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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00 L’O S S E RVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año XLVI, número 9 (2.354) Ciudad del Vaticano 28 de febrero de 2014 El camino de Cristo GIOVANNI MARIA VIAN Exactamente un mes después de la elección en el cónclave el Papa Francisco nombró un consejo de cardenales de todo el mundo para ayudarle en el gobierno de la Igle- sia y en una reforma, evidente- mente necesaria, de la Curia roma- na. Una obra exigente y ardua —en el contexto de un mundo que atraviesa cambios cada vez más rá- pidos y que Benedicto XVI había indicado en su declaración de re- nuncia al pontificado—, emprendi- da sin demora. Y ahora, antes de que se cum- pla el primer año de pontificado, el obispo de Roma ha creado sus primeros cardenales y ha instituido un Consejo y una Secretaría de asuntos económicos. Hombres y estructuras que ayudarán al Pontí- fice y a sus colaboradores en la obra de renovación. Con un méto- do, el de la colegialidad, caracte- rístico de la Iglesia de Roma, que lo relanzó con el Concilio Vatica- no II y lo desarrolló cada vez más en el medio siglo transcurrido des- de entonces. La circunstancia de que la pri- mera creación cardenalicia del Pa- pa Francisco y el documento de institución de los organismos para la economía —fruto de un largo trabajo precisamente colegial— ha- yan sido precedidos por un consis- torio en el que participó la gran mayoría de los cardenales, llega- dos a Roma la víspera de una fies- ta significativa como la Cátedra de San Pedro, parece querer expresar también este método colegial. Clave de lectura de estas deci- siones que incidirán en la vida de toda la Iglesia es la propuesta del obispo de Roma. La llamada es al servicio —dijo en el Ángelus— «porque la vocación del obispo, del cardenal y del Papa es precisa- mente ésta: ser servidor, servir en nombre de Cristo». En definitiva, con una síntesis como siempre efi- caz, «buenos servidores, no bue- nos dueños», para ir al encuentro «de las expectativas y las exigen- cias espirituales de los hombres y de las mujeres de nuestro tiem- po». Al explicar el Evangelio, el obis- po de Roma habló de la santidad: «Ser santos —dijo— no es un lujo, es necesario para la salvación del mundo». Y dirigiéndose en espe- cial a los nuevos purpurados re- El Ángelus del domingo 23 de febrero Servidores, no dueños Día de Hispanoamérica en las diócesis de España La alegría de ser misionero PÁGINA 8 En el 50° aniversario de la «Sacrosanctum Concilium» Aún queda mucho por hacer PÁGINA 11 Icono de la Presentación realizado para el encuentro de las familias en el Año de la fe La unidad de la Iglesia es un don que viene de Cristo, mientras que «los conflictos son problemas que no siempre son de Cristo». Lo afirmó el Pontífice antes de la oración mariana el domingo 23 de febrero, en la plaza de San Pedro, al recordar que la vocación del obispo y del cardenal es ser servidor y no dueño. SIGUE EN LA PÁGINA 11 Motu proprio Como el administrador fiel y prudente Con el motu proprio «Fidelis dis- pensator et prudens», con fecha del 24 de febrero, el Papa Francis- co ha constituido una nueva es- tructura de coordinación para los asuntos económicos y administra- SIGUE EN LA PÁGINA 6 Carta a las familias tivos de la Santa Sede y del Esta- do de la Ciudad del Vaticano. Del mismo modo que el ad- ministrador fiel y prudente tiene la tarea de cuidar con esmero cuanto le ha sido con- fiado, así la Iglesia es consciente de la responsabilidad que tiene de salvaguardar y gestionar diligente- mente sus propios bienes, a la luz de su misión evangelizadora y con particular solicitud hacia los nece- sitados. PÁGINA 2 «Queridas familias, me presento a la puerta de su casa pa- ra hablarles...». Es el tono familiar con el cual el Papa Francis- co se dirige, a través de una carta, a todas las familias del mun- do, pidiendo oraciones por el Sínodo de los obispos que, entre 2014 y 2015, dedicará dos asambleas al tema de la familia, para reflexionar juntos sobre «vuestra vocación y misión en la Igle- sia y en la sociedad», sobre los «pro- blemas del matrimonio, de la vida fa- miliar, de la educación de los hijos» y, no por último, sobre «la tarea de las familias en la misión de la Iglesia». PÁGINA 3 Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! En la segunda lectura de este do- mingo, san Pablo afirma: «Que na- die se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Ce- fas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros sois de Cristo y Cristo es de Dios» (1 Cor 3, 21-23). ¿Por qué dice esto el Apóstol? Porque el pro- blema que tiene delante es el de las divisiones en la comunidad de Co- rinto, donde se habían formado grupos que se referían a los diversos predicadores, considerándolos sus jefes; decían: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Cefas...» (1, 12). San Pablo explica que este modo de pensar es erróneo, porque la comunidad no pertenece a los apóstoles, sino que son ellos —los apóstoles— quienes pertenecen a la comunidad; y la comunidad, com- pleta, pertenece a Cristo. De esta pertenencia se deriva que en las comunidades cristianas —dió- cesis, parroquias, asociaciones, mo- vimientos— las diferencias no pue- El Papa Francisco en su primer consistorio ordinario público crea diecinueve cardenales en la basílica vaticana Artesanos de la paz «El comportamiento de Dios» debe convertirse en «regla de nuestras ac- ciones». Es la recomendación del Pa- pa Francisco a los diecinueve carde- nales creados en el consistorio del sá- bado 22. Con dieciocho de ellos con- celebró la misa el domingo 23 de fe- brero, en la basílica de San Pedro. «Amemos —dijo el Papa— a quienes nos contrarían; bendigamos a quien habla mal de nosotros; saludemos con una sonrisa al que tal vez no lo merece; no pretendamos hacernos va- ler, contrapongamos más bien la mansedumbre a la prepotencia; olvi- demos las humillaciones recibidas. Dejémonos guiar siempre por el Es- píritu de Cristo». PÁGINAS 6 Y 7

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Número suelto € 1,00. Número atrasado € 2,00

L’O S S E RVATOR E ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

Año XLVI, número 9 (2.354) Ciudad del Vaticano 28 de febrero de 2014

El caminode Cristo

GI O VA N N I MARIA VIAN

Exactamente un mes después de laelección en el cónclave el PapaFrancisco nombró un consejo decardenales de todo el mundo paraayudarle en el gobierno de la Igle-sia y en una reforma, evidente-mente necesaria, de la Curia roma-na. Una obra exigente y ardua—en el contexto de un mundo queatraviesa cambios cada vez más rá-pidos y que Benedicto XVI habíaindicado en su declaración de re-nuncia al pontificado—, emprendi-da sin demora.

Y ahora, antes de que se cum-pla el primer año de pontificado,el obispo de Roma ha creado susprimeros cardenales y ha instituidoun Consejo y una Secretaría deasuntos económicos. Hombres yestructuras que ayudarán al Pontí-fice y a sus colaboradores en laobra de renovación. Con un méto-do, el de la colegialidad, caracte-rístico de la Iglesia de Roma, quelo relanzó con el Concilio Vatica-no II y lo desarrolló cada vez másen el medio siglo transcurrido des-de entonces.

La circunstancia de que la pri-mera creación cardenalicia del Pa-pa Francisco y el documento deinstitución de los organismos parala economía —fruto de un largotrabajo precisamente colegial— ha-yan sido precedidos por un consis-torio en el que participó la granmayoría de los cardenales, llega-dos a Roma la víspera de una fies-ta significativa como la Cátedra deSan Pedro, parece querer expresartambién este método colegial.

Clave de lectura de estas deci-siones que incidirán en la vida detoda la Iglesia es la propuesta delobispo de Roma. La llamada es alservicio —dijo en el Ángelus—«porque la vocación del obispo,del cardenal y del Papa es precisa-mente ésta: ser servidor, servir ennombre de Cristo». En definitiva,con una síntesis como siempre efi-caz, «buenos servidores, no bue-nos dueños», para ir al encuentro«de las expectativas y las exigen-cias espirituales de los hombres yde las mujeres de nuestro tiem-p o».

Al explicar el Evangelio, el obis-po de Roma habló de la santidad:«Ser santos —dijo— no es un lujo,es necesario para la salvación delmundo». Y dirigiéndose en espe-cial a los nuevos purpurados re-

El Ángelus del domingo 23 de febrero

Servidores, no dueños

Día de Hispanoaméricaen las diócesis de España

La alegría de ser misionero

PÁGINA 8

En el 50° aniversariode la «Sacrosanctum Concilium»

Aún quedamucho por hacer

PÁGINA 11Icono de la Presentación realizado para el

encuentro de las familias en el Año de la fe

La unidad de la Iglesia es un don que viene de Cristo, mientras que «losconflictos son problemas que no siempre son de Cristo». Lo afirmó el Pontíficeantes de la oración mariana el domingo 23 de febrero, en la plaza de San Pedro,al recordar que la vocación del obispo y del cardenal es ser servidor y no dueño.

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Motu proprio

Comoel administradorfiel y prudente

Con el motu proprio «Fidelis dis-pensator et prudens», con fechadel 24 de febrero, el Papa Francis-co ha constituido una nueva es-tructura de coordinación para losasuntos económicos y administra-

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Carta a las familias

tivos de la SantaSede y del Esta-do de la Ciudaddel Vaticano.

Del mismomodo que el ad-ministrador fiel yprudente tiene latarea de cuidarcon esmero cuanto le ha sido con-fiado, así la Iglesia es conscientede la responsabilidad que tiene desalvaguardar y gestionar diligente-mente sus propios bienes, a la luzde su misión evangelizadora y conparticular solicitud hacia los nece-sitados.

PÁGINA 2«Queridas familias,me presento a lapuerta de su casa pa-ra hablarles...». Es eltono familiar con elcual el Papa Francis-co se dirige, a travésde una carta, a todaslas familias del mun-

do, pidiendo oraciones por el Sínodode los obispos que, entre 2014 y 2015,dedicará dos asambleas al tema de lafamilia, para reflexionar juntos sobre«vuestra vocación y misión en la Igle-sia y en la sociedad», sobre los «pro-blemas del matrimonio, de la vida fa-miliar, de la educación de los hijos» y,no por último, sobre «la tarea de lasfamilias en la misión de la Iglesia».

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Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

En la segunda lectura de este do-mingo, san Pablo afirma: «Que na-die se gloríe en los hombres, puestodo es vuestro: Pablo, Apolo, Ce-fas, el mundo, la vida, la muerte, lopresente, lo futuro. Todo es vuestro,vosotros sois de Cristo y Cristo esde Dios» (1 Cor 3, 21-23). ¿Por quédice esto el Apóstol? Porque el pro-blema que tiene delante es el de lasdivisiones en la comunidad de Co-rinto, donde se habían formadogrupos que se referían a los diversos

predicadores, considerándolos susjefes; decían: «Yo soy de Pablo, yosoy de Apolo, yo soy de Cefas...»(1, 12). San Pablo explica que estemodo de pensar es erróneo, porquela comunidad no pertenece a losapóstoles, sino que son ellos —losap óstoles— quienes pertenecen a lacomunidad; y la comunidad, com-pleta, pertenece a Cristo.

De esta pertenencia se deriva queen las comunidades cristianas —dió-cesis, parroquias, asociaciones, mo-vimientos— las diferencias no pue-

El Papa Francisco en su primer consistorio ordinario público crea diecinueve cardenales en la basílica vaticana

Artesanos de la paz«El comportamiento de Dios» debeconvertirse en «regla de nuestras ac-ciones». Es la recomendación del Pa-pa Francisco a los diecinueve carde-nales creados en el consistorio del sá-bado 22. Con dieciocho de ellos con-celebró la misa el domingo 23 de fe-brero, en la basílica de San Pedro.«Amemos —dijo el Papa— a quienesnos contrarían; bendigamos a quienhabla mal de nosotros; saludemoscon una sonrisa al que tal vez no lomerece; no pretendamos hacernos va-ler, contrapongamos más bien lamansedumbre a la prepotencia; olvi-demos las humillaciones recibidas.Dejémonos guiar siempre por el Es-píritu de Cristo».

PÁGINAS 6 Y 7

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L’OSSERVATORE ROMANOEDICIÓN SEMANAL

Unicuique suum

EN LENGUA ESPAÑOLANon praevalebunt

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página 2 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de febrero de 2014, número 9

Motu proprio del Papa Francisco

Como el administrador fiel y prudenteInstituidos el Consejo y la Secretaría de asuntos económicos como dicasterio de la Curia romana

Con el motu proprio «Fidelisdispensator et prudens», publicado ellunes 24 de febrero, el Papa Franciscoha creado una nueva estructura decoordinación para las cuestioneseconómicas y administrativas de laSanta Sede, instituyendo el Consejo yla Secretaría de asuntos económicos.

Motu propriodel Papa Francisco

Fidelis dispensator et prudens(Lc 12, 42).

Del mismo modo que el adminis-trador fiel y prudente tiene la tareade cuidar con esmero cuanto le hasido confiado, así la Iglesia es cons-ciente de la responsabilidad que tie-ne de salvaguardar y gestionar dili-gentemente sus propios bienes, a laluz de su misión evangelizadora ycon particular solicitud hacia los ne-cesitados. Especialmente, la gestióneconómica y financiera de la SantaSede está íntimamente relacionadacon su misión específica, no sólo alservicio del ministerio universal delSanto Padre, sino también del biencomún, en aras del desarrollo inte-gral de la persona humana.

Después de haber consideradoatentamente los resultados del traba-jo de la Comisión referente de la or-ganización de la estructura económi-co-administrativa de la Santa Sede(cf. Q u i ró g ra f o del 18 de julio de2013), tras haber consultado al Con-sejo de cardenales para la reformade la Constitución apostólica Pastorbonus y al Consejo de cardenales pa-ra el estudio de los problemas orga-nizativos y económicos de la SantaSede, con esta Carta apostólica enforma de Motu proprio establezcocuanto sigue:

CONSEJO DE ASUNTOSECONÓMICOS

1. Queda instituido el Consejo deasuntos económicos, con la tarea desupervisar la gestión económica y vi-gilar las estructuras y actividades ad-ministrativas y financieras de los di-casterios de la Curia romana, de lasinstituciones relacionadas con la

Santa Sede y del Estado de la Ciu-dad del Vaticano.

