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servir al pueblo Semanario del Partido Comunista Revolucionario de La Argentina 209 CUADERNOS DE DIFUSION DEL MARXISMO LENINISMO MAOISMO SUPLEMENTO JUNIO 2012 Otto Vargas La importancia del movimiento campesino (1)

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servir al puebloSemanario delPartido ComunistaRevolucionario de La Argentina

209CUADERNOS DE DIFUSION DEL MARXISMOLENINISMOMAOISMO

SUPLEMENTO

JUNIO 2012

Otto VargasLa importancia delmovimiento campesino (1)

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En este número y en el siguiente pu-blicaremos extractos de las partes II

y III de la Introducción al trabajo de OttoVargas –secretario general del PartidoComunista Revolucionario– tituladoLos Ignorados. Investigación sobre laexistencia de campesinos pobres y me-dios en la Pampa Húmeda, editado enCuadernos No 2, de Editorial Agora(Conferencias de Otto Vargas pronun-ciadas en el mes de julio de 1986, co-rregidas y revisadas por el autor, Bue-nos Aires, 1992). Desde entonces hancambiado muchas cosas en el campo argentino, particularmenteen los aspectos tecnológicos y organizativos de la producción, sin quepor ello dejen de ser válidas las diferenciaciones de clase que aquí seanalizan. La parte I fue publicada en los Cuadernos No 154 y 155, de es-ta colección: Otto Vargas, Los ignorados (1 y 2). Este trabajo de Otto Vargas no sólo tiene una importancia histórica

sino que adquiere actualmente una vigencia mayor ratificada por laprolongada lucha agraria, del 11 de marzo al 15 de julio de 2008, cuyamagnitud y extensión superó todos los antecedentes anteriores. Como concluyó la Resolución sobre la situación política nacional del

11º Congreso del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina(15/17 de febrero de 2009): “El estallido de la rebelión agraria fue unsalto cualitativo de ese proceso [el de las puebladas]. Mostró la impor-tancia estratégica de la lucha agraria, sin lo cual, el proletariado que-dará aislado en las ciudades. Trazó un nuevo boceto insurreccional:cientos de piquetes apoyados por puebladas, se adueñaron de las rutas,y el gobierno quedó impotente para reprimirlos. Y cada vez que lo in-tentó, los piquetes empalmaron con cacerolazos (también dispersos en numerosos lugares de las ciudades), que hacían muy difícil la represión” , Cuadernos No 193 y 194: PCR, La rebelión agraria (1 y 2). n

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Presentación

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II

El canto del cisne

Antes de abordar el tema de la in-vestigación en el campo es necesarioinsistir en la importancia del movi-miento campesino para el triunfo dela revolución de liberación nacional ysocial y para el triunfo de la revolu-ción socialista.Marx decía que la revolución pro-

letaria sin el apoyo del movimientocampesino sería como “el canto delcisne”, que canta antes de morir. Re-firiéndose a la revolución en Alema-nia –en el siglo pasado– decía queallí “todo dependerá de la posibili-dad de respaldar la revolución pro-letaria con alguna segunda edición

de la guerra campesina”.1 Analizan-do la Comuna de París de 1871 y lasituación del campesinado francésobservaba que con el desarrollo delcapitalismo “la propiedad campesi-na misma se ha hecho nominal; elladeja al campesino la ilusión de lapropiedad, mientras que se expropiael fruto de su trabajo”, por lo que “loque separa al campesino del proleta-rio no son, pues, sus intereses reales,sino sus ilusos prejuicios”. Sólo larevolución proletaria y el proletaria-do triunfante (como se demostróposteriormente en la revolución ru-sa, china, vietnamita y cubana, paracitar sólo algunas) pueden rescataral campesinado “de su expropiaciónpor parte de los terratenientes”.2

La falta de apoyo campesino fue

otto vargas

Los ignorados(1986, extractos)

1. Carta de Marx a Engels del 16/4/1856, Carlos Marx y Federico Engels, ObrasEscogidas, Buenos Aires, Cartago, 1957, pág. 749.

