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POR LA DEFENSA DE LA CULTURA ORGANO DE IA AGRUPACION DE INTELE(TUALEI,ARTIlTAt.,PERIODUTAl T EtCRITOREl(^“J Redactor responsable: AÑO I. N. 8 Redacción: ROBERTO IBAÑEZ — Lucas Obes 1186 AGOSTO - SETIEMBRE DE 1937 Plaza Libertad 1157 Valor de las Constituciones de un discurso del Dr. Antonio M. Grompone Fragmentos de la conferencia pronunciada el 17 de Julio de 1937 por Antonio M. Grompone en el Ateneo. V AMOS a hablar de las Constitu- ciones, pero hablaremos solo de aquellas que realmente merecen el nombre de tales; las que han sur- gido como expresión de toda una corriente arrebatadora de ideas que tienden inevitablemente a la ac- ción, y que encarnan los ideales que el hombre necesita realizar para que exista una concepción racional de la vida colectiva y de su dignificación. Porque al lado de éstas, la historia de la humanidad está llena de las formas Constitu- cionales que pretenden ocultar rea- lidades inconfesables, que quieren dar apariencia jurídica a arbitra- riedades que solo se sostienen por la fuerza, que surgen con toda la aparatosidad de grandes concep- ciones ideales y en realidad, son solo una ostentación que nunca lle- gan a realizarse en la vida prác- tica. La Antígona de Sófocles pone frente a los decretos de los morta- les ,las leyes inmortales que no son de hoy ni de ayer, sino de siempre, cuyo origen nadie conoce que nun- ca han principiado a ser y que de- ben ser cumplidas antes que nin- guna otra. Semejante a esta ley que invoca Antígona en todos los tiempos, los hombres han querido oponer a la voluntad cambiante del gobernador, a su poder arbitra- rio, a la imposición irracional de la fuerza, un criterio de justicia con una base sólida y permanente, que buscan con ansia. Que se lo halle en la razón o en la naturaleza hu- mana, en un principio eterno e in- conmovible, en la estructura lógica del espíritu, siempre será en algo que escape al capricho y a la pa- sión y que pueda invocarse por las concienciás rectas y por los espí- ritus libres, cuando los ahoga el hecho arbitrario y torturador. Sea cual sea la expresión verbal que se le de o la fuente donde se Ta encuentre, esta búsqueda constante está en el fondo del espíritu o si se quiere, en el fondo de la vida, pues toda la mentalidad moderna se nos muestra desenvolviéndose armónicamente en un mismo pro- ceso de trabajo tenaz por encontrar elementos constantes de relación en toda actividad que tiende a vin- cular a los hombres. Podrá el cono- cimiento tener otro origen, podrá ja acción individual tener otros mo- delos y tener en otras formas de manifestaciones íntima, una extra- ña exteriorización de belleza, de eficacia o de intensidad vital, pero cuando piensa una forma de acción social surge siempre con la fuerza de una necesidad que arranca de la misma naturaleza-de la coexis- tencia. Esa ley que Antígona ta c a - ba como justificativo de su acción, ha inspirado en los hombres de to- dos los tiempos el sentido profundo de la justicia, y si siempre el orden jurídico se presenta como fundado en bases racionales, es porque aun- que sea nacido en un impulso que viene de lo más íntimo o en una intuición inexpresable, solo cuando se lo reduce a términos racionales puede expresarse y trasmi*:rse a los otros hombres y adquiere valor co- mo conquista del hombre. Contra este orden de ideas en cierta parte de la humanidad pa- rece existir e lotro ideal que puede presentarse como la antítesis de la posición de Antígona. Debajo de la organización que pretende ser ju- rídica, oculta tras la apariencia de una legislación hay una concep- ción también eterna universal y permanente; es la acción también tenaz de los hombres que Quisieran hacer de la humanidad un instru- mento para su predominio o para la afirmación de sus vidas, que to- ,man la fuerza organizada para im- ponerse a falta de medios propios, para afirmar su personalidad de hombres, que orientan la potencia- lidad económica para su satisfac- ción personal, aunque de ellas sur- jan la esclavización y la miseria de sus semejantes, aunque conviertan todo un país en un vasto campo de explotación en beneficio de unos pocos. Mientras el alma de los pueblos, la aspiración que significa toda una desesperada lucha parq, dignificar al hombre, busca condensarse en fórmulas de justicia, en organizar la ssociedades como estructuras ju- rídicas para universalizcrr los prin- cipios que coordinan el esfuerzo humano y que dan al hombre un valor de igualdad frente a sus se- mejantes, esta otra parte de la hu- manidad se asienta en la fuerza y se organiza en su acción para le- vantar elementos que ponen en pe- ligro las conquistas alcanzadas o que hacen posible la destrucción de todas las conceptclones jurídi- cas. Así se imponen ias fuerzas efectivas que fueron el poder de la nobleza, el criterio feudal del señor, las cartas que pretenden tener la excepcionalidad de sus vidas por encima del valor común de los mor- tales, el poder absoluto de otros tiempos y en todas las épocas, en todos los climas; la organización militar que empieza por insinuarse modestamente como expresión de necesidades nacionales y que se mantiene a la espera de otra cosa pero va absorbiendo y pretendien- do adquirir valores propios para convertirse en fin de sí misma, en directora de acción para orientar la acción colectiva subordinándola a sus doctrinas; ese sentido disfraza- do de la fuerza que arrastra a los pueblos a la conquista de glorias aparatosas, de imperios que llenan de febril agitación a las clases sen- cillas y se asientan sobre el dolor y la sangre de los pueblos. La fuerza se organiza y domina; la fuerza esclaviza y cambia de as- pecto; nobleza, ejércitos regulares, super-hombre, razas excepcionales. Desde el brahmán que mantiene en la ignominia a las castas into- cables hasta aquella concepción del espíritu agrido y enfermo del conde de Gobineau, de las razas puras dominadoras, que toman ciertos partidos políticos actuales; desde la organización militar que absorbe energías y subordina los hombres a tus necesidades, a la . PAISAJE Oleo de Carlos Prevosti FIRMAN; grompone. yóncoli, zavala muniz, frugoni, jesualdo, arzarello. gisleno aguirre, cosáis, j. r. jiménez, vitureira, lepro, ortiz saralegui, ibáñez, torres garcía, coirolo. ILUSTRAN; prevosti, pose, savio, barradas, michelena, arzádum, bravo, audi vert. i. 4. t t

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POR LA DEFENSA DE LA CULTURA

O R G A N O DE IA AGRUPACION DE INTELE(TUALEI,ARTIlTAt.,PERIODUTAl T E t C R I T O R E l ( ^ “JRedactor responsable: A Ñ O I. N. 8 Redacción:ROBERTO IBAÑEZ — Lucas O bes 1186 AGOSTO - SETIEMBRE DE 1937 Plaza Libertad 1157

V a lo r d e la s C o n s t i tu c io n e sd e u n d is c u rs o d e l D r. A n to n io M . G ro m p o n e

Fragmentos de la conferencia pronunciada el 17 de Julio de 1937 por Antonio M. Grompone en el Ateneo.

VAMOS a hablar de las Constitu­ciones, pero hablaremos solo de

aquellas que realmente merecen el nombre de tales; las que han sur­gido como expresión de toda una corriente arrebatadora de ideas que tienden inevitablemente a la ac­ción, y que encarnan los ideales que el hombre necesita realizar para que exista una concepción racional de la vida colectiva y de su dignificación. Porque al lado de éstas, la historia de la humanidad está llena de las formas Constitu­cionales que pretenden ocultar rea­lidades inconfesables, que quieren dar apariencia jurídica a arbitra­riedades que solo se sostienen por la fuerza, que surgen con toda la aparatosidad de grandes concep­ciones ideales y en realidad, son solo una ostentación que nunca lle­gan a realizarse en la vida prác­tica.

La Antígona de Sófocles pone frente a los decretos de los morta­les ,las leyes inmortales que no son de hoy ni de ayer, sino de siempre, cuyo origen nadie conoce que nun­ca han principiado a ser y que de­ben ser cumplidas antes que nin­guna otra. Semejante a esta ley que invoca Antígona en todos los tiempos, los hombres han querido oponer a la voluntad cambiante del gobernador, a su poder arbitra­rio, a la imposición irracional de la fuerza, un criterio de justicia con una base sólida y permanente, que buscan con ansia. Que se lo halle en la razón o en la naturaleza hu­mana, en un principio eterno e in­conmovible, en la estructura lógica del espíritu, siempre será en algo que escape al capricho y a la pa­sión y que pueda invocarse por las concienciás rectas y por los espí­ritus libres, cuando los ahoga el hecho arbitrario y torturador. Sea cual sea la expresión verbal que se le de o la fuente donde se Ta encuentre, esta búsqueda constante

está en el fondo del espíritu o si se quiere, en el fondo de la vida, pues toda la mentalidad moderna se nos muestra desenvolviéndose armónicamente en un mismo pro­ceso de trabajo tenaz por encontrar elementos constantes de relación en toda actividad que tiende a vin­cular a los hombres. Podrá el cono­cimiento tener otro origen, podrá ja acción individual tener otros mo­delos y tener en otras formas de manifestaciones íntima, una extra­ña exteriorización de belleza, de eficacia o de intensidad vital, pero cuando piensa una forma de acción social surge siempre con la fuerza de una necesidad que arranca de la misma naturaleza-de la coexis­tencia. Esa ley que Antígona taca­ba como justificativo de su acción, ha inspirado en los hombres de to­dos los tiempos el sentido profundo de la justicia, y si siempre el orden jurídico se presenta como fundado en bases racionales, es porque aun­que sea nacido en un impulso que viene de lo más íntimo o en una

intuición inexpresable, solo cuando se lo reduce a términos racionales puede expresarse y trasmi*:rse a los otros hombres y adquiere valor co­mo conquista del hombre.

Contra este orden de ideas en cierta parte de la humanidad pa­rece existir e lotro ideal que puede presentarse como la antítesis de la posición de Antígona. Debajo de la organización que pretende ser ju­rídica, oculta tras la apariencia de una legislación hay una concep­ción también eterna universal y permanente; es la acción también tenaz de los hombres que Quisieran hacer de la humanidad un instru­mento para su predominio o para la afirmación de sus vidas, que to-

,man la fuerza organizada para im­ponerse a falta de medios propios, p ara afirmar su personalidad de hombres, que orientan la potencia­lidad económica para su satisfac­ción personal, aunque de ellas sur­jan la esclavización y la miseria de sus semejantes, aunque conviertan todo un país en un vasto campo de

explotación en beneficio de unos pocos.

Mientras el alma de los pueblos, la aspiración que significa toda una desesperada lucha parq, dignificar al hombre, busca condensarse en fórmulas de justicia, en organizar la ssociedades como estructuras ju­rídicas para universalizcrr los prin­cipios que coordinan el esfuerzo humano y que dan al hombre un valor de igualdad frente a sus se­mejantes, esta otra parte de la hu­manidad se asienta en la fuerza y se organiza en su acción para le­vantar elementos que ponen en pe­ligro las conquistas alcanzadas o que hacen posible la destrucción de todas las conceptclones jurídi­cas. Así se imponen ias fuerzas efectivas que fueron el poder de la nobleza, el criterio feudal del señor, las cartas que pretenden tener la excepcionalidad de sus vidas por encima del valor común de los mor­tales, el poder absoluto de otros tiempos y en todas las épocas, en todos los climas; la organización militar que empieza por insinuarse modestamente como expresión de necesidades nacionales y que se mantiene a la espera de otra cosa pero va absorbiendo y pretendien­do adquirir valores propios para convertirse en fin de sí misma, en directora de acción para orientar la acción colectiva subordinándola a sus doctrinas; ese sentido disfraza­do de la fuerza que arrastra a los pueblos a la conquista de glorias aparatosas, de imperios que llenan de febril agitación a las clases sen­cillas y se asientan sobre el dolor y la sangre de los pueblos.

La fuerza se organiza y domina; la fuerza esclaviza y cambia de as­pecto; nobleza, ejércitos regulares, super-hombre, razas excepcionales. Desde el brahmán que mantiene en la ignominia a las castas into­cables hasta aquella concepción del espíritu agrido y enfermo del conde de Gobineau, de las razas puras dominadoras, que toman ciertos partidos políticos actuales; desde la organización militar que absorbe energías y subordina los hombres a tus necesidades, a la .P A I S A J E Oleo de Carlos Prevosti

FIRM A N ; g ro m p o n e . y ó n c o li, z a v a la m un iz , f ru g o n i, je s u a ld o , a r z a r e l l o. g is le n o a g u ir r e , c o sá is , j. r . jim é n e z , v i tu r e i r a , le p ro , o r tiz s a r a l e g ui, ib á ñ e z , to r r e s g a r c ía , c o iro lo .

ILUSTRAN; p re v o s ti , p o se , s a v io , b a r r a d a s , m ic h e le n a , a rz á d u m , b r a v o , a u d i v e r t .

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D e H. Y ó n co li

H a y q u e d e v o l v e r a l t r a b a j o s u v i e j a p o e s í aP ara la revista de la AIAPE.

ACRE recuerdo, el de aquellos tiempos en que h ab ía que ganarse el cotidiano sus­

tento trabajando de sol a sol o afrontando jom adas que no b a jab a n de las diez horas y m edia en pleno invierno!. . . Pero no del todo d e sa g ra d a b le . . . Puede que la juventud h a y a contribuido en mucho a que no se sintiese en toda su intensidad el rigor de sem ejantes re­gím enes de trabajo. Pero lo principal, lo que se perdió de m odo quizás m ás irremisible que la juventud — que a l fin y a l cabo no es cuestión de edad sino de espíritu — era la satisfacción del obrero, del artesano, a l ver su propia obra. Era lo que alguien llam ó con toda propiedad "la poesía del trabajo".

Dura, la f a e n a ! . . . Se ponía entre el ope­rario la m ateria prim a, la m ateria bruta, y él tenía que tranform arla en el producto, en el artefacto, en el m ueble, con el objeto de cuya m anufactura se le encargaba . Un carpintero, por ejemplo, recibía un tablón, a veces un a viga, d e lo cual tenía que saca r un m ueble, o un artesonado, o u n a lujosa ca ja de coche. Pacientem ente, cortaba la m adera, sudando la gota gorda en el m anejo de g randes sierras y serruchos; luego la enderezaba a garlopa, la escuadraba, la m arcaba m eticulosam ente, la esp igaba, la escopleaba, la trab a jab a en vueltas y m olduras que él mismo tenía que hacer, la p reparaba, en fin, como p a ra que n ad a faltase que hacerle en el momento de a justa r las diferentes piezas y arm ar el m ue­ble, el coche o lo que fu e re .. . Todo a mano, cuando no a pulmón, porque en aquel en ­tonces escaseab an los talleres cen m áquinas, h as ta ver, por fin, realizada la obra, la propia o b ra ! . . Era un a satisfacción com pletam ente desconocida por los obreros de hoy, conde­nados a la especialización de funciones, a la "standardización" y dem ás torturas del indus­trialismo contem poráneo.

Es m uy fácil decir que hoy se h a hum ani­zado el trabajo. Si h ay jom adas de ocho a seis horas y seguros contra accidentes y con­tratos y h as ta consejos de fábricas y regí­m enes de participación en las u tilidades. . . Pero lo cierto es que el cansancio y el em ­brutecimiento del obrero actual no los expe­rim entaba el de antes. Está tom ando incre­mento entre los trabajadores de nuestras ciu-

Y a en p re n sa e s ta p ág in a de n u e s tro com p añ eroH . Y óncoli — socio fu n d a d o r d e A IA P E — le so rp re n d e la m u e r te , ta n to com o a n o so tro s, sus c a m a ra d a s . Q ue e s ta su m ag n íf ic a a sp irac ió n “ d e d ev o lv e r a l t r a b a jo su v ie ja p o esía“ , sea, en ta l tra n c e , e l m ás co rd ia l re c u e rd o p a ra u n irn o s a su s d eseos, y s irv a com o av iv ad o r d e in q u ie tu d e s y e jem p lo . Y óncoli e r a un e s p ír itu q u e e s ta b a e n tr e los q u e d e f ie n d e n la c u ltu ra , y eso sólo b a s ta p a ra h a b e rse Labrado el lu g a r q u e le c o r re s ­ponde, — d ig n a m e n te — e n tr e su s am ig o s que son e l p ro p io pueb lo . — NT. d e la R.

dad es el cáncer de la deformación m ental profesional, tan extendido en los g randes cen­tros fabriles, especialm ente en Europa, donde, se a dicho de paso, constituye el principal ele­mento p ara que surjan y prosperen los pes­cadores de río revuelto, en política lo mismo que en otros negocios m ás o m enos produc­tivos. ¿Q ué se hizo de aquellos trabajadores de otras épocas, que ni siquiera disponían de m al "prim us" p a ra calentarse el m ate o el café de m adrugada, teniendo que arreglarse- la s a carbón o leña, y luego que recorrerse a pié d istancias respetables entre la ca sa y el taller, no obstante lo cual les sobraba el tiem­po p a ra todo, p a ra leer, p a ra pasear, p a ra ir a l baile, después de traba jar doce horas? No m aldigam os el p rogreso . . . Pero lo cierto es que hoy, a la sa lida de talleres y fábricas donde no se labora m ás de ocho horas, no h ay espíritu m ás que p a ra ir a tum barse o m eterse en algún bar o conversar de carreras o football. Y se explica; el obrero, obligado a realizar continuam ente la m 'sm a función, va siendo víctima de la atrofia de toda facultad m ental no expresam ente ded icada a su tra­bajo, por lo cual llega el momento en que p ierde la libre disponibilidad de sus energías naturales, convirtiéndose de hom bre en m á­quina, semi-inconsciente, embrutecido, cu a n ­do no envilecido.

El asunto es grave, entre nosotros. La defor­m ación profesional — o m ás precisam ente, funcional — es probablem ente la c a u sa prin­cipal de ciertos fenóm enos políticos y socialesque parecen inexplicables en el siglo que vi­

vimos. Un solo caso: el de Hitler. C ualquiera que h a y a leído el afam ado libro Mi lucha y todo cuanto se h a y a difundido en escritosy discursos del ac tua l am o de A lem ania, y exam inado an tecedentes y dem ás hechos de su portentosa ascensión el poder, se pregunta cómo diablos pudo el pueblo alem án , otrora tan inteligente y tan fuertem ente dotado de espíritu práctico, creer en sem ejante dem a­gogo, sin prever lo que todos preveíam os y que y a em pieza a verse; u n a A lem ania que después de cum plir la jo m ad a liberadora de Lausana, rodeada de am igos dispuestos a continuar con e lla la obra d e e lim 'nar todo vestigio de la p a s a d a guerra, acom pañada por la sim patía m undial, se encuentra prácti­cam ente b loqueada por la desconfianza de sus vecinos, y la an tipatía, cuando no el odio, de otros pueblos, sin m erecerlo m ás que por la peligrosa orientación de su gobierno.

Un Hitler, d ígase lo que se quiera, no puede convenirle a n*ngún país. La desconfianza y el odio por fuerza, y la m iseria por dentro, por m ás que se pretenda ta p a rla s con aren­gas, sólo pueden convenir a unos pocos. No las puede am bicionar ningún pueblo, ningu­n a c lase dirigente. No sirven ni siquiera para asegu rar el dinero de los que poseen algo. No m ueven industrias, com o no se a la d e arm a­mentos, ni d an ocupación, com o no se a a los que se resignan a ser esp ías o esbirros. Y siendo, como son, un producto específico de la falta de determ inación en la voluntad de los pueblos, resultante de la deform ación pro­fesional o funcional, el evitar que sobrevenga esta, debe preocupar a todos, pobres y ricos,gobernantes y gobernados.

*

H ay que devolver a l trabajo su vieja poesía. No sienta m al lo bueno de an taño entre lo bueno de hogaño. Y con la s m áqui­nas, hoy, la em presa resultaría m ás fácil que nunca. Sólo se tra taría de concederle al obrero la g rac ia d e dejarlo com enzar y con­cluir su propia obra. H asta se conseguiría que es ta se hiciera con m ás prontitud y esm ero — despertado en quien la h ace el sentido de la responsabilidad o el am or propio profesional. Todo el m undo ganaría .

H. Yóncoli.

concepción de la v ida nacional co­mo afirmación de predominio hay una sola y única línea, nna con­ciencia p ara le la que em borracha a los pueblos con frases apara to sas y les exhibe la exaltación del héroe p a ra ocultar sus propias llagas o darle un consuelo en medio de su esclavitud y de su m iseria . . .

Y junto a ellos, los que atesoran riquezas, los que sólo conciben la acción como medio de obtener esa otra fuerza que es el poder econó­mico. Enzalzan el poderío de los pueblos por las riquezas que repre­sentan y organizan los pueblos so­lam ente p a ra producirlas, no p ara gozarlas sino p ara que surjan, a u n ­que sean tam bién ellos instrumen­to de esclavización y de miseria individual. O tra vez la lucha y la oposición entre el sentido hum ano del valor económico, y el sentido d e la producción comb fin en sí misma, otra vez la creación de instrumentos necesarios p a ra la vi­d a que se convierten en fin que exi­ge la subordinación de los hom­bres. Ahí están las situaciones de todos los países y de todas las co­lonias de la hora, que siénten la influencia de esa concepción de­form adora del valor hum ano. Las grandes industrias, las g randes ex­plotaciones naturales, la exporta­

ción como índice del progreso de un pueblo y tam bién sólo un nú­mero de hom bres tienden a m ante­ner organizaciones que crean la m iseria y el dolor. La tristeza de todas esas apologías interesadas^ que exhiben las creaciones a p a ra ­tosas de los g randes establecim ien­tos industriales, d e las g randes ex­plotaciones, que h a aniquilado la posibilidad de v ida individual in­dependiente que h a convertido al país todo en un a factoría.

Y la m asa equivocada o indife­rente h a perdido la noción de una organización hum ana por anestesia de su propia sensibilidad, porqu . se desvió su sentido de observacíón poB la p ropaganda desnaturalizada que le h a hecho una organización que exhibe toda esa decadencia hum ana, como síntoma de un pro greso nacional.

Sugestivo poder de los núm eros que hace ver a los hom bres que un aum ento de exportación con mise­ria interior puede ser índole d e su propia exaltación y que una em ­presa industrial que aum enta su poderío aniquilando competidores, absorbiendo toda la vitalidad de un pueblo, puede darle a éste un poco m ás de seguridad en su pro­pio esfuerzo.

Ahí es tá el panoram a de la ac ­

ción h u m an a y el sentido profundo en e sa síntesis de un hecho que es eterno, y que rep resen ta la s dos posiciones d e la hum anidad frente a l derecho, que nos puede perm i­tir afirm ar que h ay dos tipos de hombres, que h ay sí dos clases hu ­m anas, dos organizaciones; la de aquellos que quieren llegar a ob­tener a toda costa la posibilidad de que la d ign idad y el b ienestar hum ano sean com patibles con la existencia de un a organización so­cial y la de aquellos que quieren hacer de la organización social desem bozada o francam ente un modo de explotación y servidum­bre del individuo.

Por eso toda la historia de las constituciones es tá penetrada de e sa lucha interm inable y por eso decía que fundam entalm ente d eb e­ría referirme a las constituciones que se cum plen.

Porque en la historia de América, sobre todo, aparecen con dem a­siada frecuencia esas constitucio­nes d ictadas al solo efecto de pre­sentar el aspecto de una organiza­ción que disim ulan toda la prepo­tencia bárbara , que anestesian la fuerza de los im pulsos populares, que crean con la aparienc ia jurí­dica.

Las constituciones surgen como

un a necesidad social, p a ra impo nerse a los que detentan el poder y lo utilizan en forma que no se respetan los principios esenciales de la individualidad hum ana; y se m antienen porque la conciencia so cial les d a el vigor de su asenti­miento, las constituciones se hacen eficaces im poniéndolas por haber creado el espíritu d e adhesión, el fervor por lo jurídico. En medio de la indiferencia general puede dis­cutirse u n a m inucia d e interpreta ción, pero cuando se m antiene vivo el sentido del derecho y la afirma­ción de lo hum ano, afecta honda­m ente la v id a social todo atentado contra los principios esenciales de g aran tía o de libertad; los pueblos que h an perdido e s a sensibilidad especialísim a están enfermos de voluntad, h a n sido deform ados por el temor d e la reacción del poder arbitrario, h a n creado el instru­mento d e su propio servilismo.

H an surgido así la s constitucio­nes como un a defensa contra los derechos que se im ponen al rey o a los gobernantes, en la lucha de la s fuerzas o en las reivindicacio­nes d e la s c lases sociales que no quieren ser reprim idas; se han im­puesto com o concepción del hombre social ac tuando en un medio de h-

l l ’usa u la p¡ix. 15'-

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N otas E dito ria les e Inform ativasJUANA DE IBARBOUROU NO RENIEGA DE LA DEMOCRACIA

Hemos leído en un órgano perio­dístico local, un a extensa carta de la señora Juana de IbaTbourou. en la cual la conocida poetisa ac lara su posición frente a los problem as m orales y políticos de la hora.

Manifiesta, entre otras cosas, que sólo un m om entáneo deber de cor­tesía la indujo a desem peñar la co­rresponsalía de la revista francesa "La Phalange". an tes de que la m ism a se em banderase en el fas­cismo. Rectifica categóricam ente su participación en un a colecta en pro de los facciosos españoles.

Concluye declarando su adhesión cordial p la dem ocracia y su re­pudio a toda dictadura.

GUILLERMO CABANELLAS Y EL PUEBLO URUGUAYO

Desde hace muy pocos d ías se encuentra en Montevideo, el abo­gado Guillermo C abanellas, hijo del general del mismo nombre, jefe d e las tropas rebeldes de Zaragoza, Y en un diario fascista de es ta ca­pital, el doctor C abanellas dijo que "la victoria correspondería a los militares españoles". P ara que el pueblo uruguayo p u ed a juzgar so­bre la sinceridad de la posición que adop ta ahora el doctor C abanellas, podem os afirm ar que el hijo del ge­neral has ta el d ía 15 de julio de 1936, es decir, has ta tres días antes de esta llada la insurrección mili­tar, form aba parte del Sindicato de A bogados de la U.G.T., m ilitaba en el Partido Socialista y e ra secre­tario del Jurado Mixto de Teléfonos, y es autor de varios libros izquier­distas, entre ellos uno en que se definió has ta contra su propio p a ­dre titulado "Militares y militara­das". Por si esto no bastara, Gui­llermo C abanellas, después del mo­vimiento del 6 de Octubre, actuó

CENSURA NAZI

intensam ente en favor de los ele­mentos m ás señalados de la revo­lución astu riana asum iendo el p a ­pel de defensor de muchos presos políticos y, si en las elecciones de febrero no consiguió el ac ta de di­putado por la Provincia de Ciudad Real, fué porque el pueblo se dió cuenta de que toda su actuación, presuntuosam ente izquierdista, no tenía m ás que un fin dem agógico, porque ejercía la misión de defen­sor de los presos políticos, precisa­mente, en momentos que su padre, el general C abanellas, e ra jefe de Ja G uard ia Civil.

O tra es la situación de su her­mano, el médico Emilio C abane­llas, que se encuentra en Madrid ejerciendo su profesión y que, a pe­sa r de no haberse decidido franca­m ente ni por la izquierda ni por la derecha, m erece toda la considera­ción actual del pueblo madrileño.

¿El pueblo uruguayo necesitará m ás antecedentes?

M U S E O S

Poca cosa son nuestros m useos de arte. Ninguno es tá m ed iana­mente organizado. En cam bio te­nem os dos o tres. Sería preferible reunir las cosas d ispersas por el Parque, el Prado, Facultad de Ar­quitectura, etc., y hacer un Museo solo, pero digno de la cultura a r­tística que vam os adquiriendo. Y todavía se ahorrará dinero, por concepto de sueldos y m anteni­miento de edificios, p a ra hacer nuevas adquisiciones.

