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Edición número Doscientos ochenta y tres. Año 06. Caracas, 29 de junio de 2018 REVISTA GRATUITA 283 02. Poesía en clave de merengue 07. Caracas, esa ciudad que queremos 20. A las “Misses” se les vio el bojote 21. Los secretos de Miranda SAN PEDRO EMPARRANDAO P Á G. 14

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Edición número Doscientos ochenta y tres. Año 06. Caracas, 29 de junio de 2018REVISTA GRATUITA

283 02. Poesía en clave de merengue07. Caracas, esa ciudad que queremos20. A las “Misses” se les vio el bojote21. Los secretos de Miranda

SAN PEDROEMPARRANDAO

—PÁG. 14

FOTO ENRIQUE HERNÁNDEZ

Revista

PARQUE EZEQUIEL ZAMORAMunicipio Libertador

¡VIVE CARACAS!

Revista GRatuita CirCula Con la ediCión espeCial de Ciudad CCs ¡bien Resuelto! búsCala de lunes a viernes en nuestra nueva sede: esq. gradillas, edif. gradillas “a”, piso 1, y en la librería historia (pregunte por jonás o luis Castellanos), pasaje humboldt.

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014, 2015 y 2017.Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

Consejo editorialErika FaríasRoberto MalaverGustavo Borges RevillaMercedes ChacínGustavo Mérida

direCtor Carlos Cova

direCtora de arte (e)Tatun Gois

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Coordinadora 2.0Yanira Albornoz (†)

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redaCCiónMarlon ZambranoMalú RengifoMaría Eugenia Acero Colomine FotoGraFÍaMichael MataEnrique Hernández

CorreCtorRodolfo Castillo

loGÍstiCaIdania BracamonteDaniela FernándezEdi Cordero

Colaboran en esta ediCiónJosé Roberto Duque, Jessica Dos Santos, Clodovaldo Hernández, Humberto Márquez, Gerardo Blanco, Stayfree, Indira Carpio, Ana Cecilia Loyo, Nathali Gómez Moscoso, Jessica Mena, Henry Rojas, Rausseo Dos y Justo Blanco.Archivo Ciudad CCS.Fotografía de portada: Taller Artefacto

impresión Complejo Editorial Alfredo ManeiroImprenta Nacional.

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@epaleccs @epaleccs Épale CCS Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribución: 0212-8085843

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Una publicación de la

20 — sexodiversidadMiss Mujerzuela

26 — verso a versoPoesía o nada / Décima cotidiana

21 — entrevistaAída Presilla Strauss

02 — perFilJuan Luis Guerra

07 — miradasCaracas, ¿dueños o huéspedes?

12 — músiCaSáuntrak del gol

18 — ... monte y CulebraEl inmigrante musical

24 — la vida es jueGoSin goles fantasma ni polémica

27 — CruCiCulturaCrucigrama

28 — el rumor de las bolas

05 — el menjurjeMancheta y demás

06 — mitos Santa madre de los apellidos

11 — boleros queCuran el alma

14 — miradasEl San Pedro en la memoria

19 — trota CCsTroto y troto... y sigo gordo

25 — GastronomÍaEl recetario de Malú

Contenido

PERFIL

POR JOSÉ ROBERTO DUQUE • @JROBERTODUQUE / ILUSTRACIóN JESSICA MENA

En los años 80 el trabajo de la generación de merengueros marcas Johnny Ventura y Cuco Valoy rindió sus frutos. Hablando en térmi-nos de industria musical (tú sabes: cuántos discos grababas, cuántos premios obtenías, cuántas veces aparecías en los sábados sensacio-nales de todos los países que orbitan alrededor de la gusanera de Miami) el merengue era, hasta entonces, un producto despreciado por los delicados oídos de cierta clase media, hasta que un músico-empresario le apostó al ritmo y ganó. Después de realizar dos o tres presentaciones como segundón en la Fania, Wilfrido Vargas decidió que lo suyo era el merengue y armó la grande desde su país.

A este señor se debe la masificación de fenómenos tipo Las Chicas del Can, Bonny Cepeda, Rubby Pérez y demás. Hemos llamado “rit-mo” al merengue de manera automática, y no porque se nos escape que no consiste en un simple repiqueteo uniforme sino que es todo un movimiento y un género. El caso es que la gente escuchaba letras como:

Nunca olvidaré

el día que

sentado en el parque la besé:

los niños volando,

las palomas jugando...

Y era la gloria. Nunca antes el merengue había sido asociado tan acertadamente a lo que ciertos círculos llaman poesía. Decíamos en esa época: “El merengue llegó a su más alta cumbre”. Claro que uno escuchaba basura tipo Tengo un traje de Yves Saint-Laurent, un per-fume de Paco Rabanne... y se percataba de que eso de llegar a la más alta cumbre es una forma elegante de decir que algo se ha estancado, que ya no puede elevarse más, que se anquilosó y se jodió. Cosa que resultaba evidente cuando, después de varios años de atiborrar la radio con letras estúpidas, tal vez para darle protagonismo al ritmo,

uno de los hits que medio le dieron un respiro al negocio del me-rengue fue aquel nefasto e insólito “Merengue sin letra”. El ejercicio onomatopéyico o prosopopéyico tuvo un antecedente notable, au-toría de Wilfrido Vargas: “El africano”, una pieza que tampoco de-cía un coño y que consistía en burlarse de los gritos, presuntamente africanos, de un carajo que hacía grandes esfuerzos por bailar feo y cantar peor.

Pero a finales de los 80, cuando se suponía que ya “ese” merengue sepultaría para siempre, en los afectos del bailador, a la pobre sal-sa —apocadita en sus variaciones dizque “erótica” y “romántica”—, sucedió algo que destrozó todo concepto de cumbre, poesía, meren-gue y música. Ese algo hizo que los merengueros de los 80 se reti-raran tranquilamente a sus casas: cuando Juan Luis Guerra y 4:40 se soltaron a vender discos, los demás entendieron que ya no había nada que hacer sino sentarse a escuchar lo que traía el nuevo genio musical del siglo. Pudo el buen Wilfrido, por fin, tirarse en su chin-chorro a descansar, ya que ninguna paloma o niño volando y ningún “Te veré caé” podían competir con creaciones de alta factura como cualquiera de las que echó a volar este Juan Luis Guerra, que anda cumpliendo años en estos días.

ESTO NO ES MERENgUENadie en la historia de la música caribeña (tóme-lo quien quiera como una metáfora, pero no lo es) le ha-bía dicho a una mujer cosa tan misteriosa, sutil y apabullan-te como aquella que chorrea la canción “Coronita de flores”:

Tengo una curita en las venas

para que tu amor no me duela si ha de salir.

Prendo una velita en la esquina

de mi alma para no sufrir.

Y tengo una casita en el pecho

Juan Luis Guerra FRONTERA DE DOS gENERACIONES

Decir que el músico Dominicano “partió en Dos”la historia Del merengue es un insulto a la poesía,

que no tolera lugares comunes. pero De quela partió, la partió

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02

si acaso se te pierde un beso

mordido de abril.

Y una coronita de flores

para que te acuerdes de mí...

Nadie sino Juan Luis Guerra es capaz de meter tantos diminutivos en una estrofa sin parecer gay. El hombre tuvo que explicarnos que esa cosa tierna y contundente se llamaba “bachata”, hija del bolero y de los cantos de desahogo o ceremoniales de los esclavos en las plantaciones de caña.

Otra bachata monstruosa, “Frío, frío”, resultó otro fino poema que pudiera funcionar como single para esas duchas que nos permiten controlar la temperatura, pero que resulta otra creación poética co-losal. Esta pieza es tan soberbiamente arrecha que por ahí salió una versión a dúo con Juan Luis y Romeo Santos, y suena buenísima: ni siquiera la inmensa mediocridad del Romeo logra dañar la obra maestra. Usted agarra “Estrellitas y duendes” y “Bachata rosa” y los lee en cualquier recital, sin la orquestación, y allí verá a esas letras regodearse en profundidad poética con cualquier Vallejo, Montejo o pendejo con ínfulas de poeta.

A ver, Cadenas, acércatele a los tobillos a esta construcción:

Amor, / eres la rosa que me da calor, / eres el sueño de mi soledad, / un letargo de azul, /un eclipse de mar. / Amor, / yo soy satélite y tú eres mi sol, /un universo de agua mineral, / un espacio de luz /que solo llenas tú.

Obvien todos los “ayayay” y esos condimentos destinados, única-mente, a llenar huecos para que la melodía no continúe sola el ca-mino.

Todo eso, sin dejar de entrarle a lo salvajemente lúdico, a la verdad del merengue: “De tu boca” y “Guavaberry” son capaces de poner a menearse a un sofá, sin necesidad de andar burlándose de los africa-nos y sin necesidad de poner a Juana la Cubana a pararnos el mache-te con su quiebre de cintura (que también se vale, claro que se vale).

