Osteosíntesis percutánea en fracturas diafisarias de ... · antebrazo así como la corrección de...

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Rev. Esp. de Cir. Ost., 12, 321-334 (1977) CIUDAD SANITARIA VIRGEN DEL Rocío DE LA S. S. SEVILLA. DEPARTAMENTO DE TRAUMATOLOGÍA y ORTOPEDIA Jefe: Dr. JUAN LAZO ZBIKOWSKI Osteosíntesis percutánea en fracturas diafisarias de antebrazo en niños y adolescentes J. E. PEREZ SICILIA,I J. L. MonOTE JUnADO,2 J. M.a CORBACHO GIRONES,l J. A. HEnNANDEZ CABnEnÁ 1 y n. GONZALEZ BUENDIA 2 RESUMEN Se expone la técnica del enclavijamiento percutáneo intramedular de cúbito y radio. detallando modelación de la aguja y posición final de ésta, con 10 que se consigue una buena alineación y contención de los fragmentos, demostrado en los buenos resultados obtenidos en las Descriptores: Enc1avijamiento percutáneo. Fractura de cúbito. Fractura de radio. SVMMARY The tecnique of percutaneous closed nailing in fractures 'of the radius and ulna is described in detail as well as the results of the alineament and con= tention 01 the fragments. Key words: Percutaneous nailing. Radius, fracture of. Villa, fractures of. Fore=arm, fractures of. Nos identificamos plenamente con el si- guiente concepto de GÜNTZ (10), que afir- ma: «Es imperdonable confiar el trata- miento de las fracturas del niño a la cura- ción natural y fuerza creadora,apoyán- danos en la buena tendencia curativa de los tejidos infantiles». Introducción La patología traumática diafisaria de los huesos del antebrazo es muy frecuente en los niños y adolescentes. Esta frecuen- cia disminuye con la edad. Las solicitaciones especiales del ante- (1) Médico adjunto. (2) ] efe de Sección. brazo y los diversos criterios existentes para su tratamiento, unidos a dicha fre- cuencia, nos encausaron a revisar y recon- siderar este tipo de patología en aquella edad. Nosotros exponemos aquí solamente la patología traumática diafisaria del ante- brazo en el niño y adolescente menor. En este sentido queremos aportar nuestro cri- terio, nuestra experiencia y la del Centro de Traumatología en el que estamos ubi- cados, con un simple método de tratamien- to: «La Osteosíntesis percutánea». Hablar de osteosíntesis en estas eda- des es sumamente peligroso y se puede prestar a múltiples polémicas. No obstan- te, la «Osteosíntesis percutánea» con agu-

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Rev. Esp. de Cir. Ost., 12, 321-334 (1977)

CIUDAD SANITARIA VIRGEN DEL Rocío DE LA S. S. SEVILLA.

DEPARTAMENTO DE TRAUMATOLOGÍA y ORTOPEDIA

Jefe: Dr. JUAN LAZO ZBIKOWSKI

Osteosíntesis percutánea en

fracturas diafisarias de antebrazo en niños y adolescentes

J. E. PEREZ SICILIA,I J. L. MonOTE JUnADO,2 J. M.a CORBACHO GIRONES,l

J. A. HEnNANDEZ CABnEnÁ 1 y n. GONZALEZ BUENDIA 2

RESUMEN

Se expone la técnica del enclavijamiento percutáneo intramedular de cúbitoy radio. detallando modelación de la aguja y posición final de ésta, con 10 quese consigue una buena alineación y contención de los fragmentos, demostradoen los buenos resultados obtenidos en las estad~sticas.

Descriptores: Enc1avijamiento percutáneo. Fractura de cúbito. Fracturade radio.

SVMMARY

The tecnique of percutaneous closed nailing in fractures 'of the radius andulna is described in detail as well as the results of the alineament and con=tention 01 the fragments.

Key words: Percutaneous nailing. Radius, fracture of. Villa, fractures of.Fore=arm, fractures of.

Nos identificamos plenamente con el si­guiente concepto de GÜNTZ (10), que afir­ma: «Es imperdonable confiar el trata­miento de las fracturas del niño a la cura­ción natural y fuerza creadora,apoyán­danos en la buena tendencia curativa delos tejidos infantiles».

