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EI colegio está Ileno de color, de dibujos, de alegría.Reportaje Gráfico: MAN

Este muchacho es aprendiz de tornero en el ^Colegio de Huérfanos de Madrid.

OBRE las nóminas de to-dos I o s empleados dela RENFE hay un peque-ño apartado en el capítu-lo descuentos: COLEGIODE HUERFANOS.Y el ferroviario se pre-gunta: ^Bueno, pero adón-de va a parar todo este

dinero? ^Oué es eso de los cole-gios de huérfanos?

En 1922, antiguos ferroviariostuvieron la idea de crear un cole-gio para huérfanos de trabajado-res en ferrocarriles. Lanzaron laidea dentro de la Asociación y secreó como sección, dependiendode ésta. En mayo de 1930 es inau-gurado el primer colegio, en Ma-drid, por el Rey. En 1933 se cons-tituyó en entidad autónoma.

Actualmente e s t á clasificadacomo entidad benéfico-docente debeneficencia particular. Han pa-sado 26.000 alumnos por ella. Tie-ne seis colegios: tres masculinos(Madrid, León y Avila) y tres fe-meninos (Torremolinos, Palencia yAlicante) , todos funcionando en ré-gimen de internado, comprendien-do a chicos de ocho a dieciochoaños, donde pueden estudiar la En-señanza General Básica y el Bachi-Ilerato Unificado Polivalente o 1aformación profesional en su primerciclo, tanto en la rama de oficioscomo en la administrativa.

CON LAS MURALLAS ENFRENTEY EL TORMES ABAJO

Hasta aquí todq suena a regla-mento. A usted no le dice nada, ypor eso, en un día frío, pero consol, nos fuimos hasta Avila el fo-tógrafo y yo para contarle de ver-dad qué era eso de los colegiosde huérfanos.

EI colegio en Avila es muy co-nocido; vamos, que se preguntapor é1 y todos saben dónde está,pero pocos explicarnos el camino.Por fin lo vimos. Y fue de lejos,porque el edificio, de tres plantas,en granito y tejado herreriano depizarra, se destacaba bien en elcielo. La fachada hace curvas ymira a Avila dé frente, se recorta^perfectas las murallas en primer ^

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término, y detrás, las montañas; abajo,partiendo el paisaje Ilano de Castilla, elTormes pasa crecido de tanta Iluvia.

La entrada, también en granito, conel rótulo del colegio. Después, camposde fútbol y baloncesto se solapan.

Por fin Ilegamos y aparcamos a gusto,porque el jardín es amplísimo, enor-me, y a la puerta, esperándonos, estásor Daniela Iguaz, la superiora.

(Pequeño inciso: estamos acostumbra-dos a tanta palabrería hueca y a tantoadjetivo, que resbalan ya por la piel sincalar. ^Una chica guapa? íóah!, no serápara tanto. Bueno, pues desde aquí enadelante cada adjetivo quiere decir exaç-tamente lo que significa, más bien ti-rando a superlativo. Esto es, que aunquediga que la sopa era buena, más bien,para entendernos, tendría que decir bue-nísima, pues así era. Y ahora entremos.)

EI «hallu es de mármol y da paso auna gran escalera. Todo está perfecto delimpieza.

Sor Daniela es una mujer entusiasta,más bien apasionada de lo suyo, y losuyo hoy es este colegio. Así que mecoge del brazo y con energía me invitaa recorrerlo. Son las doce y media de lamañana; a las tres nos sentábamos acomer; para entonces yo estaba ya can-sada, con frío, con hambre, pero entu-siasmada también, y verá usted por qué.

^ubimos al primer piso. Sor Danielame hablaba de la enseñanza personaliza-da con estusiasmo. A ella la echabanchispas los ojos, y abrió la puerta de unaclase: 4.° B. Yo no soy muy vieja quedigamos, pero mi clase era de 80 niñasy tenía las paredes grises, y los pupitres,para poder abrirlos, había de levantar elbrazo. Todo esto se ha borrado en estaclase. Las paredes son amarillas y casini se ven, porque están Ilenas de recor-tes, de dibujos, de alegría.

