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OOYSSEAS ELYTIS

DE: EL SOL PRIMERO

XVI Fragmento

Con qué sangre qué piedras y qué hierro y con qué fuego estamos hechos Mientras que parecemos hechos de simple nube y nos apedrean y nos llaman Visionarios

Cómo pasamos nuestros días y noches Un Dios lo sabe.

BIBLIOTECA DE MÉXIC

I N Ú M E R O 125

SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 2011 · $40.00

PLAZA DE LA CIUDADELA 4, CENTRO HISTÓRICO

DE LA CIUDAD DE MÉXICO, CP 06040.

TELÉFONO 4155 0830, EXTENSIONES 3851 Y 3858

CORREO ELECTRÓNICO [email protected]

CERTIFICADO DE LICITUD DE TÍTULO NÚM. 6270

CERTIFICADO DE LICITUD DE CONTENIDO NÚM. 4380

UN POEMA FUNDAMENTAL DE ODYSSEAS ELYTIS

SSEAS ELYTIS

POEMAS Versiones de Francisco Tones Cordova

ODYSSEAS ELYTIS

SIETE DÍAS PARA LA ETERNIDAD

Versión directa del griego por Jaime García Terrés

ODYSSEAS ELYTIS

I I

C O N S E J O N A C I O N A L P A R A

L A C U L T U R A Y L A S A R T E S

PRESIDENTA

CONSUELO SAlZAR

DIRECTOR G E N E R A L D E B IBL IOTECAS

FERNANDO ALVAREZ DEL CASTILLO

REVISTA B IBLIOTECA D E M É X I C O

D IRECTOR F U N D A D O R

JAIME GARCÍA TERRÉS t

DIRECTOR: EDUARDO LIZALDE

EDITOR: JOSÉ ANTONIO MONTERO

S E C R E T A R I O D E R E D A C C I Ó N :

JOSÉ DE LA COLINA

C O N S E J E R O S F U N D A D O R E S : J U A N A L M E L A , F E R N A N D O

A L V A R E Z D E L C A S T I L L O , M I G U E L C A P I S T R A N , A D O L F O

E C H E V E R R Í A , V Í C T O R T O L E D O Y R A F A E L V A R G A S

DE: PRIMEROS POEMAS

DE: CARTAS BOCA ARRIBA

RAMÓN IRIGOYEN

ODYSSEAS ELYTIS

JORGE LUIS BORGES Y ERNESTO SÁBATO

DIÁLOGOS

ERNESTO SABATO P R O M O C I Ó N EDITORIAL: MIGUEL GARCÍA RUIZ

ASISTENCIA EDITORIAL:

MARINA GRAF

MARTA DONÍS

ASISTENCIA T É C N I C A Y C O R R E C C I Ó N :

PEDRO GARCÍA

RAÚL ZENDEJAS DE LA PEÑA

C O M E R C I A L I Z A C I Ó N Y D ISTRIBUCIÓN:

RUYSDAEL NAVA

IMPRESIÓN: IMPRESORA Y ENCUADERNADORA

PROGRESO, S.A. DE C.V.

DE: UNO Y EL UNIVERSO

DE: HOMBRES Y ENGRANAJES

DE: HETERODOXIA

DE: EL ESCRITOR Y

sus FANTASMAS

Los HECHOS

HUGO GUTIÉRREZ VEGA

UN POEMA FUNDAMENTAL DE ODYSSEAS ELYTIS

EL SOLLOZO DE DIOS

esos tiempos nada valían el sus poemas y hablar de las

derecho internacional, sus ri- amenazas que se cernían so­

tos legales y las buenas ma- bre su país. Simópulos era el

neras. Los rufianes del Eje no anfitrión de los jóvenes poetas

En la madrugada del 28 de entendían de esas delicade- que eran buenos bebedores

octubre de 1940, el general zas humanas. Sus zapatazos de "retsina" y competentes

Metaxás, jefe del gobierno sonaban por todos los rum- trasnochadores. Formaban el

dictatorial nombrado por el bos de Europa, las chime- grupo: Gatsos, quien más tar­

rey Jorge en 1936, fue des- neas del "Shoa" humeaban de escribiría uno de los poe­

pertado por el pomposo em- en el centro y el norte y los di- mas emblemáticos del surrea­

bajador de Mussolini . Unas plomáticos de las dictaduras lismo griego, "Amorgós" ; Ely­

horas antes, el ejército italia- eran simples anunciadores de tis, Sarandaris, Jiladakis, Ma­

no había iniciado su marcha atropellos, violaciones a to- krosotiris y Jayer.

hacia la frontera entre Albania das las leyes de todos los El 28 de octubre, el subte­

y Grecia. El esponjado sujeto tiempos, invasiones y cruel- niente Odysseas Elytis llega

diplomático expuso al impasi- dades que hacían palidecer a al frente de batalla , adscrito a

ble general las condiciones los tiranos y verdugos que en la dirección del cuartel gene­

exigidas por el Duce para evi- el mundo fueron. ral del Primer Cuerpo de In­

tar el ultimátum. Metaxás las Todos recordamos cómo el fantería. Entró en combate a

escuchó y, a la manera grie- pequeño y bien organizado principios de diciembre y, con

ga , levantó la cabeza , chas- ejército de Metaxás, apoyado la Cuarta Compañía del Se­

queó la lengua y pronunció un por la resistencia popular, de- gundo Batallón del vigesimo­

rotundo oxi (no). El emisario rrotó a los invasores fascis- cuarto Regimiento de Infan­

del bufón trágico compuso el tas , obligando así a Hitler a te ría , avanzó hasta las gote­

gesto y abriendo los brazos a acudir en auxilio de sus alia- ras de Bubari y Bolena. Allí

la manera de su amo, contes- dos que emprendían la retira- vio huír a los italianos hacia

tó: Allors, c'est la guerre y sa- da a paso de bersaglieri. La Albania . "Vi en el rostro de

lió apresuradamente del aus- ocupación alemana fue larga mis soldados el brillo que el

tero despacho del militar meti- y sangrienta y el pueblo grie- helenismo es capaz de produ­

do a político. Los síntomas de go, nuevamente "humillado y cir cuando confía en él mis­

guerra ya se habían dado ofendido" organizó una heroi- mo", dijo muchos años más

desde el mes de agosto cuan- ca resistencia . tarde a los editores de la re­

do la armada italiana torpe- Poco antes del comienzo de vista universitaria ateniense

deó al crucero griego "Hellis", la invasión nazifascista, en la Panpudastiki.

anclado en Tenas. De poco le esquina de las calles ítaca y Contagiado de tifus fue en­

valió a Metaxás la declaración Patissíon , en la tensa capital viada al hospital de Yoannina

de neutralidad que había he- helénica, un grupo de amigos en donde luchó con una muer­

cho en el mismo agosto. En escritores se reunía para leer te que, asombrada ante un

2 Biblioteca de Mexico

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Dibujo de Pablo Picasso

deseo de vivir que no le daba Subteniente Caído en AI­cuartel, optó por retirarse bania, que publicó en 1945 en para, como en el poema de la revista Tetradio y que cons­Sajturis, buscar un nuevo dis- ta de catorce poemas integra­fraz y una nueva puerta por dos en una sola corriente líri­donde entrar. Ya convalecien- ca y unidos por un solo tema te , Elytis vio desde las alturas que se repite, acompañado de Agrinio el avance de las de algunas variaciones, a lo divisiones Panzer que entra- largo de toda la obra. rían a Atenas en junio de 1941. Allí se enteró de que los bárbaros colocaron su bande­ra en lo alto de la Acrópolis.

Su amigo el poeta Saran­daris había muerto en el fren­te de Albania. Elytis lo supo y

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EL ALMENDRO

DESTROZADO

fue trasladado a Yoannina. No vale la pena detenerse Todo indica que en ese mo- para buscar algunas influen­mento empezó a escribir Can- cias en el Canto Heroico o to Heroico y Fúnebre por el para intentar, en una visión

3 Biblioteca de México

• TRANSTR6MER, PREMIO NOBEL

• DOS CENTENARIOS: ELYTIS y SÁBATO

El premio Nobel concedi­do al poeta sueco Tomas Transtromer (Estocolmo, 1931) ha sido celebrado por la comunidad literaria del mundo, sobre todo por sus colegas suecos de la misma generación y otras anteriores, pues Transtromer estaba tra­ducido a más de 50 len­guas, ha figurado en las listas de los posibles ga­nadores del galardón sue­co a lo largo de varios años y en su país era rei­terada la queja de que los académicos no hubieran concedido el premio a ningún escritor de su país durante casi 40 años.

Sólo visitó México en el año de 1981, para asistir a una reunión de poetas que todos los años era celebrada en la ciudad de Morelia. Yo no estuve pre­sente en esa reunión, pe­ro en cambio, me encon­tré con el poeta en mayo del año 2008, en Malmo, Suecia, a cuya reunión de poetas acudimos invita­dos por nuestro generoso amigo Soderberg (poeta excelente y contemporá­neo exacto de Transtr6-mer).

Como se sabe, el hoy premio Nobel había pa­decido un ictus cerebral, un ataque de apoplejía que paralizó la mitad de

Odysseas Elytis en uniforme de campaña

dros dejan de "nevar el aire" y

"en las alturas, las aves agore­

ras se reparten las migajas del

cielo".

Aseguran algunos críticos que los dos libros principales

de la poesía moderna griega

son To Axion Estí de Elytis y

Mitihistórima de Seferis. Tal

vez sea justa su apreciación,

pero tengo para mí que el Canto Heroico rivaliza con los

dos grandes títulos. No es ne­

cesario caer en bizantinismos

literarios. Que nos sirvan es­

tas referencias tan sólo para

ubicar el Canto dentro del cor­

pus de la poesía moderna,

pues si bien es una obra de

juventud en ella laten las for­

mas y tensiones espirituales

características de la poesía

de Elytis.

Pero sigamos con nuestro

intento de análisis del poema

constatando que, cuando la más exacta, ubicarlo en algu- del sueño, auguraba días tran- amenaza se convierte en fue­

na de las diversas tendencias quilos para que los hijos cre- go y sangre, la naturaleza se

poéticas que en su momento cieran. El sol primero extendía repliega ante la furia que los

dominaban el panorama de la su bendición sobre las tierras humanos despliegan en con­

poesía griega contemporá- verdes del norte, las sequeda- tra de los humanos. "Los fru­

nea. Es un poema de circuns- des áticas, la misteriosa vege- tos escupen las semillas" y "la

tancias en el mejor sentido del tación del Peloponeso y las tierra oculta las piedras",

término y su factura interpreta islas blancas y azules rodea- mientras el terror "acumula

inmejorablemente la tragedia das por el mar y por el viento. nieve, nieve inmisericorde" y

individual del joven muerto y Y, de repente, "del sollozo de sopla "en los famélicos va­

el dolor de toda una colectivi- Dios" creció una sombra y "la lIes". Ya llega el mal y por eso,

dad que contaba sus muertos angustia inclinada con huesu- el poeta pide a la cruz protec­

jóvenes y mostraba todas sus da mano" empezó a palpar y a tora que "no se desaliente" y a heridas abiertas, sangrantes e destrozar a todas y cada una

indeciblemente dolorosas. de las flores. Fue entonces

Antes de que la nueva bar- cuando los helenos empeza­

barie amenazara a las ciuda- ron a cortar "el pan de la deso­

des y los campos de la antigua lación" y a saber que "algo

Hélade, los almendros f1ore- malo prendería".

cían todas las primaveras y En la primera parte del largo

una paz precaria pero suficien- poema, la premonición avanza

te para que los ojos de los y la naturaleza se sobrecoge.

hombres se cerraran a la hora Todo se interrumpe, los almen-

4 Biblioteca de México

TO <DOTOllENTPO

las violetas que hagan los horrenda tormenta sobre Gre­gestos necesarios para ahu- cia y los suyos, es una cons­yentar la amenaza. tante que da sentido y profun-

111

EL CASCO RODÓ POR EL

LADO IZQUIERDO

didad a sus reflexiones sobre la aventura humana. Por estas razones el subteniente "yace sobre el capote chamuscado. Siglos negros lo circundan." En su oreja izquierda hay "una

Así, de esta sencilla y directa ramita de olvido" y los "cinco manera, Elytis nos muestra al cedros" son, en el campo que­subteniente tocado por la mado, los cinco cirios de un muerte. Así, en los poemas 111 sepelio oficiado por el silencio y IV, la noche, la niebla y la de la tierra y el recuerdo hun­tierra se estremecen cuando dido en la nieve. el joven cae vencido por los

seguidores de un Dios que huele a pólvora "y a piel de acémila".

Repito que no me interesa

buscar influencias, pero me regocija constatar afinidades. En dos poemas, Larca y Elytis

se dan la mano para hablar de la muerte y sus pálidos emble­mas. En los poemas de

Federico suenan las palmas del cante jondo y la sangre derramada forma sus "char­

cos de agonía". En el Canto

IV

LAS CONSECUENCIAS

Heroico se escuchan las vo- El cadáver del poema de

ces de las viejas plañideras y Elytis pesa sobre la creación

el dramático canto de los si- y su desaparición del mundo glos nos enerva cuando de de los jóvenes clama al cielo .

nuevo lamenta el fracaso de la "Todas las madres se pregun-creación: tan dónde andará el joven",

preguntan por él los compa-Mas la noche, cual víbora ñeros, el hermano, el águila,

[aplastada, se levantó. los aguiluchos. "El cielo amo-La muerte apenas se detuvo ratado" y el pan que "gotea

dientes ...

[un poco entre los sangre" testimonian la pérdi­

da y todo se invade de frío y y luego se derramó de golpe de desconcierto.

[hasta las pálidas uñas. El poeta lo recuerda vivo en

las montañas de Tracia, en

En la poesía de Elytis, el senti- ese extremo norte de una Gre­

miento de los muchos siglos cia que teme la cercanía del que gravitan como un ligero y viejo imperio otomano y man­

gracioso viento o como una tiene los músculos tensos para

5 Biblioteca de México

su cuerpo en 1990. A la sesión de Malmo acudió acompañado por su inse­parable esposa que lo atiende tras de su silla de ruedas y se ocupa de trasmitir a quienes lo sa­ludan las pocas palabras que es capaz débilmente de emitir. Se leyeron en sueco algunos textos su­yos, y a instancia del poe­ta Soderberg, leí en espa­ñol dos de sus poemas, aplaudidos por el público numeroso que asistía a la sesión. El poeta me salu­dó con su mano izquierda con un gesto al descender del escenario y su esposa me dijo que había cele­brado mi lectura. Sin em­bargo, la sorpresa mayor fue oír y admirar al poeta Transtromer acercarse en su silla frente al piano pa­ra ejecutar alguna pieza de Haydn, con su mano izquierda, pues practica la música desde muy joven. Pude, además, conseguir un disco reciente de una grabación suya que ya me he ocupado de trasmitir por la radio.

Transcribo un breve poema, tomado de la an­tología Deshielo a medio­día que en 2010 publicó la empresa española Nór­dica Libros.

MÚSICA LENTA

El edificio está cerrado. El sol

entra por las ventanas

y calienta la parte superior de los

escritorios

6 Biblioteca de México

la defensa. Lo recuerda abra­

zado "de las mozas del naran­jo" y bebiendo un vino espeso y aromático, hasta que "el alba

lo encontraba con brazos abiertos".

"Retumbaron los montes de Albania", pero no lloraron por el "apuesto joven" y "la deso­

lación se acogió en su manto negro". Por eso el poeta orde­

na: "iay déjenla, déjenla, déjenla" hasta tres veces. Lo ordena como lo hicieron Es­quilo, Sófocles y Eurípides,

pues es la terrible hija de un

destino ciego y destructivo:

y las madres son para llorar, los

hombres para luchar,

los jardines para que florezcan los

pechos de las niñas,

la sangre para derramarse, la

espuma para golpear

y la libertad para nacer con res­

plandor incesante.

Este pequeño héroe, este joven muerto en lo mejor de

su edad , sube, como todos los héroes de todas las poe­sías y de todas las latitudes, a ese paraíso de "perenne cer­teza" del que hablaba Lam­

pedusa. El subteniente se eleva y la tierra encomia su sacrificio:

Aquellos que consumaron la mal­

dad se los llevó la

negra nube,

pero aquel que cruzó los cami­

nos del cielo

isube ahora solitario y resplande­

ciente!

Ayax y Aquiles

A MANERA DE F i N A L

Este es uno de los poemas

fundamentales del siglo xx.

Lo tradujo al español Natalia

Moreleón, incansable promo­

tora de la cultura helénica. Al

leerlo hay que dejarse llevar

por las palabras, las imáge­

nes, los descubrimientos y las

lágrimas de Odysseas Elytis,

pues se trata de un responso

en un tono mayor, es cierto.

pero también de una afirma­

ción de la vida y sus mágicos

y sencillos alimentos. "Sube

solitario y resplandeciente" el

joven muerto, mientras "el

césped crece", ríen los dioses

desde el Olimpo y el sueño

bate más fuerte que la san­

gre. Sueño y sangre, muerte y

vida, esclavitud y libertad...

entre esos polos se debate y

crece este inmenso poema.

Copilco, lluvias del 2011

ΜΕΝΤΙΡΕΚ· que son tan fuertes como para

[cargar

el destino del hombre. i

Estamos afuera hoy, junto

a la extensa y ancha ladera.

Muchos llevan ropas oscuras.

Uno

puede estar al sol y cerrar

[los ojos

y sentir cómo es soplado lenta­

mente hacia adelante.

Rara vez vengo hasta el agua.

Pero ahora estoy aquí,

entre grandes piedras con

[espaldas

pacíficas.

Piedras que lentamente han

caminado hacia

[atrás desde las olas.

El presente número de la revista ha sido dedicado a dos centenarios: el pri­mero, del poeta griego Odysseas Elytis, con una breve antología de su obra y un texto de Hugo Gutiérrez Vega, quien escribe una admirable semblanza sobre el autor; y el segundo, del escritor argentino Ernes­to Sábato.

De Sábato publicamos una selección de sus diá­logos con Borges, graba­dos en 1974 por Orlando Barone, y una variedad de ensayos breves tomados de distintos libros, del tam­bién novelista, publicados en Obras. Ensayos, por la Editorial Losada de Bue­nos Aires, en 1970.

E.L.

Biblioteca de México

OOYSSEAS ELYTIS

POEMAS * Versiones de Francisco Torres Córdova

De: Seis y un remordimientos por el cielo (1960).

LACÓNICO

La tristeza de la muerte tanto me incendió, que mi destello volvió al sol.

Ahora él me expide dentro de la sintaxis perfecta de la piedra y del cielo

Pues bien, ése que buscaba, soy.

Oh verano de lino, otoño prudente

Mínimo invierno

La vida deposita el óbolo de la hoja del olivo

y dentro de la noche de los insensatos con un pequeño grillo confirma de nuevo lo legítimo de lo inesperado.

De: María Nefeli (1978)

María Nefeli dice:

LA GUERRA DE TROYA

¿ Por lo menos si viviéramos al revés

lo veríamos todo plano? Bah. El infortunio

tiene una tenaz permanencia;

como se dice constituye la norma.

Lo cual significa que si logramos vivir

por supuesto vivimos de las excepciones.

Fingimos que nada sucede

precisamente para que por fin algo suceda

afuera y encima de la burla .

• Este trabajo forma parte de un proyecto más amplio desarrollado con el apoyo de la beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNACA),

durante el periodo 2004-2007.

8 Biblioteca de México

Una cereza cuando en ella

invernan todas las miserias

y a pesar de ellas clara todopoderosa

impecable brilla mostrando

cuál podría ser la supremacía del hombre.

La gota de sangre de cada abril

gratis para todos.

Vanguardias infelices y conductores

volteados al revés de los pesados carros del cielo

hasta las nubes están minadas

atención: de nosotros depende la primavera.

Volvamos a dar a nuestros pies la tierra

el verde al verde el hombre de Neanderlhal

al hombre de Neanderlhal. Ya de nada sirven los músculos

amor salvaje se requiere

un salto de tigresa en las ideas se requiere.

Mientras haya Aqueos habrá una hermosa Helena

aunque en una parle esté la mano y en otra el cuello.

A cada época su Guerra de Troya.

Lejos en las extremas honduras del Cordero

continúa la guerra.

9 Biblioteca de México

Rossetti , Helena de Troya, 1863

y el antifonero:*

Indiscutiblemente María Nefeli es una ácida muchacha verdadera amenaza del futuro; a veces brilla como cuchillo y una gota de sangre sobre ella

HELENA

tiene la misma importancia que alguna vez tuvo la lambda de la lIiada .

María Nefeli avanza liberada del repugnante concepto del eterno ciclo.

y sólo con su existencia acaba con la mitad de la gente.

María Nefeli vive en las antípodas de la Ética es toda carácter.

Cuando dice "dormiré con ése" quiere decir que una vez más matará a la Historia. Hay que ver entonces cómo se entusiasman los pájaros.

Además a su modo eterniza la naturaleza del olivo. Según el momento se vuelve a veces de plata a veces azul oscuro . Por eso es que los adversarios sin cesar hacen campaña -mirad : unos con sus teorías sociales muchos simplemente blandiendo flores .

A cada época su Helena.

Por tu reflexión el sol se condensa dentro de la rosa y se regocija .

• Persona del coro que canta las antífonas ("que da respuesta"). Antífona es un versículo que se canta o reza en las horas canónícas antes y después del Salmo.

10 Biblioteca de México

De: El pequeño Nautilo (1985)

HUELE LO EXCELENTE

(Fragmentos)

Un día la vida que perdí, la volví a encontrar en los ojos de una res que me miraba con devoción. Me di cuenta de que no había naci­do por azar. Me puse a excavar en mis días, a revolverlos, a buscar. Quería palpar la materia de los sentimientos. Restituir, por las alusio­nes que encontraba dispersas en este mundo, una inocencia tan poderosa que lavara la san­gre -lo injusto- y que obligara a los seres humanos a que me gustaran.

Difícil -pero ¿qué hacer? A veces siento que soy tantos que me pierdo. Quiero reali­zarme al menos a lo largo de una edad que rebase la mía.

Si tampoco por el tiempo hay manera de aba­tir la falsedad, entonces el juego lo he perdido.