2. El Consejo de asuntos econó-micos está compuesto por quincemiembros, ocho de los cuales son

elegidos entre cardenales y obispos,de modo tal que quede reflejada launiversalidad de la Iglesia, y siete,expertos laicos de diversas nacionali-dades, con competencia financiera yde reconocida profesionalidad.

3. El Consejo de asuntos económi-cos está presidido por un cardenalco ordinador.

SE C R E TA R Í ADE ASUNTOS ECONÓMICOS

4. Queda instituida la Secretaríade asuntos económicos, como dicas-terio de la Curia romana según laconstitución apostólica Pastor bonus.

5. Teniendo en cuenta las indica-ciones del Consejo de asuntos econó-micos, la Secretaría responde directa-mente ante el Santo Padre y lleva acabo el control económico y la vigi-lancia de los Entes detallados en elpunto 1, así como las políticas y losprocedimientos relativos a las adqui-siciones y a la adecuada distribuciónde recursos humanos, respetando lascompetencias propias de cada Ente.La competencia de la Secretaría seextiende, por tanto, a todo lo rela-cionado con el ámbito económico.

6. La Secretaría de asuntos econó-micos está presidida por un cardenalprefecto, que colabora con el secre-tario de Estado. Un prelado secreta-rio general tiene la tarea de ayudaral cardenal prefecto.

AUDITOR GENERAL

7. El auditor general es nombradopor el Santo Padre y tiene la tareade realizar la revisión contable (au-dit) de los entes indicados en el pun-to 1.

LOS E S TAT U T O S

8. El cardenal prefecto es respon-sable de la redacción de los Estatu-tos definitivos del Consejo y de laSecretaría de asuntos económicos yde la Oficina del auditor general.Los Estatutos serán presentadosquam primum a la aprobación delSanto Padre.

Dispongo que cuanto queda esta-blecido entre en vigor de manera in-mediata, plena y estable, abrogandotodas las disposiciones incompati-bles, y que la presente Carta apostó-lica en forma de Motu proprio seapublicada en «L’Osservatore Roma-no» del 24-25 de febrero de 2014 yposteriormente en Acta ApostolicaeSedis.

Roma, junto a San Pedro,24 de febrero de 2014,

primer año de mi Pontificado.

El cardenal George Pellprefecto de la Secretaría

El cardenal George Pell es el pre-fecto de la Secretaría para losasuntos económicos. Nació el 8de junio de 1941 en Ballarat, Aus-tralia. Recibió la ordenación sa-cerdotal el 16 de diciembre de1966. Obtuvo la licenciatura enteología en la Pontificia Universi-dad Urbaniana, un doctorado fi-losófico en historia de la Iglesiaen Oxford y un máster en educa-ción en Melbourne.

Juan Pablo II lo nombró obis-po auxiliar de la archidiócesis deMelbourne el 30 de marzo de1987; recibió la ordenación episco-pal el 21 de mayo sucesivo. En1988 fue nombrado presidente dela Cáritas australiana, cargo quedesempeñó hasta 1997. En 1990fue elegido relator general de laVII asamblea ordinaria del Sínodode los obispos, dedicada a la for-mación de los sacerdotes. Sucesi-vamente participó en otras asam-bleas sinodales. En 1994 la Con-gregación para la evangelizaciónde los pueblos lo nombró visita-dor apostólico de varios semina-rios nacionales del continente.

El 16 de julio de 1996 Juan Pa-blo II lo promovió a arzobispo deMelbourne; el 26 de marzo de2001 lo trasladó a la sede primadade Sydney; y en abril de 2002 lonombró, además, presidente delcomité «Vox Clara» para la tra-ducción al inglés de los textos li-túrgicos. Y en el consistorio del

21 de octubre de 2003 lo creó car-denal con el título de Santa Ma-ría Domenica Mazzarello.

Participó en el Cónclave que el19 de abril de 2005 eligió a Bene-dicto XVI. Y en julio de 2008 aco-gió al Papa Ratzinger en Sydney,para la XXIII Jornada mundial dela juventud.

Además, participó en el Cón-clave que el 13 de marzo de 2013eligió al Papa Francisco, quien enabril sucesivo lo nombró miembrodel consejo de los ocho cardena-les, que tiene la misión de aconse-jarlo en el gobierno de la Iglesiauniversal y de estudiar un proyec-to de revisión de la constituciónapostólica Pastor bonus sobre laCuria romana.

Es miembro de varias Congre-gaciones y Consejos pontificios,además del Consejo de cardenalespara el estudio de las cuestionesorganizativas y económicas de laSanta Sede.

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número 9, viernes 28 de febrero de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 3

El Pontífice pide el apoyo de la oración para las próximas asambleas del Sínodo de los obispos

Carta a las familias

Queridas familias:Me presento a la puerta de su ca-

sa para hablarles de un aconteci-miento que, como ya saben, tendrálugar el próximo mes de octubre enel Vaticano. Se trata de la Asambleageneral extraordinaria del Sínodo delos obispos, convocada para tratar eltema «Los retos pastorales de la fa-milia en el contexto de la evangeli-zación». Pues la Iglesia hoy está lla-mada a anunciar el Evangelio afron-tando también las nuevas emergen-cias pastorales relacionadas con lafamilia.

Este señalado encuentro es impor-tante para todo el Pueblo de Dios,obispos, sacerdotes, personas consa-gradas y fieles laicos de las Iglesiasparticulares del mundo entero, queparticipan activamente en su prepa-ración con propuestas concretas ycon la ayuda indispensable de laoración. El apoyo de la oración esnecesario e importante especialmentede parte de ustedes, queridas fami-lias. Esta Asamblea sinodal está de-dicada de modo especial a ustedes, asu vocación y misión en la Iglesia yen la sociedad, a los problemas delmatrimonio, de la vida familiar, dela educación de los hijos, y a la tareade las familias en la misión de laIglesia. Por tanto, les pido que invo-quen con insistencia al Espíritu San-to, para que ilumine a los padres si-nodales y los guíe en su grave res-ponsabilidad. Como saben, a estaAsamblea sinodal extraordinaria se-guirá un año después la Asambleaordinaria, que tratará el mismo temade la familia. Y, en ese contexto, enseptiembre de 2015, tendrá lugar elEncuentro mundial de las familiasen Filadelfia. Así pues, oremos todosjuntos para que, mediante estas ini-ciativas, la Iglesia realice un auténti-co camino de discernimiento y adop-te los medios pastorales adecuadospara ayudar a las familias a afrontarlos retos actuales con la luz y lafuerza que vienen del Evangelio.

Les escribo esta carta el día enque se celebra la fiesta de la Presen-tación de Jesús en el templo. En elEvangelio de Lucas vemos que laVirgen y san José, según la Ley deMoisés, llevaron al Niño al templopara ofrecérselo al Señor, y dos an-cianos, Simeón y Ana, impulsadospor el Espíritu Santo, fueron a suencuentro y reconocieron en Jesús alMesías (cf. Lc 2, 22-38). Simeón lo

tomó en brazos y dio gracias a Diosporque finalmente había «visto» lasalvación; Ana, a pesar de su avan-zada edad, cobró nuevas fuerzas y sepuso a hablar a todos del Niño. Esuna hermosa imagen: dos jóvenespadres y dos personas ancianas, reu-

nidas por Jesús. ¡Realmente Jesúshace que generaciones diferentes seencuentren y se unan! Él es la fuenteinagotable de ese amor que vencetodo egoísmo, toda soledad, todatristeza. En su camino familiar, uste-des comparten tantos momentos

inolvidables: las comidas, el descan-so, las tareas de la casa, la diversión,la oración, las excursiones y peregri-naciones, la solidaridad con los ne-cesitados… Sin embargo, si falta elamor, falta la alegría, y el amor au-téntico nos lo da Jesús: Él nos ofre-ce su Palabra, que ilumina nuestrocamino; nos da el Pan de vida, quenos sostiene en las fatigas de cadadía.

Queridas familias, su oración porel Sínodo de los obispos será unprecioso tesoro que enriquecerá a laIglesia. Se lo agradezco, y les pidoque recen también por mí, para quepueda servir al Pueblo de Dios en laverdad y en la caridad. Que la pro-tección de la Bienaventurada VirgenMaría y de san José les acompañesiempre y les ayude a caminar uni-dos en el amor y en el servicio mu-tuo. Invoco de corazón sobre cadafamilia la bendición del Señor.

Vaticano, 2 de febrero de 2014Fiesta de la Presentación del Señor

En el corazón de la IglesiaVINCENZO PAGLIA*

Nunca como en estos meses la fa-milia está en la mente y en el cora-zón de la Iglesia. Las recomenda-ciones e indicaciones del PapaFrancisco en este primer año depontificado; la peregrinación de lasfamilias en el Año de la fe; el en-cuentro del Papa Francisco con losnovios en la fiesta de san Valentín;familia y matrimonio en el estudiode las jornadas del Consistorio; lapreparación y la celebración de lapróxima asamblea extraordinariadel Sínodo de los obispos de 2014sobre el tema: «Los desafíos pasto-rales de la familia en el contexto dela evangelización»; la Jornada mun-dial de las familias en Filadelfia enseptiembre de 2015; el Sínodo ordi-nario de octubre de 2015: éstos sonlos acontecimientos que en estosaños hablan desde el corazón de laIglesia y tocan en profundidad elcorazón de la familia humana ycristiana.

El Papa Francisco, con esta cartaa las «Queridas familias» del mun-do, quiere implicarlas en el caminosinodal, una «peregrinación» queevoca con especial eficacia la ima-gen de la presentación de Jesús enel templo. La oración es el primermodo de participar en ese caminocomún. Las familias —ésta es la in-tención del Papa Francisco— no sonsencillamente el objeto de una aten-ción. Ellas son también el sujeto deesta peregrinación, ya que son parte

preponderante de la Iglesia y estánmarcadas por el sacramento del ma-trimonio. El Papa mira a las fami-lias con la gratitud de quien vis-lumbra la obra que Dios mismorealiza a través del amor del hom-bre y la mujer, de los padres y lasmadres, de los hijos e hijas, de loshermanos y hermanas, de los abue-los y los nietos.

No se puede olvidar que la irra-diación del primer cristianismo tuvolugar a través de la red de las fami-lias. Es una gran lección tambiénpor ello para este tiempo nuestroque invoca una nueva época misio-nera de la predicación evangélica.El apóstol Pablo no recurría a la re-tórica cuando, evocando el origina-rio mandamiento del Creador:«Abandonará el varón a su padre ya su madre, se unirá a su mujer yserán los dos una sola carne» (Gn2, 24), escribía a los cristianos deÉfeso: «Es éste un gran misterio: yyo lo refiero a Cristo y a la Iglesia»(Ef 5, 32). Es uno de los pasajesmás emocionantes y profundos desan Pablo sobre la Iglesia. Estetiempo, ¡es el tiempo de las fami-lias!

El Papa pide a las familias cris-tianas que sientan la responsabili-dad de su misión en este tiemponuestro tan confuso e inquieto. Pi-de su ayuda. Por lo demás, si existeun tema de la vida cristiana, para elcual es indispensable el apoyo delas familias tanto al Papa como a laIglesia, es precisamente éste. Si no

existieran las familias, la palabra deJesús —la palabra de la Iglesia, lapalabra del Papa— sobre el amor es-ponsal que es capaz de abrirse alágape de Dios por todos, se presen-taría abstracta, veleidosa, ineficaz.Pero las familias, gracias a Dios,existen y su presencia está viva. Essignificativo, por ello, que los pas-tores y las familias vivan en estetiempo «concordes en la oración»como en un cenáculo espiritual querecoge a todo el mundo, en esperade que el Espíritu suscite un reno-vado Pentecostés.

El Papa, mientras exhorta a laoración por el Sínodo, parece decirtambién a todas las familias cristia-nas: «Vosotros sois nuestra carta»(2 Cor 3, 2). En efecto, ¿quién me-jor que las familias creyentes pue-den hablar del gran don que son elmatrimonio y la familia para la hu-manidad? ¿Quién mejor que ellaspueden decir —y no sólo con pala-bras— que la familia fundada en elmatrimonio es un bien incompara-ble, que se debe custodiar con todaatención? Con estas breves palabrasel Papa sugiere que el hermoso tes-timonio de las familias creyentes esverdaderamente como una carta«escrita en nuestro corazón», desti-nada a ser «leída por todos», paratocar en lo profundo el corazón demuchos.

* P re s i d e n t edel Consejo pontificio para la familia

El Papa Francisco pide «el apoyo de la oración»para el Sínodo de los obispos que, entre 2014 y2015, dedicará dos asambleas al tema de la familia.Lo hace con una carta dirigida a las familiasmismas —con fecha del 2 de febrero y publicada el

martes 25— donde recuerda la importanciade las dos citas sinodales, junto a las cuales sesitúa el encuentro mundial en Filadelfia enseptiembre del próximo año. «Oremos todos juntospara que, mediante estas iniciativas —escribe—,

la Iglesia realice un auténtico camino dediscernimiento y adopte los medios pastoralesadecuados para ayudar a las familias a afrontarlos retos actuales con la luz y la fuerza que vienendel Evangelio».

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página 4 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de febrero de 2014, número 9

El Pontífice abre los trabajos del consistorio extraordinario sobre la familia

Una pastoral animosa y llena de amor

Queridos hermanos:

Os saludo cordialmente y doygracias con vosotros al Señor, quenos concede estos días para encon-trarnos y trabajar juntos. Damos la

bienvenida especialmente a los her-manos que este sábado serán creadoscardenales, y los acompañamos conla oración y el afecto fraterno. Agra-dezco al cardenal Sodano sus ama-bles palabras.

