Observador Semanal N° 167 - Filippetti · 2009. 11. 21. · fundacionsanrafael.com - mail:...

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AÑO IV - Nº 167 - JUEVES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2008 fundacionsanrafael.com - mail: [email protected] OBSERVADOR SEMANAL PALABRAS DE CERTEZA Y ESPERANZA COORDINACIÓN: NATHALIA LEMIR RESPONSABLE: GUILLERMO LESMES Imagino la reacción de muchos lectores delante de esta provocación, absolutamente incomprensible para los que en lugar de concebir la razón como una ventana abierta al Infinito, dominada por la categoría de la posibilidad, como diría el gran científico Albert Einstein, la concibe como la medida de todas las cosas. Es decir: existe sólo lo que yo veo, toco, poseo, agarro y nada más, mientras que, como escribía Shakespeare: “existen millones de cosas más en el cielo y en la tierra, oh Horacio, de lo que nuestra pobre mente euclidiana puede imaginar”. Y una de estas cosas, la más importante, diría yo, es la virginidad. ¿Qué es esto que asusta a todos y que es el motor del mundo, la evidencia del destino, del significado último de todos y de todo y sin la cual todo se acabaría en la oscuridad de la nada y de la desesperación? Es la consistencia misma de la realidad. Es el reconocimiento de una cosa muy sencilla y que la Iglesia pone en la boca del sacerdote durante la Santa Misa cuando antes del “Padre Nuestro” reza: “Por Cristo, con Él y en Él, a Ti Dios Padre Todopoderoso, todo honor y toda gloría, por los siglos de los siglos”. Y todos contestan distraídos: “Amén”. expresada por el Papa Pío X con la siguiente formulación: “Dios ha creado al hombre para que el hombre pudiera conocerlo, amarlo, servirlo en esta vida y gozar después de la muerte física, de su compañía en el cielo”. La virginidad ontológicamente coincide con el deseo, con aquel deseo de felicidad, de amor, de belleza, de justicia, de verdad que solemos definir como las exigencias elementales, primordiales, y esenciales que forman el tejido mismo de yo humano y que están en el origen de cualquier movimiento del corazón y que constituyen el motivo de cada ímpetu de la razón. “Cerrado entre cosas que mueren, también el cielo lleno de estrellas se acabará ¿por qué deseo a Dios?” se preguntaba el poeta Giuseppe Ungaretti. El deseo es lo que mueve el yo, que hace del yo humano la autoconciencia del cosmos. Y en el deseo del cual conocemos el origen, está todo el dinamismo eterno del yo. Es el yo, que incansable e inexorablemente vive buscando el objeto de su contenido, que es el Misterio. El paraíso es el deseo humano que busca la plenitud sin nunca alcanzarlo porque de alcanzarlo no sería más el paraíso sino el eterno aburrimiento. ¿ . El yo que desea, que busca lo eterno, el Misterio, y que éste se vuelve inaccesible. Es como un niño que ve al otro lado de una pared de vidrio a su mamá, la desea con todo su ser, quiere tocarla, quiere abrazarla, pero hay algo insupera- ble para él, una barrera impenetrable: el vidrio. Para el niño es un dolor terrible, de la misma manera es el infierno. Fenoménicamente existe una sola imagen que describe este drama a nivel cósmico. Y es la relación varón y mujer, de la cual habla el Génesis, cuando afirma que “Dios creó al hombre, varón y mujer, a su imagen y semejanza”. Y describe como Dios creó a la mujer: “le envió un profundo sueño a Adán y le sacó una costilla y con esta formó la mujer”. Cuando Adán despertó de la “anestesia general”, asombrado, como un niño delante de la realidad más bella que existe, afirmó: “ésta si que es carne de mi carne y hueso de mis huesos”. Interesante es el comentario que el filosofo danés Kierkegaard hace del relato, cuando afirma que la tentación del varón es de querer que la costilla vuelva a su lugar de donde Dios la sacó, con la ilusión que de esta manera aquel vacío existencial que vive, que le atormenta, se acabe. Lo mismo pasa con la costilla (la mujer) que sueña, anhela volver a aquel lugar primigenio de donde fue sacada, con la ilusión de encontrar allí aquella satisfacción, aquella plenitud existencial que le falta. Mientras, sigue afirmando el filósofo, cada uno tiene que quedarse con esta herida original si quieren encontrar la felicidad, porque sólo Dios, el Misterio que los ha creado, puede llenar aquel vacío, aquella distancia que los caracterizan. Cuando, al contrario, el varón agarra la costilla y la costilla, si o si, quiere volver a su lugar, es el momento que la relación misma entre los dos se oscurece, se agrieta, se vuelve egoísta, ciega, morbosa, llena de pretensión, hasta destruirse uno al otro. “O mía o de nadie”, solemos escuchar a menudo. El yo humano ontológicamente desea la costilla y ésta su lugar, pero solamente Dios puede fundir estas personas en una sola carne, esta libertad de poseer sin destruir. que siendo fruto de un amor original no podía más que ser creado como varón y mujer. Es decir como relación. Tener la herida abierta es la virginidad, es la postura de quien como Jesús, vive únicamente por el Padre, el único que puede llenar, satisfacer el deseo humano. Aquel deseo que ni siquiera el pecado origi- nal mató, sino que mortificó en su posibilidad de satisfacción. Y Cristo se hizo carne para permitir el deseo humano de felicidad de alcanzar su destino, el objeto, la meta de sus gemidos y que Jesús nos revela como “El Padre”. Por eso la curiosidad de los apóstoles era una sola: “muéstranos al Padre”. En otras palabras, el origen y el fin, el destino de nuestro deseo humano, de nuestro deseo de felicidad. Solamente por este motivo habían abandonado todo para seguirlo, porque el corazón de ellos buscaba el Infinito, el Misterio, el origen y cuando aquel día a orillas del Jordán, los primeros dos, Juan y Andrés, escucharon a Juan el Bautista decir, indicándoles con el dedo hacia el Norte, donde un hombre solo estaba caminando, “Aquel es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, abandonaron el antiguo maestro para ponerse en las huellas de Cristo. Ha sido suficiente escuchar “Eh, allí está Aquel que saca el límite humano, Aquel que es el camino que permite superar la barrera que impide ver el horizonte definitivo, lleno, totalizante de la vida” para que el corazón de Juan y Andrés se pusiera en marcha tras Aquel hombre nuevo, que desde hace dos mil años sigue proponiéndose a los que tienen el mismo interés de felicidad, de amor, de belleza, de verdad, de justicia, como la única respuesta, el único camino: “Vengan y vean”. Ojalá que todos, como aquellos dos, acojamos con alegría la invitación de Jesús para poder ser marcados por el sello de la felicidad, como Juan, que después de muchos años se acordaba incluso de la hora, las 4 de la tarde, de aquel día que cambio su vida. Por eso san Pablo diría: “la realidad es Cristo” y el último gran orador y senador del Imperio Romano, Vittorino, dirá con una alegría desbordante: “encontrándo a Cristo me descubrí hombre”. La virginidad es la vocación origi- nal del hombre ¿Qué es el paraíso? Y qué es el infierno? El eterno deseo frustrado en su destino último Esta es la virginidad, la vocación original del hombre La virginidad es Cristo, porque Cristo es la plenitud de lo humano, de la realidad. Padre Aldo Trento La virginidad es el “ya” del cambio, es el “ya” del mundo nuevo La creación de Eva