11

Habité un país que salía del otro, el real, como sale el sueño de los sucesos de mi vida. A este

también lo llamé Grecia y lo tracé en el papel para verlo. Parecía tan poco, tan inasible.

Con el paso del tiempo, continuamente lo ponía a prueba: con algunos sismos repenti­nos, algunas antiguas tempestades purasan­gre. Cambiaba de lugar las cosas para libe­rarlas de todo valor. Estudiaba los Insomnes y las Desolaciones para ver si lograba construir colinas marrones, pequeños monasterios, fuentes . Incluso puse todo un huerto lleno de cítricos que olían a Heráclito y a Arquíloco. Pero fue tanto el aroma que tuve miedo. Y po­co a poco me puse a atar palabras como pequeños diamantes para tapar al país que amaba. No fuera que alguien viera la belleza. O que sospechara que tal vez no existe.

111

Entonces deambulé por mi país y encontré su poquedad tan natural que decía no puede ser, debe haber sido a propósito la mesa de made­ra con los tomates y las aceitunas frente a la ventana. Para que pueda una sensación como ésa salida del rectángulo de la tabla con los pocos rojos vivos y los muchos negros llegar directamente a la hagiografía. Y ésta, pagando con lo mismo, extenderse con una bienaven­turada luz sobre el mar hasta descubrir la ver­dadera grandeza de la poquedad.

Rubens, Heráclito y Demócrito

11 Biblioteca de México

Zeus

Temo hablar con argumentos de los que sólo la primavera dispone por derecho, pero la vir­ginidad en la que creo así la concibo y sólo así

Cuando descubramos las relaciones secre­tas de los conceptos y las recorramos a fondo, saldremos a un claro de bosque de otro tipo

me la imagino manteniendo su secreta virtud: que es la Poesía . Y la Poesía siempre es una volviendo inútiles todos los medios que pudie- como siempre es uno el cielo. El asunto es ra inventar el hombre para conservarla y reno- desde dónde se mira el cielo. varia .

IV

La primavera no la encontré tanto en el campo o, al menos, en un Botticelli , como en una pequeña y roja Portadora de Ramos. También así un día el mar lo sentí mirando una cabeza de Zeus.

Yo lo he visto a la mitad del mar.

V

Quiero ser sincero como la camisa blanca que llevo, y recto , paralelo a las líneas que tienen las casas en el campo y los palomares, que para nada son rectas , y tal vez por eso se

1 2 B i bl ioteca d e Mexico

levantan tan seguras en la palma de la mano de Dios.

Con todos los poros de mi piel, tiendo hacia un -¿cómo decirlo?- giratorio y deslumbran­te, Cu. 1Desde la manera en que muerdo una fruta hasta cómo miro por la ventana, siento que se forma todo un alfabeto que me esfuer­zo en poner a funcionar con la intención de armar palabras o frases y, con ambición ocul­ta, yambos y tetrámetros.2 Lo cual quiere de­cir: que conciba y diga otro, un segundo mun­do, que siempre llega primero dentro de mí. Puedo incluso presentar como testigos un cúmulo de cosas sin importancia: guijarros que las tempestades rayaron, arroyos con algo consolador en su fluir, hierbas aromáti­cas, sabuesos de nuestra santidad. Toda una filología, los griegos y latinos antiguos, los cro­nistas posteriores, y los salmistas; un arte, Polígnotos,3 Pansélinos:4 todos ellos fueron absorbidos, condensados ahí dentro por lo llano, lo verde, lo agudo y lo extático, cuya sola y auténtica referencia es inherente al alma del hombre.

A esa alma la llamo inocencia. Y a esta qui­mera, mi derecho.

VI

Ah sí, un pensamiento para ser realmente sano -sin importar a qué se refiera- debe resistir a la intemperie. Y no sólo eso. Al mismo tiempo en nuestra sensibilidad debe ser verano.

Un poco, dos o tres grados más abajo, se con­suma: el jazmín calla , el cielo se vuelve ruido.

VII

Labio amargo que eres mi segunda alma, isOn­ríe!

, EV. En griego clásico en el original. Prefijo griego que ha pasado al español eu- , "bueno", "bien", como en eutanasia , euforia , etcétera. 2 En la métrica clásica se refiere, según el Diccionario de Griego Clá­sico, de G. Stamatakou, a un verso de cuatro pies, y remite al latín versus octanarius. J Polígnotos. Pintor de Tasas, del siglo v aC, más tarde ciudadano de Atenas. Pausanias describe sus célebres pinturas en Cnido, Delfos: I/upersis ("Toma de Troya") y Nekyia ("Descenso de Ulises al Infier­no"), entre otras. Aristóteles y Luciano se refieren a él con elogios. (Diccionario de la Literatura Clásica , de M. C. Howatson.) • Pansélinos. Manuel Pansélinos: Pintor bizantino de hagiografía, de la Escuela de Macedonia, siglos XIII-XIV.

13 Biblioteca de México

ODYSSEAS ELYTIS

SIETE DíAS PARA LA ETERNIDAD*

Versión directa del griego por Jaime García Terrés

DOMINGO. De mañana, en el Templo del Moscóforo. Digo: vuélvase verdadera como un árbol la hermosa Mirto; y que su cordero, mirando derechamente por un momento en los ojos a mi asesino, castigue al más amargo porvenir.

LUNES. Presencia de yerba yagua a mis pies. Lo cual significa que existo. Antes o después de la mirada que habrá de petrificarme, la mano diestra que sostie­ne en lo alto una colosal Espiga.

Sea yo el fundador de las Nuevas Constelaciones.

MARTES. Éxodo de los números. Combate del 1 con el 9 en una playa desierta del todo, llena de piedrecillas negras, algas amontonadas, grandes espinazos de fie­ras en las rocas.

Mis dos viejos y amados caballos, relinchando erguidos sobre los vapores que se levantan del azufre del mar.

MIÉRCOLES. Del otro lado del Rayo. La cal­cinada mano que retoñará. Para alisar las arrugas del mundo.

JUEVES. Puerta abierta; escalones de pie­dra, cabezas de geranios, y más allá diáfanos techos, cometas de papel , frag­mentos de guijarros en el sol. Un cabrón rumia despacio las centurias, y el humo, sereno, se eleva entre sus cuernos .

• Cuaderno de traducciones, Fondo de Cultura Económica, México, 1984, 164 pp.

En el patio de atrás, en el instante en que la hija del jardinero es besada a es­condidas, un tiesto se derrumba y esta­lla de magno júbilo.

iOh, apurar este sonido!

VIERNES. "De la Metamorfosis" de las mu­jeres que amé sin esperanza. Resueno: i Ma-ri-na! i He-le-na! Cada tañido de campana es una palpitación de lilas en mis brazos. Después una luz extraña, y dos palomas dispares que me alzan a una gran casa tapizada de yedra.

sÁBADO. Ciprés de mi linaje, que cortan hombres tristes y taciturnos: para espon­sales o exequias. Cavan en el suelo al­rededor, y lo salpican con agua de cla­veles.

i He proclamado ya las palabras que magnetizan el infinito!

14 Biblioteca de México

NOTAS DEL TRADUCTOR

Moscóforo. Literalmente, el portador del becerro. Es una de las estatuas de la Acrópolis.

Mirto. Es un constante arquetipo femenino, a ve­ces flor y a veces mujer de carne y hueso, que se relaciona con cierto fragmento de Arquíloco (DiehI.25).

La Espíga. Probable alusión a Deméter, complica­da con una referencia a la mirada petrificante de la Gorgona.

Nuevas constelaciones. Néa Zódia, en el original. Envuelve sin duda la idea de un Nuevo Zodía­co, pero también la más genérica de conjunto de signos. En otro lugar, Elytis habla del "siste­ma solar en miniatura, que es un sistema de imágenes y significados... paralelo a su trans­cripción simbólica en signos rítmicos y métri­cos", del poema.

El 1 Y el 9 representarían el principio y el fin . ¿Alusión oblicua a las Eneadas y al Tetractys pitagórico?

El Rayo. Todo lo gobierna el Rayo (keraunós), dijo Heráclito. Cf., en el monumental poema To Axion Estí, el verso: "mis manos amargas giran con el Rayo hacia atrás del tiempo". "Esto es lo que aguardo cada año -escribe además el poeta en su cuaderno de notas- con una arruga más en mi frente y una arruga menos en el alma: la com-

pleta antistrofa, la entera diafanidad." Cometas de papel. Estos juguetes primaverales y

celestes navegan con parecida fortuna en va­rias lenguas. Son ciervos voladores en Francia. Águilas en Grecia. Cometas, dragones y ser­pientes en España. En México podrían ser mari­posas (papalotes). Por obvias razones contex­tuales he preferido convertir las águilas de pa­pel en homólogos cometas.

Marina y Helena son dos heroínas de la mitología personal de Elytis. Cf. "La Marina de las rocas" (La Gaceta, enero de 1977). En general, las mu­jeres desempeñan en los poemas de Elytis un importantísimo papel como mediadores erótico­angelicales de la anunciación o la iluminación.

Metamorfosis. La metamorfosis -seres o catego­rías que se vuelven otros: "una muchacha que se torna fruto, un estado de ánimo matinal que se trueca en árbol, una idea que se encarna"- es un procedimiento característico en la poética de Elytis. Hay que recordar, sin embargo, que esta palabra no sólo se refiere a la suerte de transfor­maciones conmemoradas por Ovidio. En griego moderno, ya partir de los Evangelios (d. Mateo, XVII. 2), metamorfosis designa asimismo el miste­rio de la Transfiguración. -Elytis sin ser cristiano se sirve a menudo del ritual y el vocabulario de la Iglesia ortodoxa, impartiéndoles su propio simbo­lismo erótico y metafísico.

15 Biblioteca de México

ODYSSEAS ELYTIS*

DE: PRIMEROS POEMAS

DEL EGEO

El amor La mar abierta y la proa de sus espumas y las gaviotas de sus sueños En su más alto mástil el marinero aventa Una canción

El amor Su canción y los horizontes de su viaje y el eco de su nostalgia En su más empapado risco la novia aguarda Un barco

El amor Su barco y la indolencia de sus vientos estivos y el foque de su esperanza En su más ligera ondulación una isla acuna La llegada.

11

Jugueteo de aguas Por los umbrosos vados Dice con sus besos el alba Que comienza Horizonte

y las palomas torcaces un son Cimbrean en sus grutas Despertar azur en la fuente Del día Sol

• Odysseas Elytis . Antología. edición y traducción de Alfonso Silván Rodríguez. Akal Ed itor. Madrid . 1982. 232 pp .

El mistral en la vela En la mar Las caricias de los cabellos En la placidez de su sueño Frescura

Onda en la luz Regenera los ojos En donde la vida larga velas hacia La atalaya Vida.

111

Rumor de mar beso en su acariciada arena -Amor Su azulada libertad la gaviota Entrega al horizonte Olas se van vuelven Espumeante respuesta en las orejas de las caracolas

¿Quién prendió a la rubicunda y quemada por el sol? La brisa con su transparente soplo Templa la vela del sueño Lejos Amor su promesa murmura - Rumor.

16 Biblioteca de MeK'co

CUMA DE AUSENCIA

Todas fas nubes se confesaron a la tierra

Su lugar lo ocupó un pesar mío

y cuando entre mis cabellos se puso

[melancólica

La mano impenitente

Me entregué a un nudo de tristeza.

11

La hora se olvidó al caer la tarde

Sin recuerdo

Con su árbol callado

Hacia la mar

Se olvidó al caer la tarde

Sin aleteo

Con su cara inmóvil

Hacia la mar

Cayendo la tarde sin amor

Con su boca indeclinable

Hacia la mar

y yo -en la Calma que atrapara en mi red.

111

Tarde

y su imperial aislamiento

y la ternura de sus vientos

y su temerario esplendor

Nada que no venga Nada

Que no marche

Todas las frentes desnudas

y como sentimiento un cristal.

,s~ %II\\~ = = = 0 DO = 0 D = = '=' DO =b

ANOI XTA X APTIA

SEGUNDA NATURALEZA

iSonrisa! Su princesa quiso

iQue naciera bajo el señorío de las rosas!

11

El tiempo es veloz sombra de pájaros

Mis ojos de par en par entre sus imágenes

Alrededor del acierto todo verde de las hojas

Las mariposas viven grandes aventuras

Mientras la inocencia

Se desnuda de su última mentira

Dulce aventura Dulce

La Vida .

111

Antes de mis ojos eras luz

Antes del Amor amor

y cuando te prendió el beso

Mujer.

Epigrama

17 Biblioteca de Mexico

SIETE HEPTASTIQUIOS NOCTURNOS

Sueños y sueños llegaron

Por los días de los jacintos

Sueños y sueños por los albos

Insomnios de los cisnes

El rocío nace en las hojas

Como en el cielo infinito

El sentimiento sereno.

11

Centelleos favorables trajeron el silencio

y tras el silencio una intrusa melodía

Amorosa

De sones de otros tiempos hechicera

Queda ahora la sombra que desvanece

y su confianza resquebrajada

y su obnubilación irremediable -allí

111

Todos los cipreses señalan medianoche

Todos los dedos

Silencio

Por fuera de la ventana abierta del sueño

Poco a poco se deslía

La confesión

y como mirada ideriva hacia las estrellas!

IV

Un hombro todo desnudo

Como verdad

Cumple su exactitud

En este borde de la tarde

Que brilla toda sola

Bajo la secreta media luna

De mi nostalgia .

V

A la indefensa noche la invadieron recuerdos

Malvas

Rojos

Amarillos

Sus abiertos brazos se llenaron de sueño

Sus reposados cabellos de viento

Sus ojos de silencio.

V I

Inescrutable noche amargura sin término

Párpado insomne

Antes de encontrar sollozo arde el dolor

Antes del equilibrio se inclina el desastre

Espera a la que la muerte espera

Como el silogismo del vano meandro

En el delantal de su destino se tritura.

VII

La diadema de la luna en la frente de la

[noche

Cuando se reparten las sombras

[la superficie

De la visión

y el dolor medido por ejercitado oído

Sin quererlo se desploma

Sobre la idea que se inutiliza por

[el melancólico

Toque de queda.

18 Biblioteca de Mexico

DE: CARTAS BOCA ARRIBA

Selección

Griego significa sentir y reaccionar de una determinada manera, nada más. Es una fun­ción que se encuentra en relación directa con el drama de las Tinieblas y de la Luz que repre­sentamos todos aquí, en este rincón del globo. El que sea uno grande o pequeño, nacido aquí o allá, de importancia nacional o universal, es una cuestión completamente otra.

Una verdad "congelada" para Grecia es, por ejemplo, su historia como la interpretan los pro­hombres griegos. Otra, también "congelada", es su historia tal como la presentan los europe­os. La verdad viva, creo, se encuentra así en su historia, como la descubres que va emergiendo dentro de ti, de tu propia experiencia y que los acontecimientos y monumentos del arte única y simplemente conmemoran e ilustran.

Grecia, he llegado hace tiempo a esta con­clusión, es una determinada sensación -valdría la pena encontrar para ella un símbolo lineal­cuyo desarrollo, el descubrimiento de sus

correspondencias en todos los sectores, repro­duce automáticamente y en todo momento su historia, su naturaleza, su semblanza.

11

Grecia para mi juventud fue algo deslumbran­te. No fui ni patriota ni adorador de la natura­leza, o al menos experimenté gran descon­cierto cuando vi que me atribuían estas cuali­dades. Lo que poco más o menos experimen­taría alguien, en otros tiempos, que sospecha­ra en las tormentas la electricidad y le dijeran los de su alrededor que era un romántico de otoño. Así de incapaz fui , parece, de separar la sensación de su objeto y de mostrar en el espíritu todos los derivados de aquélla.

111

La luz y la historia en Grecia son uno y lo mismo. En el sentido de que en última instan­cia , lo uno reproduce lo otro, lo uno interpreta

19 Biblioteca de México

y es la razón de ser de lo otro , incluso el vacío cambiando el horizonte y todo el paisaje, exac­que es el negro, puesto que es otra penumbra tamente como desde la cumbre de una isla en esta tierra , con la equivalencia de los valores nuestra tierra en donde, de repente, los conoci­éticos y naturales que ofrece, pero no se da el dos promontorios del firme cambian de forma, caso de que se conozca . se te revelan insospechados cabos y ensena-

das, lejanas crestas de otras islas, un mundo IV nuevo más ancho y más rico en su diversidad

de formas. Y que el tamiz de la conciencia Siendo poético en grado mínimo, amé en deseche y retenga, retenga y deseche hasta grado máximo la poesía, de la misma manera que un día sientas tu propio ser transparente y que, siendo en grado mínimo "patriota" , amé puro tal como todas tus secretas propensiones en grado máximo a Grecia. No es, sin duda, lo querían y que todas las condiciones alrede­por torpeza por lo que me convierto en otro dar suyo conspiraban para desvirtuarlo. Tan cuando cojo la pluma. La verdad sale vaciada difícil, pero qué tan difícil, dejar que tu época te en una estatua recién nacida sólo en las acuñe sin que te falsifique. aguas alambicadas de la soledad ; y la sole-dad de la pluma es de las más grandes. Al VI

revés de cuantos se esfuerzan a lo largo de una vida entera en "fabricarse" su imagen lite- El amor a la poesía me vino de lejos y, si es raria , tengo en mente el destruirla en todo que es posible decirlo, de fuera de la literatu­momento, tendiendo al original y sólo a lo que, ra. Fui consciente de ello un día, según daba por su naturaleza , es para ser modelado sin vueltas por las salas del Museo Británico y me cesar, dispuesto a recomenzarlo a cuenta pre- encontré ante un papiro verdoso, si mal no cisamente de la unidad de vida y de arte que, recuerdo, con un fragmento muy claro, graba­según creo ver, se encuentra mucho antes o do sobre él, de Safo. Después de los monto­mucho más allá de los remilgos de los salones nes de manuscritos latinos que tragaba por y de los cafés . aquellos años sentía un verdadero alivio ; me

V parecía que el mundo se alisaba y entraba en su justo lugar. Estas esbeltas y compactas

Un escalón más arriba de la concepción de que mayúsculas constituían una representación la poesía es una simple confesión, veía que iba gráfica diáfana y misteriosa a la vez, que me

20 Biblioteca de Mexico

hacía una seña amical a través de los siglos. Como si me encontrara de nuevo en una ensenada de Mitelene y escuchara a la muchacha de nuestro hortelano cantar.

XXII

Pero la condición poética, conviene repetirlo por mucho que parezca que va de por sí, es una "tercera condición" no sujeta a las contra­dicciones y distinciones de la vida cotidiana. Es una parasemántica que se marca con palabras pero se interpreta en el alma con vibraciones cuyas prolongaciones llegan muy lejos, a veces (y entonces están más cerca de su más aleja­do blanco) a algo que no tiene ya ninguna rela­ción con el significado primordial de las pala­bras. Ninguna relación tiene el sol con la so­lana, la mar con el paseo en barco, la muerte con la nada y el firmamento con el infinito, en otras palabras la naturaleza con la adoración de ella y el espíritu revolucionario con la revo­lución, como una continuada, permanente e incurable mentalidad de nuestra época que llegó a concebir estas cosas. La misma que no vaciló en añadir rigor o no a la poesía en pro­porción con su oscura o luminosa textura (la luz fue considerada desde siempre como no dolo­rosa en Grecia iqué extraño!) para referir al caso más típico. Pero con las varetas puede que se cojan pájaros, nunca se coge su trino. Se necesita la otra vara , la de la magia, y ¿quién puede fabricársela si no le ha sido dada desde un principio? iBien está que exista! Cuando toca ésta las cosas -las palabras y sus combinaciones- la noche real cae y el sol real se levanta y todas las virtuales ilicitudes cesan de constituir una simple -como las ve el hom­bre sencillo- arbitrariedad. Tienden a ocupar su lugar exacto en los textos que escribimos hoy como las ortodoxias, en otros tiempos, en los estudios clásicos. Su razón de ser, la regene­ración de la virginidad. Y para hablar de otro modo: el esplendor de la juventud y del error.

todos y ahora que estamos aquí no ha sido encontrado demonio de militar capaz de cortar el paso por los atajos. Sencillamente a veces el acceso se hace tanto más difícil cuanto más grosera la estupidez humana. Nadie está obli­gado a interesarse por la poesía. Sin embargo, una vez que se interesa está obligado a "saber transportarse" a esta segunda condición, a caminar por el aire y por el agua.

En la Pintura, de ciertos tonos "grises" en­contramos muy natural ser conducidos a la pizarra y desde ésta a su vez, a la estructura más profunda de la verdad plástica que es Grecia. En la Poesía, algo análogo nos es imposible. La intercalación del discurso que coincide ser también medio de nuestra comu­nicación cotidiana, confunde los dos niveles hasta tal punto que terminamos por creer que nuestro dedo que se hizo sangre en un cuchi­llo gotea también en el poema. ¡No Señores! Para que gotee realmente es preciso que el cuchillo se encuentre también en el poema, primero; y segundo: no es por la sangre por lo que es siempre posible juzgar lo doloroso o no de la presencia del hombre. Buscamos todos el "paisaje humano" que lo confrontamos con el "natural" - iqué torpeza!

XXIV

El hombre para la Poesía no es el pagano o el cristiano , el herético o el ortodoxo, el comu­nista o el fascista, para enumerar unos pocos de los que se devoraron mutuamente -con razon o sin ella, no importa- por aquí por la Necesidad. El "por allá" es que sus rasgos verdaderos "tales que la eternidad se los esta­blecerá definitivamente" se encuentran desde ahora mismo por igual en una piedra o en una nube, en una mirada casual o en un grito que ni siquiera nos concierne.

No estamos a la escucha lo suficiente en las puertas de la secreta conversación de las cosas -he aquí lo que nos pasa-o Por lo cual cuando una frase, realista para el cielo, se

XXIII desvía hasta nuestros labios, la tomamos por fantasía y, con los pies para arriba y la cabe­

Todos juntos, poetas, músicos, artistas, a pesar za para abajo, invocamos al fantasma de la de todas sus grandes diferencias, y a veces realidad para que nos lo dé la vuelta . Pero es gracias a ellas, no hacen en el fondo -y a lo siempre tarde en nuestro pensamiento cuan­ancho de los siglos- otra cosa que constituir la do sale el sol en nuestra imaginación; y la segunda condición del mundo. Está abierta a muerte no tiene días y noches.

