PAISAJE VEGETAL Y CONDICIONES BIOCLIMÁTICAS EN LA SIERRA DE GATA

La Sierra de Gata está situada en el noroeste de la provincia de Cáceres, limitando al norte con Salamanca, al oeste con Portugal, al este con Hurdes y al sur con las vegas del Ambroz.

Pertenece al Sistema Central por lo que separa las dos submesetas norte y sur, habiendo una diferencia de altitud entre una y otra de unos 200m. La ladera norte es suave y de poca pendiente, mientras que la sur es mucho más abrupta.

La edafología de la zona (los tipos de suelos), la alta pluviometría (en torno a 1000 mm anuales) y la temperatura media (sobre los 13ºC) condiciona la vegetación existente y le otorga unas características peculiares, más propias de latitudes más al norte. Por este motivo se dice que Gata pertenece al clima mediterráneo pero con trazas atlánticas.

Todo esto se traduce en una complejidad de matices que nos permite estudiar especies propiamente atlánticas insertas en un tapiz denso de especies mediterráneas. Si a esto la añadimos la acción humana que introduce especies de producción la complejidad se multiplica.

Para traer un poco de claridad a toda esta mezcolanza de especies, vamos a definir los típicos pisos de vegetación mediterráneos y sobre ellos iremos matizando el resto de situaciones.

Como esquema teórico podemos definir tres pisos:1º.- Piso de encina y alcornoque: este es en Extremadura el más abundante y se

sitúa en las zonas más bajas y llanas, diferenciando una serie de características el hecho de que aparezca una u otro. La encina prefiere suelos poco maduros y ácidos (aunque también soporta suelos alcalinos pero en Extremadura son anecdóticos), mientras que el alcornoque prefiere suelos más maduros y arcillosos (los llamados suelos rojos) y con más humedad.

2º.- Piso del robledal: Es el más extendido en las zonas serranas pues es propio de lugares frescos, con un buen aporte nutricional y con alta humedad, lo cual es habitual en la sierra. La mezcla con encinas y alcornoques va a depender de la orientación, si es solana o umbría, de la humedad y de la edafología, subiendo en algunos momentos las especies de pisos bajos o bajando las especies de los pisos altos.

3º.- Piso de los piornos serranos: a partir de los 1100m de altitud los robles tienen dificultades para sobrevivir pues la temperatura ha descendido notablemente, y deja paso a los arbustos del tipo piorno, los cuales por su estructura semiesférica pueden aguantar perfectamente los rigores del invierno.

ENCINAR Y ALCORNOCAL

Las amplias llanuras de la provincia de Cáceres están tapizadas de multitud de encinas (Quercus ilex var. rotundifolia lam.) que viven en un suelo escaso de profundidad mínima pues aflora rápidamente la pizarra sobre la que se asienta. Esta estructura impide que los suelos se encharquen pues el agua discurre hacia los arroyos y así se evita la putrefacción de las raíces. En estas zonas la producción de hierba es alta por lo que el aprovechamiento es principalmente ganadero.

El alcornoque (Quercus suber L.)tiene una amplia distribución igualmente, pero esta es un tanto artificial pues se sembraron multitud de ellos para el aprovechamiento del corcho. Situándolos en las mismas zonas que la encina aunque por su naturaleza no le correspondiera. Su localización natural se sitúa en zonas de suelos profundos, bien desarrollados y muy arcillosos, los llamados suelos rojos, de los que existen en la zona de Gata varios enclaves, y una humedad relativa mucho mayor que la de la encina.

La encina y el alcornoque llevan asociada una gran variedad de especies que se distribuyen de diferentes maneras en función de sus características, y así por nombrar algunas diremos que cerca de los arroyos aparecen piruétanos (Pyrus bourgeana Decne), el majuelo (Crataegus monogyna Jacq.) y en zonas más altas el madroño (Arbutus unedo L.) y el durillo (Viburnum tinus L.)

