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Palabrería La revista del IES La Ería. Oviedo. Número 1. Junio de 2008

SUmARIO

Escenario La Ería La Ería, modelo de aulas tecnológicas, 3

La Ería, un instituto que crece, 6

Gente de La Ería Historia de la una escalera, 7

La Ería, un Instituto sin fronteras, 9 ¡ Llegamos!, 11 ¡Nos vamos!, 13

Estudian y trabajan, 15 Víctor Fanjul, olímpico en Biología, 16

Viaje a Duomolandia, 17 Estudiantes y deportistas, 19

Actualidad

La lucha por la liga, 20 Oviedo Doce Siglos, 21

Elecciones 2008, 23

Libr ería El mundo del libro en tres entrevistas, 26

Recomendamos, 29 El último Harry Potter, 30

Cine, música y espectáculos

Programa El cine en la enseñanza, 31 Más allá de El cine en la enseñanza, 32

Los Rolling Stones, 33 Música en La Ería, 33

Las Noches de Paramount en Oviedo, 34 Eurochiky, 35

Cómic El mundo de Aire, 36

Cuentos y poemas ganadores del con-curso literario IES La Ería, 37

editorial

Bienvenidos a la primera edición de esta nuestra revista palabr ería. Con permiso de la Academia de la Lengua «inauguramos» ahora un nuevo significado de éste térmi-no: palabr ería no quiere decir para nosotros palabras va-nas, sino Palabras de La Ería, de los alumnos y alumnas que aquí vivimos de 8:25 a 14:30 de lunes a viernes. Nos sentimos obligados a advertiros de que por esta razón contiene muchas palabras y algunas imágenes, así que tendréis que leer. Si no os sentís capaces deberéis espe-rar a la peli (aunque dudamos que alguien quiera produ-cirla). Lo sentimos. Sin embargo, lo cierto es que ése es uno de los objetivos que pretendíamos alcanzar con este proyecto. Entreteneros leyendo, entretenernos escribien-do y tratar de perpetuar palabr ería para que se convierta en algo tradicional de nuestro instituto, de La Ería. Espe-ramos que os guste y que sigáis leyendo.

Han hecho este número de palabr ería José Manuel Benítez Valentín, Jorge Dos Santos Moreno (1º ESO D), Irina Marisol Pineda Ruiz, Jaime Suárez Nava (1º ESO E), María García Perotti (2º ESO A); Pablo Cas-trillo Riestra, Irene Díaz García; Lucía González Arboleya, Aída Obeso Riestra, Inés Pérez Mesa, Sergio Sánchez Pulgar, Magda Rodríguez Dehli (2º ESO B); Luis María Fernández Gutiérrez, Ainhoa González González (2º ESO D), Cristina Mateo Martínez (2º ESO E), Ana María Apari-cio Rodríguez, Loreto Arias Fernández, Mónica Granda Lobo, Paz Suárez Méndez (3º ESO B); Patricia Santa-maría Santa Cruz (3º ESO C), Irene Matas de Íscar, Clara Rodríguez Allende (4º ESO B), Javier Prieto Prieto (4º ESO C), Carmen Valcarce Fernández (4º ESO D); Álvaro Pérez Narciandi (1º BCH C).

Fotos : Alumnos de 4º de ESO Imagen y Expresión: María Fraga, Eva Mateos, Silvia San José, Paloma Garc-ía, Adrián González, Laura Rogel, Carmen Valcarce, Alejandro Fernández, Andrés González, Marta González, Daniel I´Anson, Marta Malgor, Miguel Méndez, Luis Muñiz, Ana Ruiz. Maquetación : Joaquín Álvarez García; Dpto. de Actividades Complementarias y Extraescolares Diseño cubierta : Armando Alonso Megido

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El IES La Ería, modelo de aulas tecnológicas en vanguardia

Entrevistas a José Luis Iglesias Riopedre, Consejer o de Educación, y Javier Nadal Ariño, Vicepresiden te de Fundación Telefónica con motivo de la firma del convenio entre ambas instituciones

Javier Prieto Prieto Carmen Valcarce Fernández Clara Rodríguez Allende Irene Matas de Íscar Pizarras digitales, tablets PC, portátiles... todo un innovador sistema tecnológico educativo aterriza ve-lozmente en el IES La Ería gracias al convenio de colaboración de la Consejería de Educación y Ciencia y la Fundación Telefónica para implantar las nuevas tecnologías en centros educativos y que el pasado 21 de febrero se firmó en nuestro Instituto convirtiéndonos en un «Centro Modelo», selecto club al que sólo pertenecen otros tres centros en España, entre ellos el C. P. San Félix de Candás. Ya dotados con 5 pizarras y 26 ordenadores portátiles con los que ya hemos estado experimentando estos días varios cursos, incluyendo el Ciclo Formativo de Comercio, aún debemos aguardar a la am-pliación del centro para contar con más material. Mientras tanto, expandimos nuestros conocimientos sobre este revolucionario fenómeno, y para ello hemos tenido el privilegio de entrar en la rueda de pren-sa -a la que han asistido los principales medios de prensa y televisión de Asturias- realizada en la biblio-teca del instituto tras la firma del convenio y hemos podido hablar con los protagonistas del acontecimiento, José Luis Iglesias Riopedre, Consejero de Educación y Javier Nadal Ariño, Vicepresidente de Fun-dación Telefónica, que ama-blemente aclararon nuestras dudas. José Luis Iglesias Riopedre, Consejero de Educación del Principado de Asturias es li-cenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Compluten-se de Madrid. Realizó cursos de postgrado de Filosofía y Sociología en las Universida-des de Münster y Bielefeld (Alemania) y trabajó como pro-fesor en varios centros de Es-paña. Ahora lo vemos muy en-tusiasmado con este convenio. Hemos leído en Educared que uno de los objetivos de este proyecto para intr oducir las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en las aulas es mejorar la efica cia y la calidad del proceso de educación. ¿Habrá realmente una mejora importante?, es decir, ¿significa que ahora tendremos que estudiar menos los alumnos y alumnas? Bueno, opino que para mejora de vuestra educación deberéis estudiar más, pues mejora de la calidad significa mejora de los rendimientos y mejora de rendimientos, más titulación, que no significa bajar los niveles, sino mantenerlos. A su vez, se debe ayudar a los alumnos que necesiten más apoyo. Es el ca-so de los desdobles de este centro, que hacen que los alumnos reciban una atención mejor. ¿Cuáles cree que pueden ser las materias más benefi ciadas por este proyecto? Nosotros aspiramos a realizar una educación integral. Es decir, aprendizaje de conocimientos y de con-ducta a la par. Queremos tanto gente preparada para realizar un trabajo como unos buenos ciudadanos, que respeten la Constitución. Tenemos que crear un equilibrio entre todas las materias. Todas las mate-rias estarán beneficiadas.

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¿Cree que en el futuro desaparecerá la pizarra trad icional y tendremos en cada aula pizarras digi-tales interactivas? Y, en relación con esto, ¿los libros y cuadernos serán sustituidos por las ta-blets PC y ordenadores? Yo a lo mejor no lo veré, porque es un desarrollo de cierta lentitud, pero vosotros seguramente sí. Si en su día Gutenberg, con la imprenta, consiguió que el libro fuese el instrumento de cultura durante cinco siglos, creo que las pizarras acapararán los medios de comunicación de la enseñanza y constituirán la vida cotidiana de los centros educativos.

¿Entonces las nuevas tecnologías aportarán más cosa s a la enseñanza ? ¿Más materias? Con todas estas nuevas metodologías de enseñanza lo que pretenden los profesores es que los alum-nos aprendan a aprender. Es decir, que aprendan a construir sus propios conocimientos. Esto lo he vis-

to con unos niños de cuarto de primaria que han conseguido elaborar sus propios temas y los dominan de una manera más perfecta de la que podrían haber con-seguido repitiendo lo que dice un libro.

¿El desarrollo de este proyecto con-vertirá al IES La Er-ía en un centro de referencia u opina usted que ya lo es en cuanto a calidad educativa? La Ería era uno de los centros con mejo-res rendimientos de Asturias. A la hora de implantar mejoras

como estas tenía todas las papeletas para ser elegido. Pero eso no quiere decir que aún teniendo bue-nos rendimientos no se pueda mejorar. Este proceso de modernización se lleva a cabo en centros don-de tendrán mejores posibilidades de desarrollarse, donde hay alumnos con la capacidad de incrementar sus rendimientos. Esto es, La Ería era bueno; pero va a ser mejor.

Dejando a un lado el convenio, ¿considera que la am -pliación del centro completa todas nuestras necesid a-des en cuanto a espacios?

Opino que con esta ampliación, que se inaugurará con toda seguridad en septiembre, a nivel de espacios tendréis sufi-ciente. Yo mismamente acabo de ver una clase de Inglés de 16 alumnos y un Ciclo Formativo de Comercio, que simula-ba una empresa utilizando estas tecnologías y creo que no va a haber problemas de espacios en absoluto.

Para terminar, cambiando una vez más de tema, ¿hay garantía de que la asignatura de Educación para la Ciu-dadanía se imparta en todos los centros públicos y pri-vados de Asturias?

R: Como responsable de la Consejería de Educación y Ciencia del Principado de Asturias mi deber es cumplir y hacer cumplir la ley. Por lo tanto, si Educación para la Ciudadanía viene en la LOE y es obliga-toria, garantizo que todos los centros de la comunidad y todos los alumnos y alumnas seguirán esa ma-teria como cualquier otra.

«Creo que las pizarras digita-les acapararán los medios de comunicación de la enseñan-za y constituirán la vida coti-diana de los centros educati-vos» afirma José Luis Iglesias Riopedre

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Javier Nadal Ariño es Ingeniero de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid. En la actualidad es Vicepresidente Ejecutivo de la Fundación Telefónica. Por el momento el centro cuenta con 5 pizarras digi tales y 26 portátiles además de los tablets PC que están por llegar. ¿Se va a aumentar esta cantid ad? El material irá creciendo a medida de las necesidades. Ahora hay un equipo pedagógico para el profe-sorado y se añadirán, en cualquier caso, 3 pizarras y 15 ordenadores por el momento. ¿Qué criterios se siguen para elegir los centros pi loto en los que se desarrolla el proyecto? Una buena base en cuanto a conocimientos de las tecnologías. ¿Se incorporarán más centros en Asturias o en el re sto de España? De momento no se incorporarán más centros, pero lo que sí se va a hacer es que haya centros que si-gan las experiencias de los modelo. Hemos leído que uno de los objetivos de este proyec to es introducir nuevos modelos organizati-vos en la gestión de los centros. ¿Cómo se consigue esto? Principalmente, cambiando los medios educativos convencionales por los informáticos. Además de la pizarra digital interactiva y los tablets PC, ¿habrá más recursos en el futuro? Lo más importante en es-te momento es el equipo de pedagogos, de 3 años de duración que se con-creta en un proyecto de formación del profesora-do en pizarras digitales, llamado EducaParty. ¿Cree usted que las nuevas tecnologías aportarán más cosas a la enseñanza en el futu-ro? Pienso que según vayan apareciendo nuevas tec-nologías se intentarán hacer nuevas iniciativas con ellas y se adaptarán a la enseñanza. ¿Trabaja Telefónica en algún otro proyecto educativ o? Fuera de España Proniño contribuye a la escolarización de los niños de América Latina. Localizamos los lugares donde más niños hay trabajando y los escolarizamos en centros de buenos medios, con or-denadores incluso. Ya hay 52.000 niños en escuelas gracias a este proyecto y se prevé que este año se duplique la cifra. Después de nuestra entrevista estamos seguros de que todos nos sentimos orgullosos de que nuestro Instituto, La Ería pueda contar con todos estos recursos tecnológicos a disposición de nuestro aprendi-zaje -aún más después de haber salido en todos los medios de comunicación al día siguiente de la fir-ma del convenio- y ahora solo nos queda ver como todo esto se hace poco a poco realidad en el aula, así que ¡gracias a la Fundación Telefónica y Javier Nadal Ariño! y también a la Consejería de Educación y al Consejero José Luis Iglesias por apoyar la iniciativa.

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La Ería, un instituto que crece Mónica Granda Lobo Loreto Arias Fernández Casi todos pensábamos que en el Instituto sólo los alumnos crecíamos, desde nuestra entrada en pri-mero de ESO hasta abandonarlo en 2º de Bachillerato o tras un Ciclo Formativo de Comercio, pero este año estamos comprobando que también los institutos crecen. Desde que comenzó el curso todos hemos podido ver que algo está cambiando en el aspecto de La Ería, ese aspecto al que ya estábamos tan acostumbrados desde que fuera inaugurado en el año 1995.

Para saber un poco más hemos hablado con nuestro director, D. Amador Fernández. El nos explicó que esta ampliación del centro era largamente esperada y que fue una propuesta del propio centro a la Con-sejería de Educación, ya que era evidente que el Instituto se «estaba quedando pequeño», además siempre se había entendido que la ocupación del aulario del Colegio de la Ería para el Primer Ciclo de

ESO era provisional.

En cuanto a las aulas, el nuevo edificio cons-tará de nueve aulas de grupo para el primer ciclo de Educación Se-cundaria Obligatoria; además habrá dos au-las de diversificación, tres de Iniciación Pro-fesional, un aula de In-formática y un taller de Tecnología.

Además de aulas habrá una conserjería, cuatro despachos de tutoría, nuevas salas para departamentos y espacios para el AMPA y los alumnos. También habrá una ca-fetería más grande de la que tenemos ac-

tualmente para así arreglar los problemas de sitio en la actual. La gran innovación con la que contará esta nueva obra es el salón de actos, del que estamos seguras que se dará un buen uso. Para que todo esto sea posible se han invertido 1,2 millones de euros

Una de nuestras dudas era saber el número de canchas que quedan para nosotros, ya que el aulario pasa de nuevo al colegio. La respuesta es «de las tres canchas que quedan para nosotros una se cu-brirá y las otras dos permanecerán descubiertas, además tendremos un pequeño espacio que estará entre las canchas y el centro».

Según la opinión de nuestro director la ampliación solo tendrá consecuencias positivas en la organiza-ción académica, la organización del trabajo y el ahorro de recursos y tiempo entre otras cosas. Así mis-mo, al preguntarle sobre si se solucionarían todos los problemas de espacio nos contestó que, aunque surgirán otras necesidades, inicialmente sí. Lo mejor de todo es que para el curso 2008-2009 ya hay compromiso de que finalicen las obras y podremos disponer de nuevas instalaciones.

Esperemos que esta ampliación sea una garantía segura para solucionar los problemas que llevábamos arrastrando tantos años y que no tengamos que soportar otros dos años de obras.

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Historia de una escalera Entrevista a Mª Luz Abelleira, «guardiana» de la es calera

Luis Fernández Gutiérrez José Manuel Benítez Valentín Ainhoa González González Jaime Suárez Nava Jorge Dos Santos Moreno Irina Marisol Pineda Ruiz Este año el Instituto de La Ería empezó sorprendiéndonos con una escalera nueva, roja, modelo 2007-2008. Esta ahí para sustituir las otras dos, una de ellas destruida por las obras del nuevo edificio para la ESO. Un mes después decidieron ampliarla haciendo una L al revés y añadiendo unas baldosas muy elegantes. Puede que haya gente que se queje por cómo es pero es que es solo para un pequeño tiem-po, no es permanente ¡paciencia! En la escalera, cuando subes, cuando baja, podrás encontrar a Mari Luz, a la que nos hemos acercado para hacerle unas preguntas Pregunta.- Hola Mari Luz, estamos aquí para hacerte unas preguntas porque estamos intere-sados en saber por qué estás aquí de pie, ¿eres policía? ¿eres albañil? ¿Lo que haces es un trabajo? Respuesta.- Sí, soy cuidadora de patio y estoy controlando la escalera para que no se caigan los alumnos, que no se amontonen, que bajen despacio etc.

P.- Mari Luz ¿Te gusta este trabajo? R.- Es entretenido, con vosotros no me aburro P.- ¿Es muy cansado? R.- No es cansado, pero paso un poco de frío P.- ¿Qué haces para que se te pase el tiempo? R.- Controlar y leer. P.- ¿Cómo cuántas horas te pasas aquí?

R.- Dentro del instituto estoy seis horas pero en la escalera, a los cambios de clase y en los re-creos. P.- ¿Qué sensación le da ese montículo de pie-dra, tierra y hierro de la obra de ampliación del Instituto? R.- Sorpresa. P.- ¿Cree que puede ser peligroso? R. Puede serlo porque pueden caer piedras y romper la valla. P.- ¿Por qué pusieron ese pequeño cuadrado de acera? R. - Porque había mucho barrizal, para no man-charnos. P. -¿De qué está hecho ese material amarillo de la escalera? R. -Creo que es espumilla aislante. Sería mejor preguntar a los obreros. P. -¿Le gusta cuidar a los niños? R.- Sí, cuando se portan bien. P.- ¿Cómo ves a los chavales del instituto? R.- Los veo buenas personas, de momento. P.- ¿Algún alumno te ha preguntado tu nombre? R.- No, nadie preguntó pero me llaman «profe». P.- ¿Te importaría que te tratara de tú? R.- No, estoy acostumbrada. P.- ¿Cuánto tiempo vas a estar aquí? R.- Hasta que acaben la obra. P. - ¿Estuviste trabajando en algún otro centro escolar? R.- Sí, en el «Arboleya» de Meres, en el come-dor, y en el «Auseva». P.- ¿Qué estudios realizaste? R.- Tengo estudios primarios (el Graduado Es-colar) y por eso os animo a que estudiéis más porque hay mucha competitividad a la hora de buscar trabajo. P.- ¿Qué haces cuando no estás en la escale-ra? R.- Estoy leyendo porque me gusta aprender cosas y culturizarme.

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P. -¿Qué otras cosas te gusta hacer cuando sa-les del trabajo? R. - Pintura sobre todo; pinto al óleo y expongo cuadros. También hago deporte, como la nata-ción y la gimnasia. Os animo a practicar depor-te. Y también las tareas domésticas, aunque son muy duras . P.- ¿Cuál es su película y libro favorito? R.- «Los otros» y «La sombra del viento».

