Ordo±ez Jose Emilio - Rostros De Las Practicas Etnocidas En Guatemala

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Cuadernos Constitucionales México-Centroamérica José Emilio Rolando Ordoñez Cifuentes ROSTROS DE LAS PRÁCTICAS ETNOCIDAS EN GUATELAMA Centro de Estudios Constitucionales México-Centroamérica Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Nacional Autónoma de México Corte de Constitucionalidad República de Guatemala Procurador de Derechos Humanos de Guatemala 24

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CuadernosConstitucionalesMéxico-Centroamérica

José Emilio Rolando Ordoñez Cifuentes

ROSTROS DE LAS PRÁCTICASETNOCIDAS EN GUATELAMA

Centro de Estudios ConstitucionalesMéxico-Centroamérica

Instituto de Investigaciones JurídicasUniversidad Nacional Autónoma de México

Corte de ConstitucionalidadRepública de Guatemala

Procurador de Derechos Humanos de Guatemala

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CUADERNOS CONSTITUCIONALES MÉXICO-CENTROAMÉRICA(Colección completa)

1. GONZÁLEZ RODAS, Adolfo, La Corte de Constitucionalidad de Guatemala. 2. GARCÍA LAGUARDIA, Jorge Mario, La Constitución guatemalteca de 1985. 3. LARA SÁENZ, Leoncio, El nuevo sistema electoral mexicano. 4. BASTIAN, Jean-Pierre, América Latina, 1492-1992; conquista, resistencia y eman-

cipación. 5. GÓMEZ-ROBLEDO VERDUZCO, Alonso, United States vs. Álvarez Machain. 6. GONZÁLEZ OROPEZA, Manuel, Las controversias entre la Constitución y la

política. 7. ESTRADA, Alexei Julio, El ombudsman en Colombia y en México; una pers-

pectiva comparada. 8. VARIOS, Tribunales constitucionales y defensa del orden constitucional. 9. VARIOS, Autonomía del Banco de México y perspectivas de la intermediación

financiera.10. RODRÍGUEZ, Gregorio, México visto desde Centroamérica (Aspectos fiscales).11. GARCÍA RAMÍREZ, Sergio, Comentarios sobre las reformas de 1993 al procedi-

miento penal federal.12. FIX-ZAMUDIO, Héctor, Introducción al estudio de la defensa de la Constitución

en el ordenamiento mexicano.13. MÁRQUEZ PIÑERO, Rafael, El sistema jurídico de los Estados Unidos de América.14. VARIOS, Las reformas de 1994 a la Constitución y legislación en materia electoral.15. BECERRA RAMÍREZ, Manuel, La Constitución rusa de 1993.16. BLANCO VALDÉS, Roberto L., El “problema americano” en las primeras cortes

liberales españolas, 1810-1814.17. GONZÁLEZ, María del Refugio, El derecho indiano y el derecho provincial

novohispano; marco historiográfico y conceptual.18. GARCÍA LAGUARDIA, Jorge Mario, Análisis del registro civil en Nicaragua y

bases para la elaboración de un registro electoral permanente.19. VARIOS, La reforma constitucional en México y Argentina.20. GUERRA ROLDÁN, Mario Roberto, El sistema electoral guatemalteco. Funda-

mentos filosóficos constitucionales y legales.21. ADAME GODDARD, Jorge, Naturaleza, persona y derechos humanos.22. MALDONADO AGUIRRE, Alejandro, Bolívar. El acierto del estadista y el fracaso

del político.23. ORDÓÑEZ CIFUENTES, José Emilio Rolando, La cuestión étnico nacional y

derechos humanos: El etnocidio.

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ROSTROS DE LAS PRÁCTICAS ÉTNOCIDASEN GUATEMALA

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CUADERNOS CONSTITUCIONALESMÉXICO-CENTROAMÉRICA

22

INSTITUTODE INVESTIGACIONES

JURÍDICASUNIVERSIDAD NACIONALAUTÓNOMA DE MÉXICO

Director:

Dr. José Luis SoberanesFernández

Secretario académico:

Lic. Víctor M. MartínezBullé Goyri

Secretario administrativo:

Dr. Manuel González Franco

Jefe de Publicaciones:

Lic. Raúl Márquez Romero

Coordinadora de Distribución, Pro-moción y Fomento Editorial:

Arq. Elda Carola LagunesSolana

CORTEDE

CONSTITUCIONALIDADREPÚBLICA

DE GUATEMALA

Magistrados titulares:

Lic. Adolfo González RodasDr. Edmundo VásquezMartínezLic. Epaminondas GonzálezDubónLic. Gabriel Larios Ochaita

Magistrados suplentes:

Lic. Ronan RocaLic. Rodolfo RhormoserLic. Carlos Enrique ReynosoLic. José Antonio MonzónLic. Ramiro López

PROCURADOR DE DERECHOSHUMANOS DE LA REPÚBLICA

DE GUATEMALA

Dr. Jorge Mario GarcíaLaguardia

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JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

ROSTROSDE LAS PRÁCTICAS

ETNOCIDAS EN GUATEMALA

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICOCORTE DE CONSTITUCIONALIDAD DE GUATEMALA

PROCURADOR DE DERECHOS HUMANOS DE GUATEMALA

MÉXICO, 1996

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Primera edición: 1996

DR © 1996. Universidad Nacional Autónoma de México

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS

Circuito Mario de la Cueva Ciudad Universitaria, C.P. 04510, México, D. F.

ISBN 968-36-5692-7

Impreso y hecho en México

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A la memoriade mi padre Egil Ordóñez Muñoz,

abogado y notario defensor de indios.Actor en el proceso revolucionario guatemalteco

1944-1954. Maestro Honoris Causa del Cen-tro Universitario de Occidente, Universidad

de San Carlos.

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ÍNDICE

Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9

UN CASO DE REFERENCIA EN TORNO A EXPERIENCIASDE DESTRUCCIÓN CULTURAL . . . . . . . . . . . . . . . 11

I. Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

II. El Nehemías guatemalteco . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

III. Genocidio, etnocidio y democidio duranteel “decenio negro” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

1. Genocidio cultural y etnocidio . . . . . . . . . . . . . 312. Epílogo: el golpe militar del 8 de agosto

de 1983: “Firmeza 83” . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO-NACIÓN GUATEMALTECO:EL ASCENSO ETNOCRÍTICO LADINO Y LA CONFIGURA-CIÓN DEL COLONIALISMO INTERNO . . . . . . . . . . . 35

CONSTITUCIÓN Y DERECHOS ÉTNICOS. LAS EXPERIENCIASDE 1945 Y 1985 EN GUATEMALA . . . . . . . . . . . . . . 65

I. La Constitución de 1945 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

II. La Constitución del 31 de mayo de 1985 . . . . . . . . 82

III. Cuerpo torturado y tierra alterada en Guatemala . . 101

IV. La cuestión laboral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107

V. El nuevo orden constitucional y la cuestiónindígena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

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A PROPÓSITO DEL V CENTENARIO Y LA REACCIÓNDE LOS PUEBLOS INDIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

I. La celebración del V centenario . . . . . . . . . . . . . . 113

II. La reacción de los pueblos indios frenteal V centenario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

1. Encuentro Continental de Pueblos Indios . . . . . . 1212. Los pueblos indígenas ante el V centenario . . . . 1223. Acciones de repudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124

III. Declaración de Xelajú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

BIBLIOGRAFÍA SELECTIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135

A. Derechos humanos de los pueblos indios . . . . . . . . 135B. El aspecto étnico-nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143C. El aspecto étnico-nacional: Guatemala . . . . . . . . . . . 150D. Bibliografía hemerográfica, catálogos de documentos y recopilaciones legales . . . . . . . . . 164

ÍNDICE 176

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Cuadernos Constitucionales México-Centroamérica,número 24, Rostros de las prácticas etnocidas enGuatemala, editado por el Instituto de Inves-tigaciones Jurídicas de la UNAM, se terminóde imprimir el 9 de diciembre de 1996 enJ. L. Servicios Gráficos, S. A. de C. V. En estaedición se usó papel bond 57 x 87 de 37 kgs.para las páginas interiores y cartulina couchéde 162 kgs. para los forros; consta de 1000ejemplares. Cuidado de la edición: Jaime GarcíaDíaz; formación en computadora: Dante Javier

Mendoza Villegas.

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PRESENTACIÓN

Cuadernos Constitucionales México-Centroamérica es una línea depublicaciones del Centro de Estudios Constitucionales México-Centroamérica, organismo de cooperación entre la UniversidadNacional Autónoma de México (UNAM), la Corte de Consti-tucionalidad (Tribunal Constitucional) y la oficina del Procu-rador de Derechos Humanos, ambos de Guatemala. Estas dosinstituciones celebraron, representadas por su rector y supresidente, respectivamente, en octubre de 1991, en la ciudadde México, un convenio de colaboración, con el fin de realizaractividades conjuntas y coordinadas en proyectos de investi-gación, capacitación y docencia, principalmente sobre ma-terias relacionadas con derecho constitucional, derechos huma-nos y democracia, así como el intercambio de estudios sobrelos mismos temas, sin perjuicio de que puedan llevarse a caboacciones en relación con otras materias de tipo jurídico. Enatención a este compromiso, se convino, a través del Institutode Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en crear un progra-ma específico, una unidad de investigaciones jurídicas denomi-nado Centro de Estudios Constitucionales México-Centroa-mérica, que tiene su sede en la Corte de Constitucionalidadde Guatemala.

El Centro fue creado en virtud del convenio suscrito en laciudad de Guatemala, por el presidente de la Corte y el di-rector del Instituto de Investigaciones Jurídicas, con objeto deconcretar las tareas de cooperación e investigación. Dentrode sus proyectos destaca la actividad editorial, de orientaciónpluralista que pretende recoger el pensamiento de los cons-titucionalistas del área y sus reflexiones sobre aspectos deinterés común. Unifica a promotores y autores su compartida

9

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preocupación por la efectiva aplicación de las normas consti-tucionales, la eficaz protección de los derechos humanos y labúsqueda de la realización del ideal democrático en una co-yuntura crítica de la región.

Dr. José Luis Soberanes Dr. Jorge Mario García LaguardiaDirector del Instituto Coordinador del Centro

de Investigaciones de Estudios ConstitucionalesJurídicas, UNAM México-Centroamérica

10 PRESENTACIÓN

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UN CASO DE REFERENCIA EN TORNO A EXPERIENCIASDE DESTRUCCIÓN CULTURAL . . . . . . . . . . . . . . . 11

I. Antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

II. El Nehemías guatemalteco . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

III. Genocidio, etnocidio y democidio duranteel “decenio negro” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

1. Genocidio cultural y etnocidio . . . . . . . . . . . . . 312. Epílogo: el golpe militar del 8 de agosto

de 1983: “Firmeza 83” . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

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UN CASO DE REFERENCIA EN TORNOA EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL

Son de la sangre desencadenadaSon de la alondra. Son de la obsidianaSon infinito en júbilo de espadaSon de firme semilla americanaSon de sonido indio en la alboradaSon de ayer y de hoy. Son de mañana...

Werner OVALLE LÓPEZ

Antífona del Son.

I. ANTECEDENTES

La historia política guatemalteca del siglo XX deviene con lasdictaduras liberales (cafetaleras) de Manuel Estrada Cabrera,que la ejerció por espacio de 22 años (1898-1920) y Jorge Ubico,14 años (1931-1944). Se dice que los 22 años de Estrada Cabrerason la prolongación del siglo XIX en el presente.1

La perduración de las dictaduras de corte liberal tradicionalreflejan cómo en la realidad socioeconómica y social guatemal-teca persistió el denominado Estado “liberal oligárquico”, yexplica las tareas que se propusieran en su momento los go-biernos de Arévalo y especialmente el de Arbenz, caracteriza-das como “antifeudales” por esta razón.2

11

1 Torres Rivas, Edelberto, “Guatemala; medio siglo de historia política”,en América Latina: historia de medio siglo, México, Siglo XXI, 1981.

2 “En Guatemala, tal modalidad cristaliza con el régimen de Justo RufinoBarrios (1873-1885), para adquirir su expresión más omnímoda con la prolon-gada tiranía de Estrada Cabrera (1898-1920)”. Cueva, Agustín, El desarrollo del

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La novelística guatemalteca ha caracterizado estos regímenesdictatoriales en las obras bastante conocidas de Miguel ÁngelAsturias, Rafael Arévalo Martínez, Carlos Wyld Ospina, Efraínde los Ríos.3 Por su parte, Luis Cardoza y Aragón se refieresintéticamente a los tiranos como: “Nulos, sangrientos y feca-les”.4

A este oscuro periodo sobrevino la Revolución democrática5

de octubre 1944-1954 que el escritor guatemalteco Manuel Ga-lich denominó: “Diez años de primavera en el país de la eternatiranía”.

El movimiento propendía a la realización de acciones decarácter nacionalista y de reforma social y la defensa de lasoberanía nacional. Las mismas se tradujeron en la Constitu-ción Política (1945); en el primer Código de Trabajo, la fun-dación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, en ladel Instituto de Fomento de la Producción y, a partir del go-bierno de Arbenz (1950-54), en el impulso de la reforma agra-ria (decreto 900) y en la lucha contra los monopolios extran-

12 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

capitalismo en América Latina, México, Siglo XXI, 1977, p. 127. Ordóñez Ci-fuentes, José Emilio Rolando, “Acumulación originaria y reforma liberal enGuatemala”, Ciencia y Universidad, núm. 14, México, Universidad Autónomade Sinaloa, 1982.

3 Asturias, Miguel Ángel, El señor presidente, varias ediciones; ArévaloMartínez, Rafael, Ecce Pericles; Ríos, Efraín de los, Hombres contra hombres; WyldOspina, Carlos, El autócrata; y de Cardoza y Aragón, Luis, Guatemala, las líneasde su mano.

4 Cardoza y Aragón, Luis, Guatemala, las líneas de su mano, México, Fondode Cultura Económica, 1955, p. 132.

5 Para su evaluación: Jonas, Sussane, “La democracia que sucumbió: Larevolución guatemalteca de 1944-1954”, Guatemala, una historia inmediata, Mé-xico, Siglo XXI, 1976; Villamar Contreras, ”El pensamiento político de la ge-neración revolucionaria de 1944“, Economía, núm. 21, Guatemala, Universidadde San Carlos, septiembre, 1969; Guerra Borgues, Alfredo, ”El pensamientoeconómico de la revolución de octubre”, idem; revista Alero, edición de ani-versario, núm. 8, Universidad de San Carlos, Guatemala, octubre de 1974:contiene importantes ensayos. Un anexo valioso sobre leyes e institucioneseconómico-sociales de Guatemala, Gutiérrez, V. M. y G. Alvarado, Breves re-súmenes de economía política, Guatemala, Ministerio de Educación Pública, 1950,vol. 3, pp. 87-102.

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jeros que controlaban amplias extensiones de tierra, el trans-porte ferroviario y la generación de la energía eléctrica.

A esta relativamente corta “primavera” sobrevinieron los es-carceos diplomáticos de Bogotá (1948), Río de Janeiro (1949)y Caracas (1954),6 que terminaron con el derrocamiento delrégimen revolucionario guatemalteco, desencadenando la inva-sión de un ejército formado y entrenado en Honduras, Nica-ragua y la zona mercenaria del Canal, apoyada por la CIA7 ylos monopolios norteamericanos fincados en Guatemala, en es-pecial la United Fruit Company.8 El coronel Carlos CastilloArmas se convirtió así en el caudillo de la contrarrevoluciónanticomunista, en plena época de la guerra fría.

En esta coyuntura se reacomodaron los intereses transnacio-nales y ampliaron más tarde su ámbito a otros renglones dela economía, principalmente en la agroindustria, la exploracióny explotación petroleras y la extracción de níquel (ambos, do-minio y reserva de carácter estratégico).9

Desde los años sesenta se manifiesta claramente el estadode contrainsurgencia como instrumento institucionalizado paracontrolar la población y la eliminación física de toda oposición.El ejército, la policía y los escuadrones de la muerte reciben

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 13

6 Véase Toriello Garrido, Guillermo, La batalla de Guatemala, Buenos Aires,Pueblos Americanos, 1955 y La cortina de banano, México, Fondo de CulturaEconómica, 1976. El licenciado Toriello fue el ministro de Relaciones Exterioresdel gobierno de Arbenz.

7 Para citar bibliografía de autores norteamericanos: Schlensinger, Stepheny Stephen Kinzer, Fruta amarga. La CIA en Guatemala, México, Siglo XXI, 1982;Greene, Félix, “El imperialismo en acción: Guatemala”, El enemigo, México,Siglo XXI, 1974, pp. 242-247.

8 Véase Bauer Paiz, Alfonso, Cómo opera el capital yanqui en Centro América,México, Ed. Iberoamericana, 1956. Sobre la reforma agraria de Arbenz, véaseParedes, Moreira, Reforma agraria. Una experiencia en Guatemala, Guatemala, Uni-versidad de San Carlos, 1963; recientemente el libro de Paz, Guillermo, Reformaagraria, Costa Rica, Educa/Flacso, 1986. Para una visión general del problemaagrario hasta la actualidad, Guerra Borges, “La cuestión agraria, cuestión clavede la crisis en Guatemala”, Polémica, núm. 13, enero-febrero de 1984.

9 Bodenheimer et al., La inversión extranjera en Centroamérica, Costa Rica,Educa, 1975; Quintana Díaz, Víctor, Inversiones extranjeras en Guatemala, Gua-temala, IIES-USAC, 1973; Piedra Santa, Rafael, Introducción a los problemas eco-nómicos de Guatemala, Guatemala, Universidad de San Carlos, 1971.

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entrenamiento, equipo y material, lo que hace que la violacióna los derechos humanos se intensifique.

Estos hechos nos obligan a detenernos en las manifestacio-nes contemporáneas de la violencia y la lucha del pueblo gua-temalteco por sus reivindicaciones sociales y políticas. Guate-mala es un país con un pasado trágico. Ha padecido laviolencia de la invasión española y su proceso de colonización;la violencia de sus dictadores famosos por su crueldad y laviolencia de la naturaleza, los volcanes y terremotos, que des-truyeron la capital original, Santiago de Guatemala, en 1651,y que en 1976 provocaron la muerte de 22 mil personas.10

La violencia contemporánea en Guatemala se distingue dela del resto de países centroamericanos en que se remonta alaño de 1954, cuando se realiza la primera intervención impor-tante de Estados Unidos en América Latina, después de laSegunda Guerra Mundial, y fue también la primera aplicaciónde la Doctrina Truman. Stephen Schlesinger y Stephen Kinzerhabrán de denominar a este capítulo de la historia guatemal-teca, La fruta amarga. La CIA en Guatemala, que al decir de loseditores de la obra “Es una dramática versión de una traicióncuidadosamente planeada y que puede ser el episodio másimportante en la historia, tanto de la CIA como de la actualCentroamérica. Fue además, la semilla de posteriores opera-ciones secretas en Cuba y de las sangrientas revoluciones queconvulsionan en la actualidad a El Salvador y Guatemala”.11

La violencia se agudizó, a comienzos de 1960, con el levan-tamiento militar contra el régimen del general Idígoras, quehabía sucedido en el poder a Castillo Armas. Los propósitosde esta revuelta eran los de reformar al ejército y castigar la

14 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

10 Fox, Donald T., Derechos humanos en Guatemala, Nueva York, ComisiónInternacional de Juristas, 1979. Sobre el movimiento guerrillero de los sesentavéase Aguilera, Gabriel, “El Estado, la lucha de clases y la violencia en Gua-temala”; Gutiérrez, Luisa y Esteban Ríos, “El movimiento armado en Guate-mala”, y Jonas, Susanne, “Guatemala en el torbellino de la política de guerrafría de los Estados Unidos”, en La crisis política en Guatemala, Toluca, México,Universidad Autónoma del Estado de México, 1983.

11 Schlesinger, Stephen y Stephen Kinzer, Fruta amarga. La CIA en Guate-mala, México, Siglo XXI, 1982.

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corrupción, lo cual al, menos en parte, se produjo como reac-ción al entrenamiento de exiliados cubanos en Guatemala parala invasión de Bahía Cochinos. El levantamiento no tuvo éxito,pero algunos de los militares decidieron unir sus fuerzas conlos remanentes disueltos del PGT (Partido Comunista), y creargrupos guerrilleros, conocidos como Fuerzas Armadas Rebel-des (FAR) Movimiento Revolucionario 13 de noviembre (MR13) y Frente Guerrillero Edgar Ibarra (FGEI).12

Como reacción a estos grupos armados se dio una campañacontraguerrillera iniciada en 1966. Durante esta campaña, acargo del general Arana Osorio, fueron asesinadas entre 3 mily 8 mil personas, en su mayoría campesinos. También en esteperíodo aparecieron algunos grupos paramilitares de derechaque participaron en la campaña. El más conocido fue MANO(Movimiento Anticomunista Nacionalista Organizado), que pa-recía tener vínculos con el Movimiento de Liberación Nacional(MLN), partido político que surgió de la campaña anticomu-nista organizada por Castillo Armas a mediados de la décadade 1950.

En 1976 se calculó que el número total de muertes y desa-pariciones atribuibles a fuerzas oficiales y semioficiales durantela década anterior, superaba los 20 mil, según información deAmnistía Internacional.

En julio de 1978 el general Kjell Laugerud García entregóel poder al general Fernando Lucas García. En su tarea deconsolidar el poder y “pacificar” al país, el gobierno de Lucasaumentó la represión. De julio a diciembre de 1978 los perió-dicos registraron un total de 505 asesinatos y secuestros pormotivos políticos. En términos estadísticos, durante los últimosseis meses de 1978 los asesinatos y secuestros aumentaron enun 35% en comparación con los primeros seis meses.

Durante el primer semestre de 1979 volvieron a aumentarlos asesinatos, secuestros, torturas y mutilaciones. Los perió-dicos de Guatemala informaron que durante los primeros seismeses de 1979 fueron asesinadas más de 800 personas; a estaviolencia física hay que agregar el número de personas que

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 15

12 Aguilera, op. cit., pp. 47 y ss.

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optaron por el exilio, a raíz de la publicación de listas en quese les amenazaba de muerte. La primera lista del Ejército Se-creto Anticomunista fue publicada en octubre de 1978. La olacreciente de violencia, desde la posesión del gobierno del ge-neral Lucas, claramente se dirigió a la supresión de los diri-gentes de grupos opositores y de la Universidad de San Carlos.

El Instituto para el Estudio de la Crisis Laboral y Económicapara América Latina, en el informe que presentó al TribunalPermanente de los Pueblos: Guatemala, realizado en Madrid,España, del 27 al 31 de enero de 1983, señaló que el avancemás significativo en el proceso revolucionario guatemalteco enlos años setenta y principios de los ochenta, fue su extensióna grandes secciones del campo, especialmente a la serraníaindia, y la progresiva incorporación de la población india a(o como base para) las organizaciones revolucionarias, lo queobligó al ejército a desplegarse y generalizar la guerra contrala población rural, especialmente en esas serranías; de ahí lacrónica sangrienta del régimen de Lucas García (1978-82). Porsu parte, políticamente Washington respondió a la necesidadde mantener un estado de contrainsurrección al intentar darleuna nueva imagen: de aquí el golpe de Ríos Montt en marzode 1982, sobre el cual Estados Unidos tenía conocimiento hacíameses, si es que no lo maniobró directamente.13

Inicialmente, los medios de comunicación de Estados Unidosensalzaron a Ríos Montt, como un “cristiano vuelto a nacer”,dando la impresión de que sus “valores humanos religiosos”cambiarían o harían más “humana” la pauta existente del man-do militar guatemalteco. Para los analistas en cuestión, los as-pectos más sobresalientes de los antecedentes de Ríos Monttno fueron sus compromisos fundamentalistas (que en cualquiercaso, como se verá, fueron mucho más reaccionarios que pro-gresistas, en un intento de responder políticamente a la cre-ciente identificación de las fuerzas progresistas de la Iglesiacon la resistencia). En conclusión, sostiene el informe: “En bre-

16 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

13 Instituto para el Estudio de la Crisis Laboral y Económica, Análisis geo-político e internacional con respecto a Guatemala, Tribunal Permanente de losPueblos. Sesión Guatemala, Madrid, 27 al 31 de enero de 1983. Mimeo.

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ve, los factores más significantes que perfilan a Ríos Monttson su carrera militar y en particular su entrenamiento con-trainsurgente, y es esto más que ninguna causa lo que estig-matiza su gobierno en 1982”.14

Ríos Montt, al proseguir la guerra contra la base india delmovimiento de guerrilla, recurrió a las técnicas que utilizóEstados Unidos en su guerra contra Vietnam: ataque sobre“tierra arrasada”, algo parecido a las “aldeas estratégicas”.

La aparición de técnicas tipo Vietnam, en la campaña depacificación de Ríos Montt, no fue una coincidencia, al decirde Sussane Jonas, “[...] corresponde a un plan específico esta-dounidense, desarrollado a mediados de 1970”. ”Programa depacificación y erradicación del comunismo”, según testimoniodirecto de Elías Barahona, que leyó el proyecto cuando fuesecretario de prensa del Ministerio del Interior desde 1976 a1980.15

Entre las técnicas de pacificación que introdujo Ríos Montt,el Instituto para el Estudio de la Crisis Laboral y Económicaen su informe para el Tribunal Permanente de los Pueblos,caso Guatemala, enumera las siguientes:

a) El reclutamiento forzado de miles de indios y campesi-nos en las zonas guerrilleras en las unidades de “defensacivil” progobierno, proyectados para llevar a cabo lasfunciones de las patrullas de la muerte en contra de lossimpatizantes de la guerrilla.

b) Guerra psicológica acelerada, enviando fuerzas oficialescomo guerrilleras con el fin de culpar a la guerrilla dematanzas militares en combinación con una ofensivapropagandística asesorada por Estados Unidos sobre“abusos” de la guerrilla.

c) Uso de predicadores fundamentalistas actuando a la vezcomo ayudantes de la contrainsurgencia para movilizara los aldeanos en las milicias antiguerrilleras. Estos pre-

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 17

14 Op. cit.15 Op. cit.

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dicadores y el mismo Ríos Montt fueron miembros dela organización “Gospel Outreach”.16

La lucha armada en Guatemala surgió en los años sesenta;como sucede en otros países de América Latina, coincide conel triunfo de la Revolución cubana, y persiste como respuestaa la política norteamericana desde los años cincuenta, que conligeras variaciones, es esencialmente la misma. Sin embargo,es preciso señalar que, desde los años cincuenta, todas lasadministraciones de Estados Unidos han adoptado, con ligerasmodificaciones, la misma postura hacia Guatemala. Para losanalistas, la estrategia del terror se introdujo en Guatemala enlos años 1965-1966 tomando la forma, un tanto peculiar, deoperaciones fundamentalmente de fuerzas irregulares (tambiénllamadas cuerpos francos). Es decir, el Estado no va emplearsolamente sus cuerpos represivos regulares, sino que va crearlos mencionados grupos irregulares, los cuales, en apoyo a laactividad de las fuerzas armadas, van a diseminar el terror,en particular en las zonas guerrilleras y, en cierta medida, entodo el país han operado bajo diferentes denominaciones, al-gunas de ellas, como la “Mano Blanca”, adquirieron fama mun-dial. Las fuerzas irregulares represivas lograron su mayor nivelde actuación, medido por el número de víctimas que provo-caron y el grado de intimidación que alcanzaron, durante losregímenes de Julio César Méndez Montenegro y del generalCarlos Arana Osorio (1970-1974), y aunque a veces su accióndisminuyó, nunca desaparecieron del todo y en ocasiones ele-varon su intensidad.17

18 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

16 Op. cit.17 Aguilera, Gabriel, op. cit; consultar Aguilera Peralta, Gabriel, “El Estado,

la lucha de clases y la violencia en Guatemala”, Revista Mexicana de Sociología,México, año XLII, vol. XLII, 1980; “Estado militar y lucha revolucionaria enGuatemala”, Polémica, núm. 6, Costa Rica, ICADIS, diciembre 1982; Debray,Regis y Ricardo Ramírez, Las pruebas de fuego, México, Siglo XXI, 1975; Payeras,Mario, Los días de la selva, México, Escuela Nacional de Antropología e Historia,1981; Torres Rivas, Edelberto, “Vida y muerte en Guatemala: reflexiones sobrela crisis y la violencia política”, Alero, Guatemala, USAC, enero-febrero de1980.

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En conclusión, en Guatemala se aplican políticas contrain-surgentes desde 1954,18 y es importante precisar que la barrerade terror se saltó desde 197819 con la masacre de Panzós20 yen 1980 la inmolación en la embajada de España,21 y llega asu clímax de barbarie con las últimas dictaduras militares (Lu-cas García, Ríos Montt y Mejía Víctores): cárceles clandesti-nas,22 desaparición forzada de personas,23 arrasamiento de al-deas, masacre de niños, mujeres, ancianos y hombres, en unbaño de sangre en donde se practican formas post mortem deinjurias dantescas y se dieron fusilamientos (Ríos Montt) or-denados por tribunales de corte fascista, en una clara contra-dicción a los más elementales principios que postulan el de-recho procesal penal y donde ni una voz de clemencia fueoída, ni siquiera la del máximo jerarca de la Iglesia católica.24

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 19

18 Para un estudio del terror en Guatemala: Aguilera, Gabriel et al., Ladialéctica del terror en Guatemala, Costa Rica, Educa, 1981 y Jonas, Susanne,Guatemala, plan piloto para el continente, Costa, Rica, Educa, 1981.

19 La ejecución de actos criminales constitutivos de genocidio y de “Crí-menes contra la humanidad” han sido verificados con amplia documentaciónpor la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala; Justicia y Paz; AmnistíaInternacional; Consejo Mundial de Iglesias; Comisión Internacional de Juristas,la Comisión Internacional de Derechos Humanos (OES); Comité de LibertadSindical de la OIT y otros institutos de derecho público.

20 Sobre la matanza de Panzós: Centro de Investigaciones Histórico-Socia-les, Testimonio, Guatemala, 1979; Cáceres, Carlos, Panzós, genocidios en Guate-mala, mimeo., s. f.; Aguilera Peralta, Gabriel, “La matanza de Panzós y eldesarrollo capitalista en Guatemala”, Monthy Review, Barcelona, vol. 13, núm.9-10, junio de 1980, y Torres Rivas, Edelberto, Interpretación sociológica de Pan-zós, Costa Rica, 1978.

21 Un testimonio sobre los sucesos de la embajada de España, Cano, So-ledad, La noche del colibrí, México, Plaza y Janes, 1980.

22 Un desgarrador testimonio de las cárceles clandestinas se da cuandodespués del golpe de Lucas García, se allanó la casa del ministro de Gober-nación, Álvarez Ruiz, descubriendo entre otros prisioneros a la periodista IrmaFlaquer que llevaba dos años confinada en una jaula sin luz ni ventilación.”El infernal mundo de Irma Flaquer”, Excélsior, México, 24 de julio de 1982.

23 La Asamblea General de la OEA en su resolución 666 (XII-0/83) ha de-clarado: “La práctica de la desaparición forzada de personas en América es unaafrenta a la conciencia del hemisferio y constituye un crimen de lesa humanidad”.

24 Sobre aspectos de violación de los derechos humanos de la poblaciónindígena cristiana véase Burgos, Elizabeth, Me llamo Rigoberta Menchú y así

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Sin embargo, los criminales fueron “formalmente” exculpa-dos, ya que cada golpe militar decreta su propia autoamnistía.

En este proceso de terror25 de la cultura de la ignominia,26

de la contrainsurgencia cristiana,27 del Evangelio del geno-cidio, del baño de sangre interminable,28 surge la figura pa-tológica de Efraín Ríos Montt, el “Señor de la Muerte”29

autollamado el “enviado”. El enviado apocalíptico del fa-natismo religioso y de la derecha ultraconservadora nor-teamericana y guatemalteca.

II. EL NEHEMÍAS GUATEMALTECO

“Notas sobre el calendario ceremonial aguacateca” sirven alarqueólogo guatemalteco Carlos Navarrete30 para incursionaren breve trabajo, sobre la curiosa advertencia del significadodel segundo día del citado calendario ritual. Dice así sobre elsegundo día:

I’x: este es el día del Dios Mundo, que se llama Ryos Munt. En este díase le dan ofrendas de candelas, copal estoraque al Dios Mundo como pagode la hierba que se han comido las ovejas y para apaciguarlo para que nomande sus perros (es decir los coyotes) o sus animales (es decir las cule-bras) a destruir o hacerles daño a las ovejas.

20 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

me nació la conciencia, México, Siglo XXI, 1985; IEPALA, Tribunal permanente delos Pueblos. Sesión Guatemalteca, España, 1984; IGE (Iglesia Guatemalteca en elExilio), Nosotros conocemos nuestra historia, México, 1987.

25 Aguilera Peralta, Gabriel, “El proceso de terror en Guatemala”, EstudiosSociales, Costa Rica, CSUCA, núm. 4, 1971.

26 Quan Rossell, Estela, Guatemala: una cultura de la ignominia, tesis maes-tría, México, Escuela Nacional de Antropología, 1972.

27 Westropp, Mary, El bolsillo trasero de Dios. Cristianismo, genocidio y lapolítica norteamericana en Guatemala, tesis de maestría en Artes, NorthesternUniversity, USA, 1984.

28 Aguayo, Sergio y Aníbal Cabral, “El evangelio del genocidio”, Nexos,México, núm. 66, junio de 1983, pp. 35-41.

29 Coyuntura, Costa Rica, ICADIS, núm. 7, 15 de julio de 1982, p. 2.30 Navarrete, Carlos, “Ríos Montt en el Calendario Maya”, Guatemala en la

Cultura Popular, México, Asociación de Trabajadores de la Cultura “AlaideFoppa”, julio de 1983.

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Agrega Navarrete: “Es la incorporación de un hombre ne-fasto de un día aciago a una temida combinación calendáricaque viene desde cuando las piedras viejas, que en el transcursorecogió cruces y santos, y en nuestros días el daño inmediatoel que se percibe al cruzar las calles empedradas del ladino[...]”.

Concluye:

El artículo fue publicado hace diecisiete años, avalado por el Ins-tituto Lingüístico de Verano de imposible filiación izquierdista. Mu-chos años antes de que el general Efraín Ríos Montt fuera siquieracandidato —1974— a la presidencia de la república y a que co-mandara la matanza de campesinos de Sansirisay. Mucho antes deque, investidos de la palabra de Dios, mandara a sus “pintos”, losbestiales Kaibiles, a cobrar el tributo de sangre de los generales.

El sacerdote aguacateca que redondeó el concepto no se equivocó.

