Observa La Interpretación de Marx

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En síntesis, Lefort observa que la interpretación de Marx de los derecho humanos parte de la idea de que estos convierten al individuo en el orig del derecho, y enmascaran las relaciones de dominación al interior de una sociedad de clases, que viene definida como burguesa. Frente a esta lect entiende que ms que sancionar derechos individuales, las !eclaraciones anuncian libertades de relación, instituyen una escenacom"n #un espacio p"blico# sustraída del poder del Estado $Lefort %&&'a, ()* y Lefort %&&( En este sentido, afirma que al ser estrictamente impensables el aislamiento, el monadismo del individuo #porque incluso cuando est separado de hecho de sus seme antes se trata tambi/n de una modalidad de su relación con los otros#, la "nica cuestión debería de ser la siguient 1cules son en tal o cualsociedad #en tal o cualformación social# loslímites impuestos a la acción de sus miembros, las restricciones aportadas a sus establecimientos, a sus despla2amientos, a sus visitas frecuentes a ciertos sitios, a entrada en ciertas carreras, al cambio de sus condiciones, a su modo de expresión y comunicación3 En lugar de hacerse estapregunta, Marx ignora extra4amente el levantamiento de m"ltiples prohibiciones que pesaban sobre la acción humana antes de la revolución democrtica, ba o el 5ntiguo 6/gimen7 ignora el alcance prctico de !eclaración de derechos, cautivado como est por la imagen de un poder anclado en el individuo y que solo puede e ercerse en el encuentro con el poder de otro $Lefort %&&(b, )+%8)+*-. )( La crítica que reali2a Marx, centrada como est en la denuncia del ancla de los derechos en un individuo que se encontraría liberado de sus relac con los otros, pierde de vista aquello que para Lefort es fundamental0 e el que ambas !eclaraciones generan un nuevotipo de relaciones que #en ruptura con el 5ntiguo 6/gimen# dan lugar a la emergencia de una esfera en la que se despliega una lógica efervescente del derecho frente al pod ) )( 9n poco antes y en el mismo sentido, sostiene que :;n<o es tanto aquello que Marx lee los derechos humanos lo que debería despertar nuestras críticas cuanto lo que es inca de descubrir en ellos. En efecto, Marx cae, y nos atrae tambi/n hacia ella, en una tr que en otras ocasiones, pero tambi/n con otros fines, habíasidomuy hbil para desmontar0 la de la ideología. =e de a apresar por la versión ideológica de los derec sin examinar lo que significan en la prctica, la conmoción que introducen en la vida social. > este hecho lo ciega para aquello que en el propio texto de la !eclaración a al margen de la ideología? $Lefort %&&(b, p. )+%-. ) Lefort no concibe la esfera p"blica en los t/rminos del liberalismo0 su importancia p democracia no consiste tanto en que favorece el acuerdo racional entre los individuos sino ms bien en que instituye una escena en donde el conflicto, la diferencia, apare vista de todos. En este sentido, sostiene0 :;c<iertamente, el espacio p"blico no es e de un encantador debate entre individuos ra2onables. Las libertades políticas, que es en su origen y lo mantienen, no estn hechas para crear una comunidad de ciudadanos L 5= @ A66E= !E L 9BB5 CD $ ulio8diciembre %&)(-0 ' 8 %* L 5 C ECB GC !EMAB6H@ B5 . 9

