Origenes de la Civilizacion Adamica T2 - Josefa Rosalía Luque Alvarez

download Origenes de la Civilizacion Adamica T2 - Josefa Rosalía Luque Alvarez

of 166

description

¿Para quiénes ha sido escrito este libro? Para los buscadores sinceros de la Verdad.Para los que no tienen más religión que la Justicia, la Verdad y el Bien.Y finalmente para los que conociendo la grandeza y eternidad del espíritu humano buscan su felicidadcultivándolo hasta el más alto grado de perfección que es posible sobre el plano terrestre.Los lectores que no estén circunscriptos en esta órbita, no sólo no lo comprenderán sino que su lectura lesdejará tan vacíos como antes de haberlo abierto.Hablo pues en esta portada con aquellos que pueden comprender y asimilar esta lectura.En primer lugar me preguntaréis: "Si esta obra relata hechos acaecidos diez mil años atrás, o sea variosmilenios antes de que la visual de la Historia recogiera y conservara los hechos de los hombres ¿cómo los harecogido y conservado el autor?Ante tal pregunta me es necesario hacer al lector esta otra interrogación:¿Habéis estudiado las obras de ese gran explorador celeste de los tiempos modernos, de CamiloFlamarión, llamado el poeta de los cielos, o de otro de esos incansables viajeros estelares que han hecho de losespacios infinitos el campo de acción de todas sus actividades científicas?Si les habéis leído sabréis que la Luz es el gran archivo del Universo y que colocado el observador en elpunto marcado por las leyes astrales y etéreas, se produce el hecho perfectamente natural y lógico de quesiguiendo los rayos de luz emitidos sobre la tierra en cualquier época por remota que ella sea, presenciará clara y nítidamente los hechos ocurridos.

Transcript of Origenes de la Civilizacion Adamica T2 - Josefa Rosalía Luque Alvarez

http://descarga-gratis-libros.blogspot.com/

ORGENES DE LA CIVILIZACIN ADMICA

poca: Ocho mil trescientos aos a. J. C. JOSEFA ROSALA LUQUE ALVAREZ (Sisedn de Trohade) (Vida de Abel)

Tomo 2

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

EL NIO MAESTRO La llegada al Pabelln del Rey de un mensajero de los caudillos de la Alianza, interrumpi esta conversacin, y Bohindra paso a su residencia y Ada acompaada de dos jvenes Kobdas de su propio pas, se dirigi a la morada de Evana donde la divina irradiacin de Abel la atraa irresistiblemente. Cuando entraban al huerto que rodeaba la casa, encontraron al nio de pie encima de un enorme tronco de rbol empezado a labrar y hablaba con gran entusiasmo enseando a su auditorio. Este lo formaban Helia, Mabi e Iber, los tres hijitos de Shiva, sentados sobre el csped, escuchndole con gran atencin. Ellas se escondieron para escucharle sin ser vistas. El pequeo orador deca: Se debe dar trigo en abundancia a los pjaros de Dios, porque ellos can tan desde el amanecer. Se debe mullir de suave heno el lecho de los renos y de los corderos, porque ellos necesitan dormir. Es un gran pecado tirar piedras a los pjaros de Dios y espantarlos cuando beben en la fuente, porque ellos deben beber lo mismo que nosotros. El Altsimo Padre nuestro y de todos los seres aparta de si a los que cometen estos pecados. Mabi rompi el silencio del auditorio para decir: Helia asusto a las alondras que vinieron a beber en tu ri! Y ella asusto al renito pequeo, mientras mamaba de su madre exclamo Helia defendindose. Y ambas, al verse descubiertas ante Abel, que las miraba con severidad, rompieron a llorar amargamente. Entonces el orador, olvidando su gravedad, dio un salto de su ctedra y corri a consolar a sus pequeas discpulas, cuyo arrepentimiento corra el riesgo de concluir de una manera trgica. Iber, viendo que nadie le acusaba dijo muy satisfecho: Yo no hice pecado grande, porque cuando los renos sacuden los almendros y los cerezos, les ayudo a comer la fruta que cae. Ah glotn! le dijo Abel les ayudas por inters eh? Las dos arrepentidas prometieron no asustar mas a los animalitos de Dios y la platica termino entrndose todos al pequeo mar mediterrneo construido por Abirn, donde unas barquitas con almendras haban chocado, impulsadas por el viento, y un Castillo edificado sobre una montaa se haba cado sobre unas cabras de madera que pastaban en el flanco de los cerros; y castillo y cabras rodaron al agua. Que se ahogan las cabras! haba gritado Mabi. Y con valor de hroes se precipitaron todos al pequeo mar para hacer el salvamento necesario. Esto es delicioso! deca Ada, viendo el bellsimo cuadro de la mas pura inocencia y franca alegra infantil. Por fin Abel las vio. Ada, Ada! grit mi madre esta haciendo para ti un trabajo muy bonito y quiere terminarlo sin que tu lo sepas. Pero como t y yo somos amigos te lo cuento. Pues ahora vamos a sorprenderla. Y los nios saliendo del agua seguan a Ada hacia la casa perdida entre la umbrosa arboleda que la rodeaba. El trabajo que haba hecho Evana, era un bellsimo tapiz representando el nacimiento de Abel en la caverna del pas de Ethea. Para el tejido y combinacin de colores le haban guiado Diba y Nubia; pero la idea estampada en el tapiz era de Senio. All apareca la caverna tal como la vieron en manifestacin plasmtica los Kobdas de Neghad en la Mansin de la Sombra, a la siguiente luna del nacimiento. La alcoba en que el nio dorma desapareca entre los tornasolados resplandores de centenares de espritus que aparecan por encima del durmiente, taendo arpas doradas. Claramente se distinguan las fisonomas de Milcha, Sopha y Johevan entre aquel conjunto de rostros sonrientes y extticos que arrullaban el sueno del Verbo de Dios. Aparecan junto al lecho Evana y Adam en actitud de oracin profunda. Y entre la penumbra de la caverna, los renos echados en sus lechos de paja, suavemente iluminados por el rojizo resplandor del fuego del hogar que arda en el centro de la caverna. Era un hermoso tapiz de diez por quince codos, en que haban trabajado Evana, Diba, Nubia y Shiva durante muchas lunas. Desde hilar los blancos vellones de las ovejas de Manhp y de Irn que Senio las haba hecho venir, hasta2

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

el complicado trabajo de darles colores adecuados valindose del mrice de los distintos pases que lo producan, como base para esta delicada operacin en la prpura bermeja, violeta o crdena y sus derivados. De este trabajo se hicieron copias para todas las Casas de Num, tanto de hombres como de mujeres. Copias en lienzos, copias tejidas, grabadas en inmensos paneles de cobre, en muros arcillosos, en planchas de piedra y en tableros de cedro. Y entonces yo hago esta pregunta al misterioso arcano del pasado: No tendr alguna relacin este celebrado trabajo, fruto del amor inmenso de una madre, con la leyenda del nacimiento de Jess en una caverna establo de bestias? El espritu era el mismo. El hecho el mismo; el nacimiento del Verbo de Dios en una familia humana. Slo que para la historia es grave cosa el borrar 8.300 anos que separan la vida de Abel de la vida de Jess, y atribuir al uno detalles que fueron de la vida del otro. Mas, quien puede extraarse de errores tan comunes y tan repetidos en la historia de todos los tiempos y de todos los hombres? EL DESPERTAR DEL NIO LUZ Cuando Abel cumpli doce anos, fue conducido por sus padres al Pabelln de Bohindra para comenzar en serio su educacin. All se encontr nuevamente con Kaino, su hermano adoptivo, el cual ya instruido un tanto en los preliminares de los conocimientos humanos que los Kobdas daban a la juventud, sonrea picarescamente de la candidez e ignorancia de Abel en determinadas materias. Eran los dos alumnos de menor edad que haba en el Pabelln del Rey y algunos de los Kobdas oyeron este dialogo entre ambos adolescentes; dialogo que deja entrever el carcter, la ndole y las aspiraciones de cada cual. T no debas haber venido a este Pabelln deca Kaino a su hermano. Por que? preguntaba extraado Abel. Porque eres demasiado pequeo para comprender las elevadas enseanzas que aqu se dan. El Rey y nuestro padre han querido que venga y aqu estoy. Ellos saben que soy pequeo. Adems... no se que hay entre tu y yo que no me siento cmodo cerca de ti y me gustara que ambos estuviramos siempre a una gran distancia. Abel oy y callo. Pero un dardo doloroso y cruel hiri su sensible corazn de nio acostumbrado al tierno amor de cuantos le rodeaban. Me tienes odio, Kaino? pregunto de pronto Abel. No por qu haba de tenrtelo? Pero no comprendo porque te aman todos tan desmedidamente que cualquiera dira que eres un prodigio. Y eres igual que los dems. All en nuestra casa todos pensaban en ti, y no vivan sino para ti, empezando por nuestra madre; y si es aqu, es igual. Hasta el ms mohno de los Kobdas, que es Suri, que siempre esta sombro y silencioso, cuando t te acercas, re y juega. Y por que yo me veo siempre olvidado y descuidado de todos? No eres un nio igual que yo? Abel medito estas palabras y comparndolas en su mente con la realidad de los hechos, vio que era verdad. El no era capaz de comprender, ni conoca las leyes de la afinidad, de atraccin y de simpata, que ejercen sobre todos los seres los espritus muy avanzados que tienen una formidable irradiacin de amor en torno suyo, aun cuando su desarrollo fsico no haya salido de la infancia. No poda, pues, defenderse de modo eficiente de las frases de Kaino. Pues yo voy a quererte mucho, por todos los que te descuidan o te olvidan dijo dulcemente Abel tomando la mano de su hermano. Quieres que juguemos a los pjaros voladores? Ese juego esta bien para ti, que eres un parvulito, pero no para m que ya soy un hombre. Y malhumorado se alejo dejando a Abel pensativo y silencioso. Dhabes, que era quien vigilaba mas de cerca a Kaino, haba escuchado el dialogo que antecede y se confirmaba cada vez mas de que iba ahondndose y la repulsin que exista en Kaino para Abel. Y llaman-do a Erech, Ozas y Heli, de alegre y jovial temperamento, les dijo: Abel es un campen en el juego de los pjaros voladores y busca compaeros para una partida. Como son tres los que necesita he pensado en vosotros. Hasta la refeccin de la noche tenis buen espacio de tiempo para salir ganadores o quedar vencidos. Aceptaron encantados y Abel, que tenia una buena provisin de pjaros de todos colores, provey a cada cual del suyo. Con esto quiso Dhabes dar una leccin a Kaino, que juzgaba perder parte de su superioridad si3