Algunas sectas evangélicas vieron en el golpe de Estado yel gobierno de Ríos Montt un milagro de Dios y la derrotade Satanás. Compararon a Guatemala con el pueblo de Dios,el pueblo de Israel; a la reconstrucción que dijo propugnar eldictador, con la reconstrucción de la muralla de Jerusalén y aRíos Montt con el bíblico líder Nehemías.31 El propio RíosMontt dijo “no gobernar por las armas, sino por la voluntadde Dios”.

La posición de los fundamentalistas no fue compartida porlos más importantes grupos evangélicos guatemaltecos.32

Ríos Montt llega al poder por un incruento golpe de Estado(23 de marzo de 1982) y como una alternativa virtuosa frentea sus predecesores, apoyado por el ejército y por sectores de

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 21

31 Esquivel, Julia, “Campaña guatemalteca y el milagro en marcha”, Tri-bunal Permanente de los Pueblos. Sesión Guatemalteca, Madrid, IEPALA, 1982,pp. 272-273; “Notas sobre el calendario ceremonial aguacateca”, núm. l, Gua-temala, 1965, pp. 33-38.

32 Véase Confraternidad Evangélica de Guatemala, “Carta a los hermanoscentroamericanos, sudamericanos y norteamericanos y de Europa”, julio, 1982.Citado por Esquivel, Julia, loc. cit., “Las sectas fundamentalistas en Guatemala”,Guatemala seminario Estado, clases sociales y cuestión étnico-nacional, México, Pra-xis, 1992, pp. 204-221.

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la ultraderecha conservadora cristiana de Estados Unidos yGuatemala. Entre las personalidades norteamericanas que loapoyaron están el reverendo Jerry Falwell, el secretario delinterior, James Watt, el maestro de ceremonias del programa700, Pat Robertson, y el representante republicano por NuevaYork, Jack Kemp.33

Ríos Montt se convierte a protestante fundamentalista en1978, en la pequeñísima Iglesia del Verbo, rama “evangélica”del trabajo asistencial del International Love Lift, después delterremoto de 1976. International Love Lift, a su vez, es el brazointernacional de una organización religiosa estadounidense quese llama Gospel Outreach, con sede en Eureka, California, ysu líder carismático es Kim Durkim.34

Los misioneros protestantes privilegiados por Ríos Monttfueron los agrupados en FUNDAPI (Fundación para la Ayudade los Pueblos Indígenas). Las siglas en español ocultan cui-dadosamente que se trata del ala guatemalteca del movimientode ayuda evangélica incorporada a la Iglesia del Verbo, de lafundación Behrorst (un programa evangélico de medicina ru-ral) y del Instituto Lingüístico de Verano y traductores de laBiblia Wycliffe (ILV/WBT), con trabajo directo en el TriánguloIxil (que comprende los municipios de Nebaj, Cotzal y Chajul,en el Departamento del Quiché).35

Resulta importante saber que la derecha religiosa norteame-ricana se inscribe en el Documento de Santa Fe, texto rectorde la guerra sucia contrainsurgente del gobierno de Reagan,y por medio del Instituto sobre Religión y Democracia (consede en Washington) se combate a la teología de la liberación.

La doctora María Excurra ha desarrollado un importantetrabajo sobre las actividades del aludido Instituto.36

22 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

33 Westropp, Mary, “Contrainsurgencia cristiana”, Extracta Cultural Survi-val, Lima, Perú, abril 1984, pp. 26-30.

34 Pixley, Jorge, Algunas lecciones de la experiencia de Ríos Montt, México,Comisión de Derechos Humanos de Guatemala, diciembre, 1983.

35 Westropp, loc. cit.36 Excurra, Ana María, La ofensiva neoconservadora. Las iglesias de USA y la

lucha ideológica hacia América Latina, Madrid, 1982.

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En Guatemala, la teología de la liberación nuclea un sectorreligioso que desarrolla un cristianismo dinámico y popular,comprometido con los sectores campesinos indígenas, especial-mente en tareas de desarrollo cooperativo y que, a criterio deestos sectores ultraconservadores, se antoja contrainsurgente.La llegada del fundamentalista Ríos Montt se hizo propiciapara combatirlos.37

El carácter del fundamentalismo puede apreciarse en la si-guiente cita:

El fundamentalismo es un elemento básico de la nueva derecha cristiana,por ejemplo, en 1920 apoyó al Ku Klux Klan, en la década de los treintaapoyó a Gerald Winrod, William Dudley, Gerard L. K. Smith y otros, esdecir a quienes luchaban contra el liberalismo, el comunismo y la influenciajudía. En ese mismo tiempo, y a muchos kilómetros de allí, en Alemania,el partido nazi luchaba contra los mismos enemigos.38

Se hace pertinente agregar que Guatemala tiene el porcentajede convertidos evangélicos más elevado de América Latina, lesigue Haití 20%, Chile 15%, etcétera.39

También, hace más de treinta años han visitado al país per-sonajes como Billy Graham y Luis Palau,40 y para 1966 sefunda una Universidad Teológica Evangélica llamada MarianoGálvez.41

Hay denuncias graves de la participación de las iglesiaspresbiteriana y bautista en la elaboración de listas para la re-

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 23

37 Para un estudio particularizado sobre aspectos religiosos y políticos enGuatemala y las campañas evangélicas y su apoyo a las dictaduras militaresen los últimos años: Arceyuz, Virgilio, Historia de la obra evangélica en Guate-mala, Guatemala, Génesis Publicado, S. A. 1982; desde una perspectiva crítica,García Ruiz, Jesús F., Las sectas fundamentalistas en Guatemala, México, Cuader-nos de CITGUA.

38 Mondragón, Rafael, Los indios y cristianos en Guatemala, México, ClavesLatinoamericanos, 1983, pp. 176 y ss.

39 García Ruiz, op. cit., p. 9.40 Loc. cit. Sobre la fundación de la Mariano Galvéz, Prensa Libre, Guate-

mala, 2 de febrero de 1966. Entre sus intelectuales orgánicos.41 García Ruiz, loc. cit.

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presión del movimiento campesino de Retalhuleu durante losaños de 1970-1972.42

Es conveniente insistir en que fueron los fundamentalistaslos que apoyaron a Ríos Montt, con relación al resto de laIglesia evangélica. Son ilustrativos los testimonios aparecidosen la revista Polémica, ICADIS, Costa Rica y el informe Pixleydado a conocer por la Comisión de Derechos Humanos deGuatemala.

Por otro lado, es menester señalar que mientras se propugnafavorecer a los grupos religiosos sectarios, se ha venido repri-miendo otro sector democrático43 y comprometido con los sec-tores populares, 44 muchos cristianos fueron inmolados por sulucha en pro de los derechos humanos, como sucedió el 31de enero de 1980 en la embajada de España, cruel suceso lla-mado también “Jueves Negro”.

Anteriormente a ese trágico suceso se realizó el asesinatode varios sacerdotes, como Rutilo Grande (marzo 77) y Her-mógenes López (julio 78).

En 1979, la orden de los jesuitas y sus cuadros en Centroa-mérica y Panamá produjeron el documento: “Ante el dolor yla esperanza del pueblo guatemalteco”.45

El gobierno guatemalteco de turno afirmó que los declaran-tes rebasaban sus límites religiosos, acusándolos además de“Agentes de enlace de los enemigos que operan en el exteriorpara alimentar la subversión marxista y convertirlos en presa

24 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

42 Ibid., p. 19; “La Iglesia evangélica en Guatemala”, Polémica, núm. 9, CostaRica.

43 Sobre el compromiso social de la Iglesia en Guatemala: Melville, Thomasy Marjorie, Tierra y poder en Guatemala, Costa Rica, Educa, 1975; Iglesia Gua-temalteca en el exilio. Nosotros conocemos nuestra historia; en materia de dere-chos humanos: los informes de Justicia y Paz de Guatemala.

44 A nivel Latinoamericano: Álvez, Rubem, Religión: ¿opio o instrumento deliberación?, Uruguay, Tierra Nueva, 1970; Bermúdez, Lilia et al.; Cristianismo yrevolución en Centro América, México, CELA, UNAM 1980; Beto, F., Fidel Castroy la religión, México, Siglo XXI; Dussel, Historia de la Iglesia en América Latina:Coloniaje y liberación, 1492-1972, Barcelona, Nova Terra, 1972; Méndez Arceo,Sergio et al., La Iglesia. El subdesarrollo y la revolución, México, Nuestro Tiempo,1968, entre otros.

45 Bermúdez, op. cit., pp. 38-47.

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del totalitarismo”. Vía el ESA (Escuadrón Secreto Anticomu-nista) se les amenazó seriamente.46

Frente a estas actitudes fue lamentable la posición asumidapor el cardenal arzobispo, Mario Casariego, quien condenó laactitud de los jesuitas.47

El ejército y el fundamentalismo, en sus tareas etnogenoci-das, también ha procedido despiadadamente contra la cosmo-visión religiosa maya, como se advierte en los trabajos delantropólogo norteamericano Colby, un estudioso serio del mun-do Ixil.48 Se refiere al trabajo de Ray Elliot49 sobre adivinos,guardadores del calendario y curanderos del área ixil. Le preo-cupa, en este tipo de trabajos, “Pensar cuántos misionerosnecesitan ver el mundo lleno de adversarios, con anticristosen la figura de doctores brujos o comunistas”.50

III. GENOCIDIO, ETNOCIDIO Y DEMOCIDIO DURANTEEL “DECENIO NEGRO”

Fernando Mariño, experto en derecho internacional y dere-chos humanos, en un informe presentado al Tribunal Perma-nente de los Pueblos, Sesión Guatemalteca, sobre la situaciónde la República de Guatemala a partir del golpe de Estadodel general Ríos Montt, mostró que se realizaron hechos ilícitosinternacionales de diversa naturaleza, siendo responsable deello el régimen político instaurado. A título individual los ór-

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 25

46 Idem.47 Idem.48 Colby, Benjamin y Pierre L. Vanderbergue, Ixiles y ladinos, Guatemala,

Seminario de Integración Social, 1977.49 Colby, Benjamin, “Diálogo o genocidio?”, Polémica, Costa Rica, ICADIS,

núms. 10-11, octubre de 1983, p. 55.50 Sobre aspectos religiosos mayas: Carmak, Robert, Historia de los quichés,

Guatemala, Seminario de Integración Social, 1979; Falla, Ricardo, Quiché re-belde, Guatemala, Universidad de San Carlos, 1979; Monteforte Toledo, Entrela Piedra y la Cruz (novela), El Libro de Guatemala, 1948; Ordóñez Cifuentes,José, Un rito maya-man tras las bambalinas de una fiesta franciscana, Costa Rica,I Congreso C.A. de Sociología, 1974, y Una comunidad indígena guatemaltecafrente a la ignorancia del derecho, Universidad de San Carlos Guatemala, 1970,(tesis), cap. IV, V y VI, pp. 73-93.

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ganos y personas que, de hecho, actuaron por cuenta del Es-tado guatemalteco en la realización de tales hechos y, asimis-mo, que ciertos hechos ilícitos pueden ser imputados a tercerosEstados (Israel, Estados Unidos y Argentina).51

Los hechos ilícitos son clasificados por Mariño así:

1. Hechos ilícitos internacionales de los que es responsableel régimen:

A. Diversos “Crímenes internacionales” en sentido específico(artículo 19 de la Comisión de Derecho Internacional sobreResponsabilidad Internacional del Estado por hechos ilícitos).Dichos crímenes fueron agrupados en dos categorías:

a) Crímenes internacionales cometidos en violación del prin-cipio fundamental que impone a los Estados la obligación derespetar los derechos humanos y, en especial, los más funda-mentales de entre ellos.

Estos crímenes están constituidos por los siguientes actos oconjunto de actos:

– Matanza colectiva indiscriminada de personas civiles, enespecial de campesinos indígenas.52

26 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

51 Mariño, Fernando, “Informe jurídico sobre la situación de la Repúblicade Guatemala”, Tribunal Permanente de los Pueblos, Madrid, IEPALA, 1982, pp.363-373.

52 Los relatos de numerosos sobrevivientes y el análisis de otras fuentespermiten entender mejor la lógica del genocidio. Las características: “Las ac-ciones punitivas están escalonadas en tres categorías: a) Terror preventivo. Llevados a cabo contra poblaciones de las cuales elejército no tiene información que haya colaboración con la guerrilla. El objetivobuscado es atemorizar a los habitantes, disuadirlos de futura colaboración conlos insurgentes y, por el contrario, persuadirlos de que colaboren con el ejér-cito. En este caso, se toman de la población elementos al azar. Posteriormente,el ejército regresa de uniforme, y organiza a los habitantes en milicias deautodefensa, encuadrando forzosamente a los habitantes al mando de comisio-nes militares y ayudantes de comisionados. b) Represión selectiva. Se lleva a cabo contra comunidades en las cuales elejército sospecha que hay personas que colaboran con los revolucionarios. Eneste caso, se ejecuta a los líderes de la comunidad (maestros rurales, coope-rativistas, predicadores de la palabra, alcaldes, etcétera) y sus familiares. Separte del criterio de que las personas liderazgo son las que pueden haberse

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– Asesinatos colectivos contra opositores políticos.53

– Detenciones ilegales seguidas de la “desaparición” deldetenido.

– Detenciones seguidas de prisión ilegal indefinida, sin so-metimiento a proceso del detenido.

– Ausencia total de garantías jurídicas básicas en los pro-cesos contra los acusados.54

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 27

unido a la revolución, o podrían hacerlo en el futuro. También se incluyenvíctimas al azar. c) Represión masiva. Contra comunidades de las cuales el ejército piensaque cooperan colectivamente con los revolucionarios. En este caso, la mantanzaes generalizada, buscando exterminar a la mayoría de los habitantes. En oca-siones, efectivamente no queda un solo superviviente; estudios de obligadaconsulta que amplían los datos precedentes los tenemos en CEIDEC, Guatemalapolos de desarrollo. El caso de la destrucción de las comunidades indígenas, México,octubre de 1988. También Guzmán Bockler, Carlos, Donde enmudecen las con-ciencias: crepúsculo y aurora en Guatemala, México, CIESAS-SEP, 1986.

53 Estos actos de barbarie llamados así por la opinión pública internacional,hicieron decir al escritor Luis Cardoza y Aragón: “[...] Se ha cambiado elnombre de los autores. Pero son los mismos que ordenaron la matanza dePanzós, que lanzaron el asalto a la embajada de España”, Uno más Uno, México,16/9/82.

54 Ríos Montt legaliza la represión creando los denominados tribunales defuero especial (decreto ley 46-82) para conocer delitos contra la seguridadcolectiva, la seguridad del Estado y el orden constitucional. Dicho decreto leyestablece la pena de muerte para 18 figuras delictivas contempladas en elCódigo Penal con prisión y señala un procedimiento sumarísimo, por mediodel cual una persona desde el momento de su arresto, fuera juzgada y con-denada a muerte en el breve plazo de 8 días, en procedimiento oral y secreto.Los primeros fusilamientos se realizaron el 17 de septiembre de 1983. Porsupuesto que esta iniquidad del orden judicial tampoco suprimió otros críme-nes del régimen; sirvieron además como parte de la guerra psicológica ya quese fusiló ante la presencia de reporteros, y reconociendo plenamente la autoríade las fuerzas de seguridad del Estado. Estos fusilamientos fueron condenadospor la opinión pública internacional y considerados como actos de barbarie.Véase Coyuntura, ICADIS, Costa Rica, núm. 12, septiembre de 1982. CGUP,“Un Crimen los recientes fusilamientos en Guatemala”, El Día, sección testi-monios y documentos, México, lunes 25 de octubre de 1982. Los tribunales especiales fueron suprimidos hasta el régimen de Mejía Víc-tores. La actual Constitución (1985) conforme al artículo 12 los prohíbe.

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b) Crímenes internacionales cometidos en vinculación delprincipio que impone a los Estados el deber de respetar elderecho de libre determinación de los pueblos. El autor va areferirse específicamente a las condiciones degradantes en tér-minos sociales que vive la población guatemalteca y la discri-minación social que vive la población indígena.

B. Junto a los “crímenes” del régimen de Guatemala cabeasimismo imputarle otros hechos ilícitos calificables de simplesdelitos, de acuerdo con la términología de la propia CDI. Citapor caso la declaración del estado de sitio permanente.

2. Hechos ilícitos internacionales de los que son responsa-bles a título individual órganos del Estado y personas queactúan de hecho, por cuenta de ese Estado.

3. Hechos ilícitos de terceros Estados.El autor responsabiliza a los Estados de Israel, Estados Uni-

dos y Argentina de complicidad en la venta de armas desti-nadas a la realización de actividades represivas constitutivasde crímenes internacionales. Israel, formación de personal enactividades represivas; USA y Argentina, de ayuda económicasin la condición de que no se destinen a la adquisición demedios de represión, etcétera.55

La segunda parte del trabajo de Mariño se refiere a la res-ponsabilidad internacional que se deriva de los ilícitos seña-lados.

Conforme al informe de Amnistía Internacional (Guatemala,crónica de las violaciones de derechos humanos) el generalRíos Montt puso en ofensiva una estrategia militar similar ala de sus predecesores. Sin embargo, las operaciones del ejér-cito en el campo se intensificaron durante su gobierno. Lapublicación presenta una selección resumida de una gran can-tidad de informes y documentos recopilados durante muchosaños de trabajo de investigación y especialmente desde marzo

28 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

55 Israel desde 1977 (después de la suspensión Carter) asume el papel deprincipal abastecedor del ejército: aviones ARAVA, vehículos blindados REY-MK, morteros 8 mm., bazookas, lanzagranadas, fusiles GALIL (fusil orgánicodel ejército guatemalteco) y toneladas de municiones. También proporcionaentrenamiento a la fuerza aérea y la policía.

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de 1982, fecha en que asumió el poder el general Ríos Montttras el golpe militar.

A nuestro parecer, el Estado de contrainsurgencia y la vio-lación de los derechos humanos en Guatemala en tiempos deRíos Montt, fue producto de actitudes intervencionistas y be-licistas norteamericanas al querer hacer de las contradiccionesde clase de la sociedad guatemalteca una expresión del en-frentamiento este/oeste. Afirmar y alimentar que el procesode liberación y de cambio social del pueblo guatemalteco esel resultado de una acción “comunista”; justificar al gobiernode Ríos Montt y al ejército guatemalteco en sus campañas degenocidio, etnocidio y democidio.

Los mecanismos legales implementados por la dictadura sólosirvieron a los propósitos violadores de los derechos humanos,inscritos en el terrorismo de Estado. Para el caso de estudio:el Estatuto de Gobierno, del 27 de marzo de 1982 que confirióa los militares todo el Poder Legislativo y Ejecutivo; la legali-zación de la represión, con los tristemente recordados tribunalessecretos de fuero especial, cuyo funcionamiento estuvo excluidode los principios procesales universales en materia penal; elestado de sitio promulgado por decreto-ley 45/82 del 1 de juliode 1982 y el decreto de amnistía (decreto-ley 33/82) que bene-ficia por hoy a los autores de la represión.

Sin duda el quehacer contrainsurgente estuvo vinculado amodelos impulsados por otros Estados. Los principales aspec-tos del plan de consolidación de Ríos Montt fueron el forta-lecimiento y la expansión de “patrullas civiles”, el desarrollodel programa alimentos por trabajo y la creación de los “polosde desarrollo” en las áreas de conflicto, que fueron creados apartir de modelos extranjeros, principalmente de la experienciaisraelí de control y reasentamiento de las comunidades pales-tinas y de lucha contra la guerrilla rural; del África del Sursobre la creación de nuevas poblaciones y control de la ma-yoría racial; la de Estados Unidos e Inglaterra en la construc-ción de “aldeas estratégicas” y las “nuevas aldeas” de Vietnamy Malasia; y de la Argentina en la represión. En cuanto a laspatrullas civiles, su más cercano precedente fue el Lansveer

EXPERIENCIAS DE DESTRUCCIÓN CULTURAL 29

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alemán, los soldados sin ejército formados durante la guerraprusiana.56

Estas medidas alteraron y se propusieron reemplazar las viejastradiciones indígenas de autogestión. El proceso de aculturaciónimplicó además que los grupos indígenas se castellanizarany suprimieran sus trajes, costumbres, etcétera, destruyendo loque los especialistas en contrainsurgencia han llamado la cul-tura de maíz.57

El programa alimentos por trabajo parte del mismo plancontrainsurgente, pero más ambicioso en sus objetivos que losprogramas: “techo, tortillas y trabajo” y “fusiles y frijoles”.

En las llamadas aldeas modelos la gente se define en suorfandad sociocultural como “vacía, sin alma”58 a la pérdidade esa identidad que en lengua quiché se le denomina: Ri uojer tzij tajin ka quisic (viene acabando con nuestra cultura). 59

Una manifestación dramática, que puso de manifiesto el et-nogenocidio realizado por Ríos Montt, fue la declaración delvocero de gobierno, Francisco Bianchi: “La guerrilla se ha traí-do muchos colaboradores indios, por lo tanto los indios sonsubversivos. ¿Y cómo combatir la subversión? evidentementematando a los indios [...].” Quizás valga la pena registrar, enla antología del oprobio y del crimen, el “silogismo de Bian-chi” como muestra extrema.

Frente al exterminio se dio el refugio masivo de miles dealdeanos indígenas en las montañas (refugiados internos) y enMéxico, fenómeno que provocó tensiones entre los dos gobier-nos por la presencia militar del ejército guatemalteco en terri-

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56 Maxwell, Claire, “La nueva conquista etnocida en Guatemala”, La Jor-nada, México, 28/10/1984.

57 Rudell, Cristián, “Cómo se violan los derechos humanos en Guatemala”,Le Monde Diplomatic, enero de 1983, p. 11. Sobre la participación indígena enel proceso revolucionario, véase el dossier que aparece en la revista PolémicaCosta Rica, Instituto Centroamericano de Documentación e Investigación Social(ICADIS), núm. 3, enero-febrero de 1982.

58 Información recogida en trabajo de campo.59 Los refugiados se hacen llamar xre vaj ri.garc, El Refugiado, núm. 8,

junio-septiembre de 1984.

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torio mexicano, para citar un ejemplo, las acciones en la AldeaChupadero, Chiapas.60

Ríos Montt, en 1982, dispuso integrar el Instituto Indigenistaal Ministerio de la Defensa como parte del cuerpo de institu-ciones que deberían apoyar los programas de “reeducación po-lítica”, prolongación de las campañas de tierra arrasada.

1. Genocidio cultural y etnocidio

Quizás queden claras las otras figuras jurídicas, pero en elcampo sociológico, antropológico y aun en el jurídico, se iden-tifican los tipos penales de genocidio cultural y etnocidio. Sinembargo, se trata de dos situaciones diferentes: la primera esmucho más amplia, y la segunda se refiere específicamente ala destrucción de una cultura étnica, a la des-civilizaciónétnica.

Sobre el problema del etnocidio debe superarse políticamen-te una especie de mesianismo, en donde los aportes de AmílcarCabral se tornan importantes.61

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60 Para el asunto de los refugiados en tiempos de Ríos Montt, son ilustra-tivos los siguientes trabajos: Grupo de Apoyo a los Refugiados Guatemaltecos,La contrainsurgencia y los refugiados, México, 1983; Manz, Beatriz, Guatemala:cambios en la comunidad, desplazamiento y repatriación; IGE, Iglesia Guatemaltecaen el exilio), Nosotros conocemos nuestra historia (ya citada); Aguayo, Sergio, Eléxodo centroamericano, México, SEP, 1985; Vásquez, Armando, Derechos humanosy refugiados centroamericanos en México y Breves consideraciones jurídicas sobre losrefugiados, México, Liga Mexicana de Derechos Humanos, 1984 y 1987, respec-tivamente; Ardila, Un nuevo flujo migratorio a México. El caso de los refugiadosguatemaltecos en México, tesis de doctorado en relaciones internacionales,UNAM, Ciencias Políticas, 1986.

61 “Desarrollo sobre la base de la asimilación crítica de las conquistas dela humanidad en los campos del arte, la ciencia, de la literatura, de la música,etcétera, de una magna cultura universal, para una integración armoniosa enel mundo actual y perspectivas de un desarrollo integral”, Cultura y liberaciónnacional, Escuela Nacional de Antropología, México, 1981, p. 61. Es un pasajebastante significativo, se refiere al uso de amuletos de los combatientes delPAIG correspondientes a la cultura africana y explica las razones de su fuerza,pero más que todo de su debilidad y concluye: los hijos de nuestros hijosdirán: “Nuestro padres lucharon mucho, pero creían en cosas graciosas”, “La

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Para el caso de Guatemala, por su especificidad, se trata deresaltar los derechos de naturaleza étnica, pero entendiendoque los mismos tendrán existencia real, mientras los socioeco-nómicos y políticos se hagan efectivos, en la medida en queconforman un plexo indivisible y que su desarrollo dependede los progresos en la lucha contra los sectores dominantes:el capital monopólico y la burguesía nacional.

El asesinato, persecución, desaparición forzada y torturas demaestros, estudiantes y trabajadores de la Universidad de SanCarlos y la destrucción y daño en sus instalaciones físicas,constituye genocidio cultural y vandalismo.

Lo mismo sucedió con la falta de respeto a los templosreligiosos por parte de las hordas militares y la persecuciónde cristianos democráticos.

2. Epílogo: el golpe militar del 8 de agosto de 1983: “Firmeza 83”

El 8 de agosto de 1983, el general Efraín Ríos Montt fuedepuesto por otro golpe militar.

El general Óscar Humberto Mejía Víctores, ministro de laDefensa, encabezando al alto mando del ejército da el golpey toma juramento como jefe de Estado.

La proclama del alto mando del ejército y del consejo decomandantes, al consumar el golpe, afirma que el acuerdode sustitución de Ríos Montt se adoptó: “en resguardo delhonor y dignidad del ejército”, y se aseguró que “era necesariosobre todo, preservar y fortalecer la unidad del ejército”. Laproclama también enfatizó la lucha contrainsurgente.

En sus primeras declaraciones, el nuevo Jefe de Estado ase-guró que “el grupo Contadora nada tiene que hacer en Cen-troamérica” y que la posición de la Administración Reagan enel área “es la correcta”.

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Realidad Cultural”, en Baraza, Hilda, Cultura y resistencia cultural (antología),México, SEP Cultura, 1985, p. 99.

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El día 9 de agosto, el embajador norteamericano en el país,Frederick Chapin, se entrevistó en privado varias horas con elgeneral Mejía Víctores. Al salir de la entrevista, Chapin declaróa la prensa: “Ahora Guatemala sí ya se dirige hacia un go-bierno democrático”. El diplomático anunció que para el pró-ximo año fiscal Guatemala recibiría un mínimo de 79 millonesde dólares de parte de Estados Unidos.

El 10 de agosto, la iniciativa privada, a través del ComitéCoordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Indus-triales y Financieras (CACIF) expresa su apoyo al nuevo régi-men militar.

El 8 de agosto, Mejía Víctores anunció la supresión de lostribunales de fuero especial a partir del 1 de septiembre.

El 3 de octubre, el ejército de Guatemala informó que en elsegundo semestre empezó a funcionar el plan contrainsurgentedenominado “Firmeza 83”, que sustituye al plan ”Victoria 82”implementado por el anterior gobierno.62

El régimen de Ríos Montt afectó al llamado proyecto de“Apertura Democrática” y con sus ambiciones personales na-turalmente al programa contrainsurgente.

En política internacional entra en serias contradicciones conla política norteamericana a nivel de área centroamericana.63

La imagen internacional del dictador es sumamente perju-dicial e indefinible en materia de derechos humanos y, comoseñalara “Firmeza 83”, es necesario presentar un nuevo rostro.

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62 Para el seguimiento noticioso consultamos los materiales de ENFOPREN-SA, Agencia Guatemalteca de Noticias, número extraordinario, resúmenes no-ticiosos para el año de 1983, pp. 23-31.

63 Son importantes sobre el golpe las reflexiones de Reyes, Miguel Ángel,Gabriel Aguilera y Vinicio González, “Para entender Centro América (Guate-mala)”, Los hechos que formaron la crisis, Costa Rica, ICADIS 3, 1986, pp. 3-59.

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LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO-NACIÓNGUATEMALTECO: EL ASCENSO ETNOCRÍTICO LADINOY LA CONFIGURACIÓN DEL COLONIALISMO INTERNO

[...] podemos ser oprimidos, pero no vencidos.Reto del inca Yupanquí a las Cortes

Españolas en 1810.

Realizada la denominada independencia política de Centroa-mérica en 1821 y en términos de la conformación de su dis-curso jurídico, en l824 se dicta la Constitución de la RepúblicaFederal de Centroamérica, que en su artículo 13 declara abo-lida la esclavitud. Los constituyentes también piden un idiomanacional y que se extingan las lenguas indígenas. Establecenque los cargos y empleos sólo se proveen a gente alfabetizaday que, además, se les exima de pagar tributos. Se fija comodesiderátum que los indios calcen y vistan como ladinos.

Las disposiciones criollas-conservadoras dominantes de laprimera experiencia constitucional centroamericana son eviden-temente etnocidas, como puede verse, y en ellas se recogentodos los prejuicios coloniales sobre el indio.64

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64 “Tres son los prejuicios que con energía, insistencia y maña, se repitena lo largo de todos los escritos elaborados por los grupos terratenientes en elconflicto de 1663. Uno es afirmar que los indios son haraganes, que no trabajansi no se les obliga. Otro consiste en decir que son inclinados al vicio, espe-cialmente a la embriaguez, y que aumentan entre ellos las borracheras y losescándalos si no se les tiene ocupados con el trabajo obligatorio. Y el terceroconsiste en expresar, en las más diversas y capciosas formas, que los indiosno padecen pobreza, que viven conformes y tranquilos [...] Junto a los grandesprejuicios —riqueza en la miseria, haraganería, índole viciosa—, el criollismoechó a rodar para largos siglos un puñado de prejuicios menores, llamémosleasí, que vienen a ser, si se los examina con algún detenimiento, apéndices

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A nuestro entender, con esta visión se inaugura en Centroa-mérica, y particularmente para el caso guatemalteco, el colo-nialismo interno y la constitución del Estado etnocrático.

José Cecilio del Valle, el ideólogo más sobresaliente de loscriollos y quien redactara el acta de independencia centroame-ricana, recupera los planteamientos de la Sociedad Económicade Amigos del País y de Matías de Córdova, que propusieronla distribución de los terrenos baldíos y la castellanización, a lapar, de otras medidas “civilizadoras”.65

Pero es con Mariano Gálvez66 con quien se da el primerproyecto liberal en Guatemala, el cual se ve frustrado por elgolpe del general Rafael Carrera, quien toma el poder en 1848con el apoyo de los conservadores y la ayuda de los ingleses.

La influencia inglesa en este período es notable, y su for-talecimiento, auge y expansión como nueva potencia imperialdominante, no es el simple reemplazo de una metrópoli porotra, ya que su significado es más profundo: es la superación

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complementarios de los mayores: el indio es desconfiado y malicioso, rechazalos beneficios de la ‘civilización’, es abusivo cuando se le da trato amistoso”.Véase Martínez Peláez, Severo, La patria del criollo, Costa Rica, Educa, 1973,pp. 197-253. Consultar, también, Saint Lu, André, Condición colonial y concienciacriolla en Guatemala (1524-1821), Guatemala, USAC, 1978; Stanley J. y BárbaraStein, La herencia colonial de América Latina, México, Siglo XXI, 1975.

65 Sobre José Cecilio del Valle un trabajo que recoge valiosa informacióny los escritos sobre su personalidad, en García Laguardia, Jorge Mario, Elpensamiento de José Cecilio del Valle, Tegucigalpa, Editorial de la UniversidadNacional Autónoma de Honduras, marzo de 1982. Sobre la independencia deCentroamérica: Chinchilla Aguilar, Ernesto, La independencia de Guatemala, ElColegio de México, 1948; Contreras, Daniel, Una rebelión indígena en el Partidode Totonicapán en 1820, Guatemala, USAC, 1951; Luján Muñoz, Luis, “Laindependencia y la anexión de Centroamérica a México”, en Serviprensa,Guatemala, 1982; Martínez Peláez, Severo, “Centroamérica en los años de laindependencia. El país y sus habitantes”, Economía, núm. 30, Guatemala,1975; Ordóñez Cifuentes, José, “La insurrección de 1820 en el Partido deTotonicapán”, ponencia al Congreso de Derecho Indiano, Instituto de Inves-tigaciones Jurídicas, Veracruz, México, 1992; Pinto Soria, Julio César, Guate-mala en la década de la independencia, Guatemala, USAC, 1978.

66 Sobre Mariano Gálvez es interesante el trabajo de Arriola Ligorria, JorgeLuis, Gálvez en la encrucijada, México, Costa Amic, 1961.

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del mercantilismo por el liberalismo, que se consolida con elapogeo de la Gran Bretaña. Ya en esa época (1776), AdamSmith publica su famosa obra, la cual constituye un recio ata-que al pensamiento mercantilista, y la más influyente expresiónsistemática y coherente del nuevo pensamiento de la economíaliberal y de la sociedad individualista y unitaria.67 Recuérdeseque cuando el liberalismo se establece efímeramente despuésde la independencia, aspirará a apoyarse no sólo en los prin-cipios políticos rousseaunianos, sino también en los principiosdel liberalismo capitalista.

En la mentalidad de los denominados próceres de la inde-pendencia se manejan ya las premisas de la Riqueza de lasnaciones, de Adam Smith, y los Principios de economía política,de David Ricardo. La figura más importante de este períodoes José Cecilio de Valle; por supuesto, no existe aún un desa-rrollo maduro sobre estos planteamientos.

De tal suerte, tenemos la presencia política, militar y eco-nómica de Inglaterra en Centroamérica y el Caribe, a lo largodel siglo XIX, y la de sus pretensiones de una ruta canaleraa través del territorio de Nicaragua. Estos hechos determinan,por otro lado, las diferencias de Inglaterra con el entoncesnaciente imperialismo norteamericano. Estas diferencias moti-van, en 1850, el tratado Clayton-Buwler, para arreglar sus di-ferencias sobre la costa centroamericana de la mosquita, enNicaragua, que fue sustituido después por el Tratado Hay-Pauncefote. Lo anterior incide también en la cuestión de lasreclamaciones guatemaltecas sobre Belice frente a Inglaterra.