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En sntesis, Lefort observa que la interpretacin de Marx de los derechoshumanos parte de la idea de que estos convierten al individuo en el origen y el findel derecho, y enmascaran las relaciones de dominacin al interior de unasociedad de clases, que viene definida como burguesa. Frente a esta lectura,entiende que ms que sancionar derechos individuales, las Declaracionesanuncian libertades de relacin, instituyen una escena comn un espaciopblico sustrada del poder del Estado (Lefort 2007a, 413 y Lefort 2004b, 195).En este sentido, afirma queal ser estrictamente impensables el aislamiento, el monadismo del individuo porqueincluso cuando est separado de hecho de sus semejantes se trata tambin de unamodalidad de su relacin con los otros, la nica cuestin debera de ser la siguiente:cules son en tal o cual sociedad en tal o cual formacin social los lmitesimpuestos a la accin de sus miembros, las restricciones aportadas a susestablecimientos, a sus desplazamientos, a sus visitas frecuentes a ciertos sitios, a suentrada en ciertas carreras, al cambio de sus condiciones, a su modo de expresin ycomunicacin? En lugar de hacerse esta pregunta, Marx ignora extraamente ellevantamiento de mltiples prohibiciones que pesaban sobre la accin humana antesde la revolucin democrtica, bajo el Antiguo Rgimen; ignora el alcance prctico de laDeclaracin de derechos, cautivado como est por la imagen de un poder anclado en elindividuo y que solo puede ejercerse en el encuentro con el poder de otro (Lefort2004b, 192-193).14La crtica que realiza Marx, centrada como est en la denuncia del anclajede los derechos en un individuo que se encontrara liberado de sus relacionescon los otros, pierde de vista aquello que para Lefort es fundamental: el modo enel que ambas Declaraciones generan un nuevo tipo de relaciones que enruptura con el Antiguo Rgimen dan lugar a la emergencia de una esfera pblicaen la que se despliega una lgica efervescente del derecho frente al poder.1514Un poco antes y en el mismo sentido, sostiene que [n]o es tanto aquello que Marx lee enlos derechos humanos lo que debera despertar nuestras crticas cuanto lo que es incapazde descubrir en ellos. En efecto, Marx cae, y nos atrae tambin hacia ella, en una trampaque en otras ocasiones, pero tambin con otros fines, haba sido muy hbil paradesmontar: la de la ideologa. Se deja apresar por la versin ideolgica de los derechos,sin examinar lo que significan en la prctica, la conmocin que introducen en la vidasocial. Y este hecho lo ciega para aquello que en el propio texto de la Declaracin apareceal margen de la ideologa (Lefort 2004b, p. 192).15Lefort no concibe la esfera pblica en los trminos del liberalismo: su importancia para lademocracia no consiste tanto en que favorece el acuerdo racional entre los individuos,sino ms bien en que instituye una escena en donde el conflicto, la diferencia, aparece a lavista de todos. En este sentido, sostiene: [c]iertamente, el espacio pblico no es el teatrode un encantador debate entre individuos razonables. Las libertades polticas, que estnen su origen y lo mantienen, no estn hechas para crear una comunidad de ciudadanosLAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-23LAINVENCINDEMOCRTICA. UNALECTURADE LEFORT.19Marx no advierte que lo que las Declaraciones rechazan es, esencialmente, laexistencia de un poder que se encuentre en posesin del derecho, la idea de unalegitimidad que ancle su fundamento ms all del ser humano, la comprensinde una sociedad ordenada de acuerdo a una clasificacin natural de lasposiciones y las relaciones entre sus partes (Lefort 2004f, 153).Ahora bien, la desarticulacin de la crtica de Marx a los derechoshumanos no debe retrotraernos, afirma Lefort, a inscribirlos en la naturaleza.Como seala Arendt en relacin a la Declaracin de la Independencia americana,la apelacin a la naturaleza humana, presente en ese documento, reflejaba laperplejidad con la que se encontraron los revolucionarios a la hora de estableceruna nueva fuente de autoridad (Arendt 2004, 264-267). De modo similar a ella,Lefort entiende que la afirmacin del fundamento natural de los derechos, enrealidad sirvi para disimular la naturaleza misma de un acontecimientoextraordinario a travs del cual los seres humanos al vincular la fuente delderecho a la enunciacin humana del mismo, al desanclar la enunciacin delderecho de una fuente trascendente, devenan simultneamente sujetos yobjetos de la misma declaracin. Los derechos humanos, afirma Lefort, sonenunciados como derechos que pertenecen al hombre, pero, simultneamente, el hombre aparecea travs de sus mandatarios como aquel cuya esencia consiste en enunciar susderechos. Desde el momento en que nadie podra ocupar el sitio, a distancia de todos,en el que tendra autoridad para otorgar o ratificar derechos, es imposible separar elenunciado de la enunciacin. As, los derechos no son simplemente el objeto de unadeclaracin: pertenece a su esencia ser declarados (Lefort 2004b, 201; la cursiva espropia).A pesar de lo que indica su nombre, su fundamento no posee una figuradeterminada, no puede ser reducido a la naturaleza, no encuentra un puntoltimo de imputacin: pertenece a su esencia ser declarados. Y por esta mismarazn, los derechos humanos se sustraen tambin de cualquier instancia religiosa o mtica, monrquica o popular que pretendiese encarnarlos.16 En estesentido, Lefort entiende que la apelacin a la naturaleza presente en lasilustrados y conscientes de sus deberes; tienden a difundir, en cambio, el derecho a juzgar,un derecho que supone que no existe ningn lugar desde donde pueda ser enunciada laLey (Lefort 2007d, 225).16Consecuentemente, los derechos exceden cualquier formulacin producida hasta ahora:lo que tambin significa que su formulacin contiene la exigencia de su reformulacin oque los derechos adquiridos estn necesariamente llamados a sostener nuevos derechos(Lefort 2004b, 202-203).LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-2320MATAS SIRCZUKDeclaraciones no solo disimul la falta de fundamentos firmes sobre los queasentar los derechos, sino que tambin ocult el abismo que separaba estanueva concepcin del derecho del dispositivo simblico del Antiguo Rgimen.Los constituyentes, afirma,encuentran [la] raz [de los derechos humanos] en la naturaleza del hombre,vale! Pero los formulan en oposicin a un rgimen donde el poder deniega a sussujetos la facultad de oponerse a lo que ellos estiman ilegtimo, y pretendeposeer el derecho de imponer obediencia. Dicho brevemente, la formulacin delos derechos humanos a finales del siglo XVIII es inspirada por una reivindicacinde la libertad que arruina la representacin de un poder que se situara porencima de la sociedad, que dispusiera de una legitimidad absoluta ya sea queproceda de Dios, ya sea que represente la sabidura suprema o la supremajusticia, en fin, que se incorporara en un monarca, o en la institucinmonrquica. Esos derechos humanos marcan una separacin entre el derecho yel poder. El derecho y el poder no se condensan ya en un mismo polo. Para quesea legtimo debe de estar conforme en lo sucesivo con el derecho, y de este yano posee el principio (Lefort 2004f, 143-144).Las Declaraciones de Derechos, por tanto, rechazan toda representacinde un fundamento ltimo a partir del cual pudiera asentarse la trascendencia dela ley; pero, simultneamente, sealan la imposibilidad de identificar el derechocon su expresin positiva y con el poder que la enuncia. Instituyen un espaciosimblico sustrado de la autoridad del poder, una escena pblica que da lugar alcombate de opiniones y al conflicto entre las partes. Expresan simblicamenteun cambio radical con respecto al problema de la legitimidad del orden:aboliendo la posibilidad de referir a un fundamento ontoteolgico de la ley, danlugar a una nueva experiencia en relacin a ella que no queda atrapada en lainmanencia.Para decirlo de otro modo: las Declaraciones de Derechos de lasrevoluciones del siglo XVIII el procedimiento perfecto para que una accin semanifieste en palabras17 inauguran una experiencia en la que si bien desapareceel referente trascendente que garantizaba la legitimidad del derecho, no hace dela ley algo inmanente al orden del mundo ni la identifica con el poder. Por tanto,17En el anlisis que lleva adelante en Sobre la revolucin, Arendt seala que la grandezade la Declaracin de independencia americana no radica ni en su sutileza filosfica ni ensu destreza argumentativa, sino en constituir el procedimiento perfecto para que unaaccin se manifieste en palabras. Y aade que puesto que tratamos aqu con la palabraescrita y no con la hablada, nos enfrentamos a uno de esos raros momentos en la historiaen que el poder de la accin se basta para levantar su propio monumento (Arendt 2004,173; traduccin modificada).LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-23LAINVENCINDEMOCRTICA. UNALECTURADE LEFORT.21sostiene Lefort, es preciso reconocer en la institucin de los primeros derechosuna fundacin (Lefort 2004f, 154; la cursiva es propia), la emergencia de unprincipio que reduce el derecho a la interrogacin del derecho (Lefort 2004f,153). Para ponerlo en sus palabras:[l]o que distingue a la democracia es que [...] [h]ace de la ley lo que, siempre irreductibleal artificio humano, no da sentido a la accin de los hombres sino a condicin de que laquieran y la conciban como la razn de su coexistencia y como la condicin deposibilidad, para cada individuo, de juzgar y de ser juzgado. La divisin entre lo legtimoy lo ilegtimo no se materializa en el espacio social, solamente es sustrada a la certezadesde el punto y hora en que nadie sabra ocupar el lugar del gran juez, desde el puntoy hora en que ese vaco mantiene la exigencia del saber. Dicho de otra forma, lademocracia moderna nos invita a sustituir la nocin de un rgimen regulado por leyes,la de un poder legtimo, por la de un rgimen fundado sobre la legitimidad de un debatesobre lo legtimo y lo ilegtimo, debate necesariamente sin garante y sin trmino. Tantola inspiracin de los derechos humanos como la difusin de los derechos en nuestrapoca dan testimonio de este debate (Lefort 2004f, 154-155).18Para Lefort, por tanto, la democracia se instituye a travs de lasDeclaraciones de Derechos como un modo de convivencia que se hace cargode la imposibilidad de clausurar definitivamente la pregunta por los fundamentosde la sociedad poltica, por la legitimidad del poder y de la ley. Su energa propiaemerge como resultado de esta dinmica de interrogacin ilimitada, en la que loslmites de lo legtimo y lo ilegtimo, lo bueno y lo malo, lo alto y lo bajo, lo justo ylo injusto, no estn definidos a priori, no encuentran un fundamento firme, y en laque la disputa por su sentido se constituye en el principio simblico que organizael espacio comn.19 Y all donde el derecho est en cuestin, la sociedad, estoes, el orden establecido, tambin lo est (Lefort 2004b, 203).20 En espejo de esta18En consonancia con esto, unas pginas antes Lefort afirma: [s]igo convencido de quesolo podremos apreciar el desarrollo de la democracia y las oportunidades de la libertad sireconocemos en la institucin de los derechos humanos los signos del surgimiento de unnuevo tipo de legitimidad y de espacio pblico, del que los individuos son tanto productoscomo instigadores; si reconocemos simultneamente que este espacio no podra serengullido por el Estado sino al precio de una mutacin violenta que dara origen a unanueva forma de sociedad (Lefort 2004f, 142; traduccin modificada).19Al respecto, Molina sostiene que [l]os derechos humanos no pueden aspirar a convertirseen nuevos referentes de certeza, en nuevas tablas de la ley sin traicionar su carcter dereferentes simblicos sometidos permanentemente a la empresa de su desciframiento(Molina 2001, 326).20Lefort aade que [p]or ms eficaces que sean los medios de que dispone una clase paraexplotar en su beneficio y denegar a las otras las garantas del derecho, o aquellos de quedispone el poder para que la administracin de la justicia le quede subordinada, o parasometer las leyes a los imperativos de la dominacin, esos medios permanecen expuestosLAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-2322MATAS SIRCZUKforma de sociedad, Lefort se propone pensar sin garantas ltimas, sostener laindeterminacin, sin por ello renunciar a distinguir, aqu y ahora, la libertad de laservidumbre.Bibliografa utilizadaAbensour, Miguel (1998), La democracia contra el Estado, Buenos Aires,Ediciones Colihue. 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(2004a), La imagen del cuerpo y el totalitarismo, en La incertidumbredemocrtica. Ensayos sobre lo poltico, Barcelona, Anthropos Editorial,a una oposicin de derecho (Lefort 2004b, 203). En la misma lnea, Abensour plantea que[m]odelada por el reconocimiento de un ser por excelencia indeterminado, la democraciaes esa forma de sociedad en la que el derecho, en su exterioridad en relacin al poder, serevelar en exceso respecto a lo que est establecido, como si lo instituyente resurgierapronto con la mira puesta en una reafirmacin de los derechos existentes y en la creacinde nuevos derechos (Abensour 2007, 184). Aclaremos tambin que Lefort sostiene que espreciso diferenciar la significacin simblica de los derechos de su realizacin prctica. Enla dimensin fctica, la crtica bien puede establecer que los derechos no se realizan, perosu efecto simblico es de largo alcance. En este sentido, afirma que [n]uestro objetivoconsista en poner en evidencia la dimensin simblica de los derechos humanos y hacerver que devino constitutiva de la sociedad poltica. Me parece que si se pretende ignoraresto, si solo se tiene en cuenta la subordinacin de la prctica jurdica a la conservacinde un sistema de dominacin y explotacin, o si se quiere confundir lo simblico con loideolgico, ya no se podr percibir la lesin del tejido social que resulta del rechazo delprincipio de los derechos humanos en el totalitarismo (Lefort 2004b, 204).LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-23LAINVENCINDEMOCRTICA. UNALECTURADE LEFORT.23pp. 241-257. (2004b), Derechos humanos y poltica, en La incertidumbredemocrtica. Ensayos sobre lo poltico, Barcelona, Anthropos Editorial,pp. 181-219. (2004c), La lgica totalitaria, en La incertidumbre democrtica. Ensayossobre lo poltico, Barcelona, Anthropos Editorial, pp. 220-240. (2004d) Permanencia de lo teolgico-poltico?, en La incertidumbredemocrtica. Ensayos sobre lo poltico, Barcelona, Anthropos Editorial,pp. 52-106. (2004e), La cuestin de la democracia, en La incertidumbredemocrtica. Ensayos sobre lo poltico, Barcelona, Anthropos Editorial,pp. 36-51. (2004f), Los derechos humanos y el Estado de bienestar, en Laincertidumbre democrtica. Ensayos sobre lo poltico, Barcelona,Anthropos Editorial, pp. 130-161. (2004g), El poder, en La incertidumbre democrtica. Ensayos sobre lopoltico, Barcelona, Anthropos Editorial, pp. 23-35. (2007a), La pense politique devant les droits de lhomme, en Le tempsprsent. crits 1945-2005, Pars, ditions Belin, pp. 405-421. (2007b), Liberalismo y democracia, en Roldan, Daro (ed.), Lecturas deTocqueville, Madrid, Siglo XXI, pp. 1-17. (2007c), Maquiavelo y la verit effettuale, en El arte de escribir y lopoltico, Barcelona, Herder, pp. 233-278. 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la cual encontrar un fundamento seguro que permita garantizar la legitimidad delo que es, afirma que la invocacin constante del pueblo en democracia noremite a una sustancia real, actualmente presente, sino que revela la incapacidadestructural de quienes ejercen la autoridad pblica para encontrar un punto deanclaje definitivo. Si bien el origen de todas las instituciones parece provenir delpueblo, este no puede encarnarse en ninguna de ellas, es imposible que seidentifique plenamente con una entidad particular.8En este sentido, afirmar la soberana del pueblo supone para Lefortreconocer su carcter plural, la imposibilidad de reducir la heterogeneidad aunidad: la democracia vive de la contradiccin entre un poder que emana delpueblo y que, al mismo tiempo, no es de nadie, ninguno puede apropirselo.9As, afirma Lefort,[n]os equivocaramos si considerramos que el poder se aloja en lo sucesivo dentrodela sociedad por el hecho de que emana del sufragio popular; el poder sigue siendo lainstancia en virtud de la cual la sociedad puede ser concebida en su unidad y serelaciona consigo misma en el espacio y en el tiempo. Pero esta instancia no se refiereya a un polo incondicionado, seala una separacin entre el interior y el exterior de losocial que, sin embargo, instituye su relacin. Aquella instancia se hace reconocertcitamente como puramente simblica (Lefort 2004e, 47-48).10En la medida en que la diferencia de la sociedad consigo misma noremite inconfundiblemente al mundo invisible, que el exceso del ser sobre elaparecer no es representado como real, que no puede tampoco ser identificado8[A] pesar de ser afirmada la soberana del pueblo, es admitido tcitamente que la nacinno es sustancialmente una, que propiamente hablando no es reducible a una comunidad,puesto que el ejercicio del poder es siempre dependiente del conflicto poltico, y esteconfirma y mantiene el conflicto de intereses, de creencias y de opiniones en la sociedad(Lefort 2004g, 34).9Resulta interesante ver el modo en el que Lefort analiza el dispositivo a partir del cual semanifiesta la voluntad del pueblo mediante el sufragio universal. En ese momento,cuando la soberana popular debe hablar inconfundiblemente, los vnculos sociales sedeshacen y los individuos en su calidad de ciudadanos son sustrados de todas las redesde socializacin para transformarse en unidades contables. A travs del voto, el nmerosustituye a la sustancia (Lefort 2004e, 49). Vase tambin (Lefort 1981, 147-151 y Lefort1980, 171). En el mismo sentido afirma que [e]l encarnizamiento puesto en combatir laidea del sufragio universal no es solo el ndice de una lucha de clases. Altamenteinstructiva es la impotencia para pensar este sufragio de otro modo que como disolucinsocial. El peligro del nmero es algo ms que un peligro de intervencin de las masas en laescena poltica; la idea del nmero, como tal se opone a la de la sustancia de la sociedad.El nmero descompone la unidad, liquida la identidad (Lefort 2004a, 253-254).10Vase tambin (Lefort 2004d, 67-71; Lefort 2004g, 32-34; Lefort 1990, 190; Lefort 2004a,254 y Lefort 2004c, 226-227).LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-2314MATAS SIRCZUKcon ninguna entidad positiva, en fin, que nadie puede ocupar el lugar que antaoperteneca al prncipe; la instancia del poder se revela de modo tcito comopuramente simblica. La democracia se presenta as para Lefort como la nicaforma de sociedad de las que han aparecido a lo largo de la historia que significala distancia entre lo simblico y lo real mediante esta representacin del poder,segn la cual, nadie puede apropirselo.Esta nueva posicin del poder, advierte Lefort, va acompaada de unconjunto de transformaciones que no pueden ser entendidas comoconsecuencias de aquella sino que advienen como resultado de la mutacin enel orden simblico. Junto al fenmeno de desincorporacin del poder, se da unadesimbricacin de las esferas del poder, de la ley y del saber. En la medida enque no encuentra garanta en una instancia trascendente, en que su ejercicio seencuentra sujeto al cambio temporal y atrapado en el conflicto entre las partes, elpoder pierde eficacia como garante certero del derecho y del saber. Ambos seafirman frente a l con una exterioridad e irreductibilidad nuevas. Ni uno ni otropueden consustanciarse con el poder: [l]a originalidad poltica de la democracia, que me parece desconocida, aparece en esedoble fenmeno: un poder llamado en lo sucesivo a permanecer en busca de su propiofundamento porque la ley y el poder ya no estn incorporados en la persona de quien oquienes lo ejercen; una sociedad que acoge el conflicto de opiniones y el debate sobrelos derechos, pues se han disuelto los referentes de la certeza que permitan a loshombres situarse en forma determinada los unos con respecto de los otros. Doblefenmeno, l mismo signo de una nica mutacin: el poder deber en adelante ganarsu legitimidad si no enraizndose en las opiniones, al menos sin desvincularse de laconcurrencia entre partidos (Lefort 2004f, 141).11La institucin de una escena poltica en la que las diferencias de opinionesy el conflicto son representados ante la mirada de todos, en la que aparecencomo legtimos, habilita la divisin en todas las dimensiones de la vida social. Lacompetencia y el conflicto se encuentran garantizados no solo de hecho sinotambin de derecho. Lefort afirma que esta representacin y legitimacin del11Volveremos sobre esta cuestin en el apartado siguiente. Por el momento simplementesealemos que, a diferencia de lo que plantea Marchart, quien considera que el terrenoabierto por la revolucin democrtica asume para el pensador francs el estatus de unatrascendentalidad superpotente, es decir, que inaugura un horizonte difcil de superar(Marchart 2009, 130), por mi parte considero que para Lefort la democracia se inscribedentro de la contingencia histrica y, por tanto, el vnculo que se establece en esta formade sociedad con los fundamentos de la ley y la legitimidad no adquiere estatustrascendental alguno.LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-23LAINVENCINDEMOCRTICA. UNALECTURADE LEFORT.15antagonismo acredita la vocacin de la sociedad a estar dividida (Lefort 2004d,70). La democracia aparece as como una sociedad diferenciada, que no alcanzasu unidad sino a travs de sus divisiones, en la que el orden no puede estardisociado del desorden (Lefort 2007b, 3). En este sentido, entiende que el advenimiento de la experienciademocrtica del poder seala un cambio radical con respecto al pasado: alestablecer la legitimidad de la divisin en todas las esferas de la vida social ypoltica, la democracia rompe radicalmente con la imagen de una comunidadsustancial. Privada de la mediacin del prncipe, la sociedad en cuanto tal no esya abarcable ni puede representarse a travs de la imagen del cuerpo; resistetoda posible representacin de su unidad en trminos de totalidad orgnica(Lefort 2004e, 49). De este modo, la designacin del lugar del poder como lugarvaco adquiere toda su radicalidad cuando se la asocia a la imposibilidad derepresentar a la sociedad bajo la imagen de una comunidad sustancial,representacin en la que los lmites y los contornos de la sociedad estndeterminados o bien por la referencia a la trascendencia de Dios o bien por laidentificacin con la inmanencia del poder del pueblo. La referencia al lugar delpoder como lugar vaco se encuentra acompaada de la imposiblerepresentacin de la sociedad bajo la imagen del cuerpo, bajo la forma de unacomunidad positivamente determinada. As, afirma Lefort,[d]onde mejor puede ser reconocida la revolucin democrtica es en esta mutacin: elpoder deja de estar ligado a un cuerpo; aparece como un lugar vaco y quienes loejercen como simples mortales que solo lo ocupan temporalmente, o solo podraninstalarse en l por la fuerza o por la argucia; tampoco la ley puede ya ser fijada enenunciados que no puedan ser refutados y sus fundamentos susceptibles de serpuestos en cuestin; por ltimo, tampoco cabe ya la representacin de un centro y deun entorno de la sociedad: en adelante, la unidad no podra borrar la divisin social. Lademocracia inaugura la experiencia de una sociedad inasible, indomable, en la que elpueblo ser llamado soberano, ciertamente, pero en la que la cuestin de su identidadno dejar de plantearse, en la que la identidad permanecer latente (Lefort 2004a, 254).La consecuencia de este proceso de desincorporacin del poder y dedesimbricacin de las esferas del poder, del saber y de la ley, es la constitucinde un espacio pblico en el seno del cual los seres humanos y sus discursos nose encuentran sometidos a la autoridad del poder. Ni la ley ni el saber seencuentran liberados de la controversia, del debate. Sin poder referir a unainstancia trascendente, permaneciendo como una obra humana, no obstante, ladisputa acerca de su sentido no puede ser clausurada.LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-2316MATAS SIRCZUKCon el objeto de interpretar esta novedad que adviene con la democracia,Lefort orienta su mirada hacia las Declaraciones de Derechos formuladas en lasrevoluciones modernas, tanto en la francesa como en la americana. A travs deuna descripcin fenomenolgica de su funcin simblica, descubre en ellas losprincipios generadores de la lgica democrtica.II. Derechos humanos y lgica democrtica: la experiencia moderna de laleyCul es el vnculo entre las Declaraciones de Derechos de lasrevoluciones del siglo XVIII y la institucin de la lgica democrtica? Es posiblepensar la distancia entre derecho positivo y legitimidad sin anclarla en unadimensin normativa, sin hacerla depender de un fundamento trascendente?Cules son las caractersticas de esta nueva forma de instituir la relacin entreel individuo y la sociedad en relacin con el derecho?Para responder a estas preguntas, Lefort diferencia su interpretacin de losderechos humanos tanto de la que los inscribe en la naturaleza, considerndoloscomo derechos naturales, como de la que pretende descalificarlos desde unpunto de vista historicista, denunciando su carcter abstracto. Frente a estasdos posiciones, se propone descifrar su significado simblico, pensarlos enrelacin con su comprensin de lo poltico, explorando el vnculo que consideraindisociable entre las dos grandes Declaraciones de derechos (la francesa y laamericana) y la institucin de la lgica democrtica.Con este objetivo en mente, afirma que no debemos interpretar lasDeclaraciones de Derechos como algo que pertenece al orden jurdico positivo,ni adscribirlas sin ms a los individuos. Tampoco considera que debamos leer enellas una afirmacin moral de carcter universal. Por el contrario, entiende queestn ligadas a una concepcin especfica de la coexistencia humana, a unnuevo tipo de legitimidad que se encuentra disociado tanto de la nocin denaturaleza como de la afirmacin de la trascendencia. Los derechos humanos,sostiene Lefort, no existen a la manera de instituciones positivas, sino por elcontrario animan a las instituciones, instituyen el principio que organizasimblicamente el espacio pblico (Lefort 2004b, 205). En este sentido, afirmaquelas libertades proclamadas a finales del siglo XVIII tienen la peculiaridad de serindisociables del nacimiento del debate democrtico. Ms an: son sus generadoras.LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-23LAINVENCINDEMOCRTICA. UNALECTURADE LEFORT.17Debemos, pues, admitir que cuando son atacadas todo el edificio democrtico corre elriesgo de desmoronarse, que donde no existen buscaramos en vano la primera piedrade este (Lefort 2004f, 155; la cursiva es propia).12Lefort interpreta el estatuto de los derechos humanos, interroga el efectosimblico nsito en la afirmacin del derecho a la libertad de opinin, decirculacin, de expresin o de asociacin, indirectamente, a travs de una lecturacrtica de la posicin que Marx desarrolla en La cuestin juda.13En trminos generales, Lefort plantea que si bien es cierto que comoMarx observa estas libertades tal y como estn proclamadas en lasDeclaraciones de Derechos parecen referir a un individuo abstracto independiente de su vnculo con los dems, no obstante, suponennecesariamente el reconocimiento de una vida civil que es siempre ya colectiva.Al respecto desarrolla tres observaciones: en primer lugar, seala que la libertadde movimiento no debe ser interpretada en su dimensin negativa (no implica elrepliegue del individuo en su esfera privada), sino que su efecto principalconsiste en la eliminacin de las prohibiciones a la libre circulacin que existanen el Antiguo Rgimen, posibilitando de este modo la multiplicacin de lasrelaciones entre los individuos. En segundo lugar, observa que la libertad deopinin no transforma al individuo en propietario privado de su opinin, sinoque lo pone en contacto con los otros. En la medida en que el uso de la palabrapblica est establecido de derecho, su resultado es la institucin de un espaciosimblico, independiente del poder, en el que nadie puede determinar lo que espensable o no, lo que es decible o no. En tercer lugar, indica que las garantas ala seguridad del individuo, en las que Marx no habra visto ms que la proteccindel burgus, tienen como resultado disociar la justicia del poder, poniendo alindividuo a resguardo de lo arbitrario (Lefort 2004f, 145-146; Lefort 2004b, 189-195 y Lefort 2007a, 414-415)