Por cierto, el tiempo del estallido de Juan Luis Guerra fue un tiempo de quiebre, de definiciones, de épocas que morían y otras que co-menzaban a nacer. Lo percibí personalmente en 1990, cuando el tipo se presentó en la Plaza del Rectorado de la UCV: quienes lo vimos y escuchamos allí pertenecíamos a una generación que llamaron “boba” (y bien boba que fue), y que estaba en el trance de despertar violenta y amargamente a la política luego de la masacre del Caraca-zo. No solo el merengue, tal como lo conocíamos en y desde América Latina, moría de mengua y de falta de pulsión artística. También las

sociedades nuestroamericanas se estremecían y es fama que antes del Caracazo hubo otra convulsión en República Dominicana por las mismas causas: era el ser humano de un viejo tiempo rebelán-dose contra el monstruo neoliberal y avanzando hacia otro distinto. En los años 90 Latinoamérica entró en un “veremos” desesperado y desesperante (en Venezuela estuvimos tan confundidos que le patea-mos el culo a CAP pero volvimos a elegir a Rafael Caldera), y en esa misma época el merengue, marcado a fuego por Juan Luis Guerra y 4:40, se diluyó en una vaina también confusa y también “veremos”: Elvis Crespo y, luego, Olga Tañón.

¿Y Juan Luis Guerra? ¿Años 90? Pues el hombre se agotó personal y existencialmente y terminó abrazando el pentecostés y toda esa regorgalla evangélica. Creyó todo el mundo, menos los evangélicos, que esa conversión significaría su destrucción como creador, y mi-ren cómo nos pelamos: el carajo reapareció por ahí predicando la palabra y tal, pero aun así el genio le alcanzó para cantarle a Dios otra piezota para la Historia:

Jesús me dijo que me riera / si el enemigo me tienta en la carrera. / También me dijo: no te mortifiques / que yo le envío mis avispas pa que lo piquen.

Y nos picaron esas cochinas avispas del sabor, incluso con un Juan Luis reconvertido.

“DE TU BOCA” y “gUAvABERRy” SON CAPACES DE PONER A MENEARSE A UN SOFá, SIN NECESIDAD DE ANDAR BURLáNDOSE DE LOS AFRICANOS y SIN NECESIDAD DE PONER A JUANA LA CUBANA A PARARNOS EL MAChETE CON SU QUIEBRE DE CINTURA (QUE TAMBIÉN SE vALE, CLARO QUE SE vALE)—

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el menjurje

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Edición Número Doscientos ochenta y tres. Año 06. ÉPAle CCSCaracas, 29 de junio de 2018.

ni tancalvo

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Los martes, de 10 a 11 am, la poetisa, músico, traductora y profesora Belén Ojeda imparte clases gratuitas de Tai Chi en la Universidad de las Ciencias de la Salud Hugo Chávez Frías (al lado de la Maternidad Concepción Palacios).

tai chi «

La hipocresía sexual en Venezuela

Olla Solidaria en la Basílica San Pedro Apóstol

Nuestra pequeña réplica del Vaticano en Los Chaguaramos es escenario de, este 30/06 de 12 m a 2 pm, la Olla Solidaria: almuerzo para personas en situación de calle. Esta iniciativa se lleva a cabo todos los meses. Si deseas apoyar-les, llégate tempranito o llama a la Sra. Beatriz Ruiz al 0414-366.55.16. Puedes llevar ropa, alimentos y saberes.

La Parranda de San Pedro en Guatire

Mientras se caen las quinielas disfruta de buen cine venezolano: Hermano (Marcel Rasquin, 2010), mejor película del 32° Festival de Cine de Moscú, con un argumento desgarrador e inspirador. Si deseas disfrutar de lo último, no te pierdas Nos llaman guerreras (Jennifer Socorro, Edwin Corona y David Alonso, 2018), filme sobre la Sub-17 femenina. Y arriba la Vinotinto para 2022.

cine para 8vos de final

Si las paredes hablaran...

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MITOS

SANTA MADRE DE LOS APELLIDOS

José Gregorio Hernández segurito ya le hizo milagros a un tal Hinojosa de los Valles del Tuy, a algún Zambrano de Coloncito, en el estado Táchira y hasta a una maracucha de apellido Bermúdez. Desde su muerte, tras un absurdo accidente de tránsito en 1919, se propagó su fama de santo y en 1948 el arzobispado de Caracas inició la causa de su beatificación y canonización. Hoy, apenas es venerable.

La madre Carmen Rendiles Martínez, tía del multimillonario empresa-rio Gustavo Cisneros, curó a la doctora Trinette Durán de Branger, quien durante siete años se desempeñó como coordinadora del servicio médico de Miraflores con los presidentes Pérez, Ramón J. Velásquez y Caldera. Ya es santa.

El año 2003 fue terrible para la doctora: el 20 de mayo, mientras operaba a un paciente de tumor de colon en el hospital Pérez Carreño, tuvo con-tacto con un cable sin protección que le soltó una fuerte descarga eléctrica en el brazo derecho hasta dejarlo prácticamente inutilizado. La recomen-dación de sus colegas fue intervenirla quirúrgicamente.

Buscando consuelo en la fe, aunque encaminaba por la solución médica, pasó por el Colegio Belén de Los Palos Grandes, que atienden las Herma-nas Siervas de Jesús. Trinette quería rezar para pedir la sanación de su bra-zo y, al entrar a la habitación que fue de la madre Rendiles, a quien en vida le faltaba justamente un brazo, un halo de luz centelleó sorpresivamente y le hizo perder el conocimiento, para luego despertarse completamente sanada. No fue necesario someterla a operación.

POR MArLOn ZAMbrAnO@maRlOnzambRanO

IlUSTRaCIÓn JESSICA MEnA

Carmen Rendiles Martínez nació en 1903 y en 1927 entró en la congre-gación francesa de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento. En 1965 logró que la Santa Sede aprobara la refundación de su congregación en Venezuela, a la que denominaron Siervas de Jesús. Murió en 1977. El 21 de diciembre de 2017 el papa Francisco reconoció la autenticidad del milagro sobre la doctora Durán, y fue así como el 16 de junio de este año, al grito unánime de “libertad, libertad, libertad” en un abarrotado estadio universitario de la UCV, fue beatificada de un solo guamazo. Su fiesta re-ligiosa será cada 9 de mayo.

“No tocamos pitos, cornetas, trompetas, campanas y cacerolas. No hon-deamos banderas blancas ni nuestro símbolo patrio para que no los masa-craran. ¿Dónde se escondió la valentía de la tierra de libertadores?, ¿dónde está la legión de hombres de bien? No puedo borrar de mi mente el rostro del hombre ensangrentado como Cristo con su corona de espinas, cuán-tas espinas entraron en aquellos cerebros y corazones a minutos de ser crucificados" posteó, en tono beatífico, la doctora desde su Facebook el 19 de enero pasado, a propósito de la muerte del piloto que bombardeó des-de un helicóptero el Tribunal Supremo de Justicia, Óscar Pérez, durante un enfrentamiento con cuerpos policiales en El Junquito.

Durante casi un siglo se han iniciado varios procesos sobre presuntos milagros de José Gregorio Hernández, pero hasta ahora no han logrado superar las intrincadas alcabalas de la jerarquía eclesiástica.

Al santo de los pobres lo que le falta es apellido.

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MIRADAS

CaraCas, ¿dueños o huéspedes?

todas las metrópolis de américa latina son algocaóticas. sin excepciones. sin embargo, algunas hantenido grandes operaciones que les han permitido

aprovechar sus nuevas vidas para llevársela mejor con su gente. ¿será este el caso de caracas?

POR Jessica Dos santos • @jessidOssantOs / FOtOGRaFÍas ENRIQUE HERNÁNDEZ

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Ciclovía a la altura del Paseo de la Resistencia Indígena. FOTO ENRIQUE HERNÁNDEZ

¿EN CUÁNTO LA NOCHE?Yo, como profesora de periodismo interpre-tativo, siempre le propongo a mis estudiantes que llevemos a cabo dos ejercicios durante, al menos, 15 días.

El primero de ellos es escucharlo todo, ser una suerte de chismosos ambulantes, con el único fin de descubrir que los venezolanos, a mi parecer, somos los mejores cronistas ora-les del mundo. El segundo es mirar la ciudad. Preguntarse, de repente, cuánto tiempo llevará esa estatua ahí, qué había en aquella esquina antes de que construyeran tal o cual edificio, por qué el dueño de aquel local le habrá puesto ese nombre tan pintoresco...

En el fondo, creo que necesito vincularlos con Caracas desde el punto de vista histórico-afectivo, a ver si así conseguimos preservar su pasado y construirle un mejor futuro para que un día deje de ser ese “lugar de tránsito”, al cual hacía mención el dramaturgo José Ignacio Ca-brujas.

Para él, a finales de los 80, Caracas solo era un gran campamento: “Quién sabe si al campa-mento le sucedió lo que suele ocurrirles a los campamentos: se transformó en un hotel. Esa es la mejor noción de progreso que hemos tenido: convertirnos en un gigantesco hotel donde apenas somos huéspedes (...) cuando me alojo en un hotel no pretendo transformar sus instalaciones ni mejorarlas ni adaptarlas a mis deseos. Simplemente las uso. No vivo en un lugar, me limito a utilizar un lugar”.

¿Será por eso que aún los caraqueños no he-mos logrado mejorar nuestra relación (tensa, extraña, ambigua) con los bienes y espacios públicos de la ciudad? De una ciudad caótica que, por una u otra razón, habitamos pero, al parecer, todavía no nos resulta “nuestra”.

