Papá y mamá pasan el día fuera Mamá, papá y mi hermanita....

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Éste soy yo. Me llamo Manuel y tengo doce años. Corro para llegar a casa, corro a pesar del hambre. Mamá, papá y mi hermanita. ¿Te has lavado las manos para cenar? Papá y mamá pasan el día fuera intentando ganar un poco de plata. A veces hay suerte y comemos un par de veces al día. Otras... Mamá lee una carta de la abuela. Pierdo el hilo. El hambre no me deja concentrarme. “Se os hecha de menos en Lima. El otro día me encontré a bla bla bla blabla- bla...” Sé que mis padres también están hambrientos aunque no lo digan. Los veo a mi lado y pienso que, a pesar del hambre, somos una familia. y yo me hago el dormido. Así lo siento cada noche cuando vienen a mi cama a darme un beso.

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Éste soy yo. Me llamo Manuel y tengo doce años. Corro para llegar a casa, corro a

pesar del hambre.

Mamá, papá y mi hermanita. ¿Te has lavado las manos para

cenar?

Papá y mamá pasan el día fuera intentando ganar un poco de plata. A veces hay suerte y

comemos un par de veces al día.

Otras...

Mamá lee una carta de la abuela. Pierdo el hilo. El hambre no me deja concentrarme.

“Se os hecha de menos en Lima. El

otro día me encontré a bla bla bla blabla-

bla...”

Sé que mis padres también están hambrientos aunque no lo digan. Los veo a mi lado y pienso que, a pesar del

hambre, somos una familia.

y yo me hago el dormido. Así lo siento cada noche cuando

vienen a mi cama a darme un beso.

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Llevamos poco tiempo aquí, así que aún no lo conozco bien.

Este es mi barrio.

Las casas son viejas y pobres. El viento las hace temblar.

En este lado vivimos los peruanos. Somos sólo un puñado. Algunos vinieron a la vez que nosotros, otros ya estaban aquí

cuando llegamos.

Al otro lado viven los aborígenes. No nos mezclamos mucho con ellos, las cosas han

estado un poco agitadas últimamente.

Mi padre dice que no hay que temerles, que este país era suyo hasta que llegaron los eu-ropeos. También dice que pasan hambre igual que nosotros y que merecen nuestro respeto

y compresión.

¡Chiro! ¡Ven aquí!

¡Arf!

Cuando lo encontré le habían dado una paliza de muerte. Lo cuidé

hasta que se puso bueno.

Me busca para jugar y luego se va. No lo retengo, respeto su libertad.

¡Arf!¡Arf!

¡Ja, ja, ja!