Ocupacion en La Amazonia

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Introducción Nacida dentro de la llamada Escuela Organicista, la geopolítica es una de las teorías deterministas dentro del campo de la geografía. En sus fundamentos, los geopolíticos consideran que las características geográficas de un territorio -situación, fronteras, clima, aguas, bosques, minerales y otros recursos naturales- determinan las formas posibles de su organización política, económica, social y militar. La afirmación de que el “espacio es poder”, realizada por el geógrafo alemán Federico Ratel (1844-1904), precisa la esencia de esas concepciones geopolíticas al definir que el espacio geográfico es determinante en el desar

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Introducción

Nacida dentro de la llamada Escuela Organicista, la geopolítica es una de las teorías deterministas dentro del campo de la geografía. En sus fundamentos, los geopolíticos consideran que las características geográficas de un territorio -situación, fronteras, clima, aguas, bosques, minerales y otros recursos naturales- determinan las formas posibles de su organización política, económica, social y militar.

La afirmación de que el “espacio es poder”, realizada por el geógrafo alemán Federico Ratel (1844-1904), precisa la esencia de esas concepciones geopolíticas al definir que el espacio geográfico es determinante en el desar

rollo y poderío político de cada estado.

En la categoría geopolítica: “espacio vital”, definida por Ratel como “todo el territorio que un país necesita para lograr su desarrollo”, el general alemán Karl (1869-1946), halló “la razón” que Hitler necesitaba para justificar la expansión territorial de Alemania en busca de su “incuestionable” derecho a ocupar el espacio vital que le correspondía por ser “un país joven, poderoso y habitado por una raza superior.”

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Las pseudocientíficas razones que sirvieron al nazismo alemán para desencadenar la Segunda Guerra Mundial se revitalizan en la política actual del gobierno estadounidense. Hoy, los Estados Unidos de América utilizan similares concepciones geopolíticas para ampliar su poderío en busca de las riquezas contenidas en ese “espacio vital" que le permitan alcanzar sus aspiraciones hegemónicas en América Latina, especialmente en la región amazónica, y mantener la supremacía en el mundo unipolar que vivimos.

Capitulo 1: Geografía de los asentamientos humanos

La totalidad del territorio peruano - 1 285 215 km2 - se halla en las latitudes tropicales entre los 0° y los 18° de latitud sur. Varios factores geográficos crean un ambiente natural extremadamente diversificado: una corriente fría a lo largo de la Costa determina que las temperaturas sean inferiores a lo esperado; la Cordillera de los Andes, cubierta de nieve durante todo el año, origina diferencias entre el este y el oeste, mientras que el estrechamiento de los Andes y la disminución de las precipitaciones pluviales determinan diferencias entre el norte y el sur. Ello determina la existencia de cuatro diferentes zonas: la Costa, la Sierra, la Selva Alta y la Selva Baja, que poseen características demográficas, económicas y socioculturales muy distintas.

Cuadro 8-1 DISTRIBUCION DE LA POBLACION PERUANA, CRECIMIENTO INTERCENSAL Y Densidad

Regiones

1940 1961 1972 1981 Tasa de crecimiento (%)

Densidad (Hab/Km2)

N % N % N % N % 1940-61

1961-72

1972-81

1940

1961

1972

1981

Coste 1759

28 3860

39 6243 46 8513 50 3.8 4.5 3.5 10 24 39 53

(Lima-C.)

