una manera de avanzar y lo-grar la paz: dialogar ya”. Algo menosacomplejado, o más imprudente, el vi-cario de San Sebastián, José AntonioPagola remataba con más contunden-cia el argumento tan sólo sugerido porlos demás, y declaraba hace unos díasque ETA tiene unas causas y que haydarle unos argumentos que la conven-zan para parar.Si ni siquiera sus propios defensores cla-rifican esos conceptos de diálogo y paz,cabe preguntarse por las causas de tan-ta repercusión social. La primera es, des-de luego, la comodidad con la que estosconceptos permiten parapetarse tras suprotección a tantos y tantos exquisitosque pretenden eludir un compromisoclaro frente al terrorismo. Y la segunda,ese complejo paralizador que ataca to-davía a muchos españoles cuando ha-blan del terrorismo y del problema vas-co. Como si el terrorismo fuera algo másque lo que es, es decir, el uso del terrorpara imponer un proyecto totalitario. Y

como si todavía a estas alturas temieranser tachados de antidemócratas por exi-gir la garantía de los derechos democrá-ticos para todos los perseguidos por ETA,y la acción del Estado de Derecho con-tra los criminales.Pues bien, frente a tanta confusión,tanta indecisión y tanta cobardía, queno hacen más que prolongar la barbarieterrorista, es urgente sustituir de unavez por todas las palabras diálogo y pazpor las de justicia y libertad. Justicia, enprimer lugar, porque las democracias nodialogan con los criminales, sino que lespersiguen y les juzgan con todos losinstrumentos del Estado de Derecho,garantizando seguridad para los ame-nazados y perseguidos, y, muy especial-mente, justicia para las víctimas y paratoda la sociedad.Libertad, en segundo lugar, porque enel País Vasco no hay ninguna guerrapara la que tengamos que conseguir lapaz. En el País Vasco hay una bandaterrorista que está matando y ate-rrorizando a la población. Y frente aesa banda terrorista, lo que debemosreivindicar y conseguir es la libertad, li-bertad para pensar y escribir, libertadpara hacer política, libertad para pasearpor las calles, libertad para hablar, liber-tad, en definitiva para una sociedad so-juzgada, una sociedad que, en el con-texto geográfico de las democraciasmás consolidadas del planeta, vive unasituación de opresión propia de unadictadura, la dictadura de ETA.

Los efectos de todo estoentre los ciudadanos son de

confusión y, además, dedesmovilización. Porque si es

democrático dialogar sobreideas antidemocráticas, o

dialogar con los asesinos, y sisomos el bando de unaguerra, quizá al final nos

tengamos que movilizar enrealidad contra nosotros

mismos

‘‘* Publicado en ABC. Enero 2001.

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Opinión

Opinión. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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Resistencia frente al euskofascismo

Solidaridad con las victimas del terrorismo

Un hombre y su hijo caminanjuntos por una calle vacía —o talvez esté abarrotada de personas

que les acompañan, pero las brumas deldolor nos impiden apreciarlo—. El pe-queño, aferrado a la mano de su padre,deseoso de comprender la razón de sucaminata, pregunta de repente: «¡Papi!¿Para qué vamos a la manifestacióncontra ETA?». La cuestión le sorprende;al fin y al cabo, parece que cualquieradebería saberlo. Además, generalmentees hombre de pocas palabras. Como atantos vascos de su generación le resul-ta complicado expresar sus sentimien-tos; y, en todo caso, prefiere la acción alverbo. Por eso no lo ha pensado dos ve-ces antes de calarse la txapela, abrigar asu hijo y lanzarse a la calle para sumar-se a la protesta por el último atentado.No obstante, reflexiona. Tiene que daruna respuesta y ésta debe ser acertada,pues está en juego el futuro de la gene-ración venidera. Al cabo de un momen-to que tal vez le ha parecido intermina-ble, contesta: «Para que tú y tus hijostengáis derecho de manifestación».He tomado prestada esta historia deuna viñeta de Peridis1 porque, a mimodo de ver, expresa muy bien cuál esel sentido que debe adquirir la solida-ridad con las víctimas del terrorismo.La experiencia de quienes han sufrido el

embate de semejante violencia —unaprueba que, por su casi imposible com-prensión racional, por el desamparo alque conduce, por la soledad radical a laque te abandona, se me antoja próximaa la vivencia del Mal absoluto que no esotra que la «experiencia de la muerte[…] pues la muerte […] la hemos vivi-do»2— puede suscitar compasión. Es unsentimiento legítimo —pues no en va-no, por su desgracia, son dignos de lás-tima— que humaniza a quien lo tiene ylo expresa condoliéndose con ellos. Alfin y al cabo, uno de los nombres deDios, como nos recuerdan tantas vecesdesde el Levante, no es otro que el deMisericordioso.Pero más allá de ese sentimiento, solida-rizarse con las víctimas del terrorismoha de ser también la afirmación de lapropia libertad individual que está enla base no sólo del derecho a la vida,sino también de la posibilidad de convi-vir y arreglar cualquier tipo de diferen-cias en el marco de respeto mutuo quedefinen las instituciones democráticas.En este sentido, la solidaridad es a la vez

la posibilidad de vivir para quien la ejer-ce. El judío Berler —ateo, sionista, bur-gués y situado «más bien a la derecha»—cuenta una historia sobre este asunto,vivida en el infierno de Auschwitz, queexpresa muy bien la referida idea. Relataque durante la marcha de la muerte quesiguió a la evacuación del campo de ex-terminio ante la inminencia de la derro-ta alemana frente a las tropas rusas,«helados, a 20° bajo cero», encontró a«un joven francés que … no podía más …e iba a morir». Sin pensarlo dos veces loagarró y cargó con él «durante kilóme-tros». Su cansancio era terrible y el es-fuerzo agotador; pero, señala sin pre-sunción alguna de heroísmo, «descubríque ayudándole me ayudaba a mí mis-mo … El egoísmo no hacía que fueramás fácil sobrevivir»3.Así pues, el reconocimiento a las vícti-mas del terrorismo es a la vez la afir-mación, para vivir, de la voluntad de re-sistir a la pérdida de la libertad que sepretende imponer desde el que, conuna afortunada expresión que yo he oí-do a Enrique Múgica, puede designarsecomo euskofascismo. Resistir implica, en mi opinión, trescondiciones. La primera, es aguantar,pese a todo, a la tentación del derrotis-mo que a algunos les lleva a proponerque se ceda, con más o menos ampli-

[…] la solidaridades a la vez la posibilidad devivir para quien la ejerce.

Mikel Buesa*Catedrático de Economía AplicadaUniversidad Complutense de Madrid

* Hermano de Fernando Buesa, Parlamentario vasco (PSOE) asesinado en Vitoria el 22 de febrero de 2000 junto con su escolta el ertzaina, Jorge Díez Elorza.

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Opinión

Opinión. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

29tud, a las pretensiones de quienes ejer-cen la barbarie; pues ello implicaría re-conocer legitimidad a su fin de imponera todos y cada uno de los habitantes suideario étnico-lingüístico —el ser vas-co—, negando su ciudadanía como su-jetos de derechos individuales inviola-bles. La segunda, consiste en exigir elmás escrupuloso respeto a las institu-ciones que enmarcan la convivenciademocrática, incluyendo, cuando sepretenda su cambio, los procedimientosde reforma de éstas. Y la tercera, con lacondición precedente, alentar a los go-biernos para que combatan, hasta el lí-mite de sus recursos y posibilidades, elcrimen, la amenaza y el desorden queconducen al miedo y la infelicidad paralos ciudadanos. ¿Cómo ejercer esa resistencia? ¿Cómoexpresar la solidaridad? Tal vez comoresultado de mi experiencia personal,he escuchado con más frecuencia queotros preguntas similares a éstas.Confieso que no tengo una respuestaque considere válida para cualquier ca-so, pues habría que penetrar en cada al-ma humana para encontrarla. No obs-tante, creo que a los ciudadanos co-rrientes nos merece la pena participaren los actos que, lamentablemente condemasiada frecuencia, obligados porhechos sangrientos, se convocan para

hacerlo. Pues las concentraciones silen-ciosas, las manifestaciones, las recogi-das de firmas y otras formas de repudiodel terrorismo no tienen otra finalidadque la de afirmar nuestra supremacía,como sociedad civil, frente a la bandaarmada y sus cómplices. Creo tambiénque quienes ejercemos profesiones vin-culadas a la creación intelectual tene-mos el deber de poner nuestro ingenioal servicio de esta causa —y admiro, porello, a unas cuantas personas que hanasumido ese riesgo—. Y creo, en fin, quequienes, por su representación política,ostentan el gobierno de la sociedad, de-ben actuar con eficacia para preservarel orden constitucional. Estos últimostienen una especial responsabilidad,pues han de conducir esa gran ruedaque forman los acontecimientos de lavida colectiva sin que corramos el ries-go de perecer aplastados en su devenir.

Por ello, como víctima del te-rrorismo, me resulta incom-prensible, a la vez que repu-diable, esa especie de solida-ridad que, tal vez con la úni-ca finalidad de perpetuarseen el poder, sólo llena la bo-ca de gobernantes que, co-mo los que, en los últimosaños, han dirigido el PaísVasco, predican resignacióny renuncian al combate fren-te a los violentos.

[…] y otras formasde repudio delterrorismo notienen otrafinalidad que la deafirmar nuestrasupremacía, comosociedad civil,frente a la bandaarmada y suscómplices.

1 El País, 11 de marzo de 2001.2 La definición es de Jorge Semprún: La

escritura o la vida, Tusquets Editores,Barcelona, 1995, pág. 104.

3 Willy Berler: Superviviente del infierno,Editorial Planeta, Barcelona, 2001. Lascitas entrecomilladas proceden de laspágs. 18, 171 y 176.

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Opinión

Opinión. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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Se oyen de vez en cuando

quejas del espacio que los me-

dios de comunicación dedican

al País Vasco. Unos, los nacio-

nalistas, preferirían que se ha-

blase o se escribiese sobre

otros asuntos (“hay muchas

cosas en el País Vasco además

de violencia”); otros muestran

su hartazgo ante el mensajero

(“hay muchas otras cosas im-

portantes en España”).

Sin duda, hay otros asuntos y mu-chos de ellos son importantes. Peroninguno de la gravedad de lo que

ocurre hoy en el País Vasco: una bandaterrorista asesina persistentemente paradoblegar la voluntad de los ciudadanos;el nacionalismo vasco —que busca feha-cientemente las coincidencias políticascon ese grupo criminal— ha lanzado ymantiene una ofensiva contra las liberta-des; cada día son más los ciudadanos quemanifiestan el deseo de abandonar sutierra para deshacerse del temor y elchantaje; los poderes públicos locales —yasí lo perciben los no nacionalistas— nogarantizan sus derechos porque los supe-ditan a un “proceso soberanista” que nocuenta con el beneplácito de las urnas.En ningún otro lugar de la Unión Euro-pea se vive una situación tan dramáticay no hablar de ello, dejarlo pasar comouna circunstancia más de los avatarespolíticos, sería una traición a los princi-pios que deben regir la democracia y laconvivencia libre. Es más, no basta conhablar de ellos, hay que comprometer-se. Que resulte cansado no es razón pa-ra hacer dejación de las obligacionessociales de los ciudadanos y los mediosde comunicación. Que haga falta

tiempo y paciencia para dar un vuel-co a este drama contemporáneo noes motivo para rebajar la firmeza.Una de las formas que adquiere el peli-groso cansancio es diluir los rasgos dela evidencia. Lo observo en un doblesentido. Por un lado, se asegura que laconfrontación entre los nacionalistas ylos partidos que no lo son es parte deljuego democrático y que, por ello, debesepararse del terrorismo. Pudo ser asíen el pasado, si se quiere contemplar elpasado con benevolencia, pero la bata-lla de hoy no tiene nada que ver con eljuego democrático. Oponer a la de-fensa de la Constitución y elEstatuto, es decir, a las normas quenos convierten en ciudadanos, el me-sianismo de una etnia con pretendidosderechos que se sostienen en la brumade una historia falseada no es unacontroversia democrática, sino una ba-talla del totalitarismo contra la demo-cracia. Oponer al reconocimiento deque las instituciones actuales respon-den a la voluntad ciudadana la quime-ra de un “conflicto” originario que sólose puede resolver cediendo ante losasesinos que enarbolan tan burda men-tira no es un debate aceptable, sino elchantaje que quiere impedir el de-bate razonable de la democracia.Oponer a la defensa de las libertades ylos derechos humanos una “filosofía”excluyente, en la que el “diálogo” no esotra cosa que la aceptación de la prédi-ca de unos fanáticos no es otra cosa

que una vergüenza que debe ser com-batida con todos los instrumentos delEstado de Derecho. Ése es el terreno enel que el nacionalismo vasco de hoy seopone a la sensatez y no caben ni losarrumacos —que suelen venir de quie-nes tienen algo que ocultar en el pasa-do reciente—ni las contemplaciones.Por otro lado, se dice o se escribe, quie-ro pensar que fruto del agotamiento,que las elecciones que tendrán que ce-lebrarse este año 2001 en el País Vascono resolverán nada. Este ejercicio de pe-simismo profético no tiene justificaciónalguna. Se han venido reclamando laselecciones por causas de una gravedadinsoportable: porque el lehendakariIbarretxe fue investido con los votos delos cómplices de ETA, porque no ha sa-bido cumplir la primera obligación deun gobernante, que es defender la viday las libertades de los ciudadanos, por-que no cuenta con el apoyo de la cáma-ra y porque gobierna, ¡en la UniónEuropea!, en contra de su propio Parla-mento. Las elecciones, para empezar, re-solverán la necesidad que sienten mu-chos vascos de enfrentarse con su votoa esta sinrazón. Lo que debería preocu-par a los observadores fatigados es quese celebren con garantías: que se respe-te el derecho a un control eficaz de lospartidos de la oposición —a los que lalegislación no ayuda a estar presentesen todas las mesas—, que no se utilice elpresupuesto público vasco para preterira algunos, que sea una realidad el secre-to de las opciones electorales, que lasinstituciones vascas se apresten a salva-guardar a los votantes del miedo y laspresiones. Si ocurriera así se resolveríanmuchas cosas.

El drama del país vasco*

German YankePeriodista

Oponer a ladefensa de laslibertades y losderechoshumanos una“filosofía”excluyente, en laque el “diálogo”no es otra cosaque la aceptaciónde la prédica deunos fanáticos noes otra cosa queuna vergüenza…

Opinión

* Publicado en Época. Febrero 2001.

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Premio Carmen Tagle

Premio Carmen Tagle. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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La ciudadanía, representada por el FORO ERMUA, rinde homenaje en lapersona de Dña. Carmen Tagle a todos los jueces y fiscales que, con tantoheroísmo, hacen posible en este país la Justicia y el Estado de Derecho.

“…las personas retenemos […] elrecuerdo de quienes nos han pre-cedido. Principalmente de cuan-tos se hicieron más dignos de él.Nuestra memoria coloca un espe-jo al final de la vida de CarmenTAGLE y de todas las víctimas. Enél se perpetúa viva su imagen, ynos orienta por qué sendero delibertad y solidaridad debemosavanzar. […] Gracias y enhora-buena al FORO ERMUA y a laAsociación de Fiscales. Continuadhonrando a Carmen TAGLE. […]La Justicia es un valor superior delos hombres y de los dioses. Bienlo sabía Carmen TAGLE”

Prof. Antonio BeristaínCatedrático emérito de Derecho Penal de laUniversidad del País Vasco (San Sebastián)

“Si jueces y fiscales deben satis-facer en el Estado de Derechoimparcialmente los interesesfundamentales de todos losmiembros de la sociedad […] yasí lo vienen haciendo, sabemosciertamente en un sentido políti-co fuerte por qué fueron asesi-nados José Jauregui, Juez de Pazen 1978, Carmen Tagle en 1989,Francisco Tomás y Valiente en1.996, Rafael Martínez Empe-rador en 1997, Javier Portero yJosé Querol Lombardero en elaño 2000”.

Antonio Giménez Pericás

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Premio Carmen Tagle

Premio Carmen Tagle. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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La Asociación de Fiscales hizo entregaen Bilbao del Premio «Carmen Tagle»al FORO ERMUA, por su defensa de lalibertad de los ciudadanos en el PaísVasco. Acudieron al acto el ministrode Justicia, Ángel Acebes, el presiden-te del Consejo General del PoderJudicial, Javier Delgado, el Consejerode Justicia, Xabin Intxaurraga, en re-presentación del Lendakari. y el vocaldel Consejo General del Poder JudicialEmilio Olabarría. En primer lugar, intervino JoséAntonio Martín Caro, Fiscal Jefe, quecomunicó la concesión del premio yafirmó que «los derechos y las liberta-des se encuentran restringidos en lavida cotidiana» en el País Vasco. Acontinuación el Prof. Beristaín decía:“Aquí y hoy, en la Biblioteca Central deBilbao —no en la sede del TSJ del PaísVasco, y después de que ETA ha asesi-nado a casi 900 personas y continúaaterrorizando a millones de ciudada-nos (macrovíctimas indirectas)—, laAsociación de Fiscales entrega el“Premio CARMEN TAGLE 2000” al FO-RO ERMUA. Agradezco a quienes mebrindan la posibilidad de felicitar a es-tas dos Instituciones por múltiplesmotivos; especialmente por su triplecompromiso en favor de la memoriavictimal, la justicia restaurativa y elposterior diálogo recreador”. Así se ex-presó el Prof. Beristain. “La memoria

que cultivamos es una energía másque mágica, como sugiere RILKE.Gracias a ella se progresa aunque apa-rentemente se retrocede. En vez deconvertirse el fuego en cenizas, zuAsche werden Flammen, el polvo —lamuerte— se transfigura en llamas per-petuas que iluminan y calientan, zurFlamme wird der Staub. Ese pebeteroígneo, las personas rememoradas de-jan huellas imborrables, superan sumortalidad individual y rompen el ca-duco círculo de todas las cosas quenacen, crecen y mueren. Ellas no mue-ren”. […] “Elogiamos al Parlamento yGobierno alemán que, con impargenerosidad, han consagrado y or-namentado en Berlín un magno es-pacio en Homenaje a las víctimasdel Nazismo. Felicitamos a las univer-sidades españolas que de una u otramanera honran a las víctimas. […]Actos rememorativos como éste dehoy consiguen que nuestras víctimasescapen de la fragilidad y temporali-dad de la Historia, se acerquen e in-corporen en la realidad supratempo-ral, profunda. Ésa que CHILLIDA llegacasi a tocar cuando introduce su ma-no en las corpulentas moles, de variastoneladas de mármol, hierro, cemento,para abrir una brecha hacia el “den-tro” de la materia. O Agustín IBA-RROLA, cuando “mira las cosas bus-cando el “fondo”, el contenido de las

cosas”. Y al glosar el “compromiso va-liente del FORO ERMUA y laAsociación de Fiscales por la Justicia”[…] recordó a RUIZ VADILLO, Fiscaldurante casi veinte años en Bilbao queescribió: “Quien da la vida para queotros vivan, o para que otros vivan condignidad, realiza la Justicia con pleni-tud de significado, porque al ideal deJusticia ha sacrificado su propia exis-tencia”. Hablamos de la Justicia en elmás amplio y hondo sentido de la pa-labra “que integra inexorablemente lasolidaridad y el Amor”. Esa Justicia, de-fendida por Max WEBER, incluye eluso de la fuerza legítima pero no laviolencia, construye el inevitable ca-mino inicial para avanzar hacia la paz.A ésta nunca se llega a través de laimpunidad”. […] Criticamos a quieneslo anteponen a la acción de la Justiciay, peor aún, lo mantienen anclado enviejos criterios estáticos y dualistas.Desaprobamos el dialogar con los ase-sinos, sus cómplices y encubridores, enplano de igualdad, sin límite alguno,pues legitima la violencia terrorista eimplica impunidad. Nosotros, en cam-bio, ubicamos el diálogo después deque el delincuente ha reconocido sucrimen. […] Fomentamos el diálogoposterior o simultáneo con la justicia,como proponen los CongresosInternacionales de la World Society ofVictimology, los modernos especialis-

Entrega del Premio«Carmen Tagle» en Bilbao al FORO ERMUA por la Asociación de Fiscales

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Premio Carmen Tagle

Premio Carmen Tagle. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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tas (E. GIMÉNEZ-SALINAS) y progra-mas de mediación, reconciliación yProbation. En ese marco sí, pero sóloen ese marco —no dualista—, cabedialogar”. Antonio Giménez Pericás,en el nombre del FORO ERMUA, co-menzó reiterando “nuestro agradeci-miento por la distinción que nos haconferido el Jurado del premio CAR-MEN TAGLE y confío en poder trans-mitiros mi reconocimiento y homena-je a vuestra presencia, especialmenteen este día cercano aún a la despiada-da muerte de Ramón Díaz destrozadopor un comando de ETA”. Esta máscercana tragedia me lleva a saludarcon especial fervor a las familias de lasvíctimas del terrorismo que se en-cuentran entre nosotros y con recono-cimiento a los miembros de los cuer-pos de seguridad del Estado y a losertzainas que también están con no-sotros. Por último el FORO ERMUA noolvida que gracias a la colaboración dela Sociedad EL SITIO hemos podidocelebrar este acto precisamente en es-te templo del conocimiento y de la li-bertad de palabra”. […] “Me conmuevecomprobar cómo cuatro años despuésde ser asesinado Francisco Tomás yValiente una terrorista dispara sobre elprofesor José Ramón Recalde deján-dole malherido. Se ha producido se-mejante secuencia: Recalde había pu-blicado en “El País” un artículo referi-

do al asesinato sufrido por nuestrocompañero José Luis López deLacalle. “Matar, Morir” se titulaba.Se me hace inevitable recordar la sen-tencia de Séneca en sus “Epístolas”:“Quem putas perisse, praemissus est”—“Ese que tú lloras por haber muertono ha hecho mas que precederte”—.Tras describir la fundación, la natura-leza y los manifiestos del FOROERMUA, Antonio Giménez Pericásexplicó: “De modo que el FOROERMUA se pronuncia frente a la coa-lición nacionalista como una asocia-ción de ciudadanos libres y pacíficos,pero no pacifistas, sino políticamentebeligerante, disociados —en palabrasde J. Habermas— de la pertenencia auna comunidad prepolítica, integradapor descendencia y tradición compar-tida. No nos justificamos según oríge-nes étnicos o lingüísticos protohistó-ricos sino en el mismo proceso de for-mación democrática de la opinión através de argumentos entre personaslibres e iguales. Vivimos en una so-ciedad pluricultural amenazada —co-mo lo fueron otras sociedades euro-peas— por el escuadrismo armado y lamanipulación ideológica de los pa-triotas de la identidad nacional tanperfectamente expresada con la más-cara heideggeriana del “Ser para de-cidir”. “El FORO ERMUA no tiene nada que

decidir ni lo pretende en términos depoder o de pueblo (Volk) porquenuestra cultura política liberal sóloconstituye el medio cívico-políticocompartido en el que se sostiene elpatriotismo de la Constitución. Quizásporque en Estrasburgo alertábamossobre que el cáncer nazi-fascista, ex-tirpado con el final de la guerra mun-dial que hacía metástasis en las recla-maciones de minorías étnicas y lin-güísticas en Europa, incluyendo elproyecto de la “gran euskalherria” delPacto de Estella que denunciábamos,algunos profesores nos acusaron deintransigentes”. […] El FORO ERMUAexplicó en Estrasburgo que la declara-ción de Estella no es sólo un pactopara la acción política sustentado enla violencia subyacente de un grupoterrorista, sino que es también el pro-grama de gobierno del actual ejecuti-vo vasco con EH, como entonces o sinEH por el momento.El Presidente del FORO ERMUA, Vidalde Nicolás recogió el premio“Carmen Tagle” de manos de JavierDelgado. Posteriormente, el ministrode Justicia, Angel Acebes, definió elacto como “de beligerancia contra labarbarie terrorista, que intenta aca-llar a los que no piensan como ellos”y anunció el próximo inicio de loscontactos para llegar a un acuerdosobre la reforma de la Justicia.