El medio siglo que sucede a la emancipación ha sido con-siderado por muchos historiadores como el “período de laanarquía”, en razón no sólo de las pugnas y conflictos entregrupos sociales, y más a menudo de facciones armadas quedistribuían y dilapidaban los recursos materiales y dispersabanlas poblaciones de diferentes países, sino sobre todo por la

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67 Véase Furtado, Celso, La economía latinoamericana desde la conquista ibéricahasta la Revolución cubana, México, Siglo XXI, 1969; Sunkel, Oswaldo y PedroPaz, El subdesarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo, México, Siglo XXI,1976.

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desintegración social, geográfica y política en que se debatían.68

Torres Rivas caracteriza precisamente como “la anarquía” alcaso Centroamericano, en el período comprendido entre la in-dependencia y la revolución liberal (1821-1871).69

Estos antecedentes históricos nos llevan a estimar como vá-lidas las observaciones de Agustín Cueva, en su estudio sobreel desarrollo del capitalismo en América Latina que revisó tam-bién el caso guatemalteco:

El Estado débil e inestable de la fase denominada de “anarquía”corresponde, como ya vimos, a una situación de atomización ydispersión del poder político propio de un contexto esencialmenteprecapitalista. El Estado “liberal-oligárquico” de la fase siguientees, a su vez, la expresión superestructural del proceso de imple-mentación del capitalismo como modo de producción dominanteen las entidades sociales latinoamericanas. En Guatemala, tal mo-dalidad cristaliza en el régimen de Justo Rufino Barrios (1873-1885),para adquirir su expresión más omnímoda con la prolongada tira-nía de Estrada Cabrera (1898-1920).70

De esa suerte encontramos que paralelamente al desarrollodel capitalismo agrario surge y se consolida el Estado nacional.Se integran de modo definitivo las distintas porciones geográ-ficas del país, se constituye una estructura política centralistay se hace fuerte el poder de los caudillos o dictadores liberales.Pero se trata de un liberalismo de cuño americano, como lodenomina Jesús García Añoveros, en el cual se conjuga la li-

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68 Véase Halperin Donghi, Tulio, Hispanoamérica después de la independencia,Buenos Aires, Paidós, 1972; Hernández Sánchez-Barba, Mario, Los Estados ame-ricanos en el siglo XIX y XX, tomo V de la Historia Social y Económica de Españay América, Barcelona, Teide, 1959; Formación de las naciones iberoamericanas (sigloXIX), Madrid, Biblioteca Iberoamericana, 1988, y Ianni, Octavio, La formaciónpopulista en América Latina, México, Era, 1975. Sobre Centroamérica: Marure,Alejandro, Bosquejo histórico de las revoluciones centroamericanas, desde 1811 hasta1834, Guatemala, Ministerio de Educación, 1960; Montúfar, Lorenzo, Reseñahistórica de Centroamérica, 7 vols., Guatemala, El Progreso, s.f., y Rodríguez,Mario, América Central, México, Editorial Diana, 1967.

69 Véase Torres Rivas, “Síntesis histórica del proceso político”, en Centroa-mérica hoy, México, Siglo XXI, 1975, pp. 9-118.

70 Cueva, Agustín, El desarrollo del capitalismo en América Latina, México,Siglo XXI, 1977, p. 127.

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bertad económica y la intervención del Estado en la economía;proclamación teórica de los derechos humanos al mismo tiem-po que se dan las dictaduras más sangrientas de la historiadel país; la libertad de cultos es una solapada persecución delclero. Para hacerse una idea del poder absoluto de la clasedominante, es suficiente leer el decreto promulgado por laAsamblea Legislativa el 27 de abril de 1944, por el que sefacilitaba a los dueños de las fincas mataran impunementea los que penetraran ilegalmente en ellas: “estarán exentosde responsabilidad criminal los propietarios de fincas rústicascercadas o sus legítimos representantes, por los delitos quecometan contra los individuos que, habiendo penetrado sinautorización al interior de aquellas, fueren hallados infraganti,cogiendo o llevándose animales, frutos, productos forestales oinstrumentos de labranza pertenecientes a ellos”.71

En este contexto, la gesta liberal encabezada por Justo Ru-fino Barrios72 y Miguel García Granados,73 en 1871, constituyósin lugar a dudas un movimiento político-revolucionario, entanto que rompió con el bloque de poder feudal terratenientey clerical heredado de la Colonia. Este proceso condujo a unreordenamiento superestructural (el derecho, la educación, et-cétera) adecuado a las transformaciones de la base económica,caracterizadas por un movimiento de acumulación originariade capital, con las especificidades propias de la sociedad gua-temalteca; este es el fenómeno que sienta las bases del desa-rrollo capitalista en Guatemala.74

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71 García Añoveros, Jesús, La reforma agraria de Arbenz en Guatemala, Ma-drid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1992, p. 41.

72 Véase Burguess, Paul, Justo Rufino Barrios, una bibliografía, traducciónde Francis Gall, Guatemala, 1971; Carranza, Jesús, Algunos datos o referenciaspara la biografía del benemérito General Justo Rufino Barrios, reformador de Guate-mala y caudillo de la unión centroamericana, Guatemala, Imprenta Popular, l930;Díaz, Víctor Miguel, Bronces patrios, Barrios ante la posterioridad, Guatemala,1935; Rubio, Casimiro, Biografía de Justo Rufino Barrios. Barrios a través de lahistoria, Guatemala, 1935.

73 Un análisis de las personalidades de Barrios y García Granados en Gar-cía Laguardia, Jorge Mario, La reforma liberal en Guatemala, 2a. ed., México,Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, 1980.

74 Véase Marx, Carlos, El capital, México, FCE, 1975, pp. 607-649.

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Torres Rivas, citando el interesante trabajo de Solís, afirma:

El régimen de tenencia de la tierra que enfrenta la Reforma Liberalera, sin más ni menos, el mismo que venía de la Colonia y la queel gobierno conservador mantuvo intactos: terrenos baldíos de ex-tensión determinada y propiedad particular, adquiridos con títuloslegítimos; terrenos titulados ad corpus; terrenos ocupados por per-sonas desprovistas de documentos legales, pueblos poseedores deejidos y terrenos comunales; grandes extensiones de tierras en ma-nos de comunidades religiosas; terrenos en poder de cofradías yotras corporaciones análogas.75

En cuanto a los bienes eclesiásticos, recuérdese que la Iglesiaposeía la mitad de la tierra y edificios en la ciudad de Gua-temala y vastas propiedades rurales.76

Pero si la economía conservadora se basó en los colorantes,la liberal se basó en el café, a raíz del descenso de los primerosen el mercado internacional, dado el descubrimiento de loscolorantes químicos en plena marcha de la Revolución Indus-trial.77

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75 Solís, Ignacio, Memorias de la casa de la moneda de Guatemala y el desarrolloeconómico del país, citado por Torres Rivas, Edelberto y tomado a su vez deDíaz Castillo, R., “En torno a la política económica de la Reforma Liberal enGuatemala”, Estudios, Guatemala, núm. 4, 1971.

76 Véase Herrick, Thomas R., Desarrollo económico y político de Guatemala1871-1885, Guatemala, ed. Universitaria USAC, 1974; Mata Gavidia, José, Ano-taciones de la historia patria centroamericana, Guatemala, Cultural Centroameri-cana, S.A. 1953; Mosk, Sanfford A., “La economía cafetalera de Guatemaladurante el período 1850-1918: su desarrollo y signos de estabilidad”, Economíade Guatemala, varios autores, Seminario de Integración Social, 1958.

77 El café fue introducido en Guatemala por los jesuitas en el siglo XVIIcomo planta decorativa y se había producido en baja escala durante las pri-meras décadas del siglo XIX. García Laguardia, Jorge Mario, “La reforma li-beral, un ensayo de interpretación”, ponencia al Primer Congreso Centroame-ricano de Historia y Geografía, Guatemala, enero de 1972. “La planta del cafécrecía en forma silvestre en África y se menciona concretamente a Kenya yAbisinia como la región de su origen. Lentamente se propagó este arbusto porel mundo árabe. Con sus frutos se elaboraba una bebida que la Europa me-dieval llamó ‘vino de arabia’ [...]”. Uribe, Andrés, Brown gold, amazing storyof coffe, New York, Ramdom House Inc, 1954. Para los análisis socioeconómicossobre el cultivo del café consultar: Cambranes, J. C., Café y campesinos enGuatemala, 1853-1857 , Guatemala, USAC, 1985; Cardoso, Ciro, “Historia

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En Guatemala la región cafetalera más antigua, y hasta hoyla más importante, es la región sur occidental, situada entreel océano Pacífico y la cadena de montañas que desciendende México. Los cafetales cubren tierras situadas de 300 a 1,400metros de altitud, en una zona subtropical muy húmeda: es laregión de la costa y de la bocacosta. Los suelos utilizados sonvolcánicos o bien arcillo-humíferos. Los tipos comerciales decafé se escalonan según la altitud en un orden ascendentede calidad. También en el siglo pasado se iniciaron los cultivosen la zona oriental, que comprende una región seca y cáliday otra húmeda y subtropical; las plantaciones ocupan terrenosdesde 500 a 1,300 metros de altitud.78

Cardozo y Pérez Brignoli advierten que:

la reforma liberal intentó evitar el monocultivo cafetalero, impul-sando otros cultivos: trigo, hule, cacao, azúcar, etcétera; la ganade-ría y la explotación forestal, y como señala Herrick, a la par delas 13 leyes sobre el café, el gobierno de Barrios promulgó 59 leyessobre otras ramas agropecuarias. En vano: también en Guatemalase instaló, en muchas zonas, el monocultivo cafetalero provocandocrisis de subsistencia. Los artículos agrícolas de primera necesidaderan cultivados sobre todo por indios o ladinos pobres parcelarios,y sólo una parte de esta producción llegaba al mercado.79

De esa suerte tenemos que la base del poder criollo fue laagricultura de los colorantes (añil-grana), y la de los libe-rales, el cultivo del café. Es conveniente recordar que ya en1831, este cultivo fue estimulado cuando estuvo en el poderMariano Gálvez. En 1834, en su ley protectora de varios ramosde riqueza, incluye el café, ofrecía $200 al primero que co-

LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO-NACIÓN 41

económica del café en Guatemala”, Estudios sociales centroamericanos, Costa Rica,núm. 10, 1975; Cazali Ávila, Augusto, El desarrollo del cultivo del café y suinfluencia en el régimen de trabajo agrícola: época de la reforma liberal, Guatemala,USAC, 1968; Montenegro Ríos, Carlos, La explotación cafetalera en Guatemala de1930-1940, tesis historia, USAC, Guatemala, 1976; Ramírez, Sergio, “Cultura ycaficultura”, Alero, Guatemala, núm. 4, 1974.

78 Cardoso F. S., Ciro y Héctor Pérez Brignoli, Centro América y la economíaoccidental (1520-1930), San José, Universidad de Costa Rica, 1977, p. 209.

79 Op. cit., p. 272.

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sechara en el estado cien quintales y $100 a cada uno de lossiguientes.80

En opinión de analistas guatemaltecos que han trabajado elperíodo liberal y que me permito citar en apoyo a mi inter-pretación, entre los efectos del cultivo del café y la políticaagraria liberal encontramos:

El rompimiento de la estructura colonial de los pueblos de indiosfue el cambio más importante introducido por la reforma en laestructura de la sociedad guatemalteca y lleva asociados fenómenoscomo la supresión de las tierras comunales, la aceleración violentadel proceso de multiplicación del minifundio; la supresión del po-der local de las camarillas de indios nobles; el control del gobiernomunicipal de los pueblos por los núcleos ladinos; el desplazamientodefinitivo y estacional de masas de indios a las regiones de desa-rrollo cafetalero.81

Para Valentín Solórzano:

sobresalen entre las transformaciones vitales llevadas a cabo por lareforma, la modificación en el régimen de la propiedad de la tierra,que medularmente consistió en la creación de condiciones favora-bles para la apropiación privada de grandes extensiones de tierrasincultas, que constituyeron durante la Colonia los terrenos baldíoso realengos.82

Para Torres Rivas:

la república liberal así corresponde a un modelo de desarrollo deuna sociedad agro-exportadora dirigida por la burguesía cafetalerade claro perfil oligárquico. La revolución liberal de 1871, política-mente señaló la declinación del sector criollo de los latifundistas ycomerciantes (cuyos intereses estaban estrechamente ligados a losde la Iglesia); vale decir, la única vieja aristocracia terrateniente de

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80 Véase García Laguardia, Jorge Mario, El pensamiento liberal en Guatemala,(Antología), Costa Rica, EDUCA, 1977, p. 177.

81 Martínez Peláez, Severo, op. cit., p. 590. 82 Solórzano, Valentín, Evolución económica de Guatemala, Guatemala, Semi-

nario de Integración Social, 1970, pp. 351-352.

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Centroamerica y en el nivel de la estructura económica se proyectócomo un movimiento reorganizador de la tenencia de la tierra,creando las condiciones sociales y políticas para la apropiación pri-vada de grandes extensiones de terrenos baldíos o realengos.83

La política de reparto y venta de baldíos y ejidos, realizadaspor Justo Rufino Barrios para reducir a propiedad privada lastierras agrícolas del país, fue continuada por los gobiernos deReyna Barrios y Estrada Cabrera hasta 1918. A este fenómenose le ha denominado el ensanchamiento de la clase terrate-niente latifundista, la cual logra consolidar grandes latifundiosno sólo por la compra de tierras del Estado a bajos precios yla ocupación ilegal de baldíos —que pasando cierto tiempo sedenunciaban como excesos—, sino también por los siguientesprocedimientos analizados por Rafael Piedra-Santa Arandi:

l) Compra a campesinos pobres de sus parcelas cercanaso colindantes con fincas grandes. En muchos casos esoscampesinos deben haber adquirido otras tierras, peroalejándose de los centros de población y de los caminos(lo anterior seguramente tiene que ver con el fenómenode la renta de la tierra).

2) Remate por parte de finqueros grandes, de tierras depequeños agricultores imposibilitados de pagar sus deu-das. No debe olvidarse que en el campo es muy fre-cuente que los pequeños campesinos reciban fondos desubsistencia (a pagarse con futuras cosechas) de los te-rratenientes, usureros o comerciantes.

3) Ocupación por parte de terratenientes poderosos, de par-celas de pequeños productores indígenas, incapaces dedefenderse.84

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83 Torres Rivas, Edelberto, “Síntesis histórica del proceso político”, Cen-troamérica hoy, México, Siglo XXI, 1975, pp. 46-50.

84 Piedra-Santa Arandi, Rafael, Introducción a los problemas económicos deGuatemala, Guatemala, USAC, 197l, pp. 33-47.

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Las observaciones precedentes dan margen para entenderque la revolución liberal (1871-1944) marca el inicio del desa-rrollo capitalista en Guatemala. Conlleva un proceso de acu-mulación originaria de capital con características propias quese diferencia del modelo clásico analizado por Marx para elcaso inglés, entre otras razones por el hecho de que este modode producción se implementó tardíamente en nuestro conti-nente y que, paradójicamente, reprodujo formas serviles detrabajo que veremos más adelante y que todavía subsisten alfrustrarse la experiencia de la Revolución de octubre de 1944-1954. Así, a primera vista y en torno a la acumulación origi-naria, como señala Octavio Iani, parece una paradoja el hechode que en la misma época en que en Europa se implementabael trabajo libre, en el Nuevo Mundo se crearon distintas formasde trabajo forzado. De esa suerte es comprensible entender lapropuesta de Iani, de que en la base de las formaciones so-ciales latinoamericanas hay dos elementos fundamentales: eltrabajo forzado y el vínculo con el capital comercial europeo,85

en el crudo proceso de la acumulación originaria de capital enuna sociedad que mayoritariamente es indígena (a propósito,consúltense más adelante los datos estadísticos oficiales quemaneja, por ejemplo, Batres Jáuregui).

En Guatemala, los liberales arremetieron contra el gran te-rrateniente de la época —la Iglesia católica— y contra la pro-piedad comunal indígena, y para el efecto prepararon una le-gislación adecuada a tales fines. En efecto, recuperando elcontexto histórico, veamos: se emite el decreto 104 (1873), quenacionaliza la propiedad de la Iglesia; el decreto 170 (1877)que abolió el censo enfitéutico, mediante el cual se concedíanderechos ad perpetuam de ocupación al arrendatario, casos enlos que entraba la propiedad comunal; el Código Civil pro-mulgado en marzo de 1887, y con él el registro de la propie-dad inmueble para garantizar la propiedad de los bienes raí-ces y para mayor control del tráfico jurídico, siguiendo loslineamientos clásicos “el primero en registro es primero en

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85 Iani, Octavio, Esclavitud y capitalismo, México, Siglo XXI, 1973, pp. 111y ss.

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derecho” y que los derechos reales86 operan frente y contratodos los hombres.87

El presidente Manuel Lisandro Barillas (1885-1892) tuvotiempo para exigir que todas las tierras fueran registradas ofi-cialmente con título de propiedad privada, lo cual era unabuena manera de quitarle a los mayas sus tierras comunales.Durante su administración el gobierno expropió grandes ex-tensiones de tierra que pertenecían a los mayas alegando queeran tierras incultas, sin tomar en cuenta el hecho de que laagricultura de milpa obliga a dejar los campos en reposo du-rante un cierto tiempo para que puedan recuperar su fuerza.Estas tierras fueron entregadas a los ladinos.88 Naturalmente,

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86 “De acuerdo con la clásica definición de Demolombe <derecho real esel que crea entre la persona y la cosa una relación directa e inmediata>. Larelación nace del poder moral inherente a la condición humana. El derechoreal es, con las limitaciones que veremos luego, inviolable, absoluto, uni-versal. No puede ser violado por la fuerza, porque no debe serlo; y unimperativo de justicia que rige para la sociedad entera ordena respetarloporque la libertad de cada uno termina donde empieza la del vecino. Estees, quizás, el sustrato filosófico de la cronométrica definición del gran escritorfrancés”. Enciclopedia Jurídica OMEBA, Buenos Aires, 1958, t. VIII, pp. 367 y ss.

87 (Erga omnes). “La expresión erga omnes se emplea con cierta frecuenciaen la filosofía y ciencias jurídicas para designar, conforme con su etimología(del latín, con doble significado: contra todo, respecto de todo), el valor quedeterminados actos tienen para el derecho. No se trata, desde luego, de unuso determinable unívocamente; en los distintos casos, su significado funda-mental es el de absoluto, opuesto por consiguiente a relativo; pero la aplicaciónde esta idea fundamental difiere según la materia a que se aplique. Interesadiferenciar, sobre todo, el sentido científico del filosófico jurídico; en cuantoal primero, mencionemos, como ejemplo, el carácter que se atribuye a la de-claración judicial de inconstitucionalidad de las leyes (en los sistemas que loshan establecido, como Argentina, Brasil, etcétera), de ser limitada sólo al casoconcreto planteado en el litigio, limitación que niega expresamente el carácterde erga omnes de aquella declaración. Las distintas ramas del derecho empleanla expresión que analizamos, más bien, como en el ejemplo citado, a la manerade un expediente técnico para designar el alcance que tienen ciertos actos parael orden jurídico positivo”. Enciclopedia Jurídica OMEBA, Buenos Aires, 1958,t. X, pp. 471 y ss.

88 Melville, Thomas y Marjorie, Tierra y poder en Guatemala, Costa Rica,EDUCA, 1975, p. 42; Osborne, Lilly de Hongh, Fours Keys to Guatemala (cuatroclaves para entender Guatemala), Nueva York, Funk and Wagnalls, 1952, p. 58.

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como bien apuntan los Melville cuando registran el dato pre-cedente, los mayas fueron expulsados de sus tierras por dosrazones: “para que sus tierras estuvieran disponibles para losladinos y para hacer que los mayas estuvieran disponiblescomo fuente de trabajo mal pagado”.

Este fenómeno de apropiación de las tierras indias y de laconstante amenaza de su expropiación, incluso por la vía ju-dicial por deudas contraídas con intereses leoninos, intentóresolverlo la revolución de octubre de 1944. En su contexto selegisló sobre la denominada titulación supletoria, o sea respec-to de la inscripción de la propiedad rural y urbana en el re-gistro de la propiedad bajo determinados requisitos, próximosa lo que en el derecho romano se denomina usucapión. Esparticularmente interesante estudiar, en este caso, el decreto70 de la junta revolucionaria de gobierno y el decreto 232 delCongreso de la República, del 14 de mayo de 1946. Un registrode la legislación de la revolución de octubre, en donde seaborda su política laboral, agraria y educativa, se encuentraen la publicación oficial que se denominó: 333 Decretos delCongreso de la República.

Las leyes en contra del censo y la política de baldíos fueron,lógicamente, los principales factores para desencadenar un mo-vimiento de bloque que expulsó a los indios de sus tierras ylos sometió a un régimen de trabajo diseñado para seguir eldesarrollo del sistema de plantación, particularmente en lazona cafetalera. Esto es lo que algunos historiadores han lla-mado la “reforma agraria liberal” y que algunos prefieren de-nominar “reforma agraria prusiana”, precisamente por la simi-litud con el crudo proceso del “camino vía junker”.89

Se decretó también la expulsión de los jesuitas y como eraindispensable desarrollar la infraestructura necesaria para po-der llevar el café a los mercados internacionales, toda unaserie de disposiciones se refirieron a la construcción de cami-nos, vías férreas, puertos, telégrafo, etcétera.

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89 Véase Cueva, op. cit., y Menjivar Larín, Rafael, “Los problemas delmundo rural”, Centroamérica hoy, México, Siglo XXI, 1975, pp. 236-278.

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Valentín Solórzano pormenoriza detalles acerca de la crea-ción de los primeros bancos, los impuestos que gravaban laexportación del café, las disposiciones relativas a la industriatextil, en especial a la fábrica de Cantel en 1881, las comuni-caciones, la creación de la Dirección General de Estadística ysobre el primer censo levantado en el país.90

El hecho de expropiar a los indios de sus tierras, ademásde romper con su cosmovisión (tierra, maíz, hombre), trilogíaque implica, a decir de sus inmemoriales demandas y de acuer-do con quienes han realizado investigaciones profundas sobreel pueblo maya, un punto central del mantenimiento de suidentidad étnica, provocó un proceso de proletarización y se-miproletarización y dio origen a procesos migratorios forzadospara trabajar en el cultivo del café, tanto en el país como enel exterior, en la zona del Soconusco en México. Dada la de-manda de fuerza de trabajo numerosa para el nuevo cultivo(caso contrario al de los colorantes), se procuró mano de obraservil y se coaccionó a los indígenas a prestar servicio sincondiciones, creándose el conocido reglamento de jornaleros, queestablecía que los finqueros podían pedirles a los jefes políticos(la vieja versión de los gobernadores departamentales) el envíode indios cuando los necesitaran, y lógicamente una de lasmás importantes atribuciones de aquellos jefes fue manteneractivo el sistema de envíos forzados de indígenas a las fincas,por lo que fueron llamados mandamientos. Para 1893 se creóla compañía de “zarpadores”, y en febrero del mismo año laLey de Trabajadores, que siguió la misma tónica que las an-teriores, con la única diferencia que fueron suprimidas las dis-posiciones relativas a los mandamientos. Lo mismo ocurrió 40años más tarde, en tiempos del dictador Jorge Ubico. El 7 demayo de 1934 fue emitido el decreto que anulaba la deudade los mozos de las fincas y las prohibía con el pretexto delos anticipos. Cinco días más tarde salió un nuevo decreto,que ponía de manifiesto la intención verdadera del anterior,y se emitió la Ley contra la Vagancia que obligaba también alos indios a trabajar en las fincas mediante el pretexto de una

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90 Solórzano, Valentín, op. cit.

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serie de artificios legales que tipificaban el delito de vaganciadebiendo trabajar en forma servil a los oligarcas cafetalerosen cumplimiento de su responsabilidad. Igualmente se obligóa los indios, mediante el boleto de vialidad, a construir gra-tuitamentente carreteras y mantenerlas en buen estado y pres-tar trabajo en beneficio de las obras públicas. Durante el últimogobierno liberal (la dictadura de Ubico) los conflictos laboralesse ventilaban en el Departamento de Trabajo, adscrito a laDirección General de la Policía Nacional, e incluso se suprimióen toda la legislación el término “obrero” por el de “emplea-do”. Es por demás conocida la anécdota de que una escuelaconfesional llamada “Jesús Obrero”, le fue sustituido el nom-bre por el de “Jesús Empleado”, y esto hasta 1944.91

En términos jurídicos se consagran en la Constitución lasgarantías individuales, se consagran los llamados derechos dela primera generación (civiles y políticos), pero de su gocequeda excluida la mayoría de la población guatemalteca, queson los indios. Baste recordar el reglamento de jornaleros y eldenominado boleto de vialidad. La consagración del sufragiouniversal es incumplido, quedando como una obligación devotar por quien señalen los señores cafetaleros, en un país queexperimentó las dictaduras de más duración: Manuel EstradaCabrera, 22 años, y Jorge Ubico, 14 años. Uno de los pilaresbásicos de la Constitución liberal fue la defensa de la propie-dad privada y se admitió la división de poderes, que en lapráctica se redujo a un Ejecutivo con poderes muy amplios,encabezados por el dictador en turno.92

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91 Sobre disposiciones legales durante el período liberal consúltese: BauerPaiz, Alfonso, Catalogación de leyes y disposiciones de trabajo en Guatemala delperíodo de 1872 a 1932, Guatemala, USAC, octubre de 1965; Díaz Castillo,Roberto, Legislación económica de Guatemala durante la reforma liberal, Guatemala,USAC, 1973; Méndez Montenegro, Julio César, “444 años de legislación agraria,1537-1957”, Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, USAC, Guate-mala, 1960; Skiner Klée, Legislación Indigenista de Guatemala, México, InstitutoIndigenista Interamericano, 1954.

92 Un análisis sobre la Constitución liberal en García Laguardia, JorgeMario, La reforma liberal en Guatemala, pp. 149-159; García Laguardia y Edmun-do Vásquez Martínez, Constitución y orden democrático, Guatemala, USAC, 1984.Consultar Skiner Klée, op. cit., p. 48.

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En cuanto a la inversión extranjera, durante el ejercicio delos gobiernos liberales trajo la presencia del capital alemánque para 1913, en pleno gobierno dictatorial de Estrada Ca-brera, el sector nacional alemán de la burguesía rural era pro-pietario de 170 haciendas de café, cuyas altas productividadesle permitió tener ese año, por ejemplo, una cosecha exportablede 16.4 millones de kilos, en tanto que el sector de finquerosnacionales controlaban 1657 haciendas y sólo produjo 24.l mi-llones de kilos.93

La inversión estadounidense se consolidó en los años veintedel presente siglo con el gobierno de Estrada Cabrera (1898-1920). Tres monopolios norteamericanos: IRCA, URCO y EBA-SO que controlan el transporte marítimo y ferrocarrilero; puer-tos, comunicaciones por cable, energía eléctrica y la producciónbananera. El principal inversionista fue la United Fruit Com-pany, que adquirió en 1906, a nombre de Minor Keith, el de-recho de terminar la construcción del ferrocarril que debía cru-zar Guatemala y al cual le faltaban por tender una terceraparte del total. Al terminar este ferrocarril la United FruitCompany recibió de Estrada Cabrera la propiedad sobre todala línea férrea, además ciento setenta mil acres de la mejortierra agrícola del país, la que sería escogida por el propioMr. Keith. En cuanto a la política ferrocarrilera del Estado,entre 1873 y 1889, es interesante observar, como advierte Pie-dra-Santa Arandi, con cuánta claridad veía el gobierno de JustoRufino Barrios los ferrocarriles como factor de progreso, entanto que era evidente que en la séptima década el café re-presentaba el futuro inmediato de Guatemala, a la par que lasexportaciones de grana iban en mengua. Este nuevo productoera más voluminoso y exigía más extensiones de tierra, unsistema de transportes adecuado y puntos de embarque queel país no tenía.

La inversión estadounidense consolidó el subdesarrollo y latransformación de la economía y la estructura social de Cen-troamérica y al igual que en el resto de Latinoamérica, se inicia

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93 Cambranes, J. C., El imperialismo alemán en Guatemala, Guatemala, Uni-versidad de San Carlos, 1977, p. 197.

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a finales del siglo XIX. La reforma liberal implementó políticasque permitieron la concentración de la tierra y la liberaciónde la mano de obra, y crearon las condiciones adecuadas parala influencia de tal inversión. En este período el capital ex-tranjero vino a convertirse en el medio por excelencia para laextracción del excedente económico. La reforma liberal imple-mentó políticas que permitieron la concentración de la tierray la liberación de la mano de obra; se habían creado las con-diciones adecuadas para la afluencia de tal inversión.

En Guatemala, como vimos, el ciclo se abrió con los bene-ficios otorgados en 1880 para construir la primera línea ferro-carrilera. Es conveniente insistir en que esta compañía recibiódel Estado fondos estimados en un 33% del valor de la inver-sión, todos los terrenos para la construcción de edificios y víasy, además, la exoneración de impuestos, amén de 1,500 caba-llerías en Izabal, que después se convertirían en el casco delas plantaciones bananeras de la UFCO. Por los conocidos sis-temas de consolidación de la propiedad, todas las líneas fe-rroviarias de Guatemala llegaron a pertenecer en 1904 a laIRCA, incluyendo el Puerto del Atlántico, al que viene a su-marse, en 1918, el principal del Pacífico.

A lo anterior siguió la intensificación de la producción ba-nanera de la UFCO,94 que controló enormes cantidades de tie-rra y que extendió sus operaciones al transporte marítimo y,desde luego, a la vida política del país.95

En términos ideológicos el liberalismo guatemalteco se ins-piró en las conceptuaciones de la época, basadas en el positi-vismo comtiano y en el evolucionismo clásico, al igual queMéxico. Como afirma Del Val Blanco:

se negaban a los indios solución de continuidad en el marco desu cultura. Solamente a partir de la negación de ella se daría pasoa la constitución de ciudadano. Esta negación implicó un rechazosistemático a las aspiraciones propias de los indios [...] Éstos ten-

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94 Menjivar Larin, Rafael, “Prólogo”, varios autores, La inversión extranjeraen Centromérica, Costa Rica, EDUCA, 1975. Ver el trabajo de Piedra-Santa Aran-di, citado ut supra.

95 Cambranes, op. cit., p. 197.

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drán cabida en la sociedad bajo la condición de abandonar su in-dianidad. Sus conocimientos, sus tradiciones, sus formas de relaciónsocial, se identificaron erróneamente como las fuentes de la miseriay el atraso de la sociedad, y su erradicación se consideró necesaria ysaludable para el país.96

Por supuesto que tal postura rebasa el ideario del “mesti-zaje” y se inclina más a una actitud francamente etnocida.

Para el caso guatemalteco, la ideología liberal fue el resul-tado de las interpretaciones personales de los caudillos y suscamarillas. Es un liberalismo cafetalero sui generis que, paralograr sus propósitos, no vaciló en olvidarse de los lineamien-tos del liberalismo clásico, tal como había sido definido enEuropa y América del Norte como se puede advertir del de-sarrollo de su política económica.

Las dictaduras “constitucionales” y el trabajo forzado fuerondos aberraciones de ese liberalismo espurio.97

El decreto de Barrios, que declaraba ladinos a los indígenasde San Pedro Sacatepequez, departamento de San Marcos,constituye una muestra del grado de autocracia de los regí-menes liberales. Para Guzmán Böcker y Jean Loup Herbert,este decreto resulta del todo folklórico en el orden legal y unaaberración social.98 Veamos:

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96 Val Blanco, José Manuel del, “El indigenismo en México”, Antropologíabreve en México, México, Academia de la Investigación Científica, 1993; Barillas,Edgar, “El ‘problema del indio’ en la época liberal en Centro América. El casode Guatemala”, Folklore Americano, núm. 45, enero-junio de 1988, pp. 74-97.

97 El régimen de Justo Rufino Barrios a partir de 1876 fue llamado “dic-tadura democrática” en virtud de que los constituyentes de la época en vezde dictar la respectiva carta magna decidieron aceptar lo que denominaron“dictadura transitoria” y dejar así que rigiera los destinos del país por cuatroaños más con objeto de llevar adelante el programa de la reforma liberal.García Laguardia, Jorge Mario, La reforma liberal en Guatemala, pp. 154 yss. El autor en ponencia presentada en el II Congreso de Derecho Romano,celebrado en Jalapa-Veracruz, México, en julio de 1978, advierte “La fuenteideológica de la decisión política la encontramos en la Roma republicana, ladictadura es una institución por la cual se concentran poderes absolutos enforma transitoria en una persona para realizar transformaciones”.

98 Skiner Klée, op. cit., pp. 33 y 117; Guzmán Böcker, Carlos y Jean LoupHerbert, Guatemala: una interpretación histórico-social, México, Siglo XXI, 1970,p. 147.

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Decreto Gubernativo 165, de 13 de octubre de 1876, declarandoladinos a los indígenas de San Pedro Sacatepequez, Departamentode San Marcos (derogado).

J. Rufino Barrios, General de División y Presidente de la Repú-blica de Guatemala (Se conserva la ortografía del decreto).

Considerando que es conveniente poner en práctica medidas quetiendan á mejorar la condición de la clase indígena.

Que varios aborígenes principales de San Pedro Sacatepéquez(Departamento de San Marcos) han manifestado deseo de que seprevenga que aquella parcialidad use el traje como el acostumbradopor los ladinos;

DECRETA

Artículo único.- Para los efectos legales, se declaran ladinos álos indígenas de ambos sexos del mencionado pueblo de San PedroSacatepequez, quienes usarán desde el año próximo entrante el trajeque corresponde á la clase ladina.

Dado en Guatemala, en el Palacio Nacional, á trece de octubredel año de mil ochocientos setenta y seis. J. Rufino Barrios. ElMinistro de Gobernación y Justicia y Negocios Eclesiásticos. J. Bar-berena.

Años más tarde:

Jorge Ubico, Presidente de la República

CONSIDERANDO

Que han cesado los motivos que dieron origen a la emisión delDecreto gubernativo Número 165, de fecha 13 de octubre de 1876,que declara ladinos a los indígenas de ambos sexos de San PedroSacatepequez, del Departamento de San Marcos.

POR TANTO DECRETA

Art. 1. Queda derogado el Decreto gubernativo Numero 165, defecha 13 de octubre de 1876.

Art. 2. El presente Decreto entrará en vigor desde la fecha desu publicación en el Diario Oficial.99

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99 Skiner Klée, op. cit.

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En la clasificación legislativa que presenta Skiner Klée sehace mención a las cuestiones políticas durante los gobiernosliberales y llama la atención sobre los decretos legislativos en-caminados a la incorporación de los indios no civilizados. Pormedio del decreto gubernativo del 10 de octubre de 1892, seconvoca a un concurso sobre la mejor manera de civilizar alos indígenas. Este concurso fue patrocinado por el presidenteJosé María Reyna Barrios y resultando ganador del premio ellicenciado Antonio Batres Jáuregui.