“Creo que ese caos es una sensación de no pro-piedad: sienten que Caracas no es suya, no es su ciudad. No les importa montar el carro en una acera o ir en contrasentido. También en-tiendo que la inseguridad hace que la ciudad no sea fácil. Adicionalmente, hay un tema de

ciudadanía: no respetamos al otro”, expresa la arquitecta venezolana, Paola Posani.

LA OTRA CARA DE LA CRISISEn este sentido, también nos toca preguntar-nos, con total honestidad: ¿nuestra relación con la ciudad no se ha frenado o retrocedido a raíz de la crisis económica que vivimos? Hoy, nos guste o no, movilizarnos es una proeza; tener tiempo libre, también; permanecer hasta “tarde” en las calles, ni hablar. Son parte, qui-zás, de los “daños colaterales”.

“Sí, hace unos diez o 15 años la situación era compleja; pero ahora, con la crisis económica, se ha incrementado ese estado de no encon-trarnos en la ciudad. Nosotros estamos de paso, vamos de un lugar a otro, rara vez nos sentamos en una plaza. Son pocas las personas

Parque Ezequiel Zamora, El Calvario. FOTO ENRIQUE HERNÁNDEZ

¿NUESTRA RELACIóN CON LA CIUDAD NO SE HA fRENADO O RETROCEDIDO A RAíZ DE LA CRISIS ECONóMICA QUE vIvIMOS?—

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con su capital. Esta ciudad es hermosa y tiene un potencial maravilloso”.

¿AL RESCATE?Entonces, ¿tenemos que sumarnos al rescate, aun en tiempos difíciles? “Pensar que va a ve-nir un alcalde y te va a planificar la ciudad, permaneciendo el ciudadano ajeno y lo úni-co que va a hacer es habitarla o usarla, es una visión que viene un poco de cuando se via-ja a países desarrollados: toda la ciudad está armada y ves que todo funciona. En el caso nuestro, esta es una ciudad que tenemos que construir”, insiste.

“Yo creo que ha llegado el momento –asevera Paola Posani– en que todos los caraqueños dejemos aparte nuestros trocitos de realidad y nuestras formas de ver la vida para que nos pongamos de acuerdo y discutamos sobre los planes de la ciudad. Sé que hay muchas heridas abiertas, desde el punto de vista polí-tico. Pero la ciudad de Caracas, vista de pun-ta a punta, nadie la va a poder resolver desde su trocito de realidad. Porque hay realidades diferentes en la ciudad. Cuando tú estás en Libertador la percepción es otra, cuando es-tás en Chacao la percepción es otra, cuando vas a Baruta es otra. Nos hemos convertido en trozos de realidades. Este pedazo es mío y este pedazo es tuyo. Y eso no puede ser”.

En efecto, cada individuo procesa, configura y expresa una imagen de ciudad distinta según su diálogo con la realidad, mientras que las autoridades lo hacen según sus concepciones político-ideológicas. En todo caso, está claro que la resolución de las problemáticas actuales de la ciudad requiere de conocimientos inter-disciplinarios: arquitectura, pero también eco-nomía, sociología, geografía, políticas públicas y pare usted de contar.

ExCEPCIONES A LA REgLAEn este sentido, el arquitecto Fruto Vivas no ha mirado hacia Europa, ha buscado referentes en nuestra propia región para confirmar que hay algunas formas de salir del caos.

Paseo Los Próceres. FOTO ENRIQUE HERNÁNDEZ

que realmente aprovechan el espacio público, porque el ritmo de vida actual no lo permite”, agrega Posani.

¿Qué hacer entonces? “En esto también incide lo que deseamos y lo que tenemos, entender que no podemos construir en Caracas una ciudad como París. Nosotros tenemos que en-contrar nuestro propio sentido”.

Sin embargo, es muy común escuchar a vene-zolanos que, a punta de viajes o de documen-tales —da igual—, se preguntan —a veces con furia y otras tantas con tristeza— ¿por qué no podemos ser como tal o cual ciudad europea?

Para Paola, esto ocurre porque “los caraque-ños no solo no sabemos la Historia de la ciu-dad sino que no la entendemos. Uno de los elementos fundamentales sobre el que hay que reflexionar es cómo hacer para que el venezo-lano vuelva a tenerle amor —si es que alguna vez se lo tuvo— y retomar la situación afectiva

“UNO DE LOS ELEMENTOS fUNDAMENTALES SObRE EL QUE HAy QUE REfLExIONAR ES CóMO HACER PARA QUE EL vENEZOLANO vUELvA A TENERLE AMOR A SU CAPITAL” (PAOLA POSANI)—

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“Todas las metrópolis de América Latina son caóticas. No hago excepciones: Buenos Aires, Río, Lima, Bogotá, Caracas. Pero algunas han tenido operaciones del corazón, como Bogotá, Curitiba, Quito, con nuevos sistemas de trans-porte, entre otras cosas. En Caracas, tienes que levantarte a las 4 de la madrugada para inten-tar llegar a tiempo al trabajo”, explicó.

Vivas reconoce que es un problema de vieja data. No obstante, cree que se podría hacer mucho más en torno al tema.

“La forma que tiene la ciudad es perfec-tamente rentable, determinada por la ganancia; las mismas leyes urbanas se hi-cieron para beneficiar a los grandes seño-res de la tierra, y eso creó algo gravísimo en la ciudad: el aislamiento de los seres humanos, la inexistencia de espacios so-cietarios. Esa condición del sistema eco-nómico determina que la ciudad sea un caos, porque no pudo resolverse a sí mis-ma”, agrega Vivas.

Al ser consultado por alguna referencia a lo interno, afirma sin dudarlo: “Un solo ejem-plo grandioso: El Silencio, obra del presiden-te Isaías Medina y Carlos Raúl Villanueva. Pero, ningún gobierno fue capaz de repetir El Silencio. Esa es la ciudad que queremos; Villanueva la descubrió hace más de 50 años y no hemos sido capaces de continuarla”.

Fruto ha dicho, una y otra vez, que como arquitecto, más allá de su posición polí-tica, le preocupa profundamente la mala calidad de las cosas nuevas que se hacen. Y, de una u otra manera, todos alguna vez nos hemos asombrado por qué un espacio con 50 años se mantiene más lozano que uno recién inaugurado.

Incluso hoy, aunque todos apreciamos que se le haga un cariño a la ciudad, muchos to-davía no entendemos del todo los criterios

bajo los cuales trabaja la iniciativa Juntos Todo es Posible, que se encuentra desplega-da en la Gran Caracas. ¿Por qué esta acera y no aquellos huecos?, ¿por qué no aquella plaza en vez de esta?, ¿por qué la ciclovía, que apenas tiene dos años de creada?

Hoy, todos andamos en un intento de hacer-nos espacio, como sea; sintiéndonos entram-pados en planificaciones esporádicas, obras aisladas, inacabadas o incomprensibles. Qui-zás haya llegado la hora en que nosotros, los pacientes urbanos, nos encarguemos de dar la discusión (sin trampas, condicionamientos ni chantajes) en torno a lo que se quiere y se pue-de hacer... hasta transformar este gran hotel en un cálido hogar.

Las emblemáticas Torres de El Silencio. FOTO JESÚS CASTILLO

QUIZÁS HAyA LLEgADO LA HORA EN QUE NOSOTROS, LOS PACIENTES URbANOS, NOS ENCARgUEMOS DE DAR LA DISCUSIóN EN TORNO A LO QUE SE QUIERE y SE PUEDE HACER—

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BOLEROS QUE CURAN EL ALMA

En realidad es un bolero ranchero dedicado a Alicia Juárez, la última es-posa de José Alfredo, y la más joven porque era una carajita de 17 y él tenía 40, todo un acontecimiento para mediados de los años 60; pero, a pesar de los pesares, la disfrutó hasta su muerte en 1973. En sus jodiendas le decía: “Yo debí enamorarme de tu madre”. Vainas de la época, porque hoy en día esas cosas no escandalizan a nadie.

Es un bolero machista según algunos intelectuales... e “intelectualas”, ja-jajá. Para mí es un canto del dolor que nace de una futura herida senti-mental. Yo sé bien que estoy afuera / pero el día que yo me muera / sé que tendrás que llorar. / Dirás que no me quisiste / pero vas a estar muy triste / y así te vas a quedar. Es la esperanza de que el día del viaje final, por lo más, lo recuerden a uno. Yo preferiría que fuera con alegría pero, naa, la letra dice que con tristeza, y ahí no hay nada que hacer. El primero en interpre-tarla fue el propio José Alfredo (ataja ahí Roberto Malaver, que ese es de tus preferidos), después se la entregó a Pedro Vargas y de ahí pa’lante hay “burda” de versiones, incluida la de Carlos Andrés Pérez, que no la pelaba en las romerías adecas después de su reelección presidencial.