Desaprobamos el dialogar con losasesinos, sus cómplices yencubridores, en plano de

igualdad, sin límite alguno, pueslegitima la violencia terrorista e

implica impunidad.

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Premio Carmen Tagle

Premio Carmen Tagle. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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El Tribunal Superior de Justicia

del País Vasco, por mayoría de

sus miembros denegó la utili-

zación de los locales del Pa-

lacio de Justicia para la entre-

ga del Premio “Carmen Tagle”

al FORO ERMUA. Este premio

se instituyó a raíz del atenta-

do criminal contra la fiscal

Carmen Tagle por la Funda-

ción de fiscales que lleva su

mismo nombre.

Justicia y compromiso*

Fue el Presidente del Tribunal Su-premo, que es también Presidentedel Consejo General del Poder

Judicial el que insta al Tribunal del PaísVasco la utilización de sus locales parala entrega del galardón. El que sea esaalta institución del Estado la que solici-ta la cesión del local y que el premio seaconcedido por la Asociación profesionalde fiscales de España hacen que la re-solución del Tribunal Superior deJusticia desoyendo la petición resulteun sarcasmo. Sobre todo cuando cincode los magistrados ya han anunciado sudisposición a realizar un voto particular.El Sr. Zorrilla, Presidente del TribunalSuperior de Justicia del País Vasco hareconocido presiones. Aunque no ha ci-tado las fuentes de las mismas es de su-poner de dónde le han venido. Quizás elSr. Olaberría pueda aclararlo. En cual-quier caso, a quien tiene profundasconvicciones en el Estado de Derechole entra un escalofrío solamente al pen-sar cómo puede ser influenciable unainstancia que debiera tener como nor-ma suprema su independencia e impar-cialidad, y por tanto no plegarse a pre-siones de ningún tipo. Si en una cues-tión tan nimia y baladí como la cesiónde unos locales a petición del órganojurisdiccional pertinente, una instancia

DENEGACIÓN DELOS LOCALES DELPALACIO DEJUSTICIA DE BILBAOPARA LA ENTREGADEL PREMIOCARMEN TAGLE ALFORO ERMUA

¿Los jueces están secuestrados por el

terror en el País Vasco? ¿Hay garan-

tías de imparcialidad judicial? A pe-

sar de que el Presidente del Tribunal

Supremo que a la vez es presidente

del Consejo del Poder Judicial ha so-

licitado al Tribunal de Justicia del

País Vasco el uso de sus locales para

entregar el premio CARMEN TAGLE

al FORO ERMUA por su compromiso

con las libertades el Tribunal

Superior de Justicia del País Vasco

ha denegado su uso. Por siete votos

contra cinco el Tribunal de Justicia

del País Vasco ha denegado el uso de

los locales porque “[...] la sensibilidad

interpretativa de la opinión pública,

las circunstancias sociopolíticas que

caracterizan el presente de esta

Comunidad Autónoma [...]” no acon-

sejan una respuesta favorable a la

solicitud. Los jueces también están

atenazados por el miedo y no todos

se comprometen con la lucha por las

libertades en el País Vasco.

Ernesto Ladrón de GuevaraSecretario del FORO ERMUA

* Publicado en La Razón. Diciembre 2000.

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Premio Carmen Tagle

Premio Carmen Tagle. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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que tiene como alta función nada me-nos que la administración de la justiciase deja influir, y se subordina a las pre-siones por miedo o por otro tipo decircunstancias, es inevitable que losciudadanos pensemos que su imparcia-lidad en la administración de la justiciaqueda en entredicho. No se pueden po-ner “razones de oportunidad” a lasdecisiones, si estas implican hacer elbien y dar a cada uno lo que merece,que eso es ni más ni menos la justicia.Conceder unos locales que, por cierto,son públicos y por tanto sostenidos conel dinero de los contribuyentes para laconcesión de un premio a una entidadque se ha caracterizado por la defensaa ultranza de la justicia y del Estado deDerecho —que son la fuente de la con-vivencia y de la libertad— creo que espotenciar los valores cívicos de los queesta sociedad está tan carente debido ala exacerbación nacionalista y al terro-rismo organizado, y si en esta cuestiónel tribunal citado tiene dudas, ¿cómovamos a esperar algo de su sentido dela justicia?. Los siete miembros del tri-bunal que han votado negativamente ala cesión de los locales estiman que “[…]la sensibilidad interpretativa de la opi-nión pública, las circunstancias socio-políticas que caracterizan el presentede esta Comunidad Autónoma […]” noaconsejan una respuesta favorable a la

solicitud. En definitiva: que en sus deci-siones y resoluciones influye el climapolítico más que lo que sea justo o no,lo cual supone un cuestionamiento desu propia independencia, preocupa alos que como yo estimamos que los tri-bunales de justicia deben estar por en-cima de los avatares políticos, al menossi seguimos creyendo en la división depoderes de Montesquieu. Pero, esmás, por esa regla de tres podemos lle-gar a la conclusión de que el que másgrita, el que más extorsiona, el que máscoarta o coacciona es el que se lleva elgato al agua, y los demás, ciudadanospacíficos que lo único que queremos esque las leyes y la justicia sean el impe-rio que gobierne nuestra vida para im-pedir que la ley de la selva nos invada,nos quedamos a la intemperie. Triste esreconocer que quienes defienden la le-galidad y las normas nacidas de sededemocrática queden relegados por lainfluencia de quienes, precisamentequieren subvertir el orden constitucio-nal. Paradojas de la vida: quienes tienenel alto cometido de velar por el cumpli-miento del ordenamiento jurídico noamparan a los que luchan por su pre-servación, para que no se irriten preci-samente los que lo subvierten. El mun-do al revés.Ante la justicia y la libertad no caben ti-biezas ni espacios intermedios, no ca-ben equidistancias, o se está a un ladoo al otro, o se está con quienes aboganal mantenimiento del orden jurídico einstitucional o se está con quienes, porla fuerza de las armas (ETA) quierensubvertirlo.El demencial clima de secuestro de la li-bertad y de politización de todo lo queafecta a nuestras vidas, en este deca-dente País Vasco al que nos están lleva-do algunos, impregna indefectiblemen-te hasta lo más nimio, como es el sim-ple hecho de la entrega de un premioconcedido precisamente a una asocia-ción caracterizada por la defensa de losderechos humanos y de la libertad —de-fensa de la libertad que ha producido el

que uno de sus miembros fuera cobar-demente asesinado por ETA (José LuisLópez de Lacalle) y el que otros varios,como es público y notorio, hayan teni-do que abandonar su actividad habitualy cambiar de destino para preservar suvida—.Algo tan simple como defender lo lógi-co y lo justo en el País Vasco se con-vierte en heroico. Algo tan elementalcomo ceder un local para la entrega deun premio concedido por una asocia-ción de fiscales de España para destacarel trabajo a favor de las libertades seconvierte en problema. Realmente estePaís de nuestros amores está enfermo, yqueda patente la degradación moral ala que hemos llegado.

Algo tan simplecomo defender

lo lógico y lo justoen el País Vasco

se convierte en heroico.

Algo tan elemental como ceder unlocal para la entrega de un premioconcedido por una asociación defiscales de España para destacarel trabajo a favor de las libertadesse convierte en problema.Realmente este País de nuestrosamores está enfermo, y quedapatente la degradación moral a laque hemos llegado.

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Premio Carmen Tagle

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Por la libertad

Por la libertad. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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ANUNCIA hoy su adhesión sin condicio-nes al Acuerdo entre los partidos políti-cos constitucionalistas a favor de la li-bertad y contra el terrorismo.La Plataforma Libertad considera im-prescindible la unidad democrática delos partidos y fuerzas sociales contra elterrorismo y ve como una necesidadperentoria amparar los derechos y li-bertades de los ciudadanos que estánamenazados directa o indirectamentepor el terrorismo. En ese sentido valora-mos positivo que se exija a los partidosnacionalistas su salida del Acuerdo deLizarra que está descalificado moral-mente por tener como punto de parti-da las pretensiones independentistas deETA y de sus cómplices sobre la base delchantaje y de la violencia y al margen

de la voluntad libre de los ciudadanos.No se puede poner precio a la paz, niponer trabas al ejercicio de la libertad;ni vulnerar los derechos fundamentalesde la persona para condicionarla.Los nacionalistas pueden, dentro delmarco constitucional y estatutario conlos votos que les den las urnas, defendersus aspiraciones, presentándose a losciudadanos con programas claros y sinhurtar el debate. Lo que exige el Pactopor las libertades no es que los naciona-listas renuncien a sus pretensiones sinoal chantaje que explicita el documentode Estella al poner precio al final del te-rrorismo y al ir rubricado por quienes,entre otros, no condenan sino que de-fienden y promueven la extorsión y elasesinato como instrumentos políticos.

El FORO ERMUA se adhirió al acuerdo por las libertadesy contra el terrorismo de 8 de diciembre de 2000 con-sensuado por el PP y el PSOE. El manifiesto fue firmadopor la Plataforma Libertad compuesta por las siguientesentidades: Movimiento Contra la Intolerancia, Asocia-ción de Víctimas del Terrorismo, FORO ERMUA, Foro ElSalvador y Asociación por la Tolerancia,

✔ teniendo en cuenta la necesidad de la recuperacióndel Estado de Derecho y de la salvaguarda de las liberta-des públicas,✔ considerando que es preciso recuperar los valores cívicosque forman parte sustancial de una sociedad civilizada,✔ estimando que es necesario abrir un nuevo procesobasado en el juego democrático que esté fundamentadoen el pluralismo y la tolerancia,✔ viendo imprescindible para recuperar la dignidad y au-toestima de esta sociedad el que los ciudadanos sean dela ideología que sean se sientan cómodos en esta tierra,

ADHESIÓN AL PACTO POR LAS LIBERTADES Y CONTRA EL TERRORISMO

Vidal de Nicolás yAgustín Ibarrola (del

FORO ERMUA),Carlos Iturgaiz

(Partido Popular) yNicolás Redondo

(PSOE).

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Álvaro Gil Robles, Comisa-rio de Derechos Humanosdel Consejo de Europa, hapresentado un informe alComité de Ministros delConsejo de Europa el pasado21 de marzo de 2001 tras suvisita al País Vasco. En dichodocumento ha responsabili-zado al Gobierno Vasco de lafalta de libertad que pade-cen los no nacionalistas y dela pasividad de la policía au-tónoma vasca en la luchacontra la violencia callejera.El comisario se sorprende deesta grave situación socialen una Comunidad Autó-noma que goza de un am-plio marco de competenciasdelegadas.

El informe elaborado por Gil Robles, ha-ce referencia a la patética situación enque se encuentran los ciudadanos vas-cos que defienden un marco constitu-cional. “Soportar”, “deterioro”, “enormetensión”, “clima de terror”, “clima de im-punidad”, “dramática narración”, sonexpresiones que se recogen en dicho in-forme para definir el día a día del PaísVasco. En opinión del Comisario, las ac-ciones de ETA y de la “Kale Borroka”,que afectan gravemente a los derechosfundamentales de la persona y al libreejercicio de derechos cívicos y políticos,necesarios para la convivencia en unasociedad democrática, quedan impunescomo consecuencia de la pasividad dela Ertzaintza.Al mismo tiempo, el informe critica elsistema educativo del País Vasco quefomenta entre jóvenes y niños concep-ciones nacionalistas radicales, exclu-yentes y agresivas con quienes defien-den postulados no nacionalistas, lle-gando, incluso, a fomentar conductasracistas o xenófobas.

El Consejo de Europa apoya elinforme de Gil-Robles

Según informó la agencia EFE, elConsejo de Europa expresó su apoyo alGobierno de España en su lucha contrael terrorismo en el País Vasco y conde-naron el terrorismo de ETA tras debatir,en el seno del Comité de Ministros —in-tegrado por los representantes de losgobiernos de los 43 países del Consejode Europa— el informe elaborado porAlvaro Gil-Robles sobre el grave dete-rioro de la situación de los derechoshumanos.

EL COMISARIO DEDERECHOS HUMANOS

DEL CONSEJO DE EUROPA, ÁLVARO

GIL-ROBLES, DENUNCIALA FALTA DE LIBERTADQUE PADECEN LOS NO

NACIONALISTAS EN EL PAÍS VASCO

Por la libertad

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Por la libertad

Por la libertad. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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Cientos, miles de familias españolas, detodas y cada una de las comunidadesautónomas, se han visto afectadas porla barbarie etarra. Uno de los objetivosque persigue esta infamia terrorista esimponer el “ámbito vasco de deci-sión” frente al cual nosotros AsociaciónVíctimas del Terrorismo, FORO ERMUA,Foro El Salvador, Movimiento contra laIntolerancia y Asociación por la Tole-rancia— reivindicamos el “ámbito es-pañol de la libertad” que consiste enel derecho que todos los españoles te-nemos a opinar e intervenir en estacuestión tan grave y en la necesidad deque lo ejerzamos, nos impliquemos ymovilicemos para acabar con la pesadi-lla terrorista y su legitimación inconce-bible en un país de la Unión Europea.1. La libertad es hoy la primera, la másurgente y dramática demanda no sólode la sociedad vasca sino de toda la so-ciedad española porque hoy ningún ciu-dadano puede sentirse seguro y menossi se opone públicamente al proyectosoberanista de ETA y del nacionalismovasco. Queremos libertad porque sinella no tiene sentido la palabra “paz”,porque en la libertad reside la verdaderadignidad de la vida y porque esa digni-dad se pierde cuando, por miedo a per-der la vida, se renuncia a la libertad.

2. Hacemos un llamamiento a toda lasociedad española, en especial a lospartidos políticos y medios de comuni-caqción, para que emprendan la batallademocrática por la recuperación dellenguaje al hablar de ETA y sus cómpli-ces políticos y morales; para que nousen eufemismos como “diálogo” alreferirse al “chantaje” y para que aquienes practican éste no les concedan,con el uso perverso o inadecuado delidioma, el menor margen de condes-cendencia o respetabilidad.3. Cuando en un sistema democráticohay un grupo que mata, extorsiona yatenta contra la libertad de los ciuda-danos no caben procesos de pacifi-cación sino judiciales; no caben justi-ficaciones ni componendas que violenel derecho a la justicia de las víctimas.4. Consideramos muy grave que unabanda mafiosa mate, extorsione y ate-rrorice. Pero también es muy grave quelas instituciones autonómicas del PaísVasco hagan dejación de sus obliga-ciones y no amparen a los ciudadanoscuando esa banda y su entorno practi-can el terror, la extorsión y el crimen.5. Denunciamos el fracaso del sistemaeducativo del País Vasco y el frecuenteuso tanto de la enseñanza como de losmedios de comunicación para el adoc-trinamiento político. El reclutamientode jóvenes que hoy lleva a cabo ETA só-lo es posible en una sociedad donde nose ha sabido inculcar los derechos hu-manos y los valores democráticos.Exigimos las reformas necesarias, in-cluidas las de los propios textos que sehallen manipulados, para que los jóve-nes sean educados en esos valores. Ynos comprometemos en la tarea de lle-var éstos a la escuela vasca junto con

las propias víctimas del terrorismo y sudolorosa experiencia.6. Constatamos la impunidad con laque se manifiestan los enemigos de lalibertad en el País Vasco y con la queexhiben sus consignas y símbolos anti-democráticos o con la que éstos per-manecen en las calles sin que las auto-ridades intervengan y créndose así unclima de intimidación constante yefectivo para que la ciudadanía desis-ta de ejercer sus derechos, para pro-yectar una idea distorsionada e irrealde País Vasco al resto del mundo y pa-ra inculcar en toda la nación una ima-gen insolidaria y falsa de los vascos quelos aísle y abra una brecha irreparableentre ellos y el resto de los españoles. 7. Nuestro objetivo es defender el plu-ralismo y la tolerancia e impulsar ini-ciativas a favor de la solidaridad, la sen-sibilización y la movilización ciudadanasque promuevan valores como la libertad,la democracia y el respeto escrupuloso alos derechos humanos por encima decualquier reivindicación política.8. Reivindicamos el espíritu de Ermuaque no prendió únicamente en el PaísVasco sino que nos unió a todos los es-pañoles contra el totalitarismo genoci-da de ETA y sus colaboradores políticos.Es sobre este compromiso inequívoco,sobre el que debe seguir movilizándosetoda la ciudadanía española hoy ame-nazada por el terror y sobre el que fun-damos esta plataforma, que rspetará laidentidad y la actividad independientede cada colectivo. 9. Entendemos que la ConstituciónEspañola y el Estatuto de Guernicason vías amplias de libertad que contie-nen las garantías suficientes para el de-sarrollo de cualquier proyecto políticodemocrático sin que exista manera po-

COMUNICADO “POR EL ÁMBITO VASCO DE LALIBERTAD” DE LA PLATAFORMA POR LA LIBERTAD

Desde sus comienzos hasta hoy

la banda terrorista ETA ha pre-

tendido imponer por la fuerza

un estado de terror en todo el

ámbito nacional, extendiendo

para ello sus acciones terroristas

por toda nuestra geografía.

Denunciamos elfracaso delsistema educativodel País Vasco y el frecuente usotanto de laenseñanza comode los medios decomunicaciónpara eladoctrinamientopolítico.

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Por la libertad

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Esta plataforma es, asimismo, el resul-tado de compartir y acercar experien-cias, de constatar que existen objetivoscomunes y demandas sociales que re-quieren un mayor esfuerzo colectivo,de coordinación y trabajo entre las or-ganizaciones ciudadanas que asumenla defensa de los valores democráticosfrente al terrorismo y cualquier proyec-to totalitario.En consecuencia, la recién constituidaPLATAFORMA LIBERTAD tiene como fi-nes:A.- Promover el respeto a los derechosy libertades fundamentales de las per-sonas, fomentar las virtudes cívicas yfortalecer los valores democráticos.B.- Impulsar acciones destinadas a laerradicación de la violencia terrorista y aincrementar la solidaridad y garantizar lajusticia con las víctimas del terrorismo.C.- Actuar contra todo tipo de distincióny defender la pluralidad y tolerancia enel espíritu de los principios recogidos enla Constitución española de 1978 y laDeclaración de los Derechos Humanos.