P. - ¿Cómo es que siempre estás sonriendo? R. - Es así mi carácter. P.-¿Crees que debes ser amable con los niños? R. -Sí, no me cuesta nada. P.- ¿Tienes hijos? R. - Sí, tengo tres hijos de 27, 25 y 23 años. Muchas gracias por contestarnos y por tu cola-boración

Minicuento de la escalera Ainhoa González González

Érase una vez ,antaño, una escalera que quería estudiar Se puso un vestido rojo (sus escalones), unos zapatos grises(el cemento) y un sombrero lleno de hoyuelos (también su cemento). Cogió sus guantes rojos (su color) y se llevó a su muñeca (la mujer...) que la llevaba puesta en su sombrero . Recorrió toda la ciudad , pero en ningún colegio la querían , decían que no les hacían falta escaleras, hasta que pasó por la Ería y vio que estaban en obras y los niños no podían acceder al pabellón grande. Entonces dijo: -¡Esta es la mía!- Y fue hasta allí . El director la dejó ponerse en un hueco que había por el patio , pero la escalera deseaba estudiar y el director la quería para que los niños subieran al edificio grande . Entonces la escalera se enfadó y empezó a empujar y hacer que los niños resbalaran. El director la echó y la sustituyó por otra que sí quería ser escalera . Nuestra amiga se fue a otra escuela , pero también la echaron . Desde enton-ces, cuenta la leyenda que anda vagando solitaria por las calles en busca de alguien que la quiera y la ayude a aprender cosas ¿Encontrará su camino?

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La Ería, un instituto sin fronteras María García Perotti Javier Prieto Prieto Paz Suárez Méndez Nuestro instituto, al igual que tantos centros escolares de España y de Europa, acoge en sus aulas tanto a alumnos nacidos en territorio nacional como a otros que, por diversas y muy complejas circunstancias han abandonado su país natal y al llegar a Asturias, a Oviedo han tenido que adaptarse a un paisaje, a un clima, a unas costumbres e incluso a un idioma diferente. Más de cien son los compañeros que habi-tan nuestro instituto, su instituto, procedentes de veintiséis países diferentes. Hemos hablado con ellos para que nos ofrezcan sus impresiones acerca del centro, los estudios o la vida cotidiana en Asturias.

Respecto a la procedencia es destacable que el grupo mayoritario lo forman los alumnos que vienen de Sudamérica, especialmente de Ecuador, pero también de Paraguay, Colombia, República Dominicana o Chile. Sin duda el hecho de que compartamos un mismo idioma les ha facilitado el trabajo, aunque, co-mo ya sabemos hay palabras y expresiones distintas que no parecen haber sido una dificultad insalvable y se han arreglado «copiando a los españoles», como dice Nicolás Giménez o «aprendiendo las pala-bras que se dicen aquí» como señala Cristian Alfaro. Quienes seguro que no lo han tenido tan fácil son otros compañeros que han venido de lugares tan leja-nos o atractivos para nosotros como pueden ser Marruecos, Brasil o Moldavia, así Natacha Ngo, de ori-gen camerunés, y cuya lengua materna es el francés asegura que los primeros días en España «no en-tendía nada, el idioma me sonaba a chino». Natacha Ngo acudió a profesores particulares, mientras que Hamza Haddadi, que procede de Marruecos tuvo que servirse del aula de inmersión lingüística del IES Alfonso II, y también Thais Oliveira, brasileña, que se ha incorporado este curso a La Ería y afirma «yo continúo con las dificultades».

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Es también el idioma el factor más determinante a la hora de integrarse en el ambiente, la sociedad y la cultura españolas. Aunque la mayoría manifiestan un gran interés por volver a su tierra natal, los compa-ñeros que tenían el español como lengua materna afirman sentirse más a gusto en el centro. Este es el caso de Maricela Abad, nacida en Ecuador, quien afirma: «No hay nada de España que no me guste en estos instantes. Ahora en el instituto me siento bien, es un buen instituto, por su enseñanza y sus profe-sores». Los compañeros de clase son muy importantes en esta adaptación y Hamza Haddadi, a pesar de la barre-ra del idioma asegura que ya en las primeras semanas en La Ería «todos los compañe-ros me ayudaron en las difi-cultades que tenía» y «me llevo con ellos muy bien». Otra cuestión importante que también crea dificultades a nuestros compañeros es el problema de acertar con el nivel de enseñanza al que cada uno debe incorporarse. Por lo general éste se esta-blece en base a la edad, pe-ro el desfase entre los siste-mas educativos en los que estaban escolarizados y el español -en general más exigente- dificulta el éxito. Así, Estefany Montaño o Maricela Abad afirman que el sistema es «aquí más avanzado», Cristian Alfaro que «los estudios son más fuertes» y Luisa Fernanda Castillo añade que «no son las mismas asignatu-ras y el mismo nivel». Cristian Babei sin embargo cree que «en mi país enseñaban cosas prácticas y aquí cosas que no vas a usar de mayor» y añade «en Moldavia daba cosas en tercero que yo di en sex-to en España». También existen desajustes con las normativas de centros, como señalaba Kristian La-zarov, de Bulgaria al decir que «no se puede salir fuera del instituto» y que «si pudiera cambiaría eso». Les sorprenden al llegar a España realidades que para el resto de la población pueden pasar desaperci-bidas por obvias o cotidianas: «lo que más me llamó la atención fue los muchos edificios altos a los que no estaba acostumbrada» dice Estefany Montaño; Nicolás Giménez, por otra parte afirma: «Me llamó la atención el estadio del Deportivo de la Coruña». La limpieza de las calles o el clima son otros aspectos que destacan, así Octavio Massaharu Jhoncon dice: «En Perú hace el mismo tiempo todo el año. En cambio, aquí hace un día soleado, después otro nuboso...». No obstante, con el paso del tiempo estas extrañezas que encuentran se van centrando más y más en cuestiones de cultura popular, tales como la celebración de fiestas, los horarios de trabajo y descanso o las costumbres culinarias. Pero a la postre, y al margen de ciertas diferencias vemos que hay muchas similitudes ya que, como jóvenes, todos compartimos parecidas inquietudes, gustos y preocupaciones, así que debe imperar en-tre todos el entendimiento. Estamos seguros de que ninguna de las familias a las que nuestros compa-ñeros pertenecen ha salido de su país hacia lo desconocido por el simple gusto de conocer mundo, por lo tanto todos debemos aunar nuestras fuerzas para lograr un equilibrio entre la integración y el respeto a su cultura originaria. Y recordemos si no el tiempo en el que desde España se emigraba a otros luga-res, sobre todo de Europa y Sudamérica. Pensemos en nuestros abuelos y en las barreras reales contra las que tuvieron que luchar. Desde aquí podemos contribuir a que las dificultades sean cada vez más pequeñas y lograr que día tras día y aunando el esfuerzo de todos y cada uno de nosotros La Ería sea cada vez más un instituto sin fronteras.

Octavio, Cristian, Luisa, Hamza, Maricela, Cristian Murillo, Cristian Babei, Natacha, Cristian y Nicolás

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¡Llegamos! Así relatan su llegada al instituto los alumnos y a lumnas de primero de ESO

Carmen Valcarce Fernández Irene Matas de Íscar Todos nosotros hemos tenido nuestro primer día en La Ería y para todos y cada uno de nosotros la experiencia ha sido distinta. Hay quienes se han incorporado en primero de ESO, rodeados de sus compañeros del Colegio de la Ería, de las Campas o Buenavista II, hay quienes han empezado en otros cursos y han llegado podríamos decir «solos». Hemos querido recordar y saber en primera persona cómo se vive esa experiencia, y para ello hemos encuestado a 36 de nuestros compañeros recién llegados, de primero de ESO, concretamente de 1º A y B. La mayor parte (23) vienen del C.P. La Ería, diez de Buenavista II y 3 del C.P. Las Campas Muchas son las preguntas que les hemos hecho y variadas son sus contestaciones. Desde sus prefe-rencias hacia los profesores, pasando por el cambio en sus notas y llegando al terreno personal . Intro-duciéndonos en las mentes de estos jóvenes compañeros hemos podido llegar a ciertas conclusiones acerca del salto que se produce de primaria a secundaria y las reacciones que éste produce. Las res-puestas son variopintas y hasta a veces contradictorias, pero la principal respuesta esta clara: la mayor-ía prefiere el instituto. Sin embargo todavía algunos siguen aferrándose a la relajación de primaria rene-gando así del nuevo ciclo (en la foto, alumnos de 1º ESO A)

Está claro que para la ma-yoría (algo más del 90%) hay un gran salto de primaria a secundaria. Los motivos de esta afirmación son sólidos y variados, y uno en especial de peso: el bajón que ha asolado sus notas: «antes sacaba sobresalientes y aho-ra notables» dice Antonio Ron González o «un poco peor, aunque ahora en el se-gundo trimestre que ya me he acostumbrado lo llevo mejor» explica Pablo Álvarez Gión. «Las notas han cam-biado a peor, no es que sa-que malas notas, pero las asignaturas son más difíci-les, aunque no he bajado en todas» aclara Fátima García Cabanelas. Alberto, de 1º B

explica «he bajado en todo, pues suelen caer todos los exámenes a la vez, hay deberes y quieren que hagamos los deberes bien, estudiemos y saquemos buena nota y para alguien como yo que todos los días tiene actividades que le ocupan hasta cuatro horas es algo agobiante». La mayor seriedad que se les exige en las clases, el hecho de que se ponga la nota con números y cómo no, lo rigurosos y estrictos que son sus nuevos -y muchos- profesores son también factores de pe-so. Arturo Sánchez Palacio afirma que lo que más le sorprende es «lo exigentes que son los profeso-res». Laura Rodríguez Gutiérrez dice «Hemos pasado de P.A. a notas de verdad, pero yo he ido a me-jor». Irene Pérez Arango apunta «antes sólo había que estudiar para exámenes y ahora, encima que hay más materias hay que estudiar cada día». A Christian Martínez Abad le sorprende «que haya tantas au-las y que haya diferentes profesores para una sola materia», Alicia Barreiro Doutón en esta línea añade «aquí hay muchas más personas de edades muy diferentes, y hay muchos más profesores» o Esther López Castaño: «hay tantos profesores, tanta gente, que al principio no te aclaras».

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Aquellos que apoyan la idea de que es un salto pequeño también tienen sus propias bases para apoyar-los, mantienen que el temario no es distinto de lo que se esperaban, que siempre que se pasa de curso se modifican las notas y que al estar rodeados de sus amigos apenas se nota el cambio: «Me siento a gusto en el instituto por-que mis compañeros son los mejores compañeros que he tenido» asegura Marcos Barragán Freije. Por unanimidad han decidido que les gusta el instituto y que pese a las exigencias en los estu-dios se sienten a gusto. Aseguran que las clases son amenas «me caen mejor los maestros del instituto porque explican mejor que algún otro profesor de primaria» dice Iván Menéndez Ordó-ñez. Valoran la libertad que les proporciona el instituto y disfrutan del nuevo ambiente en el que se en-cuentran. Silvia Suárez López «tengo que madrugar más, pero estamos más libres». Mas pese a todo también sienten una cierta incomodidad por el hecho de haber pasado de ser los más grandes en sexto a los más pequeños en el instituto, afirman que en ocasiones se sienten intimidados por los alumnos de cursos superiores, a algunos incluso les amedrenta su altura, así Paula García Coto señala « al principio de curso todos decían: mira los peques del Insti, ¡y eso fastidia mucho!» Lo que más les asombra a los nuevos ocupantes del instituto son los diversas instalaciones, con una mención especial a nuestra amada cafetería de la cual no se oyen más que alabanzas. Los más estu-diosos se sienten atraídos por la tranquilidad de la biblioteca y los deportistas por el gimnasio y las pis-tas. A los sociables les encanta la variedad de gente con la que se pueden relacionas pero a los tímidos la idea de tantas personas juntas los incomoda. A la mayoría del alumnado nuevo lo que más les moles-ta son los constantes desdobles que deben hacer y por consiguiente los desplazamientos que esto su-pone y también cabe mencionar numerosas quejas sobre la nueva ampliación.

En el campo personal unos pocos nos han confesado los cambios que este curso ha producido en

sus vidas: a algunos les apena perder la cercanía con ciertos amigos, pero a otros estos cambios «so-ciales» les han dado una razón para superarse y ampliar sus expectativas en la vida. Los más graciosos han afirmado que los únicos cambios que se han efectuado en su vida es la salida del acné y la priva-ción de ir a los baños durante las clases (en la foto, los alumnos de 1º ESO B en el aula).

«al principio del curso todos decían: mira los peques del Insti, ! y eso fastidia mucho! »

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¡nos vamos! Impresiones de los alumnos y alumnas de segundo de Bachillerato

al finalizar sus estudios Irene Díaz García Lucía González Arboleya Aída Obeso Riestra Es importante saber la impresión que los alumnos de 1º de ESO tienen de La Ería a su llegada al cen-tro, pero también hemos pensado ¿y nuestros compañeros de 2º de Bachillerato? ¿cómo han vivido es-tos seis años? Con este motivo hemos preparado unas encuestas que hemos pasado a dos de los cinco grupos, 2º A y 2º D, que representan los bachilleratos de humanidades y ciencias respectivamente. Así, hemos podido conocer su opinión, la experiencia de su paso durante seis años por el Instituto. Estos son los resultados . Poniendo nota En primer lugar pedimos a los alumnos y alumnas de 2º de Bachillerato que calificasen numéricamente del 1 al 10 su paso por el centro. La visión general ha sido favorable, pe-ro se han dado algunos casos de alumnos descontentos, o cansados quizá, necesitados de un cambio, siendo la media resultante de 6,8. A la hora de elegir un adjetivo que defina su paso por el centro el 35% de los encuestados ha calificado estos años como una expe-riencia irrepetible. Un 41 % ha optado por otras opciones co-mo bueno, entretenido, nor-mal..y el 24% se ha quedado simplemente con «pasable». El mejor y el peor curso Uno de los mejores recuerdos para gran parte de los estudiantes es el viaje de estudios de 1º de Bachillerato por eso la gran mayoría ha ele-gido éste como el curso del que guardan el me-jor recuerdo, así Raquel González Carabias di-ce «por el viaje a Italia y los compañeros» y Pablo Concejo «por el viaje de estudios y por-que académicamente fue el mejor» . A primero de Bachillerato le siguen en orden de preferen-cia 3º y 4º de ESO, básicamente por la gente conocida y las excursiones. Así, respecto a ter-cero José Carlos Muñiz afirma: «tenía buenos compañeros» y Noemí Busto lo elige «por el viaje a Mallorca» . María Chacón elige 4º de

ESO «por la clase que me tocó y los profeso-res» y también Sara Muñoz :«es un curso entre-tenido, fin de la secundaria, sin mucho estrés». En cuanto al curso peor valorado, en general la mayoría se decanta por 2º de Bachillerato de-bido a la cantidad de trabajo y estudio, además de la presión a la que se ven sometidos los alumnos: «porque es imposible aprobar» señala Antonio Moreno o «me resulta difícil» según En-rique Blanco. Otros compañeros eligen cursos diversos así, Silvia Prendes se decanta por 1º de ESO, «por el cambio de primaria a secunda-ria», Paula Donate elige 2º de ESO porque «fue muy aburrido» y Elena Méndez Martínez 3º de ESO porque «fue un cambio muy brusco».

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Las asignaturas En cuanto a la asignatura preferida a lo largo de estos años, muchas son las elegidas y variadas las razones. Destaca especialmente Educación Física «porque desconecto de las clases» dice Gustavo Díaz Ruiz de la Peña; muchos eligen también Psicología «porque es la asignatura que más me gustó y me ayudó a decidir sobre el futuro de mis estudios» asegura Karina Rojas López. Biología, Inglés, Química, Matemáticas entre otras son también asignaturas preferidas. Marián Valdés Blanco afirma «tengo más de una en realidad. Educación Física porque me divertía, Música porque me encanta escucharla y Lengua porque se me daba bien» Al elegir una materia de la que prescindirían además del aburrimiento hay dos razones bási-cas: o no le ven sentido en su opción como su-cede por ejemplo con la Filosofía a algunos alumnos del Bachillerato de Ciencias de la Sa-lud o bien porque se les da mal. Religión o His-toria son disciplinas que, en opinión de algunos alumnos, estarían en el primer caso. La elección en función de la dificultad es muy variada: Inglés, Matemáticas, Química… Los mejores y peores recuerdos Los mejores recuerdos de los alumnos de 2º de Bachillerato están ligados a las buenas expe-riencias, que han sido muchas: amistades, via-jes... «los viajes a Francia en 4º de ESO y a Ita-lia en 1º de Bachillerato porque pasaron mo-mentos increíbles junto a todos los compañeros y amigos de clase» dice Paula del Valle. Para Iván Cabezas su mejor recuerdo es «el año pa-sado, al final del tercer trimestre, que conseguí aprobar todas a la primera». Tampoco faltan anécdotas, las más sorprendentes son estas: «cuando salí al pasillo y vi un váter tirado», o «el último día del viaje de estudios que marchá-bamos en dos horas y Mario no aparecía por todo el hotel». En el extremo contrario, a la pre-gunta de cuál ha sido tu peor recuerdo las res-puestas son muy variadas, aunque en muchos casos relacionadas con malos resultados en las notas o los exámenes «cuando suspendí en 3º de la ESO una asignatura por primera vez» dice Víctor Rodríguez Larrad. También destaca el primer día en el Instituto o algún incidente «cuando me caí en gimnasia y encima me hice un esguince en un pie» señala Inés Camacho. También hay otros casos particualres, así Ale-jandro Álvarez afirma: «cuando me dejaron sin ir a Francia injustamente». Las cosas que han cambiado A la pregunta de si crees que ha cambiado algo en el IES La Ería desde que empezaste la ma-

yoría la mayoría no ha encontrado cambios sig-nificativos en el centro. Los casos en que la respuesta es sí se refieren en algunos casos a las obras de ampliación y también a la gente, así Georgina Fernández afirma «si, ahora los chavales de los cursos del principio son como nosotros en 4º de la ESO!!, antes éramos más inocentes». En cuanto a si cambiarían algo al-gunos opinan que no, y entre los que sí, hay propuestas muy variadas; algo importante son los recreos, por eso dicen que: «Deberían alar-gar los recreos, porque quince minutos no dan para nada». Olga Fernández es muy concreta: «quitaría el cuélebre de la entrada porque lo hicimos nosotros y ya lleva seis años» .Alguno opina «cambiaría a ciertos profesores...». o «probablemente las riñas del Jefe de Estudios por las mañanas» (por llegar tarde). Precisa-mente, sobre la ampliación que se está hacien-do hay diversidad de opiniones, todas ellas muy dispares: «Muy necesaria», «Ruidosa», «Me da igual, no me toca verla». El futuro En el futuro inmediato la mayoría opinan que estarán en la Universidad, y parte de ellos se decantan por Medicina, otros por Derecho; tam-bién aparecen Psicología, Magisterio o Geolog-ía. También se citan Filosofía, Informática, Tu-rismo o Traducción e Interpretación. Un grupo más reducido prefiere la Formación Profesional, Antonio Moreno lo tiene claro: «Grado Medio de Cocina». Algunos creen que el paso del Instituto a otros estudios será difícil: « Sí, no me veo preparado/a», también por lo brusco o por la fal-ta de compañeros; otros sin embargo creen que no será para tanto porque estarán hacien-do lo que les gusta, porque ya están concien-ciados o porque saben lo que les espera: El pa-so del Instituto a otros estudios o directamente al trabajo, es un cambio importante: «No, he vis-to a otros que han podido, ¿por qué yo no?». Por último les hemos preguntado si dentro de unos años les gustaría mantener contacto con el centro y más del 50% opina que sí, especial-mente por tener un contacto directo con sus an-tiguos compañeros: «estaría bien hacer una reunión de antiguos alumnos». No falta quien tiene una idea clara y rotunda: «no, gracias». Así, ven y opinan dos grupos de alumnos que han estado en el centro, sobre varios temas: anécdotas, asignaturas...., infraestructuras... No son todos los alumnos de segundo, pero nos permiten ver cómo se vive el paso por La Ería durante seis años (en algunos casos menos). ¿Cómo viviremos esta experiencia quienes es-tamos ahora en Primer Ciclo? dentro de cuatro años tendremos la respuesta.

