P. Leopoldo Falcón, sdb NAVIDAD TIEMPOde · hasta el Domingo 13 de Enero, Fiesta del Bautismo del...
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N AVIDAD de TIEMPO P. Leopoldo Falcón, sdb Ciclo C en clave de Lectio
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NAVIDADdeTIEMPO
P. Leopoldo Falcón, sdb
Ciclo C
en clave de Lectio
Tiempo de Navidad ..................................................................5
La Octava de Navidad ........................................................6
La Sagrada Familia - fiesta ................................................6
La Epifanía - solemnidad ......................................................7
El Bautismo del Señor - fiesta.............................................7
Calendario del Tiempo de Navidad ...........................8
Tiempo de Navidad ..................................................................9
Lunes 24 de Diciembre ............................................................9
Martes 25 de Diciembre......................................................13
Miércoles 26 de Diciembre ...............................................16
Jueves 27 de Diciembre ......................................................18
Viernes 28 de Diciembre .....................................................20
Sábado 29 de Diciembre ..................................................23
Domingo 30 de Diciembre .................................................26
Lunes 31 de Diciembre .......................................................31
Martes 1 de Enero ...................................................................33
Miércoles 2 de Enero ............................................................37
Jueves 3 de Enero ...................................................................40
Viernes 4 de Enero ..................................................................42
Sábado 5 de Enero ...............................................................45
Domingo 6 de Enero ..............................................................48
Índice
Lunes 7 de Enero ......................................................................53
Martes 8 de Enero ...................................................................56
Miércoles 9 de Enero ............................................................59
Jueves 10 de Enero ................................................................61
Viernes 11 de Enero ...............................................................64
Sábado 12 de Enero ............................................................66
Domingo 13 de Enero ...........................................................68
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El Tiempo de Navidad este año 2018 ha teni-do los 4 domingos de preparación del Adviento a la venida del Señor, pero ha faltado completar la cuarta semana de Adviento. Después de 1ª Vísperas de Navidad (24 de Diciembre, noche), se inicia el Tiempo de Navidad que comprende hasta el Domingo 13 de Enero, Fiesta del Bautismo del Señor.
Durante estos días, nuestra iglesia católica conmemora la venida en carne mortal de Cristo a la tierra. Se visualiza la venida del Emmanuel, del Dios con nosotros. El Dios que sigue actuante en cada uno de nosotros nos regala este tiempo de alegría, de gozo en la fe y la esperanza.
El Tiempo de Navidad es uno de los tiempos “fuertes” de nuestra espiritualidad cristiana. Nos trae un mensaje de trascendencia porque nos comunica la manifestación de Dios, hecho hombre. Desfilan en este tiempo José y la Virgen, los pasto-res de Belén, los Reyes Magos y al mundo entero. Los belenes que se iluminan en cada casa dan acogida a este único Salvador.
TIEMPO DE
NAVIDAD
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La Octava de NavidadLa liturgia ubica y completa en los tres días
sucesivos a la Natividad el mensaje de salvación que da a los creyentes el Salvador Jesús. Se pre-senta primero el martirio de Esteban, seguidor de Cristo que es el primero en dar su vida por el Evangelio. El segundo día, da el mensaje de Juan, el apóstol más joven y entusiasmado en seguir a Jesús. Él hace un acopio sorprendente de su escucha atenta a su Señor. El tercer día, relata la matanza de los inocentes, que sufren una cruel persecución por la insanía de Herodes, al saber que otro ocupará su poder.
La Sagrada Familia - FiestaEstos personajes y sus testimonios nos animan
a seguir contemplando a la humilde Familia de Nazaret. Dios la propone al mundo, porque ella debe ser testimonio de aliento y modelo de vida para las familias de hoy. Este núcleo familiar supe-
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ra muchas pruebas de fe, impotencia y desespe-ranza, pero se mantiene unido y fortalecido por su fe en Dios, que crece cada día y cada año, para después de su estadía en Egipto llega a su querida y humilde Nazaret.
La Epifanía - SolemnidadLa Epifanía, que es la manifestación de Dios a
los hombres, conducirá a los Magos que seguirán a la estrella de Oriente para llegar a la sencillez de un pesebre. Solo los buscadores de Dios, lo encuentran y Él les llena el corazón de emoción, su espíritu crece en profundidad y continúan su camino de vida muy motivados por ese encuentro de fe con Dios.
El Bautismo del Señor - FiestaSe culmina este período con la Fiesta de Juan
el Bautista, quien precede la obra del Anuncio de la Buena Nueva de Jesús. El desierto, la soledad, el silencio y la oración han robustecido a Juan, primo de Jesús. Así, él se siente inspirado para anunciar a todos el Bautismo de Conversión.
Presentamos el calendario que seguiremos en este Tiempo de Navidad compuesto por cuatro semanas que impregnan nuestra vida de fe senci-lla, esperanza de salvación y gozo en el corazón de cada familia cristiana.
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Calendario del Tiempo de NavidadDICIEMBRE Domingo 23
4º Domingo de Adviento
Domingo 30
FiestaLa Sagrada
Familia
Domingo 6
SolemnidadEpifanía del
Señor
Domingo 13
FiestaBautismo del
Señor
Lunes 24
Víspera de Navidad
Nochebuena
Lunes 31
Víspera de Año Nuevo
Lunes 7 Lunes 14
Tiempo Ordinario
Martes 25
Natividad del Señor
Solemnidad con Octava
ENEROMartes 1
Solemnidad María, Madre
de Dios
Martes 8
Miércoles 26
San Esteban, 1er. Mártir
Miércoles 2
San Basilio San Gregorio
Miércoles 9
Jueves 27
Juan Evangelista
Jueves 3
El santísimo Nombre de Jesús
Jueves 10
Beata Ana de los Angeles
Monteagudo
Viernes 28
Santos Inocentes
Viernes 4 Viernes 11
Sábado 29
5to Octava
Sábado 5 Sábado 12
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TIEMPO DE NAVIDAD
Misa de Noche Buena
Lunes 24 de Diciembre
Isaías 9, 1-3 . 5-6Salmo 95: Hoy nos ha nacido el Salvador: el Mesías, el Señor.Carta de Pablo a Tito 2,11-14
El libro de Isaías nos presenta el final de la deportación para el pueblo judío ha llegado. Ya se siente como una victoria y ese anuncio llega hasta Sión. Los que van a regresar se sienten re-dimidos por el Señor y anhelan estar juntos, como un solo pueblo, con el resto que ha quedado en Israel.
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Muchos momentos, como cristianos, nos hemos sentido prisioneros y desvalidos, pero luego de esas tristes situaciones se nos permite ver una sa-lida victoriosa.
Si confiamos en el Señor, jamás nos permitirá sentirnos derrotados en nuestras vidas y las de nuestras familias y amigos. La verdadera fe en Dios se acrisola en los momentos difíciles donde nos sentimos fuertes ante la adversidad y todo tipo de contratiempos porque se acrecienta nuestra fe y esperanza.
La lectura de la carta de Tito es un “canto liberador” y los cristianos rinden acción de gra-cias por la intervención de Dios a favor de la comunidad.
Así observamos que la proclamación de un Dios salvador es repetido cuatro veces en este texto. Todos lean este canto son bautizados con mucho sacrificio y entrega.
Nuestro bautismo actual no debe de ser solo un rito, una fiesta o una bendición para que no le suceda nada al recién nacido. La propuesta de ser bautizado es una renovación para tu vida, como esposo(a), para tu hijo(a) que va a recibir ese bautizo, y para tu familia que alrededor tuyo celebra esa renovación. Así comienzas a ver e insertar en tu vida tu fe en el Dios que te salva siempre.
Evangelio de Lucas 2, 1-14En aquel tiempo, salió un decreto del empe-
rador Augusto, ordenando hacer un censo del mundo entero.
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Éste fue el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a inscri-birse, cada cual a su ciudad.
También José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Ga-lilea, a la ciudad de David, que se llama Belén, en Judea, para inscribirse con su esposa María, que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada.
En aquella región había unos pastores que pa saban la noche al aire libre, velando por turno su rebaño.
Y un ángel del Señor se les presentó; la gloria del Señor los envolvió de claridad, y se llenaron de gran temor.
El ángel les dijo:
—«No temáis, os traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciu-dad de David, os ha nacido un Salvador: el Me-sías, el Señor. Y aquí tenéis la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
—«Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.»
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MEDITACIÓNLa situación histórica en la cual se desarrolla
el nacimiento de Jesús es el censo que impone Roma a todos los pueblos conquistados.
Lucas nos presenta un relato que hace coin-cidir el nacimiento de Jesús con este hecho po-lítico-administrativo. José y María acuden a la ciudad de David para ser censados; en esas cir-cunstancias nace Jesús en Belén. Dios hizo que las cosas ocurrieran dentro de estos contextos humanos y políticos.
La escena se completa con el anuncio del ángel a los pastores y presenta a Jesús con el Salvador, Mesías y Señor. Todos los que escucha-ron este anuncio se alegraron y fueron a la gru-ta donde este niño había nacido. La alegría fue contagiante y toda la gente se enteró de esta gran noticia y acogieron a Jesús como Salvador.
En esta noche buena estás invitado, tú y tu fa-milia a situar delante del pesebre tu historia per-sonal y familiar para rendir culto y alabar a Dios que actúa en tu historia cada año. Te auguro y te propongo acoger su salvación; y que acre-cientes tu fe y amor al Plan de Dios para salvar a la humanidad.
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Misa del día
Martes 25 de Diciembre
Isaías 52, 7-10Salmo 97: Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.Carta a los Hebreos 1, 1-6
El profeta Isaías nos anuncia a un Rey por-tador de buenas noticias y así nos libera de las penas sufridas, de
los momentos oscuros y de pecado que van oprimiendo y desgastando nuestra vida.
Pero, “no todo es gris en la vida”, como dice la sabiduría popular. Los momentos muy felices se
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saborean mejor y con alegría cuando hemos su-perado los momentos tristes y de dificultad y la esperanza ha renacido en nuestras propias his-torias de vida.
No permitas que nadie te robe la esperanza, sino que confíes en el buen corazón de Dios que tiene cosas buenas y muy agradables para tu vida.