Contaba Enrique Serna que en su adolescencia vio un programa sabati-no de Jorge Saldaña “en el que un grupo de intelectuales y musicólogos, inoculados ya con el virus de la corrección política, vapulearon el último gran éxito de José Alfredo Jiménez, ‘El rey’, por considerarlo una apolo-gía del machismo, el alcoholismo y la prepotencia del varón engreído. Manuel Puig, que entonces residía en México, llamó al programa para defender la canción. Sostuvo que en la lírica de José Alfredo había un re-chazo al machismo y, al mismo tiempo, la imposibilidad de renunciar a la mística del macho dominante. Como su alegato no convenció al jurado, Saldaña rompió el acetato y lo echó a la basura”. Vainas que pasaban en la época. Pero, como decía al principio, estoy de acuerdo con Puig, aunque fuera la única vez. Hasta el guabinoso de Carlos Monsiváis, aun cuando siempre hizo distinción entre “alta cultura” y la “cultura popular”, también lo descalificó, por el fulano Rey.

Una piedra del camino / me enseñó que mi destino / era rodar y rodar. / Después me dijo un arriero / que no hay que llegar primero, / pero hay que saber llegar. / Con dinero y sin dinero / hago siempre lo que quiero / y mi palabra es la Ley. / No tengo trono ni reina / ni nadie que me comprenda, / pero sigo siendo el rey. ¡Recojan los vidrios! Jajajá.

POR HUMBERtO MáRQUEzILUSTRACIÓN JESSiCA MENA

“El rEy” dE José AlfrEdo JiménEz

MÚSICA

Sáuntrak del golCada Cuatro años el Calendario bisiesto del balón se aCtiva y la fiesta del deporte rey se disfruta Con

barajitas, gritos, Cervezas, Canto y baile. ¿qué músiCa ha aCompañado el espíritu festivo de las Copas del mundo?

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Edición Número Doscientos ochenta y tres. Año 06. ÉPALE CCS Caracas, 29 de junio de 2018.

POR MáríA EugEnIA ACEro CoLoMInE • @andesenfRungen

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A pesar de que en casi toda Venezuela el beisbol es la disciplina deportiva que aparentemente manda en la fanaticada y los atletas (amateurs y profesionales), es inevitable plegarse, así sea a ratos, al encuentro de algunos de los muslos más sexis del orbe detrás de una pobre esférica que les concederá la bendición de la diosa griega Nike con la victoria y el laurel pla-netario del balompié.

La Copa del Mundo, que se viene celebrando desde 1930, no solo constituye la máxima competencia de las mejores selecciones de fútbol en pos del mayor galardón en esta disciplina. También el arte, el márquetin y la ilusión de muchos niños complementan la fiesta. Y como todo buen guateque, la partida no se debe llevar seca. Mucho menos sin melodías para echar un pie.

Ahora bien, es sorprendente enterarnos de que, curiosamente, no fue sino hasta 1962, en Chile, que la Copa contó con ambientación sonora. La pieza fue el “Rock del Mundial”, de Los Ramblers. Una rola rockabilly tan pegajosa que, incluso, participó en el Festival de Viña del Mar.

Sin embargo, el tributo chileno no fue considerado “oficial” para la FIFA. No así “World Cup Willie” para Inglaterra en 1966. Esta composición es considerada el himno original de todos los mundiales.

Luego, las melodías empezaron a sonar de manera similar a los países sede de cada edición. En México 1970, los hermanos Za-vala recibieron a propios y ajenos con acor-des floridos; y en 1974, la Alemania Federal de entonces, entonó “Fussball ist unser Le-ben” (“El fútbol es nuestra vida”), con un estilo bávaro, que bien puede recordarnos el paisaje de la Colonia Tovar. Argentina usó quenas para una pieza instrumental en 1978, y en 1982 España se vistió de fiesta con la zarzuela de un entonces jovencísimo y muy guapo Plácido Domingo.

De ahí en adelante la evolución de los mun-diales se empezó a expandir. La pieza de

Italia 1990, interpretada por Gianna Nan-nini y Edoardo Bennato, se catapultó como la más querida por la mayoría de los faná-ticos de estos tiempos contemporáneos: “Un’ estate italiana” (“Un verano italiano”). No solo la letra es enternecedora sino que el videoclip emula la inocencia y la ilusión del sueño de infancia de muchos por llegar, algún día, a jugar en el espeso manto verde con su oncena favorita.

EEUU 1994 pasó sin mucha pena ni glo-ria en los acordes, pese a titularse, irónica-

mente, “Gloryland” su canción oficial. Lue-go, llegaría Ricky Martin a poner a todos a mover el chicky bombom con la maravillosa “Copa de la vida” en Francia 1998.

Con el Y2K llegó la generación millenial, y en el siglo XXI las grandes disqueras aho-ra grabarían álbumes completos con las grandes luminarias del momento. El legen-dario Vangelis volvió de las “Carrozas de fuego” a componer el himno de 2002 para Corea-Japón; y en la Alemania ya reunifi-cada, en 2006, Herbert Grönemeyer ento-nó “Zeit, Dass Sich Was Dreht” (“Celebrate the Day” o “Tiempo de celebrar”).

En 2010 Shakira pasó por alto la propie-dad intelectual de Las Chicas del Can y de la propia Sudáfrica con el célebre “Waka Waka”; y en 2014 JLo y Pitbull se lanzarían una de tambores olodum con ritmo cario-ca, garotas y color.

Llegamos a 2018, y la tierra de Putin baila con Will Smith, Nicky Jam, Natalia Orei-ro, Era Istrefi y Polina Gagarina. Similar al campo, el show ahora es más rutilante, pero más “business” también.

En 2010 ShAkIrA PASó Por ALto LA ProPIEdAd IntELECtuAL dE LAS ChICAS dEL CAn y dE LA ProPIA SudáfrICA Con EL CÉLEbrE “WAkA WAkA”—

“Un’ estate italiana” (“Un verano italiano”), el más coreado

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El San PEdro nacE y muErE En la mEmoria

MIRADAS

Cada 29 de junio, en Guarenas y Guatire (y en sarría), aGasajan al san PedroCon una fiesta devoCional que nos habla del arraiGo. en el barrio 23 de enero

de Guatire lo asumen Como ProPio y defienden su CiClo temPoral:son 60 años de Parranda

POR marlon zambrano • @maRlOnzambRanO / fOtOgRafías CoRtESíA tALLER ARtEfACto

Sí, es un asunto ideológico. La memoria re-cuerda selectivamente y, con el paso del tiem-po, quizás decida escoger el amor al prójimo, a la cuadra, al terruño, la solidaridad, la fe ha-cia uno o mil dioses, etc., todo donde se for-talezca —como diría el antropólogo Esteban Emilio Mosonyi— la comunidad como po-sibilidad extrema de la salvación del planeta.

SIMPAtíA PoR SAn PEDRo El San Pedro es aquello que nos contaron y en lo que depositamos fe ciega. Nadie sabe exactamente cómo, cuándo y dónde na-ció pero todos, gracias a la tradición oral, afirman que fue entre Guarenas y Guatire, cabalgando los siglos XVIII y XIX, como respuesta de los esclavos a la liturgia sin-crética que diluía la devoción chamánica con la ceremonia eclesiástica impuesta por la Colonia.

El San Pedro funde lo africano, lo europeo y lo indígena con cuatros, maracas, levita y pumpá, y el afianzamiento de la identidad negra a través del betún que embadurna los rostros. Tiene versos en cuarteta alternados por solista y coros, dos acordes armónicos y la vigorosa percusión que repican con sus pies los coticeros.

Atraviesa la historia del siglo XIX con la re-presentación de los colores de la Guerra Fe-deral: el rojo y amarillo (azul en Guarenas) de liberales y conservadores que exhiben los niños en signo de reconciliación.

La Parranda susurra el aliento del negro que se reveló contra la violencia esclavis-ta: una esclava embarazada (María Ignacia se llamaba, según la leyenda) enfermó y, temiendo por la salud de su hija Rosa Ig-nacia (otro nombre fabulado), le pidió a su marido Domitilo (más) que la bailara en homenaje al Santo para agradecer su recuperación, ya que ella continuaba con-valeciente. Él se trajeó, cual dama, y salió a cantar y a bailar junto a sus cofrades ante la mirada impávida del rico hacendado quien, para divertirse, le lanzó trajes y cueros y así animar esa “pantomima”.

Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en diciembre de 2013, la Parranda de San Pedro de Guatire no es solo una tradición o una fiesta: es un meca-nismo de integración del tejido social a partir de un elemento clave: la memoria.

La memoria, a su vez, es un acto de resistencia y traspaso, una forma de reanimar en el tiem-po la sustancia de las cosas, aunque solo sean recuerdos inventados como escribe Enrique Vila-Matas.

Pero ¿de qué nos sirve recordar, en un mundo donde los imaginarios se traman en las tecno-logías de la información? Quizás para que los pueblos sobrevivan a través de su identidad.

Y ¿qué significa tener identidad como pue-blo?: amar la casa, amar a la madre y al padre y respetarlos, tener orgullo propio, apropiarte de tu historia y de tu destino.

Escribe el poeta maya Jorge Miguel Cocom Pech en La casa de tu alma: “Tu nombre es la casa de tu alma. / Ahí habitan tus padres y tus abuelos. / En esa casa milenaria, hogar de tus recuerdos, / permanece tu palabra”.

Lo primero que destruyen las operaciones de dominación, a través de las industrias cultu-rales, es el acervo simbólico de la tierra arra-sada, sus elaboraciones textuales, la palabra.

Nuestras voces indígenas —en Venezuela se registran, al menos, 31— fueron devoradas por el castellano, a fuego y sangre en nombre de Dios. A punta de estigmas y estereotipos, hoy consideramos que los ritos chamánicos son caricaturescos y herejes, fruto de las ba-jas pasiones.