Los pupitres están en grupos, los ni-ños no se han inmutado cuando hemosIlegado, nadie se ha puesto de pie nihan gritado a coro: « iBuenos días! ^.Los niños -el niño, perdón (porque hayque hablar en singular, y esto es la ra-zón del nombre: personalizada)- se le-vanta y va a un rincón del cuarto, dondeestán los libros de consulta. Escoge unlibro y vuelve a su sitio. Otro va a otrorincón por plastilina, otro está sentadoen el suelo jugando. iAlto!, no está jugan-do, está haciendo matemáticas: los con-juntos. ^Esto es un milagro?

^QUE ES LA ENSEÑANZAPERSONALIZADA?

Sor Pilar es la encargada, la hacedoradel milagro, la instaladora aquí de la en-

Sor Daniela es una mujer entusiasta, apa-sionada de lo suyo, y lo suyo es el colegio.

Don Jesaís Lasala Millaruelo, doctor-in.ge-niero, subdirector de Planificación, presi-dente del Consejo de Administración de los

Colegios de Huérfanos de Ferroviarios.

señanza personalizada, porque ha asis-tido a unos cursillos en verano, éste esya el segundo, y nos explica esta formade enseñanza nueva.

-Lo importante ahora no es enseñar,es capacitar al niño; el niño es libre,pero con una libertad controlada de es-coger el tema que más le guste, trabajasobre el hoy. Sabe que a lo largo dequince días tiene que tocar todos lostemas.

»En principio, se escoge un tema quesirva de motivación; por ejemplo, ahoratenemos la caza y la pesca, y sobre estotrabajamos con fichas. Ñay fichas de len-guaje, de religión, de matemáticas...

»Un niño, por ejemplo éste -y quitaal chavalín una ficha de religión quedice: ^Lee el salmo ciento tres despa-cio y elige el verso que más te guste.Cópialo».

EI chavalín, de diez años, maneja laBiblia con soltura, como yo la guía deteléfonos. A su lado, otro niño mira al-gunas palabras en el diccionario, y másallá, otro pinta.

Sor Pilar me sigue explicando.-Cuando han terminado una ficha,

el^os se autovalúan, esto es, se marcanla nota que creen merecer, y suele ser-me dice- más baja su calificaciónque la que se merecen; yo se la suelosubir.

uAsí trabajan durante hora y media.Después, con una tónica musical, salena la terraza.

Para demostración pone en marchaun pequeño tocadiscos, y al son de lamúsica, los niños, en orden, pero sinfilas, sin empellones, van dejando lasfichas y el material en su sitio y sa-len. En el momento de cruzar la puer-ta de la terraza, soleada, amplia y sobreAvila, los chavales gritan y saltan al po-tro unos sobre otros.

Después hacen corros y juntos cantan«Capitán de maderaN. Es la hora del rit-mo. Y, en efecto, cantan y dan palma-das con buen ritmo.

^Usted se da cuenta qué renovación,vamos, vamos, qué evolución; mejor di-cho, qué revolución es esto? ^Y qué es-fuerzo no habrán tenido que hacer lasmonjitas para adaptarse a estos cam-bios? Pues tan bien lo han hecho quelos estudiantes de la Normal vienen ahacer prácticas aquí.

Pasamos a otra clase. Muy parecida.En ésta, el tema del trabajo es el calor.Los ejercicios de ritmo son a base deun tren hecho por tres niños mientraslos demás dan señales de paso y hacende traviesas los traviesos. Sigue siendomilagroso.

Bajamos al gimnasio, y unos chicos,orgullosos de sus camisetas, hacen galade agilidad. Aquí, en esta sala, en invier-no j^egan al ping-pong o al futbolín, quede todo hay, mientras fuera nieva fuer-temente.