H ay un Museo Municipal. ¿Lo hay? Hace dos años hubo allí un principio de incendio. No interesó propiam ente a los salones de expo­sición,. sino a las oficinas. Pero con ese pretexto, no se ha vuelto a habilitar p ara el público desde

P° lnílu®ncia de los círculos oficiales nazis en Montevideo, se h asuspendido la exhibición de la magnífica película pacifista "De

regreso , realizada sobre la novela homónima de Remarque.P , 6 decirse Que la película ofenda, en la mínima cosa, los

sentimientos alem anes y a que sólo la inspira, como a la novela, el proposito de mostrar las miserias, los quebrantos, las confusiones que siguen siempre — en A lem ania como en todas partes — a estas vastas catástrofes colectivas. La áspera am argura que rezuma la obra ori­ginal, h a sido mitigada; su negro pesimismo, contenido; suavizada, su recóndita desesperanza. Unicamente aparece, puesto en luz de primer plano, el horror de aquel cataclismo universal que destruyó veinte mi­llones de vidas y dejó la huella de su estrago en todos los pueblos.

Es por esto sólo por esto — que el nazismo no tolera "De re­greso en el film, como no lo toleró en el libro cuando le condenó a ser quem ado en uno de tantos autos de fe. Porque este film dice, como lo dijeron Sin novedad en el frente" y "Cuarto de infantería", como lo dúo aquella literatura desnuda y veraz, literatura hecha por los que fueron a la guerra, no por los que m edraron con ella a sus espaldas, que la guerra es atroz y estúpida; que deforma irreparablem ente los espíritus; que destruye, aniquila o envilece todo cuanto toca. Por esto ~ Sü‘° P°r ®s*° 7 nazismo es, aquí .como en Alem ania enemigo de "De regreso", película pacifista.

La censura nazi h a obtenido que sean suspendidas las exhibi­ciones de De regreso . Acaso en breve obtenga la obligatoria exhi­bición de "El joven hitlerista Quex", de "Corazones alem anes" y de otros films de cuno nazi en donde se enseña que los hombres han n a­cido para asesinarse mutuamente y que un sargento es mucho m ás útil que un profesor.

En nuestro número anterior com entábam os algunos síntomas de influencia fascista en nuestro cine; el hecho que ahora comentamos no hace sino ratificar lo que ayer decíamos.

JoséPedroBellánp o rJ u s t in oZ a v a law • (D ib u jo de Z avala

M uniz poi* S everino Po««* )

A un año m ás de aquel de su muerte, continúa la figura de José Pedro . Bellán poniendo un recuerdo em ocionado en aquellos que cono-

cieron y gozaron de la bondad extraordinaria de su espíritu.Pero continúa, también, sin una justa valorización su obra dentro

de la literatura nuestra.Escritor de recio tem peram ento, movido por una profunda ternura

hum ana, Bellán usó de la novela, el cuento y el dram a, como formas literarias p a ra la expresión de su pensam iento.

Pero él era. de un modo innato, un dram aturgo.Así se hizo presente desde su prim era obra. "¡Dios te Salve!", de

tan justo y resonante suceso en los públicos rioplatenses.La Ronda del Hijo y El Centinela Muerto", son e tapas de su­

peración del artista desprendiéndose del limitado realism o literario con que fué concebida y realizada su prim era obra. Y son, con aquélla, dolorosos im ágenes de las pequeñas v idas de la clase m edia nuestra, que Bellán sintió profundam ente. Dram as sin grandes gastos ni he­chos, de un oscuro y tenaz heroísmo que la p iedad del autor eleva h as ta los m ás altos p lanos de nuestra emoción.

Aún está sin estrenarse la última de sus obras. "Interferencias", en la que el escritor h ab ía libertado definitivamente a su espíritu y su forma literaria.

Los que conocían la fecundidad de su pensam iento, vieron en "Interferencias" la iniciación de la e tapa m ás fecunda de Bellán como escritor.

Pero la muerte sorprendiéndolo en p lena juventud, quebró dolo- rosam ente esa esperanza, abatiendo a un magnífico hom bre de res­plandeciente nobleza sobre su rostro viril.

aquella fecha. Un Museo que per­m anece dos años clausurado sin causa seria.

¿Falta de dinero para hacer las reparaciones? Tenemos entendido que el Museo h a adquirido cuadros en estos últimos tiempos, y que por uno de Aliseris h a pagado una su­m a que no recibe Picasso por sus buenas telas.

Con estos terribles siniestros, com prendemos que continúe clau­surado.

LAS "EMBAJADAS OFICIALES"El actual Ministro de Instrucción

Pública señor Haedo prosigue su acción de presidir em bajadas cul­turales dirigidas a distintos puntos de América. Un d ía fué el viaje a Lima, otro a Santiago, m ás tarde a Buenos Aires, luego a Río, etc. Una última "em bajada" presidida por su colega del Interior doctor Bado llevó la cultura y el arte uruguayos a Río G rande del Sur.

Frente a este espectáculo de las em bajadas culturales, integradas por los escasísim os artistas que puede conseguir el gobierno y por sus caudillos "ilustrados" (el pri­mero a e ellos es el señor Haedo) tenemos;

Las escuelas desam paradas, con niños hambrientos, m ateriales defi­

cientes, etc. (Prueba, las cam pañas radiotelefónicas en favor d e las es­cuelas del interior, que puede de­cirse sin exagerar mucho, están vi­viendo de la caridad rad ia l);

Las bibliotecas públicas em po­brecidas, que no pueden adquirir los últimos libros; las artes plásti­cas esperando la protección oficial. Los pintores y escultores carecen de todo m ercado p a ra la coloca­ción de sus obras. El Banco de la República contrata obras a pin­tores extranjeros, sin calidad pero con m uñeca política, en tanto los artistas becados regresan de Euro­p a y viven la tragedia de los b ra­zos cruzados ,-

El analfabetism o m antiene su porcentaje monstruoso;

Los hospitales y asilos carecen de lo m ás indispensable p a ra a ten ­der la salud pública.

Larga sería la lista si nos propu­siéram os anum erar toda la realidad de dentro de casa , enfrentándola al despilfarro de estas "em bajadas culturales" que se irradian hac ia el exterior del país.

¡Triste y desconsolador espectá­culo, el de los escasos artistas que sirven de com parsas a los Ministros del régim en en estas m isiones qu e no significan otra cosa que un re la ­jamiento moral e intelectual com­pensado tan escasam ente con al gunos almuerzos de prim era clasel

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D e l H o m e n a j e a l D o c t o r E m i l i o F r u g o n i

P a la b r a s d e J e s u a ld o" . . . I>r. F ru g o n i:R e p e tir q u é concep to u s te d m erece

a l in te le c tu a lísm o a m erican o — m ás q u e d e te rm in a d a m e n te a l u ru g u ay o — r n e s te ac to , q u e p o r sí so lo es to d a p a la b ra d ic h a ; r a n ta r la a la b a n z a que nos m erece su in te g r id a d m o ra l, su

'lím p id a v ida, s in fa tig a d e lim p ieza ; su lea lís in ia creación , sin r e to rc e d u ra s ni a rab esco s su p e rfin o s , sino ceñ ida y h u m ild e , n a tu r a l com o ag u a so leada d e sg ra n a d a e n tre p ie d ra s ; d e c ir del a fec to q u e u n a v ida com o la su y a ha c read o e n tr e la ju v e n tu d q u e le lia se ­gu ido , d isc u tid o , p e ro sie m p re q u e r i ­do , d esde los banco s de la escuela , a s í com o d e la tra sc e n d e n c ia q u e su e je m ­plo a d q u ie re e n tr e noso tro s, el p u e ­blo, ra íz m ism a d e la fe c rec ien te en u n a soc iedad q u e se rá ju s t ís im a a l ­g ú n d ía cu an d o los m o n s tru o s ya no nos a te m o ríc e n , h a c e r to d o eso es n u e s­t r a p rop ia p re sen c ia , en e s te ac to . Sin em b arg o , e llo lio e s ta r ía to d a n u e s tra ad h es ió n , n i ta lv ez la q u e u ste d e sp e ­ra r ía d e n u e s tra ag ru p a c ió n , p a ra t e ­n e r su m ism a d ig n id ad . No e s ta r ía com pleta n i se ría ju s t if ic a d a n u e s tra in c lu sió n en e s te h o m e n a je , si a q u í m ism o, f re n te a u s te d , no r a t i f ic á r a ­m os n u e s tro vo to d e lu c h a p ro g res iv a , s in ti tu b e o s n i descan so s , re c ta y a lta , in so b o rn ab le , ta l com o h a sido desde el d ía q u e nos ap iñ am o s en u n a sola idea y e sp e ra n z a . P o r eso boy, lo d e ­c im o s b ien a l to : n u e s tra ag ru p ac ió nes a n tifa sc is ta , su posic ión es d e a le r ­ta , v ig ilan c ia y d en u n c ia . Sus m edios, la p ro p ia cap ac id a d re a liz a d o ra d e c a ­da u n o d esd e un f re n te com ún. Sus id ea le s , la d e fen sa d e la c u l tu r a vas ta y so lid a ria , la re a f irm a c ió n d e lo s v a ­lo re s q u e im p o n en p o r so b re su eg o ís­m o p e rso n a l, u n a la lx tr d e e n tre g a a e s te m o m en to h is tó rico , q u izás único , q u e v ive el m undo . Su esp e ra n za , el t r iu n fo del p u eb lo v e rd a d e ro , el que usted am a y s ie n te , y p o r el cual lu ­cha , p o r el cual luch am o s y e n tre g a ­rem o s to d a s n u e s tra s posib ilid ad es so ­b re la t ie r ra . — Y si e s to q u e decim os n o fu e ra ya u n v e rd a d e ro código, r ig u ­ro so y a itiv o , q u e nos lo liem os im -

Escultura de A lberto Savio

Un poem a inédito. Especial p a ra AIAPE.

LA CAZA MARAVILLOSACon un temblor de alm a y un sagrado temor me reconcentro. Acabo de dejar en los um brales las sandalias.

El polvo del camino hoy no llegó conmigo a mi aposento. Arrojé en un rincón mis vestiduras de todo andar y mi prosaico arreo. Sacudo de mi frente envejecida la corona de abrojos cotidiana de mis adustos y agrios pensam ientos.

¡Callad, preocupaciones de la vida, voces im perativas del momento, inguietudes del mundo, en esta hora que nos hiere y se va, guardad silencio! Necesito envolverme en una ráfaga de ese mundo irreal que llevo dentro

y que suele raptarm e de la v ida en la nube de oro del ensueño.

Con un temblor de alm a, con sagrado temor, con paso incierto, me aproxim o a mi m esa de trabajo, sobre ella me doblego:Voy a clavar como un a m ariposa sobre el papel que rasgo con mi acero la m ism a Eternidad! . .

Voces del mundo,lodo y fugacidad, ¡guardad silencio!No h ag á is que la im palpable m ariposa huya esp an tad a sin que tenga tiempo de ap re sa rla en la a lb u ra de mi frente con el clavo vibrátil de mi verso.

EMILIO FRUGONI.

p u es to , le d ir ía m o s a ú n , la s a d m ira ­bles p a la b ra s d e R o m ain R o lla n d , q u e b ien so n a rá n en su h o n o r, “ q u e h o n ­ram o s la v e rd ad , sin f ro n te ra s , sin lí- m ites , sin p re ju ic io s de ra z a s n i de ra s- la s . R e v ie rto no nos d es in te re sam o s de la h u m an id ad ! l*ara e lla t r a b a ja ­m os, pero p a ra la l i l MAN IRA 1) E N ­T E R A . No conocem os pueb los. C ono­cem os el P u eb lo , ú n ico , u n iv e rsa l, el P u eb lo q u e su fre , q u e lu ch a , que cae. y que se le v a n ta s ie m p re y q u e s ie m ­p re avan za p o r el ru d o cam ino e m p a ­pado en su sa n g re , el P ueb lo de tod o s los h o m b res q u e son p o r ig u a l n u es­tro s h e rm an o s. Y es a f in de q u e ellos tom en , com o n o so tro s , conciencia de e s ta f ra te rn id a d q u e e levam os p o r e n ­cim a d e su s lu ch as c ieg as e l A rco d e A lianza , e l e sp ír itu lib re , u n o y m ú l­tip le , e te rn o ...” S i, en v e rd ad , lo e le ­vam os hoy e sc rito re s , a r t is ta s , am igos, en h o m e n a je a u s te d , v ie jo y q u e r id o M aestro d e ju v e n tu d e s” .

Una c a r ta del Dr. FrugoniM ontevideo, se tie m b re ¡» de 1937. — Cdo. P re s id e n te de la A .I.A .P .E .,

D r. A n ton io M. ü ro m p o u e . l ie m i m ás a l ta co n s id e rac ió n ;

No debo s ile n c ia r la em oción q u e m e ha p ro d u c id o la g e n e ro sa so lid a ­r id a d con que m e h a h o n rad o la A g ru p ac ió n de su d ig n a p re s id e n c ia , a n te la ag resió n de q u e fui o b je to en la C á m a ra .

V aloro en to d o su a lto s ig n if icad o la a d h e s ió n de la A .I .A .P .E . q u e r e ­p re se n ta el e sp ír itu en sus m ás p u ra s m a n ife s ta c io n e s y m a rc a ru m b o s a la conciencia púb lica en el cam po de la in te le c tu a lid a d n ac io n a l.

A esa adh esió n debo ta n to p o r su s ig n if icac ió n in tr ín s e c a , com o por las be llas p a la b ra s de su in té rp re te en el ac to del A teneo , el p o e ta J e s u a ld o — u n a de las m ás h o n d as sa tis facc io n es m o ra le s de m i v id a , q u e o b lig a m i m ás conm ovido reconocim ien to .

R eciba usted con la c o n s tan c ia de é s to , m is c o rd ia le s sa lu d o s . S. S. S.

E m ilio F R U fíO N l.

Del Homenaje a M arg arita Xirgú

Ma r g a r it a x ir g u :¿Hemos de preguntarte, de dón­

de vienes que as í nos sometes en la alegría de tu fuego; y nos des­piertas en el aire mismo de nues­tra sangre?

De la E spaña sag rad a vienes; Y, no hay. m ás que una España, ésta que tú traes, és ta que tú eres. Todo lo otro, polilla de siglos, hormigue­ro de la muerte, encastada muerte sobre la que tú bailas victoriosa.

Q ué poco, qué n ad a si fueras sólo artista, diestra en la m agia del gesto; y m ientras extraes de la p a ­labra, la fuerza oculta, tu corazón estuviere ausente de lo que haces, traicionara lo que prodigas; los que te rodeamos, no nos honraría­mos honrándote. En tu arte te d e ­jaríam os como a los vendedores en la feria.

Venir a pregonar la España de Lorca y dar el corazón a los que queriéndola m atar, lo sacrificaron. A él, a Federico, porque ella estaba en él de ca ra al mundo. Tal im­pudicia debe quedar sola consigo misma, sola con su am bigua ca ­laña por testigo.

Insobornables somos, estos que ves y te m iran inclinados; y tocan en tí, M argarita Xirgú, la España indivisible, que allí está, está con todos los caminos de su sangre.

Una cara, una sola, como tu Yer­ma. Arte y vida son p ara t! ram as del mismo árbol, y compromisos de honra.

P a l a b r a s tie S O F I A A R Z A H E L E O

Y, una es la España en la v ida y el arte.

Por eso fresca y no fría lluvia es oir tu voz. Reunida en orden de am or nos promete la bondad de la vida, que España es siempre la pri­m era en descubrir, y ahora quiere poseerla totalmente, en la luz de fuera, en la carne d e los días.

¡Qué paso atrás para dar cien hac ia adelan te cuando nos rem on­tas a l ayer, al Mester de juglaría, nos enfrentas con su tiempo, con 3u desafío al destino, con su falta de

respeto a l destino! Pues, d e tan le­jos v iene tu voz a desnudar la eter­n a doncellez d e España, m adre y doncella, en la boca del pueblo, en tu boca.

No h as venido huyendo, has venido en misión, con m ensaje en el pecho, en tus m anos de jazmi­nes íntegros, sin ho ja riegra, oculta. Has venido a poner a la altu ra de la s orejas el llam am iento a la bon­d ad de la v ida que nos hace la E spaña eterna. ¡Ay de los tap ia­dos, a y de los retobados de argu­cias, a y de los divididos entre Dios y el Diablo!

C ada cual h a g a su oficio, con su saber, con su instrum ento de la ver­dad , hable, ilumine. Por eso estás aquí, herida; por eso rem an aquí las flores de tus m anos y tu pecho.

Los hijos d e nuestros hijos te en­contrarán lo ad a en los rom ance­ros, biblias rosadas, bien olientes estos rom anceros, agudos y ento­nados com o el vino.

Porque los hijos de nuestros hijos sabo rearán la paz. Ella se rá su dig­nidad, su herm osura, su silencio em palom ado.

S abrán descubrir mejor que nos­otros, eso que fuiste, en el rigoroso misterio de tu dulzura.

Nosotros te hem os tenido a l al­cance de la m ano. Te hem os visto m oviéndote en la interm itencia de nuestros ojos, y te hem os compren­dido y am ado.

28 de Agosto de 1937.

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A I A P E

D e G is le n o A g u ir r e

S e n t i d o y D e f e n s a d e l a s U n i v e r s i d a d e s P o p u l a r e sLA fisca lizac ió n de la en señ an za es

un hech o g rav ísim o . P o r q u e ¿q u ién h a de e je rc e r la ? ¿E x is te e l.

h o m b re de s a b id u r ía b a s ta n te y de b a s­ta n te p u reza m o ra l p a ra p o d er se r á rb i t ro del com plejo d es tin o de la h u ­m an id ad que lleg a?

A n tes de re sp o n d e r a e s ta s p re g u n ­ta s es n ecesa rio sa b e r qué es. v i r tu a l­m en te la en señ an za . P o rq u e la la t i tu d de la d en o m in ac ió n pued e se rv ir a que se d ilu y a un poco el concep to de la cosa.

¿ E s el in s tru m e n to de la c u ltu ra del in d iv id u o , re q u e r id a p a ra la sim p le ad a p ta c ió n de é s te a l m edio y m o m en ­to que le a s ig n a su ex is ten c ia fugaz?

P a ra qu ien a d m ita el d es tin o del h o m b re en el se n tid o de ese m ilena- r ism o c ien tíf ic o de O sw ald S peng ler, sí. P e ro p a ra los que c reem os en la e te rn id a d del d es tin o del ho m b re , que se cum ple en v ir tu d de esa fu e rz a cós­m ica q u e le e m p u ja a tra v é s de la h is ­to r ia en el cam ino de su p erfección , no. la en señ an za es e l in s tru m e n to de u n a obra m ás su til y e sen c ia l: la de la fo rm ac ió n , p o r el in d iv id u o , de su p ro n ia conciencia .

Y b ien : la conciencia es el a lm a li­b e rad a de su a n tig u a sign ificac ión m e­ta fís ica , que m an tien e su an tig u o m is­te r io y su s an tig u o s p riv ileg ios . P e n e ­tr a d a de o tra s luces y o tra s v ib rac io ­nes. en el h o m b re a c tu a l, es el m ism o sa g ra r io de c u a n to g u a rd a b a sim p le ­m en te la fe.

“ El a lm a sólo es de D ios” — excla­m a el rec io p e rso n a je ca ld e ro ria n o . Y en to d a s las la t i tu d e s de la h is to r ia se e n c u e n tra n e jem p lo s de ese re sp e to q u e el a lm a im pon ía aíin a los h o m ­b res m ás p oderosos, d u eñ o s de todos los d es tin o s de la h u m a n id a d . N adie, a t í tu lo de su p e rio r id a d , sino fu é in ­vocando fu e ro s d iv inos, osó tra sn o n e r los linde« de la zona in m a te r ia l de la p e rso n a lid ad . M arco A u re lio , el h o m ­b re q u e sin d u d a a lcanzó el m ás a lto g rad o de la p erfección en la a n tig u a la tin id a d y fu é d u eñ o de todo el pod er púb lico y m oral de su tiem po , cuidó de la in v lu n e rn b ilid ad del a lm a p a ra las a ie n a s in flu e n c ia s , d ic iendo a sus se m e ja n te s : “ V u es tra alm a y el uso que de e lla h a g á is es m a te r ia de vu es­t ro p rop io ex am en ” .

Y esa trad ic ió n de in d ep en d en c ia de lo o u e el m ism o M arco A urelio lla m a ­ra “ p a r te so b e ran a del se r” , debe r e ­co gerse y a c e n tu a rse en las g es tas o r­g a n iz a d o ra s de la n u eva perso n a lid ad del h o m b re , a despecho de to d a la n e ­cesidad uue p a ra e llas hav a del con ­ta c to del m edio ex te rio r. P o rq u e aún es del m edio e x te r io r de donde el ho m ­b re e v tra e los m a te r ia le s para la fo r­m ación de su p erso n a lid ad y concien­cia. ello no im pone que deba g ra v ita r sob re la re lac ión de lo fo rán eo con lo ín tim o , u n a in flu e n c ia d irig id a .

P o r eso el ro l de la enseñ an za debe se r. ta n solo, el de ace rca r a l hom bre la luz de todos los conocim ien tos, sin n in g u n a p resión dog m ática ni de esp í­r i tu s a jen o s , p a ra que la conciencia en fo rm ació n escoja , en el m ás lib re a l­bed río . la verdad de q u e ha de n u t r i r ­se v la d irección que h a de seg u ir en su im pulso fu tu ro .

P re g u n ta b a al com ienzo de e s ta s p a ­la b ra s si ex is te el ho m b re fu n d a m e n ­ta lm e n te g ran d e a qu ien pud iera f iá r ­sele el d es tin o su p e rio r de los dem ás hom bres, en c a rá c te r de fisca lizador de lo que estos deban saber. Y re c u e r ­do que K an t. c ie r ta vez. p ropuso al exam en filosófico el ex trañ o caso de una h u m an id ad g u iada en su cu ltu ra ñor un se r su p e rio r al hom bre. Y oue Je an .Taurés — el g ran J a u ré s — re«- pondjó a esa proposición afirm an d o que . un se r su p e rio r al hom bre, es. so lam en te , el hom bre m ism o en com n. n idad con los hom bres. Vale decir: la h u m an id ad , “ la h u m an idad que puede e n g ran d ece rse con la v ir tu d m ism a del ideal por ella c reado y e levarse sobre si. sin o tro pun to de apoyo que ella m ism a” .

N egaba así. el g ran revo lucionario fran c és , la q u im era de los hom bres p rov idencia les, gu ías o m en to res, que sue len ap arece rse a los pueblos para so m ete rlo s a una tu te la d eg rad an te y a d m in is tra r le s desde la enseñanza h a s ta la función genésica. Y rec lam ab a p a ra el pueblo , como re su lta n te de esa negación , el derecho de g o b e rn a r­se, en su v ida e sp ir itu a l, en la fo rm a

en que lo hace en su v ida po lítica d es­de los d ía s de la R evolución.

P e ro se ñ o res : J a u ré s rec lam ab a ese d erech o e le m e n ta l y d e fen d ía la lib e r­ta d de en señ an za , ya hace u n a s c u a n ­ta s décad as, en la F ra n c ia de fines del sig lo pasado , en m om en tos en que la reacción , ese m o n s tru o cuya cabeza no pudo ce rc e n a r del to d o la cu ch illa ju s t ic ie ra de la R evoluc ión , h a b ía co­b rad o nuev a v ida a l ca lo r leal de las in s titu c io n e s d em o crá ticas — com o la se rp ie n te del apó logo en el seno b ien ­h e c h o r — p a ra vo lverse tr a id o ra con ­tra el pueb lo por cuya g en e ro sid ad y g ran d eza su b s is tía .

E ra en los m om en tos de una e n é r ­g ica o fensiva in ic iad a por el c lero y la nob leza red iv iv a , c o n tra el ideal social oue h a b ía lo g rad o a fia n z a rse en la U n iversid ad de la R epúb lica . P re te n ­d ía la reacción , en to n ces , a is la r a la U n iversid ad de todo co n tac to con el p ro le ta ria d o m ilita n te y p ro sc rib ir de ella a los p ro feso re s que p red icaban el verbo por en to n ces b a lb u cean te del d erecho p o p u la r y se a g ru p a b a n al pie de las b a n d e ra s del n ac ien te p artid o so c ia lis ta . D enunciaban a la sazón los líd e re s de ese p a r tid o , que desde las e s fe ra s g u b e rn a tiv a s se ob lig ab a a los m a e s tro s a co m b a tir al socialism o jfh- ra d e te n e r el éxodo de la s a u la s de los u n iv e rs ita r io s p e rte n e c ie n te s a las a l ta s c iases sociales. Lo que hizo t r o ­n a r la voz del apósto l d es tin a d o a m o­r i r p o r la g ran cau sa , p a ra a d v e r t ir a la b u rg u e sía q u e ‘‘si su ru in d a d la lle ­v ab a a d e s e r ta r de la U n iversidad p o rq u e los p ro feso re s se conservaban lib re s, pod ía h ace rlo en h o rab u en a , p o rq u e en el pueb lo h ab ían m uchos n iñ o s cuya in te lig en c ia , p riv ad a h a s ta en to n ces de la c u ltu ra , co n tra to d a r a ­zón y todo derecho , en a d e la n te h a ­b ía d£ a b r irs e p a ra in f lu ir en la ca ída de la reacción que a b a n d o n a ra la v iv i­f ic a n te en señ an za de los m aes tro s l i ­b res y se re fu g ia ra en las fó rm u las m u e r ta s de la d isc ip lin a c le r ic a l” .

P ero — rep ito — se t r a ta de un in s ta n te ya a le ja d o de n u e s tro tiem po. L as voces de esa lucha por la lib e rta d de la en señ an za , que ilu s tró el no m ­bre de Ja u ré s . t ien en en n u e s tro s oídos una re so n an c ia e x tra ñ a , in a c tu a l; son

com o v ib raciones que nos lleg a ran de m undos a rcanos. N u e s tra sen sib ilid ad , te n sa en la percepción de los la tid o s de la h u m an id ad p resen te , que se a g i­ta en la g es ta do lo rosa de un nuevo o rd en social, d ifíc ilm en te puede feco- g e r el con ten ido ilu s tra tiv o de esos episodios p re té rito s .

P e ro es necesario que esto sea. Aún en e s ta h o ra y en es te m edio , ta n d is­ta n te la u n a com o d is tin to el o tro , del tiem po y del espacio en que aquellos se p ro d u je ro n , es necesario que re g re ­sem os con n u e s tra m ilita n c ia ideo lóg i­ca a la edad de h ie rro de las p rim e ras co n q u is ta s dem o crá ticas. Nos co s ta rá e n f re n ta rn o s a ta n d u ra re a lid a d , pero forzoso es hacerlo .

E n un m edio social lim pio de las tra d ic io n e s del p riv ileg io , sin p ro b le ­m as rac ia le s ni in flu e n c ia s re lig iosas in ten sa s y en u n a h o ra excepcional, en un m om en to e s te la r — que d iría Zw eig — d e la h is to r ia del hom bre , en que el un iv erso e s tá a p o rta n d o sus m ás rica s en e rg ía s a la fo rm ación de u n a h u m an id ad nueva, con la sa n g re del pueb lo españo l, el e sp íritu de las ju v e n tu d e s e s tu d io sas del m undo y el verbo dp B nrbusse, R olland y Ossievs- kv. deb ié ram o s, en verdad , e s ta r en u n a posición m ás ce rcan a a la gran rea lid ad p resen te . N u es tro im pulso de­b ie ra d ir ig ir se a la o rdenación del nYfc- d io social en que vivim os, de acuerdo con la s n o rm as nue nos d ic ta la con ­ciencia es trem ec id a por los h o rro res del m undo senecen te de los p re in ic io s y los p riv ileg io s ; a r e p a ra r la tre m e n ­d a in ju s tic ia de esas v id as que la n g u i­decen en los h o g a res m iserab les del b a rr io p o p u la r o del cam po, en to rn o de la u rb e re sp lan d ec ie n te y lib e r tin a o de 1^ e s tan c ia m isá n tro n a : a red im ir de sus a n g u s tia s a la o sc u ra tu rb a de los d esh e re d ad o s v de su ig norancia , egoísm o e in u tilid a d , a la b r illa n te clase de los h e red e ro s del cap ita l m al habido.