21 Biblioteca de México

FEDERICO GARCíA LORCA

Nadie juega impunemente con las fuerzas maliciosas que habitan este mundo. La sombra del ala de un ángel marcará siempre la mirada de los extraviados que galantean con el abis­mo. Pero la noche, la sangre, lo fatal , las secre­tas voces de la tierra , el amor, el corazón puro del hombre, el encanto infinito de la materia , todo eso que los sabios buscaron traicionar, arrebatados por una quimera escasísimamente atrayente, y elevar en alguna parte -en el Vacío, por supuesto- la forma abstracta de la belleza pura, llega un día que vuelve a ocupar su lugar, así, sencillamente, en los labios de un atezado andaluz que cabalga bronce y sueño entre los olivares lustrados de luna de su patria . La identidad de la tierra se parece sorprenden­temente entonces a una canción varonil que se pierde tras las lejanas montañas y se desvane­ce. A cuenta de la hierba sedienta , a cuenta de los hombres que pagaron con su sangre, gota a gota , cada palmo de reciente libertad con­quistada , la Poesía se yergue para mostrar en la luz un trozo de la más "santa madera" de los siglos.

Ninguna relación con ella tiene la literatura ni aun la más perfecta. Lo importante no es que abra uno las hojas de un libro para encontrar frases más o menos delicadas. Es reunirse con una fuerza que le hará avanzar hondamente hasta las raíces de los árboles , pasar cariñosa-

mente sus manos sobre las más afligidas meji­llas, circular como sangre por las venas de sus

semejantes. Lo importante es que pueda, ~unto con el poeta, viajar por un mundo infinito, crudo, enigmático, con aquel mismo sentimien­to de cuando era pequeño, entre los frutos acu­chillados, las estatuas mutiladas y los planos de la Cosmografia. Que pueda alguna vez, desde la posición en que se encuentra senta­do, encontrarse de pronto perfectamente libre, perfectamente echado en olvido, en las calles de una ciudad cual la vieja Granada, con las manos en los bolsillos, la camisa desabrocha­da, silbando, y allí rememorar -Dios mío- el caso de un hombre que cayó bajo las balas de los enemigos de su ideología , de un hombre de treinta y siete años, gitano, músico, actor, rebel­de, que un día se inclinó con respeto a oír -y oyó- el sermón de la tierra . Y que no se oiga nada más. El sermón de la tierra es amargo y cala los huesos.

Sería preciso quizás que uno se trazara por un momento ante sí los rasgos que conjuntan la semblanza intelectual de la España de hoy, que tensara algunos de aquellos hilos invisibles que profundamente en su historia entraman , deci r comprender con más inmediatez, la pro­fund ísimamente singular, la profundísimamente un iversal poesía de Federico García Larca .

El fenómeno del adanismo, como algunos crí­ticos quisieron denominar el drama del alma

aislada del viejo español que busca, apoyado

22 Biblioteca de Méxic o

exclusivamente en sus propias fuerzas y lejos de cualquier entorno "condoliente", avanzar hasta las más apartadas regiones de lo Inverosímil; la manía de lo absoluto que tiráni­camente le habita; el paradójico nihilismo aquel, el vinculado estrechamente con un deses­perado, febril amor de vida y que encuentra cumplidamente su expresión en la palabra nada "la palabra más española que existe" como dice Cassou; ayudarían negativamente, con su estu­dio, a una eventual comprensión más completa de la obra lírica y dramática de Lorca. Pero tam­bién positivamente, los matices locales, catala­nes, castellanos, andaluces y las singularidades nacidas de la prolongada entremezcladura del elemento árabe con el europeo, contribuirían sin duda a un más sólido encuadre crítico de su lirismo. No obstante no es de las páginas de una Historia de la Literatura, como de la tierra y de la sangre de una patria de lo que hacen depender su suerte obras como las del poeta del Romancero gitano.

iAh, qué bello en la huerta de Valencia cuan­do la primavera, como un niño, abre por prime­ra vez los ojos y las horas con una hoja de naranjo tocan el sol en su bandurria! La vida, la vida dulce, no guarda rencor a nadie. Hermosas mujeres, amorosas mujeres, con jaspeadas faldas de colores y miradas que dan la vuelta al mundo antes de clavarse decidida­mente en su destino, bailan levantando una nube de polvo y de golondrinas en mitad de la plaza del pueblo. Campesinos ... ancianos con toscas alpargatas y sus azadas van y vienen de los huertos. Sobre las cercas, ladeados, los

acercarse -tarda aún- la nueva ha dado de boca en boca la vuelta al pueblo y ya un jubi­loso remolino de gente se apretuja en las callejuelas esperando saludar a estos polvo­rientos jinetes que preceden y a aquella larga carreta que les sigue rulando sobre sus cuatro ruedas, mientras delante en el toldo un gran letrero brilla retemblando entre los racheados rayos del sol: La Barraca.

iLa Barraca! Unos un poco, otros mucho, todos saben que éste es el teatro ambulante estudiantil que viene a ofrecer ahora a su pue­blo algunas representaciones. Unos un poco, otros mucho, todos saben o les suena que "alma" de este teatro, actor, músico, director, autor suyo, es Lorca, el poeta Federico García Lorca, que cuantas veces tuvieron ocasión de oír poemas de él , una mano invisible se diría que les aferró el corazón. En poco tiempo todo este gentío, las muchachas hermosas, los campesinos ancianos, los mozos sudorosos, los granujillas descalzos, y las madres de pelo ceniciento, echarán lágrimas y brincarán de alborozo viendo sobre la improvisada escena obras vivificadas como las de Lope de Vega o de Calderón o del propio Lorca: Yerma ante todo y después "Rosita", la del "lenguaje de las flores", la Zapatera prodigiosa o finalmen­te, las famosas Bodas de sangre, que más tarde hundirán el mundo en Madrid, en Bar­celona, en París, en Buenos Aires, en México. Allí admirarán al hombre que dirige todo esto, toma parte él mismo en sus representaciones, escribe su música tan encantadora, trasunta­da siempre de los romances populares, por

espantapájaros imprecan al cielo indolente. limitarnos aquí solamente a sus conocidas Mozos sudorosos con voces y blasfemias con- "Gallegas" y al "Cante Jondo". Allí, por último, ducen tras sí toros a sus cercados. Tarde de le oirán recitar sus poemas, los hoy archico­sábado. Las madres ancianas, asomadas a las ventanas miran allá con un pesar oculto mien­tras en los barrios de por arriba los muchachos descalzos hunden el mundo con el acanteo. Y sin embargo, ¿por qué lo dejan todo como está y, brincando las últimas cercas, se derraman corriendo por los huertos? ¿Qué es lo que acaso saben, cuando hacen esto?

***

Hete aquí que, entre una polvareda lejana, en la punta de la huerta, un extraño cortejo parece avanzar tardo por su camino. Hasta

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Dibujos de García Lorca

nocidos poemas del Romancero gitano un "Romance de la luna, luna", una "Preciosa y el aire", y dejarán su fantasía volar suelta sobre las enjundiosas expresiones en donde la rea­lidad se hace sueño y el sueño realidad de forma tan natural, tan humana, que no les queda tiempo para pensarlo bien ...

Gracias a Dios, a su lado no se encuentra ninguno de esos "intelectuales" de la capital o de los periódicos importantes que podría amargar su alegría murmurándole al oído que no puede ser posible que "el alba mezca sus hombros", "las estrellas se vuelvan campani­lIas", "el viento vuelva la esquina de la sorpre­sa" no, esto no puede ser más que locuras y desvaríos.

El alma virgen admite en su pecho la emo­ción y con su ayuda comprende las cosas más difíciles del mundo, basta con que estas cosas sean en verdad vivas. El pensamiento puro, en las bibliotecas y en los claustros, cuanto quiera que fosforezca su vano ser .. . Bajo las murallas confinantes que erigió el renacimien­to del 98, con las obras de tan diferente cali­dad de los escritores de la generación de Miguel de Unamuno, de Azorín, de Pío Baroja, y de Ramón del Valle Inclán, dos vigorosas corrientes líricas que tienen las dos su fuente en el siglo XVII vienen a abrir su delta en nues­tros agitados días. La una, sacada de la con­cepción poética de un Góngora, que concen­tra todas las severas, herméticas, refinadas cuitas estéticas (las mismas de las que toma­rá conciencia más tarde Europa y las llamará "mallarmianas") viene a encontrar su personi­ficación actual en un poeta como Jorge Gui­lIén. La otra, llena de la frescura, la riqueza , la fecundidad y la espontaneidad de la canción popular, arranca de Lope de Vega y llega directamente a los líricos contemporáneos de Andalucía, un Rafael Alberti y -sobre todo- un Federico García Lorca. La idea del "poeta popular", en la persona de este último, por pri­mera vez toma su auténtico significado.

Porque no es Lorca ni aquel joven anémico que, por exagerado respeto a las tradiciones nacionales, busca crear simulacros "literarios" de las canciones populares ni tampoco el ver­sificador iletrado que anda por la calle para recitar fáciles cancioncillas del momento. La rica tradición poética de su tierra y la Europa contemporánea parecen haber nutrido desde

muy temprano su estética, mientras por otro lado, los movimientos revolucionarios de su época y sus diversas conquistas, muestran no haberlo dejado indiferente . Basta con que alguien lea la "Oda a Salvador Dalí", preste atención a la forma como consigue alternati­vamente pasar de la realidad interna a la externa, suprimir las contradicciones de la acción y del sueño, crear imágenes atrevidísi­mas, capaces de violentar el "sentido común" (imágenes que sin embargo saben esconder siempre su paridad en el gran mundo objetivo) para que comprenda qué buscó retener y qué desechar, qué variar y qué asimilar, qué con­denar y qué aclimatar del movimiento interna­cional del superrealismo, este poeta, a la atmósfera de su tradición. Y desde este punto de vista logra realmente Lorca desmoralizar a todas las tentaciones que podrían empujarle lejos del elevado objetivo que él se impuso a sí mismo.

De naturaleza innovadora y radical logró trabajar para el nuevo arte y para la revolu­ción , sin convertirse ni por un momento en un sabihondo que monologa o en un propagan­dista que se politiza. De naturaleza, en el fon­do, pesimista y romántica , logró dar la amar-

24 Biblioteca de México

gura de la vida inseparable de su encanto, lo inevitable del destino lejos del planto estéril, en tanto, a la vez, como artista, pudo huir de los símbolos manidos y de la técnica senten­ciada de la concepción académica sin verse huérfano en absoluto del gozo de contemplar sus poemas vertidos en una nueva arquitectu­ra personal. Su canción es seria, viril. Con él nos encontramos ya lejos del tipo del "poeta maldito" que sin motivo se complace en sus malos instintos y busca proyectarlos, con una tremenda ampliación, hasta el infinito. Nues­tros tiempos libran una lucha por promover un modelo de hombre completamente diferente y Lorca con su agudo sensorio muestra haberlo sentido desde un principio:

Me porté como quien soy

como un gitano legítimo

dice en uno de sus poemas. Y verdaderamen­te, así se comportó desde siempre este gita­no, apasionado amante que se mostró digno de estar al lado de su pueblo antes de que le atajaran los engañapueblos.

***

Primer Romancero gitano. Si habla aquí un efímero -pero cuán consciente- participante del mundo, no es para explorar los laberintos de su alma aislada. Es para llevar a un espa­cio enteramente objetivo los elementos ani­mados e inanimados y dejar en las almas de los oyentes el poso igual de apasionado, igual de sabroso que quizá alguna vez les dejó una escena, un pasaje de su aventura terrena. Desde este punto de vista no hay duda, Larca, equilibrando y refundiendo dentro de él todas las tendencias del lirismo contemporáneo dig­nas de mención, las realmente dictadas por la necesidad de nuestra época, viene a constituir un patrón, el patrón de oro que por mucho tiempo aún ayudará a quienes quieran andar su fecundo camino.

Por la tarde el aire que se levanta y sopla entre las ciudades increíbles de la vieja Cas­tilla, no tiene -me gusta imaginarlo- otra cuita que cómo llevar con más premura los latidos de las mujeres que canturrean sentadas arra­cimadas en los patios interiores con los pozos y los grandes arcos, no tiene otra cuita que cómo llevarlos con más dulzura hasta los ni­dos de los poetas que velan en los cuatro rin­cones del mundo para que los atiendan. El amor a la tierra, el amor al hombre, el amor a

La noche y la luna acompañan casi incesante- Dios, el amor a la muerte, ies siempre el mente sus errabundeos, crean un misterioso clima, lleno de sombras de amantes que bajan a las orillas del río, de muchachos que sueñan en la ciudad de los gitanos, de mujeres en vela por arriba en lo alto de los balcones verdes, de duendecillos del cuento o de arcángeles que continúan su obra entre nosotros. En la noche platinoche la causa secreta del mundo, volatili­zada de los árboles, de las piedras, de las estre­llas, se reúne con la meditación, de la misma manera que se reúne con la piel del hombre. La tierra que acaricia con suavísimo viento su hier­ba pero que esconde en sus entrañas miríadas de muertos, dicta en secreto sus mandamien­tos. Larca la ama a esta tierra, la ama hasta la muerte. Las personas que lleva sobre su corte­za están todas sometidas a su destino ignoto, destino no humilde, no hostil a las alegrías y a los heroísmos, sino aguerrido y majestuoso co­mo las rocas de los héroes del poeta, un Ignacio Sánchez Mejías, un Walt Whitman.

El declinar de la poesía subjetiva en Europa se observa de manera muy pronuciada con el

25 Biblioteca de México

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Amor! ¿Qué es lo que acaso sienten los niños pequeños medio desnudos que juegan en las calles con las golondrinas?

Puro mediterráneo celeste, costas árabes quemadas desnudas, cuando inspirabais a la historia grabar con líneas de sangre y sueño la Iberia, determinabais ya el destino de un pueblo, la forma y la esencia de su lirismo. Así cuando pule lentamente el viento el granito en donde se encuentra encima el poeta con una brújula de rosa en sus manos, siempre la rosa, siempre norte y sur de nosotros, la vida hunde las uñas en su corazón ensangrentado y la palabra, hecha carne, da y toma de los acontecimientos más cotidianos que se desli­zan por el cauce del tiempo, un escalofrío nuevo ¡eterno!

iAh, sí! La poesía nunca dice mentiras. iPobres hombres que abrís trincheras para atacaros o que os levantáis una noche, llenos de agonía, a tientas en la sombra cuajada para encontrar la dicha! ¿Qué pérdida es la más grande? ¿Lo sabe alguien de vosotros?, ¿puede acaso decirlo? Cuanto nos dan aquí abajo las horas más preciosas, está irrepara­blemente amasado con tierra y grandeza. En las cortezas de los árboles, las nubes que se tiñen de rosa , los hierros que se pliegan , los más tremendos bramidos de los volcanes, en las mil formas que toma cada vez la naturale­za para dejarnos atónitos, el cuerpo del hom­bre continúa su historia. El seno de una ena­morada sube y baja de placer el mismo momento en que las estrellas desnudan su significado.

Se ennegrece la mar adentro y devora con rabia en las costas los enormes riscos en el

mismo momento en que el imponente pensa­miento va y viene en la cabeza del científico, del profeta, del rebelde. Ilimitadas parecen ser las correspondencias de la naturaleza y del amor. Amor, vamos pues, no ates más la juventud a ningún mástil, no tapones los oídos de ningún navegante, amor, las sirenas mejor que las más pudorosas monjas, ejecutan la obra de Dios.

Un día, cuando puedan todas sentir que el asesinato, la traición, la mentira, yen general cuanto se llama "mal" no es más que un amar­go, amarguísimo fracaso, quizá la vida lleve de distinta manera su corona. Pero hasta que vuelva el sentimiento a la materia, tenemos que decirlo: no existen en este mundo peque­ños y grandes poetas; existen tan sólo hom­bres que escriben poemas como ganan dine­ro o como coítan con prostitutas; y existen hombres que escriben poemas como se acu­chillan por amor o como por sed insaciable, con los ojos cerrados, montan la yegua y se pierden en los campos inmensos ...

iAdiós, Federico García Lorca! El pistoleta­zo que te abatió ante el muro de piedra de un pueblo de tu patria , nada consiguió hacer. La fuerza del pueblo que amaste resucita ahora tus palabras para siempre y sabes tú cuánto más vale la lágrima de un campesino que todos los premios de las Academias , cuánto más elevada muestra de vida -que un trozo de oro- se hace la hoja de plátano aquella que en las mañanas empañadas envía en compañía el norte sobre los hombros de los rebeldes que luchan.

1944

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RAMÓN IRIGOYEN*

ODYSSEAS ELYTIS

Odysseas Elytis -seudónimo de Odysseas Alepudelis- nació en Hiraclion, capital de Cre­ta, en 1911. Tres años después su familia, que procede de la isla de Lesbos, se traslada a Atenas. Durante los años de la infancia vera­nea en Creta, Lesbos y Spezia.

En su estancia infantil en Creta aprende expresiones del habla popular que de adulto le serán muy útiles para poder leer a Casan­chaquis.

Huérfano de padre a los catorce años, a los dieciséis cae enfermo, se entrega a la lectura de libros y revistas griegas y francesas y se ha escrito que por esas fechas descubre a Ca­vafis. Me resulta difícil imaginármelo. En su reciente viaje a España el poeta declaró a la prensa su escaso interés por la poesía del ale­jandrino. Elitis es demasiado idealista para ser cavafiano.

A los dieciocho años descubre el surrealis­mo, que tan perfectamente casa con su tem­peramento de hombre soñador y con necesi­dad de abandonarse al canto desatado, y lo adapta a sus posibilidades expresivas, sin lle­gar a practicar la escritura automática.

En 1930 se matricula en la Facultad de De­recho de la Universidad de Atenas, pero no ter­mina la carrera. En el 35 conoce a Andreas Embiricos, uno de los introductores del surrea­lismo en Grecia, y a Andreas Carandonis y Yorgos Cachímbalis que acaban de fundar la revista Las Nuevas Letras.

Ese mismo año publica allí sus primeros poemas y se convierte en colaborador habi­tual de la revista . Al año siguiente traduce a Paul Eluard, un poeta muy de su onda, deja la universidad -en Grecia no hay milicias univer­sitarias- y durante dos años largos, es un decir, sirve a la patria. Licenciado -ya que no

* Ocho poetas del siglo xx (Cavafis, Seferis, Gachos, Satjuris, Si­quelianós, Elitis, Richos, Vretacos), prólogo, selección , introduccio­nes y traducción de Ramón Irigoyen, Mondadori España, S. A., Ma­drid , 1989, 282 pp.

por la Universidad, por el Ejército- traduce a Jouve y Lautréamont y en 1940 publica Orien­taciones y en 1943 El sol primero, todavía ligado en sus temas al libro anterior y que concluye la fase que se ha llamado del primer Elitis, el Elitis discípulo de los surrealistas.

En consecuencia, estos libros son una su­cesión de arrebatadas imágenes ligadas entre sí con los laxos hilvanes del sueño. No es raro que el lector a veces desemboque en los cerros tesalios de Úbeda. En esta poesía ve­getativa hay una superabundancia de sineste­sias y alusiones secretas.

Vistos desde los libros posteriores, los poe­mas de Orientaciones son unas espléndidas larvas de lo que se avecinaba. A diferencia de Cavafis que apenas vio el mundo físico, Elitis es un poeta eminentemente visual. El poeta contempla la naturaleza y nos cuenta lo que han percibido sus ojos.

Su fina retina -Elitis, como Alberti, es un aceptable pintor- capta las formas mágicas de las conchas, se embelesa con el vuelo de las gaviotas, describe los reflejos de las olas y la luz de la nieve en las cimas de las monta­ñas. Pero es, sobre todo, la luz del Egeo la que queda atrapada en esta poesía, con cier­ta frecuencia excesivamente gaseosa (me refiero, sobre todo, a los poemas de Orienta­ciones; El sol primero es un excelente poema­rio con muchísimo más peso).

Aunque en estos libros predominan las ex­periencias de gozo (los versos Dulce aventura Dulce/La Vida resumen bien la posición del poeta ante la vida), también el dolor está pre­sente en diversas zonas del libro, como en los poemas Sinuosidad y Helena.

Esta exaltación de la naturaleza en el primer Elitis tiene también su cara negra: deja barrun­tar relaciones difíciles con las personas. "El poeta quisiera encontrar la manera de comuni­carse con los hombres, pero no sabe o no

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puede romper su aislamiento, e incluso cuando aparecen figuras humanas en su mundo, observamos que sus contornos son tenues y apagados", ha escrito Vincenzo Rótlolo.

Desde los primeros poemas es evidente la enorme capacidad verbal del poeta. Elitis in­venta el neologismo feliz con la misma oportu­nidad con que incorporará en sus libros de la madurez palabras arcaicas y giros bizantinos.

En el verano de 1940 se incorpora al ejérci­to y en diciembre parte para el frente de Al­bania. Al año siguiente es trasladado a Atenas gravemente herido. Grecia va a vivir una dé­cada de angustias, desde su victoria pírrica en el frente de Albania contra Italia hasta la gue­rra civil entre comunistas y monárquicos, que finaliza el año 49, pasando por la ocupación nazi y la expulsión de los invasores.