Introducción

La patología traumática diafisaria delos huesos del antebrazo es muy frecuenteen los niños y adolescentes. Esta frecuen­cia disminuye con la edad.

Las solicitaciones especiales del ante-

(1) Médico adjunto. (2) ] efe de Sección.

brazo y los diversos criterios existentespara su tratamiento, unidos a dicha fre­cuencia, nos encausaron a revisar y recon­siderar este tipo de patología en aquellaedad.

Nosotros exponemos aquí solamente lapatología traumática diafisaria del ante­brazo en el niño y adolescente menor. Eneste sentido queremos aportar nuestro cri­terio, nuestra experiencia y la del Centrode Traumatología en el que estamos ubi­cados, con un simple método de tratamien­to: «La Osteosíntesis percutánea».

Hablar de osteosíntesis en estas eda­des es sumamente peligroso y se puedeprestar a múltiples polémicas. No obstan­te, la «Osteosíntesis percutánea» con agu-

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5.881 = 4'05 por 100

jas de Kirschner, tratamiento seguido pornosotros en los tipos de fracturas queluego veremos, no es en su concepto me­cánico o biomecánico una verdadera os­teosíntesis. Es una osteosíntesis «a míni­ma». Es en definitiva, una osteosíntesis dealineación.

Considerada así, representa un métodointermedio entre el tratamiento cruento(con osteosíntesis verdadera o no), y elincruento u ortopédico convencional. Mé­todo a nuestro juicio en muchos tipos defracturas enormemente eficaz en estas eda­des y de fácil ejecución si se conoce sutécnica.

Este método de «Osteosíntesis percutá­nea» en sí mismo, es relativamente mo­derno, pues la generalización de su usoviene determinada por la aparición en loscentros hospitalarios de la «radioscopiacon intensificador de imagen». Su aplica~

ción en el campo de la traumatología leha abierto a ésta una extraordinaria cola­boración, en que, con un mínimo de ra­diación y un poco de habilidad, hanaumentado enormemente sus posibilidades,evitándose los tremendos perj uicios noci­vos que antiguamente, con la radioscopiausual, producían en el cirujano y en elenfermo.

Casuística

todo de «Osteosíntesis percutánea» 973fracturas de la diáfisis de los huesos delantebrazo, que representan el 16'05 por100 del total de las fracturas de antebrazo.

Como podemos apreciar nos enfrenta­mos a una casi progresión aritmética, queno sólo viene motivada por el aumento delnúmero de enfermos, sino también por losbuenos resultados que vamos consiguiendo.

1969 : Asistencias generales...... 9.801Fracturas de antebrazo ... 277Enclavados percutáneos.. 45

1970 : Asistencias generales... ... 14.545Fracturas de antebrazo ... 632Enclavados percutáneos... 103

1971: Asistencias generales... ... 21.097Fracturas de antebrazo ... 910Enclavados percutáneos... 148

1972 : Asistencias generales... ... 26.959Fracturas de antebrazo ... 1.215Enclavados percutáneos... 198

1973 : Asistencias generales... ... 34.229Fracturas de antebrazo ... 1.407Enclavados percutáneos... 229

1974 : Asistencias generales... ... 38.472Fracturas de antebrazo ... 1.440Enclavados percutáneos... 251

Número total de asis-tencias generales ... 145.103 = 100 por 100

Número total de frac-turas de antebrazo.

Conceptos generales

Cuadro l. - Del total de urgencias trauma­tológicas asistidas entre 1969 y 1974, 973 frac­turas de antebrazo fueron tratadas con en-

clavijamiento percutáneo.

En la bibliografía repasada por nos­otros, la mayoría de los autores considerana las fracturas de antebrazo en su diáfisisde muy compleja solución y tratamiento.Reducciones perfectamente conseguidas einmovilizadas el primer día, se asiste una

En nuestro Departamento de Trauma­tología y Cirugía Ortopédica representanlas fracturas de los huesos del antebrazouno de los mayores porcentajes de la pa­tología traumática. En el espacio de tiem­po comprendido entre 1969 y 1974, ambosinclusives, se han asistido un total de5.881 fracturas de antebrazo, que repre­sentan un 4'05 por 100 del número totalde enfermos asistidos en los Servicios deUrgencias de dicho Centro, que fue de145.103. (Cuadro 1).