P e ro no : ten em o s que s a lta r a tr á s c u a re n ta añ o s y lu c h a r en un merifo ensom brecido con p ro b lem as a r t if ic ía ­le«* ú ltim a m e n te tr a n sp la n ta d o s del a r ­caico mu n d o de desórden . T enem os oue re d i ta r en n u e s tro m edio, oue un d ía se h o n ró con la fam a de se c to r de

RESOLUCION DPT. TT C O M nprqo in t e r n a c io n a l DE ESCRITORES PARA LA DEFENSA DE LA CULTURA

HIELES a los principios y a las resoluciones del 1er. Congreso de su I Asociación, los escritores de 28 naciones, reunidos para la cele­bración de su TI Conareso Internacional en Valencia, Madrid v Bar­celona y cuva sesión final se celebró en París el 17 de Julio de 1937:

—Proclaman que la cultura aue ellos se comprometieron a de­fender, tiene por enemigo principal al fascismo;

29—Se declaran #dispuestos a luchar por todos los medios en su poder contra el fascismo, no sólo cuando aparezca como enemigo des­cubierto sino también cuando solapadamente adopte formas enga­ñosas; en una palabra, se. declaran dispuestos a luchar contra todos los provocadores de guerras;

39—Afaman aue en la guerra que de hecho el fascismo ha decla­rado a la cultura, la democracia, la paz y más qeneralmente a la fe­licidad y el bienestar humanos, ninguna neutralidad es posible.o ima­ginable, como lo ha demostrado la dura experiencia a los escritores de numerosos países en los cuales toda manifestación intelectual se ve reducida a las terribles condiciones de la ilegalidad;

En consecuencia, hacen aquí un solemne llamamiento a los escri­tores de todo el mundo, a todos los que creen profunda y honestamente en su misión humana, en la eficacia de la palabra escrita y los invitan a ocupar su puesto sin tardanza frente a la amenaza que pesa sobre la cultura y sobre la humanidad.^ Se dirigen especialmente a quienes la falta de información hace

creer que es posible todavía mantenerse neutrales. Se dirigen asimismo a aquellos que aún creen en las ridiculas promesas detras de las cuales el fascismo disimula su obra de destrucción y de muerte.

A todos piden que tengan conciencia de su deber histórico y que se unan a ellos y les ayuden en la lucha por el bien de la mayoría y por la salvación de la preciosa herencia común.

Saludan a la España republicana, a su pueblo, su Gobierno, su Ejército popular, vanguardia en el frente más amenazado de esta lucha en la que no retrocederán.

Saludan en ella a la campeona de las democracias, garantía de la cultura y de la paz, como lo ha demostrado noblemente la Unión Soviética aportando su ayuda fraternal a la España de la libertad así como a los demás pueblos que siguen su ejemplo.

Se comprometen a defender a la España republicana donde quiera que se halle amenazada y a ganar para su causa a los que aún dudan o están desorientados. En fin, proclaman aquí bien alto su confianza inquebrantable en la victoria del pueblo español. .

avan zad a en las co n q u is ta s del d e re ­cho social en A m érica, las lu ch as de aquello s p recu rso res del m ov im ien to izq u ie rd is ta de F ra n c ia , que casi te ­n íam os en olvido. E n n u e s tro p ro g ra ­m a de acción debem os in sc rib ir las v ie jas d em an d as: por la l ib e r ta d de erfseñanza, por la lib e r ta d de p en sa ­m ien to . por el derecho de “ h ah eas cor- p u s” , por el d erecho del e x tra n je ro & se r p ro teg id o p o r las leyes n ac io n a les com o lo«* n a tiv o s y solo fa l ta r ía p a ra co m p le ta r el c a r te l: p o r la abo lic ión de la esc lav itud . Es el sa lto a t r á s ob li­gado, de los pueb los q u e un d ía se e n c u e n tra n , en m itad de su c a r re ra d em ocrática , con uno de esos sem i- d ioses en los que J a u ré s no c re ía y K a n t se e n tre te n ía en av izo ra r , como s u s sa la m a n d ra s el p e rso n a je de A n a­to le F rance .

E sto s sem id ioses sue len no enco n ­t r a r am b ien te ni ju s tif ic a r su p re se n ­cia en m edios sin com plicaciones é tn i­cas ni tu m u lto s ideológicos, y e n to n ­ces se ven p rec isados a tra n s fo rm a r la A rcad ia en una R abel y. com o se cam ­bia u n a decoración te a tra l , h acer, de la noche a la m añana, de la a ld ea indo- e«*nañola un burgo alem án del siglo YVTT con sns "g h e tto s” y sus e x a lta ­ciones a n tise m íticas o en un P a r ís de 1n “ ro m u n n e ” con sns v iriles p ro te s ta s lib e r ta ria s . F so les sirv e n a ra p rena- r a r sns leves b á rb a ra s , do renrosión do toda acción p o p u la r civ ilizada v d ig n a : desde la lev de indeseable«»h as ta la do f isc a liz a ra n de la e n señ an ­za. n ssan d o ñor eso in ten to de p ro s­cripción de c ie rto s id iom as p a ra la d i­fusión del pensam ien to .

Toda« e llas concurren , exp resam en­te . a d e s tru ir la conciencia soc*»i de. m oorátiea niifi estaña en fo rm seión en n u e s tra s clases nonu la res v a p ro n n rer el te r re n o en el nue p u eda enraiza»* v d e sa rro lla rse y v iv ir el a u t ocre tiernoe s c la v iz a n t e v o m n in o to n t e . b u rd a T e e n te im it a d o d e d o s in f e l ic e s oct«**»s p ii. ro n e o a q u e , e n e s ta h o ra do n««*ero*»i s o n t id o h u m a n o , so n r e p u d ia d o s ñ o r to d o s lo s p u e b lo c u lt o s .

N o v a n d ir ig id a s e s a s le v o s ro n p o d a 0110 ft° o p o n g a a i s o n t im lo n f o m ir o de la H a r t a d v d e l d o m ^ n Ho» h o m b re . P o r o l c o n t r a r io . tu*ob»nAn« ie m n r e la aCC»Ón d ir ig id a a o h e ~ n ~n«e s e n t im ie n t o L a le v do in d e s e a b le s r ig o n a r a oí o h r o ro o u o a lz a s u v o z de p ro te s ta c o n t r a la e x p lo t a c ió n d e q u e os v íc t im a v n o n a r a e l p r e d ic a d o r de lo s r e n u n c ia m ie n t o s c ív ic o s v d e l d o g ­m a l ib e r t ic id a , n u e a l ie n t a la im n ln n . f a c ió n do lo s a b s o lu t is m o s f a s c is t a s on s u s t it u c ió n de la f o rm a r e p u b l i ­c a n a 0110 e s la b a s e n re s tfg fo s a v f i r ­m e de n u e s t r a o r g a n iz a c ió n « » c lo n a !V la le v de f is c a l iz a c ió n de la e n s e ­ñ a n z a no h a b r á de ir r n m n * r on i« ne_ n o m b r a a s f W is n t e do lo s c o I c z Ia -. /»#»«_ f o s io n a lo s . d o n d e la p e d a g o g ía vnoo on s u s f ó r m u la s c a d u c a s v so ola c ie n c ia v so c a lu m n ia a la vso n r o d ic a e l s i le n c io v e l c o r ,* o rm t'-m a s u ic id a s a n te la s c u e s t io n e © © a c ia l« «N o h a b r á de n r e s e n t a r s e d e l b ra z o d e l g e n d a r m e a n a lf a b e t o en e l l i m i t o v a ir e a d o lo c a l d e la s U n iv e r s id a d e s P o ­p u la r e s . e n la s o u e la o n s e f la n z « . a n n e r t a s a b ie r t a s , se c o m u n ic a a l o u ° . b lo n a ra la e d u c a c ió n de su c o n c ie n ­c ia en la l ib e r t a d y en la m o r a l h u ­m a n a s .

L as U n iversidades Popular*"’-* n o son com prend idas en su »lta marión ñ o r los ac túalos P o d eres Públicos: o. m e ­lar* la a lta m*«ión oue rea lizan las t'n ivo ru id ad es P o p u la res, n o es c o m ­prend ida . ni concebida, n i a p r e c ia d a en lo one rea lm en te es. p o r lo s P o d e , re« públicos. E « t o s oue r e p re s e n t a n la reacción en el g rado d e lo a c ó r r im o . ven. en cnaU m iera m is ió n d ir ig id a a noner al pueblo en c o n ta c to co n la c u lt u r a a c c ió n de h o s t i l id a d h a ­cia ellos- una p r e p a r a c ió n d e l e n e m i­go. c o n tr a ellos. L a c u lt u r a es e l a r m a n ne má*< te m e n V n o P u e d e n v e r sin in t r a n o n i i lz a r s e o n e se la d is t r ib u y a a l nnehlo. P e r o b a s t a r ía u n e se s o b r e p u ­s ie r a n u n p o co a su in f r a n o u l l id a d v o n e co m o P o d e r e s P ú b lic o s , se c o lo ­c a r a n ñ o r n n m o m e n to en la p o s ic ió n d e n e u t r a l id a d a q u e e stá n o b lig a d o s , co n r e la c ió n a 'a s f u e r z a s ideológicas m il it a n t e s en e l se n o de la opinión, n a r a s a b e r o u e las U n iv e r s id a d e s Po­p u la res no son enem igos o reán lcos de nadie, ni de n ad a ; que no van, en la

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Page 6: ORGANO DE IA AGRUPACION DE …bibliotecadigital.bibna.gub.uy:8080/jspui/bitstream/... · 2017. 5. 27. · POR LA DEFENSA DE LA CULTURA ORGANO DE IA AGRUPACION DE INTELE(TUALEI,ARTIlTAt.,PERIODUTAl

D o s i n s i g n e s e s p a ñ o l e s c o n l aPA B L O CASAL8 , UN VALOR

AUTEN TICO

T odos sabem os del a lto e sp ír i­tu p o p u la r , del am oroso e sp íritu p o p u la r , que hace m ás d ig n a la f ig u ra del g ra n v io loncelista ca ­ta lá n , que h a e levado a l m áxim o la je ra rq u ía de su in s tru m e n to . T odos sabem os de su apoyo a l G obierno leal, de su ru ta de co­lab o rac ió n co n s ta n te , m a te r ia l, m o ra l, e s p ir i tu a l; y cóm o por p u e­blos y a ld eas h a ido c rec iendo su fe rv o r p o r la cau sad e l pueblo . P o r eso , A. I. A. P. E ., no po ­d ía d e ja r de d ifu n d ir a lg u n o s de su s concep tos, a ra íz de un m ag n ífíco r e p o r ta je ap a rec id o re c ie n ­te m e n te , que bien d e m u e s tra la ca lidad ín tim a de un a r t is ta tan se rio com o lo es C asals.

MUSICA P A R A LOS O B R ER O S

— ;.Y su ob ra con los o b re ro s?——D esde el p rin c ip io m i idea e ra lle ­

v ar la m úsica a l pueb lo , a los o b re ro s , a los q u e no pueden p ag a rse los co n ­c ie rto s. en la fo rm a en q u e e s tá n g e n e ­ra lm e n te o rg an izad o s. La o rq u e s ta te n d ía a fo rm a r c u ltu ra , a c re a r un púliico a m a n te de la m ú sica ; p e ro eso n o b a s ta b a , si la m úsica no lleg ab a a la s m asas. El p ro c e d im ie n to q u e esco­gí p a ra e llo fuá m uy sencillo . U n día les an u n c ió q u e d a ría un co n c ie rto fd»- fúnieo p a ra e llos y q u e d e a llí s u rg i­r ía la Sociedad O b rera de ( onc ie rto s. E l O lim pia reb o sab a de púb lico . Y al te rm in a r la a u d ic ió n nos reu n im o s E n p o ra s p a la b ra s les exp liqué la idea, se re d a c ta ro n luego lo s E s ta tu to s y q u e ­dó fu n d a d a la S ociedad. E n el co n c ie r­to s ig u ie n te #»e llen ó el P a lau de o b re ­ro s q u e se h ab ía n in sc rip to . Cada so­cio p ag ab a una cuo ta de se is p ese tas a n u a le s . De e s te g ru p o n ac ie ro n o tro s y hov son 2 5 OOO asociados. D e los m ism os o b re ro s lian sa lid o los p ro fe ­so res de o rq u e s ta , los arco s de los c u a r ­te to s, los tr ío s , lo s coros. G en te sen c i­lla n u e s ie n te la m ú sica , que la toca con fe rv o r v o n e le com unica un n o se qué q u e lleg a a l a lm a . T ra b a ja n d u ­r a n te el d ía y p o r la s noches y los d ías de f ie s ta se d ed ican a t r a s m itir a sus h e rm an o s los teso ro s m usica le s de l p asad o y del p re sen te . E l c o n tra ­b a jo d e o rq u e s ta , un g ran o b re ro e b a ­n is ta , se lia co n s tru id o el in s tru m e n to , o n e suena m ag n íf ic am en te . Y los d ías de co n c ie rto ca rg a él m ism o su con­tra b a jo y re c o rre un la rg o cam ino par» c u m p lir un d e b e r de a r t is ta . ¡H ay q u e se n tir lo y co m p ren d e r su

acción, m ás a llá de donde va la p rop ia c u ltu ra .

¿Q ué é s ta no a g ra d a a la reacción? B ien ; pero ¿acaso e je rce u n a acción de hecho c o n tra e lla? E s el caso, para c ita r un e jem p lo , de la v ir tu d o de la bondad . E x is ten am b as en e l m undo — podem os d ec irlo sin cae r en el o p ti­m ism o ex ag erad o del p e rso n a je de V o lta ire — y *no por eso los m a lv a ­dos — que tam b ién los hay! — h a ­b rán de se n tir la necesidad , p a ra su b ­s is tir , de c o n c lu ir con aq u e lla s ex im ias m odalidades del e sp íritu , y con q u ie ­nes las posean. P o rq u e n unca , en la d irección del m al, com o en la del b ien , se sigue u n a tra y e c to ria in f in ita . E n am b as d irecciones se e n c u e n tra el l í ­m ite de “ la condición h u m a n a " que im p id e a lcan za r la ab so lu ta bondad y la a b so lu ta m aldad .

C ierto que la reacción d isp u ta de iz­q u ie rd is ta a la s U n iversidades P o p u ­la re s . s itu á n d o la s así, n e tam en te , en posición a d v e rsa ria , en la cual, es c la ­ro , e s ta s no pueden e sp e ra r o tra su e r ­te que la de que ca iga sobre su cuello el sable de la s m ás in icu as dego lla ti- qas. que el P a rla m e n to ya es tá a f i­lando.

P ero puede se r sincero el e r ro r . Ya d ijim o s qne la reacción no com prende en su v erd ad e ro sen tid o y alcance , la o b ra de d ivu lgación de la cu ltu ra . Su tem o r, su in s tin to de conservación, d e tien e su d isc ern im ien to en eso de que todo h om bre cu lto es su enem igo. H abrá nue d ec irle en tonces, ya que no es posib le n e g a r e s ta g ran v erdad , que el m al n a ra e lla no es tá , de esa su e rte , p lan tead o ú n icam en te en la ex istencia de las U n iversidades P o p u la res. Que para sa lv arse tien e que d e ten e r la m archa del tiem po — que es algo m ás

fe rv o r p a ra sa b o r con q u é p u reza s i r ­ven e s to s o b re ro s a la m ú sica ! E sa o rq u e s ta to ca s in fo n ía s d e H ay d n , Mo- z a r t , B eethoven , p á g in a s d e G luck , B ize t, M endelssohn , G rieg , e tc . L a so ­c iedad O b re ra do C o n c ie rto s lia sido co n cep tu ad a o b ra p a tr ió tic a p o r el g o ­b ie rn o y subvenc io n ad a .

C R E E E N E L PU EB LO

— E sta b a t r a b a ja n d o con m ucho e n ­tu s ia sm o en la p o n en c ia d e c u ltu ra y m ú sica y re lac io n es c u ltu ra le s de

que la del sol de la epopeya del g u e­r re ro g riego — y que no cab iendo eso d e n tro de la s " fa c u lta d e s e x tra o r ­d in a r ia s " de su au to -d e te rm in ac ió n , lo m ejo r que puede h ace r es p a c ta r con la c u ltu ra ; y h acerse c u lta e lla tam b ién , ap rov ech an d o , ju s ta m e n te , los excelen tes m edios que a su a l­cance ponen la s U n iv ersid ad es P o p u ­lares.

No debe te n e r el tem o r de que la in flu en c ia d ire c ta de e s ta s la co n v ie r­ta n al izqu ierd ism o — y m ucho m e­nos a l com unism o, fan ta sm as de sus te r r ib le s pesad illa s . P o rq u e la s U ni­v e rsid ad es P o p u la re s no son iz q u ie r­d is ta s n i d erech is ta s , n i com u n istas ni fasc is tas. Son eclécticas. Su m isión que es la de la v e rd a d e ra enseñ an za , es h ace r lleg a r h a s ta el cereb ro de la s ju ­ven tu d es p o p u la re s todo el m ovim ien­to de las ideas que p reocupan al m u n ­do en que a c tu a rá n m añ an a ; sin d i­rec tiv as específicas n i in flu en c ias ideo ­lógicas. a fin de que puedan escoger y seg u ir, con e n te ra independencia , su d es tin o m oral.

E s ta s U n iversidades P o p u la res de rec ien te fundación en n u es tro m edio, y de cuyo in ic iad o r ignoro e l nom bre, porque de sab erlo p ed ir ía para él. en es te acto, un fervoroso ap lauso , tien en a m i e n te n d e r sus an teced e n te s p re ­claros en o tro s países. G uardan acen ­tu ad a an a lo g ía con aq u e lla “ U niver- s ity E x te n sió n " in s titu id a en B élgica y que costó, p a ra la e fec tiv idad de su acción, con la ilu s tre colaboración de hom bres com o V an d erb e ld e y V ander- brook, que la p rac ticab an , según es fam a, en los a lto s de la In tensa lucha que lib ra b an , p a ra le lam en te , por la redención po lítica de su pueblo. Se cu en ta de ellos que a m enudo se les

la G en era lid ad . T en ía y a . com pleto un p lan a r tís tic o q u e ib a a p onerse en p rác tica , cu an d o el m o tín m ili ta r v ino a p e r tu b a r lo todo . S ob re la base de la ra d io p en sáb am o s o rg a n iz a r la escu e la d e m úsica , u n ific an d o la s dos e x is te n te s (n ac io n a l V m u n ic ip a l) ; o rg a n iz a r los esp ectácu los lírico s , en el L iceo; so s te n e r la o rq u e s ta s in fó ­n ica y c u m p lir con eficacia la e n se ­ñ an za m usica l en las e scu e las p ú b li­cas. Todo es to , com o a n te r io rm e n te la o rq u e sta y la Sociedad O b re ra de r o n - c ie r to s , en fo rm a d e s in te re sa d a y con

veía sa lir de las asam b leas soc ia lis tas , en las que d isc u tían con los c iu d ad a ­nos de su p a r tid o la tác tica e lec to ra l, p a ra d ir ig irse a o tra s reu n io n es ob re ­ras a d ic ta r los cu rsos que h ab ían de p re p a ra r a los e lem en tos del pueblo en las d isc ip linas de la ciencia. Y algo de es to m ism o h an hecho en F ra n c ia o tro s abneg ad o s p ro p u lso res de la c u l­tu ra pop u la r, m ilita n te s en los p a r t i­dos de izqu ie rd a . U no de ellos re fie re con em oción que, los o b re ro s de C ar- m aux — m ineros, v id rie ro s y de o tro s g rem ios — p e rsu ad id o s h a s ta el fon­do de sus conciencias, de la buena fé de sus m en to res po líticos, iban a in ­te rro g a r le s con avidez sob re los g ra n ­des p rob lem as que re su m ía para ellos la filosofía y a g re g a "q u e sólo en la in tim id a d de la luch a d em o crá tica p u ­do so rp re n d e r v e rd ad e ram en te el a lm a del hom bre , sus e x trañ as e Insaciab les cu rio sid ad es y el fondo de m iste rio y ensueño en que a lie n ta la asp irac ión co n s tan te hac ia la ju stic ia

Y esos m ovim ien tos de extensión cu ltu ra l, en F ra n c ia como en B élgica, d irig idos y rea lizad o s por e lem en to s políticos, en f ra n c a lucha con los re ­g ím enes de g ob ierno de la época, no pnd ieron se r ahogados por la reacción. F u ero n vanos tod o s los in ten to s de ésta , en su ru in propósito . E l d es tin o de los pueb los v ir ile s y co nscien tes es el de la c iv ilización y e s te se cum ple fa ta lm en te , pese a to d as las opresiones y a to d a la fuerza b ru ta que se d esa te en su co n tra . B élg ica y F ra n c ia son un ejem plo . Y el U ruguay se rá o tro . Sus U n iversidades P o p u la res, su rg id as de la e n tra ñ a m ism a del pueb lo y sos­ten id as por el esfuerzo de éste , re a li­za rán la ob ra ; h a rá n que la ciencia y el ideal reem placen en la in te ligencia

NUESTRA CANCILLERIA CONTRA LA DIPLOMACIA AMERICANA

NI a Justo ni a Vargas. Pero sí a nuestro Gobierno. ¿Y espontánea­mente? Los Gobiernos de América han recibido del nuestro la nota

que, entre otras cosas, dice: "Proponer una declaración conjunta por parte de los Gobiernos americanos al reconocimiento de la belige­rancia a favor de las dos partes en lucha en España”. ¿Cómo se ex­plica esto? ¿No había roto irremediablemente con una de las partes, precisamente, con la que era todo y tiende a reconocerle el derecho de beligerancia? De acuerdo con la jurisprudencia internacional, ¿en qué se funda para romper con ella? ¿Esta parte existe o no existe? Estas preguntas no las contesta el Ministrq Espalter. Pero, ¿en qué se basa este reconocimiento de beligerancia a favor de una parte, de la que se está absolutamente desvinculada? "En la situación de hecho que perdura", tal como dice textualmente el documento. ¡Estupendo! ¡Una situación de hecho perdura más que una situación de derecho! Esto lo afirma una Cancillería americana cuya diplomacia desde Río Branco hasta Saavedra Lamas, sostiene todo lo contrario.

La nota del Gobierno Uruguayo, dice además: "Es incuestionable que se trata no de dos partidos en guerra como hasta ahora, sino de dos poderes públicos que dirigen por las armas la definición de su respectiva posición en el territorio español". ¿Qué entiende por "poder público" la Cancillería uruguaya? Porque el sentido común, la ley moral y el derecho internacional entienden por "poder público" un poder consagrado públicamente por el plesbicito constitucional. Eso lo dice hasta la propia palabra "república". De acuerdo con esto, funda­mental para el derecho y para la conciencia, en España sólo había un poder público en esas condiciones: el Gobierno de Azaña. Tampoco se trata de dos poderes públicos que dirimen por las armas su respectiva posición en el territorio español, porque eso ya estaba dirimido por la voluntad soberana del pueblo español en los comicios de febrero del 36. ¿Qué explicación puede damos el doctor Espalter a esta flagrante inconsecuencia con los principios de la Diplomacia americana, que nosotros mismo hemos suscrito?

Porque en cuanto a la contestación a nuestra cancillería ya se han expedido con bastante claridad, los países de América, algunos de ellos como Norte América, hasta sin la intervención del propio Presi­dente Roosvelet.

R e p ú b l i c ac a rá c te r ap o lítico . P e ro e se p la n h a (le cu m p lirse .

— ¿ T ie n e fé en la d e m o c ra c ia ?— La te n g o en e l p u eb lo . Y c reo

q u e de e s ta e f is is h o r r ib le h a d e sa lir , sin em b arg o , u n a E sp a ñ a d e m o c rá ti . c a y f e d e ra l, d o n d e a rm o n ic e n y co n . v iv an su s n a c io n a lid a d e s . E n el p u e ­b lo e s tá la fu e n te d e to d o lo n o b le y bello .

JU A N RAM ON JIM E N E Z , P O ET A D E E X C E P C IO N

E l e x q u is ito a u to r de “ P la te ro y Y o” h a re c o r r id o E s ta d o s U n i­dos, C uba y o tro s p a íse s a m e r i­canos , p ro n u n c ia n d o c o n fe re n c ia s en fa v o r de E sp a ñ a y su g o b ie rn o leg itim o , cu m p lie n d o lo q u e él l lam a su “ esp o n tá n e o d e b e r” . De u n a d e esas a lo cu c io n es to m am o s lo s s ig u ie n te s co n cep to s :

Pido aguí, y en todas partes, sim­patía y justicia, es decir, com pren­sión moral p a ra el Gobierno e sp a­ñol, aue represen ta la República dem ocrática, a y u d a d a por el Fren­te PoDular, por la m ayoría de los intelectuales y por m uchos de los mismos elem entos conservadores. Si el Gobierno español se sintiera alentado, honradam ente y sin mi­ras avaras, por esta justicia y esta sim patía universales, podría ace­lerar la verdadera victoria, en la aue los am igos del mejor destino de Esoaña confiamos, y a la que esta Esoaña, única en su cimiento invariable, tiene pleno derecho. Y pensad bien que esta victoria no sería sólo de E spaña, sino del mundo. Esta victoria pondría a Es­p a ñ a en condiciones de desenvol­ver pacífica, noble, conscientem en­te su lógica evolución social, con arreglo a su propio genio y ca rác ­ter, sin dependencia poh'tica de otros Daíses. que no la necesita; y evitaría quizás con su ejemplo la guerra del mundo, traída al mundo por los falsos, los pequeños, los m iserables, y que en estos m om en­tos está y a aguzando en lo bajo sus m ás espantosos filos".

del p ueb lo a la fé m o r ib u n d a y q u e el e sp ír itu de é s te se a b ra a la luz de los nuevos tiem p o s y s e p re p a re a l o r­den soc ial que v e n d rá , q u e y a se a n u n c ia con v ir il e s tré p ito y en e l que cada h o m b re , l ib e r ta d o de la se rv i­d u m b re q u e .im pone la ig n o ra n c ia y Ta m iseria , p o d rá a lc a n z a r su p a r te de v ida h u m an a .

P a ra eso, se ñ o res , to d o s c u a n to s s in tam o s en n u e s tra concien c ia a lg u ­n a in q u ie tu d c iv ilizad o ra , a lg ú n p re ­se n tim ie n to de ia s u e r te fu tu ra de la h u m a n id a d , a lg ú n e s tre m e c im ie n to de la lucha q u e en e s te m o m en to u n iv e r ­sal se l ib ra e n tre la c u l tu r a y la b a r ­barie , debem os to m a r posic ión en d e ­fen sa de n u e s tra s U n iv e rs id ad es P o ­p u la re s .

D efen d e rla s es d e fe n d e r el d e s tin o su p e rio r de n u e s tro p u eb lo : es d e fe n ­d e r el id ea l q u e nos e n g ra n d e c e rá m a­ñ a n a : es d e fe n d e r !a c u l tu r a p o r la cual un d ía t r iu n f a r á la ju s t ic ia h u m a ­n a so b re el h az de la t ie r ra .

I.a AIA PE, q u e tie n e in sc rip to e n tre los p rin c ip io s que d in a tn lzan su acción, el d e la d e fe n sa de la c u ltu ra , nunca h a b rá de cu m p lirlo m e jo r q u e m on­ta n d o g u a rd ia a la p u e r ta de las U ni­v ers id ad es P o p u la re s , en m o m en to s en q u e se tem e la in v asió n en e lla s de los s ica rio s do la reacción

^ en esa g u a rd ia h a b rá de p e rm a­necer. inconm ovib le , y si vencido el d erech o y t r iu n fa n te la fu e rz a , se p ro­d u je ra el d e rru m b e de los c e n tro s de la en señ an za lib re , b a jo los escom bros de é s to s se r la s e p u lta d a y su s despo­jo s un d ía los h a lla r ía la h u m an id ad nueva, com o los de aq u e l so ldado pona* peyano que no ab an d o n ó su puesto en e l m om en to h o r rib le de la erupción .

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EL novelista, el pensador, el poeta, qua ha encerrado sus sueños en las páginas del

libro, alcanza la alegría de ver como las ne­gras líneas, aguas de un no, van llevando su voz y sus visiones por el mundo. Pero el autor teatral ha de permanecer mudo. Su voz nece­sita ser arrastrada por otras aguas que no las que corren sobre las blancas paginas, debe vibrar en otras bocas que no en la suya; sus creaciones han de vivir en otros cuerpos y han de vestirse con ajenas galas.

Y qué dolor el de aquel que escribió para el teatro si la palabra que produjo no resuena, ajena y exacta, en la garganta del actor! ¡Que dolor el de haber engendrado criaturas que renacen, discordes y mutiladas, en la carne de los actores incomprensivos!