OCHO POETAS DEL SIGLO XX

Selección de Ramón Irigoyen

A MONDADOR I/BOL51 LLO

De las experiencias de la guerra de Albania nacerán dos libros: el Canto heroico y fúnebre por el subteniente caído en Albania (1945) y La bondad al paso de los lobos (1947). Si el primer título resulta un poco largo, el segundo es ob­viamente franciscano. El Canto ... está dividido en catorce partes. Los fragmentos 1 y " descri­ben el paisaje grecoalbanés en que se va a desarrollar la tragedia. "Después se dibuja la fi- Como en su día ya planteó bien Eliot, el gura del caído en un escenario cargado de poeta, tras la publicación de estos libros, tenía hondas evocaciones, y encontramos sucesiva- que desembocar en el silencio o en su feliz o mente un feliz intento de volver a cantar a la desdichada continuación . Elitis calla durante manera moderna las modulaciones del lamen- unos años y a finales del 59 publica su mejor to de la poesía popular, al que sigue la evoca- libro -Dignum est- y a principios del año si­ción palpitante y mítica de la vida del joven. El guiente Seis y un remordimientos por el cielo, punto de máxima emoción se alcanza en la re- un título que por su salinismo -de Salinas- sin presentación de la madre vestida de luto, mien- sal siete y una vez me saca de quicio. tras en la parte final se saca una conclusión de En Seis y un ... "aparentemente hay una valor ético de la muerte del subteniente, inmo- vuelta a los esquemas antiguos, a los solilo­lado para el triunfo de la justicia y de la liber- quios iniciales y a la introspección sicológica . tad", según comenta Vicenzo Rótlolo. Pero en esta profundización en el yo hay un

Libro muy elogiado y también puesto en conocimiento más doliente y pensado", ha entredicho por la crítica, el Canto ... quizá tiene observado el crítico italiano citado. algo de himno a la tumba del soldado desco- Algunos de estos poemas - "El analfabeto y nacido. El carácter alegórico -y deliberada- la bella", "El sueño de los valientes" (en sus mente distanciador- del poema multiplica la dos versiones)-, tan impregnados de misterio dificultad de identificación con el personaje. parece como si hubieran sido escritos en sue-

En el Canto ... -pero sobre todo en La bon- ños. El poema "Autopsia" -uno de los logros dad al paso de los lobos- Elitis es deudor de más firmes de Elitis- es, según el poeta Cé­las concepciones éticas de Solomós. Contem- melis, la clave para comprender todo el libro. pla la guerra desde una óptica idealista que, lo Dignum est ha sido considerado por la crítica mismo que otros temas en la poesía de como la obra maestra del poeta. Cristián Ca­Persio, contra mi voluntad me hace pensar randell ha publicado una versión muy estimable que tiene algo de virginal. de esta obra, con un excelente prólogo, en

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Plaza y Janés. Abrevio aquí su magnífica sínte­sis: "El poema consta de tres partes. La prime­ra, 'El Génesis', está formada por siete himnos, que corresponden a los días de la Creación ... 'La Pasión', la parte más extensa, ocupa el centro del poema y está formado por tres uni­dades distintas: 'Salmos', en verso libre, 'Can­ciones', que presentan variadas y complicadas estructuras métricas, y 'Lecturas', en prosa.

La tercera parte del poema, 'El Gloria', cons­tituye la culminación de la aventura intelectual del poeta, la meta de su recorrido ... 'El Gloria' se compone asimismo de tres secciones, for­madas por la sucesión de grupos de estrofas del mismo número de versos."

Nada me gustaría más, pero necesitaría por lo menos la ayuda de Urtáin, para siquiera intentar un asomo de síntesis de su contenido.

En ausencia del Tigre de Cestona -endeca­sílabo-, me limitaré a observar que "el poema avanza con la enumeración de los elementos constitutivos de su mundo: los vientos y las islas en la primera sección; las flores, las mu­chachas, los barcos en la segunda; las mon­tañas y los árboles en la tercera . Cada sec­ción desemboca en una rápida sucesión de pareados que contienen los motivos centrales del poema'. la salutación a la muchacha 'que salvará el mundo y que personifica la idea poética'; el poeta; y el 'Ahora' y el 'Siempre' del mundo, la eternización del instante, finali­dad del poema", según observaciones de Cristián Carandell.

Obra de muy sólida arquitectura y de un len­guaje riquísimo en giros populares y de la tra­dición literaria, aunque no exento de florituras superfluas, el Dignum est nos ofrece ya una visión de la guerra mucho más realista que la que nos presenta el Canto heroico ... A pesar de los reparos que suscita a una parte de la crítica, obviamente es una obra central de la poesía neogriega.

La década de los 60 se abre con lutos fami­liares. El poeta pierde a su madre y a un her­mano. En 1961 viaja a Estados Unidos invita­do por el Departamento de Estado y, a finales del mismo año, a la Unión Soviética. Termina los ensayos que con el título de Papeles abier­tos se publicarán en 1974. Miquis Teodoraquis musical iza el Dignum esto La Unión de Es­critores Búlgaros, le invita a Sofía en 1965. En el 67 viaja a Egipto. Tras el golpe de estado de

los coroneles es cesado de su cargo públ ico. Traduce a Safo. Del 69 al 71 vive en París.

La década de los 70 es la más fértil en pro­ducción poética ~ntre 1971 y 1978 publica cuatro libros de poesía, además del ya citado de ensayos- y la del reconocimiento internacional por la concesión del Nobel en 1979. En el 70 se entrevista con Macarios en Chipre. En el 74, a la caída de la Junta Militar, es repuesto en su cargo de Presidente del Consejo Administrativo de Radio y Televisión. Se publican importantes estudios y traducciones de su obra a varias len­guas. El premio de la Academia Sueca le lleva a varios países, entre ellos a España por segun­da vez en su vida (su primer viaje -Madrid, Toledo, Córdoba, Sevilla, Málaga, Granada y Barcelona- lo había hecho en 1950).

En las obras de estos últimos años, Elitis se aparta de la línea seguida en el Dignum est -ese magma en el que encarnan sus compro­misos con la raza y con la historia griega- y se limita a explotar las parcelas menos ambicio­sas de su memoria personal. Recluido en su soledad, ya sin nadie, salvo alguna que otra ineludible muchacha , se abandona a sus anhelos de vivir el paraíso.

El poeta se interna por las vías misteriosas de la tradición hermética. El árbol de luz y la belleza décimocuarta (1971) es para Andreas Carandonis un libro extraño. "Mucho más que una colección de poemas, es un capítulo de 'Biblia poética' que se despliega en ondas. En esta Biblia poética, en cualquier punto hacia el que lancemos la mirada, en cualquier imagen en la que nos detengamos -iY qué filón de imágenes transmutadas siempre en Belleza, Elitis!- comunicaremos en un relámpago con el todo", ha escrito el crítico griego en su exce­lente libro sobre Elitis.

En 1974 publica Los consanguíneos, una colección de 14 poemas -la mayoría de ver­sos más bien largos- escritos en circunstan­cias diversas y en fechas que van de 1939 a 1972. Mozart, Picasso, a quien conoció en 1948, Constantino paleólogo, el pintor Jachi­quiariacos Guicas, la luna de Mitilene, asocia­da con el recuerdo de Safo, y su amigo el poeta menor Yorgos Sarandaris , a quien dedi­ca una oda espléndida, son los motivos princi­pales de este libro urdido de poemas que no tenían sitio en los diversos poemarios que había publicado.

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En 1971 publica en Bruselas El monogra­ma, un poema amoroso dividido en siete par­tes, probablemente escrito en su exilio parisi­no de los años 69-71 .

La diferencia que en el tratamiento del amor puede haber entre Cavafis y Elitis es la que, exagerando un poco, puede mediar entre Catulo y Pedro Salinas. En este tema Elitis continúa también la tradición idealista -eso sí, amortiguada- de Solomós. Andreas Caran­donis considera este libro como el "Cantar de los Cantares" de su poesía amorosa.

De María Nube (1971), libro que desconoz­co, ha escrito Antonio Tovar: " ... construcción poética en la que una mítica muchacha que existió reaparece para expresar, en diálogo en que responde el poeta, lo que piensan y sien­ten las nuevas generaciones, esas en cuyas manos vamos a quedar. Para ellas en este libro Elitis imprime en letras mayores estéticos oráculos al pie de página."

En 1979 publica El pequeño Nautilus, apa­racido en la antología Odiseas Elitis, Poetas Contemporáneos, 2, Acmon, Atenas.

ODA A SANTORíN

Surgiste de las entrañas del trueno Temblando en las arrepentidas nubes Roca amarga probada y arrogante Al sol pediste como primer testigo Para encarar juntos el brillo temerario y abrirnos al mar con un eco cruzado.

Arrogante despiertas por el mar Alzaste el pecho de una roca

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Salpicada en el hálito del viento Para que allí el dolor hendiera sus entrañas y hendiera sus entrañas la esperanza Con fuego lava y humos Con palabras que al infinito arrastran A la voz del día diste vida Elevaste hacia arriba En los cimientos verdes y rosados del éter Las campanas que toca la mente -monte Ida­Dando gloria a los pájaros en la luz de agosto Cerca de los murmullos y de las penas de las espumas En las gracias del sueño Cuando la noche recorría los desiertos de las estrellas Buscando el testimonio de la aurora Sentiste la alegría de nacer Saltaste al mundo la primera Que ha nacido en la púrpura, anadiomene Enviaste a los lejanos horizontes El deseo que creció en las vigilias de la mar Para acariciar los cabellos de la quinta mañana Reina de los latidos y de las alas del Egeo Encontraste con fuego lava y humos Con palabras que al infinito arrastran Las grandes líneas del destino tuyo

Ante ti ahora se abre la justicia Los montes negros en resplandores bogan Preparan ya su cráter los deseos En el país del corazón que sufre, y del dolor de la esperanza se prepara una tierra joven Para andar allí con águilas y lábaros En una madrugada plena de irisaciones, La estirpe que da vida a los sueños La estirpe que en los brazos del sol canta. Oh muchacha de furia corifea Que naciste desnuda Abre del hombre las brillantes puertas Para que de salud el lugar exhale sus fragancias

Que en miles de colores germine el sentimiento Aleteando abiertamente y que la libertad sople por todas partes

Haz brillar en el pregón del viento La belleza eterna y nueva Cuando el glauco sol de las tres se alza Tocando el armonium de la Creación

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MARINA DE LAS ROCAS

Tienes gusto a tormenta en los labios -y donde dirigías Todo el día el sueño duro de la piedra y del mar Un aquilífero viento desnudó las colinas Hasta el hueso desnudó tu deseo iY las niñas de tus ojos recibían la vara de Quimera Grabando con espuma la memoria! Dónde está la conocida cuesta del pequeño septiembre Sobre la tierra roja en que iugabas contemplando allí abajo Las hondas plantas de las otras muchachas Las esquinas en que tus amigas dejaban brazadas de romero

-y donde dirigías Toda la noche el sueño duro de la piedra y del mar Te dije que contaras en el agua desnuda sus días luminosos y que boca arriba alegraras el alba de las cosas O vagaras de nuevo por campos amarillos Con un trébol de luz sobre tu pecho heroína del yambo.

Tienes gusto a tormenta en los labios y un vestido escarlata como sangre En lo más hondo del oro del verano Y la fragancia de los jacintos -y donde dirigías Descendiendo las playas y las bahías con guijarros Allí había una hierba marina salada y fría y más adentro un sentimiento humano que sangraba y tus manos abrías con sorpresa proclamando su nombre Ascendiendo ligera hasta la claridad de las profundidades Donde resplandecía tu estrella de mar.

Escucha la palabra es la prudencia de los postreros y el tiempo es de hombres escultor apasionado

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y sobre él se para el sol fiera de esperanza y tú cerca de ti estrechas un amor Teniendo un gusto amargo a tormenta en los labios. Azul hasta los huesos en otro verano no debes ya pensar Ni en que cambien los ríos de corriente Para llevarte hasta sus manantiales y volver a abrazar otros cerezos O para cabalgar sobre el mistral

Apoyada en las rocas sin ayer ni mañana En los peligros de las rocas con el peinado de la tormenta Dirás adiós a tu enigma.

DE: EL SOL PRIMERO

(Fragmentos)

I

No conozco la noche terrible anonimato de la muerte Ancla en el fondo de mi alma una flota de estrellas. Estrella centinela de la tarde para que resplandezcas en el cielo La brisa de una isla que me sueña Pregonero del alba desde sus rocas altas Mis dos ojos te hacen navegar en un abrazo con la estrella De mi cuerdo corazón : No conozco la noche.

No conozco los nombres de un mundo que me niega Leo claramente las estrellas las conchas y las hojas El odio me es superfluo en las calles del cielo Salvo que sea el sueño el que me vuelve a mirar Cuando atravieso con lágrimas el mar de la inmortalidad Estrella de la tarde debajo de la bóveda de tu fuego de oro La noche que es tan sólo noche no la conozco ya .

CUERPO DEL V ERANO

11

Ha tiempo que se oyó la última lluvia Encima de lagartos y de hormigas Ahora el cielo inmenso arde La fruta tiñe su boca Los poros de la tierra se abren poco a poco y junto al agua que gotea sílabas Una plata enorme mira al sol en los ojos! Quién es aquel que está tendido en las playas de arriba Acostado de espalda ahumando hojas de olivo argenteadas En sus oídos se calientan las cigarras Las hormigas trabajan en su pecho

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Lagartos se deslizan en el césped de sus ramas y de las algas de sus pies una ola camina suavemente Goteada por la sirena pequeña que cantaba :

Oh cuerpo del verano desnudo requemado Comido por el aceite y por la sal Cuerpo de la rosa y estremecimiento del corazón Gran ventolera de la mata de pelo del mimbre Hálito de albahaca sobre el bozo que apunta Lleno de estrellas y de agujas de pino Cuerpo profundo bajel del día!

Llegan lluvias suaves y granizos violentos Los continentes pasan azotados en las uñas de la nevada Que oscurece en lo hondo con enfurecidas olas Las colinas se hunden en las densas ubres de las nubes y sin embargo detrás de todo esto sonríes sin cuidados y vuelves a encontrar tu hora inmortal Como en las playas el sol vuelve a encontrarte Como te encuentra el cielo en tu salud desnuda.

111

Día brillante concha de la voz que me creaste Desnudo para pasear en mis Domingos cotidianos Entre las bienvenidas de las playas Sopla tú el viento que aún nadie conoce Despliega una pradera de cariño Para que el sol haga rodar en ella su cabeza y encienda con sus labios amapolas Amapolas que han de recoger hombres altivos Para que en su desnudo pecho no queden más señales De la sangre del desprecio que ha borrado el dolor Llegando hasta el recuerdo mismo de la libertad.

Dije el amor la salud de la rosa el rayo de sol Que en solitario encuentra el corazón La Grecia que camina con aplomo sobre el mar La Grecia que en su viaje me conduce siempre A montañas desnudas coronadas de nieve.

Doy la mano a la justicia Manantial transparente fuente cimera Es mi cielo profundo e invariable Lo que amo nace continuamente Lo que amo siempre se encuentra en su principio.

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LA AUTOPSIA

Al fin hallaron que el oro de las raíces del olivo había goteado en [las hojas de su corazón .

y tantas veces se había despertado, cerca del candelabro, [esperando la aurora, que un calor extraño se apoderó de sus

[entrañas.

Un poco más abajo de la piel, la línea azul del horizonte, teñida [intensamente. Y en la sangre abundantes huellas de verde claro.

Los gritos de los pájaros que en horas de tremenda soledad había [recitado de memoria, parecía que se hubieran vertido todos

[juntos, hasta el punto que el cuchillo con gran dificultad [penetraba en la carne hasta el fondo.

Más bien el intento fue suficiente para el Mal,

Al que encaró - está claro- en la postura atroz del inocente. Sus [ojos abiertos, orgullosos, y que todo el bosque se agite todavía en

[la retina inmaculada.

Nada en el cerebro, salvo un eco de cielo ya arruinado.

y sólo en el hueco de su oído izquierdo, como en las conchas, un [poco de sutil, de fina arena. Lo que significa que había caminado [muchas veces cerca del mar, solitario, con el tormento del amor y

[el aullido del viento.

Estas partículas de fuego sobre su pubis muestran que muchas [horas fue de verdad hacia adelante, cada vez que se unía a una

[mujer. Tendremos frutos tempranos este año.

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Homenaje a Ernesto Sábato (1911-2011)

JOSÉ ANTONIO MONTERO

SÁBATO y BORGES, CHARLAN

Al iniciarse la década de los años ochenta, más o menos 20 después de que iniciara camino en la profesión editorial y un poco más de que comenzaran mis andanzas como bibliómano, en una más de las go­zosas y entusiastas caminatas por las libre­rías de viejo de la ciudad, encontré un libro que me sorprendió desde la portada, pero que halagó mi gusto intelectual después de su lectura. La sorpresa del referido volumen consistía en que a pesar de llevar en el pie de imprenta el sello de Emecé Editores, la carátula que rezaba DIALOGOS BORGES/

SABATO, no se distinguía por la elegancia del diseño y el color ni por la delicadeza ti­pográfica, sino al contrario, los caracteres y formato parecían bastos para una editorial distinguida por la pulcritud y belleza de li­bros que vestían desde el frontispicio con decorosa belleza sus diferentes coleccio­nes, entre ellas la memorable La puerta de marfil (donde se publicó casi completa, en preciosos tomos de bolsillo la novelística de Joseph Conrad) o Los libros evocado­res, donde apareció Vida y confesiones de Osear Wilde, de Frank Harris). No impor­taba el género: pensamiento, historia, fic­ción, policial, etc.; nada escapaba a la so­briedad y delicadeza editorial. El colofón de este libro señalaba, entre otros datos, im­presión: septiembre de 1976, y la tirada: 10 mil ejemplares.

Si el aspecto físico del libro me azoró, el contenido me deslumbró por la previsible profundidad de las conversaciones entre los dos mencionados escritores argentinos: Ernesto Sábato y Jorge Luis Borges, en una serie de charlas que promovió y con­dujo con sutil destreza el escritor y perio­dista Orlando Barone, de quien no aparece crédito ni en la cubierta ni en la portada interior. Barone actuó con prudencia, dis-

creción y exactitud, cada vez que silencios inesperados o incómodos se presentaron, interviniendo con sagaces acotaciones para reanimar y reanudar las pláticas, propo­niendo nuevos temas. Su participación fue tan decisiva que sus sugerencias ad­quirieron el carácter de apuntes hechos a los actores que protagonizaban la conver­sación en un escenario cambiante: las ca­sas de amigos o algún bar en el cual los parroquianos no resultaban ajenos al es­pectáculo de dos genios que conversaban animados sobre elevados asuntos. Al respecto Barone anotó: "Hubo un cambio esta vez. Nos reunimos en el bar de Maipú y Córdoba y hace calor afuera ... Presagio un diálogo profundo y vasto. El de dos ca­zadores que persiguen distintas presas en distintos cotos y que por eso no se en­frentarán ... Viéndolos comprendo que son adversarios, pero no de veredas sino de universos ... Borges nunca escribirá Aba­dón, Sábato tampoco escribirá El Aleph. Un detalle trivial observo; que alguno (no yo) traducirá en símbolos. Dos vasos: en el de Borges agua, en el de Sábato whisky."

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Siete conversaciones se desarrollaron con lapsos entre sí de una semana, una quincena y un mes, del 14 de diciembre de 1974 al15 de marzo de 1975. Al principio se notaba en Borges cierto recelo ante Sábato. Se percibía que entre ambos no existía una excesiva simpatía, pero aunque tácitamente opuestos siempre se mostraron corteses, amistosos: el primero con la mente de con­tinuo puesta en la creación literaria como una forma del arte; el segundo, sin deslin­darse de tales principios, más preocupado por acontecimientos históricos, políticos, so­ciales. Uno parecía solemne y condescen­diente, el otro respetuoso y considerado. Se percibía que hasta entonces no existió un trato estrecho y fluente entre ellos, pero en esta oportunidad los dos se mostraron ge­nerosos y hasta afables, dispuestos a inter­cambiar ideas y conocimientos acerca de los grandes creadores del pensamiento, las letras, el arte y muchos otros temas univer­sales, trascendentes para la humanidad.

Sus entrevistas se concretaron en este libro excepcional, didáctico por enciclopédi­co, en donde dos genios muestran sus di­ferencias y exponen sus acuerdos, sapien­tes, lúcidos conocedores de toda la litera­tura de todas las épocas y todos los lugares del universo. Libro pródigo y prodigioso, pleno de los descubrimientos que cual­quiera podría suponer resultarían de sus espléndidas pláticas, las cuales cualquiera desearía resultaran interminables, infinitas, pero que obligadamente llegaron a un térmi­no que con cierto dejo de emoción apunta Orlando Barone: "Final del viaje. Este tra-

yecto inmenso del pasado y la vida. Los veo callados. Borges aprieta débilmente su vaso y lo acerca a la boca. Sábato se reclina aún más en su silla. Juego también un rato con el hielo que golpea contra el vidrio de mi copa. No puedo explicar esta sensación del silencio entre Borges y Sábato. ¿En qué pensarán ahora? ¿En qué imágenes, en qué cuentos y fantasmas que no se confe­sarán? Reconozco que mi literatura es po­bre para describir el silencio. Pero es esto: dos hombres que se repliegan y se envuel­ven y retornan a la propia soledad." La infor­mación disponible hasta el momento sobre este libro indica que en 2007 se realizó una segunda edición, también de 10 mil ejem­plares, ya agotada, pero con una portada en la que se corrige la falta de un crédito en la anterior: Diálogos. Borges. Sábato. Compa­ginados por Orlando Barone.

Los textos aquí reunidos son un homena­je a Ernesto Sábato, quien murió este año, dos meses antes de cumplir su centenario. El homenaje es para él, pero resulta imposi­ble cualquier celebración de la literatura ar­gentina que no aluda o incluya a Jorge Luis Borges. La lectura de Sábato exhibe a un pensador cuyas ideas, en este caso ex­puestas en forma de ensayo breve, remiten a grandes estilistas como Epicteto, Mon­taigne o Séneca, y su permanencia contri­buye todavía a esclarecer los graves proble­mas que en lugar de solucionarse se agra­van: escasa libertad y exceso de injusticia, sectarismo, fanatismo, intolerancia. Leerlo implica pensar, analizar, definir, decidir, en un mundo que retrocede y disminuye el futuro.

JORGE LUIS BORGES

JOSÉ E. CLEMENTE

El lenguaje

de Buenos AIres

EMECE

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LOS POETAS METAFÍSICOS Y ·OTROS ENSAYOS SOBRE TEATRO Y

JORGE LUIS BORGES y ERNESTO SÁBATO

DIÁLOGOS*

Estos Diálogos entre Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato fueron grabados y compilados por Orlando Barone, quien tuvo la iniciativa de reunir a los dos es­critores y de hacerlos dialogar en diciembre de 1974.

Creo que se tocaron las manos. Y un brazo o el hombro tal vez. Suelo imaginar más que lo que veo.