La propuesta de Batres Jáuregui afirma que, de todos mo-dos, para poder establecer cuáles son los medios más eficacescon el fin de lograr el mayor avance en la civilización de losindios, se hace necesario inquirir qué causas son las que sehan opuesto a que se desarrollen y progresen, y advierte quede la misma historia de esa desgraciada raza, resultan las si-guientes:

l. La falta de estímulos que han tenido y la abyección enque de antaño han estado. Desde el primer día de laconquista fueron reputados, ora por irracionales; ora porhombres nacidos como siervos a natura; ora por instru-mentos de hacer riqueza; ora por personas miserables,en tutela perpetua; ora por seres inferiores, en todo ypor todo, al español. El indio, a su vez, al cabo de tressiglos de opresión y abusos, volvióse suspicaz, taciturnoy triste. Hoy mismo decirle indio a uno es una injuriao expresión despectiva, que significa rudo, montaraz,bestia de carga. Se agrega: la separación de la gente deotra raza mantiene a los indios en los hábitos que he-redaron de sus mayores; no conoce la civilización sinosus defectos y vicios, y las violencias e injusticias quese les hace sufrir, y por eso se reconcentran en sí mismosy se asocian únicamente con sus compañeros [...]. Pro-pone: “si queremos pues, reformar á los indios, debemoscomenzar por reformar nuestra conducta hacia ellos;nada importa que en la Constitución se les declare igua-les á los demás guatemaltecos, si en la práctica se les

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considera poco menos que brutos. Debe emitirse unaLey Protectora de Aborígenes”.

2. La segunda causa que ha opuesto una barrera a la cul-tura indiana son los idiomas primitivos, que mantienena gran parte de los indios como sordo-mudos respecto ala porción civilizada de la sociedad. Esas lenguas de losaborígenes impiden el contacto de la gente ladina conaquellas masas inertes y estacionarias que se concentranen pueblos orientales; que ven con miedo y odio a losde otras razas que tantos males les han hecho. Sin hablarcastellano, los indios no comprenden los beneficios dela civilización, y sí miran recelosos a los que consideransus enemigos natos.

3. La tercera causa del estancamiento en que se encuentranlos indios es que no tienen necesidad que los impulsena progresar ni a salir de esa vida de atonía, semiprimi-tiva y semibárbara.

4. La ignorancia en que perpetuamente ha estado sumidala pobre raza indiana, es la cuarta causa de ese estadode salvajes en que vegeta. Retomando los postuladospositivistas se estima que: Si la civilización significa ade-lanto, luz, progreso, ¿qué progreso, ni qué luz ni quéadelanto caben en esos pueblos estacionarios, que nadacomprenden de su pasado ni se preocupa por su por-venir?...

5. El vicio más dominante entre la raza indígena es el dela embriaguez. Este vicio embrutecedor es la quinta cau-sa que influye muy particularmente en el abandono yestulticia en que se hallan los descendientes de los pri-mitivos pobladores del suelo americano.

6. Es visto, por lo dicho larga y prolijamente (es un temarecurrente de su libro), que la propiedad común de lastierras que los indios han tenido, constituye una rémoragrandísima a su riqueza, desarrollo y cultura. Recorde-mos a propósito que la Reforma Liberal guatemaltecaprocedió como se ha anotado a la amortización de losbienes de la Iglesia y de las comunidades indígenas.

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7. Los malos tratos dados a los indios por los ladinos quese han creído superiores a ellos desde los primerostiempos de la conquista; el haberlos considerado comobestias de carga; el haberlos visto con desprecio y cruel-dad, como si no fuesen hombres; el no haber halladoesos parias ningún amparo en las autoridades; el ha-berlos obligado a trabajar como si fueran siervos, lle-vándolos a remotas distancias, cuando acaso su mujero sus hijos quedaban moribundos en el infeliz rancho;todo ello ha contribuido a apagar en esa raza, digna demejor suerte, hasta la esperanza de levantarse a nivelde la dignidad y de la civilización...

8. Se pronuncia por la supresión de los mandamientos.9. Considera que la indolencia y pereza del indio, que son

vicios inherentes a la manera en que han vivido, formantambién un poderoso motivo, un obstáculo fuerte, queestima que hay que tener en cuenta al plantear el pro-blema de su redención y mejoramiento.

10. Como décima causa que influye según su parecer y demanera directa, en el estancamiento de los pueblos de in-dios es que muchos de ellos forman colectividades nume-rosas concentradas en sí mismas, sin expansión ni rocecon los demás pueblos.

11. Para el cambio se estima que si en las escuelas de in-dígenas y, además, por medio de los alcaldes, goberna-dores, jefes políticos, curas, sociedades protectoras delos indios, y autoridades superiores, se procurara, va-liéndose de procedimientos suaves, que fueran los abo-rígenes cambiando de manera de vivir, en el sentido deusar camas y algunos otros muebles indispensables, auna gente ruda; se habría logrado mucho, ya que nuncafue la fuerza el medio más conveniente para dulcificarlas costumbres, ni para introducir en el hogar los ele-mentos de la cultura y de la dicha.

12. Propone finalmente un Código Rural al que le dedicaun capítulo especial en su libro punto nodal: salvar las11 dificultades apuntadas anteriormente y procurar lainmigración extranjera.

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Para determinar la presencia indígena en Guatemala, segúnlos datos oficiales de la época, Batres Jáuregui maneja la si-guiente información: 1,042,851 indios y 467,475 ladinos. Total:1,510,326 habitantes.100

Resulta interesante una comparación de los planteamientosde Batres Jáuregui con los prejuicios coloniales en contra delindio, que citamos en la parte introductoria de nuestro ensayo,recogidos por Severo Martínez Peláez en La patria del criollo.

No obstante el carácter autocrático101 de las dictaduras libe-rales es indudable la influencia del pensamiento comtiano yel darwinismo social, y, al igual que en México, se da unperiodo que Leopoldo Zea ha llamado prepositivista, que Er-nesto Chinchilla Aguilar analiza en su trabajo sobre las co-rrientes filosóficas anteriores a la implementación del positi-vismo en Guatemala.102

En cuanto al desarrollo del positivismo en Guatemala tene-mos interesantes aportes.103

Sergio Ramírez, por ejemplo, insiste en que uno de los mássocorridos parapetos reformistas fue el de la educación que seanuncia gratuita y obligatoria en la Constitución liberal, y pue-de ofrecer, además, un ejemplo en torno al ideario liberal gua-temalteco con respecto a los indios. El Primer Congreso Peda-

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100 Batres Jáuregui, “La América Central ante la historia 1821-1921”, Me-morias de un siglo, Guatemala, Tipografía Nacional, 1949. Las propuestas fueronformuladas en el año de 1893.

101 Recuérdese la novela de Asturias, Miguel Ángel, El señor presidente.102 Valle Matheu, Jorge del, Sociología guatemalteca, Guatemala, USAC, 1950.

Chinchilla, Aguilar, “Corrientes filosóficas en Guatemala anteriores a la imple-mentación del positivismo”, Historia y sociedad en el mundo de habla española,Homenaje a José Miranda, El Colegio de México, 1970, pp. 307-318. Véasetambién Meléndez Chaverri, La ilustración en el Antiguo Reyno de Guatemala,Costa Rica, EDUCA, 1970.

103 Sobre el particular: Goubaud Carrera, Antonio, “Indigenismo en Gua-temala”, Indigenismo en Guatemala, Guatemala, Seminario de Integración SocialGuatemalteca, Ministerio de Educación, 1964; García Granados, Jorge, Evoluciónsociológica de Guatemala, Guatemala, Sánchez y de Guise, 1927; González, Amu-rrio, El positivismo en Guatemala, Guatemala, USAC, 1970; Hernández Sifon-tes, Julio, Realidad jurídica del indígena guatemalteco, Guatemala, Ministerio deEducación, 1965; Luján Muñoz, Luis, “Historia de la arqueología en Guatema-la”, América Indígena, México, vol. XXXII, núm. 2, abril-junio de 1972.

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gógico Centroamericano, celebrado en la ciudad de Guatemalaen enero de 1894 y convocado por el gobierno de Reyna Ba-rrios, a pesar de que en él se discuten las más modernas teoríaseducativas, pues se cita a pedagogos suecos —los métodos deFroebel y de Slöjd, Garten y Bougaerts, entre otros— se estudiacomo punto primero del temario: “¿Cuál será el medio máseficaz de civilizar a la raza indígena, en el sentido de incul-carles sentido de progreso y hábitos de pueblo culto?”.104

Esta “preocupación liberal” tiene su antecedente en la con-vocatoria del concurso de 1892, citado anteriormente, el cualprescribía que: “después de contener la historia de los aborí-genes y los procedimientos llevados a cabo para mejorar sucondición y que se expresen los medios más adecuados y eco-nómicos para civilizarlos”. Los considerandos de la convoca-toria señalaban

Que la clase indígena constituye la gran mayoría de la poblacióndel país [...] Que por su modo de ser actual, no ha podido parti-cipar de los beneficios de la civilización, sin la cual todo progresoes imposible y toda felicidad ilusoria [...] Que la instrucción de losindios no puede llevarse a cabo por los medios comunes, por nopermitirlo sus circunstancias peculiares, y que la presente Admi-nistración está interesada en quitar de raíz todos los obstáculos quese oponen a la marcha del país por la vía del adelantamiento, paralo cual debe buscar los medios más eficaces y menos costosos [...].

A partir del Congreso, y para anunciar lo que Sergio Ra-mírez denomina: “[...] una profesión folklórica [ya] que [...] sehabla de establecer en cada república centroamericana ’unasociedad protectora de indígenas‘”; en los resolutivos del Con-greso se incluye un apartado sobre la “protección de los in-dios”, que dice:

“Se emitirá un Código rural, que al mismo tiempo que con-tenga todas las disposiciones de la materia, promoviendo losintereses de la agricultura, esté calcado en el respeto a la ga-

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104 “Balcanes y volcanes (aproximaciones al proceso cultural contemporáneode Centroamérica)”, Centroamérica hoy, México, Siglo XXI, 1975, pp. 279 y ss.

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rantía de los indios y persiga la vagancia, la embriaguez y lasdefraudaciones en las condiciones de trabajo”.105

No en balde, la legislación liberal había restituido, bajootros nombres y ordenamientos, las leyes coloniales que for-zaban el trabajo para la recolección de frutos, y cualquier apro-ximación pedagógica al indígena no tendrá otro objetivo queel de garantizar aquel trabajo, indispensable en la ideologíadominante del progreso.106

Así, las resoluciones del Congreso Pedagógico cobran valor.

Para explicar las constantes ideológicas de este período se dictanen la década de oro del café no sólo porque son aprobadas porrepresentantes gubernamentales liberales, sino además porque fueradel caso de Guatemala y en el segundo término el Salvador, nohabía ya población indígena importante en los restantes países deCentroamérica y por lo tanto la denominación indígena alcanza atoda una masa de población rural mestiza, lo que descubre unconcepto social y no racial, con el cual se identificará a todos losgrupos marginados rurales, denominador de incultura, ignorancia,grosería, concepto que tan presente estará después en la literaturacriollista.107

A propósito de esa preocupación “civilizatoria” José CarlosMariátegui formula, en los años treinta, la primera crítica seriaen torno a lo que se va denominar “el problema del indio”:

Insurgimos primeramente contra la tendencia instintiva y defensivadel criollo o ”misti”, a reducirlo exclusivamente a un problemaadministrativo, pedagógico, ético o moral, para escapar a toda costadel plano de la economía. Por eso, el más absurdo reproche quenos pueden dirigir es el de lirismo o literaturismo. Colocando enprimer plano el problema económico-social, asumimos la actitudmenos lírica y menos literaria posible. No nos contentamos conreivindicar el derecho del indio a la educación, a la cultura, alprogreso, al amor y al cielo. Comenzamos por reivindicar, categó-ricamente, su derecho a la tierra.108

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105 Ibid.106 Op. cit., p. 301.107 Op. cit., p. 302.108 Mariátegui, José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad pe-

ruana, cit. por Carrión, Benjamín, José Carlos Mariátegui. El precursor, el antici-pador, el suscitador, México, SepSetentas, 1976, p. 87. En torno al pensamiento

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La preocupación liberal sobre el indio, como problema entérminos del orden, progreso y civilización, fue planteada tam-bién por Ramón A. Salazar y para algunos en los planteamien-to de Miguel Ángel Asturias en su tesis de licenciatura enderecho.109

Salvo opinión en contrario, en Guatemala resultan tambiénválidas las proposiciones que sobre el positivismo hace paraMéxico Leopoldo Zea.110 Se trata de una doctrina importada,que sirvió directamente a un grupo político. Su principal ene-migo político: el clero católico y los planteamientos de orden,progreso y civilización encaminados a mantener el status quo.De esa manera el papel de las ideas revolucionarias era sólotransitorio, y tales ideas tenían como finalidad destruir un or-den, el orden teológico, que ya no estaba a la altura del pro-greso según los planteamientos liberales.111

Los liberales guatemaltecos vieron al indio como un ser en-vilecido y degradado. Su visión corresponde a un planteamien-to colonial etnocéntrico, que no admite la diversidad. Los pre-juicios coloniales se vuelven a repetir: salvajismo, barbarie ycivilización formaron parte de la visión liberal guatemalteca,por un lado los indios primitivos, salvajes y bárbaros y, porotro lado, la parte “culta y civilizada”, el mundo de los ladi-nos. El indio también forma parte de lo que se denomina laantología de la animalidad.112 Recuérdese el dicho ladino:

LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO-NACIÓN 59

comtiano, la edición guatemalteca de los Principios de filosofía positiva, de 1895,contiene un prólogo de José Montoya, en donde hace una defensa apasionadaen favor de la personalidad del autor, ante las condenas de haber terminadosus ideas estando “loco” y de sus escritos finales a favor de la monarquíaabsoluta. Véase García Laguardia, Jorge Mario, El pensamiento liberal en Gua-temala (antología), p. 228.

109 Batres Jáuregui, Los indios, su historia y su civilización, Guatemala, s.e.,1893; Salazar, Ramón, Historia del desenvolvimiento intelectual de Guatemala, Gua-temala, Biblioteca de Cultura Popular, 1951.

110 Véase Zea, Leopoldo, El positivismo y la circunstancia mexicana, México,FCE, 1985, pp. 46-55.

111 A propósito, téngase presente las observaciones de Jorge Mario GarcíaLaguardia sobre la “dictadura democrática” de Justo Rufino Barrios.

112 Barillas, Edgar, op. cit., p. 96.

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“Aparte torito, aparte guacax”. El desprecio por el indio porsus luchas de liberación actualmente se ponen de manifiestocon la cantidad de chistes racistas divulgados en ocasión delotorgamiento del Premio Nobel a Rigoberta Menchú Tum.

El documento de Barrios que decreta ladinos a los indiosde San Pedro Sacatepequez, al igual que la política del ecua-toriano Gabriel García Moreno (nombrado presidente por laConvención de 1860, ejerciendo una férrea dictadura con elapoyo del clero y de la oligarquía), quien llegó a establecerel principio obligatorio de la condición de ser “católico, apos-tólico y romano” para ser ciudadano ecuatoriano. García Mo-reno proclamó para Ecuador una nueva Constitución, llamadala Carta Negra por los liberales, que limitaba las libertadespopulares; constituyen el desiderátum de la concepción queaborrece la existencia y vigencia de los derechos humanos.113

Los dictados de Barrios y García Moreno no son “inocentes”,recordemos la propuesta de Lukács, en El asalto a la razón114

no hay ideología inocente.Los indios guatemaltecos no fueron aniquilados directamen-

te, como sucedió en otros países americanos vía el genocidio,digamos en Estados Unidos, Argentina. Para ellos subiste aúnsu explotación en las fincas cafetaleras, fueron necesarios comomano de obra lo que algunos autores han calificado como ese“desconocido genocidio”.115

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113 Ansaldi, Waldo y Fernando Calderón, “Las heridas que tenemos sonlas libertades que nos faltan, derechos humanos y derechos de los pueblos enAmérica”, David y Goliat, Buenos Aires, CLACSO, núm. 52, septiembre de1981, pp. 65-69.

114 Lukács, Georg, El asalto a la razón, México, FCE, 1972.115 Es sugerente la lectura del trabajo periodístico de Velázquez Rivera,

Luis, El café, ese desconocido genocidio, México, Editorial Oasis, 1985. Para elanálisis del positivismo latinoamericano véase Bagú, Sergio, Vida ejemplar deJosé Ingenieros, juventud y plenitud, Buenos Aires, Claridad, 1936; Levene, Ri-cardo, Historia de las ideas sociales argentinas, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1947;Henríquez Ureña, Pedro, Historia de la cultura en la América hispánica, México,FCE, 1949; Soler, Ricaurte, El positivismo argentino, México, UNAM, 1979; Zea,Leopoldo, Precursores del pensamiento latinoamericano contemporáneo, México, Sep-setentas, 1979. Sobre el denominado positivismo jurídico: Bobbio, Norberto,Giusnaturalismo e positivismo giuridico, Milano, Edizioni di Comunità,

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Para concluir, es conveniente tomar el parecer de las “vocesnegadas” de los propios indios, en torno a su percepción sobre“los liberales”.

Para los mayas, que con su trabajo hicieron posible el augecafetalero de los latifundios de Chiapas y Guatemala, la expe-riencia quedó firmemente grabada en su memoria colectiva, yla recuerdan como una época mala, como un largo período deesclavitud, del cual debieron librarse. Este es un elemento muyvivo en su narrativa. Mario Humberto Ruz apunta en sus ob-servaciones en el interesante libro colectivo Del Katún al siglo.Los tiempos del colonialismo y resistencia entre los mayas. En éladvierte que el estudio de la etnorresistencia:

no debe limitarse a enumerar los enfrentamientos armados, a lalarga militarmente catastróficos, que trataron de frenar el avancedel conquistador; es río más profundo —y a veces subterráneo—que sabe de las oposiciones cotidianas, aquella que rumiaba y ali-mentaba al pueblo en torno al fogón, o cuando ofrecía copal a lasdeidades de la montaña; la que perpetuaba evadiendo el tributo odefendiendo sus tierras comunales con las propias leyes del domi-nador; la que llevó a bordar el pasado sobre los ropajes colonialesy a esconder bajo el manto de los santos a los antiguos dioses.Diversas, cambiantes, e incluso contrapuestas a lo largo de tressiglos, no hay en ella ingenuidad o falta de sentimiento crítico.116

Para la Academia de las Lenguas Mayas, el colonialismopuede dividirse, a grandes rasgos, en tres etapas, que contem-plan las reformas liberales, así:

l) 1524-1821: colonialismo español (se inicia desde la lle-gada de los españoles a tierras mayas hasta la inde-pendencia de España).

2)

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1965; García Máynez, Eduardo, Positivismo jurídico, realismo sociológicoy iusnaturalismo, México, UNAM, 1968; Tréves, Renato, Introducción a la socio-logía del derecho, Madrid, Taurus, 1978; Zeitlin, Irving, Ideología y teoría socio-lógica, Buenos Aires, Amorrurtu Editores, 1979.

116 Ruz, Mario, et al.; Del Katún al siglo, México, Consejo Nacional paraCultura y las Artes, 1992.

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1821-1871: colonialismo criollo (desde la independenciade España hasta el gobierno del general Justo RufinoBarrios).

3) 1871-1993: colonialismo ladino (del gobierno de JustoRufino Barrios hasta el presente).

En cada una de esas etapas, sostienen, se le ha negado alpueblo maya el derecho a conducir su propio desarrollo, segúnsus necesidades económicas, políticas, sociales, culturales, lin-güísticas y religiosas. Esta situación, acumulada, trae conse-cuencias denigrantes para el pueblo maya: en el nivel culturalconsideran que la cultura maya ha sido desvalorizada, inferio-rizada (en relación con la cultura dominante) y folclorizada.117

El Consejo de Organizaciones Mayas de Guatemala (COMG)es del parecer que:

Después del desligamiento formal de Guatemala de España en 1821,la opresión y sometimiento esclavista siguió. A pesar de que sehabló de la libertad jurídica para todos los guatemaltecos, los mayascontinuamos bajo el yugo de nuestros opresores [...] En 187l, llegaJusto Rufino Barrios Auyón a gobernar Guatemala, y este gobiernoarranca de las manos de nuestros antepasados las Tierras Comu-nales que aún mantenían en su poder; además, este mismo gobiernoquería que los mayas se convirtieran en ladinos, mediante Decretoemitido el 13 de octubre de 1876, ya que para ese gobierno era elprototipo ideal de grupo social. Sin embargo, muy a pesar de lasdisposiciones discriminatorias y etnocidas del gobierno de BarriosAuyón, los mayas se atrincheraron aún más adentro de su propiacultura, dentro de su propio ser, resguardando así ese propioser con identidad específica.118

A propósito del colonialismo interno que sufren los pueblosindios, Enrique Florescano, en interesante artículo referido aMéxico, asienta: “El etnocentrismo español primero y luego el

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117 Academia de las Lenguas Mayas. Documento presentado a la Asambleadel Diálogo Nacional, en Ordóñez Cifuentes, José Emilio R., Reclamos jurídicosde los pueblos indios, México, UNAM, 1992, pp. 127-137.

118 Rajpop’ri Mayab Amaq (Consejo de Organizaciones Mayas de Guatemala),Rujunamil ri mayab’amaq’ (Derechos Específicos del Pueblo Maya), pp. 10 y 11.

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mexicano, son los responsables de que por siglos el rescate yel estudio de la memoria histórica se haya concertado en elgrupo dominante, ignorando o declarando inexistente la me-moria de los vencidos”, y agrega: “No obstante, los indiosadoptaron a la situación de la conquista diversos procedimien-tos para conservar y trasmitir su pasado”. Con sugestivos tí-tulos, analistas sociales presentan un cuadro en torno a la mis-ma preocupación en Guatemala: “Las voces negadas toman lapalabra” y la “La voz de los que no tienen voz”.119

Los planteamientos antes enunciados también se han vertidopara las regiones indias de América del Sur. Por ejemplo, enun trabajo colectivo sobre Paraguay, Roa Bastos concreta:

Los intentos de civilizar al indio han terminado por exterminarlo;el etnocidio no es, pues, sino la fatal consecuencia de esta ideologíadel privilegio y de la pretendida superioridad racial, herencia delconquistador invasor, es una de las formas del genocidio generali-zado en la actualidad, tanto en nuestro continente como en otraspartes del mundo, donde las “razas inferiores” padecen los desvelosde las razas superiores para civilizarlas, es decir, para someterlasa sus inflexibles y cruentos dictados de predominio y opresión.120

Por lo anterior, es legítimo plantear que un programa dereivindicaciones étnicas tiene que partir de la aceptación delcarácter multiétnico y multinacional de nuestros Estados y deuna práctica política que deje a las propias etnias afectadaspronunciarse y resolver sus propios asuntos, y legitimar suparticipación frente a la problemática global del país.

LA CONSTITUCIÓN DEL ESTADO-NACIÓN 63

119 Florescano, Enrique, “Destrucción y recuperación de la memoria indí-gena”, suplemento dominical “Sábado” de Uno más Uno, México, septiembrede 1982.

120 Guzmán Böckler, Carlos, “Las voces negadas toman la palabra”, Cua-derno de la Casa Chata, México, núm. 84, CIESAS, 1983; Quan, Estela, “Lavoz de los que no tienen voz”, Cuadernos Marcha, México, núm. 10, segundaépoca, diciembre, 1980. Véase también Galeano, Eduardo, “La conquista con-tinúa. Crimen y resurrección de los indios americanos”, Nicaraguac, Nicara-gua, núm. 14, enero-marzo, 1987; Maxwell, Claire, “La nueva conquista etno-cida en Guatemala”, La Jornada Semanal, México, 28 de octubre de 1984.

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CONSTITUCIÓN Y DERECHOS ÉTNICOS. LAS EXPERIENCIASDE 1945 Y 1985 EN GUATEMALA . . . . . . . . . . . . . . 65

I. La Constitución de 1945 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

II. La Constitución del 31 de mayo de 1985 . . . . . . . . 82

III. Cuerpo torturado y tierra alterada en Guatemala . . 101

IV. La cuestión laboral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107

V. El nuevo orden constitucional y la cuestiónindígena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109

175

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CONSTITUCIÓN Y DERECHOS ÉTNICOS.LAS EXPERIENCIAS DE 1945 Y 1985 EN GUATEMALA

A la memoria de los trabajadores y pobladoresde Guatemala que murieron en defensa de sutierra invadida por mercenarios extranjeros ytraidores, en los luctuosos días de junio y juliode 1954.

Gregorio SELSER,

El Guatemalazo. La Primera Guerra Sucia.

El proceso revolucionario burgués guatemalteco de 1944-1954da fin a la denominada época liberal, 1871-1944. Los indiosque integran la mayoría numérica del país fueron los grandesperdedores de la reforma liberal; los expertos en cuestionesagrarias han señalado insistentemente cómo les fueron arreba-tadas sus mejores tierras comunitarias; las tierras ejidales ymunicipales de sus pueblos sufrieron una gran merma y mu-chos de ellos quedaron sin tierra alguna o bien con parcelasminifundistas que ya no les producían para su subsistencia;ellos tuvieron que quedarse definitivamente al servicio de lasplantaciones como peones, aceptando formas semiserviles detrabajo. Pero lo que rebajó a los indígenas a la condiciónde explotados fue la imposición del trabajo forzado.

Los liberales demostraron un gran desprecio por los indios,a los que tachaban de haraganes, y a los cuales los ladinostenían que enseñar a civilizar: no consideraban a los indioscapaces de hacer producir y de poseer tierras que les perte-necían, por lo que justificaban le fueran entregados a los la-dinos.

Fue a partir de esta época cuando el odio y la separaciónentre indios y ladinos se acentuó llegando a constituir un pro-

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blema muy grave de segregación racial en la historia modernade Guatemala. Durante la época liberal se consolida la estruc-tura agraria y de clase que ha sido decisiva en la historiamoderna de Guatemala, y que en gran parte todavía persiste.

Las reformas sociales de la revolución de octubre se plan-tearon a partir de su discurso constitucional que derogó laConstitución liberal del 11 de diciembre de 1879, impregnadadel liberalismo teórico, y uno de sus pilares básicos fue ladefensa de la propiedad privada con un Ejecutivo con poderesmuy amplios, encabezados por el dictador en turno. El votoes restringido a los ciudadanos que posean renta, oficios oindustrias que les provea a su subsistencia. Se trata del deno-minado “voto censitario”, en donde los indios no pueden, porsupuesto, votar ni mucho menos ser electos a cargos públicos.En lo económico recordemos que las relaciones de producciónno eran abiertamente salariales, persistiendo modalidades se-miserviles que se prolongaron hasta 1944.

La Constitución liberal se aprobó el 8 de diciembre de 1879,y consta de ciento cuatro artículos y es una Constitución laica,centralista (suprimió el gobierno local) y sumaria. Estuvo vi-gente hasta 1944 y fue reformada ocho veces (en 1885, 1887,1897, 1903, 1921, 1927, 1935 y 1941).

El indígena quedó sujeto al trabajo forzado en las fincas decafé. Los criollos continuaron gozando de los mismos privile-gios de otros tiempos. La única terrateniente atacada fue laIglesia católica, la cual fue despojada de su potencial econó-mico y político.

I. LA CONSTITUCIÓN DE 1945

La Constitución de 1945 fue fruto de la revolución de 1944y se inspiró en la filosofía política del denominado constitu-cionalismo social y, como veremos, es históricamente la pri-mera que abordó, en América Latina, los derechos de los pue-blos indios.

La Constitución se signó siendo presidente de la RepúblicaJuan José Arévalo, quien se propuso dos objetivos: el estable-cimiento de democracia formal y la modernización de la eco-

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nomía, teñida, se dirá, de “feudalismo”, y en esa doble direc-ción apuntarán todas las leyes y reformas que se produjerondurante su mandato.

En ese orden se dieron las leyes que consagraron la libertadde expresión, de prensa, partidos políticos, de autonomía uni-versitaria, etcétera, y fueron bien acogidas en una sociedadreprimida por las dictaduras liberales.

Esas libertades democráticas crearon la posibilidad de la or-ganización de los trabajadores urbanos, banqueros, ferrocarri-leros, que para 1950 lograron varios convenios colectivos detrabajo; no obstante, las condiciones señaladas no fueron lle-vadas a los trabajadores del campo. Sin embargo, el proleta-riado industrial (1.7% de la fuerza de trabajo) y los aproxima-damente 20,000 obreros de los monopolios norteamericanos dela empresa agrícola UFCO y la ferrocarrilera IRCA, fueronquienes lograron algunas ventajas. Sin embargo, la nuevaConstitución prohibió los latifundios y atribuía a la propiedaduna “función social”.

La revolución de octubre, como desglosaremos más adelan-te, se caracterizó por ser un respiro para el pueblo guatemal-teco, cuando el Estado dejó de ser un instrumento exclusivoen manos de los terratenientes para mantener en la más igno-miniosa explotación a la sociedad guatemalteca, especialmentea los indios, sin que ello signifique que la revolución los liberó.

Seguramente los diez años de la primavera guatemaltecaatrajeron al país a las fuerzas más progresistas y democráticasdel continente, y su derrota constituye una experiencia dolo-rosa para los guatemaltecos que servirá para la polarizaciónde las fuerzas revolucionarias y contrarrevolucionarias. Unaexperiencia que vino a demostrar la capacidad y combatividadde un pueblo que, en medio de muchas limitaciones, supo ser,según palabras de Pablo Neruda: “El honor, el orgullo y ladignidad de América”.

Como ha señalado el sociólogo Jesús García Añoveros, lasConstituciones guatemaltecas han reflejado siempre los intere-ses del grupo políticamente dominante, que, salvo, en dos cor-tos períodos (1831 a 1838) (período de Mariano Gálvez; Cons-titución del 13 de febrero de 1835) y 1944-1954 (período

CONSTITUCIÓN Y DERECHOS ÉTNICOS 67

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revolucionario) en que estuvo el poder político en manos dela pequeña burguesía progresista, siempre el grupo dominantese identificó con el grupo terrateniente comerciante agroexpor-tador.

La Constitución de 1945 desarrolla el siguiente marco jurí-dico:

La búsqueda de la justicia social; el derecho a la rebelión cuandoun presidente intentare conculcar el principio de la alternabilidaden el ejercicio del cargo; el derecho a voto se extiende a los mayo-res de dieciocho años y a las mujeres alfabetas, se acepta la liber-tad de cultos, pero se prohíbe intervenir en política a los ministrosde culto y se le niega personería jurídica a la Iglesia católica; segarantiza el derecho de asociación, aunque quedan prohibidas lascongregaciones religiosas; se permiten los partidos políticos y segarantiza la libertad de pensamiento; se legitima la resistencia ar-mada ante la conculcación de ciertos derechos individuales; se re-conoce el derecho de amparo como defensa de los derechos legíti-mos; se dan unos principios reguladores de las relaciones entre elcapital y el trabajo, aunque dentro de ciertas condiciones; se esta-blece la fijación periódica del salario mínimo, que deberá pagar enmoneda salvo un 30% que puede ser en especie; se establece lajornada de ocho horas, el descanso dominical, las vacaciones paga-das; se prohíbe el trabajo a los menores de catorce años; se concedeel derecho a la huelga y al paro; se permiten las asociaciones sin-dicales, previo permiso de la autoridad competente; se establece elseguro social obligatorio; se apoyan decididamente las cooperativasde producción y de consumo; se establece un mínimo de enseñanzacomún gratuita y obligatoria; se reconoce la propiedad privada, ala que se le otorga una función social; se prohíben los latifundiosy se prescribe la desaparición de los existentes; se admite la ex-propiación de la propiedad privada de la tierra por causa de uti-lidad o necesidad pública; las propiedades del Estado se declaraninalienables, pudiendo ser transferido su dominio útil; se decla-ran inalienables e inexpropiables las tierras ejidales, comunales yde las municipalidades; quedan prohibidos los monopolios y elejecutivo sólo podrá otorgar concesiones por diez años a quienesintroduzcan industrias en la República; se establece la apoliticidaddel ejército, cuyo comandante en jefe es el presidente de la Repú-blica: el jefe de las Fuerzas Armadas es nombrado por el Congresoa propuesta del Consejo de Defensa nacional, la organización delejército queda en manos exclusivas del jefe del Ejército o del mi-nistro de Defensa.

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Dentro de las líneas maestras de la Constitución de 1945 desta-can la división de poderes, la búsqueda de la justicia social, laprotección al trabajo y a los derechos de los trabajadores, la limi-tación a la propiedad latifundista, la defensa de las propiedadescomunitarias de los pueblos, la prohibición de los monopolios ylos recursos legales para evitar el golpismo.

Este listado, es menester tenerlo en cuenta, es la medidaque marca las diferencias con las actitudes oligárquicas prece-dentes y la construcción democrática que se propuso la revo-lución de octubre.

La Constitución de 1945 se inscribe en el denominado cons-titucionalismo social que supera la visión liberal individualistade los “derechos a la libertad, la igualdad y seguridad de laspersonas, de la honra y de los bienes” (artículo 16 de la Cons-titución de 1879).

Recordemos que la génesis del constitucionalismo social, sal-vo opinión en contrario, la encontramos en la Constituciónfrancesa del 4 de noviembre de 1948, dictada en medio delfervor popular de la “república social”, en medio del cambiodel sistema económico social-liberal burgués (un paso adelanteal Estado gendarme). Se insiste en los principios de libertad,igualdad y fraternidad; se avanza que su fundamentación esla familia, el trabajo, la propiedad privada y el orden público.La Constitución francesa eleva a la categoría del trabajo a unacategoría del deber ciudadano. Aquí un planteamiento que re-conoce no bondades sino la lucha de los trabajadores francesesy cambios en los planteamientos económico-políticos del de-sarrollo del capitalismo. Pero, sin duda, es el México de prin-cipios de siglo, la Revolución mexicana, las luchas del campe-sinado mexicano, el ideario político de Zapata, el que plasmalos principios del llamado derecho social, desde el Plan deAyala hasta su consagración constitucional en Querétaro. Sonproducto de las reivindicaciones de un pueblo construido enun proceso revolucionario que aspira a la justicia social bajoel lema “tierra y libertad”. Estos principios alteran el conceptoburgués vigente y su sistema jurídico. Así, de la “visión oli-gárquica”, la “vía junker”, se pasa a la “vía farmer” que algunosdenominaran la “vía mexicana”.