estudian y trabajan Ana María Aparicio Rodríguez Patricia Santamaría Santa Cruz Ya sabemos todos que La Ería es un centro educativo donde los alumnos y alumnas venimos a estudiar y quienes trabajan son las profesoras, los profesores, las conserjes, los encargados de mantenimiento... eso creíamos hasta ahora, porque hemos descubierto que también hay alumnos que trabajan, eso sí, mayores de dieciséis años, así que los podréis encontrar sobre todo en Bachillerato. Este es el caso de cinco compañeros con los que hemos hablado para que nos cuenten su experiencia: Hilario Lantarón, Georgina Fernández y Rafael Herrero de 2º BCH A, Aitor Menéndez de 1º BCH B y Diego García, de 1º BCH D. Ellos nos muestran que los alumnos de la Ería pueden desempeñar todo tipo de trabajos: desde repartidor de pizzas o voluntario en Intermón Oxfam hasta camarero, pasando por profesor de kárate y cronista deportivo respectivamente. Y a pesar de la dificultad de algunos de estos trabajos, ello no su-pone ningún impedimento para continuar con los estudios, sea por unos motivos o por otros (buena or-ganización, demasiado tiempo libre o pura vagancia...). El motivo por el que se suele empezar a trabajar es en general el poderoso caballero don Dinero, que puede pagarte el viaje de estudios (Diego), ayudarte a sacar el carnet de conducir (Hilario) y darte ca-prichos de vez en cuando (Rafael). Los sueldos, como cabría esperar, no son excesivamente altos: nin-guno es mileurista, ni de lejos, y alguno incluso no siempre cobra o depende de la demanda que tengan. No obstante, existen otras «formas de pago» adicionales, como la posibilidad de sacar el título de en-trenador regional de kárate en el caso de Aitor o la satisfacción personal de Georgina en Intermón Ox-fam, como monitora de actividades infantiles y dependienta en la pequeña tienda de comercio justo de la organización. (Foto: de izquierda a derecha Hilario, Aitor, Georgina, Diego y Rafael) .

Pero como en los trabajos de papá y/o mamá todo tiene su lado bueno y su la-do malo, así, está bien cobrar a fin de mes o conocer gente, también como señala Georgina «disfruto con el trabajo y me siento realizada, me da experien-cia para otros trabajos y me suele facili-tar un trabajo remunerado en Navidad y verano y eso es importante para el currículum. Este verano es posible que trabaje en la Expo Zaragoza». Por otra parte hay también a veces una parte negativa, para Hilario «la peligrosidad de ir en moto» además del cansancio, como también apunta Rafael Herrero. No podían faltar las anécdotas y cosas raras, desde robos de comida o acci-dentes (Hilario), hasta hacer repetir a una niña excesivamente competitiva (y

algo tramposa) una actividad seis veces (Georgina). Todas estas cosas les ayudan a ver las cosas des-de otro punto de vista y a cambiar algunos aspectos de tu vida, en general relacionados con la respon-sabilidad, la distribución del tiempo, la forma de actuar, de ser... Así, Hilario comenta «He aprendido el compañerismo y la educación hacia otras personas, así como el trabajo en grupo» y Georgina «he aprendido mucho sobre la situación económica de otros países y he conocido aspectos culturales distin-tos». Nuestros jóvenes trabajadores no pretenden seguir en este empleo toda la vida y tienen en su mayoría aspiraciones universitarias, lo que demuestra que tanto la figura del joven que trabaja para no estudiar, como la del que estudia para no trabajar, son encantadoramente falsas. No sabemos exactamente si son maduros porque trabajan o trabajan porque son maduros, pero en ellos nos sorprende lo cerca que está la respuesta a la pregunta «¿qué quieres ser de mayor?» y el impacto que supone darse cuenta de que el dinero no sale de debajo de las piedras. Así que ya sabéis, ellos pueden.

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Víctor Fanjul Hevia, «olímpico» en Biología En estos días hemos recibido la grata noticia de que nuestro compañero de 2º de Bachillerato Víctor Fanjul Hevia ha sido premiado en la Olimpiada de Biología y representará a España en la convocatoria internacional que tendrá lugar en el mes de julio en la India. Como la buena nueva nos ha «pillado» en los días de cierre de la revista hemos decidido reproducir de forma exacta, y con permiso del propio Víctor, la entrevista que el domingo 20 de abril publicó el diario regional La Nueva España.

El ovetense Víctor Fanjul Hevia tiene madre bióloga, padre médico, abuelos químicos y un bisabuelo, Víctor Hevia, insigne escultor. Cuenta, además, con uno de esos currículos académicos que crean sonrojo en el protagonista de tan plagado de sobresalientes que está. Por eso prefiere no hacer demasiados alardes al respecto. Es-te joven de 18 años y pelo rizado, alumno de 2º de Bachillerato en el Instituto La Ería, en Oviedo, acaba de ser seleccionado para la fase internacional de la Olimpiada de Biología que se celebrará en julio en la India, después de haber logrado el triunfo en la fase na-cional que se celebró en Las Palmas. Pregunta.- Terminará el Bachillerato y se matriculará en la Facultad de Biología. Seguro que no me equivoco. Respuesta.- Pues no. Qué remedio. Desde muy pequeño me gustó la Biología, pero no lo tuve claro hasta ahora. Sabía que haría estu-dios de Ciencias, eso sí. P. - ¿Y después? R. - Supongo que haré Bioquímica o Biotecnología. P.- Con esas notas lo tendría fácil para entrar en Medicina. R.- Ya me lo dicen mis amigos, pero lo siento por mi padre: no ten-go vocación de médico. Es que yo la sangre no la soporto.

P.- ¿Cómo fue la fase nacional de Biología? R.- Eran 180 preguntas tipo test y cuatro ejercicios de práctica de laboratorio. P.- ¿Y cuántas contestó bien? R.- No nos facilitaron el examen. No tuve dudas en unas 150 preguntas, aunque había que tener cuida-do porque las respuestas incorrectas restaban puntos, pero donde hubo una enorme selección fue en el laboratorio. Es que en el Bachillerato se hacen pocas prácticas. Yo lo saqué adelante en parte por intui-ción. De los tres clasificados restantes para la India uno es madrileño y otros dos gallegos. En Galicia el plan de estudios permite más actividad de laboratorio y yo creo que eso influyó. El premio nacional in-cluía 200 euros para mi instituto destinados a material de laboratorio. P.- A ver en qué se lo gastan, ¿eh? R.- Hombre... seguro que en el laboratorio. P.- ¿Cómo se entera de su clasificación nacional? R.- Al final de las pruebas nos reunieron y dieron los nombres de los cuatro alumnos. Oigo mi nombre y pienso: «esto es un sueño, ahora es cuando me caigo de la cama». Llamé al móvil de mi padre, que es así como más tranquilo, pero resulta que me lo cogió mi madre. Pensé que le daba algo. P.- Vuelve de Canarias y seguro que hubo recibimiento por todo lo alto en La Ería. R.- Los compañeros comenzaron a aplaudirme cuando aún estaba por el pasillo. Fue un poco cortante porque yo soy más bien tímido y esas cosas... La verdad es que los tres asturianos que participamos en la fase nacional no esperábamos clasificarnos. Fue una gran experiencia, y con que me lo pase en la India la mitad de bien que en Canarias ya me doy por contento. P.- ¿Tiene idea de cómo será el «examen» de la fase internacional? R.- He visto algo por internet de años anteriores y es como para echar a correr. Dificilísimo. El problema es que no hay forma de preparar unas pruebas así. P.- ¿Cuál es el secreto de tanta nota sobresaliente? R.- No soy ningún empollón ni estudio todo el rato. Es más, soy muy vago, pero tengo claro que cuando hay que trabajar, se trabaja. P.- Los estudios le dejan tiempo para... R.- No salgo mucho. Voy a nadar a la piscina y me encanta esquiar... cuando hay nieve. P.- Algo le costará más trabajo. R.- La Historia, por ejemplo. Me cuesta más, es cierto, pero por eso tengo que hacer un mayor esfuerzo, pero no me quejo de mis notas de Historia. P.- ¿Quién es su profesor de Biología? R.- Es una profesora. Se llama María Luisa Otero.

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viaje a Duomolandia crónica del viaje de estudios Italia 2008

Álvaro Pérez Narciandi Lloros. Cuídate. Llámame. Abrígate. Etcétera, etcétera… Arranca el autobús, da la vuelta a la esquina y se secan los rostros y, como champiñones en otoño, brotan risas y chanzas, música en los asientos de atrás, un tute en los delanteros. Con esta recién adquirida energía salimos y, como jóvenes dinámicos que somos, antes de llegar a la tierra de los sobaos y las quesadas ya nos morimos por un baño y un paseo. Recargamos las pilas y di-rectos a Francia (o eso nos dijeron, que a partir de Irún no quedaba títere con cabeza). Eso sí, a la hora del desayuno un croissant y café au lait como está mandado. De vuelta en nuestra lata de sardinas rodante hacemos un par de escalas. Comida a escoger: crèpes o hamburguesas. Algo después, visita relámpago a Mónaco y por fin llegamos al hotel, donde encontra-mos nuestras añoradas camas y duchas. Muy acogedor, pero parece ser que es habitado por un polter-geist: por la noches escuchamos ruidos, carreras, pican a la puerta y no hay nadie, ronquidos espeluz-nantes… Llegamos a Pisa y deambulamos un poco por la zona. El máximo exponente del románico italiano se merece, como mínimo, una foto, una pizza y un paseíllo. Camino a Roma paramos en Orvieto. Subida en funicular, una vez arriba vemos las preciosas vistas y, ¿cómo no?, las visitas culturales de rigor: su-permercado y, si sobra tiempo, una ojeada a la catedral. Al caer la noche de la tercera jornada establecemos nuestro campamento base en los alrededores de Roma. Curiosamente el poltergeist nos acompaña desde la Riviera (nos habrá cogido cariño) y persiste en su empeño de perturbar nuestro descanso.

Ya con las primeras luces de la mañana nos despertamos to-dos, en perfecta sin-cronización, como si de un único zombi se tratase. Tras un buen par de cafés empiezan a apreciarse los prime-ros signos de vida (se ve que el poltergeist está haciendo estragos entre nuestras filas). Antes de darme cuenta ya estamos en Roma. El día transcurre en el centro de la ciudad: los foros, el Panteón, la Fontana de Trevi, igle-sias, iglesias y más iglesias (muy bonitas, todo hay que decirlo),

Coliseo, plazas, estatuas y más iglesias. Vista tan nocturna, motorizada y furtiva del Vaticano.

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El día siguiente está planeado de forma similar, aunque se nos pasó un poco por agua. Las colas del Vaticano nos dan una idea de por qué la llaman la «Ciudad Eterna». Tras un pequeño desliz organizati-vo visitamos la Basílica y volvemos al hotel a por un par de toneladas de toallas. Por la tarde el grupo se divide en dos. Por un lado, hay gente que decide hacer cuarentena para evitar riesgos. Por el otro, un grupo de valientes nos aventuramos en lo que resultó una memorable tarde pasada por agua. Un día más madrugando y otra mañana en la carretera. Más duomos y catedrales en Perugia y Siena. Es especialmente remarcable la plaza del Campo, los suelos de la catedral y los helados de Siena. Nuevo traslado de base a Montecatini (poltergeist incluido, aunque va perdiendo fuelle). De nuevo, a quemar suela, esta vez en Florencia, siempre a la caza de un buen capuccino. Obras de arte para dar y tomar, palazzo tras palazzo acabamos por los suelos, reunión en la Piazza Della Signoria y a nuestro hotel (que, por cierto, teníamos tomado).

Otra mañana y rutina habitual: nos enlatamos y carretera. Pa-samos por Ferrara y Padua. Ferrara, la ciudad de las bicis y Padua, con santo incorporado. Penúltima mudanza: Venecia. El hotel no está nada mal, al lado de la playa (aunque nadie se enterase). Venecia acaba ya de deslumbrarnos a todos. Calle-jeamos, montamos en vaporetto, góndola arriba y góndola aba-

jo, asistimos en la Plaza de San Marcos a cómo las palomas comen niños y fotos, muchas fotos. En el día siguiente hacemos la que será la última escala importante en Italia: Verona, notable por su an-fiteatro, las fotos (impúdicas) con Julieta y su McDonalds. Último capuccino y última noche italiana, con cena de despedida incluida y por la mañana cambio cualitativo en nuestra calidad de vida: ¡se nos per-mite dormir hasta las nueve! Y ya, para terminar, día y medio de viaje, con un último sobao pasiego de madrugada.

Las colas del Vaticano nos dan una idea de por qué la llaman la Ciudad Eterna

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estudiantes y deportistas Javier Prieto Prieto

Son muchos los alumnos y alumnas del IES La Ería que practican deportes por todos conocidos y en-trenan varias veces a la semana en equipos locales de fútbol, baloncesto, balonmano, etc. Pero con es-te artículo, queremos acercar al común de los mortales de La Ería otras competiciones deportivas tam-bién presentes en la vida de muchos alumnos del centro. Puede que no sean tan reconocidos popular-mente, pero lo cierto es que han conseguido triunfos particulares en estas actividades que realizan. Es-tos son solo algunos ejemplos, pero seguro que las aulas están a rebosar de más deportistas con sus anécdotas personales.

Carlos García-Mancebo es alumno de 1º B de Bachillerato y a sus dieciséis años ya ha cosechado bas-tantes éxitos en su trayectoria como jugador de golf, deporte que practica desde los diez por influencia de unos amigos y en el que lleva compitiendo profesionalmente cinco años. Actualmente ya tiene en su haber un Campeonato de Asturias, un subcampeonato y el Campeonato de España por regiones en ca-tegoría Infantil. Más adelante él y su equipo se alzaron con el Campeonato por Clubes. El último torneo en el que ha participado es el Campeonato de España Junior. Carlos entrena tres días por semana (de una a dos horas) más sábados y domingos (entre cuatro y cin-co horas). Para él la peor parte del entrenamiento y de la práctica del deporte en general es el trabajo físico que ha de hacer en solitario en el gimnasio, mientras que la parte técnica la lleva mejor. Se con-fiesa admirador de Tiger Woods por su mentalidad y fortaleza física, cualidades que, según él, te aporta la práctica del golf. Otros deportes que le gustan son el tenis y el fútbol, a los que jugaba de pequeño (en la foto, de izquierda a derecha Iván, Carlos y Aitor).

Aitor Menéndez Herrero también es alumno de 1º B de Bachillerato y practica el kárate en su tiempo li-bre, deporte en el que lle-va compitiendo diez años de los diecisiete que tiene. Entró en ese mundo gra-cias a sus padres, quienes le apuntaron a un cursillo a la corta edad de tres años. A estas alturas ya ha lo-grado tres Campeonatos de Asturias, dos subcam-peonatos, un campeonato de promoción regional y el campeonato del Centro Asturiano. El último en el que ha participado ha sido el de España en categoría Cadete.

Con un entrenamiento que

combina aspectos técnicos y circuitos de pesas y que le ocupa tres horas a la semana (entre cuatro y cinco si hay un campeonato cerca) no le resulta especialmente difícil compaginar deporte y estudios, salvo raras ocasiones en que se junte una salida para competir con un examen. Para Aitor el trabajo físico es también la peor parte del deporte, si bien no nos sorprende nada saber que la mejor experien-cia la obtiene cuando gana. César Castaño, asturiano campeón del mundo de kárate, es su ídolo y aspi-ra a conseguir tantos títulos como él.

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Recomienda la práctica de este deporte por varias razones, aunque reconoce que lo principal es la me-jora física que se obtiene y con la que puedes alcanzar una superior calidad de vida. Además del kárate, del que como hemos visto es además profesor en el Colegio de la Ería, le gusta practicar la natación.

Iván Cabezas es alumno de 2º de Bachillerato A y en su tiempo libre practica la equitación y la nata-ción, aunque solo en esta última ha competido y ha ganado la friolera de diez torneos en distintos luga-res como Oviedo o Madrid y en distintos años de los cinco que lleva nadando. Solo entrenando una hora al día de lunes a viernes en las instalaciones deportivas El Cristo ha conseguido estos méritos, pe-leados a veces con los estudios, aunque, según afirma él, uno se acostumbra a compaginarlo.

Admira especialmente como deportista a Fernando Alonso por los triunfos conseguidos, su tenaci-dad y su sangre fría y reconoce que lo que más le gusta de la práctica del deporte es el reconocimiento del esfuerzo (aunque este conlleve acabar agotado). Invita a todo el mundo a nadar porque es un de-porte que no tiene contraindicaciones médicas y ejercita todos los músculos del cuerpo al mismo tiempo que la resistencia.

Todos ellos opinan que la práctica de un deporte, no importa cuál, aporta mucho a la vida de un jo-ven, en parte porque mejora tu condición física (algo que nunca está de más en nuestra sociedad so-brealimentada) y también porque ayuda a desarrollar las habilidades sociales del individuo al abrirse a un grupo y fomentar el trabajo en equipo.

