Obras de Don Rafael Delgado Los Parientes Ricos (1)

7/21/2019 Obras de Don Rafael Delgado Los Parientes Ricos (1)

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R A F A E L D E L G A D O


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O B R A S

DON RAFAEL DELGADO

M I E M B R O C O R R H S P O N U I R N T B

a

la

REAL A C A D E M I A ESPAOLA

f Individuo de nmero e 1*

M exicana.

LOS PARIENTES RICOS.

MEXICO

I m p .

de V . A gero , B di tor .

C erca de Bto. Dom ingo. *.

1903.

s o ;

J V M

ftteM

*


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Qu odHuHetfiiTSVlH c o n f o r m e hi l e y

la p rop ififi ul dt* e M a olu'&.


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LOS PARIENTES RICOS.


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A L SE O R D O N

F R A N C I S C O S O S A .

Su amigo que mucho le quiere.

E L A U T O R ,


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P R O L O G O .

A qu t ienes, lec tor am able p ara tu re

creo y solazeste nuevo libro que de bue

na gana ofrezco tu benvola curiosidad,

con deseo vivsimo de conseguir que sus de

sal iadas pginas te den apacible entre te

nim iento y gr ata diversin.

Jurte por quien eres , no por quien soy,

que desde ahora m e som eto tu fa llo, p or

adverso que me sea ; qu desde hoy agra

dezco tus e logios y me pago de tu aplau

so, si ap lau so y elogios tuv ieres p ara m ;

que resp e tuoso y hum ilde aca tar tus ju i

cios,

s iempre muy a t inados y discre tos , por

contrar ios que m e fueren, y te p rom eto

p ara ot ra ocasin) enm end arm e y c orregir

m e, si en a lgo en m uch o m e corr iges y

enmiendas , pues no soy pecador empeder -


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nido y co ntum az , y, fuer de buen cristia

no,

s dolerm e de m is culp as y ar rep ent i r

a e de m is p ecad os.

En esta novela encontrars descritas y

pintadas varias cosas que he visto con es

tos m is ojos, y entre ellas m ucha s o tras de

las cules m e han d ado co no cim iento la

sociedad en que vivo y los crculos que

he frecuentado : todas comunes y corr ien

tes, l lanas y vulgares, y tanto que, puedes

creerlo, son co m o el p an de cada da.

M as com o acontece m enudo que los

lectores de este linaje de historias,por

buenos que parezcan y por excelentes que

se m uestren, si conocen al auto r suelen

atr ibuir le los hechos narrados en l ibro es

cri to de su p lum a, y si ste tiene form a au

tobiogrfica l legan hasta declararle prota

gonista de la obra, advirtote que sta ma,

verdica com o la crnica m s verd ade ra , n o

contiene re tra tos , (D ios y el A rte m e han li

brado de hacerlos) y que nada de lo que voy

contar te me ha pasado, ni me acaeci

jam s cosa a lgu na de tod o cu an to vas

saber. Lu cidos y m edrados anda r am os los

novelistas, viviendo tantas vidas, llorando

tantas desventuras, y trados y l levados de

dolor en dolor.

Cierto es,y vaya en excusa de tales lec

tores, qu e el au tor est s iem p re en sus

ob ras, y que "eso de. la im p erson alidad en

la no vela" es em p e o tan a rd u o y difcil


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que, decir te verdad, le tengo por sobre

hum a no im p osib le .

P lzca te mi novela de "Los Par ientes

R icos ;" que ellos te dejen con vidado p ara

leer o tro l ibri to que ten g o en ca am azo ,

"La Apostasa del

V.

Ar teaga ;" y que Dios

te bendiga, y n me guarde de aquellos

"sotiles y alm ido na do s" de quienes, con serqu ien era y valiendo tan to co m o valia, se

m ostraba tan receloso m i seor y m aestro

don M iguel de C ervantes Saavedra .

l ' luvic is i l l i i Aar> it


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LO S P A R I E N T E S R IC O S.

I

P ues b ien, e sp e ra rem os . . di jo el c l

r igo, en tono decisivo, dir igindose resuel

tam ente la sala , segu ido de don C osm e. '

U n o y o tro entr aro n en el s lonci to, y

desp us de dejar en una silla p rx im a la

p ue r ta cap as y som breros , se ins ta laron c-

niod am ente en el estrado.

'L a criada, un a m uch ach a de buen hablar ,

Hfepia, fresca y sonrosada, un si es no es

ttiodosita , salud con ad em n m od esto y

corts, y se volvi al jardinito enflorecido

con las m il rosas de un a p rim av era fecunda

y s i empre p rd iga .

D ejem os en p az los seores -djose

P ar in ri t


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T O

Filom ena qu e, juz ga r p or s flaoeza,

sern, acaso, am igos, si no es qu e p ar ientes ,

de los am os.

El c lrigo y su com p aero, rep ant igados

en las m ece do ras, no decan p alab ra, y se

entretenan si lenciosam ente en ex am inar el

recinto.

; C alor insufrible dijo el ca nnigo ,

secn dose la frente y el cuello con am p lio

oa uelo de hierbas. C alor rep i ti

com o no haba vu elto sentir desde que

sal de Tixtla hace ms de veinte aos

N o s exclam su am ojam ado inte r

locutor cm o p ueden vivir las gen tes en

esta c iudad, donde cuando no l lueve agua,

llueve fuego . . .

N o se queje vd., am igo don C os

m e . . . . T em p era tura m s clida tendrn

estas ho ras nues tros am igos . H oy ha

brn l legado Veracruz, y s hoy no desem

barcan, m a an a sal tarn t ierra; recibirn

el m ensa je que p us im os es ta m aana , ha

blarn con e l Cura , quien e l$r . Arzobis

p o los ha reco m end ado , y a l da s iguiente

los tendremos aqu . Los muchachos que

r rn l legar M j ico horas desp us , p ero

m i com p adre los obl igar de tenerse aqu

un os tre s cu atr o das. D ir la m isa de.

rquiem en la ca p i l la ; , com erem os .ac

con doa Dolores, con las nias y con,los

m u c h a c h o s:.v is ita rem os con m i com p adre

una m edia docena de viejos am igo s, y


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i l

en seguidi ta , a l t ren . . . Ocho horas de fe

rrocarri l , y ctese vd., seo r don C osm e, on

su casa, y en nuestra diario partida de tre

sillo.

-iDios lo haga , seor Doctor contes

t don C osm e ; D ios lo haga Ya no es

toy en edad para estos viajes y para estos

ajetreos D esde el a o 56 no hab a yo

vuelto salir de la capital . . . . Y tenga vd.

por cierto que de all no volver salir, co

rno no sea para i r a l sepulcro, cuando me

du erm a yo en el Seo r , y , com o [o teng o

p edido , y m e lo t iene p rom et ido A ntonio

Pedraza, me l leven su hacienda de los

Chopos pa ra darme c r i s t iano en te r ramiento .

El hom bre p one y Dios d isp one ,

don C osm e Dice la Sagrada Esc r i tu ra .._ .

Y . . . . d g a m e v d. in te rru m p i L i n a-

' 'es, va rian do de tem a, fijos los viva rach os

]Uelos en un retrato al leo, obra de exce

lente artista y colocado arriba del sof

es

c

erto que esta familia se encuentra en si

tuacin precaria, causa de no s qu liti

g io ganado hace poco por un extranjero ,

y causa tam bin de vie jos y a m arg os

rencores de famil ia? Parece, me han dicho,

.que la cat stro fe vino raz de la m u e rte

ue don R am n , y du rante la ausencia la r

gus ima de don Juan.

Ea verd ad, am ig o L ina res , es ve rd a d ;

com o es cierto que estas ge nte s no h an

quer ido acudi r mi compadre en demanda

e auxilio y de segura salvacin .


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P o r d e c o n t a d o q u e d o n J u a n . . . .

Sin duda; pero Lolita no echa en olvi

do ciertos disgustillos que por cuestiones

ideas p ol t icas, sep araron su m arido y

su cuado . R am n era tes ta rudo com o un

aragons ; Juan no desmiente su abolengo

vizca no P ero m i com p adre , (vd. le

conoce) ha estado, y est dispuesto prote

ger y otorgar favor y ayuda sus par ientes .

As m e lo escribi desde L ou rde s, ha m enos

de seis m eses , y eso viene, y p or es o no

fu Sevilla p asar la Se m ana Sa nta, y p o r

eso, y con el objeto de allanar cualesquiera

dif icultades que se presenten, he venido

yo p or encargo de nues t ro am ig o ; que p a

ra recibirle y verle diez veinte horas antes

de su l legada M jico no era necesario el

via je q ue hem os hecho , corr ien do m il p e li

gros en el tren, ni pasar por esos cerros de

M al t ra ta y p or esos p uentes a lzados has ta

las nubes, ni faltar al Coro, ni tener que

confiar un com p ae ro los serm ones de

M es de M ar a que he debido p redicar ayer

y hoy, y el que debo p redicar m a an a en

la P rofesa , en San B ern ard o y en Jess M a

na .

Sea p ara bien

Lolita es persona de carcter , (ya la

conocer vd. ,) es mujer expedita y de talen

to, y no m e ser fcil c o n v e n c e r l a . . . .

C on la elocuencia de vd. , se or D o c

t o r . . .


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N o h ab r e locuencias que valgan N o

me ser fcl convencerla de que debe, porella y p or sus hijos, solicitar de m i co m p a

dre qu e est m uy r ico, com o quien dice na

d a n d o e n o r o . . . .

'Si,

seor Doctor , podr ido en pesos

. . . . que debe ap e la r su cuado , que

es generoso, y has ta m an ir roto , s, m an ir ro

to ,

e n de m a nda de a yuda . . . . Ya s a be vd .

que Juan no se t ienta el corazn para gas-

1

t a r e l d ine ro . . . . D gan lo s i n l a s obras

de caridad que sostiene; el auxilio que

desde ha ce m s de veinte treinta ao s (y

me quedo cor to) viene prestando las igle

sias p ob res ; dgalo si n el Se m ina rio ese,

levantado p or l desde los c im ien tos .

; i D o n Ju an , seor D oc tor , exclam ,

incorporndose en su asiento e l de Linares

don Juan es un modelo de buenos cr is t ia

nos iM il veces lo he dicho M ii veces

No por l se dir a aquello de que para los

opulentqs suele estar cerrada la puerta del

Cielo.