2. Carlos Marx, La guerra civil en Francia, Pekín, Ediciones en Lenguas Extranjeras,1978, pág. 195.

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una de las causas por las que la Comu-na de París de 1871 fue ahogada ensangre. Los errores de la ComunaHúngara de 1919 respecto del proble-ma agrario, errores que abrieron unabismo entre el campo y la ciudad,fueron decisivos para que la burguesíaeuropea pudiese aplastar el heroicointento del proletariado magiar diri-gido por el Partido Comunista que en-cabezaba Bela Kun. La política agra-ria de los revisionistas prosoviéticosen Chile durante el gobierno de Salva-dor Allende, y en Nicaragua en el go-bierno de Daniel Ortega, fue decisivapara el triunfo de la dictadura de Pi-nochet en el primer caso y el fin de laexperiencia sandinista en el segundo.Los casos chileno y nicaragüense

merecen ser estudiados especialmen-te. Los socialimperialistas soviéticoshan renegado abiertamente de la lu-cha por resolver el hambre de tierradel campesinado de los países del Ter-cer Mundo y por colectivizar la pro-ducción agraria sólo con el acuerdo yel protagonismo de los propios cam-pesinos. Esto es coherente con su ca-rácter socialimperialista: la verdaderarevolución agraria les impediría ma-nipular a las masas campesinas parasus objetivos imperiales.Por eso teorizan el fin de “la famosa

fórmula de la alianza obrero-campesi-na”, como ha hecho la revisionista

Marta Harnecker, y la importancia“secundaria” que tendría actualmente,para el triunfo de la revolución, elapoyo campesino, reemplazado por elde las “masas marginales” de las ciu-dades latinoamericanas. Semejanteteoría sirvió para explicar la represióna los indios miskitos, en Nicaragua, yfacilitó que los “contras” tuvieran elapoyo de sectores considerables delcampesinado. Dice Marta Harnecker (con su ha-

bitual suficiencia académica): “haypaíses de América Latina como Ar-gentina, donde el campesinado típico,es decir, el pequeño campesino quetrabaja su tierra y que está siendo des-pojado de ella por el desarrollo capita-lista, es casi inexistente. En otros paí-ses existe pero es fundamentalmenteindígena, entonces su problema no sesoluciona solamente resolviendo elproblema de la tierra, si no se abordaal mismo tiempo, la cuestión étnico-cultural” (ya vimos cómo resolvieronel problema de la tierra y el “étnico-cultural”3 en Chile y en Nicaragua).En nuestro país el movimiento

campesino ha tenido una gran in-fluencia en los acontecimientos de es-te siglo. Y cada vez que la agitaciónpolítica llegó a conmover a las capasmás pobres del campesinado, y seabrió la posibilidad de un empalmedel movimiento del campesinado po-

3. Suplemento de Patria Roja, órgano del Comité Central del Partido Comunista dePerú, N° 122.

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bre y medio con el proletariado, secrearon situaciones potencialmenterevolucionarias en la Argentina.Así pasó en 1912 con la huelga

agraria que se conoce con el nombrede “Grito de Alcorta”, movimiento quecoincidió con un gran auge del movi-miento obrero y popular. También en1919 y 1921. En 1921 se firmó el pactode San Pedro, entre la FORA (Federa-ción Obrera de la República Argenti-na) y la FAA (Federación Agraria Ar-gentina), luego de varios años deacercamiento y de acuerdos de ayudamutua para apoyar las reivindicacio-nes de los obreros y de los campesinos. Así también sucedió en 1945-1946

con el movimiento de masas que capi-talizó el entonces coronel Perón paraganar el gobierno. El peronismo le-vantó entonces la consigna de “la tie-rra para quien la trabaja”, consignaque luego sólo cumplió, muy parcial-mente, a través de tibias medidas re-formistas, pero que le permitieron ga-nar el apoyo de las masas más pobresdel campo, donde todavía hoy conser-va influencia, especialmente en elNOA, en el NE y en algunos lugares dela pampa húmeda.En la década del 60 se concretaron

los acuerdos de la CGT (Confedera-ción General del Trabajo) y la FAA(Federación Agraria Argentina) que

Movilización en Santa Fe, en mayo de 2008. “Y cada vez que la agitación políticallegó a conmover a las capas más pobres del campesinado, y se abrió la posibilidadde un empalme del movimiento del campesinado pobre y medio con el proletariado,se crearon situaciones potencialmente revolucionarias en la Argentina.”

