Pablo Iglesias - Los Indios Que Invadieron Europa

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    LOS INDIOS QUE INVADIERON EUROPA.La influencia del E.Z.L.N. en las formas de accin colectiva de los

    movimientos globales. Los tute bianche.

    Pablo Iglesias Turrin1

    Ponencia presentada en el X Encuentro de latinoamericanistas espaolesIdentidad y multiculturalidad: laconstruccin de espacios iberoamericanos" (Grupo AT18). Universidad de Salamanca, 13 y 14 de mayo de

    2004.

    RESUMEN:

    Dos objetivos se plantean en esta ponencia. En primer lugar, trataremos de dar una explicacingeneral de la influencia del neozapatismo sobre los movimientos contra la Globalizacin econmica,particularmente en Europa. En segundo lugar, llevaremos a cabo una aproximacin a algunas de lasexperiencias de accin colectiva del movimiento italiano de los tute bianche y explicaremos cmo eldiscurso del Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional (E.Z.L.N. o EZ en adelante) ha influido en lapraxis de accin de este grupo.

    PALABRAS CLAVE:

    Movimientos sociales, accin poltica, globalizacin, zapatismo, Mxico

    1. Introduccin.

    Resulta una obviedad sealar que la irrupcin en la escena poltica mundial de los movimientosglobales fuera previsible (efectivamente, de una u otra forma, fue prevista) y que, la sacudida elctrica deSeattle (Mezzadra/Raimondi 2002: 22) encuentra buena parte de sus razones en una genealoga delmovimiento que se remonta a experiencias de movilizacin previas.

    En este sentido, tanto el alzamiento zapatista del primero de enero de 1994 como el primerencuentro intergalctico en la Selva Lacandona en el verano del 96 representan mitos fundantes de losmovimientos globales.

    Quiz la expresin organizativa ms sobresaliente de la influencia neozapatista en losmovimientos globales europeos haya sido el movimiento de los tute bianche de los centros socialesocupados de Italia. Las formas de accin colectiva inauguradas por este movimiento a partir de laprimavera de 2000, tienen en el discurso del EZLN su principal fundamento. Estas novedosas yconcretas prcticas de conflicto se extendieron a otros lugares de Europa tras las movilizaciones dePraga en septiembre de 2000, y vivieron desarrollos incluso en EEUU, Australia y Mxicocoincidiendo con la Marcha de la dignidad indgena, donde los tute bianche europeas(fundamentalmente italianas) llegaron a asumir tareas de proteccin a la comandancia del EZLN y serelacionaron e influyeron en sectores juveniles de la izquierda radical mexicana.

    1Becario F.P.U. Departamento Ciencia Poltica III, Universidad Complutense de Madrid. E-mail: [email protected]

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    2. El levantamiento zapatista y el cuestionamiento de paradigmas en la izquierda radical.

    Detrs de nosotros estamos ustedes

    Ana Mara, comandante del EZLN.

    Diversos son los precedentes con mayor o menor cercana temporal durante los aos 90, a laexplosin poltica y meditica de las manifestaciones de Seattle en Noviembre de 1999. Christophe

    Aguiton destaca las huelgas y el nacimiento de los movimientos de parados en Francia en 1995, lashuelgas de la General Motorsy Boeing en Estados Unidos, las luchas del movimiento de los Sem TerraenBrasil, y el movimiento ecologista radical en Inglaterra (Aguiton 2001: 12). Mezzadra y Raimondidestacan, por su parte, las luchas de los estudiantes y obreros coreanos contra los Planes de AjusteEstructural del Fondo Monetario Internacional (F.M.I. en adelante) y el movimiento democrtico enIndonesia contra la dictadura de Suharto (Mezzadra/Raimondi, 2002: 22).

    Ciertamente, todas estas experiencias y otras muchas forman parte de la genealoga de losmovimientos globales. Sin embargo, a nuestro juicio, el acontecimiento ms impresionante e influyentepara buena parte de la izquierda radical mundial y los nuevos movimientos sociales fue la irrupcinpoltica del neozapatismo tras la insurreccin armada del Ejercito Zapatista de Liberacin Nacional elprimero de enero de 1994 en el Estado mexicano de Chiapas.