D.- Impulsar iniciativas destinadas a lamovilización, prevención, educación,información y la sensibilización ciuda-dana frente al terrorismo y a todo pro-yecto excluyente y totalitario.E.- Organizar, coordinar, vertebrar y ex-tender territorialmente el movimientociudadano en defensa de la libertad, lajusticia, los derechos humanos y laConstitución.

Madrid, 2 de diciembre de 2000

Impulsariniciativasdestinadas a lamovilización,prevención,educación,información y lasensibilizaciónciudadana frenteal terrorismo y atodo proyectoexcluyente ytotalitario.

sible de justificar el terrorismo comocamino reivindicativo sino desde un es-píritu miserable que desprecie los dere-chos fundamentales y disfrute con elsufrimiento ajeno.Tomando como fundamento esta de-claración de principios, la Asociación deVíctimas del Terrorismo, el FOROERMUA, el Foro El Salvador, el Movi-miento contra la Intolerancia y la Aso-ciación por la tolerancia constituimos laPLATAFORMA POR LA LIBERTAD comoconsecuencia de un trabajo unitarioiniciado hace meses, que adquiere sulegitimidad en la movilización ciudada-na contra el terrorismo y que impulsa-mos conjuntamente en defensa de laLibertad, la Justicia, los Derechos Hu-manos y la Constitución.

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Por la libertad

Por la libertad. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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La Asamblea General de la Conferencia de Rectores de lasUniversidades Españolas denuncia ante la opinión pública “lapráctica de la violencia y los atentados terroristas como mediopara la consecución de objetivos políticos. La bárbara acción dela banda terrorista ETA y de quienes practican la agresión, laamenaza, el chantaje y la coacción, no sólo conculca las máselementales normas de convivencia democrática sino que aten-ta contra los derechos fundamentales de las personas, contra elderecho a la vida, contra el derecho a opinar y a manifestar li-bremente sus ideas, directamente o a través de los medios de co-municación. Igual de inhumana e incomprensible resulta laactitud de quienes aplauden tales acciones violentas, o miranhacia otro lado como si no fuera con ellos el sufrimiento que és-tas causan. Por ello, y como representantes de instituciones quehan defendido a lo largo de la historia la libertad de pensamien-to y expresión, básicas para el ejercicio de la actividad intelectualy científica, manifestamos nuestro compromiso con la libertad ynuestro apoyo a cuantas personas viven hoy amenazadas enEspaña, a cuantas sufren el ataque, la extorsión y el acoso de losterroristas. Expresamos también nuestra solidaridad con las víc-timas de los atentados, con sus familiares y con los compañe-ros de las diferentes universidades que se han visto afectadaspor la violencia. Desde ese compromiso, hacemos una llamada ala colaboración, diálogo y consenso de toda la ciudadanía parala defensa firme de la vida, de la libertad y de la democracia”.

LOS RECTORES DE LASUNIVERSIDADESESPAÑOLAS Y EUROPEASDENUNCIAN LA FALTA DELIBERTAD EN EL PAÍSVASCO PARA LACONSECUCIÓN DEOBJETIVOS POLÍTICOSABERTZALES

EN EL CAMPUS DE LEIOA (VIZCAYA),UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO UPV/EHU,15 DE FEBRERO DE 2001

Este manifiesto fue respaldado por la Asamblea de Rectores de las Universidades Europeas, que reiteran su apoyo a los profesores universitariosque defienden la Universidad como ámbito de libertad de pensamiento y expresión, conocimiento de la verdad y respeto a la pluralidad.

Por la libertad

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Crónicas desde mi caserío

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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Un día, paseando por la orilla delrío, vi —a lo lejos— en la otraorilla a una chica que también

paseaba. Súbitamente, de unos matorrales, salióun hombre encapuchado que llevabaun arma en la mano. La distancia mehacía dudar de lo que veía. Inmediata-mente, observé que ella corría. Queríainútilmente defenderse. Poco después,empezó a desnudarse. No cabía duda deque se trataba de una violación. Unprofundo sentimiento de indignaciónse apoderó de mí.Llamé por el móvil a la policía. Me pre-guntaron si había pruebas fehacientes:descripción del lugar; constatación deque el supuesto agresor estaba armado;evidencias de que la joven pedía auxilio;etc. Me sugirieron que tratara de obje-tivar los datos y que enviara la informa-ción por escrito. Podría hacerlo por FAX,sin inconveniente. Me sentí consterna-do. Balbuceé algo… insistiendo en micerteza de que algo grave ocurría. Mecontestaron que no me alarmarse, queno había que perder la calma, que estu-diarían la situación. La comunicación se interrumpió. Volví amarcar y solicité hablar con el máximoresponsable de la policía. Me escu-chó. En tono sereno me hizo considerarla “razón legal” de un ciudadano su-puestamente inocente y la “razón mo-ral” de una supuesta víctima. Ordinaria-mente —argumentó— es razonablepensar que la razón no es absoluta sinorazonablemente relativa.Antes de perder el juicio (y los nervios)ante tales razonamientos, tiré el móvil ysalí corriendo en busca de ayuda.Me encontré con un nacionalista queme dijo que eso pasaba porque no haydiálogo. Que solo el diálogo podía aca-bar con la violencia. Que las medidaspoliciales no eran nunca remedio. Queera inútil detener a un violador si siem-

pre podría existir otro violador que lereemplazase. Solo una solución nego-ciada acabaría con el conflicto de raíz. Pasó por allí un clérigo. Como yo noentendí nada, y un profundo desasosie-go me embargaba, le pedí —que si ha-bía escuchado al nacionalista— que melo explicase. Me contestó que todos de-bemos ceder y dejarnos del egoísmoque nos enfrenta, para así acercar pos-turas y encontrar un espacio interme-dio de convivencia pacífica. Cada vez más cerca de la locura, seguíen busca de ayuda y me encontré conun conocido con responsabilidades po-líticas. Me dijo que lo importante era

resistir. Que ya había enviado un men-saje a la chica animándola y felicitán-dola por su heroico gesto.Continué mi enloquecedora carrera yme encontré a un grupo pacifista. Medijeron que ellos iban a mostrar su re-pulsa a ésta y a todas las violaciones delos derechos humanos. Efectivamentese sentaron en silencio con una pancar-ta de rechazo a toda violencia. Desesperado me lancé al agua. Nadécon todas mis fuerzas. Al llegar a la otraorilla encontré, por fin, a la policía.Estaban identificando el cadáver deuna joven desnuda. Tenía veintidósaños y se llamaba Democracia.

La violaciónpor Diego

Crónicas desde mi casreío

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Elecciones: 13 de Mayo

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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La alternativa en este país, es nece-saria y constituye una obligacióndemocrática y ética, urgente y de

primer orden. Los vascos que huimos dela radicalidad, los vascos normales, te-nemos derecho al cambio, tenemos de-recho a la regeneración, a la libertad.Habrá regeneración democrática, igual-dad de oportunidades y de condicionespara todos los vascos. Habrá comodidadpolítica y social para nacionalistas y nonacionalistas. Habrá un país de todos ypara todos. Haremos política diciendola verdad con claridad, con limpieza de-mocrática, con honestidad. Los vascossabrán siempre lo que está haciendo sugobierno. Habrá firmeza, tenacidad yperseverancia democrática hasta que elterror, la muerte y el miedo sean defini-tivamente desterrados de nuestra so-ciedad. Habrá fortaleza moral y firmezapara la desarticulación total de ETA. Nocabrá la debilidad. Habrá firmeza ennuestra actuación política, seremossiempre los mismos, como lo hemos si-do en la oposición y en el gobierno.Pondremos punto final a la esquizofre-nia política dejando al otro lado las am-bigüedades, hipocresías, dobles lengua-jes y reparto de papeles. […]En el orden cultural, preservaremos lagran pluralidad vasca; potenciaremos la

libertad de expresión y de creación. Nohabrá imposiciones de ningún tipo noen el orden cultural ni en el educativo,donde trataremos de desterrar el odio yel rencor; donde vamos a poner el má-ximo acento en la regeneración ética ymoral de la enseñanza, en la propia li-bertad real de elección. […]En el orden económico, ampliaremos lalibre concurrencia sin falsos clientelis-mos. En el orden social, estableceremoslas condiciones básicas de seguridad ylibertad para todas las personas y paraque los grupos puedan desarrollar sinmiedo todas sus potencialidades. Recuperaremos la credibilidad, dignidady los hábitos democráticos de las insti-tuciones para que no quepan operacio-nes de deslegitimación de las mismas.Los ciudadanos vascos sabrán, desde elprimer día, que su polícia autonómica,desvinculada de la política —profesio-nal, competente, respetada y admiradaen su labor diaria— estará en las callespara protegerles de la violencia, de lacoacción, del vandalismo y del miedo.Entendemos que la libertad es el valorde los valores, el camino y el elementoesencial para que haya paz. Por ello, de-fenderemos a ultranza y sin titubeos lalibertad de todos los vascos sin utilizar-la como una mercancia. Las victimas del

terrorismo, en todos y cada uno de losrincones del País Vasco, no se sentirándespreciadas ni olvidadas; tendrán re-cuerdo, honor, restitución moral […].Nosotros no estamos dispuestos a crearmás problemas de los que tiene el PaísVasco […], después de veinte años dehegemonía nacionalista, triste final enEstella, pacto con ETA, sometimiento aETA. El nacionalismo fruto de sus con-tradicciones doblegado y derrotado porETA y por eso el pueblo vasco tiene de-recho a la alternativa, tiene derechoa tener otra imagen […]Algunos creen que la resistencia alcambio, es decir, el miedo, es decir elúnico aliado que algunos tienen hoy enel País Vasco va a limitar aquella rebe-lión social que sacudió Ermua, que asacudido a nuestra Universidad, a nues-tra juventud, a nuestros intelectuales,pero olvidan que en nuestra tierra lasmareas son siempre vivas, nunca sonmareas muertas. La marea del cambiono es cualquier marea, es la más viva detodas las mareas y la defensa de losideales que propongo, el esfuerzo, con-firmará que nos encontramos ante lamarea más viva de todas las posibles, lamarea de la libertad.

Alternancia,porque la libertades el valor de los valoresJaime Mayor OrejaCandidato del PP a Lendakari

Habrá comodidadpolítica y socialpara nacionalistasy no nacionalistas.Habrá un país detodos y para todos.Haremos políticadiciendo la verdadcon claridad, conlimpiezademocrática, conhonestidad.

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Elecciones: 13 de Mayo

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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El trece de mayo la ciudadanía vas-ca está dispuesta a exigir sus de-rechos democráticos, a ser trata-

da con dignidad, a reclamar la igualdady la libertad necesaria en cualquier so-ciedad avanzada, a que desaparezca elterrorismo y que caiga la hegemoníanacionalista que tanta opresión, sólocomparable a la del franquismo, ha im-puesto a todos los vascos.Los socialistas vascos somos parte deesa rebelión, en el FORO ERMUA, enBasta Ya1, en las diferentes iniciativaspor los derechos humanos, y en nuestracandidatura y programa electoral. Que-remos un Gobierno vasco constitucio-nal, estatutario, firme frente al terroris-mo y dialogante con los democrátas.Vamos a estas elecciones convencidosdel momento transcendente que supo-nen. O hay cambio, o el futuro irá a pe-or si ganan los nacionalistas, y se veráreforzado este bienio negro e ignomi-nioso que se ha padecido. Es la hora dela rebelión democrática yendo a votar.Que nadie se confunda, que nadie des-pués se queje, no hay que ahorrar cali-ficativos a esta situación. O cada elec-tor demuestra su responsabilidad ante

estas elecciones, o permitirá con su pa-sividad el reforzamiento del nazismo yainstalado en el País Vasco. Nos afecta elfuturo a todos. Rebelión: o se evita elascenso del nacionalismo votando de-mocracia y libertad amparadas por laConstitución o habrá que prepararse asoportar o exiliarse ante el proyecto debalcanización que los nacionalistas pre-pararon en el pacto de Estella. No escuestión de distinguirse entre los cons-titucionalistas, es el momento de votar,cada uno desde sus posiciones, gritan-do LIBERTAD.

Nicolás Redondo TerrerosCandidato por el PSE-EE

Con la rebelión ciudadana

Nos afecta el futuro atodos. Rebelión: o seevita el ascenso delnacionalismo votandodemocracia y libertadamparadas por laConstitución o habrá queprepararse a soportar oexiliarse ante el proyectode balcanización que losnacionalistas prepararonen el pacto de Estella.

En Julio de 1999 el Partido Popular accedióal gobierno de la Diputación Foral de Alavay al Ayuntamiento de Vitoria, así como a

otros municipios alaveses. Desde ese momento,quienes hemos asumido responsabilidades enesos gobiernos, las hemos hechos ejercido con elconvencimiento de que las instituciones repre-sentan al conjunto de los ciudadanos y que nosdebemos a todos ellos.Alava, punto de encuentro: ha sido el lema con elque hemos planteado todas nuestras interven-ciones públicas, en las que he insistido en la im-portancia de que todos los alaveses se sientancómodos en su tierra, independientemente desus afinidades políticas. Creo que hoy, los nacio-nalistas se sienten más cómodos en Alava,con un gobierno del PP, que en Vizcaya yGuipúzcoa donde se encuentran gobernadospon un PNV apoyado poe EH o por el mismoEuskal Herritarrok apoyado por el PNV.Entiendo que Alava está siendo un ejemplo deque se puede gobernar de otra manera. Ahí estánlos acuerdos que han permitido que laDiputación sea la única institución de sus carac-terísticas con un presupuesto en el ejercicio 2000y 2001. Ahí están los acuerdos alcanzados con laoposición democrática sin necesidad de recurrir alos grupos radicales.

Alava está siendo un ejemplo dediálogo democrático que se per-cibe en sus acuerdos institucio-nales. Está siendo un ejemplo deque donde se debe dialogar ydebatir, para llegar a acuerdos, esen las instituciones democráti-cas y dentro de los cauces conlos que los cuiudadanos nos he-mos dotado.

Gobernar para todosRamón Rabanera RivacobaDiputado General de Alava

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Elecciones: 13 de Mayo

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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Por mucho que se empeñenETA y sus cómplices colabo-radores, la Democracia no ha

sucumbido. Con la muerte deFranco y la aprobación de la Cons-titución comenzó una era deLibertad y Democracia en nuestropaís. Pero nuestra democracia sepuede ver amenazada por el terro-rismo de ETA y los fascistas quearropan a los que asesinan. La faltade libertad que se vive en Euskadi,la falta de libertad para opinar sinmiedo a que te asesinen, o te que-men tu negocio…, pone en eviden-cia que existe una dictadura disfra-zada de nacionalismo totalitario.Es cierto que los terroristas en-cuentran un apoyo ideológico enel nacionalismo racista y excluyen-te. Opinar o no ser nacionalista essinónimo de ser víctima potencialde ETA. Por eso las elecciones del13 de Mayo van a marcar un an-tes y un después: servirán, así loesperamos, para conformar un go-bierno de gentes constitucionalis-tas y autonomistas. Este cambio nosólo supondría un elemento sanode una Democracia que permite laalternancia en el poder, sinotambién un camino para erradicary luchar —con la fuerza de la pala-bra— contra ese nacionalismo fas-cista, xenófobo y excluyente. Endefinitiva, el cambio restableceríalos parámetros por los que se rigecualquier publo civilizado: Demo-cracia y Libertad. Gandhi dijo quela libertad no es el camino, sinoque el camino es la libertad.

Constitución,Libertad yDemocraciaJosé Luis AinsuaEx-parlamentario de IU/EB

Un día de flores para la tradicióncatólica, como es el 13 de mayo,debe corresponderse con buenas

intenciones y compromisos firmes. Nobastan las palabras redundantes, ni losgestos desprovistos de obligaciones. Lapróxima cita electoral exige, como nun-ca, la claridad de las exposiciones y el ri-gor para el cumplimiento de los progra-mas políticos, especialmente en cuanto ala seguridad se refiere, como instrumen-to de protección de las libertades y basefundamental de los derechos cívicos.En la situación de persecución terroristaactual, solo cabe votar desde la ética de-mocrática moderna a las opciones políti-cas que promuevan la derrota de ETA.Cada voto que sea coherente con la pro-moción de una Seguridad Pública, den-tro del estado de derecho y social vi-gente, tiene que ser para los partidosque se opongan resueltamente al te-rrorismo en todas sus formas. Tambiénes cierto que prestando la atención debi-da a otros aspectos necesarios para el

desarrollo de la convivencia, porque elterror cotidiano no debe ocultarnos lasobligaciones existentes en otros temas,como el fraude fiscal, la seguridad labo-ral o la protección ambiental.Aún con todo, los programas electoralessuelen caer en las generalidades y ten-dremos que procurar nuestro discerni-miento de las obras y actos conocidos.Cada cual nos prometerá la solución delproblema terrorista, a su manera, perolos parámetros de seguridad para decidirtenemos que tenerlos claros. Nada decontemplaciones con ETA y su entor-no, pues el diálogo necesario vendráde una sólida actividad institucional.Cuando se deje de matar y amedrentarpodremos hablar de otras condicionesde convivencia, siempre conseguidas porlos cauces legítimos del convencimientoy la persuasión, libremente aceptadas.La sensatez para el día 13 impone elapoyo a la dignidad humana, promo-vida por las opciones que buscan eli-minar el yugo terrorista.

La Redacción de Papeles de Ermua habría tenido un enorme in-terés en reflejar en esta sección de la revista, la opinión de re-presentantes de todos los partidos políticos que concurrirán alas elecciones vascas del 13 de Mayo de 2001. Sin embargo, porrazones de rigor —al incluir un análisis tan explícito acerca dela trayectoria, métodos y objetivos de los partidos nacionalis-tas representados por los actuales dirigentes del PNV-EA y EH—nos vemos en la obligación de omitir estas declaraciones, quegravitan —por el momento— en pactos al margen de las insti-tuciones democráticas. Esta Redacción consideraría de interésincluir en futuras publicaciones las reflexiones de destacadospolíticos, como Emilio Guevara o Joseba Arregi, que —en nues-tra opinión— podrían contribuir eficazmente a la libertad y a lademocracia en nuestro país.

La seguridad pública ante el 13 de mayoTeo SantosErtzaina. Sindicato de la Ertzaintza (ERNE)

Elecciones: 13 de Mayo

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[…] manifestación enfavor de la desobedienciacivil que se celebró […] en Donosti, quienes en ellatomaron parte sonrebeldes espontáneos […]: se sublevan contra la democracia extranjeramientras obedecen a latiranía interior.

Durante el franquismo, en esa lar-ga noche obediente en la que eldictador veraneaba en San

Sebastián e iba al frontón sin mayoresmolestias (imagínense ustedes que hoyAznar pretendiese hacer lo mismo: losque se lo consintieron a Franco sacarí-an pecho y protestarían), había de vezen cuando actos “ilegales” de desobe-diencia programada. Por ejemplo, lastumultuosas y agresivas manifestacio-nes ante la embajada inglesa en Madridvociferando contra la ignominia deGibraltar (entonces siempre se vocifera-ba que lo de Gibraltar era una “igno-minia” y puede que ahora, con ayudadel averíado submarino Tireless, vuelvaa serlo otra vez). Esas obedientes deso-bediencias solían venir siempre a com-pensar con sano apoyo popular algúnmomento de debilidad o conflicto delrégimen, que también los tenía. En cier-ta ocasión, los aguerridos manifestan-tes —mansos ante el dictador pero im-placables con Gran Bretaña— sitiabanla embajada en Madrid de su GraciosaMajestad. Unos cuantos policías fingíandefender con denuedo la sede diplomá-tica. Entonces el ministro de la Gober-nación llamó al embajador para intere-sarse por su estado de ánimo en la crí-tica situación y le preguntó si queríaque le enviase más policías. “No hacefalta —repuso fríamente el inglés—,bastará con que no me mande más ma-nifestantes”.He recordado esa humorada al ver lamuy obediente manifestación en favorde la desobediencia civil que se celebróhace una semana en Donosti. Quienesen ella tomaron parte son rebeldes es-pontáneos como los aguerridos sitiado-res de la embajada inglesa: se sublevancontra la democracia extranjera mien-tras obedecen a la tiranía interior. Con

la excusa de discrepar del auto de unjuez, quizá equivocado pero que nomata a nadie y contra el que existen re-cursos legales, se lanzan a la calle enplena ofensiva etarra junto a quienes lajustifican, la legitiman políticamente yaclaman a los asesinos. Allí estaba na-turalmente Arnaldo Otegi, gran deso-bediente civil que se pasa la vida cua-drado ante la autoridad militar, y tam-bién Gorka Knörr, que aunque parezcaimposible desafina aún más como polí-tico que como cantautor. Y dejí claroque sentía mucho no poder asistirSabin Intxaurraga, el pintoresco conse-jero de Justicia del Gobierno vasco quepor lo visto pretende acaparar todos lospapeles, por contradictorios que sean:quiere representar el cumplimiento dela ley y también a quienes la subvierten.Para darse un pedigrí respetable,Intxaurraga citaba en su apoyo el casode Ghandi. Hombre, que yo sepaGhandi nunca aspiró a ser a la vez el li-bertador de la India y el virrey inglés,todo a la vez…A la desobediencia civil de obedienciamilitar no le faltan sus teóricos. Porejemplo, Kepa Landa, que publicó enGARA un artículo titulado “¡Viva la de-sobediencia!”, aunque lo mismo podríahaberse llamado “¡Vivan las caenas!”. Enél hacía un emotivo canto a los rebeldescon causa del País Vasco, asegurandoque no se lo imagina “sin los que traba-

Desobediencia civil y obediencia militarFernando Savater*Catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid

* Noviembre de 2000 en “Perdonen las molestias”.

