Óscar Mata La Santa María onettiana · 2014-02-22 · la pampa Ángel Rama, coterráneo de...
Transcript of Óscar Mata La Santa María onettiana · 2014-02-22 · la pampa Ángel Rama, coterráneo de...
Óscar Mata
La Santa María onettiana
La planicie y el río
"l Ti po r primera vez la pampa unV amanecer en pleno invierno austral.
La claridad, que no el sol, me mostróuna superficie infinitamente plana, conla silueta del macizo continental, en lacual br illaba un hilo de luz, el Paraná,que flotaba, se hundía y se adentraba enesa tierra, perteneciente a la Argentina,el Uru guay y el sur de Brasil. Conformeiba saliendo el sol y la infinita llanurapasaba del gris al verde, se hacía evidente esa simbiosis entre la pampa y elrío que, desde la altura, daba la impresión de encon trarse ligeramente encimadel nivel de la tierra que parecía estarahí gracias a ese caudal, como un donde él. Mediaba la mañana cuando sobrevolé el Río de la Plata. A simple vista lapampa y el río daban la impresión deser la misma superficie. Agua y tierraapenas se distinguían, pues ambas presentaban un color sepia. En las dos bandas de tierra se podían observar vesti
gios de las manchas de Buenos Aires yde Colonia. En el río eran visibles las estelas de los aliscafos que cubrían la traevesía entre ambas ciudades. Cuandoabajo dejó de haber barcos y hubo copas de árbol es y multitud de trazos rectos descendimos a Montevideo. Esta impresión de simbiosis, de mutuo disfraz,se corroboró semanas después, duranteel recorrido del mismo trayecto en sentido contrario, los últimos minutos de latarde. Enton ces tierra y río fueron pardos y la frontera entre lo líquido y losólido estuvo marcada por los faroles que se encendían en la costanera bo
naerense.En la superfi cie el río abraza a la tie-
Juan CarlosOneui
rra y es la única guía en ese mar sinolas, apenas con árboles, al que llamanla pampa. A partir de Iguazú, en el extremo norte de la Argentina, dondecomparte limites con Brasil y Paraguay,hasta Buenos Aires, el aspecto que presenta desde las alturas el país, la regiónpampeana toda, es el mismo : el ríocomo una luz, un brillo, a cuyos márgenes cada cuando se forman conglomerados humanos que se acompañan deplantíos y animales para mitigar en algola soledad que impone esa incansablellanura (donde se pueden recorrer mucho más de mil kilómetros y cruzar másde una frontera sin ver un solo monte) ala que tan sólo puede acompañar, y nosiempre ni a todo lugar, el ancho y lodoso río. La obra narrativa de Juan CarlosOnetti refleja de manera cabal esa soledad, ese desamparo que impone lapresencia omnímoda de la pampa y almismo tiempo esa atmósfera de hume-
dad , esa líquida presencia que flota enlas riveras de los ríos que la cruzan. Elemento fundamental en la creación deesta atmósfera, que reproduce las condiciones bajo las que se desarrolla la vidaen la llamada pampa húmeda, es SantaMaría, prototipo de las poblaciones dela región, que tomó su lugar en el mapade las letras del continente en 1950, conla publicación de La vida breve.El.misrno escritor ha declarado que uno delos aspectos que más le interesan en lanarrativa es la atmósfera y nadie comoJuan Carlos Onetti transmite las vivencias', esas húmedas sensaciones que seexperimentan cuando la existencia trascurre junto al Río de la Plata y susafluentes.