En estos días reflexionaremos demodo particular sobre la familia, quees la célula básica de la sociedad hu-mana. El Creador ha bendecido des-de el principio al hombre y a la mu-jer para que fueran fecundos y semultiplicaran sobre la tierra; así, lafamilia representa en el mundo co-mo un reflejo de Dios, Uno y Trino.

Nuestra reflexión tendrá siemprepresente la belleza de la familia ydel matrimonio, la grandeza de estarealidad humana, tan sencilla y a lavez tan rica, llena de alegrías y espe-

ranzas, de fatigas y sufrimientos, co-mo toda la vida. Trataremos de pro-fundizar en la teología de la familia,y en la pastoral que debemos em-prender en las condiciones actuales.Hagámoslo con profundidad y sincaer en la «casuística», porque estoharía reducir inevitablemente el nivelde nuestro trabajo. Hoy, la familia esdespreciada, es maltratada, y lo quese nos pide es reconocer lo bello,auténtico y bueno que es formar unafamilia, ser familia hoy; lo indispen-sable que es esto para la vida delmundo, para el futuro de la humani-dad. Se nos pide que realcemos elplan luminoso de Dios sobre la fa-milia, y ayudemos a los cónyuges avivirlo con alegría en su vida, acom-pañándoles en sus muchas dificulta-des, con una pastoral inteligente,animosa y llena de amor.

Gracias en nombre de todos alcardenal Walter Kasper por la valio-sa contribución que nos ofrece consu introducción.

Gracias a todos, y buena jornadade trabajo.

Ponencia del cardenal Kasper

Cómo conjugar fidelidad a la Palabra de Diosy misericordia

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Llamamiento al inicio del consistorio

Un mundo que preocupa

Es necesario ayudar a los cónyuges a vivir con alegría el plan de Dios sobre lafamilia, acompañándoles con «una pastoral inteligente, animosa y llena deamor». Es la orientación que dio el Papa Francisco en la reflexión delConsistorio extraordinario convocado el jueves 20 de febrero, por la mañana, enel aula del Sínodo en el Vaticano. Un trabajo por hacer «con profundidad—recomendó el Pontífice al inicio de los trabajos— y sin caer en la casuística»,porque esto «haría reducir inevitablemente el nivel de nuestro trabajo».

El primer pensamiento del Papa en la aperturadel consistorio extraordinario reunido el vier-nes 21 de febrero, por la mañana, en el auladel Sínodo en el Vaticano, fue para Ucrania.Al dirigirse a los casi ciento cincuenta cardena-les presentes, el Santo Padre empezó así:«Quiero enviar un saludo, no sólo personal si-no en nombre de todos, a los cardenales ucra-nios —el cardenal Jaworski, arzobispo eméritode Leópolis, y el cardenal Husar, arzobispomayor emérito de Kiev— que en estos días su-fren mucho y tienen numerosas dificultades ensu patria. Tal vez sería hermoso hacerles llegareste mensaje en nombre de todos: ¿estáis deacuerdo, todos vosotros, con esto?». Con uncaluroso aplauso los cardenales se adhirieron ala iniciativa del Pontífice. Al final de la maña-na el cardenal Angelo Sodano, decano del Co-legio cardenalicio, transmitió el mensaje conun telegrama.

El aplauso de los purpurados no fue sólo elsigno de la adhesión a las palabras del Papa si-no también la manifestación de las fuertes preo-cupaciones que recorren el consistorio extraor-dinario, relacionadas con la dramática situaciónde la población ucrania y las tragedias que es-tán ensangrentando a tantos países. Preocupa-ciones que encontraron eco en una declaracióndel director de la Oficina de prensa de la SantaSede, padre Lombardi, al final de la mañana.

En la apertura del encuentro el Papa expre-só su complacencia al cardenal Kasper por sutrabajo. «Ayer —dijo— antes de dormirme, pe-ro no para adormecerme, leí, releí el trabajodel cardenal Kasper y quiero darle las gracias,porque encontré una profunda teología, tam-bién un pensamiento sereno en la teología. Esagradable leer teología serena. Y también en-contré lo que san Ignacio nos decía, ese sensusEcclesiae, el amor a la Madre Iglesia… Me hi-zo bien y me surgió una idea y, disculpe Emi-nencia si le hago pasar vergüenza, pero la ideaes que esto se llama “hacer teología de rodi-llas”. Gracias». El padre Lombardi, por últi-mo, informó sobre la continuación de los tra-bajos del consistorio, comunicando los nom-bres de los cardenales presidentes delegadospara el próximo Sínodo: Vingt-Trois, Assis yTa g l e .

Fue una ponencia muy coherente con la perspecti-va indicada por el Papa Francisco. Un texto quelleva a «mirar con realismo a la familia y a con-templar con profundidad su inserción en el pro-yecto de Dios», con la convicción de que «todolo que es hermoso en la familia también lo anun-cia el Evangelio para el bien de la persona y de lahumanidad». Con estas palabras el padre Federi-co Lombardi, director de la Oficina de prensa dela Santa Sede, explicó el sentido de la larga y arti-culada ponencia que el cardenal Walter Kasperpronunció el jueves 20 de febrero, por la mañana,en el aula del Sínodo, en el Vaticano, durante lainauguración del consistorio extraordinario convo-cado por el Papa Francisco.

La ponencia, en su densa redacción —su lecturaduró alrededor de dos horas— será para uso exclu-sivo de los cardenales. En efecto, la solicitaron pa-ra tener una base que oriente la reflexión y la dis-cusión. El padre Lombardi brindó a los periodis-tas una amplia síntesis de ella durante el briefingque tuvo lugar al final de la mañana en la Oficinade prensa de la Santa Sede.

Está claro que se trata de una reflexión orienta-da al redescubrimiento del evangelio de la familia.El primer punto del texto analiza a la familia enel orden de la creación, proponiendo una visiónde la misma en la perspectiva bíblica del Génesisy del proyecto de Dios.

El segundo punto, en cambio, se refiere a lasestructuras de pecado en la vida de la familia.Afronta los problemas, las tensiones y la aliena-ción que plantean hoy innumerables desafíos a lainstitución familiar en la sociedad contemporánea:desde las dificultades de la relación entre el hom-bre y la mujer, entre el cuerpo y el espíritu, entreel hombre y la naturaleza, pasando por los con-flictos y las tensiones que se desarrollan en la fa-milia, hasta los sufrimientos y las dificultades delas mujeres y de las madres.

El tercer punto concierne a la familia en el or-den cristiano de la redención. «Aquí el cardenalKasper —observó el padre Lombardi— retoma laspalabras del Evangelio y del Nuevo Testamentorelacionadas con la familia, las palabras de Jesús ylas palabras de la carta a los Efesios, juntamentecon otras referencias neotestamentarias, al hablar

del matrimonio como sacramento, como instru-mento de sanación y también como instrumentode la gracia santificante». Desde este punto devista, el jesuita subrayó, en particular, «un pasajemuy hermoso sobre la ley de gradualidad, sobrecómo seguir creciendo de modo siempre nuevo ycada vez más profundo en el misterio de Cristo».

Esta ley de gradualidad se presenta como unelemento importantísimo para la vida y la pastoralmatrimonial y familiar: «No significa gradualidadde la ley —puntualizó el padre Lombardi—, sinogradualidad, es decir, crecimiento en la compren-sión y en la realización de la ley y del Evangelio,que es una ley de libertad. Los fieles, en situacio-nes a menudo difíciles, tienen necesidad de tiem-po y de acompañantes pacientes en su camino».Y quizá precisamente aquí esté el espíritu del Pa-pa Francisco, el modo como habla de la necesidadde una Iglesia que acompañe. Más aún, el carde-nal Kasper, como explicó el director de la Oficinade prensa, «también hizo alguna referencia al usode las palabras “permiso, gracias, perdón” en lavida diaria en camino según el espíritu del Evan-gelio». Palabras que, como se sabe, el Pontíficeconsideró muchas veces indispensables en la vidade pareja.

Una parte muy importante de la ponencia co-rresponde a la familia como Iglesia doméstica.«Al proponer una visión pastoral de la familiahoy y de su inserción en la vida de la Iglesia —ob-servó el padre Lombardi—, Kasper insiste muchoen este tema». Una visión de la Iglesia domésticaconsiderada «con cierta amplitud: no sólo la fami-lia como núcleo, sino también la familia que seensancha, que es acogedora, que es lugar de en-cuentro, de espiritualidad familiar, de grupos deoración». El texto recuerda «también las peque-ñas comunidades, las comunidades de base. Entorno a la idea de Iglesia doméstica, punto centralde vitalidad y experiencia de la Iglesia, se desarro-lla, pues, el tema del papel de la familia, de su lu-gar en la vida de la Iglesia y en la nueva evangeli-zación».

Precisamente aquí la ponencia del purpuradointroduce la cuestión de los divorciados vueltos a

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número 9, viernes 28 de febrero de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 5

Diálogo con el arzobispo secretario general Lorenzo Baldisseri

Un Sínodo paraencontrar a la gente

NICOLA GORI

Hay mucho sufrimiento en las res-puestas al cuestionario para el próxi-mo Sínodo sobre la familia. A la se-cretaría general han llegado cercadel ochenta por ciento del total derespuestas que se esperan. En unprimer examen destaca precisamenteel sufrimiento que expresan «sobretodo quienes se sienten excluidos oabandonados por la Iglesia a causade su estado de vida, que no corres-ponde a su doctrina o a su discipli-na», nos dijo el arzobispo LorenzoBaldisseri, secretario general del Sí-nodo de los obispos, que el sábado22 recibió la birreta cardenalicia. Enla entrevista que concedió a nuestroperiódico en vísperas del consistorio,el secretario general también hablódel papel que deberá desempeñar elSínodo precisamente para respondera los nuevos desafíos que la socie-dad contemporánea plantea a laIglesia.

Han llegado las respuestas al cuestio-nario enviado a todas las diócesis delmundo. ¿Puede proporcionarnos algunaestadística sobre las respuestas que ha-béis recibido?

Hasta el 19 de febrero han llegadoa esta secretaría general cerca delochenta por ciento de las respuestasde las Conferencias episcopales ymás del sesenta por ciento de lasrespuestas de los dicasterios roma-nos, así como más de setecientas res-puestas individuales y de grupos.Muchas diócesis enviaron por correouna copia de las respuestas que yahabían mandado electrónicamente asus respectivas Conferencias episco-pales. Este porcentaje es indicativo,y de gran interés, de la atenciónprestada a la encuesta. Quiero aña-dir que la iniciativa sinodal sobre eltema de la familia, preguntando a labase, es decir, a las personas que vi-ven en primera línea esta experien-cia, originó una reacción espontáneaque sorprende, pero que es, en cam-bio, la prueba de cuán necesario essalir de los palacios e ir a las perife-rias.

¿Destacan aspectos particulares?

La urgencia de tomar concienciade la realidad que vive la gente, dereanudar el diálogo pastoral con laspersonas que se han alejado por di-versas razones internas de la Iglesiay externas de la sociedad. En las res-puestas se advierte mucho sufrimien-to, sobre todo de quienes se sientenexcluidos o abandonados por laIglesia a causa de su estado de vida,que no corresponde a su doctrina oa su disciplina. La panorámica esmundial; por lo tanto, están en jue-go factores culturales que se con-frontan con la fe cristiana y se perci-ben elementos que convergen, pro-venientes a menudo de horizontesculturales y tradiciones distantes oincluso opuestos. Con la iniciativasinodal se ha abierto un camino deconfianza para muchos, que la ha-

bían perdido. La figura del PapaFrancisco confirma, día a día, unnuevo enfoque humano y cristianoque hace vibrar a las personas y lasdispone a la escucha y a la acogidade lo que es un bien para ellas, aun-que haya sufrimiento.

¿Qué se ha programado para la próxi-ma reunión del consejo de la secretaríageneral del Sínodo?

La reunión comenzará el lunes 24de febrero por la mañana con algu-nas informaciones sobre el trabajopreparatorio realizado. Después sepresentará a los miembros de la se-cretaría el primer borrador del Ins-trumentum laboris, fruto de la encues-ta efectuada con el documento pre-paratorio, que incluía el cuestiona-rio. La lectura y la síntesis de las res-puestas estuvieron a cargo de ungrupo de expertos, en estrecha coor-dinación con esta secretaría general.La discusión y la profundización deldocumento darán una importantecontribución a la elaboración del se-gundo borrador, al que seguirá unlapso de tiempo, al menos dos me-ses, para integrarlo con otras contri-buciones que puedan provenir de lasrespuestas atrasadas o de otros estu-dios puntuales sobre ciertos aspectosde mayor interés y complejidad. Enmayo se podría realizar otra reunióndel consejo ordinario de la secretaríapara elaborar el texto final del Ins-trumentum laboris, que se debe enviara los presidentes de las Conferenciasepiscopales como miembros de la

Asamblea extraordinaria de octubrey a todos los demás que tienen dere-cho.

¿Cuál será el nuevo papel del Sínodoen el seno de la Iglesia?

Creo que ya es obvio que el PapaFrancisco quiere que el Sínodo de-sempeñe un papel nuevo. Ante todo,quiere que sea realmente expresiónde la colegialidad en el gobierno dela Iglesia. Para convencerse de ello,basta pensar en sus numerosas inter-venciones al respecto. Por ejemplo,la convocación de un Sínodo ex-traordinario sobre la familia, cuyarealización tendrá dos etapas; la di-námica que ya ha asumido a partirde la encuesta realizada para impli-car a la base; la oración por el Síno-do de la familia, que rezó durante elÁngelus del 29 de diciembre del añopasado, fiesta litúrgica de la Sagrada

Familia; el reciente encuentro conlos novios en la fiesta de san Valen-tín, en la plaza de San Pedro; y elconsistorio durante el cual los carde-nales están llamados a reflexionarsobre la familia. Todo esto, más loque ya se ha hecho, manifiesta laimportancia atribuida no sólo al te-ma en sí de la familia, sino tambiénal papel que debe desempeñar el Sí-nodo precisamente como expresiónde colegialidad y participación en elgobierno pastoral de la Iglesia. Lasperspectivas se amplían en la medi-da en que los obispos perciben sufunción de pastores: en sus circuns-cripciones eclesiásticas deben hacerpastoral y ejercer la comunión consu propio clero de forma colegial através de los consejos de consultoresy presbíteros y del consejo pastoral.El desafío es global y toca el interiorde la Iglesia y su misión evangeliza-dora en el mundo.