    Luca Casarini, ex portavoz de los tute bianchey portavoz en la actualidad del Movimiento de losy las Desobedientes de Italia, seala que el levantamiento zapatista rompe todos los paradigmas, y nos da tambinuna extraordinaria fuerza de imaginario y de sueo, y rompe tambin los paradigmas de toda la izquierda, incluso laextraparlamentaria; el paradigma de la toma del poder, del enfrentamiento militar, de la dictadura del proletariado, dela configuracin unvoca de la clase (Iglesias, 2003: 10).

    Efectivamente, el levantamiento del EZLN dej atnitos a propios y extraos, particularmenteal mundo de la izquierda en todas sus versiones. Pocos esperaban un fenmeno de resistencia armadaen Mxico, precisamente el da en el que entraba en vigor el tratado de libre comercio entre Canad,EEUU y Mxico; el NAFTA.

    Sern, sin embargo, dos elementos que van ms all del hecho del levantamiento y elenfrentamiento armado, los que produzcan una autntica revolucin en el seno de la izquierdamundial, a saber, la elaboracin de un nuevo discurso de emancipacin y la aparicin en escena de unasociedad civilglobal.

    2.1. Un mundo donde quepan muchos mundos.

    Muchos son los intelectuales conservadores que han tratado, de una u otra forma, dedesacreditar el neozapatismo2. Ms all de las celebridades progresistas que se han acercado consimpata hacia el fenmeno3 (Saramago, Vzquez Montalbn, Oliver Stone etc.) creemos que esamilitancia "antizapatista" de la intelligensiaconservadora demuestra hasta que punto ha sido influyenteel fenmeno zapatista.

    2Hay buenos comentarios al respecto, en diferentes lugares del ensayo de entrevistas de Manuel Vzquez Montalbn Marcos: Elseor de los espejos, Aguilar, Madrid 1999.

    3Vase, en este sentido, el cido artculo de Mauricio Tenorio Ese duro oficio de la progresa planetaria. Revista de Occidente.Madrid, n 242, junio 2001, pgs. 32 a 56, donde da buena cuenta de los intelectuales progresistas que han simpatizado con el neozapatismo

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    De una u otra forma, los textos y discursos del Subcomandante Marcos han servido para crearun nuevo lenguaje que la nueva izquierda radical vena pidiendo a gritos. Un lenguaje decuestionamiento de lo existente distinto a las clsicas fraseologas revolucionarias del siglo XX. Unlenguaje capaz de expresar esa incertidumbre en la visin del mundo que viene asumiendo la izquierdadesde hace aos. Pensamos que la articulacin discursiva de esta incertidumbre ha resultado positivaen trminos polticos, pues esa duda metdica zapatista, ese caminar preguntando, ha sido capaz de aunarmayores y mejores fuerzas que la pretendida cientificidad de los discursos clsicos.

    Nosotros no tenemos la culpa, rezaba una pintada sobre una estatua de Marx y Engels en la zonaoriental de Berln. Efectivamente es as, pero creemos no aventurarnos demasiado al afirmar quebuena parte de los estudios de los tericos de la revolucin haban sido prostituidos para quedarconvertidos en evangelios intiles de los guardianes del socialismo.

    El zapatismo por su parte hablaba y dejaba hablar, prestando palabras y anlisis a una infinidadheterognea de movimientos en el mundo mientras era capaz de situarse en el centro de la arenapoltica mexicana e internacional. La victoria de la guerrilla meditica resulta incuestionable. Quien seatrevera a discutir, frente a frente, con Marcos? Ni el juez estrella Baltasar Garzn Real se ha atrevidoa hacerlo4.

    Sin embargo, esa renovacin del lenguaje, ese salto hacia adelante fruto, en gran medida, de lainteraccin con las comunidades indgenas, no surgi de ningn seminario ni de ningn crculointelectual urbano, sino de una organizacin armada cuyo ncleo inicial proceda de una tradicinmarxista-leninista influenciada por el maosmo. Nos encontramos, por tanto, con una mutacin creemos que benigna- en el corazn de una expresin de la izquierda revolucionaria latinoamericanapostcubana. Hablamos de militantes armados que, en un contexto de dificultades y penalidades propiode la clandestinidad en la selva, teniendo en ocasiones que beber su propia orina ante la falta de agua5,experimentan, al relacionarse con las comunidades indgenas, una crisis de identidad, hasta el punto decuestionarse conceptos como el de vanguardia e imbuirse en la dinmica comunitaria de las tradicionesindgenas, ponindose el EZ al servicio de las comunidades y bajo el control de estas. Ese cambio deplanteamiento poltico, que tan til fue despus a la izquierda global, fundament la solidez de susbases de apoyo y permiti un levantamiento armado de dimensin suficiente como para que sus

    imgenes dieran la vuelta al Mundo.