¿Qué han hecho los ejércitos invasores en su cruzada contra el terrorismo en Irak o Afga-nistán? Saquear museos y quemar bibliotecas que conservaban, entre otras cosas, las prime-ras versiones de Las mil y una noches y todo el acervo cultural de esa parte convulsa del mundo que es el Medio Oriente. Lo hacen en nombre de la paz y la civilización.

"Con la cotiza dale al patrón"

A los niños los ensalman con un baile de buen augurio

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Los tucusitos expresan el espíritu de conciliación de la Parranda

manifestación por enfermedad de Celestino Alzur. Es cuando Felipe invita a un grupo de jóvenes para que lo acompañen a fortale-cer la Parranda, ya que muchos de sus anti-guos integrantes, por enfermedad y entrados en años, estaban abriendo paso a una nueva generación”. Va más al detalle: la agrupación se consolida cuando el 19 de abril de 1958 se conforma la Asociación Comunitaria por el Deporte y la Cultura del sector 23 de Enero.

Aníbal Palacios, un cronista popular dedica-do a la pesquisa de datos recónditos de Guati-re, dice que eso no es verdad.

Los parranderos gritan “con la cotiza dale al patrón / vuélvelo polvo sin compasión”, y cada 29 de junio transitan en procesión por las calles de Guarenas y Guatire para acla-mar la perseverancia de los pueblos que, con sus expresiones festivas, eternizan el camino transitado.

SAnPEdrEñoS ALL StArSEn ese andar, hace 60 años, nació una pa-rranda de barrio. Seis décadas atrás emergió en Guatire otra comunidad para celebrar la partida del dictador Marcos Pérez Jiménez: el 23 de Enero, que rápidamente asumió al San Pedro como una herencia natural de la festi-vidad espontánea que lideraban personajes de principios del siglo XX como “El Negro” Pilar, Martín Rosas, Juan Berroterán, Ernesto “Ma-chetón” Monasterio, Justo “Pico” Tovar, “El Negro” Tachón, Emilio Cañongo, Celestino Alzur, Antonio Núñez, Guillermo Silva, Lu-cas Mijares, Peruchito, “El Cieguito” Martín, Juan Ibarra y Pedrito Flores, quienes fueron por medio siglo baluartes de una parranda más bien pobre, casi menesterosa, que no te-nía una estructura organizativa pero que se lanzaba a las calles a festejar con su santo cada 29 de junio, día de San Pedro Apóstol y San Pablo, según el calendario de la cristiandad.

Lo afirma el profesor Isidro Vilera, con más de 50 años parrandeando con El 23. “La pa-rranda se establece en lo que sería el sector 23 de Enero de Guatire en 1956, y a partir de 1958 queda Felipe Muñoz al frente de la

Insiste en que la misión de preservar la Pa-rranda de San Pedro implica aclarar contro-versias, enfrentar distorsiones y erradicar des-viaciones como “la campaña de la Parranda de San Pedro del 23 de Enero y su empeño en declarar que su origen institucional se re-monta al año 1958. En primer lugar, el barrio no existía. A mediados de 1958 el Concejo Municipal comenzó a otorgar parcelas pero el barrio tardó más de un año en consolidarse. No es como en estos tiempos, en los cuales una orquestada riada de gente invade un te-rreno ajeno y conforman un barrio en menos

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"Si San Pedro se muriera, todo el mundo lo llorara"

El profesor Isidro Vilera lleva la cuenta de los 60 años de la Parranda del 23

de 12 horas. Por otra parte, Justo “Pico” Tovar, por muchos años esencia y alma de la parran-da guatireña, murió en noviembre de 1965 y para entonces había solamente una parranda: la Parranda del San Pedro de Guatire. La tesis de los cultores del 23 de Enero implica admi-tir, contra todo razonamiento lógico, histórico y sensato, que Pico fue en realidad un humil-de y anónimo (¿o usurpador?) miembro más de la Parranda de esa barriada. ¿Es eso lo que en el fondo pretenden establecer? Además, al morir Pico la conducción de la tradición reca-yó en Celestino Alzur quien, incluso, declaró que Justo Tovar había delegado en él esa ta-rea. Luego de la muerte de Alzur es cuando se encargan los dirigentes del 23 de Enero, ya a mediados de los años 70”.

Cuando muere Juan Berroterán —aclara Vi-lera—, Celestino Alzur y Felipe Eleazar Mu-ñoz asumen la responsabilidad de la Parranda “debido a que Pico vivía y trabajaba en Ca-racas y solo hacía acto de presencia los 29 de junio de cada año”. Pero es a partir de 1958 cuando acompañan a Felipe Eleazar los her-manos Emilio, Jacinto y Enrique Cañongo, el propio Vilera, los hermanos Alfredo, Martín y Simón Pantoja, los hermanos Alí Rafael Mo-reno y Héctor Muñoz, José Caraballo, entre muchos otros.

“En Guatire, el San Pedro siempre ha sido una parranda comunitaria, colectiva, de arraigo popular. Nació en los tablones de caña, y aún conserva ese tenor pueblerino de antaño que reivindica sus orígenes”, apostilla Palacios.

Si entráramos a debatir si nació en Guarenas o en Guatire estas líneas podrían terminar en sangre, porque aún hoy ese tema despierta las más agrias diferencias y confrontaciones.

Actualmente cinco organizaciones parrande-ras abanderan en Guatire la jornada conme-morativa, recorriendo junto a sus seguidores los intersticios del pueblo, con paradas obli-gatorias en casas de promeseros y espacios memoriosos. Todas son hijas de esa parranda provinciana que mantiene su esencia en el 23 de Enero, donde los parranderos reverencian al Santo con devoción franca y asumen la ma-nifestación como una liturgia del alma, here-dada de padres a hijos, de abuelos a nietos,

con la presencia contundente y protagónica de la mujer y la cándida proximidad de los niños y niñas, quienes parecen pieza clave y juguetona en el andamiaje de la fiesta.

Más allá de las contradicciones, la polémica de su origen o las diferencias conceptuales, la duda testimonial de la palabra alimenta la leyenda y coloca en el altar mitológico a la

Parranda de San Pedro: hecho cultural, fes-tivo y religioso que sintetiza las aspiraciones de redención del pueblo en su titánica labor de confrontar la desmemoria, el desarraigo, el asesinato silencioso por las marcas y el roce superficial en el centro comercial.

Que se desconozca su origen, o que sea im-preciso, parece garantizar su eternidad.

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... MONTE Y CULEBRA

En los años 70 Colombia comenzó a internarse, de pecho y sin frenos, en un período de convulsión política y social que repoten-ciaba al que dos décadas antes (y un poco más) había detonado el Bogotazo. Al mismo tiempo, comenzaba lo que los estudiosos del tema de la droga llaman el boom marimbero: el cultivo y dis-tribución de la marihuana comenzó a significar para muchos una opción para paliar la miseria, pero también significó la criminali-zación de miles de agricultores pobres.

De esa época data una de las movilizaciones demográficas más inten-sas de colombianos hacia Venezuela, y posiblemente también uno de los más lamentables momentos de xenofobia anticolombiana entre no-sotros. Muchas mujeres pobres vinieron en busca de las mejoras que prometían un bolívar sólido y un presidente tan procolombiano que ahora mismo es muy difícil asegurar que nació aquí; es fama que miles de ellas solo consiguieron subemplearse como domésticas o como ca-mareras. A todos, sin excepción, les cayó sin compasión el estigma: los venezolanos se ofendían cuando los llamaban colombianos, porque en el habla común “colombiano” era sinónimo de “ladrón”, y colombiana sinónimo de “puta”. Así de triste y así de injusta fue esa época.

A cambio de la amargura, los colombianos nos inundaron con mucho de las alegrías patrias que se trajeron en el equipaje. Y nada fue me-jor que la música de ellos para enseñarnos una nueva forma de estar contentos. Una década antes su ingenio creador había producido una fábrica de músicos y juglares llamada Los Corraleros de Majagual: un conjunto de música inclasificable (acordeón, trombones, saxos, tam-

POR jOSÉ ROBERTO DUqUE@jRObeRtOduqueI

ILuStRACIÓN HENRY ROjAS

El inmigrantE musical

bores...) con un reguero de porro, cumbia, vallenato y guaracha que desde el propio nombre les producía náuseas a las clases medias y al-tas, pero que entró con furor en los estratos más pobres hasta conver-tirse en fenómeno cultural perdurable. Todavía hoy, cuando alguien lo suficientemente humilde, sensible y de buen humor escucha en la calle a Los Corraleros no puede evitar olvidarse, por un momento, de los problemas y sonreír: esas canciones de hace 50 años tienen un efecto terapéutico del carajo.

Del grupo salieron cantantes y músicos de renombre: Alfredo Gu-tiérrez, Fruko (devenido después en salsero fundamental de Co-lombia), Julio Erazo, Lisandro Meza, Calixto Ochoa. El tono y la temática de las canciones de Los Corraleros de Majagual son, esen-cialmente, una eterna jodedera. El jodedor mayor entre sus cantan-tes y compositores es, sin ninguna duda, Eliseo Herrera; sírvanse escucharlo en “La manzana”, “La yerbita” y “El vampiro”. En las dos primeras, la temática sexual explícita o insinuada queda bellamen-te aderezada con el estilo vocal relampagueante de Eliseo, a quien hay que oír como debe ser: no solo mientras interpreta la letra sino cuando encaja aquellos gritos y giros improvisados, de los cuales el más famoso e inconfundible es aquel Nos juimooo...