Con arreglo a la clasificación que lue­go veremos, se trataron mediante el mé-

Número total de en­clavijamientos percutáneos . 973 = 16'05 por 100

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o dos semanas después a verdaderos de­sastres dentro del yeso. Estos desastresmuchas veces pueden tener una soluciónfácil, pero en gran número de casos pre­cisarán de una actitud quirúrgica paracorregirlas si se puede, o bien, esperar enla supuesta confianza de que el crecimien­to solucione el problema.

BC)HLER (2), consideraba que el granproblema de las fracturas de la diáfisis delantebrazo era su. contención. El yeso sequeda holgado formándose cámar as deaire, lo que daría lugar a un desplaza­miento de la fractura dentro de é1. Enestos casos, justificaba sobradamente laintroducción de alambres de Kirschnerpara :mantener la alineación.

La. recuperación espontánea con el cre­cimiento es un factor de extraordinariaimportancia, pero requiere a su vez unalarga y constante vigilancia e incluso, pue­de resultar un arma de doble filo, ya queen múltiples ocasiones corrige menos delo que esperamos. Gran parte de la cirugíaortopédica yatrógena practicada en secue­las de fracturas de antebrazo, vienen mo­tivadas de una mala traumatología al que­rer esperar demasiado de la correcciónespontánea de defectos con el crecimiento.

Mantenemos el criterio de consider.arel antebrazo como una articulación (CAMP­BELL, 4, M. FERRER, 9, y colaboradores,etcétera). El antebrazo no tolera el deca­lage, la angulación ni el acabalgamiento,pues se alteran sus ejes dañando la fun­ción. lEI acortamiento primario, que puedeser favorable en otros lugares de la eco­nomía, no lo es en el antebrazo. En estesentido, debemos tener siempre presenteque todos los músculos del antebrazo pro­ducen acortamiento, a excepción del pro­nador cuadrado (P. PIULACHS, 13). Unbuen ejemplo lo tenemos en las fractur.asaisladas de estos huesos o en la fracturade Monteggia, en que el acortamiento ola excesiva angulación da lugar a afecta-

ciones frecuentes de las articulaciones ra­diocubitales o humerorradial.

ZARAPICO (14), llega a conclusionesmás contundentes en su trabajo, afirmandoque no admite la dislocación lateral.

Para W. EHALT (8), las angulacionesimportantes (más de 10°) y el decalageno los corrige el crecimiento «per se», so­bre todo si tienen lugar en el tercio mediode la diáfisis. A este nivel, a pesar delremodelamiento en grosor y longitud, nopodemos esperar una recuperación espon­tánea como en las fracturas cerca de lasmetáfisis. Pero aún aquí, la angulacióndej ada a este nivel en espera del creci­miento puede emigrar en sentido proximalcon el mismo.

Fisiopatología

El hueso infantil tiene, en líneas gene­rales, como características principales lassiguientes:

l. Un grueso tejido perióstico de grancapacidad.

2. Un mayor grosor de la capa cor­tical.

3. Un cartílago de crecimiento en epí­fi3Ís y apófisis (característica fundamental).

Así mismo, la corrección espontáneaen la edad infantil, según BLOUNT ( 1),depende de tres factores principales:

a) La edad del niño.b) La localización de la fractura.c) El grado de angulación.Tanto aquellas características como es­

tos factores representan los pi1a r e s quecondicionan la traumatología del niño eincluso de la primera adolescencia. Al apli­carlos ,a los cuatro desplazamientos prin­cipales de una fractUra : dislocación late­ral, acabalgamiento, angulación y decalage,las conclusiones son de una importanciaextraordinaria.

De acuerdo con la ley de Wolf, si nohay pérdida de alineación ni deformidad

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en rotación, las alteraciones residuales secorrigen con el crecimiento. Esto es ciertoy tanto más, cuanto más cerca de la me­táfisis de un hueso largo se encuentre lafractura, pero siempre se tienen que cum­plir esas condiciones. Así mismo, siguien­do los postulados de BLOUNT (1), estaríatambién en función de la edad.

M6ESNER (12), en 1966 y DAU (5) YFLACH (6), en 1967, afirman que el creci­miento alinea y remodela pequeñas dislo­~aciones y angulaciones en los extremosde un hueso largo, pero en su diáfisis esmás problemático.