    Hay quien atribuye a un supuesto pacifismo del EZ las simpatas que ha despertado. El ejrcitoque solo dispara palabras se ha llegado a decir. Esta angelical imagen ignora que fue una accin armadaque tom el control de buena parte del Estado de Chiapas la que dio la palabra a los insurgentes, queel EZ es un instrumento fundamental de las comunidades para defenderse de los grupos paramilitares,y que hablamos de una seria estructura militar en la que el nmero de combatientes movilizados (sincontar la estructura de milicianos que viven en las bases de apoyo) se cuenta por miles. Precisamente,creemos que en esa dimensin armada de los zapatistas, radica su capacidad para despertarentusiasmo en todo el mundo.

    Que se poda habar de las injusticias desde un lenguaje nuevo lo haba demostrado, entre otros,Eduardo Galeano tiempo atrs. Pero la potencia comunicativa de un encapuchado armado desde unlugar indeterminado de la selva Lacandona dirigindose a la sociedad civil del Mundo, no tenaparangn desde las guerrillas de Guevara y los sandinistas. Marcos, indudablemente, es un intelectualpero, ante todo, es un militante y un dirigente de una organizacin poltico-militar. Como ha sealadoMartnez la furia del subcomandante frente al neoliberalismo es equiparable a la de Lenin frente al imperialismo o a lade Marx frente a la burguesa decimonnica, y al igual que la de ellos en su momento, seala el derrotero, el enemigo, el

    4Vase la carta en la que el Subcomandante Marcos acepta el desaf o al debate que le lanzara el Juez Garzn, quien finalmente se echatrs. En http://www.ezln.org/documentos/2002/20021207a.es.htm.5Vase de Vzquez Montalbn Marcos el seor de los espejos op. Cit. Pag. 21

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    oponente (Martnez, 2002; 22).

    Otra de las razones del xito zapatista radica en su sentido de la realidad. El carcterinstrumental que los propios dirigentes del EZ atribuyen a su estructura armada; un ejrcito que aspiraa desaparecer, resulta de un sentido comn aplastante. Lo mismo cabra decir de su apuesta por unescenario de lucha poltica con la sociedad civil como protagonista. Hay quien ha querido ver en estoselementos una expresin ms del reformismo radical que caracterizara ideolgicamente al EZ

    (Martnez, 2002; 18). Creemos, sin embargo, que el hecho de que buena parte de las organizaciones(armadas o no) autoproclamadas como revolucionarias hayan perdido el norte poltico o directamenteel juicio, no lanza en absoluto al limbo del reformismo una forma de hacer poltica nueva sinconcrecin programtica necesaria. A modo de ejemplo, en un texto editado por el POSI (PartidoObrero Socialista Internacionalista, seccin espaola de la IV Internacional) titulado Que es elmovimiento antiglobalizacin? en el que este partido explica su no adhesin a un movimiento queconsidera reformista, se nos dice que (...) partimos de un mtodo de anlisis, el marxismo. Y desde el punto devista marxista, la llamada "mundializacin" o "globalizacin" no es ms que una expresin de la lucha de clases en elsistema capitalista(...)(POSI, 2002; 2). Entre decir esto y decir nada, la diferencia es ms que escasa. Nodudamos de la buena intencin de los militantes trotskistas del POSI y compartimos buena parte de lacrticas que realizan a sectores de ATTAC o a la participacin de determinados parlamentarios en losforos sociales, pero las categoras que sirvieron hace aos para separar a la izquierda revolucionaria de

    la izquierda reformista, aportan hoy pobres resultados.Vivimos, desde el 68, una redefinicin completa de las formas de intervencin antisistmica