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  • AÑO IV - Nº 167 - JUEVES 18 DE SEPTIEMBRE DE 2008fundacionsanrafael.com - mail: [email protected]

    OBSERVADOR SEMANALP A L A B R A S D E C E R T E Z A Y E S P E R A N Z A

    COORDINACIÓN: NATHALIA LEMIRRESPONSABLE: GUILLERMO LESMES

    Imagino la reacción de muchos lectores delanted e e s t a p ro v o c a c i ó n , a b s o l u t a m e n t eincomprensible para los que en lugar de concebir larazón como una ventana abierta al Infinito,dominada por la categoría de la posibilidad, comodiría el gran científico Albert Einstein, la concibecomo la medida de todas las cosas. Es decir: existesólo lo que yo veo, toco, poseo, agarro y nada más,mientras que, como escribía Shakespeare: “existenmillones de cosas más en el cielo y en la tierra, ohHoracio, de lo que nuestra pobre mente euclidianapuede imaginar”. Y una de estascosas, la más importante, diría yo, esla virginidad.

    ¿Qué es esto que asusta a todos yque es el motor del mundo, laevidencia del destino, del significadoúltimo de todos y de todo y sin la cualtodo se acabaría en la oscuridad de lanada y de la desesperación? Es laconsistencia misma de la realidad. Esel reconocimiento de una cosa muysencilla y que la Iglesia pone en laboca del sacerdote durante la SantaMisa cuando antes del “PadreNuestro” reza: “Por Cristo, con Él yen Él, a Ti Dios Padre Todopoderoso,todo honor y toda gloría, por lossiglos de los siglos”. Y todoscontestan distraídos: “Amén”.

    expresada por el PapaPío X con la siguiente formulación:“Dios ha creado al hombre para queel hombre pudiera conocerlo, amarlo, servirlo enesta vida y gozar después de la muerte física, de sucompañía en el cielo”. La virginidadontológicamente coincide con el deseo, con aqueldeseo de felicidad, de amor, de belleza, de justicia,de verdad que solemos definir como las exigenciaselementales, primordiales, y esenciales que formanel tejido mismo de yo humano y que están en elorigen de cualquier movimiento del corazón y queconstituyen el motivo de cada ímpetu de la razón.“Cerrado entre cosas que mueren, también el cielolleno de estrellas se acabará ¿por qué deseo aDios?” se preguntaba el poeta Giuseppe Ungaretti.

    El deseo es lo que mueve el yo, que hace del yohumano la autoconciencia del cosmos. Y en el deseodel cual conocemos el origen, está todo eldinamismo eterno del yo.

    Es el yo, que incansable einexorablemente vive buscando el objeto de sucontenido, que es el Misterio. El paraíso es el deseohumano que busca la plenitud sin nunca alcanzarloporque de alcanzarlo no sería más el paraíso sino eleterno aburrimiento.

    ¿. El yo que desea, que busca lo

    eterno, el Misterio, y que éste se vuelve inaccesible.Es como un niño que ve al otro lado de una pared de

    vidrio a su mamá, la desea con todo su ser, quieretocarla, quiere abrazarla, pero hay algo insupera-ble para él, una barrera impenetrable: el vidrio.Para el niño es un dolor terrible, de la mismamanera es el infierno.

    Fenoménicamente existe una sola imagen quedescribe este drama a nivel cósmico. Y es larelación varón y mujer, de la cual habla el Génesis,cuando afirma que “Dios creó al hombre, varón ymujer, a su imagen y semejanza”. Y describe comoDios creó a la mujer: “le envió un profundo sueño a

    Adán y le sacó una costilla y con esta formó lamujer”. Cuando Adán despertó de la “anestesiageneral”, asombrado, como un niño delante de larealidad más bella que existe, afirmó: “ésta si quees carne de mi carne y hueso de mis huesos”.

    Interesante es el comentario que el filosofodanés Kierkegaard hace del relato, cuando afirmaque la tentación del varón es de querer que lacostilla vuelva a su lugar de donde Dios la sacó, conla ilusión que de esta manera aquel vacíoexistencial que vive, que le atormenta, se acabe.

    Lo mismo pasa con la costilla (la mujer) quesueña, anhela volver a aquel lugar primigenio dedonde fue sacada, con la ilusión de encontrar allíaquella satisfacción, aquella plenitud existencialque le falta.

    Mientras, sigue afirmando el filósofo, cada unotiene que quedarse con esta herida original siquieren encontrar la felicidad, porque sólo Dios, elMisterio que los ha creado, puede llenar aquelvacío, aquella distancia que los caracterizan.

    Cuando, al contrario, el varón agarra la costillay la costilla, si o si, quiere volver a su lugar, es elmomento que la relación misma entre los dos seoscurece, se agrieta, se vuelve egoísta, ciega,morbosa, llena de pretensión, hasta destruirse unoal otro.