SEn este sentido, Lefort es un pensador difcil de ubicar. A la vez que1As por ejemplo, en Permanencia de lo teolgico-poltico? advierte que se ha impuestola idea de que una sociedad se distingue de otra por su rgimen, o digamos mejor, poruna cierta manera de dar forma a la coexistencia humana (Lefort 2004d, 58). O en Laimagen del cuerpo y el totalitarismo observa que el trmino rgimen, tomado en suacepcin convencional, resulta inadecuado para describir a la forma de sociedaddemocrtica, afirmacin que es tambin vlida para el totalitarismo (Lefort 2004a, 252).LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-2310MATAS SIRCZUKdefiende a la democracia contra el marxismo, entiende que su lgica no puedeser circunscripta dentro de los lmites del Estado moderno,2 ni debe serinterpretada en los trminos de la tradicin de la filosofa poltica. Conjuga ladefensa de la democracia con una crtica radical del orden instituido o, en todocaso, identifica en la invencin democrtica la institucin de una dinmica quehabilita de derecho la crtica y la interrogacin permanente de los fundamentosde la ley y la legitimidad (Poltier 1998, 195 y subs).3 Cul es, entonces, la lgicapropia de la democracia, que ni las ciencias sociales, ni el marxismo, ni lafilosofa poltica han podido capturar? Lo esencial, a mi modo de ver, [sostiene Lefort] es que la democracia se instituye y semantiene por la disolucin de los referentes de la certeza. Inaugura una historia en laque los hombres experimentan una indeterminacin ltima respecto al fundamento delpoder, de la ley y del saber, y respecto al fundamento de la relacin del uno con el otroen todos los registros de la vida social (Lefort 2004e, 50).[La democracia] nos invita a sustituir la nocin de un rgimen regulado por leyes, la deun poder legtimo, por la de un rgimen fundado sobre la legitimidad de un debatesobre lo legtimo y lo ilegtimo, debate necesariamente sin garante y sin trmino (Lefort2004f, 155).[La virtud de la democracia es la de] colocar a los hombres y a sus instituciones frente ala prueba de una indeterminacin radical (Lefort 1990, 187).[La democracia] es una sociedad privada de una unidad sustancial (Lefort 2004d, 69).Todas estas referencias, en cierto sentido equivalentes, enuncian lainterpretacin general de la democracia tal y como Lefort la entiende: laindeterminacin la ausencia de fundamentos es el fondo desde dondeemergen sus caractersticas particulares. En la democracia el lugar del poderpermanece vaco, y por tanto, la identidad social no es ya pensable bajo la figurade la comunidad, del cuerpo. Es la forma de sociedad que aceptando la divisinen todas las esferas de la vida social y poltica mejor acoge la libertad poltica.42Radicalizando la postura de Lefort, Miguel Abensour plantea que la lgica de lademocracia se instituye contra la lgica del Estado (Abensour 1998).3Esta particular posicin de Lefort que parece pendular entre la defensa de la democracialiberal y la crtica del orden instituido es analizada en James Ingram (Ingram 2006). SegnIngram, esta dualidad presente en la obra de Lefort se despliega en las obras de suscolaboradores: en Marcel Gauchet cristaliza en una defensa del liberalismo y en MiguelAbensour en una comprensin de la democracia como democracia radical y libertaria.Ambos ofrecen un contenido determinado a las posibilidades latentes presentes en elpensamiento lefortiano. 4En el contexto de su interpretacin de Maquiavelo Lefort afirma: [l]a libertad poltica seLAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-23LAINVENCINDEMOCRTICA. UNALECTURADE LEFORT.11I. El lugar del poder como lugar vaco y la desincorporacin de la sociedadCules son las caractersticas propias de esta forma de sociedad? Enqu se diferencia de la democracia tal y como era concebida por la tradicin?Qu representacin nos ofrece del lugar del poder y qu vinculo establece conla divisin originaria de lo social?De todas las sociedades polticas que han aparecido a lo largo de lahistoria, afirma Lefort, la democracia moderna es la nica en la que el lugar delpoder aparece como un lugar vaco. Con esta descripcin, se propone destacarel hecho de que esta forma particular de sociedad no solo se distingue de lamonarqua, de la aristocracia, del despotismo o del totalitarismo, sino tambin dela democracia tal y como era concebida en la antigedad clsica.5En este sentido, la nocin del lugar del poder como lugar vaco se instituyediferencindose de dos representaciones opuestas: por un lado, la propia delAntiguo Rgimen segn la cual el poder, incorporado en la persona del prncipe,seala hacia un ms all de lo social. Por el otro, la representacin quesostiene que el poder pertenece a la comunidad, se identifica con la inmanenciade lo social. Para decirlo de otro modo, Lefort entiende que en la modernidaddemocrtica el lugar del poder no instituye una mediacin entre el orden delmundo y la trascendencia; por el contrario, parece circunscribirse al interior de lasociedad. Pero no por ello pierde su carcter simblico; aunque surja de lasociedad, el poder no puede ser reducido a la pura inmanencia de lo social.6comprende por su contrario; es la afirmacin de un modo de coexistencia dentro deciertas fronteras, tal que nadie tiene autoridad para decidir acerca de los asuntos detodos, es decir, para ocupar el lugar del poder. La cosa pblica no puede ser la cosa deuno solo o de una minora. La libertad, planteada como fin, implica la negacin de latirana, sean cuales sean sus variantes. Y luego aade: [p]ero implica tambin lanegacin de cualquier instancia que se arrogue el saber de lo que es el bien comn, esdecir, la negacin de la filosofa en tanto que ella pretende, aunque distinguiendo el idealde la realidad, fijar las normas de la organizacin social, concebir lo que es la vida buenade la ciudad y del individuo en la ciudad (Lefort 2007c, 268). Vase tambin (Lefort 2004f,138-139).5Lefort sostiene que en la democracia antigua el poder no poda ser apropiado por ningnparticular, pero perteneca en comn a la asamblea de ciudadanos.6Solo el totalitarismo pretende destruir toda referencia a la alteridad. Tal como argumentaBernard Flynn, Lefort considera que [e]n la sociedad pre-moderna existe una equivalenciaentre el orden simblico y el orden divino, el mundo suprasensible. En la democracia sedesanuda el orden simblico del divino; debido a que no hay ya cuerpo del rey pararepresentar el punto de mediacin entre lo humano y lo divino, se produce unadesincorporacin de la sociedad [...]. [L]a sociedad democrtica moderna conserva labrecha entre lo real y lo simblico en el lugar vaco dejado por la desaparicin del rey. Porel contrario, la sociedad totalitaria pretende abolir por completo el orden simblico yLAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-2312MATAS SIRCZUKEn relacin a la primera representacin, Lefort considera que lademocracia se instituye a travs de un movimiento doble: si bajo la matrizteolgico-poltica la cuestin del fundamento se resolva mediante la referencia alcielo, se figuraba en otro lugar, en la democracia esa dimensin no desaparece,aunque su representacin cambia. El lugar del poder sigue procurando a lasociedad el signo de un afuera. La sociedad no se vuelve transparente, sigueteniendo una referencia a la alteridad, pero esta referencia ya no es figurable, nopuede encarnarse en ninguna representacin definitiva. En la democracia el lugardel poder es an el polo simblico que representa la identidad social, se instituyecomo el punto de mediacin entre el adentro y el afuera, pero este afuera yano puede figurarse en un ms all de lo social. Conserva, transformndola, unadimensin que excede a lo que aparece; manifiesta as, la imposible coincidenciade la sociedad consigo misma.7En relacin a la segunda representacin el poder pertenece a lacomunidad, Lefort entiende que la designacin del lugar del poder como lugarvaco, si bien no remite a un afuera asignable a los dioses o a un orden natural,tampoco remite a un adentro completamente positivo, asignable a la sustanciade la comunidad (Lefort 2004g, 34 y Lefort 2004d, 69). No se traduce como unpoder que pertenece efectivamente a todos, sino por el contrario, como un poderque no puede ser apropiado definitivamente por nadie:[v]aco, inocupable de tal modo que ningn individuo ni grupo pueden serleconsustanciales, el lugar del poder se muestra como aquel al que no puede darse unadeterminada figura. Solo son visibles los mecanismos de su ejercicio, o los hombres,simples mortales, que poseen la autoridad poltica (Lefort 2004e, 47). Ahora bien, a pesar de no identificarse inmediatamente con la inmanencia,de no precipitarse plenamente en el interior de la sociedad, Lefort seala que enla democracia el origen del poder es el pueblo. Es decir, que parece proceder dela sociedad. Pero en lugar de percibir en el pueblo la instancia ltima a partir dereemplazarlo por una representacin imaginaria de la unidad de la sociedad consigomisma a travs del cuerpo del Fhrer o del Egcrata (Flynn 1992, pp. 193-194; latraduccin es propia).7Como sostiene Oliver Marchart, el acontecimiento irreversible que Lefort denomina lainvencin democrtica no conduce a la desaparicin del poder como tal. Lo que sucedihistricamente fue una mutacin en el nivel simblico que afect el modo en que serepresenta la unidad de la sociedad: su mise-en-scne. Al mismo tiempo, afect la maneraen que se forma la sociedad (la mise-en-forme, segn Lefort) y la manera en que se le dasentido (su mise-en-sens) [...]. Es esta dimensin de lo poltico en el sentido de losprincipios instituyentes de un dispositivo simblico dado lo que forma y, a la vez, dasentido a lo social representndolo para s mismo (Marchart 2009, 128).LAS TORRESDE LUCCAN 5 (julio-diciembre 2014): 7-23