El Cannigo inclin la cabeza en seal

de asen tim ien to, ,se - arr eg l el solideo, se

com p uso solem nem ente el a lzacuello con el

ndice y el m edio de la diestra, y p ros igu i :

Al fin p erso na de bue na cun a1H o m

bre de slidos principios y de sanas

ideas '

E m te rrup indose un ins tan te , y com o

atento ruidos y voces que l legaban del co

rredor , di jo:


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H

Me parece que esas gentes l legaron ya.

Oanse en el zagun voces femeniles.

E l Cann igo y su compae ro gua rda

ron si lencio. El c lr igo se m eca dulcem en

te en su silln ; don C osm e se p rep ara ba

encender un pur i l lo recortado, cuya aspere

za y cuya palidez denunciaban la mala cla

se del artculo y lo burdo de la hechura. El

viejo inclinado hacia el lado derecho, en

busca de la luz que entraba por la venta

na, revolva el cig arro entre los sar m en to

sos d edo s, sin dar con la e sp ira que indicaba

la torcedura de la hoja, sin acertar con la

lnea de la pecosa capa.

Dos lindas jvenes, una alta y rubia, la

otra baja y m oren a, senci lla y de g an te n i-n -

te vestidas, pasaron por el corredor hacia

las habitaciones inter iores. La segunda S

ap oyaba en el bra zo de su com p aera .

Tras e l las apareci doa Dolores, la

cual entr en la sala.


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I I

i M uy b ien L i n d s im o Ni un aviso'

con ^lgn am igo, ' ni cu atro letritas p or el

corre, n i un te leg ram a M u y bien, $eo

Fernndez

. E s to deca la dam a,- di rig in do se hacia e -

estrado , tiem p o q ue el cl rig o se a delan

taba tendiendo g's brazos para abrazarla

e

n adem n l iti'irgico, la m ane ra com o

el .preste abraza a l dicono en las misas

cantadas,,

. - Do lores D olores rep et a el can'-

n

iQ Siem p re tau fam osa y tan bien con

servada Por vd. no pasan los aos

La s^cra ahog un suspi ro .

.^--Perp vam os: dijo el eclesistico, p fp-

s

e,hj.ndo' , su c om p a e ro Am igo don

C osm e ; s eo ra de C e r v a n t e s . . . .E l se-


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i 6

or don Cosme de L ina re s:exce lente caba

llero,

el fundador de la he rm and ad de las

"R osas G uada lup anas , " v ie jo am igo de

Jua n , p e r sona de e xc e l e n t e s p r e nda s . . . .

Y ca m biad as las frases de cortesa, sen

ts e la d am a .en el sof, y los v isitan tes vol

vieron sus ilones.

La seora repi t i sus quejas:

P or qu n o avisar Los habr am os

hospedado ac con tan to gus to L a

casa es chica, pero no tanto que ustedes

hub ieran es tado m al ins ta lados . A dem s :

hab ram os ido recibir los en la E staci n.

Vaya , seor D oc to r Y a no som os am i

go s? Si R am n viviera no quedar a con

ten to de vd P e r o . . . si no le p e rdorto

v d. esta m a ne ra d e v e n i r Y o . . . s i e m

p r e p r e gun ta ndo po r vd .; s iempre infor

mndome de su sa lud , y de todo . . . . . Y ,

propsi to , propsi to : mis fe l ic i tac iones ,

s,

mis felicitaciones por la canong. Le

m os la no tic ia en " L a Voz de M x ic o " ,y

nos dio m ucho g us to , y d ije las m uc ha

1

chas,

(ya las ver vd., no tardarn en ve

nir) que era p reciso m an da r vd. nu es

t ros p arabienes M arg ar i ta e ra la en

cargada de escribir , porque con los

1

m u

chachos no se cuenta , y Elena, la pobre Ele

na sabe vd. la desgracia?

E l can n igo hizo u n adem n afi rm ativo.

Pero con tan tas penas , con tan tas

am arguras , ya sabr v d y luego la m u

danza . . . . . M ud ar u na casa en la cual na-


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'7

da se haba m ovido du ran te tanto s aos, m s

de ochenta , se gn m e co ntaba R atnn ;

luego, el instalarse aqui ; despus, la enfer

m edad de R am on cito , qu e el p obre-cilio se

v io la m u e r t e . . . . Y a s fu p a sando e '

t iem p o y no l leg el da en que M argari

ta escr ibiera . Pero vd. nos perdonar Bien

sabe cmo le queremos

Si ,

Dolores ,respondi e l cannigo

m uc ho les ag rad ez co su cari'o y sus re

cuerdos . El P . Lpez , quien vemos por

all frecuentem ente , m e ha llevado las m e

m orias y saludos de uste des . N o bien lle

ga, y le digo qu dice Pltfviosilla? me

habla de ustedes y de todos los am igo s. P or

l he sabido los cuidados y las a m ar g u ra s

de vd .De todo ello tratare m os con la cal

ma debida.

Y var iando de conversac in pros igui: '

P e r o .

, . . c m o h e.s en tid o el ca or.-S~'

lo en 'G u er re ro le he sentido ig ua l . . . . : . Y '

sabe vd. que t ienen una bonita casa. . . .

M uy ch ics . . . rep l ic la seora .

Ya la veo; pero con un l indo jardin. Y'a

m e fij en l. M uc ha s flores eh ?

E s e t iem p o de e l las . A ho ra hay '

p ocas L as m uchachas , efl estef rries','

cor tan todas p ara m and ar las Santa-M arta .*

Bien hecho : que enga lnen los a l t a r e s

de la M ad re de Dios

Si ustedes gustan iremos al pat io. . .para

que vean cu an to tenem os, antes que obs


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x8

curezca . P rob able m en te al seor L inares

le gustarn las flores.

S , s e o ra m u rm u r d on C osm e

con la frialdad de un sordo quien le ala

ban una pieza de msica.

P u e s ,

vam os , Dolo res V am os

ver ese jardn famoso

T om arn us tedes choco la te? M ien

tras lo hacen verem os las flores T en e

mos ahora magnf icas rosas.

H ab r daha lias?

En la otra casa l legamos reunir una

magnfica coleccin. Aqu se nos han per

dido m uc ha s. P e ro n o son f lores de estos

m e se s . Ya e n j u l i o p r i nc i p i a n . . . .

Y todos se levantaron. En ese m om ento

llegaban las seoritas.

U n a, la m oren a, de gr an belleza, y en

quien la juventud haca alarde de todos

sus dones y de su exuberante opulencia, eracond ucida p or su herm ana , ciega desde an

tes de cum p lir quin ce ao s, consecu en

cia de no sabemos qu enfermedad que la

ciencia supo vencer en la nia, pero sin lo

g ra r que la luz volviera las p up ilas de

sta, inclinaba la frente al anclar, y se en

corvaba

nn

poco, habituada ir y venir en

1 in ter io r de la casa, siem p re, tie n tas v

siem p re ap oyn dose en Jas-p aredes. eroJos

m ueb les. B rillaba en aqu llos ojos fulgor

m or tec ino, p ero eran grand es , rasga do s ,

l m p idos; negras las pupi las; los p rpados


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>9

vivos y orlados de largas y levantadas pes

taas.

Eri su herm ana , en la genti l M arg ar i ta ,

haba Ja soberbia altivez de una estatua

griega. Pl ida,con pal ideces de l i r io , de pr

pura los labios, de flor de lino las pupilas,

ha ba en ella cierta sup r.em a m ajestad de

princesa. Pareca urna piadosa Antigona queguiara no un Edipo desventurado, s ino

la ms bella de las jvenes tebanas ce

gada p or la im p lacable crueldad de los dio

ses. En la rubia toda la dulce y regocijada

herm osu ra de la az uc en a; en la m orena la

belleza ardiente de una centifolia abierta

Por el roco, al despuntar los albores de

una maana de mayo .

i Q u he rm osas1pensaba don Cos

me.

; Q u l indas y qu gra nd es rep eta el

c lrigo ; C on lazn nos hem os hech o vie

jos

j Q u i n las vio, com o t, de chiqu illas,

P'carillas y traviesas

M a rg a rita : chocolate para los se

o s . . . .

Elena sonrea al or las frases joviales

Qel cannigo que hacan contraste con la

S e

quedad y reserva de don Cosme.

Todos se dir igieron hacia el patio. Ele-

n

'

a a

Poyada en el brazo de doa Dolores;

e

j clrigo al lado de sta; don Cosme en

e l

opuesto, junto la ceguezuela .

i C uan esp lndid o se ocu ltaba el sol tras


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la oliiia,de.la Sauceda Qu l impio y azul

el cielo de Pluviosilla Qu ardiente el ce

laje

Qu nubes aquellas que parecan . in

mviles sobre la cima dorada del Citlalte

p e t l


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HT.

Qu grato f rescor e l de este pat io

dijo el sacerdote

. C om o que Fi lom ena acaba de .regar

le resp ond i la dam a Y vaya si le ha

re ga do b i e n Ve a v d . . . . h a i nunda do al

gu na s callejas. . . . P er o no tean ustedes

la humedad .

L a seo ra y la se o rita se detuviero n ;

el clrig o y su am ig o se ad elan taron hacia

el centro del patio.

A rdia el P on ien te . Sobre la herm osa

colina qu e l im ita y da som bra la Sau ced a,

el m ejor p ase o de la ciudad, declinab a el

s

ol en u na esp lndida glor ia de p r p ura ;

s

hunda como en un pi lago de doble mil

p e e , cu y o oleaje carm inad o se extenda

l r

npetuoso hacia las regiones del Norte .


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E l can nigo contem p l breve ra to las

magnificencias del f lamgero crepsculo, y

l lam ando la a tencin de don C osm e hacia

la sup rem a herm osu ra de aquella p ues ta de

sol,

djole, haciendo un ges to :

'M aana t endrem os s u r . . . . Bu ena

msica nos dar esta noche

Sonrieron las seoras que se haban de

tenido, y avanzaron hasta la fuente, en la

cual parloteaba el chorro, y en cuyas aguas

ag itada s se revolvan asu stado s rojos y

dorado s c ip r inos . La dam a m ostraba el

s im p tico conjunto del ja rdini to . Elena m o

jaba sus dedos en el agua que haba en el

borde de la fuente.