645 10 1846

19 3303 24 4601 27 5.1 5.5 3.7 168 480 858 1195

Resto 1114

18 2014

20 2940 22 3912 23 2.8 3.5 3.2 7 13 19 25

Sierra 4034

65 5182

52 5953 44 6704 39 1.2 1.2 1.3 10 13 15 17

Selva 415 7 865 9 1342 10 1814 11 3.6 4.1 3.4 1 1 2 2

País 6208

100

9907

100

13538

100

17031

100

2.2 2.9 2.6 5 8 11 13

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a. En miles de habitantes. .La Costa - que constituye sólo el 12 por ciento del territorio - contiene el 50 por ciento de la población, gran parte de la cual ha emigrado de la zona montañosa (Cuadro 8-1). Estos pobladores han sido atraídos por las tierras fértiles irrigadas de la zona costera (alrededor de 750 000 ha), que cuenta con una agricultura de alta productividad y concentra no menos del 65 por ciento de la actividad industrial del país. Ello ha permitido el desarrollo de ciudades dinámicas, la más importante de las cuales es el conjunto metropolitano de Lima-Callao, que contiene el 45 por ciento de la población urbana y el 27 por ciento de la población total del país.

1.1: Antecedentes históricos de la selva central

Los datos provenientes de fuentes arqueológicas, los archivos de las misiones religiosas y los relatos de viajeros y expediciones científicas, permiten disponer de un cuadro histórico preciso de la ocupación de esta parte del país y contribuyen a una mejor comprensión del uso y los asentamientos humanos actuales.

a: Período Prehispánico

A la llegada de los españoles a la Selva Central, las cuencas de los ríos Chancha mayo, Perene, Pichis, Bajo Urubamba y Alto Ucayali, y las regiones de Sapito y del Gran Pajonal se hallaban ocupadas por los campas, mientras que las cuencas del Palcas y el Alto Pachotea por los ahuesas (Mapa 8-1). Ambos grupos étnicos pertenecen a la familia lingüística arahuaca, cuyos antecesores se establecieron en la región alrededor de 1800 A.C. (Lateral, 1970).

Ambos grupos, constituidos por tribus aisladas integradas por pocas personas, no avanzaron a más de 1 500 m sobre el nivel del mar, el punto crítico del cultivo de la yuca, base de su alimentación y que representaba el 70 por ciento de sus cultivos (Deñaban, 1979). La agricultura migratoria, la caza y la pesca constituían las fuentes de su subsistencia. Además de la yuca, cultivaban maíz, frijoles, dale-dale, maní, arracacha, calabazas, sacha papa, ajíes y pinas. También cultivaban coca, una pequeña parte de la cual se destinaba a usos medicinales y mágico-religiosos, y algodón, utilizado para la confección de vestidos, adornos, cestería y armas.

Aparte de estas especies, probablemente cultivaban muchas otras, ya que en la actualidad los campas de la región del Gran Pajonal utilizan no menos de 49 especies cultivadas para usos alimenticios, medicinales, mágico-religiosos y otros.

La técnica utilizada, igual que ahora, era la de la tala y quema para la preparación de los terrenos, reproduciendo en gran medida la estructura vertical de los

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bosques húmedos tropicales. Derribaban grandes árboles con hachas de piedra hasta la llegada de los españoles y sembraban semillas y retoños utilizando azadones, ahora reemplazados en parte por machetes y barras. Estos métodos primitivos de cultivo sugieren que la alimentación se basaba más en la caza, la pesca y la recolección, que en la agricultura.

En el pasado, las purnas (terrenos en barbecho cubiertos por bosques secundarios) tenían períodos de descanso de alrededor de 10 años antes de cultivarse nuevamente. Aún en la actualidad, a pesar de la escasez de tierras disponibles, los nativos utilizan los campos por períodos máximos de tres años (Várese, 1968), antes de dejarlos descansar.

Hacia los años 1000-1400 D.C., las poblaciones pertenecientes a los grupos étnicos Tarumá (Tarma) y Huanca (Valle del Mantaro) se expandieron (Personas y Natos, 1978), y penetraron por primera vez en los valles del Chancha mayo y del Sapito. Restos de plataformas y terrazas de obvio origen andino testimonian esas inmigraciones y coinciden con el ideal andino de dominio de una máxima variedad de biotipos (Mura, 1970). Aunque parece no haberse producido otras penetraciones, es posible que hayan existido contactos continuos entre los pobladores de la Sierra y los campas y ahuesas, mediante el intercambio de productos.