    que, durante el siglo XX, correspondi fundamentalmente a los movimientos de liberacin la nacionaly al movimiento obrero (Arrighi/Hopkins/Wallerstein 1999; 30 y ss.). Este nuevo escenario hansabido leerlo a la perfeccin los zapatistas. En este sentido, la renuncia a la toma del poder6 y a laforma partido, y la apuesta por los movimientos sociales, en un sentido perfectamente acorde con elque les diera Tarrow como desafoscolectivos (...) en una interaccin mantenida con las lites, los oponentes y lasautoridades (Tarrow, 1997; 21) no puede ser entendida en trminos de reformismo radical, sino entrminos de posibilidad de intervencin antagonista (o revolucionaria si se quiere). (...) El zapatismo noes una nueva ideologa poltica o un refrito de viejas ideologas. El zapatismo no es, no existe. Slo sirve, como sirven lospuentes, para cruzar de un lado a otro. Por tanto, en el zapatismo caben todos, todos los que quieran cruzar de un lado

    a otro lado. Cada quien tiene su uno y otro lado. No hay recetas, lneas, estrategias, tcticas, leyes, reglamentos oconsignas universales. Solo hay un anhelo: construir un mundo mejor, es decir, nuevo. En resumen, el zapatismo no es denadie y, por lo tanto, es de todos (...)7.

    En esta ambigedad radica la potencia del discurso zapatista y se comprende su fuerza paravehicular diferentes luchas en diferentes lugares del planeta. Hablamos de un movimiento social conexpresin armada que, junto a sus reivindicaciones concretas de reconocimiento de la identidad y losderechos indgenas, ha colocado el neoliberalismo como enemigo. Y ah, en el rechazo de lo existentedesde una perspectiva abierta, nace el primer patrimonio discursivo de los movimientos globales.

    2.2. Los rebeldes se buscan entre s.

    La segunda gran aportacin del EZ fue la articulacin de algo que podramos llamar "sociedadcivil global". Inicialmente, justo despus del levantamiento del primero de enero del 94, se gener talmovilizacin social en Mxico ante los ojos del mundo que, tras 12 das de combates entre el EZLN yel Ejrcito Federal, cesaron las hostilidades. Esa primera movilizacin en Mxico no fue sino elgermen de una movilizacin mundial sin precedentes que, a partir de aquel momento, comenz agestarse. Ya en 1995 el concepto de sociedad civil internacional es usado por la propia comandanciadel EZ coincidiendo con la ofensiva del Ejrcito Federal durante el mes de enero (Martnez, 2002; 13)desencadenado la primera gran movilizacin, a escala planetaria, de solidaridad con la revuelta

    6Algo ya planteado por Rudi Dutschke y los estudiantes radicales alemanes de la SDS en el 68.7Comunicado del EZLN. En www.nodo50.org/raz.

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    zapatista y la constitucin de grupos de apoyo al EZLN en todo el mundo, que jugarn un papelfundamental en las redes que articularon las primeras contracumbres de los movimientos globales,particularmente en EEUU y Europa.

    Como indica Leonardo Martnez (...) surge la urgencia de un sujeto (...) si el neoliberalismo es lafragmentacin cruda, el sujeto que lo enfrente deber ser el que rena los fragmentos, la apuesta de la unidad diversa, la"sociedad civil"(Martnez, 2002; 23).

    En mayo de 1996 la comandancia del EZLN hace llegar una carta al encuentro zapatistaeuropeo de Berln (Martnez, 2002; 32) en la que convoca el "Primer encuentro intergalctico por lahumanidad y contra el liberalismo" a celebrar en agosto en la comunidad indgena de La Realidad. Eseprimer encuentro intergalctico representa, en buena medida, la primera reunin constitutiva de lo quesern los movimientos contra la Globalizacin econmica vindose a si mismos como tales yconstituye la consolidacin del zapatismo como modelo referencial (Martnez, 2002, 33). El encuentro cuentacon militantes de prcticamente todos los pases europeos incluyendo las antiguas repblicas del este,de EEUU, de Canad, de Latinoamrica y de Asia. Los participantes son de las ms diversastendencias: anarquistas, cristianos de base, autnomos, comunistas, miembros de ONGs, de partidos,de sindicatos etc. En una palabra, de toda la amalgama de de subjetividades sociales y polticas quedarn vida al movimiento global.