Se deben de haber dicho, no obstante, esas cosas comunes y triviales de todos: Hola Bor­ges, Qué dice Sábato ...

Mi obligación de testigo es registrar las pala­bras exactas. Pero ese momento cualquiera puede haberlo soñado siempre (cualquier es­critor, cualquier artista) y es mejor hacer com­partir las sensaciones, no las palabras.

Sé que venían por el pasillo de la casa, to­mados del brazo, lentamente. El bastón era un péndulo en las manos de Borges. Entreví dos sombras y detrás a dos hombres y dentro de las sombras y los hombres, entreví el amor y la muerte, la lucha y el arte, es decir: la vida.

No me importó que apenas me saludaran (puedo soportar la idea de que por ese rato, de haberme ido, no se hubiesen dado cuenta) .

La cinta empezó a girar.

, .? A v Borges. ¿Cuando nos conocimos . ver... ' o he perdido la cuenta de los años. Pero creo que fue en casa de Bioy Casares, en la épo­ca de Uno y el Universo.

Sábato. No, Borges. Ese libro salió en 1945. Nos conocimos en lo de Bioy, pero unos años antes, creo que hacia 1940.

Borges (Pensativo). Sí, aquellas reuniones .. . Podíamos estar toda la noche hablando so­bre literatura o filosofía ... Era un mundo dife­rente ... Ahora me dicen, sé, que se habla mucho de política. En mi opinión les intere­san los políticos. La política abstracta, no. A nosotros nos preocupaban otras cosas.

Sábato. Yo diría, más bien, que en aquellas

• Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, Diálogos, Emecé Editores, Buenos Aires, 1976, 200 pp.

reuniones hablábamos de lo que nos apa­sionaba en común a usted, a Bioy, a Silvina, a mí. Es decir, de la literatura, de la música. No porque no nos preocupara la política. A mí, al menos.

Borges. Quiero decir, Sábato, que no se hacía ninguna referencia a las noticias cotidianas, fugaces .

Sábato. Sí, eso es verdad. Tocábamos temas perrnanentes. La noticia cotidiana, en general, se la lleva el viento. Lo más nuevo que hay es el diario, y lo más viejo, al día siguiente.

Borges. Claro. Nadie piensa que deba recor­darse lo que está escrito en un diario. Un diario, digo, se escribe para el olvido, deli­beradamente para el olvido.

Sábato. Sería mejor publicar un periódico cada año, o cada siglo. O cuando sucede algo verdaderamente importante: "El señor Cris­tóbal Colón acaba de descubrir América." Título a ocho columnas.

Borges (sonriendo) . Sí ... creo que sí. Sábato. ¿ Cómo puede haber hechos trascen­

dentes cada día? Borges. Además, no se sabe de antemano cuá­

les son. La crucifixión de Cristo fue im­portante después, no cuando ocurrió . Por eso yo jamás he leído un diario, siguiendo el consejo de Emerson.

Sábato. ¿Quién? Borges. Emerson, que recomendaba leer li­

bros, no diarios. Barone. Si me permiten ... aquel tiempo en que

se encontraban en lo de Bioy. .. Borges. Caramba, usted se refiere a aquel tiem­

po como si fueran épocas muy lejanas (pare­ciera evocarlas). Sí, claro, cronológicamente son lejanas. Sin embargo siento, pienso en aquello como si fuera contemporáneo. Ade­más, nos reuníamos pocas veces.

Sábato. El tiempo no existe, ¿no? Borges. Quiero decir ... Como yo sigo mental­

mente en esa época ... y además la ceguera me ayuda.

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(Se produce una larga pausa). Recuerdo la polémica Boedo-Florida , por ejemplo, tan célebre hoy. Y sin embargo fue una broma tramada por Roberto Mariani y Ernesto Palacio.

Sábato. Bueno, Borges, pero aquel tiempo no fue el mío. (Lo dice con sarcasmo) .

Borges. Sí, lo sé, pero recordaba esa broma de Florida y Boedo. A mí me situaron en Florida , aunque yo habría preferido estar en Boedo. Pero me dijeron que ya estaba hecha la distribución (Sábato se divierte) y yo, desde luego, no pude hacer nada , me resigné. Hubo otros , como Roberto Arlt o Nicolás Olivari , que pertenecieron a ambos grupos. Todos sabíamos que era una bro­ma. Ahora hay profesores universitarios que estudian eso en serio. Si todo fue un inven­to para justificar la polémica . Ernesto Pa­lacio argumentaba que en Francia había

Borges (Aprieta el bastón con las dos manos, se yergue un tanto, casi con entusiasmo). iCaramba! Claro .. . los números transfinitos, Kantor .. .

Sábato. El Eterno Retorno, Nietzsche, Blan­qui .. .

Borges. Y, siglos antes, ilos pitagóricos, o los estoicos!

Sábato. Las aporías, Aquiles y la tortuga ... Nos divertíamos mucho, sí. Recuerdo cuando Bioy leía los cuentos de Bustos Domecq recién salidos del horno. Pero a Silvina no le gustaban , permanecía muy seria .

Borges. Bueno, Silvina solía leer esos textos con indulgencia y gesto maternal. A mí, sin embargo, los cuentos de Bustos Domecq me causaban gracia .

Sábato. Recuerdo que también hablábamos mucho de Stevenson , de sus silencios. Lo que calla , a veces más significativo que fa

grupos literarios y entonces , para no ser que expresa. menos, acá había que hacer lo mismo. Una Borges. Claro, los silencios de Stevenson ... y broma que se convirtió en programa de la también Chesterton , Henry James... no, literatura argentina . creo que de James se hablaba menos.

Sábato. ¿Recuerda , Borges, que, aparte de la Sábato. Al que le interesaba mucho era a Pepe literatura y la filosofía , usted y Bioy sentían Bianco. una gran curiosidad por las matemáticas? Borges. Sí, él había traducido The Turn of the La cuarta dimensión , el tiempo ... aquellas Screw. Mejoró el título es cierto. Otra vuelta discusiones sobre Dunne y el Universo de tuerca es superior a La vuelta de tuerca Serial ... ¿no?

40 Biblioteca de Mexico

Sábato. Representa con más claridad la idea de la obra. Al revés que con ese libro de Saint-Exupéry llamado Terre des Hommes, que aparece traducido como Tierra de hom­bre. Como quien dice "Tierra de machos". Si hasta parece un título para Quiroga o Jack London. Cuando lo que en realidad quiere significar (además, lo dice literalmente) es Tierra de los Hombres, la tierra de estos pobres diablos que viven en este planeta. No sólo ese traductor no sabe francés sino que no entendió nada de Saint-Exupéry ni de su obra entera. Pero a propósito, Bor­ges, recuerdo algo que me llamó la atención hace un tiempo en su traducción del Or­lando, de Virginia Woolf...

Borges (Melancólico). Bueno, la hizo mi ma­dre ... yo la ayudé.

Sábato. Pero está su nombre. Además, lo que quiero decirle es que encontré dos frases que me hicieron gracia porque eran borgia­nas, o así me parecieron . Una cuando dice, más o menos, que el padre de Orlando había cercenado la cabeza de los hombres de "un vasto infiel". Y la otra, cuando aquel escritor que volvió hacia Orlando y "le infirió un borrador". Me sonaba tanto a Borges que busqué el original y vi que decía, si no recuerdo mal, algo así como "PRESENTED HER

A ROUGH DRAFT".

Borges (Riéndose). Bueno, sí, caramba .. . Sábato. No tiene nada de malo. Sólo muestra

que casi es preferible que un autor sea tra­ducido por un escritor medio borroso e impersonal ¿no?

Recuerdo que hace mucho tiempo vi una representación de Macbeth. La traducción era tan mala como los actores y la pintarra­jeada escenografía. Pero salí a la calle des­hecho de pasión trágica . Shakespeare había logrado vencer a su traductor.

Borges. Es que hay ciertas traducciones es­pantosas .. . Hay un film inglés cuyo título ori­ginal The Imperfect Lady lo tradujeron aquí como La cortesana o La ramera . Perdió toda la gracia. Precisamente alterar de esa forma el título, que es donde más ha traba­jado el autor. Cuando eligió uno es porque lo ha pensado mucho. Nadie, ni el traductor, debe creerse con derecho a cambiarlo .

Sábato. ¿Y acaso el título no es la metáfora esencial del libro? Del título podría decirse

lo que se ha afirmado de los sistemas filo­sóficos, que cási siempre son desarrollo de una metáfora central : El Río de Heráclito, La Esfera de Parménides ...

Borges. Claro, suponiendo que los títulos no sean casuales . Bueno y que los libros tam­poco, ¿no?

(Borges parece buscar algo en el pasado. Sá­bato debe intuir esa búsqueda de la evoca­ción y también el inminente monólogo. Que­dan muchas horas, mucho tiempo delante).

Borges. Hablando de libros: Los primeros que se ocuparon aquí de "promover" sus libros fueron José Hernández y Enrique Larreta . Después, Girondo. De él todos recuerdan cuando se publicó El espantapájaros y des­filó en un coche con uno de esos muñecos, por la calle Florida .. . En cambio , en un tiem­po anterior, el de Lugones y de Groussac, cuando editaban sus libros sólo trascendían en el ámbito de las librerías. Mi propia expe­riencia no fue distinta . Con trescientos pe­sos que me dio mi padre hice imprimir 300 ejemplares de mi primer iibro. ¿Qué otra cosa pude hacer que repartirlos y regalarlos a los amigos? ¿A quién le importaba alguien que escribía poemas y se llamaba Borges?

Sábato. El editor le publica al escritor que todos se disputan . Eso hace difícil cualquier comienzo. Sin embargo, es extraño, uno ve ahora los estantes de las librerías y es co­mo una invasión de títulos. Debe haber más autores que lectores. Y otro fenómeno: el de los kioscos. Antes , por el año 35, sola­mente Arlt se vendía en la calle.

Borges (Lleno de asombro) . ¿Libros en los kioscos?

Sábato (Sonriendo) . Sí, también los suyos: El Aleph, Ficciones y los clásicos. (Borges alza aún más la cabeza como para asom­brarse de cerca, inquiere más con un gesto) . Sí, y me parece bien que sus libros estén allí en la calle , al paso de cada lector.

Borges. Pero ... es que antes no era así, claro .. . Sábato. Sin embargo, hubo un tiempo en que

en los almacenes de campo, cuando hacían sus pedidos a Buenos Aires , junto a las bol­sas de yerba y aperos, pedían ejemplares del Martín Fierro.

Borges. Esa noticia ha sido divulgada o imagi­nada por el propio Hernández. La población rural era analfabeta.

41 Biblioteca de México

(Hay un silencio apenas fastidiado por el ruido de los vasos. Hace calor, pero creo que todos lo hemos olvidado. Queda flotan­do la última palabra).

Martín Fierro ... Un personaje que no es un ejemplo. Es admirable el poema como arte, pero no el personaje. (Los ojos de Sábato ahora escudriñan el rostro de Borges. Se le nota la ansiedad por hablar, pero espera).

Borges. Fierro es un desertor que paradójica­mente deleita a los militares. Pero si usted le dice eso a un hombre de armas, se indig­na . Hasta Ricardo Rojas en la Historia de la Literatura Argentina lo defiende con argu­mentos inexistentes. Alega que en el libro se ve la conquista del desierto, la fundación de ciudades. Francamente nadie ha leído una sola palabra de eso.

Sábato. Creo que Fierro es un iracundo, un rebelde ante el tratamiento de frontera , y ante muchas de las injusticias de su tiempo. (Borges cierra y abre los ojos, se mueve un poco sin perder esa posición arrogante, pero no agresiva)

Borges. No, no pienso así, Martín Fierro no fue un rebelde. Desertó porque no le pagaban sus haberes y se pasó al enemigo, no sin esperanza de participar fructuosamente en algún malón . Pero tampoco el autor fue rebelde. José Hernández Pueyrredón perte­necía a la alta clase de los estancieros, era pariente de los Lynch y los Udaondo. Si le hubieran dicho "gaucho" se habría indigna­do. Un gaucho era algo común, pero Martín Fierro es una excepción en la llanura. Porque un matrero lo es y por eso recordamos a unos pocos: Hormiga Negra que murió por 1905 tal vez. Es que el gaucho matrero es una excepción como lo es el guapo entre los compadritos . Mi abuela en el 72 o 73 vio a los soldados en el cepo. Hernández no co­noció nada de eso. Se documentó, se basó mucho en el libro de su amigo Mansilla . Y por eso no acepto que Martín Fierro sea un men­saje de protesta social ; es más bien un ale­gato contra el Ministerio de la Guerra como le llamaban entonces. No creo que Hernández ansiara un nuevo orden social , Sábato.

Sábato. Que Hernández perteneciera a la clase alta , no es un argumento. También fueron aristócratas o burgueses Saint-Simon , Marx , Owen , Kropotkin . No sabía que

Hernández era pariente de los Lynch. Lo mismo que Guevara. En cuanto al Martín Fierro, pienso que describe el exilio de los gauchos en su propia patria . Es un canto para los pobres. No sé cuál habrá sido el propósito deliberado de Hernández al escri­birlo yeso no importa . Usted sabe que los propósitos siempre son superados por la obra , cuando se trata del arte. Quién re­cuerda en qué acceso de patriotismo Dos­toievsky se propuso escribir un librito titula­do Los borrachos, contra el abuso del alco­hol en Rusia: le salió Crimen y castigo.

Borges. Claro, si el Quijote fuera simplemente una sátira contra los libros de caballerías no sería el Quijote. Si al final, cuando termina la obra, el autor piensa que hizo lo que se propuso, la obra no vale nada.

Sábato. Tal vez los propósitos sirvan como tram­polín para lanzarse después a aguas más profundas. Allí empiezan a trabajar otras fuerzas inconscientes, poderosas y más sabias que las conscientes. Las que en defi­nitiva revelan las grandes verdades. Pero volviendo al Martín Fierro, lo que usted dijo antes lo comparto en algo: no se lo debe valorar como testimonio de protesta. O diría , mejor, por el solo hecho de ser un libro de protesta. Porque en este caso, cualesquiera fueran sus valores morales, no alcanzaría a ser una obra de arte. Pienso que si Martín Fierro vale es porque a partir de esa rebeldía accede a esos altos niveles y expresa los grandes problemas espirituales del hombre, de cualquier hombre y en cualquier época: la soledad y la muerte, la injusticia, la esperan­za y el tiempo.

Borges. (Que ha escuchado con atención. La cara orientada hacia el exacto lugar donde está Sábato) . Reconozco que Fierro es un personaje viviente, que como pasa con las personas reales puede ser juzgado muy di­versamente, según se lo mire.

Sábato. De allí las muchas interpretaciones que permite: sociológicas, políticas, metafí­sicas.

Borges (Como disculpándose) . Pero yo no he dicho una sola palabra en contra de la obra ...

Sábato. Es que ha habido reportajes donde us­ted aparece diciendo ciertas cosas ... Me parece útil que se aclare.

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Borges. He dicho, sí, que proponer a Martín Fierro como personaje ejemplar es un error. Es como si se propusiera a Macbeth como buen modelo de ciudadano británico ¿no? Como tragedia me parece admirable, como personaje de valores morales, no lo es.

Sábato. Lo que prueba que un gran escritor no tiene por qué crear buenas personas. Ni Raskolnikov ni Julien Sorel , por citar algu­nos, pueden juzgarse como "buenas perso­nas". Casi nadie en la gran literatura.

Borges. Qué extraño. Ahora recuerdo que Ma­cedonio Fernández tenía una teoría que yo creo errónea. El decía que todo personaje de novela tenía que ser moralmente perfecto. Desde esa perspectiva, sin conflictos, resul­taría difícil escribir algo ... Él se basaba en el concepto: "EL ARQUETIPO IDEAL DE LA ÉPICA"

Sábato. Parecería un chiste. Borges. No. Era en serio. Bueno, sería como

anular la novela ¿no? Sábato. Basta considerar los grandes protago-

nistas de novelas. Siempre marginados, ti­pos casi siempre fuera de la ley, outsiders.

Borges. Hay una frase de Kipling que escribió al final de su vida: "A un escritor puede estarle permitido inventar una fábula pero no la moraleja ." El ejemplo que eligió para sostener su teoría fue el de Swift, que inten­tó un alegato contra el género humano y ahora ha quedado Gulliver, un libro para chicos. Es decir: el libro vivió, pero no con el propósito del autor.

Sábato. Es lo bastante complejo para ser un espantoso alegato y a la vez un libro de aventuras para chicos. Esa ambigüedad es frecuente en la novela.

Borges. Se me ocurre algo. Supongamos que Esopo existió y que escribió sus fábulas. Pero posiblemente le divertía más la idea de animales que hablan como hombrecitos que las moralejas. Esas moralejas se agre­garon después.

Sábato. Es que ninguna obra de arte es morali-

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zadora en el sentido edificante de la palabra. Si sirven al hombre es en un sentido más pro­fundo, como sirven los sueños, que casi siempre son terribles. O las tragedias. Usted habló de Macbeth: es espantoso, pero sirve. y no sé si lo justo no sería suprimir ese "pero", o en su lugar poner "y por eso mismo".

Borges. Sin duda. Uno de los libros que leí es Le Feu, de Barbusse. Lo escibió contra la guerra y el resultado es casi una exaltación de la guerra.

Sábato. Sarmiento se propuso escribir un libro contra la barbarie y la conclusión fue un libro bárbaro. Porque Facundo expresa lo que hay en el fondo del corazón de Sar­miento: un bárbaro. El álter ego del Sar­miento de jacquet.

Borges. Sí, es... el libro más montonero de nuestra literatura, según Groussac.

Sábato. Lo admirable del Facundo es la fuerza de sus pasiones. Está lleno de defectos sociológicos e históricos, es un libro menti­roso, pero es una gran novela.

Borgas. Solamente cuando una obra no vale es cuando cumple los propósitos del autor ...

Sábato. En tiempos de la revolución francesa había libros que se llamaban cosas como Virgen y Republicana, con moraleja desde el título. Ya podemos imaginar lo que valdrían. Pero todas las revoluciones son moralistas y puritanas. En Rusia se han escrito obras de teatro con títulos como La tractorista ejem­pIar... Las revoluciones son conservadoras en el arte. La revolución francesa no tomó como paradigma a Delacroix, al de la pintura pasional y rebelde, sino al académico David, el de los pompiers.

Borges. Cuando Bernard Shaw estuvo en Ru­sia les aconsejó que cerraran el museo de la Revolución. Claro, no había que influir con el mal ejemplo ...

Sábato. Es que el artista es por excelencia un rebelde. Por eso en las revoluciones nunca les va bien.

Borges. Recuerdo que en Rusia hicieron dos films sobre Iván el Terrible: uno, al comien-

44 Biblioteca de México

zo (el bueno) contra el zarismo; el otro, cuando Stalin se había convertido en un nuevo Zar, en favor del zarismo ...

Sábato. Sabemos que sólo puede hacerse arte grande en absoluta libertad . Lo otro es

mana del Neveu de Rameau? (Borges niega con la cabeza) Usted sabe que lo tra­dujo Goethe, ¿no?

Borges. Sí , sí, claro . Sábato. Pero, ¿sabía que la versión francesa

sometimiento, arte convencional y por lo es traducción de esa traducción alemana? tanto falso . Y por lo tanto no sirve al hom- Borges (Con profunda sorpresa) . ¿Cómo? No, breo Los sueños son útiles porque son li­bres.

Barone A propósito de esa libertad ... ¿Es un obstáculo la fama? ¿La entorpece? Me re­fiero al caso de un escritor reconocido por sus contemporáneos... Pienso que Van Gogh y Kafka, que no fueron famosos, pu­dieron hacer su obra en total libertad ... Ustedes son famosos.

Borges. Lugones y Daría fueron famosos .. . Sábato. Si un artista tiene algo importante que

decir, lo dirá igual. No lo va a atrapar nada. Ni la fama, ni la policía secreta, ni el Estado. Además la historia lo prueba: Dostoievsky era muy famoso cuando escribió Los Karamazov y nadie se atrevería a decir que con ese libro está coartado. Y también fueron famosos Tolstoi, Chejov, Hemingway, Faulkner .. .

Borges. Y Mark Twain, y Bernard Shaw .. . Sábato. Y el caso inverso: gente que jamás

logró trascendencia sin que por eso su obra necesariamente deba ser importante.

Borges. Conozco a alguien que se consuela pensando que también fueron ignorados los artistas A, B Y C, que ahora son famosos. No piensa que también fueron ignorados escritores pésimos.

Sábato. Kafka no fue conocido por la simple razón de que no quiso publicar. Tomemos el caso de Borges, que es un escritor bastan­te hermético, y sin embargo es famoso.

Borges (Tímidamente) . ¿Yo? Sábato (Irónico). Vamos, Borges. Piense tam­

bién en la fama que tuvieron artistas tan herméticos como Mallarmé y Rimbaud. Pa­ra no hablar de Joyce.

Borges. Y Victor Hugo y Byron ... Sábato. Byron quizá debió su fama a la vida

que hizo. Borges. Sí, Byron dejó un personaje vivido por

él. .. iAh!, Y famosos también lo fueron los filósofos franceses: Voltaire y Rousseau .

Sábato. A propósito , ¿conoce la traducción ale-

no lo sabía realmente ... Sábato. Sí, creo que la versión original se per­

dió y no sé si luego se recuperó. Pero du­rante mucho tiempo, al menos, la versión francesa que circuló fue la retraducida des­de el alemán. Dicho sea de paso, esa obra de Diderot es otro ejemplo de lo que decía­mos antes, sobre la pluralidad de las inter­pretaciones. Lo admiraron a la vez Goethe y Marx, aunque no por los mismos motivos.

Borges. El siglo XVIII francés tuvo la mejor prosa de la historia de la literatura de Francia. Voltaire es admirable.

Sábato. Tenían una gran precisión. Borges. Y también una gran pasión. Es un siglo

estupendo. Yo ahora estoy leyendo bastante literatura francesa de esa época: los cuentos de Voltaire por ejemplo. Leí con entusiasmo Carlos XII, un libro épico.