1.2: Período Colonial

Después de que los nativos hubieron completado la ocupación de la Costa y de la Sierra, el descubrimiento del río Amazonas por Francisco de Orellana, en 1542, marca el inicio del "ciclo amazónico" del desarrollo histórico y económico de la región. Con ello se iniciaron los intentos de ocupación por misioneros, capitanes y aventureros. Durante la primera mitad del Siglo XVI I, los frailes franciscanos, siguiendo las mismas rutas de penetración de los incas, comenzaron a establecer asentamientos en la Selva Central con el objeto de catequizar a los nativos. En 1635 fundaron las misiones del Cerro de la Sal, en la actual Villa Rica, y de San Juan Buenaventura de Quimera, en las inmediaciones de la actual La Merced. Para 1667 existían 38 misiones con una población de alrededor de 8 500 personas, en su mayoría campas. La fundación del Convento de Santa Rosa de Ocopa (Valle del Mantaro) en 1725, les permitió catequizar a miles de nativos más.

Los misioneros también establecieron una serie de pueblos que sirvieron de sedes administrativas y religiosas (no sin una constante resistencia de los nativos). También se establecieron varias haciendas que cultivaban caña de azúcar y coca, tabaco y cacao, y todos los "ocupantes" mantenían un intenso comercio con Tarma, Cerro de Pasco, los pueblos vecinos y la Costa. Los nativos, por su parte, recolectaban e intercambiaban productos derivados de plantas silvestres como vainilla, achiote y cascarilla, muy cotizadas en las ciudades coloniales y en Europa. También establecieron centros artesanales, de los cuales el más importante estaba situado en las cercanías del actual San Ramón, donde

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producían machetes, hachas, clavos y martillos en una fundición. Hacia fines de 1740, según las crónicas de los misioneros, existían 45 pueblos en las zonas de Chancha mayo, Perene y el Gran Pajonal (Basurto y Trapiello, 1980).

Este rápido desarrollo se interrumpió en 1742 a raíz del movimiento militarista encabezado por Santos Atahualpa, que procuró restablecer el Imperio de los Incas. El movimiento intentó incorporar a los campas, ahuesas, piros, móchalos, simirinches y shipibo-con ibos, y como su intención era expulsar a todos los españoles, el área permaneció cerrada casi por un siglo a todo intento de colonización (Chiri y Mora, 1977). Aunque los nativos regresaron en cierta forma a su estado anterior a la colonización, sus patrones de vida se habían alterado profundamente por los nuevos cultivos (caña de azúcar, arroz, café, plátanos y.

1.3: Período Republicano

Los albores de la segunda mitad del Siglo XIX marcan el inicio de la ocupación plena y permanente de la Selva Central. La influencia de los cambios económicos producidos en las otras dos regiones del país, una política que promovió la construcción de caminos y la colonización de la región, así como la Guerra del Pacífico, forzaron a una existencia marginal a los campas y los ahuesas, que habían residido en la región por espacio de 3 500 años.

En la Sierra se establecieron grandes latifundios para la cría de ganado ovino y para la producción agrícola, destinados a satisfacer las necesidades de las ciudades de la Costa y a proporcionar más productos agrícolas para la exportación (CIDA, 1966). La apropiación de tierras comerciales también promovió la ocupación de la zona, ya que produjo excedentes de mano de obra que podía dedicarse a los trabajos en las nuevas haciendas de la Selva Central. La legislación de 1845 declaró que las organizaciones tribales eran dueñas de los territorios que ocupaban, y que los colonos eran propietarios de las tierras en que viven. Esta política habría de producir más tarde profundos conflictos entre los dos grupos.

En 1847 se estableció el fortín de San Ramón, en la confluencia de los ríos Palca y Putumayo, y bajo su amparo los mestizos e indígenas de Tarma establecieron chacras y haciendas. Se adquirieron grandes extensiones de tierras con fines comerciales, mientras que las chacras más pequeñas se dedicaron al cultivo del maíz, la yuca y la coca para satisfacer las necesidades del consumo tradicional.