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El constitucionalismo social adquiere relevancia con la Cons-titución alemana de Weimar de 1919 y más tarde en las cartasfundamentales de España de 1931 (que tanta influencia tendríaen América Latina); luego tenemos las de Austria y Checoslo-vaquia de la primera posguerra.

Justo en el momento histórico narrado, surge la Revoluciónrusa, que rompe el esquema y proclama la abolición de lapropiedad privada y se plasma dentro del orden constitucio-nal. Cabe recordar, a propósito, el preámbulo a la Constituciónde 1919, redactado por Lenin, conocido como la declaracióndel pueblo trabajador y explotado.

La Constitución de 1945 se vio influida, a decir de sus cons-tituyentes, por las cartas fundamentales de España, Cuba, Mé-xico y Costa Rica.

En cuanto a la regulación de los derechos de los pueblosindios, la Constitución:

Declara de interés y utilidad nacionales, el desarrollo de una polí-tica integral para el mejoramiento económico, social y cultural delos grupos indígenas. A ese efecto, pueden dictarse las leyes, re-glamentos y disposiciones especiales para los grupos indígenas con-templando sus necesidades, condiciones, prácticas, usos y costum-bres.

La Constitución de 1945 entre las obligaciones presidencialesestableció:

“Crear y mantener las instituciones y dependencias conve-nientes que concentren su atención sobre los problemas indí-genas y garanticen de manera efectiva el empleo de los ser-vicios del gobierno en favor de la resolución de aquellosproblemas” (artículo 137, inciso 15).

Concedió constitucionalmente autonomía a la Universidadde San Carlos y fijó entre sus obligaciones: “poner todo suempeño en la resolución del problema indígena” (ley orgánica).

En política cultural, vinculada a la cuestión indígena y am-parados en el citado artículo 83 constitucional, los gobiernosrevolucionarios de Arévalo y Arbenz llevaron a cabo las si-guientes iniciativas:

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Por acuerdo gubernativo de fecha 28 de agosto de 1945 fuecreado el Instituto Nacional Indigenista. Se creó el Institutode Antropología e Historia (1945) y se aprobó el convenio deadhesión al Instituto Indigenista Interamericano (1945).

Al promulgar el Código de trabajo se abolió la discrimina-ción por motivos de raza, religión, credos políticos y situacióneconómica. Se preceptuó la modalidad del uso de las lenguasindígenas en los tribunales, en las zonas predominantes de esacultura (1947).

Se sanciona el decreto 444, “Estatuto de uniones de hecho”,en donde son aceptados los matrimonios de acuerdo con lascostumbres, tradiciones y ritos indígenas (1947).

El decreto 426 protege la producción de tejidos indígenas.Por acuerdo del 3 de agosto de 1950 se regula sobre los

alfabetos de las lenguas indígenas más importantes de Guate-mala (kachiquel, quiché, kekchí y mam). Los decretos anterio-res en materia de lenguas indígenas procuraban extinguirlas.

La revolución democrático-burguesa guatemalteca, con-gruente con su programa de erradicar las relaciones socialesprecapitalistas y en especial la explotación de la mayoría dela población (indígena y rural), desarrolló todo un programareivindicativo en materia de derecho al trabajo y agrario.121

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121 Para aspectos del derecho positivo guatemalteco e historia de su derechoconstitucional y social consultamos: Legislación: Bauer Paiz, Alfonso, Cataloga-ción de leyes y disposiciones de trabajo de Guatemala, 1872-1930, Guatemala,Facultad de Derecho, Universidad de San Carlos (USAC), 1966; Colegio deAbogados de Guatemala, Digesto constitucional, 1978; Díaz del Castillo, Roberto,Legislación económica de Guatemala durante la reforma liberal, USAC, 1974 (catá-logo); Méndez Montenegro, Julio César, 444 años de legislación agraria, Guate-mala, USAC, 1960; Ordóñez Cifuentes, José Emilio Rolando, Bibliografía tema-tizada sobre Guatemala, Mazatlán, México, Escuela de Derecho, Universidad deSinaloa, 1986, mimeo (avance de investigación); Skiner Klée, Jorge, Legislaciónindigenista de Guatemala, México, Instituto Indigenista Interamericano 1954. Constitucionalismo social: Carpizo, Jorge, La Constitución mexicana de 1917,México, UNAM, 1980; Duverger, Maurice, Institutions politiques et droit consti-tutionnel, París, Presses Universitaires, 1963; Sayeg, Helú, El constitucionalismosocial mexicano, México, UNAM e Instituto de Estudios Históricos de la Revo-lución Mexicana, 1987; Rouaix, Pastor, Génesis de los artículos 27 y 123 de laConstitución de 1917, México, PRI, 1984; Trueba Urbina, La primera Constituciónpolítico-social del mundo, México, Porrúa, 1971; García Ramírez, Sergio, “Lo

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La junta revolucionaria derogó el servicio personal en lascarreteras, o sea el boleto de vialidad (trabajo forzado en laconstrucción de obras públicas,122 en especial caminos), la tris-

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social en los sistemas jurídicos constitucional e internacional contemporáneo”,Boletín Mexicano de Derecho Comparado, México, IIJ-UNAM, año I, núm. l, ene-ro-abril de 1978; Rabasa, Emilio O., ”Historia de las Constituciones mexicanas”,El derecho en México. Una visión de conjunto, México, IIJ-UNAM, 1991, t. I;Vázquez Carrizoza, Alfredo, “Los derechos como normas universales”, Derechoshumanos en las Américas, Washington, Comisión Interamericana de Dere-chos Humanos, OEA, 1984; Ordóñez Cifuentes, José Emilio Rolando, ”La cues-tión agraria y los derechos humanos”, Anuario, México, Unión de Universida-des de América Latina, 1989, pp. 253-275. Historia constitucional: García Laguardia, Jorge Mario, Orígenes de la demo-cracia constitucional en Centroamérica, Costa Rica, Educa, 1917; García Laguardia,Jorge Mario y Edmundo Vázquez Martínez, Constitución y orden democrático,Guatemala, USAC, 1984; Barahona Streber, Las cláusulas económico-sociales en laConstitución de Guatemala, Buenos Aires, Losada, 1947; Gálvez Borel, Víctor,“Sociedad, Estado y Constitución en Guatemala”, Política y sociedad, Guatemala,núm. 16, enero-junio de 1985; Maldonado Aguirre, Alejandro, Las Constitucionesde Guatemala, Guatemala, Piedra Santa, 1984. Derecho del trabajo y sindical: López Larrave, Mario, Síntesis del derechodel trabajo guatemalteco, Guatemala, Municipal, 1974; Breve historia del movi-miento sindical, Guatemala, USAC, 1970. Derecho agrario: Melville, Thomas y Marjorie, Tierra y poder en Guatemala,Costa Rica, Educa, 1975; Paredes Moreira, R., Reforma agraria, una experienciaen Guatemala, Guatemala, USAC, 1963; León Schlotter, René de, et al., Reformaagraria, derecho agrario, legislación comentarios y selección de textos, Guatemala,USAC, 1977. Derecho e indigenismo: Curruchiche Gómez, Miguel Ángel, “Discriminaciónde la población indígena en el ordenamiento jurídico guatemalteco”, GuatemalaIndígena, Guatemala, vol. XII, núms. 1-2, 1977; López Godínez, Ruperto, “Laignorancia de la ley penal en el medio indígena guatemalteco”, Guatemala,USAC, 1972 (tesis-derecho); Hernández Sifontes, Julio, “Realidad jurídica delindígena guatemalteco”, Guatemala, USAC, 1965 (tesis-derecho); Ordóñez Ci-fuentes, José Emilio Rolando, “Una comunidad indígena guatemalteca frentea la ignorancia del derecho”, USAC, 1970 (tesis-derecho). La literatura es am-plia y citamos la que consideramos básica de nuestra revisión.

122 Sobre aspectos generales, Piedra-Santa Arandi, Rafael, Introducción a losproblemas económicos de Guatemala, Guatemala, USAC, 1977; IIES, Facultad deEconomía, USAC, “Los rasgos fundamentales de la formación social guatemal-teca”, Economía, núm. 62, 1979; Susanne, Jonas et al., Guatemala, una historiainmediata, México, Siglo XXI, 1976.

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temente célebre “libreta de jornaleros” y las leyes contra “lavagancia”. Mediante la libreta de jornaleros se garantizabala mano de obra en las fincas cafetaleras, y mediante el boletode vialidad se proveyó trabajo forzado para las obras públicas.

Se gestó el decreto 223 (Ley provisional de sindicalización),que el Código del trabajo reguló después en detalle, pues enun primer momento cerró el paso a las organizaciones agríco-las a las cuales abrió espacio hasta 1948, cuando se proclamóy entró en vigor el código de trabajo. El primero de mayo de1948 entró en vigor el nuevo Código de Trabajo. El primeroen Guatemala123 que junto a la fundación del seguro socialrepresentan las más importantes realizaciones en materia delegislación social.124

En materia agraria, la Constitución estableció en su artículo91 que “El Estado reconoce la existencia de la propiedad pri-vada y garantiza su función social sin más limitaciones quelas determinadas por la Ley, por razones de necesidad, utilidadpública o interés nacional”, y en el artículo 92, que: “Por causade utilidad o necesidad pública o interés social legalmentecomprobado, puede ordenarse la expropiación de la propiedadprivada, previa indemnización”.

Los artículos transcritos constituyeron la base constitucionalde la reforma agraria guatemalteca influida por la reformaagraria mexicana.

La Ley de Reforma Agraria, decreto 900 del segundo go-bierno de la revolución (Arbenz), emitida el 17 de junio de1952, se planteó como objetivos:

a) “Liquidar la propiedad feudal” y a la vez desarrollar“métodos capitalistas de producción agrícola”.

b) Abolir “todas las formas de servidumbre y esclavitud,tales como las prestaciones personales gratuitas [...] elpago en trabajo del arrendamiento de la tierra y losrepartimientos de indígenas”.

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123 Ley de trabajo de 1926-1930 como su antecedente.124 Véase en especial el trabajo de Barahona Streber, op. cit. supra.

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c) “Dotar de tierra a los campesinos [...] que no la poseíano que poseían muy poca”.125

Sin embargo, el proceso se inició con la legislación menor,como lo sugieren los Melville,126 con la Ley de Titulación Su-pletoria del 11 de marzo de 1945, que concedió registro en lapropiedad inmueble a los poseedores de tierra, carentes deregistro, que solicitaran su titulación ante un juez de primerainstancia de la jurisdicción donde estuvieran ubicados los bie-nes y probando plenamente y en forma previa la posesiónpública, legítima y de buena fe. Esta titulación se ordenó conel propósito de asegurar los derechos de muchas personas delcampo que carecían de títulos registrables y que, por ello, fá-cilmente podían ser despojadas por los terratenientes comogeneralmente ocurre; se implementó también el proyecto decolonización agrícola en el Poptún (Petén); la formación de unacomisión de asuntos agrarios en el Congreso de la Repúblicapara el estudio de la realidad agraria del país y la promulga-ción de la Ley de Arrendamientos Forzosos que obligaba a losterratenientes a ceder sus tierras ociosas a los campesinos. Ypara apoyar la reforma agraria, por medio del decreto 994,creó el Banco Nacional Agrario.

La propuesta de la reforma agraria fue dada por la Confe-deración de Trabajadores de Guatemala, en octubre de 1946.Como resolutivo de su Segundo Congreso, tocó al gobiernode Arbenz la tarea de impulsarla.

El papel desempeñado por el presidente Arbenz fue decisi-vo. El proyecto fue elaborado por un pequeño grupo de per-sonas, entre las que se encontraban los secretarios generalesde las centrales sindicales obreras y campesinas: Leonardo Cas-tillo Flores y Víctor Manuel Gutiérrez. También integraron estegrupo, entre otros, destacados miembros del Partido Comunis-ta: Carlos Manuel Pellecer y Víctor Manuel Fortuny; segúnapunta García Añoveros, la elaboración del proyecto se llevócon gran sigilo para evitar posibles dificultades con los terra-

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125 Seguimos a Piedra-Santa Arandi, op. cit., p. 55.126 Melville, op. cit., pp. 51 y ss.

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tenientes. Los partidos políticos no intervinieron directamenteni en la elaboración del proyecto ni en la decisión inmediatade llevar a cabo la reforma agraria. El proyecto elaborado sepasó al entonces ministro de Economía y empresario industrialFanjul para ser propuesto al Congreso y, de esta manera, fueramejor aceptado por las fuerzas de la oposición, incluso pordiputados que apoyaban al gobierno de Arbenz, pero que eranreacios a una Reforma Agraria. A partir de ese momento, lospartidos políticos y otras instituciones colaboraron en la ela-boración final del texto, pero con un tiempo limitado. Arbenzquería aprovechar la coyuntura favorable y ganar tiempo a laoposición que se estaba ya organizando para luchar contra lasreformas socioeconómicas.127

La Ley de reforma agraria (Decreto 900) fue promulgadapor el Congreso de la República el 17 de julio de 1952. LaLey fue complementada y corregida en algunos de sus artícu-los por sucesivos decretos: reglamento de la emisión de bonosde la reforma agraria (12 de julio de 1952); reglamento delartículo 28 de la Ley de Reforma Agraria (1 de agosto de1952); reglamento para el funcionamiento de los comités agra-rios locales (6 de agosto de 1952); modificaciones al decreto900 (29 de julio de 1953) creación del Banco Agrario Nacional(8 de julio de 1953).

Mario Monteforte Toledo informa que la mayor influenciaexterna sobre Arbenz y su ley fue la del abogado y sociólogorural mexicano Lucio Mendieta y Núñez.128

Entre las primeras tareas se realizó el Primer Censo Agro-pecuario del país en 1950. Analistas sociales consideran queel gobierno de Arévalo no tenía una visión clara y veía elproblema agrario como un problema de psicología.129

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127 García Añoveros, Jesús, La reforma agraria de Arbenz en Guatemala, Ma-drid, Ediciones Cultura Hispánica, Instituto de Cooperación Iberoamericana,1987, p. 188.

128 Monteforte Toledo, Guatemala: monografía sociológica, México, UNAM,1959, p. 393.

129 Guerra Borges, Alfredo, “Pensamiento económico y social de la Revo-lución de octubre”, Cuadernos para la Docencia, Guatemala, núm. 6, 1977; Pie-dra-Santa Arandi, op. cit., p. 52.

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Contradictoriamente, la participación política de los indíge-nas fue enfocada al principio con un sentido conservador. Al-fonso Solórzano apunta que:

En Guatemala, hablar de campesinos pobres o sin tierra es tantocomo hablar de los indios: No se trata aquí de abordar el compli-cado problema sociológico que representan los grupos nacionalesindígenas, sino de señalar su situación y su actitud con relación almovimiento de octubre. En este aspecto, la actuación de las fuerzasque dirigían el movimiento y tomaron el poder a la caída de Poncefue en realidad condenable. Desde el momento en que Jorge Ubicoabandonó el poder, salió a flote el espíritu discriminatorio. Se cul-paba a los indios de ser responsables de todas las dictaduras delpasado; se les acusaba de ser partidarios del sucesor de la dictaduraubiquista, Ponce; se les señalaba no sólo como un lastre para lanación, sino como el mayor obstáculo para la democracia. Estaabsurda propaganda caló muy hondo, al grado que la Junta Revo-lucionaria de Gobierno inauguró su acción renovadora con unamasacre de indios en Patzicía y el Congreso Constituyente, quedebía organizar un nuevo Estado democrático, le negó inicialmenteel derecho al voto a los indios, es decir, a la mayoría de los ciu-dadanos. Tendrían que pasar varios años para que, gracias a lainfluencia creciente de la izquierda, comenzaran a cambiar las ideasy actitudes sobre el problema indígena.130

Así, podríamos afirmar que en sus inicios la revolución notuvo una concepción clara sobre la cuestión indígena, predo-minando la visión antropológico culturalista norteamericanaque tenía a su cargo la investigación y que en el contexto dela intervención de 1954 colaboró en los diagnósticos sobre la“penetración comunista” en Guatemala. Baste citar el trabajoReceptivity to communist fomented agitation in rural Guatemala.131

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130 Solórzano, Alfonso, “Factores económicos y corrientes ideológicas en elmovimiento de octubre de 1944”, Alero, Guatemala, Universidad de San Carlos,núm. 8, tercera época, septiembre-octubre de 1974, p. 79.

131 “Se hizo un estudio interesante en ese tiempo con una muestra de 250prisioneros en tres cárceles de la ciudad de Guatemala, de un total de 1,600que eran acusados de ser comunistas. El estudio lo llevó a cabo inmediata-mente después de la caída del gobierno de Arbenz un tal Stokes Newbold,quien ha sido identificado posteriormente como Richard Newbold Adams, an-tropólogo estadounidense experto en asuntos guatemaltecos”. Melville, Tierra

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En Guatemala, siguiendo las recomendaciones interamerica-nas, fue creado el Instituto Indigenista Nacional (INN), poracuerdo gubernamental de fecha 28 de agosto de 1945. Desdesus inicios el Instituto no fue una dependencia autónoma dederecho público, sino una dependencia gubernamental, adscritaa la Secretaría de Educación Pública. Su primer director fueel antropólogo social Antonio Goubaud Carrera. La organiza-ción de su primer consejo consultivo quedó integrada de lasiguiente forma: Consejo Universitario, Sociedad de Geografíae Historia, Institución Carnegie de Washington, entidades cien-tíficas afines interesadas en asuntos indígenas, Asociación Cen-tral de Agricultores (los oligarcas), Comisión Indigenista deGuatemala y técnicos de los Ministerios de Economía y Tra-bajo, Agricultura, de Salud y de Gobernación, sin ninguna rep-resentación indígena. Posteriormente se disolvió este consejoconsultivo. La orientación del Instituto Indigenista fue rectori-zada por la antropología cultural norteamericana en especialcon una gran influencia del pensamiento de Richard Adams,que ha dado lugar a la corriente denominada “adamscismo”,el cual lo divorció de alguna manera con las bases fundamen-tales del indigenismo que fueron establecidas en Pátzcuaro en1940. Es importante señalar que el IIN no se constituyó comofilial del Instituto Indigenista Interamericano, y lo único queofreció fue cooperación en trabajos de investigación, en el mis-mo nivel en que las ofrece a las instituciones científicas y alas fundaciones. Una evaluación crítica del IIN la realizó en1958 el antropólogo guatemalteco Joaquín Noval, quien apun-tó: “a pesar de las buenas intenciones de su reglamento, esmás simbólica que efectiva”.132

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y poder en Guatemala, Costa Rica, Educa, 1975, p. 104; véase también: New-bold Stokes, “Receptivity to communist fomented agitations in rural Guatema-la”, Economic Development and cultural change, vol. V, núm. 4, 1957, pp. 338-361.

132 Una evaluación de las políticas indigenistas en Guatemala la encontramosen Marroquín, Alejandro, Balance del indigenismo, Guatemala, México, Instituto In-digenista Interamericano, 1972; León-Portilla, Miguel, Orígenes y realizaciones delindigenismo interamericano, México, Folleto [s.e., s.f.]; Noval, Joaquín, “Las cienciassociales ante el problema indígena”, Guatemala Indígena, Guatemala, vol. II,

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Pero seguramente a partir de la aplicación del decreto 900,la Ley de Reforma Agraria, se dio la ruptura con la antropo-logía cultural, y se gesta una nueva práctica en el desarrollosocial, que tiene que ver directamente con la población indí-gena y sus derechos a la tierra. Por otro lado, afectó los in-tereses monopólicos norteamericanos en el campo represen-tados por la United Fruit Company, la mayor terrateniente deGuatemala; en esa época poseía más tierras que el 50% de lapoblación total. Ejercía, además, el monopolio de las vías fe-rroviarias, las comunicaciones internacionales, monopolizaba elcorreo de pasajeros por vía marítima, las comunicaciones ra-diofónicas con el exterior y las facilidades portuarias y con-trolaba el 5.6% de la superficie agrícola; tenía mayor extensiónque la que poseían 165,850 pequeños agricultores.133

Con la intervención norteamericana, en 1954, se frustró elproceso que propendía acciones de carácter nacionalista y dereforma social, como fueron: modernización del agro, reformaagraria, el impulso a la industrialización, la mejoría de la si-tuación de los trabajadores, las reivindicaciones de los pueblosindígenas, la promulgación de una legislación social y la luchacontra los monopolios norteamericanos.

La participación del gobierno norteamericano tuvo la im-portancia como para que Eisenhower, después de su retiro,mencionara la derrota del “comunismo” en Guatemala comouno de los logros más sobresalientes de su gobierno. Por otrolado, recuérdese que monseñor Mariano Rossell y Arellano,arzobispo de Guatemala, estaba muy preocupado por las in-cursiones del gobierno de Arbenz en el orden social estable-cido. Organizó una larga procesión que llevó la imagen vene-rada del “Cristo Negro de Esquipulas” por los caminospolvorientos, a los pueblos y aldeas más lejanos. Algunas ve-ces, él mismo acompañó la procesión, y en todas partes hicie-

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enero-marzo de 1962; Flores Alvarado, Humberto, El adamscismo, Guatemala,Piedra Santa, 1973.

133 Beals, Carlton, “Guatemala takes Land from Peasants”, Cristian Century,8 de septiembre de 1954, p. 873.

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ron grandes concentraciones en que él dirigió las oracionespor el fin del “régimen comunista”. Dijo que el Cristo de Es-quipulas (imagen venerada en Guatemala como lo es la Virgende Guadalupe en México) no regresaría a su altar hasta quefuera cambiado el gobierno. En 1954 aprovechó una carta pas-toral para denunciar al comunismo, lo cual provocó la reacciónmás airada del gobierno y el aplauso de la oposición. Estosactos, quizá más que ninguna otra cosa, despertaron la opo-sición a los programas de Arbenz.134

En conclusión, dirá Alfonso Bauer Paiz, ministro de Trabajodel gobierno de Arévalo, “el sustratum de la revolución del 20de octubre de 1944 era el guatemalteco y la plenitud de lasrealizaciones de la persona humana”.135

En el ámbito internacional es de recordar los escarceos di-plomáticos de Bogotá (1948), Río de Janeiro (1949) y Caracas(1954), que junto con la invasión mercenaria de un ejércitoformado y entrenado en Honduras y Nicaragua dieron puntofinal al proceso revolucionario. Guillermo Toriello Garrido, mi-nistro de Relaciones Exteriores de Arbenz, da cuenta de esahistoria del intervencionismo norteamericano.136

Naturalmente que la primera acción “legislativa” fue la de-rogación de la Constitución de 1945 y su sustitución por unestatuto político, que otorgó todo el Poder Legislativo y elEjecutivo a la junta de gobierno presidida por Castillo Armas,a la que le sucedió la Constitución que entró en vigor el 1 demarzo de 1956.

La Constitución recogió el denominado Plan de Tegucigalpa:

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134 Melville, op. cit., p. 77; Stern, David, “Guatemala Agrarian Law”, TheAmerican Journal of Comparative Law, primavera de 1953, p. 237.

135 Bauer Paiz, Alfonso, “La revolución del 20 de octubre y sus proyeccio-nes económico-sociales”, Alero, Guatemala, núm. ocho, tercera época, 1974, pp.58-70.

136 La batalla de Guatemala, Ediciones Pueblos de América, 1956, y Tras lacortina del banano, México, Fondo de Cultura Económica, 1976. Puede consul-tarse también al respecto: Cardoza y Aragón, Luis, “La revolución guatemal-teca”, Cuadernos Americanos, 1955; Arévalo, Juan José, Guatemala, la democraciay el imperio, Buenos Aires, Editorial Palestra, 1964; Galich, Manuel, Arévalo yArbenz. Dos hombres contra un imperio, Montevideo, Pueblos Unidos, 1955.

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oscuro y farragoso documento que pretendía ser el marco ideoló-gico del nuevo régimen dictado por un constituyente integrado sinrepresentación de la oposición y por un ambiente represivo, y engeneral, el texto (como apunta García Laguardia) se inspira en elanticomunismo, que aparece en el país como cruzada continentaly que proporciona a los partidos derechistas la coronación de susprogramas autoritarios y una mística de fuerte arraigo en los errá-ticos sectores medios. Declara, así, punible toda acción comunistaindividual o asociada (artículo 63) y prohíbe la organización degrupos que actúen de acuerdo o en subordinación con entidadesinternacionales que propugnen la ideología comunista (artículo 54)disposición que se reitera en el capítulo sobre partidos políticos.En el tratamiento de éstos, así como el sufragio, autoridades elec-torales y bienes nacionales, se produce una tecnificación del aparatoconstitucional.137

En materia social, después de largas discusiones, mantuvoen líneas generales el capítulo de las garantías sociales, peroel tratamiento redujo su carácter protector. Insistió en el ca-rácter armónico de la relación entre el capital y el trabajo, diopreponderancia a la conciliación en menoscabo del principiotutelar del derecho laboral, limitó la acción sindical a las cues-tiones económicas, prohibiendo su intervención en política, eli-minó el catalogo abierto de derechos y suprimió drásticamentelos derechos de los trabajadores al servicio del Estado. La po-lítica patronal del nuevo régimen se tradujo mejor en el de-creto presidencial 570 que se promulgó antes de entrar envigencia la Constitución.138

La Constitución protegió irrestrictamente la propiedad priva-da. No le atribuye función social (artículo 124) ni prohíbe loslatifundios, autoriza la enajenación de bienes nacionales en favorde particulares (artículo 216) y protege especialmente las inver-siones extranjeras. La supresión del precepto que exigía que laexplotación de hidrocarburos fuera hecha por el Estado o em-presas nacionales, permitió que se dictara la primera ley petroleradel país, en el que se suponía no existe ese producto.139

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137 García Laguardia, Jorge Mario, Política y Constitución en Guatemala. LaConstitución de 1985, Guatemala, Serviprensa Centroamericana, 1977, p. 34.

138 Op. cit., p. 33.139 Op. cit., p. 34.

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Prohibió expresamente la organización de “grupos que ac-tuaran de acuerdo o en subordinación con entidades interna-cionales que propugnaran la ideología comunista” (artículo 54)disposiciones que se reiteran en el capítulo sobre partidos po-líticos.140

En el preámbulo del nuevo decreto agrario se plasmó cla-ramente la mentalidad oligárquica del nuevo régimen político.

Veamos:

Que la ley de reforma agraria emitida por el pasado régimen legóa la nación graves problemas cuya solución inmediata es exigidapor los sectores sociales [...] y convirtió al campesinado guatemal-teco en un instrumento político al atarle al gobierno y a los gruposoligárquicos dentro de los partidos políticos oficiales; [...] y en for-ma abierta se trató de destruir la institución de la propiedad pri-vada, sobre la cual descansa la estructura social guatemalteca, pro-piciando la depresión de las actividades económicas, un ambientede desconfianza, y la fuga de los capitales necesarios para eldesarrollo de nuestros recursos [...] a pesar de ofrecer a los cam-pesinos y a los indígenas que por medio de la reforma agrariaobtendrían inmediatos beneficios de orden económico y un mejo-ramiento de su nivel de vida, la realidad demostró que en vez demejorar, su situación tendía a hacerse cada vez más precaria yangustiosa [...]; la aplicación del decreto 900 dio resultados radical-mente contrarios al incremento de nuestra producción agrícola, pro-vocando el desconcierto en las relaciones laborales y estimulandouna aguda lucha de clases en el medio rural.

Lo expuesto en la parte considerativa del decreto fue negadoaños más tarde (1964) por los propios norteamericanos cuandose quiso echar a andar la denominada Alianza para el Progre-so, y consideraron:

La reforma legal de 1952 se basó en la Constitución de 1945, in-troducida después del derrocamiento del dictador Ubico y la ins-tauración de un gobierno popular. La Ley agraria establecía la li-quidación de las propiedades feudales, la prohibición de todas lasformas de servidumbre y la distribución de tierra a quienes no la

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140 Ibidem. También en Constitución y orden democrático, Guatemala, Univer-sidad de San Carlos, 1984, pp. 101-105.

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tenían. No era más radical que lo que hoy en día sería aceptablebajo la Alianza para el Progreso.

Lo anterior fue manifestado por John P. Powelson, en elinforme: Latin America: Today Economic and Social Revolution(América Latina: la revolución económica y social de hoy).Más adelante en apartado especial sobre la tierra en Guatemalaretomaremos la cuestión.

II. LA CONSTITUCIÓN DEL 31 DE MAYO DE 1985

Como advertimos, la primera carta fundamental que regulólos derechos étnicos de los pueblos indios de Guatemala fuela Constitución de 1945, que fue derogada por la Constituciónde 1956. Cuarenta años más tarde, la Constitución de 1985nuevamente les da rango constitucional, dado el emergentemovimiento popular, la lucha de las ONGs indígenas y dealguna manera los planteamientos del movimiento popular ar-mado que recoge dentro de sus postulados los reclamos indios;pero para poder establecer las circunstancias de este retornoes pertinente, para su comprensión, que veamos qué sucediódurante ese período trágico de la historia de Guatemala.

Tenemos que insistir en que la intervención de 1954, quese conoce también como la historia de la “liberación”, ha sidonarrada ad nauseam, nos dirá Sussane Jonas, en los libros detexto estadounidenses. El lado guatemalteco de esa historiatambién ha sido contado hasta la saciedad en numerosos li-bros, pero ninguno traducido al inglés. En el conocimiento delas fuerzas que produjeron la intervención, sin embargo, pocose ha avanzado.

Este análisis se torna importante, por varias razones que lamisma Susanne Jonas sugiere:

En primer lugar, puede permitirnos superar la idea simplistao suposición de que toda esa intervención fue una maniobraexclusivamente de la United Fruit que no era de ninguna ma-nera el único “interés especial”; en segundo lugar, este análisisde las fuerzas detrás de la “liberación” es importante paracomprender no sólo la liberación misma sino también la na-

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turaleza específica de los intereses de la intervención de Esta-dos Unidos en Guatemala desde 1954, y en tercer lugar, esteanálisis puede proporcionar indicios acerca de cómo encuadraen el contexto más amplio de la estrategia estadounidense paraAmérica Latina y para la guerra fría en general.

La operación Guatemala se convirtió en un modelo paraotras intervenciones —un buen ejemplo—, verbigracia, la in-vasión de bahía Cochinos contra Cuba, en la cual la propiaGuatemala jugó un papel importante.

Por último, los intereses estadounidenses perciben una “ame-naza en Guatemala”. El fin de la Segunda Guerra Mundialtrajo cambios tanto en Estados Unidos como en Guatemala,cambios que inevitablemente llevarían a los gobiernos a entraren conflicto entre sí. Durante la era de posguerra, EstadosUnidos consolidó su hegemonía sobre el mundo capitalista yse enfrentó con el mundo comunista. Las corporaciones nor-teamericanas privadas iniciaron una expansión sin precedentesen el extranjero, expansión que obligó al gobierno de EstadosUnidos a jugar un papel más activo, en especial mediante laayuda económico-militar para estimular y proteger estas inver-siones y mantener un “clima favorable” para las inversionesen América Latina.

A pesar de la naturaleza claramente capitalista de la revo-lución guatemalteca, los intereses estadounidenses llegaron aconsiderar cada vez una amenaza; entre las razones: que larevolución emprendió la tarea de regular, y más adelante ex-propiar (con indemnización) algunas propiedades norteameri-canas; les preocupó la alianza con sectores de la clase obreray campesina, y —para empeorar las cosas— se daba en unmomento en que Estados Unidos estaba en lo más acentuadode la paranoia macartista de la guerra fría y en que los inte-reses privados se estaban expandiendo rápidamente en el ex-tranjero; por consiguiente, eran muy susceptibles acerca decualquier amenaza de expropiación.

Otras claves para comprender la invasión, consisten en sabercuáles fueron las formas que asumió la intervención: la pri-mera, una serie de incidentes en Guatemala; la segunda, lasuspensión de la ayuda para el país; la tercera, una campaña

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de presión y propaganda antirrevolucionaria en la prensa y elCongreso estadounidense y, finalmente, una serie de manio-bras por parte del gobierno de Estados Unidos que condujeronfinalmente a la “liberación” en junio de 1954.141

En términos generales, es de hacer notar que desde los añoscincuenta, las administraciones de Estados Unidos han adop-tado, con ligeras variaciones, esencialmente la misma posturahacia Guatemala:

[...] ha determinado que Guatemala no tuviera la posibilidad detener un gobierno independiente sensible a las necesidades de supropio pueblo que, en un sentido muy hondo, Guatemala no fuerauna nación soberana. Esta era la realidad fundamental de la deci-sión (que fue respaldada por todos los sectores de la clase impe-rante de Estados Unidos) de intervenir directamente y militarmenteen 1954 contra Arbenz. Es importante recordar que fue la primeraintervención importante en América Latina después de la SegundaGuerra Mundial y la primera aplicación en el hemisferio de laDoctrina Truman (desarrollada para justificar la intervención deEstados Unidos en Grecia en 1947), y el toque de prueba y modelopara esa política en América Latina.142

Lamentablemente en la actualidad eso tampoco se modificapese a los cambios en el escenario mundial con respecto a loque fue el bloque socialista. En 1994 se repite la historia enHaití.

Guatemala es el país más importante de Centroamérica, deeconomía fuerte, con una posición geográfica localizada críti-camente en sentido estratégico y con la participación de lossectores populares y la población indígena organizada y deun movimiento armado beligerante y de un proceso de pazque tarda en llegar.

En el escenario nacional, y no obstante la represión desatadaen 1954, la resistencia se organizó pronto. El Partido Comu-nista del Trabajo se reorganiza clandestinamente, y para 1955

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141 Jonas, Susanne, Análisis geopolítico e internacional con respecto a Guatemala,Madrid, Tribunal Permanente de los Pueblos, sesión sobre Guatemala, 27-31de enero de 1983, mimeo.

142 Loc. cit.

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se da una respuesta del movimiento popular con las accionesde la Asociación de Estudiantes Universitarios correspondientea la única Universidad en ese momento: San Carlos de Gua-temala (AEU), la Federación Autónoma Sindical (FASGUA), elperiódico El Estudiante (Universidad de San Carlos) y el Comitépor el Regreso de Exiliados.

En la noche del 26 de julio de 1957, el golpista Carlos Cas-tillo Armas fue asesinado y se responsabilizó del magnicidioa un guardia de la seguridad del mandatario. El Congresopromulgó un decreto, llamando al desempeño al licenciadoLuis Arturo González López. Éste, el 24 de octubre, fue derri-bado del poder por una junta militar que se apresuró a anularlas elecciones presidenciales celebradas el 20 de dicho mes, yse designó al coronel Guillermo Flores Avendaño para enca-bezar el gobierno. El 19 de enero de 1958 se celebraron nuevaselecciones y el Congreso proclamó al general Miguel IdígorasFuentes (12 de febrero).