Sábato. Es curioso lo que pasa con esos enci­clopedistas . De nuevo la duplicidad del escritor, entre lo que se proponen y lo que les sale. Diderot, nada menos. Sus obras de ficción son terribles. Es decir, que los demo­nios, esos demonios que la Ilustración pros­cribe o ridiculiza, aparecen en las novelas como una especie de venganza inconscien­te de las furias. Cuando más racional se vol­vía el pensamiento, más se cobraban ven­ganza.

Borges. Ahí está, sin ir más lejos, la Revolución Francesa.

Sábato. Sí. Decapitan a media Francia en nom­bre de la Razón . Cada vez que los teóricos invocan al hombre con H mayúscula hay que ponerse a temblar: o guillotinan a miles de hombres con minúscula o los torturan en campos de concentración.

Borges. No sé qué escritor dijo: "Les idées naissent douces et vieillissent féroces." "Las ideas nacen dulces y envejecen feroces."

Sábato. iHermosa frase! Además son siempre los pensadores los que mueven la historia.

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ADVERTENCIA

Las reflexiones que aparecen aquí por orden alfabético no son producto de la vaga contem­plación del mundo: se refieren a entes que he encontrado en el camino hacia mí mismo. (Uno se embarca hacia tierras lejanas, o bus­ca el conocimiento de hombres, o indaga la naturaleza, o busca a Dios; después se ad­vierte que el fantasma que se perseguía era Uno-mismo.) Fuera de mi ruta debe de haber otros entes, otras teorías e hipótesis. El Uni­verso de que se habla aquí es mi Universo particular y, por lo tanto, incompleto, contra-

• Ernesto Sábato, Obras. Ensayos, Editorial Losada, S.A. , Buenos Aires, 1970, 1056 pp.

dictorio y perfeccionable; no poseo la más modesta Weltanschauung que pueda satisfa­cer a una persona respetable o germánica; prohíbo a estos inspectores del urbanismo filosófico que lean este libro (no veo, además, para qué habrían de leerlo).

Este libro es el documento de un tránsito y, en consecuencia, participa de la impureza y de la contradicción, que son los atributos del movi­miento. Imagino la irritación que producirá a los fanáticos del sistema, que tienen la curiosa pre­tensión de ser propietarios de la Verdad, frente a los otros mil sistemas, como por alguna espe­cie de arreglo personal con el Organizador del Espectáculo. Por mi parte, reconozco no tener vinculaciones tan influyentes.

46 Biblioteca de México

La ciencia ha sido un compañero de viaje, durante un trecho, pero ya ha quedado atrás. Todavía, cuando nostálgicamente vuelvo la cabeza, puedo ver algunas de las altas torres que divisé en mi adolescencia y me atrajeron con su belleza ajena de los vicios carnales. Pronto desaparecerán de mi horizonte y sólo quedará el recuerdo. Muchos pensarán que

mo, al que con fervor me acerqué en 1938, cuando trabajaba en el Laboratorio Curie de París, y cuando el creciente odio que experi­mentaba por el fetichismo científico me condujo a esa característica revuelta contra la Razón y lo Objetivo, los dos ídolos de esa religión . Viviendo como vivía sus limitaciones, ansioso por encontrar una salida que me permitiera

esta es una traición a la amistad , cuando es acceder al hombre concreto enajenado por una fidelidad a mi condición humana. civilización tecnolátrica era inevitable que me

De todos modos, reivindico el mérito de volcara hacia el surrealismo. Ya en decadencia, abandonar esa clara ciudad de las torres -donde reinan la seguridad y el orden- en busca de un continente lleno de peligros, don­de domina la conjetura. Montaigne mira con ironía a los hombres porque son capaces de morir por conjeturas. No veo nada que merez­ca la ironía: en eso reside la grandeza de es­tos pobres seres.

aquel movimiento no podía satisfacerme del todo, y aunque me salvaguardaba (y me sigue salvaguardando) una figura trágica como la de Artaud , era también lógico que me repeliera la mistificación de artistas como Dalí, así como la carencia de rigor filosófico y el dogmatismo de André Breton, por admirable que fuese su obra poética. En tales condiciones, no porque hubie-

ra dejado de amar al surrealismo sino precisa­Santos Lugares, otoño de 1945 mente por amarlo demasiado, reaccioné irónica

o ásperamente en algunos fragmentos de este

PRÓLOGO

libro; mientras permanecería en mí lo mejor de aquel movimiento, para manifestarse años más tarde en el Informe sobre Ciegos.

Durante muchos años me negué a reeditar Procesos psicológicos y espirituales este librito, a pesar de las insistencias de edi- semejantes pueden explicar esas y otras tores y amigos. Estoy tan lejos de la mayor durezas que el lector encontrará. Y en otros parte de las ideas expuestas en él que siento, casos deberá tener en cuenta que los veinti­al reexaminarlas, la misma tierna ironía con trés años transcurridos han alterado muchas que miramos las viejas fotos familiares: sí, de las hipótesis o ilusiones que todavía allí se claro, ahí está uno, ciertos gestos lo delatan, manifiestan. No imaginaba, por ejemplo, que quizá una misma inclinación de la cabeza o también por la izquierda se podían llegar a una forma de colocar las manos. Pero, icuán- cometer los crímenes que se cometieron en la tas arrugas en torno de los labios y de los ojos tiranía stalinista y en las que todavía ahora la nos separan! iQué devastación ha traído el imitan; no tenía aún suficiente (y amarga) tiempo sobre aquella sonrisa y aquel resto de experiencia histórica para admitir que nada frescura o de espíritu juguetón! iQué abismos vale luchar por la justicia social si no es al pro­se han abierto entre el muchacho de la foto- pio tiempo una lucha por la libertad del ser grafía y el hombre de ahora! iCuántas ilusio- humano y por la dignidad que le corresponde. nes se advierten allí que han sido agostadas Yen momentos en que con todo el poderío de por el frío y las tormentas, por los desengaños sus tanques Rusia invade a un pequeño e y las muertes de tantas doctrinas y seres que indefenso país como Checoslovaquia, queríamos! alguien, que grita en defensa del pueblo viet-

Al fin pensé que esta negativa a reeditar el namita, arrasado por la potencia más grande libro podría tomarse como una cobardía intelec- del mundo, no puede sino poner una triste y tual, y así cedí a la reimpresión . Con todo, que- melancólica marca al lado de los parágrafos rría pedir al lector perdone las arbitrariedades y que en este libro se dedican a la ilusión sovié­violencias que encuentre, las más de las veces tica . motivadas por la pasión que siempre he puesto en mis ideas, en tantas ocasiones defraudadas por los hechos. Así me sucedió con el surrealis-

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Ernesto Sábato

Santos Lugares, septiembre de 1968

APEIRÓN BORGES

Se nos dice que este imperfecto Universo en Las obras sucesivas de un escritor son como que vivimos está formado por una única sus- las ciudades que se construyen sobre las rui-tancia que se transmuta sin cesar, asumiendo transitoriamente la forma de árboles, crimina­les y montañas. Como un artista insatisfecho que destruye siempre su obra , este proceso intenta copiar un Universo Fantástico donde el movimiento no existe, un Universo donde está el Árbol, el Animal, la Justicia, Sócrates, y el Triángulo. Todos estos objetos son inaltera­bles, incorruptibles, porque el tiempo no pasa por ellos, el tiempo que todo lo corrompe y

nas de las anteriores: aunque nuevas, prolon­gan cierta inmortalidad, asegurada por leyen­das antiguas, por hombres de la misma raza, por las mismas puestas de sol, por pasiones semejantes, por ojos y rostros que retornan.

Cuando se hace una excavación en la obra de Jorge Luis Borges, aparecen fósiles dispa­res: manuscritos de heresiarcas, naipes de truco, Quevedo y Stevenson, letras de tango, demostraciones matemáticas, Lewis Carroll,

todo lo transforma, el tiempo que quizá es la aporías eleáticas, Franz Kafka, laberintos cre­corrupción y la transformación. tenses, arrabales porteños, Stuart Mili, De

De modo que las cosas, las muertes, los Quincey y guapos de chambergo requintado. amores del universo cotidiano son como apro- La mezcla es aparente: son siempre las mis­ximaciones groseras de esos Objetos Fan- mas ocupaciones metafísicas, con diferente tásticos. Y aunque nunca los hemos visto, ropaje: un partido de truco puede ser la inmor­creemos que existen en alguna parte. Cree- talidad, una biblioteca puede ser el eterno re­mos, por ejemplo, en la eternidad de algo que torno, un compadrito de Fray Bentos justifica llamamos el Árbol, que es una idea fija, crista- a Hume. A Borges le gusta confundir al lector: lizada , a la que tímidamente se acerca , con uno cree estar leyendo un relato policial y de riesgos y cuidados, un montón de partículas pronto se encuentra con Dios o con el falso universales, que antes eran sal , montaña y Basílides. agua. Este frágil ser vacila y muere antes de Las causas eficientes de la obra borgiana haber alcanzado aquel estado ideal, porque son, desde el comienzo, (as mismas. Parece parece como si la naturaleza fuera enemiga que en los relatos que forman Ficciones la de las cosas puras e incorruptibles. Y así la materia ha alcanzado su forma perfecta y lo piedra se transmuta en árbol , el hidrógeno en potencial se ha hecho actual. La influencia oxígeno, Platón en Aristóteles, el amor en que Borges ha ido teniendo sobre Borges pa­odio , el criminal en santo. rece insuperable. ¿Estará destinado, de aho­

ra en adelante, a plagiarse a sí mismo? En el prólogo a La invención de Morel, Bor­

ges se queja de que en las novelas llamadas psicológicas la libertad se convierte en absolu­ta arbitrariedad: asesinos que matan por pie­dad, enamorados que se separan por amor; y arguye que sólo en las novelas llamadas de aventuras existe el rigor. Creo que esto es cier­to, pero no puede ser aceptado como una críti­ca : a lo más, es una definición. Sólo en ciertas novelas de aventuras -preferentemente en las policiales, inauguradas por Poe- existe ese rigor que se puede lograr mediante un sistema de convenciones simples, como en una geo­metría o en una dinámica; pero ese rigor impli­ca la supresión de los caracteres verdadera­mente humanos. Si en la realidad humana hay una Trama o Ley, debe ser infinitamente com­pleja para que pueda ser aparente.

48 Biblioteca de México

La necesidad y el rigor son atributos de la lógica y de la matemática. Pero, ¿cómo ha de ser posible aplicarlos a la psicología si ni siquiera son aptos para aprehender la reali­dad física? Como dice Russell , la física es matemática no porque sepamos mucho del mundo exterior sino porque lo que sabemos es demasiado poco.

Si se comparan algunos de los laberintos de Ficciones con los de Kafka, se ve esta diferen­cia: los de Borges son de tipo geométrico o aje­drecístico y producen una angustia intelectual , como los problemas de Zenón, que nacen de una absoluta lucidez de los elementos puestos en juego; los de Kafka, en cambio son corredo­res oscuros, sin fondo, inescrutables, y la an­gustia es una angustia de pesadilla, nacida de un absoluto desconocimiento de las fuerzas en juego. En los primeros hay elementos a-huma­nos, en los segundos los elementos son sim­plemente humanos. El detective Erik Lonnrot no es un ser de carne y hueso: es un títere sim­bólico que obedece ciegamente --o lúcidamen­te, es lo mismo- a una Ley Matemática; no se resiste, como la hipotenusa no puede resistirse a que se demuestre con ella el teorema de Pitágoras; su belleza reside, justamente, en que no puede resistir. En Kafka hay también una Ley inexorable, pero infinitamente ignora­da; sus personajes se angustian porque sospe­chan la existencia de algo, se resisten como se resiste uno en las pesadillas nocturnas, luchan contra el Destino; su belleza está, justamente, en esa resistencia que es vana.

También se podría decir que Borges hace álgebra, no aritmética (como pasa con el Tes­te o el Leonardo de Valéry). El memorioso de Fray Bentos podía ser de Calcuta o de Di­namarca. Induce a error la necesidad -inevi­table, por convención literaria- de dar nom­bres precisos a los personajes y lugares. Se ve que Borges siente esta limitación como una falla . No pudiendo llamar alfa, ene o kappa a sus personajes, los hace lo menos locales posible: prefiere remotos húngaros y, en este último tiempo, abundantes escandinavos.

La escuela de Viena asegura que la metafí­sica es una rama de la literatura fantástica. Esta afirmación pone de mal humor a los me­tafísicos y de excelente ánimo a Borges: los juegos metafísicos abundan en sus libros. En rigor, creo que todo lo ve Borges bajo especie

metafísica: ha hecho la ontología del truco y la teología del crimen orillero; las hipóstasis de su Realidad, suelen ser una Biblioteca, un La­berinto, una Lotería, un Sueño, una Novela Policial; la historia y la geografía son meras degradaciones espacio-temporales de alguna eternidad regida por un Gran Bibliotecario.

En Tres versiones de Judas, Borges nos dice -y le creemos- que para Nils Runeberg, su interpretación de Judas fue la clave que desci­fra un misterio central de la teología, fue motivo de soberbia, de júbilo y de terror: justificó y des­barató su vida. Podemos agregar: también por ella, quizá, habría aceptado la hoguera.

Para Borges, en cambio, esas tesis son "ligeros ejercicios inútiles de la negligencia o de la blasfemia". Con la misma alegría -o con la misma tristeza, que da la falta de cualquier fe- Borges enunciará la tesis de Runeberg y la contraria , la defenderá o la refutará y, natu­ralmente, no aceptará la hoguera ni por una ni por otra. Borges admira al hombre capaz de todas las opiniones, lo que equivale a cierta especie de monismo. Alguna vez planeó un cuento en que un teólogo lucha toda su vida contra un heresiarca, lo refuta y finalmente lo hace quemar: después de muerto, ve que el heresiarca y él forman una sola persona. Tam­bién Judas refleja de alguna manera a Jesús. Pero tampoco se dejaría quemar Borges por este monismo, porque también es dualista y pluralista.

49 Biblioteca de México

La teología de Borges es el juego de un descreído y es motivo de una hermosa litera­tura. ¿Cómo explicar, entonces, su admira­ción por Léon Bloy? ¿No admirará en él, nos­tálgicamente, la fe y la fuerza?

Siempre me ha llamado la atención que admire a compadres y a guapos de facón en la cintura.

Por eso planteo estas cuestiones:

¿Le falta una fe a Sorges?

¿No están condenados a algún Infierno los que

descreen?

¿No será Sorges ese Infierno?

A usted, Borges, heresiarca del arrabal porte­ño, latinista del lunfardo, suma de infinitos bibliotecarios hipostáticos, mezcla rara de Asia Menor y Palermo, de Chesterton y Ca­rriego, de Kafka y Martín Fierro; a usted, Borges, lo veo ante todo como un Gran Poeta.

y luego así: arbitrario, genial, tierno, reloje­ro, débil, grande, triunfante, arriesgado, teme­roso, fracasado, magnífico, infeliz, limitado, infantil e inmortal.

CITAS

Hay por lo menos dos formas de mostrar una erudición irritante: una, acumulando citas, y otra, no haciendo ninguna. La segunda es abundante en los genios. Uno de los aspectos más hirientes de los hombres geniales es su desprecio por las frases conocidas, probable­mente causado por una mera cuestión de competencia, ya que ellos mismos son cons­tructores de frases conocidas en el futuro. De este modo, los genios se caracterizan por citarse insistentemente a sí mismos; con el pretexto de rehuir el brillo de la erudición ma­nifiesta, practican una de sus formas más odiosas: la erudición de sí mismo, una como erudición con signo menos, concluyendo por caer en una pedantería al revés.

Lo prudente es, pues, emplear una dosis amistosa de citas. Y además, hablando con franqueza, ¿cómo sería posible hoy escribir nada sin citar a Rilke, o a Kafka , o a Hei­degger? 0, al menos, sin hacer uso de la pa­labra Weltanschauung?

Franz Kafka

EDAD

¿Qué se puede hacer en ochenta años? Pro­bablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena.

Un programa honesto requiere ochocientos años. Los primeros cien serían dedicados a los juegos propios de la edad, dirigidos por ayos de quinientos años; a los cuatrocientos años, terminada la educación superior, se po­dría hacer algo de provecho; el casamiento no debería hacerse antes de los quinientos; los últimos cien años de vida podrían dedicarse a la sabiduría.

y al cabo de los ochocientos años quizá se empezase a saber cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena.

Un programa honesto requiere ocho mil años. Etcétera.

EDUCACiÓN

Un animal se educa chocando contra el mundo exterior y adquiriendo así ciertos refle­jos que lo hacen apto para soportar la vida. Un niño también. No veo, entonces, cómo han de poder considerarse ciertos castigos como contraindicados; ¿no forma parte la mano del padre del mundo exterior? No creo que se pretenda argüir seriamente que hay una dife­rencia esencial entre un niño que va hacia un objeto y un objeto que viene hacia un niño; sería reincidir en las oscuras creencias del movimiento absoluto.

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FAMA

La fama la realizan sucesos contingentes o equivocados: Liszt se ha hecho famoso por su Rapsodia N~ 2; Einstein, por la frase "todo es relativo", que jamás pronunció y que enérgica­mente refuta; Baudelaire, por un título que pa­rece prestado de Vargas Vila; Newton, por la caída de una manzana que parece no haber caído nunca. La gloria se equivoca casi siem­pre y rara vez se adquiere por motivos que po­drían justificarla. En estos hombres, por ejem­plo, la fama es merecida, pero sus causas son equivocadas. Excelentes personas se hacen la ilusión de tener un buen gusto literario por­que leen a Proust, a Shakespeare, a Cervan­tes; pero a menudo sucede que lo que gustan de ellos no es otra cosa que sus defectos.

A veces la fama se debe a una frase histó­

rica. De todas las cosas apócrifas, las más enérgicamente apócrifas son, quizá, las fra­ses históricas. Dada la naturaleza de la histo­ria humana, casi siempre han sido pronuncia­das durante una batalla, o en la cámara de torturas, o al morir en la guillotina . En tales momentos, nadie que no sea un incurable lite­rato pronuncia frases que puedan hacerse célebres por su estilo literario; y las frases his­tóricas son, precisamente, frases pulidas y trabajadas. No hay duda de que las inventa laboriosamente la posteridad -como muchas cosas históricas.

INTELIGENCIA

Entender es relacionar, encontrar la unidad bajo la diversidad. Un acto de inteligencia es darse cuenta de que la caída de una manza­na y el movimiento de la Luna, que no cae, están regidos por la misma ley.

Como una especie de detective secular en una Gran Novela Policial, la inteligencia persi­gue interminablemente a la verdad, buscán­dola hasta en los lugares menos sospecho­sos; está abierta a todas las posibilidades y por eso debe combatir a cada instante contra la rutina, el lugar común, el dogma y la superstición, que pretenden en cada caso haber aclarado el enigma, ignorando o que­riendo ignorar que la verdad tiene infinitos cómplices e infinitos lugares diferentes.

Mareel Proust

Porque combate contra todos los dogmas y supersticiones la inteligencia es capaz de com­prender lo que hay de verdad en cada uno de ellos; un hombre inteligente no se caracteriza porque no comete errores sino porque está dis­

puesto a rectificar los cometidos; los hombres que no cometen errores y que tienen todo defi­nitivamente resuelto son los dogmáticos: se caracterizan por tener siempre una Iglesia, una Ortodoxia, un Papa infalible, una Inquisición; no hay que creer que estas organizaciones sólo aparecen para defender a Dios: algunas apare­cen para demostrar su inexistencia.

La creación de estas Iglesias es lo que hace tan difícil la búsqueda de la verdad. Porque entonces no basta la inteligencia: se requiere la intrepidez. Se requiere mucho valor para defender a la vez la parte de verdad en Ber­keley contra los marxistas y la parte de verdad en los marxistas contra Berkeley. Este valor intelectual es lo que los fanáticos de la secta llaman confusionismo.

Lo difícil de esta tarea está en que la inteli­gencia debe proceder en forma helada e im­parcial en este interminable pleito siendo que a la vez aparece encarnada en forma humana y, por lo tanto, mezclada con la debilidad, la simpatía, la violencia, el fanatismo y la furia, que son nuestros atributos más frecuentes.

LENGUAJE

El lenguaje comienza siendo un simple gruñi­do para designar todas las cosas; luego se va diversificando y especializando; este proceso se llama enriquecimiento y es alentado por los padres y profesores de lenguas.

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Pero cuando se /legan a tener cien o dos- que un genio sea un mal alumno y desilusio­cientas mil palabras, se encuentra que el ideal nando a todos los malos alumnos o ex malos consiste en expresarse con diez o veinte. El alumnos que confían en esta paradojal hipóte­lenguaje del filósofo es muy reducido : objeto, siso Se distinguió en matemática y filosofía, sujeto, materia, causa, espacio, tiempo, fin y pero durante toda su vida ha manifestado una alguna otra más. Si lo apuran mucho se arre- pasión inagotable por todas las cosas del es­gla con una sola palabra, como apeirón o píritu. Por sus ideas sociales ha sufrido vejá­substancia. Es probable que el ideal de mu- menes y por oponerse a la primera guerra chos filósofos sea terminar finalmente en el mundial estuvo preso durante seis meses; en gruñido único y monista. la cárcel escribió su Introducción a la Filosofía

Matemática. Jamás ha hecho concesiones a los prejuicios morales o intelectuales de sus

OFICIO semejantes (/lamémoslos así) y en 1940 fue expulsado del Colegio de Nueva York por ex­

El oficio -en el arte- consiste en que no se lo poner ideas que no coinciden con los presti­advierta. giosos lugares comunes de la sociedad y de la

policía norteamericanas.

POEsíA PURA

A lgunos opinan que en la poesía pura no deben intervenir elementos didácticos; otros han prohibido los elementos filosóficos, políti­cos, raciales, científicos; otros, los valores musicales, como el ritmo y la rima . Sería bue­no escribir un poema purificado según todas estas recomendaciones: no quedaría nada.

Se cree que el problema de la poesía pura es un gran problema porque es interminable, olvidando que también eran interminables las disputas medievales sobre cuántos granos de trigo forman un montón. En realidad, los logís­ticos modernos dirían que tanto uno como otro son seudoproblemas de definición: dada una Bertrand Russell

definición se termina la disputa, que simple- Pertenece a la misma estirpe de Berkeley, mente se debe a que cada uno habla de algo Swift, Hume, Chesterton y Shaw. Al lado de diferente.