La invencin democrtica. Una lectura de Lefort.*The Democratic Invention. A Reading of Lefort.MATAS SIRCZUKUniversitat Pompeu Fabra Inst. de Investigaciones "Gino Germani" [email protected]: en este artculo propongo abordar el modo en el que Claude Lefortinterpreta la democracia moderna como una forma de sociedad indita enrelacin a los fundamentos de la ley y la legitimidad. Como veremos, Lefort esun pensador difcil de ubicar dentro de la teora poltica contempornea: a lavez que defiende a la democracia contra el marxismo, entiende que su lgicano puede ser circunscripta dentro de los lmites del Estado moderno, ni debeser interpretada en los trminos de la tradicin de la filosofa poltica. Conjugala defensa de la democracia con una crtica radical del orden instituido o, entodo caso, identifica en la invencin democrtica la institucin de unadinmica que habilita de derecho la crtica y la interrogacin permanente delos fundamentos de la ley y la legitimidad.Palabras clave: democracia, derechos humanos, revolucin, modernidad,legitimidad.Abstract: In this paper I will present the way in which Lefort interprets moderndemocracy as a new form of society in regard to the sources of law andlegitimacy. Lefort is a thinker who is difficult to place within the context ofcontemporary political theory: he not only defends democracy againstMarxism but also thinks that this form of society cannot be circumscribedwithin the limits of the modern state, nor be understood through thecategories that the tradition of political philosophy has developed todistinguish between political regimes. Lefort combines the defense of*Agradezco a Fina Biruls, Claudia Hilb y Anabella Di Tullio por sus comentarios aversiones previas de este texto.7LAS TORRESDE LUCCAISSN: 2255-3827N 5 (julio-diciembre 2014): 7-23www.lastorresdelucca.org8MATAS SIRCZUKdemocracy with a radical critique of the established order. He identifies thedemocratic invention with the institution of a dynamic that makes, by right, theradical questioning of law the source of political legitimacy.Key words: Democracy, Human Rights, Revolution, Modernity, LegitimacyRecibido:9/11/2013.Aprobado: 17/12/2013.