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realizaron un congreso conjunto porla Reforma Agraria y el acuerdo de laUCIT (Unión de Cañeros Indepen-dientes de Tucumán) con la Fotia (Fe-deración de Obreros y Trabajadoresde la Industria Azucarera) que prota-gonizaron históricas movilizacionesen la provincia de Tucumán. Ya a fi-nes de esa década e inicios de la del70, surgió un poderoso movimientode Ligas Agrarias, que movilizó a mi-les de campesinos pobres y medios entodo el Noreste y en algunas regionesde la pampa húmeda (Liga Tambera,Liga Chanchera). Esa movilización yorganización del campesinado pobrey medio fue una de las razones másimportantes de la profundidad y per-sistencia del auge de esos años que hi-zo bambolear a la Argentina al bordede la revolución.Ya en la década del 80 las moviliza-

ciones campesinas de Cuyo y la pampahúmeda fueron una de las principalescausas del deterioro de la dictaduramilitar. Recordaremos sólo, comoejemplo, las movilizaciones campesi-nas a la ciudad de Mendoza y la con-centración de Villa María de 1980.También el alfonsinismo conoció laoposición del movimiento campesinoque contribuyó, en forma muy impor-tante, a su derrota en 1989.

La teoríaPara conocer las opiniones marxis-

tas sobre esta cuestión tenemos unagran cantidad de trabajos de Marx,

Engels, Lenin, Stalin y Mao Tsetung.Comenzando por el análisis de la ren-ta agraria por Marx en El Capital,análisis que fundamenta nuestras po-siciones y puntos de vista sobre las cla-ses sociales en el campo. Federico Engels es autor, entre otros

trabajos, de Las guerras campesinas enAlemania, análisis magistral sobre lasluchas antifeudales de los campesinosalemanes en el siglo XVI que iluminacontradicciones posteriores de la Ale-mania burguesa y del movimientocampesino en general. También es deFederico Engels el trabajo El problemacampesino en Francia y en Alemania,que resume la experiencia de trabajo demuchos años del movimiento comu-nista puesto que fue escrito poco antesde la muerte de Engels.4

Existe una gran cantidad de trabajosde Lenin sobre este tema. El materialfundamental que sigue siendo válidoaún hoy como guía para la política dealianzas del proletariado en el campoes el Primer esbozo de las tesis sobre elproblema agrario, preparado por Le-nin para el II Congreso de la Interna-cional Comunista.5 Otro artículo deLenin útil para nosotros es Desarrollode la agricultura en Norteamérica.6

El problema campesino fue uno delos temas principales en polémica conel trotskismo después del triunfo de laRevolución Rusa. Es imposible paraun marxista estudiar el problemacampesino sin estudiar la gigantescaexperiencia de los bolcheviques rusos

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y posteriormente de los comunistaschinos. Desde este punto de vista sonun material imprescindible los artícu-los de Stalin en Cuestiones del leninis-mo .7 “La Revolución Rusa fue unejemplo práctico de la posibilidad dela alianza obrero-campesina para eltriunfo de la revolución, primero bur-guesa y luego proletaria. Luego dece-nas de millones de campesinos pobresy medios fueron conducidos desde laeconomía individual –que los mantu-vo durante siglos en la ignorancia, lamiseria y el atraso– a la hacienda coo-perativa, al koljós, que permitió ga-rantizar no sólo el progreso para mi-llones de campesinos sino también elgigantesco salto industrial de la URSSque hizo posible derrotar al nazi-fas-cismo y transformó a la Unión Sovié-tica en la segunda potencia económicadel mundo. Toda la montaña de ca-lumnias que hoy arrojan la burguesíay sus sirvientes revisionistas sobre esaexperiencia no podrá ocultar la reali-dad de ese gigantesco logro de la claseobrera mundial. A partir de entonceshay un enorme material para estudiarel tema que nos ocupa. Un gigantesco

aporte práctico que debe ser analizadopara enriquecer la teoría. Y que ya fueanalizado y permitió posteriormente,a los comunistas chinos, conducir amás de 500 millones de campesinos ala expropiación de la propiedad terra-teniente, primero, y luego –sobre labase de la voluntariedad– a la coope-rativización del campo y a la comuna;acabando por primera vez, en siglos,con el hambre del campesino chino ycon la miseria y el atraso seculares. Es-to sirvió, en su momento, a la Revolu-ción Cubana.Los que negando esta riquísima ex-

periencia, y haciendo eco a las calum-nias de los que restauraron el capita-lismo en esos países, dicen que lateoría marxista “se estancó” a la muer-te de Lenin sólo demuestran una ig-norancia animal pese a sus aires doc-trinarios. Los marxistas tenemos unaenorme riqueza práctica y teórica acu-mulada para hablar sobre esto y pararesolver problemas que son aún clavespara el triunfo de la revolución en lospaíses del Tercer Mundo y en los paí-ses desarrollados, en todos los cuales,como vimos con el ejemplo de Marta