    “O mía o de nadie”, solemos escuchar amenudo. El yo humano ontológicamente desea lacostilla y ésta su lugar, pero solamente Dios puedefundir estas personas en una sola carne, estalibertad de poseer sin destruir.

    quesiendo fruto de un amor original no podía más queser creado como varón y mujer. Es decir comorelación.

    Tener la herida abierta es la virginidad, es lapostura de quien como Jesús, vive únicamente por

    el Padre, el único que puede llenar,satisfacer el deseo humano. Aqueldeseo que ni siquiera el pecado origi-nal mató, sino que mortificó en suposibilidad de satisfacción. Y Cristose hizo carne para permitir el deseohumano de felicidad de alcanzar sudestino, el objeto, la meta de susgemidos y que Jesús nos revela como“El Padre”.

    Por eso la curiosidad de losapóstoles era una sola: “muéstranosal Padre”. En otras palabras, elorigen y el fin, el destino de nuestrodeseo humano, de nuestro deseo defelicidad.

    Solamente por este motivo habíanabandonado todo para seguirlo,porque el corazón de ellos buscaba elInfinito, el Misterio, el origen ycuando aquel día a orillas del Jordán,los primeros dos, Juan y Andrés,escucharon a Juan el Bautista decir,

    indicándoles con el dedo hacia el Norte, donde unhombre solo estaba caminando, “Aquel es elCordero de Dios que quita el pecado del mundo”,abandonaron el antiguo maestro para ponerse enlas huellas de Cristo.

    Ha sido suficiente escuchar “Eh, allí está Aquelque saca el límite humano, Aquel que es el caminoque permite superar la barrera que impide ver elhorizonte definitivo, lleno, totalizante de la vida”para que el corazón de Juan y Andrés se pusiera enmarcha tras Aquel hombre nuevo, que desde hacedos mil años sigue proponiéndose a los que tienen elmismo interés de felicidad, de amor, de belleza, deverdad, de justicia, como la única respuesta, elúnico camino: “Vengan y vean”. Ojalá que todos,como aquellos dos, acojamos con alegría lainvitación de Jesús para poder ser marcados por elsello de la felicidad, como Juan, que después demuchos años se acordaba incluso de la hora, las 4de la tarde, de aquel día que cambio su vida.

    Por eso sanPablo diría: “la realidad es Cristo” y el último granorador y senador del Imperio Romano, Vittorino,dirá con una alegría desbordante: “encontrándo aCristo me descubrí hombre”.

    La virginidad es la vocación origi-nal del hombre

    ¿Qué es el paraíso?

    Y qué es el infierno? El eterno deseo frustradoen su destino último

    Esta es lavirginidad, la vocación original del hombre

    La virginidad es Cristo, porque Cristo es laplenitud de lo humano, de la realidad.

    Padre Aldo Trento

    La virginidad es el “ya” del cambio,es el “ya” del mundo nuevo

    La creación de Eva

  • Jueves 18 de Septiembre de 2008 OBSERVADOR SEMANAL2

    A C T U A L I D A D

    Milagros inesperados

    El lunes 15 de septiembre aconteció el milagro, deseado, imprevisto, y tampoco organizado. El Presidente de laRepública, Fernando Lugo, visitó a las 7.30 de la mañana la parroquia S. Rafael, saludando los niños del ColegioPa´í Alberto y luego pasó a recorrer la Clínica “Divina Providencia”. La sorpresiva visita finalizó en la casa delos Padres donde se compartió un rico café italiano.

    “Desde la fe viene la Gracia que nos permite abrazar a cualquier hombre, con la conciencia que lo que define acada uno de nosotros no es su rol político, social, económico, sino su relación con el Misterio”. (L. Giussani)

  • EDUCAR ES UN RIESGO

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    La mirada absorta y la voz sincera del niño

    “La idea fundamental deuna educación para los jóvenesde hoy es que por medio de ellosse reconstruye la sociedad poreso el gran problema de lasociedad es ante todo educar alos jóvenes (es lo contrario de loque pasa hoy)

    Pero si no lleva puesto nada

    Estuve ayudado depequeño por mis padres, muchoantes de ir a la escuela, porquemi padre a menudo me llevaba ala montaña y me hacia ver lasflores más escondidas, losinsectos, ciertas cosas que yo nome habría dado cuenta solo

    universus

    ”. El libro “El ries-go educativo” del padre LuigiGiussani comienza con esteterrible juicio.

    Una mentalidad perversa essiempre más difundida en todoel mundo. Giusani ha insinuadola idea que en el inicio de la ado-lescencia los chicos van adies-trados a ser "cínicos y calcula-dores" pasando de este modoinadvertida la más hermosaherencia del "corazón del niño"por la que el estupor frente a labelleza del mundo es la que con-duce a decir al pan pan y al vinovino. Una educación referida alos jóvenes va pronto en guerracontra una mentalidad perversa.Lo podemos ver en un celebretexto:

    , una celebre fábula deAndersen de la cual la conclu-sión se transforma en un prover-bio el .

    La trama es notoria. A unemperador dos impostores le

    hacen creer que son tejedorescapaces de producir una tela quetiene un extraordinario poder.Los vestidos hechos con esa telaresultarían “invisibles a aquellaspersonas que no estaban a la altu-ra de su propio cargo o que eranincreíblemente estúpidos”. Elemperador financia y pone enmarcha esta empresa…Y las dospersonas fingen de trabajar en el

    telar sobre el cual no hay absolu-tamente nada, mientras llenan lavalija con la seda más hermosa yel oro más brillante.

    Mientras que por otro ladoen la ciudad se expande la voz ytodos hablan de aquella tela.Magnifica, primero habla unviejo Ministro, después otroimportante funcionario, -losenviados del emperador van aver como siguen los trabajos-obviamente no ven nada, ¡peropara no parecer estúpidos oindignos de su propio trabajocomienzan a hablar maravillasdel excelente tejido! Con quehermosos colores y que maravi-lloso diseño así se lo contaron alemperador

    Al final Su Majestad va enpersona “con todo un grupo dehombres selectos” entre elloslos dos que había enviado pri-

    mero - ninguno ve nada perotodos y -siempre por el mismomotivo- se deshacen en elogiosen francés la lengua de moda deese momento: Magnifico, exce-lente “y así estaban todos muyfelices diciendo estas cosas!”Finísima pincelada psicológicade Andersen: Quien vive en lamentira esta de acuerdo con unintimo autocomplacimiento enestar y edificar un mundo defalsas apariencias dentro delcual encontrar un escondite.