Ponencia del cardenal KasperVIENE DE LA PÁGINA 4

casar. Un problema afrontado «con amplitud —destacóel padre Lombardi— y en sus diferentes aspectos, rea-firmando que se trata de mantener unido el binomioinseparable de fidelidad a la palabra de Jesús y miseri-cordia, la comprensión de la misericordia de Dios en lavida de las personas».

La ponencia del cardenal también contempló la te-mática de la validez del matrimonio. Hay una ampliacita del discurso del Papa Francisco del 24 de eneropasado a los oficiales del Tribunal de la Rota romana,sobre todo la parte en que afirma que la dimensión ju-rídica y la dimensión pastoral no están en contraposi-ción. Y hay muchas referencias a las contribuciones da-das por Joseph Ratzinger —ya sea como cardenal, yasea como Pontífice— para afrontar esta temática. El pa-dre Lombardi explicó también que la ponencia abordóen particular el hecho de que, «más allá del rigorismoy del laxismo», es necesario «reflexionar sobre si el ca-mino del sacramento de la penitencia es un camino pa-ra buscar soluciones a las situaciones difíciles y, sobretodo, para los divorciados vueltos a casar».

El padre Lombardi refirió luego que, indicando la fi-gura de san Alfonso María de Ligorio, el cardenal Kas-per invitó a considerar su sabiduría y su conocimientopastoral y, sobre todo, su d i s c re t i o : «“Espero —dijo elpadre Lombardi citando literalmente al relator— que enel camino de esta discreción, durante el proceso sino-dal, logremos encontrar una respuesta común para tes-timoniar de modo creíble la Palabra de Dios en las si-tuaciones humanas difíciles”». Se trata de un «mensajede fidelidad, pero también de misericordia», comentóel jesuita, que hay que «lograr conjugar de modo creí-ble». Una última observación importante atañe a la re-

lación con el camino del Sínodo de los obispos: consis-torio y sínodo. «Kasper afirma que su ponencia —esp e-cificó el director de la Oficina de prensa— no pretendeafrontar todas las cuestiones ni pretende anticipar el re-sultado del Sínodo, es decir, del camino común de to-da la Iglesia, el camino de la escucha recíproca atentay del intercambio de oración. Más bien, quiere que seauna especie de o u v e r t u re que lleva al tema, con la espe-ranza de que al final se logre una sinfonía, esto es, unconjunto armonioso de todas las voces en la Iglesia, in-cluso las voces que pueden ser disonantes. Esta ponen-cia da una contribución a la reflexión de los cardenalesy se coloca en el camino más amplio de toda la Iglesia,que avanza hacia los próximos sínodos para buscar res-puestas armoniosas y creíbles a la temática de la pasto-ral de la familia en el mundo de hoy».

Significativa fue la conclusión de la ponencia, leídaíntegramente por el padre Lombardi: «Debemos tomarun punto de partida positivo y redescubrir y anunciarel evangelio de la familia en toda su belleza. La verdadconvence mediante la belleza. Debemos contribuir conpalabras y hechos, para lograr que las personas en-cuentren la felicidad en la familia, y de este modo pue-dan dar a las demás familias el testimonio de su ale-gría. Debemos considerar nuevamente a la familia co-mo Iglesia doméstica, convertirla en el camino privile-giado de la nueva evangelización y de la renovación dela Iglesia, una Iglesia que es un camino al lado de lagente y con la gente. En familia, las personas están encasa o, por lo menos, buscan una casa en la familia. Enlas familias, la Iglesia encuentra la realidad de la vida,por eso las familias son un banco de pruebas para lapastoral y una urgencia para la nueva evangelización.La familia es el futuro, y también para la Iglesia es elcamino del futuro».

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número 9, viernes 28 de febrero de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO páginas 6/7

En el primer consistorio del Papa Francisco la creación de diecinueve cardenales

Jesús camina delante de nosotrosDurante el consistorio ordinario públicopara la creación de 19 cardenales, quetuvo lugar el sábado 22 de febrero, por lamañana, en la basílica de San Pedro, elPapa pronunció la siguiente alocución.

«Y Jesús iba delante de ellos...» (Mc 10,32).También en este momento Jesús cami-na delante de nosotros. Él siempre estápor delante de nosotros. Él nos precedey nos abre el camino... Y ésta es nues-tra confianza y nuestra alegría: ser dis-cípulos suyos, estar con Él, caminartras Él, seguirlo...

Cuando con los cardenales hemosconcelebrado juntos la primera misa enla Capilla Sixtina, «caminar» ha sido laprimera palabra que el Señor nos hapropuesto: caminar, y después construiry confesar.

Hoy vuelve esta palabra, pero comoun acto, como una acción de Jesús quecontinúa: «Jesús caminaba...». Nos lla-ma la atención esto en los evangelios:Jesús camina mucho e instruye a los su-yos a lo largo del camino. Esto es im-portante. Jesús no ha venido a enseñaruna filosofía, una ideología..., sino una«vía», una senda para recorrerla conÉl, y la senda se aprende haciéndola,caminando. Sí, queridos hermanos, estaes nuestra alegría: caminar con Jesús.

Y esto no es fácil, no es cómodo,porque la vía escogida por Jesús es lavía de la cruz. Mientras van de camino,Él habla a sus discípulos de lo que lesucederá en Jerusalén: anuncia su pa-sión, muerte y resurrección. Y ellos sequedan «sorprendidos» y «asustados».Sorprendidos, cierto, porque para ellossubir a Jerusalén significaba participar

en el triunfo del Mesías, en su victoria,como se ve luego en la petición deSantiago y Juan; y asustados por loque Jesús habría tenido que sufrir, yque también ellos corrían el riesgo dep a d e c e r.

A diferencia de los discípulos de en-tonces, nosotros sabemos que Jesús havencido, y no deberíamos tener miedode la cruz, sino que, más bien, en lacruz tenemos nuestra esperanza. Noobstante, también nosotros somos hu-manos, pecadores, y estamos expuestosa la tentación de pensar según el modode los hombres y no de Dios.

Y cuando se piensa de modo munda-no, ¿cuál es la consecuencia? Dice elEvangelio: «Los otros diez se indignaroncontra Santiago y Juan» (v. 41). Ellosse indignaron. Si prevalece la mentali-dad del mundo, surgen las rivalidades,las envidias, los bandos...

A los pies del altar también Benedicto XVI

Así, pues, esta palabra que hoy nosdirige el Señor es muy saludable. Nospurifica interiormente, proyecta luz ennuestra conciencia y nos ayuda a po-nernos en plena sintonía con Jesús, y ahacerlo juntos, en el momento en queel Colegio de cardenales se incrementacon el ingreso de nuevos miembros.

«Llamándolos Jesús a sí...» (Mc 10,42). He aquí el otro gesto del Señor.Durante el camino, se da cuenta de quenecesita hablar a los Doce, se detiene ylos llama a sí. Hermanos, dejemos queel Señor Jesús nos llame a sí. Dejémo-nos con-vocar por Él. Y escuchémoslecon la alegría de acoger juntos su pala-bra, de dejarnos enseñar por ella y porel Espíritu Santo, para ser cada vezmás un solo corazón y una sola almaen torno a Él.

Y mientras estamos así, convocados,«llamados a sí» por nuestro únicoMaestro, os digo lo que la Iglesia nece-

sita: tiene necesidad de vosotros, devuestra colaboración y, antes de nada,de vuestra comunión, conmigo y entrevosotros. La Iglesia necesita vuestro va-lor para anunciar el Evangelio en todaocasión, oportuna e inoportuna, y paradar testimonio de la verdad. La Iglesianecesita vuestras oraciones, para elbuen camino de la grey de Cristo, laoración —no lo olvidemos— que, con elanuncio de la Palabra, es el primer de-ber del obispo. La Iglesia necesitavuestra compasión sobre todo en estosmomentos de dolor y sufrimiento entantos países del mundo. Expresemosjuntos nuestra cercanía espiritual a lascomunidades eclesiales, a todos los cris-tianos que sufren discriminación y per-secución. ¡Debemos luchar contra cual-quier discriminación! La Iglesia necesi-ta que recemos por ellos, para que seanfuertes en la fe y sepan responder almal con el bien. Y que esta oración sehaga extensiva a todos los hombres ymujeres que padecen injusticia a causade sus convicciones religiosas.

La Iglesia también necesita de noso-tros para que seamos hombres de paz yconstruyamos la paz con nuestrasobras, nuestros deseos, nuestras oracio-nes. ¡Construir la paz! ¡Artesanos de lapaz! Por ello imploramos la paz y la re-conciliación para los pueblos que en es-tos tiempos sufren la prueba de la vio-lencia, de la exclusión y de la guerra.

Gracias, queridos hermanos. Gracias.Caminemos juntos tras el Señor, y dejé-monos convocar cada vez más por Él,en medio del Pueblo fiel, del santoPueblo fiel de Dios, de la Santa MadreIglesia. Gracias.

Títulos y diaconías de los purpurados

El caminode Cristo

cordó que un cardenal entra a for-mar parte de la Iglesia de Roma, node una corte: «Evitemos todos yayudémonos unos a otros a evitarhábitos y comportamientos cortesa-nos: intrigas, habladurías, camarillas,favoritismos, preferencias».

Fue Pablo VI quien abolió la cortepontificia poco después del Concilio,pero la renovación es una necesidadcontinua y profunda. La fe es, enefecto, un «camino» —p re c i s a m e n t eesta definición se encuentra en losmás antiguos textos cristianos— y no«una filosofía, una ideología», dijoel Papa Francisco, «una senda pararecorrerla con Jesús», es más, detrásde Él, por el camino de la cruz. Uncaminar que no es fácil ni cómodo,obstaculizado por la mentalidad delmundo, pero donde el Señor «cami-na delante de nosotros».

Por esta senda de Cristo el obispode Roma alienta a los nuevos carde-nales, pero más en general a cadafiel. «Caminar» —re c o rd ó — ha sidola primera palabra de la misa cele-brada en la Capilla Sixtina con loscardenales que acababan de elegirle.Por este camino es necesario seguiradelante.

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Concelebración eucarística en la basílica vaticana con los purpurados creados el sábado 22

La norma de un cardenal«El comportamiento de Dios» debeconvertirse en «regla de nuestrasacciones». Fue la recomendación del PapaFrancisco a los diecinueve cardenalescreados en el consistorio del sábado 22.Con dieciocho de ellos el Pontífice celebróla misa el domingo 23 de febrero, en labasílica de San Pedro.

«Que tu ayuda, Padre misericordioso,nos haga siempre atentos a la voz delEspíritu» (Colecta).

Esta oración del principio de la Misaindica una actitud fundamental: la escu-cha del Espíritu Santo, que vivifica laIglesia y el alma. Con su fuerza creado-ra y renovadora, el Espíritu sostienesiempre la esperanza del Pueblo de Diosen camino a lo largo de la historia, ysostiene siempre, como Paráclito, el tes-timonio de los cristianos. En este mo-mento, todos nosotros, junto con losnuevos cardenales, queremos escuchar lavoz del Espíritu, que habla a través delas Escrituras que han sido proclamadas.

En la primera lectura ha resonado elllamamiento del Señor a su pueblo:«Sed santos, porque yo, el Señor vues-tro Dios, soy santo» (Lv 19, 2). Y Je-sús, en el Evangelio, replica: «Sed per-fectos, como vuestro Padre celestial esperfecto» (Mt 5, 48). Estas palabrasnos interpelan a todos nosotros, discí-pulos del Señor; y hoy se dirigen espe-cialmente a mí y a vosotros, queridoshermanos cardenales, sobre todo a losque ayer habéis entrado a formar partedel Colegio cardenalicio. Imitar la san-tidad y la perfección de Dios puede pa-recer una meta inalcanzable. Sin em-

bargo, la primera lectura y el Evangeliosugieren ejemplos concretos de cómo elcomportamiento de Dios puede conver-tirse en la regla de nuestras acciones.Pero recordemos todos, recordemosque, sin el Espíritu Santo, nuestro es-fuerzo sería vano. La santidad cristianano es en primer término un logro nues-tro, sino fruto de la docilidad —queri-da y cultivada— al Espíritu del Diostres veces Santo.

El Levítico dice: «No odiarás de cora-zón a tu hermano... No te vengarás, niguardarás rencor..., sino que amarás atu prójimo...» (19, 17-18). Estas actitu-des nacen de la santidad de Dios. No-sotros, sin embargo, normalmente so-mos tan diferentes, tan egoístas y orgu-llosos...; pero la bondad y la belleza deDios nos atraen, y el Espíritu Santonos puede purificar, nos puede trans-formar, nos puede modelar día a día.Hacer este trabajo de conversión, con-versión en el corazón, conversión quetodos nosotros —especialmente vosotroscardenales y yo— debemos hacer. ¡Con-versión!

También Jesús nos habla en el Evan-gelio de la santidad, y nos explica lanueva ley, la suya. Lo hace mediante al-gunas antítesis entre la justicia imper-fecta de los escribas y los fariseos y lamás alta justicia del Reino de Dios. Laprimera antítesis del pasaje de hoy se re-fiere a la venganza. «Habéis oído quese os dijo: “Ojo por ojo, diente pordiente”. Pues yo os digo: …si uno teabofetea en la mejilla derecha, presén-tale la otra» (Mt 5, 38-39). No sólo nose ha de devolver al otro el mal que

nos ha hecho, sino que debemos esfor-zarnos por hacer el bien con largueza.