Por eso cuando halla a su paso la figura capaz de identificarse con su alma, capaz de latir con su sangre y poner de pie su pensa­miento, el poeta siente la alegría del sem­brador que halla al fin la tierra fecunda donde pueda florecer su escondida simiente. Pero qué rara vez encontramos esa criatura de se­lección capaz de entonar nuestro canto más entrañable.

♦* *

Ahora la hemos hallado. Quienquiera haya visto a Margarita Xirgú en "Bodas de sangre" o en "Yerma", donde grita angustiada la tragedia; quienquiera la haya visto encarnar a la fuerte y pura Doncella, de Bemard Shaw o a la conmovida Rosita, de García Lorca o al romántico estudiante, de Casona o a la doloroso Luce, de Pirandello, puede afirmar que se halla, ahora sí, frente a ese instru­mento delicado, apto como pocos para reco­ger el canto del poeta sobre ese mundo caro a la ficción, realidad de nuestra alma, que es el mundo de la escena.

Perdidos andamos en este mundo de apre­tadas leyes inevitables; esclavos somos en la prisión fatal de este universo determinado. Solo nos es dado huir hacia el infinito sumer­giéndonos en el reino de nuestro propio pen­samiento'; solo podemos escapar al castigo de nuestra sumisión, dando libre forma a los seres incorpóreos de nuestras ideas.

Pero como en la comedia pirandelliana de los seis personajes increados que buscan un autor que les dé vida, así nuestras ficciones, nacidas ya en la palabra, buscan ansiosa­mente el actor que les preste su sangre y su voz para vivir y para gritar su dolor y sus ansias.

Por eso nuestras obras van, en demanda de una realidad carnal, hacia la artista que pue­da dársela con total plenitud; van hacia esa actriz, humana, viviente, que está ahora entre nosotros.

♦* *

Porque Margarita Xirgú es eso, al fin: una mujer que ha vivido y ha sufrido. Y porque ha llegado a adueñarse, tan plenamente, de ese rico caudal que da el dolor de la vida, es que puede ahora hacemos ese don de vida que le pedimos.

Don de vida: don generoso, inagotable y, a las veces, heroico 1

Singular valentía la de la artista que sabe morir cada noche en lo íntimo de su alma para poder renacer, más vibrante, en el cuer­po ficticio y efímero que imaginó el autor. Es preciso, para llegar a ella, haber recorrido largos caminos, haber recogido larga expe­riencia, haber puesto los ojos en todo dolor y en toda alegría, haber escuchado cada la­tido del propio corazón. Es necesario haber contado uno a uno los propios pasos antes de emprender otra vez la ruta de la vida; pero ahora en el plano encendido de la fic­ción, en la cálida realidad del sueño.

Así, solo así, es posible que surja, lleno de verdad, ese mundo nuestro. Nuestro porque lo hemos creado nosotros los hombres, porque es nuestra verdad y no la verdad de Dios. Nuestro entre las cuatro tablas de un esce­nario: reducido, apretado, minúsculo universo de nuestras criaturas. Y tan grande por eso, por ser nuestro!

Solo el conjuro de la voz y el gesto pueden

D e C lo tild e Luisi

M argarita Xirgú

hacer caer las débiles paredes que lo limitan y abrir al infinito el pensamiento. Voz y gesto de la intérprete que se desnuda de sí misma para verter el cuerpo irreal que con tanto orgullo animamos. Cuán raras veces los en­contramos en la teoría inacabable de los me­dianos histriones!

** *

Cegado por su pequeña vanidad y sus pequeños triunfos, el actor se cierra a la glo­ria suprema de la creación. Pero si sabe ser el médium en trance capaz de captar y dar albergue a los fantasmas que nos asedian, si sabe abrirse á todos los efluvios del sueño y su fuerza de cohesión espiritual puede ani­quilarse hastá convertir su alma en polvo, en­tonces, al influjo mágico de la palabra, se reconstituye en criatura original, convirtién­dose en el personaje de la ficción; entonces viste un cuerpo nuevo y es tan potente su nuevo impulso que nace otra vez en la hora fugaz de una noche y en el limitado espacio de un escenario.

Margarita Xirgú nos demuestra que sabe, cada día, aniquilarse a sí misma. Pero de su íntima experiencia guarda los elementos con que compone sus personajes para renacer

cada día. Mil delicados espejos tiene para re­flejar la luz que le llega del poeta y rehacer con ellos un solo haz que marcha derecho al corazón de los hombres para herirlo en su centro y hacerlo sangrar y llorar. Haz de luz, eso es cada personaje que ella crea: Yerma, la Madre, Luce, Rosita, Elektra, el Estudiante...

Ella tiene que reemprender todas las noches su camino; tiene que andar sin descanso por los senderos de esas almas solitarias porque así lo quisieron los autores, demiurgos impla­cables, porque así lo quiere el público, mons- • truo voraz que se alimenta con la sustancia del pensamiento. Darse: he ahí el oficio del actor. Darse. Tanto más y con mayor vehe­mencia cuanto más entrañables, árduos y concentrados sean sus papeles.

** *

Hay personajes teatrales que conmueven al público más que por lo que encierran en sí de vida auténtica, por la violencia de la in­triga que los envuelve y por el estallido de pasión que los ilumina. No son los más difí­ciles. Hay aquellos que aparecen plenos de madurez, con almas largamente labradas por la vida, con años de dolor andados y de re­cogida experiencia: éstos, solo a los artistas es, precisaitiente, cuando encarna a estas fi­guras de prieta densidad que adquiere Mar­garita Xirgú su mayor prestigio. La Rosita del último acto, son sus años de espera y de desilusión a las espaldas; la Madre, con sus muertos alzándose de la oscura tierra; Yerma con su clamorosa maternidad frustrada...

No es el gesto apasionado ni el hábil des­arrollo de una intriga lo que puede lograr que estos fantasmas vivan y conmuevan nuestro corazón. Es menester una labor sutil, un fino juego, una honda y verdadera emo­ción. Y esa emoción solo se trasmite si se siente y ese juego solo es posible cuando la sensibilidad le sostiene y la inteligencia le dirige. Hay palideces y ademanes, hay mi­radas y medias sonrisas y matices de voz que por mucho que se domine la técnica denlas- escenas solo anima y calienta la emoción verdadera; solo la comprensión acabada rea­liza; solo la inteligencia y la sensibilidad ha­cen posible.

Margarita Xirgú lo sabe porque ha vivido. Porque ha recorrido las estaciones obligadas del dolor y de la alegría; obligaddfs para la mujer que ama, para la madre que vela, para la artista que crea.

Por eso es ella y por eso le damos las gracias. Por ser quien es.

Clotilde LUISI.

¡ O H , C I U D A D !

LENTAMENTE desciendo lentamente Los peldaños

Las gradas las m aderas Las luces de la tribu en todas las ventanas El árbol silencioso su copa de esm eralda La corona lejana Las trompas de la noche Y la muía que ayer ardiendo Balaba por el trigo abandonado Por el círculo campestre Y las montañas.

Los pies de los infantes en las losas Picotean el pan de los pájaros lejanos Porque tú eres así. ¡oh ciudad!Y tus mujeres, con los ojos de fósforos ven­

d a d o sA guardan sobre hileras de zapatos Al vencedor de los combates en la hacienda.

El esternón de los hambrientos Pende en el subterráneo de las ruinas Las bóvedas del sueño La gran pantalla b lanca Y el baño de las hermosas estudiantes

Sobre la risa inm aculada.¡Oh, ciudad!Un negro en el crepúsculo del puerto Bate el tam-tam de los am ores fuertes Bodegueros em barcan sus bodegasY una columna arrancaUna larga desastrosa columnaQue hilvana las arcadas de tus puentesLa cintura de ios arrabalesLos comedores ilum 'nados los desiertosComedores iluminadosEl dolor de los trabajos cotidianosPorque tú eres así. ¡oh ciudad!Y cuando el cielo se inclina a la molienda Sobre tíCuando la penum bra de los salones se hace

[hiloEl ave m áscula tiemblaEl tambor rebelde tiembla solo en el fondo

[de la nocheY diez mil voces tiemblan Cien mil voces tiemblanMed'o millón de voces tiemblan y atraviesanUn sueño iCon las palm as de la libertad en la mano.

EUSEBIO ALEJANDRO LAUREIRO.

J

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EL PRIMER SALON DEE l P r im e r Salón de A r t i s ta s I n d e ­

p en d ien te s i n a u g u ra d o en el A teneo de Montevideo, el 20 del m es ®n cu rso — techa que h a de se r m e m o ra b le -p o rq u e o m ucho nos equ ivocam os o s ignif ica la m ay o r ía de edad de n u e s t ra d e m a ­s iado “ d e p e n d ie n te ” vida a r t í s t i c a ,—- c o n f ig u ra un signo de p u re z a c re a d o ­r a y de p rob idad m oral . Es, en sí m is ­mo, u n a ba ta l la g a n a d a po r el e sp í r i ­t u que es so l idar idad desde el p r inc i ­pio, desde la acción. S o l idar idad con el h o m b re que no debe se r m enoscaba ­do, hum il lad o en sus derechos ; soli­d a r id a d con el a r t e que no debe se r t r a ic ionado , vend ido en su a r ro g a n c ia ; so l id a r id ad con la v ida que no debe se r he r id a , f a t ig a d a de confusion is­mos.

No vam os a r e p e t i r su h is to r ia cono­cida; feliz al fin p o rque feliz c u lm i­n a y porque h a b rá de reco m en za r en el e jemplo . Baste r e c o rd a r aq u í que es te Salón r e s u l ta in d ep en d ien te por la ca l idad de la o b ra en su c o n ju n to y por el ges to heroico de sus p a r t ic i ­pan tes , qu ienes r e n u n c ia ro n a segu ras p reb en d as en a r a s de su posición é t i ­ca. Baste ello, y el r e p e t i r con el g r ie ­go, que la belleza es el r e sp la n d o r de % la verdad, p a ra a s e g u ra r que en es te Salón d e los In d e p e n d ie n te s se h a r e ­fug iado a e n to n a r su t e r n u ra , e l e s ­p í r i tu a r t í s t ico del pais.

E l nos p roduce en e s ta s sa las una p r im e ra , g r a t í s im a im presión . Hay u n a v e rd a d e ra eclosión de pe r so n a l i ­dad . Cada a r t i s t a en lo suyo y en un ta l l e r ab ie r to a p lena luz. En la p in tu ­r a es ev iden te ta l acon tec im ien to . La escu l tu ra , en cambio , de por si más sobr ia , m ás im persona l , m ás a r te de todos p o rque nace p a r a el espacio, la calle, la m u l t i tu d , a p a r e n t a un a u n idad mayor. Y esa apa r ien c ia le da u n a no ­bleza un ifo rm e, sin q u i ta r le la f ina m usica lidad de las p ersona l idades que son fu e r te s a la vez q u e delicadas.

Carlos P revost i , sin discusión el p in ­to r m e jo r rep re sen tado , nos produce un to ta l en can tam ien to . No nos e x t r a ­fia, porque ya la conocíamos, e s ta p ro ­fund idad de su p in tu ra que a l t e rn a hoy po r las sa las dándo les a és tas to ­d a la a u s te r id a d que han m enes ter . P uede decirse con verdad, que, al la ­do de lo suyo, cada una de las o tras te las pueden y logran aco m p añ ar lo go­zosas.

P revost i , ya lo d i re m o s m ás d e t e n i ­d a m e n te , t r a t a su m a te r ia con un g ran sen t id o de in t im id a d ; la a m a con un a m o r de dueño , pero t r a n fo r m a d o él mismo en o b je to o en espacio p a r a so r ­p r e n d e r sus des fa l lec im ien tos en la so m b ra , su vaporizac ión en la luz. Co­lor, tono, m onólogos de so m b ra e n t r e opacos a d e m a n e s de las cosas. Color, color seco, to n a l id ad , con la luz do m i­n a d a en él como en las cosas m ism as su función h u m a n a , como en la f o r ­m a de los c ach a r ro s la a le g r ía del agua . Y diálogos, te m a s de color que se d e s a r ro l la n , qu e se cam b ian y dan como e x t r a ñ a d o s la fo rm a de los o b ­je to s , la so b r iedad de un á rh o l , la a r ro g a n c ia y la c la r id ad de un puente .

De T o rre s G arc ía y a propósito de u n a t e la c o n s t ru c t iv is ta m uy de l icada en ocres que la suav izan y que, a p a ­re n te m e n te , la d e s eq u i l ib ran en su o sa tu ra , te la que a la rd e a , ya que no de perspec tiva , de p ro fu n d id a d en el color — es decir , u n a m a n e ra de la perspec tiva —- r e c o rd a re m o s a h o r a lo y a exp resado sobre su t e n d en c ia que enseña a q u i o tro s ensayos de sus d is ­c ípulos: Las te las ú l t im as , d i j im o s h a ­ce ya t iem po, im p re s io n an como f r e n ­tes de ig lesias con su m u l t i tu d de lí­neas y de espacios en un solo te j ido , con el ap lom o de lo co n s t ru id o y la a rm o n ía de la composic ión que a no s­o tros nos r e s u l t a l lena de lirismo, de un l i r ism o especial, m is t ic ismo de las cosas, l i r ism o es tá t ico .

A dem ás p e rm i te exponer es te m aes­t r o u n a calle S a ran d i , he rm oso c u a ­dro de del icada gam a de grises , donde enseña con evidencia lo qu e p odr ía h acer en ese sen t ido pictórico, si él lo qu is iera . D om inando el c laroscuro , d e s a r ro l lan d o la oposición de los m a ­tices en la m ism a re lac ión e n t r e si, en la m ism a d i r ía m o s vecindad, que las m asas d ibu jadas , log ra un a a tm ó sfe ra h u m a n ís im a por la ensoñación en que queda su m id a la m ate r ia . Es u n a de las te las m ejores, p le n a m e n te conclu i­das . Y e s ta m o s en Rivello ya. Gran esp ír i tu desasosegado, se nos m u e s tra tan t ie rn o y p ro fu n d o r e la ta n d o n ada m ás que u n a p resenc ia del color, que pedim os p a ra con su obra la a d m i r a ­ción m ás e s p o n tán ea y la a tenc ión m ás meticulosa. No es u n i fo rm e qu izás su m u e s tra , pero en las ca jas sin n a d a casi, que son el único p un to de r e fe ­rencia de dos de sus te las , ha l lam os

d e s n u d a su v isión de las cosas. Nos p r e g u n ta m o s en tonces , d ónde , en q u é r incón de su sensor io h a b r á log rado d es cen d e r la su s ta n c ia de las cosas a la vez qu e la de sus o jos y qu e la de la a tm ó sfe ra , pa ra lo g ra r e s ta a m a l ­g a m a de m at ices sordos , a r r a s t r á n d o s e como in s t in to s po r las f o rm a s de los o b je to s . . . es te em p a s te de m a t ices suaves con que fu é hecho, sin d u d a

OLEO de C. d e Arzádiim

a lg u n a , el h o m b re y el m u ndo con él. Rivello , h e rm a n a d o a p re v o s t i en la ca ­l idad y el sen t ido de su obra , sos t iene y l e v an ta el id iom a pictórico, las r a l ­ees del mismo, con que. desde el c u ­bismo, h ab la la n a tu r a le z a vencida de las cosas.

No h a l lam o s m uy bien re p re se n ta d o a A rzad u m , se g u ra m e n te debido a que en los m ism os d ías exponía en o t r a p a r te u n a m u e s t r a in te r e sa n t í s im a de su copiosa o b ra . E n la te la de la m u ­chacha n e g ra se n tada , de un g ran equ i l ib r io de color, todo t r a ta d o como al pas te l , con u n a a r e n a de t e rn u ra , en a q u e l fondo de la casa r o s a d a y un iversa l , en aque l m a r de f i rm e y a leg re expresión , en el cielo viajero rea l izado como un b uque con p lanchas de color, h a l la m o s el sen t ido de la h u ­m ildad y de las fo rm a s s im ples y p lanas que c a rac te r iza ro n s iem pre su

p i n t u r a y qu e h a c e n c a s ta , con la c a s ­t idad dei a r t e todo , su s e r e n a pa le ta . C i ta m o s as im is m o , p a r a u b i c a r l a en u n a época m á s c o lo r is ta , c u a n d o p a ­rec ía i n c l in a r s e h ac ia u n a c a n c ió n s e n ­su a l y jocosa , la t e la de los b a ñ i s ta s r e a l i z a d a con u n a g r a n senc i l lez e s c u l ­tó r ic a en los m o v im ie n to s , e n u n i n ­ten to de lo e l e m e n ta l q u e s ie m p re le a t r a j o . E n c u a n t o ' a s u t e n ­d e n c ia ú l t i m a b a s te d e c i r q u e lo g ra p u r a s su s t o n a l id a d e s y c o n q u i s ta u n a luz especia l , en c ie r to m o d o a l u c i n a n ­te, p o r d o n d e d e n u n c ia s u m é r i to . Y su p o rv e n i r im p re v is ib le y m ag n if ic o .

De S im o n e e s t á r e p r e s e n t a d o en c a n t id a d y m u y c a l i f i c a d a m e n te . Dig­n a de a p la u s o su s i le n c io s a la b o r p o ­s i t iv a r e a l i z a d a e n -los ú l t im o s años , p la n te á n d o s e p r o b le m a s m á s v a s to s que aque l lo? r e a l i s m o s q u e f u e ro n s u p r i ­m e ra y n ob le rev e la c ió n . H a y e n todo él u n a g r a c io s a s im p l ic id a d g r a t í s i m a a los o jos y casi d i r i a m o s a t r a y e n t e al tac to . E n el c u a d r o de l v e r d u le ro , p u e ­de s e p a ra r s e c ad a f i g u ra , c a d a p a r e d , el c ielo m ism o d e te n id o , c o n te m p la t i ­vo, y v iv i r ían p o r s í m ism o s . S in e m ­b a rgo e s tá n b ien e n el c o n ju n to . E l h o m b re de azu l , lo g ra d o el m o v im ie n ­to con dos m a n c h a s y a c o m p a ñ a d o en breve espacio p o r d iv e r s a s to n a l id a d e s ; el g r u p o del c a r r o d e n s o d e c la r id a d ; la m q c h a c h a q u e c r u z a con u n a g r a n d u l z u r a d e a d e m a n e s p e ro sin n in g ú n a d e m á n ; la ca l le c o t id ia n a ; los tech o s ; la ca sa a l t a y s o s t e n id a en la a tm ó s f e r a : to d o n u e s t ro , con n u e s ­t r a luz y n u e s t r a v ida , p r o c l a m a n a De S im one , — en el lo y e n su p a l e t a qu e a h o r a h a l l a m o s h e r m a n a d a a la de A rz a d u m , — el p i n t o r m á s a r r a i g a ­do en n u e s t r a s e n sa c ió n c iu d a d a n a , en aqu e l lo q u e v em o s o in tu im o s h a b i ­tu a lm e n te , e m b e l le c ie n d o la v id a h u ­m ilde q u e nog ro d ea . L a v isión de la R a m b la S u r , s in té t ic o s a c o rd e s d e co­lor a m b ie n t a d o s en u n a m ism a t o n a ­l idad , h ace m á s e v id e n te la be l leza de su m u e s tra .

E d u a rd o A m ézag a , F e l ip e S eade , L u is Mazzey y C a r lo s G onzález no s d e s ­tacan a q u e l la p r im e ra im p re s ió n de u n id ad en lo d ive rso , q u e en e s te S a ­lón d e s p ie r ta el e n tu s ia sm o .

Son c u a t r o p e r s o n a l id a d e s , l an zad as , desde su j u v e n t u d p r iv i le g ia d a , h ac ia m e tas t a n a t r e v id a s co m o h e rm o sa s . Uno m á s se g u ro q u e los o t ro s , o t ro m á s g r a n d e d e a fan es , el t e r c e ro p in ­to r , el ú l t im o m á s c o m p le jo en su a p a ­re n te s im p l ic id ad : todos se h e r m a n a n en la e m o c io n a d a la b o r q u e los posee.E s necesar io de s ta c a r lo s .

A P R O P O S I T O DE L IIndudablem ente el Salón Oficial

de Bellas Artes nació desdichado. A la división de los plásticos frente a su anuncio, siguió luego la re­nuncia de los tres jurados que m a­yores garantías ofrecían a los con­cursantes de m ás calidad. Nos re­ferimos a los señores Herrera Muc Lean, Bazzurro y Argüí, dimitentes en virtud de que el jurado, de golpe y portazo resolvió admitir telas re­chazadas, cediendo, es presumible, a una presión de las alturas. Uno de las obras acep tadas era un re­trato presidencial del pintor Laro- che. El mismo jurado se negó a re­considerar otros rechazos injustifi­cados. Porque, su heterogénea cons­titución, hizo que, por momentos, se pusiera en tela de juicio la pro­ducción de Cúneo y otros valores destacados en el movimiento p lás­tico, — y que m ás de un artista de méritos viera retaceada su partici­pación en la muestra.

• * *

Como se vé la influencia perso­nal o política h a estado en su ap o ­geo en este Salón. Desde la adm i­sión de telas has ta el lugar prefe­rente en las s a la s . . .

O tra cosa que resultó absurda, no máxi fue la elección de dos jurados, los bien los señores Eduardo Ferreira y José Be- desagrac lloni, por parte d e la m ayoría de tamos, los asp iran tes. Como el acto elec- A los toral se realizó an tes de que los tuales qp asp iran tes fueran adm itidos, dióse peta, es el caso d e que los señores Ferreira concurso: Belloni, que obtuvieran mayoría, en sus c fueran votados por la casi totalidad mismo ci de los que luego resultaron recha- en otros c zados. Al fin d e cuentas represen- telectual, tan en el ju rado a los aceptados, plásticas sin haber obtenido el voto de éstos..

Se lució la Com isión Nacional de Bellas Artes con u n a reglamen­tación tan peregrina.

* * * .

Todas estas cosas, y las que ha­b rán sucedido unos d ías después de escrito este comentario, reafir­m an la asp iración d e la A.I.A.P.E. d e que el arte debe estar gobernado por los propios artistas, vale decir, que tanto la Comisión N. de Bellas Artes como los jurados literanos, plásticos o m usicales debert estar en sus manos, y no en extrañas, como sucede ahora. La participa­ción del Estado debe ser mínima, y

Todo le reza, a la

Escritas Saìón, int sus m iem t premios. E mente el I tuye un ni donai. Pir Figari, Cif Gentieu, C Viera, Mar da Lizardi, nido premi

Page 9: ORGANO DE IA AGRUPACION DE …bibliotecadigital.bibna.gub.uy:8080/jspui/bitstream/... · 2017. 5. 27. · POR LA DEFENSA DE LA CULTURA ORGANO DE IA AGRUPACION DE INTELE(TUALEI,ARTIlTAt.,PERIODUTAl

A I A t> E

a r t i s t a s i n d e p e n d i e n t e sn la cas- a paleta, c an a eu ando p a . clón s e n .

bañ is ta s [ez escu l­lí un in-

s iem pre su t e n ­ue logra lista uu a i luc inan- lérito. Y gníiico. lado en ite. Dig- abor po- >s años , istos que

su pr i- en todo r a t í s im a yente a l iro, pue- i p a red , em pla t i - Sín en t ­into. El m m i e n - ñado en l idades; l a r i d a d , n una ero sin t id ian a ; n ida en n nues- aman a i pa le ta la a la i r r a ig a - ana , en i habi- ida h u - u de la

de co- a tona- leza de

Seade, ios des- ilñn de a te Sa-

nzadas , hacia

■mosas. i, o t ro ro pin- >u apa - m a n a n posee.

L a cabeza de n iñ o t a n c o n s t r u i d a y f ina , t a n e s p i r i t u a l y e g re g ia , t a n m í s ­t ica , d i r ía m o s , q u e d a e l to n o a n g é l ico y c o n te m p la t iv o d e la o b r a d e A m é- za g a y E l as i lo , v is ión to d a e l l a p a t é t i ­ca y tierna,* la h u m o r a d a s e v e ra d e Sea- de , su d e s d ib u jo q u e d e j a un t a n t o f u e ­r a de foco su s f ig u ra s , p e ro q u e e v id e n ­c ia el h e rm o s o , e l cas i to ta l p ro b l e m a h u m a n o q u e q u i e r e r e v e l a r y r e s o lv e r con su p in tu r a , n u e v a y a m a s a d a en d o ­lo r t a n to co m o e n n o b le z a ; los t r a b a j a ­d o re s de Mazzey l l e g a d o s d e su s m o n o ­t ip ia s ú l t im a s u n t a n t o r e c o r ta d o s , d e s ­e n c a ja d o s d e l fo ndo d e luz d e las p ie ­d r a s , p e ro e b r io s de c o lo re s f u e r t e s ; y los g a u c h o s d e G onzá lez— n o y a en su m u r o q u e , a g r a d a b l e d e co lo r co m o es , nos r e s u l t a un t a n t o in c o m p le to , r e a ­l izad o en func ión de o b r a m a y o r y q u e , co n fesé m o s lo , e s tá c o m p u e s to de u n a m a n e r a e s p o n tá n e a q u e no no s Ue> g a , en un a m o n t o n a m i e n t o se n sa c io n a - l i s t a d e f i g u r a s — sino en su s m o n o t i ­p ias , e n su d ib u jo s o b re todo , d e n u n ­c ia n d o u n a f a c u l ta d p o d e ro sa p a r a a c u ­m u l a r s o b re lo p r im i t iv o de la c a r i c a ­t u r a , un s im b o l i s m o c o n c e p tu a l d e la s f o rm a s .

Y luego el v io lín bello de O r la n d o ; C ú p a ro , d e s ig u a l pe ró p ro fu n d o a m i ­go de su m a te r i a l h u m a n o ; P a r i e n t e A m a ro , t a m b ié n p e r so n a l , en a g r a d a ­bles a c u a r e l a s e n t in t a d a s en u n a e s ­pecie d e m ú s ic a d e clave, sin v ib r a ­ción , p e ro con nob le p re s e n c ia ; B r a ­vo, H ag n i , en su s a n t ig u a s t e la s ; Ur- ta . q u e c o n q u is ta con e le v a d a h o n e s t i ­d a d su m a te r i a ; I r m a B e ce r ra M uniz Cos t ig l io lo poco t r a b a j a d o r , Clérici d ie s t r o ; R o s a Acle y a lg u n o s o t ro s , n o s o b l igan a m e d i t a r con e s p e ra n z a en la r e a l id a d a r t í s t i c a de n u e s t ro m u n d o h a b i tu a l , s o l i ta r io y fe ryo roso .

E n G ra b a d o y D ibu jo , es p rec iso d e s t a c a r la f i rm e p resen c ia de P a s . to r , C a s te l la n o s B a lp a rd a , Savio, S u á - rez, Bais , a d e m á s d e A rz a d u m , P re - vosti y R ivel lo qu e se m a n t i e n e n en el p lan o ya co m e n ta d o .

P a s to r con dos h e rm o s í s im o s p a i s a ­j e s de g ra n so lidez p ro p ia de la m a ­t e r i a q u e t r a b a j a , d ib u j a en d e n s a a tm ó s f e r a y con e x p re s ió n de d e l ic a d a se g u r id a d . F i g u r a s s e n t a d a s y f ig u ra s de p ie y s o m b ra s q u e o n d u l a n ; P a s ­t o r con s ig u e d e t e n e r l a s en co m u n ió n con los r a n c h o s y las co l inas . C a s te l l a ­no s B a lp a rd a , en cam b io , p r e o c u p a d o p o r e l espec ia l p lano de lo c o n s t r u c ­tivo, — p o r e je m p lo un g r a b a d o d o n d e u n a f ig u ra en pie y o t r a r e c l in a d a reco g en y h a c e n m u s ica l lá c u rv a que d e s c ie n d e de u n a s p a lm a s — t r a s l a ­

d a a la s p l a n c h a s un co m p l ic a d o s e n t id o d e d ib u jo l in ea l y d e c o ra to d o s los h u e c o s d e la su p e r t i c ie . Con e l lo lo g r a v e r d a d e r a s e s ta m p a s r o m á n t ic a s , i lu s t r a c io n e s de un e s p í r i t u q u e v aga p o r las f o rm a s con g r a n d e n e c e s id a d u e v e s t i r l a s o h i s to r i a r l a s , oe r e p r e ­s e n t á r n o s l a s con sencil lez . P r e f e r im o s oe to d o lo suyo , la q u e p o d r ía se r l l a m a d a h i s to r i a de l a g u a p o r el t e m a q u e d e s a r r o l l a . P e r o no o lv id a m o s u n a so la a c u a r e l a e s c o n d id a en el sa ló n m e n o r , a p e n a s v isib le , d o n d e u n á rb o l , l u m in o s o d e g r i s e s , d i s p e r s a e n el p r i m e r p la n o tu d a s l a s m a t e r i a s qu e le r o d e a n y le a d m i r a n .

