Pacto germano soviético de 1939

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Historia del Mundo Contemporáneo «Tras un corto saludo protocolario, los cuatro, Stalin, Molotov, el conde Schulenburg y yo, nos sentamos a la mesa. También estaban presentes nuestro intérprete, el consejero de embajada Hilger, y Pavlov. el joven y rubio intérprete ruso, quien al parecer gozaba de toda la confianza de Stalin. Yo comencé la conversación diciendo que Alemania deseaba un cambio en las relaciones germano-soviéticas, así como llegar, en todos los terrenos, a un acuerdo satisfactorio para los intereses de los dos países. Recordé que, a través del discurso pronunciado por Stalin en primavera, habíamos llegado a la conclusión de que Rusia tenía los mismos deseos que nosotros... Luego habló Stalin y se expresó de una manera breve, concisa, sin ninguna retórica. Lo que dijo fue claro y a mí me dio la impresión de que deseaba llegar a un acuerdo con Alemania. Stalin dijo que durante años nos habíamos estado arrojando cubos de estiércol , lo cual, sin embargo, no era motivo para que no pudiéramos soportarnos de nuevo. Había pronunciado el discurso de primavera para demostrar su buena predisposición a entenderse con Alemania. Por lo visto, nosotros habíamos interpretado su discurso de una manera acertadísima. La respuesta de Stalin fue tan positiva que, tras la primera conversación, acordamos establecer un Pacto de no agresión y en seguida tuvimos en cuenta el aspecto material de los mutuos intereses que pudiéramos sostener frente a la cuestión de la crisis germano- polaca . Aunque los rusos tenían fama de duros diplomáticos, desde el principio reino una atmósfera por demás favorable. Se determinaron los recíprocos intereses acerca de los países situados entre Rusia y Alemania . Finlandia, gran parte de los países bálticos y Besarabia se fijaron como zonas de influencia rusa. Para el caso de que se produjera un conflicto armado entre Polonia y Alemania, conflicto que en aquellas circunstancias no era del todo improbable, se señalo una línea de “demarcación” . Durante la primera parte de las conversaciones, Stalin dijo que deseaba determinadas zonas de influencia. En esas zonas de influencia el Estado interesado en ellas trataría con absoluta independencia con los gobiernos de las mismas, sin que la otra parte interviniera para nada. Stalin me dijo, no obstante, que no tenía intención de modificar la estructura interior de tales Estados . Aprovechando que se trataba del tema de las zonas de influencia –tema suscitado por Stalin– y considerando que los polacos redoblaban su actitud agresiva, lo cual podía desembocar en un conflicto armado con Alemania, creí conveniente fijar una línea de demarcación polaca , con lo cual se podía evitar un choque de intereses germano-rusos. La línea de demarcación siguió el curso de los ríos Weichel, San y Bug. En aquella ocasión le dije a

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Historia del Mundo Contemporáneo

«Tras un corto saludo protocolario, los cuatro, Stalin, Molotov, el conde Schulenburg y yo, nos sentamos a la mesa. También estaban presentes nuestro intérprete, el consejero de embajada Hilger, y Pavlov. el joven y rubio intérprete ruso, quien al parecer gozaba de toda la confianza de Stalin.

Yo comencé la conversación diciendo que Alemania deseaba un cambio en las relaciones germano-soviéticas, así como llegar, en todos los terrenos, a un acuerdo satisfactorio para los intereses de los dos países. Recordé que, a través del discurso pronunciado por Stalin en primavera, habíamos llegado a la conclusión de que Rusia tenía los mismos deseos que nosotros...

Luego habló Stalin y se expresó de una manera breve, concisa, sin ninguna retórica. Lo que dijo fue claro y a mí me dio la impresión de que deseaba llegar a un acuerdo con Alemania. Stalin dijo que durante años nos habíamos estado arrojando cubos de estiércol, lo cual, sin embargo, no era motivo para que no pudiéramos soportarnos de nuevo. Había pronunciado el discurso de primavera para demostrar su buena predisposición a entenderse con Alemania. Por lo visto, nosotros habíamos interpretado su discurso de una manera acertadísima.

La respuesta de Stalin fue tan positiva que, tras la primera conversación, acordamos establecer un Pacto de no agresión y en seguida tuvimos en cuenta el aspecto material de los mutuos intereses que pudiéramos sostener frente a la cuestión de la crisis germano-polaca. Aunque los rusos tenían fama de duros diplomáticos, desde el principio reino una atmósfera por demás favorable. Se determinaron los recíprocos intereses acerca de los países situados entre Rusia y Alemania. Finlandia, gran parte de los países bálticos y Besarabia se fijaron como zonas de influencia rusa. Para el caso de que se produjera un conflicto armado entre Polonia y Alemania, conflicto que en aquellas circunstancias no era del todo improbable, se señalo una línea de “demarcación”

. Durante la primera parte de las conversaciones, Stalin dijo que deseaba determinadas

zonas de influencia. En esas zonas de influencia el Estado interesado en ellas trataría con absoluta independencia con los gobiernos de las mismas, sin que la otra parte interviniera para nada. Stalin me dijo, no obstante, que no tenía intención de modificar la estructura interior de tales Estados. Aprovechando que se trataba del tema de las zonas de influencia –tema suscitado por Stalin– y considerando que los polacos redoblaban su actitud agresiva, lo cual podía desembocar en un conflicto armado con Alemania, creí conveniente fijar una línea de demarcación polaca, con lo cual se podía evitar un choque de intereses germano-rusos. La línea de demarcación siguió el curso de los ríos Weichel, San y Bug. En aquella ocasión le dije a Stalin que Alemania había hecho todo lo posible para allanar el conflicto por vía diplomática.

Es natural que deban permanecer secretos aquellos acuerdos que afectan a terceros países. Nosotros, empero, teníamos otras razones para que nuestro tratado permaneciera secreto: el pacto germano-ruso contravenía en cierto modo el pacto ruso-polaco y el acuerdo cerrado en 1936 entre Francia y Rusia, así como determinadas cláusulas de otros tratados existentes entre Rusia y ciertos países. en virtud de las cuales aquélla se comprometía a no pactar, sin el consentimiento de éstos, con otros Estados…

Extracto del texto de J. VON RIBBENTROP (1955), “Entre Londres y Moscú. Recuerdos y últimos escritos publicados por Annelies con Ribbentrop”, Barcelona, recogido en GIRAL, ORTEGA y ROIG (1979), “Textos, mapas y cronología de historia moderna y contemporánea”, Barcelona, ed. Teide, pp. 425-426

1. Resumen2. Explica el significado de las palabras y frases subrayados3. Explica las causas que llevaron a Hitler a firmar este pacto4. Explica las causas que llevaron a la URSS a firmar este pacto5. Explica las consecuencias del mismo