La lucha por la liga Javier Prieto Prieto Lo lamento por los fieles seguidores de deportes minoritarios, pero las siguientes líneas serán un monó-logo sobre fútbol y, más concretamente, sobre la rivalidad Madrid-Barça que ha despertado un particular interés en esta temporada 2007-2008, si bien ésta ya viene de mucho atrás. La liga es un asunto que nos proporciona algo sobre lo que hablar en los bares y durante las comidas, mueve ingentes cantida-des de dinero y mantiene en vilo a miles de hinchas de ambas escuadras todos los fines de semana.

Los merengues despegaron con fuerza mientras que los de Rijkaard parecían dormidos y sin chispa como ya habían acabado la temporada anterior. Todo estaba a favor del Madrid antes de las Navidades cuando ganaron al Barcelona a domicilio por 0-1 gracias al solitario gol del brasileño Baptista.

Sin embargo, como ya sabrán quienes hayan seguido la trayectoria de Bernd Schuster, las segun-das vueltas de los equipos en cuyos bancos se sienta no suelen ser ni de lejos tan brillantes como las primeras; esto avivaba la tensión y daba una posibilidad al Barça de luchar por la liga, algo que llevaba haciendo varios meses con una sola constante: irregularidad.

Tras acabar los madridistas el año 2007 con nueve puntos de colchón en su renta particular, la dis-tancia entre ambos equipos se convirtió en algo sumamente elástico, llegando a situarse su eterno rival a tan solo dos puntos del líder. Por otra parte, y dada la falta de constancia de ambos equipos, un terce-ro en discordia aparecía en la lucha por el título llegando a situarse segundo en la clasificación. El Villa-rreal de Pelegrini ansía revivir en sus carnes algo similar a la gran temporada que disfrutó hace dos años cuando llegaron a seminifales de la Liga de Campeones.

Pero a falta de tres jornadas para el final el Madrid dió un definitivo golpe sobre la mesa triunfando en el Reyno de Navarra por 1-2 con una épica remontada de por medio que tuvo como artífice a un fut-bolista docto en este tipo de situaciones: Higuaín. Si bien la distancia con el Villarreal ya se había hecho muy grande y la diferencia de puntos era insalvable para el Barça, no fue hasta el domingo 4 de mayo cuando el Madrid pudo darse por ganador matemático del título.

Y en Barcelona mientras tanto es posible que rueden cabezas al final de temporada por la mala campaña que ha firmado el equipo al no conseguir alzarse con ningún título y poner en peligro el pase a Champions del año que viene al haberse metido el Villarreal de por medio. Jugarse un año entero en Manchester fue una mala jugada por parte de Rijkaard y algo que seguramente le pasará factura al término del mismo.

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Oviedo doce siglos Cristina Mateo Martínez Magda Rodríguez Dehli En 2008 se cumplen varios centenarios que afectan a la historia de la ciudad de Oviedo: el centenario de la batalla de Roncesvalles en la que Bernardo del Carpio, sobrino del rey Alfonso II, venció a Roldán, sobrino de Carlomagno, enfrentamiento que señala simbólicamente el inicio de las relaciones que a lo largo de los siglos mantendrán España y Francia. Se conmemoran también doce siglos de la dona-ción de la Cruz de los Ángeles a la Catedral de San Salvador; once siglos de la donación de la Cruz de la Victoria. Así mismo, diez si-glos después de Roncesvalles, en 1808, las tropas napoleónicas in-vadieron España y en Oviedo se escribió una página importante en los inicios de la Guerra de la Independencia. Dos siglos antes, en 1608, comenzaba su actividad la Universidad de Oviedo, herencia del Gran Inquisidor Valdés Salas, institución que facilitará el enri-quecimiento de la ciudad de Oviedo, que de su origen histórico vin-culado al propio nacimiento de la historia de España se irá transfor-mando también en una de las ciudades de referencia de la cultura española. 2008 es así para Oviedo un año de efemérides que or-ganizadas por distintas instituciones llevan celebrándose desde el comienzo del año -y continuarán hasta el fin del mismo- mediante la realización de actos tan diversos como edición de libros, conferencias, actos deportivos, conciertos, exposiciones o congresos.

Bernardo del Carpio ¿héroe o leyenda? Bernardo del Carpio fue un personaje legendario de la Edad Media española, hijo extramatrimonial, según las principales versiones, de una infanta y hermana del rey asturiano Alfonso II de nombre Xime-na, y del conde de Saldaña. Protagonista de una larga serie de romances, su historia consiste princi-palmente en lograr del rey Alfonso el Casto que libere a su padre, encarcelado a causa de haber des-honrado a la infanta. Para ello el héroe, a semejanza de otro Hércules, ha de resolver las distintas tare-as guerreras que le encomienda el monarca. A Bernardo del Carpio se le atribuyen numerosas hazañas, entre ellas la derrota de los franceses en Roncesvalles y el haber matado a Roldán. Miguel de Cervan-tes tuvo entre sus proyectos no llegados a consumarse una novela histórica sobre el héroe. En el con-texto de las conmemoraciones Oviedo Doce Siglos, se celebró un congreso, del 4 al 6 de febrero donde se debatieron la existencia del personaje, la fecha de la batalla de Roncesvalles y la influencia de del Carpio en la literatura posterior. En el congreso se presentó el libro «Bernardo del Carpio y la batalla de Roncesvalles», cuyo autor es Vicente José González García.

La Universidad La Universidad de Oviedo fue inaugurada el 21 de septiembre de 1608 según voluntad, expresada en testamento, del arzobispo Fernando Valdés Salas, Inquisidor general de las Españas, y fallecido cua-renta años antes. Este religioso había desempeñado los cargos de Presidente del Consejo de Castilla, Arzobispo de Sevilla e Inquisidor General durante los reinados de Carlos III y Felipe II. Más de ochenta actos ha programado la Universidad para celebrar este cuarto centenario. Así, la exposición «Tradición de futuro. La historia de la Universidad de Oviedo», conferencias a cargo de investigadores o escrito-res, ciclos de conciertos como «Música en el campus» o «Noches del centenario», actos deportivos ex-posiciones y ediciones de libros como el facsímil de los «Estatutos Viejos».

La Guerra de la Independencia El nueve de mayo de 1808, desde el balcón de correos en la ciudad de Oviedo, el cartero leyó la co-rrespondencia en la que se narraban los detalles de los sucesos del Dos de Mayo de 1808 en Madrid. Es necesario recordar que en esta simbólica fecha de Dos de Mayo, el pueblo de Madrid, acaudillado por Daoíz y Velarde, se rebela contra el invasor francés. Si bien es verdad que esta rebelión no triunfa

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en principio, va a suponer uno de los principales focos de los que surja la resistencia popular contra Francia. En Asturias prendió con fuerza la rebelión: muchos asturianos habían muerto en Madrid y el pueblo se exaltaba ante la lectura de la correspondencia que detallaba los crímenes. Después de la lectura del correo, con los ovetenses ya enfurecidos, los magistrados y el Comandante Provincial pretendieron publicar el bando de Murat. Frente a la fuente de Cimadevilla, el pueblo estalló en gritos: « ¡Que no se publique! » A partir de aquí, otras personas se sumaron a la indignación: « ¡A las armas! ». Los sublevados comenzaron a tirarles piedras a los magistrados que retrocedieron y se refu-giaron en la Audiencia. Cada vez más gente se arremolinaba en la puerta de la Audiencia. Trajeron las armas procedentes del asalto a la fábrica de armas y tomaron la audiencia entre vivas a la religión y al Rey. Comandados por el Procurador General y otras personalidades el bando se quemó en el actual parque. Ese día el pueblo y algunos diputados reunidos deciden no reconocer más Rey que a Fer-nando VII y confiarse a la Junta, en lugar de a la Audiencia. El 25 de mayo se produjo la creación de una Junta que enviaría emisarios a Inglaterra para firmar la paz en nombre de España y buscar una alianza, consiguiendo así suministros y armas, además de medios para repatriar a tropas desplazadas por toda Europa.

El Ayuntamiento de Oviedo celebró el 9 de mayo el Bicentenario del levantamiento popular de los ove-tenses contra los franceses. El veinticinco de mayo, fecha más importante la conmemoración institucio-nal del Bicentenario de la asunción, en la Sala Capitular de la Catedral de Oviedo, por parte de la Su-prema Junta de Gobierno de «todas las atribuciones de la Soberanía que ejercerá en nombre de Fer-nando VII», «considerándose Asturias sin Gobierno y en orfandad, por el rapto alevoso de su Monarca Fernando VII y de toda su dinastía, llevado a la fuerza a los dominios de su opresor». Además también se ha organizado una exposición con el nombre «Oviedo Doce Siglos», cuyos esce-narios son el Café Español y la Plaza del Pescado y que se extiende de mayo a septiembre.

Asturias 2008 en el IES La Ería

El IES La Ería está ce-lebrando estos aconte-cimientos con el pro-grama de actividades «Asturias 2008» orga-nizadas por la profeso-ra Marilde García, del Departamento de Geografía e Historia. Además de varias con-ferencias hasta finales de 2008 se incluye una exposición (en la imagen) con el siguien-te formato: cuatro car-teles que reproducen las siguientes imáge-nes: Cruz de los Ánge-les; Cruz de la Victoria, Edificio histórico de la Universidad: exterior y patio con escultura de

Valdés Salas y Sala Capitular de la Catedral y reproducción de las páginas 1 y 3 de la Credencial apro-bada por la Junta General del Principado para ser representada ante el Rey de Gran Bretaña. Se inclu-yen también cuatro banderolas con textos explicativos de las imágenes, y que por tanto se refieren a de cada una de las efemérides que se conmemoran.

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2008 Elecciones generales 2008 Javier Prieto Prieto

Irene Matas de Íscar

El pasado domingo 9 de marzo España encaró las elecciones generales que darían paso a la novena legislatura de la historia de la democra-cia desde que se retomó el modelo político de Monarquía Constitucional mediante la Transi-ción. Una jornada llena de interés en torno a la que se articulan tanto la campaña antes como la investidura del nuevo presidente después. Lo siguiente es un modesto resumen de cuanto ha acontecido en los últimos meses.

Arranca la campaña

La campaña electoral arrancó oficialmente la medianoche del día 21 de febrero con la tradi-cional pegada de carteles en las calles por parte de las formaciones políticas. No obstante esto sólo es ya un acto simbólico, pues todos los partidos habían comenzado ya semanas antes una dura precampaña plagada de anécdotas, promesas y noticias. Quizá las más sonadas fueran las relativas a la economía, dada la crisis desatada en los últimos meses. Así, el candida-to socialista prometía la devolución de 400€ de la declaración de la renta a todo el mundo, mientras que Rajoy proponía elevar el umbral para realizar tal declaración de los 8 000 a los 16 000 euros anuales.

Los debates Sin duda los debates que hemos presenciado en las dos últimas semanas de campaña han supuesto un acontecimiento singular dentro de nuestra vida política ordinaria. Aunque ya se había sentado precedente con los dos debates celebrados entre José María Aznar y Felipe González cuando este último era todavía Presi-dente del Gobierno, estos tuvieron lugar en el año 1993, y estaban demasiado lejanos en la memoria colectiva. Desde aquí no podemos si no manifestar nuestra más profunda satisfac-ción al comprobar que se ha retomado esta cos-tumbre poco usual en España y que tanta canti-dad de telespectadores y radioyentes de todas partes de Europa han seguido con amplio in-terés. Los cinco grandes temas de los debates fueron los que siguen: Economía y empleo: Rajoy colocó sobre la me-sa los datos de la crisis económica que ha azo-tado al mundo los últimos meses, mientras que Zapatero hizo un balance en positivo de sus

cuatro años de gobierno. Un baile de cifras en que ambos usaban los números con marcada parcialidad. En cuanto a las Políticas sociales, el debate en torno a la reciente Ley de Depen-dencia aprobada por el Gobierno y la polémica suscitada por la asignatura de Educación para la ciudadanía centraron la atención de los dos políticos durante este tramo. En Política Exterior y Seguridad el debate pa-recía concebido casi como un espacio publicita-rio para ETA y Al Qaeda, pero también hubo tiempo para rememorar la actuación en Irak. Más reproches del pasado que otra cosa. Por lo que se refiere a la Política Institucional la nueva redacción del Estatuto de Cataluña que tanta polémica había levantado ya en su tiempo se instaló casi como única inquilina de este sec-tor de la noche, si bien estuvo acompañada por su contraejemplo andaluz. La única sección del debate en la que se habló algo de los cuatro años que se planteaban por delante (más en el segundo que en el primero) fue en la de Retos de Futuro. Zapatero apostó por la innovación y Rajoy usó ya en su conclu-sión la metáfora de la niña que tanta cola trajo. Y tras el diálogo cabía analizar quién era el vencedor y quién el vencido (términos poco convenientes para lo que se supone que era una invitación al entendimiento que no existió durante la legislatura). Las nueve encuestas que se hicieron en las 24 horas posteriores al debate, dieron la victoria a Rodríguez Zapatero, con una diferencia que osciló entre 1,1 y 15,9 puntos porcentuales. La media de las 9 encues-tas daba una ventaja en el debate de 8,3 puntos a favor del candidato socialista. Estos fueron los resultados según los principales estudios: Cuatro: Un 45,4% de los encuestados consideró que el más convincente fue Zapatero y un 33,4% consideró que Rajoy estuvo mejor. La Sexta: Zapatero salió vencedor por un 45,7% frente al 30,1% para Rajoy. Antena 3: Un resultado muy parecido: 45,4% para Zapatero y un 39,3% para Rajoy. Telemadrid: Victoria para Zapatero por 1,1 pun-tos: 43,8 frente a los 42,7 de Rajoy. Telecinco: Gana también el candidato del Parti-do Socialista por 15,9 puntos porcentuales. 50,5% para Zapatero, por 34,6% para Rajoy. El País: El 46% de los ciudadanos creyó que Zapatero se impuso a su rival . Quienes opina-ron lo contrario constituyeron un 42%.

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El Mundo: da por ganador a Zapatero un 45,5 %, el 42% consideró que Rajoy fue superior. La Vanguardia, Zapatero estuvo mejor en el de-bate para el 45% de los entrevistados, frente al 33% que se decantaban por Rajoy.

Javier Bardem y la niña de Rajoy Aunque a veces cueste creerlo, nuestros políti-cos no solo se enzarzan en batallas dialécticas movidos por sus feroces ansias de poder, sino que en ocasiones también se dejan llevar por el sentido del humor o los sueños de futuro. Y esto fue lo que ocurrió en el primer debate en que Rajoy y Zapatero se vieron las caras. El Follonero, colaborador habitual de Buena-fuente, propuso a ambos candidatos en su pro-grama «Salvados por la campaña», que quien primero dijera el nombre de Javier Bardem du-rante el transcurso del debate se llevaría su vo-to. Y a pesar de que Rajoy fue el primero en in-tervenir y las tenía todas consigo, fue Zapatero quien, después de bastante tiempo, lo mencionó de pasada mientras hablaba del compromiso de su ejecutivo con la cultura española. Un voto más para él y una anécdota más para los humo-ristas de la televisión. Por otra parte, Rajoy habló durante su conclu-sión de una niña cuya historia subió como la espuma en todos los medios de comunicación. En ésta ejemplificaba la vida de una hipotética niña que nacería en España en este año y, utili-zando su vida como hilo conductor, enumeró todas las oportunidades a las que podría acce-der gracias a la gestión de su Gobierno si él fue-ra elegido. Al final descubrimos que ésta era una metáfora que también había sido utilizada en la campaña de otros líderes políticos en Cen-troamérica. La cuestión es que la niña de Rajoy se hizo famosa sin existir ni siquiera y estuvo en boca de todos durante un buen tiempo.

Pero el terrorismo tuvo que aparecer

Pero, a falta de un día para la jornada de re-flexión y con todas las formaciones políticas re-cogiendo los bártulos de sus mítines, ETA volvió a pronunciarse de la única forma que sabe: ma-tando. Matando por la espalda, matando como cobardes, matando cuando más daño hace y firmando con sangre un voto por la discordia que nunca echarán en las urnas. Porque ETA no sabe de urnas, ni de votos, ni de democra-cias. ETA solo sabe de muerte, de ira y sangre. Sin embargo se vio frustrada, ya que con la muerte de otro inocente solo ha conseguido alimentar la condena y la repulsa por parte de

quienes seguimos las reglas del juego democrá-tico demostradas en forma de masiva participa-ción dos días después. Lo único que han con-seguido es el dolor de una familia; y eso se es-capa del plano político.

Los sondeos La clara ventaja que la izquierda había cose-chado en las anteriores elecciones del 14 de marzo de 2004 continuaba siendo patente, pero se había reducido notablemente. De todos mo-dos, y como corresponde a los líderes, ni Zapa-tero ni Rajoy se veían como perdedores. Está claro que, según cómo miremos los números, todos pueden ganar. En cualquier caso, los da-tos objetivos que ofrecían los principales estu-dios estadísticos a falta de pocos días para la cita con las urnas daban una participación de más de 35 millones de españoles. Un 1,45% más que en 2004 podían votar ese domingo por el aumento de electores censados.

El escrutinio

Fue una noche intensa la del 14-M, tanto para los que la vivimos pegados al televisor como pa-ra los que estaban en Ferraz y en Génova sal-tando y gritando. Una noche que solo se puede vivir cada cuatro años (como las Olimpiadas) para que apreciemos más lo especial que es. Los números subieron y bajaron mil y una veces a lo largo del proceso de escrutinio del mismo modo que la esperanza o la tristeza de cada cual en que su opción política obtuviera una mayoría suficiente. Al final el resultado en com-paración con la anterior configuración de las cortes es el que se refleja en el gráfico de la página siguiente Elecciones 2008. La conclusión más imparcial y sobria que se desprende de estos resultados es que la política española se ha bipolarizado en dos bandos perdiendo votos los partidos minoritarios como IU y otros de componente nacionalista como ERC.

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El tsunami bipartidista

También trajeron bastante cola las declaracio-nes de Gaspar Llamazares en la sede principal de Izquierda Unida tras comprobar los nefastos resultados electorales para su partido. Según él, habíamos asistido a un «tsunami bipartidista» (expresión que repitió varias veces durante su discurso) que había crecido a costa de las for-maciones minoritarias perjudicados por la Ley de Partidos y por el sistema de circunscripcio-nes. Tras todo ello anunció su dimisión asu-miendo toda la culpa por la gestión que había llevado a su partido a perder tantos escaños en el Congreso.