La acción del hombre en este piso introduce numerosas especies para su aprovechamiento, tales como el olivo (Olea europaea L.) quizá la más característica de la zona y la que mayor reconocimiento le ha conferido debido a la calidad de sus aceites; pero también los numerosos árboles frutales como las moreras, los cítricos, las granadas, membrillos, melocotones, ciruelos, los guindos, etc. Todos ellos con buena producción debido a la climatología tan benigna.

Cabe mención especial a aquellas plantas que antaño fueron importantísimas y que hoy han caído en desuso, como es el zumaque (Rhus coriaria L.) cuyos taninos se usaron para el curtido de pieles y cueros, básico para la realización de zapatos, botas y pellejos. O la chumbera (Opuntia mirabilis L.) en cuyas ramas vivía una cochinilla de la que se extraían pigmentos rojos para el teñido de telas. Ambas especies las podemos observar al comienzo del camino romano hacia el puerto de Santa Clara desde San Martín de Trevejo.

En estos parajes también podemos observar los malogrados olmos (Ulmus minor Miller) testigos mudos de numerosas charlas en las plazas de nuestros pueblos. Los plátanos recurso fácil para la construcción de numerosos parques por la envergadura que pueden alcanzar en poco tiempo.

ROBLEDAL:

En zonas frescas y húmedas se instala el roble (Quercus pyrenaica Willd.) denominado vulgarmente melojo, especie afín al roble carballo (Quercus robur L.) propio de latitudes más septentrionales.

Las características medioambientales permite al roble asentarse en una amplia zona que abarca la práctica totalidad de la ladera sur de la Sierra de Gata, exceptuando las cumbres que pertenecen a otro piso altitudinal. Igualmente otras muchas especies se pueden asentar en esta zona, unas de forma natural como especies relictas de otros tiempos en los que el clima atlántico estaba asentado en la zona y otras introducidas por el hombre.

Aquellas especies relictas eran muy abundantes entonces pero hoy solamente sobreviven en condiciones muy particulares, con una escasez muy notable. De entre ellas podemos destacar el acebo (Ilex aquifolium L.) muy abundante en las cercanías del pontón del río de la Vega. También podemos encontrar arces (Acer monspessulanum

L.), avellanos (Corylus avellana L.) y arraclanes (Frangula alnus Miler), siempre en zonas con cercanas a los arroyos, prefiriendo la umbría por se más fresca.

El almez (Celtis australis L.), las cornicabras (Pistacia terebinthus L.) y los enebros (Juniperus oxycedrus L.) son partidarios de zonas más soleadas y abruptas.

En tramos del río más bajos la flora asociada al curso fluvial cambia para dar paso a alisos (Alnus glutinosa L.), madroños (Arbutus unedo L.), saúcos (sambucus nigra L.), fresnos (Fraxinus angustifolia Vahl) en praderas nitrofílicas y algún que otro abedul (Betula pendula L.)

Las especies que introdujo el hombre para su explotación fueron principalmente dos, el castaño (Castanea sativa Miller) el cual tiene los mismos requerimientos bioclimáticos que el roble por lo que comparten distribución, y que se sembró para abastecer de castañas a la población, única fuente de fécula hasta la entrada de la patata, y también con un buen uso maderero. La otra especie es el pino, principalmente el Pinus pinaster Aiton) aunque también en menor medida el Pinus sylvestris, para aprovechamiento maderero dado su rápido crecimiento y la tolerancia a la altitud, pues su distribución va desde zonas relativamente bajas hasta zonas cercanas al piso de los piornos.

Todo ello acompañado de numerosos arbustos como las escobas (Cytisus sp), las genistas (Genista sp), brezos (Ericas sp), jaras (Cistus sp), etc.

PIORNAL SERRANO

En las zonas más altas de la sierra nos encontramos con unos suelos poco evolucionados, con poca profundidad y bastante ácidos, son suelos del tipo litosoles. Si a esto le añadimos el descenso térmico que se experimenta a medida que ascendemos ( del orden de 0.6ºC cada 100m), en las cumbres tendremos una temperatura media anual de 5 o 6 ºC. Aunque la nieve no aparece con frecuencia, las plantas que se

asientan en este piso altimontano están preparadas para sobrevivir en caso de que la hubiera.