El establecimiento del fortín de Quimera (La Merced) en 1869, permitió una mayor penetración en el valle de Chancha mayo; hacia 1874 comenzó a incluir inmigrantes italianos, alemanes, franceses y, después de la Guerra del Pacífico, contingentes importantes de chinos (Stewart, 1951). Sólo una pequeña proporción de este contingente se dedicó a las labores agrícolas; la mayor parte se dedicó al comercio en los crecientes poblados de San Ramón y La Merced. Los franciscanos, mientras tanto, abrieron nuevas tierras a la inmigración andina campesina, estableciendo la misión de la Asunción de Quillazo (Oxapampa) en

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1881, y las de San Luis de Huaro y de San José de Sojorno, ambas en Chancha mayo en 1886 (Ortiz, 1967).

La población de la Selva Central se ha incrementado de alrededor de 23 000 habitantes en 1940 a aproximadamente 213 000 habitantes en 1981. La mayor parte de este crecimiento es el resultado de las migraciones, de la facilidad actual de acceso a la región y su cercanía a importantes mercados extra regionales. También ha influido la continua disponibilidad de tierras para uso agropecuario en ciertas zonas, como Sapito, que permanece abierta a la colonización a través de otras rutas de acceso. Ello explica su rápido crecimiento en comparación con las otras dos provincias de la Selva Central (Cuadro 8-2).

El Cuadro 8-3 exhibe algunos indicadores socio-demográficos para el país y sus regiones naturales. En todos los casos, la Selva muestra notables diferencias con las otras dos regiones: mayores tasas de mortalidad y de fecundidad; una esperanza de vida superior al promedio nacional; un alto número de niños de menos de 14 años de edad; una tasa de analfabetismo sorprendentemente baja, y un alto porcentaje de población dedicada a las actividades agropecuarias, la caza y la silvicultura.

2.2 El Proceso de Asentamiento en la Actualidad

En el proceso de asentamiento de los colonizadores de la Selva Central puede distinguirse tres etapas. En primer lugar, una familia, debido a su experiencia como "enganchados", "mejoreros" y "contratistas", o como trabajadores voluntarios en las labores de recolección de café, decide obtener una parcela en la Selva Central, ya sea comprándola o recibiéndola gratuitamente. Aunque son propietarios de la tierra, durante los primeros años no residen allí en forma permanente, y por lo general dividen su tiempo entre el valle y la Sierra en períodos de dos a tres meses. Las mujeres permanecen en la Sierra al cuidado de sus heredades, cosechas, animales domésticos e hijos menores, y los hombres se dedican a la siembra y la cosecha en la Selva. Este movimiento entre la Sierra y la Selva implica la operación de dos sistemas económicos paralelos: uno eminentemente de subsistencia y otro proyectado hacia el mercado. Esta etapa se prolonga por espacio de tres a cinco años, período necesario para que las plantas de café empiecen a producir. Al comenzar la cosecha de café, mientras se han plantado árboles frutales y otros cultivos, toda la familia se traslada a la Selva para proporcionar más mano de obra para la cosecha y cuidar la parcela para evitar la invasión de otras personas en busca de tierras relativamente cercanas a los caminos. Este cambio de residencia no deja vacante la tierra en la que el colono vivía originalmente, ya que se mantiene el control como seguridad ante posibles contratiempos en la tierra colonizada y porque el colono está espiritualmente apegado a la tierra de sus mayores.

2.3: Tenencia de la Tierra

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Como en el pasado, la tierra continúa siendo el centro de ciertos problemas básicos de la Selva Central. El acceso a extensiones suficientes de tierras es limitado. Las mejores tierras, como las que contienen suelos aluviales, se hallan ya ocupadas desde hace mucho tiempo por los primeros colonos que establecieron haciendas medianas. Como consecuencia de la reforma agraria de 1969, sin embargo, algunas haciendas se han convertido en cooperativas, y otras se han subdividido para su venta a los campesinos.

