ORACULO 21

28
ISSN 19092865 2010 / 21 Revista Oráculo 21.indd 1 25/04/2010 09:19:49 p.m.

description

Revista Oráculo 21.indd 1 25/04/2010 09:19:49 p.m. ISSN 19092865 Revista Oráculo 21.indd 2 25/04/2010 09:20:12 p.m. Ilustración: www.dragonartz.net 2010 / 21 ISSN 19092865

Transcript of ORACULO 21

  • ISSN 19092865 2010 / 21

    Revista Orculo 21.indd 1 25/04/2010 09:19:49 p.m.

  • ISSN 19092865

    2010 / 21

    Diseo de portadaGrupo nfasis en periodismoIlustracin: www.dragonartz.net

    4 La riqueza extrema de unos robots muy honrados

    6 Un oficio de alta tensin

    8 Veintids aos sin darse un duchazo

    10 En ruido y esmog, Bogot es campeona

    12 Dos esquinas mortales en Bogot

    14 Se busca anciano nacido en el siglo XIX

    16 La vida a 240 kilmetros por hora

    18 Las cifras extremas de la basura

    21 El desenfreno que devor todo un barrio

    23 Tarots, pcimas y hechizos, soluciones extremas

    25 El amanecer de un periodista

    Revista Orculo 21.indd 2 25/04/2010 09:20:12 p.m.

  • Bogot extrema

    Esta es la Bogot donde vivimos, pero vista por el reverso. Con ojos de buen reportero he-mos encontrado historias sorprendentes de una ciudad que oculta muy poco, por la dificul-tad que tienen las grandes urbes para disimular sus grandezas y sus mezquindades, sus desrdenes y sus excesos.

    Esta es la Bogot que nos desconcierta por indolente y por extrema, por atrasada y por posmoderna, en la que caben desde barrios enteros donde la gente se sigue baando con totuma y alumbrando con velas, hasta las bvedas de un banco donde solo trabajan robots de ltima generacin y ningn ser humano puede entrar.

    Esta es la Bogot de gente cuyo oficio es enfrentarse a cinco mil voltios cada da o donde para depositar la basura los camiones recorren una distancia cada mes que equivale a 38 veces el dimetro de la Tierra. Donde las avenidas se transforman en autdromos llegando la madrugada, o donde se mueven, si es que an pueden moverse, unas 26 personas con ms de 115 aos de edad. Un sitio, donde las iglesias evanglicas llegan a ser ms ruidosas que una fbrica con todas sus calderas en operacin.

    Esta es la Bogot que casi nunca nos detenemos a observar, donde siempre hay gen-te trabajando, incluso mientras los dems duermen, y donde en una sola cuadra se pueden ver 20 moteles seguidos y con una funeraria en toda la mitad. Una ciudad con una buena crnica para contar en cada esquina; un laboratorio enorme y abierto para hacer buen periodismo.

    Sergio Ocampo MadridEditor

    Revista Orculo es una publicacin de los estudiantes del nfasis en Periodismo de la Facultad de Comunicacin Social - Periodismo de la Universidad Externado de Colombia.

    RedaccinJuan Sebastin RiveraIvn Durn RojasAlejandra Gaitn OlarteDiego Castrilln FrancoMauricio Vidal GarcaJennifer ArvaloSofa Guevara CamargoVernica Tllez OliverosCamila PeaMnica Mara Parada LlanesDavid Castellanos

    EditorSergio Ocampo Madrid

    Director GrficoOrlando Valencia Sarmiento

    ColaboradorJairo Ivn Orozco Arias

    ImpresinDepartamento de PublicacionesUniversidad Externado de ColombiaColombia, Bogot D.C.2010

    Revista Orculo 21.indd 3 25/04/2010 09:20:27 p.m.

  • Secretos de la bveda del Banco de la Repblica

    Creator : DragonArtdragonartz.wordpress.com

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/us/

    All se produce plata de lunes a viernes y se almace-na por toneladas. Nadie puede entrar y para abrir la puerta se requiere que ocho hombres digiten una cla-ve secreta de la cual cada uno solo conoce una parte.Por Juan Sebastin Rivera

    n la interseccin don-de convergen dos de las avenidas ms transitadas de Bogo-t, la 68 y El Dorado,

    se halla esta construccin cuya fachada es tan discreta, tan sencilla en sus vol-menes planos y en su color grisceo, que nadie pensara que all hay ms dinero arrumado que en cualquier otro lugar de la ciudad y del pas.

    Es la Central de Efectivo del Banco de la Repblica, o sea la fbrica o cial del peso colombiano, una estructura de 62.417 me-tros cuadrados, equivalente a unos seis campos de ftbol juntos. En la entrada merodean guardias privados y policas que van de un lado a otro requisando el bal de los carros que entran. Parece una prisin hasta cuando se ve, serena e impa-sible, la imagen de la Mariana de la Liber-tad, el logotipo del Banrepblica.

    La seguridad all es tan compleja que inclusive dentro de la bveda no trabajan

    seres humanos y todas las tareas las ejecu-ta un honrado equipo de robots de ltima generacin. De acuerdo con Nstor Pla-zas, subgerente industrial del banco, nin-gn empleado conoce la clave completa para entrar a la bveda y la puerta solo se puede abrir cuando los ocho funcionarios de alto nivel que guardan esa informacin de modo parcial se encuentran y cada uno digita su parte.

    Las fuentes del Banco son muy reserva-das al hablar sobre la cantidad de dinero que se produce diariamente y el que se almacena all. Sin embargo, Plazas a rma que al da, de lunes a viernes, se pueden estar produciendo alrededor de tres mi-llones de piezas en dos denominaciones diferentes, lo cual vara dependiendo de las necesidades de la economa nacional.

    Haciendo cuentas por lo bajo, si de esos tres millones de ejemplares, 1 milln 500 mil fueran de billetes de $1.000 y los otros fueran de billetes de $2.000, siendo esas dos las denominaciones ms pequeas

    del papel moneda colombiano, la Central de Efectivo producira como mnimo 4 mil 500 millones de pesos al da, lo cual, mul-tiplicado por 260, que son los das hbiles del ao, dara un billn 170 mil millones. Cmo sern las cifras cuando se estn im-primiendo billetes de $50 mil?

    Como no todos los das es necesario inyectarle efectivo a la economa, el dine-ro producido se almacena en la bveda. Segn Plazas, por lo general puede estar ocupada al 70 por ciento.

    La bveda est separada de la tentacin humana a travs de obstculos que hacen prcticamente imposible el acceso al teso-ro. Un grueso enmallado de acero rodea toda la Central. Adentro, como si se trata-ra de un tpico castillo medieval, un foso rebosante de agua inmvil y oscura con- na a quienes hubieran podido superar el enmallado. La estructura est elevada en pilotes sobre el suelo para que sea impo-sible abrirse paso a travs de un tnel, y muros de concreto de altas especi cacio-

    orculo 021 Enero - Mayo 20104

    Revista Orculo 21.indd 4 25/04/2010 09:20:37 p.m.

  • nes antiproyectil aslan el espacio interior.Adentro, el recinto tiene 18 metros de

    altura ocupados por estanteras de ocho niveles en las que reposan contenedores metlicos con el efectivo que llega desde la imprenta a travs de un mecanismo de bandas. Dos tipos de robots se encargan de organizarlo: el AGV y el As/Rs. El primero es un vehculo montacargas que cuenta con un patrn ptico y un lser que le permiten de nir dnde hay espa-cios vacos para ocupar con contenedores de efectivo. El As/Rs trabaja en sincrona con el AGV para subir los contenedores a las estanteras. Los dos sistemas son con -gurados a travs de un software y desde ese momento no necesitan ms interven-cin humana, ni siquiera para recargar las bateras, pues lo hacen por s solos.

    La apertura de la bveda es un ritual ms hermtico que el de cualquier logia secreta. Cuando se requiere abrir la puerta, siem-pre para hacer mantenimiento o arreglar algn desperfecto, se rene el equipo de los ocho funcionarios que poseen una parte de la clave, desconocida por el resto. Jorge En-rique Snchez, ex subgerente administrati-vo del Banco, explica que luego de haber armado la clave completa la puerta conti-na cerrada, pues los miembros del grupo

    Creator : DragonArtdragonartz.wordpress.com

    http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/us/

    deben programar, a travs de un tempori-zador elctrico, la fecha y la hora cuando se abrir, y el tiempo que se emplear adentro. Si alguien excede ese trmino ser necesa-rio desactivar numerosas alarmas y rendir cuentas al Banco a travs de un informe.

    En la bveda no solo hay efectivo recin salido de la imprenta: hay tambin billetes que han circulado durante aos. Esto se debe a que dentro de las labores del Banco est la destruccin y recuperacin de efec-tivo. La banca comercial tiene la obligacin de cambiar en la Central de Efectivo el cir-culante deteriorado por piezas nuevas. Los billetes que se quedan en la Central entran a un proceso de evaluacin en el cual una mquina veri ca la calidad de cada billete a partir de ciertos parmetros programa-dos por personal de la planta.

    Los que no pasan el examen se trasladan a una segunda mquina donde son pica-dos en pedazos muy pequeos. Los que lo pasan son empacados nuevamente y enviados a la bveda.

    El dinero que sale de la Central es trans-portado por vehculos de valores a una bveda auxiliar en la carrera sptima con calle 13, para ser distribuido en los bancos comerciales de la capital. El que es envia-do a las principales capitales del pas sale de la Central de Efectivo en la madrugada con destino al aeropuerto Eldorado en un operativo tan seguro que siempre incluye al ejrcito, a rma Snchez.

    El efectivo puede llegar a cualquiera de las 16 capitales de departamento que cuen-tan con bvedas del Banco. A los munici-

    pios pequeos y a los pueblos llegan los billetes ms gastados, o sea los que ya han circulado por las capitales. Por esa razn, en las ciudades ms grandes se puede palpar con frecuencia circulante nuevo, mientras que en los corregimientos alejados por lo general el papel moneda est deteriorado.

    Snchez a rma que antes a los funcio-narios se les prohiba dar cualquier m-nimo detalle sobre la seguridad de las bvedas o incluso una aproximada des-cripcin del recinto. Sin embargo, todo ha dejado de ser un tab gracias a la se-guridad extrema de hoy, y ya incluso se permiten visitas didcticas al rea de la imprenta. La seguridad del lugar se ha venido logrando gracias a visitas envia-das por el Banco a la Reserva de Estados Unidos, de Canad y de Inglaterra, y a asesoras que esos pases han hecho al Banco de la Repblica, despus de algu-nos intentos de robo (ver recuadro).

    Todo este mundo de robots, claves secre-tas y protocolos rigurosos no tiene ms de nueve aos. Hasta el n del siglo XX oper la antigua bveda ubicada en los stanos de la sede principal, en la Sptima con Ji-mnez. Siempre se rumor que all, bajo ese suelo del parque Santander y los viejos rieles del tranva, haba un tesoro fabuloso en billetes y en lingotes de oro. Lo bueno es que era cierto y as lo fue hasta arrancar este siglo, cuando el oro dej de ser el patrn de la moneda y las reservas del metal se fue-ron a Londres, donde estn almacenadas, y cuando la bveda del efectivo y toda su parafernalia se traste para El Dorado.

    Cmo se hace un billete

    1. Pliegos de papel en blanco son introducidos en una mquina que imprime el fondo multicolor del billete.

    2. Despus de un perodo de secado se lleva a cabo la impresin intaglio (alto relieve) del rostro del persona-je y de la denominacin del billete.