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jan por su lengua. por editar en ella suslibros”, por defender sus ríos, sus mon-tes, por conservar sus cantos, sus dan-zas, por perpetuar sus costumbres. Porondear sus símbolos, por cantar suSanta Agueda o pasear su Olentzero”.Me parece muy bien que no se imagineEuskal Herria sin toda esa gente y aúnmás, no veo porque tendría que imagi-narse tal ausencia, dado que todas esasactividades son perfectamente lícitas yse realizan todos los días sin sufrir atro-ces represalias. Lo que me gustaría sa-ber en cambio es si Kepa Landa puedeimaginarse un País Vasco sin bárbarosque asesinen a sus vecinos por diferen-cias políticas, sin personas decentes quedeban salir a la calle a protestar por ta-les crímenes con grave riesgo, sin genteque sostenga pacíficamente opinionescontrarias a las de Kepa Landa y sin ciu-dadanos que exhiban otros símbolospolíticos y promocionen otra lenguatambién vasca aunque ello desagrademucho a Kepa Landa. Los terroristas mi-litarizados que hoy pretenden mandaren Euskadi no se la imaginan sin elloscomo verdugos más que al precio deque desaparezcan del país o del espaciopíblico los que hoy son sus víctimas. Esaimposición totalitaria es lo que deberíapreocupar a Kepa Landa si quiere docto-rarse algún día en desobediencia y no ladefensa de lo que nadie ataca.Seamos claros: en el País Vasco losúnicos desobedientes civiles sonquienes se enfrentan sin contempla-ciones al militarismo etarra y de-nuncian tan sus métodos como suspropósitos. Lo demás son pamplinas de“aprovechateguis”, de los que tanto

abundan y que el sábado pasado se ma-nifestaron en bloque por San Sebastián.En ese mundo, el único rasgo recientede verdadera desobediencia es el de losconcejales de EH en Irún: y ya veremoscuánto dura. Ojalá hubiera más desobe-diencia civil en Euskadi, desde luego.Ojalá por ejemplo ETB, que tanto seduele cuando uno la critica, hubiera in-formado del verdadero contenido de lapágina web de Hebe de Bonafini quedesató toda la polémica sobre lasMadres de Mayo (la que hablaba de suapoyo a la “heroica lucha del pueblovasco contra el Estado asesino”), en lu-gar de no mencionar una y otra vezmás que su último y edulcorado comu-nicado de apoyo a las familias de lospresos, como mandan Arzalluz yEgibar. Ojalá hubiese contado que haydos mil madres de mayo y apenas vein-te siguen a Bonafini, desacreditada yaa más no poder entre sus propias com-pañeras. Ojalá hubiese miles de vascos

que a cada atentado etarra llenasenciudades y pueblos con ikurriñas lu-ciendo un crespón negro, o más ayun-tamientos que sellasen con una “ETAno” sus documentos oficiales. Ojalá tu-viésemos una IU realmente desobe-diente, y no la actual de Madrazo, osci-lante entre el ridículo y la abyección.Ojalá contásemos con más arriesgadosdesobedientes entre los personajes co-nocidos del país en lugar de tantos“aprovechateguis” en el deporte, en lascocinas, en los festivales de cine, en latelevisión, en el mundo científico, en elclero, en el comercio o las emrpesas, enlos sindicatos, etc. Ojalá hubiese mu-chos rebeldes dispuestos a acompañar yapoyar en la calle o en el bar a las per-sonas amenazadas por no obedecer.¡Viva la desobediencia civil, claro que sí!¡Y sobre todo viva la desobedienciacontra nuestros voluntarios militaresantidemocráticos de pasamontañas conboina incorporada y goma-2!

Ojalá hubiera másdesobedienciacivil en Euskadi,desde luego. Ojalápor ejemplo ETB,que tanto se duelecuando uno lacritica, […] Ojaláhubiese contadoque hay dos milmadres de mayo yapenas veintesiguen a Bonafini,[…] Ojalátuviésemos una IUrealmentedesobediente, y nola actual deMadrazo,oscilante entre elridículo y laabyección.

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El miedo es una reacción emocio-nal que surge ante la percepciónde una amenaza. De este modo,

una persona puede tener temor a la en-fermedad, al dolor, a la soledad no de-seada, a la muerte, etcétera. Se trata, enestos casos, de miedos genéricamentecompartidos, con una mayor o menorintensidad, por la mayoría de las perso-nas y que responden a la fragilidadconstitutiva del ser humano.Hay otros miedos, sin embargo, queemergen de las circunstancias biográfi-cas de una persona o del entorno socialen que vive un sector de la población. Aeste tipo de temores pertenece el mie-do inducido por el terrorismo. En la so-ciedad española actual, como en todoslos países desarrollados, la mayoría dela gente muere por enfermedades, acci-dentes o vejez, y los temores están rela-cionados con estos fenómenos. No secuenta, en el momento histórico actual,con la expectativa de morir como resul-tado de un atentado terrorista o de unaagresión provocada deliberadamentepor otro ser humano. Precisamente unelemento característico del progreso dela sociedad actual es que la mayor par-te de las personas puedan fallecer ya demayores, después de haber completadoun proyecto de vida y de haber dadocontinuidad a su existencia en la perso-na de sus hijos. Ésta es, creo yo, la di-mensión humana de la inmortalidad. El terrorismo crea un miedo nuevo —eltemor a morir contra natura o, en elmejor de los casos, a malvivir como re-sultado de una atmósfera asfixiante—,que afecta fundamentalmente a perso-nas jóvenes o que están en el puntoculminante de su quehacer profesional.Al principio este temor se limitó a sec-

tores muy determinados (militares ypolicías, políticos del Gobierno, empre-sarios no claudicantes ante la extorsióneconómica, etcétera) y se circunscribíageográficamente al País Vasco y, en al-gunos casos, a Madrid. Pero el ámbitode los atentados se ha ampliado en losúltimos años, sin dejar de ser objetivoslos sectores anteriores, a profesiones di-versas (jueces, profesores, periodistas,políticos no nacionalistas, etcétera) y yase ha extendido a cualquier punto deEspaña. El terror ha calado hondo y seha propagado como una mancha deaceite por todos los rincones y grupossociales. Sólo los políticos y las personaspertenecientes a sectores nacionalistas,excepto que primen en ellas su profe-sión sobre su ideología (como en el ca-so del empresario Korta), están a salvode la brutalidad terrorista.¿Pero por qué está ETA interesada enextender el pánico al conjunto de la so-ciedad? Más allá del ataque concreto auna persona (por otra parte, excesiva-mente amplificado en los medios de co-municación), el terrorismo, que actúacon una percepción de impunidad yque se crece ante el enfrentamiento delos partidos políticos democráticos,busca la intimidación de las personasde ese sector no atacadas (aún) y el de-sistimiento de la sociedad entera poruna mezcla de agotamiento y de cris-pación. De este modo, se intenta crearuna desmoralización colectiva y dar pá-bulo a las tesis nacionalistas: el terroris-mo como expresión de un conflicto his-tórico no resuelto, la ineficacia de lasmedidas policiales, la necesidad de so-luciones imaginativas, etcétera. El terrorismo de ETA ha conseguido ex-tender el temor a morir en atentado, a

ser objeto de represalias o a vivir encondiciones limitadas a sectores cadavez más amplios de la vida española.Pero importa señalar que el miedo, másallá de ciertas expresiones patéticas(como el habla tartamudeante paraliza-da por el pánico que intentaba articularrecientemente el alcalde de Marquinapara justificar una decisión inaudita), seexpresa sutilmente, de forma no siem-pre visible, pero con un perjucio claroen la calidad de vida de una persona. El miedo se reviste de formas múltiplesen la vida cotidiana. Hay quien opta porabandonar el País Vasco o por alejarsede cargos políticos o representativosque puedan ser comprometidos y po-nerle en el disparadero de los terroristaso de sus alevines. En otros casos seadoptan en la conversación conductasevitadoras en relación con los temaspolíticos de actualidad y no se expresaen público lo que se dice en privado,además de utilizar un lenguaje plagadode eufemismos políticamente correc-tos: acciones de violencia (en lugar deasesinatos o terrorismo); organizaciónarmada (en lugar de grupo terrorista);derechos humanos (en lugar del dere-cho a la vida); impuesto revolucionario(en lugar de extorsión económica).Surge así una comunicación entrecor-tada, un espeso silencio, sólo roto conlas personas de confianza y en voz baja(por ejemplo, en un bar o lugar público),no sea que vaya a trascender el conte-nido de lo dicho a personas sospecho-sas que puedan estar cerca de uno. Ellono obsta para que la tensión acumula-da confiera a las discusiones políticasun colorido emocional intenso y pue-dan adquirir un tono desabrido. No es,por ello, infrecuente que muchas discu-

Terrorismo, miedo yvida cotidiana

Enrique EcheburúaCatedrático de Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco (San Sebastián)

Hay quien opta porabandonar el PaísVasco o poralejarse de cargospolíticos […]. Enotros casos seadoptan en laconversaciónconductasevitadoras enrelación con lostemas políticos deactualidad y no seexpresa en públicolo que se dice enprivado, ademásde utilizar unlenguaje plagadode eufemismospolíticamentecorrectos:

UNA PATOLOGÍA DE LA CONVIVENCIA

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48siones sirvan para generar fuertes en-frentamientos entre personas de la mis-ma familia o grupos de amigos, que, deesta manera, acaban por distanciarse. En las personas amenazadas el miedofuerza a llevar una vida limitada: evitarbarrios o lugares tomados por el ene-migo (los cascos viejos de las ciudades,por ejemplo); ausentarse de la ciudadpor prudencia los fines de semana o losperíodos de vacaciones; vivir con escol-tas (una compañía impuesta a una so-ledad íntima); romper con hábitos devida regulares (salir a trabajar a horasdiferentes, cambiar de recorridos, nopasear solo ni por los mismos lugares,mirar los bajos del coche, echar un vis-tazo a los alrededores de la casa antesde abandonarla). Pero este cambio devida, sobre todo lo relacionado con loshábitos, supone un gran esfuerzo y underroche de energías considerable por-que las personas somos animales decostumbres que tendemos a automati-zar las conductas habituales para des-plegar nuestra energía en aquello querealmente nos importa.La soledad no deseada es el resultadofinal al que aboca esta situación. A ellase llega, en unos casos, cuando uno re-húye los contactos sociales por pruden-cia o por no querer comprometer aotras personas con dichos contactos; enotros, por rechazo de los demás a tenerrelación con personas amenazadas, alas que se evita como apestadas. En úl-timo término, la espontaneidad de larelación social con vecinos, compañerosde trabajo, etcétera, queda ensombreci-da por la desconfianza.Pero, además, el temor genera una si-tuación de sobresalto permanente. Unapersona que se siente amenazada semantiene en un nivel de alerta, se so-bresalta ante un ruido de origen desco-nocido, le infunde sospechas ver cercade su casa a una persona que descono-ce, se alarma ante llamadas telefónicasinhabituales, está excesivamente pen-diente de los noticiarios, etcétera. Todoello genera una fatiga crónica y, en úl-timo término, una pérdida del disfrutede la vida.El sistema de creencias aparece asimis-mo alterado. Una situación crónica demiedo lleva a la desconfianza de los más

próximos (¿cuántas veces se han filtra-do datos que han permitido ejecutar unatentado o cometer un secuestro porpersonas cercanas a la víctima?), a unafalta de esperanza en la solución delproblema y a una pérdida de ilusión pa-ra emprender nuevos proyectos. La into-lerancia y la rigidez de pensamiento,junto con la percepción de los adversa-rios políticos como enemigos, son fre-cuentemente el resultado de todo ello.Respecto a las personas no amenazadas,éstas hacen frente a la situación de di-versas maneras. En unos casos, con elcoraje cívico de enfrentarse a los verdu-gos —ahí está la labor admirable de lasorganizaciones pacifistas y de los profe-sionales ejemplares que no se amilananante las posibles amenazas— allí dondese produce una conculcación de los de-rechos más elementales; en otros —losmás—, con una dedicación a la vida pri-vada y laboral, sin mezclarse con las per-sonas amenazadas y sin procurar moles-tar a los verdugos en el ejercicio de suprofesión o en la expresión de sus ideas. No deja de ser sorprendente el embota-miento de la sensibilidad en ampliossectores de la población a que puedellevar un ambiente social enrarecido porla existencia habitual de amenazas, sóloroto por la vivencia personal de la vio-lencia en uno mismo o en seres queridos(véanse el ejemplo reciente del diputadodel PNV Anasagasti en relación con elpercance sufrido por su madre en unautobús incendiado o el cambio de ide-as del abaogado de HB Esnaola a raíz dehaber sufrido él mismo un atentado). Permítaseme descender a algunosejemplos extraídos de la vida diaria demi ciudad (San Sebastián). Porque másallá de los análisis políticos abstractosestá la realidad cotidiana de las perso-nas concretas. Hay algo profundamenteinsano en el entramado social cuandouno se acostumbra a ver pasar —paseares un verbo excesivo en este contexto—por el paseo de La Concha a FernandoSavater —un pensador insobornable—rodeado de dos escoltas; a ver a los hi-jos pequeños de María San Gil —unaconcejal valiente del Partido Popular—en el parque vigilados por amigos de lafamilia porque no es prudente que ellajuegue con sus hijos en un parque pú-

blico; a leer en la prensa local queAntonio Beristáin —un jesuita y crimi-nólogo comprometido con las vícti-mas— es reconvenido por sus superio-res eclesiásticos por criticar las actitu-des políticas del obispo Setién y se leexige una especie de censura previa asus escritos de opinión; o a enterarse deque Míkel Azurmendi —un profesor ín-tegro de la Universidad del País Vasco—se ve obligado a marcharse por lasconstantes amenazas de que ha sidoobjeto. Al mismo tiempo, y en la mismaciudad, uno puede ver pasear a los po-líticos nacionalistas con sus parejas, oacompañados de sus hijos o amigos,paseando como cualquier ciudadanonormal, sin restricciones en sus movi-mientos. Este es un breve muestrario. Todos losciudadanos pagamos los mismos im-puestos; todos no tenemos, sin embar-go, los mismos derechos. Que no hayaun clamor popular, especialmente pro-cedente de los compañeros de las per-sonas afectadas (profesores no amena-zados, políticos nacionalistas, etcétera)ante este hecho y que se considere sim-plemente como una expresión del con-flicto es una muestra, cuando menos,de degradación moral. El miedo sólo puede ser combatidocuando las víctimas plantan cara a la si-tuación temida y se exponen a ella. Peroello requiere que las víctimas —no ne-cesariamente héroes— se sientan arro-padas socialmente, apoyadas jurídica-mente y alentadas por la reacciónejemplar de una sociedad que debeapoyar a los políticos democráticamen-te elegidos, respaldar a la policía sinningún tipo de complejos y anteponerinequívocamente el derecho de todos avivir con libertad y con respeto a la dig-nidad humana sobre cualquier reivindi-cación política.

La soledad nodeseada es elresultado final alque aboca estasituación. A ella sellega, en unoscasos, cuando unorehúye loscontactos socialespor prudencia opor no querercomprometer aotras personascon dichoscontactos; enotros, por rechazode los demás atener relación conpersonasamenazadas, a lasque se evita comoapestadas.

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De vez en cuando se alzan vocesde gente aparentemente bienin-tencionada que, por encima del

hombro, se dirige a los vascos que resis-ten los feroces ataques terroristas pordefender sus ideas democráticas. Estasvoces nos dicen que asumamos el diálo-go, en un tono que viene a significar queno seamos tontos y salvamos el pellejo.A veces se trata de nacionalistas queven como, a pesar de ser ellos quienesgozan de todos los derechos, privilegiosy prebendas que otorga el Estatuto, noson precisamente los que están en elpunto de mira de la banda terrorista si-no sus subordinados. Esto es, los alcal-des que ven cómo asesinan a los conce-jales populares o socialistas; los conse-jeros que comprueban cómo asesinan aperiodistas; algunos clérigos que cons-tatan cómo matan a jubilados; o ... Peroestas posturas no crea ninguna inquie-tud entre los defensores de la libertaden Euskadi porque sabemos que estánpagando un impuesto revolucionarioideológico firmado en el Pacto deEstella por el que los nacionalistas, an-taño moderados y demócratas, se pasa-ron al bando de los terroristas legiti-mando sus fines aunque diciendo queno comparten sus métodos.Pero otras veces, lo que resulta más do-loroso e indignante, se trata de correli-gionarios nuestros, o gente que se lla-ma así, de otros puntos de España, queno comparten nuestro “radicalismo” ninuestro “inmovilismo”. Esto resulta har-to más doloroso, sobre todo, cuandoutilizan la experiencia de la transiciónpara tratar de convencernos de que esimprescindible el diálogo y todo lo queno sea hablar con los terroristas y quie-nes legitiman sus fines es perder eltiempo, incluida la detención de co-mandos.“Si se pudo hablar y negociar con losfranquistas, ¿por qué no con los nacio-nalistas del PNV o incluso los terroris-tas? ¿De dónde procede esta cerrazónde los demócratas vascos que les llevaal exterminio?”

Quienes defienden estas ideas planteanuna visión de la transición española quenada tiene que ver con la realidad. Conel paso del tiempo algunos han ido ide-alizando hasta tal punto el famoso“consenso” que han olvidado que paraque llegáramos a poder dialogar y ne-gociar una Constitución que superara elproblema de las dos Españas, la derechay la izquierda, la centralista y la perifé-rica, hicieron falta muchas luchas, mu-chas manifestaciones y muchos años decárcel, precisamente para hacer fraca-sar el dominio de la España franquistasobre el resto de los españoles.No se pudo hablar ni negociar en losaños cincuenta en que metían a los es-tudiantes en prisión a pesar de ser mu-chos hijos de los gerifaltes del régimen.No se pudo hablar en los años sesentacuando surgió el nuevo movimientoobrero. No se pudo negociar en los añossetenta cuando se crearon las platafor-mas democráticas porque en el régimenno había con quién hablar ya que nadieaceptaba la legitimidad de las opcionesdemocráticas. Es más, incluso despuésde la muerte del dictador los franquis-

tas intentaron llevar a cabo varios pro-yectos que trataban de conquistar lademocracia sólo para los franquistascondenando a la cárcel y el exilio a losespañoles que no se mostraran dispues-tos a asumir “los principios del Estadodel 18 de Julio”. Era la época en que pre-tendían que los partidos políticos se lla-maron “asociaciones” y no tuvieran quever con la “democracia inorgánica” nicon las ideologías “extranjeras”, el libe-ralismo, el socialismo, la socialdemocra-cia o la democracia cristiana. Las “aso-ciaciones” españoles tenían que ser só-lo eso, “españolas” y por tanto alejadasde cualquier ideología homologablecon las corrientes dominantes enEuropa.Sólo cuando la lucha democrática logróque fracasaran que todas estas farsas,de cariz abiertamente totalitario, se pu-do obligar a los franquistas que renun-ciaran a su proyecto de Dictadura paraunos y libertad para otros.Y solamente cuando los franquistas re-nunciaron a su proyecto totalitario seconquistó el derecho inalienable al diá-logo basado en la aceptación de la legi-

LAS COORDENADAS DEL DIALOGOMario OnaindiaPresidente del PSOE (Alava)

[…] estasposturas no creaninguna inquietudentre losdefensores de lalibertad en Euskadiporque sabemosque estánpagando unimpuestorevolucionarioideológico firmadoen el Pacto deEstella por el quelos nacionalistas,antaño moderadosy demócratas, sepasaron al bandode los terroristaslegitimando susfines aunquediciendo que nocomparten susmétodos.