Durante su período, en el ámbito internacional (enero de1959), se dio el problema de los barcos camaroneros mexicanosque operaban en aguas jurisdiccionales de Guatemala y fueronametrallados por la fuerza aérea, dándose un conflicto inter-nacional que se resolvió el 15 de septiembre del mismo año,suscribiendo ambos países un acuerdo para impedir en lo su-cesivo las actividades pesqueras clandestinas.

En 1960, las relaciones con Cuba se interrumpieron debidoa las acusaciones de ambos gobiernos en inmiscuirse en asun-tos internos de la otra. Sin embargo, es un hecho sabido elapoyo del gobierno de Idígoras a la invasión de bahía Cochi-nos y el entrenamiento militar en territorio guatemalteco delos invasores. El 24 de julio de 1964 las relaciones diplomáticascon el Reino Unido quedaron rotas al conceder este país laautonomía de Belice, territorio reivindicado por Guatemala ydisputa utilizada durante el régimen idigorista para distraer ala opinión pública internacional del grado de despotismo ycorrupción de su gobierno.

En lo interno, el 13 de noviembre de 1960 tuvo lugar elfracasado intento de sublevación de los jóvenes oficiales, delos sargentos y de la policía militar de la ciudad de Guatemala.

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Los rebeldes no recibieron el apoyo de las otras zonas militaresdel país implicadas en la rebelión, abandonaron la ciudad yse concentraron en la guarnición oriental de país ubicada enla ciudad de Zacapa y fueron finalmente derrotados. Aquí sur-gen las figuras de Luis Trejo Esquivel (quien después seríauno de los jefes del Movimiento 13 de Noviembre y más tardeguerrillero de las fuerzas armadas rebeldes en las que combatióhasta su muerte). Entre los oficiales insurrectos estuvieron Ale-jandro de León, Marco Antonio Yon Sosa, Luis Turcios, LuisTrejo, Augusto Loarca, Rodolfo Chacón, Julio Bolaños que, des-pués de haber huido a El Salvador y Honduras, regresaronclandestinamente y fundaron el Movimiento MR 13 aliándosemás adelante con el Partido Comunista Guatemalteco (PGT).En 1962 se produjo la rebelión popular contra el gobierno delgeneral Idígoras, que provocó una crisis política que duró dosmeses. Esta insurrección vio la aparición de todas las formasde lucha: manifestaciones, huelga general, destrucción de ca-miones, sabotajes, zonas liberadas en la capital, y también losfracasados intentos guerrilleros del Testamento 20 de Octubrey del grupo guerrillero introducido desde México, que fueronorganizados por el PGT (Partido Comunista).

En diciembre de 1962, por iniciativa de Yon Sosa, TurciosLima y Trejo, las tres figuras principales del MR 13, se cons-tituyeron las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), organizacióncreada por la unidad del MR 13, el PGT y el Movimiento 12de Abril, surgidos en los días de la rebelión de marzo y abril.Se crearon tres frentes guerrilleros: Yon Sosa, con el grado decomandante, jefe de la zona uno, correspondiente a Izabal; enla dirección de la zona dos, que se extendía entre los depar-tamentos de Zacapa y Chiquimula, quedó Trejo. Turcios Lima,también con el grado de comandante y como segundo coman-dante general, fue nombrado jefe de la zona tres situada enla sierra de las Minas.143

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143 Sobre el movimiento guerrillero, consultar: Aguilera Peralta, Gabriel,“El Estado, la lucha de clases y la violencia en Guatemala”, Revista Mexicanade Sociología, México, año XLII, vol. XLII, núm. 2, abril-junio de 1980; de De-bray, Regis y Sergio Ramírez, Las pruebas de fuego, México, Siglo XXI, 1975;

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Nuevamente recordemos que Turcios Lima había participa-do con Yon Sosa en el levantamiento del 13 de noviembre,pero más adelante tuvieron divergencias; Yon Sosa siguió unaorientación trotskista y Turcios Lima organizó las FAR, conuna línea más estrictamente leninista. Las FAR se alinearoncon el Partido Comunista, pero posteriormente rompieron esevínculo.

Por su parte, Estados Unidos, para combatir la insurrección,desde 1962 creó una base de entrenamiento secreta de con-trainsurgencia mandada por fuerzas especiales,144 y el ejércitoguatemalteco respondió a estos primeros signos de agitacióncon el golpe de 1963, dado por el coronel Enrique PeraltaAzurdia, además, para evitar la victoria electoral del reformistaex presidente de Guatemala Juan José Arévalo e impuso unestado de sitio, reprimió los movimientos de oposición legal,creó la figura de los denominados “comisionados militares”en los distritos rurales y aun urbanos en el interior del paíspara identificar y eliminar a los contrainsurgentes, y establecióun régimen militar.

El coronel Enrique Peralta Azurdia, en representación delejército, centralizó los poderes en su persona y se convirtió enel dictador de turno y adoptó el nombre de “operación ho-nestidad” como tema de su administración.

La Constitución de 1956 fue reemplazada provisionalmentepor una “carta fundamental de gobierno” y derogada por elmismo hecho del golpe de Estado.

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Corro, Alejandro del, Guatemala, la violencia, México, CIDOC, 1968; Fernández,Orlando, et al., Turcios Lima. La Habana tricontinental, Cuba, Casa del Libro,1970; García, Luis, Alzamiento armado del 13 de noviembre de 1980, Guatemala,Tipografía Nacional, 1972; Gilly, Adolfo, “Programa y partido en Guatemala”,Revista Coyoacán, México, junio, 1978; Gutiérrez, Luisa y Esteban Ríos, “Elmovimiento armado en Guatemala”, Cuadernos Políticos, México, ERA, julio-sep-tiembre, 1981; Palma Lau, Edgar, Guatemala, sociedad y violencia, Guatemala,tesis, Facultad de Derecho USAC, 1967; Pérez Ruiz, Miguel, “Guatemala: unpaís que se construye en la guerra”, Le Monde Diplomatique, México, 1979.

144 García Laguardia, op. cit., pp. 35-41.

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Dos días después se promulgó la “Ley para la defensa delas instituciones democráticas” que reflejaron los primeros díasturbulentos del castilloarmismo.

El citado decreto sancionaba con dos años de prisión comocastigo por la distribución de “literatura comunista”, cincoaños por la fabricación de explosivos, diez años por perteneceral Partido Comunista y quince años por terrorismo. La apli-cación del aludido decreto por supuesto que fue arbitraria, yse utilizaba el término de “comunista” para toda aquel quelevantara la voz contra la dictadura militar.

La Constitución entró en vigor el 6 de mayo de 1966 yaprobada por todos los diputados menos uno, cuya objeciónno era el hecho de que se hubiera excluido toda mención dejusticia social, o sea que se renunciara expresamente a los prin-cipios del constitucionalismo social proclamados en la Consti-tución de 1945.

Una caracterización somera de la nueva Constitución nos lada nuevamente el historiador constitucional García Laguardia,quien advierte:

l. En el aspecto económico su defensa del liberalismo esabsoluta. No reconoce el concepto de función social dela propiedad, y todo el capítulo sobre “Régimen eco-nómico y social” está orientado por la declaraciónexpresa de que el Estado debe apoyar y estimular lalibertad de empresa. Limita el intervencionismo de Estadoy los proyectos de transformación agraria los sujeta amuchas limitaciones, punto clave en un país esencial-mente agrícola, así como los procedimientos de expro-piación. Legaliza derechos de particulares sobre bienesnacionales y facilita el régimen de concesiones a inver-siones extranjeras.

2. En lo político recoge sustanciales modificaciones. Termi-na definitivamente con la tradición laica, fijando un ré-gimen especial para la Iglesia católica, a la que se leordena extender títulos de propiedad, autoriza a los sa-cerdotes a celebrar matrimonios civiles, y amplía la pro-

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tección para la enseñanza privada religiosa, debiendoagregar en esta línea la mejora legal del régimen de lasuniversidades particulares. Crea la vicepresidencia paragarantizar la sucesión anormal. Unifica mandatos pa-ra impedir elecciones intermedias y reduce el períodopresidencial a cuatro años, manteniendo el principio deno reelección. Integra como novedad en la estructurade gobierno, un Consejo de Estado con funciones legis-lativas y representación funcional, en la que se encuentraclara influencia de la Constitución portuguesa de 1933.Y profundiza en la oficialización de la línea anticomu-nista, lo que se ve subrayado en el régimen de partidosa través de una actitud maximalista en el sentido de untratamiento cuidadoso y extensivo del régimen partida-rio que en gran medida se orienta a su control por partedel poder público.

García Laguardia sostiene que se trata de una Constituciónmuy desarrollada —282 artículos— que profundiza la tenden-cia anticomunista del régimen; aunque los miembros de la co-misión redactora afirman haber puesto su atención en la estruc-tura de gobierno en donde se encuentran sensibles modifi-caciones en todo el aparato. Sin embargo, muchas decisionesaudaces del proyecto se vieron tamizadas en el pleno, quetrabajó en un ambiente de gran tensión.

La Constitución de 1956 no cumplió su mayoría de edadporque al llegar el régimen militar constitucional a límites in-creíbles e insostenibles, de fraudes electorales, corrupción yviolación al régimen de legalidad, el golpe de Estado de marzode 1982 al derrotar al general Romeo Lucas, se apresuró aderogarla, con lo que se abrió de nuevo un período erráticode “primigeneidad constitucional”.

Naturalmente, dado que las condiciones sociales se agrava-ron durante los años sesenta y la política dominante fue dic-tada bajo los cánones de una dictadura militar, no fue raroque el incipiente movimiento guerrillero de los años sesentacreciera y que para 1966-1968 fuera suficiente para necesitar

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una ofensiva contrainsurgente importante patrocinada por Es-tados Unidos utilizando la tecnología ensayada en Vietnam.

Para Sussane Jonas, fue durante esta primera seria confron-tación armada donde podemos ver los principios del Estadocontrainsurgente. Tal Estado es, descifrado por Ruy Mauro Ma-rini:

Como una forma particular de gobierno contrarrevolucionario, ba-sado en una doctrina contrainsurgente que establece la línea deconfrontación con movimientos revolucionarios a tres niveles: ani-quilación, ganándose bases sociales e institucionalización [...] Lacontrainsurgencia ve al adversario como el enemigo que no sólodebe ser vencido, sino también aniquilado, destruido. Esto implicaenfocar la lucha de clases como guerra, y da lugar a la adopciónde tácticas y métodos militares de lucha [...] Su característica ge-neral es recurrir a un estado de terrorismo por parte de la fracciónvictoriosa con el fin de vencer o a sus fracciones rivales, así comomuy esencialmente a la clase obrera.

Así, el Estado de contrainsurgencia, en ese concepto, es ”elEstado corporativo del monopolio burgués y las fuerzas arma-das, independiente de cualquier norma que pueda adoptar elestado, o sea, independiente del régimen político reinante”.145

Esta práctica de lucha militar en Guatemala implicó la for-mación, imposición e institucionalización del Estado contrain-surgente como mecanismo para controlar a la población, y elpapel de Estados Unidos al crear dicho Estado.

Veamos una explicación gráfica del asunto.El golpe militar de 1962 provocó una ampliación en la es-

tructura del poder político para darle cabida al ejército comoinstitución, que a partir de esa fecha se inserta orgánicamenteal interior del aparato estatal, haciéndose cargo de controlary dirigir políticamente todas las instancias gubernamentales:ministerios, direcciones generales, instituciones descentrali-zadas, gobernaciones departamentales, lo que la Unidad Re-volucionaria Guatemalteca ha denominado “militarización delEstado” que, afirman, surge para combatir el descontento so-

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145 Marini, Ruy Mauro, “La cuestión del Estado en la lucha de clases enAmérica Latina”, Marxismo contemporáneo, Estados Unidos, ISLEC, primaverade 1980, pp. 2-3; Jonas, Sussane, op. cit.

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cial generado por la situación de los reclamos frente a la si-tuación de miseria y opresión y que dio lugar a una de lasmás duras campañas de represión contra el pueblo de la quese tenga noticia en América Latina.

Aunque militarmente el régimen de Peralta impuso un es-tado de sitio, y reprimió los movimientos de oposición legaly estableció a los “comisionados militares”, no pudo, en ge-neral, contener el movimiento armado revolucionario. El go-bierno norteamericano vio en Peralta un contrainsurgente ine-ficaz y reacio a escuchar los consejos norteamericanos. Así,mediante el acceso al poder del supuesto “reformista” MéndezMontenegro en 1966, el ejército emprendió su primera impor-tante ofensiva contrainsurgente, esta vez bajo la dirección deEstados Unidos. El número de asesores militares de EstadosUnidos a las fuerzas armadas locales fue el más alto de Amé-rica Latina; así, Guatemala se convirtió en un laboratorio parala contrainsurgencia en América Latina y se “trasladó la tec-nología” desde Vietnam.146

Recuérdese también que durante este período se dio el de-sarrollo de los grupos paramilitares y se renovó el sistemapoliciaco guatemalteco, contando también con la asesoría nor-teamericana.147

Después del golpe, mediante comicios electorales controla-dos por el ejército, se dan los gobiernos del civil Julio CésarMéndez Montenegro (1966-1970), quien fue más cooperador ymenos receloso de la intervención de Estados Unidos y apro-vechó el cambio de parecer para establecer un programa ma-sivo de contrainsurgencia. El modelo se ha tomado directa-mente de Vietnam (un buen número de los asesores fueron

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146 Jonas, Sussane, op. cit.147 Sobre el funcionamiento de lo que se ha denominado “Estado contrain-

surgente” son extraordinarios los siguientes trabajos: Torres Rivas, Edelberto,Crisis del poder en Centroamérica, Costa Rica, EDUCA, 1981; Aguilera Peralta,Gabriel et al., Dialéctica del terror en Guatemala, Costa Rica, EDUCA, 1981;Ejército Guerrillero de los Pobres, “Declaración internacional”, Marxismo con-temporáneo, Estados Unidos, ISLEC, primavera de 1980; Centro de Investigacióny Documentación Centroamericana, Violencia y contraviolencia. Desarrollo histó-rico de la violencia institucional en Guatemala, Guatemala, USAC, 1980.

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puertorriqueños y cubanos con experiencia en Vietnam). Loanterior significó ocupar militarmente Guatemala. En sentidoestricto se ha señalado que si bien la campaña de contrain-surgencia se inició a principios de los años sesenta, no fueaplicada masivamente sino hasta después que Méndez Mon-tenegro asumió la presidencia en 1966, previo el pacto suscritopor el Partido Revolucionario que lo llevó al poder (PR) y elejército, cuya versión la publicó el vicepresidente, licenciadoClemente Marroquín Rojas, en su periódico La Hora, los días26 y 27 de noviembre de 1973, en la ciudad de Guatemala,mediante el cual el ejército le entregó el poder y en dondeaceptó que continuaría la lucha contra los grupos que pertur-baban la paz y la seguridad nacionales, y que el ejército man-tendría su autonomía plena en su integración, organización yadministración.

Anteriormente, tanto el general Miguel Idígoras Fuentescomo el coronel Enrique Peralta Azurdia no fueron, a juiciode Estados Unidos, lo suficientemente colaboradores. El mo-delo de la “Alianza para el Progreso” fue sustituido por elmodelo de la guerra como política, iniciada con Méndez einstitucionalizada con su sucesor, el coronel Carlos ManuelArana Osorio (1970-1974) conocido con el mote del “carnicerode Zacapa”, artífice de la derrota de la primera guerrilla yjefe de la campaña contrainsurgente de 1966-1968, que asumióel cargo además bajo la consigna de que “los militares noqueremos ser instrumentos de la iniciativa privada, sino sussocios”; con el ejército directamente en el poder y bajo la cu-bierta de un prolongado estado de asedio, las patrullas de lamuerte de la derecha se vieron con manos libres para, virtual-mente, eliminar las fuerzas de oposición. A lo largo de sugobierno los dirigentes de los partidos de oposición, profeso-res, estudiantes activistas que hablaban claramente, fueron ase-sinados en pleno día; el comité central del Partido Comunistafue secuestrado y “desapareció”, y se dice que lanzaron suscadáveres al Pacífico. Las patrullas de la muerte fueron orga-nizadas bajo el patrocinio y aprobación del gobierno y delejército, contando con asesoría norteamericana para combatira la guerrilla y al movimiento popular guatemalteco; dentro

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de esta ola de terror fueron asesinados los abogados Julio Ca-mey Herrera y Adolfo Mijangos López, y herido Alfonso BauerPaiz quienes venían trabajando un dictamen del contrato ce-lebrado por el gobierno guatemalteco y la compañía explota-dora del níquel, la EXMIBAL.148 Durante este gobierno se llevóa cabo el enriquecimiento de una cúpula política castrense queno contaba que el país entraba en una fase de profunda trans-formación interna.

El presidente Kjell Eugenio Laugerud García (1974-1978) re-currió habitualmente al estado de sitio para combatir a la gue-rrilla; durante su gobierno, el 4 de febrero de 1976, un violentoterremoto afectó a todo el país, con especial incidencia en lacapital; el sismo ocasionó más de 20,000 muertos y 62,000 he-ridos y dejó sin hogar a 10,500 personas. Entre 1972 y 1978la represión fue orientada al medio urbano, en donde se pro-siguió con la misma política de asesinatos políticos.

Luego tenemos la figura de Lucas García (1978-1982), queobtiene la presidencia con un 65% de abstención e inicia sugobierno con un aparente proceso de apertura política en quefueron legalizados nuevos partidos, pero la actividad de lasbandas militares ultraderechistas mantuvieron al país en unapermanente situación de violencia y se dio una brutal escaladade terror gubernamental en contra de los líderes sindicales,obreros y estudiantiles. Entre los mártires universitarios figu-raron Oliverio Castañeda, Antonio Ciani y Ricardo MartínezSolórzano, miembros de la Asociación de Estudiantes Univer-sitarios de la Universidad de San Carlos; a dirigentes intelec-tuales como Manuel Andrade Roca y dirigentes de la oposición

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148 La International Nickel Company es la más grande inversión individualforánea en Centroamérica. El sulfuro de níquel se extrae generalmente de laparte más profunda de la tierra, mientras que los minerales latéricos extraídosde Guatemala e Indonesia son explotados a cielo abierto. Guatemala tienereservas comprobadas de petróleo y níquel, ambos productos de utilidad parael funcionamiento de la industria y el aparato bélico norteamericano. Algunosconsideran que el país tenía una importancia significativa después de Vene-zuela y México. EXMIBAL contra Guatemala, Guatemala, USAC, mimeo., 1978;Latin American Working Group, “EXMIBAL en Guatemala”, Política y Sociedad,Guatemala, USAC, julio-diciembre, 1979.

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moderada como Alberto Fuentes Mohr (diputado al Congreso)y Manuel Colón Argueta (ex alcalde de la ciudad de Guate-mala). Durante ese gobierno en pocas semanas fueron asesi-nados más de 50 profesores universitarios y centenares de lí-deres obreros y estudiantes y se desató una persecución encontra de los sectores religiosos democráticos. En el campo secomenzó de manera planificada y sistemática la campaña deexterminio masivo de población campesina, especialmente in-dígena, habiéndose producido innumerables matanzas por elejército. El 29 de mayo de 1978 se da la matanza de Panzós,en donde más de cien kekchies son masacrados por el ejércitoante la protesta de haberse repartido entre los oficiales deturno sus tierras; en enero de 1980 la represión alcanzó nivelesinauditos, y pese a la oposición expresa del embajador y encontra de la inviolabilidad territorial que concede el derechointernacional, la policía incendió la embajada de España, don-de un grupo de campesinos quichés y estudiantes habían ocu-pado el edificio para dar a conocer la represión que en esosmomentos realizaba el ejército en el departamento del Quiché.Treinta y nueve personas murieron incineradas; no obstante,el embajador Máximo Cajal y López milagrosamente salvó suvida junto con el campesino Gregorio Xujá Xoná, quien pos-teriormente fue secuestrado del hospital en donde estaba sien-do atendido, y fue torturado salvajemente y abandonado sucadáver frente al edificio de la Rectoría de la Universidad deSan Carlos.

Sin embargo, también es importante consignar las respuestasfrente a la represión durante este gobierno: en febrero de 1979se constituye el Frente Democrático contra la Represión (FDR)y se intensificaron las luchas populares; en octubre de 1978se dio la huelga general por el alza del precio del transporteurbano; en 1979 aparece una nueva organización guerrillera:la Organización del Pueblo en Armas (ORPA); en 1980 se cons-tituye el Frente Popular 31 de enero (FP31); en 1982 el EjércitoGuerrillero de los Pobres (EGP), Fuerzas Armadas Rebeldes(FAR), Organización del Pueblo en Armas (ORPA), PartidoGuatemalteco del Trabajo (PGT), se unifican en la Unidad Re-

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volucionaria Guatemalteca (URNG), y en febrero de 1982 seconstituye el Comité de Unidad Patriótica (CUP).149

El movimiento guerrillero se rearticula, y dos de sus nuevasexpresiones, el Ejército Guerrillero de los Pobres EGP y laOrganización Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA)coincidieron en señalar como uno de sus objetivos fundamen-tales “la incorporación de los indígenas a la guerra popular[...] “Por ello, los primeros se instalarán en el Ixcan y territorioIxil (norte del Quiché), y los segundos a lo largo de la cadenavolcánica y bocacosta, de San Marcos a Escuintla. Para com-prender los fines de estas nuevas organizaciones político-mili-tares en Guatemala, veamos sus planteamientos:

Esta situación provocó una crisis aguda entre los sectoresdominantes en 1982, cuando se llevaron a cabo “elecciones” yse produjo el nuevo esperado “fraude”, dando pretexto asípara que se efectuara la asonada palaciega que declaró nulala justa electoral y llevó al poder precisamente al general quehabía sido desplazado por sus colegas en 1974: Efraín RíosMontt. El golpe de marzo de 1982, que llevó al poder al ge-neral Ríos Montt, fue dado por jóvenes oficiales, y a partir deese momento se reformula la estrategia militar y se da inicioa la “operación ceniza” sobre la población rural y sobre todala indígena. Esta estrategia de tierra arrasada cobra los costosya vistos; permitirá atraerse a las capas medias urbanas, asus-tadas ante la violencia imperante y la posibilidad de un triun-fo de la insurgencia, ya unificada en la Unidad Revolucionariade Guatemala (URNG).

El gobierno de Ríos Montt continuó e incrementó violenta-mente las prácticas genocidas y terroristas que venía desarro-llando su antecesor y motivó con más fuerza el éxodo de losrefugiados a México y refugiados internos. De esa cuenta, elgolpe puede estimarse que fue un “mero arreglo de cuentas”entre grupos rivales de la cúpula castrense, a la vez un intentode los grupos oligárquicos y de los asesores norteamericanos

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149 Véase Harnecker, Martha, “Guatemala”, Le Monde Diplomatique, México,año 4, núms. 45, 46, 47 y 48, septiembre-diciembre, 1982; URNG, Proclamaunitaria, México, núm. 5, abril, 1982.

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para darle mayor coherencia al “proyecto contrainsurgente”.Para Pérez Brignoli, el cambio de la escena política tiene escasosignificado: la pertenencia del general a un grupo fundamen-talista protestante lo enfrentó rápidamente a la jerarquía de laIglesia católica, mientras que su reticencia a convocar a elec-ciones le atrajo la desconfianza del Departamento de Estado;por otra parte, su constante referencia a las aldeas estratégicasy sus imprecaciones contra la corrupción, aunque nunca pa-saron más allá del discurso, no dejaron de atemorizar a lospropios terratenientes y al sector más antiguo de los propiosmilitares envueltos en la represión.150

Tras esta etapa denominada “Victoria 82”, comenzará la de”Firmeza 83”, pero la misma institución armada deberá darotro golpe en agosto de ese año para sustituir al mesiánicoRíos Montt por su ministro de la Defensa, el general MejíaVíctores. Éste será el encargado de llevar a cabo la segundaparte de la estrategia militar: una vez alejado el peligro de latoma del poder por la guerrilla, éste será entregado a un civil,y el ejército se retira formalmente de él.

Así da inicio la fase “Reencuentro Institucional 84” cuyoacto más marcado será la convocatoria a elecciones en juliopara la Asamblea Nacional Constituyente. En éstas quedaráclara la opción de la población contra la derecha tradicionaly el ejército, al ser el partido más votado la Democracia Cris-tiana, único partido histórico que no había participado en elgobierno, y la Unión del Centro Nacional (UCN), partido nue-vo de tendencia centrista. La Constitución que se redactará,para sustituir a la de 1965, pretende dar el marco de estanueva democracia, con sus limitaciones y logros. Asimismo,se plantea un régimen presidencialista, con un parlamento uni-cameral, y se legalizan las patrullas de autodefensa civil, dán-dole respaldo institucional a una de las claves de la militari-zación rural.

En 1985 se inicia el Programa “Estabilidad Nacional”, queestará marcado por las primeras elecciones para un presidente

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150 Pérez Brignoli, Héctor, Breve historia de Centroamérica, México, Alianza,1989, p. 180.

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civil en 20 años, con discursos populistas, basados en que laconcertación social debe sustituir a la lucha de clases, en elque se pagará la “deuda social” contraída con el pueblo, y sefomentará la participación de las masas a través de las orga-nizaciones populares, la Democracia Cristiana saldrá triunfa-dora. En la segunda vuelta, Vinicio Cerezo, su candidato, ob-tiene el 68.3% de los votos válidos y por primera vez en 30años se revierte la tendencia de aumento de la abstención.Cuatro días antes de entregar el poder, los militares emiten eldecreto-ley 8/86, por el que “se concede amnistía general atoda persona responsable o sindicada de haber cometido deli-tos políticos o comunes conexos durante el período compren-dido entre el 23 de marzo de 1982 y el 13 de enero de 1986”.

Al momento de asumir el poder Vinicio Cerezo, de acuerdocon analistas, parecía encontrarse en óptimas condiciones paraentablar las reformas anunciadas, dado el apoyo popular, elrespaldo de una parte de la oligarquía y la legitimidad inter-nacional. Pero también se encontraba atado al plan contrain-surgente del ejército que lo había colocado en la Presidencia,y con la clara oposición de la oligarquía más intransigente acambiar el modelo. Fue esta tendencia la que prevaleció, ydesde el inicio, este gobierno mostrará su escasa capacidad demaniobra.

En la arena internacional recuérdese que el gobierno de Vi-nicio Cerezo cosecha al principio triunfos: la convocatoria dela reunión de Esquipulas donde acudirán los jefes de Estadocentroamericanos, para buscar una solución a los problemaspropios de Centroamérica. Ello le valdrá una apertura de lasarcas internacionales y la llegada de crédito y ayudas cerradoshasta ahora. En agosto de 1987 logra afianzar ese éxito conEsquipulas II, donde se firma un plan de paz para Centroa-mérica, que será el eje del desarrollo de las posteriores ins-tancias del diálogo, sobre todo la Comisión Nacional de Re-conciliación.

Pero la población indígena no obtuvo apoyo sustancial, enla medida en que los democratacristianos se negaron a intro-ducir reformas en el régimen de la tenencia de la tierra y enla estructura tributaria, que privilegia los impuestos indirectos.

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Implementaron una política de libertad de precios y congela-ción salarial y pese las supuestas “inversiones” para amortizarla ”deuda social”, las condiciones de vida de la mayoría delos guatemaltecos experimentaron un nuevo deterioro.

Un registro de las demandas de los sindicatos, organismoshumanitarios, campesinos, estudiantes, y sectores populares ex-presaron la desconfianza e incluso el repudio popular haciaun gobierno falto de voluntad política para encarar los pro-blemas nacionales.

Por ahora, a nivel de organizaciones políticas guatemaltecasun análisis del período de estudio es posible en la interpreta-ción de la Unidad Revolucionaria Guatemalteca, que podría-mos resumir en los siguientes puntos:

l. Que la alianza entre los factores de poder en Guatemalacomenzó a fracturarse seriamente a finales de la décadade los años setenta. Los más fuertes empresarios repro-chaban a los militares su escasa eficacia en el combatecontra el movimiento revolucionario armado, mientraslos militares demandaban a los empresarios aumentarsu regateado aporte en ese combate.

2. En 1977, el presidente Carter suspendió la ayuda militarestadounidense a Guatemala, debido a la sistemática vio-lación de los derechos humanos por parte del ejército.Y, ya en la década de los ochenta, los propósitos de laadministración Reagan, de reanudar masivamente esaayuda, chocaron siempre con la oposición del Congreso,que condicionaba la reanudación de la ayuda al estable-cimiento de un gobierno civil y la vigencia de los de-rechos humanos.

3. Luego de más de 20 años de ejercer el poder, en elrégimen militar guatemalteco se arrastraba una profun-da descomposición interna. Había llevado al país a lapeor crisis de la época moderna; no sólo había podidoneutralizar la acción del movimiento revolucionario; te-nía en su haber el más atroz balance represivo que se

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registra y se hallaba sumido en el aislamiento interna-cional.

4. Para 1984, luego de 30 años de ejercer el poder, el ejér-cito no había fracasado en su intento por derrotar almovimiento revolucionario, sino también como institu-ción gobernante, habiendo aprovechado una notableagudización de la crisis económica y social. La institu-ción armada ya no podía continuar su programa de con-trainsurgencia desde las posiciones de gobierno. Era pre-ciso realizar cambios formales en el espectro político delpaís. Fue de esta forma como el ejército, con el intere-sado beneplácito de Washington, anunció una aperturademocrática y convocó a elecciones en 1984. En ese añose realizaban las elecciones a constituyentes, y en 1985las elecciones generales.

5. Los procesos de “democratización” y de “apertura de-mocrática” han sido utilizados frecuentemente en la his-toria moderna de Guatemala como elemento únicamentepropagandístico, sin relación alguna con la realidad. Lanueva “apertura democrática” no era la excepción. Setrataba de un proyecto destinado a resolver la crisis depoder, que había llegado a extremos peligrosos. Se pre-tendía realinear a los factores del poder y aniquilar elmovimiento revolucionario; y, de esa manera, consolidarun nuevo régimen para muchos años.

6. Sin renunciar al poder político y al control de los as-pectos estratégicos de la vida económica y social, el ejér-cito ofreció compartir algunas esferas del poder conalgún sector político nuevo. El establecimiento de ungobierno surgido de una elección debería producir, se-gún las previsiones de los autores del proceso, el aisla-miento político del movimiento revolucionario armado;pensaban quitarles sus banderas de lucha, desarmarlopolíticamente y restarle apoyo popular, para, en un se-gundo momento, golpearlo militarmente y aniquilarlo.

7. Esta nueva estrategia llevó al poder a la opción demo-cristiana que ofrecía notables ventajas para ser el partidoque encabezara un gobierno civil dentro de la estrategia

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de los militares guatemaltecos y de la administraciónReagan. La Democracia Cristiana, fundada 30 años atrás,no había hecho gobierno, pese a que se asegura quetriunfó al menos en las elecciones presidenciales de 1974y 1978, triunfos que le fueron arrebatados para ser ad-judicados a los candidatos del alto mando militar.

8. En enero de 1986, los demócratas cristianos guatemalte-cos asumieron el gobierno en un país militarizado: desde1982 a la fecha el ejército viene acelerando la militari-zación de la sociedad por medio de las patrullas deautodefensa civil y aldeas modelo o polos de desarrollo.Por su parte, la guerrilla no atacó ni aceptó el combatecon las patrullas, y éstas quedaron reducidas a ser unmecanismo de control sobre la población civil, no siem-pre eficaz. Los patrulleros también realizan trabajos parafortalecer la infraestructura militar, tales como construc-ciones, caminos de penetración o talado de bosques, locual agravó considerablemente la opresión y penuria dela población campesina.

9. En este orden de ideas, es comprensible que en abril de1987 el general Héctor Gramajo Morales, ministro de laDefensa, declarara: “Nosotros los militares patrocinamosesta nueva etapa de la transición democrática en Gua-temala“. Es decir, que la ”apertura democrática” se ins-cribía en una concepción contrainsurgente global, queabarcaba los siguientes aspectos: políticos (internos y ex-ternos), diplomáticos, sociales y, por supuesto, militares.

10. El 31 de mayo de 1985 fue entregada la nueva consti-tución y para concluir su trabajo, la asamblea constitu-yente aprobó un artículo que convalida todos los actosde los gobiernos de facto de los generales Ríos Montt yMejía Víctores (1982-86). No se escucharon las denunciasen el sentido de que el nuevo texto constitucional dis-minuye conquistas laborales y sociales reconocidas des-de 1944.151

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151 URNG, Cuatro años de gobierno democristiano, Guatemala, enero, 1990.

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Para concluir esta apretada síntesis, estimo conveniente ha-cer alusión a dos ejes centrales de la problemática social gua-temalteca: la cuestión agraria y la cuestión laboral, como an-tecedentes obligados antes de hacer referencia a la constituciónde 1986 y a la regulación constitucional de los derechos delos pueblos indios.

III. CUERPO TORTURADO Y TIERRA ALTERADA EN GUATEMALA

Es indudable que la destrucción cultural del mundo mayaguatemalteco se inicia con el despojo de su tierra desde lainvasión española, y se agudiza en el siglo XIX; un intentopor resolver la situación fue el Programa de la Reforma Agra-ria de Arbenz, aspectos a los cuales ya hemos hecho referenciaen otros apartados del trabajo, pero aún continuamos con unaestructura agraria oligárquica consolidada desde 1871.