La marcha de este líder político deja un vacío de poder en la principal alternativa de la izquier-da que probablemente se vea engullida en poco tiempo por el poderoso avance de este mare-moto que es el modelo americano (salvando las diferencias con el nuestro).

La investidura Segunda vez en la historia de la democracia que tardan dos sesiones los Diputados en elegir al nuevo presidente del Gobierno. Primera vez en la historia de la democracia que esto ocurre sin incidentes. La ocasión anterior tuvo lugar un 23 de febrero de 1981 que probablemente mu-chos tendrán grabado en su memoria. El coro-nel Antonio Tejero irrumpió en el Congreso ar-ma en mano y escuadrón a la espalda con la in-tención de dar un golpe de estado, mientras se procedía a la segunda vuelta para elegir a Calvo Sotelo como presidente. Por fortuna, este vier-nes 11 de abril de 2008 no ocurrió nada ni de lejos parecido con aquello. Las votaciones tuvie-ron lugar con absoluta normalidad y a sabien-das de que José Luis Rodríguez Zapatero iba a ser reelegido Presidente del Gobierno. No obs-tante, preocupa al PSOE el haber tenido que esperar a una segunda vuelta para tomar esta decisión, ya que esto puede ser síntoma de un escaso apoyo en el futuro por parte de las for-

maciones nacionalistas. Asimismo, y precedien-do a la sesión de investidura (doble esta vez) tuvieron lugar los discursos pertinentes por par-te de los candidatos ante el Congreso de los Di-putados. Parecía (aunque puede que solo fuera un espejismo) que la crispación bajaba unos cuantos tonos y los candidatos de los partidos mayoritarios se tendían la mano mutuamente (no al cuello en esta ocasión) y se compromet-ían a colaborar. No obstante, Rajoy mantuvo firme su postura y planteó algún que otro pero a su oponente político, actuación comprensible y necesaria tratándose del principal partido de la oposición. Habrá que ver si esto continúa o es solo pasajero.

El nuevo gobierno Y tras el proceso de investidura lo único que le restaba a José Luis Rodríguez Zapatero para normalizar la situación política después de un proceso electoral era la conformación de un nuevo Gobierno a través del nombramiento de ministros y la modificación de las competencias de los ministerios. Todas las acciones que han llamado la atención de los medios responden a la misma causa: mujeres. La integración de la mujer en la vida política es considerada síntoma inequívoco de la integración de la mujer en la vida laboral común. Por ello se ve como muy positivo romper tabúes que ya se deberían haber deshecho hace años, tales como nombrar a Carme Chacón (joven y embarazada) como Ministra de Defensa y ver como cientos de sol-dados se ponen firmes a sus órdenes el día de su toma de posesión. Otra decisión tomada en esta línea ha sido la creación del Ministerio de Igualdad, sobre el que planea la incertidumbre de si estará única y ex-clusivamente dedicado a velar por el cumpli-mento de la paridad en las empresas y por la erradicación del sexismo en la sociedad espa-ñola, o si sus funciones abarcarán también el complicado proceso de integración de otros co-lectivos minoritarios tradicionalmente margina-dos como la población inmigrante o las perso-nas homosexuales. Un último dato (posiblemen-te casual y anecdótico) que refleja la buena sa-lud de tolerancia existente en nuestras institu-ciones públicas es conocer que en este Gobier-no hay más mujeres que hombres sin necesidad de aplicar ningún tipo de discriminación positiva. Algo fantástico a priori pero que no debe provo-car demasiada euforia, sino pasar a ser visto como algo común a los pocos segundos y que la noticia sea que no hay noticia.

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La librería El mundo del libro en tres entrevistas

Magda Rodríguez Dehli Pepe Monteserín

Pepe Monteserín Corrales es un escritor de gran prestigio. Comenzó su carrera literaria hace apenas una década, pero no por eso ha sido menos destacable: libros de viajes, cuentos infantiles y obras de teatro. Así mis-mo ha recibido multitud de premios y galardones (Premio Nacional de Novela Francisco Ayala, Premio de Cultura del Instituto de Migración y Servicios Sociales, Premio Internacional Emilio Alarcos Llorach, Premio de la Crítica de Asturias de Literatura Juvenil…). Es colaborador habitual de La Nueva España, donde ha publicado más de mil artículos. Entre sus libros están «La lavandera», «Se detuvo el mundo», «Azúcar», «Caballos de cartón», «La mano entera», «Matómelo Dumas», «La conferencia», «Mañana perdí los nervios», etc. ¿Qué te sugiere la palabra «libro»? A mis diecinueve años, en mi paso por Madrid, cuando estudiaba la carre-ra en Canarias, me preguntaron para la tele qué haría si me tocara la lo-tería, y no se me ocurrió otra cosa que decir: «¡Compraría libros!». Los libros son guías turísticas para no perderse en la vida real ni en la imagi-naria, o para perderse y saber regresar. La gente que no lee corre más

riesgos de que la engañen y, en el mejor de los casos, pierde oportunidades de ser menos tonta. ¿Cuándo supiste que la literatura iba a cambiar tu vida? Cuando tomé la decisión de dejar mi trabajo anterior; y lo hice porque había descubierto la mejor de mis virtudes: la capacidad de transformar y expresar por escrito las cosas que me impresionan y que para muchos pasan inadvertidas. Es lo que mejor sé hacer, en lo que me siento más competente y satisfe-cho; pero no es lo que más me gusta: preferiría ser un buen cantautor. ¿Alguna anécdota que recuerdes de tu época de insti tuto relacionada con la literatura? Cuando yo tenía diez años, en el salón de estudio del colegio, de vez en cuando habrían una ventanilla para vender «material escolar» y yo enseguida hacía cola para comprar un bloc cuadriculado y gordo; me entusiasmaba hojear sus páginas en blanco, como esas zonas en blanco de los mapas antiguos, que representaban territorios desconocidos; sabía que sus páginas contenían una aventura maravillosa, sólo había que tirarse allá y escribir. Y siempre comenzaba con la descripción de una cabaña de made-ra y un río. ¿Qué opinas sobre la «literatura para adolescentes» ? No me gustan esas distinciones; creo en la buena o mala literatura. Un buen relato o una buena novela para niños es aquella que «también pueden leer los niños». No concibo una obra literaria que sea de gran calidad para niños y de baja calidad para adultos. Otra cosa es que algunas obras sean más com-plejas que otras y necesiten a lectores iniciados. Un lápiz. Una hoja en blanco. ¿Cómo se cazan las id eas geniales cuando la inspiración se va de vacaciones? Es conveniente que la inspiración se vaya de vacaciones alguna vez, es como dejar en barbecho el campo de nuestra creatividad, para que no se agote y descanse. La inspiración no es imprescindible en todo momento; una chispa de genialidad puede ser suficiente para desarrollar la idea durante mucho tiempo, y para eso se requiere oficio, trabajo y entusiasmo. Pero, si me pides un truco para salir de la sequía, yo suelo acercarme a las obras de arte: un cuadro, una canción, un poema... La inspiración de otros también es contagiosa. Tres libros que recomendarías para chicos de 11 a 1 8 años No sé si desde los once, pero desde los trece: Peter Pan, de James Matthew Barrie (no las versiones cursis de Walt Disney); Moby Dick, de Herman Melville; Robinson Crusoe, de Daniel Defoe; El viejo y el mar, de Ernest Hemingway…

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Juan José Lage Juan José Lage Fernández es una importante figura en el mundo de la crítica literaria. Maestro en el Colegio Público La Ería, lleva un programa de literatura infantil y juvenil en la cadena SER y es director de la revista «Platero», gratuita, que llega todos los meses a los centros educativos de Asturias desde hace veintiocho años. «Platero» ha sido galardonada con el Premio Nacional de Fomento a la Lectura

2007 del Ministerio de Cultura. Juan José Lage también es autor del libro «Animar a leer desde la biblioteca» ¿Qué te sugiere la palabra «libro»? Pues muchas cosas. Me lleva a su vez a otras pala-bras, a recuerdos imborrables, físicos y psíquicos. Por ejemplo: fantasía, imaginación, aprendizaje, autoestima, placer, libertad, entretenimiento, soledad, paz, viaje vir-tual….Y también, a tardes de lluvia, un rincón tranquilo, veranos bajo la sombra, paseos por bibliotecas y librer-ías…. ¿Cuándo supiste que la literatura iba a cambiar tu vi-da? Pues fue cuando estudiaba tercero de bachillerato, a los 12 o 13 años, en el Instituto de Mieres. Teníamos una profesora – Carmen Bobes, después profesora de la Uni-versidad de Oviedo y ya jubilada – que nos leía cada día a los adolescentes ensimismados un capítulo del li-bro «El viaje de Nils Holgerson a través de Suecia», de la autora sueca Selma Lagerloff. Aparte de las connotaciones del apellido de la autora con el mío, que servía de morbo a mis compañeros, y tam-bién del «placer fonético» que me deparaba la voz de la narradora, el viaje de aquel niño sobre una gaviota por

Suecia, describiendo sus paisajes y costumbres, despertó mi imaginación y mi sensibilidad de tal modo, que me compraron el libro en casa y lo guardo como un tesoro. Por eso ahora siempre reco-miendo que «el amor a la lectura depende de la tradición oral», que la narración oral es la estrate-gia más importante para fomentar la lectura. Alguna anécdota que recuerdes de tu época de instit uto relacionada con la literatura Aparte de la que te cité en la anterior pregunta relacionada con la Literatura oral, recuerdo la es-casez de libros, la falta de recursos para comprarlos, la ausencia de una buena Biblioteca Escolar, permanentemente cerrada y que en 8 años que permanecí en el Centro nunca visité, salvo una vez que el conserje me «castigó» a colocar unas mesas y que salvo excepciones, los profesores no orien-taban en buenos libros y la didáctica - o mejor anti – didáctica- de la Literatura consistía en apren-der de memoria una serie de autores y obras. Y también que leía mucho y que no me preocupaba de lo demás, por lo que suspendía en junio y septiembre y mis lecturas nunca fueron consideradas casi por nadie, salvo por una profesora de di-bujo que en septiembre, en lugar del examen de dibujo lineal, me mandó que pusiera por escrito lo que había leído por el verano y así me aprobó. Me di cuenta de que «leer no ayuda nunca a triunfar». Es solo una manera de ser. ¿Qué opinas sobre la literatura para adolescentes? Opino que se publica demasiado, que en ocasiones se trabaja bajo criterios empresariales y de marketing – determinado número de páginas, un poco de erotismo, buen humor de colegas, mucho diálogo para no aburrir – y que a veces la calidad se resiente. No obstante, este tipo de Literatura destinada a adolescentes – Savater decía que «toda Literatu-ra es adolescente» – ha mejorado mucho en los últimos años y se están haciendo cosas de notable interés literario. Además, cuando no existía este encasillamiento, los adolescentes leían lo que se llamó la «novela adoptada», o sea, no escrita para ellos pero que contenían ingredientes que les gustaban. Por ejemplo: La isla del tesoro. La buena Literatura no tiene edades.

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Los clásicos son esenciales para la formación del s er humano. ¿A qué edad, por término medio, se puede empezar a leerlos? Más que una edad cronológica propiamente dicha, hablaré de una edad mental. Hay que estar pre-parado para ellos, haber leído mucho, tener dispuesta la sensibilidad. La educación literaria debe ser progresiva y no se puede pasar de Guillermo a Shakespeare de repente. Naturalmente que un adolescente puede leer «El Quijote» si le obligan a ello, pero no es un li-bro para esa edad. Hay que disfrutarlo cuando tienes la madurez suficiente. Tres libros que recomendarías para chicos de 11 a 1 8 años Es muy difícil recomendar así a secas, sin conocer los destinatarios y sus gustos y preferencias. Cada individuo es un mundo, y lo que para unos es un buen libro o una buena película, para otros puede no serlo tanto. No obstante, a mí personalmente me gusta mucho un autor británico que en-tona muy bien con los niños y jóvenes y que ha vendido millones de libros en todo el mundo. Se trata de Roald Dahl, un maestro del humor negro y un extraordinario escritor de cuentos, que es un género muy apropiado para los adolescentes. Recomiendo especialmente sus antologías de cuentos publicadas en la editorial Alfaguara.

Paquita Laguna Arredondo Paquita Laguna Arredondo es dueña de una de las li-brerías con mayor encanto que quedan en Asturias. Como experta librera, en su librería impera la buena lite-ratura, universal y de todas las épocas, sobre el marke-ting, los best-sellers y la comercialidad. El medio del ca-os más ordenado y acogedor, Aldebarán es un lugar de cuento, donde las más elevadas discusiones literarias tienen cabida. ¿Qué te sugiere la palabra «libro»? Es una parte muy importante de mi vida, no sólo porque fue una vocación que he convertido en profesión sino, más importante, por lo que me supone de aprendizaje, fantasía, entretenimiento… ¿Cuándo supiste que la literatura iba a cambiar tu vida? La literatura siempre influyó en mi vida, pero ese cam-bio se señalaría cuando cumplí el sueño de abrir esta pequeña librería en 1982. Alguna anécdota que recuerdes de tu época de ins-tituto relacionada con la literatura. Recuerdo una compañera que escribía pequeños rela-tos que me traía para que le diera mi opinión; tengo en-tendido que luego se convirtió en escritora.

¿Qué opinas sobre la literatura para adolescentes? La literatura debería ser universal. Pero los libros que se publican expresamente para adolescentes ca-recen, en su gran mayoría, de calidad literaria. Es más aconsejable comenzar leyendo los clásicos, asequibles, por supuesto, a cada nivel. Los grandes centros comerciales están intentando de strozar el pequeño comercio. ¿Qué piensas sobre la impersonal macrolibrería que se ha inaugur ado en el sótano del Espacio Buenavista? Todavía no la conozco pero espero que los lectores sigan prefiriendo las pequeñas librerías para nave-gar entre los libros, que quizás por no ser tan rentables o actuales no encuentras en esos sitios. Tres libros que recomendarías para chicos de 11 a 1 8 años Voy a recomendarte lo que me interesó a mí en su día: «La cabaña del Tío Tom» de Harriet Beecher Stowe; «El principito» de Antoine de Saint-Exupéry.; «El corazón de las tinieblas» de Joseph Conrad.

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La librería

recomendamos... Magda Rodríguez Dehli

La invención de Hugo Cabret Brian Selznic. Editorial SM, 2007 Tras morir su padre en un incendio, Hugo se ha visto obligado a traba-jar como relojero, a robar para sobrevivir y a habitar en secreto entre los muros de la estación de París. El chico guarda un gran misterio: un autómata estropeado que tiene que arreglar, a través de un cuadernito legado de su padre, si quiere descubrir su mensaje. Pero todo se com-plicará con la aparición de un malhumorado juguetero y una enigmática niña, que harán que la vida de Hugo se vuelva más enrevesada todav-ía. Rindiendo homenaje a ese primer gran cine de principios del siglo XX, «La Invención de Hugo Cabret» tiene una trama emocionante y rápida, que dejará más de una vez sin respiración al lector, que aprenderá los secretos que encierra el arte de la relojería. Pero, sin duda, lo más atractivo de este libro y lo que lo hace diferente de los demás son sus 286 páginas de espectaculares ilustraciones, que no sólo decoran el texto sino que, como en las novelas gráficas, forman parte de la aven-tura. Si te has decidido a recorrer con Hugo Cabret las calles de París de 1931, lector, no podrás dejar de leer hasta que hayas dado la vuelta a la última hoja.

«Esa Horrible Historia» «Esa Horrible Ciencia» «Esa Horrible Geografía» Editorial RBA-Molino

En estas colecciones podrás encontrar libros sobre todas las materias: física, química, matemáticas, biología, historia, geografía… Así, puede sonar algo pesado; pero cambiarás de opinión en cuanto ten-

gas uno entre las manos. Te reirás con los peligros y otras repugnancias en Esa Horrible Ciencia; comprenderás lo imposible con Esas Mortíferas Mates; viajarás a lugares im-posibles junto a Esa Horrible Geografía; llegarán a caerte bien los personajes Terriblemente Famo-sos; y aprenderás mucho más de lo que aparece en los libros de texto leyendo Esa Horrible Histo-ria. Una lectura ligera, desenfadada y, sobre todo, terriblemente divertida, acompañada de geniales ilustraciones cargadas de ironía. Estos libros están orientados para chicos y chicas en edad escolar, especialmente para la etapa de ESO, no sólo para ayudar en los estudios, sino también como curio-sidad y entretenimiento que jamás aparecería en una clase formal. Muchos de los autores –Terry

Deary, Kjartan Poskitt, Nick Arnold– han saltado a la fama con estos libros, primero en Inglaterra y luego a nivel internacional. En España ya se han convertido en un auténtico fenómeno editorial, que ha creado escuela, entre los jóvenes estudiantes con ganas de pasar un rato divertido.

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Siempre nos quedará el caldero chorreante Harry Potter y las Reliquias de la Muerte J. K. Ro wling

Ana María Aparicio Rodríguez

El pasado 21 de febrero se publicó Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. Esta aventura no es como las anteriores: salimos de Hogwarts y de su rutina para adentrarnos en una huida de la autoridad mági-ca a través de toda Gran Bretaña. El ministerio, convertido en enemigo, perfecciona sus técnicas de captura, Dolores Umbridge vuelve a aparecer en escena armada con la autoridad que siempre había soñado y con la posibilidad de deshacerse de los llamados sangre sucia; una carrera contra reloj que no terminará «mientras el otro siga con vida...» En Harry Potter y las Reliquias de la Muerte podemos palpar la tensión del ambiente, oler la muerte y sentir agitada nuestra respiración al compás de la sus personajes que, en este libro particularmente, lo pasan bastante mal. No entraré en detalles para evitar spoilers pero recomiendo su lectura a todos aquellos que un día fueron fans de Harry Potter, aunque sólo fuera un poco. Por fin se cierra todo, no podría decirse de otra manera. Por fin sabemos qué pasó realmente, qué destino correrá el mundo mágico y qué secretos guardaban no pocos de los personajes. Últimamente J. K. Rowling tenía la cos-tumbre de mostrarnos el pasado, las circunstancias que habían rodeado la muerte de Lily y James Pot-ter al principio, no sólo el destello de luz verde y el milagroso conjuro que había salvado a Harry. No sabíamos a ciencia cierta por qué los Potter eran tan importantes. Por fin todo está claro. Harry Potter y las Reliquias de la Muerte es un libro denso, lleno de secretos, aunque no por ello difícil de leer, ninguno de la saga del niño que vivió lo es. Este es, en mi opinión, el mejor y más sangriento (tenía que decirlo) libro de la que hoy es la mujer más rica de Gran Bretaña. No hace falta calma para

leerlo, sino todo lo contrario: dejad que la adrenalina se apodere de vo-sotros, leed con ruidos extraños a vuestro alrededor, en la penumbra, si lo necesitáis, pero leedlo, porque merece la pena, especialmente la his-toria del príncipe, que, en mi opinión, merece ser nombrada. Casi podr-ía decirse que Rowling se ha guardado lo mejor para el final, al contra-rio que muchas trilogías, que no heptalogías, que pierden conforme avanzan. Y, aparte de la conclusión de la trama, se da una suerte de análisis del carácter de los personajes, que casi se hace «así, de pasada», sin de-tenerse apenas, ofreciendo detalles que los muestran tal y como son en realidad, de una manera nunca vista hasta ahora en esta clase de libros. Nunca un escritor de fantasía había desarrollado con tanto dete-nimiento ni tanto cariño a sus personajes, por muy irónico que el amor de Rowling pueda resultar, que quema, destruye y mata si estás hecho de papel. Pero sobre todo me impresiona la evolución de los persona-jes, especialmente de aquellos que, en su día, fueron seleccionados para la casa Gryffindor. Recordemos que se destaca de los pertene-cientes a esta casa su increíble, incondicional y a veces irracional y

ciego valor. Hombre, no creo que todos reaccionásemos de la misma forma que el personaje que no voy a nombrar si un sombrero ardiera en nuestra cabeza y tuviéramos a nuestro asesino y al de muchí-sima más gente justo delante. No sé, llamadme escéptica.