Sav io y Ba iz , a u n q u e d i s t i n to s en su e x p re s ió n , d e n u n c ia n , co m o es ló ­gico, q u e la m a n o q u e d i b u j a lo h ace i |u sc a n d o p la n o s p o r d o n d e re c o g e r , d e s c e n d e r el paso d e la luz. Y es q u e son e s c u l to re s . E n Sav io , e s p e c i a lm e n ­te , un g r a n a m o r a la f o rm a q u e c o n ­te m p la , lo g ra a f i n a r h a s t a u n s e n t id o e s p i r i t u a l a q u e l lo s p la n o s , s o b re to d o e n u n d e s n u d o d o n d e ni u n o so lo de los v o lú m e n e s d e j a d e d e c i r p o r si m ism o un m o v im ie n to u n t a n t o ocu l to , f i n a m e n te a s o m a d o e n un g i ro l in ea l .

N o d e b e m o s c o n c lu i r e s t a s r e f e r e n ­c ia s a l p r im i t i v o a r t e sin r e c o r d a r los e s t a m p o n e s d e S u á re z , eu los q u e , j u n t o a la n a t u r a l , i n n a t a a l e g r í a q u e le c a r a c t e r i z a n , y q u e le s i r v e n p a r a v e r la e m b r i a g u e z e n b lan co y n eg ro , h a y un p ro p ó s i to d e i r o n ía y d e s a r ­ca s m o a la vez, q u e h a c e c a r i c a t u r i ­z a r a l c o m e r c i a n t e o p u le n to y u n a s u a ­ve t e r n u r a q u e le h ace r e a l i z a r su m e ­j o r g r a b a d o e n la ca l l e c i t a h u m i ld e , cas i r ec ién sa l id a d e l b a r d e s u s a f a ­n e s y e n s e g u id a d e v u e l t a e n él.

Y l l e g a m o s a la e s c u l tu r a . A q u í nos c o lm a d e be l leza la o b r a d e B e rn a b é M iche lena . T r e s o c u a t r o cosas l le n a n el a m b i e n t e con s u p o d e r o s a p r e s e n c ia i n t i m a a la vez q u e p lá s t i c a y d e s a ­t i s facc ió n a q u i e n e s a f i r m a m o s ya h ace b a s t a n t e t i e m p o q u e e n M ic h e le ­n a s u e ñ a la especie . C iv i l izac io n es h a y q u e q u e d a n a d i v i n a n d o la g r a n d e z a d e su m is ió n — d i j im o s — y p l a s m a n d o d e l i ­c a d a m e n t e su im p a c ie n c ia . Lo r e p e t i ­m o s con e x t r e m a d a a l e g r í a p o r q u e en ese p a t i o de l A te n e o , M ic h e le n a p r o ­c l a m a la j u s t e z a d e n u e s t r a s c u id a d a s p a l a b r a s . A q u i u n a m a d r e r e p r e ­s e n ta , t o d a re c o g id a e n su c o n j u n t o , el m u n d o de las f o rm a s : u n a so lam asa , u n a so la f i g u r a cas i g e o m é t r i ­ca. a p e n a s a s o m a d a d e s d e la f u e r z a d if ic il d e la p ie d ra , d e la m a t e r i a , de la s u s t a n c i a to d a c o n s id e r a d a co m o u n iv e r s a l ; r o m p ie n d o la o s c u r id a d en

q u e e s t a b a s u m id a , o s c u r i d a d q u e e r a a e su c a r n e d e a r c i l l a y su c a r n e d e h e m b r a ; e n s a n c h a n d o s u s t u e r z a s , su so l idez , p a r a a o r l r s e p aso a u g u s t o n ac ía el m u n d o e x t r a ñ o . Y r e c o g ié n d o s e n u e ­v a m e n te e n si m i s m a , cas i im p e r c e p t i ­b le m e n te , d e s p u é s d e las a n c n a s c u r ­vas d e la e s p a ld a y d e los m u s lo s , q u e f o r m a n e l p i a n o d e d o n d e n a c e , a e d o n d e a c a b a d e d e s p r e n d e r s e ; y d e s ­p u é s d e a q u e l a s o m o e l e g a n t e d e s u s p i e r n a s , d e s u s p o d e r o s a s r o d i l l a s , q u e se r e i n t e g r a n e n s e g u id a a la m a s a , a l c o n j u n t o co m o e n u n a v e r d a d e r a s u t i ­leza d e la s f o rm a s . T a l u n su e ñ o v o lu ­m in o so p o r e l o r ig e n y d u l c e p o r la so rp re s a . U n a g ig a n te s c a , t e r n u r a . Q u e eso e s M iche lena .

T o d a v ía a s o m a n d o , co m o un r a m o de f lo re s , la m a t e r n i d a d v is ib le , c o n f e s a ­d a , e n t r e s p e q u e ñ a s f i g u r a s g e o m é t r i ­cas , m o d e la d a s con c l a r i d a d c o ra l : e n los p e c h o s m a t e r n o s y la c a b e z a del n iñ o , q u e l o g r a n o t r o p l a n o h o r i z o n ­ta l h e c h o co n f o rm a s , la base d e o t r o c o n o q u e p e n e t r a e n la m a d r e con u n a d e c is ió n de esp ec ie y d e m a t e r i a c o m ú n . A si la s p i e r n a s d e l p e q u e ñ o t a m b ié n r e c o g id a s co n u n a g r a n f u e r ­za , a d e m á s d e la e l e g a n c i a , h a c ia s u o r ig e n . Y to d o su c u e r p o con u n m o v i­m ie n to in t im o d e a v id e z y d e gozo, to d o h a c ía d e n t r o , c o n t r a p u e s t o a l de la m a d r e q u e se a b r e p a r a r e c o g e r lo . Ya las r o p a s no e x i s te n : s o n só lo luz p o s a d a ; so n só lo u n a a l e g r e c o n q u i s ta d e la f u e rz a .

No p o d e m o s d e t e n e r n o s m á s e n Mi­c h e l e n a p o r q u e el e s p a c io n o lo p e r ­m i te , p e ro a l e n t a m o s a q u e se le c o n ­t e m p le en t o d a su o b r a , q u e é s t a sa b e e n s e ñ a r la d i f e r e n c i a q u e h a y e n t r e la luz n a t u r a l y é s t a q u e s a le co m o un v a p o r d e su p lá c id a co n c ie n c ia . L a c a ­b eza m o n u m e n t a l d e u n a n iñ a , t r a b a ­j a d a e n u n a so la p a r á b o la , c o r t a d a a luz e n s u s p l a n o s q u e d e s c i e n d e n h a c i a la b a r b i l l a a i ñ a n e r a d e las c a b e z a s e g ip c ia s , e n s e ñ a u n a t i b i a n iñ e z , e n o r ­m e, d e f in i t i v a , t a l c o m o es , p a r a s i e m ­p re , el a l m a d e u n a h i j a e n e l c o r a ­zón d e u n p a d r e .

Y p a s e m o s a las f i g u ra s , v e r d a d e ­r a s t a n a g r a s , d e A l b e r t o Sav io . E s t e h o m b r e p u r o , s e n t im e n t a l , d e l i c a d o , q u e va h a c ia s u a r t e co m o h a c i a un é x ta s i s c o t id i a n o , d o n d e d e j a r d e pie y cas i s in m o v im ie n to s , u n ú n ic o y f in o a i r e d e a r m o n í a , e x h ib e a h o r a e j e m p l a r e s v a r i a c io n e s s o b r e un m is m o l e m a p lá s t ico . L a f i g u r a m a y o r l e v a n ­t a d a e n s im p le s v e r t i c a l e s , s a c r i f i c a n ­do los d u lc e s d iá lo g o s d e los m ú s c u lo s o fo rm a s , p a r a m o n o l o g a r a lo l a r g o

d e e s a s v e r t i c a l e s q u e se c u r v a n o d e s ­l izan en l a n o s t a lg i a a e ia c o l u m n a , y m a n t i e n e n a s i tu a p o s t u r a u e i c o n ­j u n t o , c u l m i n a con u n a c a o e c i i a i rau«- j a u a con a o s o i u t a se nc i l le z . E n la m a s a c u r v a a e l c a o e l io , e n la t r e n t e l u m i n o ­sa , e n la e l e g a n c i a a e los u o m o r o s , se c o n j u g a a q u e l l a v e r l i c a l i u a u q u e u e s c i e n a e p o r la e s p a l d a e n a n c n o s g e s to s .

M e nos a r q u i t e c t ó n i c a , p e r o m á s m u ­sica l , Sav io l e v a n t a con u u l z u r a u n a t i g u r i l l a e n c a b l a a o r a , a i t i c i l a e a e s c r t - Dir r á p i d a m e n t e , p o r q u e en c a d a p e r f i l a s o m a u n m o v i m i e n t o y un m o v im ie n to g ra c io so .

U n a f i g u r i t a c e ñ id a con g r a n s e ­g u r i d a d , q u e i n c l in a u n a so la p a r á b o ­la d e s d e la f r e n t e h a s t a l a s m a n o s , u n i d a p o r la s c u r v a s d e los b ra z o s . R e c o r d a m o s la d e l i c a d e z a co n q u e a s o ­m a u n g e s to d e l a p i e r n a i z q u i e r d a y c o m o d o s p l i e g u e s d e la t ú n i c a la e q u i l i b r a n v o lv ié n d o lo a la m a s a . A si lo g r a m a n t e n e r la i n t i m id a d d e los vo ­lú m e n e s , a la vez q u e los d e j a p e r ­c ib i r p o r u n a e sp ec io d e e s p e c t a t i v a de la luz.

M a r t i n , M on c a lv i , G o n z á le z ( A r m a n ­d o ) y B a is , c o m p l e t a n la c a n c ió n d e las f o rm a s . D isc íp u lo s d e M ic h e le n a los d o s p r i m e r o s , p r e s e n t a n s e n d a s c a ­bezas , d e m u j e r y h o m b r e , l l e n a s d e c o u t e n i d o s v a lo r e s , s u t i l e s y e s p i r i t u a ­les en M a r t i n , m á s t u e r t e s e n M o n c a l ­vi . E n G o n z á le z n o h a l l a m o s t a n t a c o n t i n e n c i a d e h u m i l d a d , t u n t a d u l z u ­r a d e l e n g u a j e c o m o e n a q u é l lo s , p e ro e s e v i d e n t e e n su m u e s t r a , u n a p o d e ­r o s a e i n n a t a f a c i l i d a d p a r a s e g u i r e n el m o d e lo ,a veces la g r a c i a , a veces la e s p e c t a t i v a , s i e m p r e e n v o lú m e n e s . Y r e s t a B a is , o t r o a l u m n o d e l a u t o r d e a q u e l r e l i e v e d e l t r a b a j a d o r q u e e s c o m o u n o l e a j e d e a r e n a s a b ia . E n B a is , p r i n c i p a l m e n t e en u n a c a b e z a d e n iñ o , m o d e l a d a d e s d e la s o l id e z h a c i a la luz , e n u n a g r a n c a b e z a i n f a n t i l , e s t á lo n u e s t r o a m e r i c a n o , lo a t r e v i d o y lo g r o t e s c o , lo p u e r i l y lo g r a c io s o , to d o v o lv ié n d o s e h a c i a e l a i r e c o m o e n u n a i n t e r r o g a n t e , e n u n so lo g e s t o q u e d e n u n c i a s u u n i d a d . E s t e j o v e n a m i g o d a l a s e n s a c ió n d e q u e t i e n e m u c h o p e r s o n a l q u e d e c i r n o s . P e n s a m o s q u e e n e s to s c u a t r o a r t i s t a s , c o m o e n los p i n t o r e s q u e s e ñ a l á b a m o s m á s a r r i b a h a y u n a g r a n r e a l i d a d d e p r e s e n t e p r e ­c u r s o r a d e u n a t o t a l i d a d c e r c a n a .

A to d o e l S a ló n , p u e s , q u e a ú n a la lecc ión m o r a l con la lecc ión e s t é t i c a , n u e s t r o f r a t e r n o r e g o c i jo .

C ip rian o S. V lttire ira

D E L S A L O N O F I C I A Lresultó ab su rd a , dos ju rados, los

;Freirá y lo sé Be- > la m ay o ría de no el ac to elec- ítes d e q u e los adm itidos, d ióse señores F erre tía

rieran m ayoría , la casi to ta lidad esultaron recha- uentas represen- i los acep tad o s, el voto d e éstos.. nisión N ac ional i un a reg lam en-

s, y las q u e ha- ® d ía s d esp u és mentario, reafir- de la A.I.A.P.E. estar g o b ern a d o stas, v a le decir, ion N. d e Bellas rodos literarios, les deberí e s ta r o en ex trañ as, r. La participa- e ser m ín im a, y

no máxima. M ientras no se cam ­bien los p ap e le s se producirán los desagradab les episodios qu e a Fle­tamos.

A los únicos productores intelec­tuales que en la ac tu a lid ad se res­peta, es a los arquitectos. En sus concursos d ictam inan arquitectos, en sus cuatro qu in tas partes. El mismo criterio debería susten tarse en otros órdenes de la activ idad in­telectual, y sobretodo en las artes plásticas y literarias.

Todo lo dem ás lleva a la lige­reza, a la confusión, a l caos.

» * *

Escritas estas líneas el Jurado del Salón, integrado por m ayoría de sus miembros, otorga los num erosos premios. Debiendo com entar breve­mente el fallo, direm os que consti­tuye un nuevo aten tado a l arte n a ­cional. Pintores de la ca lidad de Figan, Cúneo, Scolpini, Laborde, Gentieu, G a rd a Reyno, Petrona Viera, M aría Rosa de Ferrari, Bran d a Lizardi, Ventayol, etc. han obte­nido premios secundarios o se les

h a despo jado totalm ente d e toda rem uneración a su labor artística. A nte el pán ico d e lo opinión sen ­sa ta y en tend ida de todos los dfri- b ien tes artísticos vem os ascen d er a "prim eros prem ios" a los señores Rosé y Rúfalo, obtener recom pen­sas d iversas, a v e rd ad eras m edio­cridades.

El fracaso del S alón Oficial, que no congregó en su seno a la u n a ­n im idad d e los plásticos, se vé re­m atado con el otorgam iento de los prem ios por este Jurado inepto, dos d e cuyos m iem bros fueron electos por asp iran te s m á s ta rde " rec h a ­zados".

La experiencia d e este 1er. Salón d eb e servir d e fecunda y elecciona- do ra en señ an za a los c a m a ra d a s plásticos, y el resurgim iento d e la Ü.A.P.U. se im pone. Sólo con la un idad grem ial fortalecida se po­d rán obtener a lg u n as conquistas que eviten la repetición de lo pro­ducido en e s ta em ergencia.

Invitam os, pues, a la un idad a todos los plásticos.

El triste suceso del 1er. S alón Ofi­c ial d eb e ser el ejem plo vivo d e la lucha futura.

“ MONOTIPIA de José E. Bravo

Page 10: ORGANO DE IA AGRUPACION DE …bibliotecadigital.bibna.gub.uy:8080/jspui/bitstream/... · 2017. 5. 27. · POR LA DEFENSA DE LA CULTURA ORGANO DE IA AGRUPACION DE INTELE(TUALEI,ARTIlTAt.,PERIODUTAl

V i d a C u l t u r a l d e l 1 n t e r i p r«ÍN PA N D E A ZU CA R S E CONBTI

L'YO E L C O M ITE PR E PA R A T O R IA D E L C O N G R ESO D E E S C R IT O R E S

D E L IN T E R IO R

E l 4 y 5 d e l c o r r ie n te tu v o lu g a r en el p u eb lo d e P a n de A zú ca r u n a r e ­u n ió n de e s c r i to re s re g io n a le s , p a r t ic i ­p a n d o d e le g a c io n e s de M aldonado , P an de A zú ca r, San C a rlo s , Jo sé B a tlle y O rdódez , M inas, C a rm e lo , y o tro s p u n ­to s d e l pa is .

P o r M inas c o n c u rr ie ro n los r e ­cios n a r ra d o re s J u a n Jo sé M orosso li y S a n tia g o D o sse ttl h i jo ; p o r R ío N egro la p o e tisa A lb a S a rz a b a l C a b re ra y p o r la A IA P E de M ontev ideo e l e s c ri­to r J u v e n a l O rtiz S a ra le g u i.

E s te n ú c leo de e s c r i to re s t r a tó la r ­g a m e n te la p re p a ra c ió n d e l 1er. C on­g reso de E sc r i to re s de l I n te r io r , q u e se c e le b ra rá en M arzo p ró x im o , en la c a p ita l de la R ep ú b lica .

F u é d e s ig n a d o S e c re ta r io G en era l del C om ité P re p a ra to r io , e l p o e ta A l­varo F ig u e re d o , con re s id e n c ia en el p ueb lo de P an de A zúcar.

A d em ás se n o m b ró u n a ComiBlón D eleg ad a q u e te n d rá su sed e en e s ta c a p ita l, y q u e e s ta r á in te g ra d a en la s ig u ie n te fo rm a : p o r los e s c rito re s ,M on tie l B a lle s te ro s ( s a l te ñ o ) , p o r la p o e tisa A lba S a rz á z a l C a b re ra ( r io n e - g re n s e ) , p o r e l d e leg ad o de la A IA P E , J u v e n a l O rtiz S a ra le g u i, y p o r los r e ­p re se n ta n te s q u e d es ig n e e l C ircu lo de la P re n sa y e l A ten eo de M ontev ideo , a so lic itu d d e l C om ité P re p a ra to r io . .

O p o r tu n a m e n te d a re m o s c u e n ta de la n ó m in a de d e leg ad o s d e s ig n a d o s en to d a s la s c iu d a d e s y p u eb lo s d e l in ­te r io r .

R e in ó en la re u n ió n de P a n de A zú­c a r u n a m b ie n te de c á lid a c o rd ia li­d ad , e x p re sa n d o to d o s lo s a s is te n te s la n eces id ad u rg e n te de r e u n irs e en u n C on g reso de E sc r i to re s de l I n te ­r io r , com o as im ism o de re d a c to re s l i ­te r a r io s de la p re n sa de t ie r r a a d e n ­tro , p a ra t r a t a r los p ro b le m a s c a p ita ­les que a ta ñ e n a los m e r ito r io s p u n ­ta le s -de la c u l tu r a en e l in te r io r del pais.

DISCURSO D E L D ELEG A D O D E LA A . I . A P . E . JU V E N A L O R T IZ

SA R A L EG U I

D am os a c o n tin u a c ió n e l tex to d e lag p a la b ra s q u e p ro n u n c ió en e s te ac to , e l d e leg ad o de n u e s tra A g ru p ac ió n , e s c r i to r J u v e n a l O r­tiz S a ra le g u i:

“ C a m a ra d a s :T ra ig o a e s te a c to la re p re se n ta c ió n

d e la A . I . A . P . E . , e n tid a d n a c io ­n a l n a c id a p a r a la d e fe n sa d e la c u l­tu r a y en la q u e cab en lo s in te le c ­tu a le s d e to d a s la s id e a s p o lític a s o f i ­lo só ficas, s ie m p re q u e e lla s te n g a n r e ­lac ió n con e l b ien , la ju s t ic ia , e l p en ­sa m ie n to p ro g re s is ta y l ib e ra l d e la h u m a n id a d , en f in .

D esde q u e n u e s tro c a m a ra d a A lvaro F ig u e re d o lan zó a c ircu lac ió n , p o r p r i ­m e ra vez, la id e a d e u n co n g reso d e e sc r ito re s d e l in te r io r , la e n tid a d q u e re p re se n to a c o m p añ ó co n to d o c a lo r y e n tu s ia sm o e s a in ic ia tiv a , y m e h a en co m en d ad o os d ig a , a h o ra q u e es- ta is re u n id o s los e s c r ito re s d e l su r , q u e in te n s if ic a rá e se ap oyo en to d o lo posib le , p a r a q u e p u ed a re a liz a rse u n g ra n C o n g reso d e to d o s lo s e s c r i to ­r e s d e l in te r io r , u n co n g reso d o n d e se p la n te e n p ú b lic a m e n te v u e s tra s n ece­s id a d es e in q u ie tu d e s , q u e so n n u m e ­ro sa s y m u y g ra n d e s .

Lo d if íc il q u e h a s id o o rg a n iz a r e s te ac to q u e tie n e lu g a r en la lu m i­nosid ad , hoy opaca y h ú m ed a , d e e s te lu g a r d e A lv aro F ig u e re d o , hace q u e rec ién com encem os a a b o rd a r e l in ­m enso p ro g ra m u a q u e debem os ab o ­c a rn o s a b rev e p lazo , p a ra d e fe n d e r la c u ltu ra del p u eb lo y p a ra d e fen d e rn o s n o so tro s m ism os.

C reo q u e u n próx im o C ongreso de E sc r ito re s d e l I n te r io r debe se r la e ta ­pa in ic ia l p re p a ra to r ia de u n o m ayor a ú n : el 2 .0 C ongreso N acional d e E s ­c r ito re s de l U ruguay .

Id é n tic o s son v u es tro s p ro b lem as a los d e los e sc rito re s m o n tev id ean o s . E n e l p lan o e s p ir i tu a l nos u n e un d e ­seo d e su p e rac ió n q u e es n u e s tro su ­p rem o b ie n ; e l m ism o d esam p aro eco­nómico vive e l a u to r d e la c a p ita l q u e el del in te rio r, porque nuestro pais,

u n ifo rm e en g e o g ra f ía , lo e s ta m b ié n en e l p a n o ra m a d e so la d o d e l a b a n d o ­no en q u e y acen lo s e s c r i to re s y a r t i s ­ta s , v iv an en la c a p ita l, o en la s c iu d a ­d es del in te r io r . F a l ta d e m ercad o s p a ra co lo ca r e l l ib ro ; fa l ta d e tie m p o p a ra p ro d u c ir lo ; ca re n c ia d e u n a ley d e p ro tecc ió n a la p ro p ie d a d l i t e r a r i a ; e scaso d e s a rro llo económ ico del p e r io ­d ism o , d o n d e p u d ie ra e m p le a rse la a c ­tiv id a d in te le c tu a l d e l e s c r i to r , s iq u ie ­r a en p a r te . D esam p aro d e l m ism o f re n te a l E s ta d o , q u e t ie n e dos m o dos d e p ro te g e r lo : o sa c rif ic á n d o lo en la r u t in a de u n p eq u eñ o p u e s to b u ro c rá ­tico o b r in d á n d o le , d e tie m p o en t ie m ­po, lo s co n cu rso s l i te ra r io s , e s to s c o n ­c u rso s q u e h a n re s u l ta d o s ie m p re v er- d a re ro s so b re s -so rp re sa s , p u es se so ­m e te al o b ra l i te r a r ia a d ic ta m e n de ju e c e s im p e rfe c to s , in se n sib le s , c a p r i­chosos o in cap ace s, c u a lq u ie r c a lif ic a ­tiv o s im ila r v ien e b ie n a l caso .

¿Q u é n o s d ife re n c ia , en to n ces , a los e s c r i to re s d e la c a p ita l e in te r io r ? N a­d a m ás q u e el m ed io en q u e p e rm a n e ­cem os. C u a lq u ie ra d e v o so tro s q u e os

ON los d ias últimos del invierno (en el a lm an aq u e) pero las he­

lad as todavía hacen b lanquear los pastizales.

M ientras h a y luz h ay calor, ¡claro!, pero calor, m ás que de sol, de sangre.

La arnera es dura, el pitanguero g igante tiene tam bién un a libra end iab lada, lo mismo que el b a r­budo, si bien fino y aparentem ente blando, ofrece a l h ac h a un a resis­tencia que obliga duro y parejo.

luán, Pedro y Ceferino le están m etiendo. Como no están "por d ía" no les conviene hacer sebo, y por eso tam poco h a y capataz en la em ­presa.

Escupen la s m anos; asegu ran el h ac h a con las dos y "up", "up"... "tác", "tác", les responde el monte como si contara los golpes: "tác"«. " tác"— No hablan .

Ceierino piensa; piensa, m ientras en el mismo ritmo de lu án y de Pedro, que seguram ente no p ien­san. les v a entrando a los ta las y a los coronillas. Por eso, porque traba ja y p iensa es que Ceierino se cansa m ás. No es que le dis­guste traba jar así; no es eso, pero le d an vuelta en el cerebro ideas un poco confusas sobre el mundo y sus cosas. A veces cree verlo todo arreglado, y otras, le entra un desaliento m uy grande, y has ta cree que él mismo no es sincero cuando quiere lo que quiere, que no parece, a veces, ser p a ra todos, sino p a ra é l . . . C anta un sab iá. ¡Amigo, qué canto! Deja el hacha, deja caer de su cabeza la confu­sión de pensam ientos y escucha: es la poesía, la música; un a cosa que, se le ocurre, debe producirse sin esfuerzo: can ta el pájaro porque su vocación es cantar, y su desti­no; d a el ag u a fresca el m anatí al.

t r a s la d é is a la c a p ita l, o s d a ré is c u e n ­t a d e q u e la s itu a c ió n a c tu a l c a m b ia ­r á m u y poco, a p e n a s en la s m e jo re s d is tra c c io n e s q u e p u ed e o f re c e r la ca . p ita l d e u n país .

E s tim o , p u es , q u e e s p rec iso t r a b a ­j a r a c tiv a m e n te p a ra q u e e l C on g reso de E sc r ito re s d e l I n te r io r se a u n a h e r ­m o sa re a lid a d , y s ig n if iq u e u n paso fu n d a m e n ta l, h a c ia el 2 .o C o n g reso Na- e ional de E sc r i to re s de l U ru g u ay . Sé de a n te m a n o q u e e l v a lo r de n u e s tra s d ec is io n es, t ie n e u n a lc a n c e ú n ic a m e n te m o ra l. Q ue e lla s lle g u e n a to d o s los c a m a ra d a s d e lo s d iez y n u ev e d e p a r ­ta m e n to s , p a ra q u e c o m p re n d a n la m a g n itu d de n u e s tro s p ro p ó sito s y se a n f ra te rn a lm e n te so lid a r io s d e lo q u e ap ro b em o s.

S a lu d o en n o m b re d e la A .I.A .P .E ., a to d o s los p u n ta le s de la c u l tu ra , que so b re á r id o s a m b ie n te s sa b en se m b ra r h o n d o , en e l h e ro ísm o d e su s so le ­d ad es .

S a lu d o en v o so tro s y en los cam a- ra d a s no p re se n te s , p e ro h ijo s d e los p u eb los d e p a r ta m e n ta le s , a la e n e rg ía

corre el r ío . . . Se acuerda de unos versos de Bisio:

" . . . yenita de tem brequeos como el canto de un s a b iá . . . Ahí está, pues, como dice Bisio,

que oyendo el sab ía ni se acuerda lo que es tab a pensando: el canto le lavó de m alos p ensam ien to s. pero los retom a. ¡Ah sí! Se le es­tab a ocurriendo arreg lar el mundo, no trab a jar tanto p a ra gan a r tan poco; no por él (¿será , mismo "no por él"?) que es tá en estas cosas de tránsito, sino por Juan, por Pe­dro, que se quedarán , que ESTAN en esto de por vida... El sa b iá h a dejado de can tar y el monte de­vuelve ah o ra el "tác"... "tác"... de Juan y de Pedro. Escupe las manos, ap rie ta el m ango del h ac h a con un a g ran fuerza y se cim bra la vieja aruera del guascaso que le da, un guascaso que lleva no sabe qué sentimiento confuso pero ren­coroso. Eso debe ser la SOLIDA­RIDAD; él no debe pensar m ientras Juan y Pedro trab a jan como burros.

* * •

LA tarde se hace ligero en el mon­te; en el pajonal, los zorros y

la p a ja rad a de vuelta a sus p a ra ­deros, alborota. Ellos no vuelven, sus nidos están lejos y no son. ni nunca fueron tibios y alegres como los de los pájaros. Ya está en el fuego, grandote. lujbso ese es el lujo de ellos en el monte y la ollita llena del sordo rumor de la poro­tada.