A raíz de que muchas personas dividen sus tierras para traspasarlas a sus hijos, la mayoría de las haciendas son bastante pequeñas. Como lo exhibe el Cuadro 8-4, en 1972, el 23 por ciento de las 14 258 unidades agropecuarias tenían una extensión de menos de 5 hectáreas, y el 14 por ciento entre 5 y 10 hectáreas. El 20 por ciento de las unidades tenía de 10 a 20 hectáreas; estas haciendas, sin embargo, son en la práctica menos importantes que lo que indica su tamaño, ya que en general no toda su extensión es aprovechable.

Capitulo 3: Uso de la Tierra

La intensidad del uso de la tierra, la tecnología y la producción varían de acuerdo con los diversos componentes demográficos. La producción, excepto la de los nativos, está orientada al comercio (Cuadro 8-5). El café representa no menos del 50 por ciento de la superficie cultivada, seguido por los frutales, que cubren el 15 por ciento de las tierras, mientras que los cultivos de subsistencia (yuca, maíz, arroz, frijoles, rocoto y otros), apenas representan el 20 por ciento.

En las parcelas pequeñas se utiliza todo el espacio disponible, independientemente del grado de pendiente. En la Selva lluviosa, la erosión y la lixiviación son muy rápidas una vez que se elimina la cobertura arbórea, mientras que en otras partes del país las lluvias no son tan intensas y el daño producido por la erosión sólo se observa a lo largo de prolongados períodos de tiempo. Las comunidades nativas que aún tienen acceso a tierras suficientes, continúan rotando los terrenos cada tres o cuatro años, como en el Palcas y el Pichis. Sin embargo, cuando la presión demográfica o la limitación de las tierras obligan a una rotación menos frecuente, se produce la degradación de las tierras y cultivo.

3.1: Comercio

La producción de café, frutas, maderas y carne se destina principalmente a la exportación. La fruta, aparte de las pequeñas cantidades que se consumen en los centros urbanos y mineros de la Sierra, se envía directamente a Lima a través del mercado mayorista. El café se destina en su mayor parte a los mercados internacionales, mientras las maderas se envían a Lima, así como la carne del Palcas y del Sapito. Los cultivos de subsistencia se consumen localmente, en los pueblos cercanos y centros mineros andinos.

Los compradores y los vendedores proceden de acuerdo con el tamaño de sus operaciones. Los productores más pequeños venden en las chacras o en lugares

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a donde llegan los compradores o los camioneros, así como en las ferias semanales de los pueblos. Los productores medianos venden sus cosechas a comerciantes de mayor escala, mientras que los productores más grandes venden directamente al mercado mayorista en Lima. Muchos venden el café a través de negocios en los cuales son accionistas. La carne del Palcas y del Sapito es adquirida en su mayor parte por una empresa de la cual son accionistas varios de los cultivadores importantes de café. Las maderas se venden directamente en los aserraderos o depósitos en Lima. Las empresas de procesamiento de frutas adquieren sus materias primas cuando los precios en el mercado bajan, imponiendo sus propias condiciones. Debido a la complicada y poco comprendida cadena de intermediación, el precio de la fruta puede incrementarse 15 veces entre la chacra y el consumidor. En pocas de estas transacciones los precios favorecen a los pequeños agricultores.

3.2: Problemas que enfrentan los asentamientos en los trópicos húmedos

a: Tipos de Asentamientos Rurales

En la Costa, los asentamientos rurales son por lo regular nucleados. El campesino vive en el poblado y va diariamente al campo a atender su parcela. El corral para los animales forma parte de su vivienda en el pueblo, criándolos en establos y pastando en la parcela o en otras tierras accesibles. Este sistema sigue un modelo impuesto en el período colonial en los "pueblos de indios" o "reducciones", para facilitar el control de la población, recabar los tributos, facilitar la catequización y el establecimiento de las instituciones coloniales.