    El emperador vestirá aquelnuevo traje en la próxima cele-bración pública. En toda lanoche los dos impostores fin-gen que confeccionan las ulti-mas piezas y en el terrible día,muestran las varias partes delatuendo y elogiando dicen “esuna tela ligera como una tela dearaña se podría casi creer queuno no lleva nada encima”.

    EL emperador saca susropas y los dos fingen quecomienzan a vestirlo con lasdistintas partes del traje nuevo“El emperador se mira y sevuelve a mirar delante del espe-jo” siente un gran narcisismo y

    esto mismo comparten sus súb-ditos. Un viento de mentiras yelogios gira por todos los ciuda-danos durante el cortejo “Nin-guno quería mostrar que era estú-pido”.

    De improviso una voz:“ ” -dice un niño “Señor Mío, la vozde la inocencia”, dice el padre, yninguno decía al otro lo quehabía dicho el niño. NO llevanada, ¡es un niño quien dice queno lleva nada!

    -No lleva de verdad nada.-grito al final toda la gente.

    El emperador se sintió rabio-so porque era verdad y estabaseguro que tenían razón, peropensó “igualmente ahora deboseguir el cortejo hasta el final” yse mostró todavía más seguro ylos pajes caminaron enderezan-

    do la cola que no existía.

    El emperador es víctima dela mentalidad dominante, ennuestra fábula es él, quién escapaz de ponerse desnudo y es lamirada inocente de un niño quequizá puede ser un adulto quecontinua fiel al rito evangélico:“Si no regresáis como niños noentrareis en el reino de los cie-los.” (Mt 18.3). Así renace unpueblo. La maza gregaria de indi-viduos sucubes (súbditos)comienza a cambiar en pueblode personas, al principio repi-tiendo bajito la voz del niño ydespués gritando.

    Impresionante el frío quecorre por la columna vertebraldel poder, en aquel momento“porque estaba seguro quetenían la razón”. Patético y locoel anteponerse llegar a fondo,desnudo en silencio entre losgritos del pueblo ostentando unagrotesca firmeza.

    Así termina aquel que sequeda en la mentira junto a suscómplices: los hombres dejan la''voz frenada por la precaución,filtrada de la conveniencia, fal-sificada del miedo de decir lascosas como son porque es peli-groso decir y aparecer comoestúpido e indigno.

    El educador no tiene temorde esto, habiendo cuidado siem-

    pre la voz de la inocencia.

    Gracias a los poetas y a losverdaderos científicos como elastro-físico italiano MarcoBersanelli, que cuenta comonació en él la pasión por el estu-dio, dijo: “

    ”.

    El educador que comunicapor osmosis la propia curiosidadde frente a la realidad y a laatracción que realiza la búsque-da del tesoro para revelar lossecretos, muestra el aspecto másinteresante. El mundo es un -

    - como dicen en latín,tiene un centro donde todo con-verge y existe unitariamente. Engriego se llama Cosmos, es decir“orden de belleza”.

    Los científicos lo definencomo “La ultima Lógica”: la leyque lo hace ordenado, signo -dice Einsten- de la inteligenciasuperior que lo a puesto en el Ser.El poeta recoge la belleza ima-gen analógica de la BellezaCreadora

    El vestido nuevo del empe-

    rador

    “Rey esta desnudo”

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    * Gran resistencia

    * Menor deformación

    * No presenta fisuras

    * Permite estructuras esbeltas y livianas

    * Ausencia de vibraciones

    Roberto FilippettiOriginal en italiano

    El Papa habla a menudo de “emergencia educativa”. Por este motivo hemos pedido ayuda al profesor Roberto Filippetti, de Padua, experto no sólo en literaturaitaliana, sino en pedagogía y que tiene una larga trayectoria educativa. Padre de dos hijos adoptivos de origen colombiano y que son para él motivo de dolor ypreocupación, y que desde esta semana en adelante nos acompañará a conocer los contenidos educativos del más grande educador del siglo XX, monseñor LuigiGiussani, contenidos recogidos en el libro “Educar es un riesgo”, publicado por la Ediciones Encuentro de Madrid.

  • Jueves 18 de Septiembre de 2008 OBSERVADOR SEMANAL6

    M E E T I N G D E R I M I N I

    Día: Miércoles 13 de agosto

    Centro Paraguayo JaponésHora: 20:00 hs.

    Esclavos de una enfermedadcomo el Sida, esclavos de la pro-pia culpa y luego terminados enprisión, esclavos del poder domi-nante que trasforma las mentes,esclavos de las injusticias socia-les, esclavos del mal de vivir, deuna infelicidad que parece infini-ta. Esclavos que encuentran lafuerza para liberarse. Es más, queencuentran un hecho capaza deliberarlos.

    No es que la culpa, el dolor, elmal, sean cancelados mágica-mente, no es una fuga irracionalverso “otra vida”. Pero algo quelogra hacer vivir real y total,intensamente, en manera tan pro-funda y auténtica, de hacerla “fe-liz”, llena de esperanzas y deamor.

    Es una historia, son tantas his-torias contadas en el Rimini, enItalia, ciudad denotada por las pla-yas y las vacaciones. Aquí desdehace 30 años se organiza elMeeting por la amistad entre lospueblo. Una semana, la última deagosto, llena de compromisos,muestras y espectáculos. Con eltiempo, el Meeting se ha converti-do en el apuntamiento culturalmás frecuentado de Europa.

    Setecientos mil presentes,unos centenares de encuentros,casi cuatrocientos relatores, vein-te espectáculos, quince muestras,tres mil voluntarios. Delante deuna platea de millones de perso-nas, han hablado Dalai Lama yJuan Pablo II, Madre Teresa yjefes de Estado, profesores,empresarios, artistas y escritores.Personas de todo tipo de fe y ran-go, reunidos por el deseo de ver-dad y del encuentro con el otro.