    Tanto en sus conclusiones como en su desarrollo, el primer intergalctico fue un precedentefundamental. El segundo encuentro, celebrado en el Estado espaol en el 97, quiz no har tantasaportaciones y repetir temticas del primero, pero fue una etapa importante de contacto entre gruposy redes europeas. En este sentido, buena parte de los grupos europeos que coincidieron en el segundointergalctico, volvieron a encontrarse en la organizacin de la primera gran contracumbre europea: elS26 de Praga contra la reunin del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

    3. El movimiento tute bianche

    3.1. Introduccin

    Como ya sealamos en un trabajo anterior, la gnesis del movimiento de los tute bianche(monosblancos) no es fcil de precisar (Iglesias 2002; 13 y ss.). En cualquier caso, tres son los elementosclaves para tratar de enmarcar el origen de este movimiento.

    En primer lugar, es un movimiento que nace de varios de los centros sociales ocupadositalianos agrupados en torno al documento poltico "Carta di Milano" (fundamentalmente centrossociales del norte de Italia) que estableca una serie de formas de intervencin poltica que llenaba decontenido la prctica de los centros sociales participantes en la elaboracin del documento y losdiferenciaba de otras formas de hacer poltica de otros sectores del movimiento de la izquierda noinstitucional italiana. De entre los centros sociales participantes en el movimiento tute bianchedestacanel C.S.O. Pedro8 de Padua, el C.S. Rivolta9 de Venecia, el Leoncavallo10 de Miln, el Corto Circuito11 de

    Roma o el C.S. La Talpa e lOrologio12

    de Imperia. Puesto que la realidad de los centros socialesocupados no es todo lo conocida que mereciera ser y en particular la experiencia italiana, sealaremosque los centros sociales en Italia proceden en gran medida de la tradicin autnoma de los aossetenta, que jug un papel crucial en aquellos aos de importantsimas movilizaciones sociales en Italiay que fue uno de los sectores ms castigados por la represin poltica vivida en ese pas los aos

    8Vase www.csopedro.net9Vase www.csorivolta.org/10Vase www.leoncavallo.org/11Vase www.ecn.org/cortocircuito12Vase www.garabombo.org/talpa.htm

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    ochenta13. El movimiento de los centros sociales ha vivido a lo largo de su historia complejos procesosde encuentros y desencuentros. Sin embargo, tras las movilizaciones de Gnova en Julio de 2001, elmovimiento de los centros sociales experiment un proceso de unidad de accin histrico, entrecentros sociales del sur y norte de Italia, histricamente escindidos en diferentes estrategias deintervencin poltica, en torno a la estrategia de inspiracin zapatista de la desobediencia civil/social.

    En segundo lugar, en septiembre de 1994 se produjo el desalojo del segundo C.S. Leoncavallo

    en Miln. En la manifestacin de repulsa contra este desalojo en la que participaron militantes de loscentros sociales de toda Italia, los militantes del Leoncavallo vistieron monos blancos en respuesta alas declaraciones del alcalde de Miln, Marco Formentini, que les haba definido como fantasmas,como inexistentes. Al mismo tiempo, en la manifestacin que result ser multitudinaria (ms de 20.000personas), los militantes fueron capaces de organizar un enfrentamiento con la polica que oblig aesta a retirarse a la carrera. Fue la primera vez que se usaron en Italia los monos blancos (tutebianche)14.

    En tercer lugar, dos hechos histricos determinantes para el discurso poltico de este grupo decentros sociales: las movilizaciones francesas contra el paro y el levantamiento zapatista. Desde loscentros sociales se entiende que los centros sociales y las formas sociales autorganizadas hacen referencia tambin ala multitud de trabajadores "de nueva generacin" (autnomos, precarios, as llamados anmalos porque no estn

    subordinados, parados de forma continua o intermitente) como fuente natural y directa de sus usuarios y militantes ycomo lugar privilegiado de capacidad de accin poltica (...)". Asimismo plantean que la fuerza de la rebelinzapatista es reconducible tambin a su capacidad de lectura de las transformaciones en curso en la estructura de dominioy a la necesaria transformacin en los procesos de liberacin. Tal fuerza ha sido determinada sobretodo por la capacidadde los indios de transformar, a travs de su cultura y sus saberes, el cdigo gentico de los primeros guerrilleros de la selva,que se acercaron a ellos con los viejos dogmas de los grupos de fuego(...) (Tempo Clandestino 2000; 3 y ss.). En esalnea, defienden que en el modo de produccin postfordista existen una serie de sujetos fundamentalesen la produccin de riqueza pero sistemticamente invisibilizados.