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“Si se pudo hablary negociar con losfranquistas, ¿porqué no con losnacionalistas delPNV o incluso losterroristas? ¿Dedónde procedeesta cerrazón delos demócratasvascos que leslleva alexterminio?”Quienes defiendenestas ideasplantean unavisión de latransiciónespañola que nadatiene que ver conla realidad.

timidad de las ideologías “europeas”que se consideraban tan “españolas”como el propio franquismo: el “nacio-nalismo excluyente español”. Entoncessí fue posible el diálogo.Pero, en contra de la idea bobaliconaque se trata de transmitir, la transiciónfue un proceso “cainítico”, en el queunos lucharon con todas sus fuerzascontra otros en el terreno de las ideas.Pero no fue, como en otras experienciasdemocráticas españolas de antaño, elcentro contra la periferia, la derechacontra la izquierda, sino que estallo laguerra civil dentro de cada partido, ylos demócratas dispuestos a pagar unprecio por la libertad vencieron a quie-nes defendían proyectos totalitarios, yen algunos casos no proyectos sino só-lidas realidades totalitarias. Esta fue larealidad en todos los partidos, recuér-dese a Felipe González dimitiendo deSecretario General mientras el PSOE norenunciara al marxismo, a Carrillo lla-mando cretinos a los miembros delComité Central que no querían retirar laenmienda que defendía la República,los problemas de Suárez con sus baro-nes, incluso Fraga con los “seis magnífi-cos”. Y de todas aquellas batallas gana-ron los demócratas partidarios de pagarel precio por la convivencia democráti-ca, menos un partido, el PNV en queprecisamente los partidarios de aceptarla Constitución perdieron la batalla, es-to es, Leizaola, Juan Ajuriaguerra eImanol Irujo, mientras que ganaron losintransigentes Carlos Garaikoietxea yXabier Arzalluz. Y el PNV no pagó nin-gún precio por la libertad porque noasumió la Constitución española a pe-sar de haber incorporado su objetivo dederogar las leyes abolitorias de 1839 y1876, ni siquiera el Estatuto deAutonomía de Gernika.Actualmente en Euskadi los no nacio-nalistas, como los demócratas en losaños sesenta y setenta, no hemos al-canzado aún el derecho a tener proyec-tos ideológicos propios para Euskadi.ETA nos niega ese derecho asesinando a

nuestros militantes mientras que el PNVy EA declaran, como Egibar, que el PSEy el PP son partidos “antivascos” o queen caso de que ganen las elecciones“aniquilarían la personalidad política deEuskadi” (sic), como manifestabaUrkullo, presidente del PNV de Vizcaya.Es el momento de luchar denodada yresueltamente en favor de la libertad,como contra el franquismo, para conse-guir que sean efectivos los derechosque consagra la Constitución española.Tenemos que imponerlos a los terroris-tas de ETA y a sus cómplices. Porque sitanto los nacionalistas violentos comolos no violentos están contra laConstitución española y la autonomíaes porque consagra esos derechos yellos quieren privarnos de ellos convir-tiéndonos en extranjeros en nuestropropio país, esto es, en alemanes enMallorca.El diálogo, como explica muy bien ellingüista francés E. Benveniste, se basaen la aceptación de la igualdad de losinterlocutores, algo que no comprendequien asesina por la espalda a su inter-locutor ni quien trata de privarle de losderechos políticos. Y sólo laConstitución garantiza que el diálogose pueda producir en igualdad de con-diciones, es decir, que sea digno de talnombre. Intentar sentarse a una mesa con losnacionalistas, sean violentos o no, sinesas garantías, no es más que colaborara que se repita la farsa que tantas veceshan representado los nacionalistas. ETAen Argelia o en Estella, porque paraellos no existe otro proyecto legítimo y“vasco” que el suyo. Y el PNV en el de-bate constitucional o en el debate de laautonomía, cuyos resultados fueron re-chazados.La idea de que en Euskadi existe uncontencioso no es más que una trampaque sirve para mantener la desigualdadde la legitimidad de los distintos pro-

yectos políticos. Serían legítimos sóloaquellos capaces de resolver el famoso“contencioso”, esto es, los nacionalistas,que además tienen la paradoja que só-lo el de su partido consideran legítimo.Y por tanto los de los “constitucionalis-tas”, incluso aunque fueran mayorita-rios, serían ilegítimos, porque no resol-verían el “contencioso” porque los na-cionalistas no aceptarían esa soluciónaunque contaran con el apoyo de lamayoría de los vascos. Es lo que ocurrióya con la Constitución y el Estatuto.La Constitución y el Estatuto recogenmucho más las reivindicaciones del PNVque las del socialistas y populares, peroson “parciales” y no responden a “todoslos vascos”, solamente porque mientraslos partidos con ideologías democráti-cas homologadas en Europa asumen laexistencia de un punto de encuentro yunas reglas de juego, los nacionalistasno asumen jamás que pueda producirseLa única razón por la que el PNV noasume la Constitución ni el Estatuto, apesar de contar con el apoyo de la ma-yoría de los vascos en las urnas, es por-que se niegan a ceder el privilegio decontar con la llave para decidir si se haresuelto o no el “contencioso” que sólose puede resolver cuando todos los vas-cos nos hagamos nacionalistas, más enconcreto, del PNV, para los de este par-tido, o asumamos el proyecto de ETApara los de la organización terrorista.De la misma manera que no hubo diá-logo real antes de que los franquistasfracasaran en las urnas, no habrá diálo-go y negociación reales en Euskadi si noconseguimos que el proyecto totalitariodefendido por el nacionalismo vascofracase en las elecciones.

Por eso son tan importanteslas elecciones del 13 de ma-yo. Para que venza el diálogo.Y la libertad se imponga so-bre la tiranía. Y la Constitu-ción sobre los privilegios delas minorías, armadas o no.

Y sólo laConstitución

garantiza que eldiálogo se pueda

producir enigualdad de

condiciones, esdecir, que sea

digno de talnombre.

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Entrevista

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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BEGO

ÑA

ELOR

ZA

”Era un orgullo de hijo,un volcán de entusiasmoy ternura… ”

Retorno al sentido comúndesde el matriarcado

BEGO

ÑA

ELOR

ZA

Es una mujer de acero. Rebosaenergía y elegancia. Su silencio hadurado doce meses. Quizá el dolorle atenazaba. Su rostro, —ni risueño,ni severo— templado: ¡genuinosemblante de vasca! Su templeaquieta el dolorido sentimientoque, tercamente, le asalta: “¿Es estoodio?” —me pregunta— “Me estoyvolviendo mala. No quiero que seme avinagre el corazón”.Corazón de madre que se estremeceporque echa en falta aquellos abra-zos de Jorge, …interminables. Abra-zos apasionados y tiernos de un hi-jo a su madre. “Un orgullo de hijo,era un cascabel […] La casa se llena-ba de luz y de vida, en cuanto llega-ba […] ¡Amá, amá,...!! , me gritaba.¡Qué vitalidad, qué fuerza! Tenía pa-sión por vivir, pasión por su tierra,pasión por su trabajo, pasión por suErtzaintza, pasión por su familia...,era un volcán de entusiasmo y ter-nura”. “Aquellos vigorosos abrazosme infundían seguridad... ¡Y era só-lo un niño! Un niño de un metroochenta y seis, más o menos, unchicarrón. Un niño con una hombríade bien y un sentido de la dignidadpropia de un hombre cabal”. Quizáno me puedas entender...” El entendimiento es perfecto. Estamujer, curtida en el dolor, persuade,transmite…, con la evidencia de loempírico. Logra el asentimiento in-discutible. Romperías a llorar, al es-cucharla. Pero no lloras, percibesque te dignificas. Es una fortuna conocerte, Begoña.

I.C. de C. RedacciónPapeles de Ermua

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Entrevista

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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¿Qué opinión te merece la situaciónque tenemos en el País Vasco?Es una evidencia que asistimos a un ro-tundo fracaso político, con gravísimasconsecuencias sociales y personales. Elactual gobierno vasco ha demostrado —de una forma reiterada— su total inca-pacidad para resolver los graves proble-mas que nos atenazan: la falta de liber-tad y la inseguridad, el terrorismo. Lomás penoso, a mi juicio, es que este go-bierno ha contribuido a “fabricar” elproblema. Es decir, la búsqueda de lasoberanía como prioridad es un inven-to, que no responde, o que no respon-día, a las aspiraciones de la inmensamayoría de los vascos hace 30,15, 5años …¡o menos, incluso! Es algo que seha impuesto a instancias de HB, prime-ro con la debililidad del PNV y luegocon su apoyo explícito. EA siempre seha mostrado más beligerante que elPNV en este punto. Según me has comentado has depo-sitado tu confianza alguna vez enestos partidos nacionalistas “mode-rados”...Siempre. Hasta ahora, siempre he vota-do al PNV. Y me siento profundamentedefraudada. Quiero a mi tierra con todael alma, como le pasaba a Jorge. Estabapersuadida que votar nacionalista era lomás práctico, porque nadie —pensabaingenuamente— podría gobernar con

más acierto nuestra casa que los que vi-ven dentro, que los propios nacionalis-tas. Ahora, me percato de la habilidadcon la que el PNV-EA han monopoliza-do “lo vasco”, injustamente: ¡es una“apropiación indebida” de lo vasco!Vascos somos todos aquí, PP, PSOE, UA,IU… y los que no nos afiliamos a ningúnpartido porque no va con nosotros se-guir consignas concretas. ¡Todos somosvascos! Esta sociedad es plural.¿En qué aspecto te sientes más de-fraudada con las actitudes y pro-puestas del PNV-EA?En general, me defrauda esa forma deimponer el soberanismo, que antesmencionaba. En particular, me indignala debilidad. Debilidad cuando lo que serequiere es fortaleza, severidad y con-tundencia. ¿Dialogar con ETA, o con EHque es lo mismo?… Proponer el diálogocon los asesinos, es darles carta de legi-timidad. A ETA hay que hacerla desapa-recer, no hay nada que pactar. Yo que-rría ser respetuosa con el Sr. Ibarretxe,que es una buena persona, pero ha de-mostrado su incapacidad por debilidad.Por debilidad y por confundir el planofamiliar con el plano político: entiendoque una es la esfera familiar, en la quetienes que derrochar paciencia con unhijo que es un terrorista o un drogadic-to,..; y otra faceta, bien distinta, escuando asumes responsabilidades públi-cas, cuando te compete la responsabili-dad de hacer cumplir la ley, cuando tecompete gobernar,... La falta de autori-dad, la falta de ejemplaridad, ...es unagrave responsabilidad que los actualesdirigentes del PNV se niegan a recono-cer. ¿Cómo se pueden omitir las órdenespara que la Ertzaintza actúe con efica-cia ante desórdenes publicos de la kaleborroka? Es una blandeguería, una con-descendencia, que ha llegado muy le-jos.¿Cómo se puede promover la deso-bediencia civil como han hecho algunosdestacados miembros de este gobier-no?... ¿Por qué se silencia a gente mássensata como Emilio Guevara, JosebaArregi o al exlendakari Ardanza?… ¿Ellostampoco son libres para opinar e in-fluir… en esta situación de imposición yde usurpación de las libertades?…¿En tu opinión, por dónde crees quepodríamos encontrar soluciones?

Hay que empezar por un cambio en elpoder: la alternancia es buena en todoslos gobiernos, en todos los países y entodas las instituciones. El cambio vitali-za. Trae gente nueva, con ideas distintas,con más entusiasmo, …son nuevos aires.Pero, además, en este caso es necesarioel cambio para afrontar y arbitrar lasmedidas necesarias para ir al fondo,donde están las claves de la solución. ¿Dónde están las claves?… por ejem-plo:En la educación, desde pequeños. Y enla educación en casa, en la familia.Muchos padres delegan en el sistemaeducativo, se desentienden de dónde ocon quién están sus hijos. Y existe unaactivísima movilización para el adoctri-namiento por profesores próximos aHB. En otros padres, sobre todo en fa-milias que proceden de otros sitios, seobserva una actitud todavía más “dó-cil”, porque pretenden “integrarse” y —

[…] asistimos a un rotundofracaso político,con gravísimasconsecuenciassociales ypersonales.

Jorge en el Pirineo unosmeses antes de serasesinado por ETA el 22de febrero de 2000.

Lo más penoso, a mi juicio, es queeste gobierno ha contribuido a

“fabricar” el problema. Es decir, labúsqueda de la soberanía como

prioridad es un invento.Es algo que se ha impuesto a

instancias de HB, primero con ladebililidad del PNV y luego con su

apoyo explícito.

‘‘Ahora, me percatode la habilidad conla que el PNV-EAhan monopolizado“lo vasco”,injustamente: ¡esuna “apropiaciónindebida” de lovasco!

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Entrevista

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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equivocadamente— piensan que subra-yando esos postulados “nacionalistas-soberanistas” se “reafirman” en esta so-ciedad. Esto y las actividades lúdicas, deocio, para adolescentes, que se promue-ven, con mucha más iniciativa desdesectores próximos a HB, constituyenuna verdadera escuela de subversión,un criadero de terroristas. Lo que es evi-dente es que se enseña a odiar, en lugarde enseñar a amar y a respetar. Se en-seña una historia pasada —y superadaafortunadamente (con referencias alfranquismo, por ejemplo)— como sifuera la más inmediata actualidad. Así,

¿Esperas que a partir del 13 de Mayose produzca algún cambio?Espero y deseo un cambio radical a par-tir de 13 de Mayo. Cada semana, cadames, cada año,... hay más personas enmi situación: con el alma destrozada dedolor por la pérdida de lo más querido.No hay ningún fin, ni objetivo, ni causaque lo merezca. Por eso los ciudadanosvascos tenemos que votar con respon-sabilidad. ¿Es responsable votar a quie-nes hacen o permiten o propician... quehagan esto con nuestros hijos?... y merefiero no sólo a que les arrebaten la vi-da —como es mi caso—, sino a la educa-ción, a esa fábrica de delincuentes, mal-hechores y terroristas. Es necesario queesta reflexión se produzca cuanto antes.Es necesario votar con responsabilidad,con la cabeza no sólo por sentimientos,tradiciones o por visceralidad. El voto“cautivo” es la esclavitud de nuestra so-ciedad. Hay mucha gente buena en estepaís, capaz de hacer estas reflexiones yde actuar en consecuencia.

se suscita en los chavales (que han na-cido en democracia: son críos de 13, 14,20 años) unos referentes de “represión”,“victimismo”, etc, etc, falsos, ¡radical-mente falsos! Así criaremos psicópataso malhechores, pero no ciudadanos.Y la Justicia…?Me temo que también en ese sector haydemasiado miedo. El resultado es quehay más “misericordia” (porque eso no esjusticia) con los verdugos que con losciudadanos que sufrimos tanta agresión.Por otra parte, en el entorno de ETA y HBson expertos en encontrar toda posiblefisura en la ley, para esquivarla. En suprovecho, son muy beligerantes paraque la “letra” de las leyes se aplique.Mientras tanto, prescinden (por decirlosuave) de lo legal, de lo legítimo,...de loconstitucional. Lo que vivimos es la des-cripción más exacta de lo que podría de-finirse como “perversión social”.

A ETA hay que hacerla desaparecer, no hay nada que pactar. Yo querría ser respetuosa con el Sr. Ibarretxe, que es una buenapersona, pero ha demostrado su incapacidad por debilidad. Por debilidad y por confundir el plano familiar con el plano político:entiendo que una es la esfera familiar, en la que tienes que derrocharpaciencia con un hijo que es un terrorista o un drogadicto…; y otra faceta, bien distinta, es cuando asumes responsabilidadespúblicas, cuando te compete la responsabilidad de hacer cumplir la ley, cuando te compete gobernar…

‘ ‘Es necesario votar con

responsabilidad, con la cabeza no sólopor sentimientos, tradiciones o porvisceralidad. El voto “cautivo” es la

esclavitud de nuestra sociedad. ‘ ‘ Le releo despacio lo que he escrito, paraasegurar que he sabido reflejar sus pala-bras y su sentir. Asevera: “Eso es, […] Esoes […] Eso!...” no tarda en quebrársele lavoz. Se emociona. “¿Lo ves? ... —me dice—parezco de acero, pero … ¡sólo parezco!”—Afortunadamente, Begoña, “pareces”de acero pero eres de carne.

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Entrevista

Entrevista. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

54 Te han arrancado la vidaen nombre de una mentira:“que vale más esta tierraque tus pasos y tus risas”.Yo no creo en la verdadque se impone por la fuerzani quiero esa libertadque sin nacer ya está muerta

Te han arrancado la vidalos dientes de una serpiente,que sueña poder volar mientras va arrastrando el vientre.Mas si pudiera volardescubriría el engaño: ¡desde el cielo no hay naciones,hay montes, mares y campos!

Te han arrancado la vida en nombre de una bandera:quiero proclamar al vientomi odio por las fronterasy por todas las barrerasque dividen a los hombres, y por las manos que siembranlágrimas, dolor y sangre.

Te han arrancado la viday nos la han robado a todos,mas sólo quiero que sepasque no lloramos solos.Quisiera con este cantoconsolarte y abrazartey enjugar tu amargo llantode esa noche interminable.

Te han arrancado la vidamas seguiremos luchandocon la voz y la palabra:¡no queremos otras armas!;estrechando nuestras manos, aliviando los dolores,hasta el día en que la pazamanezca en nuestras calles.Agur Maitia *

* Palabras de Begoña Elorza en el Primer Aniversario del asesinato de su hijo Jorge, asesinado por ETA en Vitoria el 22 de febrero de 2000, siendoescolta de Fernando Buesa, parlamentario vasco (PSOE).

La ciudadanía, representadapor el FORO ERMUA, haceen la persona de Jorge DíezElorza, este homenaje a laErtzaintza y a todos losmiembros y Fuerzas deSeguridad del Estado y a susfamilias, con nuestro másentrañable agradecimiento.

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Educación

Educación. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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Voy a referirme más detenidamen-te a cada una de dichas variables.En el País Vasco tenemos conseje-

ros del Gobierno autónomo como el Sr.Intxaurraga, flamante Consejero deJusticia que se adhiere sin ningún tipode recato a una campaña de desobe-diencia civil promovida desde el entornobatasuno. Un Consejero de Justicia, pordefinición, debe ser el bastión de la de-fensa de las leyes y del ordenamiento denormas legales de obligado cumpli-miento para todos los ciudadanos. UnConsejero de Justicia que se precie debeadministrar la justicia, en definitiva de-be regular el funcionamiento de ese po-der que en la división de Montesquieues el que vigila el cumplimiento de lasleyes que dimanan del poder legislativoy sanciona su vulneración. Nada haymás contrario al cumplimiento de las le-yes que invocar su vulneración, tal co-mo reza el eslogan subversivo de “deso-bediencia civil”. ¿Desobediencia a qué?Pues ni más ni menos que al marco ju-rídico imperante, al D.N.I. común de to-dos los españoles, etc. Me dirán enton-ces, ¿qué hace un Consejero que en lu-gar de administrar justicia se adhiere asu incumplimiento? Parecería lógicoque el Sr. Intxaurraga para ser coheren-te con su impronta ideológica cooptaraentre seguir como Consejero adminis-

En cualquier sociedad civilizada existe un siste-

ma de valores que posibilitan eso que la psico-

logía llama moral heterónoma, imprescindible

para que las personas sean

ciudadanos, es decir individuos

con moral autónoma. Pero pa-

ra que una sociedad civilizada

lo sea, es decir para que la misma se precie de

tal y esté sometida a unas mínimas normas de

funcionamiento organizado y de un marco de

convivencia, deben funcionar varias variables

independientes: por un lado debe haber unos

referentes claros por parte de los gobernantes,

que generen autoridad moral y sean ejemplares

para sus conciudadanos, por otra parte debe

haber un sistema educativo apoyado en un es-

quema de valores; en tercer lugar debe haber

un orden social mínimo, basado en normas de

conducta establecidas desde la común acepta-

ción de las reglas de juego democráticas: es de-

cir desde el contrato social.