Una influencia festejada
No pocos detractores de Onetti aleganque la obra del uruguayo se reduce auna parodia, que por momentos adquiere los perfiles de plagio, de la obrade Faulkner, una influencia que JuanCarlos Onetti, lejos de ocultar, ha festejado . Másque el empleo de diversas técnicas narrativas, provenientes en primera instancia del Ulysses de Joyce, queFaulkner consideraba revelación, unaespecie de sagrada escritura, la huelladel máximo exponente de la generaciónperdida norteamericana se advierte enla creación de un lugar mítico donde sedesarrollan sus ficciones. Es bien sabidoque el Jefferson en Yoknapatawpha deFaulkner se convirtió en la Santa Maríade Onetti y que el fenómeno se repitiócon el Comala de Juan Rulfo y el Macondo de Gabriel García Márquez. Enlos cuatro casos se trata de una evocación del paisaje natal. A inicios de 1956,
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Faulkner fue entrevistado en NuevaYork por Jean Stein. En la parte finalde la plática habló de Yoknapatawpha,lugar recurrente en sus ficciones algrado de que se habla de la saga deJefferson en el condado de Yoknapatawpha, del mismo modo que tambiénse habla de la saga de Santa María:
Comenzando con Sartoris descubríque mi propia parcela de suelo natalera digna de que se escribiera acercade ella y que yo nunca viviría lo suficiente para agotarla, y que mediantela sublimación de lo real en lo apócrifo yo tendría completa libertadpara usar todo el talento que pudieraposeer, hasta el grado máximo. Elloabrió una minade oro de otras personas,de suerte que creé un cosmos demi propiedad. Puedo mover a estaspersonas de aquí para allá comoDios...1
Sartoris data de 1929, 20 años antesde que Faulkner recibiera el premioNobel de Literatura. Un año despuéssurge Santa María. Su fundación obedece a razones muy similares a las deFaulkner con Yoknapatawpha, segúndeclaraciones de Onetti:
Yo viví en Buenos Aires muchosaños, la experiencia de Buenos Airesestá presente en todas mis obras, dealguna manera; pero mucho másqueBuenos Aires, está presente Montevideo, la melancolía de Montevideo.Por eso fabriqué a Santa María, elpueblecito queaparece en Elastillero:fruto de la nostalgia de mi ciudad.
Más allá de mis libros no hay SantaMaría. Si Santa María existiera es seguro que haríaallí lo mismoque hagohoy. Pero, naturalmente, inventaríauna ciudad llamada Montevideo.2
Losestudiosos de la obra de Onetti handado diversas versiones de las basessobre las cuales se fundó Santa María.Para Fernando Aínsa no tiene localización precisa y se encuentra a mitaddel camino entre Uruguay y Argentina. Emir Rodríguez Monegal la ve
l. William Faulkner en El oficio de escritor, p.184.
2. J.C. Onetti. Réquiem por Faulkner J otros artículos, p. 197.
como " una ciudad imaginaria , construida sobre pedazos de 'Buenos Aires(el nombre completo de esta ciudad, alser bautizada por Pedro de Mendoza,fue Santa María del Buen Aire), deMontevideo, de Rosario, de Colonia doSacramento: todas ciudades situadas sobre el Río de la Plata o su principalafluente, el Paraná".3
La explicación más precisa provienedel propio Juan Carlos Onetti: "SantaMaría, podría intentar explicar, sin estar seguro de decir verdad, que surgiójustamente cuando por el gobierno peronista yo no podía venir a Montevideo.Entonces me busqué una ciudad imparcial, digamos, a la que bauticé SantaMaríay que tiene mucho parecido -geográfico, físico- con la ciudad de Paraná,en Entre Ríos".4
Y su gusto no fue sólo por el lugar,sino también por laspersonas: "Una veztuve que hacer un viajea provincia ydescubrí a los entrerrianos. Esos son losuruguayos de la Argentina. Muy parecidos a nosotros, dedicados menos a loaparente y a lo formal que a las cosasque corren por dentro. "
La isla en tierrafinne donde la ciudadve al río
La provincia de Entre Ríos se encuentraen la porción media norte de Argentina. Se trata de una verdadera isla, rodeada por los ríos Paraná, Uruguay yGuayquiraró, una isla en tierra firmecuya capital es la ciudad de Paraná, conaproximadamente un cuarto de millónde habitantes, situada a 508 kilómetrosde Buenos Aires y a 308 de Montevideo. En los tiempos de aparición de Lavida breve se comunicaba con la provincia de Santa Fe y con el resto de la Argentina por medio de un sistemade balsas (" ... y la balsa que atraca en lasiesta", se lee en el capítulo dos de lanovela), en la actualidad sustituido porun complejo ferrovial y por un impresionante túnel subfluvial de dos y mediokilómetros de longitud que debe descender hasta casi los treinta metros de
3. Emir Rodríguez Monegal. Prólogo a Obrascompletas, México, Aguilar, 1970, p. 24.
4. Crisis. Núm. 10, p. 52.5. Onetti. Op. cit. p. 198.
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profundidad para poder cruzar el lechodel río de gran calado.
