País de dragones (fragmento)

8/13/2019 Pas de dragones (fragmento)

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Aunque la mayor parte de la obra de

Dana Chaviano ha estado dirigida a

adultos, sus incursiones al mundo de la

literatura infantil y juvenil han dejado

una profunda huella en sus lectores.

Este es el caso dePas de dragones.

A travs de los once relatos que

conforman este libro, su autora cre un

muestrario de estas criaturas mticas

que ella ha relacionado con diversas

culturas y mitos: desde Quetzalcoatl

hasta Don Quijote, desde los dioses

afrocubanos hasta las hadas anglosajonas...

Metforas poticas sobre la belleza y la lealtad, el amor por la sabidura

y por la patria, la vejez, la libertad y otros tpicos, aparecen disfrazadas

bajo el ropaje de las leyendas.

Escrito con gran lirismo y una dosis desbordante de fantasa, Pas de

dragones es un libro dirigido a nios y jvenes que, sin embargo, toca

las fibras ms profundas del alma adulta.

En 1989, recibi el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil "La

Edad de Oro" (La Habana, Cuba).
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DANA CHAVIANO

PAS DE DRAGONES

( f r a gme n t o )

cuentos


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ndice

Tocata y fuga para una dragona

La ciudad silenciosa

Piedra de vida

Un pas llamado Otoo

El dragn que cantaba azul

Diario de un alquimista

La Doncella de Fuego

La voz de la isla

Sombra hechizada

El hombre con el rostro de plata

El guardin de los molinos


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El hombre con el rostro de plata

Otra ms, pens el sacerdote mientras vea caer la estrella.

Era la tercera en esa semana. Un augurio.

Abandon la terraza del observatorio y baj por las

escaleras secretas que lo llevaron hasta un largo corredor.

Volvi a subir cientos de escalones y, de improviso, se encontr

en la cima de la pirmide. Se acerc al altar. All estaba la joya

de fulgor lcteo que avisaba la llegada de los milagros; la prenda

que guiaba los designios de su casta; la roca preciosa, smbolo

de su pueblo; la que aseguraba la permanencia del animal

sagrado entre ellos; la piedra del dragn. Ninguna anomala

revelaban sus aristas. Era extrao.

Baj de nuevo los escalones y sali al aire libre. La gente

susurraba inquieta. Muchos haban visto el fenmeno. El

sacerdote decidi irse a dormir.

A la maana siguiente fue despertado por un murmullo.

Era como si toda la ciudad mascullara sus rezos al mismo


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tiempo. Se visti aprisa. All afuera vio un prodigio.

Una esfera de plata gigantesca, de contornos pulidos y

perfectos, haba sido abandonada en medio de la plaza. Cien

hombres trataron de moverla, empujando al unsono, y no

lograron hacerla oscilar siquiera. Pareca clavada en el suelo.

A medida que pasaban las horas, el rumor se extendi, y

caravanas de viajeros se desviaban de su ruta para ver de cerca

aquel portento. Cuando cay la tarde, el objeto semejante a un

huevo pareci estremecerse; unos ruidos escaparon de su

interior y la multitud retrocedi. En lo alto de la esfera surgi

un orificio. Una criatura emergi de sus entraas: semejaba un

hombre, pero no lo era. Su piel era brillante como la superficiede la luna; slo sus manos mostraban un color rosceo plido.

Tena dos rostros: uno externo y otro interno. El externo

pareca hecho de agua dura y transparente que refulga como la

plata. El interno se asemejaba al de cualquier otro hombre; slo

que su piel era ms blanca, sus cabellos como el sol de la tarde,

y sus ojos como la luz del cielo... Bello y extravagante a la vez.

Comenz a hablar, y su voz fue el rugido del leopardo y la cada

de las aguas y el huracn del mundo. Tronaba y cantaba como


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un dios.

Los hombres comprendieron: el recin llegado era un dios.

Compararon el brillo del huevo del cual haba surgido con los

rayos del planeta matutino: tenan la misma luminosidad. El

dios era hijo de Tlahuizcalpantecutli, la Estrella de la Maana.

El sacerdote lo llev al altar donde fulguraba la piedra de

los prodigios. Al verla, el dios se prend de ella.

Quiero esa joya dijo en un idioma inaudible, que slo se

escuch dentro de las cabezas.

Oh, venerable respondi el sacerdote en el mismo

lenguaje silencioso, pdenos cualquier cosa: un trono de oro

macizo, mil mantos de quetzal, o el corazn sangrante de una

doncella; pero no nos pidas la piedra del dragn Si te la llevas,

la bestia sagrada se ir tras ella y nuestro pueblo perder su

poder.

Dragn? le llegaron los pensamientos del dios. Qu

es un dragn?

Y el sacerdote grit al viento:


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Xolotl! Xolotl!

Y el Templo de la Luna tembl. Un bramido de naturaleza

primigenia estremeci los montes. Y una criatura de fauces

llameantes, cola de sierpe y garras de fiera, sacudi sus alas y

salt a la brisa. La multitud, aterrada, busc refugio en sus

casas; y hasta el mismo sacerdote, custodio del animal, se tir

de bruces sobre el suelo.

El dios permaneci sin hablar durante mucho rato,

mientras observaba las evoluciones areas de aquella bestia

furiosa. Todos creyeron que l tambin se haba asustado; pero

se equivocaban. Las ideas bullan dentro de la cabeza del dios y

llegaban a las mentes de los hombres que lo rodeaban. Eranideas confusas y esplndidas, pues el dios pensaba que jams

haba visto algo tan bello y terrible.

Les mostrar mis secretos jur con solemnidad. Les

ensear cmo sacar medicinas de las plantas, cmo trabajar

los metales, y cmo fabricar telas maravillosas.

Pero el sacerdote movi la cabeza en seal negativa.

Tarde llegas respondi en su mente. Conocemos


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yerbas para espantar la muerte; nuestros herreros tejen encajes

con el oro, la plata y el cobre; y nuestras mujeres son hbiles en

reproducir el mundo sobre lienzos de mil colores.

El dios medit unos instantes.

Muy bien dijo entonces. Lesmostrar el principio y el

fin de los tiempos... Sera se un buen precio?

(Fin del fragmento)

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