Después de Los Corraleros los nacidos en el Occidente, y luego todo el país, nos llenamos de Pastor López, Nelson Henríquez y el Super Combo Los Tropicales. Ya todo el mundo sabe que viajar puede ser muy sabroso, pero sin esos ingredientes la carretera y nuestra heren-cia musical están incompletas.

trota ccs

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Uno de los motivos más frecuentes para ponerse a trotar es estar gordo (sea la gordura real o imaginaria).

(Me anticipo a muchos comentarios al decir que no vivo en un país de fantasía. Y, por tanto, sé que, ciertamente, el asunto del sobrepeso ha dejado de ser una angustia para casi todos. Desde que se acentuaron la inflación, el desabastecimiento y el bachaqueo, a la mayoría lo que nos preocupa es lo contrario: tratar de engordar un poquito para dejar de vernos como esqueletos con ropa ancha).

Si la gordura es real, lo clásico es que te lo diga un médico luego de un chequeo: “Señor, tiene un sobrepeso de 12 kilos”. Si la gordura es imaginaria, suele pasar que te obsesiones con las tablas de pesos ideales y los índices de masa corporal que se encuentran en internet, o con la pinta de los y las modelos que ponen en las notas sobre este tema.

Sea por lo que sea, los corredores que buscan quitarse unos kilos suelen poner en eso demasiadas expectativas y, con mucha frecuencia, terminan sufriendo tristes decepciones. Así que lo mejor que se me ocurre aconsejar es tener paciencia. Sobre

todo si ya ha alcanzado “cierta edad”: el sobrepeso no cederá tan fácilmente. Asúmelo. No tengo manera de demostrarlo, pero estoy convencido de que mientras menos piense uno en ese asunto, más fluida será la ruta hacia una mejora en la condición física, en la que se incluye el punto del peso.Los expertos lo dicen (y muchos lo hemos

POR clodovaldo hernández • @clOdOheR / ilustRación HEnry rojas

TroTo y TroTo… y sigo gordo

Hijo de Lucirio nace GarridoLa flamante cosecha de Venezuela en los recientes Juegos Suramericanos de Cochabamba incluyó una medalla de oro en 800 metros planos para Lucirio Antonio Garrido. Lo de este joven es puro pedigrí, pues es hijo de Lucirio Garrido, presea dorada en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de Atletismo de Kingston, en 1971; y en los Juegos Bolivarianos de Barquisimeto, en 1981, ambas en la exigente prueba de 3.000 metros con obstáculos.

cosas que pasan

ratificado en nuestra propia experiencia): para lograr el peso ideal, o uno cercano a este, no basta con trotar. Es necesario vigilar lo que se traga y los hábitos nutricionales. Si corres diez kilómetros cuatro veces por semana pero cenas cada noche a las 10 un gran plato de espagueti con mucha salsa, es muy posible que no bajes mucho o, incluso, que subas a pesar de tu gran actividad. Por cierto, en estos casos debes estar preparado para las burlas más despiadadas de los sedentarios. “Tanto que corres y sigues siendo un gordo”, te dirán, poniendo en la palabra “gordo” todo el escarnio posible.

Y así llegamos a un punto extremadamente delicado para mucha gente: hay que limitar no solo lo que se come sino también lo que se bebe, incluyendo alcohol, refrescos y otros líquidos cargados de azúcares. No quiero hacer propaganda antialcohólica. Sería una gran hipocresía porque estuve bebiendo cerveza por unos 30 años, y no voy a salir ahora a fingir que tengo un hígado virgen. Pero debo decir que luego de dejar de subvencionar el negocio de Lorenzo Mendoza fue cuando empecé a vencer el sobrepeso y a disfrutar, de verdad, del trote. “Sí se puede”, valga la anticuña.

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SOBERANÍAS SEXUALES

Así lleva por título el archiconocido disco de la banda venezolana Ca-ramelos de Cianuro: 11 temas que nos muestran diversos cortes del in-consciente masculino, su trémula y gozona manera de ver a las mujeres, machista y con una especie de complejo de Edipo. Este documento so-noro y profético hacía alusión al destartalado mundo de los concursos de belleza, tanto masculinos como femeninos, precisamente en el país que se jacta de poseer la mayor materia prima de beldades y papacitos del planeta Tierra. Sátira roquera que vuelve a resonar en la sociedad como un escándalo.

Se destapa la olla podrida de las misses quienes, como reinas de ferias po-pulares, dan tanto besos como favores sexuales a tipos peligrosos y muy poderosos, y todo esto por el peso de una corona. Una batalla campal de dimes y diretes, en las redes sociales y en programas de televisión, mostró a muchas participantes —en rol de fulanas— atacándose y defendiéndo-se, mostrando la verdadera esencia de estos concursos.

¿Cuál será el impacto en el futuro inmediato sobre la psiquis de un país que veía a las misses como uno de sus más exquisitos productos de expor-tación? Podríamos arriesgarnos en una larga respuesta, con todo el tinte de burla y decepción, con presentador y miss enajenada por los nervios: “A través de nosotras a la mujer venezolana se le veía como verdadera dio-sa. Ahora que hemos caído del pedestal, con menos poder que un ídolo de barro, ya no huimos y nos hacemos solidarias con todas las mujeres que han utilizado el don de vender su cuerpo para subsistir y forjarse un bienestar. Los hombres siempre serán hombres, y siempre seremos utili-zadas como contenedores de semen. Nos hemos hecho ciegas, sordas y mudas a nuestras buenas costumbres y el prestigio del concurso, y quiero que sepan que también los místeres son carne de explotación sexual”.

Como hombre homosexual no misógino, siempre me he declarado her-mano de las más extrañas y exquisitas criaturas de este mundo: las mu-jeres. Nunca olvidaré que de una de ellas salí a vivir. Pero la meneada de mata, en la moral y en la opinión pública, supone una reflexión sobre la humanidad y la dignidad de todos los géneros, la dignidad que nos hace tanto talentosos como libres. Solo se violenta un derecho cuando una de las partes se siente privada de algo; pero si, por otro lado, se celebra y se saca provecho de la situación, ya no es una violación.

La prostitución ha existido desde que el mundo es mundo, pero en esta era mediática hasta la más pintada y el más guapetón tienen su precio en el mercado. Lo ilógico es que no se sinceren y anden armando barullos por un hecho que ya es tácito. Precisa, es la hora para generar políticas que protejan a las putas y gigolós, que andan por todos lados. Eses.

POr StAyfREE

ILUSTrACIÓN JUStO BLANCO

missmujerzuela

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ENTREVISTA

AídA PresillA strAuss descifrAr A MirAndA

entre sus diAriosLLeva casi una década dedicada a escudriñar

eL archivo de Francisco de Miranda, coLoMbeia,una densa coLección de Más de 60 toMos organizados

por eL MisMísiMo caraqueño universaL, que recopiLa de Manera MeticuLosa una aMpLísiMa coLección de cartas, Manuscritos, objetos de arte, anécdotas y otras cosas

POR mALú RENgIfo • @maluRengifO ⁄ fOtOgRafías jESúS CASTILLo

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Vive en Finlandia, aunque regresa varias veces al año a Caracas, su ciudad de ori-gen, a reencontrarse con la tibieza de su sol y de su gente, recorrer las calles del centro de Caracas, donde asegura que encuentra unos ritmos y un bullir emocional que le re-sulta interesantísimo y cercano, y que con-trasta radicalmente con las maneras de ser y de vivir de los finlandeses, a quienes cata-loga como personas distantes, frías. Es una entusiasta coleccionista de piezas de arte y artesanía venezolana, una de esas sencillas embajadoras que hacen vida fuera de nues-tras fronteras procurando hacer honor a su terruño. Con frecuencia aprovecha sus pa-seos por el casco histórico para alimentar su repertorio con piezas de creadores como Felipe García y muchos otros. Se autodeno-mina una seguidora fiel del pensamiento de Hugo Chávez, una amante de Venezuela y la venezolanidad. Aída Presilla Strauss, de 56 años, tesista del doctorado en letras de la Universidad de Helsinki, mira con ojos asombrados y quiere conocer cada detalle de las cosas que ve. Aborda, sin tapujos y con ánimo conversador a los personajes de la plaza Bolívar, ama la historia y asegura que se recrea y emociona imaginando a nuestros próceres caminar por los empe-drados de nuestras cuadras fundacionales. Cada vez que visita Caracas recorre varias decenas de veces el Bulevar Panteón, en parte porque es adicta a los cocos fríos que vende cierta frutería más arriba de la es-quina Tienda Honda, y muy especialmente porque es adicta también a revisar los ma-nuscritos originales y diarios de viaje del Generalísimo Francisco de Miranda.