Paraná es una hermo sa ciudad deprovincia que vive de cara al río, delcual llega a elevarse hasta una altura de80 metros, algo único en la planísimapampa. Cuenta con un mirador, un parque balcón, que permite observar todoel caudal del Paraná, toda la magnificencia de la pampa húmeda: verdes líquidos del río y la laguna, verdes vegetales de árboles y pasturas. La plazaprincipal de esta capital de provincia, ala que se llega a través de calles empinadas como hay contadísimas en la regiónpampeana, tiene una fuente en su centro, rodeada de jardin es, veredas y calles peatonales, amén de sus estatuas,una de ellas dedicada al prócer Urquízar. Losedificios de la plaza son sólidos,señoriales, de finales del siglo pasado yel primer tercio de éste, más de unobien podría albergar el consultorio deun médico que al inicio de la tarde seasomara a la ventana para contemplar elpaso y la presencia del río. En la zonacostanera hay un hotel casino de cincoestrellas, vecino a un área profusamentearbolada, donde han fincado sus casaslos principales del lugar.
La creación de Santa María está íntimamente ligada a la escritura de unguión cinematográfico que Brausen empieza a elaborar ante su inminente despido de una agen cia de publicidad.Onetti jamás recibió una encomiendasimilar, pero épocas hubo en que escribió crítica de cine y trabajó en publicidad, como Alejo Carpentier y GabrielGarcía Márquez. Más allá de esta anécdota, por supuesto que el sentido últimode Santa María, que se gesta a partir deimágenes, es la creación artísticaque Josefina Ludmer llama, entre paréntesis,"inmaculada concepción". No pocoscríticos y estudiosos de la obra deOnetti se han ocupado de lassimilitudesque traza el escritor uruguayo entre elproceso de gestación de una madre y laactividad de un artista,' por lo que eneste trabajo no se insistirá en' ello.
El transculturador del Río de la Plata yla pampa
Ángel Rama, coterráneo de Onetti, aprincipios de lossetenta, elaboró una in-
teresantísima explicación del surgimiento de Santa María en el panoramade la novelística latinoamericana, mientras estudiaba la tecnificación narrativaque experimentó la novela de nuestro
subcontinente. Rama propuso la existencia de dos vanguardias modernizadoras, dos vanguardias paralelas dentro deHispanoamérica, ya que él advertía dosdiálogos culturales simultáneos y distintos. El primero era un diálogo internoque religaba zonas desequilibradas de lacultura del continente, pretendiendo alcanzar su modernización sin pérdida delos factores constitutivos tradicionales.El segundo era un diálogo externo queestablecía una comunicación directa conlos centros del extranjero , de dondesurgían las pulsiones transformadoras apartir de puntos latinoamericanos yamodernizados. Ambos diálogos se rigenpor una clara opción modernizadora,pero sus productos se distinguen por susmateriales y sus circunstancias diferentes, por la cosmovisión que reflejan, porla lengua que eligen y los recursos artísticos que ponen en funcionamiento. Eldiálogo interno es integrador, reconociendo el peso del pasado; el diálogo externo es futurista, abriéndose a la perspectiva universal. Ambos responden alomnímodo poder modernizador de laépoca y en ambos la base del comportamiento es la capacidad de adaptación.