Hay enfermería, dentista. Hay de todo.Subimos al jardín y les vemos encestarbalones en el campo de baloncesto, consoltura, con muchas horas de entrena-miento.

Sor Daniela me sorprende con un es-calofrío.

-^Qué, tiene frío?-Es que ya sabe, sor; acostumbrada

a los humos madrileños, este aire serra-no estremece.

Nos vamos para adentro.

UN MAESTRO DE RONDALtA

-Aquí está don Jorge, el profesor derondalla.

Don Jorge es maestro. Lleva treintay seis años enseñando en Avila a loschicos las letras y las obras. Los nú-meros y la vida. En sus ratos libresviene aquí, porque estos chicos nnece-sitan músican, y ha orgánizado una mi-nituna con sus capas y cintas, con ban-

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Este colegio es, sin duda, un modelo. Y hay que dar las gracias porque así sea a todoslos f erroviarios.

durrias y guitarras que tocan con des-parpajo.

-iA televisión, vamos a ir a televi-sión, ya lo verá!

Don Jorge tiene cara de bueno, y esque lo es. ^uiere a los chicos, a su tra-bajo, a su familia; tiene amigos y gui-tarra, afición a las fotos y es caballerode Yuste. Muy hombre bueno, sí. Y conmuy buen diente, que yo fe vi comer.Cogió su bandurria y en «IaA empezaronlos veinte chicos a tocar.

Delante, un chavalín rubio y guapo to-caba con salero la pandereta y se reíamientras pasaba la música por sus bra-zos y se daba en la cabeza con la pan-dereta por remate.

-Este -me explica sor Daniela- eshuérfano de padre y madre. Pero tieneun tutor excelente; es otro ferroviariocon diez hijos y siete de este otro ma-trimonio.

No les falta cariño a estos hermanos.iY el chavalín le da con el codo a lapandereta mientras se ríe con todo sucuerpo!

Bajamos al salón de actos. Allí nosespera el coro con manos detrás y ca-

beza levantada. Una monjita co_n mara-villosa voz les entona:

«En el tren de la vida voy viajando ha-cia Dios».

EI salón es grande, con un escenarioamplio, el coro cubría todo y Ilenaba denotas todo hasta el techo. Aplaudimos.

UNA COCINA PARA LA SALUDDEL CUERPO Y UNA IGLESIAPARA LA SALUD DEL ALMA

Después pasamos a la capilla. DonJorge me explica:

-Aquí hay una cocina muy buenapara la salud del cuerpo y una iglesiamuy bonita para la salud del alma. Cuan-do se va al comedor dan ganas de co-mer con sólo el olor y cuando se Ilegaa la capilla dan ganas de rezar con sóloverla.

Y es así. Alegre y recogida.Subimos al comedor. Radiante de luz,

alegre, pintado en amarillo con unosfrescos deliciosos sobre cuentos infan-tiles; cientos de mesas pequeñas conmanteles impecables (siempre comencon manteles) y sillas de colores ocu-

padas por niños atareados en comerpaella.

La impresión más parecida es la deuna pajarería. Porque las voces de estosniños mezcladas con el ruido de vasos,cuchillos y tenedores es un piar alegre,y allí hay también, en una gran jaula,varios pájaros. Como hoy es fiesta, to-man naranjada o coca-cola.

Después de la paella, carne guisada,flan y fruta.

Después de comer, los niños van air a la fiesta de Avila (es Santa Teresa),y unos a otros se cuentan sus proyectosde compras. Todos tienen dinero, se lomandan sus madres, y al que no le man-dan le ponen un sobrecito las herma-nas... «Para no acomplejarle n , me ex-plica sor Daniela.

Subimos a ver los dormitorios, 30 ca-mas alineadas en los dormitorios, aÍe-gres, en un perfecto orden (porque abri-mos hasta los armarios) , y vemos lomás bonito: las duchas.