Recomiendo Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, una y otra vez. Representa el cambio de niño a adulto, un cambio brusco y totalmente exagerado, todo sea dicho, pero eso no es lo importante. Reco-miendo Harry Potter y las Reliquias de la Muerte porque demuestra que, al menos dentro de nuestra cabeza, todo tiene arreglo y siempre hay lugar para la esperanza. Con una frase de Dumbledore me despido: «Claro que está ocurriendo dentro de tu cabeza pero ¿por qué iba a significar eso que no es real?».

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CiNeCiNeCiNeCiNeCiNe CiNeCiNeCiNeCiNeCiNe

Carmen Valcarce Fernández Cine, ¿qué es el cine? Teóricamente el cine es un lugar físico a donde las personas acuden a visionar películas, pero en la ac-tualidad también se refiere al mejor ritual de pasividad de las personas. En resumen, el cine es el méto-do básico de entretenimiento de la gente moderna, ya que ¿quién no disfruta de una historia en la que se lo dan todo servido?, solo observar y escuchar. CiNe en la EnseÑanza

El proyecto «El cine en la enseñanza» consiste en emitir películas cuya finalidad no es comercial sino educativa. La temática de las películas tiene que ver con la educación, la salud, las drogodependencias, la educación en valores, racismo, acoso y violencia familiar, la autoestima, las relaciones interpersona-les, la comunicación padres-hijos..., temas cuya reflexión empieza a florecer en nuestra edad, por lo que esta serie de películas nos ayuda a entenderlo.

En general, son películas de argumento sencillo, pero bien desarrollado, que se centran mucho en la psicología de los personajes, lo cual nos ayuda a introducirnos mejor en la historia. Pero un problema puede ser que todas tienen origen extranjero, es decir, no tratan problemas sociales netamente españo-les, como puede ser el alcohol, menos problemático en otros países. Sus críticas pueden llegar a ser muy globales, y en consecuencia crear una fría distancia entre el espectador y la historia. No obstante, por algo general debemos empezar para luego especializarnos en cada conflicto moral. Las películas emitidas este año por este proyecto en Oviedo son:

DiariOs de la cAlle El nuevo trabajo de Erin (Hilary Swank) no era como lo esperaba. Al principio su clase de Lite-ratura con alumnos del programa de integración parecía un verdadero reto. Poco a poco, Erin comienza a congeniar con sus chicos después de un proyecto donde cada uno de ellos escribe en un diario. Un penumbroso drama, pero lleno de contenido histórico y social. Aunque un poco duro, es un paradigma de la sociedad racista. En mi opinión, la película más cercana y más interesante para el público de nuestra edad. Lo mejor: el apuesto actor principal de Anatomía de Grey, Hilary Swank y las referencias de la Segunda Guerra Mundial. Lo peor: la truculencia de las historias persona-les de los alumnos y de las personas judías. (Tres estrellitas) Pasión adolescente y rabia crean una simbiosis perfecta en el film. Esto eS ritMo Es un documental basado en un proyecto de profesores de música y danza. Su objetivo: Reunir jóvenes, no profesionales de la danza, de distintas cultura y clases sociales para inter-pretar una obra.

Soporífero intento de inculcar valores morales al joven espectador. Si logramos adentrarnos en la película, podemos notar que las clases de baile están divididas. Por un lado vemos a los niños marginados y en una clase paralela personas «de más alta sociedad» y más mayores. Lo mejor: las historias personales de los chicos del proyecto. El esperado baile final. Lo peor: el resto. (Una estrella) De estas que por el título te espe-ras que van a ser un calvario y al verla te que-das tan dormido que no consigues comprobar tu afirmación. En buSca de la feliCidad Basado en un hecho real, cuenta las peripecias de un hombre para subir a un escalón superior en la sociedad, tener un hogar propio que sirva de refugio para el y su hijo. Crudo film estructurado en dos partes: Dos horas de amargura y sufrimiento que dejan al espectador en constante estado de malestar y cinco minutos de felicidad. Lo mejor: Los cinco minutos de felicidad. Lo peor: La escena donde pasan la noche en los lavabos de un metro. (Dos estrellas) Se puede ver.

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Fast FOod NaTion Tres historias conectadas entre sí. Un ejecutivo que investiga sobre la verdadera composición de las hamburguesas de la multinacional donde

trabaja. Una adolescente unida a un grupo de ecologistas que lucha la corrupción de la ham-burguesería donde gana su pe-queño jornal. Un grupo de in-migrantes mexicanos que se introducen como último peldaño de una gran multinacional de comida rápida. Demasiadas molestias se tomaron con esta

película para reproducir rumores que todos ya estábamos hartos de oír y darle a Avril Lavigne un sueldo extra. No obstante, es entretenido ver cómo se desarrolla cada historia. Lo mejor: La estructura de las historias y la imagen. Lo peor: El típico recurso que utilizan todas las películas con poco argumento: Rizar el rizo. (Dos estrellas) Entretenida. PequEña MiSs SuNshine Los Hoover son una familia conflictiva: el abuelo esnifa cocaína y suelta palabrotas, el padre da cursos sobre el éxito con estrepitoso fracaso, la

madre no da abasto, el tío se recupera de un suicidio frustrado al ser abandonado por su no-vio, el hijo adolescente lee a Nietzsche y se niega a hablar, y la hija pequeña, Olive, gafotas y ligeramente gordinflo-na, quiere ser una be-lleza. Cuando un golpe de suerte lleva a Olive a ser invitada a participar

en el muy competitivo concurso de «Pequeña Miss Sunshine» en California, toda la familia Hoover se reúne para ir con ella. Se apilan en su oxidada furgoneta Volkswagen y se dirigen hacia el Oeste en un trágicómico periplo de tres días lleno de locas sorpresas que les lleva al gran debut de Olive, el cual cambiará a esta fa-milia de inadaptados de una forma que nunca hubieran imaginado. Lo mejor: El cambio que se produce en la relación de la familia. Lo peor: Algunos momentos clave de la peli. (Dos estrellas) Se puede ver.

Más allá dEl CiNe en la EnseÑanza Recomendar películas es algo muy difícil debido a la variedad tanto en gustos como en géneros, pero hemos decidido por no dejar mal la sección añadir una única recomendación, ya que hacer más de una nos provocaría grandes trastornos en el momento de elegir las adecuadas. Tras una larga deliberación hemos logrado elegir una película tanto educativa, como comercial y en-tretenida. DoNNie DaRko Paranoias, pensamientos y divagaciones de un adolescente que acaba de burlar a la muerte.

Crítica: Curioso film recomendado para los amantes de la ciencia ficción, pero de sólidos argumentos físicos relacionados con el puente de Einstein-Rosen. En mi opinión, este tipo de películas donde cada escena te apasiona más. Lo mejor: Los pensamientos paranoicos del pro-tagonista Donnie Darko. La aparición de Abuela Muerte. La banda sonora. Lo peor: Ciertos interrogantes sobre la vida de los personajes que dejan al espectador en vilo y sin embargo un final indiscutiblemente cerrado. (Cinco estrellitas) Todo lo dice el título.

múSicamúSicamúSicamúSicamúSica

esPecTáculOsesPecTáculOsesPecTáculOs laRga viDa a los ROllinG

Patricia Santamaría Santa Cruz

Situémonos en el Londres de 1962. Ahí surgió la leyenda. Una simple banda basada en el Rock and Roll y en el R&B, con Brian Jones como líder (el cual sería reemplazado por Mick Jagger), se convertiría, con los años, en uno de los grupos revolución de todos los tiempos. ¿Quién no ha oído hablar alguna vez de los Ro-lling Stones? Admirados por muchos, odiados por otros tantos, la banda, actualmente liderada por Mick Jagger, cuenta con la nada desdeña-ble cifra de 53 trabajos discográficos. Pasando por géneros como el blues americano, el reggae o el folk, los Rolling Stones se han co-ronado como uno de los mejores grupos de la historia. Sus «Satánicas Majestades», pues así les co-nocen sus millones de fans, son, aunque muy a pesar de algunos, una de las mas grandes ban-das de Rock and Roll de todos los tiempos. La gente puede decir: «Son muy mayores, de-berían retirarse», «Están para el retiro», o la tan repetida frase «¿no les da vergüenza hacer el ridículo a su edad? », pero la cuestión es que estos «abueletes» han sido, y serán, leyenda. ¿Acaso existen muchos artistas que cuenten con una gira tan exitosa como Bigger Bang y qué hayan conseguido, tras más de 45 años de carrera, mantener viva la llama del corazón de sus fans? La respuesta es simple: NO. Hay personas que piensan que a cada disco que sacan empeoran, que han perdido ese to-que mágico que les hacia especiales. Que se lo digan a los millones de discos que han ven-dido, y, ¿por qué no?, también a sus millones de euros. Con una vitalidad en los escenarios propia de chavales de quince años, los Rolling han pro-tagonizado algunas de las giras mundiales más populares de todos los tiempos. Pero no todo son elogios hacia ellos. Con mu-cha más droga y alcohol en el cuerpo que Me-lendi en un avión, los Rolling han protagoniza-do algunos de los escándalos más populares de la historia musical (comparables con el «suicidio» de Cobain o la separación de las «Spice»). De todo esto podemos obtener una conclusión: Viejos, sí, drogadictos, también, pero idolatrados por medio mundo.

múSica eN La eRía

Pablo Castrillo Riestra Inés Pérez Mesa

Sergio Sánchez Pulgar El martes día cuatro de marzo asistimos a un concierto en la Sala de Usos Múltiples del cen-tro ofrecido por un cuarteto de viento madera de las Juventudes Musicales de Gijón, formado por Alicia Magdalena (flauta travesera), Pablo A. Robles (oboe), Antonio Serrano (clarinete) e Ig-nacio Calles (fagot). Cada uno de los músicos fue explicando en qué consistía su instrumento: el material del que están hechos, las partes, el registro, el origen de cada uno de ellos. Así supimos que la flauta se realiza en oro, plata o platino (dependiendo de las posibilidades económicas de cada intér-prete) y que pertenece a la familia de viento madera porque al principio se hacía en este ma-terial. La flauta tiene unas llaves que permiten tapar los agujeros a los que de otro modo no se llega. Del oboe, que tiene como precedentes la cornamusa y la chirimía, los aspectos más des-tacados son la lengüeta o caña, en la que se sopla para dar sonido al instrumento (incluso sonaba por sí sola con un sonido muy estriden-te) y el material que se emplea, el ébano, que es muy resistente, y que también se utiliza en el fagot, cuyo tubo tiene 2,60 m. y en el clarinete. Este último también tiene una caña, pero sim-ple, que solo suena cuando está en el clarinete; este es un instrumento que tiene mucho colori-do y gran facilidad para hacer matices piano Comentaron también que cuando una pieza o fragmento la interpreta un instrumento solista el músico debe ponerse de pie Abrieron el programa con Carmen de Bizet y a partir de aquí hicieron un viaje por la historia de la música e interpretaron en orden cronológico una serie de piezas precedidas de una breve explicación sobre la época y el estilo, así, toca-ron Greensleves (anónima inglesa) y supimos que en la Edad Media la música se componía alrededor de una melodía. Del Renacimiento destacaron la importancia de la polifonía , aun-que realmente no tocaron ninguna pieza rena-centista, sí dos del Barroco estilo en el que lo más característico es el miedo al vacío, a con-secuencia de lo cual es una música con muchos adornos. Así, tocaron el Canon de J. Pachelbel

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y el Minuet y Badinerie de J.S Bach. Después siguió el Clasicismo, período en el que se refi-rieron a la forma sonata y tocaron el Concierto para clarinete de W.A. Mozart, y a continuación interpretaron un fragmento de Las Bodas de Fígaro, también de Mozart. Como ejemplo de Romanticismo tocaron la Sinfonía nº 5 de Beet-hoven; de ésta época destacaron el aumento de los instrumentos en la orquesta. Para terminar llegaron a la música del siglo XX, de la que to-caron O sole mío de E. Di Capua, versionada entre otros por Elvis Presley, y el ragtime The Entertainer de Scott Joplin que apareció en la película «El golpe» En nuestra opinión ha sido una grata experien-cia y una buena alternativa a las clases norma-les ya que aparte de ser una actividad positiva, enriquecedora y divertida nos distrae de la ruti-na de las clases. El hecho de poder ver a los músicos tan de cerca y tener la música en direc-to en el propio aula ha sido magnífico; además ha sabido aportar información que no ha resul-tado pesada mediante explicaciones claras, sencillas y amenas.

Las noCheS de ParAmoUnT CoMedy eN OvIEdO

Patricia Santamaría Santa Cruz Ana María Aparicio Rodríguez

Sábado 29 de marzo. 20:30 horas. Nos dispo-nemos a entrar con paso decidido en el Teatro Filarmónica de Oviedo a pesar de estar rodea-das de gente de bastante más edad que no nos miraban precisamente bien. ¿Por qué? ¿Tene-mos menos derecho a estar allí que ellos? El año que viene todos allí, se van a enterar. Tras un año de espera, por fin conse-guimos asistir a las «Noches de Paramount Comedy». La noche pintaba bien: tres cómicos de reconocido prestigio en el mundo de la co-media española, nos presentaban un «remix» de sus mejores monólogos. Vale, sí, todos hemos oído alguna vez el nombre de Dani Ma-teo, pero... ¿habéis oído alguna vez hablar de Ricardo Castella o de David Navarro? A no ser que seáis aficionados a esto de los monólogos, no son los nombres que suelen aparecer en vuestras conversaciones cotidianas: —¡Hola Pepe! —¡Luis! ¿Qué es de tu vida? —Pues nada nuevo... viendo monólogos de Ri-cardo Castella... —Eh... ah, sí, claro... ¡qué grande es este Ri-cardo! ¡Qué penalti tiró el otro día!

—Pero... ¿tienes idea de quién hablo? —Sí, hombre... el chico este... tan simpático... que nos invita siempre a croquetas. Qué tortillas hace su mujer... Os resulta familiar ¿verdad? A él seguro que también. Pues no debería ser así. Y para remediarlo, el año que viene, todos a las «No-ches de Paramount Comedy», un espectáculo digno de ver y digno de recordar. El primero en salir, para nuestra sorpresa, fue Dani Mateo, al que no tardaríamos en volver a ver, que nos hizo una breve presentación sobre lo que nos esperaba aquella noche. No tardó en dar paso al siguiente cómico, Ricardo Castella, que nos deslumbró con un principio poco corriente. Pue-de que os preguntéis a que nos referimos, y pa-ra no dejaros con la intriga, os lo desvelaremos. —Y tengo el placer de presentar a un cómico que nos acompaña desde hace poco, ¡Ricardo Castella! (El público aplaude). (No entra nadie). (Se hace el silencio, sale Ricardo Castella).

—María de la Ooooooo, Mar-ía de la Ooo-oooo, María de la Ooooooo; hasta ahí, bien. Sin comenta-rios. Al finalizar, dio paso a Da-

vid Navarro, un loco (desde el cariño, por su-puesto), que nos hizo sospechar hasta del Ac-timel, y nos enseño los secretos más ocultos de nuestro querido amigo Grissom.

Y para terminar, Dani Mateo. Qué decir de este «curioso» personaje, que tiene amigos con una boa como mascota (sí, una boa), y que hacen «esssscapadasss», que nos indicó que si el monólogo duraba más de lo previsto, sus compañeros le lanzarían «señales» que le in-formarían de que iba siendo la hora de terminar. Primero apareció el «oso malvado», y por últi-mo, los jugadores de rugby (que no sabemos si lo eran de verdad), que se llevaron arrastras a Dani Mateo. Sí, señales muy sutiles. ¿Conocéis esa sensación de satisfacción des-pués de haber visto algo que merece la pena? Eso es lo que se siente después de ver las «Noches de Paramount Comedy». Bueno, sien-do sinceras, no esperamos en la puerta para preguntar a todos los asistentes su opinión par-ticular, pero sí os podemos decir que oímos ri-sas, muchas risas, tantas que al finalizar el es-pectáculo parecía que el Filarmónica se iba a derrumbar. Personalmente, nosotras dos, haciendo uso del tópico, disfrutamos más que un niño con un caramelo.