    3. Despus de un perodo de secado se hace la impresin tipogr ca

    del nmero de serie de los billetes y de las rmas.

    4. Los pliegos son cortados en bille-tes y empacados en pacas. Una paca contiene 10 fajos y cada fajo, 100 billetes.

    5. Las pacas son introducidas en contenedores. A travs de cintas deslizantes los contenedores son enviados a la bveda.

    Agosto de 1973: fueron sustrados aproximadamente 41 millones de pesos, cantidad importante para la poca si pensamos que las autorida-des llegaron a ofrecer 500 mil pesos para dar con los responsables.

    En 1982: las autoridades descu-brieron un tnel que conduca al interior de la bveda de Pasto; no hubo dinero perdido.

    En 1994: la entidad sufri el robo de 24 mil millones de pesos en la bve-da de Valledupar. La participacin de los vigilantes del Banco, de la Polica y de algunos tesoreros llev a extremar las medidas de seguridad.

    Intentos de robo

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 5

    Revista Orculo 21.indd 5 25/04/2010 09:20:41 p.m.

  • Linieros, los hombres elctricos

    Pocos trabajos se hacen con un riesgo tan evidente para la vida como ste de los linieros, o sea los hom-bres que reparan los postes y cables de alta tensin.Por Ivn Durn Rojas

    ilmer Alexander Ochoa no solo trabaja cada da expuesto a una

    descarga de 11.400 voltios, ms del doble de la energa con que opera la silla elctrica. Adems de eso, su labor le exige estar montado en una escalera desplegable de unos 10 me-tros de largo, lo que equivale a un edi cio de cuatro pisos. Su o cio no tiene das duros ni das ojos porque siempre hay cables de luz para repa-rar, aunque diciembre s es el mes ms pesado por el despliegue de ilu-minacin que necesita la ciudad.

    l es uno de los 483 linieros (o re-paradores de lneas elctricas) que hay en Bogot. Es independiente y su fuente de trabajo casi siempre son los contratistas externos de Codensa. Su jornada empieza a las 8 a.m. con el mismo ritual: poner-se el overol, los guantes, las botas dielctricas (que aslan la electrici-dad) y el cinturn; luego, asegurar su casco con el barbuquejo y colgar las gafas protectoras alrededor de su cuello. Nada de esto puede fal-tar si no quiere morir tostado enci-ma de un poste.

    En su cinturn lleva unas herra-mientas demasiado normales para un trabajo tan complejo: pinzas, ali-cates, destornillador y un cuchillo, aunque tambin objetos altamente so sticados, como los medidores de la resistencia y la potencia de la energa, cuya manipulacin exige cuidado pues su costo oscila entre un milln y un milln y medio de pesos. l y su equipo siempre tra-bajan con la energa circulando, a menos que se trate de reparar o cambiar un transformador. Ante eso s estn obligados a cortar la luz del sector.

    Durante tres semanas estuvo de-dicado casi exclusivamente a las lu-ces de navidad: primero, en el Par-que Nacional y luego en cualquier otro sitio hasta que se completaron los 15 millones de bombillos que tuvo Bogot el n de ao pasado.

    Seguir los procedimientos para l es cuestin de vida o muerte. La mayora de los accidentes son por descuido de los electricistas porque se confan asegura; uno siempre debe proceder segn el protocolo. En este o cio la con- anza mata.

    Eso fue lo que le ocurri al opera-rio Roberto Prez, quien hace unos meses estaba subido en un poste cuando la espalda empez a picarle. Como tena todo el equipo puesto, y rascarse con guantes es muy in-cmodo, decidi quitarse uno para llegar hasta el punto de la comezn. Luego olvid volver a ponrselo y regres a trabajar en el poste, toc uno de los fusibles que iba a reparar y sinti el fuerte hormigueo de la co-rriente; aunque alcanz a zafarse, lo hizo con tanta fuerza que se cay de la escalera. Gracias a Dios cuenta Wilmer, aparte de la descarga y el golpe no le pas nada.

    Para entrar a trabajar en este o -cio no hay tantas exigencias como se podra pensar. Solo estn exclui-dos quienes tengan algn proble-ma cardiaco, mala visin, vrtigos o padezcan de acrofobia (miedo a la altura). Alfonso Gonzlez, el jefe de Wilmer, es muy estricto al contratar personal y los exmenes mdicos son un requisito absoluto. Despus les practica un examen de conocimiento elctrico general, y nalmente organiza un simulacro para ver de qu manera acta cada

    Ilust

    raci

    n: e

    iko

    orculo 021 Enero - Mayo 20106

    Revista Orculo 21.indd 6 25/04/2010 09:20:46 p.m.

  • nuevamente para evitar problemas.Los aguaceros siempre son un obs-

    tculo serio. Cuando llueve fuerte-mente el trabajo se suspende, pero si el chaparrn es leve continan hasta donde el agua les permita trabajar. Casi siempre se despiden a las 5 de la tarde, cuando la luz natural empieza a caer, aunque si es necesario pueden quedarse ms tiempo. Eso depende de las necesidades.

    Linieros, los hombres elctricos quien cuando est en el poste. To-dos deben acreditar algn estudio, sea tcnico o universitario, vincu-lado con electricidad.

    En general los trabajadores de esta rama son gente temeraria y poco dada a los nervios. Dentro del equipo existe siempre un am-biente relajado relata Gonzlez. Podra decirse que siempre estn ms preocupados por qu van a al-morzar que por subirse a los postes y trabajar con miles de voltios.

    Uno de los pocos que no tiene car-tn es Chato, pero eso lo compen-sa con una actitud siempre desen-fadada y resuelta, aun para aceptar los trabajos que pueden constituir mayor riesgo, como hacer repara-ciones bajo la lluvia. Ahora bien, el valor que ostenta el Chato frente a la altura y la corriente desaparece del todo cuando ve una araa. Sal-ta como loca cuando ve una cuen-ta divertido su compaero Andrs. No le tiene miedo a morirse achi-charrado por un corrientazo y s a un animalito que no hace nada.

    Andrs, Alfonso, el Chato y Wilmer son una estirpe de se-res especiales, la de los hombres elctricos. Su trabajo annimo y a menudo solitario (trabajan en equipos de mximo seis) logra que la gente pueda tener luz solo con

    oprimir un interruptor en su casa. Un descuido de ellos, aparte de la seguridad personal, puede dejar sin energa comunidades enteras y por lapsos que pueden ir hasta de un da para otro. Y es muy grave que un barrio en Bogot se quede sin luz toda una noche.

    Y a pesar de lo trascendente de su labor, ninguno devenga un sueldo que traspase los 550 mil pesos, o sea el salario mnimo ms unos 50 o 60 mil pesos, siempre con contratos a trmino jo. Lo peor es que la ma-yora se gasta esa plata de una sola vez dice Alfonso; se ponen a to-mrsela por eso casi siempre an-dan sin un peso en el bolsillo.

    Los grandes enemigos de las cuerdas de la luz son los rayos, que cuando caen daan las cauelas (esos cilindros pequeos y blan-cos a los que parecen anudarse las lneas). El invierno es el otro gran adversario, pues el exceso de llu-via y de humedad afecta los cables. En tercer lugar estn las cometas y otros objetos que la gente lanza, y por ltimo estn los animales. En este grupo, las palomas son los te-rroristas por excelencia en cuanto a atentados contra la infraestructura energtica. Increblemente, cuando muchas palomas se paran en un ca-ble lo estiran y hay que tensionarlo muchas palomas se paran en un ca-ble lo estiran y hay que tensionarlo

    Fotos: www.morguefile.com y archivo personal del autor

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 7

    Revista Orculo 21.indd 7 25/04/2010 09:20:57 p.m.

  • En pleno siglo XXI, en Bogot, la cacareada Atenas suramericana, hay medio centenar de barrios en los que la gente se baa con totuma y lava la ropa en nacederos. No estn en el mapa del acueducto Por Alejandra Gaitn Olarte

    Los extremos de la pobreza

    a mitad de la casa de Mnica Corts no est ocupada por muebles, electrodo-msticos ni enseres; est llena de baldes,

    poncheras y botellas de agua, y en su bao hay una ducha que nun-ca ha sido estrenada: se oxid de no usarla, dice ella quien vive en Altos de Cazuca, un sector entre Soacha y Ciudad Bolvar, donde el acueducto todava no ha llegado.

    En la poca en que la familia de Yei-mi Torres arrib aqu, hace 22 aos, en la zona haba solamente rboles y quebradas. Las tres oleadas de inva-siones dejaron como resultado una comuna construida en plena montaa, donde el 98% de sus habitantes llega-ron como desplazados y la a uencia fue de tal magnitud que en 30 aos se crearon en el lugar ms de 44 barrios.

    Segn el Dane, Altos de Cazuca o La Loma, como lo llaman sus habi-tantes, es el lugar con ms desplaza-miento en el pas despus de Choc. Para el 2006 contaba con 63.245 habi-

    tantes, y de acuerdo con la Alcalda hay 80 mil en la actualidad, de los cuales el 70% lleg empujado por la violencia, y el otro 30% son personas de bajos recursos que encontraron all un lugar donde economizar.

    Cuando comenz la invasin todos se instalaban cerca a La pileta, al lado de donde actualmente queda el cole-gio pblico Gabriel Garca Mrquez. sta era la nica fuente de agua que haba en toda el rea. Mnica Corts recuerda que hace 16 aos tena que acompaar a su mam y a sus herma-nos mayores a recoger el suministro para toda la semana: Quedaba lejsi-mos de mi casa, tocaba traerla en bu-rro, en cicla o en lo que fuera, dice.

    En su tiempo el agua se suba en burro a dos mil pesos cuatro galones; ahora las mangueras instaladas rudi-mentariamente llevan a Cazuca el ser-vicio tres veces por semana o dos veces al mes, dependiendo de la parte de La Loma en donde est ubicada la casa.

    Hace cinco aos se nombr un dele-gado para encabezar el proyecto que buscaba dar servicios al sector, ya que

    tampoco contaban con electricidad. Sin embargo, la Alcalda no lo aprob y entonces optaron por colgarse de sitios donde la luz s era legal. Entre los vecinos instalaron los cables que hacan falta para encender bombillos en las casas. As mismo, en ciertos sec-tores los habitantes sacaron unas vas de acueducto y de alcantarillado im-provisado que mejor pero no arregl el problema de abastecimiento.

    El acueducto local consiste en un sistema de rotacin de mangueras, las cuales tienen dos puntos principa-les de abastecimiento: El tanque y La pileta. Desde all se abrieron nuevas vertientes para que llegara a otros lados: los tubos de PVC fueron insta-lados bajo tierra por todo el sector y el agua se pudo distribuir a la mayor parte de la poblacin.

    Probablemente no hay persona ms conocida en La Loma que Francisco Cabezas, el fontanero. A l se le pa-gan 4 mil pesos mensuales para abrir los registros, y eso lo hace el amo y seor del acueducto. Y aunque para muchos lo que hace es un abuso, pues

    Foto

    s: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    orculo 021 Enero - Mayo 20108

    Revista Orculo 21.indd 8 25/04/2010 09:21:08 p.m.

  • En pleno siglo XXI, en Bogot, la cacareada Atenas suramericana, hay medio centenar de barrios en los que la gente se baa con totuma y lava la ropa en nacederos. No estn en el mapa del acueducto Por Alejandra Gaitn Olarte

    Los extremos de la pobreza abre cuando quiere y controla el agua por manzanas segn quienes hayan pagado, todos estn de acuerdo en que si l no estuviera, los barrios no tendran el servicio.