    Se haca necesario, por lo tanto, construir un instrumento dinmico que proclamara estainvisibilidad de los nuevos sujetos de la produccin capitalista excluidos y ocultados a la visibilidad , invisiblesen el mundo de la comunicacin y de la imagen. Invisibles pero absolutamente centrales en las nuevas formas de

    produccin y acumulacin capitalista... (Tempo Clandestino, ibdem). Ese instrumento sern los monosblancos. (...)Si los pasamontaas en el sudeste mexicano son el modo de la realidad chiapaneca para aparecer a los ojosdel mundo, los monos blancos -le tute bianche- son la adaptacin de la leccin en Europa: cubrimos nuestro rostro parahacernos visibles y para poderlo mostrar cuando tengamos asegurada nuestra supervivencia, cubrimos nuestra figura parasalir del limbo de las categorizaciones superadas por el sistema productivo y para defender los derechos de sujetos que noaceptan ya ms estar en el centro del sistema de la produccin pero a los mrgenes de la percepcin general y de larepresentacin(...) (TP; ibdem). Los tute biancheredefinirn la accin poltica para tratar de romper estainvisibilidad.

    3.2. Primeras experiencias

    Las primeras acciones de los tute bianchegiran en torno al reddito universale di Cittadinanza (renta

    universal de ciudadana), una reivindicacin que, al exigir una renta mnima para cualquier sujeto por elhecho de ser ciudadano, denunciaba precisamente cmo se niega en las sociedades desarrolladas elcarcter de ciudadano a muchsimas personas. Los tute bianche usan de forma sonada el transportepblico gratuitamente, ocupan las empresas de transporte pblico, entran de la misma forma aespectculos (cine, teatro) como una forma de desobediencia a las dinmicas de funcionamientomercantil en la sociedad, reivindicando el derecho a la cultura gratuita para los trabajadores precarios,

    13 Sobre esta cuestin merecen ser destacado el trabajo de Gemma Ubarsat sobre la experiencia autnoma en Italia en los 70 y suevolucin posterior. Ubarsal i Gonzalez, Gemma. Els movimients antiglobalitzaci, futrur de lautonomia? Evoluci de lrea delAutonomia italiana. Dels setanta als nostres dies. Indito.14 La mayor parte de los elementos para elaborar este apartado estn tomados de un trabajo anterior, Iglesias Turrin, Pablo. Sociedadde la informacin, invisibilidad y desobediencia civil. Indito.

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    los parados, los inmigrantes etc.

    El movimiento tute bianche no solamente fue capaz de dirigirse (...)al corazn de las nuevascontradicciones, sino que al mismo tiempo estn siendo capaces de analizar las potencialidades de una nuevamilitancia(...) (Iglesias, 2001; 16).

    Esta ha sido una de las aportaciones claves de este movimiento que sirvi para anunciar a los

    sujetos que, en los pases occidentales, asumiran el protagonismo de la lucha antisistmica a partir deSeattle. Como han sealado Negri y Hardt (...)En la era posmoderna, a medida que se desdibuja la figura del, elmilitante es quien mejor expresa la vida de la multitud: el agente de la produccin biopoltica y de la resistencia contra elImperio. Cuando hablamos del militante, no pensamos en nadie del estilo del agente triste y asctico de la TerceraInternaciona,l con el alma profundamente permeada por la razn de Estado sovitica (...) nos estamos refiriendo, por elcontrario, a alguien ms semejante al combatientes comunista y liberador de las revoluciones del siglo veinte, a losintelectuales que fueron perseguidos y debieron exiliarse durante las luchas antifascistas, a los republicanos de la GuerraCivil espaola y a miembros de los movimientos de resistencia europeos, a quienes lucharon por la libertad en todas lasguerras anticolonialistas y anti-imperialistas(...) La militancia poltica revolucionaria debe redescubrir la forma quesiempre le fue propia: no la actividad representativa sino la actividad constituyente. La militancia de hoy es una actividadpositiva, constructiva e innovadora (Negri/Hardt, 2002; 372 y 373).

    3.3. Accin colectiva conflictual de inspiracin zapatista.

    Es a partir del 2000 cuando los tute biancheadquieren una visibilidad en Italia (y posteriormenteen Europa y el mundo) sin precedentes, a partir de un diseo del todo novedoso de la accin colectivacomo forma de intervencin y comunicacin poltica.