En las cooperativas agrícolas surgidas como resultado de la reforma agraria de 1969, sobre la base de las antiguas haciendas, los asentamientos también son nucleados, viviendo los cooperativistas alrededor de la antigua casa-hacienda (que ahora es principalmente el centro administrativo de la cooperativa), en "rancherías" construidas generalmente en hileras. En las cooperativas y en los asentamientos costeros el agua es provista por el Estado, mientras que los servicios de drenaje y de electricidad son proporcionados por los hacendados y, en algunos casos, por las mismas cooperativas.

Muchos de los antiguos pueblos de indios se han convertido en capitales de distrito con infraestructura y servicios urbanos. No obstante, siguen siesa mismos. El asentamiento disperso, caracterizado por la vivienda dentro de la parcela, es menos típico de la región costera

En la Sierra existen distintos tipos de asentamientos, desde los totalmente dispersos hasta los nucleados. Las comunidades más dispersas son las de los pastores que crían alpacas y ovinos en la puna. Viven en "estancias" aisladas,

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desde las cuales atienden diariamente el ganado, haciéndolo pastar libremente y guareciéndolo durante la noche en corrales contiguos a la vivienda. Venden o cambian la lana y fibras y adquieren alimentos y otros bienes en las comunidades vecinas.

ANEXOS

1 2

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CONCLUCION

CONCLUSIONLa selva amazónica se ha convertido en uno de los ecosistemas más relevantes para la sociedad mundial y la ruptura sus procesos ecológicos se vincula a la degradación del medio ambiente planetario. Su acelerada deforestación, los procesos agrícolas, mineros, industriales y la urbanización, junto con el crecimiento demográfico, sitúan a esta región como lugar clave en la generación de perturbaciones de alcance global (efecto invernadero y pérdida de biodiversidad). Estas perturbaciones, que son al mismo tiempo ecológicas y sociales, repercuten en el proceso de degradación de los recursos naturales, mientras sus consecuencias se evidencian en la pobreza e incluso penuria alimentaria de parte de la sociedad amazónica. En los últimos años, las grandes

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regiones tropicales de Asia, África y América han sido caracterizadas como patrimonios naturales y concebidos incluso como fronteras de recursos naturales y de energía. La Amazonía es considerada el mejor símbolo de preservación natural debido a su exuberante paisaje diseñado por los nexos que han existido y existen entre los bosques pluviales, el dominio del agua del río Amazonas y las sociedades locales. Estas concepciones han sido reforzadas por las cumbres mundiales sobre desarrollo y medio ambiente y por los recientes programas impulsados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, los cuales han involucrado a las regiones tropicales en sus programas sobre la protección ambiental del planeta. Para la Amazonía, los re saltados más contradictorios de estas concepciones alcanzan a las funciones que juegan sus recursos naturales. En lugar de favorecer las típicas funciones de los recursos naturales como base del desarrollo económico, estas posturas sitúan la Amazonía bajo el concepto de patrimonio biogenético de la humanidad, como un gran parque de secuestro de carbono y, también, como área destinada a la visita bajo una nueva modalidad de retorno a la naturaleza como es el turismo ecológico. Por tanto, las nuevas estrategias de ocupación regional intentan combinar crecimiento y conservación de la selva bajo una perspectiva totalmente diferente (y desconocida anteriormente a nivel mundial) del desarrollo económico.

TRABAJO DE INVESTIGACION Y EXPOSICION

-OCUPACION EN LA AMAZONIA

CAPITULO 1: GEOGRAFIA DE LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS

1.1: ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA SELVA CENTRAL

1.2: PERIODO COLONIAL

1.3: PERIODO REPUBLICANO

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CAPITULO 2: SU POBLACION

2.1: POBLACION DE LA SELVA

2.2EL PROSESO DE ASENTAMIENTO ACTUAL

2.3: TENDENCIA DE LA TIERRA

CAPITULO 3: USO DE LA TIERRA

3.2: COMERCIO

3.3PROBLEMAS QUE AFECTAN EN LOS ASENTAMIENTOS EN LS TROPICOS HUMEDOS

CONCLUSION

GLOSARIO

BIBLIOGRAFIA

ANEXOS