    Del Meeting impresionansiempre cantidad y calidad deeventos y testimonios. Pero la edi-ción del 2008, aquella del título“O protagonistas o nada”, ha deja-do un signo indeleble, mucho másfuerte que años anteriores. Comonunca este año han vencido las

    historias de los hombres, loshechos de la vida vivida.

    Historias como la de los cón-yuges Marcos y Cleuza Zerbini,venidos del Brasil, o la de PadreAldo, de nuestra parroquia de SanRafael, o de aquella docena dedetenidos italianos venidos alMeeting con permiso especial por-que protagonistas de una muestrasobre las experiencias de “reden-ción” en las cárceles. “No veo lahora de volver a prisión para con-

    tar a todos lo que he encontradoaquí” ha manifestado uno de estoscondenados, maravillado por elespectáculo que estaba asistien-do.

    Vicky vive en Kampala,Uganda. Tenía doshijos cuando quedóembarazada por terceravez. El marido le pideabortar. Ella no entien-de, no conoce el motivoy decide continuar elembarazo. El lo aban-dona, era 1992. elmatrimonio termina,ella trabaja en el hospi-tal, gana lo suficientepara mantener a tres

    niños. A los cuatro años el últimoniño se enferma de tuberculosis.Los médicos lo envían de vuelta acasa, piensan en problemas ali-mentarios. Luego Vicky es gol-peada pòr una grave forma de her-pes. “Todos la han tenido” ledicen los médicos. Nadie se preo-cupa. Esta mal y en 1997 abando-

    na el trabajo. La vida se vuelvedurísima.

    Un año más tarde se desmaya,cae en tierra y cuando se despiertase encuentra en el hospital dondele hacen el test del sida. Llega elresultado: es positiva.

    “Por qué yo?”, se pregunta.Fui siempre fiel. En ese momentocomprende porqué el marido noquería el tercer embarazo. Le dande alta en el hospital y en la casa

    encuentra al hijo en graves condi-ciones: también él tiene Sida“Entre 1998 y el 2001 hemos vivi-do en otro mundo pero estando enla tierra”.

    Abandonados por todos, “na-die nos sonreía, todos nos odia-ban”. Y en este periodo que entra-ron en nuestra casa los volunta-r i o s d e M e e t i n g P o i n tInternacional. Dicen de poder ayu-darla. Ella no cree. Con el tiempolos niños dejaron la escuela.También el tercero abandona losestudios. Se burlaban, le llamaban“esqueleto”.

    Si los amigos más cercanos lahabían abandonado como podíaser ayudada por alguien quien noha visto nunca? Llora. Los delMeeting Point regresan para lacarga, con ellos Rose Busingye,una enfermera. Rose se sienta allado suyo. Vicky sufre: “me alejéde ella, no tenía buen olor, de lanariz y la boca salía pus. Estabaviva por más que mi cuerpo esta apunto de pudrirse. Del pie emana-ban sustancias con mal olor, esta-ba llena de llagas. Mis hijosseguían conmigo solo porque no

    tenían otro lugar donde ir .

    Rose se sienta de nuevo a sulado. Ella se mueve, Rose se le

    acerca. Le dice “Si no quieresvenir al Meeting Point, dame a tuhijo porque este niño tiene unavida que puede vivir”. Vickyrechaza pero aquella frase ha toca-do su corazón, se le queda en lacabeza y decir ir a ver.

    Encuentra enfermos comoella. Mujeres que están bailando.Piensa haberse equivocado delugar, regresa a casa,pero deja al hijo allí paralas curaciones. A menu-do va a visitarlo quedan-do de lado. Rose la ve yun día la invita a su ofici-na.

    Le dice “Vicky tutienes un valor y estevalor es más grande quela enfermedad. Tu lo pue-des hacer, solo tienes quereencontrar la esperanza.Tenés un valor y este valor es gran-de”. Rose termina de hablar, lamira. Vicky queda en silencio.

    Eran las primeras palabras deesperanza “desde el momento enque ha comenzado la enferme-dad” Desde ahí comenzó a fre-

    cuentar el Meeting Point. Ha ini-ciado la terapia.

    Rose no le ha repetido aque-llas palabras, pero es como si lerepitiese continuamente con lamirada. Vicky la ha seguido paraentender como era posible el com-portamiento de Rose y siguiéndo-la ha recomenzado a vivir.Al pue-blo del Meeting ha dicho: “Capaznos olvidemos de Lázaro que haresucitado tantos años atrás. Si nohan visto nunca un milagro en susvidas, aquí me tienen, soy yo.Porque estaba muerta, y hoy estoyviva. Cuando moriremos yo y mihijo moriremos libres, no escla-vos del virus”

    Se entiende bien del título delMeeting: o protagonistas o nada.Protagonista no es el hombre que“logra” en la sociedad, sino tenerla conciencia de la propia huma-nidad.

    Aquel don que, como escribeDon Giussani, Dios ha dado atodos: “el rostro propio, que es, entoda la historia y la eternidad,único e irrepetible”. Este es elhecho que libera de la esclavitud,de cualquier esclavitud. Te vuelvecapaz de conocerte a ti mismo y alos demás de un modo nuevo,lleno de amor y esperanza.

    Como indica la próxima tapadel Meeting, que tendrá como títu-lo “El conocimiento es siempreun acontecimiento”.

    Hombres libres pero tam-

    bién esclavos. ¿Cómo es posi-

    ble?

    La historia de esclavos

    que se han vuelto libres

    Ponencia del padre Aldo Trento

    Misa de apertura

    Panorámica del Meeting

    Mburucuyá, stand deartesanía paraguaya.

    Luca Pezzi, especial para el

    Observador Semanal

  • 4 Jueves 18 de Septiembre de 2008OBSERVADOR SEMANAL 7

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    “Necesité una depresión para darme cuenta que nopuedo vivir sin la misericordia y el amor de Cristo”

    Hace cuatro años me detec-taron el VIH. Fue un momentomuy crudo, duro y frío. Tuve unhijo que Dios me prestó, porqueluego lo llevó de vuelta.