4. Carlos Marx y Federico Engels, Obras Escogidas, pág. 727.5. V. I. Lenin, Primer esbozo de las tesis sobre el problema agrario (para el II Congreso

de la Internacional Comunista), Obras Completas, Buenos Aires, Cartago, tomoXXXI, pág. 145. Existe edición con el nombre: La alianza de la clase obrera y elcampesinado, Buenos Aires, Anteo, 1960, pág. 106.

6. V. I. Lenin, Obras Completas, tomo XXII.7. José Stalin, Cuestiones del leninismo, Buenos Aires, Problemas, 1947.

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Harnecker, los revisionistas pontifi-can que el problema campesino “ya noexiste”. Para nosotros la teoría, comoenseñó Lenin, es “un resumen de laexperiencia, iluminada por una pro-funda concepción filosófica del mun-do y por un rico conocimiento de lahistoria”.8

En la etapa democrática de la Revo-lución Rusa el proletariado –comoplantearon Lenin y Stalin– marchó delbrazo con todo el campesinado contra elzarismo. En nuestro caso, dado el de-sarrollo capitalista relativamente avan-zado del campo argentino, nosotrosplanteamos apoyarnos en los campesi-nos pobres, aliarnos con los medios yneutralizar a los campesinos ricos.Enormes son las enseñanzas de la

experiencia del Partido Comunista deChina. Ya por 1921 los primeros co-munistas chinos se vincularon con elmovimiento campesino en la provin-cia de Kuanchou. El movimiento eradirigido por Peng Pai. Este era de ori-gen rico, hijo de terratenientes; fue unintelectual famoso que estudió en Ja-pón y fue influenciado por la Revolu-ción Rusa. Se hizo demócrata y luegomarxista. Desde 1921 realizó tareasprogresistas tratando de salvar a Chi-na a través de la educación. Ya en elpartido fue al campo y organizó lu-chas campesinas. Pero no lograba de-sarrollar un fuerte movimiento. Por su

origen de clase hablaba un lenguajediferente al de los campesinos pobresy vestía en forma diferente. Los cam-pesinos no le hacían caso pues creíanque quería controlar el movimiento. A la muerte de su padre distribuyó

las tierras que había heredado, se des-pojó de sus bienes y fue a vivir con loscampesinos del distrito de Haifeng.Con la práctica cambió el estilo de tra-bajo, usó zapatillas de paja como loscampesinos y un traje semejante al de

8. V. I. Lenin, Obras completas, tomo XXV, pág. 400.

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Columna de la CCC, FAA y productores agropecuarios en el acto en Palermo (CABA)contra la Resolución 125, en 2008. “Sólo la revolución proletaria y el proletariadotriunfante (como se demostró posteriormente en la revolución rusa, china,vietnamita y cubana, para citar sólo algunas) pueden rescatar al ‘campesinado desu expropiación por parte de los terratenientes’.”

éstos, aprendió su lenguaje y conviviócon ellos. Cambió sus métodos. En-tonces fue bien recibido y luego de seismeses, con seis familias, formó la Pri-mera Asociación Campesina que a po-co se amplió a todo el distrito. El movimiento se extendió entre

1921 y 1923 y en 1924 estableció laprimera organización provincial conunos 300.000 miembros que llega-ron a ser 600.000 en 1927. Simultá-neamente Mao Tsetung organizaba

una unión de obreros y campesinosen Hunán. Desarrollaron luchas porla reducción de los arriendos e intere-ses y se integraron con las organiza-ciones de autodefensa armada de losobreros, para enfrentar a los destaca-mentos armados de los terratenien-tes, y creció la organización del parti-do (secreta). En pocos años, en el surde China, se organizaron más de 10millones de campesinos.En 1926, en mayo, en Kuanchou, se