Más que cuartos de baño parecen unpequeño invernadero. Las plantas crecencon el vapor de las duchas maravillosa-mente, y allí están colgando en verde ycolocadas entre cepillos de dientes, ja-boneras y bicarbonato.

Por fin, tras Ilamar a Madrid para de-cir que no vamos a Ilegar tan pronto,nos sentamos a comer. iY qué comidanos dieron! Con el sol en la espalda ymirando de reojo el correr del Tormes,comimos, bendiciendo los alimentos nocontaminados. La ternera de Amblés ylas truchas de río. Tras el café-café vi-sitamos la cocina, grande, moderna, im-pecable, como todo, mecanizada, excep-to en la pizca de sal y gracia con queterminan los platos de la hermana.

Los niños ya se han ido a la fiesta.Muy alegres. Para algunas madres es unsacrificio muy grande separarse de sushijos, sobre todo si son únicos; hay unaque vive en Valencia que viene todoslos domingos a verle, y se pasa dos no-ches en tren para venir. Pero aquí estánbien. Ellas lo saben y lo comprueban.Y nos vamos.

Este colegio es, sin duda, un modelo,y hay que dar las gracias porque así seaa los niños, a sus madres, a las herma-nas y a los ferroviarios todos o a usted.

UN SISTEMA DE BECASHASTA TERMINAR LA CARRERA

^Pero esto cómo se dirige? ^Cómo esque funciona tan bien?

Don Jesús Lasala, presidente del Con-sejo de Administración, amablementenos recibe en su despacho. ^

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Empiezo a hablar de Rpatronaton, y elseñor Lasala rápidamente me corrige:

-Esto no es un patronato. Aquí nadiepatrocina nada ni hay patronos. Esto esuna institución social ferroviaria, abier-ta a todos los ferroviarios y dirigida porellos. Ellos son los que eligen a los de-legados y los delegados nombran elConsejo de Administración; yo he sidoelegido.

-^Es obligatorio asistir a estos cole-gios por el hecha de ser huérfano deferroviario?

-No; el niño o la niña que no deseenasistir a ellos obtienen un subsidio dequinientas pesetas mensuales.

-^Cuántos niños asisten actualmen-te a los colegios de huérfanos de laRENFE?

-Unos dos mil; el número ha dismi-nuido en estos años, pues han Ilegado aser dos mil setecientos n i ñ o s. Estadisminución es consecuencia directa dela disminución de ferroviarios. EI des-censo es todavía más acusado en niñas,hasta el extremo que estamos a punto decerrar el colegio de Torremolinos.

-^Quién dirige estós colegios?-Las directrices las marcan los órga-

nos de gobierno de la institución, perola dirección y administración la Ilevanlos hermanos salesianos para los cole-gios de chicos mayores (doce a diecio-cho años) , las hermanas salesianas paralas chicas mayores (doce a dieciochoaños) y las hermanas de la Caridad paralos pequeños (ocho a doce años).

-^Supone algún gasto para la fami-lia el que el niño estudie?

-Nada, todo es absolutamente gratis.La ropa, los libros, las medicinas, inclu-so las intervenciones quirúrgicas si sonnecesarias.

-^Y si un chico, Ilegado a los diecio-cho años, quisiera seguir estudiando?

-Desde hace años tenemos previstoun sistema de becas para facilitar a to-dos los que queriendo y pudiendo (hande tener unas calificaciones superioresa notable) deseen ampliar estudios. Es-tas becas duran mientras continúen es-tudiando cualquier carrera. Hay alumnosque son ingenieros de Caminos, médi-cos, abogados, directores de Bancos.

-^G?ué presupuesto anual tiene lainstitución?

-Más de cien millones de pesetas.-Muchas gracias, señor Lasala:^Cabe preguntar aún a d ó n d e va el

dinero?

Los chavales, en Avila, tienen su tuna y unmaestro de ron3alla.

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Les vemos encestar balones en Los chicos saltan al potro con pericia de muchas horas de entre-el campo de baloncesto. miento.

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