La carta a los Hebreros es una homilía dirigida a los cristianos de la segunda generación y que vivían momentos difíciles por testimoniar su fe y sentía desaliento y confusión.
La principal intención de esta homilía es pre-sentarnos al Hijo de Dios, Cristo, y su sacerdocio. Dios habló siempre de diversas maneras a las cul-turas y pueblos del mundo y así también se dirigió al pueblo judío quien acogió ese anuncio.
En los últimos veinte siglos (y ya estamos en el siglo XXI) Dios sigue hablando a la humanidad proponiendo su amor, enviando a su propio Hijo Jesucristo para alentar tu fe y tu compromiso.
Evangelio de Juan 1, 1-5.9-14 (forma breve del Prólogo de Juan).
En el principio ya existía la Palabra, y la Pala-bra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo es-
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taba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.
MEDITACIÓNEl Verbo (la Palabra) que el pueblo del Anti-
guo Testamento escuchó ha tomado nombre y se encarnado y tiene por nombre Jesús. La finalidad de su venida es comunicar la vida eterna a los que creen en Él.
Frente a esta manifestación humilde y sencilla, pero llena de amor y de la misericordia de Dios que ha enviado a su Hijo para que todos crean en Él, hoy simplemente tenemos primero la actitud de recibirlo y acogerlo con amor y ser llamados hijos de Dios en el Hijo del Padre. Estas son muchas personas que lo acogen de esta forma en su vida en esta Navidad; y la otra actitud es ignorarlo, rechazando su Palabra o simplemente ignorarlo y rechazar sus intervenciones o milagros y no creer y ser merecedores de su salvación como hijos de Dios.
La Navidad, o sea la venida de nuestro Dios a nuestro mundo, es una fiesta de acogida y de reencuentro con Dios. La familia cristiana que se reúne en torno a una mesa, es el lugar de fe y esperanza donde se acoge al Niño Dios.
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Miércoles 26 de DiciembreSan Esteban, primer mártir de la naciente Iglesia
Hechos de las Apóstoles 6, 8-19; 7, 54-60Esteban da testimonio de creer en Jesús con
su vida
Evangelio de Mateo 10 17-22: No serán uds. los que hablarán, sino el Espíritu
de su Padre…
Dijo Jesús a sus discípulos: ¡Cuídense de los hombres! A ustedes los arrastrarán ante sus con-sejos, y los azotarán en sus sinagogas. Ustedes incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos. Cuando sean arres-tados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir. Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes. Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán. Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se manten-ga firme hasta el fin, ése se salvará.”
MEDITACIÓNLa lectura de los Hechos de las Apóstoles nos
relata el martirio de Esteban (Hech 6, 8-10; 7,54-59), quien se sentía inspirado por el Espíritu a hablar de Jesús y se transfiguraba ante sus ad-versarios su rostro. Sin duda el Espíritu lo fortaleció y oró por sus enemigos que lo apedreaban. El jo-
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ven Saulo guardaba los mantos de los apedrea-ban. Podríamos decir que gracias a la oración de Esteban tenemos a Pablo. La oración del primer mártir logra que la Iglesia crezca y se mantenga fuerte en su fe. En nuestro mundo actual muchas personas orantes, movimientos juveniles, conventos o monasterios de religiosos/as logran avanzar y congregar a muchos cristianos y no cristianos en el fortalecimiento de su fe y su auténtica vida cristiana.
Los hombres se precian de conocer el mundo, dirigirlo e interpretarlo. Jesús reúne a sus discípu-los para mostrarles también las imágenes sombrías que en este mundo se dan. Las personas pueden ser entregadas, azotadas y traicionadas, odia-das y asesinadas. Pero Jesús presenta otras imá-genes para contrarrestar lo que el mundo ofre-ce y desgraciadamente destruye. Estos hombres y estas realidades negativas no parecen estar preocupados por un triste final que se avecina. Si esto ocurrió tantos siglos antes, hoy pueden también ocurrir.
Espíritu del Señor no se queda inmóvil. Dios siempre actúa. Él ha prometido salvar a todos. Los que se resistan también serán salvados. Y ¿sus discípulos podrán resistir? Las perspectivas para ellos no eran tan buenas, al parecer, pero tampo-co hoy, por que las situaciones parecen repetirse. Jesús les pide a sus discípulos lealtad, confianza y esperanza. Los tiempos solo pueden cambiar si los hombres ponen su empeño en cambiarlas aceptando el plan de salvación. Dios inspira solu-
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ciones en los tiempos de necesidad. Solo los fuer-tes, robustecidos por su fe y los que resisten ante las dificultades y los tiempos difíciles serán pre-miados porque se les abrirán horizontes nuevos.
A Santa Teresa se le atribuye un sabio consejo que dice: La perseverancia nos gana todo: “Que nada te turbe, Que nada te espante. Todo pasa. Dios nunca cambia. La paciencia todo lo alcan-za. Solo Dios me basta”.
Jueves 27 de DiciembreSan Juan, apóstol y evangelista
Primera carta de Juan 1,1-4 Juan, nos da testimonio de lo que él vivió in-
tensamente junto a Jesucristo
Evangelio de Juan 20, 1-8 Juan llega primero al sepulcro y comprende
que Jesús ha resucitado
“El primer día de la semana va María Magda-lena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepul-cro. Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.» Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo co-rrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza,
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no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó,”
MEDITACIÓNHoy día vemos al apóstol Juan muy relaciona-
do con el Misterio de Cristo. El gozó el anuncio del Evangelio junto a Jesús. Compartió con él, una corta e intensa amistad, y su vida ganó profun-didad espiritual. Fue el que escuchó atentamente las enseñanzas de Jesús. En el Calvario testigo de su condena injusta, y antes de la muerte de Jesús recibió como madre a María por encargo de Jesús y la cuidó hasta su muerte. Es el primero en correr a la tumba vacía cuando fue testigo de la Resurrección del Señor. Resultó ser el “teólogo” cuando puso escrito su Evangelio, escrito a fina-les del siglo I dC.
Los jóvenes que una vez quisimos seguir a Jesús más de cerca, nos preguntamos: cuántas oportu-nidades brindadas a nosotros a lo largo de la vida, sus llamadas a la conciencia, las reflexiones y decisiones que las asumimos bien o nos equi-vocamos, los proyectos de vida que elaboramos, los momentos de reflexión en los grupos juveniles y los retiros donde sentimos tan cerca a Jesús. Fui-mos jóvenes entusiastas de seguirlo, y hoy adultos agradecidos de su guía y presencia animadora. Gracias Jesús por tan invalorable compañía
La lectura del Evangelio de Juan nos presen-ta a dos testigos, el primero en ver el sepulcro abierto fue Juan que se convierte en testigo de
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la Resurrección del Señor, pudo ver y creer. Es el gran acto de fe de este joven. Lo expresa muy profundamente San Agustín: La vida misma se ha manifestado en la carne, para que, en esta mani-festación aquello que sólo podía ser visto con el corazón fuera visto con los ojos y de esta forma sanase los corazones.
La presentación que Juan hace de Jesús es atrayente, podemos encontrar todo respecto a Jesús en su Evangelio, “como Él era, y qué era, lo que había hecho y lo que hacía, dónde estaba y a dónde vino, cómo vino, en que tiempo vino, por que causa vino…”
Su evangelio está constituido de temas y en-cuentros, para encontrar al discípulo que puedes ser y formarte en el camino de seguimiento a JE-SÚS que deseas y anhelas estar, desde fondo de tu ser con Él. Como decía San Ambrosio: “El ha sido niño para tú puedas ser un varón perfecto”. Acoge a Jesús en tu vida y darás pasos grandes de humanidad para este mundo que necesita de testigos como tú deseas ser.
Viernes 28 de DiciembreFiesta de los Santos Niños Inocentes
Primera carta de Juan 1, 5 - 2, 2 Anunciar la luz que trae Dios.
Evangelio de Mateo 2,13-18: Herodes mandó matar a todos los niños en Belén.
“Tan pronto como se marcharon los Magos, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a
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Egipto y quédate allí hasta que yo te avise, por-que Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Él se levantó, tomó al niño y a su madre de no-che, se fue a Egipto y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por medio del profeta: “De Egipto llamé a mi hijo”. Entonces Herodes, al ver que los magos se habían burlado de él, montó en cólera y mandó matar a todos los niños de Belén y de todo su territorio, de dos años para abajo, según el tiempo que había calculado por los magos. Y se cumplió lo que había dicho el profeta Jeremías: Una voz se oyó en Ramá, llanto y lamento gran-de. Es Raquel que llora a sus hijos y no quiere ser consolada porque ya no existen.”
MEDITACIÓNLa carta de Juan pone al centro el principal
anuncio para nuestras vidas de creyentes y segui-dores de Dios: Dios es luz y en él no hay tinieblas. Sin duda que muchas veces nos hemos apartado de Dios y hemos mantenido nuestras vidas en una oscuridad con muchas sombras. Permanecimos mucho tiempo en ella con una conducta obce-cada. No existe peor ciego que no desee ver su oscuridad y salir a la luz. Si nos acercamos a luz que Dios logaremos que nuestra vida se ilumine de su luz, se vean y disciernan las situaciones per-sonales y familiares con serenidad, transparencia y gozo de encaminar de nuevo nuestras vidas. Esto sucede porque hemos perdido la relación con Dios. Nuestros pecados nos pesan mucho y fatigamos nuestro regreso a Él. Si decimos que no tenemos pecado y así vivimos tranquilos es men-
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tira. Cuesta dejar atrás tu terquedad de caminar solo y sin Dios porque es mejor. Abre tu corazón a Dios, haz un buen propósito de no continuar tu vida de pecado. Acércate al sacramento de la Reconciliación, la luz y el perdón entrarán a tu vida.
El Evangelista Mateo presenta el relato de una cruel matanza de niños inocentes. La ordena el rey Herodes, celoso de que un niño recién na-cido le quite todo su poder de Rey. ¡Qué temor tenía Herodes! El niño no vino a expulsarle. El ha venido para vencer al Maligno. Lastimosamente el poder, la riqueza, el prestigio nos fabrica ídolos porque nos interesa ocupar un buen puesto en la sociedad, la egolatría y el poder son apetitosos. Herodes temió perder su “reinado” o “ranking de popularidad”. Ante el anuncio de un nuevo Rey se turba porque temer perder lo grado por él. Bus-camos quitar del camino al que estorba nuestros planes futuros.