    Una de las hermanas de Mnica Cor-ts le pagaba al fontanero para que el agua le llegara tres veces por semana, pero ni siquiera el dinero le garantiza-ba eso, puesto que casi nunca llegaba y cuando lo haca, era en la noche y en el da que no deba.

    El agua all es por tradicin un ser-vicio comunitario, lo cual quiere de-cir que lo que sobra de Bogot es lo que llega, y por lo tanto no es cons-tante ni seguro. Si en la capital se consume ms, simplemente Cazuca se queda seca. Cada vivienda como elemento primordial tiene depsitos: baldes, botellas, canecas y tanqueci-tos de plstico. Todas las casas dejan las llaves abiertas para darse cuenta a qu hora empieza a correr el lqui-do. Les toca siempre trasnochar para lavar, pues normalmente esto sucede a la medianoche y se va de nuevo a las 4 o 5 de la maana.

    Daniel Samudio y Judith Portela son padres de dos nios. El agua les llega una o dos veces por semana dependiendo de si hay o no en La pileta, pero no es extrao que duren hasta ocho das sin el servicio. En ese caso les toca ir 300 metros ms arri-ba para abastecerse. La ropa suele acumularse por semanas, hasta que llega agua a la casa y a las carreras la logran meter a lavar, pues ellos son una de las pocas familias afortuna-das que tienen una lavadora, que si bien no utilizan muy seguido les evi-ta usar los lavaderos pblicos.

    Daniel trabaja en una institucin educativa de la zona y cuenta que el asunto es an ms grave en la escuela, pues se llama a los bomberos y a los carrotanques para abastecernos pero ellos colaboran solo cuando quieren, nos quedamos esperndolos das en-

    teros!. No obstante, no suspenden clase por ese motivo: si fuera as, nun-ca tendran clase.

    Los tres lavaderos pblicos, que son varias piedras acomodadas prximas a un charco y una mangue-ra, estn ubicados en una de las par-tes ms bajas de La Loma. All llegan todas las amas de casa para lavar la ropa. Al lado de stos, Luisa Castao ubica en mitad de la calle su lava-dora y cobra tres mil pesos por cada tanda de ropa. Pero son muy pocas las familias que pueden darse el lujo de pagar esta cantidad de dinero, cuando algunos ni siquiera cuentan con un salario mnimo.

    Miller Hernn Tovar es uno de los afortunados que tiene agua da de por medio, pero treinta pasos ms arriba Mara Palacios cuenta y vive otra historia. Lleva 15 das sin el ser-vicio. Desde su casa hasta El tanque hay que caminar ms de medio kil-metro; de all le cobran mil pesos por subir un galn de agua que aproxi-madamente llena 15 botellas. A trancas y a mochas sacamos a los chi-nos adelante, dice. La rutina diaria es bajar con sus dos hijos de 14 y 15 aos a las 2 de la maana a coger un turno en el lavadero, terminar a las 5 de la maana y que los jvenes se baen a totuma para ir al colegio.

    Para Yeimi Torres, que lleva 22 aos viviendo en Cazuca, es un poco ms complicado. Desde los lavaderos has-ta su casa hay fcilmente 25 minutos caminando a buen ritmo y sin ningn peso adicional al del cuerpo. En este punto, uno de los ms elevados de toda La Loma, normalmente el agua llega cada veinte das o cada mes.

    Yeimi tambin tiene que acudir a los lavaderos pblicos. Despus de pasar todo el da esperando turno y lavando a mano, sube la ropa mojada en bal-des o al hombro. Con ayuda de sus dos hijos de 7 y 8 aos, recoge agua en canecas para el bao y la cocina. Fi-nalmente, despus de una jornada de aproximadamente cinco horas, sube de regreso a su casa. Sus hijos bajan 5 veces por semana al colegio y 20 veces para abastecerse del lquido.

    El 2 de noviembre empezaron las obras para que despus de veinte aos cargando agua llegara el acue-ducto a La Loma como Dios manda. Sin embargo, en una reunin con las personas de Cazuca les dijeron que era un servicio provisional mientras se haca el de verdad, y que en algu-nos barrios ste solo llegar en unos dos aos. Mientras tanto, de la ducha de Mnica Corts solo seguir salien-do el polvillo no y la tierra que cae cuando la sacuden.

    Segn el Acueducto, una persona en Bogot con-sume en promedio 76,32 litros diarios. De stos, 30 litros son usados en sanitarios y otros 19 al

    baarse. Entre tanto, una familia completa en Altos de Cazuca puede llegar

    a utilizar hasta 3 galones de agua al da: equivale a 12 litros, que incluye la alimentacin y el aseo de

    todo el grupo.

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 9

    Revista Orculo 21.indd 9 25/04/2010 09:21:19 p.m.

  • Por Diego Castrilln Franco

    os habitantes de Bo-got estn expuestos a niveles de ruido, humo y contaminacin visual que estn por encima de las cifras aconseja-

    das para evitar repercusiones en su salud mental y fsica.

    Saba, por ejemplo, que un habi-tante de Bogot est expuesto a un promedio de entre 10 y 20 decibeles ms de ruido que el permitido? Para la metrpoli se admiten en el da 65 decibeles y en la noche 55, pero las cifras reales estn entre 72,4 y 78,5 decibeles. Ese exceso de ruido trae consecuencias para la salud que in-cluyen trastornos psicolgicos, estrs, di cultad para dormir bien e incluso prdida del equilibrio.

    Pero el ruido no es el nico conta-minante del ambiente. Los efectos negativos que tiene el aire que res-piramos tambin son bastantes. Los estudios demuestran que el principal problema de calidad del ambiente en la capital, es el material particulado, medido como PM10. El promedio de dicho contaminante es de 63,9 g/m3; es decir, hay 63,9 millonsimas partes de gramo por cada metro cbico de aire. Segn la propia Alcalda Mayor de Bogot. La exposicin al humo de segunda mano, chimeneas, avenidas o calles de alto trnsito tambin est asociado a mayor presencia de snto-mas de enfermedad respiratoria.

    Bogot es la ciudad ms contamina-da del pas y la sexta en Latinoamrica por encima de ella estn Ciudad de

    Mxico, Santiago de Chile, Ciudad de Guatemala, Sao Paulo y Guadalajara, segn la Asociacin Interamericana para la Defensa del Medio Ambiente.

    Las sustancias que contaminan el aire de los bogotanos son dos, princi-palmente: la primera es PM10, com-puesta por todas aquellas partculas que expulsan los vehculos que usan combustibles de mala calidad. Su ta-mao es tan pequeo que puede pene-trar en las vas respiratorias. La otra es el CO o monxido de carbono, que es producido cuando se queman com-bustibles como gas, gasolina, carbn, petrleo, o cuando hay un auto dete-nido con el motor encendido, explica Freddy Vargas, integrante de la Red de Monitoreo de Calidad de Aire de Bogot (RMCAB). Ilu

    stra

    cin

    : ww

    w.d

    rago

    nart

    z.ne

    t

    orculo 021 Enero - Mayo 201010

    Revista Orculo 21.indd 10 25/04/2010 09:21:29 p.m.

  • El sector de Bogot que peor aire respira es el de la zona industrial, ya que es el rea con mayor cantidad de empresas con fuentes de emisin y chi-meneas. Los 5.585 habitantes que resi-den all, segn el censo realizado por el DANE en el ao 2005, reciben conta-minantes de la elaboracin y procesa-miento de plsticos, textiles, qumicos, metalmecnica, gaseosas, tabaco, con-centrados e industrias alimenticias.

    La buena noticia es que Ecopetrol debe reducir las partculas de azufre en el Diesel, gracias a que el Represen-tante a la Cmara por Bogot, David Luna, logr en el 2007 la aprobacin de la Ley del Diesel (1205 de 2008).

    Humo y mucho ruido son los princi-pales contaminantes del medio ambien-te en la capital. Tanto es el ruido que el 73% de los 2.113 establecimientos, como fbricas, bares, iglesias, visitados hasta septiembre de 2009, se encuentra fuera de los parmetros establecidos por la Resolucin 0627 de 2006, que re-glamenta la cantidad de decibeles que puede emitir un determinado lugar.

    Las iglesias de todo tipo de religin es-tn tranquilas, por ahora, ya que se en-cuentran protegidas por el Decreto 311 de 2006, conocido como el Plan de Cul-to. Dicho proyecto les da un plazo hasta 2010 a todos los centros religiosos para ponerse al da en las modi caciones que el plan requiere que van desde mejoras arquitectnicas para evitar sustos a la hora de un sismo; adelantos acsticos, para no molestar a las comunidades cercanas a los centros religiosos, hasta mover aquellos lugares que son de alto riesgo para no poner en peligro a los feligreses. Aunque la Secretara sigue realizando controles a estos estableci-mientos, segn Rodrigo Molano, asesor en el rea de ruido, las inspecciones se realizan a los elementos que generan so-nido, como los instrumentos musicales, campanas de iglesia, etc..

    Al humo y al ruido hay que sumar-les la contaminacin ambiental: un tipo de contaminacin que no se pue-

    Hacia 2008, se realiz un inventario para saber cuntas vallas cumplan la reglamentacin establecida. Los resul-tados mostraron que en Bogot solo 57 de ms de 1.000 de estos artefactos te-nan la licencia que les permita funcio-nar. Por esta razn, el Distrito otorg un plazo para que las otras se pusieran en regla. Julin David Gonzlez, asistente de vallas, a rma que an se siguen haciendo desmontes a las vallas que no cumplen la norma y las medidas res-pectivas que son, altura mxima de 24 metros y un rea no mayor de 48 m2 y as evitar la ilegalidad. Las sanciones se liquidarn de acuerdo al Artculo 85 de la Ley 99 de 1999, segn la cual el infractor deber pagar una multa de acuerdo con el dao que haya propicia-do al paisaje de la ciudad y el valor que tiene el desmonte del elemento.

    Estas son las consecuencias que Bo-got sea una metrpoli que alberga cerca de siete millones de habitantes, donde unos luchan por no contaminar, pero muchos otros viven de hacerlo.

    Punto Nivel monitoreadoNivel

    permitido

    Carrera 30 con calle 8 A sur (Puente Aranda)

    75 77 dB 70 dB

    Carrera 7 con calle 45 (Chapinero)

    77 78 dB 65 dB

    Carrera 7 con calle 19 (Santa Fe)

    75 78 dB 70 dB

    Carrera 10 con calle 11 (Mrtires)

    76 dB 70 dB

    Avenida 1o de mayo con avenida Boyac (Kennedy)

    76,5 dB 70 dB

    Calle 85 con carrera 7 (Chapinero)

    73 77 dB 70 dB

    Carrera 100 con calle 22 (Fontibn)

    75 - 78 dB

    27-30 Di cultad en conciliar el sueo

    35 Prdida de calidad del sueo

    40 Di cultad en la comuni-cacin verbal

    45 Probable interrupcin del sueo

    50 Malestar diurno moderado55 Malestar diurno fuerte65 Comunicacin verbal

    imposible70-80 Prdida de odo a largo

    plazo110-140 Prdida de odo a corto

    plazo

    Efectos nocivos del exceso de ruido (dB)

    de descuidar pues hace que la ciudad se vea fea y muy cargada. En cifras parciales del ao 2009, la Secretara de Ambiente retir 28.269 elementos de publicidad ilegal; desde aquellos a -ches ubicados en los postes, hasta las vallas publicitarias que no cumplen las medidas establecidas o no tienen el registro del ente Distrital. Estos des-montes se han realizado en las 20 loca-lidades de la capital. Chapinero fue la localidad ms contaminada, con 4.604 elementos, y la menos sucia fue San Cristbal, que solo tuvo 370.