Esta azalea ,deca doa Dolores, se

alando una caja arborfera,era la favo

r ita de R am n . Los ja rdineros l lam an

esta p lanta "P er la de A lem ania ." N o es

rara; pero aqu, en Pluviosil la , f lorece r ica

m ente , du ran te el invierno . E s un encan to

verl a. Se cu bre de flores niveas C ada

corola luce en el fondo suaves tintas ver

d es . .. .

Y susp i rando agre g :

C uando m ur i el p obre R am n , la

p lan ta estaba enflorecida, com o si se hu bie

ra adornado para despedirse de su dueo,

y las nias cortaron todas las flores, todas,

h i c i e r o n u n a c o r o n a . . . .

H um ed eciro nse los o jos de la dam a: E l

c l r igo se ap resur in te r ru m p i r la :


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n

Y- cul es cl n o m bre de esas hoja*

tan frescas y tan lind as, listadas de m or ad o

y t ambin moradas pu r e l r evs ? . . . .

E n aquel ins tante se acerc M a rg ar i ta :

Esas? A h Son "ca la teas ." Es un a

soberbia p lanta de som bra. E s el m ejor

adorno de nuestras casas; pero es delicad

s im a:el fro la m ata;los rayo s de sol la q ue m an. V ean ustedes m is flores p refer idas. P a

ra p ap las aza leas ; p ara m am las daha-

ias .

Elena no gusta ms que de las vio

letas; m m e e nc an ta n las r o s a s . . . . A h o

ra hay p oca s. E n .este m es, toda s las m a

a na s, co rtam os las flores ab iertas en la

noche , y las m andam os Santa M ar ta .

Vea vd. , seor Doctor. .

La blonda doncel la , seguida del Cano-

uigo y de don Cosme, fu detenindose

frente cada rosal.

Haba los de mi l espec ies; cual ms be

llos; desde los rastreros que se tienden co

m o alcatifas en la tierra, has ta los m s al

t ivos y osad os que trep an las tap ias,

quer iendo escap arse p or los techos. L a ro

sa centifolia luca su falda srica, prdiga

de su arom a deleitable y m stico; la blan

ca alardeaba de su opacidad butrica, y se

desm ayaba rendida al p eso de sus ram il le

tes; la " rein a," fina, aristo crtic a, sedien

ta, de luz, ofreca sus p cu los inc om p ara

bles; la "d o ra d a" e ntreab ra sus cap ullos

P ujantes y luca sus crtera s ol m p icas; la


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2 4

"Napolen" vivida y sangrienta era la no

ta ardiente de aquella s intona p r im av era l ;la " t ," m enu da y grcil , vibraba en haces

sus botoncil los delicados ; la m usg osa ras

ga ba su env oltura de felp a glauca , com o

ansiosa de desplegar su nt ida veste; la

"M alm aisn , ' sensual , vo lup tuosa, l angui

dec a de am o r ; la "C on cha ," ri suea y am a

ble,

ex ten da ob re la fuente sus ram os flo

r ibundos; la "du qu esi ta" se em p inaba p a

ra que vieran su ingenua elegancia, y la

"tr iunfo de M jico ," lctea aqu , con bor

des carm inad os all , f lam eante al m orir ,

soltaba sus ptalos, orgullosa de sus mirf i

cas arcanas ap ar iencias . E n un n gu lo,

a r r im ada al m uro , p ro teg ida de las m adre

selvas em briagan tes y de los jazm ines de

Espaa, creca la s ingular " ja lapeita ," muy

m od esta con su tn ica de gasa. C erca, cu

briendo la tapia, alargaba sus tallos flexi

bles la trep ad or a m senla, y la fem nea, en

trelazaba sus guas punzantes con las de su

co m p a era jalde, y se- deshaca en l luvia

de hojuelas inod oras y m ustias sob re el fo

llaje o bs cu ro de la ros a-m osq ue ta, r iza y al-

bante .

Don Cosme se mos t r cor ts , s igu iendo

la joven, pero insensible tales belle

zas. N o as el C an nigo que p arec a em

belesado con la conversac in de M arg ar i

ta y con las p om p as del jardn.

El chocolate estaba servido. As lo anun-


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ci Filo m en a, y en tanto que la rubia don

cella cortab a rosas y haca dos ram illetes

para obsequiar con ellos Jas visitas, eu

ei corredor y cerca de la puerta de la sala,

el D oc tor y, su am igo gu staron del exce

lente refr iger io: del soco nusc o arom tico,

de los bollos incitantes y de los panecillos

m antec ado s y suaves, todo servido en fina

porcelana antigua, puestos los pocil ios en

virre inales m ancer inas de p la ta .

; Q u lujos los tuyo s exclam el ca

n nig o, m etiendo en la j icara un b izcoehue-

lo. M ira qu r icos ch ir im bolos

D e los qu e ya son raros aadi

don Cosm e .

A esto l lama vd. lujo, seor Doctor?

' Si , D olores; lujo es ste, y lujo del

bueno, del ant iguo y ser io; de aquel de

nuestros abuelos que no se pagaban de oro

p eles y t ra m p a n to jo s . Ya de esto no hay

iYa es raro ver una m an cer in a P ero , en

cam bio , qu de c ac ha rro s vistosos sin v alor

ni m r i t o

El c lr igo se deleitaba co nte m p lan do el

rico

p la to ,

l impio y br i l lante .

L as m ancer inas esas eran de los abue

los,

de los bisabuelos de R am n , qu

s

e y o H a n p a sa do de p a dre s h i j o s . . . .

y cram e vd., seor D oc to r , cram e vd.,

'as conserv am os com o un tesoro. R ara vez

salen, com o no sea en casos y circun stan

cias co m o estas Se tra ta ba de vd., y

del se o r. . .


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2 6

Don Cosme sonri y dio las gracias con

un adem n . E l seor Fe rnndez p ro r rum

p i :

M uc ho te lo agradezco, D olores Y a

vers,

ver vd., que no nos p or tam os m al .

y que hacem os tu choco late los ho no res

d e b i d o s . . . .

Y por qu ,repuso l a dama ,porqu veces me tutea vd. y en otras me da

tan resp e tuoso t ra tam iento? Bien N o

escribir, no avisar de la llegada, no poner

ni un mensaje para que le espersemos, v

ahora t ra ta rm e de vd., cuando siem p re m e

tute

T ienes razn , hija, tienes raz n. L a

falta de co stu m bre . D esde cun do no

nos ve am os? P ues .. .. fr io lera D es de ha

ce ms de treinta aos, desde que pas por

aqu con el Sr. ( iarza, de sterra do com o

l . . . . Cuando regres v i

.

Ram n , s , p e

ro t no . E stab as con tu p adre en una

hac ienda . As m e lo dijeron 4as A rte ag as .

Y d im e: viven todava esas bu ena s se

oras?

S , seor, viven; y m uy fuertes y bien

conservadas.

S i te ne m o s tie m p o , ya las v e r e m o s . . . .

N o estn aqu ah ora. E st n en V illa-

verde. A o ao p asan all un a tem p ora da .

Bien ; pues me las saludars car iosa

m e n t e . Si sup ieras c u nto s esfuerzos hice

p ara que su h erm an o volviera al buen- ca-


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27

m i n o

P er o tod o fu inti l. D ios haya

tenido p iedad de su a lm aApuraba don Cosme e l vaso de agua

l im p idsim a, cuando M arga f i ta l leg con

sus ram illetes.

Dio cada cual el suyo, y en seguida,

m ientras juga ba con una rosa p lida, ap o

yse en el resp aldo del m ecedor ocu p ado

p or E len a . Acaric ila dulcem ente com o

una ch iquit na m im osa, y te rm in p or co

locar entre los negros cabellos de la cegue-

zuela la herm osa y galla rda flor.

V olvam os tus m ancer inas , D olores :

dijo so lem nem ente el cannigo con

srvalas cuidadosamente ; m ira que ya de

eso no hay, y que son precioso recuerdo

de familia

i Bien q ue las cuido, seor D oc tor

Y aad i entr is tecida : P or c ier to qu e en

la enferm edad de R am on ci to estuve' p un

to de vende r la s . . . . Pe ro l a s n ias se opu

sieron ello.

Si, exclam M argarita: yo dije que

11

; que antes se vendieran otras cosas

Y o tam p oco q u i s e . . . . m u r m u r p l

c idamente Elena .Y tengan us tedes en

cuenta que y o . . . . ya no las veo, p ero les

teng o car i o. M e conform o con tocar las .

Yo las guardo, y yo las cuido.

L lam aban la p ue r ta . Acud i F ilom e

n a : un cr iado del H o tel vena en busc a

del seor Fernndez, para qujen traa un

mensaje .


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2 8

C on p e rm is o d e u s t e d e s . . . . d i j o el

clrigo, rom p i la env oltura, y ley en al

ta vo z: "V iaje feliz . P revenga fam ilia .

M aana nos verem os . Irem os coche esp e - .

c a ' . , en ordinar io.Juan."Y agreg con

ac en to afable y franco :Va lo saben us

tedes.

La dama hizo un ges to de contrar iedad;

M arga r it a p e rm aneci im p asib le; Elena

sonri, y se apresur decir :

M a m

:

t y M arg ar i ta i rn recibir

m i t o . Salud arn tod os de p ar te

m a . . . .

Y t tam bin, chiquil la , t tam bin

replic el cannigo.

N o ; me es penoso ir sitios de gran

concur renc ia . . . . Vd . co m p re nd e r . . . .

S, t ienes razm, criatura; pero irs

al H o te l , visi tar tus t os y tus p ri

m o s .

A s lo desean .

P e r o . . . . d i j o d o a D o l o r e s .

- M ujer: n o hay p ero que v a lg a E s

necesar io o lv idar los v ie jos d isgus tos . . . .

Ya habla rem os t y yo , la rgam ente , com o

lo requiere e ' caso. A qu t em ores A

qu ,

siendo tan bue na com o eres, ese ren-

corcil lo pertinaz E a C om o s iem p re

Vea vd. , seor Doctor :repl ic la se

ora ,si no han anunciado su venida; s i

en tantos aos, jam s, ni R am n ni, m

nos escr ibieron; s i cuando enviud no se

d ignaron darnos el p sam e , s i . : . .