Existe una aceleración del crecimientodurante seis-ocho semanas en las fracturascerca de las metáfisis, siendo mayor cuan­to mayor es el callo de fractura o la dis­locación. Este fenómeno ocurre si la re­ducción no es idónea. Ahora bien, si lareposición de la fractura es perfecta el fe­nómeno no ocurre o lo hace en menorgrado, pues se estimula mucho menos elcartílago de conjunción (LINDHOLM, 11, ycolaboradores).

Creemos importante señalar que unadislocación lateral supuestamente remode­lable con el crecimiento, conlleva con mu­cha frecuencia un cierto grado de angula­ción o lo favorece. Si no lo tenemos encuenta, al corregirse la dislocación con elcrecimiento podrá perdurar la ,angulación,con el consiguiente peligro funcional eíncluso estético o morfológico.

CAMPBELL (4), refiere que sólo se corre­girá un acabalgamiento espontáneamenteen un niño die 6-8 años, siempre y cuandola angulación sea mínima y en la metá­fisis. Ahora bien, si esta dislocación y aca­balgamiento existen en la diáfisis acompa­ñándose de angulación más o menos im­portante, es muy difícil que el crecimientolo corrija espontáneamente por encima delos 7 años.

La mayoría de autores concede comolímite de edad los 6-8 años para una po-

sible recuperación espontánea. Por encimade esta edad, las deformidades residualeses muy difícil que las corrija el creci­miento.

Por último, es unánime el criterio deque el decalage no lo corrige el crecimien­to, por lo que no entramos en su consi­deración ya que participamos enteramentedel concepto.

Todo este conjunto de criterios rese­ñados motivan sobradamente la «Osteosín­tesis percutánea», sobre todo a partir delos 6-7 años. Ambos huesos del antebrazoestán recubiertos de un conjunto muscularde complej a disposición y que actúan confunciones tan variadas, que ante una frac­tura pueden traccionar de los fragmentosen diferentes direcciones. Así mismo, lamembrana interósea juega un importantepapel en este terreno ya que es un elemen­to de primer ordien en el movimiento prin­eeps del antebrazo: la pronosupinación.

Por todo lo expuesto, es de fundamen­tal importancia la conservación y restau­ración de las estructuras anatómicas delantebrazo así como la corrección de lasrotaciones anormales, con la finalidad deuna correcta función del codo,antebrazo,muñeca y mano, debido a la transcenden­tal relación entre ellas (BUNNELL-BoYES, 3).

En resumen, es preciso garantizar lacontención de la perfecta reducción frac­turaria en condiciones idóneas hasta lacompleta consolidación. Es decir, respetary conservar al máximo las siguientes es­tructuras:

l. La forma incurvada fisiológica delradio, que permitirá que se arrolle alre­dedor del cúbito permitiendo la pronosu­pinación al girar sobre éste como eje.

2. El restablecimiento de la longitudde los dos huesos.

3. La conservación más perfecta po­sible del espacio interóseo entre cúbito yradio.

4. La incurvación, menos evidente

J. PÉREZ y OTROS. - OSTEOSÍNTESIS PERCUTÁNEA 325

pero real del cúbito, muchas veces despre­ciada, que va a permitir que el eje de lapronosupinación se mantenga indemne, fa­cilitándo~e con ello la recuperación com­pleta de este fundamental movimiento.

Indicaciones y clasificación

Como veíamos claramente en el cua­dro 1, no todas las fracturas del antebrazoson susceptibles del tratamiento mediante«Osteosíntesis percutánea)). El tratamientoortopédico convencional sigue siendo el deelección en muchos tipos de fracturas.