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

se prestaba a jugar con un nio de menor edad que la suya. Yo se que os ganare deca Abel, feliz de tener por competidores a tres jvenes Kobdas que siempre le demostraron mucho cario. Y si gano exijo que me digis tres cosas: Por que la luna y las estrellas tienen miedo del sol y huyen de su presencia? Por que Abirn encontr hombres y mujeres y nios escondidos en los caaverales de los islotes del Ro Grande? Adnde se esconde el palacio dorado del sol todas las tardes hasta el da siguiente que vuelve a aparecer? Los tres Kobdas se miraron sonrientes y le contestaron a una voz: Muy bien, Abel, si tu ganas, te contestaremos a esas tres preguntas. Pero si ganamos nosotros? Si vosotros ganis os dir a cada uno, un secreto de gran valor. Si? Con que eres hombre de muchos secretos? Y tantos . . . Mirad, yo se donde estn mas de treinta nidos de codornices con huevos. Yo se donde estn unos huesos muy blancos y muy hermosos que el ri ha lavado y que parecen de nieve, y en ellos hay una hermosa cadena de piedrecitas del color que tienen las flores del cerezo. Y yo se donde guarda Abirn una bolsita de brillantes pajarillos y flores de un luciente cristal verde que arroja luz cuando les da el sol!... Hombre..: Abel! . . . eso es un cargamento de secretes, demasiado pesado para ti exclamo Heli, riendo al par que sus dos compaeros, del tono de misterio que daba el nio a su confidencia. Y aceptado por ambas partes el convenio, empezaron el juego. Y mientras los pjaros, verde, rojo, azul y amarillo, volaban en todas direcciones, Kaino miraba a corta distancia con sus ojos llenos de lagrimas, destrozando con sus dedos nerviosos pequeos ramas de follaje que caan sobre l dndole sombra y frescura. Ibrn, que era el encargado de entenderse con los labriegos de los campos inmediatos, entraba con ellos al patio de juego para efectuar trasplantes de los macizos de olivos, de vides y cerezos. Y encantado de aquel animado cuadro de jugadores, tomo otro pjaro preguntando al mismo tiempo: Me permiten entrar? Si, entra, entra le contesto el nio, cuyo hermoso semblante estaba tenido de un suave color rosado por la animacin del juego. Entra pero si te gano tendrs que hacerme un arado pequeo para que yo rompa la tierra ayudado por mis corderos. Y t que me dars si yo gano? le pregunto Ibrn, haciendo volar un pjaro blanco. Te dir donde esta oculto un nido de alondras con polluelos, para que las cres para ti. Un jovencito labriego miraba aquel hermoso nio de bucles bronceados, de ojos de color de hoja seca, vestido con un ropaje azul que apenas le llegaba a la rodilla y unas sandalias de fibra vegetal de variados colores. Abel vio tanto amor y tanto deseo en el jovencito labrador que le dijo: Si tu quieres jugar ven, pero ya se me acabaron todos los secretos y no tengo nada para pagarte si me ganas. Ven, Jalime dijo Ibrn que tenia mas intimidad con el. Jalime, con timidez al principio y con gran soltura despus, comenz a jugar. Pero tropez en una piedra y cayo en forma que se hizo una pequea herida en un hombro. Entonces Abel enternecido, casi hasta el llanto, le dijo mientras le curaban: Porque te has herido y perdiste mas que todos, para ti sern todos los secretes que tengo. He ah las palabras que pusieron de manifiesto lo qUe el Espritu de Luz seria para los dbiles, los doloridos y los sufrientes de la humanidad. Jalime fue despus el esposo de la hermana de Ibrn en quienes tomo encarnacin humana el espritu de Madina. Mas tarde estuvo cerca del Verbo de Dios en la poca de Moiss y fue un levita de nombre Sedechias, y en los das luminosos y heroicos de Jess de Nazareth, Matas, hi jo de Jos, hermanastro mayor del gran Apstol de la Palestina.

4

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

OBSERVACIONES DE ABEL Una mafiana, cuando apenas se iniciaba el amanecer, Adam y Evana entraban al jardn del Pabelln de la Reina donde tenan facilidades para entrar siempre que quisieran. i Que os pasa? pregunto Ada cuando les vio. Y hache ique ocurre? porque anoche tuve un suefio espantoso. vi. que se levantaba en el horizonte un sol de color de sangre y que un viejo maligno y burln asomaba su cara detrs de ese sol y deca entre carcajadas horribles: Ja, ja!... el profeta que viene a iluminar el mundo esta corr su frente en el polvo y su lomo abierto por un hacha! Y Evana al referir estas palabras, se cubra el rostro con ambas manos, pues pareca como si continuara viendo al maligno ser que la atormentara en sueos. Clmate le dijo Ada que tu hijo duerme tranquilamente en la antecmara de Bohindra. Tu puedes pasar a verle, Adam, y traerle hache que le vea su madre. Adam paso por la sala de msica al Pabe-llon de los nios y al poco rato volvi con Abel y el Kobcla Rev. Pero qu significan estas alarmas, hija ma? deca Bohindra a Evana acaricindola. No sabes que soy yo el custodio de tu hijo? Pero Evana, abrazada a Abel, lloraba de? consolaclamente, hasta que conmovido el nio en sumo grado dijo al Rey y a su padre: Si ella padece porque no estoy a su lado en casa, dejadla vivir hache si os parece. Y yo, hijo mo? pregunto Adam. Sin tu madre y sin ti que hara yo en aquel huerto solitario? "Ven a los dos no esta bien as? preguntaba despus a Bohindra que le dejaba hablar para observarle. Y no estar mejor que tu te vuelvas con tus padres a la casa del huerto? pregunto Evana que se iba tranquilizando poco a poco. Oh!. . . eso no... j aunque os quiero mucho, eso no! contesto el nio. Y por que? pregunto de nuevo Bohindra. Y, porque vosotros tenis escrito en un corredor de "LA PAZ" estas palabras: "Pensad continuamente en que el Altsimo no aparte su misericordia de los desventurados hermanos nuestros que, llevados por deseos humanos, abandonaron la Casa de Dios". Si yo me voy ser uno de esos desventurados hermanos. Todos se asombraron de esta respuesta y Bohindra, tomando al nio de la mano y acercndole a su corazn le dijo emocionado: Hablas como un ser lleno de conocimiento. Eres un perfecto Kobda a tus doce anos y sin vestir la tnica azulada. Bien, pues, se har como lo has dicho, y tus padres habitaran aqu en el Pabelln de la Reina juntamente contigo. Y yo pasare contigo al Recogimiento de la tarde en la rotonda, porque el Patriarca me tiene un sitio sealado all y yo no puedo faltar; pronto ser un Kobda tambin. Ah, si? preguntaron todos a la vez sonriendo de la gravedad conque el nio hablaba. Pero eres muy nio, hijo mo deca Adam. Pero el ser un Kobda es privilegio de los muchos aos? pregunto Abel asombrado. No acabas de decir, Oh Rey, que soy Un Kobda perfecto? Y por que es ese apresuramiento? Ya tendrs tiempo mas adelante. Entonces no debais haber escrito en vuestras tablas: No retardes para otra aurora lo bueno que puedes hacer en la de hoy". Pero t te has aprendido de memoria todos los consejos graba-dos en nuestros muros. Para aprenderlos estn, a lo que parece. Adems Senio me dijo que Agnis esta aqu desde muy nio y tambin Geuel. Oh!.. Vestir la larga tnica azulada es lo mas hermoso que hay deca Abel como bajo el encanto de una visin de gloria que le entusiasmaba. Pero no es todo la larga tnica azulada que cubre al Kobda desde la garganta a los pies, sino un smbolo de que ya no existen en el ni los deseos ni las ambiciones humanas, porque no es mas un hombre sino un5