    Cuando estaba embarazadade siete meses, me hice el test deElisa en un laboratorio privadoy me salió negativo. Todo estu-vo bien hasta que nació mi bebe,a las 17: 40 hs. Llegadas las23:00 hs. él aún no succionabapecho. La enfermera me dijoque nació con el azúcar bajo.Luego salimos de alta.

    En eso de ir y venir a los con-troles, un día le dije a la doctoraque mi bebé no era normal por-que que no tenía movimientoscomo otros niños de su edad.[Escribo esto y me cuestamucho aún. Con un suspiro yuna inquietud en el pecho sigocontando mi historia]. La docto-ra volvió a examinar al bebe.

    Me pidió que vaya a mi casay me preparé para llevar al bebéa IMT Lacimet (Instituto deMedicina Tropical). Grande fuemi asombro y le pregunte el porqué. Según ella mi hijo tenía cua-dro de meningitis. [En estemomento me detengo un ratoporque su recuerdo me llena losojos de lágrimas y el corazón detristeza]. Pregunté a la doctorael por qué, si a ese lugar sólo vala gente con sida. Ella dijo queno, que era un Hospital deInfectología y que ese era elúnico lugar donde le podíanhacer el estudio de meningitis ami bebé.

    Al día siguiente a las 7:00 hsya estábamos allí. Una doctoralo examinó y sacó una muestrapara meningitis. El bebé teníauna fiebre que no bajaba por locual le aplicaron dipirona, conla consecuencia que convulsio-nó. A las 17:00 hs. ya estaba enterapia intensiva. Para las 20:00hs. me pidieron sangre, plasmay plaquetas. ¡Dios mío! ¿Qué lepasa a mi bebé? Ningún médicome quiso hablar y mucho menosdar una explicación. Cerca delas 2:00 del día siguiente vuelvoa preguntar y la doctora me res-pondió que un virus hospitalariohabía infectado a mi hijo.

    Era evidente que ni ellossabían lo que pasaba. Mi hijoseguía en terapia a los cinco díasy me dijeron que tenía pulmo-nía. El no padecía ni tos ni cata-rro, lo que me justificarondiciendo que era viral. A los 22días salimos de alta.

    A la semana siguiente, lollevé de vuelta al control, dondele comenté al médico que el nosuccionaba ni el pecho ni lamamila. Me respondió que era

    normal porque acababa de salirde la terapia y que iba a estar“chinchudo”. Pero me dijo quepara mi tranquilidad le iba amandar hacer un ecocardiogra-ma. Para el fin de semana mibebé estaba de nuevo internado.Conseguí turno para el examen22 días después.

    Como estamos en Paraguay,no podía sino esperar. Mi hijoseguía internado. Cuando lellegó el turno fui acompañadapor un paramédico. Le hicieronestudios y vinieron como 8 a 10médicos para ver lo que estabapasando. Me di cuenta que algomalo sucedía. Las lágrimas mebrotaron al momento.

    Pregunté a un doctor sobreque tenía mi hijo. La respuestafue que tenía un mal congénito.Le pregunté que era eso y merespondió que su corazón era elde una persona de más de 80años. Sin saber que hacer volvi-mos a Lacimet.

    La doctora me dice: “Sole-dad, quiero hablar contigo”. Lerespondí que si y me preguntó sime hice el test de Elisa duranteel embarazo. Respondí “Si. Enun hospital privado”. “Porque atu bebé le salio positivo el testde Elisa, ahora se lo tienen quehacer vos y el papá” dijo ella.Yorespondí que eso no podía ser,pero permití que se me haga elestudio y salió definitivamentepositivo.

    En el mismo día se entera-ron que el bebe tenía el proble-ma cardiaco y el VIH. Yo nosabía como actuar, así que meacerqué al director de pediatríapara preguntar que podía hacer:si sacarle del país a mi hijo.

    El me dijo “Ni en Londres nien Inglaterra. Ni si fuera el hijodel presidente, no tiene cura”.Mi hijo no se podía salvar. Esaera la cruel realidad.

    Entre tanto dolor y angustia,hay un Jesús misericordioso enLacimet. Me incline ante Él. Ledije “Señor, vos me prestasteese hijo. Si va a ser para mí res-cátalo del estado en que está ollévalo. Mi corazón de madre yano da para más y ten piedad demí”.

    Mi bebé a más días se des-compensaba sin que yo pudierahacer nada, excepto sentir dolore impotencia. Cinco días des-pués del resultado de positivodel VIH y la descompensacióncardíaca entro en coma respira-torio.Alas 8:20 hs. falleció.

    Hasta hoy no se que impre-sión me fue más fuerte: si lamuerte de mi hijo o la de mienfermedad. El impacto fue

    fatal. Durante dos meses me sen-taba en la calle y esperaba a quealguien me traiga a mi hijo, nocomía, no me bañaba.

    Para mí, todo era igual, nadatenía sentido, hasta que un díame agarro colitis y me preguntómi hermana que quería hacer.Le respondí, irme lejos o morir-me de una buena vez. Mi hijotuvo todo e igual murió. En esose me acerca mi otra hija que enaquel entonces tenía siete años yme dijo: “Mami, yo estoy viva”.La miré y le abracé fuerte. Leprometí que lucharía hasta queDios diga basta.

    Al día siguiente me fui alhospital pero no a consultar sinoa ver a qué me iba a enfrentar yahí conocí pacientes que esta-ban en peores situaciones queyo, luego consulté y me propusehacerle frente a la enfermedad, ami familia, a la sociedad y a mimisma al aceptar esta enferme-dad. Mi hermana mayor y mimadre me alquilaban un depar-tamento. Ahí me encerré comoun animal por temor, me aisléde mi familia y de la sociedad.

    Mi hermana se llevó a mihija porque yo no podía solven-tar sus gastos y también portemor al contagio (La falta deconocimiento en ese momentome hacia pensar que un conta-gio era muy fácil, cosa que hoyse que con ciertos cuidados enrealidad es difícil).