La subversión de loscontravalores

Ernesto Ladrón de Guevara López de ArbinaDoctor en Filosofía y Ciencias de la Educación

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Educación

Educación. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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trando la Justicia o sumarse al coro delos insumisos legales renunciando a serlo primero, pues no hay nada más ilógi-co que ser al mismo tiempo una cosa yla contraria. No es posible ser al mismotiempo policía y ladrón, bombero y piró-mano, psiquiatra y psicótico. En el PaísVasco estamos tan acostumbrados al es-perpento que ya nada nos sorprende, yhasta nos parece normal. Forma partedel espectáculo habitual al que nos tie-nen acostumbrados los nacionalistas.¿Pero qué tipo de referentes morales sedistribuyen de esta manera a nuestrosniños y jóvenes? ¿Cómo nuestros niñosy jóvenes pueden tener como norma deconducta la responsabilidad, la coheren-cia, la identidad clara en el cumplimien-to de sus obligaciones y deberes y la rec-titud de conducta con semejantes ejem-plos de quienes detentan ni más ni me-nos la acción de gobernar al conjuntode la sociedad? Menos mal que la mayorparte de ellos probablemente ni se ente-ran, porque si lo hicieran... Pero es queademás los ciudadanos necesitan a go-bernantes que tengan credibilidad y se-an una guía de conducta para la socie-dad. ¿Cómo se le puede exigir a un ciu-dadano que cumpla con sus deberes cí-vicos, con su responsabilidad en el tra-bajo, con sus obligaciones fiscales, etc, sisu gobernante, nada más y nada menosque el responsable de la Justicia, se su-ma a un acto de insubordinación civil?Sistema educativo: leo un excelente ar-tículo de Carlos Seco Serrano, miembrode la Real Academia de la Historia, delque cito un párrafo: “Recuerdo que enla famosa Comisión de Humanidades,de la que formé parte, uno de los dele-gados —catedrático de Segunda Ense-ñanza— se esforzaba por conseguir queprestásemos atención a un problemabásico —pero que no nos incumbía—: elde los docentes incapacitados por la leypara dominar el caos en que suelenconvertirse las aulas, tiranizadas por“jóvenes bárbaros“ a los que se les ga-rantiza toda clase de derechos, pero na-die les recuerda deberes y obligaciones,

y ante los que el profesor está atado depies y manos”. Efectivamente, la etapade la adolescencia exige —según diríacualquier psicólogo o pedagogo— quehaya referentes claros y un marco denormas, un ámbito ordenado, impres-cindibles para que los alumnos constru-yan su propia identidad y vayan forjan-do esa estructura de valores que de for-ma difusa las personas llamadas “educa-das” van impregnando bien por habi-tuación, bien por aprendizaje vicario(por imitación) o bien por asimilación depautas de tipo contextual que modelanpoco a poco pero de forma indeleble supersonalidad. Un sistema escolar sin unmínimo régimen disciplinario —que nodictatorial o tirano— y sin un profesora-do que tenga la autoridad para ejercersu función, bien porque el sistema edu-cativo se lo reconoce y estimula o bienporque la propia sociedad admite y for-talece la importancia de su cometido,no puede producir buenos resultados.Un sistema educativo incompetente pa-ra hacer de las aulas un lugar de refle-xión y de estudio, y que no facilita elque los alumnos asuman que tienenobligaciones y que, al mismo tiempo elcumplimiento del deber es una fuentede satisfacción y de reforzamiento de laautoestima, puede generar demasiadasconductas antisociales y demasiadaspsicopatías; tantas como para que la so-ciedad no se evada de este problema ypara que los medios de comunicación yresponsables públicos presten a este fe-nómeno la necesaria atención. Muy po-cos valores se pueden transmitir en unaescuela así, entre otras cosas porque losvalores no se enseñan, se aprenden deforma difusa.En último lugar, los partidos políticos yresponsables sociales deben adoptaruna actitud responsable en su primor-dial función de pedagogía social. No sepuede proyectar valores que sirvan pa-

ra la mejora del funcionamiento denuestras sociedades sobre la base delpredicamento de los contravalores.Contra los valores universales de la li-bertad, del respeto a las ideas y creen-cias de los demás, de la tolerancia, delrespeto a las normas democráticas, dela solidaridad, del amor al prójimo ensuma, que han sido, en parte, valoressurgidos de nuestra cultura judeo-cris-tiana, no se puede hacer apología de laprimacía de la diferencia y de la etnia,de la tribu en suma, de la supremacíadel territorio, del “pueblo”, sobre el indi-viduo, de los derechos, extraídos de lachistera de los magos del Rh, de la len-gua, de la historia..., como si los ciuda-danos fueran un mero engranaje sinvalor en ese diseño de la construcciónnacional que lo supedita a todo. Nopuede salir cosa buena del sistema edu-cativo si se impregna a nuestros alum-nos el odio a supuestos enemigos exte-riores, la exacerbación de lo propio so-bre lo común, el desprecio a lo que nopertenece al microcosmos encogedorde la amplitud de miras y de la genero-sidad en las aspiraciones, como actitudabierta hacia el mundo y las cosas.En este entorno no puede surgir muchode bueno. No puede extrañarnos quecada ver haya más conductas antiso-ciales, y más jóvenes que con su mentedeformada por largos periodos deadoctrinamiento crean que salvan a lahumanidad poniendo coches bomba, ensu busca sin rumbo de algo que sustitu-ya aquel marco rígido pero marco al finy al cabo de valores que se impartía an-taño en el sistema escolar. Porque aho-ra no existe ni marco.

Educación

Nada hay máscontrario alcumplimiento delas leyes queinvocar suvulneración, talcomo reza eleslogansubversivo de“desobedienciacivil”.

¿Cómo se le puedeexigir a unciudadano quecumpla con susdeberes cívicos,con suresponsabilidad en el trabajo, consus obligacionesfiscales, etc, si sugobernante, nadamás y nada menosque el responsablede la Justicia, sesuma a un acto deinsubordinacióncivil?

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Historia

La enseñanza de la Historia. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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NACIONALISMOS VASCOS EN PLURAL

Quizá convenga comenzar por el título. Hablode nacionalismos, en plural, porque, en los úl-timos treinta años, hemos conocido al menostres nacionalismos diferentes en el PaísVasco: el moderado, el radical y el frentista,síntesis de los anteriores. Milenio tiene aquídos sentidos distintos: el meramente crono-lógico (como cuando hablamos de TercerMilenio, por ejemplo) y el escatológico:Milenio como fin de los tiempos o fin de laHistoria; el reino de mil años que, según la es-catología cristiana, precederá a la batalla fi-nal contra el ejército del Anticristo y a laSegunda Venida del Verbo. Reino de prosperi-dad y justicia, reino igualitario, Edad de Oro.Autores como Talmon o Cohn han visto unreflejo secularizado del milenio cristiano en elideal comunista de la sociedad sin clases. Acomienzos de los años ochenta, el antropólo-go bilbaíno Juan Aranzadi publicó un libroque iba a tener gran influencia en mi genera-ción: Milenarismo Vasco: Edad de Oro, Etnia yNativismo. Acaba de aparecer una segundaedición con un nuevo prólogo en que el au-tor realiza una feroz crítica de los presupues-tos teóricos de su ensayo. Sin embargo, el li-bro de Aranzadi fue, en su momento, una he-rramienta utilísima para muchos incipientescríticos del nacionalismo vasco, que comen-zaba entonces a construir —desde el gobiernoautonómico, desde las diputaciones forales ydesde el terrorismo (tanto desde el terrorismoclásico de ETA como desde el terrorismo “so-cial” de los Comandos Autónomos Anticapi-talistas)— su ideal de sociedad. Aranzadi ad-vertía rasgos milenaristas en el proyecto po-lítico de los abertzales, inseparable del sueñode restitución de una Edad de Oro en la quelos vascos habrían vivido independientes yfelices bajo una suave y contradictoria de-mocracia patriarcal.

EL PARAÍSO QUE NUNCA EXISTIÓ

Esta idea, la de que el nacionalismo vasco busca la restaura-ción de un paraíso que nunca existió, ha estado presente enalgunos de los principales estudios críticos sobre aquél publi-cados en los últimos veinte años. Yo mismo he sido deudor deAranzadi en este particular y quien vea en el título de estaspáginas un homenaje explícito a su obra no andará muy des-caminado. Sin embargo, me gustaría ir más allá de su tesis: laconvicción, compartida por todos los abertzales —empezandopor el primero de ellos, Sabino Arana Goiri—, de que esa si-tuación de suprema felicidad se perdió por la invasión o laocupación de una Euskadi ancestral por los españoles explicala agresividad nacionalista, el odio que el nacionalismo vascoprofesa a España y que es incomparablemente superior a lahostilidad que manifiestan hacia lo español los nacionalistascatalanes o gallegos. En el nacionalismo catalán o en su ho-mónimo gallego se aprecia una continuidad reconocida res-pecto del regionalismo decimonónico. Los nacionalistas cata-lanes incluyen en su propia historia a las figuras de laRenaxença; los gallegos, a las de su renacimiento postro-mántico. Ya fueran tradicionalistas o federalistas, los regiona-listas catalanes y gallegos del XIX mantenían una doble leal-tad, un afecto repartido entre la patria chica y la patria co-mún. También era éste el caso de los fueristas vascos de losaños de la Restauración, pero éstos jamás son invocados co-

Los nacionalismos vascosal filo del milenio

Jon JuaristiCatedrático de Filología Española de la UPV/EHUDirector del Instituto Cervantes

Así opinan losnacionalistas:Nada de lo quepudieron hacer oescribir losregionalistasvascos tiene valoralguno. Seconsiderabanespañoles y, comotales, han sidojustamenteolvidados. HastaSabino Arana,ningún vasco hahecho o dichonada que merezcala pena.

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Historia

La enseñanza de la Historia. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

58mo precursores por los abertzales. Entre los fueristas y SabinoArana hay una ruptura histórica, un hiato que marca, para elnacionalismo vasco, la frontera inicial de su memoria. Nada delo que pudieron hacer o escribir los regionalistas vascos tienevalor alguno. Se consideraban españoles y, como tales, han si-do justamente olvidados. Hasta Sabino Arana, ningún vascoha hecho o dicho nada que merezca la pena. Así opinan losnacionalistas.La historia rechazada deja espacio en el imaginario abertzale alfantasma melancólico de una pérdida que nunca se produjo: lade la Euskal Herria independiente y feliz, poblada por vascosde pura raza, que habría sido invadida, oprimida y forzada almestizaje por España. Esta fantasía sostiene, hoy como ayer,toda la cosmovisión nacionalista. Más aún: si tal fantasía sedesvaneciera, no habría nacionalismo vasco. Quienes piensantodavía que éste puede evolucionar hacia posiciones razona-blemente autonomistas, compatibles con la integración volun-taria en la nación española, se equivocan. Se equivocan los queaducen la existencia en otro tiempo de corrientes pragmáticasen el seno del nacionalismo moderado como prueba de que elPartido Nacionalista Vasco (y, eventualmente, EuskoAlkartasuna) podrían recuperar una tradición olvidada —la deComunión Nacionalista durante las dos últimas décadas de lamonarquía alfonsina; la del PNV durante la Segunda Repúblicao incluso la de la del PNV en la clandestinidad, bajo el fran-quismo— y renunciar así a objetivos maximalistas. Y se equivo-can, porque el pragmatismo, en el seno del nacionalismo mo-derado, ha sido siempre mera táctica, un método adecuado pa-ra las situaciones en que la relación de fuerzas ha sido desfa-vorable a los abertzales. Un método es, esencialmente, un ca-mino, y el pragmatismo es un camino hacia el maximalismo. Lahistoria de estos últimos ventiún años, en los que el naciona-lismo moderado partió de posiciones relativamente pragmáti-cas hasta desembocar en el frentismo independentista, asocia-do con ETA, ilustra a la perfección el modelo de relaciones tác-ticas entre pragmatismo y radicalidad que ha predominadosiempre en el comportamiento político del PNV.Digo relativamente pragmáticas, y subrayo lo de relativa-mente, porque un somero análisis de la trayectoria del PNVen la transición española a la democracia bastaría para des-hacer la ilusión de que el nacionalismo moderado haya op-tado alguna vez por aceptar las reglas del sistema demo-crático surgido de la Constitución española de 1978. Elequívoco brota de la comparación entre el nacionalismomoderado y el radical: un nacionalismo que no impugna elsistema mediante la violencia terrorista puede aparecer co-mo un nacionalismo pragmático, “moderado” (uso los tér-minos moderado y radical en su acepción común, pero de-bo advertir que dicha acepción se me antoja irónica). Ahorabien, ¿cómo se habría juzgado la actitud del PNV de no ha-ber mediado, en los años de la transición, la presencia si-multánea del terrorismo etarra? El PNV preconizó el recha-zo de la Constitución, se negó a pactar otro proyecto deEstatuto que el que hizo a su medida, imponiendo a laComunidad Autónoma sus propios símbolos partidarios, yse inhibió de toda responsabilidad en la lucha contra el te-

rrorismo (mientras exigía la salida delPaís Vasco de las fuerzas de seguridadque se enfrentaban a ETA). En cual-quier otro ámbito, un nacionalismo se-mejante habría sido justamente califi-cado de extremista. Es cierto queArzallus depuró a los dirigentes histó-ricos más ortodoxamente aranistas,pero eso no lo convirtió, como algunoshan querido, en un dirigente pragmá-tico. El objetivo que buscaba era, des-pués se ha demostrado, concentrar ensu persona todos los resortes de poderdel partido (¿acaso no habría sido undisparate considerar “moderados” opragmáticos a Hitler, Stalin o Francopor eliminar, respectivamente, a los je-fes de las SA, a los troskistas o a los fa-langistas recalcitrantes?). El actualpresidente del PNV intentó desde elprincipio convertirse en el caudillo desu organización y, para ello, aplastótoda oposición interna, ya viniera delos duros o de los blandos. En rigor,aplicó para la neutralización de losaranistas los mismos procedimientosque veinte años después utilizaría pa-ra silenciar a los disidentes del frentis-mo, aunque utilizó en uno y otro casoargumentos diferentes: “pragmáticos”en el primero, “radicales” en el último.

EL NÚCLEO DE LA IDEOLOGÍAABERTZALE

Llegados a este punto, se impone unarecapitulación de lo ya dicho. El núcleode la ideología abertzale es el mismo enlas tres versiones del nacionalismo: unantiespañolismo esencial que impidecualquier forma de integración del na-cionalismo vasco en el sistema políticoespañol. El llamado pragmatismo cons-tituye un recurso táctico, privativo delnacionalismo moderado, que no hipo-teca en absoluto los objetivos últimosdel mismo, y al que recurre sólo cuandola relación de fuerzas con el Estado le esdesfavorable. Desde 1975, los girospragmáticos del PNV han sido escasos:en el período pre-estatutario, cuandonecesitaba del consenso de los partidosconstitucionalistas para sacar adelantesu proyecto de hegemonía en la comu-nidad autónoma, y en el período 1986-1990, cuando, debilitado por la escisión

La historiarechazada deja

espacio en elimaginario

abertzale alfantasma

melancólico deuna pérdida que

nunca se produjo:la de la Euskal

Herriaindependiente y

feliz, poblada porvascos de pura

raza, que habríasido invadida,

oprimida y forzadaal mestizaje por

España. Estafantasía sostiene,

hoy como ayer,toda la

cosmovisiónnacionalista. Másaún: si tal fantasía

se desvaneciera,no habría

nacionalismovasco.

un somero análisisde la trayectoriadel PNV en latransiciónespañola a lademocraciabastaría paradeshacer la ilusiónde que elnacionalismomoderado hayaoptado alguna vezpor aceptar lasreglas del sistemademocráticosurgido de laConstituciónespañola de 1978.

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59de Eusko Alkartasuna, necesitó de la co-alición con el Partido Socialista deEuskadi para mantenerse en el gobier-no. Pero, como he dicho, se trató enambos casos de un pragmatismo relati-vo. Como ha reconocido recientementeJosé Ramón Recalde, Consejero socia-lista de Educación en el gobierno de co-alición formado en 1987, los socialistasvascos desarrollaron en sus respectivasconsejerías la política impuesta por elPNV, de la que apenas lograron mitigarlos aspectos más agresivamente abert-zales. La contrapartida nacionalistaconsistió exclusivamente en una tímidaimplicación de la Consejería de Interioren la lucha contra ETA, y en el Pacto deAjuria-Enea, que pronto se probó ino-perante, toda vez que los nacionalistasexigían concesiones políticas por cadagesto retórico frente a Herri Batasuna.En los gobiernos de coalición con lossocialistas que se sucedieron desde1991 a 1996, el PNV no tuvo siquieraque esforzarse en parecer pragmático.Sus socios, consternados por la tormen-ta que caía por entonces sobre el PSOE,bastante tenían con intentar defender-se del estigma de corrupción que losnacionalistas les adjudicaban. Por otraparte, toda España aplaudía alConsejero de Interior, el peneuvistaJuan María Atutxa, empeñado en darcredibilidad al compromiso de laErtzaintza con la represión del terroris-mo. Dejando a un lado de momento lamayor o menor simpatía que nos puedamerecer el personaje, hay que tener encuenta la necesidad que el PNV teníapor entonces de tranquilizar a los em-presarios vascos, sometidos a una in-tensa campaña de extorsiones y se-cuestros. Por otra parte, Atutxa nuncadejó de sostener las tesis oficiales de supartido en lo tocante a ETA: la insufi-ciencia de la solución policial y la nece-sidad de negociación con la banda.

RELACIÓN ENTRE NACIONALISMOMODERADO Y RADICAL

La relación del nacionalismo moderadocon el radical y, en particular, con la or-ganización terrorista nunca se vio se-riamente afectada por las inflexionespragmáticas de aquél. En síntesis, po-

presión de la crisis sesentayochista enel País Vasco: rebasó los planteamientostradicionales, burocratizados, dogmáti-cos y autoritarios, de la izquierda co-munista y el conservadurismo y la ina-nidad cultural del nacionalismo delPNV. Hoy puede parecer absurdo e in-creíble, pero los que vivimos la expe-riencia de militar en ETA durante aque-llos años, recordamos sus momentosiniciales como una magnífica e inespe-rada explosión de libertad. ETA significódiscusiones, debate ininterrumpido, li-bros, entusiasmo, esperanza, amistad. Apesar de todo lo que vino después, nun-ca podré recordar con amargura aque-llos años que dieron a mi generacióntodo lo que el franquismo y el naciona-lismo familiar nos habían negado hastaentonces. Nos liberaron del miedo, noshicieron descubrir en nosotros insospe-chadas reservas de curiosidad intelec-tual, de altruismo, de amor por la liber-tad. Las generaciones anteriores, ame-drentadas, desengañadas o cínicas notuvieron otra opción que secundarnos.Las protestas privadas de nacionalismodebieron pasar la prueba de la solidari-dad activa con los jóvenes que habíandecidido plantar cara a la dictadura.

NEFASTAS CONSECUENCIAS

Pero las consecuencias fueron terri-bles. La deriva de ETA hacia el terroris-mo, inscrita ya en los planteamientosestratégicos de la V Asamblea —y no,como se suele pretender, resultado deun desdichado azar—, arrastró a buenaparte de la sociedad vasca, en un vastosíndrome de identificación con los acti-vistas. Arrastró, por supuesto, a un am-plio sector del clero secular y regular,abrumado por los “pecados sociales” dela Iglesia y sediento de modernidad;arrastró al sector de población que setenía y quería ser tenido por nacionalis-ta y arrastró también a muchos que, sinraíces familiares ni biográficas en el na-cionalismo, se consideraban antifran-quistas. Cuando ETA cometió su primeratentado mortal y cuando el autor delmismo fue muerto, algunas horas des-pués, por la guardia civil (las dos noti-cias llegaron simultáneamente al públi-co), el magma al que ETA dirigía sus

El PNV preconizóel rechazo de laConstitución, senegó a pactar otroproyecto deEstatuto que elque hizo a sumedida,imponiendo a laComunidadAutónoma suspropios símbolospartidarios, y seinhibió de todaresponsabilidad enla lucha contra elterrorismo(mientras exigía lasalida del PaísVasco de lasfuerzas deseguridad que seenfrentaban aETA).

dría decirse que el PNV no ha buscadotanto la desaparición del terrorismo co-mo su optimización política. El nacio-nalismo moderado posee una pobrememoria, pero sabe que la reconstruc-ción de la comunidad nacionalista enlos años finales del franquismo y la pri-mera fase de la transición no habría si-do posible sin ETA, que actuó como ca-talizador del precipitado social abertza-le en la anomia política característicade la sociedad vasca bajo la dictadura.Las recientísimas memorias de MarioOnaindía nos ofrecen un panoramabastante plausible de la oposición clan-destina de los años sesenta en el PaísVasco: un Partido Comunista bien im-plantado en los núcleos industriales, unsindicalismo de izquierda en ascenso(CCOO), escasa presencia del PSOE y dealgunos grupos izquierdistas como ETA-berri o ESBA (rama vasca del FLP), unPNV famélico que mantenía algunasescuelas de cuadros y evitaba implicar-se en movilizaciones de envergadura.Onaindía olvida mencionar algo que yo,desde ETA, conocí muy bien: las con-vulsiones agónicas del carlismo, que—una vez perdido su referente dinásti-co— iba a estallar en tendencias enfren-tadas por fuertes disensiones ideológi-cas, algunas de las cuales se aproxima-rían al nacionalismo en los años finalesde la década. En este contexto irrumpela ETA que surge de la V Asamblea co-mo una organización nacionalista-re-volucionaria que aspira a fundir en unala tradición abertzale y la izquierdista.

ETA COMO EXPRESIÓN DE LA CRISIS (1960-80) EN ELPAÍS VASCO

El crecimiento de ETA en la segunda mi-tad de los sesenta es inseparable de dosfenómenos que rebasan con mucho elámbito del País Vasco: la crisis de laIglesia católica tras el ConcilioVaticano II y lo que, a falta de una me-jor denominación, llamaré la rebeliónjuvenil de la época, emparentada, porsupuesto, con el movimiento francés demayo del 68, con la contracultura ame-ricana, la insurgencia estudiantil enAlemania, en Italia, en las universidadesespañolas, etc.. ETA fue la principal ex-

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alocuciones —el pueblo vasco, una en-telequia del confuso imaginario eta-rra— se vio puesto ante la disyuntiva deaprobar una de las dos muertes y con-denar la otra, toda vez que la condenade ambas suponía un dilema que loshabría enfrentado a la vez con ETA ycon el régimen. Hubo que optar, portanto, entre la condena del atentado yla aprobación de la muerte del activista(y así lo hicieron quienes, en la disyun-tiva, eligieron seguir siendo franquistas)o por lo contrario, que suponía no sólouna declaración de antifranquismo sinouna adhesión activa al nacionalismo.Como un precipitado en una soluciónquímica, las protestas populares (mani-festaciones, misas, etc.) por la muertede Javier Echevarrieta Ortiz definieron,en el hasta entonces indiferenciadocontinuum de la sociedad vasca, unacomunidad nacionalista relativamenteperspicua. Durante los años posteriores,esta comunidad se convertiría en suje-to habitual de las movilizaciones contrael régimen (que alcanzaron su nivel másalto durante el Consejo de Guerra deBurgos, en diciembre de 1970) y en ob-jeto asimismo habitual de la represión.