Rama denomina al diálogo interno"transculturador", En el diálogo transculturador la adaptación se cumpledesde el nivel de las culturas enraizadasen la vida histórica del continente, tratando de conseguir el máximo de preservación de sus valores en el procesotransformador. En cambio, el diálogointerno es " cosmopolita" para ÁngelRama, quien toma el nombre de la sociedad intelectual europea de fines delsiglo pasado. En sus manifestaciones extremas, el cosmopolitismo podría dejarpaso a la presencia foránea directa ; latransculturaci ón, el rigorismo conserva
dor tradicional. Ambos campos culturales cuentan con un espacio en el que sesuperponen y ambos son igualmente válidos para sostener una producción artística de alto nivel. El cosmopolitismonace en la- poesía con Darío, en la narrativa con Borges, a quien siguen Cortázar y Fuentes . Lo transculturador nace
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en la poesía con Martí y en la prosa conAsturias , seguido por Arguedas, Onetti,
Rulfo y García Márquez.El polo transculturador -añade Ra
ma- del vanguardismo acomete la modernización, se hace cargo de la herencia universal, procura abastecerse en el
almacén técnico externo; tal como haceel vanguardismo; pero, como debe atender en primer lugar a las culturas tradicionales del continente, elabora sus pro
ductos a partir de estas culturas y de sus .singularidades. Al contrario de los cosmopolitas que actúan en las grandes ciu-
dades, los transculturadores surgen enlos enclaves internos, a veces de re ciente impregnación modernizadora,otras veces remanentes de antiguas culturas orales, analfabetas, o también enzonas que tuvieron pasados esplendoresy han sido desplazadas por el progreso.Los narradores cosmopolitas son decididamente urbanos, no sólo por sus asuntos sino básicamente por los recursos es
tilísticos que transladan de la estructuracultural urbanizada, mientras que lostransculturadores continúan siendo capaces de posesionarse de las zonas rurales, de los pueblecitos abandonados, delas costumbres arcaicas, de la otredadrepresentada por las culturas autóctonasamericanas. A la correlación entre lascapitales latinoamericanas y el vasto
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mundo más allá del Atlántico que trazan los cosmopolitas, los transculturadores oponen operaciones equivalentes yesfuerzos de modernización paralelos,pero cumplidos en zonas internas comolos altos de Jalisco, Cuzco, etcétera . Incluso los que acceden al mundo urbano ,se religan a sus orígenes, a las zonas de
samparadas a los personajes marginales."Onetti sigue el modelo faulknerianode recuperación del orden perdido, inventando el pueblecito de Santa María
que construyó a partir del rechazo progresivo de la gran ciudad de Buenos Aires como una idealización de su natalMontevideo."6
Prosigue Ángel Rama: "Si una de lastendencias globales del vanguardismoconsistió en el abandono de la lenguaescrita literaria transladándola a los registros del habla , operando simultáneamente la absorción de la historia por eldiscurso personal, dicho o pensado, estecomún denominador se escinde en unavía que se sitúa en el nivel conscientedel escritor incorporando el cultismojunto al coloquialismo, la crítica junto ala descripción, la información históricajunto al popularismo y en otra vía quelo sitúa en el nivel peculiar del personaje, dentro de su imaginario, su terminología y su sintaxis.,,7 Brausen y Santa
María ejemplifican a la perfección lo an
terior.
La saga sigue en la otra banda
Trece textos de Onetti se desarrollanen Santa María : seis novelas y sietecuentos; la cifra no resulta muy exacta,pues otras ficciones onettianas tienen lugar en sitios de la región pampeana quebien podrían ser Santa María. Por ejemplo, Emir Rodríguez Monegal dice queel cuento "La casa en la arena" , un capítulo suprimido de La vida breve, tienelugar en Santa María, a la que no se lenombra en el relato, pero el protagonista es Díaz Grey, que está "en el consultorio frente a la plaza de la ciudadprovinciana", según se lee en el penúl
timo párrafo.Santa María, como toda creación
onettiana que se respete, cumple un ci-
6. Ángel Rama. La novela en América Latina. p.352.
7. lbid, p. 353.
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clo vital que termina en decadencia ydestrucción. Con anterioridad han fracasado los tres proyectos más importantes que surgieron en su suelo: el falansterio, el prostíbulo y el astillero; de unoquedan odios, de otro recuerdos, deltercero herrumbe. Luis Eyzaguirre dicea propósito:
Se podría resumir el proceso del nacimiento, desarrollo y decadencia delespacio imaginario llamado SantaMaría de la manera siguiente: elmundo desvalorizado que se rechazaen El pozo (1939) y se hace extrañoen Tierra de nadie (1941), da pasoenLa vida breve (1950) a la creación,por parte de Brausen, de un "mundootro", imaginario, que crece y se desarrolla enJuntacadáveres (1964). Alcanza autonomía en El astillero(1961), donde funciona bajo la irónica y distraída vigilancia de DíazGrey, representante en Santa Maríadel ahora distante Brausen-Padre .Entregado luego a sus propias fuerzas, dejado de la mano de Dios-Brausen, Santa María revierte al estadooriginal que ya se rechazara en Elpozo. 8
Finalmente, en Dejemos hablar al viento(1979), bien que mal el texto númerotrece de Onetti donde aparece nombrada la ciudad de Santa María, un incendiodestruye el sueño de Brausen, elfundador (las simpatías y las diferenciascon el final de "Las ruinas circulares"acarician e inundan "sin calor y sincombustión"), cuando ésta se encontraba en la decadencia total.