—¿QuÉ TE LLEVó A ESTudIARAL gENERALíSImo?—Hace años conocí a Jukka, mi esposo, un maravilloso poeta y escritor finlandés que circunstancialmente se encontraba aquí, pero que deseaba regresar a su país. A mí me encanta Venezuela, pero en ese mo-mento pensé “no, Aída, o tú te vas a Fin-

landia o te quedas solterona”, y bueno, me fui —comenta y ríe simpática—. Algo me decía que el viaje me iba a pegar un poco y decidí llevarme un libro. Casualmente tenía cerca una edición de los diarios de viaje de Miranda, y como vi que él había visitado el territorio que hoy ocupa Finlandia, me pareció de lo más pertinente, además de hermoso también, tomar ese libro como compañero de viaje. Ese fue mi primer en-cuentro con Miranda y ahí me quedé en-

ganchada. Tiempo más tarde, cuando entré al doctorado y tuve que precisar una línea de estudio, vine de nuevo a Venezuela, mi tutor me había pedido regresar con un tema para la tesis. Visité el lugar en donde se en-contraban los tomos del Colombeia, vi que era posible y ahí me decidí a estudiar el ar-chivo de Miranda.

—¿QuÉ dAToS INTERESANTES ENCoNTRASTE EN LoS dIARIoS?—Esos diarios, vistos simplemente como objetos, ya son interesantísimos. Por la for-ma como están organizados los folios, por los materiales que encuentras allá adentro, que son muchísimos: diferentes tipos de papel, folletos y publicaciones de muchos países, unos encuadernados hermosísimos con detalles incluso pintados con oro, dibu-jos, muchas cosas. Como investigadora en filosofía y letras te puedo decir que es muy notable encontrar que Miranda escribía con una grafía hermosa y en muchos idiomas: español, inglés, francés, italiano… muchos idiomas. Claro, en aquella época había mu-chas cosas que no estaban normadas, en-tonces tú en su archivo puedes encontrar cosas como la palabra “viages”, así, con ge, y no es que estuviera mal escrito, sino que en

Tomos, todos, de valor inestimable

“ÉL ESTAbA muy CoNSCIENTE dE LA gRAN ImPoRTANCIA dE AQuELLoS TomoS, ÉL SAbíA QuE dEjAbA uN LEgAdo VALIoSoEN ELLoS”—

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ese entonces era permitido escribirlo así, y con jota también. Entonces tú ves que tanto en español como en muchos otros idiomas Miranda escribía, utilizaba muchas formas de escribir una misma palabra, así fuera la forma establecida o no, lo más importante es lo mucho que escribía. Yo por eso, aun-que muchos otros investigadores de las le-tras consideren que no es así, considero que Miranda era un verdadero escritor.

—¿Cómo fuERoN RECoPILAdoS ESoS dIARIoS?—Miranda mismo se ocupaba de guardar to-dos esos documentos, y llegado cierto punto de su vida se dedicó, junto a su secretario, o a sus varios secretarios, de darles orden y en-cuadernarlos. Él estaba muy consciente de la gran importancia de aquellos tomos, él sabía que dejaba un legado valioso en ellos.

Todo el archivo está organizado en la colección Colombeia

—¿HAy dAToS EN EL ARCHIVo SobRE Su RELACIóN CoNCATALINA LA gRANdE?—Mira, sí, pero no es lo que la gente cree. O bueno, al menos yo no he encontrado nada que haga pensar que tuvo amores con Ca-talina. Pienso más bien que esa idea puede ser producto del imaginario machista que nos caracteriza un poco a los venezolanos, porque aunque ciertamente sí he podido constatar que tenían una amistad cercana, y que muchas veces se reunieron a conversar, esas conversas ni siquiera eran en privado, siempre había gente de la corte presente, Miranda no escribió nada sobre una rela-ción de intimidad con ella, al menos nada que yo haya podido leer. Eso sí: al hombre le fascinaban las mujeres, necesitaba de ellas y hasta hacía registro de cómo eran. Cosas como “las finlandesas tienen las tetas duras”, se pueden encontrar ahí. Se refería a las mujeres como “el sexo”, era su forma de nombrarlas, y era un hombre muy tremen-do. Hay una anécdota sobre una amiga muy íntima que tuvo, una mujer casada, y en una ocasión hicieron un viaje en carruaje y en un carruaje iba el marido y los hijos de la mujer, y en el otro iba Miranda con ella te-niendo relaciones sexuales, ahí al lado.

—¿y ES CIERTo QuE TENíA uNA CoLECCIóN dE VELLoS PúbICoS dE mujERES?—Yo solamente he visto uno, se encuentra en el tomo doce del Colombeia. Fue esa misma amiga, ellos tenían una relación muy hermosa, y ella misma se lo regaló.

Unos minutos después, un amable custodio del archivo nos escucha hablando de la cu-riosidad de los vellos púbicos y se acalora: “Yo sí he visto la colección, hay bastantes, con nombres y todo, pero eso no se puede decir porque la gente es muy cochambrosa y puede pensar mal del General”. Aída y yo nos miramos. Quizá nunca sepamos la ver-dad sobre el mito.

“AL HombRE LE fASCINAbAN LAS mujERES, NECESITAbA dE ELLAS y HASTA HACíA REgISTRodE Cómo ERAN”—

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LA VIDA ES JUEGO

La polémica es la sazón del fútbol. Desde que se jugaba con las manos y las reglas lo llevaron a evolucionar hasta ser la industria de entrena-miento deportivo más poderosa del mundo, los aficionados han vivido de las jugadas controvertidas. Todavía en Inglaterra y Alemania se dis-cute sobre el gol fantasmagórico de Geoff Hurst en el Mundial de 1966.

La cuestión sigue siendo un dilema hamletiano: ¿fue o no fue gol aquel tanto del delantero inglés?, ¿primero estalló en el travesaño y luego fue a dar a la línea de meta o cruzó la raya blanca en su totali-dad? La única certeza hasta el día de hoy es que el juez de línea, el ruso Tofik Bakhramov, lo dio por válido para el 3-2 de Inglaterra, quien poco después marcó el cuarto tanto para alzar su primera y única Copa del Mundo ante los germanos del káiser Franz Beckenbauer.

Pero la llegada del Gran Hermano al fútbol pondrá fin a las jugadas que alimentaron las discusiones en los mundiales. No deja de ser una extraña coincidencia que en el país donde la KGB vigilaba minucio-samente los pasos de los ciudadanos, la FIFA haya decidido colocar chips en los balones y cámaras que registran cada movimiento en la cancha, con el propósito de expiar las acciones de juego y acabar con las jugadas polémicas.

La famosa “mano de Dios” de Diego Armando Maradona, con su puño en alto para anotar un gol de picardía y venganza contra la Inglaterra invasora de Las Malvinas en México 1986, ya no son admisibles en los mundiales. Porque ahora están los jueces de televisión para fisgonear

POR GErArDO BLAnCO@geRaRdOblancO65

IlUSTRacIÓn rAUSSEO DOS

Mundial sin goles fantasMa ni poléMica

las maniobras de potrero y acusar a quienes intenten engañar al árbitro con astucia maradoniana.

La FIFA no lo ha admitido públicamente, pero la llegada del VAR (Video Assistant Referee) mucho tiene que ver con el millonario ne-gocio de las apuestas y el arreglo de resultados, que arrojan sospecha sobre las decisiones de árbitros venales. Los españoles no dejan de que-jarse amargamente de aquel gol que el colegiado egipcio Gamal Al-Ghandour le anuló a Fernando Morientes, sentenciando erróneamen-te que el balón salió por la línea de fondo antes de que Joaquín pusiera el centro para el cabezazo del delantero en el Mundial de 2002. Con la complicidad de los árbitros, Corea del Sur llegó viva hasta la tanda de penales donde se impuso 5-3 y avanzó a semifinales.

En el Mundial de Rusia ya hemos visto cómo España se salvó de em-patar con Irán. A los persas le anularon un gol que con el viejo método de la simple apreciación hubiera sido convalidado. Y Francia venció a Australia con la ayuda del chip en el balón, que confirmó que el balón superó la línea de meta.

Para bien o para mal llegó la tecnología al fútbol. Los jueces que se hacían la vista gorda para favorecer bajo cuerda determinados intere-ses, ya no se pueden hacer los locos ni inventar faltas de la nada. Pero la sabrosa discusión de café, que podía durar décadas por goles como el de Geoff Hurst, también pasan a mejor vida. El fútbol se queda sin goles fantasma ni polémicas.

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GASTRONOMÍA

La torta apeLmazada de LimónPOR MALú RENGifO@maluRengifO

ilustRación MALú RENGifO

Está bien: la verdad tiene matices, varía según el cristal con que se mire y blablablá, eso es co-rrecto. Pero una que otra vez en la vida ocurre que se encuentra uno frente a certezas inamo-vibles, premisas que no cambian con el tiem-po y que, por lo contrario, conforme pasan los años van cobrando fuerza, de tal forma que pueden llegar, incluso, a convertirse en leyes naturales de la vida humana, hechos impor-tantísimos que se deben conocer y aceptar tal como son para que podamos seguir adelante con nuestras vidas, sabiendo que no son cul-pa nuestra sino mandamientos del destino, y que debemos abandonarnos a ellos en abso-luta entrega, pues siempre habrá un mañana mejor. Una de esas verdades es que la primera torta siempre queda apelmazada.