La lucha del movimiento campesino e indígena es más no-toria a partir de 1959, después del castilloarmismo, y podría-mos afirmar que se liga con el pensamiento cristiano en suopción por los pobres; tal es el caso, por ejemplo, de los sec-tores de la denominada Iglesia Guatemalteca en el Exilio(IGE). La Iglesia viene haciendo cambios desde la convocatoriadel Concilio Vaticano II en 1959, luego la Reunión EpiscopalLatinoamericana, CELAM, en Medellín en 1968. Estas accionesse reflejan también en Guatemala, en donde aparece la con-cepción de un Iglesia popular ligada a los sectores económi-camente débiles y explotados, situación que viene desde 1960.Las posiciones conservadoras y tradicionales de la jerarquía(representadas desde el obispo Rosell y Arellano, y luego porel cardenal Mario Casariego) empieza a ser cuestionadapor sacerdotes y religiosos con posiciones más avanzadas; lasorganizaciones religiosas COSDEGUA, en la década de los se-senta, y CONFREGUA, en la década de los setenta, son expo-siciones de ello.152

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152 Ver la participación de cristiano-indígenas en el proceso social guate-malteco en las siguientes obras y artículos: Melville, op. cit.; Mondragón, Rafael,De indios y cristianos en Guatemala, México, Clave Latinoamericana [s.f.];

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En la década de los setenta, frente a la represión del Estadoguatemalteco, aparecen diversas organizaciones cristianas, comoel Comité Pro Justicia y Paz. Al intensificarse la represión en1978, los sacerdotes predicadores de la palabra, pastores evan-gélicos y otros cristianos, comenzaron a ser víctimas del terror.La matanza de sacerdotes en la diócesis del Quiché dio origena la Iglesia Guatemalteca en el Exilio, y después de la matanzaen la embajada de España, el 31 de enero de 1980, nació laorganización cristiana revolucionaria “Vicente Menchú” (padrede la ganadora del Premio Nobel Rigoberta Menchú) directa-mente como “una organización en donde participaban todasaquellas personas motivadas desde su fe que optaron por laheroica lucha del pueblo en su conjunto, pero de una u otraforma no se sienten ubicados en ninguna de las organizacioneshermanas”.153

Por su parte, el Comité de Unidad Campesina (CUC) es laprimera organización campesina nacional desde la época dela revolución de octubre de 1944, en la cual las etnias indíge-nas han participado en las movilizaciones y huelgas agrarias,y que por cierto hace años realizaron un interesante análisissobre la cuestión nacional que sirve de referencia para susdemandas, intitulado “Síntesis sobre el desarrollo agrícola delpaís a partir de la posguerra”, en donde en una parte medularseñalaron:

Hoy día se reconoce que el estilo de desarrollo agrícola del paísha excluido en forma secular a importantes núcleos rurales de susbeneficios económicos. Éste no es, por supuesto, un fenómeno deorígenes recientes; las bases de lo que hoy en día aparece comoun tipo de desarrollo caracterizado por la concentración de los fac-tores productivos en los beneficios económicos generados por laagricultura se establecieron con la conquista. Como un fenómeno,

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Aguilera, Gabriel, “El nuevo sujeto de la lucha en Guatemala”, Polémica, CostaRica, núm. 13, ICADIS, 1984; Le Bot, Ivon, La Iglesia y el movimiento indígenaen Guatemala, Guatemala, cuaderno núm. 31, Seminario de Integración SocialGuatemalteca, 1987; Selser, Gregorio, La Iglesia en Guatemala, asimetrías testimo-niales, México, Cuaderno Marcha, 1980.

153 Aguilera Peralta, op. cit., p. 42.

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esto último implicó el montaje de estructuras productivas ajustadasa un criterio de estricta complementariedad con respecto a los in-tereses de la metrópoli, impulsándose actividades de exportacióny relegando la producción de alimentos a los grupos indígenas yladinos pobres. Este modelo conocido como primario-exportador,recibió un impulso definitivo con la consolidación del cultivo delcafé a raíz de las reformas liberales en el siglo XIX.154

El Comité de Unidad Campesina, oficialmente nace el 15 deabril de 1978, en asamblea de bases, grupos y dirigentes re-gionales del país, y se da a conocer públicamente el 1 de mayodel mismo año la manifestación del Día del Trabajo, con laconsigna “Cabeza clara, corazón solidario y puño combativode los trabajadores del campo” integrado por campesinos in-dígenas y ladinos pobres; hombres y mujeres; niños y ancianos.

El CUC es miembro del Consejo Internacional de los Trata-dos Indios y de la Coordinadora Continental de Organizacio-nes Rurales de América Latina y el Caribe.

Los rasgos fundamentales del CUC son fáciles de identificar:es una organización amplia de masas, pluralista y democrática.Por ello sigue siendo válido el objetivo que el Comité se plan-teó desde su nacimiento: “Luchar por todos los compañerospobres y explotados de Guatemala [...] luchar por los proble-mas que más nos aflijen en estos momentos, como la tierra,el trabajo, los precios, los secuestros, las agarradas para elcuartel”.155

Sobre el derecho a la tierra, visto desde la perspectiva delos grupos indígenas, encontramos puntos de vista muy par-ticulares que últimamente son recogidos en los documentos dela Campaña Continental de los 500 años y en los documentosfinales de las Cumbres Indígenas, convocados por la ganadoradel Premio Nobel, Rigoberta Menchú. Así, la Casa de la Uni-dad del Pueblo (compuesta por refugiados indígenas en Mé-xico) considera que el derecho a la tierra no se refiere única-

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154 Comité de Unidad Campesina, “Datos generales sobre Guatemala” [s.e., s. f.].

155 Concha, Miguel, ”El aniversario del CUC”, La Jornada, México, 16 deabril de 1988.

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mente al acceso como medio de producción, sino que comprendetambién la tierra como espacio vital que las comunidades in-dígenas requieren para la reproducción de su cultura, en tantoque la tierra es factor primordial de su cosmovisión.156

Por su parte, el Consejo de Comunidades Étnicas RunujelJunam (CERJ), creado en 1988, además de exigir el castigo delas violaciones a los derechos humanos y el establecimientode una verdadera democracia constitucional, se propone lucharpor que se respeten los derechos culturales de las etnias indí-genas en el país, que según se afirma radican en la cuestiónagraria. “[...] La resolución del problema central que agobiaa más de cinco millones de guatemaltecos indígenas y de don-de deriva la pobreza, la miseria y en gran medida la falta derespeto a sus valores culturales y étnicos, es el problemade la tierra [...]”.157 En todo caso, después de 1954 podemoshablar de una contrarreforma agraria, en donde la tenencia dela tierra sigue siendo el problema social básico. Andrea Brownejemplifica (es una situación que aún continúa):

La situación de la tierra en Guatemala se puede resumir en dossimples datos impresionantes: el 2.1% de los propietarios detentanel 62% de la tierra cultivable y el 87% es dueño del 19% de esatierra. Así el 2.1% son ricos señores agroexportadores que poseengrandes haciendas, llamadas latifundios o fincas y cultivan produc-tos que envían a Estados Unidos, Europa o a Japón. Por lo general,los latifundios utilizan las tierras más fértiles del país, como las dela costa del Pacífico, que producen algodón y ganado, y las de lavertiente montañosa del Pacífico, que suministran el principal pro-ducto de exportación guatemalteco: el café. El 87.4% son agriculto-res de subsistencia, muchos de ellos indios apiñados en las tierrasaltas occidentales (el altiplano) situadas arriba de las fincas cafeta-leras [...]158

Una descripción de las regiones principales y sus caracte-rísticas nos la brinda el Comité de Unidad Campesina.

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156 Taller Casa de la Unidad del Pueblo, “Derechos indígenas en Guate-mala”, Otra Guatemala, Puebla, México, febrero de 1988.

157 Conferencia de prensa, 17 de septiembre de 1988.158 Brown, Andrea, op. cit., p. 29.

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Ahora bien, después del derrocamiento de Arbenz es válidopara el caso guatemalteco hablar de una contrarreforma agra-ria.159

Sigue vigente el espíritu del preámbulo del decreto agrariocastilloarmista que es utilizado como argumento empresarialpor el CACIF y UNAGRO frente a cualquier intento agraristaque pueda beneficiar a los campesinos. Casos concretos, losdesplegados aparecidos en los periódicos nacionales el 16 y 17de julio de 1986, en contra del programa de distribución detierras y libre empresa que propusiera el sacerdote AndrésGirón.160

Recordemos que, dentro de las políticas agrarias contrarre-volucionarias, para 1956, bajo la influencia de asesores nortea-mericanos, Castillo Armas introdujo el concepto de coloniza-ción, mediante el decreto 559; en 1962, durante el gobierno deMiguel Idígoras Fuentes, se entregaron tierras donadas por laUnited Fruit Company. Bajo la presidencia de Méndez Mon-tenegro se proyectó un plan de colonización más “ambicioso”.Una nueva ley, llamada Ley de Adjudicación del Petén, queresultó un fracaso. El Petén, como ilustra Andrea Brown, cons-tituye el denominado “mito de la frontera”, que se remota alsiglo XIX. Es una zona selvática tropical, que constituye el1.3% del territorio nacional. En 1965-1968, la FAO realizó unestudio sobre la composición química y orgánica de las tierrasdel Petén, para determinar las extensiones que podían utili-zarse. Se encontró que, debido a la escasa calidad del suelo,muy poca tierra podía usarse para la agricultura, y que porun porcentaje elevado, aunque no excesivo, podía utilizarsepara la ganadería.161 Por otro lado, las mejores tierras se lashan apropiado los militares.

Más allá de un estudio detallado sobre la contrarreformaagraria —que no es motivo de nuestro capítulo— creemos que

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159 Guerra Borges, “La cuestión agraria, cuestión clave de la crisis guate-malteca”, Polémica, Costa Rica, núm. 13, ICADIS, 1984, pp. 52 y ss.

160 Un estudio dedicado a la propuesta en Cambranes, Julio C., “Agrarismoen Guatemala”, Serviprensa, Guatemala-Madrid, núm. 1, Centro de EstudiosRurales Centroamericanos, 1986.

161 Brown, Andrea, op. cit., p. 49.

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el campesinado indígena en unión del movimiento progresistade la Iglesia, frente al panorama de miseria y explotación,desde abajo, ha planteado y ejercitado soluciones que se hanreprimido. Basta una lectura de los trabajos de los Melville(Tierra y poder) para advertir cómo el proceso del cooperati-vismo no oficial, respetando las tradiciones del mundo indí-gena, venía desarrollando un movimiento reivindicatorio delos campesinos guatemaltecos.

En Nosotros conocemos nuestra historia, libro-documento de laIglesia Guatemalteca en el Exilio, se resalta cómo a partir de1963-1966, durante el gobierno de Peralta Azurdia, la Iglesiacambia su actitud de antiguo servidor de la oligarquía nacionalpara volcarse en actividades en beneficio de los sectores ex-plotados del campo, y se promueve la acción cooperativista.Libraron una batalla frente a la pretendida manipulación dela Federación de Cooperativas de Guatemala y con los inter-mediarios. Esta actividad alternativa de carácter comunitarioy desarrollo rural democrático fue más tarde perseguida y fuela causa de que muchos religiosos fueran perseguidos, captu-rados, torturados, ametrallados y masacrados a partir de 1978.

Uno de los últimos intentos de corte reformista lo constituyóel programa ya citado de distribución de tierras y libre em-presa del padre Andrés Girón, que provocó el rechazo de laspoderosas asociaciones oligárquicas.

El movimiento pro-tierras fue consecuencia de una situacióninsoportable para el campesinado guatemalteco, y, por otrolado, una medida reformista, del problema independiente delos sectores más avanzados del movimiento popular.162

Naturalmente, para los indígenas guatemaltecos el despojode sus tierras y la falta de ellas por su secular expropiación

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162 Sobre los trabajadores agrícolas véase Caldera, Juan Francisco, “La fuer-za de trabajo de la cuadrilla indígena”, Alero, Guatemala, núm. 2, USAC,julio-agosto, 1979; Figueroa Ibarra, Carlos, El proletariado rural en el agro gua-temalteco (tesis de licenciatura), México, Facultad de Ciencias Políticas, UNAM,1976; Flores Alvarado, Humberto, La proletarización del campesino en Guatemala,Guatemala, Nuevos Rumbos, 1971; Ordóñez Morales, Eduardo, Estructura agrariadel altiplano occidental de la República de Guatemala (tesis de maestría), México,Universidad de Chapingo, 1976.

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es la piedra base generadora del genocidio que ha padecido;recordemos una vez más la matanza de Panzós y la quemade la embajada de España, que saltó la barrera del terror queno ha concluido. Para el caso guatemalteco, Eduardo Galeanoha señalado:

[...] los indios son el centro de la vida económica nacional y queaño tras año, cíclicamente, abandonan sus tierras sagradas, tierrasaltas, minifundios del tamaño de un cadáver, para brindar doscien-tos mil brazos para las cosechas del café, el algodón y el azúcaren las tierras bajas. Los contratistas los transportan en camiones,como ganado [...].163

Ante los pedimentos de una inclusión de un artículo cons-titucional que establezca la función social de la tierra, puessólo se ha logrado un “reconocimiento” de los derechos étnicosde los pueblos indígenas, los sectores oligárquicos han consi-derado la propuesta como “muy cerca de ser una traición ala patria” (CACIF), y “Una antipatriótica actitud demagógi-ca”.164 Seguramente a partir de estos eslóganes oligárquicospodemos advertir las contradicciones de clase y étnicas enGuatemala.

IV. LA CUESTIÓN LABORAL

El indio guatemalteco ha sufrido la explotación secular desu trabajo. En la actualidad, el indígena y campesino de laszonas del altiplano, comunicado con los mercados, sufre dichaexplotación, como también le sucede a los campesinos ladinospobres, a través del precio de sus productos, que oscilan im-predeciblemente de año con año, y a través del precio, cadavez más alto, de los insumos. La mayoría de la poblaciónindígena es semiproletaria y vende su fuerza de trabajo entareas temporales de los cultivos de agroexportación en la co-

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163 Galeano, Eduardo, Las venas abiertas de América Latina, México, SigloXXI, 1971, pp. 75-76.

164 Véase Cambranes, J. C., Agrarismo en Guatemala, Guatemala, Cerca, Ser-viprensa, 1986.

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secha del café, el algodón, la zafra de la caña, el corte delbanano, etcétera.

Los indígenas, frente a los mozos ladinos, devengan salariosmuy bajos y realizan tareas más duras; además, su condiciónétnica se agrava por su monolingüismo y desconocimiento delderecho burgués en materia laboral y seguridad social (en lopoco que les puede beneficiar) y son fácilmente engañados,y por desconocerlas no gozan de las supuestas ventajas quela propia ley les otorga.

Dada la diversidad étnica, a los trabajadores indígenas seles divide de acuerdo con sus lenguas, procurando en algunoscasos su enfrentamiento y división como trabajadores. Lo mis-mo ocurre con relación a los trabajadores ladinos.

Las contrataciones se hacen por medio de los clásicos “ha-bilitadores” (remanente de las políticas liberales del siglo XIX),que dominan económica y políticamente al indio en las comu-nidades de origen. Los habilitadores suelen ser indistintamen-te, entre ladinos e indios acomodados; hoy, algunos dirigenlas patrullas de autodefensa civil.

La sobreexplotación de la fuerza de trabajo india llega real-mente a niveles infrahumanos, tanto en los términos de sucontratación y sobre todo en los servicios de vivienda, salud,seguridad social, educación, etcétera.

Las incidencias de enfermedades infectocontagiosas y de en-fermedades pulmonares (tuberculosis en estado avanzado) esaltísima, al igual que el paludismo y las enfermedades gas-trointestinales. La explotación y el tratamiento injusto y desi-gual frente a los trabajadores ladinos cuenta con la connivenciay complicidad gubernamentales.

Las artesanías, producto frecuente del trabajo femenino einfantil, sufren el proceso de intermediación de los caciques ylos principales comerciantes de la ciudad y de los centros tu-rísticos, quienes se llevan las mejores ganancias.

La Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CO-NAVIGUA), organización compuesta por cientos de mujeresindígenas productoras de artesanías en su mayoría, y víctimasde la ola de represión de los gobiernos militares en los últimosaños, se fundó entre el 10 y 12 de septiembre de 1988, cuando

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se reunieron las viudas de los departamentos de El Quiché,Chimaltenango, Huehuetenango, Sololá, Alta Verapaz y Toto-nicapán para realizar su primera asamblea. En entrevista, unade ellas declaró:

no es justo que por nuestra raíz cultural, nuestra lengua y nuestrostrajes y tejidos se aprovechen. Nos ha utilizado como un muñeco,como un negocio para que nuestras ropas se vean bonitas. Perosólo la ropa, no se valoriza nuestras personas. Es como un muñecoque está para que los turistas lleguen a nuestro lugar y dejen losdólares, pero nos pagan una miseria. No se dan cuenta que sufri-mos por ese trato que nos dan, sólo por ser mujeres, por ser in-dígenas y por no hablar español.165

Según nuestro parecer, el CUC presenta dentro de sus de-mandas un planteamiento serio sobre el problema que venimostrabajando.

V. EL NUEVO ORDEN CONSTITUCIONAL Y LA CUESTIÓNINDÍGENA

La actual Constitución, aprobada por la Asamblea NacionalConstituyente el 31 de mayo de 1985 y en vigor desde el 14de enero de 1986, retoma la cuestión indígena y la regula comomateria de derecho social.

La sección segunda, referida a la cultura, dispone: “se re-conoce el derecho de las personas y de las comunidades a suidentidad cultural de acuerdo con sus valores, su lengua y suscostumbres” 166 (identidad cultural, artículo 58).

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165 “Melcanib, un grito en la montaña”, Crónica, Guatemala, 7 de abril de1989, pp. 45-46.

166 “Lengua indígena: es la de los habitantes considerados como originariosde la región. Lengua franca: es la empleada habitualmente por gente cuyaslenguas maternas son diferentes, para facilitar la comunicación entre sí. Lenguamaterna o nativa: es la que una persona adquiere en sus primeros años y quenormalmente se convierte en un instrumento natural del pensamiento y co-municación. Lengua nacional: es la de una entidad política, social o cultural.Lengua oficial: es la que se emplea como medio de comunicación entre lospueblos que viven dentro de una región determinada y poseen lenguas dife-

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Dedica una sección especial a las comunidades indígenas,con carácter tutelar, señalando que: “Guatemala está formadapor diversos grupos étnicos entre los que figuran los gruposindígenas de ascendencia maya. El Estado reconoce, respeta ypromueve sus formas de vida, costumbres, tradiciones, formasde organización social, el uso del traje indígena en hombresy mujeres, idiomas y dialectos” (protección a grupos étnicos,artículo 66).

Se refiere también a la protección de las tierras y coopera-tivas agrícolas indígenas (artículo 67), a la dotación de tierrasespecialmente nacionales para las comunidades indígenas (artícu-lo 68), a la traslación de trabajadores y a su protección (ar-tículo 69) y ordena la creación de una ley relativa al asunto(artículo 70). Sobre este último punto llama la atención que laConstitución ordena, en la mayoría de los asuntos, la creaciónde leyes específicas, lo que da cuenta del carácter sistemáticocon que realiza el tratamiento de las cuestiones étnicas másdelicadas.

En forma dispersa trata otros aspectos. Al igual que la Cons-titución de 1945, reconoce las uniones de hecho (artículo 48),de acuerdo con sus ritos y costumbres, lo cual hace extensivaa la población ladina rural y garífona del Atlántico; proponela educación bilingüe, y como idioma oficial el español. Esta-blece que las lenguas vernáculas forman parte del patrimoniocultural de la nación (artículo 143). No obstante, consideracomo idioma oficial el español, contradice el espíritu constitu-cional sobre la identidad cultural (artículo 58) y el transitorio18 sobre la difusión de la Constitución en las lenguas indíge-nas principales del país.

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rentes”. En los informes de Naciones Unidas la expresión “lengua vernácula” seemplea en el mismo sentido que “lengua materna”. Véase Capotorti, Francesco,Estudio sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías étnicas, religiosaso lingüísticas, Nueva York, Naciones Unidas, 1979, p. 79. Véase también Watts,Ronald L., Multicultural Societies and Federalism, Ottawa, Canadá, Royal Commis-sion on Bilingualism and Biculturalism, núm. 8, julio de 1967, p. 79; UNESCO,“Empleo de las lenguas vernáculas en la enseñanza”, Monografías sobre educaciónfundamental, París, VIII, 1953, p. 49.

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En marzo de 1989, la Academia de las Lenguas Mayas deGuatemala se pronunció sobre la discriminación que sufren laslenguas indígenas en el orden constitucional y cómo en larealidad los idiomas mayas no son utilizados dentro del sis-tema escolar como medio de comunicación. Condenó, asimis-mo, que el uso de los idiomas en diversidad de casos es uti-lizado para fines propagandísticos, comerciales, turísticos ypolítico-electorales, y no para el desarrollo material y espiritualde los mayahablantes.

La disposición constitucional aludida (sobre idiomas) vacontra las disposiciones reconocidas internacionalmente por laONU sobre lenguas francas, maternas, nacionales, oficiales y/oregionales.

Lamentablemente, el artículo transitorio 16 convalida el de-creto-ley III-84, del 26 de noviembre de 1984, y su correlatoque creó las aldeas modelos y los polos de desarrollo quealteran dramáticamente los patrones de asentamiento, la dis-ponibilidad de territorio y la economía indígena, y cuya de-rogación constituye una demanda crucial en pro de la demo-cratización del país.

Consideraciones de carácter sociopolítico

Los logros conquistados en el orden constitucional sirvieronpara disminuir la presión que venían desarrollando los “pue-blos-étnicos” en la búsqueda del desarrollo democrático delpaís. Hacer valer el derecho a su diferencia, el derecho a susderechos, el respeto y mantenimiento de su cultura, frente alas políticas etnogenocidas de las dictaduras militares, consti-tuyeron las ideas programáticas de un vasto movimiento so-cial, cuyo desarrollo y fuerza se ha ido incrementando con eltiempo. Por ello son derechos que se vienen ganando a lolargo de una lucha secular.

La presencia de miles de refugiados indígenas en México yotros países, víctimas del conflicto interno; las condenas delos organismos internacionales y tribunales con fuerza moral,tales como el Tribunal de los Pueblos, en sus sesiones de Ho-

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landa y España, dieron cuenta de la violación a los derechoshumanos en el país y señalaron como principales víctimas alos grupos indígenas, que han visto abrogados sus derechosciviles y políticos. En cuanto a los derechos económicos y so-ciales de los indígenas, sus condiciones reales de existenciason extremadamente lamentables; basta consultar cifras esta-dísticas de organismos internacionales de la ONU y los delpropio gobierno guatemalteco.

Conforme al artículo 4 constitucional, se habla de libertade igualdad, pero la discriminación no se expresa constitucio-nalmente, a diferencia de lo que sucede en Sudáfrica, aunquese da en la práctica y en la cotidianidad: en el mercado, eltransporte, la escuela, la administración de justicia, la cons-cripción militar, el control natal y en los planes de desarrollooccidentalizados. Hay, en realidad, en el país un gran despre-cio hacia los indios, que son mayoría.

112 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

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A PROPÓSITO DEL V CENTENARIO Y LA REACCIÓNDE LOS PUEBLOS INDIOS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

I. La celebración del V centenario . . . . . . . . . . . . . . 113

II. La reacción de los pueblos indios frenteal V centenario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121

1. Encuentro Continental de Pueblos Indios . . . . . . 1212. Los pueblos indígenas ante el V centenario . . . . 1223. Acciones de repudio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124

III. Declaración de Xelajú . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

Cuadernos Constitucionales México-Centroamérica,número 24, Rostros de las prácticas etnocidas enGuatemala, editado por el Instituto de Inves-tigaciones Jurídicas de la UNAM, se terminóde imprimir el 9 de diciembre de 1996 enJ. L. Servicios Gráficos, S. A. de C. V. En estaedición se usó papel bond 57 x 87 de 37 kgs.para las páginas interiores y cartulina couchéde 162 kgs. para los forros; consta de 1000

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A PROPÓSITO DEL V CENTENARIO Y LA REACCIÓNDE LOS PUEBLOS INDIOS

Lo extraordinario en Guatemala y México, meo-llo indígena de América, es cómo el corte dela tizona española no nos ha separado del mun-do antiguo, de la poesía primigenia y original,de nuestra carga explosiva y mágica. El mitose hizo carne. Al partir la tizona la serpienteemplumada, los trozos cobraron nueva y viejaexistencia. Y se internaron en las selvas y seescondieron por todas partes. Hoy reptan yvuelan en palabras, sangre y sueños, tan vivoscomo en códices, leyendas, frescos y monolitos.

Luis CARDOZA Y ARAGÓN,

El Popol Vuh.

I. LA CELEBRACIÓN DEL V CENTENARIO

El interés político de celebrar el V centenario afloró en España,en mayo de 1973, en la jornada “Ante el medio milenio deldescubrimiento de América”, luego en las reuniones de la Rá-bida, municipio de Palos de la Frontera, provincia de Huelva,Andalucía, a la que fueron invitados representantes de variospaíses americanos con el propósito de que se crearan en elloscomisiones nacionales conmemorativas del V centenario. Reu-nión ya más amplia y en cierto modo constitutiva, fue la deSanto Domingo, del 8 al 11 de junio de 1984, en la que Españadio a conocer proyectos concebidos para ser analizados en co-laboración con los países iberoamericanos. En la reunión sur-gieron puntos de vista divergentes cuando se utilizó la palabra

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“celebración”, considerando, entre otros motivos, que desde laperspectiva de los indígenas y sus descendientes contemporá-neos, no podía celebrarse. Más de uno de los participantescitó la célebre obra de fray Bartolomé de las Casas, Brevísimarelación de la destrucción de las Indias.167

El V centenario fue programado por España desde sus ini-cios como un gran festejo del que quedó, cual supervivenciaescasamente feliz, el lema publicitario central de la exposiciónde Sevilla: “Expo 92, la Gran Fiesta.”168

Otro desacuerdo, al conmemorar el V centenario como eldescubrimiento de América, surgió de las iniciativas de Méxicoy Colombia, respectivamente: “Encuentro de dos mundos” y“Encuentro de dos culturas”, que, a su vez, causaron de in-

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167 En el caso guatemalteco, “El 13 de julio de 1984 a través del acuerdogubernativo 608 se crea la Comisión Nacional Conmemorativa del V Cente-nario del Descubrimiento de América durante el período del general ÓscarHumberto Mejía Víctores. La postura estatal y gubernamental guatemaltecaes, dentro del conjunto de las comisiones nacionales, la aparentemente másindiferente y la que ha trabajado menos por captar recursos del fondo de 500años. Es una indiferencia interesada, ya que no le es conveniente estimular lareflexión ni en los grupos oficiales, mucho menos en los grupos indígenas yotros grupos étnicos. La comisión ha sido burocrática, retórica, elitista, y nisiquiera ha tenido la profundidad que tuvo la Comisión oficial del IV Cente-nario en 1892. La participación de la Comisión Nacional de Guatemala ha sidosolamente cosmética al organizar la VII Reunión de la Conferencia de Comisionesen julio de 1989”. Los datos fueron tomados del reportaje especial de PérezMolina, Olga, ”La empresa del V Centenario (su significancia para España y elgobierno guatemalteco)”, La Hora, Guatemala, martes 8 de marzo de 1991.

168 Es sugerente el texto escrito por varios intelectuales latinoamericanosen donde se critican los festejos del V Centenario, coordinado por Heinz Die-terich, Stefan, Nuestra América contra el V Centenario. Emancipación e identidadde América Latina, Barcelona, Txcaparta Editorial, 1990. Como una aportacióna la búsqueda sobre los orígenes de la dominación española véase Aridjis,Homero, 1492, vida y tiempo de Juan Cabezón de Castilla, México, Siglo XXI,1985, reeditada en España, por EDASA, 1992. El periódico Siglo XXI, de Gua-temala, en su número 939, del lunes 12 de octubre del 92 en suplementoespecial intitulado “Así pensamos 500 años después”, presentó el punto devista de Octavio Paz, Arturo Uslar Pietri, Jorge Amado, Mario Benedetti, MarioVargas Llosa, Roberto F. Retamar, Guillermo Cabrero Infante, Juan CarlosOnetti, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos, Nicanor Parra, Carlos Fuentes,José Donoso y Adolfo Bioy Casares, desde una perspectiva crítica.

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mediato polémicas. Sobre el particular, Miguel León-Portillasugiere: “ante las múltiples perspectivas desde que se mira yvalora el V centenario, tantas y a veces opuestas entre sí, quecasi parecen antología que ilustra la tesis de José Ortega yGasset sobre el perspectivismo o ‘Doctrina del punto de vis-ta’”.169 Como sabemos, León-Portilla, a nombre de México,170

propuso enmarcar la conmemoración de lo que ocurrió el12 de octubre de 1492 a la luz de lo que denomina un nue-vo concepto: “encuentro de dos mundos”. Su propuesta encon-tró fuertes críticas, quizás la más importante, la de EdmundoO’Gorman, que afirma que no se trata ni de un descubrimientoni de un encuentro, reprochando a su par mexicano haberincurrido en una “obra maestra de anfibología”, así como pro-pugnar que, en lugar de “con toda franqueza oponerse a la

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169 Véase León-Portilla, Miguel, “El V Centenario, tema conflictivo”, Visión(edición mexicana), vol. 69, núm. 7, 5 de octubre de 1987, pp. 6-8. El autorse refiere también al asunto en “Amerindia 1492, dos imperios y pueblosinnumerables”, Encuentro de dos mundos... Análisis de 500 años, México, Excélsior,18 de marzo de 1992, pp. 14 y 15. “Encuentro de dos mundos”, AnuarioIndigenista, México, Instituto Indigenista Interamericano, vol. XLIV, diciembrede 1984, pp. 53-56.

170 Desde la perspectiva contestataria de los pueblos indios, encontramosque las organizaciones indias no gubernamentales mexicanas, en octubre de1988, al pie de la estatua del “navegante” en protesta por la declaración anualdel “día de la raza” y al grito unánime de !Colón al paredón!, manifestaronsu inconformidad frente a la solemnidad ridícula del 12 de octubre. VéaseGarcía Cantú, Gastón, “Pueblos aborígenes. El día de los desposeídos”, Excel-sior, México, 13 de octubre de 1988, pp. 1 y 10. En la reunión de Xelajú(Quetzaltenango-Guatemala) circuló el Boletín Continental, núm. 4, y se pintaa Colón como “gran ladrón, genocida, racista [...] opresor del pueblo indígenae instigador de la gran mentira [...]”, Rutzijol, 1 al 15 de octubre de 1991. El12 de octubre de 1992, los indígenas de Chiapas derribaron en San Cristóbalde las Casas la estatua del conquistador Diego de Mazariegos; recordemos apropósito: “A pesar del mal sabor de boca que, en la moderna tendenciaindigenista dejó la obra de los conquistadores, todavía quedan algunas ciuda-des que conservan estatuas construidas y levantadas para honrar la memoriade aquéllos [...] La de Juan de Salazar, fundador de la ciudad de Asunción,actual capital del Paraguay [...], en la plazuela Pizarro de Lima, frente alPalacio de la Municipalidad, se mantiene sobre una sólida base la estatuaecuestre de Francisco Pizarro”. Véase Atlas Marín de Historia, Barcelona, Marín,1991, t. 2, p. 101.

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celebración de la efeméride”, pretende conmemorar “con elsubterfugio de buscarle al suceso otra fama, es decir, un sen-tido distinto”.171

Entre los pensadores latinoamericanos la idea del descubri-miento es mayoritariamente rechazada. A propósito, en el Iencuentro “Conciencia étnica y modernidad. Etnias de Orientey Occidente” celebrada en Nayarit, México-1990, en las con-clusiones, Guillermo Bonfil Batalla sostuvo que el contacto en-tre los pueblos de Asia y América no es nuevo, no es unarelación que comienza con el Tratado de la Cuenca del Pací-fico, y recurrió a la exposición de Santiago Genovés, quienmanifestó: “hace cuarenta o cincuenta mil años el verdaderodescubrimiento lo hicieron los pueblos que vinieron delAsia”.172

Para la mayoría de los especialistas, en términos arqueoló-gicos, se puede afirmar que la población americana procedeprincipalmente de cazadores nómadas venidos de Asia a travésdel estrecho de Bering en olas migratorias sucesivas en unaépoca anterior a cuarenta milenios, aunque debemos aceptarotras migraciones posteriores de variado origen.173 En sus in-

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171 Sobre la polémica O’Gorman-León-Portilla, véase Selser, Gregorio, “Lode América, ¿descubrimiento, encuentro, invención, tropezón? ¿Querella nomi-nalista?”, en Heinz Dieterich, Stefan (coord.), op. cit., pp. 185-201 (hace refer-encia de artículos de los polemistas aparecidos en periódicos mexicanos enabril y mayo de 1985).

172 Bonfil Batalla, Guillermo, “Comprender la diferencia”, Conciencia étnicay modernidad. Etnias de Oriente y Occidente, México, Gobierno del Estado deNayarit, Instituto Nacional Indigenista y Consejo Nacional para la Cultura ylas Artes, 1991, pp. 306-307.

173 Cueva Jaramillo, J., “Etnocentrismo y conflictos culturales: antropologíade la aculturación”, Culturas, vol. 5, núm. 3, UNESCO, 1978, p. 27. El autoragrega allí mismo: “En un comienzo estos cazadores nómadas asiáticos, po-drían ser identificados fácilmente por sus características somáticas como sonla forma de los ojos, la coloración cobriza clara de la piel, la llamada manchamongólica en la región lumbar y ciertas constantes hematológicas como sonel factor Diego y la predominancia del grupo sanguíneo O”. A propósito deestas características, algunos antropólogos norteamericanos construyen lo quedenominan “razas locales amerindias”. Véase entre otros Beals, Ralph y HarryHoijer, Introducción a la antropología, Madrid, Aguilar, 1974, pp. 221-222.

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vestigaciones sobre los orígenes americanos, Pablo Martínezdel Río concluye: “Los primeros colonizadores de América fue-ron con cierta verosimilitud, los llamados ‘paleamerindios’,menos marcadamente ‘mongoloides’ que sus sucesores y cuyosdescendientes deben buscarse hoy en las ‘áreas de refugio’”.174

Además, es un hecho probado en investigaciones arqueológicasy fechadas con carbono 14 que el poblamiento de América sedio en fases sucesivas a través del estrecho de Bering.

Así, los descubridores de América llegaron hace unos cua-renta o cincuenta mil años procedentes de Asia por el estrechode Bering. Era la época del glaciar Wisconsin, y es posible quedicho estrecho estuviera helado o seco (el nivel del océanodebió bajar casi cien metros por debajo del actual), pero entodo caso llegaron andando antes de que se formara el actualestrecho de Bering. Los inmigrantes se dice pasaron por Alaskay encontraron una muralla de hielo cerrándoles el paso, quese extendía desde el círculo Ártico hasta las montañas rocosas.Este problema lo solucionaron unos, penetrando por la costahasta Vancouver y dirigiéndose luego al interior por el bajorío Columbia hasta la zona meridional de los actuales EstadosUnidos; otros, esperaron a que se abriera un pasillo entre loshielos, cosa que se produjo en los interglaciares. La últimaoleada de asiáticos se estima que llegó hace unos once milaños y no sobrepasó el círculo Ártico, siendo los antecesoresde los esquimales.