Sin embargo , en la misma novelasurge otra ciudad onettiana: Lavanda,cuyo nombre alude a la denominaciónque se le da al Uruguay: La bandaoriental. El nombre oficial del país, elmás pequeño de América del Sur, cuyacapital se fundó en 1726, es RepúblicaOriental de El Uruguay. Como SantaMaría, Lavanda es una recreación deMontevideo, la ciudad que, según decires de los argentinos, se quedó a mediocrecer y, frente a Buenos Aires, da la
8. Luis Eyzaguirre, "Santa María : privadomundo imaginario" en Text» cTÍIico 18-19, p. 203.
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impresión de ser una capital de provincia, sin que por ello carezca de encanto.El mismo Juan Carlos Onetti, montevideano, se encargó de marcar claramente la línea Montevideo-Lav.anda, alincluir un cuento suyo, publicado conanterioridad, en la novela. Se trata de"Justo el Treintaiuno" que con levísimos cambios se convierte en el capítuloVIII de la primera parte de Dejemos hablaral viento: "Justo el 31". En la líneainicial del párrafo número once de"Justo el treintaiuno" se lee lo siguiente:
Ya me habían hablado en Montevideo de la noche...
El principio del undécimo párrafo delcapítulo "Justo el 31" dice así:
Yase habían olvidadoen Lavanda dela medianoche...
En las citas anteriores cambian variaspalabras, en estas sólo una: sale Montevideo y entra Lavanda. A la mitad delpárrafo 18 del cuento Juan CarlosOnetti escribió lo que sigue:
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...absolutamente culpable de queahora, en Montevideo, ella no tuviera más camino que emborracharse...
La misma parte media del párrafo 18del capítulo de la novela dice lo siguiente:
...absolutament e culpable de queahora, en Lavanda, ella no tuvieramás remedio que emborracharse...
Lavanda, como Santa María, es una ciudad de provincia a donde huye Medina,protagonista de Dejemos hablar al viento,y donde Lamas, en Cuando entonces, serefugia pero no puede dejar de evocaraMagda. Las narraciones de Presencia yotros cuentos suceden en el mismo poblado. Lavanda es, al mismo tiempo queun lugar de huida, un exilio en el propio suelo natal. Onetti la ha configurado con base en múltiples referenciasmontevideanas. De esta forma, en susúltimos libros vuelve a estar presente laciudad que enmarcó sus primeras ficciones. Si bien su autor la identifica conMontevideo, yo no puedo dejar de relacionarla con Colonia, la ciudad uruguaya situada justo enfrente de BuenosAires, en la otra banda del Río de laPlata, a pocos minutos de travesía enaliscafo. Tan cercana está que desde lospisos altos de los edificios de BuenosAires, al menos los de la costanera, sepueden distinguir luces o algunas construcciones de la pequeña ciudad uruguaya, fundada en el lugar exacto delprimer asentamiento humano a las veras de ese río lodoso y por momentosancho como un mar, hecho por navegantes portugueses, que llamaron alsitio Colonia do sacramento. No creoexagerado suponer que cuando no podía regresar a su patria, bastantes vecesOnetti dirigió su vista hacia allá "al otrolado a la otra banda en su calidad deexiliado, de artista (que en nuestro siglono es sino el ciudadano de lejanas tierras, aunque éstas se encuentren al otro .lado de la mirada)", mientras lo anegaba la presencia del río en un abrazo,que cala tan profundo en algo más quela piel, del que nos ha hecho partícipesatodos sus lectores. \;