M ientras am arguean charlan de bueyes perdidos. Juan siempre con lo mismo: el coronel le h a prome­tido un puesto en la policía. Porque él es de la gente del coronel.

—Si calzás. herm ano. — dice Pedro.

—V erdad; cuarenta pesos, c a b a ­llos gordos p a ensillar, trato de

nuev a q u e s u r te e l m o v im ie n to «le n u e s tra l i t e r a tu r a y «le n u e s tro arte*.

No p u ed o o lv id a r q u e n o m b re s del p re s tig io d e E m ilio O rib e , J u s t in o Za- v a la M uniz, M o n tie l B a lle s te ro s , F a r o E sp in ó la , J u a n a d e Ib a rb o u ro u , J u a n M ario M ag a llan es , R edro L e a n d ro Ip u - ehe , J u a n Jo sé M oroso li y S a n tia g o D o sse ttl, p o r c i ta r u n o s pocos com o e je m p lo s m ag n íf ic o s , h a n su rg id o tle lo s hhmIíos u rb a n o s d e l in te r io r a p e n a s e s tre m e c id o s p o r la in q u ie tm l d e la s a b a n d o n a d a s b ib lio te c a s p ú b lic a s ; «le e sc u e la s ru d im e n ta r ia » y te u tro s v a ­c íos ; escas ís im o s ui«'<lios p a ra la c o n ­q u is ta d e l cono«-im iento o la d irecc ió n d e la se n s ib ilid a d , no o b s ta n te lo cu a l se im p u sie ro n a la consi«l«*ración «le lo s p u eb lo s <le ¡«liorna c a s te lla n o .

S a lu d o a l e s p ír i tu l ib re y c re a d o r , en su h e ro ic a lu c h a c o n tra to d a s la s b a r re ra s ; os sa lu d o a v o so tro s , ra m a - ra d a s , a n u n c ia d o re s d e u n n u ev o d ía en q u e ios h o m b re s , a tr a v é s d e su s c o n q u is ta s e s p ir itu a le s , se s e n t ir á n m ás lib re s y ju s to s , p o rq u e e l a r t e es el g ra n a c e rc a d o r d e la v id a ” .

prim era y . . . a recorrer los ca ­minos!

—A dem ás — ag reg a Pedro — sei g a . . .

—Claro, la autoridad. Como sos policía podés llegar a cualquier rancho y a cualquier hora

Com en después. El frío aprieta; y a se siente la hum edad del sere­no; del pajonal, que está allí nom ás cuanto se sale, vienen ruidos de todas clases. La noche en el cam ­po es a lta y lum inosa.

C ada vez renuevan de d ía el colchón de p a ja s b ravas; los "pe- legos" sobre él y encim a ellos; el poncho los tapa ; el punto encen­dido de cad a cigarro de chala , en esa exagerada noción de las d is­tancias. parecen estrellas ro jas que no se sabe bien si es tán arriba o abajo .

Un sueño denso y pesado, que parece tener a las de murciélago, les cierra los ojos y zum ba en los oídos.

Ceferino no sab e ya, si está dor­mido o si es tá despierto. Sólo sabe que aquella b landura tibia de la p a ja no lo deja pensar en n a d a m ás que en eso: que en su b lan ­dura caliente. Está cansado y aho­ra sí parece darse cuenta lo que se rá un colchón de plum as.

— ¡Qué ag radab le debe ser po­der dormir h as ta cuando uno quie­ra. mejor dicho: has ta que el cuer­po «quiera!

Ya est<ín ah í las ideas absurdas: mire usted qué sería del m undo si todos los cansados, como Juan, Pe­dro y él, se dispusieran a dormir un día, has ta que el cuerpo quisiera...

* * *fEFERINO estará soñando? Sin v em bargo oye perfectam ente el ronquido d esus com pañeros. A un­que tiene los ojos cerrados, está

ALFREDO LEPRO

G e n e r a c i o n e s(Fragm ento de una novela en preparación).

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P á g in aL as E x p o s ic io n e s

EXPOSICION JOSE E. BRAVO

Bravo expuso una veintena de obras en la Asociación Cristiana de Jóvenes. Los progresos de este ar­tista, en los dos últimos años, re­saltan en el medio ambiente, donde vemos tantas figuras estancadas, repitiéndose largo tiempo, como si no encontraran salida a sus pro­blemas plásticos. En esta colección de "Las Madres". Bravo revela un dominio técnico insuperable: lodos los matices de su ternura descú- brense en esas acuarelas donde la habilidad suma del pintor se pierde para dcfmos un contenido espiri­tual rebozante. Algunas figuras de madres o de taberneros de puestos nos recuerdan, por lo intensas, a Barradas, a quien sin embarao Bravo no rinde ningún tributo do influencia directa o visible. Con el dibujo de Barbusse o en el de Bour­delle. el artista es recio y severo. Y todo esto en Bravo dibujante hu­milde, no es nada más que un ejer­cicio orofundo, intensivo, que lo llevará sin duda a una obra de verdadera trascendencia.

Entre los artistas ióvenes de este momento pictórico, Bravo dá una de las notas más interesantes y sa­lientes. Estas "Madres" están ahí. como un alarde de su técnica, de su dominio de la composición y del color: están ahí sus monotipias y sus dibuios, seguros puntales de su trabajo. En él vemos el oficio supe­rado. No en balde se hizo en el ba­tallar diario de las redacciones, en

viendo la noche. S erá porque se la sa b e de m em oria. ¿Q ué diablos es e sa co sa fría que le p a s a por los p ies? ¡Claro! los h a dejado afuera del poncho y el se reno los m uerde con el d iente d e la h e lad a . ¡Bah! pero e s tá tan can sad o , tan c a n sa ­do, que le p a rece que si se m ueve se le d esp ren d ería un m úsculo. A hora la co sa fría p a sa , len ta, por los pies, enc im a de los tobillos. ¡Parece un v íbora! ¡Pero e s ta tan b ien así, que no quiere perder un m inuto de e sa sensac ión de desin- tegram iento . La v iscosidad fría y ásp e ra , a la vez, es de u n a víbora. ¿S erá u n a crucera? .

* * * »

CANTA el s a b iá en el fondo de la arb o led a llena aú n de som bras.

Un solcito que no se ve de donde sale, pone y a en los gajos de arri­b a p ince ladas de luz.

La fuerza de la costum bre h a le­van tado a los tres hom bres cuando la esca rch a cristaliza en los char- quitos. y llena de flecos tem ble­quean tes la s p a ja s y los pastos. A vivan el rescoldo p a ra d e sa y u ­n arse con m ate.

—C aram ba, anoche dorm í mal, — dice Ceferino a Juan. Soñé que u n a crucera me p a s a b a por la s pa tas . ¡Qué pesad illa , herm ano!

d e C rític a y P o lém icala pobreza de su vida que cimienta toda la ternura de su ser.

Este artista hosco y huraño, inhá­bil en su trato con sus semejantes, atesora una riqueza plástica que nos hace presagiar un valor excep­cional en el futuro.

JOS.■JURADOS Y CONCURSOS

Hace algún tiempo nuestros plásticos iniciaban gestiones solici­tando serias garantías en la inte­gración del jurado del 1er. Salón Nacional de Bellas Artes, como con­dición para asistir a él. La nega­ción de ese justo pedido provocó la organización del Salón Indepen­diente.

Pero no son sólo los organismos oficiales los que ponen en manos de personas incompetentes el jui­cio y la calificación de la labor ar­tística. En general, los jurados de los concursos son integrados en una forma arbitraria. Antes, se les daba a los concurrentes alguna interven­ción en los nombramientos; ahora, siguiendo el ejemplo oficial, se prescinde casi en absoluto de ellos.

Pueden mencionarse al efecto tantos casos como concursos se han realizado. Pero citemos el último: el concurso de medallas conmemo­rando la inauguración del Banco de la República. Se llama a concurso y se cierra el período para la re­cepción de bocetos, sin dar a co­nocer el jurado. Algunos días des­pués se hace público: todos los miembros del Directorio del Banco

La sentía, talm ente, y no podía mo­verm e. Y la loca p asab a , desp a­cito nom ás.'

— Ahijuna! — grita Pedro — m ás atrás. Y a l tiempo que Ceferino y Juan se d a b a n vuelta, le acom o­d a b a un garrotazo a un a crucera de siete palm os.

— ¡Mirá qué sueño!Y no fué lejos la señorona. Esta­

b a enroscada, m edio du ra de frío, allí cerquita de donde tuvo toda la noche los pies Ceferino. La víbora h ab ía buscado el calor de la s p a ­jas. Por suerte no lo encontró del todo, y su aletargam iento salvó al hom bre.

Ceferino la m iraba, inmóvil, con trem endos ojos. Sentía un chucho en el cuerpo, y le d a b a n g an a s de d isparar.

—Cómo sería la "ch a ira" — dijo Juan. Y colgó el reptil de u n a hor­queta, a la a ltu ra casi de su cab e­za; la cola q u ed a b a cerca del sue­lo. T erm inada la operación, vol­vióse a Ceferino y agregó: "Vos no servís p a esto".

Al rato, o lv idados Juan y Pedro del episodio, eran , con Ceferino, seis brazos que d ab a n al eco el tra­bajo de ir contando en voz alta: " tá c " - . "tác"... "tác"...

Ceferino o en sab a : "Vos no servís p a esto

y dos personas ajenas a él. Estas dos últimas, designadas por el pro­pio Directorio, son ya de muy rela­tiva versación. ¿Pero quién les ha concedido competencia artística a los directores? Si quieren hacerse oír en el jurado, que designen un representante. ¿Pero cómo es posi­ble que la integren en su casi tota­lidad, formando así una mayoría absoluta y decisiva? Es legítimo, en esos casos pensar en procedi­mientos sospechosos.

Y junto a esto, los premios. En él concurso aludido se da como pri­mer premio la suma ridicula de doscientos pesos. El edificio a inau­gurarse ha costado millones, la acuñación de las medallas que re­cordará el hecho exigirá también sumas crecidas. Para lo único que se destina una cantidad mísera es para la labor artística.

Con mucha frecuencia se ven concursos de affiches con premios de cien, cincuenta y hasta ¡treinta pesos!, y en los que el valor ma­terial de los affiches presentados supera en mucho el de los premios ofrecidos.

Son dos hechos que atentcm contra la cultura y su dignidad, y que deben merecer muy seria atención de parte de los organis­mos artísticos perjudicados:

Io—La arbitraria integración de los jurados con personas incompe­tentes, y sin participación, o parti­cipación muy reducida de los ar­tistas.

29—El monto ridículo de las su­mas que se ofrecen como premios o recompensas a la labor artística.

Do B E R N A B E M IO H ELEN A

UN A ACLARA CION

Señores Redactores de A IA P E . — De mi consideración:

Les ruego se sirvan publicar lo s i­guiente:

Habiéndome enterado de que figuro entre los “colaboradores plásticos” del libro publicado por el señor Bruguetti, “ 18 Poetas del Uruguay”, quiero pun­tualizar:

Que el señor Bruguetti me solicitó una colaboración; debería consistir ésta en un dibujo de una poetiza he­cho sobre una fotografía: como yo en­tiendo que ésto es completamente aje­no al arte, me negué a satisfacer ese pedido.

Que en otra oportunidad recabó mi autorización para reproducir un dibu­jo de Parra del Riego, publicado por mi hace mucho tiempo en revistas la época. Por entender que no tenia razones suficientes para negarme, ac­cedí al pedido del señor Bruguetti.

Pero ignoré siempre que ese dibujo iba a ser utilizado en una edición de la Sociedad de Amigos del Libro R io- platense. en cuyo caso, me hubiera negado terminantemente a su publi­cación. Es de todos sabido que yo co­laboro con la Editorial “Nueva Amé­rica”, cuya orientación en materia ar­tística y social concuerda con mi acti­tud personal, y es además notorio que no puedo colaborar con la empresa del Libro Rioplatense, cuando su orienta­ción reaccionaria ha sido causa de justa repulsa por parte de todos nos­otros.

No puedo menos que sentir en este caso .sorprendida mi buena fé. Debo manifestar además que, sin ánimo de inmiscuirse en el terreno literario, tampoco podría colaborar en una obra de la que se excluyen, con irritante pretensión, a tantos nobles poetas de mi pais, cuya obra admiro y cuya amistad me honra profundamente.

Sin otro motivo, saluda cordial­mente. — Bernabé Micbelena.

Los L ib ros

“ 18 PO ETAS P E L UHVQVAY", |>or Romualdo Braghetti, S. A. T>. L . R . Montevideo. 1í>27.

Hemos oído censurar agriamente la ausencia de mochos valores en el l i ­bro “ 18 Poetas del Uruguay”, que el Rr. U. Brughetti acaba de dar a luz con la asistencia de la editorial “Ami­gos del Libro Rioplatense”. Confesa­mos que semeiante reproche nos pa­rece injusto: lo que se debe lamentar, es. por el contrario, la presencia de ciertos poetas excepcionales en la obra oiie pasamos a comentar. Más ofendi­dos deben estar los lnscrtog que rego­cijados los ausentes.

E l Rr. Brughetti. revelando su pre­caria estatura crítica, consagra a cada uno de los poetas escocidos, el lecho de Procusto de una noticia estimativa. Pero — fuerza es reconocerlo — ha hecho una demostración asombrosa: más afin. ha loerado un imposible Ha probado, efectivamente, la inutilidad del talento, de la cultura y de la pro­bidad intelectual para componer una antología. Hecbo meritísimo que nos complacemos en bacer resaltar para que se mida la amplitud de nuestro reconocimiento frente al esfuerzo ajeno.

Cierto es que algunos lulclog del Rr. Bruehetti. revelan una disculpable in­suficiencia mental: a Herrera y Rels- slge. por ejemplo, lo considera exage­radamente un sonetista casi tan admi­rable como el señor Fernando Pereda.

No. de nlngfin modo. Herrera y Rels- siec. jamás tuvo tanto refinamiento para la técnica del ripio: jamás com­puso un soneto que. a semejanza d« “E l Surtidor”, verbigracia, tenga ver­so«, tan logrados como los siguientes:

‘'naval melancolía de poema”“Re escurren sus patines pasajeros” “Y nuevas soledades inaurura”.

Claro está que algfin crítico infe­rior. se atreverá — desconociendo la calidad finísima del Rr. Pereda, pre­gonada por todas las personas de ta­lento. especialmente por el propio Rr. Pereda y su breve edecán, don Ro­mualdo Brughetti — a considerar que la naval melancolía es de poema v de mal gusto ñor las necesidades de la rim a: que los patines, si se esrnrren. son forzosamente pasajeros: que si el poeta inaugura soledades, éstas sin du­da han de ser nuevas. Pero la chatura lógica de quien así se expresase, cer­tificaría la inmanencia de los grandes castigos.

No faltará algún otro todavía que encuentre sombra en el primer cuarte­to: barro«, obscuros en el segundo; sombras de nuevo en el primer terce­to: muerte en el verso tercero: esque­leto en el cuarto: jazmín que mata en el sexto: delfín mortal en el noveno: horror que rema (¡qué bronca volup­tuosidad fonética!) en el octavo: per­fume de la arquitectura ( ¡ay. la facha­da de la Universidad oue profanan los perros!), en el último. Pero aun tal crítico debería reconocer que. excep­tuados esos versos, los restantes son admirables, a pesar del “violin que exhalas”, del “árbol del mar que das”, “ángel desnudo (¿sin la clásica hola siquiera?) que la muerte enfrias”, “jazmín que mata”, “horror que re­ma”.

También, ante el elogio que la téc­nica depurada y la perfección inim ita­ble del Rr. Pereda merecen al Sr. Bru­ghetti. es posible que algún otro co­mentarista inepto al leer los únicos cuatro sonetos ( uno.- dos, tres, cua­tro). oue el Sr. Pereda ha compuesto basta la fecha, ose tachar de vulgares las rimas exquisitas que les son con­cón it as: defendidas, soltado, partidas, vidas, cerrado, espantado, vencidas, giradas, vigiladas, tornasoles, giraso- les, (“Trasmundo” ): engañado, des­afinado, soñado, lastimado, invisible y visible (“Mundo” ). Claro está que se­mejantes reparos no tendrían impor­tancia dirigidos a quien, como el Sr. Pereda, ha hecho de si mismo esta tierna profecía escatològica:

— “Fué un manjar de la luna, dirán de mí algún día”.

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Podrá responder a todos el Sr. Pe­reda con estos bellos verso? orgullo­sos. donde por visible errata, sin em­bargo. aparecen las palabras mi* botas por las palabras mi testa:

“ ;.Me ven? Sólo mis botas,sólo ven su vacío. . . ”

Sin duda Sr. Brugbettl. por de­plorable negligencia, nuso las botas de Pereda fuera del lugar acostum­brado.

Sobre Vassenr. Delmira. María E u ­genia. hav juicios que sólo sirven pa­ra disimular la ausencia de su sineu- lar en el Sr. Romualdo Rrngbetti. Pe­ro después del elogio que consagra a Pereda, hav oue felicitarse de que no exagere ante la obra de tan modestos colegas.

Romualdo, finalmente, fio llamare­mos así. con familiaridad, por razones de estilo), en una carta publicada ha­ce unos /lías, a propósito del poeta Casal, declara que las opiniones ver­tidas ante? de la publicación de su l i ­bro. no tienen para él. actualmente, significación alguna.

Alentamos la esperanza de que tan eiemnlar autovaloración se baga ex­tensiva en su ánimo — y lo más pron­to posible— al librito que ba tenido la humorada de publicar. Entretanto, la “Sociedad Amico* del Libro Rio- platense” debe cambiar de nombre.

Ibáñez.

'•g u a r d i á n o s r r R O “ y 4tc r a p e r ­n o s P F PO ESIA “ Por J t A N CTN H A DO TTI. — M ONTEVIDEO.

Juan Cnnha Potti. poeta verdadero, ba hecho dos cuidadas ediciones de su producción poética posterior a “P ája­ro que vino de la noche” aquel her­moso volumen de su adolescencia l í ­rica publicado en 1929.

“Guardián Oscuro” compendia la la­bor realizada entre 1920 v 1935 v “3 cuadernos” la que abarca de 1933 p. 1936.

Música v soledad viven en estos poe­ma? de Cunha Dotti: depurados detodo falsificación intelectual.

E l verso de este autor es una deli­cada conversación interior, un regalo vivo de poesía, el temblor puro de la sensibilidad.

“Guardián Oscuro” sí, oue sabe cui­dar su bosque interior, del que cada poema es un gajo finísimo.

•TOS.

“ESPAÑA EN ARMAS”, por H A R R Y GANNES Y T H E O P O R E R E P A R P . Ed. “LA N E E V A ESPA Ñ A ”, BUENOS A I­RES, 1037.

E l periódico que defiende en la ca­pital vecina la humana y legítima cau­sa del gobierno español, ba lanzado a circulación este documentado v minu­cioso volumen de dos periodistas nor­teamericanos.

Consideramos esta obra como la me­jor introducción al estudio y compren­sión de los problemas oue sp debaten hov en la península ibérica. En su pri­mera pacte, estudiando las raíces his­tóricas dpi levantamiento faccioso, se detiene a analizar especialmente la evolución Política desde el estableci­miento de la República, el fracaso del hlonue Lerroux-Oil Robles y la prepa­ración solapada del atentado a las ins­tituciones democráticas.

Entre sus antecedentes señala eoi- «odies muv ilustrativos, como es el en­tendimiento de los conservadores es­pañoles con las potencias fascistas va en ér>oca de Primo de Rivera, oue en­tabló negociaciones con Mussolini

La segunda "arte del libro está de- '-♦ udiar las profunda«

ras sociales, económicas, el problema dp las nacionalidades, v las distinta? fuprza? — iglesia, ejército, proleta­riado — oue tienen un nan°l desco­llante en el drama pctual. Todo ello non gran acopio de cifras v documen­tadas referepcias que nprmiten apre­ciar justamente el sentido v las uro. vecciones de esa guerra que acapara la atención mundial.

Se hace bien a la causa del gobier­no español, oue es la causa de la de­mocracia mundial, cuando se editan con profusión y a bajo precio, libros tan ilustrativos como el que comenta­mos. — J . B. D.

LA FOGATAS P E SAN JUAN

por Ana Amalia Clulow

Ana Amalia Clulow nos ha alcan­zado su último libro, que es el primero realizado en prosa por esta autora. Su labor no es menos de poeta por ello.

E l libro está dividido en dos partes. En la primera. Historias de una Coje. giala. se detiene a evocar su infancia escolar, llena de sueños v de posibili­dades. que la vida ha ido luego con­firmando o disolviendo en sus corro­sivos ácidos. Pero de cualquiera de ellos, de sus sueños o de sus realida­des. Ana Amalia ha sabido extraer una enseñanza, ha desentrañado un sentido y. sobre todo, ha sacado el ma­terial para su conducta, para sus ac­tuales gestos, levantados. valientes frente a las dificultades que le opone esta época bárbara y dramática.

Ello se comprueba al incursinnar en la segunda parte de su obra. Relatos de una Maestra. Aquí ya no son sus apuntos personales ni sus sueños de niña; es anuí el dolor de los otro«, nne ella ha sabido captar, sentir, transformar en esperanzada afán jus­ticiero.

Ana Amalla Clulow es maestra v '■ orno tal oficia en una escuelitn del Cerro. E l Cerro es una de esas pobla­ciones llaga en el cuerpo de la Capi­tal: por ella supura todas las impu­rezas el imnei ialismo.

“Montevideo su Cerro”. Así conci­ben a Montevideo los que de ultra­mar o del interior llegan a nuestra ciudad. Pero, en verdad, más que por el accidente geográfico, el Cerro es Montevideo porque en él se lian con­centrado estratégicamente las compa­ñías extranjeras que industrializan nuestras carnes, que se llevan casi lo único que tenemos para dejarnos — doloroso trueque. — una población de miserables que malvendieron su es­fuerzo. que junto con la otra carne fueron entregando la propia y hasta la de los suyos.

Y a llí, en esa población ejerce su magisterio Ana Amalia Clulow. Y una de las cosas que más nos reconforta de la segunda parte de su libro, es que la maestra se prolongó más allá de’ la escuela. ha«ta informarse de la vida toda y del dolor de la población, cuyas necesidades, privaciones y reveses son elementos congénitos a su propia na­turaleza.

Ana Amalia es una maestra que quiere que la escuela sea amparo y conciencia en el presente, segura de que la semilla de futuro habrá de dar­se en reivindicaciones. Por otra parte, ¿qué podría enseñar nada más que una maestra ahí donde tanto tiene que aprender la m ujer? Sólo entregándose de alma a una labor que rebase lo? l í ­mites la enseñanza común para tan- gencializarse con lo esencial, puede ser de provecho.

Cuando se tiene sentido de la dig­nidad humana: cuando una severaconducta moral rige la vida toda y los actos del individuo, entonces, recién entonces, se puede d irig ir a los otros, porque a llí donde el maestro se que­da corto, surge el apóstol que sabe que

la magnitud del sacrificio está de acuerdo con la grandeza de la causa.

Y como por sobre otras virtudes — y a despecho de la vergonzante acti­tud de algunos intelectuales que hipo­tecan su prestigio por un puesto en una “embajada cultural”. — estima- mo? en el escritor actual su conducta, su señorío moral, sus altas calidades humanas, saludamos en Ana Amalia Clulow a una escritora que posee esas virtudes, y nos creemos con el dere­cho v el deber de llamarla hermana en el estremecimiento de esta hora au- gural. v compañera en el esfuerzo de darle al mundo el perfil .que alienta nuestra esperanza.

A. P. C.

R ESPU ESTA A “R EG R ESO P E LA r R R .s s . ” P E A. G IP E , por

F E R N \N P G R E N IE R

Editoria* Epoca acaba de verter al castellano el informe presentado a f i­nes de diciembre de 1936. por Fer­nand Grenier, a la Asamblea de los militante? de la Federación Parisiense de los ‘‘Amigos de la Unión Soviética”. Este informe conciso y de alto valor documentarlo en muchos de los tergi­versados aspectos presentados por Gide. está precedido por un urólogo del escritor .lean Lurcat. y epilogado por la conocida carta de Rolland y dos notas inéditas de Alvaro Yunoue. to­do lo. cual forma un alegato de gran valor contra lo? libros de Gide. en los cuales si en “Regreso de la URSS., se podía tentar alguna defensa nara ex­plicar lo nue se quiso llamar “sinceri dad” de Gide. en cambio en el segun­do. “R e to q u e s...”, ya se pudo cons­tatar. en realidad, la mala fe del autor de “Edino”. Y entonces nos parece muy acertado el concepto de A. Yun­que, respecto al último de los libros, cuando dice que “Gide ya no ove a su conciencia, sino a su amor propio, casi escribiría a su rencor. . ” Importa destacar el hecho de que Gide. en este informe, es contestado por un obrero del Norte, ya que Grenier es un viejo obrero, cjue ha luchado en muchas or­ganizaciones, que ha organizado mu­chos cientos de obreros, oue gravita cbn su autoridad moral sobre el pro­letariado francés v ha visitado en dis­tinta? oportunidades a la IT. R. S. S., lo que le crea una autoridad indiscuti­ble todo para tratar el problema desde cualquier punto de vista que le enfo­que. Es indudable oue este informe de Grenier no es suficientemente com­pleto — como él mismo lo reconoce — pero opone a las “pretendidas” es­peculaciones político-sociales de Gide. tan claros argumentos, cifras tan fres­cas y elocuentes, que. necesariamente hav que pensar que ha existido verda­dera mala fe en el escritor francés que así ha querido ponerse en campo con­trario al oue actuaba. Es necesario pues, difundir este informe de Grenier con el cual se lavará, en parte, las inexactitudes que han borroneado o pretendido, ciertos aspectos de la URSS en construcción. — .1.

F.N CA R N E V IV A , cuentos por S era fín.T. García.S .A .P .R . — Montev ideo-B ueno? Aires.

( En ' este comentario se analiza otro aspecto del l ib ro de S. J. García. Así lo ad v e r t im o s , pues dicha obra fué ya c o m e n ta d a en nuestro número a n t e r i o r ) .

La gráfica de las ed ic iones del l i ­bro rioolatense t ien e t a m b ié n su? al­ta« v el tomo 39 de Sera f ín J. Gar­cía es una de ellas . I n t e r e s a n t e l ib ro en el que se r e a f i rm a un e s c r i to r j o ­ven. surgido a la luz de la pub l ic idad con el noemario n a t iv o “ T a c u ru s e s ” .

H p leído esta obra luego de un bre­ve viaie ferrocarrilero por el interior de la Renública. en una tarde gris V lluviosa. A mi regreso, llegué con todo el dolor del paisaje: fiel rancherío hun­dido en la tierra, semi inundado casi- del niño descalzo, terrón nerdido: del hombre encorvado a la tierra, arran­cando de ella con la misma naciencia de la lluvia, la raiz que habrá de co­mer en la c^sa deshabitada de amor v riqueza . . . Todo eso traía fl«* mi via­ie sin maletas, y en tal estado de áni­mo comencé la lectura de “En Carne Viva” nue por cierto ahondó el palsaie gri? de la ventanilla ferrocarrilera, ndentrándome al hombre del camno y «u traeedia. verdadero cáncer social.

Cnrboneros v contrabandistas, leña- d o r e ? v e?tancleros. amigos en la mi­seria v el dolor, nnarecen fugazmente en e ? t a s n á e in n s de Serafín J. García, v dieo a s í nornue más oue el de«erin- tor o el creador del protagonista, es el de los ambientes. Fn e?te autor se de e] caso inverso al de Morosoll. Po- «etti o Maenllanes. ñor citar tres nom­bre? de la narración campesina. Ellos den el persona 1e v no comentan so- deirnente su tragedia: Serafín .1. Gar­da. si en alvo ñeca, es en su actitud de certera crítica social, nue renresen- ta constantemente el drama de lo? po­bre? v los ricos, desarrollado en el oumno uruguavo. A veces, cuando ha­ce hablar a los personales. *e?tos de­muestran una conciencia de clase, que vo creo no es verdadera, desgraciada­mente. Todos están convencidos de la explotación de oue son obieto: muer­den su miseria v a ratos la gritan, v rasi nunca aparece ep las páginas de S. J. García el conformismo notorio entre los campesinos en los nue está huérfana de desarrollo toda manifes­tación de lucha liberadora. Reparo que vo lo hago, no nara aminorar la gran­deza de sus intencione« sino en un exa­men insto de las realidades de este l i ­bro. Me parece oue el entusiasmo ge- oproso lo lleva a darnos ese aspecto falso dei hombre de campo con con­ciencia de clase y hasta convocando a la lucha de todrta sus hermanos con­tra los explotadores.