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3

9

j Eh , seor don C osm e C on el ten

teem p i de sp achad o no le faltarn las fuer

zas . , , . V ayase ver al P . L p ez , y vuel

van os dos p or m . E n Santa M arta nos

espera; no p ierda vd. el t iem p o, y de p a-

sadita v is ite o t ros am ig o s: C astro P

rez que aqu reside actu alm en te; los hi

jos de su pr imo de vd. , don Cosme I I , co

m o le dice m i toc ay o. . , . Y o m e que do

dep ar ti r con Lo l ita . T enem os que ar reglar

impor tan tes negoc ios .

Lamento, seor, que no est aqu al

gu no de los m uchacho s , p a ra que le acom

p aara . C on oce vd. bien la c iud ad ?

Si ; contes t don C osm e en los

treinta aos que falto de aqu no estar Plu-

viosilla tan m ud ad a qu e en ella se ex trav e

quien en ella p as la ju v en tu d . ; Felices

t iem p os aquel los , m i seo ra No m e des

p ido , y hasta luego.. . . Volver por vd., seor

Doc to r

I

>e

p aso visitar al S antsim o, y

fezar el r o s a r io . . . .

Y se fue. La blon da doncella le aco m p a

hasta la puer ta , despus de dar le gra

ciosam ente la capa y el so m bre ro.


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37/662

IV .

S , L o la : ya es t iem p o de olvidar lo

que fu causa de tantos disgustos. C ul

fu el origen de ellos? La m aldi ta y abo

rrecible p olt ica. M i toc ay o con serv ado r, li

beral tu m arido. .. . q u hab a de su ce de r

Despus vino lo de la casa aquella.

-M i m arid o la salv.. El den un ci el

cap ital . Ju a n se op ona ello, y si Ra m n

11

o lo hub iera hech o, qu habr a suc ed ido

\'o slo l, otr.os m uc hos co m o l, y de

los que m ili taban en el p ar t ido con serva

dor, h iciefon lo m ism o, y n ing un a p ersona

sensata lo tuv o i m al M i e sp oso

quera salva r- la su yo : N o denu nci un s-

k> cap ital im p ue sto en finca ajena. D e*

"unci se, quince mil pesos, y debe vd. sa-*

ber que despus , cuando fu posible , a r re-


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3 2

g el as un to con, la M itra de P ueb la. D e

ese cap ita l no tom Ra m n n i un p e so

Cra lo vd.: as fu

L o s , lo s todo, h ija m a E n aque

llos t iem p os los nim os estaban exaltadsi

m o s , m ucho, m ucho, y Jua n era in transi

ge nte . El p erdi m as de oche nta m il du

ros .

D esp u s, ya lo sabes, D ios le ha ben

decido. Est. muy rico. Cuando Dios dice

d a r n o p a r a . . . . ' .

S , lo s Tero, con toda franqueza,

p adre m o, era eso m otivo fundado p ara

que Ju an r iera con R am n , y p ara que

dijera, porque lo dijo, s que lo dijo, lo s

de buena t in ta , cuando empezaron para Ra

m n las dificultades, p oco de la quie bra

de los Durand, que mi esporo se mereca

eso y mucho ms

;

que deba ver en los

quebrantos de su fortuna un castigo de

Dios E sto le do li m ucho R am n , ytanto que slo yo s los das y las noche?

tan am argas que p asam os . M i e sp oso to

do lo perdon; p e ro jam s cons igui o l

v idar lo

C om o t no lo conseg uirs , h ija m a

Y sabes por qu Sabes por qu? Por que no quieres echar lo en olvido

M e duele an el corazn, seor D o c

to r E l he r m a no m s que r ido L le g

el asunto tal grado que no slo ellos no.

se vean ni se. hablaban, sino que Juan

prohib i los muchachos y Carmen que


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lit'is u s iu ir a n . V en an a l'hiviosilla y no

p on an un p ie en esta casa. Xosolvos nos.

vimos obligados seguir su ejemplos y

fuim os 'i -M jico, cu an do E len a se en ferm ,

fuimos para consultar con el Dr. C a r m o -

na, y tam p oco p usim os los p ies en la casa

de ellos. I na vez, en el teai.ro, (m e acu er

do bien de que cu osa noche, cantaba An

gela l 'e ra l ta la Son m bula) ocup am os una

p latea cerca de la que ellos ten an . N oso

tros no . esp erbam os tener en la p era ta

les .vecinos. . . . A la m itad del p r im er acto

entraro n ellos. N os vieron, y no salu da ron .

Nosotros hicim os l..i m ism o. D e buen a

gana me habra _\o ido con mis hijos, pero

Kam n m e dijo que n. y sufr res ign ad a

aquel m art i r io . Q u ier e vd., seor Do cto r ,

que ahora , despus de todo lo que pas,

Tie presente yo recibir mi cuado?. ._ . .

No m e pa r e c e de c o r oso e l ha c e r lo . . . . ; Lo

h ar a vd . en luga r m o ?

; S ; p o rq ue, sig ui en do el ejem p lo de

Jesucr is to, perdonara quienes me han

hecho mal .

.Si yo he perdonado . . . .

,S, p ero 110 olvidas. M ira, Lo la, h u m

llate;; hu m llate, hija m a, en bien de tus

hijos. M i tocay o est disp uesto favore

certe,, au xiliar u stedes; pres tar te ayu

da, y ayuda.eficaz, para que la situacin de

ustedes var e desde luego, y para que pue

das ate nder , la educac in de tus hijo s.

f u U m t t s ' R.CO . ~
http://teai.ro/http://teai.ro/


40/662

M

Puedes estar segura de e l lo: no tendrs

mucho que habla r . Apenas d igas mi compadre media pa labra , te conceder cuanto

le pidas, cuanto le pidas

Tal vez; p ero yo no p edir nada . Se

or : s i p ienso que eso parecer a como pe

dir lim osn a . . . .

Doa Dolores deca esto acongojada,

casi sollozante.

P e r o ,

hi ja una,prosigui e l canni-

go,en qu p iensas? Te has detenido, diez

m inu tos siquiera, m editar en las tr istes

conse cuen cias de ese em p eo tu yo en vivir

alejada de tus parientes? P orq ue , d igas

:o que digas, mujer , parientes tuyos son.

T hars por lo que t toca, cuanto quie

res , s , cuanto quieras, hasta perecer de

m iser ia y de h a m b re ; ha sta ver.te obl iga

da pedir l imosna; ha sta m orir en la ca

ma asquerosa de un hospi ta l . (Y supon

go que los hospitales de Pluviosil la no han

de ser m odelo de lim p ieza y a s e o . . . . )

Si, Lola, s, t ests en tu derecho para

hacer lo que quieras P e ro , d im e , m u

jer , d ime: y tus hijos?

y esas nias?

y esa infeliz c iegu ecita? D ios te tom ar ,

un da, cuenta estrecha de esta tenacidad

tuya, de ese orgullo, que puede ser causa

de muy graves desgracias . Sabes t cu

les son los designios de la Providencia?

H o y el C ie lo te dep ara en tu he rm an o p o

l tico un p rote cto r, un benefactor, qu e

con la m ayo r nobleza, con car i ta t ivo celo.


41/662

M

desea favorecerte, y favorecer tus hi

jos V a s . ce rra r la p u er ta al

bien de D ios? Vas co n tes tar con silen

cio de rencor , con odio de ene m igo im p la

cable, la delicada bond ad de tu h erm an o ?

N o ;

no hars tal desatino, hija ma, porque

yo, el viejo am igo de tu e sp oso , ( qu ien

Dios telina en gloria), no lo he de p erm itir .

D im e que ce de s; dim e que acep tars el fa

vor de Juan; d ime que maana , dando a i

olvido ese ren co rcl lo . . . .

S i n o e s r e n c o r . . . .

P ues qu es? Q u nom bre m ere

ce,

seora ma, ese afn de no olvidar vie

jos d isgus tos? C om o deber ser llam a

do? Dime lo po r Dios Eres buena cr is

t iana L o s, lo sab em os todo s

Apelo tu conciencia.

Bien. H ar lo que vd. desea, s iem

pre qne en ello no haya para m ni parai r i s pobres h i jos humi l l ac in a lguna . . . .

P e r o . .

. no me obligue vd. ir recibir

Ju an y su fam ilia. . . .

I r s , m ujer, rs O ha cer bien las

cosas,Vi no hacerlas

i N o; so si n1

Esta respues ta , enrg icamente expresa

da, sali de labios de la se ora com o en un

sollozo. El cannigo dulcific su lenguaje.

M ira, c r ia tu ra m a : Juan r ecom ienda

e

n su mensaje que te prevenga yo de su

legada . . . . Ser a penoso pa . ra m , y pa ra


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36

cl,

que al saltar Juan del tren no encuentre

tus brazos extendidos para recibir le . P a d r e m o i qu dir la

ge n t e

Q u e dir P luviosi lla , inform ada com o ha

estado, y com o estar , de todo lo p asado

N o te im p orte t lo que diga el m un

do,

i P u en o es el m un do p ara decir, cuan

do siem p re dice cosas m alas

- - -Pe ro , se o r. . . .

- - N a d a de p e r os P ie nsa en tu s de

beres de m adre.

P adre; p ienso y cre o. . . .

-Oigamos: qu p iensas y qu crees?

Que vd. es el autor de todo esto; que

vd., am igo de Ram n, y am igo que nos

quiere y es t ima , compadecido de nosotros ,

de nuest ras penas , ha venido preparando

sabedor de nuestras desgracias y condolido

esta entrevista, de la cual espera vd. obte

ner para nosotros el favor y el auxilio de

m i c u a d o . . . .

M uc ho te e ngaa s, a lm a de D ios

i M ucho te engaas Yo deseo para ustedes

todo bien, y m uch o m e agra da r a hacer

haber hecho cnanto has pensado de mi an

tigua y sincera amistad ; pero, puedes estar

segura de ello, no tienes en esto nada que

agrad ece rm e Juan desea v e r t e . . . . . .

Y a m e oste leer el m ensaje y ya sabes lo

qu e dice en l . . . .