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

reflejo del amor de Dios sobre los hombres. La tnica azulada solo es un smbolo, hijo mo, porque ella no hace al Kobda, que debe serlo en lo mas profundo de su propio espritu sacrificado en sus gustos, deseos, y ambiciones cuando ellos no estn acordes con la gran Ley: "extraer del fondo de todas las cosas lo mas hermoso que hay en ellas". As hablo el Kobda-Rey buscando de despertar mas y mas la lucidez espiritual del Mesas nio, dormida aun por la somnolencia mental que llamamos infancia. Por ejemplo continu Bohindra tu te ves amado de todos qu debes extraer de ese hermoso sentimiento de todos para ti? El nio entorno en recogimiento sus dulces ojos de color de hoja seca y a poco rato contesto: Me aman porque me creen bueno, pues debo ser mucho mas bueno de lo que puedo aparecer ante todos. Muy bien, Abel, muy bien has contestado. Ahora dime: Si te vieses rodeado de hostilidad y en medio de seres que cometieran toda clase de desaciertos y errores en tu presencia qu extraeras de todo eso? Si todos me odiasen y cometieran maldades en mi presencia, yo buscara de esconderme en el gran corazn de mi Padre Dios, donde no me llegara el odio de los hombres, y le pedira que diera sabidura a mis palabras para apartarlos de sus maldades y de sus errores. Perfectamente! La unin al Ser Supremo es el gran secreto del xito en todo apostolado de orden superior. Y que te figuras tu que hay de hermoso y de grande en la vida de los Kobdas? volvi a preguntarle Bohindra. Mirad; con mi padre, o con abuelo o con Senio, anduve muchas veces por las plantaciones y por los campos de pastoreo; vi a los labriegos y a los pastores. Y el uno quera una cosa y otro lo contrario y disputaban entre si, y las mujeres de ellos lo mismo, y haba ria y desacuerdo, y mi padre y Senio y abuelo tuvieron que ponerse en medio para que no se maltrataran los unos a los otros; a veces por cosas tan pequeas que no valen mas que el heno llevado por el viento. Un pastor quera abrevar las ovejas en el lago detrs del huerto de nuestra casa, el otro quera llevarlas al primer arroyo que esta al otro lado del bosque; y el uno impulsaba las ovejas hacia all y el otro hacia ac, y ellas asustadas se arremolinaron en tropel y mataron los corderitos recin nacidos. Otra vez vi a unos labriegos, que el uno quera sembrar trigo donde el otro deca derramar el maz, otros abrir canales de riego hacia el naciente, y otros hacia el poniente, y en la porfa, se irritaban, dicindose grandes insultos y mirndose con odio y con rencor. Y entre los Kobdas nunca o una disputa sino que parece como que todos quieren la misma cosa, y que cuando uno manifiesta un deseo el otro ya lo deseaba tambin. Jams o que uno de vosotros manifestase un deseo que fuera contrariado por otro. Od lo que un da vi: Jazmn limpio el polvo de una tnica suya, cuando volvimos del campo arado y la dejo colgada al sol en la terraza; Dhabes que es de igual estatura hizo lo mismo con la suya; pero el viento llevo la de Jazmn y quedo oculta en el hueco de una escalera. Yo miraba desde el ventanal de la sala de msica. Cuando se iban a cerrar las puertas los dos salieron por sus tnicas. Dhabes tenia su tnica en la mano cuando llego Jazmn que dijo; Es ma, yo la puse aqu. Yo esperaba que Dhabes dijese: "no, que es la ma", como en realidad era y cre que iba yo a ver una disputa entre dos Kobdas, pero mi asombro fue grande cuando vi que Dhabes le deca sonriente: Perdn me he equivocado. Y dio a Jazmn la tnica. Yo baje corriendo y dije a Dhabes que la tnica era la suya, y que la de Jazmn estaba en el hueco de la escalera. No es nada, hijo mo me dijo, yo tomare esta, a el le pareci que era la suya. Y con esto acabo todo hasta que Jazmn se dio cuenta despus, y cada uno tomo la suya. Veo que eres un gran observador le dijo Bohindra y que recoges la enseanza que se desprende de todas las acciones buenas y malas de los hombres. Si nunca res, ni os acaloris, ni disputis, y todos pensis en todo de la misma manera, debe ser porque vais vestidos del mismo color dijo el nio y as como es igual vuestra vestidura son iguales vuestros pensamientos y vuestros deseos. Por que no vests la tnica azulada a todos los hombres de la tierra para que todos piensen igual y no rian ni disputen ni se odien jams? As habra entre ellos la armona y el amor que hay entre vosotros. Bohindra estrecho al nio a su corazn y dejo un largo beso en su frente. Has llegado adonde yo quera, hijo mo! le dijo Bohindra. Falta mucho para que todos los hombres puedan vestir la tnica interior de la fraternidad verdadera y del verdadero amor de los unos para los otros que es el significado de nuestra tnica azulada, todas de igual forma y color.6

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

Nuestra ley dice, poniendo el cimiento a nuestro templo espiritual de armona y de paz: "Prefiere perderlo todo, hasta la honra y la vida, antes de causar aversin entre tu alma y la de tu hermano". "La llamarada de la disputa destruye los sembrados florecientes en el huerto del espritu. Expone tu pensamiento y si fuere rechazado, calla, que si t tienes la verdad, ella saldr por s sola". "Busca de pensar lo ms bello, lo ms noble y lo ms bueno en todas las cosas. Y cuando tu hermano piense diferente, encirrate dentro de mismo y pide a Dios que te libre de todo error". Comprendes Abel? Estos son los fundamentos de la paz y la armona de los Kobdas. Antes de vestir la tnica azulada, el aspirante debe haber aprendido a complacer a sus hermanos en todo lo que no est reido con la santa ley de pureza y de amor, que es la base de nuestro progreso espiritual. T quieres vestir la tnica azulada. Suponte que tus padres no estuvieran de acuerdo a causa de tu corta edad. Qu debes hacer t? Aprender a vestirla interiormente, esperando a que ellos estn contentos de que la vista al exterior. Evana abraz a su hijo y Adam le bes los bronceados cabellos. S, hijo mo, queremos lo que t quieres con tal que nos sea permitido estar muy cerca de ti deca Evana incansable en acariciar a su hermoso hijo. Viste, Bohindra? Mi madre es Kobda y buena Kobda porque quiere lo mismo que yo quiero. Y t padre mo? pregunt a Adam cuyos ojos estaban llenos de lgrimas. Aldis y Senio llamaron en ese momento a la puerta de entrada y Bohindra dijo: Aqu vienen los abuelos, y prueba t Abel, si ellos son buenos Kobdas y quieren tambin como t. Enterados de lo que ocurra, Senio dijo: No ser el primer caso de un Kobda nio, porque hay en nuestras crnicas el relato de que Num tuvo a su lado un nio de doce aos, que visti la tnica blanca que entonces llevaban, y se llam Adonis, y era un espritu compaero de Num, o sea el Verbo divino de otra esfera del mismo sistema que la Tierra. Yo por mi parte dijo Aldis acepto y quiero lo que vosotros digis. En otro caso me opondra, pero en este tan excepcional y nico, freo que es imposible disentir en nuestro modo de pensar. Qu dices, Adam? pregunt Bohindra. Digo que aqu todos nos vamos sintiendo Kobdas, y que no tengo valor para contrariar la voluntad del nio. Pareseme que l oye la Voz Divina ms claramente que nosotros. Ya ves Abel, todos son buenos Kobdas. -Pero Ada que es mi gran amiga no habl todava insisti Abel. Yo espero que hable nuestro Rey y conforme a su deseo es el mo. Esta noche se decidir en la concentracin comn en la Morada de la Sombra contest Bohindra ests conforme? Tanto, tanto, como cuando Senio me regal los primeros corderitos! deca Abel abrazando a todos con una felicidad que hasta entonces se haba visto muy pocas veces en l. CAMINO DE LAS TINIEBLAS Unas horas despus corri por "LA PAZ" y sus anexos, la noticia de que Abel vestira la tnica de los Kobdas dentro de cuarenta auroras, y que Kaino haba desaparecido del pabelln esa misma noche, sin que nadie pudiera dar razn de su paradero. Adam y Evana lamentaban grandemente lo acaecido, pues recordaban el tiempo aquel en que recibieron a ese nio como un don de Dios y le amaron y l les am, mientras estuvieron consagrados a slo su cario. Pero cuando la llegada de Abel absorbi mucho de aquel amor que se le haba otorgado, fue notorio el cambio en el carcter del hurfano. Aqu cabe hacer un pequeo estudio sobre los .espritus como Kaino. Las Inteligencias Superiores encargadas de propender a la evolucin de los seres, les encauzan por caminos y circunstancias que les facilitan esta evolucin. Kaino era un espritu ya viejo, originario del planeta Plux, donde las encarnaciones de podero y de grandeza le haban dejado vegetar por siglos y siglos sin avance ninguno en su progreso individual. Intelectualmente, estaba bastante cultivado, pero grandemente retrasado en su evolucin moral. Profundamente egosta y de un orgullo desmedido, se juzgaba a s mismo7