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inauguró el Instituto Nacional delMovimiento Campesino. Una escuelapara cuadros del trabajo en el campo.Tuvo 300 estudiantes y su directorfue Mao Tsetung. El primer artículode las Obras Escogidas de Mao: Aná-lisis de las clases de la sociedad china,fue el contenido de una charla suya enel Instituto. Allí Mao combate a latendencia de “derecha” que sólo se in-teresaba en cooperar con la burguesíay olvidaba al campesinado, y a la ten-dencia de “izquierda” que sólo presta-ba atención al movimiento obrero ytambién olvidaba al campesinado.Ambas corrientes oportunistas no sa-bían dónde ganar aliados. Mao Tsetung señaló que el princi-

pal aliado de la revolución china era elcampesinado y planteó que la burgue-sía nacional era vacilante y se dividiríacon el ascenso de la revolución.

Ganar el corazónLa experiencia inicial de los cama-

radas chinos, la de Peng Pai, es seme-jante a nuestras mejores experienciasde construcción en el movimientoagrario. Esa fue la experiencia de loscompañeros del Partido que enraiza-ron nuestra organización entre losobreros rurales del sur de la provinciade Buenos Aires o en regiones delnorte del país. No se crece en el traba-jo con las masas campesinas si no se

gana su corazón. Y para esto es nece-sario un largo proceso, una larga ex-periencia directa que le permita com-probar a esas masas que el Partido nolas traicionará. Que entre sus militan-tes no hay clases privilegiadas, que loscomunistas comen y viven como ellos.“La Revolución es un drama pasio-nal”, dijo Mao. Y agregó: “no hemosatraído al pueblo apelando a la razón,sino desarrollando la esperanza, laconfianza y la fraternidad. Frente alhambre, la voluntad de igualdad ad-quiere la fuerza de un sentimiento re-ligioso. Después, luchando por elarroz, la tierra y los derechos concedi-dos por la reforma agraria, los campe-sinos adquirieron la convicción deque luchaban por sus vidas y las desus hijos”.9

El proceso que lleva a ganar la con-fianza y el corazón de las masas explo-tadas es un proceso muy largo en el queellas van comprobando a los comunis-tas. Y para que esto sea posible es nece-sario que los comunistas tengan unprofundo respeto por las costumbres yformas de ser de esas masas. “Cuandoesté en la ciudad no se va a reparar denosotros” (no se va a burlar) me dijouna campesina del NOA que nos invitóa presenciar la ceremonia del día de losmuertos en su casa, marcando la dife-rencia entre ella, campesina, y yo,hombre de la “ciudad”. De la ciudad

9. André Malraux, Antimemorias, Buenos Aires, Sur, 1968, pág. 500.

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que oprime al campo, en esa región,desde hace tres mil años.Vez pasada una amiga participó, en

Río Negro, en la ceremonia del Ngui-llatún (o Camaruco), ceremonia reli-giosa de los mapuches en la que nopueden entrar los blancos. Una amigamapuche le explicó cómo sería la cere-monia y le dio las siguientes recomen-daciones generales: 1) no toqués elasado aunque veas que se cae o que note invitan; 2) si te convidan asado avos y no a un anciano pasale la comi-da a él; 3) si te dan asado a vos y a losancianos y no a los niños no se lo des aéstos porque esto no se acepta. ¿Cómoser amigos de esos mapuches sin res-

petar sus costumbres? Y esto no tieneun valor antropológico o anecdótico.Porque el 90% de los esquiladores dela Patagonia son mapuches y si sequiere organizar al principal contin-gente de los rurales del sur hay queconocer cómo son en concreto; nobasta con conocer algunas cosas gene-rales sobre el trabajo con los obrerosrurales.Ganar el corazón de las masas no es

lo mismo que hacer favores o darle li-mosnas a las masas como hacen lospolíticos burgueses. Y algunos que pa-san por proletarios. Las masas se bur-lan de esto cuando llegado el momen-to de votar, si pueden, votan a quien

Corte de ruta de obreros limoneros en Tucumán, en marzo de 2012. “(...) nosotrosplanteamos apoyarnos en los campesinos pobres, aliarnos con los medios yneutralizar a los campesinos ricos.”