B ien , p a d re m o L o que vd. guste;

lo

que vd. quiera . . . . I r

con mis hijos

y

con

M ar g ar i ta . . . . p ero condicin de

que


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37

ellos v en d rn esta casa. I .am ento no p o

der recibirlos en ella com o en m ejores t iem

pos .

V e n d r n , hija m a, v e n d r n . . . . P a

sudo m aana d ir en Santa M arta una m i

sa de difuntos (as m e lo ha en ca rg ad o m i

tocayo) por el descanso eterno de sus pa

dres,

y p or el rep oso santo de tu m arido .

E sa m isa ser, la vez, com o un a m isa de

p e rd n, t a O l v i d a r . . . . p e rd on ar, y

que Dios bendiga todos por los siglos de

los siglos

O b s c u r e c a . . . . L a c a m p a n a d e l a P a *

rroq uia dio el toqu e de oracin. L ev an t

se el clrigo, levantse la seora y rezaron

devo tamen te .

Santas y buenas noches , Lol i ta

i Buenas no che s

Entonces en t r F i lomena y puso en 1

velado r central un a lm p ara encendida.

-Te ruego, dijo el D o ct o r- que m aa

na n o falten tus h ijo s. . . . Bien ha ras en

recomendar les que hoy mismo me busquen

en el H o te l . L os esp ero las nuev e. Ya

sabes:en el H o te l de Diligen cias.


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45/662

V .

D es p us de la cen a, el can n ig o y :v.i

am igo tom aba n fresco y dep ar tan sabro

sam en te en el balcn del H o tel .

Desde al l se domina la par te meridio

nal de Pluviosil la : tres b arr ios q ue en das

serenos y l mpidos ofrecen al espectador

magn f i co panorama .

Esa noche no haba nubes en el cielo, y

el p erfil de las m o n ta as rec orta ba en

graciosas ondulantes l neas la bveda ce

leste. Centelleaban las estrellas con viveza

y tililacin singulares, y all en el fondo,

p or sobre las cum bres de X och iap an, p a lp :

taba en cam biantes m ul ticolores el m s

bello de los astro s del p olo m eridion al.

Profunda calma seoreaba bosques y l in

fas,

y la brisa p erezosa y aleta rga da n o


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4

traa en sus alas ni ruido de frondas ti,-ru-

m ores del inm edia to r o .

Ex tas iba se el c lr igo ante las p om p ad

de aquella noche tropical, y fijos los ojos

en el firmamento, dejaba que su espritu

va ga ra y se p erdiera en las inm ensidades

del cie lo . De p ro nt o , com o si falto

de fuerzas hub iese cado en tierra, exclam

con solem nidad beatfica:

"C oeli enar ran t g loriam D ei "

A m i g o m o : a g r e g y q u e h a y a h o m

bres que sean osados negar la existen

cia de Dios

Y p rosig ui en tono elocuente, com e si

hablara desde lo alto del pulpito en la so

berbia ca tedral m etro p ol i ta na :

Q u i n tendi p or los esp acios esa co

ho rte de luce ros? Q u in los distr ibuy en

ese pilago? Q uin los cre con p eso -y

m edida, y m idi sus rb itas, les sealo in

var iable cam ino, regular izo su m archa, y

encendi sus fuegos, y les dio brillos y colo

res?

L lam aro n en la p uer ta de la habitacin,

l lamaron a l pr inc ipo t midamente- , . -y , 'des

pus con dos toques ms fuertes tan, tan

A d e n tr o d ijo don C o s m e A d e n

t r o

Abrise la puerta, y bajo el dintel apa

recieron dos jvenes.

i Ad e lan te, ca lm l len to s di jo 'e l c l

rigo. Sean ustedes bien venidos


47/662

4 t

Los jvenes se acercaron, sa ludando eoi-

tesmente .

Aqu tient, ' vd.. Linares, los hijos de

L o l a . . . . Y volv i ndose sto s e xc l a m :

Q uin es R am onc i llo? Sers t, que

eres el m en or \ o p odran negar lo p orque

eres v ivo r e tr a to de m i a m i g o . . . . ; Ea

Se nta os , venid al balcn, a tom ar fresco y

a gozar de los encanto-? de ese cielo y de

esas estrellas.

Pronto los cuatro tejan pltica inter

minable .

Pablo trabajaba en el escritorio de una

fbrica cercana, donde ganaba poco, pero

de doilde esperaba salir apto para mejor

y hic /a t ivo empleo; Ram n .estaba estu

diando: iba en .el segundo curso de estu

dios p rep arator io s, tenia am or las le

t ras , y pudo fci lmente t raducir no s qu

latines clsicos, dichos por el clrigo. Don

Cosme habl con Pablo de los rp idos pro

gre sos de la ciudad , la cual, m erced su

P iqueza fluvial, ha ba llegad o ser el p rim e

ro de los centros fabriles de la Repblica,

" la M anches ter de M j ico ," com o los h i

jos de P luviosilla no se cansan de rep e

t ir . D on C osm e, cuya devocin y cuyo

am or las cosas de tejas arrib a, no eran

parte distraerle de los asuntos terrenos v

m und anos , l am entaba que al p rogreso in

dustrial n o se m ue ra el agrco la q ue es fuen

te de co nsta nte y gen eral biene star . K re-


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4 2

cardaba lo que fu Pluviosilla en los feli

ces aos del estanco del tabaco, durante los

cuales hasta las m ujeres m s m odestas p o

dan lucir sayas de seda y m antillas co sto

sas; aquellas m antil las esp aolas qu e dan

las dam as ta nta dist incin y seo ro, no

ble donaire y apostura de re inas, no como

los som brerillos en uso, todos flores chi

l lonas y c in ta jos escanda losos . . . . Se do

la de e llo. A un qu e p or m uch os a o s ausen

te ile P luviosilla, la am ab a con todo el co

raz n, co m o qu e en ella haba p asad o los

vue joro s lu st ro s de la v id a. El hab a si

do,

aun qu e joven, am igo de m uy i lus tres

hi jos vecinos de la c iudad: Elguero, Cou-

to,

P e sa do , T o r ne . C m o h izo m e m o ria

de aquel Cura del Llano, de perenne re

cu e rd o C m o a lab los M endozas,

los Ran^el, y los Bustos, gloria de la sa

grada c ted ra El buen seor p ond eraba

los adelantos de la ciudad, sus casas nue

vas, cm od as, bien venti ladas, hasta e le

gantes;ce ns ura ba los m alos edificios p b li

cos, lo mal cuidado del piso de las calles,

y echaba de m enos aquellas re jas de m ade

ra, desaparecidas ya, y que daban las ha

bi tac iones no s qu asp ec to p iadoso y m o

n ac al . D ijo, con ap robac in del canni

go , que haba observado, durante las po

cas horas que tena de haber l legado, cier

ta corrup c in de costum bres , de latada p or

las m ucha s can tinas qu e haba vis to, toda s

ellas l lenas de m ozos y de m uc ha ch os que


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43

bien podran estar ocupados en las fbricas,

en los desp achos en las anlas, " lu i m i

tiem p o, dec a no vea v-d. nada de es

to. V si cosas asi de graves saltan la

vista , por qu caminos apar tados y de se

gura perdicin no andara la inexper ta y

l iolgadora juventud r"

V olvi caer la p ltica sobre el h er m o

so p an ora m a qu e tenan de lan te. F^or la

calle, desde la distante iglesia de la Virgen

de los Desa m p ararlos hasta el viejo y m a

jes tuoso tem p lo de San Francisco, ancha

y largusim a calle, (m al alu m bra da , en una

exten sin de cerca de dos m il m etro s, p or

cinco focos de luz elctrica), iban y venan

los p aseantes : m uchos

obreros,

buen n

m ero de m enestra les , bastantes chicos, con

tadas familias, y algunas mozas del par

t ido,

com o claram ente lo decan cual

quier viajero aquel desenfado y aquel des

coco de que hacan alarde. A lg un os co

ches,

poce, estacionados cerca del puente,

y qu e. enc end idas 'las linte rna s, sem ejaban

cocuyos refugiados en la p en um bra . E n

frente una cantina, "El Siglo Elctr ico, '

lanzaba torrentes luz y msica, la clari

dad de m uch as lgr im as de E disso n. y los

compases de una habanera , de vn danzn

ardoroso, l leno de voluptuosidad, tocado

con 'la m ayo r exp resin re q u er id a- p o r el

gnero, y cuyas notas l legaban hasta los

odos de don Cosme como en alas de un


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44

hu rac n de fuego. De cu an do en cu an do ,

un tranva que l legaba de los pueblos pr

xim os de alg un a fbrica y del cual desc en

dan obreros cansados, empleadil los de pe

co sueldo que volvan sus h o g a re s; m u

chos extranjeros flemticos, altivos, con

aire de conquistadores si lenciosos, y algu

nas hum ildes m ujeres que se alejaban car

gando su cra.

E stas tom aban cam ino p or las calles in

med ia ta s; los otro s en trab an en la can ti

na frontera, en otra su vecina, en "El

C om eta de P lat a," de la cual salan voces

y carcajadas, y de t iem p o en t iem p o el rui

do que al chocar producan las bolas del

billar.

Vea vd., seor Dot tor deca R am n ,

se aland o hacia el frente, m os tran do el p ai

saje velado por los crespones obscuros de

la noche, all, tras aquellas m on ta as, es

t la hacienda de M ata-E sp esa, y m s a ll ,

quedan Villaverde y la hacienda que fu del

h er m an o de vd. ; en el fond o, t ra s las lti

m as cum bres , est X ochiap an , un p ueblo

muy bonito, del cual fu cura el P. Gon

zlez, que ahora es nuestro prroco; all

qued a la p rim era fbrica que tuvo P luviosi-

11a; m s ac, al E st e, la E sta ci n del M e

x ic an o . . . . P e rc ibe vd. el hu m o, que tras

la esp esura de esos rboles, i lum inado p or

la luz elctrica, p arece una fosforescencia

m isterio sa? U iga vd . . . . oiga vd. ese rui-


51/662

4 S

i lo, ac as o os do un t r e n de c a rg a V a

s i lb a ia l o c o m o to r a . . . . Vea v d . p o r a l la ,

de t r s de l a cap i l l a de l a Vi rgen de los De

s a m p a r a d o s , u n a c o l u m n a de h u m o q u e se

a c e rc a . . . . l is el t r e n . . . . S i lb a p r i m e ro a l

p a s a r p o r l a i l a c i e n d a d e u e n t e l i m p i a , la

q u e f u d e n o so t r o s , y ah o r a e s d e u n o s

i r an e ese s ; d e sp u s , en el c r u c e r o , al p a s a r

p o r r i c a m in o n ac io n a l . . . . D y e v d . el r u i

d o . . . . ; C o n q u c l a r i d a d l l e g a A h v a . . .