Su estructura almohadillada crea un espacio en su interior fuertemente protegido por las ramas exteriores que están muy tupidas y apretadas por lo que si quedan cubiertas de nieve el interior queda libre de ella y con una temperatura superior, garantizando la supervivencia de la planta.

Una propiedad accesoria que tienen estas plantas debido a esta estructura, es que también le sirve como protección ante posibles incendios, tanto naturales como artificiales, pues aunque se queme el exterior, el nudo o tocón del que parten la mayoría de las ramas queda intacto regenerando la totalidad de la masa vegetal de una manera muy rápida. No obstante, el exceso de presión por parte de los pastores que queman indiscriminadamente para conseguir pastos, puede hacer que se acabe con ellas y lejos de ser beneficioso, los efectos pueden ser catastróficos pues en estas zona con fuerte pendiente y poco suelo la erosión es brutal, perdiendo el poco suelo fértil que había y que mantenían esas plantas. Es por ello que hay que desterrar este tipo de prácticas tan dañinas para el medio.

En lo alto de la nevera, cumbre del monte Xálima podemos encontrar dos especies características, el cambrión (Echinospartum bardanesii Rothm) y el piorno (Cytisus purgans L.). La característica más marcada que las diferencia es la altura que pueden alcanzar, siendo el primero más pequeño que el segundo. Altura máxima del cambrión hasta 50 cm, y la máxima del piorno hasta 1.50 cm.

La gran cantidad de afloramientos rocosos hace muy dificultosa la ascensión campo a través, los piornos ocupan los huecos que dejan las rocas complicándolo aún más. Sin embargo cuando se consigue atravesar la barrera de piornos y llegamos a la zona de cambriones, más bajos y separados la ascensión se facilita notablemente. El pico está coronado por un gran bloque de piedra con apenas unos musgos y líquenes. El paisaje que se contempla es espectacular por la extensión que puede alcanzar.

CULTIVOS:

En la Sierra de Gata existen multitud de cultivos con un alto rendimiento debido a las condiciones tan benignas que disfruta, la alta pluviometría, las temperaturas relativamente suaves y los suelos fértiles permiten ese rendimiento. Son muchos los cultivos pero cabe destacar el olivar, los viñedos y algunos frutales meridionales como los nísperos, los kivis y otros.

EL OLIVAR:

El olivo (Olea europaea) es un árbol perennifolio, muy longevo que puede alcanzar una altura de 12-15 metros. El tronco es muy nudoso y recurvado, pudiendo abrirse dejando varias zonas que van a aparentar troncos independientes pero que constituyen una sola unidad.

El crecimiento es muy lento por lo que llegan a vivir mucho, algunos hasta 2000 años. La forma silvestre es el acebuche, arbusto espinoso con frutos pequeños y muy numerosos. En el olivo faltan las espinas y el número de frutos es menor aunque de mucho mayor calibre.

Es originario de Asia y se introdujo por los romanos para su explotación. Hoy este punto está en discusión pues se han encontrado pólenes de olivo anteriores a su supuesta introducción. No obstante, su explotación sigue hasta nuestros días con un rendimiento muy alto. El aceite, producto estrella es el llamado oro verde pues su precio es muy elevado debido a sus características organolépticas que le hacen muy interesante en gastronomía y por sus ácidos grasos omega 3 que son muy saludables.También tienen muchas otras aplicaciones como cosméticos, medicinas, jabones, etc.

La aceituna macerada también se puede consumir directamente, son las aceitunas de verdeo, y se suelen macerar con sosa. Se pueden echar directamente, rajadas o machadas, y luego se aderezan con hierbas como romero, tomillo, orégano, ajo, cebolla, etc., cada familia tiene su propia fórmula secreta.

EL VIÑEDO:

Tradicionalmente se ha considerado esta zona como muy buena productora de vinos y es verdad que la cantidad de vinos que genera es considerable aunque la calidad de los mismos es discutible pues hay mucha diferencia entre unos y otros.

El vino joven del año se denomina pitarra y los mejores suelen ser vinos blancos, los cuales se servían sin trasegar por lo que eran muy espesos y turbios, hasta que se prohibió esta práctica obligando por ley al trasiego dejando ahora los caldos perfectamente transparentes.