    Con todo y campaa poltica, a par-tir de enero del 2010, elementos como los pendones y pasacalles tendrn una reglamentacin ms fuerte. Los pen-dones, con dos caras de exposicin, debern ser de 0,7 metros de ancho por 2 de alto; y los pasacalles, con solo una cara, de 80 centmetros de ancho por 5 metros de alto. Para los pendones, la medida ser de 22 metros de ancho; entre pendn y pendn se tendr que respetar una distancia de 200 metros, mientras que entre pasacalles ser de 300. Si se quiere que estos elementos no sean retirados de la va pblica, de-ben anunciar eventos culturales, arts-ticos, polticos o deportivos. Datos de la Secretara de Medio AmbienteFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    el a

    utor

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 11

    Revista Orculo 21.indd 11 25/04/2010 09:21:38 p.m.

  • Lugares extremos de la ciudad

    En la Boyac con Primero de Mayo hay un muerto da de por medio, luego de ser atropellado por unos carros que no bajan de 90 kilmetros por hora. La 100 con 15 es la reina de los choques.Por Mauricio Vidal Garca

    Las 5 esquinas con ms choques:

    Ilust

    raci

    n: w

    ww

    .vec

    tori

    zado

    s.co

    m

    orculo 021 Enero - Mayo 201012

    Revista Orculo 21.indd 12 25/04/2010 09:21:44 p.m.

  • ada 7 horas es atrope-llada una persona en la Avenida Boyac con Primero de Mayo. Un

    total de 1.095 bogotanos al ao sufren graves lesiones fsicas por acciden-tes en ese mismo lugar. De stos, 195 mueren, lo que signi ca que hay 3 vc-timas por semana. sta es la esquina ms peligrosa de Bogot.

    La mayora de los accidentes se da por la imprudencia de los conducto-res al manejar, el exceso de velocidad y el uso del telfono mvil mientras conducen, a rma Viviana Martnez, agente de trnsito.

    Buena parte de las vctimas son los propios comerciantes de la zona. As lo cuenta Carlos Bermdez, dueo de un local de vveres en la Avenida Boyac con Primero de Mayo, quien pas un gran susto este ao cuando su hijo Claudio, el que hace los domici-lios de la tienda, transitaba la avenida en su bicicleta y un bus de Expreso Bolivariano lo atropell. Por fortuna, el joven de 16 aos slo se fractur el tobillo izquierdo, pero qued trauma-tizado con el episodio.

    Los das de mayor accidentalidad son los viernes y sbados, pues la llamada esquina ms rumbera de Bogot, cua-drapicha, queda a tan slo unos pasos de all. En la madrugada, la gente sale con unos tragos de ms de las discotecas y recorre a pie el sitio sin tener en cuenta que los vehculos transitan a ms de 90 kilmetros, pues la va est desierta.

    Carlos Padilla, agente de trnsito, quien trabaja en este punto cuatro ho-ras al da, asegura que pone entre 15 y 20 comparendos diarios. Sin embargo,

    esto no ha disminuido el ndice de vc-timas en la esquina.

    Casi 176 cuadras hacia el norte, yendo por la Boyac, subiendo por la calle 80 y tomando la carrera 15 se encuentra la esquina con ms choques de la ciudad. El round point de la calle 100 con carrera 15 es considerado el punto ms concu-rrido y con ms accidentes de trnsito. All, aproximadamente hay 12 choques diarios, es decir 4.380 al ao, segn la Secretara de Trnsito del Distrito.

    En esta inmensa glorieta desembo-can 9 avenidas en diferentes direccio-nes: la carrera 15, de norte a sur y de sur a norte; la calle 100, de oriente a occidente y viceversa; la avenida NQS; la transversal novena de norte a sur, y la carrera 17. El tr co es constante y la sealizacin es de ciente.

    En el sector hay ocho semforos, lo que signi ca que siempre hay vehculos en movimiento y bastante desorden por el exceso de rutas que con uyen y se abren nuevamente hacia los cuatro pun-tos cardinales. Si un conductor viene en su automvil por la carrera 15 y quiere dirigirse hacia la calle 100 al occidente, debe hacer el pare en tres semforos, cada uno con duracin de un minuto y 10 segundos en promedio. Esto implica que siempre hay congestin en el rea, aun en horas que no son pico.

    Hasta hace 16 aos exista all una gran rotonda que bsicamente distri-bua los carros de la 15 y la calle Cien. En el centro se levantaba la famosa pa-goda que regal el gobierno coreano al pas en gratitud por la presencia co-lombiana en la guerra de Corea. Pero la ampliacin de la NQS (que se vuel-ve novena) y el trazado de la 17 obli-

    garon a hacer un paso subterrneo. El problema recuerda el ex alcalde Jaime Castro, en cuya administracin se construy el viaducto que pasa por debajo es que la obra requera de un puente circular de segundo nivel que se dej proyectado pero el siguiente alcalde no lo hizo.

    Por todo eso, el sector es catico. Rafael Muoz, agente de trnsito que trabaja en este sitio doce horas al da y cinco das de la semana, asegura que pone entre 30 y 40 comparendos diarios debido a la imprudencia de la gente al manejar. El funcionario a rma que los accidentes de trnsito, tanto de atropellados como de cho-ques, se dan por la falta de cultura ciudadana. Segn l, la mayora de la poblacin no sabe cmo utilizar los semforos adecuadamente y cmo dar va cuando se tiene que dar.

    Elizabeth Vidal, quien transitaba el 22 de noviembre de 2008 por el round point y se dispona a tomar la NQS ha-cia el norte, se estrell contra un veh-culo de servicio pblico. Para m, este es el punto ms peligroso de todo Bo-got porque el tr co es permanente dice. Si por la 100 esta en rojo, por la 15 est en verde.

    La verdadera solucin estara en hacer el puente de segundo nivel del que hablaba Jaime Castro. Durante la administracin de Enrique Pealosa se volvi a considerar esa obra, pero nun-ca se abri licitacin para construirla.

    Mientras tanto, si usted es usuario de cuadrapicha o transita con frecuencia por la glorieta de la 100 con 15, abra el ojo y aguce el odo. Esas son las dos es-quinas ms mortales de Bogot.

    Las 5 esquinas con ms choques:

    - Round Point de la 100 con 15- Avenida Caracas con dcima- Carrera 30 con 19- Avenida Ciudad de Cali con calle 13- Carrera 68 con 110

    Foto

    : co

    rtes

    a h

    otel

    El D

    orad

    o, B

    ogot

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 13

    Revista Orculo 21.indd 13 25/04/2010 09:21:53 p.m.

  • A veces la bsqueda puede ser ms interesante que el propio hallazgo

    La misin era clara: haba que encontrar al hombre o mujer ms viejo de Bogot, tarea poco fcil si se tiene en cuenta que slo en el 2005 la ciudad contaba con 26 per-sonas de 115 aos, segn el Censo General del Dane.Por Jennifer Arvalo

    i bsqueda co-menz en la Regis-tradura Nacional. All, el rostro ex-

    traado de la primera persona que me atendi fue un indicio de que la cosa era complicada. La seora ojinegra, pelicorta y de unos 43 aos, no vacil en llamar a su jefe y contarle mi situa-cin. El hombre, Coordinador de In-formacin Ciudadana, gordo y de as-pecto bonachn, re ejaba en su rostro que era un personaje de tierra caliente. Fue l quien me llev casi de la mano a las o cinas ms altas del lugar y me present ante un joven delgado y de semblante caucsico al que con cario le decan Andrew. Por tercera vez le refer el motivo de mi investigacin, y l decidi colaborar sin el menor repa-ro. Ese da ya era tarde y tendra que volver al siguiente. Mucho lament al salir el olvido del paraguas.

    Al volver a la Registradura, Andrew me salud con gran optimismo. En su o cina me mostr los resultados de la bsqueda y me explic con cuidado:

    Estos podran ser los hombres ms viejos de la ciudad, no hay registros de mujeres porque los primeros en tener cdula eran funcionarios del go-bierno, algo que no era permitido a las damas. Y all me mostr tres cdulas antiguas, tanto que ninguna tena ms de dos dgitos. Eran la nmero 5, la 12 y la 50, y su tamao era casi el triple de las actuales. En ellas borrosamente se podan leer los nombres de Her-nando Carrizosa Pardo, nacido el 16 de diciembre de 1895, y quien fue go-bernador de Cundinamarca; el de Juan Uribe Holgun, del 31 de mayo de 1903, quien fue ministro de Relaciones Exte-riores y tena como residencia la Calle 76 No. 8 54, cuando el documento fue expedido en 1952. El tercero era Carlos Villaveces Restrepo, del 9 de diciembre de 1907, ministro de Fomento. Alguno de ellos podra ser el hombre ms viejo de Bogot, pues en el organismo estatal an no hay Acta de Defuncin que con- rme sus fallecimientos. Se me ocurri buscar los tres nombres en el directorio telefnico, pero no encontr nada.

    La misin era clara: haba que encontrar al hombre o mujer ms viejo de Bogot, tarea poco fcil si se tiene en cuenta que slo en el 2005 la ciudad contaba con 26 per-

    traado de la primera persona que me atendi fue un indicio de que la cosa era complicada. La seora ojinegra, pelicorta y de unos 43 aos, no vacil en llamar a su jefe y contarle mi situa-cin. El hombre, Coordinador de In-formacin Ciudadana, gordo y de as-pecto bonachn, re ejaba en su rostro que era un personaje de tierra caliente. Fue l quien me llev casi de la mano a las o cinas ms altas del lugar y me present ante un joven delgado y de semblante caucsico al que con cario

    Foto

    s: M

    useo

    Arc

    hivo

    de

    Bog

    ot

    Ilust

    raci

    vn:

    Jos

    G

    rego

    rio

    Par

    odi

    orculo 021 Enero - Mayo 201014

    Revista Orculo 21.indd 14 25/04/2010 09:22:05 p.m.

  • Mi nica esperanza era la direccin que apareca en la Registradura, la de Holgun, a sabiendas de que en 57 aos muchas cosas debieron cambiar en la zona. Al da siguiente me dirig al sitio, pero en ninguna de las casas apareca el nmero correcto. Empec a golpear y en una de ellas un celador me inform que no exista por all esa direccin y que no conoca a ningn viejito tan viejito. As pregunt en casi todas las construc-ciones de la cuadra hasta que me di por vencida. Saliendo de all, busqu una tienda o cigarrera en la que algn veci-no pudiera darme informacin, pero lo nico medio parecido que encontr fue un Pomona. Decid volver a mi casa.

    Habiendo agotado ese recurso, recor-d el nombre de una mujer que apare-ci en una noticia de Semana.com del 2008, Mara del Carmen Rojas, naci-da el 13 de noviembre de 1899 y que vive en el Barrio San Isidro, de Bogot. Volv a la Registradura Nacional y le

    pregunt a Andrew por ella y, tras re-visar unos documentos, me dijo que no exista porque en los registros slo apa-reca una mujer con un nombre similar pero con fecha de nacimiento de 1930. Semana la haba embarrado.