^ a va p a sa r el p u e n te de h ie r r o -\Ji

v

a . . . . Va p a s

"U n t r e n , c o m o u n a s e r p i e n t e n e g r a c o r o

n a d a c o n p e n a c h u s d e h u m o y d e c h i s p a s ,

p a s lo l e j o s . . . . S i l b , v o l v i s i l b a r . . .

y en t r en l a e s tac in .

S eor d o n R a m o n c i t o d i j o el c a n

n i g o en frase a f a b l e . , . . M a a n a h e de

d ec ir m i sa en S a n t a M a r t a . . . . A l l te

e

s p e r o . . . . D e s p u s n o s a c o m p a a r s r e

c i b i r t u s t o s y t u s p r i m o s . P a b l o i r

c

o n t u m a m v c o n t u h e r m a n a . . . .

Y o n o p u e d o i r . . . . o b s e r v P a b 'I o .

P o r q u : " p r e g u n t a l a r m a d o el

c l r ig o .

P o r q u e . . . . n o p u e d o fa lta r al e sc ri

t o r i o .

C o m o n o h e d a d o a v i s o , s e r a y o

M er e ced o r d e u n r s p i ce , y . . . .

T i e n e s r a z n . R a m m ir c on n o s o

t r o s . A l l v e r e m o s L o l a y M a r g a r i

ta - Y a s q u e E le n a n o p o d r ir .

U n a b o c a n a d a d e v i e n t o ca l ie n t e p a s p o r


52/662

4

6

cl ba lcon n lzo vac i la r en la es tanc ia ' a

l lam a d e la b u j a , C r u j i e r o n la s v ig a s de l

t e c h o : c r u g i e r u n l o s m a d e r o s d e las p u e r

t a s ,

y d o n C o s m e m u r m u r c o n t r a r ia d o :

M a l a v i s i ta C o n r a z n e sta t a r d e ,

a l po n e r se e l so l , e s t ab a t an r o jo e l c i e lo

S u r t e n d r e m o s . . . .

S u r t e n e m o s . . . . r e p l i c P a b l o . V ea

vd. el cielo.

C m o t i t i l a b a n l a s e s t re l l a s Q u b r i

l lo y qu luces

E n el r e lo j tie la P a r r o q u ia d i e ro n l as

i l iez . E n la e s qu in a de en f re n t e , un se

r e n o q u e d o r m i t a b a al l a d o d e s u l i n t e r n a ,

m a r c la h o r a , d a n d o g o l p e s c o n s u b a s t o n

c i l l o s o b r e l a s l o s a s d e l a a c e r a . . . . y d e

m u v le jos , d es d e el fundo de l va l l e , v i no

o t r a b o c a n a d a d e v i e n t o a b r a s a d o r

O a n s e r u m o r e s d i s ta n t e s , r u m o r e s de a r

b o l e d a s y d e b o s q u e s . . . . E l r o , al p a r e c e r

a d o r m e c i d o , c o m o q u e d e s p e r t , y se r e

m o v i en s u l e c h o p e d r e g o s o , d e j a n d o e s

c u c h a r el m u r m u r i o d e s u e x h a u s t a , l m p i d a

c o r r i e n t e . . . .


53/662

V I .

T ocia la no ch e sop l el Su r, y sop l

terrible

impe tuoso , de modo inespe rado

en das de mayo, y como sopla en noviem

bre, p as ad o el co rdo na zo die San Fran

cisco.

Bufaba en las ave nida s, ahu llaba

Wi los tec ho s, ge m a en los aleros y te jad os ,

V p areca vocear all lo lejos en b ar ra n

cos y bosques, en los fresnos y en los la

mos del r o, y lanzaba agudos si lbidos en

los a lam bres del a lu m br ad o y de te lgrafo.

C uando el cann igo , g ran m adrugador ,

' isto para ir celebrar, abri el balcn, con

deseo de contem p la r la he rm osu ra del va -

"e la luz arrebolada del sol naciente, un

torrente de polvo y de arena vino sobre l ,

y le ob lig ce rra r la vid riera. A trav s

de- los cristales m 'r hacia la calle v h a-


54/662

4

d a las inm ensas m ontaas que l i tSan ,

p

S

t:l Sud la vega del A lba uo . E r d e lq f s tn

:

jaba br i l lante turquesa; la uz inundaba

el casero y los cuadros de caa zacari-

na. El sol. esp lendoroso y p urp re o, sur

ga inm enso , ro m o un disco de rub, cuya

luz inu nd ab a de san gre las cu m br es de.

M ata-E sp esa, los l lanos de San P ab lo del

Ro, y los cafetales de K uen teim p ia. E l

viento desatado alzaba nubes de polvo en

las calles, levantaba faldas y arrebataba

som bre ros a los transeiuiter. , v p asa ba ag i

tando y quebrantando ramas , e spa rc iendo

frondas , do blegan do cop as , y der ram an

do p or todas p artes sequedad y fuego. Y

segua p or el valle, ru m bo a P on ien te, y

las veces escalaba las m on ta as . E n k

colina del Recental revolva, en oleadas, las

m il esp igas de salvajes g ra m n ea s; y p or

el selvoso San C ris tbal m altra taba ram a

jes y deshojaba ram ille tes . E n un hu er to

cercano, entre los platanares hechos tr izas,-

entre los sauces estropeado, slo una arau

caria excelsa, gallard a y olm p ica, resista

los em bates del hu racn , s iem p re vic tor io

so,

i lesa su prtiga esbelt sima, galanas

'in

tactas sus p lum as de esm eralda.

L lam ab an a m isa en tod os los tem plos-".

L a devota P luviosilla no desm enta su abo--

lengo c ristiano , y era m aravillosa la sinfo

na de todos los cam p ana rios, t ra da en

alas del caluroso vien to. L a cam p anita de


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49

Sa nta -M ar ta , con voz a tip lada y regular ,

g r i t aba u rgen temen te ; la chiquitna de los

D es am p ara do s se (nejaba solitaria y dolien

t e ;

la


56/662

5

o

hizo notar que Pablo, antes de irse sus

labo res, haba p edid o un coche esp ecialpara que todos regresaran al Hotel , y que

el tra nv a estara all la ho ra op ortu

na; que era conveniente p erm anec er a ll ,

fin ele ev itarse las m ole stias del inc

m od o y descubier to andn .

Don Cosme, re t i rado en un ngulo de l

vehculo, y m ientras el doctor Fe rn nd ez

dep ar ta con doa Dolores y con M arga

ri ta , y en tan to que el m uc ha ch o se infor

m ab a en las oficinas de la D irec ci n de si

el tren no vena retrasado, el bueno de.

don Cosme examinaba a ten tamente la s

seoras.

Cincuenta aos tena doa Dolores , pero

estaba bien con servada y p areca de m e

nor edad . H aba s ido herm os s im a , un a

de.las m ujeres m s guap as de V illaverde.

Plida, con cierto aire de elegancia y dis

t incin, con grandes ojos negros, con ges

to agraciado y abundosa cabellera, en la

cual, sobre la frente, brillaban unas cuan

tas hebras de p la ta , no haba perdido mu

ch o de su belleza juv en il. G rue sa, sin obe

sida d, sana y robusta , do a Dolores.,, m s.

que m adre de M argar i ta p a rec a su her

m a na m a yor .

La joven, desbordante de juventud y de

gracia, alta, esbelta y graciosa, rubia la ca

be llera com o haz de t r igo m ad uro , azules

los ojos, de carm n los labio s, dulce la


57/662

5

1

sonrisa, delgada la cintura, donairoso ci

an da r, era, al decir de m uc ha s gen tes, verda dero re tra to de su abuela m atern a, y

m s que de sta , de una herm an a de don

R am n , m ue rta en la flor de la vida-

Efec t ivam ente : en la b lond a y s im p t i

ca seor i ta perduraban, como una heren

cia de fam ilia , la he rm os u ra y rasg os

tp icos y fisonm icos co m un es toda s las

he m bras de su lina je p a terno . E n P luv io- .

silla y en Villaverde, desde antao, es pro

verbial este dicho: " las Collantes: h e r m o

sas las de ahora iguales las de antes."

Ni D o.'ores , ni M arga r i ta , cua nd o acae

ci lo que vamos contando, iban ataviadas

con los suntuosos adornos qu da la opu

lencia, . p or lo m enos con las galas que

proporc iona ampl io y seguro b ienes ta r . La

m ad re llevaba n.egra saya de g r o; la hija li

gero y senci ll s im o vest ido de m usel ina

blan ca, sem br ad a de florecias azules, cor

ta d o m aravilla, qu e haca lucir la grci'j.

esbeltez de su .d u e o . La se o ra : tocado

de b lond as y cinta s del colo r de la s a y a ; 1a

joven: l indo som brero de pa ja , decorad o

con cin tas cre m a y con un a gu a ele rosas

veraniegas . U na. con gua ntes o bs cu ro s;

la otra sin ellos.

A la m irad a p ertinaz* y escu dri ad ora de

'os ojuelos de don Cosme, no se escap de

talle alg un o. E n esto, com o en otras co-


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5

2

sas, era com o su p r im o y tocayo de V i-

l laverde, aquel otro don C osm e L ina res

quien ya conocern mis lectores, ter tu

lio constante del licen-ciado Castro Prez,

v tan am igo de ste com o de don Q uin

tn Porras, tlor de los tabeliones villaver-

dinos. "ll ien se ve,deca para sus aden

tros el ancianoque en la casa de estas

m ujeres no es el dine ro lo que ab un da . E se

vestidil lo galano ha costado poco;ese som

bre rillo ha sido hecho a d o m i c i l i o ; ese

cuello de seda est m ar ch ito . . . . C ua nto

la ' seora , ' e s ' pa ten te que ese ves t ido t iene

aos de servir le; esos guantes estn di

ciendo g ritos cosas de m ejores d a s. . . .