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

como una luz. Y en el campo intelectual lo era. Y casi siempre esta clase de espritus son enviados a mundos inferiores para impulsar la evolucin intelectual de razas primitivas, mientras a su vez van adquiriendo, a fuerza de repetidas pruebas, un poco ms de conocimiento de s mismos, en lo cual est involucrada la ciencia espiritual verdadera que descubre al hombre lo que es y no lo que cree ser. Como espritu, pocas veces estuvo de acuerdo con los planes formados por las elevadas inteligencias para el desarrollo de la misin conjunta de elevacin de la humanidad terrestre, y de estas continuas rebeldas vino el tomar sucesivas encarnaciones que le facilitaban el servir de contradiccin al desenvolvimiento de la obra comn, en el lugar elegido por l para su actuacin. Y como encarnado, se vio siempre vencido por su egosmo y por su orgullo a causa de su desarrollo intelectual que le haca creerse superior a todos. En la eterna carrera espiritual de los seres a travs de siglos y de mundos es, a lo que parece, un sntoma muy alarmante en un espritu, su rebelda al pensamiento impulsor de la evolucin del planeta o mundo en que acta, porque esta rebelda le pone por lgica consecuencia fuera del aura protectora y benfica del Gran Gua de la humanidad. Ese fue el significado oculto de aquellas palabras del Profeta Nazareno a los que se gloriaban de encontrarse tan cerca de la persona humana del Verbo: "La palabra de Verdad que os doy, es ms que mi carne y mi sangre, es como el pan y el vino que nutre vuestro cuerpo. Y el que no come de este pan y no bebe de este vino, no ver el Reino de Dios". Palabras alegricas de las que algunas ideologas cristianas han tomado base para ciertos ritos que tienden a infundir en las almas la necesidad de purificacin para unirse ms ntimamente a la Divinidad. La eucarista es un ejemplo. El Maestro quiso significar, que todo aquel que se rebelara en contra de la Palabra de Verdad que l traa del Alma Madre del Universo, no vera el Reino de Dios. Y deca una gran verdad, porque el Reino de Dios, o Plano Dvico, o Mundo de los Mesas, es la morada de los seres llegados a la ms alta perfeccin y hasta all no se llega en los globos de aire del orgullo y de la vanidad, sino por los caminos oscuros, silenciosos y doloridos del renunciamiento, de la abnegacin y del sacrificio. He aqu porqu los antiguos Kobdas, conocedores de la verdadera ciencia espiritual, buscaban en-el amor, en la paz y en la armona perfecta con la ley dictada por Inteligencias Superiores, su evolucin y su perfeccionamiento. Kaino pudo dar un gran paso en su progreso, en esa etapa de vida material, pero rebelde siempre al plan trazado por el Gua de la humanidad y sus elevados auxiliares, se sala l mismo, por su libre albedro, del aura de proteccin emanada por aquellos, y sus desaciertos eran continuados, causando graves males colectivos o individuales. Y de ordinario son estos los caminos seguidos por los seres que, habiendo evolucionado slo en el sentido intelectual, descuidaron el cultivo en el orden moral por creerlo de escasa importancia. Y el orgullo satisfecho por las grandes obras materiales realizadas con el aplauso de las multitudes, no les deja ver la copa de su espritu, vaca de merecimientos y vaca de consuelos y felicidad verdadera; lo cual les impulsa a nuevas conquistas materiales para ir as engaando sus ansias con la efmera satisfaccin emanada de los aplausos y lisonjas de los hombres. La tarde aquella en que Kaino se neg a jugar con Abel a los pjaros voladores, oy las revelaciones que el nio prometa a los que ganaran en el juego y de los tres secretos se aprovech al forjar su plan de alejamiento: "Abirn guardaba una bolsita de hermosas piedras verdes que brillaban a la luz del sol". .. ''En la orilla del Ro Grande haba unos huesos muy francos entre los cuales estaba una cadena de piedras del color de las flores del cerezo". . . "entre los grandes islotes del Ro haba muchos hombres y mujeres escondidos". . . Kaino haba comenzado ya los quince aos conforme a nuestro modo de contar. Medit as: "Yo estoy aqu de ms. Abel ser aqu el todo y yo no ser nada. Con lo que ya he aprendido me basto a m mismo. Las piedras de Abirn deben representar un valor muy grande. La cadena de piedras rosadas que est entre los huesos a la orilla del ro, debe ser igualmente valiosa. Las gentes que viven entre los caaverales de las islas sern prfugas de los pases vecinos. Yo puedo unirme con ellos, y como de seguro sern cobardes e ignorantes, me pondr al frente de ellos y ser su jefe. Y cuando lleg la noche y todos dorman en el Pabelln del Rey, tom hermosas vestiduras destinadas al Chalit y que ste nunca usaba, pues vesta sencillamente su tnica azulada, se atavi con ellas, se arm con una hermosa daga de mango de plata, un hermoso carcaj lleno de flechas y otras armas, regalo que a Bohindra le haban ofrecido los prncipes de la Alianza. Una luz amarillenta de luna llena alumbraba los pasos del nio prfugo, que otra vez caa vencida bajo el yugo de su orgullo y de su ambicin. Y las fuerzas del mal a las cuales se entregaba l mismo inconscientemente, se creyeron en el deber y en el derecho de tomarlo bajo su tutela desde ese momento. Se dirigi a la tienda de Abirn, el cual saba que estaba desde haca unos das, terminando unos trabajos en piedra en la Casa del Huerto, que iba a ser habilitada para hospicio y enfermera.8

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

Casi siempre, bajo la piedra del hogar en todas las chozas o tiendas de gentes del bajo pueblo, era el sitio en que se acostumbraba a guardar los objetos de valor. Y all busc Kaino, pero sin resultado. Le pareci que una voz le deca al odo: "Debajo de esos troncos". Los haba all prontos para quemar, pues no servan para otra cosa. Los removi y encontr debajo de ellos y medio enterrada bajo la tierra y yerbas secas, un trozo de caa de dos codos de largo y bastante gruesa, que pesaba mucho. Los huecos de los extremos estaban tapados con madera. La abri y vio con asombro una gran cantidad de esmeraldas de gran tamao que brillaban como ojos de vboras a la amarillenta luz del veln de la tienda. Vio que las ms grandes eran huecas, las unas en forma de cubos con diminuta tapa de oro a torno, en forma que cerraba hermticamente. Y dentro se vea como una gota lquida de color oscuro. Tom un puado de ellas y dej todo lo dems tal como lo haba encontrado. Y se dirigi hacia la costa del Ro Grande. La luz amarillenta de la luna llena continuaba alumbrando los pasos del desventurado nio prfugo, que tuvo junto a s la claridad divina y no quiso verla, que pas junto a la copa de la vida y no quiso llevarla a sus labios. Buscaba los huesos blancos como la nieve para usurparles el tesoro escondido en ellos y ya iba a tomar justamente la direccin en que se hallaban cuando vio el cuerpo astral de Madina que se le acercaba como en otro tiempo, y le lama las manos. Una oleada de amargura subi desde su corazn a su garganta; record su infancia entre el amor de Evana y de Adam, y temiendo que el recuerdo dulce y tierno le venciera, dio vuelta la espalda a la visin y ech a correr en direccin opuesta. Fue en ese preciso momento en que Evana, desprendida espiritualmente por el sueo, vio en el plano astral ms cercano al mundo fsico, la espantosa visin que le caus tanta zozobra y terror. Cuando se ocult la luna y la pradera y el bosque fueron sumidos en tinieblas, Kaino detuvo su marcha y se recost en la hermosa manta de piel que haba sustrado del guardarropa del Chalit. La selva era all ms enmaraada y los islotes del ro quedaban cercanos a la costa. Apenas comenz el da a aparecer, Kaino se sent sobre unos troncos-cados y espi la salida de las gentes ocultas entre las caas. Si se ocultaban de los hombres de tierra, deban madrugar, y as fue, que casi junto con l, comenzaron ellos tambin sus actividades. Pescaban, cazaban aves acuticas y bajaban algunos a tierra a recoger huevos de codornices y frutas silvestres. A los primeros que bajaron en balsas hechas de caas unidas con fibra vegetal, se les puso delante con gran arrojo, con su arco a la espalda y apoyando su diestra en el mango de su daga. Soy un prncipe postergado por mi familia dijo y buscos gentes animosas que quieran unirse a m para disfrutar mis riquezas. S que vosotros hus de las gentes de estos lugares. Llevadme a vuestros islotes y yo os prometo organizares como un pueblo fuerte y que dejis de andar como renos perseguidos por los bfalos. Y si fuerais un espa y detrs d ti vinieran gentes armadas?" Tomad mis armas les dijo ya veis que yo no desconfo de vosotros. Kaino era de hermoso aspecto, aunque algo trigueo de semblante. Su extraordinario desarrollo fsico le haca aparecer como un joven de veinte aos. Y con las ricas vestiduras que llevaba, nadie pudo poner en duda que era realmente el hijo de un rey. Cmo te llamas? Metjuael, del pas de Enod. Haba llegado haca poco a "LA PAZ", un prncipe de este nombre, buscando refugio a causa de verse perseguido por un tutor que quera despojarle de sus derechos. Dicho prncipe haba llegado herido y enfermo, y desencarn a poco de llegar, an cuando se le prestaron todos los cuidados necesarios. Kaino saba pues, que nadie le disputara ese nombre. Sus interlocutores lo desarmaron y se intern con ellos en los islotes cubiertos de frondosas caas que dificultaban por completo la navegacin, lo cual daba ms seguridad a los refugiados en el enmaraado y pantanoso delta del Eufrates. As se deslig Kaino de la dulce cadena de amor hogareo que tan abundantemente se le brindara en los das de su infancia abandonada y trgica, para emprender una vida satisfactoria a sus ambiciones y a sus anhelos. Aquellas gentes estaban casi todas al margen de toda ley. Los unos eran esclavos que haban huido de sus amos; los otros delincuentes escapados a la justicia de los hombres, o restos de ejrcitos vencidos y deshechos que haban huido de las torturas a que seran sometidos por los vencedores. La magnfica coleccin de esmeraldas enormes, talladas como pjaros y flores, que l haba sustrado del secreter de Abirn, acabaron de vencer los temores de los ms desconfiados, y al amanecer del siguiente c'a,9