La matanza de los inocentes cumple un Orá-culo: “Un grito se oye en Ramá: llanto y lamentos grandes”. Es Raquel, que llora a sus hijos y rehusa el consuelo, porque ya no viven” Los Magos le anuncian a Herodes que ha nacido un Rey, él lo quiere matar. Ni el dolor de las madres que lloran, ni el lamento de los padres por la muerte de sus hijos, ni los quejidos de los niños le hacen desistir de su propósito. Herodes mata el cuerpo de los niños, porque el temor ya le matado el corazón. Pensemos también cuanto sufre nuestra niñez en país.
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Existen formas de matar la inocencia de los niños en su físico y en su Espíritu. No seamos cóm-plices de los son Herodes de hoy. Existen delitos contra los recién nacidos, los abortos terapéuti-cos o inducidos, la desnutrición infantil, la margi-nación social por tener otro color de piel o cultu-ra. Porque no es justo dar tristeza a los que recién son nacidos y viven esas situaciones.
Sábado 29 de Diciembre
Primera Carta del Apóstol Juan 2,3-11Animémonos en el conocimiento de Jesús
Evangelio de Lucas 2, 22-35Visita de Jesús y sus padres al Templo
Cuando llegó el tiempo de la purificación, se-gún la ley de Moisés, los padres de Jesús lo lle-varon a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones». Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu San-to: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos
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los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo, diciendo a María su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de mu-chos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma».
MEDITACIÓNConocer a las personas en profundidad nos
lleva tiempo, toda una vida. Muchas veces las conocemos superficialmente, en otras ocasiones nos adentramos mucho con ellas y nos decepcio-nan. También existen actitudes de marginación, inquina, de exclusividad, de conflictos de intere-ses que nos apartan de ellas. De seguro que en la primavera de la vida compartimos con “muchos amigos”, al llegar el otoño de ella ya contamos con pocos conocidos, pocos “amigos de verdad” nos acompaña hasta el final de nuestros días.
El apóstol Juan tuvo una relación muy pro-funda con Jesús. Su amistad con Jesús pasó por etapas y paulatinamente se convirtió en un pro-grama de vida. Primero Juan fue a verlo por cu-riosidad, luego lo conoció, más a fondo y entabló una profunda amistad con él, comprendió su men-saje de Dios y el proyecto que Dios tenía para su vida. Fue su discípulo y un testigo, se convirtió en apóstol y guía de una comunidad cada vez más numerosa de cristianos. Dejo un testamento inva-lorable de su conocimiento de Jesús. Para este
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Apóstol su conocer a Jesús se convirtió en per-manecer en el amor que Jesús le enseñó a vivir. El vivió el mandamiento que Jesús le enseño a vivir y lo compartió con él y sus discípulos, un amor que le ayudó a disipar toda duda o situación. Pues el amor a Jesús fue la luz de su vida, que venció todo tipo de tinieblas, e incertidumbres.
La joven pareja de José y María acuden al Templo para cumplir la purificación, una ceremo-nia de presentación del recién nacido al templo de Dios. La tradición en Israel indicaba que la madre que daba a luz debía presentarse en el templo a los cuarenta días después de su par-to para “purificarse”, pues era una tradición co-mún que la madre, al parir, quedaba “manchada” según la Ley, y debía presentar una ofrenda al Señor para purificar su alma. Las madres aprove-chaban para ofrecer a Dios a sus primogénitos. María no necesitaba purificarse, porque Dios la había adornado de una pureza inviolada y la había preservado de toda mancha de pecado desde su concepción inmaculada.
Y el Niño Jesús no necesitaba ser ofrecido a Dios, porque era ya todo de Él desde el instante mismo de su encarnación y desde la eternidad. María se somete libremente a las prescripciones de la ley mosaica y acepta purificarse. El niño Jesús ofrece al Padre el acto de su filial obedien-cia y devoción presentándose a Él en el templo a los pocos días de su nacimiento. ¡Es hermoso el gesto de humildad y de obediencia amorosa a Dios de estas dos almas santísimas! Simeón verifica
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el oráculo de ver al hijo de Dios con sus propios ojos. El oráculo es una respuesta divina que llega a las personas a través de los sacerdotes u otros ministros. La respuesta puede reflejarse mediante señales físicas o símbolos que son interpretados por personas llenas del Espíritu de Dios.
Domingo 30 de DiciembreSagrada Familia - Fiesta
Eclesiástico 3, 2-6; 12-14. Se nos invita a todos a valorar nuestras pro-
pias familias.
Salmo 127 Dichoso los que temen al Señor y siguen sus caminosCarta de Pablo a los Colosenses
La familia es la primera comunidad para cre-cer en la fe.
El Eclesiástico es el Libro de la Sabiduría de Jesús, hijo de Sirac, familiarmente llamado Libro de Sirácides, o bien, del Sirácida. La tradición latina lo ha llamado Libro del Eclesiástico.
Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus peca-dos, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha. Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras vivas; aunque chochee, ten indulgencia, no lo
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abochornes mientras vivas. La limosna del padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pa-gar tus pecados.
Este libro nos da a leer ejemplos concretos de sabiduría práctica, a la base está la razón religiosa que debe inspirarla: el «temor de Dios» como respeto de la creatura hacia Dios. El temor de Dios se entiende mejor como una integración de fe y obras, conocimiento de Dios y conducta, amor a Dios y amor al prójimo. La sabiduría es una cualidad presente en toda la creación y en toda cultura. A ese don supremo de la sabiduría debe aspirar el ser humano, aspiración que el Eclesiás-tico motiva con frecuencia desde los principios provisorios de la teología de la retribución. Dar a Dios todo y recibir de Él lo extraordinario.
El tema que trata el autor es el respeto a los padres A ellos se les debe obedecer y respetar. Los hijos deben ofrecerles honra, respeto y servi-cio por dos razones: por la acción de Dios «que hace al padre más respetable que al hijo»; y, por-que de ello depende la alegría y prosperidad del hijo con sus propios descendientes.
La piedra basilar de estas recomendaciones son las palabras del Decálogo respecto a los padres: «honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahveh te va a dar» (Ex 20,12; Dt 5,16). Honrar se comprende como un “obedecer” al que tiene autoridad. Se respeta a los padres por el don recibido de ellos (el don de la vida, los bienes
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materiales y especialmente el don de la instruc-ción en la tradición religiosa de Israel), cuidar y sustentarles en su debilidad.
Este mandato consiste es admirar todo lo re-cibido de ellos y considerarlo como recibido, y, desde este amor se debe continuar en la diná-mica de la bendición (don recibido y don en-tregado) como humanos que somos. Este respe-to es especialmente necesario cuando, por la circunstancia que sea (el texto señala cuando «flaquee la mente» como signo de ancianidad), el otro está impedido, débil, en dificultad. Así se participa de la sabiduría de Dios, que se ocupó de su pueblo en situación de necesidad y le dio la tierra para habitar en condiciones dignas, fue-ra de la esclavitud. Honrar a los progenitores es reconocer nuestra condición de dependencia de otros y de nuestro desarrollo como “cuidadores” de los demás. (José Javier Pardo, sj)
La principal exhortación de Pablo a los cristia-nos colosenses es que habiendo “pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo” (3,1) y ase deben revestir de senti-mientos de misericordia. Y si el Señor les perdono debemos cambiar de actitudes y se deben per-donar unos a otros El cristiano debe vivir en paz y así constituirá la paz de toda comunidad, que representa el Cuerpo de Cristo. Para seguir cre-cimiento en la fe y comunión de la comunidad la palabra de Cristo debe incidir en la conducta de cada uno. Les recordó que “se han despo-jado del hombre viejo hombre con sus hechos, y
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ahora necesitan mostrar al hombre nuevo”. Ahora es necesario revestirse de amor. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones”, y la necesidad de estar agradecidos (3,12-15). Estos versícu-los proveen una lista de virtudes que debemos adoptar en lugar de esas prácticas pecaminosas que el mundo a diario nos ofrece.
Evangelio de Lucas 2, 41-52 Los padres de Jesús iban todos los años a
Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su pa-dres. Pero creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Cuando le vieron, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando.” El les dijo: “Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos y vino a Nazaret, y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuida-dosamente todas las cosas en su corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres.
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MEDITACIÓNEn el Evangelio de Lucas presenta la bien
llevada vida espiritual y de amor hogareño que tenía la familia de Jesús. Podemos tomar con-ciencia de la oración en familia, la frecuencia a la sinagoga para escuchar la Palabra de Dios, las peregrinaciones a Jerusalén para la Pascua. Además en esta vida de hogar Jesús ejercitó su obediencia a sus padres, fortaleció su personali-dad, asimiló los valores morales, de una sana con-vivencia con los vecinos, el testimonio de trabajo de trabajo de José para ganarse la vida, los im-portantes momentos del desarrollaron su infancia, y adolescencia. Y el desarrollo de vocación para la vida de Dios.
En resumen, una vida discreta como de cual-quier familia, pero colmada de amor de hogar, de padres ejemplares, trabajadores, amoroso y con vocación de formar una familia según los planes de Dios. Un estímulo para formar a nuestras fami-lias del mundo de hoy, muy atareadas o dispersas en sus mundos personales. Ellas buscan incansa-blemente muchos bienes materiales, experiencias de viajes costosos, fiestas con gran derroche de bebida y comida, compra de vestidos, las últi-mas tecnologías, vehículos, cuentas bancarias, que conducen a una vida de poca convivencia, relaciones superficialidad, frialdad en los gestos, indiferencia ante los otros. .
El ritmo de vida de la familia de José, Ma-ría y Jesús presenta una vida testimonial, rica de gestos de amor, de sana convivencia, siempre en crecimiento de su y esperanza en Dios. Jesús en-
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contró así un camino primero y ordinario de su encuentro con la humanidad. El honró a sus pa-dres y permaneció sometido a su testimonio moral y humano. Él honró a sus padres.