Llegaron pues los bastimentos precisos de alguna harina y maces comprados; y los Padres de Hiaqui, vindome sin carne por haber quedado toda enGalicia, me dieron de limosna treinta reses, y casi toda esa carne se embarc en la embarcacin chica. Tambin pude embarcar un caballo, diez carneros y cuatro cabras con su macho, y cuatro lechoncitos que traje ms de cien leguas lejos. (...) Estbamos aguardando solo por horas al PadreEusebio Francisco Kinocuando recibimos carta de que por el peligro que corra Sonora por su ausencia no lo dejaban salir; conque por no perder del todo esta empresa (...) me fui a embarcar el sbado antes de la Dominica del Rosario: detveme algunos das dentro de la Galeota, sin navegar, por varios accidentes, hasta que el da de San Francisco de Borja (10 de octubre) a la tarde salimos del puerto.Ponen pie en la California[editar]El da 11, viernes nos dimos a la vela y (...) Ya de noche refesc el aire y as el da 12, sbado, amanecimos ya a la vista de California. El viento lo tuvimos contrario el domingo y no pudimos entrar en San Bruno, y as por tanta fuerza del (viento) Sudoeste nos dejamos llevar para arriba de suerte que el lunes 14 nos hallamos a la vista de la Serrana que llaman de las Vrgenes; y por no coger ms altura nos entramos en una gran baha llamada de la Concepcin. Dije misa y salt en tierra y all comimos pithayas. No vimos gente aunque reconocimos mucho rastro fresco. Al anochecer se nos levant un viento favorable y con el nos tiramos a la alta mar y caminamos esta noche como 20 leguas de suerte que amanecimos sobre San Bruno. El mircoles 16 a la tarde salt en tierra Esteban Rodrguez y otros marineros y descubrieron gente. (...) baj con el alfrez y teniente don Luis Tortolero y otros marineros, llegado a tierra hice hincar a todos los Indios y besar el Santo Cristo y el Relicario de la Virgen Santsima, preguntles por seas y media lengua por algunos de los indios mansos antiguos y nos hicieron seas de que estaban en el pueblo, convidndome a que fuera all . . . Al caer el sol llegamos muy fatigados al antiguo Real de San Bruno fundado en una loma en la que no hallamos ms que piedras cadas, todo derrumbado, entre abrojos (...) Al amanecer salimos y anduvimos por la misma vereda, vinieron en nuestra compaa algunos Indios y nos alcanz otro que dijo que se llamaba Francisco y hablaba tal cual palabra castellana.Mucho se desanimaron aqu los pocos conquistadores por razn del agua tan salobre, por la dificultad de desembarcar con tan poca gente y luego cargar ms de media legua, hasta el Real an por el camino ms corto. En esto el Capitn Juan Antonio Romero dijo: que en otra ensenada cercana haba hecho l aguada dos aos antes y estaba el agua buena y dulce, y que se llamaba la Ensenada de San Dionisio, que le pareci estar todo eso verde y en una cercana a la mar (...) habiendo dificultades por todos lados, echamos suertes y nos sali en suerte San Dionisio . . . luego que nos cay en suerte San Dionisio, a las tres de la tarde en 17 de octubre nos dimos a la vela y dormimos arrimados a la isleta de Coronados. El da siguiente viernes llegamos temprano a la ensenada a modo de media luna, vimos desde el barco todo verde y de punta a punta viene a tener como cuatro o cinco leguas, salt a tierra con el Capitn al puesto que les pareci a los marineros que haban hecho la aguada dos aos antes.(...) Volv a bordo con esta vista muy contento, pues ya era tarde y hora de comer, y llegando a bordo empezaron los marineros a dudar de si el puesto en que saltamos a tierra era en el que haban hecho la aguada dos aos antes, que an era mejor que lo visto y quedaba por el otro extremo de la media luna. Deseosos pues de acoger el mejor puesto y siendo fcil de aclararnos la verdad, navegamos como una legua ms hacia el Sur, saltamos en tierra y caminamos ms de una legua, siempre arrimados a la playa y con la amenidad del monte a mano derecha, hasta que entrando en un carrizal muy dilatado llegamos a una caada me pareci ms amena que la otra y con ms gento, pero los aguajes menos buenos. Volvimos a bordo y el sbado 19 de octubre nos volvimos al puesto que habamos dejado.La fundacin de la Misin de Nuestra Seora de Loreto[editar]Artculo principal:Misin de Nuestra Seora de Loreto ConchPronto aprendi el Padre Salvatierra la lengua de los nativos y gracias a la amabilidad con que trat a los californios, la Misin prosper y en los siguientes siete aos los jesuitas establecieron seis Misiones ms a lo largo de la costa delMar de Corts. En 1704 el Padre Salvatierra fue nombrado Padre Provincial de laCompaa de Jesspor lo que tuvo que ir a residir a la ciudad de Mxico, pero al concluir su gestin regres a las Misiones en Baja California.En 1717 recibe el llamado del virrey Marqus de Valero en el que se solicita proporcionar material para la redaccin de un libro sobre la "Historia de California" que el reyFelipe Vhaba ordenado escribir. Aun cuando estaba enfermo, el Padre Salvatierra obedeci la disposicin real y sali deLoretoel 31 de marzo acompaado del Coadjutor Jaime Bravo. Al llegar aTepicse agravaron los males que padeca de mucho tiempo atrs, siendo necesario transportarlo en camilla aGuadalajaradonde muri el 18 de julio del citado ao.Fue sepultado en la Capilla de la Virgen de Loreto, que l mismo haba mandado construir enGuadalajara, capital de laNueva Galiciacuando era rector del colegio jesuita de esa ciudad.Eplogo[editar]El Padre Juan Mara de Salvatierra es considerado como apstol delas Californias, el escudo oficial del estado deBaja Californiamuestra la imagen de un misionero, en carioso recuerdo a la obra misional de quienes llevaron la civilizacin cristiana a esas tierras olvidadas.El Padre Salvatierra escribi "Cartas sobre la conquista espiritual de Californias" (Mxico 1698) y "Nuevas cartas sobre Californias" (1699), ambos textos fueron usados por el padre Miguel Venegas para escribir su "Historia de Californias". En el Archivo General de la Nacin (Mxico), se conservan copia de su correspondencia epstolar. ==Enlaces externos[editar] Juan Mara de Salvatierra y los indios Seris de Sonora Catholic Encyclopedia La conquista de Las Californias en 1697Bibliografa[editar] Historia de Baja California por Pablo L. Martnez, Edicin del Consejo Editorial del Gobierno de Baja California Sur.Vase tambin[editar] Miguel VenegasCategoras: Nacidos en 1648 Fallecidos en 1717 Jesuitas de Italia Jesuitas de Nueva Espaa Religiosos de Italia del siglo XVII Religiosos de Italia del siglo XVIII Exploradores de Italia del siglo XVII Exploradores de Italia del siglo XVIII MilanesesMen de navegacin Crear una cuenta Acceder Artculo Discusin Leer Editar Ver historialPrincipio del formulario

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Juan Mara de Salvatierra

Juan Mara de SalvatierraJuan Mara de Salvatierra y Vizconti(Visconti) (1648-1717), naci enMiln,Italiael15 de noviembrede1648, muri en la ciudad deGuadalajaraMxicoel 17 de julio de 1717. Su padre era espaol y su madre italiana, era de ascendencia noble pues provena de los Duques de Miln. Sus estudios los realiz en un colegio jesuita deParma.A los 17 aos tom la decisin de seguir la carrera eclesistica, ingres a laCompaa de JessenGnova,Italiay lo enviaron a Mxico en 1675 en donde termin sus estudios en el Colegio Mayor deTepotzotln, Estado de Mxico. Durante varios aos imparti la clase de retrica en el Colegio de Puebla.Fue Padre fundador de laMisin de Nuestra Seora de Loreto Conchconsiderada como "Cabeza y Madre de las Misiones de la Alta y Baja California". Adems fue fundador del primer asentamiento espaol que prosper enlas Californias.ndice[ocultar] 1Inicia su apostolado 2Rumbo a la California 3Ponen pie en la California 4La fundacin de la Misin de Nuestra Seora de Loreto 5Eplogo 6Enlaces externos 7Bibliografa 8Vase tambinInicia su apostolado[editar]Solicit y obtuvo permiso para impartir el evangelio entre los indiostarahumarasen elnortede laNueva Espaa, fue destinado a la Misin deChnipasen los ms recndito de la sierra tarahumara del hoy estado deChihuahua, vivi entre ellos por espacio de diez aos dedicado a pacificar y reducir a la civilizacin a los nativos, fund varias misiones en el lugar.Posteriormente fue nombrado Visitador de Misiones en Sonora y Sinaloa, y all en 1691, al recorrer las misiones que estaban a cargo del PadreEusebio Francisco Kinose enter por ste de las condiciones en que vivan los indios californios, all les naci la idea de no descansar hasta lograr la conquista espiritual de los nativos y se formaron el propsito de restablecer las misiones enlas Californias, lugar que no haba podido ser conquistado por la espada.Con fervor misionero iniciaron los trabajos para obtener los permisos y los elementos materiales para llevar a cabo la empresa, a finales de 1696 el padre Salvatierra fue llamado a la ciudad de Mxico por el Provincial de la orden, donde se le comunic que se le otorgaba el permiso y se les otorgaban las licencias necesarias para proceder a la evangelizacin de California, sin embargo, se le comunic por el momento y dadas las circunstancias en que fracasaron todos los intentos anteriores de colonizar esas tierras, y dado que la ltima expedicin de la que haba formado elPadre Kinohaba costado una fortuna a la Corona, no habra esta vez ningn tipo de ayuda y correra por cuenta del propio Salvatierra el obtener el patrocinio necesario para el transporte, alimentacin y seguridad de los misioneros y sus auxiliares.Dice el PadreFrancisco Javier Alegreen su obra "Historia de la Compaa de Jess en la Nueva Espaa":Luego que el Padre Juan Mara se vio autorizado con la licencia del padre provincial para emprender aquel viaje, no pens ms que en buscar, como se le mandaba, los socorros necesarios. Entre muchas ricas y piadosas personas que ya desde antes le haban ofrecido su ayuda, junt en breve tiempoquince mil pesos. Se singulariz la piedad de los Sres. D. Alfonso Dvalos, conde de Miravalle y Dn. Mateo Fernndez de la Cruz, marqus de Buena Vista, que dieron cada unomil pesosen efectivo. De los otros trece mil los tres se juntaron en efectivo y los diez en promesas de diferentes republicanos. Dn.Pedro Gil de la Sierpe, Tesorero deAcapulco, ofreci proporcionar una galeota para el viaje y otro bastimento para el transporte de vveresProsigue el PadreFrancisco Javier Alegre:A costa de no pocas vergenzas y desaires que tuvieron que soportar los padres Salvatierra yJuan de Ugarte, que se le dio desde luego por compaero, juntaron otros nueve mil pesos que ofrecieron algunos piadosos para los cinco primeros aos. La ilustre congregacin de los Dolores, fundada en el Colegio de Mxico algunos aos antes, a diligencia del Padre Vidal, su fundador y primer prefecto, dio diez mil pesos para que con sus rditos se sustentase uno de los misioneros y para otros dos dio veinte mil pesos. Dn. Juan Caballero y Ocio, prebstero de Quertaro ofreci al Padre Salvatierra pagar cuantas libranzas vinieran de California firmadas de su manoSobre tan slidos cimientos se procedi a pretender del virrey Dn.Jos Sarmiento y Valladares, conde de Moctezuma, que desde el ao antecedente gobernaba el reyno, la necesaria licencia para aquella expedicin.El fiscal del rey se opuso fuertemente a que se les otorgara la licencia debida, apoyado en cdulas reales que vedaban intentar de nuevo colonizacin alguna en California, sin embargo el Padre Salvatierra hizo valer el inters de la iglesia por la evangelizacin de los nativos, y el hecho de no pedir nada que afectara el tesoro real fue motivo que el da 6 de febrero de 1697 recibiera la ansiada licencia.Por su importancia histrica se transcriben partes de la licencia otorgada.Don Joseph de Sarmiento Valladares, Caballero del Orden de Santiago, Conde de Moctezuma y de Tula, Vizconde de Ilucan, Seor de Monterrozano de la Peza, del Consjo de su Magestad, su Virrey lugar-teniente gobernador y Capitn General de esta Nueva Espaa y Presidente de la Real Audiencia de ella y . . .Habiendo visto el memorial presentado por el Reverendo Padre Provincial de la Sagrada Religin de la Compaa de Jess y la carta del Reverendsimo Padre General Tyrso Gonzlez, en que aprueba con las recomendaciones y satisfaccin que de ella consta, la persona de los Padres Juan Mara de Salvatierra yEusebio Francisco Kinopara la reduccin de los gentiles delas Californias, que segn los informes del tribunal de la Contadura (...) y otros socorros que se ejecutaron en la antecedente para la empresa y conversin de los gentiles de la California se gastaron de la real hacienda doscientos y veinte y cinco mil y cuatrocientos pesos sin haberse podido lograr el efecto de conseguirla y que al haberse mandado suspender por entonces esta conquista en cumplimiento de real cdula de veinte y dos de diciembre del ao pasado de ochenta y cinco (...)Nota: El gasto a que hace referencia la licencia es la expedicin de 1683 que desembarc en La Paz (Baja California Sur) al mando del AlmiranteIsidro de Atondo y Antilln, en dicha expedicin que termin en fracaso particip elPadre Kino.Por el presente concedo la licencia que piden los dichos Padres Juan Mara de Salvatierra y Eusebio Francisco Quino de la Compaa de Jess para la entrada a las Provincias de Californias y que puedan reducir a los gentiles de ellas al gremio de nuestra santa fe Catlica; con calidad de que sin orden de su Magestad no se ha de poder librar ni gastar cosa alguna de su real hacienda en esta conquista por ser condicin expresa de su allanamiento (...) Mxico, seis de febrero de mil seiscientos y noventa y siete aos. Don Joseph Sarmiento.-Por mando de su Exa.- Francisco de Morales.- Asentado.Rumbo a la California[editar]El 17 de noviembre de 1697 el Padre Salvatierra le dirige una carta al PadreJuan de Ugartedesde suelo sudcaliforniano, en la que le dice:Yo llegu a la Provincia de Sinaloa por Semana Santa, y se alentaba toda la gente de estos vecinos espaoles para ayudarme en la empresa de plantar la fe en Californias. De Sinaloa sal a la Sierra deChnipasyGuazaparesa ver toda esa gente de Tarahumara, mis hijos. (...) Apenas sal de la Sierra para dirigirme al mar en expectacin de las embarcaciones, cuando saltaron unas chispas de un alzamiento en misiones de Tarahumares ... En estos tiempos estaba yo solicitando medios para la entrada a California, y como no llegaban las embarcaciones, me rogaron los Padres de Nuestra Sierra que supuesto era necesario aguardar que me acercase a los hijos ... As lo hice y sub otra vez a la Sierra en grandes peligros de asaltos, (...) Bajando ya de la Sierra despus de la fiesta de la Asuncin, supe en el camino por carta del Padre Diego de Marquina, que vive a la Mar de Hiaqui, que el Capitn deJuan Antonio Romero de la Sierpehaba llegado con la Galeota.Nota:La Mar de Hiaqui es la desembocadura delRo Yaquien elGolfo de California.(...) revent con tanta fuerza el alzamientos de las Fronteras que oblig a salir mucha gente espaola a la defensa y socorro, y entre ellos fueron los que estaban apalabrados de venir conmigo a Californias con que en el mejor tiempo me faltaron; pero no por eso el conasupo desmayamos, porque cuatro espaoles de la galeota ofrecieron quedarse conmigo, y el portugus Esteban Rodrguez, que sali deMxicoconmigo ha quedado muy perseverante y corrido conmigo todos los trabajos; tambin se me junt otro del Rosario y uno ms de Tepagui, mis antiguos amigos y otro indezuelo de Guadalajara; y estos son los primeros conquistadores.