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

Kaino era proclamado rey de aquellas tribus semisalvajes y nmades. Su orgullo empezaba a vislumbrar resplandores de la gloria y la felicidad que anhelaba. Mientras tanto, Abel plcidamente sentado junto a Bohindra en la sala de msica, escuchaba sus enseanzas preparatorias para ser recibido como Kobda al finalizar las cuarenta auroras que se le haban fijado como plazo. Y de las Casas de Mujeres Kobda? empezaban a llegar las tnicas azuladas diminutas y esmeradamente confeccionadas para el Kobda-nio, al cual todas queran tener la felicidad de cubrirle con la vestidura-smbolo de la vida de los sentidos terminada, y de la alta vida espiritual que comenzaba. Encantado revisaba Abel las tnicas que las mujeres Kobdas con tierna solicitud le ofrendaban, pero l deca en voz baja para que slo oyera su madre: La que tejieron tus manos, madre ma, ser la que primero cubrir mi cuerpo. Cuando la desaparicin de Kaino fue un hecho comprobado. Bohindra, que desde el da de su desposorio con Ada fue constituido como suprema autoridad de los Kobdas en aquellas comarcas, llam a sus dos consejeros, Sisedn y Tubal, y a los jvenes Kobdas que haban tenido intervencin en el pabelln de los nios para indagar sobre los mviles de aquella fuga tan precipitada. Tubal, que en su juventud haba sido encargado del Archivo y de las Crnicas de la vieja Institucin, llev el giro de los pensamientos y juicios de sus compaeros hacia el itinerario recorrido por este espritu durante muchsimos siglos. Las clarividencias de Dhabes y algunas comunicaciones recibidas por los escribientes sonamblicos, o manifestadas verbalmente por los buenos sujetos hipnticos que posean, les haban proporcionado la certeza sobre el pasado de este ser y tambin sobre algo de su futuro. Esto tranquiliz el nimo de Bohindra que temi en el primer momento alguna culpabilidad de parte de los que ms inmediatamente haban tratado con el nio. Pudo comprobar que todos haban cumplido el encargue de Dhabes, de tener gran atencin a la educacin de Kaino en cuya aura l vea muy marcadas las tonalidades que denuncian sin dejar lugar a dudas, la existencia de viejos odios, rencores, y una ambicin de grandezas nunca satisfecha. Recorrieron el Archivo de las Edades en la parte dedicada a los espritus emigrados de Plux, y all encontraron el nombre de RAIBEL, que era el que en aquel planeta correspondi a Kaino segn lo haban comprobado por medio de diferentes sujetos en hipnosis, por distintos sonmbulos escribientes y por clarividencias efectuadas al mismo tiempo estando los sujetos apartados cada cual en su sitio y contestando al pensamiento de Bohindra, Sisedn y Tubal, que eran los dirigentes de los trabajos espirituales. Raibel haba figurado en Plux entre la numerosa legin de los eternos descontentos, causantes de todos los cataclismos polticos y sociales en aquella humanidad de la cual haban sido apartados y repartidos entre diversos mundos primitivos donde podan buscar su propia redencin colaborando en la evolucin material e intelectual de sus humanidades de muy escaso progreso. Cuando el Amor Eterno barri con su soplo divino la atmsfera de egosmo y de ambicin de sobre la faz del planeta Plux, aquella numerosa legin no poda respirar ms all, no poda vivir all y emigr a otros planetas de ambiente apropiado para ella. Y Raibel, con otros muchos, vino a la Tierra. Su ambicin le llev a colocarse siempre en las filas cercanas al Verbo de Dios encarnado; y acaso lo hizo alguna vez con buenos propsitos, pero su arraigada pasin dominante, la ambicin, lo venca siempre, pues nunca lleg a preocuparse en serio de dominarla. El orgullo, le cegaba en tal forma, que llegaba a creer que era l slo el que tena todos los derechos, todas las grandes dotes y los ms excepcionales privilegios. Y continu en la tierra, siendo el eterno descontento que haba sido en Plux. Como rey, estuvo siempre en guerras de conquista y nunca consigui ni el amor de sus pueblos ni la paz con sus vecinos; Como hombre de leyes civiles, y como sacerdote de diversas religiones, siempre busc innovaciones, no basadas en un sano y juicioso criterio, sino impulsado nicamente por el deseo de destacarse y ser la figura nica en todo conjunto. Su eterno descontento en todo y por todo fue la causa de sus numerosos extravos y de su largo estacionamiento en los caminos de la evolucin. Siendo hermano de Anfin, el Rey Santo, estuvo descontento de la forma de gobierno implantada por el soberano, y sublev parte de sus pueblos con sus teoras de mejoramiento que en la prctica le fracasaron. Cuando Chrisna, figur entre las turbas de descontentos y caus la desmembracin de los estados del viejo rey de Madura y un amigo suyo fue el que atraves con una flecha el corazn del joven Prncipe de la Paz en quien estaba encarnado el Verbo de Dios. Cuando Moiss, fue un hijo del Faran, Baoned, y por su influencia fue relegada la princesa que fue madre del Verbo de Dios en esa lejana etapa de sus vidas terrestres. Y Baoned falleci entre las olas desbordadas del Mar Rojo, persiguiendo junto con su padre, al pueblo hebreo que haba escuchado la palabra de Moiss como10

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

una promesa de liberacin y de consuelo en el supremo dolor de la esclavitud, del hambre y de los trabajos forzados a que tan brutalmente se hallaban sometidos. Todo esto, pasado y futuro, vislumbraron los Kobdas en aquella tarde de Consejo sobre l desventurado Kaino, que una vez ms caa, vencido por su eterno descontento, juzgando bajo el prisma de su orgullo, que los dems eran los causantes, sin apercibirse y sin poder comprender que era l mismo el que estaba fuera de orden en sus anhelos, en sus deseos y en su modo de ver y apreciar todas las cosas que le rodeaban. Dhabes le haba dicho con grande amor: "El mal lo tienes dentro de ti mismo, y por reflejo lo ves en los dems. Tu deseo de ser figura nica en todas las cosas, es lo que causa tu eterno descontento, hijo mo. Si te vieras tal como eres, un grano de arena en la inmensidad del Ocano Infinito que es Dios, como lo somos todas las pequeas criaturas suyas, tendras una gran paz dentro de ti, y gustaras la inefable dulzura del Amor Divino, que ahora deja seco y vaco tu espritu porque t lo llenas contigo mismo". Entristecidos los Kobdas por este doloroso suceso, se prometieron mutuamente seguir con su pensamiento los tortuosos senderos de aquel ser que haba estado junto a la luz y por e u propia voluntad se sumerga en las tinieblas. Que nuestra miseria no colme la medida de la Piedad Infinita sobre nosotros como acaso la ha colmado este pobre ser, cuya huida de la Luz, tan profundamente nos entristece! dijo emocionado Bohindra, poniendo trmino a aquella reunin. Y uno de los cronistas del Archivo grab en el sitio correspondiente al signo con que comenzaba el nombre de Raibel, la breve historia de Kaino hasta el momento de su separacin de "LA PAZ". Quedaba buen resto del papiro en blanco y el cronista escribiente pens: "Cmo terminar el relato de Kaino?. . ." Una especie de nebulosa de negro humo y regueros de sangre oscureci la mente del cronista y guard precipitadamente aquel papiro que quedaba sin terminar. EL HIMNO DE LA TARDE Cuando Bohindra volvi al Pabelln de la Reina, tena los ojos enrojecidos, como si lgrimas de fuego le hubieran quemado los prpados. Y an cuando trat de disimular no pudo evitar que Ada y Evana lo notasen. Mi Rey padece y nos oculta su pena dijo la dulce nia, mirndole con ternura. Pues, es novedad aadi Evana que nunca lo vi as. Abel, que miraba desde el ventanal cmo su padre con los encargados de las plantaciones hacan varios trabajos, volvi la cabeza y al or lo que las dos mujeres decan, corri hacia el Kobda-poeta y msico y abrazndose de l le dijo: Acaso fui yo el causante de tu dolor? No, hijo mo le dijo Bohindra besndole la frente. T no puedes causar dolores a nadie, sino inmensa alegra. Ven aqu para que juntamente con Ada y tu madre curis este pobre corazn mo que an no aprendi a ser fuerte ante las desventuras de los hombres. Y los cuatro se sentaron en torno del ventanal por donde se vea la magnificencia del sol poniente, que pareca irse hundiendo lentamente detrs del inmenso bosque de cedros que se alzaba ante el edificio, como un flotante pabelln, lleno de rumores y de cantos. Cuntas criaturas de Dios cantan all su grandeza, y viven de su amor eterno! exclam Bohindra aludiendo a los miles y miles de aves y de insectos cuyos rumores y arpegios llegaba como un concierto hasta el ventanal. Y por qu cantan los pjaros? pregunt el nio escuchando. -Porque ellos no estn descontentos como el hombre, y se sienten felices con su pequeo nido de yerberitas y plumas para cobijar a sus hijos. Recogieron agua en los arroyuelos y granos de trigo en los sembrados para alimentar su vida. Y bendicen a Dios en su lenguaje y son felices con sus dones divinos. Hasta las aves y los insectos nos ensean a vivir la verdadera vida, sumergidos en la grandeza de Dios, sin rebeldas y sin descontentos. Entonces yo quiero tambin cantar como los insectos y los pjaros dijo Abel tomando de sobre un atril de piedra la lira de Bohindra, ofrecindola al Kobda. Y a do con el nio, cantaron la plegaria de la tarde:

11

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

Viste la tarde sus dorados velos, Sigue los pasos de su amado el sol, Que en su nave de ncar y amatista Se dio a la vela sin decirle adis!... De sus mantos de oro Apaga el fulgor Cuando pierde de vista las velas De la nave que se lleva al sol. Llora la tarde a su adorado ausente Y a las flores les cuenta su ilusin, Y derrama en sus clices abiertos El raudal de sus lgrimas de amor. Y la tarde llora Por su amado el sol; Es tan hermoso y ella le ama tanto, Se hizo a la vela sin decirle adis! Triste la tarde acalla los sonidos. En penumbra se torna su esplendor, Y se escucha en el valle y en la selva Cual divina cadencia su oracin: Yo vivir no puedo, Sin mi amado el sol Que su luz es mi aliento de vida Y entre sus fulgores me aparece Dios! Mis velos dorados se tornan de luto Callad avecillas, calla ruiseor. .. Y llegue a los cielos la ardiente plegaria Que vibra en los aires como una cancin; Eterno Infinito Devulveme al sol Que voy siempre siguiendo sus pasos Y l se hizo a la vela sin decirme adis! Venus y Marte y la Luna vieron Llorar la tarde su perdido amor, Y un concierto de arpas siderales Teji cual filigrana una oracin. La plegaria doliente de la tarde Cuando se .esconde en el ocaso el sol Como a veces se oculta al alma humana La esplendorosa majestad de Dios! Y llora el alma cual la tarde llora Y suelta al viento su doliente voz12

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

Cuando ve que en el mar del Infinito Se va su Amado sin decirle adis! Y el Amado torna. Como torna el sol Y el alma canta y la tarde re En el xtasis suave del Amor!. . . Qu haba hecho Abel durante las cuarenta auroras que precedieron a su consagracin de Kobda? Eso es lo que vamos a averiguar ahora. Los Kobdas del Alto Consejo eran los encargados de preparar al postulante, que juntamente con nueve jvenes ms, deban consagrarse al servicio del Altsimo y al bien de la humanidad. El uno les enseara el lenguaje esotrico usado por los Kobdas para los grabados e inscripciones de orden espiritual y secreto que slo ellos podan descifrar. Otros les explicaran la interpretacin que deban dar a la Ley de la Casa de Num. Otros la forma de proceder en los ejercicios mentales y espirituales, que constituan una de las fases de la vida interior. Y mientras Abel se compenetraba de toda la ciencia espiritual enseada por los Kobdas, aprndala tambin el lector, que acaso encuentre en ella sublimes lecciones para el cultivo y desarrollo de su verdadero ser. LA LEY "El amor es la nica cadena que sujeta al Kobda a los muros de la Casa de Num". BASES PRIMERA: Kobda: Eres habitante de una pequea estrella que gira incesantemente en la anchurosa inmensidad, entre millones de millones de estrellas mayores y menores que la que t habitas. Tan inconmensurable universo ha ido surgiendo en diversas edades, ciclos o pocas, de la Eterna Energa Divina que encierra en S Misma tres poderes: Creador, Conservador y Renovador. Estos tres poderes forman la Triada Divina encerrada en el Alma Madre de todo cuanto existe y existir. Es el Supremo Hacedor, el Altsimo, el Eterno, en el que comienzan todas las cosas y en el que se refunden y terminan. Adora esta Grandeza, Kobda, y no adores nada ms. SEGUNDA: Muchos seres habitan como t esta estrella flotante que llamamos Tierra y todos estamos obligados a interesarnos por la habitacin que en el concierto de los mundos y de las humanidades nos ha sido designada. Y todos estamos obligados a amarnos y ayudarnos los unos a los otros espiritual y materialmente, para conseguir la Felicidad, la Sabidura y el Amor, que forman la perfeccin de todo ser. TERCERA: Siendo la Felicidad, la Sabidura y el Amor la Triada que constituye la perfeccin de todo ser, debes consagrarte con sin igual esmero a conseguir la Felicidad, la Sabidura y el Amor; La Felicidad se consigue mediante la armona perfecta entre t y todos los seres que de inmediato te rodean. Y la armona es fruto de la delicadeza de pensamientos, de palabras y de acciones y de la benevolencia del corazn. La Sabidura se consigue con el estudio de las leyes eternas que ves rigiendo el vasto universo y con la meditacin o concentracin de tus facultades espirituales hacia tu interior, a fin de que llegando al conocimiento de ti mismo, aniquiles tus imperfecciones y puedas as conseguir la ntima unin con el Alma Madre de todo cuanto existe. Conseguido esto la Sabidura est dentro de ti. Y conseguirs el Amor perfecto y divino, cuando ya purificado de tus malos hbitos, hayas aprendido a no desear, ni buscar, ni querer, sino aquello que es felicidad, sabidura y amor para todos los seres que te rodean. Estos son, Oh Kobda, los tres basamentos en que se sostiene el grandioso templo espiritual que quieres levantar. LAS COLUMNAS DEL SANTUARIOPRIMERA: LA PERSEVERANCIA: Aurora tras aurora, luna tras luna, ao tras ao, has de ir levantando, Oh Kobda, tu edificio sobre estas bases, sin apresuramiento, pero con firmeza y seguridad. Si te desalientas o te cansas por ser muy poco lo que consigues elevar tu construccin cada ao, es seal de que an eres demasiado nuevo