Indicamos el tratamiento mediante «OS­teosíntesis percutánea)) en determinadostipos de fracturas de la diiáfisis de loshuesos del antebrazo con la siguiente fina­lidad:

a» Mantener la alineación después dela reducción. Como consecuencia, evitarlas dislocaciones laterales dentro del yeso.

b) Evitar que al llegar el período dedisminución de la inflamación postraumá­tica, atrofia del miembro y osteolisis, sereproduzca la fractura dentro del yeso(yeso holgado).

c) Mantener el paralelismo entre cú­bito y radio para conseguir una indem­nidad del espacio interóseo., pues nos per­mite la inmovilización del antebrazo enligera supinación., es decir, que la palmade la mano mire al hombro contralateral,sin peligro de desplazamientos intrayeso.Esto facilitará la recuperación del movi­miento de supinación más rápidamente altérmino de la inmovilización, pues comosabenlos es más difícil de recuperar queel de pronación ya que es antigravitatorio.

d) Evitar las angulaciones y rotacio­nes., pues junto a la osteosíntesis de ali­neación es imprescindiible dentro de lasistenlática de este método de tratamiento.,el colocar un ye30 moldeado braquial com­pleto entre los 6-10 días posteriores a la

reducción y osteosíntesis percutánea dealineación.

e) Evitar en lo posible el tratamientocruento al que muchas veces hay que acu­dir para solucionar desastres producidosdentro de los yesos y que consideramospoco ortodoxos y peligrosos en esta edad.Es decir, evitar el peligro diel tratamientoortopédico simple que no podemos vigilartan periódicamente como quisiéramos.

En este sentido, nos identificamos ple­namente con DE MIGUEL (7), el cual añadea los tres postulados de BOLER un cuartoque define cargado de razón «el problemacircunstancial)), motivado en la masividadde enfermos en nuestros centros hospita­larios y las situaciones sociales que con­llevan y que no nos permiten un controlmás periódico y frecuente de ellos.

Basándonos en la clasificación que delas fracturas de antebrazo hace P. PIU­LACHS (13)., nosotros hemos clasificado lasmismas en función de las indicaciones dela «Osteosíntesis percutánea)). En este sen­tido dividimos las fracturas de antebrazoen dos grandes apartados como se puedeapreciar en el cuadro JI.

Dejamos a propósito excluidas de d[-

A) Fracturas incompletas:

1. Por impactación o en rodete.2. En "tallo verde" o inflexión.3. Fracturas transversales.

Subperiósticas. Dobles o aisladas, a igualo distinto nivel.

B) Fracturas completas:Tipo l. Completas sin desviación ni an­

gulación.Tipo 11. Completas con desviación y an­

gulación.

Subperiósticas o no. Transversales, obli­cuas y conminutas. Dobles o aisladas,a igualo distinto nivel.

Cuadro 11. - Clasificación de las fracturasdiafisarias de antebrazo en función de su tra­

tamiento.

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cho cuadro las fracturas de Monteggia,pues si bien son susceptibles del tratamien­to mediante "Osteosíntesis percutánea»,

FIG. 1. - Modelación de la aguja de Kirschnerque se introduce en canal medular del radio.

las consideramos una entidad clínica di­ferente por su propia nosología.

En todas las fracturas del apartado A(cuadro 11), sean del tipo anatomopatoló­gico que sean, deberán ser tratadas me­diante tratamiento ortopédico simple, tantosi son ¿,obles como aisladas.

En relación con las fracturas del apar­tado B del cuadro 11 actuamos de la si­guiente manera:

1. En las fracturas completas tipo 1,no desviadas, hacemos tratamiento orto­pédico simple. No obstante, adoptamos unaactitud expectante controlando la evolucióndurante 15-20 días mediante dos controlesradiológicos cada ocho días. Si aparecesintomatología de dislocación o angulación

FIG. 2. - Detalle de la angulación del extremode la aguja de Kirschner (muletilla).

procedemos a la "Osteosintesis percutá­nea». Son, pues, este tipo de fracturas lasque más requieren nuestra atención porparecer en principio muy estables, sorpren­diéndonos después desagradablemente.

2. En las fracturas completas tipo 11(ver cuadro 11 y figur3s 6 y 7), ,·3andobles o aisladas y del tipo anatomopa­tológico que sean, las consideramos sus­ceptibles del tratamiento mediante "OS­teosíntesis percutánea» como método deelección.