Si bien se les perdió Jesús en la peregrinación de regreso de Jerusalén, descubrieron en él la vocación y su misión redentora que tendría que realizar a favor de sus pueblos en nombre de Dios y que creyeran en Él. Jesús siempre honró a sus padres terrenos y se sometió a sus criterios, los asimiló y vivió convencido y los integró a su vida.
Para las familias de hoy, padre, madre e hijo, nos hacen notar la vocación auténtica y profun-da que tiene una familia y de cada uno de sus integrantes, para seguir descubriendo a Dios. Es un compromiso muy concreto ser de ser cristianos y conducir un hogar cristiano. Es un espacio don-de se cumple la voluntad de Dios.
Finalmente nos debe animar lo hermoso y con-solador que aún existan familias cristianas que sigan el testimonio de la familia de Nazaret. Hoy es un día para meditar en la belleza de la Sa-grada Familia o evocar hermosos recuerdos de la nuestra.
Lunes 31 de Diciembre
Lecturas1ra de Juan 2,18-21.Prólogo de Juan 1,1-18.
MEDITACIÓNJuan nos avisa que ha llegado el momento
final. En el recorrido de la Humanidad han existido
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muchas alertas y profecías sobre el fin del mundo. En este trayecto se han verificado muchas menti-ras. Es numeroso el elenco de mentiras sobre este final de la humanidad. Cabe interpretar que no se ha presentado ese momento final. Al parecer lo que se ha verificado es la presencia del mal.
Vivir en la oscuridad es mal porque la vida marcha sin anhelos, sin rumbo, sin metas, ni realiza-ciones personales ni familiares. Nuestras genera-ciones de estos últimos 50 años han seguido este camino de oscuridad, El calificativo que logran es ser desaprobados y más aún marginados de la vida luminosa que Dios nos ha ofrecido, llena de aspiraciones y metas cumplidas, de un camino espiritual sólido, de satisfacciones que puede ser testimonios vivos para nuestros hijos seguidores
Parar celebrar la verdadera Navidad hay que acudir al único criterio de Verdad, Cristo en per-sona. Que nos traído la salvación a cada cre-yente. Y nos hace distinguir claramente la verdad.
Estamos ante el texto del Prólogo de Juan. Es una presentación de su evangelio para compren-derlo por temas de profundización de un camino de fe en el Hijo de Dios. Primero se presenta la Palabra (el Verbo) que estaba junto a Dios. El segundo personaje para acercar nuestra vida a Dios es la luz que brilla en la oscuridad de mundo que camina sin Dios. Se hace necesaria la presentación de un precursor que anuncia este gran evento salvador que es Juan Bautista. Paso a paso se inicia la aparición del enviado de Dios que tare luz al mundo.
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Estamos invitados al acabar este año abrirnos a la luz de Dios y de su Palabra para que aclare aún más el camino y el horizonte de una buena vida que Dios desea que asumamos con gran fe y esperanza. No te desanimes del año transcurri-do, sé proactivo espiritualmente, proponte metas realistas que la luz de Dios llegue a tu vida, no vuelva a vivir en oscuridad.
Martes 1 de EneroSolemnidad de Santa María, Madre de Dios
Libro de los Números 6, 22-27: Dios siempre habló con los elegidos que invo-
caban su Nombre
Salmo 66: El Señor tenga piedad y nos bendiga
Carta de Pablo a los Gálatas 4,4-7:El hijo nacido mujer, nos hace hijos adoptivos
de Dios
MEDITACIÓN.El texto de Libro de los Números es un texto
precioso y muy antiguo en la historia religiosa del pueblo israelita. Es un patrimonio tradicional muy querido por el pueblo. Es un texto de bendición, que ha sido recitado de generación en genera-ción. Esto nos hace recordar a las oraciones que nos han en enseñado nuestros abuelos o padres. Y que las hemos invocado en nuestras necesida-des espirituales. Muy pocos padres las dicen hoy.
Podemos repetirla cada día antes de salir y regresar a nuestro hogar: Que el Señor nos ben-diga, nos guarde, que nos haga sentir su presen-
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cia y nos conceda la paz. Confiemos siempre en Dios porque nos da su bendición. De su abundan-te amor nos concede muchos bienes.
Pablo dirige a los Gálatas hace una pequeña síntesis de su doctrina. La palabra, nacida en Israel, ha llegado a su plenitud en Jesús Salvador de los hombres y ha roto los planteamientos y ex-pectativas. Eta noticia se ha anunciado al mundo de entonces y continúa su anuncio al mundo de hoy y nos ha mostrado quienes somos: no simples cumplidores de la Ley de Dios, sino hijos y here-deros.
María es el punto de enlace en este designio de Dios, por acepto el Plan de Dios en su vida y en su familia que formó con José, para darnos al Salvador del mundo. Es una buena síntesis para vivir esta Octava de Navidad y culminarla en esta Fiesta de María.
Evangelio según San Lucas 2, 16-21: La fe de los pastores los llevó a conocer Jesús.
Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se mara-villaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.
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MEDITACIÓN.El gran anuncio angélico de Gloria a Dios y
paz a los hombres de bien, ahora es acogido de nuevo en un ámbito más personal en la Ma-dre de Jesús que “custodiaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”, para hacer de esto nuestro empeño en este primer día del año. Es una exhortación a que el Espíritu Santo actúe en los corazones, derrita lo que está cerrado y las du-rezas, nos conceda volvernos tiernos delante de la debilidad del Niño Jesús.
Es un día en que se desea la paz. Esta paz ne-cesita de la fuerza de la mansedumbre, la fuerza no violenta de la verdad y del amor. En las ma-nos de María, Madre del Redentor, ponemos con confianza filial todas nuestras esperanzas. A ella que extiende su maternidad a todos los hombres, le confiamos el grito de paz de las poblaciones oprimidas por la guerra y la violencia, para que el coraje del diálogo y de la reconciliación pre-valga sobre las tentaciones de la venganza, de la prepotencia, y de la corrupción.
Recordemos que Jesús y María nos regalan en este primer día del año el evangelio de la frater-nidad, anunciado y testimoniado por la Iglesia, para pueda hablar a cada conciencia y aba-tir las murallas que impiden a los enemigos reco-nocerse como hermanos.». Este fue el deseo de Papa Francisco, el 1 de enero de 2014. Hoy se hace también vigente y debemos ser constructo-res de sea fraternidad.
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Imitemos a los pastores que después de escu-char el mensaje del ángel “fueron a toda prisa” a anunciar la paz a otros corazones. Porque los “sencillos de corazón verán a Dios”. Ellos camina-ron hacia Belén, donde encontrarían al Salvador. Y es precisamente esto lo que necesitamos. Sa-bemos que para tener a Cristo hay que decidirse a dejar los “rebaños” del egoísmo, de la como-didad, el placer y la vanidad, pues no existe un Cristo a nuestra medida, sino el único Cristo que encontraron los pastorcillos “un niño envuelto en pañales recostado en un pesebre”.
Para llegar a Él hace falta ser humildes, pues la entrada de la cueva es pequeña y exige aga-charse. Es Dios mismo quien nos enseña, desde ese pesebre, que su seguimiento exige cruz, dolor, humildad, pureza y pobreza de corazón, y obe-diencia a la voluntad de Dios. Y es esto lo que da la paz y la felicidad en el corazón. María, la Ma-dre de Dios, nos enseña que para llegar a Cristo hace falta también la oración. Ella “guardaba to-das la cosas y las meditaba en su corazón”.
María para ser Madre de Dios, no tuvo que renunciar o dejar al margen nada de su femini-dad, al contrario, la tuvo que realizar en nobleza y plenitud, santificada como fue por la acción del Espíritu Santo. Al nacer de una mujer Dios ha enaltecido y llevado a perfección “el genio femenino” y la dignidad de la mujer y de la madre.
La Iglesia, al celebrar este la Maternidad Di-vina de María, reconoce gozosa que María es
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también madre suya, que a lo largo de los días y los meses del año engendra nuevos hijos para Dios. Ella se convierte en Madre, bendición y me-moria. En el designio de Dios, que es fuente de la maternidad, ésta es siempre una bendición: como a María, se puede decir a toda madre: “Bendito el fruto de tu vientre”.
Miércoles 2 de EneroSantos Basilio y Gregorio Nacianceno
1ª carta del Apóstol Juan 2, 22-28: Los cristianos debemos proclamar a Jesús, el
Hijo de Dios.
Evangelio de Juan 1, 19-28: Juan da testimonio de su misión y la de Jesús.
Éste fue el testimonio de Juan, cuando los ju-díos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?».Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías». Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «Eres tú el Profeta?». Respon-dió: «No». Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?». Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le pregunta-ron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de
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la sandalia». Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
MEDITACIÓN A finales del siglo I en Jerusalén y en todo el
Imperio romano se divulgó una falsa doctrina que cuestionaba que Jesús se hubiera encarnado, es decir asumir ser un humano. Aparecieron así los propulsores del Anticristo. Ellos negaban que Je-sús fuera el Mesías. El apóstol Juan estuvo atento a esta negación de la persona de Jesús. Sería aceptar que Jesús no fuera el Mesías, el Ungido y enviado de Dios de Dios que vino justamente a reconciliar al hombre con Dios.
También hoy siguen apareciendo estos “anti-cristos”. Ellos cambiaron su fe por otras muchas cosas como el dinero, el prestigio, el poder, los ídolos, la vida en abundancia. Si negáramos la divinidad de Cristo tendríamos que rechazar su lavación que nos vino a atraer y condenarnos a no conocer nada de Dios, pues es Cristo quien nos muestra el rostro del Padre. Los cristianos es-tamos llamados a vivir de una manera limpia con honestidad, personas con ética y que viven valo-res, procuran la convivencia en paz y el progreso de todos.
Esta herejía cristológica negaba lo que es-tamos celebrando en estos días de Navidad, la Encarnación de Jesucristo. Debemos refutar esto y alegrarnos porque empezamos el nuevo año con confianza. Por eso el Apóstol Juan, fiel seguidor y testigo de bien que realizó Jesús, nos exhorta a
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permanecer fieles a Cristo, estando en comunión con Él, con Dios su Padre y ungidos y movidos por el Espíritu santo, y lo podemos confesar como Mesías, el Hijo de Dios. Deseamos alcanzar la vida eterna.