Y , en fin, qu e. p os itiva m en te, esa fam ilia ha

venido tan menos, que pronto , tendrn

en casa mala huspeda, la miser ia , la horro

rosa m iseria, flaca, h am b rie nt a y exan

ge .

P ero , no han p erdido an estas p o

bres gentes la elegancia distinguida de las

personas de buena cuna , nac idas y era

d a s

;

en l ab un da nc ia Y ese . 'm uchacho

viste-bien,Y,. -S, seor inuyibien ;/ .pero la

Va'e

:

e s ' g t r a j e . . . . p r oc e de de a lguna ' t -

'bf ic 'de l 'p a s . A todo t ira r de ' la -E ns ena da

de t odos S a n tos . . . . "

Entregado estas observaciones y estos

juic ios es taba nuest ro hom bre , cuan do R a-

monci to entr en e l vagn prec ip i tadamen

te, diciend o :


59/662

53

N ta rda r m uc ho en lle ga r el t r e n . . .

a sali-del Sa ltadero .

M uchos p asajeros, ap erc ibidos p ara ocu

p ar los vago nes , recogan bul tos y m ale-

U as ; iban y venan em p leado s, y la .m ult i tud

se separaba en grupos lo ' largo de la va,

al borde del andn y bajo los fresnos del

jardinito, segn la clase de cada uno, y se

p rep ara ba m irar la l legada del tren. C err

ca del Restaurant los que ir an en, tercera;

frente la A dm inistrac in los de se g u n da ;

ms a r r ibados de p r imera . . E l moc i to con

dujo al c l r igo y .sus ac om p aan tes , has

ta el extre m o de la arbo leda.

El v iento languideca , p ero de t iem p o

en t iem p o sop laba con m p etu feroz,, t ra

yen do-torrentes de arena y de carb n. L lo

va fuego. A ca bab an de dar las diez de la

m aana-, y , sin em ba rg o, la tem p eratu ra era

co m o la de m edio da. Lo s.edificios fron--

teros al andn, todos con techos de cinc,

en ne grid os p or el h um o , y el suelo de la

va y del vastsim o p atio cubiertos de m e

nudos trozos de carbn y balastados con

p eladillas ob scu ras, recogan y a lm acena

ban el calor solar, y lanzaban sobre la con

currencia oleadas abrasadoras y sofocantes.

. Silb la locom otora en cercana c u rv a ;

au m ent el m ovim iento de los que esp era

ba n el tren ; vo lvi silbar la m quin a, un a

doble m qu ina m ajes tuosa y soberbia, dan

do al a ire dos inm ensos p enachos de hu m o


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54

gris ; son la cam p an a de aviso, y el tre n

lleg,y se de tuv o.

Nuestros personajes se precipi taron ha

cia el lt im o coche. E n la p ue rta del va

g n venan dos criados franceses. C ada

u n o tra a m agnficos ram os de gard enias .

P o r el ventani l lo inm ediato la extrem i

dad p oster ior del coche, asom aba un ca

ballero delgado y canoso, cubierta la cabe

za con una gorra de seda

;

en los siguien

tes, dos jven es que llevaban som brero s de

paja

;

en el otr o u na seora m ayo r y una

s e o r i t a . . . .

Ellos son grit un o de los jv en es.

P a p Aqu estn

Los cr iados , muy ceremoniosos , abr ieron

la puerta del vagn y en l entraron las

seoras y el can n igo, seguido s de Ram on -

c i to y de don Cosme.

% \ ^ - '


61/662

vir

D on J uan se m ostr m uy car ioso con la

fam ilia de su he rm an o, y m uy con tento de

su regreso la patr ia . Decase aburr ido y

fastidiado de la vida europ ea, p or m uc ho

que s ta fuese cm oda y agrad able . E

bu en seor se com p laca en visitar las ca

ries nuevas, los nuevos edificios, y se dete

na co m o ex t t ico an te los m ontaoso s p ano

ram as de la ciuda d nativa. N o cesaba de ha

cer m em oria de cosas de an tao , de su

cesos rem otos y de p ersona s m uertas idas,

V q u ca rio so y jovial se m anifestaba con

s

u cuada y con M arg a r i t a Cuan afec tuo

so con el m uch acho Q u gu s to m e cau

sa el ver ustedesdeca cada ratoNo

cam biara yo estas horas p or las m uch as

P asadas en P ar s y en R om a y en M adr id


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6

Y m ira t , Lola : agregaba ya sup on

drs t, cuan l lena de inters para m ha

s i d o s i e m p r e l a C i u d a d E t e r n a . . . . D e s

de nio so ab a yo con visitar las catacu m

bas, con recorrer las basilicas, con pasear

en el P incio y con p asearm e entre las rui

nas del Fo ro . N un ca, ni en los das m s p e

nosos para m, en pocas de la gran lucha

para consolidar mi for tuna, perd la espe

ranza de ir Ro m a, y de p os trarm e los

pies del Vicario de Jesucristo. Dios realiz

mis sueos, y no una vez, sino cien, he

besado los pies del Soberano Pontfice. Po

IX me dio su bendicin y tuvo para m y

para los mos palabras car iosas y consola

doras .

Len XI I I ha co lmado de bend ic io

nes mi esposa y mis hijos, y llev su be

nevolencia p a terna l p ara con m igo hasta

con cede rm e dos sealadas m uestras de su

incomparable bondad . Se d ign darme con

sus propias manos e l Pan Eucar s t ico , y

puso en mi pecho la Cruz de Jerusa lem

Creme, Lola , c reme, slo es to es para mi

inferior al p lacer que en m i alm a causan el

asp ecto de esta t ierruca tan am ad a, la vista

de estas m on taas , la contem p lac in de ros

tros no vistos por mi en tantos y tantos

aos de ausencia; e l recuerdo de mi moce

dad bulliciosa; la m em or ia de tantos y tan

tos seres am ados p erdidos p ara s iem p re , y

cuyo s ojos no p ud e cerrar , y cuyas lt im as

pa labras no pude receger

El bu en seo r sal taba de gozo com o un


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S 7

nio, y cu la efusin de su alegra acaricia

ba M argar i ta p or m odo p a terna l, abraza

ba afectuosamente doa Dolores y bro

meaba ms y mejor a l mocito, quien esta

ba sed uc ido p or la dulce jovialidad tie su

to.

Doa Carmen pa rec a rese rvada y poco

afable. N o p asaba m inu to en (p ie no lanza

ra una queja a cerca de las m oles tias de la

navegacin y del viaje. Ella, por su gustu,

no ha bra venido. En Eu rop a viva m uy

contenta, muy contenta. All no senta co

rre r los. a os ni los m eses, ni los das, E ra

tan cm od a y tan g ra ta la vida en P ars P a

ra ella nad a com o P ars, nada Qu fa

seos Qu de tea t ros ; Qu teatro aquel "de

la G rande O p er a Q u t iendas y qu esta

b lec im ien tos Q u com idas Le hab an

con tado, y e lla habia sabido m uc ho , p or los

peridicos, acerca de los adelantos y del em

bel lecim iento de M jico ;p e ro . . . . ay . . .

cu n to iba p adec er en la ve tusta ciudad

virreyna ; C m o iba fas tidiarse m ien

t ras en M jico viviera sin m s esp ec tcu - .

les que una mala compaa de pera , cada

ao

;

teniendo que subir y bajar todos los

das,

p o r las calles de San F ran cis co y de-

Plateros, ir tarde con tarde a. Calzada

de la R eform a, y cm o iba echar de m e

nos aquella m isa de cada do m ing o en San

Sulpicio, aquellas fiestas tan graves y solem

nes de N otre l a m e , y aquel cul to tan con-


64/662

&

ivtovedor y dulce de \

r

uost.ra Seora de las

Vic to r ia s Y en cuan to la m e s a . . . . n i

ostras de Ostende, ni esprragos de Liibec,

ni fresas de Niza

La seorita, en constante pltica con su

p rim a, no se causal>a de conta rle cosas de

Fran cia . Largu s im o fu el p r im er cap tu lo

de m od as; la joven estaba enterada hasta

del m s insignificante p orm en or de trajes y

vestidos. Esto aquello era lo que estaba

en pr ivanza ; tales cuales cosas haban

pasado, acaso para no volver nunca, y, se

g n los dichos de los sastres m s fam osos

en la estacin p rxim a tendr am os m uchas

novedades . Lo correspondiente espec tcu

los tuvo tam bin su cap tulo, m ejor dicho,

sus captulos, que la nia habl desde lo que

la Opera tocaba hasta de lo referente las

l t imas car reras y a l gran premio.

M arg arit a la escuch aba aten ta y jovial ;

Elena la oa triste y silenciosa. Alfonso y

Ju an se fueron de p aseo con R am on cito, y

se fueron resueltos que Pablo dejara sus

quehaceres y pidiera permiso sus je es

para que todos subieran y bajaran por las

calles de Pluviosilla que los recin llegados

comparaban ,no s in gran desagrado de

doa Dolores-con las calles de una pobla-

cioncla anda luza, don de los m ance bos h a

ban pasado un verano, en compaa de

ciertos am igos y cond iscp ulos, hijos de un

cierto m arq u s, p oseed or de una finca vi-

nfera y fam oso am igo de don J u an .


65/662

Vi

Este se ech la calle solo; no quiso

com p aero, p ues deseaba ir por todas p ar

tes com o d esco no cido viajero, fin de ver

si reconoca casas y sitios que antao fue

ron fam iliares p ara l ; ju zg ar l ibrem ente de

los avances retrocesos de la trrida ciu

dad, y en sum a p ara que en su nim o rena

cieran se reno varan recuerdos im p resio

nes de su ya m uy le jana m ocedad. D C L

p ues buscar la los p ocos am igos suyo s que

en Pluviosi l la le quedaban. Por lo pronto

no p ensa ba m s qu e en ir visi tar barrios v

edificios, en conocer las fbricas de que tan

to le haban hablado y de las cuales tantos

p rodigios se d e c a n . . . . Y se fu. el canni

go y don Cosme se fueron tambin camino

de Sa nta M ar ta . A p asear convidaba la

tarde ,tibia y dorada. Las seoras y las se

or i tas quedro nse en el H ote l , ocup adas

tn grav s im o asun to , en sacar t rap os y p e

rendengues , t ra dos por don Juan para ob

sequiar sus sobrinas: te las y joyas;

cijj-

tas y sombreril los ; guantes y naderas.