La segunda antítesis se refiere a losenemigos: «Habéis oído que se dijo:“Amarás a tu prójimo y aborrecerás atu enemigo”. Yo, en cambio, os digo:“Amad a vuestros enemigos y rezad por

los que os persiguen” (vv. 43-44). Aquien quiere seguirlo, Jesús le pideamar a los que no lo merecen, sin espe-rar recompensa, para colmar los vacíosde amor que hay en los corazones, enlas relaciones humanas, en las familias,en las comunidades y en el mundo.Hermanos cardenales, Jesús no ha veni-do para enseñarnos los buenos moda-les, las formas de cortesía. Para esto noera necesario que bajara del cielo y mu-riera en la cruz. Cristo vino para salvar-nos, para mostrarnos el camino, el únicocamino para salir de las arenas movedi-zas del pecado, y este camino de santi-dad es la misericordia, que Él ha tenidoy tiene cada día con nosotros. Ser san-tos no es un lujo, es necesario para lasalvación del mundo. Esto es lo que elSeñor nos pide.

Queridos hermanos cardenales, el Se-ñor Jesús y la Madre Iglesia nos pidentestimoniar con mayor celo y ardor estasactitudes de santidad. Precisamente eneste suplemento de entrega gratuita con-siste la santidad de un cardenal. Portanto, amemos a quienes nos contrarían;bendigamos a quien habla mal de noso-tros; saludemos con una sonrisa al quetal vez no lo merece; no pretendamoshacernos valer, contrapongamos másbien la mansedumbre a la prepotencia;olvidemos las humillaciones recibidas.Dejémonos guiar siempre por el Espíritude Cristo, que se sacrificó a sí mismo enla cruz, para que podamos ser «cauces»por los que fluye su caridad. Esta es laactitud, este debe ser el comportamientode un cardenal. El cardenal —lo digo es-pecialmente a vosotros— entra en laIglesia de Roma, hermanos, no en unacorte. Evitemos todos y ayudémonosunos a otros a evitar hábitos y compor-tamientos cortesanos: intrigas, habladu-rías, camarillas, favoritismos, preferen-cias. Que nuestro lenguaje sea el delEvangelio: «Sí, sí; no, no»; que nuestrasactitudes sean las de las Bienaventuran-zas, y nuestra senda la de la santidad.Pidamos nuevamente: «Que tu ayuda,Padre misericordioso, nos haga siempreatentos a la voz del Espíritu».

El Espíritu Santo nos habla hoy porlas palabras de san Pablo: «Sois templode Dios...; santo es el templo de Dios,que sois vosotros» (cf. 1 Cor 3, 16-17).En este templo, que somos nosotros, secelebra una liturgia existencial: la de labondad, el perdón, el servicio; en unapalabra, la liturgia del amor. Este tem-plo nuestro resulta como profanado sidescuidamos los deberes para con elprójimo. Cuando en nuestro corazónhay cabida para el más pequeño denuestros hermanos, es el mismo Diosquien encuentra puesto. Cuando a esehermano se le deja fuera, el que no esbien recibido es Dios mismo. Un cora-zón vacío de amor es como una iglesiadesacralizada, sustraída al servicio divi-no y destinada a otra cosa.

Queridos hermanos cardenales, per-manezcamos unidos en Cristo y entrenosotros. Os pido vuestra cercanía conla oración, el consejo, la colaboración. Ytodos vosotros, obispos, presbíteros, diá-conos, personas consagradas y laicos,uníos en la invocación al Espíritu Santo,para que el Colegio de cardenales tengacada vez más ardor de caridad pastoral,esté más lleno de santidad, para servir alEvangelio y ayudar a la Iglesia a irradiarel amor de Cristo en el mundo.

PIETRO PAROLIN, título de los Santos Simón y Judas Tadeoen Torre Ángela;

LORENZO BALDISSERI, diaconía de San Anselmo en elAventino;

GERHARD LUDWIG MÜLLER, diaconía de Santa Inés enAgone;

BENIAMINO STELLA, diaconía de los Santos Cosme y Da-mián;

VINCENT GERARD NICHOLS, título del Santísimo Redentory San Alfonso en vía Merulana;

LEOPOLD O JOSÉ BRENES SO L Ó R Z A N O, título de San Joa-quín en Prati di Castello;

GÉRALD CYPRIEN LACROIX, I.S.P.X., título de San José enel Aurelio;

JEAN-PIERRE KU T WA , título de Santa Emerenciana en TorF i o re n z a ;

ORANI JOÃO TE M P E S TA , O.C I S T., título de Santa MaríaMadre de la Providencia en Monte Verde;

GUA LT I E R O BASSETTI, título de Santa Cecilia;MARIO AURELIO POLI, título de San Roberto Belarmino;ANDREW YEOM SO O-JUNG, título de San Crisógono;RICARD O EZ Z AT I AN D R E L L O, S.D.B., título del Santísimo

Redentor en Valmelaina;PHILIPPE NAKELLENTUBA OUÉDRAO GO, título de Santa

María Consoladora en el Tiburtino;ORLAND O B. QUEVED O, O.M.I., título de Santa María

«Regina Mundi» en Torre Spaccata;CH I B LY LANGLOIS, título de Santiago en Augusta;LORIS FRANCESCO CAPOVILLA, título de Santa María en

Tr a s t é v e re ;FERNAND O SEBASTIÁN AGUILAR, C.M.F., título de Santa

Ángela de Mérici;KE LV I N ED WA R D FELIX, título de Santa María de la Salud

en Primavalle.

Uno por uno subieron al altar de la confesión los nuevospurpurados, se arrodillaron ante el Papa Francisco y reci-bieron de sus manos las insignias cardenalicias. Fue el mo-mento culminante de la celebración del Consistorio ordina-rio público para la creación de 19 cardenales, que tuvo lu-gar el sábado 22 de febrero, por la mañana, fiesta de la Cá-tedra de San Pedro, en la basílica vaticana. Faltó solamenteel arzobispo Loris Capovilla, casi centenario; que recibirála birreta el sábado 1 de marzo en su tierra natal, en Bérga-mo, de manos del decano del Colegio cardenalicio. A lospies del altar, junto a los cardenales de la orden de losobispos, estuvo también Benedicto XVI. Lo acogió un largoy prolongado aplauso. El Papa Francisco mismo, a su in-greso en la basílica, antes de dar inicio a la celebración, seacercó a él y le abrazó.

Al inicio del rito el secretario de Estado Pietro Parolin—el primero de los cardenales— dirigió al Pontífice un brevesaludo en nombre de los nuevos purpurados, con el que

aseguró al Santo Padre: «estamos aquí para caminar, edifi-car y confesar juntos, como usted mismo pedía hacer el pri-mer día de su pontificado». Después del secretario de Esta-do, subieron al altar todos los demás. El cardenal Kutwa,en silla de ruedas, esperó a los pies del altar al Papa Fran-cisco. Así, cada uno de ellos recibió del maestro de las cele-braciones litúrgicas pontificias, monseñor Guido Marini, labula de creación cardenalicia y de asignación del título,que es la participación en la solicitud pastoral del obispode Roma por su diócesis. Pocos momentos antes habíanprestado su juramento de fidelidad según la fórmula litúr-gica: «Yo cardenal de la Santa Iglesia Romana, prometo yjuro permanecer ahora y por siempre hasta el final de mivida, fiel a Cristo y a su Evangelio, constantemente obe-diente a la Santa Iglesia Apóstolica Romana».

La universalidad de la Iglesia estuvo representada por lasdiversas zonas geográficas de donde proceden los nuevoscardenales: ocho de Europa (Italia, Alemania, Gran Breta-ña y España); siete del continente Americano (Nicaragua,Canadá, Brasil, Argentina, Chile, Haití y Antillas); dos deÁfrica (Costa de Marfil y Burkina Faso) y dos de Asia (Co-rea y Filipinas). Cuatro son purpurados de la Curia: el se-cretario de Estado, Parolin; el secretario del Sínodo de losobispos, Baldisseri; el prefecto de la Congregación para ladoctrina de la fe, Müller; y el prefecto de la Congregaciónpara el clero, Stella. El más joven es el haitiano Langlois.Son tres los que tienen más de ochenta años: Capovilla,Sebastián Aguilar y Felix.

Al término de la celebración, el Papa Francisco, despuésde saludar nuevamente a Benedicto XVI, rindió homenaje ala antigua estatua de san Pedro.

En la concelebración eucarística del domingo 23 de fe-brero, el Santo Padre habló del papel que los cardenales es-tán llamados a desempeñar en la Iglesia universal, teniendocomo norma el comportamiento mismo de Dios. Un estilo,destacó, que nada tiene que ver con costumbres o actitudesde corte, como «intrigas, habladurías, camarillas, favoritis-mos, preferencias».

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Mensaje de la Comisión pontificia para América Latina con motivo del Día de Hispanoamérica (2 de marzo) en las diócesis de España

La alegría de ser misioneroLa tradicional cita anual de la Jorna-da en que la Iglesia de Dios en Es-paña celebra el «Día de Hispanoa-mérica», que tendrá lugar el 2 demarzo de 2014, está marcada por elhecho inédito de la presencia delprimer Papa venido del «NuevoMundo» americano en la historia bi-milenaria de la Iglesia católica. Cele-brar esta Jornada en tiempos delpontificado del Papa Francisco tieneimplicaciones y repercusiones de es-pecial magnitud. Para la Iglesia deDios en España, para su episcopado,para la Comisión episcopal de mi-siones y cooperación entre las Igle-sias, para todas las diócesis y comu-nidades, es una llamada a intensifi-car y profundizar los vínculos queunen a España con Hispanoaméricay a fortalecer la comunión evangeli-zadora entre sus Iglesias.

Responder con gozo a lavocación misionera

El lema escogido para esa Jornadaha sido «La alegría de ser misione-

sión personal, pastoral y misioneraque nos pide Dios por boca del Pa-pa Francisco.

El entonces cardenal Jorge MarioBergoglio, jefe de la Comisión re-dactora del Documento de Apareci-da, quiso personalmente estampar alfinal de ese documento las expresio-nes típicas del talante de un auténti-co evangelizador, recogiéndolas dela exhortación apostólica de S.S. Pa-blo VI Evangelii nuntiandi y ahora in-cluyéndolas también en Evangeliigaudium: «Recobremos, pues, el fer-vor espiritual. Conservemos la dulcey confortadora alegría de evangeli-zar, incluso cuando hay que sembrarentre lágrimas. Hagámoslo —comoJuan el Bautista, como Pedro y Pa-blo, como los otros Apóstoles, comoesa multitud de admirables evangeli-zadores que se han sucedido a lolargo de la historia de la Iglesia—con un ímpetu interior que nadie ninada sea capaz de extinguir. Sea estala mayor alegría de nuestras vidasentregadas. Y ojalá el mundo actual—que busca a veces con angustia, aveces con esperanza— pueda así reci-

cristianos no pueden tener caras tris-tes, sino rostros llenos del gozo dehaber recibido la fe por medio delbautismo, de ser salvados, de ser re-dimidos, de vivir en comunión, deser testigos de las maravillas deDios, de su amor misericordioso! Sualegría es compartir la vida con Je-sús. ¿Y qué es la misión sino un des-borde de esa gratitud y alegría, quese comunica a los demás?

Este mensaje de alegría está hoyespecialmente dirigido a los misione-ros «ad gentes». Cuando el PapaFrancisco se refiere a la nueva evan-gelización, incluye como principal yprioritaria finalidad la necesaria con-versión de los cristianos que no vi-ven las exigencias del bautismo. Sinembargo, considera como «tarea pri-mordial de la Iglesia» la viva solici-tud del anuncio a los que están ale-jados de Cristo. «La actividad misio-nera «representa aún hoy día el ma-yor desafío para la Iglesia» y «lacausa misionera debe ser la prime-ra»» (EG 15). Los Evangelios nos na-rran que «la alegría del Evangelioque llena la vida de los discípulos es

Una misión renovaday renovadora

Hay un pasaje en la exhortaciónapostólica Evangelii gaudium que hayque saborear y meditar en el itinera-rio misional. Es una cita larga, perosin desperdicio si es meditada enclave misionera, para mantener vivala alegría y la esperanza. «El Señorse involucra e involucra a los suyos,poniéndose de rodillas ante los de-más para lavarlos. Pero luego dice asus discípulos: «Seréis felices si ha-céis esto» (Jn 13, 17). La comunidadevangelizadora se mete con obras ygestos en la vida cotidiana de los de-más, achica distancias, se abaja hastala humillación si es necesario, y asu-me la vida humana, tocando la carnesufriente de Cristo en el pueblo. Losevangelizadores tienen así «olor aoveja» y éstas escuchan su voz. Lue-go, la comunidad evangelizadora sedispone a «acompañar». Acompañaa la humanidad en todos sus proce-sos, por más duros y prolongadosque sean. Sabe de esperas largas yde aguante apostólico. La evangeli-

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ro». Sin duda, ese lema evocala respuesta gozosa a aquellavocación que ha llevado y ani-mado, desde el encuentro conel «Nuevo Mundo» hasta la ac-tualidad, a millares de misione-ros españoles a dejar sus terru-ños, diócesis y comunidades deorigen para ponerse al serviciode la evangelización americana.¡Cómo no rendir homenaje alos sacerdotes de la O CSHA(Obra de cooperación sacerdo-tal hispanoamericana) que eneste año 2014 celebran sus bo-das de oro sacerdotales, algu-nos de ellos ya regresados a susdiócesis de origen por razón desu edad o por enfermedad,otros sirviendo aún a las Igle-sias de destino en los países deAmérica Latina! ¿Acaso no hansido ellos mismos quienes hansalido e ido al encuentro de lospueblos como vanguardias mi-sioneras de un movimientoevangelizador sin confines, ha-cia todas las periferias huma-nas, conmovidos por el encuen-

zación tiene mucho de pacien-cia, y evita maltratar límites.Fiel al don del Señor, tambiénsabe «fructificar». La comuni-dad evangelizadora siempre es-tá atenta a los frutos, porque elSeñor la quiere fecunda. Cuidael trigo y no pierde la paz porla cizaña. El sembrador, cuandove despuntar la cizaña en me-dio del trigo, no tiene reaccio-nes quejosas ni alarmistas. En-cuentra la manera de que la Pa-labra se encarne en una situa-ción concreta y dé frutos de vi-da nueva, aunque en aparienciasean imperfectos o inacabados.El discípulo sabe dar la vidaentera y jugarla hasta el marti-rio como testimonio de Jesu-cristo, pero su sueño no es lle-narse de enemigos, sino que laPalabra sea acogida y manifies-te su potencia liberadora y re-novadora. Por último, la comu-nidad evangelizadora gozosasiempre, sabe «festejar». Cele-bra y festeja cada pequeña vic-toria, cada paso adelante en la

tro con Cristo y urgidos por com-partir su presencia redentora por do-quier?