Juan Bautista es el Precursor que toma la de-lantera en el Anuncio de la Buena Nueva de Dios, el desea volver el corazón de los padres hacia los hijos y viceversa. El anuncia al Mesías, pero no se cree el Mesías. Retoma las palabras del Profeta Malaquías: “He aquí que Yo envío mi mensajero delante de ti, que preparará el camino delante de mí” (Mal 3,1).
Descubramos su identidad de Precursor: ¿quién es Juan Bautista? San Juan nos dice que “éste ve-nía como testigo, para dar testimonio de la luz y para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz”(Jn 1, 7-8). Su mi-sión es hablar en nombre de otro y dar testimonio en favor de otro. ¡Mucha humildad se necesita para cumplir esta misión! Y Juan supo hacerlo de modo excelente, aun a costa de su vida. El mensaje de esta voz es de una grandísima pro-fundidad y trascendencia: “Preparen los caminos del Señor” Preparar los caminos del Señor significa abandonar el pecado y acercarnos a la gracia; aprender a ser humildes y dejar entrar al Señor en nuestro corazón y que Él sea quien rija el destino de nuestra existencia.
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Jueves 3 de Enero
1ª carta del Apóstol Juan 2, 29 - 3, 6:Juan nos explica quién es el Verbo de Dios.
Lectura del evangelio según Juan 1, 29-34: Juan bautista acoge a Jesús, a recibir el Es-
píritu.
Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?». Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías». Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?». Él dijo: «No lo soy». «¿Eres tú el Profeta?». Respon-dió: «No». Y le dijeron: « ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?». Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías». Entre los enviados había fariseos y le pregunta-ron: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia». Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
MEDITACIÓNLa lectura de este párrafo de la Carta de
Juan nos presenta la virtud de la justicia. Los que practican la injusticia podrán presentarse con confianza en el día del juicio, porque los jus-tos son realmente los hijos de Dios, nacidos en El a una nueva vida. De esta manera adquiere
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también la gracia por la que el hombre se hace partícipe de la naturaleza divina. El ser nacido de Dios es un don sobrenatural, algo divino que no puede brotar de la naturaleza humana. Dios es el único justo y esencialmente perfecto.
En consecuencia el que ha nacido verdade-ramente de Dios y participa realmente de su vida es el que practica la justicia, el que guarda los mandamientos. El practicar la justicia, es una invi-tación a realizar en nuestra vida la ley moral, que ha nacido de Dios. Cada vez que la practique-mos nos asemejamos a Dios la perfección interior que da al cristiano la gracia. Por eso, Jesús nos decía en el Sermón de la Montaña: “Sean perfec-tos, como perfecto es su Padre celestial” Si anda-mos fuera de este camino caeremos en el peca-do. Esa no es nuestra meta. El pecado o caer en él es desconocer a Jesús.
En la vida de cada día nos encontramos con todo tipo de profesionales. Algunos de ellos ejer-citan su profesión con tino y competencia, al igual que un médico, un profesor, un sacerdote. Y les tenemos confianza. El médico es bueno, porque el médico está para sanarnos; el profesor para enseñarnos y formar nuestra persona, el sacerdo-te para acercarnos a Dios, tenemos confianza en estas personas: los hermanos cristianos, y las her-manas cristianas están para ayudarnos.
Podemos preguntarnos si esto ocurre también con Dios. Muchas veces nos olvidamos de la con-fianza en el Señor: Confiar en Dios esta es la cla-ve del éxito en la vida. La confianza que tengo.
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“Pero, Señor, mira mi vida: estoy en la oscuridad, tengo esta dificultad, tengo este pecado” tene-mos que confiar en Él porque nunca decepciona. Este es el testimonio de Juan: Jesús, el bueno, el manso, que terminará como un cordero: asesina-do. Él ha venido a salvarnos, para quitar el pe-cado. El mío, el tuyo y el del mundo: todo, todo.»
El Evangelio nos presenta dos tipos de bautis-mo: el bautismo del agua impartido por Juan y la nueva forma del bautismo que instituirá Jesucristo. El rito de Juan está lleno de significado. Era una muestra de conversión por la cual se salía del agua dispuesto a cambiar en su forma de ser en la vida cotidiana y en su relación con Dios. El bautismo será la preparación para recibir el nue-vo bautismo de Jesús, el bautismo proveniente del Espíritu Santo. Este bautismo será instituido por Jesucristo y hace referencia a una nueva vida. A la persona bautizada se le abren las puertas a una nueva vida en el seno de la Iglesia al borrar el pecado original. Por ello pertenece al grupo de los sacramentos de Iniciación. Se inicia el ca-mino para poder recibir los demás sacramentos.
Viernes 4 de Enero.
1ª Carta de Apóstol Juan 3, 7-10: Juan hace un llamado a obrar con justicia y
convertidos a Dios.
Lectura del evangelio según san Juan 1, 35-42: Juan proclama a Jesús como el Cordero de
Dios
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En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que signifi-ca Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y lo veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mi-rando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)».
MEDITACIÓN.El gnosticismo fue un problema que amenazó a
la iglesia en Asia Menor durante el segundo siglo d.C. Era una enseñanza que mezclaba el misticis-mo oriental con el dualismo griego “que afirmaba que el espíritu es completamente bueno, pero la materia es completamente mala. Los gnósticos fueron combatidos por el apóstol Juan que, en sus cartas, se esforzaba por mostrar que el Señor Jesús es verdadero hombre y verdadero Dios”.
El propósito de Juan en su carta no era refu-tar la herejía, su meta es positiva. Juan nos dice: “para que uds. también tengan comunión con nosotros, para que nuestro gozo sea completo”. Y lo afirma: “Estas cosas les he escrito a uds que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que
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sepan que tienen vida eterna. El escribía para refutar a los maestros falsos, para dar seguridad de la salvación y gozo a los creyentes, y habla sobre la justicia en términos de fraternidad y ver-dad. El cristiano no comete pecado, el germen de Dios permanece en él. Jesús está destinado a ser Hijo de Dios. El cometer pecado es lo mismo que descuidar completamente la ley de Dios. Para él, el pecado y el quebrantamiento de la ley son términos intercambiables.
El evangelio de hoy, presenta dos momentos en la vida de Juan y Andrés, discípulos del Bautista. El primero: su encuentro con Jesús; y el segundo: la respuesta natural que nace de este encuentro. Juan y Andrés siguen a Jesús, en un momento. Je-sús les interroga ¿qué buscan? Los discípulos le responden con otra pregunta. La respuesta que Cristo parece que no resuelve su interrogante. Cuantas veces queremos buscar a Dios con nues-tros criterios de jóvenes inquietos o adultos ya logrados y hasta autosuficientes, que en el fon-do es no desean tener en serio una experiencia con Jesús sino acomodarlo a los nuestros deseos, nuestra mentalidad y mis criterios. Para encontrar a Dios uno se dispone, acoge la propuesta, y así empieza un nuevo camino.
La pedagogía de Jesús es diferente a la nues-tra. Él les invita a que ellos mismos hagan la ex-periencia de convivir con Él. No los fuerza. Res-peta profundamente su libertad. Hasta el punto que ellos mismos vieron dónde vivía y decidieron permanecer con Él. Lo que les atrajo no era tanto
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el lugar donde vivía el Maestro, eso más bien era un pretexto para acercarse a Él y conocerlo más íntimamente. Su testimonio les impactó tanto que interiormente lo único que deseaban era quedar-se a su lado.
El conocimiento de Cristo les lleva a tener una necesidad muy grande de trasmitirlo a los de-más. Andrés lleva rápido la buena noticia de que han encontrado al Mesías a su hermano Simón, y después lo presenta con el Señor y que Cris-to lo escoge para seguirlo. El apostolado brota en todo corazón como una exigencia de quien ha experimentado el amor de Dios en su alma y desea que los demás también puedan gozar de este encuentro. La calidad del apóstol está en estrecha con su interioridad y la meditación de la Palabra diaria.
Sábado 5 de Enero
1ª Carta del Apóstol Juan 3,11-21: La Caridad es el criterio para enfocar nuestra
vida cristiana.
Lectura del evangelio según san Juan 1, 43-51: Jesús busca a Felipe, quien inicia su vida de fe
En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios». Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que signifi-ca Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y lo veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y
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se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)». Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mi-rando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas.
MEDITACIÓNCuando miramos al cielo de noche observa-
mos que cuando la noche es más oscura las es-trellas brillan más. Podríamos decir también que cuando más oscuro es nuestro peregrinar por este mundo es cuando más brilla la luz de Cris-to en nuestros corazones. Cuando más solos nos sentimos es cuando Cristo está más cerca de no-sotros. No permitamos que la ceguera de nuestro egoísmo entenebrezca la luz de Cristo en nues-tros corazones. Tengamos bien abiertos los ojos de la fe en Dios para caminar por la senda del verdadero amor y de la verdadera esperanza. Deseo tener vida y dar amor para no morir o ser homicida con mis actos.
El proceso de la llamada de Felipe para ser discípulo del Señor, siguió 8 momentos:
1º Jesús volvió para Galilea. Encontró a Felipe y le llamó: ¡Sígueme! El objetivo es siempre el mismo: “seguir a Jesús” Felipe, Andrés y Pedro eran de Betsaida (Jn 1,44). Natanael era de Caná (Jn 22,2). Es bueno recordar a las personas que estuvieron en el origen de su fe, de su vocación.
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2º Felipe encuentra Natanael y habla con él sobre Jesús: “Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret”.
3º Natanael cuestiona: “Pero, ¿puede salir algo bueno de Nazaret?” Sale a flote la rivalidad que existía entre las pequeñas aldeas de una misma región: Caná y Nazaret. Según la enseñanza oficial de los escribas, el Mesías vendría de Belén en Judea. No podía venir de Nazaret en Galilea (Jn 7,41-42).
4º Felipe da la misma respuesta que Jesús ha-bía dado a los otros dos discípulos: “¡Ven y verá!” la vocación no se impone, sino viendo es que las personas se convencen.
5º Reinicia el proceso: encontrar, experimentar, compartir, testimoniar, llevar a Jesús! Jesús ve a Natanael y dice: “¡Ahí viene un verdadero israelita, sin falsedad!” Y afirma que ya le co-nocía, cuando estaba debajo de la higuera. ¿Natanael podía ser un “auténtico israelita” si no aceptaba a Jesús como Mesías?