EL PNV A REMOLQUE DE ETA

Desde el PNV se intuyó que la rupturasocial inducida por ETA, aunque impli-caba serios riesgos inmediatos, no deja-ría de resultar provechosa a medio pla-zo, sobre todo ante la eventualidad deun colapso de la dictadura. Si bajo el ré-gimen franquista ETA aparecía como lareferencia política dominante de las le-altades abertzales, era muy improbableque lo siguiera siendo en una situaciónde pluralismo político. El nacionalismomoderado contaba con rentabilizar to-talmente la movilización abertzale con-tra la dictadura. Creía en el espejismode un futuro partido-comunidad delque toda excrecencia terrorista habríadesaparecido o, en el peor de los casos,se subordinaría a la dirección política

del PNV. Esto explica la angustia de losdirigentes jelkides ante el deslizamientode ETA hacia posiciones izquierdistas ysu progresiva ruptura con el nacionalis-mo a lo largo de 1970. ETA debía desa-parecer, pero no prematuramente. Lasjuventudes del PNV fueron encauzadasdurante los años siguientes hacia unentendimiento con el grupo residualabertzale de ETA, encabezado por JuanJosé Etxabe, que se había separado delgrueso de la organización durante la VIAsamblea. Entre 1972 y 1974 se recons-truyó una ETA abertzale, nutrida porantiguos militantes de las juventudespeneuvistas (EGI) y blindada ahora con-tra las tentaciones izquierdistas me-diante una subordinación del conjuntode la organización al núcleo duro delpistolerismo. La vieja ETA, autoexcluidade la comunidad nacionalista, terminódisolviéndose en la sopa de siglas de laizquierda española.

LAS PREVISIONES DEL PNVFRACASAN

Pero, contra lo que había previsto el PNV,la ETA abertzale, aunque llegó dividida ala transición, no desapareció. Además deseguir con su actividad terrorista, susdos ramas se dotaron de sendos partidospolíticos legales en lo que por entoncesse llamó una “estrategia de desdobla-miento”. El sueño peneuvista de un par-tido identificado con la comunidad na-cionalista no tardó en convertirse en de-cepción. Con todo, el PNV de los añosochenta se benefició de la persistenciadel terrorismo abertzale en un doblesentido: lo utilizó como argumento pa-tético en la negociación de transferen-cias con el gobierno central y presenció,entre horrorizado y complacido perosiempre impasible, la eliminación de laderecha no nacionalista en el País Vasco.

En un libro admirable, Un grito de paz,Pedro Mari Baglieto ha desarrollado unaconcisa metáfora del horror: la narraciónminuciosa e históricamente inapelabledel exterminio sistemático de los cua-dros políticos de UCD, en la comarcaguipuzcoana del Urola, a manos de ETA yde sus fuerzas auxiliares, los ComandosAutónomos Anticapitalistas, entre 1979y 1981.

DÉCADA DE LOS 80: EDAD DE ORO DEL NACIONALISMOMODERADO

Aunque la optimización del terrorismose revelaría imposible, la primera mitadde los ochenta ha llegado a constituir,en la memoria reciente del nacionalis-mo moderado, lo más parecido a unaEdad de Oro. Con el gobierno autónomoy las diputaciones en sus manos, el PNVprocedía a una suerte de acumulaciónprimitiva de poder, obteniendo del go-bierno central las competencias desea-bles y consiguiendo —sin gran esfuer-zo— diferir las más incómodas: porejemplo, las de lucha antiterrorista.Mientras la guardia civil y la policía en-tonces nacional se jugaban la vida en elcombate contra ETA, los nacionalistasmoderados sumaban sus voces a la re-clamación radical de expulsión de lasfuerzas de seguridad (y contemplabancon indiferencia la guerra sucia de losGAL, por la que después pasarían factu-ra política, no a sus directos responsa-bles, sino a los dirigentes del PartidoSocialista de Euskadi no implicados enla trama). Con un nacionalismo radicalsemidomesticado gracias a una políticade concesiones a las administracioneslocales y a las organizaciones de fomen-to del eusquera controladas por HerriBatasuna, el PNV vivía en el mejor delos mundos posibles.

La escisión deEusko Alkartasunavino a complicarlas cosas, pero noen la medida queera de temer porparte delnacionalismo. Enprimer lugar, lossocialistas fueronmucho menosexigentes con elPNV que lo que losresultados de laseleccionesautonómicas de1986, en las que elPSE fue el partidomás votado, leshubiese permitidomostrarse.

Con todo, el PNVde los añosochenta sebenefició de lapersistencia delterrorismoabertzale en undoble sentido […].

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ESCISIONES Y PACTOS QUEMARCAN UNA TRAYECTORIA

La escisión de Eusko Alkartasuna vinoa complicar las cosas, pero no en la me-dida que era de temer por parte del na-cionalismo. En primer lugar, los socialis-tas fueron mucho menos exigentes conel PNV que lo que los resultados de laselecciones autonómicas de 1986, en lasque el PSE fue el partido más votado,les hubiese permitido mostrarse. No só-lo renunciaron a reclamar para sí la pre-sidencia del gobierno autónomo, sinoque pasaron por alto el abierto apoyoque el PNV había prestado durante elperíodo pre-electoral a una debilitadaHerri Batasuna (más de una vez, antesde iniciarse la campaña, Arzallus se ha-bía dejado ver y retratar en amistosasactitudes con la plana mayor del nacio-nalismo radical, pero ni esto ni las desa-fiantes declaraciones de Ardanza, sos-teniendo desde la televisión autonómi-ca que ETA no desaparecería hasta quese vieran satisfechas todas las legítimasdemandas del pueblo vasco, parecíanescandalizar a los socialistas vascos).Juan Manuel Eguiagaray, secretariopor entonces del Partido Socialista deEuskadi, ha publicado hace poco algu-nas páginas dolorosamente autocríticassobre las concesiones que su formaciónpolítica debió hacer a los peneuvistaspara ser admitido por éstos en un go-bierno de coalición. De la sumisión delos socialistas a las directrices abertzalesda testimonio, como ya se ha dicho, lareciente palinodia del ex-consejero JoséRamón Recalde. Y todo a cambio debien poca cosa: el reconocimiento retó-rico de que también los socialistas eranvascos, expresado con la boca pequeñapor Arzallus en su rimbombante “dis-curso del teatro Arriaga” (1988) y lapuesta en escena del Pacto de Ajuria-Enea, una de las más exasperantes ver-siones del ventajismo nacionalista.

CLAVES PARA ELINCUMPLIMIENTO POR PARTEDEL GOBIERNO DEL PNV DE SUSCOMPETENCIAS EN MATERIAANTITERRORISTA

Si nadie discutía al PNV su hegemonía ysi el sueño de una optimización del te-rrorismo se revelaba ilusorio, cabe pre-guntarse por qué los nacionalistas mo-derados no asumieron con mayor deci-sión las competencias que, en materiaantiterrorista, fueron transferidas a laConsejería de Interior durante el pri-mer gobierno de coalición. La respuesta,a mi juicio, es doble. Por una parte, elPNV no ha renunciado jamás a su uto-pía de partido-comunidad. Enfrentarseabiertamente a ETA habría supuesto in-troducir la guerra en el seno de una co-munidad nacionalista que habría salta-do en pedazos. Paradójicamente, lafragmentación política de dicha comu-nidad por otras causas, por disensionesde índole personalista (como la rupturaentre Arzallus y Garaikoetxea que de-sembocó en la escisión de 1986), no setradujo en una merma del nacionalismoen su conjunto. Como demostraron laselecciones de 1986, el electorado abert-zale creció tras la escisión, aunque el delPNV disminuyese. Esto tiene una expli-cación. En situaciones definidas por unamarcada dicotomización étnica y dondeel monopolio estatal de la violencia noexiste o está fuertemente contestado, laviolencia terrorista suele ser un factordecisivo en la transferencia de lealtadesy en la configuración de identidades co-lectivas. Pues bien, en el País Vasco delos años ochenta, sólo existía una co-munidad bien definida, la nacionalista,que pretendía identificarse con la únicaetnia vasca posible. Frente a ella, no ha-bía otra cosa que un sector de pobla-ción, mayoritario, sí, pero dividido enidentidades políticas contrapuestas (deizquierda y derecha) con el añadido deun subsector retraccionista, desilusiona-do o simplemente atemorizado. El he-cho de que, desde 1987, el PSE figurase

en un gobierno de coalición con los na-cionalistas mientras los populares sehallaban en la oposición (si no en la se-miclandestinidad) impedía en la prácti-ca la cohesión de este sector en torno aun proyecto de defensa de laConstitución. En estas condiciones, elterrorismo etarra contribuía decisiva-mente a aumentar el voto nacionalista,tanto radical como moderado, a expen-sas del sector retraccionista, que veíainútil dar su voto a un socialismo anci-lar o a una derecha excluida del podertanto en la comunidad autónoma comoen el gobierno del Estado. Sólo los na-cionalistas parecían capaces de protegera los suyos de los otros nacionalistas.

EL PNV NO RENUNCIA A SU UTOPÍA DE “PARTIDO-COMUNIDAD”

En una perspectiva de medio plazo, elPNV confiaba en recuperar la unidadcon los escindidos, toda vez que no me-diaban diferencias ideológicas insupe-rables. Y, a la larga, podía pensarse in-cluso en una incorporación de HerriBatasuna a un gran partido comunita-rio. La táctica a seguir con los radicales,zanahoria y palo, se plasmaba en un re-lativo aislamiento político de HerriBatasuna, para lo que era convenientemantener la ficción del Pacto de Ajuria-Enea (pero sin interrumpir las concesio-nes tácitas a nivel de la administraciónlocal y de las organizaciones pro eus-quera), y una política policial de con-tención de ETA, más que de abierto en-frentamiento con la misma.Tras el fracaso del tripartito nacionalistasalido de las elecciones de 1990, elPNV se vio obligado de nuevo, en otoñode 1991, a formar gobierno con los so-cialistas (la presencia de EuskadikoEzkerra en la nueva coalición era pocosignificativa: lo que quedaba del partidode Bandrés y Onaindía estaba a puntode integrarse en el PSE). Como ya se hadicho, los socialistas no elevaron su ni-vel de exigencias, enredados como esta-

Tras el fracaso deltripartitonacionalista salidode las eleccionesde 1990, el PNV sevio obligado denuevo, en otoño de1991, a formargobierno con lossocialistas […].

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62ban en la crisis general del partido (a loque se unía, en el País Vasco, el descu-brimiento de escándalos que implicabana antiguos dirigentes del partido y aotros en ejercicio). El pacto del PNV conel PSOE tras las elecciones legislativasde 1993 terminó con la autonomía resi-dual del PSE en el seno del cuarto go-bierno Ardanza. Los propios socialistasvascos hicieron lo posible por hundirse.

NUEVOS AIRES EN POLÍTICAANTITERRORISTA CON ATUTXA

La llegada de Juan María Atutxa a laConsejería de Interior había supuesto,como ya he dicho, un cambio notableen la política antiterrorista del PNV. Enparte, la actitud beligerante que mos-traría el nuevo consejero respondía, sinduda, a su profunda convicción de queETA no era una organización abertzalesino un grupúsculo marxista-leninista.Sobra decir que ésta no era ni es la opi-nión dominante en la dirección delPNV, algunos de cuyos miembros hicie-ron pública su discrepancia con Atutxa,pero la campaña de extorsiones y se-cuestros que desató ETA sobre los em-presarios vascos legitimó ante el PNVuna política de mano dura. En noviem-bre de 1993 los terroristas replicaronasesinando al sargento de la ErtzaintzaJoseba Goikoetxea, militante históricodel PNV. En todo el País Vasco se pro-dujeron enfrentamientos entre militan-tes del PNV y de Herri Batasuna, cuyasdirecciones se tildaron mutuamente de“fascistas españoles”. Parecía que la vio-lencia, al pasar al interior de la propiacomunidad nacionalista, la estaba des-garrando de modo irreversible. Pero, enesas circunstancias, algún dirigente delPSE tuvo la infeliz idea de aprovechar lacoyuntura para llevarse parte de losefectivos del nacionalismo radical a la“casa común de la izquierda”. RamónJáuregui, vicelehendakari del gobier-no vasco y secretario general del PSE,dio luz verde a una ronda de contactosentre miembros de su partido y organi-zaciones sectoriales de Herri Batasuna.El PNV se sintió traicionado, hizo las pa-ces con Herri Batasuna y exigió deJáuregui que se disculpase públicamen-te. El dirigente socialista se presentaría

a las elecciones autonómicas de 1994con el lema “ha llegado la hora del rele-vo”. En efecto, había llegado la hora delrelevo para el propio Jáuregui, que fuepromovido poco después a la ejecutivadel PSOE y sustituido en la secretaríadel PSE por Nicolás Redondo Terreros.

ELECCIONES DE 1994: LOS VOTOS NO NACIONALISTASSUPERAN A LOS NACIONALISTAS

La noche de las elecciones del 94, al co-nocerse los resultados, Jáuregui obser-vó que por vez primera los votos no na-cionalistas habían superado a los nacio-nalistas en unos comicios autonómicos.La réplica de Arzallus no se hizo espe-rar: “Si Jáuregui quiere sumar sus votosa los del PP, no tengo inconveniente enadmitirlo”. Por supuesto, Jáuregui guar-dó silencio. Pero había entrado en esce-na un visitante inesperado. El PP irrum-pía tras una nueva generación de jóve-nes dirigentes entre los que destacabasu secretario, Gregorio Ordóñez, unenemigo de componendas y concesio-nes que ignoraba lo que era la correc-ción política. ETA lo asesinó a comien-zos de 1995.Si la intención de los asesinos deOrdóñez era provocar al PP hasta obli-garlo a traspasar los límites de la legali-dad, se equivocaron. Los jóvenes políti-cos del PP se revelaron como unos de-mócratas sin fisuras. La entereza con quese enfrentaron a la siega de sus compa-ñeros por la máquina terrorista constitu-ye el más conmovedor ejemplo de com-promiso con las libertades que se hayaconocido en la España contemporánea ylas acusaciones de oportunismo necrófi-lo que los nacionalistas moderados hanlanzado contra ellos representan un in-sulto para todos los que fuimos anti-franquistas. Pasmados, asistimos al es-pectáculo de chavales de veinte añosque se complicaban la existencia me-tiéndose a concejales o a dirigentes es-tudiantiles en pueblos y centros de ense-ñanza devastados por el nacionalismoradical. Fue la segunda explosión de li-bertad de la que he sido testigo, y ésta,además, lograda. Sin perversiones totali-tarias. Con la Constitución y el Estatutopor únicas armas. En julio de 1997, ETA

secuestró y mató a uno de estos mucha-chos, Miguel Ángel Blanco, y se inició lacuenta atrás para el nacionalismo vasco.

FIN DEL PACTO DE AJURIA-ENEA

More pragmatico, el nacionalismo mo-derado había intentado consolidar suposición mediante un doble vínculo.Coaligado con el PSE en el gobiernovasco, firmó con el PP un pacto de le-gislatura tras las elecciones legislativasde 1996. Esperaba así neutralizar al PPvasco. La reacción popular al asesinatode Miguel Ángel Blanco dio al traste conestas esperanzas. Ante la demanda mul-titudinaria de firmeza frente a ETA y ais-lamiento de su brazo político, el PNV in-tentó ganar tiempo, pero el tiempo se leacababa. Podía encabezar todavía la lu-cha contra el terrorismo y bloquear lapolítica radical que daba amparo a éstedesde los ayuntamientos en manos deHerri Batasuna, y, efectivamente, talfue su primer movimiento. Esto le ha-bría acarreado, de mantenerse en esaposición, la hostilidad abierta de ETA,pero habría recibido el apoyo decididode populares y socialistas. El precio a pa-gar también estaba claro: la disoluciónde la comunidad nacionalista y la re-nuncia definitiva al ideal de partido co-munitario. A medio plazo, también lanecesidad de modificar su posiciónfrente a la constitución y buscar unafórmula de redefinir el nacionalismo so-

El hecho de que,desde 1987, el PSEfigurase en ungobierno decoalición con losnacionalistasmientras lospopulares sehallaban en la oposición (por no decir en lasemiclandestinidad)impedía en lapráctica lacohesión de estesector en torno a unproyecto dedefensa de laConstitución. Enestas condiciones,el terrorismo etarracontribuíadecisivamente aaumentar el votonacionalista, tantoradical comomoderado.

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bre otra base que el rechazo de España.Que los nacionalistas moderados no es-taban dispuestos a pagar ese precioquedó claro a finales del verano de1997. Cejaron en el aislamiento de HerriBatasuna y el lehendakari Ardanza im-provisó un “proyecto de paz” (en reali-dad, un pliego de condiciones inacepta-bles desde la observancia de laConstitución) que sometió a la aproba-ción de los partidos representados en elParlamentoVasco. Cuando el PP y el PSE se negarona tomarlo en consideración, el PNV seconsideró desligado de sus compromisoscon ambos partidos, declaró finiquitadoel Pacto de Ajuria-Enea e inició unanueva aproximación a Herri Batasuna.

EL NACIONALISMO MODERADOCARECÍA DE ESTRATEGIACOHERENTE

El nacionalismo moderado carecía, comodespués se vio, de una estrategia cohe-rente para tratar con el nacionalismo ra-dical; es decir, carecía de una estrategiadistinta del ideal de formación del parti-do comunitario y la optimización del te-rrorismo. Los radicales sí poseían, encambio, una estrategia clara, la que ETAhabía sostenido desde su reconstrucción,en los primeros setenta: una estrategiafrentista, que contemplaba la agrupa-ción de todas las fuerzas nacionalistasen un frente antiespañol en el que la or-ganización terrorista debería hacerse deinmediato con la dirección política. Losradicales de Herri Batasuna prepararonel camino mediante un enfriamiento desu retórica belicista y una operación demaquillaje que llevó a la dirección de sunueva Mesa Nacional a un desconocidoque afirmaba que había llegado la horade hacer política. La retórica de ArnaldoOtegui produjo algún desconcierto en elPSE y se granjeó la adhesión de un con-junto heteróclito de nacionalistas sinpartido y grupúsculos residuales de laextrema izquierda, con los que HerriBatasuna amplió sus filas. La operación

culminó en un cambio de nombre de laformación: de Herri Batasuna a EuskalHerritarrok, con lo que, sin duda, busca-ban desprenderse de las connotacionesnegativas que las antiguas siglas teníanpara los nacionalistas moderados, perotambién sugerir un nuevo programa po-lítico con menos contenido de clase(Herri Batasuna —”Unidad Popular”—evocaba la mitología izquierdista de lossetenta) y más enjundia etnicista.Sorprendentemente, la prensa de todaslas tendencias difundió una traduccióninexacta de la nueva denominación:“Ciudadanos vascos”. La versión másajustada sería “Nosotros, los del pueblodel eusquera”. Había en ella un evidentemimetismo del republicanismo irlandés(Sinn Fein significa “Nosotros solos”). Yes que ETA y sus adláteres habían co-menzado a ajustar su vieja estrategiafrentista a un modelo irlandés.

MIMETISMO CON EL MODELOIRLANDÉS

Un modelo que se había apuntado unéxito sonoro en la primavera de 1998:el acuerdo de Stormont. Dicho acuerdohabía sido el resultado de una estrate-gia puesta en marcha cuatro años atrás.En síntesis, esta estrategia, implacable-mente analizada por Conor CruiseO’Brien, se había desplegado en variasfases: la constitución de un frente uni-do de las fuerzas nacionalistas deIrlanda del Norte (los republicanos deAdams y los socialdemócratas deHume); el anuncio simultáneo de unatregua de duración indefinida por partedel IRA; el desencadenamiento de unterrorismo difuso —mediante accionesa cargo de bandas callejeras— contra lacomunidad unionista y, finalmente, laruptura por sorpresa de la tregua envísperas de las elecciones británicas.Esta “estrategia desarmada” consiguióun doble objetivo: la ruptura de la co-munidad unionista, uno de cuyos parti-dos moderados, el de David Trimble, seincorporó al pacto entre Hume yAdams con la esperanza de obteneruna nueva tregua, y la desmoralizacióndel electorado británico, que castigó elresistencialismo de los conservadores ydio la mayoría a los laboristas, que ha-

bían prometido negociar con los repu-blicanos. A lo largo de 1998, los parti-dos y sindicatos abertzales estudiaronconjuntamente el llamado “proceso depaz” del Ulster en el seno de un Foro deIrlanda que contó con el asesoramientodirecto de la dirección del Sinn Fein.Paralelamente, el PNV y EuskoAlkartasuna firmaban con ETA unacuerdo por el que se comprometían asuscribir la estrategia frentista de losradicales a cambio de una tregua de laorganización terrorista. En septiembrede 1998 radicales y moderados firma-ban el acuerdo de Estella y ETA anun-ciaba la tregua. Tras las elecciones au-tonómicas de ese otoño, el PNV y EAformaban un gobierno sostenido desdeel exterior por Euskal Herritarrok.