    A finales de enero de 2000 se produce en Miln una multitudinaria manifestacin por laclausura del Centro de permanencia temporal para inmigrantes de Via Corelli. Al final de lamanifestacin, unos 500 monos blancos pertrechados con cascos, protecciones de goma espuma en elcuerpo y las extremidades, mscaras antigs, escudos, cmaras de ruedas de camin recubiertas con

    plstico, formando cordones ordenados, proponen al conjunto de la manifestacin dirigirsedirectamente hasta Via Corellipara comprobar la situacin en que se encuentran los internos de lo queconsideran un centro de detencin para seres humanos cuyo nico delito es no tener ladocumentacin en regla. Lo plantean como una accin de desobediencia civil, no van a aceptar laprohibicin policial de avanzar hacia Via Corelli. Declaran asimismo que no van a utilizar ningninstrumento agresivo contra la polica ni van a atacarla. Declaran que todos los materiales que portan(escudos, cascos etc.) son estrictamente defensivos, idneos para resistir los golpes y las cargas de lapolica. Sin embargo, hacen pblica su voluntad de avanzar sobre las lneas policiales tratando deromperlas para llegar a Via Corelli. Tras la carga de los monos blancos, la polica se ve obligada haretroceder varios metros y finalmente se negocia la entrada de una delegacin de los monos blancosque, acompaada de varios medios de comunicacin, certifica las condiciones inhumanas en las que seencuentran los inmigrantes. El escndalo producido en la sociedad italiana tras la retransmisin por

    televisin de las imgenes del interior del centro de detencin, oblig a las autoridades a su clausura.Tras esta accin, esta forma de accin colectiva simblico conflictiva se repite en Bolonia con

    motivo de la reunin de la OCDE en Junio de 2000, en la que los monos blancos avanzan hacia elpalacio de congresos de la ciudad. Se repite tambin en Gnova, con motivo de una cumbreinternacional sobre productos transgnicos, en Venecia y en otros lugares de Italia hasta Septiembre de2000 (reunin del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en Praga) donde los tute biancheadquieren visibilidad internacional y esta nueva filosofa del conflicto comienza a extenderse por elmundo.

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    Esta nueva concepcin de la accin comunicativa colectiva no solamente aporta elementospara construir los espacios de conflicto simblico a partir del uso del cuerpo como herramienta deintervencin fuera de los escenarios de la violencia poltica. Al mismo tiempo, seala una de lasposibilidades clave para la intervencin poltica democrtica de las multitudes. Como sealabaFederico Mariani, del grupo Ya basta15!(una organizacin italiana de solidaridad con el EZLN nacidade los centros sociales que asumi un papel crucial en el impulso del movimiento de los monosblancos) en una entrevista tras las movilizaciones de Praga, las nuevas condiciones la desobediencia civil

    utilizando nuestros cuerpos como un arma, puede liberar fuerzas ciudadanas que ya no responden a los viejos esquemasyaadeNos entrenamos para resistir a la polica. Construimos escudos, acopiamos mscaras antigs, cmaras de llantapara utilizarlas como barrera; y diseamos protecciones para el cuerpo. Utilizamos el cuerpo como arma de luchapoltica16.

    Las movilizaciones de Praga representaron el punto de contacto de los tute biancheitalianas conmovimientos de otros pases. En el bloque de la desobediencia civil (el yellow bloc), en el marco de losbloqueos de aquel 26 de septiembre de Praga, participaron por primera vez militantes espaoles,finlandeses e ingleses17. Tras aquella experiencia, los monos blancos y la nueva estrategia de accincolectiva comenzaron a ser experimentados por sectores del movimiento antiglobalizacin del Estadoespaol, Mxico, Reino Unido, Finlandia e incluso Australia18.

    Una de las claves que permiti al movimiento de los tute biancheadquirir en Italia y en el mundoun gran protagonismo fue su versatilidad en la gestin de la comunicacin social, construyendoescenarios de combate poltico en los que cada vez participaban ms sujetos y que presenciaban cada

    vez ms espectadores.