En general , todos los conceptos en que en­tra la palabra pura, son sospechosos de esco­lasticismo: poesía pura, raza pura, música pura. Propongo la siguiente definición : poesía pura es toda poesía exenta de impureza . Pue -de parecer irritante, pero hay que reconocer que es irrebatible.

RUSSELL

obras capitales sobre lógica matemática y filo­sofía , ha escrito sobre historia, moral sexual , política y teología , en muchos casos para el hombre de la calle . Este genio tiene demasia­do cariño a la pobre humanidad para desen­tenderse de sus problemas cotid ianos; podría haber vivido su vida de conde en un peñasco inaccesible, aislado por los abstractos símbo-los de la logística, pero ha preferido mezclar­se a las confusas luchas del mundo terrenal.

Su filosofía no está pegada a su personali-dad como un rótulo, ni la sobrelleva como una

E l conde Bertrand Arthur William Russell carga profesional : es consubstancial con su nació en 1872 y se educó en el Trinity College vida misma, como en Sócrates o Spinoza . de Cambridge. Fue el primero de su clase , Concluye An Outline of Philosophy con estas desmintiendo así a los que creen necesario palabras: "La filosofía debería mostrarnos los

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fines de la vida y los elementos de ella que tie- Tuve desde niño inclinación hacia las letras y nen valor por sí mismos. Por muy limitada que esté nuestra libertad en la esfera causal no es preciso que admitamos limitación alguna en la esfera de los valores; lo que juzgamos bueno por sí mismo podemos segui r juzgándolo bue­no sin consideración a ninguna otra cosa que no sean nuestros propios sentimientos. La filosofía no puede determinar por sí los fines de la vida , pero puede liberarnos de la tiranía del prejuicio y de las aberraciones derivadas de miras estrechas. El amor, la belleza , el co­nocimiento y el goce de la vida: he aquí las cosas que conservan bri llo inmarcesible , por remotos que sean nuestros horizontes. Y si la filosofía puede ayudarnos a sentir el valor de estas cosas, habrá representado el papel que le corresponde en la obra colectiva de la hu­manidad , cuyo objeto es llevar la luz a un mundo de tin ieblas ."

De: Hombres y engranajes (1951 )

JUSTIFICACiÓN

las artes: ¿qué pudo llevarme a la ciencia? Hace ya muchos años que me alejé del comu­nismo y de la ciencia , ganando así la acusa­ción de doblemente renegado. Estas pág inas tal vez echen alguna luz sobre este proceso.

Reflexioné mucho sobre el título y la cal ifi­cación que deberían llevar estas pág inas. No creo que sea muy desacertado tomarla como autobiografía espiritual , como diario de una crisis , a la vez personal y universal , como un simple reflejo del derrumbe de la civilización occidental en un hombre de nuestro tiempo. Este derrumbe que los comunistas -con el op­timismo, la tenacidad, la abnegación que los caracteriza , con esa enérgica miopía que han adoptado como método histórico- imaginan un mero derrumbe del sistema capitalista , sin ad­vertir que es la crisis de toda la civilización ba­sada en la razón y la máquina , civilización de la que ellos mismos y su sistema forman parte .

Estas reflexiones no forman un cuerpo sis­temático ni pretenden satisfacer las exigen­cias de la forma literaria : no soy un filósofo y Dios me libre de ser un literato; son la expre­sión irregular de un hombre de nuestro tiempo que se ha visto obligado a reflexionar sobre el caos que lo rodea . Y si las refutaciones de teorías y personas son muchas veces violen­tas y ásperas, téngase presente que esa vio­lencia se ejerce por igual contra antiguas ilu­siones mías, que sobreviven en letra muerta , en algún libro, a su muerte en mi propio espí­ritu ; en ocasiones, a su añorada muerte. Por­que también podemos añorar nuestras equ i­vocaciones . ¿Y cómo no habría de añorar aquella fe , aquella esperanza , aquel románti­co fanatismo de estudiante comunista , todo eso que hoy suelo ver en otros estudiantes, con cierta ternura pavorosa , como ante la visión de seres queridos en un manicomio?

En 1934, cuando era un estudiante, fui en­viado a un congreso comunista en Bruselas. Iba a Europa imaginando que los males del movimiento podían ser exclusivamente argen­

U no se embarca hacia tierras lejanas, indaga tinos ; todavía conservaba muchas ingenuida­la naturaleza, ansía el conocimiento de los des, todavía me resistía a aceptar el movi-hombres, inventa seres de ficción, busca a Dios. Después se comprende que el fantasma que se persegu ía era Uno-Mismo.

Nací en una famil ia burguesa y pudiente:

¿qué pudo llevarme hacia el comunismo?

miento stalinista como un sistema de vasos comunicantes .

El universo burgués me había asqueado, como a tantos adolescentes, y me sentí impul­sado hacia la revolución. Pero de pronto, ese

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movimiento revolucionario se me hundía bajo de pude ver el Capitalismo Maquinista en su los pies , repentinamente me encontré en un más vasta, cándida y repugnante perfección. vasto caos de seres y cosas. La existencia, Volví a mi patria y empecé a escribir un primer como al personaje de La Náusea, se me apa- balance, que publiqué en 1945 bajo el título recía como un insensato, gigantesco y gelati- de Uno y el universo. En el prólogo, escribí: naso laberinto; y como él, sentí la ansiedad de "La ciencia ha sido un compañero de viaje, un orden puro, de una estructura de acero durante un trecho, pero ya ha quedado atrás. pulido, nítida y fuerte. Así lo había sentido ya Todavía, cuando nostálgicamente vuelvo la en mi adolescencia , cuando me precipité ha- cabeza, puedo ver algunas de las altas torres cia la matemática, y ahora se volvía a repetir que divisé en mi adolescencia y me atrajeron el fenómeno, aunque con más fuerza y deses- con su belleza desposeída de los vicios carna­peración . De ese modo, retorné a ese univer- les. Pronto desaparecerán del horizonte y sólo so no carnal , a esa especie de refugio de alta quedará el recuerdo. Muchos pensarán que montaña al que no llegan ni los ruidos de los ésta es una traición a la amistad, cuando es hombres ni sus confusas contiendas. Durante fidelidad a mi condición humana. De todos algunos años estudié , con frenesí, casi con modos, reivindico el mérito de abandonar esa furor, las cosas abstractas, me di inyecciones clara ciudad de las torres - donde reinan la de transparente opio , viví en el paraíso artifi­cial de los objetos ideales.

Pero en cuanto levantaba la cabeza de los

seguridad y el orden- en busca de un conti­nente lleno de peligros, donde domina la con­jetura ."

logaritmos y sinusoides, encontraba el rostro Durante cinco años me he movido en este de los hombres. En 1938 trabajaba en el La- continente conjetural. Sé mucho menos que boratorio Curie , de París. Me da risa y asco antes, pero al menos ahora sé que no sé y contra mí mismo cuando me recuerdo entre sonrío melancólicamente al releer algunos electrómetros, soportando todavía la estre- capítulos de aquel primer balance, todavía chez espiritual y la vanidad de aquellos cien- habitado de tantos fantasmas, todavía cando­tistas, vanidad tanto más despreciable porque roso creyente en ciertos cadáveres del mundo se revestía siempre de frases sobre la Hu- que fue. No incurriré en la nueva ingenuidad manidad, el Progreso y otros mitos abstractos de imaginar que ahora me he desembarazado por el estilo ; mientras se aproximaba la gue- de cadáveres y fantasmas. Pero sí tengo la rra , en la que esa Ciencia , que según esos convicción de entrever ya con mayor crueldad señores, había venido para liberar al hombre los contornos del Uno-Mismo en medio de la de todos sus males físicos y metafísicos, iba a confusión del Universo. ser el instrumento de la matanza mecanizada. Santos Lugares, marzo de 1951 y el cretinismo cientificista iba a llegar a tal ex-tremo como para permitir que los físicos japo-neses congratularan a los norteamericanos INTRODUCCiÓN

por la eficacia de la bomba de Hiroshima. Allí, en 1938, supe que mi fugaz paso por la Dice Martín Buber que la problemática del

ciencia había concluido. Y aunque el doctor hombre se replantea cada vez que parece Jekyll medía la radiactividad del actinio duran- rescindirse el pacto primero entre el mundo y te el día , Hyde vagaba nocturno y solitario por el ser humano, en tiempos en que el ser hu­las calles de París , o empezaba a escribir las mano parece encontrarse en el mundo como páginas de una novela catártica o se revolca- un extranjero sol itario y desamparado. Son ba en la pura irracionalidad , promoviendo es- tiempos en que se ha borrado una imagen del cándalos con los pintores surrealistas. iCómo Universo, desapareciendo con ella la sensa­comprendí entonces el valor moral del surrea- ción de seguridad que se tiene ante lo familiar: lismo, su fuerza destructiva contra los mitos el hombre se siente a la intemperie, sin hogar.

de una civilización terminada, su fuego purifi­cador, aun a pesar de todos los farsantes que se aprovechaban de su nombre!

De Francia pasé a los Estados Unidos, don-

Entonces, se pregunta nuevamente sobre sí mismo.

Así es nuestro tiempo. Estamos una vez en la noche metafísica , solitarios y pequeños,

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Martín Buber

angustiados ante la infinita grandeza del Uni­verso. El mundo cruje y amenaza derrumbar­se, ese mundo que, para mayor ironía, es el producto de nuestra voluntad, de nuestro pro­meteico intento de dominación. Es una quie­bra total. Dos guerras mundiales, las dictadu­ras totalitarias y los campos de concentración nos han abierto por fin los ojos, para revelar­nos con brutal crudeza la clase de monstruo que habíamos engendrado y criado orgullosa­mente.

Ha llegado el momento de decir adiós al siglo XIX, a ese maravilloso siglo XIX, con Stephenson y su máquina .de vapor, su electricidad, su pujante economía capitalista, su optimismo cósmico. Ese siglo en que todos los males de la humanidad iban a ser resueltos mediante la Ciencia y el Progreso de las Ideas; en que se ponía a los hijos nombres como Luz y Libertad, yen que se constituían bibliotecas de barrio lla­madas Músculo y Cerebro.

No me río de algo tan entrañablemente uni­do a mi infancia y adolescencia: más bien me sonrío con esa irónica ternura con que mi­ramos las viejas fotografías de nuestros abue­los. Todavía recuerdo los días de mi niñez en un pueblo pampeano -y ese recuerdo es más intenso a medida que se acrecienta la cruel­dad de los años-, con sus socialistas de cor­bata voladora y grandes sombreros negros, porque el socialismo era algo romántico y te­nía mucho que ver con corbatas y sombreros. y aquellas bibliotecas en que se acumulaban

libros de tapas blancas con el retrato del autor en un óvalo: Reclus, Spencer, Zola o Darwin, ya que hasta la teoría de la evolución parecía subversiva y un extraño vínculo unía la histo­ria de los peces y marsupiales con el Triunfo de los Nuevos Ideales. Y tampoco faltaba la Energética, de Ostwald, esa especie de biblia termodinámica, en que Dios aparecía sustitui­do por un ente laico pero también enigmático, llamado Energía, que, como su predecesor, lo explicaba y lo podía todo, con la ventaja de estar relacionado con la Locomotora.

El siglo xx esperaba agazapado como un asaltante nocturno a una pareja de enamora­dos un poco cursis . Esperaba con sus carni­cerías mecanizadas, el asesinato en masa de los judíos, la quiebra del sistema parlamenta­rio el fin del liberalismo económico, la deses-,

peranza y el miedo. En cuanto a la Ciencia, que iba a dar solución a todos los problemas del cielo y de la tierra, había servido para faci­litar la concentración estatal y mientras por un lado la crisis epistemológica atenuaba su arro­gancia, por el otro se mostraba al servicio de la destrucción y de la muerte. Y así aprendi­mos brutalmente una verdad que debíamos haber previsto, dada la esencia amoral del co­nocimiento científico: que la ciencia no es por sí misma garantía de nada, porque a sus rea­lizaciones les son ajenas las preocupaciones éticas.

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Frente al caos capitalista , surgió el movi­miento socialista , pero pronto adquirió los atri­butos del siglo que quería combatir: la Ciencia y la Máquina se convirtieron en sus dioses tute/ares , y al socialismo "utópico" de Owen, Fourier y Saint-Simon sucedió el socialismo "científico" de Marx. Y de este modo, la con­centración del poder estatal mediante la cien­cia y la economía condujo por igual a los su­perestados nazi y soviético, anverso y reverso de una misma realidad , de una concepción semejante del mundo, basada en la máquina yen la totalización .

La rebelión del espíritu contemporáneo se realiza , por eso, contra el capitalismo y contra el comunismo, anverso y reverso de una mis­ma realidad y de una concepción semejante del mundo, basada en la razón y la máquina .

Esta crisis no es la crisis del sistema capita­lista : es el fin de toda esa concepción de la vida y del hombre, que surgió en Occidente con el Renacimiento . De tal modo que es im­posible entender este derrumbe si no se exa­mina la esencia de /a civilización renacentista.

El Renacimiento se produjo mediante tres paradojas:

1a Fue un movimiento individualista que termi­

nó en la masificación.

2a Fue un movimiento naturalista que terminó

en la máquina.

3a Fue un movimiento humanista que terminó

en la deshumanización .

Que no son sino aspectos de una sola y gi­gantesca paradoja: la deshumanización de la humanidad.

Esta paradoja, cuyas últimas y más trágicas consecuencias padecemos en la actualidad, fue el resultado de dos fuerzas dinámicas y amorales: el dinero y la razón. Con ellas, el hombre conquista el poder secular. Pero -y ahí está la raíz de la paradoja- esa conquista se hace mediante la abstracción: desde el lingote de oro hasta el clearing, desde la palanca hasta el logaritmo, la historia del creciente dominio del hombre sobre el universo ha sido también la historia de las sucesivas abstracciones. El capitalismo moderno y la ciencia positiva son las dos caras de una misma realidad despose­ída de atributos concretos, de una abstracta fantasmagoría de la que también forma parte el hombre, pero no ya el hombre concreto e indi-

Fyodor Dostoievsky

vidual sino el hombre-masa, ese extraño ser todavía con aspecto humano, con ojos y llanto, voz y emociones, pero en verdad engranaje de una gigantesca maquinaria anónima. Este es el destino contradictorio de aquel semidiós rena­centista que reivindicó su individualidad, que orgullosa mente se levantó contra Dios, procla­mando su voluntad de dominio y transforma­ción de las cosas. Ignoraba que también él lle­garía a transformarse en cosa.

Hombres como Pascal , Will iam Blake, Dos­toievsky, Baudelaire , Lautréamont, Kierke­gaard y Nietzsche intuyeron que algo trágico se estaba gestando en medio del optimismo. Pero la Gran Maquinaria siguió adelante. De­solado, el hombre se sintió por fin en un uni­verso incomprensible, cuyos objetivos desco­nocía y cuyos Amos, invisibles y crueles, lo lle­naban de pavor. Mejor que nadie, Franz Kafka expresó la sensación de desamparo del hom­bre de nuestro tiempo. Y aunque la soledad del hombre es perenne, no sociológica sino metafísica , únicamente una sociedad como ésta podía revelarla en toda su magnitud. As í como ciertos monstruos sólo pueden ser entrevistos en las tinieblas nocturnas, la sole­dad de la criatura humana se ten ía que reve­lar en toda su aterradora figu ra en este cre­púsculo de la civilización maquinista.

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UNA LITERATURA TRÁGICA

Resulta un sofisma hablar de la deshumani­zación del arte contemporáneo en bloque, exi­giría la revisión del significado de todas las palabras la extensión de ese juicio a la litera­tura de hoy. Es ésta una literatura verdadera , difícil y trágica, con una dureza que descono­ció el siglo XIX, excepto en aquellos escritores que intuyeron el derrumbe. Lejos de decaer, la novela y el drama han profundizado los gran­des enigmas éticos y religiosos : desde Dos­toievsky hasta Graham Greene, pasando por Kafka, la gran literatura de nuestro tiempo es eminentemente metafísica y sus problemas son los problemas esenciales del hombre y su destino.

Es ésta una literatura ascética y el amor aparece en ella como el reiterado espectro de la soledad y de la muerte. Nunca como hoy el amor carnal ha sido descrito con tanta crude­za. y sin embargo adquiere un sentido metafí-

ciosista . Pero el derrumbe de todos los mitos burgueses nos enfrentó a una realidad dramá­tica que exigió del escritor una actitud menos frívola y mundana , una voluntad de purifica­ción metafísica más que de simple belleza.

Nuestros dioses no son más los dioses lu­minosos del Olimpo, que alumbraron al artista occidental desde el Renacimiento : son los dio­ses oscuros y crueles que presiden el derrum­be de una civilización.

El acento, que en la literatura novecentista estaba cargado sobre lo estético, ahora se car­ga sobre lo metafísico y lo ético. Esta revolu­ción en el contenido se ha realizado con una obligada transmutación de forma , y ésta es la razón de que fracasen todos los intentos de juzgar el nuevo arte y la nueva literatura desde el punto de vista de la pura forma. El asco de hoy por la grandilocuencia, en efecto, es más ético que estético, obedece más a una cuestión de contenido que de forma : es parte de la voca­ción de autenticidad que posee el artista con-

sico, porque a través de él , en sus intensos temporáneo, a veces frenéticamente, de su vo­pero fugaces éxtasis , el hombre se enfrenta luntad de rechazar todo lo que suene a falso, a con el trágico problema de la comunicación y convencional , a meramente "literario". Nunca del sentido de la vida . como hoy la palabra "literatura" ha despertado

Decía H61derlin que si no nos ocupamos del infinito no vale la pena que nos ocupemos de nada. El problema es ser o no ser. El problema es la transitoriedad de todo lo terrenal: la frágil felicidad del amor, las ilusiones de la adoles­cencia, los instantes de comunicación con el semejante. Todo marcha, inexorable y angus­tiosamente, hacia la muerte.

Sobre casi toda la gran literatura de hoy pesa el problema de la muerte, problema que se agudiza cuando el plazo es conocido . Desde El idiota hasta El extranjero. Es que la muerte a plazo fijo , la muerte sabida y espe­rada minuto a minuto, plantea perentoriamen­te los enigmas que la muerte natural deja co­mo olvidados: en la vida de todos los días pro­cedemos como si fuésemos eternos; trabaja­mos, luchamos por el porvenir, sufrimos con nadas, como si hubiéramos de vivir eterna­mente. Cuando hacemos sufrir a un ser queri­do es porque lo creemos eterno.

El escritor del siglo XIX aún vivía en la eufo­ria de una civilización arrogante. Los triunfos seculares del hombre, la seguridad en el por­venir, lo incitaban a una literatura optimista y fácil y, en otros casos, a un esteticismo pre-

tanta desconfianza entre los propios escritores. Se huye del ornamento y de la retórica , que caracterizan a las épocas fáciles y ociosas; se está más cerca de San Agustín y Pascal que de Oscar Wilde o Gabriel D'Annunzio. Como en todas las grandes épocas -y este solo indicio probaría que nuestra época es literariamente grande- únicamente hablan los hechos: son

Osear Wilde

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que el héroe y el cobarde son a menudo la misma persona, como asimismo el santo y el pecador. Por primera vez, los niños pueden tener malos instintos y sentimientos tortuosos. iQué lejos Dimitri Karamázov del villano o del héroe de un film del lejano Oeste! iY qué lejos, también, de Monsieur Teste, esa especie de autómata cartesiano!

y cada palabra está respaldada por el escri­tor-hombre, nada está dicho en vano, por mero juego, por pura habilidad lingüística. Y cuando lo está, como muchas veces en Joyce, consti­tuye un defecto y no una virtud . Pocas veces en la historia se ha dado ese tipo de escritor que, como T. E. Lawrence, André Malraux o Saint­Exupéry, forma un solo e inseparable ser con el hombre de carne y hueso que lo respalda. Nunca, como hoy, se ha tenido tanto desprecio por las meras palabras.

Dice San Agustín en sus Confesiones: u ••• porque entonces me pareció que no mere­cía compararse la Escritura con la dignidad y excelencia de los escritos de Cicerón. Porque mi hinchazón y vanidad rehusaba acomodar­se a la sencillez de aquel estilo ... " Por algo nos resulta tan moderno San Agustín .

La literatura ha dejado de pertenecer a las los hechos los que son poéticos o trágicos, no Bellas Artes, para ingresar en la metafísica. las palabras que, humildes y transparentes, no se interponen entre el lector y las cosas que se dicen . La fuerza de los mejores escritores con­temporáneos se acentúa por esa neutralidad del lenguaje que emplean : el horror de la tra­gedia es llevado al máximo al ser expresado con sencilla precisión.

La literatura de hoy no se propone la belle­za como fin -que además la logre es otra cosa-o Es más bien un intento de profundizar el sentido de la existencia, una encarnizada tentativa de llegar hasta el fondo del proble-ma. Este deseo de autenticidad que en algu­nos hombres como Antonin Artaud llegó hasta la ferocidad y la locura, es el que echa abajo el sentimentalismo convencional y falso que plagaba la literatura anterior a Dostoievsky, esa literatura en que los hombres eran buenos o malos, héroes o cobardes, nobles o villanos. Desde Dostoievsky nos fuimos acostumbran­do a la contradicción y a la impureza, que ca-

EMECÉ

De: Heterodoxia (1953)

CASTICISMO

racterizan a la condición humana: sabemos ya S egún se sabe, consiste en escribir como si que detrás de las más nobles apariencias viviéramos cuatrocientos años atrás en Tala­pueden ocultarse las más villanas pasiones, vera de la Reina .

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Hay muchas maneras de impedir la comuni- ny. Y, qué casualidad, obtuvo por cuatro veces cación entre los hombres. Ésta es la más el premio de poesía que anualmente otorga­apreciada por los profesores de gramática . ban esos cuatro caballeros. No obstante escri­

bir tan mal que hasta el propio Flaubert lo advertía .

DICCIONARIOS

Ni Shakespeare, ni Cervantes, ni Dante, ni Montaigne pudieron gozar de los beneficios de un Diccionario de la Academia. Eso explica la muchedumbre de errores que afean sus obras y que muchos manuales tienen la pre­caución de señalarnos. Tal vez con el deseo de que no se repitan.