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quieren. O manteniendo el silenciohostil de las masas indígenas del Alti-plano hacia los políticos burguesesque compran su voto para las eleccio-nes, pero que en casi dos siglos de in-dependencia no han logrado ganar sucorazón. Masas que, como se dice ha-bitualmente, no confían en un extrañoal que le asienten lo que dice, sino só-lo a aquél al que se atreven a decirleno, cuando no están de acuerdo con loque les dice.Cuesta muchos años llegar a cono-

cer un pueblo (una aldea). En 1985,después de muchos años, volví a mipueblo natal. Hablé con parientes yamigos. Pero sólo unos amigos, traba-jadores rurales y de la construcción,me explicaron los cambios más im-portantes, de clase, que habían suce-dido en el pueblo durante los años dela dictadura. Me explicaron cosas queeran imposibles de conocer hablandocon elementos de otras clases. Sólo losmás humildes del pueblo, aquéllos tanignorados o despreciados por los ricosque ni reparan en ellos cuando hablande cosas serias, tienen los mil ojos y oí-dos que pueden ayudar a conocer larealidad. Porque hay cosas de las quehablan los ricos y cosas de las que ha-blan los pobres. En este caso concreto:de cómo cierta gente “honorable” delpueblo, fundida por la bicicleta finan-ciera al terminar la época de la “platadulce”, rearmó su fortuna cuatrerean-do ganado de estancias de porteñosconfiados que dejan su ganado a cargo

de algún mayordomo zonzo o dema-siado avivado. Los ricos no hablan deesto. Así como no se habla de las tru-culentas historias de crímenes y robosque en cada pueblo rodean la apropia-ción de la tierra por los terratenientesdel lugar. Historia contemporánea enmuchos casos. Incluso en lo que hace ala apropiación de la tierra pública. Por ejemplo, en la Patagonia, la

más grande apropiación de tierras fis-cales se hizo bajo el gobierno de la Li-bertadora cuando antes de provincia-lizar los territorios nacionales, en1956, por el decreto-ley 14.577/56 serepartieron millones de hectáreas. Elmás grande reparto de tierras públi-cas de la historia argentina. Lo que esdecir algo. Con un decreto el generalAramburu legalizó décadas de despo-jos y robos de tierras públicas. Desdeel río Colorado a Tierra del Fuego seentregaron las tierras fiscales de me-jor calidad a un precio promedio de22 pesos la hectárea, tierras que pocodespués se vendían a precios astronó-micos. Provincias como Santa Cruz sequedaron casi sin tierras fiscales paracolonizar.

III

Antes de ver los resultados de unainvestigación realizada en una zonadel norte de la provincia de BuenosAires-sur de la provincia de Santa Fe,quiero hacer una aclaración previa.

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Tractorazo en Córdoba.

Fuimos a esa zona porque en una lo-calidad de la misma los dirigentes delCentro Juvenil Agrario habían reali-zado una investigación muy completay difícil de encontrar en otras zonas dela pampa húmeda. Además porque habíamos conoci-

do, parcialmente, el movimiento cam-pesino, allí, en la década del 60. En el IV Congreso de nuestro Parti-

do (realizado en abril de 1984) huboun debate intenso cuando compañe-ros que estaban en el trabajo agrarioplantearon que en la pampa húmedano había campesinos pobres.

Esta es la tesis que últimamentehan levantado conocidos dirigentes delPartido “Comunista”. Como vimos, esla tesis de Marta Harnecker. Despuésde ocho años de dictadura e imposibi-litados de tomar contacto directo yprolongado con el movimiento campe-sino y por desconocimiento o subesti-mación de la importancia de la cues-tión, no se pudo responder a fondo, enel IV Congreso, a esa afirmación. Hu-bo sólo una respuesta general, sin refe-rencias concretas, comprobadas, a lasituación de las masas campesinas enla pampa húmeda.

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Se hablaba entonces de la “borra-chera de la soja”, y se afirmaba que elcampesinado de la pampa húmeda es-taba viviendo una situación excepcio-nal de florecimiento económico. Quese construían casas lujosas en los pue-blos de la región. Que todo giraba entorno a la cotización de la soja, inclusolos honorarios de los profesionales.Esto era parcialmente cierto. Desdeya: había diferentes evaluaciones so-bre las perspectivas de este momentoporque a los chacareros se les silbabala melodía de un período prolongado,por venir, de buenos precios para lasoja; lo que los impulsaba a liquidarrodeos y volcarse, sin resguardos, a laagricultura permanente que se popu-larizó en esos años.Pero lo preocupante era la afirma-