    Al poco tiempo conocí SanRafael y su clínica “DivinaProvidencia” a través de unaamiga y calladamente ingresécomo voluntaria y un día meatreví a contarle todo al PadreAldo (párroco de San Rafael yDirector de la Clínica) y le pedípor favor que no me saque delvoluntariado por que los enfer-mos me ayudan a luchar, porque yo vi que todos lo días eranuna bendición y una lucha porvivir. Me respondió: “Vos sosmi hija, la hija de Dios y esta estu casa”.

    Entonces, conocí a la señoraJazmín Goiburú, quien meayudó mucho económicamentepero sobre todo, lo más impor-tante, al levantar mi cabezadejando que sus hijos me abra-cen, me besen y me digan tía yme enseñó que yo era igual quecualquier otra persona. MIGRATITUD Y RESPETOPARAELLAYSU FAMILIA.

    Luego contraje tuberculosisviral y después se me pinzó lacolumna [ahora entre risasescribo esto como una supuestadepresión]. (Continuará).

    Soledad

    Lo que pasa en Bolivia,

    Venezuela y Ecuador, es algo

    muy preocupante. Si por un

    lado reconocemos que cada

    país tiene su autonomía y nin-

    gún otro estado tiene el dere-

    cho de entrometerse en asun-

    tos locales, por otro lado, pode-

    mos reconocer que la locura de

    Chávez, Morales y amigos ha

    llevado a sus países a un esta-

    do de agonía preocupante. Lo

    que pasa en Bolivia es un

    malestar de una gran parte del

    pueblo que no soporta más la

    dictadura de izquierda. Por eso

    no considero que sólo el

    intento de los Estados Unidos

    de armar un golpe contra

    Morales. Allí hay gente que no

    aguanta más.

    L o m i s m o p a s a e n

    Venezuela donde hubo escasez

    de carne por un buen tiempo,

    donde Chávez gasta mucha

    plata para crearse un propio

    ejército porque no confía en lo

    que tiene, donde la única preo-

    cupación del presidente es la

    de comprar amigos o enemigos

    con la plata del petróleo, hasta

    vendiendo uranio a Irán o inten-

    tando involucrar a Rusia en una

    nueva “guerra fría”.

    Además, es una historia que

    se repite. Quien luchó por la

    libertad de los pueblos sin un

    amor verdadero, sino partiendo

    de una ideología, antes o des-

    pués, él mismo se volverá peor

    de los que estaban antes.

    Queridos presidentes Chávez y

    Morales y compañeros; el

    deseo de libertad no se puede

    detener y ustedes tendrían que

    saberlo porque lucharon por

    eso. Ustedes están volviéndose

    dictadores porque tienen la pre-

    tensión de saber lo que un pue-

    blo necesita, quitándole el dere-

    cho a manifestar las propias

    ideas, a tener una propiedad

    privada, a la libertad de prensa,

    a la libertad religiosa. Y además

    piensan que con dinero pueden

    acallar el grito del corazón de

    los hombres. Lo que ustedes no

    quieren reconocer es que, ade-

    más de lo que los apoyan, hay

    otro pueblo que tiene el dere-

    cho de vivir no según el pensa-

    miento de ustedes, sino según

    sus propios ideales.

    Pero los nuevos dictadores

    de izquierda tienen miedo de la

    libertad ajena, podría ser por-

    que ellos mismos no son libres.

    Nosotros estamos con los

    Estados Unidos porque, a pesar

    de sus muchos límites, jamás

    tuvieron miedo de la libertad

    ajena. Es la tierra que dio espa-

    cio a toda forma de expresión

    humana, en modo especial,

    jamás tuvo miedo de la autono-

    mía de las provincias, que es lo

    que piden las regiones de

    Bolivia.

    Les recuerdo a estos seño-

    res que una “revolución” es ver-

    dadera cuando tiene la capaci-

    dad no de imponer las ideas,

    sino de confrontarse democrá-

    ticamente para el bien del país.

    Además, un gobierno cuando

    tiene miedo de la diversidad

    cultural, política y social, pronto

    se transformará en una dicta-

    dura.

    Por eso la Iglesia siempre

    tuvo miedo de quien aplasta los

    derechos elementales de la

    vida de los hombres. Quiero

    recordar a los señores Chávez,

    Morales y Correa, que en

    Ecuador el sábado 13 de

    setiembre hubo una misa (casi

    500.000 mil personas) para

    pedir a Dios protección contra

    los proyectos políticos de estos

    señores.

    Y quien rezaba no era gente

    pagada por los Estados Unidos,

    sino un pueblo que no quiere

    perder su libertad y dignidad.

    sea

    Nosotros amamos la libertad

    Paolo Buscaroli

  • 8 Jueves 18 de Septiembre de 2008

    LA AVENTURA HUMANA DE LOS SANTOS

    OBSERVADOR SEMANAL

    ACTUALIDAD

    San Pedro de Arbués, nació en AragónEspaña en 1441. Era un hombre muy inteligentey desde pequeño reveló grandes cualidades inte-lectuales.

    Entonces sus padres lo enviaron a estudiar ala famosa Universidad de Bolonia, donde impre-sionó a superiores y compañeros, por la exquisitaamabilidad de su trato y el rendimiento excepcio-nal en los estudios.

    Habiéndose graduado de doctor en ambosderechos (civil y canónico), volvió a España yallá fue nombrado Canónigo de la Catedral deZaragoza.

    Fue encargado luego de defender la religióncatólica contra los herejes que querían enseñardoctrinas falsas. Estos trataron de sobornarloofreciéndole grandes cantidades de dinero si deja-ba de oponérseles. Como no lograron, dispusie-ron matarlo. Varias veces se salvó milagrosa-mente de criminales atentados.

    A quienes le aconsejaban que se consiguieraguardaespaldas, les respondía: “¿Para qué? Simuero asesinado, muero por defender la fe cató-lica. ¿Qué mayor honor puedo esperar?”.

    Varios herejes se juntaron con los judíos másanticatólicos de Zaragoza y se propusieron atacaral santo cuando fuera a la catedral a orar. Sabíanque cada noche entraba al templo y se arrodillabapor bastante tiempo a rezar.Yel 14 de septiembrede 1485, estando él de rodillas orando devota-mente, salieron los asesinos que se habían escon-dido en la oscura catedral y lo asesinaron.