Pero el libro, salvo lo dicho v sus­cribiendo los reparos de P .. en su comentario del número anterior en cuanto al lenguaie. es un vivo docu­mento contra el latifundio, la justicia, la autoridad, el egoísmo, en fin. de la clase dominante. Y esto es mucho en una literatura que suele hacer tan po­co por redimir al campesino.

JO S.

España y la Liga dé las N acionesD ECLARACION I)E LA A .I.A .P .E .

E l d ía 10 d e se tie m b re p róx im o se r e u n irá en G in eb ra el C o n se jo de la J.jrja de la s N aciones. Se d e b e rá c o n s id e ra r e sp e c ia lm e n te la s itu a c ió n de E sp a ñ a . L a A l A P E (A g ru p ac ió n d e in te le c tu a le s , a r t is ta s , p ro fe s io n a le s y e s c r i to r e s ) , en d e fen sa d e la c u i ta r a — u n o d e cuyos m á s im p o rta n te s a s ­p ectos lo c o n s titu y e e l d e re c h o In te rn a c io n a l — e s p e ra q u e se a p liq u e en esa o p o r tu n id a d el p a c to de la L ig a de la s N aciones com o u n su p re m o re c o n o c i­m ie n to a la v a lid ez de lo s com p ro m iso s in te rn a c io n a le s q u e ex p re sa n la a s p i­ra c ió n de r e g u la r la acc ión de los e s ta d o s p o r n o rm a s ju r íd ic a s , te rm in a n d o a 1» p a r con la s v a c ilac io n es y la s in co n secu en c ia s de a lg u n o s e s ta d o s y con la in c o n d u c ta y lo s a tro p e llo s d e o tro s .

D e la d ec is ió n q u e a d o p te la L iga d e p e n d e el p o rv e n ir y el p re s tig io d e la m ism a y d e los E s ta d o s q u e en e l la a c tú a n , y oh d e e s p e ra r l>or eso q u e d ich a dec is ió n a f irm e el p r in c ip io esen c ia l de l cu m p lim ie n to d e lo s p ac to s c o n tra to d a so luc ión q u e tie n d a a h a c e r p osib le q u e lo s e s ta d o s fu e r te s in te rv e n g a n en la v id a de lo s d éb ile s . L a ú n ica m is ió n q u e p u ed e reco n o ­c é rse le a u n a p o ten c ia f re n te a lo s o tro s e s ta d o s es la d e c o n tr ib u ir a que se re sp e te e l d e re c h o y la ju s t ic ia in te rn a c io n a l.

E L CO M ITE E JE C U T IV O .

CR O N ICA S l)E H IS T O R IA , d e Jo sé L.Gomensoro, S.A .L.R.P., Montevideo,1937.

F.n Américh. la historia e s tá aún en nañales. Nos referimos a la verdadera historia, la que se elabora Dor medio de nrnreclimientos científicos de criti­ca y exégesis. .Este tino de producción histórica comienza recién en algunos países del continente En el nuestro ni sioniera se ha iniciado en forma siste­mática y seria la primera etapa de la investigación hlstoringráflea. la h e u r ís ­tica. es decir, la publicación v el análi­sis ordenado de la documentación. En general, signen siendo exactas las pa­la b ra s oue v e r t ie ra Unamuno a p r in c i­p ios del siglo: “los l ib ro s de h is to r ia americanos q u e conozco, e s tá n co n ceb i­dos ñ o r lo com ún d e m a s ia d o l i te ra r ia ? m en te y d em as iad o ñoco c ie n tíf ic a m e n ­te . M ás q u e o b ra s de in v e s tig a c ió n so­cio lóg ica son d ec lam ac io n e s p o lític a s .”

M uchas son la s c a u sa s , p o r su p u e s to , q u e han in f lu id o p a ra q u e la h is to r ia n ac io n a l e s té aú n ñ o r h a c e rse . P e ro , e n ­t r e s o tra s , co n v ien e s e ñ a la r la s ig u ie n ­te : E n n u e s tra en se ñ a n z a m ed ia se in i­c iab an los e s tu d io s h is tó r ic o s con e l a n á lis is de la h is to r ia a m e r ic a n a y la n ac io n a l. Se co lo cab a a lo s jó v en es

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alumnos frente a los complejos proble. mas del siglo XV' o el X IX — monar­quía absoluta y democracia, unitarismo y federalismo, por ejemplo — sin co­nocer las formas más simples de orga­nización política en las sociedadee pri­mitivas. Al revés del método que se sigue en todas las ciencias, pretendía irse de lo complejo a lo simple. Y co­mo no se tenía, en muchos casos, ni el más somero conocimiento de la evolu­ción histórica universal, dentro de cuyo proceso se desenvuelve la historia ame­ricana, no se alcanzaba a comprender la naturaleza y significación de los acontecimientos que se quería estudiar. Se tomó el camino más fácil y se sim­plificó el estudio. Y así nació e=a his­toria americana anecdótica, superficial, declamatoria, que nada explica porqu • nada comprende, y que se limita a re­latar con dudosa elegancia algunos epi­sodios interesantes o novedosos de ciertos personajes destacados. Como gé­nero literario, en ninguna rama como en ésta floreció tanto la miopía aldea­na y el floripondio tropical de nuestra América virgen.

De este corte es el libro que comen­tamos. O que hubiéramos querido co­mentar. Episodios, anédoctas y frases, como reza el subtítulo, recogidos por ahí hasta con sus errores, sin que un criterio definido los tamice o expurgue Y lanzados luego al mercado como cohetes, sin plan y sin método.

De ahí que no pueda encontrarse en este autor otra cosa que la repetición prosopopéyica de episodios gastadísi­mos. o la desmesura en el juicio que lo lleva a comparar el Cabildo Abierto del 21 de Setiembre de 1808 en Mon­tevideo (con el absolutista Elío a la cabeza), con “las asambleas de la Can­cha de Pelota en la Revolución France­sa (que no las hubo — pues los Esta­dos Generales se reunieron en la Salle des Menus mientras estuvieron en Ver- salles — , pero que el lector normal­mente instruido identificará con el fa­moso Juramento del Juego de Pelota) o con las asambleas de Filadelfia en la Revolución Norteamericana”.

Este libro no es sino un ejemplar de esa falsa historia que se escribe con criterio de ayuda de cámara o con men­talidad de comadre de barrio. . .

¿San Martín? Sí, el Libertador. ¿Qué hizo? ¿Por qué lo hizo? ¿Cuáles eran sus ideales? ¿Qué intereses o aspira­ciones sociales representaba? No. Sola­mente que un día le dijo "a Garzón, su oficial del Perú, rendido ante una da­ma: “ ¡Cuidado, mi joven corone!, con un segundo Sipe-Sipe!”.

Para recoger episodios de esta laya, es preferible que estos "croniquers” se dediquen a hurgar en la vida de algún vecino alegre e ingenioso. Los persona­jes históricos no tienen tiempo, por Jo general, para intrigar o embelecer a las comadres de barrio con frases in ­tencionadas.

Otro desdichado traspiés de este edi­torial de la Sociedad Amigos del L i­bro Rio Platense que se inició bajo tan buenos auspicios, para declinar luego lamentablemente. Y una prueba termi­nante de que no merece la exaltación al libro lo que se dispara a través del micrófono entre un tango gangoso y una crónica futbolera, en estas radios criollas con que el cielo castiga nues­tros pecados. — J. B. D.

“Sur la liittérature et TA rt”, II, (Lénine et Staline), Editions So­ciales Internationales, París, 1937

En la colección “Los Grandes Textos del Marxismo” acaba de aparecer el segundo de los volúmenes consagrados a la literatura y el arte. Son compila­ciones sobre dichos temas de trofeos escogidos de Lenin y Stalin.

Una diferencia esencial se aprecia de inmediato en el carácter de estos textos y los que aparecieron reunidos en el primer volumen, conteniendo juicios artísticos de Marx y Engels. Jéan Fréville, autor de estas antolo­gías, lo señala con precisión: “La épo­ca que ha visto formarse él socialismo científico y aquella en que se derribó al capitalismo en Rusia han conocido preocupaciones y asumido tareas dife­rentes. Cuando el proletariado lucha con las armas en la mano, no es hora ya para consideraciones generales sino para realizaciones inmediatas. Durante la Revolución Rusa los problemas cul­turales se plantean bajo un aspecto concreto y práctico, con una acuidad particular”.

Los T e a t r o s

Por iniciativa de la A. I. A. P. E. — han empezado las persona? delega­das al efecto — a la formación de los conjuntos teatrales que harán teatro para el Pueblo.

En nuestro medio, parecería una es-peranza sin la base necesaria para esepropósilLo, que abriría un amplio ho-rizontepueblo.

a la necesidad cultural del

Sin embargo, los primeros trabajos se realizan con un entusiasmo que ha despertado la curiosidad de los espí­ritus atentos a los hechos sobresa­lientes.

Tros conjuntos han empezado a des­arrollar sus actividades desde el mes de Marzo de este año -— y tanto por el número y variedad de sus compo­nentes como por la dirección elegi­da — son ya verdaderos planteles de futuras compañías de arte popular.

Para la mejor y más amplia difu­sión de la iniciativa, se resolvió dar a la delegación una absoluta libertad — en cuanto a los trabajos prelimi­nares — entendiendo que así se lo­graría — como sucedió — interesar a mayor número de personas y obtener de muchas instituciones sus locales para log ensayos.

La delegación designada por la A. I. A. P. E.. halló en el ’ ’SPORTIVO

Este volumen contiene, por lo tanto, apreciaciones concretas sobre grandes figuras de la literatura y el arte rusos y sobre la revolución en el campo cul­tural. extraídas de obras, artículos y discursos de las dos figuras más des­tacadas de la Revolución Rusa.

Coordinando esas opiniones, que vienen a constituir todo un homogé­neo cuerpo de doctrina. Jean Fréville precede esta antología con un enjun- dioso estudio sobre “La cultura y la revolución”.

Estos textos permiten apreciar ade­cuadamente. no sólo el interés de los revolucionarios rusos en crear un nue­vo tipo de cultura, sino también su preocupación por recoger, utilizar y asimilar todo el legado artístico e in ­telectual de la humanidad. Tanto Le­nin como Stalin señalan a la clase obrera, no solamente como la creadora de ese nuevo tipo de cultura, sino co­mo la única heredera legítima y posi­ble del tesoro cultural del pasado.

Pero hay. sobre todo, un aspecto — el del desarrollo de las formas cultu­rales nacionales, donde la consulta de esta selección ha de resultar de mucho provecho para los que se ocupan de esos problemas en nuestro continente. E l planteamiento de este tema nos lle­varía. sin embargo, fuera de los lím i­tes de una simple noticia bibliográfi­ca. Confiamos en hacerlo en otra opor­tunidad. — J. B. D.

Las R ev is ta s

COLUMNA. — Dirige: César Tiempo.Buenos Aires.

César Tiempo, el joven y dinámico poeta y dramaturgo argentino, anima una nueva cruzada espiritual: la de ‘‘COLUMNA”, revista de las grandes firmas al servicio de los grandes idea­les, como reza en su lema.

Colaboración amplia en ideas y r i ­gurosa en selección la de esta nuera tribuna del pensamiento universal, donde tiene un sitio preferente los valores rioplatenses.

Dirección: César Tiempo. — Uru­guay 466, 7’ piso. — Buenos Aires.

R EP ER TO R IO AM ERICANO. — D i­rige: Joaquín García Monje. — Cos­ta Rica.

Diez y ocho años de vida que son otros tantos de lucha en favor de la cultura, cuenta este semanario que nos llega desde San José de Costa Rica, mensaje fraterno de Don Joaquín García Monje, venerable figura de la literatura centro americana, presunta víctima actual del fascismo que ha en­tablado un proceso contra él. Hoja

P o p u l a r e s d e"CENTRO SANGUINETTI"

SAN G U IN ETTI” — Centro Cultural y Social, con sede en la Unión, calle Fe­lipe Sanguinetti, 2669 — el mejor aco­gimiento para formar el primer con­junto teatral — cuyos inscriptos supe­raron en número a 16s cálculos más optimistas — y ya la Dirección, ha fichado definitivamente, a lós que de­mostraron el entusiasmo necesario y las condiciones requeridas para hacer de los ensayos verdaderas fiestas de camaradería y de estudio.

E l Cuadro Artístico del Centro San­guinetti — con el asesoramiento de su comisión cultural -— ha recibido en sus noches de labor, la grata visita de personas inscriptas en los otros dos conjuntos de Teatros Populares; de aficionados de otras instituciones y de periodistas, artistas y escritores cono­cidos. todos los que dejaron expresa constancia de su sorpresa ante los pro­gresos realizados por dicha entidad en tan poco tiempo.

A continuación damos la nómina de las personas fichadas en el ‘Conjun­to Sanguinetti”, bajo la dirección del señor Julián Coronel y con la empeño­sa colaboración de la profesora seño-^ rita Sofía Arzarello y escritor don Ju­lio Verdié — componentes a su vez — de la delegación nombrada por la A.I. A. P. E.

viva de arte; “Repertorio Americano” tiene en nosotros lejanos y solidarios amigos.

U. O. y FUTURO. — Revistas de laUniversidad Obrera de Méxieo.

Son dos interesantísimas publica­ciones de la citada Universidad del gran país de América. — En “V'. O.” encontramos excelentes trabajos de V i­cente Lombardo Toledano, Aníbal Pon- ce, Pablo María Minelli, Gastón Lafar- ga y otros escritores y pensadores.

“FU TURO” máR ágil en su presen­tación y su material es una bandera antifascista de sana orientación po­pular.

UNIDAD. — Organo de la A .I.A .P.E.Sección Argentina. — B. A.

Los camaradas de la A .I.A .P.E. de Buenos Aires han vuelto a editar “UNIDAD”, esta vez en formato más pequeño, esmeradamente presentada, con colaboraciones de Perigros, A. Guillot Muñoz, Orzábal Quintana, Ny- dia Lamarque, Juan León Bengoa, Barboza Mello, G. Guillot Muñoz, Ser- faty y otros escritores y artistas ar­gentinos y uruguayos.

Felicitamos a nuestros colegas de la vecina capital por esta resurrección de “UNIDAD” y le auguramos una vida permanente, para que cumpla la mi­sión impuesta: la defensa de la cultu­ra contra el fascismo y toda avalancha reaccionaria, tan notoria, en el país hermano.

Dirección: “UNIDAD”. — Tucumán N’ 1102. — Buenos Aires.

A L F A R N 77. — Director: Julio J.Casal. — Montevideo.

En estos días ha aparecido, denso en páginas, hondo en espíritu, un nuevo ejemplar de “A L F A R ”. Firm as nacio­nales y de América y España reposan en este número, en muchas de cuyas páginas vibra la sensibilidad de este tiempo.

Julio J. Casal, camarada de nuestra A .I.A .P.E., es un verdadero creador de revistas. — “A L F A R ” es un ejemplo innegable y permanente.

E l N’ 77 trae el siguiente sumario:Portada de Barradas.La Maison, Jules Supervielle.La Persona y la obra de Goethe, por

Alfonso Reyes.Madera, de Castellanos Balparda.Poemas, Fernando Pereda.E l Vuelo de Don Quijote, Vicente

Basso Maglio.

M o n t e v i d e o

‘ C uadro A rtis tico ” : B e rnal. Jo séL uis — B ernal. M anuel — C erato , L u is P alero , M ela — G a rd a , P ru . d e u d o — Gómez. L u isa — M éndez, E n riq u e — M endez, Lydia — P rio r , B lanca R osa — P rio r , I ld a J u l ia — P a c d . D elfino A liclo — Sosa. Ornar.

A dem ás, se an o ta ro n vein tid ó s p e r­sonas en el cu ad ro d en om inado “ E s­tu d io ” y se ha ab ie rto el re g is tro del “ C uadro In fa n t i l” . E l se ñ o r P asc u a l C ia rd e lla . m iem bro de la C om isión C u l­tu ra l del C en tro , tu é el in ic iad o r del C on jun to de N iños.

Los ensayos se rea lizan en la sedo del C en tro S a n g u in e tti. los d ias m a r­tes y ju ev es a la 2 1 h o ra , y los sá-< hados — después que se d ic tan las co n ferencias de los p ro feso res v isi­tan tes .

E l C on ju ijto S a n g u in e tti. ya ha sido in v itad o a p re s ta r su concurso a v ario s C en tro s Sociales e In s titu c io n es c u ltu ­ra le s -—- a c tu a rá a m an era de e n sa ­yo — siem pre que la D irección lo c rea convenien te .

En n ú m ero s su b s ig u ien te s , c o n tin u a ­rem os in fo rm an d o de la lab o r d es­a r ro lla d a por la delegación de “ Los T ea tro s P o p u la re s” — la que e sp era el valioso concurso de tod o s los a f i­liados a la A. I. A. P. E. — com o u n a lógica consecuencia .

Julio Raúl Memlilnlinrsu. por Sofía Arzarello.

Madera, de Lanau.E l Arte «le Propaganda en la Guerra

Española, por Juvenal Ortiz Saralegui. *Siesta entre los Pinos, Alejandro

Laureiro.Gorki y lai Madre, Cipriano S. V itu -

reira. Dibujos de Barradas.Espacio, Rosamel Del Valle.Humberto Díaz Casanuev“, por Car­

los Alberto Garibaldi.M aruja Mallo, Estudio de Pablo Ro­

jos Paz,Ueproducciontts, de M aruja Mallo.Def«*ndainos el Pan, por González

Carbalho.D«tscielo, Gerardo Diego.Libros: Notas de Romualdo Bru-

ghetti, Jcsualdo. Francisco Romero. Dardo Regules, Mario Varangot. Luisa Luisi, Em ilio Oribe, Eduardo Coutu- re, Enrique Amorím. Juvenal Ortiz Sa- ralegui, Enrique Diez Cañedo y Julio Casal.

NOSOTROS. — N 10. — Buenos Aires

Héctor P. Agosti, el reputado criti­ca argentino encarcelado por el gobier­no del General Justo, publica en el to­mo 16 de “NOSOTROS” un profundo trabajo sobre el tema “De Malraux a Chaplin”. E l resto del material, varia­do en calidad y gusto. Lástima grande el elogio efusivo al Ministro Haedo. por haber tomado veinte suscripciones de la revista! Aparte de ser ligero como juicio a una gestión gubernati­va de pafs extranjero, las veinte es­pontáneas suscripciones no dan para tantos adjetivos. . . . Indudablemente esa nota de “NOSOTROS” no ha sido bien recibida por sus numerosos lec­tores del Uruguay. E l Ministro Haedo se resignará pensando que nadie es profeta en su tierra.

TRIBU N A C U LTU R A L N.o 10 Montevideo

E l órgano cultural del Comité Con­tra el Antisemitismo acaba de publicar el ejemplar No 10 que contiene mate­riales de suma valia, como ser. la con­ferencia sobre Ernesto Herrera de Samuel Eichelbaun, V ida fam iliar entre ios nazis por Michael Goid, E l derecho de hablar y de escribir por Stefau Zweig, E l derecho judio a la vida, por Alberto Gerchumoft, La Poesía hebrea por Eugenio P. Vergara, el manifiesto de los intelectuales argentinos contra el racismo y el antisemitismo, etc.

Las personas que se interesen por esta prestigiosa revista pueden solici­tarla al señor J. Wainsten. Canelones 820. Montevideo. Se distribuye gratui­tamente.

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E l a r t e d e A r z á d u m

DESEO explicar ahora, el paso, por parte de Arzadum, de su

pintura naturalista a la abstrac­ta constructiva. Y para encami­nar el discurso en tal sentido, y tratar debidamente tal momento en la evolución del pintor, conviene hacer un poco de historia de nues­tro ambiente artístico de entonces.

Aquí se habló mucho de Impre­sionismo, y se tradujeron textos, y si se discutió todo lo que a tal ten­dencia se refería y muy menuda­mente y, por esto, pudo creerse que se había llegado a la entraña de tal problema plástico, no pare­ce que fué así, pues, al poner como ejemplo las obras de algunos de nuestros artistas que fueron a estu­diar a Europa (hay que decirlo de rana vez por todas) se vió que no habían comprendido, con los pince­les en la mano, tal problema. ¿Có­mo no se vió entonces, y aún, como se ha estado en este engaño has­ta hoy? Pues, quien haya visto obras de Renoir, de Monet, o <ie Sisley, y también de otros autén­ticos impresionistas, se da de eso cuenta enseguida. Porque no se pensó en lo que era esencial a tal escuela y, en cambio, se hizo otra cosa, y por demás desabrida. Per­dieron, pues nuestros artistas, la oportunidad de traer aquí algo de positivo valor. Sólo Arzadum, en un corto número de obras, mostró una perfecta comprensión y, por esto, tales notas, quedarán aquí como las únicas que puedan dar acabada idea de la tendencia.

Con todo, hay que ser justos. Pese a que, lo que aquí se trajo de Eu­ropa, no fuese lo que sin duda se debió, confrontado ésto con lo que aquí se había hecho hasta el mo­mento, era un paso enorme: una interpretación más plástica, una pa­leta clara, y más profundidad y aire. Indudablemente, esto era ya del dominio de la pintura (tal como debe entenderse) y no ya pintura de aficionado o vulgar ademismo. Por esto, en la evolución del arte uruguaye, deben contar tales valo­res, por marcar un momento de

PO LITIC A . — D ire c to r: P e d ro C erril- t i ( 'ro sa . — M ontev ideo .

E l n ú m ero de Ju lio de e s ta d e s ta ­cada p u b licación de o rie n ta c ió n p o p u ­la r, d ir ig id a por m iem b ro de n u e s tra en tid ad D r. P ed ro C e r ru t t i C rosa , t r a e un su m a rio n u m ero so , en el que d es­tacam os tr a b a jo s del d ire c to r de la m ism a, de Ju lio A révalo , Jo sé G u illén , L uis A lberto V iera , Jo sé B e rg am ín , Je su a ld o , F ran c isco R. P in to s , D iego M artínez B a rr io s y o tro s.

D irección: E d u a rd o A cevedo 939.— M ontevideo.

AM NISTIA. — O rg an o d e l C om ité P ro A m n istía de P re so s y E x ilad o s P o lí­tico s de A m érica. — B. A ires.

A caba de a p a re c e r el N* 11 y 12 de es te ó rg an o b a ta lla d o r ed itad o en la vecina ca p ita l. D estacam os de su s p á ­g in as u n a c a r ta de H ay a de la T o rre a R om ain R o llan d , u n a n o ta so b re los h o rro re s de la in qu isic ión b ra s ile ñ a y o tra sob re la co n d en a a H éc to r P. A gostl.

D ocum en tos v ivos de la re a lid a d po­lítica co n tin e n ta l a p a recen en "A M N IS­T IA ” , v a lien te t r ib u n a desde d o nde se b reg a p o r la s lib e r ta d e s am erican as .

verdadera iniciación en el métier — en el oficio de pintor sensible, que entra en íntimo secreto de su arte. Dejando al viejo Blanes, que a pe­sar de su academismo sabía pintar, estos jóvenes fueron los primeros pintores del Uruguay.

¿Cómo fueron aquí recibidos? Ma- lísimamente. Pues lo que ya era color, se juzgó estridencia; lo que era vibración y tono ( rima y armo­nía al fin), extravagancia; y lo que ya se encaminaba a una síntesis visual con cierto empaste y acento de pintor, poca proligidad o inep­cia. Evidentemente, el público y los pobres artistas aficionados, se en­gañan. Y en esto, todavía no hemos ganado mucho.

Después de la tendencia impre­sionista, otras tendencias modernas fueron consideradas por nuestro jó­venes becados. No ya del lado del color, sino más bien de la forma, e indudablemente bajo la influencia cézanniana, pero del Cézanne im­presionista aún; y quizás con esto se creyó interpretar del todo al ma­estro de Aix. Y aún cabe pensar, que buena parte de esto se apren­dió en revistas; es decir, en blanco y negro.Paso por alto otras tendencias que aquí se trajeron que, aunque equi­vocadas, denunciaban que había inquietud, desasosiego por hallar algo positivo en que afirmarse. Y aún, más allá de esto, se presentía otra cosa que ya metía mucho ruido en Europa... pero que por el momento, al menos aquí, no se definía: el Cubismo.

¿Es que había que tomarlo en serio? De hacerlo, se corría riesgo, y se juzgó prudente no tentar la aventura. Menos, por lo tanto, se tocó a las escuelas constructivas que originó el Cubismo.

Ya, algún teorizador, tras erudi­tas rebuscas, es decir, firmemente apoyado en la cita de textos, y por esto llevando la cosa al más ele­vado terreno especulativo ¿no lo había condenado? ¿No había rei­vindicado, para la imagen normal de las cosas, y dentro de la defor­mación visual que presta la pers­pectiva, todos los derechos? Magis- ter dixit. ¿Quién entonces osaría de­rribar tal muro que se tenía de­lante? La empresa, pues (si es que se pensó en acometerla) se dejó para más adelante. Hay que decir, pues, que el gran problema de la plástica moderna no se abordó. Y ¿qué significaba esto? Un muro, como se ha dicho, que tenía ante sí en pintor, y que había que de­rribar a toda costa. Pero nadie osó tomar la piqueta para tal derribo. Ni escultor ni pintor.

Pero hay que ponerse en nuestro ambiente artístico de aquel tiempo, para bien juzgar.

¿Quién, aquí, podía intentar tal

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prueba, sin exponerse a ser tildado de loco o extravagante y, por esto, exponerse a todos los desastres y sinsabores? Y suponiendo que exis­tiesen -los tales audaces, ¿tenían aquí obras para consultar, galerías de arte o marchands que los sostu­viesen y críticos que los apoyasen? Nada de esto. Y, por lo mismo, se condenaban no sólo a la burla sino también a la miseria. Fué naturalí- simo, pues, que tal problema, que urgía resolver, se dejase de lado.

Además, era todo un problema. Había que comprender bien, y aquello era hermético. Interpretar bien, entrar en su misterio. Pero, como si los cubistas hubiesen ce­rrado la puerta y tirado la llave (según alguien dijo) no se veía la forma de entrar en tal escuela; es decir, de hallar su lógica y razón de ser. Aquello, o bien era un enigma o una salida de tono con el fin d' épater le bourgeois. Y qui­zás se pensó que tal tendencia pa­saría como tantas que se habían puesto de moda.

Hoy, después de veinte años, se está, por desgracia, aún en esta duda...

Es lamentable que no se viese (ni se vea hoy) que el Cubismo es solo una faceta de una amplia ten­dencia constructivista que debía venir. Por esto, que podían abor­darse los problemas serios que el arte plástico se planteaba, sin en­trar siquiera en dicha escuela ni en otras que ella ha originado. Pero, debía venir un momento, en que, aquí mismo, se hiciese luz sobre tal importante cuestión artística; y hay que decir, que Arzadum, no fué de los sordos a la verdad.

Para explicamos ahora su acti­tud decidida y franca frente a lo que ya se iba perfilando como he­cho; es decir, de que debía irse por tal camino nuevo, tenemos que re­ferimos a su firme carácter de hombre. No se satisface, Arzadum,

"La d e s g r a c ia d e se r joven "

D e V A ILLA N T C O U TU R IE R

P ró x im a p u b licación d e la E d ito r ia l “ N u eva A m érica”

D en tro de b rev es d ía s c o m en za rá a d is tr ib u irs e e n tr e los su sc r ip to re s de "N u ev a A m é ric a " , el te r c e r vo lu m en de la p re s tig io sa E d ito r ia l q u e d ir ig e n Z avala M uniz y A lcideg S. P a tró n .

V a illa n t C o u tu r ie r , u n o de los e sc ri­to re s m ás re p re se n ta tiv o s de la jov en g en e rac ió n f ra n c e sa , es e l a n to r cu y a o b ra se rá d is tr ib u id a e n tr e los p ú b li­cos d e l R ío de la P la ta , t r a d u c id a p o r A le ja n d ro L a u re iro .