ción de que ya no existían campesinospobres. Y era aun más preocupanteporque la afirmación había sido endo-sada por camaradas que trabajabanentre los obreros rurales y afirmabanque no había aliados a ganar en elcampo para los rurales. De donde, evi-dentemente, éstos sólo podían lucharpor la revolución socialista (inclusoésta se tendría que hacer, entonces, endifíciles condiciones) y no ya por la re-volución agraria y antiimperialista enmarcha ininterrumpida al socialismo.Incluso polemizando con esa afir-

mación se dijo en el IV Congreso quesí había en la pampa húmeda campe-sinos pobres, dando el ejemplo deobreros rurales permanentes que co-

braban un salario y un porcentaje dela cosecha y éste era mayor en propor-ción que el salario, por lo que, en defi-nitiva, esos obreros eran más campe-sinos que obreros. Lo que es cierto.Pero escapaba al fondo de la discu-sión: ¿existe o no en la pampa húme-da el pequeño productor parcelario,semiproletario o campesino pobre, yasea en parcela propia o arrendada?Al mismo tiempo se planteaba que

los “contratistas de servicio” (arrenda-tarios y aparceros modernos) que hanproliferado en los últimos años en lapampa húmeda, llegando a explotaren la región maicera tradicional (Cla-rín Rural, 30/7/83) el 50% de la su-perficie agrícola, eran sólo empresa-rios agrarios y no existían entre ellos,prácticamente, campesinos pobres.¿Era así?Esto se agravaba porque como re-

sultado de las difíciles condicionescreadas por la dictadura, duranteaños, nuestro trabajo con el campesi-nado en la pampa húmeda se había li-mitado a la Federación Agraria y a lascooperativas agrarias. La FederaciónAgraria es una organización en la queparticipan campesinos medios y cam-pesinos pobres pero que está dirigidapor el campesinado rico. Es posibledirigir alguna seccional de la Federa-ción Agraria y tener una política hacialos campesinos pobres y los medios.Nuestros camaradas lo han hecho. Pe-ro no debemos perder de vista quiéndirige esas organizaciones.

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En relación con esto surge que ma-nejamos de manera incorrecta en elpartido y en las fuerzas de izquierda elanálisis marxista de las clases en elcampo. En la conversación que tuvo Mao

Tsetung con los dirigentes de partidoscomunistas latinoamericanos en1956,10 dice que en un momento loscomunistas chinos, él incluido, veíanel campo como “una cosa plana”, nodistinguían ricos de pobres y las dife-rentes clases existentes. En realidad la referencia autocríti-

ca de Mao Tsetung vale como críticapara los partidos comunistas latinoa-

mericanos en general y para el PartidoComunista de la Argentina en concre-to, cuyo secretario general, ArnedoAlvarez, participó de esa reunión. Hay que investigar el campo, les di-

ce Mao: “Un dirigente principal comoel secretario general del Partido debeocuparse personalmente de este tra-bajo yendo a conocer una o dos alde-as; debe tratar de encontrar el tiempopara ello, pues bien vale la pena”. Y agrega: “Aunque son muchos los

gorriones, no hay necesidad de exami-nar a cada uno de ellos; basta con ha-cer la disección de uno o dos”.11 n

Intervención en una asamblea agraria en FIrmat de Carlos “Vasco” Pailolle,dirigente de la FAA y miembro del Comité Central del PCR (fallecido en 2009).

10. Mao Tsetung, Algunas experiencias en la historia de nuestro partido, ObrasEscogidas, Buenos Aires, Independencia, 1979, tomo V, pág. 352 (Cuadernos… Nº78: Mao, Algunas experiencias).

11. Mao Tsetung, ob. cit., pág. 355.

Page 16: Otto Vargas · 2018. 3. 24. · trabajos, de Las guerras campesinas en Alemania, análisis magistral sobre las luchas antifeudales de los campesinos alemanes en el siglo XVI que ilumina

58 El camino de la revolución china. / 61 La revolución cultural.

70 El protagonismo de las mujeres. / 79 El campesinado.

80 La burguesía nacional. / 128 y 179 El clasismo revolucionario.

187-188 El carácter de la revolución (1 y 2).

193-194. La rebelión agraria (1 y 2)

196 El marxismo y la revolución argentina (1).

207 Che: un coloso de la revolución.

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