    Dos das despus me dirig al De-partamento Nacional de Estadstica (Dane) en donde hay una o cina espe-cializada para este tipo de bsquedas. All, la encargada de Atencin al Ciu-dadano, joven, rubia y de ojos claros, me pidi sentarme a su lado y empez a buscar en el sistema. Encontr una lista larga del Censo General del 2005 en la que aparecan las personas con ms de 100 aos por cada localidad en Bogot. Volv a ilusionarme con mi pesquisa. Sin embargo, el ndice no contena ni nombres ni direcciones. La joven me indic que el Dane no tena ninguno de esos datos, excusa que no le cre. Insist varias veces para ver si al menos poda darme los nombres, pero ella, visiblemente molesta, me re-

    piti varias veces que no. Desist y me llev la lista en mi USB.

    Al menos los datos estaban bue-nos: solo en la localidad de Fontibn haba hasta el 2005 diez personas con 115 aos, alguna de ellas podra estar viva y con 119 aos. Lo curioso de todo era saber cmo en una ciu-dad tan vertiginosa como Bogot, con tanta contaminacin e ndices altos de pobreza e insalubridad, pu-

    dieran vivir hasta ese momento 26 personas con esa edad: cuatro en Usaqun, tres en Tunjuelito, una en Engativ, tres en Suba, una en Antonio Nario, cuatro en Puen-te Aranda y las diez de Fontibn. Y an ms sorprendente fue en-contrar que haba 314 personas con 100 o ms aos. Dnde es-tara mi viejo o mi vieja?

    Como no tena ninguna di-reccin, decid empezar a llamar a las alcaldas de esas localidades para buscar da-

    tos. Llam a la de Tunjuelito, pero la secretaria me dijo que no poda ver al alcalde porque estaba de vacaciones. Segu con la de Barrios Unidos, en la que conoc la voz de cuatro diferentes empleadas, pero ninguna de ellas sa-ba algo sobre la tercera edad. Marqu a la de Fontibn y all el joven que me contest nunca encontr a la persona encargada de esos temas. Digit los nmeros de Puente Aranda, Engati-v, Suba y Antonio Nario, pero en todas escuch el siguiente mensaje: La empresa de Telecomunicaciones de Bogot informa que el nmero marcado no ha sido instalado. Me rend. En ninguna encontr algo que valiera la pena.

    En vista de lo anterior, la nica sa-lida que me quedaba era empezar a buscar en los hogares geritricos. Encontr varios, pero muy pocos co-rrespondan a las localidades en las cuales podran estar los centenarios. Hall uno en Puente Aranda, llamado Abuelitos Sol y Luna. En el lugar cui-daban a muchos ancianos que haban sido abandonados por sus familias o encontrados en las calles. Ninguno de ellos llegaba a los 100 aos.

    An no encuentro a mi viejo, l o ella debe estar esperando apacible en algn lugar de la ciudad, en una silla de ruedas, una cama de hospital, una esquina de barrio o una alcoba familiar. El mes largo de bsqueda ha sido toda una experiencia periodstica, tal vez ms intensa y ms enrique-cedora que la alegra de cinco minutos por haberlo hallado.

    con 115 aos, alguna de ellas podra estar viva y con 119 aos. Lo curioso de todo era saber cmo en una ciu-dad tan vertiginosa como Bogot, con tanta contaminacin e ndices altos de pobreza e insalubridad, pu-

    personas con esa edad: cuatro en Usaqun, tres en Tunjuelito, una en Engativ, tres en Suba, una en Antonio Nario, cuatro en Puen-te Aranda y las diez de Fontibn. Y an ms sorprendente fue en-contrar que haba 314 personas con 100 o ms aos. Dnde es-tara mi viejo o mi vieja?

    reccin, decid empezar a llamar a las alcaldas de esas

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 15

    Revista Orculo 21.indd 15 25/04/2010 09:22:15 p.m.

  • ueves a la medianoche, Bogot duerme. La cita es en la calle 170 con Boyac y el reloj dicta

    las 11:20 p.m. Es la hora en que em-piezan a llegar los invitados a esta esta clandestina de las carreras callejeras de carros. Los competido-res llevan por lo menos media hora probando motores.

    A un lado de la va se parquea un Chevrolet Optra negro. De su bal aparece una gran consola de soni-do con dos pantallas que muestran silueta de mujeres mientras suena msica electrnica. Nadie mira los videos y toda la expectativa se con-centra en los 400 metros de avenida por donde rodarn dos carros con el acelerador a fondo.

    Esta tradicin, prohibida por la Polica y sin duda de enorme ries-go, existe en Bogot desde nales de los aos setenta cuando no era una prctica reconocida y con liber-tad absoluta se corra por la ave-nida Pepe Sierra con carros norte-

    Piques callejeros

    Pocas aficiones son tan peligrosas como esta de las carreras clandestinas de carros. Muchos jueves en la noche se oyen en la Boyac con 170 los motores de carros modificados recorriendo 400 metros en 20 segundos.Por Sofa Guevara Camargo

    americanos de ocho cilindros. All nacieron los precursores del auto-movilismo en Colombia, entre ellos el famoso Jorge Corts.

    Esta noche se corrern seis compe-tencias, dos de ellas de tipo profesio-nal. Seis es el nmero mximo que se corre por noche. A las doce y quince minutos empieza la primera, entre un Twin Cam y un Honda Civic. Fueron elegidos al azar para abrir la jornada que ya rene unos 20 carros al costa-do de la Boyac y unas 80 personas con ganas de emociones fuertes.

    Esos primeros competidores siem-pre son autos sin ninguna interven-cin, o sea con sus motores originales. Por ellos no se hacen apuestas y la plata se deja reservada para la com-petencia estelar de la noche que en esta ocasin ser entre un Mustang azul de 1976, con modi cacin en el motor, y un Chevette de 1966, bastan-te conocido entre los entendidos de este deporte y tambin con sistema repotencializado. Sern ellos los que rueden en la ltima carrera. Nadie da

    sus nombres reales pues saben que esta reunin nocturna es ilegal.

    Con todo, la mayor expectativa y las apuestas ms altas casi siempre son para los Renault 4 modi cados, que son los carros que ms se refor-man para hacer piques. En una no-che, las sumas pueden llegar a subir hasta los seis millones de pesos.

    A pesar de la clandestinidad, puede hablarse perfectamente de estas carreras como de un torneo o cial, cada vez con ms compe-tidores y con un pblico que lo si-gue. Los adeptos a este plan de los jueves son en su mayora jvenes que asisten a ver las carreras por pura a cin a la velocidad, aun-que con el paso del tiempo todo se ha convertido en una rumba con msica y alcohol.

    Como es obvio, no hay convo-catorias pblicas y todo se avisa por medio del Facebook siempre con mensajes privados y slo a quienes se encuentran inscritos en grupos previos.

    orculo 021 Enero - Mayo 201016

    Revista Orculo 21.indd 16 25/04/2010 09:22:19 p.m.

  • Las categoras van desde el me-nos veloz, que recorre el cuarto de milla de diecinueve a veinte se-gundos con carros de fbrica sin ningn tipo de modi cacin, has-ta los ms rpidos, que alcanzan a recorrer los 400 metros en diez se-gundos que es el rcord en Bogot. Esta velocidad solo es alcanzada por autos modi cados a los cuales se les han invertido entre 40 y 50 millones de pesos, y que son capa-ces de levantar ms de 240 kilme-tros por hora.

    Los grandes enemigos de estas justas son los policas. A la primera carrera de esta noche no lleg mu-cha gente por los retenes en zonas aledaas. Una forma de escabullirse del control de la autoridad es orga-nizarlas en distintos lugares, aunque el ideal es la 170 con Boyac, pues la avenida se ensancha hasta casi 120 metros y hay una visibilidad de casi un kilmetro adelante, con lo cual se hace imposible que aparezcan auto-mviles de sorpresa.

    Edwin Solrzano, que compite con un Renault 18, recuerda que hasta hace cuatro aos sola ser una esta tres veces ms grande, pero con el crecimiento de la ciudad el espacio sin vecinos es cada vez ms reducido y cuando stos ven que van a comenzar los piques llaman a la polica, especialmente por el rui-do que ocasionan los motores.

    Segn Solrzano, el nivel de ac-cidentalidad es muy bajo, adems porque en su mayora los corredo-res son expertos. Sin embargo, re-cuerda el accidente de un Renault 4 sistema turbo moderno que debi-do a la poca luz se estrell con un rbol hace un ao. Aunque el cap qued bastante daado, no hubo

    consecuencias graves para el corre-dor. No corri la misma suerte el conductor de un Chevette 66, que apenas picando el carro previo a la carrera perdi el control y termin estrellado y sin vida.

    En la tercera carrera compiten un Toyota Supra y un Ford To-rino. Sin embargo, poco antes de arrancar, uno de los asistentes (al parecer hijo de un coronel) da la voz de que la polica est por lle-gar. En menos de tres minutos to-dos los autos se dispersan por ca-lles diferentes. All no ha pasado nada, y la avenida vuelve a ser un sitio desolado y apenas iluminado por las farolas amarillas del alum-brado pblico.

    Los piques no se encuentran reglamentados en el Cdigo de Trnsito; sin embargo, la velocidad y el conducir en estado de embriaguez generan conse-cuencias como multas de hasta 20 salarios mnimos diarios legales mensua-les, prdida del pase de conduccin y crcel.

    Cuando la polica ha llegado durante las carreras anota placas (incluso de los espectadores) y ha llegado a trasladar vehculos a los patios.

    Ilust

    raci

    n: w

    ww

    .vec

    torp

    orta

    l.com

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 17

    Revista Orculo 21.indd 17 25/04/2010 09:22:24 p.m.

  • Miles de toneladas de desechos que valen billones

    Un negocio que huele mal porque se encarga de recoger lo que otros ya no usan, pero tambin porque hay corrupcin tras su manejoPor Vernica Tllez Oliveros

    orculo 021 Enero - Mayo 201018

    Revista Orculo 21.indd 18 25/04/2010 09:22:53 p.m.

  • espreciada, mal repu-tada, escondida o ti-rada a medio camino, la basura es como los

    parientes pobres: casi nadie quiere saber de ella. Sin embargo, bajo las montaas de desechos y desperdi-cios subsiste una de las actividades con cifras ms extremas y asombro-sas. La basura se escribe con muchos ceros desde todo punto de vista.

    As, por ejemplo, para recolectar los desperdicios que producen los 625.000 usuarios de solo seis localida-des de Bogot, la empresa Lime debe hacer tantos recorridos que sumados a lo largo de un mes llegan a 480 mil kilmetros. Esto equivale a 38 veces el dimetro de la Tierra o a 250 viajes por carretera ida y vuelta de Bogot a Santa Marta.

    Las 6 mil toneladas de desperdi-cios que produce Bogot diariamente son el objeto de trabajo de miles de recicladores y un negocio de muchos millones para quienes manejan la re-coleccin. Baste decir que el contrato para la operacin del relleno sanitario Doa Juana cuesta $67 mil millones.