    Tres elementos se nos antojan como claves en la configuracin de esta nueva estrategiadesobediente. De un lado, la elaboracin de un discurso de praxis poltica nuevo en un momento deanquilosamiento en las elaboraciones de la izquierda. Ya nos hemos referido a la influencia delpensamiento neozapatista en los nuevos movimientos sociales en Europa, pero fueron las tute bianchelas capaces de adaptar este discurso a la accin poltica europea. En segundo lugar, junto a un discursoabierto, unos niveles de organizacin de gran eficacia (no por casualidad, durante la marcha zapatistadurante los meses de febrero y marzo en Mxico, a las tute biancheles fueron encomendadas, por parte

    de los comandantes del EZLN, labores de seguridad

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    ). En tercer lugar, la puesta en prctica de nuevasformas de comunicacin poltica mediante la accin colectiva, lo que algunos autores han llamadoritualizacin del conflicto entre manifestantes y polica(Della Porta/Andretta/ Mosca/Reiter, 2002: 61).

    Mucho se ha acusado al movimiento tute bianchede llevar a cabo pactos con las autoridades yconstruir teatros para el enfrentamientos. Nada ms cerca de la realidad (y de la virtualidad). La gestindel choque fsico con la polica implica la asuncin conjunta de unas mnimas reglas del juego en elenfrentamiento (algo, por otra parte, que debiera resultar del todo normal en las sociedades dedemocracia formal).

    Los tute biancheconsiguieron construir espacios de conflicto callejero con mnimos costes ennmero de heridos entre sus filas, ofreciendo al mismo tiempo garantas a la autoridad (abstencin de

    usar instrumentos agresivos como bastones o piedras, ningn dao en el mobiliario urbano etc.) yseguridad para los manifestantes que no participan directamente en la accin y para los transentes. Laespectacularidad de los choques era capaz de expresar en toda su crudeza, ante millares de

    15Vase www.yabasta.it16 Entrevista a miembros del movimiento tute bianche en la revista electrnica "La Haine" de Jess Ramrez Cuevas, octubre 2000(www.lahaine.org), Octubre de 2000.17 Sobre el desarrollo de aquel primer bloque internacional de desobedientes civiles pueden consultarse los artculos dedicados a lasmovilizaciones de Praga en septiembre de 2000 en la Revista Electrnica Rebelin (www.rebelion.org).18 En la web del grupo madrileo l@s invisibles (www.nodo50.org/invisibles) pueden consultarse enlaces con todas las expresionesinternacionales del movimiento.19Vase de VVAA: La settimana chiave. Le tute bianche nella carovana zapatista. Genova: Neos edizioni, 2001.

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    espectadores, un conflicto ahora s real, de millones de sujetos invisibilizados en el planeta(inmigrantes, precarios, parados, sin papeles, excluidos etc.) con el poder, simbolizado en este caso enlas fuerzas policiales.

    La capacidad de generar, entre los desafiantes y la sociedad, cada vez mayores espacios deconsenso, permita aumentar poco a poco las posibilidades de intervencin social. Los tute biancheestaban siendo capaces de sentar las bases para el ejercicio ciudadano de poder constituyente ante las

    dificultades de los machtpolitiker para gestionar un enfrentamiento de tales caractersticas.El protagonismo sin precedentes adquirido por los tute bianche en la prensa italiana e

    internacional en los meses previos a la cumbre de Gnova, similar si no mayor al del Foro Social deGnova (que agrupaba al conjunto de movimientos incluyendo a partidos con representacinparlamentaria y a las propias tute bianche) estaba llegando a condicionar la vida poltica en Italia.

    La estrategia gubernamental durante los das 20 y 21 de Julio trat de construir un escenarioque se resolviera con un enfrentamiento entre piedras y pistolas, destruyendo as la capacidad dearticulacin de espacios de consenso social de los desafiantes y el conjunto del movimiento, ypreviniendo posibles contagios a expresiones del movimiento internacional, presentes en Gnova.

    El paralelismo con el contexto que ha permitido la intervencin poltica de los zapatistasmexicanos ms all del conflicto armado, no resulta difcil de trazar. Slo la creacin de escenarios deconflicto de tipo ms comunicacional que militar (aunque ambas expresiones puedan convivir), puedeposibilitar, en los tiempos actuales, una accin poltica radical que influya en lo social.

    La traduccin de este anlisis a la realidad de la nueva izquierda radical y los movimientosglobales, ha correspondido, a nuestro juicio, al movimiento de los tute biancheitalianos, que han sabidoleer la posibilidad de construir y comunicar identidad mediante el conflicto (simblico en este caso),como requisito de la accin colectiva antisistmica, sin entregarse a la marginalidad o al suicidiopoltico del enfrentamiento abierto con un Estado que cada vez existe menos.

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