Sin embargo, queremos hacer en estegrupo una sola excepción en aquellas frac­turas dobles localizadas en el tercio d~stal,

en las cuales en muchas ocasiones sóloenclavijamos el cúbito después de la re­ducción, pero no así el radio, pues la agujade Kirschner a este nivel tiene que haceruna curva que puede mantener la dislo­cación en vez de la reducción perfecta.No obstante, en la mayoría de los casossolucionamos el problema haciendo la in­troducción de la aguja radial más dor­salmente en la muñeca o metáfisis radial,pero sin la pequeña preparación (curva­tura y muletilla en la punta de la agujacomo veremos en la técnica), que en todoslos demás casos requiere la aguja a intro­ducir en el radio.

Por regla general, indicamos el encla­vijamiento de los dos huesos en las frac­turas dobles, ya que si sólo se enclavauno, el efecto de férula que realiza parael otro puede ser perjudicial, pues llegadoel período de osteolisis, el hueso encla­vado no permitirá la compresiáu axialdel otro y por efecto de tracción de lamembrana interósea se desplaza o angula,dando lugar a deformidades en K, etc.

Por último, dentro de las indicaciones,consideramos imprescindible y condiciónindispensable la inmovilización en yesocompleto. La pauta que seguimos es lasiguiente:

1. Realizada la reducción y «Osteo-

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síntesis percutánea», inmovilizamos e!miembro superior en ángulo recto me.­diante férula dorsal de escayola, desdee! tercio superior del brazo hasta la raízde los dedos.

2. Entre los seis-diez días posterio­res pasamos a colocar un yeso moldeadobraquial, el cual se mantendrá durantetodo el tiempo que dure la consolidación.

Técnica del tratamiento

El instrumental que se requiere pararealizar este método es muy simple:

a) Un juego de agujas de Kirschnercompleto.

b) Un mango en T.c) Un «cortafríos».El grosor de las agujas a introducir

en ambos huesos dependerá del grosor dela medular, del cual nos da idea el estudioradiológico de la fractura. Ahora bien,dada la rectitud de! cúbito la aguja a

introducir eJl éste debe ser del mayordiámetro posible. En el rad~o, debido asu curvatura fisiológica, usamos una agujade menor diámetro no sólo para facilitarsu introducción, sino para que su elasti­cidad se adapte mejor a su curvatura.

Si bien la aguja de Kirschner a intro­ducir en el cúbito no requiere preparaciónalguna, la aguja a introducir en el radiÓprecisa:

1.0 Una íncurvación en el sentido desu eje similar a la fisiológica del radio(ver figura 1), para que una vez intro­ducida se adapte mejor al mismo, perosobre todo, para facilitar su introduccióna nivel del tercio distal (figura 3).

2.° Así mismo, una angulación en lapropia punta de la aguja (ver figura 2),de unos 15-30° y en el mismo sentido dela incurvación anterior, que nosotros lla­mamos «muletilla» y que tiene como fina­lidad facílítar la introducción de la mismaen el tercio distal de! radio, evitando con

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FIG. 3. - Importancia de la angulación de la aguja de Kirschner para un mejor desliza­miento en el canal medular.

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dicha angulación la penetración en la cor­tical contraria (figura 3) al orificio deentrada, pues al colocarse en su plano sedesliza por ella y no la perfora (ver figura7). Esta «muletilla» nos sirve también parafacilitar el enganche del segmento proxi.mal de la fractura a nivel del foco, puesal aumentar el diámetro de la punta conlos movimientos de rotación, aumentanlas posibilidades del engarce. Práctica·mente, todo esto es sumamente sencillo yde fácil ejecución.

El enfermo se coloca en decúbito-su­pino. Anestesia general intubada o no acriterio del anestesista. El miembro afectose coloca en ángulo recto con apoyo encara anterior del codo mediante el rodetede contratracción. Asepsia rigurosa como side una intervención quirúrgica reglada setratara.

Colocamos en los cuatro primeros de­dos del enfermo unos dediles hechos conuna simple venda que nos servirán detractores, los cuales pueden ser sostenidos

por un ayudante, o bien por el propiocirujano atándoselos a la cintura en elmomento radial de la intervención.

Según el tipo de fractura enclavijamosprimero uno u otro hueso. Por regla ge­neral, e n el a v i j a m o s en primer lugar elradio, pues el cúbito al ser más recto nosdificulta ligeramente la reducción poste·rior de aquel. (Hemos apreciado que lareducción y enclavijado primario del radionos ha dificultado menos la reducción delcúbito, aunque en algunos casos nos hayaocurrido al contrario).