    En la ciudad, el servicio de aseo est dividido en tres etapas: recolec-cin, barrido y limpieza. Para esto los consorcios de aseo renen en total a 4.728 empleados en sus distintas de-pendencias. De esa cantidad, aproxi-madamente mil tienen como tarea la recoleccin en una tarea que involucra a 192 vehculos compactadores que la llevan hasta Doa Juana, en la locali-dad de Usme. All se renen en total 80 mil toneladas de basura bogotana

    El estudio se realiz en unas 3.000 personas que habitaban cerca al relleno, principalmente en las veredas Mochuelo Alto y Bajo. ste determin que los nios presentan ndices ms bajos de peso y sntomas crnicos de irritacin en los ojos y vas respiratorias. Los adultos mayores de 50 aos tuvieron ms sntomas respiratorios, episodios clnicos de enfermedad pulmonar ms severos y un aumento en el deterioro de la calidad de vida, comparado con otras zonas de la capital. Se estableci que el agua de la zona presenta mayor turbiedad y color diferente al normal y que la cercana de las veredas del Mochuelo con las ladrilleras hace ms vulnerable a esa poblacin.

    cada mes, la mayor parte desechos orgnicos, segn Humberto Delgado, funcionario de la Direccin operativa de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Pblicos (Uaesp).

    El consorcio con la mayor cantidad de vehculos compactadores es Lime, que cuenta con 77 para las seis loca-lidades que atiende, mientras que Aseo Capital, que tiene a su cargo la limpieza de 9 zonas, cuenta con 60 carros de este tipo. La diferencia est en que la primera responde por tres grandes alcaldas menores: Usa-qun, Suba y Usme. Sin embargo, la comunidad que ms residuos slidos domiciliarios produce al mes es Ken-nedy, con 17.387 toneladas cuya re-coleccin la hace Ciudad Limpia. La sigue Suba con 16.863 toneladas que recoge Lime. sta tambin hace el cu-brimiento ms largo. Desde Usaqun y Suba hasta el relleno, cada vehculo puede recorrer 20 kilmetros o ms en cada viaje. De ah que se pueda decir que en un mes le dan 38 vueltas a la tierra con todo el kilometraje acu-mulado por sus camiones.

    De la calle a Doa Juana

    La imagen de una gigantesca monta-a de basura con chulos, ratas y perros al acecho no corresponde con la reali-dad de Doa Juana. En 1997 hubo un derrumbe de 800 toneladas de basura, las cuales taponaron el ro Tunjuelito. Despus de esto, el botadero se convir-ti en el moderno relleno sanitario que es hoy. All hay una planta para el tra-tamiento de los lixiviados (lquidos que

    desprenden los residuos en su descom-posicin) que son tratados para devol-verlos limpios al Tunjuelito. Adems, las excavaciones de la basura estn cu-biertas por una geomembrana que im-pide la contaminacin de la tierra.

    Pese a estas condiciones, todava hay varios inconvenientes que enfren-tan los habitantes de la zona aledaa al relleno. La CAR orden en el 2004 realizar un estudio epidemiolgico a la Universidad del Valle para identi- car el impacto de Doa Juana en la salud de las poblaciones de su rea de in uencia. ste se hizo entre agosto de 2005 y enero de 2006 pero no fue di-vulgado por la Uaesp y solo en el 2008 se conoci el resultado de la investiga-cin (ver recuadro).

    Los manteles soplones

    La operacin de Doa Juana es tam-bin uno de los negocios ms intere-santes para inversionistas privados, pero adems, uno de los puntos ms vulnerables de la ciudad en caso de que algo funcione mal. A principios de septiembre de 2009, el diario El Espectador se encontr una historia periodstica excepcional que public bajo el ttulo de Raros planes para el relleno Doa Juana, en la cual se-alaron algunas irregularidades en el proceso licitatorio para su operacin. En la nota el peridico indica que de por medio hay un contrato de $67.000 millones y una particularidad: si el re-lleno deja de operar 24 horas, de inme-diato habra una emergencia sanitaria en la ciudad. Por qu no avanza sa-tisfactoriamente el proceso licitatorio abierto desde hace varios meses y en cambio se le han dado cuatro prrro-gas a Proactiva la ltima de ellas por parte de la administracin de Samuel Moreno? Una fortuita conversacin puede tener las claves.

    Laura Ardila, quien cubri este tema, cuenta que un periodista de El Espectador que estaba en un restau-Ilu

    stra

    cin

    : ww

    w.d

    esig

    niou

    s.co

    m

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 19

    Revista Orculo 21.indd 19 25/04/2010 09:23:05 p.m.

  • En Bogot, una familia confor-mada por cuatro personas pro-duce un promedio diario de 2,65 Kilogramos de desechos, segn la Unidad Administrativa Especial de Servicios Pblicos (Uaesp).

    rante escuch una conversacin que sostuvieron Catalina Franco, ex direc-tora jurdica de la Uaesp, su esposo Alier Hernndez y el abogado dgar Hernndez. Hablaban sobre Doa Juana y sobre la necesidad de quitar-le el contrato a Proactiva, la rma que manejaba el relleno. Despus de que abandonaron el sitio, el periodista fue hasta esa mesa antes de que recogie-ran los platos y la asearan y encontr que haban escrito en los manteles de papel algunas letras y dibujos que po-dan ser comprometedores. Los reco-gi y se los llev al peridico. El direc-tor, el editor y los de la seccin Bogot los evaluaron y termin saliendo una nota para contar algunas de las sospe-chas respecto al manejo del tema de la basura. Casi de inmediato, Franco y la entonces directora de la Unidad, Vic-toria Virviescas, fueron destituidas.

    Escobitas, los hombres del barrido

    Un transente normal se demora unos nueve minutos en ir desde la calle 26 hasta la 33 por la carrera Sp-tima. Pero Csar Lpez tarda 8 horas. l no es invidente, no tiene muletas ni silla de ruedas. Es uno de los 153 empleados del consorcio Aseo Capi-tal y uno de los 1.742 escobitas de la ciudad. Sale de su casa a las 4 de la maana para ir a la calle 20 con carrera 10. All est la bodega de su empresa en la cual recoge la dotacin para empezar su recorrido a las 5 de la maana, en la Sptima con 26. Ter-mina en la calle 33 con quinta a la una de la tarde luego de haber realizado el barrido manual de todos los bor-des de la calzada. Debe acabar la ruta como sea. Por eso nos tienen prohi-bido hablar con las personas porque a nosotros nos vigila un ingeniero que pasa para revisar que estemos hacien-do nuestro trabajo, cuenta.

    Entre su dotacin est incluido un impermeable, pues su tarea no puede parar as llueva, truene o relampa-

    guee. Tiene 15 minutos de descanso para almorzar rpidamente y luego continuar levantando los desechos en las calles. Le dan 15 bolsas para de-positar lo que recoge en el barrido, 5 para material pesado, como escom-bros, y 20 para recolectar los residuos depositados en las cestas pblicas. Cada bolsa tiene un peso mximo de 10 kilos por cada 100 metros lineales de va, segn lo ordena el Distrito. Es decir, Lpez en su recorrido diario deja listos 400 kilogramos para que se los lleven las volquetas del concesio-nario, lo que equivale a 8 toneladas mensuales con todo tipo de residuos: jeringas, condones, cartas de amor, recibos bancarios o fotografas. Una vez unos compaeros se encontraron en Santa Isabel un feto que haban abortado y

    estaba ah en plena calle sin ninguna bolsa. Cuando eso pasa debemos lla-mar al supervisor; l le avisa a uno de los recolectores para que pase con un camin y lo recoja lo ms rpido po-sible, agrega. Sin exagerar, l puede vanagloriarse de conocer muchas ca-lles palmo a palmo, hueco a hueco y hasta indigente a indigente.

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    a

    los evaluaron y termin saliendo una los evaluaron y termin saliendo una nota para contar algunas de las sospe-nota para contar algunas de las sospe-chas respecto al manejo del tema de la basura. Casi de inmediato, Franco y la entonces directora de la Unidad, Vic-entonces directora de la Unidad, Vic-

    Un transente normal se demora unos nueve minutos en ir desde la calle 26 hasta la 33 por la carrera Sp-tima. Pero Csar Lpez tarda 8 horas. tima. Pero Csar Lpez tarda 8 horas. tima. Pero Csar Lpez tarda 8 horas. l no es invidente, no tiene muletas l no es invidente, no tiene muletas ni silla de ruedas. Es uno de los 153 empleados del consorcio Aseo Capi-empleados del consorcio Aseo Capi-empleados del consorcio Aseo Capi-tal y uno de los 1.742 escobitas de tal y uno de los 1.742 escobitas de la ciudad. Sale de su casa a las 4 de la ciudad. Sale de su casa a las 4 de la maana para ir a la calle 20 con carrera 10. All est la bodega de su carrera 10. All est la bodega de su carrera 10. All est la bodega de su empresa en la cual recoge la dotacin empresa en la cual recoge la dotacin para empezar su recorrido a las 5 de para empezar su recorrido a las 5 de la maana, en la Sptima con 26. Ter-la maana, en la Sptima con 26. Ter-la maana, en la Sptima con 26. Ter-la maana, en la Sptima con 26. Ter-la maana, en la Sptima con 26. Ter-mina en la calle 33 con quinta a la una mina en la calle 33 con quinta a la una mina en la calle 33 con quinta a la una mina en la calle 33 con quinta a la una mina en la calle 33 con quinta a la una de la tarde luego de haber realizado de la tarde luego de haber realizado de la tarde luego de haber realizado de la tarde luego de haber realizado de la tarde luego de haber realizado de la tarde luego de haber realizado el barrido manual de todos los bor-el barrido manual de todos los bor-el barrido manual de todos los bor-el barrido manual de todos los bor-el barrido manual de todos los bor-des de la calzada. Debe acabar la ruta des de la calzada. Debe acabar la ruta des de la calzada. Debe acabar la ruta como sea. Por eso nos tienen prohi-como sea. Por eso nos tienen prohi-como sea. Por eso nos tienen prohi-como sea. Por eso nos tienen prohi-bido hablar con las personas porque a bido hablar con las personas porque a bido hablar con las personas porque a bido hablar con las personas porque a nosotros nos vigila un ingeniero que nosotros nos vigila un ingeniero que pasa para revisar que estemos hacien-pasa para revisar que estemos hacien-pasa para revisar que estemos hacien-

    Entre su dotacin est incluido un impermeable, pues su tarea no puede impermeable, pues su tarea no puede impermeable, pues su tarea no puede impermeable, pues su tarea no puede impermeable, pues su tarea no puede impermeable, pues su tarea no puede impermeable, pues su tarea no puede parar as llueva, truene o relampa-parar as llueva, truene o relampa-parar as llueva, truene o relampa-parar as llueva, truene o relampa-parar as llueva, truene o relampa-parar as llueva, truene o relampa-parar as llueva, truene o relampa-

    jeringas, condones, cartas de amor, jeringas, condones, cartas de amor, jeringas, condones, cartas de amor, jeringas, condones, cartas de amor, jeringas, condones, cartas de amor, recibos bancarios o fotografas. recibos bancarios o fotografas. recibos bancarios o fotografas. recibos bancarios o fotografas. Una vez unos compaeros se encontraron en Santa Isabel un feto que haban abortado y un feto que haban abortado y un feto que haban abortado y un feto que haban abortado y un feto que haban abortado y

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    Foto

    : arc

    hivo

    per

    sona

    l de

    la a

    utor

    aFo

    to: a

    rchi

    vo p

    erso

    nal d

    e la

    aut

    ora

    orculo 021 Enero - Mayo 201020

    Revista Orculo 21.indd 20 25/04/2010 09:23:19 p.m.