Dicho lema fue providencialmenteescogido poco tiempo antes de quese anunciara la exhortación apostóli-ca del Papa Francisco precisamentecon el título de Evangelii gaudium,traducido «La alegría del Evange-lio». La preparación y realizacióndel Día de Hispanoamérica serán,pues, iluminadas por dicha exhorta-ción apostólica. «La alegría delEvangelio llena el corazón y la vidaentera de los que se encuentran conJesús. Quienes se dejan salvar por Élson liberados del pecado, de la tris-teza, del vacío interior, del aisla-miento. Con Cristo siempre nace yrenace la alegría. En esta exhorta-ción —señala el Papa Francisco en suintroducción (n. 1)— quiero dirigirmea los fieles cristianos para invitarlosa una nueva etapa evangelizadoramarcada por esa alegría [...]». Lea-mos nuevamente esta exhortaciónapostólica, meditémosla, gustémoslay confrontemos nuestra experienciacristiana y sacerdotal con la conver-

bir la Buena Nueva, no a través deevangelizadores tristes y desalenta-dos, impacientes o ansiosos, sino através de ministros del Evangelio,cuya vida irradia el fervor de quieneshan recibido, ante todo en sí mis-mos, la alegría de Cristo y aceptanconsagrar su vida a la tarea de anun-ciar el Reino de Dios y de implantarla Iglesia en el mundo» (EN 80; DA

552; EG 10). Porque evangelizar«constituye , en efecto, la dicha yvocación propia de la Iglesia, suidentidad más profunda» (EN 14).

Llamados a compartirla alegría de Jesús

Desde comienzos de su pontifica-do, el Papa Francisco está llamandoa todos los hombres y mujeres denuestro tiempo a compartir la ale-gría de Jesús, generada por su inti-midad de amor con Dios Padre y elEspíritu Santo en el misterio de co-munión trinitaria y por su obedien-cia en el cumplimiento del designiode salvación de multitudes. ¡Los

una alegría misionera», que «siem-pre tiene la dinámica del éxodo ydel don, del salir de sí, del caminary sembrar siempre de nuevo, siempremás allá [...]», sin detenerse porque«el Espíritu lo mueve a salir haciaotros pueblos» (EG 21). Estas her-mosas expresiones parecen especial-mente acuñadas para que hagan ecode nuevo en el corazón de todos losmisioneros españoles en tierras ame-ricanas, pero también para suscitaren todas las diócesis españolas, encomunidades religiosas y en movi-mientos eclesiales, nuevas y muchasmás vocaciones misioneras. La fecrece dándola: crece en los mismosmisioneros y crece en quienes se be-nefician de sus servicios evangeliza-dores. Crece también en las diócesisde origen, trabajadas por la graciadel Espíritu Santo, que continúa ha-ciendo resonar el mandato de «ir yhacer discípulos de todas las nacio-nes» y las edifica con el testimoniode sus hijos que han dado generosay efectiva respuesta a este mandato.

evangelización. La evangelizacióngozosa se vuelve belleza en la litur-gia en medio de la exigencia diariade extender el bien. La Iglesia evan-geliza y se evangeliza a sí misma conla belleza de la liturgia, la cual tam-bién es celebración de la actividadevangelizadora y fuente de un reno-vado impulso donativo» (n. 24).

Todos tenemos necesidad de reno-var nuestra alegría de ser misioneros.¿Acaso estamos inmunes a las «ten-taciones» que enumera el Papa en suexhortación apostólica? No obstantenuestro servicio entregado, nos ace-chan el individualismo, las crisis deidentidad, la disminución del fervor,el pesimismo estéril, cierto derrotis-mo, un cansancio que va mellandonuestras fuerzas físicas y espirituales.Nos pesa cargar con las fatigas y su-frimientos, no sólo propios, sino delas comunidades a las que servimos.Es difícil ser testigos de la alegríacristiana en medio de tantas heridasfísicas y espirituales que comparti-mos. Estamos muy cerca de las lla-

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número 9, viernes 28 de febrero de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 9

Marzo y abril de 2014

Calendario de las celebracionespresididas por el Pontíficegas de los pobres y enfermos, de los

oprimidos y maltratados, de las víc-timas de familias desintegradas, delos que se dejan seducir por las dro-gas o por la violencia, de los querechazan lo religioso y pierden todosentido de la vida. La Iglesia es un«hospital de campaña» —ha dichoel Papa Francisco—, cuya medicinamejor es el amor misericordioso,que a todos abraza, a ninguno ex-cluye, a todos llama a la sanación.Ser misionero es estar, en cuerpo yalma, en todas estas periferias hu-manas, como compañía cristiana ysacerdotal, educativa y evangeliza-dora. Tiene mucho de cruz, perocargada por testigos de la resurrec-ción del Señor.

Centrados en Cristo,para alcanzar las periferias

existencialesNo podemos asumir todas esas

responsabilidades con nuestras solasfuerzas, frágiles y desordenadas, pe-cadores también nosotros que nece-sitamos e imploramos la misericor-dia de Dios. Por eso, cuanto másestamos «descentrados» en la mi-sión, más hemos de estar «centra-dos» en Cristo; cuanto más estamoslanzados a la diáspora, más arraiga-dos en la comunión; cuanto másabsorbidos por actividades, más dis-ciplinados en nuestros tiempos deoración y contemplación; ¡con mu-cho «olor a oveja» y perfume de Je-sucristo! También el ministerio mi-sionero se realiza de rodillas. Sóloimplorando día a día la gracia delSeñor, que se irradia por los sacra-mentos, que se cultiva en la oracióny que se manifiesta en el amor llenode misericordia y ternura haciaquienes nos han sido confiados, yespecialmente a los más pobres, re-viviremos la alegría de ser misione-ros. Sólo así reviviremos la alegríade nuestro primer «sí», como el deMaría, la alegría de nuestra primerarespuesta a la vocación de ser mi-sioneros, las pequeñas y grandesalegrías compartidas en el caminode nuestra vida y nuestras comuni-dades.

No olvidemos que, en el tiempodel pontificado del Papa Francisco,la Providencia de Dios ha colocadoa las Iglesias de América Latina enuna situación singular. Han de asu-mir nuevas responsabilidades, exi-gencias y desafíos. Toda su vida, es-tructuras y actividades han de estarrenovadas desde el paradigma mi-sionero. Un nuevo ímpetu y creati-vidad ha de manifestarse en su «mi-sión continental». Todo el Pueblode Dios ha de ponerse en caminomisionero. Por ello, es importantedestacar la «peregrinación» y «en-cuentro» que reunió en la Basílica-Santuario de Nuestra Señora deGuadalupe, del 16 al 19 de noviem-bre de 2013, a nueve cardenales ymás de setenta obispos de todo elcontinente americano —¡Ecclesia inAmerica!—, evento convocado porla Pontificia Comisión para AméricaLatina con el fin de dar nuevo ím-petu, participación y creatividad ala «misión continental», desde Alas-ka a la Patagonia. Y ello implicatambién, como quedó patente en elreciente Congreso americano misio-nero (CAM 4) celebrado en Maracai-

bo del 26 al 30 de noviembre de2013, que la Iglesia en América La-tina ha de ser mucho más conscien-te y activa en cuanto a su solicitudapostólica universal, desbordandosus confines continentales y colabo-rando con el ministerio universal deevangelización del Papa. Sean losmisioneros españoles testigos y edu-cadores que colaboren para que nofalten misioneros latinoamericanosen la nueva evangelización en tie-rras europeas, portadores de Cristoy servidores de la Iglesia y de lospueblos en tierras africanas y delExtremo Oriente asiático.

Confiemos todas nuestras inten-ciones a Nuestra Señora de Guada-lupe, Madre de Dios y primera por-tadora de Jesús en tierras del «Nue-vo Mundo», Estrella de la primeray de la nueva evangelización, peda-goga de la inculturación del Evan-gelio en la vida y cultura de suspueblos, para que nos enseñe a can-tar gozosos todas las maravillas queDios ha hecho en nuestras vidas.

CA R D. MARC OUELLETPresidente de la Pontificia

Comisión para América Latina

Vaticano, 12 de diciembre de 2013,festividad de Nuestra Señorade Guadalupe

MarzoDÍA 5

MIÉRCOLES DE CENIZA

Statio y procesión penitencial desdela basílica de San Anselmo, a las16.30.

Santa misa, bendición e imposi-ción de la ceniza, en la basílica deSanta Sabina, a las 17.00.

DÍA 9I DOMINGO DE CUA R E S M A

Inicio de los ejercicios espiritualespara la Curia romana, en Ariccia.

VIERNES 14Conclusión de los ejercicios espiri-tuales para la Curia romana.

DOMINGO 16Visita pastoral a la parroquia roma-na «Santa María de la Oración», alas 16.00.

VIERNES 28Liturgia penitencial en la basílicavaticana, a las 17.00.

Abril

DOMINGO 6Visita pastoral a una parroquia ro-mana, a las 16.00.

DÍA 13DOMINGO DE RAMOS

Y DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

Bendición de los ramos, procesión ysanta misa en la plaza de San Pe-dro, a las 9.30.

DÍA 17JUEVES SANTO

Santa Misa del Crisma, en la basíli-ca vaticana, a las 9.30.

DÍA 18VIERNES SANTO

Celebración de la Pasión del Señor,en la basílica vaticana, a las 17.00.

Vía Crucis, en el Coliseo, a las21.15.

DÍA 19SÁBAD O SANTO

Vigilia Pascual de la Noche Santa,en la basílica vaticana, a las 20.30.

DÍA 20DOMINGO DE PA S C UA

Santa Misa, en la plaza de San Pe-dro, a las 10.15.

Bendición «Urbi et Orbi», desdeel balcón central de la basílica vati-cana, a las 12.00.

DÍA 27II DOMINGO DE PA S C UA

(O DE LA DIVINA MISERICORDIA)Santa Misa y canonización de losbeatos Juan XXIII, Papa, y Juan Pa-blo II, Papa, en la plaza de San Pe-dro, a las 10.00.

Tu t e l ade los derechos

de autordel Santo Padre

Con respecto a los escritos del PapaFrancisco, se recuerda que según loestablecido en la Pastor bonus n. 191,se confía a la Libreria Editrice Vati-cana el ejercicio y la tutela de todoslos derechos de autor y de utiliza-ción económica de los derechos deautor en cuanto Papa. Como, porlo demás, ya se publicó en L’Osser-vatore Romano del 27-28 de diciem-bre de 1978. En particular, el Pontí-fice, el 23 de marzo de 2013, quisorenovar tal disposición precisando,en cambio, que las respectivas edi-toriales son y siguen siendo los legí-timos propietarios de los derechosde autor y de utilización económicade los textos anteriores a la eleccióna la Cátedra de Pedro.

Audiencia a la presidenta de Brasil

La alegría de ser misioneroVIENE DE LA PÁGINA 8

denal el arzobispo de Río de Ja-neiro, Orani João Tempesta.

El coloquio fue amplio y cordial,y permitió al Papa expresar unavez más sus sentimientos de afectoy de buenos deseos a todo el pue-

blo brasileño. Al término del colo-quio, en otra sala, el Papa saludó ala delegación que acompañaba a laseñora Rousseff y tuvo lugar el in-tercambio de dones. El encuentroterminó pasadas las 20.00.

El viernes 21 de fe-brero, alrededor delas 19.30, el PapaFrancisco recibióen la sala ubicadajunto al aula PabloVI a la presidentade la República fe-derativa de Brasil,Dilma Rousseff,que llegó a Romapara participar enel consistorio en elque fue creado car-

El Papa recibe al presidente de HaitíEl Santo Padre recibió en audien-cia, el lunes 24 de febrero, en elpalacio apostólico vaticano, al pre-sidente de la República de Haití,Michel Joseph Martelly.

Sucesivamente el presidente hai-tiano mantuvo un encuentro conel cardenal Pietro Parolin, secreta-rio de Estado, acompañado por el

arzobispo Dominique Mamberti,secretario para las Relaciones conlos Estados.

Durante los cordiales coloquios,se expresó complacencia por lasbuenas relaciones entre Haití y laSanta Sede, centrándose en la va-liosa aportación social que la Igle-sia da al país, especialmente enámbito educativo y sanitario, asícomo en el campo de la caridad.

En el curso de las conversacio-nes se destacó la importancia decontinuar con el compromiso en lareconstrucción del país, y favore-cer el sincero diálogo entre las di-versas fuerzas institucionales en fa-vor de la reconciliación y el biencomún, tanto a nivel interior comoe x t e r i o r.