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EurOcHiky

Patricia Santamaría Santa Cruz Eurovisión. Ese gran (o no tanto) fenómeno te-levisivo. A España se le ocurre organizar una clasificación en myspace. Un buen método para intentar encontrar un nuevo representante de nuestro país en este evento televisivo. A decir verdad, no se esperaba que se presentase al-guien que pudiese catapultarnos a los primeros puestos, pero tampoco quedar en los últimos, como el año anterior. Y de repente, aparece Buenafuente con su «genial» idea. Meter a Da-vid Fernández, colaborador en su programa, en la lista de participantes. Cierto que hoy en día, cuanto mas ridículo, mejor, pero ¿hacia falta cometer tal humillación ante este programa del que muchos son seguidores?. Sorprendente-mente, Rodolfo Chiquilikuatre, que así se hizo llamar David Fernández, se sitúa en los prime-ros puestos. Es cierto que corrían rumores acerca de si habían sido trucadas las votacio-nes, pero, pese a todo, acudió a la gala en la que se decidiría, finalmente, quien representaría a España en Eurovisión. Y he aquí, el momento apoteósico de aquella noche, en la que los can-didatos más votados por myspace, lucharían por un puesto en la gala eurovisiva. Y muy a mi pesar, el ganador de la noche fue el «gran» Ro-dolfo Chiquilikuatre. Sí, sí, el «chiki-chiki» (o como se escriba, pues existen variantes) es una pasada, lo sé, pero como canción del verano pase… ¿pero para ganar Eurovisión? Vale, si, quedaremos como un país con un gran sentido del humor, al presentar una canción así. En fa-vor de Chiquilikuatre, he de decir que no somos únicos, pues Irlanda presenta al pavo Dustin. Existe una especie de ranking con los videos de los participantes que irán a Eurovisión. Y si a alguien le quedaba duda, «el chiki-chiki» es el que encabeza la lista. Me estoy imaginando los periódicos, «¡Extra, extra, el fenómeno Chiquili-kuatre ataca fuerte! », y, como no, así es, el «boom» causado por esta cancioncilla a marca-do un antes y un después en la historia eurovi-siva. Y no es que se oiga poco la canción, pre-cisamente. Cabe destacar lo ultimo que he visto …¡El gran juego del Pang en versión Chiquili-kuatre! Si, para todo aquel que terminara abo-

rreciendo al chiquillo que llevaba una pistola y disparaba a las bolas (vete tú a saber para qué), tiene ahora una nueva versión, que esta dedi-cada a lo mismo, pero cuyo protagonista es Ro-dolfo Chiquilikuatre/ David Fernández, disponi-ble por un «módico precio» (aunque lo de módi-co, es muy discutible). Y no se me olvida co-mentar las últimas declaraciones de Andreu Buenafuente para TP, en las que afirma que «Si no comprendes lo que significa el Baile del Chiki chiki es bien porque eres tonto y no lo has en-tendido o tu problema es que eres malo y no lo quieres entender. También puede ser por envi-dia y, finalmente, por el efecto Robocop. » Y, por si alguien no lo ha captado, esta totalmente orgulloso de ser el padre de «Chiquilikuatre», y espera que Televisión Española, cadena encar-gada de la emisión del festival, realice un des-pliegue comparable a cuando Rosa fue a Euro-visión, aunque él ya se ha encargado de man-dar a un reportero para que cubra el aconteci-miento. Cabe destacar que por las declaracio-nes hechas por el presentador de televisión, una servidora dedujo que el propio Buenafuente no estaba muy convencido al principio por como podrían funcionar las cosas con su bromita, no obstante, ha dejado una cosa clara, y es que se emocionará cuando vea a su … experimento querido amigo subido al escenario donde em-pezara a entonar su gran canción. Los sondeos realizados, indican que Televi-sión Española logrará un aumento en el número de seguidores en directo enganchados al evento, que tendrá lugar el día 24 de mayo en Belgrado. Este hecho, es, para algunos fans del concurso, deplorable, pues puede re-sultar increíble que la forma de aumentar el número de teleespectadores sea con algo así. Para otros, el hecho de que nos represente es-te sujeto, es la mayor idea que se le ha ocurri-do a España desde hace tiempo. Y por último, pero no por ello menos importante, existen otras personas, que se abstienen a la decisión final, y que las únicas palabras que pueden decir respecto al festival, son, «Yo este año voy con Gisela» Para quien no lo sepa, la triunfito Gisela acudirá al festival representan-do a Andorra. 48 participantes, un solo gana-dor ¿será tras tantos años, España?

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el mundo del aire Cristina Mateo Rodríguez Magda Rodríguez Dehli

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Concurso literario del día del libro

IES La ería Cuentos y poemas premiados

Primer Ciclo de ESO Modalidad de Cuento

Primer premio

Los tres gorrinos

Ezequiel Martínez Urrialde, 2º ESO B Esta es mi historia sobre un lobo y unos macarrillas que me hicieron la vida imposible. Os lo contaré le-tra por letra: «Uy uy uy uy… ¿Dónde estoy? Las manos tienen pelo, las garras están afiladas, y el hocico sigue don-de está. Espera, vamos a hacer un flashback… Ayer, estaba en el concierto de CananinoMan, pero pillé tal borrachera que no sabía donde estaba, y quedé tumbado en un coche. Uf, que resaca… al menos la música era de flipe. Lo mejor será llamar a casa». Acto seguido me levanté y fui a buscar mi móvil. No lo encontré y tuve que ir a buscar algún lugar para llamar. Caminé un poco y vi unas casas donde unos cerditos vivían. No sé qué es lo que pensáis, pero la fami-

lia Guau (mi familia) es muy reticente para comer carne de cerdo. Engorda. Pero fui a una casita de paja y vi que se metían en ella y no me dejaban entrar. Así que se me ocurrió un chiste malo y dije: «Soplaré, soplaré y la casa derrumbaré». Sin em-bargo, por casualidad estor-nudé y me llevé media casa por delante. Aunque era una de esas casas que se hacen en 5 minutos, huyó despavo-rido y se metió en una casa de madera, y se repitió todo .Esta vez fueron a una de ladrillo que, gracias a dios, no se iba volando a la menor brisa.

De izquierda a derecha Marlén, Clara, Inés, Marta y Magda. Delante Andrés y Ezequiel Me sentí bastante mal, y como era muy bueno (aplausos), decidí que, como estábamos en Navidades, lo mejor sería quedar en una cena de Navidad y hacerme colega de ellos. Se lo propuse (en realidad, ¡que majos eran! Lo malo era que, o estaban medio sordos o tenían cagale-ra, porque casi casca la puerta de tanto picar…), y al final aceptaron entusiasmados después de decir-les que habría regalos. Se lo creyeron. LO QUE MÁS fastidia, fue que tendría que organizar la fiesta, mientras ellos se sentaban en el sofá, viendo en la tele hasta hartarse, series como Friends, programas como el de Wyoming o Buenafuente, o concursos como el de «¿Quién quiere ser millonario?».

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Llegó al final la temida Cena de Navidad, y tuve que vestirme con un traje de Papi (Papá Noel), con pantalones a juego. El sombrero se lo regalé a uno de los elfos felices del polo Norte. Y bueno, ahora os contaré lo que pasó. Primer error: Cargarme la silla al sentarme. Segundo error: Tener de primer plato cerdo Tercer error: Tener de segundo plato salchichas Cuarto error: Quemar las cortinas Quinto error: Tener de postre jamón. Encima que era Pata Negra. Por cierto, la carne yo no la comí. Yo me conformé con un par de zanahorias. Debido a todo eso, un cerdito tuvo que ir al baño, otro se puso pálido (encima que estaban bien colora-dos, los mataos), y otro simplemente se desmayó. De repente sentí la llamada de la naturaleza y tuve que salir al cobertizo de ahí afuera. Cuando acabé, me estaba esperando un cerdito y me dijo que, co-mo muestra de buena fe, me habían hecho un postre especial. En la casa, me hicieron sentarme en el sillón al lado de la chimenea. Me lo dieron, tenía pinta de ser chocolate, pero lo que no sabía era que dentro había una guindilla salvaje de las islas Caimán. Pegué un brinco enorme, de esos de los que se recuerdan, y el plan que habían elaborado esos diablillos se-dientos de sangre en forma de cerditos comenzó a funcionar. Del brinco, el sillón se movió un poco, accionó un cazarratones, que golpeó una palanca que tenía una bola, que subió y dio contra una estantería, la inclinó de manera que se movió una bola de metal, que golpeó a una bola de bolos, que cayó y dio en el sillón que volcó llevándome a las llamas. Yo me quemé el culo y salí más disparado que un ferrari por la chimenea y mis padres, encima, me cas-tigaron por nada, mientras los puercos se desternillaban de risa. Al menos tendrán que volver a hacer sus casas. ¡Que se joroben! The End

Accésit

Santo, la leyenda de plata

Andrés Monteserín Díaz, 2º ESO B Un día mientras caminaba, Manuel pasó por un garaje del que salía música. Decidió entrar y descubrió a unos jóvenes que estaban practicando con sus respectivos instrumentos: dos guitarras, un bajo y una batería. -Hola chaval ¿que te trae por aquí?- dijo el bajo que al parecer era el líder del grupo. -Hola me llamo Manuel Darío y pasaba por aquí cuando os escuche, siento haberos interrumpido- res-pondió nuestro protagonista. -No pasa nada hombre, si decidiste acercarte es que llamamos la atención y es lo que buscamos- dijo uno de los guitarristas. -OK hasta otra- respondió Manuel y se fue. Pasaron tres días y Manuel no paraba de pensar en aquel encuentro. Al día siguiente Manuel fue de excursión al campo con su grupo del Instituto. Por el azar del destino se encontró con el grupo al que había conocido días atrás, venían de practicar en casa de uno de ellos que vivía por esa zona. -¡Anda, es Manuel Darío! Cuanto tiempo- dijo el batería. -Oye ¿quieres unirte al grupo? necesitamos un cantante -dijo el bajo. -¿En serio?- pregunto Manuel. El resto poco interesa, el caso es que a los pocos días cuando les conoció mejor, el joven Manuel Darío se convirtió en el cantante del grupo, los músicos se ponían motes y él como era nuevo aun no tenía ninguno: al bajo le llamaban Antipua, al batería Rebientabombos, a uno de los guitarristas Gato y al otro Wolf.

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Después de practicar varias semanas le dijeron que iban a tocar en el patio de su Instituto y que según fuese la reacción de sus compañeros ellos le pondrían el mote. A Manuel Darío le aterró la idea pues no era el más popular de su Instituto ni nada por el estilo, también le dijeron que se personalizara para su aparición que él pensase una caracterización que le guste y que ellos se ocuparían de prepararlo. Llegó el día, Manuel estaba en su clase esperando ansiosamente la hora en que aparecerían sus ami-gos en el patio. Aparecieron y empezaron a tocar: en el Instituto todos salieron corriendo a ver el espectáculo sin hacer caso a los profesores que les gritaban que volvieran a las aulas; entones él aprovechó y se vistió con la capa plateada y la mascara que caracterizaban al famoso luchador mexicano «El Santo», ídolo de Ma-nuel. Salió por la puerta de atrás y subió al escenario mientras sus amigos tocaban la canción Back in Black justo a tiempo para cantar, mientras cantaba se quitó la capa y la mascara, es reconocido por to-dos y le pasa el temor que tenía pues incluso aplaudieron más. Finalmente, después de tocar lo que tenían pensado tuvieron la suerte de que los profesores eran cu-riosos y además les gustó el concierto y junto con los alumnos pidieron a gritos otra canción. Sus amigos del grupo le dijeron que podía elegir y él dijo que quería cantar born to be wild de Stephen Wolf. Esta canción triunfo en el Instituto, días después era muy popular y ya había conseguido el mote, le llamaban El Santo. Fueron mejorando su forma de tocar hasta alcanzar el suficiente nivel para poder grabar un disco case-ro con temas de Chuck Berry que luego enviarían para intentar editarlo. No fue editado, pero ellos no se rindieron y en medio de una plaza se pusieron a tocar Johnny be good de Chuck Berry. Un cazatalentos que estaba por ahí les ofreció editar el disco y así empezaron a ser

más importantes. No eran lo más de lo más pero no había nadie en su ciudad que no hubiera oído hablar de ellos. Se les conocía con el nombre de Les Lut-hy five. El cazatalentos se convirtió en su manager, se llamaba Johann. Los conciertos en diferentes ciudades no tardaron en llegar y con ellos la fama. Estaban en Barcelona cuando, du-rante el concierto, ocurrió la des-gracia. Hola gente me llamo Johann y les presento a unos músicos extraordi-narios, en toda mi vida como caza-talentos no los he encontrado mejo-res. Con ustedes Les Luthy five.

Mientras tocaban hubo un fallo eléctrico y tras una terrible descarga eléctrica todo empezó a arder. - Yo soy el segundo guitarrista Wolf ahora estoy en el hospital sin ninguna noticia de mis compa-ñeros, me han dicho que tuve suerte y que en cuatro días podré salir. En este momento entra el doctor… -Siento darle malas noticias pero el bajo y la primera guitarra han muerto, Johann esta en coma y el batería por suerte es el que mejor esta.-Dice el doctor -¿Y Manuel?-Responde Wolf -¿Quién? - ¡El cantante ¿Dónde esta?! -Me temo que no hay nadie más, nunca he visto a ese cantante.

Han pasado 5 años Johann se recuperó pero decidió olvidar el negocio de la música al igual que Johnny (el batería) pero yo continué y me e ganado una gran fama. Aunque no e vuelto a saber nada de Manuel sigo deseando que esté con vida aunque haya pocas posibilidades.

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Primer Ciclo de ESO Modalidad de poesía

Primer premio

Sueños de libertad

Magdalena Rodríguez Dehli, 2º ESO B

Un camino cenagoso en donde los pies se hunden.

Una realidad extraña a la que nadie es inmune.

Una ilusión, un sueño es quien nos hace seguir. Fácil es caer en la trampa

y olvidar sobrevivir. Pues lucharé por mi mundo,

por mi imperio de cristal. Quizás mármol, quizás trizas.

La suerte decidirá. Una ola caprichosa

que se mueve por azar. La vida es como el destino

de aquel que se hace a la mar. Tal vez no vuelva jamás. Tal vez no regrese nunca.

Mas siempre recordará las noches de calma y luna.

Todo gira sin sentido en una espiral fulgurante. ¿Nos merecerá la pena pujar por salir adelante?

Mas lucharé por mi mundo, por mi imperio de cristal.

Quizás mármol, quizás trizas La suerte decidirá.

Una esperanza que flota a hombros de otra mayor.

¿Quién se atreverá a romperlas en este mundo de rencor? Las horas indelebles pasan

sin notarse su sabor. Mas yo llevo un sueño en el alma,

esperanza al corazón. Confío en que todo cambie que haya otra oportunidad.

Que se aprecien almas limpias que nadie quiso escuchar.

Pues yo lucharé por mi mundo, por mi imperio de cristal.

La magia aún late en la Tierra. Los sueños se harán realidad.

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Accésit

Sólo una historia más

Magdalena Rodríguez Dehli, 2º ESO B

Una mañana como otra. La vida empieza a bullir. Miras tu casa, tu tierra. Ya es la hora de partir.

Una mochila en los hombros. Esperanzas por llegar.

¿Qué habrá en el horizonte que deja tu mundo atrás?

No entiendes por qué en tu pueblo las cosas iban tan mal.

Libertad, hambre, trabajo. Dime, ¿por qué te vas? Te han contado que allá donde vas todo es mejor. Mañana zarpará un barco.

Tú te irás con ilusión. Cuando llegues, lo que ganes

lo enviarás a tu hogar. Una nueva vida espera.

Una vida de verdad. Tu burbuja de ilusiones

se desvanece con el día. ¿Barco has de llamar a aquello?

¡Más bien pobre cascarilla! Mas la suerte ya está echada.

Las olas parecen cirios. Un enjambre de personas

donde apenas caben cinco. La sal y el agua te ahogan. Pero ahora, ¿dónde estás?

Todo es inmenso, azul. Ya no puedes respirar.

Alguien llega. Te recogen. Veinte días en el mar.

Bajo el sol y sin bebida. Ahora un inmigrante más. Más aquí nadie te quiere. Pasas hambre, sin hablar.

Malvives mientras te explotan, si te dan de trabajar.

Nada es como te contaron. Mas aún quieres luchar.

No pierdes las esperanzas, nunca dejas de soñar.

Porque sabes que algún día todo esto va a cambiar. Serás feliz, respetado.

Podrás volver a tu hogar.

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Segundo Ciclo de ESO Modalidad de Cuento

Primer premio

La ironía de Sara Pastor

Clara Rodríguez Allende, 4º ESO B Solía iluminarse con una tenue luz ámbar para adelgazar su figura al mirarse al espejo. Su cuerpo se esfumaba si se vestía de negro, pero le encantaba ese color. Sin embargo, lo hacía desaparecer en sus ojeras. Los tacones, como dos espinas de una rosa clavadas en sus talones, medían más que ella. Sólo necesitaba la guinda del pastel: Unos aros que cargaban sus sofocadas orejas y el perfume barato que barnizaba su cuello. Había tres personas en aquella habitación. Los ojos veían una princesa tosca, el cerebro veía una mujer rubenesca y el espejo veía un esqueleto en licra. Estas tres personas se mez-claban en el alma de un falso personaje que el mundo exterior llamaba Sara Pastor.

- Marcho a dar una vuelta. - Vale –contestó la madre sin gana con los ojos clavados en el libro. - ¿Has comido? –preguntó su padre, pues había estado todo el día fuera trabajando y su mujer se

quedó en el club de golf. - Ramón… - No, Ramón no, Cristina. Tenías que haberle hecho la comida –refunfuñó. - Sí comí, papá –mintió Sara. Pretendía tranquilizar a su padre. Apenas lo veía; era cardiólogo, pe-

ro odiaba verlo porque se sentía presionada. Su madre no trabajaba y sin embargo tampoco la veía. - ¿Ves, Ramón? –exclamó la madre-. ¿Ves cómo te preocupas por nada? Diviértete, Sarita. - A las 9 y media en casa para cenar. - ¡Papá! ¡Es muy pronto! - Ramón, nuestra hija ha sacado en todo sobresalientes y se merece salir un poco más. ¿Que no

viene a la cena? ¡Por una vez no pasa nada! Cuando vengas nos llamas. Sara asintió sonriente y salió dando saltos del salón. Cristina suspiró aliviada de que se marchase

para poder continuar con su lectura, pero unas gruesas manos le arrebataron el libro. - No tolero que me quites la autoridad delante de mi hija –gruñó el hombre. - Ramón, Sara está bien. Siempre comió así. Es su metabolismo. - ¡No es su metabolismo! ¡Mide un metro setenta y pesa cuarenta kilos! - Bueno, adelgazó un poco, pero no le conviene comer tanto. Pasa como en Navidad que comió

medio cordero y dos cachos de tarta. ¡Qué vergüenza! No. Luego no le vale la ropa. Así está perfecta. Ya contaba veinte minutos desde que había entrado en el baño. El alcohol parecía una pócima

mágica. Conseguía que fuese una persona distinta. Todo su dolor, toda su obsesión y toda su ira aga-rrada entre sus pulmones y su estómago, salían por la garganta y desembocaban en un pozo de un an-tro de humo y veneno. Ya se sentía un kilo más ligera, un kilo más querida por su madre y un kilo más correcta a la talla de los diseñadores. Era el momento de salir del retrete.