EL FAMOSO BUEN USO GRAMATICAL

Una persona respetuosa de la Gramática ja­más incurriría en una frase como: "Hoy hacen, señor, según mi cuenta, un mes y cuatro días ... " Esta bárbara falta de concordancia , esta conversión de acusativo en sujeto, es un indicio de mala educación gramatical. Aunque tal vez pueda ser un indicio del desdén que Cervantes tenía por los pedantes.

Tratándose de ese autor, la mayor parte de los preceptores se pondrán, o se habrán puesto ya -la lectura de gramáticas no es mi pasión- a buscarle alguna justificación lógica o editorial. Y, en última instancia, no faltará quien eleve esa falta al rango de excepción aconsejada por "el buen uso". Ese célebre buen uso, tan fácil de percibir unos cuantos siglos después, cuando se tienen todas las garantías de que ese aventurero que escribía en la cárcel era un genio literario.

Porque con las incorrecciones gramaticales pasa como con los golpes de estado: si sus ejecutantes fracasan , el golpe es titulado "si­niestra intentona" y sus jefes calificados de "bandoleros", pero si triunfan , señala una fe­cha histórica y sus jefes se convierten en héroes y modelos patrióticos que deben ser imitados.

PREMIOS LITERARIOS

Louise Colet, la mujer por la que Flaubert se desesperó, tuvo por amantes a Victor Cousin , Victor Hugo, Alfred de Musset y Alfred de Vig-

LENGUAJE VIVIENTE

La gramática oscila entre sus pretensiones lógicas y sus convenciones venerables, extre­mos que no ofrecen la menor defensa, ya que ni la gramática puede fundarse en la lógica, ni las convenciones son inmutables. Desde Hum­boldt se sabe que el idioma no es ergon sino enérgeia , no producto hecho sino actividad, energía viva en perpetua transformación . Las categorías gramaticales, lejos de ser la expre­sión de categorías lógicas, apenas son la petri­ficación de hechos psicológicos.

Es inútil, pues, que los profesores nos ven­gan con sus ucases. Es inútil que la Academia Española nos prohíba usar la apócope recién si no es con un participio pasado porque des­de Sarmiento no hay un buen escritor argenti­no que no la use, así como siguen escribien­do inmiscuyo y agilizar. ¿Y quién, que no sea un incurable pedante, va a decir en nuestro país solecito, mamaíta y cieguezuelo?

Después de todo, siempre se es bárbaro respecto de algo, como Dante lo fue respecto del latín. Siendo así, quedémonos con los bar­bari smos vivientes y expresivos, en vez de lle­narnos la boca con barbarismos antiguos. Esos mismos preceptores que hoy nos abru­man con Dante, lo habrían criticado de haber sido sus contemporáneos por su empeño de

Gustave Flaubert

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expresarse en dialecto vulgar, cuando tenía a su alcance el fijo , limpio y esplendoroso latín. Pero Dante les habría vuelto la espalda in gran dispitto, pues sabía que el único lengua­je del artista es el viviente, el lenguaje en que se vive , se ama y se muere; ya que en los ins­tantes esenciales de nuestra existencia todos mostramos estar hechos con idéntica materia: modesta , precaria , popular. Cuando el estu­diante culterano fue sacudido por Pantagruel, el miedo lo volvió auténtico y comenzó a gritar en dialecto lemosín . Muchos escritores prefie­ren emplear palabras presuntuosas, en parte porque a nadie le gusta mostrar a las claras que lo que dice es una trivialidad , y además porque detrás de esos ruidos no hay ni autén­tica vida ni auténtica muerte: no hay más que "literatura". El verdadero creador, en cambio, hará como el poeta castellano , que decía :

Quiero fer la pasión del señor sant Laurent en romanz, que la pueda saber toda la gent.

EXPRESIONES DE LAS QUE USTED,

JOVEN ESCRITOR,

DEBE HUIR COMO DE LA PESTE

La alegría reinaba en su rostro, el dolor esta­ba pintado en su cara, el rubor coloreaba sus meji llas, su boca era encantadora, respiraba honradez.

La tea de la discordia, la voz del honor, la hi­dra de la anarquía, el Sol del Progreso, el cam­po de las conjeturas, el arsenal de las leyes, la balanza de la justicia, la aurora de las liberta­des, las tinieblas de la ignorancia, la espada de la Ley, la tiranía de las pasiones, la moderna Babilonia, una verdadera Torre de Babel, la pér­fida Albión, el Oso Moscovita, el Tío Sam.

Redoblar sus transportes , abrir su corazón , sentir un nudo en la garganta, parársele los pelos de punta , aspirar embelesado, impresio­nar gratamente, sembrar cizaña .

La madre naturaleza, el rey de los astros, el astro rey, la luna plateada , los pétalos atercio­pelados, el vistoso colorido , el jardín engala­nado.

El conflicto bélico , el carro de Marte, la nue-PALABRAS va tesitura internacional.

Un fino ensayista , un fino poeta , un espíritu Un buen escritor expresa grandes cosas con ático. pequeñas palabras; a la inversa del mal escri-tor, que dice cosas insignificantes con pala-bras grandiosas. ENSAYO Y NOVELA

L o diurno y lo nocturno. LAS ASTUCIAS DEL LENGUAJE

El lenguaje de la vida y de la literatura no obe­dece a leyes rígidas , porque su objetivo no es

SENCILLEZ DE LEGUAJE

decir verdades sino lograr victorias . Se cam- A propósito de esos individuos que creían más bian a cada instante las modalidades del elegante decir "capital del reino" que "París", juego, como en el póker, para tomar despre- comentaba Pascal: "Cuando uno se encuentra venido al adversario , para engañarlo con con un estilo natural , se queda asombrado y recursos inesperados. encantado: porque esperaba hallarse con un

El lenguaje de la ciencia es el lenguaje de la autor y se encuentra con un hombre." Pero

verdad . El de la vida y de la literatura es el len- "estilo natural" no equivale a "estilo espontá­guaje de la mentira . neo", ya que el lenguaje que surge espontá-

Como aquellos oficiales de carrera de neamente es a menudo el más artificioso, debi­Caesar and Cleopatra que se irritaban porque do a una subconsciencia idiotizada de mala los chacareros italianos les ganaban batallas literatura. La naturalidad y la sencillez son el contra todas las leyes del arte militar, los gra- resultado de un arduo trabajo de limpieza, y el máticos se fastidian cuando ven a escritores propio Pascal es un ejemplo: el estilo de las que se imponen sin la menor responsabilidad Provinciales , que parece más natural , es más

gramatical. trabajado que el de los Pensamientos.

60 Biblioteca de MeKico

Sin embargo, no debemos concluir que el cantinflismo colectivo. Con la decadencia de Es­trabajo ha de producir siempre una expresión paña comenzó a ocultarse la ausencia de con­menos presuntuosa. Si un tonto habla, en ge- tenido con formas cada vez más rebuscadas y neral dirá una tontería : no hay que imaginar culteranas. Muchos de los hombres represen­que machacando su idea inicial ha de lograr tativos sucumbieron a la tentación de reem­algún pensamiento ilustre; más bien se puede plazar sus caras vacías con caretas que esperar que le agregue, le cuelgue, pegue, representaban la tragedia , la profundidad y la pintarrajee, una cantidad de adornos que ha sabiduría . visto por ahí . A ciertas personas, pues, habría que recomendarles no que retrabajen lo que escriben sino, crudamente, que no escriban en absoluto.

Si el escritor sigue una estética equivocada,

UN VIEJO MITO DE LA RETÓRICA

peor será cuanto más retrabaje , pues más se Es común pensar que un hecho puede ser acercará a esos cánones calamitosos. Leo esta expresado de dos maneras: una lisa y llana; elaborada frase parlamentaria : "Este punto de otra "literaria" , "artística", "poética". Las comi­vista ha aportado un nuevo factor a la situación Ilas son mías, naturalmente. La verdad es que que las esferas gubernamentales contempla- esas dos formas deben ser calificadas, res­rán desde ahora con más optimismo, pero la pectivamente de buena y mala literatura . Lo ingerencia de este nuevo avatar ha descartado que esos creyentes de la vieja retórica llaman las probabilidades y la precipitación de los expresión "artística" o "literaria" no es otra acontecimientos ha ocasionado incertidum- cosa , en efecto, que mala literatura . En nom­bres". Disparates como éste no son obra del bre de esa doctrina se han cometido y reco­azar sino de una idea tan difundida como equi- mendado las peores atrocidades: desde los vocada de lo que es el "estilo literario". equinos hasta las precipitaciones pluviales.

Este fenómeno se produce en todas partes del mundo, pero debemos reconocer que en nuestros países alcanza sus monumentos más insignes. Una realidad pobre y llena de de-

QUÉ SE NECESITA PARA ESCRIBIR

ficiencias tiende a ser enmascarada con artifi- L e preguntaron a Caldwell qué necesitaba cios de toda índole y, en primer lugar, con los para escribir: de la lengua, provocando así una especie de - ¿Estar acostado, como Dumas? ¿Papel

61 Biblioteca de Mexico

amarillo, como Lafcadio Hearn? ¿Música, co­mo Bacon?

-Lo que yo necesito -respondió Caldwell­es tener algo que decir.

RAzÓN y LITERATURA

Cuando el auge de la Razón , recomendaba Boileau :

Aimez done la Raison, Que toujours vos éerits

empruntent d 'elle seule leur lustre et leur prix.

Pero la creación literaria nunca obtuvo "d'elle seule" nada de profundo y valedero. No se escribe un poema o una novela con la cabeza, se escribe con todo el cuerpo y con toda el alma, como en los sueños. Además, lo razona­ble es lo normal ¿y qué tiene que ver el arte con la normalidad? Todos los gandes creado­res y aun los creadores a secas son anormales y neurópatas. La creación es mágica, imagina­tiva, irracional. Lo que la razón realiza luego es un trabajo de limpieza, semejante al del minero que separa el mineral valioso de la ganga, pero cuidando de no dañarlo, siguiendo modesta­mente sus límites. Creer que la razón crea la materia artística es tan absurdo como imaginar que el minero produce el mineral con sus mar­tillos y zarandas. La razón impone arquitectu­ras y proporciones. La razón cuida el lenguaje: un contenido oscuro y misterioso no tiene por qué expresarse en un lenguaje oscuro y miste­rioso. A la inversa, debe ser tanto más preciso y neto cuanto más tumultuosa e indefinida es la materia que se ha de expresar. Lo impreciso requiere, paradojalmente, una minuciosa preci­sión de lenguaje. Basta pensar en Proust.

De: El escritor y sus fantasmas (1963)

EXPLICACiÓN

Este libro está constituido por variaciones de un solo tema, tema que me ha obsesionado desde que escribo: ¿por qué, cómo y para qué se es­criben ficciones? Innumerables veces me he for­mulado yo mismo estas preguntas, o me las han formulado lectores y periodistas. Y en cada una de esas ocasiones he ido haciendo conciencia

de esas oscuras motivaciones que llevan a un hombre a escribir seria y hasta angustiosamen­te sobre seres y episodios que no pertenecen al mundo de la realidad; y que, por curioso meca­nismo, sin embargo parecen dar el más auténti­co testimonio de la realidad contemporánea.

No sé qué valor en la estética o en la onto­logía puedan alcanzar estas notas, pero sí sé que tienen el valor de los documentos fidedig­nos, pues han sido elaboradas al meditar, rei­terada y encarnizadamente, sobre mi propio destino de escritor. Hablo, pues, de literatura como un paisano habla de sus caballos. Mis reflexiones no son apriorísticas ni teóricas, sino que se han ido desenvolviendo con con­tradicciones y dudas (muchas de ellas persis­tentes), a medida que escribía las ficciones: discutiendo conmigo mismo y con los demás, en este país o en estos países en que cons­tantemente hay gentes que nos dicen lo que es y lo que debería ser una literatura nacional. Tienen, en suma, algo del "diario de un escri­tor" y se parecen más que nada a ese tipo de consideraciones que los escritores han hecho siempre en sus confidencias y en sus cartas. Por lo cual he preferido, aparte del "esquema preliminar", mantener esa forma reiterativa y machacante pero viva, un poco el mismo de­sorden obsesivo con que una y otra vez esas variaciones se han presentado en mi espíritu.

¿Para quién escribo este libro? En primer término, para mí mismo, con el fin de aclarar vagas intuiciones sobre lo que hago en mi vida; luego, porque pienso que pueden ser úti­les para muchachos que, como yo en mi tiem­po, luchan por encontrarse, por saber si de verdad son escritores o no, para ayudarlos a responderse qué es eso de la ficción y cómo se elabora; también para nuestros lectores, que muy a menudo nos escriben o nos detie­nen en la calle a propósito de nuestros libros, ansiosos por ahondar en nuestra concepción general de la literatura y de la existencia; y, en fin, para ese tipo de crítico que nos explica cómo y para qué debemos escribir.

En cualquier caso, el que leyere puede te­ner la certeza de que no está frente a gratui­tas o ingeniosas ideas o doctrinas, sino frente a cavilaciones de un escritor que encontró su vocación duramente, a través de ásperas difi­cultades y peligrosas tentaciones, debiendo elegir su camino entre otros que se le ofrecían

62 Biblioteca de México

en una encrucijada, tal como en ciertos relatos infantiles, sabiendo que uno y sólo uno con­ducía a la princesa encantada. Leerá, en fin , las cavilaciones de un escritor latinoamerica­no, y por lo tanto las dudas y afirmaciones de un ser doblemente atormentado. Porque si en cualquier lugar del mundo es duro sufrir el destino del artista, aquí es doblemente duro, porque además sufrimos el angustioso desti­no del hombre latinoamericano.

Santos Lugares, 1961/63

INTERROGATORIO PRELIMINAR

(Fragmentos)

Desde que publiqué mi primer libro hasta hoy, he debido responder a cantidad de preguntas de periodistas y lectores sobre el qué y el cómo de mi literatura. No me parece mal comenzar este libro con una selección de las más significativas cuestiones que se me for­mularon y de las respuestas que di.

Si usted fuese crítico literario ¿ qué diría del conjunto de su propia obra?

Diría que es la obra de un espíritu contra­dictorio. Y que, por lo tanto, se manifiesta me­jor en la ficción que en el ensayo; ya que en ella puede encarnar en diferentes personajes sus desgarramientos interiores, porque la fic­ción permite expresar su mundo interior en su enigmática diversidad y unidad.

¿ Cuál es el principal problema práctico de un escritor argentino?

El de ganarse la vida sin prostituir la litera­tura. Aconsejaría a los jóvenes que jamás in­tenten vivir de ella , y mucho menos en el pe­riodismo, donde se trabaja y se escribe no para expresar el propio mundo sino el mundo (generalmente corrompido y apócrifo) del director de un diario. Es preferible trabajar de obrero o de mecánico o de ingeniero. La lite­ratura y en general el arte son actos sagrados que no deben ser envilecidos, bajo pena de envilecerse uno mismo.

¿ Cuál es el principal problema de un escritor? No sé cuál es el principal. Pero uno de los

capitales es el de superar esa tentación que pasan todos los que han nacido con facilidad literaria: la tentación de juntar palabras para

hacer una obra. Creo que fue Claudel quien dijo: no fueron palabras las que hicieron La Odisea, sino La Odisea quien hizo las pala­bras. Recordemos siempre esa sentencia, so­bre todo en estos países plagados de escribi­dores.

¿ Cuál considera la cualidad más preciosa para un escritor, supuesto el talento?

El fanatismo. Tiene que tener una obsesión fanática , nada debe anteponerse a su crea­ción , debe sacrificar cualquier cosa a ella . Sin ese fanatismo no creo que se pueda llegar a hacer algo importante.

¿ Considera a Borges como a un escritor pre­ciosista?

Es indudable que buena parte de su obra es bizantina y que en buena medida el acento está colocado sobre lo puramente estético, lo que nunca podría decirse de Dante, de Sha­kespeare , de Tolstoi, de Dickens, de Kafka ; escritores poderosos en que el acento está colocado sobre la Verdad y en los que la belle­za se da como consecuencia , porque esa Ver­dad es expresada mediante el gran resplan­dor poético, con la belleza a menudo terrible que es característica de estos testigos trági­cos de la condición humana. Sí, en Borges se incurre a veces en lo precioso, y es por eso que lo admiran ciertas personas. Pero una de

63 Biblioteca de México

las peores desdichas de un creador es que lo abominación. Esa abominación se paga con admiren por sus defectos. De modo que los el abominable producto que así se engendra. genuinos defensores de Borges no son esas personas sino gente como nosotros: los que reconocemos lo que en él hay de admirable y queremos rescatarlo de entre su preciosismo. Está de moda en la izquierda argentina repu­diar a Borges: escritores que no le llegan a los tobillos nos dicen que Borges es inexistente. Eso revela que ni siquiera son buenos revolu­cionarios, pues el que no sabe qué de tras­cendente tiene la cultura de una comunidad no está maduro para reemplazar a esa comu­nidad. Los que venimos detrás de Borges o somos capaces de reconocer sus valores per­durables o ni siquiera somos capaces de ha­cer buena literatura.

LA LITERATURA BURGUESA

Un revolucionario del siglo xix llamado Karl Marx, a quien nadie puede acusar de proclivi­dad pequeño-burguesa , recitaba a Shakes-

DÓNDE SE APRENDE A ESCRIBIR

peare de memoria, se extasiaba con Byron y Dijo Emerson: "Si quiere aprender a escribir, Shelley, elogiaba a Heine y consideraba a ese debe hacerlo en la calle. Tanto para los pro-reaccionario de Balzac como un admirable gigante. Y tanto él como F. Engels se lamenta­ban de que un genio como Goethe se rebaja­se al filisteísmo y a los honores de su peque­ño ministeriazgo ducal. No ignoraban sus con­tradicciones humanas y filosóficas , sabían perfectamente hasta qué punto Goethe era un artista de las clases reaccionarias; pero no obstante lo amaban y admiraban, lo conside­raban como una contribución definitiva a la cultura de la humanidad.

Hermosa lección para ciertos revoluciona­rios de bolsillo.

Pienso que el signo más sutil de que una sociedad está ya madura para una profunda transformación social es que sus revoluciona­rios se revelen capaces de comprender y re­coger la herencia espiritual de la sociedad que termina. Si eso no sucede, la revolución no está madura.

pósitos como para los medios de ese arte , debe frecuentar la plaza pública. El pueblo, no la universidad, es el hogar del escritor."

Si esto no es toda la verdad, hay que reco­nocer que es la mejor parte.

LA INSPIRACiÓN Y EL JUICIO

"Los artistas tienen interés de que se crea en esas intuiciones repentinas que constituyen la inspiración. En rigor, la imaginación del buen artista o pensador produce constantemente lo bueno, lo mediocre y lo malo; pero su juicio extremadamente agudizado actúa, rechaza , el ige, combina." (Nietzsche)

LIBRERíAS

U na vidriera: obras completas de Brecht, obras completas de Mann, Camus, Sartre, Marx (El

EL OTRO OFICIO DEL ESCRITOR capital) , Pirandello, Svevo, BolI , Hemingway, Proust, Apollinaire, Max Frisch, Dürrenmat,

Si nos llega dinero por nuestra obra, está Thomas Wolfe, Albee, Beckett, Purdy, Mary bien . Pero escribir para ganar dinero es una McCarthy, Arthur Miller, Henry Miller, Churchill .

64 Biblioteca de México

El Conaculta, a través de la Biblioteca de México "José Vasconcelos" y el Centro de la Imagen en el marco del Festival Fotoseptiembre, en colaboración con las VI

Jornadas de Antropología Visual se complacen en invitarle a la exposición de fotografía

antropológica:

Biblioteca de México "José Vasconcelos" I Vestíbulo principal

Del 8 de septiembre al 30 de octubre de 2011 Plaza de la Ciudadela 4 , Centro histórico, Metro Balderas

Entrada Libre

E~te progrdma es público, dJtmU a cualqulI~r partido polltlco Queda prohlbLdo el u~o par,) fine~ distintos a lo~ establetldos en el programa

~ I VI Jornadas de ~ Antropología Visual

México' Brasil : Trayectos y Correspondencias

Hijos ele la tierra de Milton Curan

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Fomentando la cultura construimos un México más fuerte u..-_*,-

~ ~~c1li~~ I~~~:rx~~ " .. ,:~t6G

LaDichosa PALABRA

N ==--

La celebración de nuestro lenguaje

HORIZONTA L ES V E R TIC A L E S

1 . E1tlnilcultur.lde~ico 1 .ldj . Femenlnodefll:l~nhllthoo,.brit8do. 2. tI. Mo~t"" ponefll'l prew:nc:1iI de alaultfl. 2.1. [spKlodeVJnosdf.s, mHe$o aftos Que 3 !lit deter. rorm. de smgular en femenino se conSIderan aparta !ormando un conjunto.

4 Que s[tnte o proporefona una ¡fan alqrla, 3 m Sexto die de l. semane en plural blenestarysat/sfaeclÓn

S. 1. Seitnefllodel d'SCU(lOunirlcado 6. adi.Ocho mis uno.

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Fomentando la culturo construimos

un Mi:x;co más futrte 9Üaño,1Bfi

ERNESTO SÁBATO

COLOFÓN Fragmento

En una serie de artículos y en una sesión te­

levisada he . defendido con argumentos histó­

ricos y filosóficos la legitimidad de nuestra

manera argentina de expresarnos; no es ne­

cesario que ahora los repita. Quiero en cam­

bio decir que llevé a cabo esa defensa porque

considero el idioma como una expresión pro­

funda y sutil de la personalidad nacional, de

modo que al reivindicar sus atributos pe­

culiares reivindicaba el derecho de nuestra

nación a tener sus propias características. No

tomé el problema con tanta pasión, pues, por­

que temiese que los académicos puedan

imponer su espíritu necrofílico, sino porque

pienso que en este momento de crisis (y cri­

sis significa "enjuiciamiento") es necesario

hacer conciencia, de una buena vez, de nues­

tra modalidad nacional en todos los terrenos.

y el lenguaje es la sangre del espíritu.

Vivir Mejor

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