6º ¿Quién era un israelita autentico? Aquel que sabe deshacerse de sus propias ideas cuando percibe que no concuerdan con el proyecto de Dios. El israelita no conversión no es ni auténtico, ni honesto. El esperaba al Mesías según la enseñanza oficial de la época. Por esto, no aceptaba a un mesías venido de Nazaret.
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7º El encuentro con Jesús le ayudó a percibir que el proyecto de Dios no siempre es como desea que sea. El reconoce su engaño, cam-bia idea, acepta al Jesús Mesías y confiesa: “¡Maestro, tu eres el hijo de Dios, tú eres el rey de Israel!”
8º La confesión de Natanael no es más que el comienzo. Quien será fiel, verá el cielo abier-to y los ángeles que suben y bajan sobre el Hijo del Hombre. Experimentará que Jesús es la nueva alianza entre Dios y nosotros, los seres humanos. Es la realización del sueño de Jacob (Gén 28,10-22).
Domingo 6 de EneroSolemnidad de la Epifanía del Señor
Libro de Isaías 60, 1-6:La luz de la salvación de Dios brillará para
todos los que acerquen a ella.
Salmo 71: Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Carta de Pablo a los Efesios 3, 2-3ª. 5-6. Pablo anuncia la salvación universal de Dios,
Isaías proclama con gran exaltación la Buena Nueva a la gente que andaban en la oscuridad. Una luz brilla; la que lleguemos a Él. El libro de Isaías se compone de 3 partes. El tercer Isaías intenta elevar el espíritu de los que han vueltos del exilio, pero se han olvidado de que Dios les ha salvado, como salvó y dio la libertad a sus padres, regresan con una actitud mediocre alar-
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mante. Siempre la misma historia. Tras la bonanza y el bienestar, el olvido de Dios, y el vivir en la relajación y la pérdida de los ideales. Isaías les ilumina la presencia de la gloria del Señor, que será admirada por todos los pueblos y razas. El Señor ejercerá una atracción irresistible e impa-rable sobre todas las naciones, que vendrán a contemplar su poder.
Isaías en 60, 1-6, se ha dirigido a Jerusalén:¡Le-vántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la glo-ria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti. Y caminarán los pueblos a tu luz, los re-yes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una mul-titud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor”.
Pablo, en su carta a los efesios, nos habla de la gracia que Dios nos ha dado. Por nuestro bautismo somos coherederos y copartícipes de la promesa de Dios. Nosotros sentimos alegría ya que en Cristo somos un pueblo de Reyes gloria de Dios aparece. Cristo es esa estrella radiante de la mañana que nos guía en la vida y que vino al mundo para pueblo sacerdotal, una asamblea santa. Escuchemos esta lectura con atención.
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La segunda generación de los evangelizados por Pablo comprenden muy bien su enseñanza y la usan para iluminar las situaciones de división de su presente. Los cristianos del siglo XXI tene-mos que aprender mucho de las enseñanzas de Pablo. Su escrito presenta tener una estructura de carta: saludo, un cuerpo doctrinal y mora, y fina-liza con unas conclusiones, pero parece ser una meditación religiosa que analiza la realidad de la Iglesia de Efeso. Es una propuesta para iluminar la realidad actual de Iglesia.
Se hace necesario que los cristianos del siglo XXI comprendamos que somos una única Iglesia y se ha extendido a numerosos países y lo sigue evangelizando, desarrollando su característica de Iglesia Universal- En ella todos son acogidos y forman un solo Cuerpo y Cristo es su Cabeza. Pablo subrayaba con fuerza esta realidad, por-que existía el latente peligro de relegar a Cristo a un segundo plano el papel de Cristo en la obra de salvación. Cristo es el protagonista de esta Historia de Salvación. El hombre nuevo y el mundo actual solo tiene un modelo .el Señor Jesús. Su ta-rea es alcanzar la madurez humana y espiritual y así poder llegar a la plenitud de Criisto ( Ef 4,13). Hoy existen muchas religiones fuertes, el islamismo, las sectas protestantes, el hinduismo y budismo y “seudo-religiones” como la música rock, pop, emos, la moda, la política y estado civil, la violencia y la droga, que se han convertidos en dioses en nues-tra sociedad pos-moderna y aprecen relegar a Cristo a un tercer o cuarto plano.
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Lectura del Evangelio de Mateo 2,1-12: La visita de los Magos abre horizontes a vivir
la fe.
“Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién naci-do? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.» Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto. Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que en-señaban la Ley al pueblo, y les hizo precisar dón-de tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: «En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá, porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pue-blo, Israel. Entonces Herodes llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había aparecido la estrella. Después los envió a Belén y les dijo: «Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuen-tren, avísenme, porque yo también iré a rendirle homenaje.» Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y fíjense: la es-trella que habían visto en el Oriente iba delan-te de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. ¡Qué alegría más grande: habían visto otra vez a la estrella! Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arro-dillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. Luego se les avisó en sueños que no volvieran
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donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino.”
MEDITACIÓNLa Epifanía es una de la fiestas litúrgicas más
antiguas. Es una celebración muy significativa en el mundo cristiano. La mayoría de los países cris-tianos que celebran la Navidad conmemoran el 6 de Enero como el Día de los Reyes Magos.
La palabra epifanía significa “gran manifesta-ción”. Se le asocia a una teofanía (Teo-fanos que significa, aparición, manifestación de Dios). En esta Fiesta vemos presentarse a los Magos al Niño Jesús y le ofrecen regalos. Antes ellos se manifiesta el Hijo de Dios. Este gesto de Los magos también expresa el deseo de buscar la salvación. Los Magos de Oriente al presentarse ante Jesús representan a todos los pueblos lejanos, que iban a recibir la Redención de Dios por medio de Jesucristo. Los relatos teofánicos los encontramos en varios libros del Antiguo Testamento. Podemos confrontarlos en Éxodo, 19,34, 1 Reyes 19¸ Isaías 6.
En el relato se aprecia que no todos reco-nocen que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios. Su pueblo y sus autoridades se han confabulado con el poder de Herodes. Este Rey perseguirá du-rante toda su vida a Jesús. De otra parte quienes le rinden honor son los que estaban previstos en los oráculos. Son los grupos de los Magos y la gente sencilla porque si lo reconocen como Me-sías e Hijo de Dios y le ofrecen dones.
Muchos de los celebran hoy nuestras Fiestas navideñas y de Fin de Año manifiestan la iden-
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tidad a estos dos grupos mencionados. Al pare-cer solo las celebran superficialmente una gran mayoría. Ellos compran artículos navideños sin contacto a nuestra realidad cristiana. Se gastan mucho dinero en regalos, comidas, cines, comprar autos y artefactos nuevos que los endeuda. La celebración se concentra en el Año Nuevo con grandes fiestas hasta que se amanece el día, muchas veces acaban en accidentes que dejan muertes.
Existen también familias cristianas que ponen el centro de su celebración en una Navidad con sentido hogareño. La familia celebra la Misa de Noche Buen juntos en la Parroquia, llevan sus Ni-ñitos de sus nacimientos a bendecir, se come una cena muy rica preparada en casa y se comparte el saludo navideño con los vecinos y familiares, visitan a la familia y conversan sobre situaciones positivas. Están alegres y viven una Noche Buena y un fin de Año con mesura y conciencia cristiana.
Lunes 7 de Enero
1ra Juan 3, 22 - 4, 6Evangelio según San Mateo 4, 12–17 . 23-25
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que ha-bían arrestado a Juan se retiró a Galilea.
Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Nef-talí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías:
“País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gen-
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tiles, El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra de som-bras de muerte, una luz les brilló.”
Entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: “convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.”
Recorría toda Galilea, enseñando en las sina-gogas y proclamando el Evangelio del reino, cu-rando las enfermedades y dolencias del pueblo.
Su fama se extendido por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curaba.
Y le seguían multitudes venidas de Galilea, De-cápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.
MEDITACIÓNMuchas veces nuestras generaciones de cris-
tianos han tenido o siguen un cristianismo idealis-ta, libertario, de mucho compromiso social, espiri-tualista o tradicionalista.
El apóstol Juan tuvo que dirigir una comuni-dad cristiana al inicio de pocos miembros y luego creció su número tuvo un crecimiento muy rápido. El mismo sufrió persecuciones, momentos de de-solación y desgaste por conducir la evangeliza-ción. Él y su comunidad tuvieron un coraje, en-trega, consolación y satisfacción por los logros conseguidos por su fe en Cristo.
La realidad eclesial que vivimos hoy no puede permanecer ajena a lo que sucede en el mundo. Se nos pide tener un cristianismo con los pies en
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la tierra, encarnado, muy testimonial. Los manda-mientos que nos enseñó Jesús y propagaron sus discípulos, se hacen cada vez más necesarios vi-virlos y suscitar que los otros los vivan. Se nos da a reconocer al Espíritu de Dios en un mundo muy cambiante.
En el Evangelio de Mateo notamos un mo-mento crucial, pues en este capítulo el llamado a la conversión cede el paso al anuncio de Jesús. Juan Bautista debe comprender que su misión ha cumplido ya su objetivo. Jesús emprende ahora la misión que el Padre le ha entregado. Se inicia la irradiación luminosa de la presencia de Jesús como el Enviado.
El discurso sobre la conversión sigue siendo proclamado por Jesús, con nuevo brio y entusias-mo. La multitud numerosa también sigue a Jesús. Añade una dimensión más importante al objetivo de su misión, porque con su venida está cerca el Reino de los cielos. Es una dimensión que se va logrando con fatiga. El pueblo va a coger sim-plemente los signos milagrosos.
Nuestra fe cristiana se ilusiona por signos y prodigios, los acoge y se queda en ellos. Como cristianos somos propensos a pedir y ver signos, se hace más difícil fundamentar la fe y compro-meterse a construir el Reino. El poder de curar fue inmenso en Jesús nuestra fe debe creer en lo que se ve y muchas veces no se ve, pero si puede empezar a construir con esa fe el Reino de Dios.