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página 10 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de febrero de 2014, número 9

Misa del Papa en Santa MartaY vosotros, ¿quién decís

que soy yo?«Y vosotros, ¿quién decís que soy?».La pregunta de Jesús a sus discípu-los alcanza, después de dos milaños, a cada uno de nosotros y pideuna respuesta. Una respuesta que nose encuentra en los libros como unafórmula, sino en la experiencia dequien sigue de verdad a Jesús, conla ayuda de un «gran trabajador», elEspíritu Santo. Es éste el perfil deldiscípulo trazado por el Papa Fran-cisco en la misa del jueves 20 de fe-brero en la Casa Santa Marta.

En el centro de la meditación delPapa está Pedro, así como lo presen-ta el pasaje evangélico de Marcos (8,27-33). Precisamente Pedro, explicó,«fue ciertamente el más valiente esedía, cuando Jesús preguntó a losdiscípulos: Y vosotros, ¿quién decísque soy yo?». Pedro respondió confirmeza: «Tú eres el Mesías». Y des-pués de esta confesión, comentó elPontífice, probablemente se sintió«satisfecho dentro de sí: ¡he respon-dido bien!».

Sin embargo, el diálogo con Jesúsno termina así. En efecto, «el Señor—dijo el Papa— comenzó a explicarlo que tenía que suceder». Pero «Pe-dro no estaba de acuerdo» con loque había oído: «no le gustaba esecamino» proyectado por Jesús.

También hoy, prosiguió el obispode Roma, «escuchamos muchas vecesdentro de nosotros» la misma pre-

“Aléjate de mí, Satanás! ¡Tú piensascomo los hombres, no como Dios”».

Por lo tanto, para «responder aesa pregunta que todos nosotrospercibimos en el corazón —quién esJesús para nosotros— no es suficientelo que hemos aprendido, estudiadoen el catecismo». Es ciertamente«importante estudiarlo y conocerlo,pero no es suficiente», insistió elSanto Padre. Porque para conocerlode verdad «es necesario hacer el ca-mino que hizo Pedro». En efecto,«después de esta humillación, Pedrosiguió adelante con Jesús, contemplólos milagros que hacía Jesús, vio susp o deres...».

Sin embargo, «a un cierto puntoPedro negó a Jesús, traicionó a Je-sús». Precisamente en ese momento«aprendió esa difícil ciencia —másque ciencia, sabiduría— de las lágri-mas, del llanto». Pedro «pidió per-dón» al Señor.

E incluso, «en la incertidumbre deaquel domingo de Pascua, Pedro nosabía qué pensar» de lo dicho porlas mujeres acerca del sepulcro vacío.Y así también él «fue al sepulcro».En el Evangelio, recordó el Papa, nose recoge «explícitamente el momen-to, pero se dice que el Señor encon-tró a Pedro», se dice que Pedro «en-contró al Señor vivo, solo, cara a ca-ra». Y así «esa mañana, en la playadel Tiberíades, Pedro fue interrogadootra vez. Tres veces. Y él sintió ver-güenza, recordó aquella tarde deljueves santo: las tres veces que había

porque «conocer a Jesús es un dondel Padre: es Él quien nos hace co-nocer a Jesús». En realidad, puntua-lizó, esto «es un trabajo del EspírituSanto, que es un gran trabajador: noes un sindicalista, es un gran traba-jador. Y trabaja siempre en nosotros;y realiza esta gran labor de explicarel misterio de Jesús y darnos estesentido de Cristo».

La fe no es casuísticaPreguntarse qué puede hacer y quéno puede hacer la Iglesia, o bien,qué es lícito y qué no, es caer en lacasuística que, junto con la ideolo-gía, es el signo de reconocimiento deuna persona que conoce de memoriala doctrina y la teología pero sin fe.Porque la fe jamás es abstracta: setestimonia.

Precisamente del riesgo de una fesin obras el Papa Francisco alertó elviernes 21 de febrero. Punto de par-tida de la reflexión del Pontífice fueel pasaje de la carta de Santiago (2,14-24.26) según el cual así como elcuerpo sin el espíritu está muerto,así también la fe sin las obras estámuerta. «El apóstol Santiago —ex-plicó el Papa— hace esta catequesis»que «es una exhortación sobre la fe:quiere explicar bien cómo es la fe».Y para hacerlo «juega con esta con-traposición entre la fe y las obras».La afirmación de Santiago «es clara:

gunta dirigida por Jesús a los apósto-les. Jesús «se dirige a nosotros y nospregunta: para ti, ¿quién soy yo?¿Quién es Jesucristo para cada unode nosotros, para mí? ¿Quién es Je-sucristo?». Y, destacó el Pontífice,también «nosotros seguramente dare-mos la misma respuesta de Pedro, laque hemos aprendido en el catecis-mo: ¡Tú eres el Hijo de Dios vivo, Túeres el Redentor, Tú eres el Señor!».

Diferente es la reacción de Pedro«cuando Jesús comenzó a explicarlo que tenía que suceder: el Hijo delhombre tenía que padecer mucho,ser reprobado por los ancianos, su-mos sacerdotes y escribas, ser ejecu-tado y resucitar a los tres días». APedro, afirmó el Papa, «ciertamenteno le gustaba este discurso». Él ra-zonaba así: «¡Tú eres el Cristo! ¡Túvences y vamos adelante!». Por estarazón «no comprendía este camino»de sufrimiento indicado por Jesús.Así que, como relata el Evangelio,«se lo llevó aparte» y «se puso a in-creparlo». Estaba «tan contento dehaber dado aquella respuesta —“Túeres el Mesías”— que se sintió con lafuerza para reprender a Jesús».

El Papa Francisco releyó palabrapor palabra la respuesta de Jesús aPedro: «Pero Él se volvió y, mirandoa los discípulos, increpó a Pedro:

negado a Jesús». Recordó «el llan-to». Según el Papa, «en la playa delTiberíades, Pedro lloró no amarga-mente como el jueves, pero lloró».

Por lo tanto, «la pregunta a Pedro—¿Quién soy yo para vosotros, parati?— se comprende sólo a lo largodel camino, después de un largo ca-mino. Una senda de gracia y de pe-cado». Es «el camino del discípulo».En efecto, «Jesús no dijo a Pedro ya sus apóstoles: ¡conóceme! Dijo:¡sígueme!». Y precisamente «este se-guir a Jesús nos hace conocer a Je-sús. Seguir a Jesús con nuestras vir-tudes» y «también con nuestros pe-cados. Pero seguir siempre a Jesús».

Para conocer a Jesús, reafirmó elSanto Padre, «no es necesario un es-tudio de nociones sino una vida dediscípulo». De este modo, «cami-nando con Jesús aprendemos quiénes Él, aprendemos esa ciencia de Je-sús. Conocemos a Jesús como discí-pulos». Lo conocemos en el «en-cuentro cotidiano con el Señor, to-dos los días. Con nuestras victorias ynuestras debilidades».

Se trata de «un camino que nopodemos hacer solos», precisó el Pa-pa. Por lo tanto, se conoce a Jesús«como discípulos por el camino dela vida, siguiéndole a Él». Pero esto«no es suficiente», advirtió el Papa,

una fe que no da fruto en las obrasno es fe».

«También nosotros —advirtió elPa p a — nos equivocamos muchas ve-ces acerca de este punto». Y «oímosdecir: ¡yo tengo tanta fe!», o bien«¡yo creo en todo!», pero precisa-mente «la persona que dice esto talvez tiene una vida tibia, débil». Ental medida que «su fe es como unateoría, pero no está viva en su vida».

En la carta, prosiguió el Pontífice,«cuando el apóstol Santiago hablade fe habla precisamente de la doc-trina, del contenido de la fe». Es co-mo si dijera a cada uno de nosotros:«vosotros podéis conocer todos losmandamientos, todas las profecías,todas las verdades de fe, pero si es-to» no se traduce «en la práctica yen las obras, no sirve».

Así, precisó el Papa, «podemos re-citar el Credo, teóricamente, inclusosin fe. Y hay muchas personas quelo hacen. También los demonios».En efecto, añadió, «los demonios co-nocen muy bien lo que se dice en elCredo y saben que es verdad.“Tiemblan” dice el apóstol Santiago,porque saben que es verdad» inclu-so sin tener fe. Por lo demás, afirmóel Pontífice, «tener fe no es tener unconocimiento: tener fe es recibir el

mensaje de Dios que nos trajo Jesu-cristo, vivirlo y llevarlo adelante».

El Papa Francisco indicó «los sig-nos» para reconocer «a una personaque sabe lo que se debe creer, perono tiene fe»; y señaló dos en parti-cular, que se encuentran en el Evan-gelio. Un primer signo que revela elconocimiento de la teología sin fe«es la casuística». Y recordó a todosaquellos que se acercaban a Jesúspara presentarle casuísticas como:«¿es lícito pagar los impuestos alCésar?», o bien el caso de «la mujerviuda, pobrecita, que según la leydel levirato, tuvo que casarse, paratener un hijo, con los hermanos desu marido». Esta es «la casuística».Y «la casuística —dijo el Papa— esprecisamente el sitio adonde van to-dos los que creen tener fe», pero só-lo conocen el contenido.

El segundo signo indicado por elPapa es la ideología. No se puedeser, dijo, precisamente «cristianos quepiensan la fe como un sistema deideas». Es un riesgo que existía«también en el tiempo de Jesús» y lorepresentaban los gnósticos. De estemodo, explicó el Papa, quienes «caenen la casuística o en la ideología soncristianos que conocen la doctrina,pero sin fe. Como los demonios. Conla diferencia que aquellos tiemblan,éstos no: viven tranquilos».

Así, el Papa Francisco propusotres figuras concretas, tomadas delEvangelio, que, en cambio, «no co-nocen la doctrina, pero tienen mu-cha fe». Y habló de la mujer cana-nea, una pagana, que tenía fe en Je-sús «porque el Espíritu Santo le ha-bía tocado el corazón». Luego, lasamaritana, que «antes no creía ennada» o creía de modo equivocado,pero tuvo «fe tras el encuentro conJesús». Tuvo fe «porque encontró aJesucristo y no verdades abstractas».

La tercera figura evangélica quevolvió a proponer el Papa es la del«ciego de nacimiento que fue a pe-dir a Jesús la gracia de ver». Esehombre «no sabía teología, tal vezconocía los mandamientos». Sin em-bargo, reconoció en Jesús al Hijo deDios «y de rodillas adoró al Señor».

He aquí, por lo tanto, las dos rea-lidades contrapuestas: por una parte«los que tienen doctrina o saben lascosas» y por otra «los que tienenfe». Con una certeza: «la fe conducesiempre al testimonio. La fe es unencuentro con Jesucristo, con Dios».Y este encuentro «conduce al testi-monio», como destaca el apóstolSantiago en su carta, y remarca que«una fe sin obras, una fe que no teimplica y no te lleva al testimonio,no es fe. Son palabras. Y nada másque palabras».

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número 9, viernes 28 de febrero de 2014 L’OSSERVATORE ROMANO página 11

En el quincuagésimo aniversario de la «Sacrosanctum Concilium»

Aún queda mucho por hacerS e r v i d o re s ,no dueños

En precedencia perteneció a Jorge Mario Bergoglio

El cardenal Poli toma posesióndel título de San Roberto Belarmino

Al venerado hermanoC a rd e n a l

ANTONIO CAÑIZARES LLOVERAPrefecto de la Congregación

para el culto divinoy la disciplina de los sacramentos

Han pasado cincuenta años de lapromulgación de la constitución Sa-crosanctum Concilium, primer docu-mento promulgado por el concilioVaticano II. Este importante aniver-sario suscita sentimientos de agrade-cimiento por la renovación profunday generalizada de la vida litúrgica,que el magisterio conciliar hizo po-sible para la gloria de Dios y la edi-ficación de la Iglesia, y al mismotiempo impulsa a relanzar el com-promiso para recibir y aplicar demanera cada vez más plena dichaenseñanza.

La constitución Sacrosanctum Con-cilium y el ulterior desarrollo delMagisterio nos han permitido com-prender más la liturgia a la luz de larevelación divina como «el ejerciciodel sacerdocio de Jesucristo», en elque «el Cuerpo místico de Jesucris-to, es decir, la Cabeza y sus miem-bros, ejerce el culto público íntegro»(Sacrosanctum Concilium, 7). Cristose revela como el verdadero protago-nista de toda celebración, y «asociasiempre consigo a su amadísima Es-posa la Iglesia, que invoca a su Se-ñor y por Él tributa culto al Padreeterno» (ib.). Esta acción, que tienelugar por el poder del Espíritu San-to, posee una profunda fuerza crea-dora capaz de atraer a sí a todohombre y, en cierto modo, a toda lac re a c i ó n .

Celebrar el verdadero culto espiri-tual quiere decir entregarse a sí mis-mo como sacrificio vivo, santo yagradable a Dios (cf. Rm 12, 1). Unaliturgia que estuviera separada delculto espiritual correría el riesgo devaciarse, de perder su originalidadcristiana y caer en un sentido sagra-do genérico, casi mágico, y en unesteticismo vacío. Al ser acción deCristo, la liturgia impulsa desdedentro a revestirse de los mismossentimientos de Cristo, y en este di-namismo toda la realidad se transfi-gura. «Nuestro vivir diario en nues-tro cuerpo, en las cosas pequeñas,debería estar inspirado, impregnado,

a Dios por todo lo que ha sido po-sible realizar, es necesario unir la vo-luntad renovada de ir adelante en elcamino indicado por los padres con-ciliares, porque aún queda muchopor hacer para una correcta y com-pleta asimilación de la constituciónsobre la sagrada liturgia por partede los bautizados y de las comuni-dades eclesiales. Me refiero, en par-ticular, al compromiso por una sóli-da y orgánica iniciación y formaciónlitúrgica, tanto de los fieles laicoscomo del clero y de las personasconsagradas.

Mientras expreso mi agradeci-miento a cuantos han promovido ypreparado este encuentro, deseo quedé los frutos esperados. Con estefin, invoco la intercesión de la bie-naventurada Virgen María y le envíode corazón a usted, señor cardenal,a los colaboradores, a los relatores ya todos los participantes, la bendi-ción apostólica.