Co.n una aguja de Kirschner de grancalibre y doblada convenientemente, hace­mos una perforación en la cara externade la metáfisis radial (ver figura 4), a1 ó 2 cm. por encima del cartílago decrecimiento. Esta perforación sólo atra­viesa una sola cortical. Con la aguja asíintrodueÍda hacemos movimientos de cir­cunducción para agrandar el orificio de en­trada. Se consigue sin más dada la elas­ticidad ósea a esta edad. Es interesante

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FIG. 4. - Lugar idóneo y técnica para la perforación de la cortical externa de la metáfisisradial.

J. PÉREZ y OTROS. - OSTEOSÍNTESIS PERCUTÁNEA 329

reseñar que la perforación debe hacerseen un sentido oblicuo, con lo que se faci­lita el camino de la aguja definitiva (figu­ras 3 y 5).

Hacemos la perforación a 1 ó 2 cen­tímetros por encima del cartílago de cre­cimiento por dos razones obvias:

a) Evitar dañar el propio cartílagode crecimiento, aunque fuera mínimo.

b) Evitar también la rica zona celularmetafisaria.

A continuación se procede a la intro­ducción de la aguja radial definitiva pre­parada como dijimos anteriormente, me·diante suaves movimientos de rotación eimpulsión. Una vez engranado el segmentoproximal de la fractura, se sigue la pene­tración de la aguja hasta la tuberosidadbicipital del radio, tratando siempre que

la punta de la aguja mire hacia ella (verfigura 5).

Esta aguja raJial podemos introdu­cirla con el mango en «T», si bien nos­otros en la mayoría de los casos usamosde mango la propia aguja para lo cualdoblamos su e xtre mo distal unos 90"(figura 1), en el sentido de las incurva­ciones realizadas. Con esto conseguimosno sólo que la aguja nos sirva de mangosino también de guía para conocer en todomomento el eje de la aguja, y por tantodel radio, así como también obtener unamayor sensibilidad de penetración intra­medular, que no es tan notoria con elmango en «T».

Introducida la aguja radial pasamos alenclavijamiento del cúbito. Colocamos laaguja previamente elegida en el mango

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FIG. 5. - Esquema de los movimientos de impulsión y rotación que se imprimen a laaguja para mejor estabilización de los fragmentos.

FrG. 6. - Fractura diafisaria de cúbito y radio. Control postoperatorio y resultados.

FIG. 7. - Resultados de fractura diafisaria de antebrazo, tratada con enclavijamientopercutáneo.

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en «T» y penetramos a través de la puntadel olécranon, en su parte más externa,y mediante movimientos de rotació\n eimpulsión realizamos el enclavado. El re­lieve cubital favorece este tiempo y lohace más sencillo. Laaguja se deja intro­ducida a 1 cm. por encima del cartílagode crecimiento distal cubital.

Se cortan a continuación las agujas aras de la piel y se dejan incluidas sub­cutáneamente. Hacemos compresión axialexterna manual y pasamos a inmovilizarel miembro como ya hemos descrito.

Las agujas se retirarán una vez conso­lidada la fractura, mediante anestesia localo sin ella, pues hacen relieve en la piel y

se extraen con suma facilidad.En la figura 6, correspondiente a uno

de nuestros casos, podemos apreciar ra­diológicamente cuanto hemos descrito, endiversas proyecciones antes y después dela reducción y «Osteosíntesis percutánea».En la figura 7, presentamos otro caso. Enambos casos se extrajeron posteriormentelas agujas.

~esultados

Hemos hecho una revisión de 100 casoseseogidos al azar, es decir, según el con­cepto estadístico de «muestreo», reparti­dos en los diferentes años objeto de estarevisión lo más equilibradamente posible.

De estos 100 casos, 46 corresponden aedades comprendidas entre los 5 y 10 años,y los 54 casos restantes entre los 11 y 15años.

En cuanto al sexo, 86 fueron varonesy sólo 14 fueron hembras.

En 94 casos fueron fracturas cerradasy 6 lo fueron abiertas, si bien la mayoríade ellas simples punturas que no contrain­dicaron la «Osteosíntesis percutánea».

En 87 casos encontramos fracturas delcúbito y radio. En los 13 restantes fueronfracturas aisladas de un solo hueso.