Para lograr construir el Reino de Dios se nece-sita también convertir mentalidades, las visiones
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“únicas” de la realidad, la improvisación, el can-sancio de nuestro diario vivir y la rutina, la sensa-ción que no se avanza, y más bien se obstaculiza de muchas maneras la propuesta y realidad del Reino de Dios. El Reino no es utopia, sino realidad en camino por hombres fieles a su conversión a Dios. El Reino que se anuncia, construye, alienta, ve realidades nuevas, que infunde confianza, por-que es un Reino victorioso que vence, ha vencido y vencerá la muerte, la enfermedad, la corrupción, la guerra fraticida, el terrorismo, el narcotráfico, la impunidad política y judicial.
Martes 8 de Enero
1ra Carta de Juan 4,7-10Evangelio de San Marcos 6, 34 - 44
“En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ove-jas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípu-los a decirle: Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer. Él les replicó: Dadles vosotros de comer. Ellos le preguntaron: ¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer? Él les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Cuando lo averiguaron le dijeron: Cinco, y dos peces.
Él les mandó que hicieran recostarse a la gen-te sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los pa-
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nes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres”.
MEDITACIÓNJuan evidencia en este texto un criterio funda-
mental de nuestra fe cristiana: Amarase unos a otros, y que este amor provine de Dios. Simple y contun-dente la razón de fondo; porque él nos amó pri-mero. Si, él amó primero y es un amor limpio, abierto en acciones, no egoísta, ni opresor, que busca una relación de equilibrio respetando al otro. Cuando él realiza acciones de amor para nosotros no hace sino suscitar una respuesta de amor.
¿Qué diferente es dar a nuestro amor por el otro?
¿Qué desilusionador cuando no recibimos la no respuesta a nuestro amor?
¿Nos decepcionamos. Verdad?
Lo más esperanzador es que el amor de Dios es para todos y nos ama con propias caracte-rísticas del gran amor de Dios, lleno de muchos detalles, pruebas de amor, aceptación sin límites. A diferencia de nuestro amor por el otro que se vuelve egoísta, abusivo, manipulador, que nos convierte aprisiona, cruel, sensualista, aterrador., insensible, castigador, acosador, no respeta el derecho del otro
El desbalance de amor que tenemos y damos a otros es una realidad que no se iguala al amor
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que él nos tiene y nos cansará de darlo. La ba-lanza se inclina para el amor deudor que le te-nemos a Dios
Mi respuesta final debe ser: mejorar mi calidad de amor y mi donación a nuestros a hermanos
El evangelio nos propone el amor del Hijo, Je-sús posee la misma óptima y superlativa calidad el Amor de su Padre. Padre e Hijo nos donan una exquisita calidad amorosa. Yo podría ser mejor en mi amor.
Marcos presenta a Jesús después de una jor-nada entera de labor y de despliegue de ex-quisito amor que ha dado a sus seguidores, los discípulos le proponen que los despida y gocen de ese amor que para mucho era la única opor-tunidad de recibirlos y alimentarlos con sus gestos de amor. Jesús invita a sus discípulos a dar ese gesto amor, para que sean capaces de desarro-llar alternativas para que se alimenten y sientan amados y saciar su hambre.
Jesús se siente defraudado. Y los envía a com-prar pan y pescado para ellos demuestren amor por la multitud sedienta no solo de pan, sino de gestos concretos de amor vive la gente sencilla y necesitada.
La solidaridad que es característica que bro-ta de un sano gran amor aparece. Juntando pa-nes, peces, y cestos se logra dar de comer a la multitud previa bendición de los reunidos.
La multitud se sació y en orden se guardó lo que sobró de esta acción de solidaridad. Ellos
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se constituyen en doce gestos evidentes de la calidad de amor que existió en llanura.
Miércoles 9 de Enero
1ra Carta de Juan 4,11-18Evangelio según Marcos 6, 45-52
Después que se saciaron los cinco mil hombres, Jesús en seguida apremió a los discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran hacia la orilla de Betsaida, mientras él despedía a la gen-te. Y después de despedirse de ellos, se retiró al monte a orar. Llegada la noche, la barca estaba en mitad del lago, y Jesús, solo, en tierra. Viendo el trabajo con que remaban, porque tenían viento contrario, a eso de la madrugada, va hacia ellos andando sobre el lago, e hizo ademán de pa-sar de largo. Ellos, viéndolo andar sobre el lago, pensaron que era un fantasma y dieron un grito, porque al verlo se habían sobresaltado.
Pero él les dirige en seguida la palabra y les dice: «Ánimo, soy yo, no tengáis miedo.»
Entró en la barca con ellos, y amainó el viento. Ellos estaban en el colmo del estupor, pues no ha-bían comprendido lo de los panes, porque eran torpes para entender.
MEDITACIÓN.La característica principal de este texto de
Juan es la capacidad de hacer que el amor de Dios permanezca en cada uno de nosotros con su respectiva respuesta y también se suscite ese amor entre nosotros. Porque de esa manera nues-tro amor llegará a su plenitud. Es el mejor deseo
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que desea trasmitirnos el mismo Dios para llevar a plenitud nuestro amor.
Somos testigos que Dios nos ha dado ese amor gracias a su Hijo Jesucristo. Y esto le hemos visto y testimoniado hasta hoy. Y Con ese amor sea pro-digado la salvación a todos los que de buena fe acogieron ese amor que los salvó.
Los cristianos debemos ser testigos de ese amor permanente, no provisional, ni esporádico.
El evangelista Marcos nos muestra dos esce-nas, una la de Jesús orante que nos refleja ese amor íntimo de Jesús con su Padre Dios y otra situación donde Jesús socorre a los discípulos que están en peligro manifestándoles su amor de salvación ante la barca que se hunde en el lago..
Apreciamos que después de la realizar la ta-rea evangelizadora Jesús se retira a orar. Ella es la raíz de su acción de amor, es el consuelo de su amor en soledad, es la comunicación creciente de la fuerza de su amor con el Padre Dios.
Esta es una invitación a profundizar mi oración para construir una relación íntima con el amor de Dios. Es una experiencia que va ganado forma y cuerpo, esfuerzo, fatiga, desolación, alegría, pero nos permite crecer en el ofrecimiento, en la oblación, el desprendimiento, en el despojo de actitudes egoístas y no sinceras, amar con limpio corazón. Ganar en prudencia y paciencia, respe-to por el otro.
La segunda acción es de solidaridad rápida y expresa de Jesús para salvar a sus discípulos.
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Con las personas que nos aman nos sentimos se-guros, sea con su presencia o no, El amor da se-guridad a otros y los salva siempre. La intrepidez les jugo una mala jugada y riesgo a los discí-pulos, era una próxima situación de muerte, pero Jesús los salvó. Ellos confiaron en Cristo porque Él lo amaba.
Nuestra Juventud actual se expone a peligros innecesarios en los bailes, paseos, droga y juego. Los esposos arriesgan su amor de esposos y de hogar con un falso amor fuera de este. Los niños y adolescentes hacen peligrar sus vidas imitando las situaciones falsas de los mayores. Los consa-grados se exponen y caen en situaciones am-biguas. Nos hace falta una pedagogía de amor que prevenga el peligro y salve a estas personas expuestas en estas diversas situaciones, con ac-ciones de amor y vigilancia. Porque el amor se conserva siendo vigilantes y atentos a los peli-gros que circundan al amor
Jueves 10 de EneroBeata Ana de los Ángeles
Cantar de los Cantares 8, 6 6-7.Evangelio según San Lucas 10, 38-42
Yendo de camino, entró Jesús en un pueblo. Una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, la cual, senta-da a los pies del Señor, escuchaba sus palabras; Marta ocupada en los quehaceres de la casa dijo a Jesús:
— Maestro, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en los quehaceres? Dile que me ayude.
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El Señor le respondió:
— Marta, Marta, te preocupas y te inquietas por muchas cosas, cuando una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y no se la quitarán.
MEDITACIÓN.El libro del Cantar de los Cantares nos expone
en clave de amor la experiencia de relación del Pueblo de Israel con su Dios. Es un amor humano, franco, que intenta vivirlo con verdad. Este libro expone una pedagogía de la fortaleza y perma-nencia para amar de verdad. El verdadero amor no puede sufrir engaños ni mentiras, ni ser violento ni descortés.
El relato del Cantar señala actos para asumir tales características de ese amor. Debe grabarse con un sello en el brazo, para también grabarlo en el corazón fuente y punto de llegada de nues-tros sentimientos más nobles.
Lo más impresionante en el amor de una pare-ja de novios y esposos y en este caso del creyen-tes cristianos con su Dios tiene una característica principal, que es la fuerza de amar: pasión, fue-go, no se puede apagar ni anegar. Ambas per-sonas amantes deben defender su amor contra todo obstáculo.
Es una lectura nuestro amor por Dios que ha venido en su Hijo a salvarnos y hacernos sentir también sus hijos. Es una presencia siempre anima-dora de tu vida cristiana, delo sacramentos que celebras y de las amistades que cosechas, de los hijos que engendras y formas para la vida. Un
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amor que no se cansa, ni se termina, en la vida eterna también lo vivirás.
San Lucas presenta la visita de Jesús a la casa de las hermanas Marta y María que resul-ta ser “paradigmática” porque nos engloba un solo amor de amistad con Jesús testimoniado de diversas perspectivas peo se conjugan y com-plementan en un único amor hacia Jesús, el buen amigo y confidente de ambas hermanas.
Nos ayuda a considerar nuestra actitud de fondo cuando amamos de verdad o de las ac-titudes de mentira, doblez, de “pose ficticia”, y no de un amor verdadero. Dos actitudes de amor frente a Jesús, un amor práctico, casero, de la fina atención, acogida, cercanía interés por el mundo del otro, de empatía y de conversación profunda de tú a tú
La intervención de Jesús como amigo acerca a las dos hermanas en una única actitud de amor. Dar acogida a Jesús desde los que una es y sa-ber hacer y dar. Se logra un amor abierto, sincero, de aliento.
Un hermoso ejemplo de cómo en un hogar se puede acoger la presencia de Jesús. Ella suscita nuestra actitud de acogida, encuentro, y de sa-ber compartir todo con amor con estas dos acti-tudes llenas de amor por una presencia de Jesús. Seremos capaces de amar así en nuestro hogar, parroquia, en las visitas pastorales, en nuestros amigos, en grupo de amigos íntimos y centros la-borales.