LA ESTRATEGIA FRENTISTA Y ELOBJETIVO DE CONSTRUIR UN“PARTIDO-COMUNIDAD”

¿Qué esperaba el PNV de la estrategiafrentista? En primer lugar, una acelera-ción del proceso de construcción delpartido-comunitario. Eusko Alkartasu-na, partido que se definía como inde-pendentista y pacifista, perdía sus señasde identidad en el seno de un frenteque hacía suya esa definición. Las elec-ciones de 1998 demostraron que EAhabía perdido también el favor de unelectorado que prefirió votar al PNV o aEH, dado el desvanecimiento del perfilpolítico del partido de Garaikoetxea. ElPNV y los radicales se repartían la granmayoría del voto abertzale. La aproxi-mación entre los sindicatos nacionalis-tas, ELA y LAB, resultaba también pro-metedora para el PNV, que preveía unsimilar acercamiento de posiciones en-tre PNV y HB en un plazo razonable-mente corto. Por otra parte, la treguade ETA parecía hacer realidad la optimi-zación del terrorismo. El terrorismo op-timizado es un terrorismo en tregua: esdecir, un terrorismo que no actúa peroque conserva las armas y se convierteasí en un factor tácito de disuasión deladversario en la lucha política.

Los jóvenespolíticos del PP serevelaron comounos demócratassin fisuras. Laentereza con quese enfrentaron a lasiega de suscompañeros por lamáquina terroristaconstituye el másconmovedorejemplo decompromiso conlas libertades quese haya conocidoen la Españacontemporánea ylas acusacionesde oportunismonecrófilo que losnacionalistasmoderados hanlanzado contraellos representanun insulto paratodos los quefuimosantifranquistas.

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EL FRACASO DE LA ESTRATEGIANACIONALISTA: LA URGENCIADE UNA ALTERNATIVA

Tanto el nacionalismo moderado comoel radical vieron defraudadas sus expec-tativas. La “estrategia desarmada” de losabertzales no funcionó porque ni con-siguieron atraerse a ningún partido su-ficientemente representativo del sectorno nacionalista de la población vasca(Izquierda Unida-Ezker Batua era yauna fuerza marginal cuando firmó, pa-ra su oprobio, el acuerdo de Estella), nilos españoles se lanzaron a la calle pi-diendo que se negociase con ETA cuan-do los terroristas reanudaron sus aten-tados, ni el PP ni el PSOE acudieron a laconfrontación electoral de marzo del2000 llevando proyecto alguno de con-cesiones al nacionalismo vasco. Rehénde los radicales, el gobierno deIbarretxe se hundió en la impotencia yel deshonor, mientras el PNV y EA huí-

an hacia adelante, actuando comocomparsas de la ofensiva nacionalistapuesta en marcha por los radicales des-de el momento mismo en que ETAanunció la ruptura de la tregua. Unaofensiva en la que ETA ha marcado losritmos con una furiosa escalada deatentados.Al filo del milenio, el nacionalismo vas-co invoca los horrores de un eventualApocalipsis. La prensa del nacionalismomoderado pronostica la destrucción delPaís Vasco por un todavía hipotéticogobierno de coalición de socialistas ypopulares que, según los columnistasabertzales, arrojaría medio millón devascos a la ilegalidad e impondría la leymarcial. Habiendo asistido al fracasototal de su proyecto, el PNV ha resuci-tado un apolillado imaginario golpistaen el que la prensa funge de divisiónacorazada Brunete y los partidos demo-cráticos, de franquismo redivivo. Curio-samente, algunos demócratas comien-

zan ahora a preocuparse por la suerteque correrá un PNV en la oposición.Supongo que no será muy distinta de lade UCD cuando perdió el poder y con-fieso que la perspectiva de una rápidadisolución del nacionalismo moderadono me alarma en absoluto. Lo verdade-ramente preocupante sería una repeti-ción de la fórmula frentista de gobier-no: no creo pecar de agorero si afirmoque tal situación pondría a toda la so-ciedad vasca al filo de la guerra civil.

Historia

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Habiendo asistidoal fracaso total de

su proyecto, elPNV ha resucitado

un apolilladoimaginario golpista

en el que laprensa funge de

división acorazadaBrunete y los

partidosdemocráticos, de

franquismoredivivo.

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Libros

Libros. PAPeLeS de eRMUA. Abril 2001. Nº 1.

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La glorieta de Dante. La escalofriante reconstrucción minuto a minuto de un atentado de ETA.Alfonso Basallo. Colección España Hoy, 1994.

Lunes, 21 de Junio de 1993. Ocho y cuarto de la mñana. Como cada día a esa hora, el tráfico en la madrileña glorieta de lópezde Hoyos es un frenesí. Madrid estrena el verano, y media ciudad está a punto de coger las vacaciones mientras la otra mediacomienza a saborearlas. De pronto, un aexplosión paraliza el pulso vital de la urbe. Un aexplosión que siega vidas, destroza fa-milias, se lleva por delante proyectos. Siete muertos y siete viudas, diecinueve huérfanos, dicienueve heridos, ocho de ellos gra-ves, tres de ellos niños, es el balance de un nuevo despertar de amonal a cargo de ETA. El atentado de López de Hoyos es uno delos más atroces de la historia de la organización terrorista. Por sus características (dos explosiones y dos escenarios consecutivosde fuego y destrucción, víctimas infantiles, siembra de pánico en pleno corazón de la capital,...) muestra con dramática elocuen-cia todo el horror y el sinsentido del terrorismo. La glorieta de Dante es la anatomía de ese atentado.. Una escalofriante recons-trucción elaborada a partir de más de setenta entrevistas con algunas de las víctimas y los testigos; un relato con un estilo lite-rario y un ritmo cinematográfico, en el que cuanto aparece ante los ojos del lector es real. Estas páginas tratan de un atentadoconcreto y, a través de él, de todos los atentados. Podrán variar las circunstancias, pero siempre se repiten las mismas constan-tes: odio, ira, ensañamiento, maldad,.. pero también sacrificio, heroísmo, solidaridad, compasión. Ese tremendo contrapunto debajeza y virtud aparece reflejado en la secuencia pormenorizada de los hechos, en el conjunto de vivencias personales que secruzan una mañana de junio.

El Bucle Melancólico. Historias de Nacionalistas Vascos.Jon Juaristi. Ed. Espasa, 1997.

Frente a la argumentación victimista del nacionalismo vasco —no muy distinta de la que prevalece en la mayoría de los nacio-nalismos—, el autor de este ensayo propone una argumentación alternativa: el análisis de la leyenda, el rumor y los mitos a laluz de la historia, en su sentido más riguroso. A través de un recorrido por las biografías y los microcosmos culturales de las fi-guras más descollantes en la genealogía del nacionalismo vasco, Jon Juaristi defiende que tras las reclamaciones abertzales nohay pérdidas u ofensas reales que exijan ser reparadas, sino la necesidad —propia de los trastornos melancólicos— de adelantar-se a la pérdida para ganar siempre. De esta forma, el nacionalismo vasco ha logrado consolidar su hegemonía a costa de la mar-ginación cultural y del sometimiento político de la mayoría no nacionalista de la población vasca. Estas Historias de nacionalis-tas vascos constituyen una auténtica contra-historia del movimiento abertzale, desde sus orígenes hasta el “espíritu de Ermua”.

Y se limpie aquella tierra. Limpieza étnica y de sangre en el país Vasco (Siglos XVI-XVIII).Mikel Azurmendi. Ed. Taurus.

Tras más de doscientos años de privilegio acomodo en la Monarquía española, emergió en el XVIII una peculiar manera vascon-gada de pensar angustiosamente el presente al par que se miraba narcisistamente los hechos del pasado. Y pese a la imagina-ción de la época ilustrada, la elite instruida vascongada se reafirmó en una visión naturalista de su propia sociedad, viéndola co-mo una especie de comunidad basada en propiedades substanciales divinas, entre las que la religión y la lengua eran la marcade calidad. Con ello se reificaron la lengua y los vínculos entre personas, generando una permanente intención étnica: el Otrosiempre nos depara algo nocivo a los vascos impidiendo indefectiblemente nuestro desarrollo. Así es como más de dos siglos deideología de limpieza y exclusión xenófoba dieron paso a un engendro de etnicidad, algo que eclosionaría bien pronto como na-cionalismo. Desde el estudio de los textos de la elite instruida vasca, este libro muestra ese proceso de etnización.

Breve Historia de España.Fernando García de Cortázar y José Manuel González Vesga. Alianza Editorial.

En esta obra los autores abordan con acierto la difícil tarea de hacer una síntesis amena de la historia de nuestro país. En estanueva edición de BREVE HISTORIA DE ESPAÑA, a la exposición de las crisis y titubeos, de los logros y esperanzas de nuestros si-glos de historia, se añade una actualización que recoge los acontecimientos sucedidos desde 1993 hasta el presente. La obra secompleta con un número notable de mapas de nuestro pasado, las listas de los gobernantes de España y un amplio índice de losprincipales conceptos vertidos en la misma.

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Libros

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El Precio de la Libertad. Memorias (1948-1977).Mario Onaindía. Ed. Espasa.

El precio de la libertad es un testimonio narrado en primera persona por alguien que participó activamente en la lucha políticadel País Vasco durante los últimos años del franquismo. Mario Onaindía compagina admirablemente la calidad literaria y una me-moria prodigiosa, y narra su trayectoria vital desde su infancia hasta 1977. Participó en casi todos los movimientos políticos —desde el PNV a la extrema izquierda—, sindicales —ELA y CC OO— y “cooperativistas” hasta llegar a militar en la ETA de los her-manos Etxebarrieta. Fue condenado a muerte en el proceso de Burgos (1970). Tras la commutación de la pena e muerte, cumplióaños de condena en las prisiones de Burgos, Cáceres y Córdoba, hasta que fue “extrañado” en 1977.

El arbol y las nueces.Carmen Gurruchaga e Isabel San Sebastián. Ed. Temas de Hoy, S.A., 2000.

¿Cuál es la auténtica actitud del PNV y de su presidente, Xabier Arzalluz, ante el terrorismo de ETA? ¿Lo rechazan sin ambages o,por el contrario, comprenden y justifican que se produzcan unos crímenes que aparentemente pueden ayudar también a conse-guir los objetivos del PNV?“No conozco ningún pueblo que haya alcanzado su liberación sin que unos arreen y otros discutan. Unos sacuden el árbol, perosin romperlo, para que caigan las nueces, y otros las recogen para repartirlas”. Estas palabras emitidas por Arzalluz en una reuniónsecreta con representantes de partidos proetarras dan título a esta obra de dos periodistas que conocen a fondo el mundo vasco.Ellas han aceptado el reto que supone indagar tras esa afirmación, tirar del hilo de las relaciones oscuras que unen el naciona-lismo democrático con aquellos que usan el disparo en la nuca y el cóctel molotov como argumentos. Y han encotrado decenasde documentos y de hechos inéditos sobre varias cuestiones claves: ¿La Ertzaintza lucha realmente contra los violentos? ¿Qué seoculta detrás de Lizarra? ¿Engañaron los etarras al PNV con la tregua o todos sabían desde un principio que era una mera arti-maña para confundir a los demócratas?Este libro, quizá la investigación periodística más valiente y apasionante de los últimos años, permite responder a estas pregun-tas, y a otra cuestión fundamental: ¿Son Arzalluz y el PNV cómplices silenciosos de los asesinos de ETA?

Perdonen las molestias. Crónica de una batalla sin armas contra las armas.Fernando Savater. Ed. El País, SA, 2001.

Este libro es la crónica de una batalla sin armas contra las armas. Desde el asesinato de Miguel Angel Blanco hasta nuestros dí-as, reúne los artículos —a la vez combativos y explicativos— publicados por Fernado Savater sobre el terrorismo nacionalista enel País Vasco, así como el debate polémico de sus habituales justificaciones ideológicas. Es un testimonio juntamente reflexivo yapasionado del compromiso cívico de un intelectual ante la violencia. Pero con frecuencia estos breves ensayos van más allá delas circunstancias del terrorismo en el País Vasco y configuran una meditación necesaria sobre el sentido de la democracia mo-derna, los derechos de la ciudadanía, la defensa del Estado garantista en Europa y las extralimitaciones de algunos guardianaesdemasiado celosos. Una perspectiva diferente para quienes no se sientan indiferentes.

Tratado sobre la Convivencia. Concordia sin acuerdo.Julián Marías. Ed. Martínez Roca, 2000.

“Coexiste todo lo que existe juntamente y a la vez. Las cosas coexisten, y el hombre con ellas. Convivir es vivir juntos, y se refie-re a las personas como tales. Es decir, con sus diferencias, con sus discrepancias, con sus conflictos, con sus luchas dentro de laconvivencia”. Para Julián Marías, gran parte de los males de este mundo vienen de una mala relación con la verdad. Si respeta-mos la verdad, estructura única de la realidad, evitaremos que las diferencias personales nos hagan olvidar los elementos comu-nes que nos unen. La diversidad de lo humano debe enriquecer la convivencia, no destruirla. Tratado sobre la convivencia invi-ta al lector a rechazar la epidemia de falsedad que puede invadirnos por diversos frentes por el insuficiente compromiso con laverdad o por la huida de la verdad que atenaza a muchos en nuestro tiempo. El autor invita a la reflexión y a proyectar el futu-ro, ese horizonte por hacer que ya es nuestro.

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EL FARO DE IBARROLA

Mientras el PNV pedía el diálogo yla comprensión con ETA, uno de susdestacados representantes llamaba“ratas” a los miembros del FOROERMUA, y su presidente trataba debromear frustradamente sobre el nom-bre de la iniciativa. Hablaba de "Faro deErmua" refiriéndose a ese foro que lepreocupaba más que el terrorismo. Y lapresunta ironía tuvo para todos el efectode un halago. En la fiesta que el FORO or-ganizó el 20 de junio en Bilbao, AgustínIbarrola presentó el logotipo que había dise-ñado: un relumbrante faro que iluminaba alos demócratas en la larga noche del terroris-mo vasco y en las tinieblas de su rentabiliza-ción política.

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ciudadanía, civismo, coraje cívico / delincuentes, borreguismo acrítico, desobediencia civil, malhechores, terroristas / paz / guerra / paci-

fista y pacíficos / pensar con rigor, pensar con acierto / no pensar / información / desinformación, manipulación, coartar, sobornar, ate-

morizar, aterrorizar, asesinar / historia o leyendas / rigor secular o delirios de anteayer / autocrítica y responsabilidad / incapacidad pa-

ra recular e irresponsabilidad / perversión del lenguaje, falsedad, mentira, media-verdad, confusión / diálogo entre iguales: comunicación,

acuerdo, consenso / diálogo impositivo: soborno, indignidad / espejismos,, patrias “virtuales” / vasquismo o nacionalismo / pluralismo o

monopolización monista / nacionalismo, racismo y xenofobia / totalitarismo o democracia/ ¿guerra o impunidad para delincuentes y ase-

sinos? / miedo, desconfianza, temor, terror / asustados, acomplejados, acobardados, aconejados..., indignados, beligerantes / ¿fuerzas de

seguridad, cuerpos de represión? / orígenes y raíces / raíces y malas hierbas / las raíces y el tronco o las ramas..., o el árbol completo /

educación, cultura, valores / contravalores, deformación, escuela de subversión, escuela de perversión, fábrica de terroristas / infundir pe-

na, infundir miedo, infundir asco, infundir odio, o ¡infundir esperanza!... / lealtad personal, lealtad social, lealtad institucional / lealtad ínte-

gra: compaginar lealtades / deslealtad / legítimo / ilegítimo / legal / ilegal / credibilidad, veracidad, infundir confianza, suscitar coraje, ayu-

dar a discernir... / verdugos y víctimas / agredido / agresor/ gente buena y héroes / los amordazados porque no oyen, no ven, no es-

cuchan, no entienden: ¿necios o cobardes?/ y... mercenarios y matones / valores y contravalores / ideales y obsesiones / idealistas y fa-

náticos / genes y raíces / la mosca del vinagre y todo ser humano / la fuerza de la razón, el aburrimiento de la sinrazón, la indignación

contra la imposición / ¿dialogar o dejarse sobornar? / cambio o más de lo mismo / callejones sin salida: memoria antigua hipertrofiada y

memoria reciente distorsionada / ciudadanía, civismo, coraje cívico / delincuentes, borreguismo acrítico, desobediencia civil, malhechores,

terroristas / paz / guerra / pacifista y pacíficos / pensar con rigor, pensar con acierto / no pensar / información / desinformación, mani-

pulación, coartar, sobornar, atemorizar, aterrorizar, asesinar / historia o leyendas / rigor secular o delirios de anteayer / autocrítica y res-

ponsabilidad / incapacidad para recular e irresponsabilidad / perversión del lenguaje, falsedad, mentira, media-verdad, confusión / diálo-

go entre iguales: comunicación, acuerdo, consenso / diálogo impositivo: soborno, indignidad / espejismos,, patrias “virtuales” / vasquismo

o nacionalismo / pluralismo o monopolización monista / nacionalismo, racismo y xenofobia / totalitarismo o democracia/ ¿guerra o impu-

nidad para delincuentes y asesinos? / miedo, desconfianza, temor, terror / asustados, acomplejados, acobardados, aconejados..., indig-

nados, beligerantes / ¿fuerzas de seguridad, cuerpos de represión? / orígenes y raíces / raíces y malas hierbas / las raíces y el tronco o

las ramas..., o el árbol completo / educación, cultura, valores / contravalores, deformación, escuela de subversión, escuela de perversión,

fábrica de terroristas / infundir pena, infundir miedo, infundir asco, infundir odio, o ¡infundir esperanza!... / lealtad personal, lealtad social,

lealtad institucional / lealtad íntegra: compaginar lealtades / deslealtad / legítimo / ilegítimo / legal / ilegal / credibilidad, veracidad, infun-

dir confianza, suscitar coraje, ayudar a discernir... / verdugos y víctimas / agredido / agresor/ gente buena y héroes / los amordazados

porque no oyen, no ven, no escuchan, no entienden: ¿necios o cobardes?/ y... mercenarios y matones / valores y contravalores / ideales

y obsesiones / idealistas y fanáticos / genes y raíces / la mosca del vinagre y todo ser humano / la fuerza de la razón, el aburrimiento

de la sinrazón, la indignación contra la imposición / ¿dialogar o dejarse sobornar? / cambio o más de lo mismo / callejones sin salida:

memoria antigua hipertrofiada y memoria reciente distorsionada / ciudadanía, civismo, coraje cívico / delincuentes, borreguismo acrítico,

desobediencia civil, malhechores, terroristas / paz / guerra / pacifista y pacíficos / pensar con rigor, pensar con acierto / no pensar / in-

formación / desinformación, manipulación, coartar, sobornar, atemorizar, aterrorizar, asesinar / historia o leyendas / rigor secular o deli-

rios de anteayer / autocrítica y responsabilidad / incapacidad para recular e irresponsabilidad / perversión del lenguaje, falsedad, menti-

ra, media-verdad, confusión / diálogo entre iguales: comunicación, acuerdo, consenso / diálogo impositivo: soborno, indignidad / espejis-

mos,, patrias “virtuales” / vasquismo o nacionalismo / pluralismo o monopolización monista / nacionalismo, racismo y xenofobia / totali-

tarismo o democracia/ ¿guerra o impunidad para delincuentes y asesinos? / miedo, desconfianza, temor, terror / asustados, acompleja-

dos, acobardados, aconejados..., indignados, beligerantes / ¿fuerzas de seguridad, cuerpos de represión? / orígenes y raíces / raíces y ma-

las hierbas / las raíces y el tronco o las ramas..., o el árbol completo / educación, cultura, valores / contravalores, deformación, escuela

de subversión, escuela de perversión, fábrica de terroristas / infundir pena, infundir miedo, infundir asco, infundir odio, o ¡infundir espe-

ranza!... / lealtad personal, lealtad social, lealtad institucional / lealtad íntegra: compaginar lealtades / deslealtad / legítimo / ilegítimo / le-

gal / ilegal / credibilidad, veracidad, infundir confianza, suscitar coraje, ayudar a discernir... / verdugos y víctimas / agredido / agresor/

gente buena y héroes / los amordazados porque no oyen, no ven, no escuchan, no entienden: ¿necios o cobardes?/ y... mercenarios y

matones / valores y contravalores / ideales y obsesiones / idealistas y fanáticos / genes y raíces / la mosca del vinagre y todo ser hu-

mano / la fuerza de la razón, el aburrimiento de la sinrazón, la indignación contra la imposición / ¿dialogar o dejarse sobornar? / cambio

o más de lo mismo / callejones sin salida: memoria antigua hipertrofiada y memoria reciente distorsionada / ciudadanía, civismo, coraje