En cuanto al tipo de fractura, los 100

casos corresponden al tipo II de nuestraclasificación.

En sólo 2 casos, con fracturas delcúbito y radio, hubo que hacer reducciónabierta del radio en uno y reducciónabierta del cúbito en el otro, pues fracasóel intento de «Osteosíntesis percutánea».Pertenecen ambos casos al período inicialdel método.

Se realizó «Osteosíntesis percutánea»de ambos huesos con aguja de Kirschneren 63 casos. En 35 casos se hizo «Osteo­síntesis percutánea» en un sólo hueso, delos que 13 casos fueron fracturas aisladascomo dijimos anteriormente.

El tiempo de inmovilización osciló en­tre seis-diez semanas. El tiempo total detratamiento incluida la recuperación fun­cional osciló entre ocho-doce semanas. Elmaterial de osteosíntesis se e x t r a j o entodos los casos una vez consolidada lafractura.

En el capítulo de complicaciones tene­mos que en 8 casos aparecieron pequeñasulceraciones, granulomas o pequeños higro­mas en los puntos de entrada de las agu­jas, pero que sólo requirieron un simpleantiséptico para su curación.

En 1 caso apareeieron parestesias encuarto y quinto dedos debidas segura­mente a mala técnica, pero desaparecieronposteriormente sin secuelas.

Hubo retardo de consolidación (másde tres meses) en 2 casos, pero no nece­sitaron otro tipo de tratamiento y se solu­cionaron sin problemas.

Encontramos en 1 caso intolerancia ala aguja cubital en foco ,de entrada ole­craneano, equivalente a las infecciones ate­nuadas que se presentan en las traccionescontinuas con agujas de Kirschner. Reti­rada la misma se solucionó perfectamente.

Apareció callo exuberante en 2 casosque no dieron patología funcional alguna.

En resumen, en 14 casos aparecieronpequeñas complicaciones que se resolvie-

J. PÉREZ y OTROS. - OSTEOSÍNTESIS PERCUTÁNEA 333

ron fácilmente en un corto espacio detiempo.

En 99 casos hubo recuperación fun­cional y morfológica total del miembrosuperior. El caso restante figura en la his­toria clínica con limitación de los últimosgrados de la flexoextensión y pronosupi­nación, no volviendo más a revisión enconsulta por lo que no sabemos el resul­tado final.

En definitiva, un elocuente 99 por 100de buenos resultados.

Conclusiones

La introducción de la radioscopía conintensificador de imagen en traumatologíale ha abierto a ésta un amplio campo deposibilidades, dentro de las cuales está la«Osteosíntesis percutánea». Son muchaslas regiones de la economía ósea que sepueden beneficiar y de hecho ya lo hacende esta «Osteosíntesis percutánea», que enmuchos casos (codo por ejemplo), es ver­dadera osteosíntesis.

Consideramos que es precisamente enel niño y adolescente menor donde estásu nlayor y más eficiente indicación ybeneficio, pues en estas edades no son muyortodoxos los tratamientos cruentos trau­matológicos, ni en todos los casos el simpletratarniento ortopédico o la corrección es­pontánea con el crecimiento solucionan losproblemas que entran en el ámbito de latraunlatología infantil. Por supuesto, queno todo está resuelto con la «Osteosíntesispercutánea» en el compIejo y difícil ante­brazo. Pero un 99 por 100 de buenos re­sultados nos animan a seguir por estecampo, considerándolo un excelente mé­todo de tratamiento y no uno más.

Nos llama la atención con este métodola ausencia de síndromes isquémicos, sinos­tosis, etc., que sí aparecían con los trata­mientos convencionales. Así también, nos

da la tranquilidad y casi seguridad de quela fractura no se nos desplaza dentro delyeso en la primera revisión que hacemosal enfermo.

Por último, consideramos la «Osteo­síntesis percutánea» un método de fácilejecución y sencillez si se conoce su téc­nica. Método cómodo para el médico y elenfermo, así como económico de cara ala hospitalización, pues una vez realizadoy el enfermo recuperado de la anestesia,puede ser dado de alta y revisado perió­dicamente en consultorio. Así mismo, elmaterial quirúrgico que se precisa es sen­cillo y de bajo coste.

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