Misin de Loreto Conch(Redirigido desde Misin de Nuestra Seora de Loreto)

Misin de Nuestra Seora de Loreto en el sigloXVIII.Nuestra Seora de Loreto Conches unamisin jesuticaconsideradaCabeza y Madre de las Misiones de la Alta y Baja California. Fue fundada por misionerosjesuitasen el territoriomongu, en la regin que los indgenas llamaban Conch, el da25 de octubrede1697. Se ubica en la ciudad deLoreto (Baja California Sur)frente alMar de Corts.ndice[ocultar] 1La fundacin 2El sueo de los padres Salvatierra y Kino 3La epopeya 4Eplogo 5Vase tambin 6Bibliografa 7Enlaces externosLa fundacin[editar]Despus del fracaso deHernn Cortsen su intento de fundar una colonia en laBaha de la Santa Cruz, hoy en daLa Paz (Baja California Sur). Tuvieron que pasar ms de 150 aos de fracasados intentos de colonizar lapennsula de Baja Californiahasta que en 1697 un pequeo grupo de europeos y gentes de laNueva Espaa, pusieron pie en la pennsula para fundar all misiones entre indiosperices,guaycurasycochimes.

Misin Nuestra Seora de LoretoEl 19 de octubre de 1697, ese reducido grupo a las rdenes del padre superiorJuan Mara de Salvatierradesembarc de lagaleota"Santa Elvira" en la baha de San Dionisio en un lugar situado a 26 de latitudnorteal que los nativos llamabanConch, que significamangle coloradoen lengua nativa y tomaron posesin del lugar que andando el tiempo se llamara Real deLoreto. En los primeros das de su llegada los padres misioneros elevaron una carpa que serva como capilla, al frente de la cual colocaron una cruz de madera. El da 25 de octubre llevaron en procesin solemne la imagen de la Virgen de Nuestra Seora de Loreto, en ese ritmo de fe, proclamaron esa tierra como territorio espaol. As comenz a existir la misin que lleva tal nombre.El sueo de los padres Salvatierra y Kino[editar]

El sacerdoteEusebio Francisco Kino.El padre Salvatierra que encabezaba al grupo, hubo de vencer grandes dificultades para lograr concretar su sueo de evangelizar a los nativos californianos, sueo que comparta con otro misionero jesuita, FrayEusebio Kino. Hubo necesidad de obtener permisos y licencias de sus superiores religiosos y de las autoridades de laNueva Espaa, adems buscar patrocinadores, artesanos, agricultores y en lo general personas capacitadas para construir una poblacin a mitad de la nada.A principios de 1697 todo estaba dispuesto para el viaje en la desembocadura delRo YaquienSonora, el padre Salvatierra dispona de dos embarcaciones para el viaje en las que carg todas las provisiones y ganado que pudo reunir, en esas embarcaciones iban los pocos valientes que se atrevieron acompaarlo, entre ellos iba a viajar el padreEusebio Kinopero una rebelin de los nativos en el norte deSonoraimpidi a Kino acompaarlos, prefiri permanecer all para ayudar en la pacificacin. As que nicamente acompaaron al padre Salvatierra; un espaol, un portugus, un mexicano, un malts, un siciliano, un mulato peruano y tres nativos del altiplano mexicano, religiosos algunos, artesanos los otros y muy valientes todos.La epopeya[editar]

Padre Salvatierra.Dice la leyenda y la historia lo corrobora que el padreJuan Mara de Salvatierracon muy pocos recursos y en compaa de unos pocos hombres logr lo que en 150aos nadie antes que l haba logrado, la colonizacin y cristianizacin del "otro Mxico". Ese "otro Mxico" con el correr de los aos se convertira en laBaja California. A la fundacin de la Misin de Loreto en las costas delMar de Cortssiguieron otras misiones en lapennsula de Baja California, muchas no prosperaron, otras se convirtieron en ciudades.LaCompaa de Jess, influyente y poderosa tambin tena sus detractores y enemigos, a raz de acusaciones y traiciones fue expulsada de los dominios espaoles en 1767, los misioneros jesuitas trabajaron en forma pacfica durante siete dcadas en lapennsula de Baja California, hasta que en febrero de 1768 les lleg a orden de expulsin de todos los dominios espaoles decretada porCarlos III.A la salida de los misionerosjesuitasla misin qued en manos de frailesfranciscanos, desde all parti frayJunpero Serrapara evangelizar laAlta California, hoy estado deCalifornia. En 1773 la Misin de Nuestra Seora de Loreto pas a manos de la orden de los dominicos, que arribaron a la poblacin deLoretoen el mes de octubre del mismo ao. Los frailes franciscanos que haban estado en la misin por cinco aos, partieron hacia laAlta Californiapara proseguir en su labor evangelizadora.Eplogo[editar]Despus de la independencia de Mxico en 1821, la misin de Nuestra Seora de Loreto entr en decadencia, elFondo Piadoso de las Californiasinstituido a favor de los jesuitas por elmarqus de Villapuente de la Peay su esposa lamarquesa de las Torres de Rada, para apoyar la evangelizacin de las californias desapareci con su expulsin, los indgenas de la regin desaparecieron por las enfermedades que llevaron los europeos a la pennsula, los franciscanos al marchar hacia laAlta Californiacedieron el lugar a los dominicos que no traan la enjundia de los primeros misioneros, y sin embargo la misin sobrevivi al abandono, al contrario de muchas otras misiones fundadas en lapennsula de Baja Californiapor jesuitas, franciscanos y dominicos que quedaron abandonadas hasta desaparecer totalmente.El da de hoy la Misin de Nuestra Seora de Loreto es la joya de las misiones fundadas en la pennsula. La reactivacin de la economa y construccin de infraestructura de comunicaciones enBaja California Sura partir del siglo pasado ha redundado en beneficio para la misin, quedando lejos los das de privaciones. En 1992, la poblacin de Loreto, antigua capital deLas Californiasalcanz el rango de capital de municipio.

Eventos[editar] Fiestas de la Virgen de Loreto. 8 de septiembre. Serie de festividades cvicas, religiosas y culturales. Fiestas de la Fundacin de Loreto. Celebradas del 19 al 25 de octubre. Es uno de los eventos culturales ms importantes en el Estado. Fiestas de San Javier. Las festividades se celebran del 1o. al 3 de diciembre en honor de San Francisco Javier, santo patrn del vecino pueblo de San Javier. Estas fiestas atraen numerosos peregrinos de toda la pennsula. Loreto 400. Un evento de carreras off-road que toma lugar en agosto. Es una clsica carrera off road en circuito desrtico, cuya ruta incluye los pueblos de Comond, San Javier y comunidades rurales de la Sierra de la Giganta. Loreto 300 millas. Carrera de off-road en diciembre.1011 Torneo de las Misiones. Torneo de pesca de caridad que inici en 1993. La edicin del 2007 ser llevada a cabo del 12 al 14 de julio.12 Loreto Dorado International Fishing Tournament. Se celebra en el mes de julio. Copa Dorado. Torneo estatal de pesca que se celebra en septiembre. Copa Gobernador. Torneo estatal de pesca que se celebra en mayo y junio.Gobierno[editar]

Palacio Municipal.El pueblo de Loreto es lacabeceradelMunicipio de Loreto. La titularidad del gobierno municipal reside en unAyuntamiento, que es el rgano colegiado de gobierno, cuyos integrantes son elegidos de manera democrtica mediante el voto popular directo para un periodo de 3 aos, sin derecho a reeleccin. Se integra por unPresidente Municipal, unSndico municipaly 6Regidores. El Ayuntamiento toma sus determinaciones de manera colegiada mediante votacin, correspondindole al Presidente Municipal ser el ejecutor de las determinaciones tomadas. Adems, el Presidente Municipal se encarga de la administracin pblica municipal. El Sndico est a cargo de la representacin legal del Ayuntamiento y el Gobierno Municipal, adems de tener la funcin de vigilar el patrimonio municipal y supervisar la conducta de los servidores pblicos municipales. Por su parte, los regidores analizan las polticas pblicas municipales y votan en las determinaciones del Ayuntamiento, sin tener facultades en la ejecucin de las determinaciones tomadas ni en la administracin de los asuntos pblicos.1314Por lo que hace a la organizacin administrativa territorial del Municipio, se cuenta con 7 Subdelegados Municipales, designados por el Ayuntamiento para ejercer determinadas funciones dentro de la circunscipcin territorial de la subdelegacin a su cargo. Las 7 Subdelegaciones Municipales sonAgua Verde,San Javier, Ligi, Colonia Zaragoza, San Nicols, Tembabiche y San Juan.Municipio de LoretoPresidentes Municipales

PeriodoNombrePartido

2011-2014Jorge Alberto Avils Prez

2008-2011Prof. Yuan Yee Cunningham

2005-2008Rosala Romero de Aguiar (2007-2008)Rodolfo Davis Osuna (2005-2007)