13

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

para iniciar estos trabajos. SEGUNDA: LA OBEDIENCIA A LA LEY: Estdiala y comprndela, que si la comprendes la amars, y amndola fcil te ser abrazarte a ella como a una madre que te ir llevando en brazos por un camino oscuro y pedregoso. TERCERA: EL DESINTERS: Ningn mvil personal ha de impulsar tus acciones, sino slo las elevadas razones de justicia y equidad tendientes al bien de tus hermanos, antes que al tuyo propio. CUARTA: LA CONFORMIDAD CON LA VOLUNTAD DEL ALTSIMO: Manifestada por los acontecimientos que no fueron procurados por ti y que t no puedes evitar ni cambiar. Esta conformidad la probars en la serenidad con que aceptars lo inevitable, en la carencia de deseos perturbadores de tu paz, en la dulce alegra mesurada y discreta que debes manifestar en la vida de relacin con tus hermanos. QUINTA: DOMINIO DE s MISMO: Tus disgustos, tus dolores, tus desazones interiores, deben ser guardados en lo ms profundo de ti mismo, y muy injusto sers si obligas a soportar a los dems las intemperancias o las violencias de tu carcter, o los dolores que slo tu propia miseria te ha causado. Y si tu dolor es debido a extraas contingencias, comprtelo con tus hermanos y sers aliviado sin causarles pesar. SEXTA: LA BENEVOLENCIA: Es la eflorescencia del amor verdadero que inunda el espritu y que se desborda al exterior como el agua de un vaso demasiado lleno. Si tu trato para los dems es agrio y duro, es fruto de tus rebeldas interiores que an no has dominado. SPTIMA: LA SINCERIDAD Y LA CONFIANZA MUTUA: Cuando has decidido unirte en la vida comn a tus hermanos, debes alejar de ti, como un veneno destructor, toda simulacin, todo engao, toda desconfianza, todo recelo, toda mentira. Cuando te sientes culpable de un error, o equivocacin o descuido grande o pequeo, t debes ser quien lo manifieste primero, antes de que seas por ello reprendido. Y llegado este caso gurdate de negarlo, porque sera errar doblemente. Y si en la vida de relacin incurres en la bajeza y mezquindad de demostrar desconfianza en tus palabras o en tus acciones para con tus hermanos, convncete de que an ests muy lejos de merecer que tus hermanos depositen confianza en ti. OCTAVA: LA ABNEGACIN: Seas, Oh Kobda, el primero en buscar el sacrificio y el ltimo en buscar el galardn. Y nunca recuestes tu cabeza en el lecho sin haber hecho algo en beneficio de tus hermanos. Que te sea igualmente dulce y suave recibir servicios que prestarlos. NOVENA: DESPRENDIMIENTO DE HONRAS Y RIQUEZAS: Sabio sers si huyes estos dos grandes escollos de la vida espiritual. Al aceptar vida en comn has eliminado el ltimo, pero expuesto ests a caer en el primero, si eres dado a procurar lugares sobresalientes o deseas con inquietud realizar obras que atraigan la atencin de las, gentes. DCIMA: LA FRATERNIDAD: Si no te sientes hermano verdadero de tus hermanos, por completo desnudo de celos, de envidias y de aversiones, nunca podrs formar con ellos en el concierto magnfico y divino de la conjunta aura de amor necesaria para sentir dentro y fuera de ti la grandeza del Alma Madre. Estas son, Oh Kobda, las diez columnas que sostienen el santuario que vas levantando. LAS ARCADAS, LAS OJIVAS, LA CPULA DE ORO Construidas slidamente las columnas en este templo o castillo espiritual, surgen casi por s solas, las Arcadas, las Ojivas y la Cpula de Oro que lo glorifica y lo corona. ARCADASPRIMERA: Te estudiars en detenido examen cada da, cmo estudia el naturalista una flor, un insecto, una raz, una piedrecilla una gota de agua. Y ese estudio ser para averiguar y conocer-a fondo las enfermedades de tu espritu, sus debilidades, la causa de sus inquietudes, de sus abatimientos y sus cadas. Conocidas por el examen las enfermedades y sus causas, aplcate con perseverancia y tesn a curarte a ti mismo. SEGUNDA: La vida armnica en comn, es un ensayo en la tierra de lo que es la vida en los mundos de elevacin. Procura no dejar nunca tu lugar vaco en los actos que se realizan en comn, as sean ellos de orden espiritual, intelectual, social o recreativo, porque todos son eslabones de la cadena fludica que debe unir un alma con otra alma, si quieres, Oh Kobda, que no sean estriles tus esfuerzos por llegar a un alto desarrollo de tus facultades espirituales. No te dejes llevar de la falsa devocin o errado concepto de la vida interior, que a muchos hizo fracasar: la vida solitaria y apartada de todo contacto humano. Encerrado siempre en s mismo, el

14

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

espritu se torna duro y egosta porque slo se ocupa de s mismo y se asla del aura conjunta de armona, de paz y de amor en medio de la cual baja la Grandeza Divina a hablar a los hombres. La perfecta armona y unin espiritual del elemento masculino con el femenino, residentes en grado infinito en la Eterna Esencia del Alma Madre, debemos realizarla los Kobdas con tanta perfeccin como es posible en lo humano. Asunto este grandemente delicado cuando no se ha llegado a cierto grado de purificacin del ser. Por esta razn en la Casa de Num concurren siempre algunos sujetos de elevado desarrollo espiritual, y no menores de cuarenta aos, representantes del elemento complementario, femenino o masculino segn la Casa sea de hombres o de mujeres. Y estos sujetos deben concurrir siempre los mismos a todos los trabajos espirituales, ya sean realizados entre todos o simplemente entre los sensitivos y los instructores. TERCERA: Procura educar tus pensamientos, tus deseos y tu voluntad en forma que no discrepes jams con el armnico conjunto de tus hermanos. Para esto necesitas un vencimiento continuo, pues debes saber callar discretamente cuando surge una oposicin que pueda producir discordia, hasta que la luz de la verdad ilumine esas tinieblas. Vale ms un largo esperar en la sombra, que las llamas de fuego que emanan del choque de dos voluntades o pensamientos contrarios. Es como si dos obreros que levantan un mismo edificio suprimieran la plomada y el nivel. Lejos de ti, Oh Kobda, el mezquino deseo de hacer prevalecer tu opinin y tu voluntad. Desgraciadamente hay demasiado campo para el despotismo en la tierra, gurdate de traerlo tambin a la Casa de Num, donde debe reinar la paz, la armona y el amor en toda su amplitud. CUARTA: En la vida espiritual, el pesimismo es como la oruga venenosa que lentamente destruye los jardines en flor. Casi siempre nace de una soberbia oculta y sutil con apariencias de celo apostlico o deseo del bien general. Est atento, Oh Kobda, contra esa venenosa oruga, si ves que asoma por tu jardn. Si tienes conciencia de lo que es de verdad la vida interior, jams podr invadirte el pesimismo. La Ley Eterna no te obliga a hacer ms de lo que puedes para tu progreso y el de tus hermanos, cuando has conseguido el tuyo. Si cumples con tu deber qu ms deseas? Si has conseguido dominar a la perfeccin tus pasiones y en tu vida de relacin ests justamente encuadrado en la armona y la fraternidad qu ms puedes desear? Dnde podr arraigar el pesimismo si buscas slo a Dios, que es infinito? Acaso su infinita perfeccin y excelsa grandeza puede dejar vaco ningn rincn del alma ms anhelante? Si el pesimismo anida en ti es seal certsima, jams fallida, de que no buscas solamente a Dios en tu vida espiritual, sino que, miras personales, hbilmente disimuladas por la vanidad y el amor propio, se han mezclado como venenosas orugas para destruir tu plantacin. El pesimismo es el vaco del alma Puede estar vaca el alma que busca a Dios y que le tiene dentro de s? QUINTA: La Paciencia que es necesaria para obtener xito en los distintos aspectos del progreso humano, es an ms indispensable en la vida espiritual donde no se lucha con elementos tangibles y con fuerzas materiales, sino intangibles, invisibles e inmateriales. Eres un viajero eterno, Oh Kobda! y necesitas llenar abundantemente tu odre de aceite que te baste hasta el final del viaje; este aceite es la paciencia que suaviza todas las asperezas, y que hace girar regularmente los secretos rodajes y resortes de tu vida interior. Esta paciencia te es necesaria contigo mismo y mucho ms con los seres con quienes convives y con los acontecimientos que sin buscarlos te ocurren. No debes irritarte contra ti mismo, cuando te ves vencido por tus pasiones y debilidades o caes en descuidos o faltas que quieres evitar, sino humillarte ante Dios y continuar de nuevo tu camino. No debes irritarte contra los dems cuando en un orden o en otro no responden a lo que t esperas de ellos, y tranquilamente debes pensar que su evolucin es escasa todava, que son espritus jvenes y que si fueron puestos en tu camino ser para que los ayudes y no para que irritado, te apartes de ellos, con lo cual nada saldras ganando, ni para tu progreso ni para el suyo. SEXTA: En los caminos espirituales, colectivos o en comn, es peligroso el deseo febril de palpar el xito si este deseo produce inquietud y perturbacin de la paz y serenidad interior, porque esta perturbacin e inquietud nos aleja del xito en vez de acercarnos, y estorba grandes mente el desarrollo dlas facultades psquicas hasta la mayor perfeccin posible. Para llegar a las mayores alturas en el cultivo de las facultades ms elevadas del ser, es indispensable que el espritu llegue a una pasividad suave y serena en forma que est pronto siempre a todo esfuerzo y sacrificio para conseguir el xito, pero sin ansiedad y sin inquietud de ninguna especie, debiendo siempre hacerse el Kobda esta reflexin: "Cumplo con el deber que me impone la vida espiritual y la vida de relacin?" Si la respuesta de tu conciencia es afirmativa, nada debe inquietarte. Y si es negativa, eres t quien debe aplicar el remedio. SPTIMA: Si fueres destinado a obras materiales dentro o fuera de la Casa de Num, aplcate a ellas con amor y desinters, en forma que lo mismo encuentres la Grandeza del Alma Madre en labrar una madera, en15