  • Ciudad underground y extrema

    Hasta hace quince aos, este era un barrio normal, de vecinos rumbo a la tienda y nios jugando en las calles. Hoy, los pocos habitantes que quedan viven entre los decibeles de la rumba y la sordidez de los moteles.Por Camila Pea

    no, dos, tres, cuatro, cinco Diez, once, doce, trece Diecio-cho, diecinueve y vein-te. Veinte moteles en

    una sola calle? S, es una realidad. En la calle 31 sur, entre carreras 15 y 17, se ubica la cuadra con ms mote-les en Bogot. En aproximadamente 120 metros de largo hay 30 edi ca-ciones de las cuales 6 son casas de familia, 3 talleres mecnicos, una es una tienda de barrio y el resto son moteles, hostales o residencias.

    Los hay con todo tipo de nombres. Unos tan pretenciosos como Plaza Inn y Doral Inn; otros tan llamativos y tpicos como Gran Resort, Acuario y Luna Azul. Algunos tan contradic-torios como El Redentor, y otros ms tan comunes como Hostal de Piedra, El Velero y Camino Cerrado.

    En cuestin de precios, el mo-tel ms costoso y ms lujoso es el Acuario, en donde estar en habita-

    cin sencilla por cuatro horas, o el ratico, como dicen sus emplea-dos, cuesta 30 mil pesos. Si se quie-re jacuzzi el costo es de 45 mil, y el sauna aumenta la tarifa a 60 mil pesos. Ahora, si el usuario pre e-re la Suite Mediterrnea, que tiene los anteriores servicios, ms turco, el precio es de 70 mil pesos por seis horas, un ratico ms largo. En el otro extremo de la escala tarifaria est el nico hospedaje de la cua-dra que no tiene nombre y donde se pagan 20 mil pesos por cuatro horas en habitacin sencilla.

    El ujo diario de gente oscila entre las 60 y 100 personas por cada mo-tel; en nes de semana el nmero aumenta hasta 180 o 200 personas. Desde el jueves hasta el domingo, esta zona motelera de la ciudad se ve invadida por parejas de todos los tipos. Si llega despus de las 3 de la maana es muy difcil el acceso a alguno de los sitios. Todos estn lle-

    nos a esa hora. Le toca coger pa los de la Caracas o los de ms pa all, comenta Peter, celador de uno de los moteles, quien lleva trabajando seis meses como espectador de es-tos amores furtivos.

    A la Polica la vemos de vez en cuando, casi siempre cuando hay problemas graves como tiroteos o escndalos en la calle. De resto uno ve atracos, gente drogndose, peleas y nadie viene a ayudar, dice una vendedora de dulces que trabaja da y noche en el sitio, y registra en su pupila ms que las mismas cma-ras de Polica que hay instaladas en ciertos postes. Usted consigue todo tipo de droga en esa cuadra, ve pros-titutas, viejas en bola, cuanto atraco se imagine, gente que pregunta todo el tiempo por los moteles. Hasta a m me piden que les recomiende algu-no, prosigue la mujer.

    Este barrio de la localidad de Kennedy era residencial hasta

    Ilust

    raci

    n: w

    ww

    .dra

    gona

    rtz.

    net

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 21

    Revista Orculo 21.indd 21 25/04/2010 09:23:45 p.m.

  • El Ministerio de Industria y Co-mercio otorga la facultad de regu-lacin sobre estos establecimientos, a las Alcaldas Locales

    Regulacin de la Ley frente a los moteles

    mediados de los noventa y hoy es el mayor rumbeadero de Bogot. Doa Carmen Duarte ha vivido aqu por 35 aos y asegura que era un sector ideal para vivir, muy tranquilo, central para llegar a cualquier lado de Bogot, muy familiar y sobre todo seguro. Todo cambi hace ms de diez aos, cuando construyeron el Centro Comercial Plaza de las Amricas. Despus se metieron todos esos bares de la cuadrapicha y ahora los famosos moteles de la Primera de Mayo. Yo me acuerdo que mis hijos montaban bicicleta por esa cuadra cuando solo haba casas y uno que otro ranchito, pero hoy en da aunque ya son grandes no los dejo salir por all, porque el sector es muy peligroso y a mis nietos ni pensarlo Me da miedo que me los roben.

    La invasin de la rumba es tal que apenas a una cuadra al norte de la zona de los moteles hay 14 bares gay seguidos, con nombres como Arcadia, Sugar y Acertijo. Y para rematar, una cuadra ms hacia el norte est cuadrapicha, un sector que no duerme, en don-de solo se ve y se sienten la msi-ca, el trago, las mujeres, los hom-bres, las luces; la venta de man, dulces y cigarrillos, la prostitu-cin y la inseguridad. Cun-tos bares, discotecas o cantinas puede haber en cuadrapicha? Los sitios visibles al ojo son 25, pero hay que sumarle todos los que estn escondidos y los que no tienen nombre ni direccin. La Bomba, Labios discoteca, Los Reyes, Cupidos Disco, Disco Bar Jairos, Baracoa Music Hall, son solo algunos de los ms concurri-dos. Una cuadra para ir a tener la mejor noche de rumba o para desear no recordar jams lo que pas, afirma Walter Riao, un

    joven que asegura no salir de la zona cada fin de semana.

    Con la rumba tambin llegaron los problemas. Hoy el rea so-porta una de las inseguridades ms extremas de Bogot comenta el patrullero Gonzlez: es uno de los sectores ms complicados de la ciudad; nosotros trabajamos in-cansablemente desde el CAI Pla-za, que est a pocas cuadras, hasta la Avenida 68. Robos, peleas, rias por celos, borracheras, menores de edad intentando violar la ley ese es el pan de cada n de sema-na en esta calle.

    Uno de los aspectos ms singu-lares de la cuadra de los moteles es que perdida entre la seguidilla de hospedajes y hostales donde se paga por un ratico de com-plicidad, en plena mitad de ese maremgnum de sexo y licor, se levanta sombra la Funeraria El Apogeo. Yo llevo trabajando aqu cinco aos y as como veo llegar personas que acaban de fallecer, veo salir de aqu al lado personas a punto de morir ya sea por la bo-rrachera, por una sobredosis, por-que les acaban de dar una tunda o porque les hicieron la vuelta y los dejaron vaciados, cuenta un hombre que cumple con su labor de cuidar carros en el lugar.

    Pero la funeraria no es la nica intrusa. En la misma calle, sobre la carrera 15, se encuentra el Ins-tituto Tcnico Laboral IANETT, una entidad educativa de la que muchos estudiantes salen dere-cho de clases a hacer traquear las camas de los negocios de al lado, sobre todo los viernes.

    Es un mundo un poco loco, bas-tante srdido, y sin duda un re ejo perfecto de esta Bogot desorga-nizada y underground que puede ser cruel o divertida, o las dos al mismo tiempo.

    orculo 021 Enero - Mayo 201022

    Revista Orculo 21.indd 22 25/04/2010 09:24:06 p.m.

  • Ilust

    raci

    n: w

    ww

    .apa

    ganz

    a-ar

    t.com

    Una Bogot donde se entrelazan la fe y la ignorancia

    Fui a donde cuatro brujos con un mismo caso de amores contrariados. El mal de amores obtuvo otros tantos diagnsticos y recetas Por Mnica Mara Parada Llanes

    Soy Carolina Torres, tengo 22 aos y nac bajo el signo de G-minis. Estaba a punto de casarme con el hombre que haba cam-biado mi vida, pero l se fue con

    otra un mes antes del matrimonio; desde entonces estoy sumida en una depresin profunda que me ha arrancado poco a poco las ganas de seguir viviendo.

    Poda ir con esta historia a un siclogo o escoger la solucin extrema a la que muchos acuden: los lugares esotricos. Decid indagar sobre las recetas que tuvieran para esa enfermedad cuatro esotricos doctores de Bogot a quienes visitara como Carolina Torres. Pero, cmo escoger a dnde ir, si hay 825

    avisos registrados sobre esoterismo en Bogot, en las pginas web de anuncios gratuitos? Estamos a punto de ingresar a una zona de plantas y medicinas bo-tnicas; de agitas mgicas de nombres extraos; de cartas omnipresentes que dictan el futuro; de baos, polvos y per-fumes con poderes curativos.

    En ese mundo de hechizos y trabajos, escog a cuatro esotricos en busca de una prescripcin. El motivo de consulta ser exactamente el mismo: Soy Caroli-na Torres, tengo 22 aos y.

    17 de octubre. Avenida Caracas con calle 39, Templo del Indio Amaznico.

    Entr a la sala de espera, que haca las veces de tienda, lugar para orar, pozo de deseos y sala de consultas rpidas. Me atendi una mujer de cabello negro y churco, estatura media, camisa verde brillante y pantaln con rayas beige, unos 15 o 18 collares en el cuello, con plumas e imitaciones de dientes de tibu-rn. Ped una consulta, y ella me aten-di amablemente. Expuse mi caso: Soy Carolina Torres, tengo 22 aos y.

    El diagnstico: salada en el amor. La pres-cripcin: unos baos que limpiarn las ener-gas que emana mi cuerpo y le permitirn llenarse de vibras positivas. Los baos tienen un valor inicial de 50 mil pesos, pero hay que comprar una contra complementaria que

    Ilust

    raci

    n: I

    van

    Long

    land

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 23

    Revista Orculo 21.indd 23 25/04/2010 09:24:25 p.m.

  • Gente que no conoce la vida diurna

    puede costar entre 20 mil o 50 mil y un jabn de 5 mil, adems de asistir a unas consultas que pueden llegar a costar hasta 150 mil (todo se paga por adelantado). Un solo bao no ser su ciente, por lo que me recomen-

    daron usarlos por aproximadamente cuatro meses. El costo total del tratamiento ascende-r a un poco ms de un milln de pesos. Al nal la consulta no tuvo precio, pero termin

    por comprar un jabn de Sndalo para alejar las malas energas (5 mil pesos) y promet que regresara para una segunda consulta en la que me sometera a una lectura de ta-rot. Tambin me invitaron a una terapia de grupo para sacar la sal del amor y a visitarlos para comenzar la elaboracin de mis baos.

    21 de octubre.La segunda consulta fue en un lugar que

    pareca tener nada que ver con esoterismo o magia: una panadera ubicada en la calle 12 entre carreras tercera y cuarta. Esta vez el doctor era un gitano separado de su comuni-dad y sin consultorio. Era un moreno alto, de 22 aos, cejas pobladas y ojos oscuros, rasgos indgenas. Vesta jean y una chaqueta de cue-ro negra. Lo conoc por alguien de la Univer-sidad y le ped que me leyera la mano.

    El hombre me mir y empez a tocar con la yema de sus dedos mi mano, cerr los ojos y dijo entre dientes un rezo que no logr entender. Los resultados no dejaban nada que temer: Te enamoraste perdida-mente y te hicieron mucho dao, pero no es el n del mundo, ese hombre no encarnaba

    el amor verdadero. Ocurrir en tu vida un hecho que partir en dos tu trayectoria per-sonal. Te casars con quien est destinado para ti pero antes tendrs varios amores. Para el mal de amores, dijo el gitano, no hay ninguna cura, salvo el tiempo. No rece-t nada y me cost 10 mil pesos.

    27 de octubre. Avenida Caracas con calle 38, La Casa de la Suerte.

    Esta vez, en aras de buscar un diagns-tico un poco ms acertado, me somet a un mecanismo esotrico de consulta diseado especialmente para casos de amor: el taba-co (15 mil pesos). El consultorio, por pri-mera vez dispuesto exclusivamente para

    estos exmenes esotricos, es un pequeo lugar con un escritorio y dos sillas, dos re-pisas con velas, tabacos, cartas de tarot y algunas guras religiosas.