2002-2005Lic. Homero Davis Castro

1999-2002Lic. Antonio Verdugo Davis

1996-1999Ramn Davis Drew

1993-1996Alfredo Garca Green

Medios de comunicacin[editar]El pueblo tiene dos estaciones de radio local, XHLBS Misin FM, y XHLBC Radio La Giganta. y un sistema de televisin por cable,MegacableTrivia[editar]Loreto fue el escenario de la final de la 7. temporada delreality showde la cadena ABCThe Bachelor, transmitido el 16 de mayo de 2005 en los Estados Unidos.15Ciudades hermanas[editar]La ciudad deSanta Rosalaesthermanadacon las siguientes ciudades CaliforniaCerritos,Estados UnidosPersonalidades reconocidas[editar] Eulalia Prez de Guilln Marin(Loreto, entre 1737 y 1768 -Los ngeles, 1878), partera, mayordoma y supercentenaria mexicanaReferencias[editar]1. Volver arribaInstituto Nacional de Estadstica y Geografa (2010).Principales resultados por localidad 2010 (ITER).2. Volver arribaINEGI.Conteo 2005. Resultados por localidad BCS. Consultado el 26 de octubre de 2008.3. Volver arribaINEGI.Conteo 2005. Resultados por localidad BCS. Consultado el 26 de octubre de 2008.4. Volver arribaFrancisco Davis Murillo.Genealoga Familia Loretana. Resultados por localidad BCS. Consultado el 26 de octubre de 2008.5. Volver arribaHarry Crosby (1977).El Camino Real in Baja California: Loreto to San Diego.The Journal of San Diego History(en ingls)23. Consultado el 18 de enero de 2007.6. Volver arribaInauguration of the Binational Historic Corridor "El Camino Real Misionero de las Californias". California State Parks. 27 de abril de 1996. Consultado el 18 de enero de 2007.7. Volver arribaCamino Real Misionero de las Californias. Proyecto de Recuperacin Patrimonial. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. July 27th, 2001. Consultado el 18 de enero de 2007.8. Volver arribaDavid Rojas.Loreto, Baja California Sur, Museo de las Misiones. Instituto Cultural "Races Mexicanas". Consultado el 19 de junio de 2007.9. Volver arribaZonas arqueolgicas.. Direccin de Turismo Municipal de Loreto. Consultado el 19 de junio de 2007.10. Volver arribaltima llamada para pilotos.. Esto. 10 de diciembre de 2006. Consultado el 20 de junio de 2007.11. Volver arribaPato Rojo (10 de diciembre de 2006.).Resultados oficiales Loreto 300 millas.. Desert Baja. Consultado el 20 de junio de 2007.12. Volver arribaPallesen, Kristian (July 18th, 2005).Mexico 14th Annual Fishin for the Mission Tournament Report. Mexico Fishing News. Consultado el 23 de enero de 2007.13. Volver arribaReglamento Interior de CabildoAyuntamiento de Loreto14. Volver arribaReglamento Interior de la Administracin Pblica MunicipalAyuntamiento de Loreto15. Volver arribaCRM3 Delivers ABC's 'The Bachelor' to Loreto Bay.. Site Seed. Consultado el 19 de junio de 2007.Bibliografa[editar] Revista de la fundacin Camino Real Misionero de las Californias, tomo I. El otro Mxicode Fernando Jordn, por Conaculta. Ruta de las misionesde Mxico Desconocido. Editorial Jilguero. The Lost Treasures of Baja California by Padre James Donald Francez. Ann ONeil y Don ONeil (2001),Loreto, Baja California: First Mission and Capital of Spanish California, Tio Press,ISBN 0-9708541-0-2. Brett Alan Wyatt(2005),You Decide Travel Guide:Loreto, Riley Books,ISBN 0-9708898-5-2. Antonio Cant Daz Barriga et. al. (2002),Tenencia de la tierra del corredor turstico Loreto-Nopol-Puerto Escondido, Baja California Sur,Conservacin del Territorio Insular Mexicano, A.C. Conservacin del Territorio Insular Mexicano, A.C.,Estudio socioeconmico de las comunidades costeras El Juncalito, Ligui, Ensenada Blanca y Agua Verde, Municipio de Loreto, B.C.S. Miguel Len-Portilla(1997),Loreto's key role in the early history of the Californias (1697-1773), California Mission Studies Association, OCLC 37842990. Sergio Morales Polo (1993),Loreto: some relevant facts about the history of the keystone of California culture, Editorial Lond, OCLC 39034134. Nicole Dyan Peterson(2005),Casting a wide net decision-making in a Mexican marine park, Ph.D. dissertation, UCSD, OCLC: 64507505. Rosa Alejandrina de Sicilia Muoz (2000),El corredor turstico Loreto-Nopol-Puerto Escondido, Baja California Sur, en el contexto de los centros integralmente planeados., Cuadernos de Turismo No. 5. Denise Soares Moraes y Juan Snchez Brito (2002),Entre el mar y la sierra: Diagnstico socioambiental en el corredor San Cosme Punta Mechudo, B.C.S.Enlaces externos[editar] Gobierno Municipal de Loreto, B.C.S. Eco Alianza Loreto A.C.- Organizacin comprometida a la proteccin y conservacin de los ecosistemas costeros, marinos y terrestres del Municipio de Loreto Video de LoretoCategoras: Localidades del estado de Baja California Sur Ciudades coloniales de Mxico Ciudades balnearias de Mxico Pueblos Mgicos de Mxico Localidades establecidas en 1697Men de navegacin Crear una cuenta Acceder Artculo Discusin Leer Editar Ver historialPrincipio del formulario

Final del formulario Portada Portal de la comunidad Actualidad Cambios recientes Pginas nuevas Pgina aleatoria Ayuda Donaciones Notificar un errorImprimir/exportar Crear un libro Descargar como PDF Versin para imprimirHerramientas Lo que enlaza aqu Cambios en enlazadas Subir archivo Pginas especiales Enlace permanente Informacin de la pgina Elemento de Wikidata Citar esta pginaEn otros idiomas Deutsch English Nhuatl Nederlands Norsk bokml Polski Portugus Srpskohrvatski / Svenska Ting Vit Editar enlaces Esta pgina fue modificada por ltima vez el 13 jul 2015 a las 13:37. El texto est disponible bajo laLicencia Creative Commons Atribucin Compartir Igual3.0; podran ser aplicables clusulas adicionales. Lanse lostrminos de usopara ms informacin.Wikipedia es una marca registrada de laFundacin Wikimedia, Inc., una organizacin sin nimo de lucro. Contacto Poltica de privacidad Acerca de Wikipedia Limitacin de responsabilidad Desarrolladores Versin para mviles

Demo.misin.

Demografa[editar]De acuerdo con elINEGI, la localidad de Loreto tiene 10283 habitantes.2Hay 2565 hogares, de los cuales 77.67% estn a cargo de hombres y 22.32% de mujeres. La poblacin es joven, y se distribuye de la siguiente manera: 29.75% tiene de 0 a 14 aos de edad; 19.19%, de 15 a 24 aos de edad; y 6.42% tiene 60 aos o ms. Por cada 100 mujeres hay 102.5 hombres. ElMunicipio de Loreto, que incluye las localidades de Nopol, Puerto Escondido,San Javiery el resto de las comunidades rurales de la sierra y la costa, tiene una poblacin total de 11839 habitantes.3Loreto tiene una poblacin pequea y baja inmigracin. Como resultado, la presencia de grandes familias es muy caracterstica de la zona y los apellidos repetitivos son encontrados frecuentemente entre los habitantes (este fenmeno se presenta en otras localidades del Estado). Las dos familias ms grandes son los "Davis" y los "Murillo". Los miembros de la primera se localizan principalmente al este del pueblo, a lo largo de la playa (inclusive, esto ltimo origin que a una vialidad tenga por nombre la calle "Davis"). A la fecha, esta familia ha aportado 4 de los 5 presidentes municipales que han encabezado el Gobierno Municipal. Los miembros de la familia "Murillo" se ubican principalmente al sur del pueblo, en el barrio conocido como "barrio del Muro", localizado junto al muro de contencin que corre a lo largo del Arroyo Loreto. Otras grandes familias son los Amador, los Arce, los Cota, los Higuera, los Romero y los Villalejo (en la comunidad de El Juncalito).4Cultura[editar]Hay siete edificios en Loreto, de los siglos XVIII al XX, que son considerados monumentos histricos por el gobierno federal. El ms importante es laMisin de Nuestra Seora de Loreto, la cual es el inicio del "Camino real", un corredor histrico que termina enSonoma,California, y sigue la ruta antigua de las misiones espaolas en la Alta y Baja California.567En el vecino pueblo de San Javier, hay cinco edificios histricos, el ms importante es laMisin de San Francisco Javier, la cual es considerada la misin mejor preservada en la pennsula. Veinte kilmetros al norte de Loreto se encuentran las ruinas de laMisin de San Bruno, que fue la primera misin en Baja California, fundada porEusebio Kinoen 1693, pero fue abandonada dos aos ms tarde. Otras misiones fueron laSan Juan Lond(al norte) y laSan Juan Lig(28kmal sur).El Museo de las Misiones Jesuticas est localizado junto a laMisin de Nuestra Seora de Loreto. Tiene una coleccin de arte religioso, armas y herramientas de los siglos XVII y XVIII, que fueron usadas en las misiones espaolas en Baja California.8En la Sierra de la Giganta se encuentran pinturas rupestres en caones y lechos rocosos. Los sitios ms cercanos a Loreto son "Cuevas Pintas" (15km al oeste) y "La Pingica" (60km al norte).9Economa[editar]

NopoloLoreto es en la actualidad destino turstico, se practica la pesca deportiva y comercial, el turismo ha detonado la economa de la regin al grado de pasar en pocos aos de ser un pueblo olvidado en la geografa mexicana a ser una ciudad con importantes desarrollos inmobiliarios. Como destino turstico atrae principalmente a viajeros de losEstados Unidos,Canady del estado deBaja California, muchos de ellos han establecido en Loreto sus casas de retiro.Loreto cuenta en la actualidad con todos los servicios que puede proporcionar una ciudad de tamao mediano ubicada de cara al mar, desde campos de golf hasta restaurantes de mediana y alta categora, marinas para yates y hoteles de cinco estrellas.Recreacin[editar]En el rea de Loreto se localizan diversas playas: Nopol. Juncalito. Ensenada Blanca. Agua Verde. San Bruno (al norte del pueblo).Entre las actividades recreativas que pueden realizarse se encuentran: Buceo. Gracias a la buena visibilidad, a las aguas tibias (que hacen que el traje de buceo no sea necesario buena parte del ao) y a la biodiversidad del Golfo de California, Loreto ofrece buceo libre (snorkelling) y scuba. Golf. El Campo de Golf de Loreto est localizado en Nopol, 9kmal sur del pueblo. Es un circuito par 72 con 18 hoyos y 2 lagos artificiales. Actualmente se encuentra en remodelacin. Tenis. El Centro Tenstico de Loreto est ubicado tambin en Nopol. Tiene 8 canchas profesionales y un estadio. Camping. Loreto ofrece sitios de campamento y trailer parks con todos los servicios, as como playas desiertas ideales para esta actividad. Kayaking. Hay diversas compaas que ofrecen tours de kayaks. Veleros(Sailing). Al sur de Loreto se localiza Puerto Escondido (ahora renombrado "Puerto Loreto" por el Gobierno Federal). Este puerto es el centro del "Proyecto del Mar de Corts" (anteriormente conocido como Plan de la Escalera Nutica), y es un puerto natural seguro, rodeado por colinas, operado por dos empresas paraestatales. El Hidden Port Yacht Club o Club de Yates de Puerto Escondido tiene su sede en este puerto. Es un club internacionalmente reconocido, cuyos miembros estn tambin involucrados en actividades filantrpicas con las comunidades locales.Educacin[editar]La localidad cuenta con dos instituciones pblicas de educacin superior: ElCentro Regional de Educacin Normal Marcelo Rubio Ruiz(CREN). Es una escuela normal que ofrece 4 programas de licenciatura; educacin primaria, educacin especial (rea intelectual, comunicacin y problemas de lenguaje) y en el 2010 se integr la licenciatura en educacin preescolar. LaUniversidad Autnoma de Baja California Surcampus Loreto (UABCS). Ofrece las licenciaturas en Ciencias Polticas y Administracin Pblica; yturismo alternativo.En cuanto a educacin de nivel medio superior, se cuenta con dos escuelas pblicas: Centro de Estudios de Bachillerato 5/2 "Jos Vasconcelos". Colegio de Bachilleres(COBACH 09) Manuel Davis Ramrez.Por lo que hace a educacin de nivel medio, la localidad cuenta con dos escuelas pblicas y una privada: Escuela Secundaria Estatal Benito Jurez. Escuela Secundaria Estatal Modesto Snchez Mayn Escuela Secundaria Centro "Formativo Catlico de Loreto". Directora. Vernica Bareo Mercado.A nivel bsico la localidad cuenta con seis escuelas pblicas y una escuela privada catlica. A nivel preescolar se cuenta con seis escuelas pblicas y un preescolar particular. Adems, en la localidad se localiza elAlbergue Escolar Nmero 8 "General Venustiano Carranza", el cual presta servicio a nios y jvenes provenientes de comunidades rurales de la sierra y la costa, los cuales acuden a escuelas de esta localidad, alejados de sus hogares y familias. Tiene aproximadamente sesenta y cinco estudiantes.