Los expertos discuten de otras migraciones procedentes deAustralia, Polinesia, Melanesia y Japón. Este asunto interesó amuchos científicos y principalmente a los antropólogos, queempezaron a dar vueltas a la posibilidad de que América hu-biera sido también una cuna de hominización. No hubo formade demostrarlo, pues no encontraron restos de nada que separeciera a un australopitecus o a un pitecantropus, y se concluyóal cabo que fue poblada por unos verdaderos homo sapiens quevinieron de otros continentes y que fueron, por tanto, los ver-

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174 Martínez del Río, Pablo, Los orígenes americanos, México, Secretaría deEducación Pública, 1987, p. 243.

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daderos descubridores del Nuevo Mundo, aunque no se ente-raron de ello.175

Al tenor de los debates enunciados, como afirmó HéctorDíaz Polanco:

Nadie puede ignorar la trascendencia histórica que para la huma-nidad entera reviste la expansión Europea en tierras americanas.Pero, desde luego, el quinto centenario del inicio de los eventosindicados puede ser ocasión para festejar un ”encuentro” que, ex-plícitamente propone hacer tabla rasa de los siguientes hechos cen-trales:

Primero: El requerimiento y la llamada “justa guerra” que seemprende contra los pueblos indígenas;

Segundo: La esclavitud a que es sometida la población autóctona,primera víctima de ese tipo de sujeción;

Tercero: La destrucción de poblaciones enteras por la vía directadel genocidio, y en general, el descalabro de la población india queprovocan las prácticas colonizadoras;

Cuarto: El régimen de trabajo a que se somete a los nativos, enparticular la encomienda, el repartimiento y la servidumbre pordeudas, y,

Quinto: La segregación espacial controlada y el asimilacionismosociocultural forzado a que son sometidos los pueblos indios.176

Así, nuevamente, ¿qué puede celebrarse? Tomemos tambiénpor caso el Caribe: “veinticinco años después del arribo de

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175 Vázquez, Luis, “Contactos transpacíficos según la arqueología: difusióno convergencia”, en Conciencia étnica y modernidad, cit. supra, p. 277. Véasetambién: Lucena, Manuel, Descubrimiento de América, México, Red Editorial Ibe-roamericana, 1989, pp. 8-12. Sobre el punto es importante la siguiente biblio-grafía: Chaunu, Pierre, Conquista y explotación de los nuevos mundos, Barcelona,Nueva Clío, 1972 y 1973, 26 y 27 bis; Day, Alan Edwin, Discovery and explo-ration. A reference handbook, New York, 1980; Leroi-Gourhan, André, Los descu-brimientos célebres, Barcelona, 1966; Morales Padrón, Francisco, Historia del des-cubrimiento y conquista de América, Madrid, Editora Nacional, 1971; Parry, J.H., La época de los descubrimientos geográficos, 1450-1620, Madrid, 1964; GranHistoria Universal, Madrid, Nájera, 1987, t. 27 y 28.

176 Díaz Polanco, Héctor, “Derechos indígenas y autonomía”, ponencia pre-sentada en las II Jornadas Lascasianas: Derechos Humanos de los PueblosIndios, México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, mayo de 1992(en prensa). Véase también Zea, Leopoldo et al., El descubrimiento de Américay su impacto en la historia, México, Fondo de Cultura Económica, 1991.

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Colón no había prácticamente ningún indio vivo en las Anti-llas, fue un genocidio brutal”.177

A 500 años del “descubrimiento” el problema fundamentalde los pueblos indios es el de su supervivencia física y cul-tural; el indio continúa siendo marginado, explotado, discrimi-nado, sin el ejercicio pleno de sus derechos humanos.

Para un caso extremo, los indios de la selva amazónica bra-sileña prefieren suicidarse colgándose de los árboles, antes quedejar de ser indios y morir de hambre. En Guatemala desdelas invasiones ibérica y norteamericana (1524 y 1954, respecti-vamente) los indios mueren simplemente porque así es su des-tino:

El escribiente escupe la punta de su lápiz, anota las señales deldifunto:

[...] Pablito Sol Ajau [...] indígena [...] tres años [...] ¿De quémurió? pregunta:

No se señor [...] tal vez por su destinoY el rudo oficinista escribe:causa de la muerte: destinorio.178

Sobre la propuesta del “descubrimiento”, hace algún tiempoel sacerdote Ignacio Ellacuría manifestó: “[...] el opresor esincapaz de descubrir, es el oprimido el que descubre al opre-sor. El opresor ni siquiera puede descubrirse a sí mismo. La

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177 Benítez, Fernando, Declaraciones periodísticas en ocasión de recibir laMedalla al Mérito que le otorgó la Asamblea de Representantes del DistritoFederal, México, D. F., 15 de mayo de 1992. “Fernando Benítez, albacea denuestra identidad” y “Crónica de una distinción merecida”, México, El Nacional(Cultura), mayo de 1992, pp. 9 y 10. A propósito “Esta catástrofe demográficafue producto en buena parte, del impacto de los nuevos microbios; la poblaciónindígena resistió con dificultad las enfermedades trasmitidas por los europeos.Pero ese resultado fue también consecuencia de la violencia armada, de ladescomposición de la organización social indígena y de la explotación siste-mática de la mano de obra indígena realizada dentro de los latifundios y delas minas, donde las condiciones de trabajo eran particularmente mortíferas”,Bastián, Jean Pierre, “América Latina, 1492-1992. Conquista, resistencia y eman-cipación”, Cuadernos Constitucionales México-Centroamérica, México, núm. 4, IIJ,UNAM, Corte de Constitucionalidad de Guatemala, 1992.

178 Arango, Luis Alfredo, “Papel y tuza”, Poemario, Guatemala, 1972.

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verdadera realidad del opresor sólo se puede ver desde eloprimido”.179

Debido a la iniciativa del gobierno español de celebrar elV Centenario del llamado “Descubrimiento de América”, 1992sería, sin duda, un año muy importante en la historia de lospueblos del continente americano y en la de los pueblos indios.Mil novecientos noventa y dos sería trascendente, en virtudde que en este año las diversas iniciativas gubernamentalesbuscarían consolidar sus posiciones en los cambios que sufreel mundo.

Al hablar de las iniciativas gubernamentales, nos referimosno sólo a la lanzada por España, sino también a la de EstadosUnidos (Iniciativa de las Américas), la de México (ReunionesCumbres de Iberoamérica), la del Vaticano (la Re-evangeliza-ción de América) y la de los gobiernos de Islandia y Noruega(Vinland Revisited, 1000 Years of Discovery), entre otras.

Mil novecientos noventa y dos es relevante porque a lolargo del año los gobiernos involucrados en las celebracionesbuscarían imponer sus propuestas, pero sobre todo porque lospueblos indios intentarían —ya sea acompañados de otros sec-tores o solos— modificar sus relaciones con los Estados-nacióny con la sociedad nacional no india.

La celebración del mal llamado “Encuentro de dos mundos”ha dejado de ser un asunto que atañe a las burocracias, inte-lectuales y académicos, y ha pasado a ser, de un tiempo a lafecha, objeto de discusión de los pueblos indios.180

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179 A propósito del diálogo sostenido por el sacerdote español Ignacio Ella-curía, asesinado por los militares de El Salvador, con Eduardo Galeano, en“Cinco siglos de prohibición del arcoiris en el cielo americano”, La JornadaSemanal, México, nueva época, núm. 15, 24 de mayo de 1992, p. 22.

180 Véase Sarmiento, Sergio, “Los indios se ponen de moda”, Comecso In-forma, enero-marzo, 1992, p. 8; “¿Qué sucedió el 12 de octubre?”, revista Oja-rasca, México, núm. 17, febrero 1993, pp. 37-40. El 12 de octubre de 1993, enChile, las comunidades aymaras del altiplano recordaron a sus héroes en lalucha contra los invasores españoles, en una masiva ceremonia celebrada enla ciudad de Arica, con el doble propósito de mostrar así la presencia yvigencia de los pueblos aymaras y honrar a los héroes regionales que hansido olvidados por la historia oficial. En Argentina, un grupo de aborígeneskolla desarrollaron una caminata de mil 700 kilómetros desde la provincia de

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II. LA REACCIÓN DE LOS PUEBLOS INDIOS FRENTEAL V CENTENARIO

Seguramente los documentos elaborados por los pueblos in-dios, en torno a la cuestión, se inscriben en las Declaracionesde Quito y Xelajú, respectivamente, que por su importanciatranscribimos:

1. Encuentro Continental de Pueblos Indios

Con la participación de más de doscientos delegados oficia-les, fraternos y observadores, del 17 al 21 de julio se realizó,en Quito, el Primer Encuentro Continental de Pueblos Indios,con el propósito de conocer y discutir la problemática indígena

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Jujua, con población indígena del 80%, hacia Buenos Aires, a partir del llamadoTemplo Indio de Pucará de Tilcara. En Ecuador se prepararon marchas orga-nizadas por la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecua-dor (CONAIE) en rechazo a la celebración. En Perú, integrantes del Movimien-to Revolucionario Tupac Amaru ocuparon las oficinas de la agencia noticiosaUPI y trasmitieron mensajes en contra de la celebración. A su vez, el Movi-miento Indígena Peruano Tawantinsuyu pediría a España el pago de casi 650millones de dólares como reparación civil por “haber perpetrado el genocidionunca antes visto en la historia universal”. En Paraguay se anunció la marchadenominada: ¿500 años de qué?, para exigir la recuperación del patrimoniosaqueado. En Panamá, los organizadores de la contra-celebración aseguraronque desde Alaska hasta la Patagonia, el recuerdo de más de 70 millones demasacrados unirá a todos los indios del continente. En Nicaragua se reportaronbombazos. En Venezuela un grupo de inconformes disolvieron un acto públicode celebración. En Costa Rica, fue pintarrajeada la efigie de la reina Isabel deCastilla. En California, alrededor de dos mil chicanos marcharon a lo largode la frontera Tijuana-San Diego, conmemorando “500 años de resistencia denuestra raza”, demandando la desaparición de la Border Patrol por “terrorista”,la autodeterminación de los chicanos y que se detenga la militarización de lafrontera. Llegó a la ciudad de México, el 12 de octubre, la caravana de protestaque partió de Tok, Alaska, el 2 de mayo; por el sur la caravana recorrió 8países: Perú, Ecuador, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvadory Guatemala e ingresó a México. Lo anterior es una muestra de las protestasindias continentales. Véase Ce-Acatl. Revista de la Cultura del Anáhuac, México,núms. 36-37 del 17 de octubre al 27 de noviembre, 1992, Instituto NacionalIndigenista de México, Síntesis informativa, octubre y noviembre de 1992.

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y fortalecer el proceso de unidad y lucha continental de caraal V centenario del inicio de la conquista.

El evento, que se inscribe dentro de las actividades de laCampaña 500 Años de Resistencia Indígena y Popular, lanzadapor organizaciones campesino-indígenas de 17 países de la re-gión, en octubre del año pasado en Bogotá, Colombia, se de-sarrolló en ocho comisiones de trabajo, cuyos informes finalesrecogemos a continuación en forma abreviada. Previamente re-produjimos la Declaración de Quito, aprobada al término delencuentro.

2. Los pueblos indígenas ante el V centenario

Desde nuestra perspectiva, la invasión iniciada en 1492 y elrégimen de explotación y opresión que instauró, no han con-cluido: siguen vigentes no sólo en relación con los pueblosindígenas sino también con el conjunto de las sociedades na-cionales, pero también está vigente la resistencia y la lucha denuestros pueblos por conquistar la libertad.

Resoluciones

El trabajo de la Campaña Continental 500 Años de Resis-tencia Indígena y Popular debe ir orientado a las bases de lasorganizaciones, para fortalecer nuestra Campaña constituyendolos comités nacionales con la participación amplia de los sec-tores populares, impulsando la comunicación, la coordinacióny jornadas conjuntas con las organizaciones regionales y con-tinentales.

Crear una red de comunicación con las distintas propuestasque se adelantaron en torno al rechazo de la celebración delV centenario.

Que nuestras alianzas con otros sectores se enmarquen enel principio de respeto mutuo y que avancemos en nuestralucha para transformar la realidad de nuestros países.

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Establecer relaciones de intercambio cultural entre jóvenesy ancianos del continente.

Respaldar y participar en el II Encuentro de la CampañaContinental 500 años de Resistencia Indígena y Popular, a rea-lizarse en 1991, en Guatemala.

Proponer en el encuentro de Guatemala se discuta la posi-bilidad de realizar en Cuba una Conferencia Mundial sobrelos 500 Años y la problemática indígena, para el primer tri-mestre de 1992. Su propósito es el de darle una cobertura másamplia e iniciar un debate serio de nuestra situación indígena,a nivel continental.

Luchar contra las políticas actuales de los gobiernos, demodernización, privatización, de subordinación total al impe-rialismo estadounidense, europeo, israelí y japonés, pues paralos pueblos indios esto ha significado despojos de tierras yrecursos naturales, convirtiéndonos en trabajadores explotados.

Que la lucha de la reforma agraria en nuestros países seatambién para la recuperación de territorios comunales.

Que la lucha por nuestros derechos (tierra, educación, salud,etcétera) esté enmarcada en un proyecto político propio quenos posibilite una lucha organizada y contribuya a la trans-formación de la sociedad dominante y a la construcción de unpoder alternativo.

Que en el propósito de la descolonización de nuestros pue-blos luchemos por una educación bilingüe intercultural parala sociedad en su conjunto, pero la educación indígena debeestar en manos de los indígenas.

Apoyar y coordinar tanto la iniciativa de realizar un Tribu-nal de los Pueblos —para procesar un juicio de los 500 añosde invasión—, como la realización del encuentro de iglesiasdenominado “Santo Domingo Popular”, aspectos que permitenestablecer una coordinación con otros sectores interesados ylograr una convocatoria más amplia.

Para 1992, exigimos que las Naciones Unidas declaren elderecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas. Paraesto, es necesario realizar un trabajo de base que presione alos gobiernos y buscar una alianza internacional con los demássectores populares y gobiernos progresistas.

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Los delegados de Estados Unidos se propusieron para laselecciones presidenciales de 1992, presionar por que se tengaen cuenta la problemática indígena de los pueblos de Nortea-mérica e influir en las decisiones del gobierno norteamericanocon respecto a la política internacional que afecta a los pueblosindios.

Como política de los pueblos indios es necesario establecerrelaciones conjuntas con los Estados y los organismos interna-cionales oficiales, para lograr un bloque internacional de pre-sión que nos permita conquistar espacios políticos y de nego-ciación.

Si España está dispuesta a indemnizar por el daño causadopor la invasión, exigimos que esos recursos sean orientados aplanes y proyectos que nosotros elaboremos y administremospara satisfacer las necesidades de nuestros pueblos. Para estoes necesario realizar un taller que delinee una política sobrela indemnización.

Nos solidarizamos con la situación de los pueblos afroame-ricanos, los que también son víctimas del proceso de destruc-ción iniciado por la invasión europea, y les llamamos a su-marse a nuestra lucha, en el marco de respeto y unidad detodos los oprimidos y explotados de este continente.

Nuestra campaña debe contemplar propuestas y accionescomunes, tanto inmediatas como a largo plazo. Nuestra estra-tegia es anticolonialista y antiimperialista. Nuestro propósitoes impulsarla a nivel de cada país y del continente.

3. Acciones de repudio

Repudio a la visita del rey de España a Chile y a la reali-zación de reuniones intergubernamentales que apoyen la cele-bración del V centenario.

Dirigir la campaña en contra de las transnacionales y susactividades depredadoras de los territorios indígenas.

Denunciar el armamentismo como forma de estrangulamien-to de nuestras sociedades.

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Rechazar a organismos e instituciones que usufructúen elnombre de los indios para impulsar proyectos de beneficioajeno a nuestros intereses.

Apoyar las acciones reivindicativas que indican el caminocombativo de nuestra campaña, tales como el levantamientoindígena en el Ecuador.

Desarrollar una intensa campaña en los medios de comuni-cación, nacionales e internacionales, para dar a conocer nuestraexistencia y nuestra verdad.

III. DECLARACIÓN DE XELAJÚ

Cuando sobre toda la faz de la Tierra se siente el impactode las más complejas coyunturas políticas de la historia, cuan-do se han producido acelerados cambios en Europa oriental;cuando el mundo, atónito, observa por televisión los intentosde una nueva guerra mundial con armas químicas y nuclearesy golpes de Estado en una de las potencias mundiales; cuandoEstados Unidos, entronizado como superpotencia del mundo,implementa una “Iniciativa para las Américas”, agregando conello un eslabón más a la ya larga cadena de políticas opresorassobre América Latina; cuando el cólera, enfermedad de la EdadMedia, mata a millares de latinoamericanos en Perú, Ecuador,Colombia, Brasil y Centroamérica, porque el derecho a la saludles fue arrebatado con exigencias de pago de interés de unadeuda externa impagable; cuando se desarrolla un realinea-miento en la correlación de fuerzas imperialistas, expresadoen la conformación de nuevos bloques de poder y se anunciannuevas confrontaciones por la redistribución del mundo; cuan-do Europa, a través de su vocero España, viene hasta nuestraAmérica para hablarnos en Guadalajara de una integración ibe-roamericana de corte neocolonialista; cuando ha desaparecidoel conflicto Este-Oeste y el imperio traslada el conflicto al Sur,nos muestra en toda su magnitud la opresión y la muerte.

Nosotros: indígenas, negros y sectores populares de Améri-ca, reunidos en el II Encuentro Continental de Resistencia In-dígena, Negra y Popular, realizado del 7 al 12 de octubre de

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1991 en Xelajú, Guatemala, crisol de la resistencia y la culturamaya, con la fragilidad y el respeto heredado de nuestros an-cestros y en cumplimiento de nuestro firme compromiso, ad-quirido con el lanzamiento de esta campaña hace dos años enBogotá, Colombia, hemos avanzado en nuestra reflexión sobre:

1. Lo realizado por la invasión europea y euronorteameri-cana a nuestro continente, durante estos 499 años decolonialismo, neocolonialismo y evangelización.

2. El significado, uso y valor que para nosotros (indígenas,negros y sectores populares) tiene la tierra, ligado a lavida y a la defensa del entorno ecológico y de nuestrosrecursos naturales.

3. El papel de la mujer como generadora de vida y bus-cadora incansable de libertad.

4. La necesidad de un espacio protagónico para nuestrosjóvenes, enraizado en el rescate de la cultura y la cons-trucción de una identidad propia.

5. Avanzamos también en la reflexión y reafirmación denuestra lucha por una democracia real en todo el con-tinente, basada en la diversidad de lo multiétnico y plu-ricultural, para conducirnos a la creación de Estados quetengan ese mismo carácter dentro de la nueva patriaamericana por construir.

6. La reflexión por la defensa de los derechos humanos yderechos de los pueblos indios y negros en particular.

7. Avanzamos también en la reafirmación de nuestra con-dena al colonialismo y el neocolonialismo, rechazandotoda celebración o conmemoración que pretenda recono-cerlos o justificarlos; asimismo, reivindicamos la luchapor nuestra emancipación y autodeterminación.

8. Profundizamos también nuestra reflexión sobre la uni-dad indígena, negra y popular, definiendo lineamientosgenerales para nuestro accionar político a corto y me-diano plazo, de manera particular para el año de 1992.

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Con base en las anteriores reflexiones acordamos:

1. Reafirmar y ratificar los acuerdos de Bogotá, donde seinicia nuestra Campaña.

2. Reafirmar el carácter amplio y democrático de la Cam-paña y sus puntos de encuentro como espacios de re-flexión y participación que buscan generar y fortalecerprocesos unitarios de los pueblos indios, negros y lossectores populares del continente. En ese sentido creemos válido que los diversos sectoressociales del campo popular tengan su propia dinámicadentro de la campaña continental. Es en ese orden deideas que validamos y ratificamos el encuentro de Pue-blos Indios llevado a cabo del 17 al 21 de julio de 1990en Quito, Ecuador, dinámica esta que debemos seguirimpulsando y saludamos desde ya las iniciativas en talsentido de los demás sectores sociales que participan enla Campaña.

3. Declarar el año de 1992 como Año Internacional de Re-sistencia Indígena, Negra y Popular.

Nos proponemos:

1. Convertir en práctica nuestra oposición a la celebracióndel V centenario, presentando con nuestro accionar pro-puestas alternativas de acuerdo con los intereses de nues-tros pueblos.

2. Concretar la solidaridad de los sectores populares conla lucha de los pueblos indios.

3. Desarrollar el próximo año de 1992, entre otras, las si-guientes actividades con movilizaciones nacionales coor-dinadas a nivel continental:

— 8 de marzo, con motivo del Día Internacional de laMujer.— 1 de mayo, en el marco del Día Internacional de losTrabajadores.

V CENTENARIO: REACCIÓN DE LOS PUEBLOS INDIOS 127

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— 7-12 de octubre: realizar el III Encuentro Continentalde la Campaña 500 Años de Resistencia Indígena, Negray Popular, en Nicaragua. Simultáneamente realizar unparo continental.

4. Encauzar una ardua lucha por los presos políticos delcontinente, en particular por Leonard Pelthier, que tienedos cadenas perpetuas en Estados Unidos de Norteamé-rica.

5. Proponer a Rigoberta Menchú, de Guatemala, para elPremio Nobel de la Paz por su ardua lucha por la de-fensa de los derechos indios y humanos en general, desu país y del continente.

6. A partir de este II Encuentro, denominar la Campaña:500 Años de Resistencia, Indígena, Negra y Popular.

Xelajú, Guatemala11 de octubre de 1991.

El Comité de Unidad Campesina Guatemalteca, en palabrasde Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz, en po-nencia presentada ante el Seminario “Latinoamérica 500 años”,realizado del 2 al 5 de abril de 1992, en Estocolmo, Suecia,en lo que denominó “Nuestra América, 500 Años”, manifestó:

Los indígenas de hoy no podemos festejar la destrucción ni el so-metimiento de nuestros antepasados; tampoco 500 años de “evan-gelización” llevada a cabo con la espada, salvo honrosos y conoci-dos casos. Es mejor conocer la historia sin eufemismos. No podemosconsiderar la invasión europea simplemente como un encuentro dedos mundos. Esto fue el inicio del colonialismo, y posteriormentela imposición de un sistema de explotación y expoliación, que hastael día de hoy seguimos viviendo [...] Sin embargo, el V Centenario,más que establecer culpabilidades, debe marcar el inicio de un pro-ceso de construcción de condiciones para el verdadero encuentrohistórico de todas las culturas de nuestra América, sobre las basesde igualdad, en un mundo tan terriblemente desigual: respeto mu-tuo, y cooperación para un desarrollo independiente.

128 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

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El V Centenario debe ser el principio y fin de 500 años deopresión y discriminación para millones de habitantes de nuestrocontinente.

Para los indígenas se debe traducir en un proceso de auto-des-cubrimiento y de lucha por la transformación de las sociedades denuestra América.181

El Parlamento Indígena de América, en su Quinto Encuen-tro, celebrado en Otawa-Canadá, del 10 al 14 de noviembrede 1991, reiteró su acuerdo de no celebrar el 12 de octubre,y proclamó a 1992 como “Año de la sobrevivencia, reafirma-ción y resistencia indígenas”. Demandó: “al cumplirse los 500años de resistencia indígena el establecimiento de un nuevoorden internacional justo, eliminando todos los sistemas queocasionen pobreza, miseria, marginación e ignorancia en lospueblos indígenas del Continente”.182

El I Encuentro Internacional de Mujeres Indígenas de Centroy Sudamérica, celebrado en la ciudad de Lima, Perú, del 25al 27 de marzo de 1991, en cumplimiento del acuerdo de la Se-gunda Conferencia Internacional de Mujeres Indígenas (CIMI)realizada del 5 al 9 de agosto de 1990 en Karasjohka, PaísSami, al norte de Noruega, las delegaciones expresaron: “Quees oprobioso que hayan transcurrido en América casi 500 añosde invasión, saqueo, genocidio y explotación, por ello, la ce-lebración del mal llamado ‘encuentro de dos mundos’ fue uná-nimemente rechazada”.183

En la citada reunión de Xelajú, conforme nuestro seguimien-to, y referido especialmente a las organizaciones indígenasguatemaltecas, encontramos los siguientes puntos de vista, queamplía lo vertido por Rigoberta Menchú, en la ponencia citada.

Que la campaña de los 500 años se inscribe como una al-ternativa de celebración simultánea a los programas de cele-bración de:

V CENTENARIO: REACCIÓN DE LOS PUEBLOS INDIOS 129

181 Menchú Tum, Rigoberta, “Nuestra América, 500 años”, Noticias de Gua-temala, México, marzo-abril 1992, pp. 25 y ss.

182 Instituto Indigenista Interamericano, “Quinto Encuentro del ParlamentoIndígena de América”, Anuario Indígena 1991, México, 1992, pp. 327 y 328.

183 Véase Perú Indígena, núm. 29, 1991, p. 272.

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los gobiernos de Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y el Va-ticano, cuyas intenciones son para 1992, limpiar el nombre de Eu-ropa de su responsabilidad histórica como invasora, genocida ydestructora de las culturas del Continente Americano, adjudicandoa España el papel de mediadora entre la economía latinoamericanay el nuevo régimen monetario establecido, bajo la justificación dehaber traído a nuestros pueblos la civilización, la religión y elidioma.

Que España aparece en 1992, año de la constitución de laComunidad Económica Europea, como la mediadora con Amé-rica Latina, bajo la justificación de haber traído a nuestrospueblos la “civilización, la religión y el idioma”, aspecto quepuntualizó la también dirigente de CUC, Rosario Pú Gómez.

Para el caso guatemalteco, fueron significativos los actospolíticos culturales celebrados en el departamento del Quiché,que estuvieron a cargo de la Coordinadora Nacional de Ciudadde Guatemala (CONAVIGUA) y del Centro de ComunicacionesÉtnicas Runujel Junam (CER), ambas entidades de derechoshumanos que han sido duramente golpeadas por la violencia.

Rosalina Tuyuc, dirigente de CONAVIGUA y de la secreta-ria operativa del encuentro, advirtió: “[...] las democracias deLatinoamérica han servido únicamente para que grupos privi-legiados se aprovechen de ella, porque las grandes masas in-dígenas no han sido tomadas en cuenta para jugar el papelque les corresponde”.

Por su parte, la Universidad de San Carlos de Guatemala,184

seguramente la Universidad más importante del país y tambiénduramente golpeada por las dictaduras militares, emitió tam-bién un pronunciamiento sobre el V centenario; su título: “LaUniversidad y el V Centenario: ni festejo ni rencor”. La Uni-versidad formula y plantea una actitud crítica apoyada en lareflexión científica y con el propósito de contribuir a la for-mación de una conciencia nacional que sea el resultado delanálisis objetivo sobre la misma sociedad, y que sirva de basepara la construcción de un nuevo modelo de nación, que en

130 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

184 “La Universidad de San Carlos de Guatemala ante el quinto centenario”,apareció en los principales periódicos del país el 10 de octubre de 1992.

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tal sentido dicha conciencia debe reflejar la esencia de la di-versidad que caracteriza a la sociedad guatemalteca y no, comosucede en la actualidad, que lo que se llama conciencia nacio-nal sólo reproduce los intereses y aspiraciones de determinadossectores. El documento hace alusión a lo que considera dosposturas antagónicas que, aludiendo más al símbolo que alhecho histórico, la exaltan o la condenan. Estas actitudes—dice— son asumidas por quienes, por un lado, se preparanpara festejarla como un “encuentro de dos mundos”, un “des-cubrimiento”, y por otro lado, la de quienes, al execrarla, lla-namente proponen un modelo nacional de odio y revanchismoetnicista. Dada esa presentación bipolar, la Universidad de SanCarlos concluye en su documento formulando una invitacióna la reflexión y al diálogo y respuestas a la actual coyunturaasí como a los problemas que tradicionalmente no se han abor-dado y que dificultan el surgimiento de una nación democrá-tica.185

La Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG),a 500 años, planteó en las negociaciones sobre la paz en Gua-temala, los siguientes puntos sobre la identidad y derechos delos pueblos indígenas:186

Considerar la cuestión indígena en nuestro país es esencial. Resul-tado de la historia, mantiene su continuidad primigenia a lo largo

V CENTENARIO: REACCIÓN DE LOS PUEBLOS INDIOS 131

185 La información de las posturas ante el V Centenario de las organiza-ciones indias fue posible gracias a Rutzijol, selección quincenal de noticiasacerca del pueblo maya, Guatemala, 1 al 15 de octubre de 1991. Publicacióndel Centro Maya Saqbe. También de la revista Tierra Nuestra, núm. 4, México,cuarto trimestre de 1991. La revista es el órgano oficial de la Campaña 500años de resistencia indígena, negra y popular. También en Tinamit, Guate-mala, octubre de 1992. Periódico Siglo Veintiuno, Guatemala, núm. 939, año3, 12 de octubre de 1992.

186 “Seguramente hay una marcada diferencia en 1992, con participa-ción de los pueblos indios de Guatemala, el movimiento popular y la Uni-versidad de San Carlos de Guatemala e intelectuales contestatarios, frente ala pretendida celebración del llamado descubrimiento, con lo sucedido duranteel IV Centenenario con el gobierno europeizante de José María Reyna Barrios.En aquella oportunidad se trató de un homenaje a Colón y pleitesía a lasherencias europeas”. Dary, Claudia, “Cuando Guatemala celebró el IV Cente-nario”, Crónica, Guatemala, 24 de abril de 1992.

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de los siglos. Es inconcebible una solución nacional sin que ellasea lo medular. Es, a la vez, producto de la injusticia y componenteesencial del futuro.

Lo indígena es el elemento característico de nuestra sociedad.Es el sentido de orgullo y de identidad cultural, su estigma ybochorno por la forma en que se les ha oprimido y discriminado.

Desde hace 500 años se creó y se fue desarrollando un sistemaque ha ejercido como instrumento permanente la opresión cultural,la discriminación racial y la sobre-explotación económica. Pocas ve-ces en la historia de la humanidad un pueblo ha logrado resistiry sobrevivir a tanta brutalidad. Los pueblos indígenas que habitanGuatemala lo han logrado, han hecho una historia y están presentesen el reclamo de la justicia.

Con su participación, Guatemala encontrará el camino para re-solver definitivamente sus problemas. Es, al mismo tiempo, la ne-cesidad de todo el país y la construcción de una nueva patriademocrática. Urge el aporte y potencialidad de estos pueblos a lasolución de esta problemática, y la prevalencia de sus derechosrequiere un tratamiento específico y profundo. Sin él no hay solu-ción nacional posible.

La lucha por la identidad y derechos de los pueblos indígenasha sido una de las concepciones principales y práctica permanentede la URNG, como parte integrante de todo ese formidable torrenteque es la vida y la lucha del pueblo indígena.

Desde este ángulo y con este convencimiento consideramos ne-cesario e indispensable, en este punto particular de la negociación,la participación directa de representantes legítimos de los pueblosindígenas y recoger sus propias expresiones y aspiraciones.

Hay que llegar al fondo de los problemas superando los pater-nalismos, sin posiciones autosuficientes, sin romanticismo y con ob-jetividad, sin desconocer la historia y, sobre todo, apreciando losfrutos de ésta en el presente se puede avanzar hacia el futuro.

Los derechos e identidad de los pueblos indígenas se asientanen cuatro rubros principales:

1. Los derechos culturales de un pueblo empiezan por el respetoa su idioma, su valoración y por la posibilidad de usarlo, crearcon él y cultivarlo. Reconocer la práctica libre de su religión, ba-sarse en sus concepciones y realizar sus cultos o costumbres enparidad con cualquier otra. Tener acceso en igualdad de condicio-nes a todas las culturas, a la ciencia y a la técnica.

2. El derecho a mantener y perpetuar su identidad histórica ydesarrollarla hacia el porvenir, así como cultivar su memoria co-lectiva, es esencial para cualquier pueblo, pero en particular parael que ha sido discriminado. Esto conlleva, no la actitud estáticade reconocer un rasgo del pasado, sino establecer un hecho vigente

132 JOSÉ EMILIO ROLANDO ORDÓÑEZ CIFUENTES

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y vivo, susceptible y capaz de desarrollar y configurar conjunta-mente con otros factores nacionales el patrimonio global de la gua-temalidad sin límites ni restricciones.

3. El derecho político de la representatividad propia y específicatiene que ser explícito y positivo, y expresarse en todos los nivelesde la sociedad. Es consustancial para una solución integral, encon-trar las modalidades de división administrativa que conjuguen ex-presiones lingüísticas, formas y tradiciones jurídicas y necesidadeseconómicas.

4. Los derechos económicos de un pueblo que ha sido despojadode sus tierras y de los medios para subsistir y preservarse empiezanpor la restitución de éstas a sus legítimos dueños. Es elementalestablecer y practicar una igualdad de derechos y oportunidadescon su correspondiente retribución en las actividades productivaspara fortalecer y garantizar su bienestar y aporte a la construccióndel país, implementar programas prioritarios de desarrollo econó-mico, concebidos y administrados por los pueblos indígenas.187

Para concluir, cabe recordar la relación directa entre el ge-nocidio físico-cultural que fue el aniquilamiento de pueblosenteros, y el genocidio moral, que es la destrucción de la con-ciencia de la humanidad, como lo sugiere Giulio Girardi; así,el encubrimiento en la conquista permanente no tiene porobjeto únicamente los pueblos agredidos, sino también losagresores. Al encubrir los crímenes que construyeron y cons-truyen su riqueza y grandeza, Europa y Norteamérica se ocul-tan a sí mismas su propia realidad e identidad. La culturadominante es una mentira sistemática que a lo largo de lossiglos la humanidad va elaborando para defender la estabili-dad, es decir, para garantizar la tranquilidad de los ricos y laresignación de los pobres. Es una pintura con la que va blan-queando los sepulcros de su historia.188

V CENTENARIO: REACCIÓN DE LOS PUEBLOS INDIOS 133

187 URNG, Guatemala, Una paz justa y democrática: contenido de la negociación,Publicaciones de la URNG, abril de 1992; Morán, Rolando (comandanteURNG), “Apuntes para una visión sobre el V centenario”, periódico Siglo XXI,Guatemala, 12 de octubre de 1992, p. 13.

188 Girardi, Giulio, La conquista permanente, Nicaragua, Ediciones Nicarao,abril de 1992, p. 12.

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BIBLIOGRAFÍA SELECTIVA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135

A. Derechos humanos de los pueblos indios . . . . . . . . 135

B. El aspecto étnico-nacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143

C. El aspecto étnico-nacional: Guatemala . . . . . . . . . . . 150

D. Bibliografía hemerográfica, catálogos de documentos y recopilaciones legales . . . . . . . . . 164

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