La vid (Vitis vinifera) es un arbusto del tipo enredadera, pero las prácticas agrícolas las va organizando y a base de podas se les da la forma típica que es un tocón grueso de entre 50 y 80 cm. de alto del que parten anualmente numerosos vástagos, se dejan solo entre 8 y 10 pues si no fuera así la planta perdería mucha energía en producir hojas y no interesa, podando se consigue dejar un equilibrio entre la cantidad de hoja y la cantidad de fruto, mayor cuanta menos hoja haya.

CASTAÑAR

Los castaños son árboles introducidos por los romanos, por tanto no son autóctonos, aunque este punto está en discusión pues se han encontrado pólenes anteriores a los romanos lo que indicaría que ya existirían de forma natural en nuestro territorio. Lo que si es seguro es que la siembra de manera que se permita su explotación si es de origen romano. Se trajeron como cultivo para conseguir castañas, principal fuente de fécula antes de aparecer la patata. Las castañas aparecen en grupos de dos o tres rodeadas por una cubierta protectora con fuertes pinchos llamado comúnmente erizo.

También sirven para conseguir madera, que tiene una buena consistencia y crece relativamente rápido. Tiene un color rojizo que hace que sea muy apreciada, creándose una cultura maderera que sirve como fuente de riqueza para la zona estableciéndose numerosas carpinterías y cesterías en sus inmediaciones.

Los requisitos del castaño son pocos pues es un árbol que se adapta bien a cualquier medio aunque prefiere los medios ácidos pues en zonas alcalinas crece peor. También requiere de humedad y de calor, si bien crece mejor con calor también lo hace con frío el problema es que sufre mucho más y se suelen helar las ramas exteriores y los plantones, produciendo muchos menos frutos.

Por sus características coincide con la distribución del roble con necesidades similares por lo que éste ha sido talado sistemáticamente para sembrar castaños, los cuales aportan mucha más riqueza que el propio roble.

Son muchos los bosques de castaños que se han abandonado y, por tanto, se han asilvestrado siendo un ejemplo de naturalización de un cultivo, con ejemplares centenarios en nuestras tierras. La vida del castaño es muy longeva llegando algunos ejemplares a los 1000 años, y a tener unas dimensiones considerables, con troncos de hasta 4 y 5 metros de diámetro. Son famosos los “abuelos” de San Martín de Trebejo con una edad de entre 500 y 600 años.

PINARES

Los pinares son bosques de coníferas en los que domina alguna especie de pino. Los bosques naturales son escasos en nuestra geografía y situados a mucha altura, por ejemplo el pino negro (pinus nigra) vive a 2000 metros de altitud en los pirineos. En nuestra región los pinares de repoblación son mucho más abundantes, suelen ser de pino piñonero (pinus pinea), pino silvestre (pinus sylvestris) o pino carrasco (pinus halepensis), estos dos últimos se plantan por la calidad de su madera y por su rápido crecimiento, lo que les hace ser una especie rentable económicamente. Además, sus requerimientos nutritivos y sus necesidades climáticas les permite aprovechar suelos pobres y a una gran altitud por lo que no provocan un gran desplazamiento de las especies autóctonas que no soportan esas condiciones.

Las hojas son aciculares (en forma de aguja), aguantan en el árbol hasta 5 o 6 años por lo que los pinos son perennifolios. La longitud de la hoja nos informa de la humedad del año en que se formó siendo muy larga si el año fue húmedo o corta si fue seco. Las semillas, llamadas piñones se sitúan en unas estructuras denominadas piñas, en el caso del pino piñonero son grandes y suponen una fuente de riqueza para la zona pues son muy cotizados.

La explotación de la resina ha sido en numerosos casos una fuente de ingresos importante para las zonas en que se producía, se sacan muchos disolventes como el aguarrás, la esencia te trementina, la pez, y otros.

Los de repoblación no llevan una flora autóctona asociada, pero los naturales si, estando muy relacionados con las sabinas y enebros.