Loreto (Baja California Sur)Para otros usos de este trmino, vaseLoreto.Loreto

LocalidaddeMxico

88x88pxEscudo

LoretoLocalizacin de en Mxico

LoretoLocalizacin de en Baja California Sur

Coordenadas260046N1112036OCoordenadas:260046N1112036O(mapa)

EntidadLocalidad

PasMxico

EstadoBaja California Sur

MunicipioLoreto

Eventos histricos

Fundacin1697(Juan Mara de Salvatierra)

Altitud

Media3 msnm

Poblacin(2015)

Total17053hab.1

Huso horarioTiempo de la Montaa(UTC -7)

enveranoUTC -8

Cdigo postal23880

Prefijo telefnico613

Cdigo INEGI030090001

[editar datos en Wikidata]

Loretoes una ciudadmexicanadel estado deBaja California Sur. Es cabecera delmunicipio homnimoy se ubica a 354 km al norte deLa Paz, capital del estado.La fundacin de la ciudad de Loreto est ntimamente ligada con la fundacin de laMisin de Nuestra Seora de Loreto, fue capital deLas Californiasde1697a1777, ao en que la capital fue cambiada aMonterey,California. Loreto fue fundado en1697por Padres MisionerosJesuitas. La construccin de la primera iglesia de laMisin de Nuestra Seora de Loretofue iniciada en1697y terminada el8 de septiembrede1703.El pueblo es un centro turstico que atrae principalmente turistas estadounidenses y canadienses, con vuelos diarios desde losEstados Unidosque arriban alAeropuerto Internacional de Loreto.ndice[ocultar] 1Historia 2Demografa 3Cultura 4Economa 5Recreacin 6Educacin 7Eventos 8Gobierno 9Medios de comunicacin 10Trivia 11Ciudades hermanas 12Personalidades reconocidas 13Referencias 14Bibliografa 15Enlaces externosHistoria[editar]Artculo principal:Misin de Nuestra Seora de LoretoAl arribo de los espaoles a la regin existan tres grupos tribales perfectamente definidos: losperices,monguis,guaycurasycochimesLos Perices habitaban la parte sur de la pennsula y se extendan hacia elnorte, desde Cabo San Lucas hasta la parte media de la pennsula, los Guaycuras habitaban la parte media y los Cochimes en el extremo norte. Todos los nativos que habitaban la regin vivan una economa de subsistencia, recogiendo frutos y semillas cuando los haba, cazando pequeas especies o recogiendo moluscos y pescando en los litorales.En elotoode (1683) el Padre MisioneroEusebio Francisco Kinodirigi una expedicin evangelizadora que lleg costeando elMar de CortshastaSan Brunocerca de la actualLoreto, y desde esa estacin misionera la expedicin se abri paso poco a poco a travs de la rocosa sierra de la Giganta, a los cuatro meses de iniciada la exploracin el Padre Kino alcanz finalmente las costas delMar del Sur(Ocano Pacfico), se logr la amistad de los nativos y sus lenguajes fueron objeto de estudio, se administr el bautismo a los pequeos y a los moribundos. Tras el esfuerzo de un ao pareca haberse logrado el establecimiento de una misin permanente en lapennsula de Baja California.Pero en San Bruno el sol evapor el agua y sec las cosechas, el gran sueo se sec tambin y el AlmiranteIsidro de Atondo y Antilln, responsable de la expedicin someti a votacin el abandono de aquella empresa californiana financiada por la Corona espaola. ElPadre Kinose opuso pero en vano, se dieron rdenes de salvar cuanto pudiera regresar en los barcos, embarcaron y los tibios vientos alejaron las embarcaciones de las inhspitas tierras de la pennsula y el sueo de Kino de convertir a los nativoscaliforniosy crear un rosario de misiones en lapennsula de Baja Californialleg a su fin. Otros misioneros seran quienes con la cruz en la mano colonizaran la pennsula.En1697un pequeo grupo de europeos y gente de laNueva Espaa, pusieron nuevamente pie en la pennsula para intentar fundar all misiones entre los nativos que llamabancalifornios.El da19 de octubrede1697, ese reducido grupo a las rdenes del padre superiorJuan Mara de Salvatierradesembarc de la galeota "Santa Elvira" en la baha de San Dionisio en un lugar situado a 26 de latitudnorteal que los nativos llamabanConch, que significamangle coloradoy tomaron posesin del lugar que andando el tiempo se llamara Real de Loreto. En los primeros das de su llegada los padres misioneros elevaron una carpa que serva como capilla, al frente de la cual colocaron una cruz de madera. El da 25 de octubre llevaron en procesin solemne la imagen de la Virgen de Nuestra Seora de Loreto, en ese ritmo de fe, proclamaron esa tierra como territorio espaol. As comenz a existir la misin que lleva tal nombre y dio vida a la poblacin de Loreto.

Misin de San Francisco Javier.En 1699 el sacerdote jesuitaFrancisco Mara Pccolofund laMisin de San Francisco Javier de Vigg Biaundque hasta la fecha da servicio a la pequea comunidad de San Francisco Javier enclavada dentro de los lmites del municipio.Los misioneros jesuitas trabajaron en forma pacfica durante siete dcadas en la pennsula de Baja California, hasta que en febrero de 1768 les lleg a orden de expulsin de todos los dominios espaoles decretada por Carlos III un ao antes.A la salida de los misionerosjesuitaslaMisin de Nuestra Seora de Loretoqued en manos de frailes franciscanos, desde all parti frayJunpero Serrapara evangelizar laAlta California, hoy estado deCalifornia. En1773laMisin de Nuestra Seora de Loretopas a manos de la orden de los padresdominicos, que arribaron a la poblacin de Loreto en el mes de octubre del mismo ao, los frailes franciscanos que haban estado en la misin por cinco aos, partieron hacia laAlta Californiapara proseguir en su labor evangelizadora.En1777laMisin de San Carlos Borromeodel Ro Carmelofundada en la ahora ciudad deMontereypor frayJunpero Serra, pasa a ser la capital delas Californiasal ser nombrado el Padre Serra presidente de la orden de los jesuitas paralas Californias.Al ser separadas las provincias de la Alta y Baja California en1804con fines administrativos, Loreto fue designada de nuevo capital, pero nicamente de la pennsula de Baja California y se nombra como Gobernador al capitnFelipe de Goicochea. Al morir Goicochea, se design al ltimo Gobernador colonial de la provincia de Baja California, el capitnJos Daro Argelloquien concluye la etapa colonial en1822, un ao despus de haber obtenidoMxicosu independencia.La nueva Constitucin de la Repblica Mexicana promulgada en1824establece un solo jefe Poltico paralas Californiascon sede en laAlta California, con un jefe poltico en Loreto que le representaba.En1828concluye la etapa histrica de Loreto al ser trasladada la capital provincial aSan Antonioy posteriormente aLa Paz (Baja California Sur)en donde permanece. En1848con la prdida de laAlta Californiapor la guerra entreMxicoyEstados Unidos, se reorganiza el gobierno de la provincia deBaja California, crendose de nuevo dos territorios con los Partidos Norte y Sur (con el tiempo seran los estados deBaja CaliforniayBaja California Sur), se suprime a Loreto como municipio. Una larga noche iniciaba para Loreto y su Misin.En1947, a los 250 aos de su fundacin, Loreto es visitado por vez primera por un presidente mexicano, el Lic. Miguel Alemn; al ao siguiente dan inicio los trabajos de reconstruccin de laMisin de Nuestra Seora de Loreto. El palacio municipal fue construido durante la administracin del Gral. Agustn Olachea Avils, Gobernador de Baja California Sur de 1946 a 1956, poca en la que tambin se construy el camino a la misin de San Javier y el malecn de Loreto.En la dcada de los 70 del siglo pasado empieza a salir Loreto de su largo sueo, en1973se termina la carretera transpeninsular que une a la pennsula de Baja California de norte a sur y permite el trnsito carretero hasta la frontera Mxico-Estados Unidos adems de unir la pennsula con el sistema carretero mexicano. En1974inicia operaciones elAeropuerto Internacional de Loretoy de esa manera queda comunicado con el exterior por va area.La construccin de este aeropuerto fue parte de un proyecto que buscaba convertir a Loreto en un centro turstico. El plan maestro para ese proyecto fue diseado por los arquitectos Enrique yAgustn Landa Verdugo, por encargo deFONATUR. Consista en una urbanizacin vecina a la antigua poblacin con una zona hotelera, espacios para condominios, reas pblicas e infraestructura bsica. No ha sido sino hasta aos recientes que ha comenzado a desarrollarse esta nueva urbanizacin, principalmente con condominios.En1992, Loreto, la antigua capital de las californias, se convierte en municipio del estado deBaja California Sur.

Evcangelizacin.misin

Enfoque histrico del filme[editar]Sobre el enfoque histrico del filme expone el historiador F. Snchez Marcos:"Con la perspectiva del tiempo transcurrido, el balance de experimento de las reducciones (con sus aciertos, con las limitaciones de esa teocracia socialista con una fuerte dosis de paternalismo) est muy ligado a opciones muy de fondo sobre el ideal poltico-tico. No es extrao que las reducciones hayan despertado la simpata de los comunistas y socialistas y la de los cristianos, especialmente por su dinamismo misionero. Tampoco que hayan encontrado serias reticencias entre los liberales, especialmente los laicistas. The Mission est enfocada desde una perspectiva indudable de simpata por los logros de las reducciones y hay que relacionarla, sin duda, con el debate teolgico-cultural en torno a la liberacin cristiana. De hecho hay, al final del film, una referencia explcita y un homenaje final, a la continuidad hoy de ese servicio, por fe y amor, de muchos sacerdotes a los indgenas de Sudamrica y a su compromiso en la defensa de la cultura y las tierras de los indios. Pero La Misin no es una apologa o, al menos, pienso que no hay que interpretarla necesariamente, como una apologa del compromiso poltico revolucionario a partir del cristianismo: su final es suficientemente abierto y ambiguo."1Elementos artsticos[editar]La pelcula hace un magistral uso de la msica de Morricone, desde el momento en que la interpretacin de un oboe en mitad de la selva se transforma en el elemento que