    Sus últimas palabras fueron: “Muero porJesucristo.Alabado sea su santo nombre”. El pue-blo que conocía la gran amabilidad y la santidadde vida de este sacerdote, reaccionó violenta-mente, y si no hubiera sido porque el SeñorArzobispo salió a las calles a defender a los here-jes, esa misma noche los habrían linchado a todosen la ciudad.

    El autor intelectual del crimen se suicidó enla prisión. Los autores materiales fueron senten-ciados a muerte.

    El martirio de San Pedro deArbués nos invitaa no olvidarnos que todos los cristianos estánexpuestos a dar la vida por el Señor. Ellos losaben y el heroísmo es por lo tanto una condiciónesencial de su adhesión a la Iglesia.

    San Pedro deArbués puso en practica las pala-bras de Cristo: “Si alguno quiere venir en pos demí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.Porque quien quiera salvar su vida, la perderá;pero quien pierda su vida por mí y por elEvangelio, la salvará”.

    San Pedro de Arbués

    “¿Padre, qué hacer con nuestroshijos que, aún frecuentando colegioscatólicos, se han vuelto caprichosos, noquieren ir a la misa y parece que lo únicoque les interesa son las mujeres, la farray las cosas de este mundo? ¿No cree quelos colegios católicos tendrían queentregar más valores para que los senti-mientos de los jóvenes se vuelvan másbuenos?”

    Pienso que no, queridos padres.Muchos colegios católicos ya estánhaciendo lo que ustedes piden. Y esa esla tragedia: han reducido el cristianismoa valores y sentimientos, y eso no tienela fuerza de despertar un interés verda-dero para con los chicos, no tiene la gra-cia de hacerte más bueno. Muchos cole-gios católicos cayeron en esta trampa.

    En muchas instituciones católicas sehabla mucho de valores y buenos senti-mientos, pero el cristianismo no es eso,y los valores y sentimientos no son capa-ces de despertar un interés verdadero.Por eso los jóvenes buscan fuera de laIglesia lo que no encuentran en ella mis-ma. Y la culpa no es ni de “Zapatero, queestudió en un colegio católico”, “Chá-vez, que fue hasta monaguillo” o del“modernismo”.

    En España más del 50% de los jóve-nes frecuenta colegios católicos yZapatero es sólo la consecuencia de unaeducación católica donde Cristo no esmás una presencia viva.

    Un amigo me contaba que unos pre-sos, bajo la custodia de unos policías, sefueron al Meeting (el gran evento cultu-ral que se desarrolló en Italia, en agostopasado) para contar la experiencia quetienen con unos chicos cristianos quecada semana los visitan en la cárcel.

    Después de lo que vierontenían un sólo deseo: volver ala cárcel para contar a todoslo que habían vivido. Y ade-más, un policía que acompa-ñaba a los presos, compró unlibro del padre Giussani paraver quien era ese hombre.

    ¿Cómo uno puede mirar auna mujer como un ser huma-no y no como objeto de pla-cer? Sólo encontrando adul-tos dramáticamente compro-metidos con la propia huma-nidad, una humanidad que através del encuentro conCristo percibe y vive la posi-bilidad de una respuesta. Losjóvenes necesitan encontrarpersonas donde para ellosCristo no es abstracto, ni unsentimiento sino una presen-cia viva que por gracia cam-bia la vida.

    La única fuerza quepuede cambiar la vida noviene ni de palabras, ni dereglas, sino de testigos queviven lo que dicen sin dejarde lado la propia humanidad.

    Porque uno puede tener todo claroen la cabeza, pero la realidad (unamuchacha) atrae más. Por eso si Cristono es una realidad presente e interesantees imposible que me importe más queuna chica.

    SoloAlgo real, como es real el rostrode un amigo, puede hacerte tomar enserio el drama de la vida.

    San Agustín a través del rostro desanta Mónica y san Ambrosio, encontró

    a Cristo, y desde entonces pudo decir:“Cuando me volví cristiano dejé demirar lujuriosamente a las mujeres”.

    Queridos padres: lo que hace falta esvolver a vivir la fe cristiana como unaaventura que dilate el corazón de quienlo vive, una experiencia que, viviéndola,uno se puede dar cuenta que sólo Cristopuede satisfacer mi deseo de felicidad.Por eso, cuanto más vivo la comunidadcristiana, más tengo sed de Cristo.

    LOS SUMOS PONTIFICES

    “Conozco todo el catecismopero las mujeres me atraen más”

    Según cuenta la tradición fueelegido papa cuando aún vivíaAdriano III por lo que rechazó elnombramiento encerrándose, durantedos días, en su casa hasta quefallecido su antecesor los cardenalesfueron a buscarlo, lo llevaron a laBasílica de san Pedro y allí loconsagraron el 14 de septiembre de885.

    Con su pontificado se inicia elperiodo conocido como “la noche delpapado” en el que los papas fueronmeros títeres en manos de la nobleza.

    En 887 al ser depuesto elemperador del sacro ImperioRomano Germánico, Carlos III elGordo, el imperio se fragmenta ynacen tres estados: Francia,gobernada por el rey Odón;Alemania, gobernada por el reyArnulfo; e Italia gobernada por el reyGuido de Spoleto.Al año siguiente, alfallecer Carlos III el Gordo,comenzaron las luchas por lograr lacorona imperial. Guido de Spoleto,

    aprovechando su cercaníafísica al papay el hecho deque Arnulfoy O d otuvieran problemas internos en susreinos por las invasiones vikingas,logró que Esteban V lo coronaraemperador en 891.

    La desaparición del SacroImperio posibilitó la aparición denumerosos poderes feudales y elpoder de los obispos a quienes loss e ñ o r e s d e d i c h o s f e u d o sencomendaron su administración ygobierno. Falleció el 14 deseptiembre de 891.

    En algunas cronologías y listadoseste papa aparece como Esteban VIen lugar de Esteban V. La confusiónse debe a que algunos autores tomanen cuenta la elección, tras la muertede Zacarías de Esteban II, el quesolamente reinó tres días, del 21 al 24de marzo de 752.

    110 (885 891). Esteban V

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