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

tallar una piedra, en abrir un surco, en desbrozar un jardn, en condimentar los alimentos, y en prestar los ms humildes servicios; que en contemplar el giro armonioso de los astros, o la creacin de imgenes que plasmas en el lienzo o de imgenes impalpables que diseas en los cantos ms sublimes, o en las ms divinas armonas arrancadas a las cuerdas de instrumentos msicos. Porque la grandeza no est en las cosas sino en e] alma del que realiza las cosas. Las cosas son creacin nuestra que muere y se aniquila. El alma es emanacin del Eterno y eternamente perdura. Mira ms a tu alma que a las cosas. OCTAVA: La generosidad espiritual es lo ms elevado del desprendimiento. Lo que has obtenido o realizado t, debe ser para todos los que lo desean y se colocan en condiciones de comprenderlo y practicarlo. Es una faz sutil del egosmo el pretender derecho de propiedad por los trabajos realizados en medio del conjunto y para el conjunto, como tambin sobre los dones espirituales recibidos para enseanza de todos los que lleguen a beber en nuestras fuentes. Si eres sensitivo, Oh Kobda, y recibes de lo alto las divinas vibraciones del Amor Eterno y las plasmas en la palabra o en la escritura, o en el grabado, nada es tuyo solamente, y todo cuanto obtienes .y cuanto haces, sea en el orden que sea, es trabajo de todos y para todos. Las palabras tuyo y mo no existen en el vocabulario del Kobda consciente de que lo es. Si eres artista del pincel, tus obras son de todos y para todos. Si eres msico, tus melodas son de todos y para todos. Y si has adquirido grandes conocimientos en la ciencia divina o humana, grbalos en tus papiros y entrgalos al conjunto, porque tus hermanos son t mismo desde que has entrado en la conjunta aura de amor y de armona con ellos. Estas son Oh Kobda! las nueve arcadas que corresponden a las diez columnatas de tu edificio espiritual. LAS OJIVAS He aqu los ventanales por donde tu alma se asomar, Oh Kobda, para conocer las perfecciones infinitas del Alma Madre, para recibir los resplandores del Eterno Amor, para aspirar la esencia de la Sabidura Divina. Mas, ser intil que ensayes asomarte a ellas si no ests seguro de las bases y de las columnas de tu Castillo Interior; porque te asomars y slo encontrars la niebla salpicada de luces fatuas y de engaosas fantasas, emanacin de tus pasiones an demasiado vivas y de tus deseos demasiado inquietos y febriles. PRIMERA: El Altsimo deja en oscuridad a los soberbios y derrama su luz sobre los humildes. Reconcete dbil y cargado de miserias y de enfermedades; derrama tu alma en un heroico acto de amor para todos los seres que te rodean y cuando ni un eco de protesta se levante dentro de ti, dirige fija tu mente hacia el plano en que reside tu yo .superior, tu Ego, tu llama viva. Oye su voz de reproche y de queja por los fracasos que vida tras vida has cosechado. Y a travs de tu Ego recibirs el pensamiento conjunto de los Guas de la Evolucin humana que te harn sentir la grandeza de Dios y su Amor Eterno. Conocers que tu unin con Ellos ha sido real, si al salir de tu concentracin te sientes ms fuerte para dominar tu mundo pasional y afectivo, ms inundado de amor, de dulzura, de tolerancia y de bondad para tus hermanos y para aceptar pasivamente lo penoso e inevitable que se presente ante ti, ya en lo espiritual, como en lo material. SEGUNDA: Cuando hayas llegado a la plena quietud del que slo a Dios desea, del que slo a Dios busca y del que ve a Dios en todos los seres y en todas las cosas grandes o pequeas, perfectas o imperfectas, se abrir para ti la segunda ojiva que te dar a conocer tu camino eterno desde el principio al fin y llegars a verte en los comienzos de tu evolucin y al final de ella cuando seas un rayo de la Luz Increada, una vibracin de la Eterna Armona, una potencia de las ilimitadas" potencias de la Energa Divina. TERCERA: Esta ojiva ms iluminada y perceptible que las dos anteriores, es la comunicacin directa o por intermedio de buenos sujetos hipnticos con las almas de igual o mayor evolucin que la tuya, y sobre todo y ms que todo, con el Espritu de Luz, trasmisor de la Ley Eterna, Verbo de Dios y Mesas de su Voluntad Soberana. Si hasta aqu has llegado, Oh Kobda, y an no aniquilaste las pasiones dentro de ti, tiembla y pide a Dios piedad para esta jornada tuya, porque habrs demostrado ser piedra dura y fra, por donde ha resbalado sin penetrar el agua divina vertida a raudales sobre ti.

16

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

LA CPULA DE ORO Si en las Bases, en las Columnas y en las Ojivas te hallas plenamente seguro, entonces viene por s sola la Cpula de Oro que corona Tu Santuario Interior. Es la capacidad que habrs adquirido para irradiar de ti la Bondad, la Luz, la Paz y el Amor Divino en tal forma, que seas como un desbordamiento de agua clara en medio de tus hermanos. Entonces es cuando habrs extrado del fondo de todas las cosas lo ms hermoso que hay en ellas. Entonces es cuando descansars a la sombra de tu Santuario ya coronado; y terminada tu labor de siglos podrs exclamar al entrar en tu reposo: Alma Madre!... Todo fue consumado! breme el camino de la inmolacin en favor de tus hijos ms pequeos! Y el Alma Madre te sumergir en su gozo inefable durante un lapso de tiempo llamado el Reposo en la Luz, premio y galardn y descanso merecido por tu esfuerzo en adquirir tu perfeccin. Y de nuevo saldrs de entre sus brazos, vigorizado y confortado. Saldrs ungido para la inmolacin, como gua de humanidades primitivas. Entonces estars sobre lo humano; sers el Pensamiento de Dios; la Energa de Dios, el Verbo de Dios, la inefable Felicidad de Dios. La Felicidad encerrada en el Amor, slo la .sentirs en toda su plenitud, cuando hayas muerto al egosmo. Esta es, Oh Kobda, la Ley dictada por Num a los diez Fundadores hace mil trescientos aos. EL KOBDA NIO Abel haba escuchado la lectura de la Ley sin inmutarse, sin moverse, casi sin respiracin. Sus grandes y dulces ojos de color de hoja seca, tendidos hacia el lejano horizonte que se vea desde la terraza del Pabelln del Rey, parecan llenos de luz y de infinito como si la lectura de aquel breve tratado de elevada espiritualidad, le hubiese transformado de repente de nio, en hombre consciente de su grandeza y excelsa misin. Su espritu, desprendido de su materia hablaba por su propia boca y exclam: Es la misma! . . .siempre la misma ley que forj a los Hijos de Dios de Ciriah, de Alpha, de Vega, de Venus, de Capella... siempre la misma! ...Y de nuevo la encuentro ante m para llorar sobre ella, para morir sobre ella en esta Tierra que est todava lejos de practicarla !. . . Y as diciendo tom el legajo de manos de Bohindra, estamp sobre l un beso profundo, silencioso y cay en hipnosis sin decir palabra. Se hizo profundo silencio en torno suyo, y fueron llamados los Kobdas de mayor desarrollo espiritual, para que siguieran de cerca aquella alma viajera de los espacios infinitos, y sirvieran de proteccin a su materia abandonada. Haba tendido el vuelo a Ciriazul (la segunda estrella de la constelacin del Can Mayor) su mundo de origen, a beber amor y luz en las almas radiantes que fueron sus compaeros de evolucin, y baj despus a Venus, la refulgente amatista de la inmensidad, donde Odina, su alma esposa, estaba por entonces encarnada, enseando a la humanidad de aquel planeta la misma ley que en esta Tierra slo un puado de hombres conoca. Y el nio exttico, debido a la intensidad de amor de su espritu, extenda al aire sus brazos de carne y abrazaba el vaco mientras deca: Adis... adis.. amada ma, que tu amor sea mi luz y mi gloria hasta el final de mi jornada!... Y se despert con sus ojos inundados de lgrimas y el pecho lleno de sollozos que le estremecan y ahogaban... Y se despert entre los brazos de Evana que haba sido llamada, y entre las suaves melodas de la lira .de Bohindra que le ayudaba a bajar sin choques desde los mundos de amor y de luz, a las asperezas del ter y de la atmsfera terrestre. Ada se haba arrodillado inconscientemente y tena entre las suyas las heladas manecitas de Abel. Las dos mujeres le crean enfermo o accidentado. Slo los Kobdas haban comprendido la significacin grandiosa de aquel profundo letargo y de aquellos emocionantes adioses!17

Josefa Rosala Luque lvarez _________________________________________

Orgenes de la Civilizacin Admica

Ahora no soy ya ms un nio dijo apartando suavemente a su madre y a Ada ahora soy el hombre apstol, porque parece que de pronto ha pasado mucho tiempo y que ha llegado la hora para la cual he venido a la tierra. Evana se ech a llorar, abrazada a la joven Reina que tampoco poda contener sus lgrimas. Bohindra le mir con una mirada suave y profunda, llena de luz -espiritual en que quiso hacerle comprender, que los puros y elevados seres de sus alianzas eternas con los que haba compartido las dulzuras del Amor Divino haca un momento, no deban hacerle olvidar a los humildes seres de sus alianzas terrestres. Y el sutil y sensible espritu de Abel comprendi aquella mirada y corriendo hacia su madre que lloraba la abraz tiernamente dicindole: Madrecita perdn! ...soy pequeo, otra vez para ti... ser siempre nio para ti! Es que soaba, no lo quise decir as, no lo tengas en cuenta! Evana se consol cuando Bohindra le hizo comprender la significacin del letargo del nio y de las palabras que haba pronunciado antes y despus de despertar. Al da siguiente, entre la gloria del amanecer, entre el resplandor sonrosado de la aurora que abra paso al sol naciente, entre el gorjeo de los pjaros y el coro de los Kobdas cantando el Himno a la Divinidad, Abel recibi la tnica azulada de los Hijos de Num, juntamente con nueve postunances que haban cumplido las veinte lunas de pruebas. Los Kobdas ancianos bendecan a Dios, llorando tiernas lgrimas