Com o “ B ru h a h a ” , la a d m ira b le no ­v e la con que “ N u ev a A m é ric a ” , in ic ió su la b o r c u ltu ra l , nos d ió e l p a n o ra m a d e l p en sam ien to y su s lu c h a s en Sud A m érica , a tra v é s del e s p ír i tu de P e ­d ro M o tta L im a, “ L a d e sg ra c ia de se r jo v e n ” es la rev e lac ió n de u n a F ra n c ia d o lo rid a , a rd ie n te y e sp e ra n z a d a , v is ta a tra v é s de la o rd en ac ió n q u e de la s voces de su p ro p ia ju v e n tu d su f r ie n te y co m b ativ a , h a rea lizad o V a illa n t C o u tu r ie r .

E sta m o s se g u ro s d e q u e r a r a vez p o ­d rá p u b lic a rse en n u e s tro m edio un lib ro m ás a p a s io n a n te , com o re v e la ­ción del e s ta d o a c tu a l de n u e s tra c iv i­lizac ión q u e " L a d e sg ra c ia de se r jo ­v e n " . d o n d e la a n g u s tia de la ju v e n tu d fra n c e sa a n te su d e s tin o en c ris is se e x p re sa con u n a p o ten c ia de lla n to y a la r id o .

p o rJ o a q u ín T o r re s G a r c ía

ni con lo rutinario, mediocre o tor­cido; ni con modas ni farsas en ningún terreno. Por esto, compren­dió una verdad y la aceptó y de­fendió. De ahí su evolución deci­dida y normal hacia una pintura constructiva.

Arzadun, además, si entró en el constructivismo, fué porque ya otra forma de pintura no le daba satis­facción. Y con respecto a esto úl­timo, estaba en el mismo caso que muchos artistas de hoy, sólo que él se lo jugó todo a esa carta: una buena reputación adquirida limpia­mente; un oficio pacientemente lo­grado; lazos de amistad... ¡todo! Y es que Arzadum es un pintor, un artista ante todo, y esto estará siempre por encima de lo demás.

Otro rasgo de su carácter ha te­nido que salvarle: si Arzadum es un sincero, y esto le llevó a una verdad que nuevamente se revela­ba, es también un empecinado y no deja a dos tirones lo que tomó una vez. Tuvo que luchar mucho para hacerse una nueva conciencia artística, pero él, al fin dobló el cabo. Hoy está del otro lado.

Y bien, lo que ha ganado con tal evolución es tan evidente que no hay que encarecerlo.

Detrás de la anécdota, poco po­dían revelarse calidades de primer orden que ahora se han manifes­tado. Ha ganado, pues, su pintura, no sólo en ser más concretamente pintura, sino en fuerte estructura, en elevación de concepto y, lo que es más, en calidad — esa rara vir­tud que hace la nobleza de las obras.

Y ahora hay que preguntar: ¿ser­virá, tal ejemplo, para decidir a otros artistas muy bien dotados que tenemos, a seguir su valiente ejem­plo? ¿Se habrá terminado con el equívoco del Cubismo? ¿Pintores y escultores, nos darán un nuevo arte ya absolutamente plástico y no tri­butario de lo literario? ¿Tendrán comprensión y valor? ¿Dejarán atrás detalles mezquinos y mirarán más por su porvenir artístico y el de nuestra tierra?

Justamente, ya que en el mo­mento actual tenemos abiertos dos de los más importantes Salones de Pintura que aquí se han constituido, cabe hacer tales preguntas. ¿Cerra­rán un ciclo de arte uruguayo para abrir otro nuevo? Si esto fuera, no sería más que una cosa normal.

Y ahora, en esta oportunidad, permita (no ya los artistas, sino el público) que, como viejo pintor, le de, con la mejor voluntad y respeto, un consejo. Y es que ante lo nuevo, no condene; estudie y párese a re­flexionar; interrogue a los artistas; que es así como podrá evolucionar. Cosas hallará, en esos Salones de Pintura, nuevas para él, pero pien­se que, tales obras, quizás sean las que abran nuevos caminos al arte.Y que, si en otras cosas, estamos como suele decirse al día, ¿porqué no hemos de estar, en materia de arte, en ese mismo nivel? Encon­trará obras, que corresponden al gran transatlántico, al avión, a la radio, a la arquitectura moderna, y a cien mil cosas más de nuestro siglo. .. y recuerde, que no va en volanta, sino en automóvil.

J. Torres G arcía.Agosto de 1937.

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Guía ProfesionalDE LA f# A. I. A. P. E. i#E S T A T U T OA rtícu lo 1’ — Con el nom bre de

A . I . A . P . E . . (A g ru p ac ió n de In te le c ­tu a le s : A rtis ta s . P ro fes io n a les, p e rio ­d is ta s y E sc r ito re s ) co n s titú y ese en M ontevideo una a g ru p a c ió n de ca rác ­te r c u ltu ra l, de acu e rd o a los p ropósi­tos que se an u n c ia n a co n tinuación . P o d rá a c tu a r en todo el te r r i to r io de la R epública , co n s titu y en d o f ilia les o en c u a lq u ie r fo rm a que se d e te rm in e .

PR O PO SITO S

A rt. 2*— E s ta A grupación se p ro p o ­ne los s ig u ie n te s fines:

A ),— F o m e n ta r el acercam ien to de los a r t is ta s , p e rio d is ta s , p ro fes io n a ­les, e sc rito re s y dem ás in te le c ­tu a le s para que la ob ra co lec ti­va fa c ilite el esc la rec im ien to de

los p ro b lem as que a ta ñ e n a la c u ltu ra .

R 1 — F a c il i ta r a los socios en los lo ca ­les soc ia les, los m edios técnicos que sean necesario s p a ra el d es­a r ro llo de su p e rso n a lid ad a rtfs - tica o c ien tífica .

C .)— O rie n ta r el m ovim ien to in te lec ­tu a l de l p a ís en un sen tid o de d efen sa de la c u ltu ra f re n te a la am en aza que p a ra e lla re p re ­se n ta n el fascism o y dem ás fu e r ­zas reg resiv as .

D i. P ro p e n d e r a la realización de e s­to s p ropósito s por m edio de con ­fe re n c ia s , pub licaciones, exposi­c iones a r tís tic a s , funciones c in e­m a to g rá fic a s o te a tra le s , etc.

PONDOS SOCIALES

A rt. 3’’— Los fondos de la I n s t i tu ­ción se fo rm a rá n con las cu o tas de Iob socios, d onativos, ven ta de p u b licacio ­nes . p roducido de beneficios, e tc.

A rt. 4*— El im p o rte de la cuo ta m en su a l se rá de c in cu en ta cen tésim os com o m ínim o.

D E LOS SOCIOS

A rt. 5 '— P o d rá n se r socios todos los que acep tan d o los p ro p ó sito s en u n c ia -

VA LO R D E LAS CON STITUCIONES

(V iene de la pág. 2)

bertad como las clásicas constitu­ciones de las revoluciones libera­les; se pensaron como defensa con­tra la organización de una política como nuestra constitución del año 17, y tienen un sentido de la libe­ración del hombre frente a los po­deres a los que se habrían atribui­do importancia y que aparecen en la estructura de todas las socieda­des como los elementos económi­cos que parecen reemplazar en los tiempos modernos un modo de do­minación más simulado, menos aparente, pero más terrible y po­deroso que el de las servidumbres feudales y que, como aquellos tam­bién inspiran de un lado planes ríe justificación jurídica y del otro lado hondo agitarse de oprimidos, con­vulsión de hombres que quieren tener su vida liberada y que sien- jten la necesidad de que se acabe con una concepción social en que para la tranquilidad de una mino­ría hacen entrega de todas sus energías en un doloroso sacrificio de todas sus posibilidades en un aniquilamiento continuado de indi­viduos que no adquieren siquiera la seguridad de obtener lo nece­sario para su subsistencia.

Es también aquí la liberación, eje fundamental de las constituciones que intentan terminar en una últi­ma etapa la evolución con un peder arbitrario que no deja de sor te­mible por el hecho de no ostar for­mulado como órgano de gobierno.

Antonio M. Grompone.

dos en el a r t . 2° desem peñau u n a p ro ­fesión lib era l, una ta re a a r tís tic a o in te lec tu a l.

A rt. 6*— Los a sp ira n te s a socios d e ­berán p re se n ta r una so lic itud f irm a d a por dos socios en ejerc ic io d ir ig id a a la C om isión E je cu tiv a que d ec id irá su acep tac ión o rechazo.

A rt. 7*— Eos socios p odrán u sa r am ­p liam en te del local social y d is f ru ta r de todos los beneficios que les b r in d a la A grupación con la so la lim itac ión de los reg lam en to s respectivos.

A rt. 8»— En el caso d e que un socio d e sv ir tu a ra los f in es de la A grupación p odrá se r aperc ib id o , su spend ido o se ­p arad o de és ta por reso lución de la Com isión D irectiva, por m ayoría abso ­lu ta de votos. E sta reso lu c ió n sólo es apelab le a n te la A sam blea O rd in aria .

D E LAS A UTORIDADES EN G EN ER A L

A rt. 9*— L a A IA PE e s ta rá d irig id a por u n a C om isión D irec tiva de 19 m iem bros, que h a rá las veces de Di­rección G enera l h a s ta ta n to la c re a ­ción de n u evas filia les , h ag a n ecesa­rio m o d ifica r e s ta s itu ac ió n . D ichos 19 m iem bros de la C om isión D irec tiva se descom pondrán en un P re s id e n te , dos V ice-P residen tes , un S ec re ta rio , un P ro S ec re ta rio , un T eso rero , un S ecre ­ta r io de P re n sa y doce vocales, todos e leg idos por la A sam blea G enera l O r­d in a ria .

A rt. 10*— L a Com isión D irectiva e lig irá de su seno la C om isión E je c u ­tiv a . que e s ta rá co m p u esta p o r el P re ­s id e n te o u n o de los V ice-P re sid en tes . e l S ec re ta rio ,, el P ro S ec re ta rio , el T e­so re ro . el S e c re ta r io de P re n sa y dos vocales.

A rt. 11*— La C. D irec tiv a v e la rá por el cu m p lim ien to de lo s p re se n te s e s ta ­tu to s pud ien d o a p lic a r en el caso que sean tra n sg re d id o s , las sanc io n es d is ­c ip lin a r ia s q u e f i ja el a r t . 8*.

A rt. 12*— La C. D irec tiva se re u n irá p o r lo m enos u n a vez p o r m es y re so l­verá d e n tro del e sp ír itu y los p ro p ó si­to s de los p re se n te s e s ta tu to s los a s u n ­to s que a ta ñ a n a la m archa de la cen ­t r a l o de las filia les .

A rt. 13*— L a C. D irec tiva se s io n a rá ba jo la D irección del P re s id e n te o en su d efecto del 1er. o 2.o V ice y en a u ­sencia de estos del p re s id e n te ad-hoc que se designe . Su qu o ru m se rá la m itad m ás uno de los m iem bros y re ­so lv e rá v á lid a m e n te p o r sim p le m ayo­r ía de votos, sa lvo en los casos f ijad o s en el a r t . 8*

A rt. 11*— La C. D irec tiva se re n o v a ­r á to ta lm e n te c ad a añ o ; su s m iem bros se rán re leg ib les y se rá elec to p o r el voto d irec to de tod o s los m iem b ro s de la In s titu c ió n , que es tén a l d ía en el pago de sus c u o ta s m ensuales.

A rt. 15*— La C. D irec tiv a p o d rá se ­p a ra r a u to m á tic a m e n te c u a lq u ie ra de su s m iem bros que fa lte n sin uso de li­cencia aco rd ad o por e lla m ism a a tre s reu n io n es consecu tivas.

A rt. 16*— L a C. D irec tiva es tá fa ­c u lta d a p a ra o p ta r e n tre c u a lq u ie r asociado p a ra ca rgos v acan te s en la m ism a, por ren u n c ia , se p a ra c ió n e tc ., de a lgunos de sus m iem b ro s y s iem p re a t í tu lo in te r in o , h a s ta la p rim e ra asam b lea .

A rt. 17*— L os fondos de la I n s t i tu ­ción d eb e rán se r d ep o sita d o s en cu en ­ta c o r r ie n te del B anco de la R e p ú b li­ca. a nom bre del P re s id e n te y T eso re ­ro y p o d rán se r re tira d o s con las f i r ­m as c o n ju n ta s de am bos.

A rt. 18*— La C. D irec tiv a es a su vez D irección G enera l p a ra to d a la R e­p ú b lica y d eb e rá d a r c u e n ta de su s g e s­tio n es a n te la s A sam bleas.

A rt. 19*— La C. E je c u tiv a e s tá e n ­c a rg ad a de lle v a r a la p rác tica la s re ­so luc io n es de la C. D irec tiv a o de la s A sam bleas, s iendo resp o n sab le in m e ­d ia ta m e n te a n te aq u e lla . C e le b ra rá se­sión o rd in a r ia u n a vez por sem ana.

A rt. 20*— La, C. E je c u tiv a n o m b ra ­r á — cu an d o lo c rea n ecesario com i­siones dq t r a b a jo in te rn o p a ra d a r am ­p lio cu m p lim ien to a los p ro p ó sito s de e s ta In s titu c ió n , y p ro p en d e rá a la c reación de U niones de ac tiv id ad es a fínes.

D E LA D IR EC C IO N G E N ER A L

A rt. 21*-—La D irección G en era l la d esem p eñ ará la C. D irec tiv a de la ca ­p ita l. con la re se rv a que e s ta b le c e el A tr. 9 ’

A rt. 22*— La D irección G enera l po­d rá en v ia r delegados a las A sam bleas de las d is tin ta s f ilia les cuando lo e s ti­m e n ecesario para sa lv a g u a rd a r los p rinc ip ios estab lec idos en el a r t . 2*. Inciso C.

A rt. 23*— C uando a tra v é s de sus reso luciones la C. D irectiva de u n a f i­lia l o una A sam blea d esv irtu ase los p ro p ó sito s de la A grupación la D irec­ción G enera l d eb e rá in te rv e n ir de acu erd o con las reg lam en tac io n es que se d ic ta ren .

DE LA S A UTORIDADES EN PA R TIC U LA R

A rt. 24*— El P re s id e n te te n d rá la rep re sen tac ió n de la A grupación an te las In s titu c io n es s im ila re s , p re s id irá las reu n io n es de la C. D.. de las A sam ­bleas, y pod rá p rev ia au to rizac ió n , g e s tio n a r o p e tic io n a r a n te los P ode­re s Públicos.

A rt. 25*— F irm a rá c o n ju n ta m e n te con el S ecre ta rio to d a la d o cu m en ta ­ción de la A grupación , sa lvo en lo que resp ec ta a m ovim ien tos de fondos en que su f irm a se rá acom pañada por la del T esorero .

A rt. A 6*— Los V ices reem p lazarán p o r su o rden al P re sid en te .

A rt. 27*— El S ec re ta rio aco m p añ ará con su f irm a la de l P re s id en te salvo la excepción del a r t . 25, lle v a rá el r e ­g is tro de A sociados y a te n d e rá la Se­c re ta r ía en el local social.

A rt. 28*— E l P ro S ec re ta rio co labo­r a r á con el S e c re ta r io y ree m p la z a rá a é s te en caso de au sen c ia , e n fe rm e d ad , re n u n c ia o acefa lía .

A rt. 29*— E l P ro S ec re ta rio lle v a rá el lib ro de a c ta s de la s reu n io n es de la C. D irec tiv a . C. E je cu tiv a o de las A sam bleas y r e d a c ta rá la com unicación de to d a s la s re so lu c io n es de la D. Ge­nera l.

A rt. 30*— E l T eso re ro lle v a rá los lib ro s de co n tab ilid ad , lo f irm a rá co n ­ju n ta m e n te con e l P re s id e n te en lo que re sp e c ta a l m an e jo de fondos y se e n c a rg a rá de todo lo que te n g a re la ­ción con la p a r te f in a n c ie ra de la A grupación .

D E LAS F IL IA L E S

A rt. 31*— L as filia le s que se cons­titu y e n en la R ep ú b lica se re g irá n por los e s ta tu to s que e lla s se d ic ten d en ­tro del e sp íritu y p rinc ip ios g e n e ra ­les de los de la D irección G enera l.

A rt. 32*— L a in ic ia tiv a p a ra la cons­titu c ió n de las filia le s p u ed e p a r t i r de:

A ) .— De la D irección G en era l que po­d rá d e leg a r e s ta a tr ib u c ió n en la C. D irec tiva de u n a filia l ya fo r ­m ada.

B ) .— De un g ru p o de in te le c tu a le saú n no asociados a la A g ru ­pación.

A rt. 33*— En el caso del inc. B. del a r t . 32 el g ru p o que lleve la in ic ia ti­va debe so lic ita r su in g reso a la D. G en era l y c o n ju n ta m e n te la a u to r iz a ­ción p a ra in ic ia r lo s tr a b a jo s p rev ios de co n s titu c ió n de la filia l, la q u e d e ­be h ace rse en A sam blea de A filiados.

D E LAS ASAM BLEAS

A rt. 34*— Cada añ o los socios se r e u n irá n en u n a A sam blea o rd in a ria con el fin de c o n s id e ra r el in fo rm e a n u a l de la C. D., a p ro b a r el b a lance , p ro ced e r a la eleccción de socios que in te g ra rá n las a u to r id a d e s d ire c tiv a y e je c u tiv a y re so lv e r so b re los d em ás p u n to s in c lu id o s en la o rd en del dia.

A rt. 35*-—L as asam b leas o rd in a ria s se s io n a rá n con el n ú m ero de socios p re se n te s a la h o ra de la c itac ió n . R e ­so lv e rán v á lid a m e n te por sim p le m a­y o ría de votos. En caso de em p a te si és te p e rs is tie ra a la te rc e ra vo tac ió n , d ec id irá el P re s id en te .

A rt. 36’— L as A sam bleas se rá n c i­ta d a s con 8 d ia s de an tic ip ac ió n , p o r aviso p o sta l a cad a socio y p o r p u b li­caciones en dos d ia rio s.

A rt. 37*— L as A sam bleas e x tra o rd i­n a r ia s se re u n irá n a ped ido de 20 so ­cios de la A g rupación o por r e so lu ­ción de la C. D irec tiva . A e lla s c o rre s ­p o n d e rá re so lv e r so b re los p u n to s que h ay an m otivado la c itac ió n y se rá a tr ib u c ió n su y a rem o v er, to ta l o p a r ­c ia lm e n te la C. D irec tiv a p o r el voto de los*dos te rc io s de los socios de la A g rupación .

M é d i c o s

JU A N Í.I.O PA B TV ías U rin a ria s

C anelones 908

D r. SEV ER O M A RIZCU RRENAA yudante de la po liclín ica m éd ica del

H osp ita l M aciel C onsu ltas de 15 a 17

Soriano 1079__________U. T. E. 8.08 68

Dr. A TILIO SIA GEA vda. Lezica 6320

CARLOS VIANAL unes, Miérc. y V iernes de 2 a 4

Oído, N ariz y G arg an ta C anelones 908 U. T. E . 8.27 17

D r. EDUARDO S C H A F F N E RA sisten te de la C lin ica G inecológica

C on su ltas de 15 a 17 Ju a n P a u llie r 1657 U. T. E. 4.43 70

A L FR ED O VALDES OLASCOAGAL unes, M iércoles y V iernes 4 a 6 Ju a n P a u llie r 1271 U. T. E . 4 .21 92

D r. ARMANDO LO U B EJA CM edicina G enera l y C iru g ía

C anelones 958

D ra. DORA SAMONATTI S eñ o ras y p a r to s

L unes, M iércoles y V iern es de 17.30 hs a 18.30 hs.

C anelones 958 u . T. E. 8.51 79

A b o g a d o s

Dres. CARLOS VAZ FERRERIAy

EUGENIO PETIT MUÑOZA bogados

SA RA N D I 445 — U .T .E . 8 52 (MS

D r. RA U L E . BA ETH G ENItu za in g ó 1469 (p iso 1 .*)U TE 8.27 49

Dr. ANTONIO M. GROMPONEI tu z a in g ó 1309 U TE 8.18 47

D r. LINCOLN MACHADO RIV A SS a ra n d í 437 U .T .E . 8.31 83

D r. G U ILLER M O GARCIA MOYANOS a ra n d í 437, U. T . E . 8.31 83

ARMANDO R . M A LET A CARIAIS C U TIN ELLA

A bogadosR O B ER TO AGOSTI

E scrib an oJ u a n C. Góm ez 1388 - 1er. piso - Ap. 2

U. T. E . 8 16 16

D e n t i s t a sD r. HUGO AM ORIN

A vda. L a n ú s 5670

Dr. RA U L J . MONTOROC olonia 2153 U. T . E . 4.43 1 5

V a r i o sJU A N J . DUCLOS

C o n tad o r - P e r ito M ercan til E s tu d io : P ie d ra s 419

E sc r ito rio 15 U. T . E . 8.08 63

W A L T E R M ACHADO R IV A SE scrib an o

S a ra n d í 447 u. T. E . 8.27 18

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E.V ID A DE LAS A. I.A N IV E R SA R IO

C o im e m o ra n d o el p r im e r a n iv e r s a ­r io de la fu n d ac ió n de A .I.A .P .E ., n u e s tro s aso c iad o s se re u n ie ro n en uno d e tú* S a lo n es d e l A teneo de M onte­video; d o n d e se s irv ió un lu n ch c o r­d ia l.

P O R E L D E R E C H ON u e s tra C. D ire c tiv a h a p u b licad o

u n a d e c la ra c ió n , q u e re p ro d u c im o s en o tro lu g a r , en d e fe n sa de lo s p recep ­to s del d e rech o In te rn a c io n a l, en lo q u e h ace re fe re n c ia al caso p la n te a d o p o r E sp a ñ a a n te la Sociedad d e la s N aciones.NUEVOS ASOCIADOS

E n el c o r re r de l ú ltim o m es se h an in sc rip to com o socios de la A .TA .P.E.: D r. V ir ia to A bella (a b o g a d o ) , A lfred o A rte a g a , H om ero C lérice (p lá s t ic o ) ,

D r. L uig D u rá n (a b o g a d o ) , In g e n ie ro A g rónom o L u is F e rn á n d e z , D r. A r tu ro G uzm án (m é d ic o ) , B. S. B ru n e l (p ro ­f e s o ra ) . M aría N oboa (p ro fe s o ra ) , Dr. A ngel U r la r te (a b o g a d o ) . P ed ro L e a n ­d ro Ip u c h e ( e s c r i to r ) , D r. R ica rd o Ya- n ice lli (m é d ic o ) , H é c to r R a g n i (p in ­t o r ) , J u a n Jo sé M orosoli ( e s c r i to r ) .

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ta d . C o s tad o S u r.

VIDA CULTURAL DEL INTERIOR

A bsorbido por la organización de la reunión de escritores del sur, que tuvo lugar en la localidad de su residencia, — Pan de Azú­car, — nuestro com pañero A lvaro Figueredo nos com unica que no le h a sido posible o rdenar el m aterial literario e informativo de su pág ina en ' AIAPE", correspondiente a esta entrega.

Sorteada e sa dificultad, conti­n u ará haciéndolo desde el próximo número.

A. P.A LOS AMIGOS DE "AIAPE"

EN EL INTERIOR

M odiim lP el en v ío do 8 2 .5 0 r e ­m itire m o s h v u e lta de c o r re o : t na

co lección d e A IA P E y d e los < ua- d e rn o s A IA P E ; u n e je m p la r de l N .o 77 d e la g ra n re v is ta d e a r te ‘‘A lfa r” r e c ie n te m e n te p u b licad o .

E sc r ib a a l A d m in is tr a d o r de A IA P E , a d v ir t ie n d o q u e e s ta o fe r ta es p o r u n m es, p u es t ie n d e a a g o ­ta r s e la co lección d e A IA P E .

Unidad, símbolo de la AIAPE de Buenos Aires (G rabado de

L a b o r C u l t u r a l d e l M a g i s t e r i oDISCURSO PRONUCLADO EL 11 DE AGOSTO DE 1937, INAUGURANDO EL CICLO DE CON­FERENCIAS CULTURALES PROGRAMADO POR LA UNION NACIONAL DEL MAGIS­

TERIO

ES en virtud de mi carácter de presidente de la Unión Nacional del M agisterio que m e

corresponde el honor de inaugurar este ciclo de conferencias, con cuyo desarrollo nuestra entidad cum ple con los m andatos de sus Es­tatutos, que en la Sección II del Capitulo I program a la forma de contribuir a la cultura integral del Magisterio.

Esas conferencias serán d ic tadas por un selecto grupo de personalidades de la ciencia y del arte. La circunstancia de ser los oradores suficientemente conocidos en el am biente in­telectual nacional, tanto por lo que represen­tan como hom bres de pensam iento, como por su probado valor moral, hacen innecesaria toda presentación; bas ta con nom brarlos.

Son ellos, siguiendo el orden de sus diser­taciones, Eugenio Petit Muñoz, Emilio Oribe, Roberto Ibáñez, Raúl E. Baethgen, Luis Gil Salguero, Alberto Lasplaces, Carlos S ábat Er- casty, Clem ente Estable, Evangelio Bonilla y Emilio Zum Felde.

A todos ellos, nuestro fraternal saludo, y el agradecim iento anticipado de la Unión N a­cional del Magisterio por el valioso aporte de sus enseñanzas, por la s inquietudes de supe­ración que provocarán en el pensam iento y por las fecundas sugestiones con que enri­quecerán nuestro corazón.

U na serie de interesantísim os tem as rela­tivos a l arte, la moral, la enseñanza, la lite­ratura y la ciencia harán de esta — pequeña por sus dimensiones, pero g rande por el afecto con que recibe a los conferenciantes — una verdadera cá ted ra indicadora de rumbos y d isipadora de som bras, y a que toda ense­ñanza ca len tada por el fervor es luz: luz hoy m ás que nunca d esead a p a ra desvanecer las tinieblas de esta hora en que toda conciencia libre siente la angustia de la asfixia; luz que ay u d a a vivir sin desfallecimientos, con am or por los ideales y fe en el porvenir; luz que m antiene la confianza en la victoria de la dig­nidad hum ana; luz que deseam os fulgure pe­rennemente, porque su extinción significaría la ca ída definitiva en la barbarie, y con ella, el triunfo, tam bién definitivo, de los sojuzga­dores de pueblos.

Corresponde que d iga que con estas confe­rencias la Unión Nacional del Magisterio no beneficiará solam ente a los maestros, sino que, por lógica derivación, servirá tam bién los intereses inm anentes de la Nación, repre­sentados en preponderante término por la cultura, cuya difusión y defensa realizarem os por intermedio del verbo de los intelectuales nombrados.

P ropagar y am p arar la cultura es — m er­ced a los atributos de germ inante y desinto- xicante que forman su propia esencia — por u n a parte, la decisión firme de m archar siem­pre adelante, a p esar de todos los impedi­mentos, y por otra, redimir las conciencias que por distintas cau sas perm anecen hundi­d as en las ag u a s laterales del obscurantism o.

Germ en es la cultura, porque en su seno están, en potencia, todas las posibilidades y soluciones p a ra el perfeccionam iento espiri» tual y físico del hombre; porque d e ella sa ld rá la síntesis que realice la unidad de todas las energ ías que form an la vida, enlazando en suprem a arm onía la m ateria y la fuerza; por­que p rep a ra rá el advenim iento de u n a socie­d ad en que la ciencia y el arte de jarán de ser el patrimonio de la s clases privilegiadas, p a ra estar, como es justo, a l serv‘cio de todos los seres hum anos; porque sólo cuando e lla en­cauce y dinam ice las energías m entales de

Audivert)

u n a decisiva m ayoría de hom bres, se rá po­sible en el m undo el reinado de la justicia social y el establecim iento límpido, sin im pu­rezas que la desnaturalicen ni reservas limi­tadoras, de la dem ocracia integral.

Y es desintoxicante, porque influye sobre la conciencia a la m anera que los depurativos sobre la sangre; purificando las ideas, exter­m inando prejuicios, arro jando de la m ente cuanto de erróneo o equivocado le im pide pensar con justeza, sentir con hondura y qu e­rer con vigor.

Bienvenida se a a es ta casa , por todo lo dicho, la p a lab ra au torizada de los y a cita­dos propagand istas y defensores de la cul­tura: después de oírlos habrem os ag reg ad o a nuestro m undo interior un evidente aporte p a ra su perfeccionam iento, y estarem os mejor dotados p a ra luchar sin renunciam ientos por * el b ienestar de nuestros sem ejan tes..

Hipólito Coirolo.