Vaticano, 18 de febrero de 2014.

den contradecir el hecho de quetodos, por el Bautismo, tenemosla misma dignidad: todos, en Jesu-cristo, somos hijos de Dios. Y éstaes nuestra dignidad: en Jesucristosomos hijos de Dios. Quienes reci-bieron un ministerio de guía, depredicación, de administrar los sa-cramentos, no deben considerarsepropietarios de poderes especiales,dueños, sino ponerse al servicio dela comunidad, ayudándole a reco-rrer con alegría el camino de lasantidad.

La Iglesia confía hoy el testimo-nio de este estilo de vida pastoral alos nuevos cardenales, con quieneshe celebrado esta mañana la santamisa. Podemos saludar todos, conun aplauso, a los nuevos cardena-les. ¡Saludemos todos! El consisto-rio de ayer y la celebración eucarís-tica de hoy nos han ofrecido unapreciosa ocasión para experimentarla catolicidad, la universalidad dela Iglesia, representada por la va-riada proveniencia de los miembrosdel Colegio cardenalicio, reunidosen estrecha comunión entorno alSucesor de Pedro. Que el Señornos dé la gracia de trabajar por launidad de la Iglesia, de construiresta unidad, porque la unidad esmás importante que los conflictos.La unidad de la Iglesia es de Cris-to, los conflictos son problemasque no siempre son de Cristo.

Que los momentos litúrgicos yde fiesta, que hemos tenido la oca-sión de vivir durante las dos últi-mas jornadas, refuercen en todosnosotros la fe, el amor a Cristo y asu Iglesia. Os invito también asostener a estos Pastores y acom-pañarles con la oración, a fin deque guíen siempre con celo alpueblo que se les ha confiado,mostrando a todos la ternura y elamor del Señor. ¡Cuánta necesi-dad de oración tiene un obispo,un cardenal, un Papa, para ayudaral Pueblo de Dios a seguir adelan-te! Digo «ayudar», es decir, serviral Pueblo de Dios, porque la vo-cación del obispo, del cardenal ydel Papa es precisamente ésta: serservidor, servir en nombre de Cris-to. Rezad por nosotros, para queseamos buenos servidores: buenosservidores, no buenos dueños. To-dos juntos, obispos, presbíteros,personas consagradas y fieles lai-cos debemos ofrecer el testimoniode una Iglesia fiel a Cristo, anima-da por el deseo de servir a los her-manos y dispuesta a salir al en-cuentro, con valentía profética, delas expectativas y las exigencias es-pirituales de los hombres y muje-res de nuestro tiempo. Que la Vir-gen nos acompañe y nos protejaen este camino.

Al término de la oración el SantoPadre dirigió su saludo a losdiversos grupos de fieles.

Saludo a todos los peregrinos pre-sentes, en especial a quienes hanvenido con ocasión del Consisto-rio, para acompañar a los nuevoscardenales; y agradezco mucho alos países que han querido estarpresentes en este acontecimientocon delegaciones oficiales.

Una liturgia que estuviera separada del culto espiritual correría elriesgo de vaciarse, de perder su originalidad cristiana y caer en unsentido sagrado genérico, casi mágico, y en un esteticismo vacío. Loescribió el Papa Francisco en el mensaje enviado al cardenal AntonioCañizares Llovera, prefecto de la Congregación para el culto divino yla disciplina de los sacramentos, con ocasión del simposio —c e l e b ra d odel 18 al 20 de febrero en la Pontificia Universidad Lateranense deRoma— para la conmemoración del quincuagésimo aniversario de la«Sacrosanctum Concilium».

Giuseppe Monguzzi, «La última cena» (1990)

inmerso en la realidad di-vina, debería convertirseen acción juntamente conDios. Esto no quiere de-cir que debemos pensarsiempre en Dios, sinoque debemos estar real-mente penetrados por larealidad de Dios, de for-ma que toda nuestra vida(…) sea liturgia, sea ado-ración» (Benedicto XVI,Lectio divina en el Semi-nario romano mayor, 15de febrero de 2012).

A la acción de gracias

VIENE DE LA PÁGINA 1

El domingo 23 de febrero, por latarde, el cardenal argentino MarioAurelio Poli tomó solemnementeposesión del título de San RobertoBelarmino, que precedentementeperteneció a su predecesor en la ar-quidiócesis de Buenos Aires, JorgeMario Bergoglio. El purpurado fueacogido por el párroco, quien lepresentó el crucifijo para el beso yla veneración. Siguió la celebraciónde la misa, que concelebraron, en-tre otros, el cardenal Estanislao Es-

teban Karlic, los arzobispos deMercedes-Luján, Agustín RobertoRadrizzani, y de Tucumán, AlfredoHoracio Zecca; el obispo de SanLuis, Pedro Daniel Martínez Perea,y el auxiliar de La Plata, AlbertoGermán Bochatey; el párroco y losvicarios parroquiales; y cuarenta sa-cerdotes argentinos, entre ellos, losmiembros de la comunidad del Co-legio sacerdotal nacional de Romay quienes llegaron a Roma paraparticipar en el Consistorio.

Entre los presentes, el embajadorde Argentina ante la Santa Sede,Juan Pablo Cafiero, con miembrosde la delegación oficial del Gobier-no argentino y autoridades civilesde Buenos Aires. Participó en el ri-to —dirigido por monseñor Kar-cher, ceremoniero pontificio— ungrupo de scouts: presencia signifi-cativa, ya que la parroquia es sededel grupo AGESCI Roma 1 y el car-denal Poli es consiliario nacionalde los scouts argentinos.

El purpurado centró su homilíaen el testimonio de solidaridad desan Martín de Tours, patrono deBuenos Aires, cuya imagen está ensu escudo cardenalicio, y que tienecomo lema: «Concédeme Señor, uncorazón que escuche» (1 Re 3, 9).

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página 12 L’OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de febrero de 2014, número 9

En la plaza de San Pedro la audiencia general sobre el sacramento de la unción de los enfermos

La caricia de Jesús sobre las heridas del hombre

El Papa y el niño

Los tuits en@Pontifex_es

21 FEB [11.21 AM] La Confirma-ción es importante para el cristia-no; nos da fuerzas para defenderla fe y anunciar el Evangelio conentusiasmo

22 FEB [10.22 AM] ¡No perda-mos nunca la esperanza! Dios nosama siempre, incluso con nuestroserrores y nuestros pecados

24 FEB [12.24 PM] La VirgenMaría está siempre a nuestro la-do, sobre todo cuando sentimosel peso de la vida con todos susp ro b l e m a s

25 FEB [11.25 AM] Todos losbautizados somos discípulos mi-sioneros, llamados a ser en elmundo Evangelio vivo

27 FEB [10.27 AM] En las fami-lias, es normal hacerse cargo dequien lo necesita. No tengan mie-do a la fragilidad

A través del sacramento de la unción de los enfermos «es el Señor Jesús mismoquien nos toma de la mano, nos acaricia como hacía con los enfermos y nosrecuerda que le pertenecemos y que nada —ni siquiera el mal y la muerte— p o d rájamás separarnos de Él». Lo dijo el Papa Francisco en la audiencia general delmiércoles 26 de febrero, en la plaza de San Pedro.

celebramos ese sacramento, el SeñorJesús, en la persona del sacerdote, sehace cercano a quien sufre y estágravemente enfermo, o es anciano.Dice la parábola que el buen samari-tano se hace cargo del hombre quesufre, derramando sobre sus heridasaceite y vino. El aceite nos hace pen-sar en el que bendice el obispo cadaaño, en la misa crismal del JuevesSanto, precisamente en vista de laUnción de los enfermos. El vino, encambio, es signo del amor y de lagracia de Cristo que brotan del donde su vida por nosotros y se expre-san en toda su riqueza en la vida sa-cramental de la Iglesia. Por último,se confía a la persona que sufre a unhotelero, a fin de que pueda seguircuidando de ella, sin preocuparsepor los gastos. Bien, ¿quién es estehotelero? Es la Iglesia, la comunidadcristiana, somos nosotros, a quienesel Señor Jesús, cada día, confía aquienes tienen aflicciones, en elcuerpo y en el espíritu, para que po-damos seguir derramando sobreellos, sin medida, toda su misericor-dia y la salvación.

Este mandato se recalca de maneraexplícita y precisa en la Carta deSantiago, donde se dice: «¿Está en-fermo alguno de vosotros? Llame alos presbíteros de la Iglesia, que re-cen por él y lo unjan con el óleo enel nombre del Señor. La oración he-cha con fe salvará al enfermo y el Se-ñor lo restablecerá; y si hubiera co-metido algún pecado, le será perdo-nado» (5, 14-15). Se trata, por lo tan-to, de una praxis ya en uso en eltiempo de los Apóstoles. Jesús, enefecto, enseñó a sus discípulos a te-ner su misma predilección por losenfermos y por quienes sufren y lestransmitió la capacidad y la tarea deseguir dispensando en su nombre ysegún su corazón alivio y paz, a tra-vés de la gracia especial de ese sacra-mento. Esto, sin embargo, no nosdebe hacer caer en la búsqueda obse-siva del milagro o en la presunciónde poder obtener siempre y de todosmodos la curación. Sino que es la se-guridad de la cercanía de Jesús alenfermo y también al anciano, por-que cada anciano, cada persona demás de 65 años, puede recibir estesacramento, mediante el cual es Jesúsmismo quien se acerca a nosotros.

Pero cuando hay un enfermo mu-chas veces se piensa: «llamemos alsacerdote para que venga». «No,después trae mala suerte, no le lla-

«¿Por qué colgaron a Jesús en lacruz?». Es la pregunta que PaoloToniolo, un niño discapacitado deCittadella, hizo al Papa Franciscoel miércoles 26 por la mañana. Yel Pontífice, emocionado por lapregunta, le explicó con palabrassencillas que quienes crucificarona Jesús fueron quienes no le que-ría. Fue uno de los numerososmomentos de intenso diálogo en-tre el Papa y las personas enfer-mas, sobre todo los más peque-ños, que ya es una costumbre sig-nificativa de cada miércoles. Enesta ocasión se sumó una presen-cia especial: más de trescientaspersonas que viven la experienciade enfermedades raras.

Acerca de la importancia de lacultura del encuentro que condu-ce a la paz insistió el arzobispoClaudio Maria Celli, presidentedel Consejo pontificio para lascomunicaciones sociales, al pre-sentar al Pontífice a los partici-pantes en el congreso de Signis,la asociación católica mundial pa-ra las comunicaciones.

Llamamiento del Pontífice

Por la paz en VenezuelaAl final de la audiencia, antes de saludar a los peregrinos de lengua italiana,el Santo Padre expresó su preocupación por la situación que se vive enVenezuela con estas palabras:

Sigo con especial inquietud lo que está sucediendo en estos días en Vene-zuela. Deseo vivamente que cesen cuanto antes las violencias y las hostili-dades, y que todo el pueblo venezolano, a partir de los responsables polí-ticos e institucionales, trabaje para favorecer la reconciliación, a través delperdón recíproco y un diálogo sincero, respetuoso de la verdad y de lajusticia, capaz de afrontar temas concretos para el bien común. Mientrasaseguro mi constante oración, en especial por quienes perdieron la vida enlos enfrentamientos y por sus familias, invito a todos los creyentes a elevarsúplicas a Dios, por la maternal intercesión de Nuestra Señora de Coro-moto, para que el país vuelva a encontrar prontamente paz y concordia.

memos», o bien «luego se asusta elenfermo». ¿Por qué se piensa esto?Porque existe un poco la idea deque después del sacerdote llega elservicio fúnebre. Y esto no es ver-dad. El sacerdote viene para ayudaral enfermo o al anciano; por ello estan importante la visita de los sacer-dotes a los enfermos. Es necesariollamar al sacerdote junto al enfermoy decir: «vaya, le dé la unción, ben-dígale». Es Jesús mismo quien llegapara aliviar al enfermo, para darlefuerza, para darle esperanza, paraayudarle; también para perdonarlelos pecados. Y esto es hermoso. Nohay que pensar que esto es un tabú,porque es siempre hermoso saberque en el momento del dolor y de laenfermedad no estamos solos: el sa-cerdote y quienes están presentesdurante la Unción de los enfermosrepresentan, en efecto, a toda la co-munidad cristiana que, como unúnico cuerpo nos reúne alrededor dequien sufre y de los familiares, ali-mentando en ellos la fe y la esperan-za, y sosteniéndolos con la oración yel calor fraterno. Pero el consuelomás grande deriva del hecho de quequien se hace presente en el sacra-

mento es el Señor Jesús mismo, quenos toma de la mano, nos acariciacomo hacía con los enfermos y nosrecuerda que le pertenecemos y quenada —ni siquiera el mal y la muer-te— podrá jamás separarnos de Él.¿Tenemos esta costumbre de llamaral sacerdote para que venga a nues-tros enfermos —no digo enfermos degripe, de tres-cuatro días, sino cuan-do es una enfermedad seria— y tam-bién a nuestros ancianos, y les dé es-te sacramento, este consuelo, estafuerza de Jesús para seguir adelante?¡Hagámoslo!

Queridos hermanos y hermanas,¡buenos días!

Hoy quisiera hablaros del sacra-mento de la Unción de los enfer-mos, que nos permite tocar con lamano la compasión de Dios por elhombre. Antiguamente se le llamaba«Extrema unción», porque se enten-día como un consuelo espiritual enla inminencia de la muerte. Hablar,en cambio, de «Unción de los enfer-mos» nos ayuda a ampliar la miradaa la experiencia de la enfermedad ydel sufrimiento, en el horizonte de lamisericordia de Dios.

Hay una imagen bíblica que ex-presa en toda su profundidad el mis-terio que trasluce en la Unción delos enfermos: es la parábola del«buen samaritano», en el Evangeliode Lucas (10, 30-35). Cada vez que