El enfermizo espectro de Sara apareció en el espejo rezongando locuras que olvidaba al pronun-ciarlas. Sonreía para sí, porque se parecía a todas esas muñecas que desfilaban con preciosos vesti-dos, cuyas imágenes estaban congeladas en su pared. Pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un diálogo de voces y risas estridentes, procedentes de cuatro botijos.

- ¡He engordado cuatro kilos! –exclamó la más rellena, con desconcertante tono de alegría. - ¡Eso es fantástico, Laura! ¡Ahora podrás ponerte ese vestido tan guay de la talla 44 que vimos el

otro día! - No lo sé. Fui otra vez a la tienda y solo lo vi de la 48. Igual si me esfuerzo un poco me vale. Sara las miró, perpleja. Por un momento pensó que aquellas chicas estaban locas. Aún así, la su-

cesión de miradas furtivas y burlonas que le clavaron la hicieron sentir como la demente. Sara salió del baño con los ojos como platos. Las bailarinas se contoneaban en la barra del bar

como lámparas de lava. ¡Y los chavales no dejaban de piropearlas y vitorearlas! Miró a los lados y todas las chicas triplicaban a Sara en figura. Esto ya no es sano» pensó. «Una gordura exagerada».

En la salida del bar vio a una esquina a Pedro, su novio, acaramelado con una señorita que se pasaba de ancha de huesos. Era, más bien, como esas mujeres de Rubens. Sara se acercó estupefac-ta, porque no daba crédito a lo que veía. Pedro dio un respingo.

- ¡Pero bueno! –chilló el chico-¡Sara! ¿Te han dejado entrar? Pagarías la mitad, ¿no? Sara pestañeó de incredulidad. La última persona de la que esperaba aquel comentario era del

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chico que llevaba los sábados camisetas con inscripciones de «Gordas fuera». La acompañante de Pe-dro estalló de la risa.

- ¡Pedro! –tartamudeó ella porque no podía contenerse la risa-. ¡No sabía que te comunicabas con las lombrices! Tesoro, déjanos en paz y vete a vomitar.

- Venga, foca, nosotros también nos vamos. - ¡Ay! ¡No me llames así! ¡Si estoy en los huesos! ¡Mira cómo se nota el hueso de la rodilla! - Si ni se ve, mujer. Si estás muy gorda, como las modelos de la pasarela. No como esta. No sé ni

por qué me enrollé contigo –dijo el chico secamente a Sara. - ¿Qué te enrollaste con ella? ¡Oh, madre mía! –la chica no podía aguantar la risa. Los ojos de Sara saltaban de lágrimas de tristeza e incredulidad. Poco a poco retrocedía sin saber

qué ocurría a su alrededor. La querida de Pedro dio un pisotón contra el suelo que hizo dar un brinco a la delicada joven y provocó las crueles carcajadas de la pareja. Sara echó a correr. Ya no tenía tan claro si era el mundo que se había vuelto loco o ella la que se había vuelto loca. Corrió pero sus finos zapatos no la hicieron llegar muy lejos, porque pronto tropezó con una tienda de ropa. Cuando se incorporó del suelo vio la voluptuosa figura de los maniquíes, cuyos botones estaban a punto de reventar. Apartó vio-lentamente la vista y sus ojos se clavaron en la juguetería. Muñecas para niñas… Todas con barriga y celulitis. ¿Qué fue de las finas bailarinas del romanticismo? ¿Qué fue de los diseñadores y sus modelos,

de la talla 34, de las barritas energéticas? ¿Es que todo el sufrimiento para adaptar-se a los cánones de belleza había sido en vano? Sara no podía creerlo, no quería. Corrió al bar más cercano y vació su car-tera en comida basura. Tragó la hambur-guesa de tres pisos casi sin masticar. Le saltaban las lágrimas del esfuerzo, pero debía continuar. Y continuó comiendo, hasta que interfirió en sus oídos una con-versación.

- Mi hija Lorena adelgazó dos kilos –sentenció una decepcionada voz de mu-jer.

- Pero no te preocupes, cielo. Está guapa como está.

- No. Hace unos meses tenía so-brepeso y ahora tiene una talla 38. ¡38, Berta! ¡Ni nosotras cuando teníamos do-

ce! Tiene la cintura estrecha y no tiene barriga ni celulitis, ¡y ya tiene catorce años! –resopló agitada e hizo una pausa-. Sabes que lo hago por su bien, para que encaje con las demás chicas. No quiero que sufra como sufrí yo a su edad…

Sara soltó la hamburguesa y una última lágrima se deslizó por su huesudo rostro. La rabia era tan grande que no cabía en su frágil cuerpecillo. Sólo era una muñeca, pensó, un instrumento que su madre y los demás afinaban a su gusto. Nunca había elegido lo que quería ser. Apretó con fuerza los extremos de la bandeja y con un grito la lanzó contra la mesa de las señoras. Sin mirar hacia atrás, se alejó del local. Tenía claro su objetivo: Poner un culpable a su situación.

Ya en su salón, buscó a su madre, dispuesta a gastar sus cuerdas vocales en reprocharla. Pero sólo se encontraba el silencio reposando en el sofá. Buscó, con una migaja de esperanza, a sus padres haciendo la cena, pero sólo halló una nota en la nevera, con la redonda caligrafía de su madre:

«Café con Cata. Vuelvo a las once. No comas hasta que vuelva papá». Sara ya no veía de los llantos que nublaban sus ojos. Arrugó la nota entre sus dedos y chilló como

queriendo echar su voz al aire y hacerla desaparecer. Pisó la nota hasta romper el tacón y corrió hasta su cuarto. Millones de pósters de curvas y papadas clavaban sus ojos en sus huesos, se reían de la trasparencia de su piel. La culpaban, porque era ella; la culpable que estaba buscando. El falso perso-naje que se había dejado moldear por la sociedad. Arrancó los pósters, pero no se libró de las miradas. Ya estaban grabadas en su cerebro. El único póster que quedaba en pie, había sido envestido por dicho cerebro, que poco a poco chocaba contra el frío mármol, junto con su cuerpo yerto y frío.

- Es imposible. Nunca había tenido problemas con… ¡Sara! Las pestañas de Sara revolotearon como dos mariposas. Vio una potente luz de neón que le

cegó, pero al abrir los ojos de nuevo, distinguió muchas personas, entre ellas sus padres. - Papá –susurró entre la máscara de oxígeno-. Mamá… -sonrió aunque no se vio su sonrisa. En-

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tornó los ojos para distinguir la otra figura-. ¿Pedro? - Sí. Te seguí y llamé a tus padres. Unas chicas me dijeron que habías estado vomitando en el

baño y que te vieron mareada. Estaba hablando con mi prima y de repente apareciste tú y te empezaste a reír de ella. Ella se echó a llorar. Pensé que estabas algo tocada, luego saliste corriendo.

- Lo siento –comenzó a llorar Sara-. Lo siento mucho… - Sara –intervino el médico-. Ya les comenté a tus padres que debías quedarte una temporada

hasta que ganases unos kilos. - ¡No, doctor! –exclamó Cristina, destrozada-. ¡Está en exámenes! ¡Le juro que mi hija…! - Sí, mamá –interrumpió Sara-. Voy a empezar a decidir quién quiero ser. Me quedo. - ¿Estás segura? –dijo Ramón, emocionado. - Sí. Me quedo. En un principio, Sara pensó «Todo ha sido un sueño». Pero no era verdad. Todo aquel dolor lo

sintió. Aquel día, rodeada de luces blancas y batas, Sara creyó que estaba viendo su nacimiento. Y no iba mal encaminada, porque aquel día, Sara Pastor comenzó su vida, la que ella quería. Por suerte, el fin de esta historia es sólo un punto y seguido.

Accésit

Yo escribo entre líneas

Ana María Aparicio Rodríguez, 3º ESO B

Hace algunos años tuve una buena idea. La escribí y la cosa no salió muy mal. Fue un éxito de ventas. Impresionaban las largas colas que se formaban en las librerías a la espera de una nueva edición de La vida secreta de la vecina de al lado pero, sobre todo, era sorprendente el sadismo del público. Mi libro contaba la historia de una escritora que, teniendo doce años, ve morir a sus padres en un fulminante accidente de tráfico. No escatimé detalles en esta parte hasta el punto de que a mí misma no me habría sorprendido oler la carne quemada y ver mis manos manchadas de sangre. Esta chica va a vivir a un orfanato dirigido por monjas, olvidando así su pasión por la literatura y dejándose llevar por todo tipo de actividades «poco cristianas». Finalmente, y después de unos cuantos capítulos sin importancia (adop-ciones, fugas, memorias varias...) cumple dieciocho años y logra salir de allí. Se asienta y retoma aque-llo para lo que la gente solía decirle que había nacido. Escribe su vida secreta, La vida secreta de la ve-cina de al lado.

Muchas personas, despistadas por la primera persona empleada en el relato y por la «autentici-dad» de las emociones descritas, han llegado a creer que es una autobiografía. Repito que no, que no hay nada de mí en la vecina de al lado. Soy escritora, la verdad no me interesa y, si así fuera, con un poco de maña, no os enteraríais. ¿Por qué os cuesta tanto creer que lo que leéis es ficción? Lo que llamáis autenticidad no es más que la imaginación de alguien que un día, como yo, tuvo una buena idea. Y ya está. Si hay algo de autobiografía, que siempre lo hay, no lo niego, pasará tan desapercibido que se convertirá en algo tan insignificante como el número del portal y se desechará. Suele detallarse más la ficción, para darle realismo, y obviar la realidad, para convertirla en ficción.

Después de unas cuantas ediciones y reediciones, de ingresos millonarios pudriéndose en una gran cuenta bancaria y de plumas y plumas cansadas de firmar libros, llamé la atención de Hollywood. Qué suerte la mía...

Vino un día mi editora, una de esas mujeres que responden al estereotipo de modernidad, con sus trajes rojos, brillantes y serios a un tiempo, calzado elegante pero cómodo; pulseras, pendientes y collares, detalles para disimular una vejez próxima que osaba asomarse por su horizonte. Me contó la gran noticia. Estaba radiante. Sus ojillos pequeños, castaños, corrientes, tenían un brillo especial, aquel que otorga el éxito ambicionado. Berta olía beneficios, aunque no estaban, ni remotamente, asegura-dos. Pero eso no dependía, por supuesto, ni de ella ni de mí. Casi vi moverse las peladas aletas de su nariz griega cuando le dije que no le decía que no, pero que tampoco me hacía mucha ilusión. —¿Pero por qué...?—dijo, dirigiéndome una mirada extraña, persuasiva, parecida a la de una araña mientras come con los ojos a su presa—. Será una manera de hacer conocer tu historia, tu magnífica historia al mundo entero. Es una oportunidad de oro. Y yo estaré allí—añadió cogiéndome la mano. Precisamente eso era lo que me daba más miedo. Berta, mi anodina editora, brillante en sus años mo-zos, estaba empezando a guardar un parecido cada vez más preocupante con una viuda negra.

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Me soltó la mano. —Mira—dijo—: ruedan la película y si no te gusta el resultado, no se muestra al público y ya está.

Empezaba a soltar el veneno. Fruncí el ceño, nada convencida. Me costaba creer que fuesen a invertir una cantidad más o menos importante de dinero en un proyecto que podría no salir nunca a la luz. Se lo dije, y no se molestó en ocultarme que tenía razón.

—Hay directores muy buenos, que siguen los libros muy fielmente—dijo.

Hombre, eso lo sabía; yo también iba al cine de vez en cuando. Pero también había visto cómo mutilaban, como rompían en mil pedazos buenas historias y las con-vertían en algo irreconocible. Antes de que pudiera contarle todo esto, empezó a decir nombres y películas. Estuve toda la tarde en su despacho, descartando directores que yo creí se iban a pasar mi libro por el forro de los cojones. Por fin hubo uno que no me disgustó. Había visto una película suya, basada en el libro de un autor muerto, y había salido muy bien. Cedí y Berta se despidió de mí con una sonrisa, satisfecha por fin.

Habían empezado a rodar el día an-terior. Me encantaría poder añadir algo más, pero aquel día, agotador para todos según tengo entendi-do, estuve repasando el guión, pues en un arranque de generosidad se me había encargado a mí, y sólo me contaron un poco lo que habían hecho. No me gustaba y así se lo comuniqué al señor director, porque pensaba que si esperaba a la mitad de la película sería ya demasiado tarde y les habría hecho perder mucho tiempo y dinero. Me daba miedo la cantidad de medios que se estaban invirtiendo en La vida secreta de la vecina de al lado. La película. Es realmente escalofriante lo que gastan en dos horas de entretenimiento. Asusta. Pero más aún la vena hinchada del señor director cuando le dije que no es-taba contenta con su trabajo. En serio, tuve miedo. Se levantó de la silla en que estaba sentado y em-pezó a gritar y a soltar (o al menos esa fue mi impresión) un montón de palabras sin sentido mientras la vena de su frente iba creciendo y poniéndose más roja. Claro, pensé, hay tanta sangre en su cabeza porque apenas supera el metro sesenta y trabaja demasiado. Esto es lo que pasa cuando se presiona a la gente: empieza a desvariar y acaba relacionando la altura con la sangre.

El señor director, que aunque todavía era joven estaba ya, como suele decirse, muy quemado y empezaba a desarrollar una creciente misantropía o quizás una cierta preferencia por los escritores muertos, se fue de la habitación echando pestes y me dejó sola. Llegó la protagonista, una joven de la que no podría decir mucho, y me dirigió una mirada interrogante que sólo supe responder con un enco-gimiento de hombros.

Al día siguiente, muy de mañana, estando todos cuantos participábamos en aquello desayunan-do, llegó el señor director y, dejando con un golpe unos papeles sobre la mesa, entre el zumo y las tos-tadas, se puso a recitar lo que reconocí como mi expediente. Empezó por mis notas del colegio y co-mentarios de antiguos profesores y acabó por algunos artículos que había escrito en mis años de perio-dista. Muchos decían de mí que era realmente despiadada, que tomaba corazones para desayunar, hígados en la comida, ojos a media tarde y unos sesos a la plancha para cenar. Es cierto que mis críti-cas podían ser hirientes pero no lo hacía con mala intención. Yo también tenía que vivir de algo, y el pe-riodismo, dicho por muchos otros, era la única salida para los llamados de letras. Temo sonar demasia-do malintencionada, decía yo. Que no, mujer, que no, ya verás qué bien, respondían. Os dedico este párrafo, de verdad, esperando hacer vuestros epitafios y recordando en momento nunca más oportuno aquella famosa frase que dice así: «Te lo dije». Pero estábamos hablando del señor director, que se había tomado la molestia de investigarme. Creo que con eso intentaba hacerme parecer una neurótica, perfeccionista hasta el delirio o algo así. Y lo habría conseguido de no ser por los acontecimientos del día siguiente que yo, en mi neurosis, consideraría importantes o, al menos, dignos de mención:

Dispuesta a tomarme una pequeña y poco seria venganza por su numerito matutino, iba a bus-car mi chisme (no estoy para tecnicismos) para conectarme a internet, uno de esos inalámbricos. Efecti-vamente, iba a buscarlo en la red. IMDB da para mucho. Me dirigía hacia mi caravana, cuarto, habitácu-lo o como queráis llamarlo cuando oí un ruido de pasos detrás de mí. Miré de reojo la figura que allí había. No me dio tiempo a más. Cuando me quise dar cuenta tenía un balazo en el pecho, justo en el

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corazón, y estaba tirada en el suelo, sobre la gravilla. Un gran charco de sangre, de un rojo brillante que casi reflejaba la imagen de mi asesino, me rodeaba y mis ojos de mirada hueca lo desafiaban.

¿Adivináis? Tal y como yo había supuesto, el señor director trabajaba demasiado. No escribo esto desde el más allá, ni desde cualquier lugar al que vayas después de muerto.

Quizá no estoy muerta, quizá estoy más viva que nunca. Dejaré eso a vuestra elección. Por cierto, el señor director estaba enfadado, sobre todo, porque le dije que no sabía leer. Yo

escribo entre líneas, mis obras requieren un análisis en cierto modo más profundo. Soy una lianta sin remedio, qué le vamos a hacer. No digo las cosas a las claras, no si puedo evitarlo. Espero haberlo aclarado. Escribo esto para aquel que no me supo leer. Segundo Ciclo de ESO Modalidad de poesía

Primer premio

Suena, suena

Marta Malgor Vázquez, 4º ESO B

Suena, suena ¿Dónde estás?

¿Dónde perdí la inocencia? ¿Por qué no la he vuelto a encontrar?

Quiero volver a ser libre

Volver a volar y soñar Quiero pensar que aún existe

un lugar donde esperar. Esperar a que acabe la espera,

dulce inocencia ¿Por qué no estás?

Suena, suena

¿Dónde estás? Suena, suena

Que te quiero encontrar

Despierto una mañana cualquiera, Cualquier día y cualquier mes, ¿dónde estás amada infancia?

¿quién no te deja volver? ¿Por qué vuelves mis días más largos?

¿Por qué ya no sé que hacer?

Despierto y el frío entumece Todo mi cuerpo y mi ser.

Despierto y aunque quiera hacerlo vuelvo a dormirme otra vez.

Suena, suena

¿Dónde estás? ¿Dónde perdí la inocencia?

¿Por qué no la he vuelto a encontrar? Sigue sonando, sigue sonando

Aunque ya no te pueda escuchar.

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Accésit

Lo sé

Inés Rodríguez Arias, 4º ESO E

Te echo de menos,

puedes sentirlo, y yo lo sé.

Puedes saberlo, eso lo sé.

Vuelve, mi sueño. ¿Volverás? ¿Querrás?

Vuelve, te extraño. ¿Me sueñas?

¿Me extrañas? Ya no lo sé.

Bachillerato * Modalidad de poesía

Primer premio Siento...

Marlén Alonso Castaño, 2º BCH B

Siento muy cerca el aliento suave y profundo del mar…

Llena mi vida y mi alma, calma entre la tempestad.

Pasan los días y noches, mecen sus olas mi paz… Surca mi espíritu errante, busca su abrazo fugaz.

Siento la brisa que llega

como un susurro y se va… Me habla al oído y me canta en la quietud de este mar.

Ese sonido que invade todo mi ser, mi soñar..

Se hace más grande y profundo cuando las olas se van.

* Los premios de Bachillerato en modalidad de cuento, así como el accésit en poesía han quedado desiertos

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