D o a C a rm en se m os t raba jovia l; doa

D olores afable y agrad ecida ; M a rga r it a

contenta ;Elena regoci jada , p or m ucho que

no le fuera dab le adm ira r los ricos y ele

gantes obsequios de su t o . M ar a p on de

raba la belleza de cada objeto y el gallar

do lujo de cada prenda, y de cada cosa de

ca, y rep eta, que m ejores no las hab a en

Par s .


66/662


67/662

V I I I

T ales fueron as sp l icas de los p r im os

;

y tales artes se dieron que, al fin, lograron

vencer la justa resistencia de Pablo para so

licitar de sus jefes licencia por dos' das pa

ra no concurrir en el escritorio.

T em o que el jefe tom e m a l m i de

m anda -rep eta el m anceb o N ecesi t del

e m p l e o

, N o t e m a s . . . . r e p l i c a b a Juan- n o te

nias ; . .._ Si al firi n ' h a s de q u e d a rt e 'a q u

y

te '{ras M x ico' con 'noso tros. N '-qu ega na ras aqu los m iles de f ra n co s . P ap

lo t iene resue lto . T ocios se i r n . . . E n M

xico,

puedes estar seguro de ello, all en

essa, en cualquiera otra par te , tendrs co

locacin, v la tend rs cm od a, bue na

y

p r o

ductiva. . . .


68/662

6 2

Y Pablo no pudo resis t i r ms las tena

ces exigenc ias de sus p r im os, p idi el p er

m i so ,

y ste le fu co nc edid o con la m a

yor buena voluntad.

A Pablo no le placan los modos de Jua-

n ito (as le llam aba) y en ellos vea cierta

repulsiva insolencia y una caracterstica fri

volidad. D esa gra d le en l, desde lueg ocierta facundia irrestaable, que le llevaba

de un asu nto otro, y de este sucesivam en

te cien y cien m s, de sho jand o los asun -

. tos , m alo gra nd o el ter ra de cualquiera con

versacin, siem p re con el anh elo de op acar

y m eno sp reciar cu an to tenia la vista p ara

exaltar y poner por las nubes las gentes v

las cosas europeas. Viajes, libros, teatros,

personas, eminencias pol t icas, celebr idades

li terarias, p oe tas, sabios, ar t istas, m odas y

usos ,

costum bres y dep or tes , v ic ios a r is to

crticos, disipaciones y placeres, todo, todo

p asab a en la vertig ino sa charla del m ozo

como en apar iencia c ronotrpica . Lis to de

lengua, vivaz de ingenio, pero superficial

f r ivolo, inconstante y bal tronero deshojaba

todo y por todo 'pasaba, sin dar reposo ni

tre g u a a quiene s le oan y sin p erm itir si

quiera que le escuchasen.

Charl su sabor dlos placeres con que

P ars brind a afanosa la m oc ed ad , hzolo

de ta l m anera y p or ta les cam inos que P a

blo se vio ob ligad o deten erle. H a b la b a de-,

lante de R am n que era de lo m s resp etuo-


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> ? >

so con su he rm ano , y el m ancebo no

cre

y

c on ven iente que as y en sem ejantes tr

m inos, y de m odo tan c rud o. levantara Jua

nita ante e m uch ach o veles tup idos que no

era cuerdo levantar frente un chiquillo

qu e aun no cum p la los quince aos de

edad.

Yo de nada me espanto ; - d i jo Pablo

pero piensa que no hay necesidad de que

R am n sep a esas cosas.

Entonces su pr imo contes t levantand:

los ho m bros desdeosam ente v p ros igui en

su charla, velando crudezas y carnalidades,

que hacan que el chico s.c pusiera rojo co

m o una am ap ola , al serle revelados m iste

r ios y secretos I m p rop ios de su edad, m as

no por eso menos tentadores n i menos ca

paces de encender su fantasa.

P e r o ,

decir lo cierto, qu bien que :>c

com padec.-'-n, p or m an era sim p tica, los di

chos y juicios dei m an ceb o aun su asp ecto

f'egante, con el corte de sus vestidos, con

su ctterpecillo plido y exange, con sus

gla nd es p up i las negras in tensam ente lu

m inosas, con us ojeras violceas, con la p a

lidez ebrnea de aquel rostro aristocrati

ce,

con aquellos labios carnosos v sensua

les,

y con los bigotillos sedosos de agudas

guas ,

vueltos baca adelante con cierto do

naire y cierta gentileza de arresto y biza

rra.

Si t fueras co nm igo P a r s Si t

fuerasexclamaba Juanilo cada instante


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6+

P ablo sonrea , y sonrea R am n, y Alfon

so,

al p arec er reflexivo, atend a m s las

caritas de rosa con quienes topaba al paso

que la conversacin de su he rm an o.

Pl ido como ste , como el dis t inguido,

com o l endeble y ex an g ik , con notable

acento francs en el habla, Alfonso, igual

m en te eleg an te, tena en la m irada no se

qu m elanclica du lzura, cierta bo nd ad

compasiva, c ier ta expresin ensoadora v

lng uida , delato ras de m isteriosas secretas

aoranzas. J i ra aquella a lma como aojal

ansioso ele cult ivo, com o p ue rto aband ona

do que p arece p edir gr i tos hbiles m aas

de jardinero exper to; aveci l la que se ahoga

tn el suntuoso saln y e.< ia jaula de cristal

y susp ira p or los cam p os y anhela horizon

tes inm enso s, p rado s enflorecidos y ag ua s

lm p idas y g r r u l a s . . . . T ra do y 'llevado

de aqu para all, punto de abrirse en su

corazn las flores de la vida; arrastrado in

con scien tem ente de saln en saln y p or el

asfalto de las aceras de Paris, senta que su

a lma marchi ta podia recobra r a romasycolo

res en :] rehiro tic los cam p os . ' .en tre 'aqu e

llas m on ta as del valle de P luvio silla; so

br e las cules p r incip iaban asom ar tem

blones y l m p idos los esp lndidos luceros

del cielo tropical.

Lle gab an al H o te l . Se encendan las

tien da s, lanzab a -su claridad m elanc lica la

tuz elc trica, el C rcu lo M ereaintil brillab a,


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dejando ver sus salones desiertos, y al otro

lado de a calle, entre sus bordes de sauces

y ban an ero s, p roteg ido p or .sus lam os, can

taba el rio plcido idilk,, y enviaba hacia

lo alto, hacia la calle caldeada por los fue

gos del da, fresco am bien te, rum ore s de

linfa aleg re. U n tranva p asa ba la sazn

atizando al viento la queja prosaica y vul

gar de su cuerno de aviso

Alfonso llam le Ju an E sts ido?

M i r a . . . . m ira Ah tienes el Sena

P ablo v R am n celebraron el dicho con

un a carcajada. A lfonso p erm ane ci en si

lencio, co n tem p lan do el casero, la cordille

ra, el cielo, el volcn cuyo pice niveo iba

p erdi nd ose entre las so m bra s


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criadoun vaso de cerveza, dos l imonadas

y p a ra m i . . . . un a jenjo sin ja rabe , y con

un trozo de hielo

Bebes a jen jo? p rorrum p i P ab lo .

S ie m p r e, a n te s de c om e r

*


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I X .

P ablo dej sus p r im os en la cant ina v

fuese con R am o nc ko a l H ote l , dond e se en

co nt r sus herm anas y doa D olo res .

AJl estaban tam bin don C osm e y el can

n igo ,

los cuales haban llegado con el ca

pitalista .

Don Juan haba recorr ido media c iudad.

Vena el buen sere*

-

m uy satisfecho de los

adelantos de P luviosil la , y m aravil lado de

su p rosp er idad. " Q u rp ida extensin

en tan pocos aos repet a .No me lo es

p eraba y o " La m entab a , eso s, que ta

les prosperidades no fuesen unidas las obras

de em bellecim iento que reclam aba la c iudad,

y que d eban ser co m o na tura l consecuen

cia del au m en to d e p ob lacin y del acreci

mien to de las for tunas ."Ya es t iempo,


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n o c e s a b a d e r e p l ic a r ,- - y a es t i e m p o de que

p i e n s e n e n el e m b e l l e c i m i e n t o y a d o r n o d e

P l u v i o s i l l a T o n t a n t a g e n t e y t a n t a s f

br icas deben ( . ' s ta r rep le tas de oro las a r

c a s m u n i c i p a l e s As t i ene que se r , pues de

o t r a m a n e r a t o d o s e s t o s b r i ll o s q u e m e h a n

d e j a d o a b s o r t o , n o s e r a n m s q u e es p l en

d o r e s d e o r o p e l A s , t a l c o m o m e la en

c u e n t r o , p a r c e m e P l u vi o si ll a u n a b e ld a d

p r e s t e , c u y o s e n c a n t o s y c u y a n u b i l l o z a

n a p id en t a l a s y ad o r n o s pa r a l u c i r y t r i u n

f ar. C i u d a d m u y l in d a es e s t a , m u y fa v o

r e c i d a p o r el C i e l o . . . . O u n e c e s i t a ? C

m o d a s c a ll e s, e l e g a n t e s e d if ic io s , a v e n i d a s

ad o q u in ad as q u e b ag an f c i l e l t r n s i t o d e

lo s c a r r u a j e s . P o r q u n o h a y a q u m u

ch o s co ch e ? i ' o r m i ' - co n ca ll e s c o m o s

t a s , es im p o s ib l e q u e l o s b a y a . Kl t e a t r o

a u n q u e ilc- t r aza r e g u la r , p ide ase n v e le

g a n c i a e n p a s i ll o s v e s c a l e r a s ; p i d e un " f o

y e r " s u n t u o s o . . . . " Y d e t o d o h a b l a b a , de

t o d o p a r e c a i n s t r u i d o , en el p o c o t i e m p o

q u e h a b a d u r a d o e

Obras de Don Rafael Delgado Los Parientes Ricos (1)

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