No es simple superstición. Es el producto de tres décadas de investigación de campo mas-ticando bloquecitos de masa densa servidos por las manos amables y avergonzadas de múltiples principiantes que lo intentaron en mi presencia. Perder la virginidad repostera no es cosa fácil, y este grado de dificultad no es algo que vaya a disminuir porque espere usted con paciencia el momento preciso. Para muestra míreme a mí, que la perdí a los 31 y el resultado fue el mismo que si lo hubiera intentado con un ponquecito precoz a los 14.

Hágame caso: si no le queda apelmazada na-die le va a creer que fue su primera vez. ¿Se imagina? ¡Qué bochorno! No corra ese riesgo usted, haga la torta tal cual como yo le diga, mire que supe una vez de cierta muchacha que le ofreció a su novio la primera torta de su vida pero siguió otra receta. Cuando el no-vio la vio toda esponjosita dijo ¡no, señorita!, ¡esta no es su primera torta ni de chiripa!, y se la comió completa igualito el lambucio ese. Como no queremos quedar como una parranda‘e farsantes, haremos las cosas a mi

manera. Busque 400 g de harina de trigo, una cucharada de polvo para hornear, tres huevos, el jugo y la ralladura de cuatro li-mones, 250 g de azúcar, una taza de leche y 100 ml de aceite.

MOSCA CON uNA vAiNASe supone que si usted agarra todos esos ingredientes y los lanza a batir por 5 minu-tos en un procesador de alimentos, la torta debería quedar apelmazada. Si, por el con-trario, bate las yemas de los huevos a punto de nieve y las incorpora a la mezcla, poco a poco, su torta quedará esponjosa. Si usted enharina un molde para verter la mezcla

ya descrita y la pone a cocinar en un horno precalentado a la mínima potencia (unos 130 °C), su torta quedará bien y nadie le va a creer que es reposteramente virgen. En lugar de esto, déjese dominar por la flojera y ponga esa mezcla a 180 °C para que se le cocine de sopetón y no le dé tiempo de inflarse.

Si la torta infló o no, la prueba para saber que está lista es clavarle un cuchillo (después de 50 minutos sin abrir el horno) y verificar que este salga seco. Eso sí: si a pesar de haber seguido al pie de la letra mis instrucciones la torta cre-ce y queda bien esponjosita, yo no sé, eche su cuento como es.

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RECETARIO DE MALÚ

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Angélica Guevara nace en Coro en el año 1996. Estudia Educación, mención Lengua y Literatura en la Universidad Na-cional Experimental Francisco de Miran-da. Investiga y es promotora de círculos de lectura, con el fin de nutrir sus propias hojas. “Poesía o nada” la conoce:

REMINISCENCIAS (fRAg.)I - EscuetoCaen, pétalos, hojas. La noche. Sin aroma. Se siente azul opaco. Cristina mira al hori-zonte recreando el verdor.II - FríoAugusto, el dinosaurio azul, hacía ma-labares musicales, cósmicos, trabajaba arduamente la tierra para estar tibio.III- RenacerElla se fue. Quedó el pequeño Novalis para el concierto primaveral entre aveci-llas y cigarras.El poema se ha proclamado.

MADREDéjame ser libre

@indira_carpioPOR INDIRA CARPIO

Poesía o Nada

Me duelen tus poros abiertos y los surcos [que te recorren desde el nortela mirada desvalida

Madreme duele el Alzheimer generacional, la [lucidez quijotesca, la árida hostilidadQue me digas que la prioridad es la [comida y saciad el hambreQue ese es el único objetivoY que me trates mal, a mí,a mi hermana,a los de la cuadra.Que te alteres porque no hay comidaque me mires desvanecida en tu cansancio,me golpea esa mirada tuya, que me dice de [tus desesperaciones

Que te rindes y no,que no sabes qué hacer y yo no sé qué [alientoqué alimento del alma darteporque la poesía no la entiendesporque no te gusta la ironía y la verdadPorque no te gusta la belleza, esa que se [escucha y no se ve.esa que se siente aquí dentro y no se palpa

Madreno sé qué hacer¡Madre!Qué les cuentoqué le digo de los sueños que han fusilado [sin impunidad.

POR ENERO Y MARZOOvejas sin formagalopan imperceptiblesremontando serraníasposándose en un mar distinto de dedosque las manipulan y las deshilandesapareciendo gradualmentehasta morir

S/NSexo/brutal/animalYo te sepultoPrometo visitar tu insípida fosa de [muchos nombres.

vERSO A vERSO

¡Buen día Juan, buen día!

Se escuchaba en nuestras calles

cada quien con sus detalles

la flor roja y poesía

canto, baile, algarabía.

El 24 a San Juan

con los tambores están

llamando a la tradición

29 también hay son

y a San Pedro celebrarán.

décima cotidiaNa

POR ANA CECILIA LOYO@decimacotidiana

De santo a santo

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POR NePtalí SegOvia

1. Ascenderías, escalarías, treparías. 8. Dios supremo de Babilonia (mit.). 11. Instituto Nacional de Estadística (inic.).12. Forma de pronombre personal. 13. Símbolo del seno, función trigonométrica. 14. Conjunto de normas prescritas para la realización de una ceremonia. 16. Conjunto de convicciones o creencias (inv.).

18. Asistid, concurrid, acudid. 19. Perjudicará o causará un daño a alguien o algo. 21. Clasificación en el beisbol. 23. Símbolos del electrón, del deuterio y del número de Euler. 24. Iniciales de físico alemán premio Nobel de Física 1921. 25. Contracción gramatical.27. Ciudad capital de Libia (inv.).

29. Supresión total o parcial de determinada clase de armamento. 31. Símbolos del área, de día y del roentgen. 32. Dominio de internet de Islandia. 33. Símbolos del tántalo y del amperio. 35. Quinto signo del zodíaco (inv.). 37. Aristóbulo..., actual ministro para las Comunas (inv.). 40. Dominio de internet de Canadá. 41. Vano, fútil, inútil.

43. Periódico que se publica todos los días (inv.). 45. Onomatopeya del sonido que produce un golpe (inv.).46. Parte delimitada de cualquier superficie. 48. Pandero árabe con sonajas. 49. Cada una de las fases de la evolución de la tierra. 50. Contribuirá, colaborará, cooperará.

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R

1. República del Oriente Medio, capital Damasco. 2. Destacamento, patrulla, vanguardia (pl.). 3. Apuesta, apostar en inglés. 4. Hilera de caballerías que van atadas. 5. En ese lugar, allá (inv.). 6. Símbolo químico del aluminio. 7. Salobre, salino, salífero. 8. Limpia, lava, adecenta. 9. Nelson... recordado vocalista brasilero. 10. Siglas de universidad venezolana. 15. Dios polinesio de la lluvia (mit.). 17. El pan de los venezolanos. 20. Cuide, vele, vigile. 22. Plural de vocal. 24. Irse haciendo cada vez más recia, fuerte o violenta alguna cosa. 26. Lengua de la antigua Roma. 27. Instituto Municipal de Aseo Urbano (inic.). 28. Muy distraído. 29. Acrónimo de Dispositivo Bicentenario de Seguridad. 30. Hecho de ocurrir raras veces algo.34. Nombre propio femenino (inv.). 36. Da ladridos el perro. 37. Río de Cuba, en Villa Clara y Sancti Spíritus. 38. En música, intervalo de dos semitonos.39. Dominio de internet de Irán. 42. Diosa escandinava del mar (inv.). 44. Amarra, impide el movimiento. 47. Abreviatura de opus.

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Usted ha desterrado la negación automática de su dicciona-rio laboral cuando llega un conocido y le dice esas palabras que no quiere escuchar: “Te tengo un tigre”. En primera instancia, piensa en ese tiempo libre desparramado que tendrá que encerrar y casi se niega, pero un segundo después recuerda las facturas que lo persiguen todos los días y accede tímidamente, casi con más lamentación que euforia.1. Por más cuentas que saque siempre creerá que trabajó mucho y que le pagaron poco. Es psicológico y también real.2. Despídase de los fines de semana y de su familia.3. Hábleles a los demás de su amargura temporal. “No eres tú, es el tigre”.4. Hay veces que usted aceptará esos trabajos extras más porque le gustan los problemas y no porque sean retribui-dos.5. Cuando no hay tigres, no hay, y solo se desean. Cuando llega el primero, generalmente viene acompañado por otros que le irán cayendo encima.6. La pelazón y el tiempo en contra, esos dos aliados.7. Cuando ocurre el acto liberador de mandar ese tigre cul-minado, el responsable le dirá que faltaron varios detalles y que hay que hacer unas modificaciones.8. En una parte de esta historia el pago deja de preocuparle y solo piensa en terminar. 9. Su fuente de ingresos real, inevitablemente, resultará descuidada.10. Este tigre se acabó. Ya vendrán otros a los que, por favor, diga que no.

por qué seduerme mejor cinco minutos

antes de levantarse

minimanual para no morir matando tigres

tuit de

¿ ¿ImagInarIo

Cuando te sale agua fría

@laespergesiaPOR NATHALI GÓMEZ

de la duCha

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La Cruz

¿dónde queda?

AvenidaOeste 11 con avenida Norte 16.Parroquia La Pastora.Coordenadas: 10º 30’ 55” N66º 55’ 19” O

Fotografía: Jesús Castillo