    La hechicera era una mujer de unos 40 aos, piel amarilla, pelo largo, negro, un tan-to enmaraado. Se sent, sac un tabaco de unos 12 centmetros. Dispuso en el centro de la mesa un pocillo de barro y una vela apoya-da en un candelabro de bronce curtido por la cera. Me pidi que me concentrara mientras ella golpeaba el tabaco tres veces por un lado y cuatro por el otro y se lo llevaba cerca de la boca para rezarle alguna oracin en una len-gua extraa aunque sus susurros eran audi-bles, no entend nada. Repiti la accin tres veces antes de pedirme que tomara el tabaco nicamente con los dedos ndice, corazn y pulgar de la mano izquierda. Lo encend cuando ella dio la orden y fum hasta que me fue posible. Tena un sabor amargo que pa-reca quemar la punta de la lengua, el humo era denso y el espacio pequeo no ayudaba a disminuir la sensacin de ahogo. Es normal sentirse as, dijo ella y sac un pequeo objeto de caucho en forma de nfora donde insert el tabaco y comenz a leer.

    Diagnstico: un karma en el mbito amo-roso. Jams encontrar el amor ni me casar ni alcanzar la felicidad porque, cuando mi madre estaba embarazada de m, alguien lanz sobre ella un male cio para que dejara

    a mi pap y, aunque no surti el efecto de-seado, recay en m. Describi con lujo de detalles al hombre con el que iba a casarme: trigueo, alto, corpulento, que estaba casa-do cuando nos conocimos. A rm que l no

    quiere regresar conmigo y que yo debo de-dicarme a luchar contra mi karma. La pres-cripcin: Vud blanco (500 mil pesos), e ca-

    cia garantizada. Costo total: 615 mil pesos.

    2 de noviembre. Regres al Templo del Indio Amaznico,

    a la segunda consulta. La mujer que me atendi, insista en que deba pagar 150 mil pesos porque los resultados seran mejores, que una consulta de tarot que costaba 20 mil. Al nal acept a regaadientes el dine-

    ro y me dio la cha para la consulta. Debe

    esperar porque la profesora est ocupada en una carta astral, dijo.

    Luego de 50 minutos me llamaron. La profesora result ser la misma persona que pretenda hacerme pagar 150 mil pesos. El consultorio estaba atestado de carteles de los signos del zodiaco, diosas, indios y colores fuertes. Haba un escritorio con tres sillas, donde nos sentamos. Era la primera vez en estas cuatro consultas que no me miraban a la cara. Ella solo miraba la mesa. Baraj las cartas tres veces y pidi que par-tiera la baraja por mitad.

    Las cartas hablaron de m: el hombre, no era el que el destino tena dispuesto para m. No encontrar nunca al amor de mi vida, porque lo busco en los hombres equivoca-dos. Adems, las mujeres sienten una fuerte atraccin sexual hacia m. La profesora me asegur que yo no contaba con amigas rea-les; todas, de una u otra forma, sentan un deseo carnal haca m. No te has dado cuen-ta?, pregunt. S, claro, respond aunque jams he sentido que alguna de mis amigas me mire de forma extraa. Los hombres que atraes no son a nes a ti sigui dicien-

    do, debes buscar, entre ellos, a quien pue-das amar de verdad. Y cmo atraerlos? pregunt. Fcil dijo ella, con una aber-tura aural con activacin de los chacras del cuerpo (200 mil), unos baos para el amor (50 mil) y un amuleto especialmente disea-do (50 mil). Al nal de los 5 minutos que

    dur la consulta, la profesora me mir a la cara mientras barajaba las cartas y me invita-ba a volver para empezar el tratamiento con un costo inicial de 320 mil pesos.

    Soy Carolina Torres, tengo 22 aos y visit cuatro lugares, habl con per-sonajes del mundo mstico del esoterismo y las energas y, para el mismo problema, obtuvo otros tantos diagnsticos y pres-cripciones diferentes.

    Mientras haca el recorrido por estos con-sultorios, me encontr con que, a diferencia de lo que algunos creen, no existe en el cdi-go de funcionamiento de los establecimien-tos comerciales (Ley 232 de 1995) un aparte especial para este tipo de negocios, sino que cuentan con la misma regulacin y normati-vidad jurdica y comercial que el resto de los establecimientos de Bogot. Tampoco hay una regulacin espec ca, diseada para el

    control de esta actividad.

    orculo 021 Enero - Mayo 201024

    Revista Orculo 21.indd 24 25/04/2010 09:24:33 p.m.

  • Gente que no conoce la vida diurna

    Dentro de los oficios extremos, no tanto por los rie

    s-

    gos como por los sobresaltos y por la renuncia a lle

    -

    var una vida normal, est ste de trabajar en perio

    -

    dismo mientras los dems duermen.

    Por David CastellanosIlustracin: Toms Silva

    Gente que no conoce la vida diurna

    Dentro de los oficios extremos, no tanto por los rie

    s-

    Enero - Mayo 2010 orculo 021 25

    Revista Orculo 21.indd 25 25/04/2010 09:24:43 p.m.

  • De noche la ciudad es otra y casi nadie la conoce ni la vive ms all de la rumba es-pordica o la emergencia de nece-sitar algo de ltima hora. Bogot cada vez se hace ms noctmbu-la y por tanto crece el nmero de personas que a la madrugada es-tn en plena vigilia, casi siempre porque su trabajo lo obliga. Claro que tambin estn los insomnes, pero esos andan en sus casas. Esta es la historia de dos periodistas que viven esa ciudad trasnocha-dora, uno desde la cabina de una emisora y otro desde la reportera en un mvil de prensa. Este es el itinerario que sigue una noche promedio para uno y otro.

    9:00 pmCarrera 7 con calle 67Caracol RadioSptimo piso

    Marcela Alarcn llega a la emi-sora despus de presentar su iden-ti cacin electrnica cuatro veces para ingresar al edi cio y a las o cinas donde est su sala de emi-sin. Su programa, Amanecer W, empieza a las 12 de la noche. Hoy lleg temprano para colaborar en Mujeres W, el programa que le an-tecede al aire por los 99.9 Mhz. Lle-va un Red Bull en la mano y sabe que va a ser una larga noche, sobre todo porque tuvo que madrugar a las 12 del da para ir a un almuer-zo con sus jefes. Usualmente se despierta a las 3 de la tarde.

    9:10 pmAv. El dorado con carrera 59 El TiempoSala de redaccin

    Hace 10 minutos, el noctmbulo de CityTv espera a su equipo para salir a las calles. La mayora de los computadores de la sala de redac-

    cin ya estn apagados y sus res-pectivos periodistas estn descan-sando. En el rincn desde donde se emiten los noticieros de CityTV, Juan Guillermo Mercado bromea con un colega en un acento difcil de identi car. Se le est haciendo tarde para salir a cubrir sus fuen-tes predilectas: polica, bomberos y Secretara de Salud. Hoy no lla-m ningn ciudadano para pedirle que cubra un suceso. A pesar de que su o cio es de alto riesgo, el noctmbulo afronta la noche con buen humor y espera lo que le de-paren las horas.

    01:00 am Carrera 7 con calle 67Caracol RadioSala de emisin de Amanecer W

    El invitado de hoy es el actor Da-niel Rocha, a quien Marcela con-tact mientras haca la la para renovar su cdula. Ella produce el programa, dirige las locuciones, pone msica y coordina las llama-das de los oyentes. A esta hora de la madrugada no queda nadie en el ala norte de Caracol Radio. En el da ingresan al edi co cerca de 800 personas, ahora no hay ms de 40 y, como es mircoles, el encargado de turno apag la luz del corredor que colinda con la sala de emisin. La periodista est absolutamente sola, nicamente acompaada por su audiencia y por los re ejos de ella misma en los vidrios insonorizados de su cabina, la nica de las seis en el ala norte que est iluminada.

    Un oyente la saca de la modorra que sobreviene a la una de la ma-ana, y la pone en total alerta. Es que no vale la pena vivir, le dice l. Ella entiende por el tono de su voz que no se trata de una broma. Acompaada nicamente por el te-levisor, las mquinas de emisin y

    con el oyente llorando al otro lado de la lnea, Marcela tiene un ins-tante de horror.

    01:15 amAv. Amricas con Av. Boyac Auto del noctmbulo de CityTVRumbo a Kennedy

    Juan Guillermo abre un poco la ventana, deja entrar el aire fro que le refresca el rostro y ahuyenta el sueo. Mira el aura de las luces en la neblina de la noche y recuerda el martes 11 de agosto pasado, la ltima vez que fue a Britalia, un barrio de Kennedy al que le tiene mucho respeto, y al que tambin se dirige esta noche.

    Aquella vez los periodistas de CityTv fueron sorprendidos por una turba que les cerr el cami-no. Armados con palos y cuchillos se amontonaron unos sobre otros buscando propinar el mejor golpe. Bajaron del auto con la cmara y los re ectores listos. Un hombre de 72 aos yaca en el centro de la multitud y era arrastrado por los vecinos del inquilinato donde viva. Cuando pudieron verlo ya estaba inconsciente. Haba viola-do a una nia de 6 aos y antes de que el Estado lo hiciera, fue casti-gado por los vecinos de su barrio. El violador iba rumbo a otra vida cuando los periodistas se percata-ron de que haban registrado en cmara el homicidio. Lo ms gra-ve fue que los responsables tam-bin se dieron cuenta y se inici una persecucin. Por fortuna, el par de patrulleros que observaron impotentes la golpiza haban pe-dido refuerzos, lo que les permiti a los periodistas alejarse sin nin-gn perjuicio fsico. Sin embargo, el recuerdo del linchamiento que-d tallado para siempre en la zona ms slida de la memoria de Juan Gabriel y su equipo.

    orculo 021 Enero - Mayo 201026

    Revista Orculo 21.indd 26 25/04/2010 09:25:00 p.m.

  • 01:30 amCarrera 7 con calle 67Caracol Radio Sala de emisin de Amanecer W

    Hace media hora que suena m-sica ininterrumpida en el programa de radio. La locutora, fuera del aire, intenta tranquilizar a su oyente al borde del suicidio. Ya logr averi-guar su ubicacin y llam a la lnea de emergencias 123 para alertar a las autoridades. Ahora solo debe espe-rar a que alguien acuda a rescatarlo; mientras tanto obedece a lo que le advirtieron: conserve a su oyente hablando y con el nimo estable. Hay que dejarlo hablar, desahogar-se y hacerlo sentir que su vida y su caso importan. Usualmente a esa hora de la madrugada trata temas que relajen a sus oyentes: cmo se sinti cuando se fue de la casa, cu-les son los males del corazn, por qu no duran las relaciones afecti-vas, en n, nada que incremente el ujo de sangre de su audiencia de la forma como ahora le uye a ella.

    Usted llam a la polica, le recri-mina y deja la bocina a un lado, no la cuelga, as que Marcela puede es-cuchar lo que pasa. El polica intenta persuadirlo, pero l amenaza con pe-garse un tiro en la boca. El polica le recuerda a su familia y a sus amigos. l responde algo que no se entiende porque el can del arma entorpece la gesticulacin de su lengua. Final-mente se escuchan unos golpes y des-pus de un instante el polica toma el telfono: todo est bajo control, gra-cias por su colaboracin. Marcela por n puede exhalar profundo otra vez y contina con su programa.

    03:30 am Call