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Viernes 11 de Enero
1ra Carta de Juan 5, 5-13Evangelio según Lucas 5, 12-16
Una vez, estando Jesús en un pueblo, se pre-sentó un hombre lleno de lepra; al ver a Jesús cayó rostro a tierra y le suplicó: «Señor, si quieres puedes limpiarme.»
Y Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida le dejó la lepra.
Jesús le recomendó que no lo dijera a nadie, y añadió: «Ve a presentarte al sacerdote y ofre-ce por tu purificación lo que mandó Moisés para que les conste.»
Se hablaba de él cada vez más, y acudía mucha gente a oírle y a que los curara de sus en-fermedades. Pero él solía retirarse a despoblado para orar.
MEDITACIÓNCuando conseguimos amar de verdad en
nuestra vida conseguimos una victoria porque Dios ha ganado nuestro corazón y nuestras ac-titudes de vida y a su vez tenemos tal regocijo en nuestro corazón que no cabemos de alegría y gratitud.
Por el contrario que triste la vida del que no tuvo la oportunidad de ser bien amado, cuidado y salvado de tantas situaciones que sufrió que sufrió en su vida, y le hicieron perder su confianza en el amor.
Tener y seguir tener buenas experiencias de
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amor verdadero son alimento y refuerzo para nuestros momentos de desamor y dificultades. De-solaciones y egoísmo que sufrimos de parte de otros.
Dios nos ha dado una gran muestra de su amor dándonos a su Hijo. Y el que cree en ese Hijo de Dios conoce el amor de Dios en toda su plenitud. Él nos amó primero y nos sigue amando y nos amará hasta el final del mundo. Es una prome-sa que vuelve certeza y los lleva a la eternidad para ser amados en Él.
El Evangelio lucano nos muestra una escena de total y grave marginación de una enferme-dad. Es un caso concreto y desafiante de cuanto desamor puede existir en la sociedad. La lepra llevaba a una marginación de por vida al enfer-mo. Lo `privaba de su familia, de su ocupación u oficio, de la sociedad en que vivía.
Jesús se rinde ante una súplica de amor del leproso. Él no tuvo lástima, como muchas veces podemos dar a entender nosotros a los pobres y enfermos. Es una donación de su voluntad y poder de Jesús. Quiero limpiarte y reintegrarte a la tu familia a tu sociedad y vivir sostenido por el amor de los que te quieren.
Cuántas manifestaciones de “lepra” tenemos en nuestra sociedad de hoy. Somos un siglo de mucha tecnología y avance científico, pero ca-recemos de listas de batir récords de enferme-dades, males sociales, manipulaciones, riquezas fraudulentas que priva de bienes necesarios a otros más necesitados.
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Necesitamos la valentía de Jesús para ir libe-rar y ganar a la marginación existente en nuestras sociedad del tercer siglo donde aún permanecen ”lepras” de todo tipo, que debilitan y matan la dignidad de tantas personas y hogares pobres.
Sábado 12 de Enero
1ra Carta de Juan 5, 14-21Evangelio de San Juan 3, 22-30
En aquel tiempo, fue Jesús con sus discípulos a Judea, se quedó allí con ellos y bautizaba. Tam-bién Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salín, porque había allí agua abundante; la gen-te acudía y se bautizaba. A Juan todavía no le habían metido en la cárcel.
Se originó entonces una discusión entre un ju-dío y los discípulos de Juan acerca de la puri-ficación; ellos fueron a Juan y le dijeron: «Oye, rabí, el que estaba contigo en la otra orilla del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ése está bautizando, y todo el mundo acude a él.»
Contestó Juan: «Nadie puede tomarse algo para sí, si no se lo dan desde el cielo. Vosotros mismos sois testigos de que yo dije: “Yo no soy el Mesías, sino que me han enviado delante de él.” El que lleva a la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se ale-gra con la voz del esposo; pues esta alegría mía está colmada. Él tiene que crecer, y yo tengo que menguar.»
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MEDITACIÓNLa última característica de la capacidad de
amar de Jesús que nos presenta su apóstol Juan es no rehusar nuestra “petición” de favores, mila-gros o necesidades básicas que tenemos como creyentes y se las formulamos incansablemente.
Les pedimos muchos favores a nuestros amigos, parientes y colegas porque confiamos ellos, en su amor y estar disponible. Sin embargo, muchas veces también podríamos medirnos en estos pe-didos, ya que otros necesitan de un verdadero favor que nosotros.
Nuestra vida debe testimoniar de otra parte, lo recibido de Él. Jesús nos concede gracias, el perdón, nos tiene misericordia. Tener el cuidado en el abuso de bondad y en el cometer peca-do, llevar vidas paralelas, ambiguas y de egoísmo que a él no se agradan. Rechacemos con fuer-za todo pecado e idolatría que nos separa del amor de Dios para tener vida de Él.
Así hemos recorrido día por día en este Tiem-po Navideño esta hermosa carta de Juan com-prendiendo todo “el amor que Dios nos tiene” y el compromiso de darlo a otros.
Juan anticipa en su evangelio la fiesta del Bautismo de Jesús que celebraremos mañana
Su presentación muestra a un Juan contento y gozo de anunciar la Venida del Señor en Salin, mientras Jesús quedó en Judea y bautizó a sus discípulos. Le informan a Juan sus discípulos de la acción de Jesús. La humildad y gozo de Juan no
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se turban y con serenidad continua su vocación y misión de profeta. El ya ha anunciado al Mesías y eso le basta, su misión va llegando a término.
La misión de los evangelizadores es cumplir su misión de profetas y anunciar al Señor, no pode-mos ponernos en su posición. Él trae la verdadera Palabra y amor de Dios.
El bautismo que Jesús anuncia es un renace de lo alto, el de Juan es un bautismo de conversión. Él no tuvo celos de Jesús, ni de su poder. La fuente de alegre servicio de anunciador ya se había cumplido. Jesús ya era conocido, el Hijos de Dios ya presentado, cumpliría la misión del Padre Dios.
Domingo 13 de EneroEl Bautismo del Señor - Fiesta
Isaías 42, 1-4. 6-7.Salmo (28) El señor bendice a su puebloHechos 10, 34-38.
El libro del Profeta Isaías en los capítulos 40 al 48 adquiere un tono más optimista a diferencia de los anteriores. Estamos en el Segundo Isaías y presenta la liberación del exilio babilónico por parte del Rey Ciro, cuya intervención histórica los va a ser recordado como el ungido del Señor porque fue un instrumento de él que permitió a li-bertad a los israelitas desterrados y los trató con justicia.
Este el primer poema del Siervo del Señor que es elegido y sostenido por Dios, sobre quien se ha derramado el Espíritu del Señor. Que lo habili-ta para constituirla Alianza y luz para su pueblo
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querido. Se anticipa así una relación con el Ungi-do del Señor que será Jesús. Adquiere por tanto, un sentido mesiánico y permitirá mejor la interpre-tación para entender el envío y la misión de Jesús en mundo ya cristiano.
Los Hechos de los Apóstoles nos presentan el encuentro de Pedro con el centurión Cornelio. Este encuentro nos muestra simbólicamente la conversión del mundo griego y romano al Evan-gelio. Todo el capítulo 10 se compone de tres escenas y apunta a que el encuentro de estos dos personajes es obra de Dios. Vemos que el Es-píritu de Dios se derrama también sobre los otros pueblos, asemejando a un nuevo Pentecostés.
La misión de la Iglesia no ha terminado, aún resta que las nuevas culturas deben conocer al Señor Jesús y su mensaje de paz, amor, esperan-za. La iglesia en la actitud de Pedro comprendió entonces y debe asimilar ahora que la paz, la jus-ticia, la promoción humana, respeto de los dere-chos humanos y la solidaridad son tan necesaria en los tiempos contemporáneos. El evangelio Del Seños es prioritario para este siglo.
A través del Bautismo de Cornelio muchos pue-blos ingresarán al cristianismo. Es emblemático es te momento en la historia de la Iglesia naciente. Con mayor resolución la Iglesia de hoy deberá acoger el desafío de un mundo tecnológico, in-dividualista, agnóstico y ateo se presenta en el horizonte del mundo actual.
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Evangelio de Lucas 3,15-16.21-22Como el pueblo estaba expectante y anda-
ban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo, declaró Juan a to-dos: «Yo os bautizo con agua; pero está a punto de llegar el que es más fuerte que yo, a quien ni siquiera soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fue-go. Todo el pueblo se estaba bautizando. Jesús, ya bautizado, se hallaba en oración, se abrió el cielo, bajó sobre él el Espíritu Santo en forma cor-poral, como una paloma; y vino una voz del cielo: «Tú eres mi hijo; en ti me complazco.»
MEDITACIÓNLucas al presentar la escena del bautismo de
Cristo no está interesado en comunicarnos deta-lles históricos sobre este hecho, sino que desea darnos a nosotros, elementos básicos para una lectura sobre la identidad de Jesús a través de este año litúrgico. Así cada cristiano tendrá de-lante la continua pregunta ¿Quién es Jesús para mí’? y su respuesta será: descubrir cada día de este año la identidad del Hijs de Dios. Como ex-presa un dicho: quien no más fondo a una perso-na, no la puede amar de verdad.
Jesús a pesar de estar limpio de toda culpa, se bautiza ante Juan en el Jordán, es una pre-paración, un primer paso de lo que será su misión encargada por su Padre. Lo importante para Lu-cas es que Jesús en este bautismo se manifieste como Hijo de Dios (teofanía) Seguidamente viene confirmado por la acción del Espíritu como Hijo
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Predilecto y enviado por Dios, porque era él quien debía de venir.
Asumamos cada año de una manera más com-prometida el Bautismo recibido y la gracia que hemos adquirido: ser hijos del Padre Dios. Todos nosotros, como cristianos, al ser bautizados somos dispuestos a desarrollar en nuestras vidas el Pro-yecto de Dios. Si cada uno, al iniciar su camino de fe, va comprendiendo cómo quiere Dios que sea su hijo, Él lo sostendrá en este anhelo cada vez que